- Conclusión
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- El Colegio de México
- pp. 143-146
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CONCLUSIÓN
Al terminar de redactarse el presente documento, Contadora había cumplido más de dos años de intensos esfuerzos de negociación. Durante ese tiempo, el Grupo fue acusado de muchos defectos y debilidades. Se dijo con mucha frecuencia, por ejemplo, que Contadora había llegado a los límites de su propia acción; que no tendría éxito mientras Estados Unidos y Cuba no lo quisieran; que los documentos de paz propuestos, mientras más detallados, más inviables serían de ser firmados. Por otra parte, se dijo también que, al carecer de poder real, la acción diplomática de Contadora tendería a agotarse en su propia retórica.
Es posible que haya algo de verdad en todas estas aseveraciones. Sin embargo, también es verdad que Contadora, con sus esfuerzos, obtuvo logros concretos de importancia. Desde sus inicios, Contadora contribuyó a poner orden en medio de la anarquía provocada por la injerencia política excesiva de actores externos a la región. Hasta entonces, Centroamérica se había visto plagada de acciones partidarias encontradas por parte de una multiplicidad de actores ajenos, tales como gobiernos, partidos políticos, confesiones religiosas, organizaciones sociales y grupos de poder privado.
Por otra parte, Contadora logró unificar las diversas iniciativas de paz que hasta entonces habían presentado, en forma aislada o conjunta, varios países latinoamericanos. Pero más notable aún es el que haya logrado unificar tras de ella las iniciativas formales e informales de otros actores, de distintas latitudes y contar con el apoyo de la onu y la oea.
Lo más importante, sin embargo, es que Contadora logró, desde el principio, persuadir a los cinco gobiernos centroamericanos de sentarse en la mesa de negociaciones para dialogar acerca de sus diferen-dos. De aquí que Contadora, desde sus inicios mismos, haya ayudado a fomentar la distensión, al generar y mantener vivo el diálogo.
Por otra parte, Contadora fue un factor importante para evitar una conflagración generalizada y también es verdad que coadyuvó a inhibir una invasión abierta de Estados Unidos. Adicionalmente puede decirse que fue un factor de moderación en el caso de Cuba, de los sandinistas y de los otros gobiernos de la región, particularmente el de Guatemala. Pero de manera fundamental, Contadora constituyó una opción al vacío diplomático en la región. Por ello se ganó el apoyo y la solidaridad casi total de la comunidad internacional.
Aparte de todos estos éxitos, que se anotan en el haber de su labor pacificadora, Contadora debe verse como algo más que una iniciativa de paz. Contadora constituyó también un esfuerzo conjunto para resistir las intromisiones del poder hegemónico de Estados Unidos —o de otras fuerzas ajenas, como la Unión Soviética— en América Latina. Menos importante, pero útil, fue que Contadora significó para sus cuatro miembros un proceso de aprendizaje y maduración en cuanto a los procedimientos de la acción diplomática concertada. Desde este punto de vista no se puede desdeñar la utilidad de Contadora como medio de aprendizaje para ganar la autoconfianza y la solidaridad entre los países latinoamericanos, superando diferencias en cuanto a puntos de vista. Así, por ejemplo, si bien México contaba con la confianza de los sandinistas al momento de fundarse Contadora, por otra parte eran los gobiernos de Colombia, Panamá y Venezuela los que causaban, por esta razón, menos recelos y sospechas entre los otros países centroamericanos. Esto, sin duda, hizo posible que el esfuerzo de intermediación pudiera despegar.
Por otra parte, Contadora logró unificar tras de sí prácticamente a todos los países de América Latina. Cosa muy distinta aconteció respecto al caso de Cuba en los años sesenta. En aquella ocasión, la gran mayoría de los países latinoamericanos se rindieron desde un principio ante las presiones de Estados Unidos. Otros se fueron quedando en el camino y sólo México resistió hasta el final las presiones para un rompimiento de relaciones con el gobierno cubano. Pero aun así, México no mantuvo el mismo ánimo de cooperación en sus relaciones bilaterales con Cuba.
En última instancia, Contadora debe verse no como la defensa del socialismo o de la democracia liberal o la economía mixta, sino como la defensa del derecho de autodeterminación de América Latina frente a Estados Unidos, la Unión Soviética y otras injerencias externas.