Content-Length: 37563 | pFad | http://oceantoday.noaa.gov/blackcarbon/
NARRATOR:
Black carbon is the fancy name for soot. And like carbon dioxide, it’s causing changes in the Arctic climate.
Black carbon comes from the burning of fossil fuels, like coal and diesel, and from forest fires, and cookstoves. The majority reaching the Arctic comes from North America and Eurasia. Studies suggest that black carbon is contributing to the acceleration of sea ice melting in the Arctic. Loss of this ice would lead to more rapid warming and possibly irreversible climate change.
Black carbon is dark in color and warms the Earth in two ways: When it’s in the air, the particles absorb sunlight and generate heat in the atmosphere. This can affect cloud formation and rain patterns. When it covers snow and ice, the sun’s radiation is absorbed instead of being reflected back into the atmosphere. This again generates heat and speeds up melting.
It’s like wearing a black shirt on a sunny day. You’re going to feel hot. To stay cooler, you would wear a light-colored shirt that would reflect the sun’s warmth.
Scientists from around the world are studying black carbon from all possible angles. They’re using ships, snowmobiles, weather balloons, as well as manned and unmanned aircraft to collect data.
The instruments on board measure the total numbers of particles in the atmosphere, including the number of soot particles, and chemicals that can identify where the soot comes from. They also measure incoming radiation from the sun and the reflectivity of snow and ice covered surfaces. Newly fallen snow is also analyzed to trace where the black carbon is coming from.
The bad news is that black carbon is contributing to the acceleration of sea ice melting in the Arctic. The good news is that since black carbon is a particle and not a gas, it doesn’t last very long in the atmosphere. This means reducing the amount people produce can have immediate effects on the rate of climate change.
Scientists are hopeful that their research findings from the Arctic will help world leaders develop strategies for change, so that black carbon can no longer leave a dirty footprint on our world.
NARRADOR:
“Carbono negro” es el nombre elegante para el hollín. Y como el dióxido de carbono, está causando cambios en el clima del Ártico.
El carbono negro se produce de la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el diesel, y de los incendios forestales y de las cocinas. La mayoría que llega al Ártico proviene de América del Norte y Eurasia.
Los estudios sugieren que el carbono negro está contribuyendo a la aceleración del derretimiento del hielo marino en el Ártico. La pérdida de este hielo podría conducir a un calentamiento más rápido y posiblemente al cambio climático irreversible.
El carbono negro es de color oscuro y calienta a la Tierra de dos maneras: Cuando está en el aire, las partículas absorben la luz solar y generan calor en la atmósfera. Esto puede afectar a la formación de nubes y a los patrones de lluvia. Cuando se cubre de nieve y hielo, la radiación solar es absorbida en lugar de ser reflejada de vuelta a la atmósfera. Nuevamente, esto genera calor y acelera el derretimiento.
Es como usar una camisa de color negro en un día soleado. Te sentirás acalorado. Para mantenerte fresco, usarías una camisa de color claro que refleje el calor del sol.
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Científicos de todo el mundo están estudiando al carbono negro desde todos los ángulos posibles. Están utilizando barcos, motos de nieve, globos meteorológicos, así como aviones tripulados y no tripulados para recolectar datos.
Los instrumentos a bordo miden el número total de partículas en la atmósfera, incluyendo el número de partículas de hollín, y los productos químicos que pueden identificar de donde viene el hollín. También miden la radiación entrante del sol y la reflexión de las superficies cubiertas de nieve y hielo. La nieve recién caída es también analizada para detectar de dónde viene el carbono negro.
La mala noticia es que el carbono negro está contribuyendo a la aceleración del derretimiento del hielo marino en el Ártico. La buena noticia es que como el carbono negro es una partícula y no un gas, no permanece mucho tiempo en la atmósfera. Esto significa que si se reduce lo que las personas producen pueden tenerse efectos inmediatos sobre la velocidad del cambio climático.
Los científicos tienen la esperanza de que los resultados de su investigación en el Ártico ayude a los líderes mundiales a desarrollar estrategias para un cambio, de modo que no deje una huella sucia en nuestro mundo.
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