El problema de la violencia sexual está aquí, muy cerca de nosotros: en los barrios, en el entorn... more El problema de la violencia sexual está aquí, muy cerca de nosotros: en los barrios, en el entorno familiar y en la calle. Las víctimas se enfrentan ante un delito grave, atraviesan un camino difícil en el que el daño emocional suele ser el que tarda más tiempo en sanar. Conocer cuáles son los síntomas, sus repercusiones y cómo manejarlos es básico para afrontar el problema. El restablecimiento emocional es posible; y este artículo cumple con el propósito de ayudar a las personas que sufrieron una violación sexual a identificar y definir esas sensaciones y sentimientos origenados a raíz del evento para que puedan solicitar atención profesional de manera oportuna y sigan adelante de la forma más adecuada posible. Cada año en nuestro país, ocurren aproximadamente 450 mil violaciones sexuales, de las cuales en el 90% de los casos las víctimas son del sexo femenino. Luego del delito, muchas de estas mujeres comienzan a experimentar repercusiones emocionales tales como: Sensación de irrealidad: Es negar de alguna forma lo ocurrido, puede ser mediante el bloqueo de las emociones negativas, incluso llegando a pensar si realmente ocurrió la violación o si fue algo que soñó o imaginó. Retraimiento: Aislarse y no contar lo sucedido creyendo que no afectará el estado anímico si no se piensa en ello. Estado permanente de alerta: El cuerpo está bajo tensión de manera constante, preparado para huir o defenderse. Esto puede provocar dificultades de concentración, intranquilidad, irritabilidad, temor, taquicardias, sudoración y problemas al dormir. Culpa: La mujer se pregunta qué hizo mal o qué pudo haber hecho distinto para evitar la situación. Temor: Miedo de que la situación ocurra de nuevo o a encontrarse con su agresor.
El problema de la violencia sexual está aquí, muy cerca de nosotros: en los barrios, en el entorn... more El problema de la violencia sexual está aquí, muy cerca de nosotros: en los barrios, en el entorno familiar y en la calle. Las víctimas se enfrentan ante un delito grave, atraviesan un camino difícil en el que el daño emocional suele ser el que tarda más tiempo en sanar. Conocer cuáles son los síntomas, sus repercusiones y cómo manejarlos es básico para afrontar el problema. El restablecimiento emocional es posible; y este artículo cumple con el propósito de ayudar a las personas que sufrieron una violación sexual a identificar y definir esas sensaciones y sentimientos origenados a raíz del evento para que puedan solicitar atención profesional de manera oportuna y sigan adelante de la forma más adecuada posible. Cada año en nuestro país, ocurren aproximadamente 450 mil violaciones sexuales, de las cuales en el 90% de los casos las víctimas son del sexo femenino. Luego del delito, muchas de estas mujeres comienzan a experimentar repercusiones emocionales tales como: Sensación de irrealidad: Es negar de alguna forma lo ocurrido, puede ser mediante el bloqueo de las emociones negativas, incluso llegando a pensar si realmente ocurrió la violación o si fue algo que soñó o imaginó. Retraimiento: Aislarse y no contar lo sucedido creyendo que no afectará el estado anímico si no se piensa en ello. Estado permanente de alerta: El cuerpo está bajo tensión de manera constante, preparado para huir o defenderse. Esto puede provocar dificultades de concentración, intranquilidad, irritabilidad, temor, taquicardias, sudoración y problemas al dormir. Culpa: La mujer se pregunta qué hizo mal o qué pudo haber hecho distinto para evitar la situación. Temor: Miedo de que la situación ocurra de nuevo o a encontrarse con su agresor.
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