LO FEO
Y
LO SUBLIM E
Obed Delfín
En portada:
Contraportada:
© 2024. Caracas. Venezuela.
Fotos: Obed Delfín
Diseño de la portada: Obed Delfín
Redacción: Obed Delfín
Impresión ISBN
Editorial El Delfín Loco
LO FEO
Pri
m era
Parte
Obed Delfín
CONTENIDO
A MODO DE PLANTEAMIENTO
LO FEO Y LO SUBLIME
Primera Parte: LO FEO
Lo Feo
•
Pedro Luis Pinto
•
Diego Mock
•
Malú Rengifo
Lo Freaks
•
Alexander Longa
•
Luis Key
•
Francisco Borsec
•
Mariadelaida Sucre
Lo Grostesco
CONSIDERACIONES FINALES
•
Aisthesis y estesis
FUENTES DOCUMENTALES
DEL AUTOR
A M ODO DE PLANTEAM IENTO
Este texto acaece a partir del programa el “Artista joven del mes” y "Artistas del mes" que lleva a cabo la
Fundación Museos Nacionales (FMN). El cual, para la fecha, ya tiene cinco años de existencia, pues el
mismo se implementó a inicios del año 2019. Desde esa fecha se ha convertido en una propuesta
esencial para la agenda expositiva de los museos de la Fundación.
Las diversas muestras evidencian el potencial artístico de estos jóvenes. Asimismo, muestra el
fortalecimiento de los aspectos formales propios de los museos y de una relación formal con los artistas
representados en los diversos espacios expositivos.
El programa promueve a jóvenes creadores, no mayores de 35 años, que se destacan en el campo de
las artes plásticas en Venezuela. Les brinda la oportunidad de exhibir sus trabajos en la institución
museística en la cual son seleccionados. La Institución, por su parte, visibiliza a una generación que en
un presentefuturo marca las pautas del hacer artístico del arte venezolano.
La Fundación de Museos Nacionales, con este programa, se ha dedicado a la promoción del hacer de los
artistas jóvenes, con ello ofrece un espacio expositivo donde se pueden apreciar las variadas muestras
de estilos y técnicas de esta generación de artistas del siglo XXI venezolano .
El texto, en cuestión, fue el seguimiento durante el año 2023 de este Programa en los museos de
Carcas, en el cual noté que la tendencia de los jóvenes artistas se inclinaba hacia la estética de lo feo y
de lo sublime. No era una constante, pero si algo predominante.
El hecho de que predomine tendencia no es algo extraño. Pues los historiadores del Arte Moderno nos
señalan que los artistas del siglo XX dejaron a un lado la categoría de lo bello y se abocaron a otras
expresiones estéticas, particularmente a la estética de lo sublime, que es el rasgo estético distintivo en el
arte del siglo pasado.
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Esto llamó mi atención porque mi línea de investigación en cuanto a la estética, desde el año 2000
cuando realicé mi trabajo de grado en la Maestría de Filosofía , se inclinó por la estética de lo sublime y
de lo feo. Por lo cual, encontrarme con este acontecimiento ha sido gratificante y ha abierto la posibilidad
de realizar este escrito.
¿Qué es lo feo, qué lo sublime?
Lo feo se considera el lado oscuro y opuesto de lo bello, la carencia de éste. En este sentido, lo feo no
tendría rango propio, tal como corresponde a la materia, a lo indefinido, pues está fuera de la razón, de lo
justo y de lo matemático. Podemos decir que es la expresión artística que está a contracorriente de la
tradición, del canon y la cultura oficial.
La primera publicación específica sobre la estética de lo feo es la de Karl Rosenkranz, “Aesthetik des
Hässlichen” (Estética de lo feo), en 1853. La observación que le hago a la obra de Rosenkranz es que el
autor no desliga la categoría de lo feo de la belleza o de lo bello, asunto nada fácil después de tantos
siglos de hegemonía de esta última. Incluso hoy en día en muchos autores es difícil tal separación, tal vez
por el abuso de la belleza como dice Arthur Danto.
No obstante, Rosenkranz asienta las determinantes que caracterizan estética y artísticamente a lo feo en
la obra de arte. Tales determinaciones dan paso luego a la particularización de las categorías de lo
grotesco, lo trágico y lo cómico, incluidas por Rosenkranz dentro la estética de lo feo. Nosotros también
las incluiremos dentro lo feo, aun cuando hoy en día éstas se consideran categorías estéticas aparte.
¿Cómo se expresa lo feo en la obra expuesta por los jóvenes artistas en el programa de la FMN? Es la
pregunta fundamental. Con respecto a la existencia de un estudio sobre lo feo en los artistas jóvenes del
mes desconozco, por el momento, de su existencia.
Con respecto a lo sublime, esta temática fue tratada en la antigüedad clásica por el pseudo Longino en
su tratado “Sobre lo sublime”, el cual se remonta entre el siglo I y III d. C. El mismo se refiere
particularmente al arte de la retórica. La exposición es retomada muchos siglos después —siglo XVIII—
por Edmund Burke e Inmamnuel Kant, éste último asienta las bases más sólidas de la misma. En el siglo
XX, varios autores abordaron la temática bajo la influencia kantiana, al respecto nos vamos a ceñir a lo
sublime filosófico y en particular a la interpretación de JeanFrançois Lyotard, en tanto el autor considera
lo sublime como lo impresentable en el arte.
¿Cómo se expresa lo sublime en la obra de los jóvenes artistas? Es la forzosa pregunta al respecto. Con
respecto a un estudio sobre este tema, hasta el momento lo desconozco.
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Otra consideración es que dentro de ambas estéticas la obra artística permite que el espectador se abra
al mundo. A partir de esta posibilidad el observador enuncia apreciaciones experienciales de índole
sensibles, sobre las diversas situaciones que le genera la obra artística. En este sentido, estamos ante lo
que Mandoki denomina la estesis. Se entiende por estesis, la sensibilidad o condición de abertura, de
permeabilidad y porosidad del sujeto hacia el contexto en que está inmerso. En este caso particular, la
apertura hacia la obra plástica.
En la estesis es necesario preguntar sobre ¿cuáles son las condiciones posibles para qué se de la
estesis? Pues sin ésta no hay estética, aquella es la posibilidad de ésta.
Por estética vamos a entender las opiniones acerca del gusto y de lo sensible. La capacidad de elaborar
un discurso sobre la percepción de la obra de arte. En lo que nos concierne, sobre lo feo y lo sublime
desde la visión filosófica. Pues estaremos en el ámbito de lo especulativo. Asimismo, debemos entender
a la estética como el estudio de la condición de estesis .
¿Cómo vamos a abordar este ensayo?
Como podemos apreciar vamos considerar dos áreas en el análisis de la obra plástica, a saber: lo
estético y lo artístico. Tal como los distingue Acha . El primero, abarca los aspectos del gusto, de la
sensibilidad, esto es, de la estética que sustenta la obra plástica. La cual incide en la experiencia sensible
del observador. El segundo, los elementos constitutivos de la estética de lo feo y lo sublime desde el
punto de vista de la filosofía.
Como es evidente el propósito general de esta investigación consiste en analizar la estética de lo feo y lo
sublime en la obra expuesta por los artistas jóvenes en un espaciotiempo determinado que fue el año
2023. Para dar cuenta del propósito general, nos planteamos tres objetivos específicos con los cuales
llevaremos a cabo esta indagación, a saber: Primero, analizar cómo se expresa lo feo en la obra de estos
artistas. Segundo, investigar cómo se manifiesta lo sublime en la obra de los artistas seleccionados.
Tercero, estudiar las interacciones estéticas en la obra de los artistas.
La selección de los artistas jóvenes se ciñe al año 2023, porque fue el año en que realicé el seguimiento.
La indagación solo se remite a la muestra realizada dentro del programa “el artista joven del mes” y no a
toda la obra del artista.
Los artistas seleccionados en el ámbito de lo feo son: Pedro Luis Pinto, Diego Mock, Malú Rengifo,
Alexander Longa, Luis Key, Francisco Borsec, Mariadelaida Sucre. En lo que respecta a lo sublime son:
Jhoselyn Angulo, Digmar Vásquez, Verónica Florville, Andrea Laprea, Rosangel León, Zaida López. Ya
indicados éstos en el índice temático.
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Por mi formación, los aspectos metodológicos con que abordaré esta indagación serán filosóficos, tanto
en lo que concierne a la estética como a los aspectos artísticos de cada artista en estudio.
En primera instancia, la investigación fue de campo, ya que la obra estuvo expuesta en los museos y ésta
fue la fuente primaria de información. Segundo, la indagación documental que nos permite comprender
los aspectos filosóficos en que se fundamenta la obra plástica. Con los procedimientos metodológicos y
técnicas de recolección, presentación y análisis de datos del estándar conocido. Tercero, los aspectos
descriptivos e interpretativos, para comprender los elementos artísticos de la obra plástica y entrelazar los
aspectos estéticos de la misma.
Este escrito se justifica, en primer lugar, porque como he indicado antes no hay análisis que versen sobre
la temática acá tratada. En segundo término, la relevancia de ambas estéticas amerita un examen de las
mismas. Tercero, nos permite comprender cuál es la praxis que llevan a cabo los jóvenes artistas.
La meta es aportar una pequeña contribución a los estudios de la estética en el ámbito del arte del siglo
XXI venezolano, y tener un acercamiento filosófico del hacer artístico nacional.
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LO FEO
SOBRE LO FEO
En la tradición clásica y hasta el presente lo feo es en sí la negación positiva de lo bello. Por lo cual,
aquel es una idea secundaria, la antítesis, la negatividad. Por lo que lo feo está enfrentado a lo otro y lo
niega. Considero que lo feo no necesita ontológicamente de éste, es solo que la tradición así lo ha
establecido por la voluntad de poder.
La fealdad a través del arte, alcanza una nueva dimensión, debido al impacto que sus formas generan en
la sensibilidad humana. Sin embargo, para ello necesita del dominio de los recursos de éste. Así, lo feo,
mediado por el arte, se convierte en recurso de fruición y se transforma en estético por ser manifestación
artística.
Solo cuando lo feo es mediado por el arte éste adquiere un valor sensible. La experiencia de lo feo es
intensa, por ello el impacto sensible es más duradero. El sujetoespectador se implica activamente al
contemplar lo feo, lo identifica y hace de él un recurso para la expresión artística.
La estética de lo feo toma los aspectos considerados feos y hace con éstos su obra, construye el
escenario del feísmo. De este modo, expone los aspectos crudos de la realidad y se expresa libremente
exponiendo sus contradicciones.
Lo feo es un realismo crítico, que utiliza las imágenes para criticar y poner al desnudo los aspectos de la
vida. El arte se encarga de expresar el grito de horror que surge en la realidad herida, y revela el dolor de
la vida.
Lo feo no se elige, es la realidad la que lo impone, porque es movimiento, potencia en sí mismo. Sin
límites, ni inicial ni final. La representación de lo feo es una manifestación por sí misma. La causa de lo
feo en el arte es que éste puede representar la idea de lo feo en lo sensible y esa sensibilidad impone
ilimitaciones. De este modo, el arte se ve obligado a mostrar lo feo si quiere expresar la idea de lo
sensible sin unilateralidad.
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El arte feo puede ser perturbador si quiere expresar la idea dramática y profunda de lo feo. Superficial y
cómico si solo quiere expresar la antítesis de lo bello. Lo feo es autónomo en la representación estética y
no aparece supeditado a nada, porque es objeto directo de la vida.
Lo feo es positividad en sí mismo y supera de toda afección sensible. En lo feo los sentidos están
embotados por el choque de la contradicción, en él el arte expresa lo inaudito, lo disparatado, lo
repugnante y lo obsceno. Lo feo tiene como fundamento esencial del ethos, la libertad, en el sentido
general de mostrar lo otro, de lo que no se desea ocultar.
La manifestación de lo feo es la forma retorcida, la incorrección de la misma. Lo feo le da infinitud a la
libertad, la cual está restringida por la estética del poder. Lo feo se opone a todo y lo diluye. Lo feo, lo
asqueroso, lo grotesco está aferrado a lo concreto y no coquetea superficialmente con ninguna
transcendencia.
Lo feo está aferrada a la aisthesis, a las afecciones del alma, frente a aquello que dice que ha alcanzado
la libertad infinita y se haya más allá de las convenciones sociales. Se enfrenta a todo aquello que niega
este mundo y pone su realidad en otro plano, como mera negación de la realidad cruda y ruda.
La fealdad es repugnante porque es la verdad, en tanto, realidad. Un cuerpo en descomposición, afecta a
todo ser vivo porque muestra un presente sin velos y no recuerda la forma origenaria de la que procedía,
porque desconoce cualquier forma origenaria sublimada.
Lo feo es la vida sin el yugo de lo bello. La libertad sin la apariencia de la infinitud. Lo feo es la
destrucción de las vanas apariencias, por eso resalta los extremos de lo grotesco y repugnante. Lo feo
muestra el vacío de lo bello.
Lo feo causa desasosiego y tensión ante una realidad no resuelta. Nos coloca, como espectadores, ante
el límite de lo racional produciendo en nosotros un desequilibrio afectivo.
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Como apreciamos lo feo abarca lo grotesco, lo exagerado, la perturbación, el desorden, la desarmonía, lo
terrible, lo deforme, lo macabro, lo bizarro, lo absurdo, la sátira, la ironía y lo vulgarmente cómico. Ha sido
rechazado porque crea polémica, ha quedado en un origen marginal, pues ha sido asignado a los
márgenes del arte y de la vida. A lo feo se le incluyen sentimientos de alineación, agresividad, tensión y
los efectos psicológicos.
Lo feo, en su versión de lo grotesco, se relaciona en el periodo prerromántico y romántico con el
carnaval, que es el momento de los excesos exuberantes y obscenos de tipo sensible. Es la relación que
siempre ha tenido con la corporalidad. En este contexto se intenta domar lo feo.
Lo feo es la presencia activa de lo natural, de lo real, de lo común, de lo existente. De todos esos
elementos que están presentes en lo cotidiano. Donde la realidad es esa realidad prosaica y cotidiana
que irrumpe sin alterar su propia cotidianidad, hasta que es expresada en el arte. Lo feo es lo real e
irracional en una realidad que se presenta como armónica y racional. Lo feo es cruel, porque desvaloriza
nuestra realidad.
Es la afirmaciónnegación del espacio, la fusión de las especies, la gravidez de las formas y la
proliferación insolente de lo híbrido. Un mundo denso con peso, mezcla de consistencia que hace sentir
sin pensar. De ahí se genera un doble sentimiento de aprehensión donde reina el peso con respecto al
orden del mundo. El dominio de lo feo es la representación de lo demasiado humano.
En el seno de la vida social, lo feo rompe las reglas del decoro y la etiqueta, muestra los objetos y sujetos
abiertos, penetrados y debilitados. Lo feo es lo socialmente no aceptado.
Ante lo feo, por lo general, se produce el "prendimiento", tal como lo señala Mandoki. El prendimiento es
la acción en la cual el sujeto se cierra sobre sí mismo y se aparta del entorno en que está, es un rechazo
sensible. En este sentido, el prendimiento es la nodisposición a la estesis, pues es un encerrarse sobre
sí, un no atender al mundo. El prendimiento se da ante un acontecimiento que nos resulta estéticamente
amenazante y violento; el sujeto cierra su sensibilidad para no padecer la experiencia sensible o estética.
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"Seri
e tetonas5 y 10,2016"
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PEDRO LUIS PINTO
Es difícil en tiempos de lo políticamente correcto hacer una crítica o asumir el rol de crítico social. Por dos
razones, excluyamos todas las demás. La primera, porque a cada quien le importa poco lo que los otros
hagan, le resulta indiferente las acciones de los otros. Segundo, porque la crítica puede herir
susceptibilidades y no se desea hacer eso, son tiempos en que no se está para atropellar al otro.
Ambas razones están entrelazadas y no escapan la una a la otra. Y esto pasa no en la obra de Pedro
Pinto, sino en la exposición de la misma. La obra indica algo que preocupa al artista. Pero el discurso,
aunque real y cierto, se mueve en la ambigüedad política de estos tiempos. No solo en el artista, sino en
todas las prácticas sociales de estos tiempos correctos.
El artista Pedro Luis Pinto seleccionado en junio “Artista del Mes” por el Museo de Arte Contemporáneo
de Caracas expone su obra titulada “Tetonas. Apenas muestra dos piezas, la 5 y la 10, de una serie de
más veinte piezas que conforman la totalidad de la serie.
La obra de Pinto es una crítica y, a la vez, una descripción de lo que sucede estéticamente en un tiempo
determinado. Y se refiere a cuando en Venezuela se impuso el implante mamario por razones estéticas,
como mal se dice. Pues las mujeres querían verse más tetonas. Ya que se impuso este paradigma.
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Fue un cambio de paradigma corporal, porque en Venezuela siempre habían prevalecido las mujeres
caderonas y de amplio trasero, era el gusto de estas tierras. Pero en un momento dado la sensibilidad
giró hacia los pechos exuberantes, algo más propio de la cultura estadounidense, para muestra sus
revistas pornográficas donde los senos generosos son algo predominante.
Esto es lo que imputa la serie “Las tetonas” del artista Pedro Pinto. A ese cambio de paradigma corporal,
y que como toda moda la abundancia pectoral no se hizo esperar.
Es cierto, las mujeres recurrieron a la cirugía plástica para cambiar sus cuerpos, para embellecerlo en
función de hacerse unos senos generosos. Para verse mejor, más atractivas, más sensuales. Los senos
como el punto focal del atractivo sexual. Esto debe haberles dado más seguridad, ya que las modelos y
actrices de televisión lo estaban haciendo.
Creo que ese cambio paradigmático se generó hacia finales de la década de los noventa del siglo XX.
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Como todo en el periodo posmoderno este cambio es algo contradictorio. Dijo contradictorio, porque
aparece y se manifiesta el siguiente hecho: Por una parte, se busca mejorar el cuerpo como reafirmación
del mismo, pero, a la vez, es la propia negación del cuerpo, ya que no se quiere el cuerpo que se tiene.
Se quiere otro cuerpo, que es el que se logra por medio de la cirugía plástica, esto es, de la belleza
impuesta como paradigma social.
Esta es la paradoja, el anterior cuerpo era feo y se sustituye por uno bello. Mientras que el discurso dice
que la personalidad se reafirma en sí misma. Se afirma el cuerpo que se tiene y se niega a la vez.
Esquizofrénico el asunto.
El creador visual Pedro Pinto, recurre a la estética de lo feo para hacer este registro crítico. Deforma y
mutila el cuerpo, lo estruja con trazos gruesos y la aplicación del color ocre rojizo. En la expresión
artística hace brotar y desbordar el cuerpo exagerando las tetas.
En este sentido, se interesa por lo que sale, brota y desborda el cuerpo, lo que escapa de éste. En tanto
excrecencias y ramificaciones con un desvalor que prolonga el cuerpo deformado mezclándolo con otras
formas amorfas formas de cuerpos o a un mundo aparentemente no corporal.
Es un cuerpo grotesco y retorcido, Es un cuerpo inacabado, que nunca está finalizado. Está en un estado
permanente de demolición, de reconstrucción y de desecho. Este cuerpo absorbe lo desechos del mundo
y, a la vez, es absorbido por esos mismos desechos.
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Con esta serie, Pinto plantea la existencia de lo feo como vehículo de lo terrible y lo ridículo. Lo feo como
la antítesis de la belleza impuesta, de la armonía y la perfección convertida en paradigma social. Él
presenta el caos y lo amorfo, lo que no tiene personalidad sino masa impuesta.
De este modo aparece lo monstruoso, el ser híbrido, grotesco y sin forma. El despedazamiento y la
absorción del cuerpo por otro cuerpo, que son las tetas en el seno de la vida social.
La estética aplicada por Pinto rompe las reglas del decoro y la etiqueta, muestra el cuerpo deformado y
sangrante. La imagen del cuerpo se encuentra al borde y en el margen de lo repugnante. Lo feo es lo
socialmente noaceptado.
El cuerpo comedor y comido es la imagen grotesca del cuerpo que nos presenta el artista. Un cuerpo
compuesto de trozos de carne.
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"Des/M ateri
al
i
zar"
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DIEGO M OCK
Lo grotesco se caracteriza por la exageración, la perturbación del orden, la desarmonía, lo terrible, lo
deforme, lo trágicocómico. Que es lo que el artista se concentra en plasmar en su obra. Por lo cual, lo
grotesco le es imprescindible para expresar y producir sensaciones. En estas piezas se manifiesta un
elemento lúgubre, nocturno y abismal ante el cual nos podemos sentir perplejos.
Lo grotesco, ya lo hemos indicado, es una de las categorías estéticas a través de la cual se desarrolla un
estilo particular de formas exageradas, de imágenes repulsivas y un mundo indeterminado. Lo grotesco
como proceso creativo es una manifestación de la libertad expresiva, ante las ideas convencionales del
mundo. La estética de lo feo, en general, es insurgente.
Pues incita al rechazo y la polémica, porque corroe los márgenes que rodean lo que llamamos
tradicionalmente bello. Asimismo, golpea la percepción estética del observador. Lo grotesco es la fusión
de términos contradictorios, por ejemplo, la carcajada y lo monstruoso.
Desde esta perspectiva, en lo grotesco tenemos dos aspectos constitutivos. Primero, las ideas asociadas
a la expresión plástica, manifestadas en lo macabro, lo bizarro, lo absurdo, la sátira, la ironía y lo cómico;
segundo, los efectos sobre el observador, aquí están presentes las señales sensitivas ante lo grotesco,
las funciones y los sentimientos de alineación, agresividad, tensión y los efectos psicológicos que
producen lo grotesco.
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Una constante en lo grotesco es el cuerpo deforme. El cual aguijonea los excesos exuberantes y lo
obsceno con la corporalidad de los individuos. Lo que se interesa por todo lo que sale, lo que hace brotar,
lo que desborda el cuerpo, esto es, todo lo que busca escapar de la materia corporal. De allí, la
permanente imagen grotesca del cuerpo.
Lo grotesco resulta ser resbaladizo, porque resistirse a cualquier sistematización. Se presenta como una
anomalía, como cosa noestructurada. Donde es la presencia de algo aparentemente extraño, antinatural;
donde la realidad se pierde en formas desmesuradas, en lo absurdo e irracional. Excluye y expulsa la
realidad que se presenta armónica y racional. Es el humor cruel que desvaloriza la realidad.
Entraña en sí la connotación de lo monstruoso. Donde las contradicciones del sujeto: la risotada y la
tragedia del miedo existencial se dan en los usos figurativos expresionistas. Es lo anormal, lo repulsivo y
caricaturesco. Por lo cual produce efectos emocionales contradictorios.
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Como todo en el periodo posmoderno este cambio es algo contradictorio. Dijo contradictorio, porque
aparece y se manifiesta el siguiente hecho: Por una parte, se busca mejorar el cuerpo como reafirmación
del mismo, pero, a la vez, es la propia negación del cuerpo, ya que no se quiere el cuerpo que se tiene.
Se quiere otro cuerpo, que es el que se logra por medio de la cirugía plástica, esto es, de la belleza
impuesta como paradigma social.
Esta es la paradoja, el anterior cuerpo era feo y se sustituye por uno bello. Mientras que el discurso dice
que la personalidad se reafirma en sí misma. Se afirma el cuerpo que se tiene y se niega a la vez.
Esquizofrénico el asunto.
El creador visual Pedro Pinto, recurre a la estética de lo feo para hacer este registro crítico. Deforma y
mutila el cuerpo, lo estruja con trazos gruesos y la aplicación del color ocre rojizo. En la expresión
artística hace brotar y desbordar el cuerpo exagerando las tetas.
En este sentido, se interesa por lo que sale, brota y desborda el cuerpo, lo que escapa de éste. En tanto
excrecencias y ramificaciones con un desvalor que prolonga el cuerpo deformado mezclándolo con otras
formas amorfas formas de cuerpos o a un mundo aparentemente no corporal.
Es un cuerpo grotesco y retorcido, Es un cuerpo inacabado, que nunca está finalizado. Está en un estado
permanente de demolición, de reconstrucción y de desecho. Este cuerpo absorbe lo desechos del mundo
y, a la vez, es absorbido por esos mismos desechos.
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Nos da en la cara con lo extravagante, lo irregular, el mal gusto, lo estrafalario, lo estrambótico, lo
chocarrero, lo deforme y lo disforme. Es subterráneo en la experiencia estética del espectador, no
reproduce ninguna realidad porque es su propia realidad, al insistir en la proliferación insolente de los
híbridos, en la mezcla de inconsistencias.
De este batiburrillo nace, en el espectador, un doble sentimiento, donde rige el sobrepeso y la desmesura
del mundo. Lo grotesco es la antítesis o negación de la representación definida dada por la visión de la
norma de la distinción y caracterización de los paradigmas. Por eso ocupa, como toda la estética de lo
feo, un espacio marginal.
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La capacidad de sorpresa y el gusto por lo insólito quedan relegados a un segundo plano. Pues por su
naturaleza, lo grotesco va en contra de las leyes de la lógica. Su intención es caricaturizar, deformar y
satirizar a los tipos humanos y sus ocupaciones.
Recrea un mundo de vitalidad descontrolada, es lo indefinido. Es libre de las normas clásicas, porque es
su antagónico. El artista libremente experimenta con la forma humana de manera flexible, sin ataduras y
de manera deformante.
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"De traposcorazón y tri
pasde al
godón"
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M ALÚ RENGIFO
Malú Rengifo fue seleccionada como artista joven del mes de junio del 2023 por la Galería de Arte
Nacional. Lo cual hace honor, en primer lugar, a la artista y, en segundo término, a las palabras
pronunciadas por Felix Hernández en una de las visitas guiadas de la exposición “Entre muñecas” como
homenaje al maestro Armando Reverón, donde este investigador de arte indicaba que la Galería de Arte
Nacional diluía, con esa exposición, esa línea divisoria y excluyente entre artesanía y arte.
Esto se reafirma con la selección de Malú Rengifo como artista joven del mes.
Yo y mi circunstancia, dijo Gasset.
En un intento de entrevista, más fallida que acertada, con la artistaartesana. Primero, porque no soy
entrevistador y, segundo, porque imprudentemente nos pusimos a conversar frente a la muestra
expositiva. Lo cual fue un error, me refiero a lo segundo.
Porque al sentar sentados conversando allí, frente a las muñecas y muñecos de trapo, se iba
produciendo el proceso de estesis, esto es, la apertura al mundo a través de las muñecas de trapo. De
allí nace esta reseña que no es, por donde se le mire, el objetivo de la entrevista que se convirtió en una
conversa sobre todas las cosas posibles.
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Qué ve la mirada que ve.
La exposición de Malú Rengifo se intitula “De trapos corazón y tripas de algodón”.
La mirada ve, desde el punto de vista filosófico, lo que nos interesa considerar aquí, esto es, lo sublime y
lo feo en las muñecas de trapo.
En los “Monstruoschicos” no. En éstos reina la estética de lo feo, por cuanto entra en consideración lo
monstruoso. Aunque sea en muñecas de trapos y lo que indico parezca una exageración. Tenemos, el
dragón alado “Dragoberto”, “Hollin” y “Dimas”, “Nicasio el león del cielo”. Los mismos parecen salidos de
los cómics y de los cuentos fantásticos, que utilizan la ambigüedad de lo feo en la representación de los
personajes.
Donde el espectador dice: son feo, pero lindos. Es la ambigüedad propia de todo aquello que se ha salido
del canon, pero que se resiste a abandonarlo.
Puesto que lo feo se ha hecho de muy común expresión, no nos damos cuenta de que ciertas
representaciones pertenecen a la estética de lo feo, ya que mezclamos elementos ambivalentes, por
ejemplo, feo por fuera lindo por dentro. Y con eso queremos sortear la estética de lo feo.
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Tal vez, sea una trampa que nos tiende la hegemónica estética de lo bello. La segunda parte del título de
la exposición, “y tripas de algodón”, así lo induce, pues nombrar los órganos blandos y las tripas, en
particular, nos sumerge en ese mundo de lo feo. Puesto que, hablar de ciertas partes del cuerpo solo está
reservado a las sensibilidades oscuras, bizarras.
Los personajes "pop" tales como Spiderman, Manos de tijeras, Don Ramón, el Chavo del Ocho, entre
otros son ambivalentes, porque son antihéroes. Incluso es la sociología del comic se los considera a
muchos de los comics clásicos underground, porque se generan en la parte oculta de la sociedad y de los
individuos. Razón por la cual se cubren para no ser reconocidos en su cotidianidad.
Ahí tenemos otra característica propia de lo feo. Ya que no pertenece a lo establecido, es disruptor. Pues
es una sustancia exógena que altera la función del sistema y causa efectos adversos en un organismo o
sistema. Eso es lo que hacen los héroes de los comic o personajes "pop".
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Los “Monstruoschicos” son un hecho fantástico y extraño. Por tanto, pertenecen a lo grotesco, a lo irreal y
fantástico relacionado con lo absurdo e irracional, contrapuestos a una realidad armónica y racional. Son
estrafalarios, extravagantes, estrambóticos, groseros, chocarreros, por lo que se presentan como
grotescos.
Se muestran como personajes extravagantes. Lo cual afirma su origen grotesco. Lo grotesco, por su
naturaleza, va en contra de las leyes de la lógica, pertenece a un mundo del sueño, la imaginación y la
fantasía. En lo grotesco predomina lo extraño, la contradicción que implica la figura fantástica y el
carácter de imaginación que los caracteriza por ser seres híbridos considerados monstruos.
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Por último, tenemos a “Sol mayor”, una muñeca grande o una escultura textil. En esta obra parece
emergen la estética de lo sublime, por ciertas razones. Primero, la dimensión ante el resto de las otras
piezas, en esto se da lo sublime matemático; tal como como lo denomina Kant a lo que es inmensamente
grande. La misma es apabullante, se hace inabarcable ante los otros muñecos.
Por una parte, la expresión del rostro parece inescrutable. Lo que llamó Lyotard, lo irrepresentable en el
arte. Lo que no es posible expresar. Por otra, está lo que aparece de la nada o lo que emerge de un
fondo que perturba, porque así es la presencia desconcertante de “Sol mayor”.
Ambos elementos se encuentran en lo impresentable, en lo que no se puede expresar, en la imposibilidad
de decirlo. Hay algo de eso en esta pieza.
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LO FREAKS
LO FREAKS
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LO FREAKS
Hay una puesta en escena que impone lo poco decoroso y es colectivamente aceptado como tal. Lo
freaks, los cadáveres, los restos de comida, objetos en descomposición, aireamiento de territorios que
antes eran considerados privados o secretos, ahora forman parte de la cotidianidad sensible. La cual
enfrenta al espectador con modos de mirar alternativos y lo obliga a tropezarse con lo monstruoso, con la
muerte, lo espeluznante, lo repulsivo… Esto es, todo aquello que el canon estético aparentemente había
circunscrito al espacio imaginario.
Se tratan de las parcelas de la decadencia. Así, los vampiros, los muertos, los sonámbulos, los histéricos
y hasta personas con diferencias físicas son mostradas, sino expuestas, en los freak shows. Tal vez ha
sido un modo de exorcizar el rechazo y la repulsión, de reajustar el desajuste que la vida. Lo freaks se ha
integrado a la cotidianidad, a lo visibles.
Entonces, ¿De qué modo se develan los secretos más escondidos? Los trapos sucios y ¿por qué éstos
por qué afectan a la mirada contemporánea? Lo monstruoso reapareció en el cine, en la televisión, en
las redes sociales, donde más se muestra lo rechazado.
Anida el abismo. Detrás de cada cuento de hadas habita un monstruo. Lo freaks siempre acecha, está a
un paso de ser una escenografía kitsch donde lo deforme, lo horroroso y lo atroz no faltan. Lo freaks
habla con arrogancia del bien y el mal; en él no hay sentido del humor. No hay lugar para lo chistoso, ni lo
cómico, ni lo ingenuo.
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Por sí solo se alza lo repugnante, lo tosco, lo asqueroso y lo muerto. De entre lo seductor y lo asqueante
parece imposible escapar, basta que la repugnancia traspase lo grotesco para que lo rechazado abra sus
puertas. Lo freaks es lo defectuoso, lo forzado y contrahecho. Otro camino que distingue el ejercicio de la
libertad, porque incorpora la presión de una condena.
El mal, lo perverso y lo feo son la energía central de nuestro tiempo. Nada hay más chic en la moda que
la contravención, lo asimétrico, la juntura forzada, la orgía de la enfermedad. El sistema investigar en los
albañares de la fealdad para extraer las energías de los desechos. Por otra parte, la producción cultural
es una actividad dedicada al reciclaje de los detritus.
Lo terminal y lo inaugural toman su energía de la descomposición. Es el rebobinar del "remake", el
retorno que augura un futuro sin destino en mitad del vacío. Donde la perversión sustituye la subversión.
La exhibición elige como tema lo visceral, lo escatológico, lo repulsivo, el reducto más voraz de lo
obsceno.
Lo otro siempre ha estado ahí. Como territorio del deseo retorcido, de la imaginación camuflada. Ha sido
lo prohibido, lo imposible, el tabú disfrazado de bruja, vampiro, histeria, de curiosidad de feria, de
confrontación. Porque no es posible vivir en un mundo homogéneo e incompleto. Se ha mantenido
apartado de la realidad como una realidad aparte.
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Tal vez, sea una trampa que nos tiende la hegemónica estética de lo bello. La segunda parte del título de
la exposición, “y tripas de algodón”, así lo induce, pues nombrar los órganos blandos y las tripas, en
particular, nos sumerge en ese mundo de lo feo. Puesto que, hablar de ciertas partes del cuerpo solo está
reservado a las sensibilidades oscuras, bizarras.
Los personajes "pop" tales como Spiderman, Manos de tijeras, Don Ramón, el Chavo del Ocho, entre
otros son ambivalentes, porque son antihéroes. Incluso es la sociología del comic se los considera a
muchos de los comics clásicos underground, porque se generan en la parte oculta de la sociedad y de los
individuos. Razón por la cual se cubren para no ser reconocidos en su cotidianidad.
Ahí tenemos otra característica propia de lo feo. Ya que no pertenece a lo establecido, es disruptor. Pues
es una sustancia exógena que altera la función del sistema y causa efectos adversos en un organismo o
sistema. Eso es lo que hacen los héroes de los comic o personajes "pop".
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Lo otro se exhibe como tabú. Y cuanto más muestra más esconde. Las diferencias no pueden ser
borradas porque son el mundo. Esa necesidad de recuperar un universo completo es lo que enfatiza el
otro. En el cual los defectos y los excesos se desdoblan, se multiplican en representaciones de lo
abyecto. Que según Kristeva es aquello que molesta a la identidad, al orden, y no respeta fronteras,
posiciones ni reglas. Es lo entre medias, lo ambiguo, lo descompuesto.
La vida está llena de horrores porque es horror. El horror está presente, lo ha estado siempre. Negarlo es
un prendimiento. Ni lo circunscribe ni lo sojuzga. A diario se exhibe por todas las redes sociales propuesta
de lo horrible. Lo que no impide seguir viviendo impasibles frente a todo el espanto. Sin el gesto de
llevarse la mano a la boca de asombro.
Los fenómenos, los extraterrestres y los monstruos se definen en términos casi idénticos. Son amorfos y
perturbadores, quebrantadores de los límites. Oponen el yo y lo otro, la diferencia y la igualdad, lo
humano y lo no humano, lo normal y lo anormal. De esta manera, transgreden los esquemas de la
categorización cultural. Fascinan y horrorizan simultáneamente.
El fenómeno, al contrario del monstruo, es uno de nosotros. Aun cuando se diferencia en su cuerpo o su
comportamiento, el fenómeno sigue identificándose como humano. Con respecto al monstruo la distancia
del es mayor. Pues en éste hay algo de irreductible, de sobrehumano o nohumano, tiene un cuerpo
configurado de modo diferente. El cuerpo de monstruo existe más allá de lo humano.
El fenómeno, por el contrario, ocupa una posición contigua a la de lo humano, mientras que el monstruo
existe en un lugar incognoscible. Entre el monstruo y lo humano existe un espacio vacío, que es
problemáticamente ocupado por el fenómeno.
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El monstruo se considera una amenaza física, porque tiene la capacidad de causar daño físico. El
fenómeno no. El fenómeno no pone en peligro la seguridad física del observador. La amenaza del
fenómeno se da en el terreno del malestar psicológico, ya que con su anormalidad corporal provoca
ansiedad, al estimular terrores reprimidos que giran en torno a la integridad y la individualidad.
El monstruo y el fenómeno son lo que está reprimido por los paradigmas de las ideas dominantes. Son la
huella de lo no dicho, de lo no mostrado en la cultura. Lo que ha sido silenciado y hecho invisible. En sí
perturban las leyes, las normas, las prohibiciones que dotan de cohesión a la sociedad. Representan lo
otro, en cuanto lo depredador que hay en cada humano. De ese modo, movilizan la estabilidad y
anuncian el caos.
Ambos se exponen como un error que mancha la perfección del mundo, como lo que afea con su
deformidad la corrección social. Estos representan la aberración del orden, lo desviado, lo contrahecho,
las criaturas abisales que engendran los temores a lo ignoto, a lo otro. Los freaks son lo monstruoso, lo
reprimido por las ideas dominantes, son las huellas de lo no dicho, de lo no mostrado.
Lo que es silenciado y hecho invisible. Por ello, perturba las leyes, las normas, las prohibiciones de las
que la sociedad se ha dotado para su cohesión; representa lo otro y genera una iconografía que
amenaza la estabilidad y anuncia el caos.
Lo freaks es siempre aledaño, es una impureza. Es lo definido desde una mirada unívoca y monocular.
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“Caracasentre cal
l
es”
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ALEXANDER LONGA
Así se tituló la muestra del fotógrafo Alexander Longa, que se exhibió en la Galería de Arte Nacional,
donde el fotógrafo de calle fue seleccionado como artista joven del mes de abril del 2023.
La mirada fotográfica de Alexander, nos hace ver a la ciudad de Caracas desde su mirada de sujeto del
Tercer Milenio, porque el artista nació en el 2001. Es un hombre de este milenio. Por lo cual tiene un
escenario urbano que no corresponde al siglo XX y su narrativa gráfica es particular del siglo XXI, aunque
esté muy salpicada por el hacer fotográfico de ese siglo pasado.
A través de la fotografía callejera, Alexander, va captando las imágenes de la vida urbana que se dan de
manera cotidiana y espontánea. Como toda fotografía urbana se conjuga, en esa mirada, el aspecto
documentalista y la concepción del artista, ambas conviven. Aunque Alexander tiende a la segunda, que
es su interés.
Aborda, Longa, con sus registros fotográficos formulaciones estéticas públicas, en lugares transitados
que conforman la vida social y urbana de los caraqueños. Capta la intimidad del sujeto en la calle. Ese
individuo expuesto y, sin embargo, en sí mismo.
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El contenido del mensaje fotográfico, lo que transmite éste es la escena en sí misma, lo real literal. Aun
cuando exista una reducción al pasar del objeto captado a la imagen fotográfica, es decir, una reducción
de proporción, de perspectiva, de color o blanco y negro. Y aunque hay una transformación al para pasar
de lo real a lo fotográfico, no se segmenta lo real en unidades que permitan hacer una lectura entre el
objeto y la imagen. En este sentido, no es necesario disponer de un código.
La imagen fotográfica, aunque inicialmente es imitación (un "analogón" diría Barthes) termina por hacerse
en sí misma real. Una realidad que abandona la inicial analogía definiendo a la fotografía delante del
sentido común. De este modo, se revela el estatuto de la imagen fotográfica, un mensaje en sí mismo.
De esta manera, la fotografía es un mensaje continuo, un significante con un determinado tratamiento de
la imagen por la acción del fotógrafo, con cuyo significado, sea estético o ideológico, que remite a una
determinada cultura y tiempo que recibe el mensaje.
Las esas artes imitativas conllevan un mensaje denotado y otro connotado. El primero, es propiamente la
imitación; el segundo, hace referencia a los modos en que los sujetos realizan la lectura del primero.
Lo connotado se produce porque el objeto fotográfico ha sido seleccionado, compuesto y elaborado de
acuerdo con ciertas normas estéticas e ideológicas. Por esta razón, esa fotografía se percibe, se recibe,
se lee y es interpretada por un público que la consume.
El sujeto al interpretarla remite a la fotografía a un conjunto tradicional de signos. Pues en la fotografía
coexisten de dos mensajes: el denotativo, que es la imitación fotográfica. Y el connotativo que radica en
el arte, el tratamiento, en la retórica y en la estructura de la fotografía; éste es históricocultural, ya que
sus signos son gestos, actitudes, expresiones, afecciones o efectos dotados de ciertos sentidos producto
de los usos de una determinada sociedad.
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El sujeto lee la fotografía con sentimientos y valores a partir de la significación, que en sí misma es el
resultado de la elaboración de una sociedad y una historia determinada; la significación es el movimiento
que abarca las relaciones entre la cultural y el sujeto individual. La verdad del gesto en las circunstancias
cotidianas de la vida.
Capaz de producir el "punctum", ese azar que en la foto capta en un detalle, en un objeto parcial, y que
es el acontecimiento en la fotografía. Que produce una fuerza de expansión, un síntoma de trastorno el
espectador añade a la foto, porque ha sido afectado.
Su temática incluye todos aquellos los elementos de las calles, aquellos que para los helenos constituía
la politeia, ese hacer de los individuos en la ciudad, ese construir día a día la ciudad intangible: el
permanecer en la calle, el vender la buhonería, viajar en autobuses y en el Metro; aquellos que dormitan
en bancos o piden limosna sentados en la acera; escenas de compra y venta ambulante, eventos festivos
y otras multitudes miradas del hacer citadino.
Así a través de “Caracas: entre calles” vemos a través del ojo del artista que ya ha visto, vemos lo que
Alexander previamente ha visto. El fotógrafo nos condena a esto. Nos hace ver que la vida urbana está
hecha de soledades, esto es, de individualidades. De soledades que el fotógrafo ve y capta, al infinito lo
que solo ha sucedido una vez; fija lo que nunca más podrá repetirse. Por el contrario, el acontecimiento
fotográfico permanece en sí mismo, es lo particular absoluto de una contingencia soberana, que ya no
volverá a ser.
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La fotografía también nos plantea dos experiencias: Por una parte, podemos ser el sujeto u objeto que es
mirado sin saber que es mirado; otras veces, muy a nuestro gusto somos fotografiados. Por otra parte,
somos el sujeto que mira; en este segundo caso, somos el espectador que hace a la fotografía algo
invisible; pues no es a ella a quien vemos sino lo que ella aparentemente nos narra, lo que nos cuenta,
nos inventamos la historia que en ella encontramos.
Somos, en este caso, lectores de lo que ha mirado el artista. Somos la segunda mirada, que como
espectador son múltiples.
Para Alexander, la luz es fundamental para entender la ciudad, el entorno en el cual se desempeñan los
efectos luminosos. Ya que la luz es parte de la reconfiguración social y de las relaciones humanas, lo cual
implica que los asuntos ciudadanos están en relación con el contexto lumínico.
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Longa no apuesta por lo feo sino por la cotidianidad, y en ésta se anida lo banal en su sentido más
inmediato, que a su vez es encarnado por lo trivial, lo habitual y lo cotidiano, que es la antítesis de lo
majestuoso. Que en la estética de lo feo es emparejado con lo vil, que designa lo imperfecto, lo
insignificante, lo vulgar por antonomasia.
Otro elemento de la cotidianidad es lo burdo, lo tosco. Lo que supone el envilecimiento bajo la necesidad
que, a su vez, displace por la disformidad de las formas. En la cual se da la fealdad natural, como la
enfermedad, las deformaciones. Ésta para muchos se da en la fealdad espiritual que encarna la locura o
la idiotez que afea al espíritu.
Lo cual el fotógrafo asume con ironía.
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“Di
bujosSal
vajes”
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LUIS KEY
La estética de lo feo suena discordante por el ruido que hace. Sin embargo, lo feo se pertenece a sí
mismo. Se considera a lo feo como un extravío, en el que con frecuencia hay excesos y defecto, pero
esta es su naturaleza. Aunque le saquemos el cuerpo nunca podemos eludir lo feo porque está ahí, es
una presencia.
En el arte se generará lo feo porque éste es una realidad. Lo feo describe su origen, sus posibilidades y
sus modalidades. De esa manera, se hace útil como expresión artística. Lo feo es fuerza bruta, sin
medias tintas, sin velos que desgarrar.
Lo feo es descriptivo, interpretativo, pues se dedica a los defectos, a lo indefinido y amorfo. A lo feo se le
teme, porque da forma a lo deforme, a lo grotesco, a la ausencia de imagen. Es la estética fuera del
poder, de las afecciones subterráneas individuales o colectivas.
Lo que oprime y es oprimido. Lo que no es terso. Desde el punto de vista del arte, toma lo que está
encadenado, lo que es en sí y para sí. No tiene ilusiones, no agrada. Por el contrario, ahuyenta.
Lo feo es plenamente estético porque sus afecciones son extremas. No elude la afectación de lo cínico ni
de lo abominable, es algo que se comprende por sí mismo, pues es la cosa misma. La estética de lo feo
obliga a mirar o apartar la mirada; no tiene doble sentidos es lo que está ahí.
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Lo feo es plenamente estético porque sus afecciones son extremas. No elude la afectación de lo cínico ni
de lo abominable, es algo que se comprende por sí mismo, pues es la cosa misma. La estética de lo feo
obliga a mirar o apartar la mirada; no tiene doble sentidos es lo que está ahí.
Lo feo en cuanto concepto es comprendido en sí mismo.
Por tanto, tiene una entidad propia, solo depende de él. Es en sí mismo una unidad con sus propias
contradicciones. Nada lo somete, pervive frente al poder. No tiene ni conciliación ni serenidad, nos altera
y perturba. Nos quita la sonrisa y la risa. Lo feo nos libera con su repugnancia.
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Confiesa su impotencia y se convierte en la nada, esto es, en la imposibilidad. La forma de considerar lo
feo está delimitada por su propia naturaleza.
Lo feo es la condición necesaria de su propia existencia. De esta forma, se libera de su carácter
exclusivamente negativo. Lo feo solo es feo en la medida en que es feo.
Es la contradicción de su propia naturaleza. Desde el punto de vista empírico, es lo que es por sí mismo.
Lo feo de ninguna manera no puede ser dudoso, porque la necesidad de lo feo está determinada por sí
mismo. Por eso permanece en sí mismo.
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La muestra de este artista nos presenta una serie de personajes desgarrados, inconclusos, sacados de
fragmentos de realidad y angustias para ser plasmados y mostrados en el lienzo. Cuerpos cadáveres,
cuerpos deformados, hibridaciones entre la mujer y lo nohumano, entre casi figuras des enmarcadas en
un imperfecto figurativismo.
Esas deformaciones y desgarramientos fundamentan los impedimentos y rechazos propios de la estética
de lo feo, que golpean la percepción al mostrar la fealdad de cuerpos mutilados y deformados. Los cuales
han sido cuidadosamente afeados mediante lo imperfecto que en ellos habita.
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Las figuras parecen sacadas de angustias trascienden la corporeidad y la superficialidad. Parece el
artista interrogar por el misterio de la vida que no logra despuntar. Figuras inacabadas, desintegrándose o
sin llegar a formarse. Jirones de vidas atormentadas sin miradas o con medias miradas. Apuntan a
convertirse en masas informes que se acerca al bestiario.
Estas figuras son vórtices y arrebatos. Rostros sin ser rostros, mujeres sin ser mujeres. Un asunto de la
mirada que se posa descaradamente sobre los cuerpos, que convierte al observador en voyerista del
dolor y la angustia, que reposan en la oscuridad abismal del fondo.
Sueños que producen monstruos.
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FRANCISCO BORSEC
“L’Ignorance”
En el Museo de Arte Contemporánea de Caracas se exhibió la serie “L’Ignorance” de Francisco Borsec,
quien fue seleccionado por esta institución como el artista joven del mes abril del 2023.
Es una muestra de piezas en pequeño formato que conforma, en conjunto, un tríptico. Donde cada
individualidad está conformada, a su vez, por varias obras. Que en total son unas diez piezas en pequeño
formato.
El trabajo de Francisco Borsec es una muestra muy interesante. Borsec en su búsqueda fusiona,
desgarra y distorsiona al sujeto con composiciones de colores y ritmos de líneas, donde cada parte tiene
un sentido expresivo específico.
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Buscar la interpretación de cada pieza es un exceso de racionalidad en el observador. De tal modo, que
debemos dejarnos llevar por la composición, los colores, la desfragmentación o, como diría Derrida, la
descontrucción del sujeto.
Las composiciones de Borsec no necesariamente requieren de una interpretación, sino de una
experiencia estética que pone visual y lo visible por delante.
Apreciar los componentes básicos de la estructura formal: color, líneas, y disposición de éstos dan un
conjunto no armónico, sino abrumador. Hay que atender, en primer término, a la forma de los elementos
en su orden emocional, más que lógico: composición, puntos, líneas, colores, registros, superficies, entre
otros elementos.
Y desde éstos podemos apreciar lo coherente o no, lo legible o no, de la correspondiente inarmonía
espacial y corporal en la totalidad de la obra.
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La obra de Francisco Borsec es combinación de composición y significados, porque es una forma
subjetiva de establecer un anti diálogo, que cada individuo percibe de manera única. El trabajo del artista
busca expresiones desgarradoras, que revelan aspectos íntimos y emocionales de su experiencia
humana.
La visión de Borsec es combinar las cualidades expresivas para capturar las sensaciones de vidas y
reflexionar sobre ellas. De allí que su obra sea cambiante y, en este caso, atormentante. Pues las piezas
van modificándose al mismo tiempo que van experimentando el mundo. Hay en su obra un grito, una
angustia soterrada, de ahí lo deformado.
Usa el color y la forma para impactar en las emociones. Impera en la paleta el rojo, las líneas gruesas y
toscas ahondando en la materialidad de lo corporal. Es la persistencia de las experiencias vitales con lo
deforme.
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El espacio y el tiempo que se retuercen son elementos fundamentales de la experiencia visceral. Pues la
intención es destacar el carácter de no representación, sino una situación donde sátiras, tendencias
amargas que no alcanzan ser interpretadas.
Entre el color se esconde un elemento lúgubre, nocturno y abismal ante el cual nos sentimos perplejos.
Lo macabro, lo bizarro y lo absurdo señalan las reacciones ante lo grotesco, o las funciones y propósitos
de lo grotesco; que incluyen los sentimientos de alineación, agresividad y los efectos psicológicos.
Lo grotesco entonces es lo irreal y fantástico, pero relacionado con lo absurdo e irracional, en el seno de
una realidad que aparentemente se presenta como armónica y racional.
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En los entrelazos aparecen figuras extravagantes que afirman que el origen de lo grotesco está en lo
retorcido. En las figuras que surgen y se confunden según el movimiento atormentado de las líneas.
Acaece un sentimiento de opresión, pues en el espacio reina el peso.
Lo grotesco va contra de las leyes de la lógica, en él se representan formas grávidas, un mundo más del
sueño que pertenece a las pesadillas. La pintura se hace licenciosa al representar extravagancias,
monstruos más que humanos, según el capricho y la imaginación del artista.
Se vemos representaciones inverosímiles, cuerpos deformados, fusionados, desmembrados,
descompuestos y sin sentido; figuras raras y fantásticas.
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M ARIADELAIDA SUCRE
Así se tituló la interesante muestra de Mariadelaida Sucre en el Museo Arturo Michelena en el 2023. Lo
feo existencial, un fenómeno bastante complejo, del cual el arte se apropia para mostrarla. En éste hay
afanes de separación, de exclusión, de purificación que evidentemente le son consustanciales.
La experiencia de lo feo se expresa por medio ritos, presencias y ausencia. Con figuras esenciales, el
cuerpo como nave celestial. Extraña nave que alterada por constelaciones intranquilas y canales
atormentados. Con tripulantes imaginarios que abarcan un gran viaje simbólico, que les proporciona su
destino y su verdad.
Son estos navíos satíricos, con sus cargamentos insensatos, los que se desviven en una existencia
errante, que al ser expulsados de sus recintos recorren apartadas inexistencias, sin que puedan ser
confiados a ninguno otro por ser extraños. Acaso son estos cuerpos celestiales navíos de peregrinación,
en una búsqueda incesante de razones liberadoras.
O un reparto ritual que los expulsa, pues no se les confiere un sentido de utilidad o de seguridad. Son
ellos lugares prohibidos, de exilios y rituales. Confiar lo feo a lo celeste es evitar que éste merodee
indefinidamente en las calles de la ciudad. Es asegurarse de que irá lejos y sea éste la penumbra de su
misma partida.
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El espacio sideral agrega el vacío de su oscuridad y, sin embargo, los purifica. La navegación libra a lo
feo de la incertidumbre de su suerte. Cada quien queda entregado a su propio destino, pues cada uno
hace el viaje hacia el mundo de donde ha venido.
Los cuerpos son, a la vez, distribución y tránsito; al desplegar su mitad real y su mitad imaginaria. La
situación del umbral que no está en el horizonte, la exclusión que debe recluirlo y ponerlo en el interior de
lo exterior.
Lo celestial y lo feo se encierran en el navío de lo extraviado, del cual no pueden escapar. El cuerpo es
entregado al ser de mil brazos y mil caminos, a la gran incertidumbre del todo. Está prisionero en la más
libre y abierta de las rutas, está sólidamente encadenado en la encrucijada infinita de su conciencia.
Es el cuerpo el pasajero por excelencia, el prisionero del viaje existencial. No se sabe en cuál lugar
desembarcará, tampoco cuándo, ni dónde. Solo tiene una verdad, esa extensión infecunda que es el
cuerpo, que parece no pertenecerle.
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Es imaginario roto, cuya existencia no es posible comprobar. La inmensidad y lo feo están unidos desde
siempre. La inmensidad es la barca que simboliza lo feo y la inquietud, surgidos en el horizonte que
amenaza la sinrazón de los sujetos.
Cada pieza expuesta le recuerda a cada quien su verdad, sin engañar a los otros ni engañarse a sí
misma. Expresan, sin aire de razón, las imágenes razonables. La verdad de la vida, la mediocre realidad
de las cosas. Una crítica social y moral, el tema de la muerte, el fin del sujeto y de sus tiempos aparecen
bajo los rasgos de la deformidad y las mutilaciones.
Lo que pende sobre la existencia humana es esta consumación y este desorden al cual ninguno escapa.
La presencia que amenaza desde el interior del mundo es una presencia descarnada, esa gran inquietud
que gira sobre sí misma. El descubrimiento de esa necesidad que reduce a los sujetos a nada, se pasa a
la contemplación inquietante a esa nada que es la existencia misma.
El horror delante de los límites absolutos se interioriza en una ironía continua, se le desarma por
adelantado, se le vuelve irascible al darle una forma cotidiana y domesticada. Lo feo renueva cada
instante en el espectáculo de la muerte con la vida, diseminando a esta última en los vicios, en los
defectos y en los aspectos ridículos de cada uno.
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El aniquilamiento no es nada, puesto que es todo; ya que la vida es fatuidad, vanas palabras y ruido de
cascabeles. Ya está vacío el cuerpo que se volverá calavera. En lo feo se encuentra lo decrepito, lo
muerto; que es presencia vencida, esquivada en los ademanes de todos los días, que anuncian a su
presa la triste condición que conquista.
Lo que lo feo desenmascara no es solo la máscara, descubre el rictus esquelético que ha bastado
levantar para mostrar solo es un rostro cubierto de yeso y oropel. Es la misma sonrisa la de la máscara
vana y la del cadáver.
Lo que hay en estas piezas es que se ríen por adelantado de la risa de la muerte. Pues al presagiar lo
macabro lo desarma. Esto nos señala una torsión en el interior de la inquietud, de la nada, de la
existencia que no es considerada un término externo y final, sino amenaza y conclusión.
Lo feo es sentido desde el interior como la forma continua y constante de la existencia. En tanto consiste
en no ver que el término de la vida se aproximaba, el espectáculo de lo muerto. Es denuncia sobre sí
mismo, es enseñar que lo cuerpos son muertos, y que el término de lo feo está próximo a la locura
convertida en universal.
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Los elementos están invertidos. Ya que no es el fin de los tiempos y ni del mundo, lo que muestra
retrospectivamente es el no preocuparse del ascenso de lo feo, su sorda invasión. La cual indica que el
mundo está próximo a la demencia que llama y se hace necesaria.
Ese nexo de lo feo y la nada está anudado tan fuertemente que subsiste a largo del tiempo, y aún no se
encuentra en el centro de la experiencia estética. Con sus diversas formas la experiencia de lo feo se
ancla en la insensatez y en la extraña incoherencia.
El arte y la literatura nos envían del uno al otro continuamente, entre este comentario o aquella
ilustración. Lo feo es, a la vez, un solo y múltiple tema que se encuentra y se vuelve a encontrar en lo
cotidiano.
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Lo feo es una larga danza de sinsentidos, donde cada profesión y cada estado desfilan para integrar la
gran ronda de la sinrazón. No hay que dejarse engañar por lo que hay en la discontinuidad de los temas,
ni suponer más de lo que expresa el relato. Entre el verbo y la imagen, entre lo que pinta el lenguaje y lo
que dice la plástica. La unidad siempre ha estado separada.
No hay significación común. Lo feo no participa de ninguna vocación de decir, de trasmitir algo
consustancial al lenguaje; no dice las mismas cosas con sus disvalores plásticos. Él se adentra en una
experiencia que se aparta de la identidad superficial del tema.
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Sigue direcciones diferentes, abre una hendidura perceptible, lo que se convierte en una separación en la
experiencia existencial.
La aparición de lo feo se percibe como perturbación del equilibrio; como si la red de significaciones
comenzara a enmarañarse y permitiera la aparición de figuras cuyo sentido es entregarse a las especies
de la insensatez.
Las formas feas subsisten sin volverse silenciosas, nunca cesan de decir, de recordar y de enseñar.
Manifiestan algo indescriptible, pero familiar al espectador, que es su propia presencia liberada de lo que
la ordenaba, la imagen comienza a gravitar alrededor de su propia fealdad.
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LO GROTESCO
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LO GROTESCO
Lo grotesco es lo extravagante en cualesquiera de las formas expresivas. Se caracteriza por los
elementos ridículos, chabacanos, vulgares y absurdos; por la profusión de adornos en forma de bichos,
sabandijas, quimeras y follajes.
En lo grotesco el humor, en su sentido más rudo, tiene un papel fundamental. Pues con él se busca
desarmar al espectador, para conducirlo por caminos de situaciones que paulatinamente incrementan la
sugerencia del horror. El horror y el humor, en lo grotesco, suelen estar atravesados por la inestabilidad y
el desequilibrio, por la desprotección absoluta.
El humor es cruel y la sátira que desvaloriza la realidad.
La intención de lo grotesco es señalar la exageración, la perturbación del orden, la desarmonía, lo
terrible, lo deforme, lo trágicocómico. Lo imprescindible de lo grotesco es producir la experiencia
estética, la afección, la sensación que causa en espectador.
Las expresiones grotescas son caricaturescas, sátiras, tendencias amargas. Se manifiesta lo lúgubre, lo
nocturno y abismal, ante lo cual nos sentimos perplejos y afectados.
La categoría estética de lo grotesco encarna un estilo particular de formas e imágenes repulsivas en un
mundo indeterminado. El mismo es una manifestación que rompe las ideas convencionales de la plástica,
donde se da la fusión de términos contradictorios, por ejemplo, la risa y lo monstruoso.
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En este caso, expresa dos tipologías. En la primera, se incluye lo macabro, lo bizarro, lo absurdo, la
sátira, la ironía y lo cómico. En la segunda, están las reacciones, las afecciones, los sentimientos que se
producen en el espectador ante lo grotesco; a esto se le llama funciones y propósitos de la experiencia
estética, esto es, los efectos psicológicos de las piezas de arte.
Una constante en lo grotesco es el cuerpo.
El cual se abandonaba a los excesos exuberantes y obscenos de tipo físico. De este modo, se establece
una relación directa con la corporalidad, con el concepto cuerpo grotesco, que es aquel que se interesa
por todo lo que sale, por todo lo que brotar y desborda el cuerpo, todo lo que busca escapar de él.
La figura humana en contorsiones imposibles, ridículas, gestos indecentes o que sufre extrañas
metamorfosis produce lo grotesco. Es esa presencia de lo extravagante, irreal y antinatural. Estos
elementos producen escenas donde la realidad se pierde en otra realidad al tomar formas prosaicas,
absurdas e irracionales.
Lo grotesco es sinónimo de anormal, de lo repulsivo y caricaturesco. Es asociado a la sátira, a lo absurdo
y al horror; a lo ridículo, lo irregular, lo grosero y al mal gusto. Es estrafalario, estrambótico, grosero,
chocarrero, deforme, disforme, desatinado, disparatado. Ha sido considerado un estilo aberrante, en el
que se permiten seres monstruosos y elementos absurdos que contradicen las leyes de la realidad
racional.
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Lo feo, lo bizarro, lo grotesco, lo espantoso, lo horrible, siempre han estado presentes. Pues el arte se ha
nutrido de estas figuras que ha intentado domesticar por medio de cristalizaciones culturales y sociales.
Por el contrario, la existencia del caos, del desorden producen una vitalidad que conjugar la fuerza de lo
feo y aniquilar la energía opuesta.
Lo feo y lo grotesco remiten a esa vitalidad ciega, a ese querer que habita en el viviente y le hace desear
lo voluptuoso, la tiranía de lo arbitrario opuesta al mundo, a ese ímpetu que hace posible la existencia. Lo
feo es la posibilidad de lo viviente.
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CONSIDERACIONES
FINALES
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AISTHESIS Y ESTESIS
Las manifestaciones estéticas que hemos abordado son complejas en cuanto a la estesis que producen,
con respecto a la expresión plástica. Pues, las sensaciones y percepciones son encontradas entre sí, es
decir, hay una apertura y a la vez un repliegue por parte del espectador ante la obra artística.
Esto lo tienen en común. No obstante, son opuestas.
A través de ambas estéticas hay una estesis totalmente diferente con respecto al mundo en que nos
encontramos inmersos. Así, junto a las diversas sensaciones que sentimos ante la obra plástica está
nuestra disposición de abrirnos, a las cosas que están en nuestro derredor, esto es, de abrirnos al mundo
que la obra nos muestra.
En este abrirnos al mundo está la posibilidad de lo que llamamos la experiencia estética, es decir, la
experiencia sensible ante la obra artística.
Nuestra apertura al mundo está signada por elementos naturales y culturales. Los naturales son las
disposiciones del sujeto ante lo que el mundo le ofrece o muestra, las culturales son las disposiciones
asumidas y heredadas a través de las estructuras de poder (en el sentido expuesto por Foucault), las
cuales repetimos y asumimos sin saberlo.
Estas aperturas pueden ser rechazos, miedos o aceptaciones inculcadas.
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Con la estesis se da un conjunto de usos y reusos de sensaciones y percepciones. Un retornar a aquello
que una vez fue una sensación primigenia, ha reutilizar percepciones que, en muchos casos,
pensábamos olvidadas.
Un recuerdo, un algo que temporalmente había sido olvidado y se rescata con la estética que nos
produce la obra artística. Puesto que somos y cargamos a cuestas con relatos e historias y éstas tienen
su carga modélica en el espectador.
En este sentido, el espectador está cargado de determinaciones y éstas inciden tanto en la experiencia
estética como en la estesis. Por tanto, ambas experiencias comienzan por ser un algo que está en el
sujeto, en tanto que es rescatado o alterado al poner la mirada sobre la pieza de artística.
En ese momento se reelabora el sujeto en sus configuraciones, en un nuevo presente. Y esto tiene sus
implicaciones sensibles, como hemos visto a lo largo del tema abordado.
102
En cuanto a la estética de lo feo predomina el rechazo y el cerrarse ante esta expresión artística, por
razones naturales y culturales. Las naturales repulsión innata que tiene el sujeto ante ciertas
manifestaciones del mundo, por ejemplo, lo putrefacto.
Las culturales son los principios inculcados a partir de una estructura de poder que establece que es lo
feo, lo rechazable y que es lo que es aceptable.
En lo sublime el displacer, por su parte, tiende a ser contradictorio; por cuanto el espectador se siente
abrumado, por el objeto que lo atrae, pero que le impone la cerrazón ante ese el mundo.
El sujeto es doblemente abrumado por la atracción y por el rechazo. Es un sentimiento contradictorio.
Los sentimientos, en ambas estéticas, existen latentes, dispuestos a afirmarse y a negarse. Puesto que,
la aparición de la imagen da una forma y una fuerza mayor.
103
Sin una cierta situación el espectador no sabría ejercer una influencia extendida hacia la obra, y sin la
obra artística la experiencia estética no evolucionaría de modo tan claro y tan radical.
La estética y la estesis pasan por las reflexiones, por las fórmulas concebidas, por el sentido y el relieve
que presta el discurso plástico.
El reuso de las sensaciones y las percepciones pertenece al principio de que éstos se transforman. En
este sentido, la experiencia estética reelabora y transforma las sensaciones, las cuales implican nuevas
sensaciones y percepciones.
De este modo, el contacto se inicia con la elaboración y reelaboración de sensaciones, pues el sujeto de
la experiencia ya está inmerso en la “aisthesis” y no puede escapar de ella porque se ha abierto a través
de la estesis.
104
La realidad artística se configura en esta doble vertiente. En la construcción y deconstrucción del sujeto
de las sensaciones, en su abrirse y cerrarse al mundo.
La estesia es la disposición a una relación que se establece entre el espectador y la obra plástica. Por lo
general, esa relación se busca explicar a través de un recuerdo, de una semejanza, de un rechazo.
Esta conexión es el principio posible de toda estética, sin ella no sería posible tal encuentro. No sería
posible la experiencia estética; por el contrario, el mundo permanecería indiferente.
La relación entre “aisthesis” y “estesia” es fundamental para el arte. Sin ambas no podría existir. Es el
origen del oficio artístico y del espectador con la obra artística. Esto es con un hacer estético.
105
FUENTES
DOCUM ENTALES
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DELAUTOR
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OBED DELFÍN
Obed Delfín
Magister en Filosofía. Universidad Central
de Venezuela
Licenciado en Filosofía. Universidad
Central de Venezuela
Arquitecto. Universidad Central de
Venezuela
CEO Consultoría y Asesoría Filosófica
COASFI
Docente universitario. Universidad José
María Vargas
Publicaciones impresas:
La polis de Platón. Editorial el Perro y la
Rana, 2018
1939, claro/oscuro. Editorial el Perro y la
Rana, 2009
Publicaciones digitales on Smashwords:
Efecto Platón
Plan Monumental de Caracas
La Polis de Platón
Estética de Lo Sublime
Plotino. Libertad de la voluntad y
Metafísica de lo Bello
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