VIBRACIÓN CON POSIBILIDADES TERAPÉUTICAS

Cuando se aplican cristales y gemas sobre el cuerpo, o bien tomamos las esencias preparadas con ellos, estamos incidiendo sobre nuestro campo electromagnético, o dicho de otra forma, sobre nuestra aura. Con esta acción imprimimos una energía luminosa de una vibración muy elevada que se va integrando en los diferentes cuerpos a través de los chakras y los meridianos. De este modo se consigue despejar, equilibrar y armonizar el aura y los diferentes cuerpos en los que se encuentra.

Los cristales están rodeados de un campo energético similar al que envuelve a todos los seres vivos y tienen una estructura perfecta que se refleja en su campo energético. Al ponerla en contacto con un campo energético deficiente esta estructura tiende a equilibrarlo. Esto explica que cuando acercamos los cristales a nuestro campo electromagnético, sus formas geométricas y sus colores actúen como verdaderos catalizadores de las energías sutiles y permitan su integración en nuestra aura, aportándole una mayor cantidad de luz y color.

Generalmente, los cristales opacos como la malaquita,