VERDUGO FLAUTISTA

Esta urraca del sur de Nueva Guinea y Australia es muy colérica. Más vale llevar casco si está cerca.

Todos los años, entre julio y noviembre, la urraca canora (Gymnorhina tibicen), también conocida como verdugo flautista, pierde los estribos. No le gustan los gatos, los perros ni los humanos y, cuando llega la época de crianza, se pone a dar picotazos a diestra y siniestra. En Australia, donde abundan, el problema es tan grave que el Gobierno sugiere a la gente protegerse la cabeza con un paraguas, sombrero o casco. También es recomendable llevar gafas, así como banderines para distraer a estos pájaros. Cuando están furiosos y atacan, pican, arañan y golpean con las alas. Se lanzan en picada por la espalda, siempre van a la cabeza y dejan cortes y moretones en sus víctimas. Los machos son los más agresivos y el enojo les dura unas seis semanas. ¡Cuenta hasta 10, urraca!

ELEFANTE AFRICANO

Las crías hacen berrinche cuando se hartan de mantener