SIN LÍMITES
VUELVE EL ICONO
La sala de estar de Joan Collins es exactamente como querrías que fuera: mucho oro, abundantes y maravillosas obras de arte en las paredes, la sensación de que te encuentras donde antes han estado múltiples y glamurosos invitados. Me ha dejado entrar Percy Gibson, el brioso esposo de Collins, que posee una especie de atemporalidad muy de Hollywood, pero en realidad tiene 56 años; la pareja está a punto de celebrar su vigésimo aniversario de boda. Me lleva hasta la sala y se marcha.
Confieso que estaba nervioso ante la idea de reunirme con Collins.Entre mis primeros recuerdos de la infancia están mis padres viendo como hacía todo el mundo por aquel entonces, y que ocasionalmente me permitían quedarme hasta tarde y verla con ellos. Recuerdo cómo Alexis Carrington, interpretada por Collins, llenaba la pantalla con su gélida presencia, y cuando de pequeño leí las obras de y llegamos a casa casi a la una de la mañana. Fue maravilloso.Casi de vuelta a la normalidad.Y se podía palpar que todo el mundo estaba contento por estar allí».
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