os videojuegos han tenido siempre un inmenso potencial como forma de entretenimiento. No solo por sí mismos, sino también por la posibilidad de adaptarlos a . Ya en los años 90, muchas productoras vieron el filón que podían llegar a tener, pero lo cierto es que no existía una cultura clara sobre cómo reconvertirlos a dos medios también audiovisuales, pero de disfrute pasivo. Tampoco existía el caldo de cultivo propicio para que se hicieran grandes esfuerzos financieros o humanos, a la hora de acometer esas traslaciones. No en vano, hablamos de una época en la que se demonizaba los videojuegos por su supuesta promoción de la violencia y, desde luego, pocos se planteaban si eran arte o no, algo que llegaría y las historias ganaban en complejidad.
SIN LÍMITES
CINE Y TELEVISIÓN UN NUEVO HOGAR PARA LOS VIDEOJUEGOS
Nov 10, 2023
4 minutos
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