Si hay algo que une tanto como el idioma, es la comida. Lo primero que Nieves Álvarez le dice a Roberto Ruiz, tras saludarse con una amplia sonrisa es: “¡Me encanta la comida mexicana!”. A los pocos segundos, Roberto ya la estaba invitando a su restaurante. Parecía que se conocían de siempre, o que al menos ya hubieran coincidido ante la cámara. De acuerdo, puede que para Nieves el posar frente al objetivo le sea tan natural como respirar, pero que haya una conexión al instante, eso no se ensaya. Tampoco se ensaya la hospitalidad, una de las características más destacables de los latinos, tanto a un lado como al otro del charco, algo que tanto Roberto Ruiz como Nieves Álvarez han experimentado en sus viajes. El cocinero lleva ya 19 años en España y no tiene en mente cambiar