Prefacio

Imagínalo: el pueblo de Israel no cree en Dios ni lo adora. Lo han olvidado. Entonces coronan como rey a un muchacho llamado Josías y todo cambia. Josías tenía solo ocho años de edad cuando se convirtió en rey. (¡Le hicieron un trono especial para que sus pies pudieran alcanzar el piso cuando se sentaba!).

Josías era joven, pero fue lo bastante sabio para amar mucho a Dios. Uno de los hombres del rey le leyó la Palabra de Dios a Josías. El pueblo de Dios no estaba viviendo del modo en que el Señor quería que lo hiciera. Eso hizo que Josías se pusiera tan triste que comenzó a llorar. Él quería que su pueblo amara a Dios de nuevo. El joven rey Josías reunió al pueblo para que escuchara la Palabra de Dios como él lo había hecho. El pueblo prometió volver a seguir a Dios. Luego Josías quemó todo lo que había en la nación que no honraba al Señor.

En 2 Reyes 23.25 se nos dice: «Ni antes ni después de Josías hubo otro rey que, como él, se volviera al SEÑOR de todo corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas». Tú puedes ser un poderoso líder para Dios, así como el rey Josías. Nadie es demasiado joven para conducir a otros a Dios. Sin embargo, tienes que seguirlo con todo tu corazón, toda tu alma y todas tus fuerzas. Y para hacer eso, precisas saber lo que crees en la Biblia. Este libro te ayudará con eso.

Y recuerda que creer es una palabra de acción. Eso significa que Dios no quiere que solo creas en tu mente que su Palabra es verdad; él desea que la creas con todo tu corazón de modo que esto cambie la forma en que vives tu vida y te relacionas con tu familia y tus amigos. Él quiere poner algo «extra» en tu existencia «ordinaria» a fin de que puedas vivir una vida «extraordinaria» en Cristo. ¡Las posibilidades no tienen límites con Dios para aquel que simplemente CREE!

—Randy Frazee

Editor general

Introducción

Para ser leído por el padre o maestro:

Una de las mayores necesidades en la vida de un niño es que los padres, la familia extensa y los líderes y maestros les transmitan la fe cristiana. Cada niño debería saber claramente lo que cree y por qué. Debería conocer cómo practicar su fe y tener un entendimiento de la visión de Dios para él o ella. Creer: Edición para niños está pensado para ayudarte a la hora de lograr este sincero objetivo.

Escritura

Creer: Edición para niños incluye las palabras reales de la Biblia. No son las palabras de una persona o una iglesia sobre estos temas importantes y transformadores. Solamente el texto de la Biblia es nuestra fuente de enseñanza sobre cada una de estas creencias. Creer: Edición para niños contiene porciones de las Escrituras que fueron extraídas detalladamente y con mucho cuidado de la Biblia, ya que explican de modo concreto la creencia. Cada creencia se describe utilizando al menos una historia del Antiguo Testamento y una del Nuevo Testamento de la Biblia. Los textos de la Escritura utilizados en Creer: Edición para niños están tomados de la Nueva Versión Internacional.

Secciones del libro

A medida que tú y tu hijo lean Creer: Edición para niños, leerán tres secciones de diez capítulos:

PENSAR. Los diez primeros capítulos tratan de las Creencias clave de la vida cristiana. Juntos, responden a la pregunta: «¿Qué creo?».

ACTUAR. Los diez capítulos siguientes abordan las Prácticas clave de la vida cristiana. Juntos, responden a la pregunta: «¿Qué debería hacer?».

SER. Los diez capítulos finales contienen las Virtudes clave de la vida cristiana. Juntos, responden a la pregunta: «¿Quién estoy llegando a ser?».

Características del capítulo

Cada capítulo contiene varios elementos para guiarte en tu viaje por Creer: Edición para niños.

Consejos para disfrutar de Creer: Edición para niños

Para aprovechar al máximo la lectura de este libro, prueba estos consejos:

1. Lee cada capítulo con el niño. Es posible que los niños mayores quieran leer independientemente, pero debes estar disponible por si tienen preguntas.

2. Alienta al niño a formular preguntas o hacer comentarios y observaciones acerca de lo que ha leído o escuchado.

3. Dialoguen sobre las preguntas al final del capítulo. Compartir los pensamientos con otros es una manera estupenda de profundizar.

4. Ora con el niño al final de su tiempo de estudio.

El proyecto Creer es un plan global para relacionarse con la Biblia destinado a una familia entera o una iglesia. A fin de conocer todos los recursos disponibles, visita www.believethestory.com para más información.

¿Qué creo?

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Mateo 6.21

Lo que crees en tu corazón importa. Establece el curso para determinar quién serás. Dios desea que seas más como Jesús. ¡En realidad, te creó para que fueras así! Ser más como Jesús comienza con pensar como Jesús.

Los diez siguientes capítulos hablan de las creencias clave que necesitas creer en tu corazón si quieres seguir a Jesús. Él enseñó y vivió estas creencias cuando estuvo en la tierra. Cada capítulo contiene dos o tres historias de la Biblia acerca de cada creencia. Descubrirás lo que Dios quiere que sepas y creas. Entender estas verdades en tu mente y tu corazón es el primer paso para llegar a ser como Jesús, de modo que puedas decir: «Yo creo...».

1. El Dios de la Biblia es el único Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

2. Dios está involucrado en mi vida cotidiana y se interesa por ella.

3. Una persona obtiene una buena relación con Dios por la gracia divina mediante la fe en Jesucristo.

4. La Biblia es la Palabra de Dios inspirada y guía mi creencia y conducta.

5. Soy importante porque soy hijo de Dios.

6. Dios usa a la iglesia para llevar a cabo su plan.

7. Dios ama a todas las personas y todas necesitan a Cristo como su Salvador.

8. Dios llama a todos los cristianos a mostrarles compasión a las personas necesitadas.

9. Todo lo que soy y todo lo que tengo le pertenece a Dios.

10. Hay un cielo y un infierno, y Jesús regresará para establecer su reino eterno.

1

Dios

imageshimg-57-1.jpg PREGUNTA CLAVE:

¿Quién es Dios?

imageshimg-57-1.jpg IDEA CLAVE:

Creo que el Dios de la Biblia es el único Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

imageshimg-57-1.jpg VERSÍCULO CLAVE:

Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.

2 Corintios 13.14

PIENSA EN ELLO

Todo comienza con Dios. Él siempre ha existido. Esto podría ser difícil de entender, pero es un hecho. Si queremos disponer de evidencia, lo único que tenemos que hacer es observar a los pájaros y los árboles, las montañas y los océanos. Podemos hallar evidencia de Dios en su creación. ¿Cómo habría alguien que pudiera no creer?

La Trinidad está presente en la creación

La lluvia es agua. El cielo es agua. El vapor es agua. El agua en sus tres formas sigue siendo agua. De modo similar, Dios es Dios. Jesús es Dios. El Espíritu Santo es Dios. Dios es realmente tres personas. Le llamamos a esto la «Trinidad». Vemos indicaciones de la Trinidad al principio de la historia de la creación. El segundo versículo de la Biblia nos dice que el Espíritu Santo ya estaba en la escena. Y Génesis 1.26 nos dice que Dios dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza». ¿A quién se refiere al decir «nuestra»? ¡A la Trinidad!

Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas.

Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el primer día.

Y dijo Dios: «¡Que exista el firmamento en medio de las aguas, y que las separe!» Y así sucedió: Dios hizo el firmamento y separó las aguas que están abajo, de las aguas que están arriba. Al firmamento Dios lo llamó «cielo». Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el segundo día.

Y dijo Dios: «¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!» Y así sucedió. A lo seco Dios lo llamó «tierra», y al conjunto de aguas lo llamó «mar». Y Dios consideró que esto era bueno. Y dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que ésta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!» Y así sucedió.

Comenzó a brotar la vegetación: hierbas que dan semilla, y árboles que dan su fruto con semilla, todos según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el tercer día.

Y dijo Dios: «¡Que haya luces en el firmamento que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años, y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra!» Y sucedió así.

Dios hizo los dos grandes astros: el astro mayor para gobernar el día, y el menor para gobernar la noche. También hizo las estrellas. Dios colocó en el firmamento los astros para alumbrar la tierra. Los hizo para gobernar el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios consideró que esto era bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el cuarto día.

Y dijo Dios: «¡Que rebosen de seres vivientes las aguas, y que vuelen las aves sobre la tierra a lo largo del firmamento!» Y creó Dios los grandes animales marinos, y todos los seres vivientes que se mueven y pululan en las aguas y todas las aves, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares. ¡Que las aves se multipliquen sobre la tierra!» Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el quinto día.

Y dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie!» Y sucedió así.

Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes, y todos los reptiles, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.»

GÉNESIS 1.1–26

La Trinidad está presente en el bautismo de Jesús

También tenemos un destello de los tres miembros de la Trinidad en el Nuevo Testamento durante el bautismo de Jesús. Jesús fue bautizado en el río Jordán. Lo bautizó su primo Juan el Bautista, un gran hombre de Dios. Cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo descendió y se posó sobre él en la forma de una paloma, y Dios Padre le habló desde el cielo.

La gente estaba a la expectativa, y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo.

—Yo los bautizo a ustedes con agua —les respondió Juan a todos—. Pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Tiene el rastrillo en la mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.

Y con muchas otras palabras exhortaba Juan a la gente y le anunciaba las buenas nuevas.

LUCAS 3.15–18

Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.»

LUCAS 3.21–22

Preguntas de discusión:

1. ¿Cuál es tu parte favorita de la creación? ¿Qué es lo más hermoso que has visto en la naturaleza? ¿Te hizo pensar en Dios esa visión? ¿Por qué