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China ¿Dragón o parásito?
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China ¿Dragón o parásito?
Libro electrónico147 páginas2 horas

China ¿Dragón o parásito?

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Información de este libro electrónico

¿Puede China controlar la economía mundial? ¿Qué peligros encierra su modelo de expansión económica? ¿Necesita Occidente defenderse? ¿Y las empresas? ¿Y los ciudadanos? Para adaptarse a la nueva situación, el primer paso es conocerla. China. ¿Dragón o parásito? tiene las respuestas. Gracias, sobre todo, a las valientes preguntas que plantea.
IdiomaEspañol
EditorialPlataforma
Fecha de lanzamiento17 may 2012
ISBN9788415577737
China ¿Dragón o parásito?

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China ¿Dragón o parásito? - Julián Pavón

China ¿Dragón o parásito?

¿Quién se ha llevado mi empleo?

Julián Pavón

Primera edición en esta colección: mayo de 2012

Segunda edición: junio de 2012

© Julián Pavón, 2012

© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2012

© de la presente edición: Big Rights, S.L., 2012

Edición a cargo de Marta García Aller

Plataforma Editorial

c/ Muntaner 231, 4-1B – 08021 Barcelona

Tel.: (+34) 93 494 79 99 – Fax: (+34) 93 419 23 14

info@plataformaeditorial.com

www.plataformaeditorial.com

Diseño de cubierta:

Agnès Capella Sala

Depósito Legal:  B.25781-2012

ISBN DIGITAL:  978-84-15577-73-7

Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Si necesita fotocopiar o reproducir algún fragmento de esta obra, diríjase al editor o a CEDRO (www.cedro.org).

Contenido

Portadilla

Créditos

1. Un cambio de era: el siglo del dragón

2. Y el gigante despertó

3. El modelo parasitario chino: del todo a cien al turista del futuro

4. Keynes habla chino

5. Ni fin de la historia ni choque de civilizaciones: cayó el telón pero se olvidaron del dragón

6. A la una, a las dos y a las tres: las fases del liderazgo chino

7. Las cartas marcadas de China

8. Del arte de la guerra al arte de los negocios

9. La ávida despensa china. Las tierras raras, Argenchina y otras crónicas de un peligro anunciado

10. El enemigo en casa: la estanflación estructural

11. El desembarco chino en Europa

12. El dragón se come la manzana. Las multinacionales en China: de cómplices a rehenes

13. ¿Y si fuera China la próxima burbuja a punto de estallar?

14. El decálogo de los intangibles. Qué hacer si eres una empresa o, simplemente, quieres cambiar las cosas

15. ¿Quién le pone el cascabel al dragón? Lo que deben hacer España y la Unión Europeaante China

Nota de los editores

La opinión del lector

Otros títulos de la colección

Ahora YO

1.

Un cambio de era: el siglo del dragón

«Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan al cambio».

Charles Darwin

«Ojalá vivas tiempos interesantes» dice una maldición china. Y los tiempos que nos han tocado vivir, sin duda, lo son. Estamos inmersos en un período de profunda transformación que abarca cambios decisivos en el mundo tal y como lo conocemos. Son cambios tecnológicos, sociales, económicos y geopolíticos. Pero el más trascendente de todos, la mayor de las transformaciones que nos depara el siglo XXI, es, sin duda, el del despertar del dragón chino. Éste es el primero y más decisivo de los cambios para el que deberíamos estarnos todos preparando, tanto los gobiernos, como las empresas y las universidades.

Cómo iba yo a imaginar que dos millones de personas verían en Internet mis vídeos sobre el modelo económico chino. ¡Dos millones de visitas! Todo empezó como suceden normalmente las cosas importantes en la vida, por azar, cuando la escuela de negocios que dirijo, Cepade, perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid me propuso en 2010 grabar un vídeo explicando el auge económico de China y su relación con la crisis económica actual. Hasta entonces, el caso chino solo lo había mencionado de soslayo en algún otro vídeo sobre la crisis financiera mundial. El interés que despertó el vídeo titulado «El modelo parasitario chino», que como digo ha alcanzado los dos millones de visitas en la red, es el que ha inspirado este libro, y es la mejor prueba del enorme interés en la ciudadanía por comprender el despertar económico de China, el acontecimiento político y económico más importante del siglo XXI.

[…] la expansión parasitaria china se basa en crear empresas chinas que emplean chinos, para vender productos chinos fabricados por chinos en China.

En España basta con dar un paseo por las calles céntricas de cualquier ciudad, o por sus polígonos industriales más importantes. Ahí se verá que China ya está aplicando, implacablemente, su modelo de expansión económica. Tan sencillo es de entender su funcionamiento que no hace falta ni pizarra ni fórmula alguna para explicar esta fórmula de éxito económico: la expansión parasitaria china se basa en crear empresas chinas que emplean chinos, para vender productos chinos fabricados por chinos en China. Es un modelo cerrado en el que los chinos residentes en China producen, y los chinos fuera de China distribuyen, absorbiendo recursos de Occidente que se incorporan a China, pues el modelo se completa con la canalización de gran parte de los beneficios que estas empresas obtienen a través de bancos chinos en el extranjero que envían dicho dinero a China.

China está aumentando continuamente sus reservas en divisas y, por tanto, su poder en los mercados internacionales. Hasta tal punto esto es así, que en este momento China tiene la increíble cantidad de tres billones y medio de dólares en divisas (casi tres veces la renta nacional de España). Con esta enorme reserva de liquidez, cuyo flujo sigue aumentando continuamente desde los distintos países, el Gobierno chino podría comprar el mundo. Y ya ha empezado a hacerlo.

La estrategia de China podríamos denominarla estrategia de esponja: absorbe por sus poros los recursos de Occidente trasladándolos a China. El continuo incremento de los poros, abriendo sin cesar pequeños comercios en numerosísimas ciudades y pueblos de todo el mundo, hacen que el tamaño de la esponja aumente radicalmente y que el proceso de trasferencia de recursos de Occidente a China adquiera una velocidad creciente, por lo que la situación se agrava por momentos sin que Occidente sea capaz de reaccionar.

China no solo está adquiriendo la deuda pública de los países más importantes del mundo, incluido EEUU y Europa, con el consiguiente poder político y negociador que esto le otorga ante sus economías y gobiernos. El Dragón Rojo también está comprando las empresas que controlan las materias primas estratégicas, tanto en África como en América Latina. Poco a poco China se está haciendo con el control de los recursos alimenticios, energéticos y minerales del planeta y de la economía mundial.

[…] en este momento China tiene la increíble cantidad de tres billones y medio de dólares en divisas (casi tres veces la renta nacional de España).

Ni en sus sueños más ambiciosos Mao Tse Tung hubiera podido imaginar algo similar. La China comunista marxista-maoista, con una dictadura del proletariado que no da libertad de asociación a sus trabajadores, ni libertad de expresión ni de voto, ni siquiera de acceso a Internet a sus ciudadanos, está desarrollándose económicamente con una fortaleza enorme mientras parasita masivamente las economías capitalistas y además con sus propias armas, es decir, con las armas del mercado.

China ya no es tan solo la fábrica del mundo, ahora es también el banquero del mundo y ha conseguido todo ello en poco más de 30 años, desarrollando su estrategia con una enorme discreción. Pasar desapercibido para el enemigo es parte de la filosofía tradicional china, que tanto su cultura, como su plan de expansión económica, tienen interiorizadas en su estrategia.

Occidente se enfrenta a la emergencia del poder hegemónico de China en un desplazamiento sin precedentes de la supremacía económica hacia el país más poblado de la tierra. En las próximas páginas veremos cómo China está tomando posiciones en los cinco continentes y succionando sus recursos energéticos, productivos y financieros cuando más necesarios van a ser. No olvidemos que China está preparando su reinado en un contexto en que el planeta crece en mil millones de personas cada doce años. ¡Mil millones de personas cada doce años! Garantizarse el abastecimiento de recursos es garantizarse la supervivencia y el poder.

En 1987 éramos en la Tierra 5.000 millones de habitantes; en 1999 éramos 6.000 millones y en 2011 pasamos a ser 7.000 millones. ¿No nos damos cuenta de lo que esto significa? Estamos ante un cambio de era. ¿Puede la Tierra aguantar 1.000 millones de personas más cada 12 años? Si, además un tercio de este aumento de población está en China e India (2.500 millones de personas entre ambos) creciendo a un ritmo próximo al 10% anual, imaginemos la cantidad de materias primas, recursos energéticos y recursos alimentarios que tienen que absorber los dos países más poblados de la tierra en los próximos años.

El mundo está cambiando a una velocidad abrumadora. Es como si viviéramos «años de perro», cada uno de ahora vale por siete de antes. Pero estamos tratando la crisis actual como si fuera un cambio de ciclo convencional, como si no fuéramos capaces de darnos cuenta de la profundidad del cambio que vivimos. Lo que estamos viviendo es un auténtico cambio de era. Y todas las reglas del juego cambian también.

Todo cambio de era tiene en su origen no solo aspectos geopolíticos y económicos como los que estamos mencionando, sino también la aparición y desarrollo de tecnologías que cambian radicalmente la forma de vivir y de interpretar la realidad. Igual que la imprenta, el ferrocarril o el telégrafo cambiaron para siempre la historia de la Humanidad, ahora estamos viviendo una revolución tecnológica que determinará la Era del Dragón: la revolución de Internet y de las tecnologías de la información que, como veremos más adelante, contribuyen por un lado a potenciar el control social y político internos de China y, por otro, a acelerar la carrera tecnológica por el liderazgo de las tecnologías de la información de la que, desafortunadamente, está quedando excluida Europa.

¿Pero qué pasa con Europa? Lejos de estar adaptándose al ritmo de cambio que imponen los tiempos, el viejo continente se encuentra desarmado institucional y económicamente para hacer frente a los enormes desafíos globales que se avecinan. Estados Unidos, por su parte, está demasiado preocupado porque China le siga comprando su deuda pública como para reaccionar. Y entre tanto, las multinacionales de Europa y de Estados Unidos están actuando con poca visión de futuro ante este cambio de roles geopolíticos. Las empresas están tomando desde hace más de una década posiciones en el mercado chino y buscando, como es natural, el beneficio en su cuenta de resultados a corto plazo. Subestiman, sin embargo, los planes del Dragón. Aunque abrirse paso en el mercado chino y desde el mercado chino les parezca la panacea a muchas corporaciones

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