Los Moya: Un amor entre hermanos
Por Brais Cedeira y Manuel Jabois
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Los Moya
Libros electrónicos relacionados
Siempre tuyo: Secretos de seducción (6) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5A Destiempo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El amante de Irene Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hermosas Tentaciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El placer de lo obsceno Calificación: 1 de 5 estrellas1/5El viaje de una elfo y el último humano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas Aventuras De Alicia En El País De Las Maravillas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl amor más cruel Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Diarios de Cristina Borgia: Rosas de Sangre II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesReclusión Inmoral Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Sexo, muerte y otoño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInfidelidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRelaciones enfermizas Calificación: 2 de 5 estrellas2/569 Cuentos de cama, para la mesa de noche del adulto gay y de los curiosos tambi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Colegio De Las Muchachas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Incesto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOlas de placer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesClub de Virgenes 3: Trilogia de Club de Virgenes, #3 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSueños Prohibidos De Una Mujer En Su Ocaso: ¿La Realidad Supera La Fantasía? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl club de las no divorciadas Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La Chica Nueva: Gemelas, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Problema de Jugar a ser Cupido. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEva contra Eva Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHazañas de un joven don juan seguido de Las once mil vergas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna mujer en pedazos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEncuentro en Tokio: Secretos de seducción (3) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa profecía de Gaia (Las fabulosas aventuras de Kiso Maravillas 1) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVerdad o reto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmantes Transparentes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe deseo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relaciones para usted
10 Simples Hábitos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orgullo y prejuicio: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El poder de la presencia: Cómo la presencia de los padres moldea el cerebro de los hijos y configura las personas que llegarán a ser Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sana la relación con papá, genera la mejor relación de pareja Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo criar a los varones: Consejos prácticos para aquellos que están formando a la próxima generación de hombres Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo Enamorar a Alguien (Basado en la Psicología del Amor) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Maestro del Sexo: Cómo dar orgasmos inolvidables e infalibles y a satisfacerla en la cama como todo un guru del sexo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Después de la infidelidad: Sanando el dolor y restableciendo la con Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo criar a las hijas: Consejos prácticos para aquellos que están formando a la próxima generación de mujeres Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo Decir No Sin Sentirte Culpable: Aprende a poner límites en tu vida y a ser respetado sin ofender ni ser ofendido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo ser el amor que buscas: Rompe ciclos, encuentra la paz y sana tus relaciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Construyendo Un Matrimonio Saludable Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Placer Oral: Los secretos para lograr poderosos orgasmos con el sexo oral. Una guía para ambos sexos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que Dios unió: Verdades esenciales para un buen matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La esposa excelente: La mujer que Dios quiere Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Padres Fieles: Una guía bíblica para la crianza de los hijos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El matrimonio que agrada a Dios: Cómo vivir el evangelio hasta que la muerte nos separe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Constelaciones familiares Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Mujer, el sello de la creación: Cómo obtener éxito en el rol del matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5TDAH en Mujeres Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Educando hijos del reino: Desarrolle una fe viva en sus hijos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Amarse con los ojos abiertos Calificación: 5 de 5 estrellas5/513 Cosas Que Tu Pareja No Te Dirá... Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Los Moya
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Los Moya - Brais Cedeira
mejor.
Una conversación de madrugada
YOCASTA. —¡Oh, desventurado! ¡Que nunca llegues a saber quién eres!
EDIPO. —¿Alguien me traerá aquí al pastor? Dejad a esta que se complazca en su poderoso linaje.
YOCASTA. —¡Ah, ah, desdichado, pues sólo eso te puedo llamar y ninguna otra cosa ya nunca en adelante!
Edipo rey, Sófocles
El verano es una época complicada para encontrar historias que vender en el periódico. El tiempo se para, y mientras todos se van de vacaciones, el periodista resiste agarrado a su mesa con el calor de Madrid apretando en la nuca. Pasan los días y uno observa el horizonte por la ventana, pero el único mar que se ve está formado por centenares de edificios. Con la mitad del país apoltronada, saboreando el cóctel en el chiringuito de la playa, resulta un tanto más complicado enfrentarse al folio en blanco, encontrar la anécdota idónea, ofrecer cada día un plato diferente en el menú.
Ando yo pensando en esas y otras cosas cuando me llega un mensaje de Andros. Andros, no podía ser otro, es Andros Lozano, compañero de reportajes en el periódico. Es, como digo, una de esas noches pegajosas del verano de 2017 en las que ni el ventilador te salva de la sauna infernal que es esta ciudad. También él estaba despierto: «Mira esto. Aquí hay una historia». Andros me envía por WhatsApp la portada del día siguiente de La Voz de Galicia.
En la foto principal aparecen tres personas: un hombre de unos cincuenta años, con gafas, anchote, ojos achinados, gesto entrañable y aire bonachón; a su lado, una mujer de aproximadamente la misma edad. Tiene el pelo negro como el azabache pero plagado de mechas rojas. El toque exótico. Ambos sonríen y posan junto al que parece su hijo, un joven alto, algo desgarbado, un poco estrábico, de piel blanca, pelo negro y corto, barba de varios días. Debajo de la foto, una frase que es el titular del día siguiente: «40 años de amor sin legalizar». Así fue como conocí a Daniel y a Rosa.
Si no fuera real, la historia que hay detrás de esa fotografía sería imposible inventarla. Daniel y Rosa son hermanos de sangre y llevan juntos cuarenta años. Están enamorados hasta las trancas y lo proclaman a los cuatro vientos. Tienen dos hijos en común. Ambos fueron separados a los pocos años de nacer. La casualidad quiso que dos décadas después se rencontrasen en una de aquellas ácidas noches de púrpura en los albores de la movida. Que se mirasen y se gustasen. Que empezasen a salir y que, tiempo después, la fortuna les hiciera descubrir a la vez una verdad que condicionó su vida hasta hoy: ambos compartían los mismos apellidos. Y así desde entonces.
Al tener la historia delante, resulta inevitable no echar la vista atrás hacia referentes de siglos pasados, algunos de ellos ya extraviados entre hojas viejas de la historia. La mitología griega, los faraones egipcios, los emperadores romanos, la dinastía de los Austrias, Darwin…
También acude uno de forma irremediable a la literatura: Vargas Llosa y su tía Julia, las colas de cerdo de los Aurelianos en Cien años de soledad, Edipo rey… Hay decenas y decenas de referentes reales y ficticios sobre la materia. También estudios científicos y antropológicos sobre un asunto que aún hoy es tabú, pero que siempre ha estado presente en la historia del hombre, en todas las épocas, en todas las civilizaciones.
Para dejar reflejado el enorme interés que siempre ha suscitado este tema, al principio de cada capítulo iremos soltando pequeñas píldoras de lo que podríamos llamar una breve historia real y literaria del incesto, en la que los Moya, nuestros protagonistas, están irremediablemente enmarcados.
Su caso tiene muchas particularidades. Cuando se percataron de su parentesco, no continuaron con su relación por la pretensión de sentirse como los antiguos reyes o como los personajes de los libros. Simplemente, decidieron que el amor pesaba más que cualquier otra cosa. Y que, al haber sido separados al nacer, no habían mantenido entre sí una relación de hermanos.
Por eso ellos no se consideran los abanderados de nada. Tan sólo se reivindican a sí mismos.
Esa misma noche di con ellos a través de las redes sociales. Les envié un mensaje y a los pocos minutos Rosa contestó. Me sorprendió que estuviera despierta a las dos de la mañana. Luego supe que la mujer no duerme bien desde hace tiempo. Me presenté y me contestó muy amable que estaba de acuerdo en aceptar la entrevista.
—Me parece bien. Mañana a las doce de la mañana.
Al día siguiente, bien temprano, estaba saliendo hacia Santiago de Compostela.
A uno no deja de corroerle la duda ante una historia así. Sucede tanto antes como después de conocerles. La primera reacción es de rechazo. La segunda, cuando empiezan a hablar, de curiosidad. Curiosidad por conocer cómo escondieron durante décadas su historia a ojos de los suyos. Curiosidad por la educación de sus hijos, por cómo les contaron la verdad de su relación. Curiosidad por saber cómo se conocieron, cuál fue la reacción al caer el telón y presentarse la verdad desnuda ante ellos, como nunca antes. La tercera, de asombro.
La primera vez que les vi, en un pequeño pueblo de A Coruña, la conversación se alargó hasta que cayó la noche. Horas antes, mientras Mónica, la fotógrafa, y yo íbamos en el coche, no podíamos evitar pensar en que aquello se trataba de algo fuera de lo normal.
Como decíamos, había muchas preguntas sobre la mesa. ¿Cómo serían? ¿Qué razón les había llevado a estar juntos de esa manera? ¿Por qué habían decidido hacerlo? ¿Cuándo empezó todo? ¿Cómo habían gestionado la relación durante tanto tiempo? ¿De qué forma habían afrontado ambos los prejuicios de su entorno? ¿En qué momento se percataron del vínculo que existía entre ambos? ¿Se habían criado juntos y habían acabado enamorados? ¿Qué pensaban sus vecinos? Y en cuanto a sus hijos, ¿eran normales? ¿Cómo les habrían explicado la situación? ¿Qué tal les había ido la vida lidiando con esta realidad? ¿Habían tenido problemas con sus amigos en el colegio, o después en su vida profesional? ¿Cómo hicieron frente a la presión mediática durante tantos años? ¿Eran felices?
Estas y otras preguntas surgieron de camino a casa de Daniel y de Rosa en Miño, una pequeña localidad al borde del mar situada apenas a treinta minutos en coche de A Coruña. Se trata de un municipio costero, ubicado en la zona conocida como Mariñas Coruñesas. Limita al norte con Pontedeume y al sur con Paderne. El aire fresco y las enormes playas lo convierten en uno de los lugares predilectos a la hora de escoger una zona de veraneo en las llamadas rías altas gallegas. En invierno resulta un lugar tranquilo. Ahí se encuentra el nuevo hogar de los hermanos Moya.
En los últimos dos años me he encontrado con toda clase de personajes curiosos en mis primeros pasos en el mundo del periodismo: percebeiros furtivos que surcaron los mares durante décadas, marinos románticos que siguen tan atados al mar que, aun jubilados, siguen viviendo en sus barcos, estafadores que dicen curar el cáncer con canciones y buenas palabras, sacerdotes rurales que se disfrazan de conejitas Playboy en carnaval, padres que utilizan durante años a su hija para estafar a media España, criadas a las que Picasso dedicaba cuadros y dibujos, héroes en atentados terroristas, yihadistas exmilitantes del PP…
Lo de los Moya es algo que lo sobrepasa todo. Es la historia de un amor sin legalizar, la de un Adán y una Eva nacidos de la misma sangre, extraídos de la carne de una idéntica costilla, que llevan años gritando al mundo su amor. Un amor sin legalizar, pero a prueba de todo.
Un amor que dejó heridas agridulces que ellos mismos tuvieron que lamerse. Sólo se tenían el uno al otro para apoyarse. Un amor, en definitiva, como el de los antiguos dioses griegos, que se sobrepone a los convencionalismos. Un amor a contracorriente, sin barreras genéticas. Por eso, comencé a escribir la historia para un reportaje en el periódico. Luego vi que aquello se quedaba corto. Que podía dejar reposar la historia un tiempo para después retomarla y contarla de manera más pausada, más detallada.
Tuve entonces la feliz idea de ofrecerle la historia a los chicos de Libros.com, quienes amablemente me atendieron cuantas veces hizo falta. Les propuse el tema, a sabiendas de lo espinoso del asunto, y de que mis horarios y mis rutinas me obligan a estar un día en Albacete y el siguiente en Benalmádena. Cuál fue mi sorpresa al ver que aceptaban la historia.
Sé que no es un asunto fácil , ni tampoco agradable a la lectura. He de reconocerlo: la cosa tiene morbo. Pero toda buena historia, si se construye con respeto, merece ser contada. De primeras, resulta entendible que hablar de algo como el incesto pueda producir cierto rechazo. Por eso quiero agradecer a la editorial que haya querido publicarlo.
Pla decía que es mucho más difícil describir que opinar. En la medida de lo posible, he intentado aproximarme a esa máxima en las páginas que siguen. Reflejar su historia tal y como ellos la cuentan. A riesgo de que pueda resultar incómoda, peligrosa. En realidad, esperamos