Primera edición: febrero de 2020

D.R. © Judith Juárez Mancilla, Plácido Roberto Cruz

Chávez, Alberto Francisco Torres García, José Luis Bravo Silva y José Manuel Orozco Plascencia (coordinadores)

D.R. © Universidad Autónoma de Sinaloa

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Impreso y hecho en México

Contenido

Prólogo

Crisis subprime y la percepción del microempresario hotelero en Los Cabos, Baja California Sur

Adilene Sarahí Espinoza Castillo, Plácido Roberto Cruz Chávez, Judith Juárez Mancilla y Alberto Francisco Torres García

Análisis de los resultados estratégicos a partir del financiamiento a pequeños productores agrícolas de la zona norte del estado de Jalisco

José Luis Bravo Silva, Elba Martina Cortés Palacios y Manuel Ernesto Becerra Bizarrón

Situación de la oferta turística en Guerrero Negro, Baja California Sur: un acercamiento a las oportunidades del turismo de aventura como actividad complementaria

Emmanuel Picasso Salazar, Francisco Isaías Ruiz Ceseña, Alberto Francisco Torres García y Ricardo Bórquez Reyes

Región Manzanillo-Bajío: analisis de su potencial económico-comercial

José Manuel Orozco Plascencia y Michelle Verónica García Larios

Análisis del encadenamiento productivo del turismo en Colima: bases para la conformación de una región inteligente

José Manuel Orozco Plascencia y Claudia Azucena Jiménez Solís

Desarrollo económico en el Valle del Mezquital: caso Madho Corrales

Daniel Olvera Requena y Laura Elena Zárate Negrete

Observaciones sobre los efectos de la legislación ambiental en el estado de conservación de comunidades de manglar: caso de estudio: Bahía de La Paz, Golfo de California

Giovanni Ávila Flores, Judith Juárez Mancilla, Gustavo Hinojosa Arango y Héctor Pérez-Cortés Moreno

Un acercamiento teórico a las dimensiones del desarrollo de emprendimientos sociales

Elba Martina Cortés Palacios, Luz Amparo Delgado Díaz y Miriam del Carmen Vargas Aceves

Articulación de cadenas productivas a partir del turismo como sector preponderante en Los Cabos, Baja California Sur

Angélica Montaño Armendáriz, Ismael Rodríguez Villalobos y Juan Carlos Pérez Concha

Prólogo

El turismo se ha convertido en años recientes en uno de los tres principales sectores de exportación de los 48 países designados por las Naciones Unidas como «Menos Adelantados» (PMA) (OMT, 2015) y una de las principales vías para distribuir beneficios económicos y sociales en las regiones (que hacia el año 2017 concentró 10 % del producto interno bruto (pib) mundial [OMT, 2012; 2018]), especialmente a través del multiplicador de gasto turístico (Pulido, 2008). En el continente americano, para ese mismo año, los ingresos por turismo internacional ascendieron a 326 billones de dólares (UNWTO, 2018), donde México ha fortalecido la afluencia turística al diversificar sus mercados, incrementándola un 12 % y convirtiéndose en el sexto destino a nivel mundial.

Asimismo, el gobierno mexicano ha reforzado las acciones relacionadas con el enriquecimiento del turismo como una forma de generar desarrollo económico y el bienestar de la población; como consecuencia, la relación del desarrollo económico con la actividad turística es de sumo valor para el fortalecimiento de los esquemas colaborativos, la toma de decisiones, identificación y explotación de ventajas comparativas y áreas de oportunidad, así como la generación de proyectos de inversión con financiamiento público-privado, como se detalla en el Plan Sectorial para el Turismo, 2013-2018.

El desarrollo económico, concebido como «el proceso en virtud del cual la renta real per cápita de un país aumenta durante un largo periodo» (Castillo Martin, 2011), puede ser medido por el nivel de vida, calidad de la educación y salud, la distribución de ingreso, y la pobreza, entre otros; y este puede ser condicionado independientemente del crecimiento económico. Por lo tanto, aunque el turismo es considerado como un factor de desarrollo y un instrumento de progreso, que permite mejorar las condiciones macroeconómicas de la población, es necesario analizar las contribuciones de dicha actividad para determinar no solo sus impactos económicos, socio-culturales y ambientales, sino el esclarecimiento contextual de su progreso y el establecimiento de estrategias que permitan promover acciones y políticas para vigorizar el estado actual de las regiones de estudio.

En este libro se presentan algunos resultados de investigaciones que exploran la actividad turística desde diferentes aristas en algunos estados costeros del Pacífico mexicano y, sobre todo, se estudian algunos casos en los que el turismo se convierte en un punto clave en la estrategia territorial de desarrollo.

Crisis subprime y la percepción del microempresario hotelero en Los Cabos, Baja California Sur

Adilene Sarahí Espinoza Castillo,¹ Plácido Roberto Cruz Chávez,²

Judith Juárez Mancilla³ y Alberto Francisco Torres García⁴

Crisis subprime

Se le conoce como «crisis subprime» al fenómeno financiero originado en Estados Unidos durante el año 2008; sin embargo, su gestación se remonta al año 1998, con el estallido de la burbuja especulativa llamada «Punto com», al caer el valor de mercado de diversas empresas tecnológicas en el mercado de valores NASDAQ, que alcanzó su mayor punto en el año 2001, en que ocurre también el atentado terrorista del 11 de septiembre en Estados Unidos, por lo cual la Reserva Federal mantuvo su tasa de interés al 1 % para incentivar la economía estadounidense.

Lo anterior dio como resultado una época de bonanza económica, donde instituciones bancarias otorgaban créditos hipotecarios a personas con dudoso historial crediticio, formándose así una burbuja financiera e inmobiliaria importante, debido a que los valores hipotecarios estadounidenses estaban esparcidos por diferentes economías (Daher, 2013; Soros, 2008 en Daher, 2013), en parte, gracias a la securitización⁵ recurrente con el fin de obtener liquidez financiera. El problema principal de este hecho fue que, como consecuencia del aumento de la tasa de interés de fondos federales, encareció el pago de intereses —especialmente el de los créditos hipotecarios— por lo que la cantidad de morosos aumentó y se desincentivó el consumo, la inversión y, por ende, el crecimiento económico (Cuevas Ahumada, 2013).

El punto de quiebre fue que el aumento desmedido de la morosidad ―las agrupaciones de créditos hipotecarios vendidos bajo el esquema de securitización― alimentó la desconfianza de los inversionistas, lo que agravó la liquidez del mercado, de por sí mermada gracias a la caída del precio de viviendas, que podría permitir a las familias pagar el crédito hipotecario a través de la refinanciación del crédito.

En México, dicha crisis fue transmitida a través de la caída de las exportaciones de manufactura, la disminución de las remesas y de la inversión extranjera directa, la contracción de la demanda de petróleo, las restricciones crediticias y los menores flujos de capital (Cuevas Ahumada, 2013). Todo eso provocó la caída de las exportaciones, del turismo y demás ramos del sector de servicios, vinculados directamente con el comercio internacional y, con ello, del pib del país (Ros, 2012; Cuevas Ahumada, 2011).

Descripción general de Baja California Sur

El estado de Baja California Sur se compone por cinco municipios y su extensión representa el 3.77 % de la superficie de México (INEGI, 2015). Su población es de 712 029 habitantes, según el último censo del INEGI, asentados en la zona urbana (86 %) y se compone mayoritariamente por hombres (50.41 %). Al ser uno de los estados más grandes del país y contar en el año 2015 con dicha cantidad de habitantes, el estudio del promedio en la densidad poblacional muestra que allí viven 10 personas por kilómetro cuadrado, muy por debajo del promedio nacional de 61 habitantes. Eso ubica a Baja California Sur como el estado con menor densidad de población.

La distribución de las actividades económicas se concentra en el sector terciario (73 %), seguido de actividades secundarias (23 %) y por último las primarias (4.1 %); el estado cuenta con 28 114 unidades económicas, lo que representa 0.7 % del total nacional. Dichas unidades, emplean a 156 985 personas, mayoritariamente hombres (62 %).

Si bien su PIB ha ido en crecimiento constante; sin embargo, es uno de los estados con menor aporte al PIB nacional; para el año 2014, solo estuvo por encima de Nayarit, Colima y Tlaxcala, con una aportación de 0.7 % (INEGI, 2014). La tabla 1 muestra el PIB estatal en millones de pesos y el crecimiento del mismo. Podemos ver que los años con mayor crecimiento fueron 2004, 2005, 2006 y 2007 con 11.23 %, 8.27 %, 8.04 % y 7.66 %, respectivamente. Sin embargo, para el año 2008, pasa de 7.66 % a solo 3.36 % para caer estrepitosamente a -5.27 % para el 2009.

Tabla 1

.

PIB

de

BCS

Gráfica 1

. Crecimiento del

PIB

de Baja California Sur

Fuente: elaboración propia con datos de

INEGI

.

Descripción: En la gráfica 1 se observa que el crecimiento del PIB del estado, en términos porcentuales, ha sido con tendencia decreciente pese a que hasta el año 2009 tenía números positivos; en ese año se observa un crecimiento de -5.27 %, que se le atribuye a la crisis financiera estadounidense.

Turismo

El turismo ha sido «desde hace más de cinco décadas el motor económico de Baja California Sur» (Cruz Chávez, Hernández Trejo, Avilés Polanco y Juárez Mancilla, 2015). La aportación de dicha actividad al PIB estatal oscila entre 59 y 82 % (INEGI, 2014), que se explica por la afluencia turística creciente, la cual consolida al estado como polo turístico para la zona (Espinoza Castillo, 2016; Chávez et al., 2015).

En términos de afluencia turística, esta puede ser medida a través de las llegadas por vía aérea y por vía marítima. Dicha estadística se obtiene a través de los informes proporcionados por el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) y por la Administración Portuaria Integral (API).

Los informes estadísticos del Grupo Aeroportuario del Pacífico muestran un aumento sostenido de llegadas de pasajeros vía aérea en números reales ―tanto para nacionales como extranjeros― con un descenso pronunciado durante el esparcimiento global de la crisis Subprime y del virus de la influenza [AH1N1] (Cruz Chávez et al., 2015).

Para el arribo de cruceros en los puertos de Baja California Sur, la Dirección de Planeación y Desarrollo Turístico de la Secretaría de Turismo, presenta un aumento leve sostenido ―obviando el decremento del año 2009 por la crisis anteriormente referida― especialmente en el periodo 2005-2009.

Gráfica 2

. Llegada de pasajeros a Baja California Sur vía aérea

(2005-2010)

Fuente: Secretaría de Turismo, Dirección de Planeación y Desarrollo Turístico.

Gráfica 3

. Arribo de cruceros operados en los puertos de Baja

California Sur (2005-2010)

Fuente: Secretaría de Turismo, Dirección de Planeación y Desarrollo Turístico.

Los Cabos

Los Cabos es uno de los cinco municipios de Baja California Sur y cuenta con una extensión de más de 3000 km² que representan 5 % de la superficie estatal.

Se compone de cuatro delegaciones: La Ribera, Santiago, Miraflores, Cabo San Lucas, y la cabecera municipal, San José del Cabo, así como de 51 subdelegaciones y 549 localidades (Gobierno del Estado de Baja California Sur, 2015).

Según datos de la Encuesta Intercensal publicada por INEGI en el 2015, es el munipio más poblado, ya que su población representa 40 % de la población total del estado y, junto con La Paz, 78 %. La tasa de crecimiento promedio estatal fue de 4.5 % ―en el periodo comprendido del 2005 al 2010―, mientras que Los Cabos tuvo una tasa de 8.4 %, superando la media nacional y posicionándose como una de las más altas del país (INEGI, 2015; Gobierno del Estado de Baja California Sur, 2015). Justamente esta tasa de crecimiento se debe a la alta migración nacional, proveniente de los estados de Guerrero,