Copyright © 2024 por Tamara V Gozzi.

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El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser utilizada solamente bajo licencia.

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Fecha de revisión: 09/02/2024

Palibrio

1663 Liberty Drive, Suite 200

Bloomington, IN 47403

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Contenido

Introducción

Capítulo 1 El Programa del Maestro

Capítulo 2 La Bendición de la Soltería

Capítulo 3 Entender qué es el Amor

Capítulo 4 La Relación más Importante

Capítulo 5 Esposos y Esposas de Dios

Capítulo 6 Familias Recompuestas

Capítulo 7 El Poder de la Visión

Capítulo 8 La Razón de nuestra Existencia

Agradecimientos

Introducción

La razón por la que tomé la decisión de escribir sobre las relaciones se debe a las alarmantes estadísticas que tenemos hoy en día sobre el matrimonio o debería decir fracaso matrimonial.

Por desgracia, ya no se trata de un problema secular, pues el círculo cristiano también sufre esta epidemia.

Las trágicas cifras dicen que 1 de cada 2 matrimonios acabará en divorcio en Estados Unidos. Las mismas estadísticas se aplican a países como Bélgica, Italia, Canadá, Países Bajos y Australia. Mientras que países como España y Portugal alcanzan el 90% cuando se trata de matrimonios que acaban en divorcio. Significa que las posibilidades de seguir casado para la mayoría de esas personas en esa sociedad son casi nulas.

También significa que por cada 5 personas que pasan por el altar, para casi todas ellas el matrimonio acabará en tragedia.

Este libro está ideado para ayudarte, querido lector, ya seas soltero, casado o divorciado; si llegas hasta el final del último capítulo, te prometo que adquirirás conocimientos que te llevarán al éxito si aplicas sus principios.

De hecho, si eres soltero, te alegrarás de serlo; si estás casado, sabrás qué hacer para seguir casado y si estás divorciado, descubrirás las razones por las que se terminó tu matrimonio.

Los gobiernos, los sociólogos o los psicólogos no saben cómo abordar esta problemática. De hecho, la mayoría de las veces, están casados tres o cuatro veces ellos mismos. Desde luego, no conviene modelar ni seguir los consejos de estas personas cuando se trata de relaciones.

Si queremos tener éxito en el matrimonio, como en cualquier otra cosa en la vida, debemos ir a la fuente, es decir, a quien creó el matrimonio en primer lugar.

De ahí viene el título de este libro La Vía del Maestro; que también podríamos llamar los principios del Reino o el sistema de Cristo VS el sistema del mundo.

En este caso, nos centraremos en las relaciones, pero la verdad es que deberíamos buscar los principios del Reino o el sistema de Cristo en cada una de las áreas de nuestra vida. Damos por sentadas muchas cosas de este mundo, ya sea porque así nos lo enseñaron nuestros padres, nuestros maestros o simplemente por seguir el ejemplo de la mayoría. Sin embargo, debemos recordar que Satanás es el dios de este mundo, por lo tanto, entramos en su sistema en el momento en que salimos del vientre materno.

Como ya mencionamos anteriormente, las cifras alarmantes de fracaso matrimonial van en aumento, incluso entre los cristianos. La razón es sencilla: la ignorancia.

Ser cristiano no nos hace sabios de la noche a la mañana. Es bien sabido, que la salvación es gratis, pero todo lo demás requiere trabajo y esfuerzo, eso es lo que llamamos el proceso. Si queremos tener éxito, debemos aprender a seguir la vía del Maestro. Debemos morir a diario a nosotros mismos y renovar nuestra mente para pensar como Cristo y no como el mundo.

Os animo a todos y cada uno de vosotros a leer y aplicar lo que aprenderéis en este libro; las cosas cambiarán inevitablemente. ¿Cómo lo sé?

"Y conoceréis la verdad, y la verdad

os hará libres". Juan 8:32.

La famosa frase de Albert Einstein dice: locura es seguir repitiendo los mismos patrones esperando un resultado diferente. Por lo tanto, ¿qué tienes que perder, querido lector? 7796.jpg

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El Programa del Maestro

Maridos y mujeres sufren estrés, padres e hijos sufren estrés, amigos y colegas sufren estrés, jefes y empleados sufren estrés; todo por culpa de relaciones rotas.

Del mismo modo, las personas que planean casarse, muchas veces no llegan al altar por culpa de relaciones rotas.

Pero luego están los que sí se casan y acaban divorciándose. Algunos de los que pasan por un divorcio, buscan casarse de nuevo. Sin embargo, los que se vuelven a casar, a menudo, tienen problemas de pareja.

También tenemos matrimonios a los que parece irles bien, pero que viven un infierno en silencio. De hecho, escuchamos muchos testimonios años después, de matrimonios que fingieron durante mucho tiempo mientras pasaban por ese infierno. ¿No es mejor estar soltero y frustrado que casado y frustrado en ese caso?

La triste verdad es que los matrimonios que acuden a consulta al ministerio, son las personas más solas del mundo, mucho más solas que las personas solteras. Se sienten atrapadas en un matrimonio que no funciona.

De hecho, si somos solteros nada nos impide salir a tomar un helado con un amigo si surge la oportunidad. Ahora bien, cuando uno está casado y atrapado, no hay posibilidad de salir simplemente durante un par de horas. ¡Es el infierno en la tierra!

El secreto de un matrimonio exitoso no es el amor. Casarse con alguien porque creemos que le queremos, no hará que funcione. El amor no hace que un matrimonio tenga éxito.

Si nos fijamos en nuestros abuelos, no duraron juntos por amor, sino por dependencia respetuosa. Nuestras abuelas dependían de nuestros abuelos porque no trabajaban fuera de casa. Nuestros abuelos dependían de sus esposas para cuidar de la casa y de los niños. Por lo tanto, no tenían más remedio que soportar los problemas de la vida y permanecer juntos. La unidad se basaba en el respeto mutuo y la dependencia, no en el amor.

Ahora bien, no estoy diciendo que los maridos y las mujeres fueran necesariamente felices juntos, sólo digo que el equipo permanecía unido por un propósito y una finalidad superiores.

Las cosas han cambiado mucho hoy en día, ¡¿no es cierto?

Hoy en día, las mujeres trabajan las mismas horas que los hombres, por lo tanto, los maridos como las mujeres llegan a casa cansados, y mientras que nuestros abuelos solían encontrar una buena comida lista en la mesa, ya no es el caso, a menos que la gente se detenga en el camino para comprar algo de Pollo Tropical.

Encontrar un baño caliente, ropa limpia y el periódico en la silla ya no es real para la mayoría de los hombres. Y lo que es aún más difícil, las relaciones ya no dependen de la dependencia. De hecho, hoy en día los hombres pueden salir y dejar que una niñera se ocupe de los niños, o simplemente buscar otra mujer. Lo mismo ocurre con las mujeres o esposas, pueden marcharse y mantener un nivel de vida normal porque ganan dinero, a veces incluso más que los hombres.

Las cosas han cambiado, vivimos en un mundo diferente. Por lo tanto, debemos adquirir conocimiento y prestar atención a la evolución que ha experimentado nuestra sociedad en las últimas décadas.

Todavía observamos gente en la calle, buscando el amor verdadero y pensando que se sentirán enamorados hasta que la muerte los separe, tal como lo hicieron nuestros abuelos, eso es simplemente ingenuidad e ignorancia al mismo tiempo.

Tenemos el concepto de que el amor mantuvo unidos a nuestros abuelos y soñamos con un matrimonio o una relación perfecta para siempre, como la que ellos tuvieron... Eso es simplemente vivir en el país de las fantasías.

En un solo capítulo del libro de Mateo, Jesús abordó la soltería, el matrimonio y el divorcio. Un capítulo que está cargado de la sabiduría del Maestro sobre las relaciones.

Cuando hombres y mujeres se juntan, hay muchas probabilidades de que surjan conflictos, porque los hombres y las mujeres son complicados si no entendemos cómo funcionan. Es muy popular oír que las mujeres son mucho más complicadas que los hombres, pero la verdad es que son igual de complicados. Son diferentes y la clave es aprender y entender por qué Dios los creó de la manera en que los creó, y con qué propósito.

Ahora bien, la complicación es una opinión, porque obtiene su definición de la ignorancia. De hecho, algo sólo es complicado si lo desconocemos. ¿Correcto?

Si sabemos cocinar Macarrones con Queso, no es complicado, es fácil. Pero si no sabemos cocinar Huevos Revueltos, entonces es complicado.

Del mismo modo, los hombres no son complicados y las mujeres tampoco; el problema es la ignorancia.

La ignorancia nos hace experimentar sin cesar. Intentamos esto o aquello. Eso se llama: experimentar. Porque no sabemos cuál será el resultado.

Entonces, Jesús es abordado por los líderes religiosos que son profesores de la ley, refiriéndose a la ley de Moisés, y que regía al pueblo en aquel tiempo; incluyendo las relaciones sociales. Ahora bien, lo que Moisés estableció no era una ley religiosa, era una ley para el desarrollo nacional. Sí, ¡era para una nación, no para una religión!

Dios dio a Moisés tremenda sabiduría sobre cómo las personas debían vivir juntas en el contexto de un desarrollo social, una sociedad. Cómo debían vivir, casarse y permanecer casados. Pero en Mateo 19, los que supuestamente eran expertos de la ley, vinieron a Jesús con dudas y preguntas:

¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?. Mateo 19:3.

Se dirigieron a Él con el problema del divorcio. Ahora bien, este acontecimiento tuvo lugar 400 años después de la muerte de Malaquías.

Malaquías, como todos sabemos, es el último libro del Antiguo Testamento. Fue el último profeta al que Dios le habló con respecto a la venida del Mesías; también presentó a Juan el Bautista en su último capítulo.

Cuando Malaquías aún vivía, la epidemia número uno en la sociedad era el divorcio. La razón era que los hombres podían divorciarse de sus esposas por las razones más tontas; por ejemplo, si ella había quemado la comida, si tenía la menstruación sin avisarle, etc. ¡Era algo tan absurdo!

Pero echemos un vistazo a las Escrituras:

Esta es otra cosa que hacen: cubren el altar del Señor con lágrimas; lloran y gimen porque él no presta atención a sus ofrendas ni las acepta con agrado. Claman: «¿Por qué el Señor no acepta mi adoración?». ¡Les diré por qué! Porque el Señor fue testigo de los votos que tú y tu esposa hicieron cuando eran jóvenes. Pero tú le has sido infiel, aunque ella siguió siendo tu compañera fiel, la esposa con la que hiciste tus votos matrimoniales. Malaquías 2:13-14 (NTV).

Querido lector, ¡Dios está en nuestra boda! Él afirma claramente que ve y oye las palabras que pronunciamos cuando nos comprometemos en matrimonio. Él le oye a él decir que será fiel hasta la muerte y le oye a ella decir que se someterá a su marido hasta la muerte.

Dios está siempre presente y toma nota. Y, a partir de ese momento, nuestras oraciones dependen de nuestros votos.

¿Nos damos cuenta de lo serio que es esto?

Como solteros, Dios escucha nuestras oraciones si no vivimos en pecado. Pero cuando estamos casados y enojados con nuestro cónyuge, Dios dice que no nos escucha.

Realmente, ¡el matrimonio no es ninguna broma!

Nunca olvidemos esto: cuando nos casamos con alguien, nos casamos