CAPÍTULO 1 - LA RUPTURA

¿Qué nos ocurre entonces? ¿Qué sentimientos y sensaciones nos invaden?

Al recibir tal noticia de semejante calibre, y de manera inesperada, el primer sentimiento que nos invade en esos instantes es de sorpresa, estamos estupefactos, es como un shock, no nos lo podemos creer; este sentimiento viene seguido de una negación absoluta de lo que está ocurriendo, tras una angustia que se nos come por dentro. No podemos entender nada de lo que ocurre…

Es un momento en el que nos decimos a nosotros mismos que algo así no puede estar pasando, y lo expresamos de diferentes formas…

Esto no puede estar sucediendo… Tiene que ser una broma…

No lo ha dicho en serio… No puede ser verdad…

Esta es una de las diferentes fases por las que pasamos al comienzo de la ruptura cuando nos enteramos. Como hemos dicho, la sensación al principio suele ser de incredulidad, seguida de negación. Piensas que esto NO puede estar ocurriendo, que todo es una mala pesadilla, y nosotros mismos en ese instante NO podemos aceptar que esto se haya terminado de este modo, así, de la noche a la mañana, sin más… Intentamos hablar con la persona que nos ha dejado, hacerla entrar en razón, que nos explique el porqué de todo esto, y exponer causas y motivos por los que podríamos volver a intentarlo, pero nada resulta, nada parece conmover, no se inmuta, su decisión es inamovible, parece que a esa persona, la que era nuestro amor hasta hace un minuto, se le ha parado el corazón y congelado el alma.

Nos ha dejado.

¡Dice que ya NO nos quiere!

En algunos casos ciertas personas se bloquean al recibir tan impactante noticia y entran en un estado de shock. Es algo que no se asimila en ese mismo instante, te deja estupefacto, no tiene sentido,no te lo puedes creer. A otras personas les ocurre que se enfadan y sienten una angustia y una rabia muy intensas, pero al mismo tiempo también sienten una decepción enorme hacia la que era su pareja, la persona con la cual iban a pasar el resto de tu vida y a la cual han entregado años de su existencia compartiendo todo tipo de experiencias. Y resulta que ahora llega y te dice de repente… Que ya no hay más, que ya no te quiere, que necesita su tiempo, que todo se terminó, que quiere otra vida, y que en esa otra vida… no estamos incluidos nosotros.

Entonces todo tu mundo se derrumba, y te hundes sin poder asimilar aún todavía qué es lo que está ocurriendo. Seguimos sin comprender nada, esto que te han dicho no tiene sentido. El miedo te paraliza, saber que ya no vas a ver, a tocar, a besar ni a tener nunca más a esa persona te desgarra el alma, con esa noticia tan dolorosa te ha dado un zarpazo que te ha partido literalmente el corazón, no puedes contener más las lágrimas, y ya no sabes qué hacer ni qué decir, te sientes impotente ante tal situación, y el dolor y la angustia que sientes son tan grandes que te resquebrajan por dentro como pedacitos de cristal helado, no puedes asimilarlo todavía. Estamos desconcertados.

No logras comprender nada, sigues haciéndote miles de preguntas y tu frustración es cada vez mayor, tu cabeza te va a estallar y estás a punto de perder la consciencia, el pecho te aprieta, y te falta el aire, ya no puedes más con la situación. Te duele tanto que…. Te vas a morir de amor, y en esos momentos sufres algo que se llama «ataque de ansiedad». Debes respirar hondo y calmarte.

Los días van pasando y parece que todo cada vez lo ves peor, estás totalmente desolado, durante esta fase sientes mucha tristeza y dolor, la angustia y los recuerdos no te dejan dormir, te sigues haciendo preguntas y más preguntas sobre cómo puede estar pasando esto y qué motivos han podido provocarlo, sigues sin entender por qué no podéis sentaros a hablar tranquilamente como adultos y poner soluciones. Siempre te había dicho que ¡querer es poder!, y que todo iba a salir bien. Ayer estabais bien y hoy todo se ha acabado.

¿Por qué nos ha hecho esto nuestra pareja? O ¿qué hemos podido provocar nosotros para que haya ocurrido algo así?

Es necesario e imprescindible en estos momentos tan duros que aprendas a tolerar la frustración y el desasosiego de este instante tan confuso y al mismo tiempo saber controlar el dolor y la angustia, tanto o más que las diversas emociones negativas y pensamientos que te vienen automáticamente a la mente una y otra vez, para así poder reconducir esa sensación de ansiedad que no te está dejando respirar.

Son pensamientos negativos que cuando te llegan debes estar alerta para poder entender lo que significan y reemplazarlos por pensamientos positivos. No tenemos por qué encontrar la respuesta en ese mismo instante. Son pensamientos que cuando crees que te dicen que eres una persona que no vale nada, o que tu valía depende de los demás, te hunden, pierdes tu autoestima y te machacas a ti mismo. Hay que erradicarlos completamente de nuestra mente.

Lo que están haciendo estos pensamientos con estas cuestiones en realidad, es intentar que busques tus auténticas motivaciones y sentimientos, para que los saques a relucir en tu mente. Tenemos que levantarnos y salir de este estado tan lamentable, aunque creamos que no vamos a poder. Hay que tener muy en cuenta que las dudas y los miedos solo generan más desconfianza, más dudas y más miedos. El que tú no quieras aceptar la realidad no la cambia, no debemos autoengañarnos pensando en que nuestra pareja va a volver o que todo se arreglará… aunque sí es cierto que existen situaciones en las que las parejas se han vuelto a unir después de un tiempo y han podido volver a recomponerse para empezar de nuevo la relación.

En algunos casos, tras este percance, hay gente que se apoya usando ayuda psiquiátrica y farmacológica para superar este trance de ruptura, pero piensa que, si puedes evitarlo, es mejor poder superarlo por ti mismo y no a base de fármacos ni de ningún tipo de pastillas; por ejemplo, hay gente que toma y ha tomado Orfidal durante unos días porque se les ha presentado un cuadro de ansiedad por una ruptura de pareja y no podían dormir. Con el Orfidal y otros ansiolíticos conseguían reducir el nivel de estrés junto con el de ansiedad y dormir algo, pero el problema se mantenía, seguía ahí, lo único que pasa es que se enmascaraba la situación, surtiéndose con ese tipo de fármacos y diversos medicamentos para evadir el verdadero problema.

Mi consejo personal es que, si se pueden evitar los fármacos o cualquier tipo de medicamento adictivo, mucho mejor, aunque desde luego lo ideal es hacer frente a la situación sin ellos, utilizar la inteligencia emocional, hacer algo de ejercicio o practicar algún deporte y trabajar los miedos de forma eficiente para así poder reemplazar los pensamientos negativos de ese lado oscuro de nuestra mente por pensamientos positivos, y decidir no volver a tomar en más ocasiones los fármacos que sean en caso de que lo estés haciendo.

Teniendo muy claro que el efecto reactivo que produce el consumo de estos fármacos a largo plazo es la adicción, lo cual me indica que es preferible además de posible el reconducir de otra forma esta situación tan dolorosa y no escondernos en un consumo de medicamentos adictivos, tapando el verdadero problema, es preferible afrontarlo por nosotros mismos, aunque no todo el mundo puede hacerlo sin esta ayuda, llamémosla extra. Para eso hay que ser fuerte y haber alcanzado un alto grado de conciencia en nuestra vida.

De cualquier modo, y seas como seas, si pones empeño y te mantienes firme, al final sin drogas farmacológicas lo conseguirás, y en algún tiempo desaparecerán los síntomas de ansiedad, junto con esos pensamientos negativos automáticos de esa especie de lado oscuro que tanto torturan tu mente. Además, esa angustia combinada con los miedos se irá apagando poco a poco, aunque durante días irá cambiando de intensidad, unos días estarás mejor y otros peor, porque se trata de un proceso de duelo que tienes que pasar, y que cada uno por nuestra propia naturaleza, manera de ser y personalidad única, lo llevamos de un modo distinto, pero siempre bajo un mismo patrón, que es el del dolor por una ruptura sentimental de quien era nuestro ser amado.

Solo así, trabajando la inteligencia emocional, con algo de tiempo y poniéndola mente a nuestro favor podremos pasar a la fase de aceptación para poder asimilar del todo la realidad de esta fatídica situación y asumir lo que nos ha pasado. Necesitamos más tiempo.

Conforme vayan pasando los días y creas que ya no puedes más con esta angustia que tortura tu mente, que el cerebro te va a explotar y el pecho se te va a salir, simplemente piensa que eso ocurre cuando tenemos esos pensamientos negativos sobre lo ocurrido, todas nuestras emociones van precedidas de nuestros pensamientos, y estos ahora son como una montaña rusa de sensaciones vertiginosas que se colapsan mezclando todo tipo de recuerdos. Debemos despejar nuestra mente para poner en ella pensamientos positivos (más adelante vamos a explicar cómo hacerlo).

A veces durante este proceso de duelo van regresando brotes de ansiedad, nos llegarán en diferentes grados, e incluso aparecerán en algunos casos síntomas de depresión. Debes despertar y ser consciente de que puedes salir, nos han dejado, bien, de acuerdo, pero hay que seguir adelante. Entonces tu pensamiento debe ser otro, piensa que:

No vale la pena derramar ni una sola lágrima más por la persona que nos ha abandonado, porque realmente no lo vale ni las merece. Alguien que nos ha causado semejan- te daño no merece de nuestro desconsuelo ni de nuestra persona. ¡Piénsalo bien!

Este dolor solo se nos va a pasar, además de con tiempo, con mucho esfuerzo, paciencia y perseverancia. Necesitamos poder ahuyentar esos pensamientos negativos de nuestro interior y que aparecen en nuestra mente de forma repetitiva una y otra vez. Tenemos que motivar en todo lo posible la inteligencia emocional para poder vencer todos esos miedos y recuperar nuestra autoestima, estamos muy dolidos; de acuerdo también en que es un dolor difícil de llevar, pero sobre todo piensa que para recomponerse y volver a encontrar nuestra identidad se necesita de ese tiempo del que hablamos anteriormente, en algunas personas más que en otras, pero el tiempo es un elemento fundamental e indispensable a tener muy en cuenta cuando se dan estos casos de ruptura sentimental y que son factores completamente necesarios para poder sanar nuestras heridas psicológicas y emocionales.

Después, más adelante, y una vez superado lo anterior, es cuando nos llegará la fase de asimilación