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A Propósito de Jagten

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A propsito de La cacera (Jagten), de Thomas Vinterberg

Por Eduardo Rojas. Aqu pueden leer un texto de Nuria Silva sobre esta pelcula. Un enemigo del pueblo. El noruego Henrik Ibsen escribi Un enemigo del pueblo a fines del siglo XIX. La obra est influida por el individualismo liberal de finales de ese mismo siglo; la violenta reaccin del pueblo que ataca al Dr. Stockman cuando ste hace pblica la contaminacin del agua de la villa turstica en donde viven, que de hacerse pblica traer la ruina econmica para todos, parece infundida por una visin aristocratizante, paradjicamente desconfiada de la democracia liberal, avanzada poltica e ideolgica de la poca. Es cierto que la obra de Ibsen merece otros anlisis. Elijo ste por la eventual relacin con la pelcula del dinamarqus Thomas Vinterberg, quien participa, con mucha menor sutileza en la construccin de sus personajes y con una vocacin por el trazo grueso y el golpe bajo que parecen su marca de estilo, de aquella desconfianza ibseniana hacia las flamantes democracias burguesas. Lo que en Ibsen era una lectura entre tantas posibles ofrecidas por su sensibilidad de artista, manejando de forma magistral los recursos clsicos de construccin dramtica, encontrando contradicciones enriquecedoras en la humanidad de sus personajes, permitindose la duda y la paradoja, se transforma en la pelcula de Vinterberg en una elemental contraposicin de blancos y negros, en un primario juego de inocentes y culpables, un jugueteo peligroso e irresponsable con los brotes fascistoides que actualmente enturbian el helado paraso social demcrata de los pases escandinavos. El berenjenal ideolgico en el que Vinterberg se zambulle es paralelo a las arbitrariedades y licencias narrativas que se toma para la construccin de su pelcula. Hay un docente, Lucas, que vive en un pueblito, una comunidad religiosa en apariencia armnica y feliz a la manera que parecen entender tales conceptos los escandinavos: borracheras en continuado, canciones coreadas a grito pelado, luego po recogimiento en la iglesia dominical. Comparado con sus

amigos vikingos, Lucas es discreto. Silencioso, quiz tmido, sobrelleva un divorcio complicado que le dificulta el contacto con su hijo. A cambio de eso tiene una relacin cmplice y afectuosa con los nios, en especial con una pequea, rubia y angelical, hija de su mejor amigo. Lucas dedica sus numerosos ratos libres al deporte: lo vemos al comienzo cazando ciervos en el bosque con su fusil. El maestro caza como podra jugar al bowling o a la ronda catonga, pareciera que alguien le puso el fusil en las manos y lo empuj para que saliera a tirar tiros. Esta apata no es culpa del actor, sino de un guin que descuida la construccin de los personajes en desmedro de un exceso de lneas narrativas que no termina de desarrollar. La caza del ciervo se transforma en la caza del hombre, sera la metfora vinterbergiana, y as lo enuncia desde el ttulo como para que no queden dudas. Sin embargo, los elementos que deberan configurar tal metfora no terminan de fraguar porque el director los abandona por el camino y los retoma, forzados, en un final amaado y confuso.

Lucas inicia una relacin con una mujer (por supuesto, es ella quien toma la iniciativa), y ello parece provocar los celos de su amiga pequea, que lo acusa falsamente de abuso sexual. El comportamiento de la nena es menos que verosmil. Ante los casos de abuso infantil, las vctimas, casi invariablemente, reaccionan con culpa y ocultamiento hasta que pueden abrirse y contar su drama. La nia, en cambio, acta como una adulta perversa, consciente de la enorme capacidad destructiva de su mentira. Cuando esta se expande como una bola de nieve escandinava, retrocede y confiesa su mentira. Nadie la escucha, tampoco nadie investiga segn el protocolo universal de estos casos. Nada de Cmara Gesell, ni mdicos ni psiclogos, ni polica ni jueces. No, nuestro reclamo no es verosimilista, es por la ausencia de lgica interna en la construccin de los personajes, por el falso paralelo entre el insulso Lucas y cualquier inocente hitchocockiano vctima de injusta persecucin. Lo que Vinterberg y sus exgetas no advierten es que los inocentes de Hitchcock son, en su fuero interno, culpables morales, seres portadores de impulsos oscuros que expanden sus vibraciones hacia afuera para que la culpa in pctore manche a la inocencia fctica. Seres humanos, complejos, ambivalentes, demonios travestidos de ngeles o viceversa. Vinterberg no es capaz de dotar de ninguna de esas caractersticas a Lucas, un inspido con sabor a sopa fra, soso y vaco como una pelota de goma que rebota impulsada por los golpes injustos de sus verdugos. Hombres necios que acusis al bobalicn sin verLa vida de Lucas se transforma en un infierno fro hasta que, por un capricho del guin, todo se aclara. Corte, elipsis; ahora todos estn de nuevo juntos y felices, aqu no ha pasado nada, cantemos y bebamos a coro que se viene otra navidad. No, atenti, esto no es una elipsis, procedimiento narrativo que supone sustraer acciones y momentos de la trama para potenciar el sentido ltimo de la historia.

Tengo un cario personal por la elipsis as como otros lo tienen por el travelling o el plano secuencia. En buenas manos es una herramienta noble y poderosa. Adolfo Aristarain, para buscar un ejemplo cercano, es un maestro que la ha ido perfeccionando pelcula a pelcula, en especial desde Un lugar en el mundo. En ella, como en Lugares comunes o en Roma, todo el relato confluye en la muerte del padre o la madre del protagonista. Aristarain nunca nos la dejar ver. Una forma asociada del pudor y la pena la preserva para el personaje de cada pelcula, pero el peso de la ausencia, el dolor y el amor hurfanos del hijo, se nos hacen propios, ntimos y desgarrados por todo aquello que Aristarain sustrae de nuestra vista. La elipsis es la muerte, el estupor de la ausencia, la conciencia creciente de que ya no veremos ms al rostro amado. La elipsis puede ser tambin poderosa herramienta de la alegra o cualquier otro sentimiento humano, como en casi cualquier pelcula de John Ford o, por citar un ltimo ejemplo, del misticismo de los hermanos Dardenne (ver la alegra de Lorna y Claudy en su ltimo y breve paseo en bicicleta, y el corte brutal e inmediato a la muerte de Claudy en El silencio de Lorna).

Vinterberg no sustrae, esconde bajo la alfombra de nieve sentimientos que no sabe en dnde ubicar. Del pas del rencor y el desprecio expresados en golpes y escupitajos en donde ha vivido Lucas durante una temporada infernal, no se vuelve sin heridas. Lucas, ni nadie en su situacin, sera capaz de retomar la vida junto a sus amigos como si nada hubiera pasado. Falsedad, traicin a la tica que el propio film ha propuesto, ligereza e irresponsabilidad de su director que manipula tanto a sus personajes como al candente tema de la pedofilia. Si quera cerrar el conflicto central de su pelcula de forma elptica, consigui en todo caso un objetivo distinto, pedaggico en este caso: mostrarnos de qu manera no debe utilizarse la elipsis como procedimiento narrativo.

Porque la historia sigue con una breve coda final despus de esta fallida elisin. Hay una ceremonia inicitica en la que el hijo de Lucas es recibido en el grupo de hombres mediante la entrega ritual de un fusil, subtrama que parece retomar la escena inicial de cacera sin que se advierta la relacin con la trama principal Crtica al machismo? Pedofilia armada? Vaya uno a saber. Despus, corte y Lucas cazando otra vez en el bosque; alguien, una figura borrosa, dispara sobre l, falla y desaparece. La mirada temerosa del maestro, una vez ms vctima de un ataque, cierra el film. Otro desconcierto El vengador annimo? Un fantasma justiciero? Una materializacin de la conciencia de Lucas indicando que despus de todo en algo andara? Otra vez, vaya uno a saber. Demasiadas intrigas. A esta altura ya hace rato que perd el inters en resolverlas. Me voy, no sin antes recordar que de vez en cuando es bueno enojarse con una pelcula, con su realizacin o su ideologa, que en el fondo terminan por resultar lo mismo. Recordemos la frase de Hegel: La forma es el fondo que sale a la superficie y tomemos a La cacera como un buen ejercicio didctico de cmo no es conveniente utilizar los instrumentos narrativos; que cuando se es un reaccionario camuflado, ms temprano que tarde, las inflexibles leyes de la construccin dramtica se volvern en contra para desenmascararlo. La cacera (Jagten, Dinamarca, 2012). Direccin: Thomas Vinterberg, c/ Mads Mikkelsen, Alexandra Rapaport, Thomas Bo Larsen Mads Mikkelsen, Alexandra Rapaport, Thomas Bo Larsen, 105.

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