1) Lovejoy, Skinner, Introducción A Koselleck

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Materia: Pensamiento Argentino y Latinoamericano

Ctedra: Palti
Terico: N 1 20 de Marzo de 2012.
Tema: Introduccin a la materia. La nueva historia intelectual. Lovejoy, Skinner,
Koselleck.
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Profesor: Vamos a empezar con la parte organizativa. Hoy estamos en el aula
Boquitas, pero los tericos van a ser en el aula 324. Les voy a anotar las comisiones.

1) Martina Garategaray J ue 13-15
2) Silvina Cormick J ue 21-23
3) Miguel Faign Vie 13-15
4) Pablo Martnez G. Vie 15-17

No habamos previsto que hubiera tantos inscriptos en la materia. Estamos un poco
cortos con las comisiones entonces. Tenemos cuatro comisiones de prcticos nada ms y hay
290 inscriptos. Yo voy a hablar con el departamento a ver si agregamos una comisin ms.
La inscripcin a los prcticos se va a hacer va el Campus Virtual. En la segundo hora
va a venir Pablo, uno de los ayudantes, a explicarles bien cmo se hace. El tema va a ser tratar
de distribuirse lo mejor posible entre las distintas comisiones, porque, si no, algunas van a
estar superpobladas.
La mecnica de la cursada es la tradicional: hay dos parciales y un final oral. Esta
materia no es de promocin directa. Tenemos algunos feriados, sobre todo, ahora en el
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comienzo. La idea va a ser: lo que yo presente en terico es lo que van a discutir a la semana
siguiente en prcticos. O sea, habra que tratar de seguir el mismo paso en tericos y
prcticos. Entonces los feriados nos complican un poco. Cuando nos toquen los feriados, se
van a atrasar. En cada comisin de prcticos vern cmo hacen para recuperar. La siguiente
recomendacin la hago siempre. La forma de que les vaya bien en la materia es ir siguiendo el
paso de la materia: saber en cada momento qu estamos discutiendo, leer los textos antes,
venir a clases con las lecturas previas. Si no, no slo es imposible leer antes del parcial todo lo
visto a lo largo del cuatrimestre sino que adems van a perderse las clases. Si no saben de lo
que estamos hablando, estn perdiendo tiempo en clase. Mi recomendacin es esa.
Dentro de la bibliografa, los textos que van a estar en las fotocopiadoras del Cefyl y
de SIM, que se van a discutir en clase. Pero hay tres libros que son en conjunto una especie de
manual de la materia. Todo esto en el programa figura. Los tres que forman este manual son:
Tradicin poltica espaola e ideologa revolucionaria de Mayo de Tulio Halpern Donghi,
que ha sido reeditado por Prometeo. El libro mo, El tiempo de la poltica. El de Halpern
sera para el perodo pre-independiente, colonial; el mo para el siglo XIX. Por ltimo, el libro
de Oscar Tern, Ideas en el siglo, que es ya para siglo XX.
El programa de la materia puede sufrir alguna modificacin a lo largo de la cursada,
porque vamos a ver cmo avanzamos. Esperemos que no. Pero siempre ocurren algunos
accidentes a lo largo del cuatrimestre: algn paro, alguna amenaza de bomba, etc.

Estudiante: Los prcticos son por temas?

Profesor: No, en todos los prcticos se ve lo mismo. En el Campus Virtual van a tener
el cronograma, donde se seala qu lecturas tienen por semana. Para todos los prcticos son
las mismas. Es lo que vamos a ver las semanas anteriores en tericos. Yo en los tericos voy a
agregar otra bibliografa que no se va a ver en prcticos, como para enmarcar lo que se va a
ver en los prcticos.
Yo me hice cargo hace ya un par de aos de esta materia. Supongo que la mayora de
ustedes viene de Filosofa. Yo, en realidad, vengo de Historia. Igualmente, como vern, yo
tengo una inclinacin filosfica. Pero esto que podemos llamar la Historia Intelectual es una
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disciplina que cruza distintas disciplinas de la Historia, de la Filosofa, y tambin se nutre de
otros campos, como la Crtica Literaria. Esto es lo que le da un sentido, para m,
particularmente atractivo a la especialidad. Pero tambin lo hace complicado de inscribir
dentro de las formas ms tradicionales que aprendieron a lo largo de la carrera. La Historia
Intelectual supone de alguna forma un modo distinto de abordar la historia de la filosofa:
muy distinto al modo en que suele verse en las materias ms tradicionales de historia de la
filosofa. De hecho, en los ltimos 20 aos ha sido una especialidad que ha presenciado un
gran giro terico, una verdadera revolucin terica, y que ha servido de modelo fuera de la
especialidad, ha sido una fuente de renovacin terica para el conjunto de las disciplinas
humansticas.
Desde que yo me hice cargo de la materia, cambi un poco el programa, buscando en
este sentido. En primer lugar, van a ver en el programa un ncleo terico, que dentro de este
programa tiene un peso bastante importante, donde se discute ms cules son las orientaciones
generales y los modelos de anlisis que hoy dominan en la disciplina, es decir, las distintas
escuelas que existen. Vamos a ver cules son sus postulados fundamentales, sus metodologas
de investigacin y cules son sus diferencias. La idea ac es tratar de hacer un cruce entre las
distintas escuelas. Este gran giro que se dio en la disciplina lo podemos sintetizar como el
paso de la vieja tradicin de Historia de Ideas a lo que hoy se conoce como una nueva
Historia Intelectual o yo prefiero llamarla la Historia de los Lenguajes Polticos, que es ms
especficamente lo que vamos a tratar de hacer ac.
Entonces la idea es, por un lado, dialogar, tratar de entender cul es el sentido de esta
renovacin terica, cules son los aportes que han realizado estas distintas escuelas y en qu
sentido esto supone efectivamente un modo distinto de entender y leer los textos. Estos
marcos tericos no slo les tendran que servir para despus poder abordar los textos del
pensamiento argentino y latinoamericano, que son los que despus vamos a ver
especficamente ac, sino que tambin les pueda llegar a servir para ver de otra forma aun
esos textos ms clsicos de la filosofa. De hecho, como vamos a ver, estas escuelas surgen a
partir de discusiones que se hacen en torno a figuras clsicas, como Locke, Hegel, Hobbes,
etc.
El otro objetivo que me prepuse para esta materia es dar un marco ms
latinoamericano, porque estaba normalmente muy concentrada en Argentina. Ac vamos a ver
textos de autores de distintos pases, no slo Argentina. Me parece importante mostrar los
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procesos intelectuales ms globales que se dieron en conjunto en este subcontinente. Este
justamente es uno de los grandes cambios que hubo en la Historiografa reciente: la necesidad
de analizar los fenmenos de desarrollos culturales e intelectuales de forma ms integrada,
porque el ver nada ms los de Argentina, nos lleva muchas veces a ver probablemente como
problemas especficamente argentinos problemticas que, en realidad, fueron comunes para
toda la regin, e incluso para todo el mundo. E inversamente: tomar quizs como banales
problemas que, en realdad, son sumamente originales y especficos de los autores nuestros.
Pero eso no lo podemos saber, si no ubicamos a estos autores en un contexto ms amplio.
Entremos ahora en tema, ver cul es el sentido de este cambio terico que se produjo
en la disciplina, que suele ser bastante mal comprendido an por los especialistas. Para
aquellos que estn ms familiarizados con las lecturas en esta rea, van a ver que hoy se ha
puesto casi de moda. Nadie dice que hace Historia de Ideas; todo el mundo dice que hace
Historia Intelectual. Suelen citarse a los autores que vamos a ver ahora. He visto una gran
cantidad de tesis y libros donde hay una introduccin donde se repasan las ideas de Koselleck,
Skinner, que son los autores que vamos a ver ahora. Pero despus lo que se termina haciendo
no es demasiado distinto a lo que haca hace cuarenta aos Alberto Palcos o J os Luis
Romero. Hoy los autores ya no hablan de ideas liberales o ideas republicanas, sino que hablan
de lenguaje republicano y lenguaje liberal; pero siguen pensando todava en trminos de
sistemas de ideas. De este modo suele perderse de vista el profundo cambio que sufri la
disciplina. Esto es lo que me gustara ver en esta primera parte: por qu efectivamente se
trata de una renovacin terica fundamental? Que no es simplemente un cambio de nombre,
sino que supone una reformulacin radical del objeto de estudio y los modos de aproximacin
a ese objeto.
Uno de los problemas de por qu ese cambio no ha sido normalmente percibido o
correctamente comprendido, tiene que ver con el hecho de que esta renovacin terica surge
de tres fuentes distintas, que tienen poca comunicacin entre s. Como suele ocurrir, hay tres
grandes escuelas: la anglosajona, la alemana y la francesa. Pero estas escuelas tienen una
fuerte insularidad. La escuela de los autores fracases citan autores franceses; los anglosajones,
autores anglosajones; los alemanes, lo mismo. No se conocen entre s. De hecho, hay una
ancdota: Melvin Richter, que es un profesor de la Universidad de Nueva York, hizo un
congreso en la ciudad de Washington donde invit a J ohn Pocock, que es uno de los
principales referentes de la escuela anglosajona, la Escuela de Cambridge, y Reinhart
Kosselleck, que es el terico ms importante de la Escuela Alemana de Historia de los
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Conceptos o Begriffsgeschichte. Los junto a los dos para que puedan discutir y confrontar sus
ideas. Cuando le toca intervenir a Pocock, l dice: Mire, en realidad, yo no leo alemn. No
conozco sus escritos. Esto ilustra bien la poca comunicacin que hay entre ellos. Como
vamos a ver, esto le plantea a cada una de estas escuelas algunos problemas que no terminan
de resolver por s mismas.
Donde s se produce ese cruce, al menos circunstancialmente, es en Italia. En Italia hay
un grupo reunido en torno a la revista Filosofa poltica, que dirige Carlo Galli, donde s
conocen bastante bien a los autores fundamentales de estas tres escuelas. El ms conocido del
miembro del comit editorial de la revista es Roberto Esposito. Otros autores importantes son
Giuseppe Duso, Sandro Chignola. De hecho, estos dos autores van a venir al pas este ao.
Van a dictar un seminario en la UNSAM.
Las divergencias entre estas tres escuelas tienen que ver tambin a que responden a
tradiciones intelectuales locales diferentes, y, en particular, porque aquella Historia de Ideas
contra la cual cada una va a reaccionar tambin va a ser distinta. La escuela anglosajona va a
reaccionar contra la History of Ideas, que funda Arthur Lovejoy. La escuela alemana de
Historia de Conceptos va a reaccionar contra la vieja tradicin neokantiana Ideensgeschichte.
Segn contra quienes estn discutiendo va a hacer que los desarrollos tericos de cada uno
tambin vayan a ser divergentes. Pero hay un punto en el cual, ms all de estas profundas
divergencias que vamos a ver, marca una tendencia comn, que nos habla de una revolucin
ms general que se est produciendo en el campo. Todas estas escuelas van a tratar de
traspasar los contenidos de los discursos. Dicho de forma ms genrica, no les importa tanto
qu es lo que dijeron los autores del pasado sino cmo fue posible para estos autores decir lo
que dijeron. Ms que reconstruir esos discursos, de lo que se trata es reconstruir cules fueron
las condiciones de enunciacin de esos discursos.
Esto tiene que ver tambin con un objetivo que es comn a todos estos autores, ms
all de que cada uno va a entender de forma distinta esto pero el objetivo es comn a todos,
es el problema de la temporalidad de los conceptos. Todos van a reaccionar contra lo que
consideran como una visin ahistrica de las ideas de la vieja Historia de las Ideas, que es
contra la que ellos discuten. Esta vieja tradicin suele ver a las ideas como entidades eternas o
transhistricas. Este objetivo primero de reconstruir las condiciones de enunciacin de los
discursos est asociado a su vez a recuperar esta historicidad de los conceptos. Bsicamente lo
que se proponen todos es lograr un mayor rigor histrico al nivel de los conceptos, evitar los
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anacronismos, no hacerle decir a un autor algo que no pudo haber dicho. Es uno de los
grandes problemas que ellos perciben en los modos tradicionales de abordar la Historia de la
Filosofa. En resumen, una de las problemticas que recurre todos estos desarrollos es
desarrollar un concepto de la temporalidad de la historia conceptual. Cmo es que cambian
las ideas, los conceptos y el lenguaje? Por qu cambian? Cul es el origen, la fuente del
cambio histrico? Lo que se busca es desarrollar una teora que nos permita entender los
textos desde una perspectiva propiamente histrica y conceptual, que, como les deca, es
bastante distinta de cmo se los lee desde la Historia de la Filosofa.
La primera de las escuelas que vamos a ver es la escuela anglosajona, la Escuela de
Cambridge, cuyos ms importantes representantes son Quentin Skinner y J ohn Pocock. De
Skinner tienen un texto en la bibliografa. La Escuela de Cambridge comparte un cambio
fundamental en las teoras contemporneas que se asocia al llamado el giro lingstico.
Qu es esto del giro lingstico? Hay un libro de Hans Kellner cuyo subttulo es
Geting the story crooked, y que ilustra bien esto. El subttulo tiene un juego de palabras. La
frase se refiere a una ancdota que l cuenta. Haba un congreso que organiza la revista
History and theory. Esta revista sirvi de plataforma para estos desarrollos tericos en el
mundo anglosajn. De hecho, ah fue donde se public por primera vez el texto que vamos a
ver de Skinner. Esta revista organiza una reunin para discutir las diferencias tericas entre
los historiadores de ideas ms tradicionales y estos nuevos historiadores intelectuales. Parece
ser que fue muy tenso el congreso, hubo discusiones bastantes encendidas. Qued, entonces,
una animosidad de unos y otros. Al final, como suele ocurrir, hubo una cena de cierre. Uno de
los historiadores ms tradicionales se acerca a uno de los defensores de la nueva Historia
Intelectual y le dice con nimo de distender un poco la situacin: Despus de todo, de lo que
se trata es telling the history straight (contar la historia llanamente). l quera decir que la
Historia trata de contar lo que pas. A lo que responde este otro historiador, mostrando que no
haba habido posibilidad de acuerdo: De lo que se trata es telling the story crooked (contar el
relato torcidamente). En vez de history (historia) usa story (relato). Kellner explica
esta expresin con otra ancdota. Cuenta que estaba una vez en la opera, en el teatro, viendo
un espectculo. l estaba con sus binoculares. Resulta que sus binoculares no andaban bien y
se le desenfocan. Entonces estaba luchando con los binoculares sin prestar atencin a lo que
estaba pasando. Finalmente logra enfocarlos y se olvida de los binoculares. Slo vuelve su
atencin sobre los binoculares en los momentos en que estos se desenfocan. Cul sera la
ancdota? l dice que normalmente los conceptos o categoras con las que nosotros
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abordamos la historia suelen aparecernos como un medio transparente para entender lo que
ocurri en el pasado. Slo esos conceptos y categoras se vuelven objetos de anlisis en el
momento en que se nos revelan problemticas. Slo entonces prestamos atencin a aquellas
herramientas conceptuales con las cuales nosotros construimos esos objetos. Con esta
ancdota se trata de demostrar cul es el sentido del giro lingstico. Es una vuelta de la
crtica sobre s misma para objetivar, volver objeto de anlisis, las propias herramientas
categoriales con las cuales nosotros construimos nuestros objetos.
Como vamos a ver, este giro lingstico va a plantear una serie de problemas, que no
se van a llegar a resolver. El tema es que, ms all de los problemas que va a plantear este
giro lingstico, es cierto que marca de alguna forma un corte irreversible. Va a lograr
introducir un grado de autorreflexividad de la crtica, que va a ser ya imposible cualquier
vuelta a atrs a una perspectiva considerada ahora ms ingenua respecto de la Historia
Intelectual. Todos los debates que se van a abrir a partir de ahora van a tener como su punto
de partida y premisa este giro lingstico, aun cuando muchos sean crticos del mismo y
sealen problemas de este.
Empecemos con la Escuela de Cambridge. Aquella tradicin contra la cual ellos van a
reaccionar es la vieja tradicin de History of Ideas de Lovejoy. De este autor ustedes tienen un
texto para ver. Es un texto paradigmtico de Lovejoy, que sienta las bases tericas para esta
escuela, que sali en la primera pgina del nmero 1 de la revista que l fund, que es el
Journal of the History of Ideas. Esta revista todava existe, aunque cambi mucho; tiene a
otros miembros en el comit editorial. Eso fue en 1940. Este Journal sirvi de alguna forma
de vocero del History of Ideas class, que fund tambin Lovejoy y J ohn Pocock en
Washington. Ese Journal en la dcada de los 40 y comienzos de los 50 fue una revista
acadmica fundamental. Sobre todo, en el mbito anglosajn ya en los aos 40 hay una muy
fuerte tradicin de revistas acadmicas, que ac todava no la tenemos. Hay miles de revistas
acadmicas sper especializadas. Hay revistas especializadas a estudiar nada ms el
pensamiento de Vico, por ejemplo. Hay varias revistas de estudios viqueanos. En medio de
esta pluralidad y diversidad, esta revista era la nica que lean todos en los aos 40. Era la
nica revista que se comparta en distintos campos. Fue una revista muy influyente. Bueno,
esto se los cuento un poco al margen: esta influencia tiene que ver con el hecho de que
Estados Unidos siempre tuvo como cierto complejo de inferioridad respecto de Europa. Aun
cuando era la mayor potencia econmica a nivel mundial, culturalmente segua pareciendo
dependiente de Europa. Esta revista contribuy a forjar la idea de que haba una tradicin
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intelectual propia en Estados Unidos. De hecho, se reconoci recientemente que la revista fue
financiada en esos aos por la CIA. Lo cual no le quita mrito, porque el aporte que dio a
nivel intelectual fue fundamental. Hasta el da de hoy es as, bajo la direccin ya de
Anthony Grafton, un historiador extraordinario, que es adems presidente de la American
Historical Association. De hecho, yo soy miembro del comit de esa revista.
Lovejoy va a asentar las bases pare el recorte de la Historia de Ideas como un campo
especfico dentro del mbito acadmico. Va a definir un objeto que es propio para la Historia
de Ideas y una metodologa peculiar, que la va a distinguir respecto de las otras disciplinas
con las cuales se toca, como la Historia de la Filosofa o la Historia de las Civilizaciones. Con
la Historia de la Filosofa, el recorte no va a ser tan complicado, porque la Historia de Ideas
va a incluir otro tipo de saberes y discursos ms all de la Filosofa; por ejemplo, la Historia
de las Ciencias, la historia de las disciplinas, van a ser parte de la Historia de Ideas, que
escapan a la Historia de la Filosofa. Ms difcil va a ser el recorte respecto de la vieja
tradicin de Historia de la Cultura o Historia de las Civilizaciones.
Aqu es donde Lovejoy va a sentar una de las premisas metodolgicas fundamentales.
El postulado es que las ideas tienen la capacidad de migrar: de pasar de una disciplina a otra,
de una poca a otra. Por lo tanto esto muestra los lmites de esta Historia de las Civilizaciones,
que estudian, por ejemplo, la historia de la civilizacin griega o antigua, pero no puede hacer
un recorrido ms amplio de cmo circulan histricamente ideas como la de la democracia, o
la que Lovejoy estudia, la gran cadena del ser. Haba una idea, un motivo tradicional, en el
pensamiento antiguo de que hay una cadena del ser, una graduacin de los seres que va desde
el plipo hasta Dios. Ese motivo, que se encuentra en Platn, l va a ver cmo va a servir de
base, por ejemplo, a Linneo para confeccionar su taxonoma. Ese motivo aparece tambin en
Leibniz e ncluso hoy en Deleuze. Es decir, esa idea recorre la historia del pensamiento
filosfico y tambin da lugar a grandes teoras biolgicas o fsicas. Entonces lo que se va a
proponer este History of Ideas Club va a ser armar un equipo de trabajo interdisciplinario. Ah
van a converger especialistas en distintas pocas histricas y estudiosos de distintas
disciplinas, como la filosofa, la ciencia, etc. Esto va a ser lo que le va a dar su impronta ms
particular a esa escuela: este carcter fuertemente interdisciplinado.
El otro postulado de Lovejoy en este texto tiene que ver con identificar cul es la
unidad del anlisis: la idea-unidad. Esto va a estar asociado con un postulado que luego
muchos de sus crticos lo van a combatir. l va a ser crtico normalmente de aquellos que
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construyen sistemas de pensamientos. Tiene un artculo en el libro que se llama tambin
History of Ideas, donde se recogen todos sus textos tericos fundamentales. En ese artculo
discute, por ejemplo, el concepto de romanticismo. Hace un repaso de todas las definiciones
que intentaron darse al romanticismo para demostrar que, en realidad, ninguna de esas
definiciones resulta apropiada. UNa definicin dad se puede aplicar a algunos autores, pero no
a otros. No hay ninguna definicin que pueda dar cuenta de todas aquellas ideas que
normalmente se inscriben dentro la categora romanticismo. l concluye de ah que, en
realidad, los sistemas de pensamientos no son nunca sistemas homogneos, sino que son
sistemas heterogneos. Vieron como los cristales, que se van formando de unidades
separadas, que encastran unas con otras? De alguna forma, los sistemas de pensamiento, para
Lovejoy, tienen una estructura cristalogrfica. Son ensambles de ideas que se van encajando
de distinta forma, pero que cada una de estas ideas proviene originalmente de universos
distintos, y por eso nunca llegan a constituir unidades homogneas, sino que son siempre
conglomerados heterogneos de motivos diversos que eventualmente encajan mejor o peor,
aunque nunca llegan a construir una totalidad orgnica coherente. Este postulado que es muy
interesante, no va a ser por el que se lo recuerde a Lovejoy. Sobre todo, porque, en la
polmica que luego se desata contra esta escuela, se va a tender a enfatizar, como suele
ocurrir, los puntos ms dbiles de su teora. Se deja de lado lo que quizs podran ser aportes
que los propios crticos muchas veces compartiran. Lo que va a quedar de eso es este
postulado de que de lo que se trata es de desgajar estos sistemas de pensamiento en sus
componentes elementales y hacer la historia de cmo se fueron trasladando estas ideas a lo
largo del tiempo en las disciplinas y cmo en este proceso de prstamos se fueron
redefiniendo estas ideas, cobrando nuevos sentidos. Esto se ve bien en el libro fundamental La
gran cadena del ser.
Finalmente otro de los postulados que va a ser decisivo para la construccin de este
campo va a ser el postulado de por qu importa la Historia de las Ideas. Esto va a ser uno de
los puntos que va a ser ms cuestionados en la dcada siguiente, la del 60, y tambin la del
70, donde la Historia de las Ideas va a sufrir un oscurecimiento. El Journal ya no va a
cumplir el papel que cumpli en sus inicios, va a seguir siendo una revista importante pero ya
ms para los especialistas en el tema. El postulado de Lovejoy de que las ideas importan, de
que, ms all de que las ideas puedan considerarse nada ms que racionalizaciones de otros
tipos de impulso, como intereses econmicos o implulsos pasionales, como el afn de poder, o
lo que fuera, lo cierto es que esas racionalizaciones una vez que se formulan, dice, los sujetos
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se van a ver compelidos a actuar en consecuencia con esas ideas. Este es uno de los puntos
fundamentales que le va a ser cuestionado en los 60 y 70 y va a llevar al oscurecimiento a la
Historia de las Ideas. Bsicamente uno de los autores que tienen ustedes, que es Lewis
Namier, que es un autor britnico fundamental de Historia Poltica, que fue conocido como el
autor de una visin cnica de la historia. l bsicamente lo que le va a cuestionar es como una
cierta ingenuidad a la Historia de Ideas en general, mostrando que lo que funciona en la
prctica concreta es una lgica pura del poder. Los actores polticos nunca tuvieron a lo largo
de la historia ningn problema en contradecir sus ideas cuando lo consideraron necesario.
Ahora, si es as, qu sentido tiene estudiar los principios que formulan los actores, cuando
sabemos que ni siquiera ellos mismos estn dispuestos a seguirlos? La Historia de Ideas
pecara de cierta ingenuidad. Si nosotros creyramos lo que dicen los polticos, terminaramos
aceptando que son grandes patriotas, honestos, etc., y sabemos que, en realidad, no es as.
Esto es un cuestionamiento crucial. Lo que est poniendo en cuestin es el sentido mismo de
la disciplina: para qu estudiar la Historia de Ideas? Las ideas seran especies de pantallas
que tienden ms a encubrir que a revelar las verdaderas motivaciones de los autores. Esto
hace que la Historia de Ideas sea bastante mal vista en los aos 60. Va a ser identificada
como una visin ingenua e idealista. Esto va a estar asociado con el crecimiento de la Historia
Econmica y Social, tambin con las corrientes de la historiografa marxista, que, por lo
menos en su versin ms vulgar, tenda a pensar la historia intelectual como un epifenmeno
superestructural de determinaciones econmicas objetivas.
Este es el desafo al cual propone responder la nueva Historia Intelectual. Skinner y la
Escuela de Cambridge va a partir de la base de que este supuesto de que los autores respondan
o se vean obligados a ser coherentes con sus ideas es un supuesto sumamente frgil. Basta con
probar que no es as, para que entonces no tenga sentido nada de lo que nosotros hacemos.
Cmo darle un sentido a la Historia Intelectual sin partir de este presupuesto tan frgil? Si
suponemos que efectivamente es as, que las ideas no importan demasiado, no influyen
demasiado en el comportamiento concreto de los autores polticos, entonces cul es el
sentido que hay que darle a la Historia Intelectual para que sea digna de estudiar? Como
vemos, no es un interrogante fcil de resolver. El intento de responder a este problema, que,
como les digo, es fundamental, porque, si no logramos responder esto, mejor dediqumonos a
otra cosa, va a pasar por una reformulacin fundamental. Esta reformulacin es la que va a
operar esta Escuela de Cambridge.
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Esto est asociado con el giro lingstico. En el caso de la Escuela de Cambridge, ellos
van a apelar a las teoras lingsticas anglosajonas de los actos de habla, cuyos principales
representantes son Austin y Searle. Austin tiene un libro que se llama Cmo hacer cosas con
palabras?. Los que vienen de letras seguramente lo conocen bastante bien. Skinner toma
como base un texto de quien era su director de tesis en Cambridge l nunca termina su tesis,
porque se pelea despus con Peter Laslett, su director. Peter Laslett escribi un texto
importantsimo, muy influyente, que era un prlogo a una edicin de los dos Ensayos sobre el
gobierno civil de J ohn Locke. En ese prlogo, l muestra que, en contra de cmo ha sido
interpretado normalmente este texto de Locke, que se lo vea como una especie de refutacin
del Leviatn de Hobbes. Locke, como saben, era un pensador radical, en contra de Hobbes,
quien era un pensador que ms bien sostena el absolutismo. l muestra que, si lo
interpretamos as al texto de Locke, no podemos entender nada de ese texto. Locke, en ese
texto, nunca discute con Hobbes. Su interlocutor no era Hobbes, sino un autor que para ese
entonces era desconocido. Hoy se hizo conocido gracias a Laslett. El pensador era Filmer, que
tena un libro llamado Patriarcha. l muestra cmo los dos Ensayos de Locke estn destinado
a discutir claramente cada uno de los argumentos de Filmer y que no podemos entender cmo
est construida esa obra, si no la ubicamos en el contexto dialgico dentro del cual surgi.
Skinner lo que se propone es darle un sustento terico a lo que hizo su maestro Laslett
en este texto que vamos a analizar ahora. Es un texto muy problemtico, porque todava
estamos en una poca cuando l escribi donde la Historia Intelectual tena muy mala prensa.
A l le cost muchsimo publicar este texto. Fue rechazado por veinte revistas, hasta que
finalmente se lo aceptaron. En este texto, l apela a esta teora de los actos de habla para
introducir la consideracin para la Historia Intelectual de una dimensin del lenguaje
normalmente no percibida o no tomada en cuenta por la vieja tradicin de Historia de Ideas.
Esta es la dimensin performativa. Nosotros cuando decimos, o escribimos, algo no slo
estamos diciendo algo sino que estamos tambin haciendo algo al decir lo que decimos. Hay
un foco no tanto en los contenidos lingsticos sino ms en los usos del lenguaje. Esos usos
del lenguaje suponen realizaciones de orden prcticos: realizar hechos. El ejemplo clsico es
cuando uno dice s en el altar: no slo est diciendo algo sino que est haciendo
materialmente algo, est cambiando su estado civil. Las palabras no slo producen hechos
sino que son ellas mismas hechos. De lo que se trata, entonces, es de comprender los textos
como actos de habla, como hechos. No slo hay que entender qu dice Locke sino qu estaba
haciendo Locke al decir lo que dijo. Eso es lo que haca Laslett.
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Todo acto de habla est orientado a intervenir materialmente sobre una realidad. Este
postulado est orientado a detectar los anacronismos propios de la Historia de Ideas. Cul es
el problema tradicional de la Historia de la Filosofa o de las Ideas? Que construye la historia
de la filosofa como una especie de dilogo transhistrico entre figuras cannicas en torno a
preguntas intemporales, como cul sera el ideal del bueno gobierno. Esto me hace acordar a
un programa de televisin de cuando yo era chico. El programa se llamaba Encuentro de
mentes. Era un programa britnico muy interesante. Recuerdo uno de los captulos donde en
una mesa se sentaban a discutir Platn con Mao Tse Tung. Por supuesto que disentan. Pero el
punto era que se poda discutir ms all de sus diferencias, porque, cuando los dos hablaban
de democracia, Estado o nacin, estaran hablando de la misma cosa, como si esas categoras
no tendran verdaderamente historia. Los conceptos de democracia, Estado y nacin para los
griegos no tienen que ver con lo que nosotros entendemos de ellos. Pero la Historia de la
Filosofa debe obviar esto. Si Kant refuta a Descartes o a Aristteles, es porque de alguna
forma las categoras filosficas son categoras transhistricas, y slo de esa forma se puede
construir toda la historia de la filosofa como un dilogo eterno. Es esto lo que se propone
combatir Skinner y la Escuela de Cambridge.
Skinner sienta un postulado fundamental para evitar los anacronismos: no decir nada
de un autor que el propio autor no poda haber dicho. Este postulado va a ser criticado. El
ejemplo que da l es que no se podra decir, por ejemplo, que, cuando Petrarca escal el
monte Ventoux, fund el Renacimiento, porque evidentemente l no podra nunca haber dicho
estoy fundando el Renacimiento. La crtica que se le va a hacer es que Skinner va a perder
de vista lo que Paul Ricoeur llama el sentido excedente de los textos. Hay todava en
Skinner una creencia ingenua en la transparencia del sentido del accionar para los propios
actores. Para tomar el ejemplo de Petrarca: que Petrarca no hubiera podido haber dicho nunca
que estaba fundando el Renacimiento, no quiere decir que efectivamente no lo estaba
haciendo, slo que no poda ser consciente de lo que l mismo estaba haciendo.
Skinner va a hacer una distincin ac. l va a poner un fuerte nfasis en la
intencionalidad de los actores: qu es lo que los actores quisieron hacer al escribir lo que
escribieron o al decir lo que dijeron. Pero, ante las crticas recibidas, va a distinguir las
motivaciones subjetivis de las intencionalidades objetivas. Hay ciertas intencionalidades
objetivas inscriptas en los textos que escapan del control de los propios autores. Pero el
problema fundamental es que, desde el momento en que introduce esta distincin, vuelve a
surgir el problema hermenutico fundamental: qu se puede efectivamente decir respecto de
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los textos y qu no. Desde el momento en que la propia intencionalidad se vuelve ella objeto
de interpretacin, se quebrara esta regla que propone Skinner. Aparece de nuevo el problema.
Qu puedo decir del texto sin incurrir en un anacronismo?
l, en los textos posteriores, que no van a ver ustedes, va a ser influido por un
antroplogo norteamericano, que se llama Clifford Geertz. Seguramente ustedes oyeron
hablar de l. Tiene un libro importante llamado La interpretacin de las culturas. Geertz
desarrolla su teora en sus trabajos de campo en la Isla de Bal. Sus trabajos de campo fueron
en los aos 50: su teora se difunde en los aos 60 y 70. El texto, cannico ya, de l, que
refunda la Antropologa, es donde l relata una ria de gallos. l cuenta cmo en esa ria se
ve representado el orden social balins. l dice que para entender los cdigos de una cultura
se necesita leer esas culturas como textos: lo que necesitamos es una hermenutica de la
cultura. Es lo que l define como una descripcin densa. La descripcin densa la sintetiza
con la imagen de distinguir los tics de los guios. Por ejemplo, un antroplogo, cuando est
entre nativos y ve de repente que uno de los nativos mueve un prpado, tiene que distinguir si
efectivamente esta persona tiene un tic nervioso o, por el contrario, est haciendo un guio a
sus vecinos. La descripcin densa consistera en comprender esos cdigos implcitos de una
determinada cultura. De lo que se trata, dice, es de leer esa cultura por encima de los hombros
de los nativos. Es esto a lo que apela Skinner. La idea es que esos cdigos culturales estn
plasmados en las objetivaciones de una determinada cultura y que nosotros debemos tratar de
entenderlas para poder penetrar ese universo de sentidos. Lo que necesitamos, entonces, para
poder decir qu se puede decir o no de un texto, volviendo a la pregunta, es desarrollar esta
hermenutica de las culturas.
La teora de Cliffor Geertz ya en los aos 80 y 90 tambin va a ser objeto de crtica.
Hay un texto de Vincent Crapanzano, que se llama Hermes dilemma. Hermes era ese dios
griego que hablaba siempre con expresiones oscuras que haba que interpretar. De ah viene la
palabra hermenutica. El dilema de la hermenutica sera. l hace una crtica muy sagaz
al planteo de Geertz. En el prlogo del texto de Geertz, Interpretacin de las culturas, Geertz
cuenta una ancdota. Cuando llega a la Isla de Bal, los balineses lo ignoraban
sistemticamente. l era una especie de ser transparente, que lo atravesaban las miradas pero
no lo vean, hasta que un da va a la ria de gallos y cae la polica. La ria de gallos estaba
prohibida. La polica entra y la mayora sale corriendo. l, obviamente, como buen
antroplogo, hace lo que hacen todos los dems: sale corriendo, se esconde en la casa de uno
de los nativos, se queda comiendo en la casa de ellos. Cuando llega la polica a esa casa, les
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sigue la cuartada. Al da siguiente, este nativo con el cual l se aloj en su casa contaba
entusiasmado a todo el resto lo que haba ocurrido. A partir de ese momento, l dej de ser
invisible y pas a ser un miembro ms de la comunidad. Comenzaron a tratarlo de igual. Lo
que muestra Crapanzano es que en el prlogo y la introduccin prima en todo momento la
primera persona del narrador. Y, cuando pasa al resto del texto, desaparece la primera persona
del narrador y adopta la posicin del narrador omnisciente. Comienza a hablar de forma
objetiva e impersonal. Esto muestra muy bien el gran lmite de la antropologa geertzeana
o de toda la antropologa: lo que desaparece es la dimensin autoral. En realidad,
nunca hablan los nativos; es siempre el antroplogo el que est interpretando y dndoles una
voz a los nativos. Lo que tenemos de los nativos son siempre reconstrucciones que hacemos
desde el presente, desde nuestros propios cdigos y categoras. Esto va a dar lugar a toda una
nueva revolucin en la Antropologa, que podramos llamar Antropologa post-geertzeana o
post-moderna. Esta muestra cmo la propia vocacin por darle la voz a los nativos tiene sus
propias condiciones de posibilidad: slo se entiende por el contexto de esa misma vocacin
por hacer hablar a los nativos surgi, que es el medio acadmico antropolgico. Que haya
tanta preocupacin por hacer hablar a los nativos, tiene que ver con los modos en que se
establecen jerarquas dentro de la propia academia norteamericana, por los mecanismos de
consagracin, por cmo se distribuyen becas, etc. De lo que se trata es de comprender el
propio discurso antropolgico, volver objeto de anlisis las propias estrategias retricas con
las cuales se construye a los nativos como objetos de estudio a partir de su contexto de
enunciacin peculiar.
Es ac que entramos verdaderamente al giro lingstico. Lo que yo dije sobre este al
principio era slo una primera aproximacin bastante banal todava. El giro lingstico
supone, en realidad, un segundo distanciamiento. No se trata slo de reconstruir el mundo de
Maquiavelo y cmo pudo decir lo que dijo, para tomar el caso de Skinner cuando analiza a
Maquiavelo, hacer objeto de anlisis las categoras con las cuales los autores pudieron
entender su realidad, sino de lo que se trata es de hacer un segundo giro, una vuelta de la
crtica hacia s misma. No slo debemos comprender cmo Maquiavelo pudo dar sentido a su
realidad y eventualmente construir un texto como El prncipe, sino tambin de lo que se trata
ahora es reconstruir el propio contexto de Skinner: cmo Skinner pudo a su vez comprender
ese contexto desde el cual Maquiavelo escribi lo que escribi.

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Estudiante: Entonces abra que comprender el mundo del que comprende y as al
infinito.

Profesor: Claro, ese es el gran peligro al que lleva el giro lingstico, y no lo va a
terminar de resolver nunca. En mi perspectiva, lo que asoma ac es el fantasma del
relativismo radical: detrs del giro lingstico est siempre presente el riesgo de una cada en
el relativismo. Mi perspectiva es que el giro lingstico no lo resuelve, ni nosotros lo vamos
tampoco a resolver. El problema del relativismo es uno de los grandes problemas filosficos
que se han venido discutiendo hace dos mil aos. De lo que se trata, para m, no es tratar de
resolver estos problemas sino ms bien de hacerse cargo de ellos. Est claro que, si bien
efectivamente esto que se plantea es un problema que en ltima instancia puede ser
destructivo de toda empresa intelectual, hay tambien un gran riesgo inverso aqu implcito:
pretender declarar por resuelto este problema mediante una solucin fcil que en verdad no
resuelve nada. Declarar soluciones sin llegar a desenvolver las aristas problemticas aqu en
juego. No se trata a esta altura de encontrar una solucin, sino cmo podemos desarrollar
estrategias para lidiar con este problema, sabiendo de antemano que son problemas en ltima
instancia irresolubles. Hacernos cargo del problema y an as darle un sentido a la empresa
histrica intelectual. Hay que saber de antemano que todas las soluciones que se pueden
encontrar van a ser precarias. No hay una solucin a la que no se le puedan plantear
objeciones fundamentales. Nadie ha postulado una teora que resista un anlisis detenido.
Sabiendo que es as, aun as podemos darle sentido al estudio de la historia intelectual. Este es
el gran desafo al que nos enfrenta el giro lingstico y lo que todos estos autores pretenden
lograr: desarrollar herramientas conceptuales que nos permitan confrontar estos dilemas. Si
bien es cierto que ninguno de ellos lo va a resolver, en el transcurso de sus mismos intentos
van a ofrecer aportes fundamentales, este giro producido no es un movimiento en el vaco, al
final del mismos no vamos a volver simplemente al mismo punto de partido. Porque, al
menos, vamos a haber ganado en autorreflexividad. En este transcurso, se van a volver objeto
de anlisis y eventualmente objetos de problematizacin reas y dominios cada vez ms
bastos. Se van a volver visibles aspectos que antes no aparecan como objetos de la realidad y
mucho menos como asuntos que ameritaban anlisis. Se van a volver objetos de anlisis
crtico aquello que hasta aqu funcionaba como meros presupuestos, como algo dado,
impensado e impensable. En este paso de la crtica a la metacrtica, aunque tarde o temprano
se vuelvan a plantear los mismos problemas, ya se van a plantear a distinto nivel. Y ese
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movimiento no va a ser ocioso, porque nos va a hacer descubrir reas problemticas nuevas y
ms bastas. Y ello nos va a permitir tambin desarrollar marcos tericos que van a renovar
profundamente el modo en que interrogamos la historia. Esto es lo que veramos en esta
primera parte.

(receso)

Gramuglia: Buenas tardes. Yo soy Pablo Martnez Gramuglia, soy docente de Pensamiento
Argentino. Ahora viene Palti y sigue la clase, pero quera aprovechar este ratito para
comentarles el tema de los prcticos. Acabo de corregir una cosa que es una pavada
puramente burocrtica, pero la Comisin 1 es la del jueves a la noche.
Una aclaracin antes, porque la verdad es que la inscripcin fue bastante grande, lo cual es
una suerte, pero en los prcticos vamos a estar bastante apretados. Y, en ese sentido, sin de
ninguna manera invitar a nadie a que se vaya ni mucho menos (todo lo contrario), hay un
tema con el prctico de la noche. Ustedes saben que el Departamento est con una poltica
institucional de crear distintos turnos de cursada. Y esta materia corresponde al turno tarde.
Por eso, en un primer momento, tanto el terico como los prcticos estaban a la tarde; por
pedido excepcional del Departamento, por ser la primera vez que se pone en prctica esta
poltica de turnos, maana, tarde y noche, pusimos una comisin a la noche, que por eso
qued como Comisin 1, aunque es la segunda en la semana. Lo que les quera recordar es
que en el segundo cuatrimestre va a haber una ctedra que va a dar la materia en el turno
noche. Todos sus prcticos van a ser a la noche y el terico tambin, y por otro lado a lo
mejor ya lo saben- va a haber una tercera cursada, que va a ser a la maana. Esto es
simplemente para que lo tengan en cuenta: si van el jueves a la noche, es el nico horario que
pueden cursar y ven que hay 80 personas, entonces se hace muy difcil cursar. Insisto: no es
una invitacin a dejar la materia, sino simplemente a que tengan en cuenta. Muchas veces la
gente se anota en 4 para dejar 1, o en 3 para dejar 1 o en 2 para dejar 1. Depende de cada
quien.
Habiendo dicho esto, la inscripcin a prcticos va a ser a travs del campus virtual. Voy a
repetir algunas cositas que por ah muchos de ustedes ya saben, pero algunos no, as que, para
poder hacer esta inscripcin primero hay que estar registrado en el campus virtual. Si van a la
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pgina oficial de la Facultad, que es www.filo.uba.ar, hay un link al campus; hacen ese link.
Si ya estn registrados, directamente ingresan al campus con su usuario. Si no estn
registrados, no usaron nunca el campus, tienen que crear un usuario. Hay un link ah para
generar un usuario. Les van a pedir una serie de datos personales, crean un usuario y una
contrasea, que van a ser suyos personales, para usar en todo el campus. Una vez que ingresan
al campus, van a tener que matricularse en este curso en particular, en Pensamiento Argentino
y Latinoamericano 2012. Eso lo van a encontrar en Departamento de Filosofa, Cursos 2012,
y se matriculan en este curso, cuya clave es PAYL1c. Esta c es minscula; las otras son
maysculas. No s si la pgina reconoce maysculas y minsculas, pero por las dudas lo
aclaro.
Se registran en la pgina de este curso en particular. Si alguno es de otra carrera, o si nunca
usaron el campus, cuando ustedes se matriculan en este curso, automticamente se matriculan
tambin al Departamento de Filosofa. Van a poder ver informacin del Departamento de
Filosofa, de horarios, congresos, la actividad de la J unta, y otro tipo de cuestiones que van
colgando en la pgina del Departamento. Y, una vez que estn matriculados en este curso,
resta el ltimo paso, que es la inscripcin a prcticos. En la pgina de Pensamiento Argentino
y Latinoamericano, van a encontrar muy poco material, sinceramente. Es el primer ao que
usamos el campus, as que va a ser muy fcil navegar; ese es un punto a favor. Van a
encontrar los horarios, el cronograma de clases, el programa. El programa de la materia
supongo que ya lo tienen fotocopiado: incluye la bibliografa, los objetivos, la modalidad de
evaluacin, etc. Hay un cronograma, que es especficamente de qu va a tratar cada terico y
cada prctico. As ustedes pueden saber qu lecturas traer a cada clase, bsicamente. Y,
adems de eso, hay un link que dice Inscripcin a prcticos. Van a encontrar all 4 opciones,
que son estas que estn en el pizarrn: jueves a la 1, jueves a las 9 de la noche, viernes a la 1 y
viernes a las 3. Todos los prcticos de esta materia tienen el mismo programa, todos ven las
mismas lecturas. En algunas otras materias, a veces, en un prctico se especializan en un autor
o en otro; aqu no. Habr nfasis, y fortalezas y defectos particulares de cada uno de los
ayudantes entre los cuales estoy- pero bsicamente la idea es que todos demos la misma
cursada.
Una vez que entran a la Inscripcin a prcticos, van a estar estas 4 opciones. Tienen que elegir
una. Ustedes van a ver, en el momento en que eligen la opcin, cuntos compaeros estn
inscriptos all. La cuestin esta de ser muchos o ser pocos en el prctico est en relacin con
dar mejores clases, y con que ustedes reciban mejores clases, puedan participar, hacer
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preguntas y plantear discusiones en el aula. Nosotros tenemos un poco de miedo -vamos a ser
sinceros- que todos se anoten el jueves a la noche. Espero que no pase, porque va a ser un
prctico muy difcil de cursar. La ventaja que tiene esta modalidad de inscripcin es que
ustedes van a ver cuntos compaeros hay inscriptos, y eventualmente, si se arrepienten, si
cometen un grave error, pueden cambiarse. Tampoco se cambien cada media hora, porque si
no van a despelotar las estadsticas para los dems, justamente, pero pueden cambiarse. La
inscripcin va a abrir maana a la noche, a las 23.55. Disculpen la rareza del horario, pero es
por pedido de la gente de informtica, justamente para que todos aquellos de ustedes que no
tengan un usuario creado puedan crearlo, puedan registrarse, navegar en el campus y aprender
a usarlo, y que no haya ventajas anti competitivas. Y el horario es por si alguno est cursando
ac hasta las 11. Y va a cerrar el domingo al medioda. Hasta el domingo al medioda tienen
tiempo de hacerlo (dentro de lo posible, hganlo antes) y tambin tienen tiempo de,
eventualmente, cambiar. Obviamente, no es un contrato firmado con sangre. Si la semana que
viene se presenta algn inconveniente, si alguien no llega a inscribirse, lo vemos. Van a la
comisin y charlan con el ayudante; pero, en principio, este es el horario para inscribirse, y
para intentar equilibrar las cursadas hemos puesto un nmero mximo de estudiantes por
comisin.
Estudiante: Se puede cambiar de prctico?
Profesor: S, se puede cambiar tanto en la inscripcin formal en el campus como despus, ms
adelante. No s, dentro de 3 semanas les sale un trabajo y tienen que cambiar, o no les sale un
prctico que pensaban de otra materia y quieren cambiar el de esta. Pero eso ya son casos
particulares que se charlarn con cada ayudante; y, honestamente, si van a la comisin donde
hay 100 estudiantes, probablemente el ayudante diga y no, buscate otra. Despus se negocia
eso, pero, bsicamente, la idea es que la inscripcin sea ms o menos definitiva. Casos
particulares, los vamos viendo a lo largo de la cursada. Eso es todo, no s si qued claro.
Estudiante: Cundo empiezan los prcticos?
Profesor: Los prcticos empiezan la semana que viene, como toda la Facultad. En nuestro
caso, a partir del da jueves. Los prcticos estn concentrados jueves y viernes. En relacin
con eso, ya les adelanto un detalle de la programacin, que lo van a ver en el cronograma ese
que les dije que colgamos, que los das viernes vamos a tener muchos feriados. Entonces, una
clase la vamos a plantear el da jueves, porque perdemos 3 o 4 clases. Obviamente, ah no se
pasa lista, y dems, pero digo para que lo tengan tambin en cuenta.
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Estudiante: Ya hay bibliografa para el prctico?
Profesor: La bibliografa para el prctico es la misma que tericos, solamente que en el
prctico vamos discutiendo textos en particular. Para la semana que viene est el texto de
Skinner, que supongo que es lo que trabajaron hoy en tericos. La siguiente vemos dos textos
de Koselleck.
Estudiante: En qu fotocopiadora estn?
Profesor: Estn en CEFyL y en SIM.
Ac recuerda el profesor Palti que vamos a hacer el intento por agregar una comisin ms,
porque tenemos una inscripcin que es mucho mayor a la que esperbamos. Eso depende un
poco de la autorizacin o la buena voluntad de la J unta, y de la disponibilidad de aulas,
horarios, etc. Pero en principio vamos a intentar esa opcin. Ya se enterarn, como muy tarde,
en 1 semana o 2. Hasta luego.
Profesor Palti: Vamos a volver ahora a Skinner. Me voy a concentrar ahora en esta parte en
cules son los aportes de Skinner. En realidad, hay una cierta ambigedad en la teora de
Skinner, donde usa la idea de vocabulario en dos sentidos distintos. Cuando dice: cmo fue
posible para un autor decir lo que dijo, se est refiriendo, en realidad, a dos planos distintos.
No est muy claramente desglosado, pero est claro que lo est usando en dos sentidos muy
distintos. Uno refiere a cul es el lenguaje de base; es decir, qu categoras tena disponibles
un autor para decir lo que dijo. El otro sentido se refiere ms especficamente al contexto
pragmtico. Uno es el contexto lingstico, y otro es el contexto pragmtico. El contexto
pragmtico se refiere a reconstruir la situacin dialgica dentro de la cual el texto cobr
forma. Bueno, esto que deca antes, qu es lo que est diciendo un autor al decir lo que dijo,
con quin estaba debatiendo, etc. En l estn un poco confundidos ambos aspectos, porque
para l, bsicamente, el tipo de accin lingstica en la que l est interesado es
fundamentalmente hasta qu punto retoma las convenciones lingsticas dadas o las cuestiona.
Sobre esto vamos a volver despus. Vamos a ver primero cules son los aportes de Skinner.
l, como les deca, en su objetivo de detectar y controlar los anacronismos conceptuales,
define una serie de mitologas, o problemas metodolgicos, tpicos de la tradicin con la que
l discute. Una es la mitologa de las doctrinas. l lo que discute es una forma caracterstica
de escribir la historia del pensamiento, la historia de la filosofa, que llama mitologa de las
doctrinas, que convierte a las doctrinas en entidades cuya historia es la que habra que
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analizar. Es decir que los distintos autores y las distintas teoras slo seran relevantes en la
medida en que contribuyeron al desarrollo de esa doctrina. Por ejemplo, la doctrina moderna
de la divisin de poderes. Las ideas Hobbes o Locke o Kant, o de quien fuera, seran
interesantes en la medida en que contribuyeron al desarrollo de la idea moderna de divisin de
poderes.
Esto plantea un problema metodolgico serio. Lleva a perder de vista, desencajar los textos,
destruir los textos como tales. Bsicamente, todas estas mitologas a lo que conducen es esto:
destruir el texto en su unidad, y, de esta forma, se pierde de vista esta dimensin performativa
que slo se descubre cuando comprendemos el texto como tal. El texto, entendido como acto
de habla, como accin, supone que el mismo constituye una unidad de sentido. Si entramos a
tomar slo lo que nos interesa, para referirlo a otra cosa distinta de l, el texto como tal se
disuelve.
Un ejemplo que l da es de uno de sus maestros ah en Cambridge, Weldon, en un libro en
donde define dos grandes teoras del pensamiento, que son la teora mecanicista y organicista.
Ahora, cuando Weldon analiza a la historia concreta, se da cuenta que todos los autores que l
analiza, de todas las ideas de los autores que l analiza, ninguna coincide con los dos grandes
paradigmas que l haba definido. Entonces l le cuestiona estos autores por las supuestas
contradicciones en las que incurren, porque mezclaran motivos mecanicistas y organicistas,
etc., que ninguno va a ser coherente con una u otra de las teoras. Es decir, fustiga, de alguna
forma, a los pensadores que analiza por no decir lo que l estableci arbitrariamente de
antemano que deberan haber dicho. Esta definicin de modelos lo lleva as a descubrir
supuestas contradicciones, porque, en realidad, lo que est perdiendo de vista, en ltima
instancia, es lo que Skinner llama, partiendo de Colingwood, la lgica de las preguntas y
respuestas: cules eran los problemas concretos a los cuales un determinado texto estaba
tratando de dar una respuesta. Se pierde de vista la lgica que articula ese tipo de discurso en
particular. Y as crea entidades abstractas, ficticias, que despus no coinciden nunca con
ningn pensamiento concreto.
Bueno, el complemento de esta mitologa de las doctrinas suele ser la mitologa de la
coherencia. Para evitar estas supuestas contradicciones, lo que se hace normalmente es
seleccionar motivos dispersos que aparecen en la obra de un determinado autor, y con eso se
construye un sistema coherente de pensamiento, donde slo entra aquello que coincide con el
modelo presupuesto, y todo lo dems que dijo ese autor que no entra dentro de ese modelo,
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que suele ser generalmente mucho ms que lo que s entra, se lo relega al plano de las
afirmaciones circunstanciales, pero que no formaran parte del ncleo conceptual del autor.
De nuevo, se termina hacindoles decir cosas a los autores que nunca dijeron, a partir de
motivos dispersos, para as construirle un sistema de pensamiento que nunca existi como tal.
La otra de las mitologas, que est asociada tambin a estas dos, es la mitologa de la
prolepsis, que es encontrarle el sentido a un pensamiento a partir de cmo anticipan ideas que
se desarrollaron posteriormente. Digamos, Hobbes o quien sea sera interesante en la medida
en que anticip nuestra idea presente de democracia o de lo que fuera. Lo que se hace as,
entonces, es desencajar los textos de su contexto particular de enunciacin para encontrar en
ellos anunciaciones de nuestras ideas presentes, la cuales apareceran como verdades
finalmente reveladas, el trmino al cual conduce todo desarrollo previo. Para hacer una
aproximacin propiamente histrico-intelectual, a diferencia de la historia de las ideas, de lo
que se trata, en ltima instancia, es de poner entre parntesis la cuestin de la verdad. En qu
sentido? No se trata de entender si un determinado autor comprendi el verdadero sentido de
la democracia, o justicia o lo que fuere. En definitiva, lo nico que se hace con ello es
introducir la subjetividad de los historiadores. Qu quiere decir que comprendi el verdadero
sentido de la idea de democracia? Que coincide con lo que yo mismo pienso. El historiador
que hace eso, lo nico que hace es reconstruir retrospectivamente toda la historia del
pensamiento como una especie de genealoga de s mismo. Busca en los autores de pasado
nada ms hasta qu punto se acercaron o se alejaron a lo que l mismo piensa. Y esto, por
supuesto, es, desde el punto de vista metodolgico, totalmente perverso. No ayuda a entender
nada. Al final de esto, terminamos entendiendo muy bien qu opina el autor, pero nada de lo
que opinan aquellos pensadores a los cuales analiza, confunde ms de lo que aclara.
Como les deca, el objetivo de esto es, en primer lugar, rescatar la nocin de texto. Es decir,
reconstruir la lgica de preguntas y respuestas que los articula, y entender un texto como una
intervencin sobre la realidad. Skinner habla de realizar una movida. Es como un tablero de
ajedrez en donde un autor realiza una movida y trata de interactuar con otros actores. De all
que la teora de Skinner va a ser entendida como un contextualismo lingstico. La idea de
contexto debe entenderse aqu no en el sentido ms banal de ubicar los textos dentro de su
contexto, sino en un sentido ms especfico: por un lado, en reconstruir las condiciones
discursivas de las que surge, qu categoras tena disponible un autor para decir lo que dijo, y
qu es lo que hizo con esas categoras, cules son las movidas que realiz a partir de ellas.
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Cul es la redefinicin fundamental? Que un texto ya no sera meramente un conjunto de
tpicos o ideas. Este concepto del texto como un conjunto de enunciados tiene que ver con
una concepcin lingstica pobre, que est enfocada exclusivamente en la dimensin
referencial de los discursos, en el plano semntico, pero que se pierde de vista ac la
dimensin pragmtica: no slo qu dicen los textos, sino qu es lo que se hace al decir lo que
se dijo. Para eso hay que entender ese texto como un hecho, como la realizacin de una
accin. Es decir, los textos valen no slo por lo que dicen sino por lo que ellos materialmente
son.
La construccin de un texto supone siempre, desde esta perspectiva, una doble operacin. Por
un lado, entonces, una operacin sobre el lenguaje; es decir, un recorte del material lingstico
disponible, para investir de sentido la realidad, y por otro lado, una operacin sobre su
contexto,la cual tiene, a su vez, dos dimensiones. Por un lado, se tratara de una intervencin
simblica sobre la realidad. Todo texto construye su contexto. En qu sentido lo construye?
En primer lugar, que le da sentido a ese contexto. No se puede comprender un contexto
desprendido del texto. Para tomar un ejemplo de los que vamos a analizar nosotros: uno puede
decir hay que ubicar al texto dentro de su contexto. No es eso, sine embarfo, si entendemos
bien, lo que quera decir Skinner. Uno puede decir, por ejemplo, que no se puede entender la
construccin, la creacin de un texto como el Facundo, fuera del contexto de la afirmacin de
Rosas en el poder, etc. Cosa que es cierto; pero todava eso no nos dice nada. Por qu?
Porque todava nosotros no sabemos qu signific, para Sarmiento, la afirmacin de Rosas en
el poder. Eso slo lo podemos saber leyendo el propio texto del Facundo. En defintiiva, no
existe un contexto independiente del propio texto, ste es el que define cul es aquel contexto
relevante para su propia interpretacin.
Podemos decir que, de alguna forma, todo texto contiene dentro de s las claves para su propia
interpretacin. Es decir, de lo que se trata no es de relacionarlo con algo que es interno al
propio texto, sino de lograr encontrar dentro del propio texto las huellas lingsticas de su
contexto de enunciacin.
En segundo lugar, un texto construye adems materialmente su contexto, desde el momento
en que interviene sobre esa realidad, que es un hecho alineado junto con otros hechos. No es
simplemente una representacin de la realidad colocada por fuera de ella. El texto forma parte
de esa misma realidad a la que describe.
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Como les deca, entonces, no se trata de relacionar el texto con algo que le es externo, sino
encontrar en el propio texto las claves de su interpretacin. Quiz una buena representacin de
la nocin del texto de Skinner sera la nocin de sntoma de Freud. Saben que el concepto de
sntoma, sobre todo desarrollado por Lacan, en realidad, el sntoma como un espacio de
trabajo; es la idea sobre la cual se apoya el trabajo de anlisis. Es decir, en el sntoma nosotros
tenemos, por un lado, una conducta patolgica manifiesta, que es lo que el analista ve cuando
se presenta su paciente (por ejemplo, alguien que escupe cuando habla). Por otro lado, esto
tiene un origen ltimo, que normalmente el analista lo sabe de antemano porque se lo dice;
normalmente es un hecho traumtico en la niez, de origen sexual, etc. Pero, en realidad, al
analista no le interesa ni una cosa ni otra, sino justamente lo que yace en el medio: la serie de
condensaciones, encadenamientos, desplazamientos, etc., que hacen que un hecho traumtico
se manifieste en el nivel de la conducta de la persona, en una determinada conducta
patolgica. Es eso lo que trata de reconstruir el anlisis. Con el texto pasa algo parecido. Lo
que dice el texto, el contenido semntico del texto, es lo que tenemos inmediatamente ante
nuestra vista. Es lo que un autor dijo. Eso es lo que normalmente suelen hacer los
historiadores que nos vienen a contar lo que los autores dicen en los textos. Por otro lado, uno
tiene el contexto: bueno, Alberdi y Sarmiento dijeron esto, pero qu es lo que ocurra en ese
entonces, es algo que nosotros lo podemos saber perfectamente por otras vas a travs de la
historia social, poltica, etc.-. Al historiador intelectual no le interesa ni una cosa ni otra, sino,
justamente, eso que yace en el medio, ese espacio de trabajo, que es justamente, el trabajo de
textos: cmo una determinada situacin histrica se tradujo en un determinado conjunto de
enunciados. Tanto uno como otro lo conocemos ya de antemano; lo que tenemos que
investigares, lo que debemos reconstruir, justamente, es ese trabajo que lleva de uno a otro.
Estudiante: (inaudible)
Profesor: No, es el conjunto de oraciones que realiza un determinado autor sobre ese contexto
lingstico. El contexto lingstico es el conjunto de convenciones que l encuentra
disponible. Sera cmo usa l esas categoras que encuentra disponibles; cmo las hace jugar.
La representacin, en realidad, es el punto de llegada de ese trabajo. Lo que uno tratara de
reconstruir es cmo se llega a eso, cmo l despus interpreta su realidad. Pero no se trata
slo de entender cmo interpreta esa realidad, sino cmo es que l lleg a esa representacin
de su realidad. Reconstruir el modo en que l articul el material lingstico disponible para
darle sentido a esa realidad. Reconstruir la serie de operaciones discursivas que ese autor
realiza.
23
Como vemos, hay una redefinicin fundamental del objeto de estudio. Ya no son las ideas, ya
no es el contenido de los discursos. Ya no se trata de contarnos qu dicen los autores, y a
partir de ah crear grandes modelos de pensamiento, sino que es otra cosa completamente
distinta, donde se pone el acento en una idea del lenguaje, de texto, etc. La definicin de
contextualismo tambin es una representacin pobre de esta teora. Desde el momento en que
introducimos la dimensin pragmtica al anlisis de la historia intelectual, ya no se trata
simplemente de relacionar un texto con su contexto, desde el momento en que los textos son
ellos mismos hechos realidades materiales, justamente lo que se viene a quebrar es la
distincin entre ideas y realidad, como si los textos no fueran ellos mismos parte ya de la
realidad. Lo que se quiebra es esta vieja dicotoma, esta vieja antinomia entre ideas y
realidades, como si existiera, por un lado, un contexto al cual los textos vienen a adicionarse,
pero que se encuentran ya plenamente constituidos con independencia de ese factor, y, por
otro lado, ideas que se construyen vaya a saber dnde, y slo subsecuentemente vienen a
inscribirse en realidades materiales concretas; cmo si no fueran ellas mismas parte de esa
realidad, independientes los circuitos materiales de su produccin y circulacin.
Llegamos aqu a un punto fundamental. Normalmente, al giro lingstico se lo suele asociar
con un tpico que estaba bastante en boga cuando yo era alumno en esta Facultad, que es que
la nueva historia intelectual vino, de alguna forma, a rescatarse de ese olvido en los aos 80, y
en los 60, 70 haba sufrido un empobrecimiento; como que el primer reverdecer de la historia
intelectual estuvo muy asociado a este tpico, que era el de la autonoma relativa de las ideas,
que las ideas funcionan de acuerdo a una lgica propia que no es exactamente la de la historia
social o econmica. Entonces, la nueva historia intelectual muchos la interpretan en este
sentido, que es que hay que rescatar la lgica propia del universo simblico, y no reducirla
mecnicamente a una mera emanacin de la historia social o poltica. Bueno, en realidad lo
que dice esta nueva historia intelectual es todo lo contrario. Ms que enfatizar en la autonoma
relativa de las ideas, muestra hasta qu punto es imposible disociar una de otra, que no hay
historia social que no sea historia intelectual y no existe historia intelectual que no sea historia
social; que no existen prcticas polticas, sociales, econmicas que no se encuentren siempre
ya atravesadas por redes simblicas. Y no es casualidad que muchos de estos tericos suelen
ser medievalistas o estudiosos de tiempos premodernos, por qu? Porque cuando uno va a
estudiar, por ejemplo, la poltica del Antiguo Rgimen, no se puede comprender nada de la
prctica poltica concreta del Antiguo Rgimen, si uno no parte de una serie de presupuestos,
como que para la gente de esa poca la autoridad emanaba de Dios, que exista un orden que
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era trascendente, que estaba escrito en el plan mismo de la creacin, etc. Uno no puede
entender cmo funcionaban las monarquas absolutas, desprendido del conjunto de supuestos
sobre los cuales esa prctica puede funcionar.
Ahora, parecera que una vez que pasamos a la poca moderna, la prctica poltica es una
prctica que no tiene supuestos, que responde a una lgica natural espontnea. Pero toda
prctica poltica funciona sobre una serie de supuestos, que son los que hay que reconstruir
para poder entender efectivamente cmo funciona esa prctica. De alguna forma, entonces, de
lo que se trata es de reconstruir cul es el conjunto de supuestos sobre los cuales funciona una
prctica efectiva en determinado momento histrico: cmo esos supuestos fueron alterndose,
modificndose a lo largo del tiempo, para entender cmo esas prcticas tambin se fueron
transformando.
Y finalmente, para terminar con los aportes de Skinner porque ya nos extendimos
demasiado- no es casualidad que el giro lingstico, en los aos recientes, en Skinner se va a
convertir en un giro retrico. Los ltimos aos Skinner se va a dedicar a rescatar la vieja
tradicin retrica clsica para el anlisis de la historia intelectual. Esto a nosotros nos puede
llamar la atencin; quiz es menos llamativo de lo que parece, porque en el mbito anglosajn
la retrica es una materia de estudio muy comn. No hay universidad importante que no tenga
no slo materias de retrica, sino departamentos de retrica. Y cuentan con figuras
intelectuales muy importantes: J udith Butler, por ejemplo, es profesora del departamento de
retrica de la universidad de California en Berkeley. La tradicin retrica es algo muy
presente. Es cierto que este es un fenmeno bastante reciente, el rescate de esta vieja
tradicin, porque la tradicin retrica, hasta hace muy poco, haba sufrido un largo eclipse
casi 2 mil aos-. Ella habra de quedar aprisionada, debido a su estatuto epistemolgico
ambiguo, entre episteme y doxa, entre saber objetivo y opinin subjetiva. El estatuto
particular de la retrica era, como lo defina Aristteles, lo probable, que est muy asociado al
arte del discurso cvico, de la poltica. Estaba asociado a aquello para lo cual pueden ofrecerse
buenas razones, pero que no pueden establecerse de modo definitivo. La definicin de retrica
es: el arte de percibir eb cada situacin los medios disponibles de persuasin. Y esto est
asociado tambin a la naturaleza de aquello que funciona como probable. El efecto persuasivo
es indisociable de la posicionalidad de los discursos. Que algo funcione como persuasivo o no
est estrechamente asociado a un contexto discursivo particular. Depende del tipo de tema, de
audiencia. Todo est relacionado a quin lo dice, cmo lo dice, cundo lo dice, etc.; al
contexto de habla particular. Si yo les digo a ustedes, por ejemplo, que esto es as porque Dios
25
lo dictamin, no los voy a convencer; pero si voy a una asamblea evangelista, es una verdad
indiscutible. Para entender qu funciona, en cada caso, como efecto persuasivo, hay que
reconstruir siempre las condiciones particulares de enunciacin de ese discurso: quin lo dijo,
dnde lo dijo, cundo lo dijo, etc.
Bsicamente eso es lo que ofrece la retrica clsica a estos autores: las herramientas
fundamentales para reconstruir, en los propios textos, el contexto lingstico de enunciacin.
Haba una mxima de Buffon, el famoso naturalista del siglo XVIII, que deca el estilo es el
hombre. Qu quera decir con esto? El Conde de Buffon era un aristcrata del s. XVIII que
estaba reaccionando con cierta neutralizacin performativa del lenguaje que se produce con la
Ilustracin. En el Antiguo Rgimen, no cualquiera poda decir cualquier cosa en cualquier
momento y lugar: qu se deca, cmo se deca, tena que ver con quin estaba hablando, a
quin estaba hablando, etc. Un campesino no poda hablar a un noble de la misma manera en
la que un noble hablaba con otro noble o con el rey.
De alguna forma, con la Ilustracin, cuando cualquiera puede hacer uso pblico de la palabra,
se van a perder esas huellas contextuales de quin habla, a quin habla, etc. Lo que se va a
perder es la codificacin; esos modos de hablar estaban muy estrictamente codificados.
Ahora, la idea es que las esas huellas lingsticas del contexto de enunciacin nunca se
pierden. Ya no estn codificadas, pero de alguna forma estn presentes en estos textos. Lo que
se necesita son las herramientas para descubrirlas. Y eso es lo que nos ofrecera la retrica
clsica.
Estos son los aportes de la escuela de Cambridge; que, como vemos, son aportes
fundamentales. Ya pueden ir dndose cuenta por qu una historia de los lenguajes polticos no
tiene nada que ver con la vieja historia de ideas; incorpora una serie de mbitos de
interrogacin que eran por completo extraos a la vieja historia de ideas.
Vamos a ver, antes de terminar con Skinner, algunos problemas que plantea su teora para
entrar luego a la escuela alemana. En el caso de Skinner, como les deca, l esta muy cercano
todava a una tradicin fenomenolgica fenomenolgica que era muy fuerte en la universidad
britnica en los tiempos que l estudi, que pone un fuerte nfasis en la nocin de
intencionalidad. Algo mencion, ya. Aunque, como les dije, eso va a ser muy discutible, l se
sigue aferrando muy fuertemente a la idea de intencionalidad. Por qu? Bueno, lo que
subyace detrs de toda su teora es una postura, en ltima instancia, si se quiere, ideolgica.
Por un lado, l parte de una premisa, que es, como les digo, de matriz neokantiana
26
fenomenolgica, que tiene que ver con algunos de ustedes quiz oyeron hablar- una muy
fuerte discusin que se dio a fines del siglo XIX, entre explicacin y comprensin, juicios de
hecho y juicios de valor, etc. Lo que distinguira, bsicamente, para estos autores, los hechos
propiamente histricos de los acontecimientos naturales, es su naturaleza intencional. La cada
de una piedra se puede explicar a partir de causas. Los hechos humanos no aceptan una
explicacin de tipo causal, sino teleolgica. Para entender por qu alguien hizo lo que hizo, no
basta con entender qu es lo que llev a esa persona a hacer lo que hizo, sino que tambin hay
que reconstruir cul era el objetivo hacia el cual estaba dirigida esa accin. Lo que se necesita
son estas explicaciones de orden teleolgico, qu fines busca. Esto es la idea que les deca
antes de hacer una movida: qu estaba buscando hacer un autor cuando escribi un libro,
concretamente.
Entonces, es interesante que, de la inmensa cantidad de figuras retricas que desarroll la
tradicin retrica clsica, a l hay una que le interesa, en realidad, que es la figura de la
paradistole. La paradistole, que es en la que l va a enfocar su anlisis del pensamiento de
Hobbes, pero tambin de Maquiavelo. La figura de la paradistole consiste en redescribir
hechos o acciones, de modo que presenten un contenido moral o tico opuesto al normalmente
establecido. Por ejemplo, alguien que es muy suelto de dinero, digamos, que suele gastar
mucha plata, se le puede decir, o bien que es muy generoso, o bien que es un irresponsable.
Una misma accin se la puede describir como un vicio o como una virtud. Ese fue un
problema serio en la tradicin retrica clsica, porque era muy difcil, entonces, determinar el
sentido tico o moral de una accin. A un rey se le poda decir, nuevamente, o que era muy
generoso, o que era un irresponsable, o que era muy estricto o que era un dictador, un tirano.
La figura de la paradistola pone en cuestin, de hecho, la dicotoma entre virtud y vicio.
Segn la terminologa de la poca, virtud y vicio seran vecinas. Que algo sea virtuoso o
vicioso, es una cuestin de punto de vista nada ms, perfectamente se lo puede interpretar en
un sentido o en otro. Ese va a ser el gran problema que va a llevar despus a Hobbes, como
muestra Skinner, partir de este problema para decir se necesita alguien que decida, que es el
soberano. No puede cada uno opinar lo que quiere al respecto, porque sino no hay orden
posible.
Les deca: qu es lo que le interesa a Skinner en esta figura? Porque l bsicamente
interpreta el cambio histrico en trminos de paradistole. Su crtica a Raymond Williams, le
dice que pierde de vista lo que l considera que son los trminos fundamentales, que son
aquellos que son, adems de descriptivos, normativos. Que portan un sentido tico. Porque
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para l, bsicamente, el cambio lingstico supone un ejercicio de paradistole. Permite a
alguna accin que hasta determinado momento apareca como viciosa, hacerla aparecer ahora
como virtuosa, y viceversa. Ese sera, para l, el mecanismo fundamental del cambio
conceptual. As, Skinner destruye la idea de autor, porque la disuelve en la idea de texto; pero
lo hace para terminar recobrndolo en otro plano ms fundamental. Porque para l el
verdadero autor (a diferencia de los meros reproductores del lenguaje) es aquel que realiza un
ejercicio de paradistole. Bsicamente, aquel que cuestiona las convenciones lingsticas
existentes, e introduce en el habla de una poca sentidos nuevos para las categoras hasta
entonces existentes.
El ejemplo clsico que l da es el de los protestantes que describe Weber en La tica
protestante y el espritu del capitalismo. Como mostraron algunos historiadores, en realidad
Weber no acierta cuando dice que los protestantes fundaron el capitalismo. Se acuerdan la
teora de l, que dice que el espritu de ahorro que tenan los protestantes fue la base para la
acumulacin de capital y el surgimiento del capitalismo moderno. Bueno, Skinner dice: es
cierto que los protestantes no fueron los que permitieron que surja el capitalismo, pero s es
cierto que tuvieron un gran logro retrico, que consisti en haberle dado una nueva
legitimidad a una prctica hasta entonces condenada por el pensamiento cristiano dominante,
al redescribir esas conductas, esas prcticas, que antes estaban condenadas como viciosas,
como prueba de probidad cristiana y de austeridad. Y con esto, entonces, si no inventaron el
capitalismo, van s a permitir su desarrollo.
Cul es el problema que plantea este nfasis en la intencionalidad? Que resuelve el problema
del cambio histrico -que es un poco el hilo conductor de esta primera parte, por qu cambian
los conceptos - lo resuelve demasiado rpidamente. Todos los grandes cambios no son nada
ms que el resultado de autores, de grandes pensadores que vinieron a aportar novedades
lingsticas. El lenguaje poltico moderno va a ser resultado del largo proceso de acumulacin
de nuevos sentidos, que es lo que Skinner analiza en su libro Los fundamentos del estado
moderno. Su gran obra histrica es esa, donde lo que traza, a lo largo de 3 siglos, desde
Maquiavelo hasta Hume y el s. XVIII y la Ilustracin, cmo fueron incorporndose nuevas
categoras que dieron finalmente lugar al concepto de Estado moderno. Esta obra despus fue
muy criticada, porque ya en su mismo ttulo Skinner estara haciendo todo lo que l dice que
no hay que hacer. Ya la idea de los fundamentos del Estado moderno, parece un caso de
manual de mitologa de las doctrinas. Lo que est buscando es cmo los distintos autores
aportaron al desarrollo de la doctrina moderna del Estado, que es lo que l justamente
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denuncia como una de las mitologas. Es ms: un autor, Massingham, que rese ese libro
llega a decir que, si Skinner no hubiera escrito ese libro y lo estuviera reseando, dira que es
un texto muy bien escrito en una tradicin perfectamente errnea. Y Skinner mismo se hizo
cargo de estos cuestionamientos. l lo justific diciendo que (en realidad son notas de clase)
lo hizo, ese texto, para conseguir un cargo. Despus les cuento, si quieren, la ancdota. l no
pudo terminar su doctorado, y slo logra un cargo en Cambridge a partir de la escritura de ese
libro, y que ese libro fue una obra de compromiso, de alguna forma, con sus maestros, que era
un medio historiogrfico muy conservador, y que ese libro, efectivamente, es muy tradicional
en su formato. Pero, como les deca, en realidad no es tan as. La escritura del libro est muy
asociada a su teora, y a este problema en su teora de cmo concibe el cambio conceptual.
Volviendo al caso de los protestantes, l se concentra en cmo los protestantes lograron
imponer en la sociedad este nuevo sentido para las prcticas capitalistas, pero nunca termina
explicando cmo estos protestantes lograron concebir esos nuevos sentidos para esas
prcticas. Digamos, cmo esos sujetos lograron apartarse de las convenciones lingsticas que
ellos tenan disponibles, e imaginar nuevos sentidos.
Esto recuerda al problema yo no lo mencion antes- de Stanley Fish, cuando discute con la
antropologa gertziana. La idea de abrirse al otro, el hecho de querer abrirse no es nada ms
que el estar distintamente cerrado. Uno siempre est abierto a una cosa y cerrado a otra, no se
puede abrir en general. Bueno, de alguna forma los protestantes tuvieron que partir de algunas
otras categoras que les permitieran redefinir el capitalismo. Cmo surgieron esas otras
categoras, que no eran ya las que estaban existentes? Cmo se forj ese universo simblico
a partir del cual estas prcticas cobraron un sentido nuevo? Apelar a la idea del gran autor, de
la figura providencial que viene a intervenir sobre la historia y establecer una realidad nueva
es todava una explicacin demasiado fcil. Es totalmente insuficiente. Es como en las
antiguas tragedias griegas, lo que se llama el deus ex machina: aparece un dios que, frente a
una situacin insoluble, viene y la resuelve. Era una mquina, efectivamente, que entraba en
escena y destrababa una situacin que por s misma no tena ninguna solucin.
Para l es fundamental la figura del autor porque l le da un sentido poltico a esto. l lo
asocia con que, si no pudiramos rebelarnos contra los lenguajes existentes, no habra margen
para la libertad humana; y, en ltima instancia, no habra historia. Entonces, para l, ese es un
punto fuerte porque, si sacamos de lado el problema de la intencionalidad tal como l la
plantea, para l eso significa el fin de la historia, y el fin de la libertad; que estamos presos de
lo ya existente, y no podemos crear nada nuevo. Por eso l se va a aferrar a esa teora an
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cuando, como vimos, va a plantear serios problemas. El punto fundamental, desde el punto de
vista terico, no slo es una explicacin insuficiente, sino que nuevamente termina
obligndolo a desmoronar toda su teora. Porque, llegado este punto, en el momento de
explicar el cambio conceptual, ya no habra otra forma de volver dehacerlo sin volver a una
vieja teora del reflejo: los protestantes estaran, en ltima instancia, expresando a nivel de la
conciencia cambios que le vendran de otro lado de la historia social, econmica, etc.-.
nuevamente, volvemos a la vieja dicotoma. Por un lado, tendramos una historia crudamente
emprica (la historia econmica, la historia social), que no se encuentra ya cruzada por redes
conceptuales, y por otro lado un mundo de ideas que no forman ya siempre parte de esa
realidad. Digamos, volvemos a la vieja dicotoma contra la cual toda su teora se rebela,
justamente.
Este va a ser uno de los grandes problemas que se va a plantear en estas teoras. Siempre,
cuando se trata de explicar el problema del cambio a nivel de historia intelectual, se vuelve a
las viejas dicotomas de la historia de ideas entre texto y contexto, ideas y realidad, etc.-. Y
esto lo vamos a ver tambin ahora cmo aparece en el caso de la escuela alemana de historia
de conceptos. Ya estamos medio retrasados, as que voy a ir rpido con esto. No vamos a
terminar hoy con la escuela alemana; vamos a empezar y seguimos la clase que viene. La idea
era en 2 clases hacer esta clase terica; probablemente me tome un poco de la tercera,
tambin.
La escuela alemana de historia de conceptos viene a discutir tambin con la vieja tradicin de
Begriffsgeschichte, que es la historia de conceptos, que desarrolla Koselleck. Es una reaccin
contra la Ideensgeschichte, historia de ideas, que era una vieja tradicin alemana de matriz
neokantiana, cuyos principales representantes son E. Cassirer, Dilthey, historiadores
fundamentales que fueron maestros de Heidegger, entre otros. Les explico muy rpidamente,
para los que no vieron esto en la carrera. Qu es lo que postula esta escuela neokantiana?
Dilthey se propuso completar el sistema neokantiano con una crtica de la razn histrica. l
lo que propona, bsicamente, es que haba dos tipos de conocimiento: el conocimiento de los
hechos naturales y el conocimiento de los hechos histrico-sociales. En el campo de las
ciencias naturales, Kant tena razn, en el sentido de que lo que nosotros creamos,
construimos, es un objeto de conocimiento que nunca coincide con la cosa en s, lo que l
llamaba el nomeno. Es aquello que nosotros construimos a partir de nuestras categoras. Es
decir que todo conocimiento es siempre abstracto y mediado a partir de las categoras con las
que el hombre puede comprender su realidad, que no son las mismas como las ven los
30
animales de otras especies, o cmo las comprenden otros seres. Tiene que ver con las
capacidades nuestras para entender esa realidad. Esto, dice, no es as en el caso del
conocimiento histrico social. En el caso del conocimiento histrico, es un conocimiento que
no se encuentra mediado, como el de la naturaleza, sino que es un conocimiento de tipo
inmediato, que nos coloca inmediatamente frente al objeto de estudio. Por qu? Porque lo
que importa en la historia no son los hechos en s mismos, tal como ocurrieron. Lo que
importa en la historia son los modos en que los sujetos experimentaron esos hechos. Por
ejemplo, para entender cmo cambi el mundo a partir del 11 de septiembre, con las torres
gemelas, en realidad no importa entender si los aviones se estrellaron de tal o cual manera en
las torres. Lo que importa es cmo la gente experiment ese hecho. La historia no es una
sucesin de acontecimientos, sino un entramado de experiencias histricas. Y esas
experiencias histricas son inmanentes al propio sujeto; no nos colocan en un objeto que se
encuentra por fuera del sujeto. De lo que se trata es de reconstruir esa propia experiencia. Y
aparece el problema con la re-vivencia: qu pasa cuando nos colocamos ante pocas o
culturas que nos son extraas, que no nos son inmanentes, con las cuales no guardamos
ningn vnculo existencial. Ah de nuevo vuelve a aparecer el fantasma de la trascendencia:
que lo que piensan otros lo tenemos que reconstruir a partir de nuestras categoras, y por lo
tanto de manera abstracta y mediada. Estamos proyectando sobre el otro nuestras propias
categoras, pero no logramos captar ese objeto en s mismo nunca, porque ya nos es
trascendente. No hay un vnculo existencial, una unidad entre el sujeto y el objeto de
conocimiento, como s lo hay en el caso de la propia cultura. Es ac donde Dilthey produce
una afirmacin, que no fue muy importante, pero que, como les deca, antes va a ser
fundamental porque es la que funda la tradicin hermenutica, que dice: nosotros no podemos
penetrar en la mente de los otros, no creemos en una penetracin mstica en la mente de los
otros, pero s podemos reconstruir esas tramas de sentido a partir de las cuales se construy
una cultura, una poca dada, a partir de las objetivaciones materiales en la cultura; a travs de
instituciones, monumentos, etc. Como les deca, es ac que surge la tradicin hermenutica,
que va a llegar hasta Geertz. Ese universo de sentidos que se nos dan inmediatamente a la
conciencia son como los cdigos culturales de los balineses. Los balineses no tienen que ir a
la escuela para saber si alguien est haciendo un guio o est haciendo un tic; lo saben porque
forma parte de su universo de sentido, del aire que respiran.
Ese universo de sentido inmediato, de lo que se trata es de reconstruirlo ahora. Lo que hace
Gadamer, introduce un giro lingstico en esta tradicin hermenutica porque dice que el gran
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monumento de la cultura donde se encuentran sedimentadas esas experiencias histricas es el
propio lenguaje. Entonces, a partir del lenguaje es que nosotros podemos reconstruir esas
tramas simblicas, ese universo de experiencias. Es esa la labor de la hermenutica.
Despus vamos a ver cmo lo retoma Koselleck. Pero veamos entonces ahora de dnde parte
Koselleck. Koselleck va a ser discpulo de Gadamer. Carl Schmitt va a ser uno de sus
maestros, pero no oficialmente, porque Carl Schmitt ya para ese entonces est alejado de la
universidad por su pasado nazi.
Una de las crticas que se le va a hacer recurrentemente a la historia de ideas, que es su
ahistoricismo, el hecho de que niega el cambio conceptual, es un poco injusta. Como vimos
en el caso de Lovejoy, pero tambin en la escuela alemana de Indeensgeschichte, era
perfectamente consciente que la cadena del ser no era lo mismo para Platn que para Leibniz.
l no desconoca que las categoras cambiaban su sentido. Pero s es cierto que, para esta
tradicin neokantiana, resultaba difcil pensar una nocin ms fuerte del cambio conceptual.
Habra que suponer, de alguna forma, que por debajo del cambio histrico, ms all de ese
cambio, hay un ncleo conceptual que se mantiene fijo. Si en cada nueva definicin, por
ejemplo, de la idea de democracia, no hubiera nada que permaneciera de la anterior, entonces
ya estaramos ante dos categoras distintas, que lo nico que las une es el nombre, pero que no
tienen ningn sentido en comn. Si podemos identificar una misma idea a lo largo del tiempo
es porque hay algo que las une, y que no cambia; que por debajo de ese cambio hay un ncleo
que persiste, y que es el que identifica esa idea a lo largo de todos los cambios histricos que
va a sobrellevar esa idea. Qu pasa si nosotros dejamos de lado ese supuesto, y
comprobamos que entre lo que llamaban los griegos democracia y lo que nosotros
entendemos por democracia no hay nada en comn? No habra forma de escribir una
historia de la idea de democracia, porque sera crear una entidad artificial a partir de la sola
recurrencia incidental de un mismo nombre, pero que no remite a nada en comn.
Estudiante: (inaudible)
Profesor: Lo que va a plantear Koselleck es que no, que en realidad no hay nada en comn. l
retoma la frase de Nietzsche. Dice: Slo lo que no tiene historia puede definirse. Esta es la
diferencia fundamental entre una idea y un concepto. Los conceptos, a diferencia de las ideas,
son indefinibles. Por qu? Porque no hay ninguna definicin que se pueda aplicar a todos los
sentidos que histricamente adquiri el concepto de democracia. No hay ninguna definicin
que se pueda aplicar y que sea vlida para las distintas ideas de democracia que se sucedieron
32
a lo largo de la historia. Nada que nosotros digamos que es aplicable a todas sus variantes. Se
puede aplicar a una, pero no a otra. Toda definicin, en la medida en que el cambio es lo
suficientemente amplio como para llegar a admitir sentidos muy distintos y an
contradictorios entre s, necesariamente es demasiado amplia y demasiado estrecha al mismo
tiempo. Demasiado amplia porque, para dar cuenta de esa diversidad, tiene que volverse tan
vaga que prcticamente no va a decir nada, donde entra todo. Y an as esas definiciones tan
vagas siguen siendo demasiado estrechas, porque nunca va a poder lograr integrar
completamente todos aquellos postulados que deberan entrar dentro de esta categora.
Entonces, qu es lo que diferencia un concepto de una idea? Pretender definirlo nuevamente
supondra una intervencin arbitraria. Yo digo: bueno, esta es la verdadera definicin de
democracia, y dejo de lado todas las dems, pero, quin soy yo para decir que esta es la
verdadera definicin, y no esta otra? En todo caso, esa no es la tarea del historiador. Los
historiadores no nos preocupamos por decir quin tena razn y quin no; en ltima instancia,
quin coincida con mis propias ideas o no. Eso no viene al caso; de lo que se trata no es de
definir un concepto. Para Koselleck, el punto es que los conceptos van cambiando
histricamente, pero a lo largo de esos cambios que van sobrellevando los conceptos se va
articulando una trama semntica. Y de lo que se trata es de reconstruir esa trama. A lo largo
del tiempo, los conceptos va articulndose un tejido de sentidos, que es el que se encuentra
depositado en cada concepto. Y ac es donde entra el valor de la historia conceptual. La
historia conceptual, en la medida en que nos permite reconstruir esos entramados, nos hace
posible descubrir las grandes estructuras histricas.
Estudiante: Puede haber dos sentidos distintos?
Profesor: S, son profundamente distintos esos sentidos entre s, pero de alguna forma, aunque
son distintos, se van anudando uno con otro. No hay una identidad, pero s hay unidad de
articulacin entre esos distintos sentidos, donde no es posible identificar nada que permanece,
pero igual esos cambios se van articulando, imbricando unos con otros, formando tramas
discursivas.
Estudiante: (inaudible)
Profesor: Claro, la idea de un concepto es que justamente por eso no puedan definirse, porque
son siempre inevitablemente plurvocos los conceptos, a diferencia de las ideas, para
Koselleck. Siempre se encuentran inscriptos dentro de los conceptos una pluralidad de
33
experiencias histricas. Y es justamente ese carcter plurvoco del concepto lo que le da su
valor histrico, y que hace que la historia conceptual exceda a la historia social, porque la
historia conceptual nos permite reconstruir grandes estructuras de sentido.
Ahora, dice Koselleck, al mismo tiempo que la historia conceptual excede a la historia social,
inversamente la historia social excede a la historia conceptual porque, dice l, ningn hecho
se reduce a su designacin. Digamos, ningn concepto es nunca tan nuevo que su sentido no
se encuentre de alguna forma ya contenido en las convenciones lingsticas preexistentes. O
sea, la historia conceptual nos podra dar cuenta de los grandes entramados estructurales de la
historia. Y, en este sentido, esto es as, dice Koselleck, porque los conceptos no slo son
ndices de la realidad, sino que son al mismo tiempo factores de la realidad. Es decir, los
conceptos delimitan el rango de lo pensable y lo decible en cada momento. Entonces, son
factores constitutivos; y slo son ndices de la realidad en la medida en que son factores para
su constitucin.
Ahora, en tanto que factores, desde el punto de vista de Koselleck, esto quiere decir que de
alguna forma tienden a reproducir las estructuras existentes, las convenciones dadas. Slo la
historia social puede explicarnos por qu las expectativas existenciales depositadas en un
concepto se ven eventualmente frustradas, y emerge una nueva realidad. l vuelve a la vieja
distincin de Braudel entre estructuras y acontecimientos. La historia conceptual nos
explicara las estructuras. La larga duracin para la historia conceptual, la corta duracin para
la historia social. La historia social irrumpe en el momento de cambio, cuando se produce el
acontecimiento, los grandes quiebres histricos.
Estudiante: En la historia de las mentalidades, aparece la historia de Koselleck?
Profesor: S, tiene ms que ver con esta historia de las mentalidades. Nuevamente, en el
momento de apelar al cambio histrico, se apela a una instancia externa al propio lenguaje,
que sera la historia social la que vendra a explicar por qu cambia la historia conceptual. Y,
en este sentido, tiene que ver la historia conceptual, parece, en un sentido, a la historia de la
mentalidad. Pero las mentalidades es una tradicin francesa, no alemana. l nunca va a
utilizar ese trmino.
Estudiante: (inaudible)
Profesor: No, porque lo de Koselleck es un poco anterior al auge de la historia de las
mentalidades, a su difusin.
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Estudiante: A m no me qued clara la explicacin de que los conceptos tienden a reproducir
las convenciones dadas. Si, justamente, es un concepto, y es indefinible, en qu sentido el
concepto sirve a modo de reproduccin de la convencin dada? O sea, reproduce, pero
cambiando un poco? No entiendo esa parte.
Profesor: No, tratemos de entender cmo piensa l. Un concepto delimita el rango de lo
pensable. En este sentido, el uso presente de un determinado concepto siempre se encuentra
determinado, para l. La propia historia conceptual no podra dar cuenta de cmo cambian
esos conceptos. Nuevamente ac se rompe esta unidad de la que habla l, de que los
conceptos seran ndices y factores al mismo tiempo. En el momento de dar cuenta del
cambio, entonces los conceptos, como seals vos, pasaran a ser ndices de realidades de las
cuales ellos mismos no han sido factores. Con lo cual, segn la propia teora koselleckiana,
tampoco podran servir de ndices, porque slo sirven de ndice de aquellos de los cuales han
sido factores para su constitucin. Bueno, nuevamente ac hay un problema en la teora
koselleckiana, que, en el momento de dar cuenta del cambio, nuevamente tiene que volver a
una teora cruda de la representacin, que los cambios en la historia conceptual son el sub
producto de cambios producidos en otro mbito de la realidad distinto al suyo, que es
justamente aquello contra lo que la propia teora koselleckiana trata de enfrentar. Con su
concepto de la experiencia histrica, y del hecho de que en la historia conceptual los
conceptos son ndices de factores, supone que la historia social no es algo que funciona con
independencia de la historia conceptual, y viceversa; que ambas se encuentran siempre
imbricadas una con otra.
Vamos a dejar ahora ac. La clase que viene vamos, entonces, a retomar la teora de
Koselleck y vamos a ver de nuevo cmo es que aparece este problema en Koselleck y cmo l
intentara resolverlo. Para el primer prctico van a ver Skinner, y para el otro Koselleck y
Rosanvallon. Dejamos ac, entonces.


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