Fábulas Americanas
Fábulas Americanas
Fábulas Americanas
Q fuerte cosa!
**
Mi miel a mi amo regalo
;
l se alumbra de mi cera;
nadie como yo se esmera,
t, slo por golosina.
''
"Pretendes la preferencia,
y
no siendo sino plumas,
exigir de mi presumas
que te rinda la obediencia
!
"T, huesos ni carnes tienes
para el diente de un ratn.
Dmaso A, Lanaaga
ni el canto de un moscardn
:
no s cules son tus bienes.
''Eres linda, eres graciosa,
tienes un rico vestido,
muy brillante, muy lucido
;
pero eres vana
y
ociosa/^
Es por nuestra ley premiado
quien trabaja, no quien brilla,
y
el zngano que se pilla
es con rigor castigado.
Guarde bien esta moral
todo voraz figurn,
que por slo el relumbrn
desprecia al buen maestral.
vsr
Fbulas Americanas
El zorrillo
y
el perro
Un perro muy chapetn,
de Europa recin llegado,
un zorrillo hubo encontrado
y
a saludar va el simpln,
por su algalia a o hurn,
como acostumbra esta gente,
y
exclama cuando la siente
:
**lQuc
mal trata esta canalla,
que en tan linda tierra, se halla,
al extranjero inocente T'
Engaar piensa un tunante
a nuestros americanos
besando nalgas
y
manos,
cuando llega del Atlante
;
con apariencias de amante
y
de perro las entraas.
Se ven luego sus maraas
;
y
haciendo lo que el zorrillo,
es tratado como pillo
por lo que crey alimaas.
Dmaso A Larraaga
El zorro
y
el tigre
Viendo ciertos pastores
que pasaba algn tiempo,
no aumentaba el ganado
y
que antes iba en menos,
-
que el pas no admite peste
y
era vuelto el sosiego,
desde luego pensaron
que un tigre grande
y
fiero
que antes se haba visto,
era la causa de ello ;
y
encuentran los rezagos
estando ms atentos
;
**
I
Qu es eso, camarada ?
<
qu caso tan adverso
te hace llenar los aires
con gritos lastimeros ?
**
le dice compasivo
el que aqui tiene el cetro,
la corona
y
el mando
en el brutal reino.
Desesperado el zorro,
le responde :
Perverso !
de gatesca turba hijo
;
para ti se habr puesto,
oh fiera destructora !
tan fatal instrumento;
pues t el ganado matas
de estos pastores buenos,
y
yo no he derramado
la sangre de un cordero.
'*
**
Calla, ingrato, le dice
el monarca gatesco;
pues t saber debieras
que estn por ley sujetos,
participe
y
ladrn,
a pagar por entero.
^*
2
Dama.so A Larraaga
Reidos los compadres,
al punto se dijeron
verdades ms amargas
que las de un misionero.
^ ^
^-
Fbulas Americanas
El hortelano
y
el cardo
Un hortelano
de gran cachaza^
limpiar su huerta
de cardos trata.
Lo que despierta,
halla su cama
de esta semilla
toda inundada,
**
\
Jess !
entonces
Jess me valgfal'^
exclama el pobre,
y
cuando alzuh^
la mano al pecho,
la ve enredada;
baj la mano
hacia la barba;
aqui la toca,
j
vamos con calma !
Luego al momento
l se levanta;
pein el cabello,
lav la cara,
y
antes de todo,
limpi la cama.
Doa semilla
4
Dmaso A, Larraaga
en su frazada
a pelotones
est clavada.
Vamos despacio;
todas arranca:
una por una,
no dej nada,
y
mucho tiempo
en esto tarda.
Tom la escoba,
barre la sala
con gran trabajo,
es cosa clara.
La jugfuetona
revoloteaba
y
dando un vuelo
atrs se para.
l la persigue
y
retrograda;
aquesta pilla,
la otra se escapa;
muchas encuentra
bajo la cama,
entre las sillas,
en telaraas.
Alza los ojos,
las ve pegadas
en todo el techo.
Esto ya cansa !
l toma alientos
y
con constancia
todo lo limpia
y,
en fin, acaba.
Fbulas Americanas
15
Emple gran tiempo,
meda maana
;
mas todo queda
como una plata.
Entre s dice:
la quinta falta;
se cal el gorro,
tom la azada,
abre las puertas
y
las ventanas;
mas con el viento
ella se entrara
como una nube
espesa
y
blanca;
todo lo llena
aun ms que estaba.
Ya no hay paciencia
con tal canalla;
la vela aplica
y
en llamaradas
las plumas arden;
tambin la casa,
siendo hecha toda
de hinojo
y
paja,
y
con gran trabajo
el pobre escapa.
Estando afuera,
tira la azada,
arroja el gorro
y
lo pateaba.
Sus maldiciones
a todo alcanzan;
6 Dmaso A, Larraaga
y
cegfo toma
en la fogata
on gran manojo
de paja en llamas;
corre furioso
a la ms alta
planta de cardo,
sta le habla:
**
Hombre, detente ;
l se asustara.
^No me conoces?
yo soy la planta
,
del alcaucil
que t cuidabas,
que t pusiste
en esta chacra
y
buen dinero
de m sacabas;
me abandonaste,
yo me hice brava,
y
mi semilla
degenerada
slo produce
espinas largas;
a m no acuses
y
ni a las otras
mis camaradas;
menos acuses
la augusta
y
santa
bondad divina
que tanto te ama/^
Fbulas Americanas 7
Todo hombre
dgfa
con paz cristiana
el autor soy-
de mis desgracias.
-aje /
*y- -^ -^^^
Dmaso A, Larraaga
El caracol
Sg^uendo los consejos de na hormiga,
un caracol su molle ya dejaba,
probar queriendo de la dulce miga
de un grande camuat que dl colgaba;
y
en vez de miel prob de la enemiga
tropa el punzn que casi le mataba:
'^Volvamos, dijo, a nuestros juegos viejos,
que a pagar no ayudan los consejos/^
t- A'
Fbulas Americanas
La comadreja
y
el murcilago
Huyendo de la escoba de una vieja,
que un pobre gallinero defenda,
a un omb se trep una comadreja
cuando ya el sol naca
;
y
hubo tales chillidos,
y
tales los destrozos de los nidos,
que perdi su reposo
un murcilago feo
y
horroroso,
de aquellos que colgados
duermen en gajos tiernos
y
delgados.
La bolsuda, despus de tentativas
repetidas
y
vivas
como hizo por las uvas la raposa,
dice:
**
Oh, t, criatura rara, hermosa;
una de las ms raras, ms extraas,
cual yo por mis entraas,
baja, que contemplarte quiero atenta,
pues me tiene cuenta.
Me dicen que con tus enormes alas
volando a las aves las igualas,
y
he odo que all en la Nueva Holanda
a ciertos de los vuestros que volaban
nada les escapaba
;
20 Dmaso A, Larraaga
baja, pues, no deseches m demanda:
no temas, que slo aves yo persigo
;
nada tengo contigo
y
eres mi semejante.
^^
Respondile el murcilago al instante:
**
Oh, t, del colmilludo hocico,
no te dar en el pico;
S haces sin alas tal carnicera,
tenindolas, vivir no se podra;
contempla bien las alas que has comido,
que yo nada mejor he conocido
;
quisieras t tambin comer las mas,
mas no ser en mis das.
Mientras t no me tengas a tu lado,
yo ser solamente un bruto alado
;
mas dentro de no mucho,
para ti slo ser un avechucho.
^^
Los que hacemos as a dos partidos,
en todos ellos somos perseguidos,
y
as es que slo de noche volamos
y
enemigos a todos los juzgamos.
Atencin, seores hugonotas:
hoy de zapatos, maana de botas !
w ^ ^'
Fbulas Americanas
El terutero
y
la tortuga
Presntase n valiente terutero
armado de g^uerrero,
con uniforme blanco
y
gris completo^
penacho negfro con bgfote
y
peto
;
el pico
y
pies de carmin teidos,
y
en sus alas dos dardos encendidos
;
centellantes
y
rojos
tena sus dos ojos:
todo indicaba en l sangre
y
muerte...
A una tortuga hablaba de esta suerte
:
**
Sabio amigo : t a quien varios fracasos
han hecho mesurados tus lentos pasos,
vengo desesperado,
y
de pelear cansado.
Sabes que soy animoso,
vigilante
y
celoso
;
mas anoche, infeliz! tengo perdido
a todos los hijuelos con mi nido,
y
cuento muchos aos
que sufro iguales daos,
mientras que los dems tranquilamente
duermen sin menoscabo de su gente."
-^^*Ay! msero de aquel que al len despierta,
pues a mil males abrir la puerta P'
As habl la tortuga mesurada
22 Dmaso A* Larraaga
a su buen camarada:
**
Haz que de noche tu familia calle
y
no atormente ni perturbe el valle;
duerme cual yo
y
los otros compaeros,
no seas charlatn
y
vocinglero,
pues pones al que est durmiendo alerta
y
al que te acecha te haces descubierto*
Deja que duerman guilas
y halcones,
no llames buhos, zorrillos ni hurones/^
Y siguiendo el consejo
del mesurado viejo,
el terutero logr al fin su cra.
As yo exclamar, por vida ma:
sabio silencio mil males evitas
en los que charlatn te precipitas.
Fbulas Americanas
El argonauta
y
el mejilln
A las costas lleg de Maldonado
un argonauta en tiempo muy sereno
;
mas no de aquellos que haban robado
el vellocino ajeno,
aquel toisn famoso que pendiente
se ve del cuello de la gran nobleza
?
recuerdo de un ladrn, de mala gente
no deba ser signo de grandeza.
Mas un cuento interrumpe nuestro cuento,
a esto episodio alguno llamara,
y
para m intil pensamiento.
Un pobre caracol el argonauta
de mi fbula es de quien yo tratara
y
que al hombre sirvi de norma
y
pauta,
a quien del mar el arte le enseara
;
pues navega con mil jarcias
y
antenas
en tiempo bonancible
y
al instante
y
apenas
que siente el huracn pampero horrible,
las pone como remos,
o las oculta todas al momento.
Sabios mortales,
cundo aprenderemos
esta facilidad de huir del viento
sin temor de naufragio
!
Alzando todo trapo
24 Dmaso A, Larraaga
entra en el surgidero
el marinero guapo
con otros campeones,
cual S fuera una armada,
y
oyen estas razones
del manso mejilln,
concha o nave anclada
:
**
Llega a probar de feraces prados
do la naturaleza, en su gran pompa,
deja los tristes mares
'^
. . .
y
l consiente .
A pocas horas hincha su gran trompa
el austro tempestuoso e inclemente
;
mas nuestro mejilln no tiene apuro^
pues en su ancla confiado,
se mira muy seguro
Mas,
ay ! triste argonauta malhadado,
sin ciencia ni aparejos necesarios
:
el escuadrn perece casi todo.
En casos tan adversos
y
contrarios,
los que escapan hundidos en el lodo,
**
Vamos, dicen, volvamos al Ocano,
donde sin los escollos de estos suelos
sigamos el decreto soberano.
All donde vivieron mis abuelos,
en altos mares somos navegantes
;
no sabemos el pobre cabotaje . . .
'^
Es otra leccin para los amantes
que profesan el til pilotaje.
Al ver la tierra, sed aun ms celosos,
anclad
y
no entris sino de dia
;
en mares bravos
y
tan borrascosos,
evitad una fatal alegra.
Fbulas Americanas
Un hombre
y
el oso hormiguero
AI retirarse
de la campaa,
un ciudadano,
lleno de rabia
contra la hormig:a,
nuestra peor plaga,
dijo enfadado
:
**
Todo lo acaba
;
pues acabemos
con tal canalla,
y
en estos das
nada ms se haga,^^
Y ya concluidas
sus tres semanas,
volviendo el amo
hall la casa
por dentro
y
fuera
toda excavada,
con su arboleda
en parte cada,
ni del sembrado
judas, habas,
jardn
y
flores,
nada encontraba
;
tienen portillo
26 Dmaso A* Larraaga
todas sus zanjas...
**<Qu se ha ganado ?
nada
y
ms nada
:
mucho destrozo,
poca ganancia,
pues las hormigas
siempre abundaban.
**
Esto deca
a un camarada,
en una pieza,
do cerca estaba,
entre otras cosas,
una gran jaula
que contena
un alimaa,
oso hormiguero
aqu llamada.
Esta le dijo
con arrogancia
:
"Libertad dadme,
a todos grata,
que alguien t tienes
que da abundancia
;
estos graneros
te los llenara
quitando estorbos
a la labranza.
'^
Cuando esto dijo,
el olfateaba
hacia la huerta.
Su amo lo saca . .
.
corre derecho
Fbulas Americanas
27
como una bala
do ellas tenan
hondas moradas.
Con una lengua
de ms de vara,
ninguna sola
se le escapaba.
En un instante
limpi la chacra.
Cien mil soldados
con cien batallas
quizs no obtienen
la paz deseada
que un sabio adquiere
de una plumada.
Busque el Estado
personas sabias
:
deseche otras
por su ignorancia,
y
que no digan:
gasta
y
no gana.
t<
Dmaso A, Larraaga
Visita de Neptuno al Argentino
En su rica carroza muy brillante,
de ncar con aljfar guarnecida,
de ninfas
y
tritones conducida,
Neptuno el Dios del mar muy vigilante,
el Ro de la Plata visitaba,
enlodado trayendo su tridente,
el que era ms que el sol resplandeciente;
su carroza en el lodo se atollaba.
Spolo el Argentino su querido
;
pone los tiros,
y
guiando al Norte,
en la falda de un cerro la gran Corte
disfruta del descanso apetecido.
De los dioses las ninfas juguetonas,
gozando de tan bellas perspectivas,
se burlaban alegres
y
festivas,
al verse inmundas como unas fregonas.
Una de las sirenas, la ms bella,
que descollaba en la mansin marina,
chistosa hablaba con una argentina
ninfa, viva
y
brillante cual estrella :
Fbulas Americanas
29
**
^
Quin ms brbaro t el que lo desfigura,
o el que todo lo tiene por locura ?
Fbulas Americanas
El cazador
y
su perdiguero
Un ngfls cazaba
con su perdiguero
de color muy blanco,
pintado canelo
;
con grandes orejas
los ojos cubiertos,
stos son de topo,
la nariz de perro,
que lleva arrastrando
la tierra escribiendo
como un pendolista
que hace mil enredos
;
y
como azogado
parece su cuerpo,
el rabo parado
mirando hacia el cielo.
Se encoge de pronto,
queda abandonado,
con extraos gestos
que jams se han visto
en can tan maestro
;
moviendo la cola
como un mosquetero,
vuelve la cabeza
enfadado el perro
34
Dmaso A, Larraaga
y
al amo le dice
:
**
I
Qu quieres ? no veo,
pero ya la huelo
;
pues siendo pajizo
el animalejo,
con la paja seca
se va confundiendo
;
''
en fin, le hace sea
y
lo mata al vuelo.
Corre como un galgo,
lo trae al momento
;
lo examinan ambos
curiosos
y
atentos
:
con su vista el amo,
con su olfato el perro.
Ni los pies son rojos
de carmn risueo
;
los ojos no tiene
pintados ni bellos
;
tampoco matices
en cabeza
y
cuello.
**
Es un gallipavo
en lo grande
y
grueso,
pero yo me engao,
pues tampoco es esto
;
la cola le falta,
el pico es ligero,
largo
y
aplastado,
ms curvo que recto.
Estoy por decirte
que l es de otro gnero.
^
**
Es perdiz, mi amo.
''
Fbulas Americanas 35
**
**
Perdiz es, le digo.
^^
**
Pues que vaya al fuego
esa grande prueba
de los palaciegos.
^^
La asan
y
la comen,
y
dice el isleo
:
"
Mucho ms t sabes
que el sueco Lnneo.^^
Sera curioso
un sistema nuevo,
bien clasificado
por perros maestros,
y
no tengo duda
que m cancerbero
bien capaz sera
de hacerlo muy bueno.
De animales sabes,
y
al vegetal veo
que tambin conoces
:
vmitos con ellos,
A las piedras duras
oler las advierto,
conocer, pues, debes
muy bien los tres reinos,
y
lo que escribieses
seria muy cierto.
Newton, mi paisano,
dijo ser externos
todos los olores,
siendo muy de adentro
el olor salido
36 Dmaso A. Larraaga
de todos los cuerpos.
Dejemos los sabios
que le hablen al necio.
Sabed, pues, vosotros
que los halagfeos
exteriores cubren
a veces veneno,
y
el spid ms lindo
es ms peor que el feo;
que la virtud tiene
sus Judas perversos,
y
la medicina
sus falsos Galenos
;
que el comercio tiene
grandes usureros,
y
que en todo hay lobos
con piel de cordero.
Mas, por lo contrario,
hombres tan modestos,
que bien aprobados
son los que yo quiero.
*
Fbulas Americanas
El zorro
y
la zorra
A la Zoologa
un americano^
por til recreo,
era dedicado,
y
del viejo mundo
otro su paisano
cambi por sus chistes
un zorro en regalo,
y
con nuestra zorra
hubo de casarlo.
Mas, como daino,
siempre estaba atado
;
su querida tiene
un talento raro
de mascar las cuerdas
y
asi lo ha soltado,
y
aunque es todava
un chapetonazo,
opparamente
ellos cenaron
;
el amo lo advierte
y
lo ha enjaulado.
Para hacer las suyas,
crey ser el caso
a su buena esposa
38 Dmaso A, Larraaga
doctrinarla en algo
de sus artificios,
astucias
y
engaos.
**
No oyes los corderos
cmo estn balando ?
^'
La zorra responde:
**
Tengo buen olfato
;
pobres inocentes !
no los he probado.
'^
Exclam el esposo :
"
qu enorme milagro !
j
no come una zorra
los corderos mansos ! . . .
^No oyes los pichones
cmo estn chillando ?
*^
"
I
Por dnde, di, subo,
grande mentecato ?
^^
**
I
No ves, tontorrona,
ese grueso palo ?
'^
**
Que m gente era,
deca m amo
(
que es muy sabio en esto
),
de perros, no gatos
;'^
ella as replica.
Mas su esposo amado,
^'
Bien conozco, dice,
a ese pajarraco
;
l no gusta mucho
verte por tejados...
Ven, no seas boba
;
Fbulas Americanas 39
yo te ir enseando
:
sube^ majadera . .
.
alarga las manos,
clava bien las uas
ah donde est blando
;
procura ayudarte
con el negfro rabo.
**
**
Hombre, me confundes . .
.
mira que me caig'o !
'^
'*
Qu mujer tan torpe
con tantos cuartazos !
Espera ah un poco
y
descansa un rato,
que ms adelante
no es tan alisado...
Estira el hocico
mordiendo aquel clavo.
'^
Mas ella se estira,
suelta
y
da un porrazo
:
**
ay pobre cuitado !
la nica esperanza
de tu padre anciano
!
I
Sers^ cual tu madre,
dcil
y
esforzado ?
de mi gozar debes
mi gran talentazo.
"
Habl en profeca
:
en menos de un ao
nada se escapaba
;
pollos, gallipavos,
conejos
y
patos
;
40 Dmaso A Larraaga
tambin le presenta
como un gran regalo
de las tjvas verdes
frutos sazonados.
Aqu el zorro viejo
le da un fuerte abrazo
y
llorando dice:
**
Eres aun ms sabio
que tus mismos padres.
'^
Es lo que ha pasado
en nuestra conquista,
cuando se juntaron
los conquistadores
con las conquistadas
!
AI cruzar las castas,
aun de los humanos,
que stas se mejoran,
es esto bien claro.
Talentos sublimes
de negros con blancos
han nacido siempre,
que son los mulatos
;
pues dan los injertos
frutos delicados,
aunque el padre sea
duro, agreste
y
bravo.
En fin, yo concluyo
:
los viejos Estados
con placer reciban
los americanos,
y
haremos nosotros
por ac otro tanto.
Fbulas Americanas
Los dos ombes
"
Omb esposo,
muy querido,
t te mueres,
amor mo
! ''
a su macho
la hembra dce,
que en este rbol
divididos
son los sexos
y
distintos.
Sigue hablando
al marido:
**
Generoso,
jovaU vivo
ms que nunca,
yo te he visto.
En un ao,
ste mismo,
por dos veces
madre he sido.''
En efecto,
el marido
hubo pronto
fenecido. .
.
Buen reparo
42
Dmaso A, Larraaga
y
muy
dg-no
ser de todos
bien sabido.
La tal hembra
nos ha dicho,
como Sneca
en su estilo
sentencioso,
persuasivo,
lo que
muchos,
al oirlo,
quedar deben
confundidos,
\
Cuntos viejos,
ya vecinos
a la muerte,
aunque ricos,
slo piensan
en litigfios
!
Son avaros
y
mezquinos,
mentecatos
e insufridos.
Fbulas Americanas
La cotorra
y
su ama
Versos castos
y
pareados
enseaba una matrona
con agudeza
y
con gracia
a una muy verde cotorra^
con los elogios juntando
palabras muy injuriosas
;
siendo fciles los versos^
los aprendi la parlona,
y
cuando su ama vena,
los repite en esta forma
**
Cotorrita
queridita,
dame el pico.
\
Ay, qu rico !
Tu garganta
qu bien canta
!
En tu lengua
nada mengua
;
tus mejillas
dos salvillas
;
tu cabeza
me embelesa/^
Despus pasa presurosa
a hacer su completo elogio
de la cabeza a la cola
:
44 Dmaso A, Larraaga
**Ese cuello
es muy bello
;
en tu nuca
qu peluca
!
Ese pecho
de perla hecho^
tus espaldas
de esmeraldas
;
esta cola
tuya sola . .
.
da la pata,
garfio en plata.
"
Y cambiando la monona
los elogios en ultrajes
y
palabras afrentosas,
en tono el ms altanero,
cual lo hara una manla,
enfadada le decia
aquesto entre muchas cosas
:
**
Esa boca
es muy loca,
tu garganta
qu mal canta !
esos ojos
dan enojos,
ese pecho
es contrahecho,
esas alas
son muy malas
;
da la pata,
gran mulata.
^^
Siguiendo con voz ms bronca
Fbulas Americanas 45
de un modo ms denigrante
insultaba a su seora
:
**
Embustera,
pendenciera,
borrachona,
gran ladrona,
gran canalla,
alimaa.
*^
Luego, como pesarosa,
muchos besitos le daba
con gracias encantadoras.
Mancharte en tu sang-re
no se v jams,
le dijo la pulga,
queriendo escapar
Hola de la cobarde,
mala, mas sin alarde I
'*
Dijo la saltadora
pulga :
**
\
Oh zumbadora
cuadrilla de ladrones
!
qu justas invenciones
para quien el mal hace !
lo grita
y
se complace
!
No niego mis pecados
inocentes
y
forzados,
mas hiere ms la ofensa
hecha con insolencia.
**
Una chinche olorosa
dijo al or tal cosa
:
**
ste es tambin, repito,
m texto favorito.
"
Fbulas Americanas
Los dos sauces: macho
y
hembra
La hembra sauce celosa
dijo a su prenda amada
:
'*
Oh msero destino ! . . .
'^
El macho as exclamaba
:
**
Casado
y
nunca unido,
**
Querida,
bien sabes t que yo hablo
todos cuantos idiomas
hasta ahora han usado
los brutos
y
las aves
;
cuanto deseo alcanzo.
58 Dmaso A. Larraaga.
que soy gran hechicero,
para quien no hay engaos.
Ellos, pues, me dijeron
en ese idioma extrao,
que ellos eran muy duros
para tus blandas manos;
que a ti te pertenece
otro fuego sagrado
que en mi corazn vive
con afectos contrarios
segn t lo manejas?
ya del amor me inflamo,
ya de la ira me enciendo,
y
estoy siempre abrasado;
padeces
y
padezco,
ni uno ni otro me es grato.
En tus manos me tienes;
t puedes remediarlo:
con suavidad me ganas,
con violencia me aparto,
pues m corazn siente,
no es duro como un palo.
Reine en ti la dulzura
y
tus suaves halagos
harn que con paz vivan
dos esposos amados.
^ t^
Fbulas Americanas
Fbula literaria
D]o el Plno francs,
quin lo creyera I
que los dos continentes de la esfera
y
que el globo terrestre separados
tienen hoy, fueron, en siglos pasados,
por el frica unidos,
y
que slo a impulsos repetidos
de volcanes furiosos,
y
por sacudimientos espantosos,
aqullos se apartaron,
y
de ello nuestros pueblos dimanaron,
Pero dime, hombre sabio
y
elocuente:
I
quin de los dos ms mente ?
Qu silencio profundo,
Amrica, de tus cosas quedaron!
Lo que otros mil fbulas contaron,
**
\
Oh mi mam querida !
<
qu es lo que he visto ?
'^
. ,
.
y
all el caso completo,
le ha referido
;
quien, sabia, le responde
:
**
Son, hijo mi,
son ms fatales monstruos
los libertinos,
cuya boca horrorosa
traga a los nios.
Dmaso A, Larraaga
La abeja
y
la araa
Un terco libertino^
como un pisn machaca,
con nuestro fabulista
una cuestin entabla
;
mas ste no gustando
de coces ni patadas,
por evitar los golpes
le dice :
**
I
No reparas
aquel vegetal lindo
que por all se arrastra,
muy bueno para ahogos ? . ,
.
pues sta es nuestra salvia.
Repares tambin quiero
una abeja
y
araa
que de la misma vida
miel
y
veneno sacan,
y
las que en cierto modo
a los dos nos retratan
:
T a las verdaderas
cosas las haces falsas
;
mas yo de las mentiras
saco verdades claras.
"^
Fbulas Americanas
La vbora de cascabel
y
nuestro
leopardo
Vibrando su terrible Ieng;ua hendida,
la serpiente de cascabel tendida
cerca de su morada,
de la furia del hombre atormentada,
la musculosa cola resonando,
horribles silbos dando,
volviendo su cabeza
y
torvos ojos
con furor indicando sus enojos,
a un no menos feroz gato, deca
:
**
En vano todo el da
corr tras de la presa,
porque todos burlaban mi icrezUf
todo ante m se espanta,
todo desaparece,
y
esta msera vctima perece.
'^
El pardo len no compadecido,
sino del inters propio movido,
porque tambin sus presas espantaba,
as con tal clareza
y
gracia hablaba:
**
Eres un monstruo, un tigre
y
una fiera.
Este dice:
'^ Pastora, considera
que jams m consorte maltratada
por m ha sido, ni nunca ensangrentada.
La proteccin mis fuerzas le prestaron
;
Fbulas Americanas 69
las guilas Jams moscas cazaforit
y
es propio de un cobarde
en el dbil hacer de ellos alarde
;
di que es un Satans en carne humana
que hiere a esa su igual
y
ms que hermana^*
4^
^K
Dmaso A* Larraaga
Los dos perros
Lleg a las tolderas
un perro forastero
tjfano
y
orgulloso,
con aire de desprecio,
y
viendo un pobrecillo
indiano humilde perro
que carne de caballo
lo encontr comiendo
:
**
I
Son stos tus jamones,
le dijo,
y
buen becerro
de que jams probaron
tus muy buenos abuelos ?
**
Nuestro perro, callado,
de un avestruz el pecho
le ofrece,
y
don Melindres
le hizo doscientos gestos;
lo lleva a su cabana,
le presenta un puchero
de blanca mazamorra,
mas l ni quiso olerlo
y
secamente dijo i
^
**
Gurdalo, que no quiero.'^
Nuestro humilde cachorro,
al verlo desatento,
le dijo :
**
No hace mucho
que vino un perdiguero
con un lord ingls su amo,
Fbulas Americanas 7
muy corts
y
muy atento
;
comi cuanto le puso,
todo hallndolo bueno,
y
con sencillez dijo
que all comi cangrejos,
pescado corrompido,
royendo huesos secos.
De las alforjas su amo
sac tambin un queso,
con un jamn muy gordo
que present a m dueo,
y
aunque l era salado,
comi por cumplimiento
;
tambin de la cerveza,
sin parecer grosero;
lo mismo el ingls hizo
una copa bebiendo
de nuestra pobre chicha,
alegre, muy atento
;
Mas el can desdeoso
todo lo estaba oliendo,
ftido
y
asqueroso
parece todo al necio . .
.
Mi amo, que lo observaba,
y
a quien vino a olerlo,
le acert un buen balazo,
tan bueno, en el cerebro,
que el tal orgullosito
no fu a contarlo lejos/'
Que ciertos seoritos
que hoy son
y
ayer no fueron,
lean con gran cuidado
este mi pobre cuento.
Dmaso A Larraag^a
La pulga
y
la chinche
La chinche
y
la pulg^a
pican a un seor,
y
esta le deca
:
**
\
Ten ms compasin !
S el seor despierta,
nos mata a las dos.''
Por eso deca
:
ten ms compasin
!
La chata responde
:
**
Lo voy a hacer peor.
Miren quin me dice:
ten ms compasin
!
"
La negra, ofendida,
luego la mont
con la espuela,
y
dice
:
*^
\
Ten ms compasin
!
''
Aguijn
y
espuela
ms fuerte clav,
y
el potro deca:
**
\
ten ms compasin !
**
Y cuando tiraba
patadas
y
coz
el jinete, dijo:
**
\
ten ms compasin !
^*
Aprende en ti mismo,
oh nio feroz
!
a or cuando dicen
:
**
ten ms compasin.
**
Fbulas
Americanas
El asno
y
la mosca
La mosca montando
un asno poltrn
:
**
Corre, le deca,
nada peso yo.''
El burro desprecia
la mosca feroz
y
Sigue comiendo
su pobre racin
;
el jinete apura:
su aguijn clav.
D el asno corcovos,
patadas
y
coz.
**
I
Palos, ella dice,
tu amo no te dio ?,
I
espuela
y
chicote,
siendo tan lerdn ?
"
**
I
Dime, cruel, le deca,
qu te he hecho no s ?
"
S, m mam querida . .
.
yo no s lo qu quiere."
**
Pues djalo que grite,
que de hoy su nombre tiene,
pues otro ser te acusa,
Fbulas Americanas 77
un ser ms excelente,
y
que tiene en t mismo
una mansin perenne
;
yelo tu, hijo mo,
y
sle muy obediente
;
la clemencia ante todo
es lo que nos advierte,
pero de la dureza
ms antes te resientes.
Ser feliz tu madre
s en todo eres clemente,
y
s tu alma sensible
a todos compadece."
^ 5 ^
Dmaso A, Larraaga
La rosa
y
el cedrn
La fresca, bella rosa,
desplegaba envidiosa
todos los atractivos
de sus colores vivos,
y
sus suaves olores,
sus gracias
y
primores
;
y
en vano su alegra
por fuera pareca,
pues dentro angustiada,
del furor agitada,
miraba con enfado,
frente de s plantado
al buen cedrn fragante,
candido
y
brillante,
que con las miniaturas
da flores blancas, puras,
con hojas estrelladas
y
lanzas aguzadas . .
"
Cual otro Cupidillo,
el tal hpocritillo,
con sus mismos candores
y
con menos ardores
las dems abrasaba
y
de m se alejaba.
Pues las tales bellas
Fbulas Americanas
79
ni siquiera una de ellas
me pone en su cabeza,
antes bien se adereza
con esas espiguillas.
'^
Esto ella lo deca
pasando cierto da
la joven jardinera,
y
aade :
**
Embustera,
siempre sers paisana
de aquella americana
que plantaste de intento
para mi gran tormento.
La reina
de las flores,
sin sus adoradores,
despreciada,
abatida,
cabe ella rendida
:
con sus dulces hechizos,
sin aderezos postizos
y
sin estas espinas,
las recibe benignas,
a todos los encanta
y
de m las espanta:
qutamela, pues, luego,
y
arrjala as al fuego.
''
La joven indulgente
lo hizo muy complaciente
;
mas sin rubor ni valla,
a todo expuesta se halla.
Las orugas
y
hormigas,
mortales enemigas,
sabandijas ratones
acuden a millones
;
80 Dmaso A* Larraaga.
mas ella se complace^
que algn favor se le hace,
mientras no pasa Octubre,
que de flores la cubre.
Cesando el mes florido,
nuevos ultrajes vdo
en cavas
y
despojos
que aumentan sus enojos
;
sus hojas sin fragrancia
abaten su arrogancia.
El cedrn, como antes,
de aromas abundantes,
fresco, bello
y
lozano,
se ostenta soberano
"Si t no me despojas
de todas estas hojas,
dijo a la jardinera,
y
si con mano fiera
no me das con un palo,
pues todo es menos malo,
muero desesperada,
con celo atormentada.^^
Con remedios violentos
tuvo algunos contentos.
Lo violento no dura,
y
perdi su hermosura.
El cedrn inocente,
al ver tal accidente,
le dice:
"
Gran seora,
I
qu fiebre te devora ?
^'
Dijo ella en tono serio t
"
Queda t con m imperio.
Fbulas Americanas
pues yo moero de celos
y
eres t el autor de ellos
'^
Mil damas engfredas
van as presumdast
quieren vencer a todas
con galas
y
con modas
;
como rosas perecen,
y
su casa empobrecen.
^j 2j
Dmaso A* Larraaga
,os nios
y
un alacrn
Un nio muy vivo,
con otro rapaz
tiraban piedritas
cual para jugar.
Tomando una de ellas
sali un alacrn^
tan negro
y
serpudo,
que lo hizo temblar
;
viendo el otro nio
al dicho animal
dijo era cangrejo
de los de la mar
y
que mal ninguno
hacen por detrs
y
que por la cola
se pueden tomar.
El nio ignorante,
y
tambin audaz
lo toma
y
le clava
aguijn fatal!
El nio prudente
no toca jams
cosa que no sabe
muy bien manejar.
Fbulas Americanas
El nio
y
la avispa
Sin saberlo sus padres,
la nia hermosa
de un jardn muy florido
toma una rosa.
sta era tan fragante,
era tan bella,
que nadie la igualara
s no fuera ella.
De su aroma llevada,
quiso ella olera,
pero por su hermosura
quiso comerla.
Una avispa terrible
tiene ocultada,
la que le da en el labio
una picada.
A tus padres consulta
con reverencia,
y
nada comas ni hagas
sin su licencia.
Dmaso A* Larraaga
El nio
y
la mosca
Un nio mtty lmpto
y
muy aseado^
en lugares inmundos
est jugando.
Sobre un palo corra^
como un caballo,
y
cayendo se puso
como un gran chancho.
El con tamaa boca
est llorando,
y
una mosca asquerosa
se le ha dentrado.
Toditos se ryeron
y
se burlaron:
lo mismo harn contigo
por de contado.
^ ^
*?'
Fbulas Americanas
El hornero en la higuera estril
A una higuera frondosa,
Vindola el dueo
tan infecunda, quiso
eciarla al fuego.
"Un poco ms si esperas,
le dijo un negro,
ser ella bien cavada
y
tendr riego.
**
De siete hornos estaba
el rbol lleno,
y
los horneros todos
esto supieron.
No correspondi el rbol
a tanto esmero,
y
aplicndole el hacha
cay en el suelo.
Su casa con sus hijos
perdi el hornero,
aunque avisados todos
fueron con tiempo.
S a mal rbol te arrimas,
lo vers esto
;
tambin si fueran malos
tus compaeros.
**
Sers como la higuera,
dijo el Maestro,
si fueras infructuoso
para mi reino.
'^
Dmaso A Larraaga
Gran proyecto de un Ministro
de Hacienda
**
El ms breve momento de los sabios
vale ms que los siglos de los necios^
un Ministro de Hacienda as deca
al recibirse de su gran empleo.
El erario empeado
y
todo exhausto
lo vern florecer en corto tiempo,
y
har lo que por siglos dilatados
no alcanzaron mis ciegos compaeros.
Los otros Ministerios nivelaron
con nuestras luces sus departamentos
y
en la instruccin del siglo ya brillaron
la poltica
y
la guerra
;
y
yo pienso
hacer brillar el mo ms por ella
que por el esplendor del vil dinero.
Yo soy de los dems vigor
y
vida,
de poltica
y
guerra yo soy el nervio.
\
Que recursos !
**
Matarlos, pues,
y
vndase sus cueros,
y
haced tambin lo mismo con su aceite."
"
Estn, seor, tan flacos como un perro.
''
"
Soy el espanto
de todos los vivientes de la tierra,
mas os prometo no haceros la guerra;
ni lloris rey con tan fnebre canto,
ninguno de los vuestros,
si queris ser mis maestros
en lo que tanto tiempo yo deseo
:
esa facilidad con que yo os veo
hincharos como un pavo,
la envidio de vosotros sobre todo
;
el que lleva el terror a todas partes
quiere crecer de modo
que, auxiliado de vuestras sabias artes,
aun en grandor parezca un elefante
;
y
con mis armas
y
con mi grandeza,
seria el rey de la naturaleza,
pudiendo yo encogerme de manera
que por todas partes yo cupiera.
'^
**
Acepto yo el tratado
y
el convenio,
aqu es que debe brillar nuestro genio,
**
as hablaba el rey de las vocingleras
;
las dems aprobaron placenteras.
90 Dmaso A* Larraaga
**
\
Oh, su secreto raro
y
milagroso,
hoy te revela slo m reposo
!
Toma, pues : come de esos vegetales,
y
sers el rey de los anmales.''
El culebrn comilos al momento,
crece
y
va saltando de contento
;
mas^
I
ay ! que el mo-mo hubo comido,
y
as perece dando un estallido.
Muere a veneno quien nos envenena,
sufriendo del talin la dura pena
;
del enemigo no tomes consejos
en lo que va el pellejo.
,, -aj^ -oijr
'^ "^
'*
Fbulas Americanas
El ciempis
y
la araa
La Parca tan feroz de los humanos
se enfurece tambin con los gusanos,
que se alimentan de la misma muerte
;
en acortar su vida se divierte,
pues no bien nacen cuando ya perecen,
y
aunque hijos de la corrupcin parecen,
tienen unos periodos ordenados,
cortos, mas a su fin adecuados.
El ciempis terminaba su carrera
y
su pobre galera
con cien remos movida no corria.
El bien lo conoca
;
torpe en su movimiento,
le faltaba el sustento
:
las moscas se escapaban
y
aun de l se burlaban.
Por lo comn las fieras cazadoras
ven de hambre terminar sus breves aos
;
mas en tan extremadas circunstancias
vio cerca de su estancia,
muy quieta
y
muy tranquila,
a cierta araa que hila
y
que con su red tenia sobrado
alimento sabroso
y
delicado,
y
aunque ni tejer ni hilar saba,
92 Dmaso A, Larraaga
crey que de otros l los formara.
En la mente es ms fcil que las manos,
tanto en los brutos como en los humanos . .
.
Se v en un gran atajo.
El torpe viejo todo se enredaba;
la de ocho ojos, que bien se lo observaba,
con sus ocho pes corre presurosa,
pero cuando lleg, ya la insidiosa
red desprendi el viejo Argos,
y
sin hacer ms cargos,
entre sus garras iba a darle muerte
;
mas, astuto
y
maduro, de esta suerte
le dijo :
**
No tendrs otro castigo
sino el vivir conmigo,
tejindome "tus redes,
tendindolas slo en estas paredes.
"
Cumplilo as la araa, agradecida
a quien le dio la vida.
**
I
Cmo en tan mal estado,
le dijo nue^ro jumento,
ests as, m paisano
?^^
**
\
Qu quiere m camarada !
ando en poder de un muchacho;
arrastro con l la lea,
y
agfua
llevo arrastrando,
y,
en fin, l hace conmigo
mil carreras
y
mandados.
Mas cuando yo era ms fuerte
y
tena menos aos,
me tomaron por su bueno
estos incansables gauchos:
iba yo a sus correras
de avestruces
y
venados,
boleaban conmigo potros
y
enlac toros muy bravos,
porque aqu, mi buen pollino,
todo lo hacen bien montados
y
el burro aqu de las cargas
es el msero caballo.
^^
**
Tiene razn m querido,
le dijo el tordillo cano,
pues aun no me cabalgaron
;
para decirlo mejor,
aun no he sido yo ennalgado,
ni prob nalgas ningunas,
y
por afrenta montarnos
llaman a todos aquellos
1^
Fbulas Americanas 95
que alguna vez nos montaron^
y
creo que el monta
-
yeguas
lo dicen por injuriarnos^
^
porque es de saber^ amigo,
que con stas soy casad^
siendo mi nico destino
procrear las muas
y
machos,
'
y
para esto siempre escogen
los ms bizarros del pago^^
As el buen rucio de Sancho
le replica al buen caballo . .
.
**
Pero ya por all viene
el bendtllo de tu amo,
y
tiene ste una carita
como el ms grande bellaco
;
tambin trae el pobrecito
bolas, y
lazo arrastrando.
Vete en paz, mi buen rocn,
Dios te libre de muchachos
!''
Y qued el gran orejudo
slito entre s pensando:
**
Por cierto que en esta tierra
se ven las cosas ms raras
;
pero siempre en favor nuestro,
los frenos estn cambiados/^
Cuntos aqu
experimentan
la misma suerte del asno,
y
no obstante, estos lugares
se ven hoy tan despoblados
que los cardos slo engordan
y
grandes manadas de asnos
!
* a*^ 4-
5. -5- -^
Dmaso A, Larraaga
Una moza, la langosta
y
la rana
Segua a una langfosta
una joven muy hermosa
como ella dando saltos,
corriendo por el campo;
toma una,
y
admirada
de figura tan rara,
dijo:
^'Lstima de alas
de fina
y
rica gasa
en tan trepadas piernas,
tan zancudas
y
feas!^^
Respondi la saltona
:
*^
Vuestras presentes modas
convierten a las damas
en langostas
y
ranas
;
teniendo la cintura
en la misma pechuga,
vuestro pecho, aprensado,
pronto ser malsano/'
La rana oy el litigio,
y
dando un salto, dijo:
^^La moda honesta
y
sana,
aunque sea de rana.
**
Fbulas Americanas
La rana
y
el sapo
A la orilla de un charco^
una rana muy parlera,
dijo un da a cierto sapo:
Mira, hermano,
qu delgada soy
y
seca,
y
qu poco me he hinchado
teniendo piernas ms diestras
con que ms nado
y
ms salto!"
Por cierto que hay en la escuela
unos tan vanos muchachos,
que apenas saben las letras
y
se hinchan como unos sapos;
mientras otros que ya cuentan,
parecen ms moderados.
at^ ^ -tr
-"^ ** '*
Dmaso A* Larraaga
El picaflor, la mariposa
y
la araa
**
Tiene el lindo picaflor
la propiedad singular
de perseguir
y
ahuyentar,
con un extrao furor,
todo lo que ve brillar.
Tiene paz con las araas,
las moscas
y
escarabajos,
gusanos
y
renacuajos
y
otras muchas alimaas
;
mas tiene malas entraas
y
se muestra enfurecida
con la mariposa bella,
y
la mata encarnecida,
dicndola presumida.'^
Esto a la araa decia
la mariposa en un da,
y
aqulla le responda
:
**
Por envidia, pienso yo
que lo hace, querida ma/'
Estas cosas son frecuentes
entre las damas
y
mozas
:
que son menos indulgentes,
menos suaves
y
clementes
con las que son ms hermosas.
Fbulas Americanas
El toro ensillado
y
otro viejo
A un toro hosco^ en tin brete,
del todo ya ensillado
y
pronto a ser montado,
le deca su abuelo,
lleno de amor, de lg^rmas
y
duelo
:
**
No hagfas t del fogoso,
sino del perezoso,
saliendo como un buey manso a la plaza
;
pues yo con esta traza,
otra vez me he librado
de ser banderillado,
y
t tambin sers echado fuera.
**
**
Djeme, usted, m abuelo,
que ese picaro g:aucho,
aunque sea ms ducho
que los chulos Pepillo
y
Palomares,
o ms que Castllares,
que l no se escapar de estos mis cuerhos
;
l volar a sanar en los avernos.
"
Tanto el joven Confiaba en su pujanza,
que dijo :
**
\
Qu matanza !
**
Mira que son tus hermanos
y
yo tu madre, le dijo
la que tena muy ajados
sus adornos
y
atractivos!''
**
Me dais, le dijo, mucho asco
;
''
y
volvindose a su nido,
jams torn a visitarlos.
As muchos seoritos
muy pronto se avergonzaron,
ingratos, desconocidos,
de su madre
y
sus hermanos.
o}- -sia- >*
"ii^
"'* "0^
ndice
PgS.
Al. LECTOR
'"*
III
El picaflor
y la abeja '6
El zorrillo
y el perro
9
El zorro y el tigre
10
El hortelano
y
el cardo
3
El caracol
'
J8
La comadreja
y
el murcilago
J9
El terutero y la tortuga
21
El argonauta
y
el mejilln
23
Un hombre y
el oso hormiguero
25
Visita de Neptuno al Argentino
28
Las dos montaas : Pan de Azcar
y Montevideo
30
Manco
- Capac, Inca
32
El cazador y su perdiguero
33
El zorro y la zorra
37
Los dos omfaes 4
La cotorra y su ama 43
La cacica
y la pulga .... 46
El mosquito, la pulga y
la chinche 48
Los dos sauces : macho
y
hembra 51
El nogal estril y su amo 55
Los indios, marido y
mujer, sacando fuego 56
Fbula literaria 59
Sobre lo mismo : el autor a sus fbulas ... 60
Los dos negros: marido y mujer 61
Los nios y la vbora de cascabel 62
06 ndice
Pgs.
El nio, su madre
y
la serpiente
63
La abeja
y
la araa 64
La vbora de cascabel
y
nuestro leopardo
65
La negra bozal
y
su amo 67
El tigre
y
una mujer 68
Los dos perros 70
La pulga
y
la chinche 72
El asno
y
la mosca
73
El escarabajo
y
la araa 74
El bienteveo, el nio
y
su madre 76
La rosa
y
el cedrn 78
Los nios
y
un alacrn 82
El nio
y
la avispa
83
El nio
y
la mosca 84
El hornero en la higuera estril
85
Gran proyecto de un Ministro de Hacienda
86
La vbora de cascabel
y
las ranas 89
El ciempis y
la araa 91
El asno
y
el caballo, naturales de Europa 93
Una moza, la langosta
y
la rana 96
La araa
y
el sapo 97
El picaflor, la mariposa
y
la araa 98
El toro ensillado
y
otro viejo 99
La mariposa
y
su madre 103
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PQ Larranaga, Dmaso Antonio
8519 Fbulas americanas
L34F3