Los Recuerdos de La Iguana

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Los recuerdos de la iguana

Historias del Guayaquil que se fue


(Artculos publicados por el autor en la revista
de la Junta Cvica del Guayas)
Autor:
Arq. Melvin Hoyos Galarza
Correccin de Textos:
Carlos Vega
Diagramacin:
Anglica Cano de Woelke
Imgenes:
Portada: Fabin Peaherrera Cattan
Interiores: Archivo Arq. Melvin Hoyos Galarza
Impresin:
Poligrfca
Derechos de Autor: 028080
ISBN: 978-9978-92-547-8
Primera Edicin
Enero de 2008
Guayaquil - Ecuador
Publicacin cedida al M.I. Concejo Cantonal de Guayaquil como un tributo flial del autor a su ciudad.
Prlogo
3
L
eer Los Recuerdos de la Iguana es adentrarse en captulos
de la historia guayaquilea que han sido casi olvidados, y
que Melvin Hoyos, con esa dedicacin que solo puede ser
interpretada por quienes sienten verdadero amor por su ciudad,
ha recopilado durante el transcurso de varios aos.
Las pginas de este libro rompen el concepto de que solo cono-
ciendo el pasado es posible vivir el presente y prepararse para
el futuro, porque en la mayora de sus pginas encontraremos
historias sencillas, contadas con armonioso lenguaje y fciles de
leer.
Ya sea como cronista o como historiador, Melvin Hoyos le da a
cada uno de sus relatos debidamente documentados un valor
extraordinario, no solo por su contenido sino por lo que signif-
can para la historia de nuestra ciudad.
Es que estamos acostumbrados a que la historia solo debe relatar
episodios blicos o polticos, sin comprender que todo lo que
pasa en cada da es tambin parte de la historia.
El principal objetivo de Los Recuerdos de la Iguana es descorrer
el velo que muchas veces oculta o distorsiona los hechos. En
las pginas de este libro se entrecruzan historias y relatos que el
tiempo ha intentado borrar de la memoria guayaquilea, y que
Melvin Hoyos ha rescatado entre recortes, folletos y peridicos
viejos... muy viejos.
4
Melvin ha procurado y lo ha logrado narrar los hechos de una
manera autntica y genuina, evitando la generalizada tentacin
de alterar la verdad para despertar el inters del lector.
Cuantos conocemos que Guayaquil se convirti, muy pocos
aos despus de su asentamiento defnitivo es decir, donde hoy
se levanta en el astillero ms importante de la mar del sur, y
que en ella se construan, reparaban y carenaban todas las naves
que surcaban estos mares?... Qu saben los guayaquileos sobre
las primeras iglesias que se levantaron en nuestra ciudad, en
pocas de la colonia?... Y sobre los ataques que nuestra ciudad
sufri por parte de piratas y flibusteros, que a ms de saquearla
le prendan fuego?...
Melvin describe adems el Guayaquil colonial, pero no lo hace
solamente desde su propia ptica, es por eso que lo hace tam-
bin incluyendo las narraciones de importantes y notables viaje-
ros y expedicionarios que la visitaron en los siglos XVIII y XIX.
Rescata el programa ofcial con el que se celebr el Primer
Centenario del 9 de Octubre de 1820; habla de sus monumentos
y de sus barrios; revive pginas heroicas como la reaccin pro-
federalista de Guayaquil, en 1827 y la revolucin del 6 de marzo
de 1845, y recuerda los inicios de la fotografa, los baos del
salado y el inolvidable American Park.
Estos y muchos captulos ms, comprenden esta bellsima obra,
escrita con amorosa dedicacin a nuestra ciudad, y con la que
Melvin Hoyos ingresa a ese exclusivo grupo de cronistas como
Jos Antonio Campos, J. Gabriel Pino Roca y Modesto Chvez
Franco, que en su momento tambin rescataron, escribieron y
publicaron, fascinantes pginas de la historia guayaquilea.
Efrn Avils Pino
Proemio
L
a iguana, sempiterna habitante de estas tierras, testigo
mudo de sus cambios, vio que hace diez mil aos llegaba
un ser extrao a ella.
En ese entonces, sus gigantescas colonias cubran todos los
nichos existentes, desde el hmedo bosque tropical hasta el
enmaraado manglar, desde las zonas ms secas hasta las playas
del mar.
Este era su mundo, el imperio en el que conviva en perfecta
armona con el resto de sus habitantes.
Evolucionaba as, en silencio, lenta y oculta, atisbando el paso
de los siglos, observando transcurrir los eventos cual hijos del
tiempo, cambiando el paisaje como mudan de follaje los rbo-
les en cada estacin.
Un buen da vio al protagonista de los cambios y observndolo
actuar sinti en sus genes de antiguos ancestros un temblor que
le revelaba una terrible verdad.
Estaba observando al dueo de todo, al dueo de la tierra, de
esa tierra que por miles de aos haba usado y cuidado, estaba
viendo al responsable de que el mundo mutara da a da, mes a
mes y ao a ao.
5
Y se convirti, para ella, en un dios con poderes tan grandes que
con igual facilidad poda crear tanto como destruir.
La madre naturaleza le entregaba sus secretos y cada vez era
mayor el poder que l obtena de ella.
Y entonces, sin mucho meditarlo, tom una decisin: a partir
de ese da lo observara en silencio, sera su muda compaera
desde el bosque o el desierto, desde el enmaraado manglar o
incluso desde las playas del mar, para ver los cambios que este
imprima en la vida y en las cosas, intentando recordar su legado
hasta que llegara el da en el que alguien pudiera entender y
aquilatar el valor de sus recuerdos.
Arq. Melvin Hoyos Galarza
6
OJO ESTA HOJA SER IMPRESA EN
PAPEL PLANO Y NO VA NUMERADA.
Entre fotos viejas y libros antiguos ....................................................................... 11
Entre tesoros y entierros ....................................................................................... 15
Los Astilleros de Guayaquil y la Armada del Mar del Sur ..................................... 21
La solucin? ............................................................................................ 23
La armada del Mar del Sur ....................................................................... 26
El colegio San Francisco Javier ............................................................................. 29
Las donaciones ......................................................................................... 31
El cambio a Ciudad Nueva y la espera de la Cdula Real
para la fundacin del Colegio ................................................................... 33
La llegada de la Cdula Real ..................................................................... 34
La enseanza: materias, alumnos y maestros ............................................. 35
Los incendios de 1734 y 1764 .................................................................. 36
La expulsin de los Jesuitas y el cierre del San Francisco Javier .................. 37
El barrio Las Peas ............................................................................................... 39
Iglesias Coloniales de Guayaquil .......................................................................... 45
En qu se caracterizaban o cul era su comn denominador? ................... 46
La iglesia Matriz o Catedral ...................................................................... 46
La iglesia de Santo Domingo .................................................................... 47
Iglesia de San Agustn ............................................................................... 48
La iglesia de San Francisco ........................................................................ 50
La primera incursin pirata al puerto de Guayaquil ............................................. 51
El corazn de Guayaquil en la Colonia ................................................................. 57
La plaza de Armas ..................................................................................... 58
La plaza Matriz ......................................................................................... 60
La plaza de la Estrella ............................................................................... 60
La plaza de Bolvar ................................................................................... 61
El parque Seminario ................................................................................. 61
Contenido
Pg.
7
Guayaquil visto por los viajeros en los siglos XVIII y XIX .................................... 63
La descripcin de Guayaquil por el Ing. Francisco
de Requena (1774) ................................................................................... 64
La expedicin Malaspina (1789) ............................................................... 67
Datos de El Viajero Universal (1797) ....................................................... 68
Guayaquil a inicios de 1800 ..................................................................... 70
W. B. Stevenson en Guayaquil (1808) ...................................................... 70
La expedicin de La Bonite (1837) ........................................................... 72
La expedicin de Gaetano Osculatti (1847) .............................................. 72
Charles Wiener y su relacin de Guayaquil ............................................... 73
Guayaquil visto por Ernest Chartn ......................................................... 76
Alcides DOrbigny y su paso por Guayaquil ............................................. 78
El comandante Eugene Souville y su visin
de Guayaquil a mediados del siglo XIX ..................................................... 80
Cartografa Colonial Guayaquilea ...................................................................... 81
El plano de Alcedo: anlisis ...................................................................... 82
El plano de Requena ................................................................................. 83
El plano de Requena: anlisis .................................................................... 84
Plano de Ramn Garca de Len y Pizarro ................................................ 84
El plano de Ramn Garca de Len y Pizarro: anlisis .............................. 85
El croquis annimo: anlisis ..................................................................... 85
Leyendas de Guayaquil Colonial .......................................................................... 87
El nio de la mano milagrosa ................................................................... 87
Las palomas de Fray Simpln ................................................................... 90
El 9 de Octubre de 1820. Memorias de sus festejos ......................................... 93
Los primeros cincuenta aos ..................................................................... 93
Luego de medio siglo (1870 - 1880) ......................................................... 96
La parada, El despejo y El llamado .................................................. 98
El Himno al 9 de Octubre ................................................................................. 101
La Medalla desconocida. Historia de la condecoracin de Octubre ................... 107
La Medalla desconocida ....................................................................... 107
Qu confrmaba este maravilloso documento? ....................................... 111
El monumento a los libertadores Bolvar y San Martn ...................................... 113
El traslado .............................................................................................. 117
Los barrios del Guayaquil antiguo y el primer barrio nacido
en el siglo XX ..................................................................................................... 119
Los barrios en tiempos de la Independencia ............................................ 121
8
Los barrios del Guayaquil Republicano ................................................... 122
El primer barrio residencial en el siglo XX .............................................. 123
El barrio del Centenario ........................................................... 123
Reminiscencias de la Revolucin Marcista. El 6 de Marzo de 1845 ............... 125
La primera reaccin pro-federalista de Guayaquil .............................................. 131
El reloj pblico .................................................................................................. 135
La muerte de Manuel Antonio de Luzrraga ...................................................... 139
Los domicilios del Cabildo. 1590 - 1929 ....................................................... 143
El Cabildo Colonial en sus inicios .......................................................... 143
Nuevos traslados ..................................................................................... 145
El Cabildo en el edifcio de la crcel ....................................................... 145
La Casa del Cabildo frente al ro ............................................................ 146
La Casa Municipal de la calle 10 de Agosto ............................................ 147
El Palacio Municipal De Comercio ..................................................... 147
Los Baos del Salado y el American Park ........................................................... 151
El Estero Salado ...................................................................................... 151
Los Baos del Salado ........................................................................... 152
El American Park ................................................................................. 155
El puente sobre el estero Salado .............................................................. 157
De los coches de punto al tranva elctrico ......................................................... 161
La empresa de carros urbanos ................................................................. 162
Remembranzas ....................................................................................... 165
Orgenes de la fotografa en Guayaquil .............................................................. 167
Formatos ................................................................................................ 169
Guayaquil y sus primeros talleres fotogrfcos ......................................... 170
La fugaz vida de un Palacio guayaquileo ......................................................... 173
El antiguo Museo Industrial ................................................................... 173
Nace el Museo Municipal ....................................................................... 174
Edifcio propio ....................................................................................... 174
El puente sobre el ro Guayas. La obra que uni a la Nacin ............................ 181
Deba cruzarlo un puente! ..................................................................... 182
El Comit de Vialidad y los primeros proyectos ...................................... 183
El proyecto volva a su etapa inicial ......................................................... 185
Clemente Yerovi Indaburu y la cristalizacin de un viejo sueo .............. 185
Cristalizacin del proyecto ..................................................................... 186
Conclusin ............................................................................................. 188
9
ENTRE FOTOS VIEJAS Y LIBROS ANTIGUOS
C
untas veces
omos de pe-
queos aquellas
historias que en su tiempo deja-
ron huella indeleble en nuestros
padres o abuelos; recuerdos de
su infancia o de su perdida juven-
tud transferidos a nosotros con el
vvido sabor de aquellos das del
chocolate caliente, hierbaluisa o
cande suizo.
Cuntos cajones se
abran en esos tiempos, arrojando
viejas fotos, aosos libros o pape-
les amarillentos, en incesante pro-
cesin de un tiempo congelado en
viejos momentos de gloria o sen-
cillamente en instantes de ntima
satisfaccin personal. El bal de
la abuela, rara suerte de tnel del
tiempo familiar, era la puerta de
entrada (o de salida, segn sea el caso) a un mundo extrao para nosotros, pero extraordinario por las
cuasi legendarias connotaciones que tena; de l se sacaban los recuerdos del incendio grande, con la
misma vida y entusiasmo con que aparecan los viejos cromos de cigarrillos El Progreso, en l se encon-
traban abanicos tanto como bastones y tostadas del abuelo.
Qu tiempos aquellos: de la tertulia fresca de la tarde, del son cadencioso de la hamaca, de uso
obligado por la abuela para el momento de contar sus cuentos viejos. En ese ambiente yo crec, amando
todo lo que hablara de mi tierra, sintiendo su historia muy por dentro.
Que cuntos libros y fotos le cont? La verdad es que ya no lo recuerdo, pero hubo nombres
que nunca olvidar, nombres como estos:
Guayaquil Artstico, por ejemplo, era una revista muy hermosa fundada antes de entrar el
siglo nuevo; por ella pasaron mil valores de la ciencia, as como intelectuales de talento como Manuel y
Francisco Campos, ambos hijos del ilustre Campos Coello, quienes enriquecan con escritos la publicacin
Ejemplares de la revista
Guayaquil Artstico,
publicacin peridica que
fuera muy popular a
inicios del siglo XX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
11
mencionada. Otras plumas no menos prestigiosas, dentro de las
cuales se contaban los ms grandes escritores de ese tiempo,
contribuyeron a darle un mayor lustre. Con el tiempo pas a
constituirse en un rgano importante para la difusin del arte
y de la ciencia, cultivado por los hijos de esta tierra, y al
morir, en la segunda dcada del siglo, dej un espacio
imposible de llenar en ese tiempo.
Otros libros provocaban, en mi temprana niez,
gratos momentos, por ejemplo, El Ecuador en Chicago,
que contaba con fotos fantsticas, pues eran anteriores al
fatdico incendio, aquel que hoy despus de cien aos se
recuerda como el ms grande de todos los siniestros. Y si
de fotos se trataba, nada mejor que la obra de Ceriola, tan
vieja como actual al momento de buscar al Guayaquil, en el
que gastaron su juventud impetuosa mis abuelos. Guayaquil
a la vista, eso era libro!, qu fotos, qu impresin. Publicado
en 1910 en Barcelona, traa en sus pginas imgenes de las edi-
fcaciones ms bellas que Guayaquil tena en ese entonces, as
como tambin tomas de sus iglesias, parques y calles principales; se des-
tacaba una silueta urbana maravillosamente romntica propia de la belle
epoque del Guayaquil de antao.
El obligado apndice de anuncios comerciales, auspiciantes de
la obra, remataba a la misma, precedido de un grueso captulo de im-
genes en las que podan apreciarse las fotos de los ms destacados profe-
sionales y comerciantes de la urbe, conjuntamente con las autoridades
civiles y eclesisticas que sobre ella actuaban. Otros libros de menor
importancia me hacan viajar a ese maravilloso tiempo de la juventud de mis mayores.
Guayaquil en 1920, primero de los tres tomos que componen la serie Amrica libre, publicada
por Prensa Ecuatoriana, de Carlos Manuel Noboa, era un compendio extraordinario de informacin
sobre la historia de la ciudad, desde su fundacin hasta el ao de la publicacin, especialmente en lo que a
comercio y la banca se refere. Esta obra se convirti con el transcurso del tiempo en una de las principales
fuentes de informacin sobre las caractersticas de Guayaquil de principios de siglo.
Otro como El Ecuador en el centenario de la Independencia de Guayaquil, publicado tam-
bin en 1920 bajo la direccin de J. J. Jurado Avils, completaba, junto con los Almanaques guayaqui-
leos y la gran Gua comercial y agrcola de 1909, el grupo de libros antiguos en los que apreci el grado
de prosperidad y desarrollo al que lleg mi ciudad a fnes del siglo pasado e inicios de este.
Pero si maravilloso era verla en esas viejas fotos, ms bello era escuchar lo que de ella se contaba
en las reuniones de familia. Sorpresa grata y mayscula la que me llev al descubrir que casi todo lo
escuchado durante mis aos de infancia estaba escrito en tres libros guardados en un viejo anaquel de la
Los libros de mi
Guayaquil antiguo
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
12
casa: Crnicas de Guayaquil antiguo, Leyendas, tradiciones y pginas de la historia de Guayaquil
y Guayaquil, Revolucin de Octubre y campaa libertadora de 1820-1822, escritos por Modesto
Chvez Franco, Gabriel Pino Roca y Camilo Destruge, que contenan, respectivamente, una gran canti-
dad de historias y leyendas redactadas con un estilo tan peculiar que su lectura invitaba a remontar el
vuelo hasta llegar al pasado evocado en la narracin que se lea.
Otros libros, ms antiguos que los citados pero igual de sabrosos en estilo y contenido, eran los
que descansaban siempre en el cajn del velador de la habitacin de mam. Muy cuidados por ella, pues
deca que eran muy raros.
Obligados de consulta para los deberes que mandaban del colegio y que trataban sobre algo que
versara de Guayaquil y su historia, las obras de Francisco Campos Viajes por la provincia del Guayas
y Compendio histrico de Guayaquil, publicadas en 1872, eran los libros a los que recurra una y otra
vez, luego de aos de muerta la abuela, para recrear aunque sea en parte el ambiente que ella al narrar nos
formara. Cunta historia fascinante! Cuntas memorias guardadas de un tiempo que se ha perdido!
Y todo lo dicho no es nada, cuando recuerdo la emocin que a m y a mi hermana nos daba cuando
la abuela sacaba los retratos del arcn.
Las viejas fotos familiares estaban mezcladas con toda clase de cromos, postales y anuncios
publicitarios, de esos que antiguamente salan en las barras de chocolate Nestl o en las cajetillas de ciga-
rrillos El Progreso.
Una bolsita de raso, cerrada con un cordoncillo dorado, guardaba celosamente las medallas de
bautizo que por ms de cien aos se haban repartido entre
las amistades y miembros de la familia; escuditos, maripo-
sas, trboles y pensamientos, circunferencias, cuadrados,
tringulos y dems motivos, eran solo una muestra de la
infnidad de formas que tenan esta especie de medalli-
tas capillo. Pero nada ms fascinante que la explicacin
de las fotos y muy en particular la de esa vetusta casa
que con reverencial voz la abuela llamaba La casa de las
cien ventanas.
De esta casa haba un dibujo hecho por Oxan-
daberro, que acompaado de otros del mismo artista
adornaban el corredor de nuestra vivienda. Era, por
consiguiente, muy familiar para m, pero nada se
comparaba a ver las fotos vieja mientras escuchaba la
leyenda que hablaba de grandes festas y de un Bol-
var gallardo que haba acudido a ellas.
Otra foto mostraba la avenida Rocafuerte,
con un bellsimo parterre con rboles y asientos bien
cuidados a la manera de los bulevares franceses. En
ella, la abuela se detena y nos contaba que su mam
Fotos y propagandas del
Guayaquil de principios
de siglo.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
13
le haba dicho que mucho tiempo atrs ese fue el Camino Real que una las dos partes en que Gua-
yaquil se divida y a las que se llamaba Ciudad Nueva hacia el sur y Ciudad Vieja ms al norte, o sea
a los pies del cerro Santa Ana. Luego de mucho tiempo me enter que por este camino haba cruzado
doscientos aos atrs un puente de 800 varas, habiendo llegado a ser el ms largo del mundo en esos
lejanos tiempos.
Otras muy viejas fotos formaban ese gran lbum: la casa del Cabildo, el nuevo Mercado Sur
(1905), el antiguo Colegio de San Vicente del Guayas (luego Vicente Rocafuerte), as como la Gran
Plaza de la Estrella frente a la Catedral (actual parque Seminario, nombre que adopt luego de las dona-
ciones hechas por parte de la familia Seminario para embellecerlo y despus, naturalmente, de haber sido
colocada en 1889 la estatua ecuestre del Libertador Simn Bolvar). Eran algunas de las postales que ms
me gustaba ver y, por supuesto, escuchar la explicacin respectiva que de ellas, generalmente, mi abuela
siempre tena.
Para completar este maravilloso viaje al pasado, quedaba al fondo del bal una caja tallada en
madera de sndalo, en la que la abuela guardaba sus cuadernos de la escuela, en los que con canutero y
plumilla e impecable caligrafa reproduca los versos de los ms grandes poetas de ese entonces, conjunta-
mente con himnos, cantos y poemas dedicados a la patria, al escudo o a la bandera.
Una medalla de la Filantrpica (Sociedad Filantrpica del Guayas), junto a un rollo de diplo-
mas, se encontraba hacia un costado de la pequea cajita junto a un zurrn muy pequeo que tena un
letrero que deca Centenario del abuelo. Curioso recuerdo pens, si el abuelo no tiene cien aos; la pri-
mera vez que vi la fundita, pregunt a mi abuela qu quera decir eso y ella sonriendo la abri y me mostr
un bello reloj que en relieve tena la columna de los prceres de Octubre. Me cont que la venta de esos
relojes haba sido algo muy especial en esa poca, en que los guayaquileos
festejaron con bombos y platillos el centenario de su independencia.
Cunto tiempo ha pasado desde el da en que me inici en esas
entraables vivencias; cunta huella dejaron en mi espritu y carcter.
Cunto amor engendraron al terruo, a sus costumbres, a la historia de mi
tierra.
Cmo me at con amor alguna vez s me dijo:
a mi Guayaquil querido, Solo quisiera tener
que al caminar por sus calles esa facilidad
y recordar las historias que mis viejos tenan
de sus fotos y sus libros, para comunicar,
de las tertulias antiguas a todo aquel que lo pida,
de mis abuelos y tos, parte de ese gran amor
solo me quedo pensando por mi Guayaquil querida....
en las palabras que mi madre
Una foto envuelta en
papel manteca dejaba
ver a un grupo de
autoridades alrededor
del monumento al 9 de
Octubre con un ao que
deca 1918.
Y qu es esto, abuela?
pregunt: Esa es una
foto del da de la
inauguracin de la
estatua, me dijo y agreg:
Y tiene esa fecha porque
el evento se dio dos aos
antes de haberse cumplido
los cien aos de la
revolucin de Octubre.
Luego de eso y ya seria,
cogi el abanico del
Fortich y tap con l la
cajuela, le ech candado
al bal y me mand a la
escuela.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
14
ENTRE TESOROS Y ENTIERROS
C
uando en alguna reunin el tema de tesoros o entierros sale a colacin, inconsciente-
mente viajamos a legendarios lugares de aquellos que tanto ha explotado el cine y de los
que muchos escritores se ocuparon.
Cartagena de Indias, las islas del Caribe, Cayo Hueso, Florida, etctera, son solo algunos de los
nombres que evocan ese mtico pasado de piratas, tesoros y naufragios.
Lejos estamos de imaginarnos que esos cuentos y leyendas forman parte indisoluble de la historia
guayaquilea, rica, como pocas, en consejas y tradiciones muchas veces comprobadas por la acuciosidad
investigadora de algunos de sus hijos.
Solo en lo que se refere a naufragios, la cantidad de estos durante el siglo XVII es muy superior
a lo que alguien puede imaginarse. Vale la pena mencionar que uno de los puntos ms peligrosos para la
navegacin de las naves que iban del sur a Panam era el recodo que haba que librar frente a las costas de
Chanduy, lugar en el que las corrientes generaban situaciones de altsima peligrosidad debido, principal-
mente, a los bajos muy abundantes en esta zona.
Los investigadores que han rescatado informacin al respecto en el archivo de Indias, en Sevilla,
nos han legado una lista de algunas de las naves que vieron su fn frente a nuestras costas:
Arrecife de Chanduy. Al
menos tres naves espaolas
con tesoros chocaron con
este arrecife frente a la
costa oeste de Sudamrica.
Una se hundi en 1659
con un cargamento de
plata y doce millones de
piezas de a ocho.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
15
1.- EL ROSARIO
Nave espaola hundida por los piratas el 14 de sep-
tiembre de 1681 a 91 km del Cabo Pasado. Con ruta de
Per a Panam, la embarcacin llevaba algo ms de 700 lin-
gotes de plata, pero no fueron sustrados por los corsarios.
Algunos de los objetos rescatados de este naufragio
se encuentran hoy en la biblioteca britnica.
2.- EL SANTA CLARA
Naufrag en 1681 en el punto ubicado en las coor-
denadas 3.5 S 80.23 O frente a la zona en la que se levantan
las islas de Santa Clara y El Muerto.
La nave llevaba ms de 100.000 piezas de a 8
(100.000 pesos de plata).
3.- EL SAN JOS
Se hundi en 1685 llevando un extraordinario
tesoro en joyas y piezas de oro.
4.- EL SANTA ELENA
Naufrag en 1665 frente a la pennsula de Santa
Elena (Salinas). Se diriga del Per a Espaa y llevaba un car-
gamento de oro y plata.
Los datos de este suceso los menciona el famoso pirata Dampier, as como John
Strong y Richard Simpson.
5.- EL JESS MARA Y LIMPIA CONCEPCIN
Se hundi en 1654 frente al arrecife de Chanduy.
Esta gigantesca nave, Capitana Real de la Flota del Mar del Sur, llevaba un gran
cargamento de oro y plata del que pudo rescatarse un buen porcentaje, aunque mucho
qued bajo el agua.
6.- GALEN ESPAOL
(Nombre desconocido) Naufrag en 1640 a 40 km frente a la puntilla de Santa
Elena (Salinas).
Se diriga del Per a Espaa e iba cargado con cientos de miles de piezas de a 8.
Se piensa que el tesoro que llevaba estaba destinado a ayudar al Rey Carlos I de
Inglaterra.
7.- EL SANTA LEOCADIA
Naufrag frente a Ayangue el 16 de diciembre de 1800 con un gran cargamento
de plata, aunque se pudo rescatar prcticamente todo.
Vale la pena destacar que el Cabildo guayaquileo emprendi una bsqueda
particular de esta nave y hall, curiosamente, solo un peso, que se encuentra en el Museo
Municipal de la ciudad y que estuvo junto al documento que remitieron al Cabildo
Naves del siglo XVII.
La nave El Rosario iba
de Lima, Per, a Panam
cuando fue tomada por
piratas ingleses en 1681.
La dejaron al garete con
su cargamento de plata,
que ellos creyeron que era
estao.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
16
los buzos encargados de dicho res-
cate y que, asimismo, permanece en
el Archivo Histrico de la Biblioteca
Municipal.
Muchos naufragios, de los
que no hay mayor referencia
documental, sucedieron alrededor
de la Pennsula, enriquecindola no
solo con leyendas, sino tambin con
tesoros y entierros que le han con-
ferido un extraordinario potencial
para la investigacin arqueolgica
submarina en la regin.
Poco o nada se ha hecho
que no sean esfuerzos aislados. De
estos, la Operacin Capitana lle-
vada a cabo por la Compaa de
Rescate Submarino de Indias fue
la ms documentada y la que arroj
mejores resultados.
Los tesoros estn all, listos
para aquel aventurero de espritu con
sufcientes agallas para ingresar en
una empresa en la que muchos otros
en otros lugares del planeta han
empobrecido o enriquecido, segn
haya sido la suerte que los acom-
pa.
Es conocida la historia de
la reyerta acaecida en la Isla de la
Plata, en donde Francis Drake, al no llegar a un
acuerdo, abandon un tesoro (con la intencin de
volver por l) y no regres jams.
La isla tom su nombre de esta leyenda.
Pero los tesoros no solo estn en el mar,
hay tesoros en tierra escondidos durante siglos, en
espera tambin de aquellos espritus curiosos que,
armados con pico y pala y con un inmenso afn
investigativo, quemaron cientos de horas de su
Monedas, lingotes de oro
y ms tesoros rescatados
de los navos que se
hundan e iban en cajas
como sta.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
17
tiempo en viejos archivos y aosas bibliotecas, para llegar a conseguir el derrotero de algunos de aquellos
entierros practicados como producto de los ataques pirticos que esta ciudad y su entorno padecieron
durante los siglos XVII y XVIII.
No est lejano aquel tiempo en el que Modesto Chvez Franco escriba en sus Crnicas el cap-
tulo titulado Los entierros, en el que contaba con inigualable sabor costumbrista las innumerables exca-
vaciones que haban hecho en el Cerro del Carmen quienes estaban seguros de la veracidad de las historias
que se relataban acerca del lugar sobre los entierros realizados por los primitivos habitantes de la ciudad,
para evitar la sustraccin de sus bienes por parte de los piratas. Aun hoy, aquel que tenga valor sufciente
para internarse en el Cerro del Carmen podr encontrar alguna o algunas de esas cuevas (unas naturales
y otras formadas por la mano del hombre) que sirvieron como guarida o cobijo de los tesoros de los que
hablan las Crnicas.
Vale la pena destacar algunos de estos casos, para que el lector sepa hasta qu punto Guayaquil
tuvo tesoros enterrados y las posibilidades que existen de que an haya alguno por encontrar.
Es bueno saber que (en el tiempo que nos ocupa, siglos XVII y XVIII) no existan bancos y
que los guayaquileos de ese entonces tenan como nico seguro de sus dineros el invertirlos en tierras,
esclavos y otros bienes o simplemente y como medio ms seguro guardarlo. S...guardarlo!, bien sea
enterrado o emparedado, pues los piratas, los incendios y muchos otros fagelos eran los azotes de los
que se hua en aquel entonces; y por qu no decirlo, tambin la misma Corona que con sus graciosas
imposiciones (impuestos obligatorios) iba dejando poco a poco en huesos las ya esculidas carteras de
nuestros colonos.
Son estas las razones por las que decenas de veces los guayaquileos optaron por enterrar verda-
deras fortunas que al morir sin dejar pista ni derrotero pasaron a ser loteras para aquel o aquellos que
tuvieran la inmensa suerte de encontrarlas.
Y as estuvo la ciudad por mucho tiempo, repleta de entierros que por ms de una ocasin se
los llev el fuego en los incontables incendios que acabaron con nuestra urbe; sin embargo, en algunas
ocasiones quedaron para dar fe de
lo que se dice y asevera.
El conjunto de cerros,
compuesto por el de San Lzaro
(cementerio), el del Carmen
(Canal 2) y el de Santa Ana (Las
Peas y Barrio del Cerro), fue
siempre lugar obligado de refugio
en la poca en que Guayaquil
sufra los ataques de piratas. Son
innumerables las veces que de
manera fortuita han sido encon-
tradas monedas coloniales en estos
cerros, alimentando de este modo
Palabras de Chvez
Franco, vertidas en las
Crnicas.
... En la calle Santa
Elena, camino una legua,
cuando se tenda hace 30
aos (1900) la primera
lnea de carros urbanos,
fue pblico el hallazgo de
una gran tina de monedas
espaolas....
...todava est en la
memoria de muchos
contemporneos las
hablillas que hace pocos
aos menudeaban sobre
la rpida y cuantiosa
fortuna de un caballero
extranjero que, sabiendo
o presumiendo, o sin
saberlo ni presumirlo,
haba comprado un solar
en el Cerro del Carmen
y en el cual, decan, se
haba hallado un copioso
entierro....
...verdad es tambin que
su fortuna fue tal y tan
lenta que relativamente
joven todava tuvo para
darse todos los extras de
un vivir fastuoso y aun
dotar a la ciudad propicia
con un valioso instituto de
benefcencia....
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
18
las historias que sobre ellos se han contado, que si son verdad o mentira es
muy difcil de defnirlo, ya que existen pruebas que en ocasiones confrman
las versiones y en otras las anulan.
Es interesante conocer datos perdidos en las pginas de libros y
revistas antiguas que nos hablan sobre estas leyendas tan ricas en historias y
en consejas de la vieja ciudad.
Una de ellas, rescatada de la revista Patria del 28 de noviembre
de 1908, nos permite apreciar una serie de fotos en las que, bajo el ttulo
La cueva del cerro, se habla de un extraordinario agu-
jero (natural o artifcial, nunca se supo) practicado en
la falda norte del Santa Ana y en donde un hombre
haba pasado aos enteros en la bsqueda de un extraor-
dinario tesoro dejado a mediados del siglo XVIII por
los habitantes de Ciudad Vieja, en uno de los ataques
que la urbe haba experimentado.
El hueco en mencin, segn algunos de los
visitantes a la cueva, no era natural sino el producto
de la enfebrecida obsesin de dicho individuo, del que
nunca ms se supo luego de que se dio a conocer el
emplazamiento de su ya famosa cueva.
Chvez Franco tambin nos narra sobre otro
hueco que haba sido hecho casi por el mismo lugar
en 1930; este tena muchos metros de profundidad y,
a ms de esto, haba sido practicado gracias a un plano
de piratas que dizque posea el dueo del terreno. Tam-
poco se conocen los resultados de esta bsqueda.
No son pocas las veces que los habitantes de
Las Peas han hablado de paredes falsas (en las casas
que dan hacia las faldas del cerro) o de pisos huecos que
llevan a extraas galeras conectadas, en algunos casos,
con tneles que nadie ha caminado por falta de equi-
pos, de consejo o de valor. Bstenos or los comen-
tarios de antiguos vecinos del barrio para saber que es
cierto aquel dicho que dice Donde el ro suena pie-
dras trae.
Hoy quedan para dar fe de lo dicho las bocas
de entrada hacia las cuevas de la fuga, bajo la casa
Gabela, o la cueva profunda, cerca de los cimientos
de la de Baquerizo Moreno.
Fotos publicadas en la
revista Patria en 1908,
en la que apreciamos a
los curiosos, que buscaban
tesoros en la cueva del
cerro.
Una de las varias
leyendas que hicieron
clebre al pozo llamado
de la Noria es la de la
pesca que en l hizo el
negro esclavo Tomasn...
...pesca sorpresiva que
dio libertad al pescador,
por su rescate y
probablemente buena
cuota al amo, como era de
ley. Y fue que se le haba
zafado y hundido al negro
un balde al sacar el agua,
y tratando de extraerlo,
con un largo gancho se
trajo enganchado un
zurrn que le vino de
balde propiamente y en
el que, con herrumbre y
todo, hubo oro y plata
de sobra para su rescate
y para la familia
patrona....
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
19
Creo que por ahora es sufciente de tesoros y entierros, y aunque la iguana ha visto ms, baste
esto para alborotar el avispero, no sea que las ambiciones despiertas nos traigan una desgracia y poco
tiempo despus tengamos un queso gruyer en lugar del barrio Las Peas.
La calle de la orilla, vista
de sur a norte. En primer
plano se observa uno de
los esteros que exista en
esa parte de la ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
20
C
uando subimos al Santa Ana y desde su cima observamos nuestro anchuroso ro; cuando
desde el mirador ubicado en El Carmen y desde su plazoleta, al pie del Corazn de Jess,
vemos la ciudad levantarse majestuosa hacia su margen, difcilmente podemos imaginar
que hace cuatrocientos aos era tan solo una aldea. S, pueblo pequeo de gran espritu y mayor riqueza,
con inmensas esperanzas en el porvenir, basadas en la exuberancia de su entorno y en el singular temple de
sus hijos, los que arremetan contra la adversidad con singular denuedo cada vez que esta les haca frente.
La inmensa riqueza natural de su entorno le conferira una cualidad muy peculiar que, unida a
la habilidad artesanal de sus hijos, facilitara, desde inicios de la Colonia, el nacimiento de uno de los ms
importantes centros de fabricacin naval del mundo civilizado.
As naceran sus astilleros, los ms importantes de cuantos se formaron en Amrica entre los
siglos XVI y XVIII.
LOS ASTILLEROS DE GUAYAQUIL
Y LA ARMADA DEL MAR DEL SUR
Grabado de inicios del
siglo XVIII en el que
se aprecia un astillero
similar al de Guayaquil
en tiempos de la Colonia.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
21
Cuenta la historia que no haban pasado ni treinta aos del reasentamiento fnal de la urbe,
cuando estos se establecen. Instalados tanto hacia el sector de la actual La Atarazana como en la isla
Pun, estos permitan no solo la construccin de nuevas embarcaciones, sino tambin la refaccin de las
daadas. Toribio de Castro Grijuela, distinguido vecino del puerto y primer interesado en el tema, se
convertira en el primer armador del astillero y, con el paso del tiempo, en el tronco de la familia que
llevara esta industria hasta niveles extraordinarios de desarrollo.
La obra Compendio histrico de la provincia, partidos, ciudades, astilleros, ros y puerto de
Guayaquil en las costas del mar del Sur, publicada en 1741 en Madrid por don Dionisio de Alsedo y
Herrera y escrita en Guayaquil por el sacerdote jesuita don Jacinto Morn de Butrn, anota en la pgina
19, a inicios del siglo XVIII: Sus astilleros son superiormente ventajosos a todos los dems de ambas Amri-
cas y a los ms clebres de la Europa, por la situacin de sus playas, por la inmediacin de sus montes y aser-
raderos y por la calidad permanente de las maderas. Aade en las pginas 24 y 25: ...por los asientos de los
maestros mayores de ribera que paran en el ofcio de registros de esta ciudad, consta que desde el tiempo de su
primera fundacin hasta el ao 1736 se haban fabricado ciento setenta y seis bajeles, sin hacer cuenta de las
innumerables embarcaciones de menor porte.
Informacin por dems esclarecedora del nivel de desarrollo al que haba llegado nuestra indus-
tria naval.
Pero para tener una idea pre-
cisa de la calidad de embarcaciones aqu
construidas, intentaremos desarrollar de
la manera ms clara y sucinta cules
fueron los momentos ms importantes
dentro de esta historia. Aun cuando
antes de abordar el tema sea necesario
destacar la razn por la que se inici
la construccin de naves en el ocano
Pacfco. Veamos.
Era comn a inicios del siglo
XVI ingresar al Pacfco bien sea pa-
sando por el estrecho de Magallanes o
vadeando las costas de Tierra de Fuego.
Esta peligrossima, pero nica ruta hacia
el mar del Sur, se converta las ms de
las veces en la tumba de quienes osaban
emprender tan arriesgado viaje. Es as
como muchas importantes expedicio-
nes o quedaban totalmente desbarata-
das o la poca cantidad de sobrevivientes
imposibilitaba su cristalizacin.
A inicios del siglo XVI
era comn ingresar al
Pacfco bien sea pasando
por el estrecho de
Magallanes o vadeando
las costas de Tierra de
Fuego. Esta peligrossima,
pero nica ruta hacia el
mar del Sur, se converta
en la tumba de quienes
osaban emprender tan
arriesgado viaje.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
22
L A S OLUCI N. . . ?
P
ues construir un astillero en el
ocano Pacfco, para que los barcos
construidos en l surcaran sus rutas
sin necesidad de venir desde el Atlntico.
Se barajaron algunas posibilidades, pero
ningn emplazamiento super a Guayaquil.
Dos factores jugaran en su favor: el pri-
mero, relacionado con la habilidad para construir
embarcaciones que tenan los naturales de Pun; y
el segundo, la inmensa riqueza forestal de la provin-
cia, cuyas maderas eran de las ms apetecidas para la
construccin naval.
En 1570, ya los astilleros estaban funcio-
nando tanto hacia la ladera norte del Santa Ana, al
pie del estero de La Atarazana, como en la propia
isla, en la que, a ms de construir naves, se reparaban
aquellas que requeran de intervencin.
Siete aos despus, y avisado el virrey
Toledo de la incursin de Francis Drake en nuestros
mares, orden que se construyeran en Guayaquil dos galeras con las que pretenda reforzar el puerto de
Callao y enfrentar, de ser necesario, el embate del temible corsario ingls.
Las naves fueron terminadas a tiempo (una de las cuales fue bautizada como la Santsima Trini-
dad), pero no entraron en batalla pues Drake pas de largo, eliminando toda posibilidad de enfrenta-
miento.
Es as como el inicio de la piratera en el Pacfco llega a ser el factor de mayor impuls en el
desarrollo de los astilleros, debido principalmente a la inminente necesidad de armarse para hacer frente
a este fagelo. Los encargos venidos desde Lima se multiplicaron, as como las rdenes para refaccionar
viejas naves y adaptarlas a usos militares.
Esta incursin pirata provoc adems que el virrey del Per encargara en 1583 la construc-
cin de un galen de gran envergadura, cuyo volumen de desplazamiento sera mayor a las cuatrocientas
toneladas. Se lo llam San Pedro, San Pablo y Santiago Apstol, nombre tan largo como grande era el
tamao de la nave a la que perteneca.
Esta construccin devolvi su febril actividad al astillero e inici el proceso de conformacin de
la armada del mar del Sur.
Un ao despus se acondicionaron los galeones San Andrs y San Gernimo, pero no pudieron
prestar mayor servicio pues fueron quemados en la incursin que Thomas Cavendish hizo en la isla Pun
en 1587. Segn Lawrence Clayton, la mecnica seguida para la construccin o readecuacin de las naves
era la siguiente:
Edifcio del astillero en el
que se alquitranaba
la flstica para
impermeabilizar las
puntas de la madera.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
23
La decisin para construir la tomaba el virrey,
despus de consultar a la Junta de Hacienda. El virrey
designaba entonces los funcionarios que deban encargarse
del proyecto. Durante casi todo el siglo XVI el peso de
la responsabilidad recay en los ofciales reales de Guaya-
quil.
El virrey avisaba al corregidor que la armada
necesitaba un galen, una galera, un patache o cualquier
combinacin de ellos.
Las dimensiones generales y el dinero acompa-
aban a las instrucciones, y desde all en adelante, el co-
rregidor, el contador y el tesorero reales eran dejados a su
suerte. A veces el presunto maestre de la nave era enviado
desde Lima para ayudar en la construccin, pero eran los
ofciales reales de Guayaquil quienes tenan a su cargo la
administracin de la obra, contratando con los constructo-
res locales los materiales y mano de obra que se empleaban
en la construccin.
El virrey contrataba directamente un construc-
tor local en Guayaquil y le otorgaba los poderes necesarios para darle a la obra la categora de real, nombrando
adems al Superintendente y gobernador de las reales fbricas, cargo que generalmente recaa en alguna persona
con conocimientos generales de la industria naval.
En ocasiones, en lugar de designar un funcionario especial para organizar y supervigilar la construc-
cin, el virrey poda optar por la frma de un contrato con algn conocido constructor local.
Los medios escogidos para fnanciar cualquier nueva construccin, fuese esta encargada al corregidor,
a un superintendente o a un constructor local, variaban an ms que los procedimientos administrativos. Se
comprueba as que la mayora de los virreyes tenan mucha imaginacin. Por supuesto, las fuentes principales
de recursos eran las cajas reales de Lima y Guayaquil. Sin embargo, los ingresos de la segunda palidecan
en comparacin con los de Lima, y el peso principal del gasto recaa sobre la capital virreinal, especialmente
durante las grandes y mltiples construcciones realizadas en el siglo XVII, cuyo monto lleg a ascender a cientos
de miles de pesos.
Las incursiones piratas al Pacfco provocaron, como hemos visto, una importante reaccin
armamentista. La construccin de fuertes y baluartes, as como la remodelacin de naves mercantes y
construccin de galeones y pataches de guerra, fueron la tnica con la que nace el siglo XVII.
Es as como en 1600, siendo virrey del Per don Luis de Velasco, se ordena la readecuacin
integral del galen Nuestra Seora de las Mercedes y la construccin de dos grandes naves de trescientas
cincuenta toneladas a las que se daran por nombres Visitacin y Jess Mara de la Limpia Concepcin,
funcion esta ltima primero como nave capitana para luego quedar como almiranta hasta 1654, ao
en el que se hundi frente a las costas de Chanduy.
Guayaquil se vio en la
necesidad de construir
fuertes y baluartes, as
como de realizar la
remodelacin de naves
mercantes y la
construccin de galeones y
pataches de guerra, para
enfrentar a los piratas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
24
La obra estuvo a cargo del general Ordoo de Aguirre,
destacado constructor espaol a quien el virrey concedi el nom-
bramiento de Superintendente y Gobernador de los astilleros
reales, a ms de la designacin de corregidor, con el fn de que
manejara una autoridad total en el distrito, garantizando as la
agilidad y efciencia en el proceso de construccin de las naves.
Los barcos construidos en esta ciudad pronto llamaran
la atencin por su duracin y estabilidad, pero, si estas cualidades
eran parte de su atractivo, no eran menos curiosas e interesantes
las relacionadas con su diseo.
El conjunto de medidas y dimensiones que las confor-
maban eran un distintivo de las naves; para algunos, afeaban su
lnea (como el presidente Morga, de la Audiencia de Quito, quien
lleg incluso a sugerir al virrey que los mandara a construir en Fili-
pinas, pues los que aqu se hacan eran amorfos...?) Y para otros,
un interesante artifcio de diseo que, copiado de las naos por-
tuguesas, le conferan a nuestros galeones caractersticas verda-
deramente nicas.
Jorge Juan y Antonio de Ulloa pudieron, en su visita a la
ciudad a inicios del siglo XVIII, observar su construccin y com-
probar que las variaciones que se hacan sobre los diseos conven-
cionales obedecan a exigencias hechas por los clientes que, en su
mayora comerciantes, requeran de naves con mayor capacidad
de carga pero respetando los mximos y mnimos establecidos en
el diseo naval.
A mediados del siglo XIX, el padre Ricardo Cappa, uno
de los historiadores navales ms reputados de su tiempo, sali en defensa de los galeones guayaquileos
para eliminar de ellos el estigma de haber sido naves monstruosas (califcativo puesto por el Morga).
En su estudio logr establecer no solo que eran las naves ms duraderas y de mayor capacidad
de cuantas fueron construidas en los siglos XVII y XVIII, sino que adems la proporcin eslora/manga
que se analiza para conocer si la confguracin de los buques es o no la correcta, no tena nada que pudiese
sorprender por su irregularidad y, por ende, la imagen que los barcos presentaban distaba mucho de ser
monstruosa.
Para dejar defnitivamente resuelto el problema, el padre Cappa reprodujo una seccin de las
ordenanzas de 1607, incluida en la recopilacin de las leyes de Indias, en la que se anotaban las mangas
y quillas correspondientes a distintos tonelajes, con el fn de facilitar la verifcacin de las proporciones
de nuestros barcos. Con esto se comprob que estos no eran ms anchos que los construidos en Europa,
sino todo lo contrario, pues su confguracin, de acuerdo con el anlisis de medidas, era ms esbelta que
la de ellos.
Los barcos construidos en
esta ciudad pronto
llamaran la atencin por
su duracin y estabilidad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
25
L A A R MA DA DE L MA R DE L S UR
E
l conocimiento de que el prncipe Mauricio de Nassau
estaba organizando una gran expedicin con el fn de que
Holanda atacara desde el Pacfco las costas americanas,
empuj al virrey del Per, Marqus de Montesclaros, a redoblar esfuer-
zos para incrementar la cantidad de naves que resguardaran, principal-
mente, la entrada al puerto del Callao.
Se nombr superintendente de los astilleros reales a Antonio de
Beaumote y Navarra y se inici la construccin del San Jos y el Santa
Ana con un peso promedio de 400 toneladas cada uno.
En 1615 es nombrado virrey del Per don Francisco de Borja
y Aragn, Prncipe de Esquilache, quien resolvi volver a contratar al
general Ordoo de Aguirre para que procediera a construir un galen y
un patache. Dos aos despus, ya surcaban las aguas del Pacfco bautiza-
das con los nombres de Nuestra Seora de Loretto, de 44 caones, y San
Bartolom, de 8, y quedaron destinadas a la defensa de nuestros mares.
En este tiempo la ciudad se consolid como el principal centro
de construccin naval de la Amrica Hispana y se inici una importante
multiplicacin de ofcios y especializaciones que permitieron una mayor
dinamizacin de la economa local.
En 1623, cuando la invasin holandesa era inminente, el virrey
regente, Antonio Fernndez de Crdoba, Marqus de Guadalczar,
encarga al constructor naval guayaquileo don Jos de Castro y Guzmn
la fabricacin de un galen al que se dara el nombre de San Diego, pero
este nunca lleg a navegar pues fue quemado por los holandeses en su
primera incursin a esta Ciudad en junio de 1624.
Quince aos despus, los astilleros de Pun fueron mejorados
con el fn de que en ellos se fabricaran barcos de mayor tonelaje, dejando
para los de Guayaquil la construccin de galeoncetes y pataches.
La armada haba envejecido y era necesario remozarla, pues si
bien se haba salvado de la acometida holandesa, no haba tenido igual
suerte con el embate del tiempo.
Por esto don Pedro de Toledo, sucesor del Conde de Chinchn
en el virreinato, emprendi en 1640 un agresivo programa de reorga-
nizacin de los astilleros, comenzando con un encargo mediante el cual
se fabricaran los galeones ms grandes construidos en nuestros astilleros hasta ese entonces. Fueron
proyectados para desplazar un peso de 1.000 toneladas cada uno; no llegaron a este lmite, sin embargo
de lo cual su tamao fue tal que permiti el ensamblaje de 50 caones en cada buque.
Francisco de Borja,
prncipe de Esquilache,
responsable de ordenar en
1615 la construccin del
Nuestra Seora de
Loretto y el San
Bartolom.
Antonio Fernndez de
Crdoba, virrey regente,
encarga construir un
galen, al guayaquileo
don Jos de Castro y
Guzmn, el que nunca
lleg a navegar pues fue
quemado por los
holandeses.
Pedro de Toledo, sucesor
del Conde de Chinchn
en el virreinato,
emprendi en 1640 la
reorganizacin de los
astilleros, pues se
fabricaran los galeones
ms grandes.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
26
Estas enormes naves fueron bautizadas con los
nombres de Limpia Concepcin y Santiago y cumplie-
ron las funciones de capitana y almiranta, respectiva-
mente.
La modernizacin de la armada era imperiosa,
no solo por el estado en el que se hallaban sus naves, sino
porque las cada vez ms frecuentes incursiones de corsa-
rios a las costas del Pacfco exigan una mejora en los
medios de defensa de las ciudades portuarias.
El entonces virrey, Conde de Alba de Liste,
decidira en 1656 designar para ello a Cristbal de Mello,
a quien nombrara superintendente de los nuevos astille-
ros y quien a su vez escogera como segundo a Cristbal
de Bances, experimentadsimo constructor naval guaya-
quileo que haba ocupado el mismo cargo con Martn
de Valenzegui, superintendente de los astilleros antes de
la llegada de Mello.
Les tocar a ellos construir el San Jos y el
Nuestra Seora de Guadalupe, de 825 toneladas cada
uno, y dotarlos con 32 caones para dar ms fuerza a la
armada.
En 1660, el problema de los naufragios obligara
a una revisin tanto de los diseos como del volumen de
las naves, pues se haba comprobado que mientras ms
grande era el galen, no solo se haca menos maniobrable
sino que adems aumentaba su capacidad de carga y por lo tanto era ms pesado e inmanejable.
Las enormes prdidas en vidas y recursos acaecidas en 1654 frente a las costas de Chanduy con
el hundimiento del Jess Mara de la Limpia Concepcin y el descalabro econmico provocado por el
naufragio del Nuestra Seora del Rosario frente a Callao obligaron al rey a tomar cartas en el asunto,
sin embargo de lo cual el virrey sali en defensa de los gigantescos galeones construidos en 1640 por
Valenzegui, pues as favoreca a los grupos econmicos que preferan la fabricacin de barcos con gran
capacidad de carga sobre naves cuya seguridad fuera mayor.
Esta negligente actitud fue heredada por los virreyes que sucedieron al Conde de Alba de Liste,
agravando el panorama con la poca importancia dada a la fortifcacin de ciudades estratgicas como
Guayaquil y al casi ningn inters por realizar un adecuado manejo de la armada.
Si bien es cierto el astillero se mantuvo activo en las dcadas en que la piratera haca su
agosto en nuestros mares, tambin es verdad que la actividad en ellos desarrollada no se compadeca
con las urgencias que la regin viva, que requera de una mayor atencin por parte de las autoridades
virreinales.
Construccin de los
galeones ms grandes en
nuestros astilleros.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
27
A mediados de 1680 el virrey, Duque de la Palata y Rocafull tuvo la oportunidad de comprar
a buen precio dos buques que se hallaban en Buenos Aires y no lo hizo. En 1686, equivocaciones en
los anlisis econmicos hechos por la Corona frustraron la adquisicin de seis fragatas que iban a ser
destinadas para la defensa del Pacfco, razn por la que los empresarios privados se vieron abocados a
solicitar un permiso al rey para que este les permitiera crear una compaa cuyo fn sera el de proteger
sus intereses.
Naci as la compaa de Nuestra Seora de la Gua, que arm la mayor parte de los buques
mercantes para hacer frente a los piratas con los que se cruzasen en el camino.
A fnes de 1689 y bajo la superintendencia de Juan Bautista de Mendibe se inici la construc-
cin de los galeones Santsimo Sacramento y Pursima Concepcin, as como del patache Santa Cruz.
Quedaron totalmente terminados en 1694, ao en el que entraron a servicios de la armada en una poca
en la que esta casi haba dejado de existir.
Si bien es cierto los astilleros de Guayaquil siguieron dando un servicio excepcional a la empresa
privada y la Corona, tambin es verdad que la construccin de los ltimos grandes barcos termin con el
siglo XVII.
El traslado de la ciudad, con su regin de enclave, en el primer tercio del siglo XVIII, a la
administracin del recin creado Virreinato de Nueva Granada, oblig a Lima a llevar hacia los pequeos
astilleros de Callao los trabajos de construccin y reparacin naval que se hacan en Guayaquil, por lo que
a mediados de dicho siglo los reales astilleros de la Corona, cuna de la armada del mar del Sur, eran tan
solo un recuerdo.
Los astilleros de
Guayaquil dieron un
servicio excepcional a la
empresa privada y la
Corona. La construccin
de los ltimos grandes
barcos termin con el
siglo XVII.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
28
E
ste trabajo no es sino una modesta sntesis de la monumental obra escrita hace ms de
medio siglo por el insigne historiador y maestro Pedro Jos Huerta y en la que, con lujo de
detalles, nos da a conocer cmo naci el colegio en el que se educaron los guayaquileos
en tiempos de la Colonia; veamos pues:
Guayaquil no tuvo en las primeras dcadas del coloniaje una escuela o instituto que se hiciera
cargo de ensear, tanto las primeras letras como las reglas aritmticas fundamentales a nuestros jvenes y
nios. En vista de ello, dicha misin era encomendada a los denominados escueleros, que de tanto en
tanto aparecan por la ciudad ofreciendo sus servicios y a quienes, para que asentaran sus reales en la urbe,
se les ofreca el oro y el moro con tal de que, pasado un tiempo, no emprendieran las de Villadiego.
Fueron algunos los escueleros que pasaron por aqu dejando la inquietud de la imperiosa nece-
sidad de poseer un establecimiento educativo permanente y no esta suerte de maestros itinerantes solo
trados por los vientos de la fortuna.
EL COLEGIO
SAN FRANCISCO JAVIER
Representacin grfca de
Guayaquil en 1760
basada en los planos de
Ramn Garca y Len de
Pizarro y de Francisco
Requena. Se aprecia el
Colegio San Francisco
Javier y la Iglesia de
los Jesuitas frente a los
canchones del Mercado
de Abastos (actual sitio
donde est ubicado el
Palacio Municipal).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
29
Escuelero de infausta recordacin, que alent esperanzas en esa antigua e incipiente poblacin
de inicios del siglo XVII fue Francisco de Narvez, a quien el Cabildo le cedi en 1635 el monopolio del
expendio de carne para su manutencin, pero que al poco tiempo solo se dedic a este ofcio y se olvid
del verdadero objetivo de su estada en la ciudad.
Dos aos despus de desaparecido Narvez, atinaron a pasar por la ciudad los padres Francisco
Fuentes y Bartolom Vsquez, miembros de la Compaa de Jess, educadores insignes que cubran las
plazas de visitador provincial y rector del colegio de San Ignacio de Loyola en la ciudad de Quito. La
oportunidad no poda ser mejor; los cabildantes se apresuraron en solicitar a los ilustres visitantes el esta-
blecimiento del ansiado instituto educativo y obtuvieron toda la apertura requerida para la cristalizacin
de tan viejo como acariciado sueo.
Se recibieron importantes donaciones tanto en efectivo como en tierras y ganado, para de este
modo poder completar el temporal requerido por los jesuitas para instalarse con comodidad y dedicarse
a tiempo completo a la tarea educativa. Se destacaba entre las contribuciones la hecha por el magnate
guayaquileo Toribio de Castro y Guzmn, quien a ms de dinero entreg haciendas frutales y ganaderas
con tal de que los jesuitas aceptaran quedarse en Guayaquil.
Desgraciadamente, tanto los padres mencionados como un tercero, el padre Crespo, a quien el
Cabildo encomend su representacin para obtener del rey el permiso para el funcionamiento de dicha
escuela, viajaron a Panam y nunca ms se supo de ellos.
Corra el ao del Seor de 1638 y la espera se torn en desesperacin y luego de un tiempo
en angustia y profunda decepcin en quienes tantas esperanzas haban afncado en las promesas de los
religiosos.
Pero no debemos culparlos, pues no sera ni la primera ni la ltima vez que dicha orden vera
truncados sus propsitos, pues la envidia que despertaban en otras rdenes clericales provocaba la forma-
cin de un ambiente propicio para echar al traste cualquier proyecto que emprendieran.
Y nuevamente Guayaquil qued en manos
de los eventuales escueleros. Entre 1648 y
1651 llegaron a la ciudad un tal Colmena-
res, primero, y Francisco Bello de Truji-
llo, despus, ofreciendo sus servicios, y
se mantuvieron por algn tiempo con
esa funcin. Pero era tal la pobreza en
la que estaba sumida la ciudad que
no pudo cumplir con las exigencias
impuestas por los maestros, lo que
provoc que estos desertaran como ya
era costumbre en esos casos.
Luego de la formacin de
Ciudad Nueva, en la ltima dcada del
siglo, la situacin cambi ostensiblemente,
Infografa que representa
a Guayaquil en 1770
en el sector comprendido
entre las calles Sucre y
Clemente Balln (de sur
a norte) y Pichincha a
Boyac (de este a oeste).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
30
bien sea por la transformacin experimentada en la economa de la ciudad o por
la aparicin de un mayor nmero de maestros a los que el Cabildo dio permiso
de fundar la escuela en Ciudad Nueva, entre ellos se destacaron los escueleros
Peralta, Urdanaegui y Ballarte.
Pero realmente se deseaba la fundacin estable. Un instituto de enseanza
manejado por verdaderos maestros an estaba por darse en la ciudad, aun cuando
hacer el sueo realidad se haba iniciado a raz de los piratas franceses en 1687.
En 1688 llegaron a Guayaquil, casi como enviados del cielo, los padres
Baltasar Pinto y Domingo Mara de Lanzaman para cumplir con las misiones ccli-
cas que realizaban. Le tocaba a Guayaquil en un momento de coyuntura, sus habi-
tantes necesitaban todo el apoyo espiritual posible por los reveses que haban tenido
que soportar durante la invasin pirata.
Pinto y Lanzaman llegaron sin duda enviados por la Providencia, pues
no solo sirvieron para dar el apoyo moral tan necesario, sino que a ms de ello ini-
ciaron la enseanza de las primeras letras en la poblacin, mientras, paralelamente,
realizaban las gestiones para el establecimiento defnitivo de casa y colegio.
Fue entonces cuando Jacinto Morn de Butrn, capitn de milicias, ilus-
tre vecino de la ciudad y procurador, tom la iniciativa de pedir al Cabildo se ofcie
a su majestad para que diera licencia que permita el establecimiento de los padres
en Guayaquil y el permiso para que estos pudieran fundar el colegio.
L A S DONACI ONE S
M
ientras se estudiaba la forma de resolver el problema se abra un segundo frente, pues
una vez resuelta la estada de los padres, lo segundo y de mayor inters era cmo
mantenerlos en la ciudad sin que estos y los que vinieren pasen necesidades.
La proverbial generosidad guayaquilea se puso una vez ms de manifesto, pues en poco tiempo
la orden lleg a tener bienes que sobrepasaban con creces lo que necesitaban para su subsistencia.
La primera donacin de importancia fue entregada ante notario pblico el 5 de septiembre de
1688 por el capitn Alonso de Enderica, rico e infuyente vecino de la ciudad que cubra los cargos de
Tesorero del Cabildo, as como de Juez y Ofcial Real. Su hacienda de Chilintomo, sembrada con ms de
10.000 rboles de cacao y las tres caballerizas que esta posea, fueron la base del patrimonio que se ira
acumulando a favor de los jesuitas.
La segunda donacin la dara el licenciado Juan Bautista Herrera, vicario de la ciudad y hombre
de cuantiosos recursos, quien don su hacienda de San Pedro Alcntara con 30.000 rboles de cacao en
plena produccin y ubicada muy cerca de Balzar.
Como lo exigan las misiones en las que se hallaban los padres Pinto y Lanzaman, estos salie-
ron de viaje a San Francisco de Baba, villa donde muchos guayaquileos posean inmensas cantidades
de tierras cultivadas y ganado. Aqu, los jesuitas volvieron a derrochar amor y entrega a sus feligreses,
Fragmento del Plano de
Requena en el que se
aprecia con la letra E
el lugar que ocupan el
Colegio San Francisco
Javier y la Iglesia de la
Compaa de Jess.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
31
quines con extraordinaria devocin y afecto a ellos se
reunieron en la iglesia de la villa con el fn de entre-
garles un importantsimo rebao de ganado vacuno
compuesto por ms de 1.080 cabezas, esto lo hicieron
efectivo 40 vecinos de la poblacin, entre los que se
destacaba Fernando de Alvia por haber contribuido
con 200 ejemplares sanos y rozagantes.
Esta tercera donacin vendra a enriquecer
ms an el ya rico temporal acumulado a favor de la
orden. Y se mantendra en las propiedades de cada
uno de los donantes hasta que los padres pudieran
decidir en qu lugar las colocaran, as como la forma
de trasladarlas.
A fnes de diciembre de 1688, el ganado fue
llevado a la hacienda de San Pedro Alcntara y ah se iniciaron los trabajos para su manutencin y pronta
reproduccin.
En los primeros meses del ao siguiente lleg una cuarta donacin, la del Cabildo guayaqui-
leo, esta era parte del compromiso adquirido por las autoridades de la ciudad y para resolver las necesi-
dades de tierras de pastizales que haba generado la donacin de ganado vacuno hecha por los vecinos de
Baba, el que haba crecido de diciembre a marzo en ms de 900 cabezas, pues casi todas las vacas recibidas
se hallaban en estado de gravidez al momento de la donacin.
Los padres, a quienes se les dio la potestad de escoger el sitio y las tierras que necesitaban, todas
las cuales cubran un rea equivalente a cuatro caballeras de tierra (o sea, algo ms de 45 hectreas, pues
esta antigua medida de terreno equivala aproximadamente a 112.000 metros cuadrados), vieron como
los mejores, los terrenos del sector del Guabito, a orillas del ro Babahoyo y no lejos de la poblacin de
Baba; los solicitaron al Cabildo y les fueron entregados con todos los amparos de la ley a fnes del mes de
abril del ao que corra.
El 2 de febrero de 1689, el presbtero Juan Bruno de Chavarra realiz una quinta donacin
(parcial, pues se complement diez aos despus al hacer que la orden fuera benefciaria de todos sus
bienes dentro de su testamentaria) formada por las salinas de Zaruma y Santa Gertrudis y las tierras
anexas, ideales para estancia de ganado, as como para sembros de toda clase.
Como hemos dicho esta entrega se increment cuando el 3 de junio de 1697 test en Panam a
favor de los padres jesuitas Juan Bruno de Chavarra y dej poder para entregar los bienes a Gaspar Mihin
y Pealosa, cannigo de la catedral de esa ciudad, quien inform del particular a los jesuitas de Guayaquil
para que realizaran la toma de posesin de sus nuevos bienes formados por las salinas de Todos los Santos
y sus tierras aledaas.
Todas estas donaciones realizadas a los padres de la compaa se hacan bajo condicin expresa
de que estos fundaran casa y colegio, pues de no ser as y amparados en la legislacin colonial, segn la
condicin facio ut facias, todo volvera a sus anteriores dueos.
Grabado realizado en
1718 por el padre Juan
de Narvez, que
representa Ciudad Nueva
vista desde el ro llamado
entonces de Guayaquil,
y en el que se aprecia
la imagen de una parte
de la ciudad, vindose las
torres de las iglesias de
San Agustn, de la Virgen
de la Soledad (Compaa
de Jess) y de la Iglesia
Matriz. Este cuadro est
expuesto en el Palacio
de Gobierno de la
Compaa de Jess en el
Vaticano.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
32
E L CA MB I O A CI UDA D NUE VA Y L A E S P E R A DE L A C DUL A
R E A L PA R A L A F UNDACI N DE L COL E GI O
M
ientras con xito se recaudaban los bienes para la manutencin de los jesuitas en la
ciudad se planifcaba su traslado hacia el sur en un lugar que permitiera desarrollar
una infraestructura defensiva que no la mantuvieran como fcil presa de los piratas.
A fnes de 1688 e inicios del 89, la mudanza hacia La Sabaneta y Puerto de Cazones era un hecho; hubo
alguna resistencia, pero esta decay al incrementarse el nmero de edifcaciones construidas en el nuevo
emplazamiento.
Las intrigas de los dominicos, quienes no apoyaban el traslado, estuvieron a punto de provocar
una revuelta, pero esta no progres por la benvola y atinada intervencin de los jesuitas.
El 6 de diciembre de 1692, un incendio que acab con la iglesia matriz y con las ms destacadas
construcciones de Ciudad Vieja fue el detonador que provoc el cambio hacia el nuevo emplazamiento.
A mediados de 1693 se inici el traslado defnitivo de los vecinos de la ciudad. El 2 de febrero
de 1695 se moviliz el Santsimo hacia la nueva matriz, cuya construccin estuvo terminada seis meses
despus, pero que, bajo las condiciones del momento, ya poda albergarlo (la matriz, en tiempos de la
Colonia, se levantaba en el sitio que hoy ocupa nuestra Catedral). Los agustinos comenzaron a construir
su iglesia (en el cruce de las actuales calles 10 de Agosto y Pedro Carbo) y los franciscanos buscaron otro
terreno, pues no les satisfaca el que se les haba designado.
Finalmente se trasladaron el Cabildo y los astilleros reales, estos ltimos se establecieron al sur de
Ciudad Nueva (donde hoy se levanta el edifcio de Multicomercio, anexo a la Plaza de la Integracin).
El traslado a la nueva ciudad estaba concluido y las medidas para evitar el repoblamiento
de la vieja se haban tomado con tal dureza
que lleg a prohibirse el uso de su muelle y el
traslado de vveres a su plaza. Quien quisiera
mantenerse en el lugar tendra que vivir como
en una ciudad aparte, esto dio origen, en poco
tiempo, a la formacin defnitiva de dos polos
de desarrollo urbano: Ciudad Nueva y Ciudad
Vieja.
En 1697, Ciudad Nueva estaba media-
namente organizada, el Cabildo sesion en
casa propia, pero no haba noticias de Espaa.
Haban pasado casi diez aos desde que Alonso
de Mestanza, procurador general de la ciudad,
solicit al presidente de la Audiencia su interce-
sin ante el rey para que le diera la Cdula
que permitira la fundacin del colegio y, sin
embargo, no llegaba nada.
El vicario Herrera hizo
donaciones muy
signifcativas para
obtener la licencia que
permitira la fundacin
del colegio San Francisco
Javier.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
33
Pasaron cinco aos, era 1701 y la licencia no llegaba. Sera que su majestad, el rey, pensaba que
la cantidad de bienes y fondos reunidos no alcanzaban para establecer casa y colegio incluidos?
Esta preocupacin empuj al vicario Herrera a aumentar su donacin y a solicitar que estas se
ampliaran entre otras personas de la ciudad.
La donacin del vicario creci al punto que sum todo lo reunido: varias casas en el centro de la
ciudad, con diez tiendas que daban a la calle (las viviendas quedaban cerca de las actuales calles Diez de
Agosto y Chile), estaban avaluadas en algo ms de 24.000 pesos.
Entreg tambin ms de 30 hectreas a orillas del Daule y a unas dos leguas de distancia de
Guayaquil, todo lo cual form la hacienda Santa Catalina, que contena dos platanales y rboles de diver-
sos frutos tropicales (y cuatro piezas de esclavos).
Regal, adems, una estancia de ganado vacuno con 200 cabezas y de un grupo de yeguas, caba-
llos y mulas.
A esto le sum otras 45 hectreas de tierra que formaron la hacienda llamada La Soledad y en la
cual tena un planto de 1.000 rboles de coco y dos piezas de esclavos.
Para fnalmente hacer formal entrega de la isla conocida con el nombre de Boca de Daule, utili-
zada como potrero y pastizal. Donacin cuyo valor ascenda a ms de 44.000 pesos.
Por todos estos gestos de desinteresado desprendimiento y por el amor demostrado a la causa, el
Padre General de la Orden le confri el ttulo de patrono y fundador del colegio San Francisco Javier.
L A L L E GA DA DE L A C DUL A R E A L
D
esde 1701, Francisco Daza, padre provincial de la orden jesuita, haba intensifcado
las gestiones para que el Virrey aprobara el establecimiento de una casa para la orden
mientras se esperaba la llegada de la cdula que permitiera ofcializar la fundacin
del colegio. Aceptada la peticin, a inicios del nuevo siglo
exista un grupo de religiosos establecidos en la ciudad
que haba levantado una capilla en el terreno destinado
para su colegio y convento.
Transcurrieron seis aos ms hasta que en agosto
de 1707 noticias de Espaa tomaron la ciudad por sor-
presa La Cdula Real ha llegado! Diecisiete aos haba
demorado en llegar la licencia. Esta fue expedida el 9 de
septiembre de 1705, pero no haba arribado a Guayaquil
debido a la guerra entre Francia y Espaa que complicaba
las comunicaciones entre Amrica y la pennsula. Pero
gracias a quin se haba coronado con xito esta empresa?,
pues gracias al padre Juan Martnez de Ripalda, procura-
dor general de la Compaa de Amrica en Espaa, quien
luego de innumerables tropiezos obtuvo la real licencia
Puente de las ochocientas
varas, cuya construccin
se inici en 1709
paralelamente a la
edifcacin del colegio.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
34
con las nicas condiciones (por parte del rey) de no hacer nuevas fundaciones y de no acep-
tar ms donaciones.
Era lgica la exigencia de estas limitaciones si tomamos en cuenta que la inmensa
cantidad de bienes que pasaban a poder de la Compaa de Jess dejaba de pagar el tributo
al rey, debido a que los bienes pertenecientes al Clero y su produccin estaban exentos de
esta imposicin real.
Pocos meses haban pasado de la feliz noticia, cuando el 13 de agosto de 1707
un voraz incendio acab con las casas donadas por el vicario Herrera, en una de las cuales
funcionaba provisionalmente el colegio. La ayuda de la poblacin no se hizo esperar y dos
aos despus estaban reconstruidos tanto el colegio como la iglesia, que tambin haba sido
pasto de las llamas.
Verdad es que las prdidas debido al incendio fueron cuantiosas, pero no afectaron
mayormente a los padres de la compaa, ya que en mayo de 1709 y con la muerte del vica-
rio Herrera, recibieron como principales benefciarios de su testamento una gran fortuna en
bienes como en metlico.
En esta curiosa marea de eventos, unos malos y otros buenos, dentro de los cuales se vea ya
involucrado el porvenir del colegio y sus maestros, debemos obligadamente incluir el ataque que sufri la
ciudad este mismo ao de 1709 por parte de los piratas Dampier, Rogers y Courtney. Es probable que esta
invasin (no lo podemos aseverar documentadamente) haya acelerado la muerte de nuestro ya anciano
vicario, quien al ver en sus tierras nuevamente a los piratas pens, quizs, que todo el esfuerzo de aos se
convertira en cenizas en manos de estos.
L A E NS E A NZ A : MAT E R I A S , A LUMNOS Y MA E S T ROS
R
econstruido el colegio, en el que sera su emplazamiento defnitivo (en la manzana cir-
cunscrita por las calles Pichincha, Pedro Carbo, Diez de Agosto y Clemente Balln), se
inici con todo entusiasmo la enseanza a nuestros nios.
Es importante destacar que el Ratio Studioum (plan de estudios) establecido por la Compaa
en la institucin era de nivel primario y secundario, puesto que, a ms de religin, gramtica, aritmtica,
geografa, lectura y escritura, se enseaba historia, gramtica latina (muy importante, pues el dominio
de este idioma defna en ese entonces el nivel cultural de la gente) y retrica, que eran materias de nivel
superior, impartidas por los maestros por su propia voluntad, ya que no estaban obligados a ensear nada
que fuera ms all de impartir sus conocimientos de religin y primeras letras.
Se defni el ao lectivo desde octubre a julio del ao inmediato, dejando un mes de vacaciones
que empezaban el 30 de julio y terminaban el 9 de septiembre. Este calendario se mantuvo en la Costa
hasta 1894, ao en el que cambi el sistema por el que se mantiene hasta la fecha. Las clases se impartan
en dos jornadas: de siete a diez de la maana, terminando todos los das en una misa en la capilla del
colegio, para regresar a las dos y media de la tarde hasta las cinco, luego de lo cual se rezaba el rosario antes
de que los chicos volvieran a su hogar.
Pedro Franco Dvila,
sabio investigador y
naturalista guayaquileo,
personaje ilustre de la
colonia, nacido en 1711.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
35
En resumidas cuentas, se dictaban dos clases en la maana y dos
en la tarde con un intervalo de media hora de estudio, lo que garantizaba
la correcta absorcin de informacin por parte del estudiante, sin llegar a
fatigarlo o cansarlo. Durante el tiempo de vida del colegio, mentes cultiva-
das por sabios que supieron sacar todo el partido de sus potenciales pasaron
por este, podemos citar a Juan Bautista Aguirre y Pedro Franco Dvila,
quienes con sus estudios en los campos de las letras, ciencias exactas y cien-
cias naturales asombraron a los hombres de su tiempo.
Asimismo, los maestros eran sabios reconocidos y de vasta expe-
riencia, pues muchos de ellos venan ejerciendo la docencia en otros esta-
blecimientos educativos de la Compaa en Amrica. Se destacan el padre
Fernando Ruiz, quien a su vez fue el primer rector del colegio y era natural
de Tunja en el Nuevo Reino de Granada (Colombia), y el padre Juan Bau-
tista Imbiziatti, rector del colegio a partir de 1709 y eximio maestro de gramtica latina.
LOS I NCE NDI OS DE 1 7 3 4 Y 1 7 6 4
E
n 1734, un terrible incendio acab con la manzana en la que se levantaban la casa de las
temporalidades (monasterio de los jesuitas), el colegio y la iglesia de la Virgen de la Sole-
dad. Este siniestro dej sin casa a los padres de la Compaa y en una precaria situacin,
que se agrav con el azote de la febre amarilla en 1740.
En 1751, el colegio haba experimentado una notable decadencia, bien fuera por el incendio del
34 o por las funestas consecuencias dejadas por la peste; lo cierto es que ya no era lo que fue
y esto afectaba de manera sustancial a la ciudad y a sus habitantes.
La situacin lleg a tal punto que los nicos tres sacerdotes que quedaban en el
colegio haban optado por irse de la ciudad, por lo que para evitar que se fueran, muchas
familias se comprometieron a mantenerlos por tres aos y evitar as su partida.
Adnde haba ido a parar entonces el fruto de las inmensas propiedades entrega-
das a los jesuitas? No habr existido exageracin en las noticias de la poca sobre el estado
econmico de la orden, que como vimos con anterioridad era la ms rica de la Audiencia de
Quito? No lo sabemos, pues es un hecho comprobado la decadencia en la que estaba sumida
la Compaa de Jess y esto solo pudo darse por la prdida de la mayor parte de los bienes
que dcadas atrs recibieron de los guayaquileos.
Treinta aos pasaron para que el colegio comenzara a experimentar cierta mejora.
Pero el fuego, enemigo implacable de la ciudad, se hizo presente el 10 de noviembre de 1764
de una manera devastadora que ni el gran incendio de 1896, acaecido ms de ciento treinta
aos despus, pudo igualarlo.
El fuego grande, nombre con el que fue bautizado el pavoroso incendio, respet,
sin embargo, el colegio, la casa y la capilla de la Compaa, gracias al esfuerzo del gobernador
Zelaya, quien al frente de un nutrido piquete de voluntarios evit que el fuego contaminara
El Crnel. Antonio Zelaya
tuvo particular afecto por
Guayaquil y por eso se
empe a fondo para
defender e impulsar su
desarrollo.
El padre Juan Bautista
Aguirre, nacido en Daule.
Es el escritor que analiza
y discurre antes de
ensear. Fue uno de los
tantos sacerdotes jesuitas
que en agosto de 1767
debieron abandonar la
Real Audiencia de Quito.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
36
el sector. Muchos de los que en su momento fueron ricos benefactores del colegio y de la orden quedaron
en la calle sin dinero ni bien alguno. Los padres de la Compaa hicieron del colegio y de su convento
una casa de asilo para paliar, parcial y temporalmente, el gravsimo problema que aquejaba a la ciudad.
Otro tanto haran los padres agustinos, as como los de San Francisco, pero no era sufciente, pues los
requerimientos de cobijo y alimento excedan con creces las posibilidades de cubrir estas exigencias.
Recordemos que para la fecha en que se suscit el incendio la ciudad contaba con ms de 20.000
habitantes, poblacin numricamente muy elevada para ese entonces, que se vio en un mes reducida a no
ms de 4.200 personas. Fue as como el padre Giraldo, rector del colegio; el padre Miguel De los Ros,
cura de Guayaquil; los sacerdotes de todas las rdenes y los representantes de las principales familias de la
ciudad dirigieron un memorial a su majestad Carlos III, en el que luego de detallarle la espantosa desgracia
le solicitaron la exoneracin del pago de las alcabalas por 20 aos, para con estos fondos ir levantando
los edifcios de la incendiada ciudad, merced cuyo antecedente se haba vivido en Panam bajo similares
circunstancias.
La gracia fue concedida solo por ocho aos y aun cuando el documento lleg tarde, como
de costumbre, los vecinos de la ciudad se entregaron a la tarea de reconstruir tanto sus viviendas
como todo aquello que les era necesario para normalizar su vida. Los dos aos que vendran
luego de la tragedia seran de intenso y productivo trabajo, la ciudad renacera de sus ceni-
zas con nimo redoblado y el colegio junto con sus maestros entraron en una nueva etapa
de progreso. Pero las desgracias no haban terminado y lo peor an estaba por llegar.
L A E X P UL S I N DE LOS J E S UI TA S Y
E L CI E R R E DE L S A N F R A NCI S CO J AV I E R
E
l padre Juan de Velasco en su Historia del Reino de
Quito nos dice que en 1767 haba trece miembros
de la Compaa en Guayaquil, todos ellos dedica-
dos de lleno a la enseanza o a las misiones que cubran con su
actividad pastoral tanto Ciudad Vieja como Ciudad Nueva.
Para tiempos de Cuaresma realmente no se dieron
abasto, al punto que tuvieron que utilizar aulas del colegio para
que ms de 20 jvenes de la ciudad pudieran realizar ejercicios
espirituales. Para este mismo ao, el padre Triarte, rector del
San Francisco Javier, haba llamado a Guayaquil al padre Gan-
dolf, extraordinario arquitecto de la orden que haba termi-
nado de construir la fachada de la iglesia de la Compaa en
Quito, con la fnalidad de que se hiciera cargo de la edifcacin
de la iglesia de la Virgen de la Soledad en nuestra ciudad.
En ese ambiente de trabajo, participacin y opti-
mismo, fotaba, sin embargo, un espectro perturbador, formado
En Guayaquil, a fnes
de septiembre e inicios
de octubre de 1767, se
encontraban reunidos
ms de 200 sacerdotes,
esperando las
embarcaciones en las que
tendran que partir por
motivo de la expulsin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
37
por las terribles noticias llegadas desde Espaa y en las que se saba de la terrible persecucin de la que era
objeto la orden en diversas partes del mundo.
As era, pues, el rey, mal aconsejado por los eternos enemigos de la Compaa. Se declar
enemigo de ellos con los terribles perjuicios que esto reportaba a sus miembros. Como consecuencia de
este estado de cosas, Carlos III dict el 27 de febrero de 1767 el decreto de expulsin de los jesuitas del
continente americano, as como la pragmtica sancin.
De nada valieron todas las comunicaciones a favor de la orden que le fueron dirigidas, ni las
incontables manifestaciones de solidaridad que miles de americanos tuvieron para con los santos y sabios
prelados. La suerte estaba echada y nada pudo cambiarla.
El 6 de agosto de 1767 lleg a Quito la pragmtica sancin y 23 das despus fue ejecutada en
Guayaquil por el gobernador Juan Antonio de Zelaya, quien sin poder ocultar su profunda tristeza ley con
temblorosa voz el injusto e inapelable decreto. Frente a l y en absoluto silencio, el padre rector Antonio
Marte y los doce miembros de su comunidad oyeron con atencin la orden que precedi a su arresto.
S!, al arresto, queridos lectores, estos santos y venerables varones no solo deban sufrir la humi-
llacin y el vejamen de la expulsin sino que esta deba darse como a delincuentes comunes, con arresto y
todo. Cunta injusticia y oprobio pueden provocar la envidia y la calumnia. El colegio qued cerrado.
Los sacerdotes a recaudo esperaban la llegada de los dems jesuitas
que deban venir del resto de la Audiencia. A fnes de septiembre e inicios de
octubre ya se encontraban reunidos en nuestra ciudad ms de 200 sacerdotes,
entre los cuales se hallaban algunos ex rectores del colegio a quienes Guaya-
quil recibi con profundas manifestaciones de cario, dndoles a ellos, como
a todos los dems, el hospedaje necesario hasta que llegaran las embarcaciones
en las que tendran que partir.
En la primera semana de octubre se inici el embarque en las naves:
1.- Santa Brbara
2.- Neptuno
3.- Desempeo
4.- San Fermn
5.- Ira de Dios
El terrible espectculo debi dejar una profunda e imborrable huella
en el espritu de la gente, esos hombres a quienes tanto le deba la ciudad par-
tan para siempre. Qu sera de la niez y juventud de nuestra tierra sin el
auxilio y gua de los sabios, qu retroceso experimentara nuestro pueblo sin su
ayuda. El colegio, como dira Pedro Jos en su magna obra, haba muerto!
Cuntos de aquellos que presenciaron su fundacin, construccin
y crecimiento no veran llorosos el fn de sus das. Con el cierre del colegio
haban muerto los anhelos e ilusiones de una ciudad que haba aprendido a
soar y en alas de la justicia, el trabajo y la esperanza tambin haba aprendido
a hacer realidad sus sueos.
Palabras del Dr. Pedro
Jos Huerta en su obra
titulada El Colegio San
Francisco Javier y la
instruccin pblica en el
Guayaquil Colonial:
San Francisco Javier,
orgullo del vicario
Herrera, el colegio ideal
en el que la ciudad tena
todo su consentimiento,
haba muerto. Haba
muerto justo a los sesenta
aos de la llegada de
la real cdula que
autorizaba su
fundacin....
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
38
L
lamado as por los enormes peascos que existan all desde tiempos inmemoriales. El
lugar era a inicios del siglo XVII un camino por el que se pasaba al otro lado del cerro
Santa Ana bordeando el sector este de su falda y junto al cual (a ambos lados) fueron
levantndose algunas construcciones a travs del tiempo.
Es importante desechar la idea tan promovida por algunos desinformados de que en este sitio
fue fundada la ciudad, ya que esto no tiene ningn sustento lgico o documental.
En 1651 se aplan el terreno que circundaba el cerro y que conectaba con La Atarazana (astillero
de la ciudad); a su ingreso se construy un espign de cascajo que hara las veces de muelle, para luego
levantar un pequeo fortn mirando al sur, al que se denomin Fortn de la Planchada, debido a la rela-
cin existente entre l y el terreno recin nivelado.
EL BARRIO LAS PEAS
Las Peas es uno de esos
contados lugares de
Guayaquil en donde an
se puede sentir y vivir su
historia a lo largo de ms
de cuatro siglos.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
39
Es probable que como producto de los trabajos de construccin de esta Plan-
chada, as como por los sucesivos rellenos realizados por los pobladores del lugar, las
grandes piedras fueran desapareciendo paulatinamente hasta quedar solo su eterno
recuerdo en el nombre que ellas le confrieron al lugar.
Cabe anotar que aun cuando el casero aqu levantado tom el nombre de
barrio de Las Peas y en tiempos coloniales era conocido como el de La Planchada, este
adquiri gran notoriedad a raz del combate efectuado entre guayaquileos y holande-
ses en agosto de 1624.
Tambin es curioso observar en planos
tales como el croquis de Guayaquil de 1787 el
nombre de La Planchada en el lugar ocupado por
el barrio de Las Peas, lo que de algn modo
refuerza la informacin antes mencionada.
La calle principal de La Planchada daba
a la plaza de Santo Domingo (ms o menos donde
hoy se inicia la obra fsica del tnel) y era lla-
mada, segn Modesto Chvez Franco, la Calle de
los Pescadores (hoy Numa Pompilio Llona), pues
segn el erudito historiador fueron pescadores los
primeros que se ubicaron all y desde donde saca-
ban a la ciudad o llevaban al cerro los peces para
el mercado.
Segn se halla registrado en las actas del
Cabildo y recogido por Julio Estrada en su Gua
histrica de Guayaquil, en 1678 el barrio habra
quedado totalmente reducido a escombros debido
a un incendio provocado por un mulato piroma-
niaco que nunca imagin ver, cuatro aos despus,
frustrada su labor, ya que con el fn de contrarres-
tar el ataque de los piratas franceses el Cabildo
dispuso tanto la reconformacin del fortn de La
Planchada con piedras y cal, como la construccin
del castillo de San Carlos en la cima del cerro,
todos estos arreglos reportaron un gasto no menor
a los 4.000 pesos, costeados todos por los vecinos
de la ciudad.
El barrio, entre desastres y tiempos de
prosperidad, creca y por lo menos se mantena.
En 1770 se registraron (en el plano levantado por
Plano del barrio Las
Peas donde se aprecia
la calle Numa Pompilio
Llona con el mismo
trazado que tuviera desde
tiempos coloniales.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
40
el ingeniero Francisco de Requena) algo
ms que 12 predios y ms de 20 para
1787 (consignados en el croquis an-
nimo de Guayaquil levantado el 12 de
octubre de dicho ao).
Durante el siglo XIX, ya sea
porque los mdicos recomendaban el
aire del lugar para las afecciones respi-
ratorias o solo por el especial atractivo
urbanstico que presentaban Las Peas,
a diferencia del resto de Ciudad Vieja,
mantuvo un proceso de crecimiento y
evolucin que lo convirtieron en uno
de los barrios ms pintorescos y exclu-
sivos de Guayaquil; adems pas a ser
un bello rincn de la urbe en el que
se levantaban hermosas construcciones
y donde se daba cita lo ms graneado de
la sociedad.
Por ese entonces an tena la
imagen de barrio colonial con casas que
ostentaban en sus fachadas las clsicas
galeras frontales con arqueras de medio
punto y las toldas que se extendan sobre
ellas en los momentos en que acosaba el
sol.
Nadie poda imaginar, antes de
cerrar el siglo, el fatdico destino que le
estaba deparando.
El 6 de octubre de 1896, Gua-
yaquil no vio clarear el sol, sus rayos
eran opacados por la gigantesca cortina
de humo que generaba la combustin de cientos de casas que se quemaban en el ms dantesco de los
incendios que recuerda su historia. La velocidad inusitada del fuego lo llevara desde las calles Aguirre
y Malecn, lugar en donde se origin, hasta los depsitos de la Aduana (hoy calles Malecn y Loja) en
tan solo 10 horas, salvando todos los esteros del norte, barrera que era para ese entonces considerada
infranqueable (el incendio se inici a las 11 de la noche del 5 de octubre).
Todos los clculos sobre su fnalizacin haban fallado y el ltimo bastin donde se pens que
llegara era el barrio Las Peas, ya que por su excepcional ubicacin se hallaba defendido hacia el frente
Durante el siglo XIX,
el aire del lugar era
recomendado por los
mdicos para las
afecciones respiratorias a
diferencia del resto de
Ciudad Vieja.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
41
por el ro y a su espalda por el
cerro Santa Ana.
Pero como dira Fran-
cisco Campos: Escrito estaba
que no quedara piedra sobre
piedra de la parte septentrional
de la ciudad.
Al medioda las
llamas, alentadas por los vien-
tos del sur (muy propios en
la ciudad de julio a octubre),
haban renovado su fuerza y
quemado el colegio Sagrados
Corazones, la Aduana, las igle-
sias de la Concepcin y Santo
Domingo, con sus respectivos
conventos, un cuartel y toda la
lnea de edifcios que encuadra-
ban la plaza por el lado norte,
as como una montaa de mue-
bles y mercaderas que haba
en el centro y que se haban llevado a ese lugar con la esperanza de salvarlos.
Violentas rfagas provocaron un huracn que dio origen a una lluvia de fuego en forma de
innumerables fragmentos de material encendido que se repartan en un inmenso radio. Esta tan terrible
como dantesca lluvia fue la responsable de que se iniciara el incendio en Las Peas.
Pero leamos en las palabras del ilustre Campos Coello de qu manera se llev a cabo y los apuros
que pasaron sus habitantes para salvarse: Los moradores de este lugar, que haban confado an en la
seguridad de sus domicilios, huyeron despavoridos al ver los techos cubiertos por un torbellino de chispas
y la atmsfera abrasada, como si todo el vaco estuviera ocupado por el fuego.
La gente corra en direccin de la hacienda La Atarazana, faldeando la colina Santa Ana; pero
para aumentar el espanto cundi all la falsa alarma de que el polvorn estaba encendido y todos los que
iban huyendo del peligro cierto, al escuchar la aterradora noticia, retrocedan desesperados y volvan al
foco del incendio, que les pareca ya menos amenazador que la formidable explosin del parque.
Uno de los damnifcados de Las Peas fue Jos Joaqun Olmedo, hijo del prcer, quien no solo
perdi toda la biblioteca y recuerdos de su ilustre padre sino que a ms de eso vio impotente desaparecer el
nicho en el que estaban sus cenizas en la vieja iglesia de San Francisco, devorada tambin por el incendio.
El terrible incendio, como vemos, puso en jaque a los habitantes del barrio, adems cobr algu-
nas vctimas y dej en pocas horas totalmente en escombros al que fue uno de los orgullos patrimoniales
de la ciudad.
Las Peas a inicios del
siglo XX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
42
Pocos aos transcurrieron para que se inicie su recuperacin.
Ignacio Robles Santistevan compr algunos terrenos anexos al fortn,
de aquellos que ocuparan grandes construcciones antes del incendio y
levant entre 1900 y 1902 otras no menos grandes y ostentosas para
regalarlas a sus hijas Rafaela (casada con Luis Vernaza) y Dolores (casada
con Francisco Ortiz Rohde).
Las casas de Rafaela Robles de Vernaza pasaron, entre 1930
y 1935, a manos de Anbal Nquez y Alberto Tola Carbo, quienes
con pocas variaciones arquitectnicas las mantuvieron en su poder por
muchos aos.
Dolores Robles de Ortiz vendi su propiedad en 1933 a Luis
Cio Sangiovanni, quien dos aos despus la dej en herencia a sus
hijos los Cio Fabiani.
Otro terreno fue adquirido por la familia Thoret a la familia
Lascano, donde construy su domicilio, para pasar en 1930 a manos
de la familia Tinajero, quienes redisearon y reconstruyeron la casa en
1931, quedando como se la puede apreciar hasta la fecha.
La familia Baquerizo Moreno tambin adquiri terrenos luego
del incendio grande en Las Peas, an puede apreciarse la edifcacin
que fue de su propiedad.
El barrio volvi a recuperar su antiguo esplendor y se convirti
en mudo testigo de la evolucin histrica del puerto.
Su importancia y singular belleza empuj a muchos a estable-
cerse en l, aunque sea por corto tiempo, siendo as como vio pasar
por su nica y an empedrada calle a personalidades tales como Anto-
nio Neumane, Enrique Gil Gilbert, Manuel Rendn Seminario, el
Che Guevara y a los ex presidentes de la Repblica Alfredo Baquerizo
Moreno, Juan de Dios Martnez Mera, Carlos Arroyo del Ro y Diego
Noboa.
Hoy en da an conserva huellas de la poca colonial (aunque
su arquitectura fue reconstruida despus del incendio grande de 1896,
en el que perdieron todos los vestigios coloniales que haba). Sus edifca-
ciones datan de inicios del siglo XX y mantienen hasta la fecha algunos
de los rasgos urbansticos originales.
La nica calle que lo atraviesa es la Numa Pompilio Llona,
llamada as desde las primeras dcadas del siglo XX, en que se la bautiz
con el nombre del ilustre vate ecuatoriano que dej a la posteridad obras
de la talla de Odisea del Alma, as como del canto potico Oda al General
Necochea, ambos cantos patriticos.
La Numa Pompilio Llona
es la nica calle que
atraviesa el barrio
Las Peas.
Se observan las fachadas
de las casas del sector.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
43
Las Peas es, sin duda alguna, uno de esos contados lugares de Guayaquil en donde an se puede
sentir y vivir su historia a lo largo de ms de cuatro siglos.
Toma del barrio
Las Peas hecha desde
el ro Guayas.
Barrio Las Peas.
Se observa la Plaza
Coln, saliendo de la
calle Numa Pompilio
Llona, tal y como se
vea para 1970, fecha
del sesquicentenario de
la Independencia de
Guayaquil.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
44
L
a evolucin dentro de la arquitectura religiosa del Guayaquil colonial sigue el orden lgico
de aquellas que nacieron en otras latitudes de Amrica con similares caractersticas.
Dicho de otro modo, los pueblos costeros de la Amrica hispana, principalmente
aquellos que no pudieron realizar
sus construcciones con materia-
les como la piedra, evolucio-
naron arquitectnicamente con
las limitaciones que, tanto estos
como el medio, les imponan. Es
as como las crnicas y los anti-
guos documentos coloniales nos
hablan de obras efectuadas en
madera, caa, quincha y bahare-
que que transferan a la arquitec-
tura un carcter muy singular,
principalmente por lo elemental
de los diseos que se ejecutaban
debido a las limitaciones plsti-
cas que estos imponan para esa
poca.
Aun cuando se sabe, por referencias contenidas en las actas del Cabildo colonial, cundo y cmo
fueron hechas las primeras iglesias en Guayaquil, la inclemencia del tiempo as como la gran cantidad de
desastres a los que estuvo sujeta la ciudad, no permitieron que llegara a nuestros das un vestigio fsico
de aquellos tiempos que testimoniara todo lo que por historia se conoce. A ms de esto, y como para
complicar el panorama, no existen dibujos o pinturas que reproduzcan la arquitectura de ese entonces.
Problema sin duda difcil de resolver. Sera necesario hallar, por lo menos, una panormica de la
ciudad en la que estuviera visible alguna construccin de ndole religiosa para poder establecer de manera
defnitiva todo lo tericamente aceptado sobre el tema.
Gracias a Dios el dibujo requerido existe, puesto que para 1790, ao en el que pas por la ciudad
la expedicin de Alejandro Malaspina, los dibujantes que en ella venan hicieron una plumilla de la urbe,
vista desde el cerro Santa Ana, con todo cuanto poda divisarse desde ese lugar.
Es as como por primera vez aparecieron ante nuestros ojos las imgenes de la iglesia de San
Francisco, San Agustn y la matriz, esta ltima con su respectiva Plaza de Armas.
IGLESIAS COLONIALES DE GUAYAQUIL
Antigua iglesia conocida
desde la colonia como
Ayuda de parroquia,
ubicada en el
emplazamiento de la
colonial Iglesia Matriz.
Se la llam a mediados
del XIX La Concepcin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
45
E N QU S E CA R ACT E R I Z A B A N O CU L E R A
S U COMN DE NOMI NA DOR ?
P
ues que todas posean una sola torre de seccin cuadrada que remataba el frontispicio de
cada fachada. San Francisco, San Agustn y la matriz coinciden en el diseo y este debi
mantenerse por lo menos hasta la dcada del treinta, en el siglo XIX, puesto que para ese
entonces tanto la primera como la matriz ya ostentaban dos torres.
Desde este momento y en adelante las iglesias guayaquileas no cambiaron ese esquema especial,
mantenindose las torres de seccin cuadrada y su respectivo chapitel as como el ingreso en arco, rema-
tado por un dintel y el frontispicio triangular. Estos elementos cambian a partir de 1870 al iniciarse la
reconstruccin de nuestras iglesias con un estilo totalmente distinto del muy elemental que implantado
por ms de dos siglos en la ciudad.
Las nuevas iglesias, mucho ms ricas en ornamentacin, tambin fueron trabajadas en madera.
Se destacan por su arquitectura exterior la nueva Catedral (nueva, pues en 1838 Guayaquil ya haba
adquirido la categora de Dicesis, cambiando su iglesia principal de matriz a Catedral), la Baslica
menor de La Merced y la iglesia de La Concepcin al norte de la urbe, en el emplazamiento de la antigua
Ciudad Vieja.
Pero veamos qu es lo que se conoce sobre la llegada de las primeras rdenes que arribaron a esta
ciudad y cmo se realiz el proceso de construccin de sus primeras iglesias.
L A I GL E S I A MAT R I Z O CAT E DR A L
E
n 1571, la poblacin de Guayaquil que ascenda a 320 personas contaba ya con
una iglesia que con el andar del tiempo sera la matriz. Debido a las desfavorables
caractersticas del terreno, tanto ella como las casas del Cabildo y una buena parte del
pueblo haban sido construidos en la cima del Santa Ana y
en la depresin que este presenta al unirse con el Cerro del
Carmen. La matriz se mantendra en este lugar por mucho
tiempo.
En 1639 se procede a demolerla, pues habiendo
sido afectada por un incendio, estaba parcialmente destruida,
lo que haca peligrar la vida de los feligreses que acudan al
servicio religioso. El edifcio es reemplazado por un canchn
aledao mientras se iniciaban los trabajos de reparacin.
En 1650, las labores de ereccin de la nueva iglesia
estn ya por concluir. El edifcio no funcionar por muchos
aos. El 6 de diciembre de 1692 ser arrasado por un incen-
dio junto a otras construcciones de importancia, convir-
tindose el hecho en factor determinante para el traslado de
La iglesia Mariz,
mucho antes de 1838,
fecha en que se convierte
en Catedral.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
46
Iglesia de Santo Domingo
construida sobre bases de
piedra en el siglo XVI y
reedifcada a inicios del
siglo XIX, tal como se
aprecia en el grabado.
la poblacin a La Sabaneta, donde se conformara el ncleo urbano que, en poco tiempo, ser conocido
como Ciudad Nueva.
En 1694 se inicia la construccin de la matriz en Ciudad Nueva, fnaliz un ao despus el 2
de febrero de 1695. La iglesia se mantuvo sin mayores variantes por ms de un siglo, lo que se puede
apreciar en los grabados realizados por Jos Cardero, dibujante de la expedicin Malaspina que arribara
a Guayaquil en 1790.
En 1822, monseor Francisco Javier de Garaycoa y Llaguno har reconstruir la matriz cam-
biando sus caractersticas arquitectnicas al sumarle otra torre a la fachada, eliminando el esquema ante-
rior en que esta se hallaba sobre el frontis de la edifcacin y simetrizando la fachada al ubicar una a cada
lado de la misma. Las nuevas torres, rematadas con un chapitel muy propio de la arquitectura popular
espaola, iniciaran un estilo local en la arquitectura religiosa que durara ms de cuarenta aos.
En 1870, con la introduccin en las torres y su rediseo integral, al ms puro estilo neoclsico,
mueren los ltimos vestigios de las lneas coloniales que se haban mantenido en nuestra arquitectura por
casi doscientos aos, es decir, desde que se construyera la matriz en Ciudad Nueva en 1695.
En 1924 se inicia la construccin de una catedral gtica que reemplazara a la neoclsica de
madera. Se contrat para el efecto a la compaa italiana Sociedad General de Construcciones. El arqui-
tecto Paolo Russo comenz el trabajo de reconstruccin y fue a la vez el responsable del diseo, para
luego de 15 aos ser sustituido por el arquitecto espaol Juan Ors y posteriormente quedar a cargo del
arquitecto chileno Alamiro Gonzlez.
L A I GL E S I A DE S A NTO DOMI NGO
E
n 1575, los dominicos, representados
por fray Hernando de Tellez, fundan el
convento e iglesia de su orden, convir-
tindose esta en la ms antigua de la ciudad (excep-
tuando, como es lgico, la matriz). Ya para 1548 la orden
se hallaba asentada en la poblacin y era la responsable
de la construccin de la primera iglesia que en ella se
levantara. Por esta razn historiadores como Modesto
Chvez Franco asumen que la primera matriz cumpli
tambin las funciones de iglesia de la Orden Domini-
cana, hasta que en 1574 decidieron edifcar otra en las
faldas del Santa Ana, segn descripcin consignada en
los archivos de la orden. El templo levantado en 1575
fue construido sobre muros de ladrillo y piedra labrada
con edifcacin de madera y techo de paja, estos tenan
ms de un metro de espesor. Los incendios que varias veces acabaron con la iglesia respetaron, sin
embargo, el muro que hasta la fecha sirve de sostn a la edifcacin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
47
En 1624, un incendio provocado por el pirata
Jacques LHeremite Clero consume la iglesia y veinte
casas ms. Los dominicos la reconstruyeron y volvie-
ron a usar paja en lugar de teja para la cubierta, con-
traviniendo as una ordenanza expresa del Cabildo
para evitar la propagacin de los incendios. La orden
no se traslad a Ciudad Nueva a fnes del siglo XVII,
pero s reconstruy la iglesia a inicios del siglo XVIII.
En la obra que Alcides DOrbigny public
en Pars en 1840 se puede apreciar un grabado en cuyo
pie se lee Santo Domingo... Es muy fcil ver que
esto es un error debido, principalmente, a que no se
aprecia ningn cerro por detrs, lo que sera indispen-
sable para aceptar que esta construccin es la que refere el pie en mencin. Adems, tres ilustraciones
publicadas en el boletn de la Biblioteca Municipal, a saber:
1.- La de Gaetano Osculatti.
2.- Una pintura indita perteneciente a la familia Guerra Faggioni.
3.- La recogida por el Lcdo. Vctor Hugo Arellano en su obra Los esteros de Guayaquil, en la que
se aprecian unos lagartos atacando a unas baistas en un estero al pie de la iglesia, nos deja ver una iglesia
con un emplazamiento totalmente distinto al de Santo Domingo. Corresponde, sin embargo, al diseo
del grabado consignado en la obra de Orbigny. Es, por consiguiente, esta iglesia la antigua de Santo
Domingo? Pues no! Ya que su emplazamiento corresponde al de La Concepcin conocida antiguamente
(siglo XVIII) como ayuda de parroquia.
Santo Domingo se quem en el incendio grande de 1896; su reconstruccin se inici en aos
posteriores y concluy el 24 de diciembre de 1899, ao en que se realiz la bendicin de los estantes.
Esta iglesia, de un modelo extremadamente simple y hasta cierto punto provisional, fue reemplazada en
1937 por la actual, diseada por el Arq. Paolo Russo, que fue quien elaborara los planos de la Catedral,
emprendiendo su construccin el ao que se mencion anteriormente.
I GL E S I A DE S A N AGUS T N
D
e acuerdo con la informacin que se cuenta, que en todos los casos es el producto de
suposiciones y anlisis y no de documentos certifcatorios, la orden habra estado en
Guayaquil antes en 1573, ao en que se funda la capital de la provincia Agustiniana de
San Miguel de Quito.
No se cuenta con datos comprobables que nos permitan aseverar que desde ese entonces los
Agustinos construyeron la iglesia en Guayaquil e iniciaron su labor social y religiosa, pero se sabe a ciencia
cierta que en 1588 se habra establecido ofcialmente y en 1594 construido (en la interseccin de las
actuales calles Loja y Rocafuerte) el templo y convento de la orden. Este primer templo, hecho de caa y
Miniatura al leo de la
antigua Iglesia de Santo
Domingo tal y como
debi verse a fnes del
siglo XVIII.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
48
Iglesia de San Agustn,
reproduccin grfca
hecha por el autor en
base a datos y fotos de
secciones parciales del
edifcio. Estuvo ubicada
en el cruce de las calles 10
de Agosto y Pedro Carbo,
esquina sur-este.
madera, fue levantado en 1624 por el incendio que ocasionara el
pirata Jacques LHeremite Clerk en el saqueo de la ciudad.
En 1651 es reconstruido ntegramente en madera, pero
no fue usado ms all de cuarenta aos, ya que la orden se tras-
lad a La Sabaneta a fnes del siglo XVII. No existe ni en los
archivos de la orden ni fuera de ellos, documento que consigne la
fecha de construccin del templo, siendo la referencia ms anti-
gua de su nueva ubicacin el plano de Guayaquil que se inserta
en la obra Compendio histrico de la provincia, partidos, ciudades,
astilleros, ros y puerto de Guayaquil en las costas de la mar y del
sur, escrito por el padre Jacinto Morn de Butrn y publicado en
1741 en Espaa por Dionisio de Alcedo y Herrera.
En este nuevo emplazamiento, ubicado en la intersec-
cin de las actuales calles de Pedro Carbo y Diez de Agosto, se
mantiene hasta 1902 en que luego de quemarse por segunda oca-
sin se traslada a una capilla conocida con el nombre de La Sole-
dad, construida en un terreno donado tiempo atrs a la orden.
La iglesia y el convento habran experimentado tres
reconstrucciones, ya en Ciudad Nueva, entre los siglos XVIII y
XIX, a saber: la primera, en 1840, de cuya imagen da fe el gra-
bado consignado en la revista Le tour du Monde, en donde se
publica una serie de grabados de diferentes partes del mundo y
que, como en este caso, estuvieron relacionados con los lugares
que visit el viajero Charles Wiesner en 1879 (estos grabados
son copiados de fotos tomadas en diversos lugares de la ciudad
en 1870).
La segunda, entre 1870 (ao en que se fecha el grabado citado anteriormente) y 1896, cuya
imagen se incluye en un conjunto de dibujos que ilustran cmo se quemaron la iglesia y el convento el 12
de febrero de 1896, publicados en la revista guayaquilea El Ecuador pintoresco del 15 de febrero de 1896
y realizados por el dibujante de esta, J. C. Valenzuela.
La tercera, el 12 de junio de 1899, muy elemental y de manera provisional, que es la que se
quemara en el incendio de 1902, provocando el traslado a otro lugar y la expropiacin por parte del
Cabildo del terreno que haba ocupado la orden desde tiempos de la Colonia.
Los grabados con que se cuenta nos permiten apreciar una edifcacin que mantuvo el antiguo
esquema colonial de una sola torre rematando el frontispicio, en la que se conserva el diseo espaol del
chapitel, hasta su variacin en el diseo que se quema en 1896. La iglesia que se incendia en esta fecha ya
contiene elementos neoclsicos en su fachada, tales como pilaretes con capiteles jnicos, frisos con goteras,
as como dos mnsulas utilizadas para fanquear el arranque de la torre del campanario, la que a su vez ha
experimentado una considerable reduccin en dimensiones.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
49
Los dibujos que poseemos denuncian la existencia de una sola nave con tres ingresos frontales
hacia la calle de la Municipalidad (hoy Diez de Agosto) y uno hacia la calle de la Caridad (hoy Pedro
Carbo). La iglesia inicia su reconstruccin en hormign armado el 21 de septiembre de 1913 y concluye
el 4 de julio de 1926, fecha en que fue inaugurada.
L A I GL E S I A DE S A N F R A NCI S CO
L
a orden de San Francisco fue la tercera en asentarse en la ciudad, por lo que se supone que
su fundacin fue el 2 de agosto de 1603 (da de Nuestra Seora de los ngeles, de suma
importancia para los franciscanos).
Por tradicin verbal de los miembros de la orden se guarda la memoria del emplazamiento ori-
ginal (de Ciudad Vieja) en un lugar cercano al ro anexo a la muy antigua Capitana del Puerto (Barrio
de la Marina).
En 1663 reconstruyeron la iglesia e inauguraron el convento que 15 aos ms tarde fue consu-
mido por las llamas. En 1681 lo volvieron a levantar, pero solo para que 6 aos despus, durante la
incursin de los piratas Grogniet, Picard y Hewitt en 1687, fuera nuevamente devorado por el fuego.
La reconstruccin siguiente ya no se hizo en Ciudad Vieja; el Cabildo les dio un terreno en La
Sabaneta, lugar en el que estaba naciendo la nueva ciudad, con el fn de que se trasladaran a este sitio. Los
franciscanos iniciaron la obra el 12 de abril de 1710, pero contraviniendo la disposicin del Cabildo de
construir dentro de unos lmites que, previamente, se haban establecido.
Es curioso saber que el templo no fue tocado por el monstruoso incendio de
1764 (conocido como el Fuego Grande) en el que desapareci, virtualmente, toda la
ciudad. La edifcacin, que se mantuvo dando servicio casi todo el siglo XIX, experi-
ment solo dos cambios en el diseo en este tiempo:
El primero: en el que la iglesia cuenta con una sola torre central, la cual
puede apreciarse en el dibujo de Cardero, realizado en 1791, durante la estada de
los naturalistas de la expedicin Malaspina; y el segundo, en el que ya vemos a San
Francisco con dos curiosas torres acampanadas, cuya imagen fue publicada en 1888
en la obra Amrica pintoresca, copiada de una foto de 1870 y difundida por medio de
un lbum de la ciudad que para ese entonces se venda en las libreras del puerto.
En 1896 no pudo salvarse de la voracidad del fuego y qued en escombros.
La reconstruccin se inici en 1897 y qued totalmente terminada el 30 de julio de
1899, fecha en que se la inaugur aun cuando la entrega ofcial se hizo en 1902.
La iglesia actual comenz a edifcarse en hormign armado en 1932, respe-
tando los detalles que posea la edifcacin original construida en madera. El estilo
arquitectnico de la obra no obedeci a ninguno conocido; se insertaron, sin embargo,
elementos clsicos tanto en el interior como en el exterior del inmueble, lo que le
confri majestuosidad, propiedad y carcter.
Iglesia de San Francisco,
1910.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
50
LA PRIMERA INCURSIN PIRATA
AL PUERTO DE GUAYAQUIL
C
orra el ao 1585 y el Virreinato disfrutaba de una
relativa paz. Los nuevos xitos del temido pirata
Drake en el Caribe provocaban cierta preocupacin,
pero no al punto de ordenar preparativos para enfrentarlo ni sospe-
char que otros, empujados por iguales ambiciones, seguiran la ruta
del pirata ingls con similares metas y objetivos.
Poco tiempo pasara para que Fernando de Torres y Por-
tugal, Conde del Villar Don Pardo y Virrey del Per, se diera cuenta
del error en el que estaba, pues lleg a sus odos que Thomas Caven-
dish, hbil marino ingls de familia noble y potentada, quien ya haba
recorrido las costas de Virginia y la Florida sembrando el terror con
sus saqueos, haba armado una partida de cuatro naves bien dotadas
con el fn de recapitular los xitos de su coterrneo Drake en las costas
del Pacfco.
Inmediatamente se dio inicio al refuerzo de la armada espa-
ola de la mar del Sur, comprando naves a particulares y armndolas
debidamente, as como mandando a construir en Guayaquil un galen
destinado a capitana y dos galeras.
Este corsario a quien algunos autores le llaman candi aban-
don el puerto de Plymouth el 22 de julio de 1586 con tres naves
llamadas Desir, Conten y Hugh Gallant, de las cuales la primera
de 140 toneladas y con 123 hombres haca las funciones de capi-
tana. Lleg luego al estrecho de Magallanes (Argentina) sin mayores
difcultades. All encontr unos sobrevivientes de la expedicin de
Sarmiento de Gamboa, a quienes momentneamente ofreci ayuda
para luego dejarlos abandonados a su suerte, es decir, a una muerte
segura.
Cavendish logra pasar a la mar del sur el 24 de febrero de
1587 y recorre las costas de Chile hasta llegar a Arica, en el antiguo
Per, lugar en el que intent una invasin, pero fue rechazado por un
grupo de bravas e indmitas mujeres.
Frustrado por el vergonzoso fracaso sigue hacia el norte y
durante el primer da de marzo se enfrenta con un fuerte temporal que deja gravemente averiado al Hugh
Gallant, el cual echa a pique frente a las costas de Machala pues se haba convertido en un lastre para
Esta es la imagen
popular de la vida que
llevaban los piratas en
alta mar. La embriaguez
era parte de su modus
vivendi.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
51
continuar la navegacin, y busca un buen puerto para reparar el resto
de naves que tambin quedaron en mal estado.
Habiendo avistado la isla Pun, en el golfo de Guayaquil, y
sabiendo que en ella funcionaba un astillero, decide desembarcar y
aduearse del pueblo y de sus instalaciones. Se aloja en la gran casa del
Cacique y manda a quemar la pequea iglesia, tal como estilaban en
todas sus invasiones los corsarios que profesaban las religiones protes-
tantes de Calvino o de Lutero.
La abundancia de materiales que encontr, tales como jarcia,
brea y madera, y la comodidad del lugar lo hicieron establecer all su
cuartel de operaciones. Se sinti como en su casa y se entreg con toda
tranquilidad a la labor de reparar las naves, esto con la intencin de
arribar a Guayaquil.
No contaba con que la noticia de su presencia era de domi-
nio tanto de las autoridades de la Audiencia como de las del puerto,
razn por la que se haban tomado todas las precauciones para repeler
el seguro ataque del que haran objeto a la ciudad.
Cubra para ese entonces el cargo de corregidor de Guayaquil
el capitn Jernimo de Reinoso y Piedrola, quien a decir de Gabriel
Pino Roca era sujeto de grandes energas y de valor a toda prueba,
muy celoso de su reputacin de soldado y fel al juramento que tena
prestado a su monarca, de rendir la vida en defensa de la plaza que se le
haba encomendado.
Cuenta el ilustre arzobispo historiador Federico Gonzlez
Surez que el corregidor Reinoso solicit ayuda a la Audiencia y a los
poblados vecinos de la ciudad. Obtuvo como respuesta el reclutamiento
de gran nmero de voluntarios, as como el envo de 50 hombres bien
armados por parte de los encomenderos de Quito. El Virrey, ampa-
rado en un decreto real que obligaba a los encomenderos a defender
los puertos contra las invasiones extranjeras, dio la orden inmediata de
que estos se trasladaran a Guayaquil. Pero los encomenderos quiteos
se excusaron ante el Virrey, puesto que el clima de la Costa les era muy
adverso a la salud, por lo que a cambio enviaran soldados profesionales
que daran un resultado mucho ms prctico y mejor.
Jernimo de Reinoso apoy el pedido de los encomenderos y
le dio a conocer al Virrey que la gente noble que baja de la Sierra a
la Costa es muy poco a propsito para el servicio militar, por su delica-
deza de complexin y por su gnero de vida acostumbrados a ser servi-
dos y a no trabajar con sus propias manos.
Grabado que representa
la invasin de los piratas
holandeses a Guayaquil
en 1626. Ntese la
orientacin invertida que
presenta el plano con
relacin a la entrada del
golfo.
Portada de la obra
Piratas en Amrica.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
52
Fue as como luego de aprobar el Virrey dicho pedido,
y ms o menos a mediados del mes de junio, llega a Guayaquil
la columna de soldados quiteos, liderada por el capitn Juan de
Galarza, la que se vio extraordinariamente reforzada tanto por los
hombres que facilit Toribio de Castro Grijuela, armador naval y
destacado comerciante radicado en Guayaquil, como por los nati-
vos de la isla, sbditos del cacique Tmala.
Si a este conjunto de valientes le sumamos la participacin
de los capitanes Alonso de Vargas, Martn Ramrez de Guzmn,
Baltazar de Nava, Alonso de Montalvn, Rodrigo Nez de Bonilla
y Melchor de Barrionuevo, y si tambin le aadimos el factor sor-
presa que jugaba a favor de los nuestros, tendremos como resultado
una situacin que fue totalmente inmanejable para los corsarios.
Hemos credo pertinente introducir en este punto la rela-
cin que hace Gabriel Pino Roca sobre el enfrentamiento entre
nuestras fuerzas y las de los piratas, no solo porque es la ms com-
pleta conocida, sino tambin porque es la mejor documentada:
Sabedor Reinoso de que los piratas estaban entreteni-
dos en Pun, recomponiendo sus navos, resolvi atacarlos. Para lo
cual apront las embarcaciones necesarias don Toribio de Castro y
Grijuela, de su peculio particular.
Por va no frecuentada llegaron a la isla los asaltantes,
en las primeras horas de la noche, sin que nadie se apercibiera
de ello. Saltaron y se ocultaron a unas cuatro leguas de distancia
del lugar en el que acampaban los ingleses. Y el activo corregidor,
dividiendo a su gente en tres grupos, tom el mando del ncleo
principal y encomend la direccin de los otros dos a los capitanes
Juan de Galarza y Castro Grijuela. En hora temprana del siguiente
da dieron, de sbito, contra los desprevenidos piratas, quienes sin
sospechar la proximidad del peligro se hallaban calafateando las
paredes de sus navos y concertando un velamen del que haban
despojado al Cacique de la isla. El grito de guerra lo dio el soldado
Miguel Prez Pacheco, viejo guerrillero contra la tribu de los Chi-
riguanas, arrojando contra los descuidados corsarios un bote de
plvora cargado con pedazos de plomo que haba confeccionado
con tal propsito. Su cada produjo una desconcertante detona-
cin, causando gran estrago entre los enemigos; los que no quedaron muertos o heridos corrieron a
refugiarse en los barcos, elevando anclas precipitadamente y maniobrando con tal destreza que pronto
lograron ponerlos fuera de tiro. Otros se hicieron fuertes en la morada del Cacique y bien amunicionados
Thomas Cavendish,
afamado navegante y
corsario, naci en
Inglaterra por la dcada
de 1560. Se convirti
en el primer corsario que
se aventur a llegar a
nuestras costas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
53
como estaban, repelieron con energa a los
atacantes.
Dos numerosas guerrillas de la
gente de Reinoso atacaron el galpn por
lados opuestos, inicindose un largo y
nutrido tiroteo. Cuando la mayora de
ingleses fue puesta fuera de combate, que-
daron tres de ellos muy bien armados que
resistan ardorosamente, sin dar la menor
prueba de desaliento, a pesar de las intima-
ciones que se les haca para que se entrega-
sen. Pero un tal Gonzalo Gutirrez logr
poner fuego a la casa y los valientes tuvie-
ron que rendirse para no perecer entre
las llamas. De parte de los guayaquileos
quedaron en el campo seis muertos y nueve
heridos, de la de los piratas, veinte de los
primeros y siete de los segundos, pero tan
graves que fallecieron en los das subsi-
guientes. Se tomaron, adems, cuatro pri-
sioneros y se recogieron del mar algunos
cuerpos de los que perecieron ahogados en
la desesperacin por alcanzar los navos. Cayeron en manos del vencedor un pequeo mortero, una
fragua, varios mosquetes, pistolas y dagas, velas, pipas, jarcia y tres botijuelas de ron.
No est de ms decir que el pirata en el camino de la fuga fue prendiendo fuego a cuanta nave
hall a su paso, bien sean las que se encontraban en proceso de construccin o en simple reparacin.
Esta detallada relacin guarda mucha similitud con la que anota Gonzlez Surez en el tercer
tomo de su Historia del Ecuador, con muy contadas diferencias por notar, dentro de las cuales las ms
destacadas pueden ser las siguientes:
Pino Roca incluye en el ataque a los piratas, a Toribio de Castro actuando junto a quien sera
militarmente su igual, el capitn Juan de Galarza, conductor de los soldados venidos desde Quito. En
este sentido, el Arzobispo historiador no nos habla de ms intervencin que la del capitn Galarza. Pino
Roca tambin nos dice que murieron seis guayaquileos y nueve quedaron heridos y que de parte de los
piratas hubo siete heridos y veinte muertos, mientras que Gonzlez Surez no anota heridos (lo cual es
poco probable), pero coincide en la cantidad de muertos, eso s, sin detallar los que correspondan a uno
y otro bando.
Todo esto tan solo como una curiosa aclaracin.
Resuelto el conficto y volviendo al puerto y la isla a la calma habitual, el corregidor Reinoso
remiti sendos ofcios tanto al Presidente de la Audiencia como al Virrey, notifcndoles los halagadores
Cavendish escogi la isla
Pun como lugar de
desembarco, teniendo que
hacerles frente a los indios
del cacique Tumbal, a
los hombres del
Corregidor de Guayaquil,
don Jernimo de Reinoso,
y a la gente de Toribio
de Castro y Grijuela,
propietario de los
astilleros.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
54
resultados de la defensa del puerto, razn por la que recibira poco tiempo despus las ms calurosas
felicitaciones por parte de Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar Don Pardo, Virrey del Per y
principal representante de la Corona espaola en aquel entonces en esta regin de Amrica.
Este triunfo en Pun le permiti a Reinoso ser investido como integrante de la famosa Orden
de Santiago, en 1593. Y al capitn Alonso de Vargas, quien condujo presos a los ingleses Andrs Marley,
Henry Axli, as como a Walter y John Tillert hasta Lima, hacerse acreedor del nombramiento de tesorero
del Cabildo en Guayaquil, gracias a una merced del Virrey que de este modo le reconoca sus merecimien-
tos.
Vale destacar el valor demostrado por el cacique Francisco Tomal, quien se distingui no solo
en el ataque a los piratas sino tambin en la defensa de su ciudad.
Pero veamos lo que nos dice al respecto Julio Estrada Icaza en su obra El puerto de Guayaquil:
No fue menor el aporte del cacique Tomal, personalmente se haba ocupado de formar las
trincheras para la defensa de la ciudad. Y no solo estuvo de acuerdo en quemar su casa para hacer salir
a los ingleses, pese a que all tena una gran cantidad de lona, brea y clavazn para la construccin de
barcos, sino que adems perdi La Atarazana en donde tena muchos quintales de jarcia. Sus prdidas
se estimaron en 14 mil pesos y la Real Audiencia le dio en compensacin 1.500 pesos de renta anual en
tributos vacos, vecinos y Cacique le ocasionaron a Cavendish el nico revs que experiment en este viaje
(entindase esto luego de las secuelas que tuvo que experimentar debido a la tormenta que lo oblig a
echar a pique al Hugh Gallant).
Los prisioneros, como era cos-
tumbre en estos casos, fueron tomados a
cargo por el tribunal de la Santa Inqui-
sicin en el Per, que luego de nom-
brarlos herejes luteranos obstinados
los conden, en solemne auto de fe, a
ser devorados por las llamas para que
Dios se apiade de sus almas.
Se salv de la tradicional un
fuerte, un pequeo de 13 aos que era
parte del grupo de prisioneros y cuyo
fn sera el de quedar enclaustrado en un
convento jesuita.
Corra el ao del Seor de
1592, cerrndose esta historia un da 2
de abril, Domingo de Cuasimodo.
Cavendish no volvi por estos
lares y cuentan los cronistas que luego
de la terrible experiencia vivida en nues-
tro golfo, la suerte ya no le fue adversa,
Grabado que representa a
Woodes Rogers durante el
saqueo de Guayaquil, en
1709, cuando vino con
Dampier.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
55
pues, siguiendo rumbo norte y antes de llegar a costas californianas, logr interceptar a la carabela Santa
Ana que vena de Manila y que llevaba a bordo seis toneladas de oro.
Algunos historiadores aseveran que el botn de Cavendish no era solo el producto del galen
de Manila, sino mucho mayor. Pues a ms de este atraco, un mnimo de 19 embarcaciones haban sido
asaltadas por l y los suyos.
Habiendo logrado su objetivo, y siguiendo la misma ruta tomada por su compatriota y colega
Drake, el corsario se lanz a la travesa del Pacfco sur, lo hizo en 45 das. Luego de los cuales regres
al Atlntico por el cabo de Buena Esperanza, desde donde el recorrido hasta Inglaterra fue ya sobre ruta
conocida. Arrib al puerto de Plymouth henchido de satisfaccin porque acababa de realizar la tercera
circunnavegacin del planeta y haba alcanzado el principal objetivo de su viaje: enriquecerse abundante-
mente luego de apresar el galen de Manila. Tanta fue su fortuna.
Se cuenta que al llegar a puerto sorprendi a todo aquel que lo vio a l y a sus tripulantes, pues
venan enjoyados y vestidos de seda, y la nave, aparejada con velas de Damasco y forrado el palo mayor
con tela de hilo de oro.
En 1591, animado por el xito obtenido en su expedicin anterior, arm una nueva fota, esta
vez de cinco naves, con el fn de partir en pos de la ruta anterior. Desgraciadamente para Cavendish, un
fuerte temporal atac sus naves frente a las costas de Brasil y las destroz totalmente, acontecimiento en
el que perdieron la vida el corsario y toda su tripulacin.
Guayaquil se haba salvado por la oportuna y valerosa intervencin de sus hombres al haber
evitado el ingreso de los piratas a la ciudad. Pero la suerte no nos sonreira igual, 40 aos despus, cuando
la llegada a nuestras costas de los piratas holandeses quienes sembraran el crimen y la destruccin a su
paso...
En 1591 Cavendish,
animado por su xito en
su expedicin anterior,
arm una fota con cinco
naves, pero un fuerte
temporal destroz sus
naves frente a las costas
de Brasil, perdiendo la
vida junto a su
tripulacin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
56
E
sta es la historia de uno de los lugares ms representativos de la
ciudad, con el cual todos sus habitantes se encuentran estrechamente
vinculados pero el que muy pocos conocen a profundidad. Veamos:
Guayaquil naci acunada entre el cerro, el ro y los esteros; el primero le sirvi de defensa y atalaya, mien-
tras que los segundos y alternadamente le trajeron unas veces la fortuna y otras la peste y las desgracias.
Esta cuna que debi crecer y mejorar con la ciudad a medida que ella creca, lleg en un
momento a convertirse en una prisin que limit su desarrollo.
EL CORAZN DE GUAYAQUIL
EN LA COLONIA
La Ciudad Nueva,
nacida de la necesidad
de buscar tierras mejores
para su crecimiento y
defensa.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
57
Fue necesario experimentar la trgica invasin de 1687 y el ataque de los piratas franceses
Grogniet, Picard y Hewitt para que las autoridades tomaran conciencia de la urgencia que exista de
cambiar la ciudad de emplazamiento.
Fue as como en 1693 y luego de que el presidente de la Audiencia aprobara su traslado, que la
ciudad comenz a ser reconstruida hacia el sur, en un lugar conocido con el nombre de La Sabaneta, y
que no era otra cosa que un enorme claro en el rea que hoy correspondera al espacio circunscrito por
las calles 9 de Octubre y av. Olmedo (hacia el norte y sur, respectivamente) y Pichincha y Boyac (hacia
el este y oeste).
La nueva estructura urbana obedeci al trazado de damero, tal y como se haban levantado las
principales ciudades americanas en tiempos de la Colonia; se destac siempre el emplazamiento dado a
la Catedral, a la Casa Consistorial y gobernacin, as como al monasterio que alojaba al obispo y al clero
secular.
Guayaquil dependa, en ese entonces, de la Arquidicesis de Cuenca, por lo cual la iglesia mayor
no tena la categora de Catedral (hasta 1838 en que fue erigido el obispado de Guayaquil).
Este lugar, tal y como suceda en todas las ciudades coloniales, era el corazn de la urbe.
L A P L A Z A DE A R MA S
H
aba un espacio central que era el eje alrededor del cual se realizaba todo este trajn
y que estaba fanqueado por las principales edifcaciones de la ciudad: la Plaza de
Armas. En ella se lean los bandos reales; se hacan las ejecuciones y se realizaban las
festividades religiosas que como la del
Corpus eran tradicin en todos los
pueblos de la Colonia.
La Plaza de Armas era, por
consiguiente, un sitio de especial impor-
tancia dentro de la estructura urbana,
mxime si consideramos que todas las
actividades vitales para la comunidad se
realizaban alrededor o dentro de ella.
Pero dnde quedaba nuestra
antigua Plaza de Armas?...
Pues como lo debieron deducir,
estaba ubicada justo frente a la Catedral,
en el mismo lugar en el que actualmente
se levanta el Parque de las Iguanas, al
que con propiedad todo el mundo debe-
ra llamar Parque Seminario, pues ese es
su nombre desde 1895.
Hermossima vista en la
que se aprecia la corbeta
Intrpida, una de las dos
que integraron la
expedicin Malaspina,
anclada en medio del
ro Guayas, en un
despejado da en el que
los artistas y cientfcos
pudieron disfrutar la
imagen majestuosa del
Chimborazo.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
58
Muchos aos se mantuvo como tal
la plaza principal o Plaza de Armas, por lo
menos durante todo el siglo XVIII, pues en
los tres planos que existen de Guayaquil,
levantados en dicha centuria (el de Alcedo, el
de Requena y el de Ramn Garca de Len
y Pizarro), se la encuentra con ese nombre
frente a la iglesia principal.
Es necesario aclarar que, de acuerdo
con los documentos coloniales que reposan
en el archivo de la Biblioteca municipal, la
plaza en mencin no ostentaba en la Colonia
ni empedrado ni arreglo especial que la distin-
guiera de las dems plazas, debiendo destacar
s que el ingeniero Francisco Requena haba
sugerido su adoquinado en 1772 debido, prin-
cipalmente, a que parte de la plaza tena un importante desnivel que se llenaba de agua en el invierno, con
las consiguientes molestias que dicho empozamiento reportaba.
En 1790 lleg a Guayaquil la expedicin liderada por el Cap. Alejandro Malaspina, que tena
como misin realizar investigaciones naturalistas. Uno de los dibujantes que vena se apellidaba Cardero
y le fue comisionada la ilustracin de la ciudad desde distintos ngulos.
El mencionado ilustrador realiz cinco dibujos en los cuales se destacaba uno panormico en el
que se vea a Guayaquil en su totalidad, de norte a sur y desde la cima del cerro Santa Ana. Se apreciaban
a lo lejos no solo la iglesia matriz con su campanario sino tambin la Casa Consistorial con sus dos plantas
y sus dos entradas diferentes, y una explanada frente a ellas que es la Plaza de Armas de la ciudad.
Es importante anotar que, curiosamente, Guayaquil rompi un esquema normalmente intoca-
ble que era tradicin en las ciudades coloniales en ultramar, cuando en 1803 decidi construir una nueva
Casa Consistorial en el malecn, en uno de los frentes del terreno ocupado por el mercado de abastos
desde mediados del siglo XVIII.
La estructura urbana a la que perteneca la Plaza de Armas comenzaba a transformar su entorno,
dando pie a los cambios que poco a poco desplazaran la importancia que haba tenido en el pasado.
Sin embargo, an faltaba mucho para esto, pues no debieron ser pocos los momentos tras-
cendentales que en ella se vivieron, aun cuando dudo mucho que alguno fuera tan apotesico como el
que debi darse en la maana del 9 de Octubre de 1820, cuando luego de la frma del acta y despus de
organizarse el Gobierno Provisorio, se dieron cita las nuevas autoridades en la plaza para frente al pueblo
dar a conocer el nuevo orden constituido.
A lo largo de todo el siglo XIX este lugar fue el punto obligado de reunin de todos los guaya-
quileos para rendir honores a los prceres que, aun vivos, eran objeto de toda clase de homenajes antes
y durante las festas del 9 de Octubre.
Vista de Guayaquil que
incluye la Ciudad Vieja y
la Ciudad Nueva, segn
uno de los artistas que
vinieron con la
expedicin Malaspina.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
59
L A P L A Z A MAT R I Z
E
n 1836 visit Guayaquil la corbeta francesa La Bonite,
capitaneada por los marinos Vaillant y De Vaisseau,
como parte de un largo periplo que la llev por los
cinco continentes para obtener informacin cientfca sobre la natura-
leza de los lugares y costumbres de las gentes. A bordo de la nave via-
jaban dos extraordinarios dibujantes apellidados Fisquet y Lauvergne,
a quienes les encomendaron realizar cuatro ilustraciones de la ciudad,
una de las cuales reprodujo la iglesia matriz y como es lgico tambin la
antigua Plaza de Armas.
Este grabado, efectuado por Lauvergne, nos muestra una plaza
cuyo nombre ha cambiado de Plaza de Armas a Plaza de la Matriz, solo
dos aos antes de que esta ascendiera a la categora de Catedral. Se aprecia frente a ella y como parte de los
edifcios que fanquean la plaza, una edifcacin en donde pueden verse religiosos en la galera frontal del
edifcio, lo que nos permite deducir que esta se hallaba ocupada, quizs por algn convento perteneciente
a alguna de las rdenes que para ese entonces se domiciliaban en este sector de la ciudad.
L A P L A Z A DE L A E S T R E L L A
E
s probable que entre 1840 y 1850 se
hicieran los trabajos tendientes a embe-
llecer el entorno de la novsima Catedral
de Guayaquil, incluyendo en los mismos los arreglos en
el ornato de la plaza. Desgraciadamente, la informacin
sobre el tema referida a estos aos, es casi nula, razn por
la que tenemos que recurrir a los nicos datos grfcos
existentes, los que nos remiten a fotos de fnes del sesenta
e inicios del setenta (en el siglo XIX), en las que se puede
apreciar una enorme estrella de ocho puntas cubriendo el
espacio de la antigua Plaza de Armas y construida, pre-
sumiblemente, con piedra caliza trada del cerro de San
Eduardo.
Estas fotos permitieron realizar un hermoso gra-
bado de la Catedral y la plaza, que fue publicado por la
editorial Montaner y Simn, de Barcelona, en una obra
monumental que llevaba como ttulo Amrica pinto-
resca. En el centro de la estrella, a las doce del da del
24 de julio de 1889, se develiz la maravillosa estatua
La Plaza de la Estrella
vista desde la calle
Clemente Balln, en una
foto que registra las
jardineras colocadas en el
lugar despus de 1870.
Plaza de la Matriz
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
60
ecuestre de Bolvar, luego de 17 largos aos de espera, que
no son otros que los que mediaron desde su encargo hasta su
inauguracin.
L A P L A Z A DE B OL VA R
L
a enorme expectativa despertada por el
monumento al Libertador, alimentada por
los largos aos que hubo que esperar para su
llegada, as como la extraordinaria belleza del mismo, empu-
jaron a las autoridades a rebautizar la plaza con el nombre
de Plaza de Bolvar. Ordenaron sembrar arbustos en su peri-
feria, protegidos con rejas ornamentales para embellecer su
entorno.
Por algunos aos la plaza no ostent ms adorno
que estas plantas y el monumento en s, que con su hermosa
base de mrmol de Carrara y su reja protectora dominaba el
panorama del lugar que dcadas atrs haba sido el corazn
colonial de la ciudad.
Pero no era viable que una escultura de estas caracte-
rsticas no tuviera un enclave que hiciera honor tanto a la obra como al personaje representado en ella,
por lo que Miguel S. Seminario, rico hacendado guayaquileo, encarg a Pars los diseos para convertir
la plaza en un bellsimo parque, haciendo fundir en Europa y Estados Unidos tanto las rejas que haran
de cerramiento como la glorieta que sera colocada dentro de l.
E L PA RQUE S E MI NA R I O
A
fnes de octubre de 1893 llegaron desde Hamburgo los
vapores Valeria y Cordelia trayendo a bordo la verja, la
glorieta y los faroles que se instalaron en el parque. Poco
tiempo despus vino desde Nueva York el resto de elementos decorativos que
complementaron su ornato. Se procedi a contratar al ingeniero Augusto
Millet para iniciar la construccin, la que comenz el 15 de noviembre de
1893. El Ing. Millet falleci a los dos meses de empezada la obra, por lo que
esta se paraliz un corto tiempo hasta que se lo reemplaz.
Vale destacar que el trabajo de embellecimiento del parque no
hubiera sido posible sin el donativo inicial de 20.000 sucres hecho por el
seor Seminario e incrementado sustancialmente por sus hijos a medida
que la obra iba requiriendo de ms fondos.
El Monumento al
Libertador, con base de
mrmol de Carrara y reja
protectora, en la Plaza de
Bolvar, despus Parque
Seminario.
El Parque Seminario, su
nombre se debe a don
Miguel Seminario, que
convirti la Plaza de
Bolvar en un bellsimo
parque.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
61
La Glorieta, Parque
Seminario
Vista del Parque
Seminario donde se
aprecian, en su parte
central, la estatua del
Libertador Simn
Bolvar y la Catedral,
al fondo.
Solo por la Glorieta, Seminario pag la considerable
suma de 13 mil sucres (cifra muy alta para ese entonces).
El 24 de julio de 1895, Rodrigo Arrarte, representante
de la familia Seminario, hizo la entrega formal del parque
al ilustre Cabildo porteo, que como agradecimiento a este
gesto acord ponerle el nombre de su benefactor.
Pero los trabajos no terminaron all, ya que el 8 de
marzo de 1898 se inici su adoquinamiento gracias a un nuevo
donativo que redondeara la cantidad de 100.000 sucres, faci-
litados por la familia Seminario para la culminacin de los
trabajos.
En 1922, el Municipio orden modernizar su
iluminacin.
Pocos cambios ha experimentado desde ese enton-
ces, quizs uno de los ms drsticos ha sido el mejoramiento
de sus jardines en la administracin alcaldicia del Ing. Len
Febres-Cordero y el embellecimiento de su entorno gracias al
proyecto de regeneracin urbana emprendido por el alcalde
Jaime Nebot Saadi.
Pero ni lo uno ni lo otro han afectado el alma que
desde 1693 habita este lugar, en donde con un poco de imaginacin an podemos ver y sentir el sitio en
el que estuvo el corazn del Guayaquil colonial.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
62
GUAYAQUIL VISTO POR LOS VIAJEROS
EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX
P
or medio de este trabajo intentaremos mostrar cmo fue el Guayaquil visto por los viaje-
ros que pasaron por este puerto en los tan comunes viajes de carcter cientfco que se
daban en los siglos XVIII y XIX.
Estos nos dejaron una serie de pinturas y grabados en los que se aprecia un Guayaquil totalmente
desconocido para los profanos, con descripciones tan grfcas que permiten rescatar con lujo de detalles la
imagen de la ciudad a travs de su historia.
Los siglos XVIII y XIX se caracterizaron por el despertar de la humanidad a la investigacin
cientfca, principalmente en lo que se relaciona con las observaciones de la naturaleza y de sus reinos.
Amrica se haba convertido en un inmenso centro de recopilacin de datos, casi inacabable por
las enormes reservas naturales que posea y la ciudad de Guayaquil, puerto estratgicamente situado en la
La calle de la Orilla,
Malecn visto en 1837
desde el antiguo estero
de Murillo y grafcada
por los dibujantes de la
expedicin de la fragata
francesa La Bonite.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
63
costa del Pacfco, un sitio casi obligado de paso para todo aquel que quisiera aventurarse en la exploracin
e investigacin de estas tierras.
Pero como nuestro objetivo central no es el de conocer el resultado de esas expediciones, sino
ms bien el de enterarnos de qu manera vieron nuestra ciudad los extranjeros que pasaron por ella, hemos
seleccionado algunos textos que han llegado hasta nuestros das con la seguridad de que estos, sumados
a las imgenes aqu reproducidas, nos entregarn la fgura de un Guayaquil tan poco conocido como
romntico y fascinante.
L A DE S CR I P CI N DE GUAY AQUI L
P OR E L I NG. F R A NCI S CO DE R E QUE NA ( 1 7 7 4 )
E
sta descripcin del antiguo partido de Guayaquil, tan extraordinaria como extensa, con-
tiene detalles que permiten recrear con gran fdelidad las caractersticas de la ciudad en
1774; pero en vista de que toca muchos puntos que no estn relacionados exclusivamente
con su descripcin, hemos seleccionado aquellos que s lo hacen intentando mantener un todo coherente
de tal modo que el texto preste las facilidades necesarias para su comprensin.
153. Hasta el ao 1691 estuvo la ciudad contenida entre los cerros de San Cristbal y de Santa
Ana, en donde todava reside la que al presente llaman Ciudad Vieja; pero parecindoles a sus morado-
res poca extensin para el aumento que creyeron tomara la poblacin, determinaron abandonar aquel
terreno como lo hicieron y fundaron a 817 varas hacia el sur, en un llano casi a nivel, la que se distingue
por Ciudad Nueva....
En la segunda, aunque mejoraron de planta, perdieron lo frme del piso de la primera, en el que
podan tener edifcios de mampostera: de modo que no consultaron ni la seguridad ni las conveniencias
cuando poblaron un campo lleno de terrones en el verano, atascoso y con agua en el invierno, despre-
ciando la utilidad de la antigua situacin en la cual un gran estero y los dos cerros referidos les servan
de defensa por tierra; y por el lado del ro, estaba amurallada por algunos fancos y torreones, cuyos
vestigios estn acreditando su buena construccin y lo mal aconsejados que estuvieron los
moradores para dejar aquella planta, sufciente todava, bien delineada para abrazar en
ella con bastante desahogo toda la Ciudad Nueva. El piso de esta fue, en sus princi-
pios, como son sus inmediaciones, un pantano enfermizo suspendido algo por los
escombros de la misma poblacin, pero no lo necesario para que pueda ser sana,
aunque en estos dos ltimos aos se ha remediado un poco, como se dir en
adelante.
154. El espacio que media entre las dos ciudades est cortado por
cinco esteros que introducen el agua del ro, anegndolo y hacindolo intran-
sitable; pero as est tambin poblado y construidas las casas debajo de altas
palmas y rboles que forman un bosque espeso, libre de los ardores del sol y
difcultossimo de ventilar por la frondosidad con que se enredan las ramas. En
l vive una tercera parte de los vecinos de Guayaquil....
Casa Palaftica.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
64
Este barrio es el manantial de las calenturas; nacen en l las enfermedades y las epidemias
para infectar a los que habitan en la Ciudad Nueva y este es el fruto que sacan de la vecindad de tan
pernicioso arrabal....
El objeto por el que se conservan en este fango es porque cada casa aislada del agua oculta
entre la maleza y apartada de las dems, tiene a los que la ocupan defendidos de las pesquisas de los
jueces; estn por naturaleza prohibidas para estas habitaciones las rondas y patrullas .....
As quedan impunes los delitos ms atroces por la inmunidad que facilita tan seguro
amparo.
... El destruir y demoler este barrio sera caridad, quitbase con l una sentina de porque-
ras y un burdel o lupanar de suciedades. En vista de esto, quin creer que sin embargo de haber
propuesto ahora tres aos, con toda la efcacia posible y que el intento merece, no se permitieran ms
casas, como lenitivo que dispondra los nimos para el abandono, las hayan aumentado por la cachaza
de los jueces considerablemente?.
155. Este barrio se compone por ms de 300 casas; para comunicarse de unas a otras ponen
unas caas o palos endebles sobre pequeas horquillas mal aseguradas en el lodo, por donde solo pueden
pasar aquellos que estn ejercitados en hacer estos trnsitos, o los que han estudiado para maromeros. Por
toda su longitud lo atraviesa una mala y torcida calzada con tablas al paso de los esteros, muy mal puestas
y este es el nico camino que une ambas ciudades....
Esta calzada debi haber sido mejor construida por la orilla del ro para la ms fcil comunicacin
de las dos ciudades, de este modo hubieran tenido un paseo ms alegre, despejado, hermoso y divertido....
156. Al Sur de la Ciudad Nueva y separada de ella por otro estero, hay otro barrio que llaman
del Astillero, porque en l se construyen las embarcaciones y en donde es tambin mal permitido que
continen formando casas, porque con ellas embarazan la orilla del ro propia para poner las quillas y
dedicada a este efecto.
Adems de esto, convendra perfeccionar la Ciudad Nueva y obligar a todos a edifcar donde se
les sealara, para tener con esta providencia al
cabo de algunos aos un recinto regular capaz
de amurallarse, y menos vasta que lo que est
con estos barrios la ciudad podran las justicias
fscalizar las operaciones de cada vecino.
157. Los edifcios de esta ciudad son
de madera cubiertos unos de paja y otros de
teja. Desde el ao 1767 se empez a embarrar
las paredes, despus de formar un enjaulado de
palos delgados, con tierra y paja menuda bien
mezclada, a cuya obra llaman quincha, que des-
pus de bien blanqueada imita a la mamposte-
ra y queda menos expuesta a los fuegos. Desde
el ltimo incendio casi general de 1765 se pro-
Grabado de la obra
Noticias secretas de
Amrica, publicada por
Jorge Juan y Antonio de
Ulloa.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
65
hibi por la Audiencia de Quito y por el Superior Gobierno de Santa Fe que volviesen a cubrir de paja y
a cercarlas con tablas ni caas, real provisin acertadsima mandada obedecer por S.M. bajo de crecidas
multas impuestas al Cabildo y justicias; sin embargo de esto, con el especioso pretexto de que han de
hacer otras despus, se han construido algunas que tendrn mucha duracin, si no es que ellas son causa
de que vuelva a padecer otro estrago la ciudad. Ha sido quemada once veces ms, y solo en fuerza de
su comercio ha podido volver siempre a restablecerse; adems de estas, continuamente se experimentan
pequeos incendios en que algunos vecinos pierden en la voracidad de las llamas sus casas y haciendas;
de conformidad que sera esta ciudad una de las mejores de nuestra Amrica si se le hubiera procurado
tiempo, algunas ordenanzas para sus edifcios y los auxilios que son necesarios para extinguir los fuegos
a que estn expuestos y que todava amenazan: unas bombas impulsivas repartidas por cuarteles, en cada
casa un pozo para suministrarles el agua, un hacha y una barreta por vecino para cortar y derribar; y la
maestranza que al son de campana acudiese con orden y sujecin, seran el medio ms pronto para apa-
garlo; pero nada de esto se procura... algn da llorarn este descuido (verdaderamente fue proftico).
158. Sin embargo de la poca consistencia del piso en que est trasladada la ciudad, pudieron
haber hecho la ciudad de cal y piedra, este hubiera sido el remedio ms seguro para conservar las posesio-
nes: mientras no tomen esta determinacin ha de ser pasajera la felicidad de estos moradores. El terreno
se puede asegurar muy bien con pilotaje hecho de las maderas que se hallan aqu baratas, incorruptibles y
slidas; los enriostrados y pies derechos que podran llevar por lo interior las paredes, las amarraran; y la
cal y piedra se encuentran en abundancia, de este modo ahorraban mucho en el costo de la clavazn, que
es tan cara en estos pases, y quedaban las casas ms frmes y cmodas.
159. Las calles de la nueva poblacin estn tiradas a cordel, son bastantes espaciosas, pero con el
defecto de que en el invierno, como el terreno est sin pendiente, se estancan las aguas formando en ellas,
en las plazas y solares, muchas lagunas que no se secan
hasta el verano y que son el principal agente que causa las
enfermedades....
160. Ahora hace dos aos empez a empedrarse
la ciudad, de resultas de la representacin que hice a tan
til intento. Prescribiendo el modo de lograrlo, y aunque
no se ha conseguido todava ver esta obra acabada, deben
de dar gracias de este pensamiento que les exonerar, del
mtodo que tengo propuesto, de las incomodidades que
sufren por el barrizal del piso ....
165. La Ciudad Nueva tiene tres iglesias que
son: la Parroquial, dedicada a San Diego de Alcal; la de San
Agustn y la de San Francisco, en el Hospital de San Juan
de Dios estn al presente hacindola. Estos templos son
de madera y poco decentes para no haber nunca padecido
los estragos del fuego. Tambin tuvieron los Jesuitas antes
de la expatriacin Colegio en esta ciudad. En la Ciudad
Construcciones
vernculas guayaquileas
dibujadas por Carder,
ilustrador de la
expedicin capitaneada
por Alejandro Malaspina.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
66
Vieja todava permanece el Convento de Santo Domingo, de mampostera, en donde sus
religiosos dan pasto espiritual a las pocas gentes que all residen y el cura mantiene en una
capilla bastante pobre un coadjutor para la administracin de los sacramentos.
167. En lugar de aumentar iglesias en Ciudad Vieja convendra, por las razo-
nes alegadas arriba, trasladar a la Nueva la de Santo Domingo, nico motivo porque han
permanecido all algunos vecinos, lo que sera asequible dando la que sirvi a los padres
que fueron de la Compaa a la religin de Predicadores, la cual arrastrara consigo a
aquellos moradores. Esta donacin por parte de su majestad quedaba recompensada,
adems de las utilidades que traera a la repblica, con hacer pasar a la Iglesia que deja-
ban los Dominicos el Hospital San Juan de Dios, en cuyo sitio lograran los enfermos
mayor extensin, desahogo y facilidad de convalecer, que la que tienen en la orilla del
ro en medio de la ciudad, contribuyendo la situacin que tienen a dar aumento a las
inmundicias del agua con las que se arrojan en ella del Hospital. En este caso la Iglesia,
que est por bendecirse, la de San Juan de Dios, podra servir de cuartel no solo para la
tropa existente sino tambin para cuanta ms guarnicin se aumente en adelante, y las
celdas de los frailes de pabellones para los correspondientes ofciales. Al presente ocupa
una sola compaa de 50 hombres el colegio que tenan los padres expatriados, que es
demasiado grande para ella sola, y que el poco cuidado lo encamina a su ruina; con la
posesin de l por los religiosos de Santo Domingo se podran abrir las escuelas y aulas
que estn suspensas y que se fundaron anexas a este edifcio.
170. En toda esta poblacin se concepta que haya unas 12.000 almas de
ambos sexos, segn las noticias que se han podido adquirir, pues hasta para esto ha
habido pereza, como se dijo en la refexin hecha en el nmero 22, cuya falta y la de los libros parroquia-
les dio motivo para hacer de toda la provincia aquella crisis en que qued muy corto. Por informe del
actual cura interino, consta que se entierran en estos ltimos aos casi la mitad menos de los que nacen,
de conformidad que si prosigue aumentndose esta ciudad por algunos aos como hasta aqu ser en
poco tiempo una de las ms populosas de Amrica.
Bib.- Francisco de Requena y su Descripcin de Guayaquil. Mara Luisa Laviana Cuetos. Escuela
de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1984, pgs. 84 a 123.
L A E X P E DI CI N MA L A S P I NA ( 1 7 8 9 )
L
lamada as por Alejandro Malaspina, nombre del marino siciliano que la capitane, fue
organizada como una exploracin de naturalistas italianos y espaoles que, saliendo de
Europa el 30 de junio de 1789, tocaron el puerto de Guayaquil en octubre del ao
siguiente.
Utilizaron como embarcaciones dos corbetas que, pasado el tiempo, se hicieron famosas por
el extraordinario periplo que realizaron: la Descubierta y la Atrevida. Integrada por los cientfcos
El Ing. Francisco de
Requena tal como debi
verse durante el tiempo
que estuvo trabajando en
Guayaquil.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
67
D. Antonio Pineda, Tadeo Haynke, Cayetano Valdez,
Felipe Bauza, Galiano, Gutirrez de la Concha y
Novales y el botnico Luis Nel, la expedicin fue
recibida en nuestra ciudad por su gobernador, Jos de
Aguirre Irisarri, entregndose casi de manera inme-
diata a las investigaciones que la traan por estos
lares perspectivas de varias casas y locales de Ciudad
Vieja.
Antes de internarse ro arriba por el Daule
se mantuvieron haciendo sondeos y estudios sobre la
calidad de los rboles madereros que crecan en las
reas perifricas de Guayaquil, y observando el bajo
costo de los mismos as como su extraordinaria cali-
dad decidieron construir en los astilleros una lancha
para ser utilizada en las exploraciones.
Su estada en los astilleros les permiti conocer la muy curiosa, poco tcnica, pero sumamente
prctica manera de trabajo que tenan nuestros carpinteros de ribera, consignando dicha observacin en
la memoria que se iba llevando del viaje.
Vista del Chimborazo, con parte de la Costa del este del Ro de Guayaquil (expedicin Malas-
pina 1790).
Cuatro grabados, tanto de Guayaquil como de su ro y alrededores, fueron realizados por los
artistas de la expedicin. En ellos se observa cmo era la ciudad en 1790, as como tambin cules eran
las caractersticas constructivas de sus edifcaciones a fnes del siglo XVIII.
Bib.- Los gobernadores de Guayaquil del siglo XVIII. Abel Romeo Castillo. Publicaciones del
Archivo Histrico del Guayas, 1978, pgs. 276 y 277.
DATOS DE E L V I A J E RO UNI V E R S A L ( 1 7 9 7 )
D
e esta obra hemos extrado solo una pequea parte en la que se describe la ciudad con lujo de
detalles, pudiendo de este modo formarnos una idea clara de su imagen en 1797, ao en el que
se escribi la relacin.
Aunque toda la materia de las casas es de madera, acompaa a su fbrica sobresaliente hermo-
sura y capacidad: todas tienen un alto y un entresuelo; el bajo sirve en lo interior de almacenes; y lo
exterior lo ocupan tiendas de todas especies, a las que generalmente acompaan portales muy capaces, que
son los nicos por donde se transita en tiempo de invierno, por ser entonces impracticables las calles.
El justo recelo que deben all tener de que algn descuido en las cocinas con el fuego pudiera
salirles muy costoso ha providenciado separarlas de las casas; y as, distantes de estas como doce a quince
pasos, hacen su fbrica en alto, y por medio de un pasadizo descubierto a manera de puente queda la
comunicacin de uno a otro.
Malaspina - Desde el
Cerro, 1790 (Carder).
La expedicin Malaspina
fue organizada como una
exploracin de
naturalistas italianos y
espaoles que salieron de
Europa el 30 de junio de
1789.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
68
Este, siendo tan ligero, con brevedad se corta luego de que se enciende la cocina, y queda libre
la casa de participar del dao. Las personas de distincin de la ciudad habitan las viviendas principales y
los entresuelos se alquilan a la gente, ya detenindose all o de trnsito con sus mercaderas.
El terreno sobre el que est fundada la Ciudad Nueva y todas las sabanas de su inmediacin
se hacen intransitables a pie o a caballo en tiempo de invierno; porque adems de ser de una greda muy
esponjosa, es tan llano que el agua no tiene pendiente para deslizarse; y as, apenas empieza a llover, todo
se convierte en cinagas. Por esto es necesario que desde que empiezan las aguas, hasta que terminando el
invierno vuelva a secarse el suelo, tiendan unos palos muy gruesos y anchos en las travesas de las calles, plazas
y parajes donde no hay portales, para poder andar sobre ellos. Esto tiene el peligro de que el que se resbala
y toca el suelo se hunde en aquella greda hasta quedar sobre el palo. Luego de que empieza el verano, con
facilidad se enjuaga todo el terreno y queda frme. El de la Ciudad Vieja es mucho mejor, porque se compone
de cascajo, y aunque las aguas forman lodo no se ablanda y se puede andar por l todo el tiempo.
Tiene aquella ciudad tres fuertes para defenderse de los enemigos: los dos contiguos a ella en
la misma orilla del ro y el otro a las espaldas, resguardando la entrada de un estero. Todos estos son
fabricados modernamente, porque antes solo tena una batera de piedra, que tambin se conserva y est
en la Ciudad Vieja.
La construccin de los primeros es toda de estacadas de una madera muy fuerte y que se man-
tiene incorruptible debajo del agua, no menos que en el lodo y propia para aquel paraje y fn.
Antes de que se hubiese fortifcado esta ciudad fue tomada y saqueada en dos ocasiones por
piratas que entraron en el mar del Sur en los aos 1686 y 1709; en esta ltima no lo hubieran conse-
guido segn las providencias que se haban dispuesto con el anticipado aviso, si la malicia de un mulato,
queriendo vengarse de algunos de la ciudad, no los hubiera introducido industriosamente por caminos
ocultos por donde no pudieron presumir los vecinos la invasin. As fueron sorprendidos por los invasores
y estos se hicieron dueos de toda la ciudad.
Las iglesias y conventos son igualmente de madera, a excepcin de la de Santo Domingo, que se
conserva en la Ciudad Vieja y es de piedra, porque la mayor solidez del terreno tiene resistencia para man-
tener edifcios de esta materia. Los que hay en la nueva, adems
de la iglesia parroquial, son uno de San Francisco, otro de San
Agustn, todos con corto nmero de sujetos a causa de no ser
muy grandes las rentas que gozan.
Tiene, asimismo, la fundacin de un hospital, aunque
este ha quedado solo en lo material del edifcio. Es la ciudad
de Guayaquil una de las ms pobladas segn la capacidad que
hay en las Indias, porque el comercio la tiene siempre llena de
gente forastera y esta aument mucho a la de su vecindario que
llegar, segn el cmputo hecho, a veinte mil almas de todas las
edades, sexo y calidades. Mucha parte de sus moradores distin-
guidos son europeos, casados y establecidos ya en ella; y fuera
de estas familias y otras de criollos del mismo carcter, todo lo
restante se compone de castas....
El terreno sobre el que
est fundada la Ciudad
Nueva y todas las sabanas
de su inmediacin se
hacen intransitables a pie
o a caballo en tiempo de
invierno.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
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GUAY AQUI L A I NI CI OS DE 1 8 0 0
W. B . S T E V E NS ON E N GUAY AQUI L ( 1 8 0 8 )
E
ra entrada la noche cuando nos aproximbamos a un fondeadero fuera de la ciudad, y
nunca jams habamos tenido antes tan hermosa vista frente a nosotros. La extensa hilera
de casas a orillas del ro presentaba dos flas de luces, una procedente de las tiendas y
la otra de los pisos altos en donde viven los habitantes; en contados lugares aparecan tres hileras cuyas
casas tenan un piso entre las tiendas y las habitaciones. Al fnal de esta lnea de luces, una sobre otra se
levantaban las casas de la Ciudad Vieja, y las balsas ancladas o que surcaban el ro, con sus luces a bordo,
formaban en conjunto una muy deslumbradora pero placentera perspectiva.
Esta ciudad es capital de provincia y sede del Gobernador, cuenta con una autoridad municipal
representada por dos alcaldes y otros funcionarios; la aduana est atendida por un contador, un tesorero y
ms empleados subalternos. El destacamento militar pertenece al Virreinato del Per; la jurisdiccin civil
corresponde a la Audiencia de Quito, y la administracin eclesistica, al Obispo de Cuenca.
Hay dos iglesias parroquiales, una en la Ciudad Nueva y la otra en la Vieja; ambas bajo la advo-
cacin de Santiago, patrono del lugar; tambin posee conventos de franciscanos, agustinos y dominicos.
El hospital est al cuidado de la orden de San Juan de Dios. Tanto la matriz como las dems iglesias han
sido fabricadas principalmente de madera con techos de teja. En las iglesias, durante los das festivos,
predomina una costumbre que no he observado en ninguna otra parte de las colonias.
Varios individuos suben a las torres o campanarios
llevando tambores y trompetas para acompaar al taer de
las campanas, de idntica manera como hacen los chinos
con sus gongs golpeados por martillos o piedras, produ-
ciendo un extrao aunque no del todo desagradable tipo de
msica; no obstante, resulta de veras ridculo or marchas y
canciones bailables ejecutadas en un campanario de iglesia
con el propsito de llamar a la gente a la oracin.
La mayor parte de las casas en las calles principales
cuentan con un piso alto para vivienda y el bajo destinado
a tiendas y bodegas. Los pisos altos poseen balcones largos
de 4 o 5 pies de ancho, cortinas de lona, las cuales son
utilsimas por producir una agradable sombra contra los
ardientes rayos del sol; y si sopla una ligera brisa, la captan
pasando la lona por entre las barandas y extendiendo uno
de sus extremos hacia afuera, de modo que la corriente
de aire en todo instante muy deseable penetre a los cuar-
tos de la casa. No existen en Guayaquil edifcios que espe-
cialmente llamen la atencin del viajero, ya en cuanto a
tamao, ya en cuanto a belleza; a pesar de ello, por lo ge-
Rada fuvial de
Guayaquil, una vista
norte-sur en la que se
aprecian las tpicas
construcciones coloniales,
as como las balsas
habitaciones tan propias
de la Ciudad en aquel
entonces. La ilustracin
data de 1836.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
70
neral son grandes, cmodos y de buena apariencia, en
particular los situados en el malecn, con frente al ro;
el riesgo de incendio es inmenso debido a que son
fabricados de madera. Durante los aos 1692, 1707 y
1764 la ciudad qued casi reducida a cenizas; aparte
de esos siniestros, ha padecido once incendios ms que
destruyeron muchas casas y propiedades. Sin embargo
del peligro al que se halla expuesta la ciudad, las espan-
tosas experiencias y los fciles medios de conseguir
agua en cualquier parte del poblado a fn de prevenir
accidentes generales, no se dispone de una bomba
contra incendios ni de un cuerpo de bomberos.
La hamaca es elemento indispensable del
mobiliario de la casa; a menudo he visto cinco o seis
de ellas en una habitacin; las trabajan de pita, fbra
de agave (cabuya) o de cierta clase de paja teida de
varios colores; son de tal suerte tejidas que alcanzan
considerable anchura y en ellas caben dos, tres o cuatro
personas. Las extienden a travs de los cuartos, tanto
a los costados como a los extremos, y las preferen a
cualquier otro asiento; de verdad, las hamacas ofrecen
peculiares ventajas, pues, ya en movimiento, producen una refrescante corriente de aire; y eso mismo salva
a las personas de las picaduras de los mosquitos, dado que el vaivn de la hamaca los obliga a refugiarse
en cualquier apacible rincn.
La poblacin de Guayaquil alcanza unas 20.000 almas; sus habitaciones son de todas las clases
que pueda uno encontrar en Amrica del Sur, pero sobresale el nmero de mulatos. Un fenmeno sucede
aqu y sorprende grandemente a los extranjeros: la tez de algunos nativos blancos es delicadsima; los
colores lirios y rosado asoman mezclados tan primorosamente como en la mejilla de cualquier belleza
europea; asimismo, los ojos azules y el cabello de tono claro; aunque el clima es sumamente clido y la
ciudad est rodeada de pantanos. Sus mujeres no solo son notablemente hermosas, sino adems dueas de
fnas, gentiles y esbeltas fguras, de elegante porte, saben caminar y bailan con gracejo, al mismo tiempo
son muy vivaces e ingeniosas en el conversar, y en conjunto la sociedad femenina de Guayaquil supera a
la de cualquier otro pueblo de Amrica del Sur que yo haya visitado; exento de veleidad es su carcter y
su comportamiento sin afectacin. Los hombres son ms emprendedores en sus menesteres comerciales
y los de clase baja, ms industriosos que el trmino medio de la gente de otras colonias, de verdad todo
lleva los sellos de la actividad y el esfuerzo.
Distracciones favoritas son las corridas de toros, los paseos en balsa y el baile; por este ltimo,
todas las clases sociales parecen sentir especial predileccin, y al anochecer puede orse tocar casi en cada
esquina el arpa, la guitarra y el violn; contrariamente a lo que se podra esperar de un pas situado en los
trpicos, este se inclina hacia la danza escocesa (reel), el vals y la contradanza ms que a ningn otro baile.
1. Vista norte
de la calle de la orilla
(autor annimo).
2. Iglesia de Santo
Domingo (autor
annimo).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
71
L A E X P E DI CI N DE
L A B ONI T E ( 1 8 3 7 )
F
ue una expedicin de naturalis-
tas franceses, auspiciada por la
Corona del Imperio, que parti
de Europa en 1836; su misin principal sera la
de recopilar la mayor cantidad de informacin
cientfca de todas las tierras que se visitaren
y recoger la mayor cantidad de ilustraciones
posibles, principalmente de paisajes, edifcacio-
nes destacadas, aves, mamferos, reptiles, peces,
crustceos, insectos y moluscos.
El viaje estuvo comandado por los ca-
pitanes Augusto Nicols Vaillant y De Vaisseau,
y se planifc tocar, entre otros muchos pases,
Chile, Per, Bolivia, Ecuador, Colombia, Islas
Sandwich, Filipinas, China y Singapur.
Como producto de este viaje, de 1840 a 1866 se publicaron en Pars 21 tomos (tres de un atlas
muy completo) que contenan las observaciones y experiencias de la expedicin, con gran profusin de
ilustraciones dentro de las cuales se encontraran 4 de la ciudad de Guayaquil.
Si bien es cierto la obra es extensa en su contenido, tambin lo es que su carcter eminentemente
cientfco y naturalista hizo pasar por alto la descripcin fsica o costumbrista de muchos de los lugares
que tocaron, razn por la cual aun cuando contiene estos grabados de la ciudad, no hace resea alguna
que permita completar la visin de la misma, visin que por otro lado se hace clara debido a la perfeccin
y detalle de las obras de arte mencionadas.
Las ilustraciones a las que hemos hecho alusin llevan al pie el texto siguiente:
1) Vue du port de Guayaquil.
2) Vue du port de Guayaquil.
3) Cathedrale de Guayaquil.
4) La Calle Nueva a Guayaquil.
Todas ellas, exceptuando la ltima, que realiz Fisquet, son debidas al extraordinario buril de
Lauvergne.
L A E X P E DI CI N DE GA E TA NO OS CUL AT T I ( 1 8 4 7 )
T
itulada en italiano Esplorazione delle legioni Equatoriali lurigi il Napo ed il fume delle
Amazzoni frammento di un biaggio fatto nelle due Americhe negli anni 1846-1847-1849 y
publicada en Miln en la tipografa Bermardoni en 1850, es quizs la relacin ms pobre
en comentarios sobre Guayaquil de cuantas se hicieron hasta fnes de la primera mitad del siglo XIX.
Iglesia Matriz y plaza
de Armas dibujadas por
Fisquet y grabadas por
Laubergne, artistas
responsables de ilustrar
las imgenes de la
expedicin de La Bonite,
en la primera mitad del
siglo XIX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
72
Osculatti abunda en informacin
sobre Quito, su gente y sus costumbres, se
detiene en ocasiones para citar a Guayaquil
nicamente cuando el caso lo amerita, como por
ejemplo al decir que solo se consume pescado
salado venido desde Guayaquil, luego de haber
explicado que en Quito no se encuentra pescado
endmico de la regin pues este no sobrevive en
las heladas aguas que bajan del Pichincha.
En todo caso leg a la interesante
coleccin de grabados de Guayaquil del siglo
XIX uno muy singular en el que puede apre-
ciarse la ciudad de norte a sur a lo largo del
malecn, vista desde el Santa Ana y teniendo en
primer plano la iglesia mas conocida como de
Santo Domingo.
Bib.- El Ecuador visto por los extranje-
ros (viajeros de los siglos XVIII y XIX). Biblioteca
Ecuatoriana Mnima, Quito-Ecuador, 1960, pgs. 299-310.
CHA R L E S WI E NE R Y S U R E L ACI N DE GUAY AQUI L
L
a larga relacin que Wiener hace de su estada en Guayaquil y la clarsima descripcin
realizada en algunos de sus captulos cubren aspectos muy variados sobre la ciudad, su
gente y sus costumbres, pero este estudio intenta concretarse en aspectos muy puntuales,
especfcamente aquellos que nos permitan tener una visin clara y precisa de cmo era la ciudad al
momento en que el viajero o explorador o cientfco citado pasara por ella.
Veamos, pues, el material que hemos seleccionado de la narracin hecha por este viajero:
En los pantanos formados por fltraciones y que constituyen el suelo del que surge el puerto de
Guayaquil, no son posibles las construcciones de piedra o de ladrillo, pues su peso hara que se hundiesen en
el terreno. As es que se vive literalmente sobre balsas sostenidas por estacas que sirven de pilares a las casas.
Los terremotos que suelen ser bastante prolongados imprimen a estos edifcios oscilaciones que
derribaran a los de piedra, por slidos que fueran; en cambio no producen ningn efecto destructor en
esas construcciones que oscilan, crujen y continan inclumes como un barco en un mar agitado.
Esas trepidaciones, esas vibraciones causan un efecto de lo ms raro en las calles y en las aceras
de madera, y el recin llegado no acierta a explicarse la sensacin que experimenta. Los armazones son de
madera, por lo comn preciosa y sumamente resistente. Hay monumentos que cuentan ms de un siglo
de fecha y estn hoy tan frmes como el primer da. Es de tradicin hacer verdaderos palacios imitados a
los de piedra, siendo el episcopal uno de los ms notables.
Vista norte-sur del
malecn de la Ciudad
y la Iglesia de la
Concepcin cuando
estaba a cargo de los
Dominicanos. Este
grabado fue realizado por
el dibujante de la
expedicin italiana
Gaetano Osculatti.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
73
Alrededor de todas las manzanas de casas hay prticos por los cuales puede circular el transente
sin sufrir los rayos del sol o la violencia de la lluvia. Despus de plantar unas cuantas estacas, llamadas
en el pas estantes, con el objeto de sostener el techo, se empieza el trabajo por arriba. Se hace el tejado
antes de construir la casa propiamente dicha y sirve a los operarios de quitasol o de paraguas segn sea
la estacin, bajo cuyo abrigo se fabrican las paredes de tabla o de bamb. Las casas no tienen ventanas y
s tan solo puertas que dan a las azoteas o galeras que corren a lo largo de las fachadas. A fuerza de pas
clido, no se usan cristales, las aberturas se cierran con persianas.
Las calles son rectas; el muelle y la calle del comercio, prxima a este, constituyen con las calles
tercera y cuarta, todas las cuales son paralelas y en direccin de norte a sur, el conjunto de la ciudad.
Cada una de estas arterias presenta su carcter particular. En el muelle estn las tiendas donde se vende al
por menor; en realidad, toda la acera consiste en una gran serie de compartimientos que forman el gran
bazar de Guayaquil. En dichas tiendas, que casi no tienen escaparates, se ve la mezcla ms heterognea
de toda clase de mercanca, desde las ordinarias hasta las ms fnas, desde el percal para la india hasta la
tornasolada seda para la dama de elevada posicin, desde la sortija de cobre con un pedazo de cristal, a
guisa de diamante, hasta la alhaja ms preciosa, y desde la conserva alimenticia hasta el cliz y la estola.
As es que los compradores de ambos pertenecen a todas las clases sociales. Junto a la india
descalza se ve a la dama vestida a la ltima moda de Pars con los colores originales que requiere el clima;
las mujeres llevan siempre la cabellera suelta y cuando ms se ponen una mantilla de encaje, excepto si
van a la iglesia.
Fuera del bazar acude al mercado una multitud de revendedores indios y mulatos que, acurru-
cados en la calle, trafcan con las gentes del interior.
Al acercarse al muelle no se oyen ms que sonidos de cadenas, rechinamientos de cabrias y gritos
de marineros y mozos. Los vagoncillos de la aduana, cargados de mercancas y empujados por vigorosos
negros, corren por los rieles. Es un espectculo ani-
mado y alegre.
En la punta del muelle est la lonja del
cacao, donde se cotizan los precios del producto que
constituye la riqueza de la ciudad. No es el capricho
de los plantadores ni el clculo de los especuladores
los que hacen subir o bajar dicho artculo, sino en
realidad la lluvia y el buen tiempo.
Los productos de las plantaciones, que son
en su mayor parte seculares, presentan tal desigual-
dad que no es posible preverla. Hay haciendas de
cacao que teniendo un ao una cosecha abundant-
sima no producen casi nada al ao siguiente.
Sin embargo, puede decirse que Guayaquil
exporta actualmente por trmino medio unos veinte
millones de kilogramos de cacao, de cuya conside-
rable cantidad se toma nota en la pequea lonja, la
Muelle de Guayaquil y
Casa Consistorial, segn
el grabado realizado por
D. Lancelot basado en
una fotografa de la poca
tomada por miembros de
la expedicin de Charles
Wiener.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
74
cual quizs no tenga ocho metros de largo por seis
de ancho, constituyendo todo su mueblaje una mesa
vetusta y seis sillas.
Casi todos los grandes exportadores estn
establecidos en la calle del comercio. Mientras en la
planta baja se trafca para ganar el vil metal, en el
primer piso vive la familia. Las habitaciones estn
amuebladas con decencia y aseo. A causa de los fuer-
tes calores, las mujeres usan vestidos blancos, largas
batas de gasa o muselina, cayendo sobre sus espaldas
las magnfcas trenzas de sus negros cabellos. Llaman,
desde luego, la atencin por la nobleza y sencillez de
su porte y por su perfecta serenidad mezclada con un
s es, no es de malicia que no desagrada.
Es difcil trazar caracteres generales cuando
de mujeres se habla, se parecen tan poco unas a otras.
Se parecen tan poco a s mismas de un da a otro!
Sin embargo, he tenido ocasin de observar que en cuanto a sentimientos, ideas y otros concep-
tos, eran las de Guayaquil muy superiores. Leen, se entusiasman por una idea; su gracia y donaire van
unidos a su alegra natural; hay entre ellas muchos tipos lindos y algunas verdaderamente hermosas. Las
damas guayaquileas forman una raza aparte en Amrica del Sur. Cuando depositan su amor en un joven,
esperan que el elegido de su corazn adquiera una posicin, importndoles poco que tarden cinco, seis o
diez aos.
No se manifestan deseosas de salir del crculo original que las rodea y creo, efectivamente, que
perderan dndose a conocer fuera de l. Suelen recibir las visitas sin dejar la hamaca en que se mecen con
mucha gracia; es un medio de tener menos calor, de precaverse de los mosquitos y de ensear la punta
de su brevsimo pie. Durante la conversacin, la mujer sirve de abanico a su interlocutor. Empieza el da
yendo a la misa de alba, lo cual es para ella, que casi nunca sale de casa, la satisfaccin de una necesidad
del alma, a la vez que un ejercicio higinico.
En la iglesia de jesuitas se rene todo Guayaquil durante los ejercicios religiosos. Aquellas pin-
turas alegres, los dorados y adornos, las mujeres cubiertas con su negro manto y sentadas en el suelo,
el silencio sepulcral que all reina interrumpido de vez en cuando por la voz del sacerdote, todo en fn
produce un efecto extrao. Al extranjero le parece tanto ms rara la reposada actitud de los feles en la
iglesia, cuanto que el estilo de la mayor parte de los monumentos religiosos de Guayaquil no convida en
modo alguno el recogimiento. Son grandes edifcios de madera pintada; sus arquitectos han pretendido
copiar las iglesias espaolas del siglo XVI y solo han conseguido imitar las formas pesadas de aquella
poca, aadindoles los tonos chillones de una pintura indiscreta.
El convento de los franciscanos, poco interesante en cuanto a su arquitectura, est situado en una
plaza muy hermosa. La magnfca estatua del Presidente Rocafuerte, obra del escultor Millet, descuella en
un forido jardinillo en el centro de la plaza de San Francisco y enfrente de la puerta del templo. El clebre
Fachada de la Catedral
de Guayaquil.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
75
legislador ecuatoriano, representado en actitud meditabunda y envuelto en un manto, ha inspirado a un
buen negro de Guayaquil esta sola observacin: Ese seor tan alto debe tener mucho calor.
Cuando se penetra en los santuarios de este puerto, llama desde luego la atencin el modo como
reciben la luz. Sus pesadas columnas sostienen una techumbre al parecer muy ligera, cuyos caballetes
estn por lo general descubiertos. El techo, que casi siempre es aplanado, descansa sobre los capiteles.
Algunas aberturas practicadas debajo del techo o las claraboyas construidas en l dan paso a una claridad
que ilumina las naves sin que nada la modere. Los vivos colores del altar, los santos vestidos de seda y de
brocado, el jaspeado de las columnas y paredes no presentan esas medias tintas que tanto realce dan a los
objetos de arte de mediano valor.
.La salida de la iglesia es pintoresca. Las seoras echan atrs los mantos con que se cubren la
cabeza y ostentan sus lindos rostros; pasan entre dos flas de dandis, que parecen comrselas con los ojos,
y van repartiendo limosnas a los mendigos de todo sexo y edad que se agolpan en el prtico. Digamos
de paso que Guayaquil es una verdadera cote de los milagros, sobre todo los sbados y las vsperas de
los das de festa. Los ciegos, los paralticos y todos los impedidos rodean las casas; cada familia tiene su
clientela y las mujeres cumplen con conmovedora gracia el deber de dar de comer al hambriento. A las
seis de la tarde, aquellos seres miserables vuelven a sus albergues con las alforjas repletas, murmurando
oraciones que, en su concepto, son la remuneracin que el mendigo favorecido por el protector debe
por la limosna recibida.
Bib.- Guayaquil a travs de los siglos. Elicer Enrquez. Talleres Grfcos Nacionales, Quito, 1946,
pgs. 71-74.
GUAY AQUI L V I S TO P OR E R NE S T CHA RT N
E
l viaje de Chartn a Guaya-
quil se realiz de una manera
tan peculiar que la imagen
de la ciudad ante sus ojos debi presentarse,
al momento de verla, como la de un paraso
lleno de inenarrables maravillas; y si a esto
sumamos el trato afectuoso y hospitalario que
recibiera desde los primeros momentos de su
arribo, tendremos lo que fue un comn deno-
minador en su larga estada en este puerto:
una enorme simpata por la ciudad y sus habi-
tantes.
Pero para entender esto es necesario
remontarnos en el tiempo y conocer las mil
penurias que este pintor extraordinario haba
venido experimentando en el largo y terrible
Antiguo leo realizado
por el artista francs
Ernest Chartn por el
ao de 1850, en el que
presenta un hermoso
aspecto de la orilla del
ro Guayas, visto de sur a
norte, aproximadamente
a la altura de la actual
calle Junn.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
76
viaje que lo traera hasta nuestras costas, los horrores
del hambre, la sed y las enfermedades que haban
soportado l y algunos compaeros de infortunio con
quienes se haba embarcado en la aventura de ir hasta
California y quienes haban sido, como l, objeto de
un asalto en el que perdieran la goleta que los condu-
ca, dejndolos abandonados a su suerte en el Archi-
pilago de las Galpagos.
Penalidades sin nombre, unidas a fallidos
intentos de escapar de la isla fueron minando su salud
y su nimo hasta hundirlo en un estado de desespera-
cin con el que luchaba da a da para poder sobrevivir.
Hasta que la divina Providencia, compadecindose del
sufrimiento del desdichado artista y de sus compae-
ros de infortunio, realiz el milagro de su rescate por
medio de una goleta que llevaba prisioneros al Archi-
pilago.
Muchsimo tiempo haba pasado Chartn
bajo condiciones infrahumanas de vida, por lo que ya
se imaginar el lector la impresin que se llevara al avistar el puerto de Guayaquil.
Para este hombre, cuyo espritu de artista le dotaba de una sensibilidad fuera de lo normal y a
quien las ltimas experiencias vividas le haban hecho suponer que jams volvera a ver la civilizacin, la
imagen de nuestra ciudad debi presentrsele casi como la de un trozo del cielo en la tierra.
Corra el ao 1849 y Chartn haba pasado, como ya dijimos, mil penalidades, las que dejara
escritas en una obra a la que titul Robo de un barco en el ocano Pacfco, en 1848.
Ernest Chartn fue muy apreciado en Guayaquil, aqu no solo dibuj y pint algunos rincones
de la urbe, sino que adems hizo, segn l mismo lo dice, algunos retratos para vecinos de la poblacin,
gracias a la ayuda prestada por el seor Girardot, Cnsul de Francia en Guayaquil, y especialmente la que
le diera el seor Juan Antonio Gutirrez y Sicouret, quien contribuy con sus contactos as como con sus
propios medios para que pudiera ejercer su ofcio en la ciudad.
La simpata que lleg a albergar por esta lo llev a escribir lo siguiente:
Yo consideraba a Guayaquil como una segunda Patria, y, tal vez, habra cedido a la tentacin de
establecerme all si mis afecciones y mis deberes no me hubiesen llamado a Francia.
La descripcin que hace Chartn de Guayaquil est encasillada dentro del grupo de viajeros que
dejaron por toda explicacin un conjunto de dibujos o grabados con tan alto grado de perfeccin en su
ejecucin que bien hacen honor a aquel adagio chino que reza: Un dibujo vale ms que mil palabras.
Como consecuencia y basados en lo expuesto anteriormente, los dibujos y pinturas que existen
de Guayaquil, trabajados por este artista, fueron hechos entre 1849 y 1850.
Bib.- Viajeros franceses al Ecuador en el siglo XIX. Daro Lara. Editorial de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana. Vol. 1. 1972, Quito-Ecuador, pgs. 103-149.
Vista desde el cerro Santa
Ana en 1846, obra del
pintor francs E.
Chartn, mostrando la
imagen de Guayaquil de
mediados del siglo XIX.
Se destaca en primer
plano la Iglesia de la
Concepcin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
77
A LCI DE S D ORBI GNY Y S U
PA S O P OR GUAYAQUI L
C
orta pero interesante es la
resea de DOrbigny, que
aporta con algunas referen-
cias complementarias que adems son, en
parte, la descripcin de tres grabados conte-
nidos en la obra en la que se narran sus viajes.
Iniciando con una breve resea de la entrada
a la ciudad, de norte a sur cursando las aguas
del Babahoyo, nuestro viajero nos comenta
lo siguiente:
Nuestra navegacin hasta Guaya-
quil fue pronta y feliz. Despus de dos altos
sucesivos en Bodegas y en San Borondn
llegamos a Guayaquil el 12 de octubre. En
tiempo de la inundacin se sumerge todo el
pas. Nuestro paso se hallaba cubierto de bos-
ques verdes y foridos, donde volaban bandadas de hermosas garzotas. Muchas habitaciones veamos
esparcidas ac y acull en las mrgenes de Guayaquil, en tanto que se cruzaban una infnidad de balsas
cargadas de mercancas en todo el curso del ro.
El valle de Guayaquil, ceido de montaas cubiertas de bosques, presenta una serie de sitios
deliciosos. Al norte tiene un semicrculo de colinas con su tangente hacia la cima llamada La Polvorosa,
mientras que ambos arcos van a ocultarse y a morir en el arenal; en todo el valle tiene el ro una anchura
el doble que la del Tmesis cerca de Londres de la cima de La Polvorosa, donde haba en otro tiempo un
arsenal que est abandonado hoy en da, se extiende la vista sobre la ciudad y la campia que la rodea. Es
el observatorio mejor situado para abrazar todo el conjunto del pas, pero para coger el aspecto general
de la ciudad es menester colocarse en el interior al lado del arsenal, donde toda esa fsonoma martima
y mercantil se presenta bajo su verdadero color. Si se buscan despus detalles curiosos y originales se
recorrern uno por uno barrios, calles y edifcios, el puerto con sus naves ancladas, sus balsas de caas, los
jornaleros que llenan el muelle, las mercancas tan mviles como los hombres, las iglesias con su arquitec-
tura tan pobre como caprichosa y sus magnfcos adornos interiores, los palacios de las autoridades y las
habitaciones particulares.
Las calles de Guayaquil son anchas pero mal empedradas y cubiertas de hierba en muchos
puntos. Las casas son de madera y en los barrios principales tienen balcones sostenidos por arcos que
forman unos prticos a cada lado de la calle bajo los cuales se pasean los transentes. Son aquellos balco-
nes verdaderas galeras exteriores por correr en todo el rededor de las casas. Todos tienen sus cortinas que
agita la brisa del mar, de manera que son para las habitaciones un medio de ventilacin y un resguardo
contra los rayos del sol. El exterior de aquellas casas es de una apariencia bastante mezquina. Las lluvias
Imagen norte-sur del
Malecn realizada en
1836 por el dibujante
de la expedicin liderada
por Alcides DOrbigny,
en la que se aprecia a la
poblacin desde el lugar
que ocupa actualmente el
cruce de las calles P. Ycaza
y Malecn.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
78
borran las pinturas exteriores, dejando manchadas todas las paredes. El barrio ms pobre es el de La
Polvorosa: las casas son de caas cortadas por el medio, sin yeso ni argamasa que las cubra, con techos
de hojas de banano silvestre, circunstancia que las asemeja ms a jaulas de pjaros que habitaciones
humanas. Los tabiques de todas las construcciones de Guayaquil son de tierra sostenida por caas, modo
de edifcar que fue a la ciudad sumamente ventajoso, cuando el Almirante Guisa fue a bombardearla,
pues sus balas, cuyos vestigios se ven en todas partes, abran un simple agujero en las tapias en vez de
destruirlas en su mayor parte si hubiesen sido de piedras.
En Guayaquil, como en todas las poblaciones de Colombia, se ven las costumbres espaolas
con aquellas modifcaciones que imponen el clima, el hbito y las exigencias locales. En Guayaquil son
espaoles de distinto modo que en Quito y Bogot. La fojedad que dan a los ardores equinocciales y
aquella dejadez que en vano se busca en las mesetas de las cordilleras vuelven a aparecer en la ciudad litoral
que abrasa el sol.
All se mecen todo el da en mviles lechos; las mujeres reciben sus visitas en hamacas y en vez
de sillas ofrecen hamacas a los visitadores. La estacin de las lluvias es clida y malsana, deja apenas al
cuerpo la facultad de la locomocin y cuando sobreviene el tiempo de la sequedad, una atmsfera pesada
y sofocante obstruye toda actividad al pensamiento y toda energa a los miembros. Dcese con todo que
el termmetro no sube ms all de veintisiete grados.
Como pueblo martimo, comercial y poblado de 22.000 almas, tiene Guayaquil afamados de
donde salen una infnidad de naves que cruzan los mares americanos. Se la cita como el arsenal martimo
de Colombia; tiene una escuela de navegacin y un colegio bastante concurrido, y las embarcaciones
europeas abundan en la rada. En la misma entrada del puerto se eleva un peasco que por su forma
particular se llama Amortajado (esta es la Isla del Muerto), pues mirado desde lejos parece un cuerpo
tendido con los brazos en el pecho. En el golfo de Guayaquil y casi en la misma embocadura est la isla
Pun, animada por mil castas de bellos pjaros y cubierta por varios bosquecillos, isla que forma con la
costa una especie de ensenada donde estn parados los barcos antes de remontar el ro.
Haba comprendido a Guayaquil en mi itinerario,
a fn de embarcarme para un puerto peruano; pero la suerte
me burl y refexionando de nuevo prefer empezar mis
exploraciones brasileas antes de visitar el antiguo pas de
los incas. Y haba tenido ocasin de apercibir desde Quito
que muchas huellas de esta antigua historia local y muchas
tradiciones ascendan a los primeros das de la Conquista;
pero Guayaquil deba darme una idea ms cabal. Era Guaya-
quil la antigua Tmbez, la Tumpis de Garcilaso de la Vega,
residencia del cacique Huayna Cpac, cuando Pizarro lleg
a aquellas tierras por primera vez en 1526.
Bib.- Guayaquil a travs de los siglos. Elicer Enr-
quez B. Talleres Grfcos Nacionales, Quito, 1946, pgs.
67-68.
Iglesia de Santo Domingo
como fuera vista por los
dibujantes que
acompaaban a Alcides
DOrbigny en 1834.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
79
E L COMA NDA NT E E UGE NE S OUV I L L E Y S U V I S I N
DE GUAY AQUI L A ME DI A DOS DE L S I GLO X I X
E
I 6 de junio de 1850 arrib a Guayaquil el comandante Eugene Souville como parte de
los numerosos viajes que hiciera por las costas del Pacfco.
Siendo en ese entonces alfrez de Fragata, obtuvo de su jefe permiso para viajar
hacia el norte y conocer Quito. Llev un registro de sus observaciones que con el paso del tiempo se
convirti en un libro al que titul Mis recuerdos martimos.
Esta obra, muy interesante por cierto por la fdelidad y detalle de lo que en ella se narra, tiene
sobre Guayaquil la siguiente resea:
Guayaquil, como todas las ciudades de Amrica construidas por decreto y al mismo tiempo, es
regular y trazada a cordel. Las casas son de madera y de tapia; de acuerdo con el clima, no se economiza
en ella ni espacios vacos ni ventanas; por doquier se ofrece la esperanza de una corriente de aire: estn
suspendidas hamacas de paja. Las calles son bastante aseadas y en varias se han cavado acequias o esteros
que conducen a la ra las aguas de los pantanos. Guayaquil es clebre por su insalubridad y, desde luego, se
encuentra en perfectas condiciones para producir la infeccin. Todos los aos, durante el invierno, lluvias
torrenciales hacen desbordar la ra e inundar la llanura. Al retirarse las aguas dejan enormes charcas que
no han sido disecadas an cuando el nuevo desbordamiento las recubre otra vez.
Tal como vemos, esta descripcin no hace otra cosa que repetir algo que casi todos los viajeros
anotaban en sus diarios al pasar por esta ciudad; pero, aun cuando sea una repeticin en cuanto a lo que
informacin sobre las caractersticas de la ciudad se refere, es importante tomar nota de ella por cuanto
con esta se defnen algunos puntos y pueden ser eliminados otros.
Grabado de fnales del
siglo XIX que presenta a
Ciudad Nueva vista desde
el ro, llamado entonces
de Guayaquil.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
80
A
ntes del siglo XVIII no se conoce ningn intento de levantar un plano o croquis de
Ciudad Vieja y menos an de confeccionar un plano topogrfcamente elaborado. No es
sino hasta 1740 que el sacerdote jesuita Jacinto Morn de Butrn encarga al dibujante
Paulus Minaret la confeccin de un croquis de la ciudad para incluirlo dentro de su obra Compendio
histrico de la provincia, partidos, ciudades y astilleros del puerto de Guayaquil.
Esta obra, segn el padre Cicala, jesuita que estuvo en Guayaquil antes de la expulsin de los
miembros de la Compaa de Jess en 1769, fue plagiada por Dionisio de Alcedo y Herrera, presidente
CARTOGRAFA COLONIAL
GUAYAQUILEA
Plano de Alcedo
(Paulus Minguet),
levantado en 1740.
Para este entonces la
poblacin de Guayaquil
se estimaba en algo de
ms de 20.000
habitantes.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
81
que fue de la Real Audiencia de Quito, quien valindose de su amistad con los cl-
rigos del puerto y particularmente con el autor de la obra mencionada, se hizo de
esta y ofreci publicarla en Madrid, pero posteriormente rob todos los crditos.
Por esto Cicala en su Descripcin histrico-topogrfca de la Provincia de
Quito de la Compaa de Jess nos dice lo siguiente:
Haba podido leer la historia de la ciudad y el territorio de Guayaquil
escrita por el erudito y doctor padre Jacinto Morn de Butrn, nacido en esa ciudad,
fraudulentamente usurpada, impresa y publicada como obra propia y parte de su
mente, pero muy adulterada y en varias cosas apartada de la verdad, en 1741, por el
seor don Dionisio de Alcedo, por entonces presidente en la ciudad de Quito....
Sin embargo de lo dicho y aun cuando este primer plano pudo conocerse
con el nombre de Paulus Minguet, por hacer referencia a su dibujante, se lo conoce
con el nombre de su plagiador, es decir, de Alcedo.
Observando esta carta o croquis de la ciudad se puede defnir el emplazamiento de algo ms
de 70 sitios, tanto urbansticos como geogrfcos, que eran vitales para la ciudad y su entorno; en l
tambin se aprecia una primera lnea de amanzanamientos (hacia el lado norte) que no se contemplaron
al momento de realizar la ordenanza que dio origen a Ciudad Nueva, habindose creado gracias a la
desobediencia de la orden franciscana al no querer ocupar el espacio que se le haba destinado y ubicarse
en un sitio fuera de los linderos defnidos (el emplazamiento al que hacemos mencin es exactamente el
mismo que ocupa la iglesia de San Francisco actualmente y que en el plano de Alcedo est marcado con
el nmero 51).
E L P L A NO DE A LCE DO: A N L I S I S
C
on un trazado ya arcaico para la poca en que se levant, es ms un croquis que un plano
con caractersticas de tal.
Su aporte radica en que con l por primera vez se aprecian los emplazamientos
de las principales construcciones en Ciudad Nueva, a ms de otros muchos elementos tales como:
a) La clsica estructura de Damero con que se traz Ciudad Nueva (propia de las nuevas ciu-
dades espaolas en ultramar), tirada a cordel y con 35 amanzanamientos que se iniciaban en un gran
paralelogramo con siete manzanas de frente por cinco de costado, cuya lnea de fbrica de arranque (E-O)
sera la actual calle Pichincha yendo desde la avenida 9 de Octubre hasta Coln.
b) El puente de las 800 varas que, aun mal trazado, pues no era recto, puede verse en toda su
extensin.
c) El emplazamiento de fosos y valuarles que comenzaron a construirse luego del traslado de
Ciudad Vieja a Ciudad Nueva en 1692. Es de destacar, por ejemplo, segn este croquis, que a la altura
del estero de Villamar (actual calle Loja) y hacia la orilla norte se haba iniciado la construccin de una
gran muralla que protegiera a la ciudad de las invasiones piratas.
La Ciudad Nueva tuvo
su origen gracias a la
desobediencia de la orden
franciscana al no querer
ocupar el espacio que se
le haba destinado y
ubicarse en un sitio fuera
de los linderos defnidos,
el mismo que ocupa la
iglesia de San Francisco
actualmente.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
82
E L P L A NO DE R E QUE NA
E
l segundo plano que se levant de Guayaquil fue responsabilidad del ingeniero Francisco
de Requena, gegrafo espaol nacido en la ciudad de Oran, al norte de frica, el 26 de
enero de 1743, quien lleg a servir en la milicia del reino como Teniente de Ingenieros.
Requena lleg a Guayaquil en 1769 para realizar algunos proyectos de defensa para la ciudad,
razn por la cual tuvo que levantar un plano de la misma, a ms de efectuar innumerables investigaciones
vinculadas con su regin de enclave.
En 1774, basado en sus estudios y en los desarrollados por los acadmicos franceses, escribi una
descripcin histrico- geogrfca de la provincia de Guayaquil, en la que incluy abundante informacin
sobre la ciudad y su regin. Un ao despus termin de levantar una serie de fortifcaciones a lo largo de la
calle de la orilla y se radic en la ciudad hasta 1779, cuando parti de la Audiencia con destino a Mainas,
lugar que se le asign para que ejerciera el cargo de gobernador interino.
El plano de Requena es, sin lugar a dudas, el nico hecho en el siglo XVIII que permite estable-
cer con precisin medidas, proporciones y distancias.
En 1786 solicit su pase a la gobernacin de Guayaquil o en su defecto su regreso a Espaa.
En su vida tuvo una intensa actividad como cientfco y militar, fue nombrado consejero de
estado en la Corte de Cdiz y Decano del Consejo y Cmara de Indias en 1812 a la avanzadsima edad
(para ese entonces) de 81 aos. Muri en Chacras en 1815.
Primer plano
perfectamente elaborado
de la ciudad de
Guayaquil, levantado por
el Ing. Francisco
Requena, 1770.
La poblacin era de algo
ms de 5.000 habitantes,
pues se vio seriamente
diezmada luego del fuego
grande de 1764 en el
que ms del 90% de
los habitantes qued
reducido a cenizas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
83
E L P L A NO DE R E QUE NA : A N L I S I S
S
in duda alguna es el nico documento grfco que nos permite establecer dimensiones,
ubicaciones y distancias con precisin casi total, nos entrega adems el emplazamiento y
dimensiones en planta de cuanta construccin se haba levantado en Ciudad Nueva en sus
casi 90 primeros aos de vida.
Otros datos no menos importantes llaman la atencin, tales como:
a) Las manchas en el plano que ilustran las zonas bajas y anegadizas que se mantenan con agua
casi todo el ao.
b) Las verdaderas formas y dimensiones en planta que tenan edifcios tales como el colegio de
los jesuitas, el hospital, la iglesia matriz, entre muchas otras edifcaciones de importancia.
c) La verdadera forma y emplazamiento del famoso puente de las 800 varas que estuvo ubicado
sobre la actual calle Panam.
Digno de mencionar es el levantamiento planimtrico de las iglesias, puesto que sus datos
geomtricos nos permiten junto a la informacin del padre Cicala y al plano de Garca de Len hacer un
relevamiento bastante fel de cmo debieron verse estas construcciones en el siglo XVIII.
P L A NO DE R A MN GA RC A DE L E N Y P I Z A R RO
C
onocido as por el nombre de su propietario, el plano de Ramn Garca de Len y Pizarro
fue levantado en 1772 por un autor annimo, pero es conocido por ese nombre porque el
documento en el que se encuentra trazado tiene su frma en la esquina inferior derecha.
Plano de la ciudad de
Guayaquil levantado por
Garca de Len y Pizarro
en 1772.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
84
Ramn Garca ocup la gobernacin de esta provincia como resultado de un decreto dictado por
Carlos III el 9 de marzo de 1779, en el que se le encomend preparar a la ciudad para cualquier tipo de
eventualidad que surgiera con Inglaterra, potencia que estaba en guerra con Espaa para ese entonces.
Fue ascendido a coronel el 17 de septiembre de 1783 y a caballero de la orden de Calatrava el
24 de febrero de 1788, un ao antes de que por su iniciativa llegara a la ciudad la primera bomba contra
incendio.
E L P L A NO DE R A MN GA RC A DE L E N Y P I Z A R RO: A N L I S I S
D
istinto a los dos anteriores, aun cuando muy inexacto aporta con datos de tridimensio-
nalidad, pues en l se han intentado dibujar los elementos bsicos que conformaban las
construcciones guayaquileas de fnes del siglo XVIII.
Dentro de lo ms digno de destacar tenemos:
a) La forma y diseo del colegio de la Compaa de Jess.
b) Las casas del Cabildo.
c) Las iglesias.
d) El hospital.
e) El mercado de abastos.
E L CROQUI S A NNI MO: A N L I S I S
C
onocido con este nombre por no saberse quin lo realiz, este plano fue levantado el 12
de octubre de 1787 y solo contempla Ciudad Vieja, el barrio, los esteros y las primeras
manzanas que se hicieron fuera de los linderos originales de Ciudad Nueva.
El croquis Annimo.
Se lo conoce as porque
se desconoce el nombre
de quien lo realiz,
levantado en octubre de
1787.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
85
El documento tiene un texto que consigna, a decir del mismo, la longitud del terreno de la
nueva parroquia de Ciudad Vieja con el ttulo de la Pursima Concepcin y en el que manifesta el espa-
cio que hay desde el principio de la jurisdiccin parroquial hasta el segundo puente que va a Ciudad
Vieja....
Este interesantsimo croquis defne las reas anegadizas del barrio del bajo o barrio de los esteros,
lo que es de gran utilidad para conocer cmo evolucion la ciudad en este sector.
El documento consigna tambin la cantidad de casas de quincha construidas en el sitio y la
poblacin existente en este sector para aquella poca.
El croquis annimo es el nico plano colonial guayaquileo, cuyo original se encuentra en la
ciudad.
Ciudad Vieja vista por
Carder, uno de los
ilustradores que lleg en
1790.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
86
G
uayaquil, como toda ciudad de la Amrica espaola, conserva una serie de leyendas que
permiten evocar los tiempos en que ramos parte de la madre patria.
Cronistas e historiadores se han entregado a la tarea de recogerlas y, como en
los casos de Pino Roca y Chvez Franco, publicarlas en maravillosos compendios que son tesoro patrimo-
nial de nuestra tierra. Sin embargo, por una curiosa omisin, dos antiguas leyendas no se hallan consig-
nadas en esos compendios, no as en aejos libros de historia de aquellos que recogan su informacin
directamente del antiguo archivo municipal.
Las leyendas de las que hacemos mencin fueron encontradas en l y nos hemos permitido lla-
marlas El nio de la mano milagrosa, la primera, y Las palomas del Fray Simpln, la segunda.
E L NI O DE L A MA NO MI L AGROS A
E
l protagonista de esta historia es un personaje real y fue uno de los ms importantes colo
l protagonista de esta historia es un personaje real y fue uno de los ms importantes colo-
nos que tuvo Guayaquil en las ltimas dcadas del siglo XVI.
LEYENDAS DE GUAYAQUIL COLONIAL
El Guayaquil de las
leyendas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
87
Nacido en Espaa, de familia acomodada y con segu-
ridad entroncada con algunos de los ms importantes gestores
de la conquista americana, Toribio de Castro Grijuela, como
se llamaba nuestro personaje, fue el responsable de la creacin
del famoso astillero real de Guayaquil, as como de explotar
las antiguas y gigantescas Salinas que posea la isla Pun.
Castro Grijuela tuvo la oportunidad de probar su
valor y mritos cuando en 1579 se enfrent a Cavendish y sus
piratas y logr derrotarlos y hacer que huyeran hacia el mar.
Tronco de una de las familias ms ricas que habit
en el Puerto hasta mediados del siglo XVII, la vida de Tori-
bio de Castro y Grijuela se encuentra en la lnea divisoria que
separa la historia de la leyenda, es as como vemos que de
la poca informacin existente sobre l, ninguna coincide en
hechos, fechas y lugares.
Lawrence Clayton en su obra Los Astilleros de Gua-
yaquil Colonial nos hace saber que Toribio de Castro haba
nacido en Espaa y llegado a Guayaquil en 1570, probable-
mente en calidad de marinero. Dice que fue un hombre bri-
llante como empresario y que contrajo nupcias con una dama
de abolengo, lo que le permiti consolidar su posicin econ-
mica y social.
Mientras que en la obra Compendio histrico de Gua-
yaquil, escrita por Francisco Campos Coello, nos cuenta que
nace en 1579, justo el ao en que de acuerdo con otros testi-
monios escritos Castro enfrentaba a los piratas de Cavendish.
Estas confusiones son las que han provocado que
la historia del capitn Castro se confunda en ocasiones con
una leyenda. Pero hay un extraordinario episodio de su vida
que ha llegado hasta nuestros das en la forma de un milagro
cuando era nio y es al que haremos referencia:
Era Toribio de Castro Grijuela descendiente de Mara Hernndez de la Calleja, nacida en el
Marquesado de Santilln y emparentada con la importante casa espaola de Los Castro. Su vida estaba
llamada a ser la protagonista de eventos prodigiosos, puesto que el nio de nuestra historia, diestro en
innumerables cosas haba nacido justamente sin su diestra.
La historia de este nio, recogida en 1756 y consignada en el informe presentado por el procu-
rador de Guayaquil, Juan de Robles y Alfonso, al Cabildo, nos dice que cuando Toribio naci fue enorme
la pena de sus padres al ver que no tena la mano derecha. El inmenso dolor que esto caus y la devocin
que sus padres tenan a la Virgen del Soto provocaron que le solicitaran, por intermedio de la Virgen, un
milagro a Dios que le permitiera a su hijo ser un nio normal.
Guayaquil vista desde el
cerro Santa Ana.
El Malecn en primer
plano y el cerro Santa
Ana cuando Chartn lo
pintara.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
88
Cuando Toribio tena dos aos y al ver que no suceda nada, sus padres hicieron una peregri-
nacin a la villa de Toranzo, donde se encuentra el santuario de la Virgen, para solicitarle que por su
poderosa intercesin el nio pudiera obtener aquella mano.
El tiempo pas inexorable sin que se observara cambio alguno en Toribio. Sin embargo, cuando
el nio tena cinco aos de edad pas por su casa un mendigo y como el pequeo tena un gran corazn
le conmova tanto ver a pobres como hambrientos fue a auxiliarlo. Su madre, al observarlo, dijo entre
lgrimas: Madre ma del Soto, hoy hace tres aos estuvimos en tu santuario. No dudo ni dudar jams
de tu intercesin poderosa, si no me concedes la gracia de que Toribio adquiera su mano ser porque as
conviene, hgase tu santa voluntad.
Al escuchar la oracin de labios de
su madre, el nio se acerc a ella y le dijo:
A qu mano te referes, mam?
A lo que su madre contest:
A tu mano derecha, hijo mo.
Toribio le respondi que esa mano
ya la tena.
La madre, sorprendida, le dijo:
Qu ests diciendo!?
A lo que el nio contest:
Que ya tengo la mano que me fal-
taba, mam!
La madre, estremecida y temblo-
rosa, le dijo:
Ensame tu mano!
Y el nio se la ense.
La madre, enloquecida sollozando
y lanzando gritos, corri por la habitacin
sin entender lo que pasaba. De repente se
detuvo y mirando a su hijo le dijo:
Me ests enseando la izquierda!
A lo que el nio respondi:
No, mam... te estoy enseando la derecha, la que me faltaba!
La madre, incrdula y al borde del paroxismo, le dijo:
Mustrame las dos, las dos juntas; mustrame tus dos manos, Toribio.
El nio entonces mostr sus dos manos, completas y perfectas, lo que provoc que cayera de
rodillas besando a su amado nio y llamando desesperadamente a su esposo.
Lo primero que se le ocurri al padre fue salir rpidamente a ver al mendigo, pero en su lugar
solo encontr un embriagador olor a rosas.
Los mil ducados que haba destinado para entregar al pordiosero los dara, multiplicados, para
obras de caridad.
Imagen de Guayaquil a
mediados del siglo XIX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
89
Todos los habitantes de la casa fueron testigos de este extraordinario suceso al que el padre de
Toribio hizo consignar, por medio del escribano Francisco de Arce, como un milagro, en un extenso
documento certifcado y expedido con posterioridad el 10 de marzo de 1584.
L A S PA LOMA S DE F R AY S I MP L N
E
n las primeras dcadas del siglo XVIII, quince aos despus de construirse el templo de
San Francisco en el emplazamiento de Ciudad Nueva (nos referimos a la ubicacin actual,
ocupada desde 1710), se eligi como prroco a un fraile cuya historia ha llegado a nuestro
tiempo sin nombre ni apellido, pero sin que ello le reste ni un pice de su sabor y colorido.
Cuenta la leyenda que este fraile, a quien todos conocan como Fray Simpln, se caracterizaba
por su gran bondad y cario por los animales, el que era volcado da a da en el enorme palomar que posea
y cuyo susurro era parte indivisible del campanario, tradicional domicilio de sus palomas.
Una noche de marzo de 1726, una erupcin del Cotopaxi produjo un fuerte temblor que hizo
caer a tierra muchas construcciones en pueblos y ciudades de la Audiencia. Guayaquil no sera la excep-
cin, ya que los destrozos se dieron en algunas de las edifcaciones ms importantes de la ciudad, dentro
de estas se incluy el campanario de la iglesia de San Francisco.
Las autoridades de la plaza, lideradas por el licenciado Martn Bruno Sojo, teniente de corregi-
dor de Guayaquil, hicieron un recorrido por la poblacin y constataron que la torre del campanario de la
iglesia de San Francisco haba quedado gravemente cuarteada y amenazaba una inminente ruina.
Interrogado Fray Simpln
por el corregidor sobre la grave situa-
cin, este sin inmutarse le contest:
Sin embargo, vea su excelencia cmo
se mantiene en pie el albergue de mis
queridas palomas. Ha sido una for-
tuna providencial!.
El corregidor, contrariado al
ver la sencilla y casi irresponsable acti-
tud del clrigo, le hizo ver el peligro que
corran los transentes si se derrumbara
la torre, a lo que el fraile contest: Hay
que tener confanza en Dios, excelen-
cia, ver usted que no pasa nada.
El Lic. Bruno, disgustado, le
dio tres semanas para reconstruir la
torre o de lo contrario procedera a
demolerla.
Cuenta la leyenda que el tono
encendido con el que el corregidor
Panorama norte-sur del
Malecn en 1840 desde el
primer Estero del Barrio
de los Esteros o Barrio
del Baxo (bajo).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
90
amenaz al sacerdote provoc que todas las
palomas que se hallaban cerca, creyendo que
Fray Simpln corra peligro, cayeran a picota-
zos al Lic. Bruno, lo que hizo que aumentara
su animadversin contra todos ellos.
A partir de ese da, Fray Simpln se
entreg a la tarea de pedir limosna para reco-
lectar los fondos para la reconstruccin de la
torre. Difcil tarea, pues el poco tiempo con-
cedido y el alto costo de la obra complicaran
cumplir con el trabajo en el plazo defnido.
Pasada una semana constat que por
sus colectas solo haba conseguido tres mone-
das de plata. Pero lejos de entristecerse cogi
el dinero y... adivinen lo que hizo?, pues qu
ms: compr comida para palomas!
Todos se preguntarn en dnde
estaba la proverbial generosidad guayaquilea.
La misma leyenda se encarga de contestar al
narrarnos que el pueblo entero pareca haberse confabulado en no prestar ayuda al prroco, pues la tran-
quilidad de este para enfrentar el problema transmita la sensacin de que con o sin ayuda l lograra salir
triunfante.
El plazo se acortaba y Fray Simpln pidi ayuda a un conocido alarife de la ciudad que se des-
tacaba por la experiencia en su ofcio como por su bondad y honradez. Es as que con la ayuda de don
Gumersindo (el alarife) logr apuntalar la torre como para que esta resistiera un ao.
El corregidor al saber lo sucedido y consciente de que ya nada justifcara la demolicin del
campanario, movido por las bajas pasiones que vena alimentando en contra del sacerdote, urdi un
plan para daar la torre. Llam a dos de sus lacayos y les orden contratar una cuadrilla que debera estar
lista para demoler los puntales de la torre de manera clandestina y cuando l diera la orden.
Hecho esto, el Lic. Bruno visit a Fray Simpln para contarle que haba tenido un extrao sueo
en el que una partida de demonios haba destruido la torre para castigarlo y que esta haba cado sobre la
cabeza del sacerdote.
Entonces el fraile exclam:
Cosa digna de demonios... es verdad.
Gracias por el aviso, seor corregidor.
Pero tened presente que para cada legin de demonios existe un coro de ngeles.
Luego de lo cual tanto el corregidor como el fraile tomaron sus rumbos respectivos.
Esa noche, al amparo de las sombras y escudados en doce caonazos que por decreto nacional
deban darse para festejar el nacimiento de un nuevo heredero a la Corona, la cuadrilla contratada por los
lacayos del corregidor demoli la torre del campanario.
La calle Real (avenida
Rocafuerte), tal y como se
vea en 1846.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
91
El nimo de estos villanos se hubiera sobrecogido si hubiesen alzado la vista y contemplado
que de todas las direcciones llegaban al lugar miles y miles de palomas en bandadas tan gigantescas que
las luces de la luna y las estrellas quedaron totalmente opacadas por las nubes de aves que cubran el
frmamento.
Miradas de palomas se lanzaron en perfecto orden sobre los escombros de la iglesia y con sus
picos recogieron los miles de fragmentos en los que se haba convertido la torre. Los que recordaban esa
noche dieron fe de haber escuchado un intenso rumor del cielo y cmo este se oscureci al lmite de
convertirse en una de las noches ms negras de las que se tuviera memoria.
Al otro da, el corregidor recibi a sus lacayos, quienes le informaron haber cumplido con las
instrucciones que l les imparti. Satisfecho, don Martn se dirigi a la iglesia para rerse del cura y recor-
darle lo del sueo de los demonios, pero se sorprendi hasta el borde del desmayo al constatar que el lugar
de la torre destrozada estaba ocupado por una famante torre perfectamente levantada y en la que no se
observaba ni rastro de las cuarteaduras que haba dejado el temblor del mes de marzo.
Sacando fuerzas de faqueza, el corregidor avanz donde el fraile, quien lo recibi con la ms
amplia de sus sonrisas. A qu atribus este prodigio? Djole don Martn al fraile. A lo que este contest: A
mis ngeles, seor! Al tiempo que l y sus palomas lo observaban con una mirada de alegre, pero extraa
complicidad.
El pintoresco
Guayaquil Colonial.
Maravillosa vista del ro
Guayas desde el interior
del estero.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
92
LOS P R I ME ROS CI NCUE NTA A OS
L
a profunda signifcacin que tuvo para los gua-
yaquileos la Revolucin de Octubre permite
entender y valorar la forma en que nuestro
pueblo ha festejado el recuerdo de esta fecha, en la que un puado
de valientes fragu para sus descendientes un futuro en libertad.
Ya desde 1821 y pocos das antes de conmemorarse el
primer ao de la efemride, el Cabildo guayaquileo haca cono-
cer el programa de festejos mediante el cual se dara lustre a la
magna fecha, incluyendo en dicho informe el decreto con el que se
defna la forma en que se realizara tal celebracin.
EL 9 DE OCTUBRE DE 1820
Memoria de sus festejos
Programa ofcial
acordado por la Junta
Patritica del
Centenario, en el que
se publicaron los festejos
a realizarse el 9 de
Octubre de 1920.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
93
El peridico
guayaquileo El
Correo Semanal
publica: La vspera del
9, a las cuatro de la
tarde, se hizo una salva
de veintin caonazos y
se adornaron todas las
calles del malecn con
banderas nacionales. El
Batalln nmero primero
de lnea, y el de cvicos
con sus respectivas
msicas, el Cuerpo de
Bomberos con sus
mquinas, la maestranza
y la compaa de serenos,
presentaron un lucido
espectculo, pasendose
desde la plazuela de San
Francisco hasta la
CANCHA (actual calle
Boyac, interseccin con
9 de Octubre). Hubo
enseguida carreras de
caballos en la cancha: se
ilumin toda la ciudad,
hacindola aparecer como
una ascua de fuego,
especialmente las casas
que estn frente al
malecn. Se cant en la
cancha la nueva marcha
nacional, y la funcin
de la vspera concluy
con los fuegos artifciales,
en medio de una
concurrencia, la ms
alegre y numerosa que
jams hubo en
Guayaquil.
La aurora del da Nueve
fue saludada con una
El mencionado decreto fue descubierto en 1918 en el antiguo archivo de la Biblioteca Municipal
por Camilo Destruge y deca, entre otras cosas, lo siguiente:
La Junta Superior de Gobierno
Todos los pueblos, en todas las edades, han procurado perpetuar, con monu-
mentos y festas pblicas, las pocas memorables de su historia. Renovada anual-
mente su memoria de los grandes sucesos, ni la antigedad debilita, ni el tiempo
borra, las primeras impresiones producidas en el pueblo por acontecimientos
que prepararon el da de su libertad. As, el pueblo de Guayaquil anhelaba
por transmitir a la posteridad la gloria del ms fausto, X\ del ms feliz, que
recuerda aquel da en que sacudiendo el antiguo yugo, se proclam indepen-
diente el 9 de Octubre de 1820. Y el gobierno, unnime con el voto pblico,
decreta:
1.- E1 da 9 de Octubre ser para siempre feriado, en toda la Provincia.
2.- Para perpetuar la memoria de este Gran Da, se elevar en el muelle de la
Ciudad una columna que llevar en su pedestal esta inscripcin: Aurora del 9 de
Octubre de 1820.
3.- Entre tanto que aos ms tranquilos permitan la institucin de regocijos
pblicos ms solemnes, se observar en el presente lo que sigue:
El da 8, a las cuatro de la tarde, se reunirn en la Casa Capitular La Junta
de Gobierno, El Jefe Militar de la Provincia con todos los ofciales de la Guarni-
cin, todas las Corporaciones Civiles, El venerable Clero, las Comunidades Reli-
giosas y todos los vecinos; y acompaarn a la Iglesia Matriz el Estandarte de la
Independencia, que al pasar ser saludado por la Plaza y fuerzas sutiles de la
baha y por un repique general. Por la noche habr iluminacin general. El da
9 asistirn todos a una solemne Misa de Gracias al Todopoderoso en la misma
iglesia. Concluida esta, ser conducido el Estandarte a la Casa Capitular, en
donde quedar depositado. En este da habr salvas y repiques de hora en hora,
mientras el sol ilumine la Provincia, e iluminacin general por la noche.
4.- Todo luto cesar en estos das y el pueblo se entregar a toda diversin
honesta, con la moderacin que le caracteriza y que es la virtud de los verdaderos
patriotas.
Imprmase, circlese y comunquese a quien corresponda en la ciudad y en la
provincia - Guayaquil, Octubre 6 de 1821.
Olmedo - Ximena - Roca
Luis Fernando Vivero, Secretario
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
94
salva de artillera, que se
repiti a las doce del da
y a las seis de la tarde.
Despus de la primera
salva, hubo un paseo al
Estero Salado, adonde se
condujo un bote, llevado
en un carro, para navegar
en aquel estero que hasta
ahora haba sido intil a
Guayaquil y que ya se ha
convertido en un objeto
de la mayor utilidad,
despus de haberse hecho
la calzada que le pone
en comunicacin con la
ciudad. A las nueve y
media del da, se celebr
la misa de accin de
gracias, a la que asistieron
todas las autoridades,
corporaciones y gran parte
del vecindario. A las doce
se dio en la Casa
Consistorial el examen de
las nias educandas,
despus de haber
pronunciado el seor
Gobernador el discurso.
A las cuatro de la tarde
se pasearon frente a esta
ciudad los dos buques de
vapor, el San Vicente,
construido en este
astillero, y el Chile, de
la Compaa del Pacfco.
Hubo carreras de botes
en el ro, y la noche
se pas en el baile que
dio la Gobernacin, el
ms concurrido y hermoso
que se ha dado en
Guayaquil.
Es de suponer, luego de ledo el decreto, que las celebraciones, en los primeros aos posteriores
a la emancipacin, no se caracterizaron por su brillantez. Los escasos recursos de la joven repblica, la
situacin poltica y social propia de los tiempos que transcurran y, posteriormente, el yugo militarista al
que estuvo sujeta luego de su forzada anexin a Colombia, hicieron que el espritu de alegra y de exaltado
civismo, nacido en Guayaquil, se viera profundamente afectado.
Los peridicos de la poca nos han permitido conocer que los primeros festejos verdaderamente
dignos de nuestra efemride se realizaron entre 1839 y 1841 bajo la gobernacin de Vicente Rocafuerte,
siendo ese ambiente tan especial el que a la postre primara en las festas cvicas.
Un peridico guayaquileo que circulaba para ese entonces y que tena por nombre El Correo
Semanal recoge la informacin del sinnmero de eventos llevados a cabo del 7 al 10 de octubre de 1841.
Un carnaval cvico cubra la ciudad; los preparativos iniciados en septiembre no fnalizaran sino hasta la
noche del 10 de octubre con la festa de gala organizada por el ilustre Cabildo de la ciudad, el que, adems,
se responsabilizaba de dar a conocer con antelacin los actos por realizarse.
Guayaquil viva con gran jbilo sus festas, sin imaginar ni remotamente la terrible desgracia que
se abatira a corto plazo sobre ella.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
95
En 1842, la febre amarilla hizo su aparicin como un brutal y ful-
minante fagelo que acab con miles de vidas, mutilando familias y dejando
en la miseria cientos de hogares. Vicente Rocafuerte, consciente de que el
fatalismo y la depresin colectiva podran generar impensables problemas a la
ciudad, se dio tiempo para organizar un programa de festejos que oxigenara
un poco el ambiente cargado de dolor y preocupaciones que en ella se viva.
Realiz el ya clsico examen pblico de nias en la Casa Consis-
torial, inaugur el aumento del muro que contena la prolongacin que se
estaba practicando en el malecn, as como una nueva mquina para el ase-
rro, pero lo ms importante, inaugur el nuevo reloj pblico instalado en la
torre de la Casa del Cabildo, en el mismo lugar en el que estuvo aos atrs el
reloj de los jesuitas.
Pasara algn tiempo para que la ciudad se recuperara de tanto
dolor y tanta prdida y con un renovado espritu volviera a festejar como
antes la fecha en que viera la aurora de su libertad.
LUE GO DE ME DI O S I GLO ( 1 8 7 0 - 1 8 8 0 )
M
s de cincuenta aos transcurriran para llegar a esta
ciudad eufrica organizando sus festas cvicas.
Cincuenta aos en los que su espritu colectivo
fue templado en la fragua del dolor, madurando como pueblo y apreciando
mejor el fruto de su legado.
Se establecieron costumbres que para ese entonces se hicieron tpicas
de esas fechas y que con el tiempo se convirtieron en parte de nuestra identi-
dad.
Pero veamos a qu me estoy refriendo:
Era preocupacin general, desde inicios del mes de septiembre, la fabricacin del vestuario que
sera lucido en las festas cvicas, razn por la cual sastres y costureras no se daban abasto con los encargos,
y no es que esto se diera tan solo en las clases sociales ms acomodadas, no!, pues hasta el ms humilde
buscaba la manera de lucir aunque fuera un par de zapatos nuevo o estrenar una pava o tostada, que
eran los sombreros de moda en ese entonces.
El dril blanco se acababa y los almacenes se apresuraban a encargar ms tela para la confec-
cin de cotonas y pantalones. Mientras tanto, jvenes y seoras se aseguraban con mucha anticipacin en
algn almacn de extranjeros, de los que abundaban en el puerto, la llegada de los trajes con los que las
damas deslumbraran a ms de uno en el ya famoso baile de la Gobernacin o en los que daban tanto los
clubes de botes como el Club de la Unin.
Y as, como cada habitante de la ciudad vea la forma de presentarse mejor en estas fechas,
tambin intentaban engalanar sus hogares, para lo cual colocaban hojas de palma entre las columnas que
Los primeros festejos
verdaderamente dignos de
nuestra efemride se
realizaron entre 1839 y
1841 bajo la gobernacin
de Vicente Rocafuerte,
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
96
fanqueaban cada cuerpo de chazas (ventanas), tratando de imitar un con-
junto de grandes coronas de laurel, y ubicaban en medio la bandera de
Guayaquil y el tricolor nacional, alternadamente. Se distinguan adems
por la profusin de lamparitas de aceite que eran tambin colocadas en
las fachadas y que daban un toque de colorido y alegra a la ciudad, prin-
cipalmente en las noches.
Todos los decretos municipales contemplaron por muchas dca-
das esa orden del ornato de la ciudad para las festas: Y habr ilumina-
cin general, disposicin que se cumpla al pie de la letra.
Las puertas y las vitrinas de las tiendas, incluso los carros urbanos
jalados por caballos o mulares e inaugurados a mediados de la dcada del
ochenta en el siglo XIX, no eran la excepcin al momento de ser deco-
rados, puesto que se les colocaban innumerables adornos que se destaca-
ban con una nutrida cantidad de guirnaldas con faroles.
Todo deba estar listo para el da 7, pues a partir de esa fecha se
iniciaban ofcialmente las festas programadas por la Municipalidad.
Los palos ensebados, la construccin de los arcos triunfales y las
carreras de botes se terminaban de instalar y organizar en este da, mientras
tanto ya se haba fnalizado con los ensayos para la realizacin del des-
pejo.
En cada bocacalle formada por las arterias principales se pona un
palo ensebado adornado con toda clase de guirnaldas y orifamas, a ms
de banderitas de los pases y un escudo del Ecuador, hecho en latn como
remate. A l se acceda luego de la orden de un delegado municipal que
daba un disparo al aire justo a las tres de la tarde del da 9; mientras que
en los lugares aledaos se instalaba toda clase de puntos de expendio de
platos tpicos, en los que se vendan desde buuelos hasta fritada, pasando
por otras exquisiteces tpicas de ese entonces, como empanadas de queso,
churos con azcar y pastelitos de pavo o de gallina.
Y como haba para todos los gustos, otros optaban por visitar
alguna conftera de la ciudad, entre las que se destacaban La Delicia y
El Saln Americano, donde se consuman deliciosas nieves y dulces con
recetas del lugar.
Paralelamente a la elaboracin de los palos ensebados, tanto
consulados como clubes y asociaciones hacan en las principales bocaca-
lles, y particularmente en las que se formaban en los cruces con la calle
San Francisco (actual 9 de Octubre), un conjunto de arcos con diferentes
formas y alegoras que generalmente estaban dirigidos no solo a ornamen-
tar la avenida sino a evocar los nombres y los hechos relacionados con la
revolucin de Octubre.
Detalles del desfle del
9 de Octubre de 1900.
En la grfca se aprecia
la manera en que se
decoraban carrozas y
calesitas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
97
Esta pintoresca costumbre se mantuvo hasta la segunda dcada
del siglo XX y quedaron registradas para el recuerdo bellas fotos
en libros, peridicos y revistas de las chiquillas ms virtuo-
sas de la ciudad desflando en elegantes carrozas tira-
das por caballos y adornadas con fores, pasando por
debajo de los arcos mencionados, en una clara alu-
sin al homenaje que la ciudad renda a sus
prceres.
Captulo aparte merecen las carreras
de botes y de buques a vapor que por algunas
dcadas deleitaron a los guayaquileos. La formacin
de clubes de botes fue por muchsimo tiempo
una de nuestras actividades ms propias y
era parte de ella lo ms selecto de nuestra
sociedad.
Otras diversiones, como las peleas
de gallos y las corridas de toros, ocuparon tam-
bin un lugar importante en los festejos, siendo
una clara manifestacin de la herencia ibrica que por
muchsimo tiempo se mantuvo viva dentro de nuestra
sociedad.
L A PA R A DA , E L DE S P E J O Y E L L L A MA DO
E
s necesario destacar que para ese entonces la ciudad no contaba con ningn monumento,
por lo que sus tres principales parques o plazuelas eran realmente explanadas libres
de todo obstculo, ideales para la presentacin de pregones, retretas y toda clase de
manifestaciones colectivas.
La parada.- Se iniciaba en el parque San Francisco y saliendo por la calle del mismo nombre
(actual calle 9 de Octubre) hacia el oeste llegaba al malecn, para luego virar hacia el sur y por la actual
calle Coln bajar hasta llegar fnalmente a la Plaza de la Catedral, donde se realizaban algunos actos
marciales.
En otras ocasiones el desfle era organizado de tal modo que recorra casi todas las arterias prin-
cipales de la urbe, para que nadie se perdiera el espectculo.
El desfle, parada o paseo cvico, como tambin se lo llamaba, era presidido por las autoridades
civiles y militares, ofcialidad del Cuerpo de Incendios (Cuerpo de Bomberos), Compaas de Guardias
de Propiedad (Polica), y acompaado por una gran cantidad de bomberos, soldados rasos y civiles, que
hubieren estado interesados en participar y hayan asistido a los ensayos que hacan para el efecto. La
parada terminaba generalmente en el despejo.
En la grfca se aprecian
algunos programas de
festejos publicados por la
ilustre Municipalidad de
Guayaquil en la primera
mitad del siglo XX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
98
Pero, qu era el despejo?
El despejo.- Era el fruto de un paciente ensayo realizado por los guayaquileos de tres a cuatro
horas diarias durante todas las noches, desde inicios del mes de septiembre y hasta el 6 de octubre. En l
participaban el Ejrcito, miembros del Cuerpo de Bomberos y civiles en general.
Bajo una estricta direccin se practicaba la formacin de fguras alusivas a la fecha, tales como
la bandera de Guayaquil, el Escudo Nacional, el nombre de los prceres o cualquier otra alegora que
hubiese sido considerada del caso.
Ese ambiente festivo tena ms signifcacin en la medida que an sobrevivan algunos de los
protagonistas de la fecha magna, siendo objeto para ese entonces de toda clase de homenajes y distinciones
durante el evento.
El llamado.- Era una festa realizada por el Cuerpo de Bomberos, gracias a las donaciones de
los vecinos del lugar. Mediante estas, sus integrantes organizaban una gran comida a la que eran invitadas
autoridades, personajes ilustres, as como la antigua ofcialidad de la Bomba, para el efecto sacaban los
carros y dejaban libre el espacio para instalar mesas y sillas.
Pero nadie mejor que
Modesto Chvez Franco,
antiguo cronista de
nuestra ciudad, para
darnos a conocer con su
inimitable estilo algo de
lo que era el despejo
Atencin! Otro
comps: posiciones; otro,
arrodillarse; otro, de pie;
otro, despejar!... Y que-
daban en el suelo
banderitas, ramilletes o
mixturas, leyendas como
estas: Loor a los Prceres
del 9 de Octubre de
1820, Por Guayaquil
Independiente, Viva
Olmedo!, Gloria a
Guayaquil, Urdaneta,
Febres Cordero, etc. Y
el pblico rompa en
aplausos a cada fgura
y coreaba en grito
estentreo de pleno jbilo
cada leyenda: Viva!.
Clsico ejercicio de agua
del Cuerpo de Bomberos,
nmero infaltable de las
festas octubrinas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
99
Los aos transcurren y con el devenir de ellos festividades inolvidables tales como:
La del 9 de Octubre de 1918, festejado con inusual entusiasmo, principalmente por ser la fecha
en la que se inaugura la estatua erigida en honor a los prceres de nuestra emancipacin.
La del 9 de Octubre de 1920, en la que se conmemoraran los cien aos de nuestra Independen-
cia, por este motivo se inaugur una gran cantidad de obras (a cargo de la Junta de Embellecimiento de
la ciudad) y se abri al pblico el nuevo parque Centenario.
Y por qu no citar tiempos ms recientes, en los que la celebracin del sesquicentenario de
nuestra Independencia (1970) fue motivo para la realizacin de innumerables eventos, as como el inicio
y fnalizacin de obras que pretendan dar a Guayaquil un nuevo rostro con miras al futuro, dentro de las
que se destacaba una de ellas, de importancia para el pas entero, el puente de la Unidad Nacional.
Hoy en da las festividades han dado un giro extraordinario gracias al aporte cvico del ilustre
Cabildo porteo, que ha tomado con extraordinaria responsabilidad el rescate de nuestra identidad cul-
tural, refejndose ao a ao en las formidables festas efectuadas para mantener vivo el recuerdo y la
herencia de libertad legada por nuestros mayores.
La Plaza del Centenario,
con su columna,
monumentos y estatuaria,
fue solemne y ofcialmente
inaugurada el 9 de
Octubre de 1920.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
100
EL HIMNO AL 9 DE OCTUBRE
Jos Joaqun
de Olmedo,
insigne poeta
guayaquileo,
creador de la
letra del Poema al
9 de Octubre y que
en un principio fue
escrito para cantarse
el da en que se cumpli
el primer aniversario de
nuestra independencia.
H
ay un momento de uncin cvica que todos hemos experimentado alguna vez, un
momento en que el corazn se acelera y sentimos vibrar en el pecho un profundo amor
de patria.
Ese momento es, sin duda, cuando le cantamos a nuestra ciudad su
himno. La historia de este es muy especial, pues ni fue el nico com-
puesto en honor de aquellos hombres que le dieran libertad, ni
fue escrito como un himno para proclamar su pica victoria.
El poema al 9 de Octubre era tan solo eso, un
bello y descriptivo poema escrito por el vate Olmedo
para ser hecho cancin y entonarlo al cumplirse el pri-
mer ao de nuestra independencia.
Era un poema que apresaba, en un
momento sin tiempo, la hora de la libertad. Sin
embargo, y como ya dije antes, este no se conver-
tira an en la simblica cancin.
Treinta aos antes de que las gene-
raciones venideras reconocieran el altsimo valor
evocatorio de su letra, los guayaquileos ya can-
taban a su ciudad un himno que recoga su sentir
con respecto a la magna fecha.
Lastimosamente, su msica desapareci
con el transcurso del tiempo, lo que imposibilit
conocer la forma en que sonaba con su letra.
El verso se lea as:
Coro:
Celebremos la luz memorable
en que el Guayas feliz recobr
sus preciosos derechos perdidos
por tres siglos de dura opresin.
Estrofas:
En el 9 de Octubre glorioso
libertad anunci el claro sol
y su luz esplendente aquel da
con ms vivos refejos luci.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
101
En patriticos fuego encendidos
y animados de heroico valor,
a los campos de Marte corrimos
a vengar de la patria el honor.
Cien combates sangrientos fjaron
de Colombia el hermoso pendn
que hoy tremola cual grato recuerdo
de sus triunfos el bello Ecuador.
Cesen ya los rumores de guerra,
cese ya de tronar el can;
y que sean las nuestras divisas
la concordia, la paz y la unin,
Mas si alguno intentare atrevido
provocar nuestro esfuerzo y valor,
escarmiente pagando su audacia
con escarnio y eterno baldn.
Que al tomar el pual fratricida
meditando su negra traicin,
de los Pastos y Guachi las sombras
le estremezcan de espanto y horror.
Ya gozosos veremos cubiertos
nuestros campos de frutos y fores
y banderas de todos colores,
en las ondas del Guayas famear.
Ya veremos que alegres y ufanas
las remotas y ricas naciones
nos ofrecen los ms raros dones
sobre el ara que se alza a la paz
El bello poema, de autor desconocido, fue
publicado en Guayaquil en 1840 como parte del pro-
grama de festejos que el Cabildo realiz en el segundo
ao de la gobernacin de Vicente Rocafuerte.
Diez aos antes (para 1830), Olmedo haba
escrito otro himno del que solo nos ha llegado su letra.
No sabemos si alguna vez fue cantado, lo que s se sabe
es que pocos aos despus no era este el que se entonaba
en calles y plazas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
102
El poema que lo conformaba se lea de este modo:
Coro:
Ven, oh, plcida aurora
del Octubre glorioso,
ven, dulce precursora
de luz y libertad
Ven anunciando al Ecuador
dichoso triunfo en la guerra
y en la paz reposo...
Por ser libre, valor y constancia
en los campos de Marte mostr,
por guardar este bien tan preciado
muestre siempre constancia y valor.
Y cual brillan los signos celestes
en la esfera con vivo esplendor,
brillar ms hermosa en la tierra
la menor de las hijas del sol.
Ven, oh, plcida aurora...
Cara patria, ya alzaste la frente,
sacudiendo tu yugo opresor,
recobraste tus santos derechos,
cara patria, ms cara que el sol.
Honor, vida y poder ya son nuestros,
nuestro el cielo que puro miramos,
nuestro el suelo que hermoso pisamos,
y sin leyes de ajeno seor...
Ven, oh, plcida aurora...
Alma paz, con nosotros habita,
salva, siempre a tu caro Ecuador.
Y a este suelo pacfco llamen
con el nombre que a su mar se dio
en su seno, con la paz, las artes
hallarn acogida y favor
refectando las ondas del Guayas
pabellones de todo color...
Ven, oh, plcida aurora...
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
103
Ana Villamil Ycaza,
ilustre pianista
guayaquilea,
descendiente de prceres
y hroes, quien supo
capturar en meloda el
himno oculto que
habitaba en el
maravilloso poema escrito
por Olmedo.
No naca an nuestro incomparable himno, aquel que hoy enciende
corazones y aviva lo ms puro y lo ms grande del civismo natural que
todos llevamos por dentro.
Debieron transcurrir ms de treinta aos, desde el glorioso
da de nuestra independencia, para que el cielo de Guayaquil viera
nacer a quien lograra capturar la maravillosa esencia del primer
poema en que Olmedo cant la gesta libertaria.
Efectivamente, el 19 de enero de 1852 naca en la
ciudad de Guayaquil, del hogar formado por don Francisco
Villamil y Garaycoa y doa Isabel Mara de Ycaza, una nia
que llevara por nombre ANA.
Nieta del prcer insigne, don Jos de Villamil,
organizador y mentalizador de la gesta octubrina, debi
heredar de l esa misma llama y pasin por los sublimes
ideales, solo que su manifestacin presentarase en ella de
la forma en que mejor lo lograra... con la MSICA.
Pues s. Desde muy temprana edad, Ana Villamil
Ycaza demostr tener un talento singular para este arte,
por lo que sus padres la hicieron estudiar con los mejores
maestros de ese entonces, habindose destacado, prin-
cipalmente, en el manejo del piano, instrumento con el cual
fue por muchos aos la delicia de cuanta tertulia o reunin se
realizara en la ciudad.
En reconocimiento a sus extraordinarias dotes, el Con-
cejo Cantonal la nombr profesora de canto de los nios de la
ciudad, siendo para esta poca que decidi poner msica al poema de
Olmedo y convertirlo en himno.
Corra, para ese entonces, la mitad de la dcada del setenta en el
siglo XIX. Hemos tratado de abstraernos y en alas de la imaginacin viajar a los
mometos en que tanto Olmedo, escribiendo su letra, como Ana Villamil, componiendo su msica, llega-
ron a formar esa indivisible unidad que es nuestro Himno al 9 de Octubre.
He credo necesario compartir la experiencia obtenida con el fn de que se pueda entender el
verdadero espritu de nuestra hermosa cancin patria.
El 9 de Octubre haba llegado, la revolucin se haba efectuado tal y como fue planifcada, de tal
modo que Guayaquil estaba libre antes del despuntar del alba. Ese amanecer de un nuevo da era distinto
al de los das anteriores.
Hasta los rayos de luz se antojaban diferentes, particularmente para aquellos que haban sido
elemento protagnico de la gesta libertadora. Ya lo contaba Villamil en sus memorias, cuando refrindose
al momento de refexin en el que observaba el amanecer junto al ro, la madrugada del 9, se le acerc
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
104
La coyuntura era perfecta
y el ambiente el ms
propicio para que la
inspiracin de Olmedo se
viera arrebatada por las
musas y escribiera este
extraordinario poema.
Para ese entonces
mentaliz el primer
monumento a los
prceres, en la forma de
un obelisco, que se
construira frente a la
Casa del Cabildo (donde
hoy se levanta el Palacio
Municipal) y en cuya base
llevara por nica
inscripcin Aurora del
9 de Octubre de
1820.
Febres-Cordero y hacindole alusin al sol de Colombia que se alzaba brillante en el horizonte, le dijo que
este iluminaba un nuevo da, smbolo de la nueva poca en libertad que se iniciaba.
En consecuencia, la aurora del da 9, fresca, clara e inolvidable, dejara una huella indeleble en la
memoria y en los corazones de todos los que de una u otra manera haban actuado en ese amanecer.
Olmedo no tena por qu ser la excepcin, mxime si tomamos en cuenta su papel cumplido a
partir de ese da y la unin de este con la extraordinaria sensibilidad espiritual que el poeta posea. Por esa
razn se asume que la creacin del poema debi darse en el tiempo en que Guayaquil festejaba el primer
ao de su independencia.
Ana Villamil le daba, medio siglo despus, un carcter excelso para con l recordar la superlativa
herencia y para ser cantado hasta el fn de los tiempos. Vale la pena destacar algunos puntos que aclaran
detalles poco conocidos del primitivo escrito: este poema como tal es ms largo que el himno. Cuenta con
ms estrofas de las comnmente conocidas. Fue escrito para hacerlo cancin (no himno).
El original fue entregado para que sea cantado por primera vez por un coro de nias en la Casa
del Cabildo o en la Gobernacin (no se sabe el lugar con precisin) la noche del 9 de octubre de 1821.
De acuerdo con el estudio realizado por el sacerdote jesuita Francisco Vscones y publicado en 1920, el
coro no es muy regular, suponiendo dicho crtico que un compromiso de ltima hora debi evitar que el
poeta lo compusiera con mayor regularidad.
(?)...All los puristas!
Pero lemoslo y apreciemos su valor tal como se nos
muestra en su letra original, en la que se excita a saludar con
cnticos a la aurora de la libertad.
Saludemos gozosos
en armoniosos cnticos
esa aurora gloriosa que anuncia libertad,
libertad, libertad.
En armona con la idea se procede a
expresar en la primera estrofa cmo se dio el rayar
de aquella aurora:
Veis esa luz amable
que raya en el oriente
cada vez ms luciente
en gracia celestial?
Esa es la aurora plcida
que anuncia libertad.
Esa es la aurora plcida
que anuncia libertad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
105
Nuevamente la Aurora
hizo su aparicin; esa
aurora y su recuerdo
deban ser eternos, as
lo entenda Olmedo e
hizo todo para que esto
se hiciera realidad. Sin
embargo, el monumento
no fue construido. La
larga cadena de sucesos
acaecidos desde octubre
de 1820 hasta julio de
1822 evitaron que el
proyecto pudiera hacerse
realidad. Despus
simplemente se olvid
(aun cuando 178 aos
despus el proyecto
contemplaba su creacin
a instancias nuestras y
como un homenaje a la
memoria de los prceres,
principalmente a la de su
mentalizador, el Cantor
de Junn), pero qued
para las generaciones
venideras el poema que
haba escrito en 1821. Y
el poema se hizo himno,
pues una joven mujer
con sangre de hroes y
prceres supo interpretar
con sonidos el secreto
arcano, oculto en la letra
de Olmedo.
En la segunda estrofa se promete guardar el
fuego inextinguible de esa libertad.
Nosotros guardaremos
con ardor indecible
tu fuego inextinguible,
oh Santa Libertad!
Como vestales vrgenes
que sirven a tu altar.
Como vestales vrgenes
que sirven a tu altar.
En la ltima estrofa se pide a la libertad que haga
forecer los atributos de toda sociedad evolucionada.
Haz que en el suelo que amas
forezca en todas partes
el culto de las artes
y el honor nacional.
Y da con mano prdiga
los bienes de la paz.
Y da con mano prdiga
los bienes de la paz.
El tiempo ha transcurrido y nuestro himno se
ha visto reducido al canto del coro y su primera estrofa,
sin perder por esto ni su maravilloso encanto ni su
extraordinario poder de cvica exaltacin.
SALUDEMOS GOZOSOS
EN ARMONIOSOS CNTICOS
ESA AURORA GLORIOSA
QUE ANUNCIA LIBERTAD,
LIBERTAD, LIBERTAD!
VEIS ESA LUZ AMABLE
QUE RAYA EN EL ORIENTE
CADA VEZ MS RELUCIENTE
EN GRACIA CELESTIAL?
ESA ES LA AURORA PLCIDA
QUE ANUNCIA LIBERTAD.
ESA ES LA AURORA PLCIDA
QUE ANUNCIA LIBERTAD.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
106
E
ste es el resultado de una de las ms gratifcan-
tes investigaciones que haya hecho en muchos
aos.
Hoy, creyendo estar ms cerca que nunca de las res-
puestas, quiero dejar constancia de mi reconocimiento a la
memoria de dos grandes maestros de quienes aprend mucho
de lo que s sobre investigacin e historia; de quienes aprend el
tesn y el amor a la historia de la tierra que me vio nacer y con
quienes compart por muchos aos este trabajo. Sus nombres:
Julio Estrada Ycaza y Olaf Holm.
Para ilustrar de mejor manera el proceso en que estuve
inmerso con el fn de encontrar las respuestas sobre las carac-
tersticas, paradero e historia general de la Medalla de Octu-
bre, he considerado conveniente transcribir el inicio de un
artculo que comenc a escribir hace dos aos y que no pude
terminar en vista de la ausencia de datos que permitieran dar
una correcta fnalizacin al mismo.
Veamos, pues, cmo empezaba:
L A ME DA L L A DE S CONOCI DA
U
na de las ms escurridizas historias sobre la
medallstica nacional es sin lugar a dudas la de
la historia de la Medalla de Octubre. S!, la de
aquella que fue hecha para rendir homenaje a los protagonistas
de la gesta del 9 de Octubre de 1820.
Y digo esto porque en un pasado no muy lejano me
toc compartir esfuerzos tanto con Olaf Holm como con el ilustre historiador guayaquileo Julio Estrada
Ycaza en busca del paradero de un ejemplar que permitiera conocer qu caractersticas haba tenido
esta presea, inspiracin directa del espritu de Olmedo, no pudiendo, desgraciadamente, sacar en claro
absolutamente nada.
Hoy, luego de 10 aos de esa bsqueda, retomamos el problema haciendo caso ms a una cora-
zonada que a una pista concreta, pero con la seguridad de que en esta ocasin algo encontraramos...
LA MEDALLA DESCONOCIDA
Historia de la condecoracin de Octubre
Medalla que lleva en el
pecho don Jos Villamil
en el leo expuesto en la
sala de la Independencia
del Museo Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
107
Pero, repito, este artculo se inici y qued trunco puesto que la cora-
zonada no me llev a ningn lado, quedndome como leccin que de corazona-
das no se puede sacar en claro ninguna verdad y que es indispensable establecer
una investigacin sistemtica para llegar a coronar los esfuerzos que se realizan.
Mas, antes de entrar de lleno a la narracin de esta experiencia, veamos con
qu informacin contbamos al inicio de la investigacin y cmo fue desarro-
llndose la misma luego de ser retomada.
Al poco tiempo de fnalizada la Revolucin de Octubre, la Junta Mili-
tar, presidida por el coronel Luis Urdaneta, tuvo la brillante idea de conferir
un galardn a los 10 principales gestores de la libertad, dndole forma a un
proyecto mediante el cual se otorgara esta condecoracin y dirigiendo, el 14
de octubre, una comunicacin a la Junta Superior de Gobierno, mediante la
cual daba a conocer que estaba listo el modelo para que se elabore la medalla
con que se distinguira a aquellos que se haban destacado en la madrugada del
9 de Octubre. Tres das despus, la Junta de Gobierno resolvi que la Junta
Militar que haba generado el proyecto propusiera cules seran los medios que
deban utilizarse para grabar dichas medallas y, adems, que dejara establecida
una comisin dentro de su propio seno para que ella elaborara un listado donde
estuvieran las personas acreedoras a esta distincin; eso s, siempre con la res-
pectiva justifcacin de todos y cada uno de los nombres que en ese listado
quedasen consignados.
Parece que no se hizo ms nada al respecto, puesto que no fue la Junta
la que elabor el listado ni tampoco la que continu con las labores relativas a la confeccin de dichas
medallas, por lo que el Ayuntamiento patritico se hizo cargo de realizar tal proyecto.
Don Camilo Destruge, en las investigaciones realizadas para dilucidar el tema, jams hall un
listado donde estuviesen los nombres de los 10 elegidos, as como tampoco uno que comprobara o cer-
tifcara la entrega de una de estas medallas a algunos de los prceres de Octubre, encontrando, eso s,
una comunicacin en la cual la Junta Superior de Gobierno reciba la primera medalla que se hizo (en
calidad de prueba) para premiar a los benemritos, con un documento que deca: Que fuera la Junta
de Gobierno quien debiera darle el destino que tuviera por conveniente; la comunicacin que acompaaba
dicha medalla era frmada por don Manuel Jos Herrera, Pedro Santander, Juan Jos Casilari, Gernimo
Cerda, Ignacio Ycaza, Fernando Senz, Manuel Tama, Carlos Morn y Miguel de Izuri.
Don Julio Estrada Ycaza en su obra La lucha de Guayaquil por el estado de Quito nos dio a cono-
cer que para el diseo fueron comisionados el Regidor Pedro Santander y el Depositario Juan Francisco
Ycaza, quien era afcionado al dibujo y en consecuencia estara vinculado con su confeccin (dato por
dems interesante), pero sigamos adelante y veamos qu pas con los datos de esa primera medalla cuya
informacin no aporta nada para dar con las respuestas que necesitamos.
La Junta de Guerra haba planteado la creacin de la condecoracin el da 14, da en el que
Escobedo haba tomado posesin de la presidencia de dicha primera Junta. Desgraciadamente para este, la
Pintura del Gral. Jos
de Villamil de avanzada
edad, pero que an luce
los galardones ganados en
las guerras
emancipadoras de
Amrica. Ocupa un
lugar de importancia
en medio de las tres
condecoraciones que luce
en el pecho la gloriosa
Medalla de Octubre,
que es precisamente la
que se muestra en la
pgina anterior.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
108
primera medalla no pudo haber sido conferida a l puesto que para el momento que estuvo lista, l ya no
se encontraba en el pas; otro sera el benefciario de la presea. El general San Martn, en cambio, era quien
cubra las expectativas de la Junta Superior de Gobierno, por lo que le fue remitida con el coronel Toms
Guido, junto a una comunicacin fechada el 9 de diciembre de 1820, la misma que deca lo siguiente:
El Ayuntamiento patritico de esta ciudad decret diez medallas de oro para los que se
distinguieron en procurarnos la Independencia, que era el voto general de este pueblo.- Vuestra
excelencia, al poner el pie en el suelo de los incas dio un impulso tan efcaz este movimiento que se le
puede considerar como el primer promovedor de la transformacin del pas; y de justicia se le debe
la primera medalla consagrada a nuestros libertadores.
Esta Junta de Gobierno de acuerdo y con indicacin del Ayuntamiento hace esta ofrenda
a la virtud y el valor; y espera que vuestra excelencia se digne admitirla, con el aprecio con que los
hroes de las antiguas repblicas reciban del pueblo la silvestre rama de laurel. Dios guarde vuestra
excelencia.
Jos Joaqun de Olmedo
Camilo Destruge consideraba que no se haba hecho justicia al entregar esta primera medalla a
alguien que no estuvo dentro de los 10, pero Estrada en sus escritos hace saber que si bien es cierto que
San Martn no estuvo dentro de los 10, cuya premiacin fue la original idea para la creacin de estas
medallas, tambin es cierto que era un asunto de estrategia conferrsela.
Era, pues, entre las cosas de San Martn, que habra de iniciarse la bsqueda de la Medalla de
Octubre.
La imposibilidad de encontrar la lista de los prceres (10), ms el desconocimiento total de los
nombres seleccionados, unido a la seguridad de que en Guayaquil no haba artesanos
califcados para hacer las medallas ni Casa de Moneda que se encargara de su produccin,
hicieron pensar que solo se haba hecho aquella que se remitiera al General Libertador
del Sur, por lo que se abandon casi totalmente la investigacin.
Para mal de males, ni siquiera la de San Martn pudo hallarse en las pesquisas
que se hicieran tanto en Francia como en Argentina, lugares en los que se encuentran
(divididos) tanto sus reliquias como su archivo.
Hasta aqu, dentro de la informacin obtenida de todo lo que se saba, no
se encontraba ni la medalla ni la forma que haba tenido, ni las caractersticas de su
diseo, menos an quines podan haber sido los dems benefciados con la entrega de
tan valiosa presea. Ningn documento hallado hasta la fecha poda permitirnos decir si
es que haba habido otros personajes a quienes se les entreg, puesto que todo entraba
dentro del campo de la elucubracin sin dejar pista alguna para resolver el problema.
Pero la fortuna sonre al que persevera y esta perseverancia que rayaba ya en la
obsesin me empuj a analizar las cosas desde otro ngulo.
Se me ocurri hacer el listado de las personas que ms se destacaron la madru-
gada del 9 de Octubre para luego revisar, detenidamente, sus nombres y apellidos,
marcando los de aquellos cuya descendencia hubiera llegado en lnea directa a nuestros
Jos Joaqun de Olmedo,
prcer de la
independencia
hispanoamericana.
Inspirador directo de la
medalla, como ofrenda a
la virtud y el valor de
nuestros libertadores.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
109
das. Auxiliado siempre por la extraordinaria obra de don
Pedro Robles Chambers sobre la Historia de la sociedad
colonial guayaquilea, pude ir acumulando gran cantidad
de datos interesantes principalmente de familias en cuyos
archivos particulares existira, con toda seguridad, algn
indicio de la presea octubrina. Y no estaba equivocado!,
solo que el hallazgo sali a mi encuentro y no al revs.
Y digo esto porque revisando los nombres de la
descendencia de los prceres encontr el de doa Rosa
Borja de Ycaza (bisnieta del prcer Francisco de Paula
Lavayen), quien antes de ocupar la direccin de la Biblio-
teca Municipal, en tiempos que desempeaba dicho cargo
el ilustre cronista Modesto Chvez Franco, haba regalado
a la institucin una parte importante de su archivo perso-
nal en donde, con toda seguridad, habra documentos de
tiempos de la Independencia.
Era una excelente oportunidad para poner a
prueba mi hiptesis de que en los archivos de los descen-
dientes se encontrara alguna pista. Y no tard mucho en
darme cuenta que estaba por el camino correcto.
No hubo que buscar mucho para dar con la pista.
Pero qu digo pista? Pista no era! Era la confrmacin de
todo lo supuesto; la certidumbre fnal que llegaba sin espe-
rarla y de repente...frente a m, un documento.
Un papel que deca:
Junta de Gobierno. El patritico Ayun-
tamiento de esta ciudad desde los primeros das de
nuestra feliz transformacin decret 10 medallas de oro
para distinguir a los que ms se hubiesen sealado en
promover y realizar la Independencia de este pueblo,
dejando al arbitrio del Gobierno conferir a los benem-
ritos esta pequea pero honrosa muestra con que Gua-
yaquil desea premiar a sus libertadores. Y siendo usted
uno de los que ms se distinguieron en tan memorable acontecimiento el Gobierno con la mayor
satisfaccin concede a usted una de esas medallas en reconocimiento de tan importante servicio a la
patria, y en memoria de la gratitud pblica. Guayaquil Enero 8 de 1821. Firman Jos de Olmedo,
Rafael Ximena, Francisco Mara Roca y Francisco de Marcos, Secretario.
Esta comunicacin estaba dirigida al seor don Francisco Lavayen.
El documento es
probatorio de que las 10
medallas s se hicieron
y que don Francisco de
Paula Lavayen fue uno de
los hroes a quien se le
otorg dicha presea.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
110
QU CONF I R MA B A E S T E
MA R AV I L LOS O DOCUME NTO?
P
ues tres cosas:
1. Las 10 medallas s se haban hecho.
2. Francisco de Paula Lavayen era uno
de los 10 benemritos que el Ayuntamiento haba
escogido y uno de los 10 prceres indiscutibles a quie-
nes debamos la libertad.
3. La medalla haba existido y por lo tanto
algn vestigio fsico deberamos encontrar de prolon-
gar su bsqueda.
Y eso hicimos. Una nueva e inexplorada posi-
bilidad se abra ante nuestros ojos y esa era la de hallar
la imagen de la medalla pintada en el pecho de los
cuadros de los prceres cuyos retratos hubieran sido
hechos en el siglo pasado bajo la presencia del modelo
vivo.
Nos dirigimos al Museo Municipal y luego
de entrar a la Reserva en donde estn las pinturas de los
prceres tuvimos la enorme sorpresa de encontrarnos
frente a lo que tantas veces habamos visto sin obser-
var: las pinturas de los retratos de Villamil, Garaycoa,
Febres-Cordero estaban all, ostentando en su pecho
una medalla de forma elptica con un sol abrindose
paso en el horizonte, con la fecha de 1820 al pie del
mismo, y en algunos casos, con el esbozo de letras
que dejaban vislumbrar la posibilidad que con ellas
estuviera escrita la frase Viva la Patria.
La sorpresa me paraliz, indudablemente est-
bamos frente a la Medalla de Octubre, el galardn
que fuera creado por la Junta Superior de Gobierno y
por el Consejo de la Junta de Guerra. Estbamos ante
la condecoracin ms extraordinaria de todas aquellas
que fueran conferidas a los prceres de esta nacin. Aquella que se entregara a quienes emanciparon el
primer territorio que se liber en la antigua Audiencia de Quito.
Estbamos ante la medalla que fuera otorgada a los hroes de la Revolucin de Octubre; la ms
rara, la ms bella, la ms buscada.
Documento por medio del
cual Olmedo informa a
Villamil que la Patria le
ha otorgado la Medalla
de Octubre.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
111
Un sentimiento de ntima satisfaccin nos embarg y ante su imagen, un lejano eco venido del
fondo de los tiempos pareca decirnos: VEIS ESA LUZ AMABLE QUE RAYA EN EL ORIENTE,
CADA VEZ MS RELUCIENTE EN GRACIA CELESTIAL?
...ESA ES LA AURORA PLCIDA, QUE ANUNCIA LIBERTAD.
El 1 de octubre de 1820,
don Jos de Villamil y
su esposa, doa Ana
Garaycoa, ofrecieron una
festa. A Villamil le
pareci una magnfca
oportunidad para reunir
a los conspiradores.
Encarg a Antepara la
misin de invitar a todos
aquellos que considerara
dispuestos a respaldar la
idea emancipadora.
Entre los patriotas
guayaquileos se
encontraban: Luis Vivero,
Antonio y Francisco de
Elizalde, Lorenzo de
Garaycoa, Jos de
Villamil, Francisco de
Paula Lavayen, Baltazar
Garca, el Cmdte. Jos
Mara Pea, Manuel
Loro, Pedro Sez,
Francisco Oyarvide, Jos
Rivas, Jos Correa; los
tres militantes
venezolanos, Febres-
Cordero, Letamendi y
Urdaneta; el Cap.
Gregorio Escobedo,
segundo al mando del
Granaderos de Reserva;
el Cacique Hilario
lvarez, del mismo
escuadrn; los sargentos
Vargas y Pavn, del
Escuadrn de Caballera
Daule; y el Cap. Damin
Njera, de la Brigada de
Artillera.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
112
N
o conocemos de la existencia de informacin documental que nos permita deducir si en
1922, luego de los primeros 100 aos de haberse efectuado la entrevista que sell y defni
tanto nuestro futuro como el de Amrica, se acord construir un monumento en honor
de los Libertadores y especfcamente en conmemoracin de la histrica reunin, lo que s puede aseverarse,
debido al respaldo documental que se posee, es que en 1927 se inici, como homenaje al evento histrico, la
construccin del Hemiciclo de la Rotonda y que en ello intervino la compaa constructora FNIX.
EL MONUMENTO A LOS LIBERTADORES
BOLVAR Y SAN MARTN
El Hemiciclo de la
Rotonda, en donde se
levantan los monumentos
de Bolvar y San Martn.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
113
Otra cosa que no tenemos clara es si la Rotonda fue
proyectada o no con el conjunto escultrico de los Libertadores,
pues los seis aos que median entre la fnalizacin de la obra
del Hemiciclo (1929) y la iniciacin de los trabajos para la cons-
truccin del conjunto escultrico (1935) nos hacen suponer que
su instalacin dependi de una decisin posterior.
En todo caso, vale la pena saber que ya para fnes de
1936 (noviembre) se haban hecho anteproyectos, con dibujos
y maquetas del monumento, adems, establecido contacto con
un joven escultor cataln de gran habilidad que tena su taller
en Barcelona y que sera fnalmente el realizador de la obra. Su
nombre, Jos Homs.
La realizacin de este captulo est estrechamente vin-
culada con el hallazgo de dos bocetos que Homs hizo antes de
la entrega del defnitivo.
Estos, completamente desconocidos, han sido de gran
valor para indagar el proceso evolutivo seguido por la obra hasta
su aprobacin defnitiva y posterior fabricacin.
Pero empecemos de acuerdo con dicha secuencia docu-
mental y en el orden cronolgico en el que estn dispuestos sus
respectivos datos.
El 19 de agosto de 1935, el Concejo en pleno fue invi-
tado a concurrir el 24 del mismo mes a la ceremonia de coloca-
cin de la primera piedra del monumento en el Hemiciclo de
la Rotonda.
La invitacin era hecha por Roberto Illingworth Ycaza,
miembro de la Sociedad Bolivariana, con motivo de conmemo-
rarse un ao ms del natalicio de Bolvar.
No se conoce ms informacin sobre el tema sino
hasta fnes de 1936, cuando en el mes de noviembre el Concejo
Municipal, presidido por Luis Vernaza, trata el tema y pone
a juicio dos bocetos remitidos por el escultor Homs, estable-
ciendo una polmica de si deba o no erigirse ese tipo de monu-
mento y si el que se haba presentado posea la calidad artstica
requerida.
Vale la pena destacar que ya para el mes de julio Luis
Vernaza haba enviado una carta a Barcelona en la que trans-
mita al artista la disconformidad del Cabildo con el diseo de
la maqueta que poco tiempo atrs les haba remitido.
Primer boceto remitido
por Jos A. Homs desde
Barcelona el 9 de agosto
de 1936, en el que el
conjunto escultrico
contaba con una fgura
no contemplada en el
anteproyecto. (A.H.B.M.)
Segundo boceto remitido
por Jos A. Homs desde
Barcelona el 11 de agosto
de 1936, y que fuera
rechazado por la
Comisin formada para
su califcacin.
(A.H.B.M.)
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
114
Homs, por su parte, haba contestado diciendo que estaba de acuerdo con los reparos; que l ya
los tena desde el momento de remitir la maqueta, pero que no los haba expresado con el fn de respetar
felmente los anteproyectos aprobados y contratados.
El artista adjuntaba a la comunicacin los bocetos mencionados en un prrafo anterior, dando a
conocer adems la variacin que haba realizado en su maqueta.
Pero con el fn de tener una idea ms clara del asunto, conozcamos el contenido del documento
en las mismas palabras de su autor:
Barcelona, Espaa 9 de agosto de 1936
Presidencia del M.I. Concejo Cantonal
D. Luis Vernaza
Guayaquil
Muy seor mo: Acuso recibo a su atta. del 20 de julio por la que me entero que el concejo
ha tenido reparos al proyecto referente al grupo de Bolvar y San Martn, reparos que
hago mos pues como dije verbalmente al nuevo secretario, durante el estudio de dicho
proyecto, se me ocurrieron modificaciones importantes que me abstuve de hacer debido
a mis deseos de respetar fielmente los anteproyectos aprobados y contratados. Ya con
esta nueva indicacin de Ud., tengo ms libertad para el desarrollo de la obra, que
adelantndome para ganar tiempo, he modificado en la rplica segn foto que le
adjunto.
Le remito adems dos reducciones de dos dibujos que he imaginado para atender sus
indicaciones y que he compuesto enseguida de recibir su atenta. Tengo ya en estudio
las dos estatuas para la Plaza del Centenario las cuales segn veo no han tenido
reparo alguno.
Esperando pronta respuesta sobre la seleccin de una de las tres ideas, teniendo en
cuenta el tiempo relativamente limitado para ejecutarlas.
Queda de Ud. Muy alto y s.s.
Escultor
Jos A. Homs
Verdi 217
Barcelona Espaa
La opinin del concejal
Flix Gonzlez Rubio,
acerca del proyecto:
He llegado a la
conclusin que anoto en
el informe, despus de
detenido estudio, y
despus de haber
escuchado tambin la
opinin de personas
entendidas en estos
asuntos, opinin que ha
confrmado la ma y
como se trata de un
monumento que debe ser
construido lo ms pronto
posible, he llegado a la
conclusin de que el
Concejo debe decidirse
por el proyecto que
aprob la comisin de
mejoras de Obras
Pblicas de Guayaquil,
en el tiempo en que
acto en la ciudad, que
reposa en la ofcina de
Obras Pblicas
Municipales, porque
signifca ms realmente
la entrevista y abrazo
de los dos generales, San
Martn y Bolvar.
Defnitivamente los nuevos dibujos remitidos por el artista no solo no gustaron sino que el
modelo tan criticado anteriormente (maqueta a la que ya se hizo mencin) fue encontrado de superior
calidad en todos los sentidos, por lo que el concejal Flix Gonzlez-Rubio, comisionado de Cultura del
Ilustre Cabildo, sugiri remitirle una foto del mismo, para que a la vista de esta elabore un boceto ms
satisfactorio.
El monumento fue contratado para su confeccin conjuntamente con otras dos estatuas que
seran colocadas a la entrada sur de la plaza del Centenario (las del Comercio y la Industria que actualmente
se hallan en el mencionado emplazamiento), por un monto total de 15.000 dlares americanos, de los
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
115
cuales se haban entregado 7.000 para el inicio de los trabajos, habindose convenido que el saldo restante
sera abonado con bonos municipales.
No todos los concejales coincidan en levantar un monumento tan fgurativo como el planteado.
Leopoldo Izquieta Prez se hallaba dentro de este grupo.
La propuesta del Dr. Izquieta no hall apoyo dentro del Concejo; Gonzlez-Rubio dijo que a su
juicio el proyecto recomendado por la Junta de Mejoras y Obras Pblicas (o sea el de Bolvar y San Martn
en accin de saludarse) s representaba la idea de unin de los grandes capitanes de la independencia, as
como de las naciones que representaban.
A la opinin de Gonzlez-Rubio se uni parcialmente la del concejal Dr. Jijn, quien respaldaba
la del Dr. Izquieta en el sentido de que se hubiera podido conseguir algo mejor con la participacin de
artistas nacionales y argentinos, pero que desgraciadamente esta administracin haba encontrado un con-
trato celebrado con dinero adelantado y una obra ya iniciada, por lo que la propuesta por muy valiosa que
fuera era totalmente impracticable.
Seis das despus de la sesin, Luis Vernaza orden al Director de Obras Pblicas Municipales
que remitiera a Barcelona una foto de la maqueta existente en la Junta de Mejoras de Obras Pblicas para
que sepa que el Concejo se inclinaba ms hacia las caractersticas de ese diseo que a las de los bocetos
remitidos por Homs en agosto de ese ao.
A los dos meses, concretamente el 16 de enero de 1937, el escultor mandaba al Sr. Vernaza la
siguiente misiva:
La opinin radical de
oposicin del Dr. Leopoldo
Izquieta refrindose al
tema fue la siguiente:
A m, francamente, no me
gusta ninguno de los bocetos,
ni el remitido por el artista,
seor Homs, ni el que existe
en la Direccin de Obras
Pblicas. Segn mi opinin,
el monumento que
conmemore la entrevista de
Bolvar y San Martn,
los dos grandes capitanes
de la Independencia
Sudamericana, no debe ser
representado por el hecho
prosaico de dos hombres que
se saludan o abrazan; ese
monumento debe representar
como fue la que anim a
estos dos pro hombres de
Amrica, la unin de los dos
grupos de naciones en que
se dividi la Amrica Latina
en su lucha hasta lograr
la Independencia; al sur
comandadas por San Martn,
y al norte comandados por
Bolvar. Yo creo que este
monumento para que resulte
todo lo grandioso que es
necesario, en virtud de la
trascendencia histrica del
acto que rememora, debe ser
construido mediante concurso
convocado entre artistas
americanos, ecuatorianos y
argentinos, por ejemplo, por
ser estas dos naciones las
que ms de cerca conocen
el carcter e ideales de sus
Libertadores y las ideas que
se trata de perpetuar. Repito,
este va a ser un monumento
nico en la Amrica y por fe
consiguiente debe representar
una idea y no el hecho
prosaico e insustancial del
abrazo de dos hombres.
Barcelona, 16 de enero de 1937
Sr. Presidente
Del M.I. Concejo Municipal de Guayaquil
D. Luis Vernaza
Muy Sr. mo:
Recib su atta. del 21 de diciembre pasado por la que me entero de que la corporacin
ha decidido que me atenga a las fotos del proyecto existente en la Municipalidad,
para estudiar una nueva composicin del grupo de Bolvar y San Martn. Atendiendo
los deseos del Concejo me he aplicado a componer un nuevo proyecto atenindome al
espritu y actitud del proyecto antedicho. Le adjunto un dibujo de mi nuevo proyecto
que le remito por va Consular. Debido al poco tiempo ya disponible, le ruego me con-
teste pronto su conformidad o modificaciones definitivas a dicho proyecto por cable
dirigido al consulado en esa, para mayor celeridad y seguridad en la transmisin de
sus gratas indicaciones.
Aprovecho la ocasin para saludarte y rogarle transmita mis respetos a la Corpora-
cin,
S.S.
Jos A. Homs
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
116
El 23 de febrero de 1937, el comisionado de Obras Pblicas, don Flix Gon-
zlez-Rubio, informa al Presidente del Concejo que luego de haber recibido el nuevo
proyecto de Homs y despus de su correspondiente anlisis, considera que este s
rene las caractersticas que requieren la esttica y el arte, opinando adems que la
honorable corporacin puede aceptarlo de tal modo que se inicien los trabajos cuanto
antes.
Es de destacar la extraordinaria velocidad con que fue hecha la escultura, la
misma que contrastaba con el tiempo que, aos atrs, se haba tomado la construccin
y ereccin de la estatua ecuestre de Bolvar (casi 17 aos, desde noviembre de 1872
hasta julio de 1889), pues en menos de seis meses el monumento estuvo totalmente
terminado; se iniciaron las gestiones para su traslado desde Europa hacia el continente
americano a fnes de octubre del mismo ao.
Espaa sufra an los efectos de la Guerra Civil y en Europa estaba a punto
de estallar lo que con el tiempo sera la Segunda Guerra Mundial, por lo que los movi-
mientos diplomticos entre las dos naciones se intensifcaron, no solo para que el tras-
lado de la obra estuviera asegurado, sino tambin para que el artista pudiera salir sin
contratiempos de Barcelona, embarcndose con destino a Guayaquil y dirigir aqu su
montaje.
E L T R A S L A DO
E
l 2 de octubre de 1937, el cnsul del
Ecuador en Barcelona remiti un cable
al Presidente del Concejo en el que le
daba a conocer que las estatuas estaban listas y que solo
esperaban la disponibilidad de espacio en algn vapor
para su embarque. La oportunidad se present 20 das
despus en el vapor Thesseus de bandera holandesa y se
realiz el contrato para trasladarlas de Barcelona a Ams-
terdam, lugar en el que se realiz el trasbordo al vapor
Boskop, que fue el que fnalmente las condujo a Guaya-
quil.
Mientras tanto, el artista luego de que el Minis-
terio de Relaciones Exteriores del Ecuador gestion con
el gobierno de Espaa la concesin del pasaporte y su
consiguiente salida, se embarc y lleg a Marsella el 30
de octubre, fecha en la que dirigi la siguiente comuni-
cacin.
Boceto remitido el 16 de
enero de 1937 y que
fuera el que fnalmente
se aprobara para ser
modelado y fundido en
Europa. (A.H.B.M.)
Las estatuas llegaron a
Guayaquil a bordo del
vapor Boskop (1938).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
117
Marsella 30 de oct. 1937
Sr. D. Luis Vernaza
Presidente del M.I. Concejo Municipal de Guayaquil
Muy seor mo y distinguido amigo:
Desde esta ciudad y de paso para el Ecuador tengo el gusto de comunicarle la salida
de los siete bultos conteniendo el monumento de Bolvar y San Martn y las dos estatuas
y sus pedestales del puerto de Barcelona El da 23 del corriente y en presencia del seor
Vicecnsul en Barcelona Sr. D. Carlos Muoz y ma, se verific la carga de dichos siete
bultos en el vapor Thesseus de la Mala Real Holandesa, partiendo el mismo da dicho
buque para Amsterdam, donde debe llegar el 31 del corriente transbordndose enton-
ces la expedicin al buque de ms prxima salida de la misma Compaa.
Como por el momento no me ha sido posible saber con certeza el nombre del buque
siguiente puede usted averiguarlo preguntando a la agencia holandesa de Guayaquil
el nombre del vapor que seguir al BOSKOP ya que siendo simultnea la llegada del
THESSEUS a Amsterdam y la salida de dicho puerto del BOSKOP, dudo mucho puedan
enlazar para el trasbordo ambos buques.
Como el BOSKOP llegar a Guayaquil alrededor del 23 de Noviembre y estos buques se
suceden cada 15 das es muy probable la llegada de la expedicin alrededor del 8 ocho
de Diciembre. A causa de las circunstancias no me ha sido permitido embarcar en el
Thesseus como hubiera sido mi deseo y he tenido que hacer el viaje a bordo de un buque
francs hasta Marsella y de all hasta La Rochelle, donde embarco en el REINA DEL
PACFICO de la Pacific Line el cual llega a La Libertad hacia el 27 de Noviembre.
Agradecer a Usted tenga la bondad de recomendarme a las autoridades de La Liber-
tad para que faciliten mi desembarque.
La expedicin va consignada a mi agente en Guayaquil Sr. Rafael Castilla Capel,
representante, oficina en la calle 9 de Octubre y Malecn.
Despus de muchos esfuerzos consegu flete ha llegada, pero ignoro su importe por el
momento.
Agradecindole un saludo al Muy Ilustre Concejo le reitera la expresin de su ms alta
consideracin quedando de Usted. Muy alto y S.S.
Jos A. Homs
El 25 de julio llega fnalmente el escultor para hacerse cargo de la construccin de la base y poste-
rior montaje del monumento;
tres das despus vinieron las
estatuas y se iniciaron al poco
tiempo los trabajos de instala-
cin, los que terminaran en
mayo de 1938.
Vale la pena destacar
que no se hizo una inaugura-
cin ofcial del monumento,
por lo cual los diarios locales
no registran dato alguno sobre
el evento.
El Hemiciclo de la
Rotonda antes de la
colocacin del
monumento y tal
como se ve hoy.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
118
LOS BARRIOS DEL GUAYAQUIL ANTIGUO Y
EL PRIMER BARRIO NACIDO EN EL SIGLO XX
Y
a se hablaba de barrios en el Guayaquil del siglo XVII cuando, al describirnos la ciudad
acunada entre el Sta. Ana, el ro y el estero Villamar (hoy calle Loja), los cronistas nos
contaban que el Barrio de la Marina era el ms comercial y ruidoso por ser este en
donde se hallaban los almacenes y el muelle principal (el muelle debi estar en la convergencia de Loja y
Malecn); que el barrio del cerro era el ms viejo y agrupaba a todos los vecinos del cerro y de Las Peas;
que los habitantes del barrio del pozo, aledao a la convergencia de la avenida Rocafuerte y Loja, asistan
a la iglesia de San Francisco a escasos metros de este sitio y, fnalmente, que en el barrio del centro se
hallaban la iglesia matriz y la Plaza de Armas, ocupando buena parte del terreno en el que actualmente se
levantan las instalaciones de la Espol.
Estos barrios del Guayaquil del seiscientos fueron los que vieron, vivieron y sufrieron los ata-
ques piratas ms terribles; ellos se convirtieron en pasto de las llamas provocadas por corsarios y flibuste-
ros en 1624 y 1687.
Maravillosa vista del ro
Guayas hecha desde el
interior del estero
Villamar (hoy calle Loja)
por el magistral pincel de
Ernest Chartn, en el ao
de 1846.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
119
No es difcil imaginar cmo sera el Guayaquil de aquel entonces, creciendo en torno a un
muelle, a un pozo y a cuatro iglesias con sus plazas; desarrollndose en forma desordenada debido a los
continuos incendios que empujaban a su reconstruccin, sin orden ni planifcacin; una ciudad de corte
gtico con ms carcter de aldea medieval que de ciudad hispana en ultramar.
As crecera hasta su bipolarizacin, que vendra a partir de 1693 con la traslacin de sus
principales edifcios hacia La Sabaneta y con ello el nacimiento de Ciudad Nueva.
Esta nueva etapa de la historia guayaquilea trae consigo la formacin de nuevos barrios y el
abandono de viejos conceptos y delineamientos urbanos que en esta ciudad haban sido muy propios
en el siglo XVII. Nacern entonces tres barrios en Ciudad Nueva, a saber: el de la Catedral, el de la
orilla con su bullicioso mercado y amplio hospital (emplazado donde hoy se levanta el Palacio municipal
y la convergencia de Aguirre y Malecn) y el barrio de San Francisco, que colindaba con el Barrio
del Puente, ubicado entre Ciudad Nueva y Ciudad Vieja, de trazo irregular y conformado por chozas
palafticas construidas en el rea que ocupaban los cinco esteros, uno de los lugares ms peligrosos de la
Ciudad, pues en l se refugiaban toda clase de maleantes, caracterstica digna de anotar aun cuando no
tan notable como la de ser el espacio cruzado por el famoso puente de las 800 varas, magistral obra de
ingeniera construida en 1710 por los guayaquileos para unir los dos polos de desarrollo que, ya para ese
entonces, daban forma a la urbe.
El ltimo barrio de este sector intermedio era el Barrio del Bajo (o del Baxo), levantado al oeste
del barrio del puente que, ubicado en la Sabana Grande, era el menos poblado de todos.
Ciudad Vieja, en tanto, haba abandonado su antigua importancia, pues con los traslados de la
iglesia matriz, as como de las de San Francisco y San Agustn, la antigua conformacin urbana dio paso
Malecn del ro Guayas
a la altura de Ciudad
Vieja.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
120
para 1782, a una nueva, al renacer como
parroquia con el nombre de Nuestra
Seora de la Pursima Concepcin,
habitada principalmente por artesanos,
sirvientes y pescadores, e incluyendo al
Barrio Las Peas, cuyos predios iban
pasando, paulatinamente, a manos de la
lite guayaquilea.
Limitando sus linderos hacia
el sur se hallaba el pequeo Barrio del
Estero (referido al estero Villamar hoy
calle Loja), en l se concentraban las
antiguas construcciones de la Vieja urbe
con ejes en la iglesia de Santo Domingo
y la antigua Matriz que fue administrada
por distintas rdenes religiosas en pocas
diferentes bajo el nombre de Ayuda de
Parroquia, hasta que pas a convertirse
en la iglesia de La Concepcin a media-
dos del siglo XIX.
La estructura barrial en el siglo XVIII se mantuvo sin ms alteraciones que la del nacimiento del
Barrio Nuevo (Barrio del Astillero), formado por los carpinteros de ribera, quienes lo construyeron a
mediados del SETECIENTOS; a raz del traslado de las instalaciones del Astillero desde La Tarasana
ubicada frente a la falda norte del Santa Ana.
Planos como el de Francisco Requena en 1770, el de Ramn Garca de Len y Pizarro en 1772
y el conocido como el Croquis annimo de 1783 nos dejan ver un crecimiento lento de la urbe, con
cambios pocos perceptibles en su trazado urbano y como es lgico, sin variaciones en la formacin barrial,
condicionadas principalmente por la existencia de elementos concentradores, aglutinantes e identifcado-
res como lo fueron las iglesias, los esteros, los pozos, los cuarteles y los puentes.
El siglo XIX se abre a un Guayaquil no tan distinto al del siglo XVIII, el incendio de 1764 ser
un importante modelador de la urbe en lo arquitectnico, pero cambiar muy poco su fsonoma en el
aspecto urbano, en los 50 aos que vendrn luego de l.
LOS B A R R I OS E N T I E MP OS DE L A I NDE P E NDE NCI A
E
n las primeras dcadas del nuevo siglo se consolidaron como barrios el del Astillero; el
de El Sagrario, que corresponda a la parroquia de su nombre y aglutinaba a casi la tota-
lidad de Ciudad Nueva; el de La Merced, que comprenda el sector de la iglesia desde
la avenida de San Francisco (hoy 9 de Octubre) y hasta dos cuadras al norte; el de los Esteros; el de la
Curioso grabado de parte
de Ciudad Vieja a inicios
del siglo XVIII.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
121
Concepcin, que contena a Ciudad Vieja casi en su totalidad; y el de Las Peas, todos concentrados en
las tres parroquias urbanas existentes hasta 1860: Sagrario, Astillero y Concepcin, tal como lo registra
Manuel Villavicencio en su Geografa del Ecuador, pgina 454, publicado en Nueva York en 1854.
LOS B A R R I OS DE L GUAY AQUI L R E P UB L I CA NO
M
s de 30 aos despus y en otro trabajo de ndole similar publicado en Leipzig por
Teodoro Wolf, veremos que la parroquia conocida como Astillero pas a llamarse San
Alejo. As nace el barrio de San Alejo, colindante con el del Astillero.
A inicios del siglo XX las barriadas poco se diferenciaban en sus lmites del de las parroquias;
el barrio del Astillero, Las Peas, la Quinta Pareja; el centro (estas dos ltimas equivalentes a los barrios
coloniales ubicados en el Barrio del
Bajo o de los Esteros y a los de la
Catedral y San Francisco, respecti-
vamente) eran los nicos que com-
partan extensin en dos parroquias
urbanas, las que haban sido delimi-
tadas luego del incendio de 1902 de
manera perpendicular al margen del
ro y paralelas entre s.
El nombre de estas, de
norte a sur: Rocafuerte, Bolvar,
Olmedo, Carbo y Ayacucho, dos de
las cuales, la Carbo y la Ayacucho,
eran mixtas por estar parte de ellas
en la ciudad y parte en el campo.
Guayaquil, a inicios del
siglo XX, contaba con 5
parroquias. Estas eran:
(de norte a sur)
Rocafuerte, Bolvar,
Olmedo, Carbo y
Ayacucho.
Imagen donde se aprecia
el Barrio de San Alejo,
a inicios del siglo XX, en
una toma realizada desde
la torre de la iglesia del
mismo nombre.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
122
Los recintos de la Pedro Carbo eran: Mapasingue, Tarasana y Sabana Grande, y los de la Ayacu-
cho: Unin Cantagallo, Jordana Magdalena de Santay y Magdalena del Corojo.
E L P R I ME R B A R R I O R E S I DE NCI A L E N E L S I GLO X X
E L B A R R I O DE L CE NT E NA R I O
L
lamado as por haber sido ideado para la poca en que Guayaquil festejaba, con toda
pompa, los cien aos de su emancipacin poltica. El proyecto se dio como producto de
la iniciativa de Rafael Guerrero Martnez y gracias a un conjunto de sucesos que se dieron
desde 1915, ao en el que los hermanos Robles Chambers vendieron al Sr. Guerrero un lote del terreno
que ocupaba la hacienda La Esperanza, en 1916, que fue unido a otra parcela, de la misma hacienda,
recibida en herencia por Eufemia Vivero vda. de Chambers e Ins Chambers Vivero, quienes tambin lo
vendieron al Sr. Guerrero.
Un ao despus y luego de asociarse con Juan Xavier Aguirre Oramas, Guerrero Martnez
compr el terreno en el que haba funcionado el antiguo Jockey Club, con la idea
de unirlo a sus anteriores adquisiciones y poder planifcar, sobre esta rea, el pri-
mer barrio residencial de la ciudad.
Es as como en 1919 se inicia una agresiva e interesante promocin de
la urbanizacin tanto por peridicos como por revistas de gran circulacin en la
ciudad.
El proyecto, visto con agrado por el Concejo, era, de acuerdo con lo
dicho por su mentalizador, el resultado del pasmoso desarrollo experimentado
por los barrios del astillero y los sustanciales cambios que en ellos se haban dado
en los ltimos aos.
Esto permita integrar el nuevo gran proyecto a la trama urbana de la
ciudad, con la ventaja de contar con todos los servicios que la vida moderna
exiga. Esta informacin es reproduccin textual de la publicada en el almanaque.
La ilustracin del ao 1919.
De este modo, entre febrero de 1921 y diciembre del mismo ao se
realizaron todas las gestiones para dotar de agua potable y alcantarillado a los
lotes que formaban la urbanizacin. Merecedora de dicha contratacin fue la
empresa J. G. White, que vena trabajando en la labor de ingeniera sanitaria de
la ciudad.
La urbanizacin presentaba a los potenciales clientes distintos modelos
de chals para que se hicieran una idea de los criterios arquitectnicos que se
manejaran en la construccin general del barrio.
Realmente desde el principio estuvo destinada a ser una exclusiva como
bella urbanizacin. Pero contra todo vaticinio demor muchos aos en poblarse,
En 1919, en Guayaquil
se daba una agresiva
promocin del que sera el
primer barrio residencial
de la ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
123
prueba de ello es la resea publicada en 1930 en un diario de la localidad, en la que se haca referencia a
las hermosas casas que se haban construido, pero que a la vez se lamentaba que no fueran ms de ocho.
Los guayaquileos no estaban acostumbrados a vivir tan lejos o quizs los servicios bsicos tan
publicitados por la empresa promotora no le fueron dados al barrio tal como ofreca.
Un acuerdo promulgado por el Cabildo porteo el 26 de febrero de 1930 nos hace ver que este
fue el caso. Ya que en la segunda consideracin de dicho acuerdo deca: Que el Barrio del Centenario de
esta ciudad todava se halla en formacin y no cuenta an con los servicios municipales de alumbrado,
aseo e higiene.
Lo cierto es que no fue sino hasta la dcada del cuarenta que el crecimiento poblacional de la
urbe, unido a una correcta dotacin de servicios para la urbanizacin, permitieron que fuera poblada
como su planifcacin original lo estableca.
El nombre de sus calles es otra historia, puesto que para 1923, como producto de una ordenanza
municipal, el Cabildo acord llamarlas de este a oeste (paralelas al ro): Washington, La Condamine,
Humboldt, Garibaldi, Argelles, Canning, Maracaibo y Dr. OConnors, y trece aos despus, durante
la alcalda de Luis Vernaza, se dict una nueva ordenanza que modifcaba sustancialmente la anterior,
al cambiar los nombres por Rosa Borja de Ycaza, Agustn Argelles, Jos Salcedo y Dolores Sucre para
las paralelas al ro, y Maracaibo, Nicols Augusto Gonzlez, Rosendo Avils y Dr. OConnors para las
transversales, yendo de norte a sur.
Hoy, el barrio es uno de los patrimonios tanto arquitectnicos como urbansticos ms impor-
tantes con que cuenta la ciudad y se constituy con el paso de los aos en un libro en el que puede
observarse la evolucin arquitectnica de Guayaquil en el siglo XX, as como muchas de las ms bellas
construcciones residenciales realizadas a mediados de este siglo.
El barrio Centenario es
considerado uno de los
patrimonios tanto
arquitectnicos como
urbansticos ms
importantes de la ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
124
L
a Revolucin del 6 de Marzo de 1845 es despus de la de Octubre de 1820 el movi-
miento emancipador ms importante que recuerda nuestra historia. En ella no solo se
consolidan la nacionalidad ecuatoriana y el espritu democrtico que deba mover a la
joven repblica, sino que tambin, y una vez ms, es Guayaquil la que protagoniza las acciones que llevan
a la patria hacia nuevos y mejores horizontes.
El crecido ego del general Flores y los intereses regionales de los que era partcipe le hicieron
pensar que gobernaba una nacin de borregos dispuestos a acatar cuanta orden emanara de l.
Sus amigos y aduladores, que vean la perennizacin en el cargo como un medio para consolidar
su posicin social y econmica, lo respaldaron en la idea de ocupar el puesto presidencial por tercera
ocasin, pero en este caso ya no por la cantidad de tiempo que contemplaba la Constitucin, sino por
ocho aos, lo que ampliaba ostensiblemente el periodo de su mandato y le permita de manera virtual un
establecimiento casi vitalicio de su poder sobre la nacin.
REMINISCENCIAS
DE LA REVOLUCIN MARCISTA
El 6 de Marzo de 1845
Los combates de La
Elvira pusieron en
altsimo relieve las
virtudes militares de los
generales ms
importantes y destacados
de la poca. Los
enfrentamientos fueron
sangrientos y rayaron en
acciones heroicas por
parte de los combatientes
de ambos bandos, pero
fnalmente la victoria fue
de los guayaquileos.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
125
Entre los desaciertos que impondra se hablaba de un decreto mediante el cual los ciudadanos se
veran obligados a realizar una contribucin personal a favor de las arcas del Estado, sin perjuicio de los
fondos que por concepto de impuestos varios seguira percibiendo la nacin.
As y todo fue reelecto!
La votacin, casi unnime de 34 diputados reunidos el 31 de marzo de 1843, daba origen al
tercer periodo Floreano y con l a una oscura Constitucin que con sobra de mritos se ganara el mote
de la carta de la esclavitud.
Haba que hacer algo para que esta joven nacin no terminara convirtindose en el feudo de
un autcrata que lideraba un movimiento tendente a perennizar en el poder a un grupo de familias capi-
talinas que desde tiempos coloniales regan los destinos de una
buena parte de la antigua Audiencia de Quito.
La reaccin no se hizo esperar. Una vez ms sera
Guayaquil la que liderara un movimiento emancipador efec-
tivo, evitando una neocolonizacin militar extranjera aunada,
como ya dijimos, a un parcializado e injusto manejo de la cosa
pblica, en benefcio de unos pocos y no de la colectividad
entera formada por la nacin ecuatoriana.
Pero no sera fcil resolver el problema, ya que Flores
gozaba de amplia simpata en el ejrcito y esto le daba la ven-
taja de la fuerza. Se contaba, eso s, con un importante factor
a favor, que era el espritu cvico que en diversas latitudes de la
patria se alentaba con el ejemplo GUAYAQUILEO.
El 6 de Marzo de 1845 estall en Guayaquil la revo-
lucin. Se encarg al general Antonio Elizalde la proteccin
militar del nuevo estado poltico, lo que provoc un primer
conficto armado, en este caso con quien tena a su cargo la
plaza militar de la ciudad, el general Thomas Charles Wright.
Un sangriento enfrentamiento entre las dos fracciones
tuvo un positivo desenlace, luego de que al fnal del da 7 Wright
accedi a parlamentar con una comisin formada por ilustres
ciudadanos a quienes, luego de escucharlos, les hizo saber su
decisin de acatar las rdenes que vinieran del vicepresidente
de la Repblica, Francisco de Marcos (radicado en Guayaquil),
quien estaba a favor de cambiar el orden constituido.
Hay que destacar el acertado criterio con el que se
condujo Wright, a quien no solo lo mova la terrible postra-
cin en la que vea sumirse a la nacin, sino tambin los estre-
chos lazos emotivos que lo unan a esta tierra, en donde haba
labrado su fortuna y formado su familia.
Los intereses regionales y
el crecido ego del General
Juan Jos Flores le
hicieron pensar que
gobernaba una nacin de
borregos dispuestos a
acatar cuanta orden
emanara de l.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
126
La tarde del mismo da renunci el gobernador Manuel Espan-
toso, para lo cual llam al pueblo a la Casa Consistorial a una asamblea
general extraordinaria, en donde seran electos para presidir la delibera-
cin Jos Joaqun de Olmedo y Pablo Merino.
Esta asamblea arroj como producto un documento que se
titul PRONUNCIAMIENTO POPULAR DE GUAYAQUIL, en el
que, luego de considerar 16 factores de fermentacin social generados
por la gobernacin Floreana, declar, acord y aprob un articulado de
seis puntos, mediante el cual se labrara un mejor futuro para la nacin
hundida en uno de los peores momentos de su historia.
Para el efecto, y desde el mismo 7 de marzo se form un triunvi-
rato compuesto por Olmedo, Roca y Noboa, quienes tendran a su cargo
el manejo del Estado en la fgura de un Gobierno Provisorio hasta que
las aguas volvieran a su cauce normal
Pero no todo estaba defnido: la revolucin, aun cuando con
buenos augurios, recin se iniciaba y Flores desde Quito, aparentando
extraordinario valor, responda: Caer como una ballena vomitando
sangre. Lo siento, pero no me intimidan esas griteras. Los hechos
ms sangrientos de la revolucin an estaban por darse.
El general Elizalde suba hasta Babahoyo con sus tropas, mientras
que el negro Otamendi se apresuraba a llegar antes para hacerse fuerte en
La Elvira, hacienda de propiedad de Flores y lugar desde donde, bien aper-
trechado, realizara encarnizada batalla contra Elizalde y el nuevo rgimen.
El 3 de mayo se efectu el primer enfrentamiento y hubo gran
cantidad de bajas para las huestes del Gobierno Provisorio, por lo que
Elizalde hizo tocar retirada con el fn de reorganizar a las tropas y solici-
tar refuerzos a Guayaquil, para lo cual se vali de las nuevas fuerzas que
haban plegado a favor del movimiento el 15 de marzo y que venan de
Manab a las rdenes del general Jos Mara Urbina.
El 10 de mayo, Flores ya estaba en Babahoyo afnando estrate-
gias con Otamendi y decidiendo con saa refnada poner en primera fla
y como escudo humano a los prisioneros del bando nacional (soldados y
ofciales de las tropas de Elizalde), sin poder evitarse que cayeran muertos
por las balas de sus propios compaeros y amigos.
Es curiosa la pretensin que luego de algunos aos tuviera la
familia de Flores al intentar ocultar estos hechos diciendo que l nunca
hizo correr sangre ecuatoriana.
El 10 de junio, el Comandante General de la provincia del Azuay
pleg a favor de la revolucin.
Jos Joaqun de Olmedo,
Vicente Ramn Roca y
Diego Noboa Arteta,
miembros del Gobierno
Provisorio elegido el 7 de
marzo de 1845.
Ilustraciones originadas
de los retratos que
descansan en la sala de
exposicin del Museo
Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
127
Mientras esto
suceda, flas de rebeldes
comandadas por el coronel
Guerrero atravesaban la
provincia del Carchi y se
hacan ms numerosas en
cada poblacin por la que
pasaban.
La meta?: llegar a
Quito y tomarse la capital.
Rocafuerte, que a
la sazn haba sido nom-
brado por el Gobierno Pro-
visorio representante del
Gobierno Nacional cercano
al del Per, desplegaba en
Lima una gran labor de
propaganda a favor tanto
de la revolucin como del
nuevo estado poltico que estaba por imponerse. Eran cotidianas las reuniones que se realizaban en su
domicilio para conocer las ltimas novedades del pas. En una de ellas, el ilustre patricio guayaquileo
pronunci las palabras que vinieron a ser un vaticinio de lo que sucedera poco despus:
Flores cree tener derechos imprescriptibles sobre el Ecuador, es el Borbn de Bodegas (Bab-
ahoyo), donde est rifando sus ttulos de monarca. Pero no pasar mucho tiempo sin que pida la paz y
una limosna para marcharse a Europa.
A los pocos das Flores capitul al frmar el 17 y 18 de junio un convenio entre sus representan-
tes y los del Gobierno en el que sala extraordinariamente bien librado, razn por la cual muchos ilustres
ciudadanos de aquel tiempo estuvieron en contra de las prebendas entregadas en el mismo.
Pero veamos lo que dice de este evento Pedro Moncayo en su obra El Ecuador de 1825 a 1875,
sus hombres, sus instituciones y sus leyes.
Flores no era ms que un soldado traidor que se haba armado contra la Constitucin, rom-
piendo los ttulos de su autoridad.
Se le poda entregar una capitulacin y en ella todas las garantas que los gobiernos generosos
otorgan a los vencidos; pero un convenio oh!, eso fue una generosidad incomprensible que pudiramos
darle otro nombre, si no tuviramos tanto respeto a los hombres ilustres que compusieron ese gobierno.
Al infexible y prvido Pedro Carbo, uno de los adeptos de Rocafuerte, por combatir enrgica-
mente los trminos del convenio, Flores se quej y lo llam don Pedro el Cruel. De todos modos, el
convenio se frm y ms tarde fue anulado por la Asamblea Nacional de Cuenca, no por hostilidad a
Flores sino por ignominia a la Repblica.
Hacienda La Elvira de
Juan Jos Flores, escenario
sangriento de las batallas
del 6 y 10 de marzo de
1845.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
128
Como consecuencia del tratado de LA VIRGINIA se disolvi el triunvirato, no sin antes llamar
a elecciones por medio de un decreto frmado el 11 de julio de 1845.
Quedar a cargo de la Gobernacin de Guayaquil, desde el mes de agosto, don Jos Garca
Moreno.
El 11 de octubre la convencin vot: Una accin de gracias al heroico pueblo de Guayaquil
por su gloriosa insurreccin del 6 de Marzo de 1845, disponiendo que el 6 de marzo de todos los
aos se celebre una misa de gracias en todos los pueblos de la Repblica.
Es interesante conocer el anlisis que uno de los ms connotados historiadores de esta segunda
mitad del siglo, Wilfrido Loor Moreira, hiciera sobre la revolucin marcista y que refuerza nuestro punto
de vista sobre algunas causas de la misma:
...Es cierto que en Quito dicha revolucin no fue popular entre las clases aristocrticas y adine-
radas, que eran las que en esta poca tenan el control de la poltica, tanto en la costa como en la meseta
andina; el obispo, Monseor Nicols Arteta, era emparentado con la mujer de Flores y no disimulaba
sus simpatas para con este; el Coronel Adolfo Klnger, jefe de la respetable familia de ese nombre, muri
en un tumulto en Cayambe defendiendo a Flores; el General Vicente Aguirre, nombrado embajador en
Chile, aunque no llega a posesionarse es ardiente Floreano, tambin lo es J. F. Valdivieso, el segundo
personaje en el Gobierno, sin contar con los hombres y familiares de lo que hoy llamaramos clase media,
que no aceptaban de buen grado el predominio de Guayaquil aumentado ms an en los nuevos rumbos
de la poltica.
...En este panorama de suspi-
cacia regionalista, se comprende bien que
cuando el Gobierno Provisorio impuso a
Quito una contribucin para pagar a los
soldados del Norte que haban plegado a
la revuelta y que era necesario licenciar-
los, hubo rechazo en la ciudadana.
La REVOLUCIN DE
GUAYAQUIL tuvo un profundo sen-
tido nacionalista: depur la administra-
cin pblica y liber al ejrcito de esa
plaga de seudolibertadores enquistada
en l; sustituy la bandera colombiana,
introducida por Flores y considerada
extranjera, por el lbaro de los prceres
de Octubre que ese s era ecuatoriano
y smbolo de victoria y herosmo de un
pueblo que por repetidas ocasiones haba
entregado su sangre en aras de la forma-
cin de una patria grande y para todos.
El Palacio de Gobierno,
entre 1845 y 1860,
cuando an fameaba en
su mstil ms alto la
bandera nacional
impuesta en Guayaquil
a raz de la Revolucin
del 6 de Marzo de 1845
(leo que se guarda en el
Palacio de Gobierno, en
Quito).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
129
Hay revoluciones que se justifcan por los nobles y rectos propsitos que conllevan, pero existen
otras en las que imperan ambiciones bastardas. Las primeras, surgidas del esfuerzo comn de un pueblo,
tienden a restaurar el orden poltico y social que ha sido perturbado o a implantar un sistema administra-
tivo acorde con las justas aspiraciones de la colectividad. Las segundas, promovidas casi siempre por oscu-
ras ambiciones personales y secundadas por gente inofciosa, enquistada en los ms altos estamentos del
poder y acostumbrada a medrar y sacar el mayor partido posible en las revueltas, causan males incalcula-
bles que jams compensan el escaso bien que pueda derivarse de ellas.
Cuando estn bien dirigidas las primeras, hay derecho a esperar una reaccin saludable que des-
pus de eliminar lo nocivo y afrmar el patriotismo enaltezca y promueva las virtudes cvicas necesarias
para encaminar la Nacin al cumplimiento de sus ms altos ideales. Las segundas traen la decadencia de
los pueblos y la prostitucin de la libertad.
La GUAYAQUILEA del 6 de Marzo de 1845, que no sin razn fue califcada como la genera-
dora de la segunda independencia de la nacin, pas a la posteridad sin el anatema de la historia.
Porque estall para sostener la inviolabilidad de la Constitucin, precaver la alteracin de
la forma republicana y devolver a los pueblos el espritu nacional y el derecho de formar tambin
un cuerpo libre legtimo que pueda sostener con dignidad su representacin.
Palabras consignadas en el manifesto que expuso el Gobierno Provisorio a los pueblos america-
nos sobre las causas que motivaron la transformacin en nuestro pas.
Bandera y escudo
marcista que
reemplazaron los de la
Convencin de 1843, que
haban sido impuestos y
mentalizados por Juan
Jos Flores.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
130
N
o tard mucho Bolvar en
olvidar los principios por
los que luch. Su idea de
democracia y sus conceptos sobre Repblica
y otros se vieron seriamente trastornados por
el inmenso poder que lleg a tener entre sus
manos.
El contenido y los conceptos mane-
jados en la Constitucin boliviana, hija de su
intelecto, as lo demuestran.
En 1825, luego de tomar posesin
militar del Alto Per, Bolvar le dio forma a
una carta poltica que se hizo famosa por lo
poco ortodoxa, as como por lo contradicto-
ria, si la relacionamos con los principios pol-
ticos defendidos y pregonados por l hasta ese
entonces.
En carta a Santander, escrita el mismo
ao, abordaba el tema de una manera visible-
mente autocrtica, con ideas totalmente con-
trarias al espritu de soberana democrtica
que debera primar en el nuevo orden geopo-
ltico que estaba por imponerse.
Dentro de las ideas en mencin
quizs las ms destacadas eran las siguientes:
Un ejecutivo vitalicio y un
vicepresidente hereditario evita las oscila-
ciones, los partidos y las aspiraciones que
producen las frecuentes elecciones.
Tan entusiasmado estaba con la redaccin de esta carta fundamental que en la misma misiva
expresaba:
En ningn pacto de los gobiernos representativos veo tanta libertad popular, tanta inter-
vencin inmediata de los ciudadanos en el ejercicio de la soberana y tanta fuerza en el Ejecutivo
como en este proyecto.
LA PRIMERA REACCIN
PRO-FEDERALISTA DE GUAYAQUIL
Bolvar, libertador de
cinco naciones mas no
de Guayaquil, gener con
su actitud autocrtica el
primer movimiento
FEDERALISTA
GUAYAQUILEO.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
131
Sin embargo, y a medida que se difundan la estructura y el contenido del documento, este
paralelamente iba generando rechazos de toda ndole y una infnidad de conmociones revolucionarias que
pretenda, en unos casos, que se cambiara totalmente tanto en forma como en fondo y en otros que se
reformara a base de facultades dictatoriales.
El ejercicio del poder vitalicio y del poder hereditario era el factor que con mayor difcultad
encontraran aceptacin dentro de las naciones a las que, en corto plazo, el Libertador impondra la nueva
Constitucin boliviana.
Una intensa labor de difusin del documento fue emprendida por Bolvar, mediante la cual se
haca llegar a los personajes ms destacados de Amrica (as como los de mayor poder de convocatoria)
una copia para conocer las caractersticas de dicha carta fundamental.
Olmedo se hallaba dentro de ese selecto grupo. Pero el vate guayaquileo no coincidira jams
con este mal disfrazado proyecto de monarqua, al punto de contestar la misiva de la siguiente manera:
Hablo, entre otras cosas de la sucesin en el Poder.
Tenemos muchos hombres probados? Las precauciones que ahora parecen justas, porque se
est formando la nacin, no sern con el tiempo ocasiones peligrosas? Y un jefe tendr siempre
bastante virtud para no limitar en sus hijos, pariente, sus amigos la eleccin del Congreso o asegurar
en su familia o en su secta la herencia del poder?
Esta condicin del proyecto ha hecho flosofar y politiquear
mucho por ac (habla de Europa, pues se hallaba en Londres como
Presidente de la Legacin del Gobierno Peruano), porque en efecto ha
habido monarquas muy estrictas, muy rigurosas en que no era tan
rigurosa la sucesin hereditaria.
Yo mismo no estoy lejos de creer que este carcter no cuadra
bien con la idea de Repblica.
La opinin de un hombre de la talla de Olmedo era muy valiosa
en asuntos como el que se trataba, pero para alguien como Bolvar esta
crtica frontal contra sus ideas no tuvo ningn peso, al punto de que poco
tiempo despus iniciaba las gestiones para que la Constitucin boliviana
(mentalizada por l y en la que se perciban ya los delirios megalmanos
que adquiri) reemplazara a la puramente democrtica que redactara San-
tander en Ccuta y que era la que rega para la Gran Colombia.
Las reacciones no se hicieron esperar. Estas se iniciaron en Vene-
zuela, donde el general Pez, desconociendo la autoridad del Congreso
bogotano y promoviendo la independencia del Distrito del Norte a favor de
la federalizacin de la regin, convoc al pueblo venezolano a una Asam-
blea Constituyente.
La reaccin venezolana fue secundada por el Departamento de
Guayaquil el 6 de julio de 1826, lo que complic los planes de Bolvar y lo
movi a dirigirse a la ciudad para aplacar los nimos y manipular la opinin
pblica.
Olmedo, crtico durante
los intentos monrquicos
de Simn Bolvar.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
132
Su genio pol-
tico y su extraordinaria
elocuencia obtuvieron
de las autoridades del
puerto, as como de los
sectores ms infuyen-
tes, un tcito respaldo a
su posicin que se vio
refejado en la Asamblea
del 26 de agosto, en la
que, en el numeral 3
del documento por sus-
cribirse, resolvi apoyar
al Libertador y pronun-
ciarse a favor del Cdigo
boliviano.
Este apoyo no dur mucho tiempo, pues la fermentacin social provocada por la actitud dicta-
torial y ya seudomonrquica de Bolvar caus una reaccin en el Per, que repercuti de manera directa
en nuestra regin y particularmente en la ciudad de Guayaquil.
Es que la implantacin de la Constitucin boliviana haba generado dos problemas muy serios
en el Per: el primero, un brote de nacionalismo liberal acaudillado por el general Santa Cruz, y el
segundo, la insubordinacin en contra de Santa Cruz por parte de la tercera divisin del ejrcito auxiliar
de Colombia y a la vez contrario a toda idea de federalismo. Esta situacin y la llegada a nuestra ciudad de
la divisin mencionada provocaron que la Municipalidad, el pueblo y los regimientos Guayas y Hsares
declararan a Guayaquil Departamento Federal el 16 de abril de 1827 y designaran al Mariscal Lamar jefe
civil y militar de la plaza.
La rebelda de Guayaquil al ver una vez ms violados sus derechos se hizo sentir, enfrentndose
nuevamente al todopoderoso Bolvar como lo haba hecho siete aos atrs contra la Corona de Espaa al
declararse independiente de su poder monrquico y absolutista.
El Municipio guayaquileo no dud ni un momento en poner bien clara su posicin y dirigi
una comunicacin al jefe de Estado mayor de esta gobernacin en la que le deca lo siguiente:
La Municipalidad ha cumplido hasta esta fecha con los deberes a que est constituida y
protesta a ser lo mismo en adelante. Vuestra seora tiene a sus rdenes las tropas y las fuerzas sutiles
que guarnecen esta plaza y estamos en el caso de que V.S. con ellas y con el pueblo todo se ponga en
la vigorosa defensa que exigen las circunstancias tomando al efecto cuantas disposiciones consideran
oportunas.
Sumando a esto las palabras siguientes:
Los guayaquileos han protestado y jurado no admitir la fuerza de autoridad ninguna
que los trate como a colonos rebeldes.
Mapa de la
Gran Colombia en el
que se aprecia el gran
departamento de
Guayaquil, corazn
del distrito del SUR.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
133
El 25 de julio de 1827, Guayaquil adopt la
forma federal de gobierno al suscribir un acta en la que se
expresaban los siguientes fundamentos:
El Departamento no solo se halla actualmente
en la aptitud de elegir la forma de gobierno que ms le
convenga a su felicidad, sino que habiendo conseguido
en el memorable 9 de Octubre de 1820 su independen-
cia y libertad por sus propios esfuerzos se cree con ms
derechos que el imprescriptible que tiene los pueblos,
de formar una familia y de constituirse removiendo los
obstculos que se le presenten aunque sea resistiendo
a la fuerza que los oprime. Hemos tenido a bien y
necesario, remarcan los asamblestas, declararnos, como
desde luego nos declaramos, por la forma federal de
gobierno.
Luego de suscrita el acta, Diego Noboa y Anto-
nio Elizalde fueron nombrados intendente y comandante
del Ejrcito, respectivamente.
La noticia de los cambios geopolticos experimen-
tados en el Distrito corrieron como plvora y en muy corto
tiempo Guayaquil obtuvo pronunciamientos a favor por
parte de innumerables poblaciones, dentro de las cuales se
contaron como primeras las de Daule, Baba, Portoviejo,
Santa Elena, Jipijapa y Montecristi.
Se lleg a asociar la idea con una posible disolucin de los tres departamentos que formaban el
Distrito del Sur para la creacin de un estado independiente de parte del Departamento de Guayaquil.
Finalmente, Bolvar resolvi convocar a una convencin para arreglar y defnir la turbulenta
situacin que se haba formado. Guayaquil deposit en dicho encuentro su esperanza de obtener atencin
a sus ideas federalistas.
Luego de reunida la convencin y presentadas las ponencias liberal y federalista de Santander y
la autocrtica, vitalicia y hereditaria de Bolvar, este ultimo asumi las facultades extraordinarias al aducir
que el estado moral del ejrcito as lo requera y obtuvo, como es lgico, el apoyo a su propuesta.
De esta manera, el grito de justicia que Guayaquil levant en ese entonces fue ahogado, una
vez ms, por Bolvar. Pero no sera por mucho tiempo, porque 18 aos despus y luego de haberse disuelto
la Gran Colombia y formado el Estado ecuatoriano, era Guayaquil la que levant su voz y su puo nue-
vamente en pos de la democracia y la consolidacin republicana de la nacin
Esto sera el 6 de Marzo de 1845
Pero esto ya es otra historia.
Guayaquil adopt la
forma federal de gobierno
el 25 de julio de 1827.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
134
P
ara hablar de nuestro reloj pblico o municipal es necesario remontarnos al tiempo en el
que los guayaquileos saban de la hora en que vivan gracias a las campanadas dadas por
las iglesias de la ciudad.
Historiadores y cronistas como Pedro Jos Huerta y Modesto Chvez Franco nos cuentan que
la primera mquina de reloj que tuvo Guayaquil se hallaba en una pequea torre adjunta a la Casa de
las Temporalidades y que esta perteneca a la Compaa de Jess, orden que haba sido la responsable de
traerla a mediados del siglo XVIII. Muchas conjeturas se han hecho sobre el origen de esa vieja mquina,
pero todas apuntan a que fue trada por los jesuitas y trasladada a la Casa del Cabildo luego de la expulsin
de estos, y que fnaliz su construccin en 1816.
EL RELOJ PBLICO
El reloj municipal en la
torrecilla de la Casa
Consistorial tal y como se
vea para 1898.
Grabado de D. Lancelot.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
135
Desde su traslado este anti-
guo reloj no par de dar problemas,
bien sea porque fue rearmado defec-
tuosamente o porque algn accidente
en dicho traslado lo da, lo que
produjo su psimo funcionamiento.
Hay que tener en cuenta
que la escasez de fondos que aque-
jaba permanentemente al Cabildo
no ayudaba para darle un adecuado
mantenimiento, razn por la cual la
situacin se agravaba an ms. En
1835 se contrat al relojero Samuel
Guillpin para que reconstruyera el
reloj y lo hiciera funcionar tal y como
en sus mejores tiempos. Lastimosa-
mente, Guillpin era un vivo de siete
suelas que lo nico que intentaba era
estafar al Cabildo.
En 1837, el corregidor Juan de Avils interpuso un pedido al Cabildo para que se comprara
a la mayor brevedad posible una nueva mquina, ya que el viejo reloj no serva. Largo y tedioso fue
el camino para llegar a conseguir los fondos que se requeran para dicha adquisicin, pero fnalmente
Manuel Antonio de Luzrraga dio en prstamo el dinero necesitado por el Cabildo para que encargara
a Inglaterra un nuevo reloj y lo pusiera en funcionamiento en el lugar ocupado por muchos aos por la
antigua mquina.
El pedido del reloj se hizo bajo las condiciones siguientes:
1.- Cuanta: que su valor no excediera de mil quinientos pesos.
2.- Resistencia: que su maquinaria fuera construida de materiales bastante fuertes para sufrir y
resistir el calor y la humedad, intensos en nuestros climas tropicales.
3.- Visualidad: que las esferas fueran bien claras, de nmeros latinos negros sobre campo
blanco.
4.- Acstica: que diera las horas y cuartos en una campana cuyo taido pudiera orse hasta una
legua de distancia.
5.- Magnitud: que para sus dimensiones se tuvieran presentes las de la torre del edifcio munici-
pal, que son: 11 pies y 4 pulgadas de elevacin y 9 pies 7 pulgadas de dimetro en el cuerpo de ella para
alojar el reloj y que, fnalmente, el cable de las pesas no se desarrollara en una longitud mayor de 12 pies
9 pulgadas.
Habindose comisionado al corregidor Bernal para la adquisicin del nuevo reloj, este encarg
la mquina en mayo de 1839 a la casa Santiago Moore French de Londres.
Se presume que el origen
del reloj se debe a los
Jesuitas que luego de la
expulsin de stos fue
trasladado a la Casa del
Cabildo. Este viejo reloj
fue remplazado por uno
nuevo trado de Londres
e inagurado por Vicente
Rocafuerte el 9 de octubre
de 1842.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
136
Largo tiempo tuvo que pasar para
que llegara el reloj a la ciudad y como si
fuera un smbolo de lo que estaba por suce-
der, vino en 1842 para anunciar, con sus
campanadas, el momento fnal de la febre
amarilla, azote que acab con gran porcen-
taje de su poblacin en tiempos de la gober-
nacin de Vicente Rocafuerte.
El 9 de septiembre de 1842, el
corregidor de aquel entonces, Jos Mara
Maldonado, cont la buena nueva al Cabildo
y le particip la llegada de la famante
maana, as como las gestiones que se ini-
ciaron para que un mes despus, es decir el 9 de octubre, Vicente Rocafuerte pudiera inaugurarlo en la
torrecilla de la Casa del Cabildo, reemplazando al viejo reloj de los jesuitas.
El pago del reloj se hizo a la casa Luzrraga con impuestos recogidos para el efecto.
Que cunto cost el reloj? No lo sabemos, pero no debi ser mayor a 1.500 pesos, ya que esta
fue una de las condiciones para su encargo y consta en documentos que la deuda adquirida con Luzrraga
se sald de la siguiente manera: 1.000 pesos en diciembre de 1841 y los restantes 500 asignados al presu-
puesto de 1842 para ser pagados en los primeros meses.
Podra parecer que la historia del reloj termina aqu, ya que la misma mquina que Rocafuerte
inaugur el 9 de octubre de 1842 es la que todava nos acompaa en la Torre Morisca del malecn, hoy
despus de 165 aos, pero no es as, ya que los domicilios por los que ha tenido que pasar desde aquellos
lejanos das en los que daba sus campanadas
en la torrecilla son algunos.
En 1905 fue trasladado con todo
y torre hacia la cubierta del Mercado de la
Orilla (frente a la Casa del Cabildo), ya que
la vetusta y anciana Casa Consistorial ame-
nazaba ruina, siendo esta una de las razones
por las que fue incinerada tres aos des-
pus.
En 1916 se aumentaron 2 volme-
nes bajo la torre para darle ms altura y per-
mitir que las campanadas se escucharan en
toda la ciudad. Poco tiempo se mantuvo en
este sitio, ya que el 6 de junio de 1921 la
Municipalidad contrat a Nicols Virgilio
Bardellini para que construyera una torre
El Mercado de la Orilla
ostentaba para 1904 en
su cubierta la antigua
torre de la Casa del
Cabildo, convirtindose
as en el segundo
domicilio de nuestro Reloj
Pblico. Para 1910 se
har ganar altura a la
torrecilla con el fn de que
las campanadas del reloj
puedan ser escuchadas en
toda la ciudad.
El reloj en la Casa
Consistorial, 1870, vista
desde el ro Guayas. La
planta baja era ocupada
por los locales comerciales
que generaban parte de
las rentas necesarias para
su mantenimiento.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
137
de hierro revestida de cemento en un muro
saliente del malecn (emplazamiento del anti-
guo muelle municipal) frente a la avenida 10
de Agosto.
Esta torre tuvo 22 metros de altura y
estuvo conformada por una secuencia de vol-
menes cbicos de tamao creciente de arriba
hacia abajo, en cuyo nivel superior se coloc la
mquina del Reloj Municipal.
El costo de la construccin ascendi
a 10.000 sucres y el tiempo que se dio para su
ejecucin fue de cinco meses.
Pocos aos dur nuestro reloj en la
torre mencionada, ya que en 1927 fue remo-
vido por fallas en su estructura, la base de
la torre se destin para servicios higinicos
y se mantuvo embodegada la mquina hasta
segunda orden.
En 1930 se iniciaron las gestiones
para construir una nueva torre para el Reloj
Municipal, las que estuvieron enmarcadas
dentro del proceso de embellecimiento del
malecn y la creacin del Paseo de las Colo-
nias.
Es as como el 24 de mayo de 1831
se inaugur la nueva torre, de caractersticas
moriscas y estructura de hierro forjado y hor-
mign, levantada por el ingeniero Francisco
Ramn y el arquitecto J. Prez Nin y Landn.
Sobre la Torre Morisca, nuestro que-
rido y antiguo reloj ha visto tantos momen-
tos de gloria como de tristeza mantenindose
hasta la actualidad como testigo de nuestro
pasado, dando la hora de nuestro presente y,
Dios mediante, la de nuestro futuro tambin.
Para 1931 Guayaquil
ver construir una nueva
torre para el antiguo
Reloj Municipal.
Esta torre con
caractersticas moriscas
pas a embellecer an
ms el Malecn en el
sector del Paseo Las
Colonias.
En 1921, el ilustre
Ayuntamiento contrata
con Nicols Virgilio
Bardellini la construccin
de una torre de hormign
armado para que
sirva de albergue
al Reloj Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
138
H
ace ya
algunos
aos, en
el transcurso de una investi-
gacin que realizaba sobre la
historia de nuestra moneda
y en la que era imprescin-
dible contar con la fecha
en que haba fallecido
Manuel Antonio de Luz-
rraga, acud a la fuente que
en ese entonces consideraba
ms confable y que era la
obra Los Bancos del siglo
XIX, de Julio Estrada Ycaza,
sin resultado alguno pues el
libro no consignaba el dato
buscado, an cuando s haca hincapi en que el susodicho haba sido el fundador del primer
banco particular de la nacin en 1860.
Realmente me sorprend. Que por qu la sorpresa? Pues sencillamente porque meses
antes haba ledo en La Unin Colombiana, diario guayaquileo de
mediados del siglo XIX, el informe que Teodoro Maldonado diriga
a los accionistas del Banco Particular de Descuento y circulacin de
Guayaquil, en el que, entre otras cosas, tocaba la actitud especialmente
hostil con que una casa comercial extranjera trataba al banco, parti-
cularmente al desacreditar su crdito y el valor de los billetes que haba
puesto en circulacin, dando a entender que si an viviera el fundador
de dicha casa, quien realmente era un caballero, no se habra dado este
tipo de problemas.
Atenindonos a las fechas de la publicacin (enero de 1863)
y de la supuesta fundacin del banco de Luzrraga (1860), tendramos
que contemplar dos opciones: que Luzrraga muri poco tiempo des-
pus de fundar la casa bancaria en 1860 o que no haba sido Manuel
Antonio el fundador del banco sino uno de sus hijos.
LA MUERTE DE MANUEL ANTONIO
DE LUZRRAGA
Local en el que funcion
la Casa Comercial de
Manuel Antonio de
Luzrraga (av. 9 de
Octubre y Pichincha).
Billete de 4 pesos del
Banco de Manuel
Antonio de Luzrraga,
billete de 1 peso en el
que se lo puede apreciar
a l y a su esposa, doa
Francisca Rico y
Rocafuerte.
Manuel Antonio
de Luzrraga.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
139
Una cosa iba en contra de la comprobacin de la segunda hiptesis y esta era de que las
frmas consignadas entre los papeles de Luzrraga de 1860 y de 1863 eran, si no iguales, por lo menos
muy parecidas.
Pero con estos documentos tambin se desvirtuaba la posibilidad de que Manuel Antonio
hubiese muerto a raz de fundar el banco. No poda ser! Pues de ser as, Teodoro Maldonado sufra
una terrible confusin totalmente inadmisible, debido a las peculiares caractersticas en tamao que
la ciudad tena en ese entonces, por lo cual todos se conocan entre s; mxime que l estaba
hablando de alguien que se desenvolva en la misma actividad suya.
La otra posibilidad que permita la solucin del misterio sera que algn hijo de
Luzrraga se hubiera llamado igual que su padre y hubiese tenido una frma similar. Esto
solo poda saberse investigando dentro de la genealoga de esta familia que, a Dios gracias,
se hallaba consignada en la obra de Pedro Robles Chambers: Contribucin para el estudio de
la sociedad colonial de Guayaquil.
Qu obtuvimos de nuestros pesquisas? Pues ms confusin. Que por qu! Pues
en los diez hijos que tuvo don Manuel Antonio en su esposa Francisca Javiera Rico y Roca-
fuerte, sobrina de Vicente Rocafuerte, ninguno se llamaba como el padre. Vanlo ustedes:
1.- Manuel Jos Vicente Mara de los Dolores de Luzrraga y Rico, nacido el 19
de abril de 1823.
2.- Teodoro Joaqun de Luzrraga y Rico, nacido el 9 de agosto de 1826.
3.- Adela de Luzrraga y Rico.
4.- Juan Jos de Luzrraga y Rico.
5.- Luis de Luzrraga y Rico
6.- Jos Antonio de Luzrraga y Rico
7.- Miguel de Luzrraga y Rico
8.- Rosario de Luzrraga y Rico
9.- Mara Mercedes de Luzrraga y Rico
10.- Francisco Javier de Luzrraga y Rico (a este ltimo, hijo de don Manuel
Antonio, fue conferido en 1872 por parte de la colonia espaola el ttulo de Conde por
servicios distinguidos).
Pero aunque ningn hijo se llam Manuel Antonio, s tuvo dos nietos que lle-
varon ese nombre:
1.- Manuel Antonio de Luzrraga Wright, cuarto hijo de Juan Jos de Luz-
rraga y Rico, quien a su vez fue el cuarto hijo de Manuel Antonio y Rico.
2.- Manuel Antonio de Luzrraga Barrn, segundo Conde de Luzrraga, pri-
mognito de quien fue el dcimo y ltimo hijo de don Manuel Antonio; Francisco Javier
de Luzrraga y Rico, primer Conde de Luzrraga.
Vista la descendencia de nuestro personaje, se nos abren dos nuevas posibili-
dades para dilucidar el problema: la primera, que su primer hijo Manuel siguiera fr-
mando como el padre y en consecuencia fuera responsable de alguno de los hechos que
se le imputaron a don Manuel Antonio.
Pintura del
Almirante
Manuel
Antonio de
Luzrraga,
hecha por
Antonio
Salas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
140
La segunda, que su nieto Manuel Antonio de Luzrraga y Wright, quien trabajaba en la casa
comercial de su abuelo, sigui frmando como l, creando esta confusin.
Pero cmo podramos probar estas hiptesis?
Primero que nada asegurndonos de que Manuel Antonio de Luzrraga y Echezurra
haba muerto antes de la fundacin del banco que llev su nombre. Para el efecto buscamos en
cuanto libro, revista o documento nombrara ese apellido y nos sorprendi sobremanera, como
se daba como cosa juzgada, que nuestro personaje s haba sido el fundador de la Casa
Bancaria.
Solo un dato aislado, tomado de Crnicas de Guayaquil antiguo, de Modesto
Chvez Franco, respaldaba la parte de informe de Teodoro Maldonado, publicado
en 1863, en el que se hallaba que don Manuel habra sido muerto en 1860 o
antes.
En la pgina 229 del segundo tomo de su obra, el cronista guayaqui-
leo inicia un relato titulado Un prcer del fuste fuera del fuste en el cual, entre
otras cosas, anota lo siguiente: el ao 1859 se fue a Espaa don Manuel en
busca de salud y Guayaquil perdi uno de sus prceres y ferviente factor de su
progreso, pues falleci en Cdiz (pg. 235, 2 primeras lneas).
Pero incluso para Chvez Franco, don Manuel Antonio segua siendo el fun-
dador del banco, sin darse cuenta de que esto era imposible, pues dicha institucin fue
fundada, segn sus propios datos, un ao despus de la muerte de don Manuel. Aqu
la confusin, sin duda alguna, radica en quin fund la Casa Comercial?, quin con-
virti en banca dicha casa?, cmo contestar de manera defnitiva a estas preguntas,
si la informacin con la que contbamos an no posea el peso necesario para dar
una respuesta con un buen respaldo histrico y documental?
Para este tiempo, en que gastbamos los ratos libres en tratar de llenar las
lagunas de nuestra historia, sali a la luz un libro escrito por el doctor Csar Cabezas y
Cabezas, publicado por el Instituto de Historia Martima y cuyo ttulo era Historia de
un almirante olvidado, en el que constaba la biografa de Manuel Antonio de Luzrraga
y Rico. Y para cuya elaboracin me habra ofrecido en el pasado, poniendo a las rdenes
el vasto material que sobre este personaje descansa en el Archivo Histrico de la Biblioteca
Municipal.
Desgraciadamente, algunos factores ajenos a la voluntad de los autores de la obra le
impidieron sacar datos de esta fuente, por lo que esta no solo no est completa, sino a ms de
eso, seguira manteniendo errores como que Luzrraga (padre) habra sido el fundador del
primer banco guayaquileo y por ende el fundador del primer banco nacional.
A partir de ese entonces inici un anlisis grafolgico de las frmas de Luzrraga
contenidas de la informacin en la documentacin que va desde 1835 a 1855 y detect
intereses, cambios en los rasgos a partir de 1855. Podra ser que a partir de ese ao el
hijo comenz a manejar la empresa y en consecuencia sera el responsable directo de
todos los cambios en los que la Casa se vio involucrada?
Juan Jos de
Luzrraga y Rico,
cuarto hijo de don
Manuel Antonio y
padre de Manuel
Antonio de
Luzrraga Wright.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
141
Pero habiendo visto como vi, a lo largo de toda la investigacin, lo estrecha-
mente unido que estaba don Manuel Antonio a sus negocios, dudo que este los hubiera
dejado totalmente en manos de su hijo, a no ser que algo muy grave o un fuerte que-
branto en su salud as lo exigiera.
Pero cmo explicar entonces ese cambio radical en el manejo de la empresa;
cmo explicar las palabras de Teodoro Maldonado publicadas en 1863, con las que nos
permita suponer que don Manuel habra muerto algunos aos antes de darse esa publi-
cacin; cmo entender la aseveracin de Modesto Chvez Franco que don Manuel habra
muerto en Cdiz en 1859 un ao antes de la fundacin del banco que llev su nombre, y
por ltimo, cmo explicarse las radicales diferencias grafolgicas entre las frmas consig-
nadas en los documentos que van de 1830 a 1855 y los de este ao en adelante.
Pues la nica manera era aceptando que nuestro personaje hubiera cado enfermo
alrededor de 1855 y habra muerto en 1859 en Cdiz, lo que nos permita encajar todas las piezas del rom-
pecabezas en su respectivo lugar y como dicen a veces una cosa suele llevar a otra. En el Archivo Histrico
Municipal, durante el proceso de foliacin de documentos, la encargada de esta dependencia, licenciada
Mariana Ochoa, encontr un documento que hablaba sobre el testamento de Manuel Antonio de Luzrraga
y Echezurra y consignaba la respuesta fnal de todas nuestras interrogantes, es decir, el ao exacto de su
muerte: 1855.
El documento en mencin, que est fechado 1 de abril de 1857 y dirigido por el Ministro del
Interior al Gobernador de la provincia de Guayaquil (Tomo 578, Folio 0000065), entre otras cosas dice:
...Seor encargado de negocios de la Repblica de Francia procur remitir a este despacho una copia
autntica del testamento del fnado seor Manuel Antonio de Luzrraga, que falleci en Cdiz el ao
de 1855; fue como muy bien ha opinado el Seor Jefe Poltico, solo teniendo a la vista este documento
podr saberse con seguridad cul haya sido el verdadero capital perteneciente a la mortuoria, entonces,
se descubrir tambin si en los inventarios presentados por el albacea para la deduccin del impuesto
aplicado a los fondos de manumisin, ha habido o no ocultacin de bienes.
Con este hallazgo ha quedado comprobado de manera irrefutable que el responsable de la fun-
dacin del banco fue el hijo y no el padre, quedando desvirtuada cuanta aseveracin se hiciera en el
sentido contrario que fue Manuel de Luzrraga y Rico quien frm toda la informacin de la Casa desde
1855 y que, adems, tanto la fecha consignada como la de la muerte de Luzrraga en la obra Crnicas de
Guayaquil antiguo, como el dato registrado en las Memorias de medio siglo del Banco del Ecuador, sobre
el fundador del primer banco guayaquileo, son errores que han ayudado a mantener esta equivocacin
como un hecho cierto incluido en las pginas de nuestra historia.
Creemos, eso s, en lo involuntario de ellos, primero porque es muy factible que el de Chvez
Franco sea incluso un error mecanogrfco al momento de anotarse la fecha (puesto que s acierta al citar
Cdiz como el lugar de su fallecimiento), y porque en el caso del libro del Banco del Ecuador, Manuel de
Luzrraga y Rico, en homenaje pstumo a su padre, debi dar su nombre a la Casa como el mentaliza-
dor de la fundacin del banco, aun cuando en la realidad esto se hubiera dado cinco aos despus de su
fallecimiento.
En orden constan la
frma de 1830 al 1855
y la frma de 1855 en
adelante.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
142
A
bordar este tema es intentar cono-
cer la manera en que histricamente
se desenvolvi nuestra ciudad en
aspectos tales como su economa y sus relaciones con
el poder central, que siempre orquest la manera en
que debamos conducir nuestro destino.
Los modestos inicios de la urbe se vieron
refejados en las no menos modestas construcciones
de nuestro primitivo Ayuntamiento, as como tam-
bin en los cambios que este experiment en sus
nuevas edifcaciones y emplazamientos.
Historiadores como Pino Roca y Chvez
Franco realizaron en el pasado sendos estudios en los
que se dilucidaban algunos aspectos del largo pere-
grinar realizado por el Cabildo hasta ocupar su def-
nitiva ubicacin al pie del ro, pero ninguno de esos
trabajos abarc el espectro total de ese recorrido.
Por este motivo me pareci de sumo inte-
rs recopilar todo lo que se ha investigado sobre el
tema y entregarlo en un solo documento para apre-
ciar de qu manera se llev a cabo su accidentada
evolucin.
E L CA B I L DO COLONI A L E N S US I NI CI OS
L
as noticias ms antiguas que tenemos del emplazamiento de las casas del Cabildo datan
de 1590, fecha citada por Estrada en la Gua histrica de Guayaquil y en la que nos entera
de que en este ao la poblacin se hallaba sobre el cerro Santa Ana en la zona conocida
como La Plaza de Arriba, incluyendo entre sus construcciones tanto la Casa del Cabildo como la Iglesia
Mayor.
Es necesario aclarar que cuando decimos casas del Cabildo nos referimos a todas las construccio-
nes que la institucin edilicia utilizaba para cubrir sus funciones, las que para ese entonces no se realizaban
en su totalidad bajo un mismo techo.
LOS DOMICILIOS DEL CABILDO
1590 - 1929
Las Casa del Cabildo, por
1770, de acuerdo con la
informacin consignada
por el Ing. Francisco de
Requena y el gobernador
de Guayaquil, don
Manuel Garca de Len y
Pizarro.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
143
El incendio de 1590 destruy una buena parte de la poblacin, pero no los domicilios en los
que funcionaba el Cabildo, construcciones que con mucho esmero haban sido trabajadas con madera de
roble y techadas con las mejores tejas de entonces, seal de la arquitectura ms notable realizada para esa
poca en Guayaquil.
En 1600, el Cabildo tena como fuente de ingresos 4 tiendas de mercaderas tanto nacionales
como extranjeras y que funcionaban en los locales ubicados en los bajos de las casas que el Municipio uti-
lizaba para sus sesiones. Sin embargo, y aun cuando los registros de la poca consignan la existencia de dos
edifcaciones bien trabajadas, para 1634 estas se haban deteriorado, bien sea por los incendios a los que
estuvieron expuestas o por errores en su mantenimiento. Lo cierto es que en esta fecha el Ayuntamiento
estuvo funcionando en casa del Justicia Mayor don Pedro Alfonso Casco, lugar adonde se haba trasladado
el pequesimo fragmento del archivo que se haba salvado del ataque de los piratas perpetrado en 1624,
as como del incendio pocos aos despus.
En 1635, el Ayuntamiento intent vender los solares que posea cerca de la Plaza Mayor y que le
haba dado en 1600 el virrey Luis de Velazco con la fnalidad de construir un edifcio propio, ya que esta-
ban funcionando de prestado en la sala del domicilio donde viva el corregidor Valentn de Valenzegui.
La antigua edifcacin en la que atendi el Cabildo hasta 1634 se derrumb en este ao, razn
por la cual el Municipio porteo inici las gestiones tendentes a construir un inmueble de su propiedad.
En 1636 continu la mala racha del archivo, ya que otro incendio acab con los restos que de
l quedaban, destruyndose con ello las ordenanzas y privilegios que se hallaban consignados en dichos
documentos y que le conferan derecho sobre algunos solares de importancia en la urbe.
En 1638, el Cabildo cambi
nuevamente de domicilio, puesto que se
traslad de la casa de campo de Baltasar
Malo de Molina a la del corregidor Juan
de Hinojosa y Chvez, ya que el primero
haba solicitado su desalojo por falta de
pago de los arriendos.
El nuevo domicilio del Ayunta-
miento estaba ubicado en la parte baja
de la ciudad, lugar adonde se haba tras-
ladado su centro administrativo y comer-
cial.
Tres aos despus, en 1644, el
Cabildo decidi edifcar su casa en la
plaza de Santa Catalina (probablemente
en la zona donde hoy se encuentra la
Espol), pero la imposibilidad de vender los
viejos solares que le pertenecan elimin
toda esperanza de realizar el proyecto.
Grabado que ilustra la
Casa del Cabildo.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
144
El Cabildo guayaquileo, consciente de
la necesidad imperiosa que lo aquejaba, recolect
dinero y materiales con los vecinos de la pobla-
cin, remat las propiedades y solares que le perte-
necan e incluso vendi un esclavo para aumentar
sus fondos y encargar la implementacin de la
obra al corregidor Miguel Navarro y Goyoneto.
Parece que s se inici la construccin de
la casa del Cabildo, pero no se la termin, ya que
en 1650 el Ayuntamiento reapareci funcionando
en la casa del corregidor Francisco Vsquez de
Silva, a quien los cabildantes le informaron que las
ltimas casas que el Municipio posea se haban
derrumbado 20 aos atrs debido a su vetustez.
NUE VOS T R A S L A DOS
P
ara esta poca una gran laguna
de informacin cubre los archivos
tanto locales como nacionales y
no se conoce si entre 1650 y 1688 se hizo alguna construccin para que sesione el Cabildo. Lo cierto es
que para este ltimo ao y luego de la decisin de trasladar Ciudad Vieja a Ciudad Nueva, el general Blas
Garca de la Pea, contratista constructor, inicia en 1696 los trabajos para levantar las casas del Cabildo
cerca de donde hoy se encuentra el Palacio Municipal. Estas edifcaciones, recibidas de manera defnitiva
en 1708 por el Ayuntamiento (y por las que este pag 6.500 pesos), son las consignadas en el plano de
Alcedo de 1740, en la orilla del ro.
Veinte aos despus, nuevamente las edifcaciones del Cabildo amenazarn ruina, por lo que se
har indispensable su reparacin para prolongar su vida til algo ms de 9 aos.
En 1737, el Cabildo se trasladar a la sala de la casa del corregidor Juan Miguel de Vera y
Gastel, mientras que el maestro Agustn Salvatierra construir una nueva edifcacin que no podr ser
utilizada sino hasta 1750, cuando fnalmente fue concluida luego de superar problemas econmicos en su
nuevo emplazamiento, diagonal a la iglesia matriz y frente a la Plaza de Armas en Ciudad Nueva (actual
calle 10 de Agosto y Escobedo esquina).
E L CA B I L DO E N E L E DI F I CI O DE L A C RCE L
E
n 1810, el Cabildo se traslad de domicilio hacia el antiguo edifcio de la crcel (que
estaba en las actuales calles 10 de Agosto y Pedro Carbo), cuya construccin se realiz a
fnes del siglo XVIII y sirvi, en lo futuro, para establecer la necesidad de un edifcio ms
grande, para que luego de su edifcacin funcione el Ayuntamiento.
Toma frontal de la
antigua Casa Consistorial
en donde se puede
apreciar tanto la Torre
del Reloj, levantado por
Rocafuerte en el ao
1842, como el muelle
del antiguo Mercado
Colonial que se
encontraba anexo a la
edifcacin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
145
L A CA S A DE L CA B I L DO F R E NT E A L R O
E
l 6 de abril de 1802, luego de una larga gestin mediante la cual el Cabildo solicita per-
miso a Quito para construir una Casa Consistorial ms cmoda y funcional, este recibe
una contestacin en la que se le aprueba el pedido siempre y cuando el desembolso no
exceda los 20.000 pesos.
El 27 de agosto del mismo ao, el Ing. Luis Rico termina los planos, pero debe esperar para
iniciar la construccin hasta mediados de 1803, luego de que el gobernador Bartolom Cucaln y Villa-
mayor se hace cargo del proyecto.
Se remata en 11.000 pesos la casa del Cabildo diagonal a la iglesia matriz y se conforma un
comit para la ereccin de la nueva construccin, el que ir distribuyendo prudencialmente los fondos
con los que ya contaban.
El 3 de agosto de 1804 se clavan los primeros estantes destinados a la torre que albergar la
campana de los jesuitas y posteriormente el reloj pblico.
El techo se construy en teja de Samborondn y el portal y pasadizo, de piedra; las paredes se
hicieron con caa empaetada, particularmente las de los locales comerciales de la planta baja, no as las
de la planta alta que fueron fabricadas en madera.
Contara con 7 grandes riendas, abiertas hacia la calle de la orilla y 14 pequeas, hacia la plaza
del mercado.
La falta de fondos hizo paralizar la obra en 1805 y qued estancada hasta 1816. Un buen
nmero de operarios, bajo la direccin del maestro mayor Miguel Muoz, emprenden tenazmente su
labor y fnalizan su construccin los primeros das de enero de 1817, tras solucionarse otra vez los proble-
mas econmicos.
La primera sesin del Cabildo en CASA
NUEVA se realiz el 25 de febrero de 1817.
En esta histrica construccin se frm el
acta de la independencia el 9 de Octubre de 1820.
Nacer la repblica de Guayaquil el 11 de noviembre
del mismo ao (al frmarse el reglamento provisorio
que manejara la vida jurdica del nuevo estado). Se
instituir el gobierno provisorio que manejar los des-
tinos de la patria a partir de marzo de 1845, viendo a
ms de estos HECHOS HISTRICOS, pasar otros
muchos eventos por sus claustros, todos ellos deciso-
rios del destino de la ciudad y de la patria.
En 1908, luego de ms de un siglo de haberse
iniciado su construccin, el Cabildo decide incinerarla
junto a su vecino, el antiguo mercado de abastos,
debido al alto ndice de contaminacin con ratas por-
tadoras de bubnica que plagaban el lugar.
Panormica en la que
se aprecian el edifcio de
la Casa del Cabildo y
la Sala que luca en
esa poca. El edifcio del
Ayuntamiento fue
terminado de construir
en 1817 y hubo que
incinerarlo en 1908 por
los altos ndices de
insalubridad que haba
aledaos a l, as como
su avanzado grado de
vetustez.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
146
Poco antes de ser incinerada
la Casa Consistorial, el Cabildo se tras-
lad con todos sus enseres al edifcio del
colegio Vicente Rocafuerte que estaba
a una cuadra de la antigua edifcacin
(en el terreno que hoy ocupa el edifcio
del Correo). En este lugar se mantuvo
hasta el incendio del colegio, acaecido
en 1911, cuando, por obvias razones,
se ve obligado a trasladarse a uno que
se levantaba en donde se halla actual-
mente el Club de la Unin.
L A CA S A MUNI CI PA L DE L A CA L L E 1 0 DE AGOS TO
E
n 1912, luego de ser acondicionada la construccin ubicada en las calles Chile y 10 de
Agosto, el Municipio se traslad al que por casi 15 aos sera conocida como la Casa
Municipal y junto a la cual pocos aos despus se edifc el maravilloso palacio que alber-
gara la Biblioteca y Museo municipales.
Es desde este sitio que el 27 de febrero de 1929 se traslad al portentoso Palacio Municipal, cuya
construccin se haba iniciado en 1924.
E L PA L ACI O MUNI CI PA L DE COME RCI O
D
ato poco conocido este que el palacio fue concebido como un centro comercial para
ato poco conocido este que el palacio fue concebido como un centro comercial para
que con su alquiler pudiera ser amortizado su costo.
El 25 de febrero de 1921 se present una solicitud en el Concejo, mediante la cual Luis Carne
y Alberto Campos proponan la construccin de un Palacio Municipal
de Comercio para que funcione el Cabildo guayaquileo y para que la
edifcacin pueda ser pagada en parte con los arriendos del alquiler de
los locales.
Para aprobar dicha propuesta el Municipio form una Comi-
sin que luego de estudiar el proyecto sugiri abrir una licitacin para
la construccin del referido Palacio. El solar que se utilizara sera el
que ocupaba el mercado provisional, donde estuvo la antigua Casa del
Cabildo incinerada en 1908.
Es interesante conocer que el proyecto del Palacio Municipal
de Comercio es muy similar a un centro comercial existente en Miln,
Italia, conocido con el nombre de Galeras Vitorio Emanuelle II.
Edifcio del Colegio San
Vicente del Guayas
(posteriormente ser
llamado Vicente
Rocafuerte en honor de
su fundador) adonde se
traslad el ilustre
Ayuntamiento para
funcionar despus del
incendio de la Casa del
Cabildo en 1908.
Casa del Cabildo que
estuvo situada en las
calles Chile y 10 de
Agosto.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
147
Para iniciar la licitacin del Palacio, la Municipalidad deba enfrentarse con dos problemas: el
primero relacionado con la hipoteca que gravaba el solar en que se levantara, por lo que no poda ser
utilizado a menos que se admitiese como segunda hipoteca; el segundo, con el pago de intereses y amorti-
zacin de los dineros que deban gastarse para la construccin del edifcio, estos no deban ser solventados
por la Municipalidad, ya que bastante problema era conseguir los fondos para pagar la deuda adquirida.
Debido a estas razonas, la comisin formada para estudiar la factibilidad del proyecto propone
que la deuda de intereses y el capital utilizados para la construccin del edifcio fueran amortizados con
el alquiler de toda la planta baja, as como la del tercer piso, que segn los clculos ascendera a ms de
23.400 sucres mensuales.
La comisin formada por los seores Maldonado, Gmez Rendn, Higgins y Tinajero estaba de
acuerdo con la licitacin para la construccin del edifcio, cuya distribucin espacial sera la siguiente:
El edifcio tendra tres o ms pisos: el primero para saln de festas, sala de sesiones, secretara,
Jefatura Poltica, sala de matrimonio, Registro Civil, Hipotecas, Agua Potable, y una seccin de servicios
pblicos. Las salas de festas, de sesiones y matrimonios se decoraran artsticamente y se equiparan con
muebles y lmparas de lujo.
La planta baja y los dems pisos estaran destinados al arrendamiento para poder pagar la cons-
truccin del edifcio.
La licitacin contemplaba factores determinantes del proyecto tales como la cantidad de fachadas
a presentarse; una escala que en el documento original se anot como 0,02=M; dos secciones transversa-
les y una longitudinal y una seccin horizontal en donde estara indicada la distribucin de las habita-
ciones. Otra especifcacin de importancia era
la de que el edifcio deba ser antissmico y cons-
truido en cemento armado y su fundicin sera
de cemento sistema radi.
Cuatro hojas con detalles de la licita-
cin contenida en el libro de actas municipales
de 1921, codifcado con el N 238 folios 478 a
482; nos llam la atencin un texto que dice lo
siguiente: La construccin empezar 6 meses
despus de frmarse el contrato debiendo estar
completamente terminada en 1923.
Como sabemos esto no pudo ser posi-
ble, ya que la inauguracin del Palacio se llev a
cabo en 1929, seis aos despus que la comisin
creada para el efecto entreg al Ayuntamiento
el texto de la licitacin.
Antes de un mes, y el 8 de marzo de
ese ao, los seores Game y Campos expresan
al Cabildo su deseo de presentar su propuesta
El Palacio Municipal
visto desde la ra a pocos
aos de su inauguracin
que se efectu el 27 de
febrero de 1929. Su
diseo y construccin
estuvieron a cargo de
ingenieros y arquitectos
italianos.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
148
para la licitacin de construccin del Palacio, eso s solicitan se les con-
ceda un plazo mayor a 15 das para presentar el proyecto, lo que no fue
aceptado por el Ayuntamiento.
Se acord en sesin extraordinaria del 13 de marzo sacar a lici-
tacin la obra, pero se seal un plazo de 150 das para el inicio de
la recepcin de los trabajos, contados a partir de la publicacin en la
ciudad.
Es interesante constatar que las bases para la licitacin fueron
sustancialmente corregidas, como el sexto que se consignaba que la obra
deba estar terminada en 1923, dato que fue reemplazado por el siguiente
texto: La construccin empezar 6 meses despus de frmado el contrato
y estar completamente terminada 2 aos despus de principiada, de
esta manera se resolvieron los problemas que se hubieran dado en cues-
tin de fechas y plazos de no haberse aclarado este punto.
El 20 de marzo las bases fueron aprobadas por el Ayuntamiento
y publicadas con cargo a la partida 37 de su presupuesto.
Las bases se repartieron junto a un pequeo croquis del solar
por medio de 200 ejemplares entre todos los que deseaban entrar en
la licitacin, as como tambin en los consulados de pases amigos para
que los hagan llegar a los profesionales ms destacados de las principales
ciudades de Europa y Estados Unidos.
En 1923, el proyecto ganador fue presentado ante el Concejo y
el 31 de julio de 1924 su construccin se inici con la colocacin de la
primera piedra para el nuevo edifcio del Municipio guayaquileo.
La ganadora fue la Compaa Italiana de Construcciones y los
tcnicos que estuvieron a cargo del diseo y construccin del Palacio
fueron los ingenieros Winderling, Coppe, LAbate, Lignarolo y Ruflli,
as como los arquitectos Russo y Ors. El diseo arquitectnico estuvo
a cargo del Arq. Francisco Maccaferri y la ornamentacin general bajo la
responsabilidad de Emilio Soro.
El edifcio tendra las caractersticas de un palacio renacentista.
Para conocer detalles sobre los costos de la edifcacin, hemos recogido
textualmente una informacin de la revista municipal de febrero de 1929,
consignada en un artculo con motivo de la inauguracin del edifcio.
Dice as: El Palacio Municipal de Guayaquil, hasta el momento
de reformar el contrato primitivo, haba causado una inversin de
S/. 1100.000, cantidad sobre la cual el Municipio deba completar
la suma de S/. 2305.000 o sea cubrir un saldo de S/. 1195.000 en
la siguiente forma:
Se aprecia un ascensor
en el pabelln norte del
Palacio.
Galera frontal del
segundo piso con vista a
la calle Clemente Balln.
Escaleras y barandales de
mrmol en la entrada
principal del Palacio.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
149
S/. 70.000 mensuales en efectivo, durante el ao del con-
trato S/. 840.000
S/. 30.000 en cdulas (mensuales) de enero a junio, inclu-
sive de 1928 y S/ .175.000 al trmino de la obra, tambin en cdulas,
rescatables por mensualidades de S/. 40.000, pagaderos de enero a
septiembre de 1929, siendo esta ltima mensualidad de S/. 35.000,
S/. 355.000, S/. 1195.000
La Municipalidad de Guayaquil, estrictamente de acuerdo
con lo estipulado en el contrato ha comenzado a pagar las mensuali-
dades del ao 1929, conforme a lo que ha presupuestado al efecto,
y con la misma puntualidad con que, en el transcurso del ao fjado
para la terminacin de la obra, pag las mensualidades de S/. 70.000
en efectivo establecidas en el contrato. Si bien es cierto que por razo-
nes ajenas a su voluntad no lleg a las que, solo a ttulo de garanta,
se oblig a consignar en poder de la compaa constructora, pues
los bancos en dicho ao suspendieron sus operaciones hipotecarias, el I. Concejo, en cambio, pag en
efectivo la suma de S/. 25.500 equivalente a la entrega de cdulas correspondientes al mes de enero del
mismo ao, razn por la cual el saldo que en 1929 se habr acabado de pagar a la expresada compaa,
para completar el valor total de la obra y del contrato reformatorio, es el de S/. 325.000 en lugar de
S/. 355.000, segn el respectivo rengln del presupuesto municipal vigente. Porque en el contrato de
terminacin de la obra, al estipularse el precio de S/. 1195.000 se obtuvo la muy conveniente condicin
de que se consideraran como pagados los intereses correspondientes a las cantidades que el Municipio
deba entregar a la Compaa Constructora en las fechas sealadas, posteriores a la terminacin total del
Palacio.
Este notable edifcio, el primero de su clase en la Repblica, cuesta pues, en total, la suma de
S/. 2305.000 relativamente mdica, dada la suntuosidad y riqueza de su construccin, tanto en su orna-
mentacin y detalles exteriores como interiores, previstos en el contrato.
El Palacio Municipal fnalmente fue inaugurado el 9 de febrero de 1929 en conmemoracin del
centenario de la Batalla de Tarqui.
El edifcio sin lugar a dudas es la obra ms signifcativa de inicios del siglo XX, ya que marca el
fn de un periodo histrico de la arquitectura guayaquilea que se caracteriza en la intensa inclusin de
esquemas clasicistas.
Aqu fnaliza un viaje de 400 aos por todos los domicilios que nuestro Cabildo ocup desde
el ms remoto pasado. No sera raro que con las trascendentales transformaciones que la urbe ha experi-
mentado en la ltima dcada se est creando la atmsfera adecuada para que seamos testigos de un nuevo
cambio en su domicilio...
Pero eso est por verse.
Vista del ingreso al Saln
de Honor de la Ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
150
E L E S T E RO S A L A DO
E
l estero Salado es un
brazo del mar que
junto al ro Guayas
abrazan el territorio en que naci y
creci Guayaquil desde tiempos de
su fundacin.
Su caracterstica principal
es la de estar vinculado con un man-
glar salitroso que le confere cualida-
des fsicas peculiares tanto en fauna
como en fora.
Gracias a las investiga-
ciones que hicieran tanto Emilio
Estrada como Francisco Huerta y
Ressffa Parducci se ha podido detec-
tar una muy temprana ocupacin
de sus mrgenes, principalmente
hacia el lado oeste, por la ya reco-
nocida Fase de Guayaquil, que fo-
reci en las riberas del estero y
donde se encontr una gran can-
tidad de piezas correspondientes a
este estrato de ocupacin prehisp-
nica.
Un largo periodo de ausen-
cia humana en l o ms bien una
gran laguna de noticias sobre su contacto con el hombre cubre la historia hasta el siglo XVIII, fecha en
que Jorge Juan y Antonio Ulloa referen datos sobre l en su obra Noticias secretas de Amrica, publicada
en 1740.
En ella, los mencionados cientfcos, que fueron parte de la Misin Geodsica que visit la
Audiencia en ese entonces, daban a conocer el emplazamiento del estero Salado y cmo fue utilizado por
los piratas en 1709 para ingresar a la ciudad sin ser detectados. En el mismo escrito nos hacen saber que
LOS BAOS DEL SALADO
Y EL AMERICAN PARK
Vista de los baos
del Salado, entrada
e interior.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
151
a partir del ataque de Rogers y Dampierre se mand a construir un fuerte
en el estero (su emplazamiento nos es desconocido), pero que desgracia-
damente solo serva para hacer fuego de fusilera a cubierta, ya que no fue
dotado por ningn tipo de artillera.
Otra de las cosas que llam la atencin a los tcnicos espaoles
fue la gran profundidad que tena el estero, ya que en las otras leguas
navegadas haba una constante de 14 brazas de profundidad, las que eran
superadas solo en algunos parajes.
Para este entonces no haba forma de llegar a l, sino abriendo
camino por la espesura. Recin en 1841 Guayaquil pudo contar, gracias a
la iniciativa de Vicente Rocafuerte, con una trocha sobre la que posterior-
mente se hizo una calzada de cascajo que empatara con la avenida de San
Francisco (actual calle 9 de Octubre) y que virtualmente una al estero con
el ro.
Vale la pena destacar que para este entonces ya exista un antiguo
camino que daba acceso al estero y que fue por este que se condujo un bote
el 9 de Octubre de 1820 para que algunos notables de la ciudad realizaran
un paseo luego del evento que nos dio independencia.
Con la creacin del camino y al generarse facilidades para llegar
al estero se cre, como consecuencia lgica el servicio de los baos de
mar, promocionando la pureza y lo cristalino de las aguas del estero as
como la acogedora belleza y paraje.
LOS B A OS DE L
S A L A DO
E
n 1860, el Coronel Euge-
nio Bauman Demetz
estableci los Baos del
Salado, con la seguridad de que los
guayaquileos al tener ms comodida-
des para utilizar al estero como balnea-
rio, acudiran a l nutridamente. Y no
se equivoc puesto que las reseas de la
poca nos permiten aseverar que pocos
aos despus el establecimiento era visi-
tado por una gran cantidad de personas.
En 1862, Bauman vende el
establecimiento a Belizario Gonzlez con
Plano de Guayaquil
levantado en 1858 por
Manuel Villavicencio, en
donde se aprecia la
Trocha que Rocafuerte
hiciera abrir para tener
acceso libre al estero
Salado.
William Dampierre,
pirata que atac
Guayaquil en 1709
entrando por el estero
Salado.
Vicente Rocafuerte,
responsable de abrir el
camino desde el estero
Salado hacia la Ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
152
el fn de utilizar el producto
de la venta en la curacin de
su esposa que estando en Lima
haba enfermado gravemente.
Cuatro aos despus
de adquirirlo, Gonzlez ampli
sustancialmente las instalaciones
publicando incluso, un Regla-
mento que prescriba el uso de
un tipo especial de indumenta-
ria. Los vestuarios eran alquila-
dos por dos reales incluyndose
en el precio la utilizacin de toa-
llas que el establecimiento faci-
litaba.
Julio Estrada Icaza nos
da una muy grfca descripcin
del edifcio al decirnos que:
El edifcio se compona de dos alas con diez cuartos cada una; y frente a cada grupo de cuartos
un pasadizo que tena una escalera al centro por la que descendan los baistas para sumergirse en las aguas
del Salado. En el centro estaban el hall de entrada y una amplia galera sobresaliente, hasta con hamacas,
para la tertulia y para admirar a los baistas. Una precaria pasarela de unos quince a veinte metros de
largo sobresala del ala norte, para que los ms atrevidos de los baistas pudiesen hacer maromas y echar
cabezas. En lo alto del cuerpo central estaba la habitacin del guardin.
La llegada a los baos del Salado se realizaba mediante un mnibus de ocho asientos, halado
por dos caballos que daba el servicio en verano, ya que en la temporada invernal el lugar se converta en un
verdadero inferno, debido a la proliferacin de toda clase de
insectos alados, terrestres e incluso marinos (como la venenosa
cucaracha de agua dotada por fortsimas pinzas que hoy en da
pueden observarse en el invierno, y en esteros menos polucio-
nados que el Salado).
En 1872, el negocio pasa de las manos de Belisario
Gonzlez a las de Ignacio Rivadeneira, hbil empresario gua-
yaquileo que en sociedad con Francisco Campos y Pablo
Indaburu adquieren la empresa con el fn de ampliarla sustan-
cialmente.
El 30 de septiembre de este ao se iniciaron los traba-
jos para reemplazar al mnibus por una pequea locomotora
con vagn, razn por la cual se tendi una lnea frrea desde la
Plaza de San Francisco hasta el estero Salado.
Plano de Teodoro Wolf,
levantado en 1882, en el
que se aprecian las lneas
del ferrocarril al Salado.
Baistas en las aguas
del Salado.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
153
Una de las ms importantes contribuciones a
la infraestructura urbana de la ciudad fue hecha para
aquel entonces como parte de las instalaciones de los
Baos del Salado siendo esta, el puente sobre el estero
que nacera con un largo de 104 metros, resolviendo la
comunicacin con la pennsula.
En 1875, el negocio fue vendido al empresario
Jos Cucaln quien luego de tres aos de administrarlo
se lo cede a la Casa Luzrraga como parte de pago de
las cuantiosas deudas adquiridas con esta empresa fnan-
ciera.
Para 1881 el plano levantado por Millet registra
las lneas del ferrocarril llegando hasta el estero sin graf-
car el establecimiento ya que el plano no contemplaba
cubrir esa parte de la ciudad.
Por muchos aos Los Baos del Salado hicieron la delicia de los guayaquileos, convirtindose
en sitio obligado de paseo, as como en lugar de recuperacin para enfermedades respiratorias, recomen-
dado por los doctores de la poca.
Su utilizacin provoc la creacin de un decreto, el 6 de abril de 1878 por medio del cual se
orden la limpieza y canalizacin de los dems esteros de la ciudad, seguramente con la intencin de que
esto pudiera emular al gran estero Salado.
Pero como todo gran proyecto tiene su detractor y ms an su verdugo, el de los Baos del
Salado encontr en el Gral. Ignacio de Veintimilla al propio, quedndole a este el dudoso honor de ser
quien destruya tanto el puente como el edifcio del balneario, en junio de 1883. Gracias a Dios, el dictador
dur poco en el poder permitiendo esto que un ao despus de su destruccin se inicie su reconstruccin
sustancialmente mejorada y con la inclusin de balcones, principalmente en el diseo del puente.
En 1892, segn Teodoro Wolf, la gran profundidad del estero Salado lo familiarizaba con
un antiguo cauce que debi ser parte
del ro Guayas cambiando su mor-
fologa en los ltimos diez mil aos,
quedando como una entrada de mar
y aislndose del cauce original.
Para 1900 la canalizacin
del estero y el saneamiento de Gua-
yaquil se convierten en una obra
prioritaria, frmndose el contrato
con la compaa J.G.White & Co. el
5 de enero de 1914, para hacer reali-
dad dicho proyecto. Sin duda alguna
lo que en su momento fue un pro-
Instalaciones del
American Park en 1928.
Instalaciones del
American Park para la
fecha en que este fue
inaugurado (1922).
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
154
yecto positivo para la ciudad, con el trans-
curso del tiempo se convirti en el inicio
de la debacle, que termin por contami-
nar totalmente las aguas del estero.
E L A ME R I CA N PA R K
P
ara 1922 se inaugur el
American Park, en el
antiguo emplazamiento
de los baos del salado. Este era un
hermoso edifcio para tomar baos de
mar que complementaba sus propuestas
recreacionales con toboganes, carruseles y
una gran variedad de juegos que convir-
tieron el lugar en uno de los principales
atractivos de la ciudad. Para llegar al Ame-
rican Park, Rodolfo Baquerizo Moreno
inaugur un servicio de autobuses que
salan de la Plaza San Francisco y que slo
en seis minutos llegaba hasta el lugar que
normalmente era copado en su totalidad
por visitantes. En este lugar podan practi-
carse a mas de la natacin algunos depor-
tes tales como: tiro al blanco, balompi,
canotaje, etc. El da 22 de octubre se ins-
tal un tobogn trado de Alemania que
fue una de las distracciones ms festejadas
por los guayaquileos.
Seis aos despus se inaugurar
en sus dependencias, la Plaza de Toros, con
una temporada cuya organizacin estuvo a
cargo de Juan Fernndez, conocido mata-
dor de la poca; multiplicando, sustan-
cialmente los ingresos del parque, debido
a la nutrida concurrencia del pblico.
En junio de 1930 se solicita la Reforma al contrato de ocupacin del solar con la fnalidad
de ampliar sus dependencias y poder realizar los encargos que ya desde ese entonces comenzaban a
hacrsele.
El American Park, en
el antiguo emplazamiento
de los baos del Salado,
era un hermoso centro de
recreacin con toboganes,
carruseles y gran variedad
de juegos que lo
convirtieron en uno de los
principales atractivos de
la Ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
155
Es as como ocho aos despus se con-
vertir en la sede de exposiciones de verano, en
las que se poda apreciar los avances que haban
experimentado; tanto la industria como el comer-
cio y la agricultura del pas.
El vigsimo aniversario de su fundacin
fue festejado apotesicamente durante toda una
semana, la que estuvo repleta de eventos, recogi-
dos por la prensa local y nacional.
Tan importantes eran para la ciudad las
canchas en el American Park, que el 14 de abril
de 1945 fueron escogidas para que dentro de ellas
se organice el campeonato interbarrial de ftbol.
La relacin entre el American Park y el
estero fue totalmente indivisible. Sus inolvidables festas al son de la msica de la Blacio Jnior y la
animacin de Walter Cavero, se hallan grabadas en la mente y los recuerdos de aquellos que conocieron y
vivieron al Guayaquil de la primera mitad de siglo XX.
Pero as como en el siglo XIX los Baos del Salado tuvieron su verdugo en el Gral, Veintimilla,
el American Park lo tuvo con Assad Bucaram en el siglo XX.
As fue, ya que siendo ste, alcalde de la ciudad y creyendo que de sa manera atacaba a la oli-
garqua, procedi a cerrar el Parque que era el mas importante centro de diversiones de todos los estratos
sociales y econmicos de Guayaquil.
De ese modo, en 1966, el antiguo y tradicional parque guayaquileo qued reemplazado por un
gran terreno vaco, que con el transcurso de los aos, adopt el nombre de Parque Guayaquil.
La vida del estero
haba comenzado a decli-
nar; la polucin se haca
sentir gracias a la costum-
bre adquirida de arrojar
los desperdicios en l.
La canalizacin
de aguas servidas as como
de aguas lluvias lo fueron
teniendo como ltimo
destino, incrementando
con el tiempo su gran
contaminacin.
Los planos sani-
tarios de la ciudad en la
dcada de los 80, permi-
Vista del American Park
a mediados de la dcada
de los 40.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
156
ten observar una gran cantidad de bocas de tubera llegando al
estero con el fn de depositar en l sus aguas negras.
Hoy, a casi siglo y medio de distancia de la fecha en que
fueran inaugurados los Baos del Salado; aquel estero de aguas
cristalinas que fuera la delicia de nuestros antepasados, no es mas
que una cloaca inmunda en la que, la actual administracin muni-
cipal, tiene su ms serio reto.
La depuracin de sus aguas y la recuperacin de sus ori-
llas, para el solaz y esparcimiento ciudadano han dejado de ser
un proyecto, para pasar a ser una realidad de la cual ya podemos
observar sus primeros frutos en la forma de un Malecn cuya pri-
mera fase se halla terminada, ocupando justamente aquel antiguo
emplazamiento de los Baos del Salado, que a partir de 1922
tambin fuera ocupado por las primeras construcciones del Ame-
rican Park.
Sin lugar a dudas, estamos viviendo hoy un tiempo de
transformaciones radicales dentro de las que se cuenta la resurrec-
cin de nuestro querido estero salado.
E L P UE NT E S OB R E E L E S T E RO S A L A DO
L
os datos ms antiguos que tenemos reposan en las actas del Cabildo colonial, particu-
larmente en la de 1775, en la que con fecha 9 de junio del mismo ao, el Procurador
General de Guayaquil solicitaba al Cabildo realizar las gestiones pertinentes para refaccio-
nar el puente que cruzaba el estero Salado.
Para el efecto se comision a Marcos Ave-
lln, quien deba dar razn de todo lo que
se hiciera respecto al tema.
De acuerdo con los datos que
arroj posteriormente nuestra investiga-
cin pudimos constatar que, 15 aos des-
pus, siendo gobernador de Guayaquil don
Ramn Garca de Len y Pizarro, se pro-
yect un nuevo puente y se solicit permiso
al Tribunal Superior de la Real Audiencia
para que se procediera a su construccin.
Se destac la conveniencia y utilidad de la
obra, una vez que estuviera terminada.
El proyecto del puente haba sido
realizado por el mismo gobernador y su
Actas del Cabildo de
Guayaquil que datan de
1792 y en las que se
detallan pormenores del
proyecto del puente del
estero Salado construido
en la Gobernacin de
don Ramn Garca de
Len y Pizarro.
Diseo de la
reconstruccin del puente
sobre el estero Salado
presentado al Cabildo en
1929.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
157
fnanciacin se hara con un mnimo desembolso de las rentas
percibidas por el Cabildo.
Cinco aos despus y con la lentitud natural con
que se realizaba la obra pblica en tiempos de la Colonia, el
puente an no haba sido terminado, a pesar de que estaba
muy avanzado. Se tom, en vista de la importancia de la
construccin, la decisin de realizar algo similar en los este-
ros que daban hacia el ro.
El 20 de mayo de 1795, el Cabildo guayaquileo
aprob algunos pagos relacionados con el puente, as como
el envo de un agradecimiento al Gobernador por las ejecu-
torias realizadas al respecto, sin las que difcilmente hubiera
progresado su obra.
En 1800 se hicieron los ltimos trabajos pendientes
para fnalizar el puente al comprar 22 troncos para aserrar
cada pieza. Con toda seguridad estos estaran destinados al
apuntalamiento del piso de la estructura o a la construccin
de sus pies derechos.
Para este tiempo las dos mrgenes del estero eran
utilizadas como pastizales para el ganado que posean algu-
nas de las familias guayaquileas.
Este antiguo y colonial puente debi durar ms
de medio siglo con los seguros intervalos de cierres que
se le hacan para su obligada refaccin. No fue sino hasta
1872 en que la vieja estructura
fue reemplazada por una ms
moderna, construida por Igna-
cio Rivadeneira como parte
de la modernizacin que l
emprendera en el complejo
recreacional de los Baos del
Salado.
Este puente de
madera, que para 1920 tuvo
casi medio siglo de uso, se
convirti en objeto principal
de restauracin en 1929, ya
que su vida til haba llegado
al lmite y el trfco se estaba
haciendo peligroso.
Foto de la inauguracin
del puente 5 de Junio en
1935.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
158
El 15 de abril del ao en mencin, el
ingeniero municipal daba a conocer al Presidente
del M. I. Concejo Cantonal que la mano de obra
para repararlo sera tan costosa como realizar un
puente nuevo, por lo que le remita un proyecto
codifcado como D.13 en el que se observaban
todos los trabajos que deban efectuarse, acom-
pandole el presupuesto de la obra y sugiriendo
que, de optar por la restauracin, la mejor manera
de hacerlo sera por administracin y a un costo
de 53.066,20 sucres, que sumaban los gastos tota-
les de materia y mano de obra, tal como lo anot
el Ing. Vicente Espinoza, responsable de elabo-
rar ese presupuesto. Como es lgico pensar y de
acuerdo con los siempre esculidos fondos con
los que contaba el Concejo, esta restauracin no
se llev a cabo.
Pero el problema del puente era real y a medida que el tiempo pasaba la situacin y la seguridad
de quienes lo usaban se complicaban an ms, por lo que hubo necesidad de enfrentarlo de otro modo:
convocando una licitacin para la construccin de una obra nueva.
El 12 de mayo de 1932 se abri la licitacin y el Cabildo recibi propuestas de las siguientes
compaas:
a) Alfa.
b) Compaa Italiana de Construcciones.
c) Arthur B. Weston (mnager de la Central RailRoad of Ecuador Ltda.).
d) Sociedad Tcnica Fnix.
e) Ing. Hugo Fa-
ggioni e Ing. Luis Castillo.
f ) Luis Fratta
Constructor y Contratista
Colombiano.
Estas compaas
en buena lid ofrecieron sus
servicios para construir el
puente, pero no supimos
por qu razn el Municipio
declar desierta la licitacin
al poco tiempo de llegados
los proyectos.
Proyecto presentado por
la constructora Alpha, en
la licitacin abierta el
12 de mayo de 1932,
para la construccin de
un nuevo puente sobre el
estero Salado.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
159
No conocemos con precisin cmo se retom el tema en 1934 y se entreg la construccin del
proyecto a la Sociedad Tcnica Fnix, lo cierto es que el 5 de junio de 1935, en solemne acto presidido
por el comandante Manuel Daz-Granados y el Vicepresidente del M. I. Concejo Cantonal (encargado),
se inaugur el famante puente de hormign al que se bautiz con el nombre de 5 de Junio.
De ese entonces y hasta la fecha, el puente 5 de Junio ha experimentado dos importantes amplia-
ciones: una en la dcada del sesenta y otra 20 aos despus cuando se duplic el ancho con el que haba
nacido en 1935.
Proyecto de piscina en
el Estero que no fue
construido y en el que
se contemplaba la
creacin de dos puentes
equidistantes a la av. 9 de
Octubre y que conectaban
con la va a la costa. El
proyecto data de 1938.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
160
DE LOS COCHES DE PUNTO AL
TRANVA ELCTRICO
C
uando nuestra ciudad ola an a mangle y a sal; cuando sus calles y plazas an evocaban
la imagen del Guayaquil colonial, y sus casas y zaguanes eran domicilio fjo de consejas
y leyendas, el carruaje y la calesa eran parte indivisible de su paisaje urbano.
Esos primeros taxis, que en su momento pararon los viejos colonos de antao e incluso patri-
cios y prceres del siglo XIX, eran el medio de locomocin usado por nuestra gente.
El servicio no fue seriamente regulado sino hasta 1890 cuando siendo presidente de la Repblica
el Dr. Antonio Flores Jijn orden que se elaborara un reglamento para ser manejado y ejecutado por los
gobiernos seccionales y sus respectivas delegaciones policiales.
Este reglamento, compuesto por algo ms de 25 pginas con un contenido no menor a 90 ar-
tculos, estableca en 9 artculos la forma en que deba darse el servicio en el rea urbana, entre otras cosas
destaca:
A inicios del siglo XX,
la transportacin urbana
se realizaba utilizando
carruajes de alquiler o
coches de punto, muchos
de los cuales hacan
estacin en la tradicional
plaza de San Francisco.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
161
a) La prohibicin de hacer cualquier cosa que distraiga la vigilancia
de los caballos, en el caso de que hubiera un solo cochero.
b) La disposicin de que los cocheros tengan los uniformes o insig-
nias destinados por sus municipalidades respectivas.
c) La prohibicin de que circulasen carruajes por las noches, a menos
que la polica lo permitiese.
d) La disposicin de prestar servicio inmediato en caso de incendio o
calamidad sbita, a no ser que condujeren enfermos, mujeres, nios u objetos
quebradizos.
En 1910 se public en Guayaquil una obra titulada Gua comercial y
agrcola, que consignaba en pginas interiores una foto de la plaza de San Fran-
cisco, en la que poda apreciarse un grupo de carruajes de alquiler apostados en
el sitio en el que posteriormente funcionara una de las principales empresas de
automotores de alquiler que la ciudad tuviera desde la dcada del treinta.
Llamadas tambin coches de punto, estas carretillas de pasajeros
convivieron con los transportes colectivos de mayor tamao y capacidad por
muchos aos, siendo poco a poco desplazadas por estos para ser utilizadas
posteriormente solo como vehculos de carga. En 1920 llegaron al muy ele-
vado nmero de 255 carretillas con permiso de circulacin (de las que el 90%
era exclusivamente de carga).
Tan arraigado estuvo el uso del carruaje en nuestro medio que
incluso en la dcada del treinta, cuando el parque automotor creca explosi-
vamente en la ciudad, todava se vea por las calles una que otra sobreviviente
de ese remoto pasado.
L A E MP R E S A DE CA R ROS UR B A NOS
L
a creacin de la Empresa de Carros Urbanos en 1885 vino a
renovar drsticamente el transporte pblico, en un tiempo en
el que la ciudad ya senta sus falencias. Esta defnitivamente
se perfl desde su inicio como un gran negocio, pues al poco tiempo de fundada compr la Empresa del
Salado y con ella la lnea que llegaba hasta los Baos del Salado (posteriormente American Park y hoy
parque Guayaquil), para luego adquirir la del hipdromo, al sur de la ciudad.
La creacin de la empresa, aun cuando fue montada con capitales privados y fnes de lucro,
obedeci desde sus inicios a un acuerdo entre la Municipalidad y la sociedad formadora de la misma, con
el fn de dotar a Guayaquil de un servicio de transporte acorde con su crecimiento.
Es as como dos aos despus, especfcamente el 27 de septiembre de 1887, la junta general de
accionistas orden la publicacin de sus estatutos, dentro de los que se inclua, entre otras cosas y como
objetivo principal, el de cumplir los contratos frmados entre ella y el Cabildo porteo.
Tipos de carrozas a la
venta a mediados del siglo
XIX.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
162
Naca, pues, con los mejores augurios una empresa llamada a ser la lder en el transporte urbano
de la ciudad por casi medio siglo.
Su capital inicial de 500.000 sucres haba sido suscrito por 56 accionistas, de entre los cuales los
ms fuertes eran:
1.- Martn Reimberg & Ca., 77 acciones.
2.- Hornero Mora, 70 acciones.
3.- Federico Franco, 67 acciones.
4.- W. E. Garbe, 51 acciones.
5.- Francisco J. Coronel, 42 acciones.
6.- Jaime E. Seminario, 42 acciones.
7.- F. Daz Erazo, 36 acciones.
8.- Antonio Durn y Rivas, 34 acciones.
Una serie de reveses econmicos acaecidos dentro de la sociedad provoc un estancamiento,
el cual fue superado en 1891 gracias al hbil manejo de la que fue objeto por parte de Carlos Gmez y
Francisco Coronel, presidente y vicepresidente, quienes en el primer semestre de 1892 lograron que gene-
rara una utilidad de 18446.509 sucres y en el segundo, 23196.28 sucres (importantsima suma de dinero
para aquella poca, en la que el promedio del capital y reservas que tenan los bancos de importancia
fuctuaba entre los 2000.000 y 3000.000 de sucres).
El crecimiento experimentado por la Empresa de Carros Urbanos fue constante y sostenido,
razn por la cual en 1904 una nueva empresa, formada por los seores Rohde y
Guzmn, les propuso entrar en sociedad, dndoles a conocer que han terminado las
gestiones necesarias para la instalacin de tranvas elctricos. El anlisis detallado y
concienzudo de dicha propuesta por parte de Max Muller, Alejandro Mann, Ricardo
Mateus y Enrique Ribas arroj como resultado un rotundo rechazo a la posibilidad
de realizar dicha sociedad, basados en una multiplicidad de argumentos que iban
desde la inconveniencia econmica, pasando por complicaciones de tipo legal hasta
llegar a prever que las instalaciones para el funcionamiento de un tranva elctrico
provocaran con seguridad por lo menos un incendio al mes, lo que hara peligroso
y sumamente antiptico el nuevo servicio.
Del anlisis de sus argumentos podemos colegir que la sociedad realmente
solo tom en cuenta las consideraciones de tipo econmico, sin prever que con el
paso del tiempo se vera abocada a aceptar la necesidad de crear el servicio al que le
vaticinaron tan funestas consecuencias.
En 1907, la ciudad contaba con 56 lneas de carros urbanos que recorran
33.000 metros. El tren rotatorio de la empresa estaba constituido por 15 carros
imperiales (diferenciados de los dems por poseer dos pisos), 6 jardineras, 10
mixtos, 12 cerrados, 6 gndolas (llamados as por no tener techo), 3 carrozas y
20 carros para carga, lo que sumaba 72 vehculos que conducan diariamente a un
promedio de 20.000 pasajeros.
Portada de estatutos
1887.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
163
Para este entonces las principales lneas
existentes en la ciudad eran las del Malecn, Asti-
llero, Matadero, Victoria, Cementerio, Salado,
Morro, Chanduy, Hipdromo y Luque.
Era, pues, la ciudad el lugar perfecto
para invertir en este negocio. Los accionistas
estudiaron brevemente la situacin y el capital
de la empresa fue incrementado de 500.000 a
750.000 sucres.
Pero el tiempo pas y la que un da
fue prspera y exitosa empresa comenz a ver
tintes de oscuridad en su horizonte, principal-
mente por no haber aceptado en su momento
la implantacin de los tranvas elctricos. Hacer
algo que favoreciera la ejecucin del nuevo sis-
tema de locomocin era para 1910 totalmente
extemporneo, mximo si consideramos que en
pocos aos ms vencera la concesin hecha por
el Municipio de Guayaquil y con ello se trasladaran a favor de la ciudad tanto las instalaciones como los
enseres y acmilas que haban pertenecido a la empresa.
En consecuencia, la inversin para mejoramiento del servicio se vio paralizada y con ello el dete-
rioro de las instalaciones solo fue cosa de tiempo, al punto que en 1920 solo eran avaluadas en 360.000
sucres.
Sin embargo, es para esta poca en que la empresa, efcientemente dirigida por Rodolfo Baque-
rizo Moreno, goz de mayor confanza que nunca por parte del pblico y de las autoridades, un poco por
ser la ms antigua existente y otro poco por ser indiscutiblemente la ms grande del ramo (que ya existan
otras que le hacan competencia, entre ellas la de los tranvas elctricos, que sera la responsable de su
futura quiebra). Su envergadura era tal que para ese ao posea 17 lneas con una extensin total de 75
kilmetros a lo largo de las principales calles de la ciudad, siendo las ms extensas la del Hipdromo con
3.613 metros de longitud y la del Malecn con 3.736 metros.
Tres aos atrs, la Municipalidad haba suscrito un contrato en el que le renovaba la concesin
por 50 aos, pero interpona un cuerpo de catorce clusulas que deban ser cumplidas para poder hacer
efectivo su uso.
Es interesante anotar que habindose frmado este contrato en 1917 y estando para ese entonces
el mundo en guerra, la ltima clusula del documento pona un plazo de cinco aos posteriores a la frma
de la paz para que la empresa se modernizara y reemplazara todas sus unidades por tranvas elctricos, lo
que desgraciadamente no sucedi.
El nuevo documento invalidaba al frmado hace 40 aos entre Belisario Barbero, Agustn Yerovi
y Jos Ramn Sucre y la Municipalidad de Guayaquil. Solo una dcada ms duraran los carros urbanos;
de nada servira el ventajoso contrato suscrito con el Cabildo para hacer uso de la concesin por medio
En 1907, la Ciudad
contaba con 56 lneas
de carros urbanos que
recorran 33.000 metros.
Las principales lneas
existentes en la ciudad
eran las del Malecn,
Astillero, Matadero,
Victoria, Cementerio,
Salado, Morro, Chanduy,
Hipdromo y Luque.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
164
siglo ms, el avance de la tecnologa y la efectiva implementacin del sistema de tranvas elctricos trajeron
como lgico resultado su extincin defnitiva.
R E ME MB R A NZ A S
C
omo hemos visto, por el nombre de tranvas era identifcada una gran variedad de vehcu-
los que posean como nico elemento comn el de circular sobre paralelas de hierro. Las
gndolas y los imperiales, as como los tradicionales carros urbanos (tanto los de traccin
animal como elctricos) adquirieron con el tiempo otro elemento distintivo... su color. As, para la dcada
del veinte prcticamente todas las unidades de la empresa estaban pintadas de color verde u ocre.
La pintoresca imagen que el tranva presentaba era enriquecida por el peculiar manejo que haca
su chofer o brequero que, con ltigo en mano, lo aceleraba o, si era el caso, lo frenaba, aplicando
un fuerte pisotn al pedal que accionaba los muelles adheridos al eje delantero (esto era, claro est, en los
casos en que el vehculo fuera de traccin animal).
La gran mayora tena sendos letreros laterales en los que se apreciaba una leyenda que deca:
Empresa de Carros Urbanos. Al igual que el letrero ostentado por el chofer en la gorra que la empresa les
entregaba como elemento identifcativo. El horario de circulacin era desde las seis de la maana hasta las
diez u once de la noche, haba lneas como las utilizadas por las gndolas del malecn preferidas por
enamorados o picafores, principalmente en el horario nocturno.
Era costumbre, muy practicada en ese entonces, la de coger el tranva para pasar frente a la
casa de la novia, quien avisada con anterioridad esperaba ansiosa en su balcn el paso del carro a la hora
sealada para poder as mirar a su galn y l hacer lo propio con ella, y los ms apasionados llegar incluso
a repetir el paseto dos y tres veces al da.
Por muchos aos el pasaje cost cinco
centavos, pagados con fchas de un material
rojo, parecido al plstico, que eran compradas
en lugares destinados a su expendio. Poco antes
de la muerte defnitiva de los carros urbanos,
el valor ya haba subido a un real (diez centa-
vos), pero esto no fue sufciente para evitar su
extincin.
Las lneas que dejaron mayores recuer-
dos en la memoria de nuestros abuelos fueron la
del Malecn, que llegaba hasta Las Peas; la de la
calle Vctor Manuel Rendn (que en ese enton-
ces se llamaba Bolvar); la de la avenida Roca-
fuerte; la que entraba a la calle Aguirre viniendo
desde Seis de Marzo para luego virar por Chile
y regresar a Seis de Marzo por la calle Capitn
Njera; la de la avenida Eloy Alfaro (que en aquel
entonces se llamaba calle de La Industria).
Los coches de punto, estas
carretillas de pasajeros
convivieron con los
transportes colectivos de
mayor tamao y
capacidad por muchos
aos, siendo poco a poco
desplazadas por stos para
ser utilizadas
posteriormente solo como
vehculos de carga.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
165
Exista, adems, un vehculo muy curioso recordado por todos, al que los guayaquileos bauti-
zaran como la vaca loca, que atravesaba a todo lo largo la calle Nueve de Octubre para llegar hasta los
Baos del Salado y posteriormente al American Park.
El fn de los carros urbanos, en la dcada del treinta, y luego el de los tranvas elctricos, en el
cincuenta, despoj a nuestra ciudad de uno de los elementos ms vistosos y pintorescos de cuantos posea
como lejano recuerdo del Guayaquil romntico de fnes del siglo XIX.
Para 1911, los carros
elctricos que haban
sustituido a los tirados
por mulas ya brindaban
un servicio que cubra
los principales sectores de
la ciudad, tal como lo
demuestra esta fotografa.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
166
ORGENES DE LA FOTOGRAFA
EN GUAYAQUIL
A
inicios de 1840, pocos pases de Amrica haban visto dentro de su territorio otro recurso
de representacin grfca que no fueran la pintura, el grabado y el dibujo.
En Europa, sin embargo, haba nacido la fotografa, y su utilizacin como
recurso grfco y artstico comenzaba a difundirse por el mundo.
Colombia, Per y Chile fueron las primeras naciones que observaran la prctica de la dague-
rrotipia, desarrollndose lo necesario como para que ellas se convirtieran en centros de difusin de este
conocimiento en el continente.
De una de ellas debi llegar a Guayaquil esta extraordinaria innovacin tecnolgica, no olvidemos
que siendo la ciudad uno de los principales puertos de la Costa del Pacfco, era una va lgica de ingreso
En 1840 debi
introducirse el uso del
daguerrotipo a
Guayaquil es la noticia
publicada en el Correo
Semanal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
167
para toda clase de infuencias que pudieran llegar desde
ultramar. Un buen argumento para confrmar que en
1840 debi introducirse el uso del daguerrotipo a Gua-
yaquil es la noticia publicada en el Correo Semanal del 29
de mayo de 1842, peridico guayaquileo en el que se
informaba todo lo que pudiese interesarle a la sociedad
portea y que para esta fecha dedic un dato sobre las
mejoras en la daguerrotipia bajo el ttulo Variedades.
Cuatro aos despus, otro peridico guaya-
quileo, El Seis de Marzo, public con fecha 20 de
febrero de 1846 un anuncio en el que el grabador y
tallador quiteo Jos Coronel comunicaba a la comuni-
dad guayaquilea la instalacin de su taller fotogrfco
y los servicios que este prestara realizando retratos en
lminas de cobre, as como cartas de visita con tintas de
oro y de colores.
No es de extraarnos la rpida difusin del uso
de este invento, ya que no eran solo noticias de su uso
las que llegaban, sino que adems los innumerables artistas que pasaban por el puerto traan ejemplos y
publicaciones de trabajos fotogrfcos, lo que entusiasm a los lugareos por conocer ms sobre el tema.
Un caso que puede servir como ejemplo es el de Ernest Chartn, quien al llegar a Guayaquil a
fnes de 1849 no solo ense las nuevas tcnicas fotogrfcas y pictricas, sino que tambin comercializ
equipos fotogrfcos, esto permiti la creacin de los primeros laboratorios de este tipo en Guayaquil.
Chartn es un captulo aparte en la historia guayaquilea de mediados del siglo XIX; no fue solo
un extraordinario fotgrafo, promotor de este gran invento, sino que adems era un excelente pintor que
dej para la posteridad obras consideradas entre las ms bellas y feles de cuantas se hicieron del Guayaquil
de inicios del siglo XIX. Su virtuosismo, reconocido internacionalmente, le abri las puertas de muchos
lugares dentro del pas, gracias a lo cual pudo establecerse en Quito como profesor de pintura.
Difundi el uso de la fotografa como elemento referencial para la confeccin de paisajes y retra-
tos y, dentro del campo de ese campo, lleg a un nivel tal que por muchos aos construy sus propias
cmaras y realiz sus propios sistemas de procesamiento e impresin de negativos.
Las nuevas posibilidades presentadas por la fotografa no fueron pasadas por alto por los artistas
plsticos de la poca. La tcnica aportara nuevos elementos que facilitaran la iluminacin de las im-
genes con el fn de imitar las miniaturas en leo que venan hacindose desde mucho tiempo atrs. La
foto iluminada fue reemplazando exitosamente a las antiguas miniaturas en leo, diferencindose de la
anterior por la suave cromaticidad de las imgenes y la muy hbil manera de utilizar los tonos dorado y
plateado.
Es por esto que para ese entonces todos los fotgrafos de prestigio tenan conocimientos en
el arte de pintar, razn por la cual se autodenominaban pintores-fotgrafos al mismo tiempo. No es
Ernest Chartn, regres a
Guayaquil en 1849, aqu
no solo ense las nuevas
tcnicas fotogrfcas y
pictricas, sino que
tambin comercializ
equipos fotogrfcos, esto
permiti la creacin de los
primeros laboratorios de
este tipo en Guayaquil.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
168
extrao observar en los avisos de prensa y en la cara pos-
terior de muchas fotografas la califcacin de fotgrafo
y pintor, de los cuales Rafael Prez, Julio Bscones y
Enrique Morgan son tan solo un ejemplo.
Luca Chiriboga y Silvana Caparrini, en su obra
denominada El retrato iluminado, fotografa y repblica
en el siglo XIX, nos referen sobre Julio Bscones lo
siguiente: Julio Bscones intervino alternativamente en
talleres de pinturas y estudios fotogrfcos; en forma inde-
pendiente, en el primer caso, y como contratado por fotgra-
fos para el arte de iluminar las fotografas, en el segundo.
El caso de Bscones es paradjico en la medida
en que fue ante todo un pintor muy fno, pero la histo-
ria lo recordar ligado a la fotografa; incluso encontra-
mos perfles trazados por Bscones que eran trasladados
a la fotografa por Leonce Labaure, para el cual trabaj.
Cuando Bscones retorn en forma indepen-
diente a la pintura, en la que alcanz niveles de gran calidad, anunci en el peridico Los Andes del 21 de
junio de 1869 que se ocupara de lo siguiente:
De retratos al leo, temple o lpiz, pintura en lienzo, iluminacin de tarjetas de visitas,
incluso si estn barnizadas y de miniaturas al leo o al pastel, adems de dar lecciones particulares
de dibujo y pintura.
F OR MATOS
T
res fueron los formatos ms comunes en los que se trabaj la fotografa en Guayaquil: el
primero, el ms difundido, adopt el nombre de tarjeta de visita y fue puesto a circular
entre familiares y amistades cercanas como un recurso de afrmacin social utilizado
dentro de los estratos sociales medios y altos; el segundo formato tena una superfcie cuatro veces mayor
que la del primero, siendo de mucha utilidad para retratos colectivos y de familias aun cuando tambin
se us como apaisado para realizar fotografa urbana y de entorno natural.
Un tercer formato, mucho ms grande que el segundo, fue utilizado en ocasiones para realizar
imgenes con fnes de enmarcado en las que los temas ms comunes eran retratos familiares o colectivos.
La fotografa, sin lugar a dudas, fue la herramienta ideal para evocar circunstancias, lugares y
elementos de la cotidianidad. Quien observa un lbum fotogrfco de fnes del siglo XIX e inicios del
siglo XX podr constatar que el retrato convive con temas que se encasillan en los tres aspectos antes
mencionados.
Es necesario destacar la intervencin de fotgrafos extranjeros en las imgenes locales y naciona-
les que comnmente se vean tanto en libros como en lbumes familiares. Un caso muy repetido es el
Los fotgrafos de prestigio
tenan conocimientos en
el arte de pintar, razn
por la cual se
autodenominaban
pintores-fotgrafos al
mismo tiempo.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
169
de la sociedad fotogrfca Manoury y compaa, instalada en Lima y Callao, que realiz una importante
cantidad de trabajos en nuestra ciudad, pudindose detectar muchos de ellos en los antiguos lbumes
fotogrfcos guayaquileos.
GUAY AQUI L Y S US P R I ME ROS TA L L E R E S F OTOGR F I COS
E
ntre 1862 y 1866, Espaa envi a Amrica una de sus ltimas expediciones cientfcas con
la fnalidad de recabar mltiples informaciones sobre las disciplinas que ms desarrollo
haban experimentado en la primera mitad del siglo XIX; ya no vendran acompaados
de pintores y dibujantes, como lo hacan en el pasado, para captar las imgenes de todo aquello que fuera
requerido para sus estudios, sino que traeran consigo lo ltimo en tecnologa fotogrfca para reemplazar
con esta tcnica el trabajo que realizaban antiguamente los artistas. Esta comisin cientfca visit Guaya-
quil y en consecuencia hizo fotos de la ciudad, pero lo ms valioso de dichas grfcas no son ellas en s
mismas cuanto lo que nos cuentan del Guayaquil de aquel entonces. Una en particular reproduce una
construccin esquinera en el malecn de la ciudad, en la que puede apreciarse el anuncio del estudio
fotogrfco perteneciente a Ricardo Tossell, fotgrafo que debi ser uno de los primeros en instalarse
en el puerto y cuyos avisos publicitarios pueden ser vistos en el peridico guayaquileo denominado
Unin Americana, fechado 30
de junio del ao en mencin.
Tossell inici la co-
mercializacin de imgenes
urbanas tanto guayaquileas
como del resto del pas, y
reproducciones de personajes
ilustres en formato tarjeta de
visita.
Paralelamente a To-
ssell se instal en Guayaquil
Leonce Labaure, artista francs
asociado con los fotgrafos de
Manoury y compaa, afnca-
dos en Lima y Callao, quienes
trabajaron junto con este rea-
lizando fotos de muy fna fac-
tura.
Labaure particip
con mucho xito en 1867 en la
exposicin universal de Pars,
luego de lo cual volvi a Gua-
En la foto apreciamos
el estudio fotogrfco
Menndez y Jaramillo,
ubicado frente a la plaza
de San Francisco.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
170
yaquil, donde cambi su taller a la calle del comercio y promocion su regreso
en el peridico Los Andes.
El anuncio de Labaure nos revela la importancia que tuvieron las
exposiciones universales en el mundo de aquel entonces y la forma en que
facilitaron la difusin y el avance dentro del desarrollo tecnolgico de la
poca. A continuacin reproducimos el artculo en mencin:
El que suscribe pone en conocimiento del respetable pblico del Ecua-
dor, que acaba de llegar de la Grande Exposicin universal de Pars, adonde se
haba ido a enterarse de los nuevos descubrimientos i adelantos de la fotografa,
que todava no haban llegado hasta aqu, habiendo podido adquirir los mtodos
y secretos como mquinas y tiles necesarios del arte; as, ofrece hacer diferentes
clases de retratos a saber:
Fotografa tarjeta: pintada con fgura al leo.
Iluminada o pintada al pastel.
Barniztipos.
Pintados segn nuevo procedimiento busto cada uno de medio a cuerpo entero.
Fotografa, Retratos lbum (portrait lbum) De gran boga ahora en Pars.
Porcelanotipos o Fotografa sobre porcelana, pintados o sin pintar.
Fotografa miniatura, sobre vileta de marfl.
Fotografa esmaltada, vitrifcada por medio de fuego e inalterable (sistema y
mtodo Lafund de Camariac) que sirven especialmente para brazaletes, co-
llares, prendedores, anillos etc.
Fotografa sobre platos platitos, vasos de porcelana, rasos, tabla de alabastro i
otros.
Entre otras novedades que ha trado el que suscribe se encuentra una
mquina recin inventada con lentes tan rpidos que permite sacar los retratos
instantneamente sin socorro del apoyador. Es intil enumerar las ventajas inmen-
sas que resultan de esta invencin buscada desde el principio que se descubri la
fotografa. As, de aqu en adelante se podrn hacer retratos a nios de cualquier
edad o condicin que sean.
La mquina para hacer retratos de tamao natural no podr funcionar
ahora sino dentro de dos meses por los grandes preparativos que necesita este gnero
de retratos.
Por lo que respecta a cuadros, cuadritos, passepartout, ecrina, cajitas,
tarjetas, vitelas etc. Todos han sido comprados en los mejores almacenes de Pars
con esmero i economa, siendo todo de primera calidad i de buen gusto.
Las muestras de todo lo expresado arriba estn en la vista del pblico
para que pueda formar una idea de los adelantos de la fotografa.
Se principiarn los trabajos el jueves 11 de julio. Las horas ms conve-
nientes para retratarse son de las dos y media a las 5 de la tarde.
Estos son algunos diseos
de publicidad de los
talleres fotogrfcos de la
poca. Se impriman en
la parte posterior de las
tarjetas postales y fotos.
En 1876 lleg a
Guayaquil uno de los ms
importantes fotgrafos
que vivi en esta ciudad
en el siglo XIX. Nos
referimos al ingls
Enrique Morgan.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
171
Como podemos ver este texto rebasa el factor promocional e ingresa dentro del periodstico, ya
que como bien dice Luca Chiriboga, es casi una crnica de la fotografa de su tiempo.
Este extraordinario fotgrafo viaj a Quito en 1872 para instalarse de manera defnitiva en la
capital.
Otro importante taller fotogrfco fue el de Prez y Bscones, quienes lo mantuvieron junto a la
iglesia de San Agustn hasta 1866 (calle del Teatro, actual Pedro Carbo).
Estos fotgrafos dejaron a la posterioridad las primeras grfcas documentales de las que se tenga
memoria en el pas, destacndose entre ellas la del cadver del presidente Gabriel Garca Moreno.
Bscones se instal individualmente en 1876, cre un estilo fotogrfco muy particular y trabaj
hasta 1897 indistintamente para la sociedad guayaquilea.
En 1876 lleg a Guayaquil uno de los ms importantes fotgrafos que vivi en esta ciudad en
el siglo XIX. Nos referimos especfcamente al ingls Enrique Morgan, artista de singulares mritos que
leg a la posteridad un extraordinario trabajo, destacado principalmente por el alto valor esttico de las
iluminaciones fotogrfcas.
Guayaquil fue, sin lugar a dudas, la puerta por la que ingresaron la tecnologa y el desarrollo
cientfco a Ecuador. La fotografa, por ende, vio sus inicios en esta ciudad y de aqu se difundi al resto
del pas. Muchos y muy buenos fotgrafos establecieron sus talleres en este puerto para realizar sus pri-
meros trabajos en l y luego establecer talleres y laboratorios en la capital.
Luca Chiriboga nos
dice de Morgan lo
siguiente:
Morgan elabora el
archivo ms vasto de
personajes polticos de la
poca alfarista, tales
como Eloy Alfaro, el
general Sagasti, el
general Julio Andrade,
que pasaron por su
estudio, al tiempo que
ejecuta hermosas vistas
de la ciudad.
Su fnal ocurre en un
naufragio, de regreso a
Inglaterra, adonde fue
a buscar fondos para
continuar con su labor
en el pas. La fecha de
su partida del Ecuador
es incierta, pues haba
vendido su estudio
fotogrfco a Camilo
Prez, que lo mantuvo
cerrado por un tiempo
para reabrirlo en 1886,
utilizando en ocasiones
el distintivo de Morgan
hasta 1889.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
172
E
l ttulo bajo el cual
se ampara este ar-
tculo pretende re-
sear una etapa de la historia del
Museo Municipal en la que sus
primeros directores lograron fnal-
mente darle la forma de tal tanto
desde el punto de vista fsico-espa-
cial como desde el museogrfco.
Desgraciadamente, erro-
res en la construccin del palacio
no permitieron que superara los
embates del tiempo, pues no lleg
a cumplir ms de 22 aos de vida
antes de que se viera la necesidad
de demolerlo por su alto grado de
deterioro.
Sin embargo, la ciudad
pudo ostentar por ms de una
dcada uno de los edifcios ms
hermosos que en ella se constru-
yeran; hecho con maderas fnas y
decorado por los mejores pintores y
artesanos de la poca. La historia de
este inmueble entre los aos 1916
y 1936 es la que hoy consignamos
en estas lneas.
E L A NT I GUO MUS E O I NDUS T R I A L
E
l Museo Municipal de Guayaquil es el ms antiguo del Ecuador, fue creado como Museo
Industrial por el ilustre guayaquileo Pedro Carbo Noboa en 1863, en virtud de una
ordenanza dictada el 21 de agosto de ese ao. Como Museo Municipal no lleg a insti-
tuirse sino hasta el 16 de Diciembre de 1908.
LA FUGAZ VIDA DE UN PALACIO
GUAYAQUILEO
Prtico principal del
Palacio construido para
albergar a la Biblioteca
y Museo Municipal.
Ntense los frescos
pintados en el remate
del prtico, del ms puro
estilo renacentista. El
artista Jos Mara Pereira
trabaj con mucho
ahnco para que el
edifcio fuera un fel
refejo de los planos que l
mismo haba
confeccionado de tal
manera que se convirtiera
en un cono
arquitectnico de la
Ciudad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
173
En esa primera etapa el museo funcion ms como una sala de exposiciones que como museo
en s. Sus colecciones se fueron formando basadas en los obsequios que dejaban los expositores, crendose
un muy heterogneo conjunto de bienes entre los que se destacaban objetos de ndole etnogrfco (de
los cuales an quedan algunos como las armas de los jbaros que descansan en la reserva) como monedas,
medallas y artesanas.
El Museo Industrial fue manejado por los directores que tuvo la biblioteca, en el tiempo que
funcion en la antigua Casa del Cabildo.
No fue sino hasta 1908 y luego de trasladarse la biblioteca a un chal perteneciente a Hornero
Mora (ubicado en la calle Villamil) que naci la idea de reestructurar el museo, hacindolo renacer como
Museo Municipal y organizndolo de tal forma que se ajustara ms al concepto de museo que lo que haba
sido en aos anteriores.
NACE E L MUS E O MUNI CI PA L
E
l 15 de septiembre de 1908, Armando Pareja Coronel, presidente del Ilustre Concejo
Cantonal, propuso la creacin de un Museo Histrico y de este modo dio inicio para la
transformacin del antiguo Museo Industrial.
La propuesta dio origen a una ordenanza que defna el establecimiento de
una seccin dedicada a la Historia Patria y otra a las Ciencias y las Artes, as como la
responsabilidad del director de la biblioteca para con el nuevo museo al que tambin
le tocara dirigir.
La ordenanza, dictada el 16 de diciembre de 1908, dispona que se inaugu-
rara esta nueva dependencia el 10 de agosto de 1909 como parte de las festividades
de conmemoracin del centenario del Primer Grito de Independencia. El evento se
realiz la noche del 9 de agosto en una muy concurrida y lucida ceremonia, en la
que todos los invitados observaron ms de 1.000 piezas perfectamente clasifcadas y
expuestas en vitrinas diseadas para el efecto y distribuidas en secciones, tales como
Arqueolgica, Colonial, Numismtica, de Historia Nacional y de Historia Natural.
Todo el trabajo estuvo a cargo del director de la Biblioteca Municipal, Camilo Des-
truge Illingworth, quien a partir de esa fecha pas a ser el primer director, ya como
Museo Municipal.
E DI F I CI O P ROP I O
C
asi a raz de su fundacin, Camilo Destruge vio que a muy corto
plazo el chal de la calle Villamil con sus 589 metros cuadrados
quedara estrecho para albergar biblioteca y museo; su explosivo
crecimiento requera de un edifcio que contemplara este desarrollo.
Fue as como movido por esa inquietud, Destruge comparti su preocu-
pacin con Bartolom Huerta, quien para ese entonces cubra los cargos de presi-
Don Camilo Destruge,
Director de la Biblioteca
Municipal, 1908. Se
interes en la
construccin de un
edifcio que albergara al
Museo y Biblioteca
Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
174
dente del Concejo y de senador de la Repblica, con el fn de solicitar
su ayuda y poder as resolver el problema que se vea venir a corto
plazo.
Huerta acogi la inquietud con extraordinario entusiasmo, al
punto que redact una solicitud para que el Congreso no solo aprobara
la construccin de un edifcio propio para Museo y Biblioteca, sino que
a ms de ello entregara el terreno de la antigua iglesia de San Agustn
(esquina de las actuales calles Diez de Agosto y Pedro Carbo) para que
se levantara el nuevo inmueble.
Una vez que el proyecto lleg al Senado se lo aprob unni-
memente, por lo que fue remitido al Congreso el 22 de agosto de 1910,
donde fue ratifcado en primer debate y pas a segundo el da 28, para
no encontrar ya ninguna objecin en la reunin efectuada el 30 del
mismo mes.
Es probable que una de las cosas que ms impresionara a los legisladores fueran los planos del
edifcio, enviados por Camilo Destruge por intermedio del seor Huerta, pues su elaboracin haba
corrido a cargo del clebre arquitecto norteamericano Bertram Cannyngham, famoso por sus diseos de
museos y bibliotecas.
El 10 de septiembre de 1910, una comisin formada en la Legislatura present un informe
favorable para la construccin del edifcio, con lo que solo restaba el ejectese del presidente Alfaro.
El 6 de octubre, el Presidente de la Repblica y Octavio Daz, ministro de lo Interior, frmaron
el decreto mediante el cual le concedan a la Municipalidad el solar en donde haba estado la iglesia de San
Agustn, as como el permiso para recibir dos centavos de los seis por litro que la Municipalidad recaudaba
por introduccin de aguardiente.
A esto se sumaran diez mil sucres anuales para que la Munici-
palidad destinara al pago de la construccin del edifcio hasta la fnaliza-
cin de las deudas adquiridas por este concepto y un segundo permiso
para que la institucin edilicia pudiera hacer un prstamo para terminar
la obra.
Los dineros se vieron incrementados sustancialmente en 1911
gracias a una disposicin del Congreso que le destinaba nuevas rentas
al proyecto, razn por la cual el 10 de enero de 1913 y luego de que se
haba acumulado una importante suma de dinero el concejal Jos Mara
Estrada Coello propuso la inmediata construccin del edifcio por tres
razones:
La primera, porque se haba recibido un emprstito de dos-
cientos cincuenta mil sucres para el efecto; la segunda, porque se esta-
ban recibiendo regularmente los fondos para amortizar dicho prstamo;
y, la tercera, porque haba varios planos de donde escoger para iniciar la
construccin de la obra.
Fachada del edifcio del
Museo y Biblioteca segn
diseo de Ral Mara
Pereira.
Ral Mara Pereira,
escultor y pintor
portugus que por sus
vastos conocimientos
artsticos fuera
benefciado al
seleccionarse su proyecto
para construir el Museo
Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
175
No hemos podido encontrar
los escollos que evitaron la inmediata
ejecucin de los trabajos, pero Camilo
Destruge da a conocer en un informe
remitido al Concejo en 1914 que la
entusiasta labor del seor Estrada se
estrell con obstculos de diverso gnero,
as como con intereses mezquinos. Lo
cierto es que en 1914 y habiendo sido
elegido presidente del Concejo Julio Bur-
bano Aguirre, este encomend el estudio
fnanciero al tesorero municipal, Gus-
tavo Aguirre Overweg, a fn de iniciar
los trabajos con la mayor celeridad.
El 28 de septiembre de 1914, el
Concejo aprob el inicio de la obra, antes
de la contratacin del arquitecto por-
tugus Ral Mara Pereira, cuyo diseo
haba sido seleccionado por el Concejo y
a quien encomendaron su ejecucin.
Vale destacar que Pereira era
un verdadero artista, prueba de ello son
sus innumerables obras tanto pictricas
como escultricas y arquitectnicas que
se hallan diseminadas por algunos pases
de Europa y Amrica, pero su experien-
cia como constructor era nula, lo que
converta en un error fatal la decisin de
encomendarle su construccin, error que
lamentaramos dos dcadas despus.
El 19 de octubre, fecha en que
el Concejo aprob los planos de Pereira,
se procedi a su contratacin y se orden
el inicio de los trabajos. El artista puso
todo su empeo para que el edifcio fuera
un fel refejo del diseo.
Pereira haba logrado ocupar
una importante posicin dentro de la
sociedad del puerto, gracias a su carisma
Foto en la que se puede
apreciar la imagen que
representaba el palacio
construido para albergar
el Museo y Biblioteca.
El Palacio pocos das
antes de su inauguracin,
el 10 de agosto de 1916.
Ntese que en el lugar
que ocuparan despus las
columnas esquineras se
hallaban unas
maravillosas caritides,
eliminadas al poco
tiempo de inaugurarse el
edifcio por un primitivo
y mal entendido pudor.
Etapa inicial de la
construccin del
majestuoso edifcio del
Palacio Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
176
tanto como a su muy especial dedicacin en
los trabajos que se le encomendaban, la que se
vera refejada dos aos despus al inaugurarse
este maravilloso palacio, nico en su gnero,
que por casi 20 aos fue orgullo de la ciudad.
Meritorias y dignas de recuerdo
fueron las intervenciones de los seores Bur-
bano y Aguirre en 1914 y la de Aurelio
Carrera y Leopoldo Izquieta Prez en 1915
al tomar a cargo la obra el 21 de diciembre
y trabajar con extraordinario tesn por ms
de siete meses sin parar hasta no verla total-
mente terminada.
Vale traer a colacin un interesante
detalle que podr contestar las inquietudes de
aquellos que se pregunten por qu un edif-
cio tan maravilloso no fue construido en hor-
mign armado, lo que hubiera permitido su conservacin hasta nuestros das...?
La respuesta es simple y est contenida en la sesin de Concejo en la que se ordena la construc-
cin de la obra, al decir que el palacio municipal a construirse en fecha prxima se fabricara en
hormign armado, cuando pueda importarse el cemento de Europa, pero que en vista de que sta
se hallaba en guerra y que era imprescindible iniciar la obra del edifcio de Museo y Biblioteca,
los trabajos seran realizados con las mejores maderas para que la construccin pueda durar mucho
tiempo.... Qu desilusin se llevaran al ver la corta vida que el palacio tuvo! Est claro, entonces,
que fue la Primera Guerra Mundial y la imposibilidad de importar de Italia o Inglaterra la cantidad de
cemento requerido para su construccin lo que impidi que esta fuera hecha con materiales que garanti-
cen su duracin.
Este maravilloso palacio responda a las siguientes caractersticas: Es de estilo Renacimiento
puro, teniendo de frente a la calle Pedro Carbo 48 metros y a la Municipalidad 42 metros.
Tiene dos pisos: el primero con 5 metros 50 y el segundo con 6 metros 50, altura indis-
pensable para la buena colocacin de los libros y objetos de arte. La altura total es de 13 metros
50, que es una altura mayor que la de cualquier otro edifcio de dos pisos de los construidos en
Guayaquil.
Los salones principales tienen adems de la luz de la calle, luz vertical y son sufciente-
mente ventilados, pues en la parte posterior del solar hay un jardn que sirve tambin para aislar el
edifcio de las casas vecinas.
La estructura es de madera forrada de tela metlica y revestida con mezcla de cemento.
Las paredes que lindan con las casas vecinas son de tela metlica reforzada y de concreto fno para
evitar el peligro de incendio.
El 10 de agosto de 1916,
como parte del programa
de festejos organizados
por cumplirse un ao
ms del Primer Grito
de Independencia, se
procedi a la
inauguracin del primer
palacio construido en la
ciudad, el que estara
destinado a cumplir las
funciones de biblioteca y
museo.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
177
Todo el piso es de mosaico sobre una
base de concreto. La entrada principal tiene 7
metros de ancho, con un vestbulo espacioso,
iluminado con luz vertical y con escaleras de
dos metros de ancho. Tanto el vestbulo como
las escaleras tienen pavimento de mrmol de
colores. La Biblioteca y Museo son absoluta-
mente independientes.
La cpula que cae sobre el vestbulo
de la entrada principal y sala de recibo est
decorada con motivos relacionados al objeto
de la construccin. En el resto del edifcio pre-
valece una decoracin sobria y sencilla. En la
planta alta se instalar la Imprenta Municipal
y algunas de las ofcinas que estn mal locali-
zadas en el edifcio contiguo al Mercado, a fn
de centralizar en lo posible las dependencias
del Ayuntamiento.
El jueves 10 de agosto de 1916, a las
cuatro de la tarde y como parte del programa de
festejos organizados por cumplirse un ao ms
del Primer Grito de Independencia, se procedi a la inauguracin del primer palacio construido en la
ciudad, el que estara destinado a cumplir las funciones de biblioteca y museo. A partir de ese entonces se
multiplicaron esfuerzos para la adquisicin de bienes culturales. Se estudi la propuesta presentada el 28
de junio del mismo ao, mediante la cual se ofreca en venta una gran coleccin arqueolgica y de arte
antiguo perteneciente a Jess Alvarado, formada por ms de 2.000 piezas.
Se incrementaron las recepciones de donativos y se realizaron importantsimas compras como la
que se hizo a Carlos Pareja y Pareja, de reliquias y objetos de alto valor histrico.
El Palacio del Museo abri sus puertas con los mejores auspicios, pero sin que an cumpliera un
ao de vida se dio el primer revs. Nos referimos especfcamente al drstico cambio experimentado en
sus fachadas al eliminar de ellas las caritides que la adornaban.
Es que estas monumentales esculturas femeninas, libres de toda vestidura, hirieron la suscepti-
bilidad de algunos puritanos que, con poder para realizar cambios, lograron conmover la opinin de los
cabildantes para que estos ordenaran que fueran reemplazadas por simples columnas estriadas, similares a
las utilizadas en los templos Dricos de la Grecia clsica.
Pero no fue solo este cambio el que ira afectando la estabilidad del edifcio, sino que tambin la
extraa combinacin de materiales usados por Pereira confabul para su fulminante deterioro.
Y es que este recarg de peso la estructura de madera al decidir, curiosamente, encamisarla con
una malla metlica sobre la que se adherira una capa de hormign simple.
Fue la Primera Guerra
Mundial y la
imposibilidad de
importar de Italia o
Inglaterra la cantidad de
cemento requerida para
su construccin, lo que
impidieron que esta fuera
hecha con materiales que
garanticen su duracin.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
178
En 1925 y luego de retirarse Camilo Destruge del
cargo por enfermedad, pas a ocupar el puesto de director
Modesto Chvez Franco, el que le imprimi un nuevo impulso
a la institucin al especializarla como museo nacional, con
las secciones Arqueolgica, Gliptoteca, Pinacoteca, Paleonto-
lgica y Galera general.
Luego de arduos meses de trabajo, el museo quedara
estructurado, a decir del propio Chvez Franco, de la manera
siguiente:
Salas exclusivas: Pinacoteca y escultura, dividida
la primera en poca colonial, media y contempornea, y la
segunda, en Prehistrica, colonial y moderna. Galera general
con las siguientes secciones: Artes e Industrias coloniales, Obje-
tos histricos, Reliquias de prceres, Documentos hologrfcos,
curiosidades y objetos varios. Mineraloga, Paleontologa, cer-
mica aborigen prehispnica, Metalurgia y Orfebrera autcto-
nas. Nuestra poca de la Piedra, id. Del Bronce. Recuerdos
del antiguo Guayaquil, Galera de presidentes, id. de prceres,
id. de hombres notables; Orientografa Ecuatoriana, Numis-
mtica y Preseografa, Armas coloniales, etc.
Es indudable que bajo la direccin de este ilustre his-
toriador, hombre de raras cualidades cientfcas y literarias, el
museo de la ciudad experiment un cambio tan radical que
lleg a convertirse en corto tiempo en un auxiliar indispensable
para la instruccin de los jvenes de escuelas y colegios.
Antes de fnalizar la dcada del veinte, Chvez Franco
haba historiado, clasifcado y catalogado casi todas las piezas
del museo, manteniendo una seccin dentro de la Revista Muni-
cipal que con el ttulo Visitando el museo describa e histo-
riaba mes a mes una pieza seleccionada dentro de las ya muy
importantes colecciones que posea la institucin.
Para este entonces el magnfco palacio de solo catorce
aos de construccin pareca tener sesenta de intenso maltrato.
Pero por qu?, cules son las razones, a ms de las ya anota-
das, para que el edifcio se haya deteriorado tan rpidamente?
Citaremos dos, las ms importantes, con los detalles que nos
permitan entender la gravedad del asunto:
a) Cemento armado sobre armazn o estructura de
madera. El cemento dejaba pasar el agua de las lluvias inverna-
Una de las distribuciones
del Palacio Municipal.
El Dr. Modesto Chvez
Franco dio un gran
impulso a la biblioteca.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
179
les hacia la estructura de madera y esta se fue pudriendo
poco a poco.
b) La colocacin de unas gigantescas estatuas
de ms de 5.000 libras en la cubierta del edifcio, orienta-
das hacia las dos fachadas, hechas en hormign armado
y colocadas sobre la estructura de madera, fueron demo-
liendo ambos frentes con las peridicas dilataciones y
compresiones a las que estaba sujeta la madera con el
cambio de la estacin invernal a veraniega (bajo el feno-
menal peso que haca de martillo neumtico sobre ellas).
Esto iba fgurando la cubierta y permiti la formacin de
inmensas goteras que daaban libros y piezas histricas
de extraordinario valor, lo que debilit toda la estructura
frontal y fractur todo el artesonado interior y exterior
con riesgo de caer encima de los lectores, visitantes al
museo o los transentes que pasaban por sus veredas.
Los problemas comenzaron luego de diez aos
de construido; el techo del edifcio fue lo primero que se
intervino, pero ni el reemplazo de las tejas ni los parches
que le practicaron pudieron evitar su progresivo dao. El
paso del tiempo y los constantes arreglos en la cubierta
formaron gran cantidad de grietas que fracturaron los
recubrimientos interiores.
As, para cuando la construccin tena 12 aos,
el estado era tan calamitoso que su director lo recordara
diciendo: A los 12 aos, el edifcio era un adefesio y para
aliviarle el techo se le fueron quitando los pompones de
estatuas, maceteros y otros copetes. A los 15 no aguant
ms... empez a echar aerolitos y garrotazos a los transentes, y como dama vanidosa que renuncia a las
pompas y joyas para pensar en la muerte fue desprendindose de rato en rato y arrojando a la calle sus
galas de cemento: capiteles, cornisas, pedestales.... Palabras ms grfcas, imposible. El edifcio estaba
irremisiblemente condenado.
Fue as como llegado 1938 y luego de 22 aos de construido, el presidente del Concejo, Asisclo
Garay, dio la orden para demolerlo y con ella el traslado de la Biblioteca y Museo al Palacio Municipal,
que haba sido inaugurado diez aos atrs y construido en slido y seguro hormign armado, adems
tena mucho espacio libre para albergar a estas antiguas y respetables instituciones.
As fue la vida, desarrollo y prematura muerte del primer palacio que tuvimos y que por impre-
visin, desatinos y circunstancias extraas tempranamente perdimos.
Seccin del Museo
Municipal en donde se
expona parte de la
coleccin arqueolgica,
as como la tambin
Galera de Retratos de
Presidentes que haba
tenido la Nacin hasta
ese entonces, data de
1929. Las secciones en
que estaba subdividido
el Museo se hallaban
distribuidas en la parte
alta del Palacio.
Salas de consulta y
lectura de la Biblioteca
Municipal.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
180
EL PUENTE SOBRE EL RO GUAYAS
La obra que uni a la Nacin
Imagen del puente en una
de sus ltimas etapas de
construccin.
T
odas las naciones, a travs del tiempo, han tenido alguna obra de benefcio pblico, cuya
construccin ha sido largamente anhelada.
La represa del Asun para los egipcios y el tnel bajo el Canal de la Mancha
para los ingleses, son una prueba de ello.
Pero muy pocas han sido las sociedades que han tenido la suerte de haberlas visto hechas reali-
dad; de haber visto esas monumentales obras, modelando los destinos de su comunidad con su benfca
infuencia.
Nuestra nacin y particularmente nuestra querida ciudad entran dentro del grupo de esos pue-
blos privilegiados que, habiendo esperado largamente vieron, fnalmente, cristalizados sus viejos anhe-
los.
Hoy, a treinta aos de distancia de su construccin, rendimos homenaje, con esta breve resea,
a todos los hombres de esta tierra, que con su tesn y empeo lograron para el pas y su ciudad la
construccin del PUENTE SOBRE EL RO GUAYAS, llamado por decreto ejecutivo Rafael Mendoza
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
181
Avils en honor de sus promotores, pero conocido ms popularmente como
el puente de la Unidad Nacional por hacer alusin al estrecho vnculo que
su construccin se estableci entre Guayaquil y el resto de las ciudades de
la repblica. Los presidentes Eloy Alfaro, Camilo Ponce, Carlos Julio Aro-
semena, Clemente Yerovi, Otto Arosemena y Jos Mara Velasco Ibarra, en
diversas pocas, tuvieron participacin en el desarrollo de la idea y posterior
construccin del puente que fue realizado por el Comit Ejecutivo de Viali-
dad, institucin guayaquilea autnoma, promotora de la ms importante
red vial del pas.
Para iniciar nuestro relato es necesario establecer dos premisas: la primera, que es la que si bien es
cierto nuestro anchuroso Guayas desde tiempos inmemoriales fue la va que permiti el contacto entre los
pueblos de la Costa y algunos del interior, tambin es cierto que con el paso de los aos se fue convirtiendo
en el principal obstculo para el desarrollo de Guayaquil debido, principalmente, a las difcultades que
presentaba el transportar la produccin que llegaba desde el interior de la repblica, as como de muchas
ciudades de la provincia y el resto de la Costa que, obligadamente, deban cruzar el ro en canoas para
poder llegar al puerto con su mercadera.
As fue como aquel benfco y maravilloso ro, tan unido a nuestra historia, se estaba convir-
tiendo, a inicios del siglo XX, ms que una va para alcanzar das mejores, en una barrera para el progreso
de la ciudad y de la patria, solo una solucin se presentaba...
DE B A CRUZ A R LO UN P UE NT E !
E
l primero en sentir la urgencia de su construccin fue don Eloy Alfaro, quien una vez
terminada la magna obra del ferrocarril vio limitada su infuencia al no poder llegar con
l hasta Guayaquil.
Mucho debi hacer don Eloy en 1908 para
lograr que se levantara el gigantesco puente de hierro
destinado a unir Guayaquil con el resto de la patria
por medio del ferrocarril y con toda seguridad lo
hubiera logrado de no haber mediado los mezquinos
intereses con los que Alfaro tuvo que enfrentarse hasta
los ltimos aos de su vida, los que formaron una
infranqueable barrera para poder cristalizar sus obje-
tivos.
Por ms de treinta aos la idea qued latente
tanto en la memoria como en los corazones de quie-
nes vean en esta obra uno de los medios ms impor-
tantes para poder incrementar el nivel de desarrollo
de la regin y el pas.
Alfaro fue sin duda
alguna quien por primera
vez se preocup de la
construccin del puente
como obra
complementaria a la del
ferrocarril.
El Comit Ejecutivo de
Vialidad, institucin
guayaquilea autnoma,
promotora de la ms
importante red vial del
pas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
182
E L COMI T DE V I A L I DA D Y LOS
P R I ME ROS P ROY E CTOS
C
on el nacimiento del Comit de Via-
lidad de la provincia del Guayas se
retom como asunto de importancia
nacional la idea de construir el puente. Para ese enton-
ces tambin cobraba fuerza la idea de hacer en otro lugar
el puerto de la ciudad, ya que el ro con sus bancos de
arena no facilitaba la entrada de barcos de alto calado.
Primer proyecto.- Esta coyuntura hizo que el
comit solicitara al Ing. Leonard Miscall, quien estaba a cargo de presentar el proyecto del Puerto Mar-
timo, un anteproyecto de puente para cruzar el ro Guayas.
El emplazamiento de dicha obra estara a la altura de donde actualmente se levanta el puente de
la Unidad Nacional, con la nica diferencia de que aquel iba a ser construido de hierro y este es de hor-
mign armado.
Segundo proyecto.- En 1956 se le encargaron los estudios a la compaa Michael Jr., la que
defne un emplazamiento similar uniendo los dos tramos por una carretera de 1.525 metros sobre La
Puntilla.
El puente en mencin tendra una extensin de 2.139 metros entre sus dos tramos; la altura
mxima a la que llegara sera de 6 metros y su costo ascendera a 6 millones de dlares.
Tercer proyecto.- Luego de fenecer la tercera presidencia del Dr. Jos Mara Velasco Ibarra y de haber
ascendido a la primera magis-
tratura Camilo Ponce Enrquez,
su ministro de Obras Pblicas,
el Arq. Sixto Durn-Balln,
sugiri que se incluyera el pro-
yecto del puente como parte
del programa de gobierno.
Un nuevo proyecto
vera la luz, en este caso con
otro emplazamiento, puesto
que se propondr construirlo
hacia el sur, cruzando a la isla
Santay y empatando con una
larga carretera que atravesara
la isla y que a su vez conec-
tara con un pequeo puente
que llegara hasta Durn.
Ejerciendo la presidencia
el Dr. Camilo Ponce
Enrquez, su ministro de
Obras Pblicas, el Arq.
Sixto Durn-Balln,
sugiri que se incluyera el
proyecto del puente como
parte del programa de
gobierno.
Publicidad emitida por
el Comit Ejecutivo de
Vialidad de la provincia
del Guayas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
183
Este gobierno consolid la idea y pese a mil difcultades, en 1960, se
convoc a concurso de ofertas. Gan la empresa norteamericana Van Sickle
Associates Inc. de Denver, Colorado.
El puente tendra una extensin total de 919,5 metros, 12 metros
de altura y un tramo giratorio de 127,5 metros.
Adems contara con dos vas de 11,5 metros de ancho y una espe-
cial para el tren, adems de 7,5 metros de pavimento para separaciones y
bordillos.
Su costo total fue calculado en 14 millones de dlares.
Este proyecto produjo acalorados debates tanto entre los miembros
de los colegios de arquitectos e ingenieros como entre los de la sociedad
civil.
El problema bsico que se discuta era el de su ubicacin, por lo que
el debate lleg hasta el Congreso, en donde fue vetado en su totalidad.
Volvamos a cero, no porque el pas considerara innecesario el pro-
yecto, pues haba una concienciacin nacional de su importancia, sino ms
bien porque los criterios tcnicos para su emplazamiento y construccin
eran tan variados que an tendra que pasar mucho tiempo para llegar a un
acuerdo sobre estos aspectos.
Cuarto proyecto.- En 1960, luego de fnalizar el gobierno de
Ponce, vuelve a la presidencia, esta vez por cuarta ocasin, el Dr. Velasco
Ibarra, quien nombra como ministro de Obras Pblicas al Ing. Carlos Valdano Raffo.
Este reactiva el tema del puente al consultar a la Armada sobre las caractersticas y emplaza-
miento que la estructura deba tener y obtiene una declaratoria que encendi nuevamente la polmica.
Para evitar la recapitulacin de pasados episodios y para que estos asuntos se decidieran de una
manera eminentemente tcnica, se contrataron los servicios de la compaa britnica Motherwells, la que
defnira de una vez por todas la ubicacin de la obra.
La nueva ubicacin sera la que ya se califcaba como central y que ira del antiguo embarca-
dero de las gabarras a la hacienda El Recreo de la orilla oeste de Durn.
El cuarto gobierno de Velasco, que solo dur catorce meses, no aport mayor cosa a la realizacin
de la obra; lo sucedi Carlos Julio Arosemena, su vicepresidente, quien a su vez eligi un nuevo ministro
de Obras Pblicas, el Ing. Ignacio Ycaza Aspiazu, que al poco tiempo de ser nombrado muri en un
accidente, lo que estanc nuevamente el desarrollo del proyecto.
En 1962, el Ing. Miguel Salem Dibo cubri la cartera del Ing. Ycaza y le entreg al Comit de
Vialidad todos los estudios tcnicos que se posean sobre el particular.
Para este mismo ao nacera, como producto de una licitacin adjudicada a la empresa Concreto
Preforzado Mexicano S.A., el cuarto proyecto del puente que, luego de algunos anlisis, fue declarado
insufciente en 1963 por el Ministerio de Obras Pblicas del gobierno dictatorial que desde ese ao mane-
jaba la nacin.
En 1960, el Dr. Velasco
Ibarra, Presidente de la
Repblica, nombra como
ministro de Obras
Pblicas al Ing. Carlos
Valdano Raffo, quien
reactiva el tema del
puente.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
184
E L P ROY E CTO VOLV A A
S U E TA PA I NI CI A L
Q
uinto proyecto.- Para 1964, el Comit de Via-
lidad llama a concurso internacional para que
se presenten proyectos para el puente que ser
construido en la antigua ubicacin norte (en el emplazamiento
que contemplaba dos tramos unidos por una carretera por ser
construida en La Puntilla), habindose presentado quince frmas
de las cuales quedara seleccionada la liderada por el profesor
Ing. Ricardo Morandi.
De este modo quedaba elegido el proyecto y contratado
el mencionado profesional para su ejecucin y fscalizacin; sin
embargo, el comit abri una nueva licitacin para su construc-
cin, a la que se presentaron dos empresas: La General Pacifc
Corporation asociada con la Mena Atlas y el consorcio de frmas
italianas Impresit.
El gobierno militar, que an manejaba los destinos del
pas, neg la garanta mediante la cual se poda proceder a la con-
tratacin de la construccin del puente, alegando que las frmas
participantes no haban cumplido con las regulaciones moneta-
rias ecuatorianas, lo que provoc la anulacin de la licitacin.
Este fue un terrible revs para la cristalizacin del pro-
yecto puesto que no se vean en el horizonte posibilidades de
solucin al impasse.
Sin embargo, el hecho de contar con un proyecto def-
nitivo constitua un paso gigantesco para la obtencin de este
cometido.
Algunos trabajos extras se realizaron con el fn de resol-
ver el problema de la construccin, pero sin ningn resultado halagador.
En marzo de 1966 cae el gobierno dictatorial manejado por la Junta Militar, sin que en l se
hayan hecho mayores avances para resolver la construccin del puente.
CL E ME NT E Y E ROV I I NDA B URU
Y L A CR I S TA L I Z ACI N DE UN V I E J O S UE O
A
l gobierno militar lo sucedi uno civil y civilista, que ha quedado marcado con letras
de oro en la historia nacional; nos referimos al gobierno de Clemente Yerovi Indaburu,
quien con austeridad, inteligencia e indiscutible liderazgo logr hacer en siete meses lo
que no se haba podido concretar en diez aos.
Portada del estudio que
presentara el profesor
Ricardo Morandi en la
Universidad de
Guayaquil y que fuera
publicado por el Comit
de Vialidad.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
185
La accin del presidente Yerovi tuvo el respaldo de un
Comit Cvico Pro Construccin del puente sobre el ro Guayas,
que servira como organismo de presin para obtener del Estado
la agilidad deseada para resolver este problema.
Este comit, cuya formacin se estructur en el Yacht
Club de Guayaquil el 12 de mayo de 1966, fue presidido por
el eminente mdico, catedrtico y ex alcalde de la ciudad Rafael
Mendoza Avils y compuesto en el resto de sus secciones por dis-
tinguidos representantes de nuestra comunidad.
El comit colabor desinteresada y patriticamente para
ver hecha realidad la construccin del puente con el Comit de
Vialidad y el Gobierno Nacional en el empeo de resolver cuanta
difcultad saliera en el camino.
Es as como el 14 de junio de 1966 el presidente inte-
rino Clemente Yerovi dicta el decreto 462, mediante el cual el
Comit de Vialidad poda licitar el puente al declararlo OBRA
DE INTERS NACIONAL.
El 13 de julio, el Comit de Vialidad convoc a la lici-
tacin defnitiva, que fue adjudicada en octubre al Consorcio de Firmas Italianas por un monto de
US$ 16700.000, signifcativamente inferior a lo que se determin en 1964, en la fallida licitacin que
participaron la General Pacifc Corporation y la Impresit. El 1 de noviembre, el presidente Yerovi frm
el decreto ejecutivo por el cual el Estado ecuatoriano daba la garanta que permitira suscribir el contrato,
lo que ya no ocurrira en su breve pero fructfero mandato presidencial.
CR I S TA L I Z ACI N DE L P ROY E CTO
E
l 23 de marzo de 1967, ya bajo la presidencia
del Dr. Otto Arosemena Gmez, se frma el con-
trato de construccin de la obra y se inauguran
los trabajos el 7 de octubre del mismo ao.
Le tocara una vez ms al Dr. Velasco Ibarra relacionarse
con la construccin del puente, pues bajo su quinta y ltima
presidencia, y para el mes de julio de 1970, la estructura estuvo
totalmente terminada y dispuesta para su inauguracin ofcial.
Lamentablemente, por razones polticas, el presidente
Velasco Ibarra decidi extinguir al Comit de Vialidad, cuyas
tareas fueron asumidas desde entonces por el Consejo Provincial
del Guayas. As desapareci una de las entidades apolticas y
autnomas ms trascendentales de la historia guayaquilea.
El gobierno de Clemente
Yerovi Indaburu logr
hacer en siete meses lo
que no se haba podido
concretar en diez aos.
Es as como el 14 de junio
de 1966 el presidente
interino dicta el decreto
462, mediante el cual
el Comit de Vialidad
poda licitar el puente
al declararla OBRA DE
INTERS NACIONAL.
Trabajos de perforacin
para el anlisis de las
muestras de tierra.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
186
El Comit de Via-
lidad del Guayas, una ins-
titucin guayaquilea que
transform no solo la pro-
vincia sino la regin Litoral,
haba cumplido con sus
fnes. Muchos nombres de
guayaquileos valiosos pasa-
ron por sus directorios. Ellos
no buscaron fguracin ni
tuvieron metas personales,
fueron simplemente ciuda-
danos que trabajaron por su
ciudad y su pas. Las limi-
taciones de esta resea nos
impiden hablar sobre ellos, pero para una prxima ocasin resaltaremos a los hombres que lo integraron
y su obra que a pesar del paso de los aos no ha podido ser superada.
En el diario El Telgrafo del 25 de julio de dicho ao y en primera plana se daba la noticia de que
todo estaba dispuesto para la inauguracin del puente el 27 de agosto, pero dicho evento nunca lleg a
realizarse por la confictiva situacin que atravesaba el pas, que desde junio viva un rgimen de facto al
proclamarse dictador el presidente Velasco.
Este puente RO GUAYAS desde el da en que se inici su construccin es un monumento a la
unidad nacional, levantado nica y exclusivamente por la voluntad de los guayaquileos que desde siem-
pre vieron en l un medio para obtener mejores das para la regin y la patria.
Directores del Comit de
Vialidad y algunos
funcionarios del
departamento tcnico
observaban cuando eran
extradas las muestras de
los tubos con que se
haban efectuado las
perforaciones.
Las estructuras que
soportan los cantilevers
del tablero consisten en
cuatro caballetes de
concreto armado
aparcados en el plano
transversal del puente
debajo de cada
simipuente y dispuestos a
5 metros entre ejes.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
187
CONCLUS I N
H
oy, cuando ya llega a los 30 aos de vida, creemos necesario echar una mirada hacia
atrs y analizar si el gran puente cumple an con los objetivos que le dieran origen.
Ver si es que, de algn modo, no hemos vuelto a las mismas limitaciones del
tiempo en que la gabarra era el nico medio para cruzar el anchuroso Guayas.
Y analizar si es que debido al olvido del que ha sido objeto, el puente no se ha convertido ms
en una barrera que en una va para el progreso.
No ser acaso el momento de que nazca un segundo ente autnomo como aquel Comit de
Vialidad que diera origen al puente y pueda, en este caso, revalorizarlo mediante la reconstruccin acorde
con los desafos impuestos por la vida actual de la nacin.
La idea est planteada... La decisin es vuestra.
Medalla conmemorativa
de la inauguracin del
puente sobre el ro
Guayas, entregada por la
empresa constructora a
personajes destacados de
la ciudad y del pas.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
188
ndices
A
Abuela ......................................................................................... 11, 13
Abuelo ....................................................................................... 14, 165
Acequias o Esteros ............................................................................. 80
Aduana - Quemada ........................................................................... 42
Agustinos (construccin de Iglesias) .................................................. 48
American Park - Inauguracin ......................................................... 154
American Park .................................................. 155, 156, 157, 162,166
Anuncios comerciales .................................................................. 12, 13
Aosas Bibliotecas ............................................................................. 18
Aosos (libros) ............................................................................ 11, 87
rboles (de coco) .............................................................................. 34
Arcos Triunfales - contruccin ........................................................... 97
Arquitectura - Sigo XX .................................................................... 124
Arquitectura ( popular) ..................................................................... 47
Arquitectura ( religiosa ) ........................................................ 45, 47, 75
Arquitectura .............................................................................. 78, 150
Asamblea (del 26 de Agosto) ........................................................... 133
Asamblea Nacional - Cuenca ........................................................... 128
Astilleros - Construccin de Lancha .................................................. 68
Astilleros (de Callao) ......................................................................... 28
Astilleros (de Pun) ........................................................................... 26
Astilleros Reales (del San Jos y Santa Ana) ....................................... 26
Astilleros Reales ............................................................... 25, 28, 33, 88
Astilleros ......................................................................... 21, 23, 27, 39
B
Baile (de la Gobernacin) .................................................................. 96
Balsas (de caas) ................................................................................ 78
Banco Del Ecuador ......................................................................... 142
Banco Part. De Descuento y Circulacin - Guayaquil ...................... 139
Bandera (de Guayaquil) ..................................................................... 99
Baos (de mar) ................................................................................ 152
Baos del Salado .............. 152, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 162, 166
Barcos - Construccin ........................................................... 25, 27, 55
ndice Alfabtico
Barcos .......................................................................................... 53, 79
Barrio (de la Marina) ....................................................................... 119
Barrio (de las Peas) .................................. 20, 40, 41, 43, 44, 121, 122
Barrio (de los esteros) .................................................. 85, 86, 121, 122
Barrio (de San Francisco) ................................................................. 120
Barrio (del astillero) ......................................................... 121, 122, 123
Barrio (del Centenario) - Nominacin de calles ............................... 124
Barrio (del centro) ........................................................................... 119
Barrio (del cerro) ............................................................................. 119
Barrio (del pozo) ............................................................................. 119
Barrio (del Puente) .......................................................................... 120
Barrio (el Sagrario) .......................................................................... 121
Barrio (San Alejo) ............................................................................ 122
Bateras (de piedras) .......................................................................... 69
Biblioteca Municipal ............................................... 110, 175, 179, 180
Bomba - Incendio ............................................................................. 85
Borbn (de bodegas Babahoyo) ....................................................... 128
Botn (de Cavendish) ......................................................................... 56
Buques Mercantes ............................................................................. 28
C
Cabildo guyaquileo ..................................................... 32, 93, 95, 100
Cabildo - traslado .............................................................................. 33
Calles .......................................... 12, 34, 35, 41, 43, 48, 49, 50, 58, 74,
75, 78, 82, 83, 84, 97, 98, 119, 172
Calzada (de cascajo) ......................................................................... 152
Camino - Calzada de tablas - Comunicacin .................................... 65
Camino (real unin de la ciudad) ...................................................... 13
Capilla (de la Soledad) ...................................................................... 49
Capital Virreinal ............................................................................... 24
Capitana (de la Armada) .................................................................. 50
Carabela Santa Ana - Manila ......................................................... 56
Crcel ............................................................................................. 145
Crcel - edifcio ............................................................................... 145
Carpinteros (de riveras) ..................................................................... 68
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
189
Carreras (de botes) ....................................................................... 97,98
Carros urbanos .................................................................................. 97
Carta de la Esclavitud ..................................................................... 126
Casa (del Cabildo) - Construccin .................................................. 145
Casa (del Cabildo) ...................................... 46, 85, 105, 136, 143, 144
Casa (de las cien ventanas) ................................................................. 13
Casa (de quincha) ............................................................................. 86
Casa (de Justicia mayor- Pedro Alfonso Casco) ................................ 144
Casa Comercial (de Manuel Antonio de Luzrraga) ................. 139, 141
Casa Consistorial - Emplazamiento .............................................. 58,59
Casa Consistorial - llama al pueblo .................................................. 127
Casa Consistorial ............................................................. 137, 146, 147
Casa Luzrraga ................................................................................ 154
Casas (de las temporalidades) .......................................................... 135
Casas (de madera) ................................................................. 68, 78, 80
Casas Santiago Moore French - Londres .......................................... 136
Casique - Francisco Tomal ............................................................... 55
Castillo (de San Carlos) ..................................................................... 40
Celda (de los frailes) .......................................................................... 67
Cigarrillos (El Progreso) .................................................................... 13
Cima (la Polvorosa) ........................................................................... 78
Ciuda Nueva - Fundacin de Escuela ................................................ 30
Ciudad Vieja ............................................ 13, 33, 41, 46, 50, 64, 66, 69,
70, 81, 85, 86, 120, 122, 145
Ciudad (de corte gtico) .................................................................. 120
Ciudad Nueva - Actividad Pastoral .................................................... 37
Ciudad Nueva - Iglesias ..................................................................... 66
Ciudad Nueva - Intransitable ............................................................ 69
Ciudad Nueva - Origen ............................................................ 82, 120
Ciudad Nueva - Traslado ............................................................. 33, 82
Ciudad Nueva ............................................ 13, 47, 48, 49, 50, 64, 65,
70, 82, 84, 85, 90, 121, 145
Ciudad Vieja - Actividad Pastoral ...................................................... 37
Ciudad Vieja - Casa - Balsas .............................................................. 70
Ciudad Vieja - Casa y locales ............................................................ 68
Club (de botes) ........................................................................... 96, 98
Club (de la Unin) ................................................................... 96, 147
Coches (de punto) ........................................................................... 162
Colectas - Monedas de plata .............................................................. 91
Colegio - Sagrados Corazones ........................................................... 42
Colegio - San Francisco Javier - Cierre - Expulsin de jesuitas ..... 37, 38
Colegio - San Ignacio de Loyola - Quito ........................................... 30
Colegio (de la Compaa de Jess) - Diseo ...................................... 85
Colegio Vicente Rocafuerte ............................................................. 147
Comit Cvico Pro Construccin - Puente Ro Guayas .................... 186
Comit Ejecutivo de Vialidad .................. 182, 183, 185, 186, 187, 188
Compaa - Amrica - Espaa ........................................................... 34
Compaa - ALFA ........................................................................... 159
Compaa - Arthur B. Weston ......................................................... 159
Compaa - Constructora Fenix .................................................. 113
Compaa - J.G: White & Co. - Proyecto ....................................... 154
Compaa - Michael Jr. - Proyecto Puente de la Unidad .................. 183
Compaa - Motherwells - Inglaterra ................................................ 84
Compaa - Nuestra Seora de la Gua ............................................. 28
Compaa - Sociedad General de Construcciones) - Italia ........... 7, 149
150, 159
Compaa - Sociedad Tcnica Fnix ...................................... 159, 160
Compaa (de Jess) ..................................................... 35, 36, 82, 135
Compaa (de Rescate Submarino de Indias) ..................................... 17
Compaas (de Guardias) - Polica .................................................... 98
Comunicacin - Caas - Palos .......................................................... 65
Consejo (de la Junta de Guerra) ...................................................... 111
Constitucin Bolibariana ................................................................. 132
Consul (de Francia) ........................................................................... 77
Convento - Santo Domingo .............................................................. 67
Corbeta ( La bonite) - Francia ........................................................... 60
Coro (de nias) ............................................................................... 105
Coronas (de laurel) ............................................................................ 97
Corridas (de toros) ...................................................................... 71, 98
Cortinas (de lonas) ............................................................................ 70
Cotonas ............................................................................................. 96
Cromos ............................................................................................. 13
Croquis (de Guayaquil, 1787) ..................................................... 40, 41
Croquis annimo ...................................................................... 86, 121
Cuerpo (de Incendio) - Cuerpo de Bomberos .............................. 98, 99
Cuevas (Cobijos de tesoros) ............................................................... 18
Cuevas (de la Fuga) ........................................................................... 20
Cuevas (Profunda) ............................................................................. 20
CH
Chazas (ventanas) .............................................................................. 97
Chocolate caliente ............................................................................. 11
Chocolate (Nestle) ............................................................................. 13
Chofer (o brequero) ......................................................................... 165
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
190
D
Danza (Escosesa reel) ........................................................................ 71
Decreto - Carlos III, 1779 ................................................................ 85
Descripcin Histrica - Geofrfca - Guayaquil ................................. 83
Da (de Nuestra Seora de los ngeles) ............................................. 50
Diario - El Correo Semanal ....................................................... 95, 168
Diario - El Seis de Marzo ................................................................. 168
Diario - El Telgrafo ........................................................................ 187
Diario - Unin Americana ............................................................... 170
Dibujante - Cardero .......................................................................... 59
Dinero - Tierra - Esclavos - Bienes ..................................................... 18
Domingo (de Cuasimodo) ................................................................ 55
Dominicos .................................................................................. 47, 48
Donaciones - Efectivo - Tierras - Ganados ........................................ 30
Donaciones ..................................................................... 31, 32, 34, 99
E
Edifcios (de Madera) ........................................................................ 65
Edifcios (de Mampostera) ............................................................... 64
Ejercito .............................................................................................. 99
El despejo (ensayos) ........................................................................... 99
El llamado - Fiesta ............................................................................. 99
Empanadas (de Queso) ...................................................................... 97
Empresa - Concreta Preforzado Mexicano S.A. ................................ 184
Empresa - General Pacifc Corporation - Mena Atlas ................... 5, 186
Empresa - Impresit .......................................................................... 186
Empresa - J.G. White ...................................................................... 123
Empresa (de Carros Urbanos, 1885) ................................ 162, 163, 165
Empresa - Van Sickle Associates Inc de Denver - Proyecto -
Puente Unin Nacional - EE.UU. ................................... 184
Escribano Francisco de Arce .............................................................. 90
Escudo (del Ecuador) .................................................................. 97, 99
Escueleros ............................................................................. 29, 30, 31
Espign (de Cascajo) ......................................................................... 39
Estacas (Estantes) .............................................................................. 74
Expedicin (de Alejandro Malaspina) ........................ 45, 47, 50, 59, 67
Expedicin (de Gaetano Osculatti), 1847 .......................................... 72
Expedicin (de Sarmiento de Gamboa) ............................................. 51
Expedicin (Naturalista - Francia) ..................................................... 72
F
Fiebre - Amarilla, 1842 .............................................................. 96, 137
Fiebre - Amarilla ................................................................................ 36
Fiestas ................................................................................................ 13
Filas (de Dandis) ............................................................................... 76
Filas (de luces) ................................................................................... 76
Filas (de Rebeldes) ........................................................................... 128
Flores, Juan Jos .............................................................................. 126
Fortn (de la planchada) ............................................................... 39, 40
Fotografa - Taller - Instalacin ................................................ 168, 172
Fotografas - origen .......................................................................... 167
Fotografas - Profesionales y comerciantes ........................................ 167
Fotografas ................................................................................. 14, 169
Fray Simpln - Palomas. Vase: Palomas del Fray Sipln ............. 90, 91
G
Galen (de Manila) ........................................................................... 56
Galen - Nuestra Seora de Loreto - Construcciones ........................ 26
Galen - San Andrs y San Gernimo ............................................... 23
Galen - San Diego - Fabricacin ...................................................... 26
Galen - San Pedro, San Pablo y Santiago Aspotol - Construccin .... 23
Galeones - Santisimo Sacramento y Pursima Concepcin -
Construccin ................................................................... 28
Galera ............................................................................................... 24
Genealoga (los Luzrraga) ............................................................... 140
Gobernacin - Emplazamiento .......................................................... 58
Gobernador - Manuel Espantoso .................................................... 127
Gobierno - Provisorio Triunvirato .................................................... 127
Gobierno - Provisorio .............................................................. 129, 130
Grabados (de Guayaquil siglo XX) .................................................... 73
Guabito (Sector) ............................................................................... 40
Guayaquil - Departamento Federal - Acta de declaracin ........ 133, 134
Guayaquil - Trazada a cordel ............................................................. 80
Guisa (de diamantes) ......................................................................... 74
Gumersindo (el alarife) ...................................................................... 91
H
Hacienda (de cacao) .......................................................................... 74
Hacienda (de Chilintomo) - Donacin .............................................. 31
Hacienda (el Recreo) - Durn .......................................................... 184
Hacienda (La Atarazana) ................................................................... 42
Hacienda (la Elvira) - Combates Militares ............................... 125, 128
Hacienda (la Soledad) ....................................................................... 34
Haciendas (de San Pedro Alcntara) ............................................ 15, 32
Hamaca - Mobiliario de la casa .................... 11, 32, 71, 75, 79, 80, 152
Hemiciclo (de la Rotonda) - Construccin ...................................... 113
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
191
Hierva Luisa ...................................................................................... 11
Himno - Poema ............................................................................... 103
Himno - Poema al 9 de Octubre .............................. 101, 104, 105, 106
Hipdromo ..................................................................................... 164
Historia - Cuentos y Leyendas ........................................................... 15
Hospital - San Juan de Dios - Construccin - Madera ...................... 70
Hospital - San Juan de Dios .............................................................. 67
I
Iglesia (de la Compaa) - Quito ....................................................... 37
Iglesia (de la Concepcin) ................................................... 42, 46, 121
Iglesia (de la Virgen de la Soledad) .................................................... 36
Iglesia (de San Francisco) ................ 42, 45, 46, 50, 66, 69, 82, 90, 120
Iglesia (Jesuita) .................................................................................. 75
Iglesia (La Baslica Menor de la Merced) ............................................ 46
Iglesia (La Catedral) - Emplazamiento ............................................... 58
Iglesia (La Catedral) .......................................................................... 60
Iglesia (Matriz) - Construccin .................................................... 47, 84
Iglesia (Matriz - Campanario ............................................................. 59
Iglesia (Matriz) ...................................................... 33, 45, 46, 120, 121
Iglesia (San Agustn ) ............................... 45, 46, 66, 69, 120, 172, 175
Iglesia (Santo Domingo - Fundacin), 1575 ...................................... 47
Iglesia (Santo Domingo) ................................................ 42, 48, 69,121
Imprenta Municipal ........................................................................ 178
Incendio ............................................................................................ 47
Incendio, 1590 ................................................................................ 144
Incendio, 1624 ................................................................................. 48
Incendio, 1678 .................................................................................. 40
Incendio, 1692 .................................................................................. 33
Incendio, 1707 .................................................................................. 35
Incendio, 1764 .................................................................... 36, 50, 121
Incendio, 1902 ............................................................................ 49, 14
Incendio (Grande, 1896) ........................................... 11, 36, 41, 43, 48
Incursin (Thomas Cavensh) - Pun ............................... 51, 53, 54, 55
Invasin (Holandesa) ......................................................................... 26
Investigaciones - Pico - Pala ............................................................... 17
J
Jesuitas .......................... 22, 31, 32, 33, 34, 36, 38, 66, 81, 84, 96, 105
Jesuitas - Expulsin ..................................................................... 37, 38
Jockey Club ..................................................................................... 123
Junta (de Embellecimiento de la ciudad) ......................................... 100
Junta (de Mejoras y Obras Pblicas) ................................................ 116
Junta Militar ........................................................................... 108, 185
Junta Superior (de Gobierno) - Decreto ............... 94, 95, 108,109, 111
L
La Atarazana ......................................................................... 22, 39, 55
La Planchada ..................................................................................... 40
La Sabaneta ....................................................... 33, 47, 49, 50, 58, 120
Lacayos ............................................................................................. 92
Lmparas (de aceite) .......................................................................... 97
Leguas (distancias) ............................................................................. 53
Leyes (de Indias) - Recopilacin ........................................................ 25
Libros ....................................................................... 11, 12, 13, 19, 98
Lnea (de fbrica) .............................................................................. 82
Luzrraga, Manuel Antonio ..................................... 139, 140, 141, 142
M
Malecn - Construccin - Muro ........................................................ 96
Malecn - Paseo de las colonias - Creacin ...................................... 138
Malecn - Torre Morisca ................................................................. 137
Mantilla (de encaje) ........................................................................... 74
Medalla (de bautizo) .......................................................................... 13
Medalla (de capillo) ........................................................................... 13
Medalla (Conmemorativa de Inauguracn) - Puente ....................... 188
Medalla (de Octubre) .............................................. 107, 108, 109, 111
Medalla (Sociedad Filntropica del Guayas) ....................................... 14
Mercado (de la Orilla) ..................................................................... 137
Mirador ............................................................................................. 21
Modas (de Pars) ................................................................................ 74
Monumento (de Bolvar) ............................................................ 60, 61
Monedas - Coloniales ........................................................................ 19
Monumento - Libertador Simn Bolvar ........................................... 14
Monumento - Bolvar y San Martn - Traslado ................................ 117
Monumento - Bolvar y San Martn ................. 113, 115, 116, 117, 118
Monumento (de los prceres) ............................................................ 99
Monumento - Vicente Rocafuerte - Presidente .................................. 75
Monumentos - Religiosos - Guayaquil ............................................... 75
Muerte - Vicario Herrera ................................................................... 35
Municipio (de Guayaquil) ................................................. 97, 133, 159
Muros (de ladrillo y Piedad Labrada) ................................................. 47
Museo Industrial ............................................................................. 174
Museo Municipal ............................................................ 173, 174, 175
Museo Municipal Pinturas de los prceres ....................................... 111
Museo y Biblioteca - Plano ...................................... 175, 176, 178, 180
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
192
N
Nave - Jess Mara de la Limpia Concepcin - Naufragio .................. 27
Nave - Visitacin y Jess Mara de la Limpia Concepcin .................. 24
Naves - Construccin .................................................................. 22, 25
Naves - Desir Conten y Hugh Gallant ............................................ 51
Naves - Limpia Concepccin y Santiago ........................................... 27
Naves - Naufragios ............................................................................ 16
Naves - Nuestra Seora del Rosario- Naufragio ................................. 27
Naves - Santsima Trinidad) ............................................................... 23
Naves ............................................................ 23, 26, 27, 38, 51, 56, 79
Nio (de la Mano Milagrosa) ............................................................ 87
Nombramiento - Comandante del Ejercito - Antonio Elizalde ........ 134
Nombramiento - Embajador de Chile - Vicente Aguirre .................. 129
Nombramiento - Intendente del Ejercito - Diego Noboa ................. 134
Nombramiento -Tesorero del Cabildo - Guayaquil ............................ 55
O
Obispo - Administracin - Cuenca ................................................... 70
Olmedo, Jos Joaqun de ................................................................. 132
mnibus ......................................................................................... 153
Orden (de San Juan de Dios) ............................................................ 70
Orden (de Santiago), 1593 ................................................................ 55
Orden Franciscana ............................................................................ 82
P
Padre Cappa ...................................................................................... 25
Padre Cicala ................................................................................ 81, 84
Padre Fernndo Ruiz ......................................................................... 36
Padre Francisco Daza ........................................................................ 34
Padre Gandolf .................................................................................. 37
Padre Giraldo .................................................................................... 37
Padre Jacinto ..................................................................................... 49
Padre Juan Bautista Imbiziatti ........................................................... 36
Padre Juan de Velasco) ....................................................................... 37
Padre Juan Martnez de Ripalda) ....................................................... 34
Padre Miguel de los Ros ................................................................... 37
Padres Agustinos ............................................................................... 37
Padres - Misiones Cclicas ................................................................. 31
Padres - Visitas .................................................................................. 32
Palacio Municipal - Inauguracin ............................................ 148, 150
Palacio Municipal - Licitaciones .............................................. 148, 150
Palacio Municipal .................................... 120, 147, 150, 177, 179, 180
Palomas (del Fray Simpln) Vase: Fray Simpln -
palomas ................................................................... 87, 90, 91
Palos Ensebados ................................................................................ 97
Papel manteca ................................................................................... 14
Paredes (de Tabla o Bamb) .............................................................. 74
Parque - Centenario ........................................................................ 100
Parque (de las Iguanas) ...................................................................... 58
Parque Guayaquil .................................................................... 156, 162
Parque - San Francisco ....................................................................... 98
Parque - Seminario - Donaciones ................................................ 61, 62
Parque - Seminario - Embellecimiento - Entorno .............................. 62
Parque - Seminario - Entrega Ofcial ................................................. 62
Parque - Seminario - Iluminacin ..................................................... 62
Parque - Seminario, 1895 .................................................................. 58
Parque - Seminario ............................................................................ 14
Parques .................................................................................. 12, 14, 98
Parroquia - Ayacucho .............................................................. 122, 123
Parroquia - Bolvar .......................................................................... 122
Parroquia - Pedro Carbo .......................................................... 122, 123
Parroquia - Rocafuerte ..................................................................... 122
Parterres ............................................................................................ 13
Paseo (de las Colonias) .................................................................... 138
Pasteles (de pavos - Gallinas) ............................................................. 97
Patache .............................................................................................. 24
Patache - San Brtolom - Construccin ............................................. 26
Patache - Santa Cruz - Construccin ................................................. 28
Peleas (de gallos) ................................................................................ 98
Picaduras (de los mosquitos) ............................................................. 71
Piratas (del Pacfco) .......................................................................... 24
Piratas - Franceses, 1688 ........................................................ 31, 40, 58
Piratas - Holandeses .................................................................... 26, 56
Piratas - Incursin ............................................................................. 23
Piratas -Tesoros y Naufragios ............................................................. 15
Piratas ........ 16, 18, 33, 35, 48, 50, 51, 52, 53, 54, 56, 69, 88, 119, 151
Pita Fibra de Agave (cabuya) ............................................................. 71
Plano 1770 ........................................................................................ 40
Plano - Ciudad Vieja ......................................................................... 81
Plano (de Alcedo) .............................................................................. 82
Plano (de Francisco Requena) - Gegrafo ............................ 83, 84, 121
Plano (de Guayaquil .................................................................. 49, 154
Plano (de Ramn Garca de Len y Pizarro), 1772 .............. 84, 85, 121
Planos (de la Catedral) ...................................................................... 48
Plaza Bolvar - Rejas Ornamentales - Glorieta .................................... 61
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
193
Plaza (de Armas - Fiestas Religiosas) - Corpus ................................ 58
Plaza (de Armas) .......................................................................... 59, 60
Plaza (de la Catedral) ......................................................................... 98
Plaza (de San Francisco) .................................................................... 75
Plaza (de Santo Domingo) ................................................................ 40
Plaza (de Toros) ............................................................................... 155
Plaza (del Centenario) ..................................................................... 115
Plaza Mayor ..................................................................................... 144
Plaza San Francisco .......................................................................... 155
Plaza Santa Catalina ........................................................................ 144
Plumilla (Caligrafa) .......................................................................... 14
Poemas - Bandera - Escudo) .............................................................. 14
Postales ........................................................................................ 13, 14
Pozo (de la Noria - Leyenda) ............................................................. 18
Programas (de Festejos) ................................................................... 102
Proyectos (de Defensas para la Ciudad) ............................................. 83
Puente - Cinco de Junio - Inauguracin .......................................... 160
Puente (de la Unidad Nacional) ............................... 181, 182, 183, 187
Puente (de las 800 varas) ............................................................. 82, 84
Puente - Estero Salado - Proyecto .................................................... 157
Puente (ms largo del Mundo) .......................................................... 14
Puente - Pasadizo descubierto ............................................................ 68
Puerto (de Cazones) .......................................................................... 33
Q
Quinta Pareja .................................................................................. 122
R
Recuerdos ............................................................................ 11, 98, 165
Raso (bolsita) ..................................................................................... 13
Ratio Studioum (Plan de Estudios) .................................................... 35
Real Audiencia de Quito ................................................................... 82
Relign - Prostestante de Calvino ode Lutero .................................... 52
Reloj Pblico - Instalacin ......................................................... 96, 137
Reloj Pblico o Municipal ....................... 135, 136, 137, 138, 139, 146
Revista - Patria .................................................................................. 19
Revolucin (de Octubre) ............................................. 93, 97, 108, 111
Revolucin (del 6 Marzo, 1845 ............................... 125, 126, 129, 130
Ra .................................................................................................... 80
Romntico ........................................................................................ 12
S
Saqueo (de la Ciudad) ................................................................. 49, 51
Simn Bolvar .......................................................................... 131, 132
Sociedad Fotogrfca Manoury y Compaa .................................... 170
Sortija (de Cobre) .............................................................................. 74
T
Tabiques ............................................................................................ 79
Taller - Fotogrfco .......................................................................... 172
Taxis ........................................................................................ 161, 162
Templo - Construccin de Caas - primero ....................................... 48
Tertulia .............................................................................. 11, 104, 153
Testamento (de Manuel Antonio Luzrraga y Echezurra) ................ 142
Toribio de Castro y Guzmn - Magnate ............................................ 30
Torre - Campana Jesuitas ................................................................. 146
Tostadas ...................................................................................... 11, 96
Transvas Elctricos .......................................................... 163, 164, 165
Tratado (de la Virginia) - Triunvirato - Disuelto .............................. 129
Trazado (de Damero) ...................................................................... 58
Tribu (de los Chiriguanas) ....................................................... 137, 138
Tribunal (de la Santa Inquisicin) - Per ........................................... 55
Trincheras (Defensa de la Ciudad) ..................................................... 55
Tronco (de la Familia) ....................................................................... 22
Tumpis (de Garcilaso de la Vega) ....................................................... 79
Tunel (del Tiempo) ............................................................................ 11
V
Vapor - Boskop ................................................................................ 117
Vapor - Thesseus - Holanda ............................................................. 117
Vapores - Valeria y Cordelia - Verjas - Glorieta - Faroles .................... 61
Viajes (de Carcter Cintifcos siglos XVIII - XIX) ........................... 63
Viajes - de Chartn ........................................................................... 76
Vicente Rocafuerte - Gobernacin - Fiesta ................................ 95, 102
Vicente Rocafuerte ............................................................ 96, 137, 152
Villa (de Toranzo) ............................................................................. 89
Virgen (del Soto) .............................................................................. 88
Virrey Conde (de Alba de Liste) ........................................................ 27
Virrey - Decreto real .......................................................................... 52
Virrey - Per ............................................................. 23, 26, 51, 55, 70
Virrey Duque (de la Palata y Rocafull ), 1680 .................................... 28
Virrey - Lus de Velazco ............................................................. 24, 144
Virrey - Toledo .................................................................................. 23
Virrey .............................................................................. 24, 25, 34, 54
Vsperas (das de festas) .................................................................... 76
Volcn - Cotopaxi - Erupcin ........................................................... 90
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
194
A
Alemania ....................................................................................... 155
Amrica del Sur ............................................................................... 75
Amrica Espaola ............................................................................ 77
Amrica Hispana ............................................................................. 26
Amrica ......................................................................... 113, 170, 176
msterdam - Holanda ................................................................... 117
Archipilago de Galpagos ............................................................... 77
Argentina ................................................................................ 51, 109
Ayangue .......................................................................................... 16
B
Baba ........................................................................................ 32, 134
Babahoyo ........................................................................ 78, 127, 128
Barcelona ................................................... 12, 60, 114, 115, 116, 117
Bogot ............................................................................................. 79
Bolivia ..................................................................... 72, 131, 132, 133
Brasil ............................................................................................... 56
Buenos Aires ................................................................................... 28
C
Cabo de Buena Esperanza ............................................................... 56
Cabo Pasado ................................................................................... 16
Cdiz .............................................................................. 83, 141, 142
California ........................................................................................ 77
Callao ............................................................................................ 170
Cartagena de India ........................................................................... 15
Cayo Hueso ..................................................................................... 15
Cerro del Carmen (Canal 2) ................................................ 18, 21, 46
Cerro San Cristbal ......................................................................... 64
Cerro San Eduardo .......................................................................... 60
Cerro San Lzaro (Cementerio) ....................................................... 18
Cerro Santa Ana ........................ 14, 18, 19, 23, 39, 42, 45, 46, 59, 64
Cinega ........................................................................................... 69
Colombia - Tunja - Nuevo Reino de Granada ................................. 36
Colombia ............................ 72, 79, 95, 105, 129, 132, 133, 134, 167
ndice Toponmico
Pg. Pg.
Continente Americano ................................................................. 117
Costas del Pacfco .................................................................. 80, 167
Cuenca ............................................................................. 58, 70, 129
CH
Chacras ........................................................................................... 8 3
Chanduy ............................................................................. 15, 24, 27
Chile ......................................................................... 51, 72, 129, 167
China .............................................................................................. 7 2
D
Daule ...................................................................................... 34, 134
Durn ................................................................................... 183, 184
E
Europa .............................. 22, 72, 117, 128, 132, 149, 167, 176, 177
Ecuador ....... 72, 73, 97, 117, 118, 122, 128, 142, 159, 171, 172, 173
Estados Unidos .............................................................................. 149
Estero de Villamar ........................................................................... 8 2
Estero Salado ................................................. 151, 152, 153, 154, 157
Espaa ......................... 16, 34, 38, 49, 83, 85, 88, 117, 133, 141, 170
Estrecho de Magallanes ............................................................. 22, 51
F
Filipinas ........................................................................................... 7 2
Florida ............................................................................................. 1 5
Francia ...................................................................... 34, 77, 109, 142
G
Guayaquil ......... 11, 12, 13, 14, 18, 19, 21, 22, 23, 24, 26, 27, 28, 29,
30, 31, 32, 34, 37, 38, 40, 41, 44, 45, 46, 47,
48, 49, 51, 52, 53, 56, 57, 59, 60, 62, 63, 64, 67, 68,
69, 70, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83,
87, 90, 93, 94, 95, 97, 99, 100, 102, 103, 104, 107,
109, 110, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125,
126, 127, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 135, 139, 140,
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
195
141, 142, 143, 144, 145, 146, 147, 149, 151, 152, 154,
156, 157, 158, 161, 162, 164, 165, 166, 167, 168, 169,
170, 171, 172, 173, 177, 179, 182, 186
Golfo de Guayaquil .......................................................................... 79
Guayas ........................................................................... 182, 183, 186
H
Hamburgo ....................................................................................... 61
Holanda ........................................................................................... 26
I
Inglaterra ........................................................................... 56, 85, 177
Isla de Boca de Daule ....................................................................... 34
Isla de la Plata .................................................................................. 17
Isla de Santa Clara ........................................................................... 16
Isla del Caribe .................................................................................. 15
Isla el Muerto ............................................................................. 16, 79
Isla Pun ................................................ 22, 23, 26, 52, 53, 55, 79, 88
Isla Santay .............................................................................. 183, 186
Islas Sandwich .................................................................................. 72
Italia ............................................................................... 147, 177, 186
J
Jipijapa ........................................................................................... 134
L
La Atarazana ........................................................................ 22, 39, 55
La Planchada .................................................................................... 40
La Polvorosa ..................................................................................... 78
La Sabaneta ...................................................... 33, 47, 49, 50, 58, 120
Lima - Per .............................................................. 28, 128, 153, 170
Londres .................................................................................. 132, 136
M
Machala ........................................................................................... 51
Madrid ...................................................................................... 22, 82
Mainas ............................................................................................. 83
Manab .......................................................................................... 127
Manila ............................................................................................. 56
Marsella - Francia .................................................................. 117, 118
Miln - Italia ............................................................................ 72, 147
Montecristi ..................................................................................... 134
N
Nueva York - EE.UU. .............................................................. 61, 122
O
Ocano Atlntico ............................................................................. 56
Ocano Pacfco .................................................. 22, 26, 27, 28, 56, 64
Oran - frica ................................................................................... 83
P
Panam ..................................................................... 15, 16, 30, 32, 37
Pars ....................................................................... 48, 61, 72, 74, 171
Parroquia Ayacucho ................................................................ 122, 123
Parroquia de Bolvar ....................................................................... 122
Parroquia Pedro Carbo ........................................................... 122, 123
Parroquia Rocafuerte ...................................................................... 122
Pennsula ................................................................................. 17, 154
Per ................. 16, 23, 24, 26, 28, 51, 55, 70, 128, 131, 132, 133, 167
Pichincha ......................................................................................... 73
Portoviejo ....................................................................................... 134
Provincia del Azuay ........................................................................ 127
Provincia del Carchi ....................................................................... 128
Provincia de Guayaquil .................................................................... 83
Puerto Callao ....................................................................... 23, 26, 28
Puerto de Cazones ............................................................................ 33
Puerto de Plymouth ................................................................... 51, 56
Puerto Peruano ................................................................................. 79
Q
Quinta Pareja ................................................................................. 122
Quito ............... 25, 30, 37, 38, 48, 52, 54, 56, 70, 73, 79, 80, 82, 111,
126, 128, 129, 146, 168, 172
R
Ra ................................................................................................... 80
Ro Babahoyo ................................................................................... 32
Ro Guayas ...................................... 68, 151, 154, 181, 183, 186, 187
Ro Tmesis - Londres ...................................................................... 78
Ro Daule ......................................................................................... 66
S
Sabana Grande ............................................................................... 120
San Borondn .......................................................................... 78, 146
San Francisco de Baba ...................................................................... 31
Santa Elena (salinas) .................................................................. 16, 134
Sevilla - Espaa ................................................................................. 15
Singapur ........................................................................................... 72
V
Venezuela ........................................................................................ 132
Pg. Pg.
M e l v i n H o y o s G a l a r z a
196

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