Este documento habla sobre la importancia de la información y comunicación para el ecosocialismo. En menos de 3 oraciones: El documento destaca que la información y comunicación son elementos claves para una democracia directa y un poder popular, donde la gente se informa y comunica para participar activamente en los asuntos públicos de forma enriquecedora. También enfatiza que la concentración de los medios de comunicación en pocas manos puede llevar a una manipulación antidemocrática de la población.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
83 vistas16 páginas
Este documento habla sobre la importancia de la información y comunicación para el ecosocialismo. En menos de 3 oraciones: El documento destaca que la información y comunicación son elementos claves para una democracia directa y un poder popular, donde la gente se informa y comunica para participar activamente en los asuntos públicos de forma enriquecedora. También enfatiza que la concentración de los medios de comunicación en pocas manos puede llevar a una manipulación antidemocrática de la población.
Este documento habla sobre la importancia de la información y comunicación para el ecosocialismo. En menos de 3 oraciones: El documento destaca que la información y comunicación son elementos claves para una democracia directa y un poder popular, donde la gente se informa y comunica para participar activamente en los asuntos públicos de forma enriquecedora. También enfatiza que la concentración de los medios de comunicación en pocas manos puede llevar a una manipulación antidemocrática de la población.
Este documento habla sobre la importancia de la información y comunicación para el ecosocialismo. En menos de 3 oraciones: El documento destaca que la información y comunicación son elementos claves para una democracia directa y un poder popular, donde la gente se informa y comunica para participar activamente en los asuntos públicos de forma enriquecedora. También enfatiza que la concentración de los medios de comunicación en pocas manos puede llevar a una manipulación antidemocrática de la población.
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16
Ecosocialismo
INFORMACIN, COMUNICACIN Y EDUCACIN
Andrs Bansart Ecosocialismo. Informacin, comunicacin y educacin Andrs Bansart Ministerio del Poder Popular para la Comunicacin y la Informacin Avenida Universidad, Torre Ministerial piso 8,9 y 10, Caracas-Venezuela www.minci.gob.ve Rif: G-20003090-9 Directorio Nicols Maduro Moros Presidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela Ernesto Villegas Poljak Ministro del Poder Popular para la Comunicacin y la Informacin Heidi Domnguez Viceministra de Estrategia Comunicacional Fanny Febles Viceministra de Gestin Comunicacional Ramn Medero Director de Publicaciones Edicin y correccin Ricardo Romero Francisco vila Diseo y diagramacin Saira Arias Ilustraciones Alfredo Rajoy Julio, 2013 E n la Propuesta del Candidato de la Patria, que se present por parte del Comando de Campaa Carabobo, ante el CNE en la pasada campaa electoral presidencial 2012, se contemplan cinco grandes objetivos histri- cos. El quinto tiene como nalidad: Contribuir con la preservacin de la vida en el planeta y la salvacin de la especie humana. Inicia su contenido con el Objetivo Nacional: Construir e impulsar el modelo econmico pro- ductivo ecosocialista, basado en una relacin armnica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional, ptimo y sostenible de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza. Adems, en uno de los posteriores objetivos estratgicos y generales, contempla: Disear un ambicioso Plan Nacional de Adaptacin acorde con el compromiso tico bolivariano ecosocialista, que permita a nuestro pas prepararse para los escenarios e impactos climticos que se producirn debido a la irresponsabilidad de los pases industrializados, contaminadores del mundo. Les presentamos esta obra como contribucin al debate de las ideas para la construccin de esa sociedad solidaria, como lo deca nuestro cantor Al Primera, por la alborada de un nuevo mundo, donde podamos vivir viviendo, inspirados en los ms altos valores del humanismo. Los editores PRESENTACIN 3 ECOSOCIALISMO, INFORMACIN Y COMUNICACIN I nformacin y comunicacin no son sinnimos. La infor- macin es una simple transmi- sin de conocimientos, noticias o ideas. La comunicacin supo- ne una puesta en comn. En el caso de la informacin, no se espera una respuesta por parte del receptor. A menudo, lo que se busca (y lo veremos ms ade- lante) es una reaccin, lo que es muy diferente. Si alguien escu- cha una emisin de radio o de televisin, recibe un cierto nmero de informaciones, un mensaje cuyos contenidos es- tn organizados por el emisor, quien, desde luego, tiene unos objetivos precisos y la expecta- tiva de provocar una reaccin por parte de los receptores. Pero no espera una respuesta y menos an una discusin. Se supone que cada receptor reci- ba pasivamente la informacin y reaccione positivamente con respecto a ella. La prensa est conformada por el conjunto de los medios informativos. Puede ser escrita, radial, televisiva u otra. Puede ser diaria, semanal o mensual. Puede tambin estar perma- nentemente a disposicin de quienes desean informarse. La palabra prensa viene de la m- quina de impresin que se uti- lizaba hasta hace algunos aos. De este modo, la expresin prensa escrita sera un pleo- nasmo. Sin embargo, se utiliza esta locucin para diferenciarla de los otros media como la radio o la televisin. La libertad de expresin es el derecho que tiene cualquier persona de expresarse. Esta li- bertad tiene como corolario la libertad de prensa. Estamos hablando de dos derechos fun- damentales: poder informar y poder ser informado. Toda la ciudadana tiene el derecho de recibir una informacin veraz. Existe pues una tica que el in- formador debe respetar. La in- formacin difundida debe ser vericable; si no, se transforma en un rumor que confunde a la gente y perturba el orden pbli- co. La ciudadana y cada perso- na en particular tienen el dere- cho de recibir una informacin dedigna y de hacerse una opi- nin a partir de la informacin recibida. La libertad de prensa es, pues, el derecho de emitir men- sajes para informar a la gente. Desde luego, libertad no es li- bertinaje. La libertad de prensa supone una moral muy riguro- sa. La prensa no puede decir cualquier cosa porque simple- mente le d la gana de hacerlo o, peor, porque quiere alterar el orden pblico. Volvemos a su- brayar el hecho de que la ciuda- dana tiene el derecho de recibir una informacin veraz para que cada persona pueda ejercer sus derechos ciudadanos. El problema mayor, que im- pide o diculta el respeto del derecho a la informacin, es la concentracin de los medios in- formativos en las manos de unos pocos. Estos pocos, individuos o grupos, poseen la totalidad o gran parte de los medios y pue- den as manejar la informacin a su antojo. Pueden manipular la mente de la gente sin que sta pueda darse cuenta de ello y sin que pueda recibir una informa- cin distinta de la que este po- der meditico decide propagar. A pesar de que todos sabe- mos lo que signica la palabra democracia, no nos parece intil recordar la etimologa y el sentido de sta. Viene de dos palabras griegas: demos (el pueblo) y kracia (el poder). La democracia es el poder en ma- nos del pueblo, es decir, en ma- nos de todos los ciudadanos, sin excepcin. La palabra oli- garqua viene tambin de dos palabras griegas: oligos (unos pocos) y kracia (el poder). La oligarqua es el poder en ma- nos de unos pocos. Ambos con- ceptos, obviamente, chocan de frente. Ambos son incompati- bles. Para que se pueda ejercer la democracia, toda la ciudada- na debe tener la posibilidad de informar y ser informada. Sin eso, no puede ejercer su parti- cipacin en la colectividad en la cual vive (ya sea sta local, na- cional o internacional). Cuando se habla de oligar- qua rerindose a la concentra- cin de los medios informativos en unas pocas manos, se est designando claramente un sis- tema antidemocrtico. La pren- sa se convierte no en un ente informador, esclarecedor, he- rramienta indispensable de las prcticas democrticas, sino, al contrario, en un arma para tras- tornar a la ciudadana y manipu- larla. No se trata solamente de difundir informaciones falsas, incompletas o confusas, sino de difundir informaciones insigni- cantes destinadas a distraer a la gente (en los dos sentidos de la palabra distraccin: entrete- nimiento y estrategia destinada a llevar la atencin hacia hechos intrascendentales e impedir as una toma de conciencia y de res- ponsabilidad). Es bien conocida la frmula del imperio romano decadente: Panem et circenses. Se trataba de dar a la gente algo de pan y los juegos del circo. As se quedaba tranquila. Qu pueda comer y distraerse! De este modo, no se va a preocupar por los asuntos de la Ciudad, no va a ejercer sus derechos de ciudadana. En la palabra informacin, se encuentra esta otra: forma- cin. Para participar activa- mente en la cosa pblica, en la res publica, en la rep- blica, es necesario formarse e informarse. De este modo, los medios de informacin deben ser, al mismo tiempo, medios de formacin. Formarse no es algo aburrido. Al contrario. Es algo apasionante. El ser humano se da cuenta de que, al formarse e informarse, va creciendo exis- tencialmente y socialmente. La repblica necesita que cada per- sona sin ninguna excepcin est bien informada y pueda formarse de manera permanen- te (desde su nacimiento hasta su muerte). Necesita que cada per- sona pueda pensar, reexionar, confrontar ideas y participar en la gestin de la Ciudad. Necesita que el pueblo entero pueda ejer- cer el poder. Eso es la democra- cia y eso es, al mismo tiempo, el poder popular. Ambas expresio- nes democracia y poder popu- lar, s, son sinnimos. La persona que queda hip- notizada durante horas y ho- ras frente al televisor es igual a aquellos romanos que iban a ver los juegos del circo. As, la per- sona se des-interesa de los asun- tos pblicos, se des-vincula de la res publica, se des-entiende de la repblica. El imperio romano se alej de la repblica. Los ciu- dadanos perdieron su derecho de ciudadana. Finalmente, el imperio se hundi. Lo mismo pasa en los imperios decadentes del siglo XXI. Para lograr una democracia verdadera y sana, insistimos, es imprescindible formarse e informarse. La democracia no es una situacin inmvil. La democracia se est haciendo (o des-haciendo) cada da. No se debera hablar de democracia participativa porque el adjetivo est de ms. Es la participacin de todos y cada uno, lo que hace la democracia. Y, de agregar un adjetivo a este sustantivo, ha- blaramos ms bien de demo- cracia directa. Para lograr esta democracia directa no basta la informacin. Se hace indispen- sable la comunicacin. La comunicacin es el hecho de poner en comn, compar- tir, convivir, vivir los unos con los otros, vivir los unos para los otros y, as, permitir un en- riquecimiento mutuo, una iden- ticacin de las complementa- riedades, una denicin de las reciprocidades, una puesta en marcha y, luego, la aceleracin y el mejoramiento de la participa- cin, un caminar decidido hacia la democracia directa. 4 En la comunicacin, los me- canismos son ms complejos y, desde luego, ms enriquecedo- res que en el mero proceso de informacin. Esta complejidad es fuente de un valor social, cul- tural y ecolgico ms grande. El emisor de una informacin se dirige a uno o varios recep- tores, esperando una reaccin: por ejemplo, que stos piensen de una cierta manera (o no pien- sen), compren un producto o vo- ten de un modo u otro. Gracias a la educacin y a una buena formacin, los receptores pueden adquirir la capacidad de descodicar los mensajes y no aceptar sus contenidos de ma- nera pasiva. Ya es un gran paso. Llegan a ser capaces de anali- zar los contenidos del mensaje, hacerse una opinin personal y hasta organizar una respuesta si los medios les dieran la oportu- nidad de hacerlo. En el juego insano de la in- formacin manejada por la oli- garqua, el emisor hace todo lo que puede para poner trabas a una recepcin inteligente por parte de quienes leen, miran o escuchan. Se trata de una in- formacin unilateral. El emisor organiza el proceso para impo- sibilitar cualquier tipo de re- exin y, sobre todo, de puesta en comn que permitira salir del individualismo del receptor pasivo y crear una conciencia colectiva. En el proceso de comuni- cacin, el receptor puede con- vertirse en emisor. Es capaz de analizar, hacerse preguntas, buscar ms informaciones o informaciones diferentes, mul- tiplicar sus fuentes de informa- cin, comparar informaciones diversas. Luego, llega a tener una capacidad de respuesta. Su reexin (ojal colectiva) lo lle- va a producir una retroalimen- tacin, es decir, a una respuesta que, al mismo tiempo, repre- sente un enriquecimiento de la informacin inicial. Si el recep- tor se transforma en emisor, el emisor inicial se puede conver- tir en receptor. All llegamos a la comunicacin, a la puesta en comn y en acciones colectivas. All llegamos a la democracia verdadera, la democracia viva, el Poder Popular. Los emisores/ receptores son numerosos y el procedimiento previamente bi- lateral se convierte en red. El correo de los lectores de los peridicos fue un primer tipo de posible respuesta, pero reducido, muy fcil de controlar y fcilmente manipulable. Algo similar es la posibilidad de lla- mar a la emisora de radio o de televisin, o de enviar twitters que el emisor puede escoger segn su conveniencia y hacer creer que existe una cierta co- municacin. Los foros abiertos o las teleconferencias represen- tan un paso adelante aunque siempre puede existir una ma- nipulacin por parte de quienes organizan la actividad meditica y pueden controlar la dinmica del debate. Internet, como lo indica su nombre, es la creacin y el funcionamiento de una red de redes a travs de las cuales las informaciones uyen y donde cada emisor/receptor se en- cuentra en un pie de igualdad con los dems. Pero numerosos escndalos demostraron que all tambin pueden existir muchas trampas. No hay que confundir los medios con la utilizacin de estos medios. Con un cuchillo es posible cortar el pan o matar. El cuchillo es neutro. Lo que no lo es, es la utilizacin del cuchillo. Volvemos entonces a lo que di- jimos antes sobre la formacin. Sin una buena formacin, se puede distorsionar completa- mente el juego y transformar las herramientas en armas. De este modo, formacin, informacin y comunicacin son acciones diferentes, pero muy ligadas unas a otras. La democracia exige las tres y una relacin ntima entre ellas. Sin eso, no hay democracia. Ecologa comunicacional La ecologa es el conjunto de las ciencias y las tecnologas vinculadas con el oikos (hogar, en griego), con el espacio vital, el espacio de vida, el espacio de convivencia. Es un entorno y son los seres vivos que interac- tan en este entorno. La casa, como construccin, no es un hogar. El hogar es este edicio y las personas que viven all. As, la ecologa es la dinmica del hogar. Desde este punto de vis- ta, la ecologa tiene mucho que ver con la comunicacin. Cualquier ecosistema es una red de seres vivos en un entor- no preciso. Los elementos que constituyen el ecosistema son interdependientes. Las interac- ciones de materia y energa, que se realizan entre ellos, permiten mantener la vida. Los seres hu- manos forman parte de varios ecosistemas (un macro ecosis- tema comn, que es el planeta tierra, y ecosistemas ms reduci- dos como una regin especca con caractersticas geogrcas, climatolgicas y otras). La hu- manidad no est encima ni al lado del ecosistema, sino que forma parte de ste. Forma par- te de la naturaleza. A partir de esta observa- cin, se puede realizar un acer- camiento ecosistmico de la sociedad. El ser humano se en- cuentra insertado en la natura- leza y, en el seno de sta, existen intercambios de informaciones. El perro que ladra, el beb que llora, la persona que grita, son emisores de informacin. En este caso, existen solamente in- formaciones dispersas (las cua- les reciben o no las respuestas adecuadas). Para que exista una comunicacin, es necesario una voluntad de intercambio para una puesta en comn y, por lo tanto, un proyecto. Los seres humanos (individuales o colecti- vos) necesitan este intercambio de informacin. Por ser dotados de inteligencia, son capaces de transformar la colectividad en comunidad y de situarla en las dinmicas de la naturaleza. El divorcio, que el ser hu- mano provoc con respecto al resto de la naturaleza, da la im- presin de que un ecosistema y una sociedad humana slo pue- den tener, a lo sumo, algunas similitudes. Pero no es as. En el mundo, todo est interrelacio- nado. Lo que podra diferenciar a los seres humanos del resto de la naturaleza es su inteligencia (gracias al desarrollo de su cere- bro), pero eso no los hace salir de esta naturaleza. El planeta tierra vivi durante varios mile- nios sin la humanidad, pero la humanidad no podra vivir fue- ra de la naturaleza o sin ella. La inteligencia, de la cual es- tn dotados los seres humanos, les permite situarse en el mundo, pensar y pensarse en trminos de pasado, presente y futuro, comunicar, comunicarse entre s, poner en comn, crear una comunidad. All est la ecologa comunicacional: la capacidad de intercambiar conscientemen- 5 te informaciones, lograr una for- macin cooperativa y mantener una comunicacin. En una pala- bra, los seres humanos tienen la capacidad de organizarse en co- munidad. All est su libertad. Pero tambin su inteligencia les permite creerse por encima de la naturaleza e intentar dominarla en lugar de buscar equilibrios en ella. Adems, esta misma inteli- gencia les permite como lo he- mos visto en la primera parte de este ensayo romper los lazos con sus semejantes e intentar dominarlos. El ecosocialismo como sistema El ecosocialismo es un sistema poltico que articula, entre s, la buena gestin de los ecosiste- mas (en los cuales el ser huma- no interacta con los dems ele- mentos de la naturaleza) y una cogestin de la sociedad (en la cual los seres humanos si as lo desean pueden comunicar- se entre s y conformar una co- munidad equilibrada, equitativa y armoniosa). En una sociedad ecosocia- lista, no puede existir una di- cotoma entre el ser humano y la naturaleza, ni pueden existir fenmenos como la exclusin, la dominacin y la pobreza. Se valora en alto grado la interac- cin entre los tres mecanismos de formacin, informacin y co- municacin en benecio de los equilibrios ecolgicos y sociales. La formacin incluye la en- seanza, la educacin mutua y la autoformacin permanente. Estos tres procesos interactivos permiten el crecimiento del ser en sus dimensiones individual y colectiva, un crecimiento de la calidad existencial y del Buen Vivir. La informacin permite de- nir claramente los problemas, entender los fenmenos de la naturaleza y de las sociedades humanas insertadas en ella, es- pecicar las dicultades que pueden existir en esta conviven- cia en la naturaleza y entre esas colectividades, entender los con- ictos que pueden surgir, identi- car los retos que se presentan y pro-poner soluciones a los problemas. La comunicacin permite intercambiar de manera equi- tativa, clara y veraz las infor- maciones, es decir, escuchar de manera atenta, expresarse de manera adecuada y poner las informaciones en comn con el n de mejorar la vida comunal y social. El ecosocialismo consiste en salir de la sociedad de la des- informacin para construir una sociedad de informacin, lo que permite a sus miembros opinar, analizar, disear un pro- yecto de sociedad, implementar planes y programas propios, evaluarlos y participar cada vez mejor en la construccin perma- nente de la democracia. All est la democracia directa. El ecosocialismo consiste en salir de la ignorancia, la confu- sin y la manipulacin gracias a los intercambios de informacin y de formacin mutua y perma- nente para el crecimiento del ser, la calidad de la vida. El ecosocialismo consiste en comunicarse cada vez mejor, convivir con ms intensidad y desarrollar la creatividad para el bien comn. Un elemento de vital im- portancia para el buen funcio- namiento de la sociedad eco- socialista es el desarrollo de verdaderos medios de comu- nicacin social. Los llamados comunicadores deben ser excelentes informadores, capa- ces de recolectar, interpretar y transmitir honestamente las in- formaciones, expresarlas de ma- nera clara y preocuparse por la retroalimentacin (que es, para ellos, otra forma de escuchar y una manera de enriquecerse en el ejercicio de su profesin). En cuanto a los eco-ciuda- danos, deben tener u obtener la formacin que les permita recibir, escoger y compartir las informaciones importantes, descodicarlas correctamente, analizarlas y emitir tambin in- formaciones de inters para la comunidad. Si el imperialismo y las bur- guesas que estn a su servicio juegan tanto con la libertad de expresin y tratan de poseer de manera monopolstica los me- dios para desinformar a la gente y manipular la informacin, es porque el control de la informa- cin y el sabotaje de la comuni- cacin es estratgicamente nece- sario para seguir ejerciendo su dominacin, seguir saqueando la naturaleza a su antojo y rom- per el avance del ecosocialismo. Si bien los pases en transi- cin hacia el socialismo pueden y deben nacionalizar ciertos medios de produccin, nacio- nalizar la banca y proceder a otras nacionalizaciones con el n de asegurar la soberana e impedir el robo, es difcil, o casi imposible, nacionalizar los medios de informacin. Hasta podra llevar a contradicciones. Pero no se puede permitir su manipulacin. Por otro lado, es necesario impedir la privatizacin de la formacin (que es un servicio pblico al cual toda la ciudada- na debe tener un acceso gratui- to). Y hay que hacer todo lo po- sible para desarrollar o reforzar la comunicacin. Es indispen- sable despertar las conciencias y as contraatacar a un sistema extremadamente poderoso. Me- diante esta conciencia popular, la democratizacin de la ense- anza, la ecacia de una verda- dera comunicacin y el fortale- cimiento del poder popular, se debe aniquilar el arma tal vez ms potente del imperialismo y las burguesas locales. Es nece- sario multiplicar los medios lla- mados alternativos y cooperati- vos de informacin, formacin y comunicacin. La ecologa comunicacional debe llegar a ser el alma del ecosocialismo. EDUCACIN MUTUA PARA EL ECOSOCIALISMO L a naturaleza est herida y los seres humanos nos es- tamos suicidando matndola. El mundo entero lo sabe, pero quienes manejan la economa globalizadora y aprovechan esta economa destructora no quieren cambiar su modo de vivir. Las conferencias de Ro de Janeiro, Kioto, Copenhague, Cancn, Ro+20 fracasaron una tras otras. Cuntos discur- sos y cun pocas acciones! Cuntas palabras ambiguas que, en vez de aclarar el pano- rama, no hacen sino confundir a la gente! Con humildad pero con rmeza, quisiramos en estas pginas precisar ciertos conceptos. No se trata de impo- ner criterios, sino de proponer algunas ideas para contribuir a hacer avanzar la reexin y, juntos, emprender acciones realmente transformadoras. Empecemos por el trmino desarrollo. Desde mediados del siglo XX, se viene utilizando esta palabra. Se habla de pases desarrollados y de pases sub- desarrollados. Se autocalican desarrollados los pases que se han hecho ricos mediante el colonialismo, es decir, la ex- plotacin sistemtica y desver- gonzada de pases ajenos, de su naturaleza y de los pueblos que forman parte de ella. Desarrollar signica po- ner o mantener en movimiento, desenvolver, activar. La esencia del desarrollo es el movimien- to. Qu signica entonces ha- blar de pases desarrollados? Ya estn inmviles porque lle- garon a la felicidad suprema, el bienestar completo, el equi- librio perfecto? Y qu signi- ca un pas subdesarrollado? Ser un pas esttico en su pobreza, su ignorancia, su inca- pacidad de levantar la cabeza? Para evitar susceptibilidades 6 se empez a hablar, de manera condescendiente, de pases en va de desarrollo. Y eso qu signica?, que estamos prontos a iniciar el despegue, que algn da seremos capaces de empezar el ascenso hacia las alturas don- de ya se encuentran los pases desarrollados? El trmino desarrollo se uti- liza a menudo como sinnimo de crecimiento econmico. All est quizs el meollo del asunto. A partir de esta equivo- cacin o esta mentira, surgieron las categoras de pases indus- trializados y pases no-indus- trializados (sobreentendiendo que los no-industrializados son aquellos incapaces de in- dustrializarse). Algunos cre- cen y otros no son capaces de hacerlo. El problema es que, a principios del siglo XXI, los pases desarrollados estn es- tancados y que algunos pases subdesarrollados, de repente, logran un crecimiento econmi- co positivo. Digamos ms bien alcanzan (es ms neutro). En- tonces surge otro trmino: pa- ses emergentes. Armamos de manera en- ftica: desarrollo no es sinni- mo de crecimiento econmico. Prueba de esto es la situacin social, tica y humana de aque- llos pases que siguen creyn- dose los desarrollados. El de- sarrollo es una bsqueda, que no termina nunca, de equilibrio entre el ser humano y la natu- raleza de la cual forma parte, es la bsqueda nunca acabada de justicia social, equidad, bien- estar y felicidad. Acaso existe en el planeta un ser (individual o colectivo) que puede armar que est bien para siempre, que se encuentra en una felicidad perfecta y eterna? El desarrollo es una bsque- da, una marcha incesante, un caminar permanente hacia un ideal que siempre debe ser ms exigente. Va a ser importante re- cordar esto cuando hablemos de educacin. En vez de la palabra desa- rrollar, mejor deberamos uti- lizar la palabra desenvolver. Estbamos envueltos y ahora debemos desenvolver la maraa de problemas en los cuales nos envolvieron. Nos estamos des- envolviendo. En otras latitudes y otros tiempos, algunos grupos socia- les lucharon para conquistar un cierto bienestar para todos. Para todos o para quienes vi- van en su mismo pas? Lucha- ron a tiempo contra el genocidio de los indgenas de lo que bau- tizaron Amrica? Lucharon contra el comercio triangular, contra la esclavitud, contra el despojo de la tierra, contra las agresiones contra la Madre Tie- rra, contra el robo de tierras, contra la explotacin de la ma- dre naturaleza, contra la explo- tacin de los indgenas, de los africanos, de los pases sub- desarrollados? Actualmente, las izquierdas de los pases ricos hacen huel- gas, realizan marchas, efectan manifestaciones para defender sus derechos (derechos que, lo aceptamos, se lograron a ve- ces gracias a las luchas de sus padres o sus abuelos). Ahora, se trata a menudo de derechos individuales (derecho a la pen- sin u aumentos de sueldos). Pero, luchan por una sociedad mundial diferente, por el reequi- librio entre el ser humano y la naturaleza, por cambiar radical- mente el modelo de sociedad? En varios foros internaciona- les, ciertos compaeros de es- tos pases, que observan la situa- cin con sinceridad, nos dijeron que si el socialismo tiene an algn futuro en la tierra, ste se encuentra en Nuestra Amrica. S. Es en Abya Yala 1 donde tiene que nacer, crecer y dar frutos un socialismo indito que llama- mos ecosocialismo. El ecosocialismo como alternativa Fracasaron las experiencias de socialismo que se realizaron en otras partes del mundo y en otros tiempos. Lo que pas en 1 Abya Yala nombre que dieron los aborgenes al continente americano antes de la llegada de Cristobal Coln. (Nota del editor) aquel entonces y aquellos luga- res lejanos deben servirnos de leccin para saber lo que no hay que hacer. Y para determinar lo que podramos, podemos o debemos hacer. Fracasaron por- que no respetaron la naturale- za, porque aceptaron guerras, porque, una vez conquistados algunos derechos (ms indivi- duales que colectivos y plane- tarios), se encerraron en luchas por el poder sin cuestionar ms un orden que lastimaba la na- turaleza y a la mayora de los se- res humanos. Ahora, nos toca a nosotros, en Abya Yala, inventar, crear, desarrollar este ecosocialismo que, por el momento, no se puede concretar sino aqu. Nos toca proponer e implementar un nuevo modelo de sociedad y unas relaciones equilibradas entre el ser humano y la natu- raleza. No se trata de respe- tar la naturaleza, de hablar de un ambiente como si fuera un contorno extrao a nosotros, un escenario. Formamos parte de la naturaleza. Quienes lo saben y pueden armarlo son los pue- blos originarios. El ecosocialismo es un mo- delo de sociedad estrechamen- te ligado con la naturaleza que exige la soberana, el respeto y la autonoma de los pueblos, un modelo que considera al ser hu- mano (a todos los seres huma- nos) como la razn de ser de las luchas, un modelo de sociedad que rechaza las discriminacio- nes, que impulsa nuevas formas de poder popular, que promue- ve la participacin voluntaria y voluntarista por parte de quie- nes desean, exigen y se exigen a s mismos la inclusin, la parti- cipacin y la cooperacin. El ecosocialismo no es cual- quier tipo de socialismo. Arti- cula, dentro de un proceso de desenvolvimiento comunitario e igualitario, la economa, la eco- loga y la cultura. La economa es la creacin y la reparticin de los bienes y servicios que nece- sita el ser humano para su buen vivir. La ecologa es la bsque- 7 da permanente de equilibrios dentro de la sociedad humana y entre sta y la naturaleza de la cual forma parte. La cultura es el modo de vivir del ser colectivo, sus expresiones y sus costum- bres, su manera de comunicar interna y externamente. El ecosocialismo tiende a lo- grar una relacin equilibrada entre el ser, el estar y el hacer. Tiende a producir bienes y ser- vicios sin lastimar la naturale- za y repartir de manera justa y equitativa estos bienes y servi- cios (un hacer justo). Tiende a mejorar su ambiente de acuerdo con los derechos de la naturale- za y los derechos de todos los seres humanos (el bien estar). Tiende a crecer como ser huma- no en sus dimensiones colecti- va e individual, comunicndose ms y mejor con la naturaleza y con sus semejantes (el ser ms). Educacin, enseanza y desenvolvimiento El ser humano puede siempre superarse y tender a ms equi- librio y a una mayor realizacin de s mismo. Debe hacerlo por- que es su razn de existir. Debe mejorar su condicin de existen- cia, individual y social. Puede y debe mejorar su vida y la Vida. Debe mejorar su vida personal, ayudar a los dems a mejorar la suya y mejorar los equilibrios vitales del ambiente del cual for- ma parte. Para lograr este desenvol- vimiento personal y colectivo, debe educarse. La educacin (del latn ex ducere: conducir ha- cia fuera) es el hecho de salir de s mismo y conducirse a s mis- mo hacia fuera de su ego para integrarse en el ser colectivo y su ambiente. El verbo educar debera ser reexivo. No se pue- de educar a alguien. Cada uno se educa a s mismo, ayudando a los dems a hacerlo. Alguien puede ensear a otro, pero la educacin, ella, es un proceso reexivo. Si estoy ense- ando algo a un nio, le permito al nio educarse a s mismo y, de manera simultnea, me voy educando a m mismo. El nio con sus por qu, sus cmo, sus cundo me lleva a plantearme preguntas, a formular respues- tas, a ayudar al nio a situarse en el mundo y tambin a ubicar- me mejor a m mismo en este mundo, este mundo al cual per- tenecemos. El humano es un ser ecolgi- co, social y econmico. Hace, se hace y participa de un ecosiste- ma que contribuye a conservar, destruir o reconstruir, si come- ti el error de echarlo a perder. Siempre est en la bsqueda de equilibrios y siempre intenta su- perarse a s mismo. No se trata de superar a los dems, sino de superarse a s mismo ayudando a los dems a superarse tambin y a aumentar la calidad de su vida y la calidad de la Vida. La educacin es un proceso que se prolonga a lo largo de toda la vida. De este modo, no se puede confundir los trmi- nos educacin y enseanza. La escuela o cualquier otro centro de instruccin proporciona for- macin: adiestra o ensea a los individuos. Desde luego, con- tribuye en la educacin del ser humano, pero esto correspon- de solamente a una parte de su educacin. La educacin permanen- te es el proceso que consiste en ir tomando una conciencia cada vez ms matizada de s mismo y de su pertenencia so- cial y ecolgica. Es un proceso que se va prolongando durante toda la vida; que le permite al ser humano evaluar perma- nentemente sus potencialida- des, valorar stas y utilizarlas para su bienestar, su hacerse y el crecimiento de su ser. Ya que el humano es un ser social y ecolgico, esta educa- cin no puede ser individual y, menos an, individualista. Se trata de una educacin mutua. Cuando hablamos del ser, no nos referimos slo al individuo, sino tambin y sobre todo al ser colectivo. No es nicamente el individuo que se educa durante toda la vida dentro y gracias a la o las comunidades a las cuales pertenece. El ser colectivo debe tambin educarse a s mismo en el ecosistema al cual pertenece (su ambiente fsico) y en rela- cin estrecha con los dems se- res colectivos que lo rodean (su ambiente humano). El ecosocialismo nunca ser algo acabado, sino siempre una dinmica. Lo primero, desde luego, es disearlo y empren- der acciones para concretizarlo. Todava estamos en una etapa preliminar o prerrevoluciona- ria. Para iniciar una revolucin ecosocialista es imprescindible y urgente transformar el sistema de educacin y, dentro de ste, los sistemas de enseanza, de aprendizaje y de adiestramiento. El corazn o el motor de los cambios es la revolucin cul- tural. La cultura es la esencia del pueblo y son las relaciones de ste con la naturaleza que lo envuelve, son su historia y sus esperanzas, sus recuerdos y sus proyectos, sus palabras y sus gestos, sus cuentos y sus cantos, la cultura es su cocina, su msica, la manera cmo sus miembros se comunican entre s y se comunican con los dems. La revolucin cultural es una toma de conciencia, un aumento de conciencia que lleva a una va- loracin de s mismo como ser colectivo y a transformaciones drsticas (hacia un hacerse me- jor, ms bienestar y un ser ms). La educacin forma parte de la cultura. Debe transformar- se para convertirse en una he- rramienta ecaz en el proceso general de cambio, empezando por el cambio de mentalidad (sa- lir, por ejemplo, de la sociedad de consumo de manera cons- ciente y voluntaria). A partir de este cambio fundamental, la colectividad debe ir modican- do su manera de hacer y de ser. Porque no se trata de un barniz cultural, sino de una forma de existir y transmitir la existencia. Concretamente, el ser colecti- vo y cada uno de los individuos que lo van conformando, deben revolucionar y aumentar su cul- tura en sus diferentes dimensio- nes. Mediante una formacin continua y mutua, deben lograr siempre una mayor cultura eco- lgica, una nueva cultura econ- mica y una mejor cultura polti- ca. No se trata de conocimientos sobre la ecologa, la economa y la cultura (los conocimientos se adquieren y su adquisicin forma parte del sistema de en- seanza); se trata de transfor- marse en actor de su propio de- sarrollo, se trata de dejar a ser objeto y llegar a ser sujeto, lle- gar a ser el sujeto del desenvol- vimiento, salir de la condicin de envuelto en una sociedad de dinero, consumo e individualis- mo, y desenvolverse hacia una sociedad solidaria, equitativa y transparente, donde sea agrada- ble vivir. A un nivel ms grande que la comunidad de base, el ecosocia- lismo consiste en conformar una red de agentes que van denien- do e implementando planes y programas en funcin de las po- lticas decididas por el conjunto de los ciudadanos. Dentro de la educacin permanente y mutua, los ciudadanos van aprendien- do, mediante acciones concre- tas, a ejercer el poder. All est el poder popular. La educacin para el ecoso- cialismo (y tambin la ensean- za en todos sus niveles) lleva a observar una realidad compleja, analizarla y, a partir del su an- lisis, disear e implementar ac- ciones que respeten la naturale- za y a todos los seres humanos. Gracias a la educacin mutua, el individuo aprende desde su infancia hasta el nal de su vida a considerarse y actuar como parte de un sujeto colec- tivo. El pueblo es el conjunto de los sujetos colectivos que inte- ractan, se van transformando y transforman el mundo. El pue- blo es la comunidad libremente movilizada y conscientemente politizada, capaz de ejercer el poder. Estamos hablando por lo tan- to de una democracia directa y permanente en la cual, desde la ms tierna infancia los seres 8 individuales aprenden a convi- vir en el ser colectivo y partici- par en su desenvolvimiento. La participacin ciudadana es algo siempre perfectible y la educa- cin mutua permite hacer pro- gresar a cada ser individual, a cada ser colectivo y al conjunto del campo poltico. Interaccin educativa Como lo hemos dicho ms arri- ba, el ser se encuentra frente a realidades complejas en las cua- les interactan entre s varios campos: ecolgico, econmico, cultural y poltico, entre otros. Se podra decir que todos estn en el Todo y cada todo es complejo. Ya hablar de ecosocialismo es una relacin mltiple y com- pleja en la cual se articulan el campo losco, el campo eco- lgico y el campo poltico. Esta articulacin se va a articular ella misma, en seguida, con el cam- po econmico y dar al mismo trmino economa un sentido muy especco (como, por ejem- plo, la necesidad de economizar los recursos y repartirlos de ma- nera justa). No nos referimos por lo tanto a la economa ca- pitalista, pero tampoco estamos hablando de cualquier econo- ma que se calicara de socialis- ta. Porque no estamos hablando de cualquier socialismo, sino de ecosocialismo. La educacin ecosocialista, adems de ser mutua y perma- nente, tiene que ser sistmica. El ser colectivo y sus integran- tes deben tener la capacidad de identicar las partes del todo, descubrir las relaciones entre estas partes, analizarlas una por una y volver a aprehender la to- talidad. Esto debe ser as para todos los problemas con los cua- les se enfrenta. El proceso educativo ecoso- cialista lleva a una integracin social y ecolgica, siendo sta el prerrequisito de la participacin y, al mismo tiempo, su objetivo siempre renovado, rejuveneci- do y reactivado. La participa- cin es el proceso mediante el cual las personas se involucran voluntaria y conscientemente en la bsqueda de soluciones para los diversos problemas que afectan a la comunidad. Es gracias a la participacin que se llega a la verdadera ciudadana. Pero no se llega a ella de mane- ra denitiva: sta se va haciendo y rehaciendo cada da (de all la necesidad de una educacin permanente).
De la enseanza directiva a la comunidad educativa La enseanza o, como se le llama a veces, la educacin for- mal- consiste en proporcionar a los nios, los adolescentes y los jvenes adultos una serie de cursos u otras actividades (como seminarios y laboratorios) me- diante los cuales van adquirien- do conocimientos o habilidades. stos van desde conocimientos bsicos o habilidades simples hasta conocimientos muy sos- ticados y destrezas complicadas. Si estamos progresando ha- cia el ecosocialismo, la ensean- za tiene que cambiar tanto en las estructuras escolares o uni- versitarias como en los conteni- dos de las diversas actividades que permiten la trasmisin de conocimientos y el aprendizaje de habilidades. Lo primero es valorar a las maestras, a los maestros, a to- dos los docentes. Hay que dar- les sueldos que corresponden a la inmensa responsabilidad que asumen y exigirles un nivel muy alto no solamente con respecto a las materias que deben impar- tir, sino con respecto a sus habi- lidades pedaggicas. A menudo, la docencia es mal considerada, mal pagada y poco estimulada. Nos encontramos entonces en un crculo vicioso. Hay que rom- per ste y valorar grandemente esta profesin que es, al mismo tiempo, una vocacin. Lo segundo es romper los muros, las paredes, los tabiques que separan la escuela de la rea- lidad. Las escuelas primarias y secundarias no pueden estar aisladas de la realidad. No se puede obligar a los estudiantes a conocer esta realidad desde aulas cerradas y libros a menu- do fastidiosos. El aislamiento se debe tambin a la distancia que existe, en muchas ocasio- nes, entre el hogar y la escue- la. Los alumnos deben realizar entonces un largo trayecto para llegar a la escuela y encontrarse en un contexto totalmente di- ferente de su espacio vital. No solamente eso es antieconmico (porque cuesta caro) y antieco- lgico (porque los autobuses so- brecargan el trco automovils- tico y contaminan el aire), sino que es tambin antiecolgico en otro sentido: hace salir al nio y al adolescente de su entorno (ya sea ste rural o urbano). El ecosocialismo exige que, en cada pueblo o en cada barrio, exista una comunidad educati- va. Esta comunidad educativa est constituida no solamente por los docentes y los alumnos, sino que incorpora a los padres y a todo el vecindario, es decir, a todos aquellos quienes van con- formando la comunidad de base o la comuna. Es uno de los es- pacios ms integradores de esta comuna. Para los nios y adolescentes, se van realizando, en la comuni- dad educativa, actividades esco- lares, actividades paraescolares y actividades extraescolares. Las actividades escolares correspon- den a los programas propuestos por el ministerio correspon- diente. Es necesario que stos existan para darle una homoge- neidad al pas. Las actividades para-escolares son actividades que corresponden al ecosiste- ma en el cual vive la comunidad local y a su realidad y necesi- dades. Es la misma comunidad educativa la que disea e imple- menta estas actividades, desde luego con la participacin activa de los mismos nios o adoles- centes. Surgen de la misma rea- lidad y complementan las activi- dades de enseanza con matices propios de cada comunidad de base. En cuanto a las activida- des extraescolares, son las que los nios y adolescentes pueden escoger libremente segn sus gustos o deseos (pueden ser ac- tividades deportivas, artsticas, manualidades, clubes de cine o de lectura u otras actividades, tambin segn las posibilidades u oportunidades de cada pueblo o barrio). Los miembros de la comu- nidad de base deberan involu- crarse en las actividades paraes- colares y extraescolares. Tienen ocios cuyas caractersticas pueden ensear a los nios y adolescentes. As stos sabrn lo que signica trabajar en me- cnica, carpintera, cocina, en- fermera, plomera, panadera, ser bombero, minero, costurera o polica. Todas y todos pueden ensear lo que estn haciendo, mostrar la utilidad de sus faenas y, as, abrir horizontes o des- pertar vocaciones. Esta activi- dad, mediante la cual el adulto ensea, le sirve a l mismo para aprovechar un proceso de valo- racin y autoeducacin. La comunidad educativa no es nicamente un espacio fsico, sino tambin y sobre todo un espacio colectivo de reexin. Es la casa comunal, el lugar de encuentros e intercambios, el espacio de transmisin de sabe- res. Su losofa es, desde luego, el ecosocialismo. El ecosocialis- mo, en efecto, no es un partido o un sistema poltico (en el sen- tido restringido de la palabra); es una losofa, una manera de concebir la vida en sociedad y de pensar la relacin del ser hu- mano con la naturaleza. Desde luego, es tambin el lugar des- de donde se va construyendo la polis, donde se va planican- do, diseando y organizando la ciudad de piedra y donde se va imaginando, creando, edican- do la Ciudad con mayscula, la ecosociedad. ste es el espacio nuevo en el cual se puede ensear y tambin donde toda la comunidad puede lograr un alto nivel de autoedu- cacin y educacin mutua. To- dos estos procesos deben estar ntimamente vinculados con la vida cotidiana de los miembros 9 de la comunidad de base. Deben estar vinculados con la naturale- za, con el patrimonio cultural y con las preocupaciones econ- micas. Deben superar la parce- lacin de saberes y, juntando la diversidad de funciones y la vi- sin holstica de la realidad, per- mitir una integracin creciente. En cuanto a los espacios de formacin superior, deben en- contrarse en lugares estratgi- cos del pas e ir formando a los profesionales -mujeres y hom- bres- que la sociedad necesita. Muy bien podran, en algunos casos, ubicarse en el medio de una red de comunidades edu- cativas y asegurar, permanente- mente, una interaccin de todas stas entre s. En este caso, el centro de educacin superior podra ser el centro de una eco- rregin y permitir adaptar las enseanzas (primarias, secun- darias y superiores) a las nece- sidades en conocimientos y ha- bilidades de sta. La educacin entre adultos Se habla, desde hace tiempo, de la educacin de adultos (confun- diendo adems y una vez ms los trminos educacin y en- seanza). En realidad, se trata- ba, hasta hace poco, de una en- seanza para los adultos, para aquellos que no haban podido seguir los cursos regulares en su infancia o su adolescencia. En una ptica ecosocialista, esta- mos hablando no de enseanza (a pesar de que sta puede estar incluida en el proceso), sino de educacin. Y no se est hablan- do de educacin de adultos o para adultos, sino de una educa- cin entre adultos. La alfabetizacin de adul- tos puede ser organizada por la clase dominante si sta ne- cesita que obreros y obreras sepan leer y escribir para rea- lizar un trabajo ms eciente y as hacer sus empresas ms rentables. Se tratara entonces de una enseanza. Pero la alfa- betizacin concientizadora se hace entre adultos de manera voluntaria considerando la es- critura y la lectura (y el mismo aprendizaje cooperativo) como un medio para comunicarse, una herramienta para analizar los problemas y un arma para participar en la lucha a favor de ms justicia. Esta educacin entre adultos es, por lo tanto, esencialmente cooperativa. Las mujeres y los hombres de la comunidad se ayudan mutuamente para edu- carse y para insertarse juntos dentro de las dinmicas sociales, econmicas, ecolgicas, cultura- les y polticas que se relacionan entre s y llevar, gracias a sus in- teracciones, a una sociedad eco- socialista. En medio de la comunidad educativa situada ella misma en el centro de la comuna, las mu- jeres juegan un papel especial- mente importante. Ellas estn ms presentes all que los hom- bres, conocen mejor los proble- mas de cada ncleo familiar y las necesidades y dicultades de la gente, son ellas quienes dan a luz a los nios, les dan de comer y los cran, por eso estn ms cerca de la naturaleza y del ser social. Son ellas quienes mejor pueden abrir el camino hacia el ecosocialismo. Cuando se habla de reexin, no se trata exclusivamente de sentarse alrededor de una mesa para discutir. Las actividades de reexin pueden consistir tam- bin en intercambiar con otras comunidades de base visitn- dolas o realizando excursiones hacia espacios naturales o urba- nos. Aqu cabe el ecoturismo que debe articularse con el turismo social. El turismo social no es un turismo barato para gente de pocos recursos econmico. En cuanto al ecoturismo, no se trata de un turismo para gente rica que viene de otro continen- te para sacar fotos de un animal que poca gente puede observar en el planeta. Se trata de un tu- rismo educativo mediante el cual las personas pueden descubrir la naturaleza, valorarla y cuidarla mejor. Se trata, de igual mane- ra, de un turismo que permita a las colectividades encontrarse, aprender las unas de las otras e ir creando redes educativas. Una actividad realizable por y para los adultos y en la cual stos pueden incluir a los nios y los adolescentes es lo que se llama el ecomuseo. La pala- bra museo parece grandiosa y podra asustar. En realidad, este tipo de actividad es simple. Los miembros de la comunidad identican un problema que afecta a esta misma comuni- dad o unas preguntas que sta se est haciendo. Por ejemplo, existe un problema causado por la basura, los zancudos o las ratas. La comunidad analiza el problema y va armando una exposicin que explicar los da- os causados, las causas del pro- blema, su evolucin y la manera cmo combatirlo. Los mismos miembros de la comunidad, ni- os pequeos y grandes, los adolescentes, los adultos y los ancianos, todos, podrn visitar la exposicin presentada en la casa comunal. Tambin se po- dr invitar a vecinos de otras co- lectividades cercanas para verla. Los adolescentes podran ser los principales protagonistas de la investigacin, los curadores de la exposicin y los guas para ni- os o adultos. As aprendien- do y enseando irn educn- dose entre s. Podramos hablar aqu de autogestin educativa. De la informacin a la comunicacin Los tiempos estn cambiando. Ms bien, son los seres huma- nos algunos seres colectivos quienes desean transformar el mundo, acabar con las divisio- nes, terminar con las discrimi- naciones, liquidar la injusticia. Quieren que cesen las divisio- nes, quieren una integracin, pero, al mismo tiempo, asumen las diferencias como una rique- za de la naturaleza y de su hija, la humanidad. La biodiversidad y la etnodiversidad conforman la riqueza de nuestra Tierra. Los procesos educacionales tienen, entre otros objetivos, valorar estas diversidades y per- mitir la comunicacin entre las diversas culturas, relacionadas todas en un gran proyecto civili- zatorio. Lo que se est disean- do e implementando en Abya Yala, en este siglo XXI, es una refundacin o, ms bien, una fundacin, la de un nuevo mo- delo de sociedad. La sociedad colonial o la neocolonial, adems de nu- merosas otras caractersticas nefastas, tena (tiene todava) aspectos racistas, machistas y clasistas. La formacin estaba reservada a las lites o a quie- nes stas consideraban necesa- rios como recursos humanos para su economa. En cuanto a la informacin, en un juego que se deca democrtico y que era falsamente representativo, era manipulada por quienes tenan el poder y no tenan ninguna in- tencin de compartirlo. En la sociedad ecosocialista, formacin e informacin se van haciendo, desde el nivel local hasta el nivel planetario, me- diante la comunicacin. Comu- nicar es poner en comn. Regre- samos otra vez al concepto de reciprocidad. Los mal llamados medios de comunicacin no permiten la puesta en comn ni el dilogo. Son meros medios informati- vos que distorsionan la idea misma de la democracia y orien- tan como lo hace la publici- dad a los individuos para que piensen de una cierta manera y sean consumidores dciles. Su- brayamos la palabra individuos porque hacen todo lo posible para individualizar la sociedad, fragmentarla e impedir cual- quier comunicacin que pue- da llevar a una solidaridad y al socialismo. No quieren que los individuos se transformen en ciudadanos, ni que los consumi- dores se transformen en com- partidores. En la sociedad capitalista, la informacin periodstica es a la poltica lo que la publicidad es 10 al mercado. Se trata de vender una manera de pensar e impo- ner un modo de consumir. Se trata, ante todo, de impedir a los individuos pensar en trmi- nos comunitarios. Se hace creer al individuo que es ms si tiene ms (y si el otro tiene menos). La sociedad de consumo es una suma de individuos cerrados y alienados, una masa dcil e idio- tizada, mientras que la sociedad socialista es una multiplicacin de personas abiertas y libres, una comunidad que se va ha- ciendo y transformando perma- nentemente en funcin a las di- nmicas ambientales y sociales. Los verdaderos medios de comunicacin son ahora indis- pensables. Pero que sean real- mente de comunicacin. Por lo tanto qu sirvan para que los seres colectivos (y, dentro de las comunidades, para que los seres individuales) tengan las herra- mientas para compartir saberes e informaciones. Lo que se lla- ma prensa alternativa es una posibilidad, sobre todo a nivel de las bases. Pero es urgente que sta deje de ser alternativa para llegar a ser continua, dura- dera y persistente. Qu sea sta la prensa. Se necesitan medios locales, ecorregionales, nacionales y planetarios para intercambiar informaciones y discusiones. Se ve ya cmo los movimientos so- ciales van adquiriendo un poder de convocatoria cada vez ms grande y cmo proyectan hasta el conjunto del planeta discusio- nes que se realizan en los niveles de base y las redes que las comu- nidades conforman entre s. Esto, desde luego, no se im- provisa. Desde la escuela pri- maria, es necesario aprender la importancia de una verdadera comunicacin, saber cmo fun- ciona la prensa, no permanecer indiferente frente a sta, apren- der a leer un peridico, escuchar la radio de manera crtica y lle- gar a ser capaz de descodicar los mensajes de la televisin. Hay que aprender haciendo, aprender a analizar la informa- cin creando y transmitiendo informaciones, aprender a co- municar participando en crcu- los comunicativos. Esto tiene que hacerse desde la niez en una dinmica de educacin par- ticipativa y permanente. Horizontalidad y verticalidad para una comunicacin ciudadana Sin una formacin mutua, una informacin compartida y una comunicacin verdadera es im- posible llegar a una autodeter- minacin de las colectividades y de los pueblos. Insistimos sobre la idea de los crculos de la in- tegracin: la autodeterminacin y la integracin se harn si las comunidades de base funcio- nan correctamente, si existe en las mismas bases una verdadera integracin, si las comunidades de base logran organizarse en redes. La horizontalidad y la co- municacin son fundamentales para esta integracin (son fun- damentales, es decir fundadoras del proyecto ecosocialista). Son las comunidades de base (y, sobre todo, las indgenas y campesinas) las que se encuen- tran ms cerca de la Madre Tie- rra y, por lo tanto, saben si las relaciones que tenemos con ella son correctas o equivocadas. Por lo tanto, si hablamos de ecosocia- lismo es evidente que ste no se har nunca sino a partir de la mo- vilizacin de estas comunidades. La horizontalidad es, por lo tanto, esencial para el proceso ecosocialista (esencial en el sen- tido de que esta horizontalidad es su esencia). Sin embargo, se necesita tambin una cierta ver- ticalidad. El Estado debe recibir las informaciones que vienen desde las bases, interpretarlas, buscar denominadores comunes u observar divergencias. A partir de esto, tiene que delinear po- lticas, disear planes e imple- mentar programas destinados al conjunto del pas, tambin em- prender acciones a favor de una integracin regional. Desde luego, en la cumbre del Estado (y en todos los otros pisos de la pirmide institu- cional), se encuentran los por- tavoces de las comunidades de base (el Estado no es un ente abstracto) y las decisiones que se van tomando deben bene- ciar al conjunto del pas. No son, por ejemplo, las comunida- des de base las que pueden na- cionalizar las minas o decretar una reforma agraria. De todos modos, antes de que baje el as- censor con las decisiones, habr subido varias veces este mismo ascensor con las observaciones, preocupaciones y reexiones de las comunidades de base para permitir al Estado tomar las de- cisiones que se estiman las ms convenientes. Tambin es el Es- tado el que puede y debe corre- gir las asimetras y las disparida- des entre las diferentes regiones del pas con el n de ofrecer las mismas oportunidades para to- das las comunidades tanto del campo como de la ciudad. El ser colectivo y los seres in- dividuales deben ir conociendo todos estos mecanismos para poder ejercer correctamente sus derechos y deberes. Resulta necesario un esfuerzo conjunto del Estado y de las comunidades organizadas con el n, por ejem- plo, de crear nuevas fuentes de trabajo o de solucionar otras cuestiones de inters general. Las comunidades de base re- ciben desde arriba informacio- nes con las decisiones tomadas. La informacin debe ser able y las comunidades deben recibirla de manera completa y clara para discutirlas y concretizarlas en acciones especcas. Se logra, de esta forma, establecer una corresponsabilidad (al mismo tiempo horizontal y vertical), la cual es una responsabilidad compartida entre la ciudadana y la representacin que sta tie- ne en las instituciones pblicas. Es la reexin en medio de este inmenso ujo de informa- ciones horizontales y vertica- les la que permite, en el seno de las comunidades de base, ir progresando en el proceso de educacin mutua y de ciudada- na activa. Todo este proceso es generado gracias a la participa- cin y lleva a ms participacin. En sntesis, se trata de concebir y desarrollar nuevas relaciones de poder con el n de lograr una creciente inclusin social. Una educacin para salvar el planeta En el siglo XXI, nos encontra- mos en un cruce de camino. Fracasaron los modelos econ- micos, polticos y sociales ge- nerados por los pases colonia- listas y neocolonialistas (todos antiecolgicos, ya sean capita- listas o que se digan socialistas). El mismo fracaso de aquellos modelos y la crisis en la cual se encuentran sus creadores hacen que nos encontremos con posi- bilidades inditas. Quisimos en este captulo precisar ciertos conceptos y presentar algunas sugerencias. Como lo dijimos al principio, no queremos imponer criterios, sino proponer algunas ideas con el n de contribuir a hacer avanzar la reexin. Adems, confesaremos que las ideas emi- tidas no son nuestras. Vienen del pueblo, vienen de de lo que pudimos observar y escuchar. Vienen del pueblo y regresan al pueblo para contribuir a una re- exin comn y a una accin co- munitaria. Nosotros slo somos mediadores. Deseamos que estas lneas sean discutidas, rayadas o su- brayadas, modicadas o asu- midas por quienes se saben los dueos del futuro. La naturaleza est herida y los seres humanos, que forma- La horizontalidad es, por lo tanto, esencial para el proceso ecosocialista 11 mos parte de ella, nos estamos suicidando matndola. Slo el ecosocialismo y, para modelar- lo, una educacin mutua y con- tinua conjugada con una partici- pacin permanente permitirn salvarnos y salvar el planeta. EDUCACIN MUTUA PARA EL ECOSOCIALISMO E l capitalismo, en sus diferen- tes formas y sus mltiples reformulaciones, se bas y si- gue basndose en la acumula- cin. La economa capitalista, hasta las corrientes que simpa- tizan polticamente con ciertos socialismos, se sita por encima de la cultura, de la poltica y de la ecologa. Es la ciencia de lo cuantitativo ms que de lo cua- litativo. Dgase lo que se diga, los responsables de la economa creen y hacen creer que, prime- ro, es necesario cubrir las nece- sidades fsicas del ser humano. Podra ser verdad en parte, pero quin dice que lo material es ms necesario que lo espiritual? Incluso, si as fuera (inclusive, si se pudiera armar y comprobar que, antes de pensar, es necesa- rio comer), no sera una razn para ubicar la economa por encima de otros campos del sa- ber y de la praxis. De todos mo- dos, crear riquezas es una cosa y repartirlas es otra, dos accio- nes que el socialismo no puede disociar. Los pases hablan del producto interno bruto (PIB) y de crecimiento, estancamiento o regresin de ste. En funcin de eso, se decreta la buena o la mala salud de la economa. Tal vez pueda ser la buena o la mala salud de la economa, pero no la buena o la mala salud del pas, la buena o mala salud de la so- ciedad, la buena o mala salud del pueblo. Un pas, que tiene un crecimiento econmico bajo, pero cuyas riquezas estn re- partidas de manera equilibrada, puede estar en una salud mucho mejor que un pas que tiene un crecimiento econmico muy alto, pero cuya reparticin de ri- quezas es desequilibrada. En este ltimo pas, habra una parte reducida de la pobla- cin muy rica y una mayora po- bre a veces inmensamente po- bre mientras que, en el primer pas citado, el conjunto de la po- blacin sera capaz de cubrir sus necesidades. En el pas rico (con un PIB elevado) y desequi- librios en la reparticin de la ri- queza, habr necesariamente ce- los por parte de quienes tienen menos (celos porque el vecino posee ms) y miedo por parte de quienes poseen ms (porque stos vern en aquel otro una amenaza, la de verse atacado, atracado, robado, despojado de sus riquezas). De all viene la violencia. Los ricos atribuyen esta violencia al gobierno (si es de izquierda) o a la incapacidad de los pobres, su ojera y sus re- sentimientos (si no pueden atri- buir esta violencia al gobierno). Desean entonces unas fuerzas del orden capaces de proteger su orden, el orden del desequi- librio, del odio y de la desespe- racin. En el pas donde el cre- cimiento econmico no es alto, pero donde las riquezas estn bien repartidas, no existir este odio. Si es posible cubrir las ne- cesidades de toda la ciudadana, sta podr dedicarse a otras ac- tividades, adems del trabajo. En este caso, el trabajo no ser una maldicin, sino un espacio de creatividad, de intercambio y de solidaridad. Cuando un gobierno hace el balance del ao anterior, pre- senta cifras. La cifra que todo el mundo espera es la del creci- miento econmico. Si subi el PIB, se canta victoria. Si el PIB baj, la bandera se pone a me- dia asta. En el primer caso, el del crecimiento alto, se da a me- nudo como resultado positivo el nmero de automviles impor- tados. Sin embargo, ms veh- culos automotores individuales signican ms contaminacin del aire, ms enfermedades del pulmn y, ya que la circulacin se hace cada vez ms densa, ms estrs, ms enfermedades car- diovasculares y ms lentitud para desplazarse. Gran victoria! Adems, cada individuo quiere un modelo ms nuevo y, sobre todo, ms llamativo y ms caro que el del vecino. Cree que, de esta forma, crece su prestigio, cuando lo que crece es su indi- vidualismo y su imbecilidad. As es la sociedad de consumo (la sociedad en la cual, desgraciada- mente, seguimos viviendo). Tal vez no sera mejor que, al presentar el balance del ao anterior, el jefe de gobierno pu- diera anunciar que se import menos automviles individua- les, pero que se import ms vehculos colectivos y que se fue mejorando el servicio pblico de transporte, con buenas carrete- ras, con vas urbanas exclusivas para los autobuses y otras ven- tajas ms para quienes compar- ten este servicio y ya no tienen que preocuparse de comprar un carro individual (o dos o tres para los ms ricos), de pagar se- guros caros, de ir a cada rato al taller para el mantenimiento o para arreglar algn desperfecto, de comprar neumticos, de te- ner rabia porque el vecino aca- ba de comprar un modelo ms nuevo y ms lujoso, de tener rabia porque la cola no avanza, porque se pierde el tiempo en los embotellamientos, de tener rabia porque los dems automo- vilistas son todos unos irrespon- sables que no saben manejar o pasan encima de los dems sin escrpulo y con prepotencia. En su balance anual, el jefe de go- bierno podra presentar resul- 12 tados cuantitativos (insistiendo sobre los ahorros de dinero y de tiempo) y podra presentar resultados cualitativos: un aire ms puro, menos ruido, ms tranquilidad, menos agresivi- dad, ms convivencia, ms tiem- po para dedicarse a la familia, compartir con las amistades, enriquecerse espiritualmente mediante la lectura, la audicin de una buena msica, la visin de una excelente pelcula (no una pelcula de terror o de gue- rra, sino de encuentros con la naturaleza y las riquezas cultu- rales de la humanidad).
Somos capaces de escoger entre la paz y la guerra Cul es la causa de las guerras? De las guerras caseras, las gue- rras familiares, las guerras entre vecinos, las guerras entre pases vecinos, las guerras internacio- nales o las guerras mundiales? La riqueza! Cul es la causa del colonialismo, del neocolo- nialismo, del imperialismo? La riqueza! Cul es la causa de la guerra entre empresas? La ri- queza, siempre la riqueza, la acumulacin de riquezas! Cada quien -individuo, colectividad o pas- quiere acumular ms y ms riquezas. La gente y los pa- ses no compiten para la calidad de vida, sino por la acumulacin de riquezas. Entre el para y el por ya existe un abismo. Uno anuncia un objetivo, el otro de- nuncia una causa. Se pelea por causa del dinero: cmo acumu- lar ms riquezas? Cmo apode- rarse de las fuentes de materias primas? Cmo subordinar al otro con el n de acaparar sus materias primas? Cmo explo- tar al otro pagndole salarios bajos y vendiendo productos ca- ros? Cmo ganar ms? Cmo acumular ms riquezas? Si se trabaja para aumentar la calidad de la vida, la perspectiva cam- bia totalmente. En vez de com- petir, vamos a cooperar. En vez de acumular, vamos a repartir y compartir. En vez de robar las riquezas de otro pas, vamos a buscar la complementariedad con l y concretizar la coope- racin. En vez de pelear dentro de la familia por cuestiones de dinero, vamos a jar juntos ob- jetivos para mejorar la calidad de nuestra vida comn, trans- formar la colectividad (suma de individuos) en comunidad (mul- tiplicacin de voluntades). En vez de pelear con el pas vecino por cuestiones de fron- teras y de riquezas que se en- cuentran cerca de las fronteras, vamos a ver cmo disear un proyecto comn de desenvol- vimiento, un proyecto que nos permita salir de nuestro envolvi- miento y, juntos, abrirnos ms a las verdaderas riquezas del mun- do. En vez de invadir el planeta para acumular las riquezas del suelo y del subsuelo, generando guerras, destrucciones, muertes y otras desgracias, vamos a di- sear juntos e implementar un proyecto de sociedad planetaria equilibrado, justo y armonioso. Podemos escoger entre la paz y la guerra. Ninguno de los dos es el resultado de un determinis- mo. Ambos son la consecuencia lgica de una toma de concien- cia, una manera de considerar el mundo y la sociedad, un modo de aprehender los inevitables problemas del mundo: se cree que la solucin a estos proble- mas es el enfrentamiento, la guerra y el saqueo del uno por el otro, o bien se cree que la so- lucin es imaginar juntos una solucin inteligente y equitativa. Nuestras sociedades estn basadas sobre una lgica capi- talista (incluso, cuando se cali- can de socialistas). Porque de qu socialismo estamos hablan- do? La palabra socialismo ya perdi consistencia. Se la utiliza de cien maneras diferentes (des- de el nacional socialismo hasta el socialismo real pasando por la socialdemocracia y muchas ideologas ms). Pero casi siem- pre la lgica es la misma que la del capitalismo: la acumulacin. Acumular por qu, acumular para qu, acumular para quin? El problema, por lo tanto, no es la acumulacin, sino la reparti- cin. El problema no es el PIB, ni el nmero de automviles importados, ni el tamao de mi casa, ni tampoco la importan- cia que me estoy dando compa- rando mis riquezas con las del vecino. Se puede poseer poco y no acumular, pero repartir co- rrectamente y buscar en la vida otra cosa que la riqueza. A nivel vecinal, nacional o internacio- nal, podemos escoger la paz o la guerra. Es una cuestin de vi- sin hacia el mundo, un objetivo vital y la voluntad de concretizar lo que se ha escogido. Las fragmentaciones del ser y del saber La cultura del tener, de la po- sesin, de la acumulacin, lleva inevitablemente a la competencia y a la insatisfaccin, porque nun- ca se logra tener lo que se quiere tener, nunca se logra poseer lo que se desea, nunca se acumula lo suciente para saciar la sed de riqueza. Ya sea el ser individual o el ser colectivo, siempre quie- re ms, ms y ms. En este caso, no se trata de cubrir necesidades, sino de satisfacer deseos. Es posi- ble llegar a cubrir todas la necesi- dades de una persona, una comu- nidad o la humanidad completa (esto se comprob). Es posible llegar a cubrir todas estas necesi- dades sin acumular cada vez ms riquezas: basta ahorrar y repartir correctamente. Sin embargo, es imposible satisfacer los deseos, porque un deseo engendra otro, porque, si se satisface un deseo por un instante, otros deseos van a surgir en seguida, porque el vecino va a tener algo ms, por- que el modelo del artefacto que deseaba ya est superado por un modelo ms sosticado (aunque no ms til ni necesario). Jams se puede terminar de satisfacer los deseos. All est la sociedad de consumo. El consumo es la razn del capitalismo: producir para consumir, crear deseos para llevar a consumir ms. Esta cultura del tener frag- menta al ser, ya sea el ser indi- vidual o colectivo, o fragmenta la misma existencia. El individuo quiere ms, trabaja ms para te- ner ms, se obsesiona para po- der acumular ms, trabaja ms y, si no puede conseguir lo que desea, roba o mata. Al hacer esto, se va matando a s mismo. Se mata en un trabajo en el cual no puede realizarse y que tiene como nica nalidad conseguir un sueldo y as poder comprar. Se fragmenta entre la persona, que podra nacer de s mismo, y el individuo egosta, que nace como un monstruo. El ser colectivo tambin quie- re ms, tambin trabaja ms o explota a otros para que stos trabajen y les d ganancias, tam- bin queda siempre insatisfe- cho, jams puede estar en paz, porque el esclavista es esclavo de la institucin que ha engen- drado, tiene miedo de una rebe- lin de los esclavos, tiene miedo de que los individuos, los traba- jadores explotados, los pueblos esclavizados se rebelen y le im- pida satisfacer sus deseos de ri- queza y de poder (si los esclavos no lo matan). All est el colo- nialismo, el neocolonialismo, el imperialismo. La cultura del tener frag- menta la misma existencia. La naturaleza humana se va frag- mentando en un sinnmero de contradicciones: el ser indivi- dual o colectivo confunde sus necesidades con sus deseos, pierde su identidad, ya no sabe para dnde va, cul es el senti- do de su vida, cul es el sentido de la vida. Para apoderarse de las riquezas de la naturaleza, estudia sta en sus ms mni- mos detalles. Hasta busca la esencia de la vida y busca la inmortalidad sin encontrarla jams. Fragmenta su ciencia en un gran nmero de disciplinas y un sinnmero de disciplinas. Pasa del telescopio al microsco- pio, observa, desmonta, separa, fragmenta y termina sin ser ca- paz de recomponer la totalidad y dar un sentido a la vida para llegar al buen vivir. Para conocer la naturaleza, se aleja de ella y la convierte en ob- 13 jeto. Observa este objeto en sus ms mnimos detalles y llega a conocer las partes olvidndose del todo. El mismo ser humano quiere separarse de la naturale- za para estudiarla y olvida que forma parte de ella. Se siente por encima de la naturaleza, la estudia para saber cmo puede aprovecharse de ella, la va cono- ciendo y la explota en sus ms mnimos rincones. Se cree due- o de la naturaleza porque quie- re aduearse de todo, enrique- cerse, acumular y satisfacer sus deseos. Manipula la naturaleza, la transforma, inventa medios para controlar la vida. Divorcio entre la naturaleza y la cultura Para poder conocer la natura- leza y explotarla cada vez ms, el ser humano la manipula. La manipula para que sea ms pro- ductiva. Ni se preocupa por las consecuencias de sus manipula- ciones. La cultura del tener, de la acumulacin, del deseo lleva al ser humano cada vez ms lejos en la transformacin de la natu- raleza. Su sed de saber es, en rea- lidad, una sed de conquista y de acumulacin de riqueza. Escava la tierra para sacar de su seno un mximo de riquezas: el oro, la plata, el estao, el cobre, el uranio, la bauxita, el litio y otras riquezas. Y, como la minera ne- cesita mineros, los ricos (indivi- duos, pases o empresas) esclavi- zan hasta a mujeres y nios para robarle a la tierra sus riquezas. El ser humano perfora la tierra para sacar el gas, el petrleo, el agua y otras riquezas. Como en el mito de quien deseaba transformar todo en oro, el ser humano hace del mito una realidad: transfor- ma todo en riqueza. Buscando el oro en los ros, los envenena con el mercurio y provoca la muerte de los peces y la vida que oreca en el ro. Modica el curso de los ros, construye embalses, inunda grandes extensiones de tierras para represar el agua, edica centrales hidroelctricas y modi- ca as los ecosistemas, dejando morir a muchas especies anima- les y vegetales. Inventa organis- mos genticamente modicados (OGM) para -segn dice- pro- ducir ms alimentos y luchar contra el hambre en el mundo. En realidad, es para que algu- nas empresas trasnacionales ganen ms dinero. Los campe- sinos deben comprar semillas cada ao a estas empresas en vez de conservar, como antes, los mejores granos para sem- brarlos y producir alimentos y vida. Con eso, las empresas van destruyendo la biodiver- sidad: desaparecen las inmen- sas variedades de cereales, de papas o de otras plantas y se reduce cada vez ms la diversi- dad biolgica. En vez de dar de comer a la poblacin, la deja sin sustento, sin tierra, sin tra- bajo y sin vida. Las empresas cortan rboles segn las ne- cesidades del mercado (leer: los antojos del mercado) y provocan la deserticacin y la modicacin del rgimen de las lluvias. En su afn de descubrir los secretos de la vida o, mejor di- cho, en su afn de aprovechar al mximo de la naturaleza para sus nes de riquezas y de poder, el ser humano logr separar los elementos de la materia para pro- vocar energa, hasta poder cons- truir bombas capaces de destruir en unos segundos la naturaleza y aniquilar a la humanidad. Aho- ra, se puede escoger: morir de a poco con todas aquellas trans- formaciones de la naturaleza, todas aquellas acciones antina- turales, o morir bruscamente como murieron las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki. Pron- to, habr pasado un siglo desde el invento de la bomba atmica y, durante este siglo, la ciencia y la tecnologa han perfeccionado las armas. Hicieron ms ecaces las armas de destruccin masiva que poseen algunos pases, los cuales prohben que otros las consigan para proteger la paz en el mundo. La tierra sufre, la tierra llora, la tierra siente que la vida se le est escapando. El ser, que se autodenomin homo sapiens, la est matando y se est suici- dando. El ser, que la naturaleza ha dotado de inteligencia, qui- so separarse de la naturaleza y quiere dominarla. No logr do- minarla. Est logrando matarla y se est matando a s mismo en su orgullo y su locura. All se en- cuentra el resultado del divorcio entre la naturaleza y la cultura. El socialismo?... Qu socialismo? El capitalismo es, por excelen- cia, el sistema econmico del tener. Pero existen socialis- mos cuyo objetivo es tambin el tener. Piensan igualmente en trminos de acumulacin. Persi- guen diferentes objetivos que el capitalismo. Quizs no quieren una acumulacin individual de riqueza. Quizs desean una me- jor reparticin de la riqueza acu- mulada. Quizs acumulen la ri- queza para ser ms ricos que el mismo capitalismo y, as, poder destruirlo y generar otro mun- do. Ya lo hemos dicho: existen varios socialismos. Hubo un sistema llamado socialismo real que estuvo en guerra contra el capitalismo. Gan el capitalismo. En este sis- tema, la acumulacin tena otros objetivos que el capitalismo. Pero no logr sus objetivos o stos no eran los que se preten- da seguir. Cuando desapareci el socialismo real, surgi en seguida, en el mismo lugar, un capitalismo tanto o ms agresi- vo que el capitalismo de otras latitudes. Cmo la riqueza acu- mulada en nombre del ser colec- tivo pudo, en un instante, encon- trarse entre las manos de unos pocos individuos? Misterio!... Misterio? Hubo sistemas socialistas, partidos socialistas, que preco- nizaban ms justicia social, es decir, una mejor reparticin de la riqueza. Pero mantenan el propsito de la acumulacin de riquezas. Haba que acumular mucha riqueza y repartirla de 14 manera equitativa. Repartieron mejor la riqueza? Uno puede plantearse la pregunta. Ojal la respuesta fuera positiva. Pero lo que es cierto es que estos sistemas seguan la lgica de la acumulacin y que, para lograr esta acumulacin, se sacric a menudo la naturaleza, se mantu- vo el divorcio entre la sociedad y la naturaleza, entre la cultura y la naturaleza, como si fueran antagnicas. Tambin -lo sabe- mos- estos sistemas o partidos no atacaron siempre el colonia- lismo o el neocolonialismo que permitan la acumulacin de ri- queza. De este modo, aceptaron la explotacin de la naturaleza y la explotacin de seres huma- nos de otros pases para lograr esta acumulacin de riquezas en el suyo. As, cierto reequilibrio en algunas partes del mundo se realizaba mediante el desequili- brio de otras partes del mundo. La acumulacin de riqueza y la mejor distribucin de la riqueza en alguna parte del mundo se hacan, de manera paradoxal, mediante la explotacin de la naturaleza, la prdida de rique- za y la explotacin del ser hu- mano en otra parte del mundo. Hubo partidos que se cali- caban como partidos socialis- tas, cuyos objetivos consistan en obtener votos, ganar elec- ciones y llegar al poder. Luego, las promesas de justicia social se esfumaban y los elegidos de la democracia representativa se adormecan hasta las siguientes elecciones y las nuevas prome- sas iguales a las anteriores. En cuanto a la acumulacin de ri- quezas, segua producindose en nombre de las necesidades o los deseos de la gente, sin de- masiadas preocupaciones por la naturaleza y la manera cmo se generaban estas riquezas. Tambin hubo movimientos o partidos socialistas que se da- ban la impresin a s mismos de querer inventar un mundo di- ferente, pero que utilizaban los medios utilizados en el mundo del cual se pretenda salir o que se pretenda transformar. Se- gua la produccin de riquezas (habitualmente con los mismos medios), segua la acumulacin y, por ende, segua el saqueo de los recursos que, de manera tan generosa, ofrece la naturaleza. Hubo muchos socialismos. Hay todava muchos socialis- mos, muchas maneras de conce- bir y concretizar el socialismo. Si nos identicamos con un cier- to ideal socialista, es imperativo precisar de qu socialismo esta- mos hablando, qu socialismo queremos construir y cmo lo vamos a construir. La reconciliacin de la cultura con la naturaleza La naturaleza ha dado todo. Ha dado todo lo que poda. No se le puede pedir ms. Es la cultu- ra la que debe dar el paso para la reconciliacin. Es necesario, por lo tanto, cambiar la cultura o cambiar de cultura. Para eso, es ineludible salir de una cultu- ra centrada en el deseo ms que en la necesidad. Es imperativo salir de una sociedad cuya pre- ocupacin mayor es la econo- ma, es decir, la explotacin de la naturaleza. Es imprescindible respetar la naturaleza y pregun- tarle lo que puede dar y lo que necesita como cuidado. Los ci- clos de la naturaleza son muy largos, mientras que la vida de las civilizaciones es muy cor- ta (ni hablamos de la vida, ms que efmera, de los individuos). Es, por lo tanto, obligatorio pre- ocuparnos ms o, por lo menos, preocuparnos tanto por la eco- loga que por la economa. La palabra griega oikos (eko) signica hogar. El hogar no es solamente la casa. Es la casa y los seres que viven en la casa. Tenemos que preocuparnos, al mismo tiempo, de la eco- loga y de la eco-noma. La primera es la preocupacin por la armona del oikos. La segun- da es la preocupacin por cu- brir las necesidades que exis- ten en el hogar. La cultura es la inteligencia de un ser particular de la natu- raleza. Este ser apareci mucho tiempo despus de la aparicin de la vida en la Tierra. La Tierra pudo vivir sin este ser. Podra seguir viviendo sin l. Por lo tanto, si hubiera que identicar prioridades, el ser humano no vendra, como l suele creerlo, de primero. Pero no queremos hablar de prioridades, sino de armona. Para que haya armo- na, debe existir un equilibrio lo ms perfecto posible entre la eco-loga y la eco-noma. Es la cultura, o sea, nuestra in- teligencia colectiva de seres hu- manos la que permite denir y lograr este equilibrio para que exista armona en el planeta. Si no aceptamos esto, acep- temos entonces todos los cata- clismos que ya estamos provo- cando y padeciendo, y todos los que vamos a seguir provocando y padeciendo. Asumamos el he- cho de que deseamos suicidar- nos. En el poco tiempo que nos queda de vida como ser colecti- vo inteligente, sigamos explo- tando la naturaleza, producien- do riquezas y acumulando estas riquezas. Uno se preguntara por qu? y mostrara que el ser humano es todava ms idiota de lo que se podra imaginar. Si, en cambio, deseamos lo- grar un mximo de armona en el hogar, en nuestro oikos, en- tonces tenemos obligatoriamen- te que cambiar drsticamente nuestra manera de vivir en ste con el n de lograr una verdade- ra convivencia. Hay que econo- mizar los recursos. All est otro sentido de la economa: el hecho de cuidar los recursos de los cua- les disponemos y que sabemos limitados, evitar malgastarlos y distribuirlos equitativamente entre quienes compartimos la vida en este hogar comn. Un socialismo ecolgico y econmicamente justo All est el socialismo que co- rrespondera a lo que nos pre- ocupa desde el principio de este escrito. Aqu no cabe la acumu- lacin de riquezas, ni la acumu- lacin individual ni colectiva. El ecosocialismo es un socialismo que se preocupa por preservar la naturaleza, que se esmera por producir slo lo que se necesita, que no se deja llevar por el an- tojo de los deseos, que ahorra lo ms posible los recursos y que racionaliza su uso con una pre- ocupacin de equidad social. El eco-socialismo es un sistema poltico, pero tambin social y cultural, garante de la armona del oikos, de la paz en el hogar, de la convivialidad en- tre todos los que coexisten en este hogar. Desde luego, el individualis- mo no cabe ni por casualidad en este sistema. Nadie puede pretender tener ms que otro, gastar ms recursos o acumu- lar por benecio propio. El in- dividualismo es inconcebible en tal sistema. Es tambin obvio que todos, en el hogar, tienen los mismos deberes y los mismos derechos, segn lgicamente su edad, su estado de salud y otros cri- terios evidentes. Todos mere- cen el mismo respeto y gozan de la misma dignidad. Todos -cada uno segn sus posibili- dades y sus aptitudes- asumen responsabilidades para mante- ner el hogar limpio, agradable y convivial.
El tringulo ecologa- economa-cultura Cuando se est diseando pol- ticas, planes, programas o pro- yectos, es necesario contem- plar tres aspectos: el ecolgico, el econmico y el cultural. La ecologa no corresponde slo a la proteccin de la naturaleza, sino a una mejora del ambiente tocado por las acciones del ser humano: conseguir un aire ms puro, reducir la contaminacin acstica, obtener aguas ms puras, evitar la contaminacin de los suelos, luchar contra la erosin e impedir la desertica- cin La economa no consiste en acumular riquezas, sino en producir lo que se necesita para 15 vivir y repartir de manera equi- tativa los bienes y servicios La cultura es la manera de ver el mundo y el modo de vivir en este mundo, es el modo de vi- vir en sociedad, son los saberes y la manera de crearlos, con- servarlos y transmitirlos, es la capacidad de informar, recibir informaciones y comunicarse Antes de emprender una accin colectiva, es indispensable con- siderarla bajo estos tres ngulos: ecolgico, econmico y cultural. Si, por ejemplo, se contempla la posibilidad de construir una carretera, no se trata exclusiva- mente de una cuestin econ- mica. Desde el punto de vista econmico, se supone que esta construccin es til o necesa- ria, hasta puede ser considerada como indispensable: es preciso unir entre s dos puntos de una geografa para facilitar el des- plazamiento de las personas o el transporte de las mercancas. Desde el punto de vista ecol- gico, pueden surgir problemas: as, la carretera puede atravesar una zona protegida y arriesgar el equilibrio de algunos eco- sistemas; o la carretera podra impedir las migraciones de al- gunos animales y, por causa de ella, afectar la reproduccin de estos animales. Desde el punto de vista cultural, la construccin de la carretera puede ocasionar tambin ciertos problemas: al- gunos sitios pueden, por su be- lleza, representar un patrimonio considerado como importante y la carretera representara una prdida al respecto; o, a lo lar- go de la carretera, pueden vivir unos pueblos originarios que sta, de ser construida, desequi- librara, impidiendo sus modos de vida y, tal vez, llevndoles a la muerte. Cualquier tipo de actividad del ser humano tiene aspectos positivos y aspectos negativos. Por esto, es tan importante considerar todas las posibles incidencias, ver cules son las ventajas y las desventajas de emprenderla. Son miles los ejemplos que se podra presen- tar para ilustrar esta armacin, pero, desde luego, el lector es ca- paz de imaginarlos a nivel de su entorno cercano, en su propio barrio o aldea, a nivel de su pue- blo o su ciudad, a nivel nacional o hasta internacional. Es impor- tante que reexione al respecto y, mediante la democracia direc- ta y el poder popular, que par- ticipe en las tomas de decisin. El ecosocialismo revolucionario Ya hemos planteado la pregun- ta: qu socialismo? Pensamos que, en esta poca de la histo- ria de la humanidad, es total- mente imprescindible adoptar el ecosocialismo. Pero, agre- gamos un adjetivo a este nom- bre compuesto: revolucionario. Por qu revolucionario? Por la sencilla razn de que la hu- manidad se encamin hacia un callejn sin salida con sistemas econmicos cuyo objetivo es la acumulacin y que son total- mente incapaces de responder a las necesidades de la huma- nidad y responder a las exigen- cias de la naturaleza para no volverse loca. La acumulacin innita en un planeta nito es un contrasentido absoluto. Sin embargo, muchos pases y, so- bre todo, la mayora de las em- presas no se preocupan ni por los equilibrios de la naturaleza ni por la armona social. Saben muy bien lo que habra que ha- cer para salvar el planeta y a la humanidad, pero su sed de poder y dinero, los hace insen- sibles a cualquier argumento. Lo ms dramtico de esta situacin es que muchos so- cialistas -individuos, movi- mientos, partidos o gobier- nos- tienen o mantienen la misma lgica capitalista de la acumulacin, del progreso, del desarrollo (que camuan ahora con el adjetivo sosteni- ble). Como va funcionando la humanidad, no hay sostenibili- dad posible en el sentido por el cual vamos. Es indispensable organizarnos de manera total- mente diferente, es indispensa- ble cambiar los modos de vivir, es indispensable tomar medi- das drsticas. Sabemos que no son los lla- mados pases del Norte los que tienen la capacidad o la volun- tad de adoptar un estilo de vida diferente al que llevan. Nunca van a aceptar transformar su modo de vivir, reducir su con- sumo de energa, renunciar al uso que hacen de las materias primas (que, entre parntesis, sacan de los llamados pases del Sur). Jams van a aceptar perder las ventajas que se adjudicaron en detrimento de varias gene- raciones de proletarios de sus propios pases, en detrimento de los pueblos de los territorios que han colonizado, en detri- mento de la vida misma (incluso la suya propia). Los pueblos de Abya Yala, los pases de Nuestra Amri- ca, se encuentran actualmente en una cierta posicin de fuer- za que permite emprender un movimiento verdaderamente revolucionario. Por esta razn es aqu y ahora que, de mane- ra urgente y sin vacilar, debe- mos implantar el ecosocialis- mo revolucionario. Maana ser demasiado tarde y, si no asumimos nuestras responsa- bilidades hoy, las generaciones futuras podrn, con razn, po- nernos en el banquillo de los acusados por haber sido geno- cidas y ecocidas. Debemos avanzar hacia una explosin masiva del conocimiento Hugo Chvez R I F