Género y Cultura
Género y Cultura
Género y Cultura
Estudios culturales 1
NDICE
I. ESTUDIOS CULTURALES Y ESTUDIOS DE GNERO:
Directora de la coleccin: Meri Torras
De los textos: Laura Borrs, Concepcin Cascajosa, Isabel Cla, Marta Fernndez Morales, Luca Lijtmaer, Sara Martn, Isabel Menndez, Noem Novell, Susana P. Tosca, Pau Pitarch, Isabel Santaulria, Eduardo Viuela, Laura Viuela
Del diseo de la coleccin: Mireia Calafell, Noem Novell, Meri Torras y Mar Valldeoriola
Coordinacin editorial y cuidado de la edicin: Mireia Calafell, Isabel Cla, Noem Novell,
Meri Torras y Mar Valldeoriola
Diseo de cubierta: Felipe Gil Gago
Fotografa de portada: Mireia Calafell
Diseo del logo de la coleccin: Luci Gutirrez
Maquetacin: Mar Valldeoriola
Esta publicacin est vinculada al grupo Cuerpo y Textualidad, grupo de investigacin reconocido por el AGAUR (2005SRG-1013) y que desarrolla el proyecto Los textos del cuerpo. Anlisis cultural del cuerpo como construccin genrico-sexual del sujeto (HUM20054159/FILO).
Cuerpo y Textualidad: gr.cositextualitat@uab.cat
Primera edicin: mayo de 2008
ISBN: 978-84-490-2540-2
Depsito legal: B. 23932-2008
No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su incorporacin a un sistema
informtico, ni su transmisin en ningn formato ni por ningn medio, sea electrnico, mecnico, en fotocopia, en grabacin u otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de
los titulares del copyright.
METODOLOGAS
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177
229
263
293
327
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TIENE GNERO LA
CULTURA?*
I
Metodologas
De los estudios
literarios a los
estudios culturales:
una cuestin de
mrgenes
11
Los estudios
culturales, los
estudios de gnero
y la teora feminista
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Ejercicios
26
Bibliografa
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11
* Este trabajo est vinculado a las lneas de investigacin individual que desarrollo en los proyectos Los
textos del cuerpo. Anlisis
cultural del cuerpo como
construccin genrico-sexual del sujeto (fin de siglo
XX-XXI) [MEC. HUM200505083] y en el proyecto
Feminismo y gnero en la
cultura popular actual Es-
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De las caractersticas propuestas por Pulido, el carcter poltico de los estudios culturales resulta, a mi modo
de ver, el aspecto fundamental precisamente porque pone de manifiesto cmo toda lectura es ideolgica y no
existe ninguna posicin habitable de pureza discursiva.
La propia eleccin del objeto de estudio ya est marcada, es decir, la idea de que existen unos textos que son
depositarios inmutables de una excelencia esttica que
los eleva por encima de cualquier otra manifestacin
cultural y, por otra parte, que ese otro conjunto inmenso de textos culturales espurios no tienen ningn inters, ya implica una concepcin estratificada de la cultura. Por ello, una de las principales aportaciones de los
estudios culturales es incorporar al estudio acadmico y
definir crticamente lo que se denomina baja cultura o
cultura popular.
Cultura popular
Un ejemplo modlico de hasta qu punto interviene la ideologa en la definicin del objeto de estudio y, a la vez, una muestra del desmantelamiento de esa lgica, lo constituye el artculo Notas sobre la deconstruccin de lo popular (Hall,
1984), en el que el autor plantea las distintas definiciones al
uso de cultura popular:
1. La cultura popular es aquello consumido por las masas: como Hall demuestra, bajo la idea de la cultura masificada se esconde la asuncin de que sta es una cultura suministrada directamente por la industria para mantener vigentes los
imaginarios que convienen al poder, lo cual implica, en segundo
trmino, entender a ese pblico consumidor de cultura popular
como una masa de ignorantes que se deja domesticar por las
estructuras dominantes. Hall seala, adems, cmo esa idea se
contrapone con la de una cultura autnticamente popular, no
comercial, lo cual es inviable porque no hay ninguna cultura
popular autnoma autntica y completa que est fuera del
campo de fuerza de las relaciones del poder cultural.
2. La cultura popular es aquello que hace o proviene del
pueblo: adems de ser una definicin que puede caer fcilmente en el inventario, Hall muestra cmo el problema radica
en la distincin entre pueblo y no pueblo ya que en realidad est cruzada por otra distincin, y el principio estructurador de lo popular son las tensiones y oposiciones entre lo que
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2 La Escuela de Frankfurt se
constituye por el conjunto
de intelectuales agrupados
bajo el Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt, que a partir de los aos
30 y bajo la direccin de
Horkheimer impulsan un
estudio interdisciplinario de
la cultura partiendo de una
orientacin marxista.
Los estudios culturales viven la paradoja de que las tendencias de estudio que constituyen sus antecedentes ms
inmediatos resultan, al mismo tiempo, opuestas a sus
planteamientos. As, en las definiciones que Hall aporta
de la cultura popular hay que entender la crtica solapada, por ejemplo, a las aportaciones de Walter Benjamin y,
posteriormente, de la Escuela de Frankfurt,2 que constituyen las muestras ms tempranas de inters por la cultura popular en el siglo XX. Por una parte, Benjamin, en su
clebre ensayo La obra de arte en la poca de la reproductibilidad tcnica (1936), ilumina el carcter poltico
de los hechos artsticos; ahora bien, el texto asume la
mercantilizacin del arte y la prdida de su valor esttico
al entrar en la cadena de consumo. Es decir, al mismo
tiempo que sita la cultura popular como objeto de estudio, la aborda desde una posicin ideolgica muy marcada. En esa misma lnea, Adorno y Horkheimer acuan el
trmino de industria cultural para referirse a los productos y procesos propios de la cultura de masas, a los que,
no obstante, caracterizan por su homogeneidad cultural
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y predictibilidad, as como por mantener y reforzar la estructura social. Desde el punto de vista actual se da la paradoja, pues, de que posiciones informadas por el marxismo acaban asumiendo un enfoque enormemente
conservador de la cultura. En este sentido es quizs Leo
Lowenthal, tambin miembro de la Escuela de Frankfurt,
quien mejor encarna esa contradiccin al considerar que
la cultura popular est marcada por el estereotipo, el conservadurismo poltico, la manipulacin de los bienes de
consumo, y por afirmar que su finalidad es despolitizar a
las masas, limitando sus expectativas sociales y econmicas a un marco de explotacin y opresin capitalistas.
Frente a ella, la alta cultura encarnara los ideales negados
por el capitalismo.
Ello no implica que la huella del marxismo en los estudios culturales sea desdeable; muy al contrario, la
idea clsica de que las prcticas culturales deben ser analizadas en relacin a las condiciones histricas de produccin (y en sentido laxo, a las condiciones cambiantes
de consumo y recepcin) es fundamental. Es, sin embargo, la idea de verticalidad y unilateralidad, es decir, que
el poder emana de la superestructura a la base para domesticarla y amansarla, lo que se pone en cuestin. En
ese aspecto, la referencia dentro de los estudios culturales a la terminologa clsica del marxismo ha ido perdiendo peso a favor del uso de otros conceptos, igualmente inspirados en el marxismo, pero ms finos a la
hora de mostrar el trazado de relaciones de poder que se
da en la cultura. En ese sentido, el concepto de
ideologa5 de Althusser o el concepto de hegemona 5
acuado por Gramsci se han revelado sustancialmente
ms productivos. Partiendo de esos conceptos mucho
ms flexibles, la cultura popular ya no es simplemente
un escenario presionado por el poder, sino un escenario
hbrido donde chocan distintas intenciones, donde un
elemento ideolgico que refuerza el discurso hegemnico puede ser desmantelado y/o subvertido.
Dicho de otro modo, los textos y prcticas culturales
no tienen un significado intrnseco y limitado, sino que
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Ideologa. Es un sistema de
representaciones mediante el
cual los hombres y mujeres
viven sus relaciones con las
condiciones de existencia; no
es slo un cuerpo de ideas,
sino un conjunto de prcticas y materializaciones y es,
adems, inconsciente. La
funcin de la ideologa es
construir sujetos a travs de
la interpelacin; es decir, sujetos sujetos a la propia ideologa.
Hegemona. Es la condicin por la que una clase
dominante no slo controla
una sociedad sino que la dirige a travs del liderazgo
moral y social; se define
como permanente, es decir,
siempre hay una hegemona, pero sta se consigue
tambin a travs de negociaciones, concesiones, etc.
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2 Como en el caso de la literatura comparada, la aplicacin del trmino disciplina a los estudios culturales
ha sido sobradamente discutida y resulta bastante
impropia; aunque por una
parte se constituyen como
una tendencia clara en sus
planteamientos, al nutrirse
y servirse de otras disciplinas y acomodar muy diversas metodologas, la calificacin de disciplina resulta
conflictiva.
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nos forman como sujetos. De ah que, en trminos prcticos, como sealan Barker y Beezer (1992), el cambio
esencial, metodolgicamente hablando, es el abandono
del concepto de clase como ncleo central a favor de
conceptos como subjetividad o identidad, que por
supuesto ya no se entienden de modo universal ni invariable sino que estn insertos en una red de diferencias.5
Este panorama ha suscitado reacciones muy divergentes; la acusacin ms frecuente ha sido la de la atomizacin tanto del objeto de estudio como del mismo saber.
A ello hay que aadir la fuerte institucionalizacin de los
estudios culturales dentro del sistema acadmico estadounidense, a lo que ha seguido un cuestionamiento de
su carcter comprometido y poltico. Cmo mostrarse
crtico con el poder desde el poder? es una pregunta que
interpela tanto a quienes se han erigido en mximos representantes de los estudios culturales como a sus crticos y que, a mi juicio, devuelve a la preocupacin fundamental de la (a)disciplina: delimitar cul es el lugar que
ocupamos en la cultura y desvelar qu lealtades, conscientes e inconscientes, sostenemos y, sobre todo, a quines o a qu sostenemos con ellas.
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nes de la mujer, quienes levantaron el pensamiento feminista y lo situaron no slo en la academia sino en el mismo corazn de los estudios culturales. As, durante los
aos 70, stos fueron incorporando, como ya se ha dicho,
el inters por el estudio del gnero y la sexualidad, tanto
como por otras diferencias identitarias (como la etnicidad), influidos tambin por autores como Foucault y
Bourdieu. De ese modo, la segunda hornada de investigadores britnicos del CCCS modificaron el enfoque de sus
investigaciones e intentaron mostrar ms la resistencia
cultural de los grupos sin poder que el valor de stos frente a la interpretacin tradicional de las culturas dominantes (clase alta, varn y blanco) (Caero, 2002).
Entre los investigadores de esta segunda hornada cabe
destacar, por su especial relevancia en los estudios culturales feministas, a Angela McRobbie, cuyo libro Feminism and Youth Culture (1991) trabaja como en el caso
de Friedan en las revistas para mujeres, concretamente
jvenes. Su perspectiva en este y otros trabajos es diametralmente distinta a la de Friedan, y McRobbie enfatiza
cmo ciertos mensajes pueden ser positivos y proporcionar un marco de empoderamiento.5 De hecho, en el trabajo de McRobbie puede ya trazarse la incipiente irrupcin del feminismo de la tercera ola, pues ya se constatan
en l las divergencias entre las generaciones jvenes de
mujeres y el pensamiento feminista clsico.
Pese a que los ejemplos de Friedan y McRobbie pueden entenderse como opuestos en la medida en la que la
primera achaca a la cultura popular muchos de los males
que atenazan a las mujeres y la segunda la considera un
espacio de resistencia ante la cultura dominante en el
que las nociones de gnero y sexualidad tambin encuentran alternativas, la posicin del feminismo respecto a la cultura popular no ha seguido una evolucin plcida, pasando del rechazo al inters, sino que es ms
compleja y comprende diversas aproximaciones. Segn
Rakow (1998), las aproximaciones feministas al anlisis
de la cultura popular pueden resumirse en cuatro grandes modos: 1) el anlisis de las imgenes de la mujer
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Difcilmente puede decirse que el feminismo ha pasado o evolucionado de unos planteamientos a otros, sino
ms bien que stos conviven y se alternan. Por ejemplo,
el debate durante la dcada de los 90 muestra la convivencia entre visiones enfrentadas acerca de las relaciones
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2 Estoy aludiendo implcitamente a la idea de conocimiento situado propuesta por Donna Haraway en
1995, quien niega la posibilidad de un conocimiento
objetivo pero apuesta por
un conocimiento parcial,
localizable, crtico que admite la posibilidad de conexiones llamadas solidaridad
en la poltica y conversaciones compartidas en la epistemologa (Haraway, 1995:
329).
El gnero de la cultura
Tal y como seala Felski, la nocin de modernidad no puede
abordarse sin un anlisis que tome en consideracin el papel
de las identidades de gnero. As, la autora constata cmo la
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subjetividad moderna se define a travs de smbolos que poseen claras marcas de gnero y lo hace, adems, de un modo
contradictorio: la modernidad es poseedora de cualidades como racionalidad, productividad y represin, identificadas con lo
masculino; pero tambin como una subjetividad pasiva, hedonista y descentrada, identificada con lo femenino.
Precisamente en el marco cronolgico que trabaja la autora
finales del siglo XIX resultan decisivas las discusiones sobre la
feminizacin de la cultura y, muy significativamente, su degeneracin, su involucin a un estado natural y salvaje, lo que
muestra cmo las tensiones alrededor de la normativa de gnero asumen una dimensin que permea toda la realidad cultural del momento. Dicho de otro modo, abordar la perspectiva
de gnero en el estudio cultural de ese perodo se revela no como enfoque reduccionista, sino muy al contrario.
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EJERCICIOS
1. A partir de la lectura de Apocalpticos e integrados ante
la cultura de masas de Umberto Eco (Barcelona: Lumen,
1975), se propone la discusin en clase sobre la estratificacin de la cultura y las diferentes posturas ideolgicas
hacia la baja cultura/cultura popular.
2. Lee y comenta el texto de Jacques Derrida La universidad sin condicin (conferencia pronunciada en 1998 en
la Universidad de Stanford; accesible en la web Derrida
en castellano: <http://www.jacquesderrida.com.ar>). Escribe un ensayo breve (2000/2500 palabras) sobre la posibilidad de un compromiso poltico en el mundo acadmico y las implicaciones de la labor desarrollada en las
aulas.
3. A partir de la lectura de esta columna de prensa, se
propone la discusin de las asimetras de lecturas ideolgicas en clave de gnero sobre los textos de la alta cultura
y la cultura popular.
Canciones polticamente incorrectas (El Peridico, 16 julio 2007)
Jos Mara Sanz, Loquillo
Fue una de las canciones emblemticas de los aos 80, tan reivindicados en este verano de nostalgia pesetera y dos imposibles.
Debera decir de antemano que la cancin fusionaba la rumba y el
rock and roll con ese desparpajo que tenamos entonces. Hasta
cre escuela y gan todos los premios de 1987 que podan concederse. A saber: crticos, revistas especializadas, emisoras de radio
con pedigr... Fue la causante de que la banda ascendiera al estrellato y de que toda Espaa y parte de Amrica Latina cantara aquello de por favor, slo quiero matarla, a punta de navaja, besndola
una vez ms. La cancin desapareci del repertorio de Loquillo y
Trogloditas de un da para otro sin dar los protagonistas mayor explicacin ante el asombro de sus fans. Las asociaciones feministas
tacharon el tema de machista y de inducir a la violencia de gnero,
y cargaron contra el autor de la letra y contra el grupo.
EMI reedit la cancin en formato single 10 aos despus, y las
emisoras de radio que anteriormente la haban encumbrado se
negaron a radiarla. Conocido es que he apoyado siempre la causa
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4. A partir de la lectura puede ser perfectamente parcial, partiendo de la seleccin y reparto de captulos entre el alumnado de cualquiera de los siguientes libros,
se propone la puesta en comn y discusin no slo de las
reas de estudio abordadas sino tambin de qu tipo de
nociones tericas sobre el gnero/sexualidad se plantean
en ellos.
Gauntlett, David, Media, Gender and Identity. Londres: Routledge, 2002 (y/o de los materiales presentes en la pgina de apoyo
al libro <http://www.theoryhead.com/gender/>.
Inness, Sherrie A., Action Chicks: New Images of Tough Women in
Popular Culture. Londres: Macmillan, 2004.
McRobbie, Angela, Feminism and Youth Culture: From Jackie to
Just Seventeen. Londres: Macmillan, 1991.
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BIBLIOGRAFA
DE LOS ESTUDIOS LITERARIOS A LOS ESTUDIOS CULTURALES: UNA CUESTIN DE MRGENES
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dios culturales. En Genara Pulido (ed.): Estudios culturales. Jan: Universidad de Jan, 2003.
STOREY, JOHN (ed.), What is Cultural Studies? A Reader.
Londres: Arnold, 1996.
LOS ESTUDIOS CULTURALES Y LOS ESTUDIOS DE GNERO
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II. Literatura
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II
GNERO Y FANTASA
HEROICA
Literatura
Resumen
Este captulo ofrece una visin general de las posibilidades del gnero de la fantasa heroica para los estudios literarios de gnero.
Como breve delimitacin terica del gnero y sus caractersticas
distintivas, se ofrece un repaso a las categoras principales utilizadas en la literatura crtica (High/Low Fantasy, Quest) as
como a sus subgneros, con especial atencin a la espada y brujera. El cuerpo del captulo lo compone una presentacin de los
roles femeninos a travs de la fantasa heroica, especialmente en el
caso del personaje tipo de la mujer guerrera, y cuatro estudios
de caso concretos que intentan mostrar las posibilidades del gnero ms all de los esquema clsicos.
La etiqueta literatura fantstica, en su sentido ms amplio, puede hacer referencia a un conjunto extremadamente heterogneo de textos unidos por la caracterstica
comn de escapar de los patrones que un sistema literario concreto interpreta como realistas. As, la literatura fantstica acaba siendo a veces un cajn de sastre
para clasificar todos aquellos textos que una cultura no
reconoce como mimticos, desde los cuentos de hadas
hasta la literatura de terror, pasando por la ciencia ficcin, el realismo mgico o la narrativa posmoderna.
Para intentar poner un poco de orden en las siempre
complejas clasificaciones genricas, se puede establecer
primero una distincin a grandes rasgos segn la coheP i t a r c h , Pa u , G n e r o y fa n t a s a h e r o i c a . E n I s a b e l C l a
(e d . ) , G n e r o y c u l t u r a p o p u l a r . B a r c e l o n a : E d i c i o n s U A B ,
2008.
33
Introduccin al
gnero de la fantasa
heroica
33
La fantasa heroica
y el gnero
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Casos prcticos
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Conclusin
55
Ejercicios
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Bibliografa
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rencia interna del mundo ficcional que los textos presentan. La apelacin de literatura fantstica se suele reservar a textos que mantienen una coherencia interna en
sus propios trminos. El mundo ficcional en el que se sitan puede ser imposible segn las leyes de la literatura
mimtica, pero eso no quiere decir que no posean un
sistema de verosimilitud propio, no necesariamente menos rgido que el del realismo.2 Esta matizacin puede
servir para separar aquellos textos de corrientes vanguardistas o posmodernas que usan elementos fantsticos para cuestionar no slo las convenciones de la narrativa mimtica, sino la misma idea de narracin. La
literatura fantstica propiamente dicha tiende a construir un universo alternativo y ordenado, no a deconstruir la propia nocin de mundo.
Un rasgo importante a tener en cuenta al tratar con la
literatura fantstica es que sta se presenta explcitamente como imposible en nuestro mundo. Sus textos se consumen partiendo de la base de que el universo que describen no es el real, ni las acciones narradas seran
posibles en ste. Este rasgo concreto hace a veces difcil la
clasificacin de ciertos textos previos a la Ilustracin, como algunas narrativas de viajes, que aunque contienen
elementos que desde el punto de vista actual se consideraran sin ninguna duda fantsticos, no est claro en muchas ocasiones cmo eran consumidos por su pblico
contemporneo.
La condicin previa de imposible de la literatura fantstica tambin ha sido utilizada por la crtica como diferencia clave entre este gnero y el de la ciencia ficcin,
tan cercanos en el mercado literario. Al contrario que la
literatura fantstica, que se presenta como esencialmente
imposible, la ciencia ficcin se muestra como posible en
un futuro ms o menos lejano y debe respetar por eso
hasta cierto punto las ideas sobre el universo prevalentes
en la ciencia que le es contempornea.
Este captulo tratar sobre una categora relativamente
estable de textos que se acostumbra clasificar en castellano como fantasa heroica y suele corresponder a lo que
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incredulidad,5 puesto que considera que cualquier duda sobre la verosimilitud del mundo ficcional implica el
fracaso de la subcreacin en proporcionar un mundo
convincente en el que la mente del pblico pueda entrar.
El xito del gnero no se basa pues en la credulidad de su
supuesto consumidor infantil, sino en la credibilidad del
mundo subcreado.
Tolkien responde tambin a las acusaciones de escapismo que planean sobre el gnero desde su aparicin,
defendiendo la seriedad de quien, despus de una reflexin racional, utiliza las posibilidades de escape de la
fantasa para condenar la modernizacin representada
en las fbricas y las bombas. Esta tendencia antiindustrial ha persistido en el gnero de tal manera que el
mundo medieval se ha convertido en el universo por defecto de la fantasa. Las variaciones entre casos fantsticos pueden ser muy grandes, pero la enorme mayora
presenta un desarrollo tecnolgico limitado a la poca
premoderna. Por razones histricas de evolucin del gnero, el modelo ms habitual es la Europa medieval, tamizada por la visin idealizada del periodo codificada
durante el siglo XIX, que vea en la Edad Media una Edad
Dorada del herosmo. Elementos recurrentes caractersticos son, entre otros, el uso de un modelo socioeconmico basado en el feudalismo, la institucin de la caballera o la ausencia de armas de fuego.
La persistencia de los mundos paramedievales en la fantasa heroica se ha relacionado tambin con el papel central
de la magia en el gnero, en tanto que las explicaciones sobrenaturales del universo tienden a asociarse con lo que,
desde el pensamiento racionalista ilustrado, suele conocerse como la poca precientfica. Pese a que a veces las capacidades mgicas se reducen simplemente a una herramienta
cotidiana ms de los protagonistas o sus adversarios, gran
parte de la fantasa heroica tematiza intensamente los elementos mgicos, dando una dimensin simblica al proceso de su aprendizaje, los lmites y efectos de su uso o las responsabilidades que tal poder implica para quien lo posee.
Ante la tragedia del mundo industrial contempor-
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neo, la literatura fantstica ofrece el consuelo de la eucatstrofe, trmino que Tolkien crea para referirse al
contrario de la tragedia. La eucatstrofe es mucho ms
que un simple final feliz puesto que combina en la resolucin satisfactoria del conflicto elementos de redencin y justicia potica. Para Tolkien, el final eucatastrfico no niega la existencia del dolor o la derrota sino
que ofrece la esperanza de una victoria liberadora final.
La idea de la eucatstrofe apunta a uno de los temas
centrales del gnero, que es el conflicto moral entre el
mal y el bien. Aunque en muchos de los mejores ejemplos posteriores de fantasa heroica la clasificacin moral
de los actores en dos bandos claros queda muy desdibujada, la enorme mayora de textos del gnero presentan
sus historias sobre el trasfondo de una lucha csmica sobrehumana entre el bien y el mal, proyectada de manera
ms o menos compleja sobre los personajes.
Como motivo ntimamente relacionado con esta lucha
csmica es inevitable hacer referencia a la Quest5 como motor de la accin dramtica, puesto que es quizs el
elemento estructural ms caracterstico de la fantasa heroica. Como suele ser habitual tambin en la tematizacin del viaje en otros gneros literarios, ms que el destino final, el foco de la narracin est en las dificultades y
pruebas que los protagonistas deben superar en el camino, que se convierte en un proceso de autoconocimiento.
El objetivo de la Quest suele ocupar una posicin central en el conflicto moral csmico y lleva a la restauracin
eucatastrfica del orden/bien en el universo ficcional.
SUBGNEROS: FANTASA PICA Y ESPADA Y BRUJERA
La fantasa heroica se divide a su vez en numerosos subgneros, muchas veces surgidos de la combinacin de elementos caractersticos de otros gneros con el trasfondo
de un mundo fantstico. De este modo, la crtica ha usado
trminos como Dark Fantasy, fantasa combinada con
elementos de literatura de terror o fantasa ertica, como
en la serie de Kushiel de Jacqueline Carey; fantasa histri-
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ca, situada en mundos fantsticos con un referente histrico reconocible, como es caracterstico de las novelas de
Guy Gavriel Kay; o mannerpunk, parodia del trmino
cyberpunk combinado con comedy of manners, ficcin
centrada en la descripcin de sofisticadas relaciones sociales, cuyo principal representante son las novelas de Ellen
Kushner. Un catlogo exhaustivo de subgneros escapa
completamente al objetivo de estas pginas, pero s es til
hacer un breve repaso de las caractersticas de los dos subgneros ms extendidos de la fantasa heroica: la fantasa
pica y la espada y brujera (Sword and Sorcery).
La diferencia esencial entre los dos subgneros es bsicamente de escala. La fantasa pica trata conflictos que se
producen a escala colectiva, afectando regiones, continentes, planetas o incluso universos enteros. La espada y brujera, por otra parte, tiene un foco individual, centrado en los
esfuerzos de sus protagonistas por sobrevivir en un mundo
hostil. La comparacin entre el Frodo de El seor de los anillos y Conan, el primero de los hroes de espada y brujera,
muestra claramente esta diferencia. Si la fuerza dramtica
de Frodo est en el contraste entre su aparente debilidad
como hobbit y la enormidad de su misin poco ms que
salvar el mundo, Conan es un hroe marginado de la civilizacin que debe buscar sus propias motivaciones.
El contraste de escala puede apreciarse tambin en las
dimensiones de los propios textos. La espada y brujera
suele presentarse en historias cortas episdicas y desconectadas que tienden a una estructura cclica en la que la lucha
del protagonista contra el entorno se puede repetir ad infinitum. Por ejemplo, Fritz Leiber, uno de los padres del subgnero y el creador de su nombre, escribi ms de treinta
historias de Fafhrd y el Ratonero Gris entre 1939 y 1988. La
fantasa pica, en cambio, adopta generalmente el formato
de saga multivolumen, en la que diversas lneas de accin
evolucionan hacia una conclusin decisiva. Por el estatus
del clsico de Tolkien, la triloga se ha tendido a considerar
como el formato ideal para las sagas de fantasa pica, pero
ltimamente abundan las series que se alargan hasta los
siete (A Song of Ice and Fire [Cancin de hielo y fuego] de
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George RR Martin) o incluso diez (Malazan Book of the Fallen [El Libro de Gestas de Malaz] de Steven Erikson) y once
volmenes (Wheel of Time [La rueda del tiempo] de Robert
Jordan). Es difcil imaginar sin embargo que ninguna serie
supere a Guin Saga (Saga de Guin) de la autora japonesa
Kaoru Kurimoto, que empez a publicarse en 1979 y que
ya ha sobrepasado el volumen nmero cien.
Por su conexin con las revistas pulp de mitad del siglo
XX, la espada y brujera tiende a considerarse un modo de
ficcin demasiado formulario y cualitativamente inferior
a la fantasa pica, pero eso no quiere decir que no deje espacio a la innovacin. Las aventuras de Elric de Melnibon, personaje de Michael Moorcock, pueden servir de
ejemplo. Contrastando con el modelo de Conan, el brbaro fuerte y noble que derrota a corruptos hombres civilizados, Elric es un albino enfermizo que provoca la cada
de su propio imperio. En vez de repetir la clsica estructura matar al monstruo, conseguir la chica, recoger el tesoro, Elric empieza matando a la mujer a la que ama y acaba por perderlo todo, convertido en un ttere a manos de
su espada Stormbringer, que es quien ha llevado las riendas en la sombra durante toda la historia.
LA FANTASA HEROICA Y EL GNERO
LA FANTASA HEROICA COMO CREADORA DE IMGENES
GNERO
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siguen siendo el gran texto clsico con el que se comparan todas las sagas aparecidas despus. El enorme xito
de las adaptaciones cinematogrficas de Peter Jackson ha
dado si cabe an ms fuerza a la estatura de Tolkien como clsico y le ha convertido sin duda en el eptome de
la fantasa heroica para el pblico contemporneo.
Desde el punto de vista de los estudios de gnero, sin
embargo, la saga de Tolkien tiene una limitacin importante en el trato de los personajes femeninos. En El seor
de los anillos las mujeres ocupan una posicin completamente perifrica. Todos los miembros de la Comunidad
del Anillo son hombres, as como sus enemigos y aliados.
Exceptuando los casos de Galadriel y owyn, las mujeres
que aparecen en la historia no suelen salir del papel de
trofeo que espera a los hroes tras su regreso victorioso
(Arwen en el caso de Aragorn y Rosa Coto en el de Sam
Gamyi). Es sintomtico que en las versiones cinematogrficas de Peter Jackson el papel de Arwen se expandiera considerablemente y apareciera incluso como protagonista de escenas de accin.
Galadriel es la nica mujer que aparece en la historia
como polticamente activa desde su posicin de seora
del reino-bosque de Lothlrien, junto con su marido Celeborn. Su papel en la accin de la triloga, sin embargo,
se reduce al de proporcionar asilo a la Comunidad del
Anillo despus de que stos escapan de las minas de Moria. Pese a ser una de las personas ms poderosas de la
Tierra Media y poseer uno de los tres anillos de poder lficos, su rol en la historia no pasa de ser una especie de
figura maternal de aires marianos (el propio Tolkien
menciona a la Virgen Mara como inspiracin del personaje en una carta), personificacin mitolgica del ngel
del hogar victoriano. En contraste con el grupo masculino de viajeros, la dama de Lothlrien tiene un papel esttico, limitado a su reino, santuario de paz en medio del
caos desatado sobre el mundo por las fuerzas del mal.
owyn, a su vez, parece un personaje ms interesante
en tanto que abandona los roles tradicionales de la dama
cortesana para vestirse de hombre y partir a la guerra
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2 Los Inklings eran un crculo literario basado en Oxford entre los aos 30 y 60.
Reuna a escritores cristianos interesados en la fantasa y lo esotrico. Adems
de Tolkien, participaron en
l autores como C.S. Lewis
y Charles Williams, tambin autores clsicos de fantasa heroica.
con su to Thoden, rey de Rohan. La decisin de sumarse a la partida de guerra procede no slo del despecho
amoroso (su atraccin por Aragorn no es correspondida), sino tambin de la insatisfaccin ante las limitaciones impuestas a su sexo por la convencin. owyn se niega a quedarse encerrada en el hogar mientras los
hombres de su familia salen en busca de gloria. La doncella guerrera tiene ciertamente un papel importante en
la batalla contra las fuerzas de la oscuridad, puesto que
es ella quien abate al Rey Brujo de Angmar, de quien se
haba profetizado que no caera a manos de ningn
hombre viviente. Sin embargo, la eucatstrofe final se
encarga de poner las cosas en su sitio. owyn se casa con
Faramir, hijo del senescal de Gondor y sbdito de Aragorn, una vez ste recupera su trono, y renuncia a las
motivaciones que la haban llevado al campo de batalla:
Ya nunca ms volver a ser una doncella guerrera, ni
rivalizar con los grandes caballeros, ni gozar tan slo
con cantos de matanza! Ser una Curadora, y amar todo cuanto crece, todo lo que no es rido. Y mir de
nuevo a Faramir. Ya no deseo ser una reina dijo.
Por supuesto, considerando el entorno cultural de
Tolkien, sus ideas polticas y religiosas y su participacin
en el grupo oxoniense de los Inklings,2 no es sorprendente que las mujeres queden relegadas a este tipo de papeles en su obra. Su poder como modelo perenne dentro
de la fantasa, sin embargo, ha contribuido histricamente a la pervivencia de serias limitaciones en los personajes femeninos del gnero, frente a los que textos posteriores han tenido que posicionarse.
hasta la Bradamante del Orlando o la Clorinda de la Gerusalemme liberata. No faltan tampoco casos histricos
de mujeres que han tomado las armas y se han incorporado al mundo tradicionalmente masculino de la guerra,
encarnando la imagen de la virgen guerrera, como
Juana de Arco, o hacindose pasar directamente por
hombres, como hizo Catalina de Erauso.
Mujeres soldado
Bradamante: Prima del hroe Orlando en el Orlando Furioso
(1532) de Ludovico Ariosto y experta guerrera. Se casa con el
hroe Ruggiero, descendiente de Hctor, despus de que ste
se convierta al cristianismo.
Camilla: Reina de los volscos que lucha contra Eneas como
aliada de Turno en la Eneida (s. I aC) de Virgilio.
Catalina de Erauso (1592-1650): Monja espaola que huy de
su convento vestida de hombre a los quince aos, embarc hacia Amrica y luch all como soldado hasta 1623. Escribi una
autobiografa titulada Historia de la monja alfrez: doa Catalina de Erauso escrita por ella misma.
Clorinda: Guerrera musulmana que aparece en la Gerusalemme liberata (Jerusaln liberada, 1580) de Torquato Tasso. Muere a manos del hroe cristiano Tancredo, de quien est enamorada. El episodio inspir una clebre pieza de Claudio
Monteverdi titulada Il Combattimento di Tancredi e Clorinda
(El combate de Tancredo y Clorinda, 1624)
Juana de Arco (1412-1431): Campesina francesa que lider los
ejrcitos del Delfn de Francia en 1429-30 durante la Guerra de
los Cien Aos. Levant el sitio de Orlens y abri el camino para la coronacin del Delfn como Carlos VII en Reims. Capturada por los borgoones y quemada por los ingleses como hereje
en Run, se convirti en uno de los smbolos del nacionalismo
francs. Fue santificada por la Iglesia Catlica y declarada Santa Patrona de Francia en 1920.
LA MUJER GUERRERA
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ward en 1932 en la revista norteamericana de horror y fantasa Weird Tales (donde tambin participaban autores como HP Lovecraft y Clark Ashton Smith) y slo dos aos
despus ya apareca Red Sonja en The Shadow of the Vulture (La sombra del buitre, 1934), narracin de ficcin
histrica aparecida en The Magic Carpet Magazine (La alfombra mgica). Fue a partir de las versiones de Conan en
formato de cmic publicadas por Marvel en los aos setenta que Red Sonja se incorpor al universo de Conan y
posteriormente tuvo su propia serie. Fueron los cmics de
Marvel los que estandarizaron su imagen en la clsica armadura-bikini de ms que dudosa utilidad militar.
El valor de la mujer guerrera como imagen de liberacin femenina ha sido motivo de extenso debate entre la
crtica. Ante la escasez generalizada de personajes femeninos activos, la aparicin de una mujer fuerte, armada y
peligrosa, es a menudo saludada como un modelo positivo
que puede romper la jerarqua patriarcal que domina gran
parte del gnero. Por otra parte, hay voces que apuntan
que tales guerreras no suelen ser presentadas dentro de sociedades igualitarias sino como la excepcin dentro de un
sistema patriarcal, de manera que no dejan de estar alienadas de l y su potencial subversivo es mnimo.
Por otra parte, es interesante considerar el rol particular de la sexualidad en las mujeres guerreras. La mayora
de los ejemplos parecen agruparse alrededor de dos modelos que podran considerarse antagnicos: el hipersexualizado y el asexual. La mujer guerrera parece estar
condenada a ser una pin-up en la saga de Red Sonja o
una vestal al estilo Juana de Arco, como la paladn de la
saga de Elizabeth Moon, The Deed of Paksenarrion (La
hazaa de Paksenarrion), que declara explcitamente no
tener ningn inters por el sexo.
De cualquier modo, no han faltado intentos de aprovechar el potencial del personaje para crear una fantasa heroica abiertamente feminista. Marion Zimmer Bradley
empez a editar en 1984 una antologa anual de relatos de
espada y brujera con el ttulo de Sword and Sorceress (Espada y hechicera), donde han publicado autoras clebres
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La idealizacin del universo medieval es mnima y pocos personajes parecen a salvo de morir en cualquier momento; el continente fantstico de Poniente es un mundo
sucio y peligroso. La magia est presente en la cantidad
justa para mantener la sensacin de maravilla pero no
interfiere en la accin real, que se produce en el conflicto
entre las decenas de personajes que pueblan la serie. Las
lneas que separan el bien del mal son ms que borrosas
y, entre los personajes que se pueden identificar en algn
momento como villanos, no hay prcticamente ninguno que no tenga una motivacin verosmil y hasta cierto
punto comprensible para perpetrar sus acciones. Aunque
algunos personajes parecen creados expresamente para
ganarse las simpatas del pblico, el foco tradicional en
una figura heroica central est completamente desdibujado.
Los personajes femeninos de Cancin de hielo y fuego
presentan un amplio catlogo de modelos genricos clsicos, desde Catelyn Stark, arquetipo de la madre que lucha por sus hijos, a Brienne de Tarth, mujer guerrera que
sufre el ridculo y las amenazas del mundo exclusivamente masculino de la caballera. Por otra parte, la revisin de los elementos clsicos de la fantasa heroica que
lleva a cabo Martin produce tambin otros personajes
ms interesantes como Asha Greyjoy, que lucha con sus
parientes por el derecho a suceder a su padre en el trono
de las Islas de Hierro, o Cersei Lannister, que se resiste a
ser utilizada por su padre como herramienta poltica
despus de la muerte del rey, su marido, e intenta controlar el poder poltico como viuda regente negndose a
unas nuevas nupcias.
Sansa Stark, hija mayor de Catelyn, empieza la serie
representando la imagen tradicional de la dama medieval. Se describe como una muchacha hermosa que posee
todas las habilidades sociales y artsticas esperables en
una dama cortesana. El personaje contrasta claramente
con su hermana menor Arya, que es una apasionada de
la esgrima. Su apariencia y acciones hacen que a menudo
la confundan con un nio y antes de dormirse recita, en
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pero con la originalidad suficiente para que la familiaridad no caiga en el clich. Daenerys hace el conocido papel de ltima heredera de una lnea real que quiere recuperar el trono del que fue expulsada su familia. En los
primeros episodios sus acciones estn limitadas a ser casada con el cabecilla de los dothrakis, una horda de jinetes nmadas. La muchacha no es ms que la moneda de
cambio entre dos hombres: su hermano, que quiere utilizar el poder militar de los dothrakis para reconquistar el
reino, y el cabecilla, que desea utilizar la legitimidad del
linaje de los Targaryen.
Despus de su matrimonio, Daenerys gana progresivamente protagonismo pero an dentro de los estrechos
lmites de lo convencional. Al quedarse embarazada se
convierte en un smbolo de los dothrakis, que ven en su
futuro hijo el cumplimiento de una antigua profeca sobre el lder que les llevar a conquistar el mundo. Pero el
familiar esquema genrico de la profeca no es ms que
una pista falsa y la transformacin del personaje ocurre
precisamente cuando una traicin le priva a la vez de su
marido y de su futuro hijo. Lejos de desaparecer de la
historia, una vez perdidas las categoras de esposa y madre, Daenerys se convierte, gracias a la oportuna abertura de tres huevos de dragn que todos crean muertos,
en una lder por sus propios medios.
AVALN: GNERO Y PODER
The Mists of Avalon (Las nieblas de Avaln, 1982) es probablemente la novela ms famosa de Marion Zimmer Bradley y una de las ms conocidas revisiones feministas de la
materia artrica dentro de la fantasa heroica. La novela
obtuvo el premio Locus en 1984 a la mejor novela de fantasa, de manera que no se trata de un texto oscuro o marginado, sino de uno de los textos cannicos del gnero.
Si Bradley consigue recuperar para la ficcin feminista
un material tan manido como el del rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda es gracias a su manera de
reinterpretar el conflicto religioso entre paganismo y
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ciencia tpica de un principiante una sombra, una criatura mgica que no es capaz de controlar. Acechado por
la sombra, huye hasta encontrar a su viejo maestro
Ogin, que le recomienda que vuelva a enfrentarse a ella.
Siguiendo el consejo de su antiguo mentor, Ged busca al
ser que le persegua y acaba por dominarlo fusionndose
con l al pronunciar su verdadero nombre, que no es otro
que el suyo propio.
La escena de la fusin es especialmente interesante,
puesto que la sombra toma las formas de diversos
hombres con los que Ged se ha enfrentado a lo largo de
su vida, entre los que se encuentran su propio padre y
Jaspe, el aprendiz que le reta para que haga el conjuro
que provoca la llegada de la sombra. Ged, que ha construido su identidad a travs del conflicto con otros hombres, debe aprender a reconocer en s mismo todos esos
modelos de masculinidad para vencer a la sombra que
no es sino l mismo. En este proceso del conflicto a la
aceptacin juega un papel central el consejo de Ogin, al
que Ged haba abandonado al principio de la historia
por no corresponder a su imagen convencionalmente
masculina de hechicero poderoso.
En el cuarto volumen, Tehanu (1990), Le Guin retoma
la serie despus de diecisiete aos para mostrar la historia
de las vctimas del poder de la magia dominada por los
hombres en Terramar. Ged vuelve en la novela a su isla
natal, en una aparente inversin del motivo clsico de la
Quest, donde se encuentra con Tenar, protagonista
junto con Ged de la segunda entrega de la serie: The
Tombs of Atuan (Las tumbas de Atuan, 1971). Tenar, que
haba huido en la novela anterior del entorno opresivo de
la religin de los Sin Nombre, ha adoptado a Tehanu, una
nia dejada por muerta por unos vagabundos.
El ritmo de la novela es lento y explcitamente antipico porque intenta mostrar precisamente los espacios que
las aventuras convencionales tienden a ignorar: el destino de las vctimas de un sistema de poder que prima al
podero masculino por encima del resto de valores. Tehanu representa la otredad en diversos niveles, como ni-
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a, como mujer, como no-humana (tal y como se descubre al final de la novela), y eso hace que sea a la vez temida y maltratada por su entorno. Es significativo que Ged
aparezca en la novela completamente agotado y desprovisto de poderes, de manera que se ve forzado a buscar
maneras de responder a los conflictos que van ms all
del uso de su poder de mago.
Terramar es una serie abierta (la ltima entrega, The
Other Wind [En el otro viento], apareci en 2001) que no
deja de replantearse los principios ideolgicos de la fantasa heroica y busca llevar al gnero ms all de sus lmites tradicionales. El recurso de basar esencialmente la
magia de su universo en el lenguaje permite a la saga explorar cuestiones de poder e identidad de manera compleja, a la vez que traslada explcitamente el foco de la
Quest al interior de los personajes.
MUNDODISCO: FANTASA HEROICA Y PERFORMATIVIDAD
Si hay un actor que haya sabido explotar el potencial cmico y satrico de la fantasa heroica se es sin duda
Terry Pratchett, que ha publicado ms de treinta y cinco
volmenes de su serie del Mundodisco. La serie empez
con The Colour of Magic (El color de la magia, 1983) como una parodia de los clichs del gnero, pero evolucion luego hacia una stira social mucho ms amplia, incorporando elementos de novela negra e infinidad de
referencias culturales. El Mundodisco ha servido de escenario a stiras sobre la industria cinematogrfica (Moving Pictures [Imgenes en accin], 1990), las instituciones religiosas (Small Gods [Dioses menores], 1992), la
msica pop (Soul Music [Msica Soul], 1994), la poltica
internacional (Jingo [Voto a bros!], 1997) o el periodismo (The Truth [La verdad], 2000).
Equal Rites (Ritos iguales, 1987) es slo la tercera novela de la serie, pero ya en ella aparecen cuestiones de gnero como conflicto central de la accin. El ttulo original, homfono de Equal Rights (Igualdad de
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EJERCICIOS
1. Comenta las relaciones entre gnero, magia, mito, religin e historia a partir del prlogo de Las nieblas de Avaln (1979), de Marion Zimmer Bradley.
En mi vida me han llamado de muchas maneras: hermana,
amante, sacerdotisa, hechicera, reina. Ahora, ciertamente, soy hechicera, y acaso haya llegado el momento de que estas cosas se
conozcan. Pero, a decir verdad, creo que sern los cristianos
quienes digan la ltima palabra, pues el mundo de las hadas se
aleja sin pausa del mundo en el que impera Cristo. No tengo nada contra l, sino contra sus sacerdotes, que ven un demonio en
la Gran Diosa y niegan que alguna vez tuviera poder en este
mundo. A lo sumo, dicen que su poder procede de Satans. O
bien la visten con la tnica azul de la seora de Nazaret (que
tambin, a su modo, tena poder) y dicen que siempre fue virgen.
Pero qu puede saber una virgen de los pesares y tribulaciones
de la humanidad?
Y ahora que el mundo ha cambiado, ahora que Arturo (mi
hermano, mi amante, el rey que fue y el rey que ser) yace muerto
(dormido, dice la gente) en la sagrada isla de Avaln, es necesario
contar la historia tal como era antes de que llegaran los sacerdotes
del Cristo Blanco y lo ocultaran todo con sus santos y sus leyendas.
Pues, como digo, el mundo ha cambiado. Hubo un tiempo en
que un viajero, si tena voluntad y conoca algunos secretos, poda
adentrarse con su barca por el mar del Esto y llegar, no al Glastonbury de los monjes, sino a la sagrada isla de Avaln, pues en
aquellos tiempos las puertas entre los mundos se difuminaban
entre las brumas y estaban abiertas, segn el viajero pensara y deseara. Y ste es el gran secreto, que era conocido por todos los
hombres instruidos de nuestros das: el pensamiento del hombre
crea un mundo nuevo a su alrededor, da a da.
Y ahora los sacerdotes, pensando que esto atenta contra el poder de su Dios, que cre el mundo inmutable de una vez para
siempre, han cerrado esas puertas (que nunca fueron tales, salvo
en la mente de los hombres), y los senderos llevan slo a la isla de
los Sacerdotes, que ellos salvaguardan con el taido de las campanas de sus iglesias, ahuyentando toda idea de que otro mundo se
extienda en la oscuridad.
E incluso dicen que ese mundo, si en verdad existe, es propiedad de Satans y la entrada del Infierno, si no el Infierno mismo.
No s qu puede o no puede haber creado su Dios. Pese a las
leyendas que se cuentan, nunca supe mucho de sus sacerdotes ni
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vest el negro de sus monjas esclavizadas. Si los cortesanos de Arturo, en Camelot, quisieron verme de ese modo (puesto que siempre us la tnica oscura de la Gran Madre en su funcin de hechicera), no los saqu de su error. En verdad, hacia el final del
reinado de Arturo, hacerlo habra sido peligroso, y yo inclinaba la
cabeza ante la conveniencia, algo que no habra hecho nunca mi
gran maestra: Viviana, la Dama del Lago, en otros tiempos la mejor amiga de Arturo, exceptundome a m, y ms tarde su ms tenebrosa enemiga... tambin exceptundome a m.
Pero la lucha ha terminado; cuando Arturo agonizaba pude
tratarlo, no como a mi enemigo y el de mi Diosa, sino como a mi
hermano, como a un moribundo que necesitaba el socorro de la
Madre, a la que todos los hombres acaban por acudir. Tambin
los sacerdotes lo saben, pues su siempre virgen, Mara, vestida de
azul, se convierte a la hora de la muerte en la Madre del mundo.
As, Arturo yaca por fin con la cabeza en mi regazo, sin ver en
m a la hermana, a la amante o a la enemiga, sino slo a la hechicera, la sacerdotisa, la Dama del Lago. Y as descansaba en el seno
de la Gran Madre, del que sali al nacer y al que tena que volver
al final, como todos los hombres. Y mientras yo conduca la barca
que lo llevaba, no ya a la isla de los Sacerdotes, sino a la verdadera
isla Sagrada que est en el mundo de las tinieblas, ms all del
nuestro, tal vez se arrepinti de la enemistad que se haba interpuesto entre nosotros.
En esta narracin hablar de sucesos acontecidos cuando yo
era demasiado nia para comprenderlos, y de otros que sucedieron cuando yo no estaba presente. Y tal vez mi oyente se distraer
pensando: He aqu su magia. Pero siempre he tenido el don de
la videncia y el de ver dentro de la mente humana, y en todo este
tiempo he estado cerca de hombres y mujeres. Por eso a veces saba, de un modo u otro, todo lo que pensaban. Y as contar esta
leyenda.
Pues un da los sacerdotes tambin la contarn, tal como la conocieron. Quizs, entre una y otra versin, se pueda ver algn
destello de la verdad.
Porque esto es lo que los sacerdotes no saben, con su nico
Dios y su nica Verdad: que no hay leyenda veraz. La verdad tiene
muchos rostros. Es como el antiguo camino hacia Avaln: de la
voluntad de cada cual y de sus pensamientos depende el rumbo
que tome y que al final se encuentre en la sagrada isla de la Eternidad o entre los sacerdotes, con sus campanas, su muerte, su Satans, el infierno y la condenacin...
Pero tal vez soy injusta con ellos. Incluso la Dama del Lago,
que detestaba las vestiduras sacerdotales tanto como a las serpientes venenosas (y con sobrados motivos), me censur cierta vez
por hablar mal de su Dios.
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Porque todos los dioses son un solo Dios me dijo, como haba dicho muchas otras veces, como yo he repetido a mis novicias,
como lo dirn todas las sacerdotisas que me sucedan, y todas las
diosas son una sola Diosa, y slo hay un Iniciador. A cada hombre
su verdad y el Dios que hay en su interior.
As, tal vez, la verdad flote entre el camino de Glastonbury, isla
de los Sacerdotes, y el camino de Avaln, para siempre perdido en
las brumas del mar del Esto.
Pero sta es mi verdad; yo, Morgana, os la cuento. Morgana, la
que en pocas ms actuales se llam Hada Morgana.
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Cuando hablo de relatos me refiero a relatos comerciales o de gnero, no al relato literario que podra publicar una revista como
The New Yorker. Voy a tratar las tcnicas necesarias para escribir y
vender lo que se conoce como ficcin comercial. Siempre he dicho que alguien que sepa escribir correctamente en ingls puede
ganarse la vida escribiendo y vendiendo en este mercado, pero
hay que aprender unas simples reglas. Las reglas se pueden romper, y de hecho la ficcin comercial las rompe muy a menudo, pero slo pueden romperlas quienes saben exactamente cmo hacerlo y qu elementos introducir para sustituir los elementos
obligatorios s, he dicho obligatorios, que la editora necesita en
todos los relatos que compre.
Prcticamente toda la ficcin de gnero sea ciencia ficcin,
romntica, de suspense, de fantasa, de aventuras, del oeste o cualquier otra categora sigue un esquema que podemos llamar frmula. Ese trmino ha tomado connotaciones muy negativas, pero
bsicamente es una manera de referirse a lo que los editores saben
por experiencia que el pblico espera. Quienes dominan estas
frmulas y les saben dar a sus editoras lo que el pblico quiere
pueden ganarse la vida en cualquier sitio, y muchas veces incluso
ganar muchsimo dinero. Quienes prescinden de estas frmulas,
sea por ignorancia o porque creen sinceramente que la escritura
creativa no debera estar limitada por categoras o frmulas, normalmente acaban como artistas sin ingresos a no ser que sean
genios, y en ese caso no necesitan clases de tcnica literaria. Llaman a sus obras literatura y braman contra el pblico que no las
reconoce como tales.
El pblico general, de cualquier modo, no lee por razones literarias. El pblico general no sabe ni que existen razones literarias.
El pblico general y esto necesita tenerlo muy claro quien quiera
escribir ficcin comercial lee por entretenimiento. Lo que el pblico quiere ha sido estudiado detalladamente y no parece haber
cambiado mucho desde la Odisea, la primera novela escrita, hace
unos tres mil aos, que explica cmo un hroe atraviesa multitud
de peligros para volver a casa, su mujer y su familia y echar a los
malos que haban ocupado su terreno.
Vamos a repasar, pues, los elementos de la ficcin comercial:
Elementos del relato:
La mayora de relatos usan alguna variacin de lo siguiente
(igual que la mayora de novelas, pero a una velocidad distinta):
Un personaje que inspira simpata, supera obstculos casi insalvables y, a travs de su propio esfuerzo, consigue un objetivo
valioso.
Los relatos de aficionados normalmente fallan porque:
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1. El o la protagonista no inspira suficiente simpata. El pblico quiere poder identificarse con la manera en que el o la personaje supera sus problemas. (Hay una variacin de este esquema
que podramos llamar un-autntico-depravado-recibe-lo-que-semerece y el pblico disfruta de su desgracia, pero no es algo que
deban intentar los principiantes.)
2. Los obstculos no son suficientemente insalvables, o el pblico no los ve como tales. Si el hroe o la herona sale a combatir
contra un oso no puede ser que al final resulte ser un cachorrito
que se pueda meter en el bolsillo y llevarse a casa de mascota. El
pblico necesita un problema real . Un falso problema es un tigre de papel.
3. El o la personaje principal no solucions el problema por sus
propios medios. El Hada Madrina, Deus ex Machina o el Sptimo
de Caballera aparecen en el ltimo momento para solucionarlo
en vez del personaje. Esto le quita al pblico la oportunidad de
sudar, esforzarse, llorar, sufrir y sentir la fuerza del personaje en
su lucha contra los obstculos.
4. La solucin es demasiado previsible, demasiado obvia. El
pblico sabe todo el rato que Nuestro Hroe ganar el partido, la
guerra y se llevar a la chica. Una variacin de esto es lo que se
llama el argumento idiota: el argumento avanza porque todo el
mundo acta como un idiota. Es el tipo de historia en el que todo
se solucionara con una simple pregunta. Por qu has besado a
ese hombre? Porque es mi to favorito. Fin de la agona romntica. Tambin es el tipo de historia en la que la chica no le dice a la polica lo que sabe porque cree que su novio es el asesino.
5. El objetivo no es bastante valioso, o el pblico no lo ve como
tal. Un pblico cosmopolita no estar dispuesto a llorar mucho
por un ama de casa que robe, mienta y engae para conseguir cojines nuevos para su tresillo. Cada vez es ms difcil (en la era del
feminismo) para los escritores de novelas romnticas convencer a
su pblico mayoritariamente femenino de que una mujer sufrir
todo tipo de humillaciones por un hombre slo porque sea rico,
guapo y romntico. Por otro lado, el objetivo puede ser demasiado csmico: John Wayne ganando la Segunda Guerra Mundial
l solo o el capitn Kira salvando la galaxia con una mano.
4. A partir del visionado de un captulo de la serie de televisin Xena: La princesa guerrera, comenta el uso del
personaje de la amazona y sus posibilidades de subversin, o no, de los patrones tradicionales de gnero.
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BIBLIOGRAFA
LECTURAS RECOMENDADAS
BRADLEY, MARION ZIMMER, Las nieblas de Avaln. Traduccin de Edith Zilli Nunciati. Barcelona: Salamandra,
2003 (1982).
LE GUIN, URSULA K., Los libros de Terramar. Traduccin
de Matilde Horn. Barcelona: Minotauro, 4 vols.,
(1968-2001).
MARTIN, GEORGE R.R., Cancin de Hielo y Fuego. Traduccin de Cristina Maca. Barcelona: Gigamesh, 3 vols.
(1996-).
PRATCHETT, TERRY, Ritos iguales. Traduccin de Cristina
Maca. Barcelona: DeBolsillo, 2004 (1987).
, Pies de barro. Traduccin de Javier Calvo Perales.
Barcelona: Plaza y Jans, 2006 (1996).
, Monstruous Regiment. Londres: Corgi, 2004 (2003).
TOLKIEN , J.R.R., El Seor de los Anillos. Traduccin de
Matilde Horn y Luis Domnech. Barcelona: Minotauro, 2003 (1954-1955).
BIBLIOGRAFA SECUNDARIA
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II
UN ESTUDIO EN NEGRO
LA FICCIN DE DETECTIVES
ANGLOSAJONA* DESDE SUS ORGENES
A LA ACTUALIDAD
Literatura
Resumen
Desde sus orgenes en tres historias cortas del escritor norteamericano Edgar Allan Poe escritas a mediados del siglo XIX, la ficcin
de detectives ha contado con el favor de su pblico y se ha convertido en uno de los gneros ms populares en la actualidad, con
ms de cien nuevas novelas publicadas cada mes compitiendo por
la atencin de sus lectores. Como toda narrativa popular, la ficcin de detectives ha ido evolucionando a lo largo de su historia,
incorporando nuevos elementos genricos, generando multitud
de subgneros y adaptndose a, y reflejando a la vez, su contexto.
Esta proliferacin y variacin genrica pone de manifiesto la riqueza de las narrativas populares en general y del gnero que ocupa este captulo en concreto, a la vez que acenta la importancia
de las narrativas populares como herramienta de anlisis social.
65
Consideraciones
iniciales sobre
gnero, cultura y
ficcin de detectives
65
Antecedentes, orgenes
y evolucin de
la ficcin de detectives 70
El giro americano:
la novela negra y los
cambios en la
frmula clsica
81
La ficcin de
detectives y el
feminismo: abrid
paso a la mujer
investigadora
90
Baile de gneros: el
panorama
detectivesco actual
94
Conclusin
99
Ejercicios
101
Bibliografa
105
Los gneros populares no son ni compartimentos estancos ni estructuras rgidas que no admiten variaciones.
As pues, aunque se caracterizan por la utilizacin de
unas convenciones bsicas, pueden tomar elementos
pertenecientes a otros gneros. En ocasiones, se dan casos de autntico mestizaje ya que elementos de uno o
ms gneros conviven en igualdad dentro de una narrativa, dando lugar a gneros hbridos.
ste es el caso, por ejemplo, de las novelas de Laurell K. Hamilton protagonizadas por Anita Blake, en las que este atpico personaje investiga casos criminales en un contexto en el que
vampiros, licntropos, zombis y todo tipo de seres sobrenaturales conviven con los humanos. Anita Blake trabaja como animator (resucitadora de muertos) y vampire slayer (cazadora de
vampiros), aunque colabora con la polica para solucionar casos que requieren de sus conocimientos y habilidades. Las novelas de Hamilton, por tanto, combinan elementos de la ficcin
de detectives con personajes propios del terror en un entorno
caracterstico de la fantasa. La primera novela en la que apareci este personaje es Guilty Pleasures (Placeres prohibidos,
1993). Hasta el momento, Hamilton ha publicado 15 novelas
protagonizadas por Anita Blake.
La serie de televisin Twin Peaks (Twin Peaks, 1990-1991) es
a la vez off-center soap opera5 y ficcin de detectives, ya que
explora las relaciones y vidas de los excntricos habitantes de
la localidad que da ttulo a la serie mientras se desarrolla una
investigacin criminal por la muerte de Laura Palmer, estudiante del instituto local. La pelcula Blade Runner (Blade Runner,
1982) se sita en un ambiente futurista y trata temas propios
de la ciencia ficcin, pero tiene tambin elementos de la ficcin
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de detectives, sobre todo el personaje de Rick Deckard, un blade runner agente que se dedica a capturar androides (replicants) que se han escapado de las colonias espaciales en las
que son utilizados como esclavos. Con su gabardina y pistola
en mano, Deckard parece sacado de la tradicin cinematogrfica conocida como film noir 5 que, a su vez, es descendiente de
la novela negra o hard-boiled que se introducir ms adelante.
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2 La novela detectivesca es
un tipo de ficcin basada en
un proceso de investigacin
por parte de un detective
que puede ser amateur o
profesional. Si es amateur,
puede tener cualquier oficio
no relacionado con el mundo de la investigacin criminal; si es profesional,
puede ser investigador privado o trabajar para alguna
institucin oficial dedicada
a proteger la ley y el orden.
La novela policial es un
subgnero que incluye toda
novela detectivesca en la
que un polica o grupo de
policas estn a cargo de la
investigacin. La novela negra es otro subgnero detectivesco que se origin en
Estados Unidos y que se
distingue por la presentacin del detective y de la sociedad en la que se emplaza
la accin. La novela de crmenes se centra en el crimen o el criminal y es un
subgnero que minimiza o
elimina el proceso de investigacin para centrarse en
los condicionantes del crimen y la psicologa del criminal. El thriller define a
un gnero en el que el hroe tiene que luchar contra
un enemigo con gran capacidad de destruccin o sacar a la luz una conspiracin. Dentro de la ficcin
de detectives, el trmino se
utiliza para definir a aquellos subgneros en los que
el objetivo del detective no
es resolver un misterio, sino
que la investigacin est dirigida a acabar con un villa-
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vuelve a la normalidad. Incluso cuando la visin de la sociedad es negativa, como en la pelcula Se7en (Se7en,
1995), el discurso suele ser conservador ya que solemos
encontrar una defensa a ultranza de los agentes de la ley y
el orden que garantizan la estabilidad social y protegen a
los ciudadanos de los desalmados que cometen actos criminales, atacan al sistema o lo usan para fines egostas y
perversos.
ANTECEDENTES, ORGENES Y EVOLUCIN DE LA
FICCIN DE DETECTIVES
LA NOVELA NEWGATE Y LA NOVELA SENSACIONALISTA
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las prisiones donde estaban recluidos, sus ropas y objetos personales se pagaban a un alto precio; se ofrecan visitas guiadas
por los escenarios de crmenes famosos; en los museos de cera
de la poca, como el de Madame Tussaud en Londres, las efigies de criminales notorios constituan una de sus mayores
atracciones; y, por citar otro ejemplo, se vendan panfletos con
sus vidas o baladas populares basadas en sus hazaas, sobre
todo durante las ejecuciones pblicas.
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Charles Reade. Adems de incluir crmenes sensacionalistas, estas historias aportaban una novedad respecto a la
novela Newgate ya que el argumento no slo se centraba
en la presentacin de crmenes atroces, sino tambin en
su investigacin. A diferencia de la novela gtica5 que
tambin inclua conspiraciones criminales la novela
sensacionalista se situaba en la poca contempornea a la
accin y sus personajes eran miembros de la burguesa
cuyo buen nombre y rutina diaria se vean afectados por
el crimen. Aunque, en ocasiones, como en la novela The
Moonstone de Collins, apareca un detective de la polica
metropolitana, la investigacin estaba en manos de la
misma comunidad afectada por el crimen y su propsito,
ms que encontrar al criminal, era proteger su reputacin
de la ignominia y el oprobio. En esta novela, el detective
contratado para investigar el robo de la joya que da nombre a la novela, el sargento Cuff, es despedido cuando sugiere que su misma propietaria, Rachel Verinder, ha podido fingir el robo y vendido la joya a un prestamista para
sufragar deudas poco respetables. Despus de deshacerse
de Cuff, el prometido y amigos de Rachel retoman la investigacin y desenmascaran al culpable.
LA CREACIN DE LA POLICA METROPOLITANA DE
LONDRES Y LOS PRIMEROS DETECTIVES LITERARIOS
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Antes de la aparicin de Sherlock Holmes, el norteamericano Edgar Allan Poe haba asentado las bases de lo
que se iba a convertir en la frmula clsica de la ficcin
de detectives en tres historias cortas seminales: The
Murders in the Rue Morgue (Los crmenes de la calle
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En A Study in Scarlet , Conan Doyle presenta a Sherlock Holmes, el primer detective profesional de la historia de la literatura, y a Watson, un mdico con el que Holmes comparte residencia y que le acompaa en sus aventuras hasta la jubilacin de
Holmes. El encuentro entre los dos personajes en A Study in
Scarlet y la descripcin del proceso de adaptacin de Holmes y
Watson permiten a Conan Doyle introducir las peculiaridades
de Holmes y su acompaante y, sobre todo, destacar la superioridad de Holmes sobre Dupin, al que Holmes describe en la
novela como un hombre vulgar. Su nico mrito consista en
penetrar el pensamiento de su interlocutor, pero al cabo de un
cuarto de hora de silencio absoluto y de haber hecho ciertas
observaciones. se es un sistema sencillsimo y que puede rebatirse sin gran esfuerzo. Posea evidentemente condiciones
analticas; pero de eso a presentarlo como un fenmeno, segn
pretende Poe, hay una gran diferencia. Sin embargo, Dupin y
Holmes son personajes muy parecidos. Al igual que Dupin, Holmes es un personaje fascinante y excntrico cuyas extravagancias o bizarreries como dice el narrador, aludiendo a Dupin, en
la historia The Mysteries in the Rue Morgue y peculiar carcter son incluso ms interesantes que los propios casos criminales que el detective investiga. La diferencia ms notable
entre Dupin y Holmes es que ste ltimo ejerce como detective
profesional, mientras que la profesin de Dupin no nos es reve-
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Asesinos fascinantes
En la historia The Murders in the Rue Morgue de Edgar Allan
Poe, el asesino de Madame lEspanaye y su hija Camille resulta
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rable en un mundo corrupto. En esta sociedad, las fechoras contra las que se enfrenta el detective son slo pequeas manifestaciones de un estado de corrupcin y criminalidad endmicas que afectan a los pilares que sostienen
el aparato social. El detective va desentraando las maraas de tratos ilegales con hampones, sobornos o asesinatos de los que se sirven los ricos y poderosos para sus fines, pero poco puede hacer para restablecer el orden
social y se conforma con solucionar el caso que le ocupa
y retirarse hacia poniente al igual que sus predecesores
literarios, los justicieros cowboys de los westerns a los que,
como se ha mencionado, la novela negra reemplaz en el
favor popular de los lectores de la poca.
LOS EFECTOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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Uno de los subgneros que ms ha influido en el desarrollo de la novela de detectives contempornea es la que
Julian Symons, l mismo escritor prolfico de narrativas
detectivescas y creador del detective Sheridan Haynes,
denomina novela de crimen. En estas narrativas, el proceso de investigacin, si aparece, pasa a ocupar un lugar
secundario y la historia se centra en el criminal, el crimen y/o los efectos del crimen en una comunidad determinada, en el investigador que lleva el caso, o en los allegados de las vctimas o del mismo criminal. Por otro
lado, si el proceso de investigacin determina el hilo narrativo, ste deja de ser slo un caso policial cuyo objeto
es la busca y captura del criminal, y se trata ms bien de
un viaje interior, muchas veces al pasado del protagonista, que le permite entender su presente inmediato o desentraar un misterio pasado que ha condicionado su
vida o la de sus seres queridos o conocidos. En cualquier
caso, el acontecimiento pasado no es, como en las historias de detectives clsicas, un mero espacio en el que
hurgar en busca de pistas, sino que se convierte en paisaje psicolgico, escenario de traumas infantiles o comportamientos patolgicos, espejo de fantasmas personales o
sociales, o cortina de humo que, al desvanecerse, revela
los oscuros recovecos del alma humana. Otras dos caractersticas de este subgnero son la importancia de la caracterizacin de los personajes a los que se suele dar
una gran complejidad y densidad moral y una aproximacin casi naturalista al contexto, que pasa de ser slo
escenario del crimen a entorno generador de psicopatologas o comportamientos criminales. En manos de autoras como Patricia Highsmith o Ruth Rendell, este subgnero se ha ganado el favor del pblico y el
reconocimiento literario y, en la actualidad, sigue siendo
una de las tendencias ms fructferas e interesantes con
autores como Gregory Hall, John Matthews, Minette
Walters, Robert Goddard o Frances Hegarty. La escritora
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y periodista Sarah Dunant tambin ha hecho incursiones notables en el gnero con sus obras Transgressions
(1997) y Mapping the Edge (1999), en las que indaga en
comportamientos sexuales patgenos y sus repercusiones criminales e implicaciones morales, y en las que los
papeles de criminal y vctima se difuminan y multiplican
a medida que transcurre la historia.
Si la novela de crimen se centra en el crimen y los criminales, la ficcin de procedimiento policial se centra
en la institucin que se encarga de perseguir el crimen,
la polica, que se presenta desde un punto de vista realista pero conservador, enfatizando su labor como sufridos y abnegados servidores de la ley y el orden, una presentacin, todo sea dicho, producida bajo el auspicio de
corrientes reaccionarias empeadas en lavar la cara de
una institucin a la que la opinin pblica consideraba
corrupta y susceptible de sobornos. En estas historias,
las investigaciones del caso criminal o casos criminales, ya que en muchas ocasiones varias investigaciones se
llevan a cabo de forma paralela las llevan a cabo agentes de polica y, por lo tanto, se caracterizan por la descripcin detallada de mtodos policiales, del da a da en
las comisaras y en la vida de los oficiales protagonistas,
o de tcnicas forenses y otras disciplinas cientficas aplicadas a la resolucin de casos criminales. Uno de los
ms claros exponentes de la novela de procedimiento
policial es Ed McBain,2 creador de una serie de novelas que tienen como protagonistas al conjunto de detectives de una comisara, la del Distrito 87, de la ficticia
ciudad de Isola, claramente inspirada en Manhattan. De
sus obras se han sacado numerosos argumentos para series de televisin como Hill Street Blues (Cancin triste
de Hill Street, 1981-1987). En el Reino Unido, entre los
autores ms conocidos del gnero podemos mencionar
a Colin Dexter, creador del inspector Morse, y PD James, madre literaria de Adam Dalgliesh, ambos inspectores de polica; ambos, tambin, figuras sherlockianas
en su aire distante y sus aficiones selectas que los diferencian de sus homlogos ms recientes: Adam Dal-
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notables del gnero con series como Murder One (19951997), The Practice (El abogado, 1997-2004) o Boston Legal (2004-).
LA FICCIN DE DETECTIVES Y EL FEMINISMO:
ABRID PASO A LA MUJER INVESTIGADORA
ORGENES Y REPRESENTANTES DE LA NOVELA DE
DETECTIVES FEMINISTA
El gnero detectivesco ha contado con investigadoras notables a lo largo de su historia, desde las intrpidas heronas de las novelas sensacionalistas de Wilkie Collins tales
como Marian Halcombe o Valeria Brinton/Woodville de
The Woman in White y The Law and the Lady respectivamente a la entraable Miss Marple de Agatha Christie,
pasando por Harriet Vane en la novela Gaudy Night
(1935) de Dorothy L. Sayers o las historias de la estadounidense Amanda Cross que empez a escribir en los aos
60 protagonizadas por su investigadora Kate Fansler. Sin
embargo, no podemos hablar de narrativas detectivescas
feministas hasta los aos 70, concretamente hasta 1972,
cuando PD James public su novela An Unsuitable Job for
a Woman (No apto para mujeres) y dio vida a la investigadora Cordelia Gray, que repetira papel protagonista diez
aos ms tarde en The Skull Beneath the Skin (La calavera
bajo la piel). En An Unsuitable Job for a Woman, Cordelia
hereda una agencia de detectives privados y a la Cybil
Shepherd en la serie de televisin Moonlighting (Luz de
luna, 1985-1989) decide sacar la agencia adelante en
vez de venderla al mejor postor y sin ayuda de un Bruce
Willis de turno o tener que asumir un nombre falso como
la detective de la serie de televisin Remington Steele
(1982-1987). Tmida, insegura y poco sofisticada, Cordelia no coincide con la imagen prototpica del investigador
confiado y cerebral de la tradicin clsica y, mucho menos, con la del detective privado duro, violento y desarraigado de la tradicin americana. Sin embargo, Cordelia
abrira camino a una serie de novelas que, al otro lado del
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Atlntico en los aos 80, transmutaran la frmula hardboiled o novela negra al poner la investigacin en las manos (o sobre los tacones) de una mujer de armas tomar.
Asimismo, estas narrativas se convertiran en plataforma
desde la que apuntar y defender posturas feministas y en
una de las tendencias ms productivas y populares en la
actualidad. Las norteamericanas Sue Grafton famosa por
su serie de novelas alfabticas protagonizadas por Kinsey Millhone y Sara Paretsky creadora de la incombustible y dura VI Warshawski, junto a las ms sofisticadas
Kay Scarpetta de Patricia Cornwell y Temperance Brennan
de la canadiense Kathy Reichs, son las ms conocidas. Sin
embargo, las recientes aportaciones del Reino Unido no
tienen nada que envidiar a sus homlogas americanas e
incluso les ganan la baza en frescura y savoir faire. Entre
las ms destacadas de estas investigadoras privadas mal
habladas, frescas y socialmente marginales aunque tenaces
y brillantes a la hora de resolver crmenes, est Hannah
Wolfe, la investigadora de la agencia Comfort creada por
Sarah Dunant. Hannah se vale de su inteligencia para resolver casos complejos a la vez que se pronuncia en pro de
la independencia de la mujer en una sociedad esencialmente patriarcal en la que la identidad de la mujer sigue
estando condicionada por su cuerpo y en la que la institucin de la familia es, tal como Hannah asevera, nuclear
por sus efectos explosivos, en las tres novelas de las que es
protagonista: Birth Marks (Marcas de nacimiento, 1991),
Fatlands (Conflicto explosivo, 1993) y Under My Skin (Bajo
mi piel, 1995). Igual de interesantes son la investigadora
privada Leo Street, creada por la tambin actriz y guionista irlandesa Pauline McLynne, y Samantha Jones, escultora de profesin e investigadora ocasional, creada por Lauren Henderson.
CARACTERSTICAS
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sus detectives: todas ellas mujeres muy diferentes a las fminas de novelas pertenecientes a tradiciones anteriores,2 la mayora con profesiones consideradas de
hombre.22 Las detectives de estas historias comparten caractersticas comunes con sus homlogos masculinos en la novela negra. As pues, son personajes que se
mueven con facilidad por los espacios urbanos, independientes, sin ligaduras familiares y eficientes profesionales
dedicadas en cuerpo y alma a sus trabajos. Sin embargo,
se caracterizan tambin por su afn por mantener su
identidad femenina sin perder autoridad, tener que convertirse en marimachos o adaptarse a nociones patriarcales y sexistas de los roles y apariencia que, en teora,
debe seguir una mujer. Son, pues, mujeres que no pierden tiempo en su apariencia fsica y, si lo hacen, son
conscientes de que estn adoptando un rol determinado
para una ocasin especfica. Son tambin mujeres que
no tienen miedo de exteriorizar sus sentimientos, capaces de mostrar empata hacia sus clientes y hacia las vctimas y de establecer ligaduras emocionales no necesariamente romnticas con sus seres queridos, amigos y
familiares. Por su condicin de mujeres con poder en un
mundo de hombres, a menudo tienen que defender sus
derechos, intereses o integridad en un contexto en el que
su autoridad est siendo constantemente socavada y, por
lo tanto, suelen ser personajes que se agrian en el transcurso de las series de las que son protagonistas. Otro
problema asociado con este gnero es que est atrapado,
por definicin, en un crculo vicioso del que no hay fcil
escapatoria. Para poder esgrimir un discurso feminista,
este subgnero constantemente sita a la mujer dentro
de un sistema patriarcal obsoleto pero vigente que constrie su libertad de accin y/o la convierte en vctima de
todo tipo de abusos. Por lo tanto, es un subgnero que
depende de la misma victimizacin de la mujer contra la
que luchan sus investigadoras para poder blandir su discurso en pro de los derechos de la mujer. Dicho esto,
tambin es un gnero que ha impulsado y sigue impulsando la igualdad de la mujer a todos los niveles y cuyo
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Intentar resumir las caractersticas de la novela detectivesca actual de forma sucinta no es una misin sencilla
ya que, como se ha sealado al principio de este captulo,
se trata de un gnero que se encuentra en pleno apogeo
y, por lo tanto, se publica una gran cantidad de obras cada ao que, aunque por su carcter genrico se mantienen dentro de los lmites del esquema original, son muy
diferentes entre s. De todas formas, podemos delimitar
tres aspectos que resumen el estado y caractersticas de la
produccin detectivesca contempornea. En primer lugar, las tradiciones anteriores se mantienen vivas, ya sea
en forma de reediciones de obras de autores clsicos y no
tan clsicos del gnero, o en forma de nuevas novelas escritas siguiendo frmulas anteriores. En segundo lugar, se han sumado nuevos subgneros a los ya existentes
en muchos casos combinando elementos de diferentes
subgneros o incluso de distintas tradiciones genricas,
por lo que se trata de un tipo de narrativa, como veremos a continuacin, muy rico en variedad y que se desarrolla, con igual de xito, en diferentes medios novela,
cine y televisin, sobre todo. Finalmente, y si observamos el desarrollo de los diferentes subgneros en su conjunto, podemos ver que, en general, adoptan un tono
ms sombro y se caracterizan por ofrecer una imagen de
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nuestra sociedad que dista de ser reconfortante. Esta tendencia, a la que podemos catalogar de posmoderna, 5
ha conferido al gnero una teidura ms negra si cabe y
una textura mucho ms gruesa y compleja. As pues, la
ficcin de detectives contempornea rasga el tejido social
para mostrar sus aspectos ms srdidos. La divisin maniquesta entre buenos y malos se atena y casi se desvanece; el mundo se percibe como dislocado y espiritualmente vaco; los males sociales se hacen visibles y se
convierten en endmicos; las instituciones gubernamentales son corruptas o, cuando no lo son, se mueven por
intereses personales, polticos o econmicos que se apartan de las necesidades de la ciudadana; la familia se presenta como elemento desestabilizador y caldo de cultivo
de comportamientos patolgicos y hasta criminales; los
servicios sociales no existen o son insuficientes. En este
contexto, los agentes de la ley y el orden, al menos los
protagonistas, luchan desesperadamente y, casi siempre,
contra reloj, no slo para atrapar al criminal, sino tambin para dar sentido a sus vidas en una sociedad anestesiada, insensibilizada contra el horror y, frecuentemente,
aptica. El mensaje final, sin embargo, suele ser conservador. La tenacidad se recompensa y la capacidad de la
polica de proteger a los dbiles y defender a los justos
no se cuestiona. El detective, de hecho, se convierte en
representante del hombre de a pie y, por lo tanto, en
portavoz del segmento social por el que vale la pena luchar: la gente corriente y moliente que trabaja duro para
sobrevivir y, aunque proclive a pequeas infamias, es,
esencialmente, buena.
VARIEDAD GENRICA
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Posmoderna. El trmino
posmodernismo es de difcil definicin ya que se
aplica a diferentes contextos
y disciplinas con variaciones de significado. De forma sucinta, podemos decir
que es el trmino con que
se define nuestra sociedad
contempornea, que abarca
desde finales de los aos 70,
cuando Jean-Franoise Lyotard public su libro La
condition postmoderne:
Rapport sur le savoir (La
condicin postmoderna,
1979), hasta la actualidad. A
grandes rasgos, algunos de
los aspectos clave del posmodernismo que se recogen en los productos culturales contemporneos son
un sentimiento de pesimismo existencial, la prdida
de fe en las metanarrativas
que daban sentido a nuestras vidas (religin, filosofa, ciencia, etc.), el inters
por el concepto de identidad, y el culto a la forma y
el artificio por encima del
fondo.
vescas, adems de sofisticadas tcnicas forenses y psicolgicas. Aunque el gnero asom a partir de los aos 40 con
novelas como The Rising of the Moon (1945) de Gladys
Mitchell o The Killer Inside Me (El asesino dentro de m,
1952) de Jim Thompson, este tipo de narrativas no se desarroll hasta principios de los 80, despus de que Robert
K. Ressler agente del FBI fundador de la Unidad de
Ciencias del Comportamiento popularizara el trmino
asesino en serie para hacer referencia a un tipo de criminal al que antes se conoca como asesino de extraos. Tambin incidi en el desarrollo del gnero la enorme popularidad de las novelas de Thomas Harris
protagonizadas por Hannibal el canbal Lecter, sobre
todo despus del xito de la versin cinematogrfica de
The Silence of the Lambs. En la actualidad, existen gran
cantidad de autores que publican, casi exclusivamente,
thrillers de asesinos en serie, entre los que podemos destacar a los estadounidenses Patricia Cornwell, James
Patterson, Jonathan Kellerman, Jeffrey Deaver, Michael
Connelly o Caleb Carr; o a los britnicos Donald James,
Val McDermid, Mo Hayder, Mark Billingham, Boris
Starling o Craig Russell. En estas novelas, el asesino en
serie tiene casi tanto peso narrativo como el investigador y es un ser, a todas luces, extremadamente fascinante que, como monstruo, es temible y atroz, pero tambin
reflejo, y muchas veces producto, de disfunciones sociales
tan patolgicas como sus perversas mentes.
En los aos 60, y como efecto de la lucha por los derechos humanos, autores como Chester Himes padre literario de los detectives Coffin Ed Johnson y Gravedigger
Jones incorporaron a detectives hard-boiled de raza negra que, adems de investigar sus crmenes, abogan por
los derechos de las minoras tnicas en Estados Unidos.
A este subgnero se le conoce con el trmino black noir.
En la actualidad, autores como Walter Mosley y Tony Hillermann disfrutan de un xito considerable gracias a sus
historias protagonizadas por sus detectives Easy Rawlins
y Jim Chee y Joe Leaphorn respectivamente. Este subgnero se caracteriza, sobre todo, por su presentacin posi-
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nocido como enigma o misterio histrico. Este subgnero, fiel descendiente de la tradicin clsica, se caracteriza
por situar la investigacin en un contexto histrico pasado inmediato o, ms frecuentemente, lejano y, por lo
tanto, se trata de un tipo de novela en la que la detallada
y documentada ambientacin del contexto histrico en
el que se desarrolla la accin es tan o ms importante
que la trama criminal. El contexto histrico pasado permite al escritor prescindir de la carga de informacin
cientfica que caracteriza la presentacin del crimen y su
investigacin en la novela detectivesca contempornea.
Sin embargo, el lector espera que el autor sea riguroso en
la ambientacin, presente un enigma original y sorprendente, y cree un investigador peculiar, excntrico o pintoresco. Entre los autores ms conocidos del subgnero,
podemos mencionar al prolfico PC Doherty, creador de,
entre otros, los misterios ambientados en la Inglaterra
medieval protagonizados por el escribano Hugo Corbett
o por los peregrinos de Canterbury extirpados de los
cuentos de Chaucer para narrar crmenes a cual ms escabroso; Lindsay Davis, con sus historias protagonizadas
por Marcus Didus Falco en la Antigua Roma; Ellis Peters
y su monje benedictino del siglo XII que ejerce de detective en Shrewsbury (Gales); o Anne Perry, tan famosa
por sus historias como por su escabroso pasado, y sus series victorianas protagonizadas por el Inspector Pitt y su
esposa Charlotte o el saturnino Inspector Monk.
CONCLUSIN
Este captulo ha trazado, de forma necesariamente breve,
la evolucin y el desarrollo de la ficcin de detectives
desde sus orgenes en las narrativas de crmenes de los
siglos XVIII y XIX hasta la actualidad, prestando especial
atencin a cmo el gnero se ha ido adaptando a nuevos
contextos histricos y sociales hasta convertirse en uno
de los gneros ms prolficos y con ms variedad genrica dentro de las narrativas populares. Nuestro inters
por el gnero pone en evidencia la fascinacin que el cri-
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men y lo atroz ejercen entre nuestra especie en la actualidad. No en vano el crtico Mark Seltzer, en su influyente
libro Serial Killers: Death and Life in Americas Wound
Culture, utiliza el trmino wound culture (cultura de la
herida) para hacer referencia a nuestra sociedad contempornea y el inters sensacionalista que despierta, an
hoy en da, todo lo relacionado con lo atroz, sobre todo
los crmenes y accidentes en los cuales el cuerpo es mutilado de forma brutal. Sin embargo, este inters por la ficcin de detectives tambin responde a nuestra bsqueda
incansable de mecanismos (o ficciones) que nos ayuden
a poner orden entre el caos y al deseo de mantener la fe
en un sistema que pueda garantizar proteccin y justicia.
Dicho esto, aunque el gnero es, pues, esencialmente,
conservador, no est exento de crtica social ya que presenta descripciones mordaces de las deficiencias de nuestra sociedad, muestra nuestro potencial para el horror e
incluso, en ocasiones, se aprovecha de la marginalidad
del detective para defender posturas que se oponen a
discursos complacientes sobre nuestras sociedades occidentales. El Gran Detective, incluso en sus manifestaciones ms realistas, siempre ha sido un mito, un caballero
andante capaz de garantizar la estabilidad social o al
menos de actuar en pro de la justicia cuando la ocasin
as lo requiere. Sin embargo, la ficcin de detectives
mantiene su contacto con el contexto en el que se produce y articula un discurso que recoge intereses, preocupaciones y debates reales y vigentes.
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EJERCICIOS
1. Lee el siguiente extracto y resume las ideas que propone sobre el uso e importancia de etiquetas y clasificaciones genricas. Apunta tambin la definicin y caractersticas de la novela negra dadas por el autor. Finalmente,
presta atencin a la categorizacin genrica y los trminos utilizados para hacer referencia a los diferentes subgneros detectivescos en el extracto, compralos con los
propuestos en este captulo y argumenta cules son, en
tu opinin, los ms pertinentes o adecuados.
Andreu Martn, Escribir (por ejemplo, novela negra)
[] Cada vez que me han pedido (periodistas o alumnos) una
definicin concreta de novela negra o novela policaca, he sentido
que me ponan en un brete. Al principio, resultaba curioso: cuando entro en una librera s qu autores elegir, s que es un gnero
que me gusta leer, noto cundo me estn dando gato por liebre,
reconozco una novela de este gnero en cuanto la huelo y me gusta escribirla y, al terminar una novela, s apreciar hasta qu punto
es ortodoxa y distingo cundo el resultado no pertenece al gnero.
En cambio, cuando me pongo a definirlo, balbuceo, dudo, cada
vez que me decido por una caracterstica que me parece esencial,
tengo la sensacin de estar dejando a un lado obras que no participan de esa caracterstica. Si decimos que no hay novela negra si
no hay un detective y una investigacin, dnde nos queda El cartero siempre llama dos veces? Y, si nos conformamos con que haya
un asesinato o un delito cualquiera tendramos que abrir la puerta a casi toda la literatura mundial. Entonces?
[...]Como suelo recordar, constat que algo fallaba en nuestra
profesin cuando, en el transcurso de una mesa redonda, durante la
Semana Negra de Gijn (evento dedicado a la novela negra y policaca donde se supone que se renen los mejores autores del mundo
para hablar sobre el tema, es decir, para teorizar, para definir y para
comprender mejor nuestras obras), me pusieron junto con tres autores decididos a dignificar la novela negra. Eso ya me resulta sospechoso, porque entiendo que quien quiere dignificar algo es porque
lo considera indigno; pero, bueno, supongamos que slo queran salir al paso de los mil idiotas que los haban mirado con desprecio al
conocer sus aficiones. Dijo uno: La novela negra existe desde que el
mundo es mundo y grandes autores se han dedicado a ella. Por
ejemplo Hamlet es una gran novela negra. El siguiente, que por lo
visto no consider suficientemente dignificada la novela negra,
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la realidad que describe y, en el caso del gnero que nos ocupa, esa
realidad es la polica y la delincuencia, el crimen y su persecucin,
la justicia y el castigo. Y no pas mucho tiempo antes de que los
autores empezaran a cuestionarse aquella realidad que trataban
de plasmar en sus libros. Por qu delinque el delincuente y por
qu lo persigue el polica, y quin vigila al polica, y qu pasa si
hay policas que tambin son delincuentes, y quin dicta las leyes
y por qu, y quin hace que se cumplan y cmo.
No es verdad que la novela policaca y la novela negra sean dos
gneros completamente diferentes. Una deriva de la otra. La novela
negra es la novela policaca que se toma en serio estas cuestiones y, si
no trata de darles respuesta, s al menos hace lo posible por dejarlas
plasmadas, con toda su crudeza, sobre el papel. Pero, en sus inicios,
nunca pretendi romper rotundamente con su madre, la novela de
quin lo hizo, y en realidad pienso que no ha terminado de romper nunca con ella. Porque, tanto en la estructura bsica de Chandler como de Hammett, hay el misterio, la incgnita, el enigma que
hay que resolver. Aunque ellos se distraigan con escenas humorsticas o con descripciones crudas de los bajos fondos, aunque tengan
mucho inters en denunciar la sociedad que les rodea, la estrategia
que utilizan para que el lector llegue con avidez hasta la ltima pgina es el enigma. [] Quiz la gran diferencia est en el protagonista. La novela negra crea el esplndido prototipo del perdedor. Hasta
entonces, Sherlock Holmes y los otros detectives eran brillantes ganadores. Como su atencin estaba puesta nicamente en descubrir
a un culpable y poner orden en su mundo inmediato, en cuanto le
echaban el guante al criminal y todos respiraban tranquilos se hinchaban a recibir aplausos, palmaditas y parabienes. Pero la aspiracin del protagonista de la novela negra va ms all, mucho ms
all. Puede ser que su objetivo se limite al culpable de un asesinato
cuando inicia su aventura pero, poco a poco, a lo largo de la investigacin, ir destapando gran cantidad de porquera, se dar cuenta
de que, si Justicia se escribe con mayscula, no se puede limitar a
detener al asesino en cuestin, sino que habra que parar los pies a la
gente que est por encima de ese asesino, por encima de la misma
justicia. Y por eso, aunque d con el culpable en la ltima escena, el
detective continuar siendo un perdedor, porque sabe que con meter a aquel hombre en la crcel no ha mejorado nada, o casi nada.
[] La diferencia entre novela y reportaje periodstico radica
en que la novela siempre propicia una reflexin ms profunda y,
si hay un gnero que naci a la sombra del raciocinio, de la inteligencia, de la sensatez y el ingenio, se fue el policaco, que al fin
derivara en la novela negra. Lo ms valioso de la novela negra es
que se trata de una reflexin crtica en torno a temas tan importantes como la justicia, las leyes, la trasgresin, los transgresores,
sus culpas y sus castigos (13-25).
UN
ESTUDIO EN NEGRO
103
2. Despus de leer la novela The Alienist, de Caleb Carr, establece y justifica su afiliacin genrica (ten en cuenta que
la obra se puede incluir en ms de una categora dentro de
la ficcin detectivesca). Utiliza al menos tres citas relevantes de la novela para ilustrar tus argumentaciones.
3. El crtico Peter Messent, en su introduccin al libro
Criminal Proceedings: The Contemporary American Crime Novel (1997: 3) dice lo siguiente sobre la ficcin detectivesca producida en Estados Unidos:
[se trata de un gnero] (en la mayora de los casos) inevitablemente conservador, ya que defiende el statu quo a pesar
de las muchas deficiencias que revela sobre la estructura
econmica y poltica de la sociedad norteamericana [El
conservadurismo y popularidad de obras como Postmortem de Patricia Cornwell] son sintomticos de una profunda necesidad de seguridad y tranquilidad por parte de la
audiencia a quien van dirigidas estas novelas.
104
I S A B E L S A N TA U L R I A
BIBLIOGRAFA
LECTURAS RECOMENDADAS
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UN
ESTUDIO EN NEGRO
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106
I S A B E L S A N TA U L R I A
UN
ESTUDIO EN NEGRO
107
III. Cine
III
Cine
UN ENFOQUE EN LA DIFERENCIA
Resumen
En este artculo se presentar una breve historia de la ciencia ficcin en el cine, desde sus inicios hasta nuestros das. Se discutirn
los elementos que la caracterizan de manera ms relevante, tomando en cuenta sus races en la literatura y sus ltimos desarrollos en cuanto a efectos especiales, siempre entendindola como
uno de los fenmenos culturales ms importantes de las ltimas
dcadas. Se le presentar como un gnero que en sus narrativas es
capaz de convivir con y de apropiarse de otros gneros cinematogrficos. Posteriormente, se introducir a la ciencia ficcin como
un frtil campo de experimentacin sobre la alteridad, con un enfoque particular en los estudios de gnero y el feminismo.
111
Surgimiento y
evolucin del cine
de ciencia ficcin
111
La ciencia ficcin
entre los gneros
cinematogrficos
121
La ciencia ficcin
y el gnero:
las posibilidades
de la alteridad
126
Conclusin
141
Ejercicios
143
Bibliografa
145
112
NOEM NOVELL
Es, pues, en los 50 cuando se realizan las primeras pelculas importantes de la CF. Si bien hoy nos pueden parecer pasadas de moda o quiz incluso envejecidas, es necesario recordar que en aquel tiempo se viva continuamente bajo la
amenaza de la bomba atmica y la Guerra Fra. Autores como Robert Scholes consideran que el verdadero impulso
que dio inicio a la CF moderna, tanto literaria como cinematogrfica, es justamente el uso de armas avanzadas en la
Segunda Guerra Mundial, y en especial el lanzamiento de
la bomba sobre Japn. Esto se debe principalmente a que,
lejos de ver los avances cientficos y tecnolgicos como una
bondad, una bendicin, o lo que llevara al gnero humano
a la conquista del universo tal y como se planteaba en la
ciencia ficcin previa a la posguerra, se les comenz a ver
como un peligro real y potencial para toda la humanidad y
como un elemento corruptor de la especie. As, en su mayora, los filmes de esta poca retratan esos miedos latentes. Un
ejemplo claro es The Day the Earth Stood Still (Robert Wise,
1951). En esta pelcula, una nave espacial aterriza en plena
ciudad de Washington para alertar a la raza humana de los
peligros del mal uso de la energa atmica y las guerras intestinas; el mensaje es claro: de no desistir en sus avances y
seguir guerreando unos con otros, sern destruidos y el planeta eliminado. Desde luego, toda la accin del filme tiene
lugar en Estados Unidos, pas que se erige por este medio en
organizador y defensor de todas las naciones del orbe.2
Los 50: invasiones en todos los sentidos
Destination Moon. Irving Pichel. EEUU, 1950
The Day the Earth Stood Still. Robert Wise. EEUU, 1951
The Thing from Another World. Christian Nyby. EEUU, 1951
When Worlds Collide. Rudolph Mat. EEUU, 1951
It Came from Outer Space. Jack Arnold. EEUU, 1953
The War of the Worlds. Byron Haskin. EEUU, 1953
Forbidden Planet. Fred M. Wilcox. EEUU, 1956
Invasion of the Body Snatchers. Don Siegel. EEUU, 1956
The Incredible Shrinking Man. Jack Arnold. EEUU, 1957
The Blob. Irvin S. Yeaworth Jr. EEUU, 1958
The Fly. Kurt Neumann. EEUU, 1958
The Time Machine. George Pal. EEUU, 1960
Village of the Damned. Wolf Rilla. Reino Unido/EEUU, 1960
EL
113
2 En su famoso artculo
The Imagination of Disaster (1966), Susan Sontag
plantea que la gran preocupacin del cine de CF es el
desastre, es decir, que estas
pelculas se filman con la
sola intencin de representar sucesos desastrosos como el fin de la humanidad
o las destrucciones masivas,
y que no tienen ningn inters social. Sin embargo,
observado con atencin, el
cine de CF suele reflejar las
inquietudes ms relevantes
de la sociedad de su poca,
as como experimentar metafricamente con modos
alternativos de relacin humana.
2 Aunque el cine de CF ha
tenido desarrollos muy importantes en Europa, es un
gnero caractersticamente
estadounidense. El enfoque
de este artculo est, por esta razn, dirigido mayormente a la CF de Estados
Unidos. De cualquier manera, a lo largo del artculo
se har mencin de filmes
europeos o asiticos que
han contribuido determinantemente a la historia del
gnero.
Para el inicio de los aos 60, la fiebre flmica cienciaficcional haba decado considerablemente, aunque en
114
NOEM NOVELL
ella se realizan pelculas muy relevantes e influyentes para el gnero, y no ser hasta 1968 cuando se inicie una
nueva poca con la presentacin de 2001: A Space Odyssey, dirigida por Stanley Kubrick; en ella se plantea una
innovadora forma de hacer no slo cine de ciencia ficcin, sino cine en general. De este ao son tambin Barbarella (Roger Vadim) y Planet of the Apes (Franklin J.
Schaffner).
DESPUS DE 2001
EL
115
2 Al aunar innovadoras
tcnicas de efectos especiales con ancdotas o temticas con una inclinacin
ms atrayente para los
adultos, la ciencia ficcin se
comienza a consolidar como uno de los gneros ms
redituables que, adems,
consciente o inadvertidamente, refleja preocupaciones y problemas socioculturales de una manera que
pocos otros gneros logran,
sobre todo en trminos de
cantidad de gente a la que
llegan.
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118
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Asimismo, en este periodo, la eclosin de nuevas tcnicas flmicas y de CGI (Computer Generated Imagery, imgenes generadas por computadora) ha revolucionado el
gnero. Tras ver pelculas como The Matrix, entre otras, y
siendo un tanto estrictos, uno en realidad se pregunta si la
CF slo se trata de efectos especiales. Incluso el terico
Brooks Landon, en Diegetic or Digital? The Convergence
of Science-fiction Literature and Science-Fiction Film in
Hypermedia (1999), propone que la CF de hoy en da no
est en realidad regida por la narrativa, sino por la profusin de efectos especiales, y que esto est dando pie al nacimiento de un nuevo gnero en que lo ms importante es el
espectculo tecnolgico sobre las ideas innovadoras o la
historia, es decir, que el aspecto digital de estos filmes podra resultar ser inherentemente tanto o ms la materia de
la ciencia ficcin que el diegtico, ya que los efectos especiales espectaculares funcionan como un espectculo
que interrumpe e incluso trastorna la narrativa (Landon,
1999: 37, 38). Resumiendo, se puede pensar en los efectos
especiales de los filmes de ciencia ficcin como existentes
no para apoyar a la narrativa o la trama, sino para proporcionar su propio ritmo y lgica formales, la historia de
EL
119
efectos especiales alrededor de la cual realmente se construye la pelcula (Landon, 1999: 41). (Todas las traducciones de este artculo son mas, a menos que se indique un
traductor en la bibliografa.)
120
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121
cula pertenece al gnero de la ciencia ficcin. Desde luego, todos los elementos antes mencionados estn ciertamente relacionados con el cine de CF, pero su sola aparicin en uno u otro filme no determina la pertenencia al
gnero.2
La CF cinematogrfica ha visto un gran florecimiento durante las ltimas dcadas; sin embargo, su origen en la lite-
122
NOEM NOVELL
Si bien a partir del desarrollo de los estudios de la posmodernidad se ha tendido a pensar en muchos de los g-
EL
123
neros literarios y cinematogrficos como intrnsecamente hbridos, no podemos dejar de reconocer que, aunque
la anterior premisa sea cierta, no necesariamente esta supuesta hibridacin ocurre siempre o de manera inevitable. Aunque por supuesto es difcil concebir un filme
puro en el sentido de que slo comprenda rasgos atribuibles a un nico gnero, es igualmente aventurado
pensar que slo porque una cierta pelcula contiene caractersticas de otros gneros ya es un hbrido, en especial si entendemos esto ltimo como una mezcla equilibrada de rasgos de uno o ms gneros.
Ahora bien, la capacidad de la ciencia ficcin para mezclarse con otros gneros es de sobra evidente y conocida.
Es raro encontrarse en las bases de datos, videoclubes o videotecas, con una pelcula catalogada slo como CF, y la
tendencia es ms bien hacia la convivencia con el thriller,
el terror, los gneros negro y policiaco, la accin y las aventuras, principalmente. Las preguntas, entonces, son: realmente podemos hablar de CF?, existen filmes en los que
la CF domine por derecho propio? Hemos de remitirnos
aqu a lo dicho en el apartado Elementos bsicos de la
ciencia ficcin. Tomando esto en cuenta, veremos que en
un filme de CF siempre habr una cierta idea innovadora
relacionada de alguna manera con un marco cientfico o
tecnolgico. Desde luego, ciertas ideas en algn momento
innovadoras van perdiendo este carcter con su incorporacin a los tropos particulares del gnero; sin embargo,
incluso premisas cienciaficcionales viejas o que se han
considerado acabadas durante un tiempo, pueden ser revisitadas, se les puede dar algn giro que las renueve. Si bien
no se puede negar que la CF en efecto tiende a mezclarse
con los gneros mencionados arriba, tambin es cierto que
en muchas ocasiones es ella quien domina la narracin y
se apropia del resto de los gneros. Y es esto justamente lo
que nos permite distinguir que un cierto filme pertenezca
o no a la CF. As, podemos decir en trminos generales que
cuando lo cienciaficcional la idea innovadora, o aquello
relacionado con temas y motivos generalmente atribuidos
a este gnero es imprescindible para el funcionamiento
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125
Rachael, durante la entrevista que le hace Deckard. Las volutas de humo y el manejo de la
iluminacin remiten al
cine noir.
Como se puede ver, los nexos y las deudas que tiene Blade Runner con el cine noir son muchas. Sin embargo, por
encima de estos elementos estticos, anecdticos y tramticos, se encuentra la pregunta cienciaficcional de en qu
consiste la naturaleza humana, el imperativo ontolgico de
la CF, y, a decir de Brian McHale (1987: 59), la CF es quiz
... el gnero ontolgico por excelencia (cursivas del autor). Es decir, los elementos del noir presentes en este filme
tienden a realzar la CF, pero no son los dominantes.
LA CIENCIA FICCIN Y EL GNERO: LAS POSIBILIDADES DE LA ALTERIDAD
Una de las finalidades ms socorridas de la CF literaria y
cinematogrfica es la posibilidad de explorar al Otro. En
general, este Otro est constituido por representaciones
de robots en los que podemos incluir derivaciones como los androides, los cyborgs o las inteligencias artificiales (IAs) y de aliengenas de todo tipo y clase, tanto
amigables como directamente hostiles. Estas figuras han
sufrido diversas transformaciones a lo largo de la historia del cine de CF, y han servido a diferentes usos e intenciones metafricas, alegricas o simblicas, desde la
advertencia ante los peligros de los avances cientficotecnolgicos, el miedo a los invasores (generalmente comunistas, durante la Guerra Fra, y ms tarde de Medio
Oriente, tras la cada del Teln de Acero), y la consecuente obliteracin de la especie humana o de los valo-
126
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EL
127
2 Antes he mencionado
que no se suele considerar a
este filme como parte del
gnero, sino como integrante de su prehistoria, sin
embargo, la figura de la androide, tanto como el filme
en s, son extremadamente
importantes en el desarrollo del gnero y en el tema
que en este momento nos
ocupa.
lo logre. Maria, pues, se configura slo como una ayudante y no como verdadera protagonista, y slo puede
existir a la sombra de su prometido.
La robot antes de su
transformacin en
Maria. La fascinacin con que el cientfico Rotwang ve a
su criatura remite
tambin al motivo
de Pigmalin y Galatea.
128
NOEM NOVELL
rella (Jane Fonda) es una herona, supuestamente investigadora interestelar, que debe ir al planeta Lythion a
buscar al cientfico Durand-Durand (Milo OShea),
quien amenaza la paz galctica. Amn del sueo psicodlico que es este filme, su protagonista es en realidad una
especie de actriz de cabaret que exhibe su cuerpo en trajes cada vez ms estrafalarios y pequeos. Evidentemente, el problema no es la exhibicin del cuerpo, sino los
usos a los que se aplica dicha exhibicin, que en este caso
pueden ser de problemtica interpretacin. Barbarella se
rinde en todo momento a los deseos sexuales y de otro
tipo de los personajes masculinos. El mismo DurandDurand la atrapa en la Mquina de los Excesos, diseada
para matar de placer a todo aquel que est en ella. Desde
luego, Barbarella es capaz de soportar tanto, que sobrevive a ella e incluso la descompone mediante una serie de
potentes orgasmos. En realidad, el personaje de Barbarella es mucho ms una fantasa sexual que un personaje
de CF. De cualquier manera, en buena medida sintetiza
aunque de forma en efecto exagerada y pardica una
de las representaciones dominantes de la figura femenina en la ciencia ficcin.
En esta toma publicitaria de Jane Fonda como
Barbarella se evidencia
que la intencin del filme est ms encaminada
hacia la explotacin del
placer visual, que hacia
el desarrollo de los elementos cienciaficcionales.
EL CAMBIO: ALIEN
Con el estreno de Alien, parece transformarse por completo el tipo principal de representacin de la figura femenina en el cine de CF. A diferencia de los personajes
femeninos que la preceden, Ripley (Sigourney Weaver)
es independiente, capaz, y no funciona slo como apoyo
EL
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Algunas consideraciones
Como se puede ver, Alien inaugura no slo un nuevo tipo
de CF en el que se abandonan los espacios limpios y luminosos en favor de un desorden y una oscuridad antes no
asociados a las aventuras espaciales. Asimismo, Ripley, como se dijo antes, es nica en su clase pues es un personaje
femenino que avanza casi en soledad con la accin de la
pelcula, sin necesitar el apoyo de personajes masculinos y
sin estar a la sombra de ellos. Resalta desde luego que, as
como este personaje estaba pensado para ser interpretado
por un hombre o por una mujer, no se le construye visualmente como un personaje femenino sino hasta el final del
filme, cuando se desnuda frente a la cmara. Esto es importante ya que, al evitar imprimir a los personajes del filme, y
en especial a Ripley, caractersticas evidentes de los gneros
sexuales, se est de alguna manera propiciando un alejamiento de la representacin usualmente dicotmica de los
gneros. Es por esto que la secuencia final, en la que Ripley
se desnuda, se ha interpretado y criticado en numerosas
ocasiones como excesivamente complaciente hacia el espectador masculino, pues evidencia la feminidad del personaje que hasta ese momento se haba mantenido neutro.
Sin embargo, la supresin en los personajes de seales que
los distingan entre gneros de manera evidente, se encuentra resaltada en los escenarios, profundamente impregnados de una imaginera sexual. Ms an, la criatura misma
posee caractersticas de ambos gneros, si bien en extremo
estilizadas. Desde luego, no se puede decir que Alien sea
una pelcula cuya principal ocupacin o preocupacin sea
el gnero, pero ciertamente se puede afirmar que el tratamiento que hace de ste es innovador y contestatario, en
especial en lo que se refiere al personaje de Ripley.
LAS MUJERES DE BLADE RUNNER
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Rachael: la contradiccin
A diferencia del resto de los replicantes de Blade Runner,
Rachael (Sean Young) no huy de una nave de trnsito
ni es prfuga en la Tierra: le pertenece a la Corporacin
Tyrell. Supuestamente sobrina del dueo, una vez se entera de que es una replicante, intenta justificar que no lo
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NOEM NOVELL
es, ensendole fotos de su infancia a Deckard. La insistencia de ste en que no es humana, as como las pruebas
que le da de conocer sus recuerdos y sus sueos, provocan en ella tal impresin que escapa de las instalaciones
de Tyrell y se vuelve tambin prfuga. Si bien parece sentir una gran aversin por Deckard, lo salva de la muerte,
disparando a Leon (Brion James), otro de los replicantes
que estaba a punto de matarlo.
La eleccin de Rachael de matar a uno de sus semejantes y salvar a un humano es difcil de interpretar. Parcialmente, es una decisin que refleja una necesidad de
asemejarse a los humanos. Y no slo esto, sino que al elegir a Deckard para salvarlo, Rachael est reconociendo
implcitamente la superioridad del humano por encima
de la del replicante. Se puede argir aqu que hay algunos crticos e incluso el mismo Ridley Scott que sostienen que en el filme hay ciertos indicadores de que
Deckard es tambin un replicante. Sin embargo, Rachael
no conoce esta informacin (la cual, de cualquier modo,
es slo una hiptesis), de manera que este argumento no
la sita de vuelta con los replicantes. Es de suponerse,
pues, que elige salvar a Deckard porque l a su vez la
puede proteger a ella, que es justamente lo que hace,
aunque tambin pareciera que la obliga a permanecer y
sostener relaciones sentimentales y sexuales con l.
Las tres replicantes: un balance
Salta a la vista de inmediato que parte de la importancia
de las replicantes en Blade Runner se da como un intento
de complacer visualmente al espectador. Asimismo, se
puede decir que pertenecen a especies distintas: por un lado se encuentran Pris y Zhora, y, por el otro, Rachael.
Al hablar de los personajes femeninos que aparecen
en la CF, la crtica feminista Sarah Lefanu seala que las
narrativas de este gnero que incluyen a estos personajes
vuelven a estereotipos lgubres: las mujeres virtuosas,
usualmente definidas en principio como esposas o hijas,
son aburridas y grises, mientras que las reinas alienge-
EL
135
De este modo, si bien Blade Runner puede parecer innovadora por su cuestionamiento de lo que es en realidad
la naturaleza humana asunto que no hemos tratado
aqu, pero del cual se ocupan numerosos artculos,2 al
mismo tiempo est confinando a los personajes femeninos a cumplir los mismos roles que cumplan en el cine
de antao, y aun en muchos de hoy da. Pareciera, pues,
que estos personajes son o bien incapaces de complejidad,
o que culturalmente es necesario que sigan el mismo patrn. El mensaje es bastante claro: si el personaje femenino es rebelde o no se ajusta a los deseos del hombre, tendr un castigo; si, por el contrario, se adapta al patrn
social indicado, no tiene mayores problemas.
TERMINATOR: LOS ESTEREOTIPOS DE GNERO
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2 Hanna
M. Roisman
(2001) resalta que, por estar
hablando siempre del fin
del mundo, Sarah Connor
est ntimamente relacionada con la agorera Casandra,
a quien se toma por loca,
por lo cual no es casual que
est confinada en un hospital. De manera similar,
Constance Penley (1991)
hace notar que, en la Biblia,
tras el Diluvio, Dios designa
a Sarah como la madre de
todas las naciones. La personalidad combinada de
Sarah Connor como agorera y madre y, en Terminator
2, como un hbrido de mujer, hombre y mquina, la
convierten en un personaje
en apariencia complejo, pero que en realidad est
cumpliendo los mismos estereotipos binarios convencionales.
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Vista globalmente, la figura de la Amazona est presente no slo en Terminator 3, sino en todas las pelculas exploradas hasta este momento. En todas ellas hemos examinado personajes femeninos que, esencialmente, como
seala Sarah Lefanu, hacen una declaracin de alteridad.
Ms all de la asuncin de atributos masculinos, de por s
ya problemtica, muchos de los personajes femeninos representados en la CF poseen rasgos que las sealan como
distintas a la norma y, por lo tanto, fcilmente identificables como rebeldes, adversas al sistema dominante e incluso indeseables. Visto desde una perspectiva cultural
que evidentemente incluye una perspectiva de gnero, estos filmes estn reflejando preocupaciones presentes en las
sociedades en las que surgen, e intentan de alguna manera
devolver a las mujeres a conductas que no hagan peligrar
el statu quo. Desde luego, no todos los filmes de CF caen
en esta categora, y hay muchos, incluso pertenecientes al
140
NOEM NOVELL
mainstream hollywoodiense que se separan de esta tendencia, quiz inadvertidamente, e intentan proponer otros
modos de convivencia en los que la mujer no represente
una amenaza slo por el hecho de ser mujer.
CONCLUSIN
La CF es un gnero difcil de asir. Uno de los comentarios que suelen hacerse con respecto a ella es que no tiene nada que ver con la realidad, que slo trata de marcianos y robots, o que su nica intencin es hacer
predicciones futuristas. Aunque no se puede negar que
lo anterior podra tener una parte de verdad, tambin es
innegable que desde sus inicios este gnero ha sido un
caldo de cultivo y un laboratorio de experimentacin no
slo de ideas nuevas, sino tambin de reproduccin, reflejo o contestacin de lo que ocurre en el momento sociocultural en que surge. Incluso pelculas cuyas intenciones intelectuales son bastante bsicas y que no
aspiran ms que a recaudar millones de dlares en taqui-
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lla, pueden llegar a presentar asuntos de gran importancia cultural, aunque sea de manera inadvertida.
A pesar de que aqu no se han podido abordar todos los
posibles temas, motivos o tropos relacionados con la CF
asunto casi tan imposible como si nos refiriramos al cine
realista, se ha procurado mostrar una de las preocupaciones principales del gnero: la alteridad. Ya sea en forma de
extraterrestre, de mquina, de monstruo, de cientfico, o de
mujer, una de las constantes de la CF son los personajes femeninos en sus ms diversas variantes. Al principio del desarrollo del gnero, como se ha visto, las mujeres tenan
poca importancia, pero conforme se han ido explotando
sus potencialidades y, tambin, conforme las demandas de
los grupos feministas entre otros se han ido extendiendo, la presencia de las mujeres en el cine de CF ha aumentado y se ha modificado. Desde luego, no se puede afirmar
que su presencia sea cada vez ms protagnica o que aporte nuevas vas de entendimiento entre los gneros, pero
ciertamente tienen una mayor presencia. De esta forma, as
como hasta hace unos aos los astronautas de la CF eran
seres virginales y asexuados (Vase Sobchack, The Virginity of Astronauts: Sex and the Science Fiction Film,
1990), ahora los temas relacionados con la exploracin de
las diversas formas de la alteridad estn cada vez ms presentes en este cine.
De igual manera, a lo largo de la historia del cine de
CF, las preocupaciones sociales de los aos 50 dominadas por la amenaza de la Guerra Fra se han ido modificando hasta llegar a la exploracin del campo virtual y la
posibilidad de tener vidas alternas en medios no tangibles fsicamente. La condicin humana, la definicin del
ser humano, es tambin uno de los temas principales de
la CF, explorado directamente en pelculas seeras como
Blade Runner, pero tambin implcitamente presente en
otras ms bien permeadas por la accin o el thriller.
Finalmente, como seala Brian McHale, la CF est dominada por el imperativo ontolgico, es decir, por la
bsqueda de una definicin del s mismo y del Otro que
sea funcional y aplicable en mbitos ms amplios.
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EJERCICIOS
En todos los siguientes ejercicios se espera que escribas
un ensayo original de no menos de 1.500 y no ms de
3.000 palabras (de 5 a 10 pginas).
1. Ve por lo menos cuatro de las pelculas enlistadas a
continuacin, elige dos de ellas y escribe un ensayo en el
que reflexiones por qu o por qu no pertenecen al gnero de la CF. En tu discusin, procura incluir comentarios
sobre los otros gneros con que se relacionan estas pelculas y cul de stos domina en ellas.
The Thing from Another World (Christian Nyby, 1951)
The Incredible Shrinking Man (Jack Arnold, 1957)
Night of the Living Dead (George A. Romero, 1968)
Stalker (Andrei Tarkovsky, 1979)
Jurassic Park (Steven Spielberg, 1993)
Dark City (Alex Proyas, 1998)
28 Days Later... (Danny Boyle, 2002)
Alien Nation
(Graham Baker, 1988)
Starship Troopers
(Paul Verhoeven, 1997)
I, Robot
(Alex Proyas, 2004)
3. Compara el tratamiento que se da a la figura de la mujer en la CF con el que se le da en otros gneros, por
ejemplo, el detectivesco, el melodrama o la accin. Ilustra con por lo menos dos ejemplos de cada gnero.
EL
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144
NOEM NOVELL
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III
DE PADRE A HIJO
Cine
Del patriarcado
privado al
espectculo pblico
de la paternidad
segn Hollywood
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Casos de estudio:
Hollywood y la
recuperacin de la
figura paterna
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Conclusiones
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Ejercicios
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Bibliografa
172
Lejos de ser un hecho biolgico incontestable, la paternidad 5 es un entramado de discursos entre los cuales la
biologa ejerce un papel incluso secundario. Como nos
recuerda Silvia Tubert (1997: 9):
1. La paternidad es una construccin cultural, por lo que
tiene carcter histrico.
M a r t n , S a ra , D e p a d r e a h i j o . L a t ra n s m i s i n d e l
d i s c u r s o p a t r i a r c a l e n e l c i n e d e H o l l y w o o d ( 1 9 9 7-2 0 0 7 ) .
E n I s a b e l C l a (e d . ) , G n e r o y c u l t u r a p o p u l a r . B a r c e l o n a :
Edicions UAB, 2008.
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transformacin de lo patriarcal. Tal vez lleve algo de razn si pensamos que fueron hombres de ciencia quienes
desmantelaron la persistente teora aristotlica de la fecundacin, segn la cual toda la agentividad es masculina, quedando reducido el papel de la mujer al de receptora pasiva y reproductora de la imagen masculina (se
crea que las hijas eran errores de copiado), para pasar a
un modelo igualitario basado en el descubrimiento del
vulo. Si bien Karl Ernst von Baer fue el primero en descubrir y describir el vulo de los mamferos en 1826,
atribuyndole an un mero rol nutritivo, slo los avances de la gentica de Gregor Mendel permitieron que el
anatomista estadounidense Edgar Allen describiera la
funcin real del vulo humano en fecha tan reciente como 1928. Hoy sabemos que, lejos de copiar al padre, el
feto inicia su vida como hembra y que slo una descarga
hormonal aleccionada por los cromosomas paternos lo
transforma en macho. Por otra parte, los cambios sociales, la ciencia y la tecnologa han ampliado y problematizado la nocin de paternidad al permitir tanto la autonoma reproductora femenina gracias al annimo
donante de semen como las a menudo inesperadas revelaciones que suponen los tests de paternidad basados en
el ADN. Pesa hoy en da sobre la masculinidad, adems,
la amenaza de la redundancia paterna si algn da las
tcnicas de clonacin permiten liberar a la madre de necesitar material gentico masculino.
La paternidad como construccin social individual y
pblica est pasando en Occidente por la reivindicacin
por parte de los hombres nacidos entre mediados de los 60
y finales de los 70 de una paternidad que se aleje tanto como sea posible de la figura del padre carente. Segn definicin de Franoise Hurstel, es padre carente el hombre
que falta absolutamente a su paternidad, a su funcin paterna o que no deja nada a sus hijos (ni bienes espirituales
ni materiales). La nocin de carencia es una constatacin
jurdica, un estatuto posible y particular del padre que denuncia su incapacidad relativa o total (1997: 300, nfasis
original). Esta incapacitacin del padre se concret en la
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Paternidad responsable.
En palabras del psiquiatra
Luis Bonino, la del varn
que adquiere un compromiso emocional y de responsabilidad en el crecimiento de una persona que
asume como hij@ por al
menos 20 aos, varn que
no tiene por qu ser el padre biolgico. Bonino aade que esta definicin surge
no desde la creencia en los
derechos de los padres ante
su hij@, sino de una tica
de los deberes humanos de
los adultos hacia la infancia,
que incluya una tica de la
igualdad y justicia de gnero. (Bonino, 2003: 180).
No hay razn clara, sin embargo, para limitar esa paternidad responsable a 20
aos, cifra que no coincide
tampoco con la mayora de
edad de los hijos y las hijas.
pionera Francia en la ley de inhabilitacin de la patria potestad a favor de la Asistencia Pblica cuando se reconoce
la indignidad del padre de 1889, encaminada ms bien a
desautorizar a padres mayormente de clase obrera que fueran violentos o explotadores de sus hijos. A la larga, esta ley
inspir tambin la creacin por parte de pedagogos y psiquiatras de la nocin del padre carente burgus, el que
hace dejacin de su responsabilidad, que est ausente, absorbido en su trabajo (Hurstel, 1997: 308).
Segn Hurstel ambas figuras se funden y generalizan
en Occidente despus de la Segunda Guerra Mundial y
slo en los aos 70 se inicia un movimiento a favor del
nuevo padre, bajo presiones del feminismo, figura cuya
existencia real se ha puesto en duda repetidamente. Desde esta perspectiva, la historia de la paternidad occidental
en los ltimos doscientos aos se puede resumir as: la
Revolucin Industrial forz una degradacin de la calidad de vida y del poder del padre de familia, que en su
frustracin descarg su violencia en los hijos; estos padres fueron considerados indignos por la ley y, por ello,
desposedos de poder patriarcal. Como apunta Hurstel, la
escena inaugural de la paternidad contempornea est
marcada por una violencia nacida de una injusticia que
quedar reprimida, excluida de las consciencias (Hurstel,
1997: 308, nfasis original). En el siglo XX contina la discriminacin legal de los padres por parte de las leyes del
patriarcado pblico, de manera que mientras unos intentan luchar contra ellas, otros emprenden el camino de la
huida, abandonando la responsabilidad paterna por
la imposibilidad de asumirla. El reto al que se enfrenta la
generacin de jvenes padres hoy es, as pues, cmo seguir, hallar e incluso inventar un modelo de paternidad
responsable5 a menudo en ausencia del propio padre.
LA PATERNIDAD EN EL CINE DE ESTADOS UNIDOS:
REPRESENTACIONES
En una escena de la pelcula de David Fincher (1999) basada en la novela de Chuck Palahniuk El club de la lucha
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SARA MARTN
Tyler no est aqu acusando a las mujeres sino subrayando la incapacidad del padre para ejercer de referente
y/o de modelo a imitar. La incapacidad e incluso ausencia del padre hace que el hijo no madure adecuadamente, con lo que se queda anclado en un permanente estado
de adolescencia tarda, o adultescencia, ampliamente reflejado en las producciones de todo tipo de la cultura estadounidense.
El primero en expresar una contundente queja contra
esta perpetua inmadurez del hombre americano fue el
afamado crtico Leslie Fiedler en su seminal estudio Love
and Death in the American Novel (1966). Fiedler protesta
amargamente en su obra contra la incapacidad del novelista americano ya desde los albores del siglo XIX para representar una relacin heterosexual madura, incapacidad que segn Fiedler redunda en una abierta misoginia
y una mrbida obsesin por la muerte, el incesto y la homosexualidad (la palabra homofobia quizs define mejor este aspecto). Fiedler acusa al hombre americano de
estar siempre en constante huida a cualquier sitio con
tal de evitar la civilizacin, es decir, la confrontacin de
hombre y mujer, que lleva a caer en el sexo, el matrimonio y la responsabilidad (Fiedler, 1977: 26). A Fiedler le
preocupa, sobre todo, que los hombres americanos rechacen la condicin de padre y apunta que no hay ningn americano autntico [...] que no escogera ser uno
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2 Irnicamente, si en los
70 la presin proviene del
feminismo, en los 50 la
nueva domesticidad ideal
que atrapa al hombre es, de
hecho, una estrategia masculinista para inmovilizar a
la mujer en el hogar tras su
relativa liberacin durante
la Segunda Guerra Mundial.
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y que a solas o en compaa padres e hijos pueden aprender a articular el discurso necesario para reconectar, discurso que al no tener que incorporar obligatoriamente el
ideario feminista puede resultar en una reafirmacin de
los valores patriarcales. Es por ello que es esencial la participacin de las mujeres en el modo en que se articula y representa la paternidad, sea como analistas o como creadoras, para as evitar que se consolide an ms el patriarcado
pblico del que Hollywood es parte integral.
CASOS DE ESTUDIO: HOLLYWOOD Y LA RECUPERACIN DE LA FIGURA PATERNA
LA REDENCIN DEL PADRE OSCURO: DARTH VADER
Y LA SAGA DE LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
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suscitado gran inters crtico ni popular.2 No obstante, sin ser una obra sobresaliente, Frequency rene una
serie de caractersticas que la hacen altamente representativa del cine contemporneo producido en Estados
Unidos, sobre todo por el clasicismo tcnico de su guin,
en el que no se desaprovecha nada, y por el idealismo
que pretende transmitir. Frequency es, en este sentido,
difana en su intencin de ofrecer un emotivo mensaje
en su no menos emotiva trama centrada en el accidente
csmico una inusual aurora boreal que le permite a
John (James Caviezel), un polica de Nueva York que tiene 36 aos en 1999, recuperar el contacto a travs de la
radio con su padre Frank Sullivan (Dennis Quaid)22
el da antes de su muerte en 1969.
Esta situacin poco menos que mgica poda haberse
concretado en un sinfn de posibilidades, con potencialmente cualquier tipo de persona a uno y otro lado de las
ondas de radio, pero lo cierto es que Emmerich escogi
narrar una historia sobre un padre y su hijo en la que se
expresa una fantasa con inmenso potencial sentimental
para la audiencia masculina: el rescate de la muerte del
padre ideal, desaparecido en ese momento crucial de la
vida del hijo en que su ausencia es irreparable.22 2 El
hecho de que la causa de la ausencia del padre sea la
muerte y no el abandono por divorcio es tambin parte
de la fantasa: no hay rencores ni culpas que dirimir entre John y Frank. Anthony Clare observa que el progenitor que enviuda comparte la prdida de su retoo; juntos pueden mantener una imagen idealizada del
progenitor fallecido e, incluso a travs de la muerte,
construir un espacio de conexin (1999: 67). La tarea
de la madre en este sentido est implcita en Frequency,
empezando por el hecho de que ella permanece viuda, si
bien su fracaso parcial hace que ese espacio de conexin
se acabe literalizando en las ondas al ser insuficiente para
las necesidades emocionales del John adulto.
De hecho, la presentacin del padre en el primer segmento de la pelcula insiste en sealar que Frank no puede
ser idealizado porque es ideal: cualquier recuerdo no hace
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hombre puede asumir el papel del padre, idea que lo distancia del modelo mucho ms equilibrado representado
por Luke Skywalker. Hay que preguntarse por lo tanto hasta qu punto John representa a una generacin la misma
de Tyler Durden en El club de la lucha que se escuda en la
ausencia del modelo a seguir como excusa para no asumir
sus propias limitaciones.
Haciendo alarde de su clasicismo, Frequency se divide
limpiamente en tres actos. El primero narra cmo John
consigue, usando la milagrosa comunicacin por radio,
convencer al escptico Frank de que siga las instrucciones
que le salvarn la vida en el incendio en el que muere en
1969. El segundo acto, una vez establecida la confianza entre padre e hijo y reformado el pasado vivido (en esta segunda versin Frank lleva 10 aos muerto de cncer de
pulmn), narra los esfuerzos de John por cazar a un asesino en serie que le obsesiona en su nuevo presente de 1999,
ya que su madre se cuenta entre sus vctimas. El tercer acto
narra cmo Frank, que llega a ser sospechoso y se ve incluso amenazado por el asesino, salva de su ataque no slo a
su esposa e hijo en 1969 sino tambin al John adulto en
1999, accin que se explica porque, siguiendo los consejos
de John, Frank ha dejado de fumar y ha logrado as llegar
vivo a la tercera versin del presente de su hijo. En este perfecto fin de milenio, tal como muestra el partido de bisbol
que rene a todos los personajes, John es padre de un hijo
que tiene con Sam, quien aparece feliz y sonriente junto a
Jules. La pelcula concluye con la imagen de abuelo, padre
y nieto abrazados mientras esposas y amigos los contemplan conmovidos.
La extraa intrusin de la figura del asesino en serie en
el reencuentro entre padre e hijo es el factor que revela las
tensiones en la construccin del gnero en Frequency. No
basta con dejar que padre e hijo compartan largas conversaciones superando as la barrera de la muerte, sino que
Emmerich necesita implicarlos en una accin colaborativa
que demuestre su hombra. Para ello escoge exponer a la
madre a la furia de ese otro personaje masculino, el polica
Jack Shephard, que encarna toda la negatividad del frustra-
DE
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165
do hombre masculinista. Una ancdota sencilla pero delatora desvela qu discordancias se proyectan en esta subtrama. En la segunda versin del pasado, Frank, feliz de estar
vivo, visita a su esposa en el hospital donde trabaja. Eficiente y atenta, ella ve, pese a que la distraen las muestras
de cario de Frank, que un mdico est a punto de cometer una imprudencia; al evitarla le salva la vida al paciente,
que resulta ser su futuro asesino, Shephard. En suma: aunque Frank est muy de acuerdo en que su esposa trabaje, es
precisamente su trabajo lo que la hace objetivo del asesino,
no slo porque sobrevive gracias a ella sino tambin porque, segn descubre John, Shephard mata enfermeras ya
que su propia madre lo era.
No hay que ser muy sagaz para ver que Emmerich basa
la psicopata de Shephard en que su madre atendi su trabajo ms que a su edpico hijo. John, a quien el trabajo de
su madre no ha afectado en absoluto, aparece as como el
reverso del villano, si bien parece un tanto de mal gusto
que la muerte de Jules sirva como pretexto para canalizar
su herosmo latente y para cimentar el compaerismo con
su padre resucitado. No menos preocupante es el uso de las
armas de fuego como tctica para purgar la masculinidad
de sus excesos. Por una razn que no se considera necesario
explicar, Frank posee un devastador rifle de repeticin con
el que simblicamente castra a Shephard al volarle la mano
en 1969; en el tercer presente de 1999, un ya anciano Frank
no duda en acabar a tiros con la masculinidad indeseable
que Shephard representa, consolidndose as en su encarnacin del padre modlico muy al estilo americano.
Tambin muy americano es el uso del bisbol como
vnculo paterno-filial, motivo que no es menos significativo por estar muy manido. Hasta hace relativamente pocos
aos se pensaba que la implicacin paterna en el desarrollo emocional y cognitivo de los hijos era sustancialmente
inferior a la de la madre, pero segn demuestran diversos
estudios centrados en bebs, La habilidad del padre como compaero de juegos es uno de los principales indicadores del desarrollo cognitivo de los nios (Parke, 1996:
162). El hecho de que John deje de jugar al bisbol cuando
166
SARA MARTN
muere su padre y de que slo recupere el inters en el juego al recuperar tambin a su padre es, pues, un indicador
no slo de que Frank siente una pasin personal por el
juego que lo caracteriza a ojos de su hijo, sino tambin de
que al implicarlo le est transmitiendo herramientas esenciales para su desarrollo como hombre. El partido final de
bisbol resulta ser as pues toda una reivindicacin de lo
que Leslie Fiedler criticaba. Si para l lo malo de los hombres americanos es que siempre quieren ser uno de los
chicos, para Emmerich no hay nada criticable sino ms
bien encomiable en el hecho de que, como afirma su comprensiva esposa, Frank no es sino un nio grande que
adora jugar al bisbol: disfrutar del juego, se nos dice, es
parte de ser un buen padre. Y as es, sin duda, ya que sin
ese espacio ldico, en el que sin ser necesariamente inmaduro el padre puede ser tan infantil como el hijo, no se
puede cimentar la complicidad intergeneracional ni vivir
una plena paternidad.
CONCLUSIONES
El cine de Hollywood tiene la capacidad de generar pelculas que revelan con toda candidez preocupaciones
centrales en la construccin de la masculinidad americana y, seguramente, occidental. Esa candidez, producto de
sus carencias a la hora de profundizar en las reflexiones
que inicia, es no obstante un valor positivo ya que permite hacer un seguimiento constante del modo en que
evoluciona la masculinidad. Al ser relativamente sencillas de decodificar, las pelculas de Hollywood posibilitan
la construccin de un discurso crtico coherente con la
realidad que retratan, aunque sta se represente a travs
de la fantasa, como ocurre en la saga de Lucas.
Participar en la construccin de este modelo crtico es tan
fundamental para los hombres como para las mujeres, cualquiera que sea su orientacin sexual. No se trata de rechazar
de plano todo lo que Hollywood dice sobre la paternidad
como muestra de una industria cinematogrfica patriarcal,
sino de analizar su discurso para crear una nueva pedagoga
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EJERCICIOS
Los siguientes ejercicios son invitaciones a redactar ensayos crticos segn el modelo propuesto en los casos de
estudio. No hay, por lo tanto, una respuesta correcta, sino que hay que tomarlos como oportunidades para articular un discurso propio basado en la argumentacin slida apoyada en el anlisis textual minucioso.
1. Utiliza el buscador de keywords en la base de datos
en internet The Internet Movie Database (http://www.
imdb.com) e introduce la expresin mother-daughterrelationship. Intenta encontrar 10 pelculas que reconozcas y comenta qu tipo de relacin retratan en contraste con las paterno-filiales descritas aqu.
2. La obra de William Shakespeare Hamlet ha sido llevada al cine por directores tan dispares como Franco Zefirelli (1990, con Mel Gibson en el papel principal), Kenneth Branagh (1996, tambin protagonista como
Hamlet) y Michael Almereyda (2000, con Ethan Hawke).
Como es bien sabido la trama narra el proceso por el
cual el joven prncipe Hamlet, acuciado por el fantasma
de su padre, asume la necesidad de vengar su asesinato a
manos del nuevo rey, su to Claudio, quien adems se ha
casado con la reina viuda Gertrudis. Escoge una de estas
versiones y analiza de qu modo la historia de Hamlet
refleja tensiones en torno a la relacin padre-hijo en la
actualidad: qu hace en estas nuevas versiones que
Hamlet retrase su venganza?, qu relacin establece con
su to Claudio en su papel de padrastro?
3. La pelcula estadounidense En busca de la felicidad
(The Pursuit of Happyness, 2006), dirigida por el italiano
Gabriele Muccino, narra la historia real de un padre
afroamericano soltero y sin techo, Chris Gardner, que
supo salir de la miseria en los aos 80 hasta convertirse
en un reputado hombre de negocios sin dejar de ser, sobre todo, un buen padre. Su excelente interpretacin del
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5. El director americano Tim Burton narra, en su atmosfrica pelcula Big Fish (2003), basada en la novela de
Daniel Wallace (1998), la agona de Edward Bloom y su
reconciliacin con su hijo William, distanciado del padre
al no saber a qu atenerse respecto a la fantstica versin
que ste da de su vida (y que vemos en pantalla). En la
siguiente escena William manifiesta explcitamente su
desazn frente a este iceberg, segn sus palabras, del
que dice conocer una pequea porcin:
W: Pap, no tengo ni idea de quin eres porque jams me has narrado un solo hecho.
E: Te he contado mil hechos, Will. Eso es todo lo que hago: cuento historias!
W: T cuentas mentiras, Pap. Cuentas mentiras divertidas. Los
cuentos que le cuentas a un cro de 5 aos a la hora de acostarlo
no son elaboradas mitologas que mantienes cuando tu hijo tiene
10, 15, 20 o 30 aos. Yo te crea. Cre en tus historias mucho ms
170
SARA MARTN
DE
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BIBLIOGRAFA
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FILMOGRAFA RECOMENDADA
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SARA MARTN
IV. Televisin
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175
GNERO Y ESTUDIOS
TELEVISIVOS
IV
Televisin
Resumen
La representacin de la mujer en la televisin ha sufrido una notable evolucin en las ltimas dcadas, pero an se encuentra caracterizada en muchas ocasiones por la discriminacin y la exclusin. Tras una introduccin de corte terico, se analizar la
cuestin en los marcos de los programas informativos, la publicidad y las series de ficcin.
Introduccin:
Gnero y televisin,
el nacimiento de
una teora
177
Hombre sujeto,
mujer objeto?
186
Mujeres reales,
mujeres catdicas
199
Ejercicios
216
Bibliografa
223
A lo largo de las ltimas dcadas del siglo XX, el movimiento de liberacin de las mujeres, articulado en la
que se denomina en Europa su tercera ola, comenz a
dar frutos ms all de la militancia, el asociacionismo y
el debate interno de los colectivos implicados en la lucha. A partir de los aos 80 se asientan con fuerza en el
mundo acadmico los Estudios de la(s) Mujer(es). Colocando la experiencia femenina en el centro de la discusin y de las investigaciones con nimo no slo de
analizar la sociedad y el conocimiento, sino de transformarlos, esta nueva rea se va ampliando hasta convertirse en transversal: al da de hoy existen estudios de
este tipo en prcticamente todas las disciplinas. En el
Primer Mundo, conseguida la igualdad legal y abierta la
puerta al conocimiento situado2 y al gnero como variable de anlisis en la mayor parte de los pases, los Estudios de las Mujeres han logrado colocar la experiencia femenina al mismo nivel que la de los varones,
C a s c a j o s a , C o n c e p c i n y M a r t a Fe r n n d e z , G n e r o y
e s t u d i o s t e l e v i s i v o s . E n I s a b e l C l a (e d . ) , G n e r o y
cultura popular. Barcelona: Edicions UAB, 2008.
177
2 Trmino tomado de la
terica feminista Donna Haraway, que en la lnea de
cuestionamiento de los universales del discurso dominante habla del conocimiento situado y la perspectiva
parcial, donde la situacin
Los centros pioneros en Mens y Queer Studies han sido, sin duda,
los estadounidenses. Se puede repasar su actividad, oferta formativa y contribuciones hasta la fecha en: <http://www.mensstudies.org/>; <http://www.lgbtcampus.org/resources/lgbt_studies.
html>; <http://people.ku.edu/~jyou-nger/lgbtqprogs.html>.
178
CONCEPCIN CASCAJOSA
M A R TA F E R N N D E Z
Mujer(es) y del Gnero como derivacin terica del movimiento feminista de base es, por lo tanto, la elaboracin de lo que se ha dado en llamar perspectiva de gnero: un marco interpretativo que, partiendo de la
conceptualizacin del gnero como una estructura de
poder, logra hacer visibles fenmenos de desigualdad
que desde otras perspectivas eran considerados naturales o no eran tenidos en cuenta en absoluto. Como explica Rosa Cobo, la teora feminista pone al descubierto
todas aquellas estructuras sociales y mecanismos ideolgicos que reproducen la discriminacin o exclusin de
las mujeres de los diferentes mbitos de la sociedad
(Cobo, 2004: 14). Hacindolo, este tipo de estudios no
slo pretende completar un proceso de visibilizacin y
de denuncia, sino tambin poner en marcha uno de
cambio en el que el gnero deje de implicar jerarquizacin y desigualdad o incluso llegue a desaparecer por
completo como principio organizador a nivel social, cultural y simblico.
GNERO Y TELEVISIN: UN NUEVO PARADIGMA DE
ANLISIS PARA UNA NUEVA REALIDAD
GNERO
Y ESTUDIOS TELEVISIVOS
179
180
CONCEPCIN CASCAJOSA
M A R TA F E R N N D E Z
GNERO
Y ESTUDIOS TELEVISIVOS
181
2 En la misma direccin,
Mary Ellen Brown propone
una lectura positiva de las
telenovelas, producto muy
criticado en general desde
los estudios de gnero por
las imgenes retrgradas de
mujeres y hombres que suelen mostrar. Estudiando la
recepcin de los culebrones,
Brown rastrea la posible
funcin de estos productos
televisivos como nexo de
unin entre mujeres, por el
inters comn que crean y la
interaccin entre iguales que
llegan a generar. Esta terica
defiende el valor de la experiencia femenina y de la
conversacin informal entre
mujeres, as como el carcter
positivo de la intimidad entre unas espectadoras que
habitualmente reciben mensajes de competicin y hostilidad entre individuas
(Brown, 1997: 225). Reforzando estas ideas, Cristina
Pea-Marn recordaba en
una ponencia reciente cmo
al reunirse para ver y hablar
de los culebrones las mujeres se expresan libremente,
expanden sus conocimientos estratgicos y desarrollan
su capacidad para la irona y
la crtica (Pea-Marn, 2006:
7).
182
CONCEPCIN CASCAJOSA
M A R TA F E R N N D E Z
les (Snchez Bello, 2004: 24), y recuerda que las conferencias internacionales de Bangkok (1994) y Toronto
(1995) sobre mujeres y medios de comunicacin elevaron en su momento peticiones de un tratamiento ms
justo de las ciudadanas en la prensa, radio y televisin
que las (re)presentan (Snchez Bello, 2004: 27). Aadiendo un factor ms al anlisis, Gallego denuncia la
enorme desigualdad en los cargos principales de las empresas mediticas, que se agudiza ms a medida que se
sube en la pirmide jerrquica.2 Snchez y Caffarel suman una pieza ms al rompecabezas de la igualdad en
los medios al afirmar que stos nos suministran conocimiento sobre el mundo y que son el principal vehculo de transmisin en conocimientos y generacin de
identidades (Snchez y Caffarel, 2004: 209), lo que hace recaer una enorme responsabilidad en todas las personas que producen los mensajes que la televisin y
otros mass media ofrecen a la poblacin en general, y
muy particularmente a los grupos sociales ms vulnerables o vulnerados, como las mujeres.
La reflexin sobre la representacin del gnero en la televisin no puede entenderse tampoco completamente
desligada de la cuestin de quines han sido los que, ya
sea desde posiciones ejecutivas o creativas, se han encargado de llevar los productos audiovisuales a la pequea
pantalla. La industria televisiva ha seguido, como el resto
de las industrias culturales, un ritmo demorado respecto
a la incorporacin de la mujer. Histricamente, los principales puestos ejecutivos y creativos eran exclusivamente
ocupados por hombres, una realidad que slo se ha visto
modificada en parte. Por su importancia cualitativa dentro de la industria televisiva, estudios realizados en el mbito norteamericano son un claro indicativo de ello. Uno
reciente realizado por la profesora Martha Lauzen de la
Universidad de San Diego indicaba que, en la temporada
televisiva 2003-2004, slo un 25% de las principales posiciones creativas fueron ocupadas por mujeres. La diversificacin y fragmentacin del mercado televisivo con el
desarrollo de los canales de cable y cadenas de pequeo
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2 Segn Gallego, en el ao
2002 un 77,3% de los cargos estaban ocupados por
varones, siendo aparentemente la prensa escrita inmediatamente por detrs de
la televisin el sector ms
reacio a la incorporacin
femenina (Gallego, 2004:
57).
Gendercasting. Supone
orientar la programacin a
un determinado gnero en
lugar de a la poblacin en
su conjunto, como ha realizado tradicionalmente el
broadcasting. Lifetime utiliz el slogan Televisin para mujeres entre 1995 y
2005, y su senda fue seguida
por los canales de cable
Oxygen Network (desde
1988) y WE: Womens Entertainment (desde 2001).
2 En el periodo fundacional, los nombres ms destacados fueron los de las populares actrices Loretta
Young, presentadora y productora de The Loretta
Young Show (NBC: 19531961), e Ida Lupino, directora de ms de cincuenta
episodios de series de gnero como The Rifleman
(ABC: 1958-1963). Joan
Harrison, productora de
Alfred Hitchcock Presents
(CBS: 1955-1960), y D.C.
Fontana, guionista de Star
Trek (Star Trek, la conquista
del espacio, NBC: 19631969), ocuparon posiciones
creativas centrales pero su
trabajo original como secretarias de Hitchcock y
Roddenberry respectivamente les priv de lograr el
reconocimiento pblico. En
las dcadas siguientes comenzaron a producirse hitos que ejemplificaron un
cambio de tendencia: Joan
Ganz Cooney cre en 1968
la productora sin nimo de
lucro Childrens Television
Workshop, responsable del
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co: 1999); la tambin dramaturga Yolanda Garca Serrano, directora y guionista de Abuela de verano (TVE1:
2005)o Diana Laffond, creadora de Motivos personales
(Antena 3: 2005).
La paulatina importancia de las mujeres en el mundo audiovisual ha sido paralela a la creacin de asociaciones profesionales especficas. Una de las pioneras fue la AWRT (American Women in Radio and Television), fundada en 1951. En Gran Bretaa
la WFTV (Women in Film and Television) no naci sino hasta
1990. Espaa tambin cuenta con una asociacin profesional
similar, CIMA (Asociacin de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), creada en 2006 con Josefina Molina como Presidenta de Honor.
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En los anlisis que las/os profesionales de los estudios televisivos y del gnero han venido elaborando a lo largo de las
ltimas dcadas hay algunos conceptos clave que es necesario manejar y que son aplicables tanto a la teorizacin sobre
informativos como sobre publicidad, las dos reas que se
abordarn en esta seccin. Aqu se comentarn estos conceptos, proporcionando referencias bibliogrficas para profundizar en su estudio y dejando claro cul es su utilidad
para la aplicacin de la perspectiva de gnero como marco
epistemolgico sobre los dos productos televisivos elegidos.
En primer lugar, y como idea bsica que subyace a todo
el resto de conceptualizaciones, es necesario recordar el
concepto de discurso dominante, que en este marco terico se refiere al pensamiento patriarcal y sus realizaciones a
travs del lenguaje, los smbolos culturales, las prcticas
cotidianas, las leyes, la educacin y todas las dems formas
de organizacin y comunicacin social de los seres humanos, incluidos los mass media y, dentro de ellos, la televisin. En los estudios de gnero se parte de la idea de que la
sociedad occidental est construida sobre una serie de valores patriarcales aquellos que presuponen y sostienen la
supremaca de los varones como grupo que se consolidan gracias a una forma de construir el conocimiento puramente androcntrica (como se apunt ms arriba, el saber que toma al hombre como medida de lo universal).
En el marco de este tipo de discurso, lo relativo a las
mujeres se concibe como desviado y en trminos negativos: la mujer es todo aquello que el hombre no es. La terica francesa Hlne Cixous incide en esta cuestin al
denunciar que el pensamiento patriarcal es estrictamente binario y se perpeta sobre una serie de dicotomas
que no slo contienen opuestos, sino que ocultan jerar-
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Teorizado por Alicia Puleo desde el feminismo y extrapolable a otros discursos dominadores el colonial, por
ejemplo, este concepto es clave para comprender determinados comportamientos de las mujeres como grupo.
El patriarcado de consentimiento se opone al de coercin, que es el sistema y/o discurso sexista que se impone
a travs de la violencia. Cuando un grupo dominado
consiente en el sentido que le da Puleo, significa que el
dominador ha vencido. En el caso del gnero, esto implica que las mujeres como colectivo interiorizan los valores imperantes en su sociedad hasta el punto de adoptarlos como propios; es decir en palabras de Victoria
Sendn la dominada asimila las categoras de pensamiento del dominador.2
La televisin, especialmente a travs de la publicidad,
es el mximo exponente de la consolidacin del patriarcado de consentimiento: si las estrategias de venta funcionan, las consumidoras terminan realmente por creer
que son libres y eligen determinados cosmticos, productos adelgazantes o electrodomsticos porque les da
la gana, cuando lo cierto es que bajo el discurso publicitario (y otros activados en la televisin a travs de
programas de tipo rosa, etc.) subyace toda una capa
de sexismo y manipulacin materialista que se aleja
mucho del ideal de libertad, igualdad y democracia que
todo ciudadano y ciudadana debera perseguir.
Otra herramienta de ese discurso dominante que se
ha integrado a la perfeccin durante siglos en la mente
de hombres y mujeres por igual es el lenguaje sexista. La
forma de hablar y escribir tradicional, como puntal del
patriarcado, tiende a invisibilizar, cuando no a menospreciar e infravalorar, a las mujeres. Al da de hoy el debate est abierto, y existen posturas muy enconadas al
respecto, aunque comienzan a apuntarse algunos elementos de encuentro. Como han defendido varias autoras con un mayor o menor grado de radicalidad en sus
propuestas, el lenguaje ha de ser una de las reas clave
de lucha para el movimiento feminista, porque configura nuestra visin de la realidad.2 Dice una frase ya t-
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primario en el arte u otra cosa; adems de como una representacin que se considera modelo de cualquier manifestacin de la realidad. Es decir, un arquetipo es una
imagen idealizada, no situada histricamente y, por ello,
tambin inmutable.2 Una caracterstica fundamental de
este tipo de imgenes irreales, como productos que son
del pensamiento binario patriarcal, es que siempre incorporan un segundo elemento marcado en negativo: si hay
un bueno debe haber un malo, como nos deja claro el cine
comercial de Hollywood; a la virgen se le contrapone la
puta; a la madre ideal, la mala madre al estilo de Medea.
Estas imgenes se adaptan a la cultura imperante y se
moldean a gusto de cada sociedad, poniendo en juego, como comenta tambin Alts, rasgos, atributos y tipos de
conducta que se originan y refuerzan mediante la interaccin social, y cuyo objetivo es reflejar los roles que los grupos deben desempear en la sociedad (2004: 41).
El estereotipo, como consecuencia cultural de los arquetipos originales, se constituye tambin sobre una
imagen que no se ajusta a la realidad. Se trata de un clich simplificado que trata de explicar fenmenos y comportamientos. La estereotipia se acerca peligrosamente al
prejuicio, porque asigna etiquetas a colectivos, concibindolos como un todo sin divisiones internas, y condiciona las creencias que una sociedad acaba teniendo sobre un determinado grupo.22
Ni qu decir tiene en este punto que tanto los arquetipos
como los estereotipos acarrean en nuestra cultura una fuerte carga de gnero.222 Los informativos, los programas
de entretenimiento y, muy especialmente la publicidad y las
series de ficcin en televisin, son pozos inagotables de arquetipos y sus estereotipos derivados: el macho-macho; el
homosexual con pluma; la mujer de bandera; el patito
feo que termina convertido en bello cisne; la suegra insoportable; el padre dominador; la otra. Es ste un campo
de trabajo en el que todava queda mucho por hacer, como
se pondr de manifiesto en las prximas secciones y en las
actividades propuestas para este captulo.
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Deca un presentador de la televisin hace unos aos al final de cada informativo: as son las cosas y as se las hemos
contado. Esta frase contiene en s misma el debate apuntado anteriormente sobre la realidad y la televisin como reflejo o como elemento constitutivo de esa realidad. Porque
como afirman algunos de los autores y autoras que se han
venido citando aqu, la realidad no es como es, sino como la
vemos; y la visin que de ella tenemos depende de cmo
nos la presenten, entre otros, los medios de comunicacin.
En esto la televisin tiene un papel clave, porque se ha convertido en la fuente fundamental de informacin para miles de millones de personas en el mundo. Giovanni Sartori
habla en Homo Videns de la evolucin negativa, en su opinin que ha tenido la calidad de las noticias desde el nacimiento de la prensa escrita hasta el momento actual, con la
enorme oferta de canales de televisin existente. El peridico, explica este autor, excluye al pblico analfabeto, que se
acerca a la radio cuando sta nace como medio de comunicacin de mayor alcance. Como siguiente eslabn en esta
cadena de democratizacin de la informacin, dice Sartori,
la televisin informa todava ms que la radio, en el sentido de que llega a una audiencia an ms amplia. Pero
la progresin se detiene en ese punto. Porque la televisin da menos informaciones que cualquier otro instrumento de informacin. Adems, con la televisin cambia
radicalmente el criterio de seleccin de las informaciones o entre las informaciones. La informacin que cuenta es la que se puede filmar mejor; y si no hay filmacin
no hay ni siquiera noticia, y, as pues, la noticia no se
ofrece, pues no es vdeo-digna (Sartori, 1998: 81).
En la actualidad, cuando algo no es noticia para la pequea pantalla, no existe sino para quien lo ha sufrido; por
el contrario, desde el momento en que un evento se convierte en noticiable televisivamente hablando, toma
cuerpo en la conciencia colectiva como realidad
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palpable.2 Desde un punto de vista de gnero, la literatura especializada ha venido dejando claro en los ltimos
aos que los temas relacionados con las mujeres y la esfera
privada a la que stas estn tradicionalmente asociadas no
tienen presencia ni peso en los programas informativos de
televisin. Excepto en contadas ocasiones y con algo ms
de frecuencia desde que en Espaa y otros pases se ha ido
instalando la democracia paritaria, las ciudadanas se convierten en objetos informativos de segunda clase, en fuentes no autorizadas y/o en un grupo homogneo, a menudo
victimizado (mujeres violadas, asesinadas por sus parejas,
etc.).22 Como concluye M Rosa Berganza, desde el
punto de vista del gnero existe la tendencia de los medios a encasillar a las mujeres en determinados temas
(2004: 175); son los guetos informativos donde los roles estn repartidos de la forma ms tradicional, lo que contribuye a reforzar los prejuicios que sostienen la desigualdad
entre los sexos .
La presencia y representacin de mujeres y hombres
en los informativos es, pues, uno de los temas fundamentales que deben estudiarse desde una perspectiva de
gnero, y est relacionado con asuntos como la capacidad de decisin en las empresas mediticas y su divisin
por sexos (quin manda en las cadenas de televisin;
quin dirige los informativos); la diferenciacin (de nuevo en una estructura binaria jerarquizada) entre reas
informativas duras (Economa, Internacional, etc.) y
blandas (Sociedad, Espectculo) que tienden a asignarse a hombres y mujeres periodistas, respectivamente;
y sobre todo, los procesos de definicin de criterios para
decidir qu es noticia y qu no lo es en un determinado
momento. Sobre esto ltimo, ya en el ao 1989 conclua
Gurutz Juregui que entre los seis puntos fundamentales
de desviacin entre el mundo que muestran los informativos y el mundo en el que stos se basan se inclua una
menor presencia de las mujeres como noticia, junto con
su posicin siempre en papeles o funciones mucho ms
limitados que los de los varones (en Fernndez Garca,
2005: 29). Los criterios habitualmente aducidos por
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PUBLICIDAD TELEVISIVA
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lidad, tradicin, seguridad, originalidad, progreso, integracin en un grupo o salud, entre otras. De esta forma,
como explica Alfonso Mndiz en su artculo Publicidad
y valores (Agejas y Serrano, 2002: 217-242), el fenmeno
publicitario en general y el televisivo en particular van
mucho ms all de lo econmico o lo tecnolgico para situarse en la esfera de lo social, vendiendo valores y estilos
de vida tanto como bienes y servicios.
Desgraciadamente, a lo largo de los ltimos aos, los
estudios realizados con sensibilidad de gnero han revelado que los mecanismos activados por la publicidad
tienden a reafirmar el discurso dominante patriarcal,
consolidando sus valores ms tradicionales y justificando sus desigualdades estructurales mediante el uso de arquetipos, estereotipos y un lenguaje poco igualitario. De
esta manera, las imgenes de hombres y mujeres han
evolucionado menos en los anuncios que en la realidad,
y los roles que stos reflejan no siempre se corresponden
con la vida cotidiana.2 As, en la pequea pantalla del
siglo XXI podemos encontrarnos tipos de varones y de
mujeres que ya no tienen un trasunto directo en la realidad, pero que se erigen en modelos a imitar por parte
del pblico objetivo de cada anuncio. Entre las imgenes
femeninas estereotipadas ms a menudo reproducidas se
encuentran la de la Lolita (nia o joven que juega a ser
mujer y se hipersexualiza), la madre abnegada, la madre
superada, la seductora, la fatal, la buena esposa, la profesional, etc. Y fusionando caractersticas de todas ellas
aparece un estereotipo que se activ por primera vez en
los aos 90 y que an persigue a toda una generacin de
ciudadanas del Primer Mundo: la superwoman, 2 2
aquella que puede con todo vida profesional, domstica, sexual, social y todo lo hace bien.
Tampoco los hombres se libran de la hipersimplificacin de su imagen en la publicidad, aunque ellos tienden
a salir mejor parados en general, especialmente los que
pertenecen al grupo dominante (blancos, heterosexuales,
de clase media-alta y profesionales). 222 Hay una
tendencia mayoritaria a presentar a los hombres como
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campaa que fue denunciada por el Defensor del Menor por incitar al turismo
sexual. En ella se presentaban planos medios de nias
de rasgos exticos y maquilladas, una de ellas con un
top de biquini y unos pantalones cortos. En mayo de
2007, Iberia se vio obligada
a eliminar de internet un
anuncio en dibujos animados que fue identificado como sexista y racista por la
Federacin de Consumidores en Accin. El cyber-spot
mostraba a mujeres cubanas adultas (dibujadas como mulatas de sinuosas
curvas, sonrisa perenne y
gran sensualidad) desplegando sus encantos por
medio de bailes, masajes y
servicios varios a un beb. La empresa pareca pretender demostrar que ganar
un viaje en uno de sus sorteos online era extraordinariamente fcil, puesto que hasta un nio de paal poda
lograrlo, pero eligi una frmula de lo ms desafortunada. Igualmente, el esfuerzo
de la Diputacin de Lrida
por llamar la atencin sobre
los encantos de su tierra por
medio de imgenes de una
mujer sonriente y con los
ojos cerrados acompaada
del eslogan destpala, es toda tuya levant airadas crticas de algunos partidos
polticos de la regin.
estructura narrativa se orienta a la consecucin de objetivos y, en los dos primeros casos, contaban con un evidente
grado de violencia. Mientras que en la programacin
diurna se planteaban con ms o menos libertad las problemticas femeninas, en la nocturna stas estaban completamente vedadas y los principales roles asumidos por
mujeres eran los de esposas de los protagonistas o vctimas de las intenciones criminales de los villanos.2
La ampliacin de los roles femeninos en la ficcin de mxima audiencia (puesto que en la ficcin diurna no se han
apreciado cambios significativos) lleg a travs de un doble
proceso. Por una parte, aunque los programas de gnero siguen dominando la ficcin en el prime-time, han sufrido
una evolucin en algunas de sus frmulas que ha permitido
que personajes femeninos asuman roles no tradicionales. La
mujeres siguen siendo las vctimas predilectas incluso en los
policiacos ms recientes como CSI: Crime Scene Investigation y Criminal Minds (Mentes criminales, CBS: 2005-), pero la labor pionera de Police Woman (La mujer polica, NBC:
1974-1978) y Cagney y Lacey (Cagney & Lacey, CBS: 19821988) ayud a que fuera habitual la presencia femenina en
los equipos de investigacin policial, tal y como ocurre en
los dos primeros programas citados. El otro proceso destacable ha sido la incorporacin a la mxima audiencia de gneros caractersticos de los horarios diurnos, particularmente del melodrama, y de rasgos genricos asociados a
ellos, como la estructura serial (que ofrece continuidad de
tramas a lo largo de los diferentes episodios). Thirtysomething (Treinta y tantos, ABC: 1987-1991), que segua las vidas de un grupo de matrimonios acomodados, abri las
puertas a una representacin ms realista de la domesticidad
y maternidad, una cuestin en la que han ahondado seriales
ms recientes como Desperate Housewives (Mujeres desesperadas, ABC: 2004-). La bsqueda de la continuidad narrativa
ha permitido un retrato ms elaborado de relaciones personales, lo que ha supuesto caracterizaciones ms complejas
de los personajes femeninos y, tambin, masculinos.
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EL MODELO ESTADOUNIDENSE
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la primera, Elisabeth Montgomery interpretaba a Samantha, una bruja recin casada con el publicista Darrin
Stephens (Dick York). En el primer captulo de la serie su
marido descubra su secreto y aceptaba seguir con la relacin si ella prometa no utilizar sus habilidades mgicas.
Pero aunque Samantha pareca estar contenta de quedar
confinada en el hogar, una y otra vez utilizaba la brujera
para realizar las tareas domsticas y, lo que es ms significativo, ayudar a su marido en su carrera. Colocada en un
segundo plano por la imposicin de su marido y su propio conformismo, Samantha podra haber realizado con
xito una actividad profesional si se lo hubiera propuesto.
Utilizar la magia como metfora de una capacidad profesional negada por los patrones sociales dominantes era
tambin el tema central de I Dream of Jeannie, en la que
Jeannie (Barbara Eden) pasaba de la sumisin al hombre
que la haba liberado de su lmpara maravillosa, el astronauta Tony Nelson (Larry Hagman), a una relacin amorosa ms igualitaria (l se pasaba la serie intentando ocultar su existencia) que culminaba en matrimonio.
A pesar de esta caracterizacin fuertemente estereotipada, la visibilidad de personajes femeninos en la comedia fue muy superior que en el drama durante la dcada
de los 50 y los 60. Los casos como los de Kitty Russell
(Amanda Blake), duea de la taberna de Gunsmoke (La
ley del revlver, CBS: 1955-1975), un personaje femenino
regular en un drama con una esfera de independencia,
fueron muy espordicos. Mucho ms comunes fueron las
series en las que no exista ningn personaje femenino
regular, configurando un universo completamente masculinizado en el que las mujeres, cuando aparecan, era
para amenazar la armona, como ocurra en Bonanza
(NBC: 1959-1973) cada vez que uno de los hermanos
Cartwright iniciaba una relacin sentimental.
Saliendo del hogar, al mundo profesional
Los primeros personajes protagonistas femeninos en la
ficcin televisiva norteamericana con una actividad pro-
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2 En el verano de 1992, el
entonces vicepresidente de
los Estados Unidos Dan
Quayle critic a las madres
solteras por violar los valores familiares y puso como
ejemplo concreto Murphy
Brown, lo que dio lugar a
una notable polmica en los
medios de comunicacin
que acab con su carrera
poltica. Desde entonces, la
presencia de madres solteras
ha sido habitual en televisin a travs de series como
Friends (NBC: 1994-2004),
The Practice (El abogado,
ABC: 1997-2004), ER (Urgencias, NBC: 1994-), Frasier
(NBC: 1993-2004) y Sex and
the City (Sexo en Nueva
York, HBO: 1998-2004).
cuarenta recin cumplidos. Al inters por la representacin de las peripecias de una mujer madura en un entorno laboral altamente competitivo, la serie sum a partir
de su quinta temporada la maternidad fuera del matrimonio cuando Murphy Brown se qued embarazada y dio a
luz a un nio. Ya en su temporada final, Murphy Brown
trat otro problema especficamente femenino a travs del
cncer de mama que sufra su protagonista.2
Charlies Angels fue la primera serie de televisin dramtica que represent la problemtica de la mujer en el
mundo profesional desde una perspectiva reivindicativa.
Al comienzo de cada captulo se introduca a sus protagonistas como tres talentosas y jvenes policas que haban
sido minusvaloradas por el sistema y que ahora trabajaban para un misterioso millonario llamado Charlie. Aunque es posible una interpretacin de la serie que considera
que las protagonistas slo han cambiado un patriarcado
por otro y su fsico es explotado pensando en una audiencia masculina, lo cierto es que Charlies Angels rompi el
estereotipo de la mujer vctima. En su lugar, las protagonistas de la serie eran heronas de accin altamente profesionales en la realizacin de su trabajo, utilizando su fsico
para lograr su objetivo cuando era necesario en lugar de
ser meros objetos sexuales. Ya en la dcada de los 80 se
produjo la irrupcin generalizada de personajes femeninos en ambientes profesionales vedados un par de dcadas atrs. En el gnero policiaco, las ya citadas Police Woman y Cagney & Lacey rompieron los convencionalismos
de un gnero fuertemente masculinizado, permitiendo
que fuera habitual la presencia de oficiales femeninos en
otras series como Hill Street Blues (Cancin triste de Hill
Street, NBC: 1987-1991) y NYPD Blue (Policas de Nueva
York, ABC: 1993-2005). Y en el caso del gnero judicial
L.A. Law (La ley de Los ngeles, NBC: 1986-1994) cont
en su reparto original con tres abogadas, profesionales sofisticadas que no negaban la oportunidad de vivir romances dentro del trabajo y de discutir en algn caso el hecho
de cobrar menos que sus compaeros masculinos.
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exhibicin de su atractivo
fsico. De hecho, buena parte de los casos defendidos
por Fish & Cage estaban relacionados con el acoso sexual y las relaciones de pareja.
2 En la secuencia inicial
que inauguraba Buffy, cazavampiros, una joven entraba
a escondidas en el instituto
junto con una animadora y
lo amenazante de la situacin haca creer al espectador que estaba ante el prlogo de una agresin sexual.
Sin embargo, ella se revelaba sorprendentemente como una vampiresa que acababa sin compasin con la
vida de l.
mo Xena, The Warrior Princess (Xena, la princesa guerrera, Sindicacin: 1995-2001), Nikita (La Femme Nikita,
USA Network: 1997-2001), Dark Angel (Fox: 2000-2002)
y Alias (ABC: 2001-2006). Sin embargo, si ha habido una
serie con herona protagonista que ha alcanzado el estatus de icono en la cultura popular, sa ha sido Buffy, the
Vampire Slayer (Buffy, cazavampiros, WB: 1997-2001,
UPN: 2001-2003). El tema central de la serie eran las peripecias de Buffy Summers (Sarah Michelle Gellar), una
adolescente que, en virtud de una profeca, haba sido
dotada de una inusitada fortaleza fsica y capacidad de
curacin para enfrentarse a todo tipo de fenmenos paranormales que azotaban la ciudad californiana de
Sunnydale. La manera en la que la serie iba a cuestionar
el carcter convencional de la nocin de gnero (especialmente del arquetipo de la damisela en apuros) quedaba explicitada ya en la secuencia inicial del primer captulo.2 Se pueden interpretar las aventuras de Buffy
como metfora de las responsabilidades y obligaciones a
las que se encuentra sometida la mujer en la sociedad industrializada y la manera en la que debe desafiar los condicionantes de estructuras patriarcales. Aunque la relacin de Buffy con su mentor Giles (Anthony Head) tena
un tinte paterno-filial, Buffy se rebelaba en la quinta y
sptima temporadas tanto contra sus superiores, el consejo de Vigilantes, como contra los originarios de la profeca que le otorgaba poderes, un grupo de ancianos de
una aldea que tomaron a una joven adolescente y le insertaron por fuerza poder demonaco para utilizarla como proteccin. A lo largo de la serie, Buffy mantena tres
sucesivas relaciones amorosas frustradas que eran fundamentales para configurar su identidad. La primera, con
el vampiro con alma ngel (David Boreanaz), se relacionaba con el fin de la inocencia y la entrada en la vida
adulta. La llegada a la universidad de Buffy en la cuarta
temporada coincide con su relacin con Riley (Marc
Blucas), marcada por la mentira y la satisfaccin: Riley
perteneca a un grupo militar secreto y acababa abandonando a la joven al sentirse ms dbil que ella. Por lti-
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fue la comedia. El ejemplo pionero fue la aparicin recurrente de Nancy Bartlett en la serie Roseanne (ABC: 19881997). Interpretada por Sandra Bernhard, Nancy era bisexual de manera abierta, abriendo el camino para la
declaracin de Beverly (Estelle Parsons), la madre de Roseanne (Roseanne Barr), acerca de su homosexualidad en la
cena de Accin de Gracias de 1996. Pero la representacin
de la homosexualidad femenina en televisin tuvo su hito
ms importante el 30 de abril de 1997, fecha en la que la
protagonista de la telecomedia Ellen (ABC: 1994-1998)
anunci que era lesbiana ante su familia, amigos y Estados
Unidos en su conjunto. La actriz y creadora de la serie,
Ellen DeGeneres, haba revelado pblicamente su homosexualidad en The Oprah Winfrey Show, creando una elevada
anticipacin sobre lo que iba a ocurrir a continuacin en la
serie y, por tanto, una notable controversia.2 Los ecos de
este momento perviven en la actualidad, sobre todo porque, aunque los personajes masculinos homosexuales se
han incorporado con regularidad al gnero de la telecomedia, no ha ocurrido lo mismo con los femeninos, que suelen ser espordicos, como en el caso de la ex mujer de uno
de los protagonistas de Friends.
El drama ha sido el ltimo gnero en incorporar representaciones de la homosexualidad femenina, pero irnicamente es donde se ha caracterizado por su regularidad y
complejidad. La primera vez que un personaje femenino
bisexual logr carcter regular en una serie dramtica fue
en L.A. Law de la mano de la abogada CJ Lamb (Amanda
Donohoe), que comparti un beso con una compaera
abogada en un captulo emitido en 1991. Sin embargo, en
la serie no volvieron a aparecer ms referencias explcitas a
sus relaciones amorosas. Tras algunos casos aislados en series con escasa repercusin, habra que esperar hasta el estreno de ER, que ha contado con cinco personajes femeninos homosexuales regulares o recurrentes en la ltima
dcada.22 Pero la mayor parte de las series que incorporan lesbianas como personajes regulares se encuadran dentro de la televisin por cable, cuya audiencia es ms restringida pero que carecen de cualquier modalidad de
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cial; y 1990-2006 una nueva sociedad de consumo (Palacio, 2006). Respecto a la primera etapa, se puede considerar
que la visibilidad de la mujer en televisin fue superior a la
que gozaba en los mbitos polticos, culturales e intelectuales.
Cuando Televisin Espaola lleg a los hogares de los espaoles y espaolas con el poder adquisitivo suficiente como
para poder costear un aparato de recepcin, lo hizo de la mano de Laura Valenzuela y Blanca lvarez, que realizaban todo
tipo de funciones delante de las cmaras (desde presentar pequeos concursos hasta promocionar productos de consumo) y se convirtieron en los primeros rostros populares del
medio. Julita Martnez interpret en La casa de los Martnez
(TVE: 1967-1971) a una perfecta ama de casa de una familia
de clase media, fiel esposa y atenta madre, y series como Crnicas de un pueblo (TVE1: 1971-1974) evidenciaban la posicin real de la mujer en la sociedad del momento.
Pero visiones ms subversivas comenzaron a colarse por
las rendijas del sistema. Narciso Ibez Serrador y Jaime de
Armin ofrecieron con el dramtico Historia de la frivolidad
(TVE1: 1967) una stira de la moral represiva del momento,
con Irene Gutirrez Caba narrando como lder de la Liga Femenina Contra la Frivolidad un remedo de la historia de la
Humanidad con evidente erotismo. Precisamente Jaime de
Armin fue el autor de una sucesin de series en las que colocaba a personajes femeninos como protagonistas dentro de
una reflexin general sobre la relacin entre los sexos: Galera
de esposas (1960), Cuando ellas veranean (1961), Mujeres solas
(1961), Chicas en la ciudad (1961), Tro de damas (1962) y
Las doce caras de Eva (1971). Su ltimo gran trabajo para Televisin Espaola antes de abandonar el medio debido a las
limitaciones de la censura fue Tres eran tres (TVE1: 19721973), la historia de tres hermanas que por diversas circunstancias deben convivir juntas. La mayor de ellas es Elena
(Amparo Soler Leal), una mujer profesional que dirige una
agencia de publicidad. La mediana, Paloma (Julieta Serrano)
es profesora en un colegio religioso, mientras que la menor,
Julia (Emma Cohen), es una estudiante contestataria que
acaba de regresar de Estados Unidos. Hurfanas y solteras,
parecen vivir liberadas del patriarcado, pero sus relaciones
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2 El Festival de Eurovisin
se utiliz como escaparate
de un lento proceso de modernizacin y de apertura al
exterior. Los hitos de este
proceso tuvieron una apariencia femenina: las cantantes Massiel y Salom ganaron el Festival en 1968 y
1969 respectivamente.
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artfices de estas series profesionales hayan hecho un esfuerzo para que haya una nutrida presencia femenina en
las comisaras de Policas, en el corazn de la calle y El comisario (Telecinco: 1999-) o en los bufetes de Abogados
(Telecinco: 2001) y Al filo de la ley (TVE1: 2004-2005).
En los ltimos aos, la televisin ha seguido reflejando
los cambios socioculturales acaecidos en Espaa, especialmente relacionados con la proteccin frente a la violencia
domstica, la imposicin de cuotas para garantizar la representacin en los rganos polticos y la regulacin del matrimonio homosexual. En apenas un ao y medio, TVE produjo cuatro series de mujeres al estilo norteamericano, con
el punto de vista femenino como eje central de su argumento: Abuela de verano (2005), en donde Rosa Mara Sard interpretaba a una mujer de mediana edad que se hace
cargo de sus doce nietos durante el periodo estival; Fuera de
control (TVE1: 2006), situada en la redaccin de un programa informativo de televisin; Con dos tacones (TVE1:
2006), sobre un grupo de mujeres independientes que acaban compartiendo piso en una suerte de hermandad femenina; y Mujeres (TVE2: 2006), que narra el redescubrimiento vital y sexual de una mujer de mediana edad recin
enviudada con dos hijas y una madre senil a su cargo. En
ese mismo perodo, la serie Hospital Central (Telecinco:
2000-) contribuy a aumentar la visibilidad de la homosexualidad femenina en televisin a travs del romance de la
Dra. Macarena Fernndez (Patricia Vico) y la enfermera
Esther Garca (Ftima Baeza), que debi superar respectivos bagajes socioculturales dispares y un entorno familiar al
principio adverso. En un captulo emitido en diciembre de
2005, la pareja contraa matrimonio, abriendo paso para
enfrentarse a la maternidad en las temporadas siguientes de
la serie. La relacin de Maca y Esther se ha convertido en
un tema de referencia para la comunidad lsbica en Espaa,
especialmente patente en la esfera de Internet. Desde el blog
<http://macaesther.blogspot.com> y el foro <http://macaesther.foro.st>, se hace un seguimiento continuo.
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EJERCICIOS
La perspectiva de gnero y su aplicacin a los estudios
televisivos
1. Busca en un diccionario, en un glosario especializado y/o
en la bibliografa recomendada en este volumen las definiciones de los siguientes trminos. A continuacin, haz una
breve propuesta de aplicacin de cada uno de ellos al estudio de la televisin actual desde la perspectiva de gnero:
Techo de cristal / Roles de gnero / Androcentrismo / Violencia
simblica / Estereotipo
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El objetivo de esta actividad es demostrar la tesis de Jeremy Butler de que, aunque la programacin televisiva no
es un continuum de valores e ideas, sino que puede ofrecer
diferentes versiones de la realidad, es igualmente cierto
que la elaboracin de programas tiende a estar supeditada
al discurso dominante, que crea textos televisivos a su servicio de una forma no siempre explcita, por lo que su
ideologa (y los arquetipos y estereotipos que sta genera)
llega a asumirse como normal y natural. Como materiales de apoyo se recomiendan el Captulo 1 del libro de
Butler y los portales de internet de las cadenas televisivas
seleccionadas (ej.: <http://www.rtve.es>).
Informativos vistos desde un prisma de gnero I.
Presencia de hombres y mujeres en las noticias
Tomando siempre como referencia el mismo programa
informativo y la misma cadena de televisin, realiza el siguiente ejercicio: trata de identificar la presencia de
hombres y de mujeres como sujetos protagonistas de la
informacin, centrndote cada da de la semana laboral
de lunes a viernes en uno de los dos sexos (ej.: lunes,
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Como material de apoyo, recomendamos el documento ARESTE. Arrinconando estereotipos en los medios
de comunicacin y la publicidad (Madrid, 2003).
La publicidad y el gnero II
Tomando como base los ejemplos recogidos para la actividad anterior, haz una serie de propuestas para mejorar
los anuncios vistos desde una perspectiva de gnero, teniendo en cuenta la teora que has estudiado hasta ahora
y las recomendaciones incluidas en trabajos como Mujeres en medio. Repaso crtico a los medios de comunicacin
y su lenguaje (AMECO, 2001); el Manual de publicidad
administrativa no sexista de Mara Viedma (2003); el
Manual de informacin en gnero editado por Pilar Lpez
Dez (2004); o el libro La publicidad y la salud de las mujeres. Anlisis y recomendaciones, coordinado por Begoa
Lpez-Driga (2005).
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2. Elige y visiona un captulo de una serie de ficcin actual. Enumera los personajes femeninos y masculinos
que aparecen y analiza los tres elementos principales del
informe anterior: roles que ejercen, escenarios en los que
aparecen y estatus personal. Se corresponde tu anlisis
con las conclusiones del Instituto de la Mujer?
El arquetipo de la mujer guerrera en la ficcin televisiva
Se propone el visionado de un captulo de una serie que
refleje el arquetipo de la mujer guerrera. Se proponen
como opciones el primer captulo de Alias y el captulo
de Buffy, the Vampire Slayer titulado Helpless (3.12),
en los que sus respectivas protagonistas deben sobreponerse a una situacin de crisis. A continuacin, realiza
las siguientes actividades:
- Explica las caractersticas fsicas y psicolgicas del personaje
protagonista (Buffy Summers / Sydney Bristow).
- El personaje protagonista mantiene una dualidad entre una
actividad que ejerce pblicamente (estudiante) y una actividad
secreta (herona de accin). Analiza la manera en la que esas dos
actividades se articulan en el captulo.
- En el captulo la protagonista se enfrenta a una crisis que debe resolver en solitario (Buffy Summers se queda sin sus poderes /
Sydney descubre que trabaja para una organizacin maligna que
amenaza su vida). Explica los recursos y estrategias que pone en
marcha para superar la crisis y cmo logra de esa manera reafir-
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BIBLIOGRAFA
OBRAS CITADAS
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V. Ciberespacio y nuevas
tecnologas
AmecoPress: <http://www.amecopress.org>.
American Mens Studies Association: <http://www.mens
studies.org>.
AUDEM, Asociacin Espaola de Estudios de las Mujeres: <http://www.audem.com>.
Base de datos de Estudios Queer, Lsbicos y Transgenricos: <http://www.lgbtcampus.org/resources/lgbt_
studies.html>.
FemPress: <http://www.fempress.cl>.
Programas Queer, Lsbicos y Transgenricos en EEUU:
<http://people.ku.edu/~jyounger/lgbtqprogs.html>.
Mujeres en Red-El Peridico Feminista: <http://www.
nodo50.org/mujeresred/>.
Womens E-News: <http://www.womensenews.org>.
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GNERO Y CIBERESPACIO.
CIBERFEMINISMO Y
CIBERCULTURA
V
Ciberespacio y
nuevas
tecnologas
Resumen
En este captulo se llevar a cabo un anlisis panormico del ciberfeminismo como prctica de la cibercultura. Para ello y para
poder reflexionar sobre hasta qu punto el cambio que han experimentado las mujeres y sus cuerpos con el encuentro con la tecnologa es una nueva forma de feminismo, se han esbozado los
conceptos de ciberespacio y cibercultura como ejes de este cambio y escenarios de un mundo post.
B o r r s , L a u ra , G n e r o y c i b e r e s p a c i o . C i b e r f e m i n i s m o y
c i b e r c u l t u ra . E n I s a b e l C l a (e d . ) , G n e r o y c u l t u r a
popular. Barcelona: Edicions UAB, 2008.
229
230
Va de post: el
posfeminismo
231
Ciberfeminismo.
Ciberfeminismos
233
De mujeres, cyborgs
y sujetos inapropiados 238
Corporizacin y
descorporizacin
en el ciberespacio
240
Nuevas
representaciones
simblicas
241
Conclusin
246
Ejercicios
248
Bibliografa
256
Ciberespacio. Siguiendo a
Pierre Lvy, denominamos
ciberespacio al espacio
metafrico, al espacio de
comunicacin, abierto por
la interconexin mundial
de los ordenadores (Lvy,
1999), es decir, internet: un
espacio de comunicacin
que permite que cada cual
emita, reciba y participe en
las transacciones econmicas, culturales, comunicacionales, etc. que tienen lugar en la red. Segn el
propio Lvy, pues, la cibercultura sera el conjunto
de tcnicas, de maneras de
hacer, de maneras de ser, de
valores, de representaciones
que estn relacionadas con
la extensin del ciberespacio... (Lvy, 1999). Resulta
interesante observar que su
hiptesis principal es que,
lejos de ser una subcultura
de fanticos los fanticos
de la red, la cibercultura
expresa una mutacin importante de la esencia misma de la cultura porque
manifiesta la aparicin de
una nueva forma de Universal.
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CIBERFEMINISMO. CIBERFEMINISMOS
Cyberfeminism is post-feminism
Judy Wajcman
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braya respondiendo a la pregunta con otra pregunta, en realidad, usando el mismo trmino objeto de interrogacin:
Ciberfeminismo? Nunca he odo hablar de l. A lo que
aade: Sounds fishy. Analicemos por un instante su respuesta, ya que para decir, suena extrao, sospechoso, o
incluso poco de fiar, utiliza un adjetivo que me parece
significativo: fishy. Se trata de un adjetivo que parte de su
raz, que remite al pescado y, por lo tanto, podra referirse a
que es resbaladizo pero que, en realidad, consciente o inconscientemente parece utilizar para decir que huele (y
cuando decimos de algo que huele, nos referimos a que
huele mal), por lo que podramos traducir, modificando
el verbo que ella utiliza, como que huele a chamusquina.
Es decir, que Greco Doctora en Historia de la Ciencia por
el MIT, editora en Eastgate Systems y autora de un estudio
hipertextual sobre las representaciones de la mujer en la
ciencia ficcin cyberpunk prefiere obviar manifestarse fingiendo que no sabe qu es el ciberfeminismo y diciendo
que, en cualquier caso, le suena sospechoso. Observemos,
pues, la carga ideolgica que se filtra en la eleccin del adjetivo, puesto que si afirma que nunca haba odo hablar de
ciberfeminismo, entonces por qu utiliza un adjetivo
connotado negativamente a priori? Linda Carrolli parece
ser la nica informada del grupo y lleva a cabo un repaso
de las definiciones de Sadie Plant y Cornelia Sollfrank de
(Old Boys Network) para terminar afirmando que se siente
ms cmoda con esta etiqueta que con la de feminista.
Por ltimo, Shelley Jackson, autora de obras como Patchwork Girl, My Body, Stitch Bitch, tambin recoge la pregunta
de Greco como si estuviera reflexionando en voz alta e interrogndose a s misma: ciberfeminista, yo?. Pero retoma
el condicional que tambin est presente en las respuestas
de Hayles y Perloff para decir que no utilizara esta palabra.
Se define como escritora feminista, con nfasis en el escritora y reconoce que las posibilidades narrativas y las caractersticas intrnsecas del hipertexto (lase multilinealidad, lmites borrosos, inclusividad, colaboracin, etc.), que se han
asociado tradicionalmente con la feminidad aunque ella
reivindica que han caracterizado una corriente de escritura
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que arranca en el modernismo y perdura en la posmodernidad, le han permitido acercarse a temas como el cuerpo y
el yo desde un punto de vista feminista, aunque no cree que
haya nada de ciber en su feminismo.
Ciberfeminismo y conectividad
Carolyn Guertin, con Robin Morgan, piensa que la conectividad
estriba en uno de los pilares de lo que puede ser el enlace entre
ciberfeminismo y prctica artstica. En este sentido, el texto electrnico, hiperenlazado, sera tanto una estructura narratolgica
como el mecanismo de navegacin en el espacio y en el tiempo.
Dice Guertin: in the webbed space of hyperlinked fiction, the
pregnant gaps between the nodes are at least as important as
the textual nodes themselves, es decir, que en la medida en que
los nodos existen en conjuncin con el espacio dinmico del trayecto y no pueden ser considerados aisladamente, igualmente
no pueden ser separadas las nuevas formas literarias del universo posfeminista de las comunidades y las prcticas que ambas
propician y alimentan dentro y fuera de la red.
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algn tipo de artefacto artificial (muelas, caderas, hierros), incluso por el hecho de llevar unas simples gafas o
utilizar un buzn de voz, tomar algn tipo de medicamento, sacar dinero del cajero automtico de un banco es un
cyborg, un organismo que contiene componentes orgnicos
y tecnolgicos y que podra llegar a ser incapaz de sobrevivir sin ellos. En definitiva, lo que esta terica se propone de
un modo ciertamente provocativo es cortar de raz muchas
de las grandes dicotomas del pensamiento occidental, especialmente la de naturaleza/cultura. Haraway piensa que
el concepto de naturaleza es a la vez un topos un lugar
comn, un espacio donde reconstruir nuestra memoria,
nuestra cultura y un tropo una figura, una construccin,
un artefacto retrico: un tpico en cualquiera de las dos
acepciones.
De ah que le interese evidenciar la existencia de sujetos
inapropiados, que seran aquellos que no encajan en las taxonomas existentes, que no se hallan fijados por la diferencia (Haraway, 1999: 314-366). Con su Cyborg Manifesto,
Haraway admiti la veneracin de las tecnologas que podan alterar las categoras de cuerpo, sexo, gnero y sexualidad
y, en consecuencia, permitir que las mujeres dejaran de ser
cautivas de la biologa. Si haba nuevos espacios el espacio
ha sido en el imaginario patriarcal donde, como nos recuerda Celia Amors, la masculinidad ocupa la coordenada
tiempo, el paradjico lugar de la mujer (que es espacio en
tanto que receptculo, continente y por ello ya no precisa
disponer de otro su espacio), por qu no se podra
inaugurar un nuevo tiempo para las mujeres? El ciberfeminismo as lo quiso creer, como mnimo en un primer momento. Sin embargo, pronto se percibi que la red, el espacio de confluencia de las tecnologas digitales de la
informacin y la comunicacin, era un nuevo escenario, un
nuevo espacio, un nuevo contexto de actuacin, pero un espacio limtrofe, sin delimitacin concreta y precisa, un espacio sin lugar, si se permite el oxmoron (despus de todo,
estamos en un tema caro a las paradojas, pensemos en la
realidad virtual). Internet apareca como un espacio alternativo, de geometra flexible en la medida que conecta
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Internet y libertad
Resultara realmente tentador pensar que el hecho de poder esconder el sexo de sus usuarios/as, el anonimato fsico que internet
nos ofrece permitiera unas relaciones ms libres e igualitarias, eliminando las desigualdades en virtud del sexo. Incluso se ha llegado a producir una estrecha asociacin de ideas entre los conceptos de internet y libertad. Sin embargo, eso slo es parcialmente
cierto. La historia y la cultura de internet lo constituyeron como
una tecnologa de libertad. Pero la libertad no es una pgina blanca sobre la que se proyectan nuestros sueos, sino ms bien el tejido spero en el que se manifiestan los poderes que estructuran
la sociedad. Internet, como ha argumentado Manuel Castells, es
en tanto que tecnologa una creacin cultural, lo cual implica
que refleja los principios y valores de sus inventores, que tambin
fueron sus primeros usuarios y experimentadores (Castells).
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las fronteras entre la humanidad y la artificialidad son difusas y que la tecnologa juega un papel decisivo en esta
ambigedad, hasta Orlan, sujeto-creador/objeto-artstico
que desde principios de los 70 ya reflexiona con su propio
cuerpo sobre los efectos del imaginario en la esttica del
cuerpo femenino. Orlan, para quien el quirfano se vuelve
taller de artista, lee filosofa o mantiene conversaciones va
satlite mientras se lleva a cabo la produccin in situ de videos, fotos y objetos de atrezzo que con posterioridad son
exhibidos como instalaciones en galeras. A nadie se le escapa que estas problemticas relaciones tienden a oscilar
entre dos polos opuestos: la fascinacin y la repulsa. Desde
la creacin artstica se han venido produciendo esfuerzos
para contribuir a difuminar, empaar, en definitiva, subvertir las barreras y lmites entre lo orgnico y lo inorgnico y las diferencias conceptuales entre lo que consideramos
natural o artificial para atormentar de nuevo y hasta la
agona, las contaminaciones y mutaciones posibles surgidas del contacto inquietante entre la vida y la tecnologa.
Por ello me he referido a Cronenberg, en el mbito del cine, y a Orlan en una dimensin performativa, artstica,
para empezar con una de las formas ms elocuentes y, a la
vez, ms sutiles, de contaminacin: la biotecnologa. En este sentido, sus pelculas y performances, respectivamente,
forman parte del grupo de prcticas intelectuales y artsticas que repiensan el cuerpo humano a medida que ste est siendo reconstruido por los avances en ciruga plstica,
ingeniera gentica y robtica. A estas alturas no queda
ninguna duda posible: ambos encarnan el sex appeal de lo
inorgnico por decirlo con el ttulo del ensayo del terico italiano Mario Perinola, ambos estn fascinados por la
posthumanidad, por el impacto de la mquina y los artefactos mecnicos en el cuerpo humano y son de su inters
las transformaciones que ste puede sufrir en la simbiosis
tenebrosa e inquietante con la alteridad ms absoluta, que
es lo que representa para nosotros la idea de mquina.
Desde un punto de vista creativo, pues, estamos abocados
a revisitar particulares versiones del sndrome de Frankenstein,2 puesto que hoy los avances tecnolgicos obli-
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2 Stelarc es un net-artista
que combina en sus obras
sensores y mecanismos tcnico-biolgicos. Mediante
electrodos distribuidos en
sus brazos, piernas y pecho,
controla la manipulacin de
grandes robots industriales
directamente desde sus propios impulsos nerviosos.
Constituye una de las ms
extremas exploraciones de lo
que se puede nombrar sionismo, es decir, el nuevo
contrato social entre la biologa y la tecnologa. Ms informacin en: <http://www.
artcyclopedia.com/artists/ste
larc.html>,<http://www.stelarc.va.com.au/ > y <http://
www.cyberstage.org/archive/cstage12/stelarc.htm>.
brazos y piernas recogan los impulsos de su sistema nervioso y los transmitan online a fin de que las piernas y brazos de otra persona, conectados por medio de la interfaz
correspondiente, pudieran ejecutar una danza pensada
neuropsicolgicamente hablando en Pars, por ejemplo.
Lo cierto es que las extensiones electrnicas del cuerpo humano permiten una rpida interaccin entre el
hardware y el software, entre el pensamiento, la carne, la
electricidad y el entorno exterior. Con los sistemas interactivos, la pantalla de ordenador se est convirtiendo en
un intermediario necesario no slo para nuestra imaginacin sino tambin para nuestros procesos racionales.
Sirve como pantalla no slo de los propios programas,
sino tambin de los efectos de los programas en nuestra
mente y nuestro cuerpo.
La instalacin Terrain 01 de la alemana Ulrike Gabriel
utiliza el Analizador Visual de Ondas Cerebrales Interactivas (Interactive Brainwave Visual Analyzer, IBVA) para su
instalacin presentada en el Ars Electronica de Linz en
1993; es una de las demostraciones de las interacciones posibles entre la mente y el cuerpo. Sentados delante de la
pantalla de un ordenador y con la cinta en la cabeza se ven
una serie de grficos cambiantes en la pantalla en funcin
del estado de nimo del usuario (agitado, ansioso, relajado...). Como ms relajado se est, ms luz hay en la habitacin, y cuando la luz alcanza un determinado nivel de intensidad, cuando se alcanza la mxima relajacin, empieza
el movimiento de los pequeos robots (de la dimensin de
un puo) que se mueven lentamente, sensibles a la luz de
unas clulas fotoelctricas que llevan en la espalda. Los robots estn programados para moverse lentamente dentro
del rea de actuacin sin chocar los unos con los otros
mientras la relajacin del usuario persista. En el momento
en que se detecta un cierto nivel de estrs, se detienen. Sin
embargo, al moverse, el rumor que producen sus ruedas es
recogido y amplificado para servir de mecanismo de retroalimentacin (retroaccin) adicional para la fuente de toda
esta actividad, es decir, el usuario. Lo que resulta interesante de la instalacin es la reflexin que encierra sobre los
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conceptos de dominacin, control y poder, as como su exploracin de la nocin de cooperacin, que es fundamental para la interactividad. A su vez, Terrain 01 indaga en las
maneras en que la interactividad nos conduce hacia nuevas prcticas culturales a medida que aprendemos a afrontar las relaciones humano/mquina en trminos de contribucin, ms que de dominacin o de control.
El caso de Luciana Haill tambin es significativo. Despus de recuperarse de una meningitis viral cuando era
adolescente, Haill desarroll una especial obsesin con el
cerebro humano. En Future of Sound (2007) materializa cibersueos utilizando tecnologa de bio-feedback. Utiliza el
Bluetooth Interactive Brainwave Visual Analyser, interfaces
para grabar ondas cerebrales y compone con ellas, creando
sonidos generados en vivo y espacializados.
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2 En la divisin tradicional
alma/cuerpo que proviene
de la poca clsica griega, las
mujeres hemos encarnado
lo corporal, lo negativo, lo
privado y en definitiva el
trmino devaluado de las dicotomas imaginables que
determinan el sujeto moderno. El cuerpo de las mujeres desde el Renacimiento
fue un cuerpo por una parte
idealizado, descorporizado, pero a la vez, el depositario de todas las impurezas
y maldades que atenazaban
al espritu. Esta devaluacin
de lo femenino era conjurada a lo largo de la modernidad siempre que la mujer
cumpliera correctamente los
papeles de esposa y madre,
en caso contrario, era drsticamente desterrada al mundo de los desviados por
mantener un comportamiento que Freud llam
histrico.
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EJERCICIOS
1. En la mesa redonda Women and Technology (Women
and Technology. Beyond the Binary, en Riding the Meridian: <http://www.heelstone.com/meridian/rtable3.
html>) la moderadora trata nicamente tres cuestiones
para interrogar a sus ponentes respecto de su condicin
de ciberfeministas. Analiza las respuestas y lo que se desprende de ellas, inclusive desde un punto de vista estrictamente lingstico. Debate, a continuacin, sobre los
motivos, las causas, los prejuicios, las consecuencias y, en
definitiva, sobre la importancia de la reticencia pblica
de mujeres pioneras y reconocidas en este mbito.
Mesa redonda
Se describira como ciberfeminista, o dira que su trabajo (o parte
de su trabajo) utiliza las estrategias del ciberfeminismo? Qu significa este concepto para usted?
N. Katherine Hayles: No estoy segura de qu significa ciberfeminismo para quien se autoidentifica propiamente como tal. Para
m significa el feminismo practicado en entornos electrnicos, especialmente en internet y en la red. Aunque esta descripcin no se
me ocurrira para describir mi propio trabajo, todo lo que hago
se fundamenta en lo que he aprendido a lo largo de aos de teora
y prctica feministas. Especialmente relevantes para m son las discusiones sobre cmo la subjetividad se convierte en algo obviamente construido, cambiante y transformable en entornos electrnicos. Si esto es una estrategia del ciberfeminismo, entonces mi
trabajo, especialmente How We Became Posthuman, definitivamente capta estas cuestiones.
Marjorie Perloff: No, no me describira como ciberfeminista
sino como alguien a quien le interesan las ciberartes. Para m la
revolucin de estos ltimos aos ha sido el movimiento sutil de
las actividades de internet en el reino de la poesa y las artes. Nuevos sitios web por ejemplo, Ubu Web de Kenneith Goldsmith
han cambiado la forma en que miramos y estudiamos movimientos artstico-literarios.
Diane Greco: Ciberfeminismo? Nunca he odo hablar de ello.
Me suena extrao.
Linda Carroli: Tomo su significado en la lnea de lo que Sadie
Plant deca: que hay una correlacin entre el aumento del poder
de las mujeres y el ritmo o la tasa de desarrollo tecnolgico: Se
me ocurra que era evidente una larga y permanente relacin en-
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Uno de los desplazamientos ms productivos surgir precisamente de aquellos mbitos que se haban pensado hasta ahora como bajos fondos de la victimizacin femenina y de los que el feminismo no esperaba o no quera esperar un discurso crtico. Se
trata de las trabajadoras sexuales, las actrices porno y los insumisos sexuales. Buena parte de este movimiento se estructura discursiva y polticamente en torno a los debates del feminismo contra la pornografa que comienza en Estados Unidos en los aos
ochenta y que se conoce con el nombre de guerras feministas del
sexo. Catharine Mackinnon y Andrea Dworkin, portavoces de
un feminismo antisexo, van a utilizar la pornografa como modelo para explicar la opresin poltica y sexual de las mujeres. Bajo
el eslogan de Robin Morgan la pornografa es la teora, la violacin la prctica, condenan la representacin de la sexualidad femenina llevada a cabo por los medios de comunicacin como
una forma de promocin de la violencia de gnero, de la sumisin
sexual y poltica de las mujeres y abogan por la abolicin total de
la pornografa y la prostitucin. En 1981, Ellen Willis, una de las
pioneras de la crtica feminista de rock en Estados Unidos, ser la
primera en intervenir en este debate para criticar la complicidad
de este feminismo abolicionista con las estructuras patriarcales
que reprimen y controlan el cuerpo de las mujeres en la sociedad
heterosexual. Para Willis, las feministas abolicionistas devuelven
al Estado el poder de regular la representacin de la sexualidad,
concediendo doble poder a una institucin ancestral de origen
patriarcal. Los resultados perversos del movimiento antipornografa se pusieron de manifiesto en Canad, donde al aplicarse
medidas de control de la representacin de la sexualidad siguiendo criterios feministas, las primeras pelculas y publicaciones censuradas fueron las procedentes de sexualidades minoritarias, especialmente las representaciones lesbianas (por la presencia de
dildos) y las lesbianas sadomasoquistas (que la comisin estatal
consideraba vejatorias para las mujeres), mientras que las representaciones estereotipadas de la mujer en el porno heterosexual
no resultaron censuradas.
Frente a este feminismo estatal, el movimiento posporno afirma que el Estado no puede protegernos de la pornografa, ante
todo porque la descodificacin de la representacin es siempre un
trabajo semitico abierto del que no hay que prevenirse sino al
que hay que atacarse con reflexin, discurso crtico y accin poltica. Willis ser la primera en denominar feminismo prosexo a
este movimiento sexopoltico que hace del cuerpo y el placer de
las mujeres plataformas polticas de resistencia al control y la normalizacin de la sexualidad. Paralelamente, la prostituta californiana Scarlot Harlot utilizar por primera vez la expresin trabajo sexual para entender la prostitucin, reivindicando la
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Este nuevo feminismo posporno, punk y transcultural nos ensea que la mejor proteccin contra la violencia de gnero no es
la prohibicin de la prostitucin sino la toma del poder econmico y poltico de las mujeres y de las minoras migrantes. Del mismo modo, el mejor antdoto contra la pornografa dominante no
es la censura, sino la produccin de representaciones alternativas
de la sexualidad, hechas desde miradas divergentes de la mirada
normativa. As, el objetivo de estos proyectos feministas no sera
tanto liberar a las mujeres o conseguir su igualdad legal como
desmantelar los dispositivos polticos que producen las diferencias de clase, de raza, de gnero y de sexualidad haciendo as del
feminismo una plataforma artstica y poltica de invencin de un
futuro comn.
los ejes de su lugar subordinado en el orden social. En este contexto, Smart Mom opera como una parodia ciberfeminista, poltica y creativamente efectiva en sus propsitos, sobre la industria de
la reproduccin.
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DIRECTORIOS FEMINISTAS
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VIDEOJUEGOS:
EL ENTRETENIMIENTO DEL
TERCER MILENIO*
Ciberespacio y
nuevas
tecnologas
Resumen
El captulo examina las caractersticas esenciales del medio del videojuego, basndose en la descripcin de su particularidad esttica y sus gneros. Se repasa la evolucin del medio para contextualizar su significacin histrica y se incide en el aspecto narrativo
de diversos videojuegos. La estructura narrativa de los videojuegos se investiga mediante el uso de la teora de la recepcin y de
quests. A continuacin se describen los aspectos culturales ms relevantes de los videojuegos en su dimensin psicolgica y de
identidad de los jugadores, social y meditica, as como los aspectos de gnero. El captulo pretende ser una introduccin para
guiar a los estudiantes en sus investigaciones particulares y a la
vez desmitificar un medio popular a menudo condenado a los estereotipos negativos.
Introduccin: en la
caverna virtual
263
El medio del
videojuego: qu es
y cmo funciona
265
Breve historia de
los videojuegos
268
Videojuegos,
narrativa y
representacin
272
El videojuego
como producto
cultural
277
Eplogo: cmo
estudiar videojuegos 282
263
Ejercicios
284
Bibliografa
286
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VIDEOJUEGOS:
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dores que ganar o perder en un juego ha de tener consecuencias en la vida real, por ejemplo, que el que gane al
pker se llevar los coches de los otros, se trata de un
acuerdo totalmente voluntario y extraordinario. La definicin tambin nos recuerda que los jugadores hacen un esfuerzo, ya que normalmente todo el mundo quiere ganar.
En los videojuegos, las reglas y el estado del juego son
registrados y aplicados por un ordenador. Es decir, en el
ajedrez tenemos un tablero, unas piezas, un reloj para los
movimientos (no siempre) y quiz un juez en las partidas importantes. En Tetris tenemos una pantalla con fichas que caen, y unas posibilidades de accin que aprendemos sobre la marcha (un botn para hacer girar las
fichas y una palanca para moverlas de izquierda a derecha o abajo). No podemos hacer trampa en Tetris porque
la mquina no reconoce ms movimientos que los ya
mencionados. El ordenador hace desaparecer las filas
compactas de fichas y nos hace pasar de nivel o nos comunica que la partida ha terminado.
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Habilidades
Si atendemos a habilidades, podemos distinguir entre juegos:
de accin: requieren habilidad motriz y coordinacin visualmanual, por ejemplo los juegos de plataforma, de conduccin o
de disparar, como Quake;
de aventura: requieren habilidad lgica y deductiva para la
resolucin de enigmas, por ejemplo las aventuras grficas como Myst;
de estrategia: requieren habilidad organizativa, hay que considerar numerosas variables al mismo tiempo y calcular los
efectos de nuestras decisiones a largo plazo, por ejemplo Civilization; y
de proceso: son juegos en los que no hay competicin sino
que estimulan el inters del jugador por explorar un sistema,
como un simulador de vuelo o The Sims.
VIDEOJUEGOS:
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gador no hace nada, no hay juego. Esto hace que los juegos sean muy diferentes de otros medios, como los narrativos tradicionales, en que todo el esfuerzo es interpretativo. Los juegos
de ordenador requieren adems un esfuerzo motor, ya sea fsico o virtual.
Conciencia de su propia naturaleza doble: a pesar de que los
juegos pueden hacer que el jugador no sea consciente del paso
del tiempo, nunca olvidar que est jugando. Al contrario que
las pelculas o las novelas, en que se requiere una inmersin
imaginativa total, los juegos siempre le recuerdan al jugador su
naturaleza activa: en medio de la aventura grfica ms apasionante, el jugador tiene que grabar su progreso, cuidar de que
no se le agoten los cartuchos o manipular su inventario para
resolver puzzles.
Reglas: en cierto sentido, un juego es sus reglas. Esto quiere
decir que los dems componentes de un juego, como la narrativa, aunque pueden ser muy importantes, no son lo ms esencial. Por ejemplo, el ajedrez puede jugarse con las figuras clsicas o tambin con muecos inspirados en las pelculas de Star
Wars, pero seguir siendo ajedrez si mantiene las mismas reglas.
Por ltimo, los videojuegos tienen tambin una importante dimensin social: un gran nmero de juegos estn hechos para varios jugadores (de dos a miles de jugadores simultneos), pero incluso aquellos que se juegan
individualmente alimentan comunidades de jugadores
entusiastas que se relacionan unos con otros e intercambian experiencias.
BREVE HISTORIA DE LOS VIDEOJUEGOS
Al contrario que con otros inventos como la televisin o
el telfono, no hay una sola fecha definitiva en la que se
pueda decir que nacen los videojuegos. Los aos 60 fueron testigo de importantes avances en informtica, con
el desarrollo de los primeros ordenadores militares y su
extensin al mbito acadmico. Estos ordenadores eran
enormes, ocupaban habitaciones enteras y su velocidad
de procesamiento no era comparable a la de cualquier
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First-person shooter. Un
first-person shooter es un
juego de disparar con perspectiva de primera persona.
Pervasive games. Son un tipo de juegos en que se utilizan los artefactos de la vida
diaria, y no hay una distincin entre tiempo de juego
y tiempo de no-juego. Por
ejemplo, el jugador ha de
resolver un misterio utilizando internet, descifrando
las pistas que se le suministran en pelculas, en mensajes a su telfono mvil o llamadas a su telfono de casa.
El ms conocido de estos
juegos es The Beast, que se
lanz junto con la pelcula
A.I. de Steven Spielberg.
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Not Taken The Hows and Whys of Interactive Fiction, la ilustra as:
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historia, mientras que las historias personales de dos jugadores de World of Warcraft suelen ser muy distintas.
Los videojuegos de estructura de quests alientan adems
una narracin colaborativa, ya que a partir de un cierto
nivel los jugadores han de agruparse para completar los
quests, con lo que han de dialogar, negociar, y ayudarse
mutuamente, de manera que se introduce un elemento
improvisado totalmente imprevisible que es uno de los
mayores alicientes de estos juegos.
Si bien estas dos estructuras son las principales formas
de introducir narrativa en los videojuegos, no hemos de
olvidar que la mayora de los juegos, tambin los relativamente abstractos, incorporan mundos de ficcin. Estos mundos de ficcin pueden estar ms o menos bien
descritos, pero no hemos de subestimar su importancia.
Por ejemplo, un videojuego como Star Wars Episode I:
Racer, que es un simulador de carreras de naves espaciales y no contiene ningn elemento narrativo dentro del
mismo juego, reproduce una escena de la pelcula The
Phantom Menace, de la saga Star Wars, y fue lanzado junto con la pelcula. La publicidad del juego induce al jugador a take the controls as Jedi-to-be Anakin Skywalker
(<http://www.lucasarts.com/products/starwarsracer/default.htm>, 2 de noviembre de 2004) de manera que una
accin tan simple como manejar un controlador se convierte en una forma de revivir el universo de la pelcula y
de identificarse con su protagonista. El jugador participa
as del universo Star Wars aunque el videojuego no contenga ningn elemento narrativo por s mismo. Los
mundos de ficcin son muy importantes, y si un videojuego logra transportarnos a un mundo de ficcin (ya
sea propio o externo), convertir el acto de jugar en mucho ms que pulsar un controlador.
EL VIDEOJUEGO COMO PRODUCTO CULTURAL
Como adelantaba en la introduccin, los videojuegos son
una de las cabezas de turco favoritas de la opinin pblica
cuando se ha de criticar a la juventud actual. En nuestra
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Esta dedicacin no es vista con buenos ojos por la sociedad en general, y hay numerosos ejemplos de lo que se
ha dado en llamar pnico meditico, en que los medios de comunicacin acusan a los videojuegos de ser
causa directa de episodios individuales de violencia extrema, como la matanza del instituto de Columbine en
Estados Unidos.
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La industria del videojuego es eminentemente masculina, a pesar de que hay algunas diseadoras famosas como Roberta Williams o Brenda Laurel. Sin embargo, las
encuestas indican que las chicas jugadoras son cada vez
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que los videojuegos son otra cosa, el cuerpo de Lara no est slo para ser visto, sino para jugar con l: Ms fuerte
que la indulgencia de mirar a las estrellas de cine, ahora los
juegos nos permiten controlar esos cuerpos deseados: Lara
es la cspide de un sistema en el que mirar se transforma
en hacer, en pura accin (Flanagan, 1999: 78).
El segundo campo de estudios sobre gnero y videojuegos es el de las jugadoras reales: quines son, porqu
se adentran en este mundo masculino y qu tipo de juegos prefieren. Podemos recomendar Killing Like a Girl:
Gendered Gaming and Girl Gamers Visibility, de Jo
Bryce y Jason Rutter; Girls Just Want to Have Fun. Case
Study for the Strategies of Inclusion: Gender and the Information Society de Aphra Kerr, y Multiple Pleasures.
Women and Online Gaming de T.L. Taylor.
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EJERCICIOS
Estos ejercicios estn elaborados de manera que los juegos indicados puedan sustituirse por otros parecidos segn las posibilidades de los profesores y estudiantes.
Pueden tomarse as como inspiracin para que los educadores diseen sus propios ejercicios a partir del material al que puedan acceder.
1. Comenta la evolucin esttica dentro de uno de los siguientes subgneros del gnero de accin:
a. Plataforma (por ejemplo, de Donkey Kong a Super
Monkey Ball)
b. Shoot-them-up (por ejemplo, de Space Invaders a Halo)
2. Juega una aventura grfica como cualquiera de los juegos de la serie de Myst, Monkey Island o Gabriel Knight,
Blade Runner, The Longest Journey, etc., y haz una descripcin de tu experiencia narrativa, prestando especial
atencin a los siguientes puntos:
a. Reglas del juego y posibilidad de accin.
b. Estructura narrativa (argumento, distribucin de
episodios).
c. Mundo de ficcin (espacio, referentes externos).
d. Personajes (el jugador y los no-jugadores, sus relaciones).
e. Temas y subgneros (estilo, influencias).
3. Crea un personaje y participa en un juego de rol en lnea como World of Warcraft durante al menos 10 horas
(no necesariamente seguidas, evidentemente). Anota tus
observaciones sobre la interaccin social con otros jugadores. Completa tu investigacin visitando pginas web
de fans del juego, de clanes, de creacin literaria inspirada en el juego, etc. Escribe unas pginas sobre el tipo de
comunidad que ha surgido en torno a este juego concreto y qu prcticas sociales la caracterizan.
5. Autores como Jenkins, Tosca o Klastrup (vase bibliografa) sostienen que los videojuegos son slo una parte
de una ecologa meditica general compleja. Elige un videojuego que sea parte de una familia meditica ms
amplia y escribe sobre su papel en el contexto general.
Cul es su funcin? Qu clase de contenido puede trasladarse de medio a medio y cul no? Ejemplos de familias:
a. Los juegos de Tomb Raider y las pelculas basadas en
ellos.
b. Los libros, las pelculas y los videojuegos de El Seor
de los Anillos.
c. Las pelculas de Star Wars, el juego de rol de mesa y el
juego de rol en lnea Star War Galaxies.
4. Con la ayuda de vuestro profesor, cread un cuestionario breve (entrevista cualitativa) sobre un aspecto de la
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VIDEOJUEGOS:
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BIBLIOGRAFA
NARRATIVA Y REPRESENTACIN
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Random House, 2001.
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CULTURA Y JUGADORES
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GNERO Y VIDEOJUEGOS
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VIDEOJUEGOS:
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VI
Msica y
cultura juvenil
Resumen
La musicologa feminista y los estudios de msica popular comparten el inters por deconstruir el discurso hegemnico que valora lo masculino ms que lo femenino y lo culto ms que
lo popular. En este captulo se tratarn los aspectos tericos que
han permitido poner en evidencia las caractersticas patriarcales y
excluyentes presentes en las prcticas musicales y en su estudio,
as como las nuevas posibilidades que se han derivado de las investigaciones feministas de la msica popular. El centro de atencin ser el anlisis de la msica popular desde la perspectiva de
gnero, teniendo en cuenta cmo se traduce la teora a la prctica
desde el punto de vista de las mujeres como creadoras y consumidoras de msica. A fin de facilitar la comprensin de lo expuesto,
se incluyen en los distintos apartados algunos ejemplos concretos
de anlisis de conceptos, canciones o videoclips.
La segunda ola de feminismo de los aos 70 es el catalizador que pone en marcha un gran nmero de iniciativas relacionadas con el papel de las mujeres en el mundo, entre las que se encuentra el campo de los estudios
universitarios y la investigacin. En un gran nmero de
disciplinas, las acadmicas feministas comienzan a plantear una revisin de gnero y a desarrollar teoras que les
permitan llevar a cabo esta tarea. Sin embargo, en el mbito de la musicologa debemos esperar hasta la dcada
siguiente para que sean publicados los primeros trabajos. La investigacin feminista en msica no se desarrolla
plenamente como una nueva corriente crtica sino hasta
V i u e l a , E d u a r d o y L a u ra V i u e l a , M s i c a p o p u l a r y
g n e r o . E n I s a b e l C l a (e d . ) , G n e r o y c u l t u r a p o p u l a r .
Barcelona: Edicions UAB, 2008.
293
Los estudios de
gnero y msica
popular
293
Los roles
tradicionales de
las mujeres en
la msica
301
Estrategia de
subversin y
modelos
alternativos
311
Conclusin
319
Ejercicios
321
Bibliografa
323
Historia contributiva. Es la
rama de la investigacin feminista que se dedica a
re/descubrir el papel que
han jugado las mujeres en la
historia, recopilando tanto
nombres propios de mujeres
individuales como informacin sobre las mujeres como
colectivo. Su incorporacin
a la historia oficial lleva
inevitablemente a una relectura de sta. En msica se
han llevado a cabo diversos
trabajos en este sentido, tanto para msica culta como
para msica popular.
2 Este eslogan se hizo popular con los movimientos
feministas de la segunda
ola, en la dcada de los aos
70. Se refiere a que gran
parte de los problemas que
las mujeres haban considerado hasta entonces como
personales y privados son,
en realidad, producto de un
sistema el patriarcado
que las sita en una posicin de inferioridad y, por
tanto, tienen un carcter
poltico y pblico.
finales de la dcada de los 80 y los aos 90, fundamentalmente en el mbito anglosajn. La mayor parte de estos
estudios iniciales se enmarcan en la llamada historia
contributiva5 y responden al inters de sus autoras por
re/descubrir y dar a conocer las prcticas musicales de
las mujeres, tanto dentro de la msica culta occidental
como en la msica popular. Con estas publicaciones se
haca evidente que la ausencia de mujeres en la Historia
oficial de la msica no se deba a que no existieran o a
que sus aportaciones carecieran de valor, argumentos
habituales a la hora de explicar su ausencia, sino a una
sistemtica labor de invisibilizacin y silenciamiento.
As, la musicologa feminista es, desde sus inicios,
abiertamente poltica y con unos objetivos claros. Por un
lado, la recuperacin histrica de las mujeres msicas
permite recobrar una tradicin musical femenina fundamental para legitimar y fomentar el trabajo de las mujeres del presente y del futuro. Adems, enfatiza la necesidad de re/evaluar las experiencias y prcticas musicales
de las mujeres y de investigar las estrategias desarrolladas
por stas para luchar contra los presupuestos patriarcales del discurso musical tradicional, de manera que puedan ofrecerse modelos femeninos positivos que estimulen la participacin de otras mujeres. Finalmente,
durante 1975, declarado por la ONU Ao Internacional
de las Mujeres, fueron organizados en EE.UU. encuentros y congresos sobre mujeres y msica donde investigadoras y creadoras tuvieron la oportunidad de conocerse y discutir en comn ideas, preguntas y experiencias.
Como resultado, se dieron cuenta de que compartan
trayectorias y situaciones similares, lo que facilit la creacin de un sentido de comunidad y el inicio de un trabajo conjunto y organizado, aplicando el conocido eslogan Lo personal es poltico. 2 As, las musiclogas
feministas apuntan a la importancia de crear redes de
comunicacin y colaboracin entre las mujeres que se
dedican a la actividad musical en cualquiera de sus mbitos, para facilitar el intercambio de informacin y recursos.
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MSICA
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Escuela de Birmingham.
Grupo de investigacin formado en los aos 60 en torno al Centre for Contemporary Cultural Studies de
Birmingham. Su trabajo se
centra en el mbito de la
cultura popular y en las
prcticas de consumo desarrolladas por distintos grupos sociales. Destacan autores como Stuart Hall, Dick
Hebdige o Angela McRobbie.
Nueva musicologa. Trmino acuado por Lawrence
Kramer en 1990 y uno de
cuyos puntos fundamentales es el rechazo de la pretensin de la msica de ser
autnoma del mundo que
la rodea (Cook, 1998: 145).
Deconstruccin. Trmino
acuado por el filsofo postestructuralista Jacques Derrida. Es un mtodo de trabajo
que se basa en ir desmontando los supuestos ideolgicos
que subyacen en el pensamiento occidental, basado en
la ficcin de una identidad
completa y monoltica, sin
fisuras ni contradicciones. A
travs de la deconstruccin
se van identificando una a
una las ideas sobre las que
se sostiene este discurso y se
pone en evidencia su carcter construido, no natural
(Lechte, 1994: 105-110).
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(caos) equilibrio (control). Esta estructura ha sido interiorizada por la audiencia haciendo que la percepcin
gire en torno a dos sentimientos encontrados y complementarios: miedo a la prdida del equilibrio y deseo de
que ste sea restablecido, lo que se traduce en msica en
una alternancia de estructuras de tensin y relajacin.
Dado que los efectos que produce la msica no son simples abstracciones intelectuales, sino que se trata de sntomas fsicos reales, McClary afirma que la presencia de
patrones de tensin o despertar del deseo dirigidos a un
clmax que concluye con la relajacin o satisfaccin de
ese deseo guarda una relacin con la simulacin musical
de la actividad sexual humana. La eficacia de esta estructura se aprecia fcilmente en cualquiera de las canciones
del programa televisivo Operacin Triunfo, donde en las
galas el intrprete sube hacia los agudos haciendo crecer la emocin y tensin de la audiencia, que aplaude satisfecha tras la resolucin del clmax.2
El xito del esquema narrativo identificado por McClary depende de que quien escuche conozca el sistema
tonal de manera que, al suponer el devenir de la pieza,
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2 Segn el Diccionario de
la Real Academia de la Lengua, hombre pblico es
el que tiene presencia e influjo en la vida social,
mientras que mujer pblica, que se incluye como sinnimo de mujer perdida, significa prostituta.
Dentro del sistema de pares opuestos al que se haca referencia en el apartado anterior y que conforma la base
ideolgica del sistema patriarcal, uno de los ms relevantes a la hora de tratar la cuestin de las identidades de
gnero en la msica popular es el que distingue entre
pblico y privado. En esta oposicin, el espacio a ocupar
por las mujeres ha sido siempre el segundo, caracterizado por las labores de cuidado y reproduccin. Este binarismo est estrechamente ligado, a su vez, a dos modelos
extremos de comportamiento para las mujeres y que, en
ambos casos, tienen connotaciones sexuales: la buena
(la virgen, la madre, la esposa fiel) y la mala (la prostituta, la femme fatale). Cualquier mujer que pretenda desarrollar una actividad fuera del espacio domstico tendr que enfrentarse a las crticas que, inconscientemente
o no, descalificarn su trabajo debido a las implicaciones
sexuales de la asociacin mujer-esfera pblica.2
La existencia de estos modelos estereotipados de mujer en el discurso de la msica popular ha sido puesta de
manifiesto en numerosas ocasiones, tanto en las propias
canciones como en su misma configuracin conceptual
como una prctica de rebelin contra el sistema establecido. En efecto, esta supuesta revolucin es eminentemente masculina y est construida como forma de rebelin juvenil en los espacios pblicos (codificados como
masculinos) de las calles, los bares, las carreteras, etc., y
por oposicin al mbito domstico (femenino) del hogar, el matrimonio, las responsabilidades familiares, la
monogamia, etc. La cancin Contigo (1996), de Joaqun Sabina, expresa claramente el fastidio de la vida domstica, que anula la posibilidad de una existencia plena:
Yo no quiero un amor civilizado con recibos y escena
del sof () Yo no quiero vecinas con pucheros () Yo
no quiero cargar con tus maletas, yo no quiero que elijas
mi champ () Yo no quiero domingos por la tarde, yo
no quiero columpio en el jardn () Yo no quiero juntar
para maana, no me pidas llegar a fin de mes, yo no
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2 Si me enamorase de ti
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Backstage. Literalmente
detrs del escenario, es la
zona donde se encuentran
los camerinos y donde se
desarrolla gran parte del
entramado logstico que
hay tras una actuacin musical.
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compositoras, ya que su trabajo implica tambin conocimientos tcnicos y musicales, pero lo que se ofrece en display en este caso ya no es el cuerpo, sino la mente (el mbito masculino por excelencia).
ESTRATEGIAS DE SUBVERSIN Y MODELOS ALTERNATIVOS
Los trabajos de Marcia Citron (1993) en el mbito de la
msica culta y de Mavis Bayton (1998) en el de la msica popular demuestran que las mujeres se han enfrentado a problemas comunes a la hora de tomar parte en la
creacin musical. Las dificultades de acceso a los conocimientos necesarios (a travs de la educacin musical o
de las redes informales de aprendizaje y transmisin de
informacin y conocimientos en la msica popular), la
carencia de tiempo para dedicarse de forma continuada
a la msica, fundamentalmente debida a las obligaciones
derivadas del cuidado de otras personas y de las tareas
domsticas, la ausencia de espacios propios en los que
trabajar (a los que ya apuntara Virginia Wolf [1929] para
las escritoras en A Room of Ones Own) o la escasez de
recursos econmicos para adquirir los equipos necesarios, constituyen algunas de las barreras materiales a las
que han debido hacer frente. En algunos casos, los hombres han compartido dificultades similares; sin embargo,
los impedimentos ideolgicos descritos en los apartados
anteriores son los que han frenado en mayor medida y
de forma especfica la participacin musical de las mujeres en igualdad de condiciones.
Por otro lado, las mujeres msicas comparten con el
resto de las mujeres las dificultades para conciliar su actividad profesional con su vida personal y familiar, por
lo que el matrimonio y la maternidad han sido dos factores clave de abandono, momentneo o definitivo, de
sus carreras musicales. Maureen Tucker, baterista de Velvet Underground, es uno de los casos ms conocidos. Se
retir tras casarse y se dedic a criar a sus cinco hijos y
cuando, tiempo despus, decidi volver a la msica, tu-
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Separatismo estratgico.
Durante la segunda ola de
feminismo, y partiendo de
que la mayor parte de los
espacios, sobre todo los pblicos, son hostiles para las
mujeres, una de las estrategias que se utilizaron para
empoderar y mejorar la situacin de las mujeres fue
crear espacios y eventos exclusivamente para ellas, con
el objetivo de proporcionarles un lugar en el que
pudieran expresar libremente sus necesidades, temores y opiniones, sin sentirse cohibidas o criticadas.
Posfeminismo y/o tercera
ola. Tras los movimientos
feministas de los aos 70, la
dcada de los 80 supuso un
parntesis en el que se forj
la falsa idea de que la igualdad entre mujeres y hombres ya se haba logrado. Sin
embargo, aunque haban
tenido lugar grandes avances, las estrategias de discriminacin se haban vuelto
ms sutiles. Por esta razn,
en los aos 90 naci el posfeminismo o tercera ola de
feminismo. El trmino
posfeminismo ha sido
criticado porque implica
que el feminismo no es necesario y que nos encontramos en una etapa posterior.
As, se ha definido a las posfeministas como unas frvolas sin ideales que han
abandonado las preocupaciones sociales y polticas
de sus predecesoras. Por esta razn se ha acuado como ms positivo el trmino
ve que esperar hasta que mis hijos ms pequeos crecieron bastante antes de poder ir de gira ms de un mes seguido. Los paales, la hora del bao, recoger a los cros
de la escuela () simplemente, no es rocknroll (en
OBrien, 1994: 111).
Otra de las estrategias patriarcales diseada para garantizar la perpetuacin del statu quo es la llamada colonizacin interiorizada. Este concepto, procedente de
los estudios poscoloniales, hace referencia al proceso por
el cual la lgica de la dominacin es asumida por las personas que se encuentran en la posicin subordinada, lo
que garantiza el funcionamiento y la perpetuacin de un
sistema desigual. Hay un evidente paralelismo entre esta
idea y la forma en que los estereotipos negativos sobre
las mujeres msicas son aceptados, no slo por la sociedad en general, sino tambin por las propias mujeres. La
interiorizacin de estos arquetipos supone una barrera
ideolgica que frena con ms efectividad que ninguna
otra el acceso de las mujeres a la msica, ya que logra
que ellas mismas sean cmplices de un sistema que las
oprime.
EL ACCESO DE LAS MUJERES A LA CREACIN DE
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tercera ola, menos conocido, que establece un vnculo con los movimientos
feministas anteriores. Las
acciones de esta nueva generacin de feministas se
basan en utilizar mtodos
posmodernos (irona, parodia, pastiche, humor) para desestabilizar el sistema
patriarcal, reapropindose
de elementos codificados
como femeninos y otorgndoles un nuevo significado (maquillaje y otros
elementos de bricolaje esttico, calificativos negativos
como puta, etc.). El mbito artstico ha contado
con exponentes importantsimos de este movimiento
como, por ejemplo, las
Guerrilla girls (<http://
www.guerrillagirls.com>,
20 de agosto de 2007).
Ciberfeminismo. El espacio virtual est desarrollado
y habitado por personas
fsicas y, por tanto, reproduce en gran medida los
valores del mundo real,
entre ellos los del patriarcado. En consecuencia, se
considera tambin un espacio de accin para las feministas a travs del llamado
ciberfeminismo. Las ciberfeministas pretenden,
por un lado, poner en evidencia la falacia del mundo
virtual como un espacio libre de condicionamientos
de cualquier tipo en el que
todas las personas pueden
expresarse e imaginar infinitas opciones sin ninguna
traba y, por otro, explorar
vdeos, las artistas femeninas comenzaron a usar el medio para invertir la representacin tpica de la mujer artista e involucrar a las audiencias en la actividad creadora (Lewis, 1990: 71).
Para realizar sus anlisis, Lewis identifica dos sistemas con los que se introducen cambios en los roles habituales de las mujeres en la msica popular a travs de
los videoclips. Por un lado, los signos de acceso, que
muestran una apropiacin femenina de actividades y
espacios que normalmente aparecen dominados por los
hombres (presencia de las mujeres en cualquier espacio
pblico como discotecas, calles, etc.). Por otro, los signos de descubrimiento, que corresponden a espacios y
actividades que ocupan y realizan exclusivamente mujeres y que crean un tipo de relacin capaz de configurar un sentido de comunidad y fortalecer las identidades de gnero, en especial en los aos de la adolescencia
(cobra especial importancia el bricolaje esttico maquillaje, moda, complementos, etc. como articulador
de una identidad diferenciada en el conjunto de la sociedad).
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para subvertir los roles de las mujeres en algunos gneros musicales y para afianzar su presencia en otros en los que son minora.
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cia la trasgresin y la ampliacin de la feminidad tradicional. En consecuencia, las mujeres no son necesariamente subversivas en su utilizacin de las estructuras
musicales, sino en la forma en que dotan a esas estructuras, consciente o inconscientemente, de una nueva significacin de gnero.
Simon Reynolds y Joy Press en The Sex Revolts. Gender, Rebellion, and RocknRoll (1995) distinguen cuatro
tipos de estrategias que adoptan las mujeres msicas para evitar o superar los condicionantes de gnero. Dos de
ellas emular la rebelin masculina (convertirse en uno
de los chicos), ejemplificada en la figura de Janis Joplin,
y resaltar el propio proceso de la creacin de la identidad, cuyo mximo exponente se considera Patti Smith
presentan rasgos comunes. Aunque aparentemente podran considerarse opciones totalmente diferentes, ambas responden a un intento de sortear las dificultades derivadas de ser mujer a travs de la negacin de la
existencia de diferencias de gnero, algo que, en funcin
de la va adoptada, dio resultados distintos. Por un lado,
Janis Joplin es el ejemplo de cmo tratar de participar en
la rebelin del rock sin reconocer que sta ha sido codificada como masculina puede llevar, en ltimo trmino, a
la autodestruccin. Para lograr su objetivo, Joplin se vio
obligada a interpretar al mximo y sin fisuras los aspectos que configuraban en aquel momento la libertad asociada al rock (por ejemplo, los excesos en el sexo y las
drogas). El paso definitivo hacia la autenticidad lo logr
con su muerte por sobredosis en 1970 ya que, como argumenta Deena Weinstein, una sobredosis de drogas,
suicidarse de un disparo o ser asesinado por una banda:
estas muertes muestran, retricamente, que el artista romntico era autntico, que no estaba simplemente asumiendo una pose (Weinstein, 1999: 67). Es necesario
tener en cuenta, de todos modos, algo que han destacado
muchas autoras: Janis Joplin no tuvo la oportunidad de
beneficiarse de las nuevas posibilidades que abri para
las mujeres el movimiento feminista de los aos 70.
Por su parte, Patti Smith opt por minimizar el hecho
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de ser mujer tanto en su aspecto (estudiadamente andrgino) como en sus referentes (Dylan, Camus, Genet,
John Lennon, Hank Williams o John Coltrane). Como
afirma Lucy OBrien, para ella el camino hacia la libertad era masculino (OBrien, 1994: 113). Destac los aspectos ms intelectuales de su produccin musical y literaria, poniendo nfasis en su capacidad como creadora y
atenuando as las implicaciones del display a que haca
referencia Lucy Green (1997).
Otra de las estrategias identificadas por Reynolds y
Press consiste en encontrar una fuerza especficamente
femenina que sea equivalente a la masculina pero sin llegar a imitarla. El problema evidente que plantea esta va
es si existe la posibilidad de encontrar algo especficamente femenino que no haya sido definido a travs de
las nociones patriarcales de feminidad. Partiendo de lo
expuesto anteriormente en relacin a la existencia o no
de una msica femenina, parece claro que el planteamiento de esta estrategia es inviable en estos trminos,
sin embargo, una vez que se abandona la bsqueda de
una esencia, s es posible utilizar de forma positiva las
caractersticas que el patriarcado ha codificado como femeninas.
As, como apunta Gayatri Spivak en relacin a las polticas de identidad (en Solie, 1993), cuando la nocin de
diferencia es utilizada por los grupos que se encuentran
en una situacin de desventaja, no lleva necesariamente
a la discriminacin y al esencialismo, sino que les permite desarrollar una identidad positiva a travs de las caractersticas con las que han sido definidos como diferentes. Esto indica que la idea de diferencia tiene un
carcter poltico y posee un gran valor como forma de
resistencia a la integracin en la identidad del grupo hegemnico. En este sentido se enmarcan los eventos musicales slo para mujeres, tales como el Lilith Fair o el
Ladyfest, recientemente celebrado en nuestro pas. Aunque en ocasiones se han rechazado estos espacios como
guetos que dificultan la normalizacin de las mujeres
y su msica, pueden considerarse tambin como accio-
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nes polticas que rechazan precisamente esa normalizacin. En ellos se pone de relieve que las mujeres son un
grupo en situacin de desventaja dentro del sistema musical y que rechazan su integracin en el sistema tal y
como est diseado, exigiendo un cambio de valores y
puntos de vista que conviertan el entramado musical en
algo menos imbuido de valores patriarcales.
El uso de lo femenino como una fuente de empoderamiento5
en las canciones de Nosotrsh
Un ejemplo de cmo es posible utilizar de forma positiva los
aspectos tradicionalmente relacionados con lo femenino son
las canciones del grupo asturiano Nosotrsh. Una constante a
lo largo de la obra de esta banda son las referencias en las letras de sus canciones al espacio domstico y a las actividades
que se realizan en l, y esto es importante desde diversos puntos de vista. Por un lado, al igual que lo hicieran los grupos femeninos de punk en los aos 70, han logrado incluir en el discurso de la msica popular temas ajenos a l tales como la
costura, que aparece constantemente ser dobladillo de tu
cuello (2000), me har un vestido con mapas (2002). Esta
utilizacin en sus letras de temas tan relacionados con la socializacin femenina visibiliza y da valor a las mujeres de la audiencia como receptoras, que reconocen inmediatamente estas
referencias. Por otro lado, en sus canciones suelen tratar el espacio domstico como algo positivo, lo que les permite recuperarlo para las mujeres como un lugar de disfrute y descanso,
alejndolo de la tradicional visin opresiva y excluyente.
Finalmente, la ltima estrategia que proponen Reynolds y Press como medio para escapar a los condicionamientos patriarcales, y que ha sido utilizada con gran
acierto a la hora de abrir posibilidades, es jugar con los
arquetipos de la feminidad de manera posmoderna. Claros ejemplos de esto son Madonna o Annie Lenox, y sus
aportaciones en este sentido han sido analizadas en numerosos trabajos. En Espaa, Mnica Naranjo ofrece un
caso interesante en el que se pone de manifiesto este tipo
de transgresin. Esta artista ofrece una subversin de la
identidad muy sutil que slo se aprecia tras un anlisis
detallado de su trabajo. A primera vista, Mnica Naranjo
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EJERCICIOS
La mayor parte de la msica popular puede analizarse
utilizando las teoras y metodologas expuestas en este
captulo. Letras de canciones, videoclips, titulares y contenido de revistas especializadas o no, portadas de CDs,
pginas web o declaraciones de artistas constituyen un
material de trabajo interesantsimo y que ofrece mltiples posibilidades. A continuacin se sugieren algunos
ejemplos de posibles ejercicios para poner en prctica el
anlisis desde la perspectiva de gnero, si bien existen
otros muchos de fcil acceso a travs de Internet.
1. Siguiendo el mtodo propuesto por Lisa Lewis, identifica los signos de acceso y descubrimiento existentes en
el videoclip Wannabe del grupo Spice Girls (Spice,
1996) teniendo en cuenta la significacin de este grupo y
esta cancin en la dcada de 1990 (<http://es.youtube.
com/watch?v=OFpu0ROaPLQ>).
2. Analiza la letra de la cancin Toda de Mal (Esta
vez, 2001) y Sk8er Boi, de Avril Lavigne (Let go, 2002),
desde el punto de vista de la colonizacin interiorizada, los estereotipos de gnero y la socializacin femenina.
3. Analiza cmo el grupo Undershakers en su cancin
El amor perfecto (Perfidia, 1999) utiliza la irona y el
humor para subvertir los roles de gnero, en particular
en lo que se refiere a la ideologa del romance que formulan Simon Frith y Angela McRobbie (1978).
4. Analiza la cancin Gloria de Nosotrsh (Popemas,
2002), desde el punto de vista de la deconstruccin de la
ideologa del romance y del uso de caractersticas codificadas como femeninas.
5. Analiza los siguientes titulares de revistas. Todos los
ejemplos se refieren a artculos especficos o nmeros es-
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BIBLIOGRAFA
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BRITPOP: LA AMBIGEDAD
VINTAGE
VI
Msica y
cultura juvenil
Resumen
Este captulo trata los conceptos de subcultura y estilo partiendo
de los ejemplos que el libro pivotal Subculturas, de Dick Hebdige,
analiz en su momento. Hebdige utiliza las subculturas mod, teddy
boy y skinhead para aproximarse ms adelante al fenmeno punk.
Segn este autor, todas estas subculturas estn marcadas por el final de la Segunda Guerra Mundial y la cada del Imperio Britnico. El asentamiento de la idea de no future en los adolescentes de
clase trabajadora britnicos se representa a travs del reconocimiento de la subcultura. Esto tiene no solamente marcas de clase,
sino de gnero: se trata de subculturas masculinizadas. Aun as, la
ambigedad siempre planea en los estereotipos planteados.
Dcadas despus, los primeros aos 90 se plantean para el Reino Unido como un punto de partida despus del thatcherismo.
En ese momento, explota el britpop, un fenmeno netamente pop,
que se basa estticamente en un jugueteo con las subculturas anteriores. Aun as, la ambigedad se percibe, no solamente desde
un rescate esttico a modo de viaje al pasado, sino en un despliegue de una nueva ambigedad ante los roles de gnero. Suede,
Blur, Oasis, Pulp y Elastica, los cinco grupos que representan el
britpop, lo ejemplifican.
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Msica y
subculturas
juveniles
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Britpop: una
aproximacin
vintage
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Explicacin de
un caso: Pulp,
ms pop que lo pop
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Conclusin
345
Ejercicios
347
Bibliografa
348
Estas tensiones de posguerra han sido tratadas de maneras muy diferentes en terrenos muy distintos: los debates se
han sucedido en los mbitos acadmicos de la historia y las
ciencias polticas. Pero, curiosamente, han sido la sociologa y la crtica cultural las que han tratado claramente el fenmeno surgido en el perodo de entreguerras: el auge de
las subculturas y el estilo. La idea de subcultura ha arraigado en la creacin de identidades de manera pivotal, y su
materializacin como vaso comunicante ante el concepto
de identidad resulta primordial para entender cmo entronca con categoras de gnero, clase y raza.
Desde la segunda mitad de siglo XX, los estudios culturales toman un gran inters en analizar las culturas juveniles. Es especialmente significativa la Escuela de Birmingham, que acoge a los acadmicos ms influyentes
en materia de culturas y subculturas ligadas a la adolescencia y la juventud: Hebdige, Clarke, Cohen, McRobbie
y Willis son sus principales exponentes. Hay que destacar
que todos ellos son miembros de la denominada generacin baby boom, nacidos alrededor de la Segunda Guerra
Mundial. Este hecho no es casual, puesto que todos ellos
manifiestan la intencin de reivindicar la cultura popular de su generacin y validarla frente al desdn de la denominada alta cultura, o cultura para las elites.
El inters de los tericos culturales por las subculturas
juveniles alcanza una primera cspide alrededor de los
aos 70, con la publicacin de Resistance through Rituals
de Stuart Hall y Tony Jefferson (1976) y Subculture. The
Meaning of Style (Subcultura. El significado del estilo) de
Dick Hebdige (1979). Ambos tratan, como ser recurrente
en este tipo de estudios, las denominadas subculturas espectaculares, aqullas asociadas a grupos diferentes, visibles y vanguardistas, desde la perspectiva de la asociacin
problemtica del individuo con la identidad, la conciencia
de estilo, y su relacin tambin problemtica, en muchos
casos con los conceptos de raza y clase social.
Es hasta los aos 90 que la pregunta se realiza en trminos de gnero: Angela McRobbie y Jenny Gaber formulan en Feminism and Youth Culture (1991) lo que an-
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Para entender el concepto de subcultura, es necesario tener primero en cuenta la obra de Stuart Hall y Tony Jefferson que, con Resistance through Rituals, establecen como principales caractersticas de la subcultura los
siguientes preceptos:
a. La asociacin a la categora cultural de juventud: la
juventud no es una categora biolgica sino una construccin social, situada entre las estructuras de infancia y edad adulta. De esta categora cultural se asumen presuposiciones y clasificaciones la juventud como
preparacin para formar una familia, algo intrnseco del
mundo adulto, por ejemplo. La categora juventud,
como la categora hombre o mujer, obtiene como
contrapartida una serie de controles (polticos, culturales, etc.) para asegurar el paso a la edad adulta.
b. La categora juventud no tiene un significado
nico y universal. Qu es y qu significa ser joven? La
juventud flucta, diversa y cambiante, en distintos espacios culturales.
c. La obra de Dick Hebdige marca el avance: el concepto de juventud es una construccin social, pero el
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propias vas, ya que las socialmente aceptables estn bloqueadas por las estructuras de clase.
MODS Y SKINHEADS
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Resistencia. Relacin defensiva ante el poder cultural que se adapta por fuerzas sociales subordinadas
en circunstancias en las que
el poder cultural en cuestin surge de una fuente
claramente vivida como externa y diferente. Su significado es especfico, ligado a
una circunstancia temporal
y un lugar concretos.
2 El fenmeno mod que
explota en 1964 y tiene su
revival en 1979 epitomiza
la idea de que la identidad
es algo asumible y performtico a travs de cdigos:
en el caso de los mods, los
cdigos son extremadamente concretos: las marcas
del estilo son una lista tremendamente restrictiva.
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2 La subcultura skinhead
no es, ni mucho menos, la
primera en derivar hacia
discursos xenfobos. Los
teddy boys, ya desde su origen, marcan claramente un
perfil racista. De la misma
manera, el resurgimiento del
skinhead durante la explosin del punk, crea tambin
una subcultura skinhead
particular, los Oi!
Hipermasculinidad. Teniendo en cuenta el gnero
como construccin social,
la hipermasculinidad es la
exageracin o hinchamiento de los estereotipos de lo
considerado masculino. La
forman todas aquellas caractersticas tradicionalmente asociadas al hombre:
fuerza, virilidad, agresividad, rudeza, musculatura.
2 Vase la web <http://
www.libreopinion.com/mem
bers/ch1492/skingirls.html>,
una de les pocas en que mujeres skin detallan al mximo
la esttica que adoptan a modo de lucha.
Sobre lo punk
A modo de mera lista insuficiente, hay que enumerar lo siguiente:
* El punk supone una dramatizacin de las complejidades de la
decadencia y cada de Gran Bretaa como nacin imperial: el
paro, la pobreza y las contradicciones polticas y morales sirven de catalizador para un fenmeno sin precedentes. La rabia
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En lo referente a las implicaciones de raza, el movimiento ha trascendido histricamente como una subcultura blanca y nicamente masculina, lo cual es una falacia
a todos niveles. En primer lugar, el punk, como el resto de
las subculturas de posguerra se identifica y bebe de la cultura negra de una manera tan espectacular que, sin ella, se
podra afirmar que la cultura musical punk no hubiera
existido. El reggae est presente en todas sus manifestaciones y, por otro lado, a diferencia de la cultura skinhead, el
punk se alinea como fervientemente antirracista desde un
principio: en 1976, los conciertos de Rock Against Racism
aglutinaron a todas las bandas punk ms significativas del
movimiento, que se unieron a la Liga Antinazi.
De la misma manera, la identificacin con la cultura negra antillana comn al resto de subculturas de posguerra es abierta y sin paliativos, y absolutamente opuesta a
la negacin que de sta hacen los teddy boys y skinheads
durante el mismo periodo. An as, el punk trascender su
poca como una subcultura blanca y masculina.
En segundo lugar, esto ltimo tambin se hace eco de
la falacia de que el punk fue un movimiento esencial-
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LA AMBIGEDAD VINTAGE
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mente por y para hombres. Pese a que lo que ha trascendido es una cultura bsicamente musical y masculina
grupos como The Clash o The Sex Pistols, la identidad
punk tambin actu como revulsivo en cuestiones de gnero. Nunca antes hubo tantas mujeres presentes en una
subcultura, y nunca antes de manera no derivativa. Las
mujeres britnicas, que tradicionalmente en las subculturas deben asumir un rol secundario o copiar los rasgos
masculinos, otorgaron al punk una carga feminista inusitada, especialmente en iconos como The Slits, Siouxie
and the Banshees, Poly Styrene y The Raincoats.
La androginia fue en las dos direcciones, y arraig como nunca, representando la fluctuacin de gneros e
identidades de manera incomparable. Uno de los ejemplos ms evidentes fue el del personaje Soo Catwoman,
una adolescente que se convirti en un fenmeno underground al adoptar una apariencia felina: la performatividad dej de ser patrimonio de un juego entre dos sexos,
abarcando incluso la flora y la fauna.
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Estas tensiones tuvieron lugar en especial de manera meditica, poniendo en juego la cultura mainstream dominante, y las resistencias y rendiciones que el movimiento
puso sobre la mesa.
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De la misma manera que durante el auge de las subculturas de posguerra, el britpop incidi sobre las tensiones de
clase extremadamente presentes en el Reino Unido. El caso meditico ms relevante fue el de la lucha por el puesto nmero uno entre dos bandas punteras de ese momento, Blur y Oasis, que mezcl las tensiones de clase
entrando en este paradigma vintage. Estilsticamente, se
recuper por parte de las bandas y de los medios de comunicacin la rivalidad Beatles-Stones. Esta lucha reflej la necesidad de reclamar unos referentes anteriores, de
esttica sesentera, como nica manera de apropiarse
de una autenticidad buscada.
BRITPOP:
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2 Literalmente, muchacho.
Se le reconoce un valor subcultural: el lad es el estereotipo de joven de clase obrera ingls que bebe cerveza y
le gusta el ftbol.
Turismo de clase. Tambin
conocido como slumming
down. Puede consistir tanto
en la apropiacin de los elementos emblemticos de la
clase obrera mediante la invasin del espacio fsico, como en los propios del estilo,
para reclamar autenticidad;
por ejemplo, alguien perteneciente a la clase alta que
prefiere los barrios bajos
porque son autnticos,
atrevidos o reales, pero
tambin alguien que finge
poseer un acento considerado de clase obrera algo
especialmente distinguible
en el Reino Unido, o propio de otra raza.
Blur fue encajado dentro del estereotipo de estudiantes de clase media, apoyados por la revista NME, mientras que Oasis, los chicos de Manchester, encapsulaban la
imagen del lad2 de clase obrera. La lucha entre Blur y
Oasis se encarniz, y a todas luces, lo autntico, lo que ligaba con los elementos subculturales de posguerra era lo
peligroso. Ser de clase obrera, durante el britpop y por
primera vez en el Reino Unido, se convirti en algo cool.
Fueron bastantes las bandas del momento que fingan
un acento cockney del este de Londres, tradicionalmente el gueto obrero, en un fenmeno de turismo de
clase5 jams visto hasta entonces.
TENSIONES DE GNERO
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2 El videoclip de Blur
Countryhouse, por ejemplo, reivindica, con supuesta irona, la iconografa de
Benny Hill, con chicas minifalderas a los que todos
persiguen como posesos.
22 La Provenza francesa
es smbolo de prestigio social, ya que es ah y en la
Toscana italiana donde
compran casas los ricos.
dandysmo de David Bowie de lo que Cocker quiere reconocer se contrarrestar con un discurso mucho ms
cercano al ladismo de Oasis o a Blur en su etapa ms tarda.2 Como ejemplo, precisamente, estn las canciones
Common People, I Spy o Pencil Skirt.
El personaje femenino de Common People es una chica griega de clase alta por la que el protagonista Cocker,
presumiblemente, se siente atrado, pese a que considera
que es superficial y ridcula. Tal y como explica Cocker en el
documental The Making of Common People (BBC3, 2006),
la cancin, basada en un hecho real que le ocurri a l, trata
la dualidad de su relacin: quera acostarme con ella, porque me resultaba atractiva, pero tambin la quera matar.
Algo parecido pasa con I Spy y Pencil Skirt. En
ambos casos, el protagonista se siente tremendamente
atrado por dos chicas de clase alta, a las que sita directamente en el mapa: una es de Ladbroke Grove, un barrio pudiente, y la otra, tal y como explica Cocker con
sarcasmo, podra ver mi casa desde debajo de su cama,
situndola claramente por encima en la escala social. Pero su atraccin da paso a la rabia de clase: estas mujeres
estn por encima de sus posibilidades, y se impone el
discurso agresivo, que sirve aqu para reivindicar una
identidad obrera: birds are something you shag (en la
cancin I spy del lbum Different Class, 1995), expresa
en un juego de palabras prcticamente intraducible. Si la
clase alta adora los parques y los pjaros, Cocker ironiza
que para l y los de su clase, las titis (birds), son para
follar, as que, a la chica de Ladbroke le espeta: llvate tu
ao en la Provenza22 y mtetelo por el culo. La androginia fsica es contrarrestada con un discurso lad: ftbol, cerveza y mujeres en su versin indie. Pese a todo,
Cocker arremete en la cancin: no se trata de un caso
de hombre contra mujer, sino ms bien de tener o no tener, refirindose una vez ms al escalafn social. Pero
justo despus aade lascivamente a la chica: y resulta
que yo tengo exactamente lo que necesitas. Las contradicciones de clase en Different Class se superponen a las
de gnero sin resolverlas.
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LUCA LIJTMAER
BRITPOP:
LA AMBIGEDAD VINTAGE
345
En el caso del britpop, su entroncamiento con los discursos nacionalistas, la ambigedad sexual y la poltica
britnica nos devuelve una imagen clave para entender
los conceptos de recuperacin, nostalgia estilstica y subculturas derivativas.
Partiendo del concepto de autenticidad vintage que
concedan tanto la nostalgia per se como el estilo en un
alarde de rescate de imgenes a la manera de la recuperacin de elementos propia de las charity shops, cada uno
de estos grupos utiliz elementos del pasado para reclamar y/o recuperar lo verdadero, propio o autntico. Esta recuperacin se realiz a travs del jugueteo
con una identidad nacional en el caso de Blur, una autenticidad rockera hiperheterosexual de clase obrera con
vnculos con los teddy boys en el caso de Oasis, y la ambigedad vintage de estilo en Elastica deudora del fenmeno skin y de gnero en Suede.
Siguiendo este paseo, Pulp aporta el discurso ms rico
y heterogneo, jugando con todos los esquemas pero,
junto al resto de los grupos, tambin demostrando lo
que Sarah Thornton, en su libro Club Cultures, advierte:
tras las subculturas espectaculares de posguerra, estn el
esteticismo y la fragmentacin de todo movimiento juvenil, cada vez ms alejados de cualquier nocin poltica.
Los medios de comunicacin, que tericamente sobredimensionan el significado de las subculturas, en realidad
nos anuncian su fin.
EJERCICIOS
1. Analiza los artculos Underground de medioda y
Vida y desventuras de una nia pija adolescente de
Tom Wolfe, incluidos en La banda de la casa de la bomba
y otras crnicas de la era pop (1975, Alfaguara), segn los
parmetros de clase, gnero, raza y subcultura detallados
anteriormente.
2. Cules son los aspectos clave del texto citado en la bibliografa de Angela McRobbie y Jenny Garber Girls
and Subculture? Aplcalos a una de las subculturas especificadas.
3. Ve los vdeos e imgenes de Suede, Blur y Elastica que
se anotan abajo. Comenta cada uno de ellos en relacin
con las subculturas, la ambigedad, la androginia y la
nostalgia de clase, raza y nacin, por un lado, y las marcas de estilo, por otro. Analzalos tambin teniendo en
cuenta las letras de las canciones siguientes (todas las letras estn disponibles en <http://www.azlyrics.com>), y
los siguientes conceptos:
-Parklife y Girls and boys de Blur: la utilizacin de smbolos
ingleses y el hedonismo.
<http://www.youtube.com/watch?v=bKCoBt43HWE>
<http://www.youtube.com/watch?v=mjZ0plrFIE4>
-Waking up de Elastica y su relacin con los elementos skins y
mods.
<http://www.youtube.com/watch?v=MIt7eWa0oG4>
-The Drowners de Suede, el cuerpo andrgino en la imagen y la
utilizacin de la primera persona en la letra.
<http://www.youtube.com/watch?v=LDyKYlMunQk>
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BRITPOP:
LA AMBIGEDAD VINTAGE
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BIBLIOGRAFA
DISCOGRAFA RECOMENDADA
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BRITPOP:
LA AMBIGEDAD VINTAGE
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CONSTRUCCIN DE LA
IDENTIDAD EN LAS REVISTAS
PARA ADOLESCENTES
VI
Msica y
cultura juvenil
Resumen
Las revistas dirigidas a una audiencia femenina son parte esencial
de la cultura popular en Espaa. Su historia es larga y, en el transcurso de las dcadas, se han ido consolidando como un negocio
editorial no exento, como todos los productos de las industrias
culturales, de un discurso ideolgico que, en este caso, recoge y
reproduce la socializacin diferencial. Y sa es precisamente la caracterstica ms significativa de estos mensajes mediticos, que se
hallan en un marco ambivalente. Por un lado, se trata de un discurso que no parece interesado en superar los estereotipos de gnero, por lo que reproduce un orden patriarcal y, en ocasiones,
consolida algunos aspectos de la discriminacin por gnero. Y,
por el otro, es justamente ese uso estereotipado, cercano a la socializacin femenina y a los cdigos culturales que le son propios,
lo que hace atractivo su mensaje a la audiencia a la que va dirigida. Son sas las luces y las sombras de unos productos muy cercanos a las mujeres y cuyo consumo es de especial relevancia en el
caso de las mujeres jvenes.
GNERO Y COMUNICACIN
LA PERSPECTIVA DE GNERO
La perspectiva de gnero es una manera de observar la realidad social, un paradigma crtico que asume la variable gnero como categora social (de forma transversal) en cualquier anlisis. Se trata de incorporar un marco analtico que
considera la situacin de hombres y mujeres as como las
relaciones que se establecen entre ambos. En consecuencia,
es un marco interpretativo pero tambin est dotado de un
espritu poltico: aspira a transformar la realidad desde la
pretensin de alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.
Menndez, M. Isabel, Construccin de la identidad en
l a s r e v i s t a s p a ra a d o l e s c e n t e s . E n I s a b e l C l a (e d . ) ,
Gnero y cultura popular . Barcelona: Edicions UAB, 2008.
351
Gnero y
comunicacin
351
Jvenes y
construccin de
identidad en el
siglo XXI
356
Las revistas
femeninas:
definicin y
caractersticas
361
Las publicaciones
dirigidas a
adolescentes
365
Conclusin
369
Ejercicios
372
Bibliografa
381
As, se trata de un modelo de interpretacin de la realidad que permite diferenciar lo biolgico de lo cultural;
tener en cuenta las caractersticas y necesidades especficas de mujeres y varones; poner de manifiesto las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, limitadas por los roles de gnero; revelar la situacin y
posicin que ocupan unos y otras y reconocer la desigualdad histrica que han soportado las mujeres. Consiste, en definitiva, en adoptar una posicin crtica desde
la cual (de)construir la sociedad que comparten mujeres
y varones. El objetivo ltimo ser, por tanto, avanzar en
la igualdad real entre ambos sexos.
En Espaa, y desde hace un par de dcadas, han comenzado a realizarse estudios preocupados por el paradigma
crtico de gnero en cuanto al discurso de las industrias
culturales. Suelen ser, no obstante, y como seala la profesora Juana Gallego, productos intelectuales todava escasos, resultado la mayora de las veces de una minora de
investigadoras, casi siempre mujeres (2004: 154). En gene-
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M. ISABEL MENNDEZ
Una de las primeras observaciones que los textos analticos han resaltado es la consolidacin de la segregacin
de lo femenino dentro de los productos de cultura popular. En efecto, la jerarqua sexual, que ha separado histricamente a hombres y mujeres, es una de las explicaciones a una realidad innegable: existen unos productos
mediticos que se denominan de inters general y otros,
segregados de los primeros, cuyo mensaje est orientado
a una audiencia femenina. Aun cuando existen publicaciones especializadas cuya audiencia real o pretendida es
mayoritariamente masculina, lo cierto es que casi todas
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ellas pretenden dirigirse a un pblico tericamente universal, tal y como se le supone tambin a la prensa de informacin general. De hecho, la categorizacin informativa, desde los mbitos acadmicos o periodsticos, no
reconoce formalmente la existencia de prensa masculina
(aunque sabemos que s existe),2 lo que permite suponer que, efectivamente, incluso la dirigida de forma ms
evidente a los varones, sera prensa general.
La prensa de informacin general est destinada al
gran pblico y debera tener como objetivo dar cuenta
de la actualidad de, entre otros, los asuntos pblicos. En
consecuencia, el mbito privado quedara fuera del inters periodstico. Esto es slo un aspecto ms de la dicotoma que existe entre lo masculino y lo femenino. La
cultura, a travs de la socializacin diferencial, ha consagrado la esfera pblica, masculina y productiva, frente a
la otra esfera, la del mbito privado y reproductiva, que
pertenece al sexo femenino. Esta separacin de espacios,
que se traduce asimismo en la diferenciacin de tareas,
ha llevado tambin a una minusvalorizacin de todo
aquello que ha quedado en el lado domstico o privado:
el mundo del cuidado, de los afectos, de lo cotidiano, no
es valorado desde las diferentes pticas que observan a la
sociedad. Por ello, no es extrao que los productos de
comunicacin de masas reproduzcan esta dicotoma
junto a la diferente categorizacin y valorizacin entre
ambos espacios. El espacio pblico goza de la atencin
informativa, mientras que se invisibiliza el resto de la
realidad social, en la que se encuentran las mujeres. Esta
situacin se ha modificado recientemente, pero slo en
parte. No obstante, y aunque sea de forma segregada,
ellas pueden reconocerse en la prensa femenina, en un
discurso de lo privado que pretende recuperar los intereses del entorno que es propio a la socializacin de las
mujeres. Esto permite asegurar, asimismo, que la prensa
femenina no es una categora de la prensa general, sino
otra realidad informativa con la misma entidad que
aquella que se dedica al espacio pblico, pero que, sin
embargo, no goza del mismo prestigio.
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La publicidad es parte esencial de las publicaciones femeninas pues es una expresin comercial que, sin duda, interviene en la lnea editorial. Muchos de los contenidos
aparecen de forma encubierta ya que las empresas anunciantes proponen temas para hacer reportajes o son incluidos, generalmente bajo el formato de informacin
adicional o prctica, en los consejos que incorporan las
distintas unidades redaccionales. El papel cada vez ms
preeminente de las inserciones publicitarias se debe, evidentemente, a la dependencia de estas publicaciones de
los ingresos que se derivan de las empresas anunciantes
por lo que, cuando es necesario, el contenido de la revista
se adapta a la temtica de sus insertos comerciales, cedindole las pginas ms visibles (las impares) o elabo-
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LA EMANCIPACIN
Bringu y Prez-Latre (1999) tambin explican que existen diferencias entre los valores finalistas y los instrumentales con relacin a la ideologa de la poblacin joven
espaola. Es decir, la mayora de ellos y ellas aseguran
compartir conceptos como pacifismo, tolerancia o ecologa, demostrando un alto nivel de compromiso con algunos de estos trminos, pero apenas participan, de una
manera activa, en las organizaciones no gubernamentales
y el movimiento asociativo. De forma similar, el informe
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Es un lugar comn asegurar que los medios de comunicacin de masas transmiten estereotipos sobre las personas y,
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especialmente, sobre las mujeres. Se pueden definir los estereotipos como un conjunto de creencias que un grupo
humano crea y comparte sobre los atributos, cualidades o
comportamientos de otro. Es una representacin social
compartida por un grupo que, con su uso, define de manera simplificadora a otras personas, utilizando para ello
convenciones y prejuicios que, la mayora de las veces, no
reparan en las verdaderas caractersticas o capacidades del
grupo que estn definiendo. Son, por tanto, frmulas compartidas colectivamente para definir a los dems.2
Como han sealado multitud de investigaciones, el estereotipo femenino se define a travs de caractersticas
como la pasividad, la obediencia, la actitud maternal, la
amabilidad, la discrecin, la ausencia de iniciativa o el
miedo. Los papeles principales que adoptan las mujeres,
por consiguiente, son el de ama de casa eficiente, madre y
compaera perfecta del hombre proveedor. El tercer grupo de cualidades tiene que ver con el fsico: mujeres eternamente jvenes y muy atractivas. El estereotipo masculino, por su parte, se construye como la anttesis del
femenino. Todo esto quiere decir que los estereotipos
son, en esencia, sexistas, lo que se traduce en efectos negativos tanto para varones como para mujeres pues, al
convertirse en un paradigma que divide a las personas en
dos grupos diferenciados, impide la expresin y la comunicacin de cualidades que deberan estar al alcance de
todos los seres humanos, independientemente de su sexo.
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Desde una perspectiva de gnero, el aspecto ms significativo de los productos que los medios de comunicacin dirigen a las audiencias femeninas es su construccin de identidad. Los modelos de mujer propuestos desde estas
publicaciones apenas han variado a lo largo de la historia. Su
construccin de representaciones simblicas sigue fiel al hegemnico eterno femenino, una construccin que se divide
en dos facetas: el ngel o reina del hogar (madre y esposa)5
y la mujer objeto (cuyo sujeto es el varn). Asimismo, y ante
la evidencia de los cambios en el rol social de las mujeres,
ms recientemente aparece un modelo que combina algunos rasgos tradicionales con otros ms actuales como la autonoma, el trabajo remunerado o el abandono de la pasividad. Se trata de la figura de superwoman. Sin embargo, no
son stos los nicos modelos existentes. Las categoras binarias son una forma de construir significado porque ste se
crea a partir de la elaboracin de diferencias y similitudes
entre los pares. La mayora de las veces el mundo no es definido por lo que son las cosas sino por lo que no son: hombre/mujer, tierra/mar, blanco/negro, etc. Ello quiere decir
que siempre existen pares opuestos. Si el eterno femenino es
el polo positivo, ste se define por oposicin al que es el polo
negativo, la anttesis de aqul: la mujer mala, la puta o el demonio de la carne. Sobre esta representacin hay que detenerse porque es un modelo ambivalente. La mujer mala es
una advertencia a la trasgresin de los lmites, un recorte y
un enjuiciamiento de la libertad femenina, pero tambin
una tentacin, especialmente desde las pginas de las revistas dirigidas a mujeres jvenes.
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ellas creen necesitar, lo que favorecer tambin la relacin de dependencia que muchas lectoras establecen con
estos medios. Otro aspecto no menos importante es cmo estas revistas logran reforzar la sensacin de pertenencia al grupo, mediante la puesta en comn de contradicciones y la apertura de un supuesto espacio de
dilogo en el que la lectora cree que no est sola.
La funcin orientadora, que es uno de los objetivos de
estas publicaciones, queda subsumida en un discurso
que encubre esta pretensin. Los consejos estticos o sobre sexualidad aparecen bajo un falso enfoque de utilidad, que encubre a las verdaderas inspiradoras del mensaje: las empresas anunciantes de la multitud de
productos que ocupan las pginas de las revistas. La
identificacin funciona y, como explica Figueras (2005),
les permite pensar su identidad y reflexionar sobre ellas
mismas mientras experimentan con su cuerpo y sus sentimientos. Ello es francamente importante en un periodo de la vida tan convulso como la adolescencia, sobre
todo en temticas tan difciles en esa poca como la sexualidad, el placer narcisista o la construccin del propio
estilo. Por ello, algunas autoras hablan de chocolate mental para hacer alusin a estas cabeceras.
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Cultura de la habitacin.
Las revistas fomentan en
sus lectoras la pertenencia
al grupo mediante recursos
compartidos por todas y
que forman parte de su entorno ms ntimo. Se trata
de elementos que las propias revistas proporcionan
y que van desde el poster
del dolo del momento a espacios de participacin de
las audiencias desde los que
fomentar el lugar privado,
incluso confesional, que favorece el (falso) dilogo
(cartas, poemas, etc.). Este
entorno altamente codificado en femenino forma parte
de la cultura visual que rodea a las adolescentes (por
ejemplo, aparece en casi toda
la publicidad dirigida a ellas)
y suele responder a clichs
repetidos hasta la saciedad:
colores rosados, telas suntuosas o evocadoras de juegos (peluche, terciopelo),
espacios pensados para el
culto a la belleza, para probarse ropa o escribir poemas es decir, para dejar libre la expresin de un estilo
propio. Algunos autores que
han explicado este concepto
son McRobbie, que ha escrito numerosos textos sobre el
tema, o Ganetz quien lo
compara con el Fitting Room (probador de tienda),
un espacio creativo donde
las mujeres jvenes pueden
experimentar por ellas mismas sin el control de las personas adultas.
EJERCICIOS
1. Las revistas femeninas consolidan la mayora de estereotipos de gnero, sugiriendo as cmo deben ser las relaciones entre mujeres y hombres. A partir del visionado
de la pelcula dirigida por Donald Petrie, Cmo perder a
un chico en diez das (How to lose a guy in 10 days, Paramount Pictures, 2003) intenta descubrir cules son las
estrategias que, propuestas desde las pginas de las revistas femeninas, ambos sexos utilizan. Intenta delimitar si
todo el argumento responde o no a esos estereotipos.5
2. A partir de la lectura del siguiente fragmento del libro
de Juan Plaza, Modelos de varn y mujer en las revistas femeninas para adolescentes. La representacin de los famosos (2005: 201-203), reflexiona sobre qu consecuencias
puede tener en las personas adolescentes esta lectura de
la realidad.
El rasgo triunfador es el que aparece con mayor frecuencia para
definir a los personajes populares de las revistas femeninas. Entre
los famosos no hay fracasados, ni siquiera las pequeas decepciones profesionales se interpretan en clave de frustracin. Simplemente no se contempla nada que no sea el xito profesional o
personal. Hasta tal punto es as que de 519 personajes analizados
a ninguno se le atribuye el fracaso o cualquier otro rasgo que indique falta de xito. Ms an, cerca del 50% del total de los personajes de las revistas han sido definidos alguna vez como personas
de xito, queridas, solicitadas, explcitamente admiradas o premiadas.
El triunfo es, adems, superlativo. Slo hay que comprobar los
calificativos que se han incluido dentro de la variable triunfador:
arrasa, carrera fulgurante, celebridad, exitazo, est que se
sale Como ya hemos apuntado antes, el sobrenfasis es un aspecto tradicionalmente asignado a lo juvenil y a lo femenino.
A pesar de todo, predomina en los famosos la cultura del mrito. Son triunfadores pero nadie les ha regalado nada. Las revistas
insisten en dos rasgos que se sitan entre los diez ms repetidos:
por un lado, la capacidad de trabajo (que incluye adjetivos como
luchador, esforzado, laborioso, infatigable, sacrificado,
tenaz..) y por otro, la capacitacin profesional (es buen
actor/actriz, buen cantante, tiene talento, es virtuoso).
El xito, el talento y el esfuerzo se imponen a la experiencia. De
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3. A continuacin se incluye una ficha de anlisis extrada del libro Entre Penlope y Mesalina. El discurso de las
revistas para adolescentes (Menndez, 2005: 117-121).
Utiliza su mtodo para analizar la unidad redaccional
que reproducimos, de la revista Ragazza, cuyo titular es
Una y no ms. Intenta analizar los elementos caractersticos de estas publicaciones a partir de la lectura detallada, siguiendo el ejemplo anterior y ofrece una reflexin personal sobre cmo plantea esta publicacin que
deben ser las relaciones de las chicas con el otro sexo.
Nombre de la publicacin: Bravo por ti
Nmero de ejemplar: 221
Fecha de publicacin: junio de 2004
Informacin
Titular: Amor o flirteo? Tu cuerpo te delata...
Gnero periodstico: Test.
Firma: No.
Argumento o idea principal: Relaciones de pareja (contenido) y
feedback con la audiencia (discurso).
Target (pblico objetivo): Preadolescentes y adolescentes.
Elementos que aparecen: Esta seccin, clsica en las revistas de es-
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te sector, se compone de preguntas que las lectoras deben responder. Al final se incluye la solucin al test, mediante un sistema de
puntuacin. Es una pgina impar.
Serie visual lingstica: Poco relevante, est constituida por las
preguntas.
Serie visual paralingstica: El texto est muy reforzado por esta
serie, compuesta de iconos, colores, tipografa destacada, cuadros, etc. Todos los textos estn compuestos sobre un fondo
que evoca un cielo azul con pequeas nubes, lo que permite
consolidar la idea romntica que propone el test.
Serie visual no lingstica: Hay una imagen, superpuesta con
los textos, de una chica muy joven.
seccin tambin se pueden observar los recursos frecuentes en las revistas para adolescentes, en especial, el tono que intenta quitar importancia a los problemas y la voz amiga que siempre tiene el consejo
necesario: no te avergences, rete de la situacin!, un consejo:
usa un buen desodorante. Los estereotipos femeninos convencionales tambin salen a relucir: un consejo: no intentes charlar, sientes que el color de tu cara se asemeja al de un tomate?.
Rigor: No.
Entretenimiento: Se supone que el contenido ser divertido para
la audiencia.
Aportacin de informacin: No.
Contenido formativo: No.
Iconografa
Nmero de imgenes insertadas: Una.
Funciones de las imgenes: Funcin recreativa. Es una fotografa,
de cuerpo completo, de una chica joven, que busca la identificacin con la audiencia.
Redaccin
Frmula empleada: Apelativa, jocosa.
Uso de lenguaje no sexista: El discurso aparece en femenino.
Correspondencia entre texto e imgenes: Toda la composicin intenta reproducir el mundo romntico que se propone para las mujeres.
Lector/a al que se dirige: Se dirige nicamente a las mujeres target
de esa publicacin.
Contenido
Conceptos que aborda: El test incide en uno de los temas principales de estas revistas: el amor, apoyndose en las dudas frecuentes de las adolescentes (es amor?, me sucede lo mismo que a las
dems?, etc.).
Fuentes: No.
Inclusin de informacin prctica: No.
Inclusin de soluciones: No.
Impresin general
Trascendencia: Este cuestionario parte de la idea de que el cuerpo
responde con seales inequvocas ante el amor, lo que implica que,
por una parte, se ha construido a partir de ideas esencialistas y, por
otra, refuerza el mito del amor romntico. El test no cuestiona la socializacin diferencial sino que incide en ella, al suponer el amor como nica frmula de felicidad y destino inevitable. Las explicaciones
que aparecen junto a cada pregunta revelan esta intencin: necesitas
toda tu energa para soar con tu chico, ests encima de una nube
rosa, no te queda un segundo para pensar en otra cosa. En esta
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4. Lee la definicin del estereotipo de la mujer de plstico que aparece en el siguiente fragmento del libro El zapato de Cenicienta. El cuento de hadas del discurso meditico (Menndez, 2006: 65-68), y aplcalo a un personaje
que las revistas femeninas hayan elegido como protagonista.
Silvia Itkin define al arquetipo de mujer que imponen los medios
de comunicacin como mujer light, en su libro del mismo ttulo.
La caracterstica principal de este modelo, una revisin de la superwoman, es el inters hegemnico por la esttica, tal y como
ocurre con el estereotipo que reescribe. Pero ha incorporado otro
elemento que le hace singular y que es la uniformidad en cuanto
al patrn esttico. Ya dije que las mujeres se definen a travs del
cuerpo y de la mirada de otro cuerpo, el social y, en ese sentido, el
mensaje meditico es un discurso performativo, que indica cul
es el espacio social y simblico que deben ocupar las mujeres,
convertidas en un cuerpo sometido al culto esttico para seducir
al hombre pero, paradjicamente, invisibilizada su biologa mediante el uso de obsesivas artimaas higinicas. [] Los medios
contribuyen a la configuracin de un cuerpo ideal encarnado por
mujeres atractivas y famosas con las que las del mundo real establecen comparaciones. Este modelo es cada vez ms homogneo
y, si bien responde a las cualidades estticas ya descritas, bsicamente esa trada imposible de eterna juventud, belleza y delgadez,
es tambin significativo que se trata de un patrn concreto y uniforme para todas las mujeres.
Es una mujer blanca, rubia, muy delgada y con curvas estratgicas, es decir, con pechos abundantes. Se transmite un discurso homogneo en cuanto a la etnia, la clase social y las caractersticas fsicas. Que las mujeres quieran parecerse a la mueca Barbie tiene
consecuencias nefastas, pero para algunas es ms negativo que para otras. Las mujeres de caractersticas fsicas similares (blancas y
rubias) se obsesionarn con la delgadez y la silicona. Para ellas, se
trata de la bsqueda de un cuerpo hiperdelgado pero con las redondeces adecuadas, las que tienen que ver con la sexualidad (pecho, labios, pmulos), que nicamente podrn conseguir con ciruga plstica, pues es imposible ofrecer esas curvas sobre la delgadez
extrema. As, el escalpelo es la varita mgica que resta mediante la
liposuccin y suma con la silicona. Por eso la he llamado mujer de
plstico transparente, porque se obsesionan con una delgadez que
las hace casi invisibles mientras que mantienen las curvas estratgicamente erticas a las que, se supone, no hay varn insensible.
Como si esto fuera poco, las mujeres con caractersticas corporales distantes, por ejemplo las mujeres africanas o indias, se dedi-
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BIBLIOGRAFA
LECTURAS RECOMENDADAS
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MENNDEZ, M. ISABEL, Entre Penlope y Mesalina. El discurso de las revistas dirigidas a adolescentes. Oviedo:
Milenta, 2005.
PLAZA, JUAN, Modelos de varn y de mujer en las revistas
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famosos. Madrid: Fundamentos, 2005.
BIBLIOGRAFA SECUNDARIA
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ARNEDO, ELENA, Desbordadas. La agitada vida de la Elastic
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M. ISABEL MENNDEZ
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dmicas. Es editora de la antologa La caja lista: Televisin norteamericana de culto (2007) y participa en el Proyecto de Investigacin I+D Cultura, Sociedad y Televisin en Espaa (1956-2006).
ISABEL CLA GINS
Doctora en Teora de la Literatura y Literatura Comparada e investigadora del Grupo Cuerpo y Textualidad, dirigido por la Dra. Meri Torras (Universidad Autnoma de
Barcelona) donde participa en el proyecto Los textos del
cuerpo. Anlisis cultural del cuerpo como construccin
genrico-sexual del sujeto (fin de siglo XX-XXI); tambin
forma parte del proyecto Feminismo y gnero en la cultura popular actual. Escritura de las mujeres en la literatura, cine y soportes audiovisuales en Espaa (1995-2007)
dirigido por la Dra. Helena Gonzlez (Universidad de
Barcelona). Su investigacin se centra en los mecanismos
de construccin del gnero y la identidad en la cultura europea de finales del XIX, as como en las narrativas sobre
gnero e identidad que atraviesan la cultura popular contempornea. Ha participado en el primer volumen de esta
coleccin (titulado Cuerpo e identidad) con el artculo
Gnero, cuerpo y performatividad.
pirkheimer@hotmial.com
MARTA FERNNDEZ MORALES
Doctora por la Universidad de Oviedo, donde curs la
licenciatura en Filologa Inglesa y donde complet el
Programa de Doctorado en Estudios de la Mujer. Es
Profesora Titular en la Universidad de las Islas Baleares
y centra su investigacin en cuestiones de gnero en
productos culturales como el teatro, el cine y la televisin. Ha publicado artculos en revistas nacionales e internacionales (Atenea, English Studies, Analele, Odisea,
American Drama, etc.) y es autora de cuatro libros y coautora de uno. Recientemente ha elaborado materiales
didcticos para el anlisis de gnero de largometrajes y
cortos comerciales, as como para la adaptacin de
asignaturas de Filologa Inglesa al Espacio Europeo de
Educacin Superior. A lo largo del prximo ao estar
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disponible el volumen The Human Body in Contemporary Literatures in English. Cultural and Political Implications, del que es coeditora.
LUCA LIJTMAER
Licenciada en Filologa Inglesa por la Universidad de Barcelona (UB) y MA en Periodismo Internacional (Universidad de Westminster). Es profesora en la Facultad de Comunicacin Digital de la Universidad de Vic (UVic) y se
est especializando en estudios culturales y cultura pop,
con especial inters en la interseccin entre clase social, gnero y culturas musicales. Actualmente prepara su tesina
sobre el fenmeno del Brit Pop y los medios de comunicacin britnicos. Colabora habitualmente con el diario
ADN y la revista cultural Marabunta, y prepara proyectos
culturales con proyectoliquido.com (<http://proyectoliquido.com/>) y Pix Editorial. Con anterioridad ha trabajado en la Universidad de Rosario (Argentina), el peridico
Buenos Aires Herald y la revista Purple Magazine (Londres).
SARA MARTN ALEGRE
Profesora en el Departamento de Filologa Inglesa y Germanstica de la Universidad Autnoma de Barcelona.
Como investigadora se especializa en los estudios de gnero (en especial la masculinidad), las adaptaciones cinematogrficas, los estudios gticos dentro de los gneros del terror y la ciencia ficcin, y en el estudio del
posicionamiento de la cultura popular dentro de la cultura en general. Ha participado en el primer volumen de
esta coleccin (titulado Cuerpo e identidad) con el artculo Los estudios de la masculinidad: una nueva mirada al hombre a partir del feminismo.
Sara.Martin@uab.cat
M. ISABEL MENNDEZ MENNDEZ
Licenciada en periodismo y Experta Universitaria en polticas pblicas e igualdad, ha dedicado su lnea investigadora a la comunicacin desde la perspectiva de gnero.
Forma parte del profesorado de ttulos propios de la Universidad de Deusto, la Pontificia de Salamanca y la Pom-
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