Visita Al Santisimo Sacramento
Visita Al Santisimo Sacramento
Visita Al Santisimo Sacramento
de
modo
visible
de
en
la
Eucarista,
la Presencia permanente
sacramento
de
Jesucristo
la
adoracin
Eucarstica
tiene
una
profunda
relacin
con
la
evangelizacin. Por un lado, rezar por los dems ya es una privilegiada forma de
apostolado; y por otro, la experiencia de encuentro con el Seos nos renueva en
el ardor para anunciarlo como quien se ha encontrado personalmente con l.
Es verdad que a menudo, en nuestra oracin -como sealaba el Papa Benedicto
XVI-, nos encontramos ante el silencio de Dios (...) Pero este silencia de Dios,
como le sucedi tambin a Jess, no indica su ausencia. El cristiano sabe bien
que el Seor est presente y escucha. Esta situacin, que quizs hemos
experimentado en ms de una ocasin, nos invita a confiar y tener paciencia, y
puede ser un tiempo de maduracin para nuestra fe, recordndonos que el
Dios silencioso es tambin un Dios que habla, que se revela.
que hizo a toda criatura que habla; sin vida estn los ojos apagados de aquel a
cuya palabra y ademn se mueve todo lo que tiene vida (La vida de Mara, n.
89: Testi mariani del primo millennio, 2, Roma 1989, p. 253).
Muchas veces visitaremos el Santsimo Sacramento de modo espontneo. No
siempre hallamos una capilla cerca de donde vivimos o trabajamos, pero a veces
tenemos la oportunidad de hacerlo y la aprovechamos. A quin no le gusta
recibir la visita sorpresa de un amigo cercano? El Seor se alegrar tambin
cuando lo visitemos as. Sin embargo, si podemos hacer de la visita al Santsimo
un hbito que tendr muchos frutos en nuestra vida espiritual. Quizs podamos
visitarlo unos minutos al da, o dos o tres veces por semana. Podemos hacerlo
solos, en la compaa de alguien, o tambin en familia. Invitar a alguien a visitar
al Seor presente en el Santsimo Sacramento es una excelente oportunidad
para hacer apostolado y dar ocasin para que otras personas que quizs estn
un poco alejadas del Seor vuelvan a encontrarse con l en la intimidad de la
oracin.
Si bien podemos rezar con las palabras que espontneamente vengan a nuestro
corazn, cuando vamos a visitar al Seor Jess por un tiempo ms prolongado
ayuda muchsimo preparar nuestra visita. Podemos, por ejemplo, dedicar unos
minutos a un momento de dilogo personal con el Seor, otros minutos a la
meditacin de un texto eucarstico o a rezar con los salmos, y otro momento a
pedir por nuestras necesidades y las de los dems. Las posibilidades son muy
variadas, y esta costumbre ayudar a que nos mantengamos concentrados y
enfocados.
La dinmica de palabra y silencio, que marca la oracin de Jess en toda su
existencia terrena, sobre todo en la cruz, toca tambin nuestra vida de oracin
en dos direcciones.
La primera es la que se refiere a la acogida de la Palabra de Dios. Es necesario
el silencio interior y exterior para poder escuchar esa Palabra. Se trata de un
punto particularmente difcil para nosotros en nuestro tiempo. En efecto, en