La Salud y El Humanismo
La Salud y El Humanismo
La Salud y El Humanismo
seal (desagradable por cierto), me indica que debo retirar mi dedo, para evitar un
dao mayor. Todo dolor fsico es rpidamente atendido por quien lo padece para
intentar eliminarlo. Desde este punto de vista, una funcin similar cumplen otros
signos y sntomas, como la fiebre, el decaimiento, la perdida de reflejos, etc, etc.
Desde el punto de vista mental, el sufrimiento cumple con la misma funcin,
pero en el campo sicolgico, as, cuando algo no anda bien en nuestras vidas,
experimentamos una sensacin de angustia, o temor, nerviosismo, depresin, etc.
etc., que tambin son claros sntomas de eso que no anda bien.
Pero cuerpo y mente no son entidades aisladas en las personas, sino que
forman una unidad e interactan entre s.
Es claro en muchos casos como el sufrimiento mental termina generando
dolor fsico, as esta sobradamente demostrado como la ulcera gstrica, la
hipertensin, algunos tipos de asma o enfermedades de la piel, tienen una base
netamente mental, y en su expresin desarrollan una enfermedad fsica.
Tambin, y esto es mas fcil de comprender, las enfermedades fsicas
generan sufrimiento mental por diferentes vas, como ser el limitar el accionar
humano, ser fuente de discriminacin, afectar directamente el estado de animo,
etc. etc.
A esta altura muchos estarn plantendose que esta primero, si el dolor
fsico o el sufrimiento mental, o si uno le da origen al otro, y partiendo de esta
visin de las cosas se plantea la posibilidad de que un nio asmtico tenga
problemas de expresin e integracin al mundo, o si un seor con mal humor
pueda tener una ulcera gstrica. Y de esta manera se establecen clasificaciones
de las enfermedades y de los estados mentales, y se definen algunos estados
como indiscutiblemente relacionados, y otros que de ninguna manera tienen
relacin entre s. Y por ltimo, se proponen curas para uno u otro estado.
Para la concepcin Humanista, en la que el ser humano es una estructura
abierta al mundo, en la que interactan lo que cada uno piensa, siente y hace, y
tambin con el mundo que lo rodea, el dolor y el sufrimiento son distintas
expresiones que evidencian los estados de contradiccin y se manifiestan con
mayor o menor preponderancia segn las caractersticas de cada individuo.
Como expresara Silo en una de sus conferencias: no estamos diciendo que
los grmenes que ocasionan una angina sean de origen mental, pero si decimos
que los estados mentales operan directamente sobre las condiciones energticas
de la estructura sicofsica de las personas, produciendo disminucin en sus
defensas y generando un campo propicio para el desarrollo de tales
enfermedades.
En este punto es preciso aclarar, que aquellos que han sido formados en la
visin occidental de la medicina, tienen una visin degradada de los fenmenos
energticos en relacin a la salud y la enfermedad, a diferencia de las corrientes
orientales, por ejemplo, en las que ciencias como la acupuntura cumplen un rol
fundamental en los procesos curativos. Para muchos, todo aquello que no pueda
medirse, cuantificarse o reproducirse en condiciones preestablecidas, es cuanto
menos dudoso.
Desde luego que lo anterior no es un planteo que descalifique al mtodo
cientfico, pero si una llamada de atencin en cuanto a la necesidad de aceptar lo
que la experiencia cotidiana nos muestra como realidad. Por mencionar solo un
aspecto, recordemos como la confianza que se tenga en un mdico, es factor
determinante en el proceso de curacin.
Vistas as las cosas, en el proceso de enfermedad existen factores
netamente orgnicos, o biolgicos, o fsicos; pero tambin y en un grado igual de
importancia, existen factores relacionados con la existencia cotidiana y con el
grado de acuerdo o contradiccin de las personas, con sigo mismas o con el
mundo que las rodea.
Algunas corrientes se apoyan fundamentalmente en uno de estos aspectos,
en tanto que otras se apoyan con igual conviccin en el otro lado de la ecuacin.
As tenemos quienes atienden el proceso salud-enfermedad con aparatos,
medicamentos, estudios de laboratorio, etc. etc. y por el otro lado quienes lo hacen
desde la fe y los poderes curativos del operador. Cientficos y curanderos, como
expresin grfica de los opuestos,. reniegan unos de otros; y entre ambos se
extiende una amplia gama de curadores que intentan integrar ambas visiones.
Y la realidad es que ambos lados de la ecuacin son correctos y se
requieren en la misma proporcin para actuar con xito.
De esta manera, deber surgir un entendimiento entre las distintas formas
de operar sobre el proceso salud-enfermedad, de manera tal que se integren las
distintas formas y concepciones hasta lograr un entendimiento entre ellas y que
todos puedan beneficiarse con los mejores elementos de cada una de ellas.
Desde luego que no estamos planteando la unificacin te todas las formas
en una nica medicina. Por el contrario creemos que la diversidad de formas, que
se encuentran en relacin directa con la diversidad de culturas e historia de los
pueblos, debe persistir, pero enriquecindose con el aporte de otras culturas y
concepciones. Estamos diciendo pues que es preciso dejar de lado los
extremismos, en los que todo se basa en una pastilla o todo se fundamenta en la
fe.
Hasta aqu nos referimos al proceso del dolor y el sufrimiento como una
estructura que afecta a los individuos, pero al hablar del ser humano lo definimos
como un ser abierto al mundo, es decir que el opera sobre el mundo
transformndolo y el mundo opera sobre l de la misma manera, por lo que
decimos que es un ser social.