Rosa Jose Maria-Linea 22 Mayo

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Editorial de la revista LINEA n 22 de mayo de 1982

3 pg 1.070 palabras

2 DE ABRIL DE 1982 HEROICA LOCURA


El 2 de abril se abre o se reabre? un nuevo capitulo en la historia. La
recuperacin de las Malvinas ha tocado hondo en la fibra patritica del pueblo.
Nos despertamos con el orgullo de sentirnos una nacionalidad que campea por
su respeto. Y eso ha venido desconcertadamente tras un perodo en el que no
brillaba precisamente el patriotismo y nuestra Argentina se reparta a pedazos
entre los poderosos. Cuando esperbamos de un momento a otro la anunciada
privatizacin del subsuelo, los militares nos salen con esta pgina de gloria y
responsabilidad.
De heroica locura la calificamos en nuestra nota del pasado abril. No
queremos saber qu propsitos la dictaron. Si fue por un irresistible impulso
patritico, o medi la consideracin de que EE.UU. nos acompaara en la
patriada. Si fue esto ltimo lo que no creemos debemos convenir que nuestros
jefes no estn al tanto de la historia contempornea, como desconocen la historia
pasada.
Los EE.UU. no solamente son los ms firmes aliados del Reino Unido, sino que
nunca, nunca, aceptaron, pese a la doctrina Monroe, la argentinidad de los
archipilagos.
El 28 de diciembre de 1831 un ao antes de la agresin britnica que nos quit
las Malvinas entr al puerto Soledad un navo disfrazado de mercante francs;
pero en realidad era un crucero de guerra norteamericano que venia a DARLE
UNA LECCIN AL GOBERNADOR ARGENTINO Luis Vernet. Se llamaba El
Lexington y lo capitaneaba el comandante Silas Duncan.
Apenas desembarc sus marines, sin que los caones de la fortaleza pudieran
impedirlo, los norteamericanos se apoderaron de esta defensa; validos de la
sorpresa, clavaron los caones, apresaron a los defensores, robaron los cueros de
vacuno y lobos marinos que haba en las barracas, y acabaron por embarcar en su
navo a las familias pobladoras. Entenda el comandante Duncan que los
argentinos no tenan derecho a impedirles la cacera que efectuaban los
norteamericanos en las islas, que eran "tierra de nadie a juicio del capitn. El
gobierno argentino protest y exigi indemnizacin. Protesta tanto ms fundada
por cuanto al ao del atropello, y aprovechando el desguarneclmlento en que
quedaron las islas, el capitn ingls Onslow, al mando de su corbeta de guerra
"Clio, y cumpliendo instrucciones de su gobierno, se apoder de las islas.

Sabemos de la historia de la protesta argentina ante los britnicos. Veamos lo


que ocurri con los norteamericanos. Rosas gobernador en 1835 dio
instrucciones al ministro argentino en Wshington, que era el general Alvear, para
que reclamara por la conducta del capitn Duncan y obtuviera la indemnizacin
correspondiente. Pero el secretario de estado, Daniel Webster, respondi que
"suspenda" el pedido argentino hasta tanto se arreglara la controversia pendiente
entre el gobierno argentino y la Gran Bretaa acerca de la jurisdiccin de las
islas". Lo que motiv que las relaciones argentino-norteamericanas quedaran
interrumpidas.
Estados Unidos quera eludir la pertenencia argentina de las islas para ahorrarse
indemnizar la conducta del capitn Duncan. No fue la nica oportunidad. En julio
de 1885 el ministro argentino en Wshington, Luis L. Domnguez, propuso
someter a rbitros el monto de la indemnizacin. El presidente norteamericano
prefiri contestar de una manera indirecta; lo hizo en su mensaje anual al
Congreso, calificando de "piratical colony el establecimiento argentino. A este
propsito, respondi Vicente G. Quesada, con un enjundioso alegato jurdico e
histrico (excelente como todos los suyos), demostrando la argentinidad de las
islas, y que el desmantelamiento hecho por el marino norteamericano en
diciembre de 1831 fue la causa eficiente para que el reino unido se apoderase de
las islas en enero de 1833. Este alegato de Quesada, que lleva fecha 9 de
diciembre de 1885, fue desechado por el Secretario de Estado Norteamericano Thomas F. Bayard, el 18 de marzo de 1886, porque "la Repblica Argentina
encuentra sus derechos controvertidos por la Gran Bretaa y hasta que no se
resuelva este pleito no puede reclamar indemnizacin por presuntos desmanes
cometidos en lo que no es su territorio".
Suponemos que nuestra cancillera ignora estos documentos no obstante
encontrarse en su archivo de Relaciones Exteriores , dado que acept la tercera
del Secretario de Estado Haig para dirimir el pleito. No haremos el cargo de
ignorar la historia del siglo XIX a quienes evidentemente no parecen que supieran
las relaciones actuales entre los EE.UU. y Gran Bretaa.
Debemos hacer muchas cosas despus del 2 de abril: Entre ellas, estudiar
nuestra autntica historia, que se ignora plcidamente a tenor de los discursos
oficiales.
Pero tenemos la certeza de que las cosas cambiarn. La recuperacin de las
Malvinas no se va a detener en la devolucin de los archipilagos, debe
devolverse la Argentina, la Argentina ntegra, con sus ideales, sus industrias, su
pueblo y su historia. No es tiempo de procesos ni reorganizaciones, sino de
encontrar la Patria. La Patria autntica. Un pueblo decidido a triunfar puede
vencer a un enemigo militarmente ms poderoso. Lo vencer a la corta o a la
larga. Es una lucha de liberacin y la historia contempornea ensea que suelen
durar aos.
Triunfaremos, sin duda, triunfaremos, porque en la lucha de los pueblos contra
los imperialismos triunfan los pueblos. Pero lo ms importante es recuperar el

sentido heroico de la vida argentina. Por eso, aun en el caso de que las cosas no
nos fueran militarmente favorables, si se mantiene firme el espritu patritico, la
derrota es honrosa cuando se cae con gallarda, sin abdicar ninguno de los
ideales. Perder las Malvinas por las armas slo significara que posponemos su
recuperacin. Hay mucha sangre vertida para abandonar el propsito de lograrla.
Importa, s, y mucho!, que perdamos las Malvinas en la mesa de negociaciones
La perderamos entonces para siempre. Y perderamos algo ms: la fibra
patritica que evidentemente tiene nuestro pueblo. Cundira el desaliento, y nos
seria difcil recobrarlo. Cuidado con las negociaciones diplomticas, seores del
Proceso. No les tenemos fe para hacer diplomacia, como no les tenemos fe para
hacer poltica. Los militares han nacido para hroes. No empaen el titulo
glorioso ganado el 2 de abril, con la pifiada que van a presentarles, llena de
palabras equvocas y aviesos propsitos.
Que flamee en los archipilagos la bandera argentina. Pero sola, sin compaa.
Que no hay soberana compartida.
Todo el pueblo argentino, toda Amrica Latina, tiene la esperanza de que el 2 de
abril se haya abierto un nuevo capitulo de la historia de Amrica. No los
defraudemos.
Jos Mara Rosa

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