El Adivino

Rafael Jijena Snchez
El adivino
Venezuela
2003 - Reservados todos los derechos

Permitido el uso sin fines comerciales
Haba una vez un campesino muy pobre y muy astuto a quien llamaban por el apodo
Escarabajo. Este hombre quiso adquirir a toda costa fama de adivino, para lo cual un da
resolvi robar una cobija a una mujer que lavaba en el ro. Puso en prctica lo que haba
pensado y escondi la cobija dentro de unos matorrales; luego comenz a decir a todo el
mundo que l posea la virtud de adivinarlo todo. La mujer le escuch y le rog que
adivinar dnde se encontraba su cobija perdida.
-Y qu me dars si lo adivino?- pregunt el campesino.
-Te pagar con un saco de maz.
-Convenido.
Escarabajo fingi meditar un rato y luego con gesto de iluminado, indic a la mujer el lugar
donde estaba la cobija.
A los pocos das, desapareci tambin uno de los mejores burros un arriero. Escarabajo lo
haba robado y conducindolo a un bosque lo escondi, dejndolo atado a un tronco de un
rbol.
Informado el arriero de las maravillosas facultades de Escarabajo lo busc y le pidi lo
ayudase a buscar su borrico.
El falso adivino encendi una gran fogata y trazando signos mgicos en el humo, sonri
con aire satisfecho y dijo:
-Vete al bosque, all encontrars a tu burro con el ronzal enredado a un tronco de un rbol.
El arriero hizo lo que le indicara Escarabajo y habiendo encontrado su animal, regres muy
contento y entreg un puado de dinero al campesino.
La fama de Escarabajo creci y se extendi por todas partes, y todos le tenan por un brujo
de extraordinarios poderes.
Por desgracia, ocurri que al rey se le perdiera su sortija nupcial y por ms que la buscaran
por todas partes no la pudieron encontrar.
El rey mand que le trajeran el famoso adivino a su presencia lo ms pronto posible. Los
enviados reales buscaron al campesino y hallndole, se pusieron en camino con l.
Escarabajo, lleno de miedo se dio a pensar cosas tristes; temiendo por su vida se deca:
Hasta ahora duraste Escarabajito, no podrs adivinar dnde se encuentra la sortija del rey,
y entonces l se enfurecer y te mandar a meter en la crcel; eso si no sucede algo peor...
Cuando estuvo ante el rey, ste le dijo:
-S que te dices adivino y si averiguas dnde se halla oculto mi anillo te har rico, pero si
no lo logras te har dar una paliza tan formidable que te acordars de ella toda tu vida.
Y orden que le encerrasen solo en una habitacin para que meditara toda la noche.
-Maana tempranito tendrs que darme la contestacin. Si no...
Metieron a Escarabajo en un cuarto y all lo dejaron solo.
El campesino se puso a pensar lleno de tristeza:
Qu podr decirle maana al rey? Lo mejor ser que espera la llegada de la noche para
escapar; es lo que voy a hacer; apenas los gallos canten por tercera vez huir de aqu y me
esconder en el bosque.
El anillo del rey haba sido robado por tres servidores del palacio; el camarero, el cocinero
y el cochero. Viendo la llegada del adivino, los tres se pusieron muy asustados.
-Qu haremos?- dijeron-. Si este hombre es adivino de verdad sabr que somos nosotros
los ladrones y cuando le diga al rey nos darn un castigo terrible.
Lo mejor ser ir a escuchar la puerta de su habitacin; si l no dice nada tampoco le
diremos nada, pero si nos reconoce culpables, no habr mas remedio que rogarle que no nos
denunci al rey.
Convinieron en eso y el camarero fue el primero en escuchar la puerta. De pronto se dej

or el primer canto del gallo. Pendiente de esto el campesino exclam:
-Gracias a Dios! Ya est uno, hay que esperar a los otros dos.
El camarero comenz a temblar de miedo y corri donde estaban sus compaeros.
-Ay, amigos mos! Este hombre es un verdadero adivino. Apenas me acerque a la puerta le
o decir: Ya est uno; hay que esperar a los otros dos.
-No lo creo dijo el cochero-, es que t tienes demasiado miedo. Ahora ir a ver yo si es
verdad y se fue tambin a escuchar la puerta.
En aquel momento los gallos cantaron por segunda vez y el campesino grita:
-Gracias a Dios! Ya estn dos; hay que esperar solo al tercero.
Espantado lleg el cochero junto a sus compinches.
-Oh, amigos, me ha reconocido a m tambin!
Entonces el cocinero ponindose muy serio propuso a los otros:
-Ahora ir yo, y si me reconoce tambin, nos presentaremos todos ante l y le rogaremos
por lo que ms quiera, que no nos denuncie y seremos sus esclavos.
Muy juntos los trenes, llenos de pavor, se dirigieron hacia la puerta del cuarto de
Escarabajo y el cocinero, con el corazn salindosele por la boca, se acerc a la puerta para
escuchar. De pronto los gallos cantaron por tercera vez y el campesino ponindose de pie
exclam:
-Gracias a Dios! Ya estn los tres
Y abri la puerta con la intencin de huir del palacio, pero los ladrones vinieron a su
encuentro y arrodillndose ante l, le suplicaron:
-Nuestras vidas estn en sus manos; perdnanos, no nos denuncies al rey. Aqu tienes el
anillo.
Escarabajo se qued sorprendido, pero dndose al momento cuenta de la situacin, empez
a hacer el papel de adivino.
-Bueno, por esta vez vamos a perdonarlos dijo.
Tom la sortija y, cuando los ladrones se hubieron alejado, levant un ladrillo del suelo y la
escondi debajo. Por la maana, el rey al despertarse, hizo venir al campesino y le
pregunt:
-Has pensando bastante?
-S, ya se dnde se halla el anillo. Se cay de vuestras manos y rodando fue a meterse
debajo de uno de los ladrillos del piso.
Levantaron la baldosa que Escarabajo indicara y de all sacaron la sortija. El rey compens
generosamente a nuestro hombre. Orden que le diesen de comer y beber y se fue a dar una
vuelta por el jardn.
Cuando paseaba por entre las plantas vi un pequeo escarabajo posado sobre una hoja; lo
cogi y volvi al palacio.
-Oye dijo al campesino-; si realmente eres adivino, tienes que adivinar qu es lo que tengo
encerrado en mi puo.
El campesino se llen de vapor, y temblando, murmur entre dientes:
-Ay, escarabajito, ahora s que ests bien cogido por la mano poderosa del rey-Es verdad! Eres adivino! exclamo el rey.
Y dndole an ms dinero le dej marchar a su casa colmado de honores.
Esto es verdad y no miento y como me lo contaron te lo cuento.
Seleccionado para los nios por Rafael Jijena Snchez
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