Lederach Construyendo La Paz

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Construyendo la paz
Reconciliacin sostenible
en sociedades divididas

Segunda edicin

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Construyendo la paz
Reconciliacin sostenible
en sociedades divididas
John Paul Lederach

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Coleccin Red Gernika


Directora de la coleccin: Mara Oianguren Idigoras

Ttulo original: Building Peace: Sustainable


Reconciliation in Divided Societies.
Traduccin del ingls: Marta Gonzlez Mona
y Lourdes Paos.
Revisin de la traduccin: Teresa Toda.
Primera edicin: 1998.
Segunda edicin: 2007.

John Paul Lederach, 1998, 2007


Bakeaz, 1998, 2007
Santa Mara, 1-1 E-48005 Bilbao (Espaa)
Tel.: +34 94 4790070 Fax: +34 94 4790071
Correo electrnico: bakeaz@bakeaz.org
http://www.bakeaz.org
Gernika Gogoratuz, 1998, 2007
Artekalea, 1-1 E-48300 Gernika-Lumo Bizkaia (Spain)
Tel.: +34 94 6253558 Fax: +34 94 6256765
Correo electrnico: gernikag@gernikagogoratuz.org
http://www.gernikagogoratuz.org
para esta edicin (2007):
Centro Cristiano para Justicia, Paz y Accin Noviolenta-Justapaz
Av. Calle 32 No. 14-42, Piso 1 Bogot (Colombia)
Tel.: (+57-1) 2856315 / 2873968
Correo electrnico: justapaz@justapaz.org
http://www.justapaz.org
Catholic Relief Services/CRS
Secretariado Nacional de Pastoral Social Critas Colombia
Calle 71 No. 11-10, Of. 404 Bogot (Colombia)
Tel.: (+57-1) 2177942
Correo electrnico: programaconjunto@crscolombia.org.co
http://www.crs.org
http://www.pastoralsocialcolombia@org
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD
Avda. 82 No. 10-62, Edif. Proteccin, Tercer piso Bogot (Colombia)
Tel.: (+57-1) 4889000
Correo electrnico: programa.redes-co@pnud.org.co
www.pnud.org.co
ISBN: 84-88949-21-9

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A mi esposa Wendy
Con profundo agradecimiento
por tu apoyo y nimos
a lo largo de los muchos caminos y
largas distancias por los que nos
ha llevado la bsqueda de la paz.

El placer de construir la paz?


Como la pesca, es la persecucin de
algo escurridizo, pero alcanzable,
una serie continua de momentos
para la esperanza.
Adaptacin de John Buchan

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ndice
Prlogo a la segunda edicin

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Prlogo a la primera edicin

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Agradecimientos

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Introduccin

23

I. Conflictos armados contemporneos


I . Panorama global

31

II. Caractersticas de las sociedades


profundamente divididas

41

II. Construir la paz: un marco conceptual


III. Reconciliacin: la construccin de relaciones

57

IV. Estructura: lentes para una visin amplia

71

V . El proceso: dinmica y progresin del conflicto

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VI. Un marco integrado para la construccin de la paz 107


VII. Recursos: hacer que la paz sea posible

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VIII. La coordinacin: puntos de contacto


IX. Preparndose para la construccin de la paz
X. Evaluacin sensible y estratgica
XI. Conclusiones

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141
165
187

Bibliografa

193

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Prlogo a la 2a edicin

n su prlogo a la primera edicin de Construyendo la paz:


Reconciliacin sostenible en sociedades divididas, escrita en 1998, Juan
Gutirrez 1 sealaba el nuevo continente que abra John Paul
Lederach para el anlisis y la resolucin de los conflictos de nuestro
tiempo. Igualmente, Juan Gutirrez indicaba el gran aporte de John
Paul a la cimentacin de una gran teora de dimensin histrica
para la construccin de la paz. Tal como l sealaba, esta teora por
primera vez integra ejes de anlisis y accin que hoy en da no se pueden separar a la hora de trabajar por la paz y la reconciliacin. El primer eje a considerar es la articulacin de las iniciativas a nivel de base
con los esfuerzos de lderes sociales, regionales y nacionales, y los oficios del alto gobierno, los representantes de los actores armados y la
diplomacia internacional. El segundo eje es la integracin de las distintas dimensiones del conflicto, desde lo personal e inmediato pasando
por las relaciones interpersonales y comunitarias, los subsistemas
estructurales e ideolgicos, hasta el trasfondo sistmico que envuelve
el conjunto de la sociedad.
El tercer eje es la necesidad de pensar la construccin de la
paz y la reconciliacin como un esfuerzo a travs del cual hay
que dar respuesta de forma coherente y estratgica a los retos

1 Juan Gutirrez era director de Gernika Gogoratuz cuando se public la


primera edicin de Construyendo la paz: Reconciliacin sostenible en
sociedades divididas. Juan Gutirrez y el Centro de Investigacin para la
Paz Gernika Gogoratuz son reconocidos internacionalmente por su trabajo en la transformacin social de conflictos y la reconciliacin.

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del corto plazo (escaladas de violencia, crisis humanitaria),


del mediano plazo (problemas estructurales de la sociedad,
desarme, gobernabilidad) y de largo plazo (reconciliacin).
De esta manera, plantea Juan Gutirrez que John Paul ofrece
una matriz estratgica de dimensiones histricas, un largo plazo de
treinta aos, que envuelve el conjunto de la sociedad y llega hasta las
races del conflicto, las ideologas y sistemas dominantes del mundo,
y, diramos nosotros, que proyecta las dimensiones sistmicas e histricas sin perder de vista a la persona y el conflicto inmediato, en donde
se encarna el sufrimiento humano.
Ocho aos despus de publicada la primera edicin en espaol, el
tiraje est completamente agotado, siendo esto testimonio de la pertinencia del libro y de su vigencia para la problemtica de nuestras
sociedades. Esto ha llevado a que tanto desde Espaa como desde
Amrica Latina, y, especficamente, Colombia, se tomara la iniciativa
de publicar una segunda edicin.

Colombia
Un repaso somero de los acontecimientos de los ltimos
ocho aos deja en claro no slo la pertinencia del libro, sino que
la semilla sembrada por la primera edicin no ha sido en vano.
En Colombia, pas que sigue azotado por un conflicto armado
que deja miles de muertes cada ao, el Gobierno ha adelantado
conversaciones para avanzar hacia la paz con la cpula de los
grupos armados al margen de la ley, aun cuando no se ha involucrado en ellas de manera significativa a las comunidades, ni a
las Iglesias y organizaciones de la sociedad civil. Pero a esas gestiones desde lo alto se han sumado mltiples iniciativas de
comunidades, organizaciones de sociedad civil, iniciativas
empresariales y de Iglesias, tanto en la base como a nivel diocesano y regional, de implementar propuestas de paz. Tambin se
han multiplicado redes para relacionar las iniciativas entre s,
conectando la base con organizaciones y lderes regionales,
nacionales e internacionales. De este relacionamiento e intermediacin, cobran fuerza las voces que plantean nuevos modelos de construccin de paz y reconciliacin, que insisten en la
necesidad de una solucin poltica negociada, y que reclaman la
participacin de las vctimas y de expresiones organizadas de la
sociedad civil como actores relevantes en los procesos de transformacin social y gestin noviolenta del conflicto, antes, durante y despus de los acuerdos de paz.

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PRLOGO A LA SEGUNDA EDICIN

En los ltimos aos en Colombia, el tema de acuerdos de paz y la


desmovilizacin han pasado a un primer plano, y con ellos, el debate
sobre la reconciliacin. A pesar de que no se ha logrado un consenso
sobre lo que lleva a una verdadera reconciliacin, al menos se reconoce la necesidad de que los procesos de paz conduzcan a la reconciliacin. En el pas se estn escuchando las voces de mltiples sectores
presentando sus perspectivas sobre lo que significan la verdad, la justicia, la misericordia y la paz, temas que desarrolla John Paul con mucha
claridad.
Al mismo tiempo, distintos sectores sociales estn insistiendo en que una desmovilizacin exitosa y una paz duradera tendrn que tener en cuenta la necesidad particular de cada vctima o desmovilizado individual; la reconstruccin de relaciones
sanas entre vctimas y victimarios, incluyendo el reconocimiento de la violencia cometida, el arrepentimiento y la reparacin;
el desmantelamiento de las estructuras y redes de responsabilidad de los grupos en armas y el fortalecimiento del Estado
social de derecho; y a nivel regional y nacional, la devolucin a
la sociedad de los bienes y el podero econmico y poltico
adquiridos ilegtimamente dentro del conflicto armado. El reconocimiento de la necesidad de una solucin integral es fiel
reflejo del paradigma de los niveles y enfoques del conflicto
que desarrolla John Paul en este texto.
Finalmente, en el contexto del conflicto colombiano que
lleva ms de cuarenta aos, se evidencia el compromiso de
atender la crisis inmediata y poner fin a las violaciones que se
estn produciendo de los derechos humanos. Pero de la misma
manera, se ve que se valida el tiempo y recurso dedicados a
impulsar procesos pedaggicos sobre la paz, a construir redes
de relacin, a promover infraestructuras de desarrollo y a construir modelos alternativos, noviolentos, de transformacin de
conflictos; todos estos, procesos que requieren planeacin y
compromiso a mediano y largo plazo, y coherencia entre lo
local, lo regional y lo nacional. As, la semilla propuesta por
John Paul de un modelo integrado para la construccin de la
paz encuentra expresiones en Colombia.

Espaa
En cada lugar los contextos permiten redimensionar las visiones
de la paz. La experiencia que aquende y allende se ha podido desarrollar por parte de personas, organizaciones e instituciones europeas, ha

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estado envuelta por los conflictos y las situaciones de incertidumbre


que se dan en contextos de violencia originados, principalmente, por
las desigualdades econmicas, sociales y polticas. Sin embargo, el ser
humano, gracias a sus capacidades y el desarrollo de sus potencialidades, ha generado esperanza, ilusin por la vida, la convivencia pacfica
y la reconciliacin.
El acercamiento que se ha hecho desde Europa a diversos continentes, en este caso por parte de Gernika Gogoratuz a
Latinoamrica, y en concreto a Colombia, ha tenido el doble propsito de recibir y aportar ideas, conocimientos y experiencias, al
entender que es bsico para la construccin de paz el conocernos y
reconocernos, el emancipar juntos en las bsquedas que todo sujeto de paz tiene como propsito vital. La socializacin del conocimiento, desde la pedagoga de la paz, es fundamental para avanzar y consolidar reflexiones, dilogos y acciones que fortalezcan los
estados de derecho, la fraternidad, las libertades, las democracias
y por supuesto la vida en condiciones de dignidad.
El libro de John Paul Lederach, tanto en el Pas Vasco como
en general en Espaa, ha sido y es un texto de consulta, no slo
para quien se interesa en promover la construccin y sostenibilidad de la paz con horizonte de reconciliacin con grandes
perspectivas y en grandes escenarios, sino tambin para quien
lo hace en las pequeas iniciativas cotidianas desde la sociedad
civil, organizaciones e instituciones de diversos mbitos e
inmersas en su comunidad. En ese sentido, seguimos considerando que, hoy por hoy, sigue siendo una obra que inspira propuestas y aspira a lograr sociedades creativas y sosteniblemente reconciliadas, tengan o no conflictos abiertos.

SEGUNDA EDICION
Para hacer posible esta segunda edicin, han unido sus
esfuerzos Bakeaz y Gernika Gogoratuz del Pas Vasco en Espaa,
responsables de la primera edicin; y, en Colombia, el Centro
Cristiano para Justicia, Paz y Accin Noviolenta, Justapaz; el
Programa Conjunto desarrollado entre el Secretariado Nacional
de Pastoral Social (SNPS) y Catholic Relief Services (CRS); y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La colaboracin de estas organizaciones, y del autor, permiten
editar esta segunda edicin con el objetivo de alentar procesos
de paz con horizonte de reconciliacin.

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PRLOGO A LA SEGUNDA EDICIN

El Centro Cristiano para Justicia, Paz y Accin Noviolenta,


Justapaz, es una iniciativa de la Iglesia Cristiana Menonita de
Colombia que, a travs de la capacitacin, la organizacin y la
accin, busca fortalecer el quehacer de Iglesias, organizaciones y
grupos comunitarios por los derechos humanos y la paz, en articulacin con organizaciones y redes regionales, nacionales e internacionales. Actualmente, desarrolla trabajo en las reas de la pedagoga y accin noviolenta; la resolucin y transformacin de conflictos; la objecin de conciencia al servicio militar y otras formas
de violencia, la documentacin e incidencia por los derechos
humanos y la paz, el hermanamiento internacional, y el apoyo a
Iglesias en su opcin de ministerio integral de paz.
El Programa Conjunto SNPS-CRS es una iniciativa desarrollada a la luz de Eclessia in Amrica, entre el Secretariado
Nacional de Pastoral Social/Caritas Colombiana y Catholic
Relief Services-CRS/Colombia, agencia internacional de cooperacin de la Conferencia Catlica de Obispos de Estados Unidos
(USCCB), miembros ambos de la Red Caritas Internationalis,
con el propsito de estrechar an ms los lazos de solidaridad en
una relacin de asociacin a favor de la construccin de la paz,
la respuesta humanitaria integral, el fortalecimiento ciudadano
desde un concepto de construccin de lo pblico y la incidencia por polticas estadounidenses serias y respetuosas de derechos humanos y la solidaridad con catlicos y otros grupos de fe,
tanto en Estados Unidos como en Colombia. La meta del
Programa Conjunto es: Conflictos violentos transformados hacia un
ambiente de paz y reconciliacin, a todos los niveles de la sociedad
colombiana.
Bakeaz es una organizacin no gubernamental fundada en
1992 en el Pas Vasco y dedicada a la investigacin. Creada por
personas vinculadas a la universidad y al mbito del pacifismo,
los derechos humanos y el medio ambiente, intenta proporcionar criterios para la reflexin y la accin cvica sobre cuestiones
relativas a la militarizacin de las relaciones internacionales, las
polticas de seguridad, la produccin y el comercio de armas, la
relacin terica entre economa y ecologa, las polticas hidrolgicas y de gestin del agua, los procesos de Agenda 21 Local,
las polticas de cooperacin, la educacin para la paz y los
derechos humanos.
Gernika Gogoratuz, Recordando Gernika, es un Centro de
Investigacin por la Paz creado por decisin unnime del

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Parlamento Vasco en abril de 1987, coincidiendo con el 50


Aniversario del Bombardeo de Gernika. El Centro de
Investigacin por la Paz desempea su actividad en el desarrollo de los valores de la construccin de paz en el campo de la
investigacin, formacin, intervencin y divulgacin. Gernika
Gogoratuz entiende que la reconciliacin es la veta ms viva de
la paz y que un horizonte de reconciliacin es el elemento
orientador de un proceso de paz emancipadora y sostenible, en
el que se transforman y hacen ms justas las estructuras, se
recupera la verdad histrica y se honra a las vctimas. En 1997
cre la Red Gernika, red internacional de respaldo a procesos
orientados a una reconciliacin. Gernika Gogoratuz lleva desde
mediados de la dcada de los noventa trabajando en Colombia,
principalmente en el departamento del Caquet, desarrollando
programas de construccin de paz y transformacin noviolenta
de conflictos junto a organizaciones colombianas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) es la red de las Naciones Unidas que coopera con
pueblos y Estados de todo el mundo para atender las necesidades del desarrollo y forjar una vida mejor. El PNUD trabaja con
gobiernos e instituciones nacionales y regionales, la sociedad
civil, el sector privado, los medios de comunicacin y un amplio
grupo de aliados para ayudar a encontrar soluciones propias a
los retos del desarrollo humano. En Colombia el PNUD tiene
en el Programa REDES, Reconciliacin y Desarrollo, una
apuesta integral y estratgica de construccin de paz para el
desarrollo humano. REDES apoya estrategias endgenas de
organizacin social para la paz y el desarrollo en contextos de
violencia y conflictos arraigados, articuladas a redes sociales e
institucionales para reducir la vulnerabilidad de las personas
frente a los retos del conflicto armado y promover procesos de
construccin de paz, desarrollo y reconciliacin a niveles local,
regional y nacional.

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Prlogo a la 1a edicin

ara construir las paces hacen falta al menos tres cosas:


voluntad, herramientas y proyecto. En clave positiva la
voluntad de paz est en el compromiso hacia un horizonte de
reconciliacin. En el ltimo cuarto de siglo se han ido haciendo
algunas herramientas nuevas y recuperando muchas herramientas viejas y olvidadas de tratamiento, transformacin y resolucin de
conflictos.
Desde que termin el conflicto entre los bloques socialista y
capitalista a principios de los noventa, se ha avanzado mucho en
este campo. En este sentido, John Paul Lederach ha hecho varias
contribuciones importantes. Y la que hace con este libro es bien
especial, porque no se trata en l de presentar varias herramientas ms, ni de explicar su manejo, sino de plantear con palabras
sencillas un marco de construccin de la paz dentro del cual
encuadrar en un proyecto todas las herramientas que conocemos y las personas que han de manejarlas.
Es un marco ms que de dos dimensiones, de tres, que John
Paul Lederach llama tres lentes. Son tres ejes de coordenadas. El
primer eje desciende desde el nivel ms alto de los pocos que
mandan ms en la sociedad, hasta el nivel ms bajo de las
inmensas mayoras, pasando por el nivel intermedio, detenindose en l, resaltando su importancia y funcin mediadora. El
segundo eje, que recoge e interpreta un escrito an no publicado
de Maire Dugan, se refiere al calado con que se trata el conflicto: el tratamiento puede ceirse simplemente a la materia conflictiva, llegar a la relacin entre las partes involucradas en el
conflicto, o profundizar ms llegando a los subsistemas estructu-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

rales e ideolgicos en el entorno del conflicto, y por ltimo, ya en


el trasfondo, a los sistemas estructurales e ideolgicos que
envuelven al conjunto de la sociedad. El tercer eje marca el
tiempo, los objetivos inmediatos a corto, medio y largo plazo de
las herramientas de construccin de paz y su utilizacin en las
distintas fases de un conflicto.
Tres cosas enriquecen este texto: la gran y envidiable experiencia prctica en el tratamiento de conflictos en todo el mundo
como facilitador, asesor y mediador con que cuenta su autor; el
amplio conocimiento de los diferentes planteamientos tericos
para el anlisis y tratamiento de conflictos que hoy existen por
ejemplo, de Adam Curle, Hizkias Assefa, John Burton y el
esfuerzo por integrarlos y ubicarlos dentro del marco de construccin de paz que forman los tres ejes; y la ms importante, la
inmensa ampliacin en tres dimensiones del campo de tratamiento de conflictos gracias a este texto, por primera vez
cuenta el tratamiento de conflictos con una matriz estratgica de
dimensiones histricas, un largo plazo de treinta aos, que
envuelve el conjunto de la sociedad y llega hasta las races del
conflicto, las ideologas y sistemas dominantes en el mundo.
Esta matriz es una clave central que permite que el tratamiento de conflictos deje de ser una especie de ingeniera social,
que se sirve de tcnicas que eran un poco recetas de cocina y de
herramientas y actores descoordinados entre s, y pase a plantear estrategias histricas de superacin de la violencia y construccin de paz, dentro de las que ubicar y relacionar entre s
tales herramientas y actores.
En este sentido, me atrevo a comparar osadamente la aportacin de John Paul Lederach en el terreno de los conflictos con
la de Sigmund Freud. En la psicologa, Freud tiene el mrito de
haber descubierto un nuevo continente de la psique el subconsciente y el inconsciente. Puede cuestionarse y replantearse mucho de lo que Freud crey encontrar all, pero no cabe
poner en duda ni la existencia ni la importancia de este continente. Tambin John Paul Lederach ha englobado en los tres
ejes de su matriz todo un nuevo continente, y aunque pueda
cuestionarse parte de su contenido, echarse de menos una u
otra cosa, no cabe duda de que de ahora en adelante, en ese
continente se plantean el anlisis y la resolucin de conflictos
fundamentales de nuestro tiempo.
Hoy vemos que mediacin, prevencin, reconciliacin son trminos
cada vez ms usados como portadores de esperanza en las mani-

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PRLOGO A LA PRIMERA EDICIN

festaciones pblicas de los polticos. Les falta, sin embargo, la


cimentacin sobre una gran teora de dimensin histrica, que
contrarreste su manipulacin ideolgica. Para ello, el texto que
aqu sigue aporta una gran clave, precisamente en un perodo en
el que la ciencia parece haber renunciado a responsabilizarse de
grandes teoras, tan necesarias para dar sentido y orientar a la
sociedad.
Aunque los planteamientos de este texto sean an primerizos, puede ya medirse con grandes planteamientos que han
dejado y an dejan su impronta en la historia, por ejemplo, el
marxismo. Ese contraste es de enorme inters. Frente a la dialctica negativa con insistencia en la violencia, la partera de la
historia, que impregna el marxismo, este texto plantea la reconciliacin como espacio de encuentro, locus, y elemento orientador, focus. Mientras que el marxismo resalta la importancia de
las bases sociales y del poder institucional, el nivel bajo y el alto,
John Paul Lederach resalta el poder del nivel intermedio, un
poder basado en las relaciones y contactos, mediador, no coactivo. Un poder que olvid el marxismo y que no entiende an la
mayora de los polticos de hoy.
Sin embargo, no ha sido nicamente el inters prctico lo
que ha movido a Gernika Gogoratuz a editar este texto, sino ante
todo su valor prctico. Hemos trabajado la edicin en castellano
con gran esmero, corrigiendo y mejorando tres veces la traduccin
inicial porque queremos que sea bien leda a los niveles alto,
medio y bajo, por los lderes hoy involucrados en el conflicto
vasco, o en conflictos de otros pases de habla espaola.
Juan Gutirrez
Director de Gernika Gogoratuz

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Agradecimientos

ste libro es el resultado de muchas experiencias y conversaciones y de una gran labor de colaboracin a lo largo de los
aos. En unas pocas lneas no es posible dar las gracias a todas
las personas que han contribuido a este proyecto. Varios colegas
merecen, no obstante, un reconocimiento especial.
Agradezco a Kumar Ruppesinghe aquella conversacin en la
que me anim a escribir este libro. l es quien coordin la serie
de monografas de la Universidad de las Naciones Unidas sobre
el conflicto y la autoridad en las que se basaron en un principio
algunos aspectos de este libro. Mis ideas y el contenido del
mismo se han beneficiado de la cooperacin y la labor realizada
durante muchos aos por varios colegas, entre los que se
encuentran Cynthia Sampson, el Dr. Hizkias Assefa, el Dr. Ron
Kraybill, el Dr. Christopher Mitchell, Juan Gutirrez y Bill
Potapchuk. En el aspecto prctico, he aprendido mucho de la
labor realizada en colaboracin con el Instituto Paz y Vida, con
mis colegas Sture Normark y Suzanne Lunden y con los miembros somales de la Ergada. En los ltimos aos, los esfuerzos
intensivos de formacin realizados con los colegas de Iniciativa
de Paz de Nairobi y Justapaz en Bogot, Colombia, han ayudado
a formular nuestras ideas y conceptos. Siempre estar en deuda
por el paciente estmulo y ampliacin de miras que recib de mis
amigos latinoamericanos, especialmente el Dr. Gustavo Parajon,
el Rev. Andy Shogreen, Ricardo Esquivia, Zoilamerica Ortega y
Alejandro Bendaa, y de mis colegas irlandeses, Brendan
McAllister, Joe Campbell y Mari Fitzduff. He valorado enormemente el poder trabajar con el Departamento de Educacin y
Formacin del Instituto para la Paz estadounidense y, asimismo,

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CONSTRUYENDO LA PAZ

el apoyo que recib para reescribir este texto por parte de Dan
Snodderly, Nigel Quinney y Lewis Rasmussen.
Agradezco profundamente a la Universidad de las Naciones
Unidas, concretamente a la Divisin Acadmica y al profesor
Takashi Inoguchi, vicerrector primero, que me permitiese utilizar
y volver a publicar partes de la monografa original publicada en
su serie sobre Conflicto y Gobierno.

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Introduccin

ace varios aos tuve la oportunidad de presenciar una


serie de conferencias sobre la reconciliacin nacional,
patrocinadas por las Naciones Unidas, cuyo tema central era el
conflicto somal. En una de ellas, un buen amigo mo somal, que
se encontraba all en calidad de delegado representante de las
organizaciones no gubernamentales somales, se encontr con
un primo suyo en el pasillo. El primo era el presidente de uno de
los principales partidos polticos de Mogadiscio.
Sr. Presidente espet jocosamente mi amigo a su primo
con el tpico sentido del humor somal, cmo es que ustedes,
los jefes militares, piensan que uno de ustedes tiene derecho a
ser presidente?. Se estaba refiriendo al regateo poltico y el consiguiente callejn sin salida al que pareca llegarse en todas las
conferencias de paz somales que versaban sobre qu clan y, en
ltima instancia, qu persona llegara a la presidencia. No
saben continu mi amigo que sin una estructura el tejado de
una casa se derrumba?.
Sabe tan bien como yo le respondi el presidente, cambiando hbilmente de metfora a la manera en que saben
hacerlo los somales en su tradicin oral, tanto en poesa como
en proverbios que la clave de un cuerpo sano es una buena
cabeza. Nunca he visto que las piernas caminaran o los brazos
se movieran sin una cabeza.
Estimado primo le contest mi amigo con un profundo
tono de tristeza, la casa se ha derrumbado. Las piernas han
sido aplastadas, los brazos se han desangrado. No hay cuerpo
del que ser cabeza.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Esta conversacin capta, por un lado, el dilema de buscar la


paz en la Somalia desgarrada por la guerra y, por otro, el reto
que plantean tantas situaciones de guerra y de sociedades violentamente divididas en todo el mundo. En definitiva, el reto
consiste en saber construir y mantener la casa de la paz. De eso
precisamente quiero hablar en las siguientes pginas. Mi investigacin est basada en tres cuestiones principales que constituyen
las lneas generales de este ensayo. Cul es la naturaleza
cules son las caractersticas principales de los conflictos
armados contemporneos que dividen a las sociedades de todo
el globo? Qu conceptos y perspectivas son tiles para construir
la paz en medio de estos conflictos? Cules son los enfoques y
actividades prcticas que nos impulsan hacia la transformacin
constructiva y pacfica del conflicto y tienen el potencial para
mantener ese impulso?
Mi tesis es bastante modesta. Considero que la naturaleza y
las caractersticas del conflicto contemporneo hacen pensar en
la necesidad de un conjunto de conceptos y enfoques que vayan
ms all de la tradicional diplomacia de estado. Construir la paz
en los conflictos actuales requiere un compromiso a largo plazo
para establecer una infraestructura que abarque todos los niveles de la sociedad, permita potenciar los recursos de la propia
sociedad para la reconciliacin y rentabilice al mximo la contribucin externa. En resumen, la construccin de la casa de la paz
depende de unos cimientos constituidos por mltiples actores y
actividades destinados a conseguir y preservar la reconciliacin.
Este ensayo pretende esbozar una serie de ideas y estrategias
que fundamenten y ayuden a sentar las bases para una paz sostenible.
Me gustara dejar bien claro desde el principio que mis ideas
y planteamientos surgen ms desde el punto de vista prctico
que del terico. Aunque a lo largo del ensayo en muchas ocasiones se saca a colacin la teora, es decir, ideas sobre el funcionamiento de las cosas, sobre cmo estn relacionadas y qu lentes
debemos usar para comprenderlas, mis esfuerzos tericos no
pretenden proponer hiptesis que han de ser probadas. Por el
contrario, mi planteamiento es de naturaleza ms inductiva,
representando los esfuerzos por reunir la formacin y los resultados de la experiencia prctica a la hora de enfrentarse a los dilemas de la vida real en el campo de la mediacin y la construccin de la paz. Lo que deseo aportar a una discusin ms profunda sobre la construccin de la paz en los conflictos contempor-

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INTRODUCCIN

neos internacionales son las ideas que surgen de un proceso de


aprendizaje orientado a la prctica.
En ese sentido, partir de aquellas zonas del mundo donde
he tenido una experiencia ms directa, aunque no intentar
generalizar con aplicaciones o ejemplos empricos. En los ltimos quince aos, he tenido oportunidad de trabajar en ms de
20 pases por los cinco continentes, divulgando mis conocimientos sobre la transformacin de conflictos, y de desarrollar varios
servicios relacionados con el diseo y el apoyo a iniciativas de
construccin de la paz. La estructura bsica de este libro ha surgido con marcada influencia de las experiencias vividas trabajando como miembro del equipo de conciliacin que medi
entre el gobierno sandinista de Nicaragua y la sublevacin indgena de la costa este durante los ltimos aos de la dcada de
los ochenta, de la participacin intensiva en la crisis somal a
principios de los noventa y de la labor, a ms largo plazo, de
apoyo a las iniciativas de construccin de la paz en Colombia,
Irlanda del Norte, Filipinas y el Pas Vasco. En todos estos casos,
he llevado a cabo mi principal cometido desde mi posicin de
actor no gubernamental que trabaja de formas diversas en lo
que en trminos generales se conoce como diplomacia de
segunda fila. Espero que el marco bsico para la construccin
de la paz resultante de estas experiencias ayude a estimular la
reflexin en otras regiones y proporcione un modelo paralelo de
comparacin para el futuro.
Las cuestiones anteriormente mencionadas proporcionan,
por tanto, las lneas bsicas del ensayo. La primera parte del
libro es una visin general de las caractersticas de los conflictos
contemporneos, por todo el globo y en sociedades divididas. La
segunda parte presenta los conceptos y perspectivas fundamentales que surgen de la experiencia directa. Esta ltima incluye
una descripcin de los conceptos operativos clave y propuestas
ms especficas sobre cmo construir un planteamiento sostenible de la paz.

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I. CONFLICTOS
ARMADOS
CONTEMPORNEOS

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diario, nuestros peridicos destacan en primera plana titulares relativos a conflictos violentos sin resolver que nos dejan
perplejos y que, al parecer, son cada vez ms numerosos.
Fotografas explcitas y espantosas acompaan a los horrorosos
detalles de las historias de sufrimiento que se extienden desde
Bosnia hasta Ruanda y Birmania. Con frecuencia nos cuestionamos el futuro de nuestro planeta. Al mismo tiempo se producen
procesos de negociacin y firmas de acuerdos de paz desde
Oriente Medio hasta Guatemala. La combinacin de enfrentamientos generalizados y la bsqueda continua de la paz plantea
cuestiones interesantes sobre la situacin del mundo a casi una
dcada del final de la Guerra Fra. Ha mejorado la situacin o ha
empeorado? Ha aumentado el nmero de guerras? Cul es la
naturaleza de los conflictos armados contemporneos?
Un punto de partida para tratar este tipo de cuestiones y
preparar el terreno para un debate sobre la construccin de la
paz consiste en entender primero los conflictos armados contemporneos, sus caractersticas y su impacto. No intentar presentar o analizar de forma exhaustiva los datos y estadsticas disponibles sobre conflictos armados desde la Segunda Guerra
Mundial. La intencin de esta parte es ofrecer una visin panormica sobre el conflicto armado centrndonos concretamente
en las caractersticas de los conflictos internos, dentro de los
estados, que predominan en las guerras contemporneas. El propsito de esta visin general es establecer una base sobre la que
trabajar a la hora de debatir las suposiciones, los enfoques y los
mecanismos para abordar el conflicto desde una perspectiva de
construccin de la paz.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Para abarcar esta visin panormica planteo tres enfoques.


En primer lugar, voy a explorar algunas de las caractersticas globales de los conflictos armados contemporneos. Incluye un
repaso a la geografa donde se han dado y se dan esos conflictos,
sugerencias sobre cmo se clasifican y comparan en la literatura
acadmica, y, finalmente, una discusin sobre los motivos de su
aparicin. En el segundo captulo, voy a esbozar la naturaleza
ms especfica de estos conflictos examinando las dinmicas y
atributos clave que caracterizan a las sociedades profundamente
divididas. Finalmente, las descripciones panormicas ofrecern
una oportunidad de definir ms claramente el tipo de situaciones
y desafos distintivos a los que nos enfrentamos cuando emprendemos iniciativas de construccin de la paz en aquellas zonas
donde actualmente existen conflictos.

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I. Panorama global

a preocupacin y fascinacin por el conflicto organizado y


sostenido se remontan a tiempos inmemoriales. Desde
obras antiguas como la del taosta Sun Tzu (1991), pasando por
Clausewitz (1978), hasta investigaciones cientficas modernas
como las de Quincy Wright (1942) y Richard Barnet (1978), la
guerra ha sido estudiada y analizada en sus muchas facetas e
implicaciones.
A principios de este siglo surgieron como disciplinas la investigacin para la paz y los estudios de conflictos, impulsados con
ms fuerza a raz de las guerras mundiales. Entre sus principales
cometidos destacan la definicin de los trminos y las categoras
de estudio y el de idear las metodologas y datos apropiados
para la investigacin cientfica. De especial importancia para los
objetivos que nos proponemos aqu fueron los esfuerzos por
identificar y delimitar de forma ms clara los criterios utilizados
para estudiar el conflicto armado y la guerra.
Los primeros estudios realizados por el matemtico cuquero Lewis Richardson (1960) establecieron precedentes para rastrear y evaluar estadsticamente los datos con fines descriptivos y
comparativos. En los aos setenta y ochenta, con la aparicin de
organizaciones como el Instituto de Investigacin para la Paz de
Estocolmo (SIPRI) y el Instituto de Investigacin para la Paz de
Oslo (PRIO) y gracias a la labor de investigadores como Johann
Galtung (1978) y Kenneth Boulding (1963), se pudo disponer de
mecanismos y datos ms consistentes para evaluar los conflictos.
En los ochenta y entrando en los noventa tuvieron especial
relevancia las publicaciones de Sivard (1983) sobre gastos sociales y militares, el SIPRI Yearbook 1995 (SIPRI, 1995) y el Armed

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Conflicts Report anual (Regehr, 1996). Wallensteen y Axell (1993)


facilitaron una exhaustiva comparacin de los datos en la ltima
etapa de la Guerra Fra y el comienzo del perodo posterior
a la misma.
El propsito de estos dos primeros captulos es el de proporcionar un breve panorama global de las pautas y caractersticas determinantes de los conflictos armados contemporneos
que deben tenerse en cuenta en el desarrollo de un marco de
construccin de la paz. No consistir en una revisin exhaustiva
de los datos ni en un anlisis estadstico de la guerra y el comercio de armas en todo el globo. No obstante, resulta muy til iniciar nuestro estudio analizando la naturaleza de la guerra y los
conflictos armados a escala mundial.
Al igual que otros investigadores, Wallensteen y Axell (1993)
han propuesto una serie de categoras para evaluar el conflicto
armado en funcin del nmero de vctimas, la ubicacin y la problemtica. En concreto, ofrecen tres subcategoras de conflicto
armado. La primera es la del conflicto armado menor, definida como
un conflicto entre fuerzas armadas en el que mueran menos de 25
personas en un ao dado y en el que al menos una de las partes
sea un estado. El nivel intermedio se define como una situacin en
la que haya ms de 1.000 muertes en el transcurso del conflicto y
como mnimo 25 muertes en un ao concreto. A continuacin, el
concepto de guerra se reserva para describir un conflicto en el que
haya ms de 1.000 muertes en un ao dado. El conflicto armado
abarca la totalidad de las tres categoras. Esta categorizacin ha
sido ampliamente utilizada por otros investigadores con alguna
variacin. Por ejemplo, el Armed Conflicts Report (Regehr, 1996) define el conflicto armado como aquel en el que haya habido ms de
1.000 muertes a lo largo de su desarrollo. Lo que los datos nos
muestran es bastante aterrador.

Entre 1989 y 1996 ha habido ms de 70 guerras en 60


escenarios que afectaron a ms de un tercio de los estados
miembros de las Naciones Unidas.
En el momento en que se redacta este libro existen 44
conflictos armados en 39 pases.
La mitad de las guerras actuales empezaron hace ms de
una dcada y la cuarta parte hace ms de dos.
En casi las dos terceras partes de los conflictos armados
actuales se utiliza como soldados a nios menores de 15
aos.

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I. PANORAMA GLOBAL

Con esta categorizacin y estos datos como teln de fondo,


examinemos a continuacin tres cuestiones concretas: la geografa, el tipo y la razn de los conflictos.

U BICACIN, TIPO Y RAZN


Nuestro propsito aqu consiste en entender algo mejor el panorama mundial de los conflictos armados. Un mecanismo eficaz
consiste simplemente en visualizar los datos cuantificados sobre
un mapamundi. Esta tarea ha sido realizada por varios autores,
incluyendo los esfuerzos iniciales de Galtung (1976: 80-87) y el gegrafo Ives (1987). Ms recientemente, el Centro Presidencial
Carter ha publicado su State of the World Conflict Report (Spencer et
al., 1992), y el Armed Conflicts Report presenta un mapa anual de la
geografa de la guerra (Regehr, 1996).
Si examinamos estos mapas podemos retroceder y observar
algunas de las pautas principales. Conviene hacerlo de acuerdo
con dos lapsos de tiempo separados por diez aos y examinar
dos reas especficas: Qu pautas sigue la exportacin de
armas? Dnde se localizan los conflictos? Estas imgenes visuales
y los datos que las fundamentan conducen a una serie de importantes observaciones. En primer lugar, consideremos algunas de
las caractersticas de la era de la Guerra Fra y examinemos despus los cambios que se estn produciendo en el perodo posterior a la misma.

La era de la Guerra Fra


Durante gran parte de la Guerra Fra las superpotencias
nunca estuvieron directamente involucradas en conflictos
armados en sus propios territorios. Por el contrario, la mayor
parte de las guerras (ms de 100 en los ltimos quince aos de
la Guerra Fra) se localizaron en estados satlites o clientes alineados con las superpotencias o muy prximos a ellas.
Este contexto bipolar acarre dos consecuencias. Por una
parte, acab con muchos conflictos latentes dentro de la esfera
de influencia de la superpotencia inmediata, concretamente en
la Europa del Este y en Asia Central (p. ej., Armenia, Azerbaiyn o
los Balcanes). Por otra parte, aument la volatilidad de los conflictos y los exacerb en el mundo en vas de desarrollo (p. ej., el
Cuerno de frica o Centroamrica). En este ltimo caso, se cre
un marco dominante de referencia en el que la principal explica-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

cin para estos conflictos era entenderlos como un enfrentamiento ideolgico Este-Oeste. Tenemos, por tanto, una especie
de paradoja relacionada con el marco de las superpotencias y el
conflicto mundial: serva tanto para suprimir como para intensificar
los conflictos, dependiendo de la regin de la que se tratara.
Geogrficamente, la gran mayora de las guerras que tuvieron
lugar durante la Guerra Fra estuvieron localizadas en territorios de la periferia o lo que podramos denominar el Hemisferio
Sur, el mundo en vas de desarrollo o de los dos tercios. Las guerras tuvieron lugar en frica, el sureste de Asia, Oriente Medio y
Latinoamrica. La Guerra Fra fue, en su mayor parte, slo fra
en Europa y Norteamrica. En muchos lugares del mundo en
vas de desarrollo fue, de hecho, muy caliente.
Es importante destacar que las guerras se localizaron en
territorios que albergaban a las poblaciones ms frgiles, precisamente en zonas donde las necesidades humanas bsicas tales
como la vivienda, la salud y la educacin estaban casi siempre
insuficientemente cubiertas (Galtung, 1980). Concretamente, en
aproximadamente 10 pases africanos se invirti entre 1980 y
1983 ms dinero en gastos militares que en sanidad y educacin
juntos (Sivard, 1983; Ives, 1987: 42-49). Indicadores de ese tipo
son importantes a la hora de entender por qu regiones como el
Cuerno de frica disponen ahora, diez aos ms tarde, de gran
cantidad de armas y, sin embargo, su estructura social es muy
frgil. Este fenmeno puede generar catstrofes humanitarias de
enormes proporciones, como se ha visto en Somalia en los ltimos aos.
Fue en la Guerra Fra cuando se extendi el comercio de
armas y se convirti en una red multinacional de influencia decisiva. Esto, a su vez, tuvo ramificaciones geogrficas. Durante la
Guerra Fra, ms del 95% de las exportaciones de armas procedan de cinco pases del Norte (Ives, 1987: 44-45). Las importaciones de armas, por otro lado, se dirigan a zonas de conflicto en el
Sur. De aqu se extraen varias conclusiones claras.
En primer lugar, la guerra ha sido y contina siendo prctica para la industria armamentista. Esta industria es econmicamente beneficiosa para los pases productores de armamento y
para los mercaderes de armas. En segundo lugar, existe una
industria y un mercado de armas casi autnomo, multinacional
y muy lucrativo que mueve desde armas de pequeo calibre
hasta grandes sistemas, desde mercados primarios a secundarios y terciarios. Las armas han sido y siguen siendo asequibles

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I. PANORAMA GLOBAL

para cualquier grupo que disponga de fondos y las busque. Esto


nos lleva a la tercera observacin, la de que los pases y regiones en guerra durante la era de la Guerra Fra, como el Cuerno
de frica, han sido inundados de armas procedentes de ambas
superpotencias. Dicho de forma ms cruda, en la Guerra Fra
las armas, los prstamos necesarios para financiar la adquisicin de las mismas y la ideologa procedan del Norte; el Sur
aport su medio ambiente, su poblacin y sus economas
nacionales.

Conflictos armados contemporneos:


la era posterior a la Guerra Fra
Si examinamos el principio de esta dcada, podemos identificar algunos cambios importantes que se han producido y algunos
aspectos en los que el conflicto armado ha permanecido igual.
Incluimos a continuacin varias observaciones clave.
Los planteamientos de Wallensteen y Axell (1993) y el ms
reciente Armed Conflicts Report 1996 (Regehr, 1996) sealan
varios puntos importantes acerca de las tendencias de los tipos
de conflicto armado en la era posterior a la Guerra Fra. El
nmero de guerras contabilizado al final de cada ao se ha
mantenido casi constante, oscilando entre 36 y 44. Cada ao
han finalizado varias guerras y han estallado otras nuevas. No
obstante, al observar ms detenidamente los conflictos menores e intermedios se manifiestan dos tendencias.
El nmero de conflictos armados intermedios ha permanecido
constante. Esto plantea que los conflictos histricos, que muchos
investigadores denominan ahora prolongados, siguen siendo
uno de los aspectos ms complicados a la hora de alcanzar un
orden mundial verdaderamente nuevo y ms estable. En el informe de 1996 (Regehr) observamos que ms de una cuarta parte
de las 44 guerras se han prolongado ms de dos dcadas. Como
apunta Wallensteen (1993), estas situaciones no se han resuelto
fcilmente en la era posterior a la Guerra Fra, como pronosticaron algunos tericos (Mueller, 1989), ni tampoco ha surgido una
pltora de nuevas guerras con la desaparicin de las tensiones
entre las superpotencias, como pronosticaron otros (Mearsheimer, 1990).
Este fenmeno invita a analizar las causas de los conflictos
armados. Aunque el objetivo de este ensayo no es dar una res-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

puesta amplia a esta pregunta, para nuestros propsitos merece


la pena apuntar que, durante la Guerra Fra, la explicacin predominante de los conflictos armados estaba relacionada con
consideraciones ideolgicas. Ciertamente los lderes implicados
en los conflictos saban muy bien cmo hacerle el juego a la retrica de una superpotencia concreta a fin de obtener el mximo
beneficio posible. Tambin es totalmente cierto que la ideologa,
especialmente entre las superpotencias, fue muy real en su aplicacin y consecuencias dados los millones de personas que
murieron. El hecho de que la poca posterior a la Guerra Fra,
que ha sido testigo del debilitamiento de las hostilidades entre los
antiguos enemigos, no haya tenido como consecuencia ni
aumentos ni descensos espectaculares en el nmero de guerras
indica, sin embargo, que la ideologa no era una explicacin adecuada de los conflictos.
En aos ms recientes, la etiqueta ms utilizada ha sido
etnicidad o, en algunos casos, religin. Sin embargo, Regehr
(1993a) ha sealado acertadamente que calificar un conflicto
como de naturaleza tnica no debe confundirse con buscar sus
razones de fondo.
La mayor parte de las guerras actuales son internas. Los
principales factores de conflicto se refieren a la gobernancia,
incluyendo con frecuencia la bsqueda de autonoma o autogobierno para ciertas regiones o grupos. Como mnimo, la mitad
de las guerras actuales tienen que ver con la redefinicin o el
control del territorio, la formacin del estado o el control del
mismo (Regehr, 1996: 16). En la prensa popular a veces se hace
referencia a ellos como conflictos tnicos, dado que lo que est
en juego son los derechos de una comunidad o grupo y no slo
los derechos humanos individuales. Es ms correcto, tal y como
ha subrayado Friberg (1992: 62), denominarlos conflictos de
identidad en lugar de conflictos tnicos, dado que no hay nada
inherentemente tnico en el conflicto. Por el contrario, a menudo el fracaso de las estructuras gubernamentales para dar respuesta a las necesidades bsicas, para abrir espacios de participacin en las decisiones y para garantizar una distribucin justa
de los recursos y beneficios es el responsable de que resulte tan
atrayente y destacado identificarse en un contexto determinado
con un cierto grupo. Como escribi Regehr (1993a: 3):
Los conflictos de identidad surgen con intensidad cuando una
comunidad, en respuesta a necesidades bsicas insatisfechas de

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I. PANORAMA GLOBAL

seguridad econmica y social, decide fortalecer su influencia


colectiva y luchar por un reconocimiento poltico. Casi dos tercios de
los conflictos armados actuales pueden definirse como conflictos de
identidad y segn varias estimaciones en hasta 70 conflictos
polticos actuales en todo el mundo estn involucrados grupos
formalmente organizados para defender cuestiones de identidad
colectiva.

Otra cifra significativa en los datos es el aumento de los conflictos armados menores en la dcada de los noventa (Wallensteen y Axell, 1993: 334). Varias ideas pueden ayudar a buscar
explicaciones plausibles para este aumento, que no pueden considerarse todava como pauta. Por una parte, parecera que el
derrumbe del dominio de las superpotencias, en concreto la
desintegracin de la Unin Sovitica, ha mitigado, si no anulado,
el efecto de contencin que ejerca la Guerra Fra. En lugar de
un solo pas, la URSS, se estn creando casi 15 fronteras estatales nuevas (o histricas, como podran argumentar algunos),
muchas de las cuales estn llevando a conflictos internos o transnacionales que en este momento son definidos como disputas
armadas menores. Algunas de stas se han convertido en conflictos a gran escala, incluso en guerras, como en el caso de la
antigua Yugoslavia o Chechenia, y es probable que otras sigan el
mismo camino.
Por otra parte, parece que recurrir al uso de las armas como
recurso legtimo para alcanzar unos objetivos polticos y sociales no
es ya patrimonio exclusivo de los estados. De hecho, eso es lo que
ocurre cuando movimientos sociales y grupos de identidad buscan
el cambio pero las estructuras polticas no dejan apenas alternativas para la utilizacin de mtodos no violentos para lograr sus
objetivos o tratar de conseguir el acceso a la participacin legtima.
Una segunda tendencia importante puede haber quedado
clara ya, a saber, el cambio de escenario de los conflictos armados. Los datos recabados entre 1989 y 1996 dan pie a tres observaciones importantes acerca de esta tendencia.
En primer lugar, la mayor parte de las guerras y los conflictos
intermedios prolongados todava se localizan en los pases en
vas de desarrollo del Sur. Hay un viejo proverbio africano utilizado a veces para describir la Guerra Fra que dice: Cuando dos
elefantes luchan, es la hierba la que sufre. Recientemente, el
profesor Ali Mazrui ha sealado que el perodo posterior a la
Guerra Fra plantea una variante del proverbio: Cuando dos

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elefantes hacen el amor, sigue siendo la hierba la que sufre. En


otras palabras, la desaparicin de las hostilidades Este-Oeste no
ha mejorado necesariamente la mala situacin del mundo en
vas de desarrollo. De hecho, puede que en realidad est ocurriendo justo lo contrario. La ayuda humanitaria y la atencin
internacional se han trasladado hacia la Europa del Este y la
antigua Unin Sovitica, lo que ha afectado directamente a
frica y Amrica Latina.
La segunda observacin importante sobre esta tendencia es
el claro aumento de conflictos armados en la Europa del Este y
la antigua Unin Sovitica, especialmente en lugares que lindan
con Asia central. Como se apuntaba anteriormente, esta tendencia parece haber surgido al desaparecer el efecto de contencin
y al plantearse la creacin de nuevos estados y fronteras, incluyendo reas donde las antiguas hostilidades haban sido mantenidas bajo control por un estado dominante mayor.
En tercer lugar, observamos un marcado descenso de grandes
conflictos armados en Latinoamrica. Esto parece tener varias
facetas. Por una parte, los esfuerzos realizados en los procesos
regionales de paz, como el de Centroamrica, han logrado avances trasladando conflictos del campo de batalla a la esfera poltica, siendo el ms reciente el caso de Guatemala. Parece, sin
embargo, que se trata de cambios de grado ms que de procesos
completos de resolucin de conflictos. Nicaragua, por ejemplo, no
aparece ahora en los anlisis como un conflicto menor, mucho
menos como una guerra. No obstante, sigue siendo un pas con
grupos armados difusos que crean una estructura multipartidista y
voltil que podra fcilmente deslizarse hacia un conflicto menor e
incluso intermedio en un momento dado.

CONCLUSIONES
En resumen, este breve estudio muestra que la mayor parte de los
conflictos armados ha tenido lugar en territorios de los pases en
vas de desarrollo ms pobres. Se est registrando una cifra a
todas luces elevada, aunque relativamente constante, de grandes
guerras y conflictos intermedios en todo el mundo y un nmero
cada vez mayor de disputas armadas menores. Aunque ha habido
un nmero significativo de guerras con final pacfico, han surgido
otras nuevas. En su mayor parte, estos conflictos son de naturaleza
interna ms que internacional. Como tales, se caracterizan por la
ntida formacin de grupos de identidad en las reas de conflicto.

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I. PANORAMA GLOBAL

En general, el desafo de construir la paz sigue siendo una


labor monumental si consideramos que, como comunidad mundial, nos enfrentamos a 44 guerras en casi el mismo nmero de
pases en este momento de la historia. Si queremos afrontar
esas situaciones de forma constructiva, debemos entender con
ms claridad la naturaleza y caractersticas de estos escenarios y
conflictos, una cuestin en la que centraremos ahora nuestra
atencin.

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II. Caractersticas de las


sociedades profundamente
divididas

l captulo anterior ofreca un amplio panorama general de


los conflictos en todo el mundo. Pasaremos ahora a examinar las caractersticas comunes de las sociedades profundamente divididas, definidas aqu como aquellas que experimentan un
conflicto armado en uno de los tres niveles. Basndonos en
nuestra exposicin inicial podemos identificar varios puntos de
partida significativos para describir esas caractersticas:
1.

2.

3.

4.

El paradigma ideolgico utilizado para considerar el


conflicto internacional en la era de la Guerra Fra es, en el
perodo posterior a la misma, cada vez menos destacado
como clave para explicar la naturaleza del conflicto
contemporneo.
La inmensa mayora de los conflictos armados sigue teniendo
lugar en los dos tercios del mundo en vas de desarrollo, y se
est produciendo un aumento alarmante en la Europa del
Este y en partes de la antigua Unin Sovitica.
En casi todos los casos, estos conflictos son intranacionales, es
decir, ocurren entre grupos dentro de las fronteras de un
estado definido.
Aunque la mayor parte de los conflictos son intranacionales en
su origen, llegan a internacionalizarse hasta el punto de que
algunas partes en conflicto, concretamente los movimientos de

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CONSTRUYENDO LA PAZ

5.

6.

oposicin, habitan en los pases vecinos; armas y dinero


entran a raudales procedentes de otros lugares de la regin y
de otros pases; y poblaciones de refugiados desplazados
cruzan las fronteras prximas y lejanas. Por lo tanto, es
quizs ms exacto definir muchos conflictos armados
contemporneos como internos e internacionalizados.
Los conflictos internos e internacionalizados contribuyen a la
inestabilidad y al enfrentamiento no slo nacional sino
tambin regional. De hecho, en muchos casos la dinmica y
las races de los conflictos slo se pueden entender desde
una perspectiva regional. Esto puede ser especialmente cierto
en regiones como los Balcanes, el Cuerno de frica, la
regin de los Grandes Lagos en frica central y la regin
andina por mencionar unos pocos. En estos casos, existe una
superposicin de conflictos armados a la vez internos y
regionales.
Nuestra comunidad mundial cuenta con una larga historia
de legitimacin del recurso a la respuesta y a la oposicin
armada como instrumento de seguridad, de defensa y de
intervencin en conflictos. La nacin-estado lo ha justificado
en nombre de la defensa y la seguridad nacionales. En la
actualidad no hay duda de que la produccin de armas est
considerada dentro del sistema mundial global como
legtima y lucrativa. Se dispone de armas para
prcticamente cualquier conflicto mayor, lo que aumenta el
nivel de violencia produciendo un impacto negativo directo
tanto en la poblacin civil como en el medio ambiente.
El valor global en dlares de las armas comercializadas y
compradas ha disminuido desde finales de la Guerra Fra,
dado que hay menos ventas de grandes equipos y sistemas de
armamento. Sin embargo, en muchos conflictos armados
contemporneos se utilizan armas ligeras, no grandes sistemas
de armamento, y la fabricacin, comercio y compra de este
tipo de armas contina siendo un mercado en expansin.
Aunque no est demostrado que el acceso a las armas cause
conflicto por s mismo, no hay duda de que, concretamente en
el caso de las armas ligeras, contribuye a la volatilidad de las
situaciones y a la capacidad de grupos divididos para mantener
el conflicto armado durante largos perodos de tiempo.

A medida que profundizamos en nuestro estudio de estas


observaciones y caractersticas generales, surgen detalles ms

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II. CARACTERSTICAS DE LAS SOCIEDADES PROFUNDAMENTE DIVIDIDAS

concretos que plantean algunas pautas en la mayora de los conflictos actuales. Podemos empezar con la afirmacin fundamental de que los conflictos intranacionales en los tres niveles, desde
los conflictos menores hasta las guerras, se parecen ms a los
conflictos comunales e intercomunales que a los conflictos internacionales, es decir, los conflictos interestatales (Midlarsky,
1992). Esta afirmacin tiene su origen en varios factores interrelacionados.
En primer lugar, en los conflictos contemporneos la cohesin y la identidad tienden a formarse dentro de lmites mucho
ms estrechos que la ciudadana nacional. En situaciones de
conflicto armado, las personas buscan seguridad identificndose
con algo cercano a su experiencia y control. En los contextos
actuales esa unidad de identidad puede ser el clan, la etnia, la
religin, la afiliacin regional/geogrfica, o una mezcla de estos
factores. En los peores casos, en los lugares donde las circunstancias son ms adversas esto se convierte en lo que durante
cierto tiempo se denomin metafricamente la libanizacin y
actualmente somalizacin del conflicto. La consecuencia es
el colapso de la autoridad central y, en algunos casos, de la
infraestructura del estado. Ms importante, sin embargo, es
que el proceso por el que esto ocurre tiene sus orgenes en viejas desconfianzas, miedos y paranoias reforzadas por la experiencia cercana de violencia, divisin y atrocidades. stas, a su
vez, exacerban an ms la percepcin de miedo y odio.
Ese proceso es comn a las dinmicas sociolgicas inherentes al desarrollo del conflicto a cualquier nivel. As, los
socilogos han identificado pautas tales como el paso del desacuerdo al antagonismo y de ah a la hostilidad o la creacin de
una cohesin interna del grupo que aumenta a medida que
una amenaza externa y los enemigos se definen de forma ms
clara (Coleman, 1956; Coser, 1956). La diferencia entre los conflictos internos contemporneos y la conceptualizacin tradicional del conflicto internacional estriba en la inmediatez de la
experiencia. La experiencia directa surge de la estrecha proximidad de los grupos en conflicto, de las historias compartidas
de los participantes en el conflicto y de la dinmica de rgidas
imgenes estereotipadas ligadas a percepciones radicalmente
opuestas. El escenario geogrfico de estos conflictos es a
menudo la comunidad inmediata, pueblos vecinos o los territorios de subclanes cercanos, en los que los habitantes experi-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

mentan el ms profundo sentimiento de hostilidad. En la proximidad de esos escenarios localizados, muy descriptivos de la
mayora de los conflictos armados que tuvieron lugar en 1996,
la poblacin busca proteccin en la seguridad de lo conocido,
lo que en consecuencia origina grupos de identidad cada vez
ms pequeos y estrechos. sta, a mi parecer, es la razn por
la cual las lneas divisorias del conflicto armado contemporneo se trazan atendiendo a afiliaciones regionales, religiosas o
tnicas ms que a la ideologa o a la clase. Habra que decir,
no obstante, que ideologa y clase generan a menudo fuerzas
subyacentes relacionadas con el control y la dominacin, que
son manipuladas por lderes de los diversos grupos en conflicto para favorecer sus posiciones. En resumen, los contextos en
los que actualmente hay conflictos armados estn a menudo
divididos por identidades que atraviesan la sociedad vertical y
horizontalmente.
En segundo lugar, las dinmicas aqu sealadas crean otros
dos rasgos importantes: el fraccionamiento y la difusin del
poder. Una de las complejidades de muchos escenarios de conflicto es la multiplicidad de grupos y colectividades compitiendo
por el reconocimiento y el poder, a menudo en forma de movimientos armados. Wallensteen y Axell (1993: 334) han identificado ms de 150 grupos de oposicin en todo el globo. En el Horn
of Africa Bulletin, un resumen bimestral de noticias del Cuerno de
frica, las siglas de movimientos y partidos polticos de Yibuti,
Pennsula de Somalia, Somalia, Eritrea, Etiopa y Sudn alcanzan
la cifra de 100, evidencindose cambios de nombres y alianzas
casi en cada nueva edicin (Lunden, 1993).
De ello se deduce que el poder es difuso en esos lugares y
no funciona por una jerarqua de estado. Es difuso debido a la
multiplicidad de grupos, a la autoridad central debilitada, al
cambio de alianzas, a la naturaleza autnoma de la accin de
subgrupos dentro de las alianzas y grupos, y a la dinmica general de grupos y personas que buscan la influencia y el control
local. La consecuencia de este carcter difuso del poder es doble.
Por una parte, nunca resulta sencillo evaluar la capacidad de los
lderes individuales que reclaman para s mismos la representacin, o su habilidad para controlar las acciones de sus propios
grupos o para convencer a sus seguidores. Por otra parte, tampoco es posible dar fcilmente con los mecanismos adecuados
para establecer la representacin dentro de una poblacin ni

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II. CARACTERSTICAS DE LAS SOCIEDADES PROFUNDAMENTE DIVIDIDAS

para que haya una toma de decisiones constante, siendo variable y efmera la mayora de las veces.
En tercer lugar, estos conflictos se originan por naturaleza en
viejas relaciones. Dicho en otras palabras, son prolongados
(Ruppesinghe, 1994: 65) o intratables (Kriesberg, 1989: 5).
Hasta cierto punto, el reto que plantean los conflictos armados
es la larga duracin de la animosidad, de la percepcin de enemistad y del miedo profundamente arraigado. Esto va emparejado con el hecho de tener al enemigo viviendo prcticamente en
la casa de al lado, como ocurre en muchas zonas de Bosnia,
Somalia, Azerbaiyn, Ruanda o Colombia. No es difcil hacer
propaganda incendiaria cuando no hace falta presentar a personas de otros rincones del mundo como una amenaza para la
seguridad del grupo. El enemigo se encuentra en el pueblo de al
lado, o en algunos casos incluso en la casa de enfrente.
As, en la dinmica de los conflictos contemporneos influyen decisivamente las percepciones sociopsicolgicas, las emociones y las experiencias subjetivas, con total independencia de
las cuestiones sustantivas u originarias (Kelman, 1965; Volkan et
al., 1990). Esto forma parte de la dinmica sociolgica de causalidad recproca, donde el mecanismo de respuesta dentro del
ciclo de violencia y contraviolencia se convierte en la causa para
perpetuar el conflicto, especialmente si los grupos han experimentado animosidad mutua durante dcadas, o incluso generaciones (Coleman, 1956).
Donde hay un miedo profundo y a largo plazo, y experiencias
directas de violencia que confirman una imagen del enemigo, se
crean situaciones en las que la poblacin es extremadamente vulnerable y fcilmente manipulable. A menudo surgen miedos en
subgrupos, reforzados y utilizados por lderes para consolidar su
posicin y la cohesin interna del grupo de seguidores. La profunda polarizacin y las fuertes divisiones son, de hecho, tiles
para aumentar la cohesin, reducir la ambigedad y hacer disminuir la crtica interna a los lderes. Un enemigo claramente definido y cercano y la percepcin de que nuestra supervivencia est
amenazada incitan a alinearse con los lderes sin importar quines sean. Si no dominamos, seremos dominados se convierte
en un lema central. A medida que pasan los aos, la guerra
empieza a ser considerada por los subgrupos y por todos los que
se vean afectados como una cuestin de supervivencia, tanto en
trminos de vida individual como de identidad de grupo. En

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todos los lados, se ven a s mismos envueltos en una lucha por la


supervivencia, oprimidos por la otra parte y viviendo experiencias
que confirman esas percepciones. Al mismo tiempo, desde
dentro del escenario, a la poblacin le resulta difcil ver la guerra
como un sistema opresivo para todos los afectados.
En cuarto lugar, las caractersticas anteriormente mencionadas describen lo que est presente externa e internamente en
situaciones de conflicto. Tambin se trata de identificar lo contrario, o sea, lo que est ausente en tales situaciones. En concreto, hay que reconocer que, debido a la naturaleza interna de la
mayor parte de los conflictos armados contemporneos, son muy
limitados los mecanismos internacionales gubernamentales y
oficiales para tratarlos. En la mayora de los pases y ciertamente
en las cartas fundacionales de organizaciones internacionales
tales como las Naciones Unidas (NN.UU.), la Organizacin para
la Unidad Africana (OUA) o la Organizacin de Estados Americanos (OEA), hay restricciones jurdicas y polticas especficas
que propugnan la no intervencin en los asuntos internos de
otro estado miembro. De hecho, varios lderes mundiales han
coincidido en sealar que esto supone un vaco en las respuestas
y recursos disponibles para tratar los conflictos armados contemporneos (Spencer y Spencer, 1992).
En el panorama global ya descrito se indicaba que en la era
posterior a la Guerra Fra han surgido, con una velocidad sorprendente en contraste con el esperado Nuevo Orden Mundial,
elementos del mundo real, dado que lo que la influencia y el conflicto entre poderes constrean est saliendo a la luz. El conflicto
contemporneo subraya el hecho de que en muchas partes del
mundo la identidad de las personas no est orgnicamente ligada a la ciudadana dentro del estado, pese a que el paradigma
definitorio de los enfoques con que se entienden y tratan estos
conflictos sigue siendo el de la diplomacia internacional, es
decir, interestatal. En consecuencia, las principales instituciones
regionales e internacionales carecen de las competencias necesarias para intervenir en conflictos internos, y adems se
encuentran a menudo limitadas por la falta de conceptos, enfoques y modalidades adecuados para la intervencin. Por el contrario, tendemos a confiar en la diplomacia tradicional de estado,
que est a menudo mal adaptada o es insuficiente para dar respuesta a la naturaleza de los conflictos de hoy en da.

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II. CARACTERSTICAS DE LAS SOCIEDADES PROFUNDAMENTE DIVIDIDAS

La historia y la cultura de la diplomacia internacional tienen


sus races en la formacin del sistema de Estado. No obstante, lo
que en muchos conflictos est en juego es la propia naturaleza
de los estados involucrados, cuestionada por los grupos internos
en conflicto. Basndonos en las caractersticas clave de los conflictos armados de las sociedades divididas, podemos indicar
algunos de los presupuestos importantes con los que ha operado
tradicionalmente la diplomacia internacional y que muestran sus
insuficiencias al aplicarse directamente a muchos de esos mismos conflictos.
Un planteamiento estatalista, por ejemplo, da por sentado
que los grupos en conflicto operan por medio de jerarquas
establecidas de poder. La clave para enfrentarse al conflicto es
entonces la identificacin de las respectivas autoridades representativas para trabajar con ellas. Adems, en tiempos de guerra, cabe suponer que el poder social, cultural y poltico son
secundarios y se subordinan al poder militar o son una consecuencia del mismo. Estas dos suposiciones llevan a algunas
estrategias de accin importantes que podran funcionar bien
si hubiese estructuras claras de autoridad o procesos legtimos
de eleccin de representantes, pero que son conceptualmente
inadecuadas y pueden, de hecho, exacerbar la situacin cuando no los hay.
En conflictos contemporneos, con mltiples y frgiles alianzas y grupos, y donde el poder para la toma de decisiones es
difuso, un enfoque rgido estatalista respalda seguramente a
unas pocas personas que reclaman la representatividad y crea la
consecuencia paradjica de que hay que demostrar cierta capacidad militar para que la comunidad internacional te tome en
serio. Esto, en gran parte, podra explicar la proliferacin, en
algunas situaciones casi de la noche a la maana, de movimientos armados que compiten por el reconocimiento.
O, por citar un segundo ejemplo, la diplomacia tradicional
tiende a considerar el conflicto armado motivado y mantenido
en lo fundamental por intereses sustantivos, histricamente
entendidos como intereses nacionales. De acuerdo con eso,
las soluciones diplomticas han de buscarse por medio de compromisos entre esos intereses, a menudo con una perspectiva a
corto plazo. Sin embargo, tal y como se ha descrito ya, los conflictos de niveles intermedios y de guerra estn tambin
impulsados por elementos psicosociales viejas animosidades
que se remontan dcadas y se encuentran arraigadas en una

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profunda percepcin de amenaza a la identidad y la supervivencia. Por eso, temas sustanciales en disputa, como el territorio y
el gobierno, estn ntimamente ligados a los factores psicolgicos
y culturales que impulsan y mantienen el conflicto.

CONCLUSIONES
El panorama global del conflicto armado descrito en el captulo
anterior y las caractersticas clave de las situaciones mencionadas en este captulo plantean varios elementos importantes. El
primero es la gran envergadura de la tarea de construccin de
la paz: la mayor parte de las guerras se localizan en lugares en
los que se lucha contra la pobreza, las desigualdades y el subdesarrollo, dentro de las sociedades concretas y debido a sus
posiciones marginales dentro de la comunidad mundial. En la
mayora de los casos, en el conflicto contemporneo las lneas
divisorias en estos escenarios se trazan dependiendo de la
identidad de los grupos, siendo el objetivo de la lucha conseguir derechos colectivos en oposicin a otros grupos de raza,
religin o etnia diferentes. Se trata de viejos conflictos. La constancia y continuidad del conflicto armado de nivel intermedio y
de guerra se resisten a cualquier solucin rpida o proceso de
paz sencillo.
En segundo lugar, la Guerra Fra dej un doble legado. Ha
legitimado e institucionalizado el recurso a la lucha armada
como la gran palanca con que corregir diferencias muy arraigadas, y ha inundado adems nuestra comunidad mundial de un
excedente de armamento, especialmente armas ligeras.
En tercer lugar, el fuerte aumento de los conflictos armados
menores, especialmente ante la aparicin de nuevos estados y
los cambiantes desequilibrios entre grupos de identidad minoramayora dentro de fronteras redefinidas, crea serias inquietudes
sobre cmo prevenir un aumento de la violencia, abriendo vas
de expresin y transformacin constructiva para que los conflictos no degeneren en una espiral de enfrentamientos violentos.
En cuarto lugar, los conflictos en el mundo despus de la
Guerra Fra son principalmente disputas internas e internacionalizadas en las que en muchos casos la lucha directa se parece ms a una disensin comunal o intercomunal. Se caracterizan por viejas hostilidades profundamente arraigadas y reforzadas por altos niveles de violencia y experiencias directas de
atrocidades. En virtud de esto, las caractersticas psicolgicas, e

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II. CARACTERSTICAS DE LAS SOCIEDADES PROFUNDAMENTE DIVIDIDAS

incluso culturales, a menudo impulsan y mantienen el conflicto


ms que los problemas sustantivos.
Estas dinmicas acarrean consecuencias. Al verse amenazadas, las personas buscan seguridad en grupos de identidad ms
restringidos y cercanos a su casa, provocando a menudo que sus
conflictos sean calificados como tnicos o religiosos. Es frecuente
una multiplicidad de lderes y grupos faccionarios con un poder
difuso entre ellos, lo que aumenta la sensacin de complejidad,
aleatoriedad e incluso caos, y hace que la toma de decisiones
sea irregular e imprevisible.
En quinto lugar, existen vacos importantes a la hora de dar
respuesta a estas situaciones. Un aspecto clave en muchas de
estas guerras contemporneas es la falta de mecanismos internacionales para tratar los conflictos internos, a lo que se suman
enfoques diplomticos inadecuados y mal adaptados al tratamiento de los mismos, dada la naturaleza especfica de los conflictos de hoy en da. Paradjicamente, estamos mucho mejor
equipados para responder a las crisis humanitarias producidas
por la guerra de lo que lo estamos para saber cmo abordar las
dinmicas y las causas originarias que producen esas crisis.
Estas observaciones centran algunas de las cuestiones principales con las que se enfrenta la agenda de construccin de la paz
que se va a tratar en la siguiente parte. En primer lugar, no cabe
eludir la bsqueda de formas innovadoras para transformar una
cultura internacional basada en mecanismos pobremente desarrollados para la resolucin no violenta del conflicto, que tiene un profundo compromiso econmico con la produccin de armas y que
acepta de buena gana la circulacin de armas en el mercado
mundial como algo legal y legtimo. En segundo lugar, la tarea de
construccin de la paz debe tener en cuenta el horizonte a largo
plazo de las guerras y los conflictos intermedios prolongados y
desarrollar una estrategia amplia que abarque muchas facetas
para acabar con la violencia y para conseguir y consolidar la reconciliacin. Esto exigir conceptos y enfoques que aborden la naturaleza especfica de los conflictos armados contemporneos. En tercer lugar, la construccin de la paz debe enfrentarse a la realidad
de la guerra conflicto armado prolongado como un sistema
que requiere un enfoque global de la poblacin y del escenario
en el que tiene lugar. Finalmente, tambin debemos aceptar el
desafo de encontrar la manera de prevenir que los conflictos
armados menores que van surgiendo se conviertan en guerras a
gran escala. Estos retos son los que estudiaremos a continuacin.

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II. CONSTRUIR LA PAZ:


UN MARCO
CONCEPTUAL

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n 1992, el Secretario General de las Naciones Unidas,


Boutros Boutros-Ghali, present un importante documento
titulado An Agenda for Peace (Una Agenda para la Paz). En l propona responsabilidades y respuestas para las Naciones Unidas
y la comunidad internacional al enfrentarse a los conflictos contemporneos. La propuesta inclua cuatro reas principales de
actividad: la diplomacia preventiva, la pacificacin, el mantenimiento de la paz y la construccin de la paz tras el conflicto. Este
marco sugiere que en pocas distintas y en diversos contextos se
necesitan diversas funciones y mecanismos de respuesta sucesivos para promover la resolucin del conflicto y el mantenimiento
de la paz.
En trminos generales estoy de acuerdo con la propuesta del
Secretario General. Difiero, no obstante, en algunas cuestiones.
Por ejemplo, como se demostr en Somalia, la imposicin militarizada de la paz como instrumento de pacificacin en lugares de
conflicto prolongado es arriesgada y probablemente contraproducente. Sin embargo, el punto ms importante en el que yo
diferir en este libro es en el uso del trmino construccin de
la paz. El Secretario General califica el uso del trmino relacionndolo exclusivamente con el apoyo de los acuerdos de paz posteriores al conflicto y la reconstruccin de sociedades destruidas por
la guerra. Estoy completamente de acuerdo en que sta es una
fase cada vez ms importante a la que debe prestarse especial
atencin (Lederach, 1989b).
Como se indica en el ttulo de este libro, sugiero que la
construccin de la paz es ms que la reconstruccin posterior
al acuerdo. En el sentido en que utilizar el trmino, la construc-

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cin de la paz se entiende como un concepto global que abarca,


produce y sostiene toda la serie de procesos, planteamientos y
etapas necesarias para transformar los conflictos en relaciones
ms pacficas y sostenibles. El trmino incluye, por tanto, una
amplia gama de actividades y funciones que preceden y siguen a
los acuerdos formales de paz. Metafricamente, la paz no se ve
solamente como una fase en el tiempo o una condicin; es un
proceso social dinmico y como tal requiere un proceso de construccin, que conlleva inversin y materiales, diseo arquitectnico, coordinacin del trabajo, colocacin de los cimientos y trabajo de acabado, adems de un mantenimiento continuo.
El propsito de esta parte consiste en esbozar un marco analtico conceptual para poner en marcha y mantener el proceso
de construccin de la paz en el contexto del conflicto armado.
Por marco conceptual entiendo una forma prctica de considerar el esfuerzo de construccin de la paz. No intentar en estas
pginas esbozar y desarrollar un programa de teora general
sobre la construccin de la paz en el conflicto contemporneo
en su definicin cientfica ms rigurosa. Propongo una serie de
ideas y lentes analticas que plantean cmo puede entenderse
la transformacin de conflictos en el conflicto contemporneo y
cmo se definen, interrelacionan e interactan las caractersticas
y los componentes de la construccin de la paz como un proceso
social. Hasta ese punto mi marco conceptual tiene elementos de
teora.
El objetivo principal de esta parte es expresar, desde la base
de las experiencias personales en situaciones de conflicto contemporneas, el marco de referencia conveniente para abordar y
tratar el conflicto en sociedades profundamente divididas.
Empricamente, el marco surgi de la experiencia personal
directa en frica, especialmente en Somalia, y en Centroamrica, en concreto Nicaragua. Intentar ofrecer ms ejemplos
de otras regiones y pases. Este libro, sin embargo, no pretende
ofrecer un estudio global y riguroso de cualquier situacin dada.
Conceptualmente, entiendo por marco el que proporciona los
parmetros generales, el perfil externo que ayuda a crear el sentido y el planteamiento; los conceptos son los elementos analticos
e ideas ms concretas que conforman el marco. En otras palabras, un marco ayuda a situar las cosas en un contexto y proporciona las lentes a travs de las cuales podemos analizarlas; y, lo
que es quizs ms importante, un marco proporciona categoras
para formular preguntas y considerar una accin concreta.

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PARTE II. INTRODUCCIN

En lo que respecta al reto de construir la paz, propongo un


marco conceptual que responda a las necesidades y desafos
definidos en nuestra visin general de los conflictos armados. En
trminos ms especficos, el marco sugiere un planteamiento
global de la transformacin del conflicto que trata los problemas
estructurales, la dinmica social de la construccin de relaciones
y el desarrollo de una infraestructura de apoyo para la paz.
Concibo el marco como una serie de componentes interrelacionados pero distintos, que incluyen la estructura, el proceso, la
relacin, los recursos y la coordinacin. En los captulos siguientes intentar presentar una visin general del marco para la
construccin de la paz describiendo cada uno de los componentes y sus correspondientes conceptos relevantes. Adems, har
sugerencias en cuanto a la forma en que se podran poner en
prctica estas ideas, es decir, formular propuestas concretas
para los posibles tipos de actuacin viables, tanto desde el punto
de vista de la formacin como de la prctica directa de la construccin de la paz. En varios casos, har referencia a las iniciativas y esfuerzos tomados de la vida real que ilustran estas ideas.

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III. Reconciliacin:
la construccin
de relaciones

n captulos subsiguientes esbozar los componentes que


constituyen un marco de construccin de la paz. Algunos de
ellos tratarn de preocupaciones estructurales relativas al anlisis de la situacin de la poblacin afectada por el conflicto y de
cmo entender los problemas espinosos que van surgiendo.
Otros aspectos sugerirn una perspectiva a largo plazo del conflicto como una progresin y la construccin de la paz como un
proceso de roles, funciones y actividades integradas. Si stos fuesen los nicos elementos necesarios para construir la paz, aparentemente se puede responder a este desafo casi por medio de
una frmula mecnica: con el plan correcto en mente y los
materiales, tcnicas y recursos en la mano, la paz se conseguira
automticamente. Pero cualquiera que haya vivido en lugares
con conflictos prolongados o participado en actividades pacificadoras en sociedades divididas sabe que en realidad ocurre lo
contrario. Lo que desde el principio necesitamos introducir en
nuestra discusin son las dimensiones propiamente humanas de
los tipos de conflicto que estamos estudiando.
Si volvemos a nuestro estudio inicial, muchas de las caractersticas clave de los conflictos contemporneos son consecuencia
de su naturaleza interna. Existen grupos conflictivos que viven
en estrecha proximidad geogrfica; han experimentado directamente el trauma de la violencia ligada a quienes consideran sus

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enemigos, a lo que a veces acompaa una historia acumulada


de agravios y enemistades que se remontan generaciones atrs.
Paradjicamente, viven como vecinos pero se encuentran inmersos en viejos ciclos de interaccin negativa. Los conflictos se
caracterizan por una intensa animosidad profundamente arraigada, miedo y estrictos estereotipos.
Estas dinmicas y pautas, impulsadas por experiencias de la
vida real, percepciones subjetivas y emociones, hacen que las
soluciones y procesos mecnicos y racionales para la transformacin del conflicto resulten no slo ineficaces, sino que en muchos
lugares sean incluso irrelevantes u ofensivos. Para que por lo
menos sea apropiada y relevante en el conflicto contemporneo,
la construccin de la paz debe estar arraigada en las realidades
subjetivas y empricas que determinan las necesidades y expectativas de las personas y responder a esas realidades. Es precisamente en este punto donde el paradigma conceptual y la prctica de la construccin de la paz deben alejarse significativamente
de las actividades y el marco tradicionales que constituyen la
diplomacia de estado.
Considero que este cambio paradigmtico se manifiesta al
pasar de un inters por la resolucin de materias conflictivas a un
marco de referencia centrado en la restauracin y la reconstruccin
de relaciones (Assefa, 1993: 10-16; Zehr, 1990: 177). Esto exige un
planteamiento que vaya ms all de la estrategia mecnica. El
marco debe tratar los aspectos relacionales de la reconciliacin
como principal componente de la construccin de la paz.

U N MARCO CONCEPTUAL PARA LA


RECONCILIACIN
Durante aos, en lo que podran denominarse conversaciones de
pasillo, he escuchado algunas alusiones, aqu y all, entre dos
colectivos profesionales, el de las Relaciones Internacionales y el
de la Resolucin de Conflictos. A veces suena casi como una ria
entre dos hermanos, un hermano mayor y una hermana pequea,
que se sitan a lo largo de un curioso continuum que oscila entre el
realismo y el sentimentalismo.
El hermano mayor, las Relaciones Internacionales, formado
en ciencias polticas y habiendo trabajado en las trincheras de
los conflictos internacionales, tiende a considerar que necesita
ocuparse de la difcil poltica del mundo real. Considera que su
hermana pequea tiene buenas intenciones en el mejor de los

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

casos, es bastante blanda y se deja llevar por el sentimentalismo


en el peor de los casos, siendo irrelevante la mayora de las
veces. Le dice constantemente: Escucha, ser delicada y sensible est bien para el coro, pero no sirve en la vida real. Nos
enfrentamos a gngsters realmente duros ah fuera. En nuestro
mundo de hoy en da, no tiene que ir lejos para encontrar ejemplos de sobre quin y qu est hablando.
Por su parte, la hermana pequea, es decir, quienes defienden la Resolucin de Conflictos y los que participan en ella, tiende a considerar que el hermano mayor est encerrado en paradigmas de poder y es incapaz de llegar a la raz de los problemas
de forma creativa. Formada en psicologa social e influida por
profesiones de asistencia social, se ve a s misma como integradora de intereses sustantivos y emocionales en la resolucin de conflictos. Repite: Sabes?, los mediadores no son ninguna bagatela. No tiene que ir lejos para encontrar nios-soldados a los que
las circunstancias obligan a matar desde los 12 aos, convencindonos de que hace falta algo ms que una poltica dura para apoyar el cambio y la transformacin sostenibles de la sociedad.
Quiz esto no sea ms que una caricatura. De hecho, durante
los ltimos aos el dilogo ha mejorado, lo que se puede deber a
varias razones. En primer lugar, las personas que han trabajado
en la realpolitik de las relaciones internacionales desde las estructuras gubernamentales oficiales, como es el caso de Harold
Saunders (1993) y Joseph Montville (1990), han participado constructivamente en el dilogo partiendo de sus propias experiencias.
En segundo lugar, el campo de la resolucin de conflictos ha
aumentado en alcance y legitimidad, apoyado por una investigacin cada vez mayor y un abanico de experiencias ms amplio.
Por ltimo, la propia naturaleza del conflicto contemporneo ha
exigido realismo e innovacin en ambos colectivos.
Es este ltimo dilema, la necesidad de innovacin crtica
atemperada por el realismo, lo que concentra nuestra atencin.
Los conflictos contemporneos requieren planteamientos de
construccin de la paz que respondan a las realidades inherentes a su propia naturaleza. Aunque estos conflictos son en verdad situaciones endurecidas la poltica real del odio, la
manipulacin y la violencia y requieren conocimientos polticos fundados, los mecanismos tradicionales dependientes completamente de la diplomacia de estado y la realpolitik no han
demostrado capacidad para controlar estos conflictos, mucho
menos para transformarlos en resultados pacficos y constructi-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

vos. Por tanto, el conflicto contemporneo demanda innovacin,


desarrollar ideas y prcticas que vayan ms all de la negociacin de los asuntos e intereses sustantivos. Esta innovacin, en
mi opinin, nos empuja a analizar el marco de lo subjetivo: percepciones acumuladas durante generaciones y miedo y odio profundamente arraigados en los sentimientos.
Al afrontar el desafo planteado por el conflicto contemporneo, un punto de convergencia importante entre el realismo y la
innovacin es la idea de reconciliacin. Una cuestin atractiva y
fundamental es cmo crear un catalizador de la reconciliacin
y despus mantenerla en sociedades divididas. Como punto de
partida conviene plantear varias suposiciones bsicas que, en
mi opinin, fundamentan una conceptualizacin de la reconciliacin.
Antes que nada se encuentra la nocin, quizs evidente pero
a menudo pasada por alto, de que la relacin es la base del conflicto y de la solucin a largo plazo. Esto lo expresaron claramente Harold Saunders y Randa Slim (1994), que priorizaron las relaciones como el punto central para lograr un dilogo sostenido en
los escenarios de conflicto prolongado. Esto indica una orientacin sencilla con muchas ramificaciones. La reconciliacin se
basa en mecanismos que implican a las partes del conflicto
entre s como si de relaciones humanas se tratara, en vez de buscar formas innovadoras de eliminar o minimizar su afiliacin.
Para que esto se entienda como algo ms que el pensamiento fcil de un conciliador orientado a la paz, debo aadir que los
ltimos avances en las nuevas ciencias llegan casi a la misma
conclusin sobre el funcionamiento del mundo fsico. La conclusin principal de la teora del caos y el quantum sugiere que estamos equivocados al centrar nuestra atencin en las partes de un
sistema. Por el contrario, si queremos ver la realidad y el funcionamiento de las cosas, debemos examinar el sistema en su conjunto y las relaciones de las partes como el aspecto emprico que
nos permite enfocar y entender su dinmica y estructura. De
hecho, se argumenta que las relaciones son la pieza central, el
punto inicial y final para entender el sistema (Wheatley, 1992).
sta, creo, es la principal contribucin de la reconciliacin como
paradigma (Assefa, 1993). Concibe el conflicto prolongado como un sistema y centra su atencin en las relaciones dentro de
ese sistema.
En segundo lugar, poner en contacto a uno con el otro implica un encuentro, no slo de personas, sino de varias corrientes de

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

actividad distintas y muy interdependientes. La reconciliacin


necesitar encontrar el modo de abordar el pasado sin quedarse
encerrado en un crculo vicioso de mutua exclusividad inherente
a ese pasado. Las personas necesitan la oportunidad y el espacio
para expresar el trauma y el dolor provocados por lo que se ha
perdido y la ira que acompaa al dolor y a las injusticias que han
sufrido. Que las partes implicadas admitan y reconozcan la legitimidad de esa experiencia es determinante para la dinmica de
la reconciliacin. Una cosa es conocer, pero reconocer es un fenmeno social muy diferente. Llegar a admitir despus de escuchar las historias de los dems da validez a la experiencia y los
sentimientos, y representa el primer paso hacia la recuperacin
de la persona y de la relacin.
Al mismo tiempo, la reconciliacin debe concebir el futuro
de forma que se realce la interdependencia. Lo que es estrictamente cierto de los conflictos internos contemporneos es que el
futuro de aquellos que luchan unos contra los otros est en ltima instancia ntimamente vinculado y es interdependiente. Por
eso, se debe brindar a las personas la oportunidad de mirar
hacia adelante e imaginar un futuro mutuamente compartido.
Aqu, a modo de ejemplo, la perspectiva de los pueblos indgenas, como el de la nacin mohawk, es enormemente instructiva.
En medio de la crisis de Oka, en 1991, en la que se vieron envueltos la nacin mohawk y los gobiernos de Quebec y Canad,
recuerdo a un jefe mohawk que reflexionaba sobre las decisiones
ante su pueblo. Seal que, como jefes y siguiendo la tradicin,
deban pensar en trminos de siete generaciones. Las decisiones
tomadas siete generaciones atrs les afectan hoy en da y las
decisiones tomadas hoy en da afectarn a las prximas siete
generaciones. Una perspectiva a tan largo plazo demuestra un
sentido de responsabilidad y una nueva conciencia acerca del
futuro compartido.
En esencia, la reconciliacin representa un lugar, el punto de
encuentro donde se pueden aunar los intereses del pasado y del
futuro. La reconciliacin como encuentro plantea que el espacio
para admitir el pasado e imaginar el futuro son los ingredientes
necesarios para reconstruir el presente. Para que esto suceda las
personas deben descubrir formas de encontrarse consigo mismas y con sus enemigos, sus esperanzas y sus miedos (Lederach,
1998).
En tercer y ltimo lugar, la reconciliacin supone que debemos buscar ms all del fundamento de las tradiciones polticas

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internacionales, del discurso y de las pautas de accin si queremos encontrar innovacin. Para explorar esta cuestin en detalle, me gustara relatar una experiencia vivida en Centroamrica
que me ayud a formular ms concretamente mi forma de pensar respecto a la reconciliacin. Esto surgi de una perspectiva
teolgica.
Durante varios aos de la dcada de los ochenta, trabaj
bajo los auspicios del Comit Central Menonita por toda
Centroamrica como responsable de recursos humanos dirigiendo talleres sobre mediacin y resolucin de conflictos. A raz de
estos esfuerzos, tuve la oportunidad de servir como asesor a un
equipo de conciliacin de base religiosa que mediaba en las
negociaciones entre el gobierno sandinista y el movimiento indgena de la costa este de Nicaragua, conocido como Yatama.
Como parte de sus funciones globales, el equipo de conciliacin acompaaba a lderes exiliados de Yatama que volvan a
casa para explicar el acuerdo al que se haba llegado con los sandinistas. Dado que persista el contexto de guerra y de animosidades profundamente arraigadas, estos encuentros fueron acalorados. Al comienzo de cada reunin de aldea, los conciliadores
nicaragenses solan leer el Salmo 85. En este fragmento, el salmista haca referencia al regreso del pueblo a su tierra y la oportunidad de paz. En dos breves lneas de la mitad del texto
(85: 10), la versin espaola dice: La misericordia y la verdad se
han encontrado, la justicia y la paz se han besado.
Oyendo hablar de estas impactantes imgenes una y otra vez
en el contexto de una sociedad profundamente dividida, empec a
sentir curiosidad sobre cmo entendan los conciliadores el texto y
los conceptos, que constituyen un par de paradojas intrigantes.
Algn tiempo despus, en un taller de formacin con comisiones
de paz locales y regionales, tuve la oportunidad de analizar este
asunto con ms detalle. Identificamos primero los cuatro conceptos
principales de la frase: Verdad, Misericordia, Justicia y Paz. Ped
entonces a los participantes que expusieran cada concepto como si
fuese una persona, describiendo las imgenes que evocaba en su
mente y lo que cada una tendra que decir sobre los conflictos.
Al exponer las imgenes de la Verdad, aparecieron honestidad, revelacin, claridad, franca responsabilidad y vulnerabilidad. Nos vemos unos a otros tal y como somos coment uno
de los participantes. Sin el representante de la Verdad el conflicto no se resolver nunca. Pero la Verdad sola nos deja desnudos, vulnerables y despreciables.

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

Respecto a la Misericordia, surgieron imgenes de compasin, perdn, aceptacin y un nuevo comienzo. sta es la idea de
gracia. Sin el representante de la Misericordia, no seran posibles relaciones sanas. Sin la compasin y el perdn, la cicatrizacin y la restauracin seran imposibles. No obstante, la Misericordia sola es superficial. Se disimula. Se mueve demasiado
rpidamente.
La Justicia suscit poderosas imgenes sobre hacer las cosas
bien, crear igualdad de oportunidades, rectificar los errores y la
restitucin. Sin justicia coment una persona la divisin
contina y se envenena.
Con la Paz llegaron imgenes de armona, unidad y bienestar. Es el sentimiento y el predominio del respeto y la seguridad.
Pero, se mencion, la paz no es slo para unos pocos, y si se conserva en beneficio de unos y no de otros, representa una farsa.
Como conclusin escribimos los cuatro conceptos en un cartel que pegamos en la pared, tal y como ilustra la figura 1. Cuan-

Figura 1. El lugar llamado reconciliacin


Verdad

Misericordia

Admisin
Transparencia
Revelacin
Claridad

Aceptacin
Gracia
Apoyo
Compasin
Cicatrizacin

RECONCILIACIN

Justicia

Paz

Igualdad
Buenas relaciones
Enderezar las cosas
Restitucin

Armona
Unidad
Bienestar
Seguridad
Respeto

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CONSTRUYENDO LA PAZ

do pregunt a los participantes cmo deberamos llamar al lugar


donde coinciden la Verdad, la Misericordia, la Justicia y la Paz,
uno de ellos contest inmediatamente: Ese lugar es la reconciliacin.
Lo que sorprenda sobre esta conceptualizacin de la reconciliacin era la idea de que representa un espacio social. La reconciliacin es un locus, un lugar donde se juntan personas y cosas.
Pensemos por un momento en cmo podran formularse los
conceptos principales de las paradojas del salmista en trminos
de conflictos contemporneos. La Verdad es el deseo de que se
reconozca el mal sufrido y la validacin de las experiencias y prdidas dolorosas, pero va acompaada de la Misericordia, que
expresa la necesidad de aceptacin, de dejar estar y de
comenzar de nuevo. La Justicia representa la bsqueda de los
derechos individuales y colectivos, de la reestructuracin social y la
restitucin, pero est ligada a la Paz, que destaca la necesidad de
la interdependencia, el bienestar y la seguridad. Curiosamente,
estos conceptos se manifiestan en el terreno poltico. As, en
recientes situaciones en Sudfrica, El Salvador y Guatemala,
podemos observar un tira y afloja de las aparentemente contradictorias energas sociales representadas por la Comisin de la
Verdad por una parte y los programas de amnista por otra. En
mi opinin, la reconciliacin consiste en crear la posibilidad y el
espacio social donde la verdad y el perdn estn validados y unidos, en vez de un marco en el que uno deba descalificar al otro,
o donde se conciban como piezas separadas y fragmentadas.
Estos elementos constituyen el meollo del desafo al que nos
enfrentamos en el conflicto contemporneo. Aunque cualquier
guerra conlleva un enorme dolor y una hostilidad profundamente arraigada, hemos planteado que la naturaleza de los escenarios contemporneos de conflictos armados, donde un vecino
teme al otro e incluso algunos miembros de una familia temen
a otros, y todos derraman sangre, las dimensiones espirituales,
psicosociales, sensoriales y emotivas no son preocupaciones
perifricas, sino centrales. La proximidad del odio y el prejuicio,
y del racismo y la xenofobia como factores primarios y causantes del conflicto, requiere basar su transformacin en las dimensiones espirituales y sociopsicolgicas que tradicionalmente se
han considerado como irrelevantes o fuera de la competencia
de la diplomacia internacional. La reconciliacin, vista como un
proceso de encuentro y como un espacio social, nos lleva en esa
direccin.

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

La reconciliacin puede entenderse, por tanto, como focus y


locus. Como perspectiva se estructura y orienta hacia los aspectos
relacionales de un conflicto. Como fenmeno social, la reconciliacin representa un espacio, un lugar o punto de encuentro donde
se renen las partes de un conflicto. La reconciliacin ha de invitar a la bsqueda de un encuentro donde las personas puedan
replantearse sus relaciones y compartir sus percepciones, sentimientos y experiencias, con el fin de crear nuevas percepciones y
una nueva experiencia compartida.
Como tal, la reconciliacin se basa en una paradoja, que articula fuerzas e ideas aparentemente contradictorias pero en verdad interdependientes. Smith y Berg (1987) han sugerido que las
paradojas son una parte natural de la vida en comunidad. Para
tratarlas de forma constructiva es necesario identificar las energas opuestas que constituyen los polos de la paradoja, conceder
espacio a cada una de ellas y aceptarlas como interdependientes
y necesarias para la salud del grupo. En el caso de los conflictos
contemporneos, los polos de energa, a menudo considerados
incompatibilidades, son necesidades bsicas humanas y de relacin intrnsecas a la experiencia y aspectos estructurales inherentes al contexto de los conflictos violentos prolongados. Por
ello, la reconciliacin representa el espacio, o la tensin creativa,
que liga entre s esas necesidades y la energa que las impulsa a
unirse.
En trminos ms concretos, podramos proponer que la
reconciliacin tiene que ver con tres paradojas especficas. En
primer lugar, en un sentido general, la reconciliacin promueve
un encuentro entre la expresin franca de un pasado doloroso y
la bsqueda de la articulacin de un futuro interdependiente a
largo plazo. En segundo lugar, la reconciliacin proporciona un
punto de encuentro para la verdad y la misericordia, donde est
ratificado y aceptado que se exponga lo que sucedi y se cede en
favor de una relacin renovada. En tercer lugar, reconoce adems la necesidad de dar tiempo y espacio a la justicia y la paz,
donde enmendar los daos va unido a la concepcin de un futuro comn.
La reconciliacin sugiere que la salida a estas paradojas consiste en aceptar ambas fuentes de energa. Una paradoja puede
ocasionar un atolladero ineludible y demoledor cuando se acepta una de las fuentes a expensas de la otra; en otras palabras,
cuando los grupos se aferran a una fuente frente a la otra (Smith y
Berg, 1987: 25). El paradigma bsico de la reconciliacin, por

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CONSTRUYENDO LA PAZ

tanto, es el que acepta la paradoja. Sugiere, por ejemplo, que


centrarse en la relacin proporcionar nuevas formas de abordar
el callejn sin salida en que entran ciertos temas, o que conceder
espacio a los lamentos sobre el pasado permite una reorientacin hacia el futuro y, a la inversa, que imaginar un futuro
comn crea nuevas lentes para enfrentarse al pasado.

L A PRCTICA DE LA RECONCILIACIN
Volvemos ahora a la cuestin de cmo iniciar y mantener el proceso de reconciliacin en trminos prcticos. Sorprende que en
este campo nos encontramos todava en los comienzos en el
desarrollo de esta aplicacin, tanto conceptual como prcticamente. Podemos, no obstante, apuntar varios enfoques que se
han utilizado y algunas experiencias concretas que encajan en el
paradigma conceptual de la reconciliacin tal y como se ha descrito anteriormente.
Por ejemplo, existen iniciativas en la base social surgidas en
la Bosnia destruida por la guerra, donde los esfuerzos realizados
por clrigos locales franciscanos y musulmanes han conseguido
unir comunidades en los frentes del conflicto para lograr y mantener un alto el fuego local (Shenk, 1993). A nivel medio, ha sido
la acumulacin de experiencias de grupos de dilogo y
de talleres de resolucin de conflictos lo que ha reunido a los
adversarios para cotejar sus experiencias, sus puntos de vista y
construir relaciones, en contextos tan variados como Europa,
Oriente Medio y frica (Burton, 1987; Fisher, 1991; Rothman,
1992). Para ahondar en la aplicacin de algunas de estas ideas
sobre la reconciliacin, podemos explorar la microdinmica de
las primeras fases que culminaron en el reciente acuerdo de
paz entre Israel y la OLP, que inclua elementos del nivel
medio, aunque tambin del nivel superior.
La firma del acuerdo de paz Israel-OLP, televisado en directo desde los jardines de la Casa Blanca, fue anunciado como
uno de los principales momentos de esperanza de 1993. Tras la
escena del apretn de manos en pblico entre Arafat y Rabin se
ocultaba la historia de un acuerdo al que se haba llegado por
medio de lo que lleg a conocerse como el canal de Oslo o de
Noruega (Corbin, 1994).
Aunque dada la confidencialidad del proceso todava no disponemos de un informe explcito y difundido en su integridad
con todos los detalles, contamos con numerosos informes escri-

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

tos en los que las entrevistas con los iniciadores y catalizadores


del canal noruego atestiguan un proceso fascinante de esfuerzo
personal y arriesgado junto con formas innovadoras de crear
espacio para reuniones personales de confianza (Corbin, 1994;
Elon, 1993).
En resumen, dos activistas de la paz israeles iniciaron los
que entonces, y en trminos legales, eran contactos ilcitos con el
director de finanzas de la OLP, Abu Alaa. Con el tiempo, esto
llev a conversaciones secretas organizadas por Noruega, en las
que desempearon un papel importante Terje Rod Larsen y
Mona Juul, durante el transcurso de casi un ao. Para los propsitos que nos ocupan tiene ms inters el proceso llevado a cabo
que los trminos del acuerdo. Destacan varios aspectos.
1.

2.

Los contactos y las conversaciones se mantuvieron en


secreto casi absoluto. Slo unas pocas personas de la OLP y
de los gobiernos de Israel y Noruega conocan su existencia.
Incluso cuando se anunci el acuerdo, el proceso y evolucin
de las conversaciones eran prcticamente desconocidos y se
mantuvieron cuidadosamente fuera del conocimiento
pblico.
Los contactos y las primeras conversaciones los mantuvieron
personas con acceso a los altos funcionarios de sus campos
respectivos, pero sin incluir inicialmente a stos.
Posteriormente, cuando surgieron propuestas ms formales,
los representantes del nivel ms alto llegaron a participar
directamente. En trminos de nuestro modelo, aunque el
proceso lo anunciaron pblicamente en el nivel superior,
se bas en elementos de una iniciativa del nivel medio.

Estos dos primeros puntos ilustran un dilema clave en la construccin de la paz en lo relativo a la coordinacin de actividades
distintas pero relacionadas a diferentes niveles de la sociedad
afectada. La confidencialidad necesaria para proteger las etapas
iniciales con la que actuaron los lderes que se lanzaron a explorar nuevas posibilidades sera considerada en una fase posterior
con desconfianza, si no rechazo inmediato, por los israeles y
palestinos que se habran de sentir excluidos del proceso.
3.

Larsen y Juul hicieron todo lo posible por crear un ambiente


ntimo. Queramos que se sintieran a gusto en una casa
agradable, informaron (Elon, 1993: 80). Los participantes se

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CONSTRUYENDO LA PAZ

4.

5.

alojaron en una casa de verano, durmieron bajo el mismo


techo y comieron juntos. Estaban, como escribi Corbin
(1994: 50), viviendo, comiendo y, sobre todo, trabajando
juntos. Las relaciones se desarrollaron de forma nueva,
diferente y ms universal. No se relacionaron
exclusivamente como enemigos o adversarios polticos.
Compartieron el tiempo y el espacio construyendo puentes
entre aspectos ms amplios de sus personas.
Las sesiones fueron largas e intensas, durando a veces hasta
ocho horas y prolongndose hasta muy avanzada la noche.
Al principio, despus de hacer una ronda recitando historias
del pasado que evocaban recriminaciones mutuas, Abu Alaa
marc una pauta importante. No compitamos sobre quin
tena razn en el pasado y quin no, se ha contado que dijo.
Y no compitamos sobre quin puede ser ms listo en el
presente. Veamos lo que podemos hacer en el futuro (Elon,
1993: 81). Pareca que la intimidad de vivir juntos
proporcionaba una transparencia de sentimientos y puntos
de vista, y centrarse en el futuro permita nuevas lentes para
examinar los viejos problemas.
Hicieron falta siete reuniones durante cinco meses hasta que
el terreno estuvo suficientemente preparado para elevar el
nivel de participacin. El delegado israel, el ministro de
Asuntos Exteriores, Yosi Beilin, coment que en realidad
nunca habamos tenido contactos con la OLP [] no
sabamos realmente lo que representaban [] conocamos la
propaganda. No conocamos la verdad (ibdem: 82). La
principal contribucin realizada por los actores del nivel
medio, dijo, fue que ellos prepararon el terreno psicolgico
y prctico que hizo posible que los profesionales se uniesen a
ellos a partir de la sptima reunin (ibdem: 82).

Este ejemplo destaca la importancia de desarrollar relaciones, de proporcionar espacio para que las partes se encuentren y
se relacionen como personas y para que tengan un lugar en el
que expresar sus sentimientos abiertamente pero en un contexto
en el que se reconozca su futuro compartido. El proceso, que en
este caso supuso un avance decisivo, se bas en varios conceptos
esenciales identificados anteriormente en el apartado de la
reconciliacin.
El conducto noruego no minimiz ni descuid el aspecto crucial de desarrollar un marco para un acuerdo negociado sobre

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III. RECONCILIACIN: LA CONSTRUCCIN DE RELACIONES

problemas sustantivos. No obstante, fue claro en cuanto a la


necesidad de un paradigma de reconciliacin en el desarrollo de
las relaciones y como parte de la microdinmica que fue clave
de sostn en las conversaciones.
En un nivel ms general y partiendo de lo ocurrido en los
ltimos aos al tratar de poner en prctica el acuerdo formal,
parece evidente que era y sigue siendo necesario un planteamiento incluyente de la construccin de la paz en el contexto
palestino-israel. Como analizaremos en captulos posteriores, es
preciso considerar cmo integrar un paradigma de reconciliacin en los niveles medio y de base de la poblacin de ambos
bandos del conflicto. Sin eso, la innovacin y el progreso logrados en el nivel superior del proceso de paz han demostrado
encontrarse sometidos a una gran presin que puede incluso
hacerlos colapsar.

CONCLUSIONES
En este captulo hemos explorado el potencial y el desafo de la
reconciliacin. Se ha planteado que la reconciliacin est basada
en la construccin de relaciones entre los antagonistas. La
dimensin relacional incluye los aspectos psicolgicos y emocionales del conflicto y la necesidad de ocuparse de los agravios
pasados y explorar la futura interdependencia. La reconciliacin
como un locus crea un espacio para el encuentro de las partes,
un lugar donde puedan reunirse las energas y los intereses diferentes pero relacionados que impulsan el conflicto, incluyendo
las paradojas de la verdad y la misericordia, la justicia y la paz.
La reconciliacin como concepto y praxis intenta evitar que
el anlisis del conflicto se centre exclusivamente en el conocimiento de los problemas. Su principal objetivo y su contribucin
clave consisten en buscar formas innovadoras de crear un tiempo y un espacio, dentro de los diferentes niveles de la poblacin
afectada, para abordar, asumir e integrar el doloroso pasado y el
futuro, que necesariamente ser compartido, como un medio de
enfrentarse al presente.

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IV. Estructura: lentes


para una visin amplia
RECONSIDERANDO LA POBLACIN AFECTADA
En la introduccin de este libro me refera a una conversacin
entre dos amigos somales que discutan sobre cmo debera
construirse la casa de la paz en su patria destrozada por la guerra. Uno de ellos argumentaba que se necesitaba asentar la cabeza para que el cuerpo funcionase. El otro sugera que haba que
echar los cimientos de la casa para que se sostuviese el tejado.
Su discusin, en esencia, inclua teoras opuestas sobre cmo
entender y abordar la construccin de la paz en una comunidad.
Utilizando una especie de metfora, uno argumentaba que la
paz se construye de arriba abajo. El segundo sugera que se
construye de abajo arriba. Ambos asuman ciertas cosas acerca
del proceso y la poblacin afectada en el conflicto. Antes de llegar a ninguna conclusin sobre cul es la apropiada o, como
ser el caso en este ensayo, sobre cmo se integran y relacionan,
debemos desarrollar un marco analtico para describir los niveles de liderazgo de una poblacin afectada.
Me ha resultado til pensar en el liderazgo de la poblacin
afectada por un conflicto en trminos de una pirmide (figura 2).
Una perspectiva analtica como la propuesta aqu depender
siempre, hasta cierto punto, de generalizaciones que proporcionaran un juego de lentes para analizar un asunto concreto, o
para considerar y relacionar diversos conceptos. En este caso,
estamos utilizando lentes para una visin general en la que una

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CONSTRUYENDO LA PAZ

poblacin afectada en un conflicto armado interno est representada por lderes y otros actores que desempean un papel en el
tratamiento de la situacin y en la construccin de la paz. La pirmide nos permite establecer el liderazgo en tres categoras principales: nivel superior, nivel medio y nivel de base.
Podemos utilizar la pirmide para describir los grupos dentro
de una poblacin en trminos simplificados. La pirmide centra
la atencin en situaciones de conflicto interno. La cima, o liderazgo en el nivel superior, representa al menor nmero de personas; en algunos casos quizs slo se trate de un puado de actores clave. Por otro lado, los actores del nivel de base, al pie de la

Figura 2. Actores y enfoques de la


construccin de la paz
TIPOS DE ACTORES

ENFOQUES DE
LA CONSTRUCCIN
DE LA PAZ

Nivel 1: Mximos dirigentes.


Lderes polticos/militares/

Se centra en negociaciones a
alto nivel.
Enfatiza el alto el fuego.

religiosos de alto nivel, de


gran visibilidad.

POCOS

Dirigido por una nica


personalidad mediadora
altamente visible.

Nivel 2: Lderes de grado


medio.
Lderes respetados en
diversos sectores.
Lderes tnicos/religiosos.
Acadmicos/intelectuales.
Lderes humanitarios (ONG).

Talleres para la resolucin


de problemas.
Formacin en la resolucin
de conflictos.
Comisiones de paz.
Equipos interno-parciales.

Nivel 3: Lderes de las bases.


Comisiones locales de paz.
Lderes de ONG autctonas.
Promotores de la

Comisiones de paz locales.


Formacin de bases.
Reduccin de prejuicios.
Labor psicosocial sobre

comunidad.
Funcionarios locales de
sanidad.
Lderes de campos de

P
o
b
l
a
c
i

n
a
f
e
c
t
a
d
a

traumas posguerra.

refugiados.
MUCHOS

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IV. ESTRUCTURA: LENTES PARA UNA VISIN AMPLIA

pirmide, representan al mayor nmero de personas, a la poblacin en su conjunto. En el lado izquierdo se encuentran los tipos
de lderes y los sectores de los que provienen en cada nivel. En el
lado derecho aparecen las caractersticas y planteamientos de
un proceso de construccin de paz y ms concretamente las actividades de transformacin de conflictos en las que pueden participar, que son comunes a ese nivel concreto. Cada uno de estos
niveles merece una exposicin ms extensa y detallada antes de
que volvamos a examinar las implicaciones ms amplias de la
pirmide para nuestro marco conceptual.

TIPOS DE ACTORES
Nivel 1. Liderazgo alto
A modo de descripcin general, el nivel 1 incluye los principales lderes militares y polticos del conflicto. Se trata de quienes son o pretenden ser los ms altos lderes representantes de
los gobiernos y de los movimientos de oposicin en un conflicto
interno. Se encuentran en la cima de la pirmide, son los portavoces de sus comunidades y de los asuntos que, segn ellos,
generan y resolvern el conflicto. Es muy importante reconocer
que en la mayora de los casos este nivel representa unos pocos
actores clave dentro del escenario ms general. En este nivel de
liderazgo hay varias caractersticas comunes.
En primer lugar, estos lderes son muy visibles. Se presta
mucha atencin a sus movimientos, declaraciones y posiciones.
Reciben mucha atencin en la prensa y tiempo en antena. En
algunos casos, en la era de la CNN, los lderes de este nivel se
ven pasar de la prctica oscuridad y anonimato a la relevancia
internacional e incluso al estatus de celebridades. Podra argumentarse que existe una cierta naturaleza dialctica y simbitica
en esta dinmica de los medios de comunicacin, relacionada
con la legitimidad y efectividad de las ambiciones polticas y personales de los lderes del nivel superior (Parenti, 1990). Una base
legtima de representacin de una comunidad o un grupo de reivindicaciones establece a un lder como tal. La publicidad y el
perfil son esenciales para establecer los intereses de la comunidad, pero se centran en el lder. Esa publicidad y perfil mantienen y consolidan an ms la legitimidad y la base del lder. As,
la publicidad y el perfil se convierten en componentes esenciales

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descriptivos de este nivel, y son requisitos del mismo tanto para


representar los intereses de su comunidad como para asegurar
su propia posicin de influencia.
En segundo lugar, dado su perfil pblico, estos lderes se quedan encerrados en posiciones adoptadas segn las perspectivas y
cuestiones en conflicto. Se encuentran bajo una tremenda presin para mantener una posicin de fuerza ante sus adversarios y
ante sus propias comunidades. Por posicin nos referimos aqu
a los puntos de vista casi estticos acerca de las soluciones exigidas para resolver el conflicto (Fisher y Ury, 1981: 3). Esto, unido al
alto grado de publicidad, crea a menudo un dilema al que se
deben enfrentar ineludiblemente los lderes que operan en este
nivel. En un proceso de paso a las negociaciones y acuerdos, la
aceptacin de alguna rebaja en los objetivos declarados pblicamente se considera una debilidad o una prdida de prestigio.
Para los lderes esto significa que cada movimiento representa
una decisin de alto riesgo tanto para sus carreras como para los
objetivos expresos de su gobierno o movimiento.
Por ltimo, se percibe y caracteriza a estos lderes como
poseedores de poder e influencia significativos, cuando no exclusivos. Aunque es cierto que en muchas de estas situaciones los
altos lderes individualmente tienen ms poder e influencia que
otros, tambin es cierto que la realidad es mucho ms compleja
de lo que parece a primera vista. Por un lado, los altos lderes se
benefician de la visibilidad y la publicidad y sus declaraciones
tienen un enorme peso, tanto en el planteamiento de los problemas y los procesos como en la toma de decisiones. Por otro lado,
en asuntos internacionales en general y en los escenarios de
conflictos prolongados en particular, el poder se concibe principalmente como una jerarqua, considerndose que los altos lderes son los que tienen la capacidad y las competencias para
tomar decisiones en nombre y en beneficio de sus respectivas
comunidades. Utilizo la palabra concebir porque la comunidad
internacional la mayora de las veces busca y se relaciona con los
lderes jerrquicos de todos los bandos de un conflicto interno
como si tuviesen el poder exclusivo, incluso cuando, como es
muchas veces el caso, el poder puede estar mucho ms difuso y
fraccionado. No est claro en muchas situaciones como las de
Bosnia, Somalia o Liberia que el poder jerrquico sea operativo.
Es posible que muchos lderes de diferentes niveles de la pirmide no acepten alinearse detrs de los lderes ms visibles. En
estas situaciones, a menudo se desencadenan acciones mucho

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ms difusas dentro de la sociedad, pese a que se asuma que las


decisiones de los acuerdos de paz se adoptarn por medio de la
representacin jerrquica y la aplicacin de aquellas medidas.

Nivel 2. Liderazgo medio


En el nivel medio se encuentran personas que actan en
posiciones de liderazgo dentro de un escenario de conflicto prolongado, aunque aqu las posiciones no se definan en formas
necesariamente conectadas con o controladas por la autoridad o
las estructuras del gobierno oficial o de los principales movimientos de oposicin.
Hay varias lneas de liderazgo a este nivel. Una est relacionada con personas muy respetadas como individuos y/o que se
encuentran en puestos oficiales de liderazgo en sectores tales
como la educacin, el mundo empresarial, la agricultura o la
salud. Otra pasa a travs de las principales redes de colectivos e
instituciones que pueden existir en un escenario, por ejemplo,
vinculando grupos religiosos, instituciones acadmicas u organizaciones humanitarias. Funcionan a menudo informalmente, aunque en algunos casos pueden haber formalizado sus relaciones.
Dentro de la red, sin embargo, hay personas que encabezan
determinadas instituciones (p. ej., los lderes de importantes organizaciones indgenas no gubernamentales, ONG, el anterior
decano de una universidad pblica o un sacerdote muy conocido
en determinada regin), que pueden ser muy reconocidas y respetadas dentro de esa red nacional o regin geogrfica. Una tercera lnea en este nivel est relacionada ms directamente con
los grupos de identidad en conflicto. Los lderes del nivel medio
son personas muy conocidas por proceder de un grupo tnico
minoritario o de una regin geogrfica concreta implicada en el
conflicto; son conocidos y respetados por las personas de esa
regin, pero tambin se les conoce fuera de la misma. Finalmente, los lderes del nivel medio tambin incluyen a personas
que proceden de un lugar en conflicto pero se las conoce y gozan
de gran prestigio tanto dentro como fuera del lugar, por ejemplo,
un poeta muy conocido o un premio Nobel.
Existen rasgos importantes de este nivel que caracterizan a los
principales actores incluidos en el mismo. En primer lugar, debido
a las posiciones que ocupan, probablemente conocern a y sern
conocidos por los lderes del nivel superior; sin embargo, estn
muy relacionados con el contexto ms amplio y la comunidad a la

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que los altos lderes dicen representar. En otras palabras, estn


relacionados tanto con el nivel superior como con el de base.
Conocen, no directamente pero s de cerca, el contexto y la experiencia de las personas que viven en el nivel de base, pero no estn
agobiados con las exigencias de supervivencia a las que se enfrentan muchos en este nivel. Del mismo modo, tienen contacto con
lderes del nivel superior pero no estn vinculados por las implicaciones polticas que rigen cada movimiento y decisin a ese nivel.
En segundo lugar, la posicin de los lderes del nivel medio
no se basa en el poder militar o poltico, ni busca necesariamente
conseguir poder de ese tipo. Su posicin e influencia en el lugar
proceden de relaciones existentes, algunas profesionales, algunas
institucionales, algunas formales, otras por amistad o contacto.
En consecuencia, los lderes del nivel medio raramente estn en
el candelero, ni su posicin e influencia dependen de la visibilidad y la publicidad. Por eso, tienden a gozar de mayor libertad de
movimiento y accin; ciertamente pueden moverse fsicamente
llamando mucho menos la atencin y sin que se les siga tanto
como a los lderes del nivel alto.
En tercer lugar, los actores del nivel medio con frecuencia
mantienen importantes relaciones, previas a su acceso al puesto,
con homlogos del otro lado del conflicto. Por ejemplo, estas
relaciones pueden ser por asociaciones profesionales, asociaciones de profesores o por unas redes ms amplias que han construido relaciones que traspasan las divisiones de identidad dentro de la sociedad.
En resumen, los lderes del nivel medio son ms numerosos
en relacin con los del nivel superior y tienen contactos mediante redes con muchas personas importantes de toda la geografa
fsica y humana del conflicto.

Nivel 3. Liderazgo de las bases


Los lderes de nivel bajo representan a las masas, la base de
la sociedad. La vida en ese nivel se caracteriza en lo fundamental, en situaciones de conflicto prolongado y de guerra, por una
mentalidad de supervivencia. Cuando la situacin es realmente
crtica, la poblacin de este nivel est agobiada tratando de satisfacer da a da sus necesidades humanas bsicas de alimento,
agua, vivienda y seguridad.
Los lderes en este nivel se enfrentan tambin a la enorme
labor de afrontar la crisis en los aspectos cotidianos. Entre ellos

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IV. ESTRUCTURA: LENTES PARA UNA VISIN AMPLIA

se encuentran personas pertenecientes a comunidades locales,


ONG autctonas de ayuda a las poblaciones locales, funcionarios de sanidad y lderes de campamentos de refugiados. Se
trata de personas que conocen perfectamente el miedo y el sufrimiento de la poblacin, que entienden muy bien cmo funciona
la poltica de un determinado lugar y conocen cara a cara a los
lderes locales del gobierno y de la milicia.
En muchos casos, dadas las caractersticas de los escenarios
contemporneos de conflicto, el nivel local es un microcosmos
del panorama general. Los lmites de identidad del conflicto se
trazan justo por el medio y dividen a las comunidades locales. A
diferencia de algunos niveles ms altos de la pirmide, los lderes de las bases conocen y son testigos directos da a da de la
animosidad y el odio profundamente arraigados.

E NFOQUES DE LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ


Antes de dirigir nuestra atencin a los planteamientos de construccin de la paz asociados a cada nivel, habra que hacer varias
observaciones sobre la poblacin de la pirmide. En primer lugar,
aunque muchos de los factores de conflicto se experimentan en
el nivel de base, por ejemplo la inseguridad social y econmica, la
discriminacin poltica y cultural, y la violacin de los derechos
humanos, los lmites de identidad grupal en los conflictos contemporneos se trazan con ms frecuencia vertical y no horizontalmente. Desde un punto de vista descriptivo, en la mayor parte
de los conflictos armados actuales, la identidad se forma en torno
a la etnia, religin o regin geogrfica ms que en torno a la
clase, creando divisiones de grupo que atraviesan
de arriba abajo la pirmide en lugar de oponer un nivel a otro.
Por consiguiente, los lderes de cada nivel estn en contacto con
su propia gente hacia arriba y hacia abajo de la pirmide y, al
mismo tiempo, tienen colegas dentro de su nivel a los que consideran enemigos.
En segundo lugar, existen dos importantes relaciones inversas en el panorama del conflicto. Por una parte, cuanto ms alto
se encuentre uno en la pirmide, mayor acceso tiene a la informacin global y a la capacidad de tomar decisiones que afectan
a toda la poblacin, pero menos le afectan las consecuencias de
esas decisiones. Por otra parte, cuanto ms bajo se site uno en
la pirmide, ms directamente experimenta las consecuencias
de las decisiones y conoce el sufrimiento real, pero menor es su

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capacidad de conocimiento global y de acceso al poder de decisin, incluso en las polticas locales. Estas dos relaciones inversas
plantean dilemas clave en el diseo y la puesta en prctica de
los procesos de paz, a los que volvemos ahora nuestra atencin.

Nivel 1. Enfoques de la paz en el nivel superior


En el lado derecho de la pirmide se encuentran las caractersticas y enfoques de la construccin de la paz. En el nivel superior encontramos lo que podramos llamar el enfoque de arriba
hacia abajo de la construccin de la paz, que tiene las siguientes
caractersticas.
En primer lugar, las personas que surgen como pacificadores, a menudo considerados como intermediarios o mediadores,
son figuras eminentes que arrastran en s un perfil pblico. A
menudo les respalda un gobierno o una organizacin internacional como las Naciones Unidas, que estn ms all del escenario
del conflicto interno y no estn enzarzadas en l. La mayor parte
de las veces los actores de este nivel operan como personalidades individuales.
En segundo lugar, se persigue una solucin negociada y
acordada entre los principales lderes del nivel alto en el conflicto. Estos pacificadores tienden a moverse como terceras partes
que actan de lanzadera entre los protagonistas. Se inicia un
proceso de negociaciones de alto nivel donde los lderes del nivel
superior son identificados y llevados a la mesa de negociacin.
Reunirse y crear esa mesa se convierte en una metfora hacia la
que se orienta el trabajo. Por lo general, a causa de quin participa, los intermediarios y las negociaciones son objeto de un seguimiento muy estricto, muy visible y con mucha publicidad por
parte de los medios de comunicacin.
Un aspecto bsico de este trabajo es la necesidad de crear
suficiente confianza y flexibilidad entre los antagonistas como
para dar pie a nuevas opciones y conseguir llegar a un acuerdo.
Esto plantea un serio dilema para un proceso de negociacin llevado a cabo en un entorno muy visible, en el que los principales
negociadores deben mantener las exigencias y objetivos articulados pblicamente para evitar que se les considere blandos, pero
que deben, sin embargo, acercar posiciones en la negociacin.
En tercer lugar, el enfoque de construccin de la paz en este
nivel se suele centrar en conseguir un alto el fuego o un cese de
las hostilidades como primera medida a tomar, que conducir a

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otras medidas posteriores, incluyendo negociaciones polticas y


sustantivas que culminan despus en un acuerdo, creando los
mecanismos para una transicin poltica de la guerra a la paz.
Varias suposiciones operativas fundamentan la actividad de
construccin de la paz en el nivel superior. Se considera, por
ejemplo, que la clave para conseguir la paz radica en identificar
a los lderes representativos y conseguir que lleguen a un acuerdo. Esto presupone que (1) los lderes pueden ser identificados; (2)
que expresarn y defendern las materias que dieron lugar al conflicto desde la perspectiva de aquellos a los que representan; y
(3) que poseen el poder, o como mnimo la influencia, para hacer
que sus respectivas comunidades cumplan los acuerdos alcanzados. En otras palabras, el modelo se basa en el supuesto de que
hay una estructura de poder monoltica y jerrquica operando en
el escenario.
Adems, el marco se basa en un planteamiento de la paz de
arriba abajo o lo que podra denominarse ms acertadamente de
goteo. En esencia, se cree que los logros alcanzados al ms
alto nivel se transmitirn hacia abajo, al resto de la poblacin. En
todo el escenario, conforme a este modelo, el mayor potencial y
la principal responsabilidad para alcanzar la paz residen en los
lderes representativos de las partes del conflicto. Si estos lderes
pueden ponerse de acuerdo se prepara el terreno, el marco y
el ambiente para hacer que el resto de la sociedad cumpla el
acuerdo que acabar con la guerra.
Finalmente, el enfoque del nivel superior plantea algunos
supuestos concretos acerca del orden y el marco temporal para
la paz. Ha aparecido cierta pauta para resolver el conflicto de
forma escalonada a partir de los recientes procesos en Etiopa, El
Salvador y Camboya. En primer lugar, requiere esfuerzos destinados a conseguir un acuerdo de alto el fuego con los lderes
militares. Despus se inicia un proceso de transicin nacional
en el que el liderazgo poltico ha de crear un marco que conducir a unas elecciones democrticas. La paz en las etapas iniciales depende de la consecucin del alto el fuego y en las ltimas
etapas de la ampliacin e inclusin de ms sectores de la sociedad. Esto implica un proceso a corto plazo, paso a paso y orientado al problema, puesto en marcha por los lderes del nivel superior. Quizs ms importante, sin embargo, sea la suposicin de
que en general los otros niveles de la poblacin esperan a que se
alcance el acuerdo y, a partir de ese momento, participan en su
puesta en prctica. En otras palabras, se asume que el acuerdo

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tendr relevancia y capacidad de aplicacin prctica al nivel


local, incluso aunque en la mayora de los casos fuese alcanzado
bajo enorme presin poltica acarreando una serie de compromisos para todos las partes. Esto choca, como veremos, con un
marco global que asume una interdependencia de niveles, implicando mltiples grados de liderazgo y participacin dentro de la
poblacin afectada e integrando actividades simultneas pero a
ritmos diferentes.

Nivel 2. Enfoques de la paz en el nivel medio


El nivel medio ofrece lo que podra denominarse un planteamiento del medio hacia afuera de la construccin de la paz. Se
basa en la idea de que el nivel medio est formado por un grupo
de lderes con una posicin determinante en el conflicto que
podran proporcionar la clave para crear una infraestructura
para alcanzar y mantener la paz si se integran de forma adecuada en el proceso. Que yo sepa, todava no se ha desarrollado una
teora o literatura de construccin de la paz del nivel medio.
Podemos, no obstante, encontrar ciertos paralelismos entre distintos ejemplos de planteamientos de paz en un nivel medio.
Estos planteamientos encajan en tres categoras: talleres de resolucin de problemas, formacin para la resolucin de conflictos y
creacin de comisiones de paz.
Talleres de resolucin de problemas. Quizs la actividad ms desarrollada tericamente y la ms evaluada en cuanto a efectividad
e impacto (dado que pocos procesos de paz han recibido suficiente atencin como para ser evaluados formalmente) han sido
los talleres de resolucin de problemas (Burton, 1969; 1987).
Estos talleres, a veces descritos como solucin interactiva de
problemas (Kelman, 1982), o consulta con terceros (Fisher,
1997: 7), proporcionan un lugar de reunin para que personas
que extraoficialmente representan a las partes de un conflicto interacten en un proceso de anlisis en colaboracin de los
problemas que les separan (Banks y Mitchell, 1996). Como ha
resumido Mitchell (1992: 75), este enfoque incluye:
encuentros informales de una semana entre los representantes de las
partes de un conflicto prolongado, profundamente arraigado y
frecuentemente violento, en un lugar sin protocolo, a menudo
acadmico, que permita volver a analizar el conflicto como un

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problema compartido y sugerir algunas vas de accin alternativas a


la coercin continuada, junto con nuevas opciones para una
resolucin duradera y aceptable para todos.

El enfoque de la resolucin de problemas tiene varios rasgos


importantes caractersticos de la construccin de la paz del nivel
medio. En primer lugar, se suele invitar a los participantes por su
conocimiento del conflicto y su proximidad a las personas clave
en la toma de decisiones, pero generalmente se excluye a los
actores del nivel superior. Mitchell se ha referido a esos participantes llamndolos lderes creadores de opinin, en otras palabras, aquellos que estn en posicin de influir en la opinin. El
taller no es un ejercicio destinado a emular o sustituir a las negociaciones oficiales. Es un ejercicio destinado a ampliar la participacin en el proceso, as como las percepciones de los participantes, y a profundizar en su anlisis del problema y en su
capacidad de innovacin en la bsqueda de soluciones.
En segundo lugar, el taller est pensado para ser sin ceremonia y extraoficial, lo que crea un ambiente en el que los adversarios pueden interactuar de formas que no seran permitidas en
sus lugares de origen, y ciertamente tampoco en acontecimientos
pblicos. Se crea un ambiente que favorece la interaccin directa
con los adversarios y fomenta el desarrollo de relaciones, adems
de la flexibilidad a la hora de examinar los problemas comunes a
las partes y las posibles soluciones. El taller proporciona un espacio polticamente seguro para formular y probar ideas, que pueden o no resultar tiles en los escenarios de la vida real.
Finalmente, el componente del tercero en el taller ofrece
mltiples servicios. Entre las funciones clave se encuentran la de
convocar a las partes, facilitar el encuentro y proporcionar expertos en el anlisis del conflicto y los procesos de resolucin del
mismo. El equipo de la tercera parte pretende ofrecer a los participantes una oportunidad, y un ejemplo, de una forma ms efectiva de interaccin, y permitirles examinar el conflicto a travs de
lentes analticas en lugar de slo coactivas. Merece la pena
apuntar que los recientes procesos de paz que han captado la
atencin pblica han contado, entre bastidores, con importantes
esfuerzos concertados para la resolucin de problemas que ofrecieron apoyo a los negociadores y aportaron nuevas ideas al proceso de negociacin. ste fue el caso, por ejemplo, del acuerdo
entre Israel y la OLP, las conversaciones de paz de Irlanda del
Norte y los contactos mantenidos en el Pas Vasco.

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Formacin para la resolucin de conflictos. Los planteamientos de formacin difieren de los talleres de resolucin de problemas en
varios aspectos. La formacin, en el campo de la resolucin del
conflicto, est generalmente orientada a dos objetivos simultneos: crear una concienciacin cada vez mayor, es decir, educar
a la poblacin en cuanto al conflicto por una parte, y ofrecer una
formacin para enfrentarse a l por la otra (Schultz, 1989). En el
aspecto educativo, se desarrollan programas de formacin para
proporcionar a los participantes una visin del desarrollo del
conflicto, las dinmicas y las pautas generales que sigue y qu
conceptos son tiles para enfrentarse al mismo de forma ms
constructiva. En el lado de la prctica, la formacin tiene el objetivo ms concreto de ensear a las personas planteamientos y
tcnicas especficas para enfrentarse al conflicto, a menudo en
forma de prcticas analticas, de comunicacin, de negociacin o
de mediacin.
A diferencia del taller de resolucin de problemas, el foco de
la formacin est orientado interna ms que externamente. En
su mayor parte, su objetivo es desarrollar las destrezas del participante, no que ste analice una situacin conflictiva determinada. Por basarse en los procesos y en las habilidades personales,
la formacin se enfrenta al desafo de orientar y adaptar sus
esfuerzos a una gran variedad de contextos y culturas, al tiempo
que contina siendo apropiada y til (Lederach, 1995a).
En comparacin, un taller de resolucin de problemas constituye un proceso cuidadoso y elaborado de seleccin y reunin
de participantes para proporcionar un equilibrio entre las partes
dentro del formato propuesto. Los actores del nivel medio son
los participantes ms apropiados para los talleres de resolucin
de problemas porque son conocedores del conflicto y adems tienen acceso a los polticos que ocupan los cargos ms altos. Por
otra parte, aunque es quizs ms til estratgicamente en el
nivel medio, la formacin puede, de hecho, emplearse adecuadamente en cualquier nivel o atravesar los niveles de liderazgo
dentro de una sociedad. Y en algunos casos la formacin puede
estar muy abierta a la participacin de cualquier persona o
colectivo interesados; en otros casos, puede estar destinada a un
grupo concreto o ser solicitada por el mismo, e incluso puede
reunir estratgicamente a diversos participantes.
Algunas ilustraciones de aplicaciones prcticas destacarn la
funcin que ha desempeado la formacin del nivel medio en
las estrategias de paz. En el contexto sudafricano, por ejemplo, el

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Centro para la Resolucin de Conflictos (antiguamente Centro


para Estudios Intergrupales) ha emprendido un extenso programa de formacin destinado a proporcionar un marco conceptual
y los medios para abordar los conflictos en la Nueva Sudfrica
post-apartheid. En algunos casos, el Centro ha formado a lderes
de movimientos polticos tales como el CNA; en otros casos ha
estado dirigido a actores sectoriales tales como lderes cvicos y
religiosos; y en un tercer enfoque, el Centro ha proporcionado
formacin que reuni a antiguos antagonistas, como policas y
lderes del movimiento de liberacin (Kraybill, 1994).
Gutlove y otros (1992) dirigieron un programa de formacin
de lderes del nivel medio en la antigua Yugoslavia. En este
caso, la fuerza motriz fue una combinacin de tres elementos:
brindar a los participantes la oportunidad de reflexionar sobre la
experiencia del conflicto, enfrentarse a las dimensiones psicolgicas inherentes a su experiencia del conflicto y desarrollar
las capacidades para resolver el conflicto empleando vas alternativas.
Encontramos un tercer ejemplo en la amplia serie de acontecimientos y planteamientos de formacin surgidos en el contexto
norirlands (Fitzduff, 1996). En estos casos, la formacin no slo
proporcion conocimientos especializados, sino que realiz todos
los esfuerzos posibles para identificar los experimentos y las propuestas irlandesas con el fin de abordar de forma innovadora las
grandes divisiones existentes entre las comunidades en cuestiones religiosas.
Un ltimo ejemplo lo constituiran los esfuerzos realizados
por la Conferencia de Iglesias de Toda frica, principalmente en
colaboracin con la Iniciativa de Paz de Nairobi, para combinar
el papel de convocante y de formador (Assefa, 1993; Miller,
1993). En casos concretos, los lderes del nivel medio procedentes
de comunidades eclesisticas que se encontraban en lados diferentes de conflictos en pases como Mozambique y Angola, fueron reunidos para compartir opiniones y experiencias sobre el
conflicto, analizar su funcin en el mismo y formular planteamientos que fomentasen y apoyasen la reconciliacin en su contexto (Lusophone Consultation, 1990).
Lo que estos enfoques indican es que si bien la formacin
puede concebirse en general como la difusin del conocimiento
y la enseanza de tcnicas, se convierte en una herramienta
estratgica al promover el desarrollo de las capacidades de construccin de la paz dentro del liderazgo del nivel medio. Este

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potencial se incrementa an ms cuando la formacin realiza un


entrecruzamiento natural y emplea la funcin de reunin para
reunir a personas procedentes del mismo nivel pero de frentes
distintos del conflicto.
Comisiones de paz. Un ejemplo final de actividad de construccin de la paz en el nivel medio ha sido la constitucin de comisiones de paz en lugares donde se estn produciendo conflictos.
stas han sido tan variadas en forma y aplicacin como los lugares
donde se han empleado. Dos situaciones ilustrarn la cuestin:
Nicaragua a finales de los ochenta y la reciente situacin de
Sudfrica.
A lo largo de los ochenta, estallaron mltiples guerras internas en Centroamrica. Un enfoque innovador surgi sobre la
experiencia del anterior proceso de paz de Contadora: el acuerdo de paz centroamericano firmado en Esquipulas, Guatemala,
por los cinco pases de la regin. Dicho acuerdo proporcion los
mecanismos para tratar la situacin interna de cada pas a travs
de un plan coordinado y simultneo (Child, 1992). Una de las disposiciones del plan era que cada pas establecera una Comisin
Nacional de Paz integrada por cuatro personalidades representativas de los diferentes bandos del conflicto. El gobierno nicaragense se movi rpidamente, no slo para crear la Comisin
Nacional sino tambin para disear una estructura interna ms
amplia que incluira a las comisiones de cada regin concreta y a
una extensa red de comisiones locales (Wehr y Lederach, 1991).
El ms extensivo de los esfuerzos regionales dentro del pas
fue la creacin de una Comisin de Conciliacin para ocuparse de
la costa este de Nicaragua. La Comisin fue creada para preparar
y facilitar despus los esfuerzos de conciliacin y negociacin
entre el movimiento de resistencia de la costa este, conocido
como Yatama (una organizacin de cobertura de la resistencia
indgena de la costa este) y el gobierno sandinista. La Comisin de
Conciliacin estaba constituida por el alto liderazgo procedente de
dos redes religiosas nicaragenses, la Iglesia Morava, que tena sus
orgenes en la costa este de Nicaragua, y el CEPAD (Comit
Evanglico para la Ayuda y el Desarrollo), un brazo ecumnico de
las iglesias protestantes ubicado en Managua (Nichols, 1994).
El modelo a seguir para esta iniciativa de conciliacin, muy
arraigado en el contexto centroamericano, fue el de una mediacin interno-parcial (Wehr y Lederach, 1991: 97). Implicado
directamente como miembro del equipo de conciliacin, experi-

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ment cmo la parcialidad no va siempre en detrimento de la


labor de intermediacin; de hecho, puede ser un buen recurso.
El enfoque interno-parcial aplicado en el conflicto sandinistaYatama afectaba a intermediarios que surgan del propio contexto
nicaragense. Es decir, procedan del interior del escenario
del conflicto en lugar de ser personas independientes externas
al conflicto. Como individuos contaban con la confianza de un
bando del conflicto. Por ejemplo, Andy Shogreen, de una familia
criolla-misquita, que era en el momento de la guerra, en los aos
ochenta, el superintendente de la Iglesia Morava, fue un buen
amigo de la infancia de Brooklyn Rivera, el principal lder misquito de Yatama. Gustavo Parajon, por otro lado, era de
Managua y haba sido nombrado por el presidente Daniel
Ortega ciudadano notable en la comisin de conciliacin
nacional. En ambos casos, estos dos, como individuos, habran
sido considerados parciales dentro del conflicto. Sin embargo,
cuando ellos y sus respectivas instituciones se unieron para formar la Comisin de Conciliacin, sus contactos proporcionaron
equilibrio y equidad en su labor mediadora. En este caso, la
Comisin de Conciliacin recurri a lderes religiosos del nivel
medio, que utilizaron sus redes institucionales y personales en
aquel contexto para crear una respuesta exitosa a las necesidades de conciliacin de los aspectos regionales de todo el conflicto
nacional.
Un ejemplo paralelo podra extraerse de la estructura del
Acuerdo Nacional de Paz surgido en la Sudfrica post-apartheid.
En este caso, la rbrica de las negociaciones formales entre lderes del nivel superior puso en marcha un proceso y una estructura para la transicin y la transformacin sociopoltica que especficamente contemplaba numerosos niveles de actividad en la
sociedad. El acuerdo creaba al menos siete grandes niveles de
actividad, incluyendo desde el Comit Nacional de Paz hasta
comits locales y regionales (Nathan, 1993). Por ejemplo, contemplaba Centros de Comunicacin de Colaboracin Conjunta, creados para controlar y, donde fuese posible, detectar con antelacin
la violencia comunitaria que amenazaba con debilitar el proceso
de paz (Camay, 1993). Esta iniciativa fue un paso hacia la identificacin de personas clave en puntos clave que, trabajando por
medio de una red, empezaran a construir una infraestructura
para mantener la progresin general hacia la paz. Crucial para el
funcionamiento global del proceso de paz fue el desarrollo de
ambas capacidades institucionales, mediante la formacin de

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una amplia gama de individuos, a fin de responder al voltil perodo de transicin.


Lo que indican todos los ejemplos anteriormente mencionados es que el nivel medio tiene el potencial de ayudar a establecer
una infraestructura interna basada en los conocimientos y las relaciones a fin de mantener el proceso de construccin de la paz. Un
enfoque del medio hacia afuera se basa en la idea de que a los
lderes del nivel medio, que son a menudo cabeza de extensas
redes que cruzan los frentes del conflicto o estn vinculados significativamente a las mismas, se les prepara para desempear un
papel mediador en la resolucin de conflictos. Las actividades de
construccin de la paz se presentan de varias formas, desde las
iniciativas destinadas a cambiar las percepciones y lanzar nuevas
ideas entre los actores prximos al proceso de diseo de polticas,
pasando por la formacin sobre formas de resolucin del conflicto, hasta la constitucin de equipos, redes e instituciones que
intervengan activamente en una funcin de conciliacin dentro
del escenario.

Nivel 3. Enfoques de la paz desde las bases


Los enfoques desde la base se enfrentan a un tipo de reto
diferente a los de los niveles medio y superior y abarcan lo que
podramos denominar los enfoques de abajo hacia arriba para
la construccin de la paz.
Hay que destacar dos retos especficos. En primer lugar, en
este nivel se encuentra un nmero masivo de personas. Como
mucho, se pueden poner en prctica estrategias que afecten al
liderazgo en niveles locales y comunitarios, pero la mayora de
las veces estas estrategias representan puntos de contacto con
las masas, ms que un programa global para llegar a ellas. En
segundo lugar, muchas de las personas englobadas en este nivel
viven en condiciones de supervivencia, gastando diariamente
sus energas en intentar satisfacer las necesidades humanas
bsicas de alimento, vivienda y seguridad. Aunque el conflicto
humano sin resolver es una causa central de su sufrimiento, la
dedicacin de esfuerzos y energas para la resolucin del mismo
y la consecucin de la paz pueden aparecer fcilmente como un
lujo que no pueden permitirse. Sin embargo, en este nivel surgen importantes ideas y esfuerzos prcticos. Abordaremos aqu
un bosquejo de un enfoque de la construccin de la paz que va

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de abajo arriba y varios ejemplos concretos de programas dirigidos a la poblacin que integra la base social.
Enfoque de abajo arriba. Podra argumentarse que prcticamente
todas las transiciones a la paz recientes, como las de El Salvador,
Etiopa o la anterior de Filipinas (Garca, 1993), se debieron en gran
parte a la presin por el cambio impulsada desde las bases. De
hecho, a veces podra parecer que los conflictos terminan ms por
agotamiento que como consecuencia de una transformacin innovadora.
Sin embargo, en las experiencias vividas en la bsqueda de
aspectos de un enfoque de abajo arriba, se ha visto claramente
un caso concreto en el contexto somal. Enunciada por primera
vez por los miembros somales de la Ergada, un foro creado en
1990 por intelectuales somales defensores de la paz, la perspectiva de abajo arriba volvi a ser reformulada posteriormente con
ms detalle por grupos de recursos somales e internacionales.
Estos grupos fueron reunidos por el Instituto Vida y Paz de
Uppsala, Suecia, para asesorar a las NN.UU. en su labor de
reconciliacin en Somalia entre 1991 y 1993 (Lederach, 1993a: 8).
El enfoque proceda de una evaluacin de tres importantes
caractersticas del contexto y la situacin de Somalia. En primer
lugar, desde la cada del presidente Syaad Barre, la infraestructura poltica oficial del pas se haba desintegrado a todos los
efectos prcticos. En segundo lugar, en los aos posteriores a
Barre, los somales haban pasado a depender directamente de
estructuras de clan o subclan para tener cierta sensacin de
seguridad y satisfacer sus necesidades bsicas. En tercer lugar,
los somales tienen una historia rica en mecanismos tradicionales para solucionar las disputas entre clanes.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, el enfoque de abajo
arriba implicaba que los esfuerzos por identificar a los lderes nacionales o por convocar conferencias de paz, confiando para ello en
medios diplomticos tan comunes como reunir a los principales
lderes de las milicias, crearan una estructura superficial incapaz
de sostenerse a s misma. Por el contrario, debera desarrollarse un
proceso basado en las tradiciones de la poblacin somal.
En resumen, el enfoque de abajo arriba de Somalia supuso en
primer lugar mantener conversaciones y llegar a acuerdos para
terminar con los enfrentamientos armados en conferencias locales de paz y reuniendo a los subclanes contiguos e interdependientes, dirigidos por los ancianos de cada subclan. Estas confe-

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rencias no slo trataban de cuestiones de inters prioritario a


niveles locales, sino que adems servan para responsabilizar a los
lderes locales de las luchas entre clanes y ayudaban a identificar
a las personas consideradas futuros representantes legtimos de
los intereses de sus respectivos clanes. Habindose conseguido
este acuerdo inicial, ya era posible repetir el mismo proceso en un
nivel superior y con un grupo ms amplio de clanes. Caractersticos de estos procesos fueron la confianza en los ancianos,
las largas deliberaciones orales (con frecuencia durante meses), la
necesidad de crear un foro o asamblea de ancianos (conocido en
algunos puntos de la regin como el guurti) y las cautelosas negociaciones sobre el acceso a los recursos y los pagos por muertes,
lo que restablecera un equilibrio entre los clanes.
stos son los parmetros bsicos del proceso tal y como se
puso en prctica en la pennsula de Somalia, la parte noroeste
del pas, que declar la secesin en 1991 (Farah, 1993). El proceso
se inici con numerosas conferencias de paz locales por toda la
regin y culmin en la Gran Conferencia de Paz de Borama, que
convoc a ms de 500 ancianos. La Gran Conferencia dur ms
de seis meses pero consigui establecer un marco para la paz,
cuya estructura bsica tuvo un impacto significativo en la reduccin de los enfrentamientos y actos violentos en comparacin
con otras partes de Somalia, especialmente Mogadiscio.
Esfuerzos programticos de paz. Otros esfuerzos importantes destinados a promover la construccin de la paz en el nivel de las
bases proponen una gama ms amplia de posibilidades. stas
podran dividirse cronolgicamente dependiendo de si se realizan antes o despus de que se haya alcanzado una estructura
formal de paz en una situacin de conflicto.
En Mozambique, bajo la iniciativa del Consejo Cristiano de
Mozambique (CCM) y de UNICEF, se aplicaron dos iniciativas
de construccin de la paz en el nivel de base previas al establecimiento de las estructuras formales de paz y de elecciones. El
programa iniciado por CCM, Preparar a la Poblacin para la
Paz, se concibi como una forma de explorar y tratar el conflicto y los problemas de paz en el escenario de Mozambique, centrndose concretamente en los niveles provinciales y regionales
(Brubaker, 1993: 4).
El programa de CCM comenz con un seminario nacional
que reuni a los representantes de las iglesias de todas las provincias, encargados despus de poner en marcha seminarios a

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niveles locales. El contenido se abord de forma integral, con


temas que incluan desde las perspectivas religiosas de la paz y
la guerra, pasando por la participacin de la iglesia y la familia
en la resolucin del conflicto, hasta cuestiones sobre los jvenes,
los desplazados y su retorno, la reforma agraria, la sanidad pblica, los derechos humanos y el impacto de la violencia y la guerra
en los nios. Los seminarios, con una participacin de
30 a 50 personas, entre las que se incluan religiosos y laicos,
duraron dos semanas. En diecisis meses (hacia el final de los
cuales se firm el acuerdo nacional de paz), ms de 700 personas
participaron en los seminarios, incluyendo varios celebrados en
campos de refugiados en el vecino Zimbabue.
El segundo ejemplo de Mozambique fue el proyecto de
UNICEF, Circo de Paz (Kolucki, 1993). En este caso, el objetivo consista en encontrar formas innovadoras de abordar los
complicados problemas a los que se enfrentaban las comunidades y especialmente los jvenes, en trminos de conflicto, violencia y militarizacin. Estableciendo un paralelismo con un
circo, el proyecto entrelazaba el drama y las artes en los foros de
la comunidad para expresar la naturaleza y los desafos de la
guerra y el conflicto, y las posibilidades de reconciliacin, incluyendo tcnicas de resolucin del conflicto. El espectculo ambulante no slo cautiv a la audiencia sino que le sirvi para
lamentarse pblicamente de las trgicas prdidas que haba
sufrido su pas, para tratar aquellas cuestiones que preocupaban a la poblacin y para preparar el terreno para los cambios
venideros y moverse hacia la paz.
Un tercer ejemplo en el contexto africano lo constituyen los
actuales esfuerzos de la Asociacin Cristiana de Salud de Liberia,
que ha integrado enfoques de resolucin del conflicto en programas de sanidad pblica y comunitaria ms amplios con el fin de
enfrentarse a los traumas de la posguerra (Hart, 1993). Los componentes de resolucin del conflicto especfico incluan no slo tcnicas sobre el tratamiento de la violencia y el conflicto entre comunidades, sino tambin aquellas relacionadas con la eliminacin de
los prejuicios y con la toma de decisiones. Estos componentes,
junto con procesos psicolgicos y teraputicos, estaban destinados a
resolver los graves traumas producidos por la guerra. Los talleres
han sido organizados en diferentes lugares del pas como parte del
sistema de asistencia sanitaria, que emplea equipos de recursos
humanos compuestos por expertos en resolucin de conflictos,
funcionarios de la sanidad pblica y psiquiatras o consejeros.

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Lo que destaca en estos tres ejemplos es el esfuerzo por brindar una oportunidad a los lderes de base y a otros para que trabajen en mbitos de aldea o comunidad en cuestiones de paz y
resolucin de conflictos. Programas como stos funcionan con
frecuencia a travs de redes ya existentes, como son las iglesias
o los centros de salud. Un segundo objetivo prioritario del programa en el nivel de las bases consistira en encontrar una forma
de tratar el enorme trauma creado por la guerra, poniendo especial nfasis en la juventud. Esto se debe a la proximidad de la
experiencia de la guerra en este nivel, tanto en lo relativo a la
violencia generalizada y el trauma que han experimentado directamente las personas como en lo que respecta a su constante
interdependencia de antiguos enemigos, que a menudo siguen
percibiendo como tales, y que viven en las proximidades. No se
trata simplemente de conseguir un acuerdo poltico en el nivel
ms alto; requiere ms bien relaciones interdependientes en la
vida diaria de montones de personas. Desde mi experiencia personal puedo dar testimonio de que los procesos de negociaciones polticas en mesas enceradas en hoteles de lite, aunque
encierran su propia dificultad y complejidad, son procesos ms
formales y superficiales que el de la experiencia orgnica inmediata de reconciliacin en la que antiguos enemigos vuelven a
reunirse en las aldeas.

DE LAS CUESTIONES A LOS SISTEMAS


Tras utilizar un juego de lentes para centrarnos en los actores y
las actividades adecuadas de construccin de la paz en los diferentes niveles de una poblacin afectada por el conflicto, podemos emplear ya un segundo juego de lentes para observar los
componentes estructurales de un marco analtico para la transformacin de conflictos. Este aspecto tiene en cuenta las microcuestiones inmediatas del conflicto e intereses ms generales y sistmicos. La investigadora y terica de la paz Maire
Dugan (1996) ha realizado una importante contribucin a este
respecto que concuerda con nuestros intereses concretos. Ha
desarrollado lo que denomina un paradigma anidado, a
modo de mecanismo, para considerar las cuestiones ms limitadas y los aspectos sistmicos ms amplios de la resolucin del
conflicto y la construccin de la paz (vase la figura 3).
Dugan explica el desarrollo de este paradigma considerando
que surge de un esfuerzo por contestar a la cuestin de cmo la

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IV. ESTRUCTURA: LENTES PARA UNA VISIN AMPLIA

Figura 3. El paradigma anidado de los


enfoques del conflicto

SISTEMA

SUBSISTEMA

RELACIN

CUESTIN

Fuente: Dugan, 1996.

persona dedicada a la resolucin de conflictos aborda una situacin determinada de forma diferente a como lo hace un investigador para la paz. Como ejemplo prctico, tom un conflicto violento surgido en un colegio local entre bandas de jvenes afro- y
angloamericanos. En su opinin, una persona dedicada a la resolucin de conflictos, como por ejemplo un mediador, considerara
esto como una cuestin en disputa, un caso que debera ser
analizado y resuelto por los chicos que haban estado pelendose. La respuesta al problema, por tanto, sera resolver la cuestin
que provoc la pelea.
Yendo todava ms lejos, sugiri que en algunos casos y
dependiendo del mtodo utilizado, el mediador podra considerar la disputa no slo como un problema concreto que debera
resolverse, sino como un problema de relaciones que necesita
tratamiento. En este caso, el problema quedaba englobado en
una relacin que era necesario reconciliar. Aqu, la persona responsable podra encargarse de realizar, por ejemplo, actividades
destinadas a eliminar prejuicios en los chicos o hacerles tomar

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CONSTRUYENDO LA PAZ

conciencia respecto a la discriminacin existente; de este modo,


aumentara la comprensin mutua y se promovera la reconciliacin en un sentido ms profundo. El problema en este caso se
definira como una relacin rota que necesita ser restablecida
como parte de la solucin.
Por otro lado, un investigador para la paz considerara la
pelea escolar en el contexto de una sociedad basada en la injusticia racial y la desigualdad econmica. En otras palabras, la
pelea de los chicos sera considerada como sintomtica de otros
sistemas y estructuras sociales ms profundos. Se definira este
problema como racismo. La solucin, en opinin del investigador para la paz, estribara en modificar la sociedad y las estructuras sociales que crean y perpetan el racismo.
En el planteamiento de la resolucin del conflicto, los esfuerzos de la persona responsable ayudaran probablemente a aliviar
las tensiones inmediatas cara a cara y en algunos casos restableceran las relaciones rotas. Este enfoque, sin embargo, contribuira muy poco a corregir las desigualdades del sistema en general, que son las verdaderas causantes de las tensiones raciales. El
planteamiento de la investigacin para la paz, por otra parte,
pasara a calificar el problema de racismo, lo que contribuira a
que la atencin se centrase en los asuntos ms profundamente
sistmicos y estructurales. Pero esta receta aportara pocas claves para dar salida a la crisis inmediata y a los problemas de
relacin.
Dugan, por ello, aade un tercer nivel intermediario: el subsistema. En ste, la atencin se centrara en el sistema inmediato
dentro del cual se sitan los chicos, en este caso el colegio. A
este nivel, podra disearse una estrategia de construccin de la
paz que tratase tanto los asuntos estructurales como las relaciones y las cuestiones problemticas. Podra incluir el desarrollo de
un programa para todo el colegio que abordase el problema
social del racismo en el contexto de las relaciones en ese subsistema; el colegio, por ejemplo, podra incorporar al plan de estudios un curso obligatorio sobre la diversidad y las relaciones
raciales; tambin podra ofrecer a profesores y alumnos un programa especial de formacin sobre la prdida de prejuicios que
durara una semana. Esto proporcionara formas concretas de
sacar a la superficie el racismo sistmico y tratarlo, al tiempo que
se realizaran actividades programticas concretas para analizar
la cuestin inmediata de la violencia de las bandas y la necesidad de reconciliar a los dos grupos de chicos. En otras palabras,

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IV. ESTRUCTURA: LENTES PARA UNA VISIN AMPLIA

el subsistema es un espacio de actividad de nivel medio que


relaciona los otros niveles del sistema.
Volviendo a la esfera del conflicto armado interno, observamos
el paralelismo obvio entre este anlisis de sistemas y el anlisis
precedente, el cual estaba relacionado con los planteamientos de
construccin de la paz y los diferentes actores dentro de una poblacin afectada por el conflicto. En ambos marcos, el nivel medio
proporciona el nexo estratgico con los otros niveles.
Podemos ver cmo el paradigma anidado resulta de utilidad
al considerar un rea especfica de inters dentro de una situacin de conflicto prolongado: el desafo de plantar cara a las bandas itinerantes de jvenes armados en las calles de la capital de
Somalia, Mogadiscio, un problema que ha dejado perplejas a
muchas personas tanto dentro como fuera del pas. En un nivel
de sistema, se trataba por supuesto de una cuestin de desarme y desmovilizacin; una respuesta en el nivel de cuestin concreta era ofrecer a los chicos dinero por las armas. En un anlisis
ms detenido, sin embargo, se vea claramente que un proceso
de ese tipo sera superficial y, de hecho, podra empeorar la situacin si se quedasen sin tratar las cuestiones del acceso a las
armas y los motivos socioeconmicos por los que los jvenes estaban armados. sta es precisamente la conclusin a la que se ha
llegado tras una investigacin inicial del fenmeno de las bandas
armadas de Mogadiscio (Marchal, 1993). Se descubri que sus
ciudadanos, incluidos los jvenes, llevaban armas por varios
motivos. Algunos lo hacan para apoyar los objetivos polticos de
un movimiento concreto. Muchos las llevaban con fines inmediatos, como la seguridad personal y familiar. Para otros, el arma se
asemejaba ms a un trabajo que a un artculo o una posesin:
representaba empleo en el sentido de proporcionar proteccin a
los cooperantes de ayuda humanitaria o para el suministro de alimentos, por ejemplo, o para asegurar por la fuerza los escasos
recursos y la reventa de los mismos. Adems, a un nivel psicosocial las armas ayudaban a establecer y mantener el estatus social;
una vez ms, es algo parecido a lo que ocurre con un puesto laboral de prestigio. Teniendo en cuenta as a las personas armadas,
ofrecer dinero por las armas hubiese sido como ofrecer dinero en
metlico por el puesto de trabajo de una persona.
Por tanto, las perspectivas de cuestin y sistema plantearon preguntas vlidas pero distintas. Por una parte, cmo
abordar los problemas ms profundos y a ms largo plazo de
limitar el acceso a las armas y crear una mayor estabilidad y

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CONSTRUYENDO LA PAZ

seguridad en el lugar? Por otra parte, cmo hacer frente al reto


inmediato de ofrecer una alternativa que en trminos socioeconmicos fuera similar al estatus y los beneficios que ofrece un
arma? Podra un enfoque de relacin y subsistema proporcionar
un nexo que ligase las cuestiones estructurales ms profundas y
las necesidades locales inmediatas?
Los grupos de recursos del Instituto Vida y Paz y de la Ergada
propusieron un planteamiento similar, cuyos aspectos fueron analizados por las Naciones Unidas en Somalia (Lederach, 1992). La
propuesta planteaba la creacin de un centro piloto de formacin.
A los jvenes de las bandas de Mogadiscio se les ofrecera, a cambio de sus armas, formacin en varias profesiones en el transcurso
de un ao. Al trmino de este tiempo, recibiran las herramientas
necesarias para su oficio y contratos de trabajo para un segundo
ao. En trminos socioeconmicos, el plan estaba destinado a ofrecer un paquete de empleo comparable ms o menos a los que proporcionaban las armas. Adems, el contexto de formacin se
estructurara de manera que brindase a los participantes la oportunidad de enfrentarse al trauma experimentado durante la guerra,
relacionarse con sus colegas de otras milicias de otros clanes en un
entorno estructurado, y participar en cursos bsicos de alfabetizacin, que haba sido totalmente interrumpida por el conflicto.
Dicho en otras palabras, el proceso abrira una posibilidad para la
transformacin econmica y social.
El paradigma anidado subraya la necesidad de examinar
continuamente el contexto ms profundo de los problemas sistmicos. Plantea, no obstante, que pueden llevarse a cabo acciones experimentales en el nivel del subsistema, que permiten
establecer una relacin entre las cuestiones sistmicas y los
temas inmediatos.
Sin embargo, desde una perspectiva general o global necesitamos desarrollar proyectos innovadores que aborden con seriedad
desafos importantes que trasciendan el alcance de un conflicto
armado interno concreto. En mi opinin, estos desafos afectan a la
produccin y disponibilidad de armas, la dificultad de imponer
embargos de armas efectivos y la dependencia de la militarizacin
para obtener seguridad. Si creemos seriamente que se necesitan
experimentos en el nivel medio, o en el subsistema, extraeremos
una serie de conclusiones.
Por ejemplo, necesitamos avanzar hacia mecanismos de control del comercio de armas a escala regional, a travs de los cuales
los pases afectados por conflictos internos se enfrenten al proble-

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IV. ESTRUCTURA: LENTES PARA UNA VISIN AMPLIA

ma del control del armamento dentro de la regin. Alternativamente podran crearse grupos de estudio del proceso de
desarme, integrados por especialistas con diversas perspectivas,
que elaboraran propuestas especficas para los proyectos de control de armas o desmovilizacin en una regin determinada. A
este respecto, contamos con el ejemplo del Grupo de Estudios
para el Desarme, creado en 1993 por agencias y grupos que trabajan en el Cuerno de frica. Su tarea consiste en proporcionar
expertos, investigacin, ideas y apoyo a los problemas de desarme, al control de armas y a las cuestiones de desmovilizacin en
esa regin. Entre sus miembros se incluyen especialistas en control de armas, pacificacin, resolucin de conflictos y ayuda y
desarrollo humanitario procedentes de las NN.UU., las ONG y la
universidad (Regehr, 1993b). El grupo ha establecido un programa
de investigacin, ha efectuado una valoracin y ha asesorado a las
agencias en funcionamiento. Asimismo, participa en la defensa
del control regional de armas.

CONCLUSIONES
Los apartados precedentes han esbozado varios conceptos clave
para definir un marco global de construccin de la paz. He mencionado la necesidad de dos juegos bsicos de lentes. Uno se utiliza para examinar la situacin global respecto a los niveles de actores implicados en la construccin de paz en la poblacin afectada
y los tipos de recursos y actividades de cada nivel. El segundo permite estudiar tanto los problemas inmediatos del conflicto como
las cuestiones sistmicas ms profundas. Ambos enfoques conceptuales tienen importantes caractersticas en comn.
En primer lugar, de ambos planteamientos se desprende
que un marco analtico general e integrador no es solamente instructivo, sino imperativo, para satisfacer las necesidades de la
construccin de la paz hoy en da. Las sociedades profundamente divididas y las situaciones de conflicto armado interno requieren un marco de referencia operativo que tenga en cuenta la
legitimidad, la singularidad y la interdependencia de los recursos y las
necesidades de los niveles superior, medio y de base en la construccin de la paz. Lo mismo ocurre cuando se abordan problemas especficos y cuestiones sistmicas ms profundas de un
conflicto. Ms concretamente, la integracin y el enfoque global
apuntan a la necesidad funcional de reconocimiento, participacin y coordinacin entre todos los niveles y actividades.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

En segundo lugar, en ambos marcos conceptuales se puede


argumentar que el nivel medio es el que cuenta con mayor
potencial para establecer una infraestructura capaz de sostener el
proceso de construccin de la paz a largo plazo. Argumentara
que la propia naturaleza de los conflictos internos contemporneos prolongados subraya la necesidad de aplicar teoras y enfoques del nivel medio. Dichos enfoques se orientan segn anlisis
sistmicos ms profundos, pero al mismo tiempo proporcionan
iniciativas prcticas para tratar las cuestiones inmediatas; asimismo,
permiten aprovechar valiosos recursos humanos, contactar con las
redes institucionales, culturales e informales que trascienden los
lmites del conflicto y sacar el mximo beneficio de las mismas,
as como relacionar los niveles de actividad por la paz dentro de
la poblacin. Esto implica que los planteamientos de subsistemas, de relaciones y de actores del nivel medio son los que
cuentan con ms posibilidades de favorecer la actuacin inmediata y prctica, as como la transformacin sostenible a largo
plazo en el lugar de conflicto.

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V. El proceso: dinmica y
progresin del conflicto

uestra atencin pasa ahora de las lentes que estudian la


estructura a las lentes a travs de las cuales podemos examinar la dinmica y la progresin del conflicto. ltimamente se
habla bastante de proceso de paz como si ste fuese un conjunto de actividades claramente definido. En realidad, los detalles y los procedimientos exactos para construir la paz representan un esfuerzo complejo con muchas facetas y pueden variar
significativamente de un lugar a otro.
En este captulo pretendo desarrollar la idea de que el conflicto es una progresin y de que la construccin de la paz es un
proceso constituido por varias funciones y papeles. Esa perspectiva plantea la necesidad de situar cualquier conflicto dado en un
marco temporal expansivo ms que restringido, y buscar concretamente los elementos que componen un proceso sostenible. Por
tanto, necesitamos describir y definir ms claramente cmo
entendemos la progresin de un conflicto, a qu nos referimos
cuando hablamos de proceso, la importancia y el significado de
la sostenibilidad en este contexto y la relevancia del marco temporal de operacin.

E L CONFLICTO COMO PROGRESIN


El conflicto no es nunca un fenmeno esttico. Es expresivo,
dinmico y dialctico por naturaleza; est basado en las relaciones. Nace en el mundo de las intenciones y las percepciones
humanas. Cambia por la constante interaccin humana actual y

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CONSTRUYENDO LA PAZ

l mismo modifica continuamente a las personas que le dieron


vida, ejerciendo un efecto en el entorno social en el que nace, se
desarrolla y quizs muere. Quienes estudian los conflictos sociales desde un punto de vista cientfico y aquellos que desean
encontrar medios prcticos de enfrentarse a l de forma ms
constructiva estn interesados en las caractersticas del conflicto
y en las pautas que sigue. Precisamente a travs de esta exploracin los investigadores han identificado el ciclo de vida o la progresin del conflicto (Kriesberg, 1973: 4).
En un artculo previo, propuse la conveniencia de estudiar el
conflicto en trminos de su progresin lineal (Lederach, 1989b).
Recurr a un fragmento conceptual anterior del conciliador cuquero Adam Curle (1971). Partiendo de sus experiencias en frica y Asia, donde trabaj como mediador, Curle sugiri que el
conflicto avanza a lo largo de un continuum desde las relaciones
no pacficas a las pacficas. Este movimiento puede ser trazado
en una matriz que compara dos elementos clave: el nivel de
poder entre las partes en conflicto y el nivel de conciencia de las
necesidades e intereses en conflicto (vase la figura 4). La matriz
resulta til para sealar dnde, en la progresin, se localiza un conflicto en cualquier momento dado. Como veremos, ubicar un
conflicto ayuda a detectar las posibles actividades de resolucin
del mismo y de construccin de la paz que pueden ser apropiadas en una fase concreta de dicho conflicto. Curle propuso que
intentsemos entender el paso hacia la paz a travs de los papeles resultantes de tratar varios aspectos de la progresin del conflicto.
En resumen, Curle describe cuatro etapas principales en la
progresin de un conflicto. Analticamente, empieza en el cuadrante 1 de la matriz con el punto donde el conflicto es latente,
dado que la poblacin no es consciente de los desequilibrios de
poder y las injusticias que afectan a sus vidas. En este punto, argumenta, se precisa una educacin en forma de concienciacin. La
educacin toma la forma de las personas que empiezan a tener
conciencia de s mismas y del contexto que les rodea. En esta fase
hablamos de una situacin de conflicto latente, o escondido, en el
sentido de que no est expresado a travs de una interaccin directa y abierta. El papel del educador en este cuadrante est orientado a acabar con la ignorancia y a despertar la conciencia respecto
a la naturaleza de las relaciones desiguales y la necesidad de tratar
y restaurar la igualdad, considerado todo ello, por supuesto, desde
el punto de vista de quienes padecen las injusticias.

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V. EL PROCESO: DINMICA Y PROGRESIN DEL CONFLICTO

Figura 4. La progresin del conflicto


No pacfico

Equilibrado
Desequilibrado

Poder poltico

Esttico

Pacfico
Inestable

3. Negociacin

1. Educacin

Dinmico

4. Paz sostenible

2. Confrontacin

Conflicto
latente

Conflicto
manifiesto

Bajo

Alto

Nivel de conciencia sobre el conflicto


Fuente: Curle, 1971, con adaptaciones de Lederach, 1989a, y Regehr, 1993a.

Con un conocimiento cada vez mayor de uno mismo, de la


naturaleza de las relaciones y del contexto, la parte ms dbil
comienza a exigir cambios en la situacin. Estas exigencias raramente se consiguen de inmediato y normalmente ni siquiera son
escuchadas o tomadas en serio por quienes se benefician de la
situacin o prefieren dejar las cosas como estn. Aqu pueden
surgir defensores con el propsito de apoyar a quienes persiguen
el cambio. Como se describe en el cuadrante 2, la bsqueda de
este cambio se realiza por medio de alguna forma de
confrontacin. La confrontacin saca el conflicto a la superficie; ya
no permanece escondido. La confrontacin misma, no obstante,
implica una serie de opciones sobre la manera en que el conflicto
se expresa y en cmo sean tratados los problemas. Estas elecciones oscilan entre mecanismos violentos o no violentos, o una
combinacin de ambos.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

El cambio requerir buscar un nuevo equilibrio de poder en


la relacin por la cual todos los implicados se reconocen unos a
otros de distinta manera. Ese reconocimiento har aumentar la
voz y voto de los menos poderosos al reclamar sus necesidades
bsicas y legitimar sus intereses. En el cuadrante 3, la confrontacin avanza hacia la negociacin si los afectados van tomando
conciencia de su interdependencia a travs de un
reconocimiento mutuo. En esencia, la negociacin significa que
las personas o grupos implicados reconocen que no pueden simplemente imponer su voluntad ni eliminar a los otros, sino que
deben colaborar unos con otros para conseguir sus objetivos. El
reconocimiento mutuo es una forma de equilibrar el poder y un
requisito previo a la negociacin. Los papeles de la conciliacin y
la mediacin ms formales estn destinados principalmente a
ayudar a establecer y apoyar el movimiento desde la confrontacin violenta hacia la negociacin.
En el cuadrante 4 la mediacin y las negociaciones fructuosas conducen a una reestructuracin de las relaciones, que responde a intereses sustantivos y de procedimiento fundamentales
para los implicados. Esto es a lo que Curle denomina mayor justicia o relaciones ms pacficas. Enseguida apunta que en cualquier momento el conflicto en progresin puede saltar hacia
adelante o girar entre varios de los cuadrantes durante largos
perodos de tiempo. Por ejemplo, las negociaciones no siempre
(de hecho, muy raramente) conducen al restablecimiento de las
relaciones. La confrontacin no acaba automticamente en
negociacin. De hecho, la visin general que consideramos en la
primera parte de este libro seala que los niveles intermedios y
blicos del conflicto continan prcticamente sin cambios en el
cuadrante de confrontacin, con altos niveles de violencia durante largos perodos de tiempo.
Para nuestros propsitos, la matriz proporciona una visualizacin til de la progresin del conflicto en el tiempo. Describe
cmo cambia y se desarrolla el conflicto en el tiempo. La matriz
tambin ilustra la multiplicidad de funciones y actividades que
podran desempearse para fomentar el avance del conflicto
hacia un final pacfico, al que volvemos ahora nuestra atencin.

L A CONSTRUCCIN DE LA PAZ COMO PROCESO


Como he expuesto en el captulo anterior, gran parte de la publicidad y la visin comn sobre la construccin de la paz centra su

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V. EL PROCESO: DINMICA Y PROGRESIN DEL CONFLICTO

atencin en la personalidad del pacificador, ms que en lo que se


necesita para mantener un proceso constructivo. Esto es especialmente cierto en el caso de los esfuerzos de mediacin en el
nivel superior, en el que surgen figuras importantes que son
seguidas de cerca a medida que consiguen la participacin de
las partes en los esfuerzos para iniciar las negociaciones y acabar
con los enfrentamientos.
En contraste con esta forma de pensar, diversos investigadores y actores han argumentado que la construccin de la paz, y
ms concretamente la labor de mediacin, deberan ser consideradas como un proceso de roles y funciones ms que como una
actividad que depende intrnsecamente de una sola persona o
equipo mediadores. Laue y Cormick (1978: 212) iniciaron esta
lnea de pensamiento en su descripcin de los papeles de intervencin en el conflicto; en dicha lnea se incluyen activistas y
partidarios adems de mediadores y ejecutantes. Ms recientemente, Mitchell (1992) ampli esta descripcin al desarrollar una
tipologa ms profunda de roles y funciones de los pacificadores externos. El cuadro 1 presenta su lista de 13 roles de mediacin con sus correspondientes funciones (ibdem: 147). En una
lnea similar, Kriesberg (1991) ha propuesto una serie de actividades mediadoras llevadas a cabo por personas diferentes en
momentos distintos en el desarrollo de todo proceso de paz.
Finalmente, Keashley y Fisher (1990) sealan que la labor
mediadora puede concebirse como una estrategia unida a las
diferentes etapas de escalada y apaciguamiento del conflicto. Su
argumento fundamental es que se necesitan diferentes estrategias en las distintas fases del desarrollo de un conflicto.
Ciertamente, mi propia experiencia en la labor de reconciliacin internacional apoya esta lnea de pensamiento. En casi todas
las situaciones nos hemos encontrado con que no es viable
depender de una sola persona o equipo para apoyar las iniciativas de construccin de la paz si el objetivo es mantener y ampliar
el proceso de transformacin constructiva del conflicto en sociedades divididas. En Irlanda del Norte, por ejemplo, la labor de
construccin de la paz que tuve la oportunidad de impulsar ha
implicado y afectado a una serie de personas que trabajan en distintos aspectos y niveles del conflicto. Personas como Brendan
McAllister y Joe Campbell, de la Red de Mediacin, han participado en iniciativas delicadas de apoyo al dilogo directo entre los
lderes del nivel superior; y otras veces han trabajado en el desarrollo de capacidades de mediacin local en la mayora de los

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Cuadro 1. Roles y funciones de mediacin


Rol de
mediacin

Tareas y funciones

Explorador
(precursor,
tranquilizador)

Asegura a los adversarios que la otra parte no est


totalmente empeada en la victoria. Sugiere
una gama de posibles soluciones alternativas.

Convocador
(iniciador,
defensor)

Inicia el proceso de pacificacin llamando a una tregua,


a debates, etc. Acta para facilitar que las partes
participen en los debates. Convence a los adversarios de
la posibilidad de lograr soluciones satisfactorias para
todos y de la utilidad del proceso mediador. Proporciona
un lugar de reunin, apoyo logstico y presencia
legitimadora en cualquier debate. Puede actuar como
facilitador.

Desacoplador
(desvinculador)

Ayuda a los patrocinadores externos a retirarse del


centro del conflicto al que se han ido vinculando,
implicndose. Recluta patrocinadores externos para
desempear las funciones de tranquilizar,
respaldar o fomentar.

Unificador
(agregador)

Resuelve las divisiones existentes dentro de cada parte


para que todas las facciones se pongan de acuerdo en
cuanto a los intereses, valores y soluciones aceptables.

Habilitador
(autorizador)

Desarrolla o iguala las habilidades y competencias


necesarias para hacer posible que las partes lleguen a una
solucin mutuamente aceptable y sostenible.

Visualizador
(investigador)

Proporciona nuevos datos, ideas, teoras y opciones para


que las seleccionen o adapten los adversarios. Desarrolla
nuevas perspectivas sobre las posibles opciones y
resultados que podran llevar a una solucin.

Garante

Garantiza que los adversarios no soportarn excesivos


costes por entrar en el proceso de mediacin. Proporciona
seguridad contra posibles rupturas del proceso. Garantiza
cualquier acuerdo.

Facilitador

Desempea varias funciones durante encuentros de


proximidad o conversaciones cara a cara entre
adversarios (p. ej., presidiendo reuniones, interpretando
posiciones y respuestas, etc.).

Legitimador
(avalador)

Ayuda a los adversarios a aceptar el proceso y resultado


(interna y externamente) aadiendo su propio prestigio al
procedimiento.

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V. EL PROCESO: DINMICA Y PROGRESIN DEL CONFLICTO

Cuadro 1. Roles y funciones de mediacin


(continuacin)
Rol de
mediacin

Tareas y funciones

Potenciador
(promotor)

Proporciona recursos adicionales para ayudar a los


adversarios a que alcancen una solucin positiva.

Supervisor
(verificador)

Tranquiliza a los adversarios respecto al pleno


cumplimiento de los trminos del acuerdo por la otra
parte o respecto a los motivos del incumplimiento.

Implementador

Vigila el post-acuerdo en lo relativo al pleno


cumplimiento de los trminos del acuerdo por la
otra parte o respecto a los motivos del
incumplimiento.

Reconciliador

Se ocupa de las acciones a largo plazo para cambiar las


actitudes, estereotipos e imgenes negativas que
mantienen en su conjunto los adversarios. Construye
nuevas relaciones sobre las divisiones que an existan.

Fuente: Mitchell, 1993.

vecindarios que son zona de contacto en conflicto o fomentando


el dilogo entre ex-presos. Otro ejemplo lo constituiran los
esfuerzos de una red como los Consejos de Sociedades de
Distrito en el desarrollo de un marco para la construccin de la
paz, aunque su principal foco de trabajo se centraba en apoyar la
inversin econmica en ambas comunidades.
Estn articulados como roles, funciones, actividades o estrategias, el principal punto de unin entre estos planteamientos es
su visin del conflicto como un proceso dinmico y de la construccin de la paz como una multiplicidad de acciones y elementos interdependientes que contribuyen a la transformacin constructiva del conflicto. Mitchell, de hecho, concluye que la complejidad global de un proceso de mediacin es tal que para que
sea efectivo no puede depender de una sola entidad. Afirma de
modo convincente que:
nuestro concepto de mediacin podra ampliarse si lo tratsemos como
un proceso complejo al que pueden contribuir muchas entidades,
simultnea o consecutivamente, en lugar de considerarlo como la
actuacin de un nico mediador (Mitchell, 1992: 140).

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Entender la construccin de la paz como un proceso integrado por mltiples funciones, roles y actividades se corresponde
directamente con la visin del conflicto como una progresin.
Podemos volver ahora a la matriz de Curle y aadir el amplio
espectro de funciones y roles sugeridos por Mitchell en su lugar
correspondiente en el proceso (vase la figura 5). Este esquema
contribuye a visualizar la construccin de la paz como proceso,
basada en el conflicto como progresin. Esta conceptualizacin

Figura 5. La progresin del conflicto:


roles y funciones en la construccin
de la paz
Esttico

1. Educacin

Inestable

Dinmico

3. Negociacin

4. Paz sostenible

2. Confrontacin

Latente

Guerra

Educador, investigador, activista, defensor


Conciliador, convocador, desacoplador
Unificador, habilitador, formador, visualizador
Mediador, garante, facilitador, moderador
Pacificador, observador, supervisor, implementador
Reconciliador, potenciador, rehabilitador, promotor
Fuente: Curle, 1971, con adaptaciones de Lederach, 1989a, y Regehr, 1993a.

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V. EL PROCESO: DINMICA Y PROGRESIN DEL CONFLICTO

contempla los diferentes roles, funciones y actividades como


componentes que posibilitan una transformacin sostenible,
impulsando la dinmica del conflicto hacia el objetivo deseado
de lograr unas relaciones ms pacficas.

CONCLUSIONES
En lo que respecta a nuestro diseo conceptual global, este captulo ha propuesto un modelo para entender la construccin de la
paz como un proceso dinmico basado en dos conceptos centrales. En primer lugar, se plantea la consideracin analtica del
conflicto como una progresin que pasa por varias etapas. En
segundo lugar, se considera la construccin de la paz como un
proceso constituido por una multiplicidad de roles, funciones y
actividades interdependientes. En este sentido, el objetivo de la
construccin de la paz est representado por el desafo de posibilitar y mantener la transformacin y el avance hacia relaciones
reestructuradas.
La matriz de Curle nos proporciona varios puntos de referencia importantes en trminos de nuestro marco conceptual.
Primeramente, entender el conflicto como progresin refuerza la
idea de que la construccin de la paz es mucho ms que conseguir un alto el fuego o dirigir unas negociaciones. Es un sistema
complejo de actividades, roles y funciones interrelacionados. En
segundo lugar, por medio de la matriz contamos con un marco
que nos permite situar estas actividades con enfoques ms especficos dentro de la progresin ms general del conflicto. La diplomacia preventiva, por ejemplo, podra localizarse en el punto
donde coinciden la educacin y la confrontacin, donde la necesidad consiste en encontrar una forma de cambiar la confrontacin de modalidades violentas a no violentas y preferiblemente
negociadas. En tercer lugar, esta visin ms global del conflicto
nos lleva a pensar en cmo estn relacionados cualquier papel y
actividad dados con el objetivo a largo plazo de mantener un proceso constructivo y dinmico. Vincular actividades inmediatas
con los objetivos a ms largo plazo y desarrollar un marco que
ayude a crear una sensacin de interdependencia de funciones y
roles es el asunto al que dedicamos ahora nuestra atencin.

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VI. Un marco integrado para


la construccin de la paz

uestro reto en este captulo consiste en esbozar un marco


que rena los distintos componentes de la construccin de
la paz hasta ahora descritos de forma que responda a las realidades del conflicto contemporneo. Volviendo a la descripcin y a
las caractersticas de estos conflictos prolongados, descubrimos
que, en trminos de la matriz de progresin del conflicto,
muchas situaciones contemporneas parecen atrapadas en un
crculo vicioso de confrontacin y negociacin, donde las rondas
espordicas de conversaciones fracasan, empiezan y fracasan de
nuevo. En ese proceso, los altos niveles de violencia continan
produciendo crisis humanitarias de proporciones monumentales, como hemos presenciado en Somalia, Liberia, Angola y
Bosnia en la primera mitad de esta dcada. Cuando estas crisis
son captadas por las cmaras de televisin produciendo el efecto CNN, parece que se despierta la conciencia de la comunidad internacional y surgen presiones para que se haga algo
urgentemente. Como destaca Regehr (1993a: 1), la regla emprica parece ser la de que los problemas en el extranjero deben
ser ignorados mientras no aparezcan en titulares, pero una vez
que han atrado la atencin de la CNN deberan haber sido tratados ayer. El efecto neto es la prdida de la visin a largo plazo
de la situacin, una mirada miope sobre la negociacin de la crisis y una comprensin excesivamente limitada de la multiplicidad e interdependencia de las actividades y funciones de la
construccin de la paz.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Como resultado de este ciclo nos encontramos varias pautas


tpicas. En primer lugar, se presta insuficiente atencin a la prevencin de los conflictos en las etapas latentes, concretamente en
el crucial perodo de transformacin hacia la confrontacin armada. En segundo lugar, una vez que la situacin ha alcanzado las
proporciones de una catstrofe humanitaria, los integrantes de la
comunidad internacional tendemos a adoptar una mentalidad de
crisis impulsada por un marco de referencia de gestin de la
catstrofe. En tercer lugar, la gestin de la catstrofe se centra en
la urgente necesidad de encontrar una solucin poltica rpida, a
menudo en forma de negociaciones intensas y acuerdos de paz,
pero con poca preparacin previa o posterior en lo que respecta al
mantenimiento del proceso. Remitindonos a nuestra matriz, el
resultado global es que prestamos gran atencin a un aspecto: el
paso de la confrontacin a la negociacin, que generalmente slo
incluye al nivel superior de liderazgo en la poblacin afectada.
Un marco integrado para la construccin de la paz necesitar
conseguir dos cosas a la luz de estos tipos de respuestas si se
desea un proceso ms completo y sostenible. En primer lugar,
necesitaremos replantearnos cmo conceptuamos nuestros marcos temporales para planificar y actuar. En segundo lugar, necesitaremos vincular los distintos aspectos y dimensiones de la construccin de la paz. Empezamos con la perspectiva temporal.

REPLANTEAMIENTO DE LOS MARCOS


TEMPORALES
Primordial para la construccin de la paz es el hecho de que no
hemos enfocado adecuadamente la naturaleza de nuestros marcos operativos y conceptuales en funcin de los marcos temporales
que representan. Por ejemplo, en escenarios con situaciones crticas y complejas producidas por conflictos prolongados sabemos
que las respuestas de gestin de las crisis a la precaria situacin
humanitaria estn ligadas a la reconciliacin poltica. Lo que no
admitimos tan fcilmente es que operan en marcos temporales
claramente distintos. La visin del conflicto a largo plazo como
progresin subrayaba la necesidad perentoria de reconocer la
diferencia entre el marco temporal necesario para responder a
los desastres humanitarios y el marco apropiado para las mltiples tareas de construccin de la paz (Lederach, 1993b: 2). Esa
visin hace tambin hincapi en la relacin existente entre las
muchas formas de respuesta a las crisis y las actividades de cons-

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

truccin de la paz. Ninguna se realiza en el vaco y cada una


puede potencialmente impulsar la progresin constructiva del
conflicto o contribuir al paralizante ciclo de confrontacin.
Consideremos esto en detalle.
La gestin de las catstrofes humanitarias en cualquier situacin de guerra est gobernada por un marco de crisis, exigiendo
actuaciones rpidas que sern evaluadas segn su capacidad para
responder a las necesidades inmediatas de supervivencia
de la poblacin afectada. No obstante, aunque se entiendan en
estos trminos inmediatos, las respuestas a las catstrofes incluyen tambin la planificacin para efectuar la transicin hacia la
rehabilitacin y finalmente el desarrollo econmico y social. El
lenguaje empleado en la comunidad de ONG dedicadas a la
ayuda y el desarrollo refleja estos cambios previstos. Por eso,
hablamos conceptualmente acerca de la transicin desde la respuesta de emergencia a las catstrofes, a las operaciones de
ayuda, a la rehabilitacin, a la reconstruccin y al desarrollo. Muy
importante para este marco es el concepto de que cualquier
intervencin inmediata dada est relacionada con el avance
hacia un objetivo a largo plazo, cuya mejor expresin sea tal vez
el concepto de desarrollo sostenible (Seidman y Frederick, 1992;
Carley y Christie, 1992; J. Fisher, 1993).
Este enfoque general tiene un claro paralelismo con la idea
de trabajar en la progresin a largo plazo del conflicto, construyendo la paz. Ambos plantean la idea de que necesitamos un
marco que ligue la respuesta a la crisis con la preparacin a
largo plazo del mantenimiento del cambio deseado. Ese marco
se basar en el concepto de transformacin, destacando el objetivo de mover a una poblacin determinada desde unas condiciones de extrema vulnerabilidad y dependencia a una situacin de
autosuficiencia y bienestar. En este punto podemos proponer
dos conceptos clave.
En primer lugar, la transformacin en esta etapa inicial representa el cambio de un estatus a otro. En trminos ms especficos
de progresin del conflicto, la transformacin es el paso de la
fase latente a la confrontacin, a la negociacin y despus a las
relaciones pacficas dinmicas.
En segundo lugar, la sostenibilidad implica preocupacin no
slo por la forma de iniciar ese paso, sino tambin por cmo crear
un proceso que favorezca la accin y se regenere con el tiempo,
constituyendo una espiral de paz y desarrollo en lugar de una
espiral de violencia y destruccin.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Los dos, combinados, sealan un punto de partida importante, derivado de nuestro anlisis del conflicto como progresin: la
construccin de la paz debe depender de una estructura y de un
marco temporal definidos por la transformacin sostenible, y
debe operar dentro de los mismos. En trminos prcticos, esto
requiere distinguir entre las necesidades ms inmediatas de la
gestin de la catstrofe en plena crisis en un escenario determinado y las necesidades a ms largo plazo de transformar el conflicto de forma constructiva.
Las posibilidades de respuesta a la crisis tienden a operar en
un contexto de proyectos especficos con resultados observables
a corto plazo. Con miras a la transformacin del conflicto, no
obstante, las acciones a corto plazo deben medirse principalmente por sus consecuencias a largo plazo. Por ejemplo, aunque
conseguir un alto el fuego es una necesidad inmediata, no se
debe confundir este objetivo con el marco ms amplio de actividades de construccin de la paz, ni debe reemplazarlo. Por el
contrario, un enfoque transformador sostenible indica que la
clave estriba en las relaciones de las partes en conflicto, con todo
lo que el trmino implica en los mbitos espiritual, psicolgico,
social, econmico, poltico y militar.

Figura 6. El paradigma anidado:


dimensin temporal en la construccin
de la paz

Intervencin
en la crisis

Accin
inmediata
(2-6 meses)

Preparacin
y formacin

Planificacin
a corto plazo
(1-2 aos)

Diseo del
Sistema/relacin
cambio social Objetivos y redefinicin

Reflexin a una
dcada vista
(5-10 aos)

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Visin
generacional
(> 20 aos)

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

Para ser ms explcito sobre el replanteamiento de los marcos temporales, necesitamos algn medio de visualizar las diferencias y semejanzas. La figura 6 ilustra un grupo anidado de
crculos con este propsito. Cada crculo representa un marco
temporal dentro del cual pensar, planear y actuar hacen referencia a las iniciativas de construccin de la paz.
En este modelo, el primer crculo representa la intervencin
en la crisis a muy corto plazo. Para aquellos que trabajan en la
ayuda humanitaria y en organismos de desarrollo, esa intervencin normalmente consiste en proporcionar ayuda de emergencia. Para aquellos que se centran en tratar el conflicto, la intervencin en la crisis se refiere generalmente a encontrar formas
de frenar la violencia y conseguir un alto el fuego. En cada vez
ms situaciones se trata de una combinacin de las dos acciones
reflejadas en la reciente terminologa de respuesta a las emergencias complejas.
Lo que justifica este marco temporal es centrarse en los
asuntos ms inmediatos y urgentes. Con frecuencia se trata de
las cuestiones que captan la atencin e imgenes utilizadas
repetidamente por los medios de comunicacin y mostradas en
nuestras pantallas de televisin. En lo que se refiere al marco
temporal en s mismo, los que median en las crisis piensan en
marcos temporales que raramente van ms all de unos cuantos
meses: cmo podemos aliviar el insoportable sufrimiento?; o
cmo podemos conseguir un acuerdo entre las partes de alto el
fuego que abra paso a las negociaciones? El propsito suele ser
la consecucin de objetivos y soluciones inmediatas.
En el segundo crculo, el de la intervencin a corto plazo,
pasamos a una modalidad diferente. Es consecuencia del hecho
de que somos conscientes de que hay que responder a una multitud de crisis y de que para hacerlo tenemos que prepararnos
nosotros mismos. Por eso, el programa de formacin ha empezado a destacar, concretamente en el campo de la resolucin de
conflictos. En este punto, nuestra reflexin gira en torno a la
necesidad de estudiar y desarrollar las capacidades necesarias
para evaluar y afrontar mejor las crisis resultantes de los conflictos
internos violentos. Las respuestas a las crisis se perciben como
incrustadas en la necesidad de prepararnos mejor para ocuparnos, por un lado, de la gestin de esas crisis y, por otro, de desarrollar la capacidad de afrontar los conflictos sin violencia antes
de que se conviertan en crisis abiertas. En este crculo, la preparacin contempla un marco temporal de 1 a 2 aos en los que

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CONSTRUYENDO LA PAZ

puede incorporarse un grupo ms amplio de criterios y elementos para la evaluacin.


En el cuarto crculo, a la derecha, se encuentra la perspectiva a largo plazo a menudo impulsada por el deseo de imaginar
el futuro que se busca y pensar en la prevencin. Encontramos
aqu los sueos, con frecuencia articulados por los visionarios y
soadores que contribuyen a mantener ante nosotros una visin
de lo que la sociedad podra y debera ser. En este marco temporal pensamos en trminos de generaciones.
Elise Boulding (1991: 528) defini esta situacin como tener
imagen del futuro. En referencia a la paz sugiri que necesitamos tener una imagen, una visin de lo que estamos intentando
alcanzar, a fin de trabajar en esa direccin y alcanzar esa visin.
En trminos ms especficos, necesitamos crear dentro de los
escenarios del conflicto un espacio para imaginar un futuro compartido por todos. Paradjicamente, las personas que viven en
sociedades divididas en la mayor parte de los escenarios de conflicto prolongado suelen ponerse de acuerdo y tienen ms en
comn en relacin con su futuro compartido de lo que puedan
tener en comn en referencia a un pasado violento compartido.
Pensar en el futuro implica objetivos estructurales, sistmicos y de
relaciones que se contemplan como formas distantes, pero aun
as deseadas, de construir la sociedad y las relaciones. Hablamos
aqu de desarrollo sostenible, de autosuficiencia, de estructuras
sociales equitativas que satisfagan las necesidades humanas bsicas, pero tambin de relaciones interdependientes y respetuosas.
El sentido de este marco temporal es bastante simple: si no sabemos dnde vamos, es difcil llegar all. Este marco temporal nos
ofrece un horizonte para nuestro viaje (Lederach, 1998).
Entre el enfoque a largo plazo y el inmediato encontramos,
una vez ms, una perspectiva de medio plazo. Con respecto al
marco temporal, en el medio plazo se piensa en trminos de
dcadas, bloques de cinco a diez aos. Lo impulsa el inters de
vincular las crisis inmediatas a las que debe hacerse frente ya
con los cambios y resultados deseados que llevarn tiempo y
prevern futuras crisis. En otras palabras, el planteamiento del
medio plazo se ocupa del diseo del cambio social. Esto es lo que
ciertas personas dedicadas a la resolucin de conflictos denominan diseo de sistema de disputa (Moore, 1994). Cmo podemos poner en funcionamiento los mecanismos que posibiliten la
transicin y un proceso sostenible que nos llevar a nuestros objetivos ltimos?

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

El propsito de esta visin global es ayudarnos a encontrar


un enfoque que una estos diferentes marcos temporales de pensamiento, de tal manera que la respuesta a la crisis inmediata
est animada por una visin a ms largo plazo y los cambios
deseados que se persiguen. En este esfuerzo nos encontramos
con que hemos desarrollado ms nuestra capacidad para poner
en prctica programas a corto plazo y para la preparacin de la
construccin de la paz y la transformacin de conflictos. No
hemos desarrollado nuestra capacidad de reflexin a largo plazo
y de reflejar despus esas ideas en nuestra accin inmediata.
Esto es especialmente importante cuando nos enfrentamos a
situaciones caracterizadas como conflictos prolongados con percepciones que se remontan a generaciones atrs. Como se dijo
en los primeros captulos, una cuarta parte de los 44 conflictos
armados actuales se ha alargado durante dos dcadas. En cierta
ocasin, casi me expulsaron de una sala de conferencias de
Belfast cuando suger que llevar tanto tiempo salir de un conflicto armado como el que llev entrar en l. Aunque no se trata
de una frmula literal, mi planteamiento es que cuando nos
acercamos a situaciones de conflicto prolongado no podemos
presentar soluciones mgicas. Debemos pensar en la cicatrizacin en la poblacin y en la reconstruccin de su red de relaciones en trminos relativos a aquellos que existieron para crear el
odio y la violencia que les ha dividido.
La visin del conflicto como una progresin ofrece un juego de
lentes para reconsiderar el tiempo. Entiende que las catstrofes
humanitarias producidas por la guerra requieren respuestas inmediatas que ayuden a salvar vidas a corto plazo y al mismo tiempo
reconoce que las soluciones mgicas para los conflictos prolongados raramente conducen a procesos o soluciones sostenibles.
Ms concretamente, sugiere que una respuesta al conflicto motivada por la crisis, y que mida el xito en trminos de control de la
enfermedad, alimentacin de la poblacin hambrienta desplazada
y logro de un alto el fuego, debe estar incluida dentro de las laboriosas tareas de construir relaciones y confianza, y de diseo y preparacin del cambio social, todo lo cual proporciona en ltima instancia una base para la transformacin sostenible del conflicto.
Construir ese proceso implica el despliegue de una arquitectura de diseo que atraviesa varias etapas. El diseo explcitamente contempla las respuestas a la crisis a corto plazo
para un conflicto interno prolongado como encajadas y contempladas en una perspectiva a largo plazo. Dentro del marco tem-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

poral es necesario desarrollar la capacidad para pensar en perodos de tiempo ms largos, llevndonos a hacerlo en dcadas
en lugar de en meses. Tal arquitectura reconoce e integra
papeles y funciones especficos y sus correspondientes actividades como los elementos dinmicos que crean y mantienen el
movimiento a lo largo del continuum de la transformacin constructiva en el tiempo. Se necesitan mecanismos prcticos que
nos ayuden a definir una respuesta a la crisis enmarcada en un
futuro deseado en lugar de que la crisis y sus dinmicas definan el futuro.

U N MARCO INTEGRADO
Vemos aqu las cruciales y naturales coincidencias parciales
entre las lentes estructurales y de procedimiento, como elementos de un paradigma general de construccin de la paz. La
estructura apunta a la necesidad de pensar en trminos globales
acerca de la poblacin afectada y pensar sistemticamente
sobre las cuestiones implicadas. El proceso subraya la necesidad de pensar de forma creativa en la progresin del conflicto y la
sostenibilidad de su transformacin conectando los roles, las funciones y las actividades. Juntas, las dos lentes sugieren un enfoque
integrado de la construccin de la paz, que podemos representar
en la figura 7 uniendo los dos modelos anidados en una matriz
global. La dimensin vertical es el paradigma anidado de Dugan
que nos proporciona un medio de unir los enfoques y los niveles
de intervencin en el conflicto. La dimensin horizontal es el
modelo del marco temporal que une las crisis a corto plazo con
la perspectiva a largo plazo de cambio en la sociedad. Los puntos de interseccin de las dos dimensiones proporcionan cinco
comunidades de pensamiento y accin diferentes, demasiadas
veces inconexas, en el campo ms amplio de la construccin de
la paz. Consideremos cada una de ellas en ms detalle.

Causas originarias
Quienes se ocupan de las perspectivas sistmicas que
subyacen a la crisis tienden a buscar un anlisis estructural de las
causas originarias del conflicto. A menudo reflexionan sobre la
larga historia que precedi a la crisis actual proporcionando un
anlisis y una explicacin de los factores sistmicos generales que
deben tenerse en cuenta.

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

Figura 7. Un marco integrado para


la construccin de la paz
Causas
originarias
Cules son las
causas originarias
de la crisis?

Sistema

Subsistema

Visin
Cules son las
estructuras sociales
y las relaciones que
deseamos?

Transformacin
Cmo pasamos de
la crisis a un
cambio deseado?

Nivel
de
respuesta
Relacin

Crisis
Cmo manejamos
la crisis inmediata?
Cuestin

Crisis

Prevencin
Cmo impedimos
que se repita la
crisis?

Preparacin Diseo del


cambio
social

Resultado
deseado;
sistema/
relacin

Gestin de la crisis
A las personas encargadas de dar respuesta al sufrimiento
humano y a los problemas inmediatos, buscando una tregua en
la lucha, les interesa ms cmo afrontar la crisis y conseguir
algn acuerdo entre las partes sobre temas inmediatos. Rara vez
tienen tiempo para repasar toda la informacin que podra proporcionar la comunidad de las causas originarias, y estn
motivados por la bsqueda de respuestas pragmticas y de sentido comn. Quieren saber lo que hay que hacer y hacerlo tan
pronto como sea posible.

Prevencin
En el nivel de cuestiones inmediatas pero mirando hacia el
futuro, a otro grupo de personas les preocupa cmo aprender las

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CONSTRUYENDO LA PAZ

lecciones de las crisis con el fin de anticiparlas y evitar que se


repitan. Esto implica una comprensin de lo que precipit la violencia y de qu puede hacerse para ayudar a preparar a la sociedad para que sepa hacerle frente en el futuro o, alternativamente, para ayudar a la poblacin de otros lugares a extraer lecciones de lo que fue mal y lo que fue bien.

Visin
En el nivel del sistema y de la perspectiva generacional,
debemos centrarnos en qu tipo de estructuras polticas y sociales y, asimismo, qu tipo de relaciones entre los que estn en
conflicto son las ms deseables. La visin a menudo presenta
una esperanza de lo que podra ocurrir en el futuro, centrndose
en el bienestar de las futuras generaciones.

Transformacin
Este nivel relaciona la construccin de relaciones y el enfoque del subsistema con el pensamiento en dcadas y el diseo
de cambio social. Plantea la siguiente pregunta estratgica:
cmo pasamos de esta crisis al cambio deseado? Aqu, la transformacin se coloca en un nivel medio que requiere la participacin de las otras cuatro comunidades de pensamiento y accin.
La propuesta bsica que presentamos en estos captulos es
la necesidad de un enfoque integrado. La integracin comienza
reconociendo que el nivel medio dispone de una capacidad
especial para la transformacin, pero que el cambio ser necesario en todos los niveles de esfuerzos y experiencias humanas.
Concretamente, el nivel medio plantea la integracin como
mnimo en tres formas estratgicas:
1.

2.

3.

Debemos desarrollar la capacidad para pensar en el diseo


del cambio social en unidades temporales de dcadas, a fin
de unir la gestin de crisis y los marcos temporales
orientados al futuro a largo plazo.
Debemos entender los problemas de la crisis con relacin a
races sistmicas, y desarrollar enfoques que afiancen los
problemas dentro de un grupo de relaciones y aun as
proporcionen conexin con los subsistemas.
Debemos reconocer el potencial integrador de los lderes del
nivel medio, quienes por su locus dentro de la poblacin

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

afectada pueden tener una capacidad especial para cultivar


relaciones y perseguir el diseo del cambio social a un nivel
de subsistema que contribuya a unir las conexiones
verticales y horizontales necesarias para mantener un
proceso de cambio deseado.
En este punto empezamos a situar ms claramente una comprensin de la transformacin del conflicto, que incluye la resolucin de
cuestiones pero llega ms lejos. Es importante clarificar lo que se
quiere decir con el trmino transformacin de conflictos. En
esencia, la transformacin se refiere al cambio que puede ser
entendido de dos formas fundamentales en cuatro dimensiones.
En primer lugar, desde un punto de vista descriptivo, la transformacin hace referencia al impacto emprico del conflicto, en
otras palabras, a los efectos que produce el conflicto social. En
este caso utilizamos la palabra transformacin para describir los
cambios generales que crea el conflicto social y las pautas que
sigue. A un segundo nivel de receta, la transformacin implica la
intervencin deliberada para efectuar el cambio. En este caso la
transformacin se refiere a los objetivos que tenemos como
intervinientes cuando trabajamos con un conflicto.
En ambos niveles, descriptivo y de receta, la transformacin opera en cuatro dimensiones interdependientes de las que
hemos hablado en varias ocasiones en captulos anteriores y que
estn relacionadas con la comprensin universal del cambio
necesaria en los conflictos prolongados. Estas dimensiones son la
personal, la relacional, la estructural y la cultural. Cada una de
ellas merece un anlisis.
La dimensin personal hace referencia a los cambios efectuados en, y deseados para, el individuo. Incluye los aspectos emocionales, perceptivos y espirituales del conflicto.
Desde una perspectiva descriptiva, la transformacin seala
que a las personas les afecta el conflicto de formas negativas y
positivas, como por ejemplo en lo que se refiere a su bienestar
fsico, a su autoestima, a su estabilidad emocional, a su capacidad para percibir con precisin y a su integridad espiritual.
Desde el punto de vista de receta, la transformacin representa la
intervencin deliberada para minimizar en lo posible los efectos
destructivos del conflicto social y maximizar sus potencialidades
para que la persona se desarrolle como ser humano en el aspecto fsico, emocional y espiritual.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

La dimensin relacional representa los cambios efectuados y


deseados para la relacin. Aqu tomamos en consideracin las
reas de la interdependencia y la afectividad relacional, as
como los aspectos interactivos, comunicativos y expresivos del
conflicto. Descriptivamente, la transformacin se refiere a cmo
los modelos relacionales de la comunicacin y la interaccin se
ven afectados por el conflicto. Va ms all de la tensin que
envuelve a los problemas visibles, centrndose en los cambios
subyacentes producidos por el conflicto en las pautas de cmo
las personas se perciben a s mismas, unas a otras y al conflicto,
y qu desean y persiguen en su relacin: hasta qu punto desean estar cercanos o lejanos o ser independientes, su percepcin de los deseos de los dems, o hasta qu punto son reactivos o proactivos en la relacin. Como receta, la transformacin
representa la intervencin intencionada que reduce en lo posible los fallos en la comunicacin y lleva al mximo el mutuo
entendimiento, y que saca a la superficie de manera explcita
los objetivos, esperanzas y temores relacionales de las personas
implicadas, en trminos de afectividad e interdependencia.
La dimensin estructural destaca las causas subyacentes del
conflicto, y las pautas y cambios que acarrea en las estructuras
sociales. A veces entendidas como el contenido o la sustancia y las causas originarias, las dimensiones estructurales
centran su atencin en las reas relacionadas con las necesidades humanas bsicas, el acceso a los recursos y los modelos institucionales de toma de decisiones. La transformacin en el nivel
descriptivo tiene que ver con el anlisis de las condiciones sociales
que dan lugar al conflicto y la forma en que el conflicto efecta
cambios en las estructuras existentes y en las pautas de la toma
de decisiones. En un nivel de receta, la transformacin representa
la intervencin deliberada para aportar comprensin de las condiciones sociales y las causas subyacentes que crean y fomentan
las expresiones violentas del conflicto, y promueve abiertamente
los mecanismos no violentos que reducen la hostilidad, minimizan
la violencia y acaban por eliminarla, fomentan estructuras que
satisfacen las necesidades humanas bsicas (justicia sustantiva)
y maximizan la participacin de la poblacin en las decisiones
que les afectan (justicia de procedimiento).
La dimensin cultural se refiere a los cambios producidos por
el conflicto en los modelos culturales de un grupo y las formas

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VI. UN MARCO INTEGRADO PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

en que la cultura afecta al desarrollo y al tratamiento del conflicto. A un nivel descriptivo, la transformacin est interesada en
cmo afecta y cambia el conflicto los modelos culturales de un
grupo y cmo esos modelos compartidos y acumulados afectan
al concepto que del conflicto tiene la poblacin y su reaccin
ante el mismo. Como receta, la transformacin busca entender
explcitamente los modelos culturales que contribuyen a la aparicin de expresiones de violencia en el conflicto y a identificar,
promover y construir sobre los recursos y mecanismos dentro del
contexto cultural para responder al conflicto y afrontarlo de
forma constructiva.
En resumen, la transformacin de conflictos representa una
serie global de lentes para describir la manera en que el conflicto
surge, se desarrolla y provoca cambios en las dimensiones personales, relacionales, estructurales y culturales, y para desarrollar
respuestas creativas que promuevan el cambio pacfico a esos
niveles por medio de mecanismos no violentos. Como tal, el
marco integrado proporciona una plataforma de alcance mucho
mayor para entender y responder al conflicto y desarrollar iniciativas de construccin de la paz. Esto est relacionado con nuestro
tema ms profundo de la reconciliacin en cuanto que el proceso global est orientado a cambiar la naturaleza de las relaciones
en todos los niveles de la experiencia e interaccin humana.

CONCLUSIONES
Cuando combinamos los elementos en el marco integrado
empezamos a establecer una infraestructura para mantener la
transformacin dinmica del conflicto y la construccin de la
paz. Por infraestructura para la construccin de la paz se debe
entender una estructura-proceso, en la manera propuesta por la
teora cuntica. Una estructura-proceso consiste en sistemas que
mantienen la forma a lo largo del tiempo pero no tienen una
estructura rgida (Wheatley, 1992). Un buen ejemplo puede ser
una corriente bajando por una montaa, o un glaciar desplazndose con el tiempo. Se trata de procesos dinmicos, flexibles y
adaptables a la vez, y, sin embargo, al mismo tiempo estructuras
que tienen forma y se mueven en una direccin impulsada por
la visin y el objetivo.
Cuando hablo de una infraestructura para la transformacin
sostenible, me estoy refiriendo al establecimiento de una estruc-

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tura-proceso para la paz. En trminos ms especficos, una


estructura-proceso para la construccin de la paz consiste en
transformar un sistema de guerra caracterizado por relaciones violentas, hostiles y profundamente divididas en un sistema de paz,
caracterizado por relaciones interdependientes y justas con capacidad para encontrar mecanismos no violentos de expresin y tratamiento de conflictos. El objetivo no es un estado final esttico,
sino ms bien la generacin de procesos autorregeneradores,
dinmicos y continuos que mantengan la forma con el tiempo y
sean capaces de adaptarse al entorno emergente y cambiante.
Una infraestructura para la paz est orientada as a la creacin de una estructura-proceso proactiva y dinmica sensible a
las crisis inmediatas que surgen constantemente y mantiene, no
obstante, su flujo en la direccin de los cambios deseados para
crear unas relaciones ms justas e interdependientes. Ayuda a
crear y mantener el proceso de cambio. Una infraestructura de
este tipo est formada por una red de personas, sus relaciones y
actividades, y los mecanismos sociales necesarios para sostener
el cambio buscado. Esto tiene lugar en todos los niveles de la
sociedad y puede estar caracterizado por tres dimensiones que
surgen de lo expuesto hasta ahora.
En primer lugar, una infraestructura para la construccin de
la paz est orientada a apoyar los procesos de cambio social
generados por la necesidad de pasar de ciclos estancados de violencia a la visin compartida y deseada de una interdependencia
cada vez mayor. En segundo lugar, esas iniciativas deben estar
arraigadas y desarrollarse en la zona donde se sita el conflicto.
Deben surgir creativamente de la cultura y el contexto, pero sin
ser esclavas de ninguno de ellos. En tercer lugar, el propsito de
la estructura-proceso es la reconciliacin, cuya esencia es la
redefinicin y el restablecimiento de las relaciones rotas. El
marco integrado sugiere que no estamos meramente interesados en acabar algo que no es deseado. Estamos orientados a
la construccin de relaciones que en su totalidad formen nuevos
modelos, procesos y estructuras. La construccin de la paz a travs de la transformacin constructiva de conflictos es simultneamente un enfoque visionario y sensible al contexto.

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VII. Recursos: hacer que


la paz sea posible

n este captulo esbozaremos y exploraremos algunas ideas


sobre recursos para construir la paz. En este terreno, nos
enfrentamos a un curioso dilema. Es bien conocido en todo el
mundo, tanto histricamente como en el presente, que los fondos y recursos invertidos en la guerra superan con mucho los
destinados a construir la paz. Sin unos recursos suficientes, una
preparacin explcita y un compromiso a largo plazo, la paz
seguir siendo un ideal lejano ms que un objetivo prctico. Al
mismo tiempo, el derroche de dinero en intentar solucionar problemas, en este caso las guerras internas contemporneas, no
los resolver por s solo. Por el contrario, esa accin puede exacerbar los conflictos. Por ello, necesitamos estar seguros de lo
que se entiende por recursos para la construccin de la paz.
El principal objetivo con respecto a los recursos consiste en
encontrar maneras de apoyar, poner en prctica y ayudar a
mantener la construccin de una infraestructura para la paz a
largo plazo. Para esto mi planteamiento es que necesitaramos
ampliar nuestro concepto de recursos. Concretamente, propongo que enfoquemos la cuestin de los recursos para la paz bajo
dos grandes encabezamientos: socioeconmico y sociocultural.
El primero implica que los recursos incluyen, de hecho, un
aspecto monetario, pero que igualmente importante es la
dimensin sociolgica del desembolso de fondos. El segundo
seala que las personas y sus diferentes tradiciones culturales
para construir la paz son tambin recursos primarios.

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RECURSOS SOCIOECONMICOS
Al considerar la cuestin de los recursos econmicos para la paz,
no pretendemos presentar presupuestos, cifras o propuestas
especficas. No obstante, resulta til analizar con ms detalle la
necesidad de pensar sociolgica y estratgicamente sobre el
apoyo monetario a la construccin de la paz en los conflictos
contemporneos. Esto conlleva un proceso de creacin de lneas
de pensamiento acerca de categoras de accin, responsabilidades y
el compromiso estratgico de fondos para hacer que las perspectivas para la transformacin del conflicto hacia la paz sostenible
sean las mximas posibles. Cada uno de estos puntos merece
una atencin especfica.

Crear categoras
Entre las principales tareas sociolgicas de los recursos socioeconmicos destaca la de ayudar a las personas, a las organizaciones y a las instituciones a comprender, apreciar y crear categoras de pensamiento y accin relacionadas con la construccin
de la paz y, asimismo, a considerar estas categoras como legtimas y vlidas dentro de todos los niveles de la poblacin y
durante todas las etapas de la progresin de un conflicto.
Podemos establecer un paralelismo con la tecnologa de la
informacin. As, la aparicin de la informacin digital, con ordenadores modernos, mquinas facsmil y el correo electrnico, ha
modificado la naturaleza de la comunicacin. El hecho de que la
tecnologa sea accesible, sin embargo, no significa que inmediatamente sea entendida, utilizada o aprovechada al mximo. Hay
un proceso previo por el cual se populariz la comprensin y
apreciacin de las posibilidades de las nuevas tecnologas.
Posteriormente, surgieron nuevas categoras de pensamiento
dentro de las cuales se canalizaron acciones relacionadas con la
comunicacin.
Lo mismo ocurre en el rea del que podramos llamar, por
hacer una comparacin, creciente campo de la tecnologa de
construccin de la paz. Aunque admitimos desde hace bastante
tiempo la necesidad de encontrar formas mejores de evitar y
resolver las guerras, nos encontramos todava en las primeras
etapas de comprensin y adquisicin de una apreciacin de la
necesidad y posibilidades a niveles prcticos y conceptuales
para llevar a cabo la tarea. Por eso, nos encontramos en las pri-

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VII. RECURSOS: HACER QUE LA PAZ SEA POSIBLE

meras fases en el desarrollo de categoras de pensamiento y


accin.
En la poca de la hambruna etope a mediados de los ochenta, por ejemplo, la mayor parte de las respuestas de la sociedad
civil y de las agencias intergubernamentales y no gubernamentales que trabajaban en las reas de ayuda y desarrollo fueron
slo sntomas. Algunos aos ms tarde, en la poca de la crisis
somal de 1991-92, muchos de estos grupos y agencias estaban
creando vnculos mucho ms explcitos entre las perspectivas de
resolucin del conflicto, la construccin de la paz, la ayuda y el
desarrollo. En otras palabras, las agencias intergubernamentales y
las ONG no slo observaron la creciente necesidad de ocuparse de los conflictos subyacentes de forma ms directa y especfica, sino que empezaron a crear categoras de pensamiento sobre
estas necesidades y sobre financiacin, que reflejaban esa evaluacin y aprendizaje.
Una sugerencia concreta en este punto afecta a la necesidad bsica de que los gobiernos y las agencias intergubernamentales y no gubernamentales creen categoras de financiacin relacionadas con la transformacin del conflicto y la construccin de la paz. Esto puede llevarse todava ms lejos proponiendo a las ONG y a las organizaciones regionales, como la
Organizacin de Estados Americanos o la Organizacin para la
Unidad Africana, que desarrollen su pericia interna y mecanismos de respuesta para afrontar situaciones de conflicto prolongado junto a los conocimientos tcnicos que tienen en las reas
de ayuda y desarrollo. De hecho, esto ha empezado a suceder
en varios casos; por ejemplo, la OUA ha diseado un plan de
accin para mejorar su capacidad de construccin de la paz en
el continente; asimismo, varias ONG, como el Comit Central
Menonita y Paz y Servicio Cuquero, han desarrollado programas y recursos humanos en las reas de conciliacin y resolucin de conflictos.

Crear responsabilidad
Otro paso adelante en el proceso de aprovechar los recursos
para la construccin de la paz consiste en despertar un sentido de
responsabilidad generalizado para el panorama sistmico ms
amplio del conflicto contemporneo. Esto tiene dos direcciones.
En primer lugar, a un nivel global debemos encontrar los
mecanismos para establecer responsabilidades por la relacin

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CONSTRUYENDO LA PAZ

existente entre el hecho de lucrarse con la venta de armas y la


reiteracin de expresiones armadas como una primera lnea de
respuesta legtima y, demasiado a menudo, inmediata en los
conflictos contemporneos. Aunque la principal preocupacin
sistmica a escala internacional es controlar y reducir el acceso a
las armas, podra y debera crearse algn tipo de responsabilidad para aquellos que se benefician de la produccin y venta de
armas con objeto de, por ejemplo, ayudar a sufragar los costes
materiales y sociales que acarrea hacer frente a la utilizacin y
las consecuencias de sus productos. Un caso anlogo lo constituye el hecho de que se graven los productos de vicio tales como
el tabaco y el alcohol. En un clculo aproximado basado en las
ventas de armas de 1995, un impuesto de paz aadido de un
1% que gravase las ventas procedentes de las diez principales
naciones productoras-exportadoras de armas podra generar el
suficiente dinero como para financiar todas las operaciones de
pacificacin de las NN.UU. en todo el mundo.
En un nivel de respuesta directa, la comunidad de ONG
debera entender tambin su responsabilidad desde una perspectiva sistmica mayor. Esto es particularmente cierto visto
cmo responde la comunidad internacional a las principales
catstrofes humanas, ms producidas por guerras y conflictos
prolongados que por desastres naturales, como ha sido el caso
en numerosos conflictos en el Cuerno de frica o, ms recientemente, en Angola. Debemos intentar comprender la relacin
entre los elementos que integran la respuesta de la comunidad
de ONG a la situacin.
Por ejemplo, aunque est claro que se necesita masiva
ayuda alimentaria de emergencia para aliviar el sufrimiento
humano, esto no significa que la asistencia suponga de algn
modo una respuesta exclusivamente humanitaria dentro de la
situacin. El programa de ayuda es, despus de todo, parte de
un sistema ms profundo de estructuras y dinmicas en la
regin en cuestin. Nuestra forma de pensar en la comunidad
humanitaria de ONG ha estado tradicionalmente dominada por
una visin del desastre natural en trminos de necesidades y
resultados. Esto tiende a restringir el anlisis de las actividades
asistenciales a una preocupacin inmediata por la respuesta
efectiva y, en el mejor de los casos, a medir la efectividad que
incluye una transicin hacia la rehabilitacin y el desarrollo.
Esto, sin embargo, est muy limitado a la vista de desastres originados en su mayor parte por la accin humana. La idea de las

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VII. RECURSOS: HACER QUE LA PAZ SEA POSIBLE

funciones latentes es til a la hora de entender qu es lo ms


necesario (Merton, 1965).
En una crisis causada por un desastre natural, lo primordial
es la necesidad de una respuesta efectiva e inmediata para aliviar el sufrimiento y estabilizar la situacin y a la poblacin, procediendo posteriormente a la rehabilitacin y reconstruccin.
stas son las funciones manifiestas de las operaciones de ayuda
humanitaria. Las funciones latentes de asistencia en este tipo de
desastres podran ser, entre otras, la redistribucin de los recursos dentro del sistema o los beneficios que ciertos sectores consiguen de la crisis, como fue el caso de los elevados costes de la
madera y la construccin despus del huracn Andrs en
Florida.
Sin embargo, en una crisis ocasionada principalmente por
un conflicto social que no se aplaca ni se resuelve, las funciones
manifiestas continan siendo las mismas: el alivio inmediato del
sufrimiento y la estabilizacin de la situacin. Pero las funciones
latentes de ayuda pueden complicarse inesperadamente. Para
entregar los alimentos de forma efectiva, por ejemplo, podran
promoverse centros de abastecimiento, que tengan las funciones latentes de centralizar las ayudas y aumentar los movimientos migratorios internos para acceder a los escasos recursos.
Pero la red de efectos no se para ah. La centralizacin de los
recursos y la migracin de las poblaciones vulnerables atrae
an ms a aquellos que, dependiendo tambin de los escasos
recursos, buscan beneficiarse de la lucha del pueblo. Los programas de ayuda pueden as contribuir a la movilizacin y fortalecimiento de milicias. En lugares donde la ayuda externa constituye de hecho la nica fuente de recursos, este proceso llega a
intensificarse an ms. En el caso de Somalia, esta dinmica ha
generado una situacin cada vez ms insostenible en un conflicto que, en gran parte, tiene su origen en la centralizacin de la
autoridad. Los esfuerzos de ayuda a las poblaciones vulnerables
se han concentrado en ciertas regiones. Las milicias buscan y
luchan por una ayuda que las mantiene, creando una situacin
en la que hay que proteger las entregas. Esto lleva a una centralizacin an mayor de las operaciones de ayuda, crendose
pasillos protegidos para la entrega que desplazaban a las milicias; en consecuencia, aumentaba la inestabilidad en zonas previamente no afectadas. Y as se desarrolla la historia, volvindose cada vez ms difcil de resolver, como la pescadilla que se
muerde la cola: para proteger la mano que pondr la tirita en la

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herida, acabamos agravando las causas de esa herida. En una


de las mejores investigaciones realizadas sobre este tema, Mary
Anderson (1996) ha sugerido que debemos operar mnimamente desde la base de ser suficientemente conscientes de las consecuencias de nuestra ayuda en los conflictos locales para evitar
hacer dao y agravarlos a travs de nuestras, por lo dems, buenas intenciones.
A las ONG que operan en situaciones de conflicto prolongado les corresponde estudiar a fondo estas ramificaciones ms
profundas de sus programas. Es necesario que desarrollen los instrumentos para proporcionar un amplio anlisis sistmico de la
accin humanitaria en lugares de conflicto con sus implicaciones
tanto a corto como a largo plazo. Ese anlisis debe explorar las
funciones latentes y manifiestas de la labor humanitaria propuesta.
Es tambin muy importante que desarrollen categoras de financiacin y accin que estn directa y deliberadamente relacionadas con la transformacin constructiva del conflicto. Sera
posible, por ejemplo, que las ONG creasen un autoimpuesto, por
el cual una parte de su esfuerzo de ayuda, digamos un 5%, podra
destinarse a iniciativas de resolucin de conflictos y construccin
de la paz en lugares donde sus actividades son necesarias debido
a guerras y conflictos prolongados.
Este ejemplo pretende aclarar la necesidad de una financiacin mayor, pero tambin la necesidad concomitante de reconocer y promover la responsabilidad. Necesitamos conocer el
panorama sistmico de mayor alcance, crear responsabilidad
por acciones, y fomentar formas ms especficas de promover el
reconocimiento y la viabilidad de los esfuerzos para la construccin de la paz.

Crear un compromiso estratgico


El compromiso estratgico tiene que ver con una comprensin de la naturaleza compleja y a largo plazo de la labor de
construccin de la paz. Es necesario crear un conocimiento
ms profundo de la evolucin ms general del conflicto y, asociado a ello, de la necesidad de mltiples actividades y funciones de construccin de la paz durante un perodo de tiempo
prolongado.
Partiendo de mi propia experiencia sobre el terreno en
muchas situaciones de conflicto prolongado, el apoyo econmico
para la pacificacin parece surgir con fuerza considerable en el

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VII. RECURSOS: HACER QUE LA PAZ SEA POSIBLE

momento en que la crisis o las iniciativas para la paz son evidentes. La mayora de las veces, esto se produce en la fase en la que
salen a la luz pblica las negociaciones previas y parecen progresar hacia conversaciones y acuerdos de paz formales. Mucho
ms difcil de conseguir es un compromiso de financiacin para
la accin preventiva previa a la manifestacin de la crisis y para
el apoyo y cumplimiento del acuerdo una vez que ha sido firmado. Paradjicamente, con toda probabilidad son estas dos etapas
prevencin del conflicto y mantenimiento de la reconciliacin las ms rentables en trminos de minimizar el precio
del conflicto destructivo prolongado.
Tambin parece mucho ms sencillo generar fondos para
iniciativas formales, generalmente en el nivel superior. Mucho
ms difcil es proveer fondos para iniciativas en el nivel medio,
para construir la infraestructura y para los proyectos en el nivel
de las bases. Pero desde un punto de vista estratgico, como se
ha visto en secciones anteriores, es el nivel medio el que puede
contar con ms posibilidades de construir un proceso de paz a
largo plazo y desarrollar una comunidad de paz ms amplia con
capacidad para mantener la transformacin del conflicto.
Por ltimo, parecera que se dispone de mucho ms dinero
para apoyar la preparacin y la logstica de la pacificacin militar; sin embargo, esta actividad concreta no tiene capacidad
inherente para construir la paz. Aunque todava difciles de disear, de poner en prctica y de evaluar, los planteamientos que
cuentan con el mayor potencial para un impacto duradero son
aquellos orientados a la construccin de relaciones y a la reconciliacin. No obstante y de nuevo paradjicamente, parecen ser
los menos entendidos, desarrollados y financiados.
La clave para la discusin es que los recursos necesitan aplicarse estratgicamente para que contribuyan al mximo cambio
constructivo en los conflictos prolongados. Esto implicara la
aceptacin de un marco de referencia a largo plazo. Reclamara
adems comprender que pueden emplearse los fondos como
una inversin proactiva y no slo para la gestin de una crisis.
Finalmente, promovera una apreciacin de aquellos componentes de la construccin de la paz con capacidad de crear entendimiento y reconciliar las relaciones, y que deberan ser como
mnimo equivalentes en trminos financieros al gasto realizado
en los elementos que mantienen las treguas.
En resumen, estos tres aspectos se articulan como el fundamento de la perspectiva socioeconmica sobre recursos. Propor-

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cionar los recursos necesarios para transformar los conflictos


prolongados no consiste solamente en aportar fondos. Implica
crear nuevas formas de pensar en cuanto a las categoras de
actividad y cmo se relacionan con la situacin global. Se trata
de crear un sentido de responsabilidad para todas las implicaciones de las acciones llevadas a cabo. Y, finalmente, se trata tambin de llegar a un compromiso estratgico para potenciar al
mximo los elementos proactivos de la construccin de la paz.

RECURSOS SOCIOCULTURALES
Nos centramos ahora en otro tipo de recursos: las personas y la
cultura. Dadas las imgenes, las dinmicas y las consecuencias de
los conflictos contemporneos, con demasiada frecuencia se ha
dado por supuesto que estas situaciones desesperadas estn desprovistas de recursos para construir la paz. Esto se debe quizs al
escaso contacto que tenemos la mayora de nosotros con estos
lugares en la vida real. Los medios de comunicacin nos proporcionan historias centradas casi exclusivamente en el odio profundamente arraigado, la guerra y la devastacin. En nuestros pases,
el contacto con la situacin se limita a la marea de refugiados que
han perdido sus hogares y sus medios de vida. Contemplamos
imgenes de poblaciones vulnerables y empobrecidas que necesitan alimentos y servicios sanitarios bsicos. La tendencia general
es pensar en la construccin de la paz como una iniciativa llevada
a cabo con recursos externos, ya se trate de fondos o de personal.
Pero la verdadera situacin es probablemente la contraria. El
mayor recurso para sostener la paz a largo plazo se encuentra
siempre arraigado en los pueblos locales y su cultura.

Construir una comunidad de paz


El aspecto ms importante para el desarrollo de un marco
que mantenga la reconciliacin es la creacin de una circunscripcin de paz dentro del escenario del conflicto. Conceptualmente y en un nivel muy bsico, esto significa que la comunidad internacional debe considerar a la poblacin del lugar
como recursos, no como receptores. En otras palabras, es primordial
concebir la pacificacin basada en la ciudadana como instrumental e integral, no perifrica al cambio.
Esto est directamente relacionado con nuestra propuesta
de que, estratgicamente, la clave para un marco sostenible de

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VII. RECURSOS: HACER QUE LA PAZ SEA POSIBLE

construccin de la paz en los conflictos contemporneos la


constituyen los actores del nivel medio. Ellos estn posicionados de tal manera que conectan con actores de las bases y del
nivel superior, contando con la confianza de los mismos.
Tienen una mayor flexibilidad de pensamiento y movimiento
que los lderes del nivel superior y son mucho menos vulnerables en trminos de supervivencia da a da que los de las
bases. Sin embargo, para que los actores del nivel medio se
desarrollen como el centro de una circunscripcin de paz, tienen que darse varias condiciones.
En primer lugar, es muy importante identificar a y colaborar
con aquellas personas que estn luchando por cumplir su papel
de pacificadores en el marco del conflicto. Yo no he experimentado ninguna situacin de conflicto, por prolongado o duro que
sea, desde Centroamrica hasta el Cuerno de frica pasando
por Filipinas, donde no haya habido personas con una visin
para la paz, que surga a menudo de su propia experiencia del
dolor. Con demasiada frecuencia, sin embargo, estas mismas
personas son ignoradas o desautorizadas bien porque no representan al poder oficial, ya sea del lado del gobierno o de las
distintas milicias, o porque se las tacha rpidamente de parciales y de demasiado afectadas personalmente por el conflicto.
En segundo lugar, debe reconocerse que la capacidad de los
actores del nivel medio para encontrar una funcin constructiva a
menudo reside en que hacen de puente con otros como ellos al
otro lado de las lneas del conflicto. No se trata de una tarea sencilla, pero puede ser facilitada con iniciativa y apoyo externo. No
obstante, debera recordarse que el principal potencial sostenible reside en ellos mismos.
En tercer lugar, en relacin con los dos puntos anteriores, el
hecho de que la comunidad internacional reconozca a estas personas como actores esenciales y vlidos para la paz legitima el
espacio para desarrollar su potencial.
Argumentara que en la medida en que los actores del nivel
medio pueden captar una visin de su papel como pacificadores,
en la medida en que son capaces de hacer de puente con sus
colegas cruzando las lneas del conflicto y en la medida en que
estn facultados como actores legtimos por la comunidad internacional, ellos y sus redes, su comprensin de las sensibilidades
y los matices del lugar, y su accesibilidad progresiva e inmediata
a los procesos y actores clave, representan un recurso irreemplazable y de incalculable valor para mantener el cambio hacia la

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reconciliacin. Es a travs de ellos como puede surgir una circunscripcin de paz efectiva.

Construir sobre los recursos culturales


Consecuente con la necesidad de apoyar una comunidad de
paz es la necesidad de basarse en los recursos contextuales y
culturales para la paz y la resolucin del conflicto presentes en el
escenario. Esto requiere, entre otras cosas, una cierta forma de
observar y pensar. A este respecto, he sealado que debemos ir
ms all de una simple prescripcin de modalidades y respuestas llegadas de fuera para enfrentarnos al conflicto, y prestar
como mnimo la misma atencin a descubrir y facilitar los recursos, modalidades y mecanismos para construir la paz que existen
dentro del contexto (Lederach, 1995a).
Podran citarse muchos ejemplos de estos recursos. En
Somalia tenemos el extraordinario ejemplo de mujeres que actan como precursoras en la reconstruccin de la comunicacin
entre clanes, lo que prepar el camino para las conferencias de
clanes que, dirigidas por los ancianos y estimuladas por poetas,
condujeron a acuerdos de paz locales y regionales (Farah, 1993).
De Mozambique procede el ejemplo, descrito anteriormente,
del circo de paz financiado por UNICEF; se basaba en las
artes tradicionales, la msica y el drama, dirigidos a los nios, y
se inclua en las aldeas en las actividades de resolucin del conflicto y construccin de la paz (Kolucki, 1993).
Como forma de explorar en mayor profundidad la utilizacin
de la cultura como un recurso, podemos considerar los modelos
y el aprendizaje sobre la pacificacin que surgen del contexto
centroamericano. Durante un largo perodo en el que he estado
integrado en la regin, he descubierto que los centroamericanos
consideran la resolucin de los conflictos en situaciones cotidianas conforme a tres conceptos clave: confianza, cuello y coyuntura
(Lederach, 1989a).
En resumen, el trmino confianza se refiere a las personas
que conozco y con las que cuento, personas que me inspiran
confianza y en las que puedo depositar mi confianza. La confianza se basa en el conocimiento real de la persona y aumenta
con el tiempo. Garantiza la sinceridad, la formalidad y el apoyo.
Las claves para la confianza son la relacin y el tiempo.
El cuello es literalmente la conexin entre la cabeza y el corazn, se trata de una de las muchas metforas vernculas del

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espaol para referirse a conexiones que contribuyen a que se


hagan las cosas. En otras palabras, el cuello es la utilizacin estratgica de mi red de relaciones. Cuando se enfrentan a problemas y conflictos cotidianos, los centroamericanos probablemente pensarn primero en quin antes que en qu para resolver el problema.
El trmino coyuntura representa una metfora utilizada para
situarse en el contexto temporal y espacial y determina en un
momento dado qu significan las cosas y por tanto qu debera
hacerse. La coyuntura es oportunidad en la medida en que esa
oportunidad se refiere a la fluidez y al arte de lo posible. En trminos prcticos de resolucin de conflictos, significa estar presente y disponible en todo momento.
La resolucin de conflictos depende de estos conceptos.
Cuando estn sumidos en un conflicto, los centroamericanos
conceptan las soluciones en trminos de recursos de redes de
relaciones. Buscan ayuda de alguien en quien confan, que cuenta con la confianza de la otra parte. Esto es confianza-cuello o lo
que yo he denominado interno-parcial frente a una modalidad
externa neutral de la ayuda de la tercera parte (Wehr y Lederach, 1991: 97). Podemos apuntar varias caractersticas importantes de estos conceptos y modalidades culturales.
En primer lugar, los ayudantes naturales, o mediadores,
surgen de dentro del escenario del conflicto. Su conocimiento
del contexto y su relacin con la poblacin son considerados
como un recurso, no un obstculo. En segundo lugar, estn
conectados con las partes a largo plazo, y no estn entrando y
saliendo del escenario. En tercer lugar, se les elige no por su
habilidad o profesin, sino por quines son en la red. Su valor
no reside en el servicio que han de prestar, sino ms bien en la
relacin de la que forman parte. Finalmente, en Nicaragua,
igual que en experimentos ms recientes en Etiopa y Somalia,
una variante de esta formulacin de parcialidad como recurso
es una situacin en la que ciertos pacificadores como individuos mantienen una estrecha relacin y cuentan con la confianza de una parte, pero como equipo proporcionan equilibrio
y credibilidad.
Traducidos como Confianza, Red y Oportunidad (Trust,
Networking y Timing), estos conceptos culturales son el TNT de
la pacificacin centroamericana. El concepto de Confianza implica un enfoque integral de la mediacin, basado en las relaciones, que se desarrolla con el tiempo. Red sugiere que la cons-

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truccin de la paz depende de conocer personas y estar conectado. Oportunidad es la sensibilidad a los hechos y la percepcin
de posibilidades. Lo que es ms importante, los tres demuestran
que el compromiso a largo plazo, la construccin de relaciones y
el ser consecuente son decisivos. Estos tres conceptos juntos proporcionan una comprensin de la paz como un proceso de transformacin basado en los recursos procedentes del escenario conflictivo que proporcionan la conexin antes y durante el conflicto,
y, en ltima instancia, contribuyen a mantener la paz.

CONCLUSIONES
En este captulo hemos propuesto un marco amplio e integrador
para entender los recursos. Por supuesto, se da por sentado que
los recursos son necesarios para contribuir a que se inicie y se
mantenga un proceso de construccin de la paz, pero por recursos se entiende no slo el apoyo material y financiero. De hecho,
se argument que el factor ms importante a la hora de proporcionar los recursos lo constituyen la configuracin sociocultural y
socioeconmica del planteamiento.
Desde esta perspectiva, desarrollar las categoras adecuadas
para proveer de fondos y establecer los mecanismos para garantizar responsabilidad a un nivel sistmico y sobre el terreno son
tan importantes como los propios fondos. Este enfoque se realza
an ms cuando se desarrolla una estrategia que ayuda a orientar y asignar los fondos a los puntos de mayor potencial proactivo
para transformar el conflicto en resultados constructivos.
Finalmente, debe considerarse que los recursos incluyen a
las personas y las modalidades culturales del lugar del conflicto.
Una clave en este proceso es la construccin de una circunscripcin de paz, concretamente entre los actores del nivel medio de
la poblacin afectada. Adems, debe prestarse mucha atencin
a la bsqueda y utilizacin de los recursos culturales para la
resolucin del conflicto que existen en el contexto.

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VIII. La coordinacin:
puntos de contacto

emos descrito hasta ahora varios componentes de un


marco conceptual global para construir la paz. Una importante faceta que queda por tratar es la conexin y la coordinacin entre estos elementos diferentes. No pretendemos
establecer aqu un plan maestro basado en una autoridad de
paz controladora y centralizada. De hecho, una orientacin de
este tipo podra significar el fin de la creatividad, la amplitud y la
flexibilidad de las mltiples actividades y actores necesarios para
promover un enfoque global. Sin embargo, lo que resulta til es
el reconocimiento conceptual de la validez de cada componente
y la necesidad de encontrar puntos de contacto ms concretos y
coordinados, de manera que se lleve al mximo la contribucin
de cada uno y se integre la unicidad de cada perspectiva.
Para profundizar en esta idea, podemos identificar y esbozar
brevemente varias formas concretas en las que podra buscarse
esa coordinacin y ofrecer algunos ejemplos de su funcionamiento. La siguiente es una lista inicial de ideas y sugerencias,
algunas de ellas experimentadas, otras slo propuestas.

Realizar un inventario de paz. Segn mi experiencia, un vaco


importante es la ausencia de un inventario general de quin
realiza qu tipo de actividad de construccin de la paz en escenarios de conflicto prolongado. Ese vaco se define ms claramente y se vuelve ms problemtico en los momentos en los
que el conflicto alcanza las proporciones de crisis y recibe

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amplia cobertura por parte de los medios de comunicacin. En


el peor de los casos, la falta de un inventario como se puede
crear situaciones en las que iniciativas cuidadosamente realizadas a largo plazo para construir relaciones en los niveles medios
y de base pueden ser pasadas por alto, o peor, minadas por la
precipitacin por conseguir resultados a corto plazo en los niveles superiores.
Existen algunos ejemplos de iniciativas y estructuras ms concretas para conseguir la coordinacin. El Acuerdo de Paz
Centroamericano, con sus mltiples estratos trasladndose de
los niveles nacionales a los de base, proporcion el perfil para
una estructura coordinada. El diseo de estructura del Acuerdo
de Paz Nacional en Sudfrica proporcion mecanismos y lugares
especficos para la comunicacin y la coordinacin. Un ejemplo
singular a largo plazo fue la constitucin del Consejo de
Relaciones Comunitarias en Irlanda del Norte, que proporciona
tanto recursos para conexiones como una funcin de inventario
de lo que est sucediendo a varios niveles (Fitzduff, 1996: cap. 9).
En trminos ms concretos, la idea de crear un inventario
general implica que en determinados momentos durante la progresin de un conflicto resulta til hacer balance e identificar las
actividades que se estn realizando en el lugar. Esto podra llevarse a cabo encargando una investigacin o, lo que sera ms
enriquecedor para los grupos participantes, convocando una
conferencia para brindar una oportunidad a las diferentes personas para que expongan sus preocupaciones y planteamientos.
Establecer conductos ms claros entre los niveles medio y superior.
Dentro de la ms amplia estructura de construccin de la paz
parece especialmente importante mejorar la comunicacin
entre las iniciativas que tienen lugar en el nivel superior y aquellas que se llevan a cabo en el nivel medio. Por una parte, esto
implica la creacin de puntos de contacto y comunicacin entre
las llamadas primera y segunda vas diplomticas, dicho en
otras palabras, entre las iniciativas a nivel oficial y extraoficial
(Diamond y McDonald, 1995). Por otra parte, esto apunta a
mecanismos mucho ms concretos que legitimen y den cabida a
toda la gama de actividades necesarias para mantener la transformacin del conflicto en el tiempo.
En un amplio nmero de casos esto implicara el establecimiento de un comit especfico de coordinacin que incluyese
conexiones concretas con las actividades del nivel medio y supe-

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VIII. LA COORDINACIN: PUNTOS DE CONTACTO

rior. Este comit estara especialmente recomendado si las iniciativas en el nivel superior consiguen acuerdos pero fracasan
repetidamente debido a una falta de infraestructura para su
puesta en prctica. Esto es an ms importante en caso de que
se est procurando y proyectando un diseo de proceso nacional de mayor alcance, como el de Sudfrica.
Organizar conferencias de donantes de paz. En el rea general del
desarrollo y la reconstruccin, las agencias intergubernamentales,
concretamente las de las Naciones Unidas, han iniciado la prctica de conferencias de donantes relacionadas con situaciones
concretas. Se trata de eventos que renen a personas de
NN.UU. responsables de la coordinacin general de los esfuerzos humanitarios, la comunidad de ONG y los representantes de
los gobiernos afectados. En estos encuentros se consigue poner
al da las actividades, las necesidades previstas y la coordinacin
concreta de los grupos y agencias donantes.
Este mismo tipo de modelo podra desarrollarse ms concretamente en torno a las iniciativas de construccin de la paz. En
este caso el objetivo es tanto la coordinacin para combinar
recursos y necesidades como el desarrollo primordial de marcos
conceptuales que orienten respecto a la forma en que deberan
asignarse los fondos para el mantenimiento de la reconciliacin.
Es vital que se busquen ese tipo de conferencias, no slo en los
momentos de crisis y visibilidad, sino tambin en los momentos
estratgicos de las etapas iniciales, cuando la prevencin del
conflicto es posible, y en las ltimas etapas, cuando es necesario
mantener el cambio a largo plazo.
Crear grupos de recursos estratgicos. Un aspecto muy importante de
un enfoque global de construccin de la paz consiste en hacer
que los recursos de base incidan en el diseo global del proceso
y en los dilemas especficos a los que se hace frente en fases
concretas de la transformacin del conflicto. Esto puede explorarse de varias formas.
En primer lugar, con demasiada frecuencia se da el caso de que
la labor de los expertos en diversos aspectos del conflicto y de la
construccin de la paz se divide segn perspectivas o disciplinas
limitadas que se aslan unas de las otras. Esta situacin descubre la
necesidad de fomentar un intercambio de enriquecimiento mutuo
reuniendo personas que trabajan en ayuda, desarrollo, resolucin
de conflictos, control de armamento, diplomacia y pacificacin.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

En segundo lugar, el diseo de una intervencin global importante en un escenario determinado podra beneficiarse de un
grupo de recursos constituido por investigadores y expertos acadmicos en el lugar, junto con aquellos que necesitarn poner en
prctica estrategias concretas sobre el terreno. Un ejemplo de
esto fue la iniciativa emprendida por el Instituto Vida y Paz de
Uppsala, Suecia, en apoyo a los primeros esfuerzos de las
NN.UU. en Somalia (Lunden, 1993). En este caso, un grupo integrado por historiadores, antroplogos, investigadores para la paz,
personas dedicadas a la resolucin de conflictos y antiguos diplomticos fueron convocados para reunirse con el personal de las
NN.UU. y ofrecer respuestas y consejos sobre sus planes de
accin y concretamente sobre el proceso de reconciliacin nacional. El grupo se ha reunido varias veces al ao durante los ltimos tres aos.
En tercer lugar, surgen dilemas concretos que podran beneficiarse del mismo tipo de recursos. En este caso, sin embargo,
el blanco no es el proceso general, sino ms bien los problemas
y previsiones asociados a programas especficos como el de la
desmovilizacin. Los programas tratados son lo que podra considerarse el nivel del subsistema, donde deben proponerse
iniciativas concretas que aborden problemas inmediatos pero
dentro de un marco sistmico ms general. Una vez ms, se
trata de relacionar varios tipos de experiencias, perspectivas y
fuentes de conocimiento de expertos que contribuyen a
aumentar la innovacin y el enriquecimiento mutuo.
Vincular a los pacificadores internos y externos. Una propuesta
final es la necesidad de crear formas ms concretas de coordinar la labor de los pacificadores internos y sus recursos e iniciativas con recursos y pacificadores externos. Parece claro que
generalmente se da ms importancia a las iniciativas externas
de paz en los escenarios de conflicto prolongado. Sin embargo,
no est del todo claro que las iniciativas externas tengan una
capacidad inherente para mantener la reconciliacin. Deberan
llevarse a cabo todos los esfuerzos posibles para poner en marcha cualquier iniciativa en la medida en que contribuya a las
necesidades a largo plazo. A las iniciativas de paz externas les
corresponde garantizar una orientacin fundamental hacia la
conexin, proporcionar el espacio y aumentar la capacidad de
los recursos internos y la construccin de una comunidad de
paz.

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VIII. LA COORDINACIN: PUNTOS DE CONTACTO

U N EJEMPLO SOMAL
En varios momentos se ha hecho referencia a los esfuerzos realizados por el Instituto Vida y Paz de Somalia. Yo particip en
algunos aspectos de esta iniciativa y desempe el papel de asesor en el esfuerzo global. La perspectiva general de lo que se inici proporciona un anlisis prctico de algunas de las ideas propuestas en este captulo y en el libro en general. Aunque no disponemos de una relacin completa del proceso y los esfuerzos
emprendidos, se puede ofrecer una visin general de la estructura y la direccin bsica del trabajo.
El Instituto Vida y Paz (IVP) es un centro ecumnico internacional fundado en 1985 y dedicado a la investigacin para la paz.
Se ocupa de la investigacin, publicaciones y actividades relacionadas con la justicia, la paz y la reconciliacin. Dentro del IVP
existe un proyecto para el Cuerno de frica en el que se incluye la
iniciativa somal. Con los aos, han investigado, publicado ensayos y
organizado conferencias en torno a las cuestiones de la paz y la
reconciliacin en Somalia. Por ejemplo, contribuyeron de forma
importante a reunir recursos financieros para la Ergada, un foro
de somales interesados en el dilogo y en los esfuerzos de pacificacin, y contribuyeron tambin al establecimiento de un grupo
de recursos para la divisin poltica de las NN.UU. en el momento de las primeras tareas realizadas en Somalia por el embajador
Mohammed Sahnoun, enviado especial de las NN.UU.
A raz del apoyo a los esfuerzos ms intensos de las NN.UU.
por la reconciliacin en Somalia, IVP empez a participar en actividades directas de construccin de la paz. El principal objetivo y
propsito de su labor consisti en ampliar las operaciones de paz y
ayudar a aumentar la participacin de los somales en la construccin y puesta en prctica de las estrategias de reconciliacin
(Lunden, 1992). Entre 1991 y el momento en que redacto este trabajo, se han visto situados en un punto de contacto entre todos los
niveles de la poblacin somal y han participado en una gran
variedad de actividades. A principios de 1993 se esboz un plan
general de accin, un anteproyecto que desarroll una estrategia
para coordinar los diferentes niveles de actividad y para promover
una base ms amplia para la paz (Normark, Lunden y Lederach,
1993). El cuadro 2 ilustra la propuesta.
El anteproyecto reconoca que la complejidad de la situacin
somal exiga un enfoque global multifactico para mantener los
esfuerzos destinados a crear una mayor participacin en el pro-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Cuadro 2. Esbozo del anteproyecto para la


infraestructura de la reconciliacin
Unidades de enlace dentro del pas
1. Establecer 9 unidades somales/NN.UU. colocadas por todo el pas.
Identificar al personal somal/NN.UU.
Aclarar los objetivos/tareas de las unidades/bloques trimestrales.
2. Establecer vnculos claros con los ancianos/guurtis regionales.
3. Recibir formacin inicial.
Construir equipos con unidades.
Entradas: resolucin del conflicto, realidades culturales y de situacin,
logstica, etc.
4. Apoyar los esfuerzos de paz locales y regionales, las conferencias de
ancianos, las agrupaciones de mujeres, etc.
Unidad coordinadora de paz
1. Establecer el equipo bsico.
Identificar y lograr la colaboracin de figuras prominentes.
Aclarar funciones/tareas, p. ej., la mediacin.
2. Establecer las unidades de reconciliacin y el grupo asesor de trabajo.
3. Establecer la logstica y el sistema de comunicacin.
Con unidades de reconciliacin.
Con socios regionales.
Con NN.UU.
4. Establecer oficinas regionales/dentro del pas.
5. Establecer vnculos entre la pacificacin y la labor humanitaria.
6. Establecer un marco temporal para los acontecimientos clave.
Grupo asesor de trabajo
1. Establecer un grupo bsico de consultores.
2. Establecer el grupo asesor.
3. Proporcionar expertos.
Capacidad de reunin de expertos.
Apoyo al coordinador de la paz.
Reuniones peridicas con unidades dentro del pas.
4. Proporcionar formacin.
Resolucin del conflicto.
Traduccin.
5. Proporcionar consultores in situ.
6. Proporcionar valoracin y anlisis de la evaluacin del esfuerzo global.
7. Proporcionar una interpretacin de los esfuerzos a la comunidad
internacional, organizaciones no gubernamentales y gobiernos.

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VIII. LA COORDINACIN: PUNTOS DE CONTACTO

ceso de reconciliacin. Decisivo para ese proceso era el establecimiento de lo que se denomin una estructura coordinada de
reconciliacin. La estructura sugerida era la constitucin de una
Unidad Coordinadora de la Paz, con unidades de reconciliacin
regionales dentro del pas y un grupo asesor de recursos integrado por participantes internacionales y somales.
El mantenimiento de la reconciliacin a modo de meta general se entenda en trminos ms concretos por medio de varios
objetivos. stos incluan:
1.
2.
3.
4.

Proporcionar apoyo a las funciones de coordinacin de los


esfuerzos de paz de los somales y UNOSOM.
Ayudar a establecer una red e infraestructura funcional para
apoyar los esfuerzos de reconciliacin en todo el pas.
Proporcionar expertos/apoyo a varias facetas del esfuerzo
global.
Proporcionar legitimidad y dar una importancia adicional a
los esfuerzos de reconciliacin, tanto dentro como fuera del
pas, centrndose especialmente en las iniciativas internas
somales para la paz.

En resumen, el esfuerzo global estaba destinado a proporcionar un programa conceptual y un plan de accin concreto que
estableciera vnculos entre las iniciativas dentro del pas y los
recursos externos, realzase el papel de los esfuerzos de reconciliacin somales, especialmente las conferencias de ancianos, y
reforzase los intentos de las Naciones Unidas por ampliar su iniciativa de paz. El diseo del anteproyecto se puso en marcha en
muchos de sus aspectos, aunque la percepcin y el papel cambiante de los esfuerzos de UNOSOM de las Naciones Unidas,
con numerosos enviados especiales designados en slo unos
pocos aos, afectaron al bosquejo y los pormenores de dicho
anteproyecto. El IVP ha conseguido apoyar los esfuerzos de
reconciliacin somal en la capacitacin de consejos de distrito
locales, en numerosas iniciativas para mujeres y en la amplia
serie de conferencias de ancianos que tuvieron lugar en la
pennsula de Somalia en diversos momentos comprendidos
entre 1993 y 1995 (Heinrich, 1996). Han ayudado a proporcionar
formacin en la transformacin del conflicto y la construccin de
la paz en distintas partes del pas y apoyan de forma activa
varias iniciativas de paz actualmente en curso. Aunque en el
momento de escribir este libro todava no existe un gobierno ofi-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

cial en Mogadiscio, los esfuerzos del IVP han contribuido significativamente a ampliar el proceso de paz y la participacin de los
somales a niveles locales.

CONCLUSIONES
Este captulo plantea que los principales componentes de un
paradigma de construccin de la paz estructura, proceso,
reconciliacin y recursos necesitan mecanismos que unan y
coordinen las diferentes facetas que representa cada uno. Se propuso la creacin de puntos de contacto estratgicos en lugar de
un control muy centralizado. Esto implicara realizar esfuerzos
ms concretos para identificar las diversas iniciativas que se llevan a cabo, crear mejores vnculos entre los niveles de actividades y orientar el proceso global hacia el fortalecimiento de la
capacidad y la fuerza de los recursos internos, tanto respecto a la
comunidad de paz inherente a la sociedad como a las modalidades culturales autctonas a fin de conseguir la reconciliacin.

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IX. Preparndose para la


construccin de la paz

n este captulo me gustara profundizar en la manera de


aplicar el marco de la construccin de la paz en trminos de
formacin y preparacin de las personas. Una cuestin gua
surge de nuestra investigacin hasta el momento: en qu aspectos cambia el marco nuestra opinin respecto a nuestras respuestas a los conflictos prolongados y, ms concretamente,
cmo cambiamos de parecer respecto a los preparativos para la
intervencin? Tal y como se ha presentado hasta el momento, el
marco plantea una serie de categoras para la reflexin y la planificacin, pero no determina soluciones previamente formuladas o recetas para la accin. Esto es consecuente con la filosofa
esbozada en el captulo sobre los recursos, y responde a la naturaleza del conflicto prolongado: las iniciativas y soluciones deben
estar enraizadas en la tierra donde el conflicto hace estragos y,
asimismo, deben basarse en la participacin contextualizada de
la poblacin si se quiere que los procesos y soluciones propuestas sean sostenibles a largo plazo. Sin embargo, necesitamos
pensar de forma creativa sobre estos escenarios, disponer de un
grupo de categoras que ayuden a orientar nuestra reflexin y
dirigirlo hacia la accin concreta.
Tal como he argumentado en otros trabajos (Lederach,
1995a: cap. 1), gran parte de la formacin para la resolucin de
conflictos ha abordado con miras estrechas la labor de preparar
a la poblacin para que se enfrente a conflictos profundamente
arraigados. Se ha confiado en exceso en una modalidad de

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CONSTRUYENDO LA PAZ

transferencia de formacin que hace hincapi en las tcnicas y


modelos de receta para tratar el conflicto. Como tales, las propuestas de accin tienden a centrarse principalmente en la
capacidad cognoscitiva de analizar el conflicto y la capacidad
comunicativa de la negociacin. En ambos casos, las estrategias
de intervencin propuestas a menudo conllevan un bagaje cultural y raramente utilizan a la persona que recibe la formacin
como recurso primario en la bsqueda de respuestas y procesos
adecuados al conflicto en su escenario.
En este captulo me gustara esbozar una alternativa.
Plantear que el marco para la construccin de la paz puede aplicarse como instrumento para llevar a cabo una intervencin que
suscite reacciones y para desarrollar un enfoque de la formacin
que cree categoras para la exploracin y el diseo, pero que
requiera la participacin activa de las personas afectadas y la contextualizacin de las categoras en un contexto determinado. Este
enfoque precisar tres elementos. En primer lugar, debemos trasladar el marco conceptual a categoras prcticas y especficas de la
investigacin que faciliten un diseo estratgico. En segundo
lugar, las categoras deben integrarse en un todo global. Y, por ltimo, las categoras deben conducir a formas de accin concreta.

DESARROLLANDO UN ENFOQUE ESTRATGICO


DE LA FORMACIN
A modo de punto de partida me gustara aclarar el lenguaje y las
imgenes que creamos al hablar de formacin. En el campo de la
resolucin de conflictos ha existido una fuerte dependencia de
la palabra formacin al referirnos a casos y actividades en los que
las personas aprenden formas especficas de responder a los
conflictos. Se considera principalmente como una manera de
transmitir a otros lo que ya se sabe y se asume que ser til y
aplicable en otros lugares. No hemos pensado tanto en la formacin como instrumento estratgico de transformacin para el
diseo de la construccin de la paz y la intervencin que genera reacciones en los conflictos prolongados. Para hacerlo necesitaremos
desarrollar un marco de referencia en el que podamos situar las
actividades de formacin. Un primer paso para conseguirlo consiste en afinar nuestro lenguaje. Creo que resulta til a la hora
de hablar de la formacin como un proceso de capacidad estratgica y de construccin de relaciones. Aqu hacemos referencia a tres
trminos que transmiten un propsito y una filosofa.

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

La creacin de capacidad implica en un primer nivel que estamos


orientados a la expansin de lo que ya hay y es accesible. Refleja
un nfasis en el valor intrnseco de los conocimientos y capacidades de las personas y, al mismo tiempo, un reconocimiento de que
es necesario y posible un nivel cada vez mayor de desarrollo,
aprendizaje y concienciacin. En un plano ms profundo, las races de la palabra capacidad nos proporcionan una orientacin filosfica importante. Esta palabra procede del trmino capaz, ser
capaz, o tener el poder para efectuar algo. Por ejemplo, en espaol,
puedo y el sustantivo poder derivan de la misma palabra (Lederach,
1995a: 21). Por tanto, la palabra capacidad, como propondr que se
utilice aqu, est vinculada al concepto de habilitacin,* un trmino que
con demasiada frecuencia se utiliza errneamente. La habilitacin
no es, en mi opinin, un trmino grandilocuente que abarca mucho
y significa poco. Est relacionada con un desafo intrnseco de la
construccin de la paz, fundamental y sencillo: cmo crear y mantener en los individuos y las comunidades la transformacin del
yo/nosotros no podemos efectuar el cambio deseado al
yo/nosotros s podemos. Desde la perspectiva de nuestro
marco, la capacitacin o construccin de capacidad se refiere por
tanto al proceso de reforzar las actitudes y conocimientos inherentes a las personas con relacin al desafo del conflicto en su contexto y a la filosofa explcita orientada a la adopcin de nuevas
medidas proactivas, dotadas de poder, a fin de conseguir el cambio deseado en esos lugares.
La construccin de relaciones plantea que la formacin no est destinada nicamente a aumentar las capacidades y aptitudes individuales. Se lleva a cabo con el propsito expreso de desarrollar y
construir relaciones que crucen, tanto dentro como transversalmente, las lneas divisorias en el contexto del conflicto prolongado.
Se persigue un doble fin. En el nivel ms obvio, la construccin de capacidad en espacios donde las personas que integran
los diferentes bandos del conflicto participan en tareas comunes
de aprendizaje mutuo relevantes en su escenario, inicia el proceso a largo plazo para desarrollar un mayor entendimiento de la
otra parte como personas, no slo como enemigo estereotipado.
*

Nota de la traduccin: Aunque la palabra empowerment se traduce por


habilitacin, su significado trasciende el trmino castellano e introduce un
sentido de dotar de poder o potenciar a alguien o algo.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

En otras palabras, la cada vez mayor concienciacin y comprensin de una interdependencia de las relaciones es un objetivo
intencionado. En un nivel ms profundo, como analizaremos
ms pormenorizadamente, convertir la construccin de relaciones en un aspecto intrnseco de la preparacin supone reconocer
que la mayora de los instrumentos y habilidades de capacitacin utilizados en la construccin de la paz y en la transformacin del conflicto cuentan con un mayor potencial para tener un
impacto estratgico, al aplicarse en y por grupos y comunidades.
La construccin de relaciones responde a los requisitos de largo
plazo y coordinacin necesarios para mantener la construccin de
la paz en un escenario determinado.
Por estratgico entendemos la necesidad de pensar ms all de
los aspectos inmediatos y ms visibles de una actividad determinada. El trmino estratgico debera plantear la cuestin de cmo
influye la actividad sobre el escenario ms global y de si ha estudiado mecanismos destinados a mantener el cambio buscado y
deseado. En muchos planteamientos de resolucin de conflictos,
la formacin consiste en preparar a las personas como individuos
sin considerar si estn vinculados estratgicamente al escenario
ni si estn conectados al marco de referencia a largo plazo de la
sostenibilidad de su apoyo y accin consiguiente. Como tal, tiende a centrarse en la formacin considerndola como la transmisin del contenido. Un enfoque transformador sugiere que la formacin no se refiere tanto a la transmisin del contenido como a la
creacin de un proceso dinmico que afecta a personas clave que
juntas se centran en las realidades del conflicto en su contexto.
La capacidad estratgica y la construccin de relaciones requieren un replanteamiento de la formacin que sustituya el contenido por el proceso y la transmisin por la transformacin.
Podemos quizs visualizar este cambio en la siguiente matriz
que he considerado til en el diseo de la formacin. En la figura 8 he unido dos aspectos de la formacin. En la parte superior
se encuentra la dimensin del resultado relacionada con los
motivos para la formacin. stos estn formados por tres subcategoras que van de lo general a lo ms concreto. Cuando profundizamos en la cuestin, reflexionamos sobre el propsito de las iniciativas de formacin dentro del contexto ms amplio del escenario del conflicto; posteriormente pasamos a decisiones sobre actividades concretas. A un nivel esto implica la articulacin de las
metas para un acontecimiento concreto y, a otro nivel ms espe-

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

Figura 8. Enfoques de la formacin


Resultado
Propsito
(dentro del
contexto)

Metas
(para el hecho)

Objetivos
(dentro del
hecho)

Tiempo

Acontecimiento
(horas-das)

Proyecto
(1-2 aos)

2 Proceso/
contexto

1 Contenido/
transmisin

Programa
(10 aos)

1. Contenido/transmisin depende de la entrega de un paquete de


capacidades y modelos preconcebidos, que se suponen pertinentes para el
contexto.
2. Proceso/contexto se inicia con la evaluacin de las necesidades en el
contexto e idea actividades concretas de formacin que respondan a esas
necesidades.

cfico, elecciones sobre los objetivos que representan aportaciones


concretas y las actividades llevadas a cabo dentro del suceso.
En el lado izquierdo de la matriz tenemos la dimensin del
tiempo. El programa se refiere aqu a la contribucin a largo plazo
de la formacin; el proyecto se refiere a iniciativas especficas dentro
del programa; y los acontecimientos al lugar y tiempo real en que se
renen las personas para realizar actividades concretas. El programa ha sido concebido en bloques de planificacin ms largos y
posiblemente vincule varias iniciativas de proyectos. El proyecto se
concibe como un bloque ms abstracto, a ms corto plazo, y posiblemente pueda conectar varios acontecimientos. stos, sin

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CONSTRUYENDO LA PAZ

embargo, son unidades abstractas y especficas de actividad, generalmente conceptualizadas en bloques de das a semanas. En la
jerga de la resolucin de conflictos, si decimos dirigimos una formacin, con frecuencia nos referimos a este ltimo cuadrante, el
hecho en s, que dur varios das o quizs una semana.
La matriz resulta til para disear, evaluar y comparar los
enfoques de la formacin. Por ejemplo, un tipo puro de enfoque
contenido/transmisin est descrito por la flecha 1. Comienza en
el cuadrante suceso/objetivo y acaba en el cuadrante programa/contexto. Lo que deseo visualizar con esta progresin son las
cualidades y caractersticas de cmo la formacin se concepta
en y responde al escenario. En esencia, este enfoque estara formado por un grupo de tcnicas, rutinas de aprendizaje y recetas
que crean un paquete que es entregado a los participantes, o lo
que he denominado en otros escritos el enfoque de receta
(Lederach, 1995a: caps. 5 y 6). Por lo general, aunque no siempre,
se asume que el paquete satisface las necesidades de los participantes y su contexto. La formacin est, por tanto, impulsada por
el acontecimiento y el contenido. Define la actividad conforme a
aquello de lo que se dispone en el paquete. El paquete, a su vez,
hace suposiciones sobre lo que es til en el contexto.
El enfoque de proceso/contexto, representado en la matriz
por la flecha 2, se inicia en el cuadrante de programa/propsito.
Comienza con cuestiones relativas a la naturaleza del conflicto,
la visin del cambio a largo plazo y el diseo estratgico de las
iniciativas de formacin. A grandes rasgos, este enfoque busca
entender en primer lugar las necesidades de cambio dentro del
sistema del conflicto y despus disear proyectos y hechos que
satisfagan esas necesidades. El enfoque est, por tanto, impulsado
por el proceso y el contexto. Los acontecimientos especficos y las
actividades que los incluyen estn informados por las necesidades y la visin a largo plazo que surgen del escenario y por el
propsito definido en el contexto.
La comparacin de los dos enfoques nos permite visualizar
mejor cmo reconsiderar la formacin como estratgica construccin de capacidades y relaciones. Si buscamos un impacto
estratgico y sostenible, debemos ser capaces de situar la formacin de tal manera que mejore su potencial de efectuar los cambios deseados en el lugar del conflicto. Conforme a nuestro
marco de construccin de la paz, esto significa que debemos
encontrar formas prcticas de vincular a las personas clave y a
los lderes dentro del escenario, fomentar la apertura de un

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

espacio para que participen en el desarrollo de un futuro compartido y deseado por todos, respondan de forma creativa a las
crisis inmediatas que estn continuamente surgiendo, y generen
y mantengan un proceso dinmico de cambio que permita a la
poblacin pasar del contexto de la crisis al cambio deseado. En
otras palabras, la formacin debe ir unida al desarrollo de las
personas y sus comunidades de tal forma que facilite y mantenga una infraestructura para la paz dentro de su escenario.

IDEANDO UNA INFRAESTRUCTURA PARA LA


CONSTRUCCIN DE LA PAZ
El desarrollo de una infraestructura para la construccin de la
paz responde a un cuestin engaosamente simple: cmo creamos y apoyamos el paso de la crisis violenta al futuro compartido
deseado? La idea de una infraestructura se basa en un grupo de
afirmaciones clave ya esbozadas en captulos anteriores. En
lugares donde se producen conflictos violentos prolongados la
construccin de la paz requiere un cambio proactivo en las relaciones. Dicho cambio exige que aunemos esfuerzos simultneos
para proporcionar el espacio necesario con el fin de crear una
visin del futuro compartido por todos y una clara comprensin de
las respuestas prcticas a las crisis y las realidades existentes.
Este cambio no es un resultado en sentido estricto. Como vimos
anteriormente en la estructura-proceso, est centrado en la redefinicin de las relaciones en cada nivel de la sociedad. Para
engendrar y mantener un proceso de cambio que nos lleve de la
crisis a la visin, necesitamos una infraestructura que surja de
cada contexto en el que se ha puesto en funcionamiento la construccin de la paz y se adapte al mismo.
Los elementos propuestos en el marco integrado (vase la
figura 7) apuntan hacia las cualidades y dimensiones de esta
infraestructura. Con anterioridad me refera a este proceso utilizando la metfora de la construccin de una casa. Lo que deseo
subrayar aqu es cmo la arquitectura para el diseo de la casa
puede equivaler a un componente de la preparacin para la
construccin de la paz. Lo que buscamos no es la solucin ni el
diseo final. Ms bien deseamos encontrar las categoras principales de diseo e investigacin que nos permitan movernos en
varios contextos y situaciones.
En el cuadro 3 propongo una matriz de infraestructura en
funcionamiento que esboza cuatro categoras de investigacin. En

147

Quin cuenta con el


mayor potencial para
actuar como agente de
cambio?
Quin cuenta con
respeto, contactos y
conocimientos en todos
los niveles de conflicto y
divisin?
Qu formacin/
capacidad de construccin
mejorara su efectividad a
la hora de cambiar la
situacin?
En este contexto, qu
prepara a las personas y
la comunidad para la
reconciliacin?

Si no se abordan, qu
podra impedir un cambio
constructivo?
Cules son las
principales disyuntivas a
las que se enfrenta la
construccin de la paz en
este contexto?
Cules son las
necesidades inmediatas
ms acuciantes?
En qu sentido est
relacionada la
intervencin inmediata
con los objetivos a medio
plazo?
Qu relacin hay entre
las labores de los niveles
de base, medio y
superior?

Qu redes y sectores
clave cuentan con el potencial de transformar el conflicto y mantener la paz?
Cules son las fuentes
probables de
enfrentamientos violentos
en este contexto?
Qu acciones sern
necesarias para abordar
estos enfrentamientos de
forma constructiva?
Qu recursos hay en el
contexto cultural que
caractericen el panorama
sociopoltico?
Cules son los objetivos
realistas para los
prximos 5-10 aos en
este escenario de
conflicto?

INSTITUCIONES
Subsistema/diseo:
5-10 aos

Cules son las visiones


a largo plazo para las
comunidades pacficas
en este escenario?
Quines son los
guardianes del sueo
en este escenario?
Qu mecanismos
apropiados existen para
hacer que las personas y
las instituciones
participen e imaginen el
futuro?
Qu cambios sistmicos
se precisan,
internamente,
regionalmente y
globalmente para hacer
realidad esas visiones?

VISIN
Sistema/generacin:
20 aos

FUTURO DESEADO

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Cuestiones y
preocupaciones clave

PERSONAS
Relacin: 1-2 aos

TRANSFORMACIN

CRISIS
Problemas: 2-6 meses

REALIDAD

Cuadro 3. Matriz de trabajo para el desarrollo de una infraestructura de


construccin de la paz

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CONSTRUYENDO LA PAZ

148

149
2.
3.

1.

2.

3.

Prximos pasos/
instrumentos necesarios

Basndonos en las cuestiones


anteriores, desarrollar ideas,
estrategias y pasos
especficos

3.

2.

1.

Desarrollan la
capacidad de financiacin
para la construccin
estratgica de
instituciones, en relacin
con el anlisis
vertical/horizontal.
Desarrollan la capacidad
de disear un sistema de
debates.
Desarrollan la capacidad
de pronosticar los actos
de violencia.
Desarrollan iniciativas de
respuestas globales
(internas/externas).
Desarrollan recursos
culturales para la
capacidad de
pacificacin.
Desarrollan fondos
flexibles para las
iniciativas de innovacin
de la paz.

3.

2.

1.

Apoyan y proporcionan
espacio para los
profetas y mensajeros
de la comunidad.
Desarrollan una
capacidad de
comunicacin
transformadora: poesa,
libros, narradores de
cuentos, radio,
pelculas.
Desarrollan una
capacidad estratgica
para imaginar el futuro
en mbitos comunitarios y
nacionales.

09:54

1.

Imparten una formacin


adecuada y programas de
capacitacin (cursos
permanentes).
Desarrollan una
capacidad de anlisis
horizontal y vertical
para identificar los
agentes estratgicos de
cambio (nivel medio).
Desarrollan una
capacidad de construccin
de relaciones estratgicas.

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Capacidades y enfoques

Desarrollan una
capacidad de anlisis
coyuntural.
Desarrollan un anlisis
del dilema y la capacidad
de contextualizarlo.
Desarrollan la funcin
latente de la capacidad de
anlisis.
Desarrollan la capacidad
de unir los enfoques
oficiales y no oficiales
para lograr unas
negociaciones
prolongadas que lleven a
la construccin de la paz.
Unen la ayuda, el
desarrollo y las iniciativas
de construccin de la paz.

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

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CONSTRUYENDO LA PAZ

esta matriz, cada columna se ha construido combinando elementos de las dos dimensiones que forman el marco integrado presentado con anterioridad. Cada columna de la matriz est intrnsecamente unida a las otras y no puede ser un objetivo independiente de las otras categoras si se pretende generar procesos sostenibles.
Las filas de la matriz sealan tres aspectos distintos que hay
que tener en cuenta al desarrollar un planteamiento ms global
de la construccin de la paz. La primera plantea un grupo inicial
de intereses y cuestiones clave presentados por cada columna.
Podemos considerar las columnas como categoras de investigacin que nos muestran un punto bsico de partida. La segunda fila ilustra un grupo inicial de principios y capacidades necesarios para responder a las preguntas. La tercera fila proporciona
espacio para articular las siguientes medidas especficas que surgen en respuesta a las preguntas. Esta fila se deja en blanco,
asumiendo que el paso hacia el desarrollo de estrategias y acciones concretas deben surgir de la visin, el diseo y las disyuntivas especficas del contexto que desarrollaran los participantes
en la formacin. Consideremos con ms detalle cada columna y
sus respectivas capacidades y cuestiones.
La columna de la crisis surge cuando nos remitimos a las
dimensiones de marco temporal inmediato y de problemas
del marco integrado. En esta categora de investigacin, el punto
central consiste en comprender las realidades y parmetros a los
que se hace frente en el escenario y en ese momento. Esto
requiere tanto la capacidad de participar en un anlisis coyuntural de la situacin inmediata como de calificar las cuestiones
destacadas en el mismo como disyuntivas. La eleccin estratgica a la que se enfrenta esta columna incluye la capacidad para
reconocer entre las muchas cuestiones y problemas inherentes a
la situacin de crisis cules impedirn el cambio constructivo si
no se tratan. Un ejemplo puede resultar til en este punto.
En Irlanda del Norte las treguas declaradas unilateralmente
fueron saludadas por todas las partes como un avance y abrieron
un perodo de menos violencia y un espacio para el dilogo. Sin
embargo, durante el ao y medio siguiente, no se alcanz un
acuerdo poltico global en el nivel poltico ms alto, ni siquiera
un marco para la negociacin definido y aceptado por todos. En
el nivel de la comunidad surgi un problema suficientemente
grave como para afectar no slo a las comunidades locales sino
al sistema global de construccin de la paz: me estoy refiriendo a

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la desastrosa poca de los desfiles del verano de 1996 y los


resultantes boicots sectarios de los comercios locales. En esta
situacin, los problemas y las dinmicas reactivas que provocaron reforzaron los peores temores y percepciones de cada una
de las comunidades con respecto a la otra, sirviendo para
aumentar considerablemente el nivel de polarizacin en un
momento en que existan grandes expectativas respecto al movimiento proactivo hacia la redefinicin de la relacin histricamente antagonista.
En lo que respecta a la columna de la crisis, el desfile es
una cuestin inmediata regularizada que, en caso de no ser tratada, tiene (y continuar teniendo) capacidad para bloquear el
cambio deseado. Se basa en una serie de dilemas relacionados
con la identidad que podran formularse de la siguiente manera:
cmo creamos el espacio para que cada comunidad exprese su
identidad histrica y al mismo tiempo aumenten la interdependencia de la relacin, el entendimiento y respeto mutuos en
lugar de la exclusividad y la amenaza? Calificar el problema de
disyuntiva nos ayuda a ver dos energas aparentemente contradictorias la identidad distintiva de la comunidad y la interdependencia intercomunitaria que deben mantenerse unidas
cuando pensamos en las respuestas especficas en el escenario
inmediato, y proporciona un mecanismo para medir cmo se
relaciona esa respuesta con la meta a largo plazo, que es la redefinicin y reconstruccin de relaciones.
Volviendo a la matriz, la columna de la visin ms a la derecha representa la interseccin del foco sistmico y el marco
generacional desde el marco integrador. Aqu planteamos cuestiones relativas a la manera de crear el espacio para que la visin
surja desde el propio escenario. Reiteramos que, desde la perspectiva de la construccin de la paz, resulta difcil perseguir el
cambio deseado a menos que se articule alguna visin de dicho
cambio. Al mismo tiempo, los escenarios que se caracterizan por
niveles elevados de violencia y de trauma generacional frecuentemente estn impulsados por las mltiples crisis diarias, impidiendo la creacin del espacio para el desarrollo de la visin. El
trabajo de visualizar puede, de hecho, ser considerado como un
lujo, o lo que es peor, irrelevante y relegado a unos pocos soadores que son considerados idealistas con poca comprensin de
las realidades sobre el terreno.
Sin embargo, ocurre precisamente lo contrario. Para buscar
una salida al ciclo de la crisis, la poblacin de un lugar debe ima-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

ginar y articular el tipo de comunidad que desea, no tanto en lo


que se refiere a imaginar el futuro como un destino final planificado mecnicamente, sino ms bien en trminos de involucrar
al otro en sus necesidades ms profundas a fin de crear relaciones respetuosas y una esperanza de una comunidad que responde y proporciona a sus hijos un lugar seguro, en el sentido ms
amplio de la palabra. No se trata meramente de una cuestin de
crear esperanza contra toda esperanza en medio de una tragedia humana. Se pretende que tanto las personas como las comunidades participen en el proceso de mirar hacia el horizonte de
la reconciliacin, hacia el lugar donde pueden concebir la vida en
un futuro interdependiente y definido en comn, aun cuando en
este momento todava no sea posible (Gutirrez, 1998). Esto no
significa que las personas vivan en un marco temporal irreal.
Implica que es necesario imaginar esa posibilidad, luchar por
ella y pensar en los cambios que exigir. Esa reflexin alienta las
decisiones y estrategias que se persiguen en lo inmediato en la
medida en que proporcionan una piedra de toque para evaluar
una variedad de opciones presentes en cualquier momento
dado. Esto implica que necesitamos desarrollar mecanismos
apropiados para involucrar a la poblacin y sus instituciones en
la proyeccin de su futuro aun cuando todava estn sumidos en
una crisis. En resumen, necesitamos desarrollar la capacidad
social estratgica de soar y reconocer el papel de los soadores.
Las dos columnas centrales, las personas y las instituciones,
representan lo que yo denominara la infraestructura para la construccin de la paz. En esencia, sirven de cimientos sobre los que
apoyarse para mantener la transformacin desde la realidad existente hasta las relaciones redefinidas en un futuro definido
en comn.
La columna de las personas se centra en los individuos y sus
relaciones, y en acrecentar su capacidad para responder de
forma creativa a los desafos del conflicto en el contexto en que
viven. Por una parte, las cuestiones estn encuadradas de manera que nos ayuden a pensar en qu se necesita para preparar a
las personas y sus comunidades para la reconciliacin. Se trata
de adelantarse a los acontecimientos ms que de reaccionar
ante ellos. Por otra parte, el elemento estratgico llega con la
posibilidad de localizar a estas personas que crean vnculos ms
amplios y como tales cuentan con una mayor posibilidad de servir como agentes de cambio dentro de la sociedad. En otras
palabras, ms que pensar en la capacidad y en la construccin

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de relaciones en un estilo generalizado en todo el escenario, proponemos aqu el desafo de localizar dentro del mismo a esas
personas cuya participacin en la construccin de la paz ayudar
a crear tanto un catalizador como despus una masa crtica
capaz de efectuar y mantener los procesos de cambio entre la
poblacin afectada. A esto lo denomino capacidad para realizar
un anlisis vertical y horizontal. Volviendo a nuestro diagrama de
pirmide (figura 1), lo vertical representa a las personas y redes
que conectan los niveles de liderazgo ms altos con los del
medio y de las bases. Lo horizontal hace referencia a las relaciones que atraviesan las lneas de divisin dentro de la sociedad
que forma la expresin actual del conflicto. Cuando combinamos
estas dos, estamos buscando personas que relacionen ambos
niveles de liderazgo y acaben con las divisiones. Se considera
que son agentes estratgicos del cambio dentro de la sociedad.
La columna de las instituciones une el diseo del cambio
social con el anlisis del subsistema, sugiriendo que la sostenibilidad debe ir ms all de la buena voluntad de unas pocas personas bien intencionadas. Si se pretende que sea sostenible, la
construccin de la paz debe implicar un proceso de organizacin
social que ayude a crear y mantener una nueva realidad. Esto
requiere abordar el escenario del conflicto como un sistema, ms
que centrar la atencin en la determinacin del bien y el mal
que hacen los individuos y los bandos del conflicto. Crear una
nueva realidad es un proceso que debe comprometer estratgicamente, ya que el cambio sistmico rara vez es fcil de conseguir y a menudo representa una desafiante paradoja en trminos de la dinmica de resultados: cuando es lento y se produce
durante un perodo de tiempo prolongado, el proceso de cambio
puede crear un sentimiento de frustracin y desesperanza; cuando es rpido e incontrolado, puede provocar una gran violencia y
volatilidad. El desafo radica en encontrar formas de crear una
estructura-proceso de cambio que genere esperanza incluso
cuando lleve tiempo asentarla.
En un captulo anterior sugera que reconocer el cambio del
subsistema y trabajar para conseguirlo nos permite tratar los
problemas inmediatos que se presentan y, al mismo tiempo, perseguir una accin que siente las bases para un cambio sistmico
de mayor alcance. En la matriz, la columna de las instituciones
orienta nuestro anlisis hacia el reconocimiento de las tendencias generales del conflicto y de la aparicin de la violencia en el
escenario con atencin especial al nivel del subsistema. Asi-

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mismo, nos empuja a desarrollar la capacidad de predecir los


puntos crticos de brotes de violencia y disear los mecanismos
para su prevencin y transformacin constructiva en niveles
accesibles a la participacin local, de forma que sta se ample.
En este sentido, la infraestructura para la construccin de la paz
combina los elementos de preparacin de las personas estratgicamente colocadas en la sociedad afectada con una orientacin
intencionadamente proactiva hacia la meta de construir relaciones y con el compromiso de sus redes, sectores y organizaciones
de manera que se generen procesos accesibles y sostenibles
capaces de impactar en el sistema.
En la segunda fila he esbozado una serie de capacidades que
acompaan a cada columna. En lugar de enfocar el desafo de la
construccin de la paz limitndolo a una cuestin de tcnica,
estas capacidades apuntan a una comprensin ms dinmica de
la preparacin que requiere un pensamiento universal y una
base firme en el contexto especfico. En este tipo de formacin
los participantes se convierten en recursos que generan ideas y
estrategias ms que en receptores de modelos e informacin
rutinarios. Hasta cierto punto, las distintas capacidades representan la organizacin de categoras para facilitar y construir
basndose en la comprensin y el conocimiento que las personas tienen del lugar y la dinmica de sus conflictos. En trminos
prcticos, este planteamiento de la formacin seala la necesidad de que la poblacin desarrolle un grupo de capacidades que
fundamenten el diseo de una infraestructura para la construccin de la paz. Las capacidades relacionan y unen estos elementos: 1) el desafo de articular un futuro deseado; 2) la comprensin
de la situacin o crisis inmediata; con 3) el trazado en lneas
generales de un enfoque estratgico que permita el movimiento
(transformacin) de la crisis al cambio deseado. Una lista descriptiva inicial de esas capacidades incluira lo siguiente.
1.

2.

Anlisis coyuntural crtico. La capacidad de identificar,


entender y analizar estratgicamente la situacin inmediata
en el contexto, con miras a descubrir las relaciones sociales,
polticas, econmicas y culturales que puedan bloquear y/o
tengan posibilidades de transformar los conflictos de forma
creativa.
Anlisis de la funcin latente. La capacidad para imaginar las
consecuencias y resultados inesperados (y a veces no
intencionados) de las iniciativas del programa (ayuda,

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8.

desarrollo y construccin de la paz) en situaciones de


conflicto violento prolongado.
Formulacin del dilema. La capacidad para articular las
principales disyuntivas a las que se enfrenta la poblacin de
todas las partes del conflicto, tanto en trminos de
dificultades inmediatas como de visiones divergentes del
futuro a largo plazo. Los dilemas son un mecanismo til y no
antagonista para reformular las preocupaciones y problemas
especficos a los que se enfrenta la poblacin en un contexto
determinado de una manera que crea un entendimiento
universal e integrado.
Construccin de la capacidad humana adecuada para la
transformacin del conflicto (diseo de formacin). Se trata de la
capacidad para reconocer el tipo de aptitudes y
herramientas educativas necesarias para preparar a las
personas para que se enfrenten y respondan
adecuadamente a los conflictos en su propio contexto. Esto
incluye el diseo contextualizado en trminos de contenidos
y realizacin, asumiendo un alto nivel de pertenencia y
participacin local.
Realizacin del programa de formacin. La capacidad para
dirigir talleres, transmitir ideas y obtener el conocimiento y
la participacin locales necesarios para poner en marcha el
diseo desarrollado en contextos especficos.
Anlisis horizontal/vertical. La capacidad para identificar a las
personas que disponen de abundantes recursos y estn
estratgicamente introducidas en redes que las conectan
verticalmente dentro del escenario (nivel superior, medio y
bases) y horizontalmente en el conflicto, en trminos de su
propia disponibilidad y habilidad para trabajar con sus
homlogos al otro lado de las lneas divisorias de la sociedad.
Diseo de equipos estratgicos de formacin. La capacidad para
identificar, fomentar, convocar y dar apoyo a equipos de
construccin de la paz dentro de la sociedad que tengan
capacidad horizontal/vertical. Se trata del modelo
intermedio de los equipos interno-parcial ms que de
expertos neutrales externos.
Financiacin estratgica. La capacidad para concretar
financiacin en formas que apoyen y fomenten el paso a la
paz a largo plazo. La estrategia tiene poco que ver con la
cuanta de los fondos y mucho con la calidad del enfoque y
la centralidad de las acciones en la sostenibilidad a largo

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13.

14.

plazo de los procesos que se generan. Incluye recursos


humanos, de instituciones y de proyectos, adems de fondos
flexibles que permitan una respuesta rpida, la innovacin y
la experimentacin necesaria.
Previsin de la violencia. La capacidad para analizar las
situaciones y pronosticar/proyectar qu tendencias violentas
surgirn probablemente en el futuro. Este anlisis seala
posibles actividades preventivas que podran orientarse
estratgicamente hacia esos contextos/tendencias. No se
trata de una prevencin del conflicto, sino ms bien de
una capacidad de prevencin de la violencia.
Diseo del sistema de debate. La capacidad para imaginar y
desarrollar las capacidades institucionales y humanas para
tratar los conflictos en un escenario, de forma que
proporcionen interaccin y cambio creativo y no resultados
violentos y destructivos. Considera el conflicto como una
experiencia humana normal en todos los lugares pero
intenta desarrollar los mecanismos sociales adecuados para
transformar los conflictos.
Mecanismos contextualizados de respuesta al conflicto. La
capacidad de disear y poner en prctica respuestas y
procesos especficos para abordar y responder a las
importantes, y a menudo violentas, expresiones del conflicto.
Diseo omnicomprensivo de respuesta. La capacidad para
entender las causas profundas y secundarias que
contribuyen al conflicto violento prolongado y para
desarrollar mecanismos de respuesta orientados no slo a
la expresin sintomtica (p. ej., negociaciones y altos el
fuego) sino tambin a los problemas subyacentes (p. ej.,
circulacin de armas).
Anlisis de recursos culturales. La capacidad para identificar y
reconocer los recursos (e impedimentos) culturales que
contribuyen a la construccin de la paz, proporcionando
elementos para disear los mecanismos y respuestas
adecuadas dentro de un contexto dado.
Diseo transformador de los medios de comunicacin. La capacidad
para reconocer importantes aparatos mediticos y
comunicativos para impactar a una audiencia ms amplia
dentro de un escenario, tanto en lo que se refiere a noticias
exactas y alternativas como a formas culturales adecuadas
para transmitir una aspiracin y visin de paz (poesa,
pelculas, teatro popular, etc.).

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15. Diseo del futuro social estratgico. La capacidad para implicar


a las personas, colectivos y sociedades cuando se trata de
articular y perseguir sus visiones de un futuro pacfico. Si no
sabemos dnde vamos, no sabremos cmo llegar all.
16. Diseo transitorio de la construccin de la paz. La capacidad para
percibir vnculos ms all de los marcos temporales y
disear explcitamente mecanismos transitorios que ayuden a
la poblacin/programas a pasar de la crisis a la
transformacin a largo plazo.
Cada uno de stos podra ser descrito ms detalladamente,
en forma de ejercicios basados en el conocimiento que tiene la
poblacin de su entorno. Tomemos el nmero tres, la formulacin del dilema, como ejemplo que viene al caso. Al enfocar el
conflicto profundamente arraigado, por lo general consideramos los problemas que parecen insalvables y que plantean
contradicciones absolutas como los enmarca la poblacin
implicada. En el caso de Somalia, por ejemplo, al enfrentarnos
a la masiva necesidad humanitaria en forma de hambruna,
aquellos de nosotros que trabajbamos en la comunidad de
ayuda internacional a veces sentamos que estbamos obligados a elegir entre enviar alimentos y prestar ayuda aunque contribuyese a la guerra en curso, y a no enviar ninguna ayuda alimentaria para no contribuir a perpetuar la guerra, sintindonos
entonces impotentes ante la mala situacin humanitaria. Con
demasiada frecuencia plantebamos la situacin con relacin a
una de las dos opciones: enviamos comida y nos arriesgamos a
la guerra; o apoyamos los esfuerzos de paz y aplazamos la ayuda
alimentaria.
Plantear esto como una disyuntiva sugiere otra forma de clasificar las preocupaciones, energas y problemas de un conflicto.
Los dilemas y las paradojas ofrecen la posibilidad de que en la
mayora de las situaciones de conflicto no estemos tratando
incompatibilidades absolutas, sino diferentes aspectos de una
situacin global. Estos aspectos representan de hecho preocupaciones que funcionan como energas en el sistema del conflicto. Si
podemos identificar las preocupaciones clave de la situacin y
englobarlas como metas y energas interdependientes sistmicas,
podemos ver mejor la situacin como un todo en lugar de quedarnos bloqueados en la fragmentacin representada en el marco de
referencia s/no. Existen dos formas de realizar un encuadramiento
de dilemas: una formulacin positiva y otra de anulacin.

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La formulacin positiva del dilema enmarca dos energas en


conflicto como legtimas y que necesariamente deben ser tratadas. Se basa en la siguiente frmula:

Cmo podemos hacer A y al mismo tiempo tratar B?


Cmo podemos entregar alimentos a la poblacin que
muere de inanicin de forma que se fomente la
reconstruccin de las relaciones locales rotas?

Aqu la primera energa consiste en una preocupacin humanitaria por enviar alimentos a la poblacin que los necesita. Se
trata de una labor legtima y necesaria. La segunda energa
busca fomentar la reconstruccin de relaciones locales que
se han deteriorado hasta llegar a la lucha, la violencia y el odio.
sta es tambin una preocupacin legtima. Abarcar ambas al
mismo tiempo significa que debemos buscar opciones que las
vinculen como metas interdependientes. Son diferentes pero en
ltima instancia estn vinculadas.
La formulacin de evitacin del dilema trata las mismas energas, pero encuadra al menos una de ellas con el objetivo de evitar un resultado no deseado. Se basa en esta frmula:

Cmo podemos hacer A y al mismo tiempo evitar B?


Cmo podemos entregar alimentos a la poblacin que se
muere de inanicin y evitar que este recurso caiga en manos
de los lderes de las milicias locales que lo utilizarn para
comprar ms armas?

En este caso la primera energa es la preocupacin por


entregar un recurso, los alimentos. La segunda consiste en una
preocupacin por que este recurso no sea utilizado para promover los enfrentamientos blicos. Cuando unimos ambos, estamos
de nuevo articulando objetivos interdependientes que nos ayudan
a pensar de forma ms creativa sobre nuestras opciones y acciones, pero en este caso en torno a algunos aspectos de nuestra
accin que deseamos evitar.
La delimitacin del dilema es un aspecto fundamental de la
construccin de la paz. Busca un marco que contemple el panorama ms amplio y sin embargo sea capaz de llegar a una comprensin clara y una accin concreta. La idea bsica es sta:
identificar los dilemas y trabajar con ellos es una forma de
enmarcar las energas en un conflicto de manera que nos ayude

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

a identificar ms claramente nuestras metas y buscar de formas


ms innovadoras las posibles opciones de accin que vinculen y
creen una accin concreta y sostenible. El anlisis de los dilemas
es un ejemplo de una categora de formacin que incluye tanto
el modo de organizar nuestra forma de pensar e investigar como
la necesidad de una aplicacin concreta y contextualizada basada en los recursos que aporten los participantes. No se trata
tanto de una tcnica como de una lente para examinar las situaciones. Requiere un conocimiento del escenario y una nueva
forma de pensamiento. Como instrumento de formacin, es un
proceso orientado por cuanto favorece pero no receta la accin.

FORMACIN TRANSFORMADORA: UN EJEMPLO


En los ltimos quince aos he participado de forma directa en el
diseo y puesta en marcha de cursos de formacin para la construccin de la paz y la transformacin de conflictos en ms de 30
pases. Como se refleja en el marco conceptual propuesto en
este libro, la percepcin adquirida a partir de estas actividades
ha dirigido mi pensamiento cada vez ms hacia cmo desarrollar
programas de formacin ms incisivos en el contexto y diseados de forma ms estratgica a fin de llevar al mximo su
impacto constructivo en los conflictos prolongados. En los ltimos aos y en colaboracin con colegas que trabajan con centros de recursos de construccin de la paz Justapaz en Bogot,
Colombia, y la Iniciativa de Paz de Nairobi, en Kenia hemos
experimentado un planteamiento estratgico ms global de formacin. Este planteamiento ha desvelado algunos principios
gua que quizs se entiendan mejor si se examina su aplicacin
en el contexto colombiano.
Colombia es conocido por ser uno de los pases ms violentos del mundo. All se ha generado y mantenido una guerra de
guerrillas con mltiples grupos armados durante ms de treinta
aos, la guerra ms larga del hemisferio. Entre 35.000 y 40.000
personas mueren cada ao por una multitud de razones que
difuminan la lnea de separacin entre el crimen y la guerra.
Existen numerosos crteles activos de drogas con sus propios
ejrcitos permanentes. Se producen violentos conflictos por la
tierra que plantean una amenaza concreta a las comunidades
indgenas y afrocaribeas de varias zonas del pas. Es un pas,
podramos decir, que ejemplifica los desafos del conflicto prolongado en casi todos los niveles.

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En este contexto, durante los ltimos diez aos se ha llevado


a cabo un esfuerzo concertado por parte de organizaciones
comunitarias y de la iglesia, universidades y diversos organismos
gubernamentales para encontrar formas innovadoras y prcticas
de hacer frente a las realidades del conflicto violento y construir
la paz. Yo trabaj por primera vez en Colombia en 1988, celebrando seminarios de resolucin de conflictos. Poco tiempo despus, la Iglesia Menonita de Colombia cre Justapaz, un centro
de recursos para la transformacin de conflictos y la no violencia.
Su misin consista en trabajar por promover la transformacin no
violenta del conflicto, la defensa de los derechos humanos, la
educacin para la paz y los servicios de conciliacin.
En 1993, Justapaz y el Institute for Peacebuilding (Instituto
para la Construccin de la Paz) de la Eastern Mennonite University comenzaron un proceso de evaluacin de las necesidades de
formacin y las modalidades en las que poda ser impartida y
tener un impacto estratgico en el escenario. Nuestro punto de
vista planteaba que, hasta la fecha, una parte demasiado amplia
de la formacin se haba basado en acontecimientos nicos y
espordicos que despertaron inters pero no crearon una iniciativa sostenida, ni trataron de forma adecuada la complejidad de
los conflictos violentos en Colombia. Con Ricardo Esquivia, director de Justapaz, surgi la propuesta de disear un curso permanente. En espaol, permanente hace referencia a la idea de progresivo o continuo; apunta a la idea de que este esfuerzo educativo necesitaba incluir un laboratorio de enseanza y trabajo.
Iniciado en 1994 con apoyo financiero de la McKnight Foundation, el curso permanente empez a reunir a personas de todos
los sectores de la sociedad colombiana.
Nuestro esfuerzo inicial estaba destinado a proporcionar un
punto de encuentro regular para realizar actividades de formacin e intercambio. Se basaba en varias premisas. En primer
lugar, haba una necesidad de vincular ms explcitamente la
intervencin en una crisis a corto plazo y la formacin a medio
plazo para la transformacin del conflicto, con la creacin a largo
plazo de instituciones por todo el escenario colombiano. Como
consecuencia, estbamos interesados en trabajar en la formacin con personas individuales y sus respectivas instituciones.
Necesitbamos superar el concepto de formacin como un
hecho a corto plazo, hacia la conceptualizacin de formacin
como el desarrollo de las personas y sus programas en el
contexto. Esto implicaba trabajar con las personas durante un

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

perodo de tiempo prolongado de tal forma que recibieran apoyo


no slo por recibir una formacin basada en los hechos, sino
tambin por la relacin sistemtica con otros en el intento de
aplicar y discurrir las modalidades de la transformacin del conflicto en sus aplicaciones locales.
La modalidad especfica propuesta fue la de crear un espacio integrado por una serie de talleres de formacin comunes
dirigidos dentro de un marco de trabajo del curso a ms largo
plazo. En un principio propusimos que las personas implicadas,
que en su mayor parte estaban trabajando en programas con
dimensiones de construccin de paz y de justicia social, se comprometiesen a participar de forma estable en un programa de 15
a 18 meses. Durante ese tiempo el curso incluira varios talleres intensivos distribuidos entre los 18 meses, utilizndose los
perodos intermedios para la aplicacin del material del curso en
las zonas de origen de los participantes. Cada taller girara en
torno a un tema, pero proporcionara muchas oportunidades
para que los participantes compartiesen y reflexionasen sobre su
labor prctica y lo que estaban aprendiendo de la misma.
Durante los ltimos dos aos hemos dirigido ocho de estos talleres sobre temas que varan desde aquellos ms generales como
el conflicto y el desarrollo, el diseo de una infraestructura para
la construccin de la paz en Colombia, o la respuesta a la violencia, hasta talleres ms tcnicos sobre la conciliacin y tcnicas
de negociacin.
En segundo lugar, sentimos la necesidad de llegar a un pensamiento ms global respecto a la transformacin del conflicto y
la construccin de la paz como procesos dinmicos en el contexto colombiano. Esto nos impuls a mirar ms all del aspecto
tcnico de la negociacin y del tratamiento de las cuestiones del
conflicto hacia la necesidad de pensar en la forma de construir y
mantener las estructuras y procesos sociales. Ms concretamente,
entendimos que la construccin de la paz debe establecer
vnculos concretos entre los niveles de la sociedad, conectando
los esfuerzos de las negociaciones del nivel ms alto con la participacin del nivel medio y con los programas de las bases en el
establecimiento de una infraestructura social para mantener el
cambio social a largo plazo. Este convencimiento plante la
necesidad de pensar estratgicamente en quin podra ser convocado.
Aunque la iniciacin de los talleres estuvo orientada principalmente a las personas involucradas en los centros de justicia

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CONSTRUYENDO LA PAZ

de las comunidades, el curso se convirti enseguida en un lugar


de encuentro que inclua una gama mucho ms amplia de
niveles y aplicaciones. Por ejemplo, en el taller de Infraestructura para la Construccin de la Paz organizado en 1995
participaron ms de 70 personas. Entre ellas se incluan activistas y conciliadores procedentes de comunidades de las principales regiones de Colombia, de programas universitarios,
ministerios gubernamentales, iglesias y organismos sociales no
gubernamentales. Cada da los materiales, conversaciones y
resultados eran recogidos en informes y enviados por correo
electrnico a otros cinco centros regionales que estaban dirigiendo talleres simultneos en otras localidades del pas. Hoy
en da, el curso permanente ya no se considera un proceso de
formacin con un comienzo y un final. Ms bien se ha convertido en un elemento habitual que proporciona un espacio permanente para el desarrollo de personas dedicadas a la construccin de la paz en el pas, y uno de los pocos que agrupa a
una amplia variedad de personas que trabajan en niveles diferentes. Ha contribuido a crear y ofrecer un servicio a una red
de justicia comunitaria por todo el pas y ha ayudado a establecer y apoyar la formacin de personas que participan en los
centros de conciliacin locales.
Un breve resumen de las ideas en las que se basaba este
enfoque a la formacin incluira el siguiente grupo de principios
gua:

Entender la educacin como un proceso de accin-reflexin


en el que las personas son invitadas a participar activamente
en el desarrollo y la aplicacin de prcticas y estrategias para
la construccin de la paz.
Enfocar la formacin como un proceso de hechos vinculados,
que explcitamente proporcionan un espacio para la
reflexin ms profunda del grupo y la aplicacin directa de
ideas entre los talleres.
Desarrollar el proceso como un lugar de encuentro para
vincular a personas de distintas formas de pensar y
diferentes niveles de la sociedad, donde un objetivo explcito
de la formacin es el desarrollo de relaciones ya
establecidas.
Proporcionar un enfoque temtico para los talleres que son
inmediatamente relevantes para el adiestramiento de los
participantes, en funcin de su contexto.

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IX. PREPARNDOSE PARA LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ

Abordar el diseo global de la formacin como una forma de


intervencin a largo plazo en el escenario, no esencialmente
como un hecho aislado.

CONCLUSIONES
En este captulo he propuesto un conjunto de ideas para aplicar
el marco de la construccin de la paz a las actividades de formacin y educacin. La premisa fundamental sostiene que un
marco para la construccin de la paz debera proporcionar espacios prcticos para la accin directa que impacten en el sistema
global del conflicto. He sugerido que cuando abordamos la formacin debemos hacerlo de forma que se tengan en cuenta tres
necesidades especficas: responder a las crisis que surgen de
forma constante e inmediata en la situacin; crear un espacio
para el desarrollo de una visin de futuro mutuamente compartida y deseada; y desarrollar una infraestructura que fomente y
apoye los cambios necesarios para pasar de la crisis a la visualizacin.
La formacin transformadora est conceptuada como una
forma intencionada de responder al sistema del conflicto, una
intervencin, y no meramente una herramienta indirecta y algo
ajena para la educacin de los individuos. Concebir la formacin
como un componente transformador de la construccin de la paz
requiere que creemos un diseo estratgico en funcin de quin
participe, y de crear un diseo orientado al proceso, que determinar el contenido y la realizacin de los talleres. Es necesario prestar atencin a quin participa dado que la formacin es un punto
de encuentro para la construccin de relaciones. Un diseo
orientado al proceso aborda la formacin como un componente
estratgico de la construccin de la paz en el escenario que contribuye a vincular el conocimiento que tiene la poblacin de su
propio escenario con categoras de investigacin que facilitan el
desarrollo de las personas, sus instituciones y el diseo estratgico de las respuestas relevantes para su escenario.

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X. Evaluacin
sensible y estratgica*

l propsito de este captulo consiste en proporcionar algunas


reflexiones iniciales sobre los desafos y dilemas de la evaluacin en el campo de la construccin de la paz. En un principio fue
escrito para contribuir a crear enfoques prcticos de la evaluacin
en curso para la labor de la OEA en su iniciativa para apoyar los
recientes acuerdos de paz guatemaltecos. Mi intencin aqu es
proporcionar una perspectiva de la evaluacin que surge del
marco de la construccin de la paz presentado en este libro.
Cuando abordamos el desafo de evaluar las iniciativas de
construccin de la paz en sociedades divididas por conflictos violentos prolongados, se necesitan mecanismos prcticos que sean
estratgicos y sensibles. Esos instrumentos se basan en un juego de
lentes que combinan las labores de articular la visin y las
metas, y que al mismo tiempo deberan facilitar la reflexin
prctica sobre la naturaleza de las actividades de construccin
de la paz. Los trminos estratgico y sensible (o, expresado de otra
forma, que reacciona con inters) sealan que la evaluacin,
como cualquier otro aspecto de la actividad de la construccin
de la paz, debe hacer frente a las realidades del contexto y promover el cambio deseado en la sociedad que est pasando de la

Este captulo fue escrito en un principio como documento de trabajo para el


proyecto PROPAZ de Guatemala de la Organizacin de Estados Americanos,
con el ttulo Peacebuilding in Divided Societies: Tools for Strategic and
Responsive Evaluation, enero de 1997.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

guerra a la paz. La evaluacin, en otras palabras, no es un elemento externo y neutral. Es y debera continuar siendo un aspecto intrnseco de la construccin de la paz.
En este captulo propondr tres elementos que proporcionan
una forma de afrontar el desafo que supone la evaluacin sensible y estratgica. En primer lugar, esbozar algunos de los dilemas
que plantean la financiacin y la evaluacin de la construccin de
la paz. En segundo lugar, propondr una lista inicial de suposiciones bsicas que surgen del marco de la construccin de la paz y
ayudan a establecer un punto de partida comn para examinar la
evaluacin. En tercer lugar, deseo proporcionar un conjunto
exploratorio de sugerencias acerca del tipo de herramientas que
surgen del marco de la construccin de la paz y apuntan hacia el
desarrollo de la evaluacin estratgica y sensible.

FINANCIACIN Y EVALUACIN: HACIENDO


FRENTE A LOS DILEMAS EN LA CONSTRUCCIN
DE LA PAZ
Nos enfrentamos a un desafo nico al buscar los recursos necesarios para iniciar y mantener los procesos de construccin de la
paz. Por una parte, existe la contradiccin mundial de que el
dinero invertido en prepararse para la guerra sobrepasa con
mucho el destinado a la preparacin explcita para la paz. En
muchos casos el dinero invertido en aos de labor de pacificacin no llega a igualar el coste de uno de los tanques utilizados
en la guerra. Por otra parte, tambin es obvio que los procesos
de paz, concretamente los componentes relacionados con la conciliacin y la mediacin, dependen ms del desarrollo de nuevas
relaciones, de un compromiso, de una confianza y de una interdependencia cada vez mayores y de una coordinacin adecuada
que de los dlares. Analizar de forma constructiva la financiacin
de la paz y la evaluacin de lo que se ha hecho en favor de la paz
es un desafo complejo pero necesario. Un punto de partida
importante consiste en identificar varias disyuntivas clave que se
encuentran en la base de este desafo.

El dilema del proyecto


La mayor parte de las agencias de inversin, donantes privados y organismos gubernamentales que contribuyen a una gran
variedad de iniciativas de paz han tendido a basar su pensa-

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

miento sobre la evaluacin en lo que podramos llamar un planteamiento de proyecto. Este enfoque asume un paquete de
tareas y actividades que conducen a los resultados propuestos.
Los proyectos son considerados unidades de actividad mensurables, concretas y discretas que se encuentran limitadas por parmetros como el tiempo y la conclusin de las tareas. Los fondos
son desembolsados para posibilitar el comienzo o la finalizacin
de la actividad. Es ah donde estn el desafo y el dilema.
La construccin de la paz se basa fundamentalmente en la
construccin de confianza y de relaciones. He argumentado que
implica desarrollar una estructura-proceso. Se trata de redefinir
las relaciones y de cmo las personas cooperarn de forma interdependiente. Se trata de cambiar la forma en que las personas
estructuran y enfocan sus relaciones. Al mismo tiempo, estos
cambios estn teniendo lugar en escenarios de acontecimientos
fluidos, emociones cargadas, experiencias inmediatas de violencia y, la mayora de las veces, generaciones de percepciones
acumuladas, tanto verdaderas como errneas. Como tales, las
actividades de construccin de la paz no siempre se corresponden fcilmente con las categoras de pensamiento establecidas para la
ayuda, el desarrollo y otros proyectos sociales. Construir la paz a
menudo tiene que ver ms con la creacin de espacios, el
desarrollo de relaciones y la perseverancia a pesar del pesimismo reinante, as como la flexibilidad para moverse aprovechando las oportunidades que surjan, por escasas que sean.
La construccin de la paz trata de la creacin de procesos dinmicos y adaptables. Hay algunas excepciones, como por ejemplo
los proyectos de formacin o los manuales de desarrollo, que
encajan perfectamente en el pensamiento de la categora proyecto. Sin embargo, la financiacin y la evaluacin con un pensamiento orientado al proyecto bien podran limitar, en lugar de
facilitar, los objetivos para la construccin de la paz. El desafo
radica en desarrollar nuevas perspectivas de financiacin que se
correspondan con las realidades de la labor en cuestin.

El dilema del tiempo


Una cuestin relacionada es la interseccin entre las categoras de tiempo y de construccin de la paz. La mayora de los proyectos estn limitados por el tiempo, midindose por la relacin
entre labor y resultado. Ciertamente, esto no es ni insensato ni
ilgico. Sin embargo, con un proceso de construccin de la paz y

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CONSTRUYENDO LA PAZ

concretamente en lugares de violencia profundamente arraigada,


nos enfrentamos a un complejo de realidades temporales.
En primer lugar, los conflictos son procesos dinmicos, no
estticos, que surgen de lo que podramos llamar, tomando prestado un trmino de Ed Hall (1984: cap. 3), simultaneidad policrnica: mltiples personas creando mltiples acontecimientos al
mismo tiempo. En mi opinin, esto es ms imprevisible dada la
naturaleza del fenmeno con el que estamos intentando trabajar, es decir, el conflicto prolongado. En segundo lugar, la construccin de la paz se enfrenta a la paradoja de cmo
unir el largo pasado con el presente que surge, o, tomando
prestado un trmino de Latinoamrica, es coyuntural por su propia naturaleza. Debe encontrar una forma de reconocer constructivamente y tener en cuenta la historia del conflicto, y a la
vez reconocer nuevas oportunidades, ayudar de forma innovadora a crearlas y sacar provecho de las mismas para promover el
cambio deseado.
La realidad de estos marcos temporales (por ejemplo, formas
de considerar el tiempo) es tal que la construccin de la paz
debe ser abierta: debe ser a la vez lenta a largo plazo e intensiva a
corto plazo.
Debemos ser capaces de responder a lo que sucede ahora y
al mismo tiempo relacionar esa respuesta con la visin del cambio que se desea. Una vez ms, se plantea la necesidad de analizar la financiacin y la evaluacin no tanto en trminos de realizacin de labores concretas como resultado, sino ms bien en
trminos de creacin de la plataforma desde la que se pueda
responder de forma imaginativa a situaciones en evolucin. En
este caso, el hecho de mantener la plataforma bien puede importar ms que conseguir el resultado inicialmente enunciado. En la
construccin de la paz podemos y deberamos hablar de
mantener la estructura-proceso, no slo de mantener el resultado.
En estos dos dilemas, prefiero hablar de iniciativas ms que
de proyectos, y de resultados ms que de consecuencias. Las
iniciativas apuntan a la idea de que algo comienza, entramos en
la corriente de actividad, pero no presuponen un enfoque limitado por el tiempo. El trmino resultado sugiere que examinamos
a lo que hemos llegado. En otras palabras, el resultado debera entenderse como algo dinmico que buscamos para comprender y aprender en el proceso ms que como consecuencias
estticas que son consideradas como el producto y
el punto final.

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

El dilema de informar
Estar directamente implicado en las actividades de construccin de la paz en escenarios de conflicto violento supone un cierto nivel de precariedad, de riesgo (en el sentido de peligro), y
equilibrar relaciones muy complejas. La construccin de la paz
representa una labor sensible, delicada y a veces muy confidencial en la que hay vidas de por medio, que se ven afectadas por
las medidas adoptadas. Cuando la sensibilidad, la confidencialidad y la capacidad de responder adecuadamente estn presentes, con el paso del tiempo ayudan a establecer y mantener la
confianza.
Por otra parte, la transmisin de informacin se considera
generalmente en trminos de transparencia, exhaustividad y
regularidad, en otras palabras, responsabilidad. Las percepciones
de las personas implicadas en las iniciativas, tanto las agencias iniciadoras como los participantes de la comunidad, afectan y se
vern afectadas por aquello de lo que se informe. As, la responsabilidad puede chocar con las necesidades de confidencialidad.
El dilema, en mi opinin, tiene que ver con encontrar una
forma de vincular la responsabilidad a las exigencias de confidencialidad. El hecho de informar tiene que concebirse de
manera que la naturaleza del trabajo sea entendida y realzada,
pero sin que los mecanismos para conseguir la responsabilidad
resulten contraproducentes respecto a las propias metas perseguidas. Y, en segundo lugar, necesitamos encontrar los medios
para informar de tal manera que aquellos que trabajan en la
construccin de la paz de la comunidad sientan una sensacin
de pertenencia y participacin. Son recursos contribuyentes, no
receptores predeterminados de recursos.

El dilema de la capacidad institucional


Muchas veces nuestra concepcin de los pacificadores responde al perfil individual ms alto. Junto con la naturaleza de la
financiacin orientada a proyectos, esto crea a menudo una falsa
imagen de la naturaleza ms profunda de la construccin de la
paz. He sealado que, ante todo, en el caso de la construccin
de la paz en sociedades profundamente divididas se trata de
establecer una infraestructura para mantener iniciativas.
En otras palabras, aunque se hace hincapi en los individuos
y stos son ciertamente una clave para la paz, la construccin de

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la capacidad institucional es lo que marca la diferencia con el


tiempo. Esto a menudo se pasa por alto en la financiacin.
Resulta ms sencillo financiar los proyectos que la infraestructura. Resulta ms sencillo medir la consecuencia como producto
que el resultado como proceso.

V ISIN GENERAL DE LOS ENFOQUES DE


EVALUACIN
Los dilemas sugieren que, al enfocar la evaluacin en el campo
de la construccin de la paz, debemos hacerlo con un marco que
responda a las dinmicas y metas nicas planteadas, tanto por el
tipo de trabajo que representa como por la naturaleza del contexto dentro del cual se lleva a cabo. No se trata meramente de
una cuestin de evaluar resultados estticos y fcilmente visibles. Se trata de desarrollar una perspectiva prctica y un conjunto de herramientas que nos ayuden a ver y aprender a medida que se desarrolla y evoluciona la estructura-proceso. Antes de
comentar algunas de estas herramientas que surgen del marco
de la construccin de la paz propuesto en este libro, convendra
resumir brevemente varias ideas que me han resultado instructivas en su desarrollo.
Rothman (1996) ha propuesto un marco para la evaluacin
de la accin en el campo de la resolucin de conflictos basndose en una metodologa que consiste en aunar los datos aditivos y formativos. l propone este enfoque con la intencin de
proporcionar un mecanismo para identificar la lnea base de
una iniciativa extrada de la estructura de valores de las personas
implicadas. Ha identificado tres cuestiones bsicas destinadas a
aclarar los objetivos, las motivaciones y los procesos de la iniciativa. Explicitarlos proporciona una base para seguir y reflexionar
sobre las metas y si se consiguen, un proceso que es til para la
respuesta interna y la validez externa. Esto se logra mediante la
fijacin de objetivos explcitos con la aportacin de grupos interesados antes de la iniciativa y a travs de los mecanismos regulares que siguen la marcha de la evolucin del proceso.
Weiss (1995: 65-93) ha proporcionado un enfoque paralelo a
lo que ella llama evaluacin basada en la teora. Su marco
sugiere que en lugar de trabajar con mtodos de evaluacin
estndar, las iniciativas comunitarias deberan estar basadas en
las teoras del cambio propias del trabajo llevado a cabo. Su
idea central es que todos los programas sociales se basan en teo-

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

ras implcitas o explcitas de cambio que analizan qu funcionar,


qu merece la pena hacer y por qu. La evaluacin, segn
ella, debera sacar esas teoras a la superficie, con una cuidadosa
descripcin de las suposiciones. Las suposiciones sobre la teora
del cambio son evaluadas, as, proporcionando informacin
retrospectiva acerca de qu teoras o aspectos de las teoras
estn mejor corroborados por la experiencia directa. Propone
cuatro razones por las que debera hacerse esto. En primer lugar,
concentra los recursos de la evaluacin en aspectos clave de la
iniciativa. En segundo lugar, vincula los descubrimientos a una
base de comprensin ms amplia. En tercer lugar, pide a los responsables de la iniciativa que sean ms explcitos sobre sus
suposiciones, acerca de lo que estn intentando y por qu. Y por
ltimo, las evaluaciones de las teoras del cambio tendrn probablemente un mayor uso en diseos de polticas y prcticas. El
propsito principal de todo ello no slo consiste en hacer el bien,
sino tambin entender cmo, cundo y por qu se hace.
A estos dos marcos de evaluacin podemos aadir una sugerencia importante procedente de Hocker y Wilmot (1995: 57-63),
quienes han propuesto los conceptos de objetivos retrospectivos,
transactivos y prospectivos en los procesos de transformacin de
conflictos. La idea central es que las metas cambian a lo largo
del conflicto y en los procesos de aprendizaje que tienen lugar.
Las metas prospectivas son aquellas que hacemos explcitas antes
de iniciar un proceso de tratamiento de un conflicto especfico.
Las metas transactivas son aquellas que se vuelven ms obvias a
medida que se desarrollan los episodios del conflicto. Las metas
retrospectivas hacen referencia al hecho de que las personas continan intentando encontrar algn sentido a lo que ha sucedido
tiempo despus de que haya pasado. En muchos casos, slo despus de que ha ocurrido algo podemos dar una explicacin
coherente de lo que estaba sucediendo, cmo intentbamos
entenderlo o qu intentbamos hacer.
Sugieren que las tres son importantes cuando son correlativas a los objetivos relacionales y de contenido. Las metas de contenido estn relacionadas con lo que la poblacin quiere y necesita
en trminos de la sustancia del conflicto. Se trata a menudo de
cuestiones visibles que debatimos, argumentamos o defendemos. Relacionales son aquellas metas que corresponden a la
cuestin de quines somos unos para otros: la influencia, la distancia o proximidad, el nivel de interdependencia que buscamos
y/o garantizamos a los dems. La construccin de la paz se

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CONSTRUYENDO LA PAZ

ocupa de encontrar formas de tratar los problemas en un conflicto y de la redefinicin de las relaciones.
En los tres casos, estos autores han identificado aspectos de
la evaluacin y valoracin de objetivos que refuerzan los aspectos del marco de la construccin de la paz. Los principios clave
derivados de la labor de estos autores con impacto en la evaluacin son los siguientes:

La necesidad de clarificacin de objetivos con la articulacin


de los valores implcitos.
El reconocimiento de que los mecanismos de
retroalimentacin deben ser entremezclados en la vida de la
iniciativa y que esa informacin aclarar an ms y
modificar las metas.
La necesidad de sacar a la superficie de una forma ms
explcita la teora del cambio que subyace a los procesos y
actividades propuestos.
La necesidad de un proceso de contextualizacin de los
mtodos y parmetros para la medicin.
La necesidad de una evaluacin en comn con aquellos que
participan en la construccin de la paz.

Desde la perspectiva del marco de la construccin de la paz


podemos describir la forma en que se vinculan objetivos, procesos y teoras del cambio a los aspectos estratgicos del trabajo
basado en las suposiciones a partir de las cuales creamos estos
procesos.

S UPOSICIONES BSICAS PARA LA EVALUACIN


SENSIBLE Y ESTRATGICA
Los dilemas identificados y las sugerencias hechas respecto a la
evaluacin suscitan una serie de propuestas que pueden servir
como punto de partida para desarrollar un conjunto inicial de
herramientas de evaluacin. Antes de pasar a especificarlas, es
importante esbozar algunos supuestos de trabajo derivados de la
discusin anterior, que expongo en un intento de construir un
marco estratgico para la evaluacin sensible y estratgica. Entre
los supuestos se incluiran los siguientes:
1.

La construccin de la paz consiste en buscar y mantener


procesos de cambio. No se trata exclusiva ni principalmente

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

2.

3.

4.

5.

de sostener unos resultados. La reconstruccin de


sociedades desgarradas por la violencia y la guerra consiste
en reconstruir las relaciones y encontrar nuevas formas de
relacionarse. Lo que estamos intentando medir, por tanto, no
es un resultado esttico sino un proceso dinmico.
La construccin de la paz requiere cambios en mltiples
niveles y perspectivas. Debemos, como se ha dicho
anteriormente, entender, crear y mantener el espacio para el
cambio a lo largo de un continuum que incluya las
dimensiones personales, relacionales, estructurales y
culturales.
Perseguir esa serie de cambios en una sociedad desgarrada
por la guerra requiere una visin y un diseo para alcanzar
dicha visualizacin. El diseo de cualquier proceso de cambio
se basa en la comprensin de cmo funciona el cambio y qu
lo produce. Un inters por la evaluacin implica que
necesitamos, por lo tanto, ser ms explcitos sobre nuestras
teoras de cambio, a menudo implcitas, que son inherentes a
los diseos y propuestas que llevamos adelante.
El conflicto social se basa en las relaciones. Es cclico y
episdico por naturaleza. El trmino cclico hace referencia a la
naturaleza progresiva del conflicto basado en las relaciones;
episdico se refiere a los modelos de escalada y desescalada en
torno a problemas concretos. Cuando abordemos la
evaluacin necesitaremos pensar tanto en el contexto
a largo plazo como en los episodios las cuestiones de
crisis que se plantean que constituyen el conflicto y sus
dinmicas. He intentado representar la naturaleza del
conflicto prolongado en la figura 9. En este grfico
entendemos que el conflicto es un ciclo continuo
representado por los crculos ms grandes. Estos crculos
estn constituidos por el contexto actual de relaciones y las
dinmicas ms limitadas y enmarcadas en el tiempo de los
episodios especficos. He interpuesto la idea de Hocker y
Wilmot de que en cada ciclo episdico estn presentes las
metas retrospectivas, transactivas y prospectivas de la gente.
Cuando lleguemos a la evaluacin, ser necesario reconocer
que el diseo de la construccin de la paz est
introducindose en un sistema existente y continuado de
ciclos destructivos de violencia.
La mayora de los escenarios que han experimentado
conflictos prolongados profundamente arraigados (sobre

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CONSTRUYENDO LA PAZ

todo guerras) tienen pautas y caractersticas comunes


adquiridas a lo largo de los aos (de dcadas a
generaciones de episodios/ciclos repetidos). Se trata de
pautas de violencia social, cultural y poltica
sistmicamente sostenida. La sociedad invirti en
violencia organizada. Del mismo modo, la naturaleza del
cambio en estos escenarios requerir esfuerzos sostenidos
en el tiempo para involucrar e impactar de forma
constructiva al sistema y a la poblacin afectada. Aunque
no es norma inflexible, es probablemente ms o menos
cierto que llevar tanto tiempo salir del conflicto como el
que llev entrar en l. Como aparece representado en la
figura 9, la evaluacin deber tener en cuenta un entorno
caracterizado como un proceso dinmico en curso y un
contexto a largo plazo de relaciones violentas que
producen episodios cclicos de conflicto.
6. El cambio en las pautas del conflicto se produce en un
entorno cambiante. No existe el momento social esttico.
Estamos buscando el cambio en un contexto cambiante y
dinmico. Esto es especialmente cierto en el caso de los
perodos posteriores a acuerdos donde las sociedades
pasan de la guerra a la paz con gran intensidad y
expectacin.
7. La sensibilidad requiere visin del cambio y accin prctica e
inmediata. Estos dos deben mantenerse en constante
contrapeso. Por s solas, aisladas una de la otra, ni la visin ni la
accin son capaces de generar un proceso para una paz
sostenible.
8. El cambio social dentro de un marco de construccin de la
paz estratgica puede conseguirse slo a travs de iniciativas
sostenidas que promuevan la integracin horizontal y vertical
de las personas y los procesos.
9. La evaluacin sensible necesita un ciclo continuo de accin y
reflexin.
10. Cuando buscamos formas de medir los resultados
de la construccin de la paz como estructura-proceso, nos
centramos en aquello que no es inmediatamente
visible. Lo que es visible son los productos, pero
raramente nos proporcionan indicadores estratgicos.
Mucho ms difciles de ver son los procesos que
redefinen y reconstruyen la relacin y responden a crisis
inmediatas.

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

11. Debemos ser descriptivos antes de poder ser prescriptivos.


Debemos recurrir a ms herramientas de anlisis basadas
en las energas centrales de las relaciones y del cambio
social (dilemas) antes de poder disear vas adecuadas de
avance. Los dilemas son mecanismos para acotar el conflicto
y para proporcionar un punto de referencia para la
evaluacin de la accin especfica.

CREAR HERRAMIENTAS SENSIBLES Y


ESTRATGICAS PARA LA EVALUACIN
Avanzar hacia la evaluacin sensible y estratgica requerir
herramientas que nos ayuden a aclarar y evaluar las acciones y
las teoras del cambio que sirven de base al diseo para las actividades de construccin de la paz. Debemos encontrar una
forma de pasar de ideas ms bien abstractas a puntos concretos
de investigacin. Me gustara proponer el siguiente conjunto de
herramientas.

Figura 9. Naturaleza cclica de la


construccin de la paz

Episodios
Contexto

Ciclo 1

Episodios
Contexto

Ciclo 2
Iniciativa/marco temporal
(aos-dcada)

P: Prospectivo.
T: Transactivo.
R: Retrospectivo.

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Episodios
Contexto

Ciclo 3

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Una primera herramienta consiste simplemente en trazar


el panorama ms amplio posible. Aqu volvemos a la figura 9 y
a la naturaleza episdica y contextual del conflicto prolongado.
Debemos sumar la labor de evaluacin a las realidades a las
que se enfrentan las iniciativas de construccin de la paz
en los conflictos prolongados, reconociendo que dichas iniciativas tienen como objetivo cambios que tendrn lugar con los
aos, quizs incluso dcadas; sin embargo, tambin es preciso
reconocer que las actividades de construccin de la paz deben
responder a los episodios y al contexto inmediato que surgen
da a da. Para reiterar nuestro desafo, las caractersticas
clave a las que se enfrenta la construccin de la paz en lugares de conflicto prolongado son las propias dinmicas del
escenario y la naturaleza de las relaciones, incluyendo las
siguientes:

El cambio a largo plazo es lento y circular.


El entorno y el contexto en los que se busca el cambio son de
por s dinmicos e inestables.
Los problemas y las crisis inmediatas (episodios) necesitarn
ser tratados con intensa energa.
La importancia de enfrentarse a la crisis no radica tanto en
las consecuencias medidas por el resultado especfico
(producto/contenido), sino ms bien en si los procesos
generados (nuevas formas de interdependencia redefinida y
relacionada) para responder pueden sostenerse ms all de
la crisis episdica.
Los mecanismos de evaluacin deben describir la visin de
cambio, indicar la accin a emprender e integrar la reflexin
sobre lo que se aprende como un aspecto dinmico y
progresivo de la actividad.
El reconocimiento de que las metas iniciales previstas
pueden no ser la contribucin ms significativa de las
acciones llevadas a cabo.

Dentro de este gran panorama podemos ahora empezar a


aadir las herramientas especficas para integrar componentes
evaluadores sensibles y estratgicos. Sugiero que stos pueden
consistir en tres grupos de investigacin interdependientes y
circulares en su relacin. Los describo aqu brevemente y a
continuacin propongo un formato bsico en los cuadros 4, 5, 6,
7 y 8.

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

INVESTIGACIN 1: OBJETIVOS Y SUPUESTOS


(CUADRO 4)
Como primer paso convendra establecer lo que Rothman
denomin lnea base o lo que podramos denominar punto
de entrada. Desde la perspectiva del marco para la construccin de la paz, la lnea de base requiere que articulemos la
visin de lo que se desea y el tipo de procesos que encarnaran

Cuadro 4. Investigacin de las disyuntivas,


objetivos y supuestos para la construccin
de la paz
Lnea de
tiempo:
Ciclo 1

Valoracin de
situacin y de
disyuntivas

Prospectivo
(pre-ciclo 1)

Describe la situacin y Describe el cambio


contexto del conflicto
deseado en trminos
en trminos de disyun- de objetivos globales:
tivas estratgicas:
1.
2.
3.
4.

Transactivo
(mitad del
ciclo 1)

Retrospectivo
(fin ciclo 1)

Cambio deseado

1.
2.
3.
4.

Supuestos

Describe los
valores/suposiciones
implcitos en el cambio
deseado:
1.
2.
3.
4.

Cmo las experiencias Cmo la experiencia


directas han cambiado directa y la revisin de
la valoracin han
la valoracin:
afectado a los
objetivos globales:
1.
1.
2.
2.
3.
3.
4.
4.

Qu cambios hay en
los supuestos
implcitos en los
cambios de objetivos:

Revisando el ciclo,
cmo ha modificado la
experiencia la
valoracin de los
dilemas estratgicos:

Revisando el ciclo,
cmo han cambiado
los objetivos:

1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

Revisando el ciclo,
cules fueron las
principales suposiciones bsicas implcitas en los objetivos y
actividades:
1.
2.
3.
4.

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1.
2.
3.
4.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

esa visin. Al comienzo de una iniciativa nueva esto slo puede


hacerse desde una proyeccin prospectiva de objetivos. A medida
que se avanza en la iniciativa y/o introducimos la investigacin
evaluadora en los procesos en curso, aadimos capas de reflexin que surgen de las perspectivas de objetivos retrospectivas y
transformativas. Pasando a una aplicacin prctica, nuestro
punto de partida consiste en desarrollar una lnea base que es
descriptiva por naturaleza e incluye estos tres componentes:

Describir la situacin actual del conflicto en trminos de


disyuntivas clave.
Describir la visin de cambio que se desea en ese escenario.
Describir los supuestos y valores que estn implcitos en la
visin de cambio.

INVESTIGACIN 2: DISEO Y TEORAS DE


CAMBIO (CUADRO 5)
Esta investigacin se ocupa de crear el mecanismo que contribuye a centrar la atencin en los principales aspectos de la
construccin de la paz como generadores de procesos, de nuevas formas de relacionarse y de crear el espacio para un cambio
social significativo. Esto requiere tanto una capacidad para articular el diseo del cambio social en entornos radicalmente
cambiantes como la articulacin de las teoras subyacentes del
cambio de dicho diseo, lo que incluye varios componentes:

Describir los procesos que se han de generar en trminos de


actividades que desarrollan los objetivos relacionados con el
contexto y las situaciones inmediatas a las que se hace
frente.
Describir los resultados que se desean por lo que respecta a
los resultados de contenido concreto y de proceso relacional.
Describir la teora del cambio que subyace a los procesos.

Aunque en un principio esto se realiza a un nivel prospectivo,


la dinmica de este conjunto de investigaciones se consigue con
mayor claridad mediante la evaluacin transactiva de metas.
Aqu la atencin se centra en cmo la accin en el contexto aporta a la comprensin de la naturaleza de los dilemas a los que se
hace frente, las metas articuladas y los procesos necesarios para
actuar. La evaluacin de objetivos transactivos implica la crea-

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

cin de un mecanismo progresivo para la accin y la reflexin:


creamos un espacio para aclarar y volver a explicar las metas
conforme a lo que vemos que est pasando. El espacio para la
retroalimentacin y el cambio en la iniciativa crea la contribucin sensible de la evaluacin. En este caso, las tres descripciones siguen siendo las mismas pero con el aadido de la frase:
Dado lo que estamos aprendiendo sobre este contexto, estas
cuestiones, el entorno cambiante, creemos ahora que.

Cuadro 5. Investigacin sobre el diseo de


procesos y teoras de cambio
Lnea de
tiempo:
Ciclo 1
Prospectivo

Transactivo

Retrospectivo

Procesos

Resultados

Describir los procesos Describir los


que se han de generar: resultados previstos:
Personal.
Relacional.
Estructural.
Cultural.

Teoras

Describir las teoras


de cambio implcitas
en los procesos:
1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

Dado lo que ahora


sabemos sobre este
contexto, los
problemas que surgen,
creemos que estos
procesos son los ms
indicados:

Dado lo que ahora


sabemos sobre este
contexto, los
problemas que surgen,
creemos:

Dado lo que ahora


sabemos sobre este
contexto, los
problemas que surgen,
creemos:

1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

Revisando este ciclo,


stos fueron aspectos
significativos del
proceso generado en
trminos de bsqueda
del cambio deseado:
1.
2.
3.
4.

Revisando, stos
fueron los resultados
especficos de la
iniciativa:

Revisando el ciclo,
ahora vemos las
siguientes teoras de
cambio:

1.
2.
3.
4.

1.
2.
3.
4.

Personal.
Relacional.
Estructural.
Cultural.

Personal.
Relacional.
Estructural.
Cultural.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

INVESTIGACIN 3: INDICADORES ESTRATGICOS


(CUADRO 6)
Esta investigacin se ocupa de crear un conjunto de indicadores
que proporcionen informacin relativa al impacto estratgico de
las actividades desde la perspectiva del marco de la construccin de la paz. Normalmente, en los procesos de evaluacin
impulsados por una mentalidad de proyecto buscamos indicadores concretos y mensurables. Por ejemplo, si estamos interesados en mejorar la disponibilidad de agua potable en zonas
rurales mediramos los resultados por cuntos pozos se perforaron. En el campo de la construccin de la paz nuestro dilema
radica en cmo crear las categoras adecuadas de indicadores.
Cuando pensamos cuantitativamente, hay aspectos del trabajo
que podemos verificar: el nmero de talleres de formacin organizados, las personas que participaron, las tareas de mediacin
llevadas a cabo, los acuerdos alcanzados, etc. stos resultan tiles para informar sobre el alcance de la actividad. No obstante,
nos dicen muy poco sobre la calidad del cambio o la sostenibilidad
del proceso transformador. Desde la perspectiva de la construccin
de la paz, son precisamente el cambio y el proceso social dinmico los elementos que buscamos para entender, fomentar y
medir, que son los que representan la sensibilidad o receptividad estratgica.
Los indicadores estratgicos requieren un juego de lentes
que nos ayuden a centrarnos en la progresin del cambio deseado al nivel de relacin y proceso. Propongo tres categoras que
surgen del marco de la construccin de la paz: la integracin vertical/horizontal, la capacidad coyuntural y la capacidad transformadora.
La integracin vertical/horizontal se ocupa de cmo las actividades han fomentado el desarrollo de relaciones bsicas (y, siendo
optimistas, sostenidas) que cruzan verticalmente los niveles de la
sociedad (vinculando el trabajo de comunidad con los niveles
ms altos, tanto dentro como fuera de las comunidades) y asimismo cruzan las lneas de identidad que marcan las divisiones
centrales de la sociedad. Estos indicadores se fijan especialmente en si existen dos estructuras-proceso en las siguientes formas:

Si se han generado nuevos procesos para aumentar la


participacin en la construccin de la paz y en la creacin
constructiva de relaciones redefinidas en el escenario.

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

Cuadro 6. Investigacin sobre la


integracin vertical y horizontal
Lnea de tiempo:
Ciclo 1
Prospectivo

Procesos

Mecanismos

En las actividades que se han de


generar, cul es el nivel de
participacin y desarrollo de
relaciones en las
comunidades/iniciativas objeto
de atencin:

En las actividades que se han de


generar:

1. Existen relaciones
significativas verticalmente
(entre los liderazgos
nacionales/regionales/locales
y de bases)?
2. Existen relaciones
significativas
horizontalmente (entre las
lneas observadas
de identidades del conflicto)?
3. Quines parecen contar con
el mayor potencial para
servir como agentes del
cambio en este lugar?
Transactivo

Retrospectivo

1. Cules son los mecanismos


previstos (instituciones/redes)
que han de crearse?
2. Cmo se prev que
incidan en niveles
verticales/horizontales?
3. De lo que existe, qu
funciona bien y qu apoyo
necesita? Qu no funciona
bien y necesita ser cambiado?
Qu no existe que debera
existir?

De la experiencia directa hasta


ahora:

De la experiencia directa hasta


ahora:

1. Qu obstculos existen a la
hora de conseguir la integracin vertical/ horizontal?
2. Qu medidas se han
propuesto para hacer frente
a los mismos?
3. Quin, en estos momentos,
parece contar con el mayor
potencial para el cambio
(relaciones/personas
significativas)?

1. Qu mecanismos parecen
ser necesarios y posibles?
2. Qu se necesitara para
sostener estos mecanismos?

Revisando el ciclo:

Revisando el ciclo:

1. Qu obstculos existen a la
hora de alcanzar la integracin vertical/ horizontal?
2. Cules son las medidas
propuestas para afrontarlos?
3. Quin, en este momento,
parece contar con el mayor
potencial para el cambio
(relaciones/personas
significativas)?

1. Qu mecanismos parecen
ser necesarios y posibles?
2. Qu se necesitara para
mantener esos mecanismos?
3. Qu existe, qu es necesario
cambiar, qu es necesario
crear?

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Si se han creado nuevos mecanismos sociales a partir de


esos procesos que estn vigentes ms all de la necesidad
inmediata de la que surgieron.

INVESTIGACIN 4: SENSIBILIDAD COYUNTURAL


(CUADRO 7)
Esta matriz se refiere a la eficacia de la actividad y los mecanismos creados para responder a las crisis inmediatas y a las cuestiones
que surgen en el entorno de cambio en el contexto post-acuerdo. Con relacin a la matriz de infraestructura (cuadro 3), sta se
refiere principalmente a la categora 1, que vincula el marco temporal de la crisis con el foco del problema. Estas cuestiones
constituyen a menudo el centro de gran cantidad de energa poltica y social. Se experimentan como problemas reales a los que
se debe hacer frente ya; por ejemplo, en Guatemala y bajo el
nuevo acuerdo de paz, esto podra referirse a los exiliados que
vuelven y reclaman sus antiguas propiedades. La capacidad
coyuntural proporcionar indicadores que midan la eficacia de la
actividad de construccin de la paz en respuesta a las necesidades percibidas en las situaciones crticas desde la perspectiva
de los destinatarios del proyecto. Una capacidad coyuntural estratgicamente centrada plantear estas preguntas retrospectivas:

Qu temas impedan el cambio constructivo para esta


comunidad? (stas son consideradas cuestiones
estratgicas).
Fue la iniciativa capaz de identificar estos problemas
estratgicos en una fase inicial? Pas por alto la iniciativa
las cuestiones estratgicas? Qu procesos de valoracin
hubiesen ayudado a identificarlas antes?
Qu propuso la iniciativa como respuesta?
Sinti la comunidad participante que la respuesta era
adecuada? Qu se omiti, segn ellos?
Ayud la respuesta a crear nuevos procesos o mecanismos?
(Vase la integracin vertical y horizontal).

Una vez ms, en cada caso nos enfrentamos a la necesidad


concreta de prestar especial atencin a los objetivos retrospectivos, dado que a menudo slo podemos detectar qu aspectos de
la iniciativa tenan realmente capacidad estratgica tras haber
finalizado ciclos completos.

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

Cuadro 7. Investigacin sobre la


sensibilidad coyuntural
Lnea de
tiempo:
Ciclo 1
Prospectivo

Transactivo

Problemas
estratgicos

Respuestas

Retroalimentacin

Qu problemas
podran bloquear el
cambio constructivo
deseado para esta
comunidad?

Qu respuestas estn
previstas para
abordar estos
problemas?

Quin particip en
identificar los
problemas?

1.
2.
3.

1.
2.
3.

Con experiencia
directa: qu problemas
estn bloqueando el
cambio?

Describir los procesos


generados en
respuesta a los
problemas:

1.
2.
3.

1.
2.
3.

Cmo est esto ligado


a la integracin
vertical/horizontal?

Sintieron las
comunidades
participantes/otros
niveles de la sociedad
que la respuesta era
adecuada?
Qu carencias
identificaron en la
respuesta?
Son los procesos
generados sensibles a
sus preocupaciones?

Retrospectivo

Revisando el ciclo:
Cules eran los
problemas
estratgicos que
necesitaban ser
tratados?
Omiti la iniciativa
algunos problemas?

Revisando el ciclo,
Revisando el ciclo:
describe los procesos
generados en respuesta Sinti la comunidad
a los problemas:
participante que la
respuesta era
1.
adecuada?
2.
3.
Qu carencias
identificaron en la
respuesta?

Qu procesos de
valoracin ayudaran a
identificarlos antes?

Se generaron
mecanismos
estratgicos?

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CONSTRUYENDO LA PAZ

INVESTIGACIN 5: SENSIBILIDAD DE CAPACIDAD


TRANSFORMADORA (CUADRO 8)
Esta matriz se refiere al impacto demostrado por la iniciativa en
trminos de su influencia para pasar a metas articuladas a ms
largo plazo con relacin al cambio cultural y estructural (como a
la hora de pasar de una cultura de violencia y separacin a una
cultura de interdependencia y dilogo). En la matriz de infraestructura (cuadro 3), esto enlaza las columnas tercera y cuarta,
que se ocupan de crear espacio para una visin compartida del
futuro y las capacidades y cambios institucionales necesarios
para avanzar hacia dicha visin. En concreto se hace hincapi en
conseguir el acceso al nivel de subsistema. La capacidad transformadora plantea este tipo de cuestiones, desde una perspectiva de metas retrospectivas:

Se haba creado un espacio para que la comunidad


participase en el proceso de imaginar su futuro comn?
Cules eran las principales redes/instituciones que deban
participar/cambiar (o que no participaban/bloqueaban el
cambio deseado) al nivel de comunidad? Era la iniciativa
capaz de identificar estos subsistemas estratgicos? Qu
procesos valorativos ayudaran a identificarlos en una etapa
anterior?
Cul era (o parecera ser) el nivel de intervencin en el
sistema (local, subsistema, nacional) con el mayor potencial
para el cambio deseado? Fue identificado? Existen
procesos para la deteccin temprana?
Percibe la comunidad que estn producindose cambios
estructurales necesarios? Qu falta, en su opinin? Cmo
se relaciona esto con la visin comn del futuro y las metas
del subsistema?

CONCLUSIONES
Este captulo ha propuesto que la evaluacin de la construccin
de la paz puede abordarse dentro de un marco sensible y estratgico. Para ello ser necesario desarrollar herramientas e indicadores que ayuden a subrayar la naturaleza estratgica de las
actividades a la hora de poner en marcha una infraestructura de
apoyo a la construccin de la paz; dicha infraestructura surge de
las realidades del escenario y al mismo tiempo est orientada a

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X. EVALUACIN SENSIBLE Y ESTRATGICA

Cuadro 8. Investigacin sobre la


sensibilidad transformadora
Lnea de
tiempo:
Ciclo 1
Prospectivo

Visin

Potencial de cambio

Informacin

Describir cmo la
iniciativa crear el
espacio para articular
una visin comn
para la paz que surja
del escenario.

Identificar las
redes/instituciones que
tendrn que estar
implicadas en esa
visin y el cambio que
requerir.

Describir cmo
participar la
comunidad
proporcionando
retroalimentacin
informativa sobre estos
cambios.

Al nivel de subsistema,
qu
redes/instituciones
cuentan con mayor
capacidad para lograr
el cambio deseado?
Describir cmo
participarn en el
proceso.
Transactivo

Con la experiencia
directa, cmo se
propone la visin para
el cambio deseado en
trminos de
subsistema y de
niveles estructurales?
1.
2.
3.

Retrospectivo

Revisando el ciclo,
cmo es entendida
y/o modificada la
visin despus de la
experiencia?

Con la experiencia
directa, describir:
Qu redes/instituciones cuentan
con mayor capacidad
para el cambio
deseado?

Describir cmo se
consigue la reaccin de
los participantes en
la comunidad:
Perciben que se estn
dando cambios
estructurales/de
subsistema?

Cules son las


Cmo participar la
voluntad en el proceso? carencias en su
opinin?
Revisando el ciclo,
describir:
Qu redes/instituciones cuentan
con mayor capacidad
para el cambio
deseado?
Qu bloqueaba su
participacin?

Revisando el ciclo:
Sienten los
participantes que estn
teniendo lugar los
cambios estructurales/
subsistema?
Cules son las
carencias en su
opinin?
Cules son los puntos
de progreso?

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CONSTRUYENDO LA PAZ

hacer visibles los procesos de cambio deseados, a medida que la


sociedad pasa de los sistemas de violencia arraigados a la redefinicin constructiva de relaciones.
Desde esta perspectiva, la evaluacin se entiende como una
mezcla circular de diseo, retroalimentacin y sistematizacin
de aprendizaje que surge del trabajo y vuelve al mismo, y no
como una herramienta orientada a medir los resultados finales.
Un planteamiento evaluador orientado al proceso refuerza la
necesidad de desarrollar capacidades de identificacin y articulacin de los dilemas clave a los que se enfrenta la poblacin en
el lugar, disear iniciativas estratgicas que integren las potencialidades horizontales y verticales en la sociedad, y desarrollar
respuestas que ayuden a identificar y tomar en serio las cuestiones inmediatas. Estos temas, inherentes a la respuesta, habrn
de sentar las bases para alcanzar la transformacin en trminos
del subsistema y el cambio estructural necesario en la sociedad
en su conjunto.

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XI. Conclusiones

n los captulos anteriores he esbozado una perspectiva de la


construccin de la paz en sociedades divididas. Parte de la
premisa de que el conflicto contemporneo nos plantea, como
comunidad internacional, una serie de desafos cruciales. La
construccin de la paz, se ha argumentado, debe enfrentarse y
adaptarse a las realidades y dilemas que presenta la propia
naturaleza de estos conflictos.
La visin y descripcin globales de las caractersticas del conflicto contemporneo que genera sociedades divididas establecieron las disyuntivas y desafos. Nos enfrentamos a cuestiones sistmicas sobre cmo resolver el problema de la produccin, la venta
y el fcil acceso a las armas para hacer la guerra, que alimentan el
conflicto y posibilitan la existencia de un nivel extraordinario de
violencia armada. Esto va unido a que, en el mbito internacional,
se acepta y con demasiada frecuencia se promueve el recurso a la
defensa y la lucha armada como medios para afrontar las diferencias socioculturales, econmicas y polticas.
La manifestacin externa de esta pauta sistmica es el despliegue activo de ms de 40 conflictos armados que pueden clasificarse como guerras. En su mayor parte se trata de conflictos
internos ms que internacionales, cimentados en torno a grupos
de identidad y frecuentemente caracterizados como de naturaleza tnica y/o religiosa. Por ello, la expresin interna es dolor acumulado, patrones psicolgicos y emocionales de divisin y odio
casi institucionalizados y la proximidad del sufrimiento, el genocidio y el temor que acompaan a la guerra y refuerzan la enemistad.

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CONSTRUYENDO LA PAZ

Se trata de conflictos en verdad profundamente arraigados,


que nos han planteado dos preguntas centrales: qu marco conceptual resulta til para enfrentarse a la naturaleza del conflicto
contemporneo?, qu actividades y enfoques prcticos tienen
posibilidades de llevarnos a resultados pacficos sostenibles?
Mi propuesta era que una posible respuesta consista en
desarrollar un enfoque global de la transformacin del conflicto.
Este enfoque se basa en un marco conceptual construido sobre
un conjunto de perspectivas y actividades identificadas como
estructura, proceso, reconciliacin, recursos y coordinacin.
La estructura se ocup de los elementos sistmicos relativos
a cmo se aborda un escenario de conflicto prolongado. Proporciona lentes que ayudan a enfocar los niveles de actividad en
toda la poblacin afectada y muestra cmo un lugar determinado est conectado dentro de un sistema ms amplio y debe
hacer frente a problemas urgentes tales como el desarme, que
van ms all del mbito del contexto concreto.
El proceso centr la naturaleza a largo plazo de la progresin
del conflicto. Seal la necesidad de adoptar un marco temporal
adecuado y de visualizar y dar cabida a los mltiples papeles y funciones de la transformacin del conflicto hacia la paz sostenible.
La reconciliacin articul la necesidad de tratar las relaciones en todas sus dimensiones psicosociales como un aspecto
bsico de la transformacin. Esto se consigue abriendo espacios
y brindando la oportunidad para encuentros en varios niveles,
reuniendo a personas de frentes opuestos y fomentando la
expresin del dolor pasado y la visualizacin de un futuro interdependiente.
El recurso destac la necesidad no slo de obtener apoyo
financiero, sino, lo que es ms importante, de desarrollar nuevas
formas de pensar acerca de las categoras, las responsabilidades,
el compromiso estratgico y la comprensin de los componentes
socioculturales. Un elemento clave lo constituye la necesidad de
asignar fondos de tal manera que, por el momento y el modo en
que se hace, contribuyan a la transformacin a largo plazo, tanto
desde el punto de vista de la prevencin como de la reconstruccin
social posterior al conflicto. Una segunda perspectiva muy importante consiste en desarrollar un marco capaz de ver y construir una
comunidad de paz e identificar los recursos culturales para la
transformacin del conflicto dentro del escenario del mismo.
La coordinacin estableci la necesidad de contar con mecanismos especficos donde se cruzan, interactan y se abonan

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XI. CONCLUSIONES

mutuamente estos cuatro componentes. Se consider como una


funcin de creacin de puntos de contacto ms que una forma
de gestin centralizada del proceso de paz.
En el corazn del marco y del razonamiento presentados
aqu residen varias propuestas bsicas.
En primer lugar, propona anteriormente que la naturaleza
del conflicto contemporneo requiere desarrollar teoras y trabajar en el nivel medio. He proporcionado un esquema inicial
esbozando algunos ejemplos de esos planteamientos. Concretamente, he planteado que los actores del nivel medio dentro
de la poblacin estn situados en una posicin nica, ya que
cuentan con el mayor potencial para construir una infraestructura para la paz. Tienen capacidad para influir en las personas y
procesos tanto de los niveles de base como superiores. Si se
movilizan estratgicamente para la construccin de la paz, los
actores del nivel medio representan la clave para la sostenibilidad a largo plazo de la transformacin del conflicto. Por eso, es
en este nivel donde deben fomentarse y mantenerse estrategias
intensivas e innovadoras, creando un enfoque del medio hacia
afuera.
En segundo lugar, necesitamos estrategias de subsistema que vinculen los problemas inmediatos dentro de un conflicto a las preocupaciones sistmicas ms profundas en las
que se desarrolla el conflicto concreto. Aunque no debemos
ignorar las cuestiones sistmicas, tales como la produccin, la
transferencia y el fcil acceso a las armas, el desarme, la desmovilizacin y la reconstruccin de sociedades civiles, no
podemos abordar estos problemas exclusivamente desde el
santuario del debate intelectual y de las declaraciones polticas
internacionales, que a menudo carecen de poder. Debemos
desarrollar iniciativas y programas concretos para tratar estos
problemas en relacin con las situaciones inmediatas derivadas de los mismos. Esto, una vez ms, apunta a una visin a
largo plazo del proceso pero asociada a un movimiento hacia
la accin inmediata.
En tercer lugar, he defendido que la reconciliacin es un
componente bsico para enfrentarse al conflicto contemporneo
y reconstruir las sociedades divididas. Mi propuesta era que
entendisemos la reconciliacin como la construccin de relaciones. Por consiguiente, la reconciliacin no est relegada exclusivamente al perodo de restauracin posterior al conflicto. Por el
contrario, yo afirmaba que la reconciliacin proporciona un enfo-

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CONSTRUYENDO LA PAZ

que y un lugar de encuentro que vuelva a situar el conflicto y las


energas que lo impulsan.
Se argument que la innovacin es necesaria para abordar la
verdadera naturaleza del conflicto profundamente arraigado en
sociedades divididas, y que esa innovacin debe enfrentarse a la
reconstruccin de la relacin proporcionando espacio para tratar
los aspectos psicolgicos y emocionales del conflicto. Los enfoques de la diplomacia tradicional han tendido a considerar esta
actividad como perifrica, o peor an, como irrelevante para la
esencia de la construccin de la paz, cuando, de hecho, un enfoque global del conflicto contemporneo sugerira que la reconciliacin es un ingrediente con la capacidad para crear las condiciones para el cambio sostenible y proactivo.
Finalmente, el marco global introdujo la necesidad de la
coordinacin como componente central en la construccin de
una infraestructura para la paz. Se considera que la coordinacin
facilita el enriquecimiento mutuo de diversos elementos, niveles
de trabajo y actividades en toda la progresin del conflicto en un
escenario determinado. Los conflictos armados y las sociedades
profundamente divididas representan problemas complejos a
largo plazo que requieren mltiples roles, funciones, enfoques y
actividades. Transformar el conflicto de forma constructiva hacia
resultados pacficos no puede depender, y de hecho no depende, de un nico mecanismo o enfoque. Es muy importante,
desde un punto de vista a largo plazo, que los esfuerzos e iniciativas de construccin de la paz cuenten con puntos de contacto y coordinacin si se quiere mantener la transformacin. Esto
exige no solamente una comprensin del desafo a mayor escala,
sino tambin un reconocimiento de los distintos niveles de trabajo, de la necesidad de que haya mltiples funciones, y del lugar
de diversas estrategias y enfoques, contribuyendo cada uno de
forma distinta.
En resumen, construir la paz exige un planteamiento global
del conflicto contemporneo. Necesitamos un marco conceptual
que nos ayude a concebir el panorama global y a pasar a la actividad y accin concretas. Nuestro reto est en encontrar enfoques prcticos y estratgicos que ayuden a establecer una infraestructura para la transformacin sostenible y que tomen en
serio las necesidades inmediatas y profundamente arraigadas de
las sociedades divididas. No estamos perjudicados por falta de
recursos, si decidimos invertir sabia y eficazmente en la paz. Lo
nico que nos limita es hasta dnde estamos dispuestos a pro-

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XI. CONCLUSIONES

yectar nuestra visin. No debemos desesperarnos por la profundidad y magnitud del reto, sino plantearnos la aspiracin humana
muchas veces no pronunciada, pero aun as profundamente
mantenida: la reconciliacin es posible. Se puede construir la
casa de la paz.

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