Comentario Al Libro de OSEAS
Comentario Al Libro de OSEAS
Comentario Al Libro de OSEAS
1. Introduccin
Siempre me impresionaron las imgenes que este libro utiliza para plantear las relaciones entre
Yavhe y su pueblo. Pero estas sugerentes imgenes del matrimonio y sus hijos (c.1-3) y del hijo
(c.11) solo adquieren pleno sentido teniendo presente el contexto histrico en que actu el profeta,
el ambiente de idolatra generalizada y bsqueda violenta de poder por parte de los gobernantes.
Solo as el mensaje vuelve a tener para nosotros, hoy, toda su fuerza proftica.
Es por esto que intent esbozar con claridad la poca y los conflictos religiosos, internos y
externos a los que se referir constantemente el autor. De este modo, la estructura del texto, los
gestos simblicos y la vida misma del profeta adquieren pleno sentido. Por ltimo, voy a hacer
referencia a una interpretacin, entre tantas, que actualiza y hace vigente el mensaje del profeta.
Cfr. AA. VV. La Biblia y su entorno, Editorial Verbo Divino, ......, p. 178-179.
Cfr. Jos Luis Sicre, Los dioses olvidados. Poder y riqueza en los profetas preexilicos, Ediciones Cristiandad, Madrid,
1979, p. 38-40. Es un estudio detallado con documentos extrabblicos.
deportacin (2 Re 15, 29). Los israelitas aceptan el asesinato de Pecj por manos del
usurpador Oseas (homnimo del profeta), que es apoyado por el rey asirio.
Oseas paga tributo a Teglatfalasar para mantenerse en el trono. Sube Salmanasar V, y hay
un nuevo entusiasmo antisirio. Oseas hace alianza con Tafnajte, prncipe (o general) egipcio de
Sais, quien en realidad no puede apoyarlo. Salmanasar reacciona asediando Samara, que cae
el 722, realizando la segunda deportacin.
Lo importante es notar como avanza el poder asirio sobre Siria y Palestina, donde Israel es
un pueblo ms que intenta sobrevivir pagando tributos o alindose con reinos vecinos y
pidiendo una ayuda egipcia que no puede ser efectiva. Los profetas de esta poca reaccionan
duramente contra la ambicin desmedida de los reyes y sus alianzas.
3. Problema religioso. Idolatra y culto vacio:
Cuando Israel comienza a instalarse en palestina, pasando de una vida seminmade a
actividades agrcolas, sufren una crisis religiosa. Yavhe era un Dios de pastores, guerrero,
volcnico. No conciben que pueda responder a las necesidades de lluvias, buenas estaciones y
cosechas fecundas, poderes atribuidos al dios cananeo Baal. Tena cultos orgisticos de
fecundidad (prostitucin sagrada), que chocan fuertemente a la Ley de Israel.
Esto genera la crisis ms grande del yavhismo, salvado por Elias y la revolucin de Jeh.
Oseas criticar los modos sangrientos de imponer la fe en Yavhe, solo desea que el pueblo
conozca Dios y se convierta.
En el fondo, lo ms grave es que el culto a Yavhe termino siendo vacio. La fe en Yavhe no
arraiga por desconocimiento de la Ley, lo que origina el tratar de manipularlo, dejando de lado
las exigencias de justicia y queriendo contentarlo con sacrificios, peregrinaciones y oraciones.
Los cuatro profetas reaccionaran duramente.
3. Oseas, su persona.
De Oseas no conocemos ni el ao, ni el lugar en que naci ni la profesin que ejerci. Pero
podemos rastrear algunos datos de su existencia fundndonos en su contexto histrico.
Por su actividad desarrollada exclusivamente en el Reino del Norte (entre Samara, Betel y
Guilgal), lo ms probable es que haya nacido en el norte, y no sabemos si march a Jud antes
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o despues de la caida de Samara (721) .
La predicacin de Oseas transcurre entre los ltimos aos del reinado de Jeroboam II (783743), Zacaras hijo de Jeroboam (743) que es asesinado a los seis meses de reinar por Sal-um
(743), que a sus vez es asesinado al mes por Menajen (743-738); le sucedi al trono su hijo
Pecajas (738-737), asesinado por Pecaj (737-732) que a su vez fue asesinado por Oseas (7324
724) ltimo rey de israel antes de la caida de Samara (721) . Podemos fechar sus ltimos
orculos en el 725. Por tanto, naci y creci en uno de los pocos momentos de esplendor
econmico para Israel bajo Jeroboam II, pero prescenci y predic en los aos ms conflictivos:
una sucesin de seis reyes, cuatro de los cuales ocupan el trono por asesinato, que
continuamente buscan alianzas con Egipto o Asiria (problema poltico interno y externo) y culto
del pueblo a dioses extranjeros de la fecundidad (problema religioso). El problema econmicosocial, no est ausente, pero ante los conflictos de guerra, quedan para el profeta como en un
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segundo plano .
Jos Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, Espaa, 1992, p. 274-275.
Tomo las fechas registradas en la biblia de Jerusalen, que estan en contradiccin con las consignadas por Sicre.
Jos Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones Cristiandad, 1984,
p.169.
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Jos Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, Espaa, 1992, p. 206-207.
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3. El primer redactor (R1): actualiza la tradicin incluyendo a Jud (4,15; 5,5b; 6,4.11a). Tiene una
ideologa deuteronomista (4,1-2: preocupacin por la Ley; 4, 6; 8, 1.12: acusaciones; 8,1; 9,15:
solo admite el santuario de Jerusaln; 4,15; 9,15. Protesta contra la peregrinaciones a Betel y
Guilgal; 5,6; 9,10: le preocupa el sincretismo del culto). Reinterpreta la prostitucion de Israel
(que hasta entonces era por alianzas con extranjeros) como idolatra. Culmina con la redacin
del c.10, donde Jeroboam es culpable por sus peacdos de la caida del reino del norte.
4. El segundo redactor (R2): deuteronomista, pero con la perspectiva del exilio. Realiza los
principales cambios de estructura general del libro e interviene con juegos de palabras para
mitigar, cambiar o ampliar la tradicin. Es responsable del principio y del final (1,1 y 14,10) y
aade c. 3; 11 y 14 dando al libro una estructura triparita.
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Ms alla de la formacin del libro, hay diferentes formas de estructurar el libro . En general
siguen una estructura tripartita, y este esquema sigue la Biblia de Jerusaln:
I. 1-3.
Oseas, su matrimonio y sus hijos.
II. 4-13.
Acusaciones a Israel y anuncios de castigo.
III. 14.
Conversin de Israel y vuelta a la gracia.
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Hans Walter Wolff se aparta de estas estructuras tripartitas, y ttulos muy sugerentes.
7
Cfr. Jos Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones Cristiandad,
1984, p. 171.
8
Hans Walter Wolff, Oseas hoy. Las bodas de la ramera, Ediciones Sgueme, Salamanca, 1984, p. 207.
9
Jos Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, Espaa, 1992, p.174-176; 274-278.
Dennis J. McCarthy, sj, Comentario Bblico San Jernimo, Ediciones Cristiandad, tomo I, Madrid, 1971, p. 681-704.
es una produccin humana, manipulable y que ofrece seguridad... dominar la naturaleza y las
relaciones con los otros pueblos significa poder. En el fondo, la idolatra como ambicin de
seguridad, engaa al adorador: el idlatra se hace siervo de lo que adora (de las fuerzas csmicas
o de su propia produccin o poder).
Pero Yavhe ama a su pueblo aunque este le abandone para ir tras los baales, legitimando
as su servidumbre ante la naturaleza y las potencias extranjeras. Pierde de este modo el valor de
la justicia, y acaba destruyendose con violencia y falsedad a si mismo. Este es el pecado: ruptura
de la alianza con un Dios que ofrece siempre su fidelidad, para correr tras los placeres o los
poderosos de este mundo. La idolatra naturalista, como vuelta pasiva a las fuerzas de la
naturaleza, incapacita al hombre para crear un orden justo, humano, y en definitiva conduce a la
destruccin cultural de la lucha del hombre contra el hombre. Estas son las consecuencias que
vive Israel por su idolatra: sufrir la deportacin hacia Asiria o Egipto (9,3; 11,5).
Siguiento esta interpretacin, el mensaje del profeta nos dice hoy que la vuelta del hombre
a las fuerzas vitales como salvadoras (al margen o en contra de un Dios represivo), nos lleva al
intento de construir una cultura autnoma, sin Dios, ni libertad ni trascendencia. Asi se busca solo
seguridad en las propias obras, en el propio poder, y en definitiva queda el campo social y poltico
como espacio de dominacin de unos sobre otros. Pero esta absolutizacin de los propios deseos,
y de las propias obras y del propio poder solo termina como la torre de Babel... Solo la vuelta al
amor incondicional de Dios, como nico absoluto, permite la libertad creativa de construir un orden
justo, humano y fraterno.
7. Conclusin personal.
Teniendo alguna claridad acerca del contexto del libro, y leido en clave de cobrar conciencia
de nuestras nuevas prostituciones personales y sociales, este profeta ofrece un mensaje crtico y
esperanzador muy vigente.
El pueblo an sigue sufriendo la violencia y ambicin de los poderosos, que se olvidan de la
justicia prostituyndose, aliandose con los poderosos de este mundo. A su vez, como pueblo
corremos tras Baales (pequeas migajas de confort que reemplazan al Absoluto), dejando de
lado la confianza en el Dios que nos sigue prometiendo salvacin... salvacin de la vida an de las
situaciones de injusticia y de dolor ms inhumanas...
Es en medio del clamor del pueblo sufriente que vuelve a vivir la fidelidad, que l nos sigue
invitando a la esperanza. Asiria no nos salvar... y no diremos ms Dios nuestro a la obra de
nuestras manos... yo sanar su infidelidad, los amar graciosamente... (Os. 14,4-5).
Bibliografa consultada:
Jos Luis Sicre, Profetismo en Israel, Editorial Verbo Divino, Espaa, 1992.
Jos Luis Sicre, Introduccin al Antiguo Testamento, Editorial Verbo Divino, Espaa, 1996.
A. Robert - A. Feuillet, Introduccin a la Biblia II, Editorial Herder, Barcelona, 1970.
Jos Luis Sicre, Los dioses olvidados. Poder y riqueza en los profetas preexilicos, Ediciones
Cristiandad, Madrid, 1979.
Jos Luis Sicre, Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel, Ediciones
Cristiandad, 1984.
Hans Walter Wolff, Oseas hoy. Las bodas de la ramera, Ediciones Sgueme, Salamanca, 1984.
Xabier Pikaza, Anunciar la libertad a los cautivos. Palabra de Dios y catequesis, Ediciones
Sgueme, Salamanca 1985.