Consumismo, Familia y Sociedad
Consumismo, Familia y Sociedad
Consumismo, Familia y Sociedad
Tema y objetivos
Que, el hombre es la medida de todas las cosas, es
una de esas verdades por todos conocida pero muy poco
utilizada. Esta verdad, estigmatizada con la palabreja de
antropocentrismo, ha recorrido las ciencias humanas
durante varias dcadas, hasta convertirse en un adjetivo
invalidante de obras y sabios.
La cuestin refleja la complejidad de tratar de
singularizar un objeto de investigacin que, en s, contiene
toda la naturaleza. El ser humano es vegetal, animal y
persona. Contiene en su Ser y su historia todo lo que ha
existido desde el inicio de los tiempos. Y, adems, atesora
en sus potencialidades, todas las posibilidades de desarrollo
futuro.
Ante un objeto de investigacin
tan amplio y
complejo, la ciencia no ha tenido otro camino que
descuartizar ese sistema, llamado hombre, y acotar
campos y parcelar
intentando conocer las partes para
comprender el todo. Las ciencias particulares son eso:
fragmentos de humanidad puestos bajo el microscopio
de las especialidades.
Pero ninguna especialidad puede, a travs de su
parcela, conocer el todo. La generalizacin ha demostrado
no ser un buen camino para comprender la funcin.
Cualquier sistema es infinitamente ms complejo que sus
partes y muy diferente a la suma de las mismas. Todos los
fisilogos saben esto y los fsicos tambin, pero a muchos
socilogos se les olvida.
La naturaleza es un Sistema nico y cerrado. Todas
las cosmogonas conocidas lo plantean y las mitologas de
todas las culturas lo reafirman. La interrelacin de todos
los componentes del Sistema no es cuestionada por nadie,
pero las consecuencias que dimanan de esta realidad son
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Augusto.
cibepress@yahoo.con
www.elinstituto.org
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Primera Parte:
Anlisis
crisis
de
la
Introduccin
La mayora de los que escriben sobre las emociones y
sobre la conducta humana parecen estar tratando de materias
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El Contrato Social
Mucha gente ha odo hablar del Contrato Social.
Aunque
hay varias interpretaciones
del mencionado
contrato, todos estn de acuerdo en que es una especie de
compro-miso virtual entre todos y cada uno de los
integrantes de una sociedad, por medio del cual los
individuos se obligan a cumplir determinadas reglas de
convivencia para conservar la existencia del grupo, a
cambio de que el grupo vele por la seguridad y el desarrollo
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8 La evasin adictiva
El uso masivo de psicofrmacos se generalizo en EU
a partir de la dcada del 60. En esa misma poca la TV
comienza a convertirse en el principal medio de evasin
personal en todo el pas. La tele-adiccin se desarrolla
rpidamente, primero en los centros urbanos y despus en
toda la nacin. Para mediados de los setenta el uso de los
psico frmacos y de la TV como relajante y somnfero se
extiende por todos los pases industriales del mundo.
Cuando se aborda el anlisis de la droga adiccin en
los pases desarrollados solo se cuantifica el empleo de
las llamadas sustancias ilcitas. El uso masivo de los
psicofrmacos, prescriptos o no, jams se incluye en la
valoracin de esta endemia. Aunque es evidente que todas
las adicciones son intentos de aliviar tensiones. Aunque
sabemos hace mucho tiempo que nadie se habita a nada
de no le sea, de alguna manera, relajante, el mundo oficial
se niega a hablar de la intima relacin entre el aumento
de las tensiones colectivas y el crecimiento incesante del
consumo de drogas. Pero la experiencia nos a enseado
que
las cegueras oficiales, siempre se deben a
responsabilidades
amaadas, pues para los que dirigen el sistema es muy
difcil reconocer los males que ellos mismos producen.
Segn el informe de la, DEA15 del ao 2000, en 1979 25.5
millones de personas consuman drogas en EU. Pero segn
distintas agencias federales y numerosos especia-listas,
durante los ltimos veinte aos el mercado de la droga ha
crecido un 50% por ciento. A pesar de ello, la DEA afirma,
en su ultimo informe, que en EU solo consumen drogas
ilcitas
14.8 millones de personas.16 Esto no debe
sorprendernos porque cuando los seres humanos no
DEA Agencia Federal para el control de drogas
40 millones de drogadictos en E.U., es el calculo de las Agencias
Europeas
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en los aos setenta. En la actualidad, con drogas y teleadiccin se mantiene el control social dentro de parmetros
aceptables.
Es evidente que el aumento incesante del consumo
de drogas es el mejor cuantificador de los niveles tensinales que genera la sociedad de consumo. As mismo, los
niveles de violencia son el mejor indicador de la frustracin y
la rabia que el sistema impone. Pero cual es la conexin
entre los procedimientos
que imponen la compulsin
consu-mista y el sufrimiento generalizado de la gente?
Uno de los problemas de la investigacin social y, en
especial, de la psico-sociologa, es que ningn fenmeno
social se debe a una sola causa. Las relaciones causales
son poliformes y multidimensionales. Al igual que en los
trastornos psicopatolgicos, las relaciones entre las
presiones externas y las defensas interiores son muy
complejas, y estos grupos causales son imposibles de
aislar. Realmente, en el anlisis sociolgico manejamos
mas, condiciones causales, que agentes individuales. Estas
condi-ciones, que son siempre conjuntos de agentes,
inciden sobre los individuos y los grupos, tanto para debilitar
sus defensas, como para aumentar
los estmulos
tencinantes.
Como en todas las ciencias en la sociologa hay
modelos de anlisis, esquemas tericos que permiten descomponer los problemas en categoras conceptales y
rearmarlos en modelos dinmicos que nos ayudan a su
comprensin. Como sealamos anteriormente, la neuropsicologa y la bioqumica contemporneas nos han permitido
objetivizar los modelos tericos de la psicologa y la
sociologa cientfica. Si retomamos la pregunta, sobre cul
es la conexin entre los procedimientos que imponen la
compulsin consumista y los sufrimientos generalizados de
la gente? Podramos afirmar que es a travs de la imposicin de falsos valores. Las industria meditica, al servicio
de los intereses del sistema, le impone valores, procedimientos y metas a la gente. Cuando los valores, los
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La
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valores
y cmo los mismos han sido histricamente
autogenerados por el grupo para facilitar la convivencia.
Repasemos, aunque sea brevemente, las peculiaridades de
la conciencia social.
14 La conciencia social
En 1970, despus de nueve aos de investigaciones
psicosociales dentro de la poblacin penal de Isla de
Pinos y Guanajay*26, escrib un largo ensayo sobre
revolucin y consciencia social, que nunca fue impreso
porque fue decomisado por la Seguridad cubana. El
ensayo conden-saba
los resultados
del trabajo
investigativo realizado con grupos de presos polticos de
diferentes estratos econ-micos del pas. Con la ayuda de
varios profesionales y estudiantes de psicologa y medicina
que se encontraban presos junto conmigo en estos penales,
llevamos a cabo cientos de entrevistas y muestreos
psicomtricos que me permitieron avanzar un poco en la
comprensin del proceso de formacin y desarrollo de la
llamada conciencia social.
Los resultados me indicaron la utilidad de dividir la
poblacin investigada en cuatro tipos: Masa Activa. Masa
Pasiva. Lderes y Dirigentes. Estos cuatro tipos de
personalidad psicopolitica no slo haban demostrado, por
su comportamiento ante el proceso insurrectivo y revolucionario, patrones de conducta tpicos, sino que dentro del
penal y bajo las difciles condiciones
de vida que
soportbamos, seguan actuando y pensando de acuerdo a
estos patrones.
Otro ngulo del problema que ilumin la investigacin
fue la existencia de diferentes niveles de desarrollo de la
conciencia social. Las pruebas proyectivas nos ayudaron a
clarificar las complejas relaciones entre experiencias
Prisiones cubanas donde cumplan sus condenas los presos por causas
polticas. El autor estaba preso all por esa causa .
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20 Gratificacin y frustracin
Llamamos gratificacin al placer emocional que produce cualquier actividad mental o fsicomental
que,
llenando las expectativas, provoca una relajacin tensinal.
Un placer fsico no es necesariamente gratificante. Una
fantasa puede serlo o no, dependiendo de varios factores.
La gratificacin depende mas del sujeto que se gratifica que
del objeto gratificante. Una comida puede satisfacer la
necesidad de alimento y no gratificar al que come. Un acto
sexual puede producir una eyaculacin,
sin brindar
gratificacin alguna, aunque alivie la tensin sexual.
La gratificacin es una experiencia genuinamente
humana y es la meta universal de todos los quehaceres del
individuo. Aunque muchas gratificaciones estn ligadas a la
satisfaccin de necesidades bsicas, comunes a todos los
seres humanos, el tipo y las formas de la gratificacin estn
condicionados socialmente y varan de cultura a cultura y de
individuo a individuo.
El nivel de la gratificacin siempre depende de las
expectativas del individuo. Si la satisfaccin alcanzada est
por debajo de las expectativas del sujeto, la gratificacin no
ser plena. Si las exigencias de una persona son muy
elevadas le ser muy difcil lograr gratificaciones adecuadas.
Como es la sociedad la que modela las metas de los
individuos y de los grupos, las formas y los objetos de
gratificacin estarn siempre diseados por el sistema
econmico-social imperante. Este sistema es el que determina no slo las metas a alcanzar, sino tambin las formas,
las vas y los objetos que se pueden y se deben alcanzar.
Gratificaciones y frustraciones son las experiencias
cotidianas del vivir. Del equilibrio entre unas y otras
depende, en gran parte la estabilidad emocional de las
personas. La frustracin es la certeza del fracaso en
alcanzar lo deseado. Es el sentimiento de contrariedad y
displacer al no poder satisfacer las expectativas. La
frustracin siempre es depri-mente, nos da sensacin de
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21 Consumo y consumidor
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psicogalvnico44, produce
unos perfiles, sumamente
precisos, de los niveles de tensin emocional de la persona
examinada. Esto me interes, porque permita, entre otras
cosas, objetivar los niveles de tensin emocional, bajo
hipnosis, en la psicoterapia de las fobias y las crisis de
pnico. Por primera vez contaba con un instrumento que
poda cuantificar la angustia.
Al final de la guerra civil en Cuba, tuve que manejar
varios casos de compaeros fuertemente traumatizados por
la experiencia blica. Lo que se rotulaba entonces como
neurosis de guerra y hoy conocemos como post traumatic
strees disorden, volvi a ocupar mi atencin en la sala de
psiquiatra de la prisin, donde no era fcil distinguir entre la
angustia real y la fingida. Ahora, tenia la oportunidad, de
estudiar estos casos, de compaeros traumatizados por los
largos aos de prisin, con criterios objetivos, y ver las
relaciones entre recuerdos traumticos reprimidos y las
angustias subyacentes.
Una tarde, en que estaba usando el equipo, en el
registro de los altos niveles de estrs de un ejecutivo, con
crisis de angustia, sal de la salita de examen dejando la
puerta abierta. A mi regreso, diez minutos despus, al
examinar el printer de los registros, me sorprendi el
significativo descenso de los niveles de tensin del
paciente. Cuando le pregunt a que se deba, segn l,
esa disminucin, se sonri y casi avergonzado, me dijo:
usted dejo la puerta abierta y yo me puse a mirar el televisor
que est en la sala de espera.
Que entretenerse disipa tensiones, es algo de viejo
conocido, pero que diez minutos de TV relajen ms rpido
que 10mg de Diazepan era un hecho interesante. Esto me
abri un horizonte inesperado de investigacin. En el Latin
America Study Center of Florida,*45 estbamos llevando a
El cambio de los potenciales de conductibilidad de la piel.
LatinAmericam Study Center of Florida. Un Centro de Investigaciones
Sociales que dirig durante diez aos.
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Este desgraciado incidente impacto a toda la poblacin penal y en especial al grupo de profesionales de la
salud que nos encontrbamos presos all. Las autoridades
consintieron en que se organizara un grupo de atencin
psiquitrica, y comenzaron a trasladar hacia nuestro edificio
a todos los reclusos que presentaban trastornos emocionales graves.
Al carecer de psicofrmacos y de medios para
terapias de choque, nuestro nico instrumento era la
psicoterapia. As naci el Grupo de Asistencia Psiquitrica
que durante 10 aos ayudo a miles de presos polticos a
sobreponerse a las duras condiciones del encierro y que
me permiti realizar investigaciones y vivir experiencias que
en ningn otro lugar hubiera conocido. El observar el
compor-tamiento individual y de grupo de ms de mil
hombres, sometido a las mismas presiones, durante un
tiempo prologando, permiti
identificar relaciones
consistentes entre comportamientos y motivaciones.
Mediante pruebas
psicomtricas*50, cuestionarios y
entrevistas se pudieron
evaluar
los umbrales
frustracinales y sus relaciones con la autoestima y la
seguridad personal.
Un ao despus de haber comenzado nuestras
investigaciones se produjo una situacin verdaderamente
kaskiana. Una maana vimos por nuestras ventanas, los
edificios del penal, rodeados por docenas de hombrecitos
que no llegaban a los cinco pies de estatura. Todos ellos se
afanaban con enormes taladros neumticos en abrir huecos
a los pilares que sostenan las estructuras de concreto
armado de los edificios del penal. Comprend, porque todos
eran de baja estatura, era para poder introducirse debajo de
los edificios, pues estos pilares cuadrados, de un metro por
cincuenta centmetros, tenan solo cuatro pies de alto. y
cual era la finalidad de todo esto?: dinamitar todos los
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Segunda parte:
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Socioanalisis de Sistema
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27 La Teora de la Conspiracin
A partir de la revolucin industrial el culto a la
racionalidad y a la ciencia sustituyo el imperio de lo sobre
natural y mgico dentro de las clases directivas de occidente. La luz elctrica consolido el iluminismo enciclopedista
dentro de los grupos que podan disfrutarla. El maniquesmo
teologal fue sustituido por el optimismo progresista que
afir- maba
que la razn, la ilustracin y la ciencia
garantizaban el avance de la civilizacin occidental. Ya el
universo no se dividia entre las cavernas del averno y la
cornucopia del paraso, ahora las sombras de la caverna
eran la ignorancia y la barbarie, mientras la luz eran la
racionalidad y el conocimiento El maniquesmo vesta galas
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34 La retrocausalidad de la manipulacin
Cuando tres generaciones de una pas han crecido
bajo el influjo de la televisin comercial, el pensamiento
nico ha sido impuesto a toda la sociedad. Tanto en sus
contenidos como en sus modos de pensar los norteamericanos estn programados por las opciones y valores
del consumismo. Con independencia de su procedencia o
militancia de clase, masa o elite, dirigidos y dirigentes
persiguen los mismos objetivos y son teledirigidos de la
misma manera La carrera consumista que comenz a
mediados del siglo xx, hizo de la manipulacin motivacional
el instrumento fundamental de todo el control social. Los
que hoy dirigen la manipulacin del todo, forman parte del
todo manipulado.
La adiccin consumista al mercantilizar todos los medios de gratificacin, a limitado los recursos de adaptacin
humana, dejado a la gente indefensa ante las presiones del
medio. Desde hace treinta aos la oferta, siempre creciente,
ha sobre pasado el poder adquisitivo de la mayora de la
poblacin. La marginacin y el aumento incesante de la
violencia, han desbordado la manipulacin adictiva obligando al sistema a incrementar la represin directa. La
corrupcin generalizada, dentro de la propia maquinaria
econmica del capitalismo, demuestra que, cincuenta aos
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Los valores de un grupo, los cdigos consensualmente asumidos pueden convertir los peores crmenes en
heroicidades y la mayores hazaas en abominables
crmenes Las huestes del MioCid no sentan remordimiento
alguno al matar infieles, al degollar nios y mujeres
musulmanas. Ellos estaban convencidos que el Apstol
Santiago, cabalgaba a su lado, guindolos hacia la victoria.
La fe catlica era la ideologa que les permita, creerse
bendecidos por dios, genocidando aldeas y destruyendo
una cultura. Los hombres de Cortes y Pizarro estaban
seguros que estaban ganando el paraso mientras destruan
toda una civilizacin aniquilando indios. La violencia para
imponer la fe era una gesta redentora de almas.
Puede ser la fe, la ideologa o el programa de un
partido, lo que importa es la aprobacin colectiva, la
unanimidad del acuerdo, un consenso sin fisuras. La
dogmatizacin de la doctrina, la intolerancia de todos los
credos es producto de la necesidad de mantener una
unanimidad sin disidencias, una militancia sin escpticos. Si
surgen dudas sobre la absoluta verdad del credo propio,
sobre la validez universal del catecismo asumido, la
anestesia del fanatismo se debilita, la cohesin se agrieta
y la moral clnica deja de convalidar el genocidio de los
otros y la represin de los propios. La consciencia sucia*
debilita la combatividad
y acelera la corrupcin. Los
intereses inmediatos comienzan a sustituir la finalidades
histricas, las apetencias individuales ocupan el lugar de
las prioridades colectivas y
comienza la escisin.
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reivindicaciones sociales
consolidadas despus de la
Segunda Guerra mundial, estn siendo anuladas por politicas neoliberales que solo persiguen la maximizacin de
las utilidades. El hambre, la insalubridad y la violencia
imperante en los pases subdesarrollados se ha instalado
en los cinturones de miseria de las metrpolis occidentales.
Pero es en la degradacin de la civilidad, en la
cancelacin de toda practica solidaria, en la exacerbacin
de la violencia intra familiar y la corrupcin de la
maternalidad donde se nos muestra
la profunda
barbarizacin de las sociedades desarrolladas a partir de la
desaparicin del Polo tico que represento la propaganda
sovitica. El genocidio iraqu, llevado a cabo con la
pasividad cmplice de las potencias europeas demuestra
la degradacin de las elites occidentales. N
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Los
orgenes
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la predestinacin y la gracia justificaba el apartheid tnicocultural e impona la endogamia, los catlicos espaoles
bautizaba a los mestizos y santificaba, mediante el sacramento matrimonial, las uniones interraciales. El hijo de la
Malinche y Hernan Cortes fue virrey de Mxico y uno de
los primeros conspiradores contra la Corona.
Durante tres siglos la colonizacin espaola fue un
proceso coherente y continuo de culturalizacin evangelizadora, llevado a cabo por un solo pueblo, con un mismo
idioma y dirigidos por un solo poder y una sola iglesia. El
control ideolgico de la Iglesia y su teologa anti-usurera,
aunque no pudo frenar la avaricia de la corona, atempero el
desenfreno atesorador de los inmigrantes espaoles,
alentando mas la bsqueda de blasones, honor y poder
que la exhibicin de riquezas y opulencias. La desventaja
demogrfica de los colonizadores frente a la numerosa
poblacin indgena y el desarrollo cultural y organizativo de
Incas y Aztecas, obligo a los espaoles a una convivencia
poltica con la poblacin autctona de cuya fuerza laboral
dependan. Los colonizadores se vieron obligados a elegir
entre la guerra perpetua o una convivencia civilizada, donde
la manipulacin poltico-religiosa fuera sustituyendo, paulatinamente, el uso de la violencia directa. Mientras en la
metrpolis el absolutismo y la intolerancia se consolidaban
por el oro de las Indias, en Hispanoamrica, creca una
nueva Espaa, heterodoxa y liberal, mas abierta a las
influencias italo-francesas que al opulento despotismo de los
Habsburgo.
Muy diferente fue el desarrollo de la colonizacin
inglesa y la formacin de la nacin norteamericana. El
primer grupo de ingleses que llego en 1604 a las costas de
Massachussets, no eran colonizadores, enviados por un
estado a construir un imperio y expandir una fe. Eran una
pequea secta puritana perseguida mas por su intolerancia
que por su credo. No eran sbditos de un rey al cual deban
obediencia, ni miembros de una Iglesia que pautara su
credo. Eran disidentes de un estado y de una Iglesia, Eran
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41 La Gran ola
En 1700 en E.U. haban 275,000 habitantes, en
1750, cincuenta aos despus, ya la poblacin alcazaba
la cifra de 1,200.000 personas. En medio siglo los
habitantes se haban cuadriplicado. Esta ola migratoria
estaba compuesta, mayori-tariamente, por gente que
hua de las guerras religiosas, de las persecuciones
polticas y las hambrunas. Campesinos, artesanos y
pequeos propietarios. Sajones, germanos, irlandeses y
escandinavos, llegaban con sus familias en busca de un
pedazo de tierra donde trabajar y vivir en paz.
Pobres, incultos y protestantes solo traa una
riqueza al nuevo pas: su fuerza de trabajo. Llegaban a
una nacin en formacin, sin pasado, ni tradiciones, sin
abolengos ni clases. Sin jerarquas religiosas
ni
estamentos adminis-trativos, con cientos de iglesias y
una administracin autnoma en cada aldea, solo
tenan que rendir cuentas a sus vecinos y as mismos.
Era el reino de la libertad, la hipertrofia del
individualismo y tambin la ruptura con diez siglos de
civilizacin europea.
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Ghetificacin social
degradacin de valores
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norteamericanas
se fragmentaron
en cuartones
aislantes, donde irlandeses, italianos,
griegos,
hispanos, negros y judos vivan sin convivir, crecan y
se multiplicaban sin conocerse, traba-jaban en las
mismas fabricas, caminaban por las mismas aceras sin
dirigirse la palabra, sin rozarse siquiera. Las mismas
confesiones religiosas organizan iglesias separadas o
servicios diferentes para cada etnia, para cada cultura.
Dentro de una igualdad formal de derechos, un
riguroso apartheid social impone, cotidianamente,
desigualdades humillantes y limitaciones castradoras.
El temor, la desconfianza, el vaci interior se ha
agigantado a partir de esta ghetificacin tnoclasista79
de toda la sociedad.
El meltingpot80, nunca ha sido el crisol integrador
de razas y culturas que la propaganda nos presenta. El
meltingpot es una trituradora de individualidades, una
gigantesca niveladora
de identidades, apetitos y
sueos. Una perenne cadena de montaje que troquela
actitudes, ensambla
sometimientos
y modela
evasiones. Como en la Colonia Penitenciaria de Frank
Kaska, este moloch del mercado, va tatuando el alma
de cada cual con una programacin indeleble que
contiene todas las mutilaciones del no-ser y todas las
preformas
de
lo
polticamente
correcto.
Las
consecuencias psicosociales del miltingpot han sido
trgicamente desastrosas.
El empobrecimiento de la personalidad del norteamericano promedio ha sido directamente proporcional
al enriquecimiento de los grupos dominantes. El
aumento incesante de la violencia y la droga adiccin
La fragmentacin social, la ghetificacin de la poblacin no solo se
debe a criterios tnicos o raciales, sino tambin a los niveles de ingresos o
status social.
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Mezcla integradora de diversas razas y culturas.
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El huevo de la serpiente
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Tercera Parte:
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44 Psicodinmica
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45 Sociodinmica
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(segunda parte)
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En las
llamadas sociedades industriales
o de
consumo la demanda global esta determinada por el poder
adquisitivo del conjunto de los integrantes de la sociedad,
no por sus requerimientos o necesidades. Como la gente
tiene que comprar para poder consumir, si no tienen dinero
no pueden comprar, por lo cual solo pueden consumir, no
lo que necesitan o lo que desean, sino lo que su poder
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cielos.
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comprender
sus
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60 El Gulag consumista
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que la sociedad
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Funciones Bsicas:
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ndice:
Presentacin ..........................................................3
Primera parte: Anlisis de la crisis
Introduccin.......................................................................13
Capitulo I La Familia......................................................19
1: La familia como ncleo de crianza..................................19
2: Informacin y desarrollo..................................................20
3: Los contenidos del mensaje............................................. 21
4: Indefensin y maternage ..................................................22
5: maternage, tiempo y calidad.............................................24
6: La naturaleza de la crisis...................................................27
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7: Economa y trabajo...........................................................28
8: La evasin adictiva...........................................................30
9: La competitividad exacerbada.........................................34
10: Violencia real y violencia meditica..............................36
11: Las estadsticas de la crisis.............................................38
Resumen........................................................................43
Capitulo II La Corrupcin................................................44
12: Definiciones...................................................................44
13: Corrupcin y barbarie....................................................46
14: La conciencia social.......................................................47
15 Una experiencia de la guerra...........................................51
Resumen.........................................................................54
Capitulo III La Violencia...................................................55
16: La violencia y sus expresiones.......................................55
17: Biologa y agresividad....................................................61
18: Psicodinmica de la violencia.........................................63
19: Carencias y satisfacciones..............................................65
20: Gratificaciones y frustraciones.......................................66
Capitulo IV El consumo.....................................................69
21: Consumo y consumidor..................................................69
22: La familia como unidad de consumo..............................71
23: La externalizacin del Ser...............................................74
24: Un paseo por el Moll.......................................................77
25: Experiencias de la guerra y de la paz..............................80
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movimiento
el
60:
Las
ventajas
subdesarrollo......................................247
del
61:
La
funcional.......................................................249
62: La Gran Esperanza.........................................................252
Contra portada:
253
familia
254