AMAR LAS PALABRAS Oche Califa PDF
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Oche Califa
Creo que el descubrimiento de las palabras es lo primero y considero que si
aprendemos a amarlas ya estaremos en el buen camino. Y eso hacemos,
efectivamente, muchos de nosotros. Las amamos por su sonido, por lo que nos
sugieren, por lo que significan o encubren, por el misterio que acercan.
Yo viv una eternidad que se llam infancia y adolescencia. Las horas me
sobraban porque yo era eterno, poda derrocharlas como derrocha dinero el
hijo de un millonario a quien siempre le ingresa plata por otro lado. A m me
ingresaban horas todo el tiempo, as que poda gastarlas. As y todo, le
retaceaba algunas de esas horas al estudio para poder vaguear ms. Por las
tardes, por ejemplo, sola estar en un taller mecnico que haba frente a mi
casa. Cebaba mates al chapista y oa conversaciones donde aparecan palabras
que yo desconoca, pero que deban ser importantes porque provocaban
discusiones exaltadas, fastidios, burlas. Se hablaba, por caso, de la crapodina
y del chicl de baja. Qu seran? Todava no lo s hoy.
Hace poco le pregunt a un mecnico joven qu era la crapodina y me
contest que no saba, que le pareca que era una pieza que ya no exista. As
que la crapodina se debe haber extinguido como el pjaro dodo en las remotas
islas del ndico. Pero, si es as, no se ha extinguido de mi memoria.
Cuando tena unos catorce aos encontr una antologa de la poesa
argentina que, acorde con las nuevas consideraciones de ese tiempo los aos
sesenta o setenta, traa textos que a los que antes no se hubiese considerado
con jerarqua para integrar una compilacin de esa naturaleza. Me refiero a
letras de tangos y poesa lunfardesca. Encontr all el poema Hermano
chorro, de Carlos de la Pa: Hermano chorro / yo tambin s del escruche y
de la lanza... / La vida es dura amarga y cansa / sin tovn. / Yo tambin tengo
un laburo de ganza y palanqueta. / El amor es un balurdo / en puerta. / Con
tal que no sea al pobre / rob hermano, sin medida... / Yo s que tu vida de
orre / es muy jodida. / Tom caa, pit fuerte, / jug tu casimba al truco. / Y
emborrachate, el maana / es un grupo. / Tras cartn est la muerte!. Yo
entenda el sentido del poema, aunque desconoca la mayora de esas
palabras, que me nutran de sonidos y sugerencias.
En esa antologa tambin estaba el tango Malena. Claro que lo haba
odo ms de una vez, pero me di cuenta de que, aunque lo conoca, no lo haba
advertido. Tus tangos son criaturas abandonadas / que cruzan sobre el barro
del callejn, / cuando todas las puertas estn cerradas / y ladran los fantasmas
de la cancin.
Vean que el autor, Homero Manzi, no escribi que los tangos son como
criaturas abandonadas. No, l no quiso el como y dijo que eran criaturas
abandonadas. As que yo me encontr en las puertas de la metfora. Esa
metfora que, luego, hall en las obras de Shakespeare, cuando un
protagonista sale y dice cosas como qu noche cerrada, no logro ver nada y
uno se da cuenta de que no se refiere a la noche csmica sino a que l no