Inmunologia XVERE
Inmunologia XVERE
Inmunologia XVERE
INMUNOLOGÍA
(1)
CONCEPTO DE INMUNIDAD
Esta cualidad se adquiere antes del nacimiento y se madura y afianza en los primeros años
de vida. En los vertebrados implica que los organismos diferencian lo propio de lo ajeno, es
decir reconocen todos sus tipos celulares.
EL SISTEMA INMUNE
apéndice
Es el responsable de conferir la inmunidad al
actuar de forma coordinada todos sus médula ósea
componentes.
Órganos
Órganos
linfoides
linfoides
Secundarios
Secundarios
Primarios
Primarios
Enellos
En elloslas
las
Origen,
Origen, célulasinmunes
células inmunes
desarrolloyy
desarrollo madurasson
maduras son
maduraciónde
maduración de
activadaspor
activadas porlos
los
lascélulas
las célulasdel
del
antígenos
antígenos
sistemainmune
sistema inmune
Médulaósea
ósea Timo
Timo Adenoides,
Adenoides, Ganglios
Ganglios
Médula
amígdalasyy
amígdalas linfáticos
linfáticos
Origende
Origen delas
las Maduraciónde
Maduración de placasde
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los linfocitosTT Peyer
sistema
Peyer Activaciónde
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los
sistema Activaciónde delos
los linfocitosTTyyBB
inmunológico Activación linfocitos
inmunológico linfocitospor
porlos
los
Maduraciónde
Maduración de linfocitos
loslinfocitos
linfocitosBB antígenos
antígenos
los
17
Mecanismos de
defensa
Mecanismos Mecanismos
Innatos adquiridos
Mecanismos Mecanismos
Innatos externos Innatos internos
* Barreras físicas.
La piel en los animales, que gracias a la capa de queratina, que sufre continuas descamacio-
nes, evita que penetren o proliferen colonias de microorganismos. Así, sólo los espirilos
con su efecto de barrena pueden atravesar las mucosas.
* Barreras químicas.
- Los orificios naturales están tapizados por mucosas que segregan mucus con la finalidad
de englobar partículas extrañas para su expulsión. El moco posee además sustancias que
engañan a ciertos virus, haciéndoles creer que ya han penetrado dentro de la célula, el virus
suelta su ácido nucleico que se pierde en el exterior.
- También, la presencia de fluidos en ciertas zonas, por ejemplo: las lágrimas, en los ojos o la
saliva en la boca, que lavan y arrastran los microorganismos impidiendo que se instalen o
que penetren. Además, estos fluidos contienen sustancias antimicrobianas; por ejemplo: la
saliva contiene lisozima, el semen, espermina, etc. Como curiosidad se puede decir que las
infecciones oculares son más frecuentes en los hombres que en las mujeres.
* Flora autóctona.
• Interferón. Son moléculas de naturaleza proteica segregadas por las células infectadas por
virus, que captadas por las células adyacentes, las estimulan a sintetizar enzimas
antivirales evitando la proliferación viral, inhibiendo la replicación del genoma vírico,
inhibiendo la síntesis de proteínas o activando a las células NK para destruir a las células
infectadas.
Células responsables de
la inmunidad innata
-Fagocitosis. Fagocitosis y
Citotóxicas.
-Activación de los eliminación de
linfocitos T microorganismos.
Los individuos nacen con un sistema inmunológico capaz de responder ante lo propio y lo
ajeno. Durante las primeras fases del desarrollo este sistema "aprende" a reconocer lo
propio y esta capacidad se denomina tolerancia inmunológica, cuando esta tolerancia se
pierde aparecen las enfermedades autoinmunes. En ocasiones pueden producirse
reacciones de hipersensibilidad: alergias, que son respuestas del sistema inmunitario a
sustancias que en principio son inocuas (por ejemplo: el polen).
Las células y las sustancias que se comportan como extrañas para el organismo y contra las
cuales éste desarrolla una respuesta inmune específica se llaman antígenos. Casi cualquier
macromolécula (proteína o polisacárido, más concretamente) con masa molecular de 5000
da o más puede desencadenar la respuesta inmunitaria, siempre que sea extraña al
receptor.
Los nódulos linfáticos sirven como filtro de la circulación a los microbios, partículas
extrañas, restos tisulares y células muertas. Contienen linfocitos y macrófagos y es en su
interior donde ocurren las interacciones responsables de la respuesta inmune.
1) Los linfocitos Son células sanguíneas que se desarrollan a partir de las células madres
hematopoyéticas, presentes en la médula roja de ciertos huesos, células pluripotenciales que
dan lugar a todos los tipos de células sanguíneas: glóbulos rojos (heritrocitos), glóbulos
blancos (leucocitos) y plaquetas.
Así pues, puede decirse que el sistema inmunitario sólo reconoce lo "ajeno" si
es presentado por lo "propio".
Zona bisagra
Los anticuerpos tienen además una zona bisagra. Esta zona es de gran importancia pues
debido a ella se pueden adaptar mejor y unirse mejor al antígeno. Ahora bien, al tener en
ambos extremos regiones variables va a poder unirse a dos antígenos diferentes.
Tipos de anticuerpos
Tipo E (Ig E): Son de alta afinidad. Tienen también la capacidad de salir a las secreciones. Tienen
mala fama, pues median en los procesos alérgicos y de anafilaxis (alergia a huevos, mariscos,
polen...). Su función es la de eliminar parásitos, sobre todo gusanos. Promueven la acción de los
mastocitos y de los eosinófilos que producen proteínas que vacían a los gusanos. Es de destacar
que las infestaciones por protozoos y gusanos son más corrientes que las infecciones bacterianas.
La respuesta
inmunitaria
Humoral Celular
Objetivo:
producción de Dirigida a destruir
anticuerpos por a células
las células infectadas para
plasmáticas. evitar que puedan
seguir generando
nuevos agentes
infecciosos.
Dirigida a agentes También
extraños, virus, destruyen células
por ejemplo, que tumorales.
salen de las
células infectadas
para infectar otras
células.
Macrófago
fagocitando un virus Macrófago presentador
del antígeno.
TCR
3) Si un linfocito Th (ayudador) que lleve un receptor (TCR) MHC-II-Antígeno
Virus
3) Si un linfocito B que lleve en su membrana un anticuerpo MHC-II-Ag
BCR
específico (BCR o receptor de la célula B) adecuado
establece contacto con el antígeno, lo internaliza mediante
endocitosis, lo degrada y presenta fragmentos antigénicos
en su membrana unidos al MHC-II (MHC-II-Ag).
Linfocito
Linfocito B específico
específico
activado
Célula plasmática
Después de haber destruido al agente patógeno, la mayor parte de los linfocitos Th-2 y las células plasmáticas
desaparecen quedando sólo algunas pocas llamadas células B de memoria y linfocitos Th de memoria que pueden
permanecer durante largo tiempo, incluso años, para responder de inmediato a futuras entradas del agente invasor
(memoria inmunológica).
TCR
1) Si un linfocito Th (ayudador) que lleve un receptor MHC-II-Antígeno
Macrófago Virus
activado
Después de haber destruido las células infectadas, las células citotóxicas desaparecen, pero algunas células citotóxicas de
memoria permanecen durante más o menos tiempo para responder de inmediato a futuras entradas del microorganismo
invasor (memoria inmunológica).
La respuesta
humoral
Antígeno Macrófago
(fagocita a los patógenos)
activación
Linfocito B
activación Linfocito Th-2
fagocita al antígeno
Interleucinas
Linfocito Th-2 de
Anticuerpos memoria
Célula plasmática
Se unen a los
Célula plasmática de patógenos. Los
memoria macrófagos los
fagocitan
La respuesta
celular
Célula infectada
Célula enfadada
Destrucción de
células infectadas o
tumorales
Las zonas del antígeno que se unen específi camente con el anticuerpo o con el receptor
de un linfocito, se denominan determinantes antigénicos. Cada antígeno puede presentar
varios determinantes antigénicos diferentes que estimulan la producción de anticuerpos y
la repuesta de los linfocitos. Estas estructuras quími cas, los determinantes antigénicos,
son los responsables de la especificidad de la respuesta inmunitaria.
Anticuerpo
Precipitado
La unión antígeno-anticuerpo no es suficiente para la eliminación del agente extraño contra el que luchamos. Se precisa la
colaboración de otros elementos (complemento, células fagocitarias y células NK). El conglomerado antígeno-anticuerpo
puede así ser fagocitado por las células del Sistema Retículo Endotelial (S.R.E.) o por las Natural Killer. Las moléculas del
Complemento, al unirse al complejo formado por antígenos y anticuerpos, pueden estimular la fagocitosis por parte de los
macrófagos.
Tipos de inmunidad
Inmunoestimulación
Inmunidad
Inmunidad adquirida pasiva
adquirida activa
Fig. 19 Inmunoestimulación.
VACUNAS
- Inocuidad, la vacuna debe estar desprovista de poder patógeno, logrando este objetivo
sin interferir en la respuesta inmune.
SUEROS
Mediante los sueros se consigue una inmunidad inmediata ya que los preparados
biológicos que inoculamos contienen los anticuerpos específicos que la urgencia precisa.
Es una intervención rápida menos duradera e intensa que la provocada por la vacunación.
- Sueros homólogos: Son sueros obtenidos de humanos que poseen anticuerpos para un
determinado antígeno.
SEROVACUNACIÓN
Conjunto de medidas preventivas que combinan la vacunación con los tratamientos con
sueros adecuados.
INMUNOPATOLOGÍA
Las células del sistema inmunitario linfocitos, macrófagos y otras han de aprender a
tolerar cada célula y cada proteína del organismo sin dejar de atacar por ello a los
invasores externos.
No obstante, se puede dar el caso de que algunos linfocitos inmaduros respondan ante
elementos del propio cuerpo. Ahora bien, normalmente, si una célula inmunitaria reacciona
ante un producto del propio organismo mientras se está formando en el timo o en la
médula ósea, suele ser destruida o, al menos, inactivada por el propio organismo. Sin
Nota: )Por qué la selección natural ha permitido que la alergia se haya extendido tanto? Se sabe que ciertos
rasgos de la alergia solo vuelven a darse cuando el sistema inmunitario intenta erradicar parásitos. Así, el
cuerpo sintetiza cantidades elevadas de anticuerpos de tipo IgE tanto ante la presencia de alérgenos como
ante la de parásitos. Frente a otro tipo de invasores recurre a otro tipo de anticuerpos.
Una hipótesis podría ser que el cuerpo desarrolló en su origen la respuesta alérgica para hacer frente a los
parásitos. Las personas capacitadas por su dotación genética para organizar un ataque inmunitario eficaz
contra esos organismos sobrevivirían mejor que quienes carecieran de ese mecanismo defensivo, habrían
tenido mayor descendencia y sus hijos habrían transmitido a su vez a los suyos esos genes. Así se
extendería entre la población humana el sistema de defensa contra los parásitos. Esta capacidad de
defensa ha permanecido útil allí donde abundan los parásitos. Sin embargo, el sistema inmunitario de
quienes ya no se encuentran con esos organismos reacciona ahora libremente -aunque de forma
contraproducente- ante otras sustancias como el polen. En respaldo de esta tesis se ha observado que la
alergia es menos común en las naciones en vías de desarrollo que en las industrializadas pero la
investigación realizada en animales de experimentación para someter a prueba la hipótesis no ha resuelto
nada.
Se sabe que alérgenos diferentes provocan síntomas dispares, en parte porque atacan al
sistema inmunitario en diferentes puntos del organismo.
sangre (7).
3 Linfocito T
1 alérgeno
Linfocito B
2 macrófago 5 anticuerpos
4 Moléculas
señalizadoras
Vaso
sanguíneo
*
*
* * *
7 Basófilos 6 Mastocitos
*
Histamina
Las células cancerígenas se parecen a las células normales del cuerpo en muchos
aspectos. Aún así, actúan como células extrañas, reproduciéndose rápidamente e
invadiendo los tejidos. Además, las células cancerígenas tienen antígenos en su
superficie celular que difieren de los antígenos de las células normales y pueden ser
identificadas como extrañas por lo que, quizás, el organismo pueda organizar una
respuesta inmunitaria.
Cada vez hay más pruebas que indican que el cáncer no sólo puede inducir una respuesta
inmunitaria sino que es un hecho que ésta se podría producir de modo que las células
cancerígenas fuesen suprimidas mucho antes de que se detecte el cáncer. Los cánceres
que se desarrollan representarían fallos ocasionales del sistema inmunitario. Por lo tanto,
si se refuerza la respuesta inmunitaria, se podrá avanzar en el proceso de lucha contra el
cáncer.
Cuando el VIH entra en el organismo, las glucoproteínas externas se unen a las moléculas
CD4 de los linfocitos T cooperadores (también puede infectar macrófagos), sin embargo,
para entrar en el interior del linfocito necesita fusionarse con la membrana celular (1). En
1996, un equipo de trabajo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas
de EEUU, encabezado por Edward Berger, identificó en la cara exterior de la membrana de
los linfocitos T una proteína, a la que denominaron fusina, que permite la entrada del VIH
en la célula2 .
Juntamente con la fusina, estos dos últimos años se han descubierto otras moléculas, de
función similar, que se denominan correceptores3 .
Una vez dentro de la célula, el RNA se libera de la cápsula que lo contiene (2), y la
transcriptasa inversa cataliza la transcripción inversa sintetizando un ADN complementa-
1
Fue identificado por primera vez en 1981 al observar la aparición en hombres jóvenes de un tumor maligno
(Sarcoma de Kaposi) que afecta a los revestimientos endoteliales de los vasos sanguíneos y que hasta entonces
sólo se había observado en hombres de edad avanzada.
En la misma época y también en hombres jóvenes se detecta un incremento de neumonías e infecciones fatales
del tracto intestinal causadas por protistas ubicuos pero habitualmente inocuos. Anteriormente estas
enfermedades se habían observado en pacientes cancerosos y en receptores de transplantes cuyos sistemas
inmunes habían sido suprimidos. Estos hechos sugerían que la causa era una supresión masiva del sistema
inmune.
Las primeras imágenes del virus al microscopio electrónico se identificaron, en febrero de 1983, en el Instituto
Pasteur de París por el profesor Luc Montaigner.
2
La hipotética función normal de esta proteína se desconoce, se sabe que está formada por 352
aminoácidos y que pertenece al grupo de las proteínas receptoras G, conocidas como facilitadoras de la entrada
en la célula de los virus y otros agentes patógenos. Se sospecha que los macrófagos tienen una proteína similar.
3
Recientemente se ha visto que. entre los mecanismos que explican la resistencia de algunas personas
probablemente inmunes a la infección, existe también una causa genética. Alrededor de un 1% de la población
europea es deficiente para alguno de aquellos correceptores y, por tanto, resistente a la infección por VIH.
rio del ARN viral (3 y 4). Este ADN se incorpora a un cromosoma de la célula hospedadora
(5), en esta etapa el virus es extremadamente sensible a los inhibidores de dicha enzima.
A continuación comienza a replicarse (6) originando nuevas partículas virales que salen
del linfocito T (8) e invaden a otros linfocitos u a otras células. Frecuentemente el linfocito
T resulta destruido.
1 6a
6b
3
4
7
8
Fig. 22 Infección de una célula por el virus del SIDA (ciclo del VIH).
Se sabe que la replicación del VIH se produce desde las fases muy precoces de la
infección y en tasas muy elevadas, por medio de continuados ciclos de infección. Si el
seropositivo no enferma hasta transcurrido un tiempo es porque el organismo dispone de
herramientas eficaces para hacerle frente.
En un solo día pueden originarse en una persona infectada del orden de 1000 millones de
nuevas partículas víricas, produciéndose cada 48 a 72 horas la renovación de buena
parte de los virus circulantes y de los linfocitos infectados. Esta situación se amplifica
enormemente la variabilidad genética del virus, la cual se produce como consecuencia de
los errores de copia que tienen lugar durante la transferencia de información desde el ARN
viral hasta el ADN. Muchas de las variantes genéticas originadas por mutación resultan no
ser viables, pero algunas sí lo son y llegan a formar un cúmulo de variantes que
explicaría por qué finalmente el sistema inmunitario acaba por fracasar, ante la imposibili-
dad de mantener una lucha contra un enemigo tan inestable.
Algunas de las formas mutantes del virus implican cambios en la estructura de los
péptidos que actúan como determinantes antigénicos. Aunque muchos de estos cambios
no parecen afectar a la actividad del sistema inmunitario, distintos investigadores han
sugerido que algunos pueden hacer que determinado péptido se vuelva invisible a las
defensas del organismo (mutantes elusivos). Este encadenamiento de determinantes
Prácticas de riesgo.
Rechazo de transplantes.
• También tienen éxito los transplante en los que el donante y el receptor son gemelos
genéticamente iguales.
En los dos últimos casos el tejido transplantado generará, por parte del receptor, una
respuesta inmune destructiva que se denomina rechazo. Tiene su origen en la existencia
de proteínas de superficie en las membranas (moléculas del CMH), si éstas son recono-
cidas como extrañas se desencadena la respuesta inmune específica.
Con el fin de evitar estos problemas, los inmunólogos de transplantes realizan pruebas
previas de histocompatibilidad.
ANTICUERPOS MONOCLONALES
Los anticuerpos monoclonales (Mab, del inglés monoclonal antibody), son anticuerpos
idénticos porque son producidos por un solo tipo de célula del sistema inmune, es decir,
todos los clones proceden de una sola célula madre. Es posible producir anticuerpos
monoclonales que se unan específicamente con cualquier molécula con carácter antigénico.
Este fenómeno es de gran utilidad en bioquímica, biología molecular y medicina.
Para producir anticuerpos monoclonales, primero se extraen células B del bazo de un animal
que ha sido expuesto al antígeno. Estas células B son fusionadas con células tumorales que
pueden crecer indefinidamente en cultivo celular. Estas células fusionadas híbridas pueden
multiplicarse rápida e indefinidamente, puesto que son células tumorales después de todo y
pueden producir gran cantidad de anticuerpos. Los hibridomas son diluidos y cultivados
para obtener un número diferente de determinadas colonias, las cuales producen sólo un
tipo de anticuerpo.