Apertura de Chakras
Apertura de Chakras
Apertura de Chakras
Posturas de yoga
Doy seguidamente unos ejercicios de hatha yoga que sirven para estimular y
liberar la energía propiamente dicha del chakra Muladhara:
Rodilla al pecho (Apanasana)
Relajación profunda
Casi todo lo que implique un contacto con la Tierra sirve para tomar
fundamento. Lo primero es llevar la energía hacia los pies y el ejercicio
bioenergético que paso a describir es excelente a este propósito:
1. De pie, en postura cómoda, con los brazos colgando a los lados. Ponte de
puntillas y luego descarga con fuerza sobre los talones, doblando las rodillas al mis-
mo tiempo, como si quisieras hundirte en el suelo. Para dar más énfasis a este
movimiento puedes también subir y bajar los brazos, subrayando el sentido
descendente. Repítelo varias veces, es un buen ejercicio de calentamiento.
El elefante
Éste también es un ejercicio destinado a vigorizar las piernas.
1. Inclínate hacia abajo con las piernas algo flexionadas y apoya las palmas
de las manos en el suelo. Puedes gatear hacia delante tan pronto como te resulte
incómodo el mantener la postura estática.
2. Inhala y flexiona las rodillas hasta formar un ángulo de unos 45 grados:
exhala y estira las rodillas hasta poner las piernas casi rectas, pero sin forzar jamás
la posición.
3. Repite el ejercicio hasta que notes un estremecimiento o la irrupción de
una corriente de energía en las piernas, lo que suele ocurrir al cabo de unos
minutos si se ejecuta correctamente.
4. Por último, incorpórate despacio, con la espalda doblada y el vientre
relajado, y te yergues hasta retornar a la postura de pie. La respiración debe
permanecer profunda y regular durante estos ejercicios. Puedes exhalar cualquier
sonido que te parezca natural.
5. Flexiona un par de veces las rodillas, sacude las piernas y quédate en
postura de descanso, notando los efectos.
6. Repítelo las veces que te parezca conveniente.
Pies en alto
Es asimismo un ejercicio bioenergético.
1. Tumbado de espaldas en el suelo, levanta las piernas al aire con las
rodillas relativamente rectas, aunque no del todo.
2. Alza las piernas hasta que los pies lleguen casi a la vertical de la cabeza,
y saca los talones.
3. Si localizas la postura que hace vibrar las piernas, quédate en ese punto y
deja que prosiga la vibración, que carga de energía las piernas y las caderas.
"Zapateado"
Excelente práctica por la mañana, al levantarnos, y mejor aún si va seguida
de un masaje de pies realizado con rodillo, con una pelota de tenis o por tu pareja,
si es posible.
1. Patea el suelo varias veces con un pie, y luego con el otro. Este ejercicio
abre los chakras de los pies y nos ayuda a entrar en contacto con la solidez del
suelo.
Saltar
Esto nos ayuda a entrar en contacto con el plano terrestre, por cuanto
cedemos a la gravedad y nos dejamos caer como si quisiéramos sumergirnos. Es
también un ejercicio útil para dar energía a las piernas, mejor sobre tierra natural,
si hallamos la posibilidad de hacerlo, que sobre un pavimento o suelo duro, a fin de
atenuar los impactos sobre las piernas.
Patear
Elimina la tensión de las piernas siempre y cuando no se nos ocurra dar
puntapiés a ningún objeto sólido.
Jogging
Confiere energía a los pies, las piernas y el torso, activa el metabolismo y
acelera la respiración.
1. Correr al aire libre, o mejor aún por el campo, es un maravilloso ejercicio
de toma de fundamento.
Descansar
Hay mucho que decir sobre las grandes virtudes del descanso: arrellanarse
en un sillón, relajarse y no hacer nada. Es, en la actualidad, el ejercicio de toma de
fundamento más practicado en nuestro país.
Masajes
Cualquier género de masaje ayuda a eliminar tensiones del organismo y
facilita la reconexión de la psiquis. Para la torna de fundamento se recomiendan
especialmente los masajes en los pies.
Comer
Muchos comen para adquirir fundamento y lo hacen porque es eficaz. Pero
sin exageración, ya que entonces perdemos el sentido del propio cuerpo y el
fundamento.
Dormir
Es devolver el cuerpo al reposo, al silencio y a la tranquilidad. Es la toma
cotidiana de fundamento que nos restaura para la jornada siguiente. ¡Felices
sueños!
SEGUNDO CHAKRA El agua
El cambio Las polaridades El movimiento El placer Las emociones La sexualidad
Protección Sensibilidad extrasensorial
Meditación de agua
Primera fase
1. El agua purifica tanto interior como exteriormente. Hazte con un vaso de
agua y siéntate en silencio a bebértela. Nota como se derrama dentro de ti. Siente
el frescor, el líquido, cómo cae en tu estómago. Imagina cómo empapa todo tu
cuerpo, tus venas, tus músculos, tu sistema digestivo. Moja un dedo y pásatelo por
la cara notando la humedad, la cualidad refrescante.
Segunda fase
1. Como paso siguiente vas a purificarte tú mismo. Es un ritual que debe ser
completo y gozoso. Sirve para ello una ducha, una bañera, un lago, un río e incluso
una sauna. Comprueba que todo lo que te rodea esté limpio; es difícil sentirse puro
en un medio ambiente donde impere la saciedad.
2. Si eliges un baño o ducha, escoge las toallas, los jabones y las lociones de
tu preferencia y tenlos a mano. Si vas a hacerlo en un río, busca un lugar
despejado en la orilla donde puedas tenderte luego a secarte. Si es una sauna,
procura reservarte un lugar donde luego puedas estar un rato a solas.
3. Cuando te hayas sumergido en el agua medita sobre cada una de las
partes de tu cuerpo, diciendo «Ahora mis manos quedan limpias: ahora mis pies
quedan limpios; ahora mi cara queda limpia, etc.», hasta hacerte uno con el agua.
Hecho esto visualiza cómo el agua se lleva todas aquellas cosas que no deseas para
ti. Si estás en un medio natural podrías arrojar algún objeto (no contaminante) al
agua para significar que reniegas de esa negatividad que no quieres ver en tu vida.
En un medio urbano, arrojamos por el desagüe alguna cosa provista de valor
simbólico, que puede ser un líquido.
4. Mientras te recreas en el baño con el agua a tu alrededor, piensa en los
ciclos de flujo y reflujo que ha tenido tu vida. Contémplate a ti mismo como un ins-
trumento del movimiento. Si tomaras distancia para contemplarte desde otra
dimensión, ¿qué pautas se observarían en tus movimientos a lo largo de la vida?
5. Piensa en las cosas de las que te gustaría librarte en este momento:
hábitos adquiridos, tendencias, recuerdos dolorosos, temores. Mira cómo fluyen
para salir de ti por el cordón, pasando por el fundamento, como un río que
desemboca en el mar, y cómo la lluvia viene a restablecer el nivel del río
rellenándolo de agua fresca.
6. Piensa luego en las cosas que te gustaría aportar a tu vida: nuevas
pautas, nuevas amistades, o acontecimientos deseables. Imagina que cae sobre tu
cabeza una catarata de agua que derrama sobre ti todas esas bendiciones.
Absórbelas y deja que empapen todo tu cuerpo.
7. Yemaya (Yemonja) es la diosa del mar en África, la Gran Madre. «La
visualizamos como una mujer alta y hermosa, radiante y oscura, protectora y de-
voradora, clara como el cristal y misteriosamente profunda.» Es la protectora, la
consoladora, la sanadora, la maternal, con un vientre tan ancho que le cabe toda la
vida. Sumergido en tu baño, imagina que te acuna y te protege esa gran madre
oceánica. Contémplate en el útero de la diosa, como si estuvieras a punto de nacer.
Pregúntale qué designios alberga para ti en este nacimiento, y suplícale que sea
suave y fácil. Acepta su protección, absórbela, imagina que la compartes con otros.
Dale gracias por haber nacido.
8. Vístete con prendas limpias. Sírvete otro vaso de agua clara y bébelo
despacio, en silencio, meditando sobre a naturaleza cíclica del agua y en tu propia
posición dentro de esos cielos. Si te es posible, visita cuanto antes una gran
extensión de agua.
La postura de la diosa
1. Sobre una superficie blanda, como una colchoneta, realizar la misma serie
de movimientos pero con gran rapidez. En esta variante la pelvis sube y baja con
celeridad y aplicando toda la fuerza posible. Al mismo tiempo puedes exhalar
cualquier sonido que te parezca natural. Esto ayuda a descargar la energía
bloqueada.
Círculos de cadera
Elevación de piernas
¿Has visto alguna vez bailarines de jazz? Se trata de andar emulando los
movimientos de los bailes negros.
1. Con las rodillas algo flexionadas y manteniendo muy flexible la pelvis,
camina notando muy bajo tu centro de gravedad y meneando con exageración las
caderas. ¿Te parece cómoda esta manera de moverse? ¿Qué sensaciones produce
en tu cuerpo? Deja que se contonee todo mientras andas.
TERCER CHAKRA El fuego
El poder La autonomía La voluntad La energía El metabolismo La
técnica Transformación La autoestima
El aliento de fuego
Correr
Has ido siempre un ejercicio atlético intenso que tonifica el corazón y activa los
pulmones y la circulación. De todos los sistemas energizantes físicos, el Jogging es
probablemente lo mejor para dinamizar el tercer chakra.
Abdominales
Aunque sean un ejercicio clásico de la gimnasia occidental y no de yoga las
sentadillas mejoran el tono muscular en la región del tercer chakra ayudan a
regular la digestión.
1. Comenzamos en el decúbito supino, las rodillas flexionadas y los pies
paralelos, Entrelazamos los dedos detrás de la nuca.
2. Tensar la musculatura abdominal y elevar la cabeza unos dedos del suelo:
no es necesario sentarse del todo. Los músculos hacen su trabajo en los primeros
centímetros de contracción.
3. Inhalar para bajar la cabeza exhalar para levantarla. Repítelo tantas
veces como puedas, aumentando las repeticiones con la práctica.
El leñador
El sonido asociado con el tercer chakra y viene a ser como un "ah" fuerte. Con él
acompañaremos los movimientos del ejercicio siguiente:
1. De pie, con los pies firmemente plantados en el suelo y separados algo
más de medio metro. Eleva los brazos juntos por encima de la cabeza, con las ma-
nos unidas. Dobla ligeramente la espalda hacia atrás.
2. Exhalando el sonido "ah" baja hacia delante toda la parte superior del
cuerpo para meter los brazos entre las piernas e incluso más atrás en un solo
movimiento que debe ser fluido y rápido, al tiempo que emites tanta fuerza y poder
como te sea posible.
3. Repítelo de cinco a diez veces en cada sesión. Notarás cómo "rompe" la
energía a través de la parte superior de tu cuerpo.
1. Túmbate boca abajo, con los brazos junto a los costados, y relájate.
Respira hondo y dobla las rodillas de manera que puedas aferrar los tobillos con las
manos (al principio, si no llegas puedes ayudarte con una correa).
2. Inhala, levanta la cabeza, aprieta hacia abajo con el sacro y arquea la
espalda levantando el pecho y tirando de los tobillos. Deja que los brazos tiren de
los hombros hacia atrás y quedarás en equilibrio sobre la barriga. Respira
profundamente.
3. Deja que sean las manos quienes se encarguen de la tarea de mantener
la postura en arco mientras procuras relajar el resto del cuerpo cuanto te sea
posible en tan extraña postura.
Sacar barriga
Partiendo de la postura sentada, estira las piernas por delante, con las manos
apoyadas en el suelo junio a las caderas.
1. Levanta la pelvis hacia delante, formando arco desde los pies hasta la
cabeza, sin exagerar y sacando sobre todo el plexo solar.
2. Luego relájate poco a poco y retorna a la postura sedente.
Punta de lanza
De ejecución difícil hasta que hayas adquirido algo de práctica, es una
pequeña joya que fortalece los músculos abdominales y desarrolla el sentido del
equilibrio.
1. Partiendo del decúbito supino, levanta piernas y brazos (con las rodillas
tan estiradas como te sea posible) tratando de dibujar una "V" con el cuerpo.
Mantén la postura mientras te sea posible y luego relájate.
Hay una versión fácil, levantando solo una pierna cada vez o buscando
apoyo con ambos pies en una pared haciendo trabajar más los músculos
abdominales que los de los muslos que quizá no tengan fuerza suficiente.
Hacer el sol
Los brazos desempeñan un papel importante por lo que se refiere a la activación de
tu poder ya que son ellos quienes habitualmente se encargan del contacto con el
mundo. Con los brazos actuamos, y la acción es el dominio del tercer chakra. El
interés de este ejercicio radica tanto en la visualización como en los movimientos
físicos. Su función consiste en trasladar energía del corazón y del plexo solar a los
brazos y manos.
1. De pie, con los brazos levantados sobre la cabeza, los pies separados una
distancia igual a la anchura de tus hombros.
2. Inhala hondo y estira brazos y dedos poniéndolos tan rígidos como
puedas; luego bájalos despacio hasta las caderas, con las palmas de las manos
vueltas hacia abajo y los brazos siempre bien estirados.
3. Hacia la mitad del recorrido sentirás como si estuvieras empujando contra
alguna fuerza invisible. Mientras lo haces imagina que tú eres el centro del sol y
que tus brazos describen la circunferencia. Mientras notas la fuerza que se te
opone, imagina que se trata de un bloqueo que quieres resolver. Nota cómo lo
apartas con tus manos alejándolo de ti. Imagina los haces de energía que irradian
de tus brazos, y cuando hayas completado el círculo trata de visualizar el halo solar
luminoso a tu alrededor.
Ejercicios de respiración
El aliento de fuego
Es una respiración diafragmática acelerada, que se obtiene mediante una rápida
sucesión de contracciones y expansiones abdominales. La inhalación es entonces el
mero resultado de relajar el diafragma.
El pez
El molino de viento
1. Todos hemos realizado este ejercicio durante nuestros juegos infantiles. De pie,
con los brazos estirados hacia los lados, girar el torso sobre el eje de la columna
vertebral. Esta práctica transfiere la energía del cuerpo hacia los brazos y manos, y
relaja la tensión de los músculos del pecho y el abdomen.
Círculos con los brazos
1. Este ejercicio estimula los músculos de los brazos y de la parte alta de la
espalda (las alas). Estira los brazos en cruz y dibuja pequeños círculos en una
dirección: ve aumentando gradualmente su perímetro. Luego cambia de dirección y
repite el mismo proceso. Para el elemento aire, también puedes imaginar que estas
batiendo unas alas y que estás volando. A medida que lo haces debes tomar
grandes bocanadas de aire.
QUINTO CHAKRA. El sonido
El éter La vibración La comunicación Los mantras
Telepatía Creatividad
Rotaciones de cuello
El cuello es la parte más estrecha del torso y suele actuar como un filtro entre el
caudal abundante de energía que circula entre la mente y el cuerpo. Por eso es
muy propenso a sufrir tensiones y tortícolis. La relajación del cuello es
indispensable para cualquier trabajo sobre el quinto chakra.
1. Haz rodar lentamente la cabeza en movimiento circular sobre los
hombros. Abandona el ejercicio si empiezas asentir malestar o incomodidad. Date
un poco de masaje con los dedos y mantén la cabeza en posición erguida hasta que
se relaje un poco. Entonces puedes reanudar el ejercicio, alternando los sentidos de
rotación.
Alzar la cabeza
Esta práctica tonifica la glándula tiroides y ayuda a reforzar el cuello.
1. Échate de espaldas en el suelo y relájate. Levanta la cabeza poco a poco,
sin despegar los hombros del suelo, hasta ver la punta de tus pies. Mantén la
postura hasta notar el flujo ele la energía a través de la nuca.
El candelabro
Para facilitar la ejecución es útil ayudarse con una manta o una toalla, doblando a
unos 5-8 centímetros de espesor: en el decúbito supino la cabeza descansa en el
suelo, pero las vértebras torácicas superiores se apoyan sobre ese colchón.
1. Túmbate de espaldas, los brazos paralelos a los costados, y relájate.
Dobla las rodillas y levanta lar piernas hacia el pecho, doblando la espalda.
2. Eleva las caderas y las piernas por encima de los hombros, ayudándote
con las manos en las caderas y lo codos apoyados en el suelo. Prolonga la postura
mientras no cause malestar.
El arado
Si se te ha dado bien la postura del candelabro quizá quieras intentar la del arado.
1. Ejecuta de nuevo la postura del candelabro.
2. Llevar las piernas hacia atrás por encima de la cabeza, hasta que los
dedos de los pies toquen el suelo, las rodillas tan rectas como te sea posible.
3. Las personas menos flexibles pueden colocar una silla detrás de su cabeza
para apoyar las piernas.
Meditación
El ejercicio más útil para vigorizar el tercer ojo es la simple meditación, durante la
cual conviene llevar la atención al centro del cráneo, o al entrecejo. Podemos añadir
visualizaciones de colores o de figuras, o sencillamente dedicarnos a despejar la
pantalla mental hasta que nos parezca limpia y vacía.
1. Una vez conseguido esto, podemos invocar visualizaciones en respuesta a
cualquier cuestión que deseemos formular. Si queremos hacer averiguaciones
acerca de la salud de una persona, por ejemplo, visualizaremos el cuerpo del sujeto
y dejaremos que el blanco y el negro nos muestren las regiones sanas y las
enfermas. Hay que ser imaginativos para dar con una metáfora visual que nos
ayude a precisar la cuestión. ¡El sistema en sí no conoce más limitaciones que las
de nuestra imaginación, y cuanto más abramos este centro más potenciaremos esa
facultad!
2. Otra manera de concretar lo que sentimos en cuanto a determinada
decisión consiste en parafrasear la pregunta de manera que se pueda contestar a
ella por un simple sí o no. Ensayaremos una visualización que represente cada una
de estas respuestas, por ejemplo colocando una de ellas a la derecha de nuestra
pantalla y la otra a la izquierda. Luego imaginaríamos una aguja de escala, o fiel de
balanza, apuntada verticalmente hacia arriba; contamos hasta tres y miramos de
qué lado se inclina nuestro indicador. No intentes controlar la aguja, deja que ella
misma vaya adonde quiera: ¡conocerás más de una sorpresa!
Nota: el éxito de los intentos de visualización depende de la perseverancia,
lo mismo que un músculo. Acostúmbrate a imaginar una cara antes de descolgar el
teléfono: reconstruye todos tus pasos cuando sales por la mañana como si fueses
un espectador ajeno; evoca con asiduidad los recuerdos de tu habitación infantil,
tus compañeros de juegos o tu primer amor.
Cuando te dispongas a iniciar una nueva tarea, visualízala terminada y verás
cómo la ejecución resulta mucho más fácil; visualiza cifras abundantes en tus ex-
tractos del banco; visualiza el encuentro con una persona nueva.
Visualizar es soñar activamente. Cuanto más lo practiquemos, más vívidas y
más acertadas serán las creaciones de nuestra mente. Las oportunidades para
practicar son incontables; una vez convertido en hábito pasa a ser una segunda
naturaleza.
SÉPTIMO CHAKRA El pensamiento
La conciencia El conocimiento La información
Entendimiento Trascendencia Inmanencia Meditación
Alineación
Para la máxima armonía del funcionamiento de los chakras es preciso que éstos se hallen
ajustados entre sí. La puesta en sintonía se realiza con la espina dorsal relativamente recta
(una espalda demasiado erguida produce envaramiento y tensión, lo que bloquea la
apertura de los chakras).
1. En pie con las piernas separadas como medio metro, e-s-t-i-r-a las manos por arriba de
la cabeza, tensando al hacerlo todo el cuerpo, como si quisieras estirar cada uno de tus
chakras. Observa cómo esta postura recta favorece la alineación de todos ellos.
2. Cuando retornes a la postura erguida normal intenta conservar esta sensación de
elevación, rectificando el cuerpo de manera que el centro de cada sección principal
(pelvis, plexo solar, pecho, garganta, cabeza) se encuentre en línea con el eje central
del organismo. Que los pies conecten sólidamente entre ti y el núcleo central
(Sushumna) que articula todos los chakras.
3. Practica la misma alineación en posición sentada, bien sea en una silla o en el suelo con
las piernas cruzadas. Vuelca el cuerpo hacia delante y luego vuelve a erguirte, y
observa la diferencia que ello produce en cuanto a energía física y claridad mental.
La corriente manifestadora
1. De pie o cómodamente sentado, con la espalda recta, los pies descalzos plantados
con firmeza en el suelo. Sintoniza con el eje vertical de tu cuerpo. Concédete una
postura cómoda de equilibrio que mantenga en calma y centrado sin esfuerzo este eje
vertical. Respira despacio y profundamente.
2. Elévate mentalmente por encima de tu cabeza y sube hacia las inmensidades del
cielo y el espacio. Respira en esta extensión, imagina que absorbes a través de tu
cabeza los espacios infinitos y que caen sobre ti corno una catarata que te inunda la
cara, los oídos, la nuca. los hombros y los brazos.
3. Haz que tu cabeza se llene otra vez con esa energía «cósmica» y deja que se
derrame sobre tu cuello y descienda hasta tu pecho y llene tus pulmones mientras
aspiras.... exhalas..., aspiras.... exhalas... Mientras se llena el tórax, relaja el abdomen
para dejar que esa energía llene el plexo solar, el vientre, los genitales y las nalgas, las
piernas y los pies, hasta que se transmita al seno de la Tierra.
4. Vuelve a concentrarte en la cima del cráneo y repite. Mientras reanudas el proceso
puedes tratar de imaginar esa energía bajo una forma concreta: como luz, como un
color determinado. como una divinidad de alguna especie, como un remolino de aire o
una corriente, o sencillamente como un movimiento. Repite la operación hasta que las
imágenes acudan con facilidad y se establezca fácilmente el ¡lujo desde lo alto, pasando
por tu cabeza, hasta la tierra bajo tus pies.
La corriente liberadora
Cuando hayas practicado el ejercicio anterior hasta familiarizarte con él, podrás
empezar a trabajar la corriente ascendente de una manera parecida.
1. Imagina que recibes la energía de la Tierra (roja, parda o verde, sólida pero
vibrante) a través de tus pies, pasando por las piernas y yendo a rellenar el primer
chakra, para invadir luego los genitales y el abdomen, el plexo solar y finalmente el
corazón, el pecho, los hombros y el cuello, la cabeza y la cara, hasta salir por arriba y
eliminar toda tensión externa y por encima. Trabaja también con esta corriente hasta
que discurra con soltura.
2. Cuando hayas aprendido a suscitar con facilidad estas corrientes, intenta que fluyan
ambas a la vez. Ensaya diferentes combinaciones y mezclas en los planos de cada uno
de los chakras (si te gusta trabajar con los colores, hallarás una meditación adecuada al
final del capítulo 7, donde tratamos del sexto chakra).