Dark Swan 02 - Thorn Queen

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Traducido por:

Grupo Leyendas Oscuras


Grupo de Traductoras y Correctoras Ishtarwicca Jimena - Kiragaka Mona - Roux Maro - Sonia Blake

Correccin Final Aicitel Diseo Madri

Sinopsis
Eugenie Markham es una bruja de alquiler, que cobra para desterrar criaturas del Otro Mundo. Pero despus de su ltima batalla, tambin se convirti en la reina de la Tierra de Thorn. Y no era una vida de envidia, no con su reino en ruinas, su vida amorosa era un caos, y Eugenie est impaciente por evitar la profeca acerca de que su primognito destruir a la raza humana. Y las chicas jvenes ahora estn desapareciendo de Otro Mundo, y nadie ms que Eugenie, parece dispuesta a averiguar por qu. Eugenie derram mucha sangre en su tiempo, pero sus enemigos son astutos, sutiles y alimentados de un resentimiento personal. Y los hombres de su vida no dejaban que las cosas fueran nada fciles. Su novio Kiyo est preocupado con el embarazo de su ex, y el sexy rey Dorian siempre se hace pasar por una distraccin peligrosa. Con o sin su ayuda, Eugenie debe aventurarse en las profundidades del Otro Mundo y confiar en un imprevisible poder que apenas puede controlar. Reacia reina o no, Eugenie se comprometi a cumplir con su deber, incluso si ello significa enfrentar el lado sombro, triste y mortal de su naturaleza.

Captulo 1
Triste realidad: muchos nios saben cmo utilizar cuchillos y armas de fuego. Yo fui uno de ellos, pero en lugar de introducirme en una vida de delincuencia, me prepar para ser una chamn mercenaria. Esto significa que mientras mis amigos estaban en los bailes y los juegos de ftbol, yo estaba desterrando espritus y luchando con monstruos junto a mi padrastro. El lado bueno, crec sin temor a agresores o cualquier tipo de asalto. El lado malo, una realidad as acaba con el desarrollo social de un adolescente. Eso quiere decir que en realidad nunca estuve con otros chicos. Tuve algunos amigos, pero en comparacin con su mundo, el mo era un terror absoluto y mortal. Sus dramas y preocupaciones parecan insignificantes cerca de los mos, y realmente nunca me pude relacionar. Ahora Como adulta, todava no me puedo conectar con los chicos porque no tengo experiencias similares para compartir. Lo que hoy haca mi trabajo mucho ms difcil. -Vamos, Polly,- dijo la madre de la nia, sonriendo con los labios sper voluminosos. Demasiado colgeno, sospecho. - Dile a ella sobre el espritu. Polly Hall tena 13 aos, pero usaba maquillaje suficiente como para competir con una perra de 40. Estaba sentada perezosamente en el sof de la casa de su familia perfectamente decorada, mascando chicle, mirando a todas partes menos a nosotras. Sospecho que tena menos que ver con las influencias sobrenaturales y ms que ver con tener una madre que le puso el nombre de Polly y le permite ponerse tanga. Debido a un desafortunado efecto secundario de los pantalones vaqueros de cintura baja puede ver el tanga. Despus de un minuto de silencio, la seora Hall suspir. -Polly, querida, ya hablamos sobre eso. Si no nos vas a ayudar, no podemos ayudarte.-Sonriendo, me arrodill delante del sof para poder mirar a los ojos de la muchacha. -Est todo bien,-le dije, con la esperanza de sonar sincera y no como en un programa especial de despus de la escuela. -Voy a creer en lo que me digas. Me encargar de eso.

Polly suspir tan alto como su madre haba hecho hace un momento y an se negaba a mirarme. Me record a mi media hermana adolescente inestable que estaba perdida y quera conquistar el mundo. -Mam,-dijo,-puedo ir a mi habitacin? -No hasta que hables con esa chica. -Mirndome nuevamente, la Sra. Hall explic. -Escuchamos ruidos extraos durante toda la noche: objetos que lanzan, rasgaduras, golpes. Las cosas cayendo sin ninguna razn. Incluso yo... -ella vacil. -Vi cosas volando por la habitacin. Pero siempre cuando Polly estaba cerca. Quien quiera que sea este fantasma, al parecer le gusta... o est obsesionado con ella. Volv mi atencin a Polly absorbiendo de nuevo el triste estado de nimo con un poco de frustracin. -Tienes muchas cosas en tu mente, Polly? -Le pregunt con suavidad. Problemas en la escuela o algo as? Problemas por aqu?- Sus ojos azules brillaron brevemente para m. -Qu pasa con los problemas elctricos? - Le pregunt esto a su madre. -Las cosas entrando en corto circuito? Los aparatos de sonido o electrodomsticos no estn funcionando bien?-La seora Hall parpade. -Cmo lo sabes?- Me levant y estir los escalofros fuera de mi cuerpo. Haba luchado con un fantasma la noche anterior, y l no era muy amable. -No es un fantasma. Ustedes tienen un poltergeist. -Las dos me miraron. -Esto no es un fantasma?- La seora Hall pregunt. -En realidad no. Es una manifestacin de poderes telequinticos, por lo general provocados por la ira u otra emocin fuerte durante la adolescencia. -Evit el modo de programa especial de despus de las clases slo para conseguir la informacin esencial. -Yo... espere. Ests diciendo que Polly est causando esto? -No conscientemente, pero s. En tales casos, el sujeto, Polly, lo hace sin saber, expresa sus emociones de una manera fsica. Ella probablemente no ser

telequintica para siempre. Desaparecer a medida que envejezca y se calme un poco.- Su madre todava pareca escptica. -Claro que parece un fantasma.- Me dio la espalda. -Confa en m. Lo he visto muchas veces. -As que... no hay nada que pueda hacer? Nada que posamos hacer? -Terapia,-suger.-A lo mejor traer un psquico. Le di a la Sra. Hall informacin acerca de un psquico en quien confiaba. Recog mi pago, simplemente cobr por la visita domiciliaria. Cuando lleg con el dinero para drmelo, nunca he aceptado cheques, me incorpor y recog mis cosas. Comenc a dirigirme a la puerta de la sala. -Lo siento por no ser ms til. -No, yo quiero decir, supongo que eso ha ayudado. Es tan extrao-. Mir a su hija con asombro. -Ests segura de que esto no es un fantasma? -Por supuesto. Tiene sntomas cla Una fuerza invisible se estrell contra m, empujndome por el pasillo. Yo gritaba, alc la mano para mantener el equilibrio, y lanc dagas, en sentido figurado, para la perrita de Polly. Con los ojos bien abiertos, pareca tan sorprendida como me senta.

-Polly-dijo la seora Hall. -Ests castigada, seorita. No hay telfono, ni MSN, no... -Su boca se abri cuando ella mir algo en la habitacin. -Qu es eso? -Segu su mirada a una gran forma de color azul plido que se materializ ante nosotros. -Um, bueno -le dije-, se trata de un fantasma. Vino hacia m con la boca abierta en un grito terrible. Les grit a ellas que se agacharan y saqu el athame de hoja de plata de mi cinturn. Un cuchillo puede parecer intil contra los espritus, pero tienen que adoptar una forma ms sustancial para causarles algn dao real. Una vez slidos, ellos son susceptibles a

la plata. Este espritu tena una forma femenina, una forma femenina muy joven, en verdad. Un cabello largo y plido bajaba por ella como una capa, y sus ojos eran amplios y vacos. Por la falta de experiencia o simplemente era un rasgo de ella, el ataque result ser fuerte y descoordinado. Incluso mientras ella gritaba al sentir el primer toque del athame, ya tena mi varita en la otra la mano. Ahora recuperndome, podra hacer esta expulsin hasta durmiendo. Diciendo las palabras acostumbradas, busqu en mi fuerza interior y envi a mi propio espritu ms all de los lmites de este mundo. Tocando en las puertas del Submundo, venc al espritu femenino y lo envi para all. Tenda a remitir a los Monstruos y Gentry al Otro Mundo, el limbo donde vivan. Un fantasma como ese tena que ir a la tierra de los muertos. Ella desapareci. La seora Hall y Polly se quedaran mirndome. De repente, mostrando por primera vez sus emociones, la muchacha se puso de pie y me encar. -Acabas de matar a mi mejor amiga! -Abr la boca para responder y decid que nada de lo que tena para decir sera apropiado. -Dios mo, qu ests diciendo?- Exclam su madre. El rostro de Polly estaba desencajado por la rabia, con los ojos brillantes de lgrimas. -Trixie. Ella era mi mejor amiga. Nos decamos todo. -Trixie? Preguntamos al unsono la seora Hall y yo. -No creo que lo hicieras. Ella era genial,-la voz de Polly se torn un tanto ansiosa. Solo deseaba que pudiramos ir juntas de compras, pero no poda abandonar la casa. As que tuve que traer Vogue y Glamour para ella-. Me volv hacia la seora Hall. -Mi consejo original sigue en pie. Terapia. Mucha terapia. Fui a casa despus de eso, preguntndome por ensima vez porque carajo eleg esta profesin de chamn mercenaria. Es cierto que haba otras profesiones que daban menos trabajo que interactuar con seres sobrenaturales malignos. Contabilidad. Publicidad. Derecho. Bueno, quizs no este ltimo. Una hora ms tarde, llegu a casa y fui atacada de inmediato por dos perros de tamao mediano cuando entr por la puerta. Ellos son vira-latas, uno totalmente negro y uno blanco. Sus nombres son Yin y Yang, pero no poda recordar quin era quin.

-Salgan,-grit mientras ellos me olan, moviendo la cola frenticamente. Blanco trat de lamerme la mano. Pas entre ellos, entr en mi cocina y casi tropec con un gato acostado en el piso. Quejndome, puse mi bolsa en la mesa. -Tim? Ests aqu? Mi compaero de piso, Tim Warkoski, meti la cabeza en la cocina. l llevaba una camiseta con fotos de nativos americanos que deca Seguridad Nacional: lucha contra el terrorismo desde 1492. Disfrut de la inteligencia de la frase, pero perdi algo de sentido desde que supe que Tim no era un nativo Americano. Se limita a imitar uno en la televisin, o mejor, l haca de cuenta que era uno en los bares locales y a los turistas visitantes, usando su piel bronceada y pelo negro para evadir su herencia polaca. Haba tenido problemas con muchas tribus locales. Con una bolsa de basura en una mano y una caja de gato en la otra, me dio una oscura mirada. -Sabes cuntas malditas cajas de arena tuve que cambiar hoy?-Me serv un vaso de leche y me sent a la mesa. -Kiyo dice que necesitamos una caja para cada gato y una extra. -S, s contar Eugenie. Son 6 cajas. Son seis cajas en una casa de 150 metros cuadrados. Crees que tu novio va aparecer y me ayudar con esto? Me mov incmoda. Era una buena pregunta. Despus de 3 meses de romance entre Tucson y Phoenix, mi novio Kiyo decidi tomar un trabajo aqu para salvar una hora y media de distancia. Tuvimos una larga charla y decidimos que estbamos listos para que l viniera a vivir en mi casa. Desafortunadamente, con Kiyo vino su zoolgico: cinco gatos y dos perros. Uno de los problemas de salir con un veterinario. No poda impedirle adoptar a todos los animales que encontraba. No poda acordarme de los nombres de los gatos ni de los perros. Cuatro de ellos fueron nombrados como los Caballeros del Apocalipsis, y todo lo que poda recordar era que Hambre irnicamente, pesaba 13 libras. Otro problema es que Kiyo es un zorro, tanto en el sentido literal como en el figurado. Su madre es una Kitsune, un tipo de espritu de zorro Japons. l hered los rasgos de la misma, incluyendo una increble fuerza y velocidad, tanto como la capacidad de convertirse en un zorro de verdad. Como resultado de ello, a menudo tena "el llamado de la selva", hacindolo querer como los animales. Ahora que estaba trabajando, l parti en un viaje salvaje. Yo acept, pero despus de una semana sin verlo, me estoy empezando a preocupar.

-Volver pronto, - dije vagamente, sin mirar a los ojos de Tim. Adems, puedes dejar de hacer esas tareas si deseas empezar a pagar el alquile.-Eso fue nuestro trato. Alojamiento gratis a cambio de comida y las tareas del hogar. l no se desalent. -Tu eleccin de hombres es cuestionable. Lo sabes, verdad? No lo consideraba demasiado. Lo dej y me fui a mi cuarto, buscando la comodidad de un rompecabezas con una imagen de Zurich. Me sent en mi escritorio all estaba sentado uno de los gatos. Creo que era el Seor Wisker y no uno de los apocalpticos. Lo quit de cima del rompecabezas. Llev la mitad del rompecabezas con l. -Jodido Gato, -murmur. El amor, decid, era una cosa difcil. Muy consciente de mi mal humor, saba que parte de mi ansiedad por Kiyo provena del hecho de que l estaba pasando su tiempo libre en Otro Mundo, con la ex-novia que tambin era una reina de las hadas devastadoramente hermosa. Hadas, sidhe, los Gentry... sea como quiera que desee llamarlos, los gobernantes de toda la vida del Otro Mundo, son altos. La mayora de los chamanes y yo nos referimos a ellos como los Gentry, un trmino anticuado. Maiwenn, la ex de Kiyo, est embarazada de casi nueve meses, y aunque ellos haban terminado, todava ella forma parte de su vida. Suspir. Tim poda tener razn de mi gusto cuestionable en relacin a los hombres. Pas el anochecer. Termin el rompecabezas mientras escuchaba a Def Leppard, lo que me haca sentir mejor. Yo estaba apagando la msica cuando o a Tim gritar -Yo, Eug. Kiyo est aqu. Sin aliento, corr a la puerta de mi habitacin y la abr. Un zorro rojo del tamao de un lobo caminaba por el pasillo hacia m. Un alivio me recorri, y sent que mi corazn volaba mientras lo dejaba adentrar y lo observaba caminar en crculos. -Ya era hora, - le dije. Llevaba un abrigo de color naranja y una cola con punta blanca. Sus ojos eran dorados y, a veces haba un brillo muy humano. No vea nada de eso esta noche. Una sabidura puramente animal me miraba, y yo me di cuenta que haca un tiempo desde que no se converta en humano. l tena la capacidad de convertirse en un zorro de todos los tamaos, desde tamao pequeo, hasta la forma poderosa

que estaba delante de m. Cuando pasaba un tiempo en esta forma ms grande, volver a ser humano le lideraba un mayor esfuerzo y tiempo. Sin embargo, con la esperanza de que se convirtiera pronto, puse otro rompecabezas en mi escritorio y no funcion como esperaba. Dos horas ms tarde, nada haba cambiado. Se qued en un rincn, con su cuerpo envuelto en una bola. Sus ojos seguan mirndome. Agotada, me di por vencida y me puse un pijama rojo. Apagu las luces, y finalmente ca en la cama, durmindome en el acto para variar. Mientras dorma, so con Otro Mundo, con partes particulares que tena, una similitud con Tucson y el desierto de Sonora que nos rodea. Salvo que la versin del Otro Mundo era mejor. Un Tucson casi divino calentado por un sol brillante y lleno de cactus con flores. Este era un sueo comn para m, que a menudo me dejaba deseando aquella tierra por la maana. Siempre intentaba pasar por alto el impulso. Algunas horas ms tarde, me despert. Un cuerpo caliente y musculoso estaba en la cama conmigo, presionando contra mi espalda. Haban brazos fuertes alrededor de mi cintura, y el olor de Kiyo, oscuro y almizclado, me envolvi. Una sensacin liquida quem dentro de m con su toque. Rudamente, me volvi hacia l. Sus labios me consumieron en un aplastante beso, lleno de intensidad y necesidad. -Eugenie, -gru, cuando se detuvo el tiempo suficiente para alejar sus labios solo un poco de los mos. -Te extra. Oh Dios, te ech de menos. Te necesito. Me bes de nuevo, conduciendo aquella necesidad mientras sus manos recorran mi cuerpo. Mis propias manos se deslizaban por la perfeccin suave de su piel desnuda, despertando mi deseo. No hubo gentilezas entre nosotros esta noche, slo una pasin salvaje mientras l me montaba, su cuerpo empujando al mo con una necesidad alimentada tanto por el instinto animal como por el amor. Me di cuenta, que l no haba, totalmente recuperado sus sentidos humanos, no me importaba su forma. Cuando me despert esta maana, mi cama estaba vaca. Al otro lado, Kiyo vesta unos jeans y encontr mis ojos como si hubiera sentido que estaba despierta. Rod a mi lado, las sabanas se pegaron contra mi piel desnuda. Lo observaba con una satisfaccin perezosa, admir su cuerpo y la fisionoma sexy que le fueron entregados por la herencia Japonesa e hispana. El cuerpo bronceado y su pelo negro se destacaban en contraste con la piel brillante y el pelo rojo que mis antepasados europeos me haban dado.

-Te vas? - Le pregunt. Mi corazn, que se haba inflado con su presencia ayer por la noche, de pronto se hundi. -Tengo que regresar, - dijo, enderezando su camisa verde oscuro. Se pas la mano por el pelo. -T sabes que es necesario. -S-dije, mi voz ms penetrante de lo que pensaba. -Por supuesto que tienes que ir. -Sus ojos se estrecharon. -Por favor, no empieces con eso, -dijo en voz baja. -Tengo que hacer esto. -Lo siento. De alguna manera no puedo entender toda esta emocin de otra mujer teniendo a tu hijo. -All estaba. El problema que haba entre nosotros. Se sent a mi lado en la cama, con ojos oscuros y serios. -Bueno, estoy emocionado. Me gusta pensar que t puedes apoyarme en eso y ser feliz por m.-Inquieta, mir hacia otro lado. -Estoy feliz por ti. Quiero que seas feliz... Es que, sabes, es difcil. -Lo s. -Se inclin, deslizando su mano por mi espalda, pasando sus dedos por mi pelo. -Pasaste ms tiempo con ella en la ltima semana que conmigo. -Es necesario. Es casi la hora. -Ya lo s -repet. Saba que mis celos estaban fuera de lugar. Incluso daban lastima. Quera compartir su felicidad por tener un hijo, pero algo me lo impeda. -Eugenie, te amo. Es as de simple. Es todo lo que hay. -T tambin la amas. -S, pero no de la manera que te quiero. Me bes con una gentileza muy diferente a la dureza de anoche. Me derret en su contra. El beso se hizo ms fuerte, llenndome de calor. Con gran renuencia, finalmente se alej. Poda ver el deseo en sus ojos. l quera tener sexo otra vez.

Eso dice algo acerca de mis encantos, me supongo. La parte responsable de l gan, y se enderez. Me qued donde estaba. -Nos vemos all? -Pregunt, con voz montona y neutral. Suspir. -S, voy a estar all.-Sonri. -Gracias. Significa mucho para m. - Asent con la cabeza. Se dirigi a la puerta y me mir. -Te amo. - La calidez de su voz me dijo que hablaba en serio. Le sonre en respuesta. -Tambin te amo. l se fue, y apret con ms fuerza las sbanas contra m y no hice ademn de levantarme. Por desgracia, no poda permanecer todo el da en la cama. Otras cosas, como mi promesa a Kiyo, exigan mi atencin en el da de hoy. Haba un viaje a Otro Mundo que deba hacer, que me llevara a un reino que hered de mala gana. Como ves, Mawenn no es la nica reina del Otro Mundo en la vida de Kiyo. Sin embargo, sorprendentemente, este no era mi verdadero problema hoy. Esto era fcil en comparacin a lo que estaba reservado para m. Tena que ir al baby shower de una Gentry.

Captulo 2
Pasar al Otro Mundo es ms fcil para m que para la mayora de las personas, pero todava requiere un cierto trabajo. Una vez que haba empacado todo lo que necesitaba, me dirig al Parque Nacional Saguaro y camin a un rincn remoto de all. Aqu, dos trillas muy dbiles se cruzaban formando una encrucijada, una marca comn de las puertas del Otro Mundo. Este y el mundo en que viven los humanos quedan muy cercas y algunos puntos entre los dos pasajes son ms delgados. Por supuesto, incluso en un lugar con una lnea tan tenue como esa resulta que no siempre es suficiente para que algunas personas puedan realizar la travesa con sus propios cuerpos. Ellas terminan yendo en espritu o en formas elementales. Pero yo? Llevo la sangre de los humanos y de los Gentry. Puedo viajar a los dos mundos con facilidad, creo que mi herencia Gentry an me irrita. Este era un descubrimiento reciente, uno con el que tuve problemas de aceptar. En el cruce, cerr los ojos, ca en un trance muy similar al que entr ayer para alejar el espritu. Un tatuaje de una serpiente verde envuelta alrededor de mi brazo era un homenaje a Hcate, la diosa que guarda la transicin y la magia buena y digna. La invoqu, basndome en su poder, estir el cuerpo ms all de este mundo. Un momento ms tarde estaba en el Otro Mundo. En un castillo. Un castillo que me perteneca. Me recuper rpidamente ya que los efectos secundarios de cruzar casi no me molestaban. La habitacin en la que me encontraba era una pequea sala de estar con pocos muebles. En el centro haba un pisapapeles en forma de un conejo en resina blanca con pequeas flores azules. Era una tontera, pero ese conejo se construy con mi esencia, lo que significaba que cuando cruzo el Parque Nacional Saguaro o en cualquier otro lugar mi cuerpo puede viajar a este lugar desde cualquier lugar. O pasos en el pasillo de suelo de piedra. Un momento ms tarde, una mujer joven con ojos brillantes y el pelo largo y rubio espiaba dentro de la habitacin. Una gran sonrisa se dibuj en su cara cuando me vio. -Su Majestad, -susurr, encantada. Girndose, grit ella en el pasillo. -La Reina! La Reina ya est aqu! Me estremec. Rayos, me gustara venir aqu sin todo este alboroto. Ya es lo bastante malo tener que venir aqu. Su declaracin hizo a Nia correr hacia m, apretndome la mano. Ella era una de mis siervas. Supongo que desde que era la responsable de mi apariencia se puede decir que es mi dama de honor.

-Est todo listo para ir a la Tierra Willow,-dijo.-Eleg un vestido asombroso para usted. Asent con la cabeza, agarrando la mochila que casi siempre cargaba conmigo. La moda Gentry favoreca el uso de bordado y otras elaboraciones. Yo no tena ganas de nada de eso hoy. -Traje mi propio vestido.-Mir el vestido que haba trado y alz las cejas. -Su majestad, eso es una broma, verdad?- con sus ojos azules suplicantes. Verdad? Me salv de dar una explicacin cuando los dems entraron en la habitacin. Sin dejar de mirar con nostalgia el vestido, Nia se retir para que mi equipo mayor pudiera hablar conmigo. S. El personal superior de las hadas. Tres meses no fue suficiente para m para acostumbrarme a esto. Una mujer muy amable, alta, con brillantes trenzas negras entr, sus movimientos eran atlticos y elegantes. Su nombre es Shaya y yo dependo de ella ms que de nadie por aqu. Ella es mi regente, se encarga de todos los trabajos sucios con los que no quiero tener que lidiar, estaba muy agradecida y era suertuda de tenerla. Con ella se encontraba Rurik, el capitn de mi guardia. Tener un guardia es algo que toma algn tiempo acostumbrarse, ya que ellos quieren seguirme adondequiera que vaya. Rurik y yo tuvimos un mal comienzo, probablemente porque trat de violarme la primera vez que nos encontramos. Atltico y de pelo rubio, demostr ser un funcionario capaz, muchas veces me lo encontr jugando con las mujeres que trabajan aqu. Yo le advert con una voz muy encantadora, que le cortara si fuera a descubrir que una mujer no haba consentido su avance. Algunas otras personas entraron, oficiales que haba heredado con el castillo cuando mat al rey anterior. No poda recordar la mitad de los nombres. -Bienvenida de nuevo, - dijo Shaya, sonriendo. No tena el entusiasmo de Nia, pero an as pareca contenta de verme. -Su Majestad, -otros cantaban inclinndose. Esperaron a que me sentara para acompaarme. -Nia dice que estamos listos para irnos? - Le pregunt sin poder ocultar mi consternacin con el viaje.

-S- dijo Shaya. -Estamos a la espera de su orden. A un ritmo rpido, debemos de llegar en tres horas.-Gru. -Tres horas. Sabes que eso es una locura, no? Que podra hacerlo en la mitad del tiempo conduciendo un portal en mi propio mundo y cruzando ms cerca. -Me mir con indulgencia, ya habiendo escuchado este argumento antes. -Usted no puede aparecer en la corte de la reina Maiwenn sin su squito.- Rurik, se sent perezosamente en una silla, me destell una sonrisa. -Esto es parte de su imagen, su majestad. -Entrecerr los ojos. -Cierto. Como sea. Alguna noticia de Jasmine?- Su sonrisa desapareci. -No. Todava estamos explorando todos los segmentos que se cruzan los reinos, pero no encontramos nada. -Increble. Ustedes pueden dar vida a los rboles, traer las piedras a la vida y elevarlas de la tierra, pero no pueden encontrar una adolescente consentida. -Vamos a encontrar a tu hermana.- Dijo Rurik con severidad. Creo que tom esta misin como una cuestin de orgullo personal. -Puede tomar algn tiempo, pero la encontraremos. Asent con la cabeza porque no haba nada ms por hacer. La espera me estaba enfureciendo. Cada momento que pasa significa que Jasmine, una simple chica de 15 aos, tiene otra oportunidad de quedar embarazada y dar a luz a un heredero profetizado que supuestamente conquistar el mundo humano. Yo estaba sujeta a la misma profeca, pero soy lo suficientemente inteligente como para utilizar anticonceptivos. -Algo ms? Adems, cmo van las cosas? -Shaya cambi su expresin a la posicin imparcial. -Estamos gobernando, su majestad. Mantuvo la voz sin emociones, as como su expresin, pero pude ver expresiones desaprobadoras en los dems rostros. No les gustaba la forma como haba abandonado mis deberes por aqu. Sospecho que Shaya tambin estaba en desacuerdo, pero no le impide guardarme los detalles del da a da en la Tierra Thorn. Ella sabe que no quiero escuchar, no importa lo que le pida, no me lo dira.

Entonces me di cuenta del calor tan opresivo que estaba haciendo aqu. Todo el mundo estaba sudando. -Dios mo, qu calor,- les dije. Todo el mundo me mir e inmediatamente me sent estpida. Qu esperaba? Cuando conquist el reino, lo molde, transformndolo en mi ideal de perfeccin: el desierto de Sonora. El castillo no haba cambiado, su condicin se mantuvo constante: gruesos bloques de piedras. Piedras negras. Las piedras absorben el calor y tienen muy poca ventilacin. Era el tipo de lugar construido para el fro, pantanos y brumas. La tierra era ms fra y verde en virtud de su ltimo gobernante, Aesn. Tuvimos muchos enfrentamientos porque l estaba tratando de embarazar a Jasmine y quera embarazarme tambin, con esperanza de ser el padre del prncipe que conquistar el mundo. Adems, Aesn era un completo idiota. Yo lo mat en una batalla y cuando un gobernante muere, la tierra toma a alguien ms poderoso. Ese alguien era yo. Reclam la tierra sin imaginar lo que estaba haciendo, y fue cuando la convert en un espejo de Tucson. Se me ocurri lo horrible que debe ser vivir aqu. Los Gentry tienen una privacin de la mayor parte de la tecnologa de mi mundo. Sin aire acondicionado central. Sin ventilador elctrico. Este lugar asando vivas a las personas, sobre todo si lo comparamos con lo que estaban acostumbrados antes de unirme a ellos. Sintindome mal por ellos, busque el aire a m alrededor con mi mente. Por un momento no haba nada, hasta que sent la humedad de las partculas suspendidas en el aire. No haba mucho, pero estaba ah. Propagndose ms all de la sala, hal ms humedad, sin duda, transformando las habitaciones y salas que estaban cercas en un horno. Aqu, sin embargo, la temperatura baj y la humedad aument un poco. Un estremecimiento ligero corra por m, como suceda a menudo cuando utilizaba magia Gentry. Tmidamente trat de mover el aire para formar una especie de brisa. Nada. Haba logrado esa hazaa una sola vez y no consegua repetirla. Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, Shaya me dio una sonrisa irnica. -Gracias, su majestad.- Le sonre y me detuve. Todos la siguieran a toda prisa y les salude con la mano. -Pueden esperar aqu si quieren. Debe permanecer fresco durante algn tiempo ms. Voy a hacer m... cosa. Entonces podemos irnos.

Sal del castillo, a uno de sus patios, una gran terraza que me encantaba. Saguaros y nopales en flor estaban alineados all. Smokethorns con flores moradas, fue el rbol que haba dado nombre a esta tierra, me detuve, sintiendo la dulzura en el aire. Algunos colibres se lanzaban aqu y all, volando como si fueran piedras preciosas. Me sent en una de las escaleras que llevaban al jardn de la parte superior y cerr los ojos. Esto era por lo que tena que volver. Si fuera por m, nunca regresara. Pero como la Tierra Thorn estaba vinculada a m, era ma. Dependa de m para sobrevivir. No acababa de entender la conexin, pero era irrompible. Esta era la razn por la que haba soado con este lugar. No haba escapatoria. El sol caa sobre m, recordndome siempre que en una ltima instancia, respondemos a la naturaleza. Mi cuerpo se relaj y entonces la vida de la Tierra se esparram en m. Siempre me asustaba al principio, pero luego me adaptaba rpidamente, como si fuera la cosa ms natural del mundo. La Tierra soy yo y yo soy la Tierra. Somos uno, ninguna de nosotras est completa sin la otra. Cuando me di cuenta, creo que haba pasado ms de una hora. Me levant al salir del trance. Haba salido de la unin con la Tierra, pero saba que todava estaba conmigo. Era ms fuerte que solamente hacer la conexin. Haba cumplido con mi obligacin. Mi delegacin rpidamente se uni a m. Cabalgar fue una habilidad que aprend bastante rpido ya que era como se viajaba por aqu. No haba coches ni aviones. Shaya, Rurik y Nia estaban conmigo y una docena de guardias. Los guardias cabalgaban en silencio, mirando alerta y al mismo tiempo vigilando lo que nos rodeaba. Rurik de vez en cuando les gritaba unas cuantas rdenes, pero la mayora de las veces, bromeaba y coqueteaba con Shaya y con Nia. Yo no era muy buena con las conversaciones informales y la mayora de las veces slo escuchaba, ms entretenida con ellos de lo que me gustaba admitir. Era medioda, y el sol mostr falta de compasin por nosotros mientras viajbamos. Estaba mejor que los dems con pantalones cortos, y gafas de sol. Las otras mujeres por lo menos llevaban vestidos ligeros, pero los hombres llevaban armadura de cuero y sufran considerablemente. Ninguno de ellos se quejaba, ni siquiera Rurik, pero el sudor corra por sus mejillas. As que fue un alivio cuando llegamos a nuestro primer desplazamiento por la Tierra. Era una rareza del Otro Mundo que se moldaba sola. Viajar era desconcertante. Si caminas recto a travs de mi reino, es muy posible que atravieses por otros reinos y nuevamente regreses al mo sin salir de nuestra ruta.

Pasamos por la Tierra Oak y pronto fue como si la Tierra Thorn nunca hubiera existido. No se poda ver detrs de nosotros. Uno de los guardias rompi la estricta conducta para expresar su pequea satisfaccin lo que hizo rer a todos. Una brisa fresca, casi fra nos golpe. Un otoo tardo se estableca en la Tierra de Oak, como si los rboles hubieran sido echados en el fuego con colores brillantes. Era una poca maravillosa, y mucho ms cmoda, en el fondo esperaba, secretamente, que pasramos rpidamente. Yo tena muchos recuerdos inquietantes de este lugar. Pronto estbamos en la Tierra Thorn nuevamente, penetrando en aquel calor imperdonable. Me sent viajando en crculos, pero los dems me aseguraban de que estbamos en la direccin correcta. Ese recorrido fue breve y nuestro siguiente desplazamiento nos llev a la Tierra Rowan. El final del verano reinaba por aqu, pero era ms una temperatura de verano, que en mi propio reino. Los cerezos llenaban el paisaje. La ltima vez que las vi as, las flores de color rosa llenaban cada centmetro de las ramas. Ahora, mirando de cerca, poda ver los frutos rojos que estaban sobre sus ramas y los arqueaban haca el piso. Y fue cuando atacaran los Wights. Los Wights son habitantes del Otro Mundo, y como no son exactamente espritus, tienen la capacidad de volverse invisibles. Entonces, la vigilancia de mis guardias no haba sido tan buena. Cont siete mientras arremetan con rapidez desde el huerto. Vestan ropa gris y tenan caras largas y plidas. Para la mayora de las personas se parecan a los humanos y la los gentry. La luz emanaba alrededor de ellos mientras llovan flechas de poder sobre nosotros. Los Wights estaban ms conectados con la magia que los gentry y las armas convencionales tenan menos efectos sobre ellos. Haba que pelear con magia. Por desgracia, la magia Thorn que yo haba heredado de la habilidad de mi padre, no era lo suficientemente fuerte como para hacer frente a ataques tan fuertes. Y ni siquiera la magia de mis guardias. El uso de la magia especial dejaba afuera a los soldados, aprend que la mayora de los guerreros eran dbiles en la magia, por eso haban elegidos una profesin ms fsica. Sospechaba que las balas de plata de mi Glock podran daar a los espritus. Solo tena un problema. Mis guardias se haban cerrado alrededor mo y de Nia, la nica civil aqu. Podra, si disparase, matar a cualquiera de ellos. -Djenme salir! -Grit. Djame luchar!-Los guardias me ignoraran, en realidad redoblaran sus gritos de: -La reina! Protejan a la reina! Jurando que podra manejar esto di un disparo que golpe el pecho de un Wights. No lo mat, pero fue evidente que le caus daos graves. Cerca de all, arranc una

cereza de la tierra. Llena de magia y por tanto, potencialmente letal, atac al Wight herido. Este era el trabajo de Shaya. Ella fue guerrera antes de que mi gobierno fuera establecido. Mientras luchbamos, yo deduca el objetivo del ataque. Los Wights me queran, no para matarme, pero para algo ms... un propsito ms amoroso. No parecan tener un ataque muy organizado, apenas golpear y ver quin poda atraparme. No importaba quien fuera el que me tuviera. Esto me enfermaba, y una vieja sensacin familiar de miedo creca en m. Poda hacer frente a las conmociones cerebrales, fracturas de huesos y otros efectos secundarios de mi vocacin. Violacin no era algo con lo que poda competir. Esto se haba vuelto un peligro diario, desde que aprend de mi media herencia Gentry. Mi padre, honorficamente apodado Rey Storm, haba sido un tirano militar tirano, uno de los ms poderosos usuarios de la magia que el Otro Mundo haba visto jams. l tena la intencin de cruzar hacia el mundo humano y conquistarlo. Estuvo muy cerca, hasta que mi padrastro, Roland, lo derrot. Por desgracia, una profeca se hizo a raz del Rey Storn, una profeca que deca que el hijo de su hija terminara su trabajo. Era por eso que yo era una mercanca tan valiosa para los varones del Otro Mundo que crean en la visin del Rey Storm. Era tambin la razn por la que Jasmine quera quedar embarazada. Renunci a la pistola, tom mi varita tachada de joyas y simplemente comenc a expulsar a los Wights hacia el Submundo. Muerte instantnea. Haca lo mo y los guardias hacan lo suyo, de repente llegamos a un punto en el que todo se calm. Los Wights estaban muertos o haban desaparecido. Todo el mundo en mi comisin mir para ver si yo estaba bien, lo que encontr ridculo ya que dos guardias estaban tirados en el piso, y algunos de ellos estaban sangrando. -Olvdense de m! -Gru. -Comprueben a los dems! Para mi alivio, nadie haba muerto. Los Gentry eran difciles de matar en su propio mundo. Eran resistentes y de larga vida. Uno de los guardias tena el poder de la curacin y pasamos una considerable cantidad de tiempo para restablecer el grupo. Cuando finalmente partimos, Shaya levant la vista hacia la posicin del sol y frunci el ceo. -Vamos a llegar tarde. Pens en Kiyo. Entonces pens en Mawenn, que siempre pareca como una diosa dorada, incluso con el vientre a punto de estallar con el hijo o hija de Kiyo. Llegar

tarde a la fiesta de elite del beb, rompiendo la etiqueta bajo su fra mirada... Bueno, de repente quera cabalgar como nunca antes haba cabalgado. Desafortunadamente, nuestros heridos no podan hacer eso. Frustrada, finalmente nos dividimos y aquellos que resultaron ilesos cabalgaron a un ritmo acelerado, esperando reducir nuestro tiempo. Pronto cruzamos a la Tierra Willow y entramos en una temperatura de congelacin. Estaban saliendo del invierno, y la primavera estaba descongelando, sin embargo result ser un fro golpe. Marchamos por el camino decididos a llegar hasta all. Y finalmente lo hicimos. Pero todava estbamos atrasados. El personal del castillo de Maiwenn vio nuestro sucio estado y me mostraron una habitacin donde podra limpiarme y arreglarme. A Nia casi le da un berrinche cuando Shaya y yo nos lavamos rpidamente y colocamos nuestras ropas limpias. Los dones mgicos de Nia le daban el poder para decorar y arreglar el cabello de los dems. Una especie de esttica de la magia. Casi nunca utilizaba sus servicios y eso la mataba. Yo poda verla deseando hacer algo con mi pelo, pero me negu con la cabeza. -No tenemos tiempo. Hazlo rpido. Djalo suelto. Obediente, pero desobedeciendo, ella utiliz la magia para cepillarlos y tratar de dejarlos brillante, sedoso, halando un poco hacia arriba con un pasador y se rob un par de pequeas margaritas de un jarrn para prender a la hebilla. Con su magia, yo saba que estara perfecto durante horas. Me puse un perfume de violetas, con la esperanza de que cubrira cualquier rastro de sudor que quedara. Con esto, nos fuimos. Cuando Shaya y yo nos acercamos a la sala, era evidente que nosotras ramos las ltimas en llegar. El lugar estaba lleno. Suspir con fuerza. -Est bien -murmur Shaya. -T eres la reina. Se espera que seas excntrica. No luzcas como si tuvieras vergenza. -Es posible, -le dije-, que pasemos desapercibidas?-Antes de que pudiera responder, un heraldo, que estaba en la puerta anunci con una voz que cruzaba la multitud: -Su Majestad, la Reina Eugenie Markham, llamada Odile Dark Swan, la hija de Tirigan, el rey Storm, Protectora de la Tierra Thorn, adorada diosa de la Triple Luna-. Decenas de cabezas se volvieron hacia nosotras. Suspir de nuevo y respond a mi propia pregunta.

-Al parecer no.

Captulo 3
Una vez que dej de hiperventilar debido a la atencin puesta en m, inmediatamente me di cuenta de que Nia tena razn sobre la ropa. Como siempre, los Gentry iban vestidos como si estuvieran en una fiesta renacentista que sera fascinante. Satn, terciopelo, seda. Incluso un poco de piel. Muchas joyas, mucha piel. El brillo deslumbraba los ojos, con ricos colores brillantes y vivos. Yo llevaba un vestido estilo vintage. De color negro con varias flores amarillas dispersas, tena una cintura delgada y una falda hasta las rodillas. Los tirantes se ataban detrs del cuello, y la mayora de mi espalda estaba desnuda, para mostrar mejor mis tatuajes: el rostro de una mujer con una luna llena en mi cuello y una lnea de violetas en mi espalda. El color del vestido combinaba con mi pelo. Desafortunadamente, mientras el look rustico, de pobre campesina chic pueda ser muy costoso y de moda en el mundo humano, vestida como una campesina en un lugar que se parece a una pelcula pica medieval te hace ver cmo, bueno, una campesina. -Oh, Dios mo!-Me dirig a Shaya, mientras caminaba por la sala. -Estoy fuera de lugar. -Estate quieta -respondi ella, con una rara muestra de consternacin que probablemente siempre esconda a m alrededor. -Eres la reina de la Tierra Thorn. Venciste a uno los reyes ms poderosos. Tienes el derecho de vestirte como quieras, y luego actuar en consecuencia. Me tragu mi respuesta y espere que ella y su afirmacin estuvieran en lo cierto. Como estaban las cosas, tuve que resistir la tentacin de cogerle la mano como si fuera un nio. Mi incapacidad social me hizo sentir mal por este tipo de atencin. Shaya haba prometido estar a mi lado y asegurarse de mi etiqueta, esto alivi un poco mis temores. Con una fuerte voluntad, trat de seguir su consejo y mostrar una apariencia arrogante e indiferente. -Tienes que ir primero hacia Maiwenn -Murmur ella-, y despus la mayora de ellos vendrn a ti para presentarse. Despiertas mucha curiosidad, y esta es tu primera aparicin pblica desde que asumiste la corona.

-Entendido. Primero Mawenn. La Reina Willow pareca estar rodeada por una multitud de personas. Nosotros nos dirigimos hacia ellos. En el camino, recib gestos de reconocimiento, reverencias y saludos. En la sala haba varios monarcas, mis colegas, pero todos los nobles tenan un rango inferior al mo. Algunos cruzaron saludos educados. Sospecho que conoc a la mayora en la fiesta de la primavera pasada. La mayora me dirigi un corts: -Majestad. Alcanzado el crculo de admiradores de Mawenn. Quera ir a donde estaba, la gente se apart para dejarnos pasar, Shaya y yo nos pusimos en primera fila. Mawenn estaba sentada en un trono de madera tallada, con diseos de relieve aqu y all. Tena una piel bronceada y brillante y un cabello que pareca que la luz del sol se derramaba sobre el. Con un vestido de terciopelo del mismo color de sus ojos, mostraba sus maternales curvas. Aunque el mayor adorno en ella, en mi opinin, era la figura, de pie, Kiyo, estaba cerca, con una mano en el respaldo de la silla. Llevaba ropa Gentry de noche, una simple camisa negra y una larga tnica blanca de terciopelo, que probablemente utilizaba entre los seres humanos sin levantar sospechas. Sus ojos, clidos y oscuros, se encontraron con los mos brevemente antes de mirar a la persona que hablaba con Mawenn. El calor creca entre l y yo en ese momento, y la electricidad pas por mi cuerpo al recordar la noche de ayer. -Te deseo lo mejor para ti y tu hijo, Majestad -Estaba diciendo el hombre. -Esto realmente es una ocasin para celebrar y orar a los dioses para la buena fortuna y la salud. Medit sus palabras, record que Kiyo me dijo que era una especie de ceremonia de suerte para el bebe. Los Gentry no tenan hijos con facilidad. La mortalidad infantil era alta. La vieja supersticin deca que las fiestas de este tipo, con muchos buenos deseos, llenan al nio de suerte y garantizan la prosperidad. El hombre termin su discurso y le indic a un siervo que trajera su regalo. El criado trajo un pequeo cofre de oro, del tamao de una caja de zapatos, que su maestro mostr con alegra. O algunos Ooohs... a mi izquierda, dichos por los reunidos, levant la cabeza para ver qu haba dentro. Un rojo brillante llego a mis ojos.

-Este es mi regalo para su hijo, los mejores rubes de mi tierra, tallados y pulidos a la perfeccin. Parpade y mire al alrededor, preguntndome si yo era la nica que pensaba que esto era ridculo. Qu diablos va hacer un nio con los rubes? Ahogarse con ellos? Esas cosas definitivamente necesitan una advertencia: Inapropiadas para nios menores de 3 aos Nadie ms comparta mi opinin, el grupo pareca estar de acuerdo con el valor del regalo. Kiyo, sin embargo, llam mi atencin, vi una dbil sonrisa en su rostro por qu saba lo que estaba pensando. El hombre se march, y todos los ojos se volvieron hacia m. No habamos llegado primero, pero al parecer mi rango me daba el derecho de ir por delante. Siguiendo las instrucciones de Shaya, di un paso hacia adelante y bese a Mawenn en la mejilla. Ella me dio un beso como respuesta. -Eugenie, estoy tan feliz de verte otra vez. Pareca feliz. No s si era mentira o no, pero era como esa gente que siempre est feliz y te hacen pensar que realmente se preocupan por ti. Sospecho que la mayora de su bondad era sincera, pero ella tena que tener la misma preocupacin acerca de m en la misma medida que yo la tena con ella, debido nuestra relacin con Kiyo. Mirando el aspecto oscuro de l y el dorado de ella, de repente tuve una imagen real, de ellos en la cama juntos. Me pregunt si l haba sido tan salvaje con ella como conmigo. Me pregunt si a ella le gustaba. Con la imagen en mi cabeza, trate de sonrer. -Gracias por haberme invitado. Perdn por la demora.-Ella hizo un gesto con la mano perdonando las excusas. -Tenas que venir. Me alegro de que ests aqu.-No tena un elegante discurso, sencillamente segu con mis palabras. -Yo estoy... muy feliz por ti. Espero que las cosas te vayan bien a ti y al beb. Busqu a Shaya, que llevaba la bolsa. Ella me la dio, y me di cuenta de que el nmero de observadores haba aumentado, con ojos curiosos por ver lo que una

reina media humana le dara. El tringulo amoroso con Kiyo no era ningn secreto, Los Gentry difundieron el rumor en el Otro Mundo ms rpido que en cualquier peridico humano. Le entregu un oso de peluche. Ella lo mir, sorprendida mientras sus manos acariciaban el pelaje suave. Pagu mucho dinero por l. Era una especie de marca famosa que compraban las madres de clase alta. -Es un juguete -Le expliqu, de inmediato sintindome estpida. Los Gentry no eran tecnolgicamente avanzados, pero incluso ellos podan entender eso. -Es hermoso -Dijo, tocando las costuras. -No podemos lograr esta clase de trabajo manual. Gracias. -Ah, bueno... yo la verdad no saba qu ms poda regalarle a un beb que lo tiene todo. As que hice una donacin, en su nombre, a obras de caridad para nios. Cuando sepa su nombre terminare de dar la donacin. -Olvid el oso, y me mir, claramente desconcertada. -No entiendo.-Los reunidos tampoco entendan, a juzgar por las expresiones curiosas. -Yo, um, bueno, le di dinero a un grupo que ayuda a nios enfermos. Ellos usarn ese dinero para cuidar de ellos, y ser...-Busqu una palabra parecida en Gentry. ...se llevar a cabo en honor de tu beb. Una mirada de supremo deleite pas por su hermoso rostro y supe, sin la menor duda de que ella no estaba fingiendo. Comprendi, y le gust el presente. -Es muy generoso-Kiyo le explic. La mirada ardiente de sus ojos me indic que l tena algunas ideas de cmo expresarme su gratitud por el regalo. Puso sus brazos alrededor del oso de peluche, sostenindolo contra su pecho mientras estaba pensativa. -Los actos de bondad... realizados en nombre de mi beb... -se volvi hacia m con felicidad. -Actos como este no pueden dejar de generar buena voluntad de los dioses. Gracias, Eugenie. Un considerable murmullo de susurros se oy detrs de nosotros. Ella y yo intercambiamos unas cuantas palabras ms, y pas el siguiente invitado.

-Eso estuvo bien?- Le pregunt a Shaya mientras nos alejbamos. -Perfecto.- Una nota agria son en su voz. -Yo dudaba de tu regalo, pero ahora creo que entiendes esta costumbre mejor que nosotros.-Ella habl ms bajo. -Oh, esa es Katrice, la Reina de Rowan, que viene hacia nosotros. Mir con inters, despus de haber pasado tantas veces por la Tierra Rowan, en mis viajes al Otro Mundo. Katrice pareca tener unos 50 aos humanos, lo que significa que tena un par de siglos. Slo un mechn plata atravesaba su pelo negro y oscuros ojos brillaban en ella con un agudo intelecto. Un vestido rojo y blanco de satn cubra su cuerpo. -Oh, oh, oh! por fin! Reina Thron. Mi querida hija, te has estado perdiendo un montn de nuestras reuniones. -Ella me bes la mejilla. Era un poco ms hmedo que el beso de Mawenn. Un poco abrumada con su presencia, devolv el gesto. Ola a rosas. -Es un placer conocerte. -Eres tan adorable! Mrala, Marlin. No es encantadora? -Ella agarr el brazo de un hombre que pareca que le doblaba la edad, el pelo gris apenas le cubra la cabeza. Sus ojos demostraban que no estaba en la fiesta en este momento. -Qu? -Pregunt. Katrice alz la voz. -Adorable. No es adorable? -Adorable- Murmur, mirando a mi izquierda. -Duke Marlin, el consorte de la Reina -Susurr Shaya. -Mira, mira! -Continu Katrice, an burbujeante. -Como una pequea cosa como t puedes haber matado a Aeson? Hmm El viejo Rey Tirigan Strom estara muy orgulloso. Mi alma salto de sorpresa con la referencia de que mate a Aeson en el nombre de mi padre. Sin darse cuenta de mi reaccin, ella hizo un gesto frentico hacia un joven que pasaba. Tena aspecto delgado con el pelo atado en una coleta.

Tambin vesta de rojo y blanco, y me acord de una vez que vi la bandera de la Tierra de Rowan, un rbol rowan delimitado por rojo y blanco. Al parecer, eran un grupo de patriotas. -Querido, querido! Ven a conocer a la Reina Thorn. -Sonriendo, corri hacia su lado y me dio una corts inclinacin de cabeza. -Este es mi hijo, Leith. Leith, la Reina Eugenie.-Cogi mi mano y la bes con toda propiedad, como era costumbre. -Es un placer, Su Majestad. -Igualmente. Yo estudi, con curiosidad al prncipe Gentry. Con todos los problemas de reproduccin de los Gentry, ninguno de los otros monarcas que supiera excepto Mawenn tenan hijos. Eran gobernantes solitarios. Pareca tan agradable y amistoso era como si no estuviera haciendo planes para entrar en mis pantalones. Quera conversar, pero nunca fui muy buena iniciando este tipo de cosas. Katrice me quit el dilema de las manos. -No es bonita, Leith? Le estaba diciendo cunto me cuesta creer que ella mat a Aeson. Puedes creerlo? Qu es lo que he escuchado, querida? Lo ahogaste?Carraspee, incmoda. -Um, no, no exactamente. Quiero decir que convoque el agua de su cuerpo y explot. -Oh! -Ella aplaudi como si hubiera sido la cosa ms maravillosa que haba escuchado.-Oh! Oh! No es fascinante? Y tan inteligente!-Al parecer dndose cuenta de mi malestar, Leith dijo apresuradamente: -Mam, estoy seguro de que la Reina Thorn prefiere hablar de cosas ms agradables. Este no es el lugar para hablar sobre la muerte. Le dirig una sonrisa de agradecimiento. Nos fuimos a temas ms mundanos, y descubr que poda hablar con ms fluidez con l que con su madre. -Vi tu expresin, con los rubes -Brome. -No crees que le vayan a gustar al beb?Hice una mueca.

-Tal vez si se le pudiera decorar una cuna con ellos. O tal vez hacer un mvil. Ese tipo de regalo es normal? -Me temo que s-Dijo, sonriendo. -Como dijiste, el bebe tiene ms de lo que va a necesitar. La mayora de los nobles estn ms interesados en hacer feliz a la reina, que al beb, por eso lo de los regalos intiles. -Bueno, Leith -Dijo su madre. -Esto es ridculo. Estoy segura que el hijo de Mawenn estar absolutamente encantado con la vajilla de cristal que le compramos. Cuando por fin se alej, Leith me bes la mano de nuevo y habl con una voz demasiado baja como para que lo escuchara Katrice. -Lo siento por ella. No siempre piensa antes de hablar.-Me ech a rer. -Est bien-Le dije en respuesta. -Ella es una Reina. Ese es su trabajo.-Ms alto y de manera adecuada, dijo: -Espero que vengas a visitarnos. Mam se muere de ganas por recibirte en nuestra corte. -Claro-Acept.-Uno de estos das.-Trat de devolver la invitacin.-Debis visitarme tambin. No estoy siempre, pero seran bienvenidos.-l se alegr, y Katrice permaneci en silencio para variar. -Gracias, Su Majestad. Me encantara. He odo cosas maravillosas de su tierra. Dicen que es muy feroz. Feroz pero hermosa. -Shaya sonri suavemente, cuando nos marchamos. -Oh, no sabes lo que hiciste.-Me qued mirando. -Cmo as? Creo que he afrontado todo muy bien, teniendo en cuenta la conversacin sin fin de esa mujer. -No te dejes engaar por las apariencias. Ella es ms inteligente de lo que imaginas. Y poderosa. Por desgracia, su hijo no lo es. -Leith? Cmo as? Mgicamente?-Ella asinti con la cabeza.

-La magia de l es casi inexistente. No ser capaz de heredar su reino. -Guau!-Teniendo en cuenta cmo viven los Gentry, nunca pens mucho sobre los problemas de la herencia. -Pero parece bastante competente. Muy inteligente. -l lo es. Extremadamente. Es una especie de inventor. Ha creado cosas que han revolucionado su reino, y a otros. Cre recientemente una herramienta para imprimir libros de texto de la manera en que su gente lo hace. Va a ahorrar una fortuna en escribamos. -Como una prensa? Guau!- Quin lo dira? Leith era como una versin de hada Gutenberg. Legal. Tal vez el Otro Mundo est en camino a la revolucin industrial. -Y eso no cuenta para nada para reinar? -No- Shaya no pareca contenta. La fuerza mgica es una de las principales medidas en el mundo Gentry, y es por eso que mi padre bastardo tena una posicin tan alta. Los que creen que voy a parecerme a l algn da me trataran de una manera similar. -Simplemente la genialidad no es bastante como para heredar un trono o unirse a la tierra. Sin embargo, l puede aumentar sus posibilidades si tiene una consorte poderosa. -De repente tropec con mis propios pies cuando entend lo que quera decir. -Qu, cmo? -La perspectiva de ellos es que, eres una buena opcin. Poderosa, que ya gobierna un reino. Tu sangre humana te da la capacidad de concebir y te hace muy atractiva, y tu papel en la profeca lo duplica. -Jess. Vosotros estis locos. -Pareca estar disfrutando de mi horror. -Como he dicho, Katrice es astuta. Ella no menta cuando dijo que quera conocerte. Probablemente ha planeado esto hace tiempo. Cuando invitasteis a Leith a visitaros cumpliste los sueos de ella. Slo espera, llegar pronto. -Cmo es que no conocis por aqu el concepto de slo amigos? Por qu todos los hombres me ven como un socio potencial? Leith fue bueno y lindo, me refiero... que l.

Supongo que no debera estar tan sorprendida. Los Gentry tienen un comportamiento sexual mucho ms liberal que los seres humanos, y algunas parejas lo estaban mostrando en las esquinas, entonces probablemente trataban todo como una posibilidad para una cita romntica. Teniendo en cuenta que pesa menos el afecto romntico para m, debo estar muy agradecida porque Leith haba sido muy civilizado en el cortejo. An as, me pareci muy aburrido. Shaya me present a varios otros aquella tarde. La mayora se mezcl. Yo simplemente sonre y salude tambin, fantaseando con estar en casa en la cama con Kiyo. Cerca del final de la fiesta, una persona llam mi atencin. La primera cosa interesante fue su piel, era oscura, una rareza, los Gentry solan ser de piel clara en esta parte del Otro Mundo. Su pelo negro colgaba alrededor de su cara como una lluvia de trenzas pequeas, perfectamente alrededor de la capa de satn color vino a su alrededor. Se inclin sobre mi mano, barriendo el manto con un gesto elegante. -Su Majestad -Dijo con un acento francs muy dbil. -Es un honor y un privilegio. Las historias acerca de su belleza no le hacen justicia. Soy Girard de la Colline.Acept su beso en mi mano por la sorpresa. -Debes de ser de muy lejos. Tena que pulir mis conocimientos geogrficos del Otro Mundo. Los residentes de aqu, cerca de Arizona, hablan variaciones de Ingls. Me pregunto a veces si los que reinaban ahora suplantaban la versin indgena del Gentry. -El viaje vali la pena para estar ante tu presencia, pero en algn momento, si quieres, me sentira honrado de contarte historias de mi patria. Es tan bella lo suficiente como para hacer llorar a los hombres, aunque ellos me han dado la impresin de que la terrible belleza del reino en s mismo puede hacer que los hombres tambin lloren, por varias razones. -Me ech a rer. -Supongo que s. Aquellos que respetan pueden sobrevivir los que no... Bueno, no. -Suenas como una Reina.- l inclino la cabeza. -Tengo talento con el metal, si alguna vez necesitas algo forjado. Yo vivo en la Tierra Rowan y estara encantado de aceptar la solicitud si necesitas algo.- Le agradec la oferta y dije que lo pensara. Cuando me fui, me volv a Shaya.

-Me gusta. Pero djame adivinar, l tambin quiere enamorarme y ser el padre de mi hijo? -Oh, l no se opondra, pero ese no es su objetivo. l es realmente un artesano excelente, hasta tiene un poco de sangre humana de sus antepasados, que le permite trabajar con el hierro. Pero un hombre como l... es un adulador. Alterna con los nobles y trata de encontrar conexiones que puedan ayudarle a gobernar un reino algn un da. -Oh mi querida Shaya es una forma muy suave de decir que es un conversador que har cualquier cosa para lograr sus propias metas. Pero voy a estar de acuerdo contigo en relacin a sus talentos artsticos. Sin embargo, deberamos pedirle que haga una corona apropiada para que la Reina Thron consolide su ttulo. La voz suave y concisa parti mi corazn en dos, y me paralic. Me di la vuelta poco a poco, y me encontr con un par de ojos verdes con largas pestaas, salpicados con oro y avellana, todo ello envuelto por un pelo largo de color rojo fuego que rivalizaba con el otoo de su reino. Dorian, el Rey de la Tierra Oak. -Su Majestad -Dijo Shaya feliz, haciendo una profunda reverencia.-Cmo ests? Cmo est tu reino?-Dorian sonri suavemente acaricindose la barbilla. -Tienes miedo de que mi casa se caiga en pedazos sin ti? Confieso, que las cosas no suceden de manera tan manejables como antes, pero tenemos lo que necesitamos. No tengo duda de que tu nueva ama necesita mucho ms de tus servicios que yo, entonces tengo que sufrir por el bien de ella. -Me dirigi una mirada penetrante. No dije nada. Shaya nos mir a ambos, su rostro feliz se puso nervioso. -Si me disculpis, Sus Majestades, voy a buscar un aperitivo. Vuelvo pronto. Sinceramente lo dudo, pero se fue demasiado rpido seguirla, pero ahora me haba quedado atrapada. para protestar. Quise

Un poco de su exhibicionismo disminuy, pero el humor y la diversin siempre camuflada de Dorian permanecieron. l siempre se comportaba como si estuviera en un escenario, tanto con sus gestos y su melodramticos, y muchas veces irnicos, comentarios. Supongo que eso significa que como es un rey siempre estuvo en el escenario durante su vida.

-Bueno, Eugenie, aqu estamos. -Dorian inadvertidamente alis su ropa de terciopelo negro. Con oro y trozos de color rojo alrededor del dobladillo. -Eres una visin sublime de la belleza, como siempre. -Oh, vamos! -Exclam. -Al contrario, entre todos los presentes. Yo no soy la persona ms elegante de la sala. -No. Vi a una camarera vestida casi tan mal. Una corona sera de hecho un gran accesorio para establecer dnde te encuentras. Pero, adems, tu vestido es muy bonito y bien hecho, pero simple. Espera y veras como las mujeres, en breve, usarn modelos parecidos. El hecho de que todava puedas atraer miradas, mientras lo llevas es una prueba de tu belleza y presencia. Has logrado ms que la mayora de estas mujeres falsas, no importa cuntas capas de tela gruesa y lujosa las cubran.-Hice un gesto hacia su tnica. -Ests cubierto con cierta cantidad de tela gruesa y lujosa.-Los bordes de sus labios se arrugaron. -Si te molesta, me puedo quitar la mayora de las capas si quieres. Retire la mirada, pero el dao ya estaba hecho. Con estas palabras, una vez ms vi su cuerpo desnudo, liso y perfecto a la luz de la luna, de pie sobre m mientras yo yaca atada en su cama. Haba sido una noche, una sola noche, pero fue una noche que tena pocas posibilidades de olvidar en los ltimos tres meses. Ver a Dorian removi todo de nuevo, me llen de confusin acerca de cmo mi cuerpo respondi a esa dominacin. Mucho antes de esa noche, Dorian era uno de mis primeros aliados en el Otro Mundo. Haba apoyado al Rey Storm y me hubiera querido embarazar, pero se mantuvo firme en contra de cualquier nocin de violacin. l me quera por mi propia voluntad. Al final, me ayud a derrotar a Aeson y me ense lo bsico para usar la magia. -Le regalaste algo a Mawenn?- Pregunt bruscamente, conducindome a otro lugar. Me examin un momento antes de contestar. -S, por supuesto. Qu fue? Ah. S. Telas preciosas con las que estoy seguro de que puede hacer... algo... encantador. Lo escogi mi mayordomo. Un regalo insignificante en comparacin con el tuyo, por lo que escuchado. -Sus ojos se dirigieron hacia donde Mawenn y Kiyo se rean con una mujer que no conoca.Mralos. Su hijo ser algo digno de ver, no te parece? Son una pareja muy impresionante. Debera haber trado un pintor para hacerles un retrato de familia cuando llegue el beb. Algo que puedan guardar durante aos.-Me puse tensa.

-Es por eso que queras hablar conmigo? No has cambiado, Dorian y no voy a quedarme aqu y juguetear si slo vas a tratar de provocarme. No quiero hablar, contigo de eso. Dorian dej escapar un largo y sufrido suspiro. -Siempre piensas tan mal de m, Eugenie. Quiero hablar contigo porque quera saber cmo estabas. Te echo de menos. Qu piensas de lo de ser reina? Tu tierra no ha perecido... todava... as que pienso que es una buena seal. -Todava irritada por el comentario de Kiyo, lo mir con rabia. -Yo no quera ser reina. Es por tu culpa por lo que he llegado a esto. Si no me hubieras engaado para reclamar la tierra, estara ahora en Tucson y lejos de todo. -El dolor de lo que haba hecho, me una a la Tierra Thorn, todava estaba en m. No estaba segura de si podra perdonarle por eso. -No es cierto. Estaras aqu, lamentndote por que tu amante recibe regalos para su hijo, como ahora. Y hombres como el joven prncipe Rowan seguiran cortejndote porque mientras otros ttulos vienen y van, siempre sers la hija del Rey Storm. -Realmente tampoco quiero ser eso.-Extendi las manos, con las palmas hacia arriba, en un gesto de impotencia. -Eso no puede cambiar. Todo lo que puedo hacer con eso es ayudarte a desarrollar los poderes que has heredado, pero puedes negarte a que te ayude en ello. -Apart la vista. -Yo no necesito tu ayuda.-Adems senta rencor contra l. No poda evitar la sensacin de que la mayor parte de su ayuda dara como resultado ir a la cama otra vez. Dio un paso hacia m. -Vas a aprender tu misma?- No le respond. -Lo hars, no? O lo intentaras, por lo menos. Extrao, teniendo en cuenta que recuerdo claramente que decas que estabas satisfecha con el nivel de magia que has obtenido a travs de mi enseanza.-Sonri. -Cmo te est yendo? Tal vez necesites mi ayuda otra vez? Dirig mi cabeza hacia l. Muchas cosas en esta fiesta me haban rebajado y su lengua de vbora estaba en el punto que amenazaba con romperme.

-No, yo no necesito tu ayuda. No necesito la ayuda de nadie, de acuerdo? Estoy contenta con lo que estoy aprendiendo yo misma. Si avanzo, muy bien. Si no, muy bien. No me importa. -Se ri, con un sonido suave y mortal que verti sobre m como miel. -Eugenie, Eugenie. Puedes mentirle a los dems, puedes mentirle a tu kitsune, e incluso te puedes mentir a ti misma. Pero no me mientas. Yo soy el primero que te ense a controlar tu magia. Vi cmo deseabas brillar con la ola de ese poder. S cmo te hace sentir, porque yo tambin lo siento. Puedo ver en tus hermosos ojos violetas con qu pasin quieres sentir ms de esa magia. Ella te consume. -Como siempre -Dije en el mismo tono bajo de voz -Ests imaginando ms de lo que realmente hay. -Y t, como siempre, niegas lo que hay, por no mencionar tu naturaleza. Eres lo que eres, Eugenie, y cuanto antes lo aceptes, ms pronto podrs empezar a hacer grandes cosas. -Esta conversacin ha terminado-Lo evit apartndome. La mano de Dorian se cerr alrededor de mi mueca, me acerc hacia l con una inesperada rudeza. No cre que fuera a ser tan difcil. Solt un pequeo grito de asombro, mientras que los dedos apretaban mi piel. Yo no estaba sujeta por ningn hilo de imaginacin, pero a travs del tiempo, no poda creer lo que era. El agarre doloroso de mi mueca envi ondas de calor a travs de mi cuerpo, y el olor a la canela se cerna a m alrededor, estando tan cerca de l. Mi respiracin se hizo ms rpida, y quera que desacelerara. No esperaba esa reaccin. Sus ojos se agrandaron un poco mostrando una rara expresin de sorpresa. Inclin la cabeza hacia m, su dedo pulgar acariciaba la piel de mi brazo, mientras que el resto de sus dedos seguan sostenindome. -Como en los viejos tiempos, eh? Parece que no has perdido, por completo, tu gusto por estar atada. Sin embargo, como todo lo dems, estoy seguro de que esto tambin lo negars. -T crees?- Le pregunt con malicia. - Debes tratar de hacerlo con Kiyo. Con muchas cadenas.-La diversin ilumin su rostro, contrastando con el negro de sus ojos.

-Estoy pensando, que quisiste decir, que finalmente compraste una correa para l, slo quiero decir que hay una gran diferencia entre permitir que un animal te domine y que t permitas que te dominen. Una de ellas es comn. La otra es arte. Previsto. Incluso trabajado. Slo puede ser realizado por un maestro. -Las palabras sonaron de la misma manera como si tuviramos una conversacin sobre el tiempo. -As que he estado planeando lo que iba a hacer la prxima vez que hiciramos el amor. Creo que quiero tumbarte boca abajo con las manos en el cabecero. Vamos a tener que mover un poco tus caderas hacia arriba, ponerte un poco de rodillas, como si te postraras, casi como si estuvieras saludando en humilde reverencia mientras me arrodillo detrs de ti y te poseo. -Hizo una pausa.A no ser que tengas alguna sugerencia? Solt su mano y me apart, sorprendida al descubrir que estaba temblando. Este era Dorian. El mismo, peligroso, presuntuoso, y maquiavlico. El Dorian que conoc meses atrs, no importaba la dulzura y el encanto que tena. l no tena derecho a hablarme as, no despus de haber aguantado su trampa con la Tierra Thron, no despus de que le dije que quera quedarme con Kiyo. Y, sin embargo, una vez fue mi amigo, mi maestro y mi aliado en la batalla... mi amante. Y mientras estaba all de pie mirndole, me poda imaginar todo lo que l haba descrito. Poda sentirlo. Y, Dios me ayude, yo lo quera. Todo mi cuerpo temblaba de emocin con sus palabras. -Tengo que irme -Le dije. Se necesitaron dos intentos para poner en mi boca seca, las palabras.-Tengo que encontrar a Shaya.-l se inclin cortsmente. -Claro.-Me volv y me alej, pero no antes de que le oyera llamarme. -Eugenie? Recuerda, si cambias de opinin, mi oferta sigue en pie. Para todas las cosas. Me mord los labios para no responder y concentrarme en mantener el control, casi tropec con una mujer que vena en la misma direccin en la que iba. Era hermosa, con el pelo rojo que pareca como brillantes llamas contra su piel clara. Llevaba un vestido con mangas que haca juego con sus ojos celestes y pestaas largas, me recordaba un poco al vestido de Cenicienta. Por supuesto, que Disney no habra permitido tanto escote. La mujer se fue elegantemente hacia un lado, para evitar una colisin. Y entonces, para mi completa y total sorpresa, se acerc a Dorian, lo abraz y lo bes en la mejilla. -Ah, aqu ests- Dijo ella alegremente. l le devolvi el beso slo que, bueno, fue en los labios.

Y dur un tiempo. Con lengua. Me qued inmvil, congelada, intentando ignorarlos y mantenerme en movimiento. Sin embargo, no pude. Dorian se dio cuenta que todava estaba all, y me dirigi una de sus mejores sonrisas. -Reina Eugenie, un momento. Conoces a mi encantadora amiga? Esto, por supuesto, es uno de los hbitos ms molestos de Dorian. l saba perfectamente que no la conoca, pero le gustaba hacerse el ingenuo. -No-Dije cruzando los brazos sobre el pecho. -Reina Eugenie, me gustara presentarte a Ysabel, una de mis sbditas de la Tierra Oak. Ella est pasando algo de tiempo... En el Castillo. -Entend el significado de la expresin que significaba el tiempo lo dedicaba especficamente en su cama. Ysabel se inclin hacia m diciendo un corts Su Majestad. Sin embargo, cuando se levant, vi que su mirada no era nada amable. Haba una clara hostilidad, y estaba dirigida a m. Estaba un poco sorprendida, hasta que comprend lo que era. Celos. Esta mujer tena unos celos enfermizos hacia m. Se abraz an ms a Dorian, casi de manera posesiva, con las manos sobre su cuerpo de una manera que era tan comn entre su especie. -Encantada -Respond. Me volv para marcharme, no tena ningn deseo de ver a Ysabel manosear a Dorian. Si ella quera darme celos, estaba perdiendo el tiempo. Dorian y yo habamos acabado. No haba nada entre nosotros, ni lo habra. -La ltima amante de Dorian -Me explic Shaya ms tarde. -S, ya me di cuenta. -Tengo entendido que l pas un tiempo increblemente largo, sin pareja ya que... No termin la frase. Se refera a cuando Dorian y yo estuvimos enrollados. -Cunto tiempo es largo? -Le pregunt. -Mmm... dos semanas. -Dos semanas despus de terminar? Eso es mucho tiempo?

-Para el rey Dorian, s. Creo que es la cuarta desde entonces, ella se parece a las otras. -Shaya me mir de forma significativa. -Y?-Pregunt, sin comprender. -Siempre de piel clara. Pelirrojas. Los ojos violetas son ms difciles de encontrar, por lo que se conforma con los azules. -Me llev un tiempo entenderlo. -Espera. Ests diciendo que Dorian escoge amantes que se parezcan a m? -Puede que slo sea una coincidencia -Dijo diplomticamente. -Jesucristo -Dije, de repente asustada. Realmente le he llegado a impresionar tanto? Shaya se detuvo, pensativa -No creo que le gustes mucho a Ysabel. -Me imagin que ella estaba tratando de darme celos. As que si tienes alguna duda,- aad - yo no la tengo. -Como t digas -Dijo Shaya, con su voz y rostro perfectamente agradables. No puedo decir si ella me crey o no, pero no importaba. Yo saba la verdad. Realmente no tena celos de Ysabel y Dorian. Bueno, no mucho, por lo menos.

Captulo 4
Salimos de la manera que la etiqueta nos permiti. Haba intentado utilizar el argumento de Shaya para reinas excntricas y hacer lo que quera, pero no result con ella. Dijo que deberamos quedarnos un cierto tiempo si no parecera que me senta intimidada por Mawenn. As que estuvimos atrapadas all por un poco ms de lo que quera antes de decir adis a los dems. Kiyo estaba ocupado con un grupo de partidarios, pero me mir cuando part y sonri. l murmur la palabra pronto. Mi grupo galop de regreso con un humor ms ameno. La urgencia haba terminado. Creo que mi actitud triste puso a todos bajo una nube. Ver a Mawenn y Kiyo me haba molestado ms de lo que estaba dispuesta a admitir, y Dorian... Bueno, esa es otra historia. Por ahora, yo no quera saber nada ms que cruzar a mi propio mundo, ponerme mi pijama y ver insignificancias en la televisin. Quizs, comer un helado. Mientras nuestro viaje avanzaba, el helado pareca cada vez ms atractivo una vez que habamos llegado a la Tierra Thorn. El sol se pona, pero el calor continuaba irradiando de la arena y piedras. No se disparara por algunas horas e incluso a medianoche la temperatura probablemente no caera por debajo de 21C. Me haba puesto mis pantalones cortos y mis gafas de sol antes de salir del Castillo de Mawenn, nuevamente, el calor no me molestaba tanto como a los dems. Dorian haba dicho que mi vestido de verano iba ser la ltima tendencia de la moda. Me preguntaba si con el pantaln corto sera lo mismo. -Hay un pueblo adelante, -murmur Rurik. Sal de mi ensueo y segu su gesto. Efectivamente, un pequeo conjunto de edificios oscureca el horizonte. Como mi castillo, era algo construido ms para un paisaje medieval de los britnicos que para el desierto. Teniendo en cuenta lo poco que visitaba mi reino, esta era la primera colonia que va fuera del castillo. Me molest un poco, y mi malestar creci cuando vi que nuestro camino cruzaba por la ciudad. Malditos giros del Otro Mundo. Esta aldea no estaba aqu, en nuestro viaje anterior. Y por esta razn, saba muy bien que iramos directamente haca ella. De la forma en que este mundo trabajaba, una ligera desviacin podra llevarnos a la Tierra de Rowan o aadir horas a nuestro viaje. Sostenindome, sujet mis manos en las riendas, decidida en que ese lugar pareca pequeo y no nos tomara mucho tiempo cruzarlo.

Cuando llegamos a las afueras, descubr algo que me hizo perder la seguridad. La carretera estaba llena de gente. Era como si todos en la ciudad hubieran salido para vernos pasar. Ellos estaban en ambos lados, mirando a mi comitiva y de nuevo a la gente en el camino, parecan extras de alguna pelcula medieval. Salvo que fuera de una pelcula de bajo presupuesto. Las ropas de la gente estaban rotas y las caras delgadas, y sucias. Todos parecan muy delgados, incluso los nios y los bebs en los brazos de sus padres. Mi malestar creca a medida que entrbamos en el corazn del pueblo. Odio las multitudes y los ojos puestos en m. Haba algo incmodo acerca de este grupo en particular. La expresin de ellos era completamente vaca, o... bien, aterrorizadas. Todo era un silencio de muerte. -De qu tienen miedo? -Susurr a Rurik. Me dio una mirada divertida. -De usted, por supuesto. -De m? - Yo gru. Mirando mi traje, trat de imaginar cmo me vea fuera de lugar aqu. Fue mi rareza lo que les asust? -Eres su reina. Todo el mundo sabe cmo Aesn fue derrotado y esa no fue una historia especialmente reconfortante. Del mismo modo, el legado de terror del Rey Storm sigue vivo despus de todos estos aos. Usted lo ha heredado. -Entonces qu? Me ven como una especie de tirana? -Se encogi de hombros. -Eres su reina,-repiti, como si eso lo explicara todo. Nunca quise ser reina. Ciertamente, no quera ser vista como una especie de reina opresiva. No quera esas miradas, todos estos ojos llenos de apata, juicios y una especie de derrota. Suspir de alivio cuando al parecer, habamos llegado a la mitad del camino. De repente un hombre se detuvo frente a nosotros, llevndonos a un atascamiento. Era un Gentry mayor, alto y de pelo gris. Era delgado y un poco mejor vestido que los dems, aunque haba un aire de dignidad y autoridad que lo haca destacar. Cuando vio que tena nuestra atencin, se inclin tan bajo que su cara estaba cerca de tocar el polvo del camino. -Eugenie, gran reina de la Tierra de Thorn, le ofrezco el saludo de su ms humilde servidor, Davros.

Por lo menos creo que eso fue lo que dijo. Estaba tan cerca del suelo que sus palabras salieron apagadas. Mir incmoda para mi grupo, sin saber cmo actuar. Todos estaban en silencio y me miraban con expectacin. Oh, seguro. Estaban llenos de consejos sobre el Castillo de Mawenn, pero y cuando tengo campesinos arrastrndose por el camino? Al parecer tena que resolverlo por m misma. -Por favor, uh, levntate, - finalmente dije. Hum, Davros. -Se levant, pasndose las manos por la cara, mirando totalmente confundido porque haba utilizado su nombre. -Gracias, su majestad. Soy el alcalde de este pueblo. Las palabras no pueden expresar el honor que siento de tenerla con nosotros. Teniendo en cuenta lo que Rurik haba dicho acerca de mi reputacin por aqu, no estaba segura de si crea en las palabras de Davros. Forc una sonrisa. -Gracias. Estamos de paso para volver al castillo. -Davros estir los brazos. -Espero entonces que considere la posibilidad de un breve descanso y refrigerio en mi casa. -Oh, bueno, eso es muy bonito, pero... Shaya hizo un alto y claro sonido limpiando su garganta. La mir. Ella me lanz una mirada que no dejaba lugar a dudas de lo que ella quera que hiciera. Haciendo una mueca, mir al pobre adulador, Davros. Joder. Yo nada ms quera salir del Otro Mundo. No quera parar y tomar el t. Mi expresin debi haber parecido intimidante porque Davros palideci y dej caer la cabeza con humildad. Suspir. -Nos encantara. Alcalde o no, Davros no tena una casa muy grande. Slo Shaya, Ruirik y yo nos reunimos con l dentro de la casa mientras que el resto de la comitiva permaneci en el exterior. Del pueblo, Dravos haba invitado a algunos otros altos funcionarios, as como su esposa y dos hijos adultos. Nos sentamos alrededor de una mesa de roble, mientras su mujer nos serva vino tinto y algo que me record la baklava . Apenas toqu el vino, no quera arriesgarme a una deshidratacin con este calor.

No era mucho mejor hablando aqu que en el castillo de Mawenn, pero afortunadamente, no haba nada que tuviera que hacer. Davros y sus compaeros mantuvieron la conversacin animada, la mayor parte de la charla era sobre cmo estaban de contentos por haber venido, que era un honor conocerme, y como ellos contaban con que los llamara si necesitara de algo, etc. etc. As que me sorprend cuando de repente la esposa de Davros dijo: -Pero si pudieras Su Majestad, por favor, decirnos lo que hicimos para ofenderte. Haremos cualquier cosa para reparar y obtener su proteccin una vez ms. Lo que sea. -Casi me atragant con la torta de miel. -Qu quieres decir con... desagradarme? -Los aldeanos se miraron. -Bueno, - Davros finalmente dijo. -Tiene que haber algo. Usted puso una maldicin sobre la tierra, despojndonos de nuestro alimento y el agua. Sin duda, hemos hecho algo para justificar su justa ira. -Slo tiene que hacernos saber lo que es, - silb otra persona. -Haremos cualquier cosa para eliminar esta maldicin que pesa sobre nuestra gente. Esa fue la cosa ms asombrosa que me pas durante todo el da, que quera decir algo. Mir a Shaya y Rurik buscando ayuda, sin una idea de cmo responder a eso. Por un momento pens que ellos de nuevo me iban a dejar sola con esto, hasta que finalmente Shaya dijo. -Los habitantes construyeron sus vidas molndolas a la tierra cuando Aesn gobernaba, cuando era la Tierra Alder. Cuando ella se convirti en suya, el estilo de vida anterior no sigui funcionaba ms. Su cosecha no crece en este clima. Los pozos se han secado. Me qued sorprendida. Nunca, nunca, eso se haba cruzado por mi mente, pero desde luego, no es como si me hubiera pasado algn tiempo pensando en la Tierra Thorn. La mayor parte de mi energa la dedicaba en pensar cmo evitarla. Estudiando cuidadosamente a Shaya me pregunt haca cunto tiempo ella lo saba. Dudaba de que mucho de lo que estaba pasando aqu ella no lo supiera. Los ojos de Rurik me evitaban, demostrndome que l tambin saba de este problema. Ambos saban cmo iba a enojarme cuando tuviera que hacer frente a cualquier problema relacionado con la realeza. As que los dos me haban escatimado los detalles de cmo este pueblo sufra. Me volv hacia Davros.

-No es una especie de... es que yo no lo s, slo es la forma en que est la Tierra. La forma en que quera que ella estuviera. Miradas desconcertadas se volvieron hacia m y apenas poda imaginar lo grotesca que pareca. Cuando Aesn gobern, esta Tierra era verde y exuberante, llena de bosques y tierra frtil. Quin en su sano juicio podra convertirla en un desierto? Davros confirm mis pensamientos. -Pero esta tierra... es imposible sobrevivir en esta tierra, - dijo. -No de dnde vengo, -le dije. -Esta es como la tierra donde me cri. La gente vive y prospera all. -La gente tambin tiene formas modernas de obtener agua y hacen compras para todo lo dems que necesitan. Y eso es sin tener en cuenta el aire acondicionado. -Cmo? - Pregunt. No saba cmo responder con prontitud. Realmente no entenda los detalles ntimos de la infraestructura de mi mundo. Abra el grifo y el agua sala. Iba al mercado y compraba la leche y Pop Tarts. Desesperada, tortur mi cerebro y trat de encontrar las lecciones de historia de Arizona que tuve en la escuela primaria. -Riego, -dije, con mi voz excitante.- Calabazas, creo. Y, hum, maz. -Los nativos cultivaban el maz? O estaba confundida por los estereotipos? Mierda. Soy tan ignorante. Lo nico de lo que estaba segura era de que el Pop Tarts no se cultivaba de forma nativa en Arizona. Las miradas que me dieron me decan que no estaba ayudando en nada con la situacin, en absoluto. Mir hacia Shaya y Rurik, pero esta vez, no iba obtener ayuda. Todo el peso de lo que haba hecho comenz a hundirme. Tal vez no he querido esta tierra. Tal vez no la haya transformado, intencionalmente, en un espejo de un Tucson salvaje. La cuestin era: ya est hecho. Tierra Thorn es lo que es, y viendo estos andrajosos y hambrientos, me di cuenta de que todo era culpa ma. No tena ni idea de cmo solucionar este problema. Haba que tener muchos productos modernos. Nada que pudiera hacer. Ya basta. Hay una cosa que puedo hacer. Me levant bruscamente de la mesa, cogiendo a todos por sorpresa. Como impona la costumbre, todos se movieron y levantaron a toda prisa tambin. Sin explicacin, me dirig a fuera, de regreso a la aldea. Detrs de m poda escuchar a Davros murmurar algo, al parecer, pensaba que me haban ofendido. Probablemente pensaron que iba bajar rayos del cielo.

De la forma como estaban las cosas. Tal vez no fuera una mala idea, si realmente tuviera el poder. Seguramente esta gente usara la lluvia. Pero una tempestad de agua no solucionara las cosas, y apenas podra hacer esto da tras da. En su lugar, me dirig hasta la mitad de la calle y me detuve. Mis guardias se enderezaban a la espera de mis rdenes y los dems residentes se detuvieron para ver qu pasaba. Los que se haban aglomerado con Dravos pronto salieron de la casa y se unieron a los dems. Cerr los ojos, abrindome al mundo a m alrededor. Sent la fragancia limpia y fresca del desierto y la dbil brisa que sopla a travs de l. El sol calentaba mi piel. Entonces empuj ms, llegando a esa magia que se haba unido a m instintivamente. Sent una pequea gota de humedad en el aire, pero eso no era lo que quera. Tuve que ir ms profundo. Dirig mis sentidos mgicos haca el piso, buscando agua a travs de la aldea. Nada. Me acord de lo que Shaya haba dicho acerca de que los pozos estaban secos, eso significaba que el rea no me iba a rendir nada. Que tendra que ir ms profundo. All. En la direccin que habamos entrado en la ciudad. Sent un golpe. Abr mis ojos y camin hacia l, el agua me estaba llamando. Estaba vagamente consciente de la multitud que me segua, pero no le prest atencin. nicamente el agua era mi objetivo. Cuando llegu al sitio, me encontr a m misma en los lmites de la ciudad. Un rbol creca cerca, lo que debera indicar algo. l tena races profundas que penetraban en el suelo en busca de humedad. Al igual que ellas, envi mis poderes al suelo, tratando de sacar agua haca arriba. Haba mucha suciedad entre ella y yo, me di cuenta de que no podra hacer nada bueno trayendo esta agua hasta la superficie en este momento. Me volv y encontr a Davros justo detrs de m, con su rostro ansioso. Seal al suelo. -Hay que cavar aqu. Ahora. En este lugar hay agua. -Se me qued mirando con la boca abierta. Un momento despus, recuperndose se volvi hacia los que estaban cerca de l. -Escucharon a la Reina! Vayan buscar las palas de inmediato. Y encuentren a alguien que pueda trabajar con la tierra. Magia de la tierra. Buena idea. Los Gentry no tienen taladros, pero tienen personas que puedan lidiar con enormes pilas de tierra, que es muy til para este tipo de cosas. Dorian, era probablemente el ms fuerte usuario de tierra de Otro Mundo, podra causar terremotos y demoler edificios.

En minutos, haba un grupo organizado. Trat de agarrar una pala y ayudar, pero eso habra causado a Shaya y Davros un ataque al corazn. Las Reinas no hacen este tipo de trabajo. En su lugar, me alej, mirando los otros aldeanos utilizar la magia y hacer el trabajo manual de cavar donde yo haba indicado. Cuando el agujero era demasiado profundo para las palas, los dos residentes usuarios de la magia de la tierra se sumaron. Incluso trabajando juntos, no estaban ni siquiera cerca de la fuerza de Dorian, pero definitivamente aceler el proceso, eliminando montculos de polvo a lo largo y a los lados. Por fin, o una gran exclamacin. Todo el mundo, incluyndome a m, nos acercamos al borde del agujero y miramos hacia abajo. Era muy profundo, pero un agua turbia llegaba lentamente a la superficie. Busqu a Davros. -Ustedes pueden mejorar esto? -Esperaba que as fuera porque no tena la menor idea de cmo. Pensaba que involucraba piedras y cubos, pero quizs era slo una imagen de un ingenuo cuento de hadas que tena en mente. Sacudi la cabeza con ansiedad. -S, s, su majestad. Gracias, su majestad. Despus de eso, fue casi imposible partir. Era considerada una hacedora de milagros. No era ms una reina tirana. Era la salvadora de ellos, una monarca maravillosa y generosa que trajo la vida a su tierra. Rechac sus argumentos para quedarme y celebrar, pero les dije que volvera con otras ideas para salvar la ciudad. Confieso que no tena idea de que implicara eso, pero mencionar este pequeo detalle echara a perder el estado de nimo de todos. Cuando finalmente nos montamos en nuestros caballos y estbamos listos para salir, de pronto sent un tirn en mi zapato. Sorpresa. Mir hacia abajo y vi a un hombre de mediana edad mirndome. Una mujer con edad similar estaba de pie junto a l. -Cmo te atreves a tocar a la Reina? -Jade Davros. Por su expresin, pareca que tema profundamente que fuera a demoler la ciudad. Hice un gesto para que l se alejara. -Est bien. -El hombre que toc mi pierna me mir suplicante. -Por favor, Su Majestad. Mi esposa y yo tenemos un beneficio que pedirle. -Es un favor o una peticin - dijo Rurik amablemente.

-Yo s lo que significa beneficio, - gru. Mir de nuevo a la pareja, reacia a prometer nada todava. -Qu es? -El hombre abraz a la mujer. -Hemos escuchado que usted es una gran guerrera y una gran usuaria de la magia. -Y claramente amable y compasiva, - aadi su esposa. -Y? - Le pregunt. -Y muy bonita y -No -exclam.-Quiero decir, cul es su peticin? -Nuestra hija fue robada,- dijo la mujer con los ojos llenos de lgrimas.-Os rogamos que nos ayudes a traerla de vuelta. -Whoa. Esto est un poco ms all de mi alcance, - les dije. -Cuando usted dice tomada, quiere decir, secuestrada? Los dos confirmaron con la cabeza, y tuve una extraa sensacin de dj vu. La primera vez que me deslic a la confusin de este Otro Mundo fue cuando fui contratada por un humano para encontrar a una chica desaparecida. La muchacha result ser Jasmine, no tena ni idea en aquella poca que la chica era medio Gentry, y mucho menos mi hermana. Ser mi destino ocuparme de nias desaparecidas? Davros dio algunos pasos ms atrs, pareca disgustado y avergonzado. -Su Majestad, por favor, ignrelos por molestarla con algo tan insignificante. La hija de ellos no fue tomada por cualquier persona. Ella se fug a Highmore con su novio de una aldea vecina. -Mir hacia Shaya y Rurik. -Qu es Highmore? -En serio?, - Dijo Rurik secamente. -Pens que lo sabas todo. -Yo lo mir. -Es una ciudad, - dijo Shaya. - La mayor en este reino. -Espera, qu? Tengo ciudades? - Le pregunt sintiendo que mis ojos se ampliaban. La pareja preocupada interrumpi mi nuevo descubrimiento.

-Davros est equivocado, -dijo la mujer. -Nuestra hija no se escap. Ella fue tomada por los bandidos que viven en los caones. -Todo el mundo sabe que ellos estn ah, - agreg el hombre. Mir a Davros. -Ellos y sus bestias. Ni siquiera se puede negar su existencia. Ellos estn all desde hace aos y no es la primera chica que desaparece.-Me volv hacia Davros. -Es eso cierto? -l se movi incmodo ante mi mirada. -Bueno, s, Su Majestad, pero aquellos matones no son algo de lo que usted tenga que preocuparse, al igual que el Rey Aesn no se preocupaba. -Espera. Aesn saba que haba malhechores atrs de sus sbditos y no hizo nada? -Estas preocupaciones insignificantes estaban por debajo de l, - dijo Davros. Para mi sorpresa, pareca creerlo. -No s, - dije lentamente. -Si un monarca no se preocupa por una cosa as, no s lo que deban hacer. Francamente no quera tratar con eso ms de lo que quera ninguna otra responsabilidad en la Tierra Thorn. Pero hablar de Aesn haba movido mi sangre. Aesn haba sido un idiota egosta, y me sacaba de quicio enterarme que l haba dejado a estas personas defenderse por s mismas. Lo nico que quera era no ser un gobernante como l. Por otra parte, la misma furia que el secuestro de Jazmne se haba movido en m. Tal vez fue por mi propia experiencia de ser siempre perseguida por hombres violentos, no me gustaba imaginar una muchacha siendo violada o secuestrada. No importa si eran humanas o Gentry. El principio es el mismo. Bandidos y ladrones aprovechndose de las chicas y atacando a los dbiles, esto se debe terminar. -Voy a enviar personal para cuidarlos de esos matones, - finalmente dije. Detrs de m, Rurik emiti un sonido extrao.-Pero no puedo ofrecer ninguna garanta sobre su hija. -La pareja tena la frente encendida y cayeran al suelo en seal de gratitud. -Gracias, Su Majestad! - Llor la mujer. Su marido grit. -Francamente eres generosa, magnnima y

-S, est bien, no hay necesidad de eso, - les dije apresuradamente. - O de arrodillarse. Acabarn sucios. -Habamos empezado a montar a caballo, cuando Shaya apareci a mi lado. -Usted ha hecho muchas promesas hoy. Pens en ello. Ella tena razn. Haba prometido ayudarles a conseguir comida, reconstruir su infraestructura e ir detrs de aquellos que les estaban atacando. -S. Creo que las hice. -Ella me mir con la boca abierta. -Y cmo vas a resolver todo esto? Mir a nuestro alrededor, en ninguna de esas caras que nos vea salir de la ciudad haba miedo o vaco. Ellos estaban agradecidos y entusiastas. Suspir. -Esa es una excelente pregunta. - le dije.

Captulo 5
Quera cumplir por completo mis promesas, y en Tucson al da siguiente, comenc a reunir una variedad de cosas que esperaba ayudara con la situacin de la Tierra Thorn. Admito, que eran algo crudo, pero me imagino que tienes que comenzar de algn lugar y me senta orgullosa de mis intentos cuando hubiera terminado. Estaba sentada frente a la TV con mi cena de esa noche, cuando Kiyo entro con su bata blanca de veterinario. Naturalmente, todas los anmales levantaron la cabeza o fueron a l para saludarlo. Si no estuviera con un plato de ravioles en mi regazo, hubiera saltado y corrido a sus brazos. En su lugar, le di una sonrisa deslumbrante, que se convirti en una an mayor cuando vi que llevaba un ramo de flores. -Hubiese venido antes-, dijo, poniendo su chaqueta en la silla. -Pero tuve el turno de la tarde. -Hey, estoy feliz de verte. Pens que todava estaras ocupado con cosas para el beb. -No. -Se sent en la silla frente a m y coloc el ramo de flores en la mesa. -Fuiste sorprendente, ya sabes. -Si por increble quieres decir extraamente vestida y atrayendo prncipes Gentry, entonces s. S, lo fui. Para qu son esas? -hice un gesto con el tenedor hacia las flores, un conjunto de coloridas margaritas. -Necesito una razn? A parte de ser increble?- Me tragu el pedazo de ravioles que estaba masticando. -Claro que hay una razn. Siempre hay una razn. Hemos hablado de esto antes. l me dio una sonrisa perezosa y peligrosa, apoyando la cabeza en el codo mientras sus ojos oscuros me evaluaban. -Cierto. Prcticas patrones de cortejo y apareamiento. Regalos para una sutil sugerencia. Aqu, toma los rganos sexuales de una planta pista, pista. - Era una vieja broma entre nosotros. -Afortunadamente, en tu caso, no tienes que ser sutil. Ya s que lo que quieres es sexo.

-Es verdad, pero quera aclarar las dudas. Por otra parte, has sido tan sorprendente ltimamente... no s. Slo quera hacer algo bueno. Cre que podramos tener alguna diversin esta noche a pesar de que estas echando a perder mi sueo de cenar contigo de la manera en que ests comiendo esos ravioles. -Lo siento- dije con la boca llena. -Tengo un trabajo esta noche, as que tuve que comer temprano.-Sus cejas se levantaron. -Qu tipo de trato es ese? Salgo del trabajo para ofrecerte un paseo, y tienes que trabajar? Por qu Lara no te asigna trabajos diurnos? -Por que hoy he estado muy ocupada con los asuntos de la Tierra Thorn. -Kiyo me lanz una mirada sospechosa.-Oye, no me juzgues,-le advert. -Yo no estaba all. Pero he descubierto recientemente que las personas se mueren de hambre y sin agua. -S. Me enter.- Ahora era mi turno de darle una mirada de incredulidad. -Lo sabas y no me lo dijiste?-No vengas a m! Cre que haba personas tratando con ello. Y estas personas probablemente tenan a los dems. -S, bueno, todas esas personas estn teniendo problemas. En realidad tengo que volver maana para ayudar a abordar algunos bandidos. -Has dicho bandidos? Eso es muy... no s. Muy 1683. -Bueno, quienes quieran que sean, dan asco y son posiblemente secuestradores de nias. -Le di un rpido resumen. -Quieres venir a ayudar?-Sacudi la cabeza con tristeza. -Sabes, he venido aqu con la esperanza de pasar tiempo contigo. En su lugar, descubro que tienes un trabajo esta noche y maana jugars al sheriff. -Ayudara si usara un traje de vaquera? -Puede.- Vino y se sent a mi lado y me bes en la mejilla. -Y s, voy maana. Y voy esta noche, si quieres compaa.

-Lo ves? Estamos viviendo un tiempo de calidad, juntos. -Slo espero que tengamos un tiempo de calidad en la cama ms tarde para ayudar a compensarme por todo. -Bueno-dije con arrogancia, poniendo el plato sobre la mesa, -eso depende de ti, eh? No tengo dudas sobre mi calidad. -Puso una mano sobre mi muslo y sus labios contra mi cuello. -Oh, Eugenie. No fuerces tu suerte-, gru, -o llegars tarde al trabajo. Sonre y le respond con un largo y profundo beso que probablemente haba sido transformado en otra cosa si mi compromiso no estuviera tan cerca. Eso, y tambin escuchar a Tim entrando por la puerta trasera. No se lo tomaba muy bien cuando encontraba a Kiyo y a m en una posicin comprometedora. Conducimos cerca de la universidad, en un tranquilo barrio residencial que se divida en partes iguales entre unas viviendas unifamiliares y residencias llenas divididas por los estudiantes. Mientras estacionbamos frente a una estrecha casa de dos pisos, que necesitaba una nueva pintura, Kiyo frunci el ceo. -Este minibs me parece muy familiar,- dijo, mirando en la entrada coches. -En serio?- Le pregunt inocentemente. Dejamos el coche y se acerc a la casa. Cuando pasamos por el minibs, Kiyo se detuvo a mirar unas pegatinas. Pedir Autoridad y Roswell o el fracaso! eran pocos. l me dio una mirada penetrante y acusatoria. -Eugenie, Wil Delaney se mud? -Nooo-, dije lentamente. -Pero este es un amigo suyo.- Kiyo gru. -Si hubiese sabido me habra quedado en casa. Ese tipo est loco. Y espera acabas de decir que tiene un amigo? -Un amigo con un problema legtimo. Y siempre puedes esperar en el coche. Kiyo no dijo nada, simplemente se preparaba a medida que nos acercbamos a la puerta. Wil Delaney era un antiguo cliente mo. Es alguien que cree en teoras de la

conspiracin que casi nunca sale de su casa y cuyo entretenimiento slo depende de un blog que confecciona y promueve sus ideas sobre el Gobierno, los aliens, el control mental, la manipulacin gentica, y un conjunto de cosas locas. Es posiblemente la persona ms paranoica que he conocido. Tambin es el medio hermano de Jasmine. As fue como nos conocimos. Fue l quien me contrat para encontrarla en el Otro Mundo, mucho antes de saber algo sobre el Rey Storm y la profeca. Al parecer, la madre de Wil y Jasmine no fue muy virtuosa y el Sr. Delaney tuvo mucho, incluso con los Gentry. Casi una docena de esclusas se abrieron antes de entrar en la casa, lo que era casi tanto como Wil tena en su hogar. La persona que nos salud era una mujer, joven. Ella era baja, con las mejillas regordetas, pelo marrn, gafas rosas con estilo ojo de gato. -Esa es ella?- pregunt. Un momento despus, Wil mir hacia la puerta. Pareca la misma persona que la ltima vez: el pelo rubio claro que hay que cortar, gafas, y una piel que nunca vio el sol. -As es. -Quin es este tipo?-, Pregunt la mujer con recelo. -Su novio. Es seguro. Es Cairo. -Kiyo-, le correg. Extend mi mano a ella. -Usted debe ser Trisha. -Prefiero ser Ladyxmara-, dijo. -Porque, en realidad, somos todos rostros annimos de esta sociedad, aun cuando el gobierno se preocupa. A dems, Ladyxmara es uno de mis personajes del juego World of Warchaft. Es irnico que en una sociedad virtual de esas se pueda ser ms honesto e igualitario que la nuestra. O tal vez...-hizo una pausa dramtica. -No sea tan irnico. Wil se qued mirndola con adoracin. A mi lado, Kiyo hizo algn tipo de ruido estrangulado. Nos llevaron a la casa que era casi tan oscura como Wil mantena la suya. Supongo que Trisha, me niego a llamarla Lady-no importa, tiene las mismas preocupaciones con la irradiacin. Su lugar era ms ordenado, y tena ms toques femeninos, como los combinando los muebles y algunas velas. Las velas parecan estar hechas en casa, sin lugar a dudas para no envenenar el aire con olores artificiales o marcados por el gobierno para grabar conversaciones de Trisha.

-Bueno- dijo Trisha, entrando en la habitacin. Un episodio de The X-Files estaba pausado en la televisin.-Ests aqu para resolver el problema de los aliens. -Estoy aqu para qu has dicho?- Mir entre Wil y ella. -Los aliens-, dijo. -Mi casa est infestada de ellos. -Mir a mi alrededor, medio esperando ver a un ET parado en el sof. Todo estaba vaco y en silencio. -No entiendo. Wil no le dijo lo que hago? -No estamos seguros de que sean aliens-, dijo l a toda prisa. -Pero aqu hay algo. -Por supuesto que lo son!-Exclam ella. El se acobard un poco bajo su mirada. -Los vi mirando por la ventana como en el documental.-Inmediatamente, su disgusto se convirti en indignacin. -Un qu? Sabes que es un engao. La evidencia es determinante. -Qu diablo es! De ninguna manera alguien puede fingir ese tipo de -Un, eh, personas?- Les dije. -Simplemente no podemos manejarlo? Quiero saber ms sobre el al lo que sea. Los dos lo vieron?-Asintieron. -Ellos son pequeos y tienen ojos grandes-, dijo Trisha triunfante. -Pero ellos usan palos de un tejido ligero-, dijo Wil. -Y hacen las tareas por la noche. -No suena tan mal para m-, murmur Kiyo. -Por qu deshacerse de ellos?-Kobolds-dije despus de un momento. -Tienes Kobolds. -No existe un planeta conocido con ese nombre,-discuti Trisha. Suspir. -Solo llvame al stano de la casa. -Trisha nos gui a travs de la casa, y Wil caminaba a mi lado. -Ella no es sorprendente?- Juro que l estaba a punto de desmayarse.

-Tu primera novia?-, Le pregunt. -Cmo lo sabes? -Instinto-. Hacer hablar a Wil siempre fue peligroso, pero como no sale de casa o tiene mucha interaccin social, tena que hacer la siguiente pregunta. -Cmo se conocieron? -En un foro. Habitbamos a la vez en un tema y estbamos discutiendo si haba una conexin con la sobredosis del gobierno de Marilyn Monroe y Heath Ledger, y luego -De acuerdo-dije, haciendo una mueca. -Eso es suficiente. Verdad. -Llegamos a la puerta del stano, y Trisha empez a descender. -No,-le advert. -Tiene que quedarse aqu.- Le di una mirada firme a Wil. -No dejes que baje hasta que terminemos. T, de todas las personas sabes que no estoy bromeando. Wil se qued an ms blanco, si eso era posible, asinti con la cabeza a toda prisa. Wil haba viajado conmigo al Otro Mundo y entenda bastante el perfil de mi trabajo. Le oa discutir con Trisha, mientras que Kiyo y yo bajbamos las escaleras y, sin embargo, de alguna manera, Wil logr hacer su trabajo y mantenerla alejada. -Nunca pens que fuera posible,-dijo Kiyo, as que conseguimos alejarnos para escuchar. -l conoci y se enamor de alguien exactamente como l. Creo que realmente hay alguien para todos. -Ella es un poco ms firme que l, supongo. -Genial. Lo que l necesita. -El lado bueno, es que esto va a ser fcil. Los Kobolds no son un problema. -Kiyo asinti con la cabeza, pero frunci la nariz cuando llegamos al borde de los escalones. -Pero tienen mal olor.

El stano no estaba acabado, y tena el desorden que generalmente se encuentra en lugares como este. Muchos lugares para los Kobolds esconderse. Saqu una corriente, y una bombilla desnuda siempre con poca iluminacin. Recogiendo mi varita, extend la mano y barr el stano entero. -Por la tierra y el fuego al que sirves, te ordeno que te muestres. La magia chamn gir a travs de m, de las piedras preciosas y la varita, por la habitacin. Un poco despus, tres formas se materializaron. Tenan alrededor de 90 cm de altura, machos, y apenas se parecan a los aliens de ojos color amarillo populares en la cultura moderna. Estos chicos estaban marchitos, con el pelo rubio desigual. El comentario de Will acerca de los abrigos de cachemira no era del todo correcto. Uno llevaba una manta escocesa. -Por qu nos llamas?- el que usaba la manta exigi en una voz chillona. -No le hicimos nada a usted. No le hicimos nada a nadie. -No pueden quedarse aqu- les dije-. -No en esta casa. No es de ustedes. Este mundo no es de ustedes -Yo era un defensor de la propiedad privada en el mundo. -Estamos ayudando-, argument uno. -Sabes cmo son estas personas de desordenadas? Libros y papeles por todas partes.-Si la casa de Trisha se pareca a la de Will antes de que llegaran los kobolds, lo podra imaginar. Los Kobolds son como los duendes, originarios de los pases nrdicos y rara vez hacen el mal sin ser provocados. Mi esperanza era que, simplemente, podran ser persuadidos para irse. -Esto est muy bien y todo, pero estoy hablado en serio: no pueden quedarse aqu. Tengo que enviarlos de nuevo al Otro Mundo. Si hacen las cosas difciles, les enviar al inframundo-.El de la manta hizo una mueca. -Eres tan cruel como ellos dicen, Eugenie Reina Thorn. No hicimos nada para merecer esto. Trat de no hacer una mueca como respuesta. Antes de aprender acerca de mi sangre Gentry, a menudo conduje los trabajos chamnicos con el seudnimo Odile

Swan Dark. Era como los habitantes del Otro Mundo me conocan y teman. No estaba feliz de saber que parte de mi identidad ya no era un secreto. -Chicos, no estoy bromeando. Ustedes saben quin soy. Saben lo que puedo hacer, as que dejen de perder el tiempo.- Varita en mano, comenc a canalizar una apertura al Otro Mundo. -No pueden golpear a uno de nosotros, mucho menos dos. -No-, acordaron de nuevo. -Pero l puede.- -He-ahh!- manos peludas me agarraron por detrs tan slo segundos despus de que Kiyo exclamara -Eugenie! Kiyo est por lo general en estado de alerta, pero haba sido tan arrogante como puedo ser para hacer frente a los kobolds. Su atencin estaba en ellos, y no se dio cuenta de la amenaza que acechaba en el stano. Bueno, eso no era del todo cierto. Kiyo haba sentido a esta criatura, si el olor que emana de las manos y los brazos era alguna indicacin. Slo que no haba hecho la conexin. Todava no haba conseguido un buen vistazo de mi peludo captor, todava estaba luchando para librarme de las manos. Kiyo estaba sobre l en un instante, sin necesidad de armas con su propia fuerza bruta. Sus manos se cerraron alrededor de los brazos de la criatura, y se las arregl para tirar de ellos lo suficiente para deslizarme fuera de su alcance. Una vez libre, capaz de tomar una buena mirada. Era un... Huh. Estaba segura. Era peludo, marrn y alto, con orejas redondeadas como un ratn o un oso y pezuas como un ciervo y una variedad de otras partes de animales al azar. La cosa dio un rugido ahogado de disgusto, y me prepar para que se volviera contra m. Por lo general, la cosa era as. Las criaturas que venan detrs de m por lo general tenan uno de dos propsitos: o bien m violacin o intentaban matarme para impedir el cumplimiento de la profeca. Sin embargo, el Oso Yogi, o lo que fuera, iba tras Kiyo, ignorndome mientras los kobolds, miraban con alegra. Kiyo dio un duro golpe a la criatura en el pecho, y me di cuenta de que una onda de la luz tenue se propag a travs de ella desapareciendo rpidamente. El Oso Yogi, luego le dio un duro golpe en la cara de Kiyo y lo envi a la pared.

Fue muy duro, tambin, ese golpe tena la intencin de matar. Los reflejos de Kiyo eran demasiado rpidos, y consigui reaccionar antes de tener aplastado el crneo contra el cemento. Salt a la lucha con mi Glock. La Haba cargado con balas de plata anteriormente y me alegr de haberlo hecho. Di algunos disparos en el monstruo. Cada vez vea ondular su forma, pero an no vena por m. Estaba muy distrado queriendo matar a Kiyo. Los dos luchaban an ms, y yo segua disparando, sabiendo que tena que estar debilitndose. An as, un golpe de suerte en Kiyo lo depsito y lo empuj hacia abajo en la espalda. Los kobolds aplaudieron cuando se qued inmvil. Yo, yo gritaba de rabia, asegurando mi varita en la mano y mirando hacia el monstruo peludo. No trat de atacarme con golpes mortales, pero segua tratando de abrazarme mientras continuaba disparndole y empec a decir las palabras del encantamiento. De repente, Kiyo estaba de pie otra vez, ponindose a s mismo entre nosotros. -Aljate de ella!- l gru. Vi todos los msculos de su cuerpo tenso y tuve la sensacin de que estaba a punto de cambiar de forma. Yogi pareca enojado y se volvi hacia l en modo de ataque completo. -Fuera de mi camino-, le dije. -Yo lo atrapo. -No voy a dejar que ponga sus manos sobre ti-, respondi Kiyo, con los ojos fijos en el enemigo. Un destello de oro brillaba en los ojos de Kiyo. Oro, como zorro. -l no est tratando de matarme o violarme-, dije, mientras que Kiyo evitaba otro golpe demoledor. -l me quiere someter a ti es que te quiere matar. Pero Kiyo estaba determinado en protegerme, y me decid finalmente que sera ms seguro si me apuraba y terminaba el encantamiento, en lugar de tratar de protegerlo. Firmemente canalic mi energa a travs de la varita, y empec de nuevo a abrir la puerta al Otro Mundo. Mientras lo haca, sin embargo, segua pensando en las ondulaciones que vi cuando haba atacado a la bestia, como si no pudiera permanecer junto. Una idea se me ocurri, y en lugar de centrar la magia para romper el tejido de este mundo, la dirig hacia el Oso Yogi o ms bien, a la magia del Otro Mundo que sujetaba el Oso Yogi. Kiyo salt fuera de la lucha, al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Lo Suficientemente firme. Lance una tela de luz que pronto abarc el monstruo, rompiendo con la suya. Con la varita, ech abajo los lazos de magia y de repenteexplot. Pero no como Aesn haba explotado. Era ms como si hubiera cado por pedazos. Se fue la gran, corpulenta, forma peluda. En cambio, en el suelo haba un enjambre de criaturas del bosque: ratones, conejos, venados y un par de patos. Las ratas y los conejos huyeron inmediatamente por cualquier grieta y esquina que podan encontrar. Los patos parecan confundidos. El venado corri escaleras arriba. Con el hechizo de destierro ya empezado, era fcil completar la apertura al Otro Mundo y enviar a los kobolds. Poco antes de que desaparecieran, Kiyo se inclin hacia ellos, mantenindose fuera del camino de la magia, y les dio una expresin muy enfadada. La sangre en su cara a causa de la lucha slo le aadi a su aspecto temible. -Dile a quin te ha enviado aqu que la deje en paz, o ir detrs de l y le desgarrar miembro por miembro. Y voy a hacer lo mismo con ustedes, mientras estoy en ello. Ninguno de ustedes pondr sus manos sobre ella de nuevo -l gru. Los rostros de los kobolds reflejaba el genuino temor al mismo tiempo que desaparecieron de este mundo. Se hizo el silencio, pero los patos an continuaban confundidos sin saber que hacan con ellos mismos. -Bueno-suspir. -Este fue uno de las escenas ms locas de que he visto nunca. Los violadores usualmente trataban de distraerme con un conjuro de apariencia normal, y entonces aparecan de forma inesperada. Esta persona haba enviado a los kobolds para atreme y, luego, agrupando las criaturas del bosques para conseguir realmente atraparme y traerme de vuelta como botn de guerra. Kiyo como un obstculo para el plan tena que ser eliminado en primer lugar. Agarr su camisa desgarrada y ensangrentada. -Ests bien? -Bien, bien, -dijo, limpindose la cara. -Es superficial. Qu demonios fue esto? -Algn monstruo que un Gentry at con magia. Junto todos los animales de una forma ms poderosa y les orden venir por m. -Va a unirse otra vez?

-No, lo romp, y todos se estn apartando de todos modos. -Hmm, Eugenie? la voz de Wil de repente baj las escaleras. -Est todo bien ah abajo? Un ciervo acaba de correr a travs de la sala de.... Kiyo y yo decidimos despus que se trataba de una buena cosa que el Oso Yogi se hubiera disuelto. De lo contrario, si hubieran visto su forma general, Trisha y Wil tendran material suficiente para discutir sobre el Pi Grande en sus foros como para durar hasta el siglo siguiente. Slo Dios saba qu clase de temas y rumores comenzara este slo evento. Trisha me pag en efectivo despus de sacar el venado de la casa, y les dej por su propia cuenta a los otros animales en el stano. Cundo nos bamos, Wil brevemente me cogi solo, y la expresin tonta paranoica fue sustituida por una mucho ms sombra. -Has encontrado a Jasmine? -Me pregunt con una voz muy suave. Me mord el labio. No importa lo absurdo que pens que era Wil, cada vez que veo cmo la desaparicin de Jasmine le pesa, me rompe el corazn. Nunca le dije la verdad de su herencia. La nica informacin que le haba dado es que ella haba huido y no haba sido secuestrada. Cre que iba a ser consolador saber que no estaba retenida contra su voluntad, pero el dolor al pensar que ella no quera estar con l. El realmente amaba a su hermana, no importa lo mucho que ella despreciaba el mundo humano. Era muy triste. -No disclpame Realmente lo siento.-Su rostro se cay an ms, y l asinti dbilmente con la cabeza. -S. Lo Imagin. Pero s que seguirs buscndola. Y me, lo hars saber si la encuentras?-Trat de darle una sonrisa tranquilizadora. -Claro que s. La verdad es que no s si se lo dira. Todo dependera del estado en que la encuentre. Si la encuentro embarazada y con ganas de conquistar el mundo... bueno, no estaba segura de lo que hara a continuacin, pero una cosa estaba segura de que no haba manera de dejarla regresar a este mundo.

Captulo 6
Kiyo siempre se curaba rpido y cuando llegamos a casa por la noche, estaba en ptimas condiciones para demostrar quin poda tener el mejor rendimiento en la cama. En consecuencia, se despert muy feliz al da siguiente, aunque l todava no poda dejar de reclamar un poco acerca de que estuviera nuevamente, siendo seguida. Aunque saba que todo era impaciencia. A l le gustaba saber que estaba a salvo, sent algo caliente creciendo en m. -Me engaaste ayer,-dijo una vez que habamos cruzado al Otro Mundo por la maana. Tena la esperanza de que estos bandidos fueran ms fciles de transportar que los kobolds, hbridos pequeos animales no naturales. -Despus de lo que hiciste en la cama la anoche - l suspir feliz con el recuerdo de un hbil hecho en particular que mi boca le hizo la noche anterior. -Bueno, ya sabes, estar de acuerdo con lo que quieras ahora. -Vamos! -Le dije todava sintindome un tanto orgullosa. -No tiene nada que ver con eso. No quieres ver que se haga justicia con aquellos que se atreven a acosar mis sbditos? -Cuidado. La gente puede encontrar que ests actuando como una verdadera reina. -Mir mis pantalones rotos y mi camisa con la imagen del grupo de rock Poison. -Bueno, no hay que dejarse llevar. Quizs ayudara que llevara una corona como dice el Rey Dorian.-Para mi asombro, la expresin de Kiyo cambi rpidamente. -No. Esa es la ltima cosa que debes hacer. -Lo mir sorprendida. -Por qu no? Muy Miss Estados Unidos? -Te har ver ms... oficial. -Hice un gesto para mostrarle mi rededor la tapicera de la sala del castillo donde habamos aparecido. -Estamos en un castillo de mierda, Kiyo. No puedo ver cmo sera ms oficial. -No entiendes. Quiero decir, eres la reina, s, y todos lo saben... pero muchos te ven como una guerrera de reserva. Como una directora de orquesta. Usar una corona... comenzar a aparecer delante de la gente con ella, no lo s. Esto hace que seas legtima. Hace que sea real. Ser ms difcil salirte de esto de lo que es ahora.-Pens

en la cantidad de veces que dese no estar conectada a esta Tierra y las veces que trat de evitarla, sin embargo, segua regresando. -No creo que pueda ser ms difcil. Encontramos a Shaya antes de salir para nuestro ataque sorpresa. Haba trado algunas cosas que esperaba pudiera ayudar a la Tierra Thorn con el hambre y la sequa. El primero que le entregu, ella slo se qued observndolo en silencio durante algunos minutos. -Su Majestad... qu es? -Es un mantel individual para los nios que cog del restaurante Joes Tex-Mex-. Junto con el men infantil de Joes, el mantel individual tambin tena el mapa de Arizona donde los nios podan pintar mientras esperaban por su comida. Seal varios smbolos en el mapa. -Mira, este ensea las caractersticas naturales de Arizona. Los productos que crecen y los que se pueden encontrar all. Algodn. Cobre. -Qu es eso? -Ella pregunt, sealando lo que pareca un vaso de agua. Frunc el ceo. Ciertamente no era agua, con absoluta certeza no lo era. -Creo que es algn tipo de producto ctrico. Naranja. Toronja.-Me encog de hombros. -Creo que se puede cultivar, incluso en este clima. Y este es el punto. Esta tierra es un espejo de Tucson, las cosas deben ser iguales aqu. Debe haber depsitos de cobre que ustedes pueden encontrar. Esto es valioso en el comercio local, correcto?- El cobre era uno de los pocos metales que los Gentry pueden utilizar. El hierro esta fuera de cuestin siendo el precursor de la tecnologa. De ese metal es que es fabricada la mayora de mis armas mortales. -Lo dems deben crecer aqu, si t encuentras las semillas. Alguien debe tenerlas en alguna parte, incluso en Este Mundo. -Ellos todava necesitan el agua, -dijo. -Correcto. Para eso es que esto sirve.-Le di mi siguiente premio: un libro. -Es la historia de la ingeniera de los pozos y acueductos de la Europa medieval. Esto debera ayudar a mover el agua que est a nuestro alrededor. -Todava pareca aturdida, entonces yo trat de pensar en algo reconfortante. Tambin ayudar a encontrar otras fuentes de agua. -Entonces le di otro libro sobre la arquitectura del

sudoeste, casas de adobe y estuco. Tom los libros y pas las pginas, mirando los espesos captulos y diagramas. -No creo que sea la mejor persona para hacer esto. No tengo mente para eso. -Tal vez no. Pero estoy segura de que puedes delegar a alguien que s pueda. - Le acarici el brazo para alentarla. La verdad era que estaba perpleja con los libros tanto como ella. Podra armar un rompecabezas cabezas en un tiempo rcord. Pero leer diagramas de ingeniera? Para nada. -Ten cuidado con ellos, son de la biblioteca. Tena que salir y me senta mal por dejarla. Ahora a pesar de su confusin, saba que iba a encontrar al personal adecuado y la forma de implementar esto. Ella era muy competente. Tal vez debera echar una mano en esto, pero bueno, yo haba sido la nica que tuvo que tragar la porquera de comida de Joe Tex-Mex para conseguir el tapete. Eso tena que contar para algo. Si por m fuera, habra tomado a Kiyo y habamos ido a cazar a estos bandidos nosotros mismos. Tuve que imaginar que ellos eran solamente chusma y no iban a presentar obstculos para nosotros. Kiyo tena la fuerza perfecta de un guerrero, ayer por la noche haba probado eso, y entre mis armas y la magia, me equiparaba a l. Rurik haba rechazado este plan de todos modos, insistiendo en que l y casi dos docenas de guardias nos acompaasen. No creo que eso nos diera una forma de invisibilidad, pero me dijo que desmontaramos los caballos y que caminaramos cuando nos acercramos al desfiladero donde los bandidos vivan. Antes de salir, decid que deberamos incluir a otra persona en nuestra comitiva. Me detuve en un rincn oscuro, lejos de las luces de las velas de la sala y tom mi varita. Inmediatamente, los guardias se apartaron de m. Ellos saban lo que estaba haciendo y no les gustaba. Cuando algo mgico hace que los Gentry se asusten, sabes que es malo. Pronunci las palabras de convocatoria y sent la magia pasar por m. No era la magia de la tormenta que hered, de manipular el agua y el aire. Esta era una magia humana que aprend, una forma de llegar a mundos que estn ms all. La temperatura en la sala cay, un golpe repentino si comparamos con el calor seco en el que estbamos. A continuacin, el fro se increment y Volusian estaba delante de m. Volusian era mi esclavo, a falta de una palabra mejor. Era un alma que recibi una maldicin, determinado a vivir sin descanso por el resto de la eternidad por las atrocidades que cometi en vida. Haba encontrado una manera de conectarlo a m, obligndolo a servirme. Volusian no estaba muy contento con eso y, a menudo le

gustaba recordarme cmo iba a destruirme si consegua liberarse. Despus de escuchar esas cosas una y otra vez, casi me resultaban familiar, algo as como una cancin pop que cuando se oye lo suficiente te conquista el corazn... Mientras que los espritus del Otro Mundo a menudo tenan formas inmateriales en el mundo de los humanos, la forma que tena Volusian ahora era exactamente la misma si lo hubiera convocado en casa: una criatura baja, necia, de piel oscura, orejas puntiagudas y ojos rojos. -Mi maestra me llama, -dijo en un tono de voz montono. Y yo le contest. Por desgracia. -Oh, Volusian, -dije con mucho gusto. -Siempre es un placer tenerte cerca. Eres como un rayo de sol en un da triste. -Volusian slo miraba. Me volv hacia los dems, con la esperanza de sonar majestuosa y autoritaria. -Eso es. Vamos a patear unos forajidos fuera de la ciudad. No estaba acostumbrada a tener un squito de guardias. La mayor parte de mi vida haba estado sola, mucho tiempo lo pasaba luchando sola... Bueno, no saba muy bien qu hacer con tanta gente detrs de m. Tan pronto como nos dirigimos hacia nuestro destino, descubr que sera mucho ms fcil tratar con los guardias si me centraba en Kiyo y finga que estbamos solos. -No puedo creer que le hayas dado a Shaya un mantel individual y ahora esperes que ella revolucione completamente la infraestructura del lugar,-seal. -Qu ms debo hacer?, - pregunt. -No haces ms que quejarte de que estoy demasiado involucrada con este lugar. Traer un mantel individual es lo mnimo que puedo hacer para estar menos envuelta a menos que ests diciendo que debera tener un papel ms eficaz ahora? -No -l respondi rpidamente, su rostro se ensombreci un poco.-Creme que si hubiera una manera ms fcil de hacerte desistir de este lugar, te obligara a hacerlo. -Lo interrump con una mirada. - T me obligaras, eh? -Te incitara, -se corrigi. -Desafortunadamente, este es un punto discutible. La nica forma de perder un reino es si tu poder disminuye o... si eres asesinada.

-Estoy segura de que a Volusian le encantara ayudar con esto. -Mi siervo caminaba a mi lado, sin necesitar de un caballo para avanzar ms rpido. Al or su nombre, dijo: -Yo podra lograr esta hazaa con gran alivio y mucho sufrimiento por su parte, maestra. -T no puedes comprar este tipo de lealtad,-dijo Kiyo solemnemente. -Y no necesitas una corona. Kiyo protest sin trabajo. Haba mucha tensin entre l y Dorian, pero en una cosa los dos concordaban: Volusian era un problema. Me haban animado a deshacerme de l. No tena el poder para expulsarlo completamente al Submundo, pero esto podra ser resuelto con otro usuario de magia. Sin embargo, peligroso o no, segua teniendo sus servicios. -An estars aqu cuando hayamos terminado con esto? -Pregunt. Era mi manera sutil de preguntar si Kiyo ira a ver a Maiween. Sus ojos negros estaban fijos adelante en el camino, pensativo. -No. Espero volver a Tucson y ver si una chica que conozco quiere salir conmigo. Me han dicho que es exigente. Me sigue evitando cada vez que trato de planear algo romntico. -S, bueno, a lo mejor si apareces con un buen plan, podras atraparla. -Yo estaba pensando en una cena en Joe.- Frunc el ceo. -Si ese es el plan, tal vez ms te vale estar preparado para un rechazo. -Red Pepper Bistro? -Muy bien. Ahora me ests provocando. -Seguido de un masaje en el sauna. -Tambin sera genial. -Y entonces cosas indecorosas en la sauna.

-Espero que ests diciendo que t irs a hacer cosas indecorosas porque hice ms que mi parte anoche. -Kiyo me mir con una sonrisa maliciosa. -Quin ha dicho que estoy hablando de ti? Le hubiera golpeado, si estuviera a m alcance. En su lugar, sonre de nuevo con mi estado de nimo feliz y suelto. Bromear as con l era la forma que hacamos en los viejos tiempos, antes de que Mawenn y el beb fueran un compromiso. Me senta como nuevamente su novia. Y a pesar de slo haber tenido relaciones sexuales la noche pasada, no poda negar la verdad. Pensar en sexo con l en la sauna estaba hacindome cosas incmodas, con mucho gusto incmodas, en mi cuerpo, especialmente con mis piernas abiertas como estaban. Nuestros ojos se encontraron y sent una respuesta en los suyos. Me acord de la ferocidad con que se arroj delante de m la noche pasada y puede utilizar esa misma ferocidad transformndola en pasin en la cama. Las lneas y los msculos de su cuerpo parecan de repente muy fuertes y me poda imaginar sus manos en m... Rurik se aproxim trotando junto a m e interrumpi mis pensamientos pornogrficos. -Tenemos que caminar. Nos estamos acercando. Nos detuvimos en los lmites de un bosque, compuesto de rboles ralas y cactus saguaro. Ellos se dispersaban ante nosotros, en algunas subidas empinadas donde la tierra se haba convertido en acantilados de tierra roja repleta de piedras. Mientras ataba el caballo, Kiyo decidi ir adelante en su forma de zorro a investigar. -Si no consigues cambiar de nuevo, eso interferir seriamente con nuestra cita, -le dije. Pas una mano sobre mi brazo desnudo, haciendo que cada parte de mi cuerpo vibrase. -No, nada va a interferir con eso. Voy en la forma de un pequeo zorro, nunca me vern. Poco a poco se transform, su gran forma muscular se hizo cada vez ms pequea, entonces, se extendi en forma de un zorro rojo del tamao de un perro mediano. l roz mi pierna y se perdi en la vegetacin hacia adelante. Lo vi entrar. Una parte de m siempre se preocupa por aquellos que a los que amo, pero sobre todo, confiaba en Kiyo cuando haba situaciones peligrosas. El resto de nosotros nos quitamos el calor del medioda, refrescndonos con el agua. Alrededor de veinte minutos ms tarde Kiyo regres. A cada paso que se

acercaba, se converta de criatura peluda en el hombre que yo amaba. No es que no lo amara como un zorro tambin. -Ellos estn ah, como pensamos, - dijo Kiyo. Haba una especie de galope mientras l caminaba, un remanente de la forma de zorro. Era lindo y sexy a la vez.-Parece que ellos van quedarse acampando y descansando lo que resta del da. -Algn vigilante? - Pregunt Rurik. Kiyo sonri. -Ya no. -Gir los ojos. -Viste alguna chica? -Su sonrisa desapareci. -No. Slo los chicos malos. Ellos tienen menos gente que nosotros. -Bueno, eso es bueno -le dije con el ceo fruncido. Ninguna muchacha. Qu significa esto? La pareja de la aldea estaba equivocada? Tal vez su hija realmente se haba ido con su novio. Sin embargo, este grupo estaba acosando, deshacernos de ellos sin duda sera un buen negocio. Kiyo y Rurik trazaron una estrategia para colarse en el campamento y nuestro grupo zarp, planificando cmo llegar a los bandidos. Sin vigilantes, los bandidos no tenan a nadie para avisarles de que estbamos aproximndonos y parecan totalmente inconscientes cuando tuvimos la primera visin de ellos. En su mayora eran hombres, con pocas mujeres. Las mujeres con claridad no eran las nias capturadas. Eran mayores y endurecidas por la difcil vida. De hecho, todo el grupo pareca estar viviendo un momento difcil. Algunas cosas acerca de aquella resistencia me estaba diciendo que iban luchar con uas y dientes. En base a la discusin anterior, pens que todo el grupo poda bajar a la vez. En su lugar, uno de mis guardias se detuvo de repente y grit: -Rndanse en nombre de la Reina! -Dios mo, pens. No he dicho eso. No haba tiempo para reflexionar mientras que mi comitiva atacaba. -Recuerda.-Silbaba a Volusian. -Domina. No mates. No pareca estar feliz con eso. Por supuesto, l nunca pareca feliz. El resto de mis guardias tenan rdenes de evitar matar si pudieran, pero no dudar si era su vida o de los bandidos. Quera prisioneros que pudiera interrogar ms tarde y no me gustaba la idea de promover mi imagen de tirana si poda evitarlo.

Como esperaba, los bandidos se defendieron. No se rindieron aqu. Ellos tenan armas convencionales de Gentry y magia dbil para luchar. Quedo claro desde el principio que sera ms difcil conseguir prisioneros que matarlos. Matar era rpido. Derribar a alguien y amarrarlo era ms complicado. Te deja expuesto a los ataques de los dems. Sin embargo, vi a mis guardias hbilmente atando dos de los bandidos de inmediato. Un par de otros bandidos fueron asesinados poco despus, pero ellos tenan cuchillos en las gargantas de mis hombres y no nos dejaron alternativa. Kiyo y yo trabajamos juntos atando a un hombre con un ltigo cuando de repente sent una magia surgir en el aire. Dej lo que estaba haciendo. No era magia Gentry. De hecho ninguno de los dems lo notaran inmediatamente. Como una chamn, haba desarrollado sensibilidad para criaturas y poderes de otro mundo. Este poder hizo que mi piel escosara y quedara con una sensacin de aceite pegajoso. Eso no era del Mundo Humano ni del Otro Mundo. Haba criaturas del Inframundo aqu. -Demonios-dije, mientras ellos se materializaban dentro del campo.-Hay demonios aqu, mierda.

Captulo 7
Haba cinco de ellos para ser ms precisa cada uno de 2,15 m de altura. Me acord de la piel de una salamandra, con una apariencia suave ligeramente hmeda. Estaba manchado de rojo y negro, como el mrmol. Tenan dientes como el tigre de dientes de sable, y las llamas brillaban en los pozos de sus ojos. -Demonios de fuego-. Me altere. No es que me importara mucho. He tenido que luchar con las criaturas del inframundo, los demonios. Estos eran peor. Era irrelevante. Estos chicos hacan que la lucha de anoche con Rocky Raccoon pareciera un calentamiento. Inmediatamente los bandidos que no participaban activamente con nosotros comenzaron a retirarse detrs de los demonios. Los que no estaban peleando, mientras trataban de escapar, sabiendo que los demonios los protegan. Uno de mis hombres valientemente desafi al demonio. El demonio saco desde su mano una enorme bola de fuego. Entonces el demonio la arroj contra el hombre, al instante se transform en una antorcha viva gritando. -Mierda!- Grit. Sin pensarlo, saqu toda la humedad del aire y la lanc contra el guardia. El agua se materializ en torno a l, mojndolo como una ola. Deje el resto del aire seco, algunos rboles se secaron y se derrumbaron. Absorb el agua para hacer una nueva ola. Sin embargo las llamas desaparecieron, y el chico cay hmedo, brillante e inconsciente. Por lo menos espero que este inconsciente y no muerto. Mis guardias atacaron en grupos y fue un poco mejor de esta manera, capaz de desviar la atencin del demonio. Volusian tambin luch bien, pero comenz a parecer rpidamente que no terminara bien para nosotros. Eleg un demonio que estaba luchando mejor, saqu mi varita mgica y centr mi energa. Impuse mi voluntad al demonio, agarrndole con mi mente y mis sentidos para alejarlo de este mundo. Mi tatuaje de la mariposa en blanco y negro en el brazo empez a arder. Es el smbolo de Persephone, la diosa del inframundo y utilice este poder para abrir las puertas de su dominio. Bajando por la colina, el demonio de repente me mir, sent el vnculo roto a su lado. l era poderoso, y la prohibicin de este mundo estaba controlando mi poder y la fuerza de lo que esperaba. Ignorando el ataque a los guardias, lanz una enorme bola de fuego contra m. Inmediatamente cambi mi conexin del

Inframundo e invoque toda el agua que pude. Tomndola de la nica vegetacin que demostr ser una fuente rpida de agua. Evite cuidadosamente a mis compaeros. Las plantas y los cactus se doblaron y murieron en un amplio arco a nuestro alrededor, pero lo necesitaba. Un muro de agua apareci delante de m bloqueando la bola de fuego. -Maldita sea, Eugenie -Grit Kiyo. -No puedes seguir haciendo eso. -Puedo hacerlo -Dije. -Slo necesito distraccin. Kiyo hizo una mueca y se volvi en su forma de "super zorro", un animal enorme con fuerza primordial y el poder ancestral del Otro Mundo de los zorros. Salt sobre el demonio que me haba atacado, y una vez ms trat de hacer mi conexin. Volusian se uni a l. Entre los dos y algunos guardias, el demonio no me poda bloquear en este momento. Pronunciando las palabras de destierro, lo empuj de este mundo al otro, teniendo cuidado de mantenerme alejada de la succin durante el procedimiento. El demonio explot en chispas, rpidamente se desvaneci y desapareci. Casi me ca. El esfuerzo de hacerlo era insoportable, estaba casi segura de que no poda hacerlo de nuevo. Tenamos que salir de aqu y rezar para que los demonios no nos siguieran. -Rurik -Grit, con la esperanza de que el gran guerrero pudiera orme.-Tenemos que retirarnos. Me dirigi un rpido movimiento, los ojos fijos en el demonio al que estaba atacando. Entre la magia y las espadas, su grupo estaba haciendo un buen trabajo, pero la lucha estaba lejos de terminar. l grit algunas rdenes. Mi grupo comenz a apartarse, luchando cuando nosotros nos retiramos. Para mi alivio, dos hombres agarraron el tipo que se haba quemado antes y ayudaron a cargarlo. Kiyo y Volusian cubran nuestra retirada, y yo intent de nuevo desterrar al demonio. No hubo suerte. Por lo tanto cont con un antiguo socio, mi Glock y comenc a disparar balas de plata. Ayud a debilitar a algunos demonios y nos permiti escapar. Cuando llegamos a un punto, vi que no nos seguan. Ellos estaban alrededor del campamento, como sospechaba. Esos demonios fueron convocados y se mantenan al lado de aquel que los llam.

Finalmente llegamos a la caada buscando nuestros caballos. Despus se unieron a nosotros, Kiyo, en su forma de zorro y Volusian. Mir a Kiyo con un suspiro, aliviada de que l estaba bien y frustrada porque tardara un tiempo hasta que pudiera regresar a su forma humana de nuevo. Quera hablar de ello con l. En su lugar, me dirig a Rurik, mientras regresamos. -Qu demonios fue eso? -Demonios de fuego -Respondi. -Lo s! Qu estn haciendo aqu? -Ellos fueron convocados.- l se encogi de hombros. -Lo que es inesperado para miserables como esos. Alguien que pueda manejar este tipo de magia no necesita este tipo de vida. Mi carga de adrenalina bajo dejando que mi corazn latiera ms despacio. Me permiti tener un buen vistazo de nuestro grupo. Nosotros tenamos dos prisioneros, algunos de los otros haban sido liberados por sus amigos durante el caos con los demonios, lo que significaba que despus habra que hacer un interrogatorio. Pero ahora, no era una de mis principales preocupacin. Muchos de los guardias estaban quemados y heridos, creo que nadie estaba peor que el chico que salv. Algunos de los heridos podran montar solos, otros necesitan ayuda. -Ellos necesitan curarse -Le dije con ansiedad a Rurik. l fue quemado y herido, pero estaba bien. Nos llev casi una hora llegar al lugar donde habamos dejado los caballos, no quera que los heridos esperaran durante tanto tiempo. Rurik no respondi de inmediato. l me aborreca, no era socialmente agradable, pero saba de los asuntos militares, era un buen estratega. Despus l dijo: -Si nos desviamos hacia el oeste, podemos estar en Westoria en quince minutos. -Westoria? -El pueblo por donde pasamos ayer. -Cmo es eso...- no termine la pregunta. Nunca pude entender cmo el Otro Mundo se modelaba solo. Ayer Westoria estaba a una hora y media del castillo y ahora est a la vuelta de la esquina. Sigo sin entender cmo todos menos yo saban qu direccin tomar.

Rurik me asegur que haba curanderos en la aldea, as que segu su sugerencia. Estbamos en la Tierra Rowan. Diez minutos despus en la Tierra Thorn, y en cinco en Westoria. -Joder! es increble -Murmur. Realmente nunca entendera el diseo de la tierra. Slo Kiyo estaba lo suficientemente cerca como para or mi blasfemia, y no s si la entendi o no. Nuestra llegada fue vista como la otra vez y me detuve antes de entrar en el pueblo, orden a Volusian ir ahora a avisar de nuestra presencia. Yo no quera atemorizar a los residentes, no lo haba hecho jams. Por supuesto, cuando los dejamos la ltima vez, su terror haba sido reemplazado por la esperanza y la fe. Hoy, cuando contamos nuestra historia, el optimismo se volvi decepcin y el miedo de un tipo diferente, el temor de que su reina no poda defenderse. Si no pueden tener la proteccin de su nueva maravillosa monarca, qu esperanzas tenan? Trat de ignorar esos rostros desilusionados lo mejor que pude. Por otra parte, pensndolo de nuevo, los demonios de fuego no eran un hecho cotidiano de un rey o una reina. Dudo que Dorian o Mawenn lo hubiera hecho mejor. Dirig mi atencin a aquellos que haban luchado y haban sido heridos. El hombre quemado todava estaba vivo pero muy mal. Davros, el alcalde, se asegur de que haba un curandero que podra sanar a los guardias. La cura llevara un tiempo, as que acept la invitacin de Draves para sentarme y tomar un refresco en su casa de nuevo. Ellos ya tenan colocado un pozo en donde yo haba indicado una fuente de agua y pareca encantado de ofrecerme agua. -No haba ninguna chica all -Le dije. Me sent en una silla simple de madera. Kiyo estaba en el suelo a mis pies, su cuerpo peludo tocaba mis piernas. Davros solt un bufido. -Por supuesto que no, Su Majestad. Le dije que esa chica huy. Es ms fcil para los padres que creer en otra cosa. Ciertamente apreciamos su, eh, esfuerzo por librarnos de los villanos. -Frunc el ceo. -S, bueno, los demonios de fuego aparecieron de forma inesperada. -Ha habido rumores desde hace algn tiempo, Su Majestad, que haba algunos usuarios de fuego muy fuertes, con ellos. Eso es parte de por qu sus ataques son problemticos.-Abr ms mis ojos.

-Oh. Tal vez esa informacin hubiera sido til antes. -l se encogi por el tono de mi voz. -Perdn, Majestad. Ninguno de nosotros poda imaginar que eran tan poderosos. Le pregunt acerca de dnde podran estar los bandidos ahora y si conoca a las personas que utilizaban esa magia. Si nos encontrramos con esos tipos de nuevo, no me gustara tener cualquier tipo de sorpresa. Mientras nosotros estbamos hablando, Rurik vino a buscarme para decirme que la mayora de los heridos podan continuar su viaje, pero sera perjudicial para su curacin. No haba ninguna razn para quedarse despus de esto, as que nos fuimos de vuelta al castillo. La vuelta no fue muy diferente a nuestro ltimo viaje a Westoria. Haba un humor negro sobre el grupo y yo era probablemente la que peor estaba. No salimos con una fcil victoria y tenamos ms o menos pateado el trasero. Ya era tarde cuando por fin llegamos, el sol se pona y enfriando el clima para unos confortables 26,5C. El tiempo en Tucson tiende a ser un poco ms rpido que aqu, lo que significa que esta noche no iba a regresar a casa. Para encontrarme con Kiyo. Eso me puso an ms triste y fui a dar un paseo por el jardn, quiero decir rocas y cactus, que rodeaban el castillo. Me instal en un trozo de hierba que meticulosamente Shaya estaba tratando de hacer crecer. Como una persona que gestiona e interviene en la vida de las plantas, creo que este paisaje rido, puede matar a veces. Estaba sentada y meditando, cuando una hora ms tarde se uni a m Kiyo. Su forma de zorro se haba ido definitivamente. -No seas tan severa -Dijo, poniendo un brazo alrededor de m y adivinando lo que me preocupaba. -No hay nada diferente que puedas hacer. -Supongo. Me siento mal. Al igual, todava no quiero este lugar. No, en absoluto. Pero aqu est y me siento horrible y culpable porque aunque lo intento, no puedo hacer nada al respecto. Trato de pensar en Shaya, y entonces hablo y no lucho, una cosa hago generalmente. Argh. -Enterr mi cara en mis manos. -Esto es tan confuso. Nunca quise hacerle frente. -Kiyo me acerc, y apoy la cabeza sobre su pecho. -Est bien- Dijo. -Nosotros vamos a pasar por eso.

-Nosotros? Tienes suficientes quebraderos de cabeza. -Yo estaba sin nimo en el que todo podra ayudar. Cmo iba a tener tiempo para m con un beb en camino? -Nosotros -Dijo con firmeza. -Y por mucho que odio decir esto... slo ests aqu para ayudar a esta tierra. -Cmo? -Esta unido a tu vida? Te afecta, te fortalece con su presencia. Es por eso que la meditacin te calma. -Tal vez. Pero he meditado durante meses, y sin embargo hay sequa y hambruna. -Todava ests ayudando, estando al corriente o no. Tus pensamientos, humor... todo est conectado. -Maravilloso. Esta noche ser genial entonces -Murmur. Con la luz de la luna, le vi hacer un gesto que nos rodeaba. El cielo estaba despejado y no haba brisa. Haba una sensacin de aire seco e inerte. Pareca enfermo. Como si pudiera sentir el poder cuando se extrae del todo. Suspir tumbada en el suelo. -Si me quedo esta noche, va a ayudar? -Probablemente.-Se tumbo a mi lado. No iremos al Bistro Red Pepper entonces. -S. Y todava estoy considerando el Burrito Especial de Salmonella. Supongo que siempre hay un maana. -Mmm, bueno...-Me volv hacia l. -Oh, no me gusta eso. -Le promet a Mawenn... -l no pudo terminar. -Est bien. Lo entiendo. -Entiendo. Pero no me gusta. Vamos a tener algo parecido con un cortejo normal?

-Oh, Eugenie.- Kiyo me abrazo y quito el pelo de mi rostro. -T eres la nica. Lo sabes, verdad? Lo nico que quiero en este mundo. -Hizo una pausa. -O cualquier Otro Mundo. Me re, pero mi risa fue ahogada cuando l apret sus labios contra los la mos. Casi no haba el calor de la pasin con Kiyo. Siempre tena hambre y hambre, y para mi sorpresa, siempre contestaba inmediatamente con la misma intensidad. Abr la boca a la suya, sintiendo el pulso de su lengua y sus dientes rozaron mis labios. Desliz su mano hasta mi camisa, apretando mis pechos contra la delgada tela del sujetador. Su otra mano se desliz desde mi cadera a mi trasero, me acerc ms a l, as que estbamos unidos cuando nos tumbamos de lado. Mis propias manos se enredaron en sus cabellos, manteniendo su cara cerca en cuanto nos besbamos. La impaciencia creca, llegu al final de su camisa y saqu la cabeza. Romp nuestro beso brevemente, pero vala la pena tener la piel expuesta del pecho, maravillosa y clida. Pas los dedos por el, con la esperanza de besar cada parte, pero l tena otras ideas y tiro de mi camisa en respuesta. La vi caer en una opuntia haba juego para largo. Sus manos se movan con rapidez a mis vaqueros, me acost sobre mi espalda, estire las piernas mientras me quit mis bragas en un movimiento. Estaba agradecida con la hierba en mi espalda que Shaya haba plantado. En grava y arena habra sido ms difcil para mi piel. Sin embargo, fui yo quien lo empuje hacia abajo, la que lo oblig a mantenerse de espaldas en el suelo. Me puse encima de l con las piernas abiertas, sin quitarme el sujetador. Le quite el cinturn y le baje los vaqueros y la ropa interior hasta las rodillas, lo suficiente para exponer lo que necesitaba. Me inclin sobre l, juntando nuestra piel desnudas ms prximas, frotando mis caderas provocativamente sin estar dentro de l. Le di un beso y mientras lo haca, llevo sus manos a mi sujetador con la intencin de desatarlo y retirar mi ltima pieza de ropa, dejndome totalmente desnuda. En aquel calor implacable, que apenas notaba. El estaba duro debajo de m, segu moviendo las caderas, provocndolo an ms mientras me pona ms hmeda. La lujuria de sus ojos arda dentro de m, mezclado con los restos del animal que haba sido antes. Sus manos an estaban en mis pechos, apretndolos y acaricindolos. Cada toque enviaba ondas de electricidad a mi cuerpo. De vez en cuando, me tiraba hacia delante para que poder chuparme y acariciarme el pezn con la lengua.

Traslad una de mis manos entre mis muslos y me empec a tocar con ganas de clmax antes de que l me poseyera, saba que pronto lo hara. Poda ver el deseo y la impaciencia en l. Arrastrar el sexo no estaba en su naturaleza. Me gusta mucho ms cuando un hombre toca mi cltoris, no hay nada igual en el mundo, pero tena la sensacin de que tena que poner literalmente sus manos para trabajar en el aspecto que tena esta noche. Adems, yo conoca mi cuerpo lo suficiente para saber que podra hacerlo en breve. No lo suficientemente rpido. Las manos de Kiyo me agarraron de las caderas, y se sent un poco, entonces tiro de mi cuerpo hacia abajo bruscamente. Haba tenido mi mano en el camino cuando l empuj dentro de m, penetrndome con una fuerza que no esperaba ya que estaba en la cima. Trat de tirar fuera, pero su control sobre m fue fuerte cuando l comenz a empujar sus caderas hacia arriba. -Muy pronto-Le dije mi cuerpo se alegr con la sensacin de tenerlo dentro de m. -Nunca es demasiado pronto-Gru de nuevo. Me las arregl para alejarme y que se deslizara fuera de m. Sonre triunfante, porque me gustaba prolongarlo y atormentarlo. Su ereccin era ms dura y ms despus de haber estado dentro de m, hmeda y resbaladiza. Cuando mi mano lo agarro con fuerza y empec a acariciarle de delante a atrs. l gimi, arqueando el cuerpo hacia arriba para reclamar lo que le haba quitado. Me agarr de nuevo, esta vez me acost boca arriba as que ahora tena que luchar con todas mis fuerzas. -Eres tan sexy -Jade, bajando su cuerpo al mo. El terreno accidentado me ara la piel. -Durante todo el da, slo pensaba en hacerlo contigo. Empuj hacia m y grit tan fuerte que me imagin que si alguien poda orme desde el castillo, vendran corriendo. Si esto pasara, probablemente no sera una gran cosa para ellos. Kiyo me dio toda su fuerza, presionando en m ms profundamente con cada embestida. Yo todava estaba en llamas y hmeda donde me haba tocado, y con cada golpe, l aumentaba ese placer, hacindolo cada vez ms salvaje. Los msculos de su cuerpo eran fuertes y duros, trabajando sin descanso mientras se mova con furia, con los ojos ardiendo en m mientras me tomaba profundamente y con fuerza, dejando que el animal dentro de l hiciera lo que quera. Grite de nuevo eufrica con la resistencia mezclndose con el xtasis que sent crecer cerca del orgasmo. Pude ver su mandbula tensa mientras trataba de aferrarse.

-Dios, yo quiero- se las arregl para decirlo a travs de su respiracin entrecortada. Yo quiero gozar ms contigo... -Estaba esperando, tratando de asegurar que iba a disfrutar la primera. Negu con las manos en la espalda, hundiendo las uas en su piel. -Por favor- solt un silbido.- Disfruta de m. Ahora... djame sentir... Era todo lo que necesitaba para hacerlo. Abri la boca como medio gimiendo, medio rugiendo. An segua entrando y saliendo de m, pero sus movimientos eran ms lentos, ms puntuales como vena su cuerpo encontraba la relajacin. Al final, l se estremeci y tom de m, slo para caer sobre m. Yo envolv los brazos alrededor de l. Incluso sin un orgasmo, mi cuerpo se senta renovado y quemaba con la intensidad del placer que habamos hecho con nuestros cuerpos. Apoy la cabeza en mi pecho y segu abrazndolo, ninguno de nosotros dijo una palabra. En algn momento, me qued dormida de esa manera, slo para despertar una hora ms tarde. Me llev un momento descubrir lo que estaba pasando hasta que sent una gota cayendo sobre mi cara. Y otra. Y otra. Me retorc me sent, limpiando el agua de mis ojos. -Qu pasa?- Murmur Kiyo dormido, movindose un poco. Mir al cielo, salpicado de estrellas y nubes muy necesarias. -Est lloviendo.

Captulo 8
Kiyo haba salido a la maana siguiente as como sospechaba que lo hara. Nos encontrbamos en mi habitacin que apenas utilizamos, as que empez a llover, su lado fro de la cama me estaba diciendo que haba salido hace algn tiempo. Suspir, tratando de no dejar de que saber que estaba con Mawenn me derrocase, y fui a ver que estaba sucediendo en los campos de la reina Eugenie. Lo primero que not fue que todo el mundo estaba muy emocionado por la lluvia que haba cado. Volvimos a las condiciones soleadas normales en la maana, pero la lluvia de la noche anterior haba trado la vida a la tierra. Los Cactus florecieron. Los rboles parecan ms fuertes. Y aunque no hay signos ostentosos de exceso de agua, yo la poda sentir en el suelo y suavemente en el aire. Tener sexo caus esto? Tal vez. Tal vez no. De todos modos, estaba feliz con mi gran hazaa. Hice un movimiento para salir, cuando Rurik me detuvo. -Va a interrogar a los prisioneros?-Me detuve. Tena muchas ganas de ir a casa, baarme y ponerme ropa limpia. -No lo puedes hacer t?-, Le pregunt. l frunci el entrecejo. -Bueno, sin duda, pero... Pero este era mi trabajo. Ese era el mensaje tcito. Sospecho que Aesn nunca haya hecho tal cosa. l habra dejado a los asesinos. Saba que si delegaba a Rurik l no se quejara, mucho. Algo haba en sus ojos, dicindome que esperaba mucho ms que un monarca comn. Nunca esper ganar tal expectativa, o sentirme incmoda con eso. Rurik me haba molestado en el pasado, pero de pronto, no quera defraudarlo. -Muy bien. Vamos hacer eso. -Le dije. Ya haba interrogado a muchos monstruos, Gentrys e incluso seres humanos. Pero haba algo extrao en interrogar a los prisioneros. Era bastante extrao saber que realmente haba un calabozo en el castillo. Incluso haba esposas en las paredes, pero por suerte los dos prisioneros no fueron esposados. Eran un hombre y una

mujer, un tanto ordinarios y sombros en cierta medida. l pareca ser de mi edad, ella pareca ms vieja. Entr en la celda con barrotes de bronce, con Rurik y otro guardia detrs de m. Cruc los brazos sobre mi pecho y me tragu mis dudas. Yo era Eugenie Markham, chamn y una asesina temida por los seres del Otro Mundo. Esto no era diferente de mis otros trabajos. -Est bien- les dije a los presos en una voz ronca. -Podemos hacerlo por el camino fcil o difcil. Respondan a mis preguntas y ser ms suave y rpido para todos nosotros. -La mujer me mir. -Nosotros no respondemos a usted. -Esto es algo divertido-, le dije.-Responde. Ests en mi tierra. Ests sobre mi ley, mi jurisdiccin.-Ella escupi en el suelo. -Usted es una usurpadora. Robaste la tierra de Aesn. Considerando la manera de cmo el poder est siempre en movimiento en el Otro Mundo, encontr que era sencillamente ridculo. -Todos aqu son usurpadores. Y en caso de que todava no lo hayan escuchado, no rob su tierra, solo lo hice explotar.-Su rostro permaneca rgido, pero vi una pequea chispa de temor en el rostro del hombre. Me volv hacia l. -Y t? Vas a ser razonable? Me dirs dnde estn las nias secuestradas? l mir nerviosamente a su compaera. Ella le lanz una mirada dura, su mensaje fue fcil de entender: No hables. Suspir. No quera recurrir a la tortura. Ser una gobernante toda poderosa, o no, esto era una cosa hecha, no quera ensuciarme las manos con esto. Tuve la sensacin de que mi pual de hierro en la garganta sera un largo camino para hacerlos hablar. En su lugar opt por otra solucin. Tomando mi varita, me alej de los dems y dije las palabras para llamar a Volusian. El fro momentneo descendi sobre nosotros y entonces el espritu estaba delante de m. Rurik y el guardia se estaban acostumbrando a eso, pero los prisioneros se atragantaron. -Volusian, tengo una tarea para ti-, le dije.

-Como mi maestra mande.-Les seal a los prisioneros. -Necesito que trabajes en ellos. Hazlos hablar. Los ojos de Volusian aumentaron ligeramente, consiguiendo la mirada ms feliz que jams haba tenido. -Pero no se les puede matar o herir demasiado.- Aad duramente. Su pseudofelicidad desapareci. -Empieza con el chico,-le dije. Volusian atraves la celda y acababa de levantar la mano cuando el hombre grit. -Est bien! Muy bien! Voy a hablar-, exclam. -Para Volusian.-El espritu se alej, su expresin se torn sombra. -No s nada de las nias desaparecidas-, dijo el hombre. -Nosotros no las estamos secuestrando. -Ustedes estn atacando a la gente-, suger. -Y las chicas estn desapareciendo cerca de su base de operaciones. Parece un poco sospechoso. Sacudi la cabeza frenticamente, mirando con cautela a Volusian. -No, no nosotros. -Has odo hablar de las desapariciones? -S. Pero no somos nosotros. -Sus palabras fueron inflexibles. -S, bueno me parece difcil de creer que todos huyan. Si ustedes no son entonces quin es? -Eres una tonta-, espet la mujer. -Qu haramos con un grupo de nias?-Para hacer lo mismo que los hombres suelen hacer con las nias-, le contest. -No podemos alimentar a nuestra propia gente! Para qu queremos ms bocas que alimentar? -Esa fue una buena pregunta. -Bueno, todava no han dado una verdadera explicacin. -Nos enteramos de que un monstruo lo est haciendo-, exclam el hombre.

-Un monstruo-, repeta a continuacin. Mir a Rurik que simplemente se encogi de hombros. Me volv hacia los prisioneros. -algn detalle de ese monstruo? Sin respuesta. Era extrao, sobre todo teniendo en cuenta cmo una parte de m todava consideraba a la mayora de los Gentry deshonestos, pero no cre que secuestraron a las nias. Cre que la explicacin del monstruo era una mentira, pero a lo mejor honestamente crean que era verdad. Volusian dio un paso adelante sin mi orden, y el tipo dijo con voz ronca. -El monstruo vive en nuestra tierra. En la Tierra Ald Thorn, eso es. -Cmo lo sabes? -Le pregunt. -Por qu las nias slo han desaparecido de la Tierra Thorn,- dijo la mujer. Westoria hace fronteras con la Tierra Rowan y dos de sus pueblos estn cerca. Skye y Ley. Pero ellos no tienen a nadie desaparecido. -Parece que saben mucho sobre eso para no estar involucrados. -No necesitamos estar involucrados. Hemos asaltado de los dos lados de la frontera las noticias fluyen. Ella habl de sus asaltos como una cuestin de orgullo y trat de no poner los ojos en blanco. -Muy bien. Vamos a dejar un poco de lado a las nias. De dnde vinieron los demonios de fuego? No hubo respuesta. Suspir de nuevo. Volusian. Volusian se movi rpidamente hacia adelante y puso sus manos alrededor de la garganta del chico. Muchos espritus tenan poca materia, pero con su poder, Volusian era tan slido como cualquiera de nosotros, su tacto era fro y mortal. El hombre grit y se inclin hasta el suelo. -Alto! Ya basta! -, Grit la mujer. -Yo te lo dir. Detuve a Volusian y lo mir esperando. El hombre permaneci en el suelo, frotndose el cuello y gimiendo. La piel de su cuello tena marcas rojas. La mujer pareca ms irritada que nunca.

-Es nuestro lder quien los convoca. Cowan. -Crees que me voy a creer que un vagabundo tiene este tipo de poder?-le pregunt. -Por qu no est trabajando para un noble? -Era un hombre noble, uno de los ayudantes de Aesn. l prefiere la vida dura a trabajar para alguien como usted. -Aesn tena un noble que se llamaba Cowan -, dijo Rurik. -Su historia no es imposible. De repente me sent cansada. Estas no eran ninguna de las respuestas que yo quera. Ninguna pista de las nias, y ahora un noble grosero que podra convocar a los demonios. -De acuerdo- dije. -Por ahora, eso es todo lo que necesito. -Qu vas a hacer con nosotros?- La mujer exigi. -Otra excelente pregunta,- murmur. -Aesn los matara-, dijo Rurik. -Y sabes que no soy Aesn. Podra ponerlos en libertad sin hacer nada? Gran parte de lo que haban hecho haba sido por el hambre y la desesperacin, no era algo que justifique matar, robar y posiblemente secuestrar. Los liber de la culpa, no creo que ellos hayan aprendido la leccin y se conviertan en ciudadanos ejemplares. Ciertamente no los matara. No quera dejarlos en la crcel por mucho tiempo. El guardia que acompaaba a Rurik se aclar la garganta. -Su majestad, usted podra condenarlos a trabajar. -A trabar? -Hay otros como ellos, otros delincuentes, sirven para trabajar por un tiempo como castigo por sus acciones. -Cmo a cavar nuestro aque... lo que sea -, dijo Rurik.

Eso no pareca malo. Y bueno, es realmente til. Le di mis rdenes y me asegur que los dos presos fueran transportados a su lugar de trabajo. Todo el asunto pareca un poco extrao. Aqu yo era la juez, la jurado, y, si quisiera, la ejecutora. Nadie argumentaba en contra de mi decisin. Nadie cuestion el tiempo que les di, seis meses. Sin embargo, Rurik arque una ceja que me hiso pensar que l los condenara de por vida. -De acuerdo-dije cuando salimos de los niveles ms bajos del castillo y haba enviado a Volusian a que se fuera. -Ahora me voy. -Shaya se volvi de repente por la esquina. -Ah ests-dijo ella con ansiedad. -Yo te estaba buscando.-Me voy.-Su rostro estaba perplejo. -Pero el prncipe Leith est aqu para verla. -Quin? ... oh. - La imagen lleg a mi mente. El hombre, el hermoso partido. El hijo de la reina y que Rowan no haba sido en absoluto aburrido. -Por qu est aqu?-Despus de su ltima visita, envi a los que tenan afinidad con el metal en busca de cobre. Encontraron mucho, creo que tienen difcil lo de extraerlo, y envi mensajes a otros reinos que en breve podramos negociar este material por cosas. Leith est aqu para negociar en nombre de su madre. -Amigos,-dije. -Ustedes se mueven rpido.-Su mirada se convirti en una mueca. -Bueno, s, pero tambin tiene el hecho de que usted lo invit a visitarla cualquier da. l se est aprovechando de su oferta. En realidad, sospecho que verla es ms importante que negociar. -Genial.-Porque no soy muy buena en las negociaciones. Nunca he usado un reloj y haba dejado el telfono en Tucson. No tena idea de qu hora era, slo saba que me estaba tardando ms y ms tiempo en el Otro Mundo. Ver a Leith solamente conseguira que me demore ms. -Voy a verlo. Pero ser rpido.

Shaya pareca aliviada. Creo que estaba preocupada de que me pudiera escapar, lo cual era una gran cosa que temer. En cuanto caminbamos para la habitacin donde estaba Leith, ella me mir con curiosidad. -Tal vez deberas... cambiarse de ropa y limpiarse primero?Mir mi ropa. Estaban terriblemente arrugadas y no me cabe duda de que haba hierba en mi pelo de la noche anterior. -No-dije.-Cuanto menos atractiva me encuentre, mejor.-Desafortunadamente no fue posible. Cuando entramos en el cuarto, Leith se levant, con su rostro lleno de alegra. -Su Majestad! Es maravilloso verla otra vez. -Hizo una media reverencia y bes mi mano. -Ests maravillosa. el pareca dentro del estilo grunge. -Espero que no les importe que haya venido de esa manera. Cuando mi madre supo de la noticia quera estar segura, tan pronto como sea posible, que podramos estar en esto. -Claro-dije agarrando mi mano de vuelta. -No hay problema. El cuarto era una oficina cmoda que todava tena signos del gusto en la decoracin de Aesn. Tapices, terciopelo y colores muy oscuros. Todos esperaban que me sentara en un sof de felpa para luego seguir mi ejemplo. Hice un punto medio y me extend en mi lado. No estaba fuera de la etiqueta Gentry si Leith se acurrucase junto a m. De la forma que estaba sin dejar de sonrer y me pareci muy dulce por fuera cuando Shaya fue directa al asunto. -Entonces, su alteza. Nos gustara negociar nuestro cobre por su trigo. Una vez que empezamos a hablar, de repente tuve un flashback de un juego de mesa terrible que mi madre me oblig a jugar, Pit 1. Dej mi mente vagar en cuanto los dos elaboraron los detalles ms sutiles de una negociacin que no entenda completamente. Mis pensamientos me llevaron a un trabajo que tena que hacer, el misterio de los demonios y desaparicin de las nias, y por supuesto, Kiyo. Siempre Kiyo.

Un tipo de juego de cartas: cuando se inicia la negociacin, los jugadores conjuntos de oferta de tarjetas de uno al otro con la esperanza de completar un juego. Si tienes xito, puedes ganar puntos. Si no tienen xito, entonces puedes perder puntos por tener una tarjeta particularmente mala en su poder al final de la negociacin.

Leith y Shaya finalizaron rpidamente la negociacin. Por la feliz expresin de su rostro, llegu a la conclusin de que nuestro equipo sali ganando. En una amable reverencia en mi direccin, Shaya se levant, sosteniendo unos papeles junto a su pecho.

-Si me disculpan, voy a elaborar y formalizar esto para que el prncipe pueda firmarlo antes de irse.- Entend eso como un indicio para entretenerle, pero nada vino a mi mente. No poda hablar con l acerca de los reality shows o la poltica estadounidense. Por ltimo, le dije. -Gracias por su ayuda. Quiero decir, la negociacin y todo. Sonri. -Estamos ganando tanto como usted. Quiz ms. -Shaya no pareca pensar que fuese as, -habl sin pensar. Esto le hizo rer. -Ella es una gran negociadora. Tienes mucha suerte de tenerla.- El se inclin. -Sobre todo porque creo que esto no es realmente su... bueno, digamos que ninguna de sus aficiones normales. Su franqueza me sorprendi. Esperaba que l fuese encantador y tonto, como la mayora de los chicos aqu que quieren conseguirme. La expresin de Leith ahora no era lasciva o adoradora, slo cordial e informada. -No, no realmente. Eso es algo como un gran cambio en mi vida. -Y aun as, sabas lo que estabas haciendo cuando derrotaste a Aesn. Dud. Shaya y Rurik haban insinuado en varias ocasiones que no haban procesado la totalidad inesperada, y no deseada, naturaleza de mi realeza. A pesar de que no haba tenido que luchar con la intencin especfica de sustituir a Aesn, el caso es que me he quedado atrapada en eso ahora. Ser vista como dbil y llorona por los dems fuera de mi crculo podra crear problemas. -Bueno, s- le dije alegremente. -Simplemente no prevenimos tantos problemas cuando la Tierra se mova. -Pero su mundo es as?

-La parte en la que yo vivo, s. Pero tuvimos un perodo largo para acostumbrarnos y encontrar formas de sobrevivir y conseguir agua. Di libros sobre cmo construir algunas de estas cosas a Shaya, as que espero que encuentre alguien que lo haga.Frunci el ceo. -Puedo echar un vistazo? Tal vez yo pueda ayudar. Por un momento me pregunt si se trataba de su nueva tctica para adularme, hasta que record que Shaya haba dicho que tena una mente brillante para la tecnologa, en la medida que un Gentry poda tener. Si poda entender los esquemas y todo eso, valdra la pena acercarse a l. -Claro-dije-. -Ciertamente podra hacer eso. l sonri de nuevo y la manera en la que su rostro se ilumin, pude reconocer que era muy lindo. No como Kiyo, por supuesto. O incluso... as, al igual que Dorian. Pero era lindo. -Voy a envirtelo tan pronto como sea posible. Si hay algo ms que pueda hacer para que sea ms fcil para usted, lo har. -Hubo una mirada absorta en su rostro. S, definitivamente estaba enamorado de m, pero no me irrit de la misma manera que otros pretendientes detestables. Entonces un extrao pensamiento se me ocurri. -Leith... hay algo con lo que tal vez me puedas ayudar. Has odo hablar sobre las nias desaparecidas en la Tierra Rowan? Cerca de la frontera con mi tierra? Su mirada mostr que sta era la ltima pregunta que esperaba de m. -Yo... perdn? -Las nias estn desapareciendo en mi tierra, cerca de la frontera con sus tierras. -Cules eran sus nombres? Skye y Ley. Pero la gente est diciendo que no les pasa nada a sus hijas. Sabes algo acerca de esto? Sacudi la cabeza, completamente confundido. -No... Me temo que no s mucho sobre la vida de esas personas. Las palabras de Leith no fueron de ninguna manera con desprecio, haba una implicacin de que no se asociaba con los aldeanos y los campesinos. Eso me record el comentario de Rurik que Aesn nunca se tomara la molestia de

investigar a los criminales y nias desaparecidas, a menos que le afectase directamente. Leith no era tan tonto como Aesn, pero l y su madre eran tan intocables como cualquier noble. Creo que un poco de decepcin apareci en mi cara porque pronto se mostro con ganas de hacerme sentir mejor. -Pero te juro, que voy a echar una mirada en cuando regrese. Le preguntar a mam y enviaremos mensajeros para informarte. Voy a averiguar lo que pueda por ti. Sonre ante su entusiasmo. -Gracias, Leith. Es realmente grandioso que nos ayudes. -Ayudar a una linda reina no es incmodo en absoluto. Por cierto, has pensado en tener una corona? Hablamos un poco ms y me enter que era en realidad un hombre bueno, con momentos de humor e inteligencia. No era suficiente para saltar a la cama con l, pero me gust encontrar otra persona que me conectara con el Otro Mundo. Shaya finalmente volvi con sus papeles, impresos a mano sobre pergamino, por supuesto, y mientras Leith los firmaba, le entregamos los libros de ingeniera. Sus ojos se agrandaron de felicidad, y te juro, que probablemente se habra sentado all y empezado a leer incluso en el suelo. En cambio, tom la sugerencia de que yo tena otras cosas que hacer y tras muchas despedidas y besos, l sali hacia su camino. -Usted le dio una nueva invitacin-, anot Shaya. -S, lo s. Pero l es indefenso. l me gust. -Ninguno de ellos se encuentran indefensos, su majestad.- No podra decir si esto era una broma o no. -Bueno, la molestia valdr la pena si el resolver nuestro problema de agua y ayudar con las chicas. -Las nias?-Rpidamente recapitul el interrogatorio de los prisioneros. Su rostro estaba pensativo en cuanto ella absorba mis palabras. -Skye y Ley... -Conoces estas ciudades?-Ella asinti con la cabeza.

-Estas y Westoria estn cerca de un portal. Una encrucijada. -Cul es, a mi mundo?- Ella asinti de nuevo. -Huh. Yo me pregunto si es slo una coincidencia. Me pregunto... Me pregunto si sera posible... -Una de mis ideas locas se me ocurri. -Crees que las nias podran huir y entrar en mi mundo?-No lo s. Los Gentrys a veces cruzan el paso. Esta no sera la primera vez . -S, lo s. Para causar problemas. O robar mujeres. -Tuve que luchar para no fruncir el ceo cuando dije lo ltimo. Mi propia madre haba sido una de esas mujeres, secuestrada y obligada a ser amante de mi padre. -Crees que estas chicas estn secuestrando hombres para poder tener hijos?- La facilidad de quedarse embarazadas sera la causa para el secuestro de seres humanos. Por lo general, eran los hombres Gentry que secuestraban mujeres humanas. Shaya me dio una sonrisa irnica. -Dudo que as fuera. La mujeres pueden haber cruzado all, pasar algn tiempo en tu mundo y volver embarazadas. No es necesario traer hombres aqu. Buen punto. Bueno, sin duda fue una extraa revelacin. Tena que esperar y ver lo que obtendra Leith, pero supongo que si estas nias en realidad estn siendo secuestradas... Bueno, tengo algo ms que hacer. Confieso que siempre he luchado con vehemencia contra los Gentry entrando furtivamente en el mundo humano, pero no estoy segura de lo que es correcto o no en esta situacin. -Creo que sera ms fcil tratar con eso que un monstruo secuestrndolas. Todava tienes ese problema estpido con los demonios. Suspir. -Bueno, un problema a la vez, creo. -Te vas ahora? -S. Finalmente. Gracias por tu ayuda. -Claro-dijo ella. Se escuchaba como si ella realmente quera decir eso. Su expresin satisfecha se qued momentneamente vacilante. -Sin embargo... hay algo que

usted debe saber. Otra persona respondi de inmediato a nuestra oferta de negociacin. -Esta es una buena noticia. -Fue Dorian. -Oh.- Por supuesto, Dorian respondera. Cmo poda dejar pasar una oportunidad de dejarme en sus manos? -Creo que lo puedes manejar, no? -Bueno, es un poco ms complicado. Solicit especficamente que usted hable con l. En su casa. -Qu?- Dije asombrada. l... l no puede hacer eso.-Esa sonrisa torcida volvi a su rostro. -l es un rey. l puede hacer lo que quiera. -S, pero Leith vino aqu! Dorian quiere que yo vaya solo para insultarme. -Y sin duda ostentar a Ysabel delante de m. -El reino de Leith necesita ms el cobre que el de Dorian. Sospecho que Dorian est haciendo esto como un favor personal para usted. -No es exactamente cmo lo pondra. -Ella neg con la cabeza, con diversin en conflicto con exasperacin. -S que hay una tensin entre ustedes, pero creo que si pudiera ser amable con Dorian, podra llegar a un acuerdo generoso. Uno que podra ayudarnos muchsimo. Un acuerdo generoso. La Tierra Oak est floreciendo. No me cabe duda de que tienen todo tipo de alimentos y otros artculos que podran ser utilizados. Pens en esa pobre gente de Westoria e incluso en mis prisioneros que dijeron que haba muchas bocas que alimentar. Suspir. -Est bien, voy a hablar con l. Y voy a estar bien. -Empec a irme, necesitando ms que nunca volver a mi propia casa. Entonces mir hacia atrs. -Pero Shaya? Solo para asegurarnos, tal vez deberas seguir buscando ms socios para negociar.

Captulo 9
La vuelta a casa fue genial. Estaba agotada mental y fsicamente, y no me importaba el ataque de los perros y gatos para saludarme. Tim estaba en la cocina mezclando una especie de masa. Tambin llevaba un tocado de indio americano que descenda por su espalda. -Esto no es algo Sioux?- Le pregunt.- Es, Lakota? -Me meto en los cuando pretendo ser de una de las tribus locales -Explic. -As que pens que si afirmaba provenir de fuera de la ciudad, nadie me pedira explicaciones. Adems, no se puede juzgar por las apariencias. Has dormido bajo la lluvia o algo as?-Irnicamente, dorm, pero no estaba dispuesta a decrselo. -Ha sido un largo da. Das. Lo que sea. -Lara ha llamado unas ochenta veces. Ella tiene actitud, lo sabes. -Eso le va costar dinero-Le dije con un bostezo. -Voy a echar una siesta. Despirtame si ella llama . -Vas a ver mi funcin de esta noche? -Me pregunt cuando estaba en el pasillo. Me qued helada. -Oh, um, la nuestra. Tengo planes ... -T no los tienes! -Los tengo.- Me volv. -Voy a ver a mi madre. -La lectura es tarde -Dijo. -No empieza hasta las nueve. Habrs terminado para esa hora.-Acept ir al show del muy falso indio Tim, aceptarlo y dar testimonio de ello...Salvo cuando l est con el completo vestuario en mi cocina -Son dos cosas totalmente diferentes. He estado escribiendo material nuevo Aadi al ver que no estaba haciendo grandes progresos. -No estoy segura de que sea un punto para convencerme-. Levant el recipiente con la mezcla de pastel. -Lo hago con nueces.

Suspir y volv a mi habitacin. -No juegas limpio. Grit de alegra. -Te va a encantar, Eug. Te lo prometo. Me qued dormida con facilidad y me despert con dos agradables sorpresas. Una de ellas era el olor de brownies recin horneados flotando en el aire. Kiyo, era la otra, estaba sentado en una silla en mi habitacin, comiendo uno de los mencionados brownies. De la forma en la que se iba y vena, nunca saba cundo esperarlo. -Bonita sorpresa.-Le dije, sentndome. -Igualmente-Dijo, mirando mis piernas desnudas. Haba ido a dormir con una camiseta. -Algo nuevo en el Otro Mundo? -No mucho. Mawenn est nerviosa por el parto, pero yo saba que eso iba a pasar. -Ella tiene buenos sanadores -Le dije, queriendo tranquilizarlo, a pesar de todos los sentimientos perturbadores que Mawenn provocaba en m. Entonces me di cuenta que llevaba su bata blanca. -Vas a trabajar? -Acabo de volver.- Mierda. Era ms tarde de lo pensaba cuando me di cuenta que tena tiempo para quedarse con Mawenn e ir a trabajar. -Quieres ir a ver a mis padres conmigo?- Kiyo hizo una mueca. -Roland me odia. -Odio es una palabra fuerte. Pero no era totalmente inexacta. Roland, mi chamn padrastro, mantena en secreto el hecho de que no le gustaba pasar tanto tiempo como yo en el Otro Mundo. Trayendo a casa un novio del Otro Mundo no haba ganado su aprobacin, as, a pesar de que Kiyo era mitad humano como yo. Sin embargo,

Roland ha sido siempre ms o menos educado. Mi madre, que no saba sobre el legado de Kiyo, no poda babear sobre l lo suficiente. Yo creo que casi haba abandonado la esperanza de verme saliendo con alguien, as que obtener un veterinario fue un buen golpe hasta donde ella sabe. Ella era una cocinera increble y as, aun cuando Roland estuviera inquieto, Kiyo se comprometi a ir. -Ests seguro de que has comido suficiente? -Pregunt ella despus de terminar la cena, con ellos, ms tarde, esa noche. Ella supona que estaba al borde de la desnutricin y que Kiyo era incapaz de alimentarse si alguien no cocina para l. De hecho, Kiyo era un cocinero mucho mejor que yo. -Estaba muy bueno-Asegur l. -Creme, com ms que suficiente. -Bueno, no tengas miedo de comer ms. O llevar a casa las sobras. -Guau, mam. Repiti tres veces. Quieres engordarlo hasta matarlo? -Le pregunt. -Hay destinos peores - Reflexion Kiyo en tono humorstico. Mi madre sonri. Pens que era excepcionalmente hermosa, pero tal vez era slo parcial. La gente dice que nos parecemos, y realmente por lo menos en la forma del cuerpo y la cara. En el color de ojos y pelo somos diferentes. Sus ojos son azules y su cabello negro casi gris. Mi cabello es rojo y tengo los ojos azules violeta que son el legado del Rey Storm. Despus de la cena, yo "robe" a Roland para a hablar y deje a Kiyo entreteniendo a mi madre. Ella saba lo que hacamos, pero despus de sus propias experiencias en Otro Mundo, ella prefera evitar las discusiones chamnicas. -Aun con l, eh?- Pregunt Roland tumbndose hacia atrs en un silln. -l est bien, y t lo sabes. Es lo mismo que yo. Roland se rasc la cabeza pensativo. Su cabello se haba vuelto gris y pareca tener nuevas arrugas cada ao. Todava estaba en condiciones de enfrentarse a la mayora de los enemigos del Otro mundo, incluso si se haba retirado, con las cruces, espirales, peces y otros tatuajes cristianos en sus brazos podra invocar la misma potencia que la diosa de mis tatuajes. -l es como t-Dijo estando de acuerdo. -No es totalmente de Otro Mundo, pero est ligado a l. Pas ms tiempo de su vida en ese lado que t, dej que fuera ms

parte de l. Y estar con alguien as hace que t ests ms conectada. Con todo lo que est ocurriendo all, en realidad es mejor si te mantienes alejada. -Todo,- por supuesto, se refera a la profeca acerca de que yo dara a luz al Salvador del Otro Mundo. Aunque acostumbro a hablar mucho de asuntos de negocios chamnicos con Roland, se me haba olvidado mencionar algunas de mis actividades recientes, por ejemplo, como el hecho de ganar un reino y convertirme en una reina. Llmame loca, pero tena que pensar que nuestra relacin sera mejor si se quedaba en la ignorancia acerca de ese asunto. -Bueno, he estado involucrada en algo. Y no me mires as -Le advert cuando lo vi fruncir el ceo. -Estoy ayudando a algunas personas que lo necesitan, y es demasiado tarde para echarme atrs. Pero el otro da, vi demonios de fuego.-Eso le llam la atencin. -Quieres decir en el Otro Mundo, no? -Dios, s. -Diablos en nuestro mundo sera algo muy horrible. -Haba cinco.-l dej escapar un silbido. -Esto es importante incluso para ellos. Necesitas un invocador de gran alcance para hacer eso. -Yo estaba, eh, con otros, y se las arreglaron para hacerles un cierto dao, pero para la mayor parte, fue intil. Desterr uno, y casi me dej sin fuerza. -S, se puede hacer, pero no es fcil. Se puede hacer eso con algn chaman ms, pero no por tu cuenta...-Sacudi la cabeza. -Realmente no me gusta que te involucres en eso. -Lo s, lo s, pero como he dicho, ya es demasiado tarde. Sabes cmo deshacerme de ellos? Adems de unirme a un grupo de chamanes? -De la manera ms fcil - y utiliz ese trmino vagamente encontrar a un Gentry que pueda convocar a los demonios del agua. Colcalos con los demonios de fuego, y pon a todos ellos unos contra otros. -De alguna manera no soy optimista sobre encontrar a alguien as-. Sin embargo, mientras hablaba, me preguntaba si podra hacer eso. Hasta donde saba no era

parte de mi magia de tormenta. Podra llamar el agua y una vez que hubiera controlado el aire, doblar la voluntad de esas fuerzas. Invocar criaturas elementales estaba fuera de mi alcance. El Rey Storm estaba supuestamente en condiciones de hacerlo. Jasmine haba mandado criaturas del agua tambin, aunque no s si eso inclua a los demonios. Me irrit el hecho de que no poda hacer lo que el resto de mi familia poda. -En realidad-Admiti Roland. -En este caso, la fuerza bruta puede ser el nico camino para tomar. Van a reunir sus propias fuerzas para deshacerse de los demonios. No es tu problema. Es responsabilidad de los Gentry y sus lderes. -Cierto-Dije con inquietud. -Bueno, vamos a ver qu pasa.- Por la mirada que me ech no crea que lo dejara pasar. Tambin deca que saba que no haba nada que pudiera decir para convencerme. -Tengo otra pregunta. Has odo hablar de las ciudades del Otro Mundo llamadas Ley y Skye?-Los chamanes generalmente evitan cruzar a ese mundo, pero Roland haba estado all muchas veces y saba mucho sobre la tierra. -Ley me suena familiar... No est en la Tierra Alder? O en Rowan?- Adems de no saber acerca de mi condicin de reina, Roland no saba que haba habido un cambio completo en la Tierra Alder. -Rowan -Le dije. -Pero muy cerca de, um, Alder. Supuestamente hay un cruce cerca de all. Sabes a dnde sale? -No... no hay lugar aqu, estoy seguro. -Hay alguna manera de averiguarlo? -Esto est relacionado con los demonios?-Dud un momento y luego opt por la verdad. -No, es otra cosa. Una de las diferentes cosas con las que estoy colaborando. -Eugenie! -Roland rara vez perda los estribos, pero pude ver la ira en su ojos ahora. -Qu ests haciendo? No puedes hacer eso. No puedes involucrarte en sus negocios. T trabajo es proteger a este mundo, y seguir los monstruos y los

fantasmas de aqu.

-No todos son malos -Le dije, sorprendida por las palabras que salieron de mi boca. -Tengo que recordarte el secuestro de tu madre y el intento de violacin verdad?Orle decir esas palabras dolan, pero mantuve mi compostura. -Estoy lidiando con eso. No es un problema. -Siempre ser un problema -Argument. -Y no voy a ayudarte a continuar metindote en ms problemas con ellos. -Qu, me amenazas con cortarme informacin? -Exclam. -Tal vez. Si sirve para mantenerte a salvo. -Bueno, no lo har. Lo nico que tienes que hacer es ponerme en ms peligro si sigo yendo all desinformada.-Sus ojos se estrecharon. -As que ahora me ests amenazando? -Qu est pasando?-Mi madre asom la cabeza por la puerta, la preocupacin se reflejaba en su rostro. -Todo bien? Me pareci or gritos. -Yo me levant. -Roland est teniendo problemas para escuchar, as que le estaba ayudando. Fui hacia la otra habitacin, donde Kiyo me mir con curiosidad. Incluso en forma humana, tena la vista de un zorro, y no me habra sorprendido que hubiera odo la conversacin. -Tenemos que irnos -Le dije. -Vamos a or a Tim recitar poesa. Las cejas arqueadas de Kiyo era su nico signo de sorpresa por nuestros planes. Me haba olvidado de decrselo porque estaba segura de que nunca habra salido de la casa conmigo. l sonri cortsmente a mi madre. -Gracias por la cena. Fue estupenda.-Mi mam estaba triste de que nos furamos.

-Bueno, debis volver la prxima semana. Voy a hacer lasaa. Y una tarta de cereza.-Me bes en la mejilla. -No tienes que sobornarnos para que vengamos -No, no cuesta. -Enfadada o no, le di un abrazo a Roland tambin. En ese breve momento, me susurr al odo: -Voy a hablar con Bill.-Se le vea cansado y derrotado, y yo lo tena ms cerca. -Gracias. -Bill era un chamn amigo que viva en Flagstaff. Una vez que finalmente salimos, Kiyo no perdi tiempo en llegar al punto. -Problemas en casa? -Como si no lo supieras -Dije. -Te dije que me odia. -Creo que l odia ms que haga viajes al Otro Mundo. -Pero l todava piensa que soy una mala influencia. -T eres una mala influencia.-Nos dirigimos en silencio por un momento. Kiyo se dio cuenta de que no bamos hacia mi casa. bamos hacia el centro. -No -Se quej. - Realmente no vamos a escuchar a Tim, verdad? Pens que era slo una excusa para irnos. -Negu con la cabeza. -Lo siento. Lo promet.- Kiyo suspir, pero sufri como hombre. Fuimos a uno de los locales regulares de Tim, un lugar llamado Fox Den2. Pens que a Kiyo le resultara gracioso, pero no lo encontr as. Cuando entramos, haba una chica en el escenario recitando una poesa sobre la aridez de la existencia y la suciedad en las carreteras. Kiyo mir a su alrededor, observando los clientes y los cuadros y luego se dio cuenta de que no estbamos en una cafetera o en un bar. -No sirven alcohol aqu? De ninguna manera puedo hacerlo sin alcohol.

Guarida de Zorro

-Oh, simplemente estate quieto -Le dije, tratando de ocultar mi sonrisa. Encontramos una pequea mesa redonda en el centro del caf lleno de gente, y me fui a buscar un chocolate caliente. Me hubiera encantado un caf, pero tena bastantes problemas para dormir sin tener que tratar con la cafena a esta hora de la noche. Cuando volv, vi a tres visitantes que haban colocado sillas en nuestra mesa. -Hola chicos -Le dije. -Me alegro de verte de nuevo, Eugenie. La que hablaba se llamaba Brbara. Era una mujer de edad avanzada, perteneciente a la tribu Pascua Yaqui. Sus creencias religiosas, a pesar de algunas similitudes con el de direccin de la naturaleza de las tribus vecinas, haba asimilado un montn de la influencia cristiana en los ltimos aos. De hecho, llevaba una cruz en el cuello, pero todava era considerada por muchos como una especie de mujer santa. Ella no tena ningn problema conmigo llamndome un chamn, como algunas tribus indias, a veces tenan. Sus nietos, Flix y Dan, estaban con ella esta noche, y no tenan problemas conmigo tampoco. Tim, sin embargo, era una historia diferente. -Por favor, dile a tu imbcil compaero de habitacin que no se transforme esta noche -Dijo Flix. -Cuida tus palabras- Dijo Brbara de una forma muy abuela. Me mov incmoda. -Bueno... l puede subir all esta noche... -Jescristo -Dijo Dan, comiendo un bocadillo. Mir disculpndose con Barbara antes de pasar a m. -Le he dicho cien veces que no lo haga. -Vamos, muchachos. No empiecen de nuevo, llev bastante tiempo que el ojo morado desapareciera la ultima vez.-Le record. Flix neg con la cabeza. -Mira, imitarnos no sera tan malo, y es malo, su poesa es una gran mierda. -Flix- Advirti Barbara. Se senta molesta.

-Lo siento, abuela, pero sabes que tengo razn. -Es lo nico que sabe hacer -Dije con una excusa poco convincente.-Adems, l va a recitar una de Lakota esta noche , si eso ayuda. -Yo no creo que vaya a mejorar la poesa -Dijo Kiyo, que se extendi hacia atrs en su silla. -Estoy de acuerdo- Dijo Flix. -La singularidad de su poesa trasciende todas las culturas. -Mir con aire de suficiencia a su abuela, contento de no haber insultado esta vez. Se volvi hacia m, haciendo caso omiso de l. -Cmo va el negocio? -Bien -Le dije.- Extrao. Aunque no tena problemas con que yo fuera un chamn, sin embargo, a menudo le molestaba pensar que luchaba contra criaturas del Otro mundo. Pareca indecisa sobre si eran o no santos, aunque haba visto su parte maligna y saba que lo que estaba haciendo a veces era necesario. Estaba a punto de preguntar ms cuando Tim entr en el escenario. Llevaba el tocado de plumas, sin camisa y pantalones de cuero. -Oh Dios! No!-Gimi Flix. Tim levant las manos para acallar los dispersos aplausos. -Gracias, chicos-Dijo con una voz plana y profunda. -El Gran Espritu os da la bienvenida a su unin a nuestro crculo sagrado esta noche. -No estoy bromeando-Dijo Dan -estoy a punto de ir hasta all y arrastrarlo fuera. -Por favor-Silb. -Esta noche no. -Para mi primer poema -Continu Tim -me gustara leer algo que me inspir a escribir mientras estaba sentado fuera, y teniendo en cuenta cmo el aleteo de las alas de una mariposa son como el latido de nuestros corazones en este mundo transitorio.- Estirndose la recit: La hermana de mariposa en el viento Como alas amarillas Vamos a volar contigo por el cielo tan azul

Nuestras almas en las nubes de blanco Al mirar hacia abajo a los que suean con volar Pero l tambin tiene miedo Y deben estar conectados a la tierra Al igual que su hermano el escarabajo de color marrn. -Voy a ayudar a Dan-Dijo Kiyo cuando la audiencia aplaudi. -Voy a ayudarle a bajar a Tim. -En serio?- Dijo Dan, emocionado. -No -Dijimos Barbara y yo al unsono. El siguiente poema de Tim era acerca una mujer mitolgica llamada Oniata, una muchacha de belleza divina y juventud que viajo a la tierra y hacia a los hombres de todas partes a luchar por ella. La historia era interesante, pero como todas sus poesas, los versos eran muy malos y llenos de metforas horribles. -Esta es una historia verdadera -Desafi a mis compaeros de grupo. -La he odo antes. -S, pero no es Lakota -Dijo Flix.- Creo que es iroqueses o algo as. -Honestamente, no creo que eso importe ahora -Dijo Dan, con aspecto cansado. Adems, todos tienen alguna historia sobre una mujer increblemente hermosa. Kiyo cogi mi mano y murmur: -Por suerte, yo tengo la ma propia. -Hombre astuto -Le dije en respuesta. -Astuto como un zorro. Cuando la lectura de la poesa haba pasado, vendi sus libros Tim autopublicados de poesa. Creo que esto es lo ms destacable de todo, que siempre vende muchos. Y las mujeres... Las mujeres lo amaban. Varias ya estaban acercndose a l, sin duda, con ganas de quedar ms tarde. Observando a una mujer, Dan dijo que iba a dejar su trabajo como tcnico de informtica y empezar a hacer show como Tim. Nos hizo rer a todos. -Di lo que quieras-Dije a Kiyo , mirando a Tim y sus admiradores. -Todo eso significa que Tim probablemente no va a ir a casa esta noche.

-Qu quieres decir exactamente? -Que el sauna es todo nuestro. No es que pudiera caber en ella. Mi sauna no era tan grande, lo que significa era que cuando Kiyo y yo llegramos a casa, estaremos muy cerca uno del otro. A ninguno de nosotros realmente le importaba. Tiramos nuestra ropa en el pasillo, y me atrajo hacia l, pasando sus manos por mi cintura y sus labios por mi cuello. -Me debes mucho por soportar la sesin de poesa. Dijo susurrando en mi odo. -Lo que sea. Esto fue una preliminar. Ests diciendo que el poema de Tim sobre el pjaro carpintero en el rbol te excit? Sabes que todo era una metfora. La nica respuesta de Kiyo fue un beso sofocante que puso fin a cualquier otro comentario ingenioso que podra haber hecho, sus labios estaban calientes y duros mientras que su lengua busc la ma. Sin romper el beso, de alguna manera abrimos la puerta al sauna y tropezamos en su interior. Inmediatamente, el calor y el vapor nos rodearon. Todo el mundo alababa el calor de Arizona por ser seco, pero me encanta la humedad y la forma en que envuelve mi cuerpo. Me encanta cuando la humedad humedece el cabello oscuro de Kiyo, haciendo que se pegue an ms contra su cuello. Sin dejar de besarme, me empuj contra la pared de madera del sauna, sus manos se mantuvieron en las caderas. Pronto, el calor nos dej resbaladizos y sudorosos. Pas mis dedos por su pelo y luego segu por sus brazos y pecho. El aceite y el sudor se deslizaron sin esfuerzo en mis manos en su piel. Hice una pausa para hacer crculos alrededor de sus pezones, aumentando lentamente la presin y apretando de la forma en que el me lo haca a m con frecuencia. Dio un gruido de sorpresa y placer, y luego traslad sus labios a mi cuello. Volv la cabeza hacia atrs, dndole un mayor acceso. Sus besos eran fuertes, como si estuviera tratando de consumirme slo con su boca, y hasta hubo algunos dientes afectados. Siendo mi piel tan sensible, a veces tena chupetones despus del sexo. Siempre me haca sentir como si tuviera diecisis aos y tonta al da siguiente, pero en este momento pareca valer la pena. Movi los labios de mi cuello hasta el hombro, mientras que sus manos se deslizaron de mis caderas a mis pechos, de nuevo, movindose con facilidad con todo el sudor y la humedad. Los frot y manipul, sus dedos resbalaban hacia atrs y adelante sobre mi piel mojada, y detenindose ocasionalmente para

acariciar mis pezones de una manera que enviaba olas de la necesidad de mi cuerpo. Impaciente Debido a mi propio deseo, deslic mis manos sobre su estmago, hasta la ereccin que presionada contra m. Lo cog y empec a llevarlo hacia m. De forma inesperada, se volvi, todava mantenindome en contra de la pared. Me apoye en la pared, mientras dedos fuertes me frotaron la espalda, masajeando los msculos que siempre tena doloridos. Me dej sin aliento, con una sensacin casi tan excitante como el resto. Sin embargo, dur poco. Sus manos se movan en mis caderas nuevamente, girndome suavemente para que alejarme de la pared, encorvndome un poco. Un momento despus, apret contra mi cuerpo y sent que me penetraba. Mi propia humedad hizo que el impulso fuera ms fcil cuando nuestras manos acariciaron la piel. Grit a causa de la sensacin que me llenaba, empujando ms y ms fuerte dentro de m. Apoy la mejilla contra la pared del sauna, preparndome y permitiendo que l me tomase ms profundamente. Agarr mis pechos mientras continuaba entrando y saliendo de m, y gem cuando su toque envi ondas de choque a travs de mi piel. Me sent abrumada en sensaciones cuando pareca tomar control de todas las partes de mi cuerpo, tanto dentro y fuera. Sus empujes se hicieron ms urgentes y feroces, su control sobre mis pechos cada vez era ms exigente. Hizo que se formara dentro de m un calor entre mis muslos que irradiaba por el resto de mi cuerpo, compitiendo con el calor de aire que nos rodeaba. Una ola creci y creci a niveles insoportables, hasta que finalmente, el orgasmo explot dentro de m, por mis piernas agotadas y casi cediendo debajo de m. Cada parte de m se estremeca y quemaba, la sensacin que an sobresala dentro de mi cuerpo era casi demasiado para mis sentidos sobrecargados. Sin embargo, incluso mientras pens que no poda ms, todava senta que el intenso placer creca dentro de m otra vez y yo saba que iba a durar muy poco para disfrutar una vez ms. Las manos de Kiyo se trasladaron de nuevo a mis caderas, se apoy para empujar ms fuertemente. Con todo ese poder, era una lucha seguir torcidos y no slo contra la pared. Entonces sent su cuerpo tenso y saba que estaba a punto de disfrutar. Hizo un sonido gutural, animal, convirtiendo sus golpes largos y profundos como le gustaba y dejar que su orgasmo explotara dentro de m. Apret su cara contra mi hombro, sus movimientos disminuyeron gradualmente mientras su cuerpo se apagaba.

Cuando termin, cambio sus manos de mis caderas hasta los hombros, tirando de m hacia l. Nos abrazamos, jadeando mientras se apoy contra la pared. l no dijo nada, pero me bes la mejilla suavemente. Sonre, ms cerca de l y me ahogu en el olor de su sudor y piel. -Vali la pena soportar la lectura de la poesa?- Le pregunt. -S -Dijo. -Definitivamente. El telfono me despert a la maana siguiente. Kiyo dormitaba desnudo a mi lado en la cama, y yo tena que pasar prcticamente por encima de l para llegar al telfono. Era Roland. -Me enter de a dnde llega. Cruza una ciudad de Texas llamada Yellow River. -Texas, eh? - Esto era inesperado. -S. Y tiene dos chamanes que viven all para vigilarle. -Dos?- En realidad, no hay muchos en nuestra profesin. Somos muy dispersos, y no suele haber ms de uno en una regin, con la excepcin de un padre e hija como Roland y yo, era increble. -Al parecer es un gran prtico. No tiene mucho poder o la fuerza para cruzar por l, por lo que requiere de ayuda. Interesante. Los pasajes varan en accesibilidad. La mayora requieren ms poder que un ser humano medio, e incluso los Gentry pueden utilizarlo, felizmente. En ciertos das del ao, como Beltane o Samhain, las reas entre nuestros mundos son ms delgadas, por lo que es ms fcil cruzar. Estos son tiempos peligrosos para Roland y yo que nos mantienen ocupados. Un prtico que le era til al resto del ao era an ms peligroso. Pero si fuera de fcil acceso, entonces sera muy difcil para las chicas y tratar de cruzar humanos como el padre de sus hijos. La idea me hizo retorcerme. Una generacin medio-tejano, medio-hijos de los Gentry. Dios nos ayude. -Eugenie -Dijo Roland con cautela. -Qu ests pensando? -Estoy pensando que necesito los nombres de los chamanes.

Tambin se mostr preocupado acerca de mi participacin, pero creo que se sinti mejor de que tuviera contacto con otros, especialmente otros que eran humanos. Me incit un poco para saber lo que estaba pasando, pero todava me negu a hablar de ello. Despus de muchos intentos por sacarme informacin, finalmente colg. Kiyo se levant de la cama y se encontraba en la ducha. Mientras esperaba por l, me pregunt cmo deba proceder. Presumiblemente, contactar con esos chamanes para ver si se haban dado cuenta de un reciente flujo de chicas Gentry. Si pudiera confirmar esto, pondra fin a mis preocupaciones con respecto a los villanos, o monstruos secuestrndolas, aunque todava me queda el dilema moral sobre si debo enviar de nuevo a las nias a su propio mundo. La cada en la temperatura y una sensacin de cosquilleo en mi piel seal la repentina llegada de Volusian. Se materializ en el rincn ms oscuro de mi cuarto, su expresin era ms oscura y malvola que nunca. -Bueno, eso es un cumplido -Le dije. -Me encanta ver tu feliz cara por la maana. Qu pas? -Cuando me fui al Otro Mundo la ltima vez haba dado a Volusian rdenes estrictas de venir a informarme. Bromas a partes, yo no estaba muy contenta de verlo, porque saba que eso significaba que haba algo para m con que lidiar. -El tonto que dirige a los guardias de mi maestra solicita su presencia -Dijo Volusian. -Quieres decir Rurik? -S, a menos que mi maestra haya puesto a otro idiota para mandar a sus guardias. -Te dijo por qu? -Si se trataba de negociaciones comerciales, Shaya me habra llamado. -l quiere decirle que una de las chicas desaparecidas regres. -Qu?-Salt de la cama rpidamente cogiendo ropa. Kiyo regres al dormitorio, increblemente sexy con el pelo mojado, y me mir sorprendido. -Qu pasa?

-Tengo una pista sobre una de las chicas. Quieres venir conmigo?- Neg con la cabeza. Levant la bata blanca. -No puedo. Tengo que trabajar. Me decepcion. Me hubiera gustado tenerlo conmigo, pero esa parte insignificante dentro de m se senta mejor si iba a trabajar en vez de quedarse con Mawenn de nuevo. As que nos despedimos, con un beso muy muy largo. Cuando finalmente nos separamos, Volusian pareca como si no le importara ser ignorado. Le orden que se adelantara que luego ira yo. Como de costumbre, estaba inmensamente feliz, pero tuve que despedirme cortsmente en mi afn por encontrar a Rurik. Estaba sentado con Shaya, en la sala que estaba junto a la habitacin de ella, absortos en la conversacin. Ambos se levantaron cuando me vieron. -Su Majestad-Dijo cortsmente Shaya. -Dnde est ella? -Exclam. -La chica. Quiero hablar con ella y arreglarlo.- Rurik hizo una mueca. -Oh. En cuanto a eso. -Cul es problema? Volusian dijo que la encontraste. -Bueno, la encontramos de cierta manera. Era la nia de Westoria, cuyos padres hablaron contigo. Ella apareci anoche en el pueblo, angustiada y hablando de cmo se escap y fue horrible. -Hubo incluso un monstruo?- Dije, sorprendida.- O se escap de los bandidos? Todava no haba descartado su participacin. Neg con la cabeza. -Nadie lo sabe. No tena sentido, y sobre todo, sus padres queran calmarla. Mientras tanto, enviaron noticias porque saban que queras hablar con ella, y... ah es cuando empezaron los problemas. -Lo que me estas contando no parece un problema? -Cuando ella se entero que ibas a venir, ella se volvi an ms histrica.

-Ms histrica por mi culpa que por un monstruo o algo as?-Rurik flexion los hombros. -Por lo que sabemos, tu reputacin es algo alarmante para algunos... - Dios mo. No sabe que yo les di una patada en el culo a los demonios de fuego?Suspir. -Qu pas? -Ella huy. En verdad esta vez. -Gem y me hund en una silla. -Enviamos un equipo de bsqueda tan pronto como nos enteramos-Agreg un poco esperanzado. -Bueno, eso es algo, supongo, es una nia... no puede ser tan difcil de encontrar, verdad? Rurik y Shaya intercambiaron una mirada dudosa. Volv a gemir. En la forma en que se hace en esta tierra, es probable que si alguien quera desaparecer, pudiera. Yo envi grupos para buscar a Jasmine. En los ltimos tres meses no encontraron ninguna pista de su paradero. -Tenemos que poner caras en los cartones de leche -Murmur. -Cmo?- Pregunt Shaya. -Lo que sea. Hay algo ms que debera saber? Algunas noticias de Leith? -Yo pensaba que deba ir a hacer mi meditacin y la conexin con la tierra y luego regresar a Tucson. -No hay nada todava -Dijo Shaya. -Sin embargo... hemos odo hablar de Dorian. Cierto. Otro de mis problemas. Pareca un poco nerviosa al continuar. -Envi un mensaje preguntando por qu no lo has contestado todava sobre el tratado. Y...Abr los ojos. -Adelante. Hay algo peor.-Pareca avergonzada. -Dijo que si t no puedes molestarte en ir en el momento adecuado, retara su oferta.

-Eso no es tan horrible -Seal -Quiero decir, que has hablado con otra gente, verdad? Tenemos otros reinos queriendo comprar cobre, no?-Su mirada molesta aument. -Bueno, no tantos. -Quin no es tanta gente? -En la Tierra Rowan. Ninguno. -Hijo de puta. De verdad? No dudo de que Dorian no haya influido en los dems sobre las ofertas conmigo l suele jugar a esos juegos-. Afirm y mir a Shaya. -Supongo que no ha precisado cuando es un momento adecuado? -l realmente lo dijo.- Rurik sonrea, lo tom como una mala seal.- Hoy.

Captulo 10
Fui a ver a Dorian, con una corazonada, que fue agravada por el hecho de que vesta una falda con una abertura que se acercaba a mi cadera. Shaya y Nia queran que fuese con un vestido, con el argumento de que era conveniente a mi posicin y convena mostrarme amable con Dorian. Les dije que no sera capaz de viajar a caballo en un vestido, y la abertura fue la solucin que encontraron. Como siempre, tena un puado de guardias a remolque. La presencia constante de ellos an me haca sentir como una nia. En este caso, una nia traviesa. Incluso con la extraa geografa del Otro Mundo, pasamos a otro pueblo. Mi visita fue breve, lo suficiente como para mostrarme cmo estaban haciendo. Su situacin no era muy diferente a la de Westoria, pero haba una mujer que estaba muy bien capacitada para encontrar las fuentes de agua. Su tcnica, la forma en que teja su magia, era ms prctica que la ma, pero creo que ella no tena mi fuerza. Despus de ver, imit lo que ella estaba haciendo y logr encontrar un lugar para cavar. El vestido me impidi ir a conseguir una pala y cavar con ellos, pero no importaba. Sal de la ciudad siendo considerada una salvadora de nuevo. Llegar a Dorian tom menos tiempo que llegar a Mawenn. A diferencia de aquel viaje, gran parte de nuestro viaje de hoy ocurri en mi tierra, sin descanso en uno de los reinos con clima ms templado. El calor se abati sobre nosotros, y sud profusamente en mi vestido de seda prpura. Yo dara cualquier cosa por una brisa fresca, cualquier cosa para que el aire estancado se moviera. A menudo ventaba en mi Tucson, todava no entenda por qu en la versin del Otro Mundo no. Mi padre haba sido capaz de controlar todo lo relacionado con las tempestades: agua, aire, partculas elctricas, etc. Hasta ahora, yo slo tena agua, pero de vez en cuando poda sentir el aire de la misma manera que poda tocar y controlar el agua. Llegando ahora, tuve la misma sensacin: poda sentir el aire. Me cant. Me llam. Pero cuando lo llam de nuevo, no pas nada. Lo intent de nuevo y otra vez, tratando de la misma manera que utilizaba con el agua, estimulndola a agitarse y refrescarme. Nada. Finalmente lo abandon cuando el castillo de Dorian apareci. Era de piedra como el mo y de alguna manera consegua ser a la vez majestuoso y elegante.

Donde una vez haba sido recibida con hostilidad y sospecha, ahora era bienvenida con respeto y un poco de adulacin. Y, s, con alguna prudencia tambin. Mis guardias fueron llevados, y los empleados de Dorian cayeron sobre m, ofrecindome cualquier bebida que quisiera. Me negu. Slo quera acabar con esta cosa de negociar. Un empleado me llev a una habitacin lujosamente decorada y me anunci con los ttulos y todo. Dorian estaba sentado all con una informal camisa de manga larga, color crema, inclinado sobre un tablero de ajedrez. Un viejo con una barba que le caa al suelo estaba sentado adelante. Los ojos de oro-verde de Dorian se levantaron hacia m, y rompi en una sonrisa deslumbrante. Honestamente. El hombre era muy guapo a veces, y l lo saba. Un momento despus, Dorian le volvi una mirada de desaprobacin a su compaero de ajedrez. -Por los dioses, Kasper! Usted no tiene modales? La Reina Thorn est aqu. Muestra un poco de respeto antes de que tenga que azotarle. Comenc a protestar cuando el anciano se puso de pie. La postura encorvada que tena en su silla me haba parecido que fuera permanente, y tard mucho en levantarse. l consigui algo como un arco, de verdad, era difcil distinguir la diferencia entre eso y su postura normal, y me dio un serio: -Su majestad.-Y mientras el anciano se volvi hacia la mesa, Dorian se inclin y movi algunas piezas. Abr la boca en estado de shock ms que para hacer cualquier protesta. Dorian levant un dedo hacia los labios en un gesto para que me callara. Me tragu mis comentarios y sonre hacia Kasper. -Gracias. Por favor, sintese de nuevo. -Y t, querida-dijo Dorian. -nete a nosotros. El empleado que me haba seguido hasta aqu rpidamente acerc una silla de terciopelo acolchado hacia el tablero de ajedrez. Le di las gracias y me sent, cruzando las piernas como siempre, pero las descruc a toda prisa. Dorian vio la pierna, por supuesto. Siempre lo vea todo. Los ojos de Kasper, bajo las espesas cejas gris se fijaban en el tablero. Hizo un movimiento, capturando una de las

piezas de Dorian. Dorian frunci el ceo rpidamente, luego, coloc una sonrisa y se volvi hacia m. -Ests radiante como siempre-, dijo. -Este vestido es particularmente muy bonito. Kasper, mrala. Usted puede ver cmo la tonalidad combina con sus ojos? -Kasper pareca querer estudiar el tablero, pero me mir obediente y le dio un rpido movimiento. -S, su majestad. Muy apropiado. -Dorian rpidamente intercambi unas pocas piezas y luego puso una mirada de profunda consideracin cuando Kasper mir hacia atrs. Con un suspiro, Dorian se traslad a su obispo. -No es mi mejor jugada, pero tendr que servir.- Cogi una de las piezas de Kasper. La decisin claramente tom por sorpresa a Kasper, no era tan sorprendente si se considera que las piezas no estaban donde l las haba visto la ltima vez que mir. Estudi la mesa por casi un minuto y luego movi el caballo, creo que no he visto los beneficios en la captura. -Eugenie, parece que ha quedado varada en el desierto.- Dorian reflexion. -Pero entonces, creo que este es el caso, no? Una vergenza, todas las ciudades sufriendo y hambrientas, ciudades como Songwood.-El anciano mir con una mirada penetrante, los ojos bien abiertos mientras me miraba. -Songwood? -Songwood?-Pregunt en la misma confusin. Dorian disimuladamente movi ms piezas. -Nac en Songwood-, dijo Kasper. -La gente se muere de hambre all? -Oh, espera,- dijo Dorian. -Songwood est en la Tierra Willow, no? Lo siento por el susto. Pens que era parte del reino de Aesn. Estoy seguro de que Songwood est perfectamente bien. -Estudi el tablero y traslad hbilmente a su reina. -Jaque mate.- Kasper qued sin aliento. -Esto no es...- su mirada recorri la mesa, sin duda buscando cualquier oportunidad para contener el movimiento de Dorian.

-No puedes luchar contra la reina,- dijo Dorian sin dudarlo. -Una vez que ella decide tomar el rey, se puede dar y aprovechar.- Puse los ojos en blanco. Kasper suspir. -Excelente juego, su majestad.- Dorian le dio una palmadita tranquilizadora mientras el viejo se levant. -No lo tomes tan en serio. Jugaste muy bien. Descuidado aqu y all, pero quin sabe? Siempre hay una prxima vez. -Kasper me dio otra reverencia marchita y luego nos dej solos. Le di a Dorian una mirada de reproche. -Eres un mal hombre. Deberas sentir vergenza. -Difcilmente -, dijo. -Ese hombre es el campen de los siete reinos. Un poco de humildad le hara bien. Y hablando de humildad, hablamos de negocios? Se levant y me tendi la mano. No la cog y simplemente lo segu mientras caminaba por la habitacin. l se hundi en un sof de raso color marfil, mientras que eleg uno de terciopelo del mismo color que el vestido. Me senta a la deriva en un mar de color prpura. Dorian tena un montn de pergaminos en una mesa cercana. -Ah lo tienes. Solo tienes que registrarte y podemos sacarlo del camino. Mir los pergaminos, abismada. Yo no entenda casi nada. Estaban detalladas cantidades y las transferencias de bienes de todo tipo, la lista de los tipos de inters y el establecimiento de una especie de lnea de tiempo. Dorian me dio una mirada de incredulidad. -Qu sucedi con negociar?-Coloc dos vasos de vino blanco de una jarra que estaba sobre una mesa junto a l. -Oh, vamos. Realmente no quieres hacerlo. No quiero hacer eso. Por qu perder el tiempo? Te aseguro que los trminos son muy, muy generosos. Probablemente ms generosos de lo que mereces, teniendo en cuenta la forma en la que juegas con mis sentimientos. Tu pueblo ganar una buena cantidad de mercancas con la fe de un cobre que no se ha materializado. -Entonces, por qu me haces venir aqu? -Tienes que preguntar?

-No-murmur, firm mi nombre con una pluma. Sinceramente una pluma. -Eres un hombre malo. -Trato. Vino? - Hizo un gesto hacia el vaso que coloc para m. Negu con la cabeza. -No quiero que salgas corriendo. As que supongo que sentarme aqu es parte del precio que tengo que pagar por la comida de mi reino. Qu quieres que haga ahora? Sus ojos sostenan los mos por encima de su copa de vino. -Podra hacer una lista de cosas ms larga que el contrato.-S. Me lo mereca. -Muy bien, entonces. De qu quieres hablar? De ti, -dijo. - Y de por qu no vienes a verme. -Sabes por qu. Porque me usaste y me amarraste a ese reino. -Seguro que guardas rencores. Es una peculiaridad humana? -Es una peculiaridad de Eugenie.-Sonri. -Claro que s. Ya sabes, Rurik trato de violarte, sin embargo, lo recibes con los brazos abiertos. -No es exactamente cmo pongo las cosas. -Sabes lo que quiero decir. Cmo puedes perdonarlo a l y no a m? Mir a mi regazo y jugu con la tela de mi vestido. No tena una buena respuesta para eso. Rurik fue realmente un completo idiota cuando nos conocimos, pero ahora est por lo general en mi casa. Por qu tena tanto rencor hacia Dorian? Debido a que las cosas no comenzaron hostiles entre nosotros, supongo. Por supuesto que no confiaba en l al principio, pero nunca me caus ningn dao real. Haba empezado a quererlo, incluso me importaba, lo que me doli an ms. Dorian fue quien me hizo reclamar la Tierra Thorn despus de que matramos a Aesn en una batalla horrible. Me limitaba a seguir las sugerencias de Dorian sin tener ninguna idea de lo que estaba haciendo hasta que fue demasiado tarde. Una

vez que me di cuenta de lo que estaba haciendo estaba presa, sent que cada interaccin con Dorian era un gran paso. Parece que su juego haba estado planeado todo el tiempo para destituir a Aesn y darme esta tierra para que Dorian posiblemente pudiera encargarse de ella. Es por eso que estoy resentida con l. Ests segura de eso? Una voz interior me pregunt. No, debe haber ms. Incluso yo lo admitira a m misma. La verdad es que desarroll una conexin fsica y emocional con Dorian, y no las quiero. No quiero estar vinculada a alguien como l, alguien con pura sangre Gentry, y tiene una molesta tendencia a hacerme perder el control. Cerrarme con paredes de animosidad entre nosotros era una manera de protegerme. -Qu ests pensando?-, Dijo Dorian, salvndome de otra pregunta. -Me preguntaba si yo ciegamente firm mi nombre en ese contrato por favores sexuales. -Maldita sea-dijo. -Yo debera haberlo considerado.- Por el tono de su voz, creo que realmente quera decir eso. -Ah, bueno. Quiz la prxima vez ya que estoy seguro de que ser la primera de muchas negociaciones entre nuestros reinos. -Espero que no.- Por un momento casi pareca herido. -Es tan doloroso venir aqu?-Me sent mal. -No, lo siento. No lo deca en serio. Quiero decir... Espero que no necesitemos ms ayuda. Espero que las cosas trabajen solas en la Tierra Thorn Su sonrisa fcil volvi en cuanto termin el vino. Lleg a mi vaso intacto. -Bueno, de acuerdo a los rumores, las cosas se estn arreglando, gracias a la benvola Reina Thorn. Por qu, me enter el otro da que estabas excavando zanjas y alimentando a los hurfanos. Es maravilloso que tengas tiempo para eso, como para tu hipcrita trabajo de batallas con tus propios asuntos en el mundo humano. -Mis problemas no se cruzan con el mundo humano-, le dije con arrogancia. Por supuesto, la irona es que quiz no fuera cierto, no si las evidencias existentes sobre las nias no tenan indicacin. -Y nunca hice alguna de estas otras cosas. Solo encontr agua. -Exclam, tsk tsk, con los ojos brillantes de satisfaccin.

-S, eso es cien veces ms de lo que la mayora de los monarcas hacen. Estuviste con tu pueblo, tal vez no trabajando a su lado, pero lo suficientemente cerca. Se cree que eres una especie de mesas. Creo que este es un buen precedente para tu hijo, eh? Frunc el ceo. No vayas por este lado. Y de todos modos, no voy a ser un mesas. Slo estoy tratando de ayudar. -Por los dioses!-, dijo, terminando con el vaso de un trago. - Lo qu da miedo es que lo ests tomando en serio. Les estabas ayudando antes de venir aqu hoy? -Er, bueno, un poco. Nos detuvimos en un pueblo y ayudamos a encontrar agua. -Lo saba. Cuando usas tu magia, se convierte en una especie de espiral despus de brillar en ti. Esto es muy... conveniente. Algo en su manera de hablar y mirarme hizo con que quisiera cruzar los brazos y las piernas protectoramente, hasta que record que cruzar las piernas no me ayudaba. Maldito vestido. -Me atrevo a decir que el control del agua se est convirtiendo muy til,- agreg. Es una pena que no sigas con tus lecciones -. -No necesito ms ayuda. He practicado sola me he sentido ms fuerte. -Hmm, ya veo. Y el resto de los poderes que heredaste? Has practicado con, por ejemplo, el aire? Durante medio segundo, pens que me estaba vigilando. No, no era su estilo. Haba adivinado que podra intentar la magia del aire que... Bueno, l me conoca. Y porque era Dorian y era astuto en estas cosas. -En realidad, lo he hecho- dije con arrogancia. Aqu. Tmate esto. Frunci sus labios. -Entiendo. Y has tenido xito? No fui lo suficientemente rpida con mi respuesta. l se ri y se traslad a sentarse a mi lado. Trat de huir, pero no haba suficiente espacio.

-Eugenie, Eugenie. Cundo dejars de luchar contra esto de pelear conmigo? Slo crears ms problemas a lo largo del camino si no aprendes a utilizar plenamente tus capacidades. -De acuerdo- dije, tratando de no darme cuenta del aroma de manzana y canela que siempre estaban a su alrededor. Por qu no poda sacudir a esta atraccin cuando la mitad del tiempo lo encontraba tan molesto? -Es para m beneficio, verdad? No debido a tu deseo de gobernar el Otro Mundo y ver la profeca cumplida? -Por supuesto, es por estas razones,-se burl. Una cosa que hay que amar en Dorian es su honestidad sin fisuras. -Pero eso no quiere decir que no pueda beneficiarme tambin. No crees que sea til controlar el aire? No cree que te ayudara a ayudar a las pobres almas que sufren, que estn bajo tu control? - Maldito seas, no los involucres. -Ellos ya estn involucrados. Aprende a controlar las tormentas y nunca tendrn una sequa.-Su voz era baja, llena de promesas y tentaciones. Pens en todo lo que haba visto, los campos yermos y los rostros hambrientos. Negu con la cabeza. -No voy a dejar que me vuelvas a ensear.-Y si te doy otro maestro? -Qu?- me mov para mirarnos a los ojos. -Qu quieres decir? -Exactamente lo que parece. Por difcil que es creerlo, no soy el nico que sabe usar la magia aqu. Es cierto que soy ms fascinante, muy inteligente y atractivo, pero si ests totalmente en contra de mi ayuda, hay otros que te pueden auxiliar. Me volv y mir a travs del cuarto. Trabajar en conjunto con la mujer que encuentra agua hoy sin duda haba sido muy til. De hecho, fue la primera vez que encontr a un Gentry que tena una especie de magia compatible con mi poder para ensame algo. La magia de Dorian era muy diferente de la ma, pero era lo suficientemente hbil para pasarme los fundamentos bsicos. Pero si tuviera a alguien para ser mi tutor? Alguien ms en sincronizacin con mis poderes - que no tena siempre ganas de llevarme a la cama? No. Castigndome al instante de levantarme. La magia es peligrosa. Te hace querer ms, y cuanto ms lo uses, ms abrazo a mi lado Gentry y pierdo mi humanidad.

Kiyo me haba advertido varias veces, y yo no quera ni pensar lo que dira Roland. Pero an as... -En realidad tienes a alguien en mente?- pregunt, volvindome hacia Dorian. l asinti con la cabeza. -Ella no es un ajuste perfecto para tus habilidades honestamente nadie lo es pero est cerca y es una excelente instructora. Ella. Eso fue prometedor. Ninguna persona que quisiera hacer un nio en m. Evalu mi duda. -Eugenie, por qu resistirse? Es obvio que quieres un mayor aprendizaje, no importa lo orgullosa que pretendes ser de ensuciarte las manos con las cosas de Gentrys. Deja de reprimirte y tmalo como un regalo. -Qu tengo que hacer a cambio de este don?- Le pregunt con cautela. -Nada ms que aprender. Si llevas mi tutor contigo a la Tierra Thorn, slo quiero que me prometas que le dars una oportunidad. -Eso es todo? -S. Ya sabes mis razones para hacerlo, entonces no hay engao aqu. El resto depende de ti. Cierto. l ha sido ms abierto acerca de sus intenciones y su megalomana. -Muy bien... -Kiyo va a enloquecer. -Voy a darle una oportunidad. -Me lo prometes? -Te lo prometo.-De alguna manera cada vez que estoy de acuerdo con Dorian, siempre siento que estoy empeando mi alma. -Excelente-, dijo. Nosotros vamos a hacer de ti una reina toda poderosa. -Movi la mano y acarici una parte del tejido de mi vestido que estaba arrugada cerca de la abertura. En realidad su movimiento abarc ms de mi pierna que del vestido, creo que involucr ms a frotarse los dedos en contra de mi piel. Por un momento peligroso, yo quera que l trasladara sus dedos para abajo del vestido. En su lugar, simplemente dejo su mano en mi muslo. -Dorian-, le dije en alerta.

-Hmm?- Mir hacia abajo con severidad. l sigui mi mirada. -Oh, mira eso. Parece tan natural que no me di cuenta -, dijo feliz, tomando su mano culpable. Casi me sent... decepcionada. -Permteme traer a tu nueva maestra, ya que no creo que te sientes atrada a cenar. -Lo que crees es correcto. En realidad eres fascinantemente inteligente,- le dije con irona. Se puso de pie y me dio una sonrisa rpida. -Y sorprendentemente atractivo? -Slo ve a buscarla. Sali de la habitacin, le segu con los ojos mientras se encontraba en su camino, su andar y la forma en que la luz del sol por la ventana le dejaba el pelo con todos los matices de rojo, naranja y oro. Dorian es un problema. S, creo que en realidad hice un trato con el diablo. En particular, cuando vi quien era su instructor. -Ella?-Exclam. Salte de la silla. Dorian acababa de entrar en la habitacin, y junto a l Ysabel el clon de Eugnie prostituta que estaba en la fiesta. Sus ojos azules se abrieron cuando me vio. Al parecer yo no era la nica sorprendida. -Qu es esto? -Ella pregunt. -Usted dijo que quera que yo, instruyera a alguien. -Y lo quiero-, dijo en voz baja. -Va a hacer sus maletas y regresar con la Reina Thorn. La vas a ensear a usar su magia para que tenga una mejor habilidad. -No-dijo con frialdad. -No lo har.-Su semblante agradable se haba ido. -S, lo hars. Esto no es una peticin. Eres mi sbdita, as que estas bajo mis rdenes. Y digo que irs con ella. A menos que usted me este desafiando? No pude ayudar en absoluto. Vi este lado difcil de Dorian a veces, y siempre me pona nerviosa. Era un cambio repentino en su forma lacnica de ser, que siempre haca bromas y trataba de hacerme sentir mejor... Y encontraba ese cambio un poco agobiante.

-Dorian-, dije, incmoda. No la obligues a hacer algo que ella no quiere.-Ella me mir fijamente. -No necesito su ayuda.-Lo que ella quiere es irrelevante-, dijo Dorian. Tuve una pequea sorpresa cmo era capaz de objetivar y ordenarla casualmente. Supongo que con quien ests durmiendo en cualquier momento, sera alguien de la que tuviera sentimientos. Quin sabe? Tal vez se preocupa demasiado por ella, pero an es capaz de tratarla como una sbdita. O tal vez se preocupa ms de m. -S, bueno, yo no la quiero-, le contest. -Tambin es irrelevante-, respondi l, con los ojos fijos en Ysabel.- Prometiste dar a tu maestra una oportunidad justa a menos que vuelvas a ser humana y vuelvas atrs en tu palabra? -Esto no es exactamente lo que yo esperaba! -No importa. Mantendrs tu promesa o no. Y t-le dijo a Ysabel, -sers obediente o no.Ysabel tena los ojos ardiendo de ira, y su respiracin era pesada. Tuve la impresin de que quera soltar millones de palabras, pero ella cerr los labios impidindole fsicamente hablar. Al final, trag y respir profundamente. Cuando habl, sus palabras fueron para Dorian, pero sus ojos estaban puestos en m. Nunca haba visto tanta maldad como aque no, espera. No es del todo cierto. Su mirada era muy parecida a la que a menudo me daba Volusian. -Claro, voy a obedecerle, majestad. Con mucho gusto.

Captulo 11
Junto con Ysabel, Dorian me envi de vuelta con algunos suministros a crdito. Casi pensaba que estaba tratando de suavizar el golpe de haberme dejado pegada a ella, salvo que Dorian era de los que realmente le gustaba la idea de que tuviramos un viaje incmodo. Se divertira sabiendo lo molesta que me sentira y, probablemente, lament no estar aqu y ser testigo de nuestra interaccin. Sin embargo, mejor lo incomodo ponindome en marcha a la cabeza del grupo, dejando a Ysabel todo el camino de regreso a tras de mis guardias y empleados de Dorian. Shaya estaba comprensiblemente sorprendida cuando llegamos. Dej entregar los alimentos y hacer frente a Ysabel. -Ponla en algn sitio. En cualquier lugar,- le dije- No me importa dnde. -Pero por qu...? Por qu est aqu? Esta es la amante de Dorian. -Oh, s-dije, mirando como la sombra Ysabel se detena junto al resto de la comitiva que se estaba propagando a travs de mi castillo. Qued un poco ofendida por la mirada de desprecio que le dio a mi residencia por no mencionar el hecho de que saba el lo que era comparado con las de otros monarcas. -Creme, s lo que es. Shaya pareca suficientemente suavizada y distrada con los dones de Dorian ya tuve la oportunidad de escapar sin mucha discusin. Cruc de nuevo para mi mundo, no me molest en cambiarme de ropa antes de salir. Cundo finalmente llegu a mi casa, tuve una grata sorpresa de encontrar a Kiyo acostado en el sof. Tres gatos dorman con l en el sof mientras uno se apoyaba en el brazo. El quinto yaca tendido sobre el vientre de Kiyo. -Esto-dijo-, es un gran vestido. El olor es de caballo, yo creo. Baj la mirada a mi vestido de seda prpura, que estaba resistiendo muy bien teniendo en cuenta todo el polvo y el sudor que haba sido expuesto hoy. -Formaba parte de un encuentro diplomtico. -Dorian, eh?-Cul fue t primera pista?

- La abertura -Pas por la sala hacia el pasillo que lleva al otro lado de la casa. -Voy al bao. Te gustara ir a Texas conmigo entonces?- Kiyo se estir, espantando algunos gatos. -Es un nuevo restaurante? O te refieres al estado? -Estado. Tengo que ir a hablar con esos dos chamanes que Roland me dijo. - Mir el reloj. -Probablemente tendremos que pasar la noche all. - A su juicio. -Si podemos estar de regreso maana al medioda, ir. Le asegur que podramos y luego dej la suciedad del da en el bao. Milagrosamente, y un tanto decepcionante, Kiyo no fue a acosarme mientras me limpiaba. Tena una tendencia a aparecer mientras yo me baaba a ofrecer "ayuda" para limpiarme. Consciente de nuestro tiempo, me dej, y media hora despus, estbamos listos para salir a la carretera. Yellow River era en la frontera de Texas, haciendo que el viaje fuera de 4 horas si manejbamos un poco ms all del lmite de velocidad. A Kiyo le gustaba conducir, creo que es un instinto masculino, as que lo dej. Manteniendo discusiones informales, que me permiti olvidar los asuntos del Otro Mundo que estaban en mis manos. Toda la tensin del funcionamiento y el cuidado de un reino an pesaban sobre m, pero poda consolarme haciendo todo lo posible mientras Shaya se encargaba del resto. Este era su trabajo. Las dos sabamos eso, y realizaba su misin de forma excelente. Tena que dejar de estresarme al respecto. Las nias desaparecidas... Bueno, ese es mi problema. Al final, las haba hecho mi problema. Esperaba que la reunin con estos chamanes pudiese encender una luz sobre esta situacin, as que hasta que los viera, no haba por qu preocuparme de eso tambin. Ysabel... S, bueno, eso era algo de qu preocuparse. Sal de mi casa dejando una vbora y tom eso como una excusa para mi renuencia a pasar la noche en mi castillo, que probablemente me salv de ser sofocada durante mi sueo. Si por m fuera, la habra embalado y enviado de vuelta a la Tierra Oak directamente. Mi estpida promesa me arrest. Tal vez tenga algo til para ensear, pero no tena pruebas que ella tratara de ser til. Es probable que slo diera una mirada ceuda todo el tiempo, sin duda paranoica pensando que quera vivir con Dorian... Dorian.

Suspir. Era un problema, uno que pensaba que haba desaparecido, pero no lo haba hecho. Yo lo necesitaba y ambos lo sabamos. Mientras lo hiciera, lo utilizara como palanca para seguir vindome y para meterse conmigo. La mayora de las veces me irritaba. No me gusta ser parte de estos juegos. Aun as, siempre haba algo irresistible en Dorian, algo que me haca rer, a pesar de la irritacin causada a menudo. Y, s... Odiaba tener que admitirlo, pero no importa lo mucho que ame a Kiyo, y no importa cmo me lavo las manos de un romance entre Dorian y yo, todava haba una parte de m que probablemente siempre se sentira atrada por l. Nuestra noche juntos todava se aparece entre mis sueos. Sus manos en m, hoy en la maana, despertaron muchos sentimientos, y no poda dejar de imaginar de nuevo cmo sera fcil para l deslizar su mano en mi pierna... -Eugenie? -Hu?- la voz de Kiyo me sac de mis pensamientos indecentes. -En qu piensas? Tienes con una cara extraa. -Oh, bueno, yo...-Estaba totalmente sorprendida cuando las palabras siguientes salieron de mi boca. -Cmo es que nunca antes hemos tenido preliminares?-Kiyo sostena el volante al momento fall, y yo pens que bamos a salir de la carretera. Pronto recuper el control. -De qu ests hablando? Por supuesto que han habido preliminares. Recuerda lo que hice la semana pasada con la miel? -S, creo. Pero esto fue ms la excepcin que la regla. Siempre vamos directo al grano. -Nunca pareci importarte.-l tena razn. -No... Quiero decir, siempre es bueno. Simplemente sera bueno si... No s. Ampliar tus horizontes. -Estoy bien con eso-, dijo despus de pensarlo por algn tiempo. -Estoy listo para cualquier cosa. Es slo mi... bueno, los instintos, creo yo, que me tienden directo a la atraccin principal.

Saba lo que quera decir. El problema de pasar la mayor parte de su vida como un animal hacia que guardaras algunos de sus rasgos. Los zorros en la vida salvaje no pasan mucho tiempo en los juegos previos. -Realmente no me importa. Slo estoy diciendo que me gustara dar una sacudida. -Se qued en silencio por un tiempo. Por ltimo pregunt: -Tiene esto algo que ver con Dorian?-Por qu dices eso?-, Le pregunt en voz baja. -No lo s. Ms instinto. -Sus ojos negros se redujeron a centrarse en la carretera. Sabes, no soy estpido. S que te acostaste con l. Sacud la cabeza con asombro, incapaz de tratar cualquier tipo de negacin. Tcnicamente nunca le haba mentido a Kiyo, sobre lo que haba sucedido con Dorian, pero viendo como habamos peleado en aquel momento, nunca sent la necesidad de entrar en detalles. -Como sabes...- No pude terminar la pregunta. Kiyo me dio una sonrisa triste. -Dorian acostumbraba a mirarte como un hombre hambriento de carne. Ahora parece como si quisiese la segunda vez. - No dije nada. No vena ninguna respuesta a mi mente. -Est bien-, Kiyo se mantuvo casi con amabilidad. -S lo que pas cuando estuvimos separados. Lo que pas, pas siempre y cuando no perturbe nuestro presente.-Eso fue muy generoso de su parte y me sent agradecida y culpable. -Eso es pasado.- Estuve de acuerdo. -No tiene nada que ver. El primer chamn que Roland nos dijo era un tipo llamado Art, Como Roland y yo, Art vive en su propio pedazo de los suburbios en una casa grande que no parece pertenecer a alguien que destierra a los espritus y a los Gentry. Los laterales fueron pintados con un amarillo sol y el jardn, tena signos de un cuidado diario, estaba rodeado por una valla blanca. Poda escuchar a los nios jugando en la calle. De hecho, Art estaba en su jardn desyerbando flores, mientras que la luz de la tarde se convirti en naranja. Estim su edad en unos treinta aos.

Un tatuaje de una serpiente roja acurrucada en uno de sus brazos mientras haba un cuervo estilizado en otro. Sin duda, haba otros bajo su camisa. Levant la vista y sonri cuando nos detuvimos a su lado en la acera de su hogar. -Usted debe ser Eugenie-, dijo al levantarse. Se sacudi el polvo de los guantes y mir en tono de disculpa Le dara la mano pero... Yo le devolv la sonrisa. -No hay problema. Este es Kiyo. -Los dos hombres intercambiaron gestos de saludo, y Art nos llev a la parte lateral de la casa. -Roland dijo que quera hablar, verdad? Qu tal sentarnos ah? Vamos a limpiar y vamos a traer algo para beber. Kiyo y yo seguimos sus instrucciones y nos encontramos sentados en una hermosa mesa de jardn con sombrilla, en un jardn en el patio trasero ms lujoso que la parte delantera. Creo que el clima de Yellow River era un poco hmedo, pero no estaba lejos de Tucson, para que pudiera imaginar la cantidad de agua y de trabajo que daba mantener esta vegetacin. Un pensamiento gracioso vino a mi mente, y yo no poda dejar de rer. -Qu?- Pregunt Kiyo. Estaba viendo la danza de un colibr alrededor de una flor roja de un arbusto que inclinaba la casa. -Estaba pensando que yo necesitaba que Art viniese a hacer el paisaje de la Tierra Thorn. -Creo que eso puede acabar con tu disfraz. -Probablemente. No s si va muchas veces. -Si cruza, es slo cuestin de tiempo antes de que l descubra y le diga a Roland. De hecho, es slo cuestin de tiempo que cualquiera persona pueda hacerlo.-Frunc el ceo. Roland conoca muchos chamanes de todo el pas. -S, lo s. Art sali al patio de atrs sin guantes y una nueva camisa. l trajo un termo pequeo, cerrando cuidadosamente la puerta de cristal y la pantalla para pasar. Las cortinas colgadas al otro lados del patio eran acuarelas de azul y prpura atado con hilos de plata, que yo envidiaba despus de que las mas hubieran sido arrancadas por la tormenta que provoque involuntariamente. Entre esta

decoracin excelente y el jardn me senta un ama de casa imperfecta. Abri el refrigerador. -No saba lo que queran, entonces traje algunas opciones. El refrigerador present una variedad de refrescos y cerveza. Kiyo opt por el segundo y yo tuve el primero. La calurosa tarde de verano se haba enfriado a una temperatura agradable, y las sombras hechas por los rboles tambin ayudaban. Creo que el recuerdo del viaje caliente hasta Dorian todava segua conmigo y beb mi Coca-Cola gracias a Dios. -Este es un gran jardn,- le dije. -Me gustara tener paciencia. El mo es ms parecido a un jardn de rocas. -Art sonri, arrugando las lneas alrededor de sus ojos. Ellos eran azules que se destacaban sobre su piel curtida por el sol. -Pero eso es moda por all, eh? -S, ms o menos. Pero hay una delgada lnea entre un arreglo elegante de arena y piedras, y, bueno... slo un montn de arena y piedras. -Se ri de nuevo. -Estoy seguro de que usted tiene mejores cosas que hacer. Roland me dijo que ha estado ocupada desde que l se retir. -Retirado es un trmino dudoso. Es difcil para l estar quieto, sabiendo que estoy all haciendo el trabajo sola. -He odo que tienes algunas preguntas de negocios que hacerme -Directo al punto. Me gusta eso. -Usted tiene una gran encrucijada aqu. -La tengo-, l estuvo de acuerdo. -Eso me mantiene ocupado. -Tiene muchos Gentry cruzando para aqu?- Tom un largo trago de su cerveza mientras lo pensaba. -Bueno, siempre hay Gentrys cruzando. -Ha habido una cantidad diferente ltimamente? De nias en particular? -Abri los ojos con sorpresa.

-No es que me haya dado cuenta. Por qu lo preguntas? -Siguiendo un trabajo-, dije vagamente. -Las mujeres cruzan todo el tiempo, por supuesto-, reflexion. -Pero los hombres son la mayora. Ver una ola de ellas sera notable. ltimamente he pasado la mayor parte del tiempo con exorcismos. Asent con la cabeza. Hasta que los Gentry y las criaturas del Otro Mundo decidieran querer ser el padre de mi hijo, los espritus formaron la mayora de mis negocios. Este es un trabajo normal de un chamn. -Lo siento si no puedo ser de ms ayuda-, dijo Art suavemente. Yo deba parecer decepcionada. -Creo que usted debe averiguar con Abigail. -Ella es la otra, verdad? -As es. A veces trabajamos juntos. Tal vez se dio cuenta de algo que yo no not. Le di las gracias por la informacin a Art, y nos pasamos las prximas horas hablando sobre varias cosas. Art pregunt acerca de la vida de Kiyo. Roland poda sentir la naturaleza del Otro Mundo de Kiyo, pero el estilo polticamente anodino de Art me hizo sospechar que no tena este talento. Art tambin quiso saber sobre mi trabajo, sin duda, curioso por mi inters en las nias Gentry. Guard mis respuestas vagas, sin acercarme al hecho de que protega a mis sbditos. Despus de hacer nuestra despedida, nos fuimos a la segunda direccin que me dio Roland. Abigail viva en un apartamento en el centro de Yellow River, muy diferente de la ubicacin de la casa de Art. El centro de la ciudad era ms prspero de lo que esperaba. Yellow River era un pueblo pequeo al final del da, pero an tena una gran variedad de tiendas y restaurantes interesantes. El apartamento de Abigail estaba encima de una tienda de antigedades, y subimos por dos tramos de escaleras frgiles para llegar. La naturaleza misteriosa de estar todo polvoriento era mucho ms parecida a la imagen estereotipada de la del chamn. De hecho, cuando ella abri la puerta, sospecho que tena la apariencia de que muchas personas piensan que un chamn debe tener. Era una mujer de edad avanzada, el pelo largo y gris domesticado en una larga trenza que casi le da por su espalda.

Su blusa campesina suelta con dibujos de flores moradas y amarillas cuentas de cristal colgadas al cuello. Ella sonri exaltada cuando nos vio. -Eugenie! As que bueno conocerte por fin. Ella nos condujo al interior y le present a Kiyo. El apartamento estaba bellamente construido y era ms agradable de lo que su exterior sugerapero lleno de velas y estatuas de diversas formas. Me hizo sentir mejor despus de la casa inmaculada de Art. El apartamento tambin estaba lleno de gatos. Cont por lo menos siete y todos miraron a Kiyo cuando l entr. Cuatro de ellos llegaron a frotarse contra sus piernas. -Ciertamente tienes un tacto con los animales-, seal Abigail. -Soy un veterinario-, dijo, dndole una sonrisa encantadora, que tiende a hacer que las mujeres caigan de rodillas. Como Art, Abigail nos hizo sentar y nos oblig a beber de nuevo, esta vez en forma de t de hierbas. Empezamos con una pequea conversacin normal. Abigail era una gran fan de Roland y no poda decir suficientes cosas buenas sobre el trabajo que hizo. No pude reprimir un sentimiento de orgullo de hijastra. Cuando por fin llegamos al tema de las nias Gentry, Abigail no tena mucho ms que ofrecer que Art. -La mayora de mi trabajo es en realidad ms acorde con la curacin y la recuperacin de los espritus.- Explic. Recuperacin de espritus en s mismo una especie de curacin, he hecho la mayora, cuando alguna entidad afecta a un ser humano en un tipo de posesin. Lo hice algunas veces, pero no era una especialista. -No trabajo mucho con la expulsin. Esa es la especialidad de Art, pero la interseccin es tan grande que a veces tiene ms de lo que puede manejar. As que le ayudo de vez en cuando. -Pero, ha notado una ola de nias Gentry?- Abigail neg con la cabeza, causando la colisin de los cristales juntos en un solo clic. -No, pero como he dicho, no estoy all afuera en el campo suficiente tiempo para estar segura. Y por lo general los Gentry son tan difciles de expulsar... Art se

ocupa de s mismo y me llama para las entidades ms difcil para l expulsar.-Ella me dio una sonrisa triste. -Ninguno de nosotros es tan fuerte como t y Roland. Jugu con mi bolsa de t, preguntndome cmo analizar esta nueva informacin. Mi teora sobre las muchachas Gentry entrando a escondidas aqu fue un fracaso total? Por lo general termino expulsando los Gentry, por causar algunos problemas que los pona en mi radar. Las nias Gentry deslizndose entre los seres humanos no es necesariamente una gran cantidad para llamar la atencin. Dimos las gracias a Abigail cuando acabamos de tomar el t y fuimos a nuestro hotel. Haba reservado en un hotel que estaba al borde de la ciudad. En cuanto caminamos hasta donde aparcamos el coche en la calle, Kiyo dijo que quera ir a una gasolinera en la esquina para abastecer el tanque y llenar los neumticos. Le dije que caminara hasta all para encontrarlo. Quera ver algunas de las tiendas antes de la cada de la noche. Husmear en algunas tiendas me dio la oportunidad de olvidar un poco acerca de las nias Gentry y la decepcin de hoy. La mayora de las tiendas era lo que se esperaba de una pequea ciudad. Antigedades. Ropas Vintage. Artesana. Uno de ellos, sin embargo, fue un sexshop, y no me contuve levantar una ceja para eso. Fue una sorpresa en esta ciudad. Tambin sorprendente fue que entrara y comprara algo. Poco despus encontr a Kiyo en la gasolinera. -Sin mucha informacin. -S. Quiero comprobar la encrucijada por la maana antes de irnos. -Esta era la principal razn por la que decid venir personalmente a Yellow River, en lugar de llamar y hacer preguntas. -Si no tenemos resultados de modo alguno, deberamos renunciar a esta teora. - Kiyo asinti con la cabeza, una pequea sonrisa curv sus adorables labios. -No s qu pensar de ti a veces. Estas tan molesta con esta cosa de reina, y sin embargo, aqu ests en problemas por estas chicas.-Nosotros llegamos al hotel y encontramos una plaza de aparcamiento. Apag el coche. -Y djame adivinar. Quieres que me quede lejos de todo esto? -Slo en la medida para mantenerte a salvo. Pero en realidad. Ests siendo grandiosa.

La mirada que me dio mostr lo grandiosa que pensaba que estaba siendo, y lo grandiosa que pensaba que era. Haba admiracin en sus ojos con algo caliente, maravilloso y peligroso. Tal vez bromease sobre sus instintos animales, pero cuando se va con el sexo y la pasin... as, no haba nada de qu rerse. Todo mi cuerpo se calent bajo su mirada, cada nervio cobr vida. - Entra-, dije en voz baja. -S-admiti l. -No hay otro lugar donde quiera estar. Tena las manos sobre m tan pronto como pasamos por la puerta del dormitorio, recordando la primera noche que pasamos juntos. l me empuj a la cama, arrancndome la ropa y la manera en que lo hizo, hizo que quisiera desparramarme all y dejar que me tomara pero todava tuve un poco de cabeza para esquivarme. -Quisiste decir lo que dijiste temprano?- dije respirando con dificultad. Sus ojos oscuros estaban hambrientos e impacientes. -Si consigo el resto de tu ropa ahora, as que s, sigo todo lo que he dicho antes. - Sobre ampliar tus horizontes? -Eso lo hizo tomar un descanso. -Qu es lo que tienes en mente?Me deslic lejos de l, -poca cosa - Tom mi bolso y la compra que haba escondido en ella: la bolsa del sexshop. Tom un par de esposas. -Hablas en serio?-, Pregunt Kiyo sin oponerse a eso y ms con curiosidad. -La cabecera es un gran lugar para amarrar tus puos.- Podra soar con Dorian restringindome, pero ahora era el pensamiento de sera la captora de Kiyo era lo que me estimulaba. -Yo? -Era una sorpresa para l. l vacil slo un momento. Haba deseo y lujuria que irradia de l, tal vez prefiera simplemente entrar y tenerme de la misma manera como siempre, el punto era que l me quera. Punto. De una forma u otra.

-Muy bien. Tom el resto de su ropa y se recost contra la colcha, las manos extendidas hacia arriba. Me detuve para admirar su cuerpo lleno de fuerza y poder. Despus de tomar mi ropa, me inclin sobre l y prend un pulso en la cama. Le o contener el aliento cuando mis pechos estaban slo a unos centmetros de su cara. Inmediatamente la otra mano fue a mi cadera y cay a lo largo de mi cuerpo. Me alej en la distancia. -No est permitido-le advert. -T no eres el que manda aqu. l me dio una sonrisa fresca. Ser amarrado no era su naturaleza, pero se senta ms audaz con slo una mano atada. l todava era capaz de sentirse en control. -Todava tengo la otra mano y ambos pies.- Dijo. Le sonre con dulzura y volv a la bolsa. Saque de all tres pares de esposas. Su sonrisa se convirti en asombro. -No te preocupes. Yo lo arreglar. Me asegur de que tena las manos y los pies presos en su lugar, dejndolo a merced de mi voluntad y asegurndome que no hara nada que no me apeteciera. Y en cuanto baj mi cadera al lado de su cara, extendiendo mis muslos para el calor de su boca y la lengua no tuvo ms remedio a no ser lamer y chupar por el tiempo que yo quisiera, me senta orgullosa con la satisfaccin de saber que yo sera la primera en disfrutar esta noche.

Captulo 12
Kiyo huy tan pronto como llegamos a Tucson, dijo que tena que ir a trabajar. Tambin dijo que no lo esperara hasta tarde en la noche, porque le prometi a Mawenn visitarla. Normalmente, esto hubiera hecho caer mi estado de nimo, no voy a mentir, no estaba ms entusiasmada que antes, pero despus de lo de anoche, me senta ms confiada en mi posicin y con l en este momento. De alguna manera, dudo que vea a Maiween con el mismo respeto con que l me mir despus de haber tomado el agotamiento de anoche. Si el cruzar el ro Yellow River, que habamos visto antes de salir de la ciudad, hubiera dado algunas respuestas esta maana, podra considerar este viaje como un xito rotundo. -Eres muy amable de pasarte por aqu -Tim me dijo cuando me fui al bao. Como siempre, pareca que cocinaba algo. -Qu es?- Le pregunt, mirndole abrir la masa. -Rollos de canela - me respondi. - Es el segundo lote que tengo que hacer, gracias a un intruso en la cocina - Mir hacia uno de los perros, Yang creo, a la izquierda debajo de la mesa. Yang pareci muy satisfecho consigo mismo. -Lo siento - le dije sin ni siquiera pensar que la culpa no era ma. Tim contino con la masa y roci la superficie con una mezcla de canela y azcar moreno. -Y no creo que vaya a cambiar el tema acerca de que no tiene que estar aqu.- Tom una Coca-Cola de la nevera y me sent, un poco irritada con el regao. -Bueno, lo siento si se te olvida mi trabajo, pero no veo la forma en que realmente importe. Nuestro acuerdo es que te permita vivir aqu sin pagar el alquiler a cambio de cocinar y limpiar. Si no estoy aqu significa que tienes menos trabajo. Por otra parte, tena cosas que hacer. - l frunci el ceo. -S, supongo. Pero, tus 'cosas' tienen que ver con tu trabajo, uno que paga la hipoteca? Tu secretaria llam anoche y me dijo que faltaste a una cita. Y t sabes, tratar con ella no es parte de mi contrato de alquiler. A pesar de nunca haberse conocido, Tim y mi recepcionista, Lara, tenan una relacin antagnica por telfono. Yo no tena tiempo para el drama el da de hoy. La otra novedad era muy alarmante.

-Hice qu?- Agarr mi telfono, que tambin era mi agenda. Adems de las dos llamadas perdidas de Lara, vi que haba perdido un compromiso de impedir la noche anterior. Haba estado tan obsesionada con el tema del ro Yellow River, que me haba olvidado por completo. Mierda-, murmur mientras marcaba el nmero de Lara. Eso fue por sumergirme ms en el caso de las nias desaparecidas. Tim tena un punto, mi trabajo humano paga las cuentas. No los Gentry. -Qu pas?- Lara quera saber yendo directo al grano, apenas contesto el telfono. Ni un hola. -Estaba distrada por otra cosa -le dije. -Lo siento. Crees que puedes volverla a programar? Darles un descuento o algo as? -Probablemente -admiti.-Quiero decir, que no tienen muchas otras opciones para enviar un fantasma al ms all. Mientras tanto, tengo otros clientes. Dud. Normalmente no lo pienso dos veces antes de aceptar mucho trabajo a fin de que pueda hacerlo. Era bueno para mi cuenta de banco y un buen negocio para el mundo. Con tanto trabajo en el Otro Mundo me preocupaba, sin embargo, no poda perder el tiempo, que probablemente perdera con otro compromiso. -Remarqu lo que te perdiste y slo la cita de uno de los otros clientes. Dile que el resto ser puesto en lista de espera. - Lara se qued en silencio durante unos segundos. -Hablas en serio? -Me temo que s.-Suspir. -Muy bien. Crees que todava puedes pagar mi sueldo, no? -S -me re.-Todava no voy a la bancarrota. -Est bien, entonces.-Pareca moderadamente tranquila.-Pero para el registro, tu compaero de piso tiene que aprender buenos modales. l fue un completo idiota cuando llam anoche. Antes de desconectar, Lara se asegur de que recordara acerca de los dos trabajos que tena despus. No colg el telfono mientras no repet los lugares y la hora. Yo estaba tan impaciente por aprenderlos, una especie de castigo mental por lo que me haba perdido la noche anterior. Nunca he olvidado un trabajo antes. Mi

carrera podra ser inusual, pero todava me considero una profesional y no quera empezar a tener malos hbitos como resultado de todo este asunto de la reina Thorn. Y sin embargo... Tan pronto como termin el trabajo, me fui de vuelta al Otro Mundo. Tena previsto hacer slo una visita rpida. Slo necesitaba saber el progreso de Shaya y averiguar si la nia que huy fue localizada. Preguntar, hara todo ms fcil esta bsqueda y rescate y que me dejen con mi vida. De todos modos, las noticias no eran buenas. -De ninguna manera - dijo Rurik, cuando me cans de perseguirlo a travs del castillo. Lo haba encontrado en una situacin comprometida con una de las cocineras. -Tenemos gente que buscaron en el rea pero no tuvieron suerte. De todos modos encontramos la nueva ubicacin de los bandidos. Usted va a ir detrs de ellos? Vacil. Quera ir de nuevo, tanto para hacer un poco de presin, tambin preguntar en los pueblos para ver si saban algo acerca de las chicas que mis prisioneros no saban. Al final negu con la cabeza. Todava tena un acuerdo con el coordinador de los demonios de fuego, no ir tras ellos hasta que tengamos una demostracin de fuerza abrumadora -No. Todava no. Solo sigue buscando al fugitivo. -Le di una mirada de soslayo a la cocina, donde una mujer cuya falda que acababa de tener a la mano haba desaparecido.-Ya sabes, si eso no es demasiado inconveniente. Por lo menos algunas noticias de Shaya eran buenas. Los suministros que Dorian haba enviado a mi casa haban sido trasladados a cabo, y al parecer Leith haba contactado para decirle que despus de ver el libro de riego, tena algunas ideas para nosotros. Naturalmente, l quera verme otra vez. Sospecho que tiene otras razones escondidas, pero era algo que me pona feliz es contar con ellos para mantener los alimentos que vienen seguros. Despus sent que las intenciones de Leith eran ms fciles de entender que las de Dorian y por eso era mucho ms probable que pase en la mitad. Mand un mensaje de nuevo al joven prncipe, diciendo que me encantara saberlo. En un impulso, le pregunt si haba alguien que podra ser capaz de convocar a los demonios del agua. -Y bien lo vas a terminar? Acabas de llegar o no? -Me volv, sorprendida de ver de pie en el pasillo a Ysabel con las manos en las caderas.

Iba a salir al jardn para hacer un poco de meditacin, sentada en el suelo antes de volver a casa. El calor era sofocante y como siempre aqu en su mayora las mujeres vestan ropas ligeras, vestidos de gasa, muchos de manga corta o no, a diferencia del vestido que haba usado en la fiesta de Mawenn. Isabel no haba hecho concesiones y todava estaba con un vestido de terciopelo verde, con mangas largas en forma de campana. El color pareca imponente contra su pelo, pero yo saba que era muy infeliz. -Terminar qu?- Levant las manos con exasperacin. -Este... tutorial. O lo que sea que mi seor me envi a hacer aqu. Oh, est bien. Se me haba olvidado, slo con Ysabel. Estaba tratado de fingir que no exista con una frgil e intil esperanza de que ella pudiera simplemente desaparecer. No hubo suerte con eso. -Lo siento-dije, volviendo su mirada dura. -En realidad no tengo tiempo. -Usted se lo prometi a Dorian - advirti Ysabel. - Y hasta que usted no lo haga, no puedo dejar este por amor de dios!!! Lugar. Quiero ir a casa - Me encog de hombros y me volv. -No siempre tenemos lo que queremos. Ms o menos igual a la msica. Dios sabe que no. Yo no haban dado an un paso enorme cuando una rfaga de viento se arroj sobre mi espalda, mi pelo se bati hacia adelante y roc los tapices de la pared. Inmediatamente se detuvo y mir a ella. Su expresin era petulante y antiptica. -Qu est de malo? El temor de que no puedes manejarlo? Encanto. La vieja tctica de seduccin. Ella esperaba conseguir lo que quera, jugar con mi orgullo. Era como el truco fallas en el libro... Excepto, bueno. Era una especie de trabajo. Bueno, haba algo ms que mi orgullo aqu. Yo estaba sucumbiendo a la tentacin. Casi sin esfuerzo, Ysabel estaba cerca de m hacia abajo. Era ms de lo que poda hacer, mucho ms, y su poder no se comparaba con el mo. Si yo tuviera ese tipo de poder, podra crear huracanes y derribar edificios. Estar en plena posesin de mi magia podra hacerme una diosa.

Eso no debera importarme. No lo quiero... Pero una parte de m lo quera en secreto. Bueno, no la parte buena. Pero sin duda el resto. Firmezas como los que poda ayudar a mi gente, trat de convencerme. -Bueno, entonces vamos a acabar con esto.- Actu como si mi nica preocupacin fuera deshacerme de ella, que era un factor de motivacin enorme. Fui descubriendo que este castillo estaba lleno de habitaciones, muchas parecan no tener uso. Muchos de los empleados y los guardias tenan sus propios cuarteles, dejando un montn de habitaciones desocupadas, se llenaron de polvo. Yo haba necesitado slo la sala de reuniones y mi oficina cuando estaba aqu y el resto hasta ahora no fueron utilizadas. Al parecer, la oficina estaba siendo limpiada y luego en un impulso, tom para Ysabel un dormitorio abandonado. Haba una chimenea de piedra que no se utilizara, pero los muebles eran de brocado de rayas llena de polvo. Baj una silla con volantes, cruzando los brazos en una postura defensiva. -Est bien. Haz que sea fcil. - Ysabel examin cuidadosamente antes de doblar su sof por la difusin de su falda voluminosa a su alrededor. Junt las manos en su regazo, y si no fuera por la expresin de su rostro que dijo que quera dividirme a la mitad, yo dira que pareca una dulce dama. -Dorian me dijo que le ensee a mejorar su poder con el aire. -Eso es todo.- Ella me dio una mirada crtica. -Antes de comenzar, me gustara dejar claro que no estoy haciendo esto por mi eleccin. -En serio? No me haba dado cuenta. -Sus labios se curvaron en el desprecio a mi sarcasmo. -No s lo que Dorian ve en ti. Cree que eres inteligente e ingeniosa, cuando en realidad, slo eres una simple humana grosera. -Mitad humana.-Correg. -Es sencillo o no, tu novio, como todos los otros chicos de por aqu, renunciaran a su brazo derecho para tenerme en sus camas.- Realmente no debera haber dicho eso. Eso significa que toda la leccin de magia que tendra sera probablemente an ms insoportable.

-Crame, no es exactamente por su encanto. Es slo por la profeca y su supuesta capacidad de reproducir, y que siga su curso, bueno... - Ella alis con seriedad los pliegues de su falda, no es que hubiera alguno. - Es slo por su hijo que alguien muestra inters, no por usted. -Siento decepcionarte, pero aqu no va a ver un nio. No mientras yo siga yendo a mi mdico para que me recete anticonceptivos.- Ysabel levant la mirada, con su rostro lleno de escepticismo. -S? Entonces por qu ests con... el kitsune?- Dijo kitsune como una palabra sucia. Dorian a menudo lo haca, pienso que lo hizo para fastidiarme. Ysabel miraba a Kiyo realmente como si ella fuera superior.-Si usted es realmente una reina...- Ella tambin pareca escptica sobre eso. -... Entonces, Por qu rebajarte a estar con l como un amante? La nica razn que usted puede tener es la esperanza de que la deje embarazada, tal como lo hizo con Mawenn. Claramente, demostr su hombra... Esto puede ser una preocupacin especial para usted, pero tal vez eso es una mentira para ocultar el hecho de que no puede con eso. -Qu? Eso es una locura! -Desde que...- Se pas las manos con orgullo a lo largo del lado de sus caderas.-... Ya he dado a luz a dos hijos. - Whoa. Eso fue impactante y un punto de orgullo para ella, sin duda, teniendo en cuenta que la fertilidad de las gentry era un problema. -De quin?- Por alguna razn, el hecho de que alguno de ellos fuera de Dorian me molest. -De mi marido. Muri hace aos en una batalla. - Ella arrug la frente a la ligera, el primer indicio de emocin agradable que yo haba visto. En un instante, su puta expresin cay de espalda. - Ellos viven con mis padres ahora estn sanos y fuertes. Mi seor Dorian sabe que posiblemente puedo tener ms. Es por eso que me mand a buscar, lo que te oblig a estar de nuevo con el kitsune por sus posibilidades tener hijos. -Eso no es lo que Dorian y yo, olvdalo. Mira, por ltima vez, no estoy en edad de concebir con Kiyo, de acuerdo? Estoy con l porque lo amo. - Ella solt un bufido. -Yo creo que es poco probable. Si lo que desea es un amante para tener placer, usted debe elegir a mi amo. No hay otro hombre con sus habilidades en la cama.

Cuando l me ata las manos con una cuerda o pinta en mi piel, no creo que haya alguien mejor que l con el placer. -Whoa, detente-dije, levantando las manos. Esta conversacin me molestaba hasta los nervios. -No quiero or los detalles de su vida sexual con Dorian bien? Esto no es parte del acuerdo. No es parte de nada. No quiero, espere. Has dicho algo acerca de pintura? -Una sonrisa tmida ilumin su rostro. -Mi maestro es un gran conocedor del arte. A menudo, antes de hacer el amor, nos acostamos desnudos y lo dej usar mi cuerpo como un lienzo. Pasa horas adornando mi piel con colores y diseos, a menudo usa un cepillo como un medio para darme placer y -Vale, vale. Siento haberlo preguntado. -Cuando las palabras se deslizaron por mi boca, sin embargo, me sorprendi que poda imaginar lo que estaba describiendo a la perfeccin. Las lecciones de magia de Dorian a menudo tenan ataduras involucradas ya eran necesarias, de las cual yo no estaba cien por ciento convencida, pas un buen rato trenzando los hilos de seda que me envolvan. l los haba ordenado en formas y configuraciones de colores interesantes, consumidas por el proceso mismo. De alguna manera, me imagin haciendo lo mismo con la pintura. Pude ver su rostro perdido en sus pensamientos mientras pintaba flores o el sol o cualquier otra cosa, sus manos expertas y sensuales se tomaban su tiempo, mientras que tocaba ligeramente mi cuerpo. No, no es mi cuerpo. O Ysabel. Yo no era parte de l. -Vamos a acabar con esto -le dije con severidad, esperando que ella no adivinara mis pensamientos. -Y entonces ambos pueden volver a casa. -Muy bien. Por lo que necesita mi ayuda es porque es dbil. -Eso no es del todo cierto.- Jesucristo. Siempre sera as, verdad?-Tengo demasiado poder. Yo s cmo controlar y utilizar los poderes mgicos con el agua, pero creo que podra mejorar. Todo el mundo cree que debo haber heredado la magia del viento tambin, pero hasta ahora... as, pude utilizarlo una sola vez. -Una puede ser infortunada.- Ella dijo a la ligera. Sus ojos se volvieron hacia mi pecho. - Al igual que con otras cosas. Pero ya veremos. Y permaneci as durante un tiempo. Todas las dems lneas lo hicieron con una pa. Sin embargo, gran parte de ella pareca familiar me explic cosas que Dorian

haba dicho, que al menos me dio la confianza de saber que ella no estaba tratando de meterse conmigo. En particular, ella segua tratando de describir cmo podra llegar a experimentar los diferentes tipos de aire, como Dorian a menudo me anim a hacer con el agua. Por desgracia, haba tomado mucho tiempo para aprender a trabajar con el agua, y me sent un poco pesimista de ver que la historia se repita. -Hay diferentes tipos -repeta. -No trates de sentir todo al mismo tiempo. Enfcate en algo pequeo. -Qu quieres decir con diferentes tipos de aire? - Hasta ese punto haba pasado media hora y me estaba cansando y deseaba irme a Tucson. - El aire es aire argument. -Hablas como un salvaje -apunt. -En realidad, deberamos terminarlo y decirle a mi seor que cumplimos con la promesa de intentarlo.- Apret los dientes. -Slo tienes que explicar una vez ms.- Ella se encogi de hombros. -Hay diferentes tipos de aire.- Cuando ella no ofreci ms, empec a estar de acuerdo con ella. Sera mejor que abandonara despus de todo. Poco despus, sin embargo, ella desarroll una mejor respuesta- Hay diferentes tipos de aire alrededor de las plantas. El aire es diferente cuando exhalamos. El aire es diferente cuando el tiempo est nublado. No comprendes que lo que hay en este miserable lugar?- Mis ojos se abrieron. -Gas de las molculas. Es eso lo que quieres decir? -Ahora le toc el turno a tener una expresin confusa-Los diferentes tipos de aire continu, entusiasta a pesar de m. -Ests diciendo que la magia depende de cada tipo de sentimiento... oxgeno, hidrgeno, dixido de carbono... -Yo estaba hablando en un idioma extranjero. Ysabel pareca ms confusa que nunca, pero en este momento, estaba volando lejos de ella. Eso tena sentido. Cualquier mtodo de enseanza se basaba en el tutorial de Dorian. Haba empezado con mi sensacin de un cubo de agua y culmin con el agua que utiliza el cuerpo de Asesn rompindolo por la mitad. Comenzando en el nivel molecular parece desalentador, pero el lado humano de m se aferr a la ciencia. Y mientras estaba sentada all, mi mente comenz a expandirse hacia el exterior, como lo haca para prepararme para usar la magia con el agua. El aire se haba

mantenido siempre vaco e intocable cuando empec a centrarme slo en una pequea parte de l, comenz a ser ms flexible. Pens en la respiracin de Ysabel, el oxgeno y el dixido de carbono. El mundo se desaceler a un latido, un aliento a la vez... no estoy segura de cunto tiempo pas de esa manera. Perd la nocin de dnde estaba o si me haba dicho algo. Slo el aliento encontraba mi atencin. Despus de todo, poda sentir las diferencias, los cambios de aire dentro y fuera. Cuando fue a mi mente el aire exhalado. Mi control era impreciso, y no tuve ningn objetivo real. El aire roz el hombro moviendo la cabeza. -Usted... lo consigui - dijo de mala gana, evidentemente asombrada. Yo estaba viva y ardiente de la energa ahora, tambin consumida por lo que estaba haciendo para responder. Utilizar la magia siempre dejaba mis sentidos en el fuego, haciendo que el mundo pareciera ms vibrante y real. Quera hacer el truco de nuevo, pero decid ver si poda trabajar en una manera contraria a la anterior y ejercer control sobre un tipo diferente de aire, lo hice, bien era hora de que me inspirara. Ysabel comenz a toser, con las manos a la garganta mientras trataba de respirar. Chupar el oxgeno lejos significa, bueno, ella no poda inspirar. Me qued helada sorprendida con lo obvio, pero no con el completamente irracional resultado, tanto, que no poda parar. Yo estaba muy aturdida.... Yo estaba controlando el aire. La magia quemaba a travs de m, y su oxgeno segua flotando. Obedeca mis mandamientos, y no tena un razonamiento coherente para finalizar la tarea. Despus de varios segundos que parecieron aos, la percepcin de lo que estaba haciendo de repente invadi mi ms alto sentido. Finalmente termin el hechizo, dejando que mi control sobre la cantidad de oxgeno disminuyera. Pero entonces, Ysabel se haba cado de rodillas con desesperacin por conseguir aire y, probablemente, porque estaba empezando a perder la conciencia. Despus de todo, libre de la magia, respir profundamente, con su cara plida y aterrorizada. Unos momentos ms tarde, cuando se recuper, ella me mir acusadoramente. -Usted usted intent ahogarme! -No!- Exclam, horrorizada. - Yo... No lo hice. Disculpe. No estaba pensando. Slo estaba tratando de controlar el aire... - Se puso de pie y cuando su cara estaba plida, paso a roja de ira. Ella estaba temblando.

-Usted deje de engaar a Dorian. Ya sabe cmo utilizar este tipo de magia. Todo es parte de una conspiracin. - No- dije tambin ponindome de pie. Nunca lo haba usado antes, salvo una vez, y slo unos pocos segundos. -No le creo. Lo que acabas de hacer... no podra haberlo hecho si tuviera la experiencia que pretenda tener! Lo que haba hecho, a pesar del hecho de que pudiera estar muerta, no se parece mucho a m. Sent el aire y se mud. No estaba lejos de ser un huracn y me haba tomado mucho de la concentracin tanto que no creo que pudiera repetirla tan pronto. Casi no tena el control del viento, sin esfuerzo. -Disculpa... realmente mil disculpas. No quiero hacerte dao. Fue un accidente. La nica respuesta de Ysabel fue un gesto antes de salir de la habitacin. Y ella me pas, me pareci ver el miedo y las lgrimas en sus ojos. A pesar de su valenta, me di cuenta de que gran parte de su ira era en realidad el terror. Ella estaba en la casa de alguien a quien vea como un rival, alguien con una reputacin de guerrera y tirana y alguien que haba estado tratando de matarla. Estaba atrapada aqu por las rdenes de Dorian. -Una hazaa aterradora, su majestad.- dijo una voz cerca de la puerta. Di unos pasos hacia atrs y vi a Shaya fuera del corredor, con su bello rostro severo. -Fue un accidente.-le dije, sorprendida por el temblor de mi voz. -No me gusta, pero no quiero herir sus - Lo s.- Shaya se mud a la expresin triste y dulce. -Pero su temor no es infundado. Aprendi muy rpido y bien. -Fue muy fcil! Esto no es mover el agua por ah o cualquier clase de aire. -Por lo que s, robar el aire de alguien, negar su aire, es ms difcil que la simple creacin de brisas. Ests luchando contra la vida misma. Aquellos que ahogan a otros de esa manera por lo general tienen una gran fuerza y vigor. Para que usted sea capaz de hacer eso ya... as, es una prueba de su poder y esto es tan aterrador como el hecho mismo. -El impacto de sus palabras me golpe.

-Espera... hay personas que hacen esto a propsito? Roban el aire de alguien para que l no pueda respirar? - Ella se encogi de hombros. -Bueno, para aquellos que tienen esta habilidad, estrangularla es un arma eficaz. -Eso es enfermo... es una forma inhumana de morir. -Estoy de acuerdo. Pero la mayora de la gente no tiene este poder, entonces eso no es problema. Entre los que tienen poder, la mayora nunca haba considerado hacer esto a cualquier persona, enemigo o no.-Gem. -Bueno, si eso es cierto, entonces tambin deben entender que no lo hice propsito. Ella tiene que saber que fue un accidente. -No creo que tendr mucha suerte con eso. -Por qu no? -Porque si bien muchos la consideran una extraordinariamente cruel tortura, es una persona que le gusta negar la va respiratoria de las personas, alguien que con frecuencia lo usaba como una forma de ejecucin y de entretenimiento - La mirada de Shaya fue significativa. - Storm King Tirigan. a

Captulo 13
Ysabel no poda ser invitada a abandonar su cuarto, no importa cunto lo intent. Incluso envi a Shaya a hacerlo, ya que ella era un poco ms personal que yo. No hubo suerte. Ysabel permaneci firmemente arraigada repitiendo una y otra vez acerca de cmo se lo dira a su amo y escapara de este lugar maldito. La noche avanzaba y no pude arrastrarme de nuevo a Tucson. Mis sentimientos eran tumultuosos. Nunca pens que me sentira culpable por algo sobre Ysabel, pero en este caso era yo. Y cuanto ms tiempo pasaba, me senta mal por haberla sofocado sin darme cuenta de ello. Una vez me di cuenta de lo que haba hecho, saba que tena que detener la prctica de este tipo de magia. El Rey Storm lo haba utilizado de manera horrible para matar a sus enemigos. Kiyo me haba advertido que profundizar ms y ms en mi poder se podra convertir en un callejn sin salida. ... Y sin embargo ese era el problema. Yo saba que tena que parar... Pero no lo hice. Por supuesto que no quera aprender magia para matar. Pero despus de haber jugado con ese poder... No poda dejar de pensar en ello. Dej que mi mente trabajara, analizando el aire a m alrededor y lo fcil que sera manipularlo. Lo que haba comenzado a parecer con una breve leccin fue rpidamente convirtindose en importantes consecuencias para Ysabel cuando aprend ms sobre las maneras de aire y cmo funcionaban. No era como si necesitaba un maestro. Mi propia naturaleza con la magia estaban creando sus propias lecciones. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando una carta lleg al Correo Express del Otro Mundo. Era de Leith. Como sospech, devoraba libros sobre ingeniera. No esperaba que l ya hubiera desarrollado un plan sobre cmo implementar algn sistema de riego y algunos trabajadores supervisaran en la maana en Westoria para empezar a trabajar a menos que tuviera alguna objecin, por supuesto. Si no la hubiera, entonces sera un honor si poda ir a buscarlos. Tambin incluy en su carta que haba investigado las ciudades cerca del cruce del ro Amarillo. Tampoco haba ningn informe de las nias desaparecidas. Tambin tengo la muy mala suerte de ser la nica monarca con chicas desaparecidas fuera de control o tal vez tena un enemigo que se haba dirigido

especficamente. Considerando el nmero de Gentrys que se resentan de mi gobierno, esta ltima posibilidad no me sorprendera. A pesar de todo, decid que tendra que ver maana a Leith. Aunque era slo un intento de elaborar un cortejo hacia m, l todava estaba teniendo un montn de problemas con eso. Adems, me esperaba que si me pasaba la noche aqu, Ysabel poda finalmente salir de su habitacin. As que me qued. Dndome una oportunidad de meditar con la tierra. Si bien no he notado alguna diferencia manifestada en la maana, hubo una sensacin extraa, indiferente... Pareca ms saludable. Como siempre, no podra decir exactamente por qu. Tal vez lo ms preocupante de todo fue descubrir que permanecer una noche extra no fue un calvario terrible como que sola ser. Me estaba preparando para salir y encontrarme con Leith cuando un guardia de un piloto anunci que iba a venir. Me pregunt si l era un mensajero o incluso Leith. En cambio, fue alguien muy inesperado. Dorian. Los criados se inclinaron ante el castillo para recibir al Rey Oak y me resbal en el pensamiento de que era el mayor derecho. Lo que creo que tena. Sin embargo, yo no tena tiempo para sus excentricidades y lo salud el da de hoy con las manos en las caderas. -Hoy no Dorian. Tengo cosas que hacer. -Igual que yo - dijo. Tena ese lacnico tono tpico de su voz, pero tena una mirada un poco seria e impaciente. Haba una expresin que he visto con frecuencia. -Vine a ver a mi siervo. Saba que no la recibiras con los brazos abiertos, pero honestamente, mi querida, tu intento de asesinato me sorprendi incluso a m que no es poca cosa. - Mi boca abierta casi lleg al suelo, a causa de su asuncin, y el hecho de que de algn modo haba enviado un mensaje. -Qu? Dorian, eso no es cierto! Fue un accidente. No me di cuenta lo que estaba haciendo. -Puedo verla? -Me pregunt, sin reconocer mi reclamo. Casi no lo poda negar, corri a su habitacin sin decir palabra. Ella admiti que no tena sorpresas y me encontr caminando todo el tiempo que estuvieron juntos. Debe haber sido bastante malo que Ysabel pensara que yo era capaz de atacarla. Pero de alguna manera... La idea de que Dorian piense mal de m. Bueno, me dej sorprendida.

No me importa lo que piense Dios sabe que estoy ms enfadada con l y no aisladamente. Sin embargo, me di cuenta de que en el fondo yo no quera que l pensara as de m. Me sent mal con la posibilidad de perderlo. Cuando se fue, su cara segua siendo de enojo. -Creo que la he convencido de que tu intencin no fue asesinarla.-Me apoy en el relieve.- Creo, al parecer, me crey. -Gracias. -La pregunta ahora es: quieres que siga? - Ella lo hara? -Le pregunt sorprendida. -Ella me obedece -dijo con sencillez. -Ella va a continuar ensendote si yo le digo que lo haga. -No quiero que se quede en contra de su voluntad... -Le he asegurado sobre su seguridad. Ella no tiene mucho miedo. Por lo tanto, no es un problema ms. La cuestin es si quieres que contine con sus enseanzas. -No puedo, no despus de... - Me detuve, dndome cuenta de que no estaba segura de que las palabras salieran de mis labios. Yo no quiero ser como el Rey Storm. Yo no quera tener una afinidad natural para aprender diferentes maneras de matar a la gente. ... De todos modos No poda dejar de pensar en cmo me senta manejando ese poder. Controlar el agua me haba dado una sacudida, el aire la haba duplicado. Los verdes ojos dorados de Dorian me observaba con atencin. -Ya veo -dijo. -Entonces le dir a ella que se quedar un poco ms.- Comenc a protestar, pero no pude. Se volvi hacia ella, fue unos minutos y luego se uni a m en mi oficina haca donde empezado a caminar. -Bueno, entonces-dijo con energa, -qu es?. -Todo lo desagradable en su rostro se haba ido y me encontr agradecida de ver su rostro habitual de regreso. -Me he dado cuenta de que has salido. Dejaras a la humanidad libre de tus sbditos?

-Djame librar mis problemas a m.- Expliqu el trabajo que tena que hacer, y sus ojos se iluminaron con inters. -Lo que significa que deberamos estar de viaje en la misma direccin. A menos que quieras que te espere aqu hasta que vuelva? No, lo ltimo que quera era alentar a Dorian a que se sienta en casa en mi castillo. As, sin querer admitir que se poda ir conmigo, en parte porque todava me siento culpable y agradecida por su intervencin en el accidente con Ysabel. El lado bueno de que l estuviera conmigo era que Rurik decidi que necesitaba todo el tren para este viaje. l slo nos sigui, y me pregunt cmo Dorian distradamente poda ir donde quisiera, sin un squito. No me gustaba pensar que era un gobernante de mayor autoridad que yo. -No me des una conferencia sobre este asunto con el aire - le advert. -No quiero un sermn acerca de cmo estoy abrazando mi herencia y me acerqu a mi destino.Dorian sonri con sus ojos en la carretera delante de nosotros. -No necesito decirte cosas que ya sabes. -Claro... Supongo que si yo tuviera un mejor control de mi magia, sera capaz de hacer salir a esos malditos demonios de fuego. -Lo ves? Te dije que no necesito decir nada. Ests encontrando formas de racionalizar sola el uso de tu magia. -Oye, esto es una amenaza seria. No se puede decir que estaras tan despreocupado si hubiera demonios sueltos en tu reino. - Arrugu mi frente. - O? Tengo la impresin de que a muchos gobiernos no les importa un bledo este tipo de cosas.En los ojos de Dorian haba un brillo nuevo, a pesar de la leve sonrisa en su rostro. -No le molestaba a Aesn. No generalic que fuera igual para todos nosotros. Lo sabes muy bien. Si tuviera demonios en mi pas, liderara un grupo para eliminarlos. -Dorian me pregunt si poda. Mi potencial de energa podra ser tan grande como el suyo, pero por el momento, su control y habilidad le hacan ser una fuerza ms peligrosa que yo. Una reina en el Otro Mundo tiene que ser poderosa, o sino la tierra no la acepta. Fue maravilloso que haya sido digna. -Quieres ayudar? - Me pregunto si me tendra que haber callado.

-Voy contigo la prxima vez que ataques. - Cunto me costar?- Me contest con un balance de los ojos. -Por qu crees que todo lo que hago tiene un motivo? No es suficiente que quiera ayudarte? -No s- dije, no me gustaba la manera de cmo sus palabras me hacan sentir mal. Le estaba dando ms insidiosas razones de lo que mereca? "No confes en nadie." Westoria se perfilaba en la distancia. - Yo no confo en la generosidad, incluso en el ingeniero Leith. l no est haciendo esto slo por comerciar. -Los ojos de Dorian se levantaron mientras nos acercbamos al pueblo. -Seguramente dijo,-estamos de acuerdo. No importa cunto te golpearon contra los demonios, tienes potencia ms que suficiente para obligar a la tierra. -Yo odiaba a su extraa habilidad de adivinar mis pensamientos. -Cuando Katrice muri, la Tierra Rowan deseaba pasar a alguien que tuviera plenos poderes para su control, o se dividira y fusionara con otros reinos.- Shaya, dijo la misma cosa -Leith considera que estar conectado a m podra ayudar a mantenerlo en la familia. - Negu con la cabeza. -La tierra es ya bastante malo. No tengo el poder de controlar los dos. -Te sorprenderas,- dijo ominosamente. Nuestra llegada fue recibida con el mismo respeto y reverencia que tena antes del incidente con el diablo. Al parecer, el cargamento de alimentos de ayer y la presencia de Leith hoy, haba vuelto mi reputacin maravillosa. Dorian pareca terminar tambin. Si desmont y se dirigi hacia el pueblo, los ojos de los residentes nos siguieron a las dos, llenos de admiracin y asombro. Mirando a Dorian que pudiera entender sus sentimientos. Camin a travs de la polvorienta ciudad como lo haba hecho en mi castillo, majestuoso y confiado, incluso despus de montar, caliente y sudoroso. Pareca como, bueno, un rey, ni siquiera pude admirar su belleza. Me senta insignificante. As que intent alejar mis oscuros pensamientos y me imagin cmo deban mirarnos estas personas, tan alto y rubio. Estbamos muy bien juntos, lo s. Yo estaba en pantalones vaqueros, pero me haba limpiado esta maana y tena el pelo arreglado. Por el rabillo del ojo pude ver cuando el sol iluminaba, dando un tono de rojo y oro que complementa el rojo de Dorian en verdad.

Mi camisa era una blusa azul, un buen color para m, y estaba con mis joyas de piedras preciosas. Pero lo ms importante, llevar los ttulos de rey y reina, y para esta gente, me di cuenta de que probablemente ramos el equivalente de una pareja de Hollywood en la alfombra roja. -Su majestad! Estoy tan contento de que haya podido venir -Leith lleg corriendo hacia nosotros y se paraliz totalmente al ver a Dorian. Despus de un momento sorprendi a algunos, hizo una elegante reverencia al Rey Oak -Su Majestad. Tambin es un placer.-Podra decir que Dorian se felicitaba por haber arruinado los planes de Leith para un interludio romntico. -Bueno, odiaba tener que separarme de Eugenia esta maana, as que pens en venir a ver qu hay de nuevo.-Tuve que frenarme de darle un empujn. Sus palabras daban a entender que habamos pasado la noche juntos. Nuestra larga relacin no era ningn secreto, y Dorian haba puesto en marcha estas palabras tan fuertes que algunos residentes que estaban alrededor seguro las escucharon. No hay duda de que lo sabra todo el Otro Mundo para esta noche. Leith pareca an ms difcil que antes y trat de suavizar las cosas. -Por qu no nos muestras tu proyecto?- Le pregunt. -No creo que les puedo agradecer lo suficiente por lo que han hecho.-Leith se ilumin y con entusiasmo nos llev hacia nuestro destino. Mientras caminaba, Dorian me susurr al odo: -Creme, l tiene ms que seguro que se lo puedes agradecer lo suficiente. -Cmo puedes pretender hacer las cosas por m, sin segundas intenciones, pero nadie ms puede? Leith se limit a sonrer mientras se abra camino a la salida del pueblo y nos mostr su obra. En este punto, haba poco que ver sin su sistema de riego. La mayora de las personas estaban cavando y haciendo la fundacin. Leith hizo todo lo posible para explicar en qu se desarrollara, e incluso nos mostr los dibujos tcnicos, interesantemente escrito sobre pergamino. Lo segu un poco, pero podra decir que eran tonteras a Dorian, a pesar de su sonrisa confiada y amable. Celoso o no, el prncipe de la Tierra Rowan no hace manualidades, y una vez que la gira termin se sent conmigo y Dorian en la casa del alcalde. Davros pareca muy contento de haber ofrecido su casa como punto de encuentro y rpidamente

nos sirvi vino antes de salir de sus ilustres invitados para discutir lo que la familia real tiene que hablar. -Esto es slo el comienzo de lo que haremos -dijo Leith, posicionndose de manera que Dorian no estuviera en su lnea de visin. -Me encantara que viniera a visitarnos para discutir ms maneras de que funcione. Tengo algunas ideas sobre cmo construir edificios que reflejan mejor la luz. Has pensado en el rediseo de tu castillo? -Wow! -Le dije. -No. Eso sera un gran logro. -No es tan grande como piensas. No con la ayuda adecuada.-Sacud la cabeza con una sonrisa. -Vamos a enfocarnos slo en las personas. -Leith sonri de nuevo. -Claro que s. Pero algn da me encontrars siempre que le muestre algunas ideas de los palacios, en caso de que cambie de opinin. O mejor an, debes venir a visitarnos. A Mam le encantara que le muestre la hospitalidad de la Tierra Rowan. -O mejor an, debes dar a las partes la Reina Thorn - dijo Dorian, inexpresivo. Estoy seguro que le encantara. -Esta vez le di un empuje a Dorian. Leith no se dio cuenta. Dorian saba perfectamente que yo tema los eventos sociales del Otro Mundo, particularmente cuando el enfoque era yo. -En realidad-comenc. -No es eso? -Claro! -Dijo Leith. -Tenemos un gran pase largo. Podramos invitar a cientos de personas... -Decid que no lo haba empujado lo suficientemente fuerte. Fue con gran esfuerzo que realmente no he pateado a Dorian. Coloc un codo sobre la mesa, apoyando la barbilla en la mano, pareca muy divertido. -Tendras que superar a Mawenn realmente para demostrar honor a Eugene -dijo Dorian. -Va a ser difcil de hacer. Por supuesto, Mawenn tiene la ventaja desleal del resplandor de una madre, eh? Eugene estaba diciendo todo esto de cmo el beb est encendiendo sus propios deseos. -Me atragant con el vino.

-Tambin me encantan los nios -dijo Leith. -No puedo esperar a tener algunos, una vez que encuentre la mujer adecuada. Me salv de la mayor parte cuando uno de los trabajadores de Leith vena preocupado por alguna desgracia. Leith pareci devastado ante la idea de dejarme y tambin estoy viendo una falla en su gran plan. -Disculpe -dijo. -No me gusta salir de casa. Estoy seguro de que esto tomar un momento. -En realidad -le dije al levantarme. -Probablemente debera ponerme en marcha tambin. -En serio?- Me pregunt, con el rostro preocupado. -Estoy seguro de que ser hasta pronto. - S -asinti Dorian. -Usted debe comenzar a organizar un baile. O tal vez debera hacer uno para ella... -Leith mordi el anzuelo. -No, no. Sera ms que un honor hacerlo. - Se inclin hacia m y le dej besarme la mano.- Espero alguna noticia pronto, lo promete.- Sonre y expres mi gratitud y le permit besar mi mano de nuevo cuando insisti. Cuando se hubo marchado me volv a Dorian. -Ests tratando de tirarme en sus brazos o qu? - Irnicamente, haciendo una causa. Se estir y ahog un bostezo. -Estabas diciendo la verdad? Ests lista para irte? -S, creo que... -Davros asom la cabeza en la habitacin, vestido con su habitual mirada de disculpa. Sus ojos se movan nerviosamente de m a Dorian. -Siento... incomodarla s que debe estar muy ocupada e... -Qu? -Ella fue encontrada, su majestad. La nia desaparecida Sus padres se reunieron anoche, pero tienen miedo de decirle... ella parece tan molesta. La descubr. Les dije que le gustara saberlo.

-Por supuesto.-Ya estaba avanzando hacia la puerta, Dorian rpidamente estaba en mis talones. -Dnde estn? -todava moviendo la cabeza con obediencia, Davros rpidamente nos condujo a una pequea casa frente a la construccin de Leith. Llam a la puerta con impaciencia. - Abrid! La reina est aqu. - Cerca de un minuto pas delante de la puerta sin abrir. La mujer que se haba acercado en mi primera visita me miraba con ojos muy abiertos. -Su Majestad -dijo con humildad. Ella no pareci reconocer a Dorian.- Estamos no saba que estaba aqu. -Quiero verla -le dije con impaciencia. -Djame hablar con ella. - Al parecer la mujer vacil, me tena miedo, pero tambin tena miedo de otra cosa. Davros no se dej intimidar. - Esta es la Reina Thorn! Djala entrar - Tragando saliva, ella se hizo a un lado. Me encontr en una pequea, pero limpia habitacin, iluminada tenuemente, gracias a las cortinas corridas, creo todas las ventanas estaban abiertas para permitir que entrara la brisa. El esposo de la mujer se reuni con nosotros cuando entramos en la cocina, con el rostro plido y asustado. -Su Majestad... Piedad de nosotros. Tenamos miedo de decrselo. Tenamos miedo de que ella se escapara de nuevo. -No voy a hacerle dao. Slo quiero hablar con ella.-Era un poco deprimente, entre Ysabel y esta familia, a sabiendas de lo que pensaban todos me aterroriz. Irnicamente, antes de que supiera de mi noble patrimonio, tena orgullo del temor que causaba en los habitantes del Otro Mundo. -Por favor, llvame a ella. -Sent la mano de Dorian en el hombro y su aliento caliente contra mi odo cuando susurr: - No digas por favor! Con un rpido intercambio de miradas la pareja nos llev a la parte inferior de la casa de campo, a una pequea habitacin. Tambin estaba oscuro, y pude ver la forma de una chica flaca en la cama. Tena una toallita en la frente que cay cuando ella se sent al vernos. Ella se arrincon contra la pared

-Quin es este? Le dije que no quera ver a nadie... -Est bien Moria - dijo su madre. -Esta es la reina. Ella vino a hablar contigo. No te har dao.-La nia se perdi an ms, el pelo rubio cubra la mitad de su cara. -No, no... Viene con los dems, viene con su sangre humana para restringir y matarnos y -Moria,-le dije suavemente, sosteniendo mis manos, como si estuviera bajo una bandera blanca. -Ella tiene razn. No voy a hacerte dao. Slo quiero hablar contigo. No vas a tener -Todo el mundo dice eso -dijo Moria, con los ojos llenos de lgrimas. -Todo el mundo dice que no te harn dao... todos los seres humanos... usted no es diferente... todos dicen que no... - Se dej caer en un susurro muy bajo para escucharlo, con las manos agarrando su manta. -Pienso -Dorian dijo -que esta experiencia la ha dejado... ah, un poco agitada. Dudo que consigas algo til de ella. Hay un comisario en la corte de Mawenn que es particularmente bueno en los pacientes de la cabeza. Debes enviarla a ella. -Tuve el presentimiento de que tena razn, pero tuve que hacer un intento ms. -Slo quiero saber dnde has estado. Quin te llev? Quiero estar segura de que no volver a suceder. Dime quin era y lo detendr. -Cobra Roja... -Yo todava tena demonios en mi cabeza, y la imagen de las personas con la piel manchada de rojo y negro me vino a la mente. -Parecan serpiente? Moria, estabas atrapada por los demonios? O algn tipo de... - Carajo!, en Otro Mundo, cualquier monstruo que se puede imaginar exista, como los Smokey nos haba demostrado.- una serpiente monstruo? - Ella neg con la cabeza frenticamente. -Nuestra propia especie, no nos hara dao. Es solamente su... todos ustedes son lo mismo... con sangre humana... las mismas marcas... -Sus ojos se fijaron en mi cara y bajaron. Desorientada por un momento, pens que vea en mi pecho hasta que me di cuenta de que su mirada estaba en mi brazo. Moria cerr los ojos con fuerza. -De todos modos... -Yo me enfurec. -l... ests diciendo que la persona tiene un tatuaje en el brazo como este?

-El hombre serpiente roja - susurr, segua negndose a abrir los ojos. -Quin te secuestr? Te oblig a ir a ese mundo? O has regresado por tu cuenta? -Hierro... hierro en todas partes... -Me qued mirando a la nada durante unos segundos. Termin - le dije, dirigindome a sus padres. -Ella puede descansar ahora.- Me fui de la casa tan pronto como entr, Dorian sigua mi ritmo. -Qu est pasando? Quera decir algo. - Asent, caminando por donde Rurik estaba con los caballos. -Creo que s quin la tom y quizs otros. No eran villanos o monstruos? Era un ser humano. -Cmo lo sabes? -Debido a aquel tatuaje. - Hombre Serpiente Roja. Haba visto un tatuaje de una serpiente roja, el otro da, en el tatuaje que tena en uno de sus brazo y una lnea por el otro. - Es otro chamn, quien vive cerca del cruce de aqu y abre a mi mundo. Tambin fue el chamn que haba dicho en mi cara que no saba nada de las pequeas nias gentry. Haba llegado donde estaban los caballos y distradamente acariciaba el lado del mo. La yegua me mir y olfate. -Pero por qu? Por qu iba a coger una chica gentry? O ms de una? Su trabajo es sacarlos de nuestro mundo. Puedo ver que salir del mundo de los humanos... que tal vez la ha traumatizado, pero parece que esto ha sucedido antes. Desapareci de este mundo. l hizo que pareciera como si quisieran estar en el mundo humano. - Dorian solt un bufido. -Eugene, en tu aburrida existencia de dnde sacaste el ser tan ingenua? Si un hombre toma una de nuestras nias, es por la misma razn que escogemos una de ellos. Por la misma razn que cualquier hombre secuestra a una mujer. -Yo blanqueaba sus insinuaciones. -Pero ms de una?

-No sera el primer hombre que prefiere oh! Cmo lo decimos? Variedad. No poda ver que fuera Art, Art que felizmente se ocupa de su jardn y nos ofrece cerveza y refrescos. l conoce a Roland desde hace aos. Trabajaron juntos. Art era un secuestrador y violador de verdad? O la chica estaba slo traumatizada por haber sido secuestrada? Esto bien podra ser una experiencia horrible. Hice una mueca, sintiendo un fuerte apretn en el estmago. Haba estado muy cerca de ser violada para hacer frente a esta situacin hipotticamente con facilidad. Moria fue vctima? Haba otras nias como ella por ah? Tal vez fue en realidad Art... An as, sus palabras tenan consecuencias poco claras. La sangre humana. Una marca como la ma. Hombre serpiente roja. El cruce del ro Amarillo. Tena que intervenir, no saba cmo. Le di una palmadita a la yegua y me dirig a l por ltima vez. -Tengo que llegar a casa -dije volvindome hacia Rurik y Dorian. Hubo un error aqu, una cierta confusin. Art no estaba involucrado. No poda ser, al menos no de la manera en que Dorian haba sugerido. -Tengo que hablar con alguien. Inmediatamente. -Esper por una broma de Dorian, pero jams lleg, sin embargo ya estaba montado en su caballo. -As que tomamos caminos diferentes. Ten cuidado, Eugene. -Por alguna razn, la iniciativa y preocupacin proveniente de Dorian me pona ms confusa que sus bromas habituales. -Si tengo razn sobre esto, entonces es un sujeto humano. Debe ser una brisa en comparacin con lo que he pasado aqu-Dorian neg con la cabeza. -Tengo que estar en desacuerdo. Prefiero inquietos espritus y demonios cualquier cosa que las mentiras humanas. Pero si necesitas ayuda, yo estoy aqu. Simplemente dilo. -Una vez ms, debera haber una broma all. Apart la vista, confundida por la forma en que me mir. -Gracias. Espero que esto sea un asunto sencillo.-Cmo funciona exactamente? Eso no lo s. No estaba segura de que enfrentndolo realmente lograra algo. Si l fuera realmente culpable por ello. - Nos vemos ms tarde, Dorian.- l asinti con la cabeza como una forma de despedida. Luego: -Y por supuesto, mi querida, puedes matar a todos los seres humanos que quieras, pero por favor trata de no hacer dao nunca ms a mis vasallos. Si se puede. -Eso fue todo. Una broma.

Trat de dar una mirada de enojo, pero tena una sonrisa en mi cara cuando lo hice. Impuse un ritmo rpido de vuelta a mi castillo y al portal que me llevara de nuevo a mi propio mundo. Poda cruzar cerca del ro Amarillo habra sido ms rpido, pero tena que ir a mi casa en Tucson y prepararme antes de enfrentar a Art. Rurik segua mi ritmo con facilidad y gracias a Dios permaneci en silencio. l me mir a m y a Dorian en la manera en que un nio ve que sus padres se divorciaron, pero en la esperanza de que mam y pap van a hacer la paz algn da. Mis pensamientos eran un remolino, hicimos el viaje rpido, y nosotros fuimos recibidos con una conmocin cuando llegamos a las proximidades del castillo. Un grupo de guardias vinieron hacia nosotros con un lagrimeo, y mi corazn fue aprehendido. Y ahora qu? Un estado de sitio? Demonios, Kiyo? Sin embargo, a medida que me acercaba, pude ver que los guardias parecan emocionados.... - Su Majestad! Mi seor! Lo encontramos - Rurik y yo dejamos nuestros caballos. Sent que mis piernas gritaban y saba que iba a estar adolorida despus. Yo no haba montado mucho a caballo y no poda correr sin sufrir consecuencias. Ignor el dolor y me dirig a los guardias. -A quin? - Exig. -Ya lo tenemos! La muchacha. La nia Westoria fugitiva - dijo el guardia, claramente satisfecho con su xito. Rurik y yo intercambiamos miradas desconcertadas. -Eso es imposible. Ya le hemos visto. El guardia se encogi de hombros. -La hemos encontrado al lado de las estepas, en el borde de la Tierra Rowan. Se ajusta a la descripcin y claro que tienen miedo de nosotros. Ella trat de escapar. -Llvame a ella -le dije sin remedio. Mis guardias haban encontrado a otra de las muchachas secuestradas? Seguro que esta tiene ms informacin. l nos condujo a una pequea habitacin de madera, explicando que no quera ponerla en la crcel y a pesar de su miedo y su deseo de escapar era necesaria la guardia. Su expresin era incmoda. -Nosotros, eh, tambin le pusimos esposas con hierro. Ella estaba tratando de hacer magia. No han sido capaces de detenerla por completo.

Un guardia, como este, nunca podra poner los grilletes de hierro sin causarse dolor a s mismo. A veces, creo que los prisioneros podran estar vinculados en las cadenas de bronce con un poco de hierro mezclado. El delicado tratamiento es necesario para los captores, pero bastante til para mantener la magia de los prisioneros. Entramos en la habitacin, y el hombre se hizo a un lado para dejarnos entrar. All, a travs del cuarto, una mujer delgada estaba de espaldas a nosotros. El pelo largo rubio caa en cascada sobre su espalda y tuve una sensacin extraa y desconcertante por un momento en mi cerebro la posibilidad de captar que de alguna manera haba llegado Moria aqu antes que nosotros. Entonces la nia se volvi lentamente, las antorchas comenzaron a revelar los reflejos rojizos del pelo de oro que haba visto hace poco en Moria. Me di cuenta de lo que estaba sucediendo antes de ver a travs del rostro de mi prisionero. -Tienes que estar bromeando -le dije. Era Jasmine.

Captulo 14
-T! Incluso con las manos atadas, Jasmine no dud en atacarme. Ella entr corriendo en la habitacin, con su rostro lleno de furia. No estaba segura si ella me iba patear o simplemente jugaba conmigo, pero ni siquiera se acerc. Mis guardias la agarraron en un segundo. La magia comenz a pasar a su alrededor, pero algunos de los guardias contraatacaron los ataques de la magia. Las esposas de hierro obstaculizaban el uso de la magia, pero la parte humana en ella, le daba una gran resistencia. Mire a todos incrdula. -Esta no es la nia desaparecida! Esta es mi hermana! Cmo no lo sabais? Ella era la amante de Aeson!-Fue Rurik quien respondi. -Muchos guardas han sido cambiados desde la poca de Aeson. Muchos vinieron aqu como un regalo del Rey Dorian-. Era cierto. Dorian haba advertido que a pesar de haber ganado la Tierra Land, muchos de los que sirvieron a Aeson tendran dificultades para dejar de lado esa lealtad. Rurik haba cambiado tanto criados como guardias, ech a los que consider menos fiables. -Aun as-Dije.-Alguien deba saberlo. Shaya Dnde diablos est? -Ella no est, est con algunas tareas administrativas -Dijo el guardia que haba sido tan entusiasta al principio. Ahora pareca profundamente avergonzado y molesto. Jasmine, mientras tanto, no haba dejado de luchar para soltarse de los guardias. Sin su magia, ella no era una amenaza y pareci darse cuenta de cun indefensa era ahora. Ella tena una altura normal para una chica de su edad, era delgada, siempre me pareci demasiado delgada. Tal vez era de familia. Sus ojos eran grandes y de un color gris azulado, que recordaba a las tormentas. -No puedes retenerme aqu, Eugenie! -Exclam ella. -Voy a soltarme y matarte. Yo engendrar el heredero de nuestro padre. -Jesucristo-Murmur. La cancin sigue siendo la misma. Para ser honesta, estaba un poco sorprendida de que Jasmine no estuviera embarazada. Esto era una seal

positiva, se refera al futuro. La profeca era sobre nosotras dos. Deca que la hija del Rey Strom dirigira la batalla por la humanidad. No especificaba que hija, al parecer, Jasmine estaba todava empeada en ser ella. -Va a pasar -Continu Jasmine. -No me puedes detener. -Te has vuelto loca? -Pregunt. -Tienes 15 aos! Ni siquiera tenas que preocuparte por quedar embarazada, y mucho menos conquistar el mundo humano. Te criaste all, por el amor de Dios. T sabes cmo te echa de menos Wil? -Lo odio-Dijo. Con la mirada enojada, yo esperaba or una tormenta en algn lugar. -Los odio a todos. Incluso a l. Nunca pertenec all. Este es mi mundo. -No s si hacerte las maletas y enviarte a un internado catlico en alguna parteBrome, pensando en la idea con diversin. -Nunca sers capaz de mantenerme all. -Estaba bromeando. Guau, el sarcasmo no es de familia? -Nunca sers capaz de atraparme. Tus hombres han tenido suerte. He estado esquivndolos durante semanas, cada vez que pensaba que me haban atrapado, desapareca. Volv los ojos debido a su actitud y me pregunt en silencio que diablos iba hacer ahora con ella. Me pas todo el tiempo persiguindola ya casi me haba hecho a la idea de que se haba ido para siempre. Ahora que la tena, estaba un poco perdida. Nunca me hubiera imaginado que mis guardias se iban a tropezar con ella cuando buscaban a Moria. En medio de mis pensamientos, las palabras de Jasmine de repente pasaron por mi cabeza. -Mis hombres no te conocan. -Le dije. -Creme, que no te estaban buscando. Jasmine me mir como si estuviera loca, eso era algo teniendo en cuenta que fue ella la que necesitaba tratamiento. -Casi me atraparon la semana pasada. Tal vez simplemente estn demasiado avergonzados acerca de cmo casi me ahogaron-. Dirig una mirada inquisitiva a Rurik, quien sacudi la cabeza. Volv a mirarla a ella. -No fueron mis hombres. -De repente una idea extraa se me ocurri. -Ellos eran humanos?

-No, por supuesto que no. -Ests segura?-Jasmine me mir con ojos entrecerrados. -Yo s la diferencia entre los seres humanos y los Gentrys. Ests negndolo? Tratas de actuar como todos, los humanos. Dudo que ella dijera eso si tuviera idea de lo que estaba aguantado por aqu ltimamente. Dejando a un lado su actitud adolescente ofensiva, estaba pensando otra vez sobre lo que haba dicho. Habl de que casi fue atrapada... por quin? Pens en la reunin con Moria, cuando habl del hombre de la Serpiente Roja. Sospech que Art poda ser el responsable del secuestro de ella y de las dems. Una vez ms, reduje la velocidad de mi mente que corra a pensar en otras opciones. Era posible que la serpiente roja de la que hablaba Moria fuera algo totalmente diferente. O tal vez lo haba encontrado aqu. Al igual que todos los chamanes, cruzaba por aqu de vez en cuando. Tal vez haba visto el tatuaje en esa ocasin. O quiz ms probablemente, fue mi primera idea de que Art tena simplemente prohibi volver aqu. Todo esto pareca ms plausible. Sin embargo, eso fue suficiente para causar tanto horror en Moria? Esa era una pregunta repetida, sin respuesta. Y ahora, aqu estaba Jasmine, hablando tambin de secuestro. Pareca una coincidencia que haba sucedido mientras que otras nias estaban desapareciendo. -Eran bandidos?- Le pregunt a Jasmine. -Tipos... duros y sucios? -Ellos eran guardias o algn otro tipo de guerrero-Dijo. -Deja de actuar como si no tuvieras nada que ver con eso. S la diferencia entre un grupo de mendigos sucios y soldados entrenados. -S, s, eres un genio-Murmur. -No es difcil, en comparacin contigo. -Oh, mira. El sarcasmo viene con los genes. -Cuando era ms joven, odiaba ser hija nica y quera hermanos. Nunca, en mis ms remotas pesadillas, pens que era esto con lo que iba a terminar. -Cmo eran sus caras? Llevaban uniformes?-Lo uniformes de mis hombres no eran iguales. Ellos tenan una armadura de cuero, y

color azul, pero los reclutas de Dorian llevaban verde en su armadura, los que quedaban de la guardia de Aeson llevaban los colores que queran. -No voy a decir nada- Dijo.-Ahora sultame. Haba casi un lamento carcomindola, hacindole parecer alguien de su edad, en vez alguien que, literalmente, quera dominar el mundo. Por supuesto, de ninguna manera le iba dejar salir de este lugar, no cuando claramente estaba dispuesta a abrirle las piernas a alguien que pudiera contribuir al cumplimiento de los planes de nuestro padre. Luego, mirando su joven rostro, se me ocurri una idea. Siempre estuve tan preocupada por su deseo de quedar embarazada que nunca preste mucha atencin a que se enfrentaba a los mismos peligros que yo. Mi status de Reina me dio algo de alivio, pero todava haba muchas caras del Otro Mundo que queran aprovecharse de m. Jasmine tena que enfrentarse a las mismas cosas, el objetivo de cualquier persona que quera ser el padre del heredero del Rey Storm. Los soldados de los que hablaba no podan tener relacin con los secuestradores de Moria. Si ella haba sido secuestrada. Maldita sea, todo esto. Me dola la cabeza. Necesitaba hablar con Roland y Art antes de llegar a cualquier conclusin. Mientras tanto, sera una buena idea mantener a Jasmine encerrada. -Lo siento-Le dije. -No vas a ninguna parte. Tendrs suerte si no te pongo un Depo-Provera3 y lleno tu celda de panfletos sobre la abstinencia. -Celda? No me vas a encerrar en una celda. -Puso los labios en forma de puchero. Una vez ms se pareca tanto a una adolescente normal y corriente que casi me echo a rer. Ella se pareca ms a una nia que se le castigaba que a una aspirante reina todopoderosa de hadas. Cuando no respond, el impacto pareci realmente lograrlo. -No puedes... no puedes hacer eso! Sabes quin soy? Soy una princesa. Soy la hija del Rey Strom. Mi hijo va a gobernar el mundo. -Negu con la cabeza. -No, t eres una mocosa egosta que necesita seriamente disciplina y asesoramiento. -No puedes hacer eso!
3

Depo-Provera es un producto anticonceptivo que se inyecta cada tres meses. Se trata de un nombre comercial para la formulacin de acetato de medroxiprogesterona de depsito producido por Pfizer Inc.

-Si puedo... has olvidado quin soy? Soy la hermana mayor que gobierna un reino y no te permitir cumplir la profeca. -No puedes encerrarme para siempre -Advirti. -Tiene razn- Dijo una voz detrs de m. Me volv y vi de pie junto a la puerta a Ysabel. Ya no pareca estar aterrorizada, pero ella tena la expresin de arrogancia de siempre. Pareca fra y distante. -No se le puede encerrar para siempre -Continu Ysabel. -Debes matarla. -Qu?- Dijimos Jasmine y yo al mismo tiempo. Ysabel pareca bastante indiferente a todo. -Ella es tu mayor rival para encargar el nieto del Rey Storm. Mientras ella viva siempre ser un obstculo. Es la nica manera que tienes de ser libre y mantener tu poder. Comenc a protestar que no quera vencer a Jasmine por la profeca. Entonces me di cuenta que en parte no me importaba. Era el deseo de Jasmine de quedarse embarazada lo que era el problema, e Ysabel, en cierta medida, tena razn. Mientras que Jasmine estuviera cerca, yo no tendra paz. Negu con la cabeza. -No voy a matar a mi propia hermana. Pero voy a esposarla dos veces. Alguien tiene otro par de esposas de hierro? -Se a las vi a los guardias. A pesar de que las esposas de hierro eran pocas, todava mejor que la mayora de los Gentry podra llevarlas cmodamente. Parte de los puos se quedaba dormido an ms si era mgico, pero la sangre humana seguira siendo un problema. -Quiero que su celda se custodie en todo momento- Le dije a Rurik. -Con ms guardias de los que se suelen poner. Y asegrate de tener guardias que puedan usar la magia. Alguien haba llegado con el segundo set de esposas, haciendo que Jasmine iniciara una nueva ronda de gritos y protestas. Rurik me dio una inclinacin de cabeza y luego dijo en voz baja: -Puedo hablar con Su Majestad en privado?

Levant las cejas. Rurik siempre me obedeca, pero rara vez se preocupaba por las formalidades o el cumplimiento, de lo que no me molestaba. En pblico, sin embargo, l siempre usaba mis ttulos, y me pregunt qu pasaba por su mente. Salimos de la sala, pasamos al lado de una Ysabel con mirada de desaprobacin, y nos detuvimos en el pasillo. -Mantener a la chica encerrada y bajo vigilancia no es la mejor idea-Dijo. Gem. -No me digas que tambin crees que debo matarla.-Se encogi de hombros. -Dorian te dira que deberas hacerlo. Pero si insistes en mantenerla aqu, luego, llama a tu demonio para hacerle guardia.-Por un momento pens en los demonios de fuego. Entonces me di cuenta que estaba usando un trmino ms general. -Te refieres a Volusian? -No estoy diciendo que ellos hicieran esto...- Rurik vacil. -Pero no estoy diciendo que no estara bien. Muchos de los guardias pueden ser tentados por la idea de ser herederos de su padre, y si se ofrece... -Dios mo. Tiene quince aos. -Edad suficiente. A Aeson no lo par, y si ella convence a uno de los guardias, la edad no importa. Estoy asumiendo que su, eh, amigo, no sera tan difcil de convencer-. Volusian influido por el sexo? No lo creo. Sobre todo si estaba bajo mi mando. -Est bien. Lo llamar-. Volusian tambin podra detener cualquier hechizo que pudieran hacer. -Deberas considerar tambin que el maestro de pociones cree una tintura de belladona. -El qu? -Es una bebida que inhibe el uso de la magia. -La Belladona no es venenosa?

-No para Gentrys. No si se mezcla con los ingredientes adecuados. Con la sangre humana ser, ah, la dejar un poco... desorientada. Pero no la va a matar. -No voy a mantenerla drogada.- Empec a volver a la sala y luego me detuve para mirar de forma socarrona a Rurik. -Por qu me lo dijiste? Recuerdo que hubo un momento en que queras ser el padre del heredero. Por qu no aprovechas el tiempo? -Con ella?- Resopl Rurik. -Todava no dudo en engendrar el nieto del Rey Storm pero no con ella. La madre del heredero debe ser un guerrero y, por desgracia, slo eres t. -Rurik, nunca conseguirs estar en mi cama. -S, ya me lo imaginaba. Pero me sigue apoyando el nieto del Rey Strom y me gustara mucho que el padre fuera mi seor el Rey Oak -Dorian? Esa es la nica alternativa, hasta dnde te importa? -La expresin de Rurik pareca preguntarse si podra haber alguna duda. -Quin ms? Negu con la cabeza y se fue a ordenar la detencin de mi hermana. Antes de poner de guardia permanente a Volusian, tena una breve misin para l. No estaba muy contento con ello, no es que esto haya sido una sorpresa real. -Mi seora, como de costumbre, tienes por objetivo profundizar mi tormento eterno. -Realmente no veo cmo una adolescente es tan malo, para ti .De todos modos ser mucho ms difcil para ella. -Yo soy un ser con un poder considerable. No puedo morir. Si insiste en esclavizarme debe utilizar mis habilidades para hacer que las naciones caigan de rodillas. -Los ojos rojos de Volusian se cerraron ligeramente. -En lugar de mandarme a supervisar nios y a entregar cartas de amor. -No es una carta de amor. -Slo le pregunte -ok?

Volusian parpade una vez y luego desapareci. Aunque no poda, exactamente, tele-transportarse, poda viajar ms rpido que los humanos o los Gentry. Tras la captura de Jasmine y Moria y la implicacin de Art, yo lo nico que quera era sentarme con Kiyo. Necesitaba hablar de ello. No estaba acostumbrada a este tipo de agitacin e indecisin en mi vida. Anhelaba los das en que mi trabajo era simplemente salir, encontrar al monstruo, y deshacerme de l. Haba sido mucho ms fcil que este tipo de deliberacin. Kiyo, lo s, estaba con Mawenn. Envi a Volusian para ver si Kiyo se acercaba a m ms tarde. Ms cerca que poda llegar a hacer una llamada telefnica en Otro Mundo , pero an lejos de l, ya que le llev cerca de 20 minutos para llegar de nuevo a m. -Ves?- Le dije cuando apareci en mi habitacin. -Esto no es tan malo. -El kitsune dice que va a venir en dos horas -Dijo Volusian, con voz plana, sin dignarse a reconocer mi comentario. Dos horas. Bueno, es mejor que nada. Suspir. -Ok, gracias. -Volusian se limit a mirarme. Mi gratitud no significaba nada para l. -Muy bien. Ve, a cuidar a Jasmine. No la dejes escapar, y por amor de Dios, no dejes que se quede embarazada. -Por cunto tiempo? -No te he dicho lo contrario-Salt. La malicia irradia de Volusian, tena ms o menos dominio sobre l. Humillante tarea o no, l no tena otra opcin. Desapareci. Una vez a solas, me acost en mi cama esperando que las dos horas pasaran rpido. Como todo lo dems entre la realeza Gentry, la cama que hered era suave y lujosa con un colchn grueso. Las sabanas eran muy bordadas, no eran muy necesarias, pero era genial dormir en ellas. El sol no se haba puesto todava, pero proyectaba grandes sombras en las paredes de piedra de la habitacin. Necesitara la luz de las antorchas en breve. Un golpe en la puerta me hizo levantarme. -S?-Era Nia. Ella me hizo una reverencia corts.

-Su majestad, tienes un invitado.- Por un momento glorioso, pens que era Kiyo. Pero no. Era demasiado pronto. Y Nia no lo habra anunciado. Todos por aqu saban lo suficiente como para dejarlo entrar solo. -Quin? -El Prncipe Leith de la Tierra Rowan. -Leith?-Dije pensando que no haba odo bien -Lo vi, hace seis horas.- Nia neg con la cabeza abatida. -l est aqu, eso es todo lo que s. Levant mis piernas sobre el borde de la cama y me levante, deslizando mis pies con calcetines en las botas de cuero. Leith? Qu estaba haciendo aqu? Un destello de pnico me invadi. Algo haba salido mal en Westoria? Si as fuera, mi propia gente me lo habra dicho? Ellos lo haban llevado a una sala, donde estaba sentado en el borde de una de las sillas forradas de raso. Se puso de pie mientras me acercaba, corriendo a coger mis manos entre las suyas. Se inclin y las bes. -Su Majestad. Gracias por recibirme tan inesperadamente. Estoy seguro de que estoy interrumpiendo todo tipo de cosas importantes. -En realidad no-Le dije soltando las manos. -Llmeme Eugenie. Qu? Cul es el problema? -Por aqu, cualquier cosa poda estar mal. El hambre, las inundaciones, saltamontes... -Un problema con...Oh, no. En Westoria todo est bien. Hemos hecho progresos asombrosos hoy.-Me relaj. -Bueno, estaba preocupada.-Leith asinti con la cabeza, deseoso de tranquilizarme. -No, no hay problemas. Yo slo... bueno, s que esto es raro, pero tena que venir a verte. Es decir, tena que preguntarte algo. Pero me siento como un idiota. -Me alivi. -Puedes preguntarme lo que quieras. Qu sucede? Ests bien?

-Oh, s -Su vergenza creca.-Pero despus de hoy... slo tena que escuchar algo de ti. -Est bien pregunta. -Ests involucrada con el Rey Oak -Involucrada? ..., quieres decir romnticamente? Con Dorian? No!-A Leith le brillo la cara como el sol. -Hablas en serio? Cuando os vi juntos hoy. La forma... en que interactan... as, pens que los rumores eran ciertos. -Qu rumores?- Le pregunt con cautela. -Que eran amantes. -Dnde has escuchado esos rumores? -Prcticamente en todas partes. -Bueno, la respuesta es no, en absoluto - En serio? -En serio. Leith exhal con un alivio palpable. Busc mi mano y di un paso atrs, poniendo una distancia entre nosotros. El xtasis en su rostro me dej inquieta. -As que todava hay una oportunidad. -Una oportunidad para qu?- Le pregunt. -T y yo. -T y...oh, Leith, no.- Era exactamente como todo el mundo haba dicho. -Yo contigo... es halagador... pero no habr nada entre t y yo.

-Pero...- l se puso enfrente otra vez, y otra vez, me alej. -Pero me dijisteis que queras que fuera parte de su reino. Yo asum... -No, no... Leith, ya estoy involucrada con alguien... ya sabes, Kiyo. El kitsune. Estamos juntos. -Frunci el ceo, todava estaba muy cerca de mi espacio personal. -No cre que fuera un romance serio. Pens que era slo una... -Relacin pasajera?- Suger. -S. Quiero decir, alguien como t no lo puede considerar como consorte real. Suspir. -Porque todo el mundo lo dice? Me encanta Kiyo. Estamos juntos. Llevamos juntos por mucho tiempo. -La alegra de Leith fue reemplazada rpidamente por la molestia. -Pero... Quiero decir, con mi linaje, somos una combinacin perfecta. Admtelo, estas contenta de verme. -Por supuesto que s. Pero es porque quiero ser tu amiga y no alentarte romnticamente. Me gustas... como amigo. Pero eso es todo. Lo siento. Lo siento si te hice pensar lo contrario. -Tiene que ser algo ms que amistad. S que eres para m. -Suspir.-Yo nunca fui capaz de hablar con alguien con tanta facilidad. Parece natural. -Es porque siempre hacen todo tan... extremo. Probablemente haya una docena de chicas que podran sentarse y tener una gran conversacin si lograran librarse de la formalidad. -No. -El dolor en su cara me estaba matando. -Es algo acerca de ti. No puedo parar. Me estoy enamorando ms de ti cada da. -Apenas me conoces! No puedes amarme. -Te amo -Dijo en voz baja, y un poco de aquella pasin brillante volvi. -Desde el momento que te vi. Mam dijo que eres una buena pareja poltica, pero incluso si eso no fuera cierto, te querra. Nunca conoc a nadie como t, Eugenie. Tan valiente y tan hermosa... Quiero tener contigo un reino juntos.

-Leith -Dije, tratando de mantener mi voz firme. Mierda. Por qu no poda ser un idiota molesto como la mayora de mis pretendientes? Porque l tena que ser amable? Con gran esfuerzo, trat de despedirlo de manera fcil en lugar de ponerme dura. -Lo dije en serio: me gustas. Pero eso es todo. Te agradezco tu ayuda y tu amistad, pero no dejar a Kiyo. -Pero te quiero.- l pareca dbil y triste. Negu con la cabeza. -Lo siento. Su rostro se cay y se dio la vuelta, envuelto en la desesperacin. l empez a caminar hacia la puerta, y luego se volvi bruscamente, con los ojos ms abiertos. -Si las cosas entre t y el kitsune terminaran... entonces yo sera el siguiente en la lista, no? -Siguiente en la lista? Eh, bueno... -Por qu no poda mentir y decir QUE si? O poda ser grosera. -No quiero arruinar nuestra amistad. Creo que no, Leith. No creo que pueda sentir lo mismo por ti.-Leith me mir con los ojos bien abiertos durante unos instantes, y luego por ltimo, sus rasgos se endurecieron. -Lo entiendo. Siento haberte hecho perder tu tiempo, Su Majestad. Tus trabajadores en Westoria ya saben realizar mi trabajo y ya no necesitan mi ayuda. Hizo una breve y corts reverencia y luego se fue. -Leith...- Camin unos pasos, con mi estmago hundido. Me senta horrible. Saba que l estaba enamorado de m, pens que era uno de los ms atractivos del Otro Mundo que haba visto. Su rostro me haba roto el corazn. Yo no quera hacerle dao, especialmente despus de todo lo que hizo por m. Deprimida, volv a mi habitacin y ped vino. Lleg en una bandeja con incrustaciones de piedras preciosas, en una copa de oro pesado. Era adorable el servicio de habitaciones de los Gentry. Me negu a cualquier solicitud de que alguien vigilara la llegada de Kiyo. Me sent en el suelo, apoyada contra la cama y me pregunt cunto vino podra tomar antes de que llegara.

Para mi sorpresa, todo. No tena reloj all, pero estaba segura de que haban pasado ms de dos horas. Beb copa tras copa, pensando en Jasmine, Leith, y Art... Y no encontr ninguna solucin. Estaba mirando el fondo de la jarra vaca, pasando el tiempo, cuando o que llamaban a la puerta. Por fin! Me levant y sent que la habitacin daba vueltas. Me agarr a la puerta para sostenerme. -Kiyo?- Pero no era l. Era Shaya. Como Rurik, ella dej a un lado la cortesa. Su rostro se turb, y vi sus ojos inteligentes evaluando mi borrachera en cuestin de segundos. -Siento incomodarte... pero lleg un mensaje de la Tierra del Willow.-La ira que senta por el retraso de Kiyo se convirti en nada. -Oh, Dios mo. Est bien?- Shaya vacil y luego asinti con la cabeza. -Hasta donde yo s, l est bien. Es la Reina Mawenn por la que estn preocupados... se puso de parto.

Captulo 15
Me qued all durante varios segundos, mirando a Shaya, pero sin llegar a verla. -Gracias- dije por fin, mi voz sonaba seca y poco natural para m. Ella vacil, con sus ojos preocupados. -Hay algo... hay algo que pueda hacer por usted? Ms vino, pens. Pero negu con la cabeza. El vino de repente no pareca lo suficientemente fuerte. Quera ir a casa para abrir el mueble bar, y buscar consuelo en mi propia casa y cama, y no en esta fortaleza de la temporada de la Oscuridad. Pero el vino, hara difcil la transicin entre los dos mundos. No sera imposible, pero no tan sencillo como siempre. No, pareca que me quedara aqu por un tiempo. -Tengo que ver a Volusian,- dije. Ella hizo un sitio para m, aunque no lo hubiera pedido, ella me sigui mientras bajaba, a los calabozos. Pareca ms oscuro y ms temible que la ltima vez, pero tal vez era por causa del vino. La celda de Jasmine era fcil de ver por qu cuatro guardias estaban de pie en el pasillo. Estir la mano y por entre los barrotes, vi de pie a Volusian en un rincn, inmvil, con los brazos cruzados sobre el pecho. Jasmine estaba sentada lo ms lejos posible de l, con su cara tambin asustada y sombra. -Ahora qu quieres?- Ella hizo un berrinche. Ni siquiera la mir. -Volusian,- dije, -tengo una tarea para ti. Yo me encargo de Jazmn, mientras ests fuera.- Volusian avanz, pasando por los barrotes y llego a pararse frente a m. -Ciertamente, mi seora tiene una tarea ms urgente. -Moderadamente. Quiero que vuelvas a Tucson y treme una botella de tequila que guardo en mi armario de licor. Y no espantes a Tim-Volusian permaneci inmvil en su camino. -Mi maestra es cada vez ms creativa con las formas de atormentarme.

-Pens que te poda gustar. -Solamente en que me inspira en las formas igualmente creativas para hacerla pedazos cuando me libere de este vnculo y eventualmente le destruya. -Lo ves? Hay algo bueno en todo. Ahora ve de una vez.-Volusian desapareci. Con l fuera, Jasmine se envalenton. Ella corri hacia la parte delantera de la celda, agarrando las barras de bronce lo mejor que pudo con las manos atadas. -Cuando me vas liberar? -Me sent contra la pared del pasillo, delante de ella. Me pregunt si ella iba a tratar algunos de sus trucos de magia conmigo cerca. -Cundo vas a dejar de preguntar? -Eres una verdadera puta, lo sabes? -Oye, nia,-murmur. -No deseas meterte conmigo esta noche. No estoy de buen humor.- Jasmine fue implacable. -No puedo creer que t ests mantenindome aqu con esa... esa cosa! Esto es cruel y sdico. -Wow, sdico es una palabra fuerte. No creo que te hubieras quedado en la escuela el tiempo suficiente para saber qu ese tipo de vocabulario no debes usarlo.-Su mirada de ira empeor. -Cuando salga, te matar. -As que t y "esa cosa" deben hacerlo bien, ya que pasa la mitad de su tiempo planeando una muerte demasiado horrible para m.-Ella neg con la cabeza hacia abajo a las manos atadas. -Casi no puedo alimentarme, lo sabes. -Casi no es lo mismo que no poder.- Pero me sent un poco mal por ello. La tendra que mantener esposada para siempre? Sin embargo, como la dejara libre? Tal vez debera investigar esa pocin de la que Rurik haba hablado. No... Esto tampoco estaba correcto. Suspir, y pas la siguiente media hora escuchando sus insultos y cambiar entre gemidos. Sin embargo, era mejor que pensar en Kiyo. Mientras tanto, me estaba poniendo sobria, luego, cuando finalmente apareci

Volusian y me entreg una botella de Jos Cuervo, le di las gracias en silencio por la compra de una botella extra-grande: -Gracias- dije, levantndome. Seal a la celda de Jasmine. Ahora. Vuelve a la tarea de guardin.- Gir sin un segundo vistazo, los gritos de indignacin de Jasmine hacan eco detrs de m. Shaya, que haba esperado en silencio todo el tiempo, sigui mis pasos y subi las escaleras. -Ests segura de que no hay nada que pueda hacer por ti?-Mir la botella. -Mira a ver si puedes encontrar algunos vasos pequeos de este tamao.-Mantuve los dedos abiertos para medir una dosis. -Y trae los suficientes como para... no s. T, Rurik... diablos, cualquier persona que quiera emborracharse conmigo. Hasta Ysabel. -Esta noche me senta magnfica. O, bueno, al menos en un estado de nimo de la miseria-adora-compaa. El rostro de Shaya pareca ms preocupado que nunca, pero le di poca importancia mientras sala a un pequeo patio circular en el centro del castillo. Esto pareca ser un tipo de fijacin en la mayora de las casas Gentry. Dorian tena unos pocos. Me dijeron que haba sido verde en la poca de Aesn, lleno de lirios y lilas. Ahora, era de arena y grava, bordeada de cactus, mezquites, e incluso algunos de los arboles con espinos que haba dado a la tierra su nombre. Por lo menos el aire estaba perfumado a mezquite, y decid que una ventaja del Otro Mundo es que estos rboles parecan estar siempre floreados. Me sent con las piernas cruzadas en medio del jardn, al notar que alguien haba empezado a colocar tejas de piedra en l para crear una especie de patio. No haba estado all la ltima vez y me pregunt si Shaya era la que estaba hacindolo, as como parches de pasto, ella continuaba tratando de hacer que creciera aqu. Sin esperar por los vasos, abr el tequila y tom un largo sorbo, el lquido fuerte me quem la garganta. Shaya regres pronto, seguida por Rurik. Su rostro era extraamente grave. Despus de un breve momento de intercambio de miradas, se unieron a m en el suelo. Shaya me dio unas tazas pequeas de plata. No estaban tan bien para las dosis, pero serviran. Agarr la botella y las llen hasta el borde. -Por la Reina Willow y su hijo, -les dije, alzando mi taza al aire. Tom todo de un trago. -Mierda. Me gustara tener un poco de sal y limn.

Shaya y Rurik se miraron una vez ms, ellos en realidad pensaban que no me daba cuenta? Y luego me imitaron tomando el tequila. Rurik tom su vaso con estoicismo, pero Shaya se atragant con l. -Qu... qu es? - pregunt, cuando fue capaz de hablar. -El licor favorito de Dios. Debera haber hecho a Volusian ir al mercado y comprar una mezcla de margarita, mientras l estaba ausente. -Hice una pausa, riendo ante la idea. Serv otra dosis.-Est hecho de un tipo de cactus, ya sabes. -Shaya mir de reojo la botella. -En serio? -As es. Huh. Me pregunto si podramos hacer esto. Vi agave alrededor. Apuesto a que podramos hacer un gran negocio con l. -No estoy tan segura-, dijo. Rurik se serva otra copa. -No lo s. Se puede complacer a algunos. -Oh, Rurik. Saba que ramos almas gemelas. -Levant mi copa vaca, estudiando la luz de la media luna que brilla en ella. Mi cabeza estaba recuperando ese zumbido agradable otra vez. -Crees que Mawenn tendr un nio o una nia? -No lo s-, dijo Shaya despus de unos momentos de silencio. -Hay algunos que por arte de magia pueden determinar estas cosas. Pero no he sabido que la reina Willow haya hecho eso. -Probablemente no-. Kiyo me lo habra dicho. O lo tendra que haber hecho? Tal vez habra callado esta noticia, tenindola como un secreto especial entre l y Mawenn. Serv otra dosis, pero no beb. Emborracharte totalmente era una cosa, enfermarse era otra. -En mi mundo, se habra descubierto el sexo hace mucho tiempo. Tambin sera capaz de decir varias cosas el tamao, si tiene alguna enfermedad, e incluso si son gemelos o trillizos. Hay una mquina que tenemos. Pasas una paleta en el estmago de la madre, y entonces puedes ver al beb en la pantalla. O a veces incluso antes, se puede poner una aguja y extraer lquido amnitico para descubrir las mismas cosas. -Rurik y Shaya me miraban con los ojos abiertos. Era una expresin comn entre los habitantes del Otro Mundo cada vez que empezaba a hablar acerca de la tecnologa humana.

-A veces me pregunto si an queda algn misterio o milagro en su mundo.-Mir y vi la silueta de Ysabel en la puerta del castillo. -Ah, seguramente muchas.- Hice un gesto llamndola. -Ven a tomar una copa. Estoy segura de que estoy demasiado borracha para matar a alguien esta noche. Ysabel vacil unos segundos y luego se acerc lentamente, sentndose cerca de Rurik y Shaya, lejos de m lo mximo que poda estar, con respeto. Ella hizo una mueca ligeramente a las tejas, mientras colocaba sus faldas de seda ondeando debajo. Sin duda, estar sobre el terreno iba en contra de su naturaleza exigente. Rurik le entreg alegremente una copa de tequila. Ella olfate, y volvi a fruncir el ceo. Mi mente estaba todava en bebs. -Parece que el ultrasonido podra ser til para ustedes. Es decir, con el problema que ustedes tienen en tener hijos. Haba una buena oportunidad, saba que Mawenn podra no sobrevivir al parto. O que su hijo no sobreviviera. Era comn entre los Gentrys, un poco como por el costo de la vida larga y saludable. No saba cmo me senta al respecto. Yo no quera la muerte de ninguno de ellos... y, sin embargo, las cosas seran simples si no estuvieran Mawenn y el beb? Incluso ahora, me poda imaginar a Kiyo a su lado, tomndole la mano. Su cara bonita tendra lneas de preocupacin a medida que hablaba palabras de aliento. Ciertamente, con su sangre humana, el beb sera saludable y fuerte. Y Mawenn era una curandera.... eso sera til para s misma? Todo saldra bien, estaba segura, y sin duda tendran un beb hermoso, que creara un vnculo entre ellos para siempre, un vnculo del que nunca podra hacer parte... Beb mi siguiente dosis y me di cuenta de que Ysabel haba tomado con valenta la suya. -Buen trabajo-, le dije. -Quieres otra?-Ella neg con la cabeza. -No creo que de mujeres deban ahogarse en excesos, perdiendo el control de las inhibiciones y el sentido del decoro. -Por supuesto que no- le dije. -Yo creo- agreg -que la reina Willow comparte mi punto de vista.

Sonre, girando mi vaso en el suelo, mirando al darse la vuelta en crculos cada vez ms pequeas antes de detenerse. Con el beb de Mawenn consumiendo mis pensamientos, las provocaciones de Ysabel esta noche parecan insignificantes. Continuamos por un tiempo, Rurik me sigui en las dosis, Shaya bebi slo ocasionalmente. Ysabel pareca haber perdido el miedo de m y continu sus comentarios punzantes. Creo que el hecho de que estaba en un estado frgil debido al parto de Mawenn la haba animado. De hecho, ella estaba en medio de una historia acerca de cmo Kiyo y Mawenn se haban involucrado cuando sus palabras fueron interrumpidas, y su rostro se ilumin con sorpresa. -Mi seor!- Ella grit, levantndose as que uno de mis siervos comenz a proclamar: -Su Majestad, el Rey Dorian, de la Casa de Arkady, invocador de la tierra -Dorian dio grandes pasos en el patio, sin esperar a que sus ttulos terminaran. Ysabel cay de rodillas ante l, con el rostro radiante. -Mi seor!-l asinti con la cabeza un breve reconocimiento y luego empez a venir hacia m. Creo que nadie aparte de m vio la devastacin que haba llenado su cara a su paso. Shaya y Rurik comenzaron a levantarse como muestra de cortesa, pero Dorian rpidamente los hizo sentar. Sacando su manto, que pareca ser azul marino en el claro de luna, se tendi en el suelo y se sent a mi lado. -Bueno, bueno, una fiesta, y nadie me invita. -Fue con un poco de improvisacin-, le dije, estirndome para servirle una dosis. Mi mano temblaba mientras sostena la botella. Dorian me agarr y termin de servirse. Me mir con atencin. -Y, sin embargo, parece estar ocurriendo hace algn tiempo. -S, estamos brindando el nacimiento del prximo rey o reina de la tierra Willow. -Eso es lo que he odo, por eso he venido a ver cmo la noticia fue recibida aqu.Dorian tom el tequila. Enarc las cejas, sorprendido por el sabor, pero eso no le impidi de servirse otra dosis. -Y no suponga que el nio herede. Todo depende de su fuerza y poder.

Sus palabras me recordaron vagamente los propios problemas con la herencia de Leith, que luego me record la declaracin de amor de Leith. Ugh. Probablemente me mataran a cualquier posibilidad de conseguir ayuda. Bueno, eso era una preocupacin para otro da. -Cmo llegaste aqu tan rpido?- Le pregunt a Dorian. -No tan rpido. Lo supe hace horas. Hace horas. Dorian lo haba descubierto antes que yo. Probablemente todo el mundo lo saba. Quin era yo, de todos modos? Ciertamente nadie que estuviera conectada a este nacimiento. Yo slo era un monarca de la que se espera que mande joyas o alfombras cuando el beb naciera. Serv otra dosis, pero Shaya la tom. -Puedo tener otra?- No era una fan de esta cosa, pero tena la sensacin de que quera que dejara de beber ms. Oh, bueno. Pareca haber otra dosis en la botella a pesar de Dorian haba sido ms rpido que yo en eso tambin. -Te vas a enfermar,-advirti, agarrando la botella. Slo unas gotas se derramaron en mi copa. -Voy a tomar mis riesgos. Esta es una sustancia fascinante. -Ella viene del cactus,- dije amablemente, con la esperanza de ser capaz de disuadirle de la ltima dosis. No funcion. -Intrigante-, dijo despus de tomarla. -Debes tratar de producirla aqu. Estoy seguro de que mucha gente podra negociar por l. No estaba segura debido a la casi oscuridad, pero pareca que Shaya haba vuelto sus ojos. Una parte de m estaba resentida de la presencia de Dorian, aunque tengo que admitir que hizo un buen trabajo en mantener el tema de Kiyo y Mawenn lejos. Eso no me impidi pensar en ellos, por supuesto, pero no poda dejar de sonrer mientras entretena a los otros. Si era parte de ser un rey o simplemente algo inherente a Dorian, tena un fuerte carisma haciendo que todos rieran y se fascinaran con l. Con mis habilidades sociales, sus habilidades eran algo que admiraba y envidiaba de vez en cuando. Pero a medida que avanzaba la noche, pude sentir los efectos del tequila disminuir un poco. Eso no quiere decir que no estaba borracha como el infierno, me tom la

mitad de la botella. Pero quera ir a la cama, mientras todava estaba esa niebla delirante. Eso no me impidi estar triste por Kiyo, pero tuve que imaginar que si estuviera sobria sera peor. Todo el mundo se puso de pie cuando me levant y sent que mis piernas se esforzaban para mantener el equilibrio. -Deja que te ayude,-dijo Shaya, yendo en mi direccin. Dorian intervino antes de que ella pudiera ayudar. -No, no. Permtanme llevar a la reina Thorn a su habitacin. Quisiera unas pocas palabras. La cara de Ysabel se ensombreci con eso, y l le dio una mirada severa. -Oh, basta! Vengo pronto a usted desde que Eugenie me permita pasar la noche en su castillo. -Claro, claro-dije-. Vaya entrando. Sintase en casa. Escoja las cortinas. l se acerc a m, y yo decid que la indignidad de ser guiada por Dorian era menor que la cada en frente de mis siervos. Los ojos enojados de Ysabel nos seguan, y no poda culparla. Si mi novio estuviera llevando a una mujer borracha a su habitacin, yo estara muy enojada, tambin. -Fue muy arrogante de tu parte pensar que necesitaba tu apoyo moral-, le dije as cuando estbamos fuera del rango auditivo de los dems. -Eso es. Slo es necesario el apoyo moral de una botella -, brome.- Se honesta, Eugenie. Tu amante junto a una antigua amante, esperando ansiosamente el nacimiento de su hijo. Tambin estara ansioso. -Nada te angustia-, murmur. Llegamos a mi habitacin, y l me sigui sin invitacin. -Tengo muchas cosas que hacer-, dijo. Frunci el ceo ligeramente, y se me ocurri que no estaba muy sobrio. Solt su brazo y me acerqu al espejo que estaba en el lado de la habitacin, enmarcado en oro. Sostuve mi pelo antes y ahora suelto, me preguntaba si tomara la molestia de llamar a Nia para agarrar una camisola o simplemente dormira en mi ropa. De pie, mir mi cuerpo, pensando en la alegacin de mi madre de que yo estaba demasiado flaca. Siempre responda diciendo que era atltica. Pasando mis manos a travs de mi estmago y mis caderas, estudi mi figura. De cualquier manera que quieras llamarlo, era delgada.

-Yo nunca voy a poder hacer eso por l,-dije en voz baja. -Nunca podre darle un beb como ella puede.- Dorian camin y se par detrs de m, mirndome a los ojos en el espejo. -Eso es lo que quieres? -No lo s. Los nios nunca han estado en mi radar... siempre he sido el tipo de cosas "que tal vez algn da." Pero ahora... sabiendo que no puedo... -Mis caderas y el estmago, de repente parecan flacos y tan enfermizos como mi madre siempre haba dicho. Ellos permaneceran intactas e infrtiles, nunca llenas del tipo de vida que tena Mawenn. Nunca compartira eso con Kiyo. Dud cuando Dorian se acerc por detrs y puso las manos en la parte ms angosta de la cintura. Apoy la cabeza en mi hombro, y yo estaba demasiado cansada para alejarme. -Hablas como alguien que fue condenado con la infertilidad, o como si hubiera pasado tu tiempo. -Es como si lo fuera. -Esto no es verdad. T eres joven. Irradias salud y fertilidad. Podras tener una docena de nios.-Negu con la cabeza lentamente. -No puedo- le dije con tristeza. -No lo har. Sabes que no lo voy a hacer, no importa cunto de vosotros y todos los seres del Otro Mundo lo quieran. -Tal vez tengas una hija. -No puedo correr ese riesgo.- Saba que nunca podra confiar en l sobria. -Y si Kiyo decide que no quiere eso estar con alguien que siempre estar sin hijos? Y si quiere ms hijos? Tal vez a este beb... tal vez vuelve con Maiwenn. Tal vez... tal vez l me deje... - Poda sentir las lgrimas en mis ojos y odiaba mi debilidad. Dorian apret mi cintura an ms. -l sera un tonto. Y sers una tonta si te lamentas si lo hace. Eres ms que un buque para tener hijos. -No es de la manera en que todo el mundo conversa sobre m. No es la forma en que t hablas. -Para mi sorpresa, Dorian me volvi. An as agarrndome, apret

su frente a la ma quedando slo unos centmetros entre nosotros. Poda oler el tequila en su aliento, que refleja sin duda el mo. -Eugenie, eres una mujer sin igual, y no importa lo mucho que me molesta y no importa cunto intento sacarte de mi cabeza, me creas o no, esto sucede regularmente. No puedo alejarme de ti. Incluso si fueras estril, te aceptara como mi consorte en un instante y pasara el resto de mi vida contigo sin hijos, ya que significa que estars a mi lado. Alegremente te traera a mi cama sin otro pensamiento que regocijarme en tu cuerpo. Sera suficiente.-Tragu saliva. -Pero ests con... quiero decir, y cunto a y cmo a... Ysabel? Ella puede tener hijos... -Ysabel-, dijo con desdn, -no es nada. Una plida imitacin de ti y ni siquiera es buena en eso. Eso fue duro de su parte, pero me llen de algo caliente y amado y especial. Me di cuenta de que no importa la chacharra, la tensin sexual, y muchos planes, Dorian era realmente mi amigo. Tambin me di cuenta que quera tanto que me besara, apretase su cuerpo contra el mo y pasase sus manos sobre mi piel desnuda. Yo quera tener relaciones sexuales con l contra la pared, en la cama, el piso... honestamente, no tena importancia, mientras que nuestros cuerpos estuvieran juntos, y pudiera sentirlo en m... Whoa. Me alej, mi corazn estaba acelerado, apenas era capaz de evitar de hacer algo de lo que me arrepentira. La decisin de que l era mi amigo, era una cosa, saltar en la cama con l era otra. Saba que era por el tequila y mi preocupacin por Kiyo haciendo esto. No quera estar con Dorian otra vez, no podra. Aunque alegara que sera para el amor y el placer, yo saba que nunca sera tan simple. Siempre habra la poltica y los planes... Y entonces hice algo para nada sexy que pude hacer, llam a Volusian. La presencia helada y negra de mi siervo tom a Dorian por sorpresa, y l dio un paso atrs. Era el equivalente en Otro Mundo, a un bao fro. Los ojos de Volusian brillaban en l y luego se volvi hacia m. -Mi maestra requiere ms intoxicacin-, dijo. -No- Mi apego a l tembl ligeramente. No era suficiente para que perdiera el control, pero el alcohol interfiri un poco con mi poder. -Quiero que te vayas a la tierra Willow y veas si hay noticias.

-Ms tareas romnticas. -Slo tienes que ir-, chill, tratando de parecer tan dura y mandona como pude. Una vez Volusian se haba ido, Dorian se me acerc enojado, todo rastro de sensualidad haba desaparecido. -Eso fue estpido, Eugenie. No debes convocarlo despus de haber bebido tanto.Me alej de l. -Tengo que averiguar lo que est sucediendo. -Hay que desterrarlo. Algn da te arrepentirs de estar con l. -Es til-, protest. -No necesito sermones. Ahora debes ir a donde Ysabel. No necesito ms declaraciones de amor por hoy. -Oh?- su tono claro volvi. -Has obtenido algunas de estas hoy? -Leith-, admit. -l vino aqu esta noche para entregar su devocin enorme y ver si haba alguna posibilidad conmigo.-Los ojos verdes de Dorian me miraron con cuidado. -Y? -Y, por supuesto que no. Tuve que decirle que no unas cuantas veces antes de que l entendiera. -Dorian no se molest en ocultar su satisfaccin. -T rompiste el corazn del pobre muchacho. Y su madre, sin duda. No har un baile ahora. Quieres que te de uno en lugar de ellos? -No- Mi dolor era cada vez ms irritable. -Quiero que te vayas. Vayas a Ysabel y la pintes o la amarres o lo que sea que ustedes hacen juntos. Estoy cansada y quiero irme a dormir. Sola. -Para mi sorpresa, Dorian no protest. Mucho. -Como quieras. Si me necesitas, ya sabes dnde estoy. -Tomara demasiado de m que los interrumpa,- le dije secamente.

Dorian me dio una de sus sonrisas sabias y tontas, y me dej sin decir palabra. La idea de que l se vaya a la cama con Ysabel me molest ms de lo que quera. Se haba ido hacia pocos minutos cuando regres Volusian. -Y bien?- Le pregunt. Tena el estmago retorcido. No s lo que l quera or. Si fuera de la naturaleza de Volusian sonrer, te lo juro, l habra sonredo. -Los siervos de la tierra Willow informaron con alegra que la reina dio a luz a una hija. Todos estn sanos y saludables. Mi cuerpo estaba completamente inmvil, y por un momento, no vi nada en la sala, excepto los ojos de color rojo brillante. Por ltimo, regrese a m. -Gracias, Volusian. -Mi maestra tiene que saber algo ms de esta ocasin feliz?- Haba una sonrisa burlona en su voz. -No. Vuelve a Jasmine. Ahora. l obedeci, dejndome sola. Me sent en la cama durante varios minutos, pensando en todo y nada. Me senta aturdida. Senta cada movimiento del mundo. Y de repente, cuando us el aire de la habitacin y lo use para tirar un bote contra la pared, no podra decir si fue a causa de Dorian o Kiyo.

Captulo 16
Me revolv aquella noche, sorprendida por no caer en un coma inducido por Alcohol que en cierto modo esperaba. Por fin despert al amanecer y decid irme antes de que la gente se diera cuenta. Slo algunos sirvientes estaban de pie alrededor, por lo que lo agradec. No quera ver la mirada de preocupacin de Shaya o escuchar a Dorian e Ysabel coqueteando en el desayuno. No quera pensar en lo que los dos haban hecho la noche anterior o por qu me molestaba tanto. Yo era amiga de Dorian. Eso era suficiente. Antes de irme, met la cabeza en la prisin en el piso de abajo. Los guardias del turno de noche todava estaban despiertos y alertas, y Volusian mantena sus emociones en la esquina de la celda. Jasmine estaba puesta en una bala, durmiendo, aunque pude ver lgrimas secas en sus mejillas. Dormida con la guardia baja, se vea muy joven. Volv a Tucson, con una de las peores resacas de mi vida. A pesar de que a finales de la maana, mi casa estaba tan quieta como el castillo haba estado. Considerando la manera en que los gatos y los perros me miraban expectantes, tuve que asumir que Tim no se haba levantado para alimentarlos. Dej a los perros en el patio y le dije a los gatos que tendran que esperar. En cuanto a m, me tom dos tazas de agua y media botella de aspirinas, antes de caer en mi cuarto. Mi cama me proporcion la comodidad que el castillo no poda, y me dorm profundamente durante dos horas. Me sent mucho mejor cuando me levant, y un bao mejor an ms las cosas. El olor a asado me despert, y mi estmago atormentado le dio un bienvenido a la idea de comida. Fui a la cocina a decir a Tim que me sirviera una pieza y descubr que no estaba solo. Una chica de unos veinte aos estaba sentada en la mesa, riendo y con su camiseta de seguridad nacional. Tim estaba en la cocina, con el torso desnudo con pantalones deportivos y varios collares. -Ah, hola- dijo la muchacha. -Eug! Qu er, saludos de la maana, hermana Eugenie. -Tim levant la palma de la mano. -No saba que estabas en casa.-Vir los ojos, sin paciencia para su rutina de esta maana. Me serv una taza de caf. -Espero que hayas comprado el jarabe de arce.

l me dio un plato de pan tostado, echas ahora. Creo que eran para su novia, pero l me conoca mejor. Encontr el jarabe en el refrigerador, remoje el pan tostado, y luego fui a la sala de estar sin decir una palabra. Unos minutos ms tarde, Tim entr, con aire avergonzado. -Sabes que no las puedes traer a casa- le dije. -S, lo s. Yo slo... as, pens que no estaras en casa con las cosas como han estado ltimamente. -No es irracional-, admit. -Pero eso no cambia las reglas. T te quedas en sus casas.-Asinti. -Ella puede por lo menos terminar el caf antes de que la expulse?-Mastiqu mi comida, pensando en lo que tena que hacer hoy. Tragu saliva y suspir. -Puede quedarse toda la maana. Incluso voy a salir pronto... Probablemente estar fuera la mayor parte del da. Tim se ilumin de un placer inesperado. -En serio? Oh, querida. Gracias, Eug. Eres la mejor -Le entregu mi plato vaco. -Slo treme ms, y creo que estamos empatados. Desde que le dije a Lara que mantuviera mi agenda abierta, ahora tena das sin planes que result hoy terriblemente conveniente. Manejara hasta Yellow River de nuevo a hablar con Abigail y Art y tratar de dar algn sentido a este negocio de la culebra roja. Haba muchas preguntas y piezas que no encajaban en todo, y yo necesitaba conseguir encajar algunas piezas para poder continuar con mi vida. La desventaja de manejar es que me daba tanto tiempo para pensar. Largo, largo tiempo. Era un da claro, y no haba grandes ciudades en la ruta. Era slo yo, mi mente, y el camino abierto. Estaba pensando acerca de cmo Kiyo y yo habamos ido por ese camino la ltima vez juntos, y el sexo que haba sucedido en el hotel. Pens en l y Mawenn ahora celebrando el nacimiento de su hija. Pens en mi pelea con Dorian y mis miedos que Kiyo no me quisiese ms. Traje mi telfono conmigo y l estaba en el asiento del pasajero, en un volumen alto. No quera perder una llamada de Kiyo... porque ciertamente l llamara para hablarme de su hija luego, verdad? Si yo no saba de nada, significaba que l todava estaba en Otro Mundo, o que, como imagino, no haba una gran cobertura de telefona mvil.

Visitamos a Art la ltima vez, pero cuando sal de la carretera, descubr que estaba ms cerca de Abigail. As que manej por la modesta ciudad de Yellow River pasando por una tienda de juguetes sexuales y estacion afuera de su edificio. Era por la tarde, y la gente estaba en la calle, con el turismo, en particular, metiendo la cabeza en la tienda de antigedades por debajo del apartamento de Abigail. Encontr una pequea puerta cerca de la entrada de la tienda y me acerqu, preguntndome si sera atropellada por los gatos. Pero no lo fui en gran parte porque nunca llegu al apartamento. Llam varias veces y llam con el nombre de Abigail. Cuando eso no funcion, marqu el nmero que Roland me haba dado. Entr en el cuadro de mensaje y nada ms. -Y ah estaba-, murmur. Tal vez fuese demasiado bueno. Era en Art que tena la mayor parte de mi atencin, incluso con su tatuaje y todo. Era l quien necesitaba ser cuestionado. As que cambi la ciudad por los suburbios, y en plena luz del da que realmente podra absorber lo lindo que era el barrio de Art. Las casas eran nuevas y grandes como la suya, y sus vecinos parecan amar a sus cspedes tanto. No vi a Art en el exterior, sino un SUV grande de color rojo en el garaje dijo que estaba alrededor. Llam a la puerta dos veces, y por un momento, pens que haba salido. Cuando estaba casi tocando la campana, por fin abri la puerta. Su cabello estaba hmedo, como si l acababa de dejar el cuarto de bao, y mantena un par de tijeras con una mano. -Eugenie- rompi su rostro en una sonrisa. -Esto es una sorpresa.- La sonrisa cay momentneamente.-Est todo bien? Roland...? -Bien, bien- le asegur. -Slo quiero hacerte algunas preguntas ms. -Manejaste tanto para eso,- brome, saliendo y cerrando la puerta detrs de l. La gente encuentra fcil mentir por telfono, pero yo no poda decirle eso. -Tuve un tiempo y pens que sera bueno simplificar las cosas. -Claro que s. Estoy contento con tu compaa... ya que no te importa caminar conmigo mientras trabajo un poco? - l agit sus tijeras como una manera de explicacin. -No hay problema.

Me ofreci algo de beber primero, pero estaba todava con el caf que compr en la gasolinera y me negu. Me sent en el escaln de la entrada en cuanto empez a cortar unos arbustos en frente de la casa. Ellos eran gruesos y llenos de hojas, aromas de flores amarillas. Parecan querer consumir la casa, y record el castillo de la Bella Durmiente, y las espinas que le rodeaba. No cort toda la altura, ms que nada pareca ansioso de hacer que parezcan legales. -Fui a ver a Abigail de camino hasta aqu, pero ella no estaba en casa. -Creo que ella est en El Paso por unos das,-dijo Art. Los msculos de su brazo se llenaron, levanto la manga de su camisa y mostr la serpiente roja.-Su hermana vive all. Estn cerca, lo cual es bueno, pero estoy seguro que podra haber utilizado tu ayuda para un destierro que hice el otro da. Deberas haber pasado por aqu. Era una nia Gentry, en realidad, est buscndolas a ellas, verdad? -S-dije, sorprendida. -Supongo que te las has arreglado para enviarla de nuevo a solas? -S. No era tan difcil. Estaba ms asustada que otra cosa. Tom mi caf, tratando de hacer sentido a este nuevo punto. Tal vez tambin me haya precipitado sobre el papel del Art en el secuestro. Tal vez simplemente Moria haba sido trada aqu. -Su trabajo siempre le lleva al Otro Mundo?-, Le pregunt. Se ri con dureza. -No si puedo evitarlo. Estas transiciones son una porquera, incluso con las entradas. Yo no voy a all... No s. Hace aos. -Huh,- dije. Art dej de cortar, dndome una mirada en blanco. -Por qu la pregunta? -He escuchado historias, es decir, rumores Gentry, de un ser humano que se parece a ti. -A m?- La confusin de l creci. -Esto es un poco extrao. -Era un hombre con un tatuaje de una serpiente roja.- No quise sonar acusatoria, pero un poco sali de mi lengua.

-Por qu diablos iba yo a mentir acerca de cruzar all?-, Pregunt. No estaba enfadado, exactamente, pero un poco de ese estado de nimo amistoso se haba enfriado un poco. -Whoa, hey. Yo no he dicho que cruzaras. -Trat de no sonar demasiado a la defensiva. -Es raro que haya habido avistamientos de alguien que parece que sale cerca del cruce de caminos cerca de ti. -La Gentry que desterr probablemente est confundida y pensaba que estaba en el Otro Mundo cuando lo expulse de este... honestamente, es difcil entender cmo alguno de ellos piensan. Y sabes cmo el destierro puede ser de desorientador. -S, lo s. Slo estoy diciendo que la historia que me ha llegado es extraa.- Art, dijo que desterr a una chica, pero sin duda Moria sonaba como si ella hubiese huido. Si pensara que su actitud se haba enfriado antes, ahora estaba helada. -Tambin me parece extrao que un Chaman sea amigo suficiente de los Gentrys como para escuchar su historia y preocuparse por ellos. Por qu te importa si los seres humanos estn ah, de todos modos? -Debido a que estos seres humanos pueden estar daando a los Gentry. -Y? -Y no es correcto.-l solt un bufido y sigui a cortando. -Ellos son Gentry, Eugenie. Ellos no son como nosotros. Y de lo que he odo, no eres tan amable con ellos. -Cuando estn en este mundo, s. -Cualquier mundo, Eugenie. Ellos literalmente no son humanos. Porque te preocupas tanto? -No es de tu incumbencia.- La dureza de las palabras sali antes de poderlas prevenir. Art se detuvo de nuevo y esta vez se volvi hacia m. -Y no es de tu incumbencia de a dnde vaya o lo que hagoEn cualquier mundo.Mi corazn lata con fuerza.

-Que, ests diciendo que eres t? Qu estuviste en el Otro Mundo recientemente? -Slo estoy diciendo que esta discusin se acab. No eres bienvenida aqu si vas a estar haciendo cargos ridculos cargos que ni siquiera importan. -Es importante para ellos. -Creo que ests haciendo las preguntas equivocadas aqu. Necesitas examinar tus motivos y averiguar por qu tiene tantas ganas de defender a los que no te importan con nosotros y porque ests comenzando peleas con tu propio pueblo.Me levant, teniendo cuidado con el caf. -Yo no estoy empezando una pelea. -Entonces sal de aqu antes de que empiece una. Nos quedamos all, atrapados en el antagonismo, y me pregunt si habra una pelea. Yo estaba armada, y l no, aunque l era ms grande y tena ms msculos. No, eso era una estupidez. Por qu habra pelea? l no haba confesado nada, slo se volvi hostil a lo que l dijo que lo estaba acusando de cosas que l no consideraba delito. Eso no lo haca culpable pero tambin no le haca inocente. Algo simplemente no pareca bien aqu. -Muy bien... -Dije, alejndome. -No quera molestarte. Estoy intentando descubrir cosas y asegurarme de que nadie est siendo tratado injustamente.-Sonri, pero era la sonrisa fcil con que me haba saludado. -Qu en nombre de Dios haras si alguien lo estuviese siendo? Qu? Eugenie. No vayas ms all de la cuenta con tu sentido de la obligacin o importancia. No existe una polica chamn. No tienes jurisdiccin ni derecho a dictar lo que yo o alguien ms por aqu o en cualquier lugar hace. -Debidamente lo dejaste claro,- dije, dirigindome a mi coche. Tena miedo de que si me quedaba, me gustara decir algo que lamentara. Independientemente de que tena un papel en todo esto, no me gust la manera tan dura en que trataba a los Gentrys. Sobre todo porque una vez tuve una actitud similar a esa. -Voy a darle tus recuerdos de Roland. -Si asegrate de drselos,- dijo Art -Y tal vez debera tener una charla con l sobre algunas de estas ideas como las tuyas. Roland sabe lo que es correcto.

Me mord el labio y me met en el coche sin otro comentario. As que. No hay respuesta real aqu, pero algo pareca malo en Art. Estaba con la guardia muy alta y muy hostil, y pese a haber afirmado que no haba ido al Otro Mundo recientemente, el resto de sus comentarios hizo parecer plausible que estuviera mintiendo. Sin embargo, me di cuenta de que lo que me molestaba tanto como su reserva fue su actitud hacia los Gentrys. Roland era similar, aunque no tan duro, y me lo advirti en varias ocasiones. Kiyo tambin quera mantenerme fuera de los asuntos Gentrys lo ms que poda lo cual era hipcrita, teniendo en cuenta su participacin. Estaba vinculada, le gustara o no, y tuve que aceptar que mi opinin de los Gentry haba cambiado. Eran extraos, y yo no siempre los apruebo, pero en mi corazn, saba que ellos eran un pueblo no muy diferente a m, lleno de los mismos sentimientos y esperanzas. No poda entender cmo Art o cualquier otro podra pensar que esas chicas desapareciendo no eran importantes incluso si se tratara de los Gentrys. Se me ocurri mientras me estaba yendo que Art no me haba invitado a entrar esta vez. Coincidencia? El jardn tan meticuloso ciertamente sugiere que pasa tanto tiempo all como fuera posible. Pero todava... Podra haber encontrado ms evidencias all que dara ms luz sobre sus actividades? Mierda. Por el momento no haba nada que hacer, ni siquiera en torno a Art y sospechando de m. Mientras conduca de regreso a la ciudad en direccin a la carretera, un plan B entr en mi cabeza. Qu era lo que Art haba dicho? Abigail estaba fuera de la ciudad por unos das? Cmo si todava, no tena indicios de que ella estaba involucrada con el misterio del Otro Mundo, pero estaba asociada con Art Tal vez haba algo en su casa. Por lo tanto, estacione afuera de su apartamento una vez ms y fui a travs de la tienda de antigedades. Mi pual, la varita y la pistola eran mis herramientas de comercio habitual, pero llevaba algo de cuarzo para lectura de la energa que no haba usado antes. Tambin tena un kit para abrir cerraduras que llevaba en la bolsa. Los demonios, trolls y otras criaturas de la misma calaa tratan de encerrarse lejos de m. Si la cerradura de Abigail no era top de lnea, debera ser capaz de entrar. Ella no lo era y, a juzgar por la falta de sonido, tampoco haba ninguna alarma. Lo ms cercano que ella tena era una horda de gatos. Me rodearon en una masa peluda, menos hostil que hambrientos. Me preguntaba acerca de quin les dio de comer mientras ella no estaba. Agitada, decid hacer una bsqueda rpida, para que la persona responsable por la alimentacin de ellos no viniera de la nada. La bsqueda no fue fcil ya que el lugar estaba amontonado de libros, incienso y

velas. Mi tarea se complic an ms por el hecho de que no tena idea de lo que estaba buscando. Levant y traslade las cosas lo mejor que pude, con la esperanza de que el lugar no pareciera saqueado. A pesar del lo, me ha sorprendido de nuevo por lo bien que el apartamento estaba, como haba sido restaurado de forma cara. El piso era de madera de Le verdadera, no laminado y todo el yeso y el pie de dise era hermoso. Este lugar no poda ser barato, y me pareci una lstima dejar los hbitos de amontonar sus cosas para ocultar lo mejor. No es que pudiera hablar. Llegu a la conclusin de mi bsqueda con una rpida mirada por la habitacin. Era menos complicado y por lo tanto haba menos cosas para conseguirlo. Su colcha era un mosaico de sedas de colores, y su armario estaba lleno de pauelos y vestidos. Una puerta del joyero en el aparador que estaba mostrando una enorme coleccin de collares y anillos, y junto a l era, Dios me ayude!, un par de esposas. Casi me re, tratando de imaginar la Nueva Era Abigail hacer algo pervertido. Tal vez no fui la nica que visit la sex-shop. Por supuesto, en cuanto mis esposas eran baratas y ligeras, estas estaban hechas de acero industrial, tales como la usa la polica. Si a ella le gustaban las codas pervertidas, as que era bastante pesado. Volv a Tucson despus de eso, llegando temprano por la tarde. Mi sentido de piloto automtico para saber las direcciones empez a llevarme a casa, y luego en el ltimo momento, llam a Tim -Kiyo llam o pas por ah? -No. Pero uno de sus gatos vomit en el suelo. Eso no es exactamente lo mismo. Colgamos y revis mi telfono por ensima vez. Nope. Ninguna llamada perdida, tampoco. Con un suspiro, me volv hacia el Parque Nacional Saguaro y su fcil acceso a las encrucijadas. Si Kiyo no poda salir del Otro Mundo y llegar a este, entonces tal vez hubiese enviado un mensaje a la tierra Thorn. Me sent estpida y desesperada, como una nia esperando una llamada. Pero, qu otra cosa poda hacer? Por desgracia, las noticias del Otro Mundo tampoco fueron mejores. -No, su majestad,- dijo Nia. Su voz estaba ansiosa y apologtica, como si ella misma tuviera la culpa. -No hubo noticias. Le di las gracias y pens que ya que haba tomado la molestia de venir aqu, debera encontrar a Shaya y obtener algn tipo de actualizacin. Cuando estaba buscando, sin embargo, fue el visitante ms inesperado el que encontr en lugar de ella: Girard, el cortesano de piel oscura y herrero de la fiesta de Mawenn.

-Su Majestad-, dijo con una reverencia ms extravagante que nunca. -Tena la esperanza de verla antes de tener que irme. -Hasta que... qu ests haciendo aqu?-Le pregunt, ms perpleja que disgustada con su presencia. -Vine a traer esto. Emanado como por arte de magia como un conejo bajo un manto, Girard consigui un precioso collar. La cadena estaba hecha de vnculos que ondulaban como el agua, y un zafiro en forma de perla colgaba de l. -Oh, Dios mo- jade, observando el collar. -Esto es increble. Usted hizo esto? -S, su majestad.- Su voz era modesta, pero se mostr claramente satisfecho con mi consideracin. -De quin es? Recordando los comentarios que hicimos acerca de las aspiraciones polticas, ms o menos esperaba que fuera un regalo de l. Entonces, de repente y con esperanza, me pregunt si Kiyo lo hizo como una seal de afecto porque haba pasado tanto tiempo lejos de m. No me parecera extrao que fuese de Dorian, pero me lo habra dado l. -Es del prncipe Leith de la tierra Rowan.-Por supuesto. Que debera saberlo. Que Leith aceptara su destino ayer por la noche era demasiado bueno para ser verdad. -Su Majestad aadi que l tambin quisiera hacer una corona para igualarla si lo desea. l manda sus recuerdos de amor y devocin. -Estoy segura de que los manda-. Suspir y le devolv el collar. -Bueno, me temo que una corona est definitivamente fuera de cuestin. En realidad... Realmente lo siento, Girard, pero ni siquiera puedo seguir con esto. No me gusta que su trabajo sea en vano. -l tom el collar y lo coloc en uno de sus muchos bolsillos. -No hay problema alguno. Entiendo cmo van los asuntos romnticos o ms bien, como no lo harn. Su Majestad estar triste, pero me gust la oportunidad de trabajar con algo nuevo para un cambio, entonces vali la pena, incluso si no lo muestra en su cuello.-Me acord de cmo viva en la corte de Katrice.

-En qu sueles trabajar?-l hizo una mueca. -Su majestad la reina Katrice es parcial con los animales y colecciona trajes, joyas... cualquier cosa que tenga que ver con ellos. La semana pasada, hice una ardilla de cristal. Era hermoso, por supuesto, el mal es que la ardilla era la quinta que hago este ao.-Yo no me poda contener la risa. -Bueno, pues supongo que tuvo mucho gusto entonces. Tal vez... - Una idea se me ocurri de repente. -Tal vez le pueda dar otro proyecto que no sea de animales. Tienes tiempo? -Girard dio una reverencia. -Por supuesto. -He odo que, en cierta medida, puede trabajar con el hierro. Lo que necesito es esto... - describ mi problema con Jasmine y la forma en que necesitaba esposas ms flexibles que contengan ms hierro de lo que poda superar. En teora, podra llevar esposas humanas, pero quera una movilidad especial, ya que necesitaba latn o cobre en ellas para que mis guardias pudieran tocarlas si es necesario. Girard escuch pensativo, asintiendo con la cabeza mientras hablaba. -S, por supuesto que puedo hacerlo. Puedo entregarlas maana. -Whoa, no me esperaba.-Ech la cabeza hacia atrs y ri. -Su majestad, se le olvida que no forjamos nuestro metal como lo hacen los humanos. Puedo pedir que el metal se curve, y lo hace. El resto es habilidad y paciencia. Supongo que tena razn. Le di las gracias profusamente, dicindole que Shaya vera el precio con l ms tarde. As que se fue, me fui a buscar a Shaya, todava necesitaba un informe. Antes de que pudiera, fui interceptada de nuevo esta vez por Ysabel. Ella estaba sola, lo tom con el sentido de que Dorian haba regresado a la Tierra Oak. Eso al menos era algo. No quera que acampara por aquespecialmente despus de mi debilidad llena de lgrimas de anoche. Se detuvo frente a m con los brazos cruzados. Cualquier temor que tena de m a causa de la leccin anterior haba desaparecido por completo. Tal vez la visita de Dorian la haba tranquilizado. O tal vez encontr que tena poco que temer de alguien que pas la mitad de la noche llorando y ahogndose en la pena.

-Mi maestro dice que todava no puedo volver hasta que hayamos trabajado juntas al menos una vez ms. -Qu lstima,-le dije, y empec a ir a travs de ella. -Tengo que encontrar a Shaya.Me cerr el camino de nuevo. Fue un "dj vu" de la ltima vez que me enfrent al respecto. -Shaya no est ahora. Cuanto antes acabemos con esto, mejor. S que no tienes nada que hacer con tu tiempo. Ests esperando tu kitsune para tirarte algn tipo de hueso.-Bueno, me irritaba, sobre todo porque ella tena razn. -Eso no es cierto. Tengo varias cosas que hacer. Adems, no s si todava necesito tu ayuda. Creo que en este momento voy a practicar por mi cuenta. En mi mente, busqu, sintiendo los diferentes tipos de aire que nos rodeaba. Me qued muy lejos de ella, pero me un a varios grupos de aire. Ahora que entiendo la naturaleza individual de ellos, no es tan difcil combinarlos en rfagas de viento grandes. Sopl aire a travs del pasillo, la creacin de una rfaga de viento que rivalizaba con la presuncin creada por ella en el primer da. Su expresin mostraba desdn, pero juro, que haba miedo en sus ojos de nuevo. Record lo que haba dicho Shaya, que estaba aprendiendo demasiado rpido y demasiado bien. -Eso es... aceptable-, dijo Ysabel finalmente. -Pero fue torpe. Y an as no puedes combinarlo con agua para controlar realmente el tiempo.-Ella tena razn en eso, pero sent que tena suficiente conocimiento de las dos para continuar con la prctica. -Ella vendr con el tiempo. Voy a estar bien por cuenta propia. -Mi seor, dijo de nuevo...- esa expresin desdeosa desaparecido, sustituida por la incertidumbre. -Hay algo ms... algo... bueno, a lo que ni siquiera se acerc todava. -Hered la magia de la tormenta. El agua y el aire. Qu ms? -Sgame, y le mostrar si usted lo puede soportar.- Aqu estaba la vieja actitud. Era casi reconfortante.

Ella me llev de vuelta al jardn, en el que estuvimos ayer por la noche. Un sirviente que haba visto cerca del castillo estaba poniendo ms ladrillos en el suelo con cuidado, ampliando el patio. Nos quedamos lejos de l, e Ysabel sigui manteniendo sus brazos cruzados sobre el pecho, en una postura rgida y defensiva. -Ser feliz cuando todo esto termine y pueda volver a la tierra Oak. Obviamente, mi seor siente mi falta. -Sus ojos brillaron con picarda.-Hicimos el amor en la noche con una pasin que nunca antes vi. Me ha dejado gritando y doliendo de xtasis.-Vir los ojos y me imped de decir, s, porque estaba pensando en m. -Vamos a acabar con esto para que puedas ir y gritar y recibir todo el dolor que desees. Qu ms debera saber? -Hay algo ms en el aire,- dijo. Se mordi el labio, pensando, tratando de articular el significado.-Puedo sentir, pero soy incapaz de tocarlo. Es probable que no puedas hacerlo tambin. -Puedes ser un poco ms especfica? -Siempre est ah... es como si las piezas de aire fuesen... espinas. Afiladas al tacto. Pero antes de una tormenta est sobre ellos. -Yo miraba estpidamente por un momento, y luego la parte humana de mi se enfoc. -Maldita sea...ests hablando de hacer rayos,- dije. Cul fue el trmino cientfico? Estos son partculas cargadas. El trmino no significaba nada para ella, pero ella asinti con la cabeza cuando mencion rayos. La ansiedad se apoder de m y de inmediato sent todo a m alrededor. Sentir todas las molculas de aire fue fcil ahora. Los dos nicos nombres que poda recordar eran oxgeno y el dixido de carbono. Todos los dems tenan una sensacin nica, pero no poda decir si eran de nitrgeno, hidrgeno o lo que sea. Despus de unos minutos hurgando en mi mente, sacud la cabeza. -No siento nada por el estilo.-Ysabel pareca contenta con eso. -Como he dicho, probablemente no eres lo suficientemente fuerte. -Es un da claro-, suger. -Probablemente no habr ninguno alrededor.

-No, ellos siempre estn all. Hoy no mucho, pero los puedo sentir. Apret los labios en una lnea dura, de volver a intentarlo. Como era antes con Dorian: una espera interminable, pero l me habra atado. Ysabel, probablemente me hubiera atado si la dejara, para usar la oportunidad y cortarme el cuello. Aire, aire, aire. Cada individuo es nico, pero todava no haba cortantes o punzantes como lo haba descrito. A lo lejos, me acord de la vez que convoqu a una tormenta. Haba sido capturada por un Gentry elemental, a punto de ser violada, mientras mi madre estaba lesionada. En mi desesperacin y el pnico loco, convoqu una tormenta que casi destruy mi casa. Pero tena pocos recuerdos de cmo lo haba hecho. Todo era un torbellino, como una especie de sueo. Cada pelo en mi brazo se dispar sbitamente. All, All, mezclado con el aire por encima de nosotros haba algo... as, francamente, elctrico. l era espinoso, como lo haba descrito. Busqu, tratando de controlarlo como lo haba hecho con los otros, pero era resbaladizo. Era como si el aceite corra por mis dedos, y ahora entend por qu ella no poda. Era un fenmeno muy distinto. Lo volv a intentar, y por un segundo, los atraje en un nudo. El olor a ozono llen el aire, y luego perd mi agarre. Sin flash de luz, ni el trueno. Pero el rostro de Isabel se horroriz. -Usted... Lo tienes. No debera ser capaz de... -No hice nada. -No debera ser capaz de hacer eso... an no... No puedo ni tocarlos.-Muy rpido y muy fcil. Como mi padre. -Ni siquiera estoy cerca de conseguirlo.- Esperaba a sonar tranquilizadora. -Va a ser ms difcil.- No podra decir como lo saba, era algo que yo senta. Empua el aire, creando el viento... vendra con la prctica. El rayo era algo diferente. Pero cuando lo hice... De pronto me estremec y qued impresionada con el jbilo que me invadi. Si pudiera aprender a crear y controlar los rayos... Jesucristo. Ese tipo de poder no tiene precedentes. Era una gran parte de lo que hacia el tan temido Rey Storm. Ser capaz de hacer esto sera increble. Extraordinario. Ser como un dios

Dej estos pensamientos, me horroric pensando otra vez. Al hablar del deseo. Yo no era un dios. Querer esta clase de poder estaba mal, todo el mundo lo deca. Bueno, los del mundo humano por lo menos. An as, si pudiera convocar un rayo, que pudiera destruir una buena cantidad de esos jodidos demonios. Este sera sin duda un buen uso de mi poder. Por desgracia, lo que le dije a Ysabel era cierto. Podra tomar un tiempo, hasta desarrollar otro tipo de arma increble, y luego seguiran volviendo y Me qued inmvil, de repente me olvid sobre el poder fenomenal que haba terminado de tocar. Tena un arma delante de m, algo que podra librarme de los demonios de una vez por todas. Infelizmente no era fcil de usar. -Hija de puta-, dije. Jasmine.

Captulo 17
Jasmine casi brinc 10 metros en el aire cuando yo vena por el pasillo que conduce a su celda. -T! -Exclam. T puedes invocar demonios del agua. Sus ojos se abrieron, sin saber qu decir, como siempre. Pareca que la haba interrumpido de hacer... bueno, nada. En un ataque de culpa, haba mandado algunos libros para que ella pasara el tiempo, pero el informe de los guardias informaba que ella haca poco uso de ellos. Bueno, eso y tratar de persuadirlos a que la dejasen irse. Creo que ella pens que me ocupara de Volusian despus de hacer que uno de los guardias la ayudase. Recuperndose un momento ms tarde, adopt una cara como la de Ysabel. Teniendo en cuenta el odio mutuo de ellas hacia m, tal vez debera haberla enviado aqu para entretener a Jasmine. -Tal vez-dijo Jasmine. -Por qu? Ests temerosa de que lo use para escapar? -No,-dije. -Pero tengo que deshacerme de algunos demonios de fuego. Roland me dijo que la mejor manera de destruir a los demonios era convocando a sus contrarios. Dej de lado la idea, sabiendo que estaba ms all de mi capacidad. Y al mismo tiempo consider la posibilidad de que Jasmine poda hacerlo... aunque pareca intil teniendo en cuenta que no tena ni idea de su paradero o cualquier otra razn por la cual ella me ayudara. Pero ahora? Bueno, las cosas eran diferentes. La actitud de Art me haba dejado una sensacin de impotencia e ineficacia. Ahora, de repente me sent como si tuviera los medios para tomar el control y golpear algunas cosas que estaban mal en ese reino. -Y qu? -Pregunt Jasmine, sin aparentar el ms mnimo temor. -Esto no tiene nada que ver conmigo.

-No es cierto. Irs a ayudarme. Vamos a enfrentarnos a ellos y a su amo, y t llamars a las criaturas del agua para destruir a aquellos demonios. -La expresin de Jasmine era casi cmica por la incredulidad. -Porqu te ayudara? -Intent ser primero la polica buena. -Porque es lo correcto que hay que hacer. Ellos estn daando a personas inocentes. -Y? Como dije, esto no me afecta. -Hablas como la nia egosta que eres. -Ella se sonroj. Teniendo en cuenta su obsesin por tener un beb y reinar sobre los dos mundos, no le gustaba que la molestasen por su edad o capacidad. -Pens que queras ser reina de esta tierra. Ella me mir con enojo. -S, lo habra sido si no la hubieras robado! -Por qu? Por qu ser una reina si no tienes intencin de hacer nada? Lo que deseas es llevar una corona y ver a la gente hacindote reverencia? -No tom en cuenta lo que dije y en su lugar respondi: -No te ayudar.-Di un paso hacia la reja, sonriendo con dulzura, aunque iba a entrar en el plan de polica malo. -Oh, lo hars. Te guste o no. -Qu, me obligars o algo as? En cuestin de segundos, saqu mi Glock y le apunt directamente a los ojos. Se puso plida y se fue haca la pared, pareciendo como si fuera a derretirse. Detrs de m o una ligera confusin entre los guardias. La pistola era un arma humana, hecha de acero y aleaciones, as como otras sustancias que son una maldicin para los Gentry. Tambin son mortales para los seres humanos o, en el caso de Jasmine, mitad humana. -Ests loca -dijo. Me puse de lado. -Tengo un trabajo que hacer, y t eres la clave para que se realice. Puedes colaborar, y tal vez mejorar el lugar donde vives. Quedarte con un cuarto en lugar de con una celda. -Pude ver los pensamientos y los esquemas girando en sus ojos.

Jasmine era joven, inexperta y egosta... pero no era estpida. Tuve que pensar en algo que tambin fuera moneda de cambio. -Y si no lo hago, me vas a disparar? -Bueno, todo el mundo dice que debo matarte. Mi voz era tranquila, mi fisionoma dura. No s si ella creera o no en m. Caray, yo no saba si crea en m misma. Ella saba que le tena un poco de amor despus de todo lo que haca, y una reputacin de largo tiempo como una luchadora implacable, como dicen muchos Gentry, asesina. Jasmine se lo trag. Ella tambin estaba intentando aparentar tranquilidad, pero sus ojos la traicionaron. -Cmo lo vas a hacer sin saber si los convoco y los hago que se vuelvan en tu contra y me quitas las esposas? Sabes que no puedo usarlas y seguir teniendo ese tipo de poder. -Solt el pestillo de la pistola, todava apuntando a ella. -Porque tendr esto detrs de tu cabeza todo el tiempo. -Un largo silencio cay. Volusian estaba tan quieto que casi me olvid que estaba all. Por ltimo, Jasmine dijo: -Te odio. -As que... eso es un s? Tom su silencio como una confirmacin y guard el arma, ponindole el seguro y sintindome un poco sorprendida por el fuerte ritmo de mi propio corazn. Acababa de apuntar con una pistola a una nia de 15 aos? Roland y Kiyo crean que lidiar con la magia podra cambiar el tipo de persona que eres. Revolver los rayos y el aire me transformaban en alguien que podra fcilmente amenazar a otros para obtener lo que yo quera? No, me decid. Esto no tena nada que ver con la magia. Esto era una necesidad. Yo necesitaba derrotar a esos demonios de fuego, y esa era la manera de hacer esto. -Eugenie? -Una voz suave me sac de mis emociones exageradas. -Kiyo! Estaba de pie en el pasillo, y me pregunt cuanto haba escuchado. No importa. Estaba increblemente feliz de verlo. El dolor en mi corazn disminuy, y si no hubiera tantos testigos, hubiera corrido a sus brazos. l estaba increble, vestido de

forma humana: pantalones vaqueros, y una camiseta gris que se le cerna perfectamente en los msculos. El cabello negro y sedoso le llegaba hasta la barbilla, y su piel pareca caramelo. Pero sus ojos... sus ojos eran duros. Le di a Jasmine una mirada de advertencia. -Hablaremos ms tarde. -Que te jodan, Eugenie, -contest ella. Cog la mano de Kiyo y me dirig al piso de arriba con l. Al verlo, toda aquella tensin nerviosa que senta desde ayer por la noche se liber. Estaba tan cansada, tan preocupada y asustada. Ahora, era como si el mundo fuera correcto nuevamente. Las noticias sobre el beb eran difciles para m, pero todava quera felicitarlo. Las palabras estaban en mis labios as que nos quedamos solos, pero l habl primero. -De verdad, Eugenie? A eso hemos llegamos? -Mi cabeza an estaba feliz de verlo. -Cmo que a eso?-Seal hacia la puerta de la mazmorra, que acabbamos de pasar. -Aquello! Nunca esper adolescente. encontrarte con una pistola en la cabeza de una

-No estaba exactamente en su cabeza, -le dije. -Y nos puede ayudar a librarnos de los demonios. No puedo invocar a los verdaderos demonios del agua, los dos sabemos que ella pueda llamar a las criaturas del agua. -Kiyo y yo habamos luchado con algunas de esas criaturas, incluyendo una que nos haba atrapado en una situacin comprometedora en su coche y casi nos mata. -Ellos nos pueden dar una ventaja. -Y si ella no lo hace, realmente la vas a matar?-Suspir y dej de caminar, apoyndome en una pared cubierta por un tapiz para poder verlo. -Realmente crees que hara eso? -Ella pareca pensar que lo haras, y, a decir verdad, yo tambin lo pienso. No creo que sepas cuan aterradora puedes ser. -Estaba de pie frente a m, con un poco de distancia entre nosotros, y haba una extraa mezcla de qumica sexual y contradiccin en el aire. - Hay algo extrao en ti... has practicado con magia?

No le contest de inmediato, lo que era tan bueno como una admisin de culpabilidad. La mirada que me dio era casi tan horrorizada como cuando pens que yo le iba disparar a Jasmine. -Un poco. -Un poco! Eugenie!, - silb, inclinndose ms cerca. -No hay trmino medio con esta cosa. T continuars hacindolo, y caers cada vez ms en la madriguera del conejo. -Me re y ech los brazos hacia arriba, haciendo un gesto hacia el castillo. -Ca en El Pas de las Maravillas hace mucho tiempo. -Sabes lo que quiero decir. Pens que no lo haras nunca ms. Pens que habamos acordado en que esto era malo. -T estuviste de acuerdo, -correg, sintiendo mi propio temperamento comenzando a calentarse. -Tena la oportunidad de aprender ms, y decid aceptarla. Y como dije, era slo un poco. -Aprender con quin?-Me pregunt con suspicacia. -Una mujer del reino de Dorian. Tiene cierta habilidad para controlar el aire y me ha enseado a utilizarlo. Estoy a punto de llamar a los rayos tambin. Delante de su mirada irada, un instinto me deca que deba sentirme avergonzada... y, sin embargo, me senta bastante orgullosa de lo que haba alcanzado. -Por supuesto. Dorian. De alguna manera, no me sorprende. -Hey, Dorian est siendo muy atento y genial ltimamente. -Mi defensa hacia el rey Gentry me sorprendi as como la verdad de mis palabras. Con tanto caos ltimamente, senta la presencia de Dorian casi reconfortante. Kiyo gir los ojos. -S, y estoy seguro que le encantara ser an ms genial. Mira, vas a empezar a poner todos estos elementos mgicos juntos y tendrs demasiado poder en tus manos. Sers como -No digas cmo el Rey Storm! -grit. Deseara que todos dejasen de pensar que esto es inevitable. Muchos Gentrys utilizan magia sin llegar a ser tiranos dioses de la guerra. Dame un poco de crdito. -Yo slo me preocupo por ti,- gru.

-Y sabes lo que me preocupa? Estoy preocupada por la gente de aqu murindose de hambre, de las personas que no estn consiguiendo suficiente agua. Yo estoy preocupada por los bandidos y los demonios acechando a los inocentes. Estoy preocupa por las nias que estn desapareciendo, y la posibilidad de que estn siendo secuestradas por aquellos que no afrentan ninguna responsabilidad. Y adems de todo esto, preocupada en tratar de vivir mi vida humana y mantener a todos los tipos del Otro Mundo fuera de mis pantalones. As que no vengas aqu a darme rdenes. Nunca ests alrededor. No tienes idea de lo que estoy pasando!Yo estaba gritando, y era de extraar que ningn funcionario viniera a ver cul era el problema. Mi respiracin era pesada, y cerr mis manos en puos sin darme cuenta, debido a mi enojo. -Por qu ests aqu? - Quise saber. Los ojos oscuros de Kiyo eran difciles de leer, pero pude ver que un poco de su ira se haba enfriado. No estaba segura de si estaba reconsiderando sus acusaciones o simplemente haba decidido que no vala la pena discutir. -Vine a ver si quieres visitar al beb. -Oh! -Por alguna razn, fue como si un balde de agua fra hubiera sido arrojado en mi ira. Suspir. -Kiyo... lo siento. No deb haberte gritado.-Se pas una mano por el cabello oscuro. -Y yo no debera haber peleado contigo. -Una leve sonrisa apareci en sus labios. Bueno, al menos no de esta manera. Pero tienes razn no estaba cerca. Estas pasando por muchas cosas que me perd, y no s todo lo que est aconteciendo. Yo, quiero decir, eso no cambia lo que siento acerca de la magia y Jasmine -Yo levant la mano. -Basta. Podemos pelear por eso ms adelante. Hbleme del beb. -Y as, la cara de Kiyo se transform completamente. Alegra y adoracin tal pureza llenaron sus facciones, que era impresionante de ver. Difcilmente lo haba visto as no, borr eso. Supongo que nunca lo vi as. -Oh, Eugenie. Ella es tan bonita. Tan perfecta. Yo nunca... es como nada de lo que imaginaba. -Algo se hundi en mi estmago, algo fro y pesado. Casi deseaba que l se enfadara de nuevo, para qu mi propia furia pudiera regresar. La ira es mejor que la tristeza. Forzando una sonrisa, le cog la mano. -Estoy tan feliz por ti, - le dije. -Me encantara verla. Cmo se llama? -Louise.

Dijo el nombre como una oracin, como una palabra mgica que pudiera arreglar todos los problemas del mundo. Le oa decir mi nombre as tambin, por lo general cuando estbamos teniendo relaciones sexuales. Obviamente, su actitud en relacin a nosotras dos era un poco diferente, pero la intensidad de su amor era similar. -Es un hermoso nombre,-dije, todava tratando de sonrer. Un momento de inquietud se cay. -Listo para viajar? Estaba quedando cada vez mejor en convencer a Rurik que me dejara salir sin escolta, y Kiyo y yo pudimos llegar a un buen tiempo a la Tierra Willow. Yo montaba a caballo, y l corra a mi lado en su forma de zorro, capaz de seguir fcilmente mi ritmo. Aunque esto no era una visita oficial de Estado, me puse un vestido de Gentry en reconocimiento a mi condicin de reina. Era sencillo, con mangas azul plido y de un material ligero. Me senta como Jane Austen. Lo peor fue que como me negaba a viajar de lado o cualquiera cosa as de ridcula, la falda suba por mis piernas. Con slo Kiyo para verme, no me import mucho, y ciertamente a l tampoco le molest. En el camino, pasamos por otro pueblo de mi reino, uno que no haba visitado. Lo reconoc por la descripcin de Shaya. Estaba segura que era uno de los pueblos con mineral de cobre. Cerca de su periferia, poda ver a las personas trabajando y excavando. Hice una nota mental para detenerme aqu en el camino de regreso si el Otro Mundo no decida enviarme por otra ruta. La forma de zorro de Kiyo significaba no hablar. La primavera estaba progresando rpidamente en la Tierra Willow cuando llegamos. De hecho, haba llegado mucho ms rpido de lo que yo habra esperado, basada en mi ltima visita. No haba nieve, y retoos aparecan en los rboles. El aire era caliente y perfecto para un picnic, con azafrn, narcisos y otras flores retoando en apilados de colores. Me sorprend con el cambio hasta que me acord de cmo los reinos del Otro Mundo estaban ligados a sus monarcas. Podra poner mi energa en la tierra y ella se curaba. Dorian mantiene la Tierra de Oak en un estado de otoo perpetuo porque traa recuerdos de su juventud, que le haca sentirse bien y fuerte. Si Mawenn acababa de dar a luz, su tierra reflejaba el florecimiento de una nueva vida? Kiyo regres a su forma humana cuando nos acercbamos a la puerta principal del castillo. Aquellos que la custodiaban me miraron con curiosidad pero a l le dieron la bienvenida con alegra y afecto. De hecho, la energa de la felicidad era palpable mientras caminbamos por los pasillos. Todos los que estaban cerca de Mawenn actuaban como si estuviera dando una fiesta. Con sonrisas brillaban en el rostro de todos.

Kiyo no necesit escoltas o un gua mientras nos conduca rpidamente a travs de los pasillos, suba por unas escaleras, al dormitorio de Mawenn. Al entrar, decid que necesitaba hablar con Shaya sobre una nueva decoracin. La habitacin que haba heredado de Aesn era de un dios medieval de la guerra, con muebles duros, muy pocas ventanas, y todo, desde los gruesos muros de piedra hasta la cama, eran de un color oscuro. El cuarto de Mawenn era amplio, luminoso y fresco, lleno de ventanas y varios muebles delicados de madera. Las sbanas de la cama eran de seda color lavanda, y un material transparente, colgado por el dosel. Pareca el cuarto perfecto para una princesa de hadas, y reina. -Eugenie - dijo ella, sonriendo. Estaba sentada en la cama con almohadas apiladas detrs de s. Estaba esperando que vinieras. Lo estaba? Me pregunt. Un da despus de tener un beb, ella se vea tan hermosa como siempre, sus cabellos de oro cayendo en cascada sobre un camisn morado. Una delicada corona de perlas, incluso en la cama, adornaba aquel cabello de lujo, y nuevamente volv a pensar acerca de mi supuesta necesidad de una corona. Kiyo dijo que enviara un mensaje equivocado, pero repentinamente quera una. Un pequeo paquete estaba en los brazos de Mawenn, pero sobre todo lo nico que pude ver de Louise era una toca de encaje y unos cuantos mechones de pelo negro. Sonre en respuesta y me acerqu a la cama. Haba tratado esta visita muy casualmente? Deb haberme arreglado ms de lo que haba hecho, y trado oro e incienso? -Felicitaciones. Usted debe estar feliz. La sonrisa de Mawenn se hizo an ms radiante. Ella encontr los ojos de Kiyo, y algo pas entre ellos no era algo romntico, con exactitud, pero una emocin fuerte de la cual careca de conocimiento. Mawenn alegremente levant la manta, y l la tom con igual gentileza. -Ves? -Dijo, detenindose junto a m. -No es hermosa? Hermosa no sera la palabra que yo usara, aunque Louise era muy bonita lo que fue un alivio. Conoc a personas con bebs feos, y en estas situaciones, casi siempre t tienes que mentir y decir que el beb es lindo. Ahora no era necesario mentir. Louise era encantadora no es de extraar teniendo en cuenta sus padres y de hecho, era evidente de quin eran los genes que ella haba heredado. Con su pelo negro y piel bronceada, Louise era claramente la hija de su padre.

-Toma dijo l, entregndome la nia a m antes de que pudiera detenerlo. Yo nunca haba cargado un beb antes, y la cog con torpeza, con un brazo apoyando su cuerpo y el otro la cabeza. Ella estaba caliente, casi redonda con tantas mantas, se movi un poco mientras dorma. Todo en ella era pequeo nariz pequea, los dedos pequeos, las pestaas pequeas. Un extrao sentimiento creci en mi garganta, y me acord de mi conversacin con Dorian. Mis caderas para siempre van a permanecer delgadas. Mi cuerpo nunca creara nada igual. Cuando Louise abri brevemente los ojos para mirarme, eran de color azul oscuro, sin duda se quedaran marrn, la regres a su padre. Kiyo la tom feliz, an con esa mirada de asombro en su rostro, y se sent en el borde de la cama. Coloc a Louise en los brazos de Mawenn, y aunque no hubo mayor toque entre ellos de los que la accin requera, volv a sentir la conexin entre ellos. Un vnculo tangible de que los se mantendran juntos por siempre. Quera irme despus de eso. Quera huir de este lugar y nunca regresar. Pero tena que quedarme porque Kiyo quera que yo fuera parte de ello y debido a que era de buena educacin hacerlo por Mawenn. As que segu con esa sonrisa congelada en la cara y habl pequeas tonteras que casi no escuch, como si Louise fuera a heredar alguna habilidad kitsune y cuando Mawenn celebrara su nacimiento. Finalmente, Kiyo dijo que tenamos que irnos, y me di cuenta de que slo lo haca por m. Si fuera por l, se hubiera quedado toda la noche. Le di mis felicitaciones a Mawenn de nuevo y le asegur sobre mi alegra y la belleza del beb y varias otras cosas que saba que una madre quiere or. Kiyo tambin sonrea mucho, pero una vez que salimos de la habitacin, la sonrisa desapareci. -Fue realmente tan horrible? -me pregunt. Me hice la tonta. -De qu ests hablando? Yo dije algo malo? -No, Eugenie. Fuiste perfecta. Todo estaba perfecto. No creo que Mawenn se haya percatado de nada, pues ella est distrada. -Suspir. -Pero te conozco. Veo que ests molesta. Aun ests preocupada por que Mawenn y yo volvamos a estar juntos? Mawenn y l? Cmo iba a explicarle que lo que senta iba ms all de una sencilla envidia? No slo tema que el nacimiento de ese beb los reatara y este era un temor legtimo, mo, pero el nacimiento de Louise me impact de muchas otras maneras tambin. Pens en Kiyo y en lo mucho que lo amaba y quera una relacin

tan fuerte como podramos tener, pero no importa lo que pasara con nosotros, nunca tendramos una familia de esa manera. Me preocupaba ms que l me dejara a un lado debido a mi insuficiencia. Y aunque todava estaba lejos de estar loca por los bebs o para escuchar a mi reloj biolgico, lo horrible que sera algn da, cuando yo quisiera un beb y no pudiera tenerlo? O s, que Dios me ayude, yo tuviera un beb por accidente? Nunca podra amarlo, no con la profeca en mi cabeza... -Es complicado, -dije, dndome cuenta de que Kiyo segua esperando una respuesta. -Eugnie, -dijo cansado. -Te amo. Te amo tanto. Esto no va a cambiar eso. Mawenn y yo no somos ms amantes. Siempre cuidar de ella, y vamos a trabajar juntos para asegurarnos de que Louise crezca con todo el amor y la atencin que necesite. Pero t eres la mujer que yo amo, la mujer que quiero que sea mi pareja, y con quien quiero quedarme para siempre. Sus palabras eran dulces, y calentaban una parte de m. Pero l todava no entenda todo, no entenda las emociones que este nacimiento me haban trado. ltimamente con Kiyo era acierto o error. Algunos das, senta como si me conociera mejor que yo misma. Otros, cuando se trataba de bebs o la magia o de gobernar un reino, era como si l no me entendiera ni un poco. -Ya lo s- dije, poniendo mi mano en la suya. Yo, desde luego, no iba a pelear o discutir en el centro del castillo de Mawenn. -Mira, est todo bien. Hablamos ms tarde. Ahora... bueno, yo s que t no quieres realmente irte. -Neg con la cabeza. -No, no. Yo voy contigo -Kiyo,- le dije, no pudiendo evitar una pequea sonrisa. -Te conozco. Vi tu cara all. Quieres quedarte ms con Louise. Y debes hacerlo. Qudate un rato, y yo regresar sola. -Eugenie...-Pero saba que tena razn. -Est bien. Y voy a estar bien. Soy la gran y malvada Reina Thron, te acuerdas? Por otra parte, quiero visitar el pueblo por el que pasamos. -l permaneci en silencio durante varios segundos. -Dnde vas a estar maana? Quiero encontrarte.

-No estoy segura. Por la maana tengo que regresar a Tucson debido a un trabajo y hablar con Roland, pero despus de eso... Con tantas cosas ocurriendo ltimamente estaba siempre solucionando un problema tras otro. No haba tenido la oportunidad de hablar con Roland acerca de Art y la conexin con Yellow River, ni Kiyo, saba de los ltimos acontecimientos al respecto. Antes de que pudiera empezar a explicarle, Kiyo fue por una direccin inesperada. -Quieres ir a cazar demonios de fuego? -Le mir sorprendida. -En serio? -Bueno, si t tienes a Jasmine y sus trucos nuevos, tienes ms oportunidades de luchar, entonces creo que ser mejor que crees un grupo y unirme a l. Has estado esperando para deshacerte de ellos, verdad? Nos detuvimos en el vestbulo, y la escena era inquietantemente similar a cuando estaba en mi castillo por la maana. Ahora no haba ecos de gritos, y yo se lo agradec. -Gracias- dije, inclinndome hacia l. Le di un suave beso en sus labios, o por lo menos trat que lo fuera. Sus manos se extendieron y agarraron mi hombro, atrayndome ms cerca e intensificando el beso. Me alej, preguntndome que tan extrao sera que un siervo viera al padre del hijo de su reina besndose con otra persona. Por supuesto, entre Gentrys este tipo de cosas es tpico. -Vaya, -dije, dando un paso atrs antes de caerme en la tentacin de darle un beso de nuevo. -Ve a ver a tu linda hija. Hablaremos maana. -Gracias, Eugenie. - Su cara estaba dividida en una de esas increbles sonrisas. -Y gracias por... No s. T me entiendes. Creo que nadie ms me comprende. Le sonre en respuesta y luego lo vi alejarse. Momentos despus, me volv tambin. Cuando sal al aire de primavera, me pregunt si realmente alguien me entenda.

Captulo 18
La aldea por el que pasamos muy temprano se llamaba Marmant, y tuve que recibir instrucciones de los guardias de Mawenn para asegurarme de que no cogiera accidentalmente una ruta diferente de vuelta a casa. Fui all con sentimientos angustiosos, an repasando los eventos con Kiyo y tratando de decidir si nuestros argumentos de hoy calificaban como una pelea de verdad. Me calm un poco cogiendo y manipulando el aire, creando ventarrones y remolinos tratando de ver el tamao de las explosiones que poda crear. En cierto momento, hice que un rbol se curvara sobre el monte, pero qued cansada. Tena que practicar ms para soportar la verdadera fuerza de los vientos, y rayos que an estaban fuera de mi alcance. Las personas de Marmant me saludaban con la misma mezcla de miedo y admiracin que poda esperar. Varios cambios estaban sucediendo en la tierra, entonces ellos estaban agradecidos y finalmente se permitan ser optimistas. An as, mi reputacin implacable siempre estaba presente, ellos hablaban con cautela, con miedo de enfurecer a una soberana peligrosa que forz a esa tierra cambiar. Cmo est todo? pregunt, esperando parecer preocupada y no amenazadora. En lugar de un prefecto, esa ciudad tena un consejo de cinco personas que tomaban las decisiones, ellos me invitaron a un encuentro privado. Eran hombres y mujeres de apariencia normal, an con esa apariencia de campesinos tan comn de Otro Mundo, pero haba un aire de competencia alrededor de ellos. Tienen comida y agua ahora? S su majestad, dijo una mujer de mediana edad que pareca ser la representante del grupo. Gracias su majestad. Bueno. Lo siento debe haber sido muy difcil para ustedes. Las cosas deben mejorar ahora-. Hubo un breve silencio en el grupo, un significativo abatimiento no expresado. Mir de rostro en rostro. Qu? No queremos incomodar a su majestad...

Hganlo siempre. Para eso estoy aqu. Eso consigui otra ronda de miradas cruzadas. Aunque aparentemente era un concepto extrao para esas personas. Bueno, comenz la mujer, -cerca de los lmites de la ciudad, han habido algunos ataques. De qu tipo? Bandidos, su majestad. Hijos de puta le dije. Sabemos que el grupo se haba desplazado, pero ellos haban estado tranquilos hasta ahora, permitindome esperar a ver si poda aceptar la oferta de Kiyo de luchar contra ellos antes de que causaran ms problemas. En realidad tenemos muchos luchadores y usuarios de la magia, ella dijo con cierto orgullo. Pero no podemos luchar contra los monstruos. Usted se refiere a los demonios. Ella asinti con un movimiento nervioso. Hijos de puta dije de nuevo. Necesitaba batallar con eso, en ese momento, estaba realmente dispuesta a ser una bastarda y apuntar con un arma en la cabeza de Jasmine. No se preocupe. Ellos se ocuparn de ella en breve. Muy pronto. Alguna cosa ms que deba saber? Esta vez, fue un hombre el que habl. No queremos molestarla... Murmur. -Slo dgame que es. Escuchamos que su majestad estaba buscando chicas desaparecidas. Me enderec.

S. Qu hay con eso?

Una de nuestras mujeres desapareci hace dos das. La hija de mi vecino, Markelle. Una pequea sonrisa cautelosa apareci en sus labios. Ella es salvaje, siempre yendo donde no debera. Pero ella no ha regresado... y ella siempre vuelve... Sent mis puos cerrarse y me obligu a relajarme. No necesitaba asustar an ms a esas personas. Aparte de los bandidos, ustedes vieron a alguien ms por ah? Humanos, tal vez? l pareca an ms temeroso en discutir ese asunto. Vemos humanos a veces, vuestra majestad. Creo que l pens que mencionar a mi propia gente me iba a molestar. No, es nada raro. Es comn tener humanos que... van, persiguiendo a alguno de los habitantes de este mundo. Chamanes como yo, quiso decir. Normalmente, ellos nos dejaban en paz luego que encontran sus presas. Pens en Jasmine. Algn soldado o guerrero de los Gentry? Ocasionalmente. Presumo que ellos son desertores del rey Aeson. No es una mala teora, en verdad. Pero no veo a ninguno de ellos con regularidad. No hay nadie en particular, que vaya a regresar. Me inclin hacia adelante, una parte de mi sintiendo como si todo estuviese a punto de desplomarse. Pero hay algn humano que ustedes ven continuamente, lo hay? Especialmente desde que las mujeres comenzaron a desaparecer? l hizo un gesto. Ah estaba. Todo estaba all. Un hombre, no? Un hombre con un tatuaje de una cobra de color rojo? No, su majestad. Qu?-. Me congel por un momento. -Entonces, quin?

Una mujer, vuestra majestad. Una mujer con el cabello grisceo que usa una larga trenza. Me qued mirando durante unos segundos, y luego me re. Eso pareci asustarlos ms que si hubiera tenido una explosin de rabia. Abigail dije finalmente, ms para m misma que para ellos. Su majestad. Los dispens. Djalo ir. Los condenados de Abigail y Art. Trabajando juntos para... qu? Secuestrar mujeres Gentry? Pero por qu? Pugn con la idea de Art como algn tipo de violador enfermizo, pero dnde encajaba Abigail en todo eso? Seguramente eso no tendra ningn inters para ella. Con un suspiro, empuj las preguntas dentro de una caja en mi mente, necesitaba resolver eso cuando regresara al mundo humano. Necesitaba conversar con Roland. Pero hay una cosa que necesito saber? Ustedes tienen cobre cerca, correcto?Encontrar agua y comida era naturalmente esencial, pero era el cobre lo que realmente cambiara las cosas en la tierra Thorn. Era en lo que todos los tratados y acuerdos se basaron. Cmo est yendo la extraccin? Lentamente hasta hoy, su majestad la mujer admiti. Nosotros los usuarios de la magia tenemos habilidades en muchas cosas, pero somos pocos los que podemos trabajar con el metal. Muchos de nosotros hacemos un trabajo manual. Frunc el ceo. Por qu las cosas cambiaron hoy? Bueno dijo sorprendida, porque usted mando al rey Oak hasta nosotros. Oak, espere. Usted se refiere a Dorian? exclam. l no est aqu ahora, verdad?

Todos estaban claramente sorprendidos con mi extraeza. S, su majestad dijo el hombre que haba hablado primero. l est con los trabajadores ahora. Pens que usted lo saba. Me levant, todava conmocionada. Necesito verlo. Con permiso. Todos ellos murmuraron un educado adis y se empujaban unos a otros con las reverencias. No respond a las formalidades. En lugar de eso, me volv hacia la luz del sol brillante, caminando ligeramente hacia donde haba visto a los trabajadores en el otro extremo del pueblo. Al principio, no vi ningn atisbo de Dorian. Hombres y algunas mujeres estaban cavando diligentemente, el sudor corra por su rostro. Entonces, de repente, escuch un leve murmullo, y la tierra tembl. Enormes trozos de roca se levantaron de la tierra, algunas brillando a la luz del sol. Ellas se levantaban en un montculo hacia un lado, quedaban acumuladas y luego suavemente se tumbaban sobre una pila de rocas similares. Me volte, y mir hacia el lado opuesto del rea y finalmente encontr a Dorian, sus manos se estaban moviendo en el aire mientras conduca el mineral. Su ropa era sencilla hoy, pero su cabello rubio y ondulado, bajo la luz del sol, pareca fuego lquido. Su rostro estaba lleno de concentracin mientras l observaba las rocas, pero una vez que se detuvo, sonri y camin hacia adelante. Mi seora, reina Thorn, que gusto. Dej que l me besara las manos por lo menos para cubrir las apariencias, en serio, por qu a los Gentry les gusta tanto eso?, entonces lo llev lejos de los odos de los otros. Qu diablos ests haciendo aqu? Exclam. Ahora, agarrando m cobre. No es eso lo que yo quise decir!-. Se encogi de hombros y se limpi el sudor de la frente. Aparte de la expresin de diablo-poderoso, era evidente que estaba cansado. Me tom del brazo y me gui de regreso al pueblo. Vamos, voy a darte algo de beber antes que te deshidrates. Y empieza a explicar.

Escuch que haban algunas dificultades con tu cobre, y decid venir a ayudar, ya que eso me beneficia tambin. Mi espada necesita ser sustituida, sabes, y esa no es una metfora. La comparacin est muy bien. Adems, t crees, honestamente, que puedo dejar que t tengas toda la gloria de ser el monarca ms til de por aqu, verdad? Est hacindome parecer mal. Dorian murmur. Porque realmente no haba otra respuesta. Si las personas estaban cayendo encima de m cuando llegu, nosotros dos juntos creamos una bella conmocin. De nuevo, record algn tipo de pareja de celebridades. Volvimos hacia el consejo, y en ese momento us mi autoridad de reina para conseguir un poco de privacidad y algunos refrescos. Qued un poco sorprendida al ver lo rpido que mis rdenes eran obedecidas. As que nos quedamos solos, Dorian estaba en una silla, me tom un buen vistazo para ver cmo estaba agotado. Hace cuanto tiempo ests haciendo esto? le pregunt, sirvindole una jarra de agua. La mayor parte del da. Y acepto el vino querida. Asinti con la cabeza en direccin a la otra jarra. Te vas a deshidratar an ms le dije, entregndole el vaso de agua. l puso una cara fea, pero se la bebi con ganas. Yo lo observ, todava perpleja. Pero por qu? T no necesitas tanto del cobre. Tal vez no. Pero t lo necesitas. l termin el agua, y le serv ms. Gracias. Servido por una reina, realmente el sueo de cualquier hombre. Cog una silla para m. No necesitabas hacer eso protest. T prcticamente te mataste. Difcilmente. Dame a m y a mi historia algn mrito. Todava no lo entiendo. Termin ese vaso de agua tambin y entonces me dio una mirada entre exasperada y divertida. Eugenie, por qu continas teniendo tantas dificultades para creer que hago las cosas por ti?

Haba cierta seriedad en su voz, y me di cuenta que todava tenamos esa conversacin una y otra vez. De todas las personas de mi vida ltimamente, pareca que l era el nico confiable. No s por qu. Lo siento. Solo que no encontr personas que dieran algo a cambio de nada. Lo que significa que t no me vas a llevar a tu cama. Bueno dijo alegremente, nadie sabe eso con certeza, pero incluso eso no importa. No? T necesitas sentirte feliz. Fin de la historia. Desvi mi mirada. Dorian realmente era mi amigo. Gracias. Realmente me hace feliz. Una cosa menos en el mar de los problemas de hoy. Me entreg el vaso. Me sirves vino otra vez, y dime cules son los problemas. Incluso puedes sentarte en mi regazo. No, gracias le dije, pero le serv ms vino. Vi que ese kitsune pasar pronto, verdad. Eso es parte de tus problemas? l respondi su propia pregunta. S, s. Por supuesto que s. Qued un poco sorprendida por escucharme ponderar mis pensamientos con l de nuevo. Ni siquiera tena la excusa de estar borracha en esta ocasin. Vi al beb hoy. Es lindo? Mucho. l me hizo sentir... No s. Kiyo cree que estoy celosa, pero es ms que eso. Simplemente no puedo explicarlo. Medio cuestionando su propia vida y las opciones, o la falta de ellas, delante de ti. Lo mir por encima, asustada, y encontr su mirada. Sus ojos estaban extraamente serios. S, exactamente. Dorian permaneci en silencio, y me encontr balbuceando de nuevo. l tiene dificultades para comprender las cosas ltimamente, la magia, las mujeres, los demonios... a l no le gusta que pase mucho tiempo aqu. Roland tambin-. No

pude evitar sonrer. Diablos, yo tampoco. Pero... lo necesito. Tengo que hacer las cosas bien aqu. Yo s lo que t necesitas, l dijo con el rostro serio. Dorian... qu pasara si yo pudiera conseguir una corona? Eso le hizo sonrer un poco. Ira a hacerte lucir an ms hermosa. No, en serio. Kiyo dijo que esa es una mala idea. Que iba a hacer eso ms real. Es tan real como puede ser, querida. Fue lo que le dije a l! Pero no entiendo por qu, t nunca llevas una corona No siempre. Pero tengo una, y fui coronado y todo el pueblo jur lealtad hacia m. Es a esto que una corona llevara. Quieres una como adorno? Claro, es fcil. Pero colcate una y camina entre tu pueblo, especialmente en una ciudad como Highmore, y di, Esto es lo que soy, yo soy su reina... bueno, eso es lo que el Kitsune teme. Ya eres una reina. Ninguna corona puede afectar esto. Pero aceptar su autoridad y declarar que realmente crees que eres una reina. Y en la medida de Kiyo le importa, es donde est el peligro. Wow, le dije, casi tan sorprendida de tener una explicacin de l, como su propio contenido. Tienes miedo? l solt un bufido. No lo creo. No necesito una corona para saber que eres una reina. Te irradia. Pero me gustara que supieras que eres una reina. Si tratar con toda la mierda que haba en mi plato no me hara pensar que era una reina, entonces realmente no saba qu lo hara. Dej el asunto de la corona all y resum mi informacin ms reciente sobre los delincuentes y Abigail. No puedo entender tu papel aqu. Mencionaste antes que los motivos de Art sera... uh, comprensibles. Pero por qu ella? A menos que ella sea suficiente amiga para ayudarle a conseguir algn tipo de accin con los Gentry.

Dorian todava segua pensativo. Se sirvi otro vaso de vino y me entreg una que beb moderadamente. Djame preguntarte esto. Por que los hombres gentrys siempre secuestran a sus mujeres? Fcil, le contest. Dado que somos ms frtiles. Puedes tener relaciones sexuales en pblico, pero por lo general no produce nada. Un tipo que quiere tener hijos tendr ms suerte con una humana. Dorian asinti. Tena la sensacin de que el haba hecho algo de lgica y estaba alentndome para que lo descubriera sola. Qu pasa con los seres humanos? Esperas por hijos cada vez que haces el amor? Me ech a rer, pensando en mi stock de preservativos y pldoras anticonceptivas. No lo creo. Ya tenemos muchos problemas para no quedar embarazadas. Para nosotros es fcil. Se inclin hacia m, sus ojos verdes astutos. Entonces piensa en ello. Entiendes por qu querramos a los seres humanos. Por que los seres humanos nos querran? Lo estudi, tratando de entender lo que ya saba. Unos momentos ms tarde, comprend. Debido a satisfacer las necesidades opuestas. Un hombre puede tener relaciones sexuales con una joven Gentry sin tener que preocuparse de quedar embarazadas. O coger una enfermedad. Los Gentry eran ms sanos que nosotros en esto. Lo que pareca venir con que ellos tuvieran una vida tan larga. Oh Dios. Eso es parte de ello. Cuanto ms segua la lgica, ms claro quedaba, por supuesto. Ustedes viven ms. Las nias Gentry son jvenes y bellas por mucho tiempo... El horror se estba estableciendo. Hasta ese momento, pensaba que haba pocos delitos sexuales peores que un chico Gentry constantemente tratando de violarme para embarazarme. Tan sorprendente como parece, me equivoqu. Si eso fuera cierto... Es esta idea que Dorian estaba sugiriendo fuera cierto... as. Eso era peor. Las nias Gentry estaban siendo secuestradas porque eran parejas sexuales ideales:

jvenes, resistente a enfermedades, difciles de concebir, incluso con un humano. Casi me re. Era como si el poema de Tim sobre la criada que vena del Otro Mundo, cuya juventud y belleza era tan grande que los hombres mortales la haban deseado. La pregunta era, cmo las nias Gentry se sentan por este papel? Un montn de chicas queriendo quedar embarazadas podran deleitarse honestamente con un amante humano, tanto en sentido literal y figurado. Pero el estado de trauma de Moria sugera que el rollo con Art no fue bienvenido... Me levant y me frot los ojos. Oh Dios, repet. Las cosas... todas las cosas... Qu? pregunt Dorian, comprensiblemente confundido. Deje caer las manos, lo mir. Los chamanes, Abigail y Art. Viven bien. Ellos tienen ms posesiones... cosas mejores de lo que deberan por el trabajo que tienen. La casa gigante de Art, en un barrio de alta clase. El brillante SUV. El lujoso, aunque desordenado, apartamento de Abigail. La amplia coleccin de joyas. No s cmo, pero estn haciendo dinero con esto. Esas chicas. golpe la puerta. Y yo no s qu hacer al respecto.Dorian se levant y vino a mi lado. Los detendrs. Negu con la cabeza. No es tan simple. Art tiene razn, no hay un consejo chamn. No puedo informarle a nadie, ciertamente no a las autoridades humanos. No existe rendicin de cuentas, ninguna ley que se aplica aqu. Ellos estn rompiendo tus leyes, dijo, inclinndose hacia m. As que tienes todo el derecho a impedirlos. Trtalos como lo haras con cualquier criminoso en nuestra tierra. Mtalos. No puedo! Exclam. Tengo que llegar a ellos, y hasta ahora no he podido. Y ciertamente no voy a Texas para matarlos ah. Por qu no? En caso de que un asesino de mi reino matara a alguien en el tuyo, yo no hara nada si lo mataras.

Es diferente. Ellos son... Humanos? Odiaba admitirlo, pero s, eso era todo. He estado persiguiendo monstruos del Otro Mundo en mi mundo y nunca dud en matar o desterrarlos directamente a los infiernos. Pero de alguna manera, la idea de intencionalmente seguir la pista de seres humanos y matarlos... No tuve necesidad de darle una respuesta a Dorian para que entendiera. La exasperacin se dibuj en su cara, esta vez mezclado con... la ira. Mierda, Eugenie. Me acabas de decir que tienes que hacer las cosas bien! Qu ser? O slo depende de lo fcil que es? Cul es tu estado de nimo? Quin te gusta ms en este da? No es fcil! , Exclam. No entiendes. No puedes entender. Estoy atrapada entre dos mundos aqu, con dos lealtades. Me pas toda mi vida siendo humana, ser parte de ese mundo. No puedes esperar que yo lo tires y traicione a mi propia gente. Abri la boca para responder y fue interrumpido por un trueno dbil. Las palabras que dira desaparecieron, y se ri. Escuchaste eso? Eres t, Eugenie. Tu ira. Negu con la cabeza. No puedo controlar el trueno y el relmpago todava. Control no. Pero les puedes llamar de manera inconsciente. Crees que tengas algo en esta tierra que no est emparentado contigo? Gesticul alrededor. Toda esta gente aqu... todos los habitantes del pueblo te miran con adoracin... ellos son tu pueblo tambin. Eso es a lo que me refera cuando dije que eres la nica que no parece darse cuenta de que eres una reina! Todas aquellas personas dependen de ti para protegerlos y hacer lo correcto. Si no puedes hacer eso, entonces es mejor mantenerse lejos y haz lo que el Kitsune y tu padrastro quieren que hagas. Dorian, no puedo matar a sangre fra!

Me agarr por los brazos, la voz ms tranquila y llena de ira. Haz lo que tienes que hacer! Eres una reina. Olvdate del nieto del Rey Storm. Ahora, eres la heredera. Ests a punto de convertirte en una de los gobernantes ms poderosos de este mundo, lo que significa que no puedes darte el lujo de tener escrpulos. Puedes gobernar con amor, pero tienes que reinar con firmeza tambin. Pasars a la historia, Eugenie, como una de los ms grandes monarcas que hemos visto. Y se iniciar con esto, este mal vas arreglarlo. Si no puedes hacer esto, no puedes impedir a quienes estn perjudicando a tu pueblo, entonces es mejor terminar todo. Ir por ah y decirle a esa gente que no puedes hacer nada por ellos, no los puedes alimentar o proteger porque no son tu pueblo y no vale la pena ensuciarse las manos con la sangre por ellos! Gritaba ahora, respirando dificultad. Me le qued mirando, con los ojos agrandados, llenos de algn poco de miedo que he tenido cuando su genio se levanta. Momentos como este me recordaban lo poderoso que era Dorian fsica y mgicamente. La apariencia perezosa era engaosa, lo vi pelear. Entre eso y el poder que posea, tena la esperanza que nunca llegara el da en que realmente nos odiramos. Fuera, o un trueno de nuevo. Me tom unos segundos para lograr una respuesta, y cuando yo hable, mi voz era demasiado baja. No puedo dije. No puedo decirles. Ya s que no puedes susurr. Y luego, todava agarrndome, se inclin y me bes. Ms sorprendentemente, le devolv el beso. Pareca que todas las emociones me haban consumido recientemente, toda la rabia y la confusin, se recogieron en ese beso. Mis dientes mordieron sus labios, y cuando l me empuj contra la pared, le di la bienvenida a un breve dolor. Tenamos las manos en la parte superior de uno al otro en cuanto nos besbamos, las mas frotando la longitud de su cuerpo mientras se frotaba ms agresivamente en el vestido que me haba arrepentido de usar. En cuestin de segundos, l estaba por encima de mi cadera, dejando mis piernas desnudas. Con una mano an sosteniendo la falda de l, la otra empuj mis muslos, deslizndose por debajo de la tanga que me haba colocado esta maana con la esperanza de conseguir intimidad con Kiyo. Los dedos se deslizaron dentro de m, acariciando la humedad que no pensaba que llegara tan rpido. Mi pequeo grito qued ahogado por el beso abrumador

mientras alternaba entre metiendo los dedos dentro de m y tirarlos para provocar y bailar con mi cltoris. l prefera esta ltima, moviendo y acariciando en cuanto el calor se hizo entre mis piernas y haciendo todos mis msculos tensos. As, la sensacin de ardor explot y disfrut con otro grito que aquel beso ahog, un grito que desapareci en un lamento en cuanto mi cuerpo estaba temblando y tena espasmos por olas de calor y la electricidad, que penetraba en m procedente de su toque. Pero mi orgasmo no cre ninguna pausa en la accin. La mano que acababa de traer tanto placer se mudo de mis piernas para sus pantalones y comenz a desabrochrselos. Su boca finalmente liber la ma, pasando a mi cuello, su beso era caliente y poderoso. l se baj los pantalones y lo sent en m contra, duro y listo en cuanto l apretaba sus caderas en m. Tena las manos en su pelo mientras yo pona mi cabeza hacia atrs para recibir su beso, pero sus manos, siempre ocupadas, estaban tomando mis bragas. La realidad de lo que estaba sucediendo, penetraron en m. Espera... murmur, perdida mientras su boca morda mi piel. No, no podemos... No puedo... Puedes, dijo en mi odo. Djame... permteme hacer esto. Djame enterrarme en ti. Permtame abrir tus piernas y tomar como lo hice antes. Somos dioses en este mundo, Eugenie, con ningn otro amante somos iguales. Nadie que sea digno de esa unin. La correa de cuero estaba en el suelo, y yo poda sentir su ereccin contra mi piel, tan, tan cerca de deslizarse dentro y hacer todas las cosas que haba prometido. Apoy la mano debajo de mi muslo y me levant contra la pared para que mis piernas estuviesen alrededor de sus caderas. Dorian... Me qued boquiabierta. Estoy con Kiyo... Y qu? Eres una reina. Piensas que no puedes tener tantos amantes como desees? Es... est mal. No podemos... Podemos, dijo, con voz baja y llena de promesas. Y cuando lo hagamos, esa tierra va a renacer...

Despus, nunca tuve la certeza absoluta que le permitira hacer. Me gusta pensar que lo habra impedido. Yo estaba enamorada de Kiyo, despus de todo, y era fiel a l. Por supuesto que habra dicho que no y apartara a Dorian. No estaba enamorada de l... lo estaba? En esos momentos antes de que nos besramos, sent como si realmente me hubiera entendido y las cosas en mi cabeza. Creo que probablemente lo he amado desde la primera vez que nos conocimos, yo ciertamente nunca perd mi atraccin. An as, no me haca traicionar a Kiyo. Sea cual sea la decisin que yo habra hecho fue tomado de m cuando alguien toc a la puerta. Me alej de Dorian y rpidamente baj la falda. Se volvi casualmente para ponerse los pantalones de nuevo, sin ninguna prisa. La puerta se abri, y la jefe del consejo asom la cabeza. Dorian estaba incluso, de espaldas a ella mientras se vesta, tuvo que ser obvio lo que estaba sucediendo, sobre todo porque mis bragas estaban en el suelo. Si le resultaba chocante, sin embargo, no se present, y me acord de cuan libres eran los Gentry en pblico. Su Majestad, dijo amablemente, una tormenta se avecina, y los empleados se estn preguntando lo que el Rey Oak quiere hacer. Dorian, decente de nuevo, se volvi y dirigi una sonrisa encantadora y cortante. Una tormenta? En serio? Que inesperado. Bueno, dgales para que traigan el mximo de minrips que ellos consigan guardar antes de la lluvia y que cubran el resto. Voy a comprobar en un segundo porque tengo la sensacin de que la Reina Thorn est a punto de salir a toda prisa. La mujer hizo una reverencia rpida y cerr la puerta. Tienes razn dije, poniendo mis bragas de vuelta. Me voy. S admiti l, sin dejar de sonrer. Debido a que esta es tu actitud normal cuando sucede algo que no sabes qu hacer. Esa es la cosa, murmur. Nada pas aqu, de acuerdo? Nada de eso. Sus cejas se levantaron. En serio? Porque yo podra jurar que algo pas cuando mi mano fue a parar entre tus.

No! Me hubiera acercado a l con los puos cerrados para aumentar mi amenaza, pero tena miedo de lo que pudiera pasar si me quedaba cerca de l otra vez. Eso no ha sucedido. Esta fue la ira y la confusin y yo en un punto dbil, de acuerdo? Te agradezco lo que hiciste aqu con el cobre, verdad. Y por los consejos sobre las nias. Pero eso es todo. Me volv, no quera mirar aquellos ojos verdes y ver esa sonrisa de nuevo. No me sorprende que amar a dos hombres era como el resto de mi vida, dividida entre dos mundos. Tena que salir de aqu y de vuelta a casa, aunque no estaba segura de lo que quera decir casa. Dorian no trat de detenerme, pero su voz corri tras de m mientras yo corra hacia fuera y la lluvia comenz a caer. Recuerda lo que dije, Eugenie. Corona o no, eres una reina, as que no tengas miedo de hacer lo que quieras. El amor y la crueldad. Estas son las claves.

Captulo 19
Volv a mi castillo en estado de shock y en medio de un aguacero. Mi control del agua me permiti hacer caer la lluvia lejos de m, pero despus de un tiempo, no tena ganas de esforzarme mentalmente en ello. Fue algo bueno despus de un da tan caluroso, y adems, tena otras cosas en las que pensar. Como si iba a llover cada vez que me excitaba. Eso no era lgico. Crea que podra manejarlo, ya que llova a veces, demasiado. No quera que la conexin fuera tan evidente. Oye, est lloviendo! La reina debe haber tenido sexo. Ooh... esto es granizo? Hoy debi haber tenido una mierda pervertida... Tambin estaba debatiendo s un chico metiera la mano en mi falda y me tocara era tcnicamente traicin o no. Bien, creo que no hay "tcnicamente". Me he quedado atrapada en los estereotipos de gnero. Si estuviese excitada, digamos, como, a fin de cuentas me sucedi, me planteara dudas sobre la infidelidad. Por lo tanto, no fue diferente. Maldita sea. Como haba ocurrido? Un minuto estbamos discutiendo... y en el prximo? En medio de un beso. Hubo emocin y magia, y todo sucedi tan rpido. Esa fue la razn? O simplemente fue mi propia debilidad? Y en ese momento, no poda parar de pensar que una magia poderosa, podra resolver algunos de mis problemas. Excepto, por supuesto, el problema de si deba decirle a Kiyo lo que haba ocurrido entre Dorian y yo -Su majestad! Nia se volvi loca cuando vio mi lamentable estado. Tena cientos de remedios para m, pero lo nico que quera era una camisa de tela sencilla y los jeans con los que haba venido antes. Esper a que mis siervos me prepararan un bao caliente, lo que aqu tomaba mucho tiempo y esfuerzo, podra regresar a Tucson y preparar mi propio bao y tomarlo con mayor facilidad. Todava estaba nerviosa por Dorian. Estaba particularmente interesada en volver a lo que me pareca seguro. Aunque ltimamente, estaba empezando a pensar que ningn lugar era seguro. Antes de irme, intercambi un breve reajuste con Rurik y Shaya. Le dije a Rurik que tenamos una cita para cazar demonios, y que Jasmine nos acompaara. Sus sentimientos al respecto eran una mezcla. l saba que el poder de ella era til, pero en secreto, o, bueno, no tan en secreto, l era parte del equipo que pensaba que deba matarla. Pareca un poco inseguro con respecto a ella, por ltimo, porque Girard haba trado las esposas por encargo que haba prometido. Ellas le darn una mayor movilidad y limitarn su magia an ms. A juzgar por el desnimo de Jasmine, Rurik senta que lo haban logrado. Bueno, eso era algo, supongo. Y por la mirada en el rostro de Shaya, Dorian, con la ayuda de los

minerales era tambin algo bueno incluso si vena con compromisos ligados a eso. -Eso fue muy amable de mi seor,- dijo. Tanto Shaya como Rurik generalmente utilizan el nombre honorfico de "mi seor" al hablar sobre Dorian, como si todava fuera su maestro. Sent su vieja lealtad cautivadora, pero me preguntaba si alguna vez sentiran que trabajaban para m. -Usted est acelerando demasiado las cosas. No se puede imaginar lo rpido que las cosas van a resultar una vez que el mineral haya sido procesado. -Ella sonri, sus ojos brillaban mientras todo tipo de planes pasaban por su mente. -Usted debe haber estado muy satisfecha de lo que mi Seor ha hecho. Bueno, "feliz" era una manera de verlo, supongo. Ah, y yo tambin estaba feliz acerca de extraer el mineral. Una sensacin extraa me recorri, lo mismo que senta cada vez que Dorian haca algo amable por mi dejando de lado el placer sexual. No tena ni idea de cul era mi papel en esto, solo saba que l me estaba ayudando mucho. A juzgar por el rostro de Shaya, este era un gran favor que l haba hecho por m. Y una sensacin de recompensa, vino a mi mente. -Shaya... Girard todava est aqu?-Ella asinti. -Le di un cuarto para pasar la noche, para que no tuviera que viajar con la lluvia. Est bien? -S, s. Solo quiero hablar con l un momento. Me llev a su habitacin, y como antes, se puso muy contento y con ganas de verme. Verlo me record a Leith, y me dio un poco de dolor, de arrepentimiento. Todava me senta mal por lo que haba sucedido con el prncipe de Rowan, pero no haba nada que hacer al respecto. Nada podra devolver sus sentimientos. Girard, por suerte, era otra cosa. Quera el prestigio y la posicin de sus talentos, y yo estaba ms que dispuesta a drselo despus de explicarle el proyecto que quera hacer. -S, su majestad. No puedo menos que hacer eso. Ahora, puedo empezar ya mismo. No hay duda de que estaba feliz de trabajar en algo que no estaba relacionado con la recogida de animales de los bosques de Katrice. Lo dej hacerlo, alabando lo mucho que significaba para m. Girard era un buen tipo, a pesar de su ambicin, y decid que prefiero rodearme de ese tipo de gente que quieren promocionarse en el trabajo que los que queran ir a mi cama.

Finalmente regres a Tucson, agradecida al encontrar mi casa en su sitio. Tim estaba fuera, pero me hizo macarrones con queso, como los hechos en casa con el pan rallado en la parte superior, y una nota: La perra de tu secretaria llam y quiere asegurarse de que no te olvides de tu trabajo maana. No haba olvidado el trabajo de maana, pero el aviso fue bueno con lo mucho que he estado haciendo ltimamente. Uno de los gatos se frot contra mi pierna mientras calentaba mi comida, y distradamente le rasque la cabeza, deseando que fuera el zorro de Kiyo el que daba vueltas por mi tobillo. No me gust la forma en que l y yo habamos dejado las cosas, a pesar de que aparentemente era fcil. Todava haba tensin entre nosotros, y no poda ignorar la sensacin de que no nos estbamos entendiendo ltimamente... y que con Dorian. Aghh. Dorian. En cuanto tir mis ropas en el suelo del cuarto de bao, incluyendo la maldita correa. No poda dejar de pensar en ello otra vez. Alto, Eugenie. Ests obsesionada. Sin duda... desde luego, no lo habra dicho si no hubisemos sido interrumpidos antes, no? No? Y Kiyo, Kiyo... Se lo digo a Kiyo? El hecho de que habamos tenido discusiones sobre nuestra relacin no significa que tena derecho de hacer lo que haba hecho hoy. No tena ningn respeto por la mentira o cualquier otra falta de honradez. No me gusta este comportamiento en otros. No me gusta. Mas despus de meterme bajo agua hirviendo durante 20 minutos, ninguna respuesta sobre cualquier cosa vino a mi mente. Finalmente sal, con mi piel lo suficientemente limpia y con olor a rosas, y me sequ. Despus de eso, me puse mi pijama: pantaln azul y gris y una blusa blanca de algodn. Podra estar lloviendo en la tierra Thorn, pero aqu era clido y seco. La noche enfra el aire de alguna manera, y abr todas las ventanas para ventilar la casa. En cuanto una suave brisa soplaba, necesit todo mi control para no empezar a jugar con el aire. Poda sentir cada partcula, y la idea de controlarlo mando escalofros por todo mi cuerpo. No, me dije. El da ha terminado por hoy. Tena que tener una regla de nada-de-magiaen-Tucson, decid. Estableciendo que la magia y los hombres eran un tema que no se resolvera esta noche, me puse a trabajar en otro. No eran todava las 10 de la noche, lo que significa que Roland estaba despierto. Me recost en el sof delante de la puerta del espacioso patio, marqu su nmero en mi telfono. -Eugenie,- dijo con alegra.-Nos preguntbamos que te pas. No devolviste las llamadas. Tu madre estaba preocupada, pero le dije que probablemente estabas

ocupada.-Sonre. Era bueno tener a Roland en mi vida, alguien que entiende los altibajos de este trabajo. -He estado. Muy ocupada.-Casi le habl de la enorme cantidad de trabajos que hice que Lara rechazase para m, pero me detuve en el ltimo minuto. Si l saba que no estaba cumpliendo mi palabra, slo se le encendera una alarma y me llenara con preguntas que no estaba dispuesta a responder. -Hablaste con Art y Abigail?- me pregunt. -S,- dije,-y es por eso que te estoy llamando. Creo que... bueno, creo que estn traficando con nias Gentry, o algo as.-Hubo varios momentos de silencio. -Traficando? Qu significa exactamente eso? -Significa que creo que estn secuestrando nias y... no s. O hacindolas ejercer la prostitucin o vendindolas o algo igual de repugnante. Es como un mercado para de sexo de hadas.-Uno de los gatos, un percal, se acerc y se puso cmodo en mi estmago. -Eugenie...conozco a Art desde hace casi 10 aos. Y conozco a Abigail de hace ms tiempo. Lo que ests diciendo es absurdo. Debes estar recibiendo informacin incorrecta. -Ambos fueron vistos en el Otro Mundo cerca de donde la puerta se abre! Hasta habl con una de las nias que identific a Art! Estaba totalmente traumatizada, Roland. Y tanto Art como Abigail viven mejor de lo que deberan... -Eso no es una evidencia,- dijo l. -Ellos probablemente tienen buenos negocios. -En una ciudad de ese tamao? Incluso aquellos con una puerta, no pueden tener trabajo suficiente para pagar las cosas que tienen. T y yo tenemos mucho ms trabajo que ellos, y no vivimos tan bien. -Es un punto discutible. Todo esto es inverosmil, y tu evidencia es escasa. Quiero decir, viste a las nias Gentry en su casa? -No,-dije.-En gran parte porque nunca me dej entrar. Lo que tambin es sospechoso.

-No, Eugenie, en realidad no.-Roland sonaba cansado.-Mira, parece que las evidencias Gentry son circunstanciales. Y t sabes cmo son ellos. -S que est tomando a esa gente en contra de su voluntad y, posiblemente, cosas horribles se estn haciendo con ellos. -Palabra clave: esa gente. -Ests diciendo que est bien que aquellas chicas sean vendidas en un comercio de sexo? Despus de lo que pas con mam? -Cmo puedes preguntarme eso?-Exclam.-Pero esto no es lo mismo. No somos la polica que trabaja para los dos mundos. Protegemos a los humanos. Deben tener a alguien cuyo trabajo sea protegerles a ellos.-Lo tienen, pens. Yo. -Puedes por lo menos hablar con Art?-Le pregunte. -El qu? Preguntarle si es el que secuestra nias Gentry? -Bueno...tal vez podras decirlo con ms delicadeza.-Di un pequeo grito de dolor cuando el gato salt lejos de m y regres al sof. El pelo se le levant, y torci el rabo nerviosa. No fue una sorpresa. Ambos perros entraron en la habitacin. -No puedo decirle eso,- dijo Roland.-Y si fuese as? Entonces, qu vas a hacer? Las palabras de Dorian volvieron a m. Matarlos. -Mira, no lo s todava, pero slo hay que averiguar si Escuch un gruido de un perro y estaba a punto de gritarle que se detuvieran. Los gatos y los perros no solan pelearse, pero de vez en cuando, haba una pelea. Pero no poda ver a los perros, y la atencin pareca estar en la puerta, y no en el piso. Me sent y vi a los perros sentados delante de la puerta, mirando la noche tambin. -Eugenie? Sigues ah? -S, espera un segundo. Sosteniendo el telfono con el hombro, instintivamente me levant y fui a buscar mis armas, que estaban sobre la mesa del caf. Saqu la varita mgica y mi athame

de plata del elstico del pantaln y agarr la pistola de hierro y el athame con las manos. Uno de los perros gru de nuevo, y poco a poco me acerqu a la puerta. -Eugenie? Que est pasando?-La voz de Roland sonaba preocupada. -Voy a tener que volver a llamarte luego. Consegu soltarlo en el suelo sin perder el athame. Afuera, la noche era tranquila, el nico ruido era proveniente del viento, de los rboles y el dbil sonido del transitar por el lado ms alejado de mi tranquilo barrio. Cerr los ojos por un momento, tratando de encontrar algo que no pareciese estar bien en este mundo. Algunos chamanes tienen esta capacidad, pero no muchos. Cuanto ms tiempo paso en Otro Mundo entre los Gentry, ms desarrollados tena mis sentidos. Por fin, lo tengo. El sentido de algo del Otro Mundo. Los animales, Dios los amo, se haban dado cuenta antes. Cualquiera que fuese este viajero, se estaba manteniendo lo ms alejado de mi propiedad. Era aparente que estaba al acecho desde haca un tiempo, pareca extrao. -Ah,- me di cuenta con una risa suave. -Previniendo las protecciones, eh, cabrn?Hice a una bruja poner lneas y hechizos de proteccin alrededor de la casa cuando los ataques comenzaron. Era una especie de sistema de seguridad mgica. Podra mantenerlos a todos fuera, excepto un montn de mis preocupaciones. Podra haber ignorado lo que fuera que estaba all, pero la idea de las criaturas del Otro Mundo sueltas en mi barrio no me pareca correcto. Al abrir la puerta, sal afuera, con cada nervio de mi cuerpo en alerta mxima. Camin por el permetro del patio de mi casa, mantenindome dentro de la proteccin. Mi casa da a un callejn sin salida, de vuelta a una pequea abertura, de poca tierra antes de dar paso al barrio de al lado. Dudaba que todo de lo que se trataba hubiese estado frente a la casa, donde sera visible a los vecinos. Oh, no! eso no. Son ellos. Poda sentir a ms de uno. Caminando para mirar por encima de la cerca, que casi no los vi en el primer anlisis. Un elemental de piedra este era uno de los Gentry que no tenan fuerzas para viajar a mi mundo en su forma completa. Era un bloque y difcil de ver, con el cuerpo de piedra manchada de negro y blanco. Tuve un segundo para evaluarlo antes de cargar. El peso y la fuerza rompieron la valla de madera, y luego golpe la proteccin. Era como si una pared invisible lo empujara. La desorientacin de eso me dio lo que necesitaba. Dej caer la pistola y agarr la varita. Las balas de plata no eran tan efectivas en contra de los Gentry como el mismo acero, y desde luego no iba a disparar para que no llamaran a la polica, si poda evitarlo. Canalic mi voluntad

en la varita, abriendo una ruta hacia el Otro Mundo. Mi tatuaje de serpiente quemaba en mi brazo mientras invocaba el poder de Hcate. Recit el hechizo para acabar con el ritual. El elemental sinti la magia hacerse cargo de su cuerpo, pero no poda luchar. Estaba demasiado dbil. En un momento dado, se disolvi en este mundo, envindolo de nuevo a los suyos, dejando un montn de escombros detrs. Otra forma apareci donde l haba estado, y vi la luz tenue del agua. Otro Gentry que no fue capaz de cruzar con su cuerpo real. l apareci como un elemental de agua, una forma de fluidos corporales en el hombreque goteaba y hacan ruido con cada paso. Idiota, idiota, pens. Fuera quien fuese, l deba saberlo mejor. No necesitaba una varita para eso. Mi propia magia lo destruira. Una mano de repente me empuj hacia atrs, y sent un cuchillo en la garganta. La mano que me sostena era slida y carnosa, pero brillaba con magia. Un Gentry poderoso entonces. Uno con el poder suficiente para cruzar mi proteccin y venir aqu con su cuerpo. Sin dudarlo, me pate de nuevo, cambiando sus manos con destreza suficiente para que la hoja slo me rozara. Me volv hacia l, contenta de haber conseguido el hierro del athame. l no era nadie que conociera, joven y guapo, incluso con una cicatriz en su mejilla. Era musculoso, debido a su actividad fsica, y la armadura de cuero que llevaba sobre su tnica carmes sugiri que posiblemente era un militar en el Otro Mundo. En un instante extrao, las palabras de Jasmine volvieron a m. S la diferencia entre un montn de mendigos sucios y de soldados entrenados. Una coincidencia, decid. Cualquier Gentry con valor suficiente para venir a buscarme a m mundo probablemente sera un buen luchador. Nos rodeamos el uno al otro, y hubo una pequea sonrisa en su rostro mientras esperaba una oportunidad. Yo no tena miedo. Luchar cuerpo a cuerpo era algo que poda manejar, y haba tenido mucho tiempo para desarrollar mis habilidades de lucha. Era difcil pero no imposible. Por supuesto, en cuanto se lanz y agach, me di cuenta que no necesitaba hacer nada complicado. Casi como inhalando el aire, me chupaba el aire que nos rodea, creando un mini tornado que absorba el polvo y la arena del interior de la proteccin. Sopl sobre l. Grit cuando la arena ceg sus ojos y de inmediato comenz a frotrselos no le servira de nada. Iba a empezar a desterrarle cuando o el leve sonido de un encanto y un cosquilleo de magia chamnica. Sorprendida, me volv para encontrar la fuente y en su lugar vi el elemental de agua a travs de la apertura que su amigo haba hecho, en la cerca. Alguien haba roto las protecciones.

Sostuve mi athame de hierro para bloquearlo, aunque saba que slo me dara algunos segundos. Eso fue todo lo que necesitaba como empezar a trabajar con el agua mgica que lo destruira. Un golpe en la espalda de repente me empuj hacia adelante, directamente hacia l. A pesar de estar hecho de agua, era slido, y sus manos me agarraron de inmediato. Volv la cabeza hacia atrs y vi a otro Gentry que se haba recuperado lo suficiente para estar presente, aunque pude ver lgrimas en su rostro por la arena que daaba sus ojos. Trat de soltarme del agarre del elemental pero no poda comparar su fuerza fsica. Una vez ms, hice un llamamiento a la magia del agua y le o gemir de dolor cuando la sustancia empez a desmoronarse. Entonces, otro Gentry estaba encima de m, pegndome puetazos, y rompiendo mi concentracin. Empez a acercarse de nuevo con la hoja de cobre, y luego o un grito de dolor cuando lo alejaron de m. No mir hacia atrs para ver lo que haba sucedido, sino que complet la magia del agua en el Elemental. l estall en una lluvia que me empap por segunda vez en un day de inmediato me volv para ver qu ms haba pasado. El otro Gentry estaba distrado, empujando a otra persona: Roland. El athame del propio Roland estaba en su mano izquierda, y el estaba confiando simplemente en la fuerza de su mueca, que era considerable, para perforar la cabeza del Gentry. Pero el Gentry era fuerte, y acert algunos buenos golpes en Roland. Ver a mi padrastro recibir ese tipo de golpes me enfureci. En vez de conseguir la exclusin, llam al aire otra vez, aspirando alrededor del Getry como lo haba hecho con Ysabel. Con los ojos muy abiertos, se cay al lodo, la mano fue a su cuello en un gesto instintivo para tratar de respirar. Pero no haba nada para l para respirar. Salt sobre l, derribndolo y le di un slido golpe en el rostro, para devolverle el que le haba dado a Roland. A nuestro alrededor, sent el cosquilleo de una exclusin. Roland haba abierto un agujero hacia el Otro Mundo. Pronunci las palabras y luego dijo: -Eugenie, mi amor!-Me apart, me alej para no ser arrastrada junto al Gentry que se ahogaba. Rasg el poder a su alrededor, y un momento despus desapareci, regres a su propio mundo. Se hizo el silencio. Yo estaba sentada en el suelo en lo que se haba vuelto lodo, empapada con mi corazn palpitando. Roland se acerc a m y extendi su mano para ayudarme a levantar. -Qu ests haciendo aqu?-Le pregunt. l solt un bufido.

-No se puede finalizar una llamada de esa manera y no esperar a que aparezca. -Cierto,-dije. Me senta dbil y mareada a causa del combate y la magia, y mis piernas desnudas estaban araadas por la lucha. Necesitaba jabn y antisptico.Gracias. -Roland me dio la espalda, sin apreciar mi gratitud. Incluso en la tenue luz pude ver la expresin de su ira. -Qu diablos creas que estabas haciendo?-Ya que hice varias cosas, no estaba segura a cul de ellas se refera. -Cmo es eso? -Eso.-Sealo el lugar donde habamos desterrado el Gentry.-Estabas... estabas usando magia para ahogarlo! -Estaba mantenindolo sometido para que lo desterraras,- murmur, no dispuesta a admitir que estaba un poco asustada. Todo ocurri muy rpido. Mi impulso fue slo incapacitar al Gentry. Los medios de hacer esto, slo pasaron-. Al darme cuenta de lo que haba hecho, de nuevo, me dio una sensacin de nusea. Jur que nunca lo hara otra vez. -Retenerlo con el athame habra funcionado! Dnde diablos aprendiste a hacer algo as? -Recog algunas cosas aqu y all.-El rostro de Roland era una mscara de furia. -No tienes que utilizar este tipo de magia, Eugenie. No.-Mi propia ira iba en aumento. -Por si lo has olvidado, esta magia est en mi sangre. -No,-dijo en voz baja.-No lo he olvidado. Es por eso que es tan importante que no la uses. Qu ms puedes hacer? Cunto tiempo has estado usando este tipo de poder? -No es importante. Puedo hacer algunas cosas, cosas que me mantuvieron viva cuando los hijos de puta vinieron a violarme, y no es un problema. Lo puedo controlar. -Tienes que parar. Es necesario que te mantengas alejada de los Gentry. Ests demasiado involucrada en su mundo, con su magia...

-Es parte de quien soy. No puedes cambiar eso. Y si no quieres que tome decisiones drsticas, entonces por qu rompiste las protecciones? -Roland frunci el ceo. -Yo no las romp. Crea que los Gentry lo haban hecho. -No, uno cruz, pero sus compaeros estaban detenidos fuera por un tiempo al menos. Entonces o que alguien las deshizo. Era nuestro tipo de magia. Yo crea que eras t. -Por qu diablos hara eso? -Entonces algn otro chaman lo hizo.-El tono acusatorio en mi voz, no daba necesidad de explicar. -Ya basta. Art y Abigail no estn haciendo lo que piensas. Desde luego, no romperan las protecciones para que los Gentry pudiesen atacarte. Crees que ahora estn de su lado? Uno de los Gentry debe haberlo hecho. Probablemente estabas distrada. -Has perdido toda tu fe en m? Todo lo que ests diciendo ahora es que estoy equivocada, estoy engaada. Roland, s cmo es la magia chamnica. Al igual que yo s cmo es la magia Gentry, especialmente teniendo en cuenta, como sigues recordando, que lo uso todo el tiempo. No s qu parte de mi responsabilidad fue asumida, pero me di cuenta que haba llegado al final de la conversacin. Haba algo en su rostro cansado, que le haca parecer mayor. -No voy a estar en la oscuridad aqu y discutir contigo Eugenie. Todo lo que puedo pedir es que ese nuevo poder lo puedas controlar por mi bien, mientras piensas en tu madre. Fuera de eso, haz lo que quieras. -Roland... Pero ya estaba alejndose en la noche, y mientras observaba al hombre que vi como a mi padre partir, inquieta me pregunt acerca de quin era hija realmente.

Captulo 20
Tim apareci la maana siguiente despus de algunas llamadas, y decid no mencionar que nuestro acuerdo se haba roto. l manejaba mi actividad paranormal muy bien, pero esto era en gran parte porque ellas no acostumbran a seguirme hasta la casa. As que llam a la bruja que originalmente haba colocado los resguardos y le ped que viniera y muy discretamente rehiciera las protecciones, marcando una cita para un horario que yo saba que Tim no estaba en casa. Despus de eso me fui a cumplir con el primer trabajo shamnico que no haca despus de un tiempo, luchando con una Nixie que haba establecido su residencia en la piscina de una pobre familia. La facilidad con que la expuls fue un tanto alarmante. Meses atrs, Dorian y yo habamos peleado con un grupo de ellas las cuales Jasmine haba mandado. Dorian haba peleado y, en aquel tiempo, ellas parecan impresionantes. Ahora, con mi magia cada vez ms y ms instintiva, luchar con las criaturas del agua, era ridculamente simple. Lo admito, todava las desterr de la manera antigua, sin querer confiar en la magia ms de lo necesario. No estaba de acuerdo con Roland en cuestin de su uso, a pesar de que mi pelea con l an me haca dao, pero era divertido recordar cun fcil luch con el Elemental de agua. Si tan slo pudiera invocar las criaturas de agua como Jasmine poda, mi vida sera an ms fcil. Hablando de Jasmine, convoqu a Volusian para alejarlo de ella esa tarde. Yo iba a la Tierra Thorn pronto y estaba convencida de que no iba a quedar embarazada antes de eso. Bueno, lo esperaba, por lo menos. Volusian apareci en el rincn oscuro de mi cuarto, asustando uno de los gatos que dorma en mi cama. -Mi maestra me llama, -dijo en su tono de voz montono. -Te tengo un trabajo. -Por supuesto. -Necesito que regreses a Yellow River y registres el hogar de un chamn all. No dejes que l te vea o te sienta, si puedes evitarlo. -Mi presentimiento acerca de Art era que a pesar de que l poda luchar con criaturas del Otro Mundo, no tena la misma sensibilidad que yo. -Y qu es lo que mi maestra le gustara que hiciera cuando llegue?

-Mira a tu alrededor. Dime si hay algo sospechoso que est pasando, especialmente en relacin con cualquier chica Gentry. Tiene eso sentido? -La mirada de Volusian era cruel. -Ciertamente tiene sentido. No me confunda con otro subalterno que le sirva. Una vez que tuvo la direccin, l desapareci, y suspir. Puede serme de utilidad esclavizar otro siervo destinado al Otro Mundo. Sera fcil para m, sobre todo si consigo uno que no sea tan fuerte. Tena un enorme respeto por Volusian, pero l tena razn en una cosa. l era tan poderoso que sus habilidades eran ms aptas para la proteccin y la batalla. Un espritu menor hara todas estas tareas que yo le imparta ltimamente. Esta era una idea para otro da. Por ahora, me gustara volver a la Tierra Thorn. Tena previsto pasar la noche all porque quera iniciar temprano mi casera de demonios. Kiyo haba dicho que sera al salir el sol, y yo no quera perderme ni un momento con l. Cuando llegu a mi castillo, qued sorprendida al ver una fiesta. Bueno, no era una verdadera fiesta, pero Shaya, Rurik, y algunos otros siervos estaban juntos en la sala de reuniones, bebiendo vino y rindose. Girard todava estaba all y se les haba unido. Hasta Ysabel estaba all, pareciendo alegre para variar. Ninguno de ellos pareca esperarme esta noche y saltaran como nios traviesos. Shaya comenz a decir algo como una excusa, pero la call con un gesto. -No, no. Continen con la diversin. -De alguna manera siempre pensaba en ellos como accesorios utilitarios aqu, pero por supuesto, no eran ms que humanos, bueno, en sentido figurado, y tienen derecho a un descanso. Despus de algunos momentos tensos, se sentaron de nuevo y Rurik me ofreci una copa de vino. La rechac. -Usted sabe, -dijo- que su criado desapareci. -S, lo s. Lo envi a una tarea. -Dupliqu la guardia cuando lo escuch. -Bueno. Esperemos que ella se acuerde de colocarse ms ropa en ese corto perodo de tiempo.

-Usted deba haberla matado,-dijo Ysabel. La ignor y me alej, dejndolos con su fiesta. -Voy a checarla. El cuarto que Shaya design para Jasmine estaba en un piso de arriba y fue elegido con gran inteligencia, no es que esperara menos de Shaya. Era amplio e inmovilizado, pero no demasiado grande para que los guardias puedan verla la mayor parte del tiempo, excepto en el cuarto de bao. La nica ventana del cuarto era una pequea abertura, demasiado pequea para que cualquiera pueda pasar. Cuatro guardias estaban de guardia fuera y dentro del cuatro. Para mi alivio, Jasmine estaba acostada en la cama, leyendo uno de los libros que le envi. Las nuevas esposas de Girard tenan una cadena ms larga y delgada, que le daba ms espacio para moverse, pero estaba llena de hierro. Esos ojos azul-grisceos miraron hacia arriba mientras me acercaba, pero lo restante de ella no se movi. -Oh! T. -Me sent en un banco cerca y desped a los guardias con una seal. -Vine a verte. -Exacto. Porque te importo mucho. -Me importas. Bueno, ms o menos. -Lo nico que te importa es tener un heredero y obligarme a deshacerme de tus monstruos. -Demonios,-la correg. -Y creme, lo ltimo que quiero es tener el heredero. -He escuchado lo que los guardias dicen. Dicen que has salido mucho con Dorian. Por qu haras eso? Nadie ms preferira tener el nieto de nuestro padre. Bueno, excepto Aesn. -Una arruga cay sobre su rostro cuando habl de su ex amante. -Dorian es slo un amigo, algo que lo entenders cuando seas mayor. -Oh, Eugenie, t eres tan hipcrita. -Y t ests mejor sin Aesn. -Sus ojos se volvieron hacia el libro. -Amaba a Aesn. No tienes idea de qu es el amor.

-Oh, s. Yo s que es la mejor parada y, al mismo tiempo, el peor dolor, sin mencionar que es confuso como el infierno. -Jasmine me mir de nuevo, an con enojo, pero con un nuevo tipo de consideracin. -Qu quieres? Slo tienes que cuidarme hasta que aquel demonio de mierda regrese? Dios lo odio. -Empec a decirle que tuviera cuidado con su lengua y luego decid que no haba causa. -Vine a decirte que maana vamos atacar a los demonios. -Me ests obligando. -No tengo otra opcin. Ellos estn aterrorizando a las personas. Por qu no puedes entender la gravedad de esto?-Ella se encogi de hombros con su tpica apata y se quit un poco de pelo rubio del rostro. -Es tu problema. No el mo. - Chiquilla egosta. Pero ella frunci el ceo por un momento. -Todava estn llevndose a las chicas? -Sonaba preocupada. Casi. -No s, -admit. -No s si este grupo est conectado a eso o no. De hecho, me parece que hay seres humanos involucrados. -El libro cay de su regazo, olvidado. -Por qu lo haran? Eso no tiene sentido. -Te lo dir cuando seas mayor, -le dije secamente, lo que era tonto considerando todo lo que ella pas. -Y t ests segura... segura de que el grupo que te persigui no eran humanos? -S, por ensima vez. Ellos eran Gentrys. -Dijiste que eran soldados... -Un pensamiento vino a m. -Armadura de cuero? Camisas rojas? -Es como se visten los soldados, no? Bueno, quizs no con una camisa roja. Depende de para quin trabajan, supongo, no recuerdo el color.

-Eso ocurri hace mucho?-Pregunt, recordando pensamientos anteriores sobre nuestras similitudes. -Los tipos vienen mucho detrs de ti para... bueno t sabes? -Embarazarme? S, a veces. - Haba una mirada triste en ella, una muy vulnerable. -Pero... t no siempre das paso... -Jesucristo, Eugenie. No he dormido con nadie. Qu clase de puta crees que soy? Un hecho considerable. Pero yo no le dije eso, y me pregunt si haba sido violada en algn momento. -Lo siento. Slo es que pareces tan ansiosa por tener un beb. -S, bueno, no con cualquiera. Y ciertamente no a travs de la violacin.-Ella levant la cabeza, con el ceo fruncido. -Nadie hace esto con la hija del Rey Storm. Es un insulto a la grandeza de nuestro padre. -A pesar de que quiera negar su herencia, slo su parte humana podra decir "grandeza" para referirse a un tirano seor de la guerra. -Sabes que no comparto la misma opinin que t sobre l. -Ya lo s, -dijo. -Y es por eso que t tienes un malsimo gusto por los hombres. No me pillaran durmiendo con un kitsune. Necesito de alguien digno como Aesn. Empec a discutir una vez ms que Aesn haba sido un dspota imbcil, pero saba que el amor y la lgica rara vez trabajaban juntos, sobre todo con mi propia vida como indicacin. Me salv de recibir ms comentarios cuando un escalofro se apoder de la habitacin y apareci Volusian. -Maldita sea-dijo Jasmine. Hombre, que boca tan sucia ella tiene. Me levant, cruzando los brazos y tratando de tener un aspecto imponente. Es una postura comn que mantengo cerca de Volusian para que no haya ninguna duda de mi control. -Fuiste a la casa de Art? -S, maestra.

-Y? Descubriste algo? -No, seora. No pude entrar. -Cmo es eso? l te invit a tomar una cerveza o dos? -Volusian no parpade. -La casa estaba resguardada. -La casa estaba resguardada, - repet. -Y no pudiste cruzar la barrera? -Ellos tienen algunos resguardos muy fuertes si l no pudo cruzar, -dijo Jasmine. -Gracias, Pequea Miss Habladora de lo Obvio. - Busqu en mi cerebro, pensando en la red de las brujas locales. No las conoca muy bien, no como conoca los chamanes. -Dnde diablos l encontr a alguien tan fuerte? -Los resguardos? no eran del tipo normal que se encuentra en el mundo humano. Ellos tambin se entrelazan con la magia de este mundo,-continu Volusian. -Qu? Cmo Art pudo lograr que algn Gentry le hiciera un resguardo, especialmente si los est secuestrando? -Tal vez l puso una pistola en la cabeza de ellos,-dijo Jasmine, en una imitacin de mi propio tono seco. Otro rasgo de familia, tal vez. -Tengo que entrar en esa casa, -murmur. -Pero supongo que eso tendr que esperar como todo lo dems. Bueno, gracias por intentarlo, Volusian. -Yo no necesito ni quiero su gratitud, seora. No quiero nada en este mundo, excepto su muerte. -Jasmine se ech a rer. -Bueno, estoy segura de que ustedes se divertirn juntos.- Abr la puerta e hice que los guardias entraran otra vez. Con Volusian de regreso solamente dos eran necesarios adentro. -Los veo maana en la cacera de los demonios. Despus de eso, consider unirme a los dems en la fiesta, pero decid que sera lo mismo que el jefe apareciendo de repente en el Happy Hour de los empleados. En su lugar, me dirig a mi propio cuarto, pero fui interceptada por Girard.

-Su majestad.- l hizo una reverencia en su estilo exagerado, con su capa aleteando dramticamente. -He progresado considerablemente con su peticin. -Ya?- Saba que l tena la magia para este tipo de cosas, pero an as. Sonri. -La reina pide, y yo obedezco. De los bolsillos del interior de su abrigo, sac un pedazo de pergamino enrollado, lo abri para m. En l haba un esquema detallado de una espada, y por escrito a su alrededor eran notas tcnicas sobre el peso y la composicin. Ellos no fueron muy significativos para m. Sobre todo me di cuenta de la belleza de la espada, y, en particular, de su mango. -Eso es hermoso,-dije. -Espero que s. Perfecta para una reina. A pesar de m misma, le sonre en respuesta. Dorian me haba dejado en un miasma de emociones, pero estaba tratando de no dejar que eso interfiera con los favores honestos que haba hecho por m. Y cuando mencion que necesitaba una espada, tuve la idea de hacer una peticin a Girard. Por todas las cuentas, haba pocos con capacidad, y su habilidad para tocar el hierro lo haca particularmente talentoso. Girard dibuj una lnea en la lmina y la golpe en la punta. -Puedo trabajar con el hierro en el borde aqu, y no debe herir al Rey Oak cuando l este agarrando el mango. Ni tampoco debe afectar su capacidad para controlar el resto de la hoja. -Como el dueo de la tierra y de su contenido, Dorian podra derretir las placas de latn y de vez en cuando, del cobre, con calor mgico. -Pero la punta ser mortal para sus enemigos, -le dije. La idea de trabajar con el hierro en ella habra sido ma. -Exactamente. Puedo empezar a hacerla de inmediato, pero necesito saber un poco de la oscilacin real de la espada antes de terminar esta. -l vendr aqu maana. Puedes hablar con l entonces. - Dorian se haba ofrecido a ayudarme con los demonios. -Excelente. Y Shaya me dijo que usted tiene aqu los materiales que puedo usar si me concede su permiso para hacerlo. De lo contrario, puedo volver a mi lugar de trabajo en la Tierra Rowan. -Negu con la cabeza.

-No, no. Use lo que necesite aqu. -Sus labios se torcieran en una sonrisa irnica. -Eso probablemente va a servir. Cuando regrese a casa... bueno, sospecho que mi seor el prncipe va a pasar unos das preguntando sobre usted. -Suspir. -l todava est molesto por eso? -Est, me perdona, con el corazn destrozado por su rechazo a su regalo. -Yo no quera eso. Me gustabatodava me gusta. Slo deseaba que pudiramos ser amigos. -En mi experiencia, su majestad, hombres y mujeres a menudo tienen dificultades con eso. No es imposiblepero no siempre es fcil. -Pens en Dorian. -Sin duda tienes razn. -Bueno, gracias por eso, y dgame si puedo hacer algo ms para ayudar. -Pero en serio no vayas a trabajar ahora. Regresa a la fiesta. Ve a beber. Coquetee con Shaya. Ella podra aprovechar un buen tipo-. Girard se ech a rer. Era un sonido rico y lleno de dulzura. -Aprecio demasiado mi cuello para arriesgarlo a que el capitn de sus guardias lo tuerza. -Me tom un segundo para entender. -Quin, Rurik? A l no le gusta Shaya...no de esa manera por lo menos. Ella es muy, no s, refinada. l slo va tras las chicas de la cocina. -Girard se limit a encogerse de hombros. -Hablo en serio! -No estaba segura de por qu esto me sorprendi tanto. -Pueden parecer parejas, pero es solo porque trabajan juntos. Son slo amigos. Girard dio otra sonrisa. -Usted escuch lo que acabo de decir acerca de los hombres y las mujeres siendo amigos? - Se atrevi a darme un guio e hizo una nueva reverencia.-Hasta maana, su majestad.

Lo vi salir, con la capa roja ondulando a su rededor. Todava estaba incrdula. Rurik y Shaya? No, era ridculo. Estaba segura de que ella no tena ningn inters en l, y si l la quera, era por la misma razn barata que quera cualquier mujer. Ella era demasiado inteligente para eso. -Usted da regalos a mi amo, pero todava afirma no haber inters. Me volv y vi a Ysabel parada cerca de la esquina del pasillo. Al parecer, ella escuch mi conversacin con Girard. Esta mujer no tena nada ms que hacer que quedarse por los pasillos a esperarme? -l me ha hecho muchos favores ltimamente. Es la nica manera en la que puedo pensar para recompensarle. -Sin duda existen otros medios para pagarle,-dijo con malicia. Empec con la idea de "amigos", pero ya estaba harta de eso con Girard. -Por favor, no quiero ir a bailar con la misma vieja cancin. Y sabes, nosotras mantuvimos nuestra parte del acuerdo con Dorian. Dej que me ensearas. Eres libre. l viene aqu maana para ayudarme con el problema de los demonios. Vete a casa con l despus-. Esos ojos azules se abrieran como platos por la sorpresa. -Por qu? -Por qu, qu? -Debido a qu me dejas ir? -Porque no quieres estar aqu. Ya me diste la base que necesitaba saber, y he estado aprendiendo muy rpido. -Con un escalofro, me acord de cmo estuve a punto de ahogar a aquel Gentry en mi patio trasero. Eso fue intencional. No tena la excusa de "accidente" como la tuve con ella. Probablemente era algo que no debera mencionarle todava. Como estaba, ella ya pareca lo suficientemente perturbada. -S... usted aprendi muy rpido. La magia quema muy fuertes en usted, creo que no necesita mucho ms que una excusa para sacarla. Realmente es como el rey Storm. -Lo conociste?- Le pregunt con curiosidad. Siempre me quedaba en conflicto al or hablar de l. Una parte de m no quera tener nada que ver con l, y sin embargo otra parte de m ansiaba ms.

-No dira que nos conocimos,-medit. -Mi padre fue uno de sus guardaespaldas, vi el rey Storm un par de veces. Era aterrador.... Terrorfico e inspirador. -Trat de ocultar su temor, pero hizo una mueca de todos modos. -Por lo que he odo, sta es la reaccin que la mayora de las personas tenan. -Kiyo tambin haba visto al rey Storm, en su juventud, y una vez tuve un flashback de un encuentro muy breve con mi padre. -El poder que usted trat de convocar... l era capaz de traerlo en un segundo. l slo tena que pensar en una tormenta y el mundo se estremeca con la fuerza de la misma. -Bueno, supongo que todos pueden descansar sin preocupaciones. Estoy muy lejos de eso. -Sabes por qu? -Pregunt ella. -La prctica? -Ella sacudi la cabeza y frunci los labios. -Porque a pesar de todos sus ttulos y el respeto e impresionante uso de magia hasta ahora... sigue siendo humana en su corazn. -Humana, por su tono era demasiado feo serlo. -No, de acuerdo a mi padrastro.- No pareciera que algn da fuera a llenar las expectativas de todos. -Usted piensa como uno. Quieres dividir todo con lgica. La forma en que usted se acerca a lo mgico y es muy... cientfico. No es una palabra que los Gentrys utilizan mucho.- Tratas eso con frialdad. Usted parcela los fragmentos en el aire y los categoriza. La magia requiere control, s, pero en el corazn, est en sus emociones. Dijiste que llamaste los rayos por accidente. Qu estaba pasando? -Estaba asustada.- Tambin haba sucedido, me di cuenta cuando estaba excitada. Y, hum, excitada. -Usted estaba perdida en sus emociones, y el poder le domin. Pero nunca ser capaz de hacer eso, nunca por decisin propia. Reprime sus emociones. No cede ante ellas. -Su sonrisa se volvi triunfante. -Y es por eso que mi amo nunca va te amar como me ama.

Por supuesto. Debera haber sabido que habra un comentario espinoso al final de la leccin. Me pregunt qu pensara si supiera que su seor haba estado bien dispuesto para amarme ayer. -Bueno, gracias por la conversacin, pero voy a mi habitacin. Habl seriamente acerca de lo que dije. Irs maana con Dorian y amalo todo lo que quieras. Voy a seguir sin ti de alguna forma. -No haba porque ocultar el sarcasmo que senta. Ysabel me dio una sonrisa empalagosa. -Ests presumiendo que vas regresar. -Di la vuelta y le lanc una mirada penetrante. -Me ests amenazando? -Por supuesto que no. No tengo nada que ver con la aventura de maana. Pero usted se enfrentar a demonios. Cualquier cosa puede pasar. Y si no regresa, no voy a llorar. -Magnfico. Nada como un buen augurio para entrar en cualquier batalla.

Captulo 21
Me despert a la maana siguiente, tumbada encima de las mantas, con la luz del sol entrando por las ventanas. Apenas haba amanecido, pero el aire ya estaba caliente. Ojal, como parece seria un da caluroso. Si realmente estaba conectada a la tierra, me preguntaba como una ola de calor repercutira en mi estado de nimo. Era un indicio de mi preparacin para la batalla? Entrecerr los ojos por la luz del sol que tocaba el techo de piedra, insegura por esa cuestin, al igual que muchas cosas ltimamente. Con un suspiro, sabiendo que tena que levantarme, rod a un lado y me encontr con Kiyo. Grit por la sorpresa. Sus ojos del color del chocolate negro estaban abiertos, completamente despierto. Creo que l me miraba mientras yo dorma. Su sonrisa era sexy, suave, ligeramente tena los ojos arrugados. Estaba con el torso desnudo, llevaba nicamente un pantaln azul marino. -Cuando llegaste?- Le pregunt. -No me di cuenta. -Ya lo s -Dijo.- Estabas dormida. Aunque te moviste cuando entre en la cama. l puso una mano en mi cadera y la desliz por mi pierna desnuda. Yo haba dormido con una camiseta. Ver sus ojos y sentir su mano en mi piel hizo que despertara algo en m. Sin duda, todo estaba bien en el mundo, incluso en los mundos, desde que haba conocido a Kiyo. Me senta increblemente fuerte y segura con l, con la estabilidad de un sex appeal peligroso. Estir la mano y toqu su rostro, un poco sorprendida por lo feliz que era por tenerlo aqu conmigo. -No estaba segura de que vinieras -Admit. -Eugenie, Cmo pudiste pensar eso?- Sigui acariciando mi pierna, y con el otro brazo me llev ms cerca. -Dije que s. No dejar que te pongas en peligro sola. -S que no apruebas algunas de las cosas que hago. Roland no las aprueba. Tuvimos una gran pelea. -Kiyo bes mi frente, mi nariz, y luego mis labios.

-l se preocupa por ti. Yo tambin. Pero entiendo lo que tienes que hacer aqu y por qu quieres ayudar a esas personas. Lo mir y sent algo de luz dentro de m, una parte solitaria y dolorosa de m que necesitaba desesperadamente a alguien que la atrapara. Antes, senta que Dorian poda. Ahora rezaba para que Kiyo pudiera. -Entiendes? -S.- l me devolvi el beso, su boca estaba clida. Su mano fue desde la pierna hacia mi pecho. -S cmo vivir en dos mundos. Eres valiente para hacer lo que crees que es correcto, y no voy a dejar que nada te suceda -Dijo en mi odo. -Ni tampoco a la gente reunida ah abajo. -l movi la boca de nuevo en la ma, pero me apart. -Espe qu? Qu reunin? -l se encogi de hombros con las manos an acariciando mi cuerpo. -Todo el mundo. Rurik reuni a los guardias. Jasmine est de pie y esposada. Dorian est aqu. -Me sent. -Kiyo! Tenemos que bajar. No podemos - oh!-l movi una mano hacia el interior de mi muslo hacia arriba. -Tenemos tiempo. -No... No... tenemos- No poda hablar mientras que los dedos se movan dentro y fuera de m. Por un momento pens en cmo Dorian haba hecho casi exactamente la misma cosa, pero luego me olvid. -Estn esperando... -Cinco minutos, Eugenie -Murmur Kiyo. Su otra mano tir de la camiseta, y se inclin para besar uno de mis pechos, se movi lentamente succionando uno de mis pezones, cada vez ms fuerte. Hice una pequea mueca cuando sent los dientes y alz la cara.

-Te extra, Eugenie, no importa lo que piensas. Te extrao y te amo. -Sac los dedos fuera de m, y yo lloraba por la prdida de ellos. Sonri.

-Y creo que... Creo que tal vez tambin me hiciste falta... Y sin otra advertencia, despus rodar hasta que se qued de rodillas se movi dentro de m. No me di cuenta cuando se quit su ropa interior, pero de repente estaba dentro de m, duro e hinchado y gruendo con cada estocada. Cog las sabanas apretando los puos, manteniendo mi cuerpo arqueado para que l pudiera penetrarme an ms profundamente. Sus manos me agarraron las caderas, lo que le permiti entrar en m todo lo que pudo. Gem y ech la cabeza hacia atrs, mi cuerpo y el deseo de tener ms de l. Apoy su cuerpo sobre el mo, sigui adelante y consigui acariciar mis pechos sin parar el ritmo. Sus dedos los acariciaron, los pulgares rozaron los pezones erectos. Las sensaciones en mi cuerpo fueron impresionantes, cada parte de m tena la sensacin de que estaba ardiendo. Finalmente cambio de posicin y agarr mi cadera, teniendo una mejor posicin para llenarme por completo. Las estocadas se hicieron cada vez ms fuertes y rpidas entr en mi con tanta fuerza que poda or latir nuestros cuerpos. Con una gran gemido, sus uas se hundieron en mi cadera y todo su cuerpo temblaba mientras l disfrutaba. Con las manos todava en mi cadera, se mantuvo all varios segundos, absorbiendo su total liberacin. Por ltimo, dio un paso atrs y cay en la cama. Me gir y me puse a su lado. -Ests bien-Jade. -Ahora creo que estoy listo para luchar contra algunos demonios. Supongo que nadie realmente se dio cuenta de que Kiyo y yo acabamos de tener relaciones sexuales cuando bajamos. Gracias a Dios, no llova. Si alguien poda sospechar de algo, ese era Dorian, ya que poda leer a la gente. Los guardias estaban formados en el exterior, pero Dorian estaba en la sala mientras tomaba el t con Shaya. Ysabel estaba en su regazo. Girard tambin estaba all, estaba probando el peso de la espada de Dorian. Mientras Dorian estudiaba el diseo de su nueva espada. -Eugenie -Dijo Dorian, arqueando una ceja. Ests radiante esta maana. Bueno, ciertamente estas brillante. -Ysabel hizo una mueca por la alabanza de l. -Es el cuero-Le dije, cogiendo mi camisa. Discut por la necesidad de una armadura, Shaya me haba conseguido un chaleco sin mangas de fino cuero, bueno para eludir las espadas. No era como el cuero de las estrellas porno, pero era algo a lo que no estaba acostumbrada.

-Y eso-Continu Dorian, sealando el diseo.-Es increble. -Gracias. -Qu? -Dijo Kiyo. -Una espada de leyendas. Para matar a los malhechores en todas partes. Eugenie la ha hecho para m. -Kiyo me dirigi una mirada sin palabras llena de preguntas. -Es un regalo de agradecimiento. Dorian me ha hecho muchos favores ltimamente. -Le expliqu. -Te aseguro-Dijo Dorian, con una cara seria. -Estoy muy contento de dar como de recibir. -De acuerdo-Dije apresuradamente. -Nos vamos? Vi a los guardias en el exterior. Prefiero que esto se haga lo antes posible. El mayor obstculo era definitivamente Ysabel, quien puso sus brazos alrededor de Dorian y le rog que tuviera cuidado. Le dio una palmadita en el hombro, asegurndole que todo estara bien. Pero sus ojos estaban inquietos y no mir atrs, cuando l sali con nosotros. Pobre Ysabel. Estaba casi empezando a sentirme mal por ella, a pesar de sus esperanzas de que yo no me fuera a interponer. Ella realmente no era ms que alguien que le calentaba la cama a Dorian, mientras la mayora de las mujeres lo saban, ella no poda aceptarlo. Jasmine estaba tambin dispuesta, todava esposada y enfadada. Volusian estaba con nosotros, y l tena rdenes de dominarla si intentaba cualquier cosa, estaba bastante segura de que lo hara. Lamentablemente, yo tambin necesitaba que Volusian luchara contra los demonios, lo que significaba que no poda cuidar de ella todo el tiempo. Ninguno de nosotros poda, y yo tena que hacer una arriesgada maniobra para mantener el arma en ella mientras intenta los destierros. Kiyo frunci el ceo cuando la vio, y ms cuando la ataron a su caballo. -Esto est mal, Eugenie -Dijo en voz baja, cuando todos estbamos en marcha. Iba en su forma humana. -Qu parte? Traerla o mantenerla prisionera?

-No me gusta nada. -Me dijiste que entendas las decisiones que tena que tomar. Era solo para conseguir sexo?-Dorian cabalgaba a mi lado. No me caba duda que haba odo el comentario sobre el sexo, pero no dijo nada. -Cmo sugieres que lo haga? Dejo que se vaya? -No. -Dijo Kiyo, dirigindole una mirada a Dorian. -Pero hay maneras ms humanas para lidiar con ella. -Le di a Jasmine su propia habitacin y consegu mejores esposas Qu otra cosa puedo hacer? - Le pregunt. -No s -Admiti Kiyo. -No critiques si no puedes ofrecer una solucin Dijo Dorian-. Es fcil creer en el amor en situaciones hipotticas, luego llega la realidad, y a veces tenemos que hacer lo que es feo. -No recuerdo haber pedido tu opinin -Dijo Kiyo. -Eugenie, tienes que enfrentarte a una difcil eleccin. -Dorian hablaba como si Kiyo no estuviera all. -Qu vas a hacer cuando finalmente consigas librarte de ese conejo? Qu hars con los prisioneros?-Me encog de hombros. -Mandarlos trabajar. -Incluso al lder de ellos, Cowan? l que los convoca. No querrs tenerlo cerca, ni siquiera cavando zanjas. -No le hagas caso a l -Dijo Kiyo. -l te est provocando. Hay crceles, incluso en el Otro Mundo. Puedes enviarlo all si sobrevive. -Una actuacin encantadora de misericordia, sin duda.-Dijo Dorian. -Va aterrorizar a los futuros enemigos. -No voy a matar a todo aquel que se interponga en mi camino -Exclam.-No soy mi padre, no importa cunto quieres que lo sea.

-So dira que eso es lo que quiero -Se ri Dorian. -Pero como lder, necesitas a veces dar ejemplo. -La misericordia no es una cosa terrible.-Argument. -El Rey Storm nunca la mostr.- Dijo Kiyo. -En efecto-Respondi Dorian. -Y slo quiero asegurarme de que su hija no muestre demasiada. Kitsune no eres el nico que quiere proteger a tu ama. Slo lo hacemos de diferentes maneras. -Basta -Orden. Rurik estaba deteniendo al grupo de delante, el resto del camino tendra que ser a pie. Me sent agradecida, me estaba cansando de escuchar las provocaciones entre Kiyo y Dorian. Como antes, caminamos toda la experiencia me estaba dando una extraa sensacin de dj vu, por si los bandidos haban cambiado de ubicacin. Tambin tuve un recuerdo de cuando derrote a Aeson. Dorian y Kiyo tambin estaban conmigo, tan emocionados de estar cerca uno de otro como lo estaban ahora. Shaya estaba tambin all. A Rurik casi le dio un ataque cuando decidi ir, y no puedo parar de recordar las palabras de Girard. Ciertamente no tena un ejrcito cuando estaba detrs de Aeson. Rurik haba enviado a hombres para observar el terreno, con la habilidad de pasar un vistazo y deshacerse de cualquier enemigo que encontraran. La espera me haba dejado inquieta, y una sensacin de silencio cay sobre todos. Mir a Jasmine, que segua atada. No la soltara hasta el ltimo momento, no confiaba en ella. -Ya sabes qu hacer? -Le pregunt a ella. Ella estaba mirando a los guardias pensativa, observando el terreno inclinado y pinos diferentes. Probablemente, estaba planificando su fuga, pens con tristeza. Como antes, los villanos haban escogido la mejor cobertura en esta tierra rida. Se volvi hacia m, al instante haciendo su mueca por defecto. -S. -Y sabes qu va a pasar si intentas algo? -S.-Vi malicia pura en sus ojos.

-Genial-Dije, poniendo mis manos sobre el arma. Ella mir brevemente la pistola, yo saba que le daba miedo, ella hizo un buen espectculo y se mostr desafiante. -Espero que se mantenga fiel a su palabra-Murmur Dorian, acercndose a m. -Basta ya de envenenamiento -Gru Kiyo. -Me voy, yo tomo mis propias decisiones -Les dije. Los exploradores regresaron poco despus, nos dieron el visto bueno para seguir. Nosotros fuimos hacia el campo, rodeando y atacando con toda la fuerza. Afortunadamente nadie anunci nuestra presencia, y haba un elemento sorpresa ante la movilizacin de los bandidos. Solt a Jamine, esperando no estar cometiendo un error. Mi mano derecha sostuvo con firmeza la pistola contra su espalda, apuntarla en la cabeza sera un poco cruel. La mano izquierda sostena mi varita lista. Kiyo y los otros combatientes estaban luchando mano a mano, mientras, los otros usuarios de la magia estaban atrs y esperando para usar la magia. Yo estaba estrictamente en el orden de destierro chamanico. Y all estaban. Un olor profundo de magia impregnaba el aire, el fuego y las formas que se materializaron en el otro extremo del campo. Vi la mirada de Rurik dirigirse hacia el punto donde haban aparecido pero prest ms atencin al lugar donde estaba l que haba invocado a los demonios. Dando vueltas alrededor, se dirigi a la zona. Los demonios eran mi trabajo. Empuje a Jasmine con la pistola. -Haz tu trabajo. Volusian, ataca. Contuve la respiracin, preguntndome que hara Jasmine. Un momento despus, sent la magia de ella, un hechizo parecido al mo pero con un sentido ligeramente diferente. Una parte de mi cerebro intentaba detenerla, pero prefer esperar a ver qu pasaba. Vi una apertura hacia el Submundo. Dos criaturas salieron por la apertura a nuestro mundo. Eran como el Elemental de la otra noche, estos dos demonios estaban hechos de agua, hacan ruido al caminar, pero mantenan una forma slida. Pero ellos eran ms grandes que el Elemental, tenan cuernos y ojos de color amarillo brillante. -Slo dos?- Exclam. Los otros son cinco. Jasmine no respondi, pero levant la mano como cuando un director da la nota a sus msicos. Por un instante me

pregunt si los demonios del agua nos atacaran. No fue as. Su atencin se dirigi a los demonios de fuego, los viejos enemigos de ellos en el Submundo. Cerca de all, Dorian empleaba su propia magia, rasgando la tierra bajo los demonios de fuego para que tropezaran y se hundieran en los grandes agujeros, hacindolos presas fciles. -No es tan fcil convocar a los demonios -Dijo l para defenderla, con los ojos en su trabajo.- En realidad, van a ser pocos para los demonios de fuego. Pueden invocar ms demonios de fuego. Me sorprende que siga consciente. Bueno, eso es algo. Los siervos de Jasmine se encontraban en una disputa con dos demonios de fuego, lo que significa que ninguno de ellos iba en pos de mi personal. Volusian estaba haciendo un buen trabajo con uno de los demonios, mientras que los otros dos se adelantaban. Haba llegado el momento de la accin. Me un a la fuerza humana que he usado toda mi vida, el poder que se basaba en la voluntad y en la emocin que no les gustaba a la magia Gentry. Mi varita se haba centrado en ello, y dirig el poder hacia uno de los demonios de fuego, dando vueltas e invocando el poder de Persephone para abrir un camino al Submundo y mandarlo de vuelta. Sinti el destierro sucediendo, y sent su poder, mientras trataba de combatir. Le fij mi propia fuerza, y lo que pareca una mina terrestre estall cerca de l, llenndolo de tierra y piedras y tropez. Gracias, Dorian. El Submundo se abri y el demonio se disolvi de vuelta a su mundo, incapaz de luchar contra mi fuerza. Y al igual que la ltima vez que luch contra ellos, la fuerza que necesitaba para el destierro requera mucho de m. Inspeccion el resto de la batalla, vi con una grata sorpresa que uno de los demonios de agua, de Jasmine haba derrotado al demonio de fuego. Ese diablo de agua se haba unido a su pareja, y pareca que iban a trabajar rpidamente con su objetivo. Kiyo y otros soldados estaban haciendo un buen trabajo en matar o subyugar al resto de los bandidos. Mi siguiente estrategia era atacar a los demonios de fuego. Uno de ellos empez a caminar hacia mis soldados. Ese destierro sera difcil. Reun todas mis fuerzas y repet el proceso, llam a Persephone, recitando las palabras para enviar de nuevo a los demonios al Submundo. Esto los distrajo de mis soldados, y empezaron a dirigirse hacia m. Maldita sea. -Vienen hacia aqu- Dijo a Jasmine. No pude verle la cara con la escopeta en la espalda, pero tuve la impresin de que ella estaba tan tensa como yo.

-S, ya me he dado cuenta.-l me empujaba con su propia fuerza de voluntad. Apret los dientes. No, no. Soy ms fuerte. Yo soy la hija de Strom. Necesitaba alguna distraccin para que no se acercara, pero todos estaban ocupados. La atencin de Dorian estaba en el demonio que luchaba con Volusian. Ese demonio era moderadamente ms fuerte que mi siervo, pero como Volusian no poda morir... bueno, eso dificultaba su destruccin. Ninguno estaba ganando hasta que Dorian utilizo un poco de su magia para atacar al demonio con un pedazo de roca, permitiendo a Volusian moverse para matar. El demonio segua acercndose, y necesitaba una distraccin propia. Tena disminuido mis poderes, no saba qu hacer con Jasmine, el tiempo me podra afectar un poco. Todava poda usar mis poderes de Gentry. En contacto con l sera ms fcil. Estaba segura de que me iba arrepentir con lo que iba hacer. Tire el arma e inmediatamente llame a la tormenta mgica. Dara cualquier cosa para destruir al demonio con los rayos, pero todava estaba ms all de mi control. En cambio, miraba el cielo, sacando agua y aire. Para mi sorpresa, tuve la oportunidad de unir los dos. Nubes grandes y cargadas unidas en un conjunto que bajaron hasta el demonio. Era la fuerza ms poderosa que haba convocado y derroc al demonio. No pude mantener mi fuerza en l, y la mini tempestad se disip instantneamente. Pero fue suficiente, y lo desterr antes de que pudiera responder. Pareca que mis entraas estaban desgarradas, pero me las arregl para expulsarlo de este mundo. Jadeando y mareada, mir a mi alrededor y me di cuenta de que no haba demonios cerca, bueno, no demonios de fuego por lo menos. Los demonios de agua, victoriosos, an estaban all, y venan hacia nosotras. Mierda. No me di cuenta de lo que yo haba puesto en libertad. Cog del hombro a Jasmine, tirndola al suelo y apuntndola con el arma. -Te advert que no intentaras nada -Le dije, apuntndole con el arma. -Despdelos. -Yo no -Exclam en respuesta. -Yo no los puedo controlar. Di un paso hacia delante, mir su cara. Estaba cubierta de sudor, tena la piel plida. Dorian haba dicho que era difcil convocar a los demonios, y el total de lo que haba hecho me golpe. Los invoc y luego no tena ms poder para controlarlos. Yo no tena poder para desterrar, pero creo que Jasmine estaba

todava tratando de trabajar con su magia, dbil como estaba. Era imposible sentir cada parte de lo que otra persona estaba haciendo con su magia, pero me senta fuerte. Esas criaturas estaban relacionadas con el agua. Ellos eran parte de mi dominio. Haciendo mi mejor esfuerzo para imitarla, reun mis fuerzas para que, mediante el envo de rdenes a travs de la magia, enviarlos fuera de este mundo. Estaban ya sobre nosotras, y me re cuando casi la irona de mi propia muerte se acercaba. Entonces, de repente, sent la magia de Jasmine sintonizando con la ma. El control de los demonios se produjo y se congelaron. Juntas, ella y yo, les ordenamos que se apartaran, se abri una apertura hacia el Submundo. Era casi como un destierro, pero no exactamente. Los demonios estaban listos, y con nuestra instruccin, para volver, y nuestra magia les ayudamos a regresar. Un poco despus, se disolvieron de nuestro mundo. Despus de eso, me sent como si hubiera corrido una maratn. Cada parte de m me dola y estaba fatigada. Sin embargo, Jasmine estaba peor. -Supongo que la sangre es ms espesa que el agua -Le susurr en un mal intento de hacer una broma. Ella asinti con la cabeza, sus ojos se volvieron hacia atrs, y luego se cay. Apenas poda sostenerme, mi estado era dbil, pero luego, unos brazos fuertes me recogieron. Kiyo. Apenas tena un rasguo, y el alivio me invadi. -Gracias.- l me levant fcilmente en sus brazos. -Ests bien? -Genial-Dije buscando a mi hermana -No me ha traicionado despus de todo. Pero ella est lastimada. Llvala a un sanador. Kiyo vacil, no quera marcharse. Luego hizo un gesto rpido y se fue, era mitad humano y mitad animal. Mirando alrededor, vi que los dems se encargaban de otros canallas. Mis prdidas parecan pocas. Rurik sujetaba a un hombre que pareca estar en las mismas condiciones que Jasmine. El invocador de los demonios. Dorian estaba con Rurik y me mir rpidamente. Yo saba lo que haba en esa mirada. Matar al invocador o no? Negu con la cabeza. Dorian hizo una mueca y luego se volvi para ayudar a Rurik con el preso. Nadie pareca necesitarme, y me tumb, con gusto, en la tierra, esperando reunir mis fuerzas. Me pregunt si sera capaz de llamar a la magia otra vez, la que haba usado con Jasmine. Tener que hacerlo con ella pareca mucho trabajo ahora, y me alegr de ver mi trabajo personal.

Con mi visin perifrica, vi un movimiento. Me levant y mir hacia un acantilado rocoso cubierto de cactus. Alguien me mir y luego se escondi de nuevo. Yo conoca la cara. Era un Gentry con una cicatriz, que haba venido a mi casa anoche. Sin pensarlo, empec a perseguirlo. Entonces, para mi sorpresa, me detuve e hice lo que hubiera querido Rurik. Algunos de mis soldados se acercaban. -Vengan aqu -Grit gesticulando. De inmediato me siguieron mientras me mova tan rpido como poda para llegar hasta el Gentry. Cuando me volv a mirar, no haba seales del Gentry que haba visto. El terreno all era abrupto y comenzaba a convertirse en colinas parecidas a las que estaban cerca de mi casa de Tucson. La vegetacin era ms densa, aunque todava estaba lejos de ser una verdadera floresta. Era sobre todo rboles, cactus, y arbustos dispersos. Hasta la pequea colina haba un sendero estrecho, y en un impulso, me fui a buscar a mi presa. Los pasos de mis soldados estaban detrs de m, golpeando sus botas en el suelo. Quin era ese tipo? Y por qu estaba aqu? Era uno de los bandidos? No lo haba visto en la lucha. l era una especie de espa, tal vez, y por eso el se haba acercado a mi cama y...Snick. Snick4 Dos flechas salieron de la nada hacia la cima de la colina. Le dieron a dos de mis soldados en el pecho, hacindolos caer al suelo. Par en seco, esperando mi flecha, mirando alrededor de los rboles esperando que el Gentry se revelara. Pero l no apareci. Quien apareci fue Art. l sonri, dando un paso hacia adelante. -Eugenie, que bueno verte de nuevo. He odo que has estado muy ocupada aqu. l se acerco un poco, ahora mi personal no estaba a la vista.- Eugenie, pens, eras una puta idiota. Adems de Art, apareci el Gentry que haba perseguido con otros dos, uno con una armadura de cuero como Jasmine haba descrito. Llevaban arcos y llevaban las camisetas rojas debajo de la armadura. -Roland me llam anoche y casi me arranc la cabeza cuando se enter de que estaba mezclado con la poltica Gentry.-Art movi la cabeza, divertido.-Me pregunto lo que dira si supiera cun involucrada ests t... Su Majestad.

Es el sonido de un ruido sordo.

Estaba cansada como el infierno y carente de magia. Sin embargo, era todava humana, sin parafernalia. El arma estaba todava en mi mano, y le apunt con ella. Necesitaba distraerlo hasta que alguien llegara. Maldita sea. No debera haber subido al cerro, aunque tuve la sensacin de que llegaba apoyo. La pregunta ahora era, el resto de mi gente se dara cuenta de que me haba ido? Normalmente, casi no poda salir por las puertas del castillo sin que una docena de personas me acompaara. Art me dijo: -Vas realmente a hacer eso? De verdad vas a matar a alguien de tu propio pueblo? O no somos tu gente? La magia pronto llen el aire, magia familiar, mgica chamnica. Lleg en forma de densa niebla. Me olvid de Art, me volv bruscamente hacia el sonido de las palabras. Abigail estaba all de pie, con la vara en la mano. Y Dios me ayude, me estaba desterrando. Sent su voluntad impulsar en mi contra, como haba hecho con los demonios. El mundo a mi alrededor comenz a girar como un vrtice que comenz a tirar de mi esencia. Luch con toda mi fuerza, pero no tena mucha. Cuando se trata de viajar entre mundos, cruce de caminos y pasajes fueron camino por recorrer. Ellos facilitaban la transicin. O bien, se poda viajar como yo haca normalmente, se dirige a algn elemento cuya esencia est incrustado, un elemento que no se podra evitar atraer su esencia. Y rara vez, si tena la fuerza, podra abrir una puerta de entrada a la fuerza y viajar a su manera al Otro Mundo. Esto no era lo recomendado. Me dola como el infierno. En esencia, se trataba de un destierro, slo que no era mi eleccin. Alguien me coga de un mundo y me enviaba a otro. Sent como ese mundo se abra, sent una atraccin incontrolable. No poda luchar. Lo intent. Di patadas, grit, pero estaba demasiado dbil. Sent que me estaba rompiendo en un milln de pedazos envuelta en un remolino... Y entonces me haba ido.

Captulo 22
Me despert con un dolor de cabeza peor de la que tuve cuando beb tequila, la noche del nacimiento de Louise. El dolor era constante en mi cabeza, mientras que al mismo tiempo, mis sentidos parecan estar adormecidos. Como si un techo de plstico me cubriera. Las nuseas fluan a travs de mi estmago, y me preocupaba lo mal que estaba. Esto haba sucedido la ltima vez que forc la barrera entre los mundos. Y hablando de mundos... dnde estaba? Era bastante difcil ubicarme con mi cerebro atontado. Si sal del Otro Mundo, significaba que podra estar en el Submundo o en el mundo humano. El hecho de que todava estaba viva me indicaba que estaba en este ltimo. Porque diablos iba a llamar a Abigail.... Mierda all estaban las nuseas otra vez. Me mord los labios y trat de incorporarme, no quera ahogarme en mis propios vmitos. Slo que, cuando trat de levantarme, no llegu muy lejos. Mis manos se extendan por encima de mi cabeza, estaba atada al cabecero de la cama en la que estaba. Bueno atada no, esposada. Eran esposas de tipo industrial. Haba un cuenco al lado de la cama, ropa de cama de recambio y ropa limpia. Vomit dos veces antes de que el buen carcelero me preguntara. -Tienes ms? -Supongo que no. Apret los ojos y me encontr mirando el rostro de una muchacha joven, llena de pecas y cabello castao, con una nariz un poco pequea en comparacin con los rasgos de su cara. Aunque era bastante guapa, se trataba de una Gentry. Por un momento me pregunt si estaba confundida con respecto al destierre. Todava estaba en el Otro Mundo? No. Este era definitivamente el mundo humano. Poda sentirlo. Si hubiera magia la intuira y aqu no intua magia. La muchacha trajo un pao. Me sec la cara y la boca con l. Un momento despus regres con un vaso de agua, que beb con gratitud. Todos sus movimientos eran suaves y elegantes. -Cmo te llamas?- Le pregunt. -Cariena.

-Eres realmente hermosa. Dnde estoy, Cariena? -Le pregunt, tirando de las esposas. Pero no cedieron. La chica se sent en una silla, en un rincn. -En el mundo de los humanos. -Ya lo s.- Tratando que mi tono no fuera demasiado fuerte. La coraza de cuero haba desaparecido, llevaba camisa y calzones. -Pero dnde? Qu lugar es este? Ella mir a su alrededor como si tratara de ofrecer algn tipo de respuesta. Las paredes estaban pintadas de un color gris tenue y estaban adornadas por un dibujo de flores de color azul y morado. Haba un pequeo aparador en la esquina, al lado de su silla y una cama estrecha. No haba mucho espacio y ninguna ventana. -En casa del hombre de la serpiente roja. -La Serpiente Roja... Hijo de puta. Art. Mi mente estaba confusa an, y tuve problemas al tratar de recordar los detalles de lo que haba sucedido. Me acord de partes de la pelea. Record cuando persegu al soldado y luego me desterr Abigail... Pero no recordaba cmo haba llegado hasta aqu. Es posible que el dolor era simplemente por pasar bruscamente por los dos mundos. Podan haberme golpeado en la cabeza, pero el dolor punzante no era de eso. Y como seal antes, era ms del tipo resaca. Slo que peor. -Dnde est ahora?- Le pregunt. Cariena asinti con la cabeza. -No lo s. No nos da explicaciones a nosotras. -Nosotras? Es... -Una vez ms, mi cerebro trataba de recordar lo que ya saba. Por qu no poda ordenar mis pensamientos? Era como si hubiramos estado bebiendo todos juntos. Nosotros, Art, el hombre de la serpiente roja. -Hay otras chicas aqu? -Ella asinti con la cabeza. -Cuantas?

-Cinco... no, cuatro. Se llevaron ayer a Fara. Isanna es la prxima. -Quienes? -Uno de los hombres. Ellos vienen a veces. Nos miran. A veces simplemente...-Ella mir hacia otro lado, para no encontrarse con mis ojos. -A veces slo... nos visitan. Pero a veces hacen un trato con el hombre de la serpiente roja y nos llevan. -Art- Murmur. -El hombre de la serpiente roja se llama Art.-Comenc a frotarme los ojos y me di cuenta de las esposas. -Las otras chicas tambin estn esposadas? -Slo las que se resisten. -Bueno, s, supongo que eso me incluye. Supongo que a ti no? -Nunca ms. -Por qu no te vas? Debes tener magia... aunque sea un poco. Cariena levant las manos. No tena unas esposas igual que yo, pero tena brazaletes de hierro en cada mueca, cada una con una pequea cerradura. La piel estaba roja e hinchada donde estaba el hierro. -Jess... entonces tienes tu magia est bloqueada. Quiero decir, no puedes simplemente, irte? -Es de hierro... hierro por todas partes. Las ventanas, puertas. Todo est conectado con el hierro y los hechizos. Y las cerraduras. Adems... -Sus ojos azules se ampliaron ligeramente. -No s a dnde ir... no en estoy en mi mundo...-En mi casa -Dijo con rabia. -Volvers a casa. Yo te llevar.-Ella asinti con la cabeza, con cara triste. -No hay manera de salir de aqu. Ni siquiera t puedes.-La mir con curiosidad. -Sabes quin soy? -Eres la Reina Thorn. La hija del Rey Strom. T eres mi soberana. -Ella hizo un gesto amistoso de respeto. -Y s que eres una gran guerrera y usuaria de la magia.

Pero si el hombre serpiente roja te atrap, no hay esperanza para nosotras. Moria intent escapar, y muri. -Moria se escap. Ella no muri, y...-Me detuve. Por qu mi cerebro estaba desorganizado? Porque era lenta pensando? Una gran guerrera y usuaria de magia. No necesitaba mis manos para salir de aqu. Tena mi magia. El hierro y el acero que anulaban la magia de Cariena tenan pocos efectos en m. Y haba tenido tiempo suficiente para reconstruir mi depsito de poder. Busqu en mi interior y despus alrededor, en busca de agua y aire, aunque no estaba segura de qu hacer con ellos. Romper el cabecero de la cama? Partir las esposas? La decisin result no tener importancia. No pas nada. No senta nada. Me sent... bueno, humana. Me senta como hace aos, mucho antes de cualquier indicio de que pudiera tener el toque mgico del Otro Mundo. Estaba desprovista de magia y tena lagunas mentales. -Qu me pasa?- Le pregunt, empezando a entrar en pnico. -Mi magia se ha ido. El acero no me tena que hacer efecto... -No es el acero -Dijo de pronto una voz. -Es una hierba moura5. Por eso te sientes tan lenta. Art entr en la habitacin, pareca ms impetuoso que nunca, con su piel bronceada y su sonrisa de estrella de cine. Yo no senta otra cosa que desprecio mientras instintivamente estaba intentando desprenderme de las esposas. Hierba moura, hierba moura... Dnde lo haba odo antes? Rurik, me haba recomendado algo llamado pocin de hierba moura para cortar la magia de Jasmine Eso es lo que me dieron? Dijo que era muy eficiente... pero los que tenan sangre humana se sentan mareados y dciles. De repente, supe que la resaca no tena nada que ver con que hubiera sido desterrada. No me propona discutir acerca de la hierba moura con Art, luego, fui directamente al grano. -Te voy a matar.-Art se ech a rer con esa risa profunda y clida, que una vez haba encontrado cautivadora. -Perdname si no te tengo miedo.-Se volvi hacia Cariena.- Dale ms hierba moura a Eugenie. Y asegrate de que Isanna este vestida y lista cuando Abigail vuelva. Hierba Moura- Florece a mediados de julio. Es verdinegra, tiene frutos al principios verdes que luego se vuelven negros del tamao de los garbanzos. Es una hierba venenosa.
5

Cariena estaba prcticamente fuera de la habitacin antes de que terminara de hablar. -No me lo puedo creer- Dije-. Es realmente cierto. Cuando Roland me cont la teora del sexo con las hadas pens que estaba loco. Pero es verdad. Dnde est Isanna? Abigail la va llevar a su nuevo propietario? -Se ech hacia atrs y cruz las piernas. -Supongo que puedes decir eso. Me gusta pensar que la llevarn a una casa nueva y bonita. El hombre que la ha comprado est deseando darle una buena vida. -Tu hijo de puta de mierda-Murmur. -Las vendes como si fueran de tu propiedad. -Puede ser. Y si eso te hace sentir mejor, no las vendo todas. Cariena aqu... hmm, bueno, ella no es lo suficientemente bonita para tener un buen precio. Es ms fcil mantenerla cerca para atender la casa. -Atender la casa.- Comenc a sentirme mal otra vez, y no tena nada que ver con la hierba moura -Bsicamente, ests prostituyndola. Vendes esclavas sexuales y diriges un prostbulo y, sin embargo, mientras tanto, te haces pasar por un hroe chamn, como si estuvieras haciendo una buena obra para el mundo. Roland habla muy bien de ti. -Art se puso de pie, sus pies golpearon el suelo mientras un destello de ira brill en sus ojos. -Estoy hacindole al mundo un gran favor, a este mundo. Esas chicas no son nada. Ellas no son humanas. Y t...-Sacudi la cabeza. -T no puedes hablar de las apariencias. T tambin te ests pasando por un hroe chaman. Cuando en realidad ests al mando de los ejrcitos Gentry. Roland lo sabe? l sabe quin eres realmente? Estoy seguro de que ha de saber que eres una mestiza y lo que conlleva.-La ira arda entre la bruma de mi mente drogada. -Creo que te has olvid de la parte donde yo te mato. -Y se te olvid la parte en la que no estoy preocupado. -Cariena regres con una taza. Mir con cautela. -Qu vas a hacer conmigo?- Le exig. -Si hubieras podido me habras matado o me matars ya que no quieres que revele tu sucio secreto. O me vas a vender? O me vas a guardar para ti porque no te gustan los Gentry?-Art neg con la cabeza y se acerc a mi cama.

-Eugenie, no me podras pagar lo suficiente para mantenerte alrededor. Prefiero a una de esas chicas estpidas, cuando llegan se asustan hasta con el microondas y se mantienen dciles durante semanas. Hizo un gesto a Cariena y me sostuvo la cabeza. Me di cuenta de lo que estaba haciendo y empec a luchar. Con una mano me sujetaba para que no me moviera y con la otra mantena mi boca, parcialmente, abierta. -Para.-Dije -Obedece,- Cariena arroj el lquido de la taza en la boca entreabierta. Mientras haca eso, ella gesticulo con la boca, lo siento. El brebaje tena un sabor horrible. Trat de escupir, pero Art, me tapo la boca para que tragara. Cay amargo por mi garganta, y pude sentir como una nueva ola de entumecimiento comenzaba a transitar por m. -S -Dijo Art, casi alegre. -Tienes problemas. No te quiero. No s por qu ningn ser humano te quiere. Pero, afortunadamente, hemos recibido una oferta de alguien que no es humano. Creo que estaba sonriendo como un idiota de nuevo, pero no poda decirlo con seguridad. La fuerza de la hierba moura estaba haciendo efecto, sent como todo se nublaba, y despus la oscuridad, y luego me dorm. Me di cuenta de dos cosas cuando me despert, ms tarde. Una de ellas era que Art an estaba en la habitacin, aunque creo que acababa de regresar para observar mi sueo. La otra cosa que not era que estaba suelta. No perd el tiempo. Salt de la cama y lo asalt. Por desgracia, me cost mucho levantarme. La droga estaba en mi sistema y mis piernas apenas tenan fuerzas, por lo que era muy difcil mantenerme de pie. Me levant de la cama y me ca al suelo. Cariena tambin estaba all, sosteniendo algo de ropa, y empez a ayudarme. Art neg con la cabeza, y ella se qued quieta. -Parece que no me vas a matar hoy.-Dijo -Maldito hijo de puta -Le dije, lanzando un brazo hacia la cama para tratar de levantarme. -Cunto tiempo llevo dormida?

-Oh, una hora ms o menos. Te pasa por tu parte humana. Ahora que estas tan entusiasta y enrgica, Cariena te ayudar a arreglarte.-Lo mir. No saba quin me haba puesto la camisa y la ropa interior, pero si lo haba hecho l morira extra lento. La mirada fulminante que me dirigi sugiri, sin embargo, que senta el mismo placer por m como yo por l. -No puedes retenerme aqu -Le advert cuando finalmente me sent en la cama. Alguien vendr a buscarme. -Quin?- Pregunt. -T eres la idiota que se alej de tu pueblo. Ninguno de ellos vio a donde fuiste. Ninguno de ellos me vio ni a m ni a ninguno de mis colegas... bueno, excepto tus dos guardias, y no se lo dirn a nadie. Con una sensacin de cataclismo, saba que l tena razn. Nadie saba lo que me haba sucedido. Haba mencionado la teora del yellow river a algunos amigos, pero ninguno de ellos sospechara que estaba relacionado con mi abandono de la batalla.-Probablemente pensaran que haba otro demonio suelto. -Dnde diablos estn tus compaeros de todos modos?- Exig. -Contrataste a un ejrcito de mercenarios?-Art se limit a sonrer. -Cariena vstela -l me mir y me dijo-Coopera o ser ella quien sufrir las consecuencias si desobedeces.-l se march, cerrando la puerta detrs de l. O el ruido de la cerradura. Al otro lado, Cariena me miraba con ojos grandes y asustados. Tema tanto a Art. Suspir. -Est bien. Me lo pondr. De todos modos no quiero estar en ropa interior. Visiblemente aliviada, ella dio un paso hacia delante y despleg lo que tena en las manos: un vestido al estilo Gentry. -Tienes que estar bromeando -Le dije.- Hay algo ms?- Cariena se encogi -Fue lo que me dio. Mire la cabecera de la cama y pens si ponerme como Scarlett O'Hara y hacer algo por m misma. Luego, al ver el rostro plido de Cariena, me rend de nuevo. No dejara que Art le pegara o le hiciera cualquier otra cosa por mi culpa. Cog el vestido, pero no poda ponrmelo sin ayuda, no con mis msculos dbiles y atontados, sin mi control motor. Estar en este estado me enfureci. Odiaba estar indefensa. Lo ms inquietante era que era capaz de moverme... pero no poda

combatir o defenderme. Apenas poda soportarlo. Era una prisionera en mi propio cuerpo. El vestido era una mezcla de lavanda y azul claro. Supongo que era alegre, lo que siempre se haba conocido como un sobretodo. Estaba hecho de un suave terciopelo que marcaba mi cuerpo al estilo cortesana. Las mangas eran largas y lisas, y era ms escotado de lo que llevaba normalmente. Pens que no llevaba algo as, mostrando tanto escote sino era porque iba a ver a Kiyo o estaba tratando de obtener un favor de Dorian. Kiyo y Dorian. Me son pattico como una damisela en apuros, pero dara cualquier cosa por tenerlos aqu ahora. Cariena aplaudi y me observ casi con adoracin. -Esta hermosa, Su Majestad. Ahora veo por qu tiene tantos pretendientes en nuestro mundo.-Nuestro mundo. -Bueno, no creo que mi belleza tuviera un papel tan importante como piensas.-Ella cogi un peine y deshizo el nudo de la coleta. -No s si quiero ser bella o no. Sola pensar as. Pero como no lo soy, nadie me saca de aqu. -Pareca satisfecha. -Eres hermosa -Le dije astutamente, enojada por lo que Art haba dicho. -Y alguien te sacar de aqu... Yo. Cariena me dirigi una pequea sonrisa triste, pens que podra ser algo como la esperanza en sus ojos. Un golpe en la puerta se abri paso de nuevo a ser tmida salt de donde estaba sentada a mi lado. -Oh! Esta aqu. -Quin?-Le pregunt. Art sin duda no habra llamado. La cerradura se abri, y se abri la puerta. Leith entr. -Leith!-Exclam-. Estaba igual que siempre, usando una camisa de seda roja y blanca, pelo negro brillante, recogido en una coleta, lejos de su cara. Quera ir pero me habra cado al suelo otra vez. Gracias a Dios. Alguien saba que estaba all. No estaba perdida para siempre. Quera contrselo a Cariena, estbamos a punto de ser liberadas, pero ella sali de la habitacin y cerr la puerta. -Eugenie -Dijo Leith, en mi direccin. Se arrodill y cogi mi mano. -Eres tan imponente... tan bella como yo recordaba. No, ms. No te puedes imaginar cmo te

he echado de menos.-Un escalofro pas por mi espina dorsal. Algo estaba muy, muy mal aqu. -Leith... Tenemos que salir de aqu. Tienes que ayudarme... y a esas chicas. Estn pasando por cosas horribles aqu. -Podemos salir -Dijo. -Pero todava no. No hasta que todo est bien.-Solt mi mano para ver si poda sostenerme. No pude. Incluso para ser no? -Hasta entoncesContinu- como te he dicho, tienes que quedarte aqu, donde nadie pueda encontrarte. Pero te prometo que voy a visitarte todos los das. -No puedo quedarme aqu. Tengo que volver a... a Tucson. A la tierra Thorn. A cualquier otro lugar! Leith, qu diablos est pasando? Por qu ests aqu? -Porque eres... Art, te ha conseguido para m. -El escalofro en mi columna vertebral se difundi por el resto de mi cuerpo hasta que sent fro. Intent soltar mi mano, pero no tena fuerzas. -De qu conoces a Art? Oh Dios. Por favor, no me digas que trabajas con l.-l movi los hombros. -Es una relacin de beneficio mutuo. Le ayudo a conseguir a las chicas en Otro Mundo. -Las chicas de mi reino -Le dije, de pronto vi la realidad. Leith tuvo la gracia de mirar avergonzado. -No se cogen a las nias importante, Eugenie. Slo a las campesinas. Nadie nota que se estn perdiendo. -Sus padres si se dan cuenta. -Mira, no importa. Mis soldados han ayudado a hacerlo, y someterlas a Art y a Abigail para que hagan lo que quieran. Mis soldados. Soldados que siempre vestan de rojo, como lo que utilizaba Leith. Por lo general, camisas rojas que me hacan pensar en los extras de Star Trek, pero en este caso, era un homenaje a la bandera y al emblema de la Tierra Rowan. Los soldados que intentaron secuestrar a Jasmine no eran desertores de Aeson. Eran enviados por Leith para ayudar a Art y a Abigail con sus secuestros.

-Las venden, Leith! Cmo puedes permitir eso? Venden a las chicas contra su voluntad. Cmo puedes llegar a justificarlo en tu conciencia? -S-l hizo un gesto alrededor. -Art y Abigail comporten conmigo... su conocimiento de este mundo. Yo lo llevo al mo.-Lo mir incrdula. -Luego los haces pasar como si fueran propios. Es por eso que todo el mundo piensa que eres un genio tecnolgico. Realmente hiciste las plantas de riego para m? -No-Admiti-. -Tuve ayuda. Pero realmente importa? Mira, no lo s. Eres fuerte. Tu magia es ms poderosa en casa. Pero yo? Soy un paria. No puedo heredar. Adquirir la condicin de "genio", fue la nica manera de conseguir algo de respeto... e incluso no fue suficiente para que me permitiera heredar. Hasta que te conoc. -Leith... -S lo que dijiste, pero mis sentimientos no han cambiado. Te amo. S que si pasaras tiempo conmigo, me amaras tambin. Estamos unidos. Hay algo entre nosotros. Es ms que slo una cuestin de poder. -Me ech hacia atrs. Era la nica manera de poner cierta distancia entre nosotros? -No estoy segura de eso. Crees que soy tu ticket de comida para mantener la Tierra Rowan? -No slo la tierra, toda la tierra. Este mundo tambin. Eugenie, cuando tengas mi hijo, ya vers que tengo razn. -Hubo un resplandor en sus ojos, y no poda decidir si estaba loco o simplemente realmente, crea en las cosas que deca. Tal vez no haba diferencia. -Podra hacerte feliz, y s que me puedes hacer feliz. Eres tan bella...-Se sent a mi lado, en la cama y puso una mano encima del terciopelo de mi pierna. -Leith... no... -Slo necesito que te quedes embarazada -Dijo con seriedad. -No lo entiendes? Si puedo llevarte de vuelta a nuestro mundo, llevando mi hijo, todo va a estar resuelto. Art me dijo... cmo evitas quedarte embarazada. Tomas una pocin todos los das. -Su mano tocaba mi cadera, mientras que la otra me acariciaba la cara y el pelo. Trat de distanciarme, pero su agarre era demasiado fuerte para mi estado de debilidad. -l dijo que si te mantenas alejada el tiempo suficiente,

podras tener un beb...-Tragu saliva. Mi corazn amenazaba con salirse de mi pecho. -No... No funcionar. No puedes dejarme embarazada porque ya lo estoy.-La caricia se congel. -Qu? -Tenas razn, tengo una relacin con Dorian. Lo de Kiyo era una fachada. l no es digno, no es al que quiero como padre de mi hijo. Dorian y yo somos amantes desde hace mucho tiempo, en secreto. Tenamos miedo de que nuestros enemigos nos descubrieran. -Estas embarazada a... No se nota... -De dos meses. Es demasiado tarde para ti, Leith. -Se qued inmvil, mirndome a la cara. -No te creo. Ests mintiendo. Todo el mundo sabe lo mucho que discutes con el Rey Oak. No son amantes. -S. l te va a matar cuando se entere.-Leith asinti con la cabeza y desliz la mano de la cadera a mi estmago. -No hay nada aqu. Todava no. Sent pnico, y por un momento no poda respirar. Estaba a punto de ser violada, me pas por la mente... y las veces que iba a serlo. Y haba escapado de la situacin. Sin embargo, ahora iba a ser terrible y no saba que hacer. -Leith, por favor, no hagas eso.-Sus manos se movan a tientas hasta mis pechos, y luego me empuj contra la cama. -Est bien -Dijo, hablndome como si fuera una nia. -Todo saldr bien. Te gustar. Te lo prometo. -No! Tena su boca en mi cuello, y apasionado o no, tena la necesidad sexual de un hombre. Luch contra l, tratando desesperadamente de escapar, pero pareca una

nia. Con esa droga de mierda en m, as que mi cerebro como mi cuerpo eran un desastre. Mi cuerpo no tena capacidad para luchar contra l, o impedirle que me subiera la falda. Mi cerebro no tena ninguna idea inteligente para conseguir que se diera por vencido. Mientras que l me quitaba la ropa y pona su cuerpo encima de m, me presion hacia abajo, me di cuenta de que no haca falta que me esposara. La fuerza de sus manos eran suficiente para sostener mis muecas.

Captulo 23
No hay forma real para describir una violacin. Con Kiyo o el sexo con Dorian, los hombres que amaba... bueno, podra describirlo durante horas con un detalle increble. Podra detallar sobre la forma en que me acarician el pelo o la forma en que sus labios tocan mi piel. Incluso con Dean, mi ex pareja, traidor hijo de puta, el sexo todava tena su dosis de cario y alegra, cuando las cosas estaban bien entre nosotros. No haba nada parecido a eso con Leith. Bueno, no por mi parte al menos. Y creo que eso es lo que hizo que fuera especialmente malo. Para l, con su loca pasin, era en realidad un acto de amor. l me visitaba frecuentemente los das siguientes, y cada vez que me lo haca contra mi voluntad, me deca que me amaba y trat de alguna manera de ser gentil y afectuoso. La parte horrible era que no poda ni siquiera resistir. Casi el uso de ninguna fuerza era necesario de su parte para que me tomara como quisiera. Sinceramente, me gustara que hubiera sido violento. Ojal hubiera sido cruel y brutal. Pas mi vida luchando, controlando el dolor y las lesiones. Haba algo reconfortante y familiar en ellas, como si fuera slo otra batalla para m. El amor retorcido que me mostr durante el acto de la violacin, sin embargo... haca las cosas an ms difciles de soportar. En aquel tiempo, vi una sola vez a Art. Abigail se mostr varias veces, y descubr que fue ella quien me prepar la droga, pero Leith le haba enseado la receta. A Cariena fue a quien vi ms. Parecan haberme instalado y utilizado, de forma ocasional, como un juguete sexual para cualquier visitante. Cuando llegu, haba otras tres chicas Gentry, pero Isanna, que la haba escuchado el primer da, se la haban llevado pronto. Ella era muy bonita, y Abigail pareca particularmente feliz con el precio que obtuvo por ella. Las otras dos eran bastante bonitas tambin, y parecan estar convencidas de que su turno llegara. Se miraban sin mucha emocin o protesta, como cuando los criminales van a la horca. Sobre todo, sus caras eran como pedazos de un sueo. Me mantuvieron drogada para que mis momentos de lucidez fueran pocos, pero las drogas no me hacan olvidar lo que me hacia Leith. Ninguna de las otras chicas tuvieron que ser drogadas, el hierro era suficiente para ellas. Cariena me dijo, sin

embargo, que cuando drogaron a otra, no le haban dado tanto como a m. Art y Abigail tenan demasiado miedo de que me fugara, por eso me drogaban mucho ms de lo normal. -Cuando vas a saber?-Leith exigi saber un da. Acababa de llegar y estaban de pie afuera de mi habitacin, discutiendo con Abigail. La puerta estaba entre abierta. -Pens que tenas la capacidad de detectar ese tipo de cosas. -Podemos,-dijo Abigail.-Pero no en cualquier momento. Pronto lo sabremos. Probablemente tienes que esperar al menos dos semanas. Adems, no parece que se tenga que preocupar por el tiempo.-La maniobra en su voz se oy fuerte y claro. Hice una nota mental de estrangularla para quitarle la vida a esa perra. Leith, sin embargo, no sonaba tan feliz. -Dos semanas es demasiado tiempo. Tengo que llevrmela pronto, embarazada, antes de que alguien la encuentre! Estn buscndola. Ella cuenta con poderosos aliados. La gente de la realeza, y tanto el Rey Oak como la Reina Willow comenzaron a enviar ejrcitos de bsqueda. -La dedicacin de Dorian no me sorprenda, y saber que l estaba trabajando para encontrarme, me dio la primera esperanza que tena por primera vez. Pero Maiween tambin? Kiyo lo haba hecho? O era la gentileza de ella? -No me importa tu lnea de monarcas,-dijo Abigail impaciente.-Nadie va a pensar en mirar aqu. -Ella sospechaba antes. Pudo decirles a los otros. Alguien podra adivinar dnde est. -No lo van a encontrar. Adivinar no funcionar. No con las protecciones que hay aqu. Ahora por qu no dejas de quejarte y slo vas all y haces lo que tienes que hacer para que ese no sea un problema? Ella ya est atrasada para su prxima dosis. Decid que torcer su cuello no sera lo suficientemente lento y doloroso. Sin embargo, las palabras me dieron mucho en que pensar. Haba una bsqueda en marcha, lo suficiente como para que Leith tuviera mucho miedo. Mencion las protecciones, tena que haberlas recordado cuando envi a Volusian aqu. Volusian... era una opcin que no haba considerado. Volusian, poda llamarlo y hacer que les dijera a los dems.

Las protecciones eran el problema. l no poda romperlas por su propia cuenta, pero si yo lo llamaba, con nuestro vnculo sera suficiente para que resultara. Si pudiera reunir la energa para hacerlo. El hierro y la droga haban afectado, la parte Gentry de mi magia. Mis poderes chamnicos, que he utilizado durante aos, estaban relacionados con mi fuerza y el deseo del que, ltimamente, no tena mucho. Dicho esto, me sent ms consciente de lo que estaba la ultima vez, eso no era bastante malo. Abigail dijo que era casi la hora de mi siguiente dosis. Tena que haberlo imaginado, cuanto ms tiempo estuviera sin la dosis, ms sus efectos disminuiran. Cariena haba dicho que la mayora de la gente no toma mucho, lo que probablemente significaba que la droga an se quedara en mi sistema por un tiempo. Pero si pudiera llegar a un punto en que disminuyera sus efectos... Mis pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Leith. La consternacin por su discusin con Abigail se mostraba en su rostro, pero pronto se convirti en una sonrisa cuando me vio. Euginie... te ves tan bonita hoy en da. S, s, he odo eso antes. Estas tan hermosa, tan increble, una joya entre las mujeres, que tanto me amaba. Sus palabras me irritaban tanto como un insulto. Me pusieron en un vestido color marfil, hoy, que me dio una combinacin enfermiza de ser una novia. Me mir y me halag de nuevo. Su cara se convirti en un ceo fruncido. Estaba acostada en la cama, con una mano esposada a la cabecera. Qu es eso? Pregunt. Por qu te pusieron eso? Chico inteligente, estuve con Abigail. Este es el castigo de ella. Su rostro se ensombreci an ms cuando se sent en la cama. No me gusta... no como ella hace las cosas. Pero Euginie, tienes que admitir que te lo has causado a t misma... Oh, Leith. l tena mejor suerte que yo, apenas poda levantar el brazo suelto, o le hubiera golpeado esa cara bonita. Me mir intensamente. Primero tienes que quedar embarazada pronto. No es algo que pueda controlar le dije.

Bueno, yo no poda manejar el quedar embarazada si me estaba tomando la pldora. No me la... tomo Hace muchos das? Tres? Cuatro? No estaba segura de cunto tiempo estuve aqu. Pero saba todas las historias sobre mujeres que quedaron embarazadas, slo por haber perdido la toma de una pastilla... suspir y comenz a desatar el corpio de mi vestido. Tenemos que seguir tratando. Si tan solo esperas, un poco ms. Ms tarde, puedo hacerlo dos veces hoy. Oh, qu puta adorable! Quera explicarle que no importaba cuntas veces lo hiciera, no si yo no estoy ovulando. Este tipo de ciencia se haba perdido para l, yo lo saba, se supone genio o no. Aun cuando la mayor parte de los gentry se refiere, el sexo es igual a los bebs, fin de la historia. Una vez que terminamos, podemos ir a casa. Vamos a casarnos, y no tendrs que ser encadenada de esta manera. Podrs moverte libremente y utilizar tu magia. Decid no hablar de que si lo hacemos. Lo primero que hara con mi magia era asegurarme de quedarme viuda. Las cosas van a ser tan buenas dijo, moviendo su cuerpo hacia arriba sobre el mo Te lo prometo. Te amo tanto... No necesit ninguna droga para sentir nauseas despus de que Leith se retir. Cumpli su palabra tuvo dos veces relaciones sexuales, y yo poco a poco llegu a ese punto en que ya no me importaba. No poda sentir nada. Mi cuerpo ni siquiera estaba en mi conciencia. Era como si mi mente estuviera en otro lugar, soando o no, de vez en cuando, planeando mi venganza a travs de la bruma de la droga. Pens en cualquier cosa que poda, cualquier cosa que no fuera la violacin de mi cuerpo, mientras estaba encima de m. Normalmente, me preguntaba si lo que estaba sucediendo era a otra persona y no a m. Era ms fcil para m as, cuando el dolor dentro de m me hizo recordar que en realidad me tena. Carien y otra chica vino directamente a m para mi prxima dosis de belladona. No poda recordar el nombre de la otra chica, aunque no hubiera importado. Era as como mi cerebro trabajaba ltimamente. Ella era muy bonita, con pelo negro y lleno de rizos y ojos azules como el cielo, me record a Ysabel. Abigail de vez en cuando dejaba que las nias me inyectaran la droga, tena la suficiente confianza en su poder sobre ellas. Y su confianza estaba justificada. Trat de disuadirlas, pero el temor de ellas era demasiado grande. Esta vez, me limit a tratar de reducir la velocidad.

-Espera,-dije, mientras se inclinaban sobre m. Al parecer, la chica de pelo negro esperaba mientras Cariena me hacia tragar.-Djame hablar contigo por un minuto. -Cariena de inmediato se puso nerviosa. -Su majestad, no podemos...-A veces pienso que el uso, de mi algo pegadizo ttulo era cautivante. Y otras veces, pens que era una broma, teniendo en cuenta mi estado actual. -Espera un momento. Eso es todo. -Deja eso,-dijo la otra chica. Le di una sonrisa de agradecimiento. -Cul era tu nombre? -Markell.-Son familiar. Markell. Me gustara recordar este momento. Yo quera tratarla como una persona, no un objeto. -Mira, slo quiero saber acerca de las dosis. Con qu frecuencia debo tomarlas? -Se las estn dando cada seis horas,- dijo Cariena claramente todava preocupada por la demora. -Eso es dos veces ms frecuente de lo que suele ser administrado,-dijo Markell. Y con esas palabras, vi un destello de luz de amargura en sus ojos, la primera que he visto de cualquier otra chica. Me pregunt entonces si ella era la otra "difcil" que Cariena haba descrito, que tambin tuvo que ser drogada y sometida con el tiempo. -Tiene alguna forma...? Hay alguna manera que pueda, tipo, diluirla? -Esta fue la gran pregunta. Cariena se ahogo, pero Markell respondi en forma inmediata. -No, su majestad. Es la propia Abigail quien lo hace y se asegura de que venga directamente aqu. No hay una oportunidad. -Dnde? Dnde lo hace? -En la cocina. Separa los ingredientes y hace una nueva todos los das. -Qu ms contiene? Fuera de la hierba moura.

Markell mir con inters a Cariena, esta se atragant y tard varios segundos en responder. Ella dio una lista de hierbas, algunas de las cuales conoca, otras no. Probablemente haba diferentes nombres en el Otro Mundo. -Abigail y Art comen aqu? Al igual, que cocinan? La cocina est llena?- Markell asinti. -Pero nunca me preparo la comida, siempre la hacen ellos.-Ella pens rpido, probablemente pensaba que le sugera un veneno. Lo que no era una mala idea. -Y hay algn ingrediente en la mezcla de la droga que se parezca a los ingredientes que tienen en la cocina? -Las dos chicas parecan confundidas. -No hemos visto ninguna hierba -dijo Cariena. -Ustedes tienen la libertad de andar por la casa. -Saba que la mayora de las nias estaban en el stano.-La prxima vez que no estn a su alrededor, abran los armarios de la cocina. Si la cocina est llena de cosas, deben tener un estante de especias.-Llamaron a la puerta. -Por qu les toma tanto tiempo?-Pregunt Abigail -Revisen para ver si alguno de los condimentos se parece a los de la pocin,-me apur cuando vi la apertura del pomo de la puerta. -Cambien alguno de ellos.Abigail entr justo para ver cuando Markell me tena del brazo. Cariena mir como Abigail miraba con ojo crtico. -Eres muy lenta, -dijo la chamn, enojada. -Ella lo necesita de manera regular.- Las dos chicas agacharon las cabezas, respetuosamente. -Perdnenos,-dijo Cariena. Saba que ese lamento no era fingido.-No volver a suceder.- Abigail entrecerr los ojos. -Chicas estpidas. Yo misma tengo que hacer todo.-El efecto de la pocin fue inmediato, empez a ocurrir esa mierda. Pase al familiar lado oscuro, y me dorm. Otro da pas. Leith me haba "visitado" y las chicas, al parecer, no haban seguido mi consejo sobre las hierbas, porque mi ciclo se repiti cada seis horas como siempre. Abigail por lo general vena con una de las chicas ahora, al parecer, no confiaba ms en ellas. Art apareci una vez, y le hice algunos comentarios groseros, por mi parte gan tener el otro lado esposado.

Empec a entender su papel en esto. Los dos participaron en el negocio vendaban los ojos de las nias. Art ayud a los hombres de Leith para agarrar a las nias y ofreci su casa, que alguna vez pens que era demasiado grande para un tipo como l, para su detencin. Abigail pareca manejar los asuntos del da al cuidado de las nias, y se me ocurri un da que esas esposas en su casa no eran parte de juegos sexuales pervertidos. Formaban parte del arsenal de este agujero, y yo sospechaba que su viaje a ver a su "hermana" de ese da, probablemente era entregar a una pobre chica a su nuevo propietario. Me concentr en pensar en cmo ese viaje en coche deba ser para ellas. Para una nia Gentry, estar rodeada de todo aquel metal y la tecnologa... Sera horrible para ella. Leith se vesta despus de una de las visitas conyugales del da. Estaba cerca de mi prxima dosis de belladona, y fui capaz de darle una mirada de desprecio, una de la que no se dio cuenta. Pareca particularmente entusiasmado. -Ha pasado una semana,-dijo.-Una semana ms y Abigail dice que podemos hacer pruebas para ver si ests llevando a mi hijo.-Me bes en la frente.-Puedo sentirlo, Eugenie. Lo conseguimos. No haba un "nosotros" en el abuso sexual, pero de nuevo, ltimamente me era ms fcil quedarme solo en silencio. Por lo general, l se iba mucho ms rpido, luego me dej a solas con mis pensamientos y mi cuerpo adolorido. A veces, despus de su visita, mi cuerpo se senta tan violado y sucio que lo odiaba. Entonces me acordaba de que nada de esto haba sido culpa ma o de mi cuerpo. Sino de Leith. Poco despus de ese da, Abigail y Markell vinieron con mi prxima dosis. Escuch una conversacin de que haba un comprador para Markell. Sus das estaban contados, y me senta mal por ella, la chica que alguna vez luch contra sus captores. Estaba tan acostumbrada a la droga ahora que no necesitaba ms que tengan que obligarle a tomarla. Fue un poco decepcionante para m sentirme de esa manera, y me pregunt si yo tambin me haba convertido en una persona triste y resignada. Las dos salieron, y yo estaba esperando que llegara el estado de inconsciencia que siempre venia. Normalmente despierto aproximadamente una hora antes de mi prxima dosis. Efectivamente, empec a sentir un poco de hormigueo... pero segua sin dormir. Estaba all tendida, apenas me atreva a respirar. Despus de caer en este rgimen restringido, cualquier tipo de cambio era un shock para mi sistema. Esper y esper.

No estaba inconsciente. Mi estado era un poco brumoso, pero no era peor que cuando estaba esperando mi prxima dosis. Mierda!. Una de ellas lo haba logrado. Una de las chicas haba cambiado los ingredientes de una de las hierbas de la pcima. Quin? Habra apostado mi dinero que fue Markell. Cariena no se atrevera era muy tmida. Markell de vez en cuando tena esa chispa de rebelin en sus ojos, a pesar de su comportamiento dcil, la venta inminente sera una gran motivacin. Ella era tambin de la tierra Thorn, una de mis siervas. A veces tena la sensacin de que ella realmente crea que su reina poda conseguirlo. Pero, podra hacerlo? Todava no s si podra salir de esta cama. Mis brazos se haban dormido hace mucho y pens si tena la fuerza para lanzar un ataque fsico a Abigail o Art. Mi puerta se mantena con llave, por lo que era redonda para m. Con cautela, me sent. Mi mundo haba dado vueltas como de costumbre, pero de nuevo, no era como cuando la pocin era normal. Qu hacer con esa libertad? No tena garantas de que mi prxima dosis sera diferente. Esto me daba seis horas, y cuanto ms pasaba el tiempo, estara en mejor forma. Dara cualquier cosa por un reloj o incluso una mirada hacia el sol. Tengo que saber la hora o esperar hasta el ltimo momento posible para que mis fuerzas estn en su apogeo. Pareca que iba a tener que improvisar y yo esperaba que mi corazonada fuera correcta. Por un momento, me invadi el pnico. Pareca que no haba opcin alguna, y desconoca qu tan rpido la pocin perdera sus efectos. Cualquiera puede venir en cualquier momento. Leith poda entrar. Leith... con un poco de niebla baj la cabeza, los recuerdos de lo que me haba hecho, eran ms ntidos, y mi miedo creca. No! Me orden a mi misma a no pensar en ello. No en Leith. Si no en la pequea posibilidad. Slo necesitaba pensar en mi huida y lo que necesitaba para comenzar con los pequeos detalles. Yo estaba bien hoy, no estaba presa. Y con la droga, nadie sinti la necesidad de ponerme las pulseras de hierro como a las otras chicas. Eso significaba que mi magia no estaba bloqueada por el brebaje. De alguna manera, dudaba que fuera a tener seis horas para poder volar este lugar con un mini huracn. Qu me quedaba? Esperemos, que la fuerza fsica... y con ella... Mis poderes chamnicos? Ahora comenz la cuenta regresiva. Los minutos eran angustiosos, sobre todo porque no tena manera de saber cuando ellos vendran. Al principio, trat de

contar en mi cabeza, pero era aburrido. No tena nada que hacer sino esperar y medir la recuperacin de mi propio cuerpo. Y sanar. Oh, estaba lejos de ser capaz de llegar a pelear, pero mi cabeza se estaba aclarando. Ponerme en pie y moverme, no me dola tanto. Finalmente, decid que era ahora o nunca. Tena que correr el riesgo. Tal vez era mucho antes de completar las seis horas, pero no poda aventurarme ms all de ese tiempo. Hubiera sido ms fcil con mi varita, velas, y algunos otros objetos. Pero lo que tena que hacer no era imposible. Apagu las luces, me puse a oscuras, y me sent con las piernas cruzadas sobre la cama. -Volusian,-dije en voz baja.-Por los lazos que nos unen, hago un llamado a que vengas a m y guardis mis rdenes. Dbil como estaba, sent que mi propia voluntad se ampliaba, que se extenda ms all de los mundos ante mi siervo. Al principio pens que era intil, por lo que senta. Sent un leve espasmo en nuestra conexin. Apret los dientes, extraje toda la fuerza que poda. -Te llamo,-murmur.-Obedece y ven.-Por un momento pens que me haba hablado. Entonces un escalofro lleno la habitacin, y los ojos rojos quemaban delante de m. Ver en la oscuridad era tan espantoso, y me encontr levantndome y encend la luz. -Mi maestra regresa,-dijo.-O, mejor dicho, me dirijo a mi maestra. No tena necesidad de ver, la ligera curvatura de los labios en mi mente para saber que lo tena cerca. Era como un frgil hilo de seda, listo para salir en cualquier momento. Traerlo aqu, a travs de los mundos, haba exigido mucho ms de m de lo que me haba imaginado. Todava lo tengo, pero por primera vez en aos que lo tuve en esclavitud, la plena percepcin de lo poderoso y peligroso que era me estremeci. -Tengo tareas para ti,-dije con firmeza. Yo no poda mostrar debilidad. l dio unos pasos hacia m. -Mi seora se atreve a pedirme. Apenas puedes mantener la conexin entre nosotros tal como estamos.

-La puedo sostener hasta el final de los tiempos. Ahora t me vas a obedecer.-Y casi antes de ver lo que estaba pasando, sent sus manos y sus uas alrededor de mi cuello. Fro, fro. Tanto fro me quemaba. -Esper por esto durante tanto tiempo-silb.-Tanto tiempo para verte dbil, para que por fin pueda matarte y hacerte sufrir en la forma en que me has atormentado durante todos estos aos, esclavizndome y mandndome a hacer tus trabajos insignificante.

Ni siquiera poda gritar, no con la forma en que sus manos me estaban cortando el aire. Slo poda hacer algo que era una especie de gruido, medio un suspiro. Desesperadamente, luch con l mentalmente. Yo era uno de los chamanes ms poderosos del mundo. Poda controlar espritus desobedientes. Podra fcilmente esclavizarlos. Una vez tuve varios de ellos. Poda luchar contra l. -Sentirs el dolor que nunca soaste posible,-continu.-Pedirs que te mate, pedirs que te desmembre... porque incluso va a ser ms fcil que la agona que voy a hacerte sentir. Todo el mundo me haba advertido con tanta frecuencia sobre cmo poda mantener a Volusian. Y si pierdes el control? me haban dicho. Dorian incluso se haba ofrecido para ayudarme a desterrarlo a los infiernos para siempre. Haba ignorado sus preocupaciones. Era fuerte. Incluso despus de una batalla como la que he tenido con los demonios de fuego, mantener el enlace con Volusian lo haca prcticamente inconsciente. Pero ahora... ahora era diferente. -Ests perdiendo el control, el enlace est casi roto. En cuestin de segundos, el control se habr ido...No! No poda decir la respuesta, pero las palabras quemaban en mi mente. No iba a perder esto. No perdera el control sobre l. Recogiendo los ltimos restos de mi fuerza fue como arrancarme mi propia cabeza. -T me vas a obedecer! Retrocede!-Mi mundo comenz a brillar mientras que mi aire se volvi cada vez ms raro, y entonces se alej. Sus ojos brillaban con malicia. Estuvo tan, tan cerca, y ambos lo sabamos. Mi control todava era algo tenue, y tena que esperar en recuperar mis fuerzas y luego consolidara nuestro lazo. -T me vas a obedecer,-dije con un hilo de voz.-No me hars dao.

-Como mi maestra ordene.-Pero yo saba por su voz que l crea que eso no iba a durar, que era una cuestin de tiempo. Mientras tanto, me estaba quedando sin tiempo para decidir qu hacer, no slo porque no saba si vendran de nuevo, sino tambin porque Abigail poda llegar en cualquier momento. Mi primer impulso fue decirle que me sacara de all. Pero si esta orden tomaba el resto de mi fuerza, l fcilmente podra matarme una vez que estuviera afuera. Y aun si pudiera salir, Qu pasara con las chicas? No poda rescatarlas yo sola. Cunto tiempo tardar Markell en irse? No, yo tena que enviar a Volusian a casa. No llamarlo de nuevo, esas protecciones me mantendran a salvo. Tena que enviarlo a buscar ayuda, y la eleccin tena que ser saba. -Sal de la casa. Busca a Dorian-dije Saqu esta fuerza difcil de alcanzar para fortalecer mi solicitud.-Yo os mando. Ir a Dorian y decirle dnde estoy. Exactamente donde estoy. Podra haberlo enviado a Kiyo. Kiyo saba dnde estaba este lugar. Pero si la carga de esa orden era suficiente para romper finalmente mi relacin con Volusian, Dorian sera capaz de conectar con l. Sera lo mejor antes de que Volusian sea libre. Esto, por supuesto, dependiendo de si mi orden fue lo suficientemente fuerte como para hacerla y Volusian llevara mi mensaje a Dorian. Mi primera orden fue sacar a Volusian de la casa y mantenerme detrs de las protecciones. Si tan slo pudiera darse cuenta de ello, Volusian ya no estaba obligado a obedecer. l debe, pens con desesperacin. Tiene que llegar a Dorian... -Ve!-Mand con severidad. -Lo que mi maestra ordene.- Volusian desapareci. Mis ojos se cerraron, confiando en que nuestro vnculo estaba a punto de romperse. Una vez se hubo marchado, me qued en la cama, casi a punto de desmayarme. Funcionara? O haba roto casi el ltimo vestigio de nuestra conexin? Tena demasiado miedo de buscar y probar la conexin. Ya no tena fuerzas. La puerta de repente se abri. Tiempo de una dosis. Con un pensamiento de asco, me di cuenta de que si era del tipo original, perdera el control de Volusian. Si era el seuelo de Markell, poda mantener mi fuerza. Abigail vino con un vaso en la mano y Markell cerca de ella. Los ojos de la chica Gentry se redujeron, tena la

actitud sumisa. Me mord el labio, mientras se acercaban para esperar de ver lo que acontecera en mi futuro.

Captulo 24
Tena un sabor tan amargo como siempre, pero cuando beba, Markell levant los ojos. No haba nada evidente en ellos, ningn guio, sin expresin. Sin embargo, de alguna manera lo saba. Yo lo saba. Era falso otra vez. Satisfecha de que me haba tragado todo, Abigail me dio otra mirada seca. -Necesitamos que ests limpia. Aquel idiota viene a verte de nuevo ms tarde, e hizo un lo a causa del vestido, la ltima vez. l quiere que te veas bien, entonces... Ella se encogi de hombros con incertidumbre. Por supuesto, no poda decirle que mi vestido arrugado y ligeramente rasgado no tena nada que ver con el asalto sexual de Leith, pero en su lugar mi espritu enojado quera matarlo. Los ojos de Markell fueron sin expresin una vez ms. -Debera conseguir otro vestido para ella? -No. Tienes que limpiarte tambin. Art vendr aqu dentro de un rato para llevarte.-La muchacha se estremeci, pero Abigail no pareci darse cuenta. Ms entonces, por qu lo notaria? No se dio cuenta de alguna de estas nias, no realmente. Y yo saba lo que esas palabras significaban. Markell era dinero fcil, su hora haba llegado. -Voy a enviar uno color pastel, cuando ella se despierte de nuevo.-Me di cuenta de que "ella" era yo y que yo deba estar desapareciendo. Me hund contra las sabanas, parpadeando como si estuviera tratando de mantenerme despierta. Cuando se haban las dos, Markell me dio una ltima mirada. Haba muchas cosas en sus ojos mientras me miraba. Miedo. Esperanza. Ansiedad. Tom una gran bocanada de aire cuando se fueron y me sent. Un largo tiempo. Mis msculos estaban todava dbiles, por lo que me recordaban ms lo que se senta despus de correr mucho. Qu dijo Markell antes? Despus de doce horas era la dosis normal? Me encontraba en ese punto. El efecto de las hierbas debera ser ms dbil ahora. En teora, mi magia debera estar retornando tambin. -Hola,-murmur. Con mi mente haba hecho un barrido por la habitacin, casi poda sentir el cosquilleo del aire y agua. No poda hacer dao a nadie nada tan

pronto, pero la magia haba vuelto. Y cuando regrese, esos hijos de puta de mierda me la van a pagar. Pero tuve que esperar un poco ms. No me poda precipitar como lo haba hecho con Volusian. Con cada minuto que pasaba recuperaba mi fuerza y mi magia. Tuve que usar ese tiempo para evaluar la situacin. Abigail estaba todava en la casa. Art y Leith eventualmente vendran juntos o separados, no lo saba. Para lo nico que senta confianza era que no quera enfrentarme a ellos de una vez. Esto significa que Abigail tena que ser derribada en primer lugar, pero necesitaba ayuda. En lo que debera haber sido un poco ms de una hora, Cariena lleg con un vestido de seda rosa. Me recordaba a algo que usara Mawenn. Al parecer, nadie haba recibido la nota en la que dice que las pelirrojas no usan rosa. Me levant y agarr el vestido de Cariena, lo antes posible jugando en la cama. Pareca horrorizada de que me haba levantado sin caerme. Teniendo en cuenta todo lo que haba sucedido recientemente, no poda culparla. -Su majestad, que -Carien, nos vamos. -No podemos! -Oh, podemos y nos vamos. Dnde est Markell?-Tena la sensacin de que necesitara un cmplice con un poco ms de valor. -Y Raina?-Yo rara vez vea a la tercera chica Gentry aqu y no tena ni idea de su actitud, pero ella necesitaba ser incluida tambin. -Raina est en su habitacin. Ella fue... irrespetuosa. Y Markell est preparndose.Prepararse para la vida como una esclava sexual. Frunc el ceo. -Y Abigail? -Ella est arriba, viendo...-Cariena busco la palabra que era desconocida para ella.0... la televisin. -Est bien, est bien.-Mi mente daba vueltas ahora, me estaba recuperando mucho ms rpido que mi cuerpo.-El tema es el siguiente. Necesito un arma. Hay algo que hayas visto que sirve como una? -No podemos hacer eso. No podemos

-Podemos.-Le orden, haciendo mi voz fuerte y poderosa. Esta nia haba sido llevada a la debilidad, y si todos los chamanes la asustaban, me asegurara que, como su reina podra asustarla ms.-Y t me obedecers. T eres mi siervo. Vamos a salir con vida, te lo prometo. Vers a tu familia.-Todava estaba tan asustada, pero ella hizo un gesto dbil. -Vi a Abigail y al Hombre Serpiente Roja portar armas, pero no vea de donde la sacaban. Yo no poda tocarlas de todos modos. -Muy bien. Vamos... Hey, el garaje est en la casa? -Garaje? -Otro de los edificios. Uno donde se encuentran los coches.-Record el garaje, pero no saba si estaba conectado directamente a la casa. Ella ciertamente saba lo que eran los coches. Ella asinti con la cabeza. -S. Van y vienen a veces. Est ligada a la cocina. -Cuando t vas all, pasas primero por el cuarto de quien, el mo o el de Markell? -El tuyo. -Cariena estaba claramente perpleja ahora. -Perfecto. S lo que haremos. Llvame a Markell.-Hubo un momento de vacilacin, y s que este es el momento crucial de si iba a ayudarme o no. La puerta estaba cerrada con llave, no la necesitaba. Pero si no tena ayuda de ella, tendra que mantenerla fuera del camino. -Por aqu,-dijo ella finalmente. Markell casi se arroj en mis brazos cuando entramos en su cuarto. -Su majestad! Saba que lo hara. Saba que poda!- Llevaba un vestido rojo y se estaba poniendo maquillaje. Divertido. A m me vestan como de la realeza Gentry y a estas chicas las vestan como putas humanas, irnico si me lo preguntas. -Shh-le dije.-No estamos fuera de aqu todava.-Me apresur a susurrar mi plan para ellas. Markell entendi al instante, y aunque pareca aterrorizada Cariena, tambin pareca determinada. Regres a mi habitacin, con el cuerpo listo para la accin, esperaba que mi plan de accin se desarrollara como lo pens. Al presionar la oreja contra la puerta, o los

pies de Cariena subir. Es de suponer que ella hablara con Abigail, pero no pude or nada. Momentos despus, los dos pares de pies vinieron hacia la planta baja, pasaron por mi habitacin y fueron a la de Markell. Abr la puerta un poco para asegurarme de que el corredor estaba vaco. Al lado pude escuchar gracias a la crisis nerviosa que habamos planeado, diciendo que tena miedo de salir, miedo de conocer a este hombre, no saba que usar... Abigail, claramente molesta, empez a regaarla, como ella haba contestado al lamento de Leith. Yo no esperaba or nada ms y me fui en direccin opuesta, hacia la escalera. Cuando llegu al primer piso, mir dos veces. La casa era hermosa, de nueva construccin y amueblada con el diseo de manera compatible con el barrio donde viva Art. El calabozo de sexo Gentry estaba debajo de los gabinetes y los marcos. Todas las cortinas estaban cerradas, las ventanas cubiertas con barras de hierro, y fuera pude ver los arbustos de la Bella Durmiente cubrir las ventanas tambin. El mantenimiento del csped de Art era ms esttico. Las cortinas del patio que yo admiraba no estaban agarradas con hilos de plata. Era de hierro. El garaje se encontraba junto a la cocina, como Cariena haba dicho. En la parte superior de la puerta que conduce a ella haba una ventana cubierta con barras de hierro. Di vuelta a la perilla de la puerta. Bloqueada. No haba seales de llaves en ningn lugar, lo que significa que tendra que hacerlo de la manera difcil. En primer lugar, comprob una vez ms la cocina y la sala de estar, en busca de cualquier eleccin de armas. En un buen da, podra haber golpeado con mis propios puos a Abigail. Esto no era una buena cocina. En los cajones solo haba cuchillos de mantequilla, ni que sirvieran para algo. Con un suspiro, volv a la puerta del garaje. Eso fue todo. La puerta fue mal atornillada, lo suficiente para detener a las chicas. Con la esperanza de ganar fuerza suficiente, la agarr y tir de los lados. Por un momento, no pas nada. Luego, en un movimiento, sali de la madera. Me qued inmvil, esperando a ver si alguien haba odo algo, pero la accin parece haber sido hecha con bastante tranquilidad. La siguiente parte, saba que no sera tan silenciosa. Llev una silla a la puerta y luego tom un banco ms pequeo utilizado para alcanzar gabinetes altos. Era de metal y pesaba un poco. Sera suficiente? Me sub a la silla y golpe el asiento contra la ventana de la puerta. As es. Era suficiente. Ms de la mitad del vidrio se rompi. Una vez ms tire el resto al piso, y me met a travs del agujero para entran al garaje. La maniobra fue un poco incmoda de mi parte, yo no estaba en buena forma todava. Pero tena que tratar, recibiendo slo unos cortes en los brazos y las piernas.

Saba que tena segundos, antes de que llegara Abigail. No tena manera de romper el vidrio sin que no lo notara. Pequeas manchas de luz pasaban a travs del oscuro garaje por estrechas ventanas, mir a m alrededor. S, era un garaje normal aunque haba un Jaguar en el interior. Asum que era por qu tena que mantener el SUV de Art en la calzada. Una parte de m quera patear la puerta del coche, pero no haba tiempo. Tuve que evaluar el resto del garaje buscando. Herramientas, sacos de fertilizante, el equipo de herramientas de jardinera de Art llamaron mi atencin por un momento, pero luego decid que tena ms ventaja en mi estado de debilidad, seleccionando una pala de jardinera de Art, con su metal pesado y mango de madera dura. Desde el interior de la casa, poda escuchar gritos. Abigail no tardara mucho en averiguar a donde haba ido por los vidrios rotos. Agradecida por la oscuridad, me fui hacia la puerta de la casa, empujndome contra la pared lo ms que pude. Se oy un clic en la puerta al abrirse, pero nadie sali de inmediato. Poda imaginar a Abigail all de pie, mirando a su alrededor en busca de alguna seal de m. Despus de pasados varios segundos, vi una mano que sostena una hoja, un athame, a travs de la puerta, en posicin de defensa, donde me lance sobre ella. Pero esa no era mi intencin. Yo quera que la llevara por la espalda. Ella entr, y luego con cuidado y lentamente mir a su alrededor a todas partes. Tuve que darle crdito por eso. No era slo el interior, ella saba que poda estar esperando tras de la puerta. Y de hecho, cuando ella mir hacia m, eso era exactamente lo que estaba haciendo. Mi pala le golpe el lado de la cabeza antes de que pudiera reaccionar. Ella cay al suelo, el athame haciendo ruido contra el piso de concreto, mientras que caa de sus manos. Me agach y enseguida lo recog y me lo puse enzima. Haba una mancha de sangre donde la haba golpeado, y tena los ojos medio abiertos. Comprob su pulso y descubr que ella no estaba muerta. Tendra una conmocin cerebral o dolor de cabeza horrible cuando se despertara, no era algo que poda permitir que sucediera tan pronto. La dej tirada en el piso del garaje. En la cocina, abr algunos armarios y encontr lo que andaba buscando remedios caseros. Tylenol, multivitaminas, etc. Detrs de ellos haba algunos frascos de prescripcin. Uno que no reconoc, pero pens que era algn tipo de medicamento para el corazn. El otro era de somnferos, y sonre. Como yo, muchos chamanes tienen insomnio. Tom un frasco de pastillas, reconsiderado, agarr otro. As que tom a Abigail y le met las pastillas en la garganta, con la ayuda de un vaso de agua y algunas acrobacias con la mano. -La venganza es una perra,-le dije cuando sus reflejos se hicieron cargo y se trag las pldoras.

Ella no se despertara en un buen rato. Volv a la cocina y vi a las tres chicas Gentry mirndome. Cariena y Raina parecan asustadas. Markell, aunque tena una marca roja de una bofetada en la cara debido a su enfrentamiento con Abigail, pareca excitada y desafiante. Las mand a que llevaran al stano a Abigail y la encerraran en una habitacin. No saba por dnde entrara Art en la casa y no poda arriesgarme a que viera el piso del garaje. Por supuesto, si entra por el garaje y encuentra vidrios rotos, sera una alarma de que algo estaba pasando. Antes que llevaran a Abigail, la revis, con la esperanza de encontrar otras armas. Nada solo tena el athame que haba recogido, sin embargo, descubr algo casi til: un juego de llaves. En el anillo haba varias pequeas llaves, estas abrieron los collares de hierro y brazaletes que llevaban las nias. Una vez que se llevaron a Abigail y les quit todo el hierro. El alivio paso por las caras de las chicas. Sent ira al ver los moretones que produca el hierro en la piel de las nias Gentry. -Deben tener su magia de vuelta,-dije mientras agarraba el telfono.-Podemos usarla para salir de aqu. Qu pueden hacer? Estaba marcando el telfono de Roland mientras las nias describieron su magia mientras llamaba. Cariena tena la capacidad de hacer crecer las plantas, como Shaya. Raina tena cierta habilidad para sanar. Markell podra convocar a los rayos y bolas de luz. Colgu al escuchar el correo de voz de Roland y marqu el telfono de Kiyo. -Hijo de puta,-murmur. Ninguna de las chicas sera capaz de ayudar. Y honestamente. No era una sorpresa. Si yo fuera Leith y quera recoger a las nias que fueran dciles, elegira las que tenan magia menos ofensiva. El telfono de Kiyo son una sola vez antes de caer en el buzn, lo que significa que estaba fuera en Otro Mundo. Colgu y me prepar para marcar el nmero de la casa de mis padres. Si Roland no haba atendido su celular, era probable que no estuviera en casa, pero tena que intentarlo. Cuando empec a marcar, o el sonido de las llaves en la puerta principal, en la entrada ms lejos de la casa. Me volv hacia las chicas. -Vayan para abajo!-Las apur.- Ahora! -Markell pareca haberse dormido, pero una mirada firme por mi parte, la haba hecho ir tras las otras. Mientras tanto, la voz de Art recorri la casa. -Abigail?

No estoy segura de cmo saba que algo andaba mal. Hasta donde l saba, Abigail podra estar en el stano. Tal vez fue su sexto sentido, pero le o correr por el pasillo hacia la cocina, pasos rpidos en el piso de madera. Tuve un segundo para reaccionar, sin ninguna posibilidad de encontrar un lugar para esconderme como haba hecho con Abigail. La sorpresa fue mi arma principal en la actualidad. As que vino, salt sobre l con el athame. Lo que me dio la oportunidad de pelear fue que se arm demasiado, una pistola en una mano y una daga en la otra. Manos llenas que no le permitan desviar mis ataques, aunque en muchos sentidos, la fuerza de su brazo era ms que suficiente para bloquear el peor. Sin embargo, me golpe la cara, ganando una buena cantidad de satisfaccin al ver la sangre que produjo la lesin. -Tu puta-dijo, dando vueltas conmigo en la cocina mientras nos evalubamos entre s, preparndonos para cualquier ataque.- Dnde est Abigail? -Tomando una siesta,- le dije. Le di una sonrisa maliciosa, esperando que sonara ms fuerte de lo que pretenda. Con apenas aquel nico recordatorio saba que no estaba todava en plenas condiciones. No poda hacerle saber lo dbil que estaba.No te preocupes. Ahora podrs reunirte con ella. -Saba que no debera haber dejado que te trajeran aqu,-gru Art.-Debera haberle hecho a l que te arrastrara de los pelos hacia tu propio mundo como un hombre de las cavernas. Pero era demasiado miedoso de que te vayan a encontrar. -Ya es demasiado tarde. Ellos ya saben que estoy aqu. Mira el telfono. Hice una llamada poco antes de que t llegaras. Una mentira, pero fue eficiente. Los ojos de Art fueron hacia el telfono porttil que estaba en el piso de la cocina. Lo haba dejado descolgado cuando lo solt, y la batera estaba agotada. Cuando se distrajo, lo volv a intentar, me abalanc sobre l. Le logr dar un golpe, pero no tan fuerte como esperaba, sobre todo desde que estaba vestida con un vestido que usaba la realeza Gentry, pero lo suficiente para desequilibrarlo. Pero fue an ms fuerte y ms rpido. Dej caer la daga y me agarr con la mano libre, doblando mi brazo hasta sentir dolor, obligndome a soltar la daga. Con la otra mano manejaba el arma, pero pareca reticente a utilizarla. Por ltimo, su mano era demasiado fuerte, y me abri los dedos, dejando caer la daga y me dej indefensa. Triunfante Art me empuj contra el armario y trat de darme la vuelta, probablemente para agarrar mis manos. Me di cuenta de un resplandor de su bolsillo pero sospechaba que eran esposas. Luch con l todo el tiempo,

negndome a darme vuelta, pero l usando una sola mano tena dificultad para lograr su objetivo. -Deja de pelear o te vuelo la cabeza,-grit.- Nadie va a venir, t lo sabes. Juega bien, o no habr nada que me podra ofrecer Leith para mantenerte viva. -Lo dudo. Tu empresa de prostitucin parece atraer mucho dinero. T se lo dars tan fcil? -Hay otras maneras de conseguir nias Gentry,-dijo, todava estaba tratando de darme la vuelta y ponerme las esposas. Por desgracia, lo estaba consiguiendo. Mi fuerza se estaba yendo rpidamente.-Puedo hacer tratos con otras personas. No necesito a Leith o te das vuelta perra ay! Vi la silla antes de ver a Markell. Fue lo que utilic para subir a la puerta del garaje. Abigail la haba corrido cuando paso por ah, y ahora Markell la haba levantado y golpe a Art. Fue apenas un golpe, no lo suficientemente fuerte como para hacerle perder la conciencia, pero lo hizo soltarme y volverse. Markell inmediatamente se alej, pero la atencin del Art no estaba all. Sus ojos estaban puestos en m. Dbil o no, saba que tena que utilizar ese instante para derrotarlo. Me fui hacia l, con los puos listos y me tir en un minuto. Que Dios me ayude!, el cabrn me dispar. La bala me dio en el hombro derecho y vol contra el gabinete, arrastrndome hasta el piso mientras mi mano izquierda se mova de inmediato a la herida para que deje de sangrar. Art se acerc a m, con el arma apuntando hacia abajo. -El prximo va a tu corazn,-dijo.-Ahora date la vuelta y coloca las manos detrs de tu espalda. -Yo me estoy desangrando aqu idiota!-le contest. Mi hombro estaba en llamas, y no poda mover mi brazo. -O cuanto ms incapacitada te puedo dejar?-Su sonrisa era amarga. -Eugenie, t no vas a estar ms incapacitada o lo bastante hasta que te mueras. Vi a Markell aparecer detrs de l de nuevo. Lo de sumisa se le haba ido, se plant, levant sus puos y le dio un puetazo en la espalda, desesperadamente tratando de quitarlo de enzima mo. Era noble y tir de mi corazn, pero quera gritarle y sacarla de aqu. Ella no era ms que un mosquito para l. Con facilidad,

se volvi y le peg, y te juro que choc contra el suelo ms fuerte de lo que me estrell a m. En segundos, levant uno de mis pies y golpe a Art con ms fuerza de la que poda, en la pierna. Se tambale, inclinndose hacia la pierna, pero no cay. El arma, sin embargo, se le cay de las manos. Choc con un ruido sordo y se desliz fuera de mi alcance, pero si al alcance de Cariena. Al parecer, estuvo de pie en el ltimo rincn de la cocina todo el tiempo. Cuando la pistola se desliz hacia ella, la chica tmida no dud. Ella la tom, gritando mientras sus dedos se ponan en contacto con el metal y la desliz por el suelo de espaldas a m. La cog. Mientras tanto, los ojos de Art haban seguido toda la trayectoria de la pistola, entonces cuando estuvo en mi mano, l me estaba mirando. Tena la pistola apuntndole, y aunque no disparaba muy bien con mi mano izquierda, no era horrible. Sin vacilar le dispar. La bala golpe y le traspaso el pecho y cay hacia atrs, sali sangre de la herida inmediatamente. Cariena y Markell corrieron hacia m, Raina nos sigui un momento despus. -Ests bien? -Dijo Markell. -Yo?-Le pregunt con incredulidad. -l te estrell contra el suelo.-Ella solo encogi sus hombros. -Ellos me golpeaban peor cuando llegu aqu. Entre las tres, consiguieron pararme sin hacer mucha presin sobre la herida en el hombro. Raina intent sanarme, tal vez actu rpidamente luego uso sus poderes despus de todo y encontr vendas para cubrirme la herida. Su nico poder disminuyo el dolor, no poda hacer nada ms extenso. -Est hecho de hierro,-dijo en tono de disculpa. Por supuesto que lo estaba. Art tendra un arma cargada para algn Gentry impertinente. -Est bien. Estoy bien.-Estbamos en la cocina, y estaba apoyada en el mostrador, tratando de enderezar el vendaje. Todas estbamos tratando de ignorar el cuerpo de Art,- Bien. Puedo tratar de pedir ayuda de nuevo, pero creo que tenemos que llegar a pie. Yo s dnde est el portal, y es bastante lejos, pero debemos ser capaces de

-Eugenie? Qu est pasando? Haba puesto la pistola sobre el mostrador mientras que consegua atar bien el vendaje, pero en un abrir y cerrar de ojos, el revlver estaba en mi mano izquierda, apuntando hacia el nuevo invitado en la cocina. Saba de quien era la voz antes de verle la cara. Cmo no saberlo? He estado escuchando esa voz toda esta semana, tanto dormida como despierta. Una voz que era una contradiccin, ya que prometa amarme y ser fiel a m cuando solo me hizo sentir el dolor y la humillacin. Lo que ms me sorprendi es que con la belladona todos mis sentidos se durmieron. Pero ahora, llena de adrenalina, lista para escapar y en el control de mis sentidos, la verdadera magnitud de todo esto me golpe. El terror. El horror. El desamparo. Emocin tras emocin quemando a travs de m, y dentro de m, a travs de mi aliento, mi mente inmediatamente apag cualquier sentimiento que no me estaba ayudando ahora. Eso dejaba slo sentimientos oscuros. Enojo. Furia. Malicia. Empuj el arma ms fuerte y entrecerr los ojos al hombre que ms odiaba en el mundo. -Hola, Leith.

Captulo 25
Leith se qued all, congelado, con los ojos en la pistola. Por ltimo, tragando, lentamente alz su mirada hacia mi cara. Estaba plido, tan plido que poda estar a punto de desmayarse. -Eugenie... ests herida... ests bien? Tienes sangre en el vendaje.... -No dudaba y no me molest en comprobarlo. -Para. Slo para con esta jodida actuacin de preocupacin. No te quiero escuchar. Por el rabillo del ojo vi las chicas Gentry que se acercaban a m como una especie de guardia de honor. Comenc diciendo que se fueran, pero Leith, no tena magia real, y yo era la nica con el arma. -Qu t...? No, no es una actuacin, lo juro. Me preocupo por ti. Te amo. -Amarme?-Contest. Las personas enamoradas no drogan y no violan otras personas coo! -No fue una violacin. Te he hecho dao? Yo te pegu? -Por un momento estaba tan sorprendida que ni siquiera poda hablar. -T... t ests hablando en serio, verdad? De verdad lo crees? De verdad crees que no hiciste nada malo? -Era de la nica manera que podra convencerte... la nica manera que puedo convencerte de que somos hechos el uno para el otro. La cortesa normal no funcion. Ni los intentos de mi madre de secuestrarte y llevarte a Rowan. -Los intentos de ella de qu? -Ella us su magia para unir el poder de varios animales juntos y -Jesucristo! Ella hizo aquella cosa? -Katrice haba enviado a Smokey para traerme de vuelta a Leith. Adorable. Girard haba mencionado su amor por los animales del bosque, pero no su capacidad de controlarlos.

-Mira, -balbuce Leith desesperado. -Seramos un gran equipo, sabes que lo seramos. Tenemos dos reinos. Has visto lo que puedo hacer para ayudarte con el tuyo. Con tu poder y mi ingeniosidad. -El ingenio? Exclam. Me habra redo si no fuera todo tan horrible. -No tienes ninguno! Slo tienes un poco de conocimiento tcnico, ms que el Gentry normal, pero el resto lo robaste a los seres humanos. Lo cambiaste por la captura de estas chicas. T no tuviste siquiera el valor de secuestrarlas de tu propio pueblo! Una vez ms, como cuando estaba violndome, deseaba que fuera ms combativo. Este amor idlico era peor. Haca que todo lo que haba hecho parecera ser an peor. Poda sentir mi rabia aumentando, pasando por m. Apenas poda ver la causa de mi furia. O tal vez fue la prdida de sangre. Ms extrao fue el inusual cambio en el aire, que se enfri. l estaba hmedo y cargado, pero ahora estaba definitivamente ms fresco. No de la forma que quedaba cuando apareca Volusian sino algo completamente diferente que no podra decir exactamente. -No voy hacerlo de nuevo, te lo juro. Si es lo que quieres, si eso te hace feliz y permanecemos juntos... -Dio un paso hacia m, y dispar un tiro de advertencia que pas por su brazo y golpe el mueble detrs de l. l dej de moverse, su cara se puso ms plida. -No te muevas! -Grit. -Ni pienses siquiera tocarme. Todava no lo poda creer, todava no poda creer que l segua con eso. Me acord de cmo haba sido en la cama con l, aquella violacin total y forzada de mi cuerpo. Una vez ms, hubo un pequeo cambio en el aire, y me di cuenta de lo que era. La presin del barmetro. Yo no tena cmo saberlo, pero lo saba. Ella estaba cayendo. Rpidamente. El ozono llen el aire. -Te amo, - dijo en voz baja. -Eres un hijo de puta egosta violador, - le contest. -Y yo yo soy la reina Thorn. A medida que las palabras salieron de mi boca, de repente entend a Dorian con lo que quera decir sobre la necesidad de que creyera que era una reina. En ese momento, lo crea. Y una persona como Leith no haca algo as a una persona como yo.

-Yo soy la reina Thorn, -repet. El aire a nuestro redor se agit, haciendo volar las cortinas y algunas cosas cayesen del mueble. -Y tendrs que pagar por lo que hiciste. -Eugenie, detente. Suelta el arma. Alc los ojos del cuerpo de Leith, y esta vez, me re, pero era ms un sonido de sorpresa. Kiyo, Dorian y Roland estaban en la entrada de la cocina. Mis salvadores. Despus de dejar la puerta abierta cuando Art haba entrado era como si cualquiera pudiera simplemente invadirnos. -Jesucristo,-dije.-Ustedes estn un poco retrasados. Era Kiyo quien haba gritado, el rostro de l estaba tenso y preocupado. -Todo el mundo necesita tranquilizarse. Ya lo tienes, Eugenie. Se acab. Baja el arma ahora. -Roland tambin estaba tenso, con el rostro ilegible, mientras sostena su propia arma. Por su parte, Dorian no pareca muy preocupado, pero no haba nada de la diversin normal en su cara. -T no sabes lo que hizo,- gru. -Te quedas hablando de misericordia, pero en algn momento eso tiene que parar. l debe morir. - El viento se hizo ms fuerte. Un poco de mi pelo me dio en la cara, pero tena una mano libre y lo acomod atrs de la oreja. -No hice nada! - dijo Leith. Mir a los dems hombres, con su rostro desesperado e implorando. -Yo la he ganado con justicia. Ya saben cmo es. Antiguamente, esto era as. Los hombres que agarraban a la reina se convertan en rey. Si est embarazada, ser mi esposa. -Vi asco en el rostro de Roland, y sostuvo el arma en su mano con ms fuerza. l comenz a levantarla, pero Kiyo, an era aparentemente el portavoz, hizo un pequeo movimiento y mi padre baj el arma. Un poco. -Esta tradicin tiene cientos de aos, - dijo Kiyo a Leith. No significa ms nada. Ella no es tuya. -Adems -dije, -mirando a Leith. -Realmente crees que tendra tu beb si no quiero? Si estoy embarazada, es un problema fcil de resolver. -Su boca se abri. -No lo haras... esto es una blasfemia...

Y de hecho lo era entre los Gentry, hambrientos por nios. El aborto no era algo que yo tambin apoyara, pero no iba de ninguna manera dar a luz a un nio nacido de tal brutalidad. Una rfaga de viento aument de repente, casi tumbndome. Las ventanas de la cocina explotaron. Kiyo estaba anonadado. -Eugenie, para. Detn la magia. Suelta el arma. Vamos llevarlo a l y a las chicas de regreso. Vamos a tratar con l en el Otro Mundo. -Cmo puedes decir eso?- Exclam. -Ya lo oste! Cmo t puedes caminar despus de todo esto? No tienes idea de lo que hizo! -No necesariamente l tiene que quedar en libertad, - argument Kiyo. -Hay otras maneras. Un destello cegador estall de repente en la cocina dejndome perpleja e incapaz de ver por un momento. Al instante, hubo un rugido tan fuerte que pens que mis odos estallaran. Y as, la forma de cmo controlar los rayos apareci en mi mente. Entend las conexiones, lo que yo necesitaba para convocarlos, y la forma de trabajar con mis emociones cmo Ysabel haba dicho. Puse la pistola en el mueble de la cocina. -Y no hables, -dije a Leith. El viento estaba pasando a nuestro alrededor, tumbando los objetos por todas partes, soplando mi pelo como una nube de fuego. Yo era el centro de la tormenta. Un ruido, demasiado dbil de un trueno, ni cerca de tan alto como el anterior, son a nuestro alrededor. Volv la mirada hacia Leith, preguntndome si mis ojos de color violeta se haban enfurecido de la forma en que los del rey Storm se oscurecan cuando se enojaba. -Voy a aspirar tu aire y luego explotarte con un rayo. -Leith cay de rodillas. -Por favor... Por favor no lo hagas... -Las mismas palabras que le susurr la primera vez que me atac. La furia de la tormenta creci an ms a m alrededor. -Yo soy la reina Storm-dije en voz baja. -Y tendrs que pagar por lo que me hiciste.Kiyo dio un paso adelante. Lo conoca lo suficiente para adivinar sus pensamientos. l estaba considerando atacarme, pero tema lo que yo pudiera hacer con la magia cada vez ms fuerte. Hizo un ltimo apelo desesperado. -Si t te preocupas por tu gente, con estas chicas, no hagas eso. Es un prncipe. Lo matas y su madre declarar la guerra en tu contra. Crees que la sequa era mala? Imagina ejrcitos invadiendo y causando estragos en tus tierras. Aldeas quemadas. Gente inocente siendo asesinadas. Es esto lo que quieres? Hars eso con ellos?

A nuestro alrededor, la tormenta asolaba, y dentro de m, mi odio por Leith en s era una tormenta, un veneno corriendo por mis venas. Quera que sufriera. Yo quera destruirlo. Yo lo quera muerto. No poda salirse con la suya. Y as mismo... en alguna parte de todo aquel odio, de toda esa rabia, las palabras de Kiyo penetraron. Es esto lo que quieres? Hars eso con ellos? Mir a Leith durante varios segundos. Y luego, poco a poco, la tormenta comenz a retroceder. No hubo ms rayo. El viento disminuy. Las nubes se evaporaran. La presin se elev a niveles similares a los del exterior. Leith suspir con alivio, y me di cuenta de que mi respiracin estaba irregular por el uso de tamao poder. -No -dije en voz baja, sintiendo toda esa energa fluir a travs de m. Estaba cansada. Muy, muy cansada. -No quiero una guerra. Yo... No puedo comenzar algo as.-Entonces por primera vez hasta ahora, Dorian habl. -Yo puedo, -dijo. Y antes de que nadie realmente entendiera lo que estaba aconteciendo l camin por la cocina. La espada de l sali de su cinturn, brillante y muerta en la luz, y la enterr directamente en el cuerpo de Leith. El prncipe de Rowan se endureci, sus ojos desorbitndose, mientras Dorian hunda profunda la hoja ms en su estmago. El tiempo se detuvo para nosotros. Creo que nadie, es decir, excepto Dorian, realmente crey en lo que haba sucedido. Un momento despus, Dorian sac la espada en un movimiento duro y fuerte. El cuerpo de Leith cay al suelo. Dorian haba utilizado su nueva espada, me di cuenta, la que tena el hierro y Girard le haba hecho. La sangre sali de donde estaba empalado Leith, as como de sus labios. Fue cien veces peor que la confusin que Art haba hecho, y todo aquel lquido rojo se derram y se verti, una bizarra imagen de rosas floreciendo pas por mi mente. Me preguntaba si iba a desmayarme. Kiyo fue hacia adelante, como si pudiera salvar a Leith, pero todo el mundo saba que era demasiado tarde. El prncipe ya estaba muerto. Kiyo se volvi a Dorian enfurecido. -Qu has hecho? -La cara de Dorian estaba en calma, con la voz suave mientras deslizaba la espada, con sangre y todo, de regreso a su cinturn. -Lo que t deberas haber hecho. -Kiyo encar a Dorian, lo mir por igual. La cara de Kiyo era una mezcla de muchas cosas: indignacin, shock, miedo. -No tienes idea de qu has hecho... que has liberado... que has liberado en ella...

Dorian mir el cuerpo de Leith, entonces al de Art, y luego de vuelta a Leith. La mirada de satisfaccin en su rostro claramente mostraba cuan debajo de su reconocimiento ellos estaban. No eran dignos ni de l fijarse siquiera en ellos, ni eran dignos de ser considerados como personas hasta donde a Dorian le importaba. Volvi su mirada hacia Kiyo. -Yo s lo que hice. Y t crees que la abandon para hacer frente a las consecuencias? La dej solas con ellos? Adems....- Una sonrisa seca se dibuj en el rostro de Dorian. -Fui yo quien lo hizo. Soy a quin Katrice perseguir. -Kiyo mene la cabeza. -No. Ella va ir detrs de los dos. No deberas haberlo hecho. -Despus de lo que pareci una eternidad, mi voz por fin volvi a m. Me moj los labios, tratando de hablar. -Tal vez -susurr. -Tal vez l debera...-El silencio cay sobre nosotros, grueso y pesado. Kiyo me mir... No pude descifrarlo. -Ests en estado de shock. No sabes lo que ests diciendo. Deja que te llevemos y a las chicas de regreso al Otro Mundo. Los archivos de Art pueden mostrarnos dnde encontrar a las otras. Mir entre su cara y la de Dorian. Yo no ira tan lejos diciendo que odiaba a todos los hombres, exactamente, pero de repente no poda estar con ninguno de ellos, aunque los amaba a ambos. Por otra parte, en ese momento no quera tener nada que ver con el Otro Mundo. Negu con la cabeza. -No. Lleva a las chicas... No ir. -Dorian enarc una ceja. -Qu vas a hacer? Me volv hacia Roland por primera vez en mucho tiempo. l todava sostena su arma, pero ahora estaba hacia abajo. Estuvo listo para atacar todo el tiempo, pero qued feliz en dejar que los otros dos hombres asumieran el liderazgo en esto. Ms tarde, tendra que averiguar cmo este grupo heterogneo se uni. Ahora ahora yo estaba ms preocupada con la mirada en el rostro de Roland. l me miraba como si no me conociera. Y sent una parte de mi corazn romperse. -Quiero...- Y para mi vergenza, sent las lgrimas saliendo de mis ojos, lo que era una estupidez. En toda esta semana nunca llor. Me enfrent a todo con la cara limpia. Hoy luch y mat sin remordimiento. Ahora... ahora era como una vida de

sufrimiento estuviera regresando a m.-Quiero ir a casa,-dije. Las lgrimas escaparon, deslizndose por mis mejillas. -Quiero ver a mi madre. Por un segundo pens que Roland fuera a alejarse, condenarme como la mitad Gentry que l siempre temi que me convirtiera, aquella que le minti sobre su participacin en el Otro Mundo. Creo que si me hubiera alejado, me habra muerto all mismo. En cambio, extendi su mano. No consegu sostenerla. Creo que no podra dejar que nadie me tocara ahora. Amaba a todos los hombres aqu, pero ahora, estaba inexplicablemente con miedo de ellos. An as, me sent segura en partir con Roland. l era mi padre. Entendiendo mis sentimientos, baj la mano y asinti con la cabeza, simplemente. Me acerqu a l, pasando por encima de los cuerpos en la cocina. -Est bien,-dijo Roland suavemente, sus ojos brillando por las lgrimas.-Vayamos a la casa.

Captulo 26
No era ningn secreto: mi madre odiaba las cosas del Otro Mundo. Los sentimientos de ella no eran tan difciles de entender, considerando que ella fue una prisionera, sirviendo como la amante forzada del rey Storm ahora no era diferente a mi propia experiencia. Mientras trataba de ignorar lo que Roland y yo hacamos, ella tambin intentaba ignorar la sangre Gentry en m, tratndome como si yo fuese totalmente humana y generalmente negndose a escuchar otra cosa. As que, me qued un poco sorprendida por la buena manera en que ella haba recibido a Roland cuando regresamos de Tucson. Saba que ellos discutan cuando yo no estaba cerca. l le cont lo que haba sucedido en Yellow River, como estaba practicando la magia oculta, y ahora era la soberana del reino de las Hadas. Tambin le cont sobre Leith. Qued sorprendida con todas esas cosas, ella senta rechazo por eso y odiaba en lo que me haba convertido... bien, ella nunca lo demostr. Ella fue slo... bien, mi madre. Se sent conmigo en mi antigua habitacin. No haba cambiado mucho a travs de los aos y an tena las mismas estrellas que brillaban en la oscuridad que yo haba pegado en el techo. Cuando las coloque all en mi juventud, ella haba dicho que ellas nunca saldran sin descascarar la pintura. Entonces, creo que ella nunca se molest en sacarlas durante todos esos aos. Roland conoca a alguien que vino a hacerme una ciruga en el hombro, removiendo la bala dejndome remedios para el dolor y antibiticos. Eso fue todo lo que vi de Roland en aquellos das al inicio de mi recuperacin. Fue mi madre quin se qued conmigo, hablando sobre cualquier cosa que no fuera el Otro Mundo y asegurndose de que tuviera entretenimiento en forma de libros y TV. Pero no poda prestar atencin a esas distracciones, no cuando mi mente estaba en otras cosas. Repasaba los eventos de la semana pasada nuevamente en mi cabeza hasta que quedaba demasiado extenuada para tener ningn pensamiento coherente. Cuando llegaba a ese punto de agotamiento, normalmente dejaba mi mente en blanco por un tiempo. Era extraamente tranquilizador, sobre todo porque muchas veces despertaba con pesadillas con Leith. Una mente vaca era algo bienvenido. Y fue a mi madre a quin recurr cuando mi perodo no lleg. Ella ya haba comprado un test de embarazo, slo para que yo tuviera tranquilidad mental. Cuando el resultado dio negativo, comenc a llorar. Mi madre me abraz en la cama y me balance todo el tiempo, dicindome, yo s, nena, lo s. Era extrao porque yo no saba por qu estaba llorando. El resultado negativo era algo bueno,

y estaba feliz por no dejar cabos sueltos en mi relacin con Leith. Mientras ella me abrazaba, la primera vez que dej que alguien me tocara desde la casa de Art, de repente me pregunt cmo se haba sentido cuando estaba embarazada de m. Se sinti enojada por la idea de un hijo medio Gentry al que fue obligada a tener? Quiso deshacerse de m pero fue incapaz en el Otro Mundo? Me estremec, sin querer considerarlo demasiado. Pensando que estaba con fro, fui en busca de un suter. Fue algunos das despus que Roland y yo finalmente conversamos. Poda desplazarme mejor y haba decidido coger una taza de cereal de la cocina. l entr y se uni a m, sentndose a la mesa con su caf. Su rostro pareca tener ms arrugas que la ltima vez que lo haba visto. Mi culpa, indudablemente. -Lo siento mucho,-le dije, cuando el silencio se hizo insoportable.-Yo debera habrtelo contado.- l me mir por encima de su taza. -Qu parte exactamente? -Todas. Todo.-suspir,-t estabas siempre tan incmodo porque yo estaba pasando mucho tiempo en Otro Mundo. Pens que estaras molesto si supieras el resto. -Oh!, creme, estoy mucho ms molesto por saberlo ahora, de lo que habra estado si lo hubiese sabido antes. -Lo siento,-dije de nuevo, sin saber que decir.- Todo sucedi tan rpido. Tuve una lucha con Aeson. -Lo s, lo s. Kiyo me cont los detalles de eso, aunque l tambin qued un poco sorprendido al descubrir que ahora t podas conjurar huracanes dignos del Rey Storm. -Negu con la cabeza. -Estoy lejos de eso. Y cuando comenc a aprender la magia ya no pude parar. Ahora Roland suspir. -l ha venido aqu algunas veces.-Me llev un momento darme cuenta que l se refera a Kiyo, no al Rey Storm. -No estoy lista para verlo.

-Lo s. -Hubo una pausa, y creo que necesit mucho de Roland para decir las prximas palabras.- l no es tan despreciable. En trminos relativos.-Le di una media sonrisa triste. -S, l es buensimo. Y lo digo en serio... -pero algo me estaba incomodando en relacin a Kiyo, algo que continuaba martilleando en el fondo de mi cabeza. Pero continu ignorndolo. -Entonces, qu pasa ahora? -Roland pregunt- Qu vas a hacer? -Me qued sorprendida. -Bien... qu otra cosa puedo hacer? Lo mismo que estaba haciendo. -Qu, ir y venir entre los mundos, tratando de actuar como si tuvieras una apariencia de vida normal? -El tono de su voz me hizo dao. - Y qu esperas que haga? Y no es como si nuestras vidas fueran normales.-l neg con la cabeza. -Eso es diferente. T no puedes hacer eso. T no puedes literalmente vivir en dos mundos.-Mastiqu mi cereal por un momento para darme la oportunidad de pensar. -No creo que tenga otra opcin. Esa tierra est ligada a m. Esta tierra est vinculada a m. Si la abandono, ella muere. -Roland no dijo nada. -Oh, vamos! Crees qu deberas hacer eso? Abandonarlos y dejar a todas esas personas sufriendo? T eres tan perverso como Art-. El misterio de lo que haba sucedido con el cuerpo de Art y Abigail era... bien, un misterio. Nadie me lo haba dicho exactamente, fuera de que haba sido cuidado. Los ojos de Roland brillaban con ira. -No, no soy nada parecido a l. Nunca comet el mismo error. Pero los Gentry no son nuestra gente. Ellos no son tu pueblo. -Ellos lo son ahora,-le dije, sorprendindome. l levant esa postura cansada y derrotada. -No s qu pensar. Yo no s qu pensar de ti. Siento que no te conozco.-En todos estos aos juntos, l nunca me levant la mano. Pero en aquel momento, fue como si l me hubiese dado una bofetada.

-Qu significa eso? -Le pregunt. Yo quera sonar desafiante. En lugar de eso, mis palabras salan muy pequeas y asustadas, como las de una nia suplicando. Record lo agradecida que haba quedado por verlo en casa de Art. Mi padre. Mi protector. -T no... T no me quieres ms? -Empez a alejarse, pero hizo una pausa para mirar hacia atrs. Sus ojos azules me miraron por varios segundos. -Por supuesto. Yo siempre te amar. T eres mi hija. Pero... no estoy seguro de que las cosas sigan igual. Roland sali de la cocina, y fue cuando me di cuenta que ya era hora de irme. Tim casi me tir al suelo cuando volv a mi casa. Mi madre lo haba llamado para decirle que estaba bien cuando fui a su casa, pero entre la semana de mi recuperacin y la semana con Art sin comunicacin, Tim se haba aterrorizado bastante. -Qu pas? Ests bien?-Lidi con Lara mientras estabas fuera. Estaras orgullosa de m.-Sonre, pero satisfecha porque l la estaba llamando por su primer nombre en lugar de puta secretaria-Quieres que yo te prepare algo? -Te pareces a mi madre,-me burl,-siempre queriendo alimentarme. -Se encogi los hombros. -Ests muy delgada. Y no lo digo por nada, considerando el tipo de chica que me gusta. l tena razn, tanto sobre m como en sus opciones con las mujeres. Me alimentaron en casa de Art, pero apenas com. Perd peso, y mientras una parte de m quera recuperarlo comiendo barras de energa Milky Way que estaban en mi despensa, saba que deba comer algo nutritivo para variar. Entonces, envi a Tim a cocinar un filete, un pedido que estaba ms que feliz de obedecer. Pas el resto del da descansando y aburrida, sin saber qu hacer conmigo misma. Lav mis ropas, a pesar de las protestas de Tim de que l poda hacerlo, pas el da comiendo cosas que l hizo. Los animales estaban todos all, lo que me llev a creer que Kiyo todava estaba por all tambin. Despus que me negu a verlo en casa de mis padres, medio esperaba que l hubiese cambiado. Honestamente, no tena certeza de qu hacer ahora. No tena intencin de ir a Otro Mundo tan pronto, y no haba manera, como le haba dicho a Lara por telfono, de continuar con los trabajos por un tiempo. Eso dej tanto a Tim como a ella

nerviosos con mis cuentas, pero saba que con mis ahorros estaba temporalmente segura. Dej mi magia en paz. No estara cerca de ella, aunque hubo momentos en los que el vapor en el aire y el agua a m alrededor me llamaban como una cancin, y arda por tocarlos. El poco de magia que use fue shamanica: Trat de invocar a Volusian. l no vino. No estaba segura de qu pensar sobre eso. Qued casi agradecida por la llegada del anochecer, para poder ir a la cama y dejar de pensar en cosas para pasar el tiempo. Me pregunt si esa apata era apenas una consecuencia natural del trauma que haba pasado, una especie de estado aturdido. La televisin, mis rompecabezas, hasta la conversacin animada de Tim... nada mantena mi atencin. No estaba aburrida exactamente. Slo que no estaba muy comprometida con el mundo. Aquella noche, como acostumbraba hacer, so con la tierra Thorn. El sueo fue tan vivido y real. Era como salir de mi propia casa para ir a caminar en las montaas, como si m alma estuviese viajando sin mi cuerpo. El aire era afilado y limpio, lleno de la fragancia de las flores en el desierto. El sol era caliente y cruel sin ser todava reconfortantemente familiar. Y los colores... los colores hacan que en mi sueo me dieran ganas de llorar. Melocotones y verdes y todos los colores de las flores de cactus mirando hacia el azul claro, al claro cielo. Por primera vez desde mi captura y violacin, me sent en paz. Me sent completa y curada en el sueo. Me despert con un anhelo en mi pecho, como si un pedazo de mi faltara. La nitidez de esto me sorprendi y me asust un poco. Colocndome una bata, me dirig a la cocina, esperando que una taza de caf y algo para comer me quitara ese deseo que me consuma por ir a Otro Mundo. -Kiyo,-exclam. l estaba sentado en la mesa con un caf, los dos cachorros a sus pies. Y tuve un extrao deja vu con el caf de Roland ayer y sospech que haba una conversacin guardada para m. -Eugenie,-l dijo, mirndome. Los ojos de l eran clidos y del color del chocolate, llenos de tanto amor. Se levant de la silla y se aproxim a m, con los brazos extendidos. Me levant para ir a abrazarlo pero algo me detuvo, algo protector e instintivo de mi cuerpo para mantenerse seguro. Saba que l no era Leith. Saba que Kiyo me amaba... pero haba algo en m que tena miedo de tocar a cualquier otra persona. Mi madre era la nica que permit que me tocara hasta ahora. Tristeza y dolor pasaron por los ojos de Kiyo con mi reaccin, pero l pareci entender. Embarazosamente, l simplemente me dio un suave toque en el brazo, lo

que me permiti retroceder slo un poco. Los dos nos sentamos, despus de haber servido una taza de caf, l bebi conmigo con aquella mirada intensa, como si l no me viera desde hace aos. Por supuesto, estas ltimas dos semanas ciertamente haban parecido aos para m, entonces tal vez no fuese una comparacin tan mala. -Cmo ests?-Pregunt.- Te extra. Estaba muy preocupado por ti. -Estoy bien. Estaba en buenas manos. -Cmo est tu hombro? -Me encog de hombros. -Adolorido. Pero curado. Probablemente podra ir a Otro Mundo para que alguien lo componga.-Su rostro se ensombreci instantneamente. -Creo que lo que necesitas es mantenerte alejada de all por un tiempo. -Jesucristo! T tambin no. Soy la soberana de esa tierra. Necesito regresar.- Un flash del sueo volvi hacia m. Era algo ms que una meditacin inconsciente, lo saba. La tierra Thorn y yo estbamos atadas. No podamos separarnos. Saba que quedarme lejos de ella hara que ella muriera, y ahora estaba percibiendo que yo poda morir sin ella tambin. -Tiene que haber una forma. Estuve conversando con Maiwenn, y ella va a encontrar un camino. Ciertamente, hay algo en las pginas de la historia de ellos, alguien debe haber renunciado a un reino sin morir. -Esa es una buena idea? -pregunt.- Puedo renunciar? -Por supuesto,-dijo sorprendido.-T nunca lo quisiste. Lo dijiste mil veces. Va a ser mejor para todo el mundo. La siguiente persona conectada a la tierra probablemente no va a transformarla en un desierto. T seras libre, capaz de continuar con tu vida aqu, libre de la magia... -Entrecerr los ojos. -Nunca voy a quedar libre de eso tambin,-dije. -Si l afirm, su voz perseverante, -pero tienes menos tentaciones fuera de Otro Mundo. Por qu diablos no me dijiste que estabas aprendiendo esas cosas? -Te lo dije! Te habl de que Dorian mand a Ysabel.

-Lo que te vi hacer... No fue nada de lo que me habas dicho que ella te ense. -Todo sucedi muy rpido... la mitad del tiempo, me di cuenta, y no te quera molestar. -Nadie aprende tan rpido,-l murmuro. Record las palabras de Shaya. El Rey Storm aprendi. -Bien, aparentemente no soy tan poderosa. Perd a Volusian en aquella confusin. l no vino cuando lo llam. -Oh! Oh! Pens que lo sabas. -Saber qu? -l est conectado a Dorian ahora. -Lo mir durante varios segundos.- Oh Dios Mo! Pens que eso poda suceder... Kiyo se qued mirndome. -Lo pensaste? Entonces por qu diablos lo enviaste a Dorian? Por qu no lo enviaste a avisarme? -Exactamente por esa razn! Si Volusian quebraba mi control, saba que Dorian probablemente podra dominarlo. -Supongo que s. Pero siento que le diste a Dorian una ojiva nuclear.-No habl, pero tena el presentimiento de que Kiyo estaba ms que molesto por haber sido a Dorian a quin contact para pedir ayuda en lugar de l. -Y fue as que t me encontraste, no? Volusian le cont a Dorian, que entonces te lo cont a ti y a Roland? Lo escuch de Roland pero quera volverlo a escuchar. Kiyo asinti. -Estuvimos indagando por ti, cmo as desapareciste despus de la batalla. Ninguno de nosotros tena idea de lo que te haba sucedido. Involucramos a Roland algunos das despus para que nos ayude a sacarte de ese mundo, pero ninguno de nos...-l mene la cabeza.- Ninguno de nosotros tena idea de que esto era lo que te haba sucedido.

Un silencio incmodo cay, cada uno de nosotros estaba pensando sobre las cosas que ninguno de los dos dira en voz alta. Mi encarcelamiento. Mi violacin. Baj los ojos, jugando con el borde de la taza. Los recuerdos eran como una montaa rusa. A veces ellos se hundan en el fondo de mi mente. Otras veces, ellos eran afilados y fugaces, viniendo de frente hacia m mente liberando vrtigo, y una sensacin horrible de miedo, violacin, y desamparo que aquello haba causado. De repente levant mi mirada incisiva para encontrar los ojos de Kiyo. -Por qu no me dejaste matar a Leith cuando tuve la oportunidad?-Con un escalofro, record la venganza quemando dentro de m y la tempestad rodendome. La pregunta claramente tom por sorpresa a Kiyo. -Qu? Sabes por qu? Por causa de las cuestiones polticas... porque t no eres del tipo de personas que cede a una venganza... -No lo soy? -Exig. De repente me sent enojada con l, y se me ocurri decir entonces lo que estuve conteniendo toda esa semana.-T no tienes derecho a decir cundo una venganza es correcta. T no pasaste por lo que yo pas. -Lo s,- dijo l tratando de ser amable.- No me cabe duda de que l mereca un castigo terrible. -No. No hay manera de que lo puedas imaginar. -Pero es algo ms que venganza. Sabes lo que sucedi despus? Katrice est reuniendo sus ejrcitos, Eugenie. Los monarcas no han tenido una guerra desde hace siglos. Eso puede ser muy malo. La gente morir. Quise salvarlos de eso... Quera ahorrarles ser el objetivo de ella. -Muy bien. Entonces por qu no lo mataste? -Silencio total. -Qu? -Dijo Kiyo finalmente. No baj mi mirada, sorprendida por el fro en mi voz. -T dijiste que l mereca un terrible castigo. -S, ser arrestado. -Arrestado? Ests loco? l es un prncipe. No podramos detenerlo sin el mismo "resultado poltico". l habra escapado.

-Ir a la guerra es peor, aunque no lo creas. -Entonces todava deberas haberlo matado,-repet.- Todo el mundo sigue diciendo que t apenas eres un kitsune. Tcnicamente no eres aliado de nadie. Tal vez ella simplemente hubiera ido atrs de ti, pero no habra entrado en una guerra contra ti. -Los ojos de Kiyo se ensancharon. -Te ests escuchando a ti misma? Eso es una locura! Me ests condenando por no matar a un hombre que estaba de rodillas? -Aquel hombre hizo cosas horribles. No mereca salir libre. -El enojo de Kiyo dio paso a la ira. -No puedo creer que me ests considerando responsable por eso. Y sabes qu? Esa es la magia que he estado hablando. Cuanto ms la utilizas, ms cambias. Es por eso que necesitas estar lejos del Otro Mundo! Por tu propia proteccin. Antes de que te conviertas en algo que no quieres ser. -Oh, ahora t me quieres proteger! Mira, t de todas las persona debera entender. No puedo permanecer lejos de Otro Mundo. No puedo quedarme lejos de este mundo. No pertenezco a ningn lugar! Y sin embargo... pertenezco a todos los lugares. No existe un lugar perfecto para m. Estoy dividida, Kiyo. Pens que t entenderas eso. Dijiste antes que me comprendas. Cre que lo comprendas. T eres igual. -E... Es diferente de alguna manera. -Eso no es lo suficientemente bueno. Ests siendo un hipcrita,-exclam.-T tomas las decisiones por nosotros dos basado en lo que es conveniente a cada momento. Crees que puedes lidiar con un lado pero que yo no puedo? Eso no es justo. T no puedes hacer reglas diferentes para cada uno de nosotros. -Estoy tratando de protegerte,-l repiti. -Crees que no soy lo suficientemente fuerte para hacer frente a las cosas contra las que t luchas? -l levant las manos. -No lo s. Tal vez no soy lo suficientemente fuerte para tomar decisiones difciles. -Dorian es...-Escap antes de que pudiera impedirlo. Silencio total, round dos, cayendo sobre nosotros. Kiyo termin su caf.

-Entiendo. Entonces el asunto es en realidad sobre eso.- Mir a su alrededor, absorbiendo la casa y los gatos esparcidos en todas partes.-Tal vez... tal vez sea hora de juntar mis cosas.-Cruc los brazos. -Creo que es una buena idea. -Puedo tomar un da o dos para juntar todo, cario. -Est bien. -Mantuve el control perfecto de mi voz, enfocando toda mi energa en sonar equilibrada. Si me deslizaba, podra comenzar a llorar o a suplicarle que se quedara. Me poda disculpar por ser tan dura al considerarlo responsable por no haberme dejado matar a Leith. No era justo de mi parte culpar a Kiyo y alabar a Dorian... ... y sin embargo, eso fue lo que hice. Kiyo se levant, diciendo que iba a regresar para hacer sus maletas cuando yo no estuviese, ya que eso sera ms fcil para nosotros dos. Estuve de acuerdo. La tensin nos envolvi en cuanto l se dirigi en direccin a la puerta. Le dola, lo saba. En realidad, no saba si estaba cometiendo el peor error de mi vida al terminar con Kiyo. La verdad es que estuvimos peleando mucho, sin entender las opciones que ambos tenamos. Pero en el corazn, senta que l tuvo la oportunidad de protegerme... y no lo hizo. -Eugenie,- dijo l, detenindose cerca de la puerta de atrs.- S que ests herida. S que sufriste y que todava sufres. Y creo que consigo ver por qu crees que lo que hizo Dorian fue tan noble. Pero no fue as. Eso tendr grandes consecuencias, y algn da, probablemente en breve, te vas a arrepentir de lo que l hizo. -Mene la cabeza, todava obstinada. -No lo s. Tal vez. -No importa lo que piensas de m, no es demasiado tarde. Puedes hacer tratos con Katrice. Puedes impedir esto.- Haba una peticin desesperada en sus ojos, y me pregunt si era a causa de su deseo por la paz o la agona por dejarme. Mi propio dolor porque l me dejaba estaba creciendo, pero algo en sus palabras lo impidi. -Hacer negocios? Cmo es eso? -No s... Pide disculpas... culpa a Dorian. Maiwenn puede negociar...-Mi enojo se increment de nuevo.

-No voy a humillarme ante la mujer cuyo hijo me viol. Y no voy a permitir que Dorian sea castigado por algo que yo misma debera haber hecho. Maiwenn ni mereca ser mencionada. Voy a enfrentar las consecuencias, Kiyo. Soy la reina Thorn.-Me dio una pequea y triste sonrisa. -Ests segura? Qu t eres la reina Storm?-Frunc el ceo. - Qu? -Fue lo que le dijiste a Leith. En la cocina. -No.-Muchos de aquellos recuerdos estaban fragmentados, pero tena la seguridad que recordara eso. Lo recuerdo. -Le dije que era la reina Thorn algunas veces,-pero mi Dios. No la reina Storm. -Lo escuch de ti. Una vez dijiste reina Storm.-Mene la cabeza, la ira retornando. -T te equivocaste. El nombre es parecido. Fcil de confundir. -La sonrisa de l se constrio; su tristeza aument. -No con mis odos. Kiyo parti despus de eso, hacia dnde, no saba. No importaba. Mi corazn estaba roto, y pensar en ello demasiado iba a empeorar las cosas. En cambio, saba que tambin tena que partir. Tena que salir de aqu, y saba exactamente a dnde tena que ir. Tena que ir a mi reino.

Captulo 27
Cuando cruc hacia el Castillo en la tierra Thorn, me sorprendi encontrar a Nia sentada en el suelo al lado de mi pisapapeles en forma de un conejo. Sus rodillas estaban hacia arriba, y su rostro, pareca estar manchado por las lgrimasse apoyaba en ellas. Sin embargo, cuando me vio, su rostro se ilumin como el sol que sale de detrs de las nubes. -Su Majestad -exclam, levantndose.-Algunos de ellos dijeron... ellos dijeron que no volvera. Pero yo saba. Saba que lo hara. -La devocin en los ojos de la muchacha era sorprendente. Nia fue sirvienta de Dorian, y nunca se me ocurri que me iba a servir con tanto amor. -Por supuesto que volv,- dije suavemente. -Por qu no volvera?-Evit mis ojos. -Despus de todo lo que pas, y Bueno, debido la reina Katrice. Hay muchos que asumieron que nos haba abandonado y que se quedara en el mundo humano. No me molest en decir que si los abandonaba, esta tierra morira. Otra cosa me sorprendi mucho ms. -Ellos pensaron... pensaron que iba empezar una guerra y simplemente irme? -Saba que no lo hara,-dijo con fervor. -Yo saba que no nos abandonara. -Le di una pequea sonrisa reconfortante, mientras un nudo se retorca en mi estmago. -Llvame a Shaya y Rurik. Los dos se quedaron muy sorprendidos por mi llegada, pero algo me dijo que ellos tambin no dudaban de que yo regresara. Pude percibir por la compasin en la cara de Shaya que lo que Leith haba hecho conmigo era de conocimiento comn. Para mi sorpresa, fue con Rurik que tuve la mayor comodidad. l no cuestion mi regreso. l no ofreci ninguna simpata. Simplemente fue directo al tema. -Hemos recogido todas las tropas que pudimos mientras usted no estaba, -dijo. Algunos han estado acampando all afuera y Dorian dijo que enviara refuerzos, el ejrcito de l es mucho mayor. La mayora de los nuestros est en Highmore. Debemos determinar la mejor forma de su distribucin. Por un momento me sent tonta mientras que l continuaba hablando de estrategias militares. Qu estaba pasando? Qu haca yo? Yo era una chica de

Tucson que se cri en un barrio de clase media. Cmo infierno estaba parada aqu, escuchando a un soldado explicar cmo dirigir una guerra? Yo levant la mano. -Espera... antes de continuar. Tienes... hay alguna manera de evitar esto? -Las palabras de Kiyo volvieron a m, y odi decir lo que dije a continuacin.-Hay alguna manera de hacer la paz? -Los ojos de Rurik se abrieron, y el shock y la ira pasaran por su cara. -Paz? Despus de que -Shaya lo hizo callarse con un gesto. -S, desde luego. Katrice envi una carta muy larga a respecto de eso. -As que... podra hacerla entender que... -Fue un accidente? Difcilmente. -Quiero decir, Katrice podra dejarlo ir, teniendo en cuenta que fue Leith quin empez? -Shaya se aclar la garganta, incmoda, y Rurik miraba enojado. -Bueno- ella empez a decir - no del todo. Para Katrice no ir a la guerra, ella exige que seamos su reino servil y tiene detalles y datos bien especficos sobre los tipos de impuestos y tributos que exige. Ella tambin... ella tambin dice que usted debe casarse con su sobrino en lugar de su hijo y vincular este reino al suyo a travs del enlace. Mi impresin es que ella envi una lista de condiciones similares a Dorian, aparte del sobrino, que l recus, ah, bien poco amable. Con la boca abierta encar. Eso no era, precisamente, lo que yo tena en mente. Como Katrice podra exigir ese tipo de cosa despus de lo que Leith haba hecho? Como ella se atreve a actuar como si yo hubiera hecho algo malo? S, me poda imaginar su dolor por la prdida de su nico hijo. Yo no era tan cruel. Sin embargo... lo que sugera era ridculo. Y si pensaba que algn da yo iba a permitir que otro miembro de su familia colocara una mano sobre m... Volv a Rurik como si el tema de paz con Katrice nunca hubiera sido mencionado. Ms tarde, le pedira a Shaya que me ayudara a contestar formalmente al escrito de Katrice, algo as como que yo soy la Reina Thorn. Vete a la mierda. -Qu debo hacer ahora? -Pregunt a Rurik. l sonri, con una delicia feroz en sus ojos.

-Usted debe hablar con los soldados que estn reunidos aqu y hacer una declaracin oficial de guerra. Y entonces debe ir a Highmore a hablar con los que estn all. Ellos ni siquiera te conocen como su reina todava, y mucho menos la persona que los est enviando a la guerra. Y tiene que practicar su magia, tanto para la batalla como para mostrar a su pueblo que esa perra Rowan no puede tocarte. Me estremec con la sensacin que sus palabras me inspiraran. En Tucson, yo estaba tratando de ocultar mi magia, pero ahora ella me llamaba de nuevo. Y con la amenaza de Katrice, no, este insulto de Katrice, no haba nada que yo quisiera ms que convocar a todas las fuerzas de la naturaleza para dejarla en pedazos. -Dorian viene para ac, hoy, creo, -dijo Shaya, interrumpiendo mis pensamientos asesinos. -Sigue el ejemplo de l. l sabe qu hacer. Yo no estaba segura de lo que eso significaba. De lo nico que tena seguridad era que no estaba lista para revisar los mapas que Rurik haba puesto sobre la mesa y examinar todos los lugares para colocar las tropas. Siempre fui mala jugando Risk y tena el presentimiento de que esto sera similar. Adems, no haba regresado a la tierra Thorn para hacer una guerra no en este momento, por lo menos. Vine por el sueo que tuve anoche, el sueo en el que me senta en paz. Porque en ese momento, no me senta en paz. Una reina Gentry quera liderar su ejrcito para matar a mi gente y yo debera hacer lo mismo con ella. Yo termin con mi novio hace instantes, alguien a quien quera mucho, porque yo, quizs irracionalmente, lo consideraba responsable por no protegerme de esa agresin. Y en cuanto a aquella agresin... bueno, su rostro pas por mi mente, y no importa cunto tiempo pasaba, no me senta capaz de deshacerme de ese sentimiento dentro de m o de mi repulsin por haber sido tocada. Jur a Rurik que hablara con l ms tarde, necesitaba un tiempo para m primero, y los dej a los dos y me fui a uno de los jardines del castillo. Estaba en el suelo meditar, en el que Shaya est todava tratando de hacer crecer la grama y donde Kiyo y yo habamos hecho el amor. Me sent con las piernas cruzadas, observando el sol sobre las piedras naranjadas a m alrededor y liberando una suave brisa que agit las ramas de algarrobo y los arboles Thorn. Una lagartija corri para esconderse detrs de una roca, y o lo que sonaba como un colibr, o una pequea abeja, en un ramo de flores cerca. Me aclar la mente y trat de comunicarme con ella y sanar la tierra como yo haba hecho antes, pero por alguna razn, la conexin no llegaba. El pnico se apoder de m. Los eventos con Leith haban roto algo dentro de m? Habr perdido mi capacidad de revivir

mi reino? Me sent all sudando, preguntndome qu le pasara a la tierra si no poda conectarme con ella. El calor me dej con sueo, y me sent en la hierba, mis manos cavaban en el suelo. Cuando me despert, dos cosas inmediatamente se pusieran de manifiesto. En primer lugar, me senta mejor.... Me senta ms fuerte y nueva, y alrededor de m, los colores y olores parecan ms fuertes y ms vvidos. Yo todava no estaba contenta con la inminente guerra, pero aquel sentimiento horrible dentro de m... la amargura que haba dejado Leith... bueno, se haba reducido. El aire pas a m alrededor, y durante un segundo desorientador, no podra decir donde yo terminaba y comenzaba la tierra. Fue entonces cuando me di cuenta de por qu mi meditacin no haba funcionado. No estaba en condiciones para sanar la tierra. Tena que curarme. Ahora estaba energizada, dispuesta a hacer cualquier cosa. Lista para liderar esta guerra. La otra cosa de la que me di cuenta despus de despertar era que Jasmine estaba sentada a mi lado, con sus ojos grises mirando a los mos. Me puse de pie. -Qu diablos ests haciendo aqu? -Exclam. -T no deberas estar suelta.-Las esposas de Girard an estaban puestas en ella, y seal con la cabeza de regreso al castillo. -No estoy exactamente en libertad. Yo la segu y vi pasar una docena de guardias, todos ellos manteniendo una respetuosa distancia, pero observando a Jasmine de cerca. Cuando Volusian desapareci, Rurik sin ninguna duda debe haber aumentado su seguridad. -Jasmine, -le dije. -No estoy de humor para chistes, de acuerdo? Guarda tus quejas e insultos para un da en que no tenga que preocuparme por una guerra. -Su rostro estaba perfectamente tranquilo. -He odo lo que te pas. -Me prepar para la presuncin. -S, todo el mundo lo escuch. -Voy a luchar por ti, lo sabes. -Mira, estoy segura espera. Qu has dicho? -Me qued mirndola, esperando a ver que ella rompiera la compostura. No la rompi. Todava estaba seria y pareca mayor para su edad.

-l no tena derecho. Te haba dicho antes: nadie hace eso con la hija del rey Storm. Ni siquiera a ti. -Me qued sin palabras por un momento, a espera de una broma. -Jasmine... t me odias. -Ella asinti con la cabeza. -As es. Pero eso no cambia lo que pas. Nadie hace esto con una heredera de nuestro padre y se escapa sin ser castigado. Dorian debera matar con su espada a Katrice tambin. -Decid no decir que, tcnicamente, nada haba sido hecho a nuestro padre, ya que l muri hace aos. -Qu vas a hacer exactamente? -Lo mismo que t. Luchar. Usar mi magia. Invocar monstruos. -Pero... quiero decir, incluso si t ests tratando de, hum, proteger el honor de nuestra familia, sabes que estars ayudndome, verdad? Pens que t queras destruirme y tener el nieto conquistador de mundos de nuestro padre. -Ah-dijo ella con dulzura-, todava quiero. Y lo har. Pero vamos a tratar con Katrice primero. El heredero de nuestro padre no puede nacer de una violacin. Yo dije antes solo de alguien digno. Ese hijo de puta no lo era, y su madre tiene que pagar. Una vez que ella est acabada... bien, voy a tratar contigo. Adems, alguien tiene que tomar su reino, cuando la mate. Ms vale que sea yo que lo haga. Whoa. Haba tantas partes de la lgica en Jasmine, que tenan fisuras que no saba por dnde empezar. Yo no conoca toda la historia de su propia concepcin, pero mi madre haba sido violada. Slo Dios sabe de cuntas mujeres el rey Storm se haba aprovechado, senta hipcrita por parte de Jasmine tener tamaa moral sobre el heredero de l a causa de eso. Sin embargo, no poda negar el hecho de que ella sera til, y si esa fuera la razn que necesitaba para que me ayudara, entonces que as sea. Tambin sera til no tenerla intentando matarme. -Pues bien, gracias-dije por fin. Decid no decirle que de ninguna manera voy a dejarla que se convierta en la gobernante de la tierra Rowan. Detalles, detalles. Jasmine pareca increblemente feliz. -As que, puedo estar libre, verdad? -Le frunc el ceo. -De ninguna manera. -Pero te estoy ayudando!

-S, pero al mismo tiempo, has hablado acerca de cunto quieres usurparme. Mira... Dirig la mirada a todos los guardias.-Tendra que consultar a Rurik sobre aquellos con menor probabilidad de tratar de embarazarte, ahora que Volusian se fue. Algunos de mis soldados son mujeres. T puedes caminar ms por el castillo, con escolta, por supuesto. Voy averiguar cuanto... - Frunc el ceo recordando de pronto mis auxiliares en la casa de Art, ellas tenan ms o menos la edad de Jazmn, relativamente hablando, y cuanto a Markell al menos, no tena ninguna duda de su lealtad. Me pregunt si ella quera servir de guarda-costas/amiga. -Voy a ver si consigo alguien de tu edad para caminar contigo. -Jasmine frunci el ceo. -Eso no es lo que yo tena en mente. -S, bueno, tu celda en la prisin sigue estando disponible. Me mir de una manera sombra, lo que era su marca registrada, y volvi a entrar. An as, sent como si ella fuera realmente a ayudarme, y francamente, yo iba necesitar a cualquiera que me ayudara a salir de este lo. Kiyo haba dejado implcito que Katrice podra atraer a algunos aliados, y si haca eso, varios reinos seran golpeados... Me levant, de repente, sintindome nuevamente enferma. Las llamas de la pasin y la iniciativa que haban pasado por m antes se comenzaron a tornar inestables. No poda hacer eso. No poda dirigir un ejrcito. No poda ir a la guerra. En qu estaba pensando? Tratando de superar el ataque de pnico que creca, regres al castillo, queriendo esconderme en mi habitacin por un tiempo. Me cruc con Rurik en el camino. Al parecer, estaba buscndome, esperanzado que yo pudiera hablar con los soldados reunidos e inspirarlos, sobre todo desde que haban llegado noticias de que Dorian casi estaba aqu. Lo salud rpidamente, prometiendo cualquier cosa, desde que tuviera un momento para recomponerme y convocar mi confianza. Todo esto era demasiado para m. Necesitaba estar sola, para poder llorar. Slo que, al parecer, todava estaba lejos de ser dejada sola. Ysabel estaba de pie fuera de mi habitacin, con los brazos cruzados. Al parecer, mis sospechas eran correctas. Ella realmente estaba en el pasillo esperando por m. -No se impartirn clases de magia, - le dije.

-Clases de magia? - Ella exclam, arreglndose. Ella estaba ms inmaculada que nunca, su pelo rojo puesto en trenzas. -Yo nunca ms te voy a ensear. Mi amo me est enviando lejos, y todo es por tu culpa! La tierra podra haberme curado, pero slo haba una cierta cantidad de extraas revelaciones que yo podra manejar por el da de hoy. Jasmine convirtindose en mi aliada era algo enorme. -Qu ests diciendo? -Mi seor est en camino, -dijo lanzando un silbido. -Y envi rdenes que recoja mis cosas y me prepare para partir. Tiene un pequeo grupo de guardias listos para escoltarme. -Y? - Me encog de hombros, mirando a mi puerta con facilidad. -No es lo que queras?-Dio un paso hacia m. -No me envan de vuelta al castillo. l me est enviando de regreso a mi pueblo, a mis hijos. No lo entiendes? Termin conmigo! Me est dejando de lado, por ti! La ira y el odio en su rostro me hicieron suponer que haba olvidado que poda asfixiarla. As estaban las cosas, en mi espacio personal, tanto que tem que ella en realidad tratase de golpearme. Se cans de ella, como del resto, pero esto no era culpa ma. Pero decirlo no servira de nada. -Lo siento. Pero, quiero decir, no ests feliz de ver a tus hijos? -Feliz? - Ella grit. -Qu tengo para darles? Que tengo para ensearles por mi tiempo en la corte? No tengo nada. Fui a la corte de Dorian para mejorar la vida de mis hijos, para traernos a la riqueza. Ahora tengo que volver con las manos vacas, tirada de regreso a nuestra aldea. Ouch. No saba qu decir, no saba si deba alabar los esfuerzos de una madre para mejorar las vidas de sus hijos o mirar para alguien que trat de hacer esto acostndose con el rey. -Lo siento- dije cansada. -Estoy segura de que vas salir adelante. Empec a salir, y para mi sorpresa, me agarr del hombro y me volvi hacia ella. Creo que estaba a punto de hacer un insulto, pero no le di una oportunidad. No estaba lista para ser tocada, y ella me agarr con la guardia baja. Sin pensarlo dos

veces, mi instinto llam la magia y el aire la empuj lejos de m golpendola duro, contar la pared. Se qued perpleja, y yo sin aliento, horrorizada por la brutalidad de lo que haba hecho sin siquiera pensar. Yo estaba transformndome a misma en la hija de mi padre. -Ests bien? - pregunt, avanzando hacia ella cuando no se movi. Ella se alej de m, lo que yo esperaba que significara que no haba una conmocin cerebral. -Esto no ha terminado. Nunca te perdonar por quitrmelo! Voy a hacerte pagar por eso. Es mo. Entiendes? Mo. Eso fue seguido por varias declaraciones de odio e insultos sobre lo mucho que me odiaba y se asegurara de que yo fuera destruida. Pero se mantuvo a una distancia, por lo tanto, al parecer mi breve perodo de violencia haba hecho algo bueno. Despus de un rato, sin paciencia, la dej sola y fui para mi cuarto. Cerr la puerta, pero an la poda orla hablar. Recordando lo que dijo Rurik, sobre de que saliera y hablara con las personas que podran morir por m, trat de distraerme de Ysabel mirando el cuarto ms de cerca. Pens que probablemente debera usar algo Gentry, y Nia me haba mantenido bien surtida. La chispa se encendi de nuevo en m, esa necesidad de venganza en contra de Leith y demostrar que Katrice no poda jugar con nosotros. Quera probarme como una lder fuerte para los que estaban aqu. Yo eleg un vestido azul de seda que pareca apropiado cuando los gritos de Ysabel finalmente pararon. Con un suspiro de alivio, empec a ponerme el vestido sobre una silla, y vi lo que estaba fuera de una pequea ventana. Haba un ejrcito all. De inmediato me alej, tratando de bloquear el mar de rostros que haba visto afuera. Solt al traje con una sensacin de mareo. La realidad de todo me golpe, y de nuevo me sent impotente y fuera de casa. Un golpe fuerte son en la puerta, rompiendo momentneamente mi pnico. La ira es una emocin fcil de llevar, corr y abr la puerta con fuerza. -Mira, dije que no hay nada que yo pueda hacer al respecto -Me detuve. Ysabel no estaba fuera de mi puerta. Era Dorian.

Captulo 28
-Oh,-dije a duras penas, apartndome para que l pudiera entrar. -Pens que era otra persona. -Una persona con un vestido de terciopelo gritando con la parte superior de sus pulmones?- Pregunt. l me pas, con aquella gracia suya, y me di cuenta que tuvo cuidado de mantener una sana distancia entre nosotros, sin ninguna peticin ma, como si sospechara mi aversin al tacto. -Algo as. -Cerr la puerta. Se encogi de hombros y encuentr el vino en la habitacin. -Ella no vendr ms a molestarte, -dijo, y se sirvi una copa. -La estoy enviando para su casa. -S, ella me dijo. Sabes, me siento un poco mal por ella. -Para,-orden. -Ella no es tu preocupacin. Ella no debera haber tenido expectativas acerca de su relacin conmigo. -S, bueno, las tuvo. -Una vez ms, una persona enojada no es tu problema, no con todo lo que est sucediendo. -Frunc el ceo. -Supongo que no, aunque ciertamente parece que mucha gente est enojada conmigo oh! Dios. Me olvidaba. Tienes a Volusian? -Dorian estaba ajustando su espada y capa hacia abajo. No pareci feliz con la pregunta -S... Yo lo vincul. -Yo puedo... me lo puedes devolver? -l me mir. -Ests segura de que es lo que quieres? Sera mejor si juntos lo expulsramos. Dud, recordando las manos de Volusian en mi garganta y sabiendo lo que sucedera si perdiera el control otra vez. Pero sin embargo, no lo hara. Permanecera fuerte, y lo necesitaba para lo que estaba por venir.

-S,-dije con firmeza.-Lo quiero de vuelta. -Dorian se encogi de hombros. -Entonces lo llamar ms tarde. No vamos echar a perder el tiempo todava. l es bastante deprimente, t lo sabes. -Dorian camin hacia la ventana y se agach, recogiendo el vestido que yo haba tirado.-Es hermoso. -Me lo iba a poner, pero... pero...-Tragu saliva y asent con la cabeza hacia la ventana.-Hay un, eh, un ejrcito ah fuera. -Con mucho cuidado puso el vestido en la silla y mir por la ventana. -S, s, lo hay. El tuyo y el mo. Bueno, parte de ellos. -No puedo creer que esto ocurriera. -Ocultarlos no har que desaparezcan. -Tena la esperanza que as fuera. -No dijo nada, pero me dio una mirada llena de expectativa. Algo me atrajo en eso, y preparndome, me acerqu a la ventana, mirando al batalln en la arena inmensa en la parte posterior del castillo. Haba muchos ms de lo que esperaba, y esto era supuestamente slo una parte del nmero de soldados que luchara por Katrice. Mi pequeo ejrcito con sus trajes incompatibles se destacaba en primer plan de formacin. Los "Reservas" de Dorian estaban a su lado, mucho mejor vestidos con camisas de un verde profundo bajo su armadura de cuero y emblemas de oro en forma de roble. Tantos... y otra vez, no era todava toda la fuerza. Ms soldados se uniran a l, y luego mis nmeros creceran cuando el llamado pasara por sus tierras, cuando fuera a Highmore si existo. -Todo esto -dije, -todo esto por culpa de una cadena de decisiones. Rechac a Leith, l me secuestr, t... -No pude terminar la frase, pero tanto Dorian como yo sabamos lo que iba a decir. -Te arrepientes? -Pregunt. -De lo qu hice?- Pareca seguro y fresco como siempre, pero jurara que haba una pequea nota de miedo en su voz, temor de que hubiera hecho algo que yo no quera. Las palabras de Kiyo acerca de cmo lamentara todo regres a m, y me pregunt si realmente vala la pena, todos estos hombres y mujeres que podran morir... para qu? Por mi honor? Mi venganza? Todava poda responder a este mensaje de Katrice, decirle que me casara con su sobrino y hacer la paz...

Un nudo se form en mi estmago y saba que no haba opcin. Nunca podra estar con alguien de esa familia, no sin pensar en Leith, en sus manos y su cuerpo. Nunca permitira que ella ni nadie pensaran que podran utilizarnos a m o mi pueblo. Despus de todo, Leith no se haba aprovechado solo de m. Las chicas haban sufrido tambin. Yo era la protectora de mi pueblo. Yo era tanto la Reina Thorn como la Tierra Thorn. La imagen de Dorian clavando su espada en el cuerpo de Leith vino a mi mente. Probablemente debera encontrarla aterradora. En cambio, ella me trajo... paz. -No.-Me volte y mir directamente a los ojos de Dorian. -No me arrepiento. Yo... Me alegra que t lo hayas hecho. -Mi voz vacil un poco.-Estoy tan feliz de que t lo hayas hecho. Su rostro se transform de alguna manera, con una especie de luz, de sorpresa. Creo que l estaba tan acostumbrado a mi estilo, a mi manera humana de ser racional y misericordiosa... Bueno, creo que l se prepar durante mucho tiempo para enfrentar mi ira. Mis primeras sospechas acerca de la preocupacin en su voz fueron correctas. Es probable que esperaba una reaccin similar a cuando l me entreg la Tierra Thorn. La expresin de su rostro me dej aturdida y confusa. Volv a mirar a la ventana y admit:

-Pero yo... yo tengo miedo. No quiero liderar una guerra. Lo siento, yo no s cmo. -Dorian se acerc a m lado, con cuidando de mantener una distancia entre nosotros. -Est en tu sangre, -dijo.-El Rey Storm fue el ms grande estratega en siglos. -No soy l. No quiero ser como l.-Una voz sombra habl en mi cabeza: Pero t te nombraste a ti misma la Reina Storm, segn Kiyo -Puedes haber heredado su genio sin su crueldad,-dijo Dorian. -Supongo, pero an as... todava no s qu hacer. Me ayudas? -Nos volvimos a mirar el uno al otro y otra vez, su rostro pareca iluminarse con una luz interior. -Por supuesto. No eres la nica que Katrice est correteando. Yo soy el que mat al infeliz, recuerdas? -La luz disminuy un poco de su cara con la referencia a Leith. Se inclin hacia m, con los ojos intensos. -Lo hara mil veces si pudiera. Con guerra o sin ella. -Esa seriedad en su voz, esa ferocidad, envi un escalofro por mi espina dorsal.

-T slo dices esto porque todava no hemos ido a la guerra. T no sabes lo que suceder. -Ah, Eugenie. S lo s. Seremos victoriosos, t y yo. Somos los monarcas ms fuertes de este mundo. Katrice sabe esto, pero est cegada por el dolor y la ira. T y yo llevaremos este ejrcito, y vamos a conquistar la Tierra Rowan. Vamos a dividirla entre nosotros, y agregarla a nuestros propios reinos... y entonces, podremos ir a cualquier parte. Podramos gobernar la mitad de este mundo, juntos o todo este mundo, t y yo. Reino tras reino como nos corresponde a nosotros... Lo mir, casi atrapada en su visin. La aprehensin que haba estado llevando empez a aumentar a medida que nos imaginaba destruyendo las fuerzas de ella y yo convocando las tormentas que sacudiran el mundo. Me re con inquietud, preocupada acerca de cmo mis pensamientos se haban ido. -Un reino es suficiente, -dije, con la parte humana ma bajndome de las nubes y regresndome a la Tierra. -Lo dices ahora, pero te lo digo, que est en tu sangre.- Me miraba intensamente y sus ojos llenos de entusiasmo parecan ser de todos los matices de verde y dorado del mundo. Me hund en ellos. Me sent bonita en ellos. Como una diosa. -Eugenie, t sers una reina guerrera como nadie ha visto jams. Tu nombre vivir an cuando el del Rey Storm sea solamente polvo. T guiars a tus ejrcitos, poderosa, valiente y hermosa. La guerra de Katrice es una batalla, pero t acabars con ella bajo tu bota. Tuve un momento de desorientacin, recordando entonces una visin que tuve en el Submundo. Mi alma haba buscado a Kiyo, pero era a Dorian que haba visto en un estado de sueo, dos de nosotros parados sobre un acantilado delante de los ejrcitos, los dos radiantes y majestuosos. Haba un beb en mis brazos y una corona sobre mi cabeza. Yo nunca se lo dije a nadie. Haba sido una prueba, no una visin del futuro. Tratando de mantener las cosas claras con Dorian, le pregunt: -A dnde vas a estar en todo esto? De alguna manera no creo que t estars al acecho en las sombras. -Eugenie querida -dijo, dndome la espalda, galante e irreverente,-siempre sospechando de motivos ocultos.- l se recost, dando un aire digno.-Yo, por supuesto, estar a tu lado. -Me ech a rer. Dorian siempre ser Dorian. -Compartiendo la gloria y el poder, sin lugar a dudas.

-Un poco, ciertamente. -Su alegra desapareci, y l se puso serio, una vez ms. Pero tambin estar all para mantenerte a salvo. Cualquier batalla en que ests implicada, tanto si eliges conquistar este mundo o sencillamente volver a exorcizar fantasmas... Lo qu ocurri con Leith, nunca ms va a suceder. No mientras yo viva. Te lo juro. Siempre te mantendr a salvo. -l se movi ms todava hacia delante, pero con cuidado de no tocarme. Sin embargo, la vehemencia de su voz era tan fuerte que era prcticamente tangible. -Siempre. Mi sonrisa desapareci. Lo estudi durante mucho tiempo y me di cuenta de que yo crea en l. Kiyo me haba fallado. Dorian no me defraudara. Y entonces me di cuenta de que haba sido una idiota por seguir tratando de alejarme de Dorian. Yo confiaba completamente en los motivos de l? No. Pero confiaba en l para protegerme. Me di cuenta poco antes de mi secuestro que lo quera tanto a l como a Kiyo, yo los amaba de la misma manera que mi sangre y mi alma se separaban en dos. Las dos mitades de mi naturaleza iran siempre a pelear una con la otra. Y ahora, no necesitaba de la cauta mitad humana, que iba buscar la paz racionalmente. Necesitaba de la parte que no tena miedo de liberar el poder que tena, de seguir haca adelante sin ninguna restriccin. Ahora necesitaba a Dorian. Sera su amor que me permitira ser fuerte y valiente con lo que iba a venir. Poco a poco, vacilando, extend la mano y agarr la suya. Fue colosal. Creo que l saba lo que era, tambin. Yo no haba estado en condiciones de soportar que nadie, excepto mi madre, me tocara en las dos ltimas semanas. Desde luego, no haba sido capaz de hacer frente a que cualquier hombre hiciera eso. Sus ojos se abrieron un poco a mi contacto, y me di cuenta de que estaba conteniendo la respiracin, con miedo por m. Sostuve su mano, sintiendo su calor y sus dedos largos y suaves. Haba tanto poder en la conexin con otra persona, con tener una proximidad fsica. Con el mismo cuidado que yo us para tocarlo, mov su mano para que reposara en mi cadera y di un paso adelante. Dorian trag, y por primera vez desde que lo conoc, pareca tmido. -Eugenie. Presion un dedo en sus labios y me puse de puntillas para besarlo. Su boca se abri al instante a m, caliente y con ganas. Empuj ms cerca de l, pero cuando puse el otro brazo de l se alej suavemente. Poda sentir y ver su deseo, pero neg con la cabeza. -No, no... Es demasiado pronto...

-Yo soy la que decidir si es demasiado pronto.- Lo bes otra vez, con ms fuerza, y me sorprend de lo rpido que la lujuria quem a travs de mi cuerpo. A pesar de lo que acababa de decir, haba credo hasta ese momento que nunca ms iba querer a otro hombre. Pero estar cerca de Dorian sintiendo esa electricidad y ese poder crepitar entre nosotros... trajo de regreso un antiguo deseo que estuve combatiendo hace poco, la pasin que casi me hizo ceder en esa pequea aldea, cuando yo todava estaba comprometida con Kiyo... Pero ya no tena un compromiso. Correspondi a mi beso con la misma intensidad, con las manos corriendo por mi cadera. La pasin se estaba apoderando de l, estaba empezando a perderse en ella. As como antes, una parte razonable de l lo hizo volver a la realidad una vez ms. Creo que el mundo se sorprendera al saber que el Rey Oak tena conciencia. Se alej nuevamente, pero esta vez no le dej hablar. -Quieres que mi relacin ms reciente sea con l? -Pregunt. -Quieres que el recuerdo que lleve conmigo de la ltima vez que tuve sexo sea con Leith? Mov mis dedos a los botones de mi camisa de algodn de manga larga y los abr todos. Tomando sus manos, las lleve a mi pecho, tirando la camisa lejos y hacindolo tocar mis senos. Todava llevaba puesto mi sostn, y sus manos estaban calientes donde me acariciaba la piel desnuda. -Transforma esto en mi recuerdo, -dije con voz ronca, con un poco ms de autoridad de lo que pretenda. -Hazlo que sea inolvidable. Haz que sea lo que creo que es cuando pienso en sexo. Termina lo que comenzaste ese da... Sus manos ya no necesitaban de mi permiso. Me tocaba el pecho, sus dedos bailaban alrededor de mis pezones. Al mismo tiempo, me empuj a la cama, acostndome sobre mi espalda. Su boca me aplast con un beso, y luego sus labios se movan de mi cuello hasta mi pecho, colocando un pezn en la boca. Chup suavemente al principio, la lengua yendo de ida y vuelta, pero luego sus labios se volvieron ms urgentes. Sus dientes me mordan mientras sus manos se deslizaron a mis pantalones vaqueros. Despus de que l estaba en el piso, se sent un momento, examinndome y tambin a toda mi piel desnuda ante l. No tenerlo tocndome era una agona, y me estir, aflojando el cinturn florido de sus pantalones. Se apart de la cama, se par para poder quitarse sus pantalones. Su camisa fue la siguiente, y entonces l se qued desnudo delante de m para mi inspeccin. Aqul perfecto Dios de mrmol como lo haba sido antes. Mirando sobre la delgadez de sus msculos, lo fuerte y duro que era, yo sent a mi cuerpo responder con urgencia. Una vez me quej con Kiyo sobre los juegos previos, pero

ahora, no quera ninguno con Dorian, aunque no tena duda de que l me habra dado horas de ellos, los ejrcitos que se jodan. -No tardes,-le rogu, mientras bajaba mi ropa interior hasta mis caderas.-No tardes. l tom las bragas y tir el resto del camino. Pens que iba a unirse a m en la cama, pero l permaneci de pie. Me agarr los tobillos y tir de m hacia l, hasta que mi culo estaba al borde de la cama. Todava sostenindome por mis tobillos, levant mis piernas hasta que ellas estuvieran casi en lnea recta en el aire, casi apoyadas en sus hombros. Luego se inclin hacia adelante y empuj dentro de m, gimiendo por el calor y la humedad que encontr all. Puse mis manos sobre mi cabeza, arqueando mi cuerpo para ver como l entraba y sala. Sus ojos estaban puestos en m, absorbiendo cada parte de m. Haba algo especial sobre el sexo durante ese da, especialmente con l parado sobre m para que ambos pudiramos vernos uno al otro. No haba como ocultarse. Todo estaba expuesto. Vulnerable. Es fcil sentirse inseguro en tales momentos, pero no me senta, no con la forma en que me miraba, no slo con lujuria, pero con reverencia y adoracin tambin. l se hundi en m una y otra vez, con fuerza y furia sin ser doloroso. Era tan diferente de lo que haba sucedido en la casa de Art que yo percib que nada all se podra considerar como sexo. Tener a Dorian dentro de m era bueno y se senta bien. Mi cuerpo estaba lleno de necesidad, y l pareca fuego donde se mova entre mis muslos. Este calor creci dentro de m, y sent una chispa de placer hacindose cada vez ms fuerte, impulsado con cada embestida. Grit, sintiendo mi cuerpo al borde del orgasmo, y cuando lleg, fue como una explosin de m, del mundo... puro xtasis y alegra explot entre mis piernas hasta la punta de los dedos de los pies. Me solt mis piernas estiradas en la cama y luego se acost sobre m, nunca rompiendo el ritmo. Entre tanto, estoc con ms fuerza mientras se acercaba a su propio orgasmo. Esa gloriosa cabellera pas por mi rostro, y cruc mis brazos alrededor de su cuello, colgando mis dedos en los hilos de seda. Sus propios brazos estaban envueltos alrededor de mi cuerpo, acercndome como un capullo, mientras que sus caderas se movan con ms fuerza. Luego exclam en voz alta, palabras que no tenan ningn sentido real, y apret su cara contra mi cuello mientras se corra, su cuerpo derramndose sobre m. Lo abrac mientras l respiraba fuertemente contra mi cuello, su corazn acelerado. Pasaron los minutos, y su cuerpo finalmente se calm, aunque segu agarrndolo. Por ltimo, sin salir de mi abrazo, levant la cabeza y quit el cabello de mi cara.

-Te lo dije, Eugenie. Te dije que el mundo renacera cuando estuviramos juntos. l va a renacer, y vamos a conquistarlo todo...-Acarici sus labios con los dedos. -No te dejes llevar. A penas estamos resolviendo un rencor aqu. La mirada en sus ojos me dijo que crea que mucho iba salir de aqu, pero l sabiamente, no dijo nada. Rodando, se instal a mi lado en las mantas, y los dos nos quedamos all acostados, nuestros lados entrelazados. -Supongo -dije por fin, -que debo ir hablar con toda esa gente ah afuera ya que van a arriesgar su vida por mi honor. -Es algo ms que tu honor, -dijo. -Es la tierra tambin. T eres la tierra, y cuando te vean, van a luchar por ti felices. -Me sent, mis ojos cayeron sobre el vestido de seda. -Creo que tengo que tomar parte. Lstima que no haya una corona.-Dorian se sent tambin. -No la hay? Se acerc a la mesa en la que haba colocado su espada y manto cuando entr. Yo estaba demasiado distrada para notarlo en el momento, pero tambin haba un pequeo paquete. l lo trajo a m, y me encontr conteniendo la respiracin. De repente supe lo que era, y tena miedo. -Cul es el problema?-Me pregunt, cuando l me lo dio y no lo agarr. -Yo... tuve un sueo. No poda explicar la visin del Submundo para l, que estbamos juntos en una colina. Cuando estbamos all, yo haba aceptado la corona del Rey Storm, o, bien, la versin femenina de la misma, y fue entonces cuando me encontr mirando hacia abajo a todos aquellos soldados que esperaban para luchar por m. -Qu clase de sueo? -Es difcil de explicar.

Sin esperarme, Dorian abri el paquete l mismo. Mi corazn se sacudi mientras me preparaba para, un trabajo elaborado de platino, cargado con amatista y... Pero no fue as. La corona que tena era muy, muy delicada. Vacilante la cog y estudi todos los detalles. Haba rosas pequeas grabadas en ella, rosas con muchas espinas. Pequeas esmeraldas, nada muy grande, estaban esparcidas entre las hojas de oro. Ella no recordaba para nada a la corona del Rey Storm. -Ella es obra de Girard,- dije con seguridad. -S- asinti Dorian, deslizando un dedo por mi brazo desnudo. Pareca aliviado de que haba recogido la corona. -T no eres la nica que puede encargar proyectos. -Pero l trabaja para Katrice. -Ya no es as. Recuerdas el da que lo conociste? Te dije que era un oportunista. El rod los dados y decidi que somos el mejor lado con quin aliarse, que por supuesto lo somos. Ser muy til para las armas, creo. Mis ojos an estaban en la corona y en su belleza. No podra explicar el alivio que sent por no ser de ningn modo parecida a la corona de mi visin. Vacilante, me levant y la puse encima de mi cabeza. Mir a Dorian para su confirmacin. -Cmo me queda? -l sonri, extendiendo su mano para enderezar y acomodar mi pelo levemente. -Velo por ti misma. Me levant de la cama, me acerqu al espejo de cuerpo entero y mir. Estaba todava desnuda, toda aquella plida piel contrastando con m cabello rojo y con el brillo de la corona. Mi pelo no tena el rubio que el de Jasmine tena, pero tena reflejos dorados ocasionales, y la corona hizo esos reflejos brillasen mientras descansaban en mis hombros. Las esmeraldas eran sutiles, nada ostentosa, pero con color suficiente como para poner de relieve mi pelo y ojos. -Entonces, qu te parece?-pregunt Dorian. Me qued mirndolo, an tendido en la cama y observndome con expresin divertida. Me volv hacia el espejo, estudindome desnuda, coronada. Sonre.

-Creo que se ve bien en m.

FIN!!!!!!!!!

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