El Valor de La No-Violencia. Monografía.
El Valor de La No-Violencia. Monografía.
El Valor de La No-Violencia. Monografía.
EL VALOR DE LA NO VIOLENCIA.
Monografa de la unidad curricular Metodologa de la Investigacin Documental.
ESQUEMA DE CONTENIDO 1. Qu es la No-Violencia? 2. No- Violencia Activa. 2.1. Por qu la no-violencia? 2.2. Qu es la no-violencia? 2.3. Por qu los derechos humanos? 2.4. Qu es la No- Violencia? 2.5. Los grandes momentos de la lucha no-violenta en el siglo XX. 3. Principios de la No- Violencia. 4. Reflexiones sobre la no-violencia de Gandhi. 5. No-violencia, desobediencia civil y ejemplaridad. (Una aproximacin al pensamiento tico-poltico de M. Gandhi) 5.1. Ahimsa. La no-violencia como conviccin. 5.2. No-Violencia y prudencia. 6. La no violencia como filosofa y como estrategia 7. No violencia y educacin. Si quieres ser no-violento 8. La no violencia en el pas de la cachapa 9. La no violencia comienza contigo mismo 10. No-violencia: Martin Luther King Jr. y los derechos civiles
NDICE DE REFERENCIA
La no-violencia se sustenta en el valor tico superior, centro de todos los otros valores: el Amor a la Vida, o Biofilia (Fromm). Por eso nos propone y exige un conjunto de formas de relacin del ser humano: 1. Consigo mismo: a partir de un amor propio firme, sostenido en el auto respeto y autoestima adecuada, que permite a cada uno reconocerse como un ser diferente, dotado de dignidad inalienable y de derechos y deberes humanos bsicos. 2. Con los otros seres humanos: reconocerlos como seres tan valiosos y respetables como uno mismo, merecedores de que se reverencien sus diferencias, caractersticas y sus derechos inalienables. La relacin con los otros se cimenta en la tolerancia, el respeto, la apertura mental, la celebracin de la diferencias, la negociacin pacfica de las controversias. 3. Con la Naturaleza: asumir la defensa activa de todo lo viviente, y promover en los hechos la preservacin equilibrada del entorno natural, fuente material de la vida de todos. 4. Con el Universo: comprender que hay una mente universal, una realidad espiritual que es la fuente de la vida de todos, una realidad sagrada que nos causa y nos envuelve, y constituye la fuerza misma de la vida, a la que cada pueblo le da nombres distintos. En esas cuatro dimensiones se enraza la paz entendida como camino de relacin con uno mismo y con todo lo viviente, lo cual exige practicar procedimientos y recursos de solucin negociada, pacfica, creativa y serena de toda clase de conflictos: personales, interpersonales, familiares, locales,
nacionales internacionales y mundiales. La no- violencia cree en el poder constructivo del amor a la vida y de la sinergia, es decir de la colaboracin de los distintos en metas superiores que convienen a la humanidad y a la naturaleza, aprovechando la diversidad de talentos, capacidades recursos y potencialidades de cada quien, para obtener logros colectivos superiores. La no- violencia cuestiona activamente toda forma de injusticia, opresin, abuso y violencia, y cree firmemente que en el camino de solucin de los conflictos, es necesario y posible transformar al adversario en compaero de camino, en vez de verlo como enemigo. Puede sonar muy utpica la no- violencia, en medio de una humanidad tan proclive a todas las formas posible de violencia y de destruccin mutua que son el pan de cada da. Pero grandes eventos histricos nos demuestran que no solo es posible y realizable, sino que constituye el nico camino de transformacin social que vale la pena intentar, porque arroja los mejores resultados, y provoca la menor cantidad de heridas. La gran diferencia entre la no-violencia y las revoluciones que usan la fuerza de las armas y el odio como recursos de cambio social y poltico, radica en una forma de transformacin evolutiva, no destructiva, que repudia toda forma de violencia: armada, fsica, poltica, verbal, psicolgica, etc. Gandhi logr la independencia de la India con este mtodo, siendo el primero en plasmarlo en la dimensin poltico social. Martin Luther King repiti la frmula en la revolucin estadounidense de los derechos civiles. Gorbachov logr el fin de la guerra fra, y el desplome del totalitarismo comunista por la va no- violenta. Mandela alcanz el fin del apartheid en Sudfrica y desde la presidencia unific al pas, cerrando las heridas terribles del racismo, y convoc al perdn, con lo cual evit la guerra civil que se cerna en el horizonte sudafricano. Oscar Arias
pacific la guerra civil centro americana de la dcada de los ochenta, y fren el desangre de aquella regin. Diego Crdovez, ese enorme ecuatoriano, logr en 1988 la paz entre la URSS y Afganistn, enfrentados en una guerra brutal que fue el equivalente sovitico de Vietnam. Estoy convencido de que en el tercer milenio, los nicos cambios sociales adecuados y eficaces que realmente tienen sentido se han de inspirar en la noviolencia. De lo contrario, si fomentamos el odio, el revanchismo, el resentimiento, la amenaza, el abuso y la envidia, solo cosecharemos crispacin social, conflictos ms graves, destruccin y violencia. El Ecuador tiene que aprender el camino de la no- violencia: necesitamos hroes pacificadores, tolerantes, sabios, inspiradores, lderes superiores que curen las grandes heridas sociales y enseen a su pueblo el sendero de la paz y la tolerancia, y no dirigentes abusivos, autoritarios, alharaquientos, mediocres, inmaduros y violentos, que se creen dueos de la verdad y usan el odio como recurso para obtener votos y apoyos, lo cual conduce al suicidio colectivo de las naciones, o por lo menos al fracaso social, econmico y poltico. Chile nos da una pauta de lo que el reencuentro, la unidad nacional y la inteligencia logran, para cambiar las circunstancias adversas. La paz y la noviolencia son el camino que merecemos transitar para construir el pas y la humanidad que soamos.
2.1.
Por qu la no-violencia?
Por dos razones importantes. 1. La lucha social, la promocin de los derechos humanos, la justicia son una exigencia para la conciencia de los hombres y de las mujeres comprometidas con su ser humano. Los caminos escogidos desgraciadamente muchas veces han sido marcados por la violencia; mtodo equivocado como lo ha demostrado la historia. Un camino ms seguro es el de la no-violencia activa. 2. La violencia est presente en lo ms profundo de nuestro ser y debemos extraerla para vivir en paz con los dems y con la naturaleza. 2.2. Qu es la no-violencia? La no-violencia tiene dos vertientes. 1. Vertiente tica que consiste en esta lucha interior para lograr dominar o eliminar las huellas de la violencia que se esconde en nuestro interior. 2. Vertiente poltica que nace en todos los que han desterrado la violencia de sus modales y se encuentran ante la violencia de las personas y de las estructuras. De este descubrimiento doloroso surge la voluntad de una accin poltica que cambie este estado de cosas. 2.3. Por qu los derechos humanos?
La defensa y promocin de los derechos humanos es una lucha permanente contra el anquilosamiento de muchos y se dejan pisotear o se abstienen de actuar ante la injusticia de la que son testigos. Esta lucha puede darse desde el dilogo con el otro que es principio y fin de las acciones no-violentas hasta pasar ante los tribunales, llevar a cabo acciones diplomticas o manifestarse pblicamente. La Comisin de Derechos Humanos tiene una funcin esencial en crear la cultura del respeto a los dems y sus recomendaciones son llamadas de
atencin porque no se ha respetado la dignidad del otro. La filosofa de la no-violencia es un alimento para que la lucha que llevan a cabo las Comisiones de derechos humanos goce de ms opciones para lograr sus objetivos. 2.4. Qu es la no-violencia?
Desde un punto de vista filosfico, la no-violencia es la conciencia de la importancia, del valor y del poder de cada ser humano incluyndose a s mismo. La no-violencia es sobre todo una manera de ser, de actuar en el conflicto: una herramienta que permite construir la armona entre los seres creando en cada uno la dignidad y el respeto profundo del otro. La no-violencia puede ser descrita a travs de sus aspectos estratgicos, tcticas y polticos pero posee igualmente otras dimensiones. En una visin holstica, pasa por la comunicacin, as como por todas las etapas de la experiencia y de las relaciones humanas. Las prcticas no-violentas son utilizadas en el anlisis y la crtica de las cuestiones sociales tales como la pobreza, las desigualdades y la injusticia. La no-violencia tiene por fin social la creacin y el sostenimiento de una sociedad plural: multitnica, multicultural y multiconfesional. Desde un punto de vista educativo, la no-violencia tiene por objetivo permitir al individuo ser autnomo, capaz de afirmar su punto de vista y tomar las iniciativas de acuerdo con los otros. Transmitir y despertar en el individuo los valores de tolerancia, solidaridad y paz, tal es el sentido del acto educativo para que sea dada a cada uno la posibilidad de hacer frente al conflicto de manera positiva, transformndolo. Una de las principales apuestas de la educacin noviolenta es aprender a los seres humanos cmo resolver los conflictos y esto desde la ms tierna edad. (UNESCO, Quest-ce que la non-violence?, 2004, http://portal.unesco.org/education/fr/ev.php-RL_ID=4977&URL_DO_PRINTPAG; En pocas palabras: La no-violencia es una teora holstica y una prctica que rechaza la agresin y la violencia para alcanzar metas o resolver conflictos de una manera constructiva. (Kochiro Matsuura, Director General de la UNESCO en UNESCO, Education Non-violence
Education,2004,http://portal.unesco.org/education/en/ev.phpRL_ID=1261&URL_DO=DO_TOPIC&U) ambas traducciones de Juan Mara Parent. Este boletn nace con la intencin de difundir el contenido moral y poltico de esta opcin de vida que tiene su sostn en una filosofa del hombre y desemboca en acciones concretas hacia la justicia. 2.5. Los grandes momentos de la lucha no-violenta en el siglo XX.
En esta seccin revisaremos a los personajes y sus acciones en pro de la justicia a travs de la no-violencia durante el siglo XX. La revista Alternatives non-violentes en la que nos inspiraremos frecuentemente public el ao antepasado un cuadro en el que aparecen las cien fechas importantes de esta lucha en ese siglo. Recurriremos tambin a la revista Ixtus, publicada en Mxico con este mismo espritu, amn de ser una expresin filosfica y potica del personalismo comunitario, meta del desarrollo poltico y social de nuestro pas. 1893. El reino de los cielos est dentro de Uds. Obra clave de Tolsto que tendr profunda influencia sobre la doctrina de la No-Violencia de Gandhi, entonces joven abogado en frica del Sur.
- Todos tenemos UNA PARTE de la verdad y de la razn. Convertir nuestra verdad en absoluta significa ignorar la verdad de los otros y nos llevar a un conflicto sin solucin. Debemos estar receptivos a la verdad de los dems y reconocerla.
- A menudo las ideas y razonamientos constituyen tapaderas de deseos e intereses. Debemos ser rigurosos y crticos con nosotros mismos para descubrir qu parte de lo que defendemos es objetivamente defendible, y renunciar a lo que no lo es. - Las acciones pueden no ser respetables, pero las personas siempre son merecedoras de RESPETO, con independencia de su conducta. - El mal y la destruccin del otro NUNCA se pueden aceptar ni como fin ni como medio, son incompatibles con el respeto a la persona. - Los fines no justifican los medios; de un mal medio nunca puede obtenerse un bien estable. - La violencia genera violencia; adems de inaceptable constituye una manera absurda y siempre provisional de resolver los conflictos. Con la violencia gana el ms fuerte, no el ms justo. - La eficacia inmediata es un bien, pero no el ms importante. La tica debe prevalecer sobre la eficacia. Solo as nuestra accin resultar eficaz a largo plazo. - La nica solucin a un conflicto es la reconciliacin y el acuerdo del que
se deriven consecuencias positivas para todos. La no-violencia es una actitud positiva de oposicin al mal y a la injusticia, utilizando la fuerza de la Verdad, la Justicia y el Amor, armas con las que el noviolento enfrenta la fuerza de la razn a la razn de la fuerza.
1. El primer principio de la accin no violenta consiste en no cooperar con cualquier cosa que sea humillante. 2. Los responsables de nuestra sujecin no son tanto los fusiles britnicos como nuestra colaboracin voluntaria. 3. Una revolucin no violenta no es un programa para la toma del poder. Es un programa para la transformacin de las relaciones, de modo tal que se desemboca en una transferencia pacfica del poder. 4. Los hombres se encuentran ante una encrucijada: tienen que elegir entre la ley de la jungla y la ley de la humanidad. 5. La no violencia es la fuerza ms grande que la humanidad tiene a su alcance. Es ms poderosa que el arma ms destructiva inventada por el hombre. La destruccin no corresponde en nada a la ley de los hombres. Vivir libre es estar dispuesto a morir, si es preciso, a manos del prjimo, pero nunca a darle la muerte. Sea cual fuere el motivo, todo homicidio y todo atentado contra la persona es un crimen contra la humanidad. 6. S que el progreso de la no violencia es aparentemente un progreso muy lento. Pero la experiencia me ha enseado que es el camino ms acertado para una meta comn.
7. Es injusto todo orden econmico que ignore o que desprecie los valores morales. El hecho de extender la ley de la no violencia al terreno de la economa significa nada menos que considerar los valores morales en la fijacin de las reglas del comercio internacional. 8. Adoptar el principio de la no violencia obliga a separarse de toda forma de explotacin. 9. No hay ninguna valenta mayor que la de negarse hasta el fin a doblar la rodilla ante un poder terrenal, sea cual fuere su grandeza, hacindolo sin agresividad alguna, con la fe cierta en que es el espritu y slo l lo que vive. 10. La humanidad no puede librarse de la violencia ms que por medio de la no violencia. Slo el amor es capaz de vencer al odio. Responder al odio con el odio equivale a agravar ms todava sus efectos. 11. La no violencia es la ley de nuestra especie, por la misma razn que la violencia es la ley de los brutos. En el hombre brutal todava no se ha despertado el espritu: no conoce ms ley que la fuerza fsica. La dignidad humana exige que el hombre se refiera a una ley superior que haga vibrar la fuerza del espritu. 12. No se puede ser genuinamente no violento y permanecer pasivo ante las injusticias sociales.
El valor de la No-Violencia. 5. No-violencia, desobediencia civil y ejemplaridad. (Una aproximacin al pensamiento tico-poltico de M. Gandhi
Alicia Mara de Mingo Rodrguez (2010). No-violencia, desobediencia civil y ejemplaridad. (una aproximacin al pensamiento tico poltico de M. Gandhi). [Artculo en lnea] Disponible en: http://www.ugr.es/~revpaz/articulos/Noviolencia_desobediencia_civil_y_ejemplaridad.html [Consulta 2013, Mayo 22]
5.1.
la abogaca que utiliza diestramente una sibilina estrategia para extraer algn rendimiento poltico, aprovechando con acierto incluso los materiales culturales y religiosos que encuentra en su entorno. Tal sospecha resulta absolutamente defraudada conforme se va desplegando su proceder y se atiende a las razones con que avala su modo de pensar y obrar. Se descubrira, entonces, que la propuesta de Ahimsa defendida por Gandhi hunde sus races, indudablemente, en una espiritualidad y una religiosidad sin las cuales no se habra introducido en los senderos prcticos con semejante conviccin (y de nuevo cobra vigencia, al menos en cierto modo, el giro epistemolgico).Es su pasin por la verdad la que si hemos de creer sus propias palabras- gua todo su esfuerzo, conducindole a identificar la verdad como absoluto con Dios, en la que podra ser su nica o al menos su mxima afirmacin metafsica, de la que se desprende toda una concepcin del mundo y del hombre. En tal sentido, la verdad no habra de ser entendida, para Gandhi, como una abstraccin, sino que debera ser identificada con la vida, que nos sobrepasa y no comprendemos, al tiempo que es tambin nuestra propia vida y la de los seres que nos rodean, siendo el hombre, como manifestacin suprema de la vida, responsable de ella. Puede entenderse, entonces, que se apela a un hombre que se debe al Absoluto, pero no de modo pasivo, sino radicalmente activo, en tanto que es libre y responsable, y al que esta metafsica va a impulsar a una moral resumible en la noviolencia entendida como Ahimsa, palabra extrada del Gita, libro sagrado hind.Ahimsa como respeto a la vida, pero todava ms profundamente, como amor universal, rasgo en el que coincidira con la perspectiva cristiana a los ojos de Gandhi. Con sus propias palabras: En un sentido positivo, la ahimsa significa un mximo de amor, una caridad perfecta. Si soy noviolento, tengo que amar a mi enemigo []. La ahimsa, para ser eficaz, exige la intrepidez y el respeto a la verdad. En efecto, no se puede temer ni asustar al que se ama. De todos los dones que se nos han hecho, el de la vida es sin duda el ms precioso. El que hace el sacrificio de ese don, desarma toda hostilidad. Abre el camino a la comprensin mutua de los adversarios y a un arreglo honroso del conflicto. Nadie puede hacer de verdad una entrega de ese
tesoro, sin verse libre de todo miedo. Es imposible ser a la vez cobarde y noviolento. Laahimsa es sinnimo de valenta ejemplar (Gandhi, 1975: 136-137). Valenta as pues- para exponer la propia integridad fsica e incluso entregar la vida, y, ms prximamente, valenta para renunciar al egosmo que buscase nuestro propio provecho y la inmediata e irrespetuosa destruccin del enemigo; la bsqueda del bien del enemigo, tanto como del propio bien, se traduce en una renuncia a la injusticia. La lucha por la justicia sin desfallecimiento y sin desnimo ante eventuales objetivos no logrados tomar el nombre de Satyagraha firmeza en la verdad- dando nombre al movimiento gandhiano. No comprenderamos adecuadamente el pensamiento de Gandhi si no consideramos que, al igual que no utiliz la religin con fines exclusivamente polticos, tampoco confundi poltica y religin, puesto que esta ltima apela a la intimidad humana y exige una respuesta personal. Ahora bien, al considerar Gandhi al hombre como unidad, estima que su modo de proceder, tambin poltico, brota de su enraizamiento religioso, del mismo modo que su religiosidad debe tener expresin prctica (noviolencia).
5.2.
No-Violencia y prudencia.
Volviendo a una afirmacin anterior, recordemos que lo que tiene de provocativa la noviolencia es su transgresin de la simetra en la reciprocidad tpica de agresor-agredido. La rplica del agredido que asume la noviolencia sera desmesurada, en la estricta medida en que contraviniese la expectativa del agresor, al que obligara a una violencia creciente, hasta culminar en la muerte, o a cambiar de actitud y tornarse reflexivo. Esta sera una de las crticas que la propuesta gandhiana puede recibir, en tanto que en vez de conseguir una disminucin de la violencia, se provocase su acrecentamiento vertiginoso. As, algunos autores como Rawls matizan que este tipo de estrategia puede tener vigencia en una sociedad casi justa, podramos decir, democrtica (Rawls, 404). En el caso concreto de Gandhi, se dira que tuvo la suerte de toparse con un enemigo civilizado. El enemigo fue, tanto en el caso de Sudfrica como en el de la India, el Imperio ingls. Aquella disimetra que utiliza como arma el pacifista
desobediente civil requiere de la esperanza en un resquicio de justicia, razonabilidad y vergenza -e incluso compasin- en quien detenta el poder. Podr discutirse ampliamente, as pues, si la prctica de esa asimetra e irreciprocidad es efectiva en situaciones extremas de violencia (por ejemplo, pensemos en el campo de exterminio nazi o, imaginmoslo, en el contexto de las masacres genocidas entre hutus y tutsis en Ruanda, en 1994). En 1939, Buber pregunt a Gandhi, cuando ste sugiri que los judios practicasen la resistencia no violenta contra los nazis, si era consciente de lo que significaba el campo de concentracin. Le deca Buber que: cabe combatir la irracionalidad de ciertos seres humanos con una actitud efectiva de noviolencia porque siempre queda un hlito de esperanza de que, paulatinamente, entren en razn; pero uno no puede enfrentarse mansamente a una diablica apisonadora que lo barre todo a su paso. Hay ciertas situaciones en las que del saryagraha de la fuerza espiritual no emana un satyagraha de la potencia de la verdad. La palabra "mrtir" significa testigo, pero si no existen hombres quin va a dar testimonio? (Casado da Rocha, 2001: 49). En tal sentido, por ejemplo, George Orwell, que reconoci la nobleza y valenta de la actitud de Gandhi en tanto no rehua enfrentarse al mal y a la injusticiaaunque la consideraba inhumana, crea, sin embargo, que Gandhi no lleg a comprender la naturaleza del totalitarismo porque su experiencia negociadora se limit al gobierno britnico; en su opinin, la suerte de la satyagraha en la Rusia de Stalin o en la Alemania de Hitler habra sido bastante diferente. Aunque tambin existe el contraejemplo de la resistencia danesa contra los nazis, que tuvo xito utilizando la desobediencia civil y la resistencia no violenta (Casado da Rocha, 2001: 50)[14]. Adems, con la amenaza de la guerra nuclear reconoce que la estrategia gandhiana adquirira un nuevo valor. En todo caso, y para no confundir prudencia con actitudes pusilnimes, adems de ratificar la no-debilidad de la noviolencia que ya habamos comentando-, Gandhi no oculta su abominacin de la cobarda. E incluso desmonta esa asociacin de conceptos con afirmaciones que nos hacen pensar sobre las circunstancias en las que la adhesin a la noviolencia nos propondra difciles
dilemas, afirmaciones como, por ejemplo, la siguiente: no tengo ningn reparo en decir que, cuando slo es posible elegir entre la cobarda y la violencia, hay que decidirse por la solucin violenta (Gandhi, 1975: 151). Resulta claro que Gandhi est refirindose a circunstancias en las que se tratase de obrar a favor de otro y slo cupiese decidir entre defenderse o huir. Desde su perspectiva, habra que optar por no abandonar al dbil a su suerte, so pretexto de una presunta actitud de noviolencia -probablemente se estara recurriendo a una excusa para ocultar la propia cobarda. Gandhi recuerda cmo en cierta ocasin: Los hombres de una aldea cerca de Bettia me dijeron que haban emprendido la huda mientras que la polica saqueaba sus casas y molestaba a sus mujeres. Cuando aadieron que haban obrado de ese modo porque yo les haba aconsejado que no fueran violentos, experiment tanta vergenza que no tuve ms remedio que bajar la cabeza. Tuve que demostrarles que no era aquel el sentido de la noviolencia. Hubiera preferido ver cmo se situaban de escudo entre los ms fuertes que proferan sus amenazas y los ms dbiles a los que tenan que proteger. Sin el menor espritu de venganza, deberan haber tomado sobre s mismos los sufrimientos del combate, dispuestos a hacerse matar, sin huir jams ante el huracn. Haba cierto coraje en la defensa por la espada de los bienes, del honor y de la religin. Todava habra sido ms noble asegurar su defensa sin devolver mal por mal. Pero era indigno, anormal y deshonroso abandonar el puesto y, por salvar la piel, dejarlo todo en manos de los malhechores. A los que saben morir s muy bien cmo hay que ensearles el camino de la ahimsa. Pero me parece imposible hacerlo con los que tienen miedo a la muerte (Gandhi, 1975: 148). Por lo dems, si bien es cierto, tal y como acabamos de mostrar, que Gandhi abominaba de la violencia pero rechazaba por completo la cobarda lo que, llegado el caso, incluso justificara el uso de la violencia -, del mismo modo habra que recordar que en su propuesta de desobediencia civil llegara hasta el extremo de dar la vida. Lo que valora el que supedita la puesta en prctica de la noviolencia a un entorno mnimamente civilizado es la eficacia de dicha prctica con respecto a su xito masivo, lo que, en el caso de Gandhi, no desdice la
El valor de la No-Violencia. 6. La no violencia como filosofa y como estrategia Jean-Marie Muller (2008). La no violencia como filosofa y como estrategia. [Artculo en lnea] Disponible en: http://www.palabracubana.org/2008-02/no-violencia.htm Es necesario reconocer que la no-violencia es extraa a nuestras culturas. Estas han otorgado un amplio lugar a la violencia, mientras que no han otorgado prcticamente ninguno a la no-violencia. La palabra misma de la no-violencia plantea una cuestin a la cual no estamos seguros de saber responder. Para la mayora de nuestros contemporneos la no-violencia es percibida a travs de confusiones y malentendidos y se ve desacreditada antes de que se pueda plantear el debate. Por ello es importante antes que todo superar estos malentendidos y confusiones para establecer el verdadero significado de la noviolencia. En un primer momento har una clarificacin conceptual que nos permita distinguir lo que con frecuencia tenemos el hbito de confundir. Realizar una distincin entre lo que es el conflicto, la agresividad, la lucha, la fuerza y lo que en ltimas es la violencia propiamente dicha. La no-violencia Podemos ahora precisar la significacin de la no-violencia. Decir no a la violencia no es negar la violencia. Al contrario, la no-violencia no tiene sus races en un realismo inferior con respecto a la violencia sino en un realismo superior con respecto a ella desde cualquier perspectiva. Se trata de asumir toda la medida de la violencia, de evaluar en toda su dimensin su peso en nuestra propia existencia y en nuestra historia colectiva. Decir no a la violencia optando por la no-violencia es decir no a todas las justificaciones y a todas las legitimaciones que hacen de la violencia un derecho del hombre. Lo que caracteriza la cultura de
la violencia no es tanto ella misma como su justificacin. En otros trminos, justificar la violencia es cultivarla y cultivarla es recolectar sus frutos envenenados. Conocemos la historia: es nuestra historia. El hombre es un animal capaz de ejercer la violencia y, ciertamente, el animal capaz de la ms grande crueldad con respecto a sus semejantes. Es hablar mal de los animales afirmar que los hombres violentos se comportan como bestias. La violencia no es parte de la animalidad sino de la inhumanidad, lo que es mucho ms grave. Pero, el hombre es igualmente un animal jurdico. l ha tenido siempre necesidad de justificar su comportamiento tanto con respecto a s mismo como con respecto a los dems. Justificar la violencia es declarar inocente al asesinato. Desde el momento en que la violencia se justifica no existe ningn freno al desarrollo dela misma. sta se convierte en un engranaje puro, en un mecanismo puro. Es lo que vemos en todas las partes donde el proceso de la violencia se engrana: nada puede detenerla. Por ello es vital rechazar todas las construcciones racionales que nos son ofrecidas por las ideologas dominantes para permitirnos justificar nuestras violencias y declararnos inocentes. Fue Gandhi quien nos proporcion el trmino de no-violencia. A comienzos de los aos 20 del siglo pasado tradujo la palabra en Snscrito ahimsa por la palabra en Ingls non-violence. Este trmino est compuesto por el prefijo privativo a y del sustantivo himsa que significa el deseo de violencia que existe en cualquier ser humano. El otro es ante todo quien nos descompone, nos trastorna, nos molesta, quien quiere tomar nuestro lugar. Debemos tomar conciencia de este deseo de violencia que se encuentra en nosotros y que contradice nuestra vocacin hacia la humanidad. Nos corresponde, entonces, dominarlo, amaestrarlo, no rechazarlo. Ser necesario transformarlo, transmutarlo, convertirlo para que su propia energa deje de ser destructiva y se vuelva constructiva La mejor definicin de no-violencia que encontr en los 90 volmenes de las obras completas de Gandhi es: La no-violencia perfecta es la ausencia total de male-volencia con respecto a todo lo que vive. Es importante sealar que Gandhi
proporciona en primer lugar un significado negativo de la no-violencia: ausencia de male-volencia. Esto nos permite suponer que nuestro primer reflejo, nuestra primera reaccin, nuestra primera inclinacin hacia el otro es la male-volencia. Gandhi afirma, justo despus, que la no-violencia se expresa por la bene-volencia con respecto a todo lo que vive, es decir, por la bondad. El hombre es, por lo tanto, invitado a dominar su inclinacin a la male-volencia para hacer prueba de su bene-volencia con respecto al otro, a transformar su hostilidad en hospitalidad...las dos palabras tienen la misma raz etimolgica. La Estrategia de la Accin No-Violenta Esta sabidura no debe conducirnos a retirarnos del mundo para cultivar nuestro jardn interior. Al contrario, debe conducirnos a comprometernos en los conflictos del mundo por la justicia y la libertad. Hacer prueba de benevolencia con respecto a aquellos que sufren una situacin de injusticia, consiste en manifestarles nuestra solidaridad, es estar prestos a actuar en su favor y, cuando la oportunidad lo amerite, realizar con ellos una lucha para que obtengan el reconocimiento de sus derechos. Uno de los principios fundamentales de la estrategia de la accin no-violenta es la bsqueda de medios que sean coherentes con el fin. Es necesario rechazar, de una vez por todas el viejo adagio segn el cual: el fin justifica los medios, lo que quiere decir que un fin justo justifica medios injustos. Otro proverbio expresa mejor la sabidura de las naciones: Quien quiere el fin quiere los medios, con la condicin que lo entendamos correctamente, es decir: Quien quiere un fin justo debe querer medios justos. Mientras, podemos ponernos de acuerdo, bastante rpido, con respecto al fin: No busca todo el mundo el bien de la humanidad, no pretende todo el mundo desear la justicia? La cuestin verdadera es la de los medios. El siglo XX fue dominado por ideologas que afirmaban que la violencia era el medio necesario, legtimo y honorable para actuar en la historia y debemos claramente reconocer, hoy, el fracaso de esas ideologas. La ideologa comunista tena, sin ninguna duda, por fin la construccin de una sociedad donde no
existira ms la explotacin del hombre por el hombre. Desafortunadamente, muy rpido fue evidente que los medios puestos en accin, precisamente los de la violencia, estaban en contradiccin con este fin y que ste era sin cesar alejado hacia maanas que nunca llegaron. Es conveniente conjugar la esperanza en el presente ya que siempre estamos tentados a hacerlo en el futuro. En contraparte, la promesa que expresa la violencia se conjuga siempre en el futuro. Se cuenta la historia de un barbero que haba colocado en su peluquera una pancarta donde se poda leer: Maana afeito gratuitamente, pero, cada maana olvidaba de cambiar la pancarta, de manera que el da de la afeitada gratis era siempre pospuesto para ms tarde y cada da haba que pagarla...Pues bien, creo que los violentos llevan una pancarta del mismo tipo: Maana traeremos la paz y olvidan, igualmente, cada maana, de cambiarla. Y cada da es un da de destruccin y de muerte. La noviolencia quiere conjugar la justicia, la libertad y la dignidad en el presente. Quiere utilizar solamente medios que ya, por s mismos, realicen este fin. La victoria de la no-violencia se encuentra ya en la accin no-violenta, puesto que sta da sentido al presente.
El valor de la No-Violencia. 7. No violencia y educacin. Si quieres ser no-violento Juan Mara Parent Jacquemin (2008). No violencia y educacin. Si quieres ser no-violento. [Artculo en lnea] Disponible en: http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena%2050/Dossier/Parent.html Hacia la no-violencia. Es difcil mencionar la no-violencia sin pensar en las experiencias de resistencia que nos han ofrecido la historia y sus lderes, de Gandhi al Dalai Lama. El debate se sita generalmente en la eficacia y la legitimidad de los modos de accin estrictamente no-violentos, evaluando al mismo tiempo la pertinencia y el valor del principio de no-violencia. Entre principio tico y prcticas polticas olvidamos muy a menudo un factor que ocupa sin embargo un lugar esencial en el nacimiento y la fuerza de las experiencias histricas de la no-violencia: las organizaciones sostienen y permiten estas movilizaciones, las cuales dan a este principio tico una actualizacin en la historia. Algunos lectores aislados de Tolsto o Gandhi no hubiesen podido ofrecer solos la persistencia de la lucha contra el apartheid durante las decenas de aos necesarias para lograr el xito. Se ha requerido del nacimiento de organizaciones que permitan a las personas con convicciones no-violentas compartir, intercambiar, apoyarse mutuamente, formarse, reflexionar, informar y actuar La no-violencia es ante todo una aventura colectiva, vivida en la continuidad ms all de los tiempos fuertes de la movilizacin que le han dado vida (Gamblin, 2005: 1).
Educar en la no-violencia La relacin entre el nio y sus padres se caracteriza por esta nocin de reciprocidad. El nio aprende a sonrer porque el adulto sonre para l. Y la sonrisa "de la madre" es respuesta a la sonrisa del nio que pone a ste en la va de la autonoma en el sentido de que descubre la posibilidad de modificar su entorno. Del mismo modo, el nio alimentado cuando lo solicita, que llama y ve a su madre acercarse, tiene una experiencia social y humanizante. Poco a poco, entender que la iniciativa que toma al llamar es seguida de efectos positivos. Con la confianza en s mismo, desarrollar el gusto por tomar iniciativas (Bayada, 2000: 22). "Si un nio no ha sido educado para las legtimas frustraciones de la vida y si no ha gozado de relaciones enriquecedoras, corre el riesgo de utilizar la violencia como medio de expresin" (Dean, 2005: 13). La capacidad de estar solo. El objeto transicional (cama, oso) que recuerda olores y sensaciones dulces y permite la interiorizacin de la imagen materna dar al nio joven la "capacidad de estar solo". En el encuentro con su padre, el espacio de dilogo y de juego que se crear en ese momento lo distanciar un poco de su madre y lo abrir "al mundo". Con el descubrimiento de su cuerpo y de sus capacidades, con sus manos que atrapan todo lo que est a su alcance, luego el "cuatro patas" que permite desplazarse y finalmente el aprendizaje de la marcha, el nio partir a la conquista de su entorno. Estas nuevas posibilidades le permitirn, si su seguridad de base est suficientemente desarrollada, ir a explorar una habitacin en la que no estn sus padres. As, no se trata ya de un nio muy pequeo a quien se le impone quedarse solo, sino de un "an pequeo" que nos deja solos: "Pueden quedarse ah, tengo algunos armarios por registrar del otro lado!" (Toulemonde, 2000: 24). Una vez que hayamos adquirido la autonoma, lo primero que debemos hacer es eliminar de nosotros mismos todo resto de violencia. Palabras agresivas, gestos amenazantes, miradas destructoras o, si an quedan: destruccin del medio,
golpes, sadismo con las personas o los animales, deseo de matar o de herir. Empezamos por ponernos en un estado de respeto a los seres humanos y a la naturaleza. Es tambin "reducir nuestros deseos a nuestras necesidades y nuestras necesidades al mnimo" (Lanza del Vasto, citado en Ameglio, 1993: 35); poseer slo lo que la mayora de las personas puede tener (el rico debe ser slo un fideicomisario de la comunidad); es decir, lo opuesto a lo que ha resultado del "desarrollismo" (Ameglio, 1993: 43). Una vez conquistado este nuevo estado (habr que luchar continuamente para mantenernos en esta posicin), un nuevo mundo se abrir delante de nuestros ojos y de nuestra conciencia, porque habremos dado la palabra a la violencia (Boeglin, 1998: 75). Empezaremos a ver con mayor nitidez las injusticias que se cometen en torno de nosotros o hacia nosotros mismos, y que soportamos o ignoramos. Frecuentemente, negamos la existencia del conflicto o de la violencia presente. sta es la primera actitud de la mayora. "No hay problema", "no quiero dificultades con mis vecinos", y ocultamos as la injusticia y nos hacemos cmplices de ella. Una segunda respuesta tambin muy comn es recurrir a la violencia. Se abre la espiral de la violencia descrita por Helder Cmara que califica esta accin como la segunda violencia, siendo la primera la injusticia. Habr, segn el mismo Don Helder, una tercera violencia que es la de los autoritarismos polticos, las represiones, la censura y, en muchos casos, la muerte de alguno o varios. La injusticia no atendida, que llamara violencia directa, provoca la violencia de respuesta de quienes sufren esta injusticia o de quienes observan con sensibilidad de justicia social el dao provocado por la injusticia, que tambin puede llamarse violacin a los derechos humanos de las personas. Una tercera manera de comportarse es no hacer nada. Es complemento de la primera actitud. Actuar as o dejar de actuar deja libre al agresor para que siga delinquiendo. Nadie desea que el delincuente siga haciendo sus fechoras, pero preferimos que otros hagan el trabajo de eliminar estos delitos y nos quejamos de
la impunidad que reina en nuestro medio. Queja injustificada si no hemos hecho nada. Todos sabemos que el sistema de justicia es deficiente. Razn complementaria para tomar en nuestras manos la mayor parte de los problemas de injusticia y resolverlos con una nueva estrategia o simplemente con estrategia para quienes nunca han actuado. Recurrir a los tribunales es ciertamente un medio importante que nos hemos dado los ciudadanos al crear el Estado. Este paso implica el recurso obligatorio (en nuestro medio) a los abogados. El proceso se vuelve muy costoso y complicado. En algunos casos la falta de tica o la ignorancia pueden provocar, a falta de pruebas suficientes, que la accin de la justicia se vuelva contra la vctima. Una de las reglas importantes que se conoce en los medios donde se viven los derechos humanos es hacer que las leyes funcionen. Es decir, recurrir a los tribunales cuando sea necesario para que la ley no siga siendo letra muerta. Las leyes estructuran la sociedad, determinan mnimos ticos para la convivencia, son un referente dentro de los usos y costumbres de un pueblo. Para muchos, existe el recurso a las Comisiones de Derechos Humanos. stas no son tribunales, ni deben serlo. Son instancias de cultura. Esto quiere decir que su efecto es lento porque transforma las costumbres, corrige a las personas, mejora los modos de comportamiento. Es importante acercarse a las Comisiones de Derechos Humanos. Su labor es imprescindible para mejorar las condiciones de vida de todos. Pero hay que tener claro que su accin, con base en recomendaciones, acta en un plano moral, no jurdico; sugiere nuevas actitudes y la correccin de quienes no han actuado conforme a la justicia. Estas sugerencias sern tomadas por los superiores de las personas involucradas. Tambin es importante apuntar que el concepto de derechos humanos, muy marcado por la Revolucin Francesa remite a las violaciones que se dan en las relaciones de los funcionarios y servidores pblicos con otras personas que se llaman privadas. No atiende a los problemas laborales, para los cuales hay instancias propias.
Finalmente, queda la llamada "accin directa" o no-violencia activa, que nos ocupa ahora. En pocas palabras la accin no-violenta o la no-violencia activa crea conciencia, crea cultura y se adelanta a los conflictos.
El valor de la No-Violencia. 8. La no violencia en el pas de la cachapa Fausto Mas (2013). La no violencia en el pas de la cachapa. [Artculo en lnea]. Disponible en: http://www.el-nacional.com/fausto_maso/agresion-AN-
Gandhi-Julio-Borges-Luther-King-no-violencia_0_183581704.html En la oposicin algunos hubieran aplaudido que Julio Borges le hubiese dado un silletazo a ese brbaro gordifln, muestra ejemplar de un cierto chavismo y de un personaje siempre presente en Amrica Latina. Un amigo, comindose tranquilamente una cachapa, sentenciaba que si a l fsicamente lo superaba un agresor sala a buscar un revolver; a continuacin se quej de que le haban colocado margarina en vez de mantequilla a la cachapa, y rechaz darle a probar una porcin a un partidario de la no violencia. Los crticos de Julio Borges callan por decencia y por solidaridad, reconocen que la barbarie de la Asamblea acab con la farsa del discurso de amor de Maduro. Nuestros lderes polticos se vanagloriaban de ser arrechos desde Bolvar a Gmez, Betancourt, Leoni o Carlos Andrs; hasta Caldera consideraba pecado mortal no darle un mandarriazo al agresor. La guapera de Chvez no vino de la nada, sigue una tradicin venezolana. Se dir que esos dirigentes con tabaco en la vejiga nos llevaron adonde estamos. Seguro? O nuestra tragedia ha sido que nos han faltado unos cuantos lderes iguales en estos tiempos? La no violencia la emplearon los discpulos den Gandhi y de Martin Luther King, no gente retrechera, indisciplinada y burlona. Sin embargo, la India moderna construy su bomba atmica y resolvi con las armas sus conflictos con China y Pakistn. En Occidente en cambio se popularizaron las enseanzas orientales. Algn diputado chavista se avergonzaba de ese espectculo repugnante, una
Iris Varela dijo que los diputados se merecan esos carajazos. Los que permanecieron en silencio son cmplices cobardes del crimen. El venezolano comn prefiere la respuesta violenta pero rechaza la cayapa, la salvajada, se coloca de parte del dbil, cosa de verdad admirable. Lo ocurrido en la Asamblea le quitara votos a Maduro si hubiera elecciones a la vuelta de la esquina. Su supuesto padre era otra persona en poca electoral, pero amenazaba con meter preso a Rosales despus de las elecciones. La no violencia de Luther King desafiaba el racismo. King encontr la muerte en Alabama, sus seguidores se a enfrentaban policas con perros. Gandhi ordenaba violar las leyes injustas deliberadamente. Gandhi pas mucho tiempo en la crcel; los suyos, en especial los menos conocidos, reciban verdaderas palizas sin alzar los brazos para defenderse, y los mataban de vez en cuando. Los que practican la no violencia acosan al agresor; algo as como si los diputados de la oposicin se hubieran sentado frente a Miraflores con un cartel acusando a Maduro de ordenar esta salvajada. Al inicio de la Revolucin cubana fusilaban a los violentos y a los no violentos. Una gran parte de Amrica Latina y de Europa aplaudi el paredn, lean con entusiasmo al Trotsky del terrorismo y el comunismo, y a Gandhi lo consideraban un fenmeno extico. En la Cuba actual no hay otro camino que seguir las enseanzas de la no violencia. Sirve la no violencia? S, con tal de que sigamos las enseanzas de Cristo hasta el final, es decir la crucifixin. Mi amigo prefiere comer carne y cachapa. Yo tambin. Carne chorreante, bien roja. Podemos estar equivocados, y que haya llegado el momento de cambiar el alma de este pas. Quin sabe. Por ahora marchamos en los lmites del gueto del este, no hacia el centro de Caracas.
El valor de la No-Violencia. 9. La no violencia comienza contigo mismo Sakti Ishaya (2011). La no violencia comienza contigo mismo . [Artculo en lnea]. Disponible mismo.html No hay otro momento mejor que ste para experimentar paz, para ser paz. Lo mejor de todo es que no requiere de un gran esfuerzo convertirte en ello; al contrario, slo es necesario dejar de tratar, y darte cuenta que muchos de los hbitos aprendidos estn dirigidos a creer que la vida y las relaciones humanas son complicadas, y que se requiere mucho esfuerzo para que las cosas cambien y pueda haber calma en el mundo. Esto est muy bien, sin embargo no te das cuenta que la violencia que ves fuera de ti es slo un reflejo de lo que est sucediendo adentro, con toda la violencia interna que est presente a diario, y que es tan cotidiana que ni te das cuenta de ella. Un simple pensamiento de culpa, recriminacin, juicio o queja, desencadena pensamientos que a su vez generan otros pensamientos, y cuando te das cuenta, has pasado todo el da recreando tales eventos. As terminas por darles tanta importancia que crees que son reales, vitales y decisivos. Luego te juntas con otras personas y comienzas a comentar la inmensa angustia que sientes y lo terrible que son tus problemas. Comienzas a competir con tus allegados para demostrar que tu situacin S es de verdad dramtica y que nadie est pasando por algo tan desesperanzador como t. El otro extremo de esta auto violencia hacia ti mismo es quedarte callado. Ver desde la barrera cmo pasan tus das y no expresar lo que hay all porque refuerzas un continuo pensamiento que te dice: para qu hacer tal o cual cosa si todo va a seguir igual. As te vas quedand o en una queja silente y corrosiva. No le pones lmites a los otros, pero adems, te ests irrespetando a ti mismo al en: http://www.inspirulina.com/la-no-violencia-comienza-contigo-
no atreverte a comunicar lo que sientes, quieres, esperas. Qu pasa si te digo que estos pensamientos NO son verdaderos? Qu pasa si te digo que ni siquiera te pertenecen? Qu pasa si te digo que puedes elegir encontrarte con un espacio interior que es PAZ? Este espacio subyace dentro de ti, ms all de toda confusin, caos y duda. Siempre est all, es permanente y es pleno. Mi intencin no es que me creas de buenas a primeras. Slo permtete la pregunta de cuntas veces has experimentado paz dentro de ti Y observa y deja que vengan los recuerdos. Quizs algunas ocasiones estn relacionadas a momentos, a lugares en los que estuviste, a encuentros con otras personas. No importa qu tan fugaces hayan sido, slo haz memoria. Vers que nadie te recre ese momento, simplemente la sensacin de paz surgi dentro de ti, tal y como siempre ocurre, porque no necesitas que algo externo suceda para que experimentes serenidad. Al contrario. Cada vez que a voluntad te pones en contacto con esa energa interna, con tu esencia, la vas convirtiendo en un hbito. As eres capaz de ver cmo substituye otros que slo te producen desasosiego, frustracin y ms violencia interna. Puedes hacer una gran lista de aspectos que tiendes a criticar o recriminarte, que quizs te generen sentimientos de culpa o arrepentimiento. Ser posible cambiar los hechos, tu actitud, esos hbitos que repruebas?. Quizs no Pero estoy segura que puedes comenzar por cambiar la forma como te relacionas contigo mismo y sustituir esta violencia por gentileza. Primer ejercicio, si decides hacerlo: abraza quien eres, aprende de tus decisiones y a observar tus acciones. Segundo: s claro contigo mismo y ubica tus detonadores de esa violencia interna para que comiences a observarlos, slo observarlos; luego, piensa dnde est el aprendizaje para ti y qu puedes hacer. Slo hazlo con gentileza. Atrvete!
El valor de la No-Violencia. 10. No-violencia: Martin Luther King Jr. y los derechos civiles Prodavinci (2013). No-violencia: Martin Luther King Jr. y los derechos civiles [Artculo en lnea]. http://prodavinci.com/2013/05/02/actualidad/no-violencia-
martin-luther-king-jr-y-los-derechos-civiles/ El objetivo es crear una situacin de crisis generalizada que abra inevitablemente la puerta a las negociaciones. As pudo resumir Martin Luther King Jr. su testamento de accin sociopoltica: encarar pacficamente un contexto en el cual, a pesar de los elementos en contra, la movilizacin pueda desestabilizar el panorama hasta llegar al punto de ebullicin, pero sin permitirle estallar gracias al liderazgo y a las convicciones compartidas. sta era una de las diferencias principales entre la no-violencia abogada por King y la violencia proactiva de su contemporneo Malcolm X. Mientras que el ltimo no dudaba en acudir a la defensa propia para lograr sus cometidos, King, un pastor bautista y fundador de la Southern Christian Leadership Conference, llev los principios de Gandhi de no-cooperacin hasta cada rincn del sur estadounidense. Las batallas de King comenzaron contra la segregacin racial en autobuses, escuelas e instituciones pblicas. Cuando Rosa Parks se neg a cederle su puesto a un blanco, como indicaba la ley, en diciembre de 1955, King organiz un boicot al sistema de autobuses de la ciudad de Montgomery que dur ms de un ao y que termin en el veredicto de la Corte Suprema de eliminar la separacin racial en los buses pblicos. Fue el primer xito notable de King, quien continu ejerciendo estrategias noviolentas en Albany, Birmingham, Chicago y Washington. Su modus
operandi consista en organizar los entes afroamericanos regionales en huelgas o paros civiles que presionaran a las autoridades locales, que deban responder a las solicitudes hechas por King y la comunidad negra. El xito de esta estrategia fue diverso: mientras que el paro comercial y los arrestos masivos en Birmingham llamaron la atencin del presidente Kennedy y eliminaron toda
prohibicin segregacionista en el pueblo, sus esfuerzos tras un ao de movilizacin civil en Albany fueron un fracaso. Sin embargo, la reputacin de King subi considerablemente y fue establecido como el rostro del movimiento por los derechos civiles. Mltiples grupos radicales como el Ku Klux Klan atentaron contra la vida de King y de los manifestantes en muchos rallys a favor del Civil Rights Act, lo cual elev a nivel nacional el perfil de King y su apuesta pacfica. La cspide meditica vendra el 28 de agosto de 1963, con la marcha hacia Washington que reuni a ms de 250.000 personas frente al Capitolio, donde King emiti su ms recordado discurso: I Have a Dream. El ao siguiente el movimiento recolect recompensas an mayores, con la firma del Acta de los Derechos Civiles por el presidente Johnson y la entrega del Premio Nobel de la Paz a Martin Luther King. En el agitado clima de los aos sesenta, King continu luchando por una vida ms justa y caritativa para los afroamericanos y los desvalidos en general, ampliando su discurso a los pobres de Amrica y combatiendo a la impopular guerra de Vietnam. En una dcada plagada de mrtires estadounidenses, el asesinato de King a manos de James Earl Ray, un segregacionista blanco, clausur una etapa probablemente la ms importante en la histrica campaa afroamericana por la libertad y la calidad de vida.
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