El Rol Del Concejal
El Rol Del Concejal
El Rol Del Concejal
AUTORIDADES
Gobernador de la provincia de Buenos Aires
Daniel O. Scioli
Alberto Prez
Damin Deglauve
DEDICATORIA
A la memoria de mi madre Nelba Scotto. A mi familia, a mi padre Juan Pulvirenti, a mi mujer Karina DIpplito y a mis hijos, Catalina, Josena, Juan Ignacio, Mximo y Luca. A los profesores Agustn Gordillo, Nstor Losa, Antonio Hernndez y a la memoria de Ricardo Zuccherino. A los Licenciados Alex Vallega y Damin Deglauve. A la Provincia de Buenos Aires. Al Colegio Nacional de La Plata y a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, y especialmente a mis compaeros de 5to. 5ta. A todos los concejales que da a da trabajan en procura de mejorar sus comunidades.
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INDICE
PREFACIO Daniel Osvaldo Scioli Gobernador de la provincia de Buenos Aires ..................................................... Pg. 9 .. PRLOGO Alberto Prez Ministro de Jefatura de Gabinete de Ministros ..................................................Pg. 11 . EL AUTOR Orlando Daniel Pulvirenti....... .............................................................................Pg. 13 RE EDICIN ................................................................................................... Pg 15 INTRODUCCIN ........................................................................................... Pg. 17 CAPITULO I ................................................................................................... Pg. 19 CAPITULO II .................................................................................................. Pg. 35 CAPITULO III ................................................................................................. Pg. 42 CAPITULO IV ............................................................................................... Pg. 114 CAPITULO V ............................................................................................... Pg. 125 CAPITULO VI ............................................................................................... Pg. 141 CAPITULO VII ...............................................................................................Pg. 150 CAPITULO VIII .............................................................................................Pg. 153 CAPITULO IX ................................................................................................Pg. 163 ANEXO .........................................................................................................Pg. 175
PREFACIO
Daniel Osvaldo Scioli
Gobernador de la provincia de Buenos Aires
PRLOGO
Lic. Alberto Prez
Ministro de Jefatura de Gabinete de Ministros de la provincia de Buenos Aires
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EL AUTOR
Nacido en La Plata. Abogado y Escribano, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Maestra en Derecho Comparado, University of Miami. Especializacin en Derecho Laboral y Previsional, Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Doctorando en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Profesor Adjunto, Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Profesor de Derecho Pblico de la Ciudad, Provincial y Municipal, en Post Grado de la Facultad de Derecho de la UCA. Profesor de Abogaca Pblica, Provincial y Municipal de la Escuela de Abogados de la Procuracin del Tesoro de la Nacin Argentina. Profesor visitante de la Facultad de Ciencias Econmicas de la UBA y de la UNLP . Profesor del Programa Patagnico de la UCA. Ex Profesor Titular de Concejo Deliberante y otros cuerpos electivos de la Licenciatura de Administracin Pblica de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Profesor de Derecho Municipal, del Post Grado de Derecho Municipal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Morn. Profesor invitado por diversas instituciones como la Fundacin Friedrich Naumann, el Instituto para la Gestin, CIPPEC, UNNE, UNNOBA, Municipalidades y Gobiernos Provinciales. Actualmente integra el cuerpo de profesores de la Escuela de Gobierno y formacin de lderes, de la Provincia de Buenos Aires. Miembro de la Asociacin Argentina de Derecho Constitucional; correspondiente del Instituto de Derecho Federal de la Universidad Nacional de Crdoba; del Foro de Derecho Municipal de la Universidad de Morn; del Instituto de Derecho Constitucional del Colegio Pblico de Abogados de la Capital Federal y Secretario del Instituto de Derecho Internacional Pblico de la Academia Nacional de Derecho. Autor de ms de setenta artculos y un libro referidos a derecho constitucional, administrativo y derecho pblico de la Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires y Municipalidades. Miembro de los Consejos de Redaccin de Res Pblica Argentina y del Suplemento de Derecho Administrativo de La Ley. Ha realizado trabajos referidos al ordenamiento territorial y legislacin provincial y municipal, para el Consejo Federal de Inversiones y el Banco Interamericano de Desarrollo Programas PNUD. Director de la Comisin de Justicia de la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Fue concejal de la Ciudad de Junn, Provincia de Buenos Aires, entre 1993 y 1997. Precandidato a Intendente Municipal de la misma ciudad en 1999. Delegado del Ministerio de la Produccin, Director Provincial del Consejo del Menor y asesor del Ministerio de Salud, de la Provincia de Buenos Aires. Asesor en las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia, de la Honorable Cmara de Diputados de la Nacin.
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RE EDICIN
La Subsecretaria de Relaciones con la Comunidad y Comunicacin a cargo del Lic. Carlos Gianella, tiene el agrado de re editar el libro Rol del Concejal, desde la Direccin Provincial de Fortalecimiento Institucional y de la Democracia a cargo del Lic. Damin E. Deglauve. Consideramos sumamente til esta re edicin, no slo por la actualizacin de contenidos sino dado el recambio en los parlamentos locales y el xito que ha tenido la primera tirada de cinco mil ejemplares en el ao 2009, presentada en el Plenario de Tcnica Legislativa Municipal realizado en Mar del Plata. Esta obra que no tiene antecedentes, es una herramienta para todo aquel que desee desempear, estudiar o trabajar sobre los Honorables Concejos Deliberantes. Las legislaturas locales son el primer eslabn de la representacin democrtica y el rgano cercano al vecino donde se maniestan las necesarias bsquedas de consensos en cuestiones cotidianas de la comunidad. Por ello es que debemos aspirar que la misma comunidad toda tenga esta visin para participar, exigir, controlar e interactuar con sus representantes municipales. Alentado a seguir este camino, presentamos esta 2da edicin de la presente obra.
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INTRODUCCIN
Hace casi una dcada presentbamos nuestra primera obra dedicada a los Concejos Deliberantes. Durante ese tiempo, fue leda y chequeada por numerosos lectores, reconocida por menciones de diversas Municipalidades1 y en portales web de otros tantas. Mientras tanto su autor ha envejecido por cierto, dedicando desde la docencia, das y horas a discutir estas cuestiones con concejales, secretarios, asesores, empleados y vecinos interesados en la dinmica del Cuerpo. Hoy acercamos aquellas inquietudes iniciales y nuevas observaciones enriquecidas por la experiencia aquilatada en esos recorridos, a travs de la participacin en distintas instituciones educativas y en el contacto con ediles de todo el pas. Por ello lejos de ser sta una reedicin, tiene elementos propios que la hacen una nueva obra en todo sentido. Es mi deseo que sean de utilidad al lector, que sirvan para enaltecer tan remarcable funcin ciudadana y que particularmente sean de provecho para una sociedad vida de mejoras sustanciales en nuestras instituciones democrticas. Y el Concejo Deliberante de cualquier ciudad del pas, no es otra cosa que la cuna y origen de formacin de nuestros demcratas. Nadie est ms cerca de las necesidades populares, ni nadie ms prximo al escrutinio del votante. Expresada nuestra meta, es el objetivo propuesto para este ensayo acercar a las/os concejales un material que sirva para hacer frente a la difcil tarea con la que sus vecinos las/os han honrado al elegirlas/los para esa prestigiosa funcin; la que por cierto no se encuentra exenta de dicultades, complejidades y porque no, momentos complicados. Pero a la par, sabemos lo graticante que es poder cumplir adecuadamente con ella y saberse partcipe del presente y del futuro de la ciudad. Dicho esto, como en todo quehacer del hombre, no slo se requiere vocacin y voluntad, sino tambin del conocimiento tcnico que permita abordar el desafo asumido. Nos proponemos entonces, pensar y acompaarlas/os con este material, en el anlisis de las funciones, atribuciones, competencias y deberes de los Honorables Concejos Deliberantes y de sus integrantes. Sabemos que quin toma por vez primera este rol esencial para la democracia, confronta no pocas dicultades, las que no slo provienen del campo poltico, del mbito jurdicoinstitucional, sino mucho ms grave, de su propia inexperiencia y falta de capacitacin previa. Pero si adems intentara cubrir ese dcit acudiendo a bibliografa especializada, se encontrar con la casi inexistencia de la misma. Mucho peor an, el escaso material que se halla, consiste en ejercicios tericos, lejanos al objetivo de brindar una gua real a la labor parlamentaria municipal. Las armaciones precedentes pueden ser comprobadas mediante algunas simples preguntas, cuya respuesta dista de serlo. Cundo es conveniente preparar un proyecto legislativo? Cmo prepararlo? Cmo peticionar ante otras autoridades? Cmo actuar durante el curso de la sesin? Qu facultades de control dispone? Qu hacer ante peticiones de vecinos que requieren gestiones del Departamento Ejecutivo? Podramos seguir haciendo cuestiones, incluyendo una esencial: Cul es el rol del concejal? Es un simple legislador en materia comunal? o Debe ocuparse de atender las problemticas no legislativas pero de vida diaria y gestin que le plantean sus convecinos? Y qu ocurre con su rol de control de la tarea del Departamento Ejecutivo? Se cumple adecuadamente? Se sabe con qu herramientas puede lograrse ese objetivo? Y as podramos seguir con numerosas incgnitas.
1 Aquella obra fue declarada de inters municipal, por las Municipalidades de La Plata, Rivadavia, Pehuaj y Tres Arroyos. Los portales de La Plata, Posadas, Trenque Lauquen, entre otros contienen menciones ala misma
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La prctica indica que la nica forma de intentar dar una contestacin es o bien recurriendo a aquellos concejales en funciones y que aquilatan cierta experiencia, o bien a travs del mtodo emprico del ensayo-error. Sin embargo, an as no es seguro que los primeros tengan formacin suciente y/o an que hayan confrontado todas las situaciones de duda que el cargo origina o que quieran transmitir ese conocimiento (despus de todo los celos, las desconanzas y la falta de cooperacin no escasean en el mbito de nuestra vida cotidiana) y por el otro lado, el auto aprendizaje no deja de ser costoso en trminos funcionales y personales. El ensayo se producir sobre la comunidad. De existir, el error tambin ser primero causado a la misma, luego al propio autor que opere por ignorancia o negligencia. Hemos visto que de acuerdo a la personalidad del/la concejal electa/o, su mayor o menor atrevimiento o desinhibicin para actuar en el nuevo medio, ser normalmente necesario un perodo de sesiones para que se desempee adecuadamente. Algunos recin reconocen haber entendido la funcin y creerse capaz de cumplir cabalmente la misma, cuando ya ha terminado su perodo electivo. La/el concejal habr as perdido valioso tiempo de su gestin y lo que es ms grave, tambin lo habr hecho la sociedad. Dicho lo que antecede, se comprender que este enfoque intenta acercar las consideraciones legales que impone el ejercicio de cualquier funcin pblica, con los aspectos que surgen de la prctica poltica. Esto explica que no slo se reeran competencias normativas, facultades y marco jurdico, sino tambin tcnica legislativa, comunicacin, tica y consejos en las negociaciones con diversos sectores de la vida comunitaria. No pretendemos cubrir la totalidad de cuestiones y dudas, las que seran inabarcables; pero si dar respuesta a parte de ellas y motivar a la reexin sobre otras tantas ms. Ser la/el lector/a la/el qu dir al nal, si lo hemos logrado.
CAPITULO I
CONCEJAL: CARGA PBLICA Y EXCEPCIONES
Pareciera una necesidad antes de introducirnos en el temario, tratar de denir qu es el concejal y dejar planteada la duda respecto del rol que le compete. El concejal, edil, regidor como se lo denomina en algunos ordenamientos jurdicos comparados es ante todo un representante poltico del vecindario, denido ste por su pertenencia a un espacio territorial y a un Gobierno existente en el mismo, como tal electo para canalizar las demandas de los representados, en un cuerpo deliberante en el que se deciden las polticas locales. Asimismo, y en el marco de la divisin de poderes propias de un sistema republicano, es adems quin tiene a su cargo vigilar la ejecucin de la gestin y particularmente del presupuesto, por parte del Departamento Ejecutivo. En el prrafo precedente hemos dejado enunciadas las tres caractersticas salientes del concejal, es un representante del pueblo, es un legislador y es un controlador. Tres competencias que asigna el marco constitucional y legal, y que por su superposicin muchas veces confunden a quin ocupa el cargo. Cabe agregar que cada una de esas asignaciones es signicativa para el sistema republicano y democrtico y que el sacricio de cualquiera de ellas, necesariamente resiente la calidad institucional. Aqul concejal que no representa las aspiraciones del pueblo, sacricndola en aras a otras consideraciones; que no debate ideas y no legisla conforme a la razn o que no controla la gestin del departamento ejecutivo en la medida en que corresponde, perjudica a la democracia.
2 Esta denicin en materia de asignar un Municipio por Partido, el cual puede a su vez contener numerosas localidades que quedan sin gobierno propio ha sido criticado por diversos autores, tales como Zuccherino, Ricardo M., Ley Orgnica de las Municipalidades, La Plata, Funcin Pblica, 1995; Losa, Nstor, entre otros. Dando explicaciones histricas y planteando el origen histrico del instituto parece justicar el sistema Tenaglia, Ivn, Ley Orgnica Comentada y Anotada, La Plata, Ed. Platense, 2000. Por mi parte, si bien he criticado con anterioridad el sistema, no dejo de reconocer que brinda una solucin a un tema que aparece en las Provincias con amplios espacios territoriales, que resulta en las zonas rurales que quedan sin gobierno propio. La realidad indica que son necesarias ms municipalidades en la Provincia de Buenos Aires, y que el sistema de Ciudad Municipio Area de cobertura de servicios, resulta ms adecuado para el conurbano bonaerense. 3 De aqu en adelante nos referiremos a la misma como LOM. 4 El Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) plantea un supuesto bastante particular: HTC, Municipalidad de General Pueyrredn, Delegacin X, Expte. 5300-1.157/02, 13-III-2002, Consulta: Si con motivo de la renuncia del Sr. Intendente Municipal y ante la renuncia de asumirlo por parte del Concejal que lo deba reemplazar, el mismo mantiene su condicin de Concejal y puede continuar en su banca. Respuesta: El artculo 15 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, es la nica norma que determina un procedimiento a los efectos de reemplazar al titular del Departamento Ejecutivo. La citada norma prev especcamente la posibilidad de excusacin o impedimento por parte del primer candidato de la lista de Concejales del partido al que perteneciera el Intendente, estableciendo el reemplazo por el segundo y as sucesivamente. Sobre el tema especcamente consultado la Ley Orgnica de las Municipalidades taxativamente nada prev, no obstante ello cabe sealar que el articulo 5 de la citada norma, al cual expresamente se remite el articulo 10, al detallar las causas de excusacin, se reeren a los cargos electivos, razn por la cual se entiende que aducida y probada la misma por el H. Cuerpo, debe ser considerada tanto para la imposibilidad de asumir el Departamento Ejecutivo como as tambin para el desempeo de las funciones de Concejal. Con respecto a la otra de las causales prevista por el art. 15, factible de aplicarse en el caso planteado, es el impedimento, termino no desarrollado en el resto de la Ley Orgnica Municipal, razn por la cual se considera necesario interpretar su alcance, determinando si es una expresin que abarca a las inhabilidades e incompatibilidades detalladas en los artculos 6 y 7 de la citada ley o en su defecto tiene un sentido mas amplio en base a la normativa general. (Secretara Asuntos Jurdicos)Se debe tener presente para el caso de incompatibilidad, conforme al artculo 8 de la Ley Orgnica de las municipalidades debe ser requerido para que opte, situacin que no se da en el caso ante la ausencia de incompatibilidad. As mismo si ante la renuncia se le impidiera que contine en sus funciones tal situacin implicara una violacin constitucional (art. 18 de la Constitucin Nacional).
5 Analizando los supuestos contemplados por el artculo 7 de la LOM, llegamos a la conclusin de que el alcance que la misma contempla es reducido o limitado, por cuanto todos los supuestos all enunciados obedecen exclusivamente a la hiptesis de superposicin de cargos pblicos, no alcanzando a los que se desempean en el rea privada, los que se encuentran tipicados dentro de las inhabilidades del artculo 6 del mismo cuerpo legal. 6 Decimos en principio, por cuanto tal como se desarrollar ms adelante en este propio captulo, no deja de ser discutible si la enumeracin de incompatibilidades planteada en la norma es ilustrativa o taxativa, es decir; si se agota en las especcamente contempladas o permite por va de interpretacin hermenutica o analgica su extensin a casos no denidos. 7 La norma en este caso hace la lgica excepcin de aquellos supuestos de reemplazos dispuestos por la propia LOM. 8 En igual sentido ha avanzado recientemente el HTC, Municipalidad de Pehuaj, Delegacin XV, Expte. 5300-872/07, 11-XII-2007, al resolver la consulta sobre si existe incompatibilidad entre el cargo de concejal con el de perito judicial. Se sostiene si a partir de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia que plante que el concejal es una persona que presta servicios remunerados en la Municipalidad, sea cual fuere la naturaleza de su designacin y forma de pago, se
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conictos que se suscitan por acumulacin de cargos pblicos. Lo dicho se ve corroborado por el artculo 9 LOM, que excluye la compatibilidad recproca entre los cargos de Intendente municipal y Concejal, excepto en los casos especcamente previstos por la ley.7 El artculo 7 LOM presenta dicultades interpretativas al mencionar como alcanzados por incompatibilidad a los miembros del poder legislativo y judicial, nacional o provincial. Si asignamos un interpretacin amplia, podramos llegar a sostener que el trmino miembro apunta a cualquier integrante de cualquiera de esos Poderes, incluyendo en su consecuencia a los propios empleados. Sin embargo, en este punto una afortunada decisin de la Excma. Suprema Corte de justicia de la Provincia de Buenos Aires puso de relieve que la prohibicin no alcanza al personal del Poder Judicial8, resolucin que a nuestro entender, debe necesariamente extenderse a los empleados de legislatura. La interpretacin ms adecuada es la de aplicar la limitacin a aquellas personas que en los respectivos poderes citados, poseen facultades decisorias. Un juez, secretario o legislador, claramente se vern alcanzados, no nos parece el mismo supuesto el de un empleado de un juzgado o de la legislatura provincial (an cuando pueda aparecer el problema de imposibilidad por va provincial de acumular las remuneraciones correspondientes a ambos cargos). Llegados a este punto existen dos preguntas no menos problemticas: (1) Si se diera una interpretacin restringida a la norma y se leyera que la incompatibilidad alcanza a los empleados de los poderes legislativos y judiciales, por qu no lo hace con los empleados de los Poderes Ejecutivos Nacional y Provincial, y (2) si se excluyeran en una interpretacin amplia, a los empleados de los tres poderes pblicos provinciales y/o nacional, Por qu no se hace lo propio con los empleados municipales y de la polica provincial, que expresamente estn alcanzados por el inciso 3 del artculo 7 de la LOM? Y de esta se colige una nueva duda Por qu la norma no menciona a los policas nacionales? Ante estas preguntas intentaremos ensayar las siguientes respuestas. Respecto a los empleados del Poder Ejecutivo, entendemos que no slo corresponde analizar la previsin legislativa desde el punto de vista de las incompatibilidades que la Ley Orgnica Municipal crea para los cargos de Intendente y de Concejales, sino asimismo a la luz de la propia provisin que hace la Constitucin provincial. La solucin, no deja de ser controvertida, en tanto no queda claro si el concepto de empleo que utiliza la Constitucin, alcanza al concejal. La Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, entendi durante mucho tiempo que el edil no era empleado, por lo que no existira incompatibilidad, en ningn caso entre el concejal y ningn empleado correspondiente a cualquier poder pblico. Sin embargo tal criterio fue posteriormente modicado, dando origen a numerosas incompatibilidades que el legislador intent sanear mediante la ley 13.217. La mentada ley, sin modicar estas disposiciones en comentario, introdujo un cambio de profundidad al artculo 92 de la LOM, el que qued redactado de la siguiente forma: Los concejales percibirn, salvo manifestacin expresa en contrario prestada en forma fehaciente y personal por el interesado, una dieta mensual jada por el Concejo, que no podr exceder la proporcin que establece la siguiente escala: a) Al equivalente de hasta dos meses y medio de sueldo mnimo para las Comunas de hasta dieciocho Concejales. d) Al equivalente de hasta cuatro meses y medio de sueldo mnimo para las Comunas de hasta veinte Concejales. e) Al equivalente de hasta cinco me ses de sueldo mnimo para las Comunas de hasta veinticuatro Concejales. En todos los casos, el monto mnimo a percibir
produjo un cambio de doctrina. Si la dieta es una remuneracin, y se percibe con otra retribucin que surge del empleo pblico nacional, provincial o municipal provoca la incompatibilidad que suerte del artculo 53 de la Constitucin de la Provincia. En esas condiciones la funcin de concejal con la de dependiente de la justicia es incompatible. La sancin de la Ley 13.217 brinda la oportunidad de renunciar a la dieta, posibilitando percibir a su requerimiento, una suma no remunerativa y compensatoria de los gastos inherentes a la funcin, equivalente a las dos terceras partes de la dieta, que no estar sujeta a aportes previsionales y asistenciales.
9 Ver HTC, Municipalidad de San Pedro, Delegacin XVII, Expte. 4107-1239/07, 01-II-2008. Texto: Consulta. Si un concejal, que a su vez es coordinador de ANSES, puede cobrar la dieta como los dems integrantes del Cuerpo Deliberativo o debe renunciar a la misma, optando en su lugar a percibir la suma no remunerativa y compensatoria que surge del ltimo prrafo agregado al artculo 92 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. Respuesta: Luego que la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires deniera que el concejal es una persona que presta servicios remunerados en la municipalidad, la dieta que percibe pas a considerarse una remuneracin; por lo tanto, si paralelamente ocupa otro cargo rentado en la administracin pblica nacional, provincial o municipal, la doble percepcin provoca la incompatibilidad emanada del artculo 53 de la Constitucin Provincial. La Ley 13217 propone una salida para aquel concejal que se desempee en la administracin pblica o sea jubilado del Instituto de Previsin Social, brindando la oportunidad de renunciar a su dieta, teniendo la posibilidad de percibir a su requerimiento, una suma no remunerativa y compensatoria de los gastos inherentes a la funcin, equivalente a los dos terceras partes de las dietas.
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cuentran descriptas en el texto legal, sin que quepa la posibilidad por va interpretativa de extender esa enumeracin. La segunda, por el contrario sostiene la posibilidad de acudir a la analoga y a la hermenutica extensiva. As, quien tiene las facultades de scalizacin en cada caso (en el nuestro el HCD) establecer en base a un criterio de razonabilidad en qu otros supuestos no especcamente contemplados por la norma existe posibilidad de declarar la incompatibilidad. Haciendo un anlisis de la realidad, observamos que hay una tendencia a interpretar el sistema de incompatibilidades en forma estrecha, tutelando la permanencia del funcionario en el cargo. Ello es discutible. No es que escape a nuestro conocimiento que asignar un alcance interpretativo demasiado laxo o amplio, podra tornar en casi inacabables los conictos de poder, mecanismo establecido para discutir esta cuestin por la Constitucin Provincial;10 maxime cuando sabemos que no son pocas las pasiones polticas que a veces se desatan y no menores las posibilidades de que stos se constituyan en mecanismos de persecusin de quienes no estn alcanzados por ninguna incompatibilidad real. Tampoco ignoramos que muy particularmente quienes ocupan cargos en concejos deliberantes de ciudades ms pequeas, son a su vez quienes tienen posiciones destacadas en sus comunidades y partidos polticos conllevando normalmente que posean cargos pblicos provinciales o nacionales. Sin embargo, y con la prudencia del caso, consideramos que debe existir una razonable tendencia a analizar en cada caso la incompatibilidad, sin atarse exclusivamente al texto legal en su interpretacin literal. Debe tenerse en cuenta primordialmente, que la razn misma de ser del sistema entero es la proteccin de la administracin pblica comunal y su moralidad.
En virtud de lo antedicho para el caso del concejal que es coordinador de ANSES y percibe un sueldo por dicha tarea, deber renunciar a la dieta para obtener el derecho a percibir la compensacin mencionada, a los efectos de no quedar incurso en la incompatibilidad referenciada. 10- La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires se ha expedido sobre esta temtica en innumerables ocasiones y sin perjuicio del anlisis ms profundo que haremos en el captulo corres pondiente, no podemos dejar de citar y transcribir las siguientes opiniones: La competencia conferida a esta Suprema Corte por el art. 187 de la Constitucin Provincial se habilita solamente cuando el conicto se suscita entre las dos ramas del poder municipal o entre cualquiera de estas y autoridades de la Provincia, mas no cuando el mismo ocurre entre los integrantes de ellas, salvo el caso excepcional previsto en el art. 264 del decreto ley 6769/58 o en las leyes anlogas precedentes, nico supuesto que el Tribunal ubica en la expresin constitucional en el seno del Concejo Deliberante (art. 187 cit.) con referencia al concejal expulsado, suspendido o impedido de entrar en el desempeo de sus funciones. Esta Suprema Corte ha sostenido expresamente el criterio con que debe interpretarse la expresin concejal contenida en el art. 264 de la Ley Orgnica Municipal, excluyendo de la legitimacin exigida por esa norma para promover conicto al Presidente del Concejo Deliberante, en la inteligencia de que la situacin estable que el legislador pretende tutelar no se compadece con el ejercicio de una funcin que dimana de la simple decisin mayoritaria del cuerpo. No existe conicto municipal si la pretensin reviste un carcter semejante al de una consulta a travs de cuya evacuacin se procura determinar la correcta interpretacin de una norma. El articulo 264 de la Ley Orgnica de las Municipalidades autoriza a promover conicto a cualquier concejal expulsado, suspendido o impedido de entrar en el desempeo de su cargo, por lo que se encuentra legitimado a tal n el concejal postulado para la Presidencia o Vicepresidencia del cuerpo . SCJBA , causa B 53623 I, Ochipinti, Jorge Anunciado c/ Concejo Deliberante de Esteban Etcheverra s/ Conicto de Poderes art. 187 Constitucin Provincial, 15-II-1991, JUBA. Por interpretacin a contrario sensu a igual resultado se llega al decidir la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires: Las decisiones de la mayora del Concejo Deliberante que no se reeran a la expulsin, suspensin o impedimento de acceder al cargo por parte del concejal que peticiona en la causa, no originan conicto en el sentido institucional y legal, y no pueden entonces ser impugnadas por la va excepcional del art. 187 de la Constitucin Provincial.SCJBA, causa B 54321 I, Etchart, Delmo Horacio c/ Concejo Deliberante de Pilar s/ Conicto art. 187 Const. Provin-cial, 7-IV-1992
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slo una diferencia en el tiempo de comunicar la afectacin que padece -24 horas contra antes de asumir el cargo). Nuevamente se producir en este caso el choque con la norma contenida en el artculo 8 LOM y que ya hemos comentado precedentemente. En segundo lugar, el primer prrafo se reere a su aplicabilidad a todos los casos mencionados en el articulado precedente (comprende inhabilidad, incompatibilidad y restricciones), por lo que de la propia redaccin no surge que al mencionarse la palabra inhabilidad (art. 14 in ne L.O.M.) aluda a la misma en sentido tcnico sino general, tanto comprensivo de ella como de la incompatibilidad. Asimismo existe un argumento teleolgico: Cul es la diferencia entre tomar conocimiento de una incompatibilidad o de una inhabilidad? No se observa que la falta de denuncia oportuna de la inhabilidad pueda originar la inmediata sancin de expulsin del Concejo y no as para los supuestos de incompatibilidad. Claro est que en contra de esta interpretacin podr sostenerse que puntualmente la LOM establece una divisoria entre incompatibilidades e inhabilidades y que esa lnea que se traza, obliga a entender en un sentido restrictivo que el uso que se hace del trmino inhabilidad en la ltima sentencia es as y no de otra manera. 3.1.4. PROCEDIMIENTO Ante quin procede la comunicacin del concejal? Ella debe ser realizada ante el Honorable Concejo Deliberante, que en tanto cuerpo, es quin debe recibir la situacin y tratarla (artculos 8, 14 y 89 de la LOM).11 Cmo se inicia el procedimiento? Surge de la lectura de los artculos hasta aqu mencionados, que ste se inicia por dos vas posibles: (1) Por la propia denuncia que hace el concejal afectado por la inhabilidad o incompatibilidad o (2) Por el conocimiento que toma directamente el cuerpo. Esto ltimo puede ocurrir asimismo por la denuncia que efecte otro concejal, bloque de concejales o tercero. En el caso de denuncia, Cul es el momento oportuno para hacerla? De acuerdo a la redaccin de los artculos en anlisis, la gura a la que llegaramos es absolutamente tortuosa. Es que en primer lugar de acuerdo al artculo 14, el concejal electo, pero que no ha asumido debe hacerlo en las sesiones preparatorias. Sin embargo, deber tener cuidado, de acuerdo al art.14 in ne de no hacerlo con posterioridad a que el cuerpo conozca tal situacin por cuanto en tal caso su reemplazo se producir ...tan pronto como tenga noticia (el cuerpo) de la inhabilidad. Ahora bien, si el concejal, se encuentra en funciones y la inhabilidad es subsecuente, deber hacerlo dentro de las 24 horas de conocido Qu pasar si no lo hace en ese trmino? La respuesta no es para nada clara. Si entendemos tal
zas ofrecidas y ordene reponer el Intendente a su cargo, sin perjuicio de la prosecucin de la investigacin respectiva propias de un procedimiento ajustado a derecho. Si el conicto planteado en los trminos del artculo 187 de la Constitucin Provincial importa un replanteo ntegro de la cuestin, su conocimiento excede de la intervencin de este Tribunal, consistente nicamente en una suerte de contralor extraordinario y excepcional, ms no en una instancia recursiva, SCJBA, causa B 53622 I, Vidal, Horacio Alfredo c/ Concejo Deliberante de Necochea s/ Conicto art. 187 Const. Prov., 26-III-1991, JUBA. Se ha resuelto tambin que: La norma del artculo 249 de la Ley Orgnica Municipal que regla el procedimiento que debe llevarse a cabo para decretar la suspensin preventiva del Intendente, es de naturaleza procesal, alcanzndole por ello la regla de su aplicacin inmediata a los procedimientos pendientes, a condicin de que no afecte a la validez de los actos procesales cumplidos y que han quedado rmes bajo la vigencia de la ley anterior. SCBA, causa B 53649 I, Caraballo, Cirilo Nelso c/ Consejo Deliberante de Ensenada s/ Conicto art. 187 Const. Prov., 30-IV-1991. 11 En tal sentido se ha expedido la Asesora General de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (AGG), incuestionable la legitimidad del nuevo mandato sostenida en aquel acto electoral consentido y rme (Conf. expte. 2113-1168/97). Esta asesora General de Gobierno opina que al incorporarse al Cuerpo aquella Concejal en las Sesiones Preparatorias, con las formalidades previstas en el artculo 18 deI Decreto Ley 6769/58, lo hace para ejercer el nuevo mandato obtenido en las ltimas elecciones y consecuentemente la superposicin debera allanarse mediante la renuncia al mandato vigente o bien la caducidad automtica y de pleno derecho del mismo, en razn de la obvia incompatibilidad para el ejercicio de dos mandatos por un mismo Concejal (Doctr. artculo 8 L.O.M.) En razn de ello, a partir del 10 de diciembre prximo el Cuerpo deber poner en funcionamiento la suplencia de la Concejal en cuestin en la forma prevista por el artculo 19 de la ley Orgnica de las Municipalidades. AGG, Compendio de dictmenes, La Plata, P . 144.
conocida la inhabilidad se dispondr la inmediata cesanta. Por estar vinculada derechamente a la cuestin pasaremos al segundo de los aspectos. En efecto del fallo de la Corte expedido en Aran e/Concejo Deliberante de Gonzales Chaves, surge por parte de la misma una tendencia a exigir que se respeten los principios de procedimientos establecidos en el captulo X. Ello a nuestro entender, debera hacer aplicable, no slo la necesidad del qurum agravado, sino los aspectos contemplados por el artculo 250 LOM. Es decir designarse una sesin especial, noticar al concejal en su domicilio y permitir que acompae a la sesin o en su caso a la comisin respectiva toda la prueba que haga a su derecho. Volvemos a reiterar que si bien desde un punto de vista de estricta redaccin legislativa entendemos la norma no es todo lo afortunada que debera ser, desde una perspectiva jurdica no cabe asignar otro sentido. 3.1.5.E. Fraude a la ley y necesidad de comprobar la causal. Otro supuesto particular est dado por el hecho de que el artculo 5 LOM establece el carcter de carga pblica para el concejal. Por ello y ante la dicultad que puede encontrar eventualmente para justicar alguna de las causales de excusacin previstas por el artculo 9, bien puede optar por alegar una supuesta incompatibilidad o inhabilidad. Sostenemos, que en tanto es el HCD el garante en este punto del cumplimiento de la disposicin legal, es quin necesariamente debe vigilar porque la causal alegada sea acreditada. Con ello entendemos que la carga probatoria se invierte y en el supuesto de que un concejal denuncie una situacin de inhabilidad o incompatibilidad, corresponde al mismo acreditarla por medio fehaciente. Por ello y en este caso, ya no en salvaguarda del inters del concejal, sino del cuerpo y de la normatividad, debera aplicarse un qurum agravado. 3.1.6. EFECTO DE LA CESANTA Finalizado el procedimiento y dispuesta la cesanta y reemplazo del concejal, Cules son los efectos que produce sobre el mismo por los importes que en concepto de dieta percibi mientras se encontraba alcanzado por la incompatibilidad o inhabilidad? Entendemos que inmediatamente e independientemente de las responsabilidades que puedan competer en otros campos legales, es indudable que existe obligatoriedad de restituir toda suma que fuera percibida a partir del nacimiento de la situacin y hasta su cese. La razn para ello es sencilla, no existiendo causa legal existe un enriquecimiento incausado que origina obligacin de reintegrar lo percibido.13 Para el caso de que el cuerpo hubiera conocido o debiera de haber conocido esa situacin, es lgico que la responsabilidad se extienda solidariamente a los mismos, sin perjuicio del derecho de repeticin que competa contra el concejal que no cumpli con su deber legal. Qu pasa cuando la incompatibilidad o inhabilidad son conocidas luego de cesado el concejal en sus funciones? Esta cuestin est ntimamente relacionada con la temtica bajo estudio, toda vez que es perfectamente posible que el cuerpo tome conocimiento de que el concejal se halla afectado por una causal de inhabilidad o incompatibilidad, tardamente y no precisamente por las propias expresiones del concejal. En este caso entendemos que si bien no es posible ordenar un cese del concejal, puesto que el mismo se ha producido; comprobado que sea el ocultamiento malicioso de esa situacin, sera posible solicitar la restitucin de los importes indebidamente percibidos, inclusive judicialmente. Con respecto a otras posibles vas de actuacin, entre ellas la del fuero penal, la situacin sera harto dudosa.14 Por ello es que inclusive y a efectos de tipicar concretamente la conducta como antijurdica y reprochable criminalmente, se llego a incluir en el proyecto de ley de lucha contra la corrupcin15 un artculo 268 bis ntimamente vinculado a la cuestin en debate.16
12 La exigencia del denominando quorum agravado es aplicable tanto para los casos de destitucin dispuesto de conformidad con el art. 255 como para los de cesanta decretada con fundamento en el art. 14 de la Ley Orgnica Municipal, en tanto, en ambos casos, se encuentra comprometida la estabilidad de un funcionario que accede a su cargo por eleccin popular. 13 HTC, Municipalidad de Exaltacin de la Cruz, Delegacin XI, Expte. 5300-244/07, 24-IV-2007 Consulta:
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de remitir a lo ya expuesto en cuanto a procedimiento, comprobacin, etc. y hemos de citar las causales estipuladas por los artculos 6, 89 y 90 de la LOM. En su consecuencia, para la LOM las incompatibilidades apuntan pura y exclusivamente a aquellas situaciones en que el concejal ocupa simultneamente dos o ms cargos pblicos, electivos o no, nacionales, provinciales o municipales; mientras que las inhabilidades, en tanto tambin persiguen la moralidad de la funcin pblica, contemplan como afectaciones a la posibilidad de que un vecino sea concejal el hecho de que este persiga intereses privados a travs de la funcin pblica, o que sus decisiones se vean inuenciadas por relaciones inadecuadas, o simplemente que su propia conducta anterior o presente haya sido inmoral y delictiva y en su consecuencia pueda teir de igual manera su gestin. Nuevamente se tutela en este caso el correcto funcionamiento del Concejo Deliberante. Anlisis de las causales de Inhabilidad: Las mismas estn primariamente enumeradas en el artculo 6, en cuanto a su carcter taxativo o enunciativo nos remitimos a lo ya expuesto con anterioridad. El artculo 6 inc. 1 ) reere a los que no tienen capacidad para ser electores, por cualquiera de los recaudos all establecidos; el inciso 3) a los adores o garantes de personas que tengan contradas obligaciones con la Municipalidad, el inciso 4) a los inhabilitados para el desempeo de cargos pblicos y el inciso 5) a las personas declaradas responsables por el Tribunal de Cuentas, mientras no den cumplimiento a sus resoluciones. Todos los casos citados podran ser objeto de cuantiosos anlisis, sin embargo por las peculiaridades que ofrece, hemos tan slo de reexionar sobre la particular hiptesis del artculo 6 inciso 2 de la LOM, que alcanza a: los que directa o indirectamente estn interesados en algn contrato en que la Municipalidad sea parte, quedando comprendidos los miembros de las sociedades civiles y comerciales, directores, administradores, gerentes, actores o habilitados.... Es que su enunciacin en una interpretacin literal del artculo acarreara lisa y llanamente la incompatibilidad de muchos candidatos a concejal, sin que pareciera ello razonable. En efecto, consideramos que no es el mismo caso el de aquellos actos o contratos cumplidos directamente por el concejal y que tienen una duracin determinada, de aquellos en los cuales el concejal tiene un cargo directivo, por ejemplo en una sociedad civil y/o comercial, y en donde se agota el acto contractual con una sola votacin. Tampoco se condice con el supuesto por ejemplo, en el que exista una donacin municipal (que requiere aprobacin del HCD y que de acuerdo al Cdigo Civil constituye un contrato) a una entidad de bien pblico de la cual el concejal tiene cargo directivo -tngase en cuenta que slo excluye el artculo a aquellos que revisten simple calidad de asociados de sociedades cooperativas y mutualistas-. A la luz del artculo citado no caben dudas de que el concejal caera en una causal de inhabilidad, que lo obligara a apartarse del cargo. Las sanciones para las hiptesis mencionadas parecen irrazonables, mxime cuando el acto del concejal podra agotarse en la sola aprobacin del contrato, con lo cual bastara el dic-
17 Se encuentra comprendida en la causal de inhabilidad prevista en el art. 6 inc. 2 del dec. ley 6769 y 89 del mismo decreto para desempaarse como concejal, la cnyuge del propietario de una empresa que result adjudicatario del concurso de precios convocado por la comuna para la realizacin de quince nichos en el cementerio local. Ello as, en tanto el concejal adquiri un inters en la contratacin celebrada por el municipio, desde que constituyen bienes ganaciales los frutos del trabajo de cada uno de los cnyuges. (SCJBA, causa B 53598 1, 12-III-1991). 18 HTC, Municipalidad Salto, Delegacin XVI, Expte. 4099-20.949/04, 04-VI-2004, Consulta: Si se estara violando el art. 6 inc.2) de la Ley Orgnica de las Municipalidades si se contratara la prestacin del servicio de la recoleccin, traslado y disposicin nal de residuos patognicos a un empresa donde es socio y director un agente municipal que se desempea en el cargo de Inspector General en la propia Municipalidad. Respuesta: Por tratarse la empresa la nica radicada en la zona, existiendo contrataciones con la misma preexistentes a la incompatibilidad que se produce con la incorporacin de uno de sus socios a la Municipalidad, se entiende que probada la conveniencia del precio mediante la realizacin del procedimiento de adquisicin que corresponde de acuerdo al monto del servicio a prestar, y utilizando como otro elemento que aporte transparencia a la operacin el recurso previsto por el artculo 156 inciso 10) de la Ley Orgnica de las Municipalidades, podr contratarse a la rma en cuestin en virtud del benecio econmico que se producira a las arcas municipales, en concordancia con la doctrina existente.
19 Cuestin similar a esta sobre la que nos expidiramos en nuestra obra de 1999, fue consultada al honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires, el que no se expidi concretamente sobre la cuestin, aunque tangencialmente pareciera avalar la imposibilidad de abstenerse del concejal. HTC Municipalidad de Chacabuco, Delegacin XVI, Expte. 4029-3/04 18-VI-2004, Consulta: Solicita que se expida sobre las siguientes inquietudes: a) por un lado sostiene que los concejales que decidan ejercer la funcin ad honorem, no deben realizar los aportes y retenciones sociales; b) ante el supuesto concreto de intereses contrapuestos, si el concejal debe excusarse de emitir su voto en ese caso particular, o si estn afectados por una incompatibilidad hipottica y genrica. Respuesta: Con respecto a la primera inquietud se debe manifestar que el artculo 53 de la Constitucin de la Provincia de Buenos Aires dispone que no puedan acumularse dos o ms empleos a sueldo en una misma persona que provengan del Estado en cualquiera de sus estamentos. La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires se ha pronunciado a travs de sentencias, entendiendo que el concejal es una persona que presta servicios remunerados en las Municipalidades, resolviendo que existe incompatibilidad en el desempeo de la citada funcin con otro cargo de la administracin pblica, como consecuencia de la doble actividad remunerada por el Estado. La doctrina de este Organismo ha posibilitado desempear dicha funcin ad-honorem, debiendo renunciar a la percepcin de la dieta establecida en el artculo 92 de la Ley Orgnica de las Municipalidades; que dicha excepcin no lo inhibe de la obligacin de realizar los aportes respectivos. Esta exigencia no tiene por objetivo proteger los derechos individuales, sino los colectivos, es decir mantener inclumes las fuentes de nanciamiento de los respectivos institutos. En relacin a la segunda de las inquietudes cabe sealar que la aplicacin de la abstencin, adems de no estar prevista por la Ley Orgnica de las Municipalidades, su utilizacin va contra la gnesis de los Concejos Deliberantes, como consecuencia de que no solo hace que el mismo funcione con un nmero de ediles distinto al previsto por la ley, sino que altera su composicin poltica; pudiendo hacer lo mismo con la conformacin del qurum y las votaciones en la obtencin de las mayoras. Con respecto al cmputo de las votaciones, la doctrina del Organismo ha interpretado que las abstenciones se toman como voto negativo a los afectos de obtener las mayoras calicadas. 20 A favor de solicitar licencia para el tratamiento de cuestiones en las que pueden aparecer intereses contrapuestos, podemos mencionar la alternativa que brindara el HTC, Municipalidad de Berazategui, Delegacin II, Expte. 5300201/06, 14-III-2006, Consulta: Sobre la situacin particular de un concejal electo para cumplir el mandato 2005/9 que a su vez fue designado por el Directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires como
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El sentido de la norma es claro, es evitar que el concejal pueda prevalecerse de su situacin de miembro del cuerpo para establecer un cargo que luego pasar a ocupar o votar por el incremento de remuneraciones que lo tendrn como beneciario directo. Pero ese supuesto, en nuestro entender debe diferir de otros casos, como por ejemplo que haya votado el presupuesto general, el que conlleva incremento para todo el escalafn y cargos. En este caso, si bien no aparece especcamente previsto en la LOM, llevar la interpretacin a ese extremo implicara avanzar sobre la propia nalidad de la norma. Este tema no ha escapado al anlisis de la Asesora General de Gobierno, quin ms all de resear el resultado al que se allegara de estarse a la estricta lectura del texto, deja abierta la posibilidad del anlisis del HCD con las facultades que el mismo tiene para expedirse sobre la materia y resolver la situacin.22 Otro supuesto especial es el que plantea el caso del concejal que al momento de ser electo en una lista como suplente, cumpla con el recaudo constitucional de residir en el partido en el cual es electo y que luego se muda a otro partido; producindose la necesidad de que reemplace a otro concejal precisamente en ese momento. Sobre el particular, la Asesora General de Gobierno ha dicho que no se encuentra contemplada tal situacin como inhabilidad, siendo el Cuerpo el que deber resolver la cuestin dentro de sus facultades.23 Respecto de cmo debe citrselo para que asuma el reemplazo en el cargo, el HTC ha dicho que el Concejal suplente deber ser citado por medio fehaciente.24 3.3. EXCUSACIONES El artculo 10 LOM establece una serie de causales por las cuales el concejal electo puede solicitar ser excusado por el cuerpo de continuar en el mismo o ser licenciado. Estos supuestos son claramente enunciados por la norma por la cual no es necesario hacer mayores comentarios, excepto los incisos 3 y 4 LOM que plantean cuestiones conexas.25 El primero seala el caso de ejercer actividad pblica simultnea con la de concejal. La pregunta que surge es qu se entiende por actividad pblica. Pareciera que el supuesto reere a aquellos que realizan actividades polticas, comunitarias o sociales que implican la imposibilidad cierta
Director titular del Grupo BAPRO S.A. Respuesta: En forma general, se entiende que para determinar que las tareas o actividades que realiza una persona se encuentran incursas en una incompatibilidad o inhabilidad deben estar expresamente previstas en la normativa vigente; esta circunstancia no se advierte en la situacin trada en consulta, razn por la cual se entiende que no existe tipicacin de incompatibilidad o inhabilidad en este caso particular. Lo concluido se fundamenta en que el Grupo BAPRO S.A. es una sociedad holding, controlada por el Banco de la Provincia de Buenos Aires (su participacin es del 99,95%), y tiene por objetivo concentrar la conduccin y el control estratgico de las distintas empresas en las que Banco participa accionariamente, detentando una participacin directa e indirecta en varias empresas que operan en diversos rubros del mercado.Es decir, que si bien el citado grupo empresario es una sociedad annima, su capital es casi enteramente pblico, razn por la cual en la prctica tiene las caractersticas de una sociedad annima con participacin estatal mayoritaria, en las cuales no es incompatible la participacin de funcionarios pblicos - fue designado por el Directorio del Banco Provincia , que desarrolla actividades de inversin y nancieras; dadas las caractersticas sealadas y teniendo en cuenta la renuncia a la percepcin de la dieta por parte del interesado, la situacin planteada no queda incursa en las incompatibilidades previstas por el artculo 53 de la Constitucin Provincial. De todas maneras, se hace saber al consultante que ante la eventualidad de la ocurrencia de un conicto de intereses y/o se traten temas relacionados al Grupo BAPRO en las sesiones del Concejo, el edil en cuestin deber solicitar una licencia en el cargo de concejal a los efectos de no participar en el tratamiento del tema. 21Una cierta exibilizacin en el sentido que proponemos, hemos hallado en la decisin del Honorable Tribunal de Cuentas que se describe a continuacin, Municipalidad de Carmen de Areco, Delegacin XVII, Expte. 4021-904/06, 14-II-2007, Texto: Consulta: Sobre el acta realizada por la Delegacin del H. Tribunal de Cuentas observando el incumplimiento del artculo 179 inciso 1) de la Ley Orgnica de las Municipalidades. En la misma, se cuestionan dos casos de inhabilidades que se tratan en las presentes actuaciones. Respuesta: En su descargo, el Jefe de Compras maniesta que uno de los casos de inhabilidades se vincula con un proveedor que presta servicios para la comuna, cuya titular es la esposa de un empleado municipal, que es la nica organizacin en la ciudad que pueda proveer la publicidad televisiva a travs de la empresa de cable local; en el segundo de los casos, se trata de un proveedor de artculos de librera e insumos de ocina que provey al municipio durante muchos aos y en la actualidad su titular es concejal. Se aduce que este negocio presta sus servicios en horarios corridos, siendo de amplia utilidad para la administracin municipal, que no se le realizan ventas al H. Concejo Deliberante sino al Departamento Ejecutivo y los montos operados son de escasa signicacin. Con respecto a la primera de las inquietudes, si bien el artculo 179 inciso 1) de la Ley Orgnica de las Municipalidades establece que ninguna persona ser empleada de la municipali-
dad cuando tenga directa o indirectamente inters pecuniario en alguna vinculacin econmica de ella, en materia de inhabilidades e incompatibilidades, la doctrina de este Organismo ha dictaminado, produciendo algunas excepciones cuando las circunstancias as lo impongan. Por ejemplo, cuando exista relacin de parentesco entre un proveedor y un funcionario municipal, la excepcin se da cuando los mismos posean patrimonios separados. Tambin se considera la excepcin cuando el proveedor, en este caso esposa de un empleado municipal, se demuestra que es el nico prestador de un servicio necesario. En cuanto al segundo de los casos, si esta librera no fuera la nica que provea los insumos necesarios a la municipalidad, no existe razn para que se excepte al concejal de la inhabilidad en los trminos del artculo 6 inciso 2) de la Ley Orgnica de las Municipalidades. Adems, refuerza esta conclusin lo establecido en el artculo 14 de la misma norma. 22 AGG, Expte N 2113-355/00, Cabe sealar que el artculo 90 del Decreto-Ley N 6769/58, sobre cuya interpretacin versan estas actuaciones, textualmente dice: Ningn Concejal podr ser nombrado para desempear empleo rentado que haya sido creado o cuyos emolumentos fueron aumentados durante el perodo legal de su actuacin, ni ser parte de contrato alguno que resulte de una ordenanza sancionada durante el mismo. Como puede advertirse de su simple lectura, la disposicin legal transcripta integra el plexo normativo que prohbe a los funcionarios municipales tener en el ejercicio de su cargo y en relacin con sus funciones, intereses que comprometan su independencia respecto de las decisiones que les corresponda adoptar (artculos 6, 7, 90 y 179 de la L.O.M.), estableciendo una inhabilitacin tica o moral surgida del desempeo del mandato de concejal y de una eventual colisin entre sus propios intereses y los municipales. Un primer anlisis del referido artculo 90 de la Ley Orgnica, no autoriza a diferenciar entre las ordenanzas por las cuales se aumentan los emolumentos de los cargos, ya se trate de normas especcas, o de contenido colectivo, como la del presupuesto comunal. En consecuencia, este Organismo Asesor es de opinin que en la especie, la licencia en el cargo de Concejal no lo habilita para ocupar el cargo en el Ejecutivo. Tampoco lo habilitarla la renuncia a su mandato electivo, toda vez que la situacin inmediata del edil no se modicara; mantenindose encuadrada en las previsiones del artculo 90. Sin perjuicio de ello, en cuanto a la duracin en 1 tiempo de la inhabilitacin prevista en el citado artculo, cabe destacar que si bien nada dispone al respecto resulta razonable suponer que no fue intencin del legislador establecer. una capitis diminutio perpetua, en contra de aquellos concejales que circunstancialmente debieron desempear sus mandatos en la etapa de sancin de las ordenanzas creadoras de cargos municipales o; que aumentaron sus emolumentos. Por el contrario, este Organismo Asesor tiene dicho que corresponde a la comuna analizar cada caso en particular y las circunstancias, bajo las cuales fueron sancionadas aquellas ordenanzas, para poder discernir la vigencia de la eventual colisin de intereses privados y municipales (que prevalecen siempre) y la incidencia que el factor tico o moral pudiere conservar para que los concejales puedan ocupar tiempo despus de concluidos sus mandatos, algn cargo cuyos emolumentos hayan sido aumentados durante el desempeo de los mismos (Conf. expte. 2113-1994/99). 23 AGG, Expediente 2207-160/95, Atendiendo a la problemtica planteada, se aprecia por lo pronto que corresponde distinguir el supuesto en que la falta de residencia se hubiera presentado con antelacin al acto electoral del que resultar elegido el Concejal, o en su defecto, hubiera sido de carcter sobreviviente. En el primer caso, debe sealarse que el artculo 191 -inc. 32) de la Constitucin de la Provincia (art. 182 inc. 32 de la Constitucin de 1934), determina los recaudos que deben reunir los ciudadanos elegibles, especicando el deber de residencia en el Distrito, anterior al proceso electoral. En este orden, compete al Concejo Deliberante la posibilidad de debatir internamente la cuestin en consulta, y naturalmente -llegado el caso- determinar si el Concejal de quien se haviso por escrito al Presidente del Concejo Deliberante. Cuando las inasistencias duren mas de tres sesiones consecutivas y/o reuniones del
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funciones, sino a los supuestos de incapacidades transitorias.26 En este sentido, si bien por una interpretacin literal del artculo 88 de la LOM deberamos llegar a la conclusin de que corresponde su reemplazo inmediato por el suplente en la lista,27 lo cierto es que la mayora de los HCD son reacios a proceder de tal forma cuando el concejal informa su incapacidad y la comunica al cuerpo a travs de su Presidente, por cuanto en tales casos existe una predisposicin a mantener la banca en favor del concejal titular. Lo que si es cierto, es que lo que no podra ocurrir en ningn caso, siempre que medie comunicacin de la causal, es que se produzca el cese del concejal por expulsin del cuerpo, ya que en ningn artculo se autoriza al HCD a proceder de tal forma. Se ha planteado si el HCD tiene facultades para supervisar la existencia de la incapacidad alegada y en su caso, para el supuesto de disidencia en cuanto a la naturaleza y alcance de la misma, si sera posible considerar las ausencias injusticadas y en consecuencia proceder a decretar la suspensin o el propio cese del concejal. Me inclino por una tesis negativa en la medida en que el Reglamento Interno no prevea la posibilidad de disponer de controles mdicos sobre el concejal solicitante de la licencia. En caso armativo, corresponder atenerse a dicho reglamento. La solucin recomendable es que los HCD regulen este tipo de situaciones.
plenario de comisiones ser necesario el permiso del Concejo. De esto se desprende que cuando supere ese plazo las ausencias debern ser otorgarlos bajo el rgimen de licencias previsto en el artculo 88 de la LOM. Con respecto al medio de comunicacin que se deber utilizar para dar aviso al concejal reemplazante, nada dice la Ley Orgnica de las Municipalidades como tampoco el Reglamento Interno; se entiende que debe formalizarse por escrito por medio de una noticacin fehaciente de la misma manera que la solicitud de la licencia del concejal titular. 25 Los casos mencionados son: 1. Tener ms de 60 aos. 2. Trabajar en sitio alejado de aqul donde deben desempearse funciones, o tener obligacin de ausentarse con frecuencia o prolongadamente del municipio. 3. Ejercer actividad pblica simultnea con la funcin municipal. 4.-Haber dejado de pertenecer a la agrupacin poltica que propuso su candidatura. 5. Hallarse imposibilitado por razones de enfermedad. 26Se reere tangencialmente a la cuestin el artculo 63 inciso 6) de la LOM, al autorizar al HCD a acordar licencias con causa justicada a los Concejales y Secretario del Cuerpo. 27Esta es la salida que sugiere el HTC, Municipalidad de Villarino, Delegacin IX, Expte. 5300-189/06, 23-III- 2006, Consulta: Sobre temas vinculados a situaciones de incompatibilidad de concejales, los cuales se describen en los prrafos siguientes. La siguiente consulta reere a una concejal prximamente a su maternidad, que pregunta si puede pedir licencia sin goce de haberes en el cargo y proceder a su reemplazo como lo estipula el artculo 88 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. Las embarazadas puede solicitar licencia al H. Concejo Deliberante, la que ser sin goce de haberes, siendo reemplazada por los suplentes siguiendo los lineamientos del citado artculo de la Ley.
CAPITULO II
28CSJN, P . 1763. XLII, Patti, Luis Abelardo s/promueve accin de amparo c/ Cmara de Diputados de la Nacin, 08-IV-2008.
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determinar su legitimacin. Ello deviene todava ms confuso a nivel de la Exma. Suprema Corte de Justicia, que ha resuelto en sendos fallos situaciones que tangencialmente se reeren a la cuestin. En primer lugar le ha negado legitimacin a los Bloques de Partidos Polticos para plantear conictos municipales internos. As ha expuesto que: nicamente se hallan legitimados para promover los conictos municipales los respectivos departamentos (ejecutivo y deliberativo), cuando se trata de una efectiva contienda acerca de sus respectivas competencias: o el intendente o los concejales que se encuentran en alguna de las situaciones descriptas por la Ley orgnica de las Municipalidades como constitutivas de un conicto interno municipal. Desde la vigencia de la ley 11.024 ha quedado circunscripta a los casos de suspensin o destitucin del Intendente municipal o de cualquier concejal por lo que no se admite la legitimacin de los denominados bloques para cuestionar por esta va la validez de ordenanzas que no afecten la investidura de sus miembros individualmente considerados.30 A igual conclusin puede arribarse leyendo el siguiente prrafo de otro decisorio del Tribunal provincial: nicamente se hallan legitimados para promover los conictos municipales, los respectivos departamentos (ejecutivo y deliberativo) cuando se trata de una efectiva contienda acerca de sus respectivas competencias, o el intendente o los concejales, cuando se encuentran en alguna de las situaciones descriptas por las leyes orgnicas municipales como constitutivas de un conicto interno municipal. Desde la vigencia de la ley 11.024 ha quedado circunscripta a los casos de suspensin o destitucin del intendente municipal o de cualquier concejal. Tambin colindante con esta cuestin se halla el decisorio adoptado por la Excma. Suprema Corte, en relacin a dirimir los conictos que puedan originarse entre un disidente y el partido poltico que lo llev su situacin partidaria, en tal sentido se expuso: No se congura el supuesto del art. 187 de la Constitucin provincial en la causa elevada por el Concejo Deliberante de Cnel. de Marina Leonardo Rosales para resolver una cuestin referida a la denominacin de un bloque disidente de un Partido poltico que se debate entre el miembro disidente y el presidente del bloque de ese partido.31 Dada la naturaleza de este ltimo fallo pareciera que el mximo tribunal se mantiene prescindente de cuestiones que puedan surgir de la relacin entre banca y partido poltico por el cual el concejal ha sido elegido. Al respecto ninguna sancin preve la Ley Orgnica Municipal, de lo cual se colige, que tan slo se admiten reparos de tipo moral que pueda presentar la persona que ha dejado de pertenecer al partido poltico que lo propuso para el cargo y al que el artculo 13 de la L.O.M. le dejar renunciar sobre dicha base. Sin perjuicio de lo antes expuesto, pero en un sentido novedoso y creemos adecuado, la Asesora Gral. de Gobierno y el Honorable Tribunal de Cuentas de la Pcia. de Buenos Aires, aceptan cuestiones que sean cursadas, no ya por el Honorable Concejo Deliberante, sino asimismo por parte de los Bloques Polticos Minoritarios, lo que constituye un sano principio, que parece adecuadamente recoger la manera real en que funciona el sistema de representacin poltica municipal. De esta forma, acordando legitimacin para informarse a la minora, se est tutelando la posibilidad de que quines en la realidad operativa disponen de menos recursos, por empezar no disponen de los medios e informacin que puede proveer el Departanebto Ejecutivo al Bloque Ocial, puedan contar con asesoramiento de primer nivel a efectos de cumplir ms adecuadamente sus labores de contralor. Organizacin de los Bloques Polticos: la notoria ausencia de reglamentacin de los Bloques Polticos Partidarios, en la que tanto incurren la Ley Orgnica Municipal, como los Reglamentos Internos de los H.C.D., no deja de ser curiosa al menos. En efecto, es comn en nuestra prctica deliberativa que los concejales acten en Bloque, trasladndose inclusive tal agrupamiento a la ubicacin fsica de los ediles en el recinto. Sin embargo y curiosamente
29 Es necesario mencionar que trataremos el tema de la actuacin de los concejales, una vez propuestos por un partido poltico y electo por la comunidad, es decir, lo que es propio de la LOM, no tratndose en consecuencia, las cuestiones referidas al proceso electoral en s. 30 SCJBA, causa B 55047, Bloque de Concejales de la Unin Cvica Radical del Conc. Delib. de Morn s/ Conicto interno munic. -art. 187 de la Const. de la Prov. de Bs. As, 19-III-1993 31 SCJBA, causa B 54489, Concejo Deliberante de la Municipalidad de Cnel. de Marina Leonardo Rosales el Conicto
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pal competente para concretar sus decisiones (conf. artculo 110 de la O.G. N 267). La regla instituida en el citado artculo 110 de la O.G. N 267, que faculta a la administracin municipal competente para disponer, por sus propios medios y por ende- sin intervencin judicial, el cumplimiento de los actos administrativos regulares y estables, acudiendo de ser necesario a actos de ejecucin directa v.gr. auxilio de la fuerza pblica-, es una prerrogativa que ha de ser ejercida en casos extremos, cuidando de no incurrir en un ejercicio abusivo de poder (conf. artculo 85 de la L.O.M.; artculos 103, 108, 114 y conc. de la O.G. N 267). Se resalta en este sentido que, en lo sustancial, se trata de un conicto intrainstitucional, en tanto estn comprometidas y cuestionadas competencias y facultades de las autoridades del Cuerpo Deliberativo por alguno de sus miembros organizados en Bloque poltico, por lo que, inicialmente, cabra ponderar la posibilidad de denunciar la existencia de un Conicto de Poderes (artculo 196 de la Constitucin Provincial y artculos 261, siguientes y concordantes de la L.O.M.); o bien deducir la accin contencioso administrativa de declaracin de certeza conforme lo establecido en los artculos 2 inc. 7 y 12 inc. 4 del C.P .C.A. No obstante es de sealar con relacin al Conicto de Poderes- que la Suprema Corte Provincial es reacia a admitirlo en el seno del Concejo Deliberante salvo cuando de resultas del mismo deviene el desplazamiento de algn concejal.es, p. 92.
35 SCJBA, causa B 49610 S, Naudi, Enrique, c/ Pcia. de Bs. As. s/ Demanda Contencioso Administrativa, 30- IX1986, A.Y.S., Tomo 1986-III P . 378 y en E.D. Tomo 125:318. 35 SCJBA, causa B 49610 S, Naudi, Enrique, c/ Pcia. de Bs. As. s/ Demanda Contencioso Administrativa, 30- IX-1986, A.Y.S., Tomo 1986-III P . 378 y en E.D. Tomo 125:318. 36 La discusin respecto a la gratuidad de las funciones del concejal, no slo se dan y con dureza en el campo del derecho argentino y particularmente dentro del contexto bonaerense. Es por dems interesante ver como el criterio es profundamente distinto de una ciudad a otra dentro de un mismo condado inclusive, en las instituciones municipales norteamericanas. Es as que una investigacin publicada en el matutino The Miami Herald de la ciudad de Miami, 29-X-1995, en el cual se investiga la remuneracin que perciben intendentes y concejales, quienes normalmente se quejan en contra de las ausencias de pagos adecuados para labores que exceden las 60 horas semanales, expresa y reeja precisamente este tema candente. Es cierto, que en principio los concejales y comisionados del Condado de Dade (mbito cubierto por la nota periodstica) actan gratuitamente. Ello es respetado en algunas ciudades, tal el caso de Key Biscayne, o Indian Creek; mientras que en otras los legisladores comunales reciben algunos benecios tales como derecho de estacionamiento gratis, casos de Miami, Miami Beach o Surfside, reconocimientos de gastos Hialiah u$d 20.400 por ao-, Miami Shores -$ 5,000-, North Miami Beach -$ 6.000-; otros municipios, lisa y llanamente estipulan importes en concepto de salario, el caso mas destacado es el de Medley que establece una remuneracin de u$d 16.800 anual.
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concejales y el importe mximo a recibir? Con respecto al primero de los interrogantes, no es claro el por qu se mantiene dicho criterio an cuando se ha establecido un tope del 3% en los gastos de los Concejos, y cuando pareciera que la mate ra por su naturaleza es de esencia tan propia de cada comuna, que la intervencin provin-cial parece al menos un tanto desafortunada por cuanto condiciona a los municipios y pre-juzga sobre su capacidad para decidir tal temtica, y ms an cuando ignora que por la naturaleza de la funcin, el concejal est absolutamente ms cerca del escrutinio directo de la gente que cualquier otro legislador provincial o nacional En cuanto al segundo interrogante, pareciera que no existe relacin entre el tamao de la comuna y la dieta a percibir por los concejales, ello as por cuanto sera tanto como discriminar considerando la existencia de concejales de primera y de segunda. Por cierto que podr decirse en contra de un criterio uniforme como el que propiciamos, que las responsabilidades en una comuna mayor son tambin ms importantes, sin embargo es posible rebatir esto diciendo, que tales mayores responsabilidades se encuentran equilibradas por el hecho de que el nmero de concejales es tambin mayor, con lo que se equiparan las labores. Ahora bien, dejando de lado, lo que consideramos debera de ser hecho y atenindonos exclusivamente a lo que la ley dice, consideramos que es necesario ingresar en el otro problema que plantea la existencia de un lmite en la dieta mxima a percibir. Decimos que esto constituye un problema, frente a la inventiva innata del argentino para trasgredir las normas. A efectos de evitar que el tope sea vulnerado y sobre la presuncin de posibles argucias, la LOM cort de cuajo tal posibilidad al establecer la prohibicin de jar viticos o gastos de representacin permanentes. Indudablemente hoy por hoy, con dichas imposiciones, como as dada la existencia de un importe mximo en carcter de erogaciones de ejercicio del Presupuesto del Honorable Concejo Deliberante, se ha procedido a jar lmites cuya vulneracin resulta fcil de detectar por parte de los organismos de contralor del accionar contable municipal. 3.3. INDEMNIZACIN Y APORTE JUBILATORIO De acuerdo a lo que hemos expresado y compartiendo la manifestacin de quin fuera nuestro profesor en la universidad Nacional de La Plata, distinguido jurista con mritos sobrados en materia municipal, Dr. Ricardo M. Zucherino, entendemos que los arbitrios que efectu la sucesiva legislacin provincial para justicar lo injusticable, es decir que la funcin de Concejal fuera tcnicamente honoraria mientras que en la prctica era remunerada, no escap a los entes recaudadores que observaron la praxis que la teora. Por ello ante el hecho de que la indemnizacin la L.O.M. se convirtiera en una suma ja que no discriminaba entre los miembros que la perciban con independencia de sus labores y del grado de afectacin efectivo, primero el Instituto de Obra Social de la Provincia (IOMA) y luego el Instituto de Previsin y Seguridad Social de la Provincia procedieron a gravar tales ingresos. El primero lo hizo estableciendo la aliacin obligatoria de los Concejales a dicha Obra Social y estableciendo contribuciones obligatorias. El segundo mediante la incorporacin como importe sujeto a aportes provisionales de la indemnizacin. La sancin de la ley 10.693 modic tambin esta temtica al disponer lisa y llanamente las retenciones en favor de los Institutos de Seguridad Social pertinentes. 3.4. LA REFORMA DE LA LEY 13.217 En un nuevo giro legislativo, la mencionada ley permite a los concejales someterse a un doble rgimen que se articula con el sistema de incompatibilidades. En el artculo 92 en su actual redaccin, Los concejales perciben salvo manifestacin expresa en contrario, una dieta mensual. Esa dieta se jada por el Concejo, no pudiendo exceder una escala que se ja en: a) el equivalente de hasta dos meses y medio de sueldo mnimo jado por el Presupuesto de Gastos para el personal administrativo municipal en las Comunas y hasta diez Concejales. b) Al equivalente de hasta tres meses de sueldo mnimo para las Comunas de hasta catorce Concejales. c) Al equivalente de hasta tres meses y medio de sueldo mnimo para las Comunas de hasta dieciocho Concejales. d) Al equivalente de hasta cuatro meses y medio de sueldo mnimo para las Comunas de hasta veinte Concejales. e) Al equivalente de hasta cinco meses de sueldo m-
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CAPITULO III
COMPETENCIA DE LOS HONORABLES CONCEJOS DELIBERANTES
1. ATRIBUCIONES DE LOS HONORABLES CONCEJOS DELIBERANTES
Este captulo enraiza profundamente en una de las cuestiones que mayor polmica ha planteado en el campo del derecho municipal. Determinar las competencias implica jar las reas de actuacin, en primer trmino del municipio en el marco de la organizacin provincial remitiendo al tema autonoma y autarqua y en segundo lugar, del Departamento Deliberativo con relacin al Departamento Ejecutivo Municipal. 1.1. AUTONOMA - AUTARQUA La Convencin Nacional Constituyente en el ao 1994, reejando el cambio jurisprudencial producido por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en los casos Rivademar y Municipalidad de Santa Fe; as como, de la persistente doctrina sostenida por las escuelas municipalistas ms importantes del pas, entre las cuales se encuentra la de la Universidad Nacional de La Plata, modica el artculo 123 del texto magno, complementando el artculo 5 del mismo cuerpo legal y disponiendo que los gobiernos municipales gocen de autonoma. Simultneamente se desarrollaba la Convencin Constituyente de la Provincia de Buenos Aires, convocada entre otros nes, con el de asegurar municipios autnomos. La Constitucin Provincial, no fue modicada en lo atinente al rgimen municipal, como tampoco lo fue la Ley Orgnica Municipal que en forma uniforme crea un sistema comn para todos los Municipios Bonaerenses. El ordenamiento jurdico provincial sostiene que las Municipalidades cuentan con un grado mnimo de descentralizacin, propio de una forma autrquica o de autonoma restringida. Coherente con esa situacin, la Provincia de Buenos Aires an despus de sancionada la reforma nacional, ha dividido y creado nuevos partidos (Municipalidad - Territorio) prescindiendo de las voluntades locales; contina jando las remuneraciones de intendentes y concejales a nivel provincial; legisla el rgimen laboral local y establece la obligatoriedad de aportes a la Obra Social de la Provincia de Buenos Aires; determina el importe mximo de presupuesto en erogaciones de los Concejos Deliberantes; somete a dictmenes de organismos provinciales decisiones econmicas y nancieras municipales; limita la capacidad de endeudamiento local; controla la ejecucin presupuestaria a travs del Tribunal de Cuentas Provincial; legisla en temas claramente locales como disposicin de basura o cierre de comercios, entre otras normas que trasgreden a nuestro entender los parmetros bsicos de cualquier autonoma local. 1.2. ANLISIS DE PARMETROS ESENCIALES PARA DETERMINAR GRADO DE AUTONOMA Es posible que muchos de los aspectos y temas que se discuten bajo el ttulo autonoma y autarqua normalmente queden entrampados bajo discusiones semnticas, por lo que intentaremos apartarnos de los aspectos de mera denominacin, para trazar un eje que se reere concretamente a ciertos aspectos que hacen a la propia vida autonmica de los municipios. En procura de ese n, es que analizaremos en este captulo y dentro del marco reducido de
37De hecho, en su edicin del 20 de abril de 2004, el matutino La Capital, anunciaba la convocatoria a un plebiscito no vinculante, a n de que los doce mil habitantes de dicha localidad decidieran a cual de los dos Municipalidades adheran y eventualmente, si deseaban la constitucin de un nuevo partido. Todo ello para ser elevado a la Legislatura provincial que en denitiva habr de decidir sobre la viabilidad de la propuesta.
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Sin embargo, una completa revisin de la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires demuestra que la misma ha sostenido la constitucionalidad de la mencionada norma Como contrapartida en la causa L.58.057, Zamora Hugo y otro c/ Municipalidad de Gral. Pueyrredn s/Cobro de diferencia de haberes, en la que se discuta la pretensin de empleados que fueran transferidos por Obras Sanitarias de la Nacin, a la Provincia de Buenos Aires y luego al Municipio, de continuar bajo la tutela del Convenio Colectivo 57/75, el mximo Tribunal provincial decidi que: Aceptar la aplicacin de la resolucin 1056/83 del Ministerio de Trabajo de la Nacin a la Municipalidad de General Pueyrredn de la Provincia de Buenos Aires, como se propicia en el recurso, implica una desnaturalizacin y desconocimiento del rgimen municipal que pone en riesgo su subsistencia como tal. Es decir, que la Corte parece sostener un doble criterio, de acuerdo a que la transgresin del rgimen laboral del Municipio sea ocasionado por el Gobierno Nacional o por el Gobierno Provincial, armndose en el primer caso las facultades constitucionales de las comunas a disponer su rgimen de empleado pblico y negndolo para el segundo supuesto. 1.2.C. Control de las autoridades locales por mecanismos provinciales La Provincia de Buenos Aires, mantiene al da de la fecha el contralor de las gestiones municipales mediante un nico Tribunal de Cuentas provincial, al cual se le encomienda el contralor externo de la gestin econmica, nanciera y contable de las Municipalidades. Tal control nico, de realidades completamente distintas, no slo deviene en trminos generales en un dcit de su actividad, sino lo que es ms grave, en numerosas decisiones apartadas completamente de lo que acaece en cada comuna. 1.2.D. Facultades locales y su avance por va provincial. Tal como sealramos en la introduccin de este trabajo, entendemos que una manera de cotejar los parmetros de autonoma vis a vis la Constitucin Nacional, radica en realizar una comparacin entre aquellas cuestiones que parecen de toda obviedad locales y la eventual regulacin que sobre ellas efecta el gobierno provincial. Y es en este cuadro, donde sin ingresar en detalladas casusticas, observamos que la Provincia de Buenos Aires, no ha modicado en modo alguno sus pautas de actuar institucional desde 1994 a la fecha, reivindicando en muchos supuestos el carcter de municipios de delegacin que compete a las comunas. Una de esas reas en las cuales podramos coincidir sin hesitar que se trata de facultades municipales, es la que compete a la recoleccin y disposicin de residuos domiciliarias. Sin embargo, repasado el precedente Municipalidad de La Plata s/Inconstitucionalidad del Dec. Ley 9111. Tercero: C.E.A.M.S.E.42 en donde la primera cuestionaba la constitucionalidad de las normas que establecan por va de convenio entre Nacin, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, el destino nal de disposicin de los residuos y los importes a abonar por la Municipalidad de La Plata por dicho tratamiento, legamos a la conclusin de que la Corte bonaerense tiene otra lectura del fenmeno. Es que resulta claro, tal como sostiene el voto en minora del Dr. Negri43, que si existe una materia en la cual la competencia es municipal, es en materia de disposicin y tratamiento de residuos; pero veremos que la opinin mayoritaria consolida la postura del carcter de Municipios de Delegacin que se les atribuye a dichas entidades en la Provincia de Buenos Aires, sosteniendo la facultad de esta ltima:,
42 SCJBA, Causa I. 1305, Municipalidad de La Plata s/ Inconstitucionalidad del Dec. Ley 9111. Tercero: C.E.A.M.S.E., 27-VII-1997. 43Dice el voto del Dr. Negri, al cual adhiere el Dr. Salas, en coincidencia con el dictamen del Procurador General, que: 11. En suma, ninguna clusula constitucional sirve para legitimar, por as decirlo, al dec. ley provincial 9111, el que debe ser descalicado y declarado invlido constitucionalmente en esta instancia judicial por infraccin a los arts. 190, 191, 192 incs. 4, 5 y 6 de la Carta suprema provincial, ya que resulta incompatible con el rgimen municipal y las atribuciones que le corresponden, en ese contexto del ordenamiento superior, a la Municipalidad actora, a quien no puede serle opuesto ni aplicado dicho decreto ley.
44 En efecto, en ese contexto las facultades de los municipios se hallan determinadas no slo por el constituyente sino tambin por el legislador, pudiendo serles atribuidas en forma exclusiva o en concurrencia con otros entes territoriales o servicios estatales, como propias o delegadas por el Estado provincial (conf. causa B. 53.836, sent. del 21III-2001). De tal modo, la conguracin del rgimen comunal resulta atribucin privativa del orden local (conf. Morello, Augusto Mario, El rgimen municipal en la Provincia de Buenos Aires, Jurisprudencia Argentina, 1996-III-612); Bianchi, Alberto B., La Corte Suprema ha extendido carta de autonoma a las municipalidades, La Ley, 1989-C-47). 4. En el marco de estos lineamientos jurisprudenciales y doctrinarios, corresponde dilucidar si la Ordenanza 8856 ha sido dictada conforme a las atribuciones que conere la Carta Magna local al Concejo Deliberante. As, la Constitucin provincial establece que La legislatura deslindar las atribuciones y responsabilidades de cada departamento, conrindoles las facultades necesarias para que ellos puedan atender ecazmente a todos los intereses y servicios locales... (art. 191) y que Son atribuciones inherentes al rgimen municipal... (art. 192, entre otras, 4 Tener a su cargo el ornato y salubridad, los establecimientos de benecencia que no estn a cargo de sociedades particulares, asilos de inmigrantes que sostenga la Provincia, las crceles locales de detenidos y la va pblica y 6. Dictar ordenanzas y reglamentos dentro de estas atribuciones. En cumplimiento de dicha manda supralegal, la Ley Orgnica de las Municipalidades prescribe que la sancin de las ordenanzas corresponde al Concejo Deliberante (art. 24) que las mismas debern deliberativa municipal, regla-
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Ahora bien, la Constitucin Provincial asigna a los Municipios la facultad de velar por el ornato y las buenas costumbres locales. Ello implica necesariamente la posibilidad de que cada pueblo pueda denir concretamente sus pautas culturales y costumbres y que ellas sean respetadas por terceros. En tal sentido, es claro que la actividad del juego, se encuentra entre aquellas que se vinculan necesariamente a la denicin de moralidad de cada sociedad. Por ello, cuando la Municipalidad de Junn46decide prohibir la actividad de un Bingo, al cual la Provincia de Buenos Aires habilita, entendemos, no hizo otra cosa que defender su derecho a autodenir su propia comunidad47. Sin embargo, la Corte por voto mayoritario sostendr nuevamente la potestad concurrente y supresora de la autonoma comunal que reconoce al Estado Provincial.48 En la lectura de los fallos repasados precedentemente y del distintas normas provinciales uniformes, como por ejemplo, la referida a habilitacin de hipermercados, barrrios privados y desarrollos urbanos, uso del suelo, cementerios privados, horario y cierre de locales y conteras bailables, entre otras; sin perjuicio de la subsistencia de Ordenanzas Generales dicta-
mentar: 1. La radicacin, habilitacin y funcionamiento de los establecimientos comerciales e industriales, en la medida que no se opongan a las normas que al respecto dicte la Provincia y que atribuyan competencia a organismos provinciales (art. 27 inc. 1). Se colige de la interpretacin armnica del citado plexo normativo que el constituyente bonaerense ha delegado en el municipio funciones de polica en materia de ornato, sanidad, asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educacin, proteccin, fomento, conservacin, pero en modo alguno la facultad de regular el comercio desde la perspectiva econmica, tales como la competencia en el mercado, y sus efectos sobre el empleo y la desocupacin. Precisamente, el cuerpo normativo impugnado ha sido dictado excediendo la competencia constitucional atribuida al Cuerpo Deliberativo, toda vez que reglamenta la libertad de comercio garantizada por el art. 27 de la carta Magna provincial. Siendo que la comuna carece de competencia reglamentaria en la materia abordada, juzgo que la ordenanza de marras ha impuesto una irrazonable restriccin a la libertad de comerciar, y por ende, resulta violatoria de los arts. 27, 57, 191 y 192 de la Constitucin provincial. Destaco que no se discute la potestad jurdica de los municipios de limitar el ejercicio de determinados derechos individuales con el n de asegurar el bienestar general, as como para jar zonas para desarrollar determinados tipos de actividad comercial, toda vez que el crecimiento de los centros urbanos y la necesidad de que en los asentamientos de poblacin que se van formando se provea un adecuado desenvolvimiento futuro, impone la adopcin de una serie de medidas que tiendan a establecer un verdadero plan regulador, propendiendo a que los centros de poblacin vivan y se desenvuelvan de conformidad con las exigencias de seguridad, moralidad, higiene, etc., priorizando la calidad de vida de sus habitantes. Empero, amn de su apego a la legalidad, el ejercicio del poder de polica municipal ha de ajustarse a un criterio de razonabilidad (causa B. 53.836 citada), y no debe extralimitarse a funciones ajenas a su competencia. responder a los conceptos de ornato, sanidad, asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educacin, proteccin, fomento, conservacin y dems estimaciones encuadradas en su competencia constitucional que coordinen con las atribuciones provinciales y nacionales (art. 25), correspondiendo a la funcin 45 SCJBA, causa I. 2132, Carrefour Argentina S.A. contra Municipalidad de la Plata. Declaracin de inconstitucionalidad. Medida cautelar, 14-IV-2004. 46 SCJBA, causa B. 53.836, Cadegua Sociedad Annima contra Municipalidad de Junn. Tercero: Sociedad Belgrano para la Proteccin de la Niez. Demanda contencioso administrativa, 21-III-2001. 47 Nuevamente en voto esclarecedor, el Dr. Negri, sostendr: En la primera se ha consagrado el reconocimiento de la autonoma municipal (art. 123) que implica, ms all de la falta de actualizacin de la Constitucin provincial en ese aspecto, un giro interpretativo a propsito del tema en cuestin. El criterio de competencia exclusiva y excluyente de la Provincia sobre la regulacin del juego de azar denominado Bingo debe ceder y exibilizarse so riesgo de negar toda intervencin a las comunas en esferas que le son propias e inherentes conforme manda la Constitucin provincial en orden a la administracin de los intereses y servicios locales (art. 190) as como a la materia de polica (cfr. art. 192 incs. 4, 6 y ccs.). 2. En efecto, cabe recordar que el principio hermenutico sobre la competencia provincial regulatoria del juego de azar Bingo, tuvo su origen en una situacin diferente de la actual. Se trataba de la falta de una reglamentacin de ese juego a nivel de la Legislatura provincial y de su paralela autorizacin por muchas Municipalidades. En consecuencia, haban proliferado distintos regmenes locales asxiando cualquier intervencin uniforme por parte de la Provincia, circunstancia que, a tenor del tipo de actividad, no se presentaba en esas condiciones, razonable. Al expedirme en la causa Club Atltico Brown (I. 1135, sent. 27IX1994), voto al que se adhirieron los otros miembros del Tribunal, expres que la materia en tratamiento es de aqullas que estn sometidas por su propia naturaleza a limitaciones y controles por parte de la autoridad, habida cuenta que el juego de azar o, mejor dicho, la explotacin de cualquier clase de juego constituye una actividad que puede ser meramente tolerada por el Estado; y tambin sostuve que la decisin de clausura que en el caso se cuestiona, obedeci...a la necesidad de preservar
el orden y las atribuciones de la Provincia para regular lo atinente a juegos de azar, frente a una situacin de proliferacin de salas dedicadas a la explotacin del Bingo sin que la autoridad provincial hubiese autorizado esa clase de juego.3. La aludida situacin cambi con la regulacin y virtual autorizacin de la actividad objeto de debate, que fue legislada por la Provincia ley 11.018 y reglamentada mediante el decreto del Poder Ejecutivo 5309. Tales normas se reeren a la autorizacin en el mbito provincial del funcionamiento y explotacin del juego de azar denominado lotera familiar, lotera familiar gigante o Bingo, previendo la habilitacin de 32 salas de juego en distintos lugares del territorio bonaerense. La autorizacin legal de los juegos de azar no signica alteracin de su carcter de actividad meramente tolerada, como se dijo, y sometida como tal a estrictas limitaciones y controles severos que deben ser rigurosamente respetados. 48 En ese contexto las facultades de los municipios se hallan determinadas no slo por el constituyente sino tambin por el legislador, pudiendo serles atribuidas en forma exclusiva o en concurrencia con otros entes territoriales o servicios estatales, como propias o delegadas por el Estado provincial. Cabe distinguir entonces entre las potestades pblicas (la funcin) y los cometidos o actividades concretas (la materia) que pueden ejercer los gobiernos municipales. La funcin legislativa (el poder jurdico de dictar normas de carcter general y por tanto obligatorias para sus habitantes, como las ordenanzas) slo puede ejercerse respecto de ciertas actividades de inters local y dentro del mbito de su competencia (cf. Sayagus Lazo, Tratado de Derecho Administrativo, Montevideo, 1953, I252; Martins, Daniel, El municipio y su problemtica contempornea (facultades y atribuciones del Gobierno municipal), Revista El Derecho, t. 116, 6I1986). As, la Constitucin provincial atribuye a las Municipalidades la Administracin de los intereses y servicios locales y luego enumera en forma no taxativa: ornato y salubridad, benecencia, asilos de inmigrantes, crceles locales, vialidad pblica, administracin de bienes races municipales, energa elctrica y obras de mejoramiento (arts. 190, 192 inc. 4 y concs., texto actual). Consecuentemente, el art. 25 de la Ley Orgnica de las Municipalidades establece: Las ordenanzas debern responder a los conceptos de ornato, sanidad, asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educacin, proteccin, fomento, conservacin y dems estimaciones encuadradas en su competencia constitucional que coordinen con las atribuciones provinciales y nacionales. A su vez, en el marco de su funcin deliberativa, corresponde al municipio reglamentar la radicacin, habilitacin y funcionamiento de los establecimientos comerciales e industriales en la medida que no se opongan a las normas que al respecto dicte la Provincia y que atribuyan competencia a organismos provinciales (art. 27 inc. 1), y la habilitacin y funcionamiento de espectculos pblicos; como asimismo la prevencin y prohibicin del acceso para el pblico, por cualquier medio, a espectculos, imgenes y objetos que afecten la moral pblica, las buenas costumbres y los sentimientos de humanidad, particularmente cuando creen riesgos para la seguridad psquica y fsica de los concurrentes o de los participantes (art. 27 inc. 16), en tanto en el captulo de los recursos municipales prev la percepcin de patentes de billares, bolos, bochas, canchas de pelota y otros juegos permitidos; rifas autorizadas con nes comerciales; teatros, cinematgrafos, circos y salas de espectculos en general (art. 226 inc. 9) y cualquier otra contribucin, tasa,
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El esquema de funcionamiento de los Partidos Polticos, actualmente vigente en las Municipalidades de la Provincia de Buenos Aires50 se basa en aqul que proveen los grandes partidos nacionales, los cuales son de carcter centralista. Es as que entendemos, las pautas del federalismo argentino tradas del modelo constitucional de los Estados Unidos, se han visto trastocadas por una tendencia centralizante hacia lo provincial y nacional. A diferencia de lo que ocurre con otros sistemas institucionales en el derecho comparado,51son normalmente los partidos polticos nacionales52 y eventualmente provinciales,53 quienes ejercen el monopolio en la presentacin al electorado municipal de candidatos a cubrir los cargos en disputa. Ello determina, entre otros efectos, que los intereses nacionales y provinciales habrn de tener preeminencia sobre las cuestiones netamente locales. Esta dinmica, que contagia la rbita institucional, genera una serie de efectos, las ms de las veces desfavorables para la propia vida del municipio; mxime cuando las personas designadas para ocupar y ejercer las funciones comunales, estn ms pendientes de sus banderas polticas que de las propias necesidades de sus vecinos.54 En este marco, en el que se desempean los funcionarios y representantes comunales, es que se explica la constante extrapolacin e inuencia de cuestiones ajenas a la esfera institucional municipal; lo que a su vez, convierte a la poltica municipal, en un simple apndice de la provincial y nacional, desvirtuando las instituciones previstas por el Constituyente. Ahora bien, si ello de por si es grave, por cuanto el inters superior de los partidos habr de desconocer los lmites que separan las esferas municipales de los provinciales; se agrava tal efecto, cuando se observa que la mayora de quienes ocupan cargos pblicos electivos, normalmente visualizan a las posiciones municipales simplemente como un peldneo para cargos provinciales o nacionales, que se perciben como de mayor importancia.
3. CONCLUSIONES
El anlisis de la prctica constitucional e institucional desarrollada en la Provincia de Buenos Aires desde 1994 a la fecha, permite hallar poco avance en direccin al cumplimiento de la
derecho o gravamen que imponga la municipalidad con arreglo a las disposiciones de la Constitucin (art. 226 inc. 31, dec. ley cit.). Por lo dems, existen limitaciones a ciertas actividades que resultan de imposiciones fundadas por motivos de seguridad, moralidad, salubridad e higiene. Materia que es propia del gobierno y Administracin provincial pero a la que pueden concurrir facultades municipales (arts. 182, t.a., Const. prov. y dec. ley 6769/1958; 25, 27 incs. 1, 16 y 28, 28 inc. 7 y 108 inc. 5, con las reformas del dec. ley 9117/1978). No se discute pues la potestad jurdica de las comunas de limitar el ejercicio de determinados derechos individuales con el n de asegurar el bienestar general, as como jar zonas para desarrollar determinados tipos de actividad comercial toda vez que el crecimiento de los centros urbanos y la necesidad de que en los asentamientos de poblacin que se van formando se provea un adecuado desenvolvimiento futuro, impone la adopcin de una serie de medidas que tiendan a establecer un verdadero plan regulador, propendiendo a que los centros de poblacin vivan y se desenvuelvan de conformidad con las exigencias de seguridad, moralidad, higiene, etc., priorizando la calidad de vida de sus habitantes. 49 Sobre tal cuestin invitamos al lector a la consulta Tenaglia Ivn, Ley Orgnica Municipal Comentada y Anotada, Ed. Platense, La Plata, 2000, el trabajo ms completo sobre esta cuestin. 50 Remitimos para mayores precisiones sobre el particular, al artculo Saredi Roberto M. y Pulvirenti Orlando D., La Poltica desde la Poltica, Revista Rap (ver htpp: www.revistarap.com.ar). 51 Es particularmente ejemplicativo el sistema legal norteamericano en el que se prohbe a los partidos polticos nacionales y estaduales participar con candidatos propios en los comicios municipales, que se llevan adems en distinta fecha. 52 Casos del Partido Justicialista, Unin Cvica Radical, ocasionalmente el MID, UCD, FREPASO, ARI, entre otros. 53 Movimiento Popular Neuquino, el Partido Autonomista de Mendoza, entre otros. 54 No sin sorpresa, por la extrema similitud del planteo efectuado con la realidad de los municipios bonaerenses, hemos leido un reciente artculo que ilustra sobre una realidad muy similar en el Estado de Oxaca en Mxico, es as que afrmale diputado Rey Morales Snchez, del Congreso de Oxaca, que: por parte del gobierno de estado hay un autoritarismo que quiere controlar a los municipios por medio de delegaciones del Gobierno...quienes estn en las delegaciones de Gobierno son los prximos candidatos a diputados federales y o estaduales. Se trata de un espacio que es aprovechado para el control y para el lanzamiento de candidaturas a niveles superiores,Morales Snchez, Rey, Reforma poltica electoral y relaciones con el Ayuntamiento, Congreso de la UNAM 2002.
4. LA SITUACIN OPERATIVA
Puede sealarse que en las pginas anteriores no se ha hecho otra cosa que un anlisis descriptivo. Aceptamos tal posible crtica, por cuanto la idea de un manual es no hacer ejercicios tericos. El tema como puede verse es demasiado complejo y no quisiera incurrir en defecto de sumarme a un estril debate conceptual, en el que huelgan los trminos y se olvida la esencia.55 Decimos esto por cuanto la tendencia a incurrir en abstracciones de gabinetes, culmina por darnos una muy plida visin de la realidad. En consecuencia, mientras mucho se discute sobre qu es autonoma o autarqua y a veces no dudan nuestros representantes en plasmarlos en legislaciones positivas, luego la marcha de las cosas tornan esos textos legales en meras declamaciones. Ello es evidente, cuando no encontramos demasiadas diferencias en el funcionamiento efectivo de municipios de convencin que rigen en otras provincias y el rgimen comunal que est vigente en la nuestra. Factores tales como la incidencia de los partidos polticos, caudillismos que no reconocen de fronteras territoriales municipales, entre otras, borran esas distinciones. Dejando en consecuencia el anlisis respecto de los trminos autonoma o autarqua, la pregunta bsica que nos hacemos es qu compete conceptualmente al municipio y qu a la provincia. Podemos armar que es provincial todo aquello en lo que existe un inters general que excede al de una mera localidad, mientras que sera municipal, cuando el asunto alcanza un tema de ndole puramente local.56 Claro est que es muy difcil establecer cual es la frontera exacta o cundo algo es local y en qu momento deja de serlo. Numerosos son los ejemplos que ilustran tal extremo. Pensemos en los incidentes acaecidos durante las sucesivas inundaciones que afectaron la cuenca del Salado en la Provincia de Buenos Aires. No fueron pocas las ciudades que directamente o mediante autorizacin a sus habitantes construyeron canales de agua cuyo efecto agravaba la situacin de los partidos convecinos. O el caso, del dictado de ordenanzas y ahora de ley provincial ordenando cierre de negocios bailables a una determinada hora; tal el caso, de Junin, que lo j a las 2 de la maana para das viernes y sbados y a las 3 para los domingos. Tal Ordenanza motiv un traslado masivo de los concurrentes a negocios de ciudades y localidades vecinas, por medio de la cual se impone a todas las empresas que ejecuten obras pblicas o que concesionen servicios con la citada ciudad a contratar el 70% del personal entre los residentes en la misma.57 La inquietud probablemente es razonable
57 Esta Ordenanza en particular como otras dictadas en consecuencia no presentan antecedentes judiciales de cuestionamiento en nuestro Pas, sin embargo existen numerosas situaciones similares en los Estados Unidos, jurisprudencia que en muchos supuestos ha sido seguida por el Supremo Tribunal Nacional para solucionar situaciones inditas. Sobre el particular las Cortes del Pas del norte no han denidos criterios 58 Lo dicho no slo es vlido para nuestro pas, hemos tenido oportunidad de ver, como en los Estados Unidos, Coral Gables (Florida) procedi a cerrar la mayor parte de sus calles que se comunican hacia Miami, sustentando que el trnsito de los Miamenses causaba ruido e inconvenientes a sus vecinos votantes. Sin embargo, qu pasara si la ciudad de Miami, reacciona de igual medida y luego le siguieran en orden sucesivo las dems comunidades? Es difano que lo que se inici como un problema local se habr convertido en uno regional. 59Briffault Richard, Our Localism: Part II - Localism and Legal Theory, Columbia, Columbia Law Review, 1990, Pp. 346-454, reere bsicamente al problema cada vez ms importante en el pas del norte originado en la tensin entre las ciudades y los suburbios, toda vez que necesariamente las polticas adoptadas en la primera impactan en la se-
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desde un punto de vista local, independientemente de que pueda originar una serie de dudas acerca de la procedencia de una medida que puede conculcar algunos derechos del trabajador. Sin embargo, la prxima pregunta que aparece es qu es lo que ocurre si distrito tras distrito adoptan similar poltica de manera tal que Florencio Vrela, Quilmes, Berazategui o Magdalena, por citar partidos vecinos, adoptan resoluciones de igual talante. No cabe dudas de que lo que apareci como una inquietud meramente local se convirti en una problemtica generalizada y requiere una respuesta distinta. Es indudable que este fenmeno de afectacin de las localidades vecinas como efecto tangencial de la poltica adoptada por una ciudad contigua no deja de ser una constante de la externalidad de tales posturas.58 59 partidos vecinos, adoptan resoluciones de igual talante. No cabe dudas de que lo que apareci como una inquietud meramente local se convirti en una problemtica generalizada y requiere una respuesta distinta. Es indudable que este fenmeno de afectacin de las localidades vecinas como efecto tangencial de la poltica adoptada por una ciudad contigua no deja de ser una constante de la externalidad de tales posturas.58 59
gunda. Ello ha originado lo que se denomina conciencia de NIMBY (Not in my Back Yard) o lo que es lo mismo, no en mi patio. Es as que puntualmente el autor describe el caso del rechazo a la construccin de basureros, barrios para obreros, refugios para pobres o casas de convalecencia para enfermos de Sida. Lo ms curioso es que a pesar de parecer una realidad muy distante, nos encontramos con esta misma situacin en nuestros municipios. Recientemente se expidi la Cmara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de La Plata respecto de la irrazonabilidad de una ordenanza de la Municipalidad de Rosales que prohiba la instalacin de plantas de tratamiento de residuos en su localidad, el Tribunal le mencion que de seguirse esa tesitura por todos los municipios de la Provincia, no habra cmo dar solucin al problema. CACAdm. La Plata, causa 87, Suelos Ecolgicos c. Municipalidad de Coronel Rosales, 22-V-2007.Es as que en White v. Massachussetts Council of Constr. Employers, Inc. 460 U.S. 204, 103 SCT 1042,75 L.Ed. 2d 1 (1983), se expres que la Ley del Estado de Massachussetts por medio de la cual se estableca un porcentaje mnimo de residentes en el distrito no afectaba la clusula de libertad de comercio. Por el contrario la misma Corte llega a una conclusin dudosa en United Bldg. & Constr. Trades Council of Camden County and Vicinity v. Mayor & Council of City of Camden, 465 U.S. 208, 104 S.Ct. 1020, 79 L.Ed. 2d. 249 (1984), sostuvo que la ordenanza de Camden por la cual se exiga que el 40% de los empleados tomados por las contratistas y subcontratistas de la Municipalidad en Obras Pblicas fueran residentes de la ciudad posiblemente violaba la clausula de Privilegios e Inmunidades de la Constitucin Norteamericana.En el caso la Corte sostuvo que la nica forma de evitar tal conicto resida en que la Ordenanza respondiera a verdaderas y justicadas cuestiones locales, tales como falta notoria de empleo u otras. Sobre el particular puede leerse: Barbash, Court Upholds Cities Rules on Job Residency, Wash. Post, March 1, 1983, A-i.).
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6.2. REGLAMENTARIAS. El artculo 27 de la LOM dene el cmulo de atribuciones que constituyen el ncleo del ejercicio del Poder de Polica Municipal. La cuestin se encuentra hondamente vinculada con el propio centro de las actividades municipales y obedece a la determinacin de aquellas reas especcas en las que la comuna dicta normas, regla y ejerce controles. El primer aspecto para destacar de esta enunciacin de facultades es que los incisos 1, 2, 6, 9, 14, 18, 20, 21, 22 del artculo citado dejan en claro en base a una reiteracin de lo ya expuesto por el artculo 25 LOM que las competencias municipales son de carcter residual y que pueden ser ejercidas en la medida en que no contradigan las facultades, resoluciones y/o legislacin nacional o provincial. En cuanto al carcter de la enumeracin que hace el artculo 27 LOM en cuanto a las atribuciones reglamentarias municipales, la misma es meramente enunciativa y no taxativa, toda vez que el inciso 28, se encarga de manifestar que la larga lista descripta no empece la posibilidad de establecer reglamentaciones sobre alguna de las materias que abre el artculo 25 de la LOM. Obvio es, con los lmites que imponga el orden jurdico nacional y provincial. 6.2.A. Radicacin, habilitacin y funcionamiento de establecimientos comerciales e Industriales. Estas facultades se encuentran dentro de las tpicas referidas al ejercicio del poder de polica. El poder de polica se caracteriza por su naturaleza puramente normativa, y por la facultad legtima de regulacin de la libertad con actos de carcter general e impersonal, y con nes de convivencia social, en mbitos ordinarios y dentro de los trminos de la salubridad, moralidad, seguridad y tranquilidad pblicas que lo componen. En el ejercicio del poder de polica y a travs de la ley y del reglamento superior se delimitan derechos constitucionales de manera general y abstracta y se establecen las reglas legales que permiten su especca y concreta limitacin para garantizar los elementos que componen la nocin de orden pblico policivo, mientras que a travs de la funcin de polica se hacen cumplir jurdicamente y a travs de actos administrativos concretos, las disposiciones establecidas en las hiptesis legales, en virtud del ejercicio del poder de polica. A efectos de diferenciar esa facultad reglamentaria de la funcin policial, respecto de la segunda, puede decirse que es la atribucin y el ejercicio de competencias concretas asignadas de ordinario y mediante el ejercicio del poder de polica a las autoridades administrativas de polica; en ltimas, esta es la gestin administrativa en la que se concreta el poder de polica y debe ser ejercida dentro de los marcos generales impuestos por la ley. Para ponerlo en concreto, mientras que las reglamentaciones ordenatorias de trnsito que pudiera dictar el HCD constituyen el ejercicio del poder de polica, su ejecucin funcional en la
en virtud de ajustarse a la normativa vigente. Particularmente, el porcentaje del 60% pautado en los artculos 2 y 3 del proyecto para determinar el lmite de las adhesiones, es concordante con el establecido por el artculo 132 de la Ley orgnica segn el texto de la Ley N 10706. Con relacin a la derogacin del artculo 18 de la Ordenanza General 165/73 que estableca que ...No podr autorizarse por este rgimen la realizacin de obras cuyo plazo de ejecucin exceda de sesenta (60) das o tengan una extensin superior a diez cuadras, segn las caractersticas de la obra que se trate... , el inciso g) del citado artculo 132, si bien establece que podr adoptarse la modalidad de contratarse entre vecinos y empresas, siempre que no se excedan el volumen ni plazo, dichas limitaciones no estn precisadas puntualmente en texto legal alguno, razn por la cual se entiende que las municipalidades tienen amplias facultades para determinarlos en su normativa local. 63 AGG, Expte. 2145-9903/98 Estmase que quienes se dediquen a la actividad de almacenamiento, clasicacin, limpieza y secado de granos debern cumplir para su funcionamiento con los requisitos constructivos y tcnicos mnimos enumerados en el artculo 1 del Decreto N 890/98, cualquiera fuere el lugar de radicacin erritorial del establecimiento. En cuanto al juzgamiento y penalizacin de las infracciones en que pudieren incurrir quienes exploten los establecimientos dedicados a aquella actividad excluida de los alcances de la Ley N 11.459 y Decreto N 1741/96, correspondera inte rvenir a la Justicia de Faltas Municipal, por cuanto tambin resulta competente para el juzgamiento de las faltas a las normas provinciales cuya aplicacin corresponda a las Municipalidades, en aqullos casos que no se cuente con un rgimen sancionatorio propio (art. 1, Decreto L ey N 8751/77, T.O. Decreto 8526/86, modicado por Ley 11.723). Por ltimo, respecto al carcter de autoridad de aplicacin que el Decreto N 890/98 asigna a las Municipalidades, este Organismo Asesor considera que no colisionara con las
Leyes 5965 y 11.720, ni con sus respectivas normas reglamentarias, sino ms bien, complementa las atribuciones de las autoridades provinciales de aplicacin, atendiendo para ello a la facultad reconocida a los Municipios para constatar las alteraciones ambientales y los inconvenientes generados en el mbito local por los ruidos, material particulado y proliferacin de vectores. Adems, la Ley Orgnica de las Municipalidades prev para la radicacin, habilitacin y funcionamiento de establecimientos y lugares de acopio y concentracin de productos, la coordinacin de su competencia constitucional con las atribuciones provinciales (arts. 25 y 27 incs.1 y 6, del Decreto Ley n 6769/58 y sus modicatorias). 64. SCJBA, causa Ac. 83.412, Di Giacomo, Brenda Natalia contra Municipalidad de Baha Blanca. Accin de amparo, 06-X-2004. 65 Cm .Nac.Civ., sala F, 7/9/80, L. L., t. 1981-A, p. 198; E. D., t. 91, p. 455. Se trataba de la funcin de polica edilicia regulada por la ley 1260, ponindose de relieve que la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires no tiene solo atribuciones en virtud de esa ley, sino que se le han impuesto - fundamentalmente- deberes para facilitar su cumplimiento. En sentido concordante se ha resuelto que las funciones de polica de sanidad involucran un deber y un derecho a la vez. 66 SCJBA, causa B. 56.460, Colegio de Bioqumicos de la Provincia de Buenos Aires contra Municipalidad de Lomas de Zamora. Demanda contencioso administrativa, 30-VIII-2000 67 Si bien es cierto que las municipalidades pueden adoptar medidas de polica en sus respectivos mbitos territoriales, esa competencia como lo seala el Sr. Asesor General de Gobierno se ejerce por delegacin, pudiendo la Provincia limitarla en pos del dictado de normas de alcance general para todo el territorio bonaerense como es el caso de la ley 11825. Pues bien, en este contexto, no observo que el tramo normativo impugnado en cuanto establece una limitacin para la comercializacin de bebidas alcohlicas en los anexos de estaciones de servicio violente las mandas constitucionales referidas. SCJBA, causa I. 2043, Masil S.R.L. y otras. Inconstitucionalidad, art. 2, ley
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pal se reere tanto al momento de acordar los permisos necesarios para poder desempear alguna de estas actividades; como su control posterior y continuo mientras esa actividad se cumple.68 Adicionalmente, en esta materia es usual que se produzcan cambios normativos constantes, muchas veces fruto del cambio del propio urbanismo, por ejemplo cuando la poblacin avanza sobre zonas industriales y stas comienzan a ser desaconsejadas para que se instalen nuevos emprendimientos o cuando aparecen novedades, tales como puertas mejores para ascensores, o medidas de seguridad nuevas. De hecho, ese constante dictado de normas, genera no pocos problemas, entre otros la ausencia de recopilaciones ordenadas de las mismas que permitan su fcil conocimiento. Hemos notado en numerosos municipios, que esa actualizacin de disposiciones es realizada por los propios inspectores de habilitaciones, los que aparecen teniendo un conocimiento del que la propia organizacin municipal carece. Dada la constante evolucin en la materia, es usual que los vecinos se crean con derecho a obtener habilitaciones para establecimientos que tal vez con anterioridad podan ser radicados all o para los cuales tienen permisos en trmite, pero que todava no han sido acorda11.825, 15-III-2000. 68Juzg. Civil y Com. N 14, DJ Mar del Plata, Brisa Serrana c. Emprendimientos Agropecuarios T.G.T. s. Reclamo contra actos de particulares impone a la Municipalidad de Balcarce -en ejercicio del poder de polica municipal- el deber de velar por cumplimiento de las pautas de seguimiento en la explotacin del predio jadas, para garantizar la calidad ambiental del proceso productivo y del entorno inmediato. 69 Sin embargo, an en el caso de derechos ya reconocidos se ha admitido que si el cambio de lugar de radicacin se debe a razones de orden pblico, es decir son actos lcitos de la Municipalidad, tan slo en limitadas condiciones y bajo determinados parmetros se debe indemnizar al perjudicado por la decisin reglamentaria. SCJBA, causa 47.706, Rodrguez Vitorino, Manuel y otro contra Municipalidad del Partido de Merlo. Daos y perjuicios, 05-VII-1996; en esta causa se cuestiona la decisin de la Municipalidad de prohibir por Ordenanza la continuidad de la explotacin de suelos para fabricar ladrillos. El dueo de un emprendimiento desafa la clausura que se dispuso sobre establecimiento. Si bien por otras causas el recurso es rechazado, se dice en los Considerandos: Y es que la perspectiva general de la responsabilidad no puede proyectarse slo si resulta de los actos ilcitos, sino de la comn idea de la lesin como perjuicio antijurdico, ya que el titular de un bien no tiene el deber de soportar el perjuicio, aun cuando su agente causal obre con licitud. El problema fundamental, el verdadero fondo de la cuestin, est en determinar si existi o no lesin. El dao debe ser reparado, porque la desigualdad que comporta debe ser restituida; la obligacin de responder en cuanto reparacin de un perjuicio no es ms que el deber de restituir lo debido a aqul que se ha visto perturbado en el orden que lo justo le asegura como suyo (Olgiati, Francesco, El concepto de juridicidad en Santo Toms de Aquino, ed. Eunsa, Navarra). Para que el Estado responda deben darse una serie de requisitos objetivos: a) que el dao sea efectivo y no posible; b) evaluable econmicamente; c) individualizado; d) que sea consecuencia del accionar de aqul; y en el caso de comportamientos estatales lcitos adems se requiere: especialidad y anormalidad, en el sentido de que incida sobre ciertas o algunas personas y supere los pequeos daos derivados de la convivencia. 70 SCJBA, causa B. 54.024,Cantera Gorina S.H. contra Municipalidad de La Plata. Demanda contencioso administrativa, 27-XII-2006. En esta causa los actores reclaman contra la decisin de la Municipalidad de La Plata que orden por medio de ordenanza el cese de todas las canteras en el radio de su Partido. La reclamante ejerca esa actividad y sostiene que la medida le caus un dao grave al hacerle cesar en su actividad, reclamando en consecuencia la indemnizacin por el dao causado. La Suprema Corte acuerda el derecho indemnizatorio. Los fundamentos indemnizatorios radican bsicamente en la consideracin de que: 2. La cuestin a resolver en autos se circunscribe a determinar si la sancin de la Ordenanza 7362 limit el derecho a la explotacin de la cantera ubicada en las calles 501 y 131, por parte de los actores. En todo Estado organizado la libertad y la propiedad individual estn limitadas en benecio del bien comn. El fundamento de las mismas se halla plasmado en nuestro ordenamiento constitucional en el art. 14 de la Constitucin nacional el que, al enumerar los derechos de que gozan todos los habitantes de la Nacin, agrega conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio. Dicha restriccin se concreta a travs del llamado poder de polica, que es, en resumen, la facultad de reglamentar y, por consiguiente, de limitar el ejercicio de los derechos individuales en benecio de la comunidad. As concebido, como funcin normativa -reglamentaria- este poder es ejercido dentro de las respectivas atribuciones por los Poderes Legislativo y Ejecutivo y tambin por las Municipalidades , mediante la sancin de leyes, decretos y ordenanzas respectivamente (conf. causas I. 1018, Delta Plata, sent. del 5VI-1979; B. 46.950, Delco, sent. del 11-II- 1980; I. 1583, Municipalidad de Baha Blanca, sent. del 8-VII-1997, entre otras). As el poder de polica -o norma de polica- implica en una medida coactiva con arreglo a derecho de manera de compatibilizar los intereses particulares con los de la comunidad, en tanto la polica es la puesta en marcha de tal limitacin de derechos o imposicin de obligaciones, traducidas en potestades jurdicas que el ordenamiento atribuye al Estado. Cabe distinguir entonces entre las potestades pblicas (la funcin) y los cometidos o actividades concretas (la materia) que pueden ejercer los gobiernos municipales. La funcin legislativa (poder jurdico de dictar
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este tema con la creacin de barrios cerrados y particularmente de ncleos urbanos, en los supuestos en que la ley 8912 y sus reglamentaciones, exigen en loteos la cesin obligatoria de espacios al dominio del Estado. Tal cesin que se instrumenta mediante la mera inscripcin de los planos es decir, sin necesidad de escritura pblica supone la intervencin del HCD.77 Es parte de esta potestad la de disponer medidas tendientes a conservar monumentos, paisajes y valores locales de inters tradicional, turstico e histrico. El conicto que puede generar esta norma, no es menor, toda vez que al preservarse caractersticas de determinadas construcciones u obras privadas, se puede afectar el derecho de propiedad.78 No menos importante es el cambio que ha impuesto la Ley 12.573 en materia de habilitacin de grandes supercies comerciales, donde con base en una categorizacin de municipios de acuerdo al nmero de habitantes, establece supercies mximas para solicitar se realicen estudios de impacto ambiental. 6.2.C. La imposicin de nombres a calles y sitios pblicos. Esta facultad se encuentra ntimamente vinculada al principio de que las calles poseen caractersticas de dominio pblico por excelencia, en cuya razn compete al HCD establecer sus nombres. En trminos generales, nuestros cuerpos legislativos han ido imponiendo nombres sobre la base de los distintos consensos locales, tratando alternativamente de homenajear personas o acontecimientos de importancia, para el pas, la provincia o el municipio. Dicho esto; sin embargo, nadie desconoce la existencia de numerosas sesiones en las que se ha debatido extensamente qu mritos tiene una persona para ser honrada con la designacin de una va
potencialidad que se le reconoce a la Administracin Pblica de cumplir con los intereses pblicos, valorados en cada momento, y por ende, cuando lo estime conveniente ejercitar la facultad extintiva de sus decisiones anteriores. Luego observ que en materia de responsabilidad del estado derivada de sus actos lcitos, la Corte Suprema nacional se orientaba hacia la admisin del lucro cesante, con fundamento en el principio jurdico de la integridad de la indemnizacin, apartndose de la clsica hermenutica que receptaba la aplicacin analgica de la solucin expropiatoria; si bien -y esto me parece importante destacarlo- la procedencia de dicho rubro la supeditaba a la circunstancia de que se privare al acreedor de ventajas econmicas esperadas de acuerdo a probabilidades objetivas, debida y estrictamente comprobadas (Fallos, 297:280; 307:933; 306:1409; t. 149, XXI, Tecniyes S.A. c. Balcn S.A., sent. del 14 de marzo de 1989), mxime cuando en la materia, los jueces deben actuar con suma prudencia vericando si efectivamente se han producido los daos alegados, a n de evitar que la solucin a la que se arriben no resulte maniestamente irrazonable (Fallos,, 308:1049 y 2612; causas B. 51.148 y B. 49.386 cit.). 71 Cm.Apel. Cont.Adm, La Plata, Zheng Zhen c. Municipalidad de Berisso s. Amparo, 28-VI-2005. 72 La nueva norma rige desde su entrada en vigencia y es aplicable an a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurdicas existentes (art. 3 Cd. Civil), principio general que adquiere particular relevancia en este campo del derecho ambiental, caracterizado por la doctrina como disciplina en pleno desarrollo y evolucin, dinmica y cambiante, Cafferatta, Nstor A., El principio de prevencin en el derecho ambiental, Rev. de Derecho Ambiental, Ed. LexisNexis, N 0 pg. 9 y ss. 73 En esta posibilidad de denir los usos y el propio destino de ciudad se encuentra uno de los aspectos bsicos del concepto mismo de comunidad. Tal como dice Mumford, Lewis, The City in History, Harcort, Braco & World Inc., Boston, 1971, p. 573, Debemos concebir la ciudad no primariamente corno un lugar de comercio o gobierno, sino esencialmente como un rgano de expresin de la nueva personalidad humana -la del hombre mundano-. La vieja separacin entre cultura y naturaleza, entre el hombre de ciudad y del campo, entre el Griego y el brbaro, entre ciudadano y extranjero, no puede ser mantenida ms all: debido a la comunicacin, el mundo entero se est convirtiendo en una aldea global y corno consecuencia la pequea ciudad debe ser planicado como un modelo funcional del mundo entero... 74 La AGG en el Expediente 2405-4623/94, dice De acuerdo con la Ley Orgnica (Decreto-Ley 6769/58), la facultad de desafectar bienes del dominio pblico comunal, es de competencia - del Concejo Deliberante. Ello resulta del anlisis antes mencionado del artculo 27, inciso 2). Una vez desafectado el bien, la venta debe disponerse o autorizarse por ordenanza, dado que el artculo 55 de la L.O.M. establece que e el Concejo quien autorizar las transmisiones de los bienes municipales, y que lo har por mayora absoluta del tal de sus miembros, as como tambin que estas se realizarn de conformidad con lo dispuesto por el artculo 159, que es el procedimiento de la enajenacin. Asimismo, el artculo 158 del mismo ordenamiento dispone que el Departamento Ejecutivo dar cumplimiento a las ordenanzas que establezcan ventas, permutas o donaciones. En consecuencia y en virtud de lo manifestado, es opinin de este Organismo Asesor que, para la eventual venta de calles pblicas por parte de la municipalidad de Lincoln, debern cumplimentarse los recaudos exigidos por los artculos 55 y concordantes de la Ley orgnica de las Municipal Jades (Decreto-Ley 6769/ 58), y aplicar-en cuanto fuere pertinente- las modalidades contenidas en los artculos 21 a 27 del Decreto-Ley 9533/ 80 sobre Rgimen de Inmuebles del Dominio Municipal y Provincial.AGG; Compendio de Dict-
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6.2.E. La instalacin y funcionamiento de abastos, mataderos, mercados y dems lugares de acopio y concentracin de productos y animales en la medida en que no se opongan a las normas que al respecto dicte la provincia y que atribuyan competencia a organismos provinciales. En esta materia existe concurrencia de normativa de otros niveles estaduales, particularmente las referidas a sanidad animal y mecanismos de control de carnes para exportacin. Adicionalmente respecto de la duda que esta disposicin puede generar al reproducir el contenido del artculo 28 inciso 4 LOM, la explicacin est dada por el hecho de que el artculo bajo anlisis faculta al HCD a reglamentar estas actividades, mientras que el artculo 28, autoriza a disponer la explotacin por cuenta y cargo de la comuna. Tambin es ajustado decir que ese panorama ha cambiado en los ltimos aos, por cuanto al proceso que se sigui en las dcadas de 1980 y 1990 de transferir esos establecimientos al sector privado, ha continuado uno de abandono de muchas de esas instalaciones y de necesidad de los Municipios de redenir su rol sobre el particular. En algunos supuestos, mediante el pago de subsidios, en otros a travs de la cesin del uso de los bienes del dominio pblico; supuesto distinto del de las concesiones. En el primer sentido es ilustrativo el dictamen pronunciado por el HTC en Municipalidad de Castelli82 donde se le consultaba la viabilidad de otorgar por parte de la comuna a una explotacin del frigorco. El caso era el Frigorco Carnes del Salado, matadero transformado a frigorco tipo B. Adems se menciona que dicha rma pag canon, guas, inspeccin veterinaria, seguridad e higiene y la mano de obra necesaria, invirtiendo en mejoras edilicias que afectaban su economa. El HTC sostuvo que si bien no existan precedentes como el de consulta, en un precedente iniciado por la Municipalidad de Tapalqu, (HTC, Expte. 4111- 018/99), se aval la decisin de implementar un subsidio a los programas de promocin de empleo privado, cuando el mismo posea un encuadre generalizado y n social; solucin que poda ser extendida al caso toda vez que se dara trabajo directo a cincuenta familias del partido. Adems ello generara empleos indirectos que movilizan la economa del Partido, benecios
jado, contando para ello con las facultades emergentes del poder de polica comunal, delegado por la Provincia en virtud de lo dispuesto por el art. 192 de la Constitucin Provincial y art. 27 inc. 2 del Decreto Ley 6769/58, Ley Orgnica de las Municipalidades. Siendo competente para ello el Departamento Deliberativo, toda vez que dicho norma prev que corresponde al Concejo El trazado, apertura, recticacin, construccin y conservacin de calles, puentes tneles, plazas y paseos pblicos y las delineaciones y niveles.... Asimismo, tratndose de cesiones de tierra que obligatoriamente, en virtud de las normas vigentes en materia de fraccionamiento, son realizadas con destino al uso pblico, su aceptacin se entiende concretada al aprobarse por la Direccin de Geodesia el plano de subdivisin que las motiva. El art. 51 del Reglamento de Gestin de Bienes de la Provincia precepta: ... los organismos provinciales y/o municipales a quienes les corresponde la administracin de las supercies cedidas al noticarse de la aprobacin y protocolizacin del plano, tomarn posesin de las mismas y registrarn su alta en sus respectivos inventarios. No obstante lo cual, y, dado que parte de las subdivisiones que originan las calles en cuestin se habran efectuado con anterioridad a la vigencia del Decreto Ley 9533/80, de conformidad a la norma vigente en ese entonces, las supercies cedidas en tal carcter eran provinciales y resultaba necesario que la Provincia aceptara la cesin. Luego, con la sancin del citado Decreto ley 9533/80, tales supercies se incorporaron al dominio municipal, conforme art. 1 ya citado calles o espacios circulatorios, ochavas, plazas y espacios verdes o libres pblicos que se hubieren incorporado al dominio provincial con anterioridad a esta ley...Lo reseado precedentemente lleva a concluir que la apertura de la calle, que fuera oportunamente cedida por los planos ya citados, es atribucin del Concejo Deliberante, en la medida en que una vez determinado su destino de calle, ser necesario que dicte la pertinente ordenanzas por la cual se la libre al uso pblico. Ahora bien, retomando el interrogante inicial relativo a determinar el carcter de tal atribucin, esto es, si la misma es obligatoria o facultativa, es dable sealar que ello resultar de las circunstancias de hecho y derecho que revista cada caso en particular. Ponderndose, al efecto, que el libramiento al uso pblico no se encuentra sujeto a la voluntad de los particulares, ni al tiempo que transcurri desde que se origin, sino del Municipio quien - en ejercicio del poder precedentemente aludido evaluar y merituar las circunstancias que as lo determinen. Es decir, la referida facultad podr ser ejercida en la medida del inters pblico comprometido (conf. crit. de esta AGG. Expte. N 4101-68/03). Debindose considerar, en ese orden, aspectos tales como la existencia de vas alternativas, la proximidad o distancia a los centros de poblacin y la obligacin que tal acto impone al Municipio, consistente en
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se demuestran demasiado comprometidas, tales como: animales sueltos en la va pblica, sistemas de castracin y vacunaciones masivas de animales, o inclusive prohibicin de ciertos espectculos que conllevan riesgos o maltratos para animales, an cuando en estos casos puedan llegar a argumentarse roces con derechos de raigambre constitucional. Un ejemplo de esto ltimo es el caso de los espectculos circenses que cuenten con nmeros protagonizados por animales salvajes y que han sido erradicados por diversas Ordenanzas Municipales.85 6.2.F. Opera tambin el HCD en la regulacin de las condiciones de higiene y salubridad que deben reunir los sitios pblicos, los lugares de acceso pblico y los baldos. Esta es una de las facultades ms antiguas que se reconocen a las Municipalidades y a los HCD en particular. Ello es as por cuanto, la comuna, es la primera interesada en mantener el control sobre las condiciones que poseen los lugares pblicos. Esta facultad se ejerce por diversos medios, habilitando asimismo la aplicacin de diversas sanciones para sus incumplimientos. Uno de esos mecanismos es la posibilidad lisa y llana de aplicar sanciones que incluyen el propio cierre del lugar o la adopcin de medidas con costas para el que viola las normas dictadas.86
pblicos y privados, as como tambin sus partes accesorias. Aqu se esta en presencia de una facultad propia del Municipio sustentada en la potestad histrica de ejercer su propio poder de polica, conforme lo establecido por los artculos 181 y 183 inciso 4 de la Constitucin de la Provincia de 1934 (SCJBA, Ac. y Sent., ao 1965, tomo III, pag. 713). Cabe mencionar que la Convencin Reformadora de la Constitucin de la Provincia de Buenos Aires de 1994 no alter la seccin sptima referida al Rgimen Municipal, es por ello que esta facultad se encuentra reejada en los artculos 190 y 192. Conforme lo expuesto, corresponde concluir que puede el Honorable Concejo Deliberarte, sancionar una Ordenanza que permita, acudiendo a una interpretacin armnica y funcional de los incisos 3 y 24, implementar una reglamentacin, con el propsito de conservar en su estado actual los bienes mencionados hasta tanto coordine con la Provincia las acciones necesarias para declararlos de inters histrico o cultural. Sin perjuicio de lo cual esta Asesora General de Gobierno, considera que a los efectos de completar el resguardo de los inmuebles de cualquier posible intervencin por parte de sus propietarios; debern las autoridades municipales conjuntamente con las provinciales poner en movimiento el procedimiento de la Ley N 10. 149 y su Decreto Reglamentario. A travs de la Comisin de Patrimonio Cultural creada por esta ley, la declaracin provisoria o denitiva de pertenencia al Patrimonio Cultural importar la prohibicin de la destruccin, deterioro, demolicin, ampliacin reconstruccin, o transformacin en todo o en parte de los bienes a ellas sujetos (art. 6). En el caso de autos, la declaracin implicar la utilidad pblica y sujecin a expropiacin de los inmuebles, en la medida en que sus propietarios no acepten las condiciones de conservacin y preservacin que les sern propuestas. 79 Asesora General de Gobierno, Expediente. N 2133-191/00, Tiempo que debe transcurrir luego del fallecimiento de una persona, para asignar su nombre a calles, plazas, paseos pblicos, etc. Al respecto, este Organismo Asesor informa que sobre la materia referida a la imposicin de nombres de personas a lugares pblicos existen las siguientes normas: a) En el orden Nacional se dict el Decreto-Ley 5158/55 por el que se prohibi a los poderes del Estado nacional, provincial o municipal rendir homenaje a personas vivientes con estatuas o monumentos o mediante la designacin con sus nombres de divisiones territoriales o polticas, calles, plazas y en general otros lugares y bienes pblicos o privados (artculo 3). Cabe destacar que este Decreto-Ley -adems de referirse a nombres de personas que permanecen con vida- resulta inaplicable en el mbito local, toda vez que pretendi legislar respecto de las provincias en materia no delegada expresamente por estas al Gobierno Federal; resultando por ende maniestamente inconstitucional (conf. doct. artculos. 121, 122, 126 y concordantes de la Constitucin Nacional). b) En el orden Provincial se han dictado las siguientes normas: 1) Decreto 1099/76: prohbe la inclusin de los nombres propios del Gobernador, Ministros o funcionarios en ejercicio, en placas u otros elementos de identicacin que se coloquen en obras pblicas que se inauguren o habiliten. 2) Decreto 2906//85: regula la asignacin de nombres a las obras viales que formen parte de la red caminera provincial. 3) Decreto 2907/85: asigna nombres a cada ruta que integra la red caminera provincial. De la lectura de estos tres actos administrativos que han sido referenciados, se desprende que tampoco estas normas son de aplicacin al tema que motiva la consulta de autos, habida cuenta que estn referidas a la asignacin de nombres a bienes pertenecientes al dominio provincial. c) Asimismo, en el orden provincial tambin se dict la Ordenanza General 148/72 (vigente en todos aquellos municipios que no la hubieran derogado o modicado, una vez restablecido el estado de derecho), por la que se prohibi incluir nombres propios de autoridades nacionales, provinciales o municipales, en las placas u otros elementos que se coloquen en las obras pblicas a habilitar, publicaciones o documentaciones sobre la gestin del Gobierno municipal. Al respecto, esta norma dictada por el gobierno de facto tampoco sera de aplicacin (para el supuesto caso que se hallara vigente en jurisdiccin de la Comuna consultante), ya que se reere exclusivamente a la prohibicin de imposicin de nombres propios a obras pblicas, y no a calles, plazas, paseos, etc., como se consulta en la especie. En consecuencia, no existiendo norma jurdica alguna que regule el tiempo que debe transcurrir del deceso de una persona para asignar su nombre a calles, plazas y dems sitios pblicos pertenecientes al dominio pblico municipal (artculo 1 del Decreto-Ley 9533/80), esta
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o de los hechos... . Por ello an ese medio, considerado por parte del voto de minora como una forma de informar sobre servicios que se prestan y no para atraer clientes, es publicidad.87 6.2.I. El inciso 16) plantea la posibilidad de que los Concejos Deliberantes dicten medidas destinadas a prohibir determinados espectculos pblicos o el acceso a los mismos; as como el acceso a determinados mbitos o la realizacin de ciertas actividades. La norma es clara, en la medida en que habilita a los HCD a reglamentar y/o incluso impedir ciertos espectculos o actividades. Ejemplo constante de este tipo de disposiciones son tanto las prohibiciones expresas de actividades, como es el caso del funcionamiento de casa de juegos electrnicos (partido de Junn) o su limitacin a ciertos horarios (Partido de La Plata). Las preguntas que se plantean, son Cules son los lmites y en qu medida no se afectan derechos y libertades tuteladas por la Constitucin Nacional? Y Cul es el margen que tiene cada Municipalidad para denir sus caractersticas culturales, morales? Otro ejemplo en este sentido, lo produca las distintas reglamentaciones de diversos partidos en cuanto al cierre de locales nocturnos o las prohibiciones en la edad de los concurrentes que variaban de distrito en distrito. Un caso muy interesante, que si bien se encuentra directamente vinculado a la zonicacin, pero que tangencialmente roza esta temtica, es lo decidido en Chasco c. Municipalidad de Lincoln. En el caso, la Municipalidad prohbe sobre la base de disturbios en la va pblica e intensidad de sonidos la continuidad de los locales nocturnos existentes (en el caso uno slo) en el radio cntrico y la necesidad que se radique fuera de ese mbito. Planteada la cuestin, la Suprema Corte de Justicia entendi que se estaba haciendo un ejercicio legtimo del poder de polica municipal y que no se conculcaba ninguna libertad ni derecho constitucional, toda vez que tan slo se impona una limitacin razonable. Pregunta, sin embargo mucho ms ardua, sera en qu medida una comuna podra disponer una calicacin sobre una obra teatral o cinematogrca. De acuerdo a la regulacin actual si bien ella sera competencia de los entes calicadores nacionales, planteada a la luz del artculo 27 inciso 16) pareciera que nada obstaculiza la posibilidad de que la propia comuna establezca limitaciones al acceso pblico a determinadas obras. Claro est que el dilema sera de enorme dicultad de solucin habida cuenta de los derechos constitucionales, en su caso libertad de expresin, que se encontrara eventualmente conculcado. Sin embargo, siempre se convertir en una discusin respecto a la prueba de la razonabilidad o no de la medida. Ahora bien, si ello es admisible en un sentido positivo, es decir en cuanto a la posibilidad de actuar para reglamentar y/o incluso impedir ciertas actividades, la pregunta que sigue es que sucedera en el caso de que en forma negativa, se omitiera reglamentar y/o impedir
operar al momento de aprobarse los respectivos planos. 82 HTC, Delegacin XIV, Municipalidad de Tapalqu, Expte. 4023-264/07, 14-XII-2007. 83 HTC, Municipalidad de 9 de Julio, Expte. 4082-2991/07, Delegacin XV, 01-VI-2007. 84 HTC, Municipalidad de Ramallo, Delegacin XVII, Expte. 4092-6326/06, 08-VIII-2006, donde se expres que: Las autoridades municipales decidieron llamar a licitacin pblica para la concesin del matadero municipal utilizando como base legal el Captulo VII de la Ley Orgnica de las Municipalidades De las concesiones. Adentrndonos puntualmente a la misma, se advierte que el artculo 231 establece: El trmino de las concesiones no ser superior a treinta aos. Al vencimiento de este plazo con acuerdo de las partes podrn ser prorrogadas por sucesivos perodos de diez aos cuando el contrato original fuera de treinta y de un tercio del tiempo primitivamente convenido cuando la concesin haya sido otorgada por menos de treinta aos. La Municipalidad expresar su consentimiento a la prrroga mediante el voto de la mayora absoluta del Concejo, y nunca antes del ao de la fecha de vencimiento de la concesin. El artculo 3 del Pliego de Bases y Condiciones dispone: El plazo de la concesin ser de 10 aos y el mismo podr ser prorrogado segn el artculo 231 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. Segn el contrato de concesin: El plazo ser de 10 aos y el mismo podr ser prorrogado con el acuerdo de las partes, que deber instrumentarse con una antelacin no mayor de dos aos y no menor de cuatro meses. Cumplido dicho plazo el concesionario deber restituir las instalaciones y bienes antes mencionados.... Del anlisis de estos dos ltimos prrafos no queda
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necesarias para dictar normas complementarias, conservando el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio (conforme al art. 124 Const. Pcial) (SCBA, I 1983 S 20-3-2002 , voto del Dr. Hitters). Tal superposicin normativa supone que a las disposiciones nacionales particularmente la 25.675 que se dene aplicable en todo el territorio nacional y cuyas disposiciones resultan de orden pblico y operativas (art. 3), y que determina que: Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nacin, sea susceptible de degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad de vida de la poblacin, en forma signicativa, estar sujeta a un procedimiento de evaluacin de impacto ambiental, previo a su ejecucin (art. 11), se le adicione la ley 11.723 que no slo obliga a seguir ese camino, sino que ordena la suspensin de aquella que no haya cumplido con ese paso. Respecto de que se entiende por certicado de impacto ambiental, la propia ley provincial dice que es el procedimiento destinado a identicar e interpretar, as como a prevenir, las consecuencias o efectos que acciones o proyectos pblicos o privados, puedan causar al equilibrio ecolgico, al mantenimiento de la calidad de vida y a la preservacin de los recursos naturales existentes (conf. Anexo I, Ley N 11.723). Cabe aadir que la Ley N 11.723 establece que tanto el Poder Ejecutivo provincial como los municipios debern garantizar, en la ejecucin de las polticas de gobierno, la observancia de los principios de poltica ambiental, entre los que se encuentra el siguiente: Todo emprendimiento que implique acciones u obras que sean susceptibles de producir efectos negativos sobre el ambiente y/o sus elementos debe contar con una evaluacin de impacto ambiental previa (art. 5 inc. b). A ello se debe agregar que el art. 10 de la citada ley provincial dispone que: Todos los proyectos consistentes en la realizacin de obras y/o actividades que produzcan o sean susceptibles de producir algn efecto negativo en el ambiente de la Provincia y/ o sus recursos naturales, debern obtener una declaracin de impacto ambiental expedida por la autoridad ambiental provincial o municipal segn las categoras que establezca la reglamentacin, de acuerdo a la enumeracin enunciativa incorporada como anexo II de la presente ley. Respecto a dicha norma se ha sostenido que lo dispuesto con relacin a la enumeracin a ttulo enunciativo del anexo II, corresponde a la distribucin de competencia respecto de la autoridad a la que en cada caso le competa intervenir en el proceso de evaluacin del impacto ambiental, mas no determina en forma taxativa qu obras o actividades estn sometidas a tal procedimiento. Tampoco se reere nicamente a los establecimientos industriales (CCA de San Martn, Carrasco, Juan Alberto y otros c/ Delegacin Puerto Paran Inferior Direccin Provincial de Actividades Portuarias y otros s/ Amparo noviembre de 2004).89 A ello se le aade la Ley 13.592, que a efectos de intentar dar una solucin a la creciente problemtica del tratamiento y disposicin de residuos en la Provincia de Buenos Aires, ja los procedimientos de gestin de los residuos slidos urbanos, de acuerdo con las normas establecidas en la Ley Nacional N 25.916 de presupuestos mnimos de proteccin ambiental para la gestin integral de residuos domiciliarios. All luego de establecer los principios y objetivos dirime a partir del artculo 5 las competencias provinciales y municipales. Atribuye as al Poder Ejecutivo, a travs de la Autoridad Ambiental Provincial el diseo de la poltica de instrumentacin de la gestin integral de residuos slidos urbanos estableciendo los objetivos, etapas, plazos y contenido; la promocin de la gestin regional de sistemas de procesamiento, reduccin, reutilizacin, reciclaje, valoracin y disposicin nal de residuos, formulando o aprobando los planes y
comunales siempre queda sujeta al estricto escrutinio judicial respecto de la razonabilidad de las medidas que en tal sentido se dispongan. Nuevamente nos encontramos en este campo con ausencias importantes en materia de pronunciamientos judiciales, con la excepcin del citado caso. En el derecho norteamericano se ha sustentado la validez de ordenanzas municipales que por ejemplo prohiban la utilizacin de espacios pblicos tales como paredes, postes o rboles para jar propagandas (Metromedia Inc. V. City of San Diego, 453 U.S. 490), como as ordenanzas restringiendo la distribucin de volantes en forma domiciliaria (ver Validity and Construction of Statutes or Ordinances Prohibiting or Restricting Distribution of Commercial Advertising to Prvate Residences, Modern Cases, 12 A.L.R. 4*
88 Euzko, Jularitza, Gua Municipal de Gestin Ambiental, Gobierno Vasco, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria Gasteiz, 1994. 89Juzg.Cont.Adm. 1, La Plata, causa 13.908, Girgenti Orlando Rubn y/otro/a c. Municipalidad de Villa Gesell s. Amparo, 27-VIII-2007.
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Legitimacin y responsabilidad municipal en la materia. Adicionalmente se han observado distintos fallos en los cuales las Municipalidades aparecen legitimadas como actoras en representacin de sus vecinos para defender el bien colectivo medio ambiente.91 Ello plantea necesariamente la contra cara que es, Es responsable por sus omisiones en la materia? La respuesta que parece irse armando, es que s lo es. Claro est que lo dicho tiene su razn de ser habida cuenta del amplsimo carcter y contenido que tiene el concepto de medio ambiente, el que puede abarcar muchsimos aspectos del medio fsico o natural, alcanzando prcticamente todas las actividades humanas, incluyendo en consecuencia todos los niveles del Estado. Esto sin perjuicio de que propiciemos la necesidad de descentralizar competencias hacia aquellos niveles de gobierno ms cercanos al propio vecino. A nivel local, se debe ejecutar tanto mediante medidas positivas como ordenar la recoleccin y disposicin de residuos como medidas restrictivas de las actividades de los vecinos que impliquen molestias a terceros. Contaminacin sonora, visual, auditiva, entre otras son algunas de las mltiples cuestiones a tratar. Respecto del ejercicio de la potestad de reglamentacin de actividades resulta mencionable la decisin de la SCJBA frente al actuar del HCD de la Municipalidad de Daireaux que prohibi dentro de cierto radio la actividad de feed lot, por producir contaminacin ambiental. En ese supuesto, ante el reclamo indemnizatorio de la empresa afectada por la medida restrictiva el Mximo Tribunal en voto de Negri, conrm el correcto actuar de las autoridades locales.92 Observamos, cerrando estas breves lneas sobre tema tan complejo, que las Municipalidades ya no slo deben velar por la proteccin ecolgica, sino que adems podrn ser halladas responsables por el dao que provocan por su actuar u omisin en la tutela de un bien colectivo.93 6.2.L. Por su parte, los incisos 18) y 19) del art. 27 LOM habilitan a las Municipalidades, con el marco que brindan las leyes provinciales en materia de trnsito y que establecen el techo normativo de las disposiciones comunales, lo referente a la organizacin local del trnsito en todas las calles y caminos de jurisdiccin comunal.
90 Nos hemos ya expresado en nota a fallo, PULVIRENTI, Orlando, La autonoma municipal a la basura, nota a a fallo, Supl. Der. Adm. LL, noviembre 2007. 91 CFApel.Bahia Blanca, Expte. 57867, Municipalidad de Baha Blanca y otros c/ Ferrosur Roca S.A. -Repsol YPF SA-COM. NAC. de Regulacin de Transporte s/amparo- medida de no innovar, 26-III-2002, all la Municipalidad logr la prohibicin cautelar de circulacin de un tren repleto de metanol. En CFApel.La Plata, Sala II, causa 1694/01, Municipalidad de Berazategui c/ Aguas Argentinas SA s/ ordinario, 08-IX- 2003, es la Municipalidad de Berazategui la que se presenta a la Justicia solicitando se construya en forma urgente una Planta Depuradora de Lquidos Cloacales, lo que as se ordena se efecte. Y en un grado ms importante an, en CFApel. La Plata, Sala II, Municipalidad de Magdalena c/ Shell CAPSA, 20-VII-2003; se condena a la mencionada empresa petrolera a indemnizar el dao causado a las costas de la localidad de Magdalena por un abordaje martimo. Juzg. Fed. N4, La Plata, Sec. 11, Exp. 31813 - Municipalidad de Magdalena C/ Shell Capsa y otros S/ disposicin de residuos peligrosos, 14-XI-2002. 92 SCBA, causa Ac. 77.608, Ancore S.A. y otro contra Municipalidad de Daireaux. Daos y perjuicios, 19- II-2002. Qued demostrado, con la prueba reunida, que el feed lot es un sistema de engorde intensivo de ganado mediante el suministro de una dieta de alto rendimiento en espacios reducidos, capaz de producir olores muy desagradables dentro de cierto radio, sin que existiera en la especie procedimiento sanitario o biolgico que previendo el impacto ambiental permitiera la rpida eliminacin o conversin de los residuos slidos y lquidos excremento y orina acumulados; tampoco poda atenderse a las alegadas exigidad y conscatoriedad del plazo conferido para hacer cesar las molestias, toda vez que la ordenanza n 577/96 del 21X1996 no slo prohibi la instalacin de feedlots dentro de un radio de 15 km contados desde la plaza principal, sino que dispuso que los establecimientos existentes deban puede ser amparada por la ley (art. 502, C.C.) pues sta protege el ejercicio regular de los derechos (art. 1071 y 2315, C.C.). La Constitucin nacional, en su art. 41 conere a las autoridades la proteccin del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. Coincidiendo con Garca Minella (opinin vertida en causa citada por el tribunal, Almada c/ Copetro, sent. del 19V1998, publicada en J.A. 1999I259), considero que debe darse particular importancia a la prevencin del dao al medio ambiente . Como sostiene dicho
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irrazonablemente el derecho de ejercer industria y comercio lcito.94 Lo cierto, es que habindose convertido cada Municipalidad en un mundo con estndares muy distintos de evaluacin de capacidad de los conductores, con controles dispersos y no interconectados entre las distintas jurisdicciones y con estadsticas pasmosas en trminos de inseguridad de trnsito; entendemos que sera positivo se produjeran ciertas unicaciones de normas bsicas. Entre otras cosas, a efectos de evitar el tradicional xodo de habitantes de una comuna a otra, previo oportuno cambio de domicilio, buscando condiciones ms beneciosas para poder aprobar los recaudos estipulados en la obtencin del permiso citado. En tal sentido, las ltimas leyes dictadas en la materia en virtud de la emergencia vial, permiten anticipar ese camino. 6.2.N. Inciso 21) del art.27 L.O.M., es el que brinda competencia al HCD a establecer la necesidad de patentamiento o no, y en el primer caso de establecer bajo que condiciones se registran vehculos no contemplados en los regmenes nacionales y provinciales. Puntualmente se toma esto en un registro de motocicletas y/o de bicicletas. Otra potestad acordada al HCD radica en la regulacin del transporte pblico en general y la concesin del servicio pblico de transporte de pasajeros. Son muchas las circunstancias que acuerdan hoy una prioridad esencial al tratamiento de esta temtica. Por comenzar se encuentra la propia necesidad del vecino usuario, pero para continuar se imponen esenciales razones de ndole ecolgica que alientan el desarrollo de transportes colectivos, que disminuyan el uso y utilizacin del mayor nmero de automotores privados. En cuanto a la manera en que se presta este servicio, si bien el inciso se encuentra establecido dentro del marco regulatorio, plantea la pregunta de si el servicio puede ser prestado por el propio Municipio. A nuestro entender, el servicio pblico compete al rea comunal y este puede prestarlo innegablemente en forma directa o concesionando a privados. Si bien casi con exclusividad se ha optado por esta ltima va, nada empece a que pueda ser desarrollado dentro de las nalidades sociales que se le asigna al Municipio por este mismo. Sostinese as la facultad del Municipio de establecer tanto el recorrido a desarrollar por el transporte, como la periodicidad horaria del mismo obligatoriedad de seguros, condiciones de los vehculos, entre otros. Asimismo comprende la facultad de establecer las secciones y los cuadros tarifarios. Cabe indicar que para el caso de los servicios interurbanos tal potestad corresponde a la Provincia de Buenos Aires. Nuevamente sera deseable que fuesen las propias Municipalidades, las que por va de acuerdo intercomunales o regionales, pudieran proveer y regular los servicios que atraviesen sus territorios. 6.2.. Adicionalmente el inciso 21) se reere al caso de la normativa de taxis y remisses. No avanzaremos demasiado en esta problemtica, pero si consideramos necesario hacer alguna advertencia que proviene de la prctica. Previo a ingresar en el fondo del asunto debemos decir que se entiende por servicio de taxi al que dispone de un taxmetro que establece en base al recorrido y tiempo un importe a abonar, mientras que la explotacin de un servicio de transporte autorizado sin el uso de tal implemento y por una tarifa determinada constituye el de remisse. Normalmente, ambos supuestos se encuentran regulados por disposiciones comunales que estipulan un nmero mximo de permisos, como as regulan las caractersticas y condiciones bajo las cuales pueden stos ser transmitidos. En relacin a los taxis y remisses, alguna de las cuestiones ms lgidas que se plantean pasan por la limitacin o no en el nmero de permisos autorizados y en el segundo caso en la necesidad de conformar agencias. Decimos esto, por cuanto normalmente se observa en los Concejos Deliberantes peticiones que tienen que ver con el carcter cerrado en el nmero de prestadores del servicio y la queja por los altos precios que se pagan en las
94 Juzg. Prim. Inst. Cont. Adm. Dolores, Bilbao, Roberto Daniel c. Municipalidad de Chascoms s. Amparo, 05-IV-2004.
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mbito de las facultades reglamentarias del HCD, la propia redaccin de ese artculo sugiere la posibilidad de que el Concejo dicte actos administrativos individuales aplicando las mismas. Sobre la constitucionalidad de la medida de demolicin se ha expedido puntualmente el mximo rgano tribunalicio bonaerense en Oasis S.R.L. c/ Municipalidad de Quilmes s/ Cobro de pesos por daos y perjuicios y dao moral, donde se estableci que la demolicin de una construccin antirreglamentaria, es un ejercicio autorizado y constitucional del poder de polica con el que se encuentra dotada la Municipalidad.96 6.2.P . El inciso 25, autoriza a los HCD a reglamentar las propiedades ribereas y condominio de muros y cercos. 6.2.Q. El inciso 26 autoriza al concejo a reglamentar los servicios fnebres y casas de velatorios. 6.2.R. El inciso 27) reere al funcionamiento de comisiones o sociedades de fomento. Este inciso, posee una trascendental importancia habida cuenta del rol cada vez ms destacado que cumplen las uniones, comisiones o sociedades de fomento o vecinales, verdaderas promotoras de desarrollo barrial.97 Por ello no es de extraar que ya sean varias las comunas que apoyan las peticiones de las sociedades de fomento, asignndole roles en las constituciones de consorcios para la prestacin de ciertos servicios . Su labor resulta en tanto esfuerzo comunitario un gran empuje a la actividad comunal.98 Sin perjuicio de este primer comentario, un tanto asptico de contenido poltico, no podemos dejar de resear que en tanto portavoz de numerosos vecinos y en su consecuencia como organizacin que posee cierto poder poltico, las sociedades de fomento se encuentran muchas veces en situacin de clara confrontacin o de apoyo incondicional a las autoridades municipales. Por tal circunstancia es esencial que los HCD en tanto creadores del marco regulador local del funcionamiento de estas instituciones brinden ciertas garantas en cuanto a la constitucin, independencia y democratizacin de la estructura de las mismas. Ahora bien, es claro que compete al HCD el establecer el marco normativo bajo el cual las sociedades de fomento se estructuran y funcionan dentro de la comuna, sin embargo, es facultad del Departamento Ejecutivo todos aquellos aspectos que hacen a la instrumentacin, cumplimiento y ejecucin de la Ordenanza respectiva, a la que debe sujetarse en sus actos administrativos.99 Otra cuestin vinculada a esta problemtica, es en qu medida existe vinculacin de derecho administrativo entre las Sociedades de Fomento y la Municipalidad. La actividad municipal se limita a regular el funcionamiento de las sociedades, su autorizacin y su disolucin. Ello en modo alguno supone que las comisiones de fomento constituyan organismos administrativos o que posean una vinculacin desde el punto de vista de ese derecho con
96 SCJBA, Oasis S.R.L. c/ Municipalidad de Quilmes s/ Cobro de pesos por daos y perjuicios y dao moral, E.D. Tomo 115 P g. 357 - JA Tomo 1986-IIIP g. 169 - DJBATomo 1985-129 P g. 561 - AYS 1985-1-150. 97 Por ello no es de extraar que ya sean varias las comunas que apoyan las peticiones de las sociedades de fomento, asignndole roles en las constituciones de consorcios para la prestacin de ciertos servicios pblicos. Un claro ejemplo lo constituye la comuna de Junn, en la realizacin de tramos de pavimento o en la instalacin de gas natural. Por otra parte y a la luz de las ltimas proyecciones econmicas que ponen el acento en las asociaciones no gumbernamentales (ONG) como base de desarrollos futuros y de creacin de empleos (Rastkin, Drucker, Peter, entre otros) no cabe sino asignar importantes proyecciones a las mismas. 98 No son extraas inclusive las comunas que han incorporado a las Uniones Vecinales no slo a la ejecucin de obras, sino a la propia incidencia en la eleccin de los proyectos y polticas a implementarse en su barrio. Sobre el particular resulta de inters la lectura del artculo del Grupo Sophia, Cmo hacer del presupuesto un mbito de participacin y decisin compartido?: El Presupuesto Participativo en la Municipalidad de Maip, en Propuesta Municipal, ao 3 n33, pg. 19, en donde se reeja una experiencia de participacin vecinal en la elaboracin de presupuestos, de igual manera aconsejamos visitar la pgina WEB de la Municipalidad de Crdoba en httpAwww.nt.com.ar/cordoba/ciudad/descentra.
toda vez que existe la tendencia de que aquellos municipios que cuentan con basta infraestructura hospitalaria acordada por la Provincia de Buenos Aires, eviten tener que reiterar erogaciones en la creacin de Hospitales Municipales. Existen casos muy concretos, como el de la ciudad de Junin, que dispone de un Hospital Interzonal Provincial, mientras que los partidos vecinos de Vedia o de Chacabuco deben solventar la asistencia hospitalaria.101 En este sentido creemos que no llega a ser paliativo el mecanismo de coparticipacin secundaria desde el Ministerio de Economa y Hacienda de la Provincia, hacia las comunas. Es difano que nada impide que los partidos mencionados en primer trmino, puedan el da de maana disponer la creacin de centros asistenciales, sin perjuicio de lo cual, ello difcilmente ocurra ya que la Provincia se hace cargo de esas necesidades. En cuanto hacemos referencia al servicio de ambulancias mdicas, es innegable que el artculo acuerda la facultad de crear el mismo. Servicio que podr ser prestado directamente o por medio de terceros. Bibliotecas Pblicas: Coherente con la tendencia nacional, no es demasiada la atencin que se presta en nuestras comunas a la creacin y organizacin de Bibliotecas Pblicas Comunales. La diferencia en este aspecto con lo encontrado y visto en otros pases, particularmente en los Estados Unidos, es abrumadora. En efecto, siendo que una de las actividades esenciales de la comuna es fomentar y poner a disposicin de sus vecinos mecanismos de crecimiento cultural y educativo, son contadsimos los Partidos Bonaerenses que han dado trascendencia al fortalecimiento de estas instituciones. Instituciones dedicadas a la Educacin Fsica: en este sentido es comn que las Municipalidades de la Provincia de Buenos Aires, establezcan centros deportivos, los que sirven a brindar educacin fsica y capacitar a atletas. En esta rea y exceptuando algunas comunas, las defcencias suelen ser marcadas. Cabe destacar sin embargo, que compete el HCD nicamente el establecimiento, mientras que es propio del Departamento Ejecutivo, las instrumentaciones, mantenimientos e inspecciones pertinentes. Tabladas, mataderos y abastos: En trminos generales y sin perjuicio de ciertas experiencias municipales efectuadas durante la dcada de 1980 destinadas a establecer mercados de abasto municipal, la tendencia uniforme es abandonar la prestacin de esta actividad por la comuna. Esta institucin proveniente del derecho colonial espaol, toda vez que era atribucin de los Cabildos proveer este servicio, ha sido desplazada por la tendencia reciente de proceder al cierre o privatizacin de estas actividades, reservndose el municipio las facultades exclusivamente de reglamentacin y contralor. Cementerios. En forma inveterada se reconocieron en nuestro ordenamiento jurdico municipal dos aspectos en relacin al tema: (a) la facultad municipal de establecer cementerios y (b) la imposibilidad de ser propiedad u operados por particulares. Sin embargo, a partir del decreto Ley 9.094/78 y de la Ordenanza General 221 realidad cambi notablemente, de manera tal que existen ya numerosos cementerios o parques cementerios distribuidos en la Provincia de Buenos Aires habilitados a tales efectos. Estos cementerios deben conformarse102a las normas de zonicacin y planes de regulacin, que esencialmente protegiendo la salud pblica se encuentran rigiendo en la Provincia y Municipios. Cuarteles del Partido y Delegaciones Municipales: Con respecto a la primera de las posibilidades, el desarrollo de los cuarteles responda en sus orgenes a un esquema municipal en el cual las autoridades eran alcaldes que colaboraban con el Juez de Paz (antiguo funcionario) que cumpla las veces de Intendente) y que eran elegidos por cada una de dichas
100 SCBA, B 54982 116-2-93, base de datos JUBA. 101 Un ejemplo muy intersante de ello, fue el esfuerzo realizado por la Municipalidad de Ensenada, para lograr transferir el hospital Horacio Cestino, a la rbita de la Provincia de Buenos Aires, equiparando su situacin a la de la Municipalidad de La Plata, asiento de importantes centros hospitalarios provinciales.
102Ordenanza General 221 para todos los Partidos de la Provincia. La Plata, 30 de junio de 1978. Visto lo actuado en el Expediente N 2.100-18.391/77, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, en el ejercicio de las facultades de los departamentos Deliberativos Municipales, sanciona con fuerza de ORDENANZA GENERAL. Artculo 1 - Podrn establecerse, en los distintos partidos de la Provincia, cementerios privados, bajo la condicin de que las normas de zonicacin y de regulacin urbana de aquellos expresamente lo admitan. Artculo 2 - La autorizacin pertinente para instalar los cementerios privados quedar supeditada a que los peticionantes de la misma acrediten el carcter de titulares del dominio del suelo afectado a tal n. Artculo 3 - Las autoridades municipales pertinentes slo podrn otorgar autorizacin para instalar cementerios privados, cuando los mismos presenten las caractersticas de necrpolis parquizadas. Artculo 4 - Los municipios debern establecer las supercies mnimas y mximas que debern contar los cementerios, previendo asimismo la posibilidad de afectar mayor supercie de terreno como reservas para el caso de futuras ampliaciones. 103 La AGG ha dicho: Secretara Letrada en actuacin de julio de 2003. (Artculos 3, 107, 108 inc. 9 y 16, 178 inc. 1 y 181) La eleccin de Delegados Municipales por el voto directo de los ciudadanos slo sera jurdicamente viable en la medida que el seor Intendente decida auto limitarse en esa potestad, mediante el dictado del pertinente acto administrativo de alcance general y, en la medida que sean equiparados a Secretarios, se les podr delegar aquellas facultades prescriptas en el artculo 181 de la LOM. Por otro lado, resulta conveniente destacar que toda vez que en el mbito municipal adems de los Consejeros Escolares- el legislador slo ha previsto la eleccin por el voto popular en los cargos de Intendente y Concejal (conf. artculo 3 de la L.O.M., artculos 117, ss. y conc. de la Ley Electoral de la Provincia de Buenos Aires N 5109 y modif.), la juricidad de extender el sistema de designacin a los Delegados Municipales ser admisible en la medida que para estos ltimos se dicte en particular una reglamentacin propia y diferenciada de la legislacin electoral provincial, que le resulta extraa e inaplicable. 104 AGG, Expediente N 2113-113/97. Se solicita dictamen de esta Asesora General de Gobierno referida a la posibilidad de creacin de una bandera que identique al partido de San Pedro. De inicio corresponde dejar sentado
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Las zonas residenciales e industriales del partido. Urbanizacin. Esta rea es una de las que ofrece mayores posibilidades, como as aristas conictivas en la labor del HCD. Ello as en primer trmino por cuanto es la llave del urbanismo comunal en la medida en que permite al Municipio denir las caractersticas que ha de asumir la organizacin del uso territorial. La zonicacin importa en la prctica imponer restricciones al dominio basado en razonables disposiciones que tutelan el orden pblico y que sirven al mejor ordenamiento urbanstico. Estas restricciones por su parte no generan, excepto en casos excepcionales, derecho a compensacin alguna de parte del propietario. Con respecto al tipo de zonicacin que se utiliza en nuestro Pas, en trminos gen-erales podemos armar que responden al tipo denominado Euclidean en el derecho norteamericano.105 Este sistema consiste en dividir el uso del suelo en reas geomtricas en las que se establecen diversas nalidades para cada una de ellas, las que a su vez son categorizadas de acuerdo a altos usos o bajos usos. De acuerdo a este esquema, en las zonas de alto uso no es admisible el destino a otros nes que a ese (por ejemplo, si se trata de una zona residencial, no se permitir otro tipo de construccin que aquel que sea coherente con ese destino).106 En los ltimos tiempos se ha impuesto en los Estados Unidos un nuevo sistema de zonicacin que le permite al inversor inmobiliario gozar de ciertas excepciones en el rgimen de zonicacin, a cambio de invertir parte de la ganancia obtenida en la construccin de bienes de uso pblico tales como museos, edicios. Por el contrario en zonas de bajos usos, no slo es posible utilizar para esos nes, por ejemplo industriales, sino que ser tambin posible efectuar construcciones de tipo residencial. En nuestro ordenamiento, es posible asimismo encontrar zonicaciones mixtas, lo que origina un quiebre menor en este sistema. Tres principios son bsicos desde el punto de vista legal en la zonicacin: (1) En tanto limitacin a un derecho de propiedad, debe ser razonable. Es decir debe guardar una proporcionalidad con el n buscado y que establece la propia norma. En este sentido, en enjudioso decisorio de la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, y particularmente en el voto del Dr. Antonino Vivanco, se reitera dicho concepto. Es as que puntualmente se expres: En virtud de la autoridad que a las comunas le otorga la Ley Orgnica de Municipalidades (decreto-ley 6769/58 y Ley 9117), stas pueden validamente establecer restricciones al funcionamiento de actividades industriales en ciertas zonas -que pueden alcanzar a todo el territorio del partido-, en virtud de que conforme a un razonable criterio su instalacin o subsistencia no convenga al inters pblico. (In re: Martins Oliveira, Jernimo s/ Demanda de Inconstitucionalidad, en DJBA Tomo 126, pag. 26 - E.D. Tomo 110, pg. 411). (2) La zonicacin, es una facultad exclusivamente deliberativa. En este sentido no concurren facultades con el Poder Ejecutivo comunal. (3) Las propiedad Nacionales y Provin-
que la cuestin de los smbolos, como afecta las caractersticas de la nacionalidad y la organizacin nacional, es una cuestin que requiere sumo cuidado en su tratamiento, propio de la ndole de esta clase de asuntos. En tal sentido debe sealarse que sobre el tema existen antecedentes histricos, a partir de la Revolucin de Mayo que a iniciativa de las provincias, se han creado sus banderas expresando as sus respectivas identidades poltico-institucionales. Dentro de ese marco normativo se pueden citar los Decretos Nacionales del 19/5/869; 25/4/884; 33026/33; 1027/43; Ley Prov. 4351 y Decreto Reglamentario N 813/35; Res. P .E. del 8-3-37 Ley N 11.779. Sin perjuicio de ello propio es valorar tambin la tradicin patria, no por ello exenta de juricidad, y que permitir a este Organismo Asesor fundar su opinin. En ese terreno corresponde plantearse el interrogante de por qu las Municipalidades tienen sus propios escudos y consecuentemente no pueden tener tambin sus propias banderas. La bandera es el distintivo ms simblico, al que se rinde mayor respeto y el que suscita mayor entusiasmo; es un arbitrio privativo de la soberana nacional y de las autonomas provinciales en el marco de la forma de gobierno republicana y federal adoptada por la Constitucin Nacional (artculos 1 y 5). En cambio el escudo identica una estructura u organizacin institucional dentro de la cual se encuentran las Municipalidades (artculos 5 y 123 C.N. y artculos 190-191 C.P .) que sirve para distinguirse unas de otras. En consecuencia, por el respeto que la tradicin patria exige, y en ausencia de disposicin constitucional o legal que expresamente lo autorice, esta Asesora General de Gobierno estima improcedente la creacin de una bandera municipal Cabe indicar que a pesar de este dictamen, numerosas municipalidades bonaerenses cuenta no slo con una bandera Municipal, sino inclusive con una por cada localidad que la compone, como es el caso de Escobar, que las prevee para Maswichtz, Matheu, Loma Verde, entre otras.
105 La denominacin proviene de la causa Village of Euclid v. Ambler Realty, 272 U.S. 365 (1926). En esos autos se estableci que la zonicacin consista en un ejercicio legtimo del Poder de Polica, el cual no repugna en forma alguna la Constitucin. 106 En los ltimos tiempos se ha impuesto en los Estados Unidos un nuevo sistema de zonicacin que le permite al inversor inmobiliario gozar de ciertas excepciones en el rgimen de zonicacin, a cambio de invertir parte de la ganancia obtenida en la construccin de bienes de uso pblico tales como museos, edicios comunales o viviendas de bajo precio para gente carenciada (ver. Simmons v. City of Moscow, Supreme Courtodaho, 1986,111 Idaho 14,720 P . 2d 197.; Emerson Collegev. City of Boston, Supreme Judicial of Massachussetts, 1984. 391 Mass. 415, 462 N.E. 2d. 1098. Asimismo puede verse: Fred Bosselman & Nancy Stroud, Mandatory Tithes: The Legality of Land Development Linkage, 9 Nova L.J., 1985, Pp. 383-411.
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carentes de fundamentos elementales u obedezcan a motivos de ndole persecutoria, deben admitirse. En el mismo sentido, se expidi esta Suprema Corte expresando que las autoridades comunales tienen legalmente asignadas por la Ley Orgnica de Municipalidades (dec. ley 6769/1958, reformado por la ley 9117), la potestad de reglamentar la radicacin, habilitacin y funcionamiento de los establecimientos comerciales e industriales y su zonicacin arts. 27 inc. 1 y 28 inc. 7 (causas I. 1129, Martins Oliveira, sent. del 10IV1984; I. 1248, Sancho, sent. del 15-V-1990; B. 50.333, Nida S.A.C.I.F.I., sent. del 2-III-1999). Por otro lado, entiendo que cuando los municipios obran en ejercicio de este poder de polica e imponen al derecho privado restricciones racionales y compatibles con el inters pblico, no puede invocarse un derecho irrevocablemente adquirido frente al orden pblico (cfr. D.J.B.A., t. 117:57; t. 119:497 y 502). En el presente caso la ordenanza impugnada ha tenido como fundamento que los usos mas solicitados de la zona corresponden a pequeas industrias inocuas, existiendo antecedentes de ellas en la misma zona, siendo la zonicacin decretada ... mas apropiada para adecuar esta situacin sin deformar las caractersticas residenciales propias... v. considerandos de la Ordenanza 25/1994. As surge del informe obrante a fs. 35/36 del expediente administrativo que se ha ... podido constatar en casi todos los frentes a la Ruta 200, se observan depsitos (de vino, lea, etc.) corralones de materiales de la construccin, negocios (talabartera) hasta incluso una pequea industria metalrgica.... Considero que la ordenanza atacada no se aparta de los objetivos establecidos en la Ordenanza 32/1983 Ordenanza de Zonicacin segn usos tendiendo a la estructuracin del espacio urbano para satisfaccin de los requerimientos y necesidades de la comunidad, orientando el desarrollo del ncleo dentro de una estructura fsica que determine una distribucin armnica de las actividades y permitiendo la localizacin de la mayor cantidad de usos compatibles con las caractersticas predominantes de cada zona con el objeto de favorecer la movilidad entre las mismas ver fs. 122 y 123. Es dable resaltar, asimismo, que tal como lo pone de maniesto el representante de la comuna accionada, la propiedad del actor no ha sido objeto de la nueva zonicacin, mantenindose su propiedad bajo el rgimen de la Zona Residencial (Z.R.4.). Siendo ello as, la circunstancia de que una ordenanza municipal restrinja las ventajas o facilidades que contaba el titular del bien, sin que medie una privacin o lesin en los atributos esenciales del derecho de propiedad como en el caso no es motivo suciente para declararla invlida, pues la propiedad privada debe ceder ante los nes pblicos de seguridad, prosperidad, higiene, ornato, cultura, buenas costumbres, etc., que justican el ejercicio del poder de polica (arts. 14 y 17 de la Constitucin de la Nacin; 10 y 11 de la Constitucin provincial; doctr. C.S.J.N., causas Galanti, cit. y Beccan, Manuel c/Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, sent. del 9-V-1989). En un caso similar en sus caractersticas, puntualmente la existencia en un barrio residencial de Mar del Plata de un depsito y aserradero de maderas, actividad que provocaba ruidos, partculas de polvo, causando grandes molestias a sus vecinos, se entendi razonable la reglamentacin y consecuente acto administrativo por el cual se orden el cese de las molestias.109 En otro caso en el que se cuestion la inhabilitacin de un hotel alojamiento, por la posterior instalacin de una Escuela en cercanas del mismo, la Suprema Corte expres. La Ordenanza general 96 establece que las autorizaciones de radicacin de hoteles alojamiento que se otorguen incluirn la condicin de caducidad ipso jure para el caso de instalarse un
109 Cm.Civ. y Com. Mar del Plata, 76980 RSD-173-90 S, Di Gernimo, Alberto Jorge el Gonzlez, Juan y otra s/ Daos y perjuicios, 3-VII-1990. 110 SCJBA, causa B. 59.316, De Grazia, Jos contra Municipalidad de La Matanza. Demanda contencioso administrativa, 21-V- 2008.
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El inciso 8) nuevamente y a igual que lo dispuesto por el inciso 28) del artculo anterior, abre un amplio espectro de posibilidades en el actuar concreto del HCD en materia de creacin de establecimientos en dos direcciones: (a) social y (b) educacional. Cabe indicar que estas facultades estn dentro del marco general de actuacin del Municipio que provee el artculo 25. Las posibilidades sin embargo, son por cierto generosas. Es as que varios municipios, se han ocupado de acercar la educacin universitaria a sus propios distritos mediante accin de los HCD. Casos concretos en que sea congruente y no prohibida por las leyes provinciales y nacionales.113 Claro est que se podr plantear en qu medida se cumple con este recaudo cuando es un particular que se presenta solicitando como acto administrativo del Concejo Deliberante el otorgamiento de una excepcin al rgimen impositivo. Entendemos que en tanto exencin, puede acordrsele al solicitante, pero ir de suyo que deber extenderse a cualquier otra persona en similar situacin. 6.3. FACULTADES PRESUPUESTARIAS Resulta de particular inters en el derecho municipal, el anlisis del presupuesto comunal. Es que en el mismo se reeja la actividad econmica de la comuna, su estructura de gastos y accionar gubernativo, como as se expresan las potestades y polticas tributarias acordadas a ellas por la organizacin provincial. De igual manera, ingresar en este captulo implica necesariamente apuntar a aspectos esenciales que se vinculan con la autonoma o no de los municipios. Es que la mayor o menor posibilidad de decidir de una comuna en esta rea se vincula directamente a la posibilidad de denir su destino como ciudad. No puede pensarse en modo alguno en un Municipio autnomo si al momento de implementar su poltica local depende en la obtencin de sus recursos o en la determinacin de sus gastos del Gobierno Provincial.114 El anlisis del tema posee pues esa arista, pero tambin otras no menos importantes como aquellas que surgen de una realidad que nos muestra la existencia de cada vez mayores erogaciones en la satisfaccin de necesidades comunales y la renuencia o simplemente la imposibilidad de cada vez mayor cantidad de vecinos de abonar dichos costos. No menos interesante es la polmica que presenta la administracin eciente de dichos fondos, lo que ha dado origen a cada vez mayores exigencias de una gerencia profesional115 En medio de estas situaciones, la decisin compete al HCD quien debe asumir los costos polticos de la aprobacin de presupuestos, rendiciones de cuentas, como as expedirse sobre incrementos o sancin de nuevas cargas tributarias. Esto dicho en el contexto restrictivo del actuar de los Concejos Deliberantes sobre la materia, por cuanto, nada impide, de acuerdo al texto legal vigente, que sea el propio cuerpo el que asuma la iniciativa de llevar adelante procesos tendientes a implementar nuevas formas de recaudacin. Estas atribuciones en materia econmica del HCD se orientan en una gran temtica cual es la de sancionar un presupuesto comunal, analizando a tales nes el programa de gobierno que en el mismo se plasma, los gastos que ste supone, como as los medios con los cuales se ha de atender el mismo.
telecomunicaciones en el predio identicado catastralmente como: Circ.1; Sec.B; Quinta 14; Fraccin I; Parcela 1b, de la ciudad de Cauelas, Provincia de Buenos Aires, en un zona urbana-poblada y en las cercanas de un jardn de infantes incumpliendo con los requisitos necesarios para efectuarla y sin la autorizacin correspondiente -armaciones todas efectuadas con carcter provisional conforme impone el estado procesal de la causa-. Considerando ello a la luz de lo dispuesto por el artculo 4 de la ley 25675 que establece que frente a la existencia de un peligro de dao grave o irreversible -notas que cabe predicar de la situacin fctica que motiva la demanda- la falta de actualidad en cuanto al dao a la salud que provocaran las emisiones de la antena an sin instalar, no puede invocarse para postergar la adopcin de medidas ecaces, se impone -como lo ha hecho el a quo- el cese de la instalacin de la antena de comunicaciones en el Barrio Rucanay. 112 SCJBA, causa B 57.019, Bulus, Simn A. contra Municipalidad de La Plata. Demanda contencioso administrativa, 14-V-2003. En dicha causa el actor promueve demanda contencioso administrativa contra la Municipalidad de La Plata con la nalidad de que se anule el decreto 955 de fecha 17 de agosto de 1995 y se le otorgue la habilitacin
denitiva para la agencia de remises y ete. El actor indica que el 26 de abril de 1994 inici un expediente solicitando la habilitacin de una agencia de remises y etes, cumplimentando los recaudos solicitados que le originaron gastos y erogaciones de su parte sin que el municipio resolviera su peticin hasta pasados cinco meses. Tal demora, aduce, implic que al momento de resolver acerca de la habilitacin de referencia se aplicara al caso una normativa nueva la que no permita la instalacin de ese tipo de comercios en la zona en la cual se pretenda instalarlo. La Corte indica que en la especie se trata de un conicto de intereses entre el particular que pretende realizar una actividad comercial lcita, denunciando la afectacin producida por la prohibicin municipal y las limitaciones impuestas en razn del inters pblico. En dicho mbito, la funcin administrativa importa una modalidad de obrar de contenido prohibitivo, reglamentaria, reguladora por razones de bien comn que pueda afectar la esfera de inters de un ciudadano en especial. Tal como se seal en la causa B. 50.891, Domini, Acuerdos y Sentencias, 1996V802, los actos que se dicten en casos como del de autos, son propios de la Administracin policial de contenido preventivo, mediante los cuales se reconoce el cumplimiento de las condiciones impuestas por la reglamentacin en razn del inters o la necesidad colectiva. Con una decisin favorable el interesado queda facultado para desplegar cierta actividad. Implica la remocin de un obstculo legal para dicho ejercicio. Si bien la solicitud de factibilidad se inici con anterioridad al dictado de la mentada Ordenanza, la misma norma especica que sus alcances se extienden a los expedientes en trmite. La aplicacin de la nueva normativa resulta lcita pues, como acontece en el caso, no vulnera derechos adquiridos con anterioridad a su vigencia ya que no se trata de dejar sin efecto una autorizacin ya concedida sino de evaluar la factibilidad de otorgarla. Este es, por otra parte, el alcance de la pauta interpretativa que contiene el art. 3 del Cdigo Civil en cuanto admite, como excepcin al principio que consagra, que la aplicacin retroactiva de un precepto se admita expresamente a condicin de no afectar derechos y garantas constitucionales. 113 Similar recaudo se exige en la Jurisprudencia de los Estados Unidos, sobre el particular ver: Pullman Car & Manufacturing Corp. V. Hamilton, 229 Ala. 184, 155 So. 616 (1934), en igual sentido City of Houston v. Houston Endowment, Inc., 428 S.W. 2d. 706 (Tex.Civ. App., 1968). 114 Al respecto y ms all de numerosas crticas expresadas en el sentido de que los recursos municipales, dependen en gran medida de las coparticipaciones provinciales, a niver nacional y de acuerdo a informacin suministrada por el Ministerio de Economa y Obras y Servicios Pblicos de la Nacin, el 52% de los recursos comunales, es generado en los mismos municipios. 115Por ello no resulta llamativo que la Universidad Nacional de La Plata a travs de su Direccin de Asuntos Municipales, haya includo en su curso sobre Administracin Profesional de Provincias y Municipios, la cuestin mencionada. 116 Villegas, Hctor, Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario, Buenos Aires, Ed. Depalma, 1980, Tomo II, P . 227. 117 Giuliani Fonrouge, Carlos M. Derecho Financiero, Buenos Aires, Depalma, 5 Edicin, Volumen I, p. 145
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118HTC, Municipalidad de Coronel Surez, Delegacin XII, Expte. 4028-3.026/05, 27-VI-2005; Consulta: Respecto de la viabilidad e implementacin del Proyecto de Ordenanza en el cual se crea el Programa de Presupuesto Participativo.Respuesta: Dentro de las presentes actuaciones se acompaa copia del Proyecto de Ordenanza donde en los vistos y considerandos se realza la gura de la participacin ciudadana como elemento que garantice y haga ms eciente la gestin municipal, en el marco de un aporte complementario a la democracia representativa. Que, sin dejar de reconocer los fundamentes valiosos expuestos para la elaboracin del Proyecto de Presupuesto Participativo, la gura que se pretende instaurar no se encuentra contemplada en la Ley Orgnica de las Municipalidades. Que la actual
norma en su artculo 109 establece que el Departamento Ejecutivo deber proyectar la ordenanza del presupuesto de gastos y recursos, siendo ste quien debe tomar las decisiones en cuanto a la elaboracin presupuestaria. Que, a su vez, la Ley Orgnica de las Municipalidades faculta ampliamente al HCD a realizar el control y seguimiento presupuestario. Que en virtud del marco normativo existente, la participacin ciudadana a travs de los vecinos puede ser llevada a cabo desde un punto de vista consultivo, es decir que se conozca la opinin o los diferentes reclamos, sin que ello sea vinculante para el funcionario actuante para la elaboracin de los proyectos de presupuesto. Por lo tanto, sobre la base de lo expuesto no seran admisibles los postulados que emanan del proyecto aludido. Por ejemplo, lo dispuesto en el artculo 2: ..promover el debate y el involucramiento de los vecinos en la elaboracin, seguimiento y control de la ejecucin del Presupuesto General de Gastos y el Clculo de Recursos.. Tampoco se cree procedente que en el proceso participativo intervengan los vecinos en la toma de decisiones de todo lo referente a los lineamientos generales, asignacin de recursos y gastos, poltica tributaria y seguimiento de la ejecucin presupuestaria. 119 Bsicamente se preveen causales vinculadas a emergencias no previstas, tales como el cumplimiento de sentencias judiciales, epidemias, inundaciones o situaciones similares. Tambin se prevn partidas para organismos descentralizados. 120 SCJBA, causa 68300 Fernndez Jos (Presidente del Concejo Deliberante de Gral. San Martin) s/ conicto art. 196 de la Const. Provincial, 10-VIII-2005. En esta causa se plantea la nulidad de la Ordenanza sancionada el da 13VII-2005, relacionada con la ampliacin del Clculo de Recursos para el Ejercicio municipal del ao 2.005 Prrroga 2.004- y Ampliacin del Presupuesto de Gastos Ejercicio 2.005 Prrroga 2.004-, armando que en la Sesin Ordinaria nro. 7 del Cuerpo Deliberativo, se hallaban presentes solo 14 Concejales de los 24 que constituyen el organismo, actuando como titular su Vicepresidente y sosteniendo que se viol el art. 104 del Reglamento Interno aprobado por el Decreto HCD nro. 100/2000, en cuyo marco se establece que no podr considerarse sobre tablas un asunto por el cual se proyecte la sancin de una Ordenanza que signique modicacin al Clculo de Recursos y Presupuesto de Gastos, como as tampoco sancionarse una Ordenanza del mismo tipo por dicho sistema. Colige que la validez de la disposicin impugnada dependa del previo tratamiento y despacho de la Comisin Interna de Hacienda, Presupuesto y Cuentas, detalle que no se cumpliment. Finalmente, agrega que la normativa en tratamiento, a su vez, vulner las premisas contenidas en los arts. 29 y 34 del decreto-ley 6769/58 puesto que una vez aprobado el Presupuesto, ste no puede ser modicado sino a instancia del Departamento Ejecutivo, lo cual si bien en apariencia sucedi, la ausencia de rmas e identicacin de los responsables resultan demostrativas de su inconsistencia. La Corte se expide en el caso habilitando el Conicto de Poderes y en lo ms destacable, menciona que los supuestos estipulados en el artculo 263 bis de la LOM no son los nicos admisibles por esa va.
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Pero nalmente y en el campo que especcamente nos interesa, por cuanto es facultad privativa del Departamento Deliberativo, se halla el control de dicho cuerpo sobre la ejecucin presupuestaria, el que se ejerce a travs de la aprobacin o no, de la rendicin de cuentas121. Este control cierra la actuacin del Legislativo en el campo presupuestario. Tal como hemos expresado anteriormente, en su momento pronunci la Ordenanza que da lugar al presupuesto, para luego y ejecutado el mismo decidir sobre la correccin en el cumplimiento de su acto legislativo. La duda que se plantea, es si HCD puede scalizar la ejecucin presupuestaria durante el curso del mismo. Al respecto, entendemos que la L.O.M. no habilita en forma expresa tal posibilidad, sin perjuicio claro est de la posibilidad de solicitar informes y peticionar al Ejecutivo de respuesta a los actos eventualmente cuestionados.
3. EROGACIONES
Como hemos expresado precedentemente, el presupuesto contiene dos aspectos claramente denidos, cuales son la limitacin legal (por va de Ordenanza, L.O.M. y Constitucin Provincial) a las erogaciones o gastos y el clculo de los recursos con los cuales solventarlos. Decimos el clculo, por cuanto las Ordenanzas que crean las imposiciones tributarias son autorizadas por el H.C.D. en forma separada y mediante la Ordenanza/s Impositiva/s correspondiente/s. Gasto pblico es la erogacin que efecta el Municipio para cumplir con sus funciones. Tradicionalmente, y en la actualidad por la vuelta a principios econmicos clsicos, se ha sustentado que el mismo debe ser estricto y limitado a que la comuna pueda solventar sus atribuciones especcas. Sin perjuicio de ello, bajo la doctrina econmica inspirada en las teoras keynesianas y de creacin del Welfare State se entendi que el gasto pblico deba abarcar tambin aquellas erogaciones necesarias para dar respuesta a necesidades sociales, entendindose de igual modo que el gasto que efecta la Municipalidad supone una inyeccin monetaria en el mercado cuyo efecto econmico se traduce en crecimiento. Sin perjuicio de lo expuesto, no caben dudas de que los excesos cometidos, durante aos en los ejercicios econmicos municipales, llevaron a una reaccin, que a pesar de admitir gastos sociales, limitan expresamente los contenidos y alcances de los mismos. Son inversiones patrimoniales, aquellas que efecta la comuna a nes de adquirir bienes o infraestructuras, que han de servir en la prestacin de servicios y en la generacin e recursos econmicos.
4. RECURSOS
Como contrapartida a la facultad de la Comuna de jar un esquema de gastos, es indudable que le compete la potestad de efectuar un clculo de los recursos necesarios y de disponer la creacin de tributos dentro de los lmites legales. La LOM precisamente comienza el anlisis presupuestario desde la facultad del municipio de imponer tributos, una de las formas a travs de las cuales se generan los ingresos comunales. Esta facultad de imponer a los vecinos diversas contribuciones, se denomina en el mbito jurdico, Potestad Tributaria y se vincula estrictamente a la autonoma comunal.122
121 Especcamente sobre el particular dispone el art. 65 de la L.O.M. que corresponde al Concejo el examen de las cuentas de la administracin municipal, en las sesiones especiales que celebrar en el mes de marzo. 122 No es objeto de esta obra hacer un anlisis del origen de las facultades municipales de imponer contribuciones, sin embargo resulta de inters expresar que en reciente fallo la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nacin ha dicho que las facultades comunales en la materia derivan de aquellas atribudas a las Provincias a las que pertenecen (Arts. 5 y 123 de la C.N.). (Ver: Telias, Sara, Principios Generales: Potestades Tributarias de los Municipios, en Propuestas Municipales, Buenos Aires, ao 3, n 32, pag. 26, nota a fallo: Telefnica de Argentina c/ Municipalidad de Chascoms s/ Accin Declarativa).
123 Sobre la viabilidad y conveniencia de mantener la gura del Mayor Contribuyente, compartimos la idea expresada por Zuccherino, Ricardo Miguel, Ley Orgnica Municipal Comentada, Buenos Aires, ed. Depalma, 1997; toda vez que la misma resulta un resabio de naturaleza plutocrtica en al que se da preponderancia e igual voto a quin ha sido elegido popularmente (concejal) que aqul cuyo nico mrito es tener mayor contidad de bienes o ingresos por los cuales tributa. 124 El voto mayoritario de la CSJN, 14-X-1992 en Municipalidad de Rosario c- Provincia de Santa Fe s- Inconstitucionalidad y Cobro de Australes sostuvo que el artculo 107 de la Constitucin de la Provincia de Santa Fe ha establecido los ingresos que corresponden a los municipios, precisando que stos son organizados por la ley sobre la base de ciertos requisitos, entre los que se incluyen un gobierno dotado de facultades propias, sin otras injerencias sobre su condicin o sus actos que las establecidas por la Constitucin y la ley con las atribuciones necesarias para una ecaz gestin de los intereses locales, a cuyo efecto la ley los proveer de recursos nancieros sucientes. Asimismo, dicha Carta Fundamental prescribe que con la nalidad aludida, los municipios pueden crear, recaudar y disponer libremente de recursos propios, provenientes de las tasas y dems contribuciones que establezcan en su jurisdiccin, asegurndoseles participacin en los gravmenes directos o indirectos que recaude la Provincia, con un mnimo del 50% del producido del impuesto inmobiliario, segn un sistema de coparticipacin. En tales condiciones, los preceptos legales que regulan lo concerniente a las fuentes de ingresos de los municipios, cuya incompatibilidad con la Constitucin Nacional invoca la demandante, aparecen emitidas por la Legislatura Local con base en una norma habilitante contenida en la Constitucin de la Provincia, la cual, empero, no ha merecido ninguna tacha de inconstitucionalidad por la actora, circunstancia que aade otro obstculo a la admisibilidad de su pretensin. 125 La caracterizacin de la tasa tiene importancia pues los municipios la utilizan en forma preponderante en la esfera de su competencia, cubriendo la mayor parte de sus erogaciones. Es indiscutible la facultad de los gobiernos municipales de crear tasas dentro de la rbita de su competencia, o al menos no constitua una cuestin controvertida,
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RECURSOS CORRIENTES
TASAS
Contribuciones especiales de mejoras Rentas Patrimoniales Precios Pblicos Multas, Intereses Moratorias y Punitorios Crdito Pblico Venta de Activos Reembolsos de Prstamos
bajo el rgimen instituido por la vieja Constitucin, pues dicha atribucin nace como expresin misma del carcter autnomo reconocido a los municipios en los artculos 216, 220 inc. 2 - primera parte- e inc. 7 y cc. de la Constitucin Provincial derogada. Santiago del Estero, STJSE, causa, 100235 S, C.O.T.T.I. LTDA. c/ Municipalidad de la Capital s/ Recurso de amparo, 21-XII-1998 126 Al respecto ha expresado reiteradamente la Suprema Corte de Justicia Provincial que ...no existe norma constitucional o legal que obligue a que las tasas exhiban proporcionalidad entre el costo del servicio y el monto del gravamen, pues mediante lo que se percibe no debe atenderse nicamente a los gastos de la ocina que lo presta, ya que tanto la existencia de sta como el cumplimiento de sus nes dependen de la total organizacin municipal, cuyas erogaciones generales deben incidir en las particulares en una medida cuya determinacin es cuestin propia de la poltica nanciera, SCJBA, Casa Blanco S.C.A. c/ Municipalidad de General Pueyrredn s/ Demanda de Inconstitucionalidad, AYS Tomo 1989-I 730, 18-IV-89; en igual sentido Marina del Sur S.A. c/ Municipalidad de General Alvarado s/ Demanda contencioso administrativa, AYS Tomo 1989-II Pg. 167; tambin ver: SCBA, B 50259 S, Consorcio de Propietarios Mayling Club de Campo c/ Municipalidad de Pilar s/ Demanda contencioso administrativa, 28-III-1995, JUBA. Tratndose de tasas no existe norma constitucional o legal que oblique a que las mismas exhiban proporcionalidad entre el costo del gastos de la ocina que los presten, ya que tanto la existencia de sta como el cumplimiento de sus nes, depende de la total organizacin municipal, cuyas erogaciones generales deben incidir en las nanciera. SCBA, Ac 59662 S, Juez NEGRI (SD) Jardn de La Paz S.A. c/ Municipalidad de Gral. Sarmiento s/ Repeticin e inconstitucionalidad de ordenanza tarifaria, 21-4-98. Las tasas son servicios que el Estado organiza en funcin del inters pblico y no del particular, y que bsicamente teniendo en cuenta la naturaleza del servicio, se atiende a circunstancias de seguridad colectiva, salud pblica, de higiene del trabajo, certeza del derecho; constituyendo una relacin obligatoria y no voluntaria o facultativa, no siendo posible rehusarse a su satisfaccin una vez organizado el servicio respectivo, aunque ste no sea utilizado individualmente. La tasa es de una actividad que afecta especialmente al obligado. Jurisprudencia del Chaco: S1CACC, 1000 22321 RSD-4-96, Juez LLUGDAR, MARIA GRACIELA (SD), Supermercado La Chispa S.R.L. c/ Municipalidad de Resistencia s/ Accin declarativa.
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Pero todo lo dicho anteriormente no sera sino una mera generalidad, de no ser ilustrada con el ejemplo que proveen algunas tasas que se han convertido en los ltimos tiempos en eje de acendrados debates, la mayor parte de los cuales no ha sido an dirimida denitivamente por resolucin judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Y en este punto convendra detenerse an brevemente. Es que resulta particularmente notorio como una muestra generalizada de desconcierto y vicios en la administracin local, el hecho de que las tasas sean copiadas sin ponderacin alguna de las viscitudes que ellas pueden acarrear. Esto as por cuanto las ingeniosas elucubraciones de algn asesor muchas veces externo respecto de una tasa, sern normalmente copiadas por otros municipios, ni bien se toma conocimiento de ella; sin siquiera saber si ha pasado airosamente la prueba de su escrutinio judicial. Conclusin: si la tasa estuvo mal establecida, juicios millonarios de repeticin que debern ser afrontados dada la periodicidad republicana en los cargos de los funcionarios municipales por futuras administraciones. 2. El concepto de tasa municipal y su crisis Pero antes de ingresar a casos emblemticos de las nuevas discusiones jurisprudenciales y doctrinarias, no puede dejar de repasarse el primer problema existente que se origina en la crisis del concepto de tasa. En el estudio de manual o conceptual universitario, resultaba clara la distincin entre impuestos, tasas, contribuciones, precios, etc. Si algo distingua a las primeras de las segundas, radicaba no slo en el carcter subjetivo de quin emanaban: Nacin o Provincia, en aqul caso, tambin las Municipalidades en el postrer; sino esencialmente por el hecho objetivo de que el impuesto gravara a un universo de contribuyentes sobre la base de un hecho imponible, ingresando su producido a rentas generales para ser afectados al funcionamiento integral de la organizacin del Estado; mientras que la tasa implicara una contraprestacin pecuniaria establecida de modo coactivo no voluntario - , por un servicio brindado por la administracin; su presupuesto de hecho consiste en una situacin que determina, o se relaciona, necesariamente, con el desenvolvimiento de una cierta actividad de un ente pblico relativa, en forma individualizada a la persona obligada a su pago, el contribuyente130 Pero como ocurre en nuestro derecho con dos nociones que tambin se entremezclan en esta cuestin: Autonoma y autarqua municipal; las necesidades y la realidad que se ltra a travs de los fallos judiciales han extendido los conceptos haciendo los mismos poco inteligibles como categoras conceptuales vlidas para imponer lmites. Hoy tal como diagnostica Heredia131, se ha ido diluyendo el concepto de tasa y resulta casi imposible diferenciarla de un impuesto. La tentacin inmediata es armar un argumento por va de los hechos consumados: si los municipios generan impuestos en lugar de tasas es porque pueden. Pero esto ya implicara adentrarse en lo que sigue, el camino a la distorsin de las tasas.
128 Llega esto a punto tal que en autos Empresa de Transportes de Pasajeros Navarro Hnos. Srl s. Accin de inconstitucionalidad de la ordenanza nro. 068/90 de la Municipalidad de Tirol, la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, ante la armacin del superior tribunal de Chaco, respecto de descartar la importancia de distinguir las diferencias entre las nociones de impuesto y de tasa, ya que ambas modalidades de gravmenes deberan respetar los principios de legalidad, igualdad y razonabilidad, los que se haban satisfecho en el sub examine. Especialmente, el a quo destac que no era necesario que el quantum de la tasa guardase una equivalencia estricta con el servicio pblico al que se destinaba maniesta no compartir tal opinin. CSJN, Fallos 319:2211, 10-X-1996. 129Puede destacarse en ese sentido la justicia tucumana, al declarar la inconstitucionalidad del artculo 120 del Cdigo Tributario de la Municipalidad de San Miguel de Tucumn, modicado mediante ordenanza 3032/01, toda vez que la descripcin del hecho imponible es contrario a lo dispuesto por el artculo 114 de la Constitucin Provincial, pues la prestacin efectiva del servicio a que la tasa reere debe ser individualizada y la excesiva latitud de la descripcin de la actividad gravada, no permite identicar debidamente las prestaciones cuya manutencin impone Cmara de Apelaciones en lo Cont. Adm. de Tucumn, Sala II, De la Cruz Mara c. Municipalidad de San Miguel de Tucumn, LLNOA 2005, junio, P . 818.
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de ese criterio territorial136. No es extraa entonces la pregunta que suelen hacerse muchas veces los empresarios entre asombrados y sorprendidos respecto de qu servicio se brinda a cambio, mientras se han visto casos en los que stos intentaban recordar cuntas veces en la vida del establecimiento se les haba efectuado una inspeccin. La ecuacin actual en modo alguno puede compadecerse con el concepto histrico de tasa. Si aadimos que como parte de los sucesivos compromisos provinciales para alentar la inversin productiva se ha renunciado a percibir parte de los ingresos brutos, resulta an ms difcil para los empresarios entender cmo ese concepto es ahora percibido por va de otro nombre por los municipios. El controvertido caso del denominado impuesto de emergencia que legisl la Municipalidad de Tucumn recientemente, alerta como pocos respecto de la situacin creada137 2.2. La tasa mutante y el riesgo de su contagio: higiene y seguridad. Nadie debe haber pensado los mecanismos arbitrales del Pacto Fiscal a nes de resolver cuestiones generadas por y con los municipios. La realidad nuevamente se ha mostrado sustancialmente ms compleja y rica que la teora. Planteada la desviacin que se fue produciendo en el concepto de tasa, la misma se fue haciendo ms gravosa en un viejo concepto de imposicin comunal: La tasa de seguridad e higiene. Qu es lo que cambi en este caso? Lo que se modic fue la base tributaria. De una tasa que sola calcularse sobre la base metros lineales de frente o cantidad de empleados o consumo elctrico de los locales; se pas a considerar como base tibutaria a los ingresos brutos del establecimiento. Qu separa tal gravamen del ingreso bruto? Nada, excepto la idea de que tan slo se alcanzan los importes que se generan por la actividad desarrollada en el territorio de ese municipio. Pero en la medida en que algunos fallos avalan la tesis de que si la actividad es ejecutada en un solo municipio y el contribuyente no logra acreditar pagar similar tasa en otro, puede ser alcanzado por la totalidad de la alcuota provincial mxima permitida, implica en la realidad una extensin de ese criterio territorial136. No es extraa entonces la pregunta que suelen hacerse muchas veces los empresarios entre asombrados y sorprendidos respecto de qu servicio se brinda a cambio, mientras se han visto casos en los que stos intentaban recordar cuntas veces en la vida del establecimiento se les haba efectuado una inspeccin. La ecuacin actual en modo alguno puede compadecerse con el concepto histrico de tasa. Si aadimos que como parte de los sucesivos compromisos provinciales para alentar la inversin productiva se ha renunciado a percibir parte de los ingresos brutos, resulta an ms difcil para los empresarios entender cmo ese concepto es ahora percibido por va de otro nombre por los municipios. El controvertido caso del denominado impuesto de emergencia que legisl la Municipalidad de Tucumn recientemente, alerta como pocos respecto de la situacin creada137
136 Podemos aadir que algunas leyes Orgnicas Municipales tornan an ms difcil establecer lmites, as por ejemplo el artculo 226 de la LOM de la Provincia de Buenos Aires dice que son recursos municipales los impuestos, tasas, derechos, licencias, contribuciones, retribuciones de servicios y rentas 4 Se ajusta a derecho la resolucin dictada por la Subsecretara de Recursos de la Municipalidad de Ro Cuarto en cuanto determin sobre base presunta, utilizando el parmetro referido a empresas vendedoras del ramo, la obligacin del contribuyente respecto de la Contribucin que incide sobre el comercio, la industria y las empresas de servicios, por la venta de productos medicinales en el ejido municipal, pues el procedimiento seguido encuentra respaldo en los dispuesto por el Cd. Tributario Municipal mientras que el recurrente no acredit que en la deuda atribuida se computaron ingresos y gastos atribuidos a otra jurisdiccin en violacin del art. 35 del Convenio Multilateral y a la ley 23.548 de Coparticipacin de Impuestos, CCiv.Com. y Contenciosoadministrativo Ro Cuarto, 1 nom., Chemotcnica S.A. c. Municipalidad de Ro Cuarto, LLC 2004 (octubre) P . 964. 137Colombres, Federico, El Tributo de Emergencia Municipal (TEM) a la luz de la ley de Coparticipacin Federal, Ser Justicia, San Miguel de Tucumn, 12/12/06 Ao 1 Nro. 8, P . 1. 139 El Juzgado Federal en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo N 1 de San Martn ha declarado inconstitucional la tasa de abasto que cobraba la municipalidad de Morn.
un servicio pblico nacional. Si bien una cuestin esta ser una cuestin de hecho a determinar en cada caso, bien sirve de lmite conceptual al ejercicio de facultades tributarias locales. C) Causa CSJN, EDENOR c. Municipalidad de General Rodriguez, 05-X- 1999. La Corte en este caso sostuvo que la jurisdiccin nacional sobre el servicio pblico interconectado de generacin, transporte y distribucin interjurisdiccional de electricidad resulta compatible con el ejercicio del poder de polica y de la potestad scal de las provincias y de sus municipios, a menos que exista una exencin acordada en virtud de lo dispuesto por el art. 75 inc. 18. En el caso concluy que el pago de la empresa Edenor realiza del 6% de las entradas brutas recaudadas por la venta de energa elctrica en cada uno de los municipios de la Provincia de Buenos Aires comprendidos en el mbito de la concesin, en concepto de dominio pblico municipal, no exime a dicha empresa de abonar tasa retributiva de servicios o mejoras en orden local, entre las que se encuentran la tasa de inspeccin de seguridad e higiene jada por el municipio. D) Causa SCMendoza, Obras Sanitarias de Mendoza c. Municipalidad de Tunuyn, 15-VI-2006. Reclamo de Obras Sanitarias contra la Municipalidad de Tunuyn, solicitando la inconstitucionalidad de: 1) tasa de seguridad e higiene y 2) tasa por el uso de subsuelo. Respecto del segundo concepto, la Corte dice luego de denir el dominio pblico que: ... de estas nociones deduzco, que en principio, no existe ningn impedimento legal para que el Municipio cobre un tributo por el uso del subsuelo de un inmueble del dominio pblico comunal. Este tributo est expresamente autorizado por el art. 113 inc. 2 de la LOM que enumera entre las entradas ordinarias del municipio el uso transitorio o permanente de los subsuelos, calzadas y veredas, sin perjudicar las necesidades pblicas. En efecto, aunque a travs de ese uso se preste un servicio pblico y por lo tanto exista un benecio indirecto para los usuarios del servicio, se trata de un uso otorgado a una empresa privada, que lucra a travs de ese uso.. Cabe destacar que ms all del resultante que podra desprenderse de una primera lectura, el Tribunal no reconoce potestad tributaria original a la Municipalidad. 3.2. TASAS DE ABASTO O INTRODUCTORIAS. EL DEBATE ACTUAL Numerosos municipios del cono urbano bonaerense, primero, luego del resto de la Provincia y de otras jurisdicciones, han ido modicando el viejo criterio existente para percibir lo que se sola denominar como tasa de control bromatolgico. Es que esa vieja imposicin, muchas veces ms propia de un autntico precio, lo nico que haca era jar un monto por cada producto que era remitido a laboratorio para su anlisis. Normalmente la percepcin no slo era de un bajo importe, sino que adems no supona mayores trastornos de logstica para el contribuyente Este criterio sin embargo, fue progresivamente modicado, imponindose una suma nica por producto y afectando al total de unidades introducidas. Adicionalmente se orden a cada distribuidor que antes de ingresar a su destino nal pasara por cabinas especiales para declarar e integrar la tasa, con un incremento notable en los costos logsticos. Cabe adems indicar que al convertir al comprador del insumo en agente de retencin, tambin se generan a su cargo erogaciones adicionales. El impacto de este cambio no ha sido menor. Algunos clculos sealan que en algunos productos, el incremento del precio a nivel local puede alcanzar hasta el 8% del mismo1. Tal modicacin que algunos localizan en la Municipalidad de Gral. Rodrguez, Provincia de Buenos Aires - provoc tres de las cuestiones que han sido mencionadas en la introduccin: 1) comenz a ser cuestionada administrativa y judicialmente, 2) fue copiada y lo es an automticamente por otras comunas y 3) fue trasladada al precio.
No hay espacio pblico, sino de propiedad privada abierto al pblico. Conceptos distintos, por cuanto aqu el sujeto gravado en modo alguno aprovecha de un bien del comn. Nuevamente, ms de cincuenta municipios de la Prov. de Bs. As.,de Cordoba, E. Rios, San Luis y Mendoza ya lo han incorporado a su legislacin tributaria sin haber pasado por ltros judiciales previos139. 3.4. EL PARTICULAR CONCEPTO DE ESTABLECIMIENTO CUANDO SE TRATA DE VIAJANTES DE COMERCIO, EN EL CASO DE TASAS DE SEGURIDAD E HIGIENE Como si la problemtica no fuera per se compleja, algunas Municipalidades de la Provincia de Crdoba por va de ampliar el concepto de local o establecimiento para alcanzar directamente la actividad, tal el caso de los viajantes de comercio, han generado un dilema jurdico adicional. De hecho en el Chaco y Misiones varias municipalidades se encuentran estudiando gravar las actividades desarrolladas por parte de comercializadores de algodn en sus comunas. El planteo de la Municipalidad es que para percibir tasa por seguridad e higiene, no resulta necesario que exista un local, por cuanto lo que se alcanza con la alcuota es la actividad. Las empresas afectadas sostienen que tal situacin asimila la tasa al impuesto a los ingresos brutos. El debate judicial ya ha tenido diversas instancias, siendo adversa a las empresas en el mbito de la Provincia de Crdoba, incluido su Superior Tribunal. A guisa de ejemplo, podemos citar el fallo de la Cmara de Apelaciones de Ro Cuarto, en Boehringer Ingelheim c. Municipalidad de Ro Cuarto, 14-VI-2005. La demandante tiene su administracin y planta industrial en Capital Federal, realizando la venta dos visitadores mdicos en la Provincia de Crdoba, uno de los cuales viaja a Ro Cuarto. La Municipalidad le aplica la contribucin sobre Comercio, Industrias y Actividades Lcitas. La actora argumenta la violacin del principio de legalidad, por no estar prevista la actividad y por no existir servicio posible alguno por parte del Municipio, por cunto qu se scaliza o supervisa, sino es un local? Tambin se indica que no hay una actividad comercial, por cuanto lo nico que realiza el viajante es una promocin de los productos, pero estos son vendidos y la logstica proviene de Buenos Aires. Se sostiene la violacin de la clusula de comercio de la Constitucin Nacional y que en realidad al no existir tales vinculaciones se ha establecido un impuesto y no una tasa, lo que se encuentra en pugna con la Ley 23.548 y con el Pacto Federal para el Empleo, la Produccin y el Crecimiento. La Municipalidad sostuvo que la base territorial no resulta necesaria para gravar una actividad, tal como surge del dictamen que emitiera la Comisin Arbitral del Convenio Multilateral, respecto del planteo del Laboratorio Bag. Que la inexistencia de base territorial no signica que la Municipalidad no preste servicios indispensables para que el actor pueda realizar su actividad en dicho mbito territorial. Pero si estas son las razones de las partes, cobra importancia la lnea seguida por la Sentencia de la Cmara, donde surgen alguna novedades: 1. La primera sostiene que la clasicacin clsica entre impuestos y tasas no es unnimemente aceptada, puerta para avanzar en la direccin extintiva de las tasas en su concepcin clsica. 2. Que se perdieron los perles ntidos al adoptarse nuevos mecanismos tributarios, aptos a su vez, para satisfacer demandas muy distintas respecto de las municipalidades. La necesidad municipal aparece justicando la imposicin. 3. No existe entre las categoras diferencias sustanciales, sino instrumentales. 4. El argumento sustancial que se basa en la reforma de 1994 a la Constitucin Nacional, en la Carta de Crdoba y que se expresa en la tesitura del Excmo. Tribunal Superior de Justicia de Crdoba que dispuso que Los municipios tienen expresa habilitacin constitucional para establecer impuestos. 5. Finalmente justica su decisin favorable a la constitucionalidad y legalidad de la tasa aplicada por Ro Cuarto que la divisibilidad de la prestacin no resulta necesaria, bastando
La nica manera de deslindar este conicto radica en determinar si la imposicin alcanza exclusivamente contribuciones locales, si lo hace sobre la base de la actividad cumplida en ese territorio y si guarda algn grado de relacin con la actividad y la nalidad misma de ese municipio, todo ello en un marco de concertacin con las otras jurisdicciones. En resumidas cuentas, reconociendo la facultad municipal de poder establecer imposiciones locales para el cumplimiento de sus nalidades orgnicas y de hacerlo sin ingerencias provinciales o nacionales, de la misma manera, no puede la comuna avanzar sobre potestades de aquellas en sus propias rbitas. En este sentido, la idea sostenida por Eduardo Baistrocchi de impedir la superposicin de imposiciones resulta compartible141. 5. ALGUNAS CONCLUSIONES. En trminos de acercar algunas conclusiones, se ha producido una verdadera distorsin en el concepto de tasa municipal, la que hoy carece de las caractersticas propias que permitan distinguirla del impuesto. Las razones para que ello haya ocurrido pueden ser mltiples, pero destaca la originada en las necesidades municipales de recursos. Recursos que comenzaron a percibirse socavando las distinciones jurdicas, dndole nombre de tasas a percepciones impositivas que por sus hechos imponibles, bases de clculo, categoras imponibles, son impuestos. Pero que tal estado de cosas acaezca en la realidad, no debe hacer olvidar que la propia Corte Suprema de Justicia de la Nacin, no ha descartado la utilidad de tal distincin y que en ningn caso cualquiera fuera la modalidad de la recaudacin, ella debe prescindir de la legalidad, legitimidad y particularmente de razonabilidad. Por ello no se pueden avalar autnticos disparates. Si la tasa de publicidad interna es inconstitucional, tanto lo es para las comunas, como para cualquier otro poder estatal al que se le ocurriera gravar tal cosa, por cuanto no se ve cul es el hecho imponible. Por qu no gravar entonces el respirar o el toser? No hay diferencias conceptuales claras. Pero por el mismo motivo, si el municipio intenta percibir parte de la ganancia que se obtiene por la actividad en su territorio, sirviendo su soporte y el de su comunidad para la misma, por qu no considerar vlido el cobro de impuestos que permitan la restitucin en servicios para ese mismo colectivo. Cmo no reconocer cierta razonabilidad a este planteo, cuando mientras los Municipios del interior bonaerense se debaten sobre cmo nanciar obras de red vial que permitan sacar la produccin de sus campos, en algunos casos las retenciones agropecuarias que no se redistribuyen siquiera a las provincias de las que provienen, implican en muchos casos duplicar el presupuesto anual de la comuna (casos de Tres Arroyos, Junin, entre otras). La sana solucin nuevamente es alentar mecanismos que permitan coordinar las polticas recaudatorias adecuadas y redistribuciones y asignaciones correctas de recursos a cada nivel de Gobierno, conforme a las responsabilidades que cada uno de ellos dinmicamente asume. a) La necesidad de tener presente al contribuyente. Ahora bien, el riesgo que implica cualquier consideracin abstracta y terica es olvidar al
140 La Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires ha dicho frente a la impugnacin del pago de alumbrado limpieza y conservacin de la va pblica que: Ante el carcter originario de la potestad tributaria provincial, su potestad eximitoria deviene naturalmente de aqulla en el caso, por la ley provincial 5920 de la Provincia de Buenos Aires, se eximi a la Caja de previsin Social para Ingenieros del pago de cualquier tributo provincial o municipal -, por ello es lgico colegir que la Provincia de Buenos Aires puede establecer exenciones de tributos comunales a favor de las personas pblicas no estatales cuya creacin ha dispuesto agregando Negri en su voto: Esta misma postura ha sido reiteradamente sustentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin (Fallos, 304:1186; 320:619 entre otras), que ha reconocido el carcter originario e indenido de los poderes de las provincias, expresando a su vez que las prerrogativas municipales derivan de las correspondientes a las provincias a las que pertenecen SCJBA, Caja de Previsin Social para Profesionales de la Ingeniera de la Provincia de Buenos Aires c. Municipalidad de La Plata, 01IV-2004, LLBA 2004, P . 840. 141 Baistrocchi,, Eduardo, La autonoma de los municipios de provincias: sus posibles consecuencias tributarias (segunda parte), La Ley 1996-D, P . 1197.
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vinculacin inescindible con las facultades tributarias del Municipio, nos obligan a incluirlas en este punto. Decimos esto por cuanto siendo potestad propia del Estado Municipal la imposicin de contribuciones, es correlato necesario la posibilidad de ejercer ese mismo poder creando exenciones tributarias. El artculo 40 L.O.M. autoriza indudablemente a utilizar la poltica impositiva del municipio como mbito adecuado para premiar o fomentar el desarrollo de ciertas actividades o comercios. Este tema tiene mucha importancia en un mundo globalizado en el cual son cada vez ms importantes las necesidades de ponerse en condicin de competir con mayor suceso con aquellas ciudades y localidades vecinas que pueden atraer inversiones. El fenmeno tiene dos aristas, la primera crear mayor actividad econmica en la ciudad, lo que implica indirectamente benecios para la propia poblacin y recaudacin de tributos conexos; como as supone una mayor base de contribuyentes futuros, habida cuenta de que las exenciones suelen tener un coto temporal. Este tipo de polticas se denominan en el derecho anglosajn bajo el nombre genrico de medidas tendientes a inducir negocios privados y que adoptan bsicamente cuatro ejes: (1) donaciones o concesiones de uso de bienes municipales en favor de nuevas empresas; (2) promociones y publicidad destinada a convencer eventuales inversores sobre la conveniencia de hacerlo en una determinada ciudad; (3) construcciones o desarrollos efectuados por la Municipalidad y que luego sern transferidas a los particulares y (4) exenciones totales o parciales en el pago de impuestos.147 Un supuesto particular, es no el de exencin; sino el de condonacin, facultad que corresponde al HCD, sin perjuicio de que la iniciativa est a cargo del Ejecutivo, tal como resolviera el HTC, Sobre el proyecto de ordenanza de condonacin de obligaciones tributarias municipales, multas y accesorios, cuyas acciones de cobro se encuentren prescriptas a la fecha de entrada en vigencia de la Ley 13536. Sobre el mismo desea saber si es procedente darle validez al proyecto presentado por este bloque y las facultades que posee el H. Concejo Deliberante para la aprobacin del mismo. Asimismo, desean saber si es factible la aprobacin de una condonacin genrica o bien resulta necesario que el rea de recaudacin realice un detalle por partidas, cuotas y servicios que se condonan. Respuesta: La Ley 13536, en su artculo 1, faculta a los municipios bonaerenses a condonar las deudas que mantengan los contribuyentes por obligaciones tributarias municipales, mulinmuebles que se ja hasta la concurrencia sustancial del mximo de la lusvala que experimentan dichos inmuebles, con motivo de una obra pblica de uso comn, Tecni-Gas SRL c/ SCBA. 3-X-1989, A.Y.S. Tomo 1989-III, P . 607. 143 Vinculado a este tema es el tipo de sancin que pueden preveer las ordenanzas impositivas comunales y si su incumplimiento puede dar origen a la aplicacin por parte de Tribunales Penales de las sanciones previstas por las Leyes Criminales en la materia. Al respecto Obarrio, Mara y OConnor, llegan a esa conclusin en su artculo Aplicacin de la Ley Penal Tributaria: mbito nacional, provincial y municipal, LL 1996-A, Secc. Doctrina 1388. 144Toda tasa municipal referida, en su monto, al principio de capacidad contributiva, segn el valor del inmueble, signica apartamiento al principio constitucional de que las Comunas estn facultadas, nicamente, para crear servicios y establecer las tasas en retribucin de los mismos. Las tasas del registro o inscripcin de actos jurdicos en el caso venta de inmuebles- cuando aluden a la capacidad econmica de los contratantes, exteriorizada por el valor econmico del contrato, tienen el carcter de impuestos. 145 La aplicacin de este principio, no slo debe estar contemplado a nivel de la Ordenanza que crea los recursos, sino asimismo de la eciencia de la administracin comunal para llevar adelante las tareas recaudatorias. Al respecto resulta aleccionadora la experiencia vivida en el mbito de la Capital Federal durante 1994, en la cual la Municipalidad se demuestra ejecutando a mansalva, mediante agentes scales contratados a tales efectos, crditos inexistentes, cabiendo la prueba al ejecutado de que los mismos haban sido pagos. Sobre el particular, es interesante la lectura de Spisso Rodolfo, Desorganizacin y abuso de la administracin scal municipal, LL 1994-E. 146Vgr.: en una playa de estacionamiento tradicionalmente gratis, donde estacionan doscientos automviles diarios, decidimos incrementar los ingresos municipales mediante el establecimiento de una tarifa de diez pesos. Ante dicha modicatoria, el resultado no ser necesaria mente que los 200 autos seguirn concurriendo pagando dicho importe. Supongamos que la noticia es tan mal tomada por los vecinos que de los doscientos tan slo 10 estacionen en el futuro. Dada esa nueva realidad no slo la municipalidad habr dejado de percibir lo que pens que iba a obtener, sino que adems 190 usuarios perdern parte de su bienestar que era dejar el auto en dicha playa. 147 Osborne M. Reynolds Jr., Local Governments Law, P . 331. 148HTC, Municipalidad de Tres Arroyos, Delegacin IX, Expte. 5300-308/07, 17-V-2007.
149 HTC, Municipalidad de Ayacucho, Delegacin XIV, Expte. 4005-428/07, 3-IV-/2007: Consulta: Si es procedente condonar deudas para aquellos contribuyentes que se encuentren en la etapa de juicio de apremio. Respuesta: La doctrina de este Organismo, hasta la sancin de la Ley 13536, solamente haba aceptado en el marco de las facultades concedidas a los Concejos Deliberantes por el artculo 56 de la LOM, condonar deudas ante pedidos expresos de contribuyentes debidamente fundados en razones socioeconmicas, teniendo idntico criterio cuando estos benecios sean solicitados por organizaciones de carcter social. La Ley 13536 en su artculo 1 faculta a los municipios bonaerenses a disponer la condonacin de las deudas que mantengan los contribuyentes por obligaciones tributarias, cuyas acciones de cobro se encuentren prescriptas. Dado que la iniciacin de acciones judiciales en trmino hace caer la posibilidad de solicitar la prescripcin de la deuda, ante la instancia de juicios de apremio no es procedente el benecio de la ley mencionada para los contribuyentes demandados. Se debe dejar en claro que este criterio est respaldado en funcin de lo establecido por la Ley 13536, cuyo decreto reglamentario no se ha sancionado hasta el presente. Se destaca esto porque el artculo 4 del citado texto legal j el trmino de 60 das de la entrada en vigencia de la ley para su reglamentacin, circunstancia que al no producirse impide considerar otras interpretaciones que puedan brindar una solucin distinta al tema planteado. Tambin se debe aclarar que si bien la municipalidad no puede dictar norma donde se condone capital, la doctrina de este Organismo ha dictaminado que el H. Concejo Deliberante est facultado mediante ordenanza que prevea un plan de facilidades de pagos o moratoria, a condonar intereses, multas, recargos ,etc., la que debe ser de carcter general y podr abarcar a las deudas en gestin judicial. Para este ltimo caso deben convenirse las costas y gastos del juicio con las pautas establecidas en la consulta de General Rodrguez iniciadas por Expediente 4050-37391/05.
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materia de votaciones tributarias, radica tanto en la conformacin de la lista, como en los distintos perodos de cese de los mismos con relacin a los concejales, respecto de los cuales y como principio, deben guardar similitud en la propuesta por las fuerzas polticas. Respecto de la conformacin de las listas, dice el artculo 94 de la LOM que pueden proponerse concejales iguales al doble de cada fuerza poltica y que para el caso de que no se alcance ese nmero, corresponde al Departamento Ejecutivo completar el mismo para elevarlo al HCD. Lo que no expone la LOM es qu sucede, para el caso de superarse ese nmero, suplentes incluidos. En tal caso, pareciera que el Departamento Ejecutivo debe elevar la lista con el nmero total de mayores inscriptos, en el orden que los mismos se anotaron, dando prioridad, salvo el caso de impugnacin a aquellos que primero se anotaron; puesto que tal como ha mencionado la Corte Suprema en el caso Ejkmedjian c. Sofovich, el principio de primero en el tiempo, primero en el derecho es una gua de interpretacin legal. Con relacin a la duracin de los perodos de los mayores contribuyentes, la cuestin ha sido planteada concretamente, en cuanto a si como consecuencia de haber tomado posesin de sus cargos los nuevos concejales, se debe respetar la nmina de aquellos constituidos antes al da 10 de diciembre fecha de ingreso de la nueva composicin poltica del Cuerpo -. El HTC, respondi que siendo que el artculo 94 de la Ley orgnica de las Municipalidades en su inciso 5) prev que ... cada grupo poltico representado en el Concejo propondr en sesin citada al efecto, un nmero de mayores contribuyentes, tomados de la nmina aprobada por el Cuerpo, igual al doble de los Concejales que integran dicho grupo poltico.., estableciendo a continuacin que ... elegir de cada lista un nmero igual al de Concejales que integran el respectivo grupo poltico proponente... Del texto extractado de la citada normativa se inere que la composicin poltica del H. Concejo Deliberante es determinante para conformar la integracin de los Mayores Contribuyentes, principio que no respeta lo determinado en el inciso 7) del citado artculo en cuanto a la vigencia de la lista 30 de abril de cada ao -, que era concordante con la fecha de renovacin de autoridades vigentes con anterioridad al 10 de diciembre del ao 1983, que era el 1 de mayo de cada ao. Lo sealado en los prrafos anteriores fue lo que tuvo en cuenta la Secretara de Asuntos Jurdicos de este H. Tribunal de Cuentas ante una inquietud de caractersticas similares que fuera respondido en las actuaciones correspondientes al Expte. 5300-2659/99, Municipalidad de Brandsen, al informar que si bien no puede variarse el listado de los actuales Mayores Contribuyentes hasta el 1 de mayo del ao en curso, nada obsta a que se proceda a la adecuacin de la integracin de la Asamblea a los nes de que cada uno de los Bloques Polticos tenga la representacin correspondiente a su actual composicin numrica. A mayor abundamiento, al solo efecto de demostrar hacia dnde se dirige la corriente doctrinaria, se aclara que el proyecto consensuado para la sancin de un nueva Ley Orgnica para las municipalidades, que propicia el Ministerio de Gobierno reparando la actual incoherencia legal, no prev fecha alguna para la vigencia de la designacin de los mayores contribuyentes y mantiene inclume el principio sealado ut supra al establecer que La asamblea ser integrada respetando la representacin poltica del Concejo...150 CMPUTO DE VOTOS EN ASAMBLEA CONJUNTA Respecto de cmo computar los votos cuando se trata de una Asamblea conjunta de concejales y mayores contribuyentes, es decir si en forma conjunta o separada, se solicit en su momento opinin a la AGG, la que se expidi diciendo: Al respecto, cabe destacar que conforme surge de los trminos en que ha sido redactada la consulta, este Departamento Deliberativo est compuesto por 20 Concejales. Asimismo -y siempre a estar a los elementos de juicio acumulados- a la Asamblea en cuestin concurrieron 19 concejales y 18 mayores
150 HTC, Municipalidad de Saladillo, Delegacin XIII, Expte. 5300-5179/05, 22-XII-2005 151 AGG, Compendio de dictmenes, Pp. 59-60.
slo para casos tan extremos, sino como una herramienta ms de gestin econmica nanciera era posible que el Municipio tomara emprstitos. El crdito como tal y en la medida en que compromete a generaciones futuras, debe convenientemente ser utilizado en la concrecin de obras de estructura que beneciarn a las mismas. Es asi que el artculo 46 L.O.M. determina que el uso que debe acordarse al crdito es para: 1) Obras de mejoramiento e inters pblica, 2) Casos de fuerza mayor o fortuitos y 3) consolidacin de deudas. PROCEDIMIENTO DE SANCIN Debido a las especiales caractersticas que asume el tomar un crdito, la L.O.M. conjuntamente con el Reglamento de Contabilidad de la Provincia de Buenos Aires exige el seguimiento de los siguientes pasos tendientes a lograr que la situacin sea adecuadamente ponderada y no se menosprecien riesgos. (1) En primer trmino la comisin interna competente del HCD se expedir sobre la posibilidad del gasto; (2) Luego se sanciona la ordenanza preparatoria que contiene las caractersticas esenciales del prstamo a tomarse, es decir: (a) monto del emprstito, (b) destino que se dar a los fondos, (c) tipo de inters, amortizacin y servicio anual, (d) recursos que se afectarn al pago; (3) En tercer trmino se remiten al Honorable Tribunal de Cuentas informes sobre: (a) recaudacin ordinaria anterior, (b) Importe de las tasas retributivas de servicios pblicos, fondos para caminos y otros recursos afectados y (c) monto de la deuda consolidada que la comuna ya tenga contraida; (4) El H.T.Cuentas, tiene a partir de all 21 das para expedirse sobre la legalidad de la operacin y la capacidad nanciera de endeudamiento de la comuna. (5) Obtenida la aprobacin se puede proceder a sancionar la Ordenanza denitiva. ENAJENACIN DE BIENES O SU GRAVAMEN O LOCACIN DE BIENES Es facultad privativa del HCD de acuerdo a lo dispuesto por el art. 55 de la LOM, requirindose asimismo cuando se enajenan o gravan edicios municipales, autorizacin de la Legislatura Provincial. Esta venta de activos plantea un problema legal en cuanto a la clasicacin de los bienes municipales en aquellos de carcter pblico y privado. Entre los primeros de acuerdo a la tendencia predominante no es posible proceder a establecer gravmenes toda vez que los mismos implicaran el desmedro de lo que doctrinariamente se consideran bienes inalcanzables por parte de tales derechos privados. Sin embargo, coincidimos con la opinin del Dr. Sebastin Di Capua152, en el sentido de que ante la claridad de la norma autorizando en los Municipios Bonaerenses tal posibilidad no cabe dar otra interpretacin legal. Con relacin al arrendamiento de espacio pblico, ante la consulta que realizara la Municipalidad de Vicente Lpez, el HTC dispuso: Consulta: Cul es el camino a seguir para la regularizacin de la tenencia de las mquinas expendedoras de gaseosas, cafetera y de snack en el Centro Recreativo de la 3ra Edad y la posibilidad de incorporar el mismo al resto de los campos deportivos municipales. Respuesta: Viendo que de acuerdo a los elementos e informacin presentados en las presentes actuaciones no permite encuadrar el caso dentro de una de las guras contractuales conocidas del derecho administrativo, merece darle al presente un enfoque especial, ya que la modalidad contrato de comodato que se quiere instaurar estara desvirtuada en este caso con la participacin del municipio en un porcentaje del expendio de las mquinas y dado que la explotacin de la misma permanece en manos del propietario. Se entiende para este caso particular que la gura jurdica ms conveniente es la del contrato de arrendamiento en los trminos del artculo 55 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, donde el Municipio arrienda un espacio pblico o privado para la instalacin de las mquinas expendedoras de gaseosas, cafetera, etc. y como contraprestacin recibe un porcentaje del producido de las mquinas o un importe jo en concepto de alquiler en cualquiera de las formas ofrecidas por la empresa, segn obra a fs. 8. Con respecto al contrato en s, se debern incluir clusulas que desliguen a la Municipalidad de toda responsabilidad por los riesgos que puedan ocasionar el uso y explotacin de las mquinas expendedoras.
el municipio puede transmitir y gravar los bienes municipales siendo la cesin duciaria la transferencia de la propiedad de un bien por un determinado perodo con el objeto, en este caso, de garantizar el pago a los proveedores. Es un mecanismo utilizado frecuentemente, por ejemplo en las operaciones contratadas a travs del Fondo Fiduciario para el Desarrollo del Plan de Infraestructura Provincial para la instalacin de gas natural en localidades pequeas de los partidos bonaerenses, entre otros.156En sentido similar se expres respecto de la factibilidad de constituir un Fondo de Garanta y Administracin cuyo agente duciario seria BAPRO Mandatos y Negocios S.A., para que en representacin del Municipio opere una cuenta corriente con las autorizaciones y supervisin de la Comuna, siendo facultad del Departamento Ejecutivo disponer a quin, cundo y en qu montos sern librados los fondos de dicha cuenta, sealando que en forma genrica, cabe sealar que ceder duciariamente determinados derechos de cobro y la designacin en carcter de beneciarios del producto de los bienes deicomitidos a los proveedores, es una modalidad que encuadra en la operatoria prevista por la Ley 24.441, habiendo entendido la doctrina de este H. Tribunal de Cuentas que el municipio puede recurrir a ella por cuanto constituye un procedimiento destinado a otorgar garantas a los proveedores, facultad que le otorga el artculo 55 de la Ley Orgnica de las Municipalidades al prever que el municipio puede transmitir y gravar los bienes municipales, siendo la cesin duciaria la transferencia de la propiedad de un bien, en este caso especico el cobro de un canon por un determinado perodo con el objeto, en este caso, de garantizar el pago a los proveedores. No obstante lo expresado precedentemente, del anlisis de las presentes actuaciones se considera conveniente formular las siguientes consideraciones: En el artculo 3 de la ordenanza mediante la cual se aprueba la constitucin de un Fondo Fiduciario de Garanta y Administracin, al denirse los beneciarios se incluye al rgano de Fiscalizacin Externo; visto que en el artculo 12 se prev efectuar una licitacin privada para el control externo y seguimiento e inspeccin tcnica de la ejecucin de las obras correspondientes a la Refuncionalizacin del Frente Martimo de Miramar, se considera necesario que se aclare si en ambos casos se trata de los mismos profesionales o cuando se dene a los beneciarios del deicomiso se est previendo la existencia de un control especico del deicomiso en s mismo. La citada aclaracin se efecta como consecuencia de que cuando entre los gastos factibles a ser reembolsados por el deicomiso han existido honorarios de auditores; la doctrina de este Organismo ha entendido que los mismos solamente podrn ser asumidos excepcionalmente cuando razones debidamente fundadas lo justiquen, en virtud de que el control de lo actuado debe realizarlo la Comuna con base en la rendicin de cuentas que debe practicar el duciario...157 CONSTITUCIN DE FORMAS ASOCIATIVAS, SERVICIOS Y OBRA PBLICA Originariamente habamos pensado en seguir el lineamiento de la LOM y ubicar este tema dentro del presupuesto. Dada la importancia y complejidad de la temtica, nos inclinamos por brindarle un tratamiento propio, agrupando aqu el tratamiento de las disposiciones contenidas en el derogado artculo 43 de la LOM hoy reemplazado por la Ley13.588 -, en forma conjunta con la Ley 12.929 que permite la constitucin de sociedades annimas y los artculos 52 y 53, referidos a servicios y obras pblicas, en conjunto con la Ordenanza General 165, toda vez que ese plexo normativo se encuentra ntimamente vinculado y reere bsicamente a los distintos rgimenes jurdicos bajo los cuales las Municipalidades llevan adelante gran parte de su cometido.
152 Di Capua, Sebastin, Rgimen Jurdico Municipal de la Provincia de Buenos Aires, Pilar, Carlos Vicino Editor - Ediciones Centro Norte, 1997, P . 56. 153HTC, Municipalidad de Vicente Lpez, Delegacin VII, Expte. 4119-6965/05, 21-IV-2006. 154 HTC, Municipalidad de Balcarce, Delegacin X, Expte. 5300-236/06, 19-IV-2006. 155 HTC, Municipalidad de General Belgrano, Delegacin XIV, Expte. 5300-4.660/05, 23-.IX-2005. 156 HTC, Municipalidad de Baha Blanca, Delegacin IX, Expte. 5300-1391/08, 11-VI-2008.
se busca aunar esfuerzos, sino tambin y fundamentalmente, lograr cohesin entre los gobiernos comunales. El dato del fuero de concejales, no es menor, la cooperacin en materia legislativa entre las distintas municipalidades, no slo asegura un marco de seguridad jurdica propicio para las nalidades de promocin y desarrollo econmico que propone la ley mencionada; sino bsicamente permite que limando las posibles diferencias y asperezas entre comunas, se evite la usual intervencin provincial contraria a la autonoma municipal para dirimir cualquier conicto. Claro est que la constitucin de estos entes carecera de cualquier sentido, sino se les permitiera simultneamente dotarlos de instrumentos de nanciamiento. Por ello es que la ley en su artculo 4, permite que tomen crditos de organismos ociales o privados, internacionales, nacionales o provinciales, que se asocien con la actividad privada y que puedan realizar compras en general. En este ltimo sentido, los denominados pooles de compras de maquinaria o insumos, permite dado su mayor volumen o utilizacin comn por los municipios integrantes, abaratar notablemente los costos operativos. Ahora bien, para la constitucin de estos consorcios de gestin y desarrollo, se deben dictar sus propios estatutos precisando: que se constituye a los nes de la ley, su funcionamiento, la participacin que corresponda a cada Municipio integrante, el destino de sus bienes en caso de disolucin y los derechos y obligaciones de aquellos integrantes del consorcio que se alejen del mismo o que ingresen a un consorcio ya constituido, debindose someter al dictamen de la AGG de la Provincia. Asimismo se debe constituir un Consejo de Administracin con funciones de rgano de gobierno y administracin del Consorcio de Gestin y Desarrollo. La funcin de representacin del Consorcio podr atribuirse a uno o ms miembros del Consejo de Administracin con los alcances y modalidades que establezcan los respectivos estatutos. La ley toma aqu lo expresado con anterioridad por la AGG que haba expuesto: Expediente N 4113-6/00, En cuanto a la cuestin de fondo, este Organismo Asesor, tiene dicho en los expedientes nmeros 2113-802/6 y 2113-1328/98, que no existe en nuestro derecho positivo regmenes orgnicos sobre consorcios. Por las razones apuntadas, para el nacimiento del ente se debe redactar su carta orgnica o estatuto y someterlo a la aprobacin de los futuros integrantes del consorcio, dejando aclarado en el mismo que la representacin municipal en los rganos directivos ser del cincuenta y uno por ciento (51%) y que las utilidades lquidas de los ejercicios sern invertidos en el mejoramiento de la prestacin de los servicios (conforme artculo 43 de la Ley Orgnica de las Municipalidades). Adems, para su formacin, el Departamento Ejecutivo debe contar con la autorizacin previa del Honorable Concejo Deliberante, tal como lo impone el artculo 41 del Decreto-Ley N 6769/58. Por todo lo hasta aqu expuesto, deber la comuna consultante proceder en la forma sealada precedentemente, jando en el estatuto del consorcio a crear la distribucin de los rganos directivos de representacin municipal y previendo la forma de contabilizar los fondos del consorcio, en cuanto al tipo de administracin que deber llevarse y las autoridades que se designarn.158 Cabe indicar que la voluntad de integrarse o de apartarse del consorcio por parte del Municipio, debe ser siempre decidida por el HCD a travs de una ordenanza. AGG, Expediente 4059-2838/01, El artculo 43 del Decreto-Ley 6769/58 texto segn Ley N 12.288 contempla -en su primer prrafo- la formacin de consorcios entre varios Municipios, entre una o ms Municipalidades con la Nacin o la Provincia u otras Provincias ... para la concrecin y/o promocin de emprendimientos de inters comn. En dichos consorcios podrn participar personas de carcter privado, fsicas o de existencia ideal, que pertenezcan al mbito territorial del o de los entes estatales que los integren... . De acuerdo a los trminos de la norma transcripta y a los objetivos que se disean para la constitucin de la Agencia de Desarrollo Productivo cabe interpretar que no existira impedimento legal alguno para instrumentar -mediante el rgimen que se implementa para la formacin de
miento de todos los recaudos formales y de fondo previstos en dichas normas y en las de contabilidad y obras pblicas de la Provincia de Buenos Aires. Referente a la modicacin de la Ley Orgnica Municipal, tal como surge de los propios motivos que expone el Proyecto de Ley que nalmente fuera aprobado por ambas Cmaras con observaciones menores al texto contenidas en su Decreto Nro. De promulgacin, la intencin perseguida, lejos de aminorar la importancia de los consorcios productivos y de desarrollo fue fortalecerlos. Ello se condice con una regulacin ms extensa, detallada y propia de generar un rgimen jurdico autosuciente. Ahora bien, de la misma norma surge que ella en modo alguno implica dejar sin efecto el rgimen anterior. Lo expresado se condice asimismo con su disposicin transitoria, en la que establece un sistema de adaptacin de los consorcios existentes al nuevo rgimen. Y esta nueva regulacin, no introduce modicaciones sustanciales, por cuanto las dos de importancia dadas por la constitucin del rgano consultivo y de la scalizacin sino ya establecidas, resultan de fcil adaptacin. Cabe asimismo adicionar que no existe reglamentacin de la norma, lo que termina por hacer a la misma por el momento inaplicable. Pero si todo ello no fuera per se motivo suciente para entender que no se ha producido en el caso que toca dictaminar un cambio que afecte la estructura propuesta, no deja de ser un dato de trascendencia el hecho de que la Ordenanza General 165 que prev la creacin de consorcios de vecinos a efectos de realizar obra pblica, no haya sufrido modicacin alguna. Este dato no es menor, por cuanto lo que constituye el objeto mismo del consorcio que se analiza, es precisamente la ejecucin de una obra pblica que nanciada por los propios vecinos, representados en la nueva gura que los nuclea que son los barrios privados, ncleos urbanos, etc, en los cuales se agrupan, puedan ejecutar una va de acceso que no slo benecia a los mismos, sino a todos los vecinos de la comunidad de Tigre. Que en conclusin podemos indicar: 1. Que el Consorcio previsto y aprobado por la Ordenanza de la Municipalidad de Tigre, tiene como objeto la ejecucin de una obra pblica bajo los trminos de la Ordenanza General Nro. 165. 2. Que dicha Ordenanza General Nro. 165, es actual y vigente, no habiendo sido modicada por la Ley 13.588. 3. Que la derogacin del artculo 43 de la Ley Orgnica Municipal por medio de la mencionada Ley 13.588, lejos de suponer dejar sin efecto el rgimen jurdico que el primero introduca, implica reconocer la importancia adquirida por el instituto, dotndolo de un sistema legal propio que se independiza de ser un mero artculo de una ley General. 4. Que por ello, la ulterioridad de su planteo, la falta de reglamentacin adecuada y el hecho de que los requisitos nuevos que impondra, no slo son similares a los ya previstos en el consorcio en estudio, sino que adems son fcilmente cumplibles en el caso, nos llevan a concluir que la nueva legislacin en modo alguno empece al mantenimiento del consorcio en su actual composicin, integracin y facultades estatutarias. 5. Huelga nalmente destacar como dato de importancia, que no se encuentra comprometida en esta estructura fondos municipales y que se salvaguardan todas sus facultades tutelares en materia de poder de polica. SOCIEDADES ANNIMAS CON PARTICIPACIN ESTATAL MAYORITARIA MUNICIPAL Durante muchos aos las Municipalidades intentaron frente a la obligatoria asuncin de ser-
158 AGG, Compendio de Dictmenes, P- 209. 159HTC, Municipalidad de Trenque Lauquen, Delegacin XV, Expte. 4115-101/95, 19-X-1995. 160 HTC, Municipalidad de Rojas, Delegacion XVI, Expte. 5300-972/92, 11-II-1993.
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el Estado. Respecto de esta cuestin no se han elevado an demasiadas consultas al HTC, pero en la opinin rendida se ha preguntado sobre la posibilidad de constituir una Sociedad Annima con participacin estatal mayoritaria con el solo objeto de construir y poner en funcionamiento un nosocomio que luego ser transferido a la estructura del Organismo Descentralizado Municipal. El HTC ha respondido que a partir de la sancin de la Ley 12.929, las Comunas tienen la facultad de constituir esta clase de sociedades; no obstante ello, en el caso puntualmente consultado, si bien se reconoce que la Direccin Provincial de Personas Jurdicas de la Provincia de Buenos y el Banco Provincia son las entidades que van a tomar la decisin nal que resuelva los aspectos que se plantean a rengln seguido, esta Secretara considera prudente plantear las siguientes consideraciones: El articulo 1 de la Ley 19.550 de Sociedades dene que Habr sociedad comercial cuando dos o ms personas en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos en esta Ley, se obliguen a realizar aportes para aplicarlos a la produccin o intercambio de bienes o servicios participando de los benecios y soportando las prdidas, denicin en la cual no se encuadra el objeto de la que se pretende crear, dado que el artculo tercero del proyecto de estatuto prev como objeto social la construccin de un Hospital. Otro de los aspectos que le merece reserva a esta Secretara, es la factibilidad de obtener un prstamo para la construccin de una obra de la magnitud de la prevista, en virtud de su escaso capital social ($ 12.000) y su acotada duracin (5 aos). Con respecto a la inscripcin de la Sociedad, atento el domicilio de la misma, debe efectuarse en el Organismo provincial y no en el nacional como se prev como alternativa en el proyecto. Otro supuesto particular supone la posibilidad de que una Municipalidad decida constituir una asociacin civil, aspecto sobre el que se ha pronunciado armativamente el HTC. En este caso, se exige nuevamente la denicin de un estatuto aprobado por el HCD y un control de cuentas adecuado.162 Respecto de la posibilidad de que constituyan Fundaciones, la doctrina del organismo de contralor, en opinin que compartimos, ha sido negativa.163 As nos expedimos, no slo por la ausencia de autorizacin expresa, sino que a igual que las fundaciones se persiguen nes sociales que se cumplen en el caso municipal, no slo en la totalidad de su gestin, sino que adems tiene medios nancieros como es el caso de los subsidios. SERVICIOS PBLICOS El artculo 52 de la L.O.M. atribuye al Honorable Concejo Deliberante la responsabilidad de
162 HTC, Municipalidad de general Pueyrredn, Delegacin X, Expte. 4049-21672/06, 07-III-2006, donde se consulta sobre la posibilidad de que Mar del Plata constituya una Asociacin Civil Sin Fines de Lucro denominada Desarrollo Estratgico Mar del Plata. Se admite su constitucin y se exige respecto a las rendiciones de cuentas de la entidad propuesta, se considere a los aportes como una inversin indirecta de fondos, razn por la cual debe ser objeto de rendicin bajo la modalidad prevista por el artculo 134 del Reglamento de Contabilidad, en forma similar a las comisiones especiales previstas por el artculo 178 inciso 3) de la Ley Orgnica Municipal. 163 HTC, Municipalidad de Campana, Delegacin XVII , Expte. 4016-6.964/99, 02-VI-2003 y Municipalidad de General San Martn, Delegacin VII, Expte. 4051-14728-I/98, 23-XI-2000. 164 Las facultades acordadas en la materia al Honorable Concejo Deliberante, no slo resultan claramente delineadas en el mbito de la L.O.M., sino que adems se han visto conrmadas por el decisorio de la Excma Suprema Corte de Justicia de la ftovincia de Buenos Aires del 12 de octubre de 1993, en autos Concejo Deliberante de la Municipalidad de Lobos c/ Dto. Ejec. de la Municipalidad de Lobos s/ Conicto Ley Orgnica Municipal B 55379 I (Base de Datos JUBA), donde se conrma que corresponde al Concejo Deliberante la prestacin de cualquier servicio pblico tendiente a satisfacer necesidades colectivas de carcter local. 165 Sobre el particular ver las expresiones de Sarmiento Garca, Jorge H. y otros, Los Servicios Pblicos: Rgimen Jurdico Actual, Buenos Aires, Depalma, 1994, pp. l 2. 166Frug, Gerald, The Choice Between Privatization and Publicazation, 14 Current Municipal Problems, Harvard, 1987. 167Entre otros que comparten esas crticas en la losofa poltica de los Estados Unidos, se encuentran John Donahue, The Privatization Decisin: Public Ends. Prvate Means (1989) y James Ramsey, Selling The New York City Subway: Wild-Eved radicalism or The Only Feasible Solution? En S. Hanke, Prospects for Prvatization (19871
dos alternativas posibles: una, siguiendo los lineamientos del artculo 210 del Reglamento de Contabilidad, contratacin con empresas no dependientes del municipio, la que se ajustar a lo dispuesto en los artculos 151 a 156 de la LOM; la otra, cumpliendo con lo normado sobre concesin con empresas privadas (artculo 211 del Reglamento), de acuerdo a lo prescripto en los artculos 53 in ne y 230 a 239 de la misma ley.4 ANLISIS JURDICO DEL ART. 53 LOM Hemos expresado someramente y en el marco de esta obra, la importancia que en los ltimos tiempos han generado los procesos privatizadores, en los cuales tambin se trasunta un debate vinculado al rol del Estado y de los Municipios en la prestacin de servicios. En tal sentido el artculo 53 de la LOM asigna a cada Concejo Deliberante de la Provincia de Buenos Aires, la llave para denir en qu forma y por quines se han de prestar los distintos servicios comunales. Es que nicamente tal institucin puede autorizar la prestacin de tales servicios en forma directa por parte del Departamento Ejecutivo o disponer que se efecte a travs de organismos descentralizados, consorcios, cooperativas o aco gimientos. El mismo art. 53 LOM abre la posibilidad de acudir en todos esos casos a empresas privadas. Sin embargo en tal caso, el legislador provincial, estipul dos recaudos a seguirse: (1) mayora absoluta de miembros al momento de decidir y (2) arreglo al Captulo VII, al momento de efectivizar la decisin y transferir a manos particulares las prestaciones de servicios. El artculo 53 es medianamente claro en su redaccin; sin embargo, existe una pregunta que surge jurdicamente de su texto, el que dice en las partes que nos interesan: El Concejo autorizar la prestacin de los servicios pblicos de ejecucin directa del Departamento Ejecutivo, o mediante organismos descentralizados, consorcios, cooperativas, convenios o acogimientos... Por mayora abosluta del total de sus miembros el Concejo podr otorgar concesiones a empresas privadas para la prestacin de servicios pblicos con arreglo a lo dispuesto en el Captulo VIl. Pblico y todo lo concerniente al consumo, obras y su mantenimiento, a travs de las Cooperativas de Obras de Servicios mediante contratos de concesiones. Con base en los artculos 52 y 53 de la LOM, el HCD puede disponer la prestacin de los servicios pblicos tendientes a satisfacer necesidades colectivas de carcter local - siempre que su ejecucin no se encuentre a cargo de la Provincia o de la Nacin -, entre otras alternativas, por cooperativas; tambin a travs de las mismas, de acuerdo al artculo 60 de la citada norma, pueden ejecutarse obras pblicas y en base a lo dispuesto en el art. 132 inc. c) adjudicarlas en forma directa, cumplimentado el requisito establecido en su prrafo nal. Al respecto se entiende que la prestacin de los citados servicios y obras mediante la modalidad prevista no puede otorgarse celebrando un contrato de concesin en los trminos de los artculos 230 y sgtes. de la Ley Orgnica de las Municipalidades.169 En un sentido similar tambin se pregunta al HTC170 respecto de la posibilidad de acordar la concesin del servicio sanitario (cloacas) a la Cooperativa de Usuarios de Electricidad y de Consumo de Castelli Ltda., que prestaba hasta entonces el servicio de agua corriente. El HTC ja all los mecanismos de concesin y participacin del HCD en el proceso expresando que La prestacin de los servicios pblicos mencionados en los artculos 52 y 53 de la Ley Orgnica de las Municipalidades pueden realizarse por ejecucin directa del Departamento Ejecutivo o por terceros. Cuando lo lleven a cabo estos ltimos, para la ejecucin de los mencionados servicios existen dos alternativas posibles: una, siguiendo los lineamientos del artculo 210 del Reglamento de Contabilidad, contratacin con empresas no dependientes del Municipio, la que se ajustar a lo dispuesto en los artculos 151 a 156 de la Ley Orgnica de las Municipalidades; la otra, cumpliendo con lo normado sobre concesin con empresas privadas (artculo 211 del Reglamento, de acuerdo con los artculos 230 a 239 del mismo). Para ambos casos, previo al llamado a licitacin, el H. Concejo Deliberante debe autorizar la partida presupuestaria correspondiente; cuando se trate de contratacin en los trminos de los artculos 151 a 156 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, la adjudicacin la realizar
concordantes de la misma norma, la adjudicacin recae en el Departamento Deliberativo. Cuando la contratacin supere el tope permitido para realizarla en forma directa, deber efectuarse por concurso o licitacin, segn corresponda. Con respecto a la excepcin prevista en el artculo 232 de la norma mencionada, solamente se podr contratar en forma directa a una cooperativa cuando se demuestre que sus tarifas son pagadas exclusivamente por los socios. Se deja constancia que en la presente respuesta se informa genricamente, detallando distintas alternativas para contratar el servicio publico en cuestin como consecuencia de que de la nota de elevacin no surge con claridad si es intencin de la Comuna adjudicar la prestacin del servicio a la Cooperativa u otorgarle la explotacin del mismo en los trminos del Captulo VII de la Ley Orgnica de las Municipalidades. No menor en importancia es la cuestin del rol que le cabe al HCD al decidirse sobre la contratacin y modalidad de ejecucin de un determinado contrato. En decisin que compartimos, en el caso particular de la recoleccin de residuos, el HTC ha dicho: En la contratacin del servicio de recoleccin de residuos, barrido y limpieza de calles del distrito, a saber: si conforme a los antecedentes de la contratacin de la prestacin de los servicios vigente y plexo normativo referenciado, las prrrogas dispuestas por decreto del departamento Ejecutivo, debieron haber sido efectuadas sancionando una ordenanza, y si en virtud de lo dispuesto por el Pliego de Bases y Condiciones de la nueva contratacin en trmite, puede el Departamento Ejecutivo disponer la adjudicacin mediante decreto, sin necesidad de dar intervencin al H. Concejo Deliberante. Respuesta: Comenzando el anlisis por la segunda de las inquietudes tradas a consulta, se advierte que el artculo 31 del Pliego de Bases y Condiciones aprobado por el H. Concejo Deliberante, establece que la adjudicacin se dispondr mediante el correspondiente acto administrativo y se noticar al adjudicatario por medio fehaciente. En forma concordante con la conclusin arribada por el seor Intendente en la nota de elevacin sobre el alcance que debe drsele al citado artculo a los efectos de determinar el instrumento mediante el cual dispondr la adjudicacin, se entiende que los Concejos Deliberantes tienen por naturaleza funciones legislativas - salvo determinadas excepciones puntualmente previstas en la Ley Orgnica de las Municipalidades -, lo cual se concepta como una actividad que se materializa en reglas generales, abstractas e impersonales, pautas bajo cuya rbita debe interpretarse el artculo en cuestin, es decir que al referirse al acto administrativo debe interpretarse que se est haciendo referencia a un decreto emanado por el titular del Departamento Ejecutivo. Ello en cuanto a la interpretacin que se efecta del referenciado artculo previsto en el pliego, lo cual es concordante con la normativa vigente, que establece genricamente que es precisamente el titular del Departamento Ejecutivo el que tiene la atribucin y el deber de administrar la Comuna y la ejecucin de las ordenanzas (artculo 107 de la Ley Orgnica Municipal); en cuanto al tema en anlisis, concretamente el artculo 154 de la citada norma legal establece que el Intendente y el Presidente del Concejo, cada cual en su esfera - lase jurisdiccin presupuestaria -, son las nicas autoridades facultadas para decidir adjudicaciones de adquisiciones y contrataciones regladas mediante los artculos 151/157 de la ley. Para disipar toda duda sobre el tema en anlisis, el artculo 210 del Reglamento de Contabilidad prev que la prestacin de servicios pblicos mediante contrataciones con empresas no dependientes del municipio, los trmites del caso se ajustarn a lo dispuesto por los artculos citados en el prrafo anterior. Distinta es la conclusin cuando las Comunas hayan tomado la decisin de encuadrar la prestacin de servicios pblicos en lo dispuesto en la ltima parte del artculo 53 de la Ley Orgnica de las Municipalidades - con arreglo a lo establecido en el captulo VII -, en cuyo supuesto la adjudicacin y eventuales prrrogas deben otorgarse mediante una ordenanza.171
169HTC, Municipalidad de La Costa, Delegacin XIV, Expte 5300-2.043/03, 20-III-2003. 170 HTC, Municipalidad de Castelli, Ddelegacin XIV, Expte. 4023-112/05, 14-VI-2005. 171 Municipalidad de Quilmes, Delegacin II, Expte. 5300-4.176/05, 14-III-2005.
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CAPITULO IV
1. ORGANIZACIN INTERNA DEL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE
Dentro de las facultades que competen al HCD, establecen los artculos 75, 76, 79, 80, 83 y 84 LOM, el plexo de normas que sirven al cuerpo para establecer su organizacin interna y funcionar como cuerpo. Es as que el artculo 75 LOM faculta al Cuerpo a dictar su propia reglamentacin en base a la cual y de acuerdo al marco que brinda la propia ley, ste ha de funcionar. En este contexto, la propia organizacin interna es dejada, con ciertas lneas directrices dadas por la propia ley Orgnica en manos del Concejo Deliberante. Dicha reglamentacin interna en la medida en que cumpla con recaudos bsicos de razonabilidad y subordinacin a la pirmide normativa que supone la propia ley Orgnica Municipal, deviene obligatoria en su cumplimiento para los concejales y empleados. Abrir este captulo supone generar una crtica inicial a la poca importancia que se le ha dado a la organizacin interna de los concejos deliberantes. En efecto, tal como si la misma fuera considerada un aspecto menor de la actividad que desempea el cuerpo, poco y nada en lo que se ha hecho por dotar los concejos deliberantes de una sistemtica moderna. A este y otros aspectos que hacen al funcionamiento de la maquinaria administrativa del HCD nos vamos a referir en este captulo.
la cuestin en el mbito de decisin del propio Concejo, y pudiendo la misma preverse en el respectivo reglamento interno (Art. 77 del cuerpo legal citado); con la salvedad establecida para el supuesto de vacancia total en cuyo caso s est obligado a una nueva eleccin de los miembros de la mesa directiva. En consecuencia, esta Asesora General de Gobierno entiende que ante la renuncia del Presidente del Concejo corresponde el reemplazo por el Vicepresidente primero, quin asume las funciones inherentes al cargo, sin que el Cuerpo se encuentre obligado a proceder a una nueva eleccin. 2.1.3. SUS EFECTOS INTERNOS Y EXTERNOS El hecho de ocupar el cargo de presidente del cuerpo, acuerda al concejal que as es elegido una serie de atribuciones y facultades organizativas y administrativas que le son propias y que lo distinguen en ese aspecto del resto de los concejales. Sin embargo, tal diferencia no se proyecta hacia fuera de la institucin, puesto que es obvio que en ningn momento pierde por el hecho de ser elegido de entre los miembros del concejo para tal responsabilidad, el carcter propio e nsito de concejal. Ello supone que con vistas a otros efectos jurdicos que no son los especcamente contemplados como facultades propias del Presidente, su situacin no se diferencia de la de cualquier otro concejal. En este sentido ha dicho el mximo tribunal provin-cial que: Esta Suprema Corte ha sostenido expresamente el criterio con que debe interpretarse la expresin concejal contenida en el art. 264 de la Ley Orgnica Municipal, excluyendo de la legitimacin exigida por esa norma para promover conicto al Presidente del Concejo Deliberante, en la inteligencia de que la situacin estable que el legislador pretende tutelar no se compadece con el ejercicio de una funcin que dimana de la simple decisin mayoritaria del cuerpo.173 2.2. SECRETARIO El secretario del cuerpo, posee caractersticas especiales por cuanto el mismo es una autoridad del Concejo, sin ser concejal. Sus funciones, que normalmente se encuentra sumarizadas en el campo de los distintos reglamentos internos, consisten bsicamente en: refrendar los documentos y notas emanadas del concejo, organizar y autenticar los Diarios de Sesiones, llevar los libros de actas, como as conservar los libros y expedientes del concejo, ordenar la publicidad y noticar las ordenes del da a los concejales, como as estar en la administracin diaria del cuerpo. De lo dicho surge pues, que el Secretario del cuerpo es una gura esencial en dos aspectos: como actuario en la emisin de documentos producidos por el concejo deliberante y como administrador del cuerpo, al que brinda, principalmente a travs del Presidente, asistencia permanente en el manejo de las cuestiones diarias.
172 HTC, Marcos Paz, Delegacin XI, Exte. 5300-3.816/04, 10-XI-2004, Por iniciativa del Departamento Ejecutivo se comenzaron a realizar construcciones y reparaciones en un inmueble de la localidad para la futura sede el Concejo, sin ser consultada, ni comunicada esta decisin al Departamento Deliberativo, imputando los gastos ocasionados por tales erogaciones a las partidas de ste. Ante ello desea saber si lo actuado es procedente. Respuesta: Aqu se presentan dos aspectos sobre la misma consulta: el primero hace referencia a cul de los dos Departamentos que conforman la Municipalidad le corresponde la iniciativa de descentralizar el H. Concejo Deliberante cuando se le deba asignar un nuevo edicio para su funcionamiento. De las normas legales vigentes no surge expresamente quien posee esta facultad, es por ello que se debe apelar a la interpretacin de aquellos postulados que se relacionen con el tema en cuestin. En principio se entiende que si bien es una decisin que puede partir del acuerdo mutuo entre ambos poderes, ante la inexistencia de ste, es el Departamento Ejecutivo es el que posee la disposicin del uso de los bienes inmuebles de la Municipalidad, por lo tanto corresponde a ste tal decisin. Existe una nica excepcin a ello que se encuentra normado en el ltimo prrafo del artculo 68 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, que le otorga al H. Concejo Deliberante la facultad de funcionar o realizar sus sesiones en otra localidad, fuera de la cabecera del partido, para ello deber dictar una disposicin que as lo autorice; esto lo puede realizar en forma transitoria, ya que el mencionado artculo impone que la sede de dicho cuerpo debe funcionar en la cabecera del partido. Con relacin al alcance que se le debe dar al artculo 83 inciso 10) de la misma: Disponer de las dependencias del H. Concejo Deliberante, esta Secretara entiende que el mismo hace referencia al uso interno de sus ocinas, una vez instalada la sede donde sesiona el Cuerpo Deliberativo. El segundo aspecto se relaciona con el manejo presupuestario propiamente dicho. Tanto la Ley Orgnica de las Municipalidades como el Reglamento de Contabilidad ponen de maniesto una divisin sobre las responsabilidades del manejo del presupuesto de los dos poderes.
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se ha dicho que El alcance del art. 83 inc. 9 de la Ley Orgnica de las Municipalidades que autoriza al Presidente del Concejo Deliberante para nombrar, aplicar medidas disciplinarias y dejar cesantes a los empleados del Concejo con arreglo de la leyes y ordenanzas sobre estabilidad del personal, debe relacionarse con el carcter operativo de la clusula constitucional que consagra la estabilidad de los empleados pblicos (art. 14 bis, Const. Nac.), de modo tal que ella debe entenderse en el sentido que, aun en ausencia de disposiciones expresas que regulen el tema en el mbito de la comuna, los empleados a los que alude el precepto se encuentran amparados en aquel derecho.177 De igual forma un rgimen que ignore, por omisin o contradiccin los principios de carrera administrativa, seleccin por idoneidad e igualdad remuneratoria, estar condenado a seguir igual suerte. Es as que la Excma. Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires ha dicho por ejemplo que El ingreso directo a un cargo jerrquico sin haber realizado carrera administrativa, en un rgimen normativo donde se establece que el ingreso a la funcin pblica debe realizarse en el cargo inferior de dicha carrera y, que el personal permanente tiene derecho a igualdad de oportunidades para la cobertura de cada uno de los niveles y jerarquas previstas sobre la base de calicaciones y antecedentes, torna irregular el acto de designacin en la condicin apuntada.178 Sin embargo, la misma Suprema Corte de Justicia ha entendido que la exigencia en tal sentido no es terminante y que es posible admitir algunas excepciones en el trnsito de la carrera administrativa, tal como ascender dos o ms cargos si no existe prohibicin absoluta sobre ello.179 De igual manera a estarse a los pronunciamientos del Excmo. Tribunal Superior de la Provincia de Buenos Aires, existen serias limitaciones, an en ausencia de reglamentacin expresa a traslados inconsultos del personal que puedan implicar cualquier tipo de menoscabo sobre el trabajador. Ello ha sido pronunciado en causa Vera, Laura E. el Municipalidad de La Plata s/ Demanda contencioso administrativa, SCBA, B 50863 S 11-6-91. ombramiento y Remocin: De acuerdo a lo que hemos expresado el sistema de nombramiento depende en primer trmino de la ley 11757. Sern siempre exigibles el respeto de los principios de idoneidad, igualdad en la eleccin y carrera administrativa. En cuanto a las sanciones tambin ser necesario, habida cuenta de la estabilidad propia de la que goza el empleado pblico acudir a la realizacin de los sumarios correspondientes con adecuada proteccin y derecho al debido proceso adjetivo por parte del mismo.180
175 SCJBA, causa B. 67.596, Intendente municipal de General San Martn contra Concejo Deliberante de General San Martn. Conicto art. 196 de la Constitucin de la Provincia, 7-VII-2004. 176 Ver tambin SCJBA, causa B. 64.183, Intendente Municipal de Morn, res. del 21-VIII-2002 177 AGG, Expte. 4108-24757/99, (Art. 83 inc. 9). Cabe puntualizar que el nombramiento de los empleados del Concejo es atribucin exclusiva de la seora Presidente (conf. art. 83 inc. 9 del Decreto Ley 6769/58 y art. 6 de la Ley N 11.757), quien, como autoridad municipal competente, goza de amplias facultades para la designacin de personas en los cargos pblicos bajo su dependencia (conf. doctrina SCBA, causa B-53.373, de fecha 10.08.1993). Consecuentemente, el reclamante carece de derecho para peticionar su nombramiento en forma retroactiva, toda vez que -por lo dicho- ninguna disposicin establece o reglamenta una situacin subjetiva que el particular invoque como congurada en su favor y que obligue a la autoridad administrativa a su cumplimiento sin ponderacin discrecional (conf. SCBA, causa B-50.225, de fecha 22-11-1988, A. y S. 1988-IV-393). Por ltimo, se estima conveniente destacar que al tratarse el tema de autos de una cuestin eminentemente jurdica no correspondera hacer lugar a la peticionada intervencin del H. Tribunal de Cuentas, ya que a este compete: examinar las cuentas de percepcin e inversin de las rentas pblicas, tanto provinciales como municipales, aprobarlas o desaprobarlas. 178SCJBA, B 49724 S, Requejo, Hctor Elias c/ Municipalidad de Almirante Brown s/ Demanda Contencioso Administrativa, 16-VI-87, A.Y S. Tomo 1987-11 P . 421 - LL Tomo 1987-D Pg. 73. En igual sentido puede verse: SCJBA, causa B 49764 S, Serrantes,Nstor Javier c/ Municipalidad de San Isidro s/ Demanda Contencioso Administrativa, 05-IV-88, A.Y S. Tomo 1988-1 P . 564 y SCJBA, causa B 49742 , Chillik, Mnica G. c/ Municipalidad de San Isidro s/ Demanda Contencioso administrativa, A.Y S. Tomo 1988-III P . 339.
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mente al control de libro de actas y funcionamiento de las sesiones, plantea la duda de la eciencia administrativa que se alcanza. Ante tal dilema y frente a la exigencia legal de mantener los presupuestos de los HCD por debajo del lmite del 3% del total comunal, entendemos se obliga a extremar aquellos mecanismos que sirvan para profesionalizar la labor que se desempea en los Cuerpos Legislativos. Por ello, la idea de contar con un administrador profesional, al menos en aquellos municipios que tienen una nmina considerable de personal, es no solamente de conveniencia, sino, en los tiempos que corren de extrema necesidad.181 4.2. INCORPORACIN DE TECNOLOGAS Profundamente conectado con las deciencias en la administracin se encuentran las limitaciones en la incorporacin de tecnologas adecuadas, tanto para registrar los movimientos administrativos del HCD, como as para llevar adelante las especcas funciones normativas que le competen. No deja de ser llamativa la delegacin que la mayora de los HCD hacen en los Departamentos Ejecutivos en el control del presupuesto, liquidacin de salarios, entre otras. Ello indudablemente obedece a la carencia de sistemas propios que le permitan cumplimentar sus labores. Es indudable que ms all de la eventual adquisicin de programas informticos parciales, como por ejemplo bases de datos para conservar y recuperar por nmero o voces (tesoros) las Ordenanzas aprobadas por el HCD, poco o nada ha sido efectuado en tal sentido. La informatizacin requiere tal como hemos expresado previamente, la necesidad de ocurrir a un relevamiento de las realidades y funciones cumplidas por el Cuerpo, para luego proceder a plasmar dichas actividades en el propio sistema. Decimos esto por cuanto un sistema informtico desprovisto o elaborado en base a un diagnstico inexistente o decitario, lejos de implicar una ventaja seguramente importar tanto como un desastre, ya que potencializa y acelera procesos equivocados, hacindolos en consecuencia ms inecientes.
181Respecto de la modalidad de contratacin el HTC acepta ocasionalmente y como excepcin acudir en usencia de personal dentro de la municipalidad con especializacin, a la modalidad de Locacin de Obra. Entendemos que el criterio del Tribunal resulta en muchos sentidos arcaico, por cuanto so pretexto de controlar la forma en que se contrata, priva en muchos casos a las Administraciones de recurrir a un sistema ms gil y puntual de dar respuesta adecuada a las complejidades actuales. No se logra entender de qu manera se cumple con elementales pautas de eciencia y ecacia en el gasto pblico, cuando el supuesto ahorro que se impone a las municipalidades en la contratacin de expertos, luego rebota en errores groseros, muchas veces innitamente ms costosos que el servicio que no se permiti adquirir en el mercado. Ver, HTC, Municipalidad de Roque Prez, Delegacion: XIII, Expte. 4096-1793/07, 18-IV-2007, Consulta: Sobre la posibilidad de contratacin de una Licenciada en Trabajo Social bajo el rgimen de locacin de obra. Se informa que dicha profesional pertenece a la planta permanente del Patronato de Liberados de la Provincia de Buenos Aires, por lo que se solicita opinin acerca de si es procedente dicha contratacin. Respuesta: En principio, cabe mencionar que el artculo 53 de la Constitucin Provincial no permite la acumulacin de dos o ms empleos a sueldo en una misma persona, aunque sea el uno provincial y el otro nacional. Esta incompatibilidad, indudablemente, est referida a que una misma persona perciba ms de una remuneracin por cargos en relacin de dependencia con el Estado en cualquiera de sus jurisdicciones, incluida la municipal. Al respecto, se observa que segn la experiencia laboral detallada, la profesional desarrolla en la actualidad otras actividades tanto en el mbito municipal como en el provincial, situaciones que debern ser analizadas convenientemente. Con respecto a la contratacin de profesionales bajo la modalidad de locacin de obra, la doctrina de este Organismo lo ha admitido con carcter excepcional, cumplindose ciertas condiciones, siempre y cuando en la comuna no existan cargos ocupados con la especialidad requerida. En este caso en particular, dadas las caractersticas especcas de las tareas a realizar en el contexto profesional que se requiere, se considera factible la contratacin en anlisis. Se debe tener en cuenta que el servicio que presta la mencionada profesional ser considerado como gasto especial, por lo cual se deber tener en cuenta lo dispuesto en los artculos 66 y 161 bis del Reglamento de Contabilidad y deber contar con la autorizacin del H. Concejo Deliberante, a travs de una ordenanza que deber ser sancionada por mayora absoluta de los miembros integrantes del Cuerpo, segn lo establece el artculo 32 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. Esta conclusin queda supeditada a que la profesional no se desempee actualmente en la Comuna, tal como surge del currculo agregado a foja 2 de las presentes actuaciones.
Las facultades disciplinarias del Concejo Deliberante, ya sea en pleno o a travs de su Presidente y ya sea sobre los concejales o empleados del Concejo, cumplen con esas mismas premisas generales; sin embargo desde el punto de vista procedimental, el camino seguido para unos y otros es diferente. Hemos comentado precedentemente las reglas de juego que rigen en la relacin Concejo Deliberante - empleados del mismo, ahora es necesario ahondar en la vinculacin entre el cuerpo y sus integrantes electos popularnente. El artculo 69 de la LOM estipula como facultad del Concejo Deliberante, la de aplicar sanciones a sus integrantes, la que es coetnea a la propia atribucin de establecer y regimentar cules actitudes son inconductas pasibles de sancin y qu grado de medida debe aplicarse. El procedimiento, sin embargo no est descripto por la misma norma, excepto claro est para el supuesto de disponerse el cese del concejal, en el cual razones de indudable orden pblico el camino especial contenido la Ley Orgnica Municipal. Es por ello que en principio todo el sistema sancionatorio, como as las causales para las mismas se encuentran establecidos en los reglamentos internos de cada cuerpo. La duda que surge es cul es el lmite de la sancin impuesta por la norma. Toda vez que la eventual sancin que se aplique a un concejal ser susceptible de ser cuestionada jurisdiccionalmente, esa frontera surge de un doble anlisis: (1) el de la constitucionalidad de la Reglamentacin Interna del Cuerpo, en cuanto a una razonabilidad entre el disvalor que se pretende sancionar y la gravedad de la pena impuesta183y (2) en la razonabilidad y proporcionalidad, en el caso particular de aplicarse una sancin establecida en el marco jurdico citado, entre la conducta en la que incurre el sujeto destinatario de la norma y la sancin dictada.184 4.6. PUBLICIDAD DE LAS ORDENANZAS. DIARIOS DE SESIONES Un aspecto que no deja de ser llamativo habida cuenta de los tiempos que corren, como as de la necesidad de dar a difusin los actos legislativos, es la ausencia de boletines y/o publicaciones que documenten no slo lo acaecido en las sesiones, sino asimismo de las Ordenanzas que en las mismas se sancionan. Tal deciencia no es menor. Como seala en Nino Carlos, en Un Pas al margen de la Ley,185la ccin jurdica en la cual se asienta la seguridad de que nadie puede alegar el desconocimiento de la ley, se ve asegurada mediante la exigencia, como contrapartida al Estado, de dar a publicidad por medios adecuados sus actos y resoluciones. Tal ccin, como el mismo apunta, se ha convertido atento la inacin de normatividad, en mentira jurdica. Alguien podra sostener que esa ccin jurdica no se desdibuja por la falta de publicidad de las Ordenanzas sino por la mayor sancin de normas en todos los niveles estaduales. Ese hecho respondera ineludiblemente a una sociedad ms compleja. Sin embargo esa armacin nos introduce en otra problemtica actual que es la inacin legislativa. Compartiendo lo armado por Pagano,186 consideramos que muchas veces el incremento en el nmero de disposiciones legislativas, no responde ni es equivalente a una anunciada mayor complejidad social. Entonces en la medida en que se produce un trpode de falta de demanda de una norma, creacin innecesaria de la misma y falta de publicidad estaramos frente a una norma inacionaria.
182Fiengelievich, Susana, Redenicin de herramientas en la gestin municipal: la informtica y el Gobierno Local, Porto Alegre, Junio 1999. 183Para tratar de ilustrar este punto, se nos ocurre el siguiente ejemplo. Supongamos que el ReglamentoInterno dispone que al concejal que se ausente a una sesin se le aplicar la cesanta del cuerpo. Un concejal incurre en dicha conducta y el cuerpo aplica la disposicin estrictamente. El concejal en tal caso podr cuestionar tanto la inconstitucionalidad de la disposicin en la medida en que la sancin parece extrema e irrazonable en cuanto al n perseguido -presentismo de los concejales a las sesiones-, como en su caso particular la procedencia de la sancin, cuando por ejemplo acredite que estuvo presente o bien que su ausencia se encontraba justicada por su estado de salud, en tal supuesto la medida se torna ilegtima
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Por razones de transparencia y por motivos de aplicatoriedad de la norma, ella debe ser necesariamente realizada. Es que si bien tal omisin no acarrea, en el decir de la Suprema Corte de Justicia la inconstitucionalidad de la norma municipal no publicada, no deja de ser menos cierto, que tal ausencia si ocasiona su inefectividad. Esta problemtica ha sido objeto de sendos dictmenes jurisdiccionales. As se ha dicho que En cuanto a la falta de publicacin ocial de la mencionada ordenanza 5746, de lo cual derivara - a criterio del accionante- su inaplicabilidad, cabe recordar que la eventual falta de publicacin ocial de la misma no resulta atendible, a los nes de fundar su inconstitucionalidad, en tanto la validez de aquella no depende del cumplimiento de tal requisito, que slo incide en su ecacia (arg. Arts.110, dec.ley 7646 y 110, Ord.Gral.267; causa 11083, Sent. 2-X-80; 1.1046, sent. ll-XI-80).187 Consideramos, que no slo necesidades legales, sino esencialmente polticas, vinculadas a la adecuada difusin de actos de gobierno y a la posibilidad consecuente de ejercer contralores adecuados por parte del pblico, requieren de publicidad.188 Ahora bien, cmo asegurar dicha publicidad? Pareciera que el slo trmite de difundirlo a travs de Boletines Ociales, que no son ledos sino por pocas personas, no asegura sino un cumplimiento formal de la resolucin de la Suprema Corte de Justicia, pero no caben dudas de que en modo alguno puede entenderse que tal actuar cumple con la exigencia de la vida democrtica. Por ello entendemos que deben extremarse las medidas para efectuar esa difusin, no evitando ninguno de los medios de comunicacin que la vida moderna pone a nuestra disposicin, entre los cuales se encuentran no slo la prensa grca, radial y televisiva, sino los propios sistemas informticos. Cabe sealar que este consejo recae sobre quin complementa el circuito legislativo con su aprobacin que es el epartamento Ejecutivo, que es quin elige el medio adecuado para dar a publicidad las normas. Por lo expuesto, y para que lo dicho por Hegel no sea verdad, en el sentido de que no bastan leyes democrticas en s, por que si no pueden ser ledas no sirven sino a una oligarqua, es necesario complementar una tcnica legislativa adecuada en cuanto a la redaccin y preparacin de las Ordenanzas, con su publicacin y difusin ulterior que aseguren su plena ecacia.
187 SCJBA, Czarnecki, Marcos Edmundo e/Municipalidad de Quilmes s. Incosntitucionalidad art.8 Ordenanza 5746 y Ordenanza 5511, AyS 1990-11-77; en el mismo sentido SCJBA, causa B 55384 S, Rivas, Elvira c/ Municipalidad de Merlo s/ Demanda contencioso administrativa, 10-V-2000; SCJBA, causa I 1541 S, Bernal de Palacio, Mara Julia c/ Municipalidad de Rauch s/ Inconstitucionalidad ordenanza impositiva 1991 (promulgada por decreto 454/91), 29-XII-1998; SCJBA, causa B 54711 S , Gallardo, Alicia Angela c/ Municipalidad de Coln s/ Demanda contencioso administrativa, 25-VIII-1998. 188En trabajo que ser publicado prximamente, Garca Sanz, Agustn, Estado de Derecho, Internet y publicidad de los actos de gobierno, a ser editado en Res Publica Argentina, RAP , 2008-II, el autor describe el periplo seguido para obtener copias de una ordenanza. Lo hemos hecho nosotros en artculo publicado en Poder Local en 2006, y por cierto, no es un alarde de originalidad, por cuanto quin transita por ocinas pblicas bien sabe de qu estamos hablando. 188En trabajo que ser publicado prximamente, Garca Sanz, Agustn, Estado de Derecho, Internet y publicidad de los actos de gobierno, a ser editado en Res Publica Argentina, RAP , 2008-II, el autor describe el periplo seguido para obtener copias de una ordenanza. Lo hemos hecho nosotros en artculo publicado en Poder Local en 2006, y por cierto, no es un alarde de originalidad, por cuanto quin transita por ocinas pblicas bien sabe de qu estamos hablando.
CAPITULO V
MANIFESTACIN DE LOS HCD. ASPECTOS LEGALES Y TCNICOS
1. INTRODUCCIN Existen innidad de ejemplos para ilustrar sobre la diversidad de problemas que plantean los vecinos a sus representantes; desde aqul que reclama por el ruido causado por un local bailable,189 a quin lo hace por el desorden vehicular o quin maniesta su preocupacin por decisiones nacionales o provinciales. En lo individual y para quin est en el cargo, nace entonces la pregunta: Habr que regular el tema? Habr que negar la competencia en aquellos supuestos en que ello sea posible?, Ser necesario presentarse ante el Departamento Ejecutivo?, Ser conveniente acudir a vas informales de solucin? Las dudas son mltiples Cmo y cul ser la mejor va de instrumentar las demandas que recibe el concejal? Para ser ms exactos: ante una peticin Cmo debe manifestarse la voluntad, primero del concejal individualmente y luego del cuerpo, para dar solucin a la misma? Y yendo un paso ms all: Cmo se analizan las necesidades citadas?, Cmo se concretan instrumentalmente en forma de proyecto y nalmente cmo se llega a un acto de voluntad expedido por el Honorable Concejo Deliberante? Bien podr decirse que la primera regla para actuar es acudir a la LOM y al reglamento interno del HCD que establecen mecanismos formales para peticionar. Decimos mecanismos formales, por cuanto tal como surgir de la lectura que cualquiera puede efectuar de esos textos, ellos carecen de una indicacin acerca de la forma prctica de enderezar y construir los Proyectos. Trataremos en las lneas siguientes de orientar en esas respuestas. 2. ANLISIS LEGAL SOBRE MEDIOS FORMALES DE EXPRESIN DEL HCD La voluntad del HCD tiene de acuerdo al artculo 77 de la LOM, cuatro formas posibles para ser canalizada: a) Ordenanza, si crea, reforma, suspende o deroga una regla general, cuyo cumplimiento compete a la Intendencia Municipal b) Decreto, si tiene por objeto el rechazo de solicitudes particulares, la adopcin de medidas relativas a la composicin y/u organizacin interna del Concejo y en general toda disposicin de carcter imperativo que no requiera promulgacin del Departamento Ejecutivo c) Resolucin, si tiene por objeto expresar una opinin del Concejo sobre cualquier asunto de carcter pblico o privado, o manifestar su voluntad de practicar algn acto en tiempo determinado y; d) Comunicacin, si tiene por objeto contestar, recomendar, pedir o exponer algo. 2.1. LA ORDENANZA Por su importancia en tanto carcter normativo, comenzaremos rerindonos a las Ordenanzas.
189 Sabemos que se podr esgrimir frente a este hecho que su solucin es competencia formal del Departamento Ejecutivo, pero ser difcil explicarle al vecino tal circunstancia, quin por falta de conocimiento sobre el funcionamiento institucional o por cualquier otra razn, tan slo ver en el concejal a un funcionario que carece de respuestas. 190 Entre las consecuencias de importancia que ha tenido la calicacin de la ordenanza como ley local, se halla su implicancia en materia de expropiaciones. En tal sentido en un dictamen de la AGG se estableci: Secretara letrada. La Plata septiembre de 2005. (Artculo 77). Las Municipalidades pueden ejercer la potestad de expropiar, mediante el dictado de la Ordenanza que declare de utilidad pblica y sujeto a expropiacin el bien que involucre. En efecto, Las ordenanzas sern consideradas Ley en sentido formal y material..., de
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Sostenemos de inicio que por su propia naturaleza es una ley local. Esta armacin que se condice con la que establece ahora explcitamente la LOM, es reconocer que la Municipalidad tiene la potestad de dictar normas gen-erales, de contenido abstracto e indeterminado, destinadas a ser cumplidas por todos los habitantes dentro de la jurisdiccin municipal. Ello implica no slo que compete a la municipalidad el hacerlas seguir, sino a los vecinos que en ellas habitan el deber de respetarlas y actuar conforme. No est de ms reiterar que las Ordenanzas pueden versar pura y exclusivamente sobre aquellas reas y materias en las que la Municipalidad es competente. Ahora bien, la armacin de que la Ordenanza es una Ley, no es una conclusin pacca; sino que tiene voces encontradas. Debemos advertir, que no resulta ser una discusin sin importancia, ya que tiene implicancia cierta en cuanto a los mecanismos impugnativos para su eventual cuestionamiento por parte de los vecinos. La creacin del fuero contencioso administrativo y tributario de la Provincia de Buenos Aires, y las idas y vueltas en el respectivo Cdigo Procesal con relacin a cmo tratar este tema, son las que han abierto distintas interpretaciones sobre el particular. En efecto; si la Ordenanza es una Ley en todos los casos y cualquiera sea su contenido, como tal deber seguirse en su cuestionamiento la declaracin de inconstitucionalidad, ya sea por va de una peticin originaria en el procedimiento especial existente por ante la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires o en su caso, por peticin al juez actuante en cada caso.190 Si por el contrario, es un acto administrativo general, deber acudirse a los recursos administrativos que prev la Ordenanza General 267 (o las propias de cada Municipio, para el caso de que lahayan dictado) con prelacin a acudir a la Justicia. La complejidad es mayor siendo que si bien es cierto que la Ordenanza en la que uno inmediatamente piensa, tiene contenido normativo; por ejemplo, la Ordenanza Fiscal, o las de Planeamiento Urbano; no es menos cierto que hay otras de innegable contenido administrativo; por ejemplo la que decide modicar una tarifa de un servicio pblico, la que adjudica un contrato o la que alquila un bien municipal. En estos ltimos supuestos, se tratan de actos de sustancia administrativa, en los que se resuelve una situacin particular con un destinatario concreto de la decisin. Para una posicin que sostiene particularmente PERRINO,191la ordenanza siempre tiene carcter de acto administrativo, ya sea general o particular, por cuanto la nica habilitada a dictar leyes es la Nacin o la Provincia. De ello se colige la necesidad de que medie reclamo administrativo previo, siendo adems la competencia del fuero contencioso administrativo y tributario en todos los casos. En una posicin intermedia se halla BIGLIERI,192 quin sostiene que si la Ordenanza tiene carcter general es una ley y en los otros casos, es un acto administrativo, por ende impugnable. En lo que a nuestra posicin respecta, no slo la LOM ha tomado la decisin de calicar a las Ordenanzas como Ley, sino que adems ese es el camino que ha adoptado la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en la causa Promenade Srl c. Municipalidad de San Isidro s. Demanda Contencioso Administrativo,193 en la que se decidi que las ordenanzas municipales resultan ser actos normativos de naturaleza legislativa, emanadno de un rgano de gobierno electo popularmente, siendo por lo tanto su producto un smil a la ley que es sancionada por cualquier otro cuerpo elegido de la misma manera. Esta misma postura es la que sostiene ABALOS, al decir en posicin que compartimos: [E]n este sentido consideramos que las ordenanzas municipales constituyen por su naturaleza jurdica, por los rganos que las dictan, por las materias que regulan y por la generalidad de sus disposiciones, verdaderas leyes dentro del mbito reducido del gobierno comunal y traducen el ejercicio del poder poltico de forma tal que la funcin legislativa aparece como propia de su condicin de tal, revistiendo las ordenanzas el doble carcter de ley en sentido material con sus notas de generalidad e impersonalidad, y en sentido formal, emanadas de un rgano deliberativo local y dictadas conforme a un procedimiento especco.194 Finalmente y rerindonos a la propia legislacin y a su texto literal, del que no cabe apartar-
191Al criticar la reforma introducida por la Ley 13.101 que suprimi la cita a las ordenanzas municipales que estableca el Cd. Contencioso Administrativo de la Provincia y consecuentemente la denicin del artculo 77 de la LOM, dice Perrino [C]omo es sabido, en el mbito provincial ese carcter leyes slo lo ostentan las normas legislativas que sanciona la legislatura previo cumplimiento del debido procedimiento que las normas constitucionales han previsto al efecto y cuya jerarqua normativa es indudablemente superior a las ordenanzas municipales. Cassagne, Juan Carlos y Perrino, Pablo Esteban, El Nuevo Proceso Contencioso Administrativo en la Provincia de Buenos Aires, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2006, P . 69. Creemos que el error esencial es asignar supremaca las leyes cuando estas avanzan sobre materias de ordenanzas, en tal caso, el principio de especialidad territorial har que las segundas desplacen a las primeras en su aplicacin. Ambas son leyes, en el mbito territorial de aplicacin y dentro del deslinde de competencias constitucional. Desde el punto de vista conceptual la postura en anlisis no hace sino negar carcter autonmico a las municipalidades. 192Biglieri, Alberto, Las ordenanzas y el artculo 77 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, en Revista de Derecho Pblico, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2004 2, P . 361. 193CSJN,24-VII-1989, Promenade Srl c. Municipalidad de San Isidro s. Demanda Contencioso administrativo. 194 Abalos, Mara Gabriela, Funcin legislativa en el municipio autnomo. Naturaleza jurdica de las ordenanzas. Impugnacin, en Revista de Derecho Pblico, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2004 2, Pp. 117-142. 195 SCJBA, 26-IX-1989, Prncipe, Laura Esther y otros e/Concejo Deliberante de Florencio Vrela s/Demanda contencioso administrativa, AYS Tomo 1989-III, p. 555.
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mo con el que cuenta el HCD para hacer llegar a otras entidades inquietudes puntuales. Por ello es un importante herramienta para descomprimir situaciones de tensin poltica, cuando una situacin es candente y no es competencia del HCD; pero en su anverso, es tambin una peligrosa posibilidad de que el HCD se expida sobre circunstancias que le son ajenas. El uso correcto o no que se haga de este instuto, debe por tal razn, ser cuidadosamente evaluado en cada caso por los concejales. Expediente 039/98 (Arts. 54, 65, 66, 108 incs. 7 y 9, 178, 181, 196, 200, 206 y 247) El tema en consulta requiere un previo anlisis sobre el funcionamiento de los Departamentos que componen el gobierno municipal, en el marco de competencias y atribuciones delegadas por la Constitucin y la Ley. As, la Constitucin Provincial, en su Sesin Sptima -Captulo nicoprev la existencia de un rgimen municipal, cuyos intereses y servicios sern administrados por una Municipalidad, compuesta de un Departamento Ejecutivo y un Departamento Deliberativo, cuyas atribuciones y responsabilidades sern deslindadas por la Legislatura, con el n de que esos departamentos puedan atender ecazmente la administracin local. En este orden de ideas, la divisin de funciones para la administracin de los intereses y servicios locales consiste, entonces, en que los dos departamentos no ejerzan juntos todas las funciones y atribuciones inherentes al rgimen correspondindole al Concejo Deliberante reglamentar las materias delegadas por la Legislatura y al Ejecutivo, ejecutar esas ordenanzas y, adems, ejercer la Administracin del Municipio. De ello puede extraerse, en principio, que los actos de cada departamento no estn sujetos a la autoridad del otro. Ninguno de ellos puede rever los actos del otro en virtud de tener mayor autoridad. No existen, entre ambos departamentos, relaciones de subordinacin de uno hacia otro, sino de coordinacin para alcanzar los nes enunciados en la Constitucin Provincial. Y si bien la Ley Orgnica de las Municipalidades establece respecto de algunos actos del intendente, un verdadero control de legalidad y hasta de oportunidad y conveniencia (Por ejemplo: artculos 54, 65, 66, 196, 200, 206 y 247 de la L.O.M.) ello, por s, no resulta suciente para inferir un estado de subordinacin hacia el Departamento Deliberativo. En consecuencia, las potestades de contralor acordadas a este Cuerpo son de excepcin y, como tal, deben ejercerse estrictamente dentro del marco de legalidad explcito, pues esas potestades, llevadas ms all de lo expresamente autorizado, deben considerarse como una intromisin ilegtima en el mbito de competencia del Departamento Ejecutivo. Para el caso en consulta, este Organismo Asesor entiende que si bien corresponde a este Departamento suministrar los informes requeridos por el Cuerpo Deliberante, es al titular de aqul Departamento a quien corresponde citar para evacuar los informes, el que podr concurrir personalmente o por intermedio de sus secretarios (Artculo 108, inc. 7 del DecretoLey 6769/58). En consecuencia, se estima improcedente llamar- a concurrir a sesiones del Concejo a funcionarios dependientes del Departamento Ejecutivo, toda vez que son auxiliares sobre los cuales el Intendente tiene potestades exclusivas y excluyentes (artculo 108 in. 9,178 y 181 y concordantes de la L.O.M), no sujetas a la revisin o control del Departamento Deliberativo. Expediente 2113-633/96 (Artculos 54, 65, 66, 108 inc. 7, 188, 190, 196, 200, 206, 240 y 247) Tratndose del pedido de informes requeridos por el Concejo Deliberante aquellos devienen obligatorios para el Departamento Ejecutivo cuando sean consecuencia del llamado a sesiones de aquel Cuerpo, en los trminos del artculo 108 inciso 7 del Decreto-Ley N 6769/58 y cuyo incumplimiento se encuentra tipicado como falta grave. Fuera de dicha oportunidad en que resulta imperativa la concurrencia a las sesiones en que el Departamento Ejecutivo fuere convocado, proporcionando la informacin que se le requiriere, esta Asesora General de Gobierno considera que cualquier pedido de informes carece de imperatividad en cuanto al modo y plazo de cumplimiento, y se inscribe en el mbito de la necesaria armona que debe primar en el funcionamiento del gobierno comunal compartido por ambos Departamentos. Interpretar que el artculo 108 inciso 7 Ley Orgnica de las Municipalidades impone al Departamento Ejecutivo la obligacin de responder en cualquier momento y en plazos perentorios los pedidos de informes, lleva a cimentar una relacin de subordinacin o de-
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y en la propia actividad del concejal. Por ello y dado el impacto que estas decisiones y su forma de expresar causan en los destinatarios de la normatividad as creada, es que debe extremarse el desarrollo de los mtodos y tcnicas parlamentarias modernas, tendientes a evitar efectos no queridos entre los cuales se encuentran: a) Poca claridad de los textos que se trasuntan en transferencias de facultades desde el departamento Deliberativo al Departamento Ejecutivo y/o Poder Judicial, que debe interpretar los mismos;100 b) Dicultades en la comprensin por parte de los destinatarios de la norma, lo que atenta contra la efectividad de la misma y el incumplimiento nal de la meta perseguida por el legislador; c) Efectos econmicos no queridos ni deseados, pero que muchas veces surgen de la equivocada redaccin de los textos legales; d) Perjuicios concretos a particulares, sin que los mismos resulten razonables. Estos defectos se encuentran en dos haces de normas: (a) Las sancionadas hasta el momento y (b) Las que han de ser sancionadas en el futuro. La solucin al primer inconveniente como seala Pagano,199 se obtiene a travs de mtodos determinados que ya hemos mencionado y desarrollado en captulos precedentes, esencialmente por va de la codicacin y sistematizacin normativa. La segunda alternativa, es decir con vistas hacia el futuro, exige profundizar en nuevos mecanismos tcnicos legsticos que tienden a evitar la reiteracin del problema descripto eliminando contradicciones, textos superuos, innecesarias remisiones, entre otras dicultades. Por lo expuesto resulta de suma importancia el establecimiento de criterios uniformes y slidos que sirvan al futuro. De qu manera hacerlo? Pues bien, la manera ideal es el establecimiento de criterios nicos o comunes que sigan principios cientcos en la elaboracin de Ordenanzas. En tal sentido, no se pretende susitituir la voluntad del legislador o afectar la ponderacin que ste hace de ciertas circunstancias y hechos, sino simplemente establecer criterios que por un lado faciliten al concejal la concrecin de sus proyectos y por el otro lado, a la comunidad destinataria de esas decisiones, la seguridad de que stas normas responden a verdaderas necesidades sociales, que su cumplimiento resulta socialmente recomendable y que su facilidad favorece la comprensin, entendimiento y cumplimiento ulterior. Particularmente sobre este punto referido a la redaccin de proyectos y criterios mnimos a cumplir por ellos, se ha desarrollado singularmente en Alemania la denomidada legistik o tcnica legislativa, la que pretende dotar al documento de mayor comprensibilidad, disminuyendo la vaguedad y ambigedad (defectos que causan problemas en la aplicacin de la norma) al mismo tiempo que se establecen en su cuerpo ciertas caractersticas que facilitan la utilizacin informtica de la documentacin e interpretacin subsiguiente102. Escapando a un discurso meramente terico, la pregunta que cualquier concejal se plantea es por dnde empezar. Consideramos que es all donde aparecen dos planos no menos importantes, a los cuales hemos de llamar de fondo o de hecho y de forma o redaccin. 3.1. CUESTIN DE FONDO. La primera tarea que debe evaluar un concejal al momento de avanzar en la redaccin de un proyecto, es la identicacin del objeto de su trabajo. Es decir la pregunta bsica de Qu es lo que quiero hacer?, Cul es la inquietud que voy a canalizar?, a Qu apuntamos con la misma: se intenta legislar sobre una situacin con vistas a afectar a un nmero amplio o a la totalidad de vecinos?; Pretendemos que el HCD exprese una opinin o repudie una determinada situacin que afecta a los convecinos?; o bien intentamos obtener respuestas de alguna entidad. Ese anlisis deber determinar de acuerdo a la conceptualizacin que establece el artculo 77 de la LOM, qu tipo de proyecto es aqul que se va a elaborar.103 Sin embargo, ese primer impulso o idea, necesariamente debe atravesar una serie de tamices que harn a la excelencia del proyecto. Se sabe que a no ser que alguien sea lo sucientemente torpe de
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12. Se ha analizado si la reaccin es positiva o negativa? 13. En su caso cul es esa alternativa y por qu se la ha descartado? 14. Se ha previsto el impacto econmico y social que causar el proyecto? 15. Se ha estimado si la poblacin afectada va a apoyar o no la aplicacin de la norma? 16. Se ha estimado la relacin entre el costo y benecio de la norma proyectada? 17. Se puede legal y prcticamente exigir a la poblacin el pago de esos costos? 19. Se ha evaluado la posibilidad prctica de aplicacin de la norma y su eventual cumplimiento? 20. Se espera el acatamiento de la misma? 21. Se espera que el Departamento ejecutivo y/o quin deba cumplirla la haga efectiva y colabore en su sancin? 3.2. EN LA FORMA Establecida entonces, por medio del anlisis de la cuestin de fondo, la necesidad de dictar una norma que ha de solucionar un problema, que la sociedad o un particular (recordar caso de la resolucin) ve como tal; vista su compatibilidad con el ordenamiento jurdico existente (puntualmente en cuanto la nueva norma se encuentra dentro del campo de competencia del HCD, no es redudante, ni repite sobre cuestiones ya legisladas), es posible adentrarse en el segundo aspecto, es decir cmo debe redactarse y plasmarse el proyecto en concreto. Debemos en este punto hacer una aclaracin en el sentido de que la actividad del HCD supone en el trmite legislativo dos etapas claramente denidas. La primera, es la elaboracin por parte de un concejal o de un bloque de un proyecto, lo que inicia una etapa pre-legislativa. La segunda, consiste en el trmite y sancin del acto deliberativo en s, el que asume en su concrecin una forma fsica. Puntualmente es un texto escrito que sigue una serie de pasos y contempla determinados elementos. Sobre estas temticas en particular no son muchas las indicaciones que la LOM nos suministra y para ser ms exactos, salvo honrosas excepciones, tampoco ayudan demasiado los reglamentos internos de los Municipios. La LOM trata escuetamente este tema en el artculo 78, al establecer que las Ordenanzas y Decretos debern ser concisos y preceptivos. Cuidadosamente la disposicin mencionada ha apuntado los nicos consejos que se establecen acerca de la forma de redaccin a estas dos formas de expresin del HCD, dejando fuera tanto a las comunicaciones como a las resoluciones. La LOM en esta norma est dirigida a aquellas dos situaciones en las que las resoluciones del Concejo producen efectos jurdicos sobre terceros y en los que por ende, es posible enfrentarse a conictos en la aplicacin y ejecucin y eventualmente a interpretaciones por parte del Poder Judicial. Sin embargo, pareciera que esa simple recomendacin es insuciente. Es que la obligatoriedad de que la norma sea clara y preceptiva es atribuido como una regla general a guardar, pero concretamente: Qu signican y cunto aportan a una buena tcnica legislativa? Pues bien, debemos entender que la ordenanza es una ley en la esfera de jurisdiccin territorial para la que se dicta. La disposicin tiene una vocacin de aplicacin a situaciones concretas, en las que eventualmente habr de ser interpretada y hecha cumplimentar por un Juez. Por tal razn el citado artculo eleva dos aspectos a consideracin. La norma debe ser clara en cuanto a las situaciones que intenta regular, a efectos de que lo sea para quin debe cumplirlas y quien debe aplicarlas y dado el carcter imperativo u ordenatorio de la ordenanza, debe ser preceptiva. Ambos lineamientos parecen fciles de ser cumplimentados. Sin embargo, hemos encontrado sin nmero de ordenanzas que carecen de tal forma, tornndolas ms que dicultosa
el derecho parlamentario son numerosas, en cuanto se emparenta con el debate acerca de la conservacin o no de un ttulo para el caso de que la Ordenanza se apruebe o no; as como, en la discusin en cuanto a cul es el valor jurdico del ttulo para el caso de que el documento legislativo sea aprobado. Por ser una cuestin demasiado complicada a efectos de ser tratada en este caso, la hemos de dejar para otra oportunidad, no sin antes expresar que a nuestro entender, el ttulo no puede oponerse al contenido del proyecto, al que deber darse siempre preeminencia. Sin embargo, el ttulo ser un elemento que contribuye a la interpretacin del texto y esencialmente al ordenamiento de la labor parlamentaria. Tratado ese tema, claro est que siempre podr plantearse, cuntos problemas pueden originarse en los casos en que cada concejal autotitule su proyecto en forma igual, a pesar de tratarse de cuestiones diversas o bien de qu manera titular el tratamiento de un problema. Como ejemplo de lo que decimos podemos volver al caso que citbamos en nota anterior. El ttulo podra ser tanto CAMBIO DE MANO, como CAMBIO DE REGULACIN, como ALTERACIN DE DOBLE CIRCULACIN, entre otros muchos posibles, asimismo podra ser indenido el sector o calle al que se reere incrementando la confusin. Por ello, para que el ttulo sea un factor de claricacin y no de confusin, es necesario establecer un sistema codicado por materias a efectos de proceder a titular correctamente cada ordenanza. Nuevamente como sugerencia, la respuesta sera que cada cambio de circulacin de una va, debe ser indicado como: CAMBIO DE CIRCULACIN, para a continuacin indicar a qu calle o avenida se reere. Finalmente y como recomendacin, surge que el ttulo debe reunir los recaudos de ser: (1) completo, (2) conciso, (3) debe contener los elementos del articulado, (4) cuando modica a otra ordenanza, debe reiterar su ttulo -lo cual facilita en bsquedas posteriores saber a qu norma deroga o modica- .I09 3.3.1.B.Prembulo. Tal como expusimos anteriormente en nuestro ordenamiento comunal, existe como praxis la tendencia a establecer en el proyecto una indicacin de un visto y de un considerando. El visto, es el relato de los antecedentes normativos y del contexto gen-eral en que se propone el proyecto. Desde un punto de vista informtico, sirve innegablemente para establecer la vinculacin de la norma que se dicte con otras disposiciones legislativas o reglamentarias. El considerando responde especcamente al establecimiento de las razones polticas y de oportunidad que justican el proyecto. El considerando tiene numerosas funciones y efectos, por lo que es necesario extremar los cuidados en su redaccin. En primer lugar, polticamente permite apreciar las razones habidas para proponer una determinada solucin a un problema que all mismo se describe; as como, para analizar muy especialmente la existencia de ste. De sancionarse el proyecto, sirve al aplicar la norma para determinar la intencin del legislador. El considerando sumado al debate en el HCD explicita las razones por las cuales se sanciona ese acto deliberativo y permite en caso de duda entender la verdadera intencin perseguida. Asimismo, facilita el apreciar la oportunidad de su sancin, lo que necesariamente impacta sobre cualquier anlisis jurdico ulterior que se haga de la norma. Desde el punto de vista de su estructuracin, compartimos las indicaciones de Prez Bourbon,202 recomendando se siga un orden lgico que suponga las siguientes instancias: 1) Introduccin: que establezca el lmite del tema, metodologa y objeto. 2) Desarrollo: que puede contener. 2.1) Antecedentes del proyecto, incluyendo precedentes legales (normas que constituyen los antecedentes del proyecto) y fuentes formales utilizadas como la jurisprudencia, la doctrina y la costumbre. 2.2) Motivacin poltico-social: Es la indicacin de los motivos tenidos en vista por el legislador en los ordenes econmicos, sociales y polticos para resolver como lo hace. 2.3) Viabilidad cientco-tcnica: Parte del anlisis que se debe facilitar tanto a quin habr de considerar el proyecto como al vecino, para el caso de sancionarse la ordenanza, es
201 Casis, Miguel Martn, Las tcnicas de las checklisten en Curso de Tcnica Legislativa, Grupo de Estudios de Tcnica Legislativa, Serie de Tcnica Legislativa I. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1989, p.255; citado en Leiva Fernndez, Luis F.P ., Obra citada. 202 Prez Bourbon, Hctor, Tcnica Legislativa y poltica legislativa, en: De Luca, Daniel Csar y otros: Primeras Jornadas de Perfeccionamiento y Actualizacin Parlamentaria. Mendoza. 1990, Centro de Capacitacin Superior de la Legislatura de la Provincia de Mendoza, Mendoza, 1990, P . 37.
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A. Contenido y dimensin del articulado: el primer aspecto, es qu justica que el texto sea dividido en artculos y en su caso cul es la extensin adecuada que debe tener cada artculo. A nuestro entender es claro que la divisoria del articulado est dada por la necesidad de tratar cada uno de los temas en forma de unidad independiente, permitiendo de esa forma que cada aspecto de la norma quede completamente denido. En consecuencia, no existe en principio un tamao que podamos considerar ideal o adecuado, ser en cada caso, el que corresponda la regla de unidad que hemos enunciado. Sin perjuicio de ello, debe recomendarse que en la medida de lo posible, el artculo sea breve y conciso. B. Ttulo: El segundo aspecto, es si cada uno de los artculos debe contener una breve enunciacin de su contenido. La tendencia predominante que he observado en los proyectos y sanciones legislativas de nuestros HCD es la de no imponer ttulos a los artculos, sin embargo a nuestro criterio es de conveniencia as hacerlo, en la medida en que ello facilitara la bsqueda, interpretacin y lectura del texto. C. Numeracin y Subdivisin: con respecto al primero de los temas, pareciera que no existe en nuestro ordenamiento mayores dicultades, en cuanto a que la numeracin de los artculos se efecta en forma correlativa y siguiendo el sistema arbigo, contando a partir del uno. Con respecto a la subdivisin de la norma, es de conveniencia usar incisos. Ahora bien, la pregunta es cundo utilizar el inciso y no el cambio de artculo. A nuestro entender, constituye inciso de un artculo, toda especicacin o ejemplicacin o descripcin de una situacin dada que guarda vinculacin temtica con el contenido del artculo. As por ejemplo si el artculo dice: Quedan excepcionados del alcance de esta Ordenanza las siguientes personas, constituye la necesidad de indicar por va de inciso quienes quedan excluidos de la aplicacin de la norma, as podra continuar diciendo: 1) Jubilados yPensionados que perciban el mnimo jubilatorio; 2) Discapacitados; 3) Ex combatientes dela Guerra de Malvinas y Atlntico Sur D. Anexos. Aspecto de los anexos, deben sealarse en la norma si ellos forman o no parte de la ley. Una vez redactada la norma Martino, tambin propone una interesante check listen que nos arece apropiada mencionar: 1. Es el texto claro? 2. Se respeta el orden lgico de las disposiciones? 3. Son adecuadas las reglas de particin interna del material? 4. El lenguaje es adecuado: Las deniciones son coherentes en toda la ley? Si es una modicacin, Se sigue el lenguaje de la norma modicada? Resultan claramente identicados los destinatarios de la norma? 5. Se han evitado reenvos a normas no identicables? 6. Se ha establecido claramente la regla principal y las excepciones? 7. Se ha contemplado la legislacin vigente y en su caso derogado expresamente las normas contradictorias? 3.3.2.Lenguaje. Finalmente sin introducirnos demasiado en la cuestin lingstica, por cuanto ella misma sera posible de llevar todo un libro dedicado al tema, acompaamos algunas breves sugerencias que plantea Prez Bourbon,203 Respecto de las reglas de redaccin: Trminos Emplear la palabra exacta. El mismo concepto debe expresarse siempre con el mismo trmino o giro. No usar sinnimos. Si se usa un trmino en un sentido que no es el habitual se lo debe denir, aunque es recomendable no alejarse demasiado del sentido habitual. Evitar sustituir los sustantivos por pronombres. En un texto legal reglamentario, la terminologa no debe apartarse de la empleada en el texto legal de base.
203 Prez Bourbon, Hctor, Manual de Tcnica Legislativa, Ed. Conrad Adenanuer, 2006.
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a la misma ciertos efectos jurdicos supletorios) podra cumplir similares efectos, no cabra exigirse trmite especco, ni exigencia de redaccin alguna. Ahora bien esto impone dos campos de anlisis. (1) cul es la realidad actual de cada uno de los Municipios? Y (2) cmo suplir las eventuales omisiones que pudieran surgir de esta indagacin previa? Es probable entonces, que cada uno de los Reglamentos del Cuerpo, prevea formalidades determinadas a cumplir, en cuanto a las caractersticas fsicas en que debe ser presentado el Proyecto. Nos referimos concretamente a que el mismo se encuentre redactado en idioma nacional, en papel, mecanograado, en Tinta azul y/o negra y rmado por sus autores. No son pocos los HCD que en la realidad prescinden de estos requisitos o no le acuerdan importancia, dando tramitaciones inclusive a Proyectos que se anuncian como pertenecientes a un Bloque Poltico, pero que ha sido omitida cualquier rma en el mismo.204 Sin embargo, para el caso de que esos recaudos no fueran expresamente determinados por norma interna alguna, consideramos que varios cuerpos normativos acuerdan excelentes reglas a seguir. Ellos son el Cdigo de Procedimientos Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires y la Ley de Procedimientos Administrativos de la Provincia de Buenos Aires,(L. 7716) y la Ordenanza General 167, referida al procedimiento administrativo Municipal. Tal vez por su proximidad a la cuestin sean estas ltimas dos la que preve normas ms adecuadas al respecto. Dicho sea de paso la problemtica aqu ensayada entronca con la discusin que hemos reejado en cuanto a la ausencia de una divisoria estricta de poderes a nivel municipal, y la posibilidad cierta de parte del Departamento Deliberativo de pronunciar actos administrativos. A efectos de ilustrar sobre la posible alternativa, recordamos que la citada ley 7647 estipula con respecto a los expedientes administrativos la necesidad de cumplimentar un orden estpulado en la redaccin, numeracin de las fojas, anexos, entre otras, a las cuales nos remitimos brevemente.205 4.2. APROBACIN DEL PROYECTO Hemos expuesto que cualquier Proyecto presentado al HCD supone necesariamente una tramitacin parlamentaria regulada en algunos aspectos por la propia Ley Orgnica Municipal y supletoriamente por los Reglamentos Internos de cada Concejo Deliberante. Cada uno de los actos que se cumplimentan en ese proceso, siguiendo los procedimientos preestablecidos citados, debe quedar necesariamente registrados en un soporte, que por ahora es papel actas exigidas por ley-, como as magnticos (lo que podr acentuarse en el futuro de aceptarse la posibilidad de registraciones informticas). Es por ello que estas registraciones y el consecuente orden que debe ser rigurosamente seguido concluyen en un acto deliberativo. La pregunta sin embargo, que uno se plantea, es cuales de los actos cumplimentados durante la tramitacin del proyecto deben quedar registrados en el mismo. Este punto es sumamente interesante por lo siguiente: consideramos que muchos de los procedimientos y actividades cumplimentadas previas a la aprobacin de un acto deliberativo, normalmente no quedan registradas en ningn lugar. Ello atenta contra tres intereses: (a) contra el de los propios Concejales, cuya actividad, muchas veces complicada, asidua, exigida, no se ve cabalmente reejada, (b) Contra el de los futuros intrpretes y aplicadores de la norma sancionada que se ven privados de conocer la verdadera intencin perseguida por el legislador comunal al momento de sancionar por ejemplo una Ordenanza y (c) Por el propio destinatario de la norma, que no puede evaluar la actividad cumplimentada por sus representantes ni analizar eventualmente sus trabajos y el por qu objetivo de sus resoluciones. Decimos esto por cuanto es comn que el expediente que se forma con la presentacin de un Proyecto de Expresin Deliberativa, rena en el mismo: (1) La presentacin Original y sus eventuales anexos, (2) El despacho de comisin y (3) Cierra con el Acta de aprobacin, en las cuales muchas veces no se discuten los argumentos dado que cuentan con un escueto parte de comisin al que se produce la remisin.
204 Este dato puede resultar inslito, pero me ha correspondido verlo en mi propia labor deliberativa en ms de una ocasin. En ms de una de ellas, la correccin se hizo varios das despus de presentado el Proyecto por mesa de entrada y a indicacin y/u observacin del Bloque contrario y/o Secretaria recin se procedi a su subsanacin. Como dato adicional, en numerosas charlas me han comentado el cansancio que tenan los mismos periodistas al leer que se presentaban como suscritos por varios concejales, lo que siempre apareca rmado por uno slo de ellos. 205 El Decreto Ley 7647/70, estipula en el Capitulo VIII, Ordenamiento de los Expedientes: Art.40: El nmero con que se inicia un expediente ser conservado a travs de las actuaciones sucesivas, cualesquiera sean los organismos que intervengan en su trmite. Queda prohibido el asentar en el expediente ningn otro nmero o sistema de identicacin que no sea el asignado por el organismo iniciador del expediente. Art.41:Los expedientes sern compaginados en cuerpos que no excedan de doscientas fojas, salvo los casos en que tal lmite obligara a dividir escritos o documentacin que constituya un solo texto. Art.42: Todas las actuaciones debern foliarse por orden correlativo incluso cuando se integren con ms de un cuerpo del expediente. Las copias de notas, informes, o disposiciones que se agreguen a un expediente juntamente con su original, se foliarn por orden correlativo, dejndose constancia en cada una de ellas del nmero de copia que corresponde. Art.43: Cuando los expedientes vayan acompaados de antecedentes que por su volumen no puedan ser incorporados, se confeccionarn anexos. Art.44: Cuando se reciba en Mesa de Entradas un escrito que se reera a un expediente en trmite en dependencias internas, debe registrarse como Alcance. Art.45: Toda acumulacin de expedientes o alcances importa la incorporacin a otro expediente. La reglamentacin jar el procedimiento de foliacin en esos casos. Los expedientes que se solicitan al solo efecto informativo debern acumularse sin incorporar. Art.46: Todo desglose se har bajo constancia. Art.47: Cuando se inicien expedientes y trmites internos con fojas desglosadas, stas sern precedidas de una constancia con la mencin de las actuaciones del cual proceden, de la cantidad de fojas con que se inicia el nuevo y las razones que haya habido para hacerlo.
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seguridad, que a nuestro entender deberan ser aquellas mismas que autorizan a celebrar sesiones secretas) es pblico y por ende su difusin debe garantizarse. En nuestro criterio, vamos un poco ms all y consideramos que es absoluta y completamente imprescindible que ello as se instrumente por cuanto se asegura una participacin ms amplia y concreta del vecino, soberano y destinatario primero y ltimo de todo acto de sus administrados. 5. El cierre formal y el Libro de Actas Tal como hemos expresado ut supra el trmite del expediente tiene su cierre formal en la sesin en la que el proyecto en l instrumentado, es aprobado o rechazado, es decir en la sesin respectiva. Por ello tanto la LOM como esencialmente los propios reglamentos internos han dotado al mismo de ciertos recaudos que deben ser cumplimentados inexorablemente, disponiendo asimismo que el mayor peso por ello recaiga sobre el Secretario del cuerpo.206
CAPITULO VI
REGLAMENTOS ORGNICOS. DELIBERACIONES Y NEGOCIACIONES POLTICAS
El artculo 75 de la LOM, le permite a cada HCD dictar su propio reglamento interno, el que establecer: el orden de las sesiones y trabajo, el servicio de las comisiones, las atribuciones de los presidentes y las disposiciones concernientes al rgimen de ocina. Hasta aqu hemos tratado multiplicidad de aspectos vinculados a la funcin del concejal, sin embargo, no nos hemos adentrado an en la actividad propiamente deliberativa y en los particulares momentos en que el Concejal, enfrenta el debate tanto en las comisiones, como en el mgico instante de ingresar al saln de Sesiones. Solamente aquellos que han cumplido y/o cumplen estas labores, conocen del momento de tensin, de bsqueda del argumento adecuado, de excitacin por exponer y derrotar en el campo de discusin al adversario poltico. 1. El Debate La LOM no dene los aspectos esenciales del debate, dejando en manos del HCD de cada Municipio, el establecimiento de los lineamientos que habrn de seguirse en la discusin de los proyectos. Tal ausencia ha sido cubierta por unanimidad con un sistema de exposicin que elude la confrontacin directa entre los concejales, ya que stos actan dirigindose exclusivamente al Presidente del Cuerpo no pudiendo intercambiar palabras o discusiones directas con el resto de los integrantes del HCD. Ello que es dado como un hecho inamovible, curiosamente, reiteramos no posee su sustento en la LOM sino en los reglamentos. 2. Comisiones De acuerdo al mencionado artculo 75 de la ley de Municipalidades, cada misin est designada por el trmino de un ao, renovndose al comenzar cada ao legislativo. Nada ms seala la LOM sobre el particular, que el concejal una vez puesto en funciones toma conocimiento de que este mundo que en trminos generales permanece oculto para el comn de la gente, es en realidad uno de los aspectos esenciales para el cumplimiento de las funciones para las que ha sido electo. En efecto, no hay posibilidad excepto contadas ocasiones previstas en la reglamentacin local, de poder aprobar proyectos, sino cuentan con el previo dictamen o despacho de la comisin respectiva, que es la que elabora con mayor detalle y piensa las soluciones que se proponen en cada caso. Por ello y an cuando para la mayora de los vecinos el trabajo de comisin resulta poco ms que desconocido, para el concejal y sobre todo para aquellos que se encuentran en minora, es el mbito ms propicio para obtener respaldo a sus proyectos, ya que es ms fcil procurar consensos en un mbito reducido en cuanto al nmero de personas participantes, y ms conocedoras del tema en cuestin, que hacerlo propiamente en el mbito del debate parlamentario propiamente dicho. 2. 1. CMO CONDUCIRSE DURANTE LAS REUNIONES DE COMISIN? Para quin observa desde fuera la labor de los cuerpos legislativos y en particular de los Concejos Deliberantes, es dicultoso entender, el por qu de la ausencia de muchos de-bates en el mbito del recinto. Es cierto, que normalmente las sesiones se limitan a la lectura de un escueto despacho producido en comisin, al que brevemente le siguen comentarios sobre la razn del apoyo o no a determinada medida, y luego con inmediatez se somete a votacin; precisamente lo que no observa el comn de la gente, es la labor que se desarroll durante la semana, de discusin y consenso entre los integrantes de la comisin, quienes a su vez con seguridad habrn consultado durante el curso de la semana con los bloques polticos respectivos.
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Ahora bien, hemos sealado precedentemente que el trabajo en las reuniones de comisin es esencial para la propia suerte de un proyecto, por lo que surge necesariamente la pregunta de como es conveniente conducirse en el mbito del trabajo de comisin. Es adecuado revelar la totalidad de nuestra posicin, en busca de franqueza y en su consecuencia alertar al otro partido de los argumentos que luego sern volcados en la sesin propiamente dicha?. Si no se exponen esos argumentos, podr arribarse a un acuerdo?. Indudablemente, la cuestin ofrece numerosos ribetes. Vamos a pormenorizar algunos de ellos. En virtud de las enseanzas que en materia de negociacin nos ha dejado Fisher y Ury.207Claro est que como tambin sealan estos autores en su clsica obra Obteniendo Si, es muy distinta la manera en que se conducen los distintos negociadores frente a una situacin concreta en tal sentido. En efecto, la postura de negociacin podr ser blanda -transigente, reexivo- o dura -intransigente-, entre otras tcnicas posibles. El fenmeno sin embargo muestra que puestos enfrente dos posturas duras, es imposible llegar a cualquier acuerdo; de igual forma una postura dura y una blanda, podr permitir arribar a un acuerdo, el que ser completamente insatisfactorio para una de las partes, lo que a la larga llevar a la sensacin de derrota y de fracaso para futuras oportunidades. Dos posturas blandas por el contrario, y que tiendan a llegar a un entendimiento pueden brindar claves ciertas para avanzar. Claro est que frente a esta situacin concreta, la pregunta es cmo quebrar la resistencia que puede generar un negociador duro o cmo llegar a una discusin racional. A tal efecto la respuesta est en procurar llevar a la otra parte, a la discusin de las bases objetivas, de los datos y razones que realmente justican la postura asumida. En otras palabras, es procurar cambiar el concepto de esto es as, porque yo creo que es as, a una posicin en la que se brinden datos y razones por las cuales esa es la conclusin a la que se arriba. 2.2. Relevamiento de Datos y Acceso a la Totalidad de la InformacinEntre otras atribuciones que reconoce la ley orgnica municipal y la mayora de los reglamentos consultados, se encuentra la de requerir informes puntuales al Departamento Ejecutivo y la obligacin consecuente de este de suministrarlos (art.107, inc.7 LOM). Sin embargo, qu ocurre cuando de una u otra manera sistemticamente tal posibilidad es bloqueada, o se posee la sospecha de que no se est brindando colaboracin efectiva. En estos casos es indudable, que ms all de las eventuales acciones que puedan promoverse para modicar esa situacin objetiva de falta de colaboracin, el otro resultado que se produce es en la propia negociacin. Ello as por cuanto uno est funcionando sin conocer a pleno la realidad, y sin saber en muchos casos, exactamente cual es el punto de resistencia de la misma. Los concejos Deliberantes, pecan en los reglamentos orgnicos consultados, de serias deciencias en cuanto a la consignacin de un claro deber de buena fe, en las discusiones de comisin. Entre estos deberes, que la legislacin comparada expresamente establece por ejemplo en la necesidad del full disclosure u obligacin formal de suministrar a la otra parte la totalidad de la informacin de la que se dispone, para impedir artimaas engaosas que induciendo a la contraparte al error, produzcan como resultado un perjuicio concreto en el rival poltico. En este sentido entendemos necesario establecer modicatorias en los Reglamentos Internos de manera tal de eliminar posibilidades de ocultar datos, principalmente a las minoras.
207 Usamos en este prrafo la palabra negociacin, porque desprovista de cualquier giro peyorativo, es exactamente este el fenmeno que se produce en el mbito de la comisin. Y no debe asustar que asi ocurra por cuanto es uno de los mecanismos adecuados para intentar conseguir un consenso que facilite la labor parlamentaria. Claro est que el trmino negociacin est referido a procurar consensuar posiciones e intereses buscando respuestas mutuamente beneciosas a las posiciones de las partes, y ello en modo alguno supone la tutela de intereses personales, sino de los partidos polticos a los cuales se pertenece en tanto vehiculizadores de votantes locales.
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parcialmente, determinndose adems la existencia temporal de las mismas. En sntesis y a modo de conclusin, se estima conveniente que el Concejo Deliberante en uso de atribuciones propias (artculos 75, 88 y conc. Del DecretoLey N 6769/58), normatice el rgimen de licencias de sus miembros, pudiendo acudir al efecto los criterios vigentes en la materia, contenidos en las normas estatutarias tanto provinciales como municipales- sin perjuicio, claro est, de adecuarlos a la naturaleza particular de las funciones desempeadas por los seores Concejales. 209 Entendemos que en torno a este punto puede originarse alguna discusin, por cuanto si bien la LOM no establece nmero mnimos de comisiones, ni materias sobre las que deben constituirse, el art.29 LOM, en su inciso 1 dice con relacin a las ordenanzas impositivas, que el proyecto ...ser girado a la comisin correspondiente del cuerpo. La otra interpretacin posible, es que el propio cuerpo puede constituirse en comisin y dar despacho como tal.
necesidad de establecer una comunicacin adecuada por los canales que la misma ofrece. Decimos esto, por cuanto es posible observar en la prctica la psima actitud que muchos concejales maniestan frente a las preguntas periodsticas, como as frente a la sencilla ignorancia que muchos Reglamentos Internos presentan en cuanto al trato con la prensa y los mecanismos para brindar informacin adecuada a la misma.210 Por ello en este campo entendemos que compete, por un lado preparar adecuadamente al concejal para responder a la exposicin pblica en trminos generales y a la prensa en particular120, como as mismo, adecuar las estructuras de los H.C.D. a esta nueva realidad. En esta ltima direccin, tanto deben proponerse reformas a los reglamentos que consideren la obligatoriedad de suministrar informacin veraz y oportuna a los delegados de la prensa como as en la medida de lo posible dotar las estructuras edilicias para la especial funcin a cumplir por ellos. 6. Concejales y Solucin de Conictos Internos y Externos. Es posible la negociacin? Dos aspectos nos llamaron poderosamente la atencin al cursar Mtodos Alternativos de Resolucin de Disputas, en la Universidad de Miami, como parte de la Maestra en Derecho Comparado. Uno de ellos fue la naturalidad con que se discute la negociacin y conciliacin de cargos criminales. Lo que a la mentalidad del abogado educado bajo los principios del Derecho Romano resulta ser absolutamente chocante, por cuanto inclu-sive en algunos casos se llega al supuesto de negociaciones colectivas de casos entre un Fiscal y un Defensor que una sola negociacin resuelven por ejemplo 10 casos en comn; y la otra fue la referida a las negociaciones en el sector pblico. En efecto, admitir negociaciones y conciliaciones en un rea tan sensible como la indicada, donde las sospechas de corrupcin no dudaran en aparecer, resulta ser el punto ms saliente de la discusin. Sin embargo, lo que resulta ms llamativo es el anlisis que efectan distintas publicaciones especializadas sobre la manera correcta de negociar en la administracin y sobre la elaboracin de complejos sistemas de resolucin de disputas en el mbito estadual. Sin embargo avanzando un poco ms en elanlisis de esta cuestin, no podemos dejar de destacar que es una realidad, que a diario cualquier funcionario municipal (entre ellos hemos de considerar a los Concejales) medianamente comprometido con la actividad enfrenta situaciones vinculadas a su cargo que implican conictos. Y es precisamente el conicto el que origina la necesidad de llevar adelante negociaciones, las que no necesariamente deben conllevar un aspecto peyorativo. En efecto, bien llevadas adelante y respetando el marco de actuar tico y legal que pesa sobre todo ciudadano, es indudable que el consensuar soluciones importa tanto como el evitar que los conictos avancen en su desarrollo desatando situaciones angustiosas para todos los involucrados. 6.L. EL ANLISIS DEL TEMA La primera cuestin que aparece al plantear esta temtica, es en qu medida es posible que el hecho de que los ociales pblicos se encuentren obligados a hacer cumplir la ley les impide ingresar en cualquier tipo de negociacin con los ciudadanos, cuando aparecen disputas entre ambos. La primera sugerencia, es que habiendo discusiones iniciales sobre la correcta interpretacin de la ley, esta sola circunstancia permite numerosas hiptesis de acuerdo. Pero en qu medida un concejal iniciar o no negociaciones con los particulares, re-sponde en gran porcentaje a las metas y objetivos que el funcionario perciba en el encuentro. Estas
210 Es justo reconocer la existencia de algunas excepciones, como es por ejemplo el reglamento de Gral. Pueyrredn, donde expresamente se establece la necesidad de brindar copias de las actas al periodismo. En sentido contrario, son numerosas los casos en los que por ejemplo como ocurriera en Posadas se sancionara al concejal que anticipara los proyectos o simplemente se modican las agendas para evitar que las manifestaciones del concejal opositor coincidan con la realidad.
Nuevas soluciones consensuadas y ms satisfactorias para ambas partes son posibles cuando la estrategia del funcionario es cooperativa y/o la del vecino es asertiva. La parte con poder decisorio debe encontrarse abierta a encontrar nuevas alternativas y la parte administrada debe presentarse en forma asertiva. 6. 2. LA NEGOCIACIN DIRECTA. ALGUNOS CONSEJOS Cabe aclarar que no todas las situaciones necesariamente suponen la posibilidad de conictos con ciudadanos, donde es el HCD en su totalidad o en Bloque el que debe proceder a negociar la situacin creada. El punto es que tambin estas situaciones conictivas, se originan dentro del propio bloque en la situacin disonante entre varios compaeros de bancada o con el bloque opositor. En estos casos de conicto, algunas de las estrategias que fueran volcados en la clsica obra Getting To Yes resultan de suma importancia. La bsqueda de una alternativa que ampli las soluciones posibles y conforme a ambos bloques resulta de sumo inters. Me permito en este punto indicar un caso ocurrido en la Municipalidad de Junin, respecto a una excepcin al Cdigo de Construcciones Urbanas que se encontraba muy controvertida. A fuer de ser verdad la misma se vinculaba a una Obra Pblica conexa de importancia para la comunidad y con la que todos estaban de acuerdo. Sin embargo, las posiciones del Bloque Jus ticialista se encontraban dividas en tres sectores: uno de dos concejales completamente en contra de la excepcin, a la que consideraban peligrosa por sus mplicancias futuras y su impacto poltico en una ciudadana ya alertada frente a casos de corrupcin originados en estos procedimientos. Un segundo sector ms comprometido pblicamente con el Intendente en actos comunicados por la prensa en sostener el desarrollo de la Obra, sostena la necesidad de mantener el apoyo y eventualmente negociar posibles proyectos demorados en canje, un tercer sector no haba adoptado posicin alguna, viendo fundamentos saludables en ambas direcciones. Durante horas, cada uno de los sectores del Bloque expuso sus argumentos, originndose peleas vinculadas al mantenimiento de posiciones y a la imputacin cada vez ms clara de blandeza o dureza injusticada para con el Gobierno y Partido ocialista gobernante. Esta situacin fue de cierta importancia como para sostener la posibilidad de llegar a debilitar la propia estructura funcional del Bloque. Frente a esta situacin y luego de lecturas del ordenamiento jurdico comunal, se lleg a la conclusin de que el Cdigo Urbanstico sealaba para ese sector en particular la posibilidad de que el Departamento Ejecutivo adoptara la excepcin propuesta sin necesidad de consultar al Departamento Deliberativo, razn por lo que la decisin nal del Bloque cual fue la de indicar la abstencin dada la innecesariedad del trmite que el Departamento Ejecutivo le pretendi asignar a la cuestin, gener una solucin negociada e igualmente satisfactoria para todos los sectores internos del Bloque. Este tipo de situaciones resulta ser particularmente comn. Es natural que se planteen posiciones diversas, no coincidentes, que exigen esfuerzos de mancomunin tendientes a solucionarlos, las tcnicas de negociacin en dicho contexto resultan particularmente tiles para lograr el bien comn. 6. 3. MEDIACIN Y SOLUCIN DE CONFLICTOS CON EL HCD Tal como ha sido descripto con anterioridad, el principal problema que aparece en toda cuestin en la que se encuentran envueltas decisiones municipales (particularmente, tal como se ha dicho precedentemente en cuestiones de zonifcacin y planicacin), es la existencia de cargas o restricciones sobre el uso y desarrollo que sobre la propiedad puede efectuar su dueo. Es evidente que en el desarrollo de concepciones sociales sobre el uso de la propiedad, no existe la posibilidad de una inexistencia absoluta de restricciones sobre ella. Ello es lo que justica que a travs del ejercicio del poder del polica algunas restricciones sean impuestas sobre el uso y desarrollo que se pretende dar a la propiedad. A efectos de tratar con estas restricciones, el propietario puede intentar establecer negociaciones directas con el ente que las impone, en el caso el Municipio.
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CAPITULO VII
PRERROGATIVAS E INMUNIDADES DE LOS CONCEJOS DELIBERANTES Y DE LOS CONCEJALES
1. Ley Orgnica Municipal y su interpretacin jurisprudencial La tarea legislativa supone en todos sus niveles determinadas garantas para su desarrollo adecuado. Esas garantas no estn bsicamente acordadas para proteger al legislador de los propios representados, ni para hacerlos inmunes frente a delitos o crmenes comunes que llevaran sin mayores problemas a cualquier otro ciudadano ante un Juez para responder por sus actos; pero si son esenciales como un freno a intromisiones de otros poderes, los cuales pueden no slo ser institucionales (vgr. Ejecutivos o Judiciales) sino tambin factores extrainstitucionales (vgr. Persecusiones por grupos econmicos, etc.). No son estas garantas intentos de crear desigualdades maniestas, sino de brindar condiciones adecuadas de ejercicio de una actividad gubernamental de esencial importancia como es la deliberativa. Es as que una serie de disposiciones contenidas en la L.O.M. buscan garantizar las funciones de los concejales, creando ciertas prerrogativas e inmunidades que sirven precisamente para evitar que su actividad como tales se vea entorpecida.213 126 Sin embargo y como veremos, lamentablemente estas protecciones funcionales han sido interpretadas por la Excma. Suprema Corte de Justicia como inconstitucionales en la medida en que resultaran violatorias del principio de igualdad contenido en los artculos 16 de la Constitucin Nacional y 10 de la Provincial. Es por ello que han perdido en gran medida su aplicabilidad el haz de normas contenidas en los artculos 72, 81, 82, 85, 86 de la L.O.M. Los artculos 72 y 85 de la ley Orgnica de Municipalidades, especcamente, preven la inmunidad de los Concejales por las opiniones que viertan en el ejercicio de su mandato. Es clara que esta prerrogativa que se reconoce a nivel nacional y provincial1 a los miembros de los poderes legislativos obedece a la necesidad de evitar que el propio legislador autocensurndose en sus expresiones ante el temor de ser juzgado por ellas, limite no slo su discurso, sino su propia lnea de investigacin o pensamiento. Esta cuestin es correctamente tratada a nuestro entender por Guillermo Deca214 quin subtitula su artculo comentario al fallo de la Excma. Sup. Corte de Justicia de la Provincia con la expresin: Extensin de su libertad de expresin. Es precisamente en dicho pronunciamiento donde el alto tribunal provincial reitera la jurisprudencia del fallo P .36.624, del 31 de mayo de 1988, el que a su vez provena de autos: Laferrere Fernando A. querella por injurias c. DE Souza, Martnez Leopoldo, LL 128-479 indicando que de la conjugacin del artculo 10 de la Constitucin Provincial, que establece la igualdad de los habitantes provinciales; con el art. 185 de la Carta Provincial, que omite considerar a los concejales entre los funcionarios tutelados por las prerrogativas de inmunidad contenidos en dicha norma, resulta en su exclusin de toda proteccin especial ya que una ley (la Orgnica de las Municipalidades) carece de rango para crearlas. En efecto, en aqul fallo Laferrere, se haba dejado sin efecto la doctrina de la sentencia titulada Concejo Deliberante de Coronel Pringles, mayo 14-1961, LL 103-56, en el que se reconocan a los concejales las facultades de las que gozan los legisladores provinciales con los alcances acordados a los mismos por la propia Corte. Textualmente el dictamen negativo de 1988 sealaba: Los concejales municipales no gozan de inmunidades en el ejercicio de sus funciones. Las que resultan de los arts. 72 y 85 del decreto ley 6769/58 son inconstitucionales pues exceden lo previsto en el art. 185 de la Constitucin Provincial. Las inmunidades referidas a los tres poderes del Estado son reguladas por la Constitucin de la Provincia, la que guarda silencio sobre el tema con respecto a los concejales; de tal manera se pronuncia por la aplicacin sin restricciones del art. 10 en el mbito Municipal. (SCBA, P 36624 S 31-5-88)
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delegarse a la sancin legislativa correspondiente. La concepcin autonmica municipal esbozada a partir de 1989 por la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nacin en Rivedemar c. Municipalidad de Rosario y la sancin de la Constitucin Nacional Reformada del ao 1994 que garantiza una concepcin autonmica munici-pal, impone asegurar la plena autonoma de expresin del rgano Deliberativo Local. 2. El artculo 182 de la Constitucin Provincial al establecer que La legislatura deslindar las atribuciones y responsabilidades de cada departamento, conrindoles atribuciones y responsabilidades de cada departamento, conrindoles las facultades necesarias para que ellos puedan atender ezcamente a todos los intereses y servicios locales, est dando el marco constitucional adecuado para que una ley garantice mnimas prerrogativas funcionales a los legisladores comunales.217 3. Se crea una desigualdad maniesta entre Legisladores Nacionales y Provinciales, por un lado y Concejales por el otro, sin que ninguna diferencia funcional, separe sus labores. Nos encontramos de mantenerse este criterio con legisladores de primera y de segunda. 3. CONCLUSIN SOBRE INMUNIDADES La conclusin de lo hasta aqu analizado es que la Ley Orgnica Municipal establece una serie de prerrogativas en favor de la tutela de la actividad de los legisladores comunales. Dicha tutela goza asimismo con el favor de gran parte de la doctrina jurdica especializada en la temtica, sin perjuicio de ello, la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, demuestra una actitud denegatoria de tales protecciones; abrindose un interesante camino en la decisin del Tribunal de Casacin Penal de la Provincia de Buenos Aires. En su consecuencia, hoy por hoy y ms all de propugnar una reforma constitucional que destrabe esta interpretacin cerrada y conictiva, la realidad indica que los concejales no gozan de una tutela efectiva en su gestin como legislador. 4. CUESTIN DE PRIVILEGIO Si bien no se encuentra contemplada la cuestin en el mbito de la LOM, la casi totalidad de los Reglamentos Internos prevn lo que se da en llamar cuestin de privilegio, peticin que puede ser efectuada por cualquier concejal cuando se afectaran las facultades o prerrogativas que la Constitucin Provincial o la LOM, le reconocen al Cuerpo o Concejales. Algunos reglamentos como el de Mercedes, resultan ms especcos al mencionar como ejemplo tpicos para expedir cuestin de privilegio los siguientes: artculo 71; inciso a) dentro de los alrededores del edicio donde sesiona el concejo, cohiba con gritos o amenazas la accin de los concejales o de alguno de ellos en su carcter de tales, b) Pidan cuenta, desafen, ridiculicen o falten el respeto al Concejo o a uno o varios de los Concejales por las opiniones vertidas, el voto dado o la resolucin tomada en el ejercicio de sus respectivas funciones; c) Detuvieren u obligaren a comparecer ante cualquier autoridad a un concejal, sin el previo allanamiento de su inmunidad y d) Impidieran el libre trnsito de los concejales o los insultaren, amenazaren o agredieran en ocasiones de dirigirse o regresar de cumplir su mandato comisin o resolucin del cuerpo que forman parte. La resolucin del cuerpo frente a dicha peticin de privilegio se concretiza de diversas maneras de acuerdo al caso, normalmente ser en forma de comunicacin al autor de la violacin mencionada, pero no puede descartarse que se convierta en la iniciacin de acciones judiciales o en la solicitud de auxilio de fuerza pblica de acuerdo a cada caso.
215 SCJBA, causa P 45.669, Hernndez Bustamante, Eduardo. Querella por calumnias e injurias contra Reyna, Juan Carlos, 25 VIII- 1992. 216 TCP Sala III, causa 4.554, L., R. O. y otros s/ recurso de casacin, 01-VI-2006. 217 Durante, Alfredo L., Interpretacin Judicial y Minusvala de los Concejales, E.D. 132-98.
CAPITULO VIII
RESPONSABILIDADES EN EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE
El objeto de tratamiento de esta temtica es la de ilustrar sobre las responsabilidades que asume el concejal a partir de asumir su banca. En efecto, a la par de las mltiples satisfacciones que brinda el cargo, es innegable que genera como toda posicin en la que se asumen obligaciones y cargas pblicas, la responsabilidad por aquellos actos que son cometidos en el ejercicio de la funcin y fuera del marco legal que la regula. En este marco general, tanto la constitucin provincial en su artculo 185, como la LOM y la Ley de Contabilidad establecen la responsabilidad de los funcionarios municipales como as de los concejales por aquellos actos que se cumplen en ejercicio de dichas funciones. Siguiendo al Maestro Gordillo, tomaremos sus palabras que compartimos, al decir: Es decisivo que el funcionario pblico que perjudica a los usuarios, administrados y consumidores (y por ende genera no solamente responsabilidad econmica, sino tambin social) sufra las consecuencias de su hecho daoso.2 No hay nada peor para una democracia que la impunidad de los agentes pblicos. Esto constituye un elemento fundamental para poner freno a la negligencia y arbitrariedad de las autoridades pblicas, o que ejercen funciones administrativas pblicas. Como dice con acierto HAURIOU: No hay apenas materias de derecho pblico ms importantes que stas de la responsabilidad pecuniaria de las administraciones pblicas y de los funcionarios. Ellas no tienen solamente un inters de orden constitucional. Ni se trata solamente de saber si la vctima de un dao ser indemnizada ms o menos seguramente; hay tambin, y sobre todo una cuestin de garanta constitucional de la libertad; si, desde un punto de vista administrativo, puede parecer ventajoso que la vctima del dao sea incitada a perseguir a la Administracin ms bien que al funcionario, desde un punto de vista constitucional, se debe desear que la costumbre de perseguir personalmente a los funcionarios ante los tribunales judiciales no sea completamente abandonada, porque la eventualidad de la responsabilidad pecuniaria es todava el mejor medio que se ha encontrado para impedir las prevaricaciones de los funcionarios.118 La responsabilidad citada se expresa en cuatro campos claramente diferenciados, se dice que es civil, penal, administrativa y poltica. Esta discriminacin merece un primer apunte, en cuanto a la dependencia o independencia que existe entre los distintos mbitos en los que se analiza la existencia o no de responsabilidad. Decimos esto, por cuanto cada una de ellas funciona en forma independiente, al respecto no slo la doctrina ha sido clara en el sentido de que lo que es decidido en una sede no inuencia lo que se pueda decidir en la otra (con la excepcin de las reglas de prejudicialidad que se establecen en el Cdigo Civil con respecto a pronunciamientos dictados en el fuero penal) sino la propia jurisprudencia. Es as que en fallos Greco, Jos c/Pcia. de Buenos Aires s/Demanda Contencioso Administrativo, AyS 1989-1-803 se dispone que la naturaleza de la responsabilidad penal y administrativa son distintas y como tal los criterios de evaluacin y el posible decisorio al que se arribe. (En igual sentido ver: SCJBA, Morales Igancio e/Provincia de Buenos Aires s/Dda. Contencioso Administrativa, AyS 1985-III-531). En consecuencia el concepto es que cada una de las responsabilidades debe ser analizada de acuerdo a sus propias reglas y por las autoridades correspondientes a cada caso, pudiendo llegarse a soluciones diversas en cada caso, con la sola excepcin del cumplimiento de reglas de prejudicialidad establecidas en el Cdigo Civil respecto de los pronunciamientos dictados en sede penal. Efectuadas en los prrafos anteriores algunas aclaraciones respecto del juego de los diversos campos de responsabilidad, a efectos de avanzar en esta problemtica es necesario hacer una serie de precisiones, entre las cuales se encuentra la primera pregunta en cuanto
118 Gordillo, Agustn, Tratado de derecho administrativo, T 2, La defensa del usuario y del administrado, 8 edicin, Buenos Aires, F.D.A., 2006, p XIX-1.
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a si el concejal es un funcionario pblico, ya que los Cdigos Civil y Penal concretamente no reeren la palabra concejal o legislador comunal en ninguno de sus artculos. La pregunta puede parecer menor, pero indudablemente no lo es dado el hecho de que diversas normas se reeren especcamente al concepto de funcionario pblico para establecer sus responsabilidades. De la lectura del artculo 185 de la Constitucin Provincial y de nuestro Ordenamiento Jurdico entendemos debemos asimilarlo en tal carcter, toda vez que todas las doctrinas analizadas vinculan la conceptualizacin de funcionario pblico con aquella persona que en virtud de su posicin forma o elabora la voluntad estatal. Por ello es claro que siendo el legislador comunal quien a travs de sus expresiones decide por el Municipio en ejercicio de sus funciones, produciendo normas generales (Ordenanzas) y particulares (Resoluciones y Decretos), asume innegable carcter de funcionario. 1. Responsabilidad Civil La responsabilidad civil tradicional exige para su nacimiento la concurrencia de cuatro elementos de acuerdo a la doctrina y a la jurisprudencia: (1) antijuricidad, la que es entendida como la conducta que transgrede normas vigentes134 (2) dao, (3) relacin causal entre la accin antijurdica y el dao y (4) factores de imputabilidad por culpa, dolo o atribucin legal de responsabilidad135. En el caso particular asimismo se aade la necesidad de que quin causa el dao sea un funcionario pblico. Claro est que nuevamente se plantea la discusin acerca de quin reviste ese carcter, pero a los nes de este estudio, debemos simplemente centrarnos en el caso de los concejales, los que toda vez que toman decisiones imputables directamente a una entidad (artculo 43 Cd. Civil) deben ser considerados como tales. El sistema de responsabilidad de los funcionarios y del Estado por la actividad de ellos, se desprende de la conjuncin de los artculos 43 -ya citado-, 1112ylll3 del Cdigo Civil. El artculo 43 establece la responsabilidad directa de la Municipalidad por las decisiones de sus funcionarios y el artculo 1113 genera una responsabilidad indirecta o reeja de la misma entidad por los actos y hechos de sus dependientes, entre quienes debemos considerar a los concejales. De la conjuncin de ambos artculos se genera un derecho en favor del perjudicado por las resoluciones de poder solicitar la amplia reparacin del perjuicio tanto del Estado como del funcionario. Y en este sentido, la reforma del 1968 al Cdigo Civil, ha precisamente extremado los recaudos a efectos de que se pueda concretamente distinguir y reclamar tanto del Estado como del funcionario la reparacin del perjuicio, eliminando gran parte de la impunidad que anteriormente se acordaba al administrador136. El artculo 1112 del Cdigo Civil, completa las dos normas anteriores al hacer responsable al Estado por los hechos y omisiones del funcionario, como as al generar la eventual responsabilidad directa del funcionario, la que puede ser reclamada por el propio damnicado o por el Estado -Municipio- por va de repeticin. Ahora bien las condiciones que determina el artculo 1112 del Cdigo Civil distinguen entre aquellos daos causados en el ejercicio o con ocasin de las funciones -por las cuales hace responsable al Estado y al Funcionario- de aquellas conductas individuales del funcionario, por las cuales responder en su esfera privada. Las condiciones establecidas por el artculo 1112 del Cdigo Civil son tres: (1) un hecho u omisin perjudicial y daoso, (2) que sea efectuada en ejercicio de las funciones y (3) que sean el cumplimiento irregular de las obligaciones legales que les son impuestas. 2. Responsabilidad Penal Los concejales tambin deben responder por sus actos ilcitos, de acuerdo a los criterios atributivos de responsabilidad previstos en las normas penales. Claro est que en este campo del derecho, ser de esencial importancia que acudamos y refresquemos un principio que le es propio cual es el de la tipicidad, razn por la cual ser necesario que aquella conducta que sea juzgada este especcamente prevista por la norma para su reproche. En su consecuencia quedar expresamente excluida cualquier interpretacin de carcter extensiva o analgica.
219 Ghersi, Martnez Vivot (H), De Antueno, Marcer, Cruchaga, Responsabilidad de los Funcionarios Pblicos, Buenos Aires, breviarios Hammurabi, 1987, P . 35. 220 Marcer, Ernesto, Responsabilidad Administrativa del Funcionario Pblico, en Ghersi y otros, Responsabilidad de los Funcionarios pblicos, brevarios Amurabi, Buenos Aires, captulo IV, P . 90.
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bar el presupuesto, en el que ser responsable por autorizar por ejemplo dcits,222como al controlar las rendicio nes de cuenta y compensar excesos presupuestarios. Es que al realizar el control de gestin de los actos del administrador, hace cogestin en el momento en que se aprueba el presupuesto o sus modicaciones. Al aprobar las rendiciones de cuentas y compensar los excesos producidos sobre gastos de un grado absoluto de irrazonabilidad, asume la responsabilidad de quin ejecuta, no pudiendo alegar desconocimiento del tema al analizar la compensacin aludida, ni eludir su solidaridad con el administrador. Respecto de si existe responsabilidad de los concejales por no tratar y/o aprobar el presupuesto elevado a su consideracin por el Departamento Ejecutivo, entendemos que la respuesta es negativa, toda vez que la LOM prev precisamente de qu manera habr de actuar el Intendente dndole la posibilidad de utilizar el correspondiente al ao anterior con ms sus modicaciones.223 En los casos mencionados y ms all de la eventual determinacin de responsabilidades administrativas por la propia Municipalidad, es insoslayable hacer una breve consideracin del ente encargado por excelencia de determinar responsabilidades administrativas y contables en la Provincia de Buenos Aires que es el HTC. El artculo 242 estipula que La responsabilidad administrativa de los funcionarios ser determinada y graduada por en sus alcances por los rganos creados con tal nalidad y por el Tribunal de Cuentas, este ltimo en todo lo concerniente a la actividad econmica nanciera de los municipios y a la preservacin de sus patrimonios. El HTC es un rgano constitucional independiente, que tiene a su cargo scalizar y analizar las sucesivas rendiciones de cuentas y cumplimiento de normas legales por parte de los funcionarios, entre los cuales se encuentran los concejales y el HCD. El HTC cumple una labor destacada en la supervisin de la actividad econmica nanciera
221 El artculo 241 LOM in ne considera como actos personales a aquellos que son ejecutados en forma apartada o violatoria del marco legal existente. 222HTC, Municipalidad de Esteban Echeverra, Delegacin IV, Expte. 4035-29445/08, 27-V-2008: Texto: Consulta: Si puede considerarse que ante medidas de fuerza del personal municipal tendientes a que se atiendan sus demandas salariales, el H Concejo Deliberante tiene competencia para aprobar una nueva poltica salarial, incrementando el gasto en personal sobre un presupuesto aprobado, aunque bajo dichas condiciones se incumpla lo dispuesto en el artculo 124 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, atendiendo a la existencia de una situacin de necesidad y urgencia, para permitir el funcionamiento de la administracin municipal y del sistema de salud. Asimismo, se consulta cul es la naturaleza de la norma o acto administrativo que debera contar el Departamento Ejecutivo para encauzar esta situacin en forma compatible con el ordenamiento de las nanzas municipales. Respuesta: El referenciado artculo es terminante al establecer que ..El Concejo Deliberante no autorizar presupuestos proyectados con dcit, ni sancionar ordenanzas de crdito suplementario no nanciadas en la forma que indica el artculo 120.., agregando a continuacin que ..los concejales que lo votasen armativamente y las autoridades que lo ejecuten, sin perjuicio de la responsabilidad poltica, civil, penal y administrativa que operar de pleno derecho y automticamente, de conformidad con los preceptos de la Constitucin Municipal, razn por la cual las nicas alternativas que tiene el municipio a los efectos de salvar la situacin crtica descripta son proseguir en la consolidacin de las deudas, limitar las restantes erogaciones y/o generando los recursos necesarios para nanciar las demandas salariales y normalizar el funcionamiento de la administracin municipal y del sistema de salud, es decir, reforzar las medidas adoptadas hasta el presente. de la Provincia, Cdigos y Leyes aplicables en cada caso, sern solidariamente responsables de la inversin efectuada en aquellas condiciones y el Tribunal de Cuentas les formular los cargos correspondientes. Respondiendo especcamente la inquietud formulada, tanto la doctrina como la jurisprudencia de este Organismo, no han aceptado ninguna excepcin para los municipios de la Provincia de violentar el principio fundamental de equilibrio presupuestario consagrado por el artculo 31 de la Ley Orgnica 223 HTC, Municipalidad de Bragado, Delegacin XVI, Expte. 5300-1077/08, 13-III-2008, Consulta: Sobre diversos aspectos relacionados con la omisin de tratamiento y sancin del presupuesto municipal para el ao 2008, sus implicancias y alcances, y la responsabilidad del Departamento Ejecutivo y del Honorable Concejo Deliberante, en su caso. Respuesta:Las inquietudes que se plantean son las siguientes:1)Es jurdicamente correcto el desenvolvimiento de una municipalidad sin Presupuesto de Gastos y Calculo de Recurso vigente? El municipio est obligado a desenvolverse con un Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos para cada ejercicio; para ello, cuando ste no se encuentre aprobado se deber ajustar a lo prescripto por el artculo 192 inciso 5) de la Constitucin Provincial y el artculo 37 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. 2) Qu responsabilidad le alcanza al Intendente Municipal y
especialmente a los concejales del Partido de Bragado, en caso de inexistencia del Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos para el ao 2008? En el supuesto caso de que no exista presupuesto, el responsable es el Intendente por no haber acatado lo dispuesto en las normas mencionadas en el punto anterior. 3) Qu responsabilidad le alcanza al H. Concejo Deliberante por la omisin del tratamiento del Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos de la municipalidad presentado a este cuerpo el 28/11/2007? Complementando lo informado por la Delegacin Junn, el no tratamiento del presupuesto en el respectivo estudio de rendicin de cuentas puede dar lugar a las sanciones para los concejales previstas en el artculo 243 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. 4) En caso de decidirse la prrroga del presupuesto 2007, cul debiera ser el instrumento legal y el plazo en que debe disponerse? Este punto se encuentra respondido en toda su extensin en el dictamen de la Delegacin Junn. 5) En caso de dictarse la prrroga del presupuesto 2007, pueden verse incrementados los gastos previstos para el personal, donde no existen los cargos ni las partidas para el pago, sin mediar acto administrativo o legislativo alguno que lo autorice? En principio, no se pueden realizar gastos sin tener los crditos presupuestarios sucientes. No obstante ello y mxime cuando se trate de incrementos salariales, stos podran ser acordados, corriendo el riesgo el Departamento Ejecutivo con la responsabilidad que tenga que asumir en el supuesto caso de que no se apruebe el nuevo presupuesto en el transcurso del ao o no puedan compensarse los excesos ocasionados por los aumentos decretados En cuanto al proyecto de presupuesto elevado al H. Concejo Deliberante adaptado al sistema RAFAM y su imposibilidad de llevarlo a la prctica, con fecha 19 de febrero esta Secretara emiti dictamen manifestando que no es facultad del H. Tribunal de Cuentas autorizar prrroga alguna a su implementacin. Se entiende que si no se aplica el sistema RAFAM para el ejercicio 2008, el Departamento Ejecutivo deber reformular el proyecto de presupuesto adaptndolo al sistema tradicional. 223 HTC, Municipalidad de Bragado, Delegacin XVI, Expte. 5300-1077/08, 13-III-2008, Consulta: Sobre diversos aspectos relacionados con la omisin de tratamiento y sancin del presupuesto municipal para el ao 2008, sus implicancias y alcances, y la responsabilidad del Departamento Ejecutivo y del Honorable Concejo Deliberante, en su caso. Respuesta:Las inquietudes que se plantean son las siguientes:1)Es jurdicamente correcto el desenvolvimiento de una municipalidad sin Presupuesto de Gastos y Calculo de Recurso vigente? El municipio est obligado a desenvolverse con un Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos para cada ejercicio; para ello, cuando ste no se encuentre aprobado se deber ajustar a lo prescripto por el artculo 192 inciso 5) de la Constitucin Provincial y el artculo 37 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. 2) Qu responsabilidad le alcanza al Intendente Municipal y especialmente a los concejales del Partido de Bragado, en caso de inexistencia del Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos para el ao 2008? En el supuesto caso de que no exista presupuesto, el responsable es el Intendente por no haber acatado lo dispuesto en las normas mencionadas en el punto anterior. 3) Qu responsabilidad le alcanza al H. Concejo Deliberante por la omisin del tratamiento del Presupuesto de Gastos y Clculo de Recursos de la municipalidad presentado a este cuerpo el 28/11/2007? Complementando lo informado por la Delegacin Junn,
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Respecto del procedimiento que se sigue en el HTC son de destacar los siguientes aspectos: (1) Se parte de la presuncin contra el funcionario que ejecute actos de inversin de fondos apartados de las normas vigentes, debiendo en consecuencia demostrar el agente que no medi perjuicio.139 (2) El procedimiento es marcadamente inquisitorio, implicando la intervencin del delegado correspondiente a la zona geogrca, de un relator y luego del Tribunal con el Presidente dictando medidas ordenatorias del proceso. (3) El funcionario tiene la posibilidad de presentar un descargo y ofrecer prueba. (4) Las resoluciones son recurribles ante el propio Tribunal por va de revisin. (5) La decisin nal del Tribunal hoy es recurrible ante el Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario (Ley 13.101). Este punto resulta por dems remarcable, por cuanto durante aos no se habilitaba la posibilidad de que las resoluciones del Tribunal de Cuentas fueran cuestionadas por va judicial. El primer paso en esa direccin lo adopt la CSJBA basada en el Pacto de San Jos de Costa Rica que establece la revisabilidad plena por va jurisdiccional de todo acto de la administracin, en el fallo pronunciado en Pizagalli c. Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires se expresa por mayora que el H.TC es un rgano estatal -no constitucional- que se encuentra dentro de la esfera administrativa, por lo que sus actos no pueden ser asimilados a una sentencia, sino a un acto administrativo denitivo, razn por la cual la va impugnatoria no resulta ser la de recursos extraordinarios, sino la accin Contenciosa-Administrativa.226
el no tratamiento del presupuesto en el respectivo estudio de rendicin de cuentas puede dar lugar a las sanciones para los concejales previstas en el artculo 243 de la Ley Orgnica de las Municipalidades. 4) En caso de decidirse la prrroga del presupuesto 2007, cul debiera ser el instrumento legal y el plazo en que debe disponerse? Este punto se encuentra respondido en toda su extensin en el dictamen de la Delegacin Junn. 5) En caso de dictarse la prrroga del presupuesto 2007, pueden verse incrementados los gastos previstos para el personal, donde no existen los cargos ni las partidas para el pago, sin mediar acto administrativo o legislativo alguno que lo autorice? En principio, no se pueden realizar gastos sin tener los crditos presupuestarios sucientes. No obstante ello y mxime cuando se trate de incrementos salariales, stos podran ser acordados, corriendo el riesgo el Departamento Ejecutivo con la responsabilidad que tenga que asumir en el supuesto caso de que no se apruebe el nuevo presupuesto en el transcurso del ao o no puedan compensarse los excesos ocasionados por los aumentos decretados En cuanto al proyecto de presupuesto elevado al H. Concejo Deliberante adaptado al sistema RAFAM y su imposibilidad de llevarlo a la prctica, con fecha 19 de febrero esta Secretara emiti dictamen manifestando que no es facultad del H. Tribunal de Cuentas autorizar prrroga alguna a su implementacin. Se entiende que si no se aplica el sistema RAFAM para el ejercicio 2008, el Departamento Ejecutivo deber reformular el proyecto de presupuesto adaptndolo al sistema tradicional. 224 Municipalidad de Baradero, Delegacin XVII, Expte. 5300-4.100/05, 22-II-2005, Que si bien el H. Tribunal de Cuentas no tiene facultades para determinar la nulidad de una ordenanza, pronunciamiento que exclusivamente le cabe a la Justicia, le corresponde formular las sanciones que considere necesario aplicar, a los efectos de resarcir a la Comuna de los perjuicios patrimoniales que se originen como consecuencia 225 HTC, Municipalidad de Lomas de Zamora, Delegacin IV, El tema trata los pagos efectuados en concepto de fotocopias correspondientes al perodo agosto-diciembre de 1994 por un monto total de $ 250.011,90 y de enero a abril de 1995 por $ 36.064,80. Seala la Relatora que el mismo adolece de razonabilidad, en cuanto a su cantidad; como as tampoco no guardan razonabilidad con los costos unitarios de cada fotocopia, atento a la cantidad contratada. Se inform que se trataba de una campaa de evangelizacin, llevada a cabo por la Municipalidad en apoyo a la Iglesia Catlica.Al no haber quedado demostrado el carcter ocial de los pagos realizados, ya que no se acompaaron antecedentes que as lo prueben, el H. Tribunal de Cuentas en su sentencia desaprob los mismos, con formulacin de cargo al Intendente en solidaridad con el Contador Municipal actuante. En suma, el funcionario o representante no puede ir ms all de lo que el precepto le ja, porque su mandato est limitado por la Ley. En el caso que tratamos, podr decirse que se est dentro de la Ley pero, adelanto, fuera de su espritu. Es por eso que este estar en la norma es solo aparente porque si bien la misma autoriza la compensacin de excesos (Art.19 del Reglamento Interno del H. Concejo Deliberante) el gasto que motiva la compensacin debe guardar razonabilidad. De estarse el mero texto legal , correramos el peligro de dejar indefensa a la sociedad frente a quienes administran el patrimonial nacional, provincial o municipal, al no entrar en el anlisis de esa razonabilidad, a la vez que incumplir materialmente como rgano de control con el tlesis de nuestra misin. Y el legislador previ tal circunstancia, apuntando, sin dudas a que quin acta como mandatario no puede excederse en los poderes que se le coneren y el Art.241 de la Ley Orgnica Municipal es prueba fehaciente de ello cuando enuncia que se establece el principio de responsabilidad
de los funcionarios municipales por todo acto que autoricen, ejecuten o dejen de ejecutar excedindose en el uso de sus facultades o infringiendo los deberes que les conciernen en razn de su cargo. Me reero a las casi treinta mil fotocopias diarias que, dicen se expedan.Y destaco que esta carencia de responsabilidad no requiere en los funcionarios conocimientos tcnicos para advertirlas, de donde deviene que ningn concejal puede alegar incomprensin o desconocimiento del objeto contratado, su desmesurado nmero, valor unitario en funcin de la cantidad contratada y consecuente pago, que oblig a la compensacin de excesos y como esta compensacin requiri intervencin del Departamento Deliberativo, entiendo que la responsabilidad debe extenderse a todos aqullos que votaron por la armativa en la sesin respectiva, ya que, emerge de la Ley, como representante del pueblo. No puede haber mandato con un objeto irracional. del dictado de normas que haya sancionado el H. Concejo Deliberante, a travs de los concejales que votaron armativamente su sancin (art. 245 de la Ley Orgnica de las Municipalidades). 226 Cabe acotar que hasta la reforma de la constitucin Bonaerense de 1994, la jurisdiccin contencioso administrativa corresponda con carcter originario a la Suprema Corte provincial, habiendo sido modicada tal situacin por la recientemente sancionada ley que reglamentando la reforma establece el fuero contencioso-administrativo. 227 Comparten esta postura Losa Nstor, y Tenaglia, Ivn, Ley Orgnica de las Municipalidades, EP , La Plata, 2000, pp. 691-692. 228 Esta concepcin de respetar el procedimiento especial habida cuenta de juzgarse la continuidad o no en el cargo de quin ha sido electo popularmente, es claramente establecida en fallo de la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Es as que en causa B 53598 I 12-3-91, in re: Aran, Marta Pilar c/ Concejo Deliberante de Gomales Chaves s/ Conicto de poderes art. 187 Const. Prov. , donde se ha dicho: La exigencia del denominado quorum agravado es aplicable tanto para los casos de destitucin dispuesto de conformidad con el art. 255 como para los de cesanta decretada con fundamento en el art. 14 de la Ley Orgnica Municipal, en tanto, en ambos casos, se encuentra comprometida la estabilidad de un funcionario que accede a su cargo por eleccin popular.
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Si se sobresee al concejal en forma provisoria o denitiva o se lo absuelve, de pleno fuero derecho se reintegra a su cargo, por el contrario si se le condena es destituido de pleno derecho. Es claro que en ambos supuestos, poco o nada puede hacer el Concejo Deliberante, su decisin queda en denitiva subordinada a la disposicin judicial.229 Pero por el contrario si lo que se imputan son otras faltas graves no existe procedimiento denido. Esto es as por cuanto el artculo 255 LOM remite nicamente a las causales establecidas en el artculo 248 LOM y habiendo sido ste reducido a los casos de delitos penales, el proceso subsiguiente previsto por el art.249 LOM no es aplicable en dicha remisin. Tal como sostiene el dictamen de la Asesora General de Gobierno que compartimos, a la par de la investigacin judicial, si los hechos all juzgados constituyen simultneamente un mal desempeo de las funciones pblicas; nada impide que polticamente los mismos sean juzgados, an disponindose suspensiones provisorias, con prescindencia de la marcha del proceso penal. En consecuencia con respecto a los concejales, entendemos lo nico vigente es la exigencia del artculo 255 LOM de que la decisin sea adoptada por 2/3 partes de los votos y que se respeten principios mnimos de debido proceso legal -derecho de ser odo, confrontar la prueba y ejercer defensa-, ello por aplicacin de principios esenciales de nuestro derecho positivo. Posibilidad de ocurrir a la Justicia, frente a la decisin de expulsin del concejal. La sancin poltica que consiste en dejar cesante al concejal, es susceptible de ser cuestionada judicialmente en jurisdiccin originaria por ante la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, a travs del conicto de poderes establecido por el artculo 187 de la Carta Magna Provincial. El artculo 262 de la L.O.M. preve un procedimiento abreviado en el cual las partes deben manifestar sus posiciones y acompaar sus pruebas, debiendo resolver la Corte en el plazo de 30 das, excepto que mediara sustanciacin en donde se le brinda trmite sumarsimo (artculo 264 L.O.M.). Durante la sustanciacin del litigio se suspende la medida cuestionada, alcanzando la revisin judicial la legitimidad y razonabilidad de la medida. Sin embargo, entendemos que si la SCJBA entendiera que igualmente existen razones que hacen dicultosa la permanencia del funcionario en el cargo,
229 AGG, Secretaria Letrada, La Plata, XII-2002, Que el artculo 86 de la Ley Orgnica de las Municipalidades (Decreto-Ley 6769/58) contempla como situacin susceptible de detencin de concejales que la misma derive de orden o resolucin emanada de juez competente basada en semiplena prueba de delito penal sancionado con prisin o reclusin mayor a dos aos. De manera concordante, las normas del Cdigo de Procedimiento Penal exigen para el dictado de la orden de detencin la existencia de semiplena prueba o indicios vehementes de la comisin de un delito y motivos bastantes para sospechar que ha participado en su comisin, pudiendo convertirse -la detencin- en prisin preventiva cuando medien conjuntamente los siguientes requisitos: 1) Que se encuentre justicada la existencia del delito; 2). Que se haya recibido declaracin al imputado en los trminos del artculo 308 o se hubiere negado a prestarla y 3) Que aparezcan elementos de conviccin sucientes o indicios vehementes para sostener que el imputado sea probablemente autor o partcipe penalmente responsable del hecho (arts. 151 y 157). Por su parte, los supuestos que contempla la Ley Orgnica de las Municipalidades para proceder a la suspensin preventiva o destitucin de pleno derecho, son precisamente sendos autos judiciales -auto de prisin preventiva y sentencia condenatoria rmes, respectivamente- que se constituyen en elementos objetivos vinculantes para la autoridad comunal. Por ello es que para la procedencia del procedimiento de enjuiciamiento que prev el artculo 249 -por remisin del art. 255 segundo prrafo, parte nal los procesos penales en los que se encuentran involucrados los concejales con auto de prisin preventiva rme deben encontrarse tipicados en el inciso 2 del artculo 249 que alude a negligencias reiteradas que caliquen de grave la conducta en el ejercicio de sus funciones, lesivas del inters patrimonial del municipio. Este es el sentido de la norma que armoniza con la previsin del inciso 1 que reere a transgresiones diferentes a las previstas en el artculo anterior. Represe entonces que los presupuestos que sustentan la orden de detencin y el auto de prisin preventiva -el que aparece impedido de conguracin en tanto el funcionario se encuentra con orden de detencin pero no detenido- y que se constituyen en elementos objetivos vinculantes, se hallan presentes en esta instancia, aunque no con los recaudos previstos por la normativa vigente debido a las incidencias procesales provocadas por el estado procesal del concejal. En consecuencia, la calicacin de la existencia de la semiplena prueba de responsabilidad o indicios vehementes de la comisin del delito que pesa sobre el funcionario comunal, debidamente ponderada por el juez interviniente en la causa, sumada a la circunstancia que se informa relativa a la denegatoria del
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Quin representa al Honorable Concejo Deliberante en caso de ser demandado? Indudablemente la Municipalidad es responsable ante un tercero por cualquiera de los actos o hechos que cometan sus rganos en ejercicio de sus funciones. Ello implica necesariamente al propio HCD, el que en tanto departamento municipal, hace responsable a la comuna por sus decisiones. Por ello, la defensa de sus actuaciones como cuerpo com-pete a la misma asesora legal que haga lo propio con cualquier accin que se enderece contra el municipio. Esto obviamente no elimina las eventuales responsabilidades individuales civiles que puedan corresponder bajo el imperio del art. 1.112 del Cd. Civil, sin perjuicio de las propias responsabilidad penales, administrativas, polticas y contables. Distinto claro est, ser el supuesto del conicto de poderes, en el que el Ejecutivo demande al Legislativo, en tal caso la defensa quedar a cargo del Presidente del Cuerpo, quin en caso de no contar con asesor legal podr contratar uno a cargo del presupuesto del HCD.
230 La SCJBA ha sostenido que, en principio, la sola presentacin del conicto de poderes conlleva la suspensin de los actos cuestionados, pero lo ha hecho dejando a salvo que tal pauta puede reconocer excepciones (SCJBA, Causa B 66.400 Intendente Municipal de General Lamadrid, res. del 3-IX-03; B 65.830 Gonzalez, res. del 3-IX-03; B 66.457 Ostoich res. del 10-IX-03; B 68.087 Lutteral res. del 15-XII- 04; B 68.114 Aguirre, res. del 9-III-05 y B 68.751 Lopes, res. del 12-VII-06). Tal como seala en la causa B-69558 Porretti Roberto Martn c. Concejo Deliberante del Municipio de Pinamar s. Conicto art. 196 de la Const. Prov., en determinados supuestos podr hallarse mrito suciente para no suspender la decisin impugnada (doct. causa B 64.253 Ghironi, res. del 17-VII-02; Es que, como todo arbitrio cautelar (B 68.114 Aguirre, res. del 9-III-05), la decisin exige del rgano jurisdiccional la ponderacin de las circunstancias del caso (doct. causa B 64.519 y acumulada B-64.471 Fiscal de Estado c/ Municipalidad de Mercedes, res. del 4-XII-02), por lo que no cabe sino el rechazo del predicado carcter mecnico o automtico de la suspensin de la medida cuestionada. 231 Los Concejos Deliberantes no se encuentran autorizados para cuestionar judicialmente la resolucin del Directorio del Instituto de Previsin Social 04/84 por la que considera a sus miembros aliados al rgimen del decreto ley 9680/80 generando la incompatibilidad en el cargo con la percepcin del benecio jubilatorio, en razn de que no se encuentran comprometidas sus atribuciones institucionales, sino las situaciones subjetivas de los funcionarios ajenos a su competencia.
CAPITULO IX
EL HCD, MEDIOS DE PARTICIPACIN POPULAR Y DESAFOS VENIDEROS
1. Mecanismos de participacin indirecta y Concejo Deliberante Una de las temticas que consideramos necesario contemplar, es en qu medida la utilizacin hasta ahora novedosa pero incipiente de mecanismos de participacin directa de la poblacin en las decisiones comunales afecta o no a los concejos deliberantes en general y a sus integrantes en particular. El tema tiene una profunda vinculacin con una antigua temtica referida a la pregunta de a quin representan los legisladores y a quin responden una vez electos, si es que responden a alguien. En efecto, ya desde antao, se ha planteado si el concejal responde necesariamente a los dictados de la comunidad o si por el contrario una vez electo, debe asumir que se le ha elegido para efectuar lo que mejor considere a su criterio. Parece una cuestin circular, por cuanto en la medida en que su buen tino le oriente en una buena gestin -es decir, acorde a las necesidades y aspiraciones de sus votantes-, es posible que pase una nueva prueba eleccionaria que brinde sentido a su actuar anterior. Sin embargo, la duda es qu es lo que ocurre en el lapso temporal que transcurre entre el momento en que es electo y el momento en que abandona su cargo, cuatro aos despus. Por ello y siendo que en muchos supuestos, los daos que la desidia puede ocasionar y el resentimiento que la gente acumula en cuanto se desve el buen tino del concejal de lo que sus electores le haban marcado deba de ser su gestin, se ha ido concibiendo cada vez con ms necesidad la participacin popular, al menos en cuestiones de trascendencia comunitaria. La pregunta es entonces en qu medida esa mayor participacin afecta o puede al menos afectar en forma potencial la labor del concejal. A nuestro entender ello no debera suponer mayores dicultades. La utilizacin del plebiscito y referndum en nada contradicen el carcter de gobierno representativo que posee el Municipio, ello as por cuanto no existe delegacin alguna de poder legislativo en el pueblo. De hecho bajo nuestro ordenamiento constitucional, todo poder es delegado del pueblo en quin reside originariamente y que puede acordar representatividad bajo ciertas circunstancias.232 Que siguiendo con esta lnea de ideas, se puede armar que el referendum en este caso es mucho ms que la expresin ambiguamente fundada de la preferencia de los vecinos, sino que es la ciudad legislando y decidiendo directamente a travs de sus votantes,233 invocando en este proceder a todos los vecinos y no tan slo a sus representantes.
232 En el mbito del derecho municipal norteamericano as se han expedido: Hunter v. Erickson. 393, US 385, 392, 89, Sct.557, 561, 21 L.Ed.2d. 616 (1969); James V. Valvatierra. 402 U.S., 137, 91 Sct. 1331,28L.Ed. 2d. 678. 233 Mr. Justice Black, Suprema Corte de Estados Unidos, en Washington ex. Re. Seattle Titile Trust Co. v. Roberge, 278 US 116,49 S.Q.50, 73 L.Ed. 210 (1928). 2343- HTCuentas, Expediente: 4079-43710/02, 17/12/2002, Consulta de Morn: Sobre diversos aspectos relacionados con la gura de la Defensora del Pueblo y su mbito de funcionamiento.- Respuesta: La doctrina ha entendido que dichas Defensoras pueden incluirse, indistintamente dentro de alguno de los dos Departamentos que conforman el rgimen municipal.- Sobre este aspecto, en forma genrica, se principia por sealar que de no ser una iniciativa del Departamento Ejecutivo, de acuerdo al artculo 35 de la Ley Orgnica de las Municipalidades el Concejo solamente puede crearlo en su propio mbito, teniendo en cuenta el artculo 31 y respetando el lmite establecido por el artculo 39 de la citada ley.- En conclusin, desde la ptica presupuestaria se entiende que al determinarse que la Defensora se crea en el mbito del H. Concejo Deliberante, las partidas necesarias para su funcionamiento deben pertenecer a su jurisdiccin.- Y HTC Expediente: 4119-7721/00, 30/10/2000. Consulta: Sobre la inclusin de la estructura orgnica funcional de la Defensora del Pueblo de Vicente Lpez en las jurisdicciones establecidas, o bien la creacin por fuera de ellas.- Respuesta: La Constitucin Provincial en su artculo 190, dene los Departamentos que conforman el rgimen municipal. En su Seccin Quinta - Poder Ejecutivo, incluye a organismos que cuentan con leyes especcas que regulan su funcionamiento. Por lo tanto, se entiende que se deber incluir a dicha Defensora dentro de alguno de los Departamentos - Ejecutivo o Deliberativo -, dado que no se estara vulnerando lo establecido en el Gobierno Provincial en materia municipal. En sentido parecido se
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Ahora bien, dicho esto en el sentido de que no existe contradiccin entre las formas de participacin directa e indirecta en una democracia, cabra preguntarse qu lmites asume la cuestin para diversos supuestos, por cuanto en muchos de ellos aparecen cuestiones legales. 1.1. Caso del defensor del pueblo comunal. Es muy particular el caso del defensor del pueblo u ombudsman a nivel municipal en nuestra Provincia. Tal como es sabido esta gura incorporada en la Constitucin Nacional de 1994 y en su par de la Provincia de Buenos Aires (artculo 55), en el mismo ao, no se encuentra an vigente en nuestra jurisdiccin. Mucho menos an, fue incorporada en el Captulo VI ni en la LOM. Ello no ha impedido que a partir de ese entonces, distintas municipalidades como La Plata, Vicente Lpez, entre otras, regularan el instituto con diferentes alcances y cometidos, pero normalmente en un paralelo con la gura nacional, como un resguardo de intereses colectivos y un control permanente en al normal prestacin de los servicios pblicos y en la calidad de los mismos. Ahora bien, ms all de las ponderaciones positivas que en lo personal tengo para el Instituto, distinta ha sido la lectura que del mismo ha hecho el HTC de la Provincia de Buenos Aires. Ante la ausencia de norma expresa que lo incorpore a nivel municipal, la asignacin presupuestaria de su funcionamiento y la independencia del mismo se ha convertido en toda una problemtica. Tal como resulta de sendos dictmenes del Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires234; no es posible crear la gura del Defensor del Pueblo, sin ubicar la misma y hacer depender su partida de uno de los dos Departamentos que tiene la Municipalidad por Constitucin Provincial y Ley Orgnica Municipal. Adicionmosle, que la reforma de la Ley 11.664 al artculo 39 de la Ley Orgnica Municipal, establece que en ningn caso el presupuesto del Concejo Deliberante puede superar el 3% del total lo que en la prctica signica que en muchos municipios ello alcance tan slo para pagar las dietas y el funcionamiento mnimo indispensable -, para tener la certeza, de que su ubicacin y partidas dependern del Ejecutivo Municipal. Por cierto, una muy mala seal y razones sucientes para considerar que de inicio, se priva a esta valiosa institucin de su propia razn de ser. Pero adems de llevar al extremo lo resuelto por el HTC, ante la consulta Morn que se referencia en nota al pie; en la medida en que la iniciativa no parta del Departamento Ejecutivo, compulsivamente la ubicacin y dependencia presupuestaria del Defensor ser del Deliberativo, llevndonos a la advertencia realizada en el prrafo inmediato anterior. Es decir, sin la anuencia del Ejecutivo, resulta prcticamente imposible la creacin del Defensor del Pueblo local.
ha expedido la AGG al decir en el Expediente N 4028-839/04: (Artculos 25 y 27 inc. 28) La instauracin de la gura jurdico-institucional del Defensor del Pueblo tiene por nalidad crear una instancia de control por un organismo pblico con independencia funcional, autarqua y que no reconozca adhesin poltica a partidos o colores de gobierno Frente a tales fundamentos y dado el marco de nuestra organizacin institucional provincial que gravita sobremanera en el rgimen municipal, este Organismo Asesor estima pertinente resaltar que la creacin de un Defensor del Pueblo municipal en la forma, caracterizacin y contenido desarrollado en el proyecto de fojas 1/12 no es jurdicamente admisible y viable, habida cuenta que la Constitucin Provincial no prev el establecimiento de este tipo de rganoinstitucin extra-poder y/o independiente de alguno de los dos departamentos municipales (Deliberativo y Ejecutivo). Reprase a respecto que el conferimiento de atribuciones y facultades de los respectivos rganos locales es competencia privativa de la Legislatura Provincial (conf. artculos 190 y 191 exordio- de la Constitucin Provincial, artculos 5, 121 y 123 de la Constitucin Nacional). Es ms, la Ley Orgnica de las Municipalidades (Decreto-Ley N 6769/858 y modif.) en ninguna de sus disposiciones sea en forma especca o genrica faculta al Concejo Deliberante a crear dicha institucin. Si bien el Cuerpo Deliberativo puede crear organismos municipales de control de la administracin comunal, interno o externo al Ejecutivo local (conf. artculos 25 y 27 inc. 28 de la L.O.M.), siempre y en todos los casos deber depender de alguno de estos dos departamentos comunales, y el mbito y extensin de facultades, obligaciones y atribuciones que se coneren por delegacin al organismo a crearse no pueden ir ms all que las que posee el mismo departamento, ya que es bien sabido que nadie puede otorgar un derecho mayor al que posee. El Concejo Deliberante est constitucional y legalmente imposibilitado de institucionalizar la gura del Defensor del Pueblo municipal por carecer de competencia para ello. 235 Maiorano, Jorge, Historia del Ombudsman. Parte III., seala que es requisito que se garantice la independencia funcional a efectos de evitar que esa institucin opere en pos de intereses partidarios o amortiguador de disputas polticas.
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culante para el funcionario actuante para la elaboracin de los proyectos de presupuesto. Por lo tanto, sobre la base de lo expuesto no seran admisibles los postulados que emanan del proyecto aludido. Por ejemplo, lo dispuesto en el artculo 2: ..promover el debate y el involucramiento de los vecinos en la elaboracin, seguimiento y control de la ejecucin del Presupuesto General de Gastos y el Clculo de Recurso. Tampoco se cree procedente que en el proceso participativo intervengan los vecinos en la toma de decisiones de todo lo referente a los lineamientos generales, asignacin de recursos y gastos, poltica tributaria y seguimiento de la ejecucin presupuestaria. 1.3.CASO DEL PLEBISCITO Y DEL REFERNDUM Fueron los romanos quienes a partir del siglo IV antes de Cristo utilizaban el plebiscitum para legitimar sus decisiones ante la asamblea de plebeyos, luego esta prctica se extendi para denir problemas de soberana.237 Se ha dicho que En los sistemas polticos contemporneos se le toma como una forma de legitimar una resolucin poltica grave, mediante el expediente de someterla a votacin de la ciudadana.238 El plebiscito se constituye as en una consulta al electorado respecto de una decisin poltica, aunque susceptible de tomar forma jurdica. El plebiscito es as una una votacin popular sobre temas de relevancia constitucional, sin embargo dice que hace falta una denicin unvoca que lo diferencie del referndum y que puede descartarse una diferencia histrica en el uso de uno u otro. Va de suyo, que por su naturaleza, el plebiscito es de uso excepcional y por medio del mismo, se intenta obtener la opinin de la mayora de los pobladores respecto de si dan consenso o no, respecto de determinadas decisiones polticas que pueden resultar controvertidas. En la provincia de Buenos Aires, a pesar de la carencia de reglamentacin expresa, diversas municipalidades lo han utilizado como medio de obtener la opinin popular.239 El referndum nace con la revolucin francesa, siendo presentado el proyecto de Constitucin de 1793, a la votacin ciudadana. El referndum, puede ser facultativo u obligatorio; en el primero la intervencin es prescindible sin mayor consecuencia sobre el acto, y en el segundo, la votacin es requisito ineludible para la validez del acto. La iniciativa popular se ejerce mediante la presentacin de un proyecto rmado por un nmero determinado de electores, que solicita la adopcin de una ley o su abrogacin o la revisin de la constitucin, por lo tanto, la Iniciativa popular es una gura que se utiliza para que
establecimiento de este tipo de rganoinstitucin extra-poder y/o independiente de alguno de los dos departamentos municipales (Deliberativo y Ejecutivo). Reprase a respecto que el conferimiento de atribuciones y facultades de los respectivos rganos locales es competencia privativa de la Legislatura Provincial (conf. artculos 190 y 191 exordio- de la Constitucin Provincial, artculos 5, 121 y 123 de la Constitucin Nacional). Es ms, la Ley Orgnica de las Municipalidades (Decreto-Ley N 6769/858 y modif.) en ninguna de sus disposiciones sea en forma especca o genrica faculta al Concejo Deliberante a crear dicha institucin. Si bien el Cuerpo Deliberativo puede crear organismos municipales de control de la administracin comunal, interno o externo al Ejecutivo local (conf. artculos 25 y 27 inc. 28 de la L.O.M.), siempre y en todos los casos deber depender de alguno de estos dos departamentos comunales, y el mbito y extensin de facultades, obligaciones y atribuciones que se coneren por delegacin al organismo a crearse no pueden ir ms all que las que posee el mismo departamento, ya que es bien sabido que nadie puede otorgar un derecho mayor al que posee. El Concejo Deliberante est constitucional y legalmente imposibilitado de institucionalizar la gura del Defensor del Pueblo municipal por carecer de competencia para ello. 235 Maiorano, Jorge, Historia del Ombudsman. Parte III., seala que es requisito que se garantice la independencia funcional a efectos de evitar que esa institucin opere en pos de intereses partidarios o amortiguador de disputas polticas. http://www.observatoriodelosderechoshumanos.org. 236HTC, Municipalidad de Coronel Surez, Delegacin XI, Expte. 4028-3.026/05, 27-VI-2005. 237 ProuHomme, An-Francois, Consulta popular y democracia directa, Mxico, IFE, 1997. 238 Arteaga Nava, Elisur, Je Derecho Constitucional, coleccin jurista latinoamericanos, Oxford University PressHarla-Mxico, Mxico, 1998, p.108. 239Coronel Rosales convoc a plebiscito el 19 de setiembre de 2004, para que los vecinos de Huangueln se expresaran respecto de si queran o no su autonoma del Partido (La Nacin, 20-IX-04). De la misma manera se consult a los habitantes de Puerto Quequn si deseaba continuar en el partido de Necochea o incorporarse a Lobera. (Diario La Capital, Mar del Plata, 28-III-04)
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e) Es tambin un modo de participacin ciudadana en el poder pblico, exigido por principios polticos, constitucionales y supranacionales. Ahora bien, realizadas estas aseveraciones, no podemos dejar de advertir que en la regulacin, funcionamiento concreto de las audiencias e implementacin de las mismas, deben seguirse estrictos criterios para evitar que se convierta en un simple paso formal ms, en el que la autntica participacin ciudadana sea reemplazada por sociedades intermediarias desconocidas o vecinos cooptados por la voluntad estatal. Respecto de la constitucionalidad de la incorporacin de las audiencias pblicas, inclusive como procedimiento a seguir por el Departamento Ejecutivo en el otorgamiento de habilitaciones, la SCJBA se ha expedido a favor de la misma.241 En consecuencia, los HCD pueden establecer como condiciones para obtener determinados permisos, acudir a este principio. 2. Tendencias a modicar el nmero de concejales Pero si la tendencia es la participacin popular con mayor asiduidad en la decisin de cuestiones propias de la ciudad, tambin existe la proyeccin a modicar los concejos deliberantes en su nmero de componentes. Y en este punto debemos dejar en claro que existen dos modelos diametralmente opuestos, que tuvimos oportunidad de ver en funcionamiento, como as de cotejarlos en dos recientes exposiciones brindadas en la Conferencia de Puerto Iguaz, sobre Municipios: Desafo Territorial del Siglo XXI. En efecto, uno de los expositores fue el Dr. Andrew Nickson de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, quin atribuy gran parte de los problemas de las ciudades Latinoamericanas a la ausencia de mayor participacin popular expresada en un mayor nmero de concejales, citando como ejemplo que la mayor cantidad de concejales que registraba una ciudad Iberoamericana era San Pablo con 60 concejales y ms de 14.000.000 de habitantes. Por el contrario citaba como ejemplo a la ciudad de Birmingham que con aproximadamente 2.000.000 de habitantes superaba los 160 concejales. En su criterio el mayor nmero de ediles aseguraba menor nmero de electores necesarios para acceder a la banca, incrementando la representacin y la posibilidad de ingreso de minoras al HCD. En la posicin opuesta, expuso el Dr. Alan Rossembaun de la Florida International University, de Miami, Estados Unidos, quin se manifest partidario de concejos deliberantes reducidos, sustentando que frente al protagonismo que posee el Mayor o Intendente en los sistemas presidencialistas, un Concejo Deliberante muy numeroso implicara la atomizacin de poder y en consecuencia perdera todo peso y equilibrio frente al Ejecutivo. Como contrapartida al ejemplo ingls cit el caso del Condado de Dade, en Florida (entre cuyas ciudades se encuentran Miami, Miami Beach, Coral Gables, Kendall, South Miami, Hialiah), que con aproximadamente dos millones de habitantes, tan slo tiene 13 comisionados (concejales). Como ejemplo en esa direccin se enrola la Provincia de Santa Cruz, en nuestro pas, en el que todas las municipalidades con la sla excepcin de Ro Gallegos que tiene siete concejales, cuentan con cinco ediles. En nuestra provincia particularmente y en forma oscilante se ha planteado la necesidad de reducir el nmero de concejales, principio que se aplic transitoriamente en los Partidos que se han creado ltimamente. En ellos, los Concejos Deliberantes quedaron inicialmente reducidos a la mitad de integrantes que correspondera de acuerdo a la legislacin aplicable al resto de las comunas.
241 SCJBA, causa B 63089 I, Municipalidad de Lomas de Zamora c/ Concejo Deliberante de Lomas de Zamora s/ Conicto art. 196 Constitucin Provincial y art. 261 LOM, 07-XI-2001, No se avasalla ni se afecta alguna atribucin del Ejecutivo municipal si se establece como requisito esencial del procedimiento previo al otorgamiento de localizaciones y habilitaciones de conteras bailables y otros establecimientos anes la realizacin de una audiencia pblica (arts. 3 y 5, Ordenanzas n 9901 y n 9914) al tratarse de una exigencia que se incorpora en armona con el plexo normativo que desde la propia Carta constitucional otorga a los institutos de participacin ciudadana y, al mismo tiempo, a los derechos de incidencia colectiva, reconocimiento y proteccin (cfr. arts. 14, 20.2, 28, 38, 44, 67 y concs. Const. prov.; arts. 39, 40, 41, 42, 43 y concs. Constitucin nacional).
242 Jeffrey Berry, Kent Portney & Ken Thompson, The Rebirth of Urban Democracy, Boston, 1993, pp. 10-14, mencionan cinco casos del sentido de nueva democracia e incentivacin de la actividad de sociedades intermedias, son las ciudades de Birmingham, Dayton, Portland, San Antonio y St. Paul. 243En este sentido es por dems premonitorio Alvin Tofer, al pronosticar que: El conocimiento est peor distribuido todava que las armas y la riqueza. De aqu que una distribucin del conocimiento... sea todava ms importante que una redistribucin de los otros recursos importantes del poder y puede llevar a ella. Tofer, Alvin, El Cambio del Poder, Mxico, Plaza & Janes Editores S.A., 1990, p. 545. En el mismo sentido informando tanto sobre el poder del conocimiento y de la informacin, como sobre los riesgos que entraa tanto su ocultacin como tergiversacin puede verse Revel, Jean Francois, El Conocimiento Intil, Buenos Aires, Planeta, 1989.
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4. Incorporacin de Tecnologas. Gobierno electrnico Hemos expresado en esta obra, la necesidad de preocuparse sustancialmente por el destinatario primero y ltimo de la actividad del concejal: el vecino. Las necesidades del vecino se expresan en peticiones concretas y en normatividad que se genera en el HCD en concepto de respuesta frente a las mismas. Este circuito se retroalimenta y da origen al propio sistema democrtico.245 Pero tanto un adecuado seguimiento de las demandas de los vecinos, como de la respuesta que tienen las mismas, y asimismo de la legislacin que en su consecuencia se genera, motivan necesariamente un proceso gradual de incorporacin tecnolgica, que sirva tanto para facilitar la labor del legislador, como la del propio ciudadano en el control de aqul. Esta incorporacin tecnolgica ha comenzado a darse en algunos municipios que han procedido a sistematizar los proyectos y ordenanzas que se sancionan en sus cuerpos, siendo un primer paso, que deber irse complementando con otros ya visibles en comunas de otros pases. En efecto, el avance hacia el denominado e-government o gobierno electrnico, exige an muchos cambios que permitan un acceso permanente por parte del vecino a la gestin de sus municipios, a sus licitaciones, contrataciones, servicios, expedientes, etc. En este sentido algunas municipalidades de nuestro pas presentan elevados estndares y preocupacin por la materia, permitiendo algunas de ellas desde la transmisin on line de las sesiones que se celebran en el Concejo, hasta ver el estado de los expedientes en trmite ante el Concejo. Ntese que en esta lnea, el propio Estado Nacional ha denido al Gobierno Electrnico como el uso de las Tecnologas de Informacin y Comunicacin (TICs) para redenir la relacin del gobierno con los ciudadanos, mejorar la gestin y los servicios, garantizar la transparencia y la participacin y facilitar el acceso a la informacin pblica, apoyando la integracin y el desarrollo de los distintos sectores. En tal sentido el 27 de abril de 2005, a travs del Decreto 378/2005 se aprobaron los lineamientos estratgicos del Plan Nacional de Gobierno Electrnico y los Planes Sectoriales para el uso intensivo de las TICs en los organismos de la Administracin Pblica Nacional (APN). En el sistema nacional se ha incorporado tanto gua de trmites que brinda a habitantes y ciudadanos informacin respecto de las tramitaciones ante organismos estatales, como un directorio de Funcionarios, que intenta ofrecer a los habitantes y ciudadanos el acceso a la estructura de la Administracin y datos pblicos de contacto de los funcionarios, ms un sistema de atencin en lnea, para poder recuperar las peticiones y reclamos de los ciudadanos. Pero si la incorporacin tecnolgica se vislumbra como un cambio necesario para la transformacin de la institucin en una mejor respuesta a las peticiones ciudadanas, se impone asimismo como un nuevo reto para el propio concejal, cuya funcin se ver sustancialmente asistida y mejorada a travs del uso de ordenadores e Internet. Es que no slo los mismos tendrn un efecto positivo sobre el almacenado de textos y peticiones vecinales, que se trasluce una mayor rapidez, eciencia y control de la propia
243En este sentido es por dems premonitorio Alvin Tofer, al pronosticar que: El conocimiento est peor distribuido todava que las armas y la riqueza. De aqu que una distribucin del conocimiento... sea todava ms importante que una redistribucin de los otros recursos importantes del poder y puede llevar a ella. Tofer, Alvin, El Cambio del Poder, Mxico, Plaza & Janes Editores S.A., 1990, p. 545. En el mismo sentido informando tanto sobre el poder del conocimiento y de la informacin, como sobre los riesgos que entraa tanto su ocultacin como tergiversacin puede verse Revel, Jean Francois, El Conocimiento Intil, Buenos Aires, Planeta, 1989. 244 Pitkin, Hanna y Shumer, Sara, On Participation, 2 Democracy, 1982, p. 43, dan una visin muy particular al respecto y acentan la necesidad de soluciones polticas para la comunidad, sealando, que el conocimiento es muy importante, pero no debe ser el nico factor al decidir. En sus palabras: Finalmente, mientras varios conocimientos pueden ser utilizados profundamente en la adopcin de decisiones polticas, el conocimiento slo nunca es suciente y La tecnologa como tal no es el problema de la democracia: los problemas son la deferencia de decisiones populares a los expertos y la creencia en la tecnologa como una fuerza irresistible, un imperativo ms all del control humano. 245El anlisis de la Constitucin como un sistema de canalizacin de ofertas y demandas y retroalimentacin continua, ha tenido entre sus autores ms destacados a Quiroga Lavi Humberto.
246 Parecera innecesario mencionarlo, pero dado que han sido reiteradas las ancdotas que he recogido de distintos municipios respecto de la copia mediante el uso de Internet de disposiciones normativas de otras Municipalidades, sin siquiera analizar en profundidad el texto antes de presentarlo como proyecto propio, es que me veo en la obligacin de advertirlo. En algunas municipalidades he recibido el comentario de que se han llegado a aprobar ordenanzas de trnsito que mencionaban barrios de otra Municipalidad, o de normas que por las caractersticas del municipio del que provenan, eran completamente inaplicables en el receptor. 247 Gmez Figueredo, Jos y Tabares Prez, Luis Rodrigo, La rendicin de cuentas y el papel del Concejo Municipal, Bogota, julio 2007, Mdulo 10
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1. Con relacin a los Concejales: Su Currculum Vitae. Una declaracin de sus bienes, ingresos por cualquier motivo. De qu manera ha votado y participado en proyectos y decisiones del cuerpo. Registro de asistencia, y para el caso de haber faltado, el motivo de las mismas. Ello tanto vlido para las sesiones como para el supuesto de las reuniones de comisin. 2. Lo que debe publicitarse del HCD y sus comisiones. Los libros de Actas. Los proyectos de Ordenanzas, Declaraciones, Resoluciones y Comunicaciones y estado actual de tratamiento. Los despachos de comisin. Las respuestas de entidades y personas requeridas por la comisin o el Concejo. La nmina de empleados del Concejo y su pertenencia a los distintos bloques. Cabe indicar que distintas ONGs que han dedicado esfuerzos a la transparencia institucional han alentado en nuestro pas el fortalecimiento de mecanismos en este sentido; ellos van desde la solicitud de que todas las votaciones sean nominales lo que ya est siendo aprobado en diversos HCD hasta que se publiciten las declaraciones juradas de los concejales en las pginas webs municipales. 6. Derechos humanos y Concejo Deliberante Alejndonos de ideologismos que han imperado en el tratamiento de este tema, advertimos que la problemtica de los derechos humanos resulta muchsimo ms amplia que la referida a la condenable represin estatal; abarcando cuestiones tales como los derechos econmicos y sociales, la no discriminacin por ninguna razn, la proteccin ecolgica, las mejores condiciones de vida, factores todos ellos donde los municipios y los HCD tienen un necesario rol que cumplir. Tal como se ha armado en diversas ponencias, la inclusin de sectores normalmente discriminados se patentiza en un planeamiento, elaboracin presupuestaria, legislacin toda que tienda a superar la marginalidad y la exclusin.248 6.1. DERECHO A LA VIDA Las Municipalidades deben complementar en la medida de lo posible los planes alimentarios nacionales y provinciales. Deben asimismo colaborar en la capacitacin y fomento de actividades que permitan el autosustento de los sectores necesitados. En la prevencin de muertes: el gobierno local puede hacer mucho en materia de prevencin de salud por un lado y de ordenamiento de trnsito y condiciones de seguridad por otro, para generar salud, conanza, seguridad y tranquilidad entre sus habitantes. Observatorio de violencia: si bien los HCD suelen contar con comisiones de seguridad en su seno, es conveniente incluir a las instituciones acadmicas, organizaciones sociales y entidades del Estado, para establecer sistemas de recoleccin, tratamiento y anlisis de la informacin sobre actividades violentas y delitos que se cometan en el municipio para determinar acciones a seguir en coordinacin con las polticas naciones y departamentales de Derechos Humanos 6.2. DERECHOS ECONMICOS, SOCIALES Y CULTURALES Tanto el Departamento Ejecutivo, como el Legislativo deben trabajar en la incorporacin de una perspectiva de Derechos Humanos en el plan de desarrollo y en cada una de las polticas que se aprueben y apliquen en el municipio.
248 Ver, Reyes, Manrique, Los Derechos Humanos y la democracia local, Bogota, Octubre de 2004.
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la sociedad y sus vecinos exigen, sabiendo que ese compromiso requerir capacitacin y entendimiento terico y emprico del marco legal, social, econmico y poltico en que se desenvuelve. Hay una sociedad esperanzada en mejores tiempos y hay siempre vecinos comprometidos a asumir la responsabilidad de gobierno y concretar esos deseos, son los concejales.
ANEXO
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a los aos 1993 y 1994 y les formul cargo patrimonial. En lo sustancial, los concejales sostuvieron que el artculo 67 de la Ley Orgnica de las Municipalidades no impone a los concejales un juicio de certeza respecto de la legitimidad del gasto y en tal sentido maniestan que convertir al controlante en garante de la idoneidad y honestidad del controlado, haciendo recaer sobre sus espaldas las consecuencias de eventuales irregularidades, resultara excesivo y concluyen que la obligacin constitucional de examinar y resolver sobre las cuentas del ao vencido, en el presente caso del Presidente del Concejo Deliberante estara limitada a los aspectos polticos del gasto y de ningn modo a los aspectos tcnicos contables. La Suprema Corte de Justicia acuerda con los legisladores, que el Concejo debe de realizar un control poltico del gasto, pero lo entiende en un sentido mucho ms amplio, comprendiendo tanto la legalidad objetada de los actos como tambin el mrito, oportunidad y conveniencia de la gestin. Todo ello se deduce del carcter de representantes del pueblo con que han sido electos. Para comprender el alcance de esa revisin, la Corte consider que no resultaba tcnica y materialmente imposible el control puntual y exhausto de cada erogacin, dado que no era necesario un estudio extremadamente detallado para advertir que para reparar dichos vehculos que ellos mismos usaban, era una situacin totalmente irregular. El criterio sealado se advierte de la versin taquigrca de la sesin especial del 25-10-94, en la que los Concejales de distintos bloques efectuaron objeciones e impugnaciones de carcter netamente contables, al analizar rdenes de pago, observan concesiones, acompaan pruebas, etc. Tal argumento se vi reforzado por los dichos del Concejal Navarro, quin admiti la posibilidad de hacer observaciones tcnicas, legales y formales pertinentes que tienen todos los bloques del Concejo Deliberante. Denido en estos sendos fallos judiciales que si bien el control que ejerce el Legislativo comunal alcanza bsicamente a la legalidad de lo actuado, queda claro que tambin reere al mrito, oportunidad y conveniencia de lo ejecutado y no puede desprenderse de las eventuales irrazonabilidades del gasto que fcilmente sean perceptibles para cualquier revisor con mnimo compromiso en analizar las erogaciones. Procedimiento y plazos. Ingresando al procedimiento de la rendicin de cuentas y a los trminos para cumplir con la misma, es necesario sealar las siguientes cuestiones. En primer lugar, cabe indicar que de una manera radical el artculo 68 de la LOM ha sido modicado por el artculo 23 de la Ley 10.869, segn la Ley 13.963 que dispone: Cada Intendente Municipal presentar al Concejo Deliberante al 31 de Marzo de cada ao, la Rendicin de Cuentas de la percepcin e inversin de los fondos comunales. El Concejo Deliberante analizar los estados y se pronunciar sobre la Rendicin de Cuentas dentro de los sesenta (60) das corridos. Si vencido ese plazo no se expidiere, las mismas quedarn aprobadas, incluyndose en tal aprobacin la compensacin de los excesos que surgieren. Su pronunciamiento ser remitido a la Delegacin del Tribunal y al Departamento Ejecutivo dentro de los diez (10) das corridos. Si el Intendente o el Concejo Deliberante no cumplieran con las obligaciones y plazos establecidos anteriormente, el H. Tribunal de Cuentas resolver de conformidad con lo dispuesto en el artculo 16 de la presente Ley. Ahora bien, cmo operan esos plazos en conjuncin con el artculo 68 inciso 4 de la LOM, ha sido aclarado por recientes dictmenes del HTC 3, en los que se ha expresado: 1) Que la presentacin de la rendicin de cuentas puede ser ingresada por Mesa de Entradas de la Secretara del HCD, y remitida a la Comisin de Hacienda y Presupuesto, salvo disposicin en contrario del Reglamento Interno del H. Concejo Deliberante; 2) Que debe ser tratada en Sesin Especial
3- Municipalidad GENERAL LA MADRID, (Delegacin XII), 4043-1587/11, 02-VIII-2011.
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No obstante lo sealado, se entiende que debe existir una comunicacin previa al titular del Departamento Ejecutivo a los efectos de coordinar los aspectos prcticos para realizar el eventual anlisis, a los efectos de no entorpecer las tareas habituales de la gestin municipal.8 Vista de los documentos por terceros ajenos al Cuerpo. 9 No es menos cierto, que muchas veces los concejales carecen de conocimientos especcos en materia contable, razn por la que solicitan la concurrencia de expertos. La pregunta radica en determinar si estos ltimos pueden acceder a los documentos municipales. Sobre el particular, el HTC ha dicho que si bien existe una tendencia a dar una mayor transparencia a los actos pblicos, tal como lo prevn las leyes recientemente sancionadas en jurisdiccin nacional y provincial bajo los nmeros 25.917 y 13.295 respectivamente Rgimen de Responsabilidad Fiscal -, no es menos cierto que ello debe hacerse en forma ordenada y de acuerdo a los preceptos legales vigentes. El estudio de la Rendicin de Cuentas de los Municipios constituye uno de los actos trascendentales de la gestin comunal; sobre el particular, el artculo 23 de la Ley 10.869 y sus modicatorias prev la metodologa para su concrecin y detallando los estados que deben conformarla. Con relacin a la documentacin probatoria de la Rendicin de Cuentas, dispone que quedar en custodia en el Departamento Ejecutivo y a disposicin del Concejo Deliberante. Sobre lo puntualmente consultado - posibilidad de que terceros, no integrantes del Cuerpo, puedan acceder a examinar la documentacin citada -, en virtud de que dicha actividad tiene el objetivo de contribuir a que los Concejales se formen una opinin para emitir una Resolucin sobre lo actuado por el Departamento Ejecutivo en calidad de administrador de la Comuna, se entiende que es un derecho/obligacin propia e indelegable de este Cuerpo, lo cual excluye a otras personas del acceso a dicha documentacin en esta instancia. Compensacin de excesos y gastos. Ahora bien, hechos los anlisis documentales respectivos, se plantea la decisin de aprobar o rechazar las cuentas y dentro de ese proceso, sancionar las eventuales ordenanzas que compensen excesos y gastos, como una manera de equilibrar las cuentas que se consideran. El principio radica en que simultneamente con el tratamiento de las cuentas, debe analizarse la posibilidad de analizar la compensacin de excesos; ahora bien, el HTC ha admitido que resulta facultad del Honorable Concejo Deliberante tratar el tema an cuando fuese presentada extemporneamente 10. Dada la situacin creada por las modicaciones a los artculos 118 y 120 de la Ley Orgnica de Municipalidades, resulta de inters reproducir textualmente la opinin del HTC, que seal: consulta respecto de las modicaciones de los artculos 118/120 de la Ley Orgnica de las Municipalidades practicadas mediante la sancin de la Ley 14062, por entender que resultan de confusa aplicacin. Puntualmente las inquietudes son: si el Departamento Ejecutivo, en funcin del nuevo contenido del artculo 118, tiene plena facultad para disponer transferencias por decreto y compensar excesos, como asimismo el alcance que tienen las atribuciones conferidas en el segundo prrafo del artculo 119. Al respecto esta Secretara informa: A los efectos de responder las inquietudes formuladas, se estima necesario efec7- MARCOS PAZ ( Delegacin: XI ), 5300-4.456/05, 25/07/2005. 8- BRAGADO ( Delegacin: XVI ), 5300-4.380/05, 03/06/2005. 9- ADOLFO ALSINA ( Delegacin: XII ), 4001-614/05, 03/05/2005, Texto: Consulta: Sobre la posibilidad de que personas que no revistan el cargo de concejales puedan acceder en oportunidad del control anual a la documentacin que conforma la Rendicin de Cuentas. 10- MARCOS PAZ (Delegacin XI ), 5300-3642/10, 21-X-2010.
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La interpretacin restrictiva de las facultades que se le otorgan al titular del Departamento Ejecutivo mediante el artculo en anlisis, est fundada en la necesidad de mantener el equilibrio presupuestario, principio fundamental para una sana administracin de los municipios. En otro nivel de anlisis, se interpreta que los cambios producidos tienden a agilizar el uso de los actuales presupuestos de gastos, los que como consecuencia de la Reforma Administrativa Financiera en el mbito Municipal recientemente implementada en la Provincia, han originado una considerable cantidad de partidas presupuestarias, dada la apertura programtica necesaria para plasmar la prestacin de mayores servicios municipales. Concordantemente con ello se le han otorgado al Intendente Municipal mayores facultades para efectuar modicaciones presupuestarias con el objeto de adaptar el presupuesto a las necesidades de funcionamiento de la administracin municipal, manteniendo en cabeza del Concejo las autorizaciones para aquellos gastos no corrientes y la compensacin de excesos 11. En acuerdo con esta lnea, se ha planteado frente a la consulta de si el Departamento Deliberativo se encuentra facultado para refrendar decretos del Departamento Ejecutivo donde se ampli el Clculo de Recursos y Presupuesto de Gastos del ejercicio una vez nalizado el mismo; se ha respondido que: El artculo 173 de la Ley Orgnica de las Municipalidades establece que el ejercicio nanciero y patrimonial comenzar el 1 de enero y terminar el 31 de diciembre de cada ao, salvo para los casos de excepcin exclusivamente contables; una vez nalizado el mismo no est contemplada la posibilidad de ampliar tanto el clculo como el presupuesto de gastos o realizar transferencias de partidas presupuestarias aunque el proyecto de ordenanza fuere presentado durante el ejercicio y no se hubiere aprobado al cierre de ste. La ordenanza de aprobacin o convalidacin con fecha posterior del cierre del ejercicio se considera extempornea; la nica convalidacin factible es la establecida por el artculo 232 del Reglamento de Contabilidad, que eventualmente podra utilizarse de no haberse elevado la Rendicin de Cuentas del ejercicio al H. Concejo Deliberante. Merece destacar que si bien en todos los decretos agregados en las presentes actuaciones imponen en su artculo primero que las ampliaciones del Clculo de Recursos y Presupuesto de Gastos son ad referndum del H. Concejo Deliberante, algunos de ellos tratan de recursos afectados; se aclara a tal efecto que el artculo 119 de la Ley Orgnica de las Municipalidades, ltimo prrafo, excepta de la obligacin de autorizacin del H. Concejo Deliberante cuando las ampliaciones se nancien con estos recursos, estando el Departamento Ejecutivo facultado para realizar dichas ampliaciones. En cuanto a la responsabilidad de los concejales que aprobaren los decretos ad referndum del ejercicio fenecido, se entiende que stos se encuentran alcanzados por las responsabilidades que devienen de los artculos 241 y siguientes de la Ley Orgnica de las Municipalidades 12 En acuerdo con esta lnea, se ha planteado frente a la consulta de si el Departamento Deliberativo se encuentra facultado para refrendar decretos del Departamento Ejecutivo donde se ampli el Clculo de Recursos y Presupuesto de Gastos del ejercicio una vez nalizado el mismo; se ha respondido que: El artculo 173 de la Ley Orgnica de las Municipalidades establece que el ejercicio nanciero y patrimonial comenzar el 1 de enero y terminar el 31 de diciembre de cada ao, salvo para los casos de excepcin exclusivamente contables; una vez nalizado el mismo no est contemplada la posibilidad de ampliar tanto el clculo como el presupuesto de gastos o realizar transferencias de partidas presupuestarias aunque el proyecto de ordenanza fuere presentado durante el ejercicio y no se hubiere aprobado al cierre de ste. La ordenanza de aprobacin o convalidacin con fecha posterior del cierre del ejercicio se considera extempornea; la nica convalidacin factible es la establecida por el artculo 232 del Reglamento de Contabilidad, que eventualmente podra utilizarse de no haberse elevado la Rendicin de Cuentas del ejercicio al H. Concejo Deliberante.
12- BARADERO ( Delegacin: XVII ), 4009-164/09, 13-XI-/2009. 13- MARCOS PAZ (Delegacin: XI), 5300-1493/08, 24-VII-2008. Consulta: Sobre la posible situacin de incompatibilidad de un concejal, quien vot la rendicin de cuentas y la compensacin de excesos al cierre del ejercicio 2007 que dotaba de crditos a partidas para cancelar rdenes de pago por deudas del ejercicio 2006, cuando era proveedor de la Comuna. Por tal motivo solicita se dictamine si existe incompatibilidad ante la votacin, y ante ello qu responsabilidad le cabra al cuerpo que preside por la votacin del mencionado edil. Respuesta: En las presentes actuaciones se aclara que la deuda con el acreedor se gener en el momento en que no era concejal, abstenindose de votar cuando se trat la rendicin de cuentas del ejercicio 2006, donde se analiz el gasto que involucraba a su propia persona.Con respecto a los excesos producidos en partidas de gastos, el artculo 67 de la Ley Orgnica de las Municipalidades establece que para ser compensados los gastos deben ser considerados de legtima procedencia; con respecto a los gastos que se cancelan por las partidas presupuestarias, tienen la particularidad de que el Concejo Deliberante ya se expidi sobre su legitimidad en el ao anterior - de haberse declarado como deuda en el mismo -, razn por la cual se entiende que es un exceso de rigorismo formal que el Concejal nuevamente se haya tenido que abstener de votar sobre la rendicin de cuentas correspondiente al ejercicio 2007, salvo que haya existido una presuncin de ilegalidad en el pago propiamente dicho. 14- CORONEL PRINGLES (Delegacin: IX ), 5300-1495/1993, 02-VI-1993. 15- ESTEBAN ECHEVERRIA (Delegacin: IV), 5300-442/97, 02-VII-1997.
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moniales, ni en el arrastre de saldos.14 Posibilidad de anular una resolucin sobre aprobacin o no de rendicin de cuentas. Una cuestin an menos usual radica en la posibilidad de que sancionada una Ordenanza sobre la rendicin de cuentas, se plante su ulterior modicacin. El principio general de que una norma de carcter posterior deroga a una anterior, pareciera aplicable al caso y as lo ha expresado en concreto el Honorable Tribunal de Cuentas 15