Del Castillo - El Arbol Genealogico Del Marxismo
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El conocimiento de los movimientos apocalpticos surgidos en Europa durante la Edad Media y el Renacimiento permite comprender la popularidad y la estructura ideolgica de ciertos movimientos utpicos modernos como el marxismo e incluso el ecologismo. En ello coinciden autores de tradiciones de pensamiento diversas: Murray N. Rothbard, Norman Cohn o Leszek Kowalowski. Basndose en las tradiciones apocalpticas tanto juda como cristiana (Libro de Daniel, Libro del Apocalipsis de Juan, orculos sibilinos medievales), Norman Cohn (En pos del milenio, Madrid, Alianza Universidad, 1981) descubra el paradigma comn en todo movimiento mesinico. El mundo est dominado por un poder maligno y tirnico [el capitalismo para los marxistas] con una capacidad de destruccin ilimitada un poder que no se imagina como humano sino como diablico. La tirana de este poder se har cada vez ms insoportable, los sufrimientos de sus vctimas cada vez ms intolerables [creciente ejercito de pobres y pauperizacin de las masas]; hasta que repentinamente suene la hora en la que los santos de Dios puedan levantarse y destruirlo. Entonces los mismos santos, los elegidos, el pueblo que hasta aquel momento sufra bajo el taln del opresor, heredarn a su vez el dominio sobre toda la tierra. Con ello se producir la culminacin de la Historia; el reino de los santos sobrepasar en gloria a todos los reinos anteriores: no tendr sucesor. Contina Cohn: Gracias a esta fantasa la apocalptica ejerci una gran fascinacin en los descontentos y frustrados de pocas posteriores. El marxismo combina la tradicin apocalptica con otros curiosos elementos. Por ejemplo, el modelo de vida apostlica de pobreza y comunismo que tanto predicamento tuvo durante el Medievo e incluso con posterioridad. La popularidad de este modelo se agigant a partir de una lectura desproporcionada del libro de los Hechos de los Apstoles. Otro curioso antecedente genealgico del marxismo lo encontramos en las profecas del clrigo italiano Joaqun de Fiore. Fiore asegur haber descubierto un mensaje oculto en las Sagradas Escrituras. El fin del mundo y el comienzo del milenio de Dios en la Tierra iba a producirse en 1260. Esta fecha coincida con la 52 generacin posterior al nacimiento de Jesucristo. La historia para los joaquinitas constaba de tres etapas, todas ellas de 52 generaciones de duracin. La primera o Edad del Padre comprenda el periodo histrico entre Abraham y Jess y habra sido una poca de temor y servidumbre. La segunda poca denominada Edad del Hijo terminara en 1260. Se trataba de una etapa de fe y
sumisin filial. Finalmente en 1260, se iniciara la Edad del Espritu. Una poca de amor, alegra y libertad en la que los hombres convertidos en monjes viviran en contemplacin mstica loando con alabanzas a Dios. Con Joaquin de Fiore se popularizan pues las filosofas de la Historia La idea sera que existen significados ocultos en las Escrituras o en los acontecimientos, que mediante procedimientos gnsticos permiten conocer y pronosticar el proceso de la historia. Una clave con la que se lograra percibir ciertas pautas y que hace posible predecir en detalle las futuras etapas. El materialismo histrico, la lucha de clases y la inevitabilidad del socialismo constituyeron la actualizacin marxista del mito joaquinita Conviene tambin abordar la cuestin del gran predicamento que los movimientos mesinicos han encontrado siempre entre frustrados y desorientados. A este respecto seala Cohn que cualquier acontecimiento fuera de lo normal cualquier forma de revuelta, la predicacin de una cruzada, una peste o el hambre- [la eterna bsqueda de las condiciones objetivas para desencadenar la Revolucin] operaba sobre esta masa con una fuerza peculiar provocando reacciones de singular violencia. Una de las maneras en que trataron de salir de su situacin fue formando grupos salvacionistas bajo el mando de un gua mesinico. () La conviccin de tener una misin de alcance mundial, de haber sido divinamente [histricamente diran los marxistas] elegidos para llevar a cabo una tarea prodigiosa, proporcionaba a los desorientados y frustrados una nueva fuerza y esperanza. No slo les daba su lugar en el mundo, sino un lugar nico y esplendoroso. Tradicionalmente los movimientos apocalpticos han recurrido con prodigalidad al uso de la violencia. sta se justifica en el contexto de una guerra contra las fuerzas del Anticristo. En efecto, el milenio de Dios en la tierra vendra precedido segn todas las profecas apocalpticas por terribles luchas. La figura del tirano de los ltimos das recogida en el libro de Daniel, reaparece en el Apocalipsis y en la amonestacin de San Pablo a los tesalonicenses. Se trata pues de luchar contra el poder establecido: el pseudo-mesas que hace frente y se levanta contra todo lo sagrado hasta invadir el santuario de Dios y poner en l su trono. Con este bagaje terico, los milenarismos medievales se embarcaron en frecuentes matanzas de clrigos y judos. A los primeros se les acusaba de vida licenciosa. La Iglesia -que gobernaba espiritualmente el mundo- era el enemigo mortal a destruir. Los judos como exogrupo que orgullosamente no aceptaba someterse y reconocer la divinidad de Cristo, deban tambin ser eliminados. De nuevo aqullas ideas se nos presentan terriblemente familiares a la hora de examinar el marxismo. Como diran ellos, se trata de hacer parir a la Historia liquidando a los enemigos de la clase obrera. Existe otro ingrediente que Cohn nos recordaba. El mito del estado de naturaleza igualitario. Las estupideces de Ovidio, Sneca o Platn, fueron incorporadas a las enseanzas mesinicas perpetuando la patraa de una sociedad natural igualitaria en un mundo de abundancia sin lmite. Segn el ideal mesinico cabra volver a 2
ese mundo redimiendo nuestros pecados. Alrededor de 1270 un laico francs llamado Jean de Meun describa as la Edad de Oro. rase una vez, en los das de nuestros primitivos padres como atestiguan los escritos de los antiguos, la gente se amaba con delicado y honesto amor y no por codicia y ansia de lucro. La bondad reinaba en el mundo. En esos tiempos los gustos eran sencillos y las gentes no pasaban penalidades pues la tierra daba libremente todo el alimento que se necesitaba. () Todos eran iguales y no tenan propiedad privada propia. () Los antiguos se acompaaban sin atadura, pacficamente y no hubiesen abandonado su libertad ni por todo el oro del mundo Desgraciadamente tan feliz situacin lleg a su fin con la aparicin de innumerables vicios: engao, orgullo, ambicin, Convendra fechar esa Edad de Oro para saber si nuestros amigos se refieren al hombre de Cro Magnon, al Ergaster o al hombre de Atapuerca. O es quizs al tiempo de algn otro primate anterior? En fin, no merece la pena abundar mucho en las condiciones de vida que se padecen en las colonias de animales donde la lucha por el alimento y la supervivencia es fiera y extraordinariamente dura. El rbol genealgico del socialismo marxista estara as compuesto por amaurianos, joaquinitas, begardos, taboritas y los ranters (energmenos). En el particular panten de falsos Mesas junto a Marx y Lenin habra sitio para Tanchelmo, Konrad Schmid, Pedro el Ermitao, Thomas Mnzer y En de Stella.
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