Constitución de 1828
Constitución de 1828
Constitución de 1828
Constitucin Poltica de la Repblica de Chile de 1828, tambin llamada Constitucin Liberal. Constitucin Poltica de la Repblica Peruana de 1828.
La constitucin de 1828 fue sancionada por el Congreso General Constituyente el 18 de marzo de 1828 y promulgada por el Presidente General La Mar el 20 de abril. En Julio de 1833 fue derogada para reformarla, dejando de regir el 10 de junio de 1834.
CONSTITUCIN POLTICA DE LA REPBLICA PERUANA
En el nombre de Dios Todo Poderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, Supremo Autor, y Legislador de la Sociedad. El Congreso General Constituyente de Per, en desempeo de su cargo, decreta la siguiente Constitucin:
Art. 1o.- La Nacin Peruana es la asociacin poltica de todos los ciudadanos del Per.
Art. 2o.- La Nacin Peruana es para siempre libre e independiente de toda potencia extranjera. No ser jams patrimonio de persona o familia alguna; ni admitir con otro Estado unin o federacin que se oponga a su independencia. Art. 3o.- Su Religin es la Catlica, Apostlica, Romana. La Nacin la protege por todos los medios conforme al espritu del Evangelio; y no permitir el ejercicio de otra alguna.
Art. 4o.- Son ciudadanos de la Nacin Peruana: 1.- Todos los hombres libres nacidos en el territorio de la Repblica. 2.- Los hijos de padre o madre peruanos, nacidos fuera del territorio, desde que manifiesten legalmente su voluntad de domiciliarse en el Per. 3.- Los extranjeros que hayan servido o sirvieren en el Ejrcito y Armada de la Repblica. 4.- Los extranjeros avecindados en el Repblica desde antes del ao veinte, primero de la independencia, con tal que prueben, conforme a la ley, haber vivido pacficamente en ella, y se inscriban en el registro nacional. 5.- Los extranjeros establecidos posteriormente en la Repblica o que se establecieren, obteniendo carta de ciudadana conforme a la ley. 6.- Los ciudadanos de las dems secciones de Amrica, que desde antes del ao veinte se hallan establecido en el Per, gozarn de la ciudadana, con tal que se inscriban en el registro nacional, y los que en adelante se establecieren, con arreglo a las Convenciones recprocas que se celebren.
Art. 5o.- El ejercicio de los derechos de ciudadana se pierde: 1.- Por sentencia que imponga pena infamante, si no se alcanza rehabilitacin conforme a ley. 2.- Por aceptar empleos, ttulos, o cualquiera gracia de otra Nacin, sin permiso del Congreso. 3.- Por el trfico exterior de esclavos. 4.- Por los votos solemnes de Religin. Art. 6o.- Se suspende: 1.- Por no haber cumplido veinte y un aos de edad, no siendo casado. 2.- Por demencia. 3.- Por la naturalizacin en otro Estado. 4.- Por estar procesado criminalmente, y mandado prender de orden judicial expedida con arreglo a la ley. 5.- Por tacha de deudor quebrado, o deudor al Tesoro Pblico, que legalmente ejecutado no paga. 6.- Por la de notoriamente vago, jugador, ebrio, casado que sin causa abandona a su mujer, o estar divorciado por culpa suya.
a Constitucin Poltica de la Repblica Peruana de 1828 fue la tercera carta poltica de la Repblica Peruana, discutida y aprobada por el segundo Congreso General Constituyente del Per y promulgada el 18 de abril de 1828 por el Presidente Constitucional de la Repblica, mariscalJos de La Mar. Era de carcter liberal y rigi hasta el 10 de junio de 1834. Pese a su breve duracin, su importancia radica en que puso las bases constitucionales del Per, sirviendo de modelo a las siguientes
constituciones, a lo largo de casi un siglo. Por ello, el jurista peruanoManuel Vicente Villarn la llam la madre de todas nuestras constituciones ANTECEDENTES: El Primer Congreso Constituyente del Per, instalado en 1822, discuti y aprob en 1823 la primera Constitucin Poltica del Per, de carcter liberal, pero la misma fue suspendida un da antes de su promulgacin para que no interfiriera en la labor del libertador Bolvar, que se hallaba en preparativos de la campaa final de la independencia del Per. Consolidada esta, el Congreso prorrog la dictadura de Bolvar, quien redact una nueva Constitucin para el Per, la llamada Constitucin Vitalicia, cuya aprobacin fue sometida a los colegios electorales de la Repblica en 1826. Aprobada unnimemente por este cuestionable procedimiento, la Constitucin Vitalicia (llamada as porque creaba la figura de un Presidente vitalicio) fue jurada el 9 de diciembre de 1826, segundo aniversario de la batalla de Ayacucho. Tras la cada del rgimen bolivariano o vitalicio, a fines de enero de 1827, un acta firmada por el Cabildo de Lima neg que los colegios electorales tuvieran facultades legales para examinar y aprobar proyectos constitucionales, por lo que se dej en suspenso la Constitucin Vitalicia. Provisionalmente asumi el mando poltico el Consejo de Estado, presidido por el general Andrs de Santa Cruz. De acuerdo con dicha acta del Cabildo, Santa Cruz decret la convocatoria de un Congreso Constituyente, con arreglo a la carta constitucional de 1823, y cuya misin sera decidir sobre la Constitucin a implantarse, as como la eleccin del Presidente de la Repblica
ser reformada, suponiendo que ya para entonces se veran resultados que hicieran factible la instauracin del federalismo. Por el momento triunf pues, el rgimen unitario.
PRINCIPALES DISPOCICIONES
La constitucin liberal de 1828 estableca lo siguiente:
La soberana radicara en los poderes del estado que seran tres: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. En la estructuracin de estos poderes sirvi de inspiracin el modelo norteamericano (la carta de 1823 se haba inspirado en la Constitucin de la Revolucin Francesa y la de 1826 en la Constitucin Napolenica del ao VIII.
El Poder Legislativo sera de orden bicameral, es decir, con dos cmaras, la de Senadores y la de Diputados, cuya renovacin se efectuara cada dos aos por tercios y mitades, respectivamente. Los diputados representaban a las provincias y los senadores a los departamentos. Se deban reunir anualmente.
El Poder Judicial se organizara en base a la Corte Suprema de Justicia, a las cortes superiores y a los juzgados. El Poder Ejecutivo estara representado por el Presidente de la Repblica, cuyo perodo de gobierno sera de cuatro aos. Le acompaaba un Vicepresidente, que deba reemplazarlo en los casos especficamente sealados; en su defecto, asuma el poder el presidente del Senado. La eleccin del Presidente y el Vicepresidente era de forma indirecta, por los colegios electorales. La reeleccin presidencial inmediata se permita por una sola vez.
Se cre un Consejo de Estado, formado por diez senadores. Funcionaria durante el receso del Congreso y su misin sera observar y asesorar al poder ejecutivo. Se busc la descentralizacin gubernamental en base a la puesta en vigencia de las juntas departamentales. Se quiso as satisfacer y atenuar las tendencias federalistas. Se reconoci a la religin catlica como la nica del estado peruano, prohibindose todo culto diferente. Se reglament las elecciones municipales y se restableci la ley de la imprenta. Se abolieron ciertos rezagos de la vida colonial, como los empleos hereditarios, mayorazgos, vinculaciones y privilegios. Se autoriz la prisin por deudas, pero se suprimi las penas infamantes. Se autoriz al Presidente de la Repblica suspender las garantas constitucionales e investirse de facultades extraordinarias, por un tiempo determinado y con cargo de informar al Congreso acerca de las medidas adoptadas durante el ejercicio de dichas facultades. Esta innovacin pareci peligrosa a los defensores de la doctrina pura, porque as exista el peligro de impulsar al mandatario hacia la
dictadura, pero se la acept para afianzar el principio de autoridad, en cuanto fuera necesario para el mantenimiento del orden.
EL VICE-PRESIDENTE DE LA REPUBLICA A LA NACIN Chilenos: Ha llegado el da solemne de la consolidacin de nuestra libertad. Ella no puede existir ni jams ha existido sin leyes fundamentales. Ya las tenemos. Los depositarios de vuestra voluntad, en desempeo del cargo sublime que les habis conferido, han sancionado la Constitucin chilena, que de ahora en adelante debemos mirar como el principal elemento de nuestra existencia poltica. Al anunciaros la promulgacin de la Constitucin que habis deseado con tanto anhelo, y de la que os han hecho dignos vuestras virtudes, no creis que se os imponen obligaciones penosas y coartaciones violentas, indignas de la calidad de hombres libres. Las leyes que vais a recibir no son obra tan slo del poder; lo son principalmente de la razn. Cesaron para nosotros los tiempos en que la suerte nos condenaba a la ciega obediencia de una autoridad sin lmites. Entre nosotros las leyes son pactos fundados en el libre uso de nuestras prerrogativas. Su objeto no es tan slo restringirlas, exigiendo de los pueblos deberes e imponindoles cargas. Con mucho ms rigor tratan a los depositarios de la autoridad. Ellas les sealan un espacio limitado, les exigen un respeto inviolable a la
voluntad de la Nacin y a los derechos de los individuos; los convierten en verdaderos servidores de la causa pblica, del pueblo mismo; en depositarios de su seguridad; en administradores de su riqueza; en barreras ante las cuales deben detenerse todas las usurpaciones, y todas las injusticias. La Constitucin asegura a la santa religin que profesis una eficaz proteccin, colocndola por medio de este privilegio al frente de todas las instituciones. Ella establece las ms formidables garantas contra los abusos de toda especie de autoridad; de todo exceso de poder. La libertad, la igualdad, la propiedad, la facultad de publicar vuestras opiniones, la de presentar vuestras reclamaciones y quejas a los diferentes rganos de la soberana nacional, estn al abrigo de todo ataque. Leed con atencin, meditad profundamente el captulo que afianza el uso de estos preciosos dones, y os penetraris de gratitud para con la mano sabia y benfica que os asegura su completo goce. El sistema representativo, base de nuestra organizacin social, combinacin la ms prudente que los hombres han imaginado para mantener el orden, sin caer en el extremo de una sumisin maquinal y estpida; este sistema perfeccionado por tantos siglos de
experiencia y por los trabajos de tantos hombres ilustres, se halla establecido en nuestra Carta Fundamental, con las precauciones que bastan a conservarlo en toda su pureza, y a dar a nuestra opinin y a nuestras necesidades intrpretes legtimos, uniparciales y puros. Tenis asegurado el inapreciable bien de la eleccin directa; calculada la representacin con arreglo a la poblacin de nuestro territorio; removido todo temor de engrandecimiento, de perpetuidad, de transgresin en el Cuerpo Legislativo, organizada la grande obra de la legislacin, de modo que sus resultados presenten la mayor probabilidad de acierto; asegurada la inviolabilidad de vuestros representantes, sin que ella preserve de un justo castigo al que osase profanar su ministerio y violar el santuario de la ley: en fin, el Poder Supremo de la Nacin, el que rene en s la plenitud de la soberana, est tan lejos de la nulidad a que lo condenan en otras partes las aspiraciones del Gobierno, como de la omnipotencia parlamentaria, que rompiendo el equilibrio de las fuerzas polticas ha sido siempre el azote de los pueblos. Nuestros legisladores han dado al Poder Ejecutivo todo el vigor que necesita para obrar el bien, privndolo de las armas que pudiera emplear en sentido contrario. El Gobierno no
puede ser de ahora en adelante en Chile, sino el tutor solcito de los intereses generales; el fiel administrador de todo lo que constituye la ventura de las masas; el servidor fiel y exacto de la Nacin; el observador escrupuloso de las leyes, y el rgano de nuestras relaciones externas. Posee bastante dignidad para hacer respetable el nombre de Chile en la escena de la poltica, bastante energa para poner freno al crimen y dar recompensa a la virtud; bastante estabilidad para hacer frente por s solo a las maniobras de la rebelda, y a los desrdenes de la inobediencia. La dichosa imposibilidad en que se halla colocado, de injuriar en lo ms pequeo los derechos que forman la ciudadana, disipar a vuestros ojos el temor que en naciones menos felices infunde su nombre. El Poder Judicial recibir su ltima perfeccin cuando el tiempo haya preparado los elementos de que necesita. Su estructura infinitamente ms complicada que la de los otros poderes; la multiplicidad y diversidad de intereses que se someten a su accin, la variedad de funciones que entran en su ejercicio, alejan la posibilidad de reforzar de un golpe sus defectos. Semejante reforma no es tan slo obra de la legislatura; los Congresos futuros nos darn sin duda cdigos anlogos a las instituciones polticas de nuestro pas. Veremos entonces desaparecer esa monstruosa disparidad que se observa entre las necesidades de
una Repblica y las leyes anticuadas de una Monarqua: pero esto no basta. Es indispensable que nuestras costumbres se pongan al nivel de los altos destinos que nos aguardan. Nuestra reorganizacin alcanzar su verdadero complemento, cuando la justicia sea entre nosotros tan popular como lo es la legislacin; cuando la institucin de jurados restituya al pueblo una de sus ms importantes facultades, y queden colocadas a la misma altura todas las delegaciones que hemos hecho de las que la Providencia nos ha concedido. Apresuremos este momento venturoso, fomentando el progreso de las cualidades requeridas para tan saludable innovacin. Las provincias no fluctuarn en lo sucesivo entre turbulencias peligrosas y una dependencia ilimitada del Gobierno. La Constitucin ha modelado su mecanismo, conforme lo aconsejaban las lecciones de la experiencia, y las circunstancias peculiares al pas. Ellas no harn el sacrificio de su individualidad, ni se vern segregadas del cuerpo respetable a que pertenecen. La prudente determinacin de sus facultades y atribuciones impondr perpetuo silencio a quejas infundadas, y a reclamaciones imprudentes; y seguras del bien que pueden hacer, sin exceder aquellos lmites, la ventura que ellas mismas se fabricarn,
formar la ventura de la Nacin entera, y contribuir esencialmente a su reposo y a su armona. Reducida a dimensiones ms pequeas, la autoridad municipal est dotada de las mismas ventajas. Desde estos primeros eslabones de la cadena social hasta los ms eminentes, la Constitucin ha sabido graduar el ejercicio del mando y de la subordinacin con la ms sabia economa. Chilenos: Los legisladores han cumplido su deber: cumplamos nosotros el que nos incumbe. Observemos no slo con exactitud y con fidelidad, sino con celo y entusiasmo la Constitucin que de sus manos hemos recibido. Esta observancia es lo nico que puede salvarnos. Ella debe ser la ocupacin de nuestra vida, el objeto de nuestros estudios, la calidad que nos distinga, y la garanta que nos afiance el ms slido y lisonjero porvenir. Observemos la Constitucin como el pacto ms sagrado que pueden estipular los hombres; como el vnculo ms estrecho que puede unirnos con nuestros hermanos; como el antemural ms formidable que podamos oponer a nuestros enemigos. La Constitucin que participa de un carcter religioso y moral, el ms conforme a nuestros hbitos y deseos,
encierra en s el germen de una perfeccin indefinida. Observmosla, considerndola como parte integrante, no slo de nuestra nacionalidad, sino de nuestra vida. Es nuestra propiedad. Es un tesoro que no podemos perder ni menoscabar sin degradarnos ni envilecernos; es, en fin, el trmino de tantos sacrificios, la indemnizacin de tantas prdidas y el complemento de tantas esperanzas, cuantas han sido nuestras vicisitudes domsticas, desde que rompimos el yugo colonial que nos afrentaba. Chilenos: Consagremos un recuerdo eterno de gratitud a nuestros representantes: ellos son acreedores a que sus nombres se conserven indelebles en la posteridad. Considerad las Amargas inquietudes que ha disipado este admirable fruto de sus tareas. Si en medio de estas grandes escenas, si en esta poca la ms memorable y augusta de la Vida de una Nacin, me es lcito introducir un recuerdo personal, permitidme la dbil Expresin del jbilo que penetra mi alma, vindome destinado por la Providencia para Presentaros la Constitucin que va a regir vuestros destinos. Sed dichosos bajo sus