Este documento presenta la tesis de maestría de Carolina Mónica Tolosa Jablonska titulada "México 1968: Memorias públicas y representaciones cinematográficas". La tesis analiza 18 películas mexicanas producidas entre 1968 y 2008 que abordan el movimiento estudiantil de 1968. El objetivo es estudiar cómo estas películas han contribuido a construir las memorias públicas sobre este hecho a través de representaciones cinematográficas. La autora entiende al cine como un vehículo para producir y reproducir diversas versiones
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Este documento presenta la tesis de maestría de Carolina Mónica Tolosa Jablonska titulada "México 1968: Memorias públicas y representaciones cinematográficas". La tesis analiza 18 películas mexicanas producidas entre 1968 y 2008 que abordan el movimiento estudiantil de 1968. El objetivo es estudiar cómo estas películas han contribuido a construir las memorias públicas sobre este hecho a través de representaciones cinematográficas. La autora entiende al cine como un vehículo para producir y reproducir diversas versiones
Este documento presenta la tesis de maestría de Carolina Mónica Tolosa Jablonska titulada "México 1968: Memorias públicas y representaciones cinematográficas". La tesis analiza 18 películas mexicanas producidas entre 1968 y 2008 que abordan el movimiento estudiantil de 1968. El objetivo es estudiar cómo estas películas han contribuido a construir las memorias públicas sobre este hecho a través de representaciones cinematográficas. La autora entiende al cine como un vehículo para producir y reproducir diversas versiones
Este documento presenta la tesis de maestría de Carolina Mónica Tolosa Jablonska titulada "México 1968: Memorias públicas y representaciones cinematográficas". La tesis analiza 18 películas mexicanas producidas entre 1968 y 2008 que abordan el movimiento estudiantil de 1968. El objetivo es estudiar cómo estas películas han contribuido a construir las memorias públicas sobre este hecho a través de representaciones cinematográficas. La autora entiende al cine como un vehículo para producir y reproducir diversas versiones
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1
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO
PROGRAMA DE MAESTRA Y DOCTORADO EN HISTORIA FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTRICAS
MXICO 1968: MEMORIAS PBLICAS Y REPRESENTACIONES CINEMATOGRFICAS
TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRO EN HISTORIA PRESENTA: LIC. CAROLINA MNICA TOLOSA JABLONSKA
TUTOR: DR. PABLO YANKELEVICH
MXICO, D.F. NOVIEMBRE 2013
PROGRAMA DE MAESTRA Y DOCTORADO EN HISTORIA 2
Agradecimientos
Este trabajo slo pudo ser posible a distintas personas a las que agradezco su apoyo, sugerencias y comentarios. Mi tutor, Pablo Yankelevich, fue fundamental para encaminar esta investigacin. Agradezco la lectura atenta de Eugenia Allier, lvaro Vzquez Mantecn, Ariel Rodrguez Kuri y Sergio Miranda que me permitieron rectificar dichos e interpretaciones y enriquecer este trabajo. A Gabriel Torres Puga, Julin Woodside y Juncia Avils por ayudar de distintos modos a que esta tesis tuviera fin. A Bruno, mam, Se, Ale y Carlos; a Andrea, Anita, Chi, Gabo, Halina, Migue, Omi, Pablio, Pati, Ramn, Sebas y Yorch, por estar, y por involucrarse de alguna manera en este proceso. Y por ltimo, pero no por ello menos importante, agradezco a la UNAM por la formacin y por la beca que me permiti realizar la maestra.
3 ndice
Lista de abreviaturas 5
Introduccin 6
1. Captulo 1: Las voces de los actores 32
1.1 El contexto 1.2 Las pelculas: Comunicados, El grito e Historia de un documento 1.3 Las primeras voces flmicas
2. Captulo 2: La llegada de la ficcin 61
2.1 El contexto 2.2 Las pelculas: Tmalo como quieras; Y si platicamos de agosto? y Rojo amanecer 2.3 La cuota interpretativa de la ficcin
3. Captulo 3: La era del testimonio 87
3.1 El contexto 3.2 Las pelculas: Mxico 68; Gustavo Daz Ordaz y el 68; El memorial del 68 y 1968 3.4 El vuelco hacia el testimonio
4. Captulo 4: La historia de la violencia 127
4.1 El contexto 4.2 Las pelculas: Operacin Galeana; Tlatelolco, las claves de la masacre y 1968: la conexin americana. 4.3 La mirada desde los archivos.
4
Conclusiones 151
Fuentes 163
5
Lista de abreviaturas
CCC Centro de Capacitacin Cinematogrfica CIA Agencia Central de Inteligencia CNH Consejo Nacional de Huelga CUEC Centro Universitario de Estudios Cinematogrficos DFS Direccin Federal de Seguridad FEMOSPP Fiscala Especial para Movimientos Sociales y Polticos del Pasado INTERPOL Organizacin Internacional de Polica Criminal IPN Instituto Politcnico Nacional PAN Partido Accin Nacional PCM Partido Comunista Mexicano PRD Partido de la Revolucin Democrtica PRI Partido de la Revolucin Institucionalizada PSUM Partido Socialista Unificado de Mxico UNAM Universidad Nacional Autnoma de Mxico
6 La memoria se piensa a menudo como imagen, producida por y a travs de imgenes. Victoria Langland
Introduccin
Las memorias del movimiento estudiantil de 1968 en el cine
Sin lugar a dudas el ao de 1968 se ha convertido en uno de los momentos ms importantes en la historia contempornea mexicana. En ese ao tuvieron lugar dos acontecimientos relevantes: el movimiento estudiantil y los Juegos Olmpicos. Sin embargo, y como seala acertadamente Ariel Rodrguez Kuri, buena parte de la atencin del acadmico, de la prensa e incluso de la opinin pblica, se ha dirigido a desentraar los orgenes, dinmica y consecuencias del movimiento estudiantil de aquel verano 1 relegando, as, la justa olmpica. Pareciera entonces como si 68 pudiera reducirse al movimiento estudiantil y, en muchos casos, esa sincdoque se lleva al extremo de pensar aquel ao como el 2 de octubre. 2 De esta suerte el movimiento estudiantil se ha convertido en uno de los conos de la historia del siglo XX, slo antecedido por la revolucin mexicana. 3
Por esta razn no sorprende que 1968 no haya cesado de desafiar al tiempo irrumpiendo, cada tanto, en el espacio poltico y cultural [] a travs
1 Ariel Rodrguez Kuri, El otro 68. Poltica y estilo en la organizacin de los juegos olmpicos de 1968 en la ciudad de Mxico, en Relaciones. Estudios de historia y sociedad, XIX:76, Mxico, 1998, p. 110 2 Eugenia Allier Montao ha recuperado distintas encuestas realizadas a travs de entrevistas telefnicas, tanto en 2002 como en 2007 y 2008, donde es posible encontrar esta tendencia en la manera de pensar el ao de 1968 por parte de la ciudadana. Cfr. Eugenia Allier Montao, El movimiento estudiantil de 1968 en Mxico: historia, memoria y recepciones en Alberto del Castillo (coord.): Reflexin y crtica en torno al movimiento estudiantil de 1968: nuevos enfoques y lineas de investigacin, Mxico, Instituto Mora, 2012, pp. 19-21. 3 Eugenia Allier Montao, Produccin y transmisin de la memoria pblica. Las recepciones del Memorial del 68 en Mxico en Anne Huffschmid (coord.), Topografas conflictivas: memorias, espacios y ciudad en disputa, Buenos Aires, Nueva Trilce, 2012, p. 13. 7 de distintas versiones y gneros narrativos. 4 Uno de los espacios que ha sido constantemente asaltado por ese pasado es el cine, desde 1968 se elaboraron documentales y ficciones que abordaban el tema y esta tendencia no ha desaparecido hasta el da de hoy -Borrar de la memoria de Alfredo Gurrola y Tlatelolco: verano del 68 de Carlos Bolado son dos ejemplos de ello-. 5 La produccin cinematogrfica que aborda al movimiento estudiantil como motivo de su narracin, es decir, que se propone ser una interpretacin de ese pasado ronda, segn mis investigaciones, en las dieciocho pelculas. 6
Es evidente entonces que desde el cine se ha mantenido visible y activa la atencin sobre el movimiento estudiantil de aquel ao. En la presente investigacin entiendo al cine como uno de los vehculos 7 que los distintos miembros de la sociedad pueden emplear para producir y reproducir diversas representaciones sobre el pasado y conformar as unas memorias pblicas sobre momentos y sucesos concretos. Uso el trmino de memoria pblica con la intencin de hacer hincapi a que me refiero a procesos de memoria que se desarrollan en el espacio pblico y que
4 Ana Amado, La imagen justa: cine argentino y poltica (1980-2007), Buenos Aires, Ediciones Colihue, 2009, p. 57. 5 Borrar de la memoria fue estrenada en el circuito comercial de exhibicin en 2010; Tlatelolco: verano del 68 en 2013. 6 Hablo nicamente de la produccin mexicana y de largo y mediometraje. Las pelculas son: nete pueblo (Oscar Menndez, 1968), Comunicados (CNH, 1968), El grito (Leobardo Lpez Aretche, 1969), 2 de octubre: aqu Mxico (Oscar Menndez, 1970), Historia de un documento (Oscar Menndez, 1971), Tmalo como quieras (Carlos Gonzlez Morantes, 1971), Y si platicamos de agosto? (Maryse Sistach, 1981), Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989), Mxico 68 (Oscar Menndez, 1993), Gustavo Daz Ordaz y el 68 (Luis Lupone, 1998), Batalln Olimpia, documento abierto (Carlos Mendoza, 1999), Operacin Galeana (Carlos Mendoza, 2000), Tlatelolco, las claves de la masacre (Carlos Mendoza, 2002), El memorial del 68 (Nicols Echevarra, 2008), 1968: la conexin americana (Carlos Mendoza, 2008), 1968 (Carlos Bolado, 2008) adems de las ya mencionadas Borrar de la memoria y Tlatelolco: verano del 68. 7 Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, Madrid, Siglo XXI, 2002, p. 37. Henry Rousso diferencia cuatro tipo de vectores de memoria: Los oficiales (ceremonias, monumentos, celebraciones organizadas por los gobiernos), los organizacionales (relativos a grupos, incluidos trabajadores, soldados, etc.), los culturales (cine, TV, literatura) y los eruditos. Henry Rousso en Silvina Jensen, Del viaje no deseado al viaje del retorno. Representaciones del exilio en Libro de Navos y Borrascas y Tangos. El exilio de Gardel en Elizabeth Jelin y Ana Longoni (coord.), Escrituras, Imgenes y escenarios ante la represin, Madrid, Siglo XXI, 2005, p. 169 8 tratan cuestiones de inters comn. A su vez el trmino permite hacer nfasis en la multiplicidad de memorias que estn presentes en el espacio pblico, en la medida en que no es la sociedad la que recuerda, sino los distintos grupos que la conforman. 8
A su vez pienso a las pelculas como lugares de memoria 9 en la medida en que, como ha sealado Eugenia Allier Montao, son lugares donde se ancla, condensa, cristaliza, refugia y expresa la memoria colectiva 10 y que, retomando los planteamientos de Pierre Nora, podran ser pensadas como un elemento simblico del patrimonio memorial de cualquier comunidad. 11
Las memorias plasmadas en el cine cumplen una doble funcin, por una parte resultan uno de los mecanismos a travs de los cuales se ha materializado la experiencia vivida y/o heredada 12 y, por otra, resultan narraciones que buscan transmitir su interpretacin de dicha experiencia. Al formar parte de los temas de inters comn y desarrollarse en el espacio pblico, las memorias entran en la arena de la confrontacin en la medida en que cada una tiene la voluntad de determinar qu y cmo se debe recordar. De esta suerte el cine ofrece la posibilidad de fijacin o subversin de las memorias; las pelculas, como muchos otros discursos, tienen la intencin [de] establecer / convencer / transmitir una narrativa, que pueda llegar a ser aceptada [] 13 y compartida por un amplio grupo social sobre esos sentidos que debe tener el movimiento estudiantil. Hay que considerar, como seala Victoria Langland, que las imgenes tienen una gran capacidad de despertar sentimientos de conexin personal con lo que est siendo representado, son
8 Cfr. Eugenia Allier Montao, Presentes-pasados del 68 mexicano. Una historizacin de las memorias pblicas del movimiento estudiantil, 1968-2007 en Revista Mexicana de Sociologa 71, Mxico, UNAM-IIS, nm. 2, 2009, pp. 289- 290. 9 Pierre Nora, Les Lieux de mmoire, Pars, Gallimard, 1992. 10 Eugenia Allier Montao, Los Lieux de mmoire: una propuesta historiogrfica para el anlisis de la memoria, Historia y Grafa, nm. 31, Mxico, Universidad Iberoamericana, 2008, p. 166. 11 Pierre Nora, Comment crire lhistoire de France en Eugenia Allier Montao, op. cit., 2008, p. 166. 12 Julio Arstegui, La historia vivida. Sobre la historia presente, Madrid, Alianza, 2000, p. 157. 13 Elizabeth Jelin, op. cit.., 2002, p. 39. 9 objetos cualitativamente diferentes de los documentos escritos y otros vehculos de memoria. [] Mirar fotos (o imgenes) de catstrofe nos pone en la posicin de testigos, y ampla la colectividad del nosotros, de quienes deben recordar para no repetir. 14 Por ello, lo visual se vuelve una herramienta importante en las luchas memoriales, en la medida en que, como lo seala Enzo Traverso, se pueden transformar [] en un inagotable reservorio de imgenes accesibles y consumibles en cualquier momento. 15
La propuesta de esta tesis es, sobre esta base conceptual, historizar las memorias pblicas que se han elaborado y reproducido en la cinematografa nacional de ficcin y documental. As mi intencin no es explicar los acontecimientos de 1968 sino, por el contrario, reflexionar sobre los cambios y continuidades en torno a los modos en que desde sucesivos presentes se ha evocado al movimiento estudiantil. De esta suerte, las preguntas que guan estas reflexiones son las siguientes: qu procedimientos visuales, narrativos y/o formales emplean el conjunto de pelculas para hablar sobre el movimiento estudiantil de 1968?, cul es la relacin entre el contexto poltico y social y la manera en la que el cine narra dicho pasado?, cules son los temas y las imgenes que perviven, se olvidan y/o se modifican sobre el movimiento estudiantil en las distintas narrativas cinematogrficas?
La memoria
Paul Ricur seala que el pasado es aquello que no puede ser cambiado, es algo determinado; por su parte, el futuro es lo incierto, lo abierto, lo indeterminado. Lo que no est fijado de una vez por todas es el sentido de lo que pas y ese sentido, esa interpretacin, slo puede establecerse en el
14 Victoria Langland, Fotografa y memoria en Elizabeth Jelin y Ana Longoni (coord.), op. cit., pp. 89-90. 15 Enzo Traverso, La historia como campo de batalla: interpretar las violencias del siglo XX, Buenos Aires, FCE, 2012, p. 286. 10 presente o, mejor dicho, en los sucesivos presentes a partir de los cuales se piensa la experiencia. 16
El trmino memoria denomina una amplia gama de experiencias y discursos, [] puede aludir tanto a la capacidad de conservar o retener ideas previamente adquiridas como, contrariamente, a un proceso activo de construcciones simblicas y elaboracin de sentidos sobre el pasado. 17 De esta suerte es posible diferenciar entre una memoria habitual y una memoria narrativa es esta ltima la que interesa a esta investigacin-. La primera es aquella conformada por las rutinas de la vida cotidiana que son aprendidas y repetidas, en donde su prctica constante en el presente las convierte en hbitos. Esta memoria se establece a partir de lo no reflexivo, de la costumbre y forma parte de la vida cotidiana, de lo normal. 18 Cuando estas rutinas sufren quiebres el acontecimiento o el momento cobra una vigencia asociada a emociones y afectos, que impulsa una bsqueda de sentido 19 y que convierte a los momentos en algo memorable. 20 Esta bsqueda de sentido se elabora a travs de una narrativa que permite estructurar lo sucedido como una experiencia, 21 es decir, como algo unitario que se construye desde un presente y que incorpora las experiencias del pasado y las expectativas futuras. De esta suerte es la narracin lo que permite construir una trama de la experiencia, en la medida en que relaciona los acontecimientos y los sujetos a travs de lneas argumentales que permiten conformar una
16 Paul Ricur, La lectura del tiempo pasado: memoria y olvido, Madrid, Universidad Autnoma de Madrid, 1999a, p. 49. 17 Marina Franco y Florencia Levn, El pasado cercano en clave historiogrfica en Marina Franco y Florencia Levn (comp.), Historia reciente: perspectivas y desafo para un campo en construccin, Argentina, Paids, 2007, p. 40. 18 Elizabeth Jelin, Quines? Cundo? Para qu? Actores y escenarios de las memorias en Ricard Vinyes (ed.), El Estado y la memoria. Gobiernos y ciudadanos frente a los traumas de la historia, Barcelona, RBA, 2009, pp. 119-120. 19 Ibdem, p. 120. 20 Los elementos que conformar la memoria memorable no necesariamente se refieren a acontecimientos delimitados por un nivel de importancia o relevancia, sino que estn ms ligados a cuestiones de afectos y sentimientos que se rigen por la subjetividad. 21 En el caso de pasados traumticos existe una imposibilidad de elaborar una narrativa en la medida en que hay una carencia de palabras que permita expresar lo vivido. 11 interpretacin. 22 Lo que recordamos no son los acontecimientos tal y como han transcurrido, sino los relatos que se han estructurado subjetiva o colectivamente sobre lo pasado. La memoria tiene una dimensin individual y subjetiva -que atae a lo privado- y una dimensin pblica, colectiva e intersubjetiva. Ambas dimensiones slo pueden estructurarse a travs de los marcos o cuadros de lo social. 23 La vivencia individual se transforma en experiencia a travs de los cdigos culturales compartidos que dan las bases para interpretar lo vivido, lo que hace que la memoria sea simultneamente individual y social, 24 es decir que, y como lo ha sealado Maurice Halbwachs, [] la sucesin de recuerdos, incluso los ms personales, se explica por los cambios que se producen en nuestras relaciones con los distintos medios colectivos. 25 Con ello no quiero sugerir que socialmente se pueda establecer una memoria sobre la interpretacin de la experiencia social, sino simplemente sealar que es la mediacin lingstica y narrativa lo que hace que la memoria, incluso la ms individual y privada, tenga un carcter social. 26
La memoria es una construccin, est siempre [] filtrada por los conocimientos posteriormente adquiridos, por la reflexin que sigue al acontecimiento, o por otras experiencias que se superponen a la primera y modifican el recuerdo. 27 Los sentidos del pasado los establecen distintos actores sociales con diversos intereses, por ello el terreno de la memoria es uno de lucha poltica y de permanente conflicto ya que, en toda sociedad, hay memorias dbiles subterrneas, ocultas o prohibidas- y memorias fuertes oficiales y hegemnicas-. 28
22 Isabel Piper, Investigacin y accin poltica en las prcticas de memoria colectiva en Ricard Vinyes (ed.), op. cit., p. 152. 23 Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria, Barcelona, Anthropos Editorial, 2004. 24 Es la familia, por ejemplo, una de las instituciones que proporciona los primeros marcos sociales de la memoria a los individuos. 25 Ibdem, p. 51. 26 Paul Ricur, op. cit., 1999a, p. 20 27 Enzo Traverso, Historia y memoria. Notas sobre un debate en Marina Franco y Florencia Levn (comp.), op. cit., p. 73. 28 Ibdem, p. 86. 12 A su vez, es importante sealar que la memoria es una facultad activa que reorganiza la experiencia en el presente y que depende de facultades cognitivas, afectivas y de sociabilidad. 29 Es por ello que no todos los contenidos de la experiencia humana permanecen en la memoria, la capacidad de recordar implica la capacidad de olvidar. Sin embargo, en nuestra cultura se ha pensado al olvido como el fracaso de la memoria y por ello existe la prerrogativa de evitarlo. Pareciera como si la memoria requiriera de esfuerzo y trabajo, y el olvido, por el contrario, slo aconteciera. 30 En esa apreciacin se omite reconocer que recordar slo es posible bajo la base de olvidar ya que, para otorgar sentido a la experiencia vivida, es necesario hacer una seleccin -es imposible la memoria total por lo que siempre habr un olvido necesario-. 31 Como lo seala Josef Havim Yerushalmi slo se pueden olvidar, en el terreno individual, los acontecimientos que uno vivi. En un sentido social el olvido se da [] cuando los grupos humanos dejan de transmitir a su posteridad lo que saben del pasado, y esta omisin puede hacerse a propsito o de manera pasiva, por rebelda, indiferencia, indolencia, o como resultado de alguna destructora catstrofe histrica. 32 De esta suerte, la memoria social slo puede configurarse como un movimiento dual de recepcin y transmisin. La memoria, entonces, es la facultad de recordar, traer al presente y hacer presente el recuerdo. 33 Sin ella no existe posibilidad de experiencia ni de vivir histricamente, porque es la memoria quien nos permite percibir el tiempo como un continuum. 34 Es por esta razn que ella se vuelve condicin necesaria para la Historia, aunque conservar la memoria no equivale a construir la Historia; para que la memoria sea histrica necesita <algo ms>
29 Julio Arstegui, op. cit., 2000, p. 157. 30 Andreas Huyssen, Modernismo despus de la modernidad, Buenos Aires, Gedisa, 2010, p. 143. 31 Tzvetan Todorov, Los abusos de la memoria, Barcelona, Paids, 2001, p. 16. 32 Yosef Hayim Yerulshalmi, Zajor. La historia juda y la memoria juda, Barcelona, Anthropos-Fundacin Ed. Cohen, 2002, p. 131. 33 Julio Arostegu, Retos de la memoria y trabajos de la historia en Memoria y pasado. Revista de Historia Contempornea, Madrid, nmero 3, 2004, p. 12. 34 Ricur seala que slo puede haber un espacio de experiencia cuando se opone a un horizonte de espera, es decir que el pasado slo puede adquirir sentido en su relacin con el futuro. Paul Ricur, op. cit., 1999, p. 22. 13 que el esfuerzo de la rememoracin. Necesita convertirse [] de <memoria annima>, en memoria objetivada (reconocida por la colectividad). 35 Como lo seala Jaques Le Goff: La memoria es la materia prima de la historia []. El historiador debe estar ah para dar cuenta de los recuerdos y los olvidos, para transformarla en materia pensable, para hacer de ella un objeto de saber puesto que su trabajo es frecuentemente inconsciente, y est ms sometida a las manipulaciones de los tiempos y las sociedades-. 36
Para que la memoria forme parte de la Historia es necesario que sea concebida como hecho social y para ello debe ser pblica. Y es que aunque Historia y memoria se avocan a la elaboracin del pasado lo hacen con pretensiones y caminos diferentes. Ricur plantea tres niveles en los que tiene lugar la ruptura. A diferencia de la memoria, la Historia elabora un conocimiento con evidencia documental y por ello puede medirse su grado de fiabilidad; a su vez, tiene por objeto una pretensin explicativa regida por un mtodo y, por ltimo, es una actividad que se centra en el fenmeno de la escritura. 37 Por su parte, la memoria es una actividad subjetiva que funciona [] de manera limitada y selectiva, frgil y manipulable, se vierte, sobre todo, hacia la percepcin del cambio y ejerce un trabajo simblico de restitucin y sustitucin. 38 Es [] poco cuidadosa de las comparaciones, de la contextualizacin, de las generalizaciones; no tienen necesidad de pruebas para quien la transporta. 39 Sin embargo, la memoria intenta ser exacta y fiel y por ello le reprochamos que nos engae, que falle; pero tambin por ello la distinguimos de la imaginacin, porque aquella se refiere a lo que ha sido y sta a lo irreal. 40
La Historia, en cambio, es una actividad objetivadora sujeta a un mtodo y con una pretensin de verdad que no existe en la memoria. El contenido de la memoria exige credibilidad y verosimilitud y la Historia, por su
35 Ibdem, p. 28. 36 Jaques Le Goff, Histoire et mmoire, Pars, Gallimard,1988, p. 10 citado por Josefina Cuesta, La odisea de la memoria: historia de la memoria en Espaa, Madrid, Alianza, 2008, p. 52. 37 Paul Ricur, op. cit., 1999a, p. 42. 38 Julio Arstegui, op. cit., 2004, p. 17. 39 Enzo Traverso, op. cit., 2007, p. 73. 40 Paul Ricur, op. cit., 1999a, p. 30. 14 parte, debe discutir y confrontar crticamente su interpretacin del pasado sin las obnubilaciones de la pasin. 41 En su anhelo por entender, la Historia debe considerar textos, acontecimientos y/o procesos que en realidad nunca formaron parte de la memoria, por ello sta no necesariamente se reconoce en la disciplina histrica. La Historia entonces y como bien lo seala Yerushalmi: [] va a contrapelo de la memoria colectiva que, como se ha dicho, es selectiva. Algunos recuerdos subsisten y el resto es eliminado, reprimido, o simplemente descartado mediante un proceso de seleccin natural, que el historiador, sin haber sido invitado, altera e invierte. 42
La memoria es, por tanto, el recuerdo del pasado, y la Historia, el conocimiento de ese pasado. Es la disciplina histrica la que, como seala Julio Arstegui, [] dota de sentido y referencia a la memoria, la contextualiza y la rectifica si es preciso, la coloca dentro de un orden de realidades y de conocimientos que trascienden al individuo. 43
Cronologa de sucesos del movimiento estudiantil.
En 1968 surgi en la ciudad de Mxico un movimiento estudiantil que se estructur y organiz en torno a la denuncia del autoritarismo ejercido por el gobierno de Gustavo Daz Ordaz. Varios estudios acadmicos 44 han establecido como fecha de inicio del movimiento estudiantil el 22 de julio cuando estudiantes de la preparatoria Isaac Ochoterena y de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politcnico Nacional (IPN) se enfrentaron en una ria en la Ciudadela, en el centro de la
41 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 288. 42 Yosef Hayim Yerushalmi, op. cit., p. 113. 43 Julio Arstegui, op. cit., 2000, p. 184. 44 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009; Ariel Rodrguez Kuri, Los primeros das. Una explicacin de los orgenes inmediatos del movimiento estudiantil de 1968 en Historia Mexicana, nm. 209, 2003, pp. 179-228; Sergio Zermeo, Mxico: una democracia utpica. El movimiento estudiantil del 68, Mxico, Siglo XXI, 1978; Ramn Ramrez, El movimiento estudiantil de Mxico, julio-diciembre de 1968, Mxico, Ediciones Era, 1969, 2 vols.; lvaro Vzquez Mantecn (comp.), Memorial del 68, Mxico, UNAM/Secretara de Cultura-Gobierno del Distrito Federal, 2007; Sergio Aguayo, 1968. Los archivos de la violencia, Mxico, Grijalbo, 1998. 15 ciudad-. A pesar de ser un incidente menor, en tan slo unos cuantos das el conflicto escal rpidamente su intensidad. El 23 de julio los granaderos intervinieron en la Vocacional 5 hiriendo a varios alumnos; el 26 se reprimieron dos manifestaciones estudiantiles realizadas en el centro de la ciudad una para protestar por la intervencin policiaca en la Ciudadela; otra para conmemorar la Revolucin Cubana 45 -; el 27 del mismo mes estudiantes de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) ocuparon los planteles ubicados en el centro de la ciudad las preparatorias 1, 2 y 3- como forma de protesta por la represin y encarcelamiento de sus compaeros el da anterior; el 29 de julio la polica y el ejrcito intervinieron en distintos centros educativos de la UNAM y del IPN 46 -da en que se derrumb con un bazucazo la puerta barroca de San Ildefonso, sede de la preparatoria 1-. A estos das caracterizados por los enfrentamientos violentos les siguieron unos de estructuracin y racionalizacin de los sucesos por parte de los estudiantes. En unos cuantos das el conflicto se convirti en un asunto pblico y nacional. El 30 de julio la UNAM y el IPN suspendieron clases en seal de protesta frente a la actuacin de las fuerzas del Estado, su accin fue replicada en otros centros educativos del pas (a la Huelga se incorporan la Normal Superior, Chapingo, la Universidad Iberoamericana, el colegio La Salle, el Colegio de Mxico, las escuelas del INBA y algunas universidades de provincia). A pesar de ser un movimiento originalmente protagonizado por estudiantes de educacin media superior y superior, poco a poco comenzaron
45 Rodrguez Kuri seala que son poco claras las razones por las cuales las autoridades permitieron dos manifestaciones el mismo da en la ciudad de Mxico. Para los estilos de la poca, el gobierno de la ciudad bien pudo decidir sin muchos costos polticos- autorizar una sola o ninguna de las dos. Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 2003, p. 209. 46 Rodrguez Kuri considera que un conjunto de evidencias sugieren que la polica de la ciudad de Mxico no estaba capacitada para enfrentar una explosin de descontento y de violencia callejera como la que caracteriz los primeros das del movimiento estudiantil de 1968. Ms an, es probable que el muy bajo desempeo tcnico por llamarle de alguna manera- del cuerpo de granaderos entre el 22 y 30 de julio [] haya contribuido a escalar el conflicto. La intervencin del ejrcito, la madrugada del 30 de julio, estuvo determinada por el hecho, claro y contundente, de que los estudiantes haban derrotado (o estaban por hacerlo) a los granaderos, es decir, al cuerpo de la polica metropolitana encargado del control y la represin de grupos o multitudes. Ibdem, p.191. 16 a sumarse otros sectores a las movilizaciones, 47 tal es el caso del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, quien para el 1 de agosto encabez una manifestacin para exigir el respeto a la autonoma universitaria y con lo cual otorg legitimidad al movimiento estudiantil. 48 De esta suerte el conflicto [] fue ms all del estudiantado de la UNAM y el Politcnico e involucr a autoridades, profesores, universidades privadas, pandillas, cristianos, padres y madre de familia y a ciudadanos comunes y corrientes. 49
El 4 de agosto ya se haba estructurado el pliego petitorio 50 de seis puntos y el 7 del mismo mes estaba conformado el Consejo Nacional de Huelga (CNH) como el rgano rector y aglutinante del movimiento estudiantil, que incluy a representantes de todas las instituciones de enseanza superior participantes en el movimiento. El conflicto entonces quedaba configurado entre dos actores polticos, por un lado, el movimiento, cuya expresin visible y organizada era el CNH. Por el otro lado se encontraba el gobierno mexicano encabezado por Gustavo Daz Ordaz, instancia a la que en todo momento se dirigieron las demandas estudiantiles. 51
Los primeros das de agosto tambin tuvo lugar un posicionamiento oficial respecto a los sucesos. El primero de ese mes Gustavo Daz Ordaz dio un discurso en Guadalajara en donde sealaba tener la mano tendida hacia
47 Ello no significa que el movimiento estudiantil contara con un apoyo casi universal entre el pueblo. Como lo ha sealado Eric Zolov, para muchos adultos los estudiantes representaban el desmadre, el cuestionamiento de los valores tradicionales mexicanos, el rechazo de las buenas costumbres de siempre. () No todos los jvenes en la capital ni en el pas apoyaban el movimiento; ni siquiera queran relacionarse con el estilo de vida que caracterizaba a los estudiantes manifestantes. Eric Zolov, La juventud se impone: rebelin cultural y los temores de los mayores en Mxico 1968 en De/rota, vol. 1, nm. 2, 2009, p. 104. 48 Como lo seala Aguayo, la participacin del rector Barros Sierra condujo a que el movimiento ya no fuera pensado como uno dirigido por radicales, sino que lo incorpor al terreno de los principios, de la defensa de la autonoma y de la Constitucin. Sergio Aguayo, op. cit., p. 128. 49 Ibdem, p. 114. 50 El pliego petitorio demandaba el cumplimiento de seis puntos: libertad a los presos polticos; destitucin de jefes policiales, los generales Luis Cueto Ramrez y Ral Mendiolea y el teniente coronel Armando Fras; extincin del cuerpo de granaderos; derogacin del artculo 145 y 145 bis del Cdigo Penal Federal; indemnizacin a los familiares de los muertos y heridos desde el inicio del movimiento y deslindamiento de responsabilidades de las autoridades. 51 Hctor Jimnez, El 68 y sus rutas de interpretacin: una crtica historiogrfica, tesis de maestra, Mxico, UAM-Azcapotzalco, 2011, p. 8. 17 los estudiantes para resolver las diferencias. El 22 de agosto, Luis Echeverra expres, a nombre del gobierno: su mejor disposicin para un dilogo franco y sereno y para recibir a representantes de los maestros y estudiantes. 52
Sin embargo, para el 1 de septiembre, el tono oficial cambiaba radicalmente. Gustavo Daz Ordaz sealaba: El dilema es pues, irreductible: Debe o no intervenir la polica? Se ha llegado al libertinaje en el uso de todos los medios de expresin y difusin; se ha disfrutado de amplsimas libertades y garantas para hacer manifestaciones, ordenadas en ciertos aspectos, pero contrarias al texto expreso del artculo 9o constitucional; hemos sido tolerantes hasta excesos criticados; pero todo tiene un lmite y no podemos permitir ya que siga quebrantando irremisiblemente el orden jurdico, como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo; tenemos la ineludible obligacin de impedir la destruccin de las frmulas esenciales, a cuyo amparo convivimos y progresamos. 53
Por su parte, desde el bando estudiantil los meses de agosto y septiembre se caracterizaron por las grandes manifestaciones 54 la del 13 de agosto logr entrar por primera vez al Zcalo, un espacio que hasta ese momento slo haba fungido como lugar de actos oficiales; la del 27 de agosto, con una asistencia multitudinaria, 55 concluy con el izamiento de una bandera rojinegra en el asta del zcalo, el retumbar de las campanas de Catedral y la decisin de permanecer ah hasta que se desarrollara un dilogo con las autoridades; y la del 13 de septiembre que fue la marcha del silencio y que cont con una importante participacin-. El 18 de septiembre la Ciudad Universitaria fue tomada por el ejrcito, el 24 del mismo mes las fuerzas castrenses tomaron Zacatenco y Santo Toms. Estas acciones debilitaron la organizacin del movimiento estudiantil que ocupaba los espacios universitarios como centro de coordinacin y operacin. Durante ms de dos meses el movimiento se estructur a partir de reuniones, marchas, mtines, brigadas que, invariablemente, recibieron la
52 Sergio Aguayo, op. cit., p. 132. 53 Gustavo Daz Ordaz, IV Informe de Gobierno, consultado en http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/re/RE-ISS-09-06-13.pdf 54 Segn Aguayo, en las manifestaciones de aos anteriores la afluencia de participantes haba rondado entre los 1 500 a 10 000, en la marcha del 13 de agosto de 1968, se calcul una participacin, dependiendo de la fuente, de entre 70 000 y 200 000. Sergio Aguayo, op. cit., p. 130. 55 Las cifras oscilan entre 100 000 y hasta un milln de personas. Ibdem, p. 140. 18 represin como respuesta gubernamental. El 2 de octubre los estudiantes realizaron un mitin en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en donde intervinieron miembros de la polica, del ejrcito algunos de ellos actuaron sin portar uniforme y emplearon un guante blanco como distintivo; la agrupacin del ejrcito que oper de esta manera se llam Batalln Olimpia- y del Estado Mayor Presidencial los agentes actuaron de manera encubierta y algunos fungieron como francotiradores-. La jornada finaliz con un nmero importante, pero an no conocido, de muertos, heridos y arrestados. A partir de este da hubo un considerable descenso de la participacin popular en las movilizaciones, sin embargo fue hasta el 6 de diciembre cuando se disolvi el CNH. 56
A pesar de que desde el mes de julio los enfrentamientos entre polica, ejrcito y estudiantes haban sido continuos con una breve pausa en agosto a consecuencia del involucramiento del rector de la UNAM en los sucesos-, la accin de Tlatelolco fue contundente y aparatosa. Es por ello que el 2 de octubre se ha configurado como la fecha del fin del movimiento, una fecha que ha dejado marcada la memoria del proceso con represin y sangre. 57
Las causas del movimiento e hiptesis sobre la preeminencia del 68 en la memoria.
En la medida en que el movimiento estudiantil es un pasado caracterizado por la imposibilidad de acceder a todas las fuentes existentes, se han establecido algunas interpretaciones sobre las posibles causantes de la movilizacin. Es indiscutible que la inminencia de la olimpiada en la ciudad de Mxico que se inaugur el 12 de octubre- configur un escenario particular en el desarrollo del movimiento estudiantil. Para el gobierno la justa olmpica representaba la posibilidad de mostrar los frutos de sendos periodos de
56 Esta cronologa fue elaborada a partir de lvaro Vzquez Mantecn (comp.), op. cit., 2007, Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, 2012; Ramn Ramrez, op. cit.; Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 1998, 2003; Sergio Aguayo, op. cit.; Sergio Zermeo, op. cit.; Hctor Jimnez, op. cit., Jorge Volpi, La imaginacin y el poder. Una historia intelectual de 1968, Mxico, Era, 2006. 57 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 292. 19 estabilidad poltica y crecimiento econmico. 58 Sin embargo al interior del gobierno y de la clase poltica haba importantes tensiones. La preocupacin mxima era que el evento pudiera desquiciar la economa del pas y Gustavo Daz Ordaz mostr en distintos momentos su preocupacin por ello al grado que hizo una consulta con partidos polticos, lderes obreros y campesinos y organizaciones patronales sobre la conveniencia de seguir con la Olimpiada- . 59 Aunado a esto, el Comit Organizador de los Juegos Olmpicos y la opinin pblica internacional tambin contribuyeron a la tensin interna al poner en cuestin, recurrentemente, la capacidad tcnica, operativa, econmica y hasta geogrfica haba preocupacin por la altura de la ciudad- de Mxico. Aparentemente el escenario olmpico haba generado un ambiente de tensin al interior del gobierno. De esta suerte, los sucesos estudiantiles que empezaron a sucederse a finales del mes de julio en la capital del pas, la ciudad sede de las olimpiadas!, no deba ayudar nada a los nimos gubernamentales. Segn Sergio Aguayo, a partir de la tercera semana de septiembre la opinin pblica internacional, nuevamente, mostraba su preocupacin y se desat en el mundo una gran especulacin sobre la posibilidad de que se suspendieran los juegos olmpicos. 60
Sin embargo es importante volver al inicio del movimiento y a las interpretaciones inmediatas que se gestaron. Segn Rodrguez Kuri la escalada del conflicto estudiantil se debi, en gran medida, a la falta de capacidad tcnica y operativa del cuerpo de granaderos el agrupamiento que, en primera instancia, hizo frente a las movilizaciones estudiantiles-. Desde los primeros das los jvenes se enfrentaron violentamente con las fuerzas del Estado, el nmero de participantes, las tcnicas empleadas y el apoyo obtenido lograron que los estudiantes pusieron en entredicho a la polica de la ciudad. Por esta razn el gobierno federal crey necesario recurrir al ejrcito. 61
Da la impresin de que las estrategias de contencin y represin resultaron contraproducentes en la medida en que lograron aumentar la
58 Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 1998, p. 111. 59 Ibdem, p. 112. 60 Sergio Aguayo, op. cit., p. 199. 61 Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 2003, p. 189. 20 indignacin de estudiantes, autoridades universitarias y una parte de la sociedad los vecinos de las zonas en conflicto-. Resulta llamativa esta estrategia empleada por el gobierno ya que ste contaba con aparatos de represin ms sofisticados de los que emple durante esos primeros das. 62
Por esta razn se ha sealado una estrategia de provocacin que se ha vinculado con la candidatura presidencial para las elecciones que tendran lugar en 1970. 63
A su vez diversos estudios 64 sealan que, por razones todava no muy claras, Daz Ordaz se haba convencido de la existencia de un complot internacional que buscaba desprestigiar a Mxico boicoteando la realizacin de las Olimpiadas. 65 De esta manera y dentro de esta lgica, parece que las movilizaciones estudiantiles hacan que el gobierno comprobara dicha teora en donde los jvenes eran pensados como sujetos manipulados por intereses extranjeros. Esta interpretacin fue la que encontr mayor eco en los medios masivos de comunicacin de ese ao. 66
62 Rodrguez Kuri seala que el gobierno contaba con una polica poltica (la Direccin Federal de Seguridad y el Servicio Secreto de la polica de la ciudad de Mxico) que combinaba la generacin de informacin y la represin directa y que, dado el carcter represivo del gobierno, pudo haber sido empleado desde un principio. Ibdem, p.193. 63 Zermeo seala que en ciertas interpretaciones se afirma que el secretario de Gobernacin, Luis Echeverra lvarez, se sirvi de varios canales para acrecentar el conflicto y desacreditar con ello al regente Corona del Rosal, responsable del orden en el Distrito Federal, ya que ste comenzaba a reunir algn prestigio como resultado de las obras realizadas en la ciudad y destinadas en gran parte a los juegos olmpicos que tendran lugar en octubre. Sergio Zermeo, op. cit., p. 21. 64 Sergio Aguayo, op. cit., p. 116; Jorge Volpi, op. cit., pp. 36-38; Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 293. 65 Esta teora del complot tambin se pensaba como comunista y en los primeros meses de 1968 los sujetos sealados de protagonizarla eran los miembros del Partido Comunista Mexicano (PCM) y de otras organizaciones de izquierda. Eugenia Allier Montao, De conjura a lucha por la democracia: una historizacin de las memorias polticas del 68 mexicano en Eugenia Allier Montao y Emilio Crenzel (ed.), Las luchas por la memoria en Amrica Latina. Historia reciente y violencia, (por aparecer en 2014). 66 Aunque los distintos peridicos de circulacin nacional se encontraban bajo una vigilancia importante por parte del Estado, es relevante sealar, como lo ha mencionado Alberto del Castillo, que exista un [] grado de flexibilidad con el que se condujeron algunos de los peridicos, que a pesar de tener encima la presin gubernamental, fueron capaces de generar un pensamiento crtico con 21 Sergio Aguayo 67 sostiene que fue en la ltima semana de septiembre cuando el poder ejecutivo decidi terminar con el movimiento estudiantil: En la decisin influyeron la cercana de la Olimpiada y la presin internacional, el apoyo que tena el rgimen dentro y fuera de Mxico, el convencimiento de que enfrentaba una peligrosa conspiracin que haba quedado demostrada con los enfrentamientos del 21 al 24 de septiembre en las escuelas del Politcnico, y el empecinamiento de los estudiantes con los que, desde la lgica oficial, no era posible llegar a ningn acuerdo: el gobierno no aceptara jams el dilogo pblico, que era una condicin inamovible de los estudiantes, y stos no estaban dispuestos a negociar los seis puntos del pliego petitorio. 68
Ante la inminente inauguracin de los Juegos Olmpicos, Daz Ordaz y su equipo decidieron actuar con las formas ensayadas del pasado. Aguayo encuentra varios elementos que permiten sospechar que la estrategia empleada en Tlatelolco fue la misma que se us en la represin de los movimientos cvicos de Chilpancingo en 1960 y San Luis Potos en 1961. 69
una clara independencia de los postulados gubernamentales. [] Lo anterior nos lleva a sealar como punto de partida el hecho de que el autoritarismo presidencial de la poca control y manipul la opinin pblica, pero nunca la desapareci por completo [] Alberto del Castillo, La fotografa y la construccin de un imaginario: ensayo sobre el movimiento estudiantil de 1968, Mxico, Instituto Mora/UNAM/IISUE, 2012a, p. 33. Es por ello que al hacer una revisin de la cobertura que la prensa hizo del movimiento estudiantil es posible encontrar distintas lneas interpretativas. El ejemplo ms claro seran las publicaciones Por qu? o La Cultura en Mxico que dieron una cobertura importante al movimiento estudiantil alejndose de la interpretacin de la conjura comunista, sin embargo, resultan excepcionales. 67 Es importante sealar que Aguayo tuvo acceso a algunos documentos nunca antes consultados que provenan de la Secretara de Relaciones Exteriores, la Direccin Federal de Seguridad y el Departamento del Distrito Federal. A su vez el trabajo cont con una base testimonial de protagonistas, funcionarios mexicanos de nivel medio, diplomticos, militares y miembros de las fuerzas de seguridad. Cfr. Sergio Aguayo, op. cit., pp. 15-17. 68 Ibdem, p. 205. 69 En todos estos casos se dio un golpe final a los movimientos por medio de la represin a partir del empleo de francotiradores en las congregaciones de protesta. La estrategia inclua la difusin de una versin oficial en la prensa en donde se acusaba a los opositores de disparar en contra de las fuerzas del orden dichas versiones aseguran que los francotiradores eran miembros de los movimientos sociales-. De esta manera se justificaban detenciones, golpizas, muertos y campaas de desprestigio. Estas estrategias empleadas a principios de los aos sesenta tuvieron xito y por ello fueron puestas en marcha el 2 de octubre. Ibdem, pp. 208-215. 22 De esta suerte hay claros indicios de que la realizacin de las Olimpiadas determinaron el desarrollo de los acontecimientos y la actuacin del gobierno. Tambin fueron los Juegos Olmpicos los que le dieron al movimiento estudiantil una connotacin particular en la medida en que [] actu, casi con toda seguridad, como catalizador y como caja de resonancia del conflicto. 70 La presencia de la prensa internacional que asista a lo cobertura de los Juegos Olmpicos y que haba llegado con anticipacin, atestigu, entre otros, los sucesos de Tlatelolco: [] el 2 de octubre fue observado por una gran cantidad de periodistas extranjeros: 14 agencias noticiosas internacionales, 20 corresponsales y 62 enviados llenaron las primeras planas de 181 medios impresos de 38 pases; estaran, adems, los equipos de radio y televisin. 71
A diferencia de otras experiencias del pasado en donde la represin haba cado en el olvido a fuerza de silenciar a la disidencia por medio de arrestos, asesinatos y a travs de una prensa oficialista- ahora encontraba ecos que se reproducan en distintos medios informativos del mundo. Esta configuracin particular de sucesos han convertido al ao de 1968, y al movimiento estudiantil, en un momento con una incuestionable presencia en la memoria pblica. Como pocos pasados, el 68 ha producido una verdadera saga en la crnica y en la novela, 72 adems de innumerables testimonios, ensayos interpretativos y documentos. Pero tambin, como pocos pasados, el movimiento estudiantil cuenta con un espacio fsico emblemtico la Plaza de las Tres Culturas-, con un museo Memorial, 73 con innumerables menciones en los discursos polticos de los presidentes de Mxico desde Luis Echeverra, hasta Enrique Pea Nieto- 74 , con una
70 Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 1998, p. 111. 71 Sergio Aguayo, op. cit., p. 287. 72 Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 2003, p. 181. 73 Inaugurado en 2007 y convirtindose en el primer museo dedicado a un suceso posterior a la Revolucin mexicana. Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 74 Cfr. Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009. Sobre el discurso de toma de protesta como presidente de la Repblica de Enrique Pea Nieto y las referencias al movimiento estudiantil. http://noticias.univision.com/mexico/noticias/article/2012-12-01/enrique- pena-nieto-presidente-mexico-ceremonia-congreso-san-lazaro#axzz2E2wiGdXs (consultado 3/12/2012). 23 presencia temprana pensando en las caractersticas del sistema poltico y educativo mexicano- en los libros de texto gratuitos desde 1992, 75 y a partir de 2011, con un da, el 2 de octubre, de luto nacional. 76 Esto no sucede as con otros sucesos ocurridos en la segunda mitad del siglo XX y que, por sus caractersticas, podran compararse con 1968. En concreto pienso en el movimiento ferrocarrilero de 1958-1959, en el movimiento mdico de 1964-
75 Los libros de Historia de Mxico para 4, 5 y 6 de primaria del ciclo escolar 1992-1993 incorporaron por primera vez al movimiento estudiantil de 1968. Este conjunto de libros fueron producto del Acuerdo Nacional para la Modernizacin de la Educacin Bsica que pretenda, entre otras cosas, la renovacin de los contenidos de la enseanza. Al frente de esta empresa se encontraba Gilberto Guevara Niebla que, para ese momento, era Subsecretario de Educacin Bsica. Los libros de Historia de Mxico detonaron una serie de crticas tanto por cuestiones pedaggicas como por sus contenidos y fueron retirados al ao siguiente. Se ha sealado que el motivo del retiro se debi a la mencin de los sucesos del 2 de octubre y la adjudicacin de la responsabilidad al ejrcito, sin embargo, el tema resulta ms complejo ya que, por ejemplo, en los libros se deca que Mxico haba cedido a Estados Unidos los territorios de Texas, Nuevo Mxico y California; no se mencionaba a los Nios Hroes por sus nombres; no se hablaba del Plan de Ayala; desapareca el Ppila o se le quitaba su condicin de indgena a Benito Jurez. Por ello se seal que la historia que se contaba en aquellas pginas era parcial y con poco rigor. Fue hasta 2002 cuando el movimiento estudiantil volvi a los libros de texto gratuito, sin embargo, en 2010, en una nueva versin y bajo el gobierno del PAN, los sucesos de 1968 fueron censurados. Aunque se incluy un apartado que hablaba sobre el movimiento estudiantil, se omiti un prrafo en el que, al hablar sobre el 2 de octubre, se deca: En respuesta fueron atacados a balazos. Muchos murieron, otros resultaron heridos y encarcelados. Entre los muertos hubo tambin miembros del ejrcito. La hostilidad del gobierno y de los medios de comunicacin hacia el movimiento estudiantil fue tal que este crimen fue ocultado y falseado. Hasta el da de hoy los culpables no han sido castigados. Pero este sangriento hecho no fue olvidado por quienes continuaron exigiendo cambios para hacer de Mxico un pas justo, libre y democrtico. Esta informacin fue sealada, en una entrevista, por el Dr. Sergio Miranda quien fue el encargado de realizar el apartado sobre el movimiento estudiantil. Sobre la historia de los libros de texto de 1992, cfr. Hctor Jimnez, op. cit., pp. 147-148; Natalia Vargas Escobar, Dispositivos estatales de afirmacin: la versin de nacin que se registra en los libros de texto gratuitos de historia de Mxico, tesis de maestra, Mxico, FLACSO Mxico, 2008, p. 115-116. 76 El 8 de noviembre de 2011 la Cmara de Diputados aprob izar la bandera nacional a media asta cada 2 de octubre y declarar esa fecha como da de la lucha por la democracia y en recuerdo de los jvenes masacrados en 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Proceso, Diputados declaran el 2 de octubre da de luto nacional, http://www.proceso.com.mx/?p=287519 (consultado 9/11/2011) 24 1965 o en la represin en contra de estudiantes el 10 de junio de 1971. Queda claro que el 2 de octubre no fue ni la primera ni la ltima manifestacin de un movimiento pacfico y legal en ser reprimida en Mxico en el siglo XX, 77 sin embargo, las memorias pblicas le han otorgado un lugar privilegiado. Por esta razn resulta en extremo sugerente la reflexin de Jos Antonio Aguilar Rivera: el movimiento del 68 fue contestatario al igual que la Revolucin en su origen. Ambos desafiaron a un Estado autoritario en nombre de ideales libertarios. En ambos casos su consagracin simblica definitiva ocurri cuando sus protagonistas ya no eran rebeldes sino regidores de los destinos del pas. 78
Algunas consideraciones sobre el uso del cine como objeto de estudio
En la presente investigacin pienso al cine como un medio de expresin esttico que conjuga la imagen, el movimiento, el sonido y la palabra. 79 En la medida en que las pelculas son construcciones de sentido acerca del pasado/presente elaborados por diferentes actores sociales [] 80 y que implican un proceso de seleccin, ordenacin y exposicin en donde, invariablemente, se establece un punto de vista, las pienso como narraciones. 81 A su vez, las pelculas pueden ser concebidas como textos 82 al
77 Eugenia Allier Montao, op. cit.., 2012, p. 24. 78 Jos Antonio Aguilar Rivera, La crtica del mito, en Nexos, http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2100676 (consultado 10/10/2012) 79 Pierre Sorlin, Sociologa del cine: la apertura para la historia de maana, Mxico, FCE, 1985, p. 7. 80 Silvina Jensen, op. cit., p. 171. 81 Neira Pieiro explica que toda narracin, desde el momento en que conlleva una seleccin y organizacin de la historia, supone siempre la existencia de un narrador, es decir, una instancia que ordena y estructura el material base, y que no ha de ser confundida con el autor real o el autor implcito. Mara del Rosario Neira Pieiro, Introduccin al discurso narrativo flmico, Madrid, Arco/Libros, 2003, p. 56. 82 Paul Ricur seala que llamamos texto a todo discurso fijado por la escritura. Aunque el objeto de esta investigacin es el cine, me parece que la definicin es operante para este medio en la medida en que el soporte audiovisual tambin permite la fijacin de un discurso que, a diferencia del acto del habla, deja de ser efmero. A su vez, en el acto del habla hay un dilogo que une la voz de uno con el 25 ser mecanismos que fijan discursos. En esta medida hay que puntualizar que todo texto reclama su lectura, pero no se puede pensar que el lector tiene un acceso directo al texto en el que habra un vnculo inmediato de congenialidad entre las dos subjetividades presentes en la obra, la del autor y la del lector. 83 Pero tampoco se puede pensar, como lo hicieron algunas metodologas estructuralistas, que el texto puede ser entendido en su objetividad de objeto lingstico. 84 Por el contrario, reconozco que todo texto admite varias lecturas, pero no cualquier lectura. 85
El acto de la interpretacin slo puede darse en la dialctica que se entreteje entre autor, obra y lector. Umberto Eco seala que: [] un texto es un artificio cuya finalidad es la construccin de su propio lector modelo. El lector emprico es aquel que formula una conjetura sobre el tipo de lector modelo postulado por el texto. Lo que significa que el lector emprico es aquel que intenta conjeturas, no sobre las intenciones del autor emprico, sino sobre las del autor modelo. El autor modelo es aquel que, como estrategia textual, tiende a producir un determinado lector modelo. [] Y he aqu entonces que la investigacin sobre la intencin del autor y sobre la de la obra coinciden. Coinciden, al menos, en el sentido que autor (modelo) y obra (como coherencia del texto) son el punto virtual al que apunta la conjetura. Ms que parmetro para convalidar la interpretacin, el texto es un objeto que la interpretacin construye en el intento circular de
odo del otro, sin embargo, este orden se trastoca en el texto escrito (en nuestro caso el cine) al separar el acto de la enunciacin y el de la recepcin: el lector (espectador) est ausente de la escritura (en este caso, de la filmacin, el montaje, etc.) y el escritor (aqu director, guionista, editor, etc.) est ausente en la lectura. Paul Ricur, Del texto a la accin. Ensayos sobre hermenutica II, Mxico, FCE, 2002, p. 127-129. 83 Ibdem, p. 34. 84 Umberto Eco, Intentio lectoris. Apuntes sobre la semitica de la recepcin en Los lmites de la interpretacin, Espaa, Editorial Lumen, 1992, p. 25. 85 Es por esta razn que en este trabajo no considerar las prcticas de la recepcin de las pelculas estudiadas en virtud de que, aunque es un tema de sumo inters, rebasa las posibilidades de esta investigacin. Como lo seala Roger Chartier, la multiplicidad de interpretaciones que admite un texto est imbuido por () un proceso histricamente determinado cuyos modos y modelos varan segn el tiempo, los lugares y las comunidades. Roger Chartier, El mundo como representacin, Barcelona, Gedisa Editores, 1995, p. 51. 26 convalidarse a travs de lo que la constituye. Circulo hermenutico por excelencia, sin duda. 86
Es por ello que la produccin de significados de un texto slo puede ser comprendida en virtud de sus consecuencias tanto previstas e intencionadas como no previstas y no intencionadas. 87 De esta suerte es importante considerar al texto como un todo significativo y, por tanto, independiente de su autor emprico. Por esta razn atribuir los sentidos y significados de los discursos cinematogrficos al narrador implcito que, diferencindose del autor real, ser pensado como la instancia que, manejando simultneamente todas las materias expresivas del cine (imgenes, lenguaje verbal, msica, etc.) y sirvindose de los mecanismos del montaje, articula con ellas el relato flmico en su totalidad. 88 De esta modo, reconociendo que no es posible leer un texto de manera unvoca, me propongo hacer una interpretacin crtica, en el sentido de conjetura de Eco, de los discursos flmicos que son objeto de estudio. A su vez, considero a los discursos flmicos como forma y contenido en la medida en que, como lo ha sealado Hayden White, la forma narrativa no es solamente un vehculo para la transmisin de informacin, sino que es un elemento que transforma los significados del contenido. 89 Por esta razn, los procedimientos formales, las elecciones estticas y las estrategias narrativas, sern relevantes en la medida en que permitan profundizar las interpretacin de los discursos memoriales. Dentro de las estrategias narrativas empleadas por el cine resulta importante profundizar en los estatutos que se le han otorgado a la imagen 90
y que plantean algunas paradojas y contradicciones sintetizadas en el
86 Umberto Eco, op. cit., p. 41. 87 Hayden White, La cuestin de la narrativa en la teora historiogrfica actual en El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representacin histrica, Barcelona, Paids, 1992, p. 68. 88 Mara del Rosario Neira Pieiro, op. cit., pp. 60-61. 89 Cfr. Hayden White, op. cit., pp. 41-74. 90 Me concentro en la imagen en la medida en que socialmente se ha constituido como uno de los mecanismos de autentificacin de lo dicho. Aunque el movimiento, el sonido y la palabra son partes fundamentales de las narraciones cinematogrficas, no tienen la misma relevancia en cuanto a la evidencialidad. 27 binomio realismo versus representacin. Por un lado se piensa a la imagen desde una perspectiva mimtica, en donde se las relacionan [] con su proveniencia, como si los fenmenos pudieran, por un instante, equivaler a su registro. 91 Las imgenes aparecen as como la huella innegable de algo que ha sido. 92 y pueden colocar a quien las mira en la posicin de testigo. Por ello la imagen logra satisfacer la necesidad de ver para creer, en palabras de Philippe Dubois aparece como una especie de prueba, a la vez necesaria y suficiente, que atestigua indudablemente la existencia de lo que da a ver. 93
Por otra parte est la perspectiva que ha puesto en cuestin la idea de mostracin objetiva de la realidad para sealar que las imgenes crean o presentan una realidad otra, distinta, trascendiendo el mero registro o duplicacin de lo dado. 94 Dicha concepcin seala que las imgenes son eminentemente codificadas (tcnica, cultural, sociolgica y estticamente). 95
Esta reflexin resulta interesante sobre todo en el mbito del documental 96 - forma discursiva mayoritaria del cine sobre el movimiento estudiantil- que permitir reflexionar sobre el modo en que cada pelcula se relaciona con la idea de realidad y que, por supuesto, revela los modos en que socialmente se autoriza narrativizar al movimiento estudiantil de 1968. El conjunto de pelculas que sern analizadas comprenden los aos que van de 1968 y hasta 2008 1968 como fecha de la primera produccin cinematogrfica realizadas en Mxico, 2008 como la fecha de la ltima produccin estrenada mientras se realizaba la presente investigacin-. 97 Esta delimitacin cronolgica obliga a trabajar con documentales y ficciones, dos
91 Ana Amado, op. cit., p. 44. 92 Victoria Langland, op. cit., p. 87. 93 Philippe Dubois, De la verosimilitud al ndex en El acto fotogrfico: de la representacin a la recepcin, Barcelona, Paids, 1986, p. 20. 94 Elizabeth Jelin y Ana Longoni, Introduccin, en Elizabeth Jelin y Ana Longoni (coord.), op. cit., p. XVI. 95 Philippe Dubois, op. cit., p. 36. 96 Para un acercamiento sobre las relaciones y contradicciones de la idea de imagen documental versus objetividad y realidad cfr. Antonio Weinrichter, Desvos de lo real: el cine de no ficcin, Madrid, T&B Editores, 2004 y Bill Nichols, La representacin de la realidad, Barcelona, Paids Comunicacin, 1997. 97 Borrar de la memoria, dirigida por Alfredo Gurrola, fue realizada en 2010 y estrenada en 2011. Por su parte, Tlatelolco: verano del 68, de Carlos Bolado, se estren en 2013. Ninguna de las dos son incluidas en este trabajo. 28 formas que se distinguen claramente por sus estrategias estticas, narrativas y por sus pretensiones referenciales. Sin embargo, parto de la consideracin de que los lmites entre el documental y la ficcin son ms tenues de lo que se suele afirmar. Aunque el documental pretende describir los acontecimientos efectivos del mundo real para lo que asumimos se emplea una base documental y emprica- es innegable que ste incorpora un nivel de retrica o artificio irreductible 98 incurriendo, necesariamente, en estrategias narrativas que lo acercan al formato ficcional. Por su parte, pensar a la ficcin simplemente como producto de la imaginacin es una actitud reductiva. Como lo ha sealado Ricur, la ficcin redescribe lo que el lenguaje convencional ha descrito previamente. 99 Es decir que aunque el documental se propone referir al mundo a partir de la evidencia emprica, la ficcin tratar de redescribir la realidad a partir de estructuras simblicas. Por ello, ms que recursos antitticos, son medios complementarios que refieren a la accin humana. Ambas formas son producto de una actividad selectiva e interpretativa y son convenciones sociales que estipulan cmo se puede o debe hablar sobre ciertos temas.
Las pelculas sobre el movimiento estudiantil de 1968
En la presente investigacin abordo un conjunto de pelculas que pertenecen al cine independiente y al cine comercial. Esta cuestin resulta relevante en la medida en que fue la produccin independiente que naci hacia la segunda mitad del siglo XX y que tuvo un gran estimulo con el surgimiento en 1963 de la primera escuela de cinematografa del pas, el Centro Universitario de Estudios Cinematogrficos (CUEC) 100 - la que trat por primera vez temas de ndole poltica en sus narrativas. Sin embargo, durante los aos sesenta las
98 Patrick Dove, Narrativas de justicia y duelo: testimonio y literatura del terrorismo de Estado en el Cono Sur en Elizabeth Jelin y Ana Longoni (coord.), op. cit., p. 162. 99 Paul Ricur, Historia y narratividad, Barcelona, Paids Ibrica, 1999. p. 142. 100 De las pelculas consideradas en esta investigacin todos los directores son egresados del CUEC a excepcin de Oscar Menndez que estudi en la escuela de cine de Praga y fue docente del CUEC-, Maryse Sistach egresada del Centro de Capacitacin Cinematogrfica (CCC)- y Nicols Echevarra estudiante de la Milleniun Film Workshop de Nueva York-. 29 pelculas con preocupacin social eran relativamente escasas y ms bien exista un inters por desarrollar un cine de autor. 101 De esta suerte el movimiento estudiantil de 1968 se convirti en el punto de inflexin para abordar temas comprometidos con la realidad del momento de manera sistemtica. 102 En esta primera etapa surgieron nete pueblo (1968) de Oscar Menndez, Comunicados (1969) firmados por el CNH, El grito (1969) de Leobardo Lpez Aretche, 2 de octubre: aqu Mxico (1970) e Historia de un documento (1971) de Menndez, Tmalo como quieras (1971) de Carlos Gonzlez Morantes e Y si platicamos de agosto? (1981) de Maryse Sistach. Las cinco primeras pelculas son documentales con metraje capturado
101 Las preocupaciones estticas y narrativas del cine que se gestaba en el mbito independiente respondan en gran medida a las propuestas de la Nueva Ola Francesa y el neorrealismo italiano. A esto contribuy la realizacin de distintos concursos de cine experimental de largometraje el primero de ellos celebrado en 1965-. 102 La dcada de los aos cuarenta result paradigmtica para la cinematografa nacional porque fue el momento en que se consolid como una industria se ha considerado que esto sucedi a partir de All en el rancho grande (1936) de Fernando de Fuentes-. Este cine industrial comenz a determinar los mecanismos de produccin del cine, es a partir de entonces que surgi la Asociacin de Productores Cinematogrficos de Mxico (1936) o el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematogrfica (1945). A su vez, en 1947, se consolid el Banco Nacional Cinematogrfico, que era sostenido principalmente con capital del Estado, y que tena como funcin la de asegurar el financiamiento de las pelculas. Es a partir de este momento que la industria cinematogrfica mexicana se convirti en una de las cinco ms importantes del pas y logr consolidarse frente a la cinematografa de Amrica Latina. Sin embargo, en la dcada de los cincuenta la industria flmica entr en crisis con lo cual se emple una frmula para sobrevivir: la produccin de pelculas de bajo costo y de temas urbano-arrabaleros; la produccin comenz a dirigirse a un pblico de menos recursos, mientras la clase media prefera el cine norteamericano o era seducida con la llegada de la televisin. De este modo, en la dcada de los setenta la industria cinematogrfica se declar oficialmente en crisis (econmica y de calidad). Era una industria que estaba ms preocupada por garantizar la recuperacin de la inversin y el mantenimiento del sistema, ms que en explorar las posibilidades estticas y narrativas del cine como suceda en Francia o Italia-. Bajo este contexto surge el cine del 68, un cine independiente y universitario, que estaba al margen de la industria cinematogrfica, y que tena la posibilidad de renovar la esttica del cine mexicano. Esta produccin, sin embargo, no represent un quiebre en el mbito de la exhibicin ya que fueron pelculas poco vistas. Israel Rodrguez, Entre la preocupacin existencial y el cine social, tesis de licenciatura, Mxico, Facultad de Filosofa y Letras-UNAM, 2008, pp. 14-19, 23-24. 30 durante los sucesos- y las dos ltimas ficciones. Fue en 1989, con Rojo amanecer, cuando una pelcula de ficcin, eminentemente comercial, pudo hablar por primera vez del movimiento estudiantil. 103
A pesar del punto de quiebre que represent Rojo amanecer, la produccin cinematogrfica posterior se ha mantenido primordialmente en el mbito independiente y documental Mxico 68 (1993) de Oscar Menndez, Daz Ordaz y el 68 (1998) de Luis Lupone, 104 Batalln Olimpia: documento abierto (1998), Operacin galeana (2000) y Tlatelolco, las claves de la masacre (2002) de Carlos Mendoza, El memorial del 68 (2006) de Nicols Echevarra, 1968: la conexin americana (2008) de Mendoza y 1968 (2010) de Carlos Bolado, llegando a explorar nuevos espacios de difusin como los documentales elaborados por Canal seis de julio (Mendoza) que pueden ser vistos en youtube, o Gustavo Daz Ordaz y el 68, El memorial del 68 y 1968 que fueron transmitidos por televisin abierta-. Sin embargo esta tendencia parece estarse modificando con las producciones de ficcin ms recientes Borrar de la memoria (2010) de Alfredo Gurrola y Tlatelolco: verano del 68 (2013) de Carlos Bolado- que han sido pensadas para ser exhibidas en las salas de cine comercial. Estas consideraciones resultan fundamentales porque permiten trazar las tendencias estticas, narrativas y formales que ha empleado la cinematografa del movimiento estudiantil. A su vez, es interesante sealar que en la produccin flmica sesentayochera est la abrumadora presencia de documentales de las dieciocho pelculas a las que me refiero, tan slo 5 son ficciones-. Aparentemente la produccin cinematogrfica ha aumentado conforme ha pasado el tiempo, pues durante los 60 y hasta los 90 la produccin por cada dcada rond entre dos y tres pelculas; sin embargo, con los albores del siglo XXI la tendencia parece modificarse al haber un boom cinematogrfico sobre el tema, de 2000 a 2012 se realizaron siete filmes.
103 lvaro Vzquez Mantecn, El 68 en el cine mexicano en Memorial del 68, op. cit., p. 203. 104 Aunque Clo no puede pensarse como una productora independiente, siendo Televisa uno de los lugares donde se transmiten dichos documentales, lo cierto es que son filmes que no estn pensados para ser exhibidos en salas de cine comercial. 31 El conjunto de pelculas puede dividirse en algunas tendencias determinadas por elementos formales y por el contexto poltico que me han permitido estructurar el capitulado de la tesis de la siguiente manera:
1. Las voces de los actores. Son las pelculas que se elaboraron entre 1968 y 1971 y que tienen como punto de comunin el haber sido realizadas por los actores del movimiento. En esta categora se encuentran nete pueblo, Comunicados, El grito, 2 de octubre: aqu Mxico e Historia de un documento.
2. La llegada de la ficcin. Son las pelculas que se realizaron entre 1971 y 1989, que buscan recrear los sucesos de das especficos de la movilizacin estudiantil de 1968. A esta categora pertenecen Tmalo como quieras, Y si platicamos de agosto? y Rojo amanecer.
3. La era del testimonio. 105 Son pelculas realizadas entre 1993 y 2010 y que se caracterizan, primordialmente, por un empleo importante de testimonios. A esta categora pertenecen Mxico 68; Daz Ordaz y el 68; El memorial del 68 y 1968.
4. La historia de la violencia. 106 Son las pelculas elaboradas entre 1999 y 2008 que, aunque emplean de manera importante el testimonio, su objetivo primordial es desentraar la historia de la violencia contra el movimiento. A esta categora pertenecen: Batalln Olimpia; Operacin Galeana; Tlatelolco, las claves de la masacre y 1968: la conexin americana.
105 Annette Wiewiorja, Lre du tmoin, Pars, Plon, 1998. 106 Idea retomada de Hctor Jimnez, op. cit., p. 26. 32 Captulo 1 Las voces de los actores
El contexto.
Durante el desarrollo de los sucesos comenzaron a estructurarse dos interpretaciones que resultaban antagnicas. Por un lado estaba la de los propios estudiantes y los sectores que los apoyaban, que perciban al movimiento como lucha contra la represin gubernamental y, por el otro, la que parta del gobierno, del PRI y de los sectores sociales econmicos [] que lo apoyaban 107 y que pensaban los sucesos estudiantiles como parte de una conjura comunista. Desde aos antes del 68, Gustavo Daz Ordaz se haba convencido de la existencia de un complot internacional contra Mxico. Se asuma que los grupos radicales se aprovecharan de la Olimpiada para organizar algunos desrdenes. 108 Por esta razn el movimiento estudiantil fue permanente y sistemticamente sealado como parte de esa conjura. Despus de los sucesos de Tlatelolco, la versin oficial y la prensa 109
intensificaron esa interpretacin y aseguraron que los sucesos violentos del 2 de octubre haban formado parte de esa conspiracin que buscaba desestabilizar al pas: Los principales diarios de la Ciudad de Mxico optaron por alinearse a la versin gubernamental de los hechos ocurridos en Tlatelolco y las notas editoriales de ese da fueron clara muestra de ello. [] prcticamente todos coincidan en lo general: los muertos de aquella refriega fueron el resultado lastimero de una abierta provocacin contra la estabilidad del pas y su gobierno. 110
107 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 108 Sergio Aguayo, op. cit., p. 116. 109 Alberto del Castillo ha sealado que durante el conflicto la mayor parte de la prensa nacional adopt una lnea editorial acorde con la postura gubernamental, sin embargo, existieron excepciones como la revista Life en espaol, Por qu? y La cultura en Mxico -suplemento de la revista Siempre!-. Estos medios informativos dedicaron una amplia cobertura al movimiento estudiantil. Alberto del Castillo, El movimiento estudiantil de 1968, la cobertura fotogrfica en Alquimia, mayo-agosto, 2008, ao 11, nm. 33, Mxico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, pp. 70- 80. 110 Hctor Jimnez, op. cit., p. 32. 33 El 3 de octubre distintos medios impresos hablaban de francotiradores que haban agredido a las tropas del ejrcito. El Universal sealaba que en los sucesos haba habido 29 muertos y ms de 80 heridos en ambos bandos, adems de 1000 detenidos. 111 El 4 de octubre ya comenzaban a circular titulares en donde se hablaba de una agitacin en la que estaban involucrados nacionales y extranjeros con propsitos antimexicanos y muy peligrosos. 112 El 6 de octubre peridicos como El Heraldo de Mxico afirmaban que se trataba de un movimiento para derrocar al gobierno, 113 y el 7 del mismo mes El Sol de Mxico sealaba que los militares haban encontrado, durante los sucesos del 2 de octubre, un arsenal constituido por diversas armas que perteneca a los agitadores. 114
A esta cobertura meditica se le sumaron las declaraciones que uno de los lderes del CNH, Scrates Amado Campos Lemus, hizo el 6 de octubre tras su detencin. Campos Lemus seal que en las juntas del CNH se haba acordado que en la manifestacin del 2 de octubre se conformaran columnas de seguridad que en realidad eran: grupos de choque. Que cada una de estas columnas o grupo estaba integrado por un responsable o comandante y algunos miembros armados. [] Que la finalidad de la formacin de estas columnas fue la de dar a las personas que concurrieron al mitin de Tlatelolco, su seguridad y para que, en cuanto llegaran los granaderos o los soldados a disolver el mitin, abrir el fuego en contra de ellos, particularmente en los grupos donde se sospechaba que estaban los mandos, tanto de los granaderos como del Ejrcito. 115
Las declaraciones de Campos Lemus fueron empleadas por el gobierno como la prueba de que sus sospechas eran ciertas. Frente a esta
111 29 muertos y ms de 80 heridos en ambos bandos; 1,000 detenidos en El Universal, 3 de octubre de 1968 en Aurora Cano Andaluz, 1968: Antologa periodstica, Mxico, Instituto de Investigaciones Bibliogrficas, UNAM; 1993, p. 240. 112 El ejrcito mantiene la tranquilidad y se informa oficialmente de 29 muertosen Novedades, 4 de octubre de 1968, Ibdem, p. 245. 113 El General Crdenas condena a los agitadores en El Heraldo de Mxico, 6 de octubre de 1968, Ibdem, p. 253. 114 Los alborotadores tenan un arsenal en Tlatelolco en El Sol de Mxico, 7 de octubre de 1968, Ibdem, p. 260. 115 Revelaciones sobre el movimiento en Exclsior, 6 de octubre de 1968, Ibdem, p. 252. 34 cobertura meditica tambin aparecieron libros, panfletos y folletos empeados en desentraar la supuesta conspiracin contra Mxico. 116
Dichas publicaciones tuvieron lugar entre 1969 y 1972 y resultaron textos que coinciden en una abierta condena al movimiento estudiantil y una preocupacin casi paranoica por la infiltracin extranjera y/o comunista en Mxico. 117
De esta manera es claro como a partir del 2 de octubre se asest un golpe contundente contra el movimiento estudiantil. Durante los meses de julio y hasta septiembre la versin oficial haba tenido cierta resonancia, pero an as el movimiento contaba con una importante participacin 118 las manifestaciones masivas que convoc el CNH fueron realizadas entre agosto y septiembre-. Sin embargo, a partir del 2 de octubre, con la detencin de un buen nmero de lderes estudiantiles y con los aparatosos sucesos de Tlatelolco de los que se desconocen las cifras exactas de heridos y muertos- el movimiento comenz su repliegue que culminara con la declaracin del fin de huelga el 4 de diciembre de 1968. A partir del 2 de octubre el gobierno busc quitar toda legitimidad al movimiento. La estrategia buscaba convencer a la opinin pblica, principalmente la internacional, de la siniestra conjura que se gestaba en el pas y de la que, en efecto, estaba convencido Gustavo Daz Ordaz. La actuacin de militares, policas y granaderos quedaba justificada al afirmar que ellos haban sido atacados por francotiradores que formaban parte del movimiento estudiantil. 119 As: Durante diez das se hizo hasta lo imposible para que, a partir del 12 de octubre, Mxico y el mundo estuviesen convencidos de que nada
116 Hctor Jimnez, op. cit., p. 39. 117 Ibdem, p. 40. 118 Sin embargo vale la pena sealar que, contrariamente al relato hegemnico del 68, el movimiento no tuvo un apoyo casi universal entre el pueblo. Por el contrario, distintos sectores vieron a los estudiantes con cinismo y rechazo. Zolov ha sugerido que hubo ms gente que se opona al movimiento de la que lo apoyaba. No hubo protesta pblica masiva como respuesta a la masacre de cientos de estudiantes el 2 de Octubre en la Plaza de las Tres Culturas, apenas 10 das antes del comienzo de la olimpiada. La mayora de la gente, uno se puede imaginar, estaba satisfecha que por fin, el gobierno haba acabado con esos jvenes revoltosos. Eric Zolov, op. cit., pp. 103, 107. 119 Jorge Volpi, op. cit., p. 341. 35 haba pasado. Nada. Diez das que junto con el acto extremo de Tlatelolco- le bastaron al gobierno para borrar al movimiento estudiantil de la historia, como si nunca hubiese existido, como si las calles no se hubiesen llenado con las protestas de miles de jvenes y como si los tanques y los soldados no hubiesen sido parte del escenario de la ciudad de Mxico a lo largo de dos meses. Era una tarea difcil pero se llev a cabo con precisin y esmero. Una acuciosa manipulacin de los medios, una represin que se recrudeca bajo tierra y un hbil manejo de la imagen pblica casi lograron convencer a todos de la libertad que prevaleca en la repblica. 120
Frente al sistemtico ataque de los medios de comunicacin en contra del movimiento estudiantil, que haba iniciado desde julio y que acentu su tenor en octubre, los estudiantes intentaron romper con el cerco informativo en el que la prensa oficial tena confinado al movimiento. 121 Inicialmente y antes del mes de octubre emplearon las brigadas que recorran distintos barrios de la ciudad con la intencin de informar y obtener ayuda econmica de los ciudadanos. Despus del 2 de octubre se emplearon estrategias clandestinas, como la elaboracin de narrativas cinematogrficas que apostaban por la elocuencia de las imgenes (como manera de) contradecir las impugnaciones que les hacia el rgimen en la prensa y los medios masivos de comunicacin. 122 A esta tendencia contrainformativa se le sumaron algunos peridicos Por qu?, La vida en Mxico o la revista Life en espaol-, adems de textos de corte acadmico como el de Ramn Ramrez, El movimiento estudiantil de Mxico (1969) o testimoniales como Das de guardar (1970) de Carlos Monsivis, La noche de Tlatelolco (1971) de Elena Poniatowska y Los das y los aos (1971) de Gonzlez de Alba -estudiante de la UNAM y miembro del CNH-. En 1969, en su V Informe de gobierno, Gustavo Daz Ordaz afirm: Por mi parte, asumo ntegramente la responsabilidad personal, tica, social, jurdica, poltica e histrica, por las decisiones del gobierno en relacin con los sucesos del ao pasado. 123 Las acciones se justificaban, segn una
120 Ibdem, p. 361. 121 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 195. 122 lvaro Vzquez Mantecn, La visualidad del 68 en La era de la discrepancia, Mxico, UNAM, 2006, p. 35. 123 Luis Lupone, Gustavo Das Ordaz y el 68 (DVD), Mxico, Clo, 1998, 18:47- 18:58 36 declaracin hecha por Daz Ordaz en 1977, en la medida en que le haban permitido salvar al pas de esa perversa conjura internacional de la que haban sido participes por engao, ingenuidad o conviccin- los jvenes estudiantes. Por su parte, Luis Echeverra lvarez en su mandato como presidente de la Repblica, emprendi la apertura democrtica que buscaba dar solucin a los problemas planteados por los sectores movilizados en 68 y con la cual se puso en libertad a los dirigentes estudiantiles y a otros presos polticos como los lderes ferrocarrileros del movimiento de 1958-1959; [se] intent abrir un dilogo con los estudiantes del pas y, finalmente, [se] derog los polmicos artculos 145 y 145 bis. 124 Estas acciones representaban una manera de deslindarse de su antecesor Daz Ordaz- y de la responsabilidad de los sucesos de 68. Sin embargo, el gobierno de Echeverra se caracteriz por un aumento de la represin que culmin en la llamada guerra sucia. Uno de los momentos ms conocidos del autoritarismo echeverrista fueron los sucesos del 10 de junio de 1971 cuando un grupo de estudiantes de la ciudad de Mxico se manifestaban en solidaridad con los estudiantes de la Universidad de Nuevo Len y fueron reprimidos violentamente por el grupo paramilitar de los Halcones-. A pesar de haber recurrido a la represin de las guerrillas, de las organizaciones de izquierda y de todo movimiento social independiente o disidente, el rgimen prista jugaba paralelamente la carta de la apertura poltica. 125 Dentro de este doble juego no sorprende que en 1972 La noche de Tlatelolco fuera anunciada como ganadora del premio Xavier Villaurrutia 126
-rechazado por Elena Poniatowska-; tampoco resulta extrao el que, a partir de 1974, se realizaran las primeras marchas en algunas ciudades del pas para conmemorar los sucesos de 1968 en la ciudad de Mxico la primera se registr hasta 1977-. 127
124 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 295. 125 Massimo Modonessi, La crisis histrica de la izquierda socialista mexicana, Mxico, Casa Juan Pablos-UCM, 2003, p. 28. 126 Hctor Jimnez, op. cit., p. 61. 127 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 295. 37 Las pelculas.
Segn Eugenia Allier, entre 1969 y 1977, los principales sujetos encargados de recordar y organizar actos en torno a los sucesos de 68 fueron los estudiantes de las principales universidades del pas, ciudadanos independientes no agrupados en asociaciones amplias que pudieran obtener eco. 128 Esta tendencia parece ilustrarse en el mbito cinematogrfico, donde la produccin de esos aos estuvo a cargo de estudiantes y profesores que militaron en el movimiento. 129
nete pueblo y Comunicados son pelculas que se realizaron durante el desarrollo del movimiento; mientras que El grito, 2 de octubre: aqu Mxico, Historia de un documento y Tmalo como quieras, son filmes que se elaboraron en los aos inmediatamente posteriores, es decir, de 1969 y hasta 1971. Los autores de estas producciones fueron scar Menndez profesor de la preparatoria 1 de la UNAM y cineasta independiente que, por encargo del CNH, captur distintas imgenes de las movilizaciones-, Leobardo Lpez Aretche alumno del CUEC, representante de esa escuela ante el CNH, designado por ese mismo Consejo para registrar visualmente el movimiento y
128 Ibdem, p. 296. Hay que recordad que el PCM, un organismo potencialmente apto para adoptar la causa, se encontraba en la semiilegalidad. 129 Sin embargo tambin es importante sealar que se trata de pelculas que forman parte de la produccin cinematogrfica independiente que, a partir de los aos cincuenta, comenz a surgir de manera incipiente y gracias al auspicio del productor Manuel Barbachano Races de Benito Alazraki (1953) y Torero de Carlos Velo (1956) son ejemplos de ello-. Fue a principios de los aos sesenta, con el surgimiento del grupo Nuevo Cine, la realizacin del Primer Concurso de Cine Experimental y la fundacin de distintos cine-clubes, que comenz a consolidarse el cine independiente mexicano. Por su parte, la fundacin del CUEC propici el surgimiento de un cine universitario que estaba interesado en vincularse con la realidad social. As, a partir de estos dos mbitos, se elabor una respuesta a la produccin industrial que, para ese momento, se encontraba en plena crisis econmica y esttica. Esta produccin independiente y universitaria tuvo influencia de la nouvelle vauge, del neorrealismo italiano, del cine de Luis Buuel y del nuevo cine latinoamericano. Segn Israel Rodrguez El grito puede ser pensada como la pelcula que marc el inicio de un tipo de cine que pretenda responder a preocupaciones polticas y que podra ser considerado como el primer cine militante elaborado en Mxico. Israel Rodrguez, op. cit., pp. 52-54, 83-89.
38 encarcelado el 2 de octubre- 130 y Carlos Gonzlez Morantes estudiante del CUEC, representante ante el CNH, encarcelado durante el movimiento estudiantil y colaborador de El grito-. 131 El caso de los Comunicados es distinto, ellos aparecen firmados por el CNH, sin embargo, lvaro Vzquez Mantecn ha sealado que quienes editaron el material producto de las brigadas del CUEC- fueron Paul Leduc y Rafael Castanedo. 132
A excepcin de la pelcula de Gonzlez Morantes, el conjunto de filmes son documentales que exhiben el metraje captado en el momento de los sucesos y que buscan proporcionar un relato de los mismos y denunciar la actuacin estatal. Tmalo como quieras (Gonzlez Morantes), en cambio, se configura como una suerte de reflexin sobre los aciertos y errores del movimiento estudiantil de 1968 a partir de un relato ficticio. Es por esta razn que, aunque coincide en ser una narrativa hecha por un militante del movimiento, desarrollar su anlisis en el siguiente captulo ya que, adems de la cuestin formal, plantea una vertiente reflexiva ms que de denuncia. De esta suerte Tmalo como quieras abre el gnero de ficcin que remite al 68 y justamente, dicha forma discursiva, es el tema del captulo siguiente. A su vez y desafortunadamente nete pueblo y 2 de octubre: aqu Mxico no son pelculas que puedan ser vistas, 133 por lo cual slo abordar en el presente captulo los Comunicados, El grito e Historia de un documento. Sin embargo, al ser pelculas independientes y que fueron realizadas en un contexto poltico adverso, el conjunto de filmes no consiguieron llegar a grandes pblicos ni salir de mbitos restringidos como la audiencia
130 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 88. 131 Perla Ciuk, Diccionario de directores del cine mexicano, Mxico, CONACULTA- Cineteca Nacional, 2002, tomo I, p. 365. 132 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 198 133 Las pelculas slo se encuentra en 16 mm y estn en manos de su director, Oscar Menndez. Sin embargo mucho del metraje de estos documentales fue retomado en Historia de un documento y Mxico 68. nete pueblo es un documental que aborda los sucesos hasta el 27 de agosto. Comenz a exhibirse a finales de agosto y funga como un noticiario para los miembros del movimiento. Posteriormente y en la clandestinidad se realiz 2 de octubre: aqu Mxico que abarca los acontecimientos desde julio y hasta octubre. Olga Rodrguez Cruz, El 68 en el cine mexicano, Mxico, Universidad Iberoamericana/BUAP/Delegacin Coyoacn del Gobierno del Distrito Federal/Instituto Tlaxcalteca de Cultura, 2000, p. 45-46. 39 universitaria organizada en cineclubes. 134 Ello a pesar de que su intencin era mostrar la interpretacin estudiantil de los sucesos y hacer frente a aquella que se difunda en la prensa y la televisin.
Comunicados
Los Comunicados fueron elaborados en 1968 por encargo del CNH ante la iniciativa de los estudiantes del CUEC 135 de capturar visualmente los sucesos que comenzaban a ocurrir a finales de julio de aquel ao. Los estudiantes de la escuela de cinematografa decidieron salir a las calles con la intencin de romper el cerco meditico del que era objeto el movimiento estudiantil adems de estas brigadas flmicas, la escuela de San Carlos y La Esmeralda conformaron brigadas grficas-. Para ello el CNH enviaba peridicamente un listado de las actividades que se llevaran a cabo, y una asamblea del CUEC reparta las tareas por realizarse. 136 Las cintas y cmaras que el centro de estudios tena para las prcticas escolares, fueron tomadas por los jvenes para filmar el movimiento. Fue a partir de este material que se conformaron los Comunicados mismas imgenes que posteriormente seran empleados en El grito-. Los Comunicados estn estructurados por 4 cortometrajes que tienen una funcin informativa y hablan de distintos momentos hasta el 28 de agosto cuando los estudiantes, tras una manifestacin, fueron desalojados del Zcalo por militares y granaderos-. Estos cortometrajes aparecen firmados por el CNH y no por algn sujeto concreto aunque, como ya he sealado antes, la edicin se le ha atribuido a Paul Leduc 137 y Rafael Castanedo 138 -.
134 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2006, p. 35. 135 El Centro Universitario de Estudios Cinematogrficos de la UNAM empez como un taller de cine. Fue fundado por Manuel Gonzlez Casanova en 1963. La escuela se erigi como un lugar que intentaba crear un cine crtico y acorde a la realidad social del pas. Isis Saavedra Luna, Entre la ficcin y la realidad: fin de la industria cinematogrfica mexicana 1989-1994, Mxico, UAM-Xochimilco, 2000, p. 211. 136 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2006, p. 34 137 Paul Leduc tuvo distintos acercamientos con el cine desde los aos 60 curs las Lecciones de Cine de la UNAM, form parte de la revista Nuevo Cine, trabaj en el rea de cine en la televisin francesa-. En 1967 fund el grupo Cine 70; en 40 Segn Vzquez Mantecn la decisin de firmar los Comunicados por el CNH poda deberse a la necesidad de proteger a sus autores, pero tambin por ser concebidos como producto de un trabajo colectivo. 139
Los cuatro comunicados emplean las mismas estrategias discursivas, es decir, se trata de imgenes, la mayora fijas y muy pocas en movimiento, que fueron captadas durante los sucesos. Estas imgenes no estn acompaadas por una voz en off u over, 140 con lo cual se pretende dar la impresin de estar viendo los acontecimientos mismos, sin la mediacin subjetiva que podra imponer la narracin de los hechos. Es la banda sonora que incorpora discursos, sonidos ambientales de las manifestaciones, canciones o arreglos musicales 141 la que dota de continuidad discursiva a las imgenes y que, ms que tener una funcin informativa, imprimen emocionalidad a las mismas. A su vez se incluyen pequeos textos que ayudan a otorgar sentido a los cortometrajes. De esta suerte los Comunicados asumen a las imgenes como prueba de la realidad, por ello, a juicio del narrador implcito, 142 basta con mostrarlas para contradecir la versin que circulaba en los medios de comunicacin masiva. El primer comunicado se titula Comunicado cinematogrfico nmero 1: la agresin y tiene una duracin de 5 minutos. El cortometraje inicia con un texto que seala que el 17 de agosto de 1968 el Consejo Nacional de Huelga present a la prensa nacional y extranjera las pruebas de la brutal agresin, y
1969 particip en la fundacin del grupo Cine Independiente de Mxico. Posteriormente dirigi distintas pelculas entre las que se encuentran Reed Mxico insurgente de 1970; Frida, naturaleza viva de 1983 o Cobrador, in God we trust de 2006. Perla Ciuk, op. cit., tomo I, p. 446. 138 Rafael Castanedo comenz en 1965 sus estudios de cine en el IDHEC, en Francia. En 1967 regres a Mxico y particip en la creacin del grupo Cine 70. Colabor como sonidista en El grito y como asistente de Olimpiada en Mxico. Ibdem, p. 150. 139 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2006, p. 35. 140 Es importante sealar que el trmino voz over refiere a un personaje que se encuentra fuera de la digesis, mientras que voz en off seala la voz de un personaje que forma parte del relato pero que no aparece en cuadro. 141 El poco metraje empleado en los Comunicados no tena sonido sincrnico debido al equipo de filmacin usado. 142 Entidad narrativa construida por el propio texto y que se diferencia del autor real. En lo sucesivo los significados narrativos se los atribuir a la figura del narrador implcito que, en adelante, enunciar como narrador. Mara del Rosario Neira Pieiro, op. cit., p. 71. 41 acto seguido, se despliegan una serie de imgenes que, en efecto, muestran la actuacin de policas y militares deteniendo a jvenes. La intencin es mostrar esa brutalidad por lo que predominan escenas de estudiantes golpeados, ensangrentados, indefensos.
El momento que puede ser identificado en estas secuencias visuales son los sucesos ocurridos el 29 de julio, cuando la polica y el ejrcito ingresaron a distintos planteles educativos del centro de la ciudad. Entre estos sucesos destaca el derribamiento de la puerta barroca de la Preparatoria 1 con un disparo de bazuca.
De este modo resulta claro el mpetu por denunciar la actuacin de las fuerzas del Estado y no, por ejemplo, de explicar las causas y motivos del movimiento estudiantil. Adems de mostrar la actuacin de los cuerpos policacos y militares, el comunicado se propone exhibir el papel de la prensa. Para ello se muestran algunos titulares Garca Barragn: nuestro ejrcito es La puerta de San Ildefonso derrumbada. Comunicados, 1:50 Granaderos golpean a un joven. Comunicados, 02:07 42 de paz; Fue intervencin razonable- que resultan un mecanismo para sealar la cooptacin de los medios informativos frente a la evidencia de las imgenes desplegadas en el Comunicado. El segundo cortometraje, Comunicado cinematogrfico nmero 2: la respuesta, tiene una duracin de 5 minutos y 30 segundos. En l se busca mostrar la respuesta que los estudiantes dieron a la actuacin del Estado. De esta suerte se muestran una serie de imgenes de distintas manifestaciones - algunas en Ciudad Universitaria, otras en avenidas del centro de la ciudad- y de las sesiones realizadas por el CNH. En estas secuencias se pretende hacer nfasis en los mecanismos de respuesta de los estudiantes; frente a la violencia del Estado, las manifestaciones y el debate se muestran como la salida estudiantil. Ello permite realzar el carcter justo de la protesta. A su vez el cortometraje logra mostrar la unidad del estudiantado al insertar una banda sonora en donde es posible escuchar que los estudiantes de la UNAM, el IPN y de distintos estados como Tabasco, Veracruz, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Durango, Quertaro, Chiapas y Oaxaca participaban de la huelga iniciada a partir del 30 de julio. Por otra parte, es nuevamente la banda sonora, la que permite conocer parte de las consignas pregonadas en las manifestaciones: el gobierno viola la Constitucin o nete pueblo. Resulta interesante que en este comunicado aparecen nuevas imgenes de los smbolos de la represin ya no slo militares y policas-. En este caso se muestra en cuadro a un helicptero que sobrevuela alguna de las manifestaciones y distintas pancartas que remiten a Gustavo Daz Ordaz en estas imgenes se le caracteriza como un orangutn-.
Helicptero sobrevolando manifestacin. Comunicados, 08:30 Un mueco orangutn que representa a Gustavo Daz Ordaz. Comunicados, 08:47 43
El cortometraje concluye con la insercin de un texto que pretende trastocar los lmites estudiantiles de la movilizacin al sealar: y si nuestros problemas tuvieron, en su inicio, un marco estudiantil nos hemos sabido lanzar dentro de la problemtica social y darle su verdadero carcter: el carcter de lucha popular. El cortometraje nmero tres se titula Mxico 1968 julio-agosto que apenas dura un minuto y 38 segundos y que se concentra en mostrar imgenes del centro de la ciudad y de la Ciudad Universitaria, mientras la banda sonora reproduce tres entrevistas en donde un joven pregunta sobre la opinin que habitantes de la ciudad, todos hombres, tienen sobre el movimiento estudiantil. El montaje hace suponer que las entrevistas se realizaron a transentes y que, por tanto, se hicieron de manera espontnea es posible escuchar sonidos ambientales-. Esos hombres entrevistados muestran su acuerdo con la lucha estudiantil y sealan su apoyo a la misma. De esta suerte se construye la idea de un apoyo popular masivo al movimiento pero, tambin, al slo mostrar imgenes de la Ciudad Universitaria, se reduce la representacin estudiantil.
El ltimo cortometraje se titula Comunicado cinematogrfico numero cuatro y tiene una duracin de 7 minutos. El comunicado se concentra en narrar la manifestacin del 27 de agosto y el desalojo que, en la madrugada del 28, se llev a cabo a los estudiantes que haban decidido quedarse en el Zcalo para exigir el dilogo pblico con el presidente. As se inserta un texto Ciudad Universitaria. Comunicados, 11:31 44 en el que se seala que el movimiento estudiantil se haba convertido en tribuna popular en donde: [] ms de medio milln de personas se concentran en el Zcalo apoyando el pliego petitorio de 6 puntos y planteando sus propias demandas, la asamblea popular exige el dilogo directo y pblico con las autoridades, a lo cual se responde nuevamente- con la violencia. Como respuesta: la intervencin, otra vez, del ejrcito y granaderos. 143
Es en este comunicado en donde se establece un claro vnculo entre los estudiantes y los obreros a travs de distintas consignas que pueden escucharse pero, tambin, donde aparece el Che Guevara como un cono del ideario poltico de los jvenes.
Sin embargo, el nfasis del comunicado est en evidenciar la respuesta violenta por parte del Estado a las demandas estudiantiles que, en la manera en que aparecen en el cortometraje, parecen pacficas, adems de sensatas y justas. La interpretacin que hacen los Comunicados del movimiento resulta interesante. Por una parte son relatos que logran rescatar los sucesos ocurridos en los primeros das de las movilizaciones das que narrativas posteriores, tanto cinematogrficas como literarias y acadmicas irn desdibujando con el pasar del tiempo- y, por otra, que comienza a perfilar los modos en que el CNH quisiera que se interpretara su lucha. Es evidente que esta configuracin est dada por la inmediatez con la que se realizan los Comunicados. Sin embargo es relevante sealar que el objetivo de los cortometrajes no est en explicar las causas de la movilizacin estudiantil,
El Che Guevara en la ventada de un edificio. Comunicados, 14:00 45 sino en evidenciar el carcter represivo del gobierno, adems de tratar de convencer de las distintas alianzas sociales establecidas por los jvenes a raz de los sucesos de julio. Sin lugar a dudas los Comunicados sirvieron como inspiracin para El grito y por ello muchas estrategias narrativas son similares en la pelcula de Lpez Aretche.
El grito
El grito es un documental elaborado en 1969 bajo la direccin de Leobardo Lpez Aretche 144 con el metraje que los estudiantes del CUEC haban captado durante los sucesos de 1968. 145 Debido al equipo flmico utilizado no se pudo recurrir al sonido sincrnico. Por ello, la banda sonora se conform a partir de la reproduccin de los comunicados del CNH y discursos emitidos en 68 que se encontraban en poder de Radio Universidad, adems de incorporar la lectura de fragmentos de artculos periodsticos de la italiana Oriana Falacci. 146 Es decir, la pelcula es un trabajo de empleo de distintos materiales sonoros y visuales que fueron capturados sin el fin expreso de ser un documental; la decisin de montar la pelcula con un argumento se tom en 1969. El grito hace un recuento cronolgico, que va de julio a octubre, para explicar lo que pas durantes los meses de las movilizaciones este montaje busca dar la impresin al espectador de estar observando la temporalidad autntica de los sucesos-. Las estrategias narrativas y estticas estn fundadas en la elaboracin de un discurso realista en donde se ofrecen
144 Lpez Aretche haba dirigido seis cortometrajes en 16 mm antes de realizar El grito. En 1970 protagoniz el largometraje Crates de Alfredo Joskowicz; dos semanas despus de la conclusin del rodaje, se suicid. Fue profesor de guin del CUEC. Perla Ciuk, op. cit., tomo I, p. 456-457. 145 Ver Carolina Tolosa Jablonska El movimiento estudiantil de 1968 a travs de El grito y Rojo amanecer: una aproximacin desde la ideologa en Alberto del Castillo (coord.), op. cit, 2012, pp. 61-62. Una pequea parte del metraje empleado la que corresponde al mes de julio y en la que aparecen jvenes afuera de distintos planteles universitarios- fue tomado del documental sobre la violencia en la Universidad elaborado por alumnos del CUEC, en el que Alfredo Joskowicz hacia las veces de entrevistador. Dicho documental fue rodado durante mayo y junio de 1968. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2006, p. 34. 146 Olga Rodrguez Cruz, op. cit., p. 24. 46 pruebas persuasivas, (con una) argumentacin irrefutable, (en donde) existe un nexo inquebrantable entre la imagen indicativa y aquello que representa. 147 As la pelcula da la impresin de una no intervencin por parte del realizador cediendo el control a las imgenes; se hace desfilar las imgenes de archivo como si se tratara de la historia misma. 148 Por esta razn el filme carece de una voz over que explique las imgenes que se suceden, con este recurso y con el empleo exclusivo del sonido y metraje captado durante los acontecimientos, se brinda la impresin de estar observando los sucesos de manera directa en donde el presente de la enunciacin pasa desapercibido-. A su vez, y bajo la necesidad de legitimacin del movimiento estudiantil frente a la opinin pblica, es importante sealar que la pelcula construye una interpretacin de un movimiento perfectamente articulado. En el discurso del filme no hay espacio para las contradicciones ni los matices, visual y narrativamente se recurre a estrategias retricas que intentan convencer de que se mira lo que realmente ocurri. Esto es reconocible, por ejemplo, en la enunciacin de los actores del movimiento quienes se diferencian, principalmente, en trminos morales: los buenos versus los malos. De esta suerte, en el bando de los buenos cabe todo el conjunto estudiantil de la UNAM y el IPN-, el profesorado, las autoridades universitarias y los ciudadanos que brindaron apoyo a las movilizaciones una colectividad con fines e ideologas homogneas y en donde puede verse una importante presencia de mujeres- que tiene su contraparte en otro colectivo unificado y que juega el rol del adversario, de los malos Gustavo Daz Ordaz, Luis Echeverra, Corona del Rosal, los granaderos y el ejrcito-. Es llamativo, a su vez, que en la narrativa cinematogrfica sesentayochera se otorgue un espacio nfimo a la voz del victimario, en el caso de El grito, slo es posible escuchar brevemente un fragmento del V Informe de Gobierno de Daz Ordaz en donde claramente amenazaba a los actores del movimiento estudiantil.
147 Bill Nichols, op. cit., p. 97. 148 Franois Niney, La prueba de lo real en la pantalla. Ensayo sobre el principio de realidad documental, Mxico, UNAM-CUEC, 2009, p. 393. 47 Segn Hctor Jimnez hay una serie de hitos que, a travs de las distintas narrativas elaboradas sobre el 68, se han configurado como los momentos sustanciales del movimiento. 149 Estos momentos son: 1. La violencia ejercida por la polica para disolver una ria el 22 de julio. 2. Los enfrentamientos ocurridos el 26 de julio en los alrededores del Zcalo. 3. La toma de planteles de la UNAM por parte del ejrcito el 31 de julio. 4. La marcha de protesta encabezada por el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra el 1 de agosto. 5. Las marchas convocadas por el CNH, los das 13 y 27 de agosto, que fueron del Museo Nacional de Antropologa al Zcalo. 6. La advertencia de mano dura de Gustavo Daz Ordaz en su V Informe de Gobierno. 7. La manifestacin del silencio del 13 de septiembre. 8. La toma de Ciudad Universitaria por parte del ejrcito el 18 de septiembre. 9. Los acontecimientos del 2 de octubre en Tlatelolco. El grito retoma estos momentos a excepcin de los sucesos del 26 de julio, esta ausencia puede deberse a la carencia de imgenes que mostraran los sucesos y que, frente a la intencin del narrador de borrar el presente de la enunciacin, podra ser preferible renunciar a su inclusin. 150 Adems de estos momentos se sealan otros: la realizacin del mural efmero en las lminas que cubran la estatua de Miguel Alemn que se encontraba en la explanada de rectora en Ciudad Universitaria, la presencia de estudiantes en
149 Hctor Jimnez, op. cit., p. 171. 150 Aunque es probable que no se tuvieran imgenes en movimiento del 26 de julio (en la medida en que en esa fecha tal vez no se tena claro que haba iniciado el movimiento estudiantil y, por tanto, no exista la necesidad de su registro como poco tiempo despus s ocurri) es llamativo que en la narracin de la pelcula, hecha en 1969, se haya omitido los sucesos de aquel da. Es por esta razn que considero que dicha ausencia puede deberse a la manera de representar la realidad por parte de la pelcula, en donde hay una clara necesidad de incluir imgenes que certifiquen el discurso del filme. 48 Topilejo 151 y el inicio de las Olimpiadas acontecimiento que, segn la pelcula, explica la actuacin represiva gubernamental del 2 de octubre-. El grito establece que el movimiento fue sealado por la versin oficial que contaba con sus mayores canales de difusin en la prensa escrita, la radio y la televisin- como parte de una conjura comunista que buscaba desestabilizar al gobierno e impedir la realizacin de las Olimpiadas. En contraparte la pelcula seala que el movimiento surgi en respuesta a los actos represivos perpetrados por las fuerzas del Estado en contra de los estudiantes, en donde las demandas se reducan al cese de la represin y a la exigencia del cumplimiento de los artculos asentados en la Constitucin. En esta definicin se entreteje una interpretacin que seala el carcter democrtico de la movilizacin tanto por la forma de participacin de los estudiantes como por la exigencia del cumplimiento de las leyes. 152
Es llamativo que en el filme se cuele el carcter popular del movimiento: los sujetos que lo encabezan son definidos como hijos de obreros y campesinos, pero tambin aparece como un movimiento interesado en las alianzas sociales de ah el nfasis en las imgenes que remiten a Topilejo o de las brigadas que acudan a las fbricas de la ciudad-. El metraje muestra un considerable apoyo popular marchas que son aplaudidas por quienes miran desde banquetas, edificios y azoteas- y se enfatiza la labor informativa de las brigadas estudiantiles las imgenes muestra a jvenes en lugares pblicos dirigiendo discursos o proporcionando volantes a los transentes-.
151 Un accidente de autobs en Topilejo, en el que hubo varios muertos y heridos, provoc una movilizacin de los pobladores que, al no obtener respuesta de las autoridades, buscaron apoyo del movimiento estudiantil. Los estudiantes acompaaron las demandas de los pobladores y, adems, llevaron brigadas mdicas al lugar. Sergio Zermeo, op. cit.., p. 226-227. A su vez es importante anotar que una de las preocupaciones del movimiento era la de vincularse con la clase trabajadora, los obreros, y con los oprimidos en general. Hctor Jimnez, op. cit., p. 121. 152 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 49
Al ser el 2 de octubre uno de los momentos cumbres sobre las narraciones que abordan el 68, es importante sealar que la pelcula establece que en los sucesos hubo 400 muertos y que los disparos fueron perpetrados por hombres que portaban camisas y guantes blancos. En el relato de los sucesos se incorpora una crnica de la periodista Oriana Fallaci en el que las comparaciones con la guerra de Vietnam son mltiples y en donde, gracias al montaje sonoro de incesantes disparos, se presupone un arduo ataque en contra de los sujetos presentes en la plaza. Segn las palabras de Fallaci, los disparos iniciaron tras la cada de dos bengalas lanzadas desde un helicptero; un elemento que resulta interesante en la medida en que tiempo despus se ha sabido que dichas bengalas fueron lanzadas desde el techo de la iglesia de Santiago Tlatelolco. Sin embargo, distintos relatos han vinculado el inicio de la matanza con el helicptero y por ello se ha convertido en uno de los smbolos ms importantes de la represin y ya no slo, como sera el caso de Comunicados, como smbolo de la vigilancia gubernamental. 153
153 Juncia Avils, La respuesta est en el aire: sobre la resignificacin de los helicpteros en El grito, Mxico 1968, http://coloquiocine.org/ponencias- 2013/ (consultado 30/09/2013) Imgenes que muestran el apoyo que desde los balcones de un edificio se proporcionaba a los manifestantes. El grito, 14:05 Un joven colocando un cartel con informacin sobre el movimiento estudiantil El grito, 18:03 50
Es importante apuntar que El grito es una de las primeras narrativas - antecede a relatos con una enorme difusin como La noche de Tlatelolco y Los das y los aos-, elaborada desde el punto de vista estudiantil, que comienza a perfilar los modos en que ser abordado ese pasado. Por una parte propone los temas que sern recurrentes, pero tambin las imgenes. Visualmente hay lugares concretos que aparecen en el documental y que configurarn la especialidad de los sucesos de 68: la Ciudad Universitaria, las avenidas Reforma e Insurgentes, el Zcalo y la plaza de Tlatelolco.
La torre de rectora, en Ciudad Universitaria. El grito, 12:45 Manifestacin encabezada por el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, en su trnsito por la avenida de los Insurgentes. El grito, 7:28 Helicptero sobrevolando la plaza de Tlatelolco. El grito, 1:26:56 51
Sin lugar a dudas los camargrafos y su procedencia -estudiantes del CUEC de la UNAM determinaron esta visualidad particular. A su vez la pelcula logra instalar algunos de los conos que los discursos posteriores incorporarn sin excepcin: los helicpteros que sobrevuelan el conjunto de las manifestaciones y que aparecen como un elemento fundamental en lo sucesos del 2 de octubre-; las bengalas lanzadas en Tlatelolco -con las cuales se iniciaron los disparos-; las imgenes del Che Guevara en las manifestaciones como cono del ideario poltico del movimiento; y las caricaturas hechas sobre Daz Ordaz que remitan a su parecido con un mandril. Este conjunto de imgenes pueden ser pensados como lugares de memoria 154 en la medida en que, su reiterada presencia en el espacio pblico, las ha convertido en unidades significativas que conformar el entramado simblico de la memoria sobre 1968. 155 La pelcula de Lpez Aretche puede considerarse como el filme paradigmtico del movimiento estudiantil, ya que sus imgenes son las que sern reproducidas sin cesar en el resto de los documentales que, sin excepcin, emplean en mayor o menor medida ese metraje.
Historia de un documento
Historia de un documento es un documental dirigido en 1971 por scar Menndez. 156 El filme contiene imgenes del interior de la crcel de Lecumberri captadas con una cmara sper 8 que el propio director logr introducir al centro penitenciario. A decir del propio Menndez:
154 Pierre Nora, op. cit., 1992. 155 Virginia Escobedo Aguirre, Imagen, memoria y poltica: el 68 desde (el uso de) sus fotografas, tesis de maestra, Mxico, CIESAS, p. 12. 156 scar Menndez estudi en la Escuela de Cine de Praga y ha sido docente del CUEC. Su realizacin flmica ha demostrado su preocupacin social as, adems de sus trabajos sobre el movimiento estudiantil de 1968, ha hecho documentales sobre Vietnam, las enfermeras rurales, los mixes, los tarahumaras, Rubn Jaramillo o el EZLN. Su ltima pelcula data de 2001. http://www.imdb.com/name/nm0580050/ (consultado 10/06/2013) El Zcalo de la Ciudad de Mxico. El grito, 41:31 La Plaza de las Tres Culturas. El grito, 1:25:45 52 [] cuando los compaeros cayeron en la crcel me las ingeni para entrar y tomar los testimonios de los presos polticos. Fue muy difcil introducir la cmara, la madre de Federico Emery que visitaba a su hijo me ayud, pasndola de manera clandestina. Con la cmara dentro, los propios presos filmaban, me hacan llegar los rollos, yo los revelaba y les enviaba instrucciones de cmo mejorar las tomas. Esto dur hasta que descubrieron que habamos filmado, buscaron por todas partes pero ya habamos sacado la cmara. 157
En 1970 Menndez y Rodolfo Alcaraz quin hizo los textos y la narracin del documental- huyeron a Europa para proteger el material flmico que tenan en su poder. All consiguieron el apoyo de la Radio y Televisin Francesa para producir el documental con el compromiso de que sera transmitido por la televisin europea Eurovisin-, sin embargo, como se seala al inicio del filme, esto no sucedi por exigencias diplomticas de Luis Echeverra. De esta suerte el documental pudo ser exhibido hasta el ao 2004 en Mxico, aunque Alcaraz y Menndez lo proyectaron clandestinamente en algunos recintos universitarios europeos en los aos setenta. 158
En sentido estricto esta pelcula no es una produccin mexicana, sin embargo, la incluyo porque slo fue la etapa de la postproduccin la que se realiz en Francia. El documental se encuentra narrado en francs y la explicacin elaborada en el discurso de la pelcula est hecha para un pblico internacional que no necesariamente estaba al tanto de lo que suceda en Mxico. Por esta razn, el filme puede pensarse como un discurso que buscaba mostrar esas imgenes de Lecumberri pero que, a su vez, tena la necesidad de explicar qu haba sido el movimiento del 68 para que el argumento tuviera coherencia en el extranjero. Esta divisin temtica tiene su correlato en las estrategias narrativas empleadas en el documental que permiten pensar en dos regimenes distintos: por un lado estn las imgenes y la narracin que se ocupa de Lecumberri, los presos polticos y la cmara ingresada de manera clandestina a la crcel;
157 Florence Toussaint, La sombra del 68 en Proceso, 22/02/1993. 158 Olga Rodrguez Cruz, op. cit., pp. 45-47. 53 y por el otro, el relato del movimiento estudiantil. Los fragmentos que se concentran en la experiencia carcelaria pueden pensarse como reflexivos 159
en la medida en que la representacin del mundo histrico se convierte en tema de la pelcula. Todos los fragmentos que se ocupan de mostrar las imgenes de Lecumberri estn acompaadas por una voz en over de Rodolfo Alcaraz- que habla en primera persona y explica cmo se obtuvieron las imgenes, cul era el objetivo de capturarlas y de las dificultades tcnicas y de seguridad sorteadas. As se incorporan elementos metanarrativos a travs de la voz over - planebamos estrategias para filmar sin que los custodios nos descubrieran. Desgarramos la chaqueta de uno de los uniformes para disimular la cmara, por eso a veces aparece ese hilo danzando alegremente en la pantalla- y que promueven que el espectador cobre conciencia del dispositivo cinematogrfico. Sin embargo las imgenes capturadas al interior de Lecumberri no proporcionan gran informacin; la vala radica en la capacidad de filmar eludiendo a los vigilantes y las estrategias empleadas para ello.
Este rgimen cambia por completo cuando la pelcula se aboca a hablar sobre el movimiento estudiantil, ah vuelven las estrategias tradicionales de narracin, es decir, el uso de una voz en over que explica los acontecimientos mientras se muestran imgenes captadas durante la movilizacin estudiantil por el propio Menndez- que ilustran sus dichos. As la voz over se coloca como la voz del saber y el montaje se emplea para mantener la continuidad retrica, ms que de espacio-tiempo, elaborada por
159 Bill Nicholls, op. cit, p. 93. Imagen del interior de Lecumberri, Historia de un documento, 41:00 54 el narrador. De esta suerte se deja de lado cualquier metacomentario, para adoptar una postura en donde se pretende mostrar los acontecimientos tal y como sucedieron. Sin embargo el conjunto de recursos empleados no buscan borrar el presente de la enunciacin, en todo momento queda claro que se trata de una reflexin elaborada en 1971. En la pelcula se seala, a travs de la voz over, que los problemas agrarios y campesinos de los aos sesenta y la represin por parte del gobierno hacia esos actores sociales, fueron el antecedente directo de 1968. El inters primordial est en hacer nfasis sobre la prctica sistemtica de encarcelar a todo sujeto opositor o en desacuerdo con alguna poltica del gobierno, de lo cual 1968 aparece como un suceso ms. Por ello el narrador seala que en Lecumberri se encuentran distintos presos polticos: estudiantes, obreros, investigadores, empleados, profesores, campesinos, sindicalistas. Segn la voz en over el movimiento estudiantil de 1968 arroj a las crceles a ms de 200 de sus participantes. Para explicar los sucesos de 1968 el narrador evoca algunos de los das de las movilizaciones o de los momentos en que las fuerzas del Estado actuaron. La pelcula seala como el inicio del movimiento el 22 de julio, cuando estudiantes de dos escuelas se enfrentaron y la polica intervino golpeando a estudiantes y maestros; mientras el 2 de octubre aparece como el fin del mismo. El filme mencionan los das que suelen ser evocados por las distintas narrativas que abordan 1968 y que coinciden con los relatados en El grito, 160 slo que en este caso se omiten dos das: la marcha realizada el 13 de agosto y la advertencia de mano dura de Gustavo Daz Ordaz en su V Informe de Gobierno; pero se agrega la toma por parte del ejrcito del Casco de Santo Toms y Zacatenco el 23 de septiembre. Parece as que el narrador est interesado en mostrar slo las imgenes en las que es posible ver la violencia de manera directa, por eso aparece metraje de la marcha del 27 de agosto que concluy con la salida de tanquetas militares de Palacio Nacional, y no de la del 13 de agosto en la que no hubo enfrentamientos entre las fuerzas del Estado y los inconformes. Considero que lo mismo sucede con el informe de Gobierno de Daz Ordaz que, aunque era un discurso que
160 Se refiere a los sucesos del 26 y 31 de julio; del 1 y 27 de agosto y del 13 y 18 de septiembre. 55 confrontaba a los estudiantes, a juicio del narrador poda ser ms eficaz mostrar la evidencia emprica de la violencia.
Las explicaciones de los sucesos ocurridos en los das evocados no pretenden informar cabalmente de los acontecimientos, sino que aparecen como una especie de lista en donde se quiere dejar en claro algunas cosas: por una parte, la recurrencia de la represin por parte del Estado; por otra, el apoyo multitudinario de la causa estudiantil. Es evidente que al narrador no le interesa explicar las causas y objetivos de la movilizacin porque nicamente seala que las reivindicaciones de los estudiantes se precisaban en un pliego petitorio de 6 puntos y en la propuesta de un dilogo pblico. De esta suerte parece un relato ms concentrado en dejar en evidencia el ejercicio de la represin, y por tanto una intencin de denuncia, ms que pretender ser una explicacin del movimiento estudiantil. Es por esta razn, y en consonancia con las pelculas precedentes, que los actores quedan englobados en una colectividad de la que no queda muy claro su adscripcin institucional ni ideolgica aunque las imgenes de las manifestaciones aparecen acompaadas por el rostro del Che Guevara-, simplemente son enunciados como estudiantes y profesores. Forman parte del bando de los buenos al que, en apariencia, se le suman otros sectores sociales: obreros, campesinos, amas de casa, padres de familia, empleados burcratas y comerciantes. Por ello la voz en over afirma que el movimiento estudiantil se convierte en un movimiento popular de proporciones nacionales. Nuevamente existe una intencin por relacionar a los estudiantes con otros sectores de la sociedad y un inters por destacar las alianzas con obreros y campesinos.
Metraje de una manifestacin. Historia de un documento, 23:45 56
A su vez se resalta la labor de las brigadas informativas, su capacidad de organizacin y de anlisis; el narrador pretende destacar que fue gracias al movimiento estudiantil y a sus estrategias de protesta e informacin, que la sociedad comenz a politizarse despus de ms de medio siglo de apata.
Nuevamente los espacios mostrados en el documental estn determinados por el pietaje disponible durante su montaje, de esta suerte es posible ver las imgenes de las manifestaciones que transitaron por la avenida de los Insurgentes o Reforma, la llegada de los contingentes al Zcalo, la plaza de Tlatelolco y la crcel de Lecumberri. Con las imgenes de Lecumberri Historia de un documento incorpora al relato sesentayochero un espacio que encarna la represin pero que, adems, extiende la temporalidad del conflicto al hablar de la experiencia post 2 de octubre. En el relato de los sucesos del 2 de octubre se seala que hubo ms de 300 personas asesinadas. Se habla del mitin al que concurrieron tres mil personas y que tras las bengalas lanzadas desde un helicptero, comenzaron los disparos contra la multitud, es decir, nuevamente se configura la imagen de la aeronave como un smbolo de la represin. Las brigadas, Historia de un documento, 26:55 El apoyo de distintos sectores a los estudiantes, Historia de un documento, 30:06 57
La pelcula seala que los responsables de los disparos fueron policas y militares vestidos de civil y el narrador califica los sucesos como una masacre. Aunque el trmino masacre fue empleado inicialmente por el CNH para definir lo ocurrido en Tlatelolco, 161 fue hasta los aos 80 que comenz a ser ventilado en distintos peridicos de circulacin nacional. 162 El que dicho concepto sea usado por Historia de un documento refleja la militancia de sus realizadores. Por otra parte es interesante que el filme seala reiteradamente a Luis Echeverra como el responsable de pedir la intervencin del ejrcito en el conflicto. La pelcula refiere a otros momentos de su carrera poltica: el triunfo en las elecciones presidenciales de 1970 que, desde el punto de vista del filme, refleja la impunidad imperante sobre 1968; y los mtodos autoritarios y represivos que nuevamente fueron empleados el 10 de junio de 1971. En cuanto a la represin de 1968 se mencionan los nombres de Luis Cueto Ramrez jefe de la polica de la ciudad de Mxico-, Ral Mendiolea Cerecero subdirector de la Polica del Departamento del Distrito Federal- y Alfonso Corona del Rosal regente de la ciudad de Mxico-. Gustavo Daz Ordaz aparece brevemente en la inauguracin de los Juegos Olmpicos sin ser mencionado en el relato del conflicto estudiantil cuestin llamativa ya que uno de los momentos recurrentes en la cinematografa sesentayochera es la
161 En un manifiesto del CNH publicado el 3 de octubre de 1968, ya se empleaba el trmino de masacre para referir a lo ocurrido el da anterior en Tlatelolco. Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral, Mxico, Era, 2009, p. 169. 162 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 298. Imagen de un helicptero que representa al que sobrevol la plaza de Tlatelolco, Historia de un documento, 34:52 58 inclusin de un fragmento del V Informe de Gobierno de Gustavo Daz Ordaz-. En ningn caso existe la intencin de escuchar la voz de los victimarios, la pelcula simplemente los seala como culpables a travs de distintos recursos canciones que los refieren, fotografas o aseveraciones de la voz over-. Esta estrategia se explica debido al cerco meditico del que se sintieron objeto los sujetos militantes, por ello y al igual que El grito, Historia de un documento seala a la prensa como corrupta y al servicio del gobierno. La voz en over explica que justamente la razn de la factura de la pelcula se deba, en gran medida, al silencio en el que los medios informativos tenan confinado al movimiento estudiantil. El filme as pretenda ser la oportunidad para que el pueblo mexicano supiese que los presos polticos proseguan su lucha. El documental de Oscar Menndez se configura a partir de la memoria de la represin que ya haba sido vehiculada en Comunicados y El grito. Su aportacin est en hablar sobre la experiencia carcelaria como una manera de enfatizar la continuidad del autoritarismo. Mas que explicar qu fue el movimiento estudiantil, la pelcula se propone desnudar los mecanismos empleados por el poder para controlar a la disidencia poltica. El documental as se configura a partir de un nimo probatorio que convenza al espectador del autoritarismo ejercido durante 1968 pero, sobre todo, atribuyendo la responsabilidad a Luis Echeverra como secretario de gobernacin y, posteriormente, como presidente de la Repblica-.
Las primeras voces flmicas
Los Comunicados fueron realizaros cuando los sucesos todava seguan desarrollndose y antes de los acontecimientos del 2 de octubre, es decir, cuando la represin todava no se recrudeca. El grito fue montado cuando numerosos estudiantes se encontraban presos en Lecumberri y en Santa Marta Acatitla y cuando la persecucin poltica en contra de los militantes continuaba. Historia de un documento se elabor tras la liberacin, en 1971, de quienes fueran presos en los sucesos de 1968 y despus de la represin ejercida contra un grupo de estudiantes el 10 de junio de 1971. Estas 59 pelculas, junto con la de Gonzlez Morantes, son los primeros discursos que se articulan desde el mbito cinematogrfico para hablar del 68. Sin embargo, los destinos de cada una han sido distintos. Mientras dos de los filmes de Menndez resultan casi imposibles de ver, a excepcin de Historia de un documento, el filme de Gonzlez Morantes tiene una disponibilidad limitada la filmoteca de la UNAM-; por su parte El grito y los Comunicados tienen una accesibilidad inusitada con el 40 aniversario del movimiento estudiantil la UNAM edit un DVD en el que se encuentran ambos filmes-. Sin embargo, es importante sealar que esta llamativa disponibilidad de los Comunicados, El grito e Historia de un documento no fue siempre as. En un principio slo fueron exhibidas en un circuito reducido de cineclubes universitarios. 163
La interpretacin elaborada por este conjunto de pelculas tiene muchos puntos en comn. Por una parte los filmes coinciden en elaborar una memoria de la denuncia 164 del carcter autoritario del gobierno. En el caso de Comunicados dicha denuncia se resume a los das previos al 28 de agosto, mientras que en la pelcula de Lpez Arteche se incorpora el sealamiento de los sucesos del 2 de octubre a los que Menndez agrega la experiencia carcelaria post Tlatelolco. En esta elaboracin memorial resulta relevante la conformacin de ciertos smbolos que esa cinematografa enmarc para definir la represin: por una parte est el helicptero que sobrevol distintas manifestaciones y que en esta cinematografa se utiliza para mostrar la vigilancia gubernamental es el caso de Comunicados- o la materializacin de la represin El grito e Historia de un documento-; y las imgenes que buscan establecer un parecido entre un mandril y el perfil del rostro de Gustavo Daz Ordaz que, a su vez, se equipara con el cuerpo de granaderos. De esta suerte es claro que la intencin de esta primera vertiente documental est centrada en la denuncia y no tanto en la explicacin de qu fue el movimiento estudiantil. Por esta razn son discursos que elaboran una mirada colectiva, en donde, a no ser por los rostros de los culpables, resulta imposible asignar nombres y caras a las vctimas que aparecen englobadas genricamente en el colectivo estudiantil, de manera annima. Sin embargo este cine parece
163 Olga Rodrguez Cruz, op. cit., pp. 23-25. 164 Trmino retomado de Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 296. 60 tener el afn de querer mostrar un apoyo masivo por parte del pueblo hacia el movimiento estudiantil del que reiteradamente se quiere destacar las alianzas con obreros y campesinos. Indudablemente estas pelculas se estructuran a partir del punto de vista estudiantil y todas pretenden desafiar la versin gubernamental que dominaba en ese momento a partir de la evidencialidad de las imgenes. Los filmes no dejan de afirmar que la violencia y la represin fueron ejercidas por las fuerzas del Estado; mientras que los jvenes y actores de la movilizacin emplearon caminos justos la elaboracin de un pliego petitorio, la exigencia de un dilogo pblico, la conformacin de brigadas informativas, la protesta en calles, etc.- A su vez este conjunto de documentales perfilan una interpretacin de elogio 165 cuando la definicin del movimiento da la impresin de una movilizacin loable dramticamente reprimida. Esta interpretacin, que enfatiza la represin y los mritos de la movilizacin, tiene ecos con la configurada en otros relatos Das de guardar, La noche de Tlatelolco o Los das y los aos-. Estamos entonces frente a las primeras interpretaciones que determinarn los modos en que ha sido y sigue siendo narrado entendiendo a la visualidad como una de las dimensiones de la narratividad- el movimiento estudiantil de 1968. Tambin es claro que en esta primera cinematografa hay un imperativo de recuperar las narrativas avasalladas y silenciadas 166 por la versin oficial difundida, en ese primer momento, de manera abrumadora en los distintos medios de comunicacin. En trminos narrativos estas pelculas emplean a la imagen como prueba incuestionable de la realidad. No es casualidad que en Comunicados y El grito se prescinda de un narrador porque, bajo esta perspectiva, las imgenes bastan por s mismas. De esta suerte son discursos que aceptan las convenciones de objetividad que le han dado sustento retrico al documental y que tienen una intencin concientizadora y pedaggica hacia los espectadores. Por ello son relatos cerrados, en donde no hay espacio para las contradicciones, las ambigedades o las suposiciones.
165 Trmino retomado de Eugenia Allier Montao, dem. 166 Marina Franco y Florencia Levn, op. cit., p. 41. 61 Captulo 2 La llegada de la ficcin
El contexto
La apertura democrtica iniciada con el mandato de Luis Echeverra tuvo un segundo momento. En 1976 se desarrollaron las elecciones presidenciales en donde figur la candidatura nica de Jos Lpez Portillo la izquierda se encontraba en la semiilegalidad y el PAN haba decidido no presentar candidato-. 167 Estos sucesos ponan en entredicho al sistema democrtico mexicano por lo que, en 1977, se realiz una reforma poltica gracias a la cual se daba reconocimiento oficial al Partido Comunista y al Partido Socialista de los Trabajadores, adems de que se abra a otras organizaciones la posibilidad de participar en las elecciones y obtener financiamiento pblico. Esta reforma suscit dos lecturas en el interior de la izquierda: [] por un lado se entenda como una concesin del rgimen a la presin popular y por la tanto como una conquista poltica; por el otro como una maniobra del Estado para reafirmar su legitimidad democrtica y mantener bajo control la oposicin, canalizndola hacia la actividad electoral y cooptndola en la vida institucional. 168
Ese mismo ao Gustavo Daz Ordaz, con motivo de su nombramiento como embajador de Mxico en Espaa, proporcion una conferencia de prensa en donde algunos periodistas lo cuestionaron sobre los sucesos de 1968. El ex presidente afirm: Pero de lo que estoy ms orgulloso de estos seis aos es del ao de 1968, porque me permiti servir y salvar al pas les guste o no les guste con algo ms que horas de trabajo burocrtico, ponindolo todo: vida, integridad fsica, horas, peligros, la vida de mi familia, mi honor y el paso de mi nombre a la historia. [...] 169
167 Iln Semo, Democracia de lites versus democracia social en Iln Semo (ed.), La transicin interrumpida. Mxico 1968-1988, Mxico, Nueva Imagen, 1993, pp. 205-206. 168 Massimo Modonessi, op. cit., p. 29. 169 Luis Lupone, op. cit., 19:40-20:08 62 Daz Ordaz aseguraba haber salvado al pas del desorden, del caos, de que se terminaran las libertades de que disfrutamos. 170 Y respecto a los muertos, seal: Y de los cados, dolorosamente cados esa tarde, la mayor parte tena claras trayectorias de arriba hacia abajo, porque los disparos fueron hechos desde la azotea del edificio Chihuahua; de all dispararon, perversamente, contra los soldados y contra sus propios compaeros. 171
Las declaraciones del ex mandatario apuntan a una presencia del tema en el espacio pblico y de una apertura para tratarlo los periodistas cuestionaron al ex presidente sobre las decisiones de 68, esta posibilidad es difcil imaginar en algn momento previo-. Sin embargo resulta interesante notar que Daz Ordaz segua defendiendo la interpretacin de la conjura, lo cual podra indicar que esa versin segua contando con alguna aceptacin en el espacio pblico. En 1978 Jos Lpez Portillo, en su informe presidencial, se refiri a los sucesos de 68 como una crisis de conciencia que haba devenido en la conciencia de la crisis. 172 Un suceso que, segn su interpretacin, haba conducido al rgimen a democratizarse, ejemplo de ello eran las reformas puestas en prctica durante esos aos. 173 En ese momento surgi el Comit 68 Pro Libertades Democrticas conformado por actores del movimiento estudiantil y en 1979 el Frente Nacional contra la Represin. La instalacin del 68 en el espacio pblico result cada vez ms notoria, en 1979, con [] la renovacin de las Cmaras de Diputados y Senadores y la entrada de la izquierda en estos espacios [se] comenzaron a dibujar [] una serie de memorias de los partidos polticos sobre el 68. 174
Ejemplo de ello fueron las palabras emitidas en tribuna por Pablo Gmez lvarez, lder del CNH en 1968 y diputado federal por la Coalicin de Izquierda, quien sealaba: El 2 de Octubre, hace once aos, la matanza criminal impidi por la fuerza el desarrollo de un vasto movimiento por la
170 dem. 171 dem. 172 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 173 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 67. 174 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 63 democracia: la posibilidad de un cambio democrtico en nuestro pas fue cerrada por la represin. 175 A esta enunciacin tambin se le sum el PAN que para 1980, en voz de Carlos Castillo Peraza dira: [...] lo recordamos para reiterar la vigencia de los ideales, de quienes exigimos justicia y libertad para nuestro pueblo [...]. Los sucesos del 68 fueron relevantes, porque expresaron un deseo de transformar a fondo la sociedad mexicana [...] 176 De esta suerte queda claro que la llamada apertura democrtica promovi que los partidos de oposicin llevaran al espacio pblico el tema del 68 que, hasta ese momento, slo haba sido recordado por los estudiantes. 177
Por su parte Miguel de la Madrid, durante su sexenio, guard un silencio absoluto sobre los sucesos de 1968, tal vez, y como sugiere Virginia Escobedo, ello contribuy a socavar la memoria de la conjura. 178 Sin embargo, a pesar del silencio presidencial, en otros espacios el tema segua presente. En 1983, por ejemplo, Encarnacin Prez Gaytn, del PSUM 179 , solicit, sin xito, que se formara una comisin de investigacin en la Cmara para analizar el 68 y la guerra sucia. 180 A su vez, durante 1986 y 1987 se desarroll otra huelga universitaria en contra de las reformas de la UNAM impulsadas por el rector Jorge Carpizo 181 que llev, inevitablemente, a las comparaciones de esos sucesos con los de 68. 182 Tambin las elecciones presidenciales de 1988, marcadas por acusaciones de fraude, llevaron nuevamente a entablar vasos comunicantes con el movimiento estudiantil. En la manifestacin de conmemoracin del 2 de octubre en 1988: [] la coyuntura electoral perme el ritual y la participacin de [Cuauhtmoc] Crdenas [el candidato que sealaba el fraude electoral] implic una mayor difusin. Las asociaciones entre el movimiento
175 Diario de los Debates, 2 de octubre de 1979, p. 11 en Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 176 Diario de los Debates, 2 de octubre de 1980, p. 27 en dem. 177 dem.. 178 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 70. 179 Partido Socialista Unificado de Mxico. 180 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 181 En esencia las reformas consistan en un aumento a las cuotas por servicios estudiantiles, la eliminacin gradual del pase automtico del bachillerato a la licenciatura y la implantacin de un modelo nico de evaluacin. Hctor Jimnez, op. cit., p. 149. 182 dem. 64 estudiantil y el movimiento que denunciaba el fraude electoral se compenetraron. 183
En este momento se recalcaba que los movimientos de 68 y 88 [] haban sido luchas por la democracia, al mismo tiempo que se afirmaba que el movimiento de 1968 haba permitido la aparicin del movimiento en contra del fraude electoral de 1988: el 68 haba sido la siembra, el 88 la cosecha. 184 A esta interpretacin contribuyeron tambin dos libros testimoniales publicados en 1998: La estela de Tlatelolo. Una reconstruccin histrica del movimiento estudiantil de 68 de Ral lvarez Garn, y la obra colectiva coordinada por Herman Bellinghausen, Pensar el 68 en la que resulta clara la participacin testimonial de lvarez Garn y Gilberto Guevara Niebla, dos de los principales promotores de la interpretacin del legado democrtico del movimiento-. En 1989 se fund el Partido de la Revolucin Democrtica (PRD) que, emergido como consecuencia del presunto fraude electoral de 88, ayud a consolidar la idea del 68 como el inicio de la lucha por la democracia en Mxico. Sin embargo es importante recordar que El grito, la pelcula dirigida por Lpez Aretche, ya refera a la vertiente democrtica del movimiento estudiantil. En la constitucin del PRD participaron algunos de los activistas emblemticos del 68: Heberto Castillo, Ral lvarez Garn, Pablo Gmez, Luis Gonzlez de Alba, Salvador Martnez Della Rocca, Eduardo Valle, entre otros. 185 De esta suerte, la coyuntura electoral termin por cohesionar (y prcticamente por imponer) la memoria del 68 como un movimiento democrtico. 186
Las pelculas
A partir de 1971 y hasta 1989 surge una vertiente ficcional que remite a los sucesos de 68 y a la que corresponden Tmalo como quieras (Carlos
183 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 69. 184 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 302. 185 Hctor Jimnez, op. cit., p. 132. 186 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 73. 65 Gonzlez Morantes, 1971), 187 Y si platicamos de agosto? (Maryse Sistach, 1981) y Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989). Los dos primeros filmes son de difcil acceso, mientras que Rojo amanecer ha sido transmitida por televisin, puede ser vista en youtube y es fcilmente asequible. Esta diferencia se debe a que, de hecho, Rojo amanecer fue pensada inicialmente para entrar al circuito comercial de exhibicin, mientras que las pelculas de Gonzlez Morantes y Sistach fueron elaboradas dentro de instituciones universitarias con fines curriculares. Es interesante que este periodo est caracterizado por los relatos ficcionales. Al haber sido precedidas por las pelculas del CNH, Menndez y Lpez Aretche, podran representar la necesidad de hablar del mismo pasado pero profundizando en aspectos en los que las imgenes documentales no podan: apelando a la posibilidad simblica del cine y elaborando narraciones ms intimistas al relatar las historias a travs de personajes con los cuales el espectador establece lazos afectivos en el cine documental anterior los actores del movimiento eran englobados en una colectividad annima-. A su vez, este conjunto de pelculas puede mostrar la voluntad de no olvidar de los
187 Quiz siempre s me muera (Federico Weingartshofer, 1971) es una pelcula de ficcin que antecede a Tmalo como quieras. En los dos casos se trata de producciones elaboradas por alumnos del CUEC que participaron en las brigadas flmicas del movimiento y que responden a la experiencia de 1968. Sin embargo considero que, aunque Quiz siempre s me muera slo pudo realizarse tras el movimiento estudiantil, su relato no se propone ser una interpretacin del mismo. La pelcula se configura como una reflexin a posteriori de las preocupaciones de los jvenes a partir de los sucesos recientemente vividos. El filme tiene una estructura narrativa no lineal, en donde una serie de imgenes inconexas, buscan trazar las preocupaciones de quienes realizaron la pelcula. Como bien seala Vzquez Mantecn, los temas van desde la posibilidad de la opcin guerrillera, la distancia de los estudiantes clasemedieros urbanos con la realidad campesina, la crtica a la iconografa de izquierda simbolizada en una intervencin pictrica en torno a un pster del Che Guevara, o la incapacidad de los estudiantes de comunicarse en los edificios de Ciudad Universitaria. Adems de tratar temas como la prctica del sexo libre o la imposibilidad de los estudiantes de comunicarse con otros sectores de la sociedad. El director de la pelcula ha sealado que Quiz siempre s me muera se trataba de toda una serie de reflexiones acerca de para dnde debera ir el cine. Sin una clara visin, por supuesto. Era todo como una vomitada. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 199. Sin embargo, aunque es una pelcula que indudablemente impact el cine producido en el CUEC, considero que se aleja de los fines de esta investigacin, por ello no incluir su anlisis. 66 realizadores y, por ello, la necesidad de seguir refiriendo a 1968, adems de responder a un contexto de una aparente distensin poltica sobre ese pasado. Las narrativas de este periodo parecen resguardar la identidad de los militantes a travs de la ficcin; ser a partir de 1993 que los actores de 1968 comenzarn a dar la cara frente a las cmaras. Es importante sealar que cada forma discursiva ficcin o documental- pretende establecer un pacto de lectura con quien mira el filme. En el caso del cine sobre el movimiento estudiantil estos pactos buscan establecer, convencer y/o transmitir al espectador una narrativa sobre los sentidos que debe tener 1968. 188 Las ficciones consideradas en esta investigacin establecen estrategias narrativas que las alejan de lo meramente imaginativo. Sus discursos establecen pactos de lectura no ficcionales en tanto relatos que refieren a sucesos y personajes histricamente reales y reconocibles. As estas pelculas de ficcin histrica sostienen un estatuto ambiguo, 189 instalndose entre la ficcin y lo real. Estos discursos flmicos poseen el potencial de generar y moldear imgenes del pasado que sern retenidas por generaciones completas []. 190
Tmalo como quieras
Tmalo como quieras es una ficcin del CUEC dirigida en 1971 por Carlos Gonzlez Morantes 191 (representante ante el CNH, encarcelado durante el movimiento estudiantil y colaborador de El grito) que pretende ser una suerte de reflexin sobre los alcances de la movilizacin estudiantil de 1968. La
188 Elizabeth Jelin, op. cit., 2002, p. 39. 189 Ana Longoni, Traiciones. La figura del traidor (y la traidora) en los relatos acerca de los sobrevivientes de la represin en Elizabeth Jelin y Ana Longoni op.cit., p. 206. 190 Julin Woodside. Cine y memoria cultural: la ilusin del multiculturalismo a partir de dos pelculas mexicanas de animacin en Estudios sobre las culturas contemporneas. Revista de investigacin y anlisis, Mxico, Universidad de Colima, poca II, volumen XVIII, nm. 26, 2012, p. 81. 191 Gonzlez Morantes ingres al CUEC en 1968 e inmediatamente comenz a trabajar como asistente de produccin, director, actor y jalacables. Fue miembro activo del movimiento estudiantil del 68, experiencia que marca en forma definitiva su lnea cinematogrfica, que tiene como base la reflexin social. Perla Ciuk, op. cit., tomo I, p. 365. 67 narracin inicia con la sucesin de la imagen de distintos titulares de prensa El Heraldo de Mxico, El Universal y Exclsior- que hablan sobre la ocupacin militar de la Ciudad Universitaria el 18 de septiembre de 1968. La pelcula concluye con un eplogo que refiere a los sucesos del 10 de junio de 1971 a travs de distintas imgenes fotogrficas de archivo. El empleo de estos dos momentos, al inicio y fin del filme, que engloban a la ficcin, hacen suponer al espectador que el relato, a pesar de ser una dramatizacin, refiere a la realidad histrica.
La temporalidad de la ficcin sucede ese 18 de septiembre evocado inicialmente por las imgenes de la prensa. Este lmite temporal establece un lmite espacial; la narracin se concentra en distintos lugares de la Ciudad Universitaria: las facultades, la biblioteca central, la torre de rectora, las islas 192 y el auditorio Che Guevara uno de los espacios ms utilizado para las sesiones del CNH-. Esta decisin discursiva desvincula a otras universidades de los sucesos de 1968.
192 Jardines que se encuentran al centro de los edificios de la Universidad. Imgenes de peridicos que hablan sobre la ocupacin militar de CU. Tmalo como quieras, 00:45 Imgenes del halconazo. Tmalo como quieras, 53:05 68
Los protagonistas de la historia un hombre y una mujer estudiantes, y un profesor- se encuentran en un campus universitario desolado. Los tres desconocen las causas por las que la universidad est vaca, as que, a propuesta de los jvenes, inician una serie de reflexiones y recorridos espaciales para intentar dilucidarlo. La pelcula instala algunos temas relevantes para pensar al 68. Por una parte refiere a uno de los conos que conforman el imaginario sesentayochero: el helicptero que sobrevuela los espacios estudiantiles, en este caso la Ciudad Universitaria, y que dentro de los relatos del 68 remite, invariablemente, a la represin. 193 El filme tambin reitera la idea de la prensa cooptada por el gobierno cuando, ese mismo helicptero, lanza al campus universitario numerosos peridicos en blanco, que no dicen nada. 194
A su vez resulta interesante la temporalidad encuadrada en el filme en la que, a pesar de desarrollarse en un da, se refiere a otros dos momentos: el 2 de octubre y el 10 de junio de 1971. El 2 de octubre es evocado, de manera simblica, con distintas alusiones a la lluvia (la lluvia se ha vuelto uno de los referentes de los sucesos de Tlatelolco ya que, al anochecer y despus de los primeros disparos, comenz una llovizna que ayud a lavar la sangre vertida en la plaza). Por su parte, el 10 de junio de 1971 es evocado a manera de un
193 El 2 de octubre tiene como uno de sus elementos distintivos al helicptero que, segn distintos testimonios, lanz unas bengalas que fueron la seal para iniciar los disparos actualmente se sabe que esas bengalas fueron lanzadas desde el techo de la iglesia de Santiago Tlatelolco-. Lo importante es rescatar los significados que se le han atribuido a la aeronave. En el cine la imagen es recurrente y aparece desde Comunicados. 194 Palabras dichas por el profesor. La protagonista camina por las islas de CU, al fondo se observa la torre de rectora. Tmalo como quieras, 02:56 69 eplogo, cuando en la pantalla aparece un interttulo que seala aquel ao y al que le sucede una serie de imgenes fijas de archivo que muestran la represin gubernamental a estudiantes. Es interesante esta mencin concreta a fechas de la represin y las relaciones que se establecen entre 1968 y 1971 una vinculacin que tendr ecos en la posteridad- y que busca problematizar la viabilidad de las acciones estudiantiles que, invariablemente, concluyeron en la muerte el profesor seala que hay que recordar que esto ya ha sucedido otras veces a lo que le sigue un montaje en el que el ruido de una metralleta simula el acribillamiento de los protagonistas-. La pelcula, a diferencia del cine documental precedente, incorpora un aspecto nuevo. En la recreacin de 1968 el documental establece un rompimiento generacional en donde el profesor parece estar inmerso en problemas filosficos mientras los jvenes reclaman la aplicacin de ese conocimiento a la realidad. Esta ruptura generacional se extiende hasta ciertas prcticas que remiten a una liberacin juvenil: el uso de minifalda, la prctica del sexo casual, el consumo de drogas y la participacin activa de las mujeres en temas polticos. Parece entonces que son los jvenes los que cuestionan y transforman la realidad, sin embargo, la pelcula adopta una postura crtica frente a este idealismo trmino empleado por el profesor para definir el pensar y actuar de los jvenes-. Dicho idealismo es desnudado cuando los estudiantes buscan incidir en la realidad e intentan salir del campus universitario para ir con el pueblo. 195 En ese intento los protagonistas se encuentran con una pareja de campesinos que caminan a las afueras de la universidad -en ese momento el profesor y los jvenes se ven imposibilitados de salir; simplemente no pueden dar ni un paso ms all de la banqueta que delimita el campus-.
195 Durante el movimiento, algunos sectores estudiantiles tenan la preocupacin por vincularse con los problemas de la clase obrera y los oprimidos para, as, generar una transformacin de la realidad nacional. Hermann Bellinghausen (et. al.), Pensar el 68, Mxico, Cal y Arena, 1998, p. 64; Hctor Jimnez, op. cit., p. 121. 70
Los protagonistas piden ayuda mientras que la pareja de campesinos, desconcertada, contina su andar. Segn lvaro Vzquez, este recurso es una metfora [para mostrar el] ambiente asfixiante de una universidad, demasiado volcada sobre s misma []. 196 Un elemento que, nuevamente, coloca la reflexin en un lugar diferente a la postura del cine documental precedente en donde se buscaba resaltar el origen campesino y obrero de los actores del movimiento y en la que Topilejo en el caso de El grito- aparece como uno de los ejemplos de la vinculacin de la movilizacin estudiantil con otras luchas sociales y populares. Tmalo como quieras, sin lugar a dudas, adjudica la pertenencia de los actores a la clase media citadina. De esta suerte, la pelcula de Gonzlez Morantes reitera algunos lugares de memoria establecidos en la vertiente documental previa: el espacio de la UNAM, los helicpteros y el papel de la prensa. Al referirse exclusivamente a tres momentos: la toma de CU el 18 de septiembre, los sucesos de Tlatelolco y los de 1971, puedo decir que la pelcula entreteje una memoria que busca evidenciar la represin. Mientras las opiniones en torno a la protesta estudiantil son variadas y contrapuestas esto es representado por las distintas discusiones que tienen los estudiantes con el profesor, en donde ninguno est enteramente de acuerdo con el otro-, los momentos de represin gubernamental no se prestan a duda alguna, son hechos dados que aparecen como verdades incuestionables y, quiz por ello, la voz del victimario no puede escucharse en ningn momento. De esta manera la
196 lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 199. Los universitarios hablan con una pareja de campesinos. Tmalo como quieras, 41:00 71 pelcula apela a un espectador que, a partir de la reflexin, debe llegar a sus propias conclusiones sobre las posibilidades que aloja la protesta; el filme est interesado en poner en cuestin las decisiones tomadas desde el lado estudiantil y no las decisiones de Estado ya que, segn la interpretacin del filme, son los jvenes los que deben explorar nuevos caminos para alcanzar sus ideales frente a un gobierno que acta siempre igual.
Y si platicamos de agosto?
Y si platicamos de agosto? es un mediometraje de ficcin dirigido por Maryse Sistach 197 en 1980. La pelcula fue la tesis de la cineasta para graduarse del CCC 198 y obtuvo el Ariel por mejor cortometraje de ficcin. 199
La historia est ambientada al interior de una casa de clase media de la ciudad de Mxico, compuesta por un matrimonio y dos hijos. El matrimonio renta uno de los cuartos de su casa a una joven de provincia Caritina- estudiante del IPN. Las caractersticas de la vivienda as como las ocupaciones de los personajes permiten definirlos como miembros de la clase media. Como el titulo de la pelcula lo seala, la temporalidad de la narracin se concentra en el mes de agosto de 1968 y se mencionan algunos de los sucesos ocurridos en ese tiempo: la marcha encabezada por el rector Javier Barros Sierra, el discurso de Gustavo Daz Ordaz en Guadalajara (donde sealaba que l tena la mano tendida para solucionar el conflicto estudiantil) y la manifestacin del 27 de agosto -las referencias a estos momentos son incluidos a travs de noticieros, televisados o radiofnicos, que generan en el espectador la impresin de que se trata de una ficcin que hace referencia a la realidad histrica-.
197 Maryse Sistach estudi antropologa social en Francia, posteriormente ingres al CCC con un inters por hacer documentales. Su produccin ms reciente se ha centrado en la ficcin, una de las ltimas pelculas que realiz es Perfume de violetas. Perla Ciuk, op. cit., tomo II, p. 727. 198 El Centro de Capacitacin Cinematogrfica fue fundado en 1975 por Carlos Velo. Su historia, a pesar de los altibajos, la ha llevado a ser, al lado del CUEC, una de las escuelas de cine ms importantes del pas, y por su relacin con la industria estatal, quien ms produce cine. Isis Saavedra Luna, op. cit., p. 216. 199 Perla Ciuk, op. cit., tomo II, p. 727. 72
La pelcula concluye con un interttulo que seala la fecha del 1 de septiembre de 1968 cuando, de manera extradiegtica, se escucha un fragmento del informe de Daz Ordaz: hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un lmite. La espacialidad de la narracin se configura a travs del fuera campo, 200 es decir, por medio de referencias verbales a espacios concretos de la ciudad de Mxico, en especfico se mencionan las instalaciones del IPN, el Zcalo, pero tambin aquellos espacios que refieren a los Juegos Olmpicos. Caritina es el vehculo narrativo que permite hablar del movimiento estudiantil. Ella es una partcipe del acontecimiento, mientras que la familia que la aloja representa la opinin que otros sectores sociales pudieron haber tenido sobre la movilizacin estudiantil. Caritina tiene una amiga que, en trminos narrativos, ayuda a caracterizar a esa generacin joven que particip en el movimiento. Ambas forman parte de las brigadas informativas, visten con minifaldas y cuestionan los valores de sus padres y por extensin, de las generaciones mayores.
200 El fuera campo es la imagen y/o el sonido que no aparece encuadrado en los lmites del campo de la toma. Imgenes de un noticiero que, en el universo de la ficcin, refieren a los sucesos que realmente acontecieron en el mundo histrico. Y si platicamos de agosto?, 26:00 73
En distintos dilogos las amigas sealan la incomprensin de sus padres frente a sus intereses y preocupaciones, la manera ms obvia que utiliza el narrador para evidenciar el rompimiento generacional se hace a travs de los sujetos de culto de cada cual, mientras los mayores consagran ciertos espacios del hogar a imgenes religiosas, los jvenes los ocupan con las fotografas del Che Guevara. Tampoco es una casualidad, por supuesto, que las protagonistas de la narracin y de la representacin del movimiento estudiantil sean mujeres. Sin embargo, la pelcula no se preocupa por explicar los motivos del movimiento estudiantil y, al insistir en el rompimiento generacional, aparece ste como una movilizacin con aires de revuelta cultural, es decir, como un movimiento que comparta una crtica de la sociedad en la que se ponan en cuestin los roles de gnero, la participacin poltica de los jvenes, los modos de vestir y de peinar. Por su parte es interesante y novedoso, en trminos de la narrativa cinematogrfica sesentayochera, el que la pelcula busque mostrar la oposicin social al movimiento va el padre de familia de la casa de alojamiento. El pap tiene todos los aires autoritarios que pueden evocar al poder presidencial; en su lgica las cosas se resuelven a gritos y golpes. Este personaje parece desconocer los propsitos de las movilizaciones estudiantiles; su preocupacin primordial es acabar con el trfico vehicular que generan los alborotadores. De esta suerte, l personifica un punto de vista que criminaliza y estigmatiza las acciones de los jvenes. El padre aparece as como el representante de un sector social interesado en la realizacin de los Juegos Olmpicos que, por supuesto, estaba de acuerdo Caracterizacin de las mujeres estudiantes que con su manera de vestir retratan el espritu de la poca. Y si platicamos de agosto?, 9:04 74 con que el ejrcito les dieras en la torre a los revoltosos. 201 Es interesante que se le d voz a los opositores aunque claramente la pelcula est interesada en que el espectador genere empata con Caritina y su situacin- porque es una manera de hacer una crtica a la sociedad que permiti el uso de la fuerza pblica para reprimir al movimiento estudiantil, un mbito que ha permanecido en la opacidad de las relatos y estudios elaborados sobre 1968. 202
El esquema narrativo de la pelcula define dos bandos: por un lado el de Caritina y la colectividad que ella representa, por otro el del padre y las figuras gubernamentales. En el sealamiento de las responsables de la represin a los estudiantes se menciona a Luis Cueto Ramrez jefe de la polica de la ciudad de Mxico-, Gustavo Daz Ordaz y el ejrcito. A su vez, la prensa televisada y radiofnica aparece como la vocera de los intereses gubernamentales al mostrar una cobertura parcial con la cual los jvenes no estn de acuerdo.
De esta suerte Y si platicamos de agosto? vuelve a ciertos temas importantes en las narrativas del movimiento estudiantil la ruptura generacional y el papel de la prensa- e instala temas que resultan novedosos el sealamiento de la aprobacin social a la represin-, adems de voltear la mirada hacia el Politcnico cuando, hasta ese momento, el cine haba resaltado la participacin de los miembros de la UNAM. A su vez la pelcula
201 Palabras enunciadas por el padre de familia. 202 Aspecto sealado por Ariel Rodrguez Kuri, El lado oscuro de la luna. El momento conservador en 1968 en Erika Pani (coord.) Conservadurismo y derechas en la historia de Mxico, tomo II, FCE-CONACULTA, 2009, pp. 512-559. Tambin ha sido tratado por Eric Zolov, op. cit. Un recurso que la ficcin usa para sealar aspectos de la realidad histrica. Y si platicamos de agosto?, 10:05 75 se articula a partir de la emocionalidad, pues el espectador se ve obligado a tomar una postura en trminos morales en la medida en que los personajes se estructuran a partir del binomio buenos/malos. Al no explicar los objetivos del movimiento estudiantil y proporcionar una narracin en donde la protagonista, una estudiante dedicada y responsable, slo sufre las consecuencias de la represin tanto de las generaciones mayores como del Estado- se encumbra una interpretacin que da fuerza a la idea de 1968 como un momento caracterizado por la represin. Ms que ser una pelcula reflexiva, en donde se apelara al juicio crtico del espectador, el narrador espera que la recepcin se haga por una identificacin sentimental o emotiva con los acontecimientos narrados. 203
Rojo amanecer
Rojo amanecer, pelcula que originalmente se llamara Bengalas en el cielo, es una ficcin realizada en 1989 por Jorge Fons, 204 un egresado del CUEC. La pelcula surgi bajo iniciativa independiente argumental y presupuestaria- pero apost por la posibilidad de ser exhibida en las salas comerciales. La legislacin vigente en ese momento obligaba a que todo filme, para ser exhibido en el circuito comercial, deba pasar antes por la censura de la Secretara de Gobernacin. De esta suerte, la pelcula sufri una serie de cortes estratgicos a partir de los criterios gubernamentales y no pudo ser exhibida hasta 1990. 205 La bibliografa revisada sugiere que estos cortes iban en una sola direccin: la de desdibujar a los sujetos que la pelcula presentaba como culpables de los sucesos del 2 de octubre. 206 Estas estrategias gubernamentales sugieren que, a pesar de ser un relato
203 Ana Amado, op. cit., p. 23. 204 Jorge Fons ha trabajado en distintos proyectos de cine experimental, publicitario y documental. A su vez ha laborado en la publicidad y la televisin. Su ltimo largometraje de ficcin es El callejn de los milagros de 1994. Perla Ciuk, op. cit., tomo I, pp. 296-297. 205 Olga Rodrguez Cruz, op. cit., pp. 81-83, 89-93.
206 Ibdem, pp. 38, 93, 107; Hugo Lara Chvez, Una ciudad inventada por el cine, Mxico, CONACULTA-Cineteca Nacional, 2004, p. 95. 76 construido desde la ficcin, el discurso de la pelcula contena ideas que incomodaba polticamente. En la medida en que los productores difundieron la existencia de la pelcula y los problemas que enfrentaban para exhibirla en salas de cine en la prensa nacional, consiguieron presionar a las autoridades y finalmente lograron que se autorizara su exhibicin. 207 Frente a esta circunstancia el rgimen logr elaborar un discurso a su medida, ya que para 1989 exista una interpretacin que pensaba al movimiento estudiantil como el detonante de la democracia en Mxico. 208 De esta manera el PRI buscaba diferenciarse del gobierno de Daz Ordaz como modo de legitimar el proyecto poltico del partido. 209 Una manera de reconocerse dentro de esa transicin a la democracia era permitir hablar de ese pasado condenndolo de manera cmoda en la medida en que se permita hablar de parte, pero no de la totalidad, de lo sucedido. De esta suerte, y paradjicamente, la pelcula se convirti en el estandarte de la poltica salinista como una muestra de una aparente libertad de expresin hasta ese momento nunca vista. 210 Un discurso democrtico conveniente para un gobierno acusado de ser producto del fraude electoral. 211
Las estrategias narrativas empleadas por Rojo amanecer recuerdan, inevitablemente, a Y si platicamos de agosto? Al igual que en la pelcula de Sistach el empleo del fuera campo se vuelve un recurso fundamental del drama, as, la historia ocurre al interior de un departamento y son quienes
207 Olga Rodrguez Cruz, op. cit., p. 89. 208 Sobre la interpretacin del movimiento como detonante de la democracia en Mxico ver pginas 61 a 64 de esta tesis. 209 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 306. 210 Isis Saavedra Luna, op. cit., p. 282. 211 Hay que recordar que durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari el tema de los derechos humanos se emple como parte de la retrica modernizadora de su mandato. Durante su administracin aparecieron, a nivel estatal y federal, las Comisiones de Derechos Humanos. A su vez, en 1993, se form una Comisin de la Verdad desde la sociedad civil que tena por inters el deslinde de responsabilidades respecto del movimiento estudiantil. Hctor Jimnez, op. cit., pp. 176-177. Sobre la Comisin de la Verdad de 1993 se habla en el captulo La historia de la violencia de esta tesis. 77 habitan ese espacio y las distintas voces extradiegticas de noticieros, 212 los que refieren al movimiento estudiantil. En Rojo amanecer se plantea la brecha generacional de la que ya hablaba el filme de Sistach -en el que los jvenes se revelan a travs de su manera de vestir y pensar, con un culto hacia el Che Guevara y en donde las mujeres participan en el mbito de la poltica y lo pblico- y que permite mostrar a los adultos como los adversarios al respaldar las acciones y decisiones del gobierno.
Otro lugar de inspiracin de la pelcula es el libro de Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco, ya que una buena parte de los dilogos y situaciones de la pelcula son similares a los testimonios recabados en el libro. 213 Es llamativo esto porque an hoy La noche de Tlatelolco 214 es uno de
212 Algunas de esas inserciones de noticieros incluyen discursos realmente enunciados, es el caso, por ejemplo, de las palabras emitidas por el general Marcelino Garca Barragn, secretario de la Defensa Nacional, tras los sucesos del 2 de octubre y que se incorporan al universo de ficcin de la pelcula. 213 Ejemplos de ello pueden ser encontrados al comparar los dilogos de la pelcula y algunos pasajes del libro de Elena Poniatowska. Algunas de las pginas de La noche de Tlatelolco en donde se pueden encontrar estas similitudes, son: 184, 187, 191, 195, 199, 201, 205, 207, 227 y 248. Como ejemplo menciono uno de los casos. En la pelcula hay un dilogo entre una joven estudiante que, tras los primeros disparos en la plaza, se resguarda en un departamento de Tlatelolco. En el interior dialoga con la madre que vive ah: Estudiante: seora, donde puedo dejar esto? (saca un bote donde colecta dinero) Madre: tira eso inmediatamente.! Estudiante: no puedo, es del Movimiento. Los hombres estudiantes llevan el cabello largo, a diferencia de las generaciones mayores. Rojo amanecer, 1:19:47 Las mujeres estudiantes llevan el cabello corto, a diferencia de las generaciones mayores. Rojo amanecer, 57:24 78 los libros con mayor tiraje sobre el movimiento estudiantil y Rojo amanecer una de las pelculas ms vistas y conocidas sobre aquel pasado. Rojo amanecer narra la historia al interior de un departamento de la unidad Tlatelolco habitado por una familia de clase media de la que forman parte 2 estudiantes universitarios y al que llegarn, por cuestiones dramticas, otros 4 estudiantes del IPN y la UNAM-. A partir de este microcosmos representado por dicha familia se construye una interpretacin sobre los sucesos de 1968 aunque, en especfico, se narra lo ocurrido el 2 y 3
Madre: entiende, si nos agarran con eso nos va a ir mal a todos, tienes que tirarlo. Estudiante: pero es que este dinero es del Movimiento y soy responsable. Madre: vamos a hacer una cosa, yo te guardo este dinero y te lo doy luego y ahorita tiramos el bote, de acuerdo? Estudiante: y la propaganda? Madre cul propaganda? (la estudiante saca muchos papeles de su chamarra). Nia estpida, pero cmo andas con esto. Pero qu tonta eres, de veras. Jorge Fons, Rojo amanecer (DVD), Mxico, Cinematogrfica Sol, 1989, 54:40. En el libro de Poniatowska el testimonio es el siguiente: Nos encerraron en el bao y catearon la casa (los policas), mi muchacha fue con ellos. En el bao nos sentamos en el suelo a abrazar a los nios y tambin se sent en el suelo del bao la muchachita que habamos pescado abajo, la del gran impermeable, que probablemente no era de ella. Cuando se lo quit, sac un fajo de propaganda y los nervios de esa criatura fueron tantos que dej caer un bote de colecta del CNH y el dinero rod por todo el bao precisamente en el momento en que los policas estaban cateando la casa. Te imaginas la angustia que todos, hasta los nios, sentimos en ese momento. Si haban odo, sa sera la prueba absoluta de que todos estbamos en el Movimiento. Nos agarr una tal indignacin a Margarita y a m que sin contenernos le dijimos: -Pero nia idiota, slo a ti se te ocurre traer esto Por qu no lo tiraste all abajo? Y la nia, que estaba como pasmada, nos contesta con una ingenuidad increble: -Pero cmo? Si el dinero es del Consejo Nacional de Huelga. Si el dinero es del Consejo Nacional de Huelga cmo voy a tirarlo? Le quitamos la envoltura del CNH al bote de Mobiloil, lo abrimos y sacamos el dinero. La nia lloraba: -Pero es que yo no puedo tocar ese dinero porque es dinero del Movimiento () -Mira, no importa de quin sea el dinero. Yo te lo voy a guardar y despus lo voy a reponer al Movimiento Elena Poniatowska, op. cit., pp. 207-208. 214 Vale la pena sealar que La noche de Tlatelolco fue objeto de una polmica que en 1997 protagoniz Luis Gonzlez de Alba. El ex activista seal que la autora haba modificado parte de las declaraciones de los testimonios que l le haba facilitado en las visitas que Poniatowska hizo a Lecumberri. A consecuencia de ello el libro tuvo que ser corregido y reeditado en 1998. Sin embargo el acontecimiento no gener ningn respuesta en los ex integrantes del movimiento, en la academia o con los lectores, al contrario, el libro sigue siendo un referente de aquel pasado. Virginia Escobedo Aguirre, op. cit. p. 55. 79 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas. Es relevante sealar que Rojo amanecer se convierte as en la primera narrativa cinematogrfica que decide concentrar su relato en la fecha y el lugar ms ominoso de los sucesos de 1968. Sin embargo, a travs de distintos dilogos, se hacen referencias de algunos sucesos que acontecieron con anterioridad la ria del 22 de julio y la ocupacin militar del Politcnico y la UNAM- con lo que resulta claro que los referentes temporales y espaciales se concentran en sealar los momentos de represin. La pelcula configura la idea de un movimiento que surge a raz de los actos de violencia perpetrados por las fuerzas del Estado en contra de las protestas estudiantiles (protestas que segn el punto de vista de la pelcula, surgen a partir de los acontecimientos del 22 de julio). No obstante, Rojo amanecer habla de la conjura comunista para sealarla como la versin oficial, vertida en los medios de comunicacin y aceptada por las generaciones mayores y que, a partir del desarrollo narrativo, queda desacreditada. A su vez la pelcula hace mencin de otra interpretacin que es desestimada por el narrador: la que sealaba que los jvenes haban sido objeto de una provocacin que, en realidad, buscaba influir en la decisin del prximo candidato presidencial. 215
A pesar de definir al movimiento como una respuesta de los jvenes al autoritarismo gubernamental, la pelcula no deja de reconocer el enfrentamiento violento que los estudiantes encararon con las fuerzas del Estado al emplear piedras y bombas molotov. Este resulta un elemento novedoso porque hasta este momento la narrativa cinematogrfica del 68 slo haba hablado de estudiantes indefensos, vctimas de la accin gubernamental. Reconocer que los jvenes tambin ejercieron la violencia es un acto de honestidad y de mirada crtica frente a este pasado reconociendo, por supuesto, la desproporcin de las armas empleadas por cada bando-. 216
215 Esta interpretacin supone que se quera desprestigiar a Alfonso Corona del Rosal, jefe del Departamento del Distrito Federal que, a partir de las obras olmpicas, haba comenzado a reunir prestigio. Ver Introduccin, p. 13. 216 A este respecto el trabajo de Rodrguez Kuri resulta fundamental. Cfr. Ariel Rodrguez Kuri, op. cit., 2009. 80 En Rojo amanecer vuelven muchos de los elementos que el cine precedente haba configurado y que han establecido un imaginario sobre la represin -las imgenes de las bengalas, de los helicpteros, de la Plaza de Tlatelolco- sin embargo, el filme de Fons amplia esa visualidad al sealar, como ya lo haba hecho Poniatowska en La noche de Tlatelolco, que la plaza qued llena de muertos y de zapatos, que los camiones del ejrcito estaban llenos de cadveres y que los detenidos estaban desnudos y bajo la lluvia. 217
Despus de El grito e Historia de un documento, que sealaban que en los sucesos del 2 de octubre haba habido 400 y 300 muertos respectivamente, Rojo amanecer es la tercer pelcula que aborda el tema. El filme deja una cifra incierta pero alarmante, en los dilogos se seala que en la manifestacin de Tlatelolco asistieron 100 mil personas, una serie de relatos afirman que el Batalln Olimpia dispar a lo loco y que la plaza estaba llena de muertos. La pelcula tambin sugiere que hubo muertos no slo en la plaza, sino que los miembros del Batalln Olimpia y del ejrcito buscaron a los estudiantes en los edificios y departamentos de Tlatelolco 218 y que, a la menor provocacin como tener imgenes del Che Guevara o el Manifiesto del Partido Comunista 219 - fueron asesinados los estudiantes y sus familias.
217 Cft. Elena Poniatowska, op. cit., pp. 214, 230, 233. 218 El cateo a los departamentos ocurri efectivamente, sin embargo, se efectu para buscar a los francotiradores que se apostaron en ellos. El tema volver a ser tratado con ms detenimiento en el captulo de La historia de la violencia. 219 La interpretacin de la conjura que el gobierno declar como la verdadera incluy, por supuesto, la persecucin de aquellos a los que se consideraba los agitadores. Algunas de las pruebas que se empleaban para identificarlos eran la posesin de literatura, carteles o volantes subversivos en sus respectivos domicilios. Hctor Jimnez, op. cit., p. 54. 81
De este modo el espectador slo puede suponer una cifra elevadsima de muertes y, a su vez, desestimar la versin oficial que aparece por medio de un noticiero televisado y que contradice las imgenes y los dilogos: La balacera comenz despus de que francotiradores no identificados agredieron con armas de alto poder a policas que estaban ah en cumplimiento de su deber. Hasta el momento no se ha podido identificar el nmero de muertos y heridos, pero se calcula que puede rebasar la cifra de 20. 220
A su vez es relevante notar que Rojo amanecer es la primera pelcula que seala al Batalln Olimpia como el gran operador de la represin en las pelculas precedentes slo El grito hace mencin de hombres con camisa y guante blanco-. 221 En la definicin de los culpables el filme menciona a los granaderos, el ejrcito, el Batalln Olimpia y al general Marcelino Garca Barragn secretario de la Defensa Nacional-. La prensa y las generaciones
220 La mencin que aparece de manera extradiegtica en la pelcula es una reproduccin de las palabras pronunciadas, tras los sucesos del 2 de octubre, por el General Marcelino Garca Barragn, secretario de la Defensa Nacional. Vase Ramn Ramrez, op. cit., vol. I, p. 387. 221 Aunque Carlos Monsivis, Julio Sherer y Carlos Montemayor se encargaron de documentar la participacin del Batalln Olimpia en los sucesos de 1968 en sus respectivos libros el primero de ellos publicado en 1999- es relevante que en el cine ya se ventile dicha interpretacin. Las menciones a esta agrupacin encubierta del ejrcito aparecen tempranamente en la literatura testimonial, tal es el caso de La noche de Tlatelolco (1971). En Historia de un documento se menciona que la polica y los militares, vestidos de civil, se infiltraron entre los manifestantes. Miembros del batalln Olimpia ingresan al departamento que es escenario de la ficcin. Rojo amanecer, 1:27:25 Miembros del batalln Olimpia salen del departamento despus de haber disparado contra todos los sujetos que se encontraban en el interior. Rojo amanecer, 1:32:55 82 mayores son mostradas como cmplices al colaborar con la difusin de la versin oficial, con la aceptacin de las acciones gubernamentales o en la justificacin del ejercicio de la represin en contra de los estudiantes. Sin embargo, la pelcula destaca la labor informativa de la revista Por qu? 222 al ser mostrada como el nico medio de informacin confiable, es decir, el nico medio acorde con la interpretacin estudiantil de los sucesos.
Resulta claro que Rojo amanecer se preocupa por poner el acento de la narracin en la represin gubernamental y por ello es natural que el relato se concentre en el 2 de octubre y se haga de lado el proceso social y poltico que se vivi durante julio y hasta diciembre de 1968. La pelcula elabora as una memoria de la represin pero, tambin, una memoria del elogio al establecer a esa generacin de jvenes como la instigadora de importantes transformaciones culturales los jvenes de la pelcula visten y peinan de una manera novedosa, ellas con pelo corto y pantalones, ellos con pelo largo; a su vez, se recalca la participacin de las mujeres jvenes en la vida poltica y pblica del pas-. Sin embargo, y al igual que la pelcula de Sistach, el filme se estructura a partir de la emocionalidad, con lo cual se obliga al espectador a
222 La revista Por qu? ha sido considerada como uno de los medios informativos que despleg una importante cobertura grfica del movimiento estudiantil. La revista, como seala Alberto del Castillo, careca de cualquier tipo de publicidad comercial y fue sostenida por las aportaciones de los propios estudiantes, que fueron sus principales consumidores y destinatarios. Por qu? circul de manera clandestina y puede pensarse como una publicacin cercana con la militancia Heberto Castillo fue uno de sus asiduos colaboradores-. Alberto del Castillo, op. cit., 2008, pp. 74-75.
Un ejemplar de la revista Por qu? aparece en el universo de ficcin de la pelcula. Rojo amanecer, 21:24 83 tomar una postura a partir de consideraciones morales y no de elementos crticos.
La cuota interpretativa de la ficcin
Es interesante notar que este conjunto de ficciones optaron por concentrarse en temporalidades especficas sin abarcar la totalidad del proceso social y poltico del movimiento estudiantil como s lo haba hecho El grito, en mayor medida, y Comunicados e Historia de un documento, en menor medida. A su vez es llamativo que Y si platicamos de agosto? y Tmalo como quieras sean narraciones que no abordan los sucesos del 2 de octubre, una tendencia que parece no corresponderse con el cine realizado antes y despus de este periodo. Justamente es Rojo amanecer la primer pelcula en concentrar su relato en esa fecha ominosa y que, al estar fuertemente imbuida del libro de Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco, puede pensarse como un lugar de resonancia de esa memoria trgica que ya tena una presencia importante en el espacio pblico. De las tres pelculas estudiadas en este captulo Tmalo como quieras es la nica que sugiere el fracaso de la protesta al sealar que los movimientos estudiantiles siempre terminan en muertes, sin lograr los objetivos que inicialmente los originaron-. Virginia Escobedo afirma, justamente, que en un primer momento la manera de recordar al movimiento estudiantil haba sido a travs de una visin del fracaso. 223 Es a partir de 1971 que otras narrativas Das de guardar, La noche de Tlatelolco o Los das y los aos- logran fortalecer la interpretacin que reconoce los alcances del movimiento y en donde comienza a estructurarse una especie de elogio hacia el mismo. Las pelculas coinciden en una serie de elementos que pueden trazar tendencias memoriales. Por una parte definen a los actores del movimiento estudiantil como miembros de la clase media; un aspecto que resulta llamativo a la luz de la interpretacin hecha por el cine precedente en la que se buscaba sealar un origen obrero y campesino de los actores o alianzas
223 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 45. 84 sociales con ellos. Por otra, las narraciones concuerdan al sealar el papel complaciente que jug la prensa hacia el gobierno (slo Rojo amanecer seala la excepcin a esta regla con la mencin de la revista Por qu?). Los filmes tambin coinciden en mostrar un rompimiento generacional en donde se recalca la participacin de las mujeres en la vida pblica y poltica del pas; en las pelculas de Sistach y de Gonzlez Morantes, se remarca la prctica del sexo libre. Esta tendencia contrasta con la interpretacin del cine documental anterior donde no se habla de esta ruptura y por ello las generaciones mayores aparecen como aliados en la narracin de Lpez Arteche las figuras de Javier Barros Sierra o Heberto Castillo, por ejemplo, resultan fundamentales mientras que en este conjunto de ficciones quedan al margen de los relatos-. A su vez, estas narrativas emplean una estrategia que pone en anonimato a los actores pero que, sin embargo, coloca el tema del movimiento estudiantil en el espacio pblico. En las pelculas se habla del pasado, mas no se singulariza mediante la mencin de actores del bando estudiantil no se mencionan los nombres reales de quienes participaron en el proceso, sino que se emplean personajes que buscan representar a la colectividad-. A su vez, y slo en el caso de la pelcula de Sistach y Fons, el procedimiento es inverso en cuanto a los culpables pues ellos s son individuados y sealados. El grito, Comunicados e Historia de un documento emplean el mismo mecanismo: definen a los estudiantes en una colectividad annima, mientras que sealan a los culpables individualmente. Sin embargo, y en esto coinciden todas las pelculas, la voz del victimario es escasamente escuchada. Hay una preponderancia de voces y puntos de vista que provienen del bando de las vctimas. Esta vertiente de cine de ficcin parece ser producto de la paulatina ruptura del silencio que, desde el espacio pblico, se tuvo hacia los sucesos del 68 es en este periodo que el tema ya es tratado, por ejemplo, en la cmara de Diputados y Senadores-. Este conjunto de pelculas pudo surgir como la posibilidad de aadir su cuota interpretativa, o simplemente informativa, a la circulacin de discursos sociales. 224 Sin embargo, es
224 Ana Amado, op. cit., p. 34. 85 relevante que estas ficciones se concentren en elaborar la denuncia de los hechos ocurridos en aquel pasado y no hagan mencin -como s ocurra en otros mbitos, como la prensa o los discursos polticos- de la vertiente democratizadora del movimiento. Esto resulta paradjico porque El grito, a pesar de haber sido realizada casi en la inmediatez de los sucesos y en un contexto de silenciamiento, s abordaba dicha cuestin. Este conjunto de pelculas de ficcin quiz muestren el modo en que sectores sociales ms amplios han recordado el movimiento estudiantil y que, por tanto, no necesariamente encuentran su correlato con otras esferas como los discursos polticos, los trabajos acadmicos, etc.- De esta suerte, el cine de este periodo decidi concentrarse en la primera interpretacin con amplio reconocimiento, la de la represin, slo aadiendo el carcter de revuelta cultural a ese pasado (participacin poltica de las mujeres, uso de minifaldas, pelo corto en las mujeres y largo en los hombres, prctica de sexo casual, gusto por la msica de The Beatles, etc.) Como lo seala Allier, la memoria, adems de ser selectiva, tiende a reducir los acontecimientos a arquetipos fijados. 225
En trminos narrativos estas pelculas emplean una perspectiva realista afectiva, es decir, son relatos que recrean los hechos histricos por va de los sentimientos. En ningn momento se estructuran por la reflexividad, que tendra como una de sus caractersticas apelar al juicio crtico del espectador y/o emplear el lenguaje cinematogrfico para buscar evidenciar el carcter de representacin del filme. 226 Estas narrativas son cerradas y simples; no hay lugar para las contradicciones o la ambigedad, slo cabe una interpretacin donde, por ejemplo, los bandos representados son claramente distinguibles: los buenos versus los malos. Resultan as pelculas que apelan a la identificacin sentimental o emotiva del espectador frente a los acontecimientos narrados: [] utilizan las potencialidades propias del medio la cercana del rostro humano, la rpida yuxtaposicin de imgenes dispares, el poder de la msica y el sonido en general- para intensificar los sentimientos que despiertan en el pblico los hechos que muestra la pantalla. La
225 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 311. 226 Ana Amado, op. cit., p. 23. 86 historia escrita no est libre de suscitar emociones pero generalmente nos las describe en vez de invitarnos a vivirlas. 227
De esta suerte este conjunto de pelculas podran definirse, de acuerdo con la categora de Rosenstone, como filmes tradicionales 228 en la medida en que stos explican el pasado como algo cerrado, donde la sucesin de acontecimientos es cronolgica y convencional, al igual que los recursos expresivos empleados. 229
227 Robert A. Rosenstone, El pasado en imgenes: el desafo del cine a nuestra idea de la historia, Barcelona, Ariel, 1997, p. 52. 228 Robert A Rosenstone hace una tipologa sobre las diferencias de lo que l denomina cine tradicional y cine experimental de filmes que entran dentro de la categora de ficcin histrica. Cfr. Robert A. Rosenstone, op. cit., pp-49-55. 229 Ejemplos de filmes histricos que cuestionan estos estatutos podran ser Vals con Bashir (Ari Folman, 2008) o Los rubios (Albertina Carri, 2003). En ambos casos se trata de pelculas que rompen con las clasificaciones convencionales ya que no pueden ser llamados como ficciones o documentales en la medida en que, aunque refieren a sucesos reales del pasado a travs de recursos empleados por el documental testimonio, presente de la enunciacin, etc.-, emplean deliberadamente estrategias ficticias Vals con Bashir es un filme hecho exclusivamente con dibujos animados, Los rubios es una pelcula que intercala imgenes captadas del mundo real con recreaciones hechas, por ejemplo, con muecos playmobil-. De esta suerte podran entrar en la definicin que Antonio Weinrichter ha propuesto de cine de no ficcin, que es [] la extensa Zona no cartografiada entre el documental convencional, la ficcin y lo experimental. [ En donde hay una] libertad para mezclar formatos, para desmontar los discursos establecidos, para hacer una sntesis de ficcin, de informacin y de reflexin. Antonio Weinrichter, op. cit., p. 11. A su vez, en ambos casos no slo se muestra el pasado sino que explican cmo y qu significa para el director [] en la actualidad. Son narrativas que no sustenta [] un nico relato y una nica interpretacin, tampoco recurren a imgenes de archivo sino que los fotogramas corresponden al presente de la enunciacin. De esta suerte [] no pretenden tener la nica y ltima palabra sobre el tema que tratan; ms bien suelen proponernos que reflexionemos sobre la importancia de algn hecho o tema ignorado por la historia escrita. Robert A. Rosenstone, op. cit., pp. 54-55. 87 Captulo 3 La era del testimonio
El contexto
La coyuntura electoral de 1988 y el surgimiento del PRD en 1989 lograron consolidar la interpretacin del movimiento del 68 como uno de los detonadores de la democracia en Mxico, de esta suerte: Los cados del 68 mencionados en los aos anteriores pasaron a ser los que lucharon por libertades democrticas cados el 2 de octubre de 1968. Ya no se trataba slo de cados, ahora tambin eran luchadores sociales. De vctimas, los muertos pasaron a ser actores polticos, agentes. 230
As la lectura del 68 dejaba de estar cargada esencialmente de la vertiente represiva y se ampliaban sus significados al grado de comenzar a ser pensado como uno de los parteaguas en la historia nacional reciente. 231 A su vez surga otra interpretacin, abonada por Luis Gonzlez de Alba, que buscaba remarcar el carcter festivo de la movilizacin. 232
Para los aos noventa el tema del 68 comenzaba a ocupar ms espacios en el escenario pblico. En 1992 aparecieron los nuevos libros de texto gratuito de Historia de Mxico para 4, 5 y 6 de primaria en los que se mencionaba, por primera vez, el movimiento estudiantil. En 1993 se erigi la Estela de Tlatelolco, el primer monumento que recordaba los nombres de algunos de los muertos del 2 de octubre. Tambin, ese mismo ao se conform, por actores de la sociedad civil, la primera Comisin de la Verdad que buscaba esclarecer los sucesos del 2 de octubre. Sin embargo es tambin en este momento cuando comienzan a tener visibilidad las
230 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 302. 231 Ibdem, p. 303. 232 A este respecto resulta relevante la polmica que tuvo lugar en 2003 en la revista Letras Libres entre Gonzlez de Alba y Marcelino Perell. La polmica se dio, entre otras cosas, por la defensa que Gonzlez de Alba haca del carcter festivo del movimiento en donde afirmaba que los estudiantes no tenan conciencia poltica y, en realidad, estaban ms preocupados por el desmadre y la fiesta. Perell sealaba que Gonzlez de Alba subestimaba los logros de la movilizacin estudiantil en un afn desmitificador. Hctor Jimnez, op. cit., p. 158. 88 discusiones entre los distintos lderes acerca de los significados del movimiento estudiantil y que incluan, tambin, acusaciones de traicin y protagonismo. 233 En este contexto la publicacin de un ensayo de Gonzlez de Alba, 1968: la fiesta y la tragedia en la revista Nexos, puede pensarse como una expresin sumamente crtica de las interpretaciones del movimiento, pues reconoca mucho de cierto pero, tambin, mucho de falso en la versiones difundidas por los actores durante esos primeros 25 aos. 234
A su vez, el escenario poltico continuaba con numerosos cambios que abonaron a fortalecer la presencia del 68 en el espacio pblico. A este respecto resultan importante las elecciones federales que tuvieron lugar en 1997 en las que la fuerza poltica del PRI en el Congreso se vio claramente disminuida y en donde el PRD se convirti en la segunda fuerza. A su vez, en las elecciones del Distrito Federal (realizadas en la misma fecha), el PRD obtuvo la mayora en la asamblea de la Ciudad y la jefatura del gobierno. Este posicionamiento del PRD le concedi al 68 respaldo oficial y as se consolid la idea del triunfo del movimiento estudiantil a travs del triunfo del PRD porque, como seala Virginia Escobedo: [] dicho partido se haba formado con parte de los ex actores de ese acontecimiento y, segundo, porque segn ellos estaban realizando las demandas esgrimidas durante la protesta juvenil. El PRD se autodenominaba, en este sentido, como la culminacin de la lucha iniciada en 1968. 235
A partir de este momento surge un claro silencio presidencial al respecto el movimiento estudiantil ya no es incorporado en los discursos o informes de gobierno- y son los partidos de oposicin los que se encargan de mantenerlo en el espacio pblico. Este escenario configura una clara oficializacin del 68 que puede notarse a partir de una serie de actos polticos. El 2 de octubre de 1997, la Cmara de Diputados resolvi constituir la Comisin Especial Investigadora de los Sucesos del 68. En ese mismo mes se organiz en el Congreso un homenaje pstumo a Heberto Castillo, quien
233 Ibdem, p. 153 234 Gonzlez de Alba, 1968: la fiesta y la tragedia en Nexos, http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=447311 235 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 85. 89 haba fallecido en abril de ese ao siendo senador por el PRD. En el Muro de Honor de la Cmara de Senadores qued grabado con letras de oro el nombre del activista []. 236 A su vez, la conmemoracin nmero treinta del movimiento estudiantil result realmente aparatosa ya que en ese ao se publicaron y reimprimieron un buen nmero de libros, artculos y dems bienes culturales que tenan en su centro la rememoracin de la revuelta juvenil. 237 Tambin se gener un gran seguimiento meditico en donde distintos espacios informativos se dedicaron a la discusin del tema. 238
Por su parte, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Cuauhtmoc Crdenas, decret izar la bandera a media asta para recordar a los muertos del 2 de octubre y, ese mismo ao, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal inaugur en el saln principal del recinto legislativo la frase labrada en oro de Mrtires del Movimiento Estudiantil de 1968. 239 A su vez, en 1998 el peridico El Universal public una fotografa en la que apareca el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de Len. La imagen lo mostraba en su juventud siendo objeto de la violencia policial cuando participaba en las protestas de 1968 como estudiante del IPN como seala Vzquez Mantecn dicha imagen, aos antes, hubiera resultado una filtracin incmoda, pero en 1998 se poda estar orgulloso de formar parte de ese pasado democrtico-. 240
Pareca entonces que, para ese momento, ya haba un consenso entre los distintos actores sociales en el que se reconoca la importancia del 68 y por ello se abran distintos espacios para su evocacin, rememoracin o reflexin. El 20 de abril de 1999 estall en la UNAM una huelga estudiantil que, nuevamente, gener comparaciones con los sucesos de 68 y as la rebelin catica y antiautoritaria del CGH (Consejo General de Huelga de 1999) siempre sala perdiendo ante la memoria sobria, liberal y democrtica con la
236 Hctor Jimnez, op. cit., p. 133. 237 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., pp. 86-87. Por ejemplo el MUCA (Museo Universitario de Ciencias y Arte) de la UNAM organiz en 1998 la exposicin 68, 30 aos despus. 238 Hctor, Jimnez, op. cit., p. 173. 239 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 86-87. 240 lvaro Vzquez Mantecn, El Memorial del 68 y el debate sobre la historia reciente de Mxico, en Anne Huffschmid y Valeria Durn (ed.), Topografas conflictivas. Memorias, espacios y ciudades en disputa, Buenos Aires, Nueva Trilce, 2012, pp.127-135. 90 que se representaba al CNH (Consejo Nacional de Huelga de 1968). 241 El 68 era representado, como lo seala Hctor Jimnez, como la lucha prototpica que busc la ampliacin de los derechos civiles y polticos de la ciudadana. A partir de la coyuntura electoral de 2000 el tema del 68 volvi a instalarse en las cpulas del poder. Durante la campaa presidencial el candidato del Partido Accin Nacional, Vicente Fox Quezada, se refiri a los sucesos del 68 desde la vertiente democrtica. Segn el discurso del candidato, l representaba la posibilidad de consolidar la transicin a la democracia que se haba iniciado en 1968, era una manera de reafirmarse en contraposicin al PRI. 242 Por ello, tras conocer su triunfo electoral no dud en declarar: El sacrificio de esos jvenes no fue en vano; ah, en la Plaza de las Tres Culturas qued sembrada [] una voluntad de cambio que ha dado ya, este 2 de julio, frutos tangibles. 243 Era la primera vez que un partido de oposicin ganaba la presidencia de la Repblica y Fox supo sacar provecho de ello al encontrar en 68 uno de sus referentes. El 27 de noviembre de 2001, por decreto oficial, Fox cre la Fiscala Especial para Movimientos Sociales y Polticos del Pasado (FEMOSPP) que se propona dar a conocer la verdad, hacer justicia por los delitos cometidos en el pasado y tratar de enmendar los agravios cometidos contra las vctimas. 244 Las funciones de la Fiscala se concluyeron en 2006, durante los primeros meses de la gestin de Felipe Caldern Hinojosa, con la presentacin de un Informe Histrico a la Sociedad Mexicana en el que se confirm que el Estado haba incurrido en graves violaciones a los derechos humanos: masacres, ejecuciones, desapariciones forzadas y actos de tortura. 245 Sin embargo la FEMOSPP conclua sus labores sin haber logrado una sentencia condenatoria en contra de los responsables de los delitos y sin haber aclarado las cifras de desaparecidos, muertos, heridos y encarcelados.
241 Hctor Jimnez, op. cit., p. 136. 242 Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 92. 243 Ibdem, p. 94. 244 Inicialmente la FEMOSPP slo investigara los sucesos de la guerra sucia, sin embargo, el 20 de febrero de 2002 el movimiento estudiantil fue incluido en las investigaciones de la Fiscala. Ibdem, p. 108. 245 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 308. 91 Caldern, durante su gestin, guard silencio sobre los sucesos de 1968, pero otros actores mantuvieron la mirada puesta en dicho pasado. En 2007 se inaugur el Memorial del 68 en el edificio que, durante 1968, albergaba la Secretaria de Relaciones Exteriores. El espacio fue donado por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Mxico, Andrs Manuel Lpez Obrador, a la UNAM presidida por Juan Ramn de la Fuente- para crear un centro cultural y en particular un espacio para conservar viva la memoria de los acontecimientos de 68. 246 La conformacin de un museo memorial podra pensarse como la concrecin de una memoria pblica oficial que daba materialidad a la memoria, dejando clara la relevancia que gan el 68 con el curso de los aos ya que [] por primera vez se dedicaba un museo a algn suceso posterior a la Revolucin de 1910. 247
En 2011 la Cmara de Diputados declar el 2 de octubre como da de luto nacional, sealando esa fecha como da de la lucha por la democracia y en recuerdo de los jvenes masacrados en 1968 en la Plaza de las Tres Culturas. 248 Junto a esta iniciativa aprobada se debati, sin xito, la creacin de una Comisin de la Verdad sobre los crmenes de la guerra sucia. 249
En 2012 Enrique Pea Nieto, en su discurso de toma de posesin a la presidencia, se refiri al movimiento estudiantil de 1968 como parte fundamental de la herencia democrtica del pas: Hoy la democracia ha llegado a consolidarse y ser parte de nuestra cultura. Millones de mexicanos desde 1910, de todas las filiaciones, libraron una gran batalla cvica por la democracia en el siglo XX, pero fue a partir del movimiento estudiantil del 68 y de las sucesivas reformas polticas que se aceler nuestra democracia. A partir de entonces, generaciones de mujeres y hombres, pensadores, polticos, activistas y ciudadanos, trabajaron para hacerla realidad y finalmente la conquistaron. Ese Mxico democrtico es el Mxico de nuestros das. 250
246 Gerardo Estrada, Una promesa de la marginacin en lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, p. 11. 247 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 248 Diputados declaran 2 de octubre da de luto nacional, op. cit. 249 Eugenia Allier Montao, op. cit., (por aparecer en 2014). 250 Discurso de toma de posesin de Pea Nieto http://www.animalpolitico.com/2012/12/video-discurso-de-toma-de-posesion- de-pena-nieto/ (consultado 15/12/2012) 92 De esta manera queda claro como el movimiento estudiantil ha sido apropiado por diversos actores de los ms diversos signos polticos. Referir a 1968 ha servido para legitimar distintas acciones polticas en los sucesivos presentes. Esta apropiacin ha llevado a la oficializacin de ese pasado ya que desde el Estado se elaboran polticas de memoria con pretensiones hegemnicas y a el que acuden diversos actores sociales para plantear sus demandas y reclamos de memoria. Justamente es el Estado quien a travs de su reconocimiento formal o simblico, jerarquiza ciertas voces y silencia otras. 251 De esta suerte decreta el recuerdo, el olvido, la amnista, la amnesia, la condena o el perdn y para ello recurre a distintos recursos como el establecimiento de un calendario oficial o la conmemoracin en los espacios pblicos monumentos, calles, museos, etc.-. 252
Las pelculas
La cinematografa nacional que se desarrolla a partir de los aos 90 se corresponde con el contexto poltico en el que, cada vez con mayor frecuencia y variados escenarios, se trat al movimiento estudiantil de 1968. A partir de este momento surge un numeroso abordaje cinematogrfico de ese pasado: desde 1993 y hasta 2012 se han realizado 10 pelculas (dato llamativo al ser comparado con las producciones de las dcadas anteriores). Sin embargo parece que es a partir de 1998 cuando realmente aumenta la produccin flmica ya que, para el periodo que va de 1993 a 2012 las fechas de produccin son: 1993, 1998, 1999, 2000, 2002, 2006, 2008, 2010 y 2012. As queda claro como a partir de 1998 el intervalo entre cada pelcula se reduce a uno o cuatro aos, cosa que anteriormente no suceda. En las dcadas anteriores, por ejemplo, lleg a haber intervalos de hasta 10 aos. Esto se corresponde con lo que Jimnez afirma, es decir, que en el marco del 30 aniversario del movimiento estudiantil la efervescencia sesentayochera se tradujo en un boom de obras. 253
251 Elizabeth Jelin, op. cit., 2009, p. 125. 252 Josefina Cuesta, Memoria e historia. Un estado de la cuestin en Josefina Cuesta (ed.), Memoria e historia, Revista Ayer, nmero 32, 1998, p. 209. 253 Hctor Jimnez, op. cit., p. 22. 93 A su vez, dentro de esta produccin hay un elemento que resulta curioso y es que la mayora de los filmes realizados durante este periodo corresponden al formato documental (es hasta el 2010 que hay un retorno de la ficcin con Borrar de la memoria y, posteriormente, Tlatelolco: verano del 68). Resulta interesante resaltar esta tendencia porque se corresponde con los tiempos en que desde la poltica y la sociedad hay una exigencia y necesidad por clarificar lo sucedido y parece que el medio idneo result, para los creadores, el documental. Esta decisin discursiva, y las modalidades empleadas por estos documentales, revelan una imperante concepcin que piensa a las imgenes como mmesis de la realidad, como representaciones transparentes de la verdad. Este conjunto de filmes emplean las convenciones de objetividad que histricamente le han dado sustento retrico al gnero. Por ello son narraciones en las que resulta ms importante el qu se narra, ms que el cmo se narra y es que, como lo seala Bill Nicholls, una buena parte de la prctica documental y el discurso sobre sta se centra en la presuncin de que es ms importante hablar sobre algo que hablar sobre cmo hablamos de algo. 254 De esta suerte los recursos empleados las imgenes, los documentos, las entrevistas- se convierten en prueba tangible del mundo histrico. 255
Otro elemento interesante es el uso notorio de testimonios pues a partir de 1993 con Mxico 68 ningn documental dejar de utilizar este recurso. Si durante mucho tiempo el cine emple a la imagen como prueba de sus afirmaciones, realzando la idea de que la cmara haba estado ah en el lugar de los sucesos, esta nueva vertiente documental suma la autoridad de quienes lo vivieron en carne propia. Se configura as una doble referencialidad con fines retricos en donde el espectador queda, a su vez, en la posicin de testigo en la medida en que l tambin presencia, de manera directa, los acontecimientos. A su vez, el uso de testimonios permite intercalar lo histrico-social y lo individual-subjetivo; lo histrico se materializa en imgenes, casi siembre en blanco y negro, y lo individual con las reescrituras
254 Bill Nicholls, op. cit., p. 47. 255 Ibdem, p. 60. 94 vivientes de las memorias personales. 256 De esta suerte, el cine que recurre al testimonio hace una [] conjugacin de la memoria no en pasado simple, sino en pasado recompuesto por medio del cuestionamiento presente [] 257
En trminos polticos el uso notorio de testimonios puede ser pensado como el indicador de la distencin para abordar el tema de manera pblica. A partir de este momento se puede dar la cara frente a las cmaras para hablar sobre 1968 sin preocupacin de sufrir algn tipo de represalia.
Mxico 68
Mxico 68 es un documental dirigido por Oscar Menndez, elaborado a 25 aos de los sucesos de 68, con lo cual se vislumbra un nimo conmemorativo en la realizacin del filme y, por tanto, la prerrogativa de no olvidar. La pelcula incorpora parte del metraje de nete pueblo, 2 de octubre: aqu Mxico e Historia de un documento -del mismo director- con lo que se emplean imgenes capturadas durante los sucesos. Aunque la pelcula recurre a un narrador over que estructura en una continuidad lgica el argumento y que, por supuesto, aparece como la autoridad epistmica del discurso, tambin se recurre a los testimonios de distintos actores estudiantes, artistas, profesores, miembros del CNH- y de sujetos del presente de la enunciacin jvenes que aparecen como herederos del 68 e investigadores de ese pasado-. De este modo la pelcula busca dar la voz a distintos sectores que se vincularon con el movimiento, sin embargo es importante anotar que tambin se incluye el testimonio de aquellos que, a partir de este momento, sern voces recurrentes en el cine del 68 y que han entrado dentro de la categora de lderes (Roberto Escudero, Pablo Gmez, Fausto Trejo y Heberto Castillo).
256 Nelly Richard, Con motivo del 11 de septiembre. Notas sobre La memoria obstinada (1996) de Patricio Guzmn en Elizabeth Jelin y Ana Longoni, op. cit., pp. 121-130. 257 Franois Niney, op. cit., p. 383. 95
El documental adopta as la forma de historias orales encadenadas para reconstruir un suceso o acontecimiento histrico, la reconstruccin es a todas luces el resultado de la ensambladura de estos testimonios independientes. 258 De esta suerte, la voz del narrador y de los testimonios construyen una lnea de razonamientos en el cual se emplea un montaje de evidencia que ilustra, con metraje de archivo, las afirmaciones realizadas por las distintas voces. En el caso de los testimonios el narrador emplea los registros visuales como si se tratase del recuerdo mismo. 259 Se genera as la impresin de que esas imgenes provienen de quien habla y no, como en realidad sucede, del narrador que estructura el relato y adjudica arbitrariamente esas imgenes a los testimonios. Este procedimiento parece sugerir que la imagen de archivo est dotada de una veracidad indudable, y al emplearla como ilustracin del recuerdo, la factualidad se hace extensiva al testimonio. En el documental, a su vez, las entrevistas se configuran a partir de la ausencia visible del realizador; es decir, ste no aparece ni sonora ni visualmente en el encuadre. As, en vez de observar un intercambio entre el realizador y el entrevistado, el documental convierte al espectador en el sujeto al que se dirige la pelcula, eliminando las mediaciones de realizador/sujeto/espectador [] 260 Sin embargo el empleo de los testimonios
258 Bill Nicholls, op. cit., p. 92. 259 Franois Niney, op. cit., p. 383. 260 Bill Nicholls, op. cit., p. 90. Testimonio de Fausto Trejo. Mxico 68, 35:25 Testimonio de Heberto Castillo. Mxico 68, 43:43 96 tienen una peculiaridad y es su unidad argumental. En la pluralidad de voces recogidas por la pelcula no es posible escuchar puntos de vista encontrados ni tampoco la voz de algn opositor. De esta suerte este recurso termina funcionando como prueba de la argumentacin del realizador. Ello da la impresin de que la pelcula no espera que el espectador saque sus propias conclusiones, sino que el narrador pretende inducir a quien mira hacia la idea de que las cosas sucedieron as. No es gratuito que el narrador afirme que a 25 aos de los sucesos el velo cae y la verdad se descubre gracias, podemos intuir, al trabajo de esta pelcula. Al estructurarse el discurso a partir de los testimonios y con un claro tono conmemorativo, parece que la narracin se organiza a partir de ese balance que debe imponer la mirada retrospectiva. Por esta razn la pelcula no sigue un orden estrictamente cronolgico sino, ms bien, refiere momentos concretos que parecen determinar los sujetos entrevistados. As y en comparacin con El grito hasta el momento la unica pelcula que busc hacer un recuento pormenorizado de los sucesos ocurridos de julio a octubre- Mxico 68 aborda slo una parte de los sucesos (se habla del 22 de julio, del bazukazo a San Ildefonso, del desagravio a la bandera, las marchas del 13 y 27 de agosto, la toma de CU, el informe de gobierno de Daz Ordaz y el inicio de las Olimpiadas). A su vez es una narrativa que concentra su atencin en los espacios de la UNAM los testimonios son grabados en esa casa de estudios o en la Plaza de las Tres Culturas- con lo cual se quita importancia a la participacin del IPN o de otras escuelas. Esto se reitera con el empleo de imgenes de archivo que fueron captadas por el mismo Menndez durante 68 pero que, al ser un acadmico de la UNAM, se vieron determinadas por esa espacialidad que el director recorra en su cotidianedad.
Testimonio de jvenes grabado en Ciudad Universitaria. Mxico 68, 34:31 Fotograma que muestra la Facultad de Medicina de Ciudad Universitaria. Mxico 68, 45:45 Imagen de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria. Mxico 68, 38:38 97
La pelcula seala el inicio del movimiento el 22 de julio a partir de la ria entre estudiantes; sin embargo el filme remite a sucesos previos que permiten enmarcar el contexto de la movilizacin de 1968. De esta suerte se hace mencin del fin del milagro econmico, de las huelgas de ferrocarrileros en 1959, del movimiento magisterial de 1960, de la lucha campesina de Rubn Jaramillo de 1962 y del movimiento mdico de 1965. La voz en over afirma que en este periodo el ejercicio poltico pona freno de los derechos constitucionales de manifestacin, peticin y expresin y, frente a esta situacin de crisis y urgido cambio, los estudiantes fueron los nicos que dieron la cara a la encrucijada de la historia, su accin despert a la conciencia nacional. Es as que desde el inicio del filme se entreteje una interpretacin que elogia al movimiento estudiantil y no es sino hasta el fin del mismo que se refiere a los momentos de la represin. De esta suerte en la interpretacin que se hace en la pelcula constantemente se hace mencin al legado del 68 en la vida poltica del pas, es decir, con Mxico 68 inicia en el cine la idea del movimiento estudiantil como parteaguas de la historia nacional. El narrador en over afirma que el 68 es octubre pero se contina en los cambios que ha provocado en la vida de nuestro pas. Esta idea es reiterada al incluir el testimonio de una serie de jvenes, que no vivieron los sucesos, pero que hablan de los cambios que provoc el movimiento y del que ellos son los beneficiarios directos, son as los hijos del 68. A su vez, con esta nocin de legado que se inserta en la pelcula, se hace nfasis en el papel que ha jugado como detonante de la democratizacin del pas y por ello las distintas voces incluidas hacen constantes menciones del movimiento como la lucha por la defensa de las libertades democrticas. En esta vertiente interpretativa la figura del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, cobra un papel relevante al ser referido como quien, con su participacin en el movimiento, logr legitimar y encaminar la movilizacin hacia este sendero democratizador. La vertiente del elogio es ampliada con el tratamiento que se le da a las brigadas que aparecen como la estrategia empleada por los estudiantes para informar fehacientemente al pueblo del movimiento, ya que los medios 98 no informaban de la realidad otro elemento que remite al carcter democrtico en el sentido de una preopcupacin por el derecho a la informacin-. A su vez vuelve la idea de un movimiento interesado en el pueblo que buscaba que se le llevara a aquel pan, educacin, justicia y libertad. La aparicin de carteles que rezan obreros, campesinos y estudiantes unidos dan fuerza a esa impresin pero, sin lugar a dudas, la inclusin del testimonio de dos habitantes de Topilejo buscan dar solidez a la idea de que los estudiantes apoyaron a los pueblos colindantes con la ciudad. Un seor seala: vinieron jvenes, doctores y mucha gente que est estudiando nos vino a ayudar, nos vinieron a dar auxilio. A su vez, diversos testimonios se encargan de enfatizar la idea de un apoyo social masivo hacia el movimiento estudiantil con lo cual se configura la idea de que el nico opositor de los jvenes fue el gobierno. La pelcula tambin da espacio a la interpretacin festiva 261 del movimiento que, a pesar de su desenlace brutal, tuvo momentos de alegra donde la imaginacin realmente tom el poder, segn palabras de Roberto Escudero, miembro del CNH. A su vez, los dintintos testimonios relacionan al movimiento mexicano con los 68 de otras partes del mundo cuando se afirma que los estudiantes mexicanos, como los de otras latitudes, estaban preocupados por la bomba de Hiroshima, la guerra de Vietnam, la invasin a Cuba y el asesinato de Robert F. Kennedy. Esta idea se refuerza cuando, en algunos momentos aparecen imgenes que muestran frases como haz el amor, no la guerra, que remiten al mayo francs.
261 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 311. Referencia al mayo francs. Mxico 68, 37:56 99 Es interesante que el filme ocupe la ltima parte de su narracin para concentrarse en hablar sobre la represin. Existe un importante nfasis en hablar sobre los presos, para ello se incluyen diversos testimonios de quienes estuvieron en la crcel o de sus familiares. Esta decisin narrativa puede corresponderse con la produccin testimonial que, desde 1971, haba sido materializada en distintas obras escritas y que relataban la experiencia carcelaria de algunos de los representantes del CNH (La noche de Tlatelolco o Los das y los aos son las primeras obras con este corte, adems de la pelcula Historia de un documento del mismo director) y que ha instituido a las voces legtimas para hablar sobre ese pasado. 262
Es llamativo el nfasis que se le da a la experiencia carcelaria frente a la ausencia de cifras en torno a los muertos y arrestados del 2 de octubre en el discurso del filme. Sin embargo los sucesos de ese da son incorporados a travs de distintos testimonios que refieren a las bengalas, al revolotear de un helicptero, a las balas y a la presencia del ejrcito en la Plaza. Estos relatos son acompaados por imgenes de archivo que muestran el desarrollo de los sucesos (gente en la explanada, soldados en los alrededores, la bengala, la huda de quienes estaban apostados en la plaza y el arribo de soldados; imgenes acompaadas por una banda sonora plagada de disparos). El
262 Aparentemente, haber vivido los horrores de la prisin, ha determinado los modos en que 1968 se narra. Son los lderes que fueron encarcelados quienes han logrado difundir ampliamente sus visiones, al grado que esos relatos han llegado a considerarse como el movimiento en su totalidad. Deborah Cohen y Lessie Jo Frazier, Rplicas a Mxico 68: memorias sociales de gnero sobre la participacin en un movimiento social en Luz Maceira Ochoa y Luca Rayas Velasco (ed.), Subversiones: memoria social y gnero. Ataduras y reflexiones, Mxico, INAH-ENAH, 2001, p. 378. Imagen de Fausto Trejo en Lecumberri. Mxico 68, 51:32 100 documental busca dar una dosis de dramatismo al 2 de octubre al establecer relaciones con los sucesos acaecidos en 1521 en ese mismo lugar. 263 Una voz lee un manuscrito annimo de Tlatelolco: En el camino yacen dardos rotos, los cabellos estn esparcidos, destechadas estn las casas, enrojecidos tienen sus miros, golpebamos, en tanto, los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros. No era posible dejar solo al tenochca Mexicanos somos, tlatelolcas somos!
Esta comparacin entre momentos y circunstancias tan distantes, revela la idea de que tanto los tlatelolcas, como los jvenes en 1968, fueron injustamente asesinados y vencidos. La historia, segn esta interpretacin, se repite y confirma una vertiente victimista del pasado nacional. Sin embargo ni los testimonios ni el narrador en over mencionan el nmero de muertos de los sucesos del 2 de octubre. El montaje de imgenes y sonidos de los acontecimientos de ese da son suficientes para que quien mira pueda hacer suposiciones. Parece que el narrador opt por fortalcer la idea que ha circulado en el espacio pblico desde hace tiempo y es aquella que afirma que la plaza qued llena de muertos. El montaje de Mxico 68 reafirma esa idea. La enunciacin de los culpables resulta escueta al mencionar solamente a Luis Cueto Ramrez jefe de la polica de la ciudad de Mxico-, Gustavo Daz Ordaz y el ejrcito. Llama la atencin que no se haga ninguna referencia al Batalln Olimpia o de otros funcionarios, como Luis Echeverra, Ral Mendiolea Cerecero o Alfonso Corona del Rosal que desde los primeros momentos fueron sealados como responsables y que, paradjicamente, s son mencionados en la pelcula anterior de Menndez, Historia de un
263 La plaza Tlatelolco fue diseada a principios de los aos 60 con la intencin de integrar las ruinas prehispnicas, el convento de Santiago y los edificios de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco. El lugar se propona ser, segn lvaro Vzquez Mantecn, un emblema de la eternidad de Mxico expresada en la convivencia de tres edificaciones que marcan distintas etapas de su historia. Desde ese momento comenz a ser llamada la Plaza de las Tres Culturas. Con el movimiento estudiantil de 1968 y los sucesos ocurridos el 2 de octubre en aquel lugar, as como el terremoto de 1985, Tlatelolco fue adquiriendo nuevas significaciones. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2012, pp. 127-135. 101 documento ah se seala primordialmente a Luis Echeverra como el responsable de los sucesos-. 264 En ningn momento se le otorga voz a las figuras de los victimarios, stos slo son enunciados por los sujetos que, segn la pelcula, s pueden hablar sobre dicho pasado, es decir, quienes forman parte del bando de las vctimas. De esta suerte el filme construye una memoria que elogia al movimiento, sin dejar de hacer nfasis en los momentos de la represin, e incorporando la experiencia carcelaria. Es a partir de este documental que comienzan a materializarse en la narrativa cinematogrfica las referencias al legado democratizador que deton el movimiento estudiantil, adems de reconocer el paradigma que signific en trminos polticos para la historia del pas. A su vez, es el primer relato que apela al nimo festivo que domin una parte de las movilizaciones. De este modo, Mxico 68 logra elaborar una mirada que ya no slo se circunscribe a los sucesos ocurridos en ese ao como lo haba venido haciendo el cine precedente- sino que se estructura como una suerte de balance que busca mostrar el legado de ese acontecimiento en la posteridad. Sin embargo, las estrategias narrativas empleadas refieren a una concepcin en la que las imgenes son la mmesis de la realidad y ello se hace extensivo a los dichos de los testimonios que aparecen como el equivalente de la verdad. De esta modo se articula un discurso en el que hay una clara aspiracin de objetividad con lo cual slo se da pie a una interpretacin de los sucesos sin dar oportunidad a que el espectador se enfrente de manera reflexiva a la informacin proporcionada.
Gustavo Daz Ordaz y el 68
Gustavo Daz Ordaz y el 68 es un documental dirigido por Luis Lupone 265 en 1997 que cuenta con la participacin, por primera vez en la cinematografa
264 Ver anlisis de Historia de un documento en esta tesis, sobre todo lo referente a la enunciacin de los culpables, p. 56. 265 Luis Lupone es egresado del CUEC, posteriormente estudi en el Centro de Capacitacin de Cine Documental en Pars, Francia. Tambin realiz estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisin de San Antonio de los Baos, Cuba. Su produccin se ha concentrado en la realizacin de documentales con formato 102 sesentayochera, de dos historiadores -en este caso de lvaro Vzquez Mantecn y Enrique Krauze-. La pelcula form parte de la serie televisiva Mxico siglo XX que fue una suerte de proyecto de divulgacin histrica que ha sido coproducida por Televisa y Clo, empresa editorial de Enrique Krauze. 266 Gustavo Daz Ordaz y el 68 fue el primer programa de la serie y se configur como el primer documental transmitido por televisin abierta nacional 267 una seal de la distensin poltica imperante para abordar el tema de manera claramente pblica-. La estructura narrativa del documental emplea una voz en over que articula el discurso de la pelcula, adems de recurrir al uso de testimonios y de imgenes de archivo muchas de ellas provenientes del material empleado por Lpez Aretche en El grito-. Las estrategias discursivas son similares a las empleadas en Mxico 68 slo que, en el caso del filme de Lupone, es claro el protagonismo del narrador en over que se convierte as en la mxima autoridad epistmica del documental. De esta suerte, tanto las imgenes como los testimonios son empleados y montados de tal modo que logran rectificar los dichos del narrador. A su vez los recuerdos de los entrevistados son ilustrados con imgenes de archivo y, en algunos casos, con puestas en escena hechas en blanco y negro una tonalidad que culturalmente se ha empleado para remitir a lo pasado-. De este modo se confirma una tendencia cinematogrfica en donde se atribuye una clara referencialidad a las imgenes y en donde hay una imperiosa necesidad por ilustrar la memoria de los testimonios. As, la voz en over, los testimonios y las imgenes se vuelven sinnimos de la verdad. La pelcula inicia con una suerte de caracterizacin de Gustavo Daz Ordaz para trazar los vectores de su gobierno y de su personalidad. As se reconocen los xitos de su gobierno en la administracin de los recursos pblicos, pero se destaca el carcter autoritario de sus decisiones polticas. El
de cine y de televisin. http://mediaartists.org/content.php?sec=artist&sub=detail&artist_id=559&lang =sp (consultado 10/06/2013) 266 Hctor Jimnez, op. cit., p. 141. 267 Segn lvaro Vzquez Mantecn el programa alcanz 17 puntos de raiting, un ndice ms propio de una telenovela que de una serie cultural. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2012, pp.127-135. 103 filme plantea una serie de antecedentes para abordar el movimiento estudiantil: el movimiento mdico de 1964; 268 el movimiento estudiantil de Morelia de 1966 y el de Sonora en 1967. Desde el punto de vista de la pelcula todos estos sucesos resultan un antecedente del 68 en dos sentidos: en que coinciden los modos de organizacin de la protesta as como los modos en que el gobierno resolvi el conflicto ya fuera encarcelando y despidiendo a los doctores o encarcelando, amedrentando o matando a los estudiantes que participaban en las movilizaciones-. En todos los casos, afirma el narrador en over, la versin oficial aseguraba que los responsables de las movilizaciones eran agitadores profesionales coludidos con extranjeros tal como se asegur en 1968. Una vez trazado el perfil de Daz Ordaz la narracin explica el surgimiento del movimiento el 22 de julio para as seguir con un relato detallado y cronolgico de los sucesos que concuerda con los momentos planteados por Hctor Jimnez 269 y que tambin son mencionados en El grito. En el recuento de los acontecimiento se menciona, por primera vez en la cinematografa, el inicio de las plticas entre representantes del CNH y del gobierno que se haban llevado a cabo el 2 de octubre por la maana en casa del rector Javier Barros Sierra. El fin del movimiento estudiantil se establece con los sucesos de Tlatelolco, pero la pelcula contina con la trayectoria poltica y personal de Daz Ordaz, buscando mostrar, as, las implicaciones que el 68 provoc en su vida. 270 Resulta interesante esta estructura discursiva, en donde la vida del ex mandatario se configura como el eje de la narracin y en donde el ttulo de la pelcula establece con mayor mpetu la responsabilidad de Daz Ordaz en los sucesos de aquella tarde. Para no dejar duda, la pelcula incorpora un extracto del V informe de gobierno de Daz Ordaz en donde dice asumir la responsabilidad personal, tica, social,
268 Que surgi en el sexenio de Lpez Mateos y que continu durante el gobierno de Daz Ordaz. 269 Hctor Jimnez, op. cit., p. 171. 270 Es importante sealar que en la interpretacin elaborada por la pelcula se incluyen, por primera vez, las memorias elaboradas por Daz Ordaz. Dichas memorias se encuentran inditas, en resguardo de familiares, pero Enrique Krauze tuvo acceso a ellas. Parte de esa informacin est plasmada en La presidencia imperial. 104 jurdica, poltica, histrica por las decisiones del gobierno en relacin con los sucesos del ao pasado. Esta decisin, inevitablemente, desdibuja a otros posibles responsables para centrar el sealamiento en una persona que, para el momento de la elaboracin de la pelcula, ya haba muerto.
Los otros actores que se mencionan como victimarios son Ral Mendiolea Cerecero subdirector de la Polica del Departamento del Distrito Federal en 68- y Jos Hernndez Toledo comandante del batalln de fusileros paracaidistas en Tlatelolco-, adems de distintas entidades gubernamentales: el Batalln Olimpia, la polica montada, los granaderos y el ejrcito. En la estructura narrativa de la pelcula los testimonios juegan un papel fundamental y es de sumo inters notar quines son los sujetos que se consider aptos para hablar sobre este pasado. En primera instancia resulta llamativa la inclusin del testimonio de un funcionario del gobierno de Daz Ordaz, el secretario de hacienda, Antonio Ortiz Mena. Digo que es llamativo porque en las producciones flmicas elaboradas hasta este momento no existe alguna en la que se le d la voz a algn actor que pudiera representar al bando de los victimarios. Sin embargo su testimonio refiere meramente a cuestiones econmicas y su voz es til para configurar el contexto financiero de la poca. En contraparte, la pelcula est dominada por la sucesin de distintos testimonios que corresponden a los actores del movimiento que se han denominado como los lderes. De este modo en el discurso elaborado por el filme resulta imposible escuchar la voz de otros actores como, por ejemplo, de aquellos que formaron parte de las bases del movimiento. Esta decisin deja ver la hegemona que ciertas voces han ido adquiriendo para hablar del Gustavo Daz Ordaz en una conferencia de prensa con motivo de su nombramiento como embajador de Mxico en Espaa en 1977. Gustavo Daz Ordaz y el 68, 20:06 105 68 271 y el peso que tuvo la experiencia carcelaria en esta configuracin: la mayora de los militantes que han sido considerados como lderes, entre otras cosas, fueron arrestados. 272 En el caso del documental de Lupone sucede esto con los testimonios incluidos de Roberta Tita Avedao y de Luis Gonzlez de Alba, sin embargo, la pelcula tambin incluye el testimonio de un actor que no fue arrestado pero que s fue representante del CNH: Roberto Escudero.
De esta suerte, Gustavo Daz Ordaz y el 68 configura una tendencia que cada vez ser ms clara: [Las] vctimas de la persecucin y el encierro, se fueron afianzando con el paso del tiempo en voces legitimadas [por su propia historia personal] para hablar del 68. Ante el agravio del que fueron objeto, estos activistas, a los que se les atribuy autoridad moral, fueron consolidando un capital simblico que con los aos iba a ir
271 Ibdem, p. 54. 272 Ibdem, p. 55. Daniel Cazs ya haba sealado anteriormente esta tendencia: La crcel otorg un halo de herosmo a algunos de esos personajes que en otras condiciones hubieran quedado, al igual que tantos otros, como activistas ms o menos annimos del 68. De entre los pocos para quienes la prisin result a la postre ms beneficiosa y placentera que punitiva, hay quienes, empuando invisibles bastones de mariscal y plumas exegticas ms o menos oficiales, se hacen aparecer hoy como idelogos de la movilizacin de entonces, como sus conductores intrpidos y puros, como sus vctimas insignes, como los nicos filsofos capaces y dignos de la interpretacin total y nica de aquel proceso. Algunos medios de informacin han contribuido a reflejar tal imagen y a reducir la palabra de cualquier otro sesentayochero a simple blablabl. Daniel Cazs, Crnica 1968, Mxico, Plaza y Valds, 1993, p. 4. Testimonio de Luis Gonzlez de Alba. Gustavo Daz Ordaz y el 68, 4:22 Testimonio de Roberta Avedao. Gustavo Daz Ordaz y el 68, 13:21 106 solidificando la versin ms difundida en torno a la lucha estudiantil de 1968: la suya. 273
A su vez la pelcula de Lupone muestra otra tendencia que comienza a configurarse alrededor de los aos noventa y que es la disputa por la memoria emprendida por los lderes para replantearse los significados de ese pasado. En el caso concreto de este filme se pone en cuestin la actuacin de Scrates Amado Campus Lemus, lder estudiantil del IPN, por parte de otros testimonios recuperados por el documental el cuestionamiento lo hace Roberta Tita Avedao-. Sin embargo, ms que una polmica, se trata de afirmaciones en la medida en que no se le da derecho de rplica al acusado. Esta visin de los traidores, en las que los principales sujetos de sospechas resultaron Scrates Campus Lemus y Marcelino Perell, tuvo sus antecedentes en los libros de Poniatowska y Gonzlez de Alba. 274
En cuanto a los temas que resultan relevantes para pensar la memoria del movimiento estudiantil, se pueden sealar los siguientes. La definicin de los actores reconoce una diversidad importante que inclua, por ejemplo, a gente del PRI, catlicos, cristianos y dems. Los objetivos del movimiento son explicados a travs de la enunciacin del pliego petitorio y, nuevamente, se relaciona a este acontecimiento con un contexto ms amplio de revuelta juvenil en el que los jvenes buscaron romper con lo establecido, las marcas ms visibles de ello fueron el uso de minifaldas, el pelo largo en los hombres, la prctica de una sexualidad libre y la msica rock; el smbolo ms socorrido de la generacin fue la revolucin cubana. A su vez se refiere a los momentos festivos de las movilizaciones, en las que se recuerdan las fogatas y los cantos. Tambin se hace mencin de algunas imgenes que se han convertido en una parte importante de los referentes sesentayocheros: las caricaturas que sealaban el parecido de Daz Ordaz con un mandril, el rostro del Che Guevara acompaando las distintas manifestaciones o los helicpteros sobrevolando las congregaciones estudiantiles como smbolo de la vigilancia gubernamental y de la represin-.
273 Hctor Jimnez, op. cit., p. 67. 274 Ibdem, p. 71. 107
Sobre la interpretacin de la represin, el 2 de octubre ocupa un lugar importante en la narracin y se describen con detenimiento los sucesos ocurridos en la plaza de Tlatelolco. El narrador en over afirma que en la manifestacin del 2 de octubre se encontraban entre 5 y 10 mil personas, se habla del helicptero, de las bengalas, se muestran imgenes de los asistentes al mitin en algunas tomas aparecen familias, con nios pequeos- y se describe el inicio y desarrollo de la balacera. Se muestra la imagen de un nio muerto mientras los testimonios de Roberta Tita Avedao y de Luis Gonzlez de Alba explican el actuar del Batalln Olimpia el agrupamiento al que ambos responsabilizan de iniciar los disparos en la Plaza-. La voz en over afirma que la gente se dispersaba aterrorizada tratando de escapar de la lluvia de balas que caa sobre ellas. El fuego nutrido dur poco ms de 1 hora. A su vez un testimonio afirma que esa noche se detuvieron a ms de 2 mil personas y hubo ms de 300 muertos. Sin embargo el narrador reconoce que la cifra real se desconoce porque los cuerpos desaparecieron, es probable que fueron quemados. Frente a esta interpretacin la versin oficial queda desestimada por el espectador del filme cuando se dice que la prensa, el 3 de octubre, habl de unos 20 muertos y cuando, en una declaracin hecha por Daz Ordaz en 1977, ste asegur que la cifra de muertos haba ascendido a las 40 personas, entre estudiantes y militares. La pelcula de Lupone, as como Mxico 68, establece una relacin con los tiempos de la conquista cuando se escuchan los versos de un poema: y el olor de la sangre mojaba el aire, y el olor de la sangre manchaba el aire. Nuevamente vuelve la visin de los vencidos. Una de las imgenes de Gustavo Daz Ordaz que circul durante la movilizacin de 1968. En el fondo aparece la silueta de un simio que porta el casco usado por el grupo de granaderos. Gustavo Daz Ordaz y el 68, 11:48 108
Gustavo Daz Ordaz y el 68 es una pelcula que logra instalar nuevos temas en la memoria cinematogrfica del 68 sin embargo, y como sucede con el cine que le antecede, no innova en trminos estticos ni narrativos. Las imgenes y los testimonios son pensados como sinnimos de realidad y verdad, la interpretacin que se elabora sobre 68 slo acepta una lectura y, nuevamente, se espera una respuesta pasiva del espectador: el montaje, los testimonios y el narrador en over sealan qu es lo que debe concluirse.
El memorial del 68
El memorial del 68 surge en el contexto de la creacin del museo memorial que se inaugur en lo que, durante 1968, fue la Secretara de Relaciones Exteriores, a un costado de la Plaza de Tlatelolco. Desde el inicio del proyecto del museo se decidi que el memorial deba tener una propuesta audiovisual audaz as que adems de emplear cine, televisin, radio, fotografa, prensa escrita, etc., result fundamental la grabacin en video de entrevistas con distintas personalidades vinculadas al movimiento estudiantil. Justamente es parte de este material lo que conforma la serie Memorial del 68, que se estructur en 5 captulos para ser transmitidos en TV UNAM y qued a cargo del cineasta Nicols Echevarra, 275 mientras que los cuestionarios en los que
275 Nicols Echevarra estudi cine en el Millenium Film Workshop de Nueva York, Estados Unidos, ah asimil los preceptos estticos del underground. A partir de 1973 consolid su carrera como documentalista de temas antropolgicos. En 1990 realiz su primera ficcin, Cabeza de vaca, sobre la conquista de la Nueva Espaa; en 2001 vuelve al gnero con Vivir mata rompiendo de tajo con los temas y estilo visual precedentes la pelcula es una comedia que se desarrolla en la ciudad de Mxico del siglo XX-. A su vez ha Tzompantli. Gustavo Daz Ordaz y el 68, 18:00 109 se basaron las entrevistas quedaron en manos del historiador lvaro Vzquez Mantecn. 276 La serie se transmiti en 2008 coincidiendo as con el 40 aniversario del movimiento. Aunque en estricto sentido El memorial del 68 no es un documental, me parece que puede ser relevante para el anlisis de la construccin de la memoria en la narrativa flmica sesentayochera tanto por ser un discurso audiovisual como por ser parte fundamental del guin museogrfico del memorial- y por ello lo incluyo como parte de esta investigacin. Es importante sealar que el formato para televisin permiti dedicar mayor tiempo a la narracin al no circunscribirse al tiempo regular de una produccin para cine, de este modo, cada captulo tiene una duracin de 55 minutos (en total 4:35) con lo cual la profundidad para abordar los temas es mayor que en el caso de otras producciones. Como el cine anterior, estos programas forman claramente parte de la era del testimonio. Quiz es el trabajo audiovisual que ms uso hace de ellos al grado que se renuncia a un narrador en over; son los testimonios, juntos con los interttulos que sealan los temas que sern abordados por los entrevistados-, las imgenes y el montaje, los que articulan la narracin. De esta suerte, nuevamente, se da la impresin de un relato construido a travs de una multiplicidad de voces.
Los cinco captulos en los que se divide El memorial del 68 establecen distintos momentos del movimiento estudiantil que, al nombrar cada programa, se enfatizan y diferencian del conjunto de sucesos ocurridos entre
dirigido series televisas de contenido histrico. Perla Ciuk, op. cit., tomo I, pp. 261-262. 276 Sergio Ral Arroyo y Alejandro Garca Aguinaco, La memoria y la ceniza, en lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2007, pp. 14-16. Testimonio de Margarita Suzn. El memorial, prog. 1, 5:17 Testimonio Fausto Trejo. El memorial, prog. 1, 5:36 Testimonio de Arturo Martnez Nateras. El memorial, prog. 1, 5:55 110 julio y diciembre. El milagro mexicano referido al contexto poltico, social y cultural de Mxico y el mundo previo a los sucesos de 68-; Viva la discrepancia sobre los primeros acontecimientos que desencadenaron el movimiento y que se remiten al 22 de julio, adems de ser una clara referencia, con el ttulo del programa, de la participacin del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, en el movimiento estudiantil-; Todo tiene un lmite para abordar la ofensiva declara abiertamente por el gobierno que inicia con la enunciacin de la amenaza en el IV informe de Daz Ordaz-; Tlatelolco, 2 de octubre que refiere a los sucesos ms ominosos del movimiento estudiantil- y El canto del cisne que se establece como una suerte de eplogo en donde se habla de los sucesos que prosiguieron al 2 de octubre: el fin de la huelga, la disolucin del CNH y la vida en la prisin; adems de conjuntar una serie de testimonios que hablan sobre el legado del movimiento-. Resulta claro que hay una intencin por quitar del centro de la atencin al 2 de octubre y as intentar dar una visin de conjunto sobre el movimiento estudiantil. Tambin son llamativos los momentos que se consideran como cumbres dentro de la cronologa porque se entremezclan los momentos de represin Todo tiene un lmite y Tlatelolco, 2 de octubre- con los que sealan el carcter democrtico de lo movilizacin y que lo elogian Viva la discrepancia y El canto del cisne-. Estos momentos vuelven a tener cierta correlacin con los mencionados por Hctor Jimnez pero, y como es el caso de Gustavo Daz Ordaz y el 68, se incluyen nuevos sucesos tales como la actuacin del Batalln Olimpia en los das anteriores al 2 de octubre; la acusacin sobre los responsables de la Iglesia de Santiago Tlatelolco que cerraron sus puertas a quienes buscaban refugio durante la balacera; 277 los acontecimientos inmediatamente posteriores al 2 de octubre en el que se habla sobre la amenaza que existi de que la UNAM fuera cerrada, de la decisin de dar fin a la huelga y de disolver el CNH. A su vez vuelven otros temas no muy tratados en la cinematografa, como el reconocimiento de los enfrentamientos violentos con el uso de palos, botellas, bombas molotov, piedras- que los jvenes sostuvieron con las fuerzas del Estado y, tambin,
277 Estos sealamientos aparecen en los documentales del Canal seis de julio realizados en 2000 y 2002 y que abordar en el prximo captulo. 111 los testimonios que apuntan hacia la solidaridad de los vecinos de Tlatelolco que dieron refugio a varios estudiantes durante la represin desatada el 2 de octubre referencias que tambin estn en Rojo amanecer-. Es interesante el nfasis que la serie televisiva da al papel jugado por el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, ya que, aunque el cine precedente El grito y Mxico 68- haba mencionado de alguna manera la participacin de Barros Sierra en la protesta y cmo su actuacin le vali un espaldarazo al movimiento estudiantil, El memorial del 68 convierte esta participacin en un momento cumbre del movimiento. De este modo la pelcula logra apuntalar otro nombre dentro de las narraciones memoriales de ese pasado, un nombre que funciona como la contraparte del lado institucional representado por Daz Ordaz. As, adems de dedicar una parte importante de un programa de la serie al despegue del movimiento que propici el rector izando la bandera a media hasta, encabezando una manifestacin, reivindicando la discrepancia-, existe el reconocimiento de que fue Barros Sierra quien unific el movimiento entre la UNAM y el IPN escuelas que histricamente se haban enfrentado en distintas rias-.
A su vez, diversos testimonios apuntan a las labores que la UNAM encabez con quienes fueron apresados a consecuencia de su actuacin en el movimiento. Los testimonios reconocen la ayuda que prest la UNAM en trminos jurdicos, adems de la posibilidad que ofreci para que los estudiantes continuaran sus estudios desde la prisin y los profesores no perdieran sus trabajos e ingresos econmicos. Las acciones son adjudicadas, Javier Barros Sierra en el discurso del 1 de agosto en el que defenda la autonoma universitaria. El memorial, prog. 1, 33:50 Javier Barros Sierra en la manifestacin del 1 de agosto, en su trnsito por avenida de los Insurgentes. El memorial, prog. 1, 40:01 112 en ltima instancia, a la postura adoptada por el rector de la universidad. Esta tendencia que coloca a Barros Sierra en el centro de la mira podra estar inspirada en otras narrativas como Das de guardar, de Carlos Monsivis, publicado en 1970. La definicin que la serie hace de los actores busca reconocer la heterogeneidad ideolgica que caracteriz al movimiento haba maostas, comunistas, hasta pristas, demcratas cristianos, haba de todo-, sin embargo, la mayor parte de quienes brindan su testimonio videograbado reconocen haber pertenecido al Partido Comunista o a la Juventud Comunista y haber estudiado en la UNAM, el IPN o la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. En esta definicin tambin se establece una influencia en el movimiento mexicano de los sucesos juveniles que ocurran en otras latitudes, y la revolucin cubana aparece como uno de los semilleros ideolgicos de los jvenes. Aunque se reconoce que el movimiento surgi como protesta por los actos autoritarios perpetrados por el gobierno la mencin del pliego petitorio apunta a ello-, no se deja de mencionar un componente de revuelta juvenil que cuestion y desafi los valores establecidos en cuanto a los roles de gnero, las prcticas sexuales y las maneras de vestir y actuar socialmente.
Los distintos testimonios recuperados en la serie televisiva apuntan en diversas ocasiones hacia mbitos que elogian al movimiento. En reiteradas ocasiones se hace mencin del carcter democrtico de la movilizacin estudiantil; uno de los elementos destacados es la exigencia del dilogo pblico que implicaba, entre otras cosas, acabar con la represin informativa de los medios de comunicacin pero tambin transparentar un proceso que Imagen de la rebelin juvenil. El memorial, prog. 1, 17.27 113 comenzaba a afectar de manera notoria la vida de la ciudad de Mxico. Las brigadas informativas son recordadas como uno de los aciertos que tuvieron los jvenes; los distintos testimonios reconocen que a partir de esta labor se pudo hacer frente a la ofensiva oficial lanzada en los medios de comunicacin y, por consiguiente, obtener respaldo social. Carlos Monsivis, como entrevistado del programa, no duda en afirmar que fue a travs de ellas que se difundi el evangelio de la democracia.
La idea del movimiento como un parteaguas tambin est presente, como lo seala Marcelino Perell y el ttulo de uno de los programas: [] el 68 fue el canto del cisne, dicen que el cisne slo canta al morir y el 68 habra sido el canto de ese bello cisne que fue la revolucin, el sueo revolucionario, fue el momento de esplendor final. Las entrevistas tambin se ocupan de recuperar una memoria festiva del movimiento que se refiere, en concreto, a las manifestaciones ocurridas en el mes de agosto las del 13 y 27- en las que hubo una explosin de euforia que permiti gritar consignas, tomar la calle como el lugar de expresin de la inconformidad y llegar al Zcalo de manera multitudinaria y alegre. En cuanto a los momentos de represin la recreacin de los sucesos de Tlatelolco tiene un papel fundamental pero, la novedad de El memorial del 68, es el amplio tiempo dedicado a la descripcin de la vida carcelaria: la tortura, los motines, los interrogatorios, los traumas de quienes vivieron esa experiencia. En los sucesos del 2 de octubre vuelven las referencias del helicptero, de las bengalas, de los miembros del Batalln Olimpia, de los disparos incesantes, de los heridos lanzados a los camiones, de los detenidos que fueron despojados de sus ropas. Se hace un recuento detallado de los sucesos a distintas voces en este caso slo se incorpora el testimonio de Las brigadas en accin. El memorial, prog. 2, 14:02 114 quienes estuvieron presentes en la plaza 278 - que incluye el relato de quienes vieron a muertos y heridos y de los primeros momentos de confusin en donde, por momentos, se pens que los disparos se trataban de balas de salva. Sin embargo la narracin no menciona ninguna cifra de muertos, heridos, arrestados o desaparecidos, slo se sugiere con los distintos testimonios. Los culpables de la represin que se mencionan son Jos Hernndez Toledo, Gustavo Daz Ordaz, Luis Echeverra y Miguel Nazar Haro ex titular de la Direccin Federal de Seguridad y quien comenz a ser sealado a partir de la desclasificacin de archivos que tuvo lugar en 1998-. Las corporaciones nombradas son todas destacamentos del ejrcito, es decir, el Batalln Olimpia, el Estado Mayor Presidencial y los soldados. Es interesante que el ejercicio memorial emprendido por esta serie televisiva retoma el testimonio de aquellas voces que se han consagrado como las legtimas para hablar sobre el movimiento estudiantil. De esta suerte hay un repertorio amplio pero claramente definido, de un bando aparecen aquellos que formaron parte del movimiento: estudiantes, 279 profesores 280 , autoridades universitarias 281 y de intelectuales y estudiosos del movimiento. 282
En el otro bando aparecen los representantes del gobierno Jorge de la Vega Domnguez y Andrs Caso Lombardo, quienes fueron nombrados por Daz Ordaz para iniciar las plticas de negociacin con miembros del CNH. 283 Sin
278 Los testimonios son de Gilberto Guevara Niebla, Ral lvarez Garn, Luis Gonzlez de Alba, Humberto Musacchio, Ana Ignacia Rodrguez, Margarita Suzn, Myrthokleia Gonzlez, Scrates Amado Campos Lemus, Fausto Trejo, David Huerta y Jess Martn del Campo. 279 Dentro de este sector estn quienes fueron representantes en el CNH: Roberto Escudero, Salvador Martnez Della Rocca El Pino, Ana Ignacia Rodrguez, Nacha, entre otros; as como aquellos que han sido denominados como lderes: Ral lvarez Garn, Gilberto Guevara Niebla, Marcelino Perell, Toms Cervantes Cabeza de Vaca, Luis Gonzlez de Alba, Scrates Campos Lemus, etc. Tambin se menciona aquellos que posteriormente se convirtieron en destacados intelectuales: Paco Ignacio Taibo II y Jos Agustn. 280 Fausto Trejo. 281 Representados en la voz de Fernando Solanas, quien fuera Secretario General de la UNAM de 1966 a 1970, y de Ifigenia Martnez, directora de la Facultad de Economa en 1968 282 Carlos Monsivis (que formaba parte de la asamblea de artistas e intelectuales), Elena Poniatowska, Roger Bartra y Jos Woldenberg. 283 Dichas plticas iniciaron el mismo 2 de octubre y asistieron Luis Gonzlez de Alba, Gilberto Guevara Niebla y Anselmo Muoz. 115 embargo, a pesar de este gran abanico de testimonios, es notoria la preponderancia de ciertas voces frente a otras por ejemplo, la presencia de la voz oficial slo aparece para referir un momento concreto -cuando se habla sobre las plticas entre funcionarios y miembros del CNH-. Los otros momentos en que se sede la narracin a la versin oficial se hace a travs de metraje, ya sea de noticieros o de extractos de los informes de gobierno de Daz Ordaz. Respecto a los momentos en que se cede el encuadre al bando de los actores es evidente que quienes ms tiempo y veces aparecen son los sujetos que han sido definidos como los lderes: Ral lvarez Garn, Gilberto Guevara Niebla, Luis Gonzlez de Alba y Marcelino Perell; ellos son seguidos por Jos Agustn y Carlos Monsivis. As resulta claro como la mayora de los testimonios corresponden a quienes han adquirido mayor reconocimiento pblico para hablar sobre el tema: los lderes y quienes concuerdan con la postura estudiantil. La voz del victimario ha sido anulada casi por completo de las narrativas del movimiento. 284
A su vez, y de manera ms evidente que en Gustavo Daz Ordaz y el 68, es posible notar una disputa por la memoria en donde distintos testimonios se encargan de cuestionar la actuacin de Scrates Amado Campos Lemus y, en menor medida, la de Toms Cervantes Cabeza de Vaca el montaje les otorga derecho de rplica al incluir su versin de los hechos sobre las acciones cuestionadas-. En general se sealan las decisiones poco apropiadas que ambos sujetos tomaron y que, en apariencia, quebraban los acuerdos tomados en el CNH. Estas disputas en realidad slo replantean la actuacin de sujetos concretos, pero no ponen en crisis la interpretacin de los sentidos o alcances que pudo haber tenido la revuelta juvenil. Sin embargo, a pesar de esta muestra de puntos de vista encontrados, es claro
284 lvaro Vzquez Mantecn ha sealado que en el guin museogrfico del Memorial las entrevistas documentaron principalmente el punto de vista de los estudiantes reconociendo as que no se opt por una versin de la memoria completa que incluyera a los victimarios. Esta decisin se debi a la intencin de escuchar a quienes por aos no haban tenido el privilegio del micrfono. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2012, pp.127-135; lvaro Vzquez Mantecn Nuevas historias oficiales: el caso del Memorial del 68 en Mxico en Ariel Rodrguez Kuri y Erika Pani (coords.), Centenarios. Conmemoraciones e historia oficial, Mxico, El Colegio de Mxico, 2012a, pp. 371-380.
116 que el narrador opt por no hablar de otras confrontaciones de las memorias que ya haban sido ventiladas en otros lugares. En concreto pienso en los distintos artculos publicados por Luis Gonzlez de Alba a raz de 1968: la fiesta y la tragedia (1993)- en los que haba decidido hablar abiertamente de los distintos mitos construidos en torno al movimiento estudiantil pero, tambin, de la polmica que inici en 1997 con Elena Poniatowska al sealar que sta haba modificado las declaraciones de los informantes para su libro La noche de Tlatelolco. 285 Estos temas brillan por su ausencia en la serie televisiva del memorial, con lo cual es claro que el narrador emplea este conjunto de voces para corroborar su interpretacin. As: [] aunque haya ms de un testimonio o especialista con diferentes, o incluso enfrentadas opiniones. A travs del montaje, estas diferencias nunca se <salen del guin> ni cuestionan la visin de conjunto. Estas opiniones diferenciadas semejan las acciones de los personajes secundarios que se oponen al hroe y que, en definitiva, slo ayudan a destacar a este ltimo. De hecho, los puntos de vista alternativos tienen poco impacto, slo sirven para subrayar la certeza y la solidez de la visin del realizador. 286
De esta suerte El memorial del 68 coincide en trminos narrativos y estticos con el cine precedente. El sustento epistemolgico lo otorgan las imgenes y los testimonios que aparecen como pruebas del mundo histrico al que refieren. Ms que un reconocimiento del conflicto y la pluralidad de la memoria y de las interpretaciones del pasado, el montaje elabora una narrativa que permite conformar una visin del pasado. Sin embargo la pelcula logra colocar nuevos temas en el escenario pblico que permiten ampliar la mirada sobre el movimiento estudiantil y que buscan ir ms all de los sucesos del 2 de octubre.
285 Parte de los testimonios plasmados en el libro fueron obtenidos por Gonzlez de Alba quien, en las vistitas que haca Poniatowska a Lecumberri, se los facilit. Virginia Escobedo Aguirre, op. cit., p. 55. 286 Robert A. Rosenstone, op. cit., pp 51-52. 117 1968
1968 es un documental dirigido por Carlos Bolado 287 y realizado para Once TV Mxico como prembulo de la obra de ficcin, Tlatelolco: verano del 68 (estrenada en 2013 en las salas de cine). 288 1968 fue exhibida por primera vez en Canal Once en 2008, coincidiendo as, tambin ella, con el aniversario nmero 40 del movimiento. 289 La distancia temporal del trabajo flmico, permiti, segn Bolado, revisar la historia reciente y contempornea de Mxico sin la censura y la falta de distancia que marcaron las obras de los aos precedentes. 290
Nuevamente se trata de una pelcula que echa mano de testimonios, interttulos y de imgenes y metraje de archivo para estructurar su relato sobre el movimiento estudiantil. Al igual que el cine anterior, en este documental se le atribuye a la imagen de archivo as como al testimonio, la autoridad epistmica del discurso. Sin embargo, es en 1968 donde resulta ms clara la edicin de los testimonios que muchas veces son montados de modo tal que a partir de varias voces se estructura una sola oracin. De esta forma, aunque el empleo de un abanico amplio de testimonios y la ausencia de una voz en over podran dar la impresin de un relato construido desde muchos puntos de vista, la edicin de las entrevistas deja claro que, en realidad, funcionan como voces que ayudan a corroborar la argumentacin del narrador. La pelcula sigue un orden cronolgico que se remonta al contexto previo al movimiento estudiantil para tratar de trazar la atmsfera del momento. Las referencias incluyen mbitos internacionales y nacionales en
287 Carlos Bolado es egresado del CUEC y ha trabajado en la televisin cultural. En su labor dentro del cine se ha desempeado como director, sonidista y editor. Su primer cinta como director es una ficcin: Bajo California, el lmite del tiempo de 1998. El movimiento del 68 ha ocupado sus intereses y por ello, adems de 1968, realiz una pelcula de ficcin sobre el mismo asunto: Tlatelolco: verano del 68 (estrenada en 2013). Perla Ciuk, op. cit., tomo I, p. 92. 288 Tlatelolco: en rodaje, http://www.youtube.com/watch?v=RNXKaGWx768&feature=player_embedded (consultado 15/01/13). 289 1968, http://oncetv-ipn.net/68.php (consultado 15/01/13). 290 Difundir Canal 11 el documental 1968 de Carlos Bolado, http://www.proceso.com.mx/?p=102000 (consultado 15/01/13). 118 donde se habla de las distintas revueltas juveniles en diversas latitudes -en todo el mundo haba estudiantes protestando, exigiendo, creando una revolucin- as como del ambiente opresivo en el que se encontraban los jvenes mexicanos. Una vez ms, se relaciona al movimiento estudiantil con una revuelta juvenil que cuestion y desafi los valores establecidos y que apunt hacia nuevas maneras de vestir, de expresarse, de ejercer la sexualidad.
Adems de esta revolucin cultural gestada en el mundo y en Mxico, la pelcula se detiene en abordar la preparacin de los Juegos Olmpicos en la ciudad como una manera de definir, tambin, el escenario poltico que ese suceso propici en el desarrollo ulterior de la movilizacin estudiantil. As, por primera vez, el cine hace hincapi en uno de los acontecimientos de relevancia que sucedieron en 68 y que ha sido relegado en detrimento de los sucesos trgicos ocurridos ese mismo otoo. Normalmente las narrativas cinematogrficas mencionan la justa olmpica para explicar la imperiosa necesidad del gobierno de controlar las acciones estudiantiles. 1968 no se aleja en demasa de esa interpretacin pero aborda la atmsfera generada a partir de ello: las obras urbanas, el diseo grfico, la Olimpiada cultural. Aspectos que permiten entender mejor los nimos del momento y que dejan esta aparente batalla memorial en donde detenerse en la olimpiada significaba un acto sacrlego. 291 Por el contrario, el narrador saca provecho de esta mencin para cuestionar el papel de un sector de la sociedad que estuvo
291 Esta mirada ya haba encontrado espacio anteriormente en el mbito acadmico con los trabajos de Rodrguez Kuri, Sergio Aguayo y Eric Zolov.
Imagen de Inglaterra. 1968, 10:47 Imagen de Alemania. 1968, 13:32 Imagen de Estados Unidos. 1968, 25:49 119 ms preocupado por el desarrollo de las olimpiadas que por la represin desatada por el gobierno.
Una vez mencionado el contexto general que precedi al movimiento estudiantil, la cronologa se adapta a la mencionada ya por otras narraciones cinematogrficas abarcando una temporalidad amplia que va desde la ria del 22 de julio hasta el levantamiento de la huelga el 4 de diciembre. A partir de este momento la caracterizacin del movimiento se singulariza -dejando de lado la influencia internacional- y se define como uno que busc el ejercicio pleno de las libertades democrticas asentadas en la Constitucin. As se reconoce que la chispa que deton el movimiento fue la represin surgida a raz de los sucesos de 22 de julio y que las demandas quedaron enmarcadas en la intencin de desarmar el estado autoritario que permita la actuacin policiaca fuera del marco de la ley. Se reconoce que buena parte del xito del movimiento se debi a la labor informativa perpetrada por las brigadas que se organizaron para hacer frente a la ofensiva oficial lanzada por los medios de comunicacin la revista Por qu? es sealada como la excepcin-. Los testimonios recuperados por el documental sealan, desde el inicio de la pelcula, el legado del movimiento - la UNAM luch en 68 para que la libertad que ya exista dentro de ella se hiciera nacional- y su componente paradigmtico en la situacin poltica de la historia reciente del pas - era un pas totalmente dormido y justamente el 68 fue un despertar de conciencia a nivel mundial y por supuesto en Mxico-. Estas primeras reflexiones son seguidas por los momentos de represin, que no slo se cien al 2 de octubre sino que mencionan los arrestos y las muertes sucedidas en fechas anteriores Las obras urbanas a consecuencia de los XIX Juegos Olmpicos. 1968, 20:56 Las obras urbanas a consecuencia de los XIX Juegos Olmpicos. 1968, 21:20 120 y posteriores. Sin embargo los sucesos de Tlatelolco ocupan un lugar importante y refieren a los elementos recurrentes de la cinematografa sesentayochera: la plaza rodeada por soldados, el helicptero, las bengalas, los disparos del ejrcito y del Batalln Olimpia. Los testimonios construyen escenas impactantes: camiones de redilas del ejrcito formados y soldados aventando heridos, muertos supongo, haba quienes se queran levantar, les aventaban cuerpos encima, jalaban unas lonas verdes, las sellaban, se iban, llegaba el siguiente camin; y que afirman que la plaza qued llena de suteres, zapatos, lentes, libros. Los sucesos de Tlatelolco son definidos como genocidio y masacre. A esta recreacin e interpretaciones que sealan diversos testimonios, se le contrapone la versin oficial personificada de manera peculiar a travs del hijo de Alfonso Corona del Rosal, Manuel Corona lvarez. En los testimonios que se incorporan en el documental, Corona lvarez afirma que lo que se ha exagerado es cuntos muertos hubo en ese entonces, adems de sealar que en los departamentos de Tlatelolco encontraron un arsenal compuesto por pistolas, municiones y granadas presuntamente dispuesto por los estudiantes. De esta suerte, aunque el testimonio de un estudiante seala que no tenemos claro cunta gente ha muerto, tampoco sabemos quines, es evidente que la versin de Corona lvarez queda totalmente desestimada, gracias al montaje, por la serie de imgenes y relatos que apuntan en sentido contrario. Los actores de las movilizaciones son definidos como estudiantes del IPN, de la UNAM, de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, de la Normal, la Iberoamericana, el ITAM, la Universidad del Valle de Mxico y de la Escuela de Periodismo Carlos Septien. La espacialidad del movimiento es mostrada a partir de imgenes de archivo pero, tambin, de los escenarios empleados para captar los testimonios grabados en la Ciudad Universitaria, el Zcalo, el ngel de la Independencia, Lecumberri y Tlatelolco-.
121
Los testimonios de quienes fueran estudiantes en 68 muestran esta diversidad institucional que conform al movimiento; sin embargo se recurre a esas voces que desde distintos lugares, y dentro del mbito cinematogrfico, se han consagrado como las legtimas para hablar de ese pasado: Flix Lucio Hernndez Gamundi, Luis Toms Cabeza de Vaca, Luis Gonzlez de Alba, Pablo Gmez, Ral lvarez Garn, Gilberto Guevara Niebla y Salvador Martnez Della Roca todos ellos presos durante el movimiento-, adems del testimonio de quienes no fueron arrestados pero que tambin se han establecido como voces autorizadas: Paco Ignacio Taibo II, Roberto Escudero y Marcelino Perell. A su vez, se incluyen las entrevistas de quienes, sin ser estudiantes, se involucraron en los sucesos -Carlos Monsivis y Elena Poniatowska- o de quienes se han dedicado al estudio de ese pasado Ariel Rodrguez Kuri y Roger Bartra-. El documental tambin incorpora el testimonio de vecinos de Tlatelolco, de artistas visuales y de quienes se vincularon con el desarrollo de los juegos olmpicos: atletas mexicanos y extranjeros pero, tambin, al arquitecto Pedro Ramrez Vzquez. Todas estas voces funcionan para mostrar el ambiente que se respiraba en aquella poca. La voz oficial aparece a travs del testimonio de Ramn Corona lvarez y Moiss Salsido, un miembro del ejrcito que particip en la toma de Ciudad Universitaria el 18 de septiembre. En comparacin con el tiempo otorgado a quienes hablan desde el bando estudiantil, resulta casi imperceptible la inclusin de estas voces que, al estar inscritas en 2008, tampoco se apostan como defensoras acrrimamente de la postura oficial. La lista de culpables resulta llamativamente escueta: Gustavo Daz Ordaz, Miguel Nazar Haro, Luis Cueto Ramrez y Alfonso Corona del Rosal, adems de incluir la responsabilidad del ejrcito y del Batalln Olimpia. Testimonio grabado en Tlatelolco. 1968, 6:44 Testimonio grabado en Lecumberri. 1968, 27:09 Testimonio grabado en el Zcalo. 1968, 35:44 122 Como las narrativas de este captulo, 1968 apuesta por otorgar una interpretacin en la que los orgenes, sentidos y alcances del movimiento estn encuadrados en una explicacin unvoca. La aportacin del documental reside en los temas abordados ms que en los modos y recursos para hablar sobre ese pasado. Nuevamente se estructura un relato en el que no hay cabida para el reconocimiento del conflicto que implica la memoria y la pluralidad de interpretaciones que inevitablemente ocupa el recuerdo del pasado.
El vuelco hacia el testimonio
Este conjunto de pelculas son muestra clara de cmo las fechas y los aniversarios son coyunturas de activacin de la memoria 292 pero, tambin, revelan las formas socialmente apropiadas de recordar al emplear de manera recurrente una serie de recursos de los que el testimonio se vuelve el elemento ms novedoso y notorio. En los pasados en los que las huellas han sido destruidas, los actos de memoria, manifestados en los relatos de testigos y vctimas, permiten el recuerdo de lo sucedido, la exigencia del nunca ms y el castigo a los culpables. Es por ello que se ha sealado que vivimos la era del testigo, 293 en donde las narraciones se han sobrepoblado de vctimas y han dejado de existir los vencidos. 294 Sin embargo la cuestin es ms compleja y ha tratado de ser explicada por Beatriz Sarlo quien ha denominado este vuelco hacia las vctimas como un giro hacia lo subjetivo. Sarlo problematiza la sobrelegitimidad que se le ha otorgado al testimonio en nuestra sociedad. Una cuestin que se relaciona con imperativos ticos y morales y que apela a la autoridad de estar narrando lo que se vivi en carne propia. En estos casos:
292 Elizabeth Jelin, op. cit., 2002, p. 52. 293 Annette Wiewiorja, op. cit. 294 Enzo Traverso, op. cit., 2007, p. 71. Traverso ha sealado que vivimos en la poca de las vctimas en la medida en que el siglo XX se caracteriz por el eclipse de las utopas. Ello implic que inevitablemente la mirada se anclara en el pasado y que la memoria surgiera como un discurso ventilado en el espacio pblico. Enzo Traverso, op. cit., 2012, p. 295. 123 [] el testimonio reclama que sus lectores o escuchas contemporneos acepten su veracidad referencial, poniendo en primer plano argumentos morales sostenidos en el respeto al sujeto que ha soportado los hechos sobre los cuales habla. Todo testimonio quiere ser credo y, sin embargo, no lleva en s mismo las pruebas por las cuales puede comprobarse su veracidad. 295
Frente a testimonios que apelan a situaciones lmites existe una resistencia a la discusin interpretativa. Es por ello que en todo relato realizado en primera persona se adquiere [] una especie de blindaje que lo rodea convirtindolo en algo que debe ser visto antes que analizado. [] tiene un carcter indiscutible, tanto por la inmediatez de la experiencia como por los principios morales que fueron violados. 296
La cinematografa sesentayochera se coloca en esta postura, en donde las narrativas han establecido a sujetos concretos que encarnan la verdadera memoria y que son, en trminos generales, quienes fueron vctimas directas de la represin. 297 Los documentales aceptan, en algunos casos, el testimonio de quien no vivi en carne propia los sucesos pero que, decididamente, respalda la versin de las vctimas lo que se corrobora con el empleo escaso de la voz del victimario-. As el sufrimiento personal (especialmente cuando se vivi en carne propia o a partir de vnculos de parentesco sanguneo) puede llegar a convertirse para muchos en el determinante bsico de la legitimidad y la verdad. 298 Con ello se corre el peligro de establecer una memoria monoplica en donde slo unos cuantos pueden hablar sobre esos pasados. A su vez es importante sealar que en el caso del cine, el empleo del testimonio implica algunas consideraciones que son pertinentes para el tipo de documentales que se han realizado sobre el movimiento estudiantil. Se trata, sobre todo, de impertaivos ticos que refieren a la cuestin de hasta dnde el testimonionante puede incidir u opinar sobre la manera en que se hace uso de sus dichos en el documental. Normalmente es el director el que
295 Beatriz Sarlo, Tiempo pasado: cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusin, Mxico, Siglo XXI, 2006, p. 47. 296 Ibdem, p. 120. 297 Elizabeth Jelin, op. cit., 2002, p. 60. 298 Ibdem, p. 61. 124 toma las decisiones en el montaje final sin tener que, necesarimanete, consultar a los sujetos que proporcionaron las entrevistas para saber su opinin. Ello implica que los testimonios puedan ser editados y cortados para reproducir slo una parte de los dichos, o que la informacin que precede y sigue al testimonio no sea controlada por l sino por el realizador. La entrevista est rodeada de cuestiones polticas de jerarqua y control, poder y conocimiento 299 entre el entrevistado y el entrevistador, por ello es importante notar las estrategias empleadas en este intercambio. En el caso de las pelculas que ocupan este captulo es clara la intencin de generar la impresin de que la argumentacin provinene de los testigos y que el realizador solamente la presenta e ilustra. Sin embargo, un anlisis ms minucioso demuestra lo contrario que los testimonios sirven para rectificar la argumentacin del narrador-. Lo relevante de esta estrategia narrativa es que los testimonios son empleados con fines retricos ms que por una necesidad de incluir distintos puntos de vista sobre el pasado; con ello las narrativas cinematogrficas evitan una elaboracin del pasado objetivadora y crtica 300
que reconozca el conflicto y la pluralidad. El uso de la entrevista en el cine se ha generalizado y por ello han sido naturalizadas una serie de prcticas que, en realidad, revelan el carcter de puesta en escena que implica el testimonio. La entrevista comn en el cine: [] requiere a los sujetos que ofrezcan una visin frontal de s mismos y controlen sus cuerpos en trminos generales para ceirse a los requisitos de la cmara en lo que respecta a profundidad de campo y campo de visin. La identidad individual, los antecedentes autobiogrficos o las cualidades idiosincrticas de las personas entrevistadas resultan secundarias frente a un referente externo: cierto
299 Bill Nicholls, op. cit, p. 87. 300 Un artculo de Todorov publicado en El pas abre la discusin sobre el tema. Al analizar la elaboracin de la memoria en la dictadura Argentina, Todorov apunta sobre las omisiones que se han hecho sobre el papel de los que desde el fin de la dictadura han sido considerados como vctimas. En dicha memoria se ha omitido sealar que esas vctimas tambin practicaron el terrorismo antes y al principio del terrorismo ejercido por el Estado. Tzvetan Todorov, Un viaje a Argentina, en El pas, http://www.elpais.com/articulo/opinion/viaje/Argentina/elpepiopi/20101207 elpepiopi_11/Tes (consultado 15/02/2011). Huyssen tambin aborda esta cuestin, seala que los olvidos del caso argentino han permitido convertir a los desaparecidos en vctimas pasivas, borrando la historia poltica del conflicto. Andreas Huyssen, op. cit., 146-150. 125 aspecto del mundo histrico al que pueden contribuir conocimientos privilegiados. 301
Estticamente parece imperar la idea que relaciona lo objetivo con los estilsticamente austero, y lo subjetivo con lo discursivamente expresivo. 302
Nunca se modifican las imgenes para jugar con su referencialidad, por el contrario, tienden a ser empleadas para que el espectador las interprete en su literalidad haciendo de lado, as, la interpretacin simblica que pudieran tener. Las imgenes son siempre empleadas con una voluntad documental. De esta suerte el conjunto flmico de este captulo parece estar concentrado en el imperativo de no olvidar ms que en el deslindamiento de responsabilidades la enunciacin de los culpables siempre aparece de manera escueta frente al detenimiento incisivo que ocupa el recuerdo de los distintos momentos de la movilizacin-. Estas narrativas apuestan a evitar la amnesia social pero, tambin, los olvidos y silencios que pudieran buscar el borramiento de las huellas del pasado y que, se presupone, ha sido la voluntad oficial. A su vez, frente a la presunta apuesta oficial por el silencio, los discursos flmicos se apostan como altavoces que buscan llevar ms lejos las narrativas contestatarias. La prerrogativa de no olvidar se configura para evitar que los horrores del pasado puedan repetirse, sin embargo, la sobreabundancia de memoria puede generar indiferencia y, por tanto, la promocin del olvido. 303
La memoria de la denuncia de la represin va siempre acompaada de la memoria que elogia y reconoce la vertiente festiva de la movilizacin. De este modo, las miradas elaboradas durante 1993 y hasta 2008 parecen estar decididas a ir ms all de los sucesos del 2 de octubre y recordar, as, el proceso social y poltico que se vivi desde julio y hasta diciembre de 68 muchas veces ampliando la mirada hasta los aos que precedieron y siguieron al movimiento estudiantil-. A su vez es importante sealar que a partir de este momento los discursos cinematogrficos lograrn exhibirse en distintas cadenas de televisin abiertas es el caso de Daz Ordaz y el 68, El
301 Bill Nicholls, op. cit., p. 89. 302 Antonio Weinrichter, op. cit., p. 21. 303 Tzvetan Todorov, op. cit, 2001. 126 memorial de 1968 y 1968- con lo cual resulta evidente que, a partir de 1998, el movimiento estudiantil tiene una clara presencia en el espacio pblico.
127 Captulo 4
La historia de la violencia
El contexto
En la dcada de los 90 surgen dos conceptos relevantes en Amrica Latina, que se relacionan con el fin de las dictaduras y con la creciente importancia otorgada a los derechos humanos: la justicia transicional y el derecho a la verdad. La justicia transicional apelaba a que la transicin a la democracia slo poda ser posible en la medida en que los responsables de la represin ejercida en el pasado fueran juzgados y en que se buscara el conocimiento pleno de lo ocurrido. El derecho a la verdad haca referencia al derecho irrenunciable de toda sociedad de conocer lo ocurrido en el pasado. 304 Bajo este contexto surgi el 1 de septiembre de 1993 una Comisin de la Verdad conformada por intelectuales, periodistas, activistas sociales y acadmicos, que, como organismo independiente del gobierno, buscaba investigar los actos cometidos por el Estado mexicano el 2 de octubre de 1968. 305 Al no tener autoridad jurdica ni reconocimiento oficial el concepto de verdad que reivindicaba, resultaba ms simblico que poltico, al posicionar en algunos foros pblicos o en los medios de comunicacin el debate sobre el 68. 306 La principal limitacin de dicha Comisin fue la negativa que distintas instancias pblicas otorgaron a sus peticiones de informacin bajo el alegato de que deban pasar ms de 30 aos para que los archivos pudieran abrirse. 307 A su vez, el debate que provoc aquella Comisin de la Verdad se diluy con la insurreccin iniciada en Chiapas en enero de 1994. 308
En 1993 la Secretaria de la Defensa Nacional hizo llegar a los medios de comunicacin una serie de imgenes que pretendan eximir al Ejrcito de la responsabilidad de los sucesos del 2 de octubre al explicar que los soldados:
304 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, pp. 303-304. 305 Ibdem, p. 304. 306 Hctor Jimnez, op. cit., p. 176. 307 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, p. 304. 308 Sergio Aguayo, op. cit., p. 14. 128 tenan como unica misin disolver el mitin y evitar que los estudiantes se dirigieran al Casco de Santo Toms, en poder de las tropas, para evitar un posible enfrentamiento de graves consecuencias. Por su parte el Batalln Olimpia deba capturar a los integrantes del CNH quienes en su mayora se encontraban en el tercer piso del Chihuahua. 309
As se conclua que las tropas no dispararon sobre los asistentes al mitn en la Plaza de las Tres Culturas, su fuego se dirigi hacia los francotiradores apostados en los edificios. El ejrcito no fue el autor de ninguna masacre la noche de Tlatelolco. 310 De esta manera las fuerzas castrenses resultaban parte agredida. Sin embargo hay dos elementos relevantes: por primera vez el ejrcito haca referencia al Batalln Olimpia y, adems, instalaba el trmino masacre para referir a los sucesos del 2 de octubre. Es importante sealar que este metraje provena de las cmaras que el cineasta Servarndo Gonzlez distribuy el 2 de octubre en distintos edificios circundantes a la Plaza de las Tres Culturas por instrucciones de Luis Echeverra, el Secretario de Gobernacin en ese entonces. 311 Segn Carlos Montemayor, se filmaron 120 mil pies de cinta de 35 milmetros, equivalentes a 22 horas de filmacin, dndose a conocer slo una nfima parte del material -7 u 8 minutos- que, adems, fue recortado Montemayor seala que resultan perceptibles las pegaduras del metraje-. 312
El 2 de octubre de 1997, la Cmara de Diputados resolvi constituir la Comisin Especial Investigadora de los Sucesos del 68, integrada por dos diputados de cada uno de los grupos parlamentarios, con el objetivo de requerir a las autoridades correspondientes los archivos y la informacin que se dispusiera en relacin con los hechos del 2 de octubre. 313 Sin embargo, slo una parte de la documentacin oficial resguardada en el Archivo General de la Nacin (AGN), en los archivos del Congreso y en los Archivos Nacionales de EUA fueron desclasificados. Este escenario de nuevas fuentes
309 Metraje incluido en Carlos Mendoza, Operacin galeana: la historia indita del 2 de octubre de 1968 (VHS), Mxico, Canal Seis de Julio, 1999, 22:40. 310 dem. 311 Carlos Montemayor, Rehacer la historia. Anlisis de los documentos del 2 de octubre de 1068 en Tlatelolco, Mxico, Planeta, 2000, p. 42. 312 Ibdem, p. 36. 313 Eugenia Allier Montao, , op. cit., 2009, p. 304. 129 documentales estimul la elaboracin de distintas investigaciones. Tal es el caso de 1968: los archivos de la violencia, un libro de Sergio Aguayo publicado en 1998 en el que se reconoce, sin embargo, que en lo relativo al movimiento estudiantil, todos los archivos mexicanos fueron mutilados deliberadamente, aunque de manera desigual; abundaron los censores, pero no tuvieron un criterio unificado. 314
Ese mismo ao Ral lvarez Garn, Roberto Escudero y Flix Lucio Hernndez Gamundi levantaron una denuncia acusando a Luis Echeverra y sus colaboradores por el delito de genocidio por lo sucesos del 2 de octubre de 1968. A su vez una comisin pluripartidista de diputados realiz una investigacin sobre los acontecimientos del 2 de octubre y consigui que el Poder Ejecutivo pusiera a disposicin del AGN distintos documentos oficiales que resultaban pertinentes para clarificar dicho pasado. 315
En 1999 tambin se dieron a conocer las revelaciones pstumas del general Marcelino Garca Barragn, secretario de la Defensa Nacional en 1968, en las que sealaba haber desconocido el actuar del Estado Mayor Presidencial y, aunque reconoca que conoca las funciones del Batalln Olimpia, sealaba que este agrupamiento haba contradicho las rdenes originales. As revelaba una traicin al interior de la corporacin militar. Estos documentos fueron dados a conocer en el libro que publicaron Julio Scherer y Carlos Monsivis, Parte de guerra: Tlatelolco 1968. A este escenario de nueva documentacin se le sum el libro Rehacer la historia: anlisis de los nuevos documentos del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco de Carlos Montemayor publicado en 2000. Otro momento importante en la clarificacin de los sucesos de 1968 sucedi con la candidatura presidencial de Vicente Fox y su futura gestin. En el mensaje de toma de posesin, asegur: Me propongo abrir lo que ha permanecido cerrado en episodios sensibles de nuestra historia reciente e investigar lo que no ha sido resuelto, mediante una instancia que atienda los reclamos por la verdad de la mayora de los mexicanos. No es posible contener la justa indignacin social. Los grandes corruptos del pasado, del presente y del futuro rendirn cuentas, no habr para ellos borrn y cuenta nueva. No habr piadoso olvido para quienes delinquieron, tampoco habr
314 Sergio Aguayo, op. cit., p. 16. 315 Hctor Jimnez, op. cit., p. 174. 130 tolerancia para quienes pretendan continuar con privilegios hoy inaceptables. 316
Bajo esta premisa el gobierno de Fox cre en 2001 la Fiscala Especial para Movimientos Sociales y Polticos del Pasado (FEMOSPP). 317 De esta suerte, con los trabajos de la FEMOSPP se permiti la apertura de los archivos de la Direccin Federal de Seguridad, la Direccin General de Investigaciones Polticas y Sociales, la Divisin de Investigaciones para la Prevencin de la Delincuencia y los del Centro de Investigacin y Seguridad Nacional. 318 A su vez se inici un juicio contra Luis Echeverra, Julio Snchez Vargas, Luis Gutirrez Oropeza, Miguel Nazar Haro, Luis de la Barreda Moreno, Ral Mendiolea Cerecedo, Javier Vzquez Flix y Salvador del Toro Rosales, acusados de genocidio y privacin ilegal de la libertad. 319 Los trabajos de la Fiscala se vieron facilitados a partir de la creacin de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Informacin Pblica Gubernamental, aprobada el 30 de abril de 2002 que condujo, a su vez, a la creacin del Instituto Federal de Acceso a la Informacin (IFAI). La nueva legislacin tena la finalidad de "proveer lo necesario para garantizar el acceso de toda persona a la informacin en posesin de los Poderes de la Unin, los rganos constitucionales autnomos o con autonoma legal, y cualquier otra entidad federal." 320
La FEMOSPP concluy sus labores en 2006 sin haber logrado muchos de sus propsitos. Sin embargo la relevancia de la Fiscala estuvo en que por primera vez se reconoca de manera oficial las violaciones a los derechos humanos perpetrados por el Estado en el pasado.
Las pelculas
La desclasificacin de distintos archivos promovi la revisin de los sucesos
316 Virginia, Escobedo Aguirre, op. cit., p. 92. 317 Que se propona investigar el pasado y fincar castigo a los responsables de los actos cometidos al amparo del rgimen autoritario. Ibdem, pp. 106-107. 318 Eugenia Allier Montao, op. cit., 2009, pp. 307-308. 319 Ibdem, p. 308. 320 Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Informacin Pblica en: www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/244.pdf (consultado 22/07/2012). 131 de 1968 desde distintos mbitos, uno de ellos fue el cine. Fue en 1999, 2000, 2002 y 2006 que se dieron a conocer distintas cintas que tenan como objetivo principal revelar la verdad sobre la historia negra de represin y violencia hacia el movimiento, en detrimento de las interpretaciones sobre la naturaleza ideolgica, las causas y legados de ste. 321 A partir de este momento las interpretaciones flmicas incorporan la voz oficial a partir de los documentos desclasificados por los gobiernos de Mxico y EUA. Sin embargo, ms que un mpetu por configurar una interpretacin a muchas voces, los discursos cinematogrficos se desarrollan bajo la necesidad de encontrar la constatacin de la versin estudiantil en la documentacin oficial, es decir, el reconocimiento de que los disparos fueron realizados por miembros del ejrcito y no, como se seal en un principio, por estudiantes, vecinos o agentes extranjeros que buscaban desestabilizar al pas. La forma para abordar esta nueva lnea interpretativa del pasado fue el documental, apelando a las convenciones de objetividad que histricamente le han dado sustento retrico al gnero. El conjunto de pelculas analizadas en este captulo fueron realizadas por el mismo director y la misma casa productora, es decir, Carlos Mendoza 322 y Canal seis de julio. Su elaboracin depende ms de la rectificacin de hiptesis a raz de la sucesiva desclasificacin de archivos y anlisis de la informacin- que de la intencin de hablar del pasado a partir de otros puntos de vista. Las pelculas de Mendoza emplean el metraje que la Defensa Nacional dio a conocer a travs de los medios de comunicacin en 1993 e imgenes que el periodista Joaqun Lpez Driga mostr a finales de 1998 en el programa Chapultepec 18. 323 Los documentales fueron distribuidos al margen de los circuitos comerciales, consiguieron vender decenas de miles de copias en videocasete y fueron
321 Hctor Jimnez, op. cit., p. 175. 322 Carlos Mendoza es egresado y docente del CUEC. Se ha convertido en uno de los mayores impulsores del documental en Mxico. En 1989 funda y dirige la empresa productora Canal seis de julio que se ha dedicado a la elaboracin de documentales de contenido poltico y social. A su vez ha publicado distintos libros sobre la produccin documental. Carlos Mendoza, La invencin de la verdad: nueve ensayos sobre cine documental, Mxico, UNAM-CUEC, 2008. 323 Carlos Montemayor, op. cit., p. 52. 132 vistos por un gran nmero de espectadores. 324 Actualmente Tlatelolco, las claves de la masacre y 1968: la conexin americana pueden ser vistas va youtube, sin embargo, Batalln Olimpia: documento abierto resulta imposible de conseguir (por ello no ser incluido su anlisis) aunque, a decir de la propia productora, 325 equivalente a Tlatelolco: las claves de la masacre. Los documentales de Mendoza emplean distintos discursos de sobriedad 326 que se conforman como marcos de referencia que no hace falta cuestionar ni establecer, sino que generan certeza en la medida en que estn en conformidad con las categoras y los conceptos que se aceptan como reconocidos o ciertos en un tiempo y lugar especficos. 327 Se recurre as a imgenes provenientes de metraje flmico, de portadas de peridicos, de documentos de Estado, de mapas interactivos, de distintos testimonios de actores del movimiento estudiantil y de testigos que presenciaron los sucesos, as como de entrevistas a especialistas del tema. A su vez los relatos se estructuran a partir de un narrador en over que, a comparacin de los dems recursos empleados, adquiere una notable preeminencia. Este narrador es el que, de acuerdo con la clasificacin de Weinritcher, se dirige directamente al espectador con una voz desencarnada, exterior al mundo representado en el documental y llena de autoridad epistmica: es lo que luego se acabar llamando voice of God (voz de Dios). 328 Esta voz emplea los elementos desplegados en el discurso imgenes, sonidos, entrevistas- para ilustrar y confirmar su punto de vista. De esta suerte el comentario termina primando sobre la imagen al grado que, en ocasiones, se colocan marcas en el metraje crculos que sealan a dnde mirar- que permiten corroborar las afirmaciones del narrador.
324 Carlos Mendoza, op. cit., p. 217. 325 Comunicacin telefnica realizada a las oficinas de Canal seis de julio el 18/11/2012 326 Bill Nicholls, op. cit. 327 Ibdem, p. 69. 328 Antonio Weinritcher, op. cit., p. 36. 133
As la voz en over usada por los documentales de Mendoza se caracteriza por emplear: una retrica persuasiva que le permite establecer juicios bien fundados sobre la realidad que presenta: las entrevistas [] se subordinan a la argumentacin, al igual que las imgenes sirven para ilustrarla. Hay poco espacio para la ambigedad, para la contradiccin, para la pluralidad de voces. El montaje cumple tambin una funcin retrica, puede incluir pasajes rtmicos o asociativos, sirve a una continuidad proposicional, ms que espacio-temporal [...]. 329
De esta suerte la serie documental que elabora la historia de la violencia no se caracteriza por innovar en trminos estticos, narrativos o epistemolgicos, su aportacin se da en trminos informativos.
Operacin Galeana: la historia indita del 2 de octubre de 1968
Batalln Olimpia: documento abierto, Operacin Galeana: la historia indita del 2 de octubre de 1968, Tlatelolco: las claves de la masacre y 1968: la conexin americana son un conjunto de pelculas ntimamente relacionadas en la medida en que son producto de la desclasificacin paulatina de archivos que llev al realizador, como lo seala al inicio de Tlatelolco: las claves de la masacre, a profundizar, rectificar hiptesis y agregar evidencias de los documentales anteriores. Por esta razn el contenido de las pelculas y los recursos empleados en ellas no son radicalmente diferentes entre s.
329 Ibdem, p. 37. Se emplean crculos y marcas en el metraje para sealar al espectador a dnde mirar. Tlatelolco, las claves, 8:42 134 Operacin galeana, 330 estrenada en el ao 2000, inicia con una voz en over que seala que desde 1968 los sucesos ocurridos el 2 de octubre tuvieron explicaciones poco crebles o insuficientes y tres preguntas no encontraban respuestas: quines dispararon en Tlatelolco?, quin dio la orden? y por qu? De esta manera es evidente el inicio de una historia de la violencia en el mbito cinematogrfico y as, la serie de pelculas de Mendoza se dedican a desentraar las respuestas a estas preguntas. El documental est dividido por 10 interttulos que buscan profundizar en aspectos concretos relacionados con la represin. De esta suerte la pelcula inicia haciendo una narracin detallada del desarrollo de los sucesos ocurridos el 2 de octubre en Tlatelolco para, posteriormente, profundizar en aspectos que ayudan a entender lo ocurrido aquel da as se dedican algunos de los episodios a hablar sobre el Estado Mayor Presidencial, las bengalas, las declaraciones oficiales o el Batalln Olimpia-. La temporalidad de la narracin est claramente circunscrita al 2 de octubre y slo se refiere a otros momentos en la medida en que remiten a la represin: la ria del 22 de julio, la entrada del ejrcito a CU y al Casco de Santo Toms. La espacialidad se determina de la misma manera, con una centralidad indiscutible de Tlatelolco las imgenes de archivo empleadas son prominentemente de ese lugar, pero tambin se hace uso de testimonios filmados en el presente de la enunciacin que tienen como escenario a la Plaza-.
330 La pelcula slo se encuentra en formato VHS. La copia que consult est resguardada en la Filmoteca de la UNAM, por esa razn no puedo incluir fotogramas de este documental. Sin embargo utilic las imgenes de Tlatelolco, las claves de la masacre en la medida en que ambas pelculas emplean el mismo metraje en muchos episodios. Imagen de Tlatelolco. Tlatelolco, las claves, 4:09 Testimonio grabado en Tlatelolco. Tlatelolco, las claves, 7:01 135 Las voces autorizadas para hablar sobre ese pasado se vuelven unas cuantas: el narrador en over y los testimonios de actores y testigos de los sucesos en este caso no se recurre a los lderes pero hay un elemento interesante, las voces que corresponden a los militantes del movimiento slo se muestran a travs de hombres, con lo cual se desdibuja la participacin de las mujeres-. La voz del victimario aparece en contadas ocasiones y slo para retomar declaraciones hechas en el pasado, sin derecho a reelaborar la memoria desde el presente, como s se permite a quienes se encuentran del lado de las vctimas. En la elaboracin del argumento resulta interesante notar las fuentes a las que el narrador otorga credibilidad absoluta y que le ayudan a sustentar su argumentacin. Por una parte la base de las afirmaciones surgen de los documentos de Estado; sin embargo, esta credibilidad est acotada a ciertas preferencias. Los documentos provenientes de los rganos de inteligencia de EUA merecen toda la confianza del narrador, y lo mismo sucede con algunos documentos del gobierno mexicano: es el caso de las memorias pstumas del General Marcelino Garca Barragn. Esta decisin es curiosa porque Carlos Montemayor, 331 quien es incorporado en el documental con sus impresiones sobre el desarrollo de los sucesos y quien reconoce una especie de colaboracin con Canal seis de julio, ya haba sealado las inconsistencias de
331 Carlos Montemayor fue un narrador, poeta, traductor, ensayista y novelista, adems de un investigador sobre asuntos indgenas, activista poltico y luchador social. Fue colaborador de distintos diarios y revistas como Plural, Revista de la Universidad, Unomsuno y La Jornada. Dirigi la Revista de la Universidad de Mxico y fund la revista Casa del Tiempo de la Universidad Metropolitana. A partir de los aos 80 su obra se concentra en abordar las preocupaciones sociales y polticas del autor, as, escribe la novela Mal de piedra (1981) que habla sobre la vida de los obreros mineros de Chihuahua o Guerra en el paraso (1997) que aborda el tema de la guerrilla en Guerrero a partir de una extensa documentacin histrico-social. A su vez ha escrito ensayos sobre la rebelin indgena en Chiapas, los pueblos indios en Mxico o los sucesos ocurridos en 1968. Alfonso Gonzlez, Voces de la posmodernidad: seis narradores mexicanos contemporneos, UNAM, Mxico, 1998, p. 67. De esta suerte sus novelas, crnicas y ensayos acerca de diversos movimientos sociales, son referente para analizar el contexto y la actualidad en torno a fenmenos como las guerrillas o los levantamientos indgenas. Ctedra Intercultural Carlos Montemayor, Centro de Investigacin y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, http://catedracarlosmontemayor.org/semblanza/biblio/ (consultado 10/01/2013). 136 los documentos de Garca Barragn en su libro Rehacer la historia. Sin embargo en Operacin Galeana los dichos del General son mostrados como verdades absolutas. Esto no ocurre con otros documentos o interpretaciones oficiales que son desestimadas de inmediato, tal es el caso de las declaraciones de Gustavo Daz Ordaz o de aquella que hiciera la Defensa Nacional en 1993 en donde exima al ejrcito de responsabilidades en los sucesos de Tlatelolco. Cuando el narrador decide que una fuente no es digna de credibilidad utiliza algunos recursos para desestimarla: metraje de archivo las imgenes como prueba irrefutable-, testimonios de actores o testigos que afirman lo contrario por ejemplo, frente a la declaracin de 1993 en donde se deca que la labor del Batalln Olimpia haba sido exclusivamente la de arrestar a los lderes del CNH, la pelcula coloca una serie de testimonios que mencionan a sujetos con guante blanco disparando sin consideracin alguna contra quienes estaban en la plaza- y la argumentacin de la voz en over que seala lo que debe pensarse frente a las evidencias documentales. Al tener como objetivo el deslinde de responsabilidades sobre los sucesos ocurridos el 2 de octubre, la pelcula se configura como una recreacin cronolgica sealada por las horas y minutos en que fueron sucediendo los acontecimientos en la Plaza de las Tres Culturas- que buscan explicar la actuacin de las fuerzas de seguridad del Estado. De esta suerte se habla paralelamente del desarrollo del mitin y de la disposicin de las fuerzas militares uniformadas y encubiertas- y la manera en como fueron acomodndose los personajes frente al desarrollo de los sucesos. Para ello, la voz en over, que es quien organiza la argumentacin del documental, echa mano de metraje de archivo, de fotografas y de testimonios que se convierten en las pruebas de sus dichos; a toda afirmacin corresponde una imagen que constata o ilustra las palabras del narrador. La recreacin de los sucesos de Tlatelolco vuelve a aquellos elementos mencionados por el cine anterior, es decir, el helicptero, las bengalas, el inicio de los disparos y la huda de los congregados en la plaza. Se habla de las puertas cerradas de la Iglesia de Santiago, de la plaza llena de muertos y de zapatos, de la solidaridad de los vecinos que dieron resguardo en sus departamentos a los jvenes, de los estudiantes detenidos y desnudados, de los muertos lanzados como costal de papas a los camiones 137 del ejrcito. A su vez vuelve el recuerdo, ya materializado en Rojo amanecer, donde se seala que los soldados inspeccionaron los departamentos de la unidad para arrestar a los estudiantes 332 en la pelcula de Fons el relato conduce a que esos cateos concluan en el asesinato de quienes se encontraban al interior de los departamentos- y los sucesos son definidos a partir de los conceptos de terrorismo y masacre. Las consecuencias del tiroteo son mostradas con los testimonios de quienes presenciaron los acontecimientos. As, a travs del relato de sujetos concretos el narrador espera que el espectador intuya las consecuencias, es decir, se usa a los sujetos como ejemplos aislados que permiten magnificar lo ocurrido. Eso sucede por lo menos cuando un testimonio seala que en el octavo piso del edificio Atizapn, a unos 200 metros de la plaza, una nia fue herida de bala. Otros testimonios dan referencias similares y el narrador afirma que el 2 de octubre hubo heridos y muertos en otros edificios. 333 As que, adems de la imagen de la plaza llena de muertos, la informacin proporcionada por la pelcula permite pensar que el radio de violencia fue mucho mayor de lo que hasta este momento se haba dicho. La cifra de muertos se da va un reporte de Defensa e Inteligencia del gobierno de EUA a travs de la voz over: Como es tpico en Mxico no pueden encontrarse cifras seguras sobre el nmero de bajas de la batalla del 2 de octubre. Los reportes emitidos hablan de una alta cifra de 350 muertos, los mejores clculos de la embajada estiman que la cifra est entre los 150 y 200. 334
Despus de este relato de los sucesos del 2 de octubre, la pelcula incluye una declaracin de Daz Ordaz realizada en 1977- en la que habla sobre el tema:
332 Este elemento queda un poco descontextualizado por el montaje. Los cateos que hicieron miembros del ejrcito a los departamentos de la unidad Tlatelolco se deban a que desde algunos de ellos se haban apostado francotiradores del Estado Mayor Presidencial que dirigieron sus disparos contra los soldados. Los soldados buscaban en los departamentos a los sujetos que realizaron los disparos que en ese momento se pensaba que s eran estudiantes-. Sin embargo el montaje de la pelcula hace pensar que ese cateo se realizaba para arrestar a todo aquel que tuviera apariencia de estudiante. 333 En el Molino del Rey, Revolucin de 1910, 5 de febrero, Aguascalientes, San Luis Potos, Tamaulipas, en la torre Relaciones Exteriores y en el Chihuahua. 334 Carlos Mendoza, op. cit., 1999, 1:10:40. 138 Se menciona a centenares de muertos, desgraciadamente hubo algunos, no centenares. Tengo entendido que pasaron de 30 y no llegaron a 40 entre soldados, alborotadores y curiosos. Se dir que es muy fcil ocultar y disminuir pero emplazo a cualquiera que tenga el valor de sus propias opiniones y que sostenga que fueron centenares, a que rinda alguna prueba aunque no sea directa ni concluyente. Nos podra bastar con lo siguiente, que nos haga la lista con los nombres. 335
As, el documental materializa una lucha memorial que ha sido ventilada en el espacio pblico, y es la que refiere al nmero de muertos y que ha permitido manejar cantidades sumamente dispares, dependiendo del bando desde el que se emite. En este caso es interesante que se reconozca, aunque sea en la voz de Daz Ordaz, la existencia de muertos del bando oficial que normalmente han sido anulados de las distintas narrativas memoriales. Sin embargo, la pelcula establece su punto de vista respecto al tema a travs del montaje y la disposicin de informacin, convenciendo al espectador de la cifra que oscilaba entre los 150 y 200 muertos dando, de este modo, credibilidad a los documentos del gobierno de EUA y de los dichos de los testimonios que presenciaron los acontecimientos. En la interpretacin de los sucesos de Tlatelolco hay un claro detenimiento en el modo operativo del Estado Mayor Presidencia y del Batalln Olimpia que, se seala, propiciaron la confusin al dirigir los primeros disparos, desde distintas azoteas, hacia quienes se encontraban en la plaza. Se reconoce, entonces, la existencia de una orden cruzada que enfrent a distintos agrupamientos militares y que marc el inicio de una balacera en todas direcciones, pues abri fuego contra soldados y manifestantes y con lo cual se estructura una interpretacin alejada de esa milimtrica y perversa represin referida en el cine anterior-. De esta suerte la pelcula busca determinar quines fueron los responsables de elaborar esta confrontacin y, a travs del anlisis de una serie de documentos del gobierno mexicano y estadounidense, se elabora un listado de personajes para deslinar responsabilidades. La lista, en comparacin con las presentadas por el cine anterior, es bastante larga y detallada e incluye a distintos miembros del
335 Ibdem, 1:11:00. 139 gobierno mexicano. 336 Tambin se seala el apoyo de instancias extranjeras como la INTERPOL (Organizacin Internacional de Polica Criminal) y la CIA (Agencia Central de Inteligencia). Al reconocer que en los sucesos de Tlatelolco hubo una orden cruzada, el general Marcelino Garca Barragn secretario de la Defensa Nacional- y Jos Hernndez Toledo comandante del batalln de fusileros paracaidistas en Tlatelolco y herido durante los sucesos-, parecen quedar eximidos de culpas al ser sealados como la parte del ejrcito traicionada que desconoca el actuar del Estado Mayor Presidencial y del Batalln Olimpia. La enunciacin de la larga lista de culpables es seguida por la carrera poltica que cada uno de los sujetos mencionados realiz despus de 1968 en la que, de no ser por la muerte, todos continuaron ejerciendo labores en distintas instancias gubernamentales. La intencin del narrador es evidenciar la impunidad que para 2000, ao de la exhibicin de la pelcula, imperaba sobre los sucesos de 68. Frente a este sealamiento tambin se denuncia la falta de conocimiento de todas las evidencias documentales existentes, en concreto se habla del metraje capturado por las seis cmaras dispuestas en los edificios circundantes a la Plaza por rdenes de Echeverra. Por ltimo la pelcula se interesa por mostrar las estrategas de provocacin empleadas por el gobierno al mencionar los intentos que miembros del Batalln Olimpia hicieron para proporcionar armas a los estudiantes. La estrategia, seala el narrador over, tena la intencin de agravar el conflicto y presentar al movimiento como una amenaza de seguridad nacional. Un testimonio de un militante del movimiento seala que el 2 de octubre: uno de los muchachos nos ense una pistola que le haban dado en el Chihuahua, se la dio una persona que estaba entregando pistolas
336 La lista incluye a Gustavo Daz Ordaz y su secretaro de Gobernacin, Luis Echeverra sealado por solicitar la intervencin de las fuerzas armadas a una semana de inciado el conflicto-; el mando del Batalln Olimpia: el capitn Hctor Careaga Estrambasaguas; el mando de la Operacin Galeana: el general Crisforo Mazn Pineda; el Mayor del Estado Mayor Presidencial: Carlos Humberto Bermdez Dvila; el responsable de las Guardias Presidenciales del Estado Mayor Presidencial: el General Luis Gutierres Oropeza; el jefe del Estado Mayor de la Secretara de la Defensa: el General Mario Ballesteros Prieto; el jefe de la Direccin Federal de Seguridad, Fernando Gutirrez Barrios y un agente de la Direccin Federal de Seguridad, Miguel Nazar Haro. 140 con un maletn. Esa persona dijo que en medio de la locura haba disparado. Resulta interesante notar que este elemento ha permanecido desdibujado en las narrativas memoriales del movimiento estudiantil. Pocas pelculas Rojo amanecer y El memorial del 68- reconocen la prcitca de la violencia por parte de los estudiantes pero ninguna, hasta este momento, el empleo de armas de fuego. 337
La pelcula se configura as como un documental de investigacin en donde se intenta desentraar lo sucedido el 2 de octubre. Para ello se despliega un mundo racional estructurado por conexiones lgicas de causa- efecto, en donde no hay espacio para las subjetividades, pluralidad de puntos de vista o contradicciones y en donde el argumento conduce hacia la solucin del problema: 338 comprobar la responsabilidad de sujetos concretos en los sucesos de 68.
Tlatelolco: las claves de la masacre
Aunque Tlatelolco es una pelcula con una organizacin narrativa diferente a la de Operacin Galeana, el contenido de ambas no se aleja demasiado. En efecto, y como se seala al inicio de la pelcula, Tlatelolco profundiza la investigacin realizada en Batalln Olimpia y Operacin Galeana, rectifica hiptesis y agrega evidencia encontrada en 2000 y 2002. Debido a ello slo me concentrar en los elementos que resultan novedosos y ya no me detendr en las estrategias discursivas, toda vez en que son las mismas que se emplearon en Operacin Galeana. Es importante sealar que si bien una buena parte de las imgenes y testimonios del documental anterior son utilizadas en Tlatelolco, hay una omisin curiosa y es que en el nuevo documental desaparecen los testimonios de Carlos Montemayor. Como hiptesis considero que pudo haber existido un desacuerdo entre el escritor y el director, en la medida en que la interpretacin realizada en Operacin Galeana resulta, en muchos casos, contradictoria con la postura asumida por Montemayor en su libro Rehacer la historia. Mientras Tlatelolco y Operacin Galena dan una
337 El tema lo ha tratado Sergio Aguayo, op. cit., pp. 178-180. 338 Bill Nicholls, op. cit., p. 70. 141 credibilidad absoluta a los declaraciones pstumas del General Marcelino Garca Barragn, Montemayor seala que: [] los documentos del general Marcelino Garca Barragn revelan no solamente ciertos hechos fundamentales de la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, sino tambin el procedimiento mediante el cual se reconocen algunos hechos y se omiten otros. Es decir, los documentos arrojan luz sobre el modus operandi de revelar y ocultar informacin oficial. 339
La otra diferencia entre Operacin Galeana y Tlatelolco es que este ltimo amplia la informacin sobre la actuacin del Batalln Olimpia en momentos previos al 2 de octubre y con lo cual se proporcionan nuevos datos e imgenes. Por esta razn la temporalidad abarcada se extiende un poco ms incluyendo la marcha encabezada por Javier Barros Sierra para protestar por las agresiones en contra de la autonoma universitaria y la marcha del 27 de agosto, cuando se hicieron sonar las campanas de Catedral y se iz una bandera rojinegra en el asta del zcalo- para demostrar la actuacin de rganos del Estado que tenan como fin la radicalizacin del movimiento. Esta estrategia de provocacin, se seala, incluy algunos intentos de entregar armas a los estudiantes nunca se aclara s realmente fueron recibidas por los jvenes- y la incitacin de la violencia en distintos planteles escolares y en distintas fechas en la cual se incluye la actuacin de francotiradores-. Nuevamente hay un detenimiento en los sucesos de Tlatelolco que busca evidenciar contundentemente la actuacin del Batalln Olimpia y del Estado Mayor Presidencial. Se habla de la presencia de francotiradores en varios departamentos de Tlatelolco, se exponen una serie de imgenes en donde se destacan los guantes blancos y se muestra a sus portadores actuando al amparo del ejrcito.
339 Carlos Montemayor, op. cit., p. 17. 142
Tambin se seala que la Iglesia de Santiago y su convento fueron controlados antes del mitin por militares uniformados y vestidos de civil. El recinto religioso aparece as como el centro de operacin militar en el que, se afirma, se apostaron algunos francotiradores y sirvi como lugar de concentracin de los detenidos. En cuanto al saldo de la represin el narrador seala que hubo ms de dos mil detenidos que fueron trasladados, la mayor parte, al Campo Militar Nmero 1. De los muertos se incluyen las cifras ya mencionadas en Operacin galeana. Con estas nuevas evidencias la pelcula amplia la lista de responsables de los sucesos sumando a Carlos Humberto Bermdez vila -mayor adscrito al Estado Mayor Presidencial y encargado de dirigir la accin de miembros del Batalln Olimpia en sucesos previos al 2 de octubre-. A su vez hay mayores sealamientos sobre la intromisin de agencias internacionales en los acontecimientos, tal es el caso de Hctor Garca Rey, argentino comisionado por INTERPOL, que estuvo en Mxico durante 68 y al que se le atribuye haber asesorado a grupos especiales, adems de considerar probable su presencia en el operativo de la Plaza de las Tres Culturas. Se habla de la amistad cercana que Daz Ordaz sostena con Winston Scott, el jefe de la estacin de la CIA en Mxico y del asesoramiento que norteamericanos proporcionaron al personal del Estado Mayor Presidencial. Se aclara que el jefe de la Direccin Federal de Seguridad (DFS), Fernando Gutirrez Barrios, renda informes a la presidencia y a la CIA, adems de que algunos agentes de la corporacin infiltraron al movimiento. El papel de Miguel Nazar Haro es definido ms claramente, ahora sealado como el enlace de la DFS con la Imagen que muestra a un sujeto con guante blanco. Tlatelolco, las claves, 35:39 Imagen que muestra a un sujeto con guante blanco. Tlatelolco, las claves, 35:43 143 CIA y como quien intervino en detenciones e interrogatorios de dirigentes del movimiento. A su vez, se menciona a Scrates Campos Lemus representante del INP ante el CNH- como un infiltrado que actuaba en coordinacin con cuerpos de seguridad del Estado. Todas estas afirmaciones, seala el narrador over, estn basadas en documentos oficiales aunque, como en el caso de Operacin Galeana, no se explicitan las contradicciones de esa documentacin. Nuevamente la responsabilidad de los sucesos se adjudica al Estado Mayor Presidencias y a altas esferas del gobierno la Presidencia, la Secretaria de Gobernacin y un sector del ejrcito-. La mencin de los culpables incluye un seguimiento mucho ms minucioso, en comparacin con Operacin Galeana, de la carrera poltica seguida por cada cual.
En esa revisin se seala un momento que aparece como paradigmtico en ese pasado: el proceso judicial en contra de Luis Echeverra. Sin embargo la pelcula se encarga de remarcar la imperante impunidad sobre ese pasado ya que, seala, fue el primer servidor pblico citado a declarar ante la justicia mexicana 34 aos despus de los sucesos (la pelcula fue concluida antes de que el ex mandatario fuera exonerado en 2007 de los cargos de genocidio relacionados con la matanza de Tlatelolco). Por su parte se vincula la actuacin de algunos funcionarios en los sucesos de 1968 y 1971 con lo cual se ahonda en la estrategia represiva del gobierno y se evidencia el imperio de la impunidad.
Luis Echeverra. Tlatelolco, las claves, 54:44 Luis Echeverra. Tlatelolco, las claves, 55:18 144 1968: la conexin americana
1968: la conexin americana se estren en 2008 coincidiendo con el 40 aniversario del movimiento-. El documental puede ser pensado como una continuacin de las pelculas anteriores, en la cual, nuevamente, se recurre a las mismas estrategias narrativas y estticas, y la postura epistemolgica es idntica las imgenes y los testimonios son ventanas a la realidad-. Sin embargo, en este caso hay un mayor empleo de discursos de sobriedad cuando los sujetos que proporcionan su testimonio pertenecen a un mbito especializado en el tema un investigador de la UNAM, un periodista y ex militante del Partido Comunista, una historiadora que particip en la FEMOSPP, la directora del archivo Gregorio y Marta SELSER de la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico y un ex agente de la CIA- pero tambin cuando en los crditos finales aparecen las fuentes consultadas: Parte de guerra: Tlatelolco 1968 de Julio Scherer y Carlos Monsivis, El movimiento estudiantil de Mxico: julio/diciembre de 1968 de Ramn Ramrez, La CIA en Mxico de Philip Agge y La charola de Sergio Aguayo; los archivos General de la Nacin, de la Universidad George Washington; el Informe Histrico elaborado por la FEMOSPP y la prensa. Nuevamente llama la atencin la ausencia de Carlos Montemayor y su libro Rehacer la historia. En este caso, y como lo seala el ttulo, el nfasis est puesto en la participacin norteamericana en los sucesos de 1968. Para ello la pelcula retoma la interpretacin de la conjura comunista, en la medida en que le permite proporcionar una explicacin del desarrollo de los acontecimientos y la participacin de rganos de inteligencia norteamericanos en los sucesos, adems de remarcar la teora de la provocacin ya sealada en Tlatelolco, las claves de la masacre- y del papel jugado por la prensa como medio de difusin de dicha interpretacin.
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El narrador en over menciona que el movimiento estudiantil se desarroll entre el 22 de julio y el 2 de octubre (en esta pelcula tampoco se reconoce el proceso que sigui hasta el fin de la huelga y disolucin del CNH) y se mencionan tres momentos concretos en donde la estrategia gubernamental de provocacin fue desarrollada la semana del 22 al 30 de julio, que detonaron los disturbios de la Ciudadela; las agresiones iniciadas a partir del 28 de agosto en el zcalo; y el ataque de tiradores emboscados el 2 de octubre en Tlatelolco-. De esta suerte resulta evidente que la mencin de distintos momentos del movimiento estudiantil responde a una intencin de mostrar actos de provocacin ms que de explicar el desarrollo y objetivos de la movilizacin. Por esta razn la pelcula, a travs de una voz over, define al movimiento de la siguiente manera: ms all de la simpata por el socialismo y sus smbolos, los activistas enarbolan un pliego petitorio con demandas ciudadanas, piden dilogo e intentan evitar la confrontacin con el ejrcito y la polica. Sin embargo esas demandas ciudadanas no son mencionadas y es difcil entender el proceso que tuvo lugar entre julio y diciembre de 1968. La pelcula se propone hacer un recuento de las distintas estrategias de provocacin que fueron llevadas a cabo, a decir del narrador, por el Departamento del Distrito Federal, la Direccin Federal de Seguridad y el Estado Mayor Presidencial en donde se involucr a polticos prominentes, altos mandos del ejrcito y militares que actuaban desde la clandestinidad. Una red de personajes anticomunistas ligados a instituciones militares y de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos. Frente a estos sealamientos Prensa que refera a la conjura comunista. 1968: la conexin americana, 14:06 Prensa que refera a la conjura comunista. 1968: la conexin americana, 23:06 146 el documental comienza a desentraar lo poltica exterior de los EUA durante los 60 y 70, adems de referir el origen y las funciones de la CIA.
El narrador over seala que existen indicios de que la CIA no fue ajena a las actividades militares que llevaron a cabo acciones encubiertas durante los sucesos de 1968. Bajo este escenario la pelcula no duda en asegurar que fueron los rganos de inteligencia de los EUA los que establecieron la idea de que en Mxico el Partido Comunista haba comenzado a almacenar armas y municiones para preparar una revolucin en la que se involucraba a Cuba, la URSS y China afirmaciones que se intercalan con el testimonio de un ex militante del PC que reconoce la nula capacidad del partido para llevar a cabo dicha revolucin-. El narrador seala que esta interpretacin surgi dos meses antes del inicio del conflicto estudiantil y que corrobora, as, la incidencia de Estados Unidos en el desarrollo de los sucesos. Dicha participacin parece revelar una estrategia compleja elaborada por el gobierno norteamericano en donde, por una parte, convenci a altos funcionarios mexicanos de una amenaza comunista y, por otra, intent realizar un golpe de Estado en el pas. El narrador seala que: Al menos tres versiones indican que el embajador Fulton Friedman ofreci a Garca Barragn el apoyo de Washington para encabezar un golpe de Estado. El general Alberto Quintanar declar en 2004 que la CIA promovi y ofreci asesorar un golpe de Estado y buscar adeptos en el ejrcito mexicano. 340
Sin embargo, en un mensaje interceptado el 3 de septiembre se seala que en los sucesos de Tlatelolco:
340 Carlos Mendoza, La conexin americana (DVD), Mxico, Canal Seis de Julio, 2008, 41:58. Mapa que muestra la influencia de la CIA en el continente americano. 1968: la conexin americana, 2:40 147 El presidente orden la captura de los lderes pero los ejecutantes se excedieron, informa as mismo que Daz Ordaz tena la certeza de una intervencin de los EU so pretexto de que el gobierno mexicano no poda combatir el comunismo. El mensaje sugiere que Daz Ordaz debera desenmascararse y decretar la suspensin de las garantas individuales, fusilar sin previo juicio a los lderes y permitir cateos y detenciones sin orden judicial. 341
Este mensaje interceptado es llamativo cuando posteriormente el narrador lee un memorndum elaborado por la CIA el 5 de octubre en el que seala que no hay evidencia consistente de la participacin de la embajada cubana o sovitica en los disturbios. El informe dejaba claro que la conjura comunista haba sido tan solo un recurso propagandstico, un recurso ms de un complejo montaje poltico militar. De esta suerte los funcionarios mexicanos aparecen como conejillos de indias de los intereses norteamericanos pero ello no los exime, segn la pelcula, de responsabilidades en los sucesos ocurridos en 1968. As se elabora un listado en el que se seala a diversos funcionarios mexicanos que, a decir de la pelcula, realizaron labores de espionaje para la CIA.
La lista es grande y llamativa e incluye a distintos ex presidentes: Adolfo Lpez Mateos, 342 Gustavo Daz Ordaz y Luis Echeverra; pero tambin a otros funcionarios: Emilio Bolaos 343 y Fernando Gutirrez Barrios. Se mencionan indicios de que Joaqun Cisneros, 344 Antonio Carrillo Flores, 345 el
341 Ibdem, 45:06 342 En la pelcula se asegura que el presidente financi la invasin de Baha de Cochinos, Cuba. 343 Sobrino de Daz Ordaz. 344 Secretario particular de Daz Ordaz. Adolfo Lpez Mateos en una fiesta con funcionarios de EUA. 1968: la conexin americana, 46:48 Gustavo Daz Ordaz conviviendo con funcionarios de EUA. 1968: la conexin americana, 1:02 148 general Luis Gutirrez Oropeza y Miguel Nazar Haro pudieron haber trabajado en coordinacin con la CIA. La pelcula seala que Winston Scott, el director de la estacin de la CIA en Mxico entre 1956 y 1969, fue el segundo hombre ms poderosos en Mxico despus de Daz Ordaz y mantuvo estrecha relacin con el jefe de la DFS, Fernando Gutirrez Barrios; adems de que era amigo cercano de Luis Gutirrez Oropeza y Miguel Nazar Haro. De esta suerte la pelcula establece los vnculos cercanos entre la agencia de inteligencia norteamericana y miembros de la ms alta cpula gubernamental. Adems de estos funcionarios se responsabiliza al General Mario Ballesteros Prieto jefe del Estado Mayor de la Secretara de la Defensa Nacional- y a miembros del Departamento del Distrito Federal por primera vez mencionados en la serie elaborada por Mendoza-: Alfonso Corona del Rosal, Jefe del Departamento del Distrito Federal por el pago de grupos de provocadores que maquinaron los enfrentamientos de los primeros das- y el Coronel Manuel Daz Escobar, subdirector de Servicios Especiales del Departamento del DF que en 1968 actu como agente encubierto-. Llama la atencin que, a diferencia de narrativas anteriores, aqu no se mencione al General Luis Cueto Ramrez, jefe de la Polica Preventiva del DF. La pelcula responsabiliza a Manuel Daz Escobar y Luis Gutirrez Oropeza por los sucesos del 2 de octubre. Nuevamente el General Marcelino Garca Barragn y Jos Hernndez Toledo son eximidos de responsabilidades por omisin.
La mirada desde los archivos
La apertura de distintos archivos propici la inclusin de nuevos datos en la interpretacin que ya se vena gestando desde tiempo atrs, es decir que las pelculas se concentraron en desmenuzar los detalles que proporcionaban los documentos recin desclasificados y no replantearon alguna interpretacin sobre el movimiento estudiantil. Aparentemente las pelculas de Mendoza surgen como la capacidad de dar forma visual a una lucha o a una consigna
345 Secretario de Relaciones Exteriores 149 que ya estaba presente en la sociedad y en la calle 346 y que era la de conocer los detalles de la represin. Esta vertiente documental se corresponde con un contexto poltico y social de exigencia de conocer la verdad y de practicar la justicia. Por esta razn las pelculas se limitan a referir exclusivamente los momentos de represin, dejando de lado las causas, la naturaleza o el legado del movimiento. La aportacin fundamental de estos documentales est en el deslindamiento de responsabilidades. Sin embargo, al no mencionar los objetivos de la movilizacin se entreteje una interpretacin de la conjura invertida. Es decir que si la versin oficial se dedic en los primeros momentos a convencer a la opinin pblica de que quienes haban disparado en Tlatelolco haban sido estudiantes influenciados por el comunismo una amenaza extranjera-, las pelculas de Mendoza sealan que, en realidad, fueron los funcionarios mexicanos los que actuaron bajo influjo de los norteamericanos. Pero no slo eso, sino que los estudiantes nuevamente terminaron siendo objeto de la manipulacin de una estrategia de provocacin por parte del gobierno mexicano y estadounidense (ya no del comunismo). De este modo los actores aparecen como objeto de la manipulacin, con lo cual se resta mrito a la protesta juvenil en ese sentido puede ser grave la no mencin de los objetivos de la movilizacin- para apuntalar las acusaciones en contra de la accin del Estado. A su vez es importante notar que en este conjunto de pelculas hay una clara tendencia por elaborar discursos unvocos en donde las contradicciones de las fuentes empleadas son ignoradas como es el caso ya sealado de los documentos del General Marcelino Garca Barragn-. Ello podra ser la clara muestra de los modos de proceder de la memoria ya que sta, a diferencia de la Historia, exige credibilidad y verosimilitud, es una actividad subjetiva, que es [] poco cuidadosa de las comparaciones, de la contextualizacin, de las generalizaciones; no tienen necesidad de pruebas para quien la transporta. 347
En esta serie documental no se pone en entredicho los principios de la representacin cinematogrfica, ni la fidelidad de los testimonios. Existe la
346 Elizabeth Jelin y Ana Longoni, op. cit., p. XVII. 347 Enzo Traverso, op. cit., 2007, p. 73. 150 concepcin de que la imagen cinematogrfica puede evocar ntegramente el pasado, mostrar lo que realmente ocurri. Por ello las fotografas y las pelculas de archivo son empleadas de manera poco crtica 348 y se vuelven objeto inmediato de credibilidad. En la narracin tampoco hay espacio para las dudas o contradicciones de las fuentes, de la memoria o de los testimonios y la voz over dicta lo que se debe mirar e interpretar. Por esta razn, el narrador articula un discurso coherente y unvoco, con ello, ms que apelar a la reflexividad del espectador, se promueve la identificacin sentimental y emotiva con los acontecimientos mostrados.
348 Franois Niney, op. cit., p. 384. 151 Esto hace que la historiografa sea mucho ms que un lugar de produccin de saberes, puesto que tambin puede convertirse en un espejo de las lagunas de memoria, las zonas oscuras, los silencios y las inhibiciones de nuestras sociedades. Enzo Traverso
Conclusiones
En este trabajo he realizado el anlisis de la produccin flmica mexicana que trat al movimiento estudiantil de 1968 con la intencin de historizar las memorias que en ellas se materializaron. Dentro de este anlisis plante la divisin en cuatro periodos para mostrar, de alguna manera, las distintas tendencias temticas, formales, estticas, narrativas y su relacin con el contexto poltico y social de dichos relatos cinematogrficos. El uso del cine como lugar para mirar las memorias pblicas me pareci relevante en la medida en que podra ser el medio a travs del cual otros sectores sociales elaboraron o conformaron su interpretacin sobre el pasado -me refiero a sectores no acadmicos y no militantes del movimiento-. Algunos de los filmes estudiados, por ejemplo, fueron transmitidos por televisin abierta (Rojo amanecer, El grito, Gustavo Daz Ordaz y el 68 o El memorial del 68). A su vez, las imgenes retenidas en los soportes flmicos muestran, en el sentido de Pierre Nora, los elementos simblicos del patrimonio memorial que se ha constituido en torno al movimiento estudiantil. Es indiscutible que vivimos en un tiempo en el que lo visual ha cobrado una importancia ineludible; la imagen documental por su capacidad de evidenciar; la imagen recreada, ficticia, por su capacidad de producir y reproducir imaginarios 349 sociales. As la imagen se ha pensado como la
349 Entiendo a los imaginarios como [] los sistemas simblicos sobre los cuales se apoya y a travs de los que trabaja la imaginacin social [inspirada] sobre las experiencias de los agentes sociales, pero tambin sobre sus deseos, aspiraciones e intereses. Bronislaw Baczko, Los imaginarios sociales: memorias y esperanzas colectivas, Buenos Aires, Nueva Visin, 1991, p. 30. 152 encarnacin de la memoria porque sta [] se piensa a menudo como imagen, producida por y a travs de imgenes. 350 Por ello no es casual que el movimiento estudiantil de 1968 tenga preeminencia en la memoria pblica, porque adems del contexto poltico y social que lo ha favorecido, existe una abundancia de lo visual fotografas y metraje flmico- con la que otros pasados no cuentan. Actualmente existe una tendencia por recordar a travs de diversos dispositivos que capturan lo visual, sin embargo, en experiencias de otras latitudes, donde no existen imgenes de los momentos de represin, se recurre a las fotografas y video personales de pocas ms felices de quienes fueron recluidos, desaparecidos y/o muertos. 351 En el caso del cine sesentayochero, ninguna pelcula incorpora, por ejemplo, las imgenes de antes de aquellos que perdieron la vida en los sucesos de Tlatelolco. Esto puede ser un indicador de cmo la memoria se ha construido ms a partir de quienes estuvieron en la crcel los llamados lderes, de los cuales aparecen innumerables imgenes- que desde los familiares de quienes perdieron la vida en los sucesos el caso paradigmtico de este tipo de elaboracin memorial seran las Madres de Plaza de Mayo quienes, a su vez, emplean la fotografa como un smbolo de su lucha-. Aunque una de las caractersticas de la memoria es que se encuentra mediada por el presente desde el cual se evoca, por los conocimientos posteriores, [] por la reflexin que sigue al acontecimiento, o por otras experiencias que se superponen a la primera y modifican el recuerdo 352 y que la hacen estar en constante cambio y conflicto; las pelculas estudiadas muestran una memoria con muchos puntos de encuentro, tanto en lo narrado como en la forma de ser narrado. Pareciera as que participan de una memoria hegemnica a la que slo agregan pequeos matices. El elemento que une a todas las pelculas que abordan el movimiento de 1968 es que estn realizadas desde el punto de vista estudiantil; es decir que en la produccin cinematogrfica no hubo ningn trabajo que buscara justificar la
350 Victoria Langland, op. cit., p. 87. 351 Esto ocurre, por ejemplo, en la dictadura en Argentina. A falta de imgenes de la tortura, de los vuelos de la muerte, de la ejecucin de desapariciones, quedan las imgenes de antes, que muestran a los sujetos torturados y/o desaparecidos en su vida previa. Victoria Langland, op. cit., p. 88. 352 Enzo Traverso, op. cit., 2007, p. 73. 153 actuacin del Estado, y esto es todava ms relevante porque, por ejemplo, en el mbito literario, s hubo una vertiente que reproduca el discurso oficial. 353 Al narrar el pasado desde el punto de vista estudiantil, las pelculas coinciden en subrayar el carcter de protesta pacfica de los estudiantes y el nimo represivo del gobierno, es por ello que los filmes reiteran las imgenes (de manera literal o metafrica) de la violencia policial o militar y de los muertos, y as se conserva y fortalece una memoria de la tragedia. Los matices del recuerdo flmico se plasman en algunos de los tpicos abordados (la definicin de los actores y de los victimarios, los das y los lugares considerados emblemticos, los referentes con los que se compara 1968 o los objetivos de la movilizacin juvenil) y en los recursos discursivos empleados (la ficcin, el documental, el testimonio, las imgenes de archivo, etc.) Los actores han sido definidos por su pertenencia social e institucional, por su edad y por ser habitantes de la ciudad de Mxico. De esta suerte, aunque algunas pelculas Comunicados, El grito, Historia de un documento y Mxico 68- se esmeraron en establecer una interpretacin en donde los jvenes pertenecan al proletariado o hicieron alianzas sociales con campesinos y obreros; los dems filmes no han dudado en afirmar que los estudiantes que participaron eran miembros de la clase media. Sin embargo no parece que haya una batalla memorial para definir la pertenencia social de los actores en el cine, simplemente cada pelcula lo define sin entrar en polmica o en dilogo con otros discursos, dando el tema por sentado. A su vez es interesante notar que hay una tendencia creciente por mostrar a los actores como sujetos y ya no como una colectividad annima. Mientras los primeros documentales 354 realizados por los actores del movimiento englobaban a los estudiantes en imgenes que los hacan aparecer siempre como un colectivo; las primeras pelculas de ficcin marcan un rompimiento al singularizar la experiencia a travs de personajes concretos que, sin embargo, no representan a sujetos reales. Ms tarde esta tendencia tendr
353 Estos textos llamados de la conjura surgieron en el presente inmediato a los sucesos. Hctor Jimnez, op. cit., p. 204. 354 Me refiero a las pelculas de Leobardo Lpez Aretche, scar Menndez y a Comunicados. 154 ecos en el documental al surgir lo que he denominado la era del testimonio. De este modo comienzan a establecerse cada vez con mayor claridad las voces autorizadas para hablar sobre 1968, es decir, las voces de los lderes. En cuanto a la adscripcin institucional de los actores las pelculas sealan mayoritariamente a los miembros de la UNAM y en menor medida del IPN, con lo cual, desde el cine, se desdibuja el papel de otras instituciones escolares. Esta tendencia puede responder a que las imgenes documentales fueron capturadas por estudiantes de la UNAM pero, tambin, a que casi la totalidad de la produccin cinematogrfica sesentayochera ha sido realizada por alumnos egresados del CUEC (de la UNAM). Ello ha determinado la produccin documental y de ficcin (Y si platicamos de agosto?, la nica pelcula que centra su relato en el mbito del politcnico, fue dirigido por una egresada del CCC). La hegemona que la UNAM ha tenido, puede estar asentada tambin en el involucramiento del rector Javier Barros Sierra en las movilizaciones y la gran cantidad de imgenes que lo muestran. 355 La importancia creciente de la participacin del rector en el movimiento comenz a detonar en el momento en que se carg al movimiento estudiantil de un significado democratizador a partir de 1988. En el cine, sin embargo, las primeras referencias inician con El grito y se repiten cada tanto en distintos discursos flmicos, 356 sobre todo, a raz del empleo de testimonios en la cinematografa. Estas referencias han llevado a ampliar el espectro de edad de los participantes, al incluir a autoridades y profesores en los relatos cinematogrficos. Ello tambin ha incidido en que se involucre a otros sectores sociales en estas movilizaciones y que, normalmente, se afirme que el movimiento cont con un apoyo masivo por parte del pueblo sobre todo El grito y Mxico 68 hacen una apologa de ello-. Mientras tanto parece que la ficcin y algunos documentales -1968 y El memorial de 1968 se han encargado de mostrar tmidamente a la sociedad que se opuso al movimiento, pero ninguna increpa a la ciudadana que fue indiferente frente a la matanza ocurrida en Tlatelolco, ni menciona el mitin
355 En contraparte, el rector del IPN, Dr. Guillermo Massieu Helguera no se involucr en el movimiento. 356 Es el caso de Historia de un documento, Y si platicamos de agosto?, Gustavo Daz Ordaz y el 68, El memorial del 68 y la serie de pelculas de Mendoza. 155 organizado por el Movimiento Universitario de Renovadora Orientacin (MURO) y la Coalicin de Organizaciones para la Defensa de los Valores Nacionales que se organiz para protestar por el supuesto agravio contra la catedral que tuvo lugar el 27 de agosto y que se trat [] de la ms relevante manifestacin colectiva contraria al movimiento estudiantil durante aquellos meses [] 357
En el relato cinematogrfico sesentayochero prima una lgica binaria de los buenos y malos, que, dado el punto de vista establecido por este cine, se ha convertido en un nosotros versus ellos. De esta suerte los distintos relatos flmicos han relegado la voz del victimario, lo cual es llamativo, sobre todo, en el genero documental que, en el caso del 68 se ha apostado como una forma discursiva objetiva y veraz-. La voz que aparece reiteradamente, tanto en documentales como en ficcin, es la de Daz Ordaz por medio de metraje de archivo sonoro o flmico- que reproduce sus dichos en momentos concretos del pasado. 358 En el mbito de la ficcin slo Rojo amanecer, de manera over, incluye las declaraciones del General Marcelino Garca Barragn. En el gnero documental aparece, en contadas ocasiones, la voz de otros sujetos que podran representar al victimario los negociadores designados por Daz Ordaz para entablar plticas con los estudiantes, el Secretario de Hacienda del sexenio de Daz Ordaz, el hijo de Alfonso Corona del Rosal, o el testimonio de Scrates Amado Campus Lemus que, a partir de Gustavo Daz y el 68, comenzar a aparecer en el cine como un infiltrado-. En la cinematografa es claro que la enunciacin de los culpables va cobrando relevancia con el transcurrir del tiempo un elemento que se corresponde con la desclasificacin de archivos y la elaboracin de la historia de la violencia-. Sin embargo, el cine parece no estar muy interesado en darle la voz a ellos, pero s a mostrarlos a travs de la imagen; las fotografas de quienes son sealados como culpables se muestran recurrentemente en el gnero
357 La manifestacin tuvo lugar el 8 de septiembre en la plaza de toros Mxico y asistieron unas cinco mil personas. Es relevante sealar que se trata de un suceso que ha sido olvidado de la mayora de los trabajos acadmicos y testimoniales elaborados sobre el movimiento. Alberto del Castillo, op. cit., 2012a, p. 171. 358 Se incluyen extractos de su IV y V informe de Gobierno o de las declaraciones emitidas en 1977 con motivo de su nombramiento como embajador de Espaa. 156 documental. As el otro aparece casi desdibujado de la cinematografa y por ello no sorprende el olvido que, desde el cine y otros discursos, incluyendo los oficiales y la propia Historia, han hecho sobre los muertos de ese bando, es decir los policas y militares que participaron en los sucesos de Tlatelolco. Los relatos cinematogrficos estn cargados de una lgica victimista, en donde tambin se olvida -oculta?- la violencia ejercida por los estudiantes durante las movilizaciones de 1968. Slo tres pelculas lo reconocen de alguna manera: Rojo amanecer y El memorial del 68 sealando que los jvenes se enfrentaron a las fuerzas del Estado con piedras, palos o bombas molotov; Operacin galeana mostrando la posibilidad de que algunos estudiantes tuvieran armas de fuego el 2 de octubre. 359 Estas interpretaciones contrastan con las realizadas desde la academia que, con una mirada ms crtica, han sealado que los jvenes lograron poner en entredicho a las fuerzas del orden de la capital. 360 Estos elementos podran dejar en claro la preeminencia de una memoria del elogio que ha evitado toda mirada crtica u objetivadora sobre este pasado. Pero tambin hay otro elemento llamativo de los olvidos del cine sesentayochero y es que los nombres de las vctimas del bando estudiantil no aparecen en ninguno de los relatos, son muertos annimos importa que hayan sido vctimas, pero no su identidad personal y poltica-. Esta decisin resulta una paradoja frente a la abundancia de las narraciones e imgenes del pasado y del presente de la enunciacin- de los lderes que, parece, han monopolizado los distintos discursos emitidos sobre ese pasado. A su vez es interesante el nmero de muertos que mencionan las distintas pelculas sobre los sucesos del 2 de octubre. Algunos filmes proporcionan nmeros: El grito seala 400, Historia de un documento habla de 300, Tlatelolco, las claves de la masacre dice que fueron entre 150 y 350, mientras que Gustavo Daz Ordaz y el 68 menciona a ms de 300 muertos, y slo los documentales reconocen la imposibilidad de delimitar el nmero frente a la indolencia del Estado por clarificarlo. El resto de los filmes lo sugieren a
359 No sugiero que la violencia de los estudiantes pueda ser equiparable con la del Estado. Sin embargo, el desarrollo del movimiento estudiantil no se puede comprender si no se reconoce, tambin, los actos de violencia emprendidos por los actores de la movilizacin. 360 Es el caso de Ariel Rodrguez Kuri y Sergio Aguayo. 157 travs de testimonios y metforas: la plaza qued llena de muertos y los camiones del ejrcito colmados de cadveres son palabras y evocaciones que aparecen recurrentemente. Resulta sugerente que en 1993 se haya colocado una estela en la Plaza de las Tres Culturas en la que aparecen los nombres de 20 personas y muchos ms cuyos nombres no conocemos, que perdieron la vida el 2 de octubre. Ninguna pelcula elaborada posteriormente a este suceso, hace mencin de dicha estela. Hay algo particularmente interesante sobre los das que el cine considera como emblemticos. Slo una pelcula de la vertiente ficcional Y si platicamos de agosto? (1980)- omite el 2 de octubre de su relato. 361 Desde El grito -la narracin que se estructura a modo de cronologa y que parece darle importancia a las fechas que se han establecido como emblemticas dentro del calendario memorial del movimiento- la referencia aparece. Por su parte Rojo amanecer fue la primera pelcula que concentr su narracin exclusivamente en el 2 de octubre. Ello resulta un indicador de la fijacin de la memoria de la tragedia en los distintos relatos que han circulado en el espacio pblico. Por lo dems, las fechas enunciadas participan de ese relato hegemnico construido en torno a la UNAM por ello es ms mencionada la toma de CU por parte del ejrcito, que la toma del Casco de Santo Toms 362 - y de las grandes manifestaciones realizadas durante agosto y septiembre. Los lugares emblemticos se corresponden con la tendencia anterior, es decir, las instalaciones de CU aparecen recurrentemente, as como las imgenes de las manifestaciones que en su andar llegaron al Zcalo, y que transitaron por la avenida de los Insurgentes o las calles del centro de la ciudad. En la medida en que las pelculas incorporan los sucesos del 2 de octubre, la plaza de Tlatelolco tienen un lugar fundamental en las narraciones. A partir del uso de los testimonios en el cine, los relatos de la crcel se hacen presentes y, por ello, las imgenes de Lecumberri, o las referencias al Campo Militar Nmero 1, asaltan la visualidad del cine es el caso Mxico 68 y El
361 Tmalo como quieras puede referir a ese da de manera metafrica cuando se alude a la lluvia dentro de la trama. 362 Una de las ficciones estudiadas, Tmalo como quieras, por ejemplo, concentra su relato en la toma de la Ciudad Universitaria. En ella no se mencionan otros espacios y slo se refiere, de manera verbal o metafrica a otros momentos, el 2 de octubre y los sucesos de 1971. 158 memorial del 68-. Es importante sealar que este tema ya apareca en Historia de un documento, pelcula elaborada en 1971 pero que, debido a la censura oficial, se exhibi hasta 2004 y por lo cual la experiencia carcelaria no tuvo eco sino hasta 1993, con Mxico 68 -pelcula dirigida por el mismo director de Historia de un documento-. La cinematografa vincula al movimiento estudiantil con sucesos de ndole mundial o con otros momentos del pasado nacional. A partir de la vertiente de ficcin que surge con Tmalo como quieras, la mayora de las pelculas relacionan los acontecimientos de la ciudad de Mxico con los movimientos que, tambin en 1968, ocurrieron en otras latitudes. En estos discursos se apela al carcter contestatario de todas estas movilizaciones juveniles y por ello se refiere, en el caso mexicano, a algunos elementos que son pensados como ilustrativos de esta conmocin uso de minifaldas, ejercicio de la sexualidad con libertad, el gusto por la msica de los Beatles o las imgenes del Che Guevara-. De alguna manera las pelculas hacen ms nfasis en estos elementos que en los puntos del pliego petitorio, por lo cual, podran dar la impresin de que los jvenes y quienes los apoyaban, salieron a las calles para intentar transformar un esquema de valores establecido. Por otra parte, en Mxico 68 y Gustavo Daz Ordaz y el 68 se vincula al movimiento estudiantil con lo ocurrido en Tlatelolco en 1521 durante la conquista espaola de las tierras americanas. Nuevamente parece renovarse el nimo victimista mencionado lneas arriba al actualizarse la visin de los vencidos. Es evidente que, al comparar dos pasados tan distantes y con tan pocos elementos en comn -ms que la muerte de los vencidos- se revela un atractivo por magnificar lo que ya de por s es suficientemente trgico. 363 En
363 Sin embargo, y como ya lo mencion en el apartado que trata Mxico 68, la relacin entre 1521 y 1968 puede establecerse, de alguna manera, con el proyecto urbanstico que tuvo lugar a principios de los aos 60 cuando se edific la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco. En dicho proyecto se busc conjuntar las ruinas prehispnicas y el convento de Santiago con los edificios modernos la Unidad Habitacional y la torre de Relaciones Exteriores-. A partir de ese momento el lugar comenz a ser llamado como la Plaza de las Tres Culturas. Sin embargo los sucesos del 2 de octubre cargaron de nuevos significados a la Plaza, y lo mismo sucedi con el terremoto de 1985. Resulta interesante entonces ver las relaciones que el cine estableci con sucesos que 159 nuestros tiempos, el estatuto de vctima proporciona un privilegio moral y poltico en el presente, de quienes sufrieron las injusticias del pasado. 364
El cine ha elaborado una memoria que preeminentemente destaca la represin, pero que tambin elogia al movimiento. Es por ello que, en todo caso, atribuye el fracaso o el error a la traicin de sujetos concretos y aislados el caso de Scrates Amado Campos Lemus o de Toms Cervantes Cabeza de Vaca-. Esta mirada crtica slo aparece en dos documentales: Gustavo Daz Ordaz y el 68 y El memorial del 68. En los filmes estudiados el movimiento en conjunto, y en todo caso, resulta responsable de la transicin a la democracia del pas o de realizar protestas justas y necesarias. Esta interpretacin tiene su contraparte en otros soportes, tal sera el caso de Las mentiras de mis maestros de Luis Gonzlez de Alba, 365 en donde se pone en duda muchas de las verdades -mticas?- dadas por sentadas sobre los sucesos de 1968. 366
De esta suerte da la impresin de que el cine rehye a ciertos temas incluir la voz del victimario, reconocer la oposicin social al movimiento estudiantil, abordar la historia de la olimpiada 367 o hablar del desmadre- como si, incluirlos, pudiera quitar mrito a lo sucedido durante el verano y otoo de 1968 o se aminorara el crimen cometido por el Estado. La memoria elaborada en las pelculas no est en conflicto, ni en el discurso de cada pelcula ni en los discursos de los filmes entre s, a pesar de las diferencias en las estrategias narrativas. Es un mbito que parece estar de acuerdo y cerrar filas en contra de la versin oficial, luchando por instalar su versin y socavar la de la conjura. Reconozco que los canales de difusin que tienen los distintos miembros de la sociedad, comparados con los del Estado, no son
ocurrieron en el mismo espacio, pero en distintos tiempos. lvaro Vzquez Mantecn, op. cit., 2012, pp. 127-135. 364 Tzvetan Todorov, op. cit., 2001, p. 54. 365 Luis Gonzlez de Alba, Las mentiras de mis maestros, Mxico, Cal y Arena, 2002, pp. 100-137. 366 En realidad hay poca crtica al movimiento estudiantil en el espacio literario. Son los trabajos acadmicos los que resultan ms numerosos aunque, en realidad, son poco conocidos. Como ejemplo de ello podran sealarse las investigaciones realizadas por Eugenia Allier Montao, Ariel Rodrguez Kuri, Eric Zolov, Sergio Aguayo, Hctor Jimnez o Virginia Escobedo. 367 Slo el documental 1968 aborda las olimpiadas de manera amplia. 160 equiparables; sin embargo la versin oficial perdi credibilidad rpidamente y, por lo menos a raz de 1988, el Estado ha asumido como propia la interpretacin que los actores instalaron: la del movimiento como el inicio de la transicin a la democracia. Entonces por qu el cine ha continuado diciendo ms o menos lo mismo a pesar de las distintas coyunturas polticas (la de 1988 o la de 2000, por ejemplo)? Lo mismo sucede en trminos narrativos y estticos, es decir, en el cmo se habla de dicho pasado. Los documentales y ficciones del 68 no desobedecen las reglas de los gneros, estn insertas en las estrategias dominantes de la representacin realista. No se pone en entredicho los principios de la representacin cinematogrfica, y en el caso del documental, no se duda de la fidelidad de los testimonios o de las imgenes de archivo. Existe un rgimen que concibe que la representacin cinematogrfica puede evocar ntegramente lo pasado, de manera unvoca y coherente no hay espacio para dudas ni contradicciones a la manera como lo han hecho otros discursos flmicos que han abordado pasados traumticos problematizando las posibilidades de la representacin y los vericuetos de la memoria, me refiero, en concreto a Vals con Bashir o Los rubios-. 368 De esta suerte parece que existe una petrificacin de la memoria en trminos estticos y narrativos, ya que son discursos que no trascienden la exposicin temtica, y ello puede deberse, quiz, a la abundancia de imgenes con las que cuenta el movimiento estudiantil. En las experiencias sociales que han resultado traumticas pero que no rebosan de material visual captado in situ, los artistas han tenido que solventar sus discursos a partir de otros recursos, entre los cuales est lo polismico, lo metafrico, el lenguaje entre lneas. Quiz por ello el cine del 68 se caracteriza por hacer uso de la imagen de manera ms evidencial y literal y tal vez esta sea la razn por la que el documental haya sido el gnero predilecto para abordar este pasado-. En estos discursos las imgenes ganan la batalla al sonido o la palabra 369 e
368 De estas pelculas habl en el captulo 2. Cfr. p. 86. 369 Por ejemplo, Shoah, de Claude Lanzman, es un documental con una lgica inversa, en l la palabra y la escucha se vuelven decisivos se emplean distintos testimonios- y la imagen cobra un papel secundario no hay imgenes del pasado 161 impera la idea que relaciona lo objetivo con lo estilsticamente austero, y lo subjetivo con lo discursivamente expresivo. 370 Son pelculas que apelan a las estructuras tradicionales de pasividad voyerista del espectador frente a los filmes 371 en el que hay una intencin concientizadora y, por tanto, cierto mpetu aleccionador. De este modo queda la impresin de que el cine que aborda el 68 est muy de acuerdo consigo mismo. Ello podra hacernos reflexionar en torno a lo que Tzvetan Todorov llam los abusos de la memoria, es decir, que a fuerza de decir lo mismo, de la misma manera, se corre el peligro del olvido. La prerrogativa de no olvidar se configura para evitar que los horrores del pasado puedan repetirse, sin embargo, la sobreabundancia de memoria puede generar indiferencia. 372 Pero no slo eso, tambin. [] el peligro es que emerja una interpretacin dominante que retroactivamente borre toda huella de diferencia y se establezca como la nica opcin imaginable. Por otro [lado], el presente tambin est en peligro: si una visin hegemnica del pasado logra eliminar toda evidencia de antagonismo y as <olvida> su propia naturaleza contingente, el presente corre el riesgo de caer en la repeticin eterna del mito. 373
Quiz hace falta que el cine -aunque esto puede ser extensivo a otros soportes y discursos- reconozca el conflicto y la pluralidad de memorias sobre 1968 para convertir la memoria literal en memoria ejemplar, 374 es decir, en una memoria trabajada ms que repetida. 375 Como sugiere Elizabeth Jelin, la manera de rearticular democrticamente las diversas memorias no es a travs de las reconciliaciones, los silencios o las borraduras. 376 Es por ello
referido, el holocausto, sino solamente de los sujetos que brindan su testimonio-. Ana Amado, op. cit., p. 107. 370 Antonio Weinrichter, op. cit., p. 21. 371 Ana Amado, op. cit., p. 134. 372 Tzvetan Todorov, op. cit., 2001. 373 Patrick Dove, Narrativas de justicia y duelo: testimonios y literatura del terrorismo de Estado en el Cono Sur, en Elizabeth Jelin y Ana Longoni (coord.), op. cit., p. 144. 374 La memoria ejemplar permite ampliar el horizonte de experiencias y expectativas; la memoria literal somete el presente al pasado. Tzvetan Todorov, op. cit., 2001, pp. 30-33. 375 Paul Ricur, op. cit., 1999a, p. 32. 376 Elizabeth Jelin, op. cit., 2002, pp. 136-137. 162 que el cine de 68 se configura como una explosin de memoria, ms que como un reclamo de verdad y justicia. Porque para llegar a la verdad, se necesita no omitir partes de la Historia, y para llegar a la justicia es necesario tomar []en cuenta el contexto en el que se produce un acontecimiento, sus antecedentes y sus consecuencias. 377 De esta suerte resulta necesario ampliar la mirada a ese pasado para promover una memoria ms inclusiva en donde se reconozca, por ejemplo, el papel de algunos actores que han quedado en la marginalidad del recuerdo- y se retomen los olvidos y omisiones de dicho pasado la violencia estudiantil o los muertos y heridos militares-. A su vez resulta crucial problematizar los modos en que dicho pasado se ha narrado en el cine del 68. En el mbito cinematogrfico existen numerosos ejemplos que demuestran las posibilidades del dispositivo flmico y su capacidad para incidir en la elaboracin de la memoria ya he mencionado Vals con Bashir, Los rubios o Shoah, aunque la lista es ms larga-. Sin lugar a dudas la historizacin de la memoria a partir de la produccin flmica que aborda el movimiento estudiantil no termina aqu. Existen muchos elementos que no resultaron explorados en este trabajo pero, tambin, nuevas producciones cinematogrficas que habrn de ser incluidas en otra investigacin. Al concluir este trabajo me parece que existe una necesidad apremiante porque 1968 sea tratado ms a partir del anlisis y menos de la repeticin de lo que hoy ya se ha sacralizado. Aunque es un pasado singular y relevante no hay que dejar de preguntarse para qu puede servir recordarlo y con qu fin. 378
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