Encajeculturatradicion

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AGRADECIMIENTOS



En primer lugar a Pili Escuder Cordinadora de la Universitat per a Majors
por creer en mi proyecto, orientarme y ayudarme a realizarlo; a Angela
Carrasco, Pili Arroyo, Dolores Allepuz y Lola Garca, profesoras de las
escuelas de bolilleras de Castelln, Alcora y Puebla Tornesa por el material
que me proporcionaron y que tanto me ha facilitado su ejecucin, y en
particular tambin a mi amiga Amparo Ruiz, por el soporte tcnico y su
comprensin en momentos de desaliento y por ltimo a profesores y
compaeros de la Universidad, ya que con sus enseanzas y compaa han
propiciado que sta sea una de las mejores etapas de mi vida.





























2

INDICE

1. Introduccin Pgina 1

2- Importancia del encaje 2

3. Historias y leyendas 4

4. Los primeros encajes y sus antecedentes 6

5. Importancia econmica, social e industrial de los encajes en Europa 9
5.1 Alemania 13
5.2 Austria 18
5.3 Brujas 20
5.4 Dinamarca 21
5.5 Grecia 23
5.6 Inglaterra 25
5.7 Hungra 27
5.8 Italia 30
5.9 Rusia 37

6. Espaa 42
6.1 Introduccin 43

7. Almagro 48

8. Camarias 51
8.1 La mujer palilleira 54
8.2 Audio-video 56

9. Catalua 57
9.1 Els treballadors de la punta 61

10. Aspectos tcnicos 63
10.1 Material de trabajo necesario 64
10.2 El pcado 67
10.3 Tcnica
68
11 Fichas de las caractersticas del encaje de bolillos 70

12 Conclusiones 85

13 Bibliografa 89

Anexos
Prensa
Pintura
Poesa
Museos
3


1) INTRODUCCION




El trabajo que presento en este documento trata de la historia del encaje a travs
de varios siglos y me he decidido a exponerlo porque todo lo que conlleva forma parte
del acerbo cultural de nuestro pas, y de muchas de las naciones de nuestro entorno
geogrfico.

Desde la ms remota antigedad, el hombre ha usado lo que la naturaleza le
proporcionaba para confeccionarse prendas de vestir que le protegieran del fro y le
aislaran del calor. En principio fueron las pieles de los animales que cazaba, y con el
paso de miles de aos descubri la forma de hilar, de tejer y paulatinamente sus vestidos
fueron cambiando, apareciendo las modas y la influencia de unos pueblos sobre otros.
Siempre los tejidos ricos y las ropas suntuosas fueron para las clases privilegiadas, y
siempre tambin las clases humildes y los artesanos de todo tipo fueron las que se los
proporcionaron.

En lo que hoy conocemos como Europa, la civilizacin romana impuso sus
costumbres en el atuendo, ropas holgadas y sueltas de acuerdo con la climatologa
mediterrnea, pero cuando las invasiones del norte debilitaron el imperio, las formas
cambiaron y los ropajes se ajustaron ms a las normas de los pases fros.

Durante la Edad Media, el Imperio Bizantino (Imperio romano de Oriente), impuso
entre las clases adineradas las formas ms suntuarias y ricas propias de los musulmanes
de Oriente prximo.

La indumentaria aristocrtica y de ceremonia fue lo que a partir del siglo XIV
demand en gran cantidad encajes y bordados, por lo que su fabricacin, venta,
comercializacin y difusin tuvo gran importancia en todas las capas de la sociedad,
especialmente desde los siglos XV al XIX y en pases como Italia, Holanda, Brujas y
otros todava tiene mercado aunque canalizado de otro modo como ms adelante
expondr.

A continuacin , voy a dar una visin de conjunto de lo que fue la expansin del
encaje en gran parte de Europa, de que modo influy en el aspecto social y econmico
sobre todo en la vida de las mujeres.

Y en lo referente a nuestro pas, veremos la incidencia que tuvo y an tiene en los tres
lugares que considero ms importantes: Almagro (C.Real), Camarias (La Corua) y
Catalua.





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2. IMPORTANCIA DEL ENCAJE


He llevado a cabo un anlisis de los documentos encontrados en libros y revistas
especializados en el tema del encaje y sobre la importancia del mismo cito a
continuacin algunos datos

Narciso Feliu de la Pea, autor del siglo XVIII,
1
dice que en su tiempo, muchas
mujeres en Espaa haban llegado a igualar por sus encajes de oro, hilo y plata a las
mejores encajeras de Flandes , y en su libro titulado El Fnix de Catalua , dice
que durante el siglo XVII se fabricaban en Catalua encajes de todas clases con hilo de
oro, de plata, pita y lino, con mejor perfeccin que en Flandes, pero que para venderlos
tenan que decir que eran extranjeros. Capmany, a fines del siglo XVIII, eleva a 12.000
el nmero de encajeras en nuestra tierra.

A mediados del siglo XIX, entre la Mancha y Catalua habian unas 40000 obreras
Bury Palliser y Pilar Huguet dicen, que despus de la Guerra de la Independencia
haba solamente en Catalua 34.000 encajeras, de las que 12.000 residan en el llano de
Barcelona, haciendo blonda y chantilly

Monsieur Aubry, que hizo la relacin del jurado internacional en la exposicin
francesa de 1867 dice A las encajeras de Catalua no les falta habilidad, puesto que
llegaban a vencer las dificultades mas grandes
2
-

Segn Laborde, en un viaje que hizo en 1809 por encargo de Napolen, haba en el
litoral cataln, entre otras poblaciones Malgrat, Pineda, Tordera, Matar etc, siete
fbrica de puntillas de hilo y 17 de blonda de seda.

En el litoral cataln hacan puntillas de hilo. Pineda se distingua por las puntillas con
fondos de fantasa y Arenys por hacer las ms finas.

En lo que se refiere a pases europeos, hay que resaltar lo siguiente:

A raz de un edicto, 4.000 encajeras de Alenon pasaron a Holanda y cuentan las
crnicas que fueron tratadas como verdaderas artistas y fundaron en 1685 una
manufactura de encajes.

Los holandeses tenan una ventaja que les envidiaba todo el mundo y sobre todo en
Inglaterra, que era el hilo de Harlem, considerado como el mejor del mundo. Ningn
hilo quedaba tan blanqueado como el baado con el agua del mar de Harlem.

En Alemania, el encaje fue importado por Barbe Uttmann. Nacida en una familia
burguesa de Nuremberg, aprendi a hacer encajes con su marido, protestante que haba
tenido que huir de su pas. En el ao 1561, despus de hacer llegar encajeras de Flandes,
fund un taller. El oficio fue extendindose, llegando a reunir unas 30.000 operarias. Al

1
Revista de la Asociacin Catalana de Puntaires
2
Revista de la Asociacin Catalana de Puntaires
5
morir esta seora, el ao 1575, dej 65 descendientes. Antes de casarse le predijeron
que su descendencia sera tan numerosa como las mallas de su primer encaje. Est
enterrada en el cementerio de Auneberg y su tumba lleva la siguiente inscripcin Aqu
yace Barbe Uttmann, fallecida el 14 de enero de 1575, que cre la industria encajera
en las montaas del Hartz, de donde fue bienhechora.

En todas partes de Alemania haba algunos hombres que hacan encajes y es de notar
que la puntilla hecha por ellos est trabajada ms estrecha. Esta consideracin me hace
pensar si se debe a que al tener ms fuerza, la pequea tensin que hay que ejercer sobre
el hilo al hacer el encaje, hace que se apriete ms, o tambin puede ser que al ser un
dibujo ms estrecho aumenta ms rpidamente la cantidad del trabajo hecho.

Ningn viajero ha pasado por Gand desde hace un siglo sin visitar y describir los
beguinajes (comunidades religiosas belgas), y las escuelas de encajeras que de ellas
dependan. Las mujeres, escribe en 1756 un autor ingls del Grand Tourd Son unas
5.000, salen y van donde quieren y emplean su tiempo haciendo encajes. Cien aos
ms tarde encontramos tambin las beguinas (beatas de las comunidades religiosas
belgas), dirigiendo como siempre, las escuelas. Son menos numerosas, solamente unas
800.

Como en cualquier actividad humana que se dilata en el tiempo, surgen historias
verdaderas junto a leyendas que al trasmitirse de una generacin a otra van difuminando
sus contornos y no se sabe muy bien donde termina la realidad y donde empieza la
fantasa.

Voy a describir alguna de las que me han parecido ms interesantes.























Cartel de bolillera
6


3. HISTORIAS Y LEYENDAS


De entre las historias y tradiciones que se relacionan con el encaje destaco las que me
han parecido ms interesantes.

<Napolen, cuando vio por primera vez el campanario de Amberes, maravillado
por la ligereza de sus adornos gticos, dijo que pareca un encaje de Malinas.

< Las antiguas familias de Bretaa tenan una singular costumbre. Una novia no
llevaba su vestido de boda, guarnecido de puntillas, sino en dos ocasiones solemnes: el
da de la boda y el de su muerte, cuando el cuerpo estaba tendido sobre la cama, antes
de ponerlo en la caja. Al da siguiente de la boda, la joven novia doblaba
cuidadosamente su vestido nupcial envolvindolo en una sbana, la ms fina que
hubiera estado hilada en la casa y que le servira de mortaja. Cada ao el da del
aniversario de su boda, esparca encima del vestido brotes frescos de espliego y de
romero.

< En el monasterio de Pedralbes de Barcelona, guardan un encaje hecho al
bolillo con hilo de oro, seda de color carmes, perlas y granates. La tradicin lo atribuye
a la reina Elisenda de Montcada, cuarta esposa de J aime II, en el siglo XVI. Falta saber
si aqu bamos adelantados en dos siglos respecto a los dibujos. Los italianos dicen que
no se puede hablar de encajes hasta el siglo XV, poca de las reticel.las, que es cuando
se encuentran en pinturas y esculturas, pero en el Altar Mayor de la Catedral de
Tarragona, hay un bajorrelieve con una madona que lleva un cuello con una puntilla de
unos ocho o diez centmetros de anchura. Este altar es de 1426 y del escultor cataln
Pere Joan. Si es encaje, el dibujo tiene una semejanza con las italianas del siglo XVII.
D Adelaida Ferr, deca que estos ejemplares de Pedralbes procedan de Bizancio,
trados de all en el siglo XIV, por algn caballero de las Cruzadas.

La definicin enciclopdica
3
de leyenda nos dice que es la narracin de un
suceso fabuloso que se transmite por tradicinEl tema del encaje tambin tiene sus
leyendas y en cuanto a las que explican el origen de alguna puntilla las hay que tienen
un matiz religioso como la catalana o la belga, o profano como la italiana y la muestra
de guipur.

La catalana dice as : haba una joven que tena a su madre imposibilitada y no poda
salir de casa para ganarse el sustento de las dos. Invoc a la Virgen y vio entrar en su
casa una seora que era la Madre de Dios, ponindole sobre sus rodillas una
almohadilla de la que colgaban unas maderitas con hilo ovillado. Le ense a hacer
encajes y le dijo que con esta labor nunca le faltara trabajo.

La leyenda belga dice: haba una joven muy buena que tena a la madre enferma. Fue
al bosque a por lea y se sent un momento a descansar. De sbito vio unas grandes
nubes que bajaban unos hilos que, entrelazndose, le formaron unos dibujos sobre el
delantal. Al llegar a su casa prob de hacer con hilos los dibujos que haba visto y le

3
Enciclopedia Larousse,tomo 6 pag. 5788
7
salieron los hermosos encajes belgas. Dio gracias a la Virgen e hizo voto de castidad.
Pasado un tiempo, otra vez se entrelazaron los hilos en su falda y formaron unas letras
que decan: te relevo de tu voto. A mi el final de esta leyenda me parece un tanto
pcaro.

La leyenda italiana de matiz profano dice: haba una jovencita prometida con un
marinero; l, en uno de sus viajes le trajo una rama de coral de la variedad nombrada
punta de sirena. Ella, que era encajera, la quiso reproducir en puntilla y despus de
muchas pruebas, realiz una muy bonita que fue la admiracin de toda Europa. Este
encaje es una variedad de las Venecias y an se llama la rama de coral.

Por ltimo, a la blonda en Catalua se la llama Punta de la Mare de Deu, y al guipur
de la bruja. Esta leyenda fue recogida por D Adelaida Ferr de una encajera de la
costa: haba una joven (no tan buena como las anteriores) y una bruja le dijo quieres
vestidos muy bonitos para ir al baile?. Yo te ensear a hacer una puntilla con la que
ganars mucho dinero. Se la empez y cuando tuvo que hacer el tul no lo supo hacer y
fue haciendo trenzas y agujeros de tal manera que la que lo explicaba, estando
acostumbrada a hacer blonda deca: Dios me libre de hacerla jams, y dicen que as
naci el guipur.

Estas historias y otras muchas que desconozco pero que seguro existen me hacen
pensar en la importancia que tuvo durante cientos de aos todo lo relacionado con la
confeccin de los encajes .
8

4. LOS PRIMEROS ENCAJES Y SUS ANTECEDENTES


No es posible determinar la antigedad del encaje. Su origen es desconocido, pero lo
que s sabemos que el punto a la aguja deriva del bordado y el encaje de bolillos, del
tejido.

La aguja de coser es antiqusima, dicen si ya Eva bordaba sus vestidos.

Ante esta falta de datos para situar el encaje en una fecha determinada, cabe hacer
preguntas sugerentes y respuestas analgicas. Entre las preguntas, hay una que muchos
autores han planteado: Cundo comenzara el hombre a fabricar redes de pesca y
caza?, o esta otra: Qu fibras seran las primeras en los tejidos primitivos?. Y otra ms:
empezaron estos trabajos en varios lugares, y en la misma poca?

Para determinar el origen del encaje, una de sus dificultades es que esta nomenclatura
no aparece hasta el siglo XV que es cuando la moda impone el final de la puntilla
dentada. Se denomina puntilla al encaje que forma ondas terminadas en punta
dentelle en francs.

En los primeros tiempos, el encaje y el bordado se confunden y encontramos la palabra
pasamano, que quiere decir franja alrededor de una tela, de un vestido. Tambin
quiere decir hilos entrelazados. Pasamanos parece que haba de bordados, de encajes
y de pasamanera. Segn Carmen Baroja de Caro
4
, esta palabra pasamano, podra
demostrar el origen del encaje en nuestra patria, ya que ha sido traducida literalmente a
todos los centros encajeros de Europa.

Para empezar en algn tiempo y lugar, dar el dato curioso e interesante de los tejidos
de esparto, que se conservan en el Museo Arqueolgico Nacional, y que proceden de la
Cueva de los Murcilagos de Albuol (Granada). Este dato, parece que nos aparta del
tema a desarrollar. Sin embargo, sabemos que el horizonte de todos los hechos
humanos, llega a veces, a orgenes sorprendentes.
Para recorrer aunque sea muy brevemente, el transcurso de los siglos y las
civilizaciones, a modo de pinceladas, y desde luego limitndolo al tema del encaje,
expondr lo siguiente:
En el Antiguo Testamento encontramos ya algunos pasajes relativos al bordado. Se
trata de unas finas cortinas, adornadas de dibujos hechos con aguja de coser, de color
azul, prpura y escarlata y que, ejecutaban querubines, de un exquisito trabajo.
Isaas habla de las redecillas de las damas. El Libro de los Reyes, cita unos
entrelazados en forma de malla, pertenecientes al templo de Salomn. En fin, hay el
retrato de la mujer que tiene las manos entre los bolillos.

Es cierto que en la antigedad hubo tejidos sutiles y trasparentes. Y que los egipcios
usaron mallas de hilos, bordadas con cuentas de vidrio. Estas mallas, eran de hexgonos
alargados y de tamaos diferentes. Los ejemplares que se conservan en el Museo de
Tejidos Artsticos de Lyn, proceden de excavaciones hechas en Menfis, y con una
antigedad de dos mil aos antes de Cristo. Los eruditos italianos nos dicen que el arte

4
Encaje de bolillos y blondas en la ciudad de Almagro por Manolita Espinosa Estudios y monografas n
14 Museo provincial de C Real
9
de los tejidos anudados por medio de bobinas, palitos, huesos, plomos, etc, con hilos
arrollados, pas A Italia cuando Egipto fue colonia romana. Y precisamente, la
scutulata vestis, toga que vestan los romanos de la aristocracia , tena cierto parecido
a estas mallas o tules.
A su vez, los vestidos de ceremonia, de las pinturas funerarias, parecen hechos de
mallas de cadeneta con hilo de oro y de plata y en la poca de las ltimas dinastas,
entrecruzaban hilos para formar adornos, los cuales como ya he dicho anteriormente
estaban ovillados en bobinas, huesos o plomos, precursores de nuestros bolillos.

En muchos Museos se conservan tnicas egipcias, formadas por hilos mates y
sosteniendo tubitos de vidrio de color azul verdoso.
En una piedra tallada que se conserva en el Museo Britnico podemos apreciar los
bordados y puntillas que adornan el vestido de uno de los Reyes de Babilonia que rein
unos mil cien aos antes de J esucristo.

Parece que en el arte del encaje los hebreos tuvieron por maestros a los egipcios.

Entre los griegos, los trabajos de aguja eran considerados como un gran honor, y
Minerva, diosa de la sabidura, quera poner este arte bajo su proteccin y ya sabemos el
cruel castigo que infligi a Aracne convirtindola en araa porque quera igualar a la
diosa en su ocupacin favorita. Referente a esta leyenda, el poeta belga J aime Van
Eych, en 1651, habla del encaje, en unos versos en latn, diciendo
5
: Entre las artes hay
una que sobrepasa a todas las dems. Es aquella de enlazar los hilos por el extrao
poder de la mano, formando unas mallas o fondos, que la industriosa araa no pudo
igualar y que Minerva tendra que confesar de no haber conocido nunca.

Homero y otros antiguos escritores hablan con frecuencia de velos y de cofias de
tejidos de oro.

El autor de Letras de Italia, escritas en 1770 por la SraMiller
6
, menciona, entre las
antigedades de Portici (poblacin de la provincia de Npoles), una elegante estatua de
Diana, en mrmol, vestida a la moda de las damas romanas, cuyo vestido est rodeado
por una puntilla semejante a un punto moderno, de la anchura de un dedo y medio.

Pueblos menos civilizados que los nombrados no ignoraban esta industria como lo
prueba el hecho que dentro de tmulos escandinavos fueron encontradas agujas de coser
de oro, junto con otros instrumentos de trabajo.

La ms bella muestra del Opus Anglicanum , es la capa y el manpulo de San
Cuthbert, pues bien, un lado del manpulo est guarnecido con puntilla de oro,
probablemente trabajado encima de pergamino. (Este santo fue exhumado en el siglo
XII).

El encaje autntico no aparece hasta el renacimiento; es entonces cuando surgen el
encaje a la aguja, que se cree originario de Italia, y el encaje de bolillos, probablemente
originario de Flandes. Ambos datan de mediados del siglo XVI. Al parecer los encajes
espaoles son de origen rabe. Los primeros se hicieron a la aguja, tcnica que pasaron
a los Pases Bajos durante la dominacin espaola; a cambio aprendieron de los

5
Fuente Internet www.cultura.pueblos.espana.org/bolillos/
6
Revista de la Asociacin Catalana de Puntaires
10
holandeses la tcnica del encaje de bolillos. En el siglo XVI Espaa ya era un centro
exportador de encajes, destacando el llamado punto de Espaa. Se cree que estos bellos
encajes policromos ya se fabricaban en las juderas de Toledo en los siglos XII al XV.
Con la expulsin de los judos el mercado de encajes sufri una fuerte recesin y
empezaron a comprarse en el extranjero. Por ello se dict una ley que prohiba la
importacin de encajes excepto los necesarios para el culto. En algunas ocasiones los
encajes antiguos se denominan punto in aria (punto en el aire). Los tipos de encaje a
fogliami (punto de hojas), con ondulantes diseos de hojas y flores, y el Reticel.la, que
presenta dibujos geomtricos, especialmente cuadrados y crculos (el reticel.la tambin
era un tipo de bordado calado).

El encaje se convirti en un artculo de lujo de gran demanda, en parte debido a sus
diseos geomtricos claramente definidos, muy al gusto renacentista. Tambin
contribuyeron razones econmicas: los alfileres (que eran necesarios para la elaboracin
del encaje de bolillos), ya no tenan un precio prohibitivo y la mejor calidad de los
jabones haca ms fcil el lavado de los tejidos blancos, tan delicados y caros.
Durante los siglos XVII y XVIII las gorgueras, los cuellos, los adornos de encaje para
zapatos, los chales, las mantillas, delantales y sombreros, y las calzas de lino adornadas
con puntillas que se llevaban sobre las medias, eran aderezos en la vestimenta de damas
y caballeros de la nobleza y los sacerdotes. Tambin se comenzaron a utilizar los
encajes en los elementos de culto y religioso y en las casas para la ropa de cama y mesa.
Los libros de patrones para encaje tenan mucha aceptacin. En un primer momento
estuvieron destinados a la nobleza y la realeza pero, ms adelante, pasaron a incluir
instrucciones prcticas para un pblico ms amplio.

Lo que est claro es que la moda de los encajes de bolillos se extendi rpidamente y
su mximo esplendor estuvo en los fabulosos cuellos y puos del siglo XVIII. No hay
ms que ver los cuadros de Van Dyck o Velzquez, para apreciar dos formas diferentes
de utilizarlos, unos almidonados y encaonados y otros con su cada natural. En el s
XVIII y en el XIX lo que estaba de moda eran las esplndidas mantillas de blonda,
tambin hechas con bolillos.

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5. IMPORTANCIA ECONMICA, SOCIAL E INDUSTRIAL DE
LOS ENCAJES EN EUROPA





El Antiguo Rgimen



Durante la Edad Media y hasta el siglo XVIII en toda Europa haban cambiado
muy poco las instituciones y la forma de vida. Las monarquas absolutas concentraban
en sus manos los tres poderes: judicial, ejecutivo y legislativo. Crean que su poder
vena directamente de Dios y slo ante l deban responder de sus actos. Todo era
propiedad del Rey incluso sus habitantes-sbditos.

La sociedad estaba dividida en tres estamentos que venan datos por el
nacimiento: la defensa militar corresponda a la nobleza, la funcin espiritual que
inclua la cultura y la enseanza al clero, y la de proporcionar manutencin derivada del
trabajo al pueblo llano.

La economa tena una fuerte base agraria. La mayor parte de la poblacin se
ocupaba del campo. Una agricultura dirigida especialmente al autoconsumo y con unas
tcnicas y herramientas que apenas haban cambiado en varios siglos. El arado romano
segua utilizndose y el mantenimiento del barbecho (dejar sin cultivar cada ao un
tercio de las tierras para que se recuperen sus nutrientes).

Esta economa agraria atrasada conviva en muchos lugares con un importante
desarrollo urbano y comercial, propiciado por los descubrimientos geogrficos que
aportaron a la cultura europea nuevas tierras, mares, razas, especies animales y
vegetales.

Pronto algunos pases europeos construyeron enormes imperios coloniales que
animaron el comercio y enriquecieron enormemente a las burguesas mercantiles.

En cuanto a la artesana y entre ellas la del encaje, este cambio se vio frenado
por la existencia de gremios; los trabajadores de cualquier sector artesanal estaban
obligados a pertenecer a un gremio, los cuales controlaban la actividad en esa ciudad, de
manera que las mercancas fabricadas en otros lugares no pudieran entrar. Asimismo
fijaban horarios, precios, salarios, herramientas, nmero de trabajadores por taller e
impedan cualquier avance tcnico que pudiera dar ventaja a unos talleres sobre otros.

El comercio no poda desarrollarse debido a multitud de aduanas interiores y a la
mala calidad de los transportes que slo mejoraron con la construccin de los primeros
ferrocarriles.

12
La Revolucin Industrial.

El cambio que se produce en la Historia Moderna de Europa por la cual se pasa
de una economa agraria y artesana a otra dominada por la industria y la mecanizacin,
es lo que se denomina Revolucin Industrial

Esta tuvo su origen en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y las razones por
las cuales fu en este pas y no en otro son varias:
Un rgimen poltico estable, una monarqua liberal frente a las monarquas
absolutas de otros pases.
Las guerras en las que se vio envuelta no produjeron dao en territorio britnico.
La insularidad y una poderosa flora naval actuaron como escudo de proteccin.
Una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra se
cre en 1694.
Desarrollo de la agricultura que permite una mejor alimentacin
Una abundante mano de obra. La poblacin crece constantemente, al estar bien
alimentada hay menor mortalidad. Parte de esta poblacin es la que se traslada a
la ciudad y formar la masa de los trabajadores industriales.
Abundancia de hierro y sobre todo de carbn.
Fcil y constante suministro de agua como fuente de energa.
Abundancia de puertos que facilitan el comercio nacional e internacional.

Hasta aqu algunos de los factores que hicieron que la Revolucin Industrial
comenzara en Inglaterra, pero las consecuencias de la misma modificaron en gran medida
las instituciones polticas, sociales y econmicas de Europa siendo alguna de las ms
importantes:

-La industria textil. Inglaterra desde principios del siglo XVIII importaba tejidos de algodn
estampado de la India y pronto empezaron a ver la posibilidad de fabricar en Gran Bretaa
algodn comparable al de los hindues. La materia prima el algodn en rama, se poda
importar de Amrica, pero el mayor problema era el de la fabricacin del hilo. No se
dispona de una tcnica para fabricar un hilo tan fino como el hind. A partir del ao 1760
se empezaron a ofrecer premios a quien inventara un mecanismo que permitiera fabricar
mucho hilo de algodn en poco tiempo. La primera hiladora mecnica la invent en 1764
Heargraves.


-La mecanizacin en el sector algodonero revolucion la industria textil; aparecieron las
fbricas, el trabajo se hizo ms productivo y constante y la mano de obra dedicada a la
industria fue superando a la dedicada a las tareas agrcolas.

-Uno de los elementos sustanciales de la mecanizacin y modernizacin industrial fue la
aplicacin de un nuevo tipo de energa: el vapor para cuya produccin se requera
carbn del que Inglaterra posea enormes cantidades.

-Desarrollo comercial. El dominio comercial britnico, se haba hecho con el control de
buena parte de los intercambios comerciales de otros continentes con Europa. El
comercio de productos como el t o el tabaco, y el trfico de esclavos habia permitido la
creacin de enormes fortunas en manos de comerciantes y banqueros. El comercio con
13
las colonias proporcionaba a Inglaterra de un lado materias primas y de otro mercado
para vender sus productos manufacturados.

-Se desarrollaron nuevas clases sociales, la burguesa que era la propietaria de
los medios de produccin y el proletariado que trabajaba para la burguesa.

-Liberalismo econmico y poltico. Segn las teoras del economista Adam
Smith, el Estado deba desentenderse de las cuestiones sociales y reservarse nicamente
el papel de polica y garantizar el orden pblico, por lo que al ser los empresarios
quienes fijaban precios y salarios la situacin del proletariado iba empeorando
continuamente a medida que se desarrollaba la industrializacin.

-Explosin demogrfica. Como consecuencia de una mejor alimentacin y de
adelantos mdicos y mejores hbitos higinicos en pases industrializados hay un
crecimiento notable de la poblacin y se favoreci la inmigracin.

-Hundimiento de la pequea industria. El campesino adems de trabajar en el
taller de la ciudad segua cuidando sus campos y si era artesano venda l mismo los
productos que salan de sus manos. Era un poco de todo: comerciante, artesano y
campesino. En el campo la pequea industria era en gran parte familiar y domstica y se
limitaba a los meses de invierno, porque la llegada de la primavera obligaba a dejar el
taller por el cultivo de la tierra donde se trabajaba ms de ocho meses, es decir la
industria rural se mova con las estaciones.

Estructura social

En Europa a finales del siglo XVIII se detectaban cambios en sus estructuras
polticas, sociales y econmicas. La revolucin demogrfica ocurrida a lo largo de los
ltimos cien aos favoreci el rejuvenecimiento de la poblacin que imprimi un mayor
dinamismo al proceso histrico y junto a factores econmicos e ideolgicos propiciaron
el progresivo deterioro de las estructuras sociales que apenas haban variado durante
cientos de aos. Estas estaban basadas en la divisin perfectamente delimitada de cada
uno de los tres grupos que formaban la pirmide social. En la cspide se hallaba el
primero: el eclesistico que no solamente tena la misin de adoctrinar a los fieles en lo
espiritual sino que tambin tena la de difundir la cultura y la ciencia desde las primeras
letras hasta las Universidades. Por todo ello la sociedad los sostena y entre sus
privilegios estaba el de no pagar impuestos.

El segundo escaln era el de la nobleza cuya misin consista en la defensa
frente a los enemigos interiores y exteriores. Servan a la Corona cuando se les
necesitaba y en compensacin reciban parte del fruto del trabajo de la sociedad y
adems tampoco pagaban impuestos.

El tercer grupo que integraba al resto de la sociedad estaba formado por
artesanos, comerciantes y todo aquel que desempeaba una actividad laboral. Tena
derecho a ser instruido por el clero y defendido por la nobleza pero a cambio deba
mantener a ambos con su trabajo y sobre todo con sus impuestos.

Con el transcurso del tiempo y las sucesivas oleadas revolucionarias y
econmicas, los cambios sociales fueron intensos y la nueva sociedad a partir del siglo
14
XVIII quedaba dividida en tres grandes grupos: clases superiores, medias y bajas. La
primera, formada por aristocracia y alta burguesa. Estos ltimos eran los grandes
banqueros, empresarios del sector textil, constructores de ferrocarriles, de la minera o
de la siderurgia y junto con los aristcratas eran los que formaban los gobiernos, tenan
derecho al voto restringido, y defendan una moral conservadora y el orden social.

En las clases medias se incluan los pequeos burgueses, tenderos y
comerciantes de telas y ultramarinos principalmente, as como propietarios de negocios
de tipo familiar y profesiones liberales.

Las clases bajas: los trabajadores constituan como siempre el sector mayor de la
poblacin y estos eran los campesinos, los pequeos artesanos y la clase obrera o
proletarios. Estos aparecen por primera vez con esta denominacin y son los
trabajadores rurales emigrados a las ciudades para trabajar en fbricas, las minas o la
construccin, cuyo nico sustento proviene de su trabajo que alquilan a cambio de un
salario. Como seguridad de futuro slo cuentan con su prole, es decir con el nmero de
hijos a los cuales obligan a trabajar desde edades muy tempranas.

La industrializacin impuls tambin el trabajo de las mujeres pues si antes en
muchos oficios la fuerza del trabajador era clave, ahora la fuerza la hacan las mquinas
y los empresarios fomentaban el trabajo de mujeres y nios porque su salario era dos o
tres veces inferior al de los hombres. De este aspecto social tratar con ms profundidad
en otro apartado de este trabajo.

La Revolucin Industrial que se inici en Inglaterra en el siglo XVIII supuso la
transformacin de una sociedad agrcola en otra industrial y tecnolgica, con lo que los
cambios fueron de orden social, econmico, poltico e ideolgico como he expuesto,
brevemente, en este captulo.

Estas nuevas ideas y formas de vida se extendieron por toda Europa y de la
incidencia que en la artesana tuvieron voy a ocuparme a continuacin, fijando
especialmente la atencin en la influencia que tuvieron en la vida cotidiana de las
mujeres.










15

5.1 ALEMANIA


En principio sealar un aspecto indiscutible: donde Alemania ha destacado, es en la
publicacin de libros de patrones. El hecho que la actividad de editar e imprimir libros
en general haya tenido en Alemania un desarrollo importante, es debido al hecho de que
este pas tuvo el honor de ser el de Johann Gutenberg , que en el ao 1440 invent la
imprenta tipogrfica. El diccionario nos dice de la imprenta es el arte de imprimir
sobre un papel u otra materia, por medio de presin con una plancha o unos caracteres
impregnados con tinta. En el siglo XV, pues, este invento revolucion el estricto y
selecto mundo editorial e hizo posible la difusin de los documentos y libros a gran
escala. Hasta entonces cualquier libro o documento haba de pasar necesariamente por
el lento y costoso procedimiento de ser copiado manualmente pgina a pgina.

Pues bien, desde el punto de vista que nos afecta, la divulgacin de los puntos es
tambin deudora de la imprenta, ya que hasta entonces los nicos procedimientos para
conocer nuevos puntos eran dos: los limitados muestrarios de fragmentos de puntos
preparados sobre tela o bien mostrar directamente la pieza de bolillos de que se tratase,
A partir de la aparicin de la imprenta, la propagacin de puntos y modelos se puede
realizar ms extensivamente, con ms rpidez y eficacia a lo largo del mosaico de pases
europeos.

En este campo, Alemania fue una adelantada. Desde el principio se imprimieron un
numeroso conjunto de libros de muestras y de patrones, en una cantidad ni tan slo
comparable con las que se producan en Italia.

El libro ms antiguo de los que se imprimieron en Alemania, se realiz en la ciudad
de Colonia en el ao 1527 : D Gedruckt tzu Collen vp dem Doemhoffr. Sabemos que su
editor se llamaba Peter Quentell. Se trata de un documento que muestra modelos de
carcter medieval, arabesco, alfabetos etc,. Existe una referencia de una segunda edicin
del ao 1529 y una tercera del ao 1532. Esto nos da una idea del xito y la aceptacin
que tuvo entre el pblico.

Otro notable libro de patrones que contena 46 planchas con motivos arabescos se
edit el ao 1534, en la ciudad de Ausburgo, y el autor fue Johan Achartzemberger.

En la ciudad de Estrasburgo se edit el libro de patrones New Modelbch allen
Ngerin und Sydensticke de Hans Forman, impreso en rojo y negro que eran los
colores habituales, para la impresin de estos tipos de libros ilustrados.

En la ciudad de Frankfurt se imprimieron un buen conjunto de libros de patrones:

Ao 1530 Mdelbck Welscher, Ober un Niderlandischer Arbait de A.D. de 20
pginas.

Ao 1537 Mdelbck von erhabener und flacher Arbait de Christian Egenolffs ,
que presentaba 178 modelos.

Ao 1568 Das new Mdelbch de Nicolas Baseus
16
Ao 1569 Mdelbck citado por el cronista Marqus d`Adda y muchos ms
libros de patrones de gran difusin entre los aos 1605 a 1618.

En la ciudad de Nuremberg, sucesivamente se editaron una serie de libros que
contenan modelos y puntos. Del ms antiguo que se tiene informacin se
imprimi en el ao 1597 Mdelbck editado por Seibmacgher.

En la ciudad de Dresde el ao 1582 se imprimieron Nelies Knslicher
Mdelbck de B Tabin.

En la ciudad de Leizpig el ao 1619 se edit New Mdelbch Darinnen de A.
Bretschneider. Libro dedicado y muy posiblemente financiado por Mdme
Catherine von Dorslats.
7
.

Esta actividad tan floreciente continu en Alemania durante los siglos XVIII y
XIX y podramos decir hasta la actualidad, sobretodo si se compara con la
escasa actividad editora de nuestro pas.

Estos documentos tan valiosos uno por uno, necesarios para comprender como
fue el camino que recorrieron los encajes hasta llegar a nosotros, no estn
recopilados en ninguna biblioteca nica, sino que figuran dispersos y forman
parte de los fondos bibliogrficos de diversas bibliotecas como la de Artes
Decorativas de Paris, la Real de Bruselas. La Real de Munich, la de San Marcos
de Venecia, en Miln, Florencia, Gnova, Oxford, etc. Pero tambin hay que
pensar que entre todo lo que se ha podido conservar, es muy posible que nos
haya llegado tan solo una parte de lo que en realidad se edit. Este listado de
libros tan esclarecedor en s mismo y que tan solo es un listado incompleto,
constituye la argumentacin en que nos basamos para poner nfasis en la
importancia del papel que ejerci Alemania en la popularizacin de los encajes.
Histricamente, en este aspecto tan importante Alemania fue lder indiscutible.

A continuacin comentar quienes eran los usuarios de los bolillos en
territorios alemanes. El hecho que durante siglos un pas denominado Alemania
no existiera sino una serie de pequeos estados (Bohemia, Brandenburgo,
Sajonia, el Palatinado y las ciudades independientes de Maguncia Colonia y
Treveris), fue una circunstancia que tuvo consecuencias tambin para el
desarrollo de la produccin de encajes.

Este hecho se traduca en una multiplicidad de cortes. Cada una con sus
prncipes, nobles y otros cortesanos. Un buen nmero de familias poderosas,
hombres y mujeres que haban de poner en evidencia su status y su riqueza,
especialmente en las reuniones conjuntas donde haban de mostrarse, cuidando
con atencin los lugares de aparicin que era una manera pacfica de rivalizar
entre s. Esta situacin, prolongada durante siglos, los convirti en compradores
naturales de artculos suntuarios, joyas, telas, ornamentos, encajes. Durante
los siglos XVI y XVII las diferentes cortes del rea de lengua alemana
supusieron una fuerte demanda para el floreciente mercado de artculos de lujo
comandado por los comerciantes venecianos. Para regular este comercio,

7
Revista Asociacin Catalana de Puntaires.
17
tambin desde el Sacro Imperio Romanogermnico se promulgaron leyes que
limitaban el consumo de artculos suntuarios que como en el resto de los estados
europeos en la prctica no tuvieron apenas cumplimiento.

Otro hecho histrico de magnitud que tuvo lugar en esta rea durante el siglo
XVI fue de orden religioso. Por encima de la fragmentacin poltica, en estos
territorios, de la mano del monje agustino Martn Lucero, estall el
protestantismo que se inici en la ciudad de Wittenberg y que rpidamente
extendi su radio de influencia. La Reforma ser un movimiento que formular
cambios dentro de la doctrina catlica, como la no obediencia al Papa o la libre
interpretacin de la Biblia, que bien pronto traspasarn el mbito puramente
religioso para impregnar la vida poltica, divisin entre estados catlicos y
estados reformistas y la vida social con cambios como la anulacin del celibato o
la participacin de la mujer en los oficios eclesisticos. Muchos de estos
cambios tendrn reflejo en la manera de vivir, muy especialmente se reflejaron
en la indumentaria masculina y femenina donde los bordados constituan buena
parte de la ornamentacin.

Una vez ms se demuestra que la vida de un pas es como un mosaico donde
todas las piezas forman parte de un conjunto; y cualquier acontecimiento si es
relevante tiene influencia sobre todo el entramado social: el cambio religioso y
poltico necesariamente tuvo que dejar sin trabajo a un nmero importante de
artesanos que basaban parte o la totalidad de sus ingresos en la produccin de
encajes y que al cambiar las modas se veran muy afectados en sus vidas.

Dejando de lado la historia nos centraremos en como eran las primeras
puntillas alemanas.

Tenemos noticias de la existencia de puntos de aguja fechadas entre los siglos
XVI y XVII del tipo lacis y de punto cortado. As figuran en la
catalogacin de algunas muestras del Museo Victoria & Alberto de Londres. Se
conocieron estos gneros de puntos tradicionalmente de procedencia veneciana
muy posiblemente a travs de la ruta comercial que una las ciudades de
Venecia, Ausburgo-Nuremberg, Leipzig y Hamburgo.

Para iniciar el tema que hace referencia a los trabajos de bolillos, hay que
hablar de un personaje emblemtico . Se trata de Brbara Uttman (1514). Hija
de una familia burguesa de Nuremberg. Desde muy joven se traslada a vivir a
Ammeberg, pueblecito minero donde se casa y donde una bolillera emigrada de
Brabante la inicia en los bolillos, una actividad que va a convertirse en su
ocupacin hasta su muerte en el ao 1575. Brbara Urttmann organiza diferentes
talleres de bolilleras con las mujeres e hijas de la colonia de los mineros que
pasa a comercializar directamente y abre una tienda especializada en puntillas de
bolillos. Trabajaban con hilo de lino y repetan modelos tradicionales de
Flandes. Esta iniciativa lleg a tener un gran xito y dio trabajo a 30.000
personas. En Alemania el nombre de esta bolillera es todava hoy un referente
indiscutible.

Muy primitivas son tambin las puntillas de hilo metlico que se
comercializaron con la denominacin puntas de Hamburgo. Esta modalidad
18
es posible que se iniciase con el establecimiento de bolilleras francesas
refugiadas en la zona norte de Alemania, huidas de su pas a causa de la
persecucin contrareformista. Eran trabajadas con filamentos de oro y plata y
seguan los modelos tradicionales. Por ruta martima salan del puerto de
Hamburgo y se transportaban a los otros puertos del mar del Norte que
pertenecan a la Liga Ansetica.

Dentro de la divisin del trabajo, aqu tambin eran las mujeres las encargadas
de hilar el lino y la lana y trabajar tejiendo al taller. Tanto en el medio rural
como en las ciudades oficialmente estas actividades textiles, consideradas de
mujeres, se practicaban dentro del mbito domstico sin ninguna proteccin
gremial.

Como pasaba en el resto de los pases de Europa, en Alemania los gremios
eran entidades de gran prestigio social que estaban integrados exclusivamente
por hombres. Tan slo en el caso de que el marido fuera el maestro del taller y
muriese, a la viuda le era permitido mantenerlo como heredera, pero nunca
pasaba a poder firmar como maestro an que hubiera estado unida al taller
durante toda su vida.

Por otro lado, cualquier mujer al casarse haba de asumir el status del marido,
por esta razn su familia haba de aportar al matrimonio la dote, una cantidad
que estaba estipulada segn el rango. Por esta cuestin, en la prctica muchas
mujeres de familia humilde se quedaban solteras o bien haban de buscarse un
trabajo que les permitiese ganar un sueldo y ahorrar los dineros para su dote. Y
cules eran los trabajos a que poda aspirar una joven pobre y analfabeta para
poder ganar dinero en los siglos XVI o XVII?. Suponemos que deba haber
pocas salidas: o irse a la ciudad y tener trabajo como niera o trabajar al textil,
hilando, tejiendo, cosiendo, bordando, o haciendo bolillos. La norma para una
jovencita sin patrimonio era ofrecerse como mano de obra alrededor de los 10 o
12 aos.

Referente a la alfabetizacin es interesante dedicar unas lneas al tema, slo
para aportarlas como referencia. En los territorios de habla alemana no hay
ninguna ley reguladora antes del siglo XVIII. Tambin sobre esto segn los
distintos territorios hubo muchas desigualdades. Por ejemplo, en Prusia, situada
al norte, en el ao 1717 fueron creadas por decreto las escuelas elementales
(Volksschulen) y las escuelas primarias (Mittelschulen), ambas eran obligatorias
tanto para nios como para nias desde los 6 a los 14 aos. Esto mismo ocurri
en el territorio del sur, en Baviera muchos aos despus. en 1802. Por otro lado
al este, en Berlin, se promulg una ley parecida pero en el ao 1818, casi un
siglo ms tarde.

Tambin la ocupacin de las mujeres casadas eran los trabajos domiciliarios
que ejercan especialmente durante el invierno. Estos trabajos eran compatibles
con las labores de la casa. Para los comerciantes tenan la ventaja de que no
haban de invertir en ningn local ni asumir ningn coste como calefaccin, luz
Esta modalidad de trabajo domiciliario era como se realizaban el grueso de la
produccin de puntillas alemanas.

19
Por tanto, como puede verse, dada la situacin de carencias generales nos
podemos explicar el xito de iniciativas como las de Brbara Uttmann que
ofreci trabajo haciendo puntillas a millares de jvenes de Baviera.

Volviendo de lleno al tema que nos ocupa, decir que al norte del territorio, el
elector de Brandenburgo y el elector de Hesse que se declararon defensores de
las ideas luteranas, dictaron leyes de acogida y proteccin de extranjeros
perseguidos por motivos de religin. Por esta razn dentro de sus territorios en
poco tiempo se instalaron contingentes de artesanos expulsados del oeste del
continente europeo entre los que haba bolilleras. Se fundaron y proliferaron
talleres de encajes en muchos lugares como Leizpig, Auspach, Eberfeld y
Hannover que produjeron gnero a buen precio para el consumo interior y para
la exportacin a otros pases como Polonia o Rusia. Eran puntillas de todo tipo,
en hilo de lino natural, blanco o de color, imitando conocidos modelos italianos,
franceses y flamencos.

En las ciudades de Lubec, Bremen y Leizpig se crearon fbricas de puntillas
trabajadas con filamentos metlicos siguiendo el estilo de las puntas de
Hamburgo. En la ciudad de Dresde se dedicaban a trabajar, desde el ao 1700,
puntos de aguja denominados puntas de Kelso, con acabados de calidad y que
eran apreciadas en el mercado. En la ciudad de Erzgebirge se trabajaban
puntillas geomtricas de tipo torchn de Ischia. En este gnero tiene la
particularidad de la intervencin de hombres. Unos puntos que no destacaban
por su originalidad, pero que adquirieron un cierto prestigio por lo bien hechas
que estaban. Sin pretender restar mrito al trabajo de los hombres es muy posible
que su tiempo no tuvieran que compartirlo con las tareas domsticas, ni la
atencin al cuidado de la familia, lo que favorece la dedicacin y el sosiego que
se requieren para la realizacin de cualquier tarea.


Grabado de Brbara Uttman (1514-1575)

20



5.2 AUSTRIA


Tal y como ocurre cuando tratamos de aproximarnos a la historia del encaje de
bolillos de un pas concreto, en el caso de Austria tambin nos encontramos delante la
dificultad de definir y fijar unos lmites territoriales, ya que a lo largo de los siglos las
fronteras se ensanchan o disminuyen dependiendo de los acontecimientos polticos de
cada poca.

Fijndonos en Austria, el territorio actual del estado austriaco es bien poca cosa si lo
comparamos con el que ocupaba durante el siglo XVIII cuando el Impero
Austrohngaro integraba entre otros pases: Chequia, Eslovaquia, Rumania, Croacia,
Servia, Eslovenia y buena parte del norte de Italia. Aclarado esto, daremos una ojeada a
las puntillas y bolilleras austriacas tratando de no limitarnos nada ms a copiar las
escasas referencias que figuran en los libros de consulta mas conocidos.

Como prembulo hay que decir que Austria, desde antiguo, si puede decirse que eran
grandes consumidores de todos los gneros textiles, y naturalmente de bordados de gran
calidad, ya que los dos estamentos del poder: la corte de Viena y la Iglesia haban de
hacerse notar. Histricamente Austria era el ms firme bastin catlico en la Europa
central y se encontraban en situacin de constante amenaza por las corrientes
reformistas que triunfaban en Alemania (Prusia). De otro lado, la vida de la corte en
Viena era el paradigma del estado absolutista y estaba presidida por una rgida
parafernalia y un protocolo muy exigente que haban de ser seguidos por todos los
cortesanos: familia real, nobleza, militares, etc.

A causa de esta situacin, y siguiendo las pautas marcadas aos antes por otros pases
como Francia, en Austria se crearon en el ao 1879 la escuela de bolilleras
austrohngara (k.u. Zentralspotzenkurs), con sede en Viena, que fue desde entonces la
encargada de elaborar encajes para el consumo interno que de otra manera las habran
tenido que importar y que eran muy caras. Al poco tiempo de su creacin salieron de
sus talleres importantes piezas, especialmente de punto a la aguja que eran exhibidas y
premiadas en las diferentes exposiciones universales sucesivas.

Al margen de esta iniciativa, en otros territorios del Imperio Austrohngaro tambin
se trabajaron los encajes con xito.

En la regin del Tirol: tradicionalmente trabajaban encajes siguiendo los modelos
italianos. Hacia 1850 se abre una escuela de bolilleras estatal que mejora y diversifica
los encargos.

En Bohemia: eran tradicionalmente los trabajos de encajes con hilos de colores. En el
siglo XIX se dedicaban a los encajes unas 60.000 personas entre mujeres y nias. Se
cre una escuela de bolilleras estatal en el ao 1879

En la regin de Salzburgo, la tradicin se inici hacia el ao 1600, por iniciativa de
dos encajeras italianas. En un primer momento, la implantacin fue discreta, pero pocos
21
aos despus, entre 1680 y 1780, centenares de bolilleras se dedicaban a trabajar
encajes con hilo de lino de calibre mediano imitando los motivos de moda en la corte de
Viena. Llegaron a crear un estilo propio basado en diferentes y variados motivos locales
Nhtchen que iban juntos y separados del fondo del encaje por una galera. Este
gnero tuvo una gran aceptacin y se pudo abrir una corriente de exportacin a las otras
provincias y tambin a otros pases como Suiza y Holanda. En esta regin de Salzburgo
fueron tambin conocidos los trabajos de: Lungau, denominados tream, que eran
encajes de gran simplicidad y los trabajos de puntos a la aguja de Mondsee, piezas para
la lencera del hogar. De entre sus promotores destac la bolillera Margarethe Breuer
que los dio a conocer personalmente a la emperatriz Elisabeth, conocida como Sissi.
Aos ms tarde, hacia el ao 1913 mont una Asociacin que presidi hasta su muerte
en 1989, a los 103 aos

Es importante destacar que paralelamente a la creacin a finales del siglo XIX de la
Escuela de encajeras estatal de Viena, la iniciativa fue continuando abriendo un total de
46 escuelas de encajeras a lo largo del territorio austrohngaro, cosa que hace suponer
que estas escuelas constituyeron la labor de muchas bolilleras que hoy reconocemos
como propias de cada pas.

Para terminar, hay que resaltar que en Viena se forjaron un colectivo de artistas
cercanos al movimiento modernista que desde finales del siglo XIX y principios del
siglo XX desarrollaron una gran actividad en diversos campos, entre todos hemos de
destacar la importante aportacin de los diseadores de encajes durante aquel periodo.






Emperatriz-Elisabeth
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5.3 BRUJAS



Hacia el siglo XV Brujas cultiv el arte del encaje como nadie. Su produccin de encaje
de bolillos fue unida a su declive como antigua potencia comercial.

En el siglo XVIII, la mitad de sus apenas 30.000 habitantes viva en la
pobreza, mientras la aristocracia y descendientes de la burguesa mas pudiente se
refinaba y adornaba los cuellos y puos de sus trajes con encajes.

Esta moda caus furor en toda Europa, as que las ciudades de Flandes se
dedicaron con esmero a tejer encajes. Cada una de ellas se especializ en un punto
diferente.

El de Brujas era el punto del hada, el ms delicado. Lstima que hoy muy
pocos son capaces de realizarlo, adems de que es muy difcil encontrar materiales tan
finos.

Tampoco este arte de tan delicada manufactura y elementos podra competir
con el mercado oriental, que acapara el comercio mundial de los encajes.

En realidad fueron los comerciantes flamencos los que introdujeron sus
secretos de fabricacin en el periodo de entreguerras a las misiones asiticas. All los
misioneros empujaron a los obreros orientales a su manufactura, una mano de obra
extremadamente barata.

Esta produccin hizo cerrar muchos talleres en Flandes. Lo que demuestra una
vez ms que muchas de las cosas que estn ocurriendo en estos momentos en el
mercado textil que los productor orientales por su bajo precio estn hundiendo muchas
empresas en Espaa- ya ha ocurrido en otros lugares y otros momentos de la historia.

Volviendo al tema, actualmente el centro de encaje de Brujas Kantcentrum,
mantiene esta tradicin y posee una escuela para iniciar a los artesanos que lo desean. El
centro est abierto al pblico. En la escuela de encaje de la calle Balstraat, en Brujas,
an se teje el encaje con los bolillos que hicieron famosa a Brujas.













Punta de Bruselas
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5.4 DINAMARCA



Dinamarca est situada al norte de Alemania, siendo un pas fuera del rea
mediterrnea que nos es ms prximo, para nosotros resulta un pas lejano, siendo que
en realidad la distancia en kms, es relativa. El territorio actual del estado dans lo
forman la pennsula de J utlandia y tres islas grandes: Sjaelan donde se sita la capital
Copenhague, la Gran Belt y la Pequea Belt. Una vez situada en el mapa de geografa
sera bueno continuar dando una ojeada sobre su historia y as poder llegar a situar
mejor el desarrollo del encaje de bolillos en este pas.

Primero, decir que Dinamarca, es en la actualidad, dentro de los pases
escandinavos el de territorio ms pequeo. Pero no siempre fue as, ya que en la Edad
Media inclua bajo su soberana los enormes territorios de Noruega, Islandia y Suecia.
Esta situacin le daba una dimensin de poder incomparable al actual y le converta en
una verdadera potencia estratgica en la ruta martima entre el Mar del Norte y el mar
Bltico.

Esta hegemona les permita ejercer el control sobre el comercio del norte del
continente europeo. Cada barco que haca la rentable ruta comercial entre Flandes y
Rusia haba de contar con su consentimiento y naturalmente pagar tasas. De camino a
Rusia los barcos transportaban sobre todo artculos de madera, pescado y metales y de
regreso de Flandes transportaban: especias, sal, vino, lana, tejidos y sederas.

A los flamencos naturalmente, lo de los impuestos no les satisfaca demasiado
y por eludir las trabas al libre paso de los barcos cargados de mercancas crearon una
asociaciones de navieros La Hansa con la que tuvieron que luchar mucho para mitigar
la presin que ejercan los daneses desde sus costas

Esta informacin nos deja entrever que entre las mercaderas textiles que
transportaban los comerciantes flamencos, en algn momento muy posiblemente se
empezaron a comercializar las ya famosas puntillas flamencas que poco a poco
comenzaron a darse a conocer y a hacer clientes hacia la Europa oriental.

Visto desde otro punto de vista, en el siglo XVI, en los archivos oficiales hay
documentos que describen la presencia de piezas de bolillos en la corte de Copenhague,
ya que el poderoso rey de Dinamarca Cristian II se cas con Isabel de Austria, hermana
del emperador Carlos. Es por esto que por otro camino los daneses entraron en contacto
con los diversos gneros de encajes flamencos.

Dentro del pas los bolillos se empezaron a trabajar al sur del territorio
peninsular, justo en la frontera con Alemania, en la zona de Tnder. Las primeras
noticias de esta modalidad de puntillas son de 1610. Un hecho importante a tener en
cuenta es que hacia el ao 1647 un bolillero de la regin denominada Steenbeck se
decidi a trasladar a once bolilleras experimentadas de Dormunt (Westfalia) para que
24
pudieran ensear a las jvenes campesinas. Aos ms tarde, sobre 1712 llegan tambin
bolilleras de Brabante.

Estas iniciativas prosperan y dan el fruto esperado, la produccin de puntillas
de bolillos de Tnder mejorar en calidad. Extendindose su produccin por el sur este
de la pennsula y a la isla de Rom. Tambin contribuy al desarrollo del encaje de
bolillos el hecho que el ao 1643 desde la corona se publica un Acta de proteccin de la
produccin de puntos autctonos y se grava el uso de los puntos extranjeros.

Las puntillas danesas tienen mucho en comn con los gneros denominados de
Amberes. Sus principales caractersticas son: puntos de hilos seguidos de anchura entre
4 y 8 cm; de diseos geomtricos, llevan hilo siguiendo los motivos y estn trabajados
en hilos de lino de calibre entre fino y fino. Dentro de la produccin de puntos Tnder
haba muchas variedades, pero en general las piezas tenan un buen nivel tcnico y de
acabado. Por otra parte, en el siglo XIX en Dinamarca, llegan a trabajarse con xito
modalidades de puntillas de bolillos siguiendo modelos franceses clsicos de los
gneros Lille y Musln.

El ao que marca el mejor momento de desarrollo de las puntillas danesas es
all por el ao 1801, poca en la que se dedican a hacer puntillas en Dinamarca ms de
20.000 personas entre hombres y mujeres. Y como ocurre en cualquier proceso, pasados
unos aos de rendimiento ptimo, la actividad empieza a decaer y ya bien entrado el
siglo XIX, las puntillas de Tnder pasan una crisis, estando abiertos alrededor del ao
1840 tan slo 6 talleres de produccin de encajes. Por otra parte, las bolilleras de
Dinamarca tambin llegaron a trabajar puntos a la aguja del tipo veneciano y siguiendo
el estilo nrdico de trabajar aprovechando los propios hilos de la tela, puntos del gnero
macram de buena calidad.

En la actualidad la situacin es parecida a la del resto del continente, o sea que
la produccin de encajes de bolillos se mantiene como actividad de tiempo libre.

Por si alguien le interesa hacer una visita hay colecciones de encajes
interesantes en el Museo de Koge, Museo del Greve y Museo Nacional de la tradicin
danesa de Copenhague.

Como resumen puede decirse que desde el punto de vista del encaje de
bolillos, no hay un pas pequeo. Cada uno desarrolla unos gneros que a lo largo del
tiempo toman unas caractersticas y novedades que lo hacen singular.

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5.5 GRECIA



Con referencia a este pas hay que dejar claro que el conjunto de los puntos
griegos nunca han tenido un nivel comparable a los de Italia, Francia, Blgica,
Inglaterra o Espaa. Son en realidad unos puntos autctonos que muestran influencias
directas de otras manufacturas procedentes tanto de Occidente como de Oriente.

Desde el punto de vista del encaje de bolillos, en las islas del mar J nico se
encuentra la presencia de trabajos de influencia veneciana del gnero reticel en casi
todas las islas, pero sobre todo en las islas de Corf y Zante. Pero lo cierto es que los
puntos ms famosos de esta zona son las piezas de puntos trabajados en seda negra. La
produccin lleg a ser importante en el pasado y se ha de mencionar un hecho
interesante: durante el periodo de ocupacin de estas islas por parte de Inglaterra se
gener un prspero comercio entre los nativos y los funcionarios ingleses. Como la
produccin de puntillas era poco importante, la demanda se nutri de las puntillas
negras que sacaban de los ajuares de las tumbas. Esta prctica se convirti en un hecho
comn ya que se pagaba bien, mucho ms que si era puntillas nuevas, sin estrenar. Esta
informacin un tanto macabra, no es inventada. Est recogida en libros de historia de los
encajes tan prestigiosos como History of lace de Mrs Bury Palliser.
8


Corinto era un enclave importante desde la antigedad, su situacin
privilegiada, muy cercana a Atenas, pero con salida al mar J nico le ofreca ventajas
para ejercer el comercio por todo el Mediterrneo. Comerciaban con todo tipo de
mercancas desde vino, pasas y aceites finos a cermica, pero enseguida se
especializaron en tapices y en tintes para textiles hasta bien entrado el siglo XIX.
Cuando en el ao 1858 la ciudad qued prcticamente destruida por un terremoto,
nuevamente reconstruida, volvi a padecer un nuevo terremoto en 1920 que
definitivamente debilit su produccin textil entre los que se encontraban los encajes.
De los puntos de Corinto hemos de destacar los puntos metlicos realizados con hilo de
oro que eran una de las mercancas de lujo ms cotizadas.

Para cerrar el tema, hablaremos de los puntos de la isla de Chipre que si bien
en la actualidad es un territorio independiente de Grecia, su proximidad y sobre todo el
parecido de los puntos que all se trabajaban con los puntos griegos hace que se puedan
incluir en este apartado.

Desde antiguo se trabajaban en Chipre puntos metlicos trabajados con hilo de
plata, pero las piezas de puntos chipriotas ms conocidas son tambin del tipo reticel.la
de marcada influencia veneciana. Con todo esto, tan solo queda dar una ojeada por los
puntos de las islas griegas situadas al mar Egeo as como a las manufacturas
procedentes de la parte continental y sobre todo de la capital, Atenas.

De entre las islas griegas del mar Egeo donde se trabajaban los encajes, hemos
de destacar la isla de Chio, un pequeo territorio, situado estratgicamente cerrando el

8
Revista de la Asociacin Catalana de Puntaires
26
golfo de Esmirna y que por tanto de alguna manera hace de frontera natural actual con
Turqua.

Esta situacin geogrfica tan comprometida ha propiciado el inters constante
de dominio de la isla desde el exterior. Por Chio pasaron primero los genoveses y ms
tarde lo venecianos. Durante estos dos periodos se iniciaron los trabajos artesanales.

Entre la artesana local, desde el ao 1737 se potenci la textil. En 1810
tenemos noticias que el promotor era un tal Richard Pocoko. En el siglo XIX se inici el
momento ms floreciente de produccin bajo el patrocinio del ingles John Gait que se
instal en Chio en 1874 y consigui crear en la isla un centro de produccin textil de
primer orden que naturalmente se dedicaba a la exportacin. En Chio se hacan trabajos
de punto de aguja.

En la isla de Rodas tambin se producan gneros de encaje, pero con una
importancia irrelevante y sobre todo para el consumo propio.

Ya en el continente, hemos de hacer referencia a la produccin de encajes de
las regiones de Atica y Beotia, territorios prximos a Atenas. En estas dos
localizaciones se especializaron en puntos del tipo mosaico. Se trata de piezas
redondas u ovaladas que se montan cuidadosamente sobre un papel y sobre este soporte
van configurndose armoniosamente los espacios con puntos, calados y tambin
bordados. Cada pieza es casi podramos decir nica ya que incorporar en cada ocasin
los fragmentos y aplicaciones que tienen a mano. Los fragmentos van unidos los unos a
los otros con un punto de zigzag o bien con un punto invisible llamado stilakia.

Tambin del continente son otras piezas singulares: los Bolio, velos de novia.
Estas piezas son las ms apreciadas y tradicionalmente son regaladas a la novia por la
familia del marido y la costumbre dice que ha de llevarla toda la semana siguiente al da
del casamiento.

Las medidas del bolio son: 2,50 x 0,50 metros. Los trabajos de las puntillas y
los entredoses denominados Meriza son hechos con seda natural. Con frecuencia las
familias guardan las piezas heredadas de la generacin anterior y los vuelven a montar
de nuevo. Los dos conjuntos de encaje acabados con flecos y entredoses de los bolia
(uno a cada extremo), se denominan thekes. De entre todos los diferentes modelos
destacan por su cualidad, los Bolios de Mesogeia trabajados con seda finsima de
Kalamata al Peloponeso. Todava hoy son piezas muy apreciadas para las bodas de
cierto rango social.

Por ltimo hemos de citar los puntos propios de Atenas. Se trata de trabajos de
encajes realizados con hilos de seda blanca y que se utilizan en los rituales de los judos.



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5.6. INGLATERRA



En la segunda mitad del siglo XVIII, se detecta en Inglaterra una transformacin
profunda de los sistemas de trabajo y en la estructura social. La agricultura tradicional
fue modificndose como consecuencia de la aparicin paulatina de innovaciones
tcnicas y de cambios en la distribucin de la propiedad. Los campesinos abandonan los
campos y se trasladan a las ciudades al ser suprimidas las zonas comunales de pastos y
no poder hacer frente a la competencia de las mquinas.

En el sector algodonero es donde por primera vez se introdujeron mquinas para
mejorar el hilado de lana o algodn que hasta entonces se haca con la rueca. En 1764 la
Jenny de Heargraves desarrollaba un mecanismo que mediante el movimiento de una
manivela y aprovechando el movimiento de una rueca obtena simultneamente varias
bobinas de hilo. La mujer que hilaba a mano slo poda mover un huso, para manejar
una spinning-Jenny bastaba el trabajo de un solo hombre ayudado por tres o cuatro
nios.

En 1769, Arkwright present un nuevo tipo de hiladora mecnica: la water frame. El
hilo que fabricaba esta mquina era de mas calidad que el de la spinning-Jenny: era ms
fino y resistente. Pero la water-frame era un mecanismo grande y pesado que ya no
poda mover un hombre. Para accionarla se empez a utilizar la fuerza hidrulica de los
ros, pero a partir de 1785, ya se empez a aplicar la mquina de vapor. La abundancia
de hilo obtenido gracias a las hiladoras mecnicas, impuls la creacin de las mquinas
tejedoras.
El telar tradicional constaba de un entramado de hilos que pasaban de un lado a otro.
La bobina se pasaba de una mano a otra por lo que la anchura de la tela quedaba
limitada a la envergadura del tejedor. En 1733, J. Kay cre la lanzadora automtica
con la que se podan fabricar piezas mas anchas en la mitad de tiempo. En 1785
Cartwright present el primer telar mecnico. Se trataba de un mecanismo grande y
pesado que precisaba de bastante dinero para adquirirlo y de una gran fuerza para
hacerlo funcionar. Los primeros telares mecnicos eran movidos por caballos, y a partir
de 1789, se empezaron a mover tambin con mquinas de vapor.

Estas novedades correspondieron a la industria del algodn y no a la de la lana en
parte por la mayor elasticidad de la fibra vegetal y a la cantidad de algodn bueno y
barato provinente de las colonias de Norteamrica y luego de la India.

La industria algodonera surgida en el siglo XVIII continu su progreso: las mquinas
hiladoras y tejedoras fueron perfeccionndose y todas eras movidas por mquinas de
vapor.

Los talleres artesanos no reunan las condiciones necesarias para albergar las
mquinas que se concentraron en grandes naves destinadas exclusivamente a la
produccin: las fbricas.

28
En la ciudad el artesano trabajaba todo el da en el taller, oficiales y aprendices vivan
generalmente en la casa del maestro que les daba de comer y les pagaba por meses y
aos; la produccin era pequea y poco competitiva. El maestro viva de un mercado
pequeo que le permita beneficios modestos. Pero cuando el ferrocarril abri la
mercanca a los grandes fabricantes, los precios se unificaron y el pequeo artesano no
pudo resistir la competencia.

En lo que se refiere a la produccin de encajes, a lo largo del siglo XVIII se crean las
puntillas de aplicacin, un procedimiento hasta entonces nuevo y del que destacan las
puntillas de Inglaterra que tendrn a partir de ese momento mucho xito.

El procedimiento consiste en combinar un tul de fondo sobre el cual se superponen
cosidos, unos motivos trabajados con bolillos. Todo encaminado a conseguir el efecto
de una puntilla de hilos seguidos. Desde el punto de vista de las medidas de las puntillas
de Inglaterra se gan la posibilidad de hacer, no solamente piezas de dimensiones
discretas sino piezas ms grandes.

Otra consideracin a tenor en cuenta es el abaratamiento de coste ya que
tcnicamente este artificio de la poca rococ como son las puntillas de Inglaterra es
mas sencillo y buena parte de su resultado final se basa en el arte y la gracia del
montador.

En general, los motivos de las puntillas de Inglaterra son de estilo vegetal y
especialmente floral. Se realizan en hilo de lino o algodn finsimo de color blanco o
crudo.

Por su ligereza y transparencia con encajes que nunca han cado en el olvido, ya que
cuando se contemplan producen una sensacin inmediata de lujo y ligereza difcil de
encontrar.

Se podra decir que son el paradigma del espritu de la encajera.
29



5.7 HUNGRIA



En primer lugar hay que decir que, anteriormente y durante siglos, una buena parte
del territorio hngaro form parte del imperio otomano, bajo soberana turca. Esta
circunstancia tuvo una gran repercusin en su desarrollo como pas y tambin influy
fuertemente en su cultura.

Podramos decir que la larga ocupacin turca de Hungra favoreci el aislamiento de
las corrientes culturales de la Europa occidental y consecuentemente les orient hacia
Oriente.

Como veremos seguidamente, esta formulacin general se reproduce de una manera
evidente cuando nos fijamos en el mbito concreto de los encajes.

Antes de nada daremos un repaso a las otras labores textiles artesanales como son
los bordados hngaros, ya que muchas veces acompaan al encaje de bolillos, muy
particularmente en los magnficos vestidos tradicionales.

Dentro del conjunto de bordados artsticos europeos el bordado hngaro, tiene un
nombre propio. Se trata de motivos sencillos, generalmente geomtricos, hechos a
puntada pasada trabajados en un color, pero utilizando toda la gama del mismo, es decir
que la decoracin est basada en el efecto del degradado. Esta tendencia colorista
presente en los bordados, se extiende a la rica artesana de Hungra y esta caracterstica
y otros de tipo decorativo, son aportaciones de Oriente que han contribuido a su
originalidad, singularidad y riqueza.

Al describir los tejidos textiles de encajes hngaros, encontraremos tambin la
evidencia, de una fuerte influencia oriental especialmente presente en los encajes ms
antiguos. Las primeras puntillas de las cuales se tienen descripciones son del siglo XVI,
se trata de adornos en la indumentaria festiva tanto femenina como masculina. Eran en
realidad trabajos ornamentales muy cercanos a la pasamanera oriental, donde junto al
hilo de lino o de lana teidos de colores mezclaban hilo de seda e hilo de oro y plata. La
profusin de ornamentacin era un signo externo para mostrar pblicamente la
categora social y la riqueza de una familia.

Los encajes de hilo de lino blanco no aparecen al norte de Hungra., donde haba
una floreciente industria de hilaturas de lino, hasta el siglo XVII. Pero el gusto por el
color blanco prevaldr entre los hngaros, una vez libres de la ocupacin turca, e
influidos por el gusto occidental.

Las mujeres de la burguesa y de la aristocracia local iban adornadas con encajes
blancos importados o de manufactura autctona. Los motivos de estas primeras piezas
trabajadas con hilo de lino blanco eran del repertorio popular, cada puntilla sola
presentar dos motivos florales alternos muy estilizados. Se populariz el uso combinado
de hilo de lino blanco y crudo dentro de la misma puntilla, un recurso imaginativo y que
30
de alguna manera dejaba claro el gusto por los colores. De estos encajes haba de
diversas categoras. Las de calidad ms sencillas se denominaban puntas
campagnarde. El xito de este tipo de encaje de bolillos se extendi tambin durante
todo el siglo XVIII.

De todos modos, la produccin de encajes de bolillo hngaro, que ya formaban parte
del imperio austriaco, nunca pudo competir con las checas o alemanas. Su papel, era
como mximo, satisfacer la demanda interna. Esta situacin llev con el paso del
tiempo al encasillamiento de los motivos que llegaron a tener un carcter primitivo y
rural..

De los encajes de bolillos hngaros destacaremos dos de los que continan vigentes:

Puntos Hunnia. Se trata de trabajos con motivos de inspiracin folklrica, sobre un
fondo de puntos de Pars.

Puntos Toroko. Son puntos populares del tipo guipur trabajados con hilos de
colores. Originariamente provienen de la vecina regin de Transilvania (Rumana)

Hay que dedicar una especial atencin a la modalidad de puntos de aguja.

A este respecto, las bolilleras hngaras tienen un lugar destacado muy posiblemente
porque han gozado desde siempre de una gran tradicin de bordados y pasamaneras. De
alguna manera, el alto nivel de los trabajos hngaros de bordados a la aguja es fruto de
esta tradicin tan arraigada en el pas.

De los diferentes puntos a la aguja hngaros destaca la modalidad denominada
punta de Halas. Estos bordados nacieron en el ao 1902 de la mano del diseador
Arpad Dkani, que ya tuvo la idea de dar una alternativa a la moda imperante de los
bordados de imitacin hechos con la base de un galn trabajado mecnicamente.

Estas puntas de Halas recibieron el nombre del pueblo donde se iniciaron
Kiskunhalas, situado al sur, fronterizo con Servia. Este mismo ao inicial ya pudieron
elaborar y presentar quince piezas a una exposicin en Bucarest. Los diseos ms
conocidos de Dkani son los de estilo modernista, pero de hecho dibuja multitud de
propuestas, de una gama muy amplia de temas todos de una gran calidad artstica.

En el desarrollo de los bordados de Halas tuvo mucho peso la implicacin de un
grupo de bolilleras de gran nivel como Mara Markovits que con gran eficacia llegaron
a pulir la tcnica y los acabados de las piezas. Uno de los puntos de partida de su
creadora fue no hacer un gnero de bordados de precio caro. Para poder cumplir con
este objetivo se plantearon no utilizar los puntos de aguja clsicos como el punto de
festn. Literalmente se tuvieron que inventar un nuevo procedimiento ms asequible. La
tcnica consiste en trabajar los fondos de punto entero, siguiendo el procedimiento de
zurcido. Los motivos de tipo figurativo, vegetal, animal. Etc., siempre van bordeados
por un perfil con relleno y cubiertos con diferentes puntos provinentes de la rica
tradicin de los bordados hngaros. Este proceso de creacin tard cinco aos en
perfeccionarse. A partir de entonces los puntos de Halas fueron presentados con xito en
las exposiciones universales de Miln y Paris.

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Para evitar que esta modalidad de bordados de Halas se pudiese copiar y repetir
fuera, cada pieza de puntos de Halas haba de presentar como garanta un distintivo de
identificacin.

Esta modalidad tan singular se trabaj con mucha fuerza y contina gozando de gran
prestigio en la actualidad en Kinhunhalas tienen abierta la Casa de los Puntos donde
pueden verse muchas y variadas piezas. Para protegerse cuentan con la Fundacin de
Puntos de Halas una institucin que aglutina estos magnficos bordados del siglo, los
divulga y los tiene en cuenta.

Por lo que se refiere a la otra especialidad de puntos de aguja, tambin en Hungra
las bolilleras trabajaron con gran perfeccin piezas de punto de tul bordado. Las mas
famosas son las procedentes de Sarkol y las de Kalozaizeg de la regin de Transilvania.

Otra especialidad de puntos de aguja hngaros son los denominados puntos de
Pannolia. Se trata de un gnero asequible y de gran originalidad. En realidad es una
combinacin de punto de aguja y de punto de ganchillo. Su creadora fue la bolillera
Janos Gyrffy quien en el ao 1914 inici estos puntos de motivos generalmente flores
o procedentes del rico folklore hngaro.

Por ltimo hay que hacer referencia a los puntos de aguja hngaros denominados
puntos Nemeshany Se trata de puntos siempre con forma de medalln, que presentan
motivos geomtricos que imitan a los realizados con bolillos.

Como puede verse, el papel de los puntos hngaros, que a primera vista podra no
parecer relevante, nos deja asombrados cuando nos acercamos con inters y curiosidad
y para aprender, en consecuencia nos conviene acercarnos con los ojos y el corazn bien
abiertos, de la mano de la prudencia y hasta de la humildad delante del trabajo de los
dems.

Creo que hay que tomar conciencia de nuestro pequeo papel delante de este alud de
creatividad, que venga de donde venga, contribuye generosamente a enriquecernos y
enriquecer el mundo del encaje de bolillos.
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5.8 .ITALIA



La aportacin de los encajes italianos es de tal importancia en la amplitud de los
puntos y en su historia que para adentrarnos y comprender como eran, no veo otra forma
que seguir un itinerario imaginario por su geografa. Creo que esta forma fragmentada
nos permitir yendo paso a paso, poder hacerlo bien y extraer un mayor
aprovechamiento De momento, para iniciar el camino, he decidido hacerlo con los
puntos del Vneto, que tienen como centro la ciudad de Venecia.

Se trata de una regin, que estando situada mirando al Adritico, ha tenido gran
influencia en el desarrollo de la cultura mediterrnea: tambin hay que tener en cuenta
que qued bajo la jurisdiccin de Bizancio y donde mandaba un Duxe elegido vitalicio.
En este enclave entre Oriente y Occidente pervivieron dos culturas: germnica, eslava y
bizantina adems de estar muy relacionada, por cuestiones comerciales, con el mundo
musulmn. El momento mas esplendoroso de la Repblica Veneciana se produjo
durante los aos 1204 a 1453, en este periodo (1284) acuaron su propia moneda: el
ducado, que durante tres siglos fue el patrn monetario vigente en todo el Mediterrneo.

En 1453, con la conquista por los turcos de Constantinopla se inici el declive
comercial, ya que perdieron el monopolio que ejercan sobre los artculos de lujo que
importaban de Oriente. Llegado este momento, los venecianos se vieron forzados a
intentar una nueva estrategia para atender la demanda de mercancas suntuarias: crear
una industria propia, potenciando los trabajos de los artesanos de la ciudad, donde
gozaban de prestigio los trabajos de hierro, vidrio, ebanistera, cermica, esmaltes,
bordados, tejidos, etc.

En el apartado especfico del textil, esta idea se demostr especficamente fructfera,
ya que potenci el desarrollo de los tejidos bordados, entre ellos los encajes.

Por tanto, alrededor del siglo XV la aparicin de los encajes vino de la mano de los
artesanos bordadores venecianos, que cercando el artificio de las piezas, fueron
sofisticando los trabajos de calados y ser a lo largo de este proceso donde irn
gradualmente surgiendo los genuinos puntos del Vneto.

Inicialmente los diseos de los primeros encajes conservaron gran similitud con el
estilo presente en los bordados ya que hasta la aparicin de la imprenta, las pautas con
las que se trabajaba eran dibujadas a mano sobre un soporte de pergamino que eran
escasos y extremadamente caros. Poco a poco, a medida que la tcnica de los encajes se
iba consolidando paralelamente tambin se diversificaron de la propia de los bordadores
y de esta manera, podemos suponer que aparecieron los primeros bolilleros, artesanos
que se dedicaban especficamente a realizar las piezas de encaje.

A continuacin veremos una a una las diferentes puntillas venecianas, siguiendo el
orden cronolgico de su aparicin:

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Los reticel.les, son inicialmente trabajos sobre tejidos de lino sin teir. Pertenecen
al gnero de los desfilados. Eran siempre de forma cuadrada o rectangular, hechos
siguiendo diseos radiales a punto de festn. Estas piezas marcan el trnsito entre los
bordados y los encajes ya que estn trabajadas conservando todava el soporte de hilos
de la tela.

Como era propio de artculo de lujo, la calidad de la tela y de los hilos con que se
realizaban eran siempre de los mejores gneros.

Puntos tagliato, (calado), son trabajos siguiendo los diseos geomtricos y
radiales de los reticel.les, pero hechos en espacios vacos de la tela, que se perfilaban
a punto de festn. Los radios estn trazados por hilos nuevos, aadidos.

Punto in iria, son en realidad los primeros encajes: piezas trabajadas siguiendo
una pauta, sin ningn soporte de hilo-gua. Una vez acabado el trabajo de aguja, la gua
que ha servido para seguir el diseo se saca y la pieza, totalmente acabada, est
dispuesta para ser aplicada.

Estas tres modalidades, a la aguja veneciana: las reticelles, los puntos tagliato y los
puntos in iria, son los fundamentos de la etapa inicial en la historia de los encajes tal y
como se conocen hoy en da.

Estas modalidades tuvieron una gran aceptacin entre la vida clientela de la propia
ciudad de Venecia y la demanda hizo posible el desarrollo de una gran industria de los
encajes, que dio trabajo a centenares de bolilleras por toda la regin.

En la moda haba estado el uso de cuello y gorgueras de encajes por toda Europa:
piezas y piezas cada da ms sofisticadas que forzaron a los venecianos a continuar
inventando modalidades para el consumo de la alta sociedad sobre todo la nobleza y la
iglesia. De esta manera fue como aparecieron otros gneros de puntillas como:

Venecianas: suele denominarse punta de Venecia a cualquier puntilla de aguja
que presente caractersticas parecidas a las autnticas y genuinas puntillas de Venecia y
tambin he de aadir que con frecuencia se utiliza como genrico de cualquier trabajo
de aguja: eso para mi es una muestra de la alta consideracin que estas puntillas
conservan todava entre el ambiente de las bolilleras.

Ahora bien, si nos atenemos a la regla general de definir un gnero, atenindose a
sus caractersticas , sern encajes de Venecia los trabajos de puntos a la aguja trabajados
siguiendo diseos idnticos o semejantes a las piezas trabajadas en Venecia durante los
siglos XVI y XVII, por tanto con motivos marineros, florales o figurativos. Las piezas
han de presentar las diferentes variaciones del punto botonero para los motivos,
bordados a punto de festn.

Se trabajaban generalmente a mano sin soporte, pero si tenan cierta complejidad
eran realizadas con la ayuda de un soporte, invento de los venecianos, denominado
tmbola consistente en dos cilindros superpuestos.

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Antes de terminar con el tema de los puntos del Vneto no quiero hacerlo sin hacer
referencia a la importante recuperacin que estas modalidades tuvieron a finales del
siglo XIX.

En el ao 1872 la laguna veneciana padeci un invierno glido y el peligro del
hambre se extendi a las comunidades de pescadores que vivan en las islas. Ante esta
situacin de precariedad retomaron la iniciativa de volver a realizar encajes, y por
iniciativa de la Condesa Adriana Marchelo comenzaron a trabajar en la isla de Burano
donde ya no quedaba ms que una bolillera anciana: Cencia Scaparida, que conoca la
tcnica y sobre todo que conservaba la prctica, pero que por su avanzada edad, no se
vea en disposicin de ensearla: visto el panorama se decidieron a poner a su lado a
una maestra de labores: Ana Bellorio, que despus de semanas de observacin pudo
abrir una serie de talleres en las islas, donde volvieron a tejer encajes centenares de
mujeres y nias copiando y recreando modelos antiguos. Y en el ao 1878 se
vendieron encajes por un valor de 21.244 liras y pasados unos aos en 1906 las ventas
se multiplicaron llegando a las 154.802 liras.

Este resurgimiento tan esperanzador sirvi para llamar la atencin de la opinin
pblica del pas que haba dejado de lado uno de sus patrimonios mas enraizados.

Actualmente estos encajes continan hacindose en la regin de Vneto,
especialmente en la isla de Burano y en Chioggia, poblacin situada al sur de la laguna.
Para trabajarlos utilizan hilo de algodn o de lino: para el punto de festn del contorno y
para los fondos utilizan el hilo del tipo glace, una terminacin especial que le da una
textura ms rgida y para trabajar los arabescos, las figuras y el interior de las flores el
hilo de lino sin tratar.

Despus de haber dedicado este espacio a las encajeras del Vneto, pondremos
atencin en una produccin de encajes de aguja de otra zona de Italia situada al
nordeste, concretamente en la regin de l`Emilia-Romanya y muy especialmente nos
centraremos en una produccin de encajes con denominacin de origen. Se trata de las
manufacturas conocidas como Aemilia Arts.

Como ocurre con frecuencia el nombre le viene de la localizacin de procedencia,
en este caso la regin italiana de l`Emilia, un territorio baado por el mar Adritico,
situado al sur de la franja que formaba histricamente la Repblica de Venecia, y que
desde la poca del Papa J ulio II formaba parte de los Estados Pontificios.

Econmicamente l`Emilia era una zona deprimida donde la produccin agrcola
estaba dedicada sobre todo a los cultivos de la remolacha y de la vid.

La vinculacin de esta regin a los encajes no viene de lejos como en el caso del
Vneto, sino de una vinculacin reciente que podemos concretar en un siglo; los cien
aos que van desde la fundacin de la Escuela-Taller Aemilia Arts, en Bolonia, en el
ao 1901.

Esta escuela de bolilleras nace impulsada por la corriente que a finales del siglo XIX
se extiende por Europa y que propona la recuperacin de oficios antiguos. Estas ideas
ya haban hecho posible iniciativas importantes como la creacin en Francia de Lnio
Centrale de Beaux Arts en 1863, en Inglaterra el movimiento Art and Crafts fundado en
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Londres en 1888.y otras como en Austria Werkbond. Etc. Estas sociedades creadas por
todas partes, en conjunto consiguieron atraer la atencin al problema que planteaba el
abandono de viejos oficios enfrentados a la presin del nuevo mundo industrial.

Volviendo al tema, la escuela de bolilleras Aemilia Arts, fue fundada por tres
seguidores de estas nuevas ideas conservadoras: Carmelita Zucchini, Luisa Bellini y
Lira Cavaza. Los planteamientos iniciales las llevaron a tomar la decisin de orientar
los trabajos de encajes teniendo como base, los patrones de un fondo documental
antiguo indito y que haba sido editado en Bolonia: se trataba de dos obras magnficas:
II LIBRO DEL LABORI DE AURELIO PASSEROTTI. Editado a finales del siglo
XVI.

Este libro de patrones original haba sido dedicado a Margarita Gonzaga d`Este,
duquesa de Ferrara. Un libro excepcional donde se recogieron y trabajaron a la aguja
una a una toda la serie de puntillas del ms depurado estilo cortesano de la poca.

VARI DESEGNI DI MERLETTI DE BARTOLOME DANIEL. Editado en el siglo
XVII.

Otro libro excepcional lleno de propuestas originales para los puntos de aguja. Al
margen de estas dos publicaciones inditas, tambin se copiaron modelos de otra
publicacin de Elisabeta Catanea Parasole Romana, editada por primera vez en Roma
el 5 de mazo de 1616.

En la primera etapa la escuela de bolilleras copiaron literalmente los modelos
propuestos como patrones de los libros de referencia. Poco a poco hicieron pruebas con
el fin de conseguir unos acabados de alta calidad que desde entonces caracterizaron
todas las piezas que salan con el sello Aemilia Arts.

Pasada esta primera etapa inicial, las bolilleras continuaron trabajando teniendo
como base los modelos de los libros antiguos, pero enseguida se plantearon recreaciones
de los modelos originales. El resultado ofreci ms variaciones pero sin perder el
criterio de calidad al ms alto nivel que desde los inicios le dieron renombre.

Y poco a poco el xito de la iniciativa atrajo la atencin de dibujantes como Alfonso
Rubiani Casanova que disearon carpetas de patrones inditos que sirvieron de modelo
para los trabajos de puntos de aguja de la escuela de Aemilia Arts.

El resultado de esta iniciativa bolillera fue muy positiva ya que integr
profesionalmente a centenares de buenas encajeras que llevaron a trmino un nmero
importante de piezas de aguja muy valoradas tanto en el mercado interior como para dar
cumplimiento a la demanda del extranjero, especialmente al continente americano.

El xito de los encajes salidos de Aemilia Arts junto a la aparicin de otras
iniciativas como las nuevas puntillas de la Escuela de Burano, puntos de Rapallo, etc.
Propiciaron la creacin en Italia el ao 1903 de un movimiento con soporte institucional
que se llamaba Sociedad Cooperativa Nacional de Industria femenina, organizacin
que promovi el trabajo por un sueldo digno a centenares de bolilleras que de otra
manera nunca se hubieran dedicado a hacer encajes.

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De otro lado, histricamente en la Romanya, se trabajaban puntillas de bolillos
siguiendo los modelos de los puntos flamencos: motivos florales generosos sobre puntos
de fondos variados. Eran utilizadas en la indumentaria, para cuellos y sobrecapas.
Tambin hemos de mencionar los antiguos y tradicionales trabajos de puntillas de
bolillos de Urbino, lugar situado al sur de San Marino y que destacaban por su fama y
finura y parecido en cuanto al diseo, a los encajes del norte.

Hemos de hacer un repaso a la tradicin bolillera de un territorio que se extiende,
para entendernos, alrededor del golfo de Gnova: la regin denominada La Ligria.

Aqu la historia de los encajes se inicia precisamente en Gnova, una ciudad que
desde hace siglos es conocida por contar con uno de los puertos ms importantes del
Mediterrneo, y que rivaliz por el comercio con puertos como los de Venecia y
Barcelona y con ciudades como Pisa. Esta situacin de rivalidad supuso una alternancia
de ataques y pactos segn el juego de intereses particulares de las familias: los Fieschi,
los Spnola, los Grimaldi, los Doria et., que en cada poca mandaban en la ciudad. Es
precisamente esta caracterstica individualista la que hizo que Gnova nunca fuera una
ciudad polticamente independiente.

En este baile de amor/odio entre Gnova y Barcelona hay dos fechas de inters:

- 1147 cuando firman un acuerdo de colaboracin. En este ao un contingente
de genoveses se desplazan hacia aqu para tomar parte en la conquista de la
ciudad de Tortosa que estaba bajo el dominio de los rabes.

- En el periodo que va desde 1327 a 1336 las relaciones pasaron por su peor
momento con continuas luchas que finalizaron con la firma urgente de un
tratado de no agresin.

Por otra parte y pasando a otro tema, despus del descubrimiento del continente
americano, la relacin de la corona de Espaa con los banqueros genoveses fue muy
estrecha ya que intervinieron activamente en ventajosas transferencias que se pagaban
con el oro y la plata americano.

Y es precisamente la acumulacin de metales preciosos, lo que favoreci el desarrollo
en Gnova de una tradicin de encajes en hilos metlicos que se desarroll en el siglo
XVI. En relacin con estos trabajos en hilos metlicos hemos de saber que como
materia prima los genoveses inventaron una aleacin de oro y latn con unas
caractersticas excelentes de ductilidad y que se conoca como falso galn. El
resultado eran unos trabajos a buen precio pero de un acabado impecable, muy parecido
a los de oro de ley.

El otro material con que se trabajaban mayoritariamente los encajes era el hilo de lino
y como era una fibra que no se cultivaba en la regin la importaban desde la Lombarda
y sobre todo de Francia y de Flandes.

En el ao 1550, si Venecia era el centro para lo que se refiere a los puntos de aguja,
podramos decir que Gnova era el centro para el resto de las manufacturas.

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En Gnova, el comercio de encajes estaba regulado y cada mercanca estaba bajo
control. La regulacin se basaba en que cada gnero tena un destino establecido por
ley:

- Los encajes de aguja se reservaban para el uso eclesistico.

- Las puntillas de gneros finos donde destacaban los encajes de tipo chantilly e
seda negra se reservaban para la exportacin: Inglaterra, Alemania, Espaa y
despus para Amrica del Sur.

- Los encajes de tipo torchn y un gnero parecido al de Miln que eran
utilizadas sobre todo para ornamentar la ropa de casa y que eran las que se
reservaban para uso interno.

De la cantidad de encajes que se comercializaban a travs del puerto de Gnova no
todas se hacan en la ciudad. A medida que el uso de los encajes se puso de moda,
las necesidades de incrementar la produccin hizo que se extendieran las bolilleras
por otros pueblos de la regin: Savona, Albissola, Rapallo y Chiavari. En Savona y
especialmente el Albissola se iniciaron, hacia el ao 1600, el trabajo de puntillas con
hilo de pita natural y blanco. Tambin se trabajaron encajes en seda teida que se
traan de Npoles y sobre todo en color negro para exportar a Espaa.

En Rapallo y su entorno, que comprenden los lugares de Santa Margaretta,
Portofino, Camogli i Zoagli, comenzaron a trabajar los encajes tambin alrededor
del ao 1600 y continan trabajando con continuidad, con bajadas notables durante
algunos periodos como despus de la Revolucin Francesa o cuando llegan al
mercado los primeros encajes mecnicos, pero su momento de esplendor ser a
mediados del siglo XIX, una poca en que cada casa del municipio tena trabajando
alguna bolillera.

La tradicin bolillera de Rapallo estuvo animada a lo largo de su historia por
diversas iniciativas que contribuyeron enormemente a divulgar sus trabajos de
encajes:

- En el ao 1866: la fundacin de l`Opera dei pizza di Nostra Signora de
Montallegro que consisti en una colecta para comprar una corona para la
imagen de esta iglesia. Las bolilleras de Rapallo destinaron una parte de su
trabajo de encajes y despus de dos aos consiguieron reunir 4.000 liras. Esta
actividad suplementaria estimul el aspecto de colectividad.

- Ao 1908: se creo la Manifattura Mario Zennaro. Dos aos antes este
empresario se haba establecido en Rapallo, y desde el primer momento fue
uno de los grandes impulsores del comercio de los encajes en la regin.

La Manifattura Zennaro dio trabajo a centenares de bolilleras y consigui llevar los
encajes con su sello al ms alto nivel en un momento propicio y de resurgimiento de los
encajes. Este negocio se mantuvo vigente y trabaj ininterrumpidamente hasta el ao
1968 que definitivamente cerr. Contaban con un muestrario muy completo donde
figuraban desde los modelos geomtricos, puntos de la tradicin local de inspiracin
marinera denominados Forbici-Corallo, puntos de gnero clsico donde destacaron
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los trabajos de puntos de Lille, puntos en seda negra, et., y puntos de creacin que
generalmente reservaban para presentar en Ferias y Muestras donde sus piezas muy a
menudo eran premiadas. Disearon para la Manifattura Zennaro entre otros
especialistas: Tomaso Buzzi, Lidia Morelli, Giulia Varonesi, Vittorio Zeechin, Giovanni
Solari, Diego Carnelutti, Virgilio Guzzi o Etore Rambaldi.

Esta casa fue tan importante para la economa y el prestigio del pueblo que una vez
cerrada, el Ayuntamiento se hizo cargo de la coleccin y abri en Rapallo un Museo del
Pizzo al Tombolo donde se puede admirar, entre miles de encajes de todo tipo una pieza
muy especial, se trata del mural denominado: La commedia del l `arte, encargo salido
del taller de Mario Zennaro y que hasta el ao 1986, fecha de su donacin, decoraba uno
de los salones de primera clase del barco Oceana, de la Compaa Cruise Lines de
Florida en los Estados Unidos.

Antes de terminar, no podemos hacerlo sin mencionar la importancia que en la
Liguria tradicionalmente tuvieron los trabajos de macram. Eran generalmente piezas
para ornamentar la ropa de la casa y tenemos tambin constancia de una aplicacin de
macram muy de moda en el 1700: como cubrecabezas de las mujeres denominadas
pezotti. Pasado el tiempo, ya sobre el 1800 la moda cambia y el nuevo modelo de
cubrecabezas denominado mesero era de seda estampada.

A finales del siglo XX volvi a la ropa de casa y se trabaj mucho en el pueblo de
Chiavari dando trabajo a centenares de mujeres, jvenes y nias.







Bolilleras Venecianas



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5.9 RUSIA


Si queremos adentrarnos en la historia de los bolillos y las bolilleras en un pas
gigante como es Rusia, hemos de empezar con unas pinceladas sobre los
acontecimientos histricos, sociales, econmicos, etc., del pas en cuestin y hemos de
dar tambin una ojeada con un mapa por delante, para situar los lmites territoriales que
varan en cada poca.

Una peculariedad de Rusia que no podemos dejar de lado es el hecho que constituy
el pas ms grande y con ms poblacin de Europa hasta finales del siglo XIX. Esta
dimensin en s misma nos condiciona y obligar posiblemente a fragmentar el tema
para tratar de ordenarlo y sacarle mayor provecho.

Para empezar hemos de decir que alrededor del ao 1328 el principado de Mosc
unific a diversos principados bajo la soberana del prncipe Ivn I. Esta Rusia inicial
que ya ocupaba un territorio de dimensiones considerables, a lo largo de los siglos
siguientes fue amplindose en todas direcciones, anexionndose y conquistando ms y
ms territorios.

En el siglo XVI, el zar Ivn IV denominado el Terrible conquist a los pueblos
trtaros enormes territorios hacia oriente e incorpor las inmensas planicies del ro
Volga. En el siglo siguiente, se produjo la expansin direccin sur, y Rusia incorpor
las regiones de Armenia y Georgia, territorios valiossimos entre el mar Negro y el mar
Caspio.

En el siglo XVIII se incorporan territorios hacia occidente, las regiones de Ucraina,
cedida por Polonia y los territorios de Finlandia, Lituania, Estonia y Letonia
conquistados a los suecos. Estas nuevas incorporaciones proporcionaron la ansiada
salida al mar del Norte. Inmediatamente el zar Pedro I fund la ciudad de San
Petesburgo a donde traslad la capital administrativa y la corte.

Dejando en este punto lo que hace referencia al marco histrico y territorial de Rusia
pasamos a fijarnos en el tema central que nos ocupa: bolillos y bolilleras rusas desde el
siglo XIV al siglo XVIII.

De la influencia cultural oriental, el gusto por los metales preciosos, hizo que los
primeros trabajos de bolillos, los ms primitivos se tratasen de puntos trabajados con
hilos de oro y plata. Tambin hacan unos ciertos gneros de bolillos para ropa de casa,
estos trabajados con hilos de lino donde aparecen motivos ornamentales recurrentes de
tipo naturalista: pjaros y flores. Estos puntos van siempre acompaados, haciendo un
conjunto de bordados de tradicin rural.

A partir del siglo XVI inician la utilizacin de los encajes con hilos de seda hechos de
colores vivos. En ruso la denominacin genrica de bolillos es kruzevo y sabemos de
su existencia a travs de los inventarios de los ajuares de los monasterios. Su presencia
es ms frecuente en las regiones septentrionales. Los grandes monasterios atesoraban
con frecuencia un gran patrimonio propio, entre los que se encontraban un buen nmero
40
de piezas de bolillos que enriquecan los ornamentos rituales del sofisticado culto
ortodoxo. Estas lujosas piezas, solan estar trabajadas con hilos de seda y ornamentadas
con perlas y pedrera.

En el siglo XVIII, en la corte del zar imperaba la moda occidental y se nutra de
gneros suntuarios de todo tipo que les llegaban por las rutas comerciales del mar del
Norte. Los encajes de bolillos provenan sobretodo de Flandes, de Miln y de Venecia.

En el territorio ruso se tiene constancia de la existencia de bordados autctonos
provenientes de la regin de Kostroma, en concreto de la regin denominada Galitsch.
Son piezas hechas con hilo de seda de color, su caracterstica singular era que llevaban
una orilla en un tono ms vivo: azul, verde o rojo. Con el paso del tiempo el gusto vara
y posteriormente continan trabajando los bolillos con hilos de seda pero tiendo de
colores suaves como el salmn o el de la hoja seca.

Otra procedencia singular son los bordados de Nogorod, donde a finales del siglo
XVIII, el zar Pedro V ordena la fundacin de un taller de bolilleras bajo la direccin de
operarios venidos de la regin de Brabante.

Era comn que en los conventos de cierta importancia funcionara, entre otros talleres,
uno dedicado a las labores, entre ellas la de bolillos. Los gneros que salan de los
conventos eran tanto para el consumo interno como para la venta. Se trataba de modelos
de encajes que reproducan los gneros que les llegaban desde fuera. Estas manufacturas
nunca pudieron adquirir una calidad suficiente para desterrar la presencia de bordados
extranjeros, sobre todo porque haban de trabajar con hilos gruesos, y por tanto el
resultado era tosco.

A partir del ao 1750 se inicia una modalidad de punto de cinta con fondo de punt
de vi, que se utilizaba inicialmente para usos funerarios.

Y Quines eran las bolilleras?. Por lo que sabemos eran mujeres y nias siervas de
las explotaciones rurales y que trabajaban, sin sueldo ni derecho alguno, haciendo
encajes para el amo, que se encargaba de comercializarlos entre los otros propietarios en
las ferias locales y en los mercados de las ciudades, en la corte y a la iglesia ortodoxa
con sede en Mosc.

Volviendo al tema de los bolillos hay que aclarar algo sobre los puntos ms
caractersticos de los que se produjeron en este pas. Se trata de los puntos de cinta que
nosotros denominados puntos rusos. Esto quiere decir, que si bien generalmente los
puntos reciben el nombre del lugar de procedencia, esto nada ms nos viene a decir que
entre las bolilleras rusas no lo reconocen como un gnero de puntos autctonos,
aceptando que es una modalidad de punto fornea, importada del oeste, concretamente
de Alemania.

Este tipo de punto, trabajado con 12 bolillos, es en realidad una modalidad de punto
muy comn, y que se trabajaba por todos los pases de Europa. Creo que su popularidad
se debe a la originalidad que presentan los patrones en Rusia. Son en realidad puntos de
una gran simplicidad tcnica y de factura, pero a pesar de esto tienen mucho mrito ya
que consiguen sobresalir y popularizarse con nombre propio. De los talleres de
bolilleras de Novgorod salieron gran cantidad de estos gneros de bolillos trabajados en
41
hilo de algodn de grueso intermedio, que las operarias realizaban juntamente con otros
tipos de bordados trabajados con hilos de seda.

Como en otros lugares, tambin en Rusia hay una fuerte tradicin de puntos
denominados sin patrn. Son puntos de tipo rural, un trabajo popular entre los
campesinos. En este punto haremos un parntesis, ya que creo conviene dedicar un
tiempo a explicar que pasaba y como eran buena parte de las bolilleras que hacan
trabajos de esta modalidad y de todos tipos en Rusia.

Quines eran los siervos?. Como hemos comentado, Rusia, dentro de Europa, es un
pas singular por su enorme dimensin. Un territorio inmenso que alrededor de
mediados del siglo XIX concentraba, especialmente, en las regiones ms occidentales,
una poblacin que sobrepasaba los 170 millones de habitantes. Pero a pesar de su
potencial arrastr una muy precaria situacin. Trabajar el campo era la ocupacin del
80% de la poblacin. Polticamente continuaba vigente un rgimen absolutista bajo la
voluntad del zar.

El resultado de esta situacin de marginalidad econmica y de inmovilismo poltico
provoc progresivamente un deterioro a nivel social. La condicin de siervo perdur en
Rusia hasta bien entrado el siglo XIX, porque a pesar de la promulgacin de la ley de
1861 que dejaba en libertad a los siervos, eso no fue acompaado del reparto de las
tierras y en consecuencia conden a millones de campesinos al hambre.

El siervo no era un ciudadano de pleno derecho. Viva sometido a un amo y estaba
obligado a trabajar para l durante toda su vida. La mayora trabajaban labrando las
tierras del propietario, pero dentro de la organizacin de la granja tambin hacan todos
los trabajos que se les encomendaban, entre ellas, bolillos, esto lo sabemos cierto por
medio de la documentacin generada en el momento de la comercializacin.

Un siervo no era nadie, ni tena nada, y obviamente no cobraba sueldo por su trabajo.
Tena en realidad un status comparable al de un esclavo. La condicin de siervo no
finalizaba ni con la muerte, ya que se trasmita a su descendencia. Esta era una situacin
que vena del feudalismo.

Esta situacin nos sita en el escenario en donde se desenvolvan las bolilleras rusas.
Los bolillos junto con los bordados eran actividades artesanales casi nicas en el
ambiente rural donde en general hombres y mujeres analfabetos llevaban una vida muy
pobre, faltos de toda formacin que les permitiera dejar atrs la miseria. Por fortuna
para los que vivan en las ciudades, posiblemente haba ms variedad de oficios donde
poder ganarse la vida.

Durante el siglo XIX tenemos noticia de que se trabajaban mucho los encajes. Hay
constancia de que se trabajaban en 17 provincias a lo largo del pas. Esto visto con la
dimensin de Rusia puede significar miles de bolilleras y en consecuencia metros y
metros de encaje.

A continuacin citamos algunas de las 17 ciudades donde se trabajaban los encajes:

En Jelez, Rjasan y Moscu trabajaban copiando modelos de duquesa y a partir de
1825 comienzan a trabajar modelos de blonda.
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En Rjasan tambin inician los trabajos de hilo continuo con hilos de metal. Lino y
seda unos materiales textiles que trabajados solos o combinados siempre fueron del
gusto de los rusos.

En Torshok tambin trabajaban puntos de hilo continuo de tcnica ms depurada. En
los diseos con motivos aaden los presentes en los bordados tradicionales: pjaros.
Mujeres y caballos.

En nueve localidades de la provincia de Sachoshje continan trabajando puntos sin
patrn.

Los puntos in patrn son aquellos que se trabajan directamente sobre la almohadilla,
siguiendo las rayas y franjas presentes en la tela que los cubre. Estos puntos sin patrn
rusos se trabajan utilizando tres colores combinados: blanco, azul y rojo. Esta
modalidad de trabajo es muy primitiva. La primera descripcin la hace en 1895 Sophie
Davydova que la sita en dos localidades:

En Mikhailov, en la provincia de Riaza. Son puntos de tipo popular que se utilizan
sobretodo en los adornos de los vestidos tradicionales y para la ropa de casa.

En la comuna Ludonitchi, situada en los alrededores de la ciudad de Minsk, las
campesinas que trabajaban estos puntos llamaban a las agujas chipiki.

Por otro lado, en Vologda, un lugar donde ya se practicaban los tradicionales puntos
sin patrn durante el siglo XIX, se estableci una escuela de bolilleras que se
especializ en trabajos de puntos del gnero torchn. El ao 1885 desde San Petesburgo
se traslado a Vologda, la maestra bolillera Marie Schule, que fue la encargada de
introducir mejores tcnicas con buen resultado, ya que en poco tiempo la produccin se
increment casi el doble: de 20.000 bolilleras censadas el ao 1904 pasaron a 39.000 en
poco ms de 10 aos.

Como puede deducirse, la produccin de puntos en Rusia no fue relevante en cuanto
a la calidad y de siempre, se mantuvo produciendo puntos de los gneros ms comunes,
por ejemplo para la ropa de casa.

Toda esta produccin bsicamente realizada por la comunidad campesina poco a
poco a lo largo del siglo decae y se vulgariza ya que se ha de desarrollar sin ninguna
ayuda ni intervencin. Los precios se incrementan hasta un 300% ya que desde que
salen de las manos de las bolilleras hasta que llegan al cliente, los bordados pasan por
entre tres y cinco intermediarios.

A finales del siglo XIX, por iniciativa de la zarina, se funda una escuela de bordado
de aguja en Mosc. Esta escuela quiere seguir muy de cerca las experiencias exitosas de
Venecia y se trabajan los puntos con hilos de algodn importados de Inglaterra. De
estos talleres surge una especialidad denominada punto de Mosc.

En el stand de Rusia, dentro de la Exposicin Universal celebrada en Viena en el ao
1874, se exhibieron muchos de los mejores puntos rusos. Sabemos que se trataba de
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piezas de puntos policromos trabajados en hilo azul y rojo combinando piezas que
segn los cronistas tenan una excelente calidad y eran de gran originalidad.

Despus de 1917, la revolucin no hizo desaparecer la actividad ya que debieron
entender que supona un activo ms. Al contrario se abrieron explotaciones en lugares
remotos:

En la regin de Wjatka sin tradicin bolillera se cre una escuela en el distrito rural
de Jaransk. Esta iniciativa dio trabajo a centenares de bolilleras que trabajaban puntos
de aguja siguiendo modelos de esttica modernista.

Tambin en los lejanos territorios del Volga se abrieron talleres de bolilleras. A partir
del ao 1921 se abrieron nuevos talleres de bolilleras por todo el territorio de la URSS.






Punta Rusa





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6) ESPAA



INTRODUCCION



Hasta ahora hemos ido viendo en un recorrido por varios pases de Europa, qu era el
encaje, como apareca en cada uno de ellos, la implicacin en la vida cotidiana de las
personas, la importancia econmica y social que tuvo en muchos momentos, as como
la evolucin de las distintas sociedades en las que esta artesana se hallaba presente.

Siendo consciente de que hay otros pases en los que tambin el encaje tuvo
desarrollo y no han sido tratados en este trabajo, para no hacerlo exhaustivo, es el
momento de intentar explicar cual ha sido el camino que la industria textil ha seguido en
Espaa , teniendo en cuenta que, dentro de la misma se halla todo lo relacionado con
los encajes de aguja y de bolillos, y como ha ido formando parte del devenir cotidiano
de muchas mujeres y nias sobre todo, desde su aparicin en el siglo XVI.

Desde el Renacimiento momento de mximo esplendor-, hasta principios del siglo
XIX los avatares por los que atraves fueron muy numerosos y la aparicin del primer
encaje mecnico fue un golpe fatal para la artesana , que no haba evolucionado en
ningn aspecto y por lo que la mecanizacin dej sin trabajo a gran nmero de obreras.

A pesar de la industrializacin, de que la mquina haca en poco tiempo lo que a
muchas mujeres costaba horas interminables de trabajo, la encajera no ha desaparecido,
al contrario, en estos momentos, principios del siglo XXI, son muchos los talleres,
escuelas, asociaciones que se dedican a ensear y a trabajar piezas de todo tipo, sobre
todo por la belleza que tienen por s mismas, y ya no como antao como un medio de
ganarse la vida.

En la mayora de regiones de nuestro pas hay tradicin encajera, pero hay
especialmente tres, en las que no se ha roto nunca el lazo que las una con el pasado y a
ellas dedicar ms atencin. Se trata de

- Almagro

- Camarias

- Catalua

Voy a dar un repaso a modo de mquina del tiempo de lo que ha sido la historia de
los encajes a la aguja y al bolillo, desde los primeros datos de los que he podido tener
referencia.
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6.1 INTRODUCCION HISTORICA



En Espaa, tambin hay varias opiniones en cuanto a la fecha de aparicin del encaje,
de cualquier manera, se puede decir que empez a llamarse encaje, cuando estaban
las labores encajadas entre telas o labores de diferentes clases. Y as aparece con este
nombre en inventarios y otros documentos, a finales del siglo XVI.

Sin embargo, en este caso particular de Espaa, nos remontaremos tambin hasta
nuestros antepasados iberos, que ya saban hacer borlas, como se ve en la dama ofrante
(Museo Arqueolgico Nacional), y tambin cordones, trenzados, etc., nicamente que
los hilos usados eran rgidos y ms gruesos. Podra decirse que todo esto ya eran
trabajos de pasamanera incipiente.

Segn Prez de Villamil (en una conferencia que dio sobre la mujer en la industria
espaola), leyendo a Estrabn y Tito Livio tenemos el dato curioso de las mujeres
celtberas y turdetanas, que llevaban el pelo en forma de rodete y se distinguieron por
usar velo florido de color oro. Ello hace pensar (y as lo dice Prez de Villamil) s ya en
esta poca de nuestra historia llevaran las mujeres espaola encajes de seda natural

En las excavaciones hechas por el Marqus de Cerralbo, en Arcbriga, se
encontraron en sepulturas de mujer tal vez de sacerdotisas-, hierros formados por
varillas de 70 cm de longitud, que arrancaban de un collar, terminaban en dos puntas
finas, curvadas hacia delante, y que segn deducciones parece que servan a las mujeres
celtberas para sujetar el manto o caperuza. Lo que hace imaginar esta armadura como
el origen de la peinetaque despus se coloc (y se coloca) bajo el velo o la mantillas.

Llegando al siglo VII, la invasin musulmana aumenta en nuestra Pennsula la
suntuosidad del imperio bizantino, y nos trae sus industrias. De aqu, que algunos
autores hayan credo que la industria del encaje empez en nuestra Pennsula antes que
en otros pases. Aunque se reconoce que los musulmanes de Espaa perfeccionaron el
arte textil, ya usado por los espaoles, el encaje de hilo no lo practicaban los rabes.

Espaa, con la peregrinacin de toda la cristiandad al sepulcro de Santiago Apstol,
tena una importante corriente comercial con toda Europa, que haca llevar y traer
numerosos conocimientos, artes e industrias. De modo que no nos vena todo
exclusivamente de Oriente.

Los judos tambin tuvieron su arte y su parte en nuestra historia. Y as sabemos
que en las juderas de Toledo, Mallorca y Barcelona se hacan muchas redecillas de oro
y plata, que las llamaban telillas, y que las mencionan en las leyes suntuarias dadas
en Castilla, Len, Aragn y Navarra. Con la expulsin de los judos decay esta
industria. Pero no desapareci y ms adelante tuvo un nuevo apogeo.

Considerando todo lo dicho hasta ahora, vemos como en Espaa se tejieron y
bordaron telas, mallas, gasas, etc., trabajadas de diferentes maneras, pero que ninguno
de estos tejidos adornados y valiossimos puede considerarse lo que hoy conocemos por
encaje.

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Siguiendo la historia, y segn varios autores, doa Catalina de Aragn, que contrajo
matrimonio con el prncipe Arturo de Inglaterra, llev encajes de Espaa a aquella
corte. Y dicen tambin que cuando fue recluida en el castillo de Amphill por Enrique
VIII, ocupaba su tiempo haciendo encajes. Por tradicin se sabe que las labores que
haca esta princesa, le haban sido enseadas por su madre.

Afirmar que el encaje en Espaa, tal como hoy lo conocemos, fue anterior al siglo
XVI, parece falto de confirmacin documental, puesto que, hasta aqu, siempre hay
autores que aportan otros datos diferentes y dignos igualmente de consideracin.
Aunque se nombre en varios documentos la palabra randa o randilla, parece que
se designaba con este vocablo todo aquello que adornaba una pieza en su derredor,
cualquiera que fuese el trabajo con que estaba hecha. Sin embargo, los historiadores, al
leer tantas veces la palabra randa, han credo que poda referirse a randas de encaje.
El origen etimolgico de randa, viene del sajn rand, igual a borde, orla. Y
cuando las randas terminaron en picos, se aadi la palabra puntas o puntillas.
Podra darse otras acepciones a la palabra randa y otras opiniones de autores. Pero,
todo lo dicho hasta ahora, nos lo confirma bastante las pinturas de la poca. Sabemos
que los pintores de entonces cuidaban mucho los detalles, y no se encuentran encajes en
los vestidos de los personajes hasta entrado el siglo XVI.

Tambin hay grandes debates sobre que pas fue el primero en la fabricacin del
encaje. A los belgas e italianos se les ha tenido siempre como pioneros en esta artesana.
Espaa ha podido demostrar que, al menos, puede ponerse junto a estos dos grandes
pases, en cuanto a su origen en el tiempo y, por supuesto, de una calidad excepcional.
Y as lo confirma Lefebure en el prlogo del Catlogo del Museo de Lyon: Esta
coleccin tan completa como variada permite, acaso por primera vez, juzgar en su
conjunto el arte del encaje tal como ha sido practicado en Espaa, a travs del tiempo,
y clasificar este pas entre los que mejor han practicado desde los tiempos ms remotos
el manejo de la aguja y el bolillo. Y sigue diciendo.Espaa, desde fines del siglo
XVI, ha creado modelos de ornamentacin que no son copias inspiradas en un estilo,
sino gneros de encaje con un carcter absolutamente original.

Otro dato de su particular estilo, es que Espaa siempre ha adoptado un modo de
trazado para el picado de sus dibujos, que consiste en una malla cuadrada ejecutada con
ayuda de alfileres fijados en total cruzamiento de hilos, muy diferentes de los italianos y
flamencos, cuyas mallas son exagonales.

Los encajes espaoles del siglo XVI estn hechos en seda, oro y plata, Buscan los
efectos del relieve ms que la delicadeza del trabajo, y son apreciados en toda Europa
por su complicacin, riqueza y suntuosidad. Son las denominadas puntas de Espaa,
hechas a la aguja o con bolillos

Las puntas de Espaa hechas con bolillos son similares al guipur. Se hacan como he
dicho con oro, plata y sedas policromas y podan llevar una cinta plana de plata para
decorar el dibujo. Cuando por razones econmicas no se podan hacer con oro, se
fabricaban con pita. De este ltimo tipo, se han encontrado en iglesias con bajo poder
econmico.

Despus de estos datos, llegamos a la tradicin, que, precisamente, no ha podido
confirmarse an. Y esta dice que los espaoles llevaron el encaje a la aguja a los Pases
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Bajos, con nuestra dominacin, y de ellos aprendimos el bolillo. Y aqu vendra de
nuevo el anlisis, el estudio, la comprobacin de hechos, costumbres, etc., Pero hay un
dato significativo que lo pone en duda: las almohadillas belgas son diferentes de las
espaolas y la manera de manejar el bolillo tambin lo es. Esto no significa que hoy no
haya algunas copias de modelos de Brujas, que vinieron a Espaa precisamente a finales
del XVII y a principios del XVIII. Los puntos de Flandes llegaron a nuestro pas en
grandes cantidades. En esta poca, casi desaparecieron los encajes espaoles y se
fabrica al gusto extranjero. El comercio de las puntas de Flandes era de una gran
importancia en este periodo de su historia. Haba gran importacin de Amberes a Cdiz,
y una parte se quedaba en el pas y otra se enviaba a Amrica del Sur.

El encaje en Espaa, tuvo su tiempo de esplendor. Y su fama de ricos, suntuoso y
policromados, corra por todo el mundo. Se utilizaban para decorar la indumentaria y
los objetos litrgicos, y en pequea escala para la indumentaria civil. Los cuellos que se
pusieron de moda, flexibles y con su cada natural, demandaban un tejido maleable
como los hilos que se utilizaban para el encaje de bolillos. Este tipo de puntillas era
indispensable para el vestuario de los nobles. Se utilizaban tanto para el interior como
para el exterior de su indumentaria. Incluso llegaron a coserse en las orillas de las botas
de los hombres.

Durante la dinasta de los Austria los reyes prohibieron el uso de los encajes por el
uso desmedido que se haca de ellos, con lo que su industria qued desprotegida.
Concretamente en esta poca, Felipe II decret dos pragmticas contra el uso de los
encajes, una el ao 1600, otra el 1610. Felipe IV hizo lo mismo el ao 1.623. A pesar
de todas estas leyes, los encajes eran cada vez mas usados y su exportacin a Europa
constituy una fuente de ingresos. Se continuaban haciendo los encajes policromos con
decoraciones de plata y oro; sus formas al principio geomtricas, se fueron convirtiendo
poco a poco en temas vegetales y de estilo barroco,

Dando un pequeo salto, en Espaa en el ao 1733 Felipe V paga a mujeres encajeras
para que no decaiga en nuestro pas esta artesana, siguiendo los pasos de su abuelo Luis
XIV y se dio una Pragmtica prohibiendo los metales en los bordados, puntas o
pasamanos. As como tambin se prohiba la importacin de cualquier encaje
extranjero. A pesar de esto, la influencia francesa se dejar sentir en las tcnicas y en la
decoracin de las puntillas.

Hacia el ao 1745, las encajeras normandas empezaron a fabricar encaje con hilos de
seda natural. Esta seda se traa de China, y como tena un ligero color rubio se le llam
blondes o blondas. Despus se consiguieron sedas de un blanco crema y un blanco
puro, y los encajes fueron ms ligeros, ms brillantes y ms delicados .En esta
especialidad de blondas, se distingui la perfeccin de la fabricacin espaola.

Las blondas de Espaa, se hicieron de dos clases de seda: el tul que corresponde al
fondo, que se hace con seda retorcida sin brillo, y los motivos, de seda lasa brillante. A
la labor de unir los pedazos de encaje, para formar las mantillas, se les llam en Espaa
ingerir.

Dejando ya las fechas, dar unos datos importantes de Carmen Baroja
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9
Historia de la blonda y el encaje de Manolita Espinosa
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Los nombres de los encajes, no correspondieron siempre al de su procedencia. Y as
vemos que los llamados Valenciennes, se hacan en Ipres; el punto de Inglaterra en
Flandes; el Venecia, se trabaj mucho tiempo en Alenon. Y el Alenon en Italia.

Por todo lo expuesto hasta aqu, vemos, as nos lo dice Migeon, que el estudio del
encaje es una ciencia muy completa.

El encaje, como trabajo u oficio, no ha estado nunca sometido a gremios o
asociaciones. En un principio, parece que perteneca al gremio de pasamaneros. Este
gremio, como otros similares, tenan estatutos y reglas, pero al que no pertenecan las
mujeres

Por ser un trabajo hecho por mujeres, y en su casa, no se conoce cuales eran su
organizacin social y econmica. No se sabe el precio que reciban las encajeras por su
trabajo. Slo sabemos los precios que pagaba el comprador definitivo. Esta situacin
durara hasta bien avanzado el siglo XIX. Y la forma de trabajo era la siguiente: las
nias lo aprendan de sus de las madres o las abuelas, y no necesitaban el taller o el
obrador. Pero aunque esta es la costumbre tradicional de aprender el encaje, en todas las
pocas existieron escuelas, ms o menos reconocidas como tales.

Hacia 1700, Denis Papin haba descubierto la fuerza del vapor como fuente de
energa mecnica susceptible de mover mquinas. Sin embargo, habra que esperar an
bastantes aos para que se manifestaran, en toda su plenitud, las aplicaciones prcticas
en el campo de la industria.

Las comunidades humanas, que desde la Edad Media fueron cubriendo sus
necesidades materiales indumentaria, tiles de guerra, trabajo, transporte, uso
domstico, adorno etc., mediante el desarrollo de tcnicas y prcticas donde la destreza
y habilidad de las manos del hombre jugaba un elemento importante, vean de este
modo, amenazada no slo la preponderancia de la artesana, sino que a la vez les llegaba
una verdadera revolucin de ideas, que acompaan siempre a todo proceso. Y las bases
socioeconmicas, jurdicas e ideolgicas, se veran afectadas.

La artesana sufri un verdadero varapalo. Aunque en Espaa por circunstancias
histricas, se retras la decadencia de los oficios artesanos. Lo que explica, de alguna
manera, el hecho de que an hoy tengamos una rica y variada panormica de sus
actividades.

Concretamente en el ao 1768, apareci el primer encaje mecnico. Fue un intento y
un ensayo que llev a cabo en su telar un fabricante de tejidos en Nottingham, cuyo
nombre era Hammond. En 1778.en Francia se invent una mquina parecida a la de
Inglaterra, aqu fue un tal Caillon .Y ya en los primeros aos del siglos XIX, Jos Mara
Jacquard, que era tejedor de Lyon, invent una mquina de tejer de una gran precisin,
llegando a sustituir a las antiguas lanzaderas y los antiguos lazos por agujas y por
patrones de cartn con el dibujo que se quera fabricar.

Como dato curioso, tengo que decir que el primer telar mecnico movido a vapor, fue
creacin del reverendo Cartwright, en el ao 1787.

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Para la paulatina decadencia en la produccin de este tipo de encajes, coincidieron
entre otros dos hechos importantes; uno la imparable mecanizacin que supona por un
lado la rapidez en la confeccin y el abaratamiento de los precios por una produccin
ms numerosa y por otro lado que todos estos cambios sociales y econmicos
coincidieron a principios del siglo XIX con un decaimiento en el entusiasmo por el uso
de los encajes, que acabaron por desaparecer de la indumentaria masculina. Hacia
mediados de siglo volvi a ponerse de moda en las prendas femeninas.

Para entonces, los encajes mecnicos, realizados en telares de artesana, haban
reemplazado casi por completo, a los realizados a mano, y se utilizaba el sistema Levers
(inventado por John Levers en Inglaterra alrededor de 1820), que combinaba las
tcnicas de telares de bobina con los de tejido, para fabricar encajes con diferentes
dibujos.

Al ser realizados a mquina, los encajes para cortinas y manteles, como ya he dicho
antes se abarataron mucho, pero s que hay que hacer notar que a pesar de esto los
encajes hechos a mano siguieron conservando su prestigio en las prendas de vestir. De
algn modo ocurre ahora lo mismo en nuestra sociedad: las prendas pret a porter
gozan de mucha aceptacin por razones econmicas, pero cuando un acontecimiento
especial o bien el poder econmico lo permite, la confeccin individualizada y
personal resulta mucho ms atrayente.

A partir de 1900 o 1910 se extendi el encaje hecho a mquina y en China se fabric
en gran cantidad para su exportacin a Europa y a Amrica. En 1910 se fund en
Espaa la primera escuela especializada en la enseanza de las tcnicas de encaje.

En esta escuela se realiz en 1952 un mantel para el altar mayor de la catedral de
Barcelona, que es la pieza de encaje contempornea ms importante realizada en
Espaa.

El xito de la fabricacin industrial junto con los cambios sociales que trajeron la I y
la II Guerra Mundial asestaron un golpe mortal al encaje realizado artesanalmente que,
sin embargo, como ya he dicho en la introduccin de este trabajo, sobrevive en algunos
lugares, en los que se sigue realizando a mano, tcnica con la que se obtienen
verdaderas obras de arte.

Por todo ello voy a exponer lo que he podido averiguar de Almagro (C Real)
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7. ALMAGRO




El comienzo y origen ciertos del encaje en Almagro, estn tan velados como en la
historia general del encaje. Sin embargo, existen particulares datos histricos, que hacen
posible la aparicin de esta artesana en una ciudad, como Almagro, situada en el
interior de la Pennsula, y a la vez, abierta a tantas gentes. Y en Espaa cuando se dice
que una pieza es de Almagro significa que es un encaje de bolillos.

Aunque no hay nada escrito sobre la historia del encaje en Almagro, al menos en
monografa o libro, algunos historiadores han hecho brevsimas alusiones a lo que
podra ser el comienzo. De este modo, admitimos como posible la realizacin del
trabajo del encaje durante la Edad Media. Aunque como labor remunerada, y sobre
todo con datos ms concretos, no aparece hasta el siglo XVI. Eugenio Larruaga nos
dice en sus Memorias Polticas y Econmicas que la industria del encaje se conoca
desde tiempo inmemorial.

Tambin supone cierta base histrica, admitir que el encaje fue trado de Flandes por
las damas del squito de la reina Doa J uana. Y que fue enseada su labor a las
almagreas, cuando en unin de su marido Don Felipe el Hermoso, pasaron por la
ciudad al comienzo del siglo XVI

En la segunda mitad del siglo XVI se hicieron cargo de la explotacin de las minas de
mercurio de Almadn la familia Fcares, que tuvieron una destacada participacin en la
vida social de esta ciudad.

Es importante consignar una fecha y un lugar concreto, a travs de las palabras de
Cervantes, en el Quijote y que hacen a esta artesana histricamente cierta en .un
lugar de la Mancha.Sanchica Panza gana,haciendo puntas de randa ocho
mareveds, ahorros que va poniendo en una alcanca para ayuda de su ajuar.Es
evidente que no nos dice la clase de puntas que haca, y tampoco nos dice si los ocho
mareveds los gana en un da, pero es un documento precioso.

Por entonces, la industria encajera se practica en la casa. No hay obradores. La nia,
lo aprende, principalmente, viendo tejer a su madre o a su abuela. En algunas escuelas
se ensea a manejar los bolillos, a la vez que se recita la doctrina.

En el ao 1766, el matrimonio Lambert, vecinos de Madrid, establecieron en
Almagro una fbrica para hacer encajes de hilo y seda, enseando a fabricarlos a
mujeres y nias de la ciudad y sus contornos. La dedicacin y entusiasmo que pusieron
en la empresa, dio como resultado que en 1767 ya trabajaban el encaje 140 mujeres y
que dos aos despus se increment a 417.

La Sra. Lambert facilitaba con amabilidad los diseos y muestras para fabricar
encajes. De este modo, consigui extender esta industria hasta el extremo que la
ocupacin ms corriente de las mujeres de la regin fue hacer encajes. As se lleg
tambin a una tcnica y resultados ms ptimos y primorosos.

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El hilo, o la seda (en el caso de las mantillas), materia prima de esta artesana, tuvo
siempre la problemtica de su alto precio y las cargas correspondientes a la importacin
que se haca de otros pases. Esto era a nivel nacional en el siglo XVIII, y en Almagro
hay constancia de que se hizo una peticin a la Junta General de Comercio que redujera
estos impuestos y por supuesto esta peticin fue desestimada

El hilo tena un precio altsimo y se traa de Holanda, Flandes y Malta. Las operarias
no queran trabajar en estas circunstancias, y las que qu lo hacan, cercenaban los
pares.

En este momento la produccin de encajes era de 1.450.000 varas, de las cuales
salan ms de la mitad para Amrica. Los mercaderes intermediarios pagaban, como
precio ms alto, 5 6 reales la vara, aunque valiese mucho ms. De nuevo, se repite la
historia actualmente, con los agricultores, los intermediarios y el consumidor.
Retomando el tema, a veces, les compraban la labor a cambio de otros gneros que las
obreras necesitaban. De los tratantes, segn el Catastro de Ensenada, nos habla
Carmen Sarasa en su trabajo La Industria del encaje en el Campo de Calatrava.
Estos tratantes vendan el encaje a comerciantes de las ciudades y en casas particulares,
puesto que haba tratantes que vendan por cuenta de otros. Tan pintoresca forma de
distribucin de esta artesana ha llegado hasta el siglo XX.

En esta poca ya se puede hablar de industria del encaje en La Mancha. Y Larruga
nos dice:as se consigue que las mujeres desde los 6 hasta ms de 50 aos estn
ocupadas, dedicadas al trabajo y abstradas de la holgazanera y mendicidad que
acarrea muchos vicios.

Como ancdota curiosa, se pusieron muchas trabas a la instalacin de fbricas de
encajes, por parte de los facultativos en medicina y ciruga, que opinaban que quedaran
ciegas las mujeres que se dedicasen a este trabajo. La miseria y la desnudez que exista
por entonces, no las convenca de las ventajas que les daba esta nueva ocupacin,
cuando slo subsistan rebuscando el grano y la aceituna con la msera ganancia de 6 u 8
cuartos al da.

A pesar de tanto inconveniente, empresarios emprendedores no desistieron de su
empeo y la produccin de encajes se extendi rpidamente por toda la regin, y su
produccin tena un curso de salida regular y constante. Las blondas de Almagro tienen
inters en las exposiciones, obteniendo medallas en competencia , nada menos, que con
las catalanas.

El Gobierno protegi especialmente la fbrica de blondas de Almagro, y le concedi
el ttulo de Real, con la facultad de colocar en ella el escudo de armas
correspondiente.

Las fbricas de encaje y blondas tuvieron, como toda la economa nacional, sus altas
y bajas. Sin embargo, en Almagro, siempre hubo encajeras (este era el nombre en el
argot de las mujeres dedicadas a esta labor).

En el ao 1920 llega una poca de verdadero apogeo y universalidad para el encaje de
Almagro. Haba numerosas fbricas, y el comercio al exterior empezaba a organizarse
de nuevo. Pero en el plano laboral, la situacin de la encajera no era muy razonable.
52
Precisamente el peridico La Tierra Hidalga, de 15 de septiembre de 1923, un
artculo, con autor annimo, nos habla de la tragedia de la encajera sometida a este
trabajo durante dieciocho y veinte horas, para ganar una peseta cincuenta cntimos, o
dos pesetas, como jornal medio. Es verdaderamente un contraste dursimo, que un
trabajo tan bello, como el encaje, haya tenido siempre (y an en el presente) la adversa
correspondencia de su remuneracin. Tambin nos dice este peridico que las
condiciones de trabajo eran muy precarias al arrimo de las murallas libres del soplo
fro de los vientos. De noche, a la luz del candil y el fuego bajo. Estas escenas, se
repiten todava algunas de ellas. De noche, y a la luz del candil, no queda tan lejos, nos
cuentan las encajeras de hoy, que hacia los aos 1940, y toda esta dcada, se reunan
grupos de cuatro mujeres, tejiendo el encaje, a la luz de un solo candil.

A pesar de estos inconvenientes, hay un dato muy curioso que evidencia la
importancia del encaje de Almagro, en esta poca. Como consecuencia del prspero
comercio que exista, surge un deseo generalizado de aprender esta artesana. Y
aparecen maestras del encaje, que lo ensean por todos los barrios de la ciudad.

Hacia el ao 1960, comienza la crisis para esta artesana. Se sabe, que la situacin
laboral de la encajera no ha cambiado nada, pues segn nos cuentan, ganaba de quince
a veinte pesetas diarias. El encaje, en estos aos, va y viene; expresin marinera, y a
la vez de realidad de un vaivn econmico, en un horizonte cambiante. Unos aos ms
adelante se anuncia que las encajeras gozarn de seguros sociales. Esto supone un
resurgir del entusiasmo, pero la emigracin de los manchegos (y por supuesto de los
almagreos), como los de otras regiones del pas en busca de mejores oportunidades de
vida, supone una crisis y llevar el encaje a la actualidad que hoy tiene; precisamente y
felizmente no tan lamentable como entonces se vaticinaba.

En estos ltimos aos ha surgido una nueva luz en el horizonte: la ciudad se presenta
como monumental y turstica; ha despertado su historia y el encaje se perfila como un
valor autctono. Su industria, con sus mujeres, an hoy, sentadas a la puerta tejiendo el
encaje, se ha convertido en empresa turstica y lucrativa, y es a su vez un museo abierto
al pblico.

Paralelo a este nuevo enfoque surgen multitud de exposiciones, congresos, jornadas
y concursos en los que la presencia de Almagro es constante; los premios se suceden, la
participacin es numerosa en todos los eventos, tanto en categoras de mayores e
infantiles y no slo de Almagro sino de toda la regin.

La dcada de los 90 tuvo un marcado carcter internacional para el encaje de
Almagro. En 1997 se reciben por segunda vez a encajeras de Blgica ,a las que se les
muestra el taller de encajes de la Universidad Popular ,el Monumento a la Mujer
Encajera y se ofrecen otros actos y recepciones. En aos sucesivos, se repiten Las
Jornadas del Encaje, en los que la Universidad Popular junto a la Concejala de
Educacin y Cultura toman la responsabilidad de la organizacin.

Como puede verse por todo lo expuesto, el encaje queda hoy, a comienzos del siglo
XXI, confirmado como un valor cultural con horizonte de futuro



53


8.CAMARIAS


El pueblo gallego tiene en su tradicin cultural multitud de leyendas y una de las que
se refieren a la introduccin del encaje, resulta muy adecuada, teniendo en cuenta que la
variedad de su paisaje es tan grande que abarca desde la luz radiante y el clima suave de
las ras y costas a las brumas y nieblas de los bosques de la Galicia interior, donde el
silbido del viento entre los rboles resulta cuando menos misterioso, y todo el conjunto
es proclive a las historias fantsticas.

A grandes rasgos dice as: haba una vez un joven pescador que estando faenando
con su pequea barca, de repente se levant la mar brava y sin poder controlar su
embarcacin naufrag. Cuando ya estaba a punto de ahogarse, surgi del fondo de las
aguas una sirenita que compadecida del joven lo salv de la muerte, y llevndolo con
ella a lo ms profundo le mostr un mundo maravilloso donde las algas, los corales y
los peces de todos los colores le dejaron asombrado. Pasado un tiempo el amor surgi
entre los jvenes que vivan felices. Pero,,,, el joven empez a languidecer, porque
senta aoranza de su familia, su aldea, sus montaas, y la sirenita que lo comprendi
le dijo: volvers a tu casa y voy a hacerte un regalo, que solo abrirs cuando te
encuentres en ella. As lo prometi l, y despidindose lo dej cerca de la costa,
mientras ella se sumerga definitivamente. Cuando el muchacho estuvo en su hogar con
los suyos, abri la cajita de mbar y coral, que contena una concha en la que haba
impresos unos preciosos dibujos que la madre del joven dijo al verlos: que maravilla,
intentar repetirlos! Y .as dice la leyenda que lleg el encaje a Galicia.

Por supuesto que la introduccin del encaje en Galicia recorri un camino bien
distinto que pudo pasar por mltiples vas: una es la llegada por mar, trado por alguno
de los pueblos y que en sus rutas comerciales, se acercaron a sus costas, como sucedi
con los fenicios, griegos, venecianos o normandos.

El profesor Filgueria Valverde defiende la introduccin del encaje en Galicia a travs
de los emigrantes irlandeses del siglo XVI. Tampoco se puede desechar la influencia
que tuvo el camino de Santiago en la expansin de la cultura y las artes.

El encaje no fue una artesana exclusiva de A Costa da Morte, sino que se practic a
lo largo de toda la costa gallega, desde Viveiro hasta A Guarda. El hecho de que se
conservara en esta zona pudo ser debido al aislamiento a que estuvo sometida, que
permiti que el sistema de economa tradicional perdurase hasta ms tarde.










54




Tuvo una buena acogida debido a que se convirti en un complemento con el que
aliviar las necesidades econmicas existentes y a la abundancia de materia prima
necesaria para su fabricacin, el lino.

Segn relata el Marqus de Valverde, a finales del siglo XV y principios del siglo
XVI el encaje es ya una industria domstica pujante en la zona. En el siglo XVII el
conde Fernando de Andrade marcha a la guerra de Flandes con un grupo de nobles y
soldados. De regreso algunos llegan casados con mujeres flamencas, las cuales traen
nuevos modelos y tcnicas, promocionndolos entre la nobleza que deseaba ir a la moda
europea.

Fue en el siglo XVIII cuando el encaje de bolillos alcanz su mximo esplendor,
ayudado en parte por la actuacin de las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas.
Se perfeccion el hilado y se formaron las palilladas, donde las artesanas se reunan
para aprender y trabajar juntas el encaje.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX nos encontramos con una gran
exportacin de encaje a tierras americanas desde el puerto de Camarias, figurando en
las notas de embarque y dems documentos navieros con el nombre de encaje de
Camarias, trmino con el cual empez a denominarse el encaje gallego.

La posible comercializacin del encaje a travs del puerto de Camarias. Situado en
el noroeste gallego, al abrigo de la ra del mismo nombre convierte a esta villa en el
centro encajero de esta comarca y de Galicia, aunque los principales exportadores se
encontrasen en las villas de Ponte do Porto, dentro de aquel ayuntamiento y de Muxa.

La crisis del comercio del encaje a Amrica, que comienza a finales de los aos
veinte, hace que la venta exterior casi desaparezca, quedando reducida la prctica de
esta artesana a la comarca de A Costa da Morte. Esta crisis se debi a los problemas
coloniales y a las guerras mundiales que, sumadas a la desorganizacin del sector,
hicieron que este comercio decayera, con el consiguiente perjuicio para el mismo, el
cual no resurge hasta los aos cuarenta.

En esta etapa crtica la prctica de este arte estuvo a punto de desaparecer debido a la
transformacin social que se estaba viviendo, a la incorporacin de la mujer al mundo
del trabajo, a la emigracin a Europa o al poco valor que se le daba a este tipo de
artesana.


El resurgimiento fue debido a la accin de la Seccin Femenina, que intent
reorganizar no slo el sector del encaje, sino todo lo referente a la artesana preparando
a mujeres jvenes que iban por los caseros enseando a las mujeres y nias los
distintos trabajos manuales. Se crearon escuelas de palilleiras y se empezaron a hacer
exposiciones, muestras o ferias de artesana que se realizaron dentro y fuera de Galicia
que llevaron a que importantes diseadores de moda incorporaran este producto a sus
modelos
55

La organizacin en la villa de Camarias, a partir del ao 1991 de A Mostra do
Encaixe de Bolillos, marc un nuevo hecho histrico en la expansin de esta artesana..



En uno de sus folletos se recoga de esta manera la finalidad de A mostra los
objetivos de la feria son bsicamente la promocin y la difusin del encaje, el
encuentro de todos los sectores relacionados con esta artesana y el intercambio de
ideas, diseos, materiales, tcnicas entre artesanos espaoles.

En la actualidad sigue siendo la comarca de Camarias la que concentra la mayor
parte de la actividad del subsector encajero. A pesar de que no hay un censo actualizado
se pueden estimar en ms de 3.500 el nmero de mujeres palilleiras, calculndose del
orden de mil millones anuales la facturacin de la produccin.

La media de edad entre las artesanas encajeras est estimada en 38,2 aos. Siendo
esta una actividad complementaria a la que en la mayor parte de los casos no se ha
prestado demasiada atencin, el Ayuntamiento de Camarias, ha desarrollado en el
ltimo quinquenio un Plan de Desarrollo del Encaje de Bolillos, asentado en la
formacin, comercializacin, promocin y en reestructuracin del sector, que en poco
tiempo ha conseguido dinamizarlo mediante el rejuvenecimiento de las artesanas,
recuperacin de diseos antiguos y el diseo de nuevos motivos .La versatilidad del
encaje ha permitido la diversificacin de su aplicacin en el sector textil, extendindose
a la decoracin y el diseo de objetos de regalo.



56




8.1 LA MUJER PALILLEIRA



Como ya he dicho anteriormente, en los primeros tiempos de la introduccin del
encaje en Galicia, el dinero que se sacaba con la venta del encaje serva de
complemento a una dbil economa de las familias campesinas y marineras.

Esta organizacin econmico-familiar se ha mantenido en el tiempo hasta hace
relativamente pocos aos; el cambio ha venido entre otras razones por la mejora en las
carreteras que favorece el desplazamiento y la comunicacin entre lugares de los que se
desconoca hasta su existencia.; por el aumento de nivel de vida que deja muy atrs las
costumbres de las personas que hoy tienen una edad avanzada, y porque todos los
cambios sociales, industriales, y econmicos nos hacen ver como una imagen romntica
y anticuada la vida de la palilleira y creo que conviene recordar como se desarrollaba
su trabajo un da cualquiera.

Despus de pasados los meses de verano y acabadas las faenas del campo, era cuando
se dedicaba ms tiempo a palillar. Por las noches, sobre todo, a partir de las ocho y
hasta las doce o una de la maana, las palilleiras se juntaban en grupos en un local de la
casa de una de ellas, repartiendo entre todas los gastos de luz. Eso cuando ya exista la
luz elctrica, que cuando se alumbraban con un candil, cada grupo de tres o cuatro se
reunan a la luz del mismo para trabajar.

Sentadas en el suelo, con los pies cruzados a ambos lados de un banco largo donde
apoyaban sus almohadas, pasaban las horas moviendo los palillos, al mismo tiempo que
comentaban las novedades del da, contaban cuentos o cantaban, para pasa mejor el
tiempo.

La manera de trabajar de las palilleiras difiere de la forma en que lo hacen en otros
lugares, su almohadilla es ms ancha y menos curvada, de tal modo que los bolillos no
son cogidos por la mano de la bolillera, sino que van pasando haciendo los cruces, sin
levantarlos de la almohada, con lo que se consigue una velocidad que no tiene
comparacin con ninguna otra forma de trabajo.

Volviendo al tema, las palilladas tambin servan como escuelas de aprendizaje de
ah su nombre de escolas, para las nias que se iniciaban en el oficio y de centro de
diversin y enamoramiento, ya que a ellas acudan los mozos solteros a mocear. Los
sbados se organizaban bailes de pandereta y en el carnaval recobraban una gran
animacin.






57





Precisamente a esta relacin de amoros con las palilleiras hacen referencia estas
canciones populares:




Palillera que palillas
No cordn da almohada
Dime ti, palilleiria
A quen tes palabra dada

O amor da palilleira
Non o queiras meu irmn,
Porque leva todo o da
Sempre sentada no chan

Eu nacn en Camarias
Unha vila marieira
Onde teo os meus amores
Cunha nena palilleir











58

8.2 AUDIO/VIDEO


Otra de las iniciativas en estos ltimos aos del Concello de Camarias, dentro de su
programa de recuperacin de la tradicin oral, ha sido la de llevar a cabo una serie de
entrevistas con palilleiras desde los 7 aos hasta los 105 aos de edad.

Esta recuperacin etnogrfica relacionada con el encaje se ha hecho sobre un soporte
de video digital en formato original y luego copiada a cintas VHS.

Estas cintas forman parte de la base documental del Museo do Encaixe de Camarias
y pueden ser consultadas por investigadores previa cita y segn la disponibilidad de las
mismas.

Cada cierto tiempo se agregan nuevos documentos a esta base de datos.

Adems de las entrevistas orales, se hacen fotografas a todas las entrevistadas que
son incluidas en el archivo Memoria fotogrfica, en el apartado palilleiras del siglo
XX desde 1914 hasta 1998.

Al tiempo que se les hacan las fotos, las nias y mujeres de ms edad contaban sus
experiencias y conocimientos acerca del encaje en Camarias.

Por todo lo que hemos visto hasta aqu no puede decirse en absoluto que la creacin
de encajes sea algo que pertenece a otros tiempos ya superados; no solo tiene vigencia
sino que se estn usando las tecnologas que tenemos al alcance para difundir, y
conservar para las siguientes generaciones un patrimonio cultural que de ninguna
manera puede dejarse perder.




















59
9. CATALUA


Histricamente Barcelona ha sido, junto con otros ncleos, un centro importante de
produccin de encajes, y ha participado de una leyenda y de una historia comn a todos
los puntos de Catalua donde se ha desarrollado la artesana del encaje.

El origen del encaje, tanto en Catalua como en el resto de los pases, es un tanto
desconocido a causa precisamente del carcter conventual o familiar que se le atribuye a
esta actividad.

Observamos la definicin que Angeles Gonzlez Mena da de puntilla Es toda
estructura de una sola o varias filas que se unen entre ellas mismas para con
combinaciones variadas formar dibujos en una unidad armnica decorativa y regida
por una cadencia o ley interna.
10


Como ya he comentado en otros apartados de este trabajo, tambin con referencia al
encaje de Catalua son bastantes los autores que citan a los asirios como precursores de
los trabajos de aguja, y a los egipcios como padres de los encajes de bolillos.

Restos arqueolgicos confirman la existencia de trabajos realizados entrecruzando
cuerdas e hilos de diferentes materiales unos sobre otros, lo que se denomina como
pasamanera. Documentos escritos tambin permiten mantener estas teoras de una
manera bastante aproximada; citas bblicas, pinturas y esculturas hablan de unos tipos
de tejidos y ropajes que hacen pensar en trabajos ms o menos artsticos precursores de
lo que sera ms tarde el encaje.

Avanzando en el tiempo encontramos cuatro pases que se disputan el origen de los
encajes tal y como hoy los conocemos: Italia. Francia, Espaa y Flandes

Estudiando la bibliografa existente se manifiesta un cierto partidismo por parte de
los historiadores de los diferentes pases, en su lucha por atribuirse el origen de los
encajes. Bury Palliser
11
afirma que Espaa ense a Flandes la tcnica del bordado a la
aguja, y que ellos nos ensearon la tcnica del encaje de bolillos. En su opinin, nuestro
pas no tuvo necesidad de buscar modelos en Gnova o Venecia, ya que sus modelos
fueron clebres y se fabricaron a gran escala.

Lefbure
12
, en el prlogo de su catlogo de encajes del Museo de Lyn, considera que
Espaa, especialmente Catalua, tena bolilleras tan hbiles como las de Italia y
Flandes, y que no se saba si los espaoles haban precedido o sucedido a los italianos y
flamencos en el desarrollo de esta artesana, ya que haban creado desde el siglo XVI
modelos originales.

Hoy debemos lamentar que la magnfica coleccin de encajes reunida por el Sr.
Pasc de Barcelona no llegase a ser adquirida por el Museo de esta ciudad, y fuera

10
Gonzlez MENA, Angeles. Catlogo de Encajes, pp. 13 Instituto Valencia de Don J uan, Madrid 1976
11
Palliser, Bury. Historia de la Dentelle Libraire Firmin Didot et cie. Paris 1890
12
Lefbure, Auguste. Collectin de dentelles au Muse des Tissus de Lyon. Paris


60
remitida al Museo Histrico de Tissus de Lyn. El mismo Augusto Lefbure manifest
su sorpresa y admiracin al estudiar aquellos magnficos trabajos, obras maestras de las
encajeras catalanas y donde est perfectamente representada la punta de Catalunya.

A pesar de la indudable calidad de estas piezas, los franceses se resistan a admitirlo y
se sabe positivamente que Catalua exportaba blondas a Francia durante el perodo
napolenico, que se hacan pasar por originales de aquel pas

Actualmente se carece de una investigacin seria por lo que se refiere a la produccin
de encajes de Barcelona, y el enfoque de una serie de estudios para localizar
documentacin: inventarios de los vendedores, de casas seoriales donde las posean, de
intermediarios, etc., a fin de conocer el peso especfico y la importancia que tuvo dentro
de la economa local.

Arenys de Mar, otro importantsimo punto de produccin de encajes de Barcelona, ha
llevado ms lejos esta investigacin, posiblemente porque en esta localidad costera la
realizacin de encaje de bolillos ha sido fundamental en su economa y ha concentrado
gran parte de las fuerzas productivas, evitando la dispersin de datos. Barcelona en
cambio ha compartido el apogeo de los encajes con la pujanza de muchas otras
industrias, y la produccin de puntillas no se concentr en un solo punto de la ciudad,
cosa que ha dificultado la identificacin del posible material histrico existente.

Por tanto, los datos que se poseen de la industria de los encajes de Barcelona son
mnimos. Se puede afirmar que, en general, la poca informacin que ofrece la
bibliografa cambia de un autor a otro repitindose y hasta deformndose ligeramente.

Passamans, guipurs, randes i puntes son los diferentes nombres que encontramos en
la documentacin escrita en cataln.

Con referencia a Barcelona, queriendo hacer remontar en el tiempo el arte del encaje,
ciertos autores han presentado las puntillas de Na Elisenda de Montcada, del siglo XIV,
esposa de J aime II, fundadora del Monasterio de Pedralbes, donde hoy todava se
conservan.

Adelaida Ferr, la ms importante investigadora de los encajes catalanes y maestra
de las fundadoras de l scola de Puntaires de Barcelona, considera las puntillas citadas
como dos guipures: el primero, hecho de una tira, forma un centro y un cuerpo; es un
trabajo de transicin entre la pasamanera y la puntilla de bolillos; el segundo forma
tambin un centro y es de una tcnica diferente, pero tambin primitiva; esta hecho al
modo de los puntos persas y rusos; es decir formando un motivo por medio de una
trenza tejida con el bolillo que va siguiendo todas las sinuosidades del dibujo. Los dos
motivos estn trabajados con hilo de oro y plata y recamados con perlas y rubes. A
partir del estudio de la pieza y de los datos histricos, Adelaida Ferr, las considera
importadas de Oriente, posiblemente de Bizancio, y cree que es a partir del siglo XV
cuando el encaje de bolillos aparece claramente en Catalua y se puede seguir su
evolucin.
13



13
Ferr de Ruiz-Narvaez, Adelaida. Les puntes de Na Elisenda de Montcada
61
Los ncleos ms importantes en la produccin de encajes en Catalua han sido los
del rea del Penedes, los del Llobregat y Barcelona, y los pueblos de la costa del
Maresme, por ser donde han vivido la mayora de las encajeras. Barcelona, ciudad
puntera en el comercio martimo del siglo XVI, reciba ricos cargamentos provenientes
de los puertos ms importantes de Europa, entre los que se encontraban los encajes,
posiblemente realizados con hilos de oro y plata.
14
. Esta introduccin de productos
extranjeros fue un fuerte estimulante para la produccin encajera catalana.

Las pragmticas reales de los siglos XVI y XVII prohibiendo el uso de los encajes
tanto en los trajes femeninos como en los masculinos fueron varias, lo que demostraba
la tendencia exagerada a la suntuosidad; pero a pesar de ellas hubo un constante tira y
afloja entre la prohibicin y la permisividad.

Catalua mantuvo, en los inicios de su industria encajera, siempre una independencia
absoluta en el diseo de sus modelos, y no fue hasta finales del siglo XVII y principios
del XVIII cuando se adoptaron modelos a la moda de Francia y de Flandes.

A partir de una obra titulada Lettres d`une dame publicada en 1677, sabemos que las
mujeres ricas espaolas apreciaban mucho los encajes ingleses, hasta el punto de
provocar que Carlos II, en 1667, dictara la primera disposicin protectora gravando las
tarifas de introduccin de productores extranjeros. Con todo ello no se pudo impedir
que continuara el contrabando y le importacin de encajes belgas.

Hacia el siglo XVIII, los encajes pasaron a tener en Catalua una parte importante de
la vida comunitaria, hasta el punto que esta industria es citada en los diarios de viajes de
diferentes personajes. En el ao 1775 un viajero ingls llamado Swinburne visit
Barcelona y pudo constatar el gran comercio existente por lo que hace referencia a las
puntillas y la gran cantidad de mujeres de los pueblos de las cercanas que hacan
encajes de color negro con los bolillos, algunas de ellas, las de trabajo ms grueso
realizados con hilos de aloe.

Martorell fue considerada por el mismo viajero como una gran ciudad llena de
manufacturas de encajes negros, en cuya produccin trabajaban hasta nias de tres y
cuatro aos.; Esparraguera tambin es citada por una gran productora de tejidos y
encajes.
15
.Tambin Antonio Ponz, en su Viaje de Espaa, destaca la importante
produccin de encajes de Martorell.
16
.

Un autor francs, Peuchet, hablando de Barcelona, afirma que sus encajes son
parecidos a los franceses si bien de inferior calidad, dejando de lado su partidismo,
aporta importantes datos referidos al siglo XVIII: en esta poca, la fabricacin de
encajes ocupaba a 2.000 mujeres entre la ciudad de Barcelona y los pueblos vecinos, y
esta produccin era vendida en Castilla, Andaluca y los pases sudamericanos y
centroamericanos.


14
Capamny de Mo0ntplau, Antoni de Memorias histricas sobre la marina, comerio y artes de la antigua
ciudad de Barcelona. Pp.222 Madrid 1792
15
Swinburrne, Henry, Travels through Spain, in the years 1775 and 1776. pp. 45-50 Londres 1779
16
Pons, Antonio. Viaje de Espaa v.14 pp 132 Madrid 1778
62
Estas 2.000 bolilleras de que habla Peuchet contrastan con las 12.000 que en 1795,
solamente veinte aos ms tarde, hace constar Vargas en su Diccionario Geogrfico,
solamente en la ciudad de Barcelona.

Ya en el siglo XIX aparecen nuevos pueblos citados como centros de produccin;
Tordera, Malgrat, Pineda, Calella y especialmente Arenys de Mar y Arenys de Munt.
Matar es citada por Laborde
17
, cronista de Napolen, por sus siete fbricas de puntillas
de lino y las diecisiete de blonda.

Bury Palliser afirma que despus de la Guerra de la Independencia haba en Catalua
34.000 encajeras. La verificacin de estos datos es difcil, pero lo que s es cierto que
durante el perodo napolenico Catalua export gran cantidad de encajes a Francia,
realizado en Barcelona y otras poblaciones como el Vendrell, l`Arbo, Sant Vicen de
Calders, Sant Andreu de Llavaneres y Argentona.

No hay ninguna duda que si algn lugar se puede destacar en la produccin encajera
en Catalua es en Arenys de Mar y Arenys de Munt. La investigadora Florence Lewis
May, lleg a decir que en Arenys es como si todas las mujeres se hubiesen dedicado a
tejer encajes desde el da de su nacimiento.
18
.

Los tipos de encaje que trabajan son muy variados, pero los nombres ms evocativos
se han perdido en el tiempo. Actualmente se conocen con el nombre genrico de punta
dArenys o ret fi catala.
19
.

No podemos olvidar que Catalua ha sido pionera en la produccin de blondas al
estilo de Chantilly, no slo en la cantidad sino en la calidad. Son muchos los
especialistas en la materia que consideran que el origen de la blonda es cataln y no
francs. Algunas de estos trabajos estilo Chantilly han recibido el nombre de randes
barceloneses. Por otro lado, sin lugar a dudas, Catalua no ha sido superada en el arte
de dar color a los encajes, con materiales como pueden ser el oro, la plata y las sedas.
De las blondas policromas de Catalua se conserva una de las ms bellas obras maestras
en el Museo Textil de la Indumentaria de Barcelona; el diseo fue realizado por Joseph
Fiter i Toms i Estruch, y supuso una habilidad tcnica difcil de superar porque est
realizada en una sola pieza, utilizndose ms de doscientos bolillos.

Despus de este paseo por la historia de los encajes en Catalua, creo que tambin es
interesante conocer como se desarrollaba la vida cotidiana dels treballadors de la punta.





.



17
Labordem Aleixandre Itineraire descriptif de l`Espagne v Firmin Didot Frres Libarires Paris 1829
18
May, Florence Lewis. Hispanic lace and lace making. The Hispanic Society of Amrica Nueva York
1939
19
Vegeu Pons Hur, J oseph Maria. Museu d`Arenys de Mar. Departament de Cultura de la Generalitat de
Catalunya. Ajuntamente d `Arenys de Mar 1973
63
9.1 ELS TREBALLADORS DE LA PUNTA.




Cuando se hace referencia a alguna leyenda sobre el origen de los encajes y las
encajeras, hay que hacer notar el carcter fundamentalmente femenino de esta actividad
y la estadstica as lo confirma. Las bolilleras son mujeres.

Tanto en las localidades costeras como en el interior, en los momentos en los que el
tiempo no permita trabajar en el campo o en el mar, la agilidad de las manos y la
habilidad de las mujeres con los bolillos, eran la nica actividad que permita el ingreso
de algn dinero en el mbito familiar.

Estas mujeres crearon un comercio y una gran industria, que en muy poca medida
revirti en ellas mismas.

Algunas crnicas histricas, como la de Laborde, constatan que esta industria se
desenvuelve en las casas particulares, donde las mujeres trabajan por su cuenta y bajo su
propio criterio.

Pero en realidad, este trabajo casero y familiar, formaba parte de una cadena de
produccin que algunos autores no dudan en calificar de absolutamente jerarquizada.
20


En el primer escaln encontramos a los comerciantes, que invertan el capital,
vendan y exportaban. En segundo lugar los diseadores; estos creaban el modelo o
dibujo, que a veces hasta incluso patentaban. Por debajo del diseador aparece el que
dibuja el patrn y las puntillas sobre el cartn. Este picador o picadora se asegura que el
modelo pueda ser adaptado a la tcnica del encaje. Una vez los cartones son definidos y
debidamente autentificados por los comerciantes, pasan a manos de los merceros,
capataces o dadores, segn se les nombraba en diferentes lugares. Parece ser que la
figura de estas mujeres, piezas importantes en la cadena de produccin de los encajes, se
remonta al siglo XVI, y son las intermediarias indispensables entre los comerciantes y
las obreras. Ellas distribuan el trabajo, el cartn y el hilo necesario y lo pasaban a
recoger de semana en semana, e incluso podan rehusarlo si no se haba seguido el
dibujo punto por punto. Al final de la cadena es donde aparece la puntaire

En ocasiones las bolilleras y merceros podan introducir algn cambio, transformando
parte de los cartones, pero por norma general la realizacin de una pieza se converta en
un trabajo colectivo, ya que una parte importante del trabajo de los merceros era
fraccionar en diferentes trozos o patrones la composicin total de una pieza. La
repartidora procuraba no darlos nunca a una misma bolillera, e incluso evitaba que parte
de un mismo diseo fuera a parar a encajeras vecinas o conocidas. Con este sistema
ninguna de las obreras llegaba a conocer el conjunto en su totalidad y el comerciante se
aseguraba que la encajera no pudiese representar una competencia desleal trabajando
por su cuenta.


20
Durand, J acques. Le monde dentellire, pp.153-157.Artisans du Pays d`Oc Editions de la Source.
64
Nunca a lo largo de su historia las bolilleras estuvieron organizadas en defensa de sus
intereses ni econmicos ni laborales, ni tampoco existan reglamentaciones para su
proteccin. Bury Palliser escribi que a principio del siglo XIX, descontando los das
festivos, las encajeras trabajaban 260 das al ao y apenas cobraban por su trabajo: una
media de 2 reales diarios.

En contrapartida, los diseadores de los cartones han sido siempre hombres, y as
como la encajera siempre ha figurado en el anonimato, se conocen los nombres de
bastantes dibujantes de patrones, que a partir de la segunda mitad del siglo XIX fueron
artistas especializados, entre ellos un catedrtico de Bellas Artes de la Escuela de Artes
y Oficios as como el escultor Faust que aprendi el arte de dibujar los encajes en
Paris.

A pesar de la creatividad de estos diseadores casi siempre la influencia de la moda
se haca notar, especialmente la francesa, y muchas veces se repiten los modelos mas
aceptados por el pblico con tal de aumentar las ventas.

La Biblioteca de los Museos de Arte de Barcelona, conserva una coleccin de
cartones cedida por Joseph Puig i Cadalfach de Matar
21
.

Por esta razn, una muestra que ha sido creada en un lugar no quiere decir que sea en
l donde se trabaje. La movilidad actual de las trabajadoras del encaje, especialmente
cuando se renen en trobadas diadas o encuentros segn se llama donde se
celebran propicia el continuo intercambio de patrones.

21
Ferr de Ruiz-Narvaez, Adelaida. Col.lecci de patrons de puntes al coix ingresada la biblioteca dels
museus d`Art.


65






































10.ASPECTOS TCNICOS










66

10.1 MATERIAL DE TRABAJO NECESARIO



ACERICO

BOLSITA PARA BOBINAS. Se hace una bolsita o saquito de tamao un poco mayor
que el de los bolillos, para guardar en ella los bolillos restantes, los pares que se saquen,
las tijeras, la bobina, etc.

PORTABOLILLOS

TAPADOR. Se corta un trozo de tela algo mayor que las dimensiones de la
almohadilla, para tapar la labor y protegerla del polvo, etc.

CINTA O VENDA PARA SUJETAR LOS BOLILLOS. Necesaria para sujetar los
bolillos a la almohadilla siempre que vayamos a desplazarla o si la vamos a dejar
apoyada en una silla. As aseguramos que, si se nos cae la almohadilla, los bolillos y
los hilos seguirn en su sitio.

BOLILLOS

La tradicin dice que al principio del encaje, de los hilos se colgaron pequeos
plomos o huesos de las patas de los corderos. En la versin actual, son palillos de boj u
otras maderas, torneados o trabajados a mano, que se dividen en tres partes: el mango, la
caja y la cabeza. En la caja va el hilo arrollado, la cabeza sujeta la vuelta del hilo, y el
mango es la parte que toma la encajera.

Para la blonda, debido al finsimo grosor de la hebra de seda, los bolillos son de
hueso o de madera muy ligera. Y su tamao es ms pequeo y delgado.

El nmero de bolillos que se usa para cada labor, depende lgicamente del ancho de
sta. Hay puntillas muy estrechas, que no necesitan ms de una docena de bolillos. En
cambio, hay encajes que llevan varias docenas (a veces ms de veinte) y parece un
verdadero laberinto, para el profano en esta artesana, saber cual corresponde coger. Si
bien como nos dicen siempre que aprendemos a trabajar el encaje que no hay asustarse,
porque slo se trabajan dos pares cada vez.

La fabricacin de bolillos ha pasado desde el pastor que tallaba a mano el trozo de
lea, hasta el tornero moderno que hace varias docenas al da.


UNA CAJITA DE ALFILERES: La fabricacin de alfileres y su perfeccionamiento
tuvo una especial influencia en los trabajos de encajes de bolillos. En Francia no se
usaron hasta 1575.

Como dato curioso decir que en Rusia en un principio, antes que alfileres se usaban
espinas de madera. De cualquier manera se sabe que en los primeros encajes su uso era
67
muy limitado y que el abaratamiento en su fabricacin tambin contribuy a la
expansin del encaje entre las clases menos favorecidas econmicamente.

Es preferible que los alfileres sean largos y finos, de acero inoxidable y de buena
calidad, para evitar que se doblen, se rompan o incluso que se oxiden.



HILO DE ALGODN O DE LINO: El mejor hilo para hacer encaje de bolillos es el
lino. En Espaa es difcil de encontrar, ya que apenas se cultiva, por lo que se est
utilizando mucho el algodn. Siempre debemos comprar el hilo de la mejor calidad y de
un retorcido mediano.

Hoy todos los hilos, adems de las fibras naturales del algodn llevan fibras
sintticas. Y, desde luego, su torcido y fabricacin es especial, aclarando esta diferencia
la palabra encaje impresa en la etiqueta de las bovinas.

Todos los hilos gruesos han tenido su aplicacin para hacer encaje. Sin embargo hay
unos nmeros ms usados porque se adapten mejor a la realizacin de la labor. Los
nmeros 20, 30 y 40 tienen prioridad. Con los nmeros 50, 60, y 70 se trabajan piezas
especiales. El nmero 100 se usa para trabajos equivalentes a la blonda.



LA ALMOHADA es el elemento fundamental para el trabajo de la artesana encajera.
Generalmente la confecciona ella misma rellenando de paja una funda de tela. La
almohada tpica de Camarias tiene una forma semejante a la de un cilindro aplastado.
Sus dimensiones dependen de la labor que se trabaje, siendo ms ancha o larga segn lo
sea sta. Se puede establece una media de 30 cm de ancho por 50 cm, de altura.

Almohadillas las hay de muchos tipos. Dependiendo del lugar donde se trabaje el
encaje recibe un nombre distinto: mundillo es por el que se le conoce en muchas
regiones y tiene la particularidad que a medida que se avanza en el trabajo del encaje, el
espacio se va reduciendo, y cuando se llega al pie de la almohadilla hay que quitar todos
los alfileres que sujetan la plantilla y subir toda la labor a la parte superior de la
almohada. Este sistema es ms complicado sobre todo cuando se es poco diestra en el
trabajo. Por ello abundan mucho los bolilleros que tienen un cilindro redondo al que se
sujeta la plantilla y a medida que se trabaja va girando, la puntilla se va enrollando
sobre s mismo y nunca hay que quitar los alfileres.

Cuando el trabajo lo requiere por su anchura y no puede acoplarse el bolillero
tradicional, hay tambin otros redondos o suplementos que se sujetan al cilindro y que
sirven para la confeccin de tapetes o pauelos de mayor tamao.

Otros elementos que componen la almohada son:

. Cornas, cilindros de madera que sobresalen de la parte superior de la almohada.

. Coira, que consiste en un rectngulo tradicionalmente hecho de cuero que se coloca
debajo de los bolillos para que estos se deslicen mejor.
68

.Palleta, trozo de madera que se apoya en las cornas de la almohada y que sirve para
ir enrollando el encaje realizado.

. Cartn o picado, previamente agujereado por el cual se va siguiendo el modelo a
desarrollar.

. Palillos de madera en los cuales va enrollado el hilo que se va soltando a medida
que es necesario para realizar la labor.

El hilo es un elemento fundamental para hacer el encaje, puesto que de su calidad y
grosor va a depender en gran medida el resultado de la labor. El grosor de hilo ms
utilizado es el del nmero 20 (hilo fino). Cabe sealar que en el pueblo de Camarias se
emplea ms el hilo fino que en los alrededores ( Arou, Ponte do Porto, Xavia, etc.),
donde se emplea el hilo ms grueso.


ACCESORIOS

Punzn Fantasa
Punzn sencillo
Punzn torneado
Tablilla sujetabolillos
Colgador bolillos
Varillaje para abanico
Minimundillo
Buril saca alfileres
Buril con aguja de ganchillo para remates
Buril picador para patrones






Punzones fantasa




69


10.2 EL PICADO



El picado es el patrn (hecho sobre cartn, cuero etc), por el cual se gua la artesana
para hacer la labor. Est agujereado en aquellos lugares donde la encajera deber
colocar los alfileres al realizar la labor.

Un buen picado es fundamental para que el trabajo de la artesana llegue a buen fin,
puesto que por muy buena que sea sta, si el picado esta mal hecho la labor resultante
ser de mala calidad.

Para hacer un picado son necesarios conocimientos de geometra, dibujo, encaje y un
cierto sentido de la esttica. La mayor parte de los encajes, sobre todos los geomtricos,
se hacen sobre un papel cuadriculado. La razn del uso de este papel es que sirve como
pauta sobre la cual se va repitiendo el mdulo bsico que forma el dibujo. Adems la
cuadricula sirve de gua para construir lneas rectas y ngulos de 45 y 90 grados, que
son los ms habituales en los encajes geomtricos.

Segn el grosor del hilo los agujeros debern estar ms o menos separados (a mayor
grosor, mayor separacin) por lo cual se emplean cuadrculas de distinto tamao para
realizar los picados.

Hay artesanas que se dedican exclusivamente a esta labor de picar patrones, son las
llamadas picadoras. El trabajo de estas mujeres consiste fundamentalmente en hacer
los picados de las labores que traen las encajeras.


Hoy en da tambin nos podemos ayudar de la informtica para hacer los picados, con
lo cual se consigue gran perfeccin, pudindose incluso ajustar un accesorio perifrico
al ordenador para que agujeree el cartn.

Casi no existen nuevos diseos y los pocos que se realizan consisten
fundamentalmente en pequeas variaciones de otros, sobre todo cambios de puntos o
leves variaciones de forma.

Por ello se considera un hallazgo para las encajeras expertas cuando por un azar
afortunado se recuperan viejos dibujos encontrados en algn convento o casa de alguna
persona anciana que ni recordaba que los tena .









70





10.3 TECNICA.

Las partes de que se compone cualquier encaje son las siguientes:

El pi. Es la parte por la cual el encaje se va unir a la tela, por lo
que debe tener una cierta consistencia. Normalmente est
confeccionado con punto de par entero y de par volteado, aunque
existen variantes tanto en la forma (rectilneos, curvilneo o mixtos)
como en las tcnicas utilizadas.

El Pi

El Centro. Esta parte est situada entre el pi y la puntilla, entre
dos pies (entreds) o entre dos puntillas. En el centro distinguimos
dos elementos: el fondo y los nutridos. Se puede decir que el fondo
es la red, ms o menos transparente, sobre el cual destacan los
nutridos, que configuran formas opacas.

El centro

La puntilla. Esta es la parte del encaje en que el borde queda libre;
es decir, no se una a la tela. En su confeccin pueden intervenir pares
que le llegan desde el centro y/o pares que son exclusivos de la
puntilla propiamente dicha



La puntilla.
Ornamentacin

1 Geomtrico. En este tipo de encajes no encontramos representados motivos
concretos, sino una continua repeticin de un mdulo bsico a lo largo de todo el
trabajo, de manera que se consigue un claro predominio de la simetra y armona en toda
la pieza.

2 Figurativo. En ellos cabe destacar la presencia de distintos tipos de figuras sobre
fondo formado a veces por una malla geomtrica (formada por puntos de fondo) o
sujetos por cordones o pares volteados al resto del trabajo.

La tcnica del encaje de bolillos es bastante sencilla a pesar de la fama de enredosa y
complicada. Siempre se juega con las torsiones, trenzados, enlaces y cruces.

Las torsiones son dos hebras que giran una sobre otra y sirven para hacer cuerdas.

71
Las trenzas son entrelazados de al menos tres hebras, aunque lo usual es que se hagan
con cuatro, se entrelazan alternativamente por arriba y por abajo, igual que las trenzas
del cabello. Los trenzados estn en el origen de los puntos de tela, espritu, trenzas,
guipur etc.

Los enlaces estn en los lugares de encuentro del dibujo, y pueden hacerse por
simples cruces de las hebras, cruces sucesivos y tambin enganches hechos con
ganchillo.

CRUCES

Cruce de medio par.: Para hacer este cruce utilizamos tres bolillos (un par y un gua).
Le llamamos gua al par (en el par entero) o palillo (en el medio par) que llevan los hilos
que hacen de trama de la labor de dichos puntos, es decir, el hilo o hilos que van y
vuelven de derecha a izquierda de la zona que cubre el punto, pasando por los dems
hilos de los bolillos que cubren la zona

En el cruce de medio par se pasan primero el bolillo derecho sobre el izquierdo del
par y luego el bolillo gua sobre el primero y por debajo del segundo.


Cruce de par entero. En este cruce utilizamos dos pares (cuatro bolillos). Se pasa
primero el dos por encima del tres y luego el cuatro por encima del dos y el tres por
encima del uno. Por ltimo se pasan el uno por encima del cuatro.


Zurcidos: Para hacer el zurcido utilizamos cuatro bolillos. Llevando siempre el
mismo bolillo como lanzadera lo vamos pasando por los otros tres, alternando una vez
por encima y otro por debajo.

DISEOS

La tcnica del encaje de bolillos permite disear prcticamente cualquier dibujo,
aunque lo ms habitual es copiar los modelos tradicionales y adaptarlos a cualquier
superficie: cuellos, colchas, manteleras, cojines, etc.

Para realizar tapetes y paos cubre mesas, los adornos geomtricos parecen casi una
norma. No aparece ningn dibujo concreto, slo una combinacin de formas en donde
la simetra es bsica para dar armona a la pieza. A base de zurcidos se van creando
polgonos circulares, rectilneos, cuadrados, rectngulos, rombos.

La naturaleza tambin es un recurso de lo ms utilizado. Animales y plantas son
recreados por las encajeras, as como figuras humanas.

Las posibilidades son infinitas, por lo que no es de extraar que se imiten floreros,
jarrones. y prcticamente cualquier objeto inerte de la vida.

Adems, el encaje de bolillos se puede utilizar para realizar bordados y grabar
iniciales y nombres.

72























11.FICHAS DE LAS
CARACTERSTICAS DEL
ENCAJE DE BOLILLOS


73








NOMBRE: GUIPUR


PAS DE ORIGEN: ESPAA


UTENSILIOS: ALMOHADILLA, ALFILERES Y BOLILLOS


TIPOS DE HILO: ALGODN FINO


CARACTERSTICAS: HOJITAS FORMANDO FLORES


USOS: PAUELOS, TAPETES PEQUEOS
74







NOMBRE: PUNTA DE MILAN


PAS DE ORIGEN:, ITALIA ,


UTENSILIOS: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODONES FINOS


CARACTERSTICAS: COMBINA CINTAS CON FLORES Y HOJAS


USOS: CUBREMESAS, TAPETES, CHALES
75




NOMBRE: PUNTA DE BRUSELAS


PAS DE ORIGEN: BELGICA


MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN, MUY FINO EXCLUSIVO DE BELGICA Y
SEDAS


CARACTERSTICAS: LAS PESTAAS, ES LA MAS RICA DE LAS
PUNTAS BELGAS. BARROCO


USOS: CHALES, GUANTES Y MANTILLAS

76












NOMBRE: DUQUESA CLASICA DE BRUJAS


PAS DE ORIGEN: BELGICA


MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN, MUY FINO.


CARACTERSTICAS: MEDALLONES QUE FORMAN MEDIOS
OVALOS Y MOTIVOS RODEADOS DE GALERIAS


USOS: ABANICOS, APLICACIONES Y TAPETES

77










NOMBRE: VALENCIENNES


PAS DE ORIGEN: BELGICA


MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN MUY FINO


CARACTERSTICAS: FONDOS DE TUL CON CALADOS DE
TRENZAS


USOS: LENCERIA FEMENINA





78



NOMBRE: PUNTO DE CINTA


PAS DE ORIGEN: ITALIA


MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN FINO


CARACTERSTICAS: CINTA HECHA CON 12 BOLILLOS A PUNTO
DE TEJIDO


USOS: VE STUARIO ECLESIASTICOS, ABANICOS Y TAPETES


79



NOMBRE: CHANTILLY


PAS DE ORIGEN: FRANCIA


MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN FINO Y SEDAS GRANADINA


CARACTERSTICAS: FONDO DE TUL CON DECORACIONES
FLORALES

USOS: INDUMENTARIA FEMENINA


80











NOMBRE: BLONDA


PAS DE ORIGEN: ESPAA


MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODONES FINOS Y SEDAS O HILO METLICO


CARACTERSTICAS: CUADRADOS DE PUNTO TEJIDO UNIDOS
CODN TRENZA


USOS: REMATES ( MANTELES, TOALLAS, ROPA FEMENINA)





81


NOMBRE: GEOMTRICA


PAS DE ORIGEN: DESCONOCIDO


MATERIALES: ALMOHADILLA CUADRADA, BOLILLOS Y
ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN MUY FINO


CARACTERSTICAS: FIGURAS GEOMTRICAS REPETIDAS


USOS: PAUELOS Y MANTELITOS



82


NOMBRE: PUNTA DE INGLATERRA


PAS DE ORIGEN: INGLATERRA


MATERIALES: ALMOHADILLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN FINSIMO


CARACTERSTICAS: PUNTA MIXTA QUE REQUIERE BOLILLO Y
AGUJA ALTERNNDOLOS. DIBUJOS VAPOROSOS Y ELEGANTES

USOS: MANTILLAS, CHALES, CUELLOS





83






NOMBRE: PUNTA DE BARCELONA


PAS DE ORIGEN: CATALUA, ESPAA


MATERIALES: AGUJA, TUL Y BOLILLOS


TIPOS DE HILO: ALGODN FINO DE UNA SOLA HEBRA


CARACTERSTICAS: ASPECTO LIGERO A PESAR DE LA
DIFICULTAD DE UNIR EL TRABAJO DE AGUJA CON EL DE
BOLILLOS

USOS: ORNAMENTACION RELIGIOSA

84













NOMBRE: MALINAS


PAS DE ORIGEN: ITALIA


MATERIALES: ALMOHADILLA, HILO Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN, LINO


CARACTERSTICAS: FONDO DE TUL, TRENZAS Y DECORACION
VEGETAL


USOS: MANTELERIAS, TAPETES, COLCHAS
85






NOMBRE: ENCAJE


PAS DE ORIGEN: ESPAA


MATERIALES: ALMOHADILLA REDONDA, HILO Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN Y LINO FINO


CARACTERSTICAS: COMBINACION DE VARIOS PUNTOS
LIGEROS Y DENSOS


USOS: MEDALLONES PARA APLICACIONES, TAPETES
86





NOMBRE: RET FI CATALA


PAS DE ORIGEN: CATALUA, ESPAA


MATERIALES: ALMOHADIDLLA, BOLILLOS Y ALFILERES


TIPOS DE HILO: ALGODN FINO BLANCO


CARACTERSTICAS: FONDO DE TUL Y DECORACIONES
INGENUAS DE INSPIRACION NATURALISTA DE TEMAS MARINEROS


USOS: MANTELES, SOBREMESA Y TAPETES











87





























12. CONCLUSIONES









88
CONCLUSIONES


En el desarrollo de este trabajo he tratado de mostrar la importancia que a travs
de varios siglos tuvo todo lo relacionado con el encaje, tanto a la aguja como al bolillo.

Desde pocas muy remotas sabemos que se trabajaron las redecillas, los
bordados con cuentas de vidrio, los tejidos anudados por medio de bobinas, palitos y
huesos y el cruce de hilos, todo ello precursor de lo que ms tarde sera el encaje, que no
aparece con este nombre hasta el siglo XVI. Son varios los pases que se disputan su
origen entre ellos Italia, Blgica y Espaa. Pronto ser convirti en un artculo de lujo de
gran demanda, en parte debido a sus diseos geomtricos claramente definidos muy al
gusto renacentista. Durante los siglos XVII y XVIII, las gorgueras, los cuellos, las
mantillas, delantales y sombreros y las calzas de lino adornadas con puntillas que se
llevaban sobre las medias eran aderezos en la vestimenta de damas y caballeros de la
nobleza y de la burguesa adinerada. La Iglesia tambin utilizaba los encajes no slo
para uso personal de las altas jerarquas sino para enriquecer los ornamentos rituales.

La gran demanda de estos artculos de lujo hizo que los diseos cada vez fueran
ms sofisticados llegando a ser los pintores en ocasiones quienes dibujaban los modelos
barrocos que luego se trabajaban en hilos y sedas de la mejor calidad.

En todo este tiempo, alrededor de esta industria se desarroll rpidamente lo que
denominaramos comercio interior y exterior: si la produccin propia no cubra las
necesidades del mercado porque la demanda era mayor como ocurra en Austria, o
porque la calidad de las puntillas autctonas no era la mejor como en Grecia, se recurra
a la importacin generalmente de Italia y Flandes, que era las mayores productoras junto
con Espaa especializada en piezas suntuarias. A la inversa, no slo se exportaba a
pases del norte de Europa como Dinamarca y Rusia, sino que muchas veces los propios
artesanos se desplazaban a otros lugares para ensear la tcnica y al mismo tiempo crear
escuelas, puestos de trabajo y sobre todo riqueza.

En lo referente a este ltimo punto las ganancias proporcionadas por la
confeccin, venta, comercializacin y exportacin de los encajes no llegaban nunca a
las manos de quienes los trabajaban; eran los comerciantes quienes invertan el capital,
vendan y exportaban. Diseadores, patronistas y quienes repartan el trabajo entre las
trabajadoras eran quienes disfrutaban los beneficios y en el ltimo escaln encontramos
a las mujeres y nias que eran las que lo confeccionaban.

La mujer en el antiguo rgimen: en principio sus circunstancias eran casi
siempre las mismas: analfabetas, de clase humilde, cuya nica forma de aportar ingresos
a la dbil economa familiar era, o trabajar en las ciudades de nieras, o en la
produccin textil y dentro de ella los bordados y encajes. Este trabajo lo realizaban
despus de las labores de la mar o del campo, no hay que olvidar que la Europa
medieval era eminentemente agrcola y por tanto la artesana estaba condicionada por la
siembra y la recogida de las cosechas.




89
Trabajaban en el domicilio familiar en solitario, trasmitiendo las enseanzas de madres
a hijas empezando a edades muy tempranas y con una remuneracin muy escasa. No
tenan proteccin social de ningn tipo porque los gremios estaban formado
por hombres y slo excepcionalmente admitan a la viuda de algn miembro del gremio
pero sin derecho a firmar ningn trabajo. En aquellos lugares en los que trabajaban
muchas mujeres, para evitar que se organizasen y pudieran comercializar por ellas
mismas sus productos, los intermediarios les repartan el trabajo fraccionado y de este
modo nunca conocan la composicin total de una pieza.

Con pequeas variaciones debidas a la climatologa y a las costumbres de cada
pas, de este modo se desenvolva la vida de la mujer trabajadora hasta que en Inglaterra
a mediados del siglo XVIII tuvo origen la Revolucin Industrial, que empez por el
sector del algodn y que al introducir el maquinismo fue el principio de unos cambios
que se extendieron por toda Europa , con mayor rapidez en los pases de occidente y
ms lentamente en los orientales pero que modificaron profundamente los sistemas de
trabajo y la estructura social. De este cambio participaron tambin las mujeres
trabajadoras que al abandonar los campos empezaron a trabajar en las fbricas, donde
competan en el mercado laboral con los hombres, pero sobre todo en las primeras fases
de elaboracin de la lana y fbricas textiles. Los empresarios preferan emplear a
mujeres por su habilidad y porque los sueldos que se les pegaban eran dos o tres veces
inferiores al de los hombres, pero tambin porque las primeras organizaciones sindicales
estaban formadas slo por hombres. Las largas jornadas de trabajo de hasta 14 horas-
con descanso slo el domingo por la tarde, las psimas condiciones laborales y la
explotacin infantil fueron algunos de los peores ejemplos del primer capitalismo
industrial.

En lo que se refiere a la produccin del encaje, la mecanizacin, la desaparicin
de muchos de los talleres artesanales, la incorporacin de la mujer a la fbrica y el
cambio en las modas, fueron algunos de los factores que estuvieron a punto de hacer
desaparecer esta artesana tan pujante hasta entonces. Sin embargo, la creacin de
escuelas de encajeras proliferaron por toda Europa, algunas tan importantes como la
escuela estatal de Viena fundada en 1850, LUni Centrale de Beaux Arts en Francia en
1863 y en Inglaterra el movimiento Art and Crafts fundado en 1888. Estas iniciativas
respondan al deseo de no perder viejos oficios enfrentados a la presin del nuevo
mundo industrial. Y para garantizar su funcionamiento se crearon movimientos con
soporte institucional como la Sociedad Cooperativa Nacional de Industria italiana, que
garantizaban el trabajo por un sueldo digno a centenares de bolilleras que de otro modo
no se hubieran dedicado a hacer encaje.

Llegando a este punto pienso en el giro que ha dado la relacin de la mujer con el
encaje en la actualidad: hay dos formas de hacerlo; una es la de aquellas personas que lo
confeccionan para su venta, bien individualmente o formando parte de algn taller o
escuela, pero siempre en condiciones de trabajo adecuadas, con proteccin social y
debidamente remuneradas. La otra, segn mi punto de vista la mejor, tejer encaje es
ahora una oportunidad ms del tiempo libre, ya no se hace para ganarse la vida, sino
para disfrutar, y es muy gratificante por muchas razones, algunas de las cuales son:


- Aleja de la mente cualquier pensamiento molesto por la
concentracin que exige su confeccin
90
- Desarrolla la paciencia
- La creatividad
- La disciplina
- La pulcritud
- La destreza manual
- El orden
- La finura en los acabados,

Pero sobre todo es crear belleza a partir del cruce constante de los bolillos y ver como
lentamente van surgiendo dibujos y formas de una gran delicadeza y que por ese medio
pueden crearse piezas dignas de figurar en los museos.

Otro punto que me parece necesario destacar, es un hecho que en estos ltimos aos en
cualquier poca, pero especialmente en primavera y verano se repite en muchos lugares,
tanto en pueblos como ciudades importantes: me refiero a los encuentros de bolilleras,
llamados segn la regin trobadas palilladasdiadas etc.
Se trata de una iniciativa que cada vez rene a mayor nmero de encajeras
generalmente siempre hay tambin algn hombre- suelen hacerse con ocasin de alguna
fiesta local o simplemente como un medio de atraer visitantes. En torno a largas mesas
que los organizadores colocan en lugares adecuados, se colocan las encajeras con sus
bolillos alrededor de las 10 de la maana y hasta medio da, y en ese tiempo se habla
con compaeras de otros pueblos, se intercambian patrones, ideas, se muestran los
trabajos realizados, se invitan unos participantes a otros para sucesivos encuentros, y lo
ms maravilloso es el ambiente distendido, relajado y cordial del que se disfruta. Es la
magia del encaje que consigue que en estos atareados tiempos que vivimos en los que
la comunicacin interpersonal es cada da ms difcil, estos encuentros sean como en un
puente tendido entre aquellos en que las mujeres salan a la puerta de su casa a tejer y a
gozar de la tranquilidad de una charla amable con las vecinas y este mundo de ahora,
maravilloso en cuanto a avances tecnolgicos pero un poco estresante.

Esto es en lneas generales lo que para m ha supuesto sumergirme en el pasado y
conocer algo ms de un mundo que siempre me ha parecido enriquecedor en todos sus
aspectos y no s si es procedente hacerlo, pero invito a cualquier persona que no lo haya
hecho nunca a empezar a tejer encaje. Estoy segura que es una experiencia por lo menos
interesante.















91
























13 BIBLIOGRAFIA

92

BIBLIOGRAFIA



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El ret-f catal o puntes d Arenys por Dolores Simarro Caiser y Nuria Adela
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http://216.239.37.104/translate.ville-alencon.fr/dentell

http://216.239.37.104/trasnslate.virtualbruges.com/mu

http://www.merlettoitaliano.com

http://www.cyberlink.co.uk/allhallows/m

http://www.kenmare.com/history/l

http://www.radio.cz/es/artculo/41377
94


Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. Goya

Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. Velzquez

Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. El Greco

www.indexnet.santillana.es/rcs/archivos

www.cnice.mecd.es/eos/materiales educativos/bachillerato/historia/rev-indus.

www.artehistoria.com/historia/contextos/2440

http://thales.cica.es/rd99/ed99-0314-01rev_ind.

www.gentiuno.com/articulo.asp?articulo 2305

www.monografas.com/trabajos14/revolucionindustrial2

html.rincondelvag.com/derechos-y-libertades-de-la-mujer

www.monografas.com/trabajos12/revin/revin.shtml


95
















ANEXOS

PRENSA

PINTURA

POESA

MUSEOS



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1.1ACEBO

(Artculo sacado de la revista de la Asociacin Catalana de Puntarires)

Acebo, un pueblecito de la provincia de Cceres. Situado en plena sierra de Gata, es un
de los lugares de Extremadura en los que se hace encaje de bolillos. Las bolilleras d
Acebo han constituido una asociacin y tienen una exposicin permanente en los bajo
del Ayuntamiento, donde previa cita, se puede visitar durante todo el ao. Son un
personas amables y acogedoras, explican que la funcin de la asociacin e
primordialmente ayudar a las bolilleras para que puedan vender sus trabajos, el preci
de los cuales, son ms que correctos en relacin a la calidad de los mismos. Trabaja
con bolillos gruesos y largos, de medida parecida a las de Arbos, hechos con madera d
naranjo, ya que es un rbol muy abundante en estos lugares. Utilizan hilos nacionales30
Su lxico es muy diferente del que se utiliza en Catalua; por ejemplo, de la trenz
dicen cordn, del punto de la Virgen, arnero, del punto de espritu panero, de
puntilln gallito, de la reja mecedora, del torzal vena, etc. Todas las puntillas qu
hacen tienen un nombre, una de las que hay en la exposicin que en Catalu
denominamos de los puentes, o de la punta de todo el mundo, all la llama
caramelitos. Otro nombre curioso es el de una puntilla que tiene un bonito dibuj
floral que lleva por nombre la envidiosa, y es un nombre muy oportuno, ya qu
cuando la ves tienen ganas de saber hacerlo o bien de comprarla.

Extremadura es una regin que rene todas las condiciones geogrficas y sentimentale
necesarias para hacer deseable una visita: pueblos dormidos en el tiempo, esplndida
dehesas, donde se cra el cerdo ibrico, ciudades como Cceres llenas de arte
rincones donde se mantienen vivas las tradiciones ancestrales.

Acebo, a una hora y media de Cceres, es un buen punto de partida para visitar el vall
del J erte, famoso por sus cerezos que en la primavera llevan de flores blancas y cuand
maduran los frutos, lo visten con el rojo intenso de las cerezas.

De hecho, encuentro muy interesante que las personas que amamos y valoramos l
pequea obra de arte que es una puntilla de bolillos, conozcamos las tradiciones, lo
gustos, las preferencias de bolilleras muy alejadas de nosotras en el espacio, pero mu
prximas en los sentimientos que nos mueven a todas delante de un bolillero si
estrenar.


Pilar Bregante




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1.2 ARTICULOS DE PRENSA


1.2.1 EUROPA PRESS 18-10-2003 10:34

El Pabelln de La Azucarera de Monzn alberga el Encuentro de Encaje de Bolillos,
en que participan ms de mil personas.

Un millar de personas participan en el VII Encuentro de Encaje de Bolillos, que se
desarrolla en el Pabelln de la Azucarera de Monzn. Durante toda la maana se
sucedern diferentes actividades, y adems se podr contemplar la ejecucin de
trabajos de encaje. La directora del Instituto Aragons de la Mujer (IAM) Elena Allu,
ha inaugurado el centro.

El pasado ao, este Encuentro cont con la participacin de un total de 892 personas,
mientras que para la presente edicin se han inscrito 1024 encajeros: teniendo que dejar
en reserva a personas y grupos que presentaron su solicitud fuera de plazo.

En esta sptima edicin, como en aos anteriores, se otorgarn premios al asistente
de mayor y menor edad, al grupo asistente ms distante de Monzn y a los tres trabajos
ms originales de cuantos se hayan realizado durante la maana.

Entre los datos de participacin, adems de destacar las 1024 personas inscritas, la
provincia que contar con mayor nmero de participantes ser Zaragoza (326), seguida
de la de Huesca (314) y de Lrida (128). Pero no slo estarn presentes bolilleras y
bolilleros de provincias cercanas; tambin se han inscrito 96 personas de la provincia de
Tarragona, 72 de Barcelona, 51 de Teruel, as como participantes de poblaciones de
Gerona, Navarra o Castelln. La concejal del rea de la mujer, Mara Eulalia Mateos, ha
resaltado la colaboracin en el desarrollo de esta actividad de Ibercaja, Caixa Peneds y
la Asociacin de Viudas Renacer, as como las ayudas recibidas por diversos
establecimientos comerciales, al tiempo que ha invitado a todos los ciudadanos a asistir
al Encuentro de Encaje de Bolilllos, con la seguridad de que se sorprendern por la
gran aficin existente, la calidad de los trabajos expuestos y el enriquecimiento cultural
que se est logrando con la recuperacin de la tcnica del encaje




98






1.2.2 EL MUNDO.

Especial bolilleras. Barcelona, junio 2.000

La trobada de hoy en el paseo de San J uan est llena de actos festivos y homenajes.

DIADA DE LA BOLILLERA A BARCELONA O EL TRECE TAMBIEN TRAE BUENA
SUERTE.

Tal como anunciaba el titular del suplemento del diario El Mundo la XII Diada de la
Bolillera, llen Barcelona del arte milenario de los hilos, el domingo 4 de junio de
2.000 en el paseo de San J uan, y de que manera!. Con 5300 bolilleras inscritas. Con
una cincuentena de puestos de comerciantes, con una serie de actos institucionales y
festivos que movilizaron a unas 30.000 personas, segn estimaciones de la Guardia
Urbana de Barcelona.... fue una fiesta redonda, plena, de las que crean admiracin,
como suele ser lgico en esta clase de manifestaciones, altamente compartidas y con
responsabilidades eficazmente asumidas, y desde la Asociacin de Puntaires
querramos que as constase: todo el mundo estuvo donde haca falta para que todo
saliese redondo. Puede ser que hubiera demasiado sol.... pero esto habramos de
imputarlo a la calidad de los huevos que se llevaron, como para cada Diada, a las
monjas de Santa Clara!.. Con el Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona a la
cabeza del cual, el concejal Sr. Ferrn Mascarell, se volc en la Diada desde el mismo
momento de su anuncio, como sabemos muy bien las personas de la J unta y como
pudieron comprobar perfectamente las socias y socios presentes en la Asamblea
ordinaria que aprob la sede de la XIII Diada, y con las personas que forman parte del
distrito de Gracia. Bajo el mismo concejal, la sintona fue excelente, a pesar de que la
magnitud de la manifestacin poda abrumarnos a todos en cualquier instante.

La alegra de la fiesta que presidi el alcalde Sr. Joan Clos, que ya haba sido
seducido por las puntillas durante la ltima y mojada Mostra de la Merc, en las
Ramblas de Barcelona, tuvo una proyeccin ldica con los danzarines Gigantes y
Cabezudos de la ciudad, el grupo de animacin Flic-Flac, la Banda Municipal con un
ajustado programa. Por lo que refiere a la seriedad y trascendencia, el descubrimiento de
una placa en el domicilio de los Sres. Antonia y Monserrat Ravents, fundadores de la
Escuela de Bolilleras y creadores de la puntilla que lleva el nombre de la ciudad, el
ofrecimiento de pauelos a los gigantes de Gracia a cargo de las bolilleras del centro
catlico de Gracia y las bolilleras Bienestar Social de la calle de Siracusa, las palabras al
mas alto nivel de la Sra. Isabel Crego, presidenta de la Asocacin Catalana de
Bolilleras, del Ilmo. Sr. Ferrn Mascarell, y del Excmo Sr. Joan Clos, que fueron
obsequiados, respectivamente, con el escudo de Gracia, hecho de encaje por la
Asociacin Catalana de Bolilleras, y con una muestra de la Punta de Barcelona, por
parte de la Sra. Roser Abell, directora de la escuela de Puntaires de Barcelona. Al acto
asistieron como invitados especiales algunos alcaldes y concejales de poblaciones que
99
han hecho anteriormente diadas, como el concejal de Cultura de Arenys de Mar, los
alcaldes de lrboc del Peneds,

El esplndido Paseo de San J uan de Barcelona se convirti por un da, en la arteria
bolillera ms potente que nunca se ha podido ver. Por lo que se refiere all puesto de la
Asociacin, la multitud de responsables de los grupos que desfilaron pudieron admirar
una pieza nica, expuesta por gentileza de la magnfica compaera bolillera Josefina
Castellv, Maregassa, de 70 x 100 cm hecha el ao 2.000. Los bolillos de coleccin
de este ao, tambin hechos en Brujas, de madera de guatambo dentro de un estuche
rojo, siguiendo la lnea de color adoptada as mismo en los boletines de este ao.

La procedencia de las bolilleras tambin es una cuestin de enorme inters, y al
margen de estar representadas prcticamente todas las comarcas con bolilleras de
Catalua pudimos gozar de la presencia de artesanas venidas del Pas Valenciano, del
Pas Vasco, de Aragn, de Andorra, de la Rioja, Navarra, Andaluca, Castilla, personas
todas ellas extraordinarias que han querido dar testimonio de su fidelidad a los encajes
de Catalua.

.












100



1.2.3 NOTAS DE PRENSA. Revista n 52 Associaci Catalana Puntaires

EL MIRADOR. J oan Pallares Personat

EN MI CASA HACEN BOLILLOS. Mi hija, una joven, que el mes que viene har
23 aos, es bolillera como las de Arenys, pero esto de los bolillos no es slo cosa
catalana, es una tradicin extendida por todas partes, con fama acreditada en Flandes,
Alemania, y por toda Europa. Los encuentros de bolilleras son un recurso de fiesta
mayor, cada vez ms habitual, en el transcurso de las cuales las bolilleras muestran sus
habilidades y el pblico disfruta paseando por las calles que ellas amenizan. Sardanas,
castellers, correfocs, gigantes,... son elementos de la cultura tradicional popular que
habitualmente constituyen un buen vnculo de integracin. La oportunidad de las
bolilleras es nica y lo es esencialmente porque para las mujeres que llegan de pases
lejanos, las manualidades todava son habituales, a pesar de que no constituyen una
actividad cultural como aqu, sino un quehacer cotidiano, de modo que los puntos de
bolillos, silenciosos, pueden constituir el punto de confluencia entre la cultura catalana
de las mujeres de aqu y las recin llegadas. El encaje de bolillos acerca el idioma y la
normalizacin y podran ser bien patrocinados, no slo un vnculo de integracin, sino
de vertebracin de la prxima generacin de catalanes.

Con el ttulo de Boixets el periodista firma su colaboracin diaria con el peridico
20 Minuts, el 271003.


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Ledo en DE SOL A SOL. Publicado por LA VERDAD DE MURCIA 1 septiembre
de 2001.

El encaje de bolillo, el macram, la malla o el frivolit puede que para algunos
recuerden a otros tiempos y tengan quizs demasiado olor a alcanfor, pero son sin duda
alguna uno de los mejores remedios para el estrs. Por si fuera poco, comienza a ser
recetado por los mdicos para aliviar la artrosis y otras patologas seas y musculares
propias de la poca actual. El ayer y el hoy encajan a la perfeccin y darn prueba este
fin de semana en la localidad granadina de Guadix en el I Encuentro Nacional de
Encajes.

Labores domsticas denostadas para quienes quizs malinterpretan la liberacin de la
mujer y que son en realidad un arte y tambin un negocio con enormes posibilidades.
Por ello, ms de medio centenar de especialistas, bolilleros y bolilleras, llegados de toda
Espaa se afanarn este fin de semana en debatir sobre las tcnicas y tendencias de estos
trabajos artesanos, transmitidos de generacin en generacin, que alcanzan en el
mercado de la moda, el hogar y la decoracin precios cada vez ms altos y,
progresivamente logran estar da a da ms solicitados por su calidad y prestigio.
















102






Artculo de prensa, Peridico ABC , del domingo 26 de septiembre de

1.3 EL HILO DE LA PACIENCIA

Madrid.. Pocas actividades artesanas exigen tanto tiempo y paciencia como el encaje
de bolillos. Para demostrar al pblico como se realiza esta tcnica tan tradicional en
Catalua desde el siglo XV- doscientas encajeras de toda Espaa se reunieron ayer en
Spaitex , una de las muestras en vivo de artesana textil ms importantes del pas que
discurre en paralelo a la Intermercera.

J unto al Pabelln La Pipa, en la Casa de Campo, artesanas de Mstoles,
Arroyomolinos, Nalvalcarnero, Siguenza, Villarejo de Salvans, Azuqueca y Burgos ,
entre otras, se reunieron ayer en el Primer Encuentro de Encajeras Espaitex y durante
tres horas realizaron en vivo sus esmerados patrones. Puntillas, pamelas, abalorios,
chales, bolsos, mantillas de novia, guantes, abanicos y campanitas y estrellas para
rboles de Navidad son algunas de las labores que pueden realizarse con esta ancestral
actividad textil.

Y aunque la tcnica ha variado muy poco con el paso de los aos, si lo han hecho el
diseo y el estilo. As, laboriosas encajeras de Sigenza que contaban con las artesanas
ms jvenes de la exhibicin- recordaban todos los utensilios necesarios para este arte:
el picado (el dibujo), los bolillos, la almohadilla o mundillo, las agujas o alfileres, los
separadores y el hilo. Lo que ya no pueden comprarse son la constancia, la paciencia y
el tiempo a invertir para realizar los bordados.

As lo confirmaba tambin la asociacin ms veterana., la Asociacin Catalana de
Puntaires, una entidad dedicada a preservar la cultura tradicional del encaje y a
promover su renovacin.

Talleres y exhibiciones.

Adems de este encuentro de encajeras, Espaitex ofrece hasta hoy domingo talleres
de patchwork, punto de cruz, ganchillo, pintura sobre seda, decoracin de vestuario y
confeccin de abalorios. Tambin los aficionados al punto de cruz podrn disfrutar con
una gran exposicin de cuadros de punto de cruz ofrecida por Eder Centro de Labores
y de colchas realizadas por la Asociacin Espaola de Parchwork, sin olvidar la
muestra de telares de la Escuela Municipal de Telares de San Lorenzo de El Escorial y
de bordados mallorquines.

Pero adems de disfrutar con exhibiciones y talleres, en este espacio artesanal se
pueden comprar kit de primeros pasos de bolillos, revistas, lanas, esquemas para
labores, cuadros de puntos de cruz. ...En definitiva, una oportunidad nica para admirar
la creatividad en el sector textil y para animarse a realizar algunas de las numerosas
manualidades que all se muestran.
103

Carta dando cuenta del resultado del tercer encuentro de encajeras de bolillos en
LA PLATA-ARGENTINA.

Estimado Pasqualino: me permito distraer un poco de su tiempo para comentarle
acerca del tercer encuentro de encajeras desarrollado en la ciudad de La Plata el ddia
sbado 24 de abril, con motivo de los festejos de San J ordi.

Con gran alegra le dir que estoy muy contenta, ya que habiendo sido la responsable
de invitar a las encajeras como los aos anteriores, entend que todo deba salir lo mejor
posible.

La cantidad de asistentes super enormemente las expectativas: concurrieron 104
encajeras, de varias localidades, a saber, de Rosario. Mar del Plata, Gran Buenos Aires,
Capital Federal y por supuesto La Plata.

Estuvimos en la peatonal cntrica, desde las 10 hasta las 13 h. Hubo gente de todas las
edades, y entre nosotras asisti una nia de 8 aos de Rosario y un nio de su misma
edad.

Mientras se desarrollaba la trobada se repartieron 600 rosas a las encajeras y al
pblico en general; se cant el coro cataln y se bail sardana.

Merece destacar los trabajos presentados en todos los estilos de encajes. Esa maana
soleada y fra era el fondo de quienes se lucan ms con sus bolillos, con enormes
carpetas, largas puntillas, sofisticados encajes realizados con fusin de colores,
abanicos, cuellos, chales, etc.

No puedo dejar de comentar de que manera el pblico nos descubra, atnito a vernos
realizar esta tcnica tan antigua y exquisita y maravillados y motivados para aprender a
hacerlos.

Una vez terminado el evento en la calle, nos reunimos todas a almorzar en el campo
japons de la ruta 36 mizujo, y all compartimos la comida., aprovechamos para
saludarnos, entregar diplomas de asistencia y los souvenir a cada una, realizados en
encaje por mis alumnas, mi madre y yo. El motivo fue una sombrilla.

Las encajeras ya distendidas, pudieron visitar el jardn japons del lugar.

No quiero abrumarlo ms con los comentarios, se que a usted esto le puede interesar,
y si lo prefiere le mando fotos del evento.

Tambin puedo comentarle los preparativos del viaje que realizaremos a Catalua, el
mes prximo coincidiendo con el Forum de las Culturas. A este encuentro irn
alrededor de 5000 encajeras (cinco mil), luego por mi parte visitar Italia. Todo el
itinerario est relacionado con el encaje de bolillos.

Lo dejo hasta la prxima, quedando a la espera de noticias.

Lo saluda: Monica Montes
104




BOLILLERAS Y SALUD MENTAL

Isabel Grego
Entrevista con el Dr. Antoni Bulbena Vilarrasa, J efe del Servicio Psiquitrico y de
Salud Mental del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria en el Hospital del Mar de
Barcelona, profesor titular de Psiquiatra de la Universidad Autnoma, autor de
numerosos trabajos y con aos de experiencia en el estudio y el tratamiento de los
comportamientos.

Me ha parecido bien proponerle algunas cuestiones todas referentes a los bolillos,
que, como todos sabemos, es una afeccin adquirida que no nos viene de la luna, forma
parte de la cultura heredada, y tambin crece en un entorno de aprecio a los trabajos
manuales y a las labores, con un cierto grado de sensibilidad aadido y donde las
cualidades innatas cuentan: curiosidad, paciencia, acompaadas de deseos de aprender y
espritu de superacin. Y yo podra aadir, porque me defino de mi misma, que, como a
bolillera soy una loca una viciosa, y no me escondo, del placer de contemplar
texturas lujosas, que me dejan maravillada, como un nio delante de las transparencias y
del artificio de un tejido de bolillos, por pequeo que sea.

Tambin le he propuesto otras cuestiones en torno de comportamientos tpicos de
las bolilleras, un puado de preguntas que alguna vez todos nos hacemos y que tienen
respuestas interesantes y de gran valor para m y que deseo que tambin tengan para
vosotras.

LA PUNTA DE PSICOLOGA

DR. ANTONI BULBENA VILARRASA

Qu hace un psiquiatra hablando de bolillos? Es que hacer encajes es malo para los
nervios?, pues no. No hay ningn indicio; todo lo contrario. Es bien seguro, hacer
bolillos tiene ingredientes psicolgicos que pueden ser muy buenos para la salud
mental.

Lo que propongo hacer aqu es un sencillo ejercicio de higiene mental: pensar y
reflexionar un poco, pasarlo bien un rato y seguir haciendo experiencia activa, y si es
oportuno algn cambio. Antes de hacer ningn comentario sobre los arquetipos
peculiares de bolilleras (pregunta inexorable para el psiquiatra), examinaremos primero
unos cuantos ingredientes psicolgicos de hacer encajes. Despus podremos observar
algunas variaciones anormales de estos ingredientes. Y siempre que hablemos de
variaciones o anormalidades de ingredientes mentales podemos resumirlos en dos: de
cantidad (cuando hay demasiados o demasiados pocos ingredientes) o de cualidad
(cuando el ingredientes no es bueno). Es como si examinsemos una receta de cocina.
Veremos, pues, seis dimensiones psicolgicas que el arte del encaje de bolillos encara.
Hay ms, pero con estas ya haremos las recetas de hoy.

105
Primero la destreza manual y mental, que nos permite articular los movimientos, la
vista, la esttica, el colorido, las dimensiones, distancias y el tacto, en pro de una obra.
Esto se puede aprender y lo que las escuelas de bolilleras tratan de transmitir a los
alumnos, pero, como en toda destreza humana, tambin es necesario nacer un poco.
Hacer encaje de bolillos es mucho ms que mover los palillos.


Segundo, la creatividad, que nos da la oportunidad de armonizar y elegir colores,
puntos, imgenes, dibujos, textura y patrones. Hay bolilleras, que son muy imaginativas,
y sin apenas elementos, fabrican una buena idea; otras, son buenas haciendo versiones,
pero todas crean cuando eligen sus propias combinaciones. No siempre la bolillera
creativa es la ms diestra.


Tercero, la produccin o producto, es decir la concrecin del esfuerzo, y el arte en
una dimensin o cosa material que se puede tocar, ensear, ver, etc . Esto diferencia el
hacer bolillos de otras formas de entretenimiento como los juegos de mesa y de azar,
que despus de pasar horas y horas no queda ninguna obra hecha. En el caso de l encaje
de bolillos, cuando ms tiempo se le dedica, ms obra queda. Es pues, un arte que
incluye el compromiso de llegar a la obra concreta y ......terminada.


Cuarto, la transaccin, es decir, la oportunidad de intercambiar puntillas, opiniones,
miradas, admiraciones, capacidades, patrones, ideas,, y ....hasta envidias. Esta es la
dimensin social de hacer bolillos, pero no slo se trata de comunicarse, sino que ha DE
HABER SIEMPRE UN OBJ ETO DE REFERENCIA. Un buen ejemplo son las
entraables Trobadas: sociales, s, pero exhibiendo encajes.


Quinto, la disciplina, o sea la capacidad de ir haciendo y cumpliendo, pero tambin
la de terminar lo que se empieza. Esto incluye ciertas dosis de paciencia y
concentracin, pero sobre todo de voluntad.

Sexto, el orden, nos referimos al orden externo, que en el caso del encaje de bolillos
es tan claro y definido (seguir el patrn), que al mismo tiempo se puede pensar,
escuchar, incluso hablar y, si se quiere, soar. Inconscientemente notamos que el mundo
externo tiene un orden claro y seguir el patrn nos proporciona aquella extraa calma y
regusto de seguridad.

Veamos ahora algunos arquetipos de bolillera peculiar, que he desarrollado sobre las
ideas que me habis transmitido

La bolillera impaciente.

Es la que empieza una pieza y ya la querra tener terminada La ilusin del comienzo
se termina pronto, casi siempre antes que la pieza. Le falla un poco la disciplina, y el
producto (terminado) queda sustituido por la escena mgica del rito iniciatico. Padece la
dificultad de esperar y no tiene ninguna paciencia para continuar. Este es un caso de
poca fuerza en produccin, disciplina y orden externo. Pero a veces puede ser muy
creativa y los dems lo saben.
106

La bolillera que ha de tenerlo todo.

Lo compra todo, lo fotocopia todo, colecciona casi todo. Al mismo tiempo, teniendo
todo a punto para empezar, no empieza casi nunca. A pesar que impresiona el
lucimiento de lo que llega a tener, confunde el se con el tener. No es lo mismo el ser
bolillera que tener todo lo que se necesita para serlo. La bolillera que ha de tenerlo todo
padece una pequea desviacin en la produccin ya que tiene todos los productos
excepto el suyo propio: revistas, patrones, herramientas., etc. Es como si sustituyera sus
encajes con las obras y herramientas que compra o copia. Es bien tolerada por los dems
ya que quien ms quien menos se aprovecha cordialmente de tantos productos y
adems, como no produce apenas obra propia por tanto no es de hecho una competidora.


La bolillera plagiaria

Es ms grave que lo anterior. No se para en confundir el ser y el tener, sino que
sustituye su propia produccin por la de las dems. Inconscientemente, no puede
soportar su falta de destreza, o de disciplina e invierte su creatividad en enmascarar sus
defectos. La transaccin est falseada. Con tal de mantener el nivel o ritmo de
produccin, presenta obra como si fuera propia, pero lamentablemente a menudo es
falsa. En este caso y contrariamente al caso precedente, suele ser poco tolerada por las
dems, que a menudo sospechan el engao.


La bolillera presumida

Es la que hace cada pieza como si fuera una estrella, y la ensea una y otra vez,
proponindonos la respuesta: Est bien, verdad que s?, puede tener destreza e incluso
creatividad, pero necesita alimentar constantemente su ego. El miedo inconsciente de no
haberlo hecho bien se transforma en demanda reiterada de aprobacin y alabanza. Puede
resultar mal tolerada por las dems, si ven que sistemticamente no valora tan bien el
trabajo de las dems
.

La bolillera tmida

Es el caso simtrico al anterior. Tambin tiene mido por no haberlo hecho bien, pero
en lugar de huir inconscientemente hacia delante como haca la presumida, hace una
huida abierta hacia atrs. Se hace de rogar para mostrar sus propias piezas y rehusa
aparentemente la competencia: No, si yo no s hacerlo bien. No me ha quedado bien
verdad?, piden inconscientemente aprobacin. Es lo mismo que antes, quieren lo
mismo pero lo piden al revs. Son mejor toleradas pero siempre necesitan alguien que
las arrastre y eso comporta un poco de dependencia.


Comentarios finales

Bien bolilleras, quiero advertiros que cuando se hace un repaso de los tipos de
comportamiento como lo que hemos hecho aqu, es habitual que todos nos sintamos un
107
poco identificados con uno y otro. Pero si os parece, recordad sobretodo que son
esquemas parciales y en absoluto personales. No caigis en la torpeza de confundir un
arquetipo con una persona concreta. Por otro lado a menudo hay quien se ofende al
verse un poco retratado y lo niega furiosamente. En cualquier caso tomroslo bien, que
esto es sencillamente higiene mental, que nos conviene siempre que se tome de un
modo desenfadado.

Seguro que la creatividad de cada uno de los lectores y lectoras hara otras
propuestas de bolilleras tpicas, incluso tantas, que daran lugar a una seccin fija de la
Revista.

Por ltimo recordemos que hacer encajes es un arte y el arte es una forma
maravillosa y nica de conocimiento que nos permite acceder a complejidades de la
naturaleza (incluyendo la humana), a la que no podemos llegar por ningn otro camino.
Ni la ciencia nos puede conducir a lo que se aprende con la prctica, un arte. La ciencia
nos da una va de conocimiento riguroso pero parcial. El arte es el que da las
sensaciones indescriptibles y deliciosas que tenis cuando libris una pieza del bolillero.
Esto es salud mental. Seguir.

Queremos agradecer al Dr. Bulbena esta aportacin que encontramos llena de inters y
utilidad, y que esperamos que tenga continuacin otro da.




108
1.5 CRNICA

COMENTARIO DEL X CONGRESO OIDFA, LUND (SUECIA)

Gloria Ibez

Como ya sabemos, en el mes de agosto de este ao, tuvo lugar el X Congreso de
OIDFA. Esta vez viajamos a Suecia, concretamente a Lund, una tranquila y bonita
ciudad universitaria que, en estos momentos acoge a ms de 25.000 estudiantes y donde
nos esperaban unos das de descubrimientos, reencuentros, trabajo!,
sorpresas....!nuevas experiencias!. Ahora explicar un poco como fue todo.

Los das anteriores al congreso tuvieron lugar cinco cursos que se impartan en
ingls y francs de puntos autctonos: puntos de Escania, Puntos de Dalecrliua,
Puntos de Ovanker. Puntos de Vadstebna, puntos de aguja. Como no pude asistir a
ninguno, no puedo hacer ningn comentario.

El da antes de la apertura tuvimos que preparar el stand de Espaa con los nervios
correspondientes porque, a pesar de tenerlo todo pensado desde aqu, siempre se tiene la
impresin que no quedara bastante bien. Una vez montado, nos dimos cuenta que
estaba muy bonito. En esta ocasin el tema era unitario sobre el lema La cultura
grecorromana y se presentaban diversas piezas a ttulo individual y una que se mont
como un mural formando mosaico que se compona de once piezas bajo el lema
Mediterrnia.

El nmero de congresistas fue de 504, siendo numerosos el nmero de visitantes en
un solo da.

La apertura oficial fue al Stadhallen donde los congresistas fuimos recibidos por la
Alcaldesa de la ciudad y nos ofrecieron una pequea cantata a capella, por parte de
cuatro muchachos suecos que fue muy bonita. Aqu tambin pudimos disfrutar de dos
exposiciones: una donde estaban todas la piezas presentadas por el concurso De la
cabaa al castillo, los premios de los cuales eran otorgados por un jurado competente
en encajes y diseos donde nos sorprendi agradablemente el trabajo presentado por la
Sra. Ana M Rubio de La Garriga; otra, en la planta baja, donde estaba la exposicin de
puntillas d Idrija as como piezas de las Asociaciones de Estocolmo, Goteborg, Orebro
y otras. El primero y segundo premio del concurso correspondieron a dos piezas de
bolilleras suecas, y el tercero a una de Chequia.

Al terminar, fuimos a la Akademiska Freningen, un magnfico edificio de la
Universidad de Lund donde est situada la Unin de Estudiantes, una de las bibliotecas
y diversos departamentos, donde estaban las exposiciones, demostraciones y ventas, y al
dar una vuelta por los diferentes stand pudimos ver una gran diversidad de puntos, tanto
clsicos como modernos. En este Congreso participaron 18 paises. Como ya es habitual,
los stands de Blgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Japn o Chequia , de entre otros,
nos dejaban admirados por la gran calidad de las obras expuestas. Los holandeses, por
ejemplo, presentaron unas toallas hechas por un grupo de gente con una veintena de
hexgonos (todos con diferentes dibujos) y cinco ms en cada uno de los cuales estaba
una de las letras del logo OIDFA que cosieron a todo lo largo (ms o menos 4 m y
medio de tela de hilo) que servir para decorar la mesa del comit holands en sus
109
jornadas. Las danesas tenan unos divertidos individuales con forma de paleta de pintor
as como una casulla con una gran flor, muy original. En el stand de Blgica haba
piezas, como siempre, realmente preciosas con una realizacin de gran perfeccin.
Suecia tena una sala aparte con las puntillas tradicionales con los diferentes tipos de
bolilleros que utilizan. Es realmente curioso ver como trabajan sin patrn y nada ms
ponen agujas en los dos finales de la puntilla, guindose por las rayas de la tela que
recubre el bolillero.

Todo esto estaba muy bien pero donde haba una puntilla nueva, diferente y llena de
color, eral en el Kulturen, donde estaban las puntillas de Chequia y donde pueden verse
murales, motivos tridimensionales, cuellos preciosos de un diseo impactante y a donde
fuimos despus de dar una vuelta por los stands.

Por la tarde tuvo lugar la recepcin en el Kulturen, nombre popular que se da a uno
de los ms grandes e interesantes museos al aire libre donde encontramos los diferentes
tipos de granjas que haba en el pas que fueron trasladadas de diversos distritos del sur
de Suecia, reconstruyndolas con su forma original. Despus de las palabras de las
autoridades de la ciudad, Comit Organizador y de la Presidente de OIDFA, tuvieron
lugar unas danzas tradicionales y, al terminar, nos ofrecieron un tentempi.

Las tres conferencias que nos dieron en los tres das del Congreso en el Stadshallen
fueron sobre La puntilla en los vestidos tradicionales de Escania, La puntilla rural
en Suecia y Aspectos sociales del encaje de bolillos, con gran profusin de
diapositivas que resultaron muy interesantes. Se podan seguir en francs, o en ingls,
segn las preferencias de los congresistas, en diferentes das.

El sbado, a medio da, tuvo lugar una Asamblea general donde se sigui el orden del
da que ya se haba anunciado, aprobndose la modificacin de los artculos 7 y 9
relativos a la composicin y las reuniones del Consejo. Los diferentes grupos de trabajo
informamos de la situacin en que se encontraban los estudios realizados desde el
anterior Congreso. Se inform de los premios del concurso de la cabaa al castillo,
que ya hemos comentado anteriormente. Se dio la bienvenida a los nuevos miembros
del Consejo as como el agradecimiento por el trabajo hecho a los miembros salientes.
La Sra. Hilary Booths, miembro del Comit Organizador del XI Congreso en
Nottingham (Inglaterra), expuso algunos datos del que ya estaba llevndose a cabo en
vistas al ao 2.002. Por la tarde, como ya es habitual, tuvo lugar la cena de hermandad
en el Grand Hotel Lund donde se pudieron admirar unos espejos modernistas preciosos.
Al terminar, las personas vestidas con los trajes tpicos fueron desfilando por los
diferentes salones del comedor para que todas las personas pudieran admirarlas.

El domingo por la tarde, ltimo da del congreso, la presidenta de OIDFA, Sra, Lidia
Thiels-Maertens, antes de proceder al cierre ofreci al comit organizador sueco el
original del Trofeo Sally Johansson que se haba entregado, por ltima vez, en el
Congreso de Gant. A continuacin hizo la presentacin del nuevo Trofeo, diseado y
realizado en plata por Isabel Moreno y que fue escogido por el Comit Ejecutivo entre
otros diseos y maquetas que les haban presentado y que se otorgara al trabajo ms
votado por el pblico que visitase el Congreso. Cuando ya hizo toda la explicacin y
dijo el nombre del trabajo ganador nos quedamos literalmente de piedra era para la
Mediterrnia!. Si en aquellos momentos nos pinchan no nos encuentran una gota de
sangre dando que, al ser por votacin popular, no pensbamos que entre tantos trabajos
110
tan bien hechos, hubiesen escogido la nuestra. Fue como tocar el cielo con las manos.
Despus de recibir el trofeo, se libraron los seis premios del concurso De la cabaa al
castillo. Despus de enviar la bandera de OIDFA de Suecia a Inglaterra se dio por
clausurado el congreso.

El mismo da y despus de desmontar los stands, 147 personas comenzamos el tour
de cinco das. El primer tramo lo hicimos en ten, y al da siguiente, ya nos distribuimos
en tres autocares.

Pudimos ver muchas cosas y muy interesantes, pero, eso de cambiar cada da el lugar
de alojamiento, se hizo un poco pesado, dado que la distancia entre los lugares a visitar
era, la mayora de las veces, de centenares de kilmetros. Durante todo el viaje tuvimos
ocasin de ver, adems de puntillas, bordados y tejidos, y todo tipo de artesana.

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111


1.6 UNA TARDE INOLVIDABLE (Nieves Plaza)

(Revista de la Associacio Catalana de puntaires.

Como tantos otros veranos de mi vida, volva a reencontrarme con la tierra que vio
nacer varias generaciones de mis antecesores, esa tierra llana, seca, austera, rida y
noble. Volva a Ciudad Rodrigo (Salamanca).

Este ao haba pensado buscar entre la gente ms anciana del pueblo, algn patrn,
algn bolillo antiguo, alguna pequea muestra de encaje, quera llevar a mis compaeras
algo que nos sirviera para entablar conversacin en los ratos que estamos trabajando
juntas. Pero mi gozo en un pozo, en Ciudad Rodrigo se ha perdido la costumbre, la
tradicin del encaje de bolillos, ahora intentan resucitarla del olvido con la recin
inaugurada escuela municipal de encaje.

Decepcionada, coment mi aficin a un buen amigo. Instantneamente me contest
que para ver hacer encaje de bolillos a las mujeres en la calle tena que ir a Acebo; no
daba crdito a mis odos, eso era ms de lo que yo haba imaginado, saba que no me
engaaba, por razones de trabajo conoce muy bien la regin, y la sinceridad una de sus
muchas virtudes,

Aquella tarde de sbado, soleada, calurosa del mes de agosto, pusimos rumbo por la
carretera de Cceres hacia Acebo, 60 kms. nos separaban de nuestro destino. Acebo,
pequeo pueblo de la provincia de Cceres, agrcola, silencioso, tranquilo, aparcamos
nuestro coche en una empinada callejuela y mis sentimiento fue el mismo de siempre en
estos casos, me siento intrusa.

Caminamos escasos pasos, dimos la vuelta a una esquina y ... all estaban, 4 en una
calle, 3 en otra, sus bolilleros apoyados en el respaldo de la silla de bayn; habamos
entrado en la mquina del tiempo, mujeres ancianas, vestidas de luto; el silencio del
pueblo slo roto por el delicado sonido de los bolillos, el botijo de agua fresca a sus
pies, no, no poda ser, nosotros habamos retrocedido 100 aos, no encajbamos all con
nuestra ropa deportiva y veraniega, pero era verdad, all estaban.

Cuando asum la evidencia, saludamos a aquellas mujeres, fij mi atencin en sus
encajes, esplndidos, complicados, maravillas de los ltimos das del siglo XX.
Intercambi con ellas los nombres de los puntos, el punto de la virgen para ellas
jebreo, la trenza de 2 pares de bolillos para ellas cordn y la de 4 pares trenza....

Me demostraban como hacer esto o aquello, se desvivan por ensearme, mis manos
parecan cobrar vida propia y se iban hacia los bolillos, quera tocarlos, a punto estuve
de pedirles que me dejaran hacer una vuelta...

Perd la nocin del tiempo y debi pasar bastante, porque cuando volv a mirar a mi
amigo, estaba sentado en una piedra junto a la fachada mirndome con entusiasmo .

112
Pregunt donde estaba el Ayuntamiento y me acompaaron y all puede contemplar
con admiracin y respeto, porque muchas de aquellas labores son irrepetibles, la
tradicin encajera de Acebo.

Sal de la exposicin con una docena de bolillos de madera de naranjo, regalo de mi
querido amigo, su olor era agradablemente peculiar.

Pasamos por las ms antiguas de las calles y en los escaparates de las coquetas
tiendas siempre haba una referencia al encaje de bolillos.

Debamos regresar con mi tesoro en las manos, fuimos hacia nuestro coche. Una
mujer nos pregunt: de donde son?, yo, con orgullo contest: de Barcelona. Ella:
All se hacen muchos bolillos?, yo,:desde hace unos aos se ha puesto de moda.
Ella; Aqu la moda nunca se perdi.

No olvidar sus comentarios: a los cinco aos mi madre me sent delante de un
bolillero, hace 80 que estoy aqu. Las hojitas de guipur, nada difcil.....mira, ya
tenemos otra.

Cuando el coche arranc y empezamos a darle la espalda al pequeo pueblo
cacereo, sent que un trocito de mi corazn se quedaba en Acebo.

En lo ms alto del Puerto Perales, paramos unos minutos nuestro coche y lo
pudimos contemplar abajo en el valle, como si de un pueblo de nacimiento se tratara,
deseo que no por ltima vez ACEBO.

Fue aquella una tarde de sbado, soleada, calurosa del mes de agosto, una tarde
inolvidable

Nieves Plaza

113

1.7 ENTREVISTA A DOLORES ALLEPUZ

En la bsqueda de material de informacin sobre el trabajo de investigacin que
pretendo realizar para la Universidad, he tenido una experiencia interesante que
describir a continuacin .

El pasado da 29 de mayo hubo una concentracin de bolilleras en Almazora, a la que
asist en compaa de unas amigas para participar en la misma. Aprovechando la
ocasin me present a varias de las profesoras que imparten clase en las escuelas o
talleres, con el fin de pedirles informacin que pudiera serme til.

En general, cuando se explican los motivos de lo que se pretende, las personas
reaccionan bien y enseguida encontr varias de ellas que se ofrecieron a facilitarme
revistas , libros y la informacin que pudiera necesitar y que estuviera a su alcance,.

Una de ellas, Dolores Allepuz Escrig, presidenta de la Asociacin de Bolilleras de
Alcora me recibi en su casa la tarde del da 6 de junio para dejarme unos libros de los
que poda sacar las fotocopias que me interesaran.

Me acompa mi amiga Amparo Ruiz que con la grabadora y la cmara de fotos
tom nota de la conversacin e hizo algunas fotografas. La Sra. Allepuz nos ense
unos trabajos maravillosos : Un Cristo crucificado, una dama con vestido de poca,
varios bolilleros con encajes empezados, pauelos hechos con unos puntos muy difciles
que hablaban slo con verlos de la pericia de su autora.

Nos llam la atencin una foto firmada de la reina D Sofa, y nos cont la historia.
Hace varios aos tuvo un da la idea de regalarle algo a la reina, y para ello se pusieron
en contacto con la casa real, por medio de una carta, indicando lo que pretendan. Les
contestaron aceptando y entonces confeccionaron unos guantes, un pauelo y un
broche, con la idea de ir personalmente a entregarlo. Volvieron a escribir a la casa real,
desde donde les contestaron que por problemas de agenda no podan recibirlas, pero les
enviaron la foto firmada por la reina, la cual conservan en la Asociacin como recuerdo.

Le preguntamos por sus inicios como bolillera y nos cont que haba aprendido de
pequea en el pueblo, pero despus la aficin se olvid hasta que hace unos 20 aos le
volvi el gusanillo del encaje, pero no haba en toda la comarca quien supiera para
poder ensearle.

Indangando se enter de que en Reus haba una profesora de Barcelona Teresa
Orqun que daba clases y all se fue un da en que llova torrencialmente- con su
bolillero en el tren. Una vez que comprob su maestra que tena un cierto nivel la
admiti como alumna y nuestra amiga Dolores iba todos los jueves durante tres aos a
Reus para en clase intensiva de maana y tarde aprender todo lo que pudiera.

Al volver a Alcora empez a ensear a las mujeres del pueblo y de este modo fue
aumentando el nmero de las que queran aprender, las cuales a su vez enseaban a
otras y as poco a poco se fue extendiendo la aficin por el encaje de bolillos.

114
Como el gusanillo de saber ms la impuls a ello, hizo un viaje con uno de sus hijos a
Camarias, uno de los pueblos de ms tradicin de Espaa en esta labor. Y all
permaneci unos das aprendiendo su tcnica y la forma de venta de lo que producen.

Con el paso del tiempo pensaron que sera interesante formar una Asociacin, con el
fin de tener un nombre y acceder a alguna subvencin si fuera el caso, y dada su
experiencia fue elegida Presidenta de la misma, cargo que todava ejerce y no quieren
que se jubile del mismo.

Por medio de la Asociacin el Ayuntamiento ha organizado ya tres Encuentros de
Bolilleras a lo largo de estos ltimos aos, y nos mostr los carteles anunciadores que
como no poda ser de otro modo tambin reflejaban alguna muestra de la cermica
alcorina.

Mientras hablbamos nos ense una vitrina repleta de bolillos o boixets en Catalua,
y de otros motivos de decoracin todos relacionados con el tema.

Una vez que hice las fotocopias de lo que poda interesarme nos despedimos de
Dolores prometindole que si el trabajo se lleva a efecto se lo ensear para que vea que
su colaboracin ha sido importante para m.

Castelln, 6 de junio de 2.005





115
Ledo en DE SOL A SOL. Publicado por LA VERDAD DE MURCIA 1
septiembre de 2001.

El encaje de bolillo, el macram, la malla o el frivolit puede que para algunos
recuerden a otros tiempos y tengan quizs demasiado olor a alcanfor, pero son sin duda
alguna uno de los mejores remedios para el estrs. Por si fuera poco, comienza a ser
recetado por los mdicos para aliviar la artrosis y otras patologas seas y musculares
propias de la poca actual. El ayer y el hoy encajan a la perfeccin y darn prueba este
fin de semana en la localidad granadina de Guadix en el I Encuentro Nacional de
Encajes.
Labores domsticas denostadas para quienes quizs malinterpretan la liberacin de la
mujer y que son en realidad un arte y tambin un negocio con enormes posibilidades.
Por ello, ms de medio centenar de especialistas, bolilleros y bolilleras, llegados de toda
Espaa se afanarn este fin de semana en debatir sobre las tcnicas y tendencias de estos
trabajos artesanos, transmitidos de generacin en generacin, que alcanzan en el
mercado de la moda, el hogar y la decoracin precios cada vez ms altos y,
progresivamente logran estar da a da ms solicitados por su calidad y prestigio.




116




































7.2 PINTURA
117

PINTURA


ENCAJERA: 1669-70
Autor: Vermeer de Delft
Museo: Museo Nacional del Louvre
Caractersticas: Oledo sobre lienzo 24,5 x 21 cm
Estilo: Barroco Centroeuropeo




J ohannes Vermeer es el autor de este
cuadrito con una tpica escena de
interior, como el resto de su obra.
Vermeer ha restringido el marco de la
escena proponiendo un primer plano
muy prximo a la modelo, lo cual dota
de una sorprendente modernidad a la
imagen. La muchacha ha quedado
recortada a menos de medio cuerpo,
recogida sobre su labor y totalmente
ajena a la mirada del pintor o del
espectador. El artista juega con el poder
de la luz con una habilidad que
sorprendi a finales del siglo XIX a los
impresionistas, que tambin estaban
muy interesados en los efectos de la luz
sobre los objetos. Renoir menciona este
lienzo como uno de los ms bellos de la
historia de la pintura. La joven est
modelada con golpes de luz y de sombra, en una evolucin de la tcnica del claroscuro
que inaugur Caravaggio, Este autor fue muy importante para Vermeer y en general
para el barroco holands, pues de l tomaron el modo de iluminar y componer una
escena. Fuera de la influencia de Caravaggio, hemos de destacar la audacia cromtica de
Vermeer, propia del artista, reflejada en el hermoso azul especfico de su paleta, el
amarillo brillante de la blusa y los rojos de las madejas de hilo en primer plano. Todos
estos colores estn utilizados en sus gamas puras, sin matices, lo que da una intensidad
rtmica muy constructiva. En cuanto al tema, Vermeer se interesa en esta composicin
por mostrar a la mujer como ejemplo de virtudes.
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EL BUFON JUAN CALABAZAS, LLAMADO CALABACILLAS


Ttulo: El bufn Juan Calabazas, llamado Calabacillas
Autor: Velsquez (1638-1639)
leo sobre lienzo 106 x 83 cm
Madrid, Museo Nacional del Prado


El personaje retratado est sentado trabajosamente en el suelo, dada su deformidad.
Lleva un traje verde con cuello y puos de vaporoso encaje de Flandes, pintado con
la soltura y la atencin que acostumbra Velsquez en los ornamentos.

A la derecha del bufn hay una calabaza de la mejor calidad, dorada y brillante, y a su
izquierda se ve lo que podra ser un gran jarro de vino o simplemente otra calabaza.

El apodo Calabacillas, derivado de calabazas, alude evidentemente a su desgraciada
condicin. En una primera poca, el bufn, estuvo al servicio del cardenal infante don
Fernando de Austria. Tras la partida de este a Flandes, en julio de 1632pas al servicio
del rey Felipe IV. La muerte de Calabacillas aconteci en octubre de 1639, por tanto la
fecha del retrato es anterior.



119







FELIPE II


Ttulo: Felipe II
Autor: Sofonisba Anguissola (1573)
Carac: Oleo sobre lienzo 88 x 72 cm
Museo del Prado

La fama como retratista de Sofonisba lleg a Espaa por lo que Felipe II requiri sus
servicios para la ejecucin de los retratos de su familia. El soberbio lienzo que guarda
EL Prado nos presenta al monarca casi rozando los cincuenta aos, vestido de negro,
con los puos y el cuello de encaje blanco. En su pecho apreciamos el Toisn de Oro
y en sus manos sostiene un rosario, elemento significativo de la piedad del monarca. La
figura de medio cuerpo se recorta ante un oscuro fondo neutro, recibiendo un potente
foco de luz procedente de la izquierda que resalta las calidades de las talas y la
fisonoma del rey, siguiendo de esta manera las pautas indicadas en los aos iniciales
del Cinquecento por la escuela veneciana, especialmente Tiziano







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MAJAS EN EL BALCON


Ttulo: Majas en el balcn
Autor: Goya (1810-1812)
leo sobre lienzo 162 x 107,5 cm
Suiz,a, coleccin particular





Este cuadro se cita en el inventario de
los bienes de Goya hecho a la muerte de
su mujer en 1812. No es un sencillo
tema de gnero, sino que contiene una
referencia oculta al mundo de la
prostitucin, como se argumenta por la
ambigua sonrisa de las dos mujeres y
sobre todo de la que se inclina hacia su
amiga y entreabre los labios, sin desviar
los ojos del espectador, para susurrarle
algo al odo. Sus elegantes vestidos se
arrugan contra la barandilla con un
crujido encantador; las mantillas
mezclan ambiguamente tonos de
blanco marfil, verde amarillento,
negro pez y encajes dorados. Tras
ellas, -sombras enmascaradas y
silenciosas con curvados sombreros,
luctuosos fantasmas dieciochescos-
aparecen sus protectores.




121

MARIA LUISA EN TRAJE DE CORTE


Ttulo: Mara Luisa en traje de corte
Autor. Goya (1799-1800)
leo sobre lienzo 204 x 125 cm
Npoles, Museo e Galleria Nazionali di Capodimonte.

Esta pintura es una rplica del
retrato que se encuentra en el
Prado, compaero del de Carlos
IV en uniforme de coronel de la
Guardia, y forma parte de una
serie de retratos de la pareja
real que Goya realiz en la
poca del gran cuadro de
familia y que fueron
posiblemente encargados en
bloque para el decenario del
reinado.

Todos estos cuadros estn
pintados con un desdn de
espadachn en la representacin
de los valores de la materia y
con una tensin psicolgica y
una mirada implacable casi
embarazosos, El efecto,
grotesco, es el que tendra una
mona vestida de persona.
Realmente, la expresin
animalesca de la reina, el rostro
surcado de arrugas, los ojos
consumidos y ennegrecidos, los
delgados labios plegados en un
amago de sonrisa maliciosa,
parecen revelar de ella ms de
cuanto se puede imaginar que
ella hubiera querido. Todo esto resalta ms al aparecer encima de un vestido
elegantsimo, entretejido de reflejos de un fulgor como de ascua, Destacan de la sombra
densa del fondo las sedas marfil y anaranjadas del traje de corte, bordado con anchas
bandas de hilos de oro y recorrido por una vibracin encrespada de crujidos, en el cual
la tenue luz se inflama y se oscurece, de un pliegue a otro, como impulsadas por una
llama languidecente.
122


RETRATO DE UN CABALLERO DE LA CASA DE LEIVA


Ttulo: Retrato de un caballero de la casa de Leiva
Autor: El Greco (hacia 1580)
Montreal. The Montreal Museu Arts


Es uno de los retratos realizados en los primeros aos en Toledo; ha sufrido
restauraciones que han estropeado la inscripcin y cortado parte de la mano del
caballero, cuya identidad es insegura. Tomando como base la inscripcin, hoy poco
legible, se ha identificado al retratado con un miembro de la casa de Leiva, un tal
Alonso Martinez, caballero de la Orden de Santiago, por la cruz de Santiago antao
visible en el jubn. Dirige la mirada al espectador; el rostro sereno e inteligente destaca
del fondo oscuro y del traje negro, animado por los blancos encajes del cuello y los
puos. Se manifiesta el carcter del caballero, un aristcrata de la poca, de cuidada
apariencia y rasgos tpicamente espaoles. Ningn detalle deja entrever su historia,
contenida sin duda en la inscripcin y en el pomo de la espada que lleva al costado, que
hacen pensar en un importante dignatario estatal. Otras veces el papel o la actividad del
personaje son subrayados por los objetos que le acompaan, como el libro de hortas
miniado en la mano de Giulio Clovio, el artista croata al servicio de los Farnesio,
retratado en los aos romanos.

123
EL GEOGRAFO


Ttulo: El gegrafo
Autor: Velzquez (1624 o 1640)
leo sobre lienzo, 98 x 81 cm
Rouen. Muse des Beaux Arts




El lienzo representa a un
hombre con un manto
rojo y traje negro, bigote
de guas enhiestas,
cabello con flequillo y
patillas y dientes que
brillan detrs de unos
labios carnosos; sonre al
espectador y seala con
la mano izquierda un
globo terrqueo que est
sobre una mesa en la
cual hay tambin un libro
y una pequea redoma de
vino. Tiene el brazo
derecho apoyado en el
costado, movimiento ste
que produce profundos
pliegues en el manto. Se
ha pensado que este
hombre delgado de
rostro ordinario y
expresin bromista,
jubn negro y cuello de
encaje blanco, pudiera
ser el retrato de Galileo
Galilei, o de Cristbal
Coln. Recientemente,
algunos crticos han
avanzado la hiptesis de
que se tratara, por el
contrario, del filsofo
griego Demcrito, que se burla del mundo en forma de globo terrqueo colocado sobre
la mesa.







124
MARIA LUISA CON MANTILLA

Ttulo: Maria Luisa con mantilla
Autor: Goya (1799-1800)
Caract: Oleo sobre lienzo 208 x 127 cm
Museo del Prado Madrid

El original del retrato de la reina Mara Luisa con mantilla est en el Palacio Real de
Madrid, El cuadro que contemplamos en el Museo del Prado se considera copia, y para
algunos especialistas sera obra de Agustn Esteve, La reina aparece de pie, vistiendo
traje negro de maja con mantilla y lazo rosa, sobre un fondo de paisaje muy esbozado.
En la mano derecha lleva un abanico y la izquierda se adorna con varios anillos. Mara
Luisa no era una mujer bella y lo sabia, pero estaba muy orgullosa de sus bien torneados
brazos que siempre exhiba, como en esta ocasin. Habitualmente la vemos con la boca
cerrada ya que haba perdido todos sus dientes; aunque tena dentadura postiza en la eue
trabajaban mltiples mecnicos, sus dificultades de adaptacin provocaron que muy
pocas veces la llevase, Las transparencias de la mantilla son dignas de mencin; sin
embargo, las dems calidades de las telas no estn bien conseguidas posiblemente
incapacidad de Esteve a la hora de copiar -. Pero lo ms significativo de la obra es la
facilidad del maestro para dejarnos ver la personalidad de la reina, en la que destacaban
su genio, por su carcter y altivez.



125


ABRAHAM DE POTTER


Ttulo: Abraham de Potter (1648-49)
Autor:Carel Fabritius
Nuseo: Rijksmuseum


Abraham de Potter era un rico comerciante de sedas asentado en msterdam. Sara
Sauchelle, su esposa, era originaria de Emdem, donde el padre de Carel Fabritius tena
parientes lejanos. Los Fabritius y los Potter mantenan una relacin amistosa, siendo
Abraham y su esposa padrinos de J ohannes Fabritius en 1636. Carel solicit un
prstamo en 1647 a Gaspar de Potter, hijo del retratado, por lo que no sera muy
descabellado pensar en esta obra como una muestra de agradecimiento por el apoyo
econmico prestado. Estilsticamente, es uno de los primeros ejemplos en que Carel se
separa del estilo dependiente de Rembrandt con el que se inici vase el Retrato de
hombre- por lo que se puede considerar ya un pintor independiente. Sus pinceladas son
rpidas y certeras, eliminado estos contrastes lumnicos anteriores y resaltando el
carcter del modelo.






126
MUJER SENTADA CON UN PAUELO

Ttulo: Mujer sentada con un pauelo (1644)
Autor: Carel Fabritius
Museo: Galera de Arte de Toronto
Caract: Oleo sobre lienzo 124,5 x 100,3 cm

Carel Fabritius ser uno de los mejores seguidores de Rembrandt en la te,tica del
retrato. En el ao 1641 entr en el taller, siendo uno de los discpulos aventajados,
colaborando estrechamente en la ejecucin de retratos. En esta anciana se ha encontrado
la firma de Rembrandt y la fecha de 1644, datos que posiblemente sean faltos. Los
especialistas consideran ms factible atribuir esta obra a Carel Fabritius por la manera
ms suelta de trabajar, dotando de volumen al rostro de la dama a travs de toques de
pincel, coloreando y estructurando al mismo tiempo. As surge un retrato de gran
belleza protagonizado por una mujer sentada en un silln, que apoya su mano derecha
con fuerza en l. Viste el tradicional traje negro de la alta burguesa holandesa, porta en
su mano izquierda un pauelo de rico encaje, smbolo de su distincin social, al igual
que la sortija de la mano derecha que apenas se contempla. El esmerado cuello y el
gorrito forman parte del vestido, demostrando el artista su calidad a la hora de realizar
detalles. J unto a la modelo encontramos una mesa con un libro, posiblemente una Biblia
que indicara su religiosidad. La figura se recorta sobre un fondo neutro, recibe un fuerte
impacto de luz en el rostro que indica su personalidad, produciendo sensibles contrastes
lumnicos inspirados en Caravaggio. La similitud de esta anciana con la mujer de
Cornelis Claesz Anslo resulta patente por lo que la obra de Rembrandt tuvo que influir
en su discpulo.



127

RETRATO DE HOMBRE


Ttulo: Retrato de hombre (1645-50)
Autor: Carel Fabritius
Museo: Coleccin particular
Caract: leo sobre lienzo


Aunque con dudas, se considera que este retrato y el Retrato de mujer que se encuentra
en la misma coleccin son obras de Carel Fabritius. Su similitud con el estilo de
Rembrandt en la dcada de 1640 es manifiesta pero encontramos ciertas caractersticas
definitorias de su estilo, especialmente la aplicacin de toques de leo en los rostros,
coloreando y estructurando con ellos. El modelo se presenta en primer plano. Ataviado
como un rico burgus de msterdam con su amplio sombrero, sus oscuros trajes, y su
blanco cuello de fino encaje. Recorta su figura sobre un fondo claro que sirve para
contrastar con sus ropas, impactando un fuerte foco de luz en el rostro para destacar la
personalidad, especialmente los ojos que se dirigen al espectador. Esta pincelada rpida
tambin la apreciamos en el cabello y en las manos, configurando un excelente retrato.





128
EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO





Ttulo: El Caballero de la mano en
el pecho
Autor: Domenicos Theotocopoulos.
El Greco (1541-1614)
Lienzo (81x66 cms)
Escuela Espaola Manierismo
Siglo XVI

En un famoso soneto, el poeta
Manuel Machado inicia la
presentacin de este personaje con los
versos Este desconocido es un
cristiano/de serio porte y negra
vestidura/donde brilla no ms la
empuadura/de su admirable estoque
toledano An cuando ya se
conoce quien era este desconocido
J uan de Silva, notario mayor de
Toledo- el retrato ha quedado siempre
como la representacin tpica del
hidalgo espaol: austero, espiritual y
profundamente serio. Y a este
paradigma de lo espaol debe
tambin su gran fama esta pintura. El
caballero aparece vestido de negro,
con el cuello y los puos de encaje
blanco, slo una mnima cadena de
oro de la que pende una medalla-
parece animar la negrura del
conjunto; tambin es de oro labrado
el puo de la espada que porta. Toda la expresin del retratado se concentra en esa
profunda y abstrada mirada, dirigida al espectador como una evocacin clara de
aquellas imgenes orientales que El Greco debi pintar en su juventud en Grecia, donde
naci










129



RETRATO DE AGATHA BAS


Ttulo: Retrato de Agatga Bas
Autor: Rembrandt (1641)
leo sobre lienzo 105,2 x 83,9 cm
Londres, BuckinghaM Palace, Royal Colection


El retrato de Agatgha Bas fue concebido en pendant con el de su marido, Nicolaes van
Bambeck, actualmente en los Muses Royaux des Meaux-Arts de Bruselas. Los dos
cuadros, mencionados por primera vez en 1805 en casa de un comerciante de arte de
Ameberes, fueron separados en 1814 y cinco aos despus el de Agatha ingres en las
colecciones reales inglesas.

En los dos retratos, la elegante vestimenta y el rebuscamiento de la pose y la actitud
se ajustan al rango de los clientes; l, un acaudalado comerciante en telas, y ella, hija de
un burgomaestre de msterdam. Los lienzos estn construidos con arreglo al mismo
esquema compositivo: las medias figuras de los personajes dominan dentro de unos
marcos fingidos de bano, adornados con capiteles. Rembrandt aprovech este elemento
ilusionista creando trampantojos: la mujer, por ejemplo, se apoya con la mano izquierda
en el marco, mientras que su abanico sobresale en el espacio del espectador. Ante un
fondo oscuro e indefinido, Agatha, aparece a plena luz, el rostro, vivamente iluminado,
es tratado con extraordinaria intensidad. Rembrandt se deleita en los ricos ropajes de la
mujer:el cuello a modo de chal, la pechera y los puos bordados, el abanico, las
perlas y las joyas se describen con un vvido sentido plstico y material.
130
RETRATO DE CORNELISW CLAESZOON ANSLO Y SU MUJER, AALTJE
SCHOUTEN



Ttulo: Retrato de Cornelis Claeszoon Anslo y su mujer, Aaltje Acgouten.
Autor. Rembrandt (1641)
leo sobre lienzo 176 x 210 cm
Berln, Preussischer Kulturbesitz


En 1640, Rembrandt realiz y firm dos retratos dibujados del comerciante y predicador
menonita Cornelis Claeszoon Anslo (1592-1646), estos estudios documentan las
primeras fases de la relacin del pintor cosn el rico cliente, que, posteriormente se hizo
retratar en un aguafuerte y en una pintura. El cuadro, que permaneci en msterdam, en
casa de los herederos de Anslo, hasta 1780, aproximadamente, fue adquirido por el
museo berlins en 1894.

En el lienzo, como en el grabado y en los dibujos relacionados con l, Rembrandt se
propuso representar la actividad del cliente como predicador, subrayando su
conocimiento de las Sagradas Escrituras. Est retratado ante su escritorio, en un estudio
del cual se entrev al fondo una estantera cubierta con un pao; en la mesa hay varios
libros, uno de los cuales est abierto y colocado sobre un atril. Al lado de Also est
sentada su mujer, Aaltje Schouten, retratada con un severo traje negro del que destacan
la blancura del cuello y el pauelo que sostiene con su mano izquierda del mismo
encaje que el gorro que le cubre la cabeza. La luz llega de la izquierda e ilumina los
objetos que hay sobre la mesa y a las dos figuras, descritas Con extraordinaria
sensibilidad.






131
EL BUFON SEBASTIAN DE MORRA


Ttulo: El bufn Sebastin de Morra
Autor: Velzquez (hacia 1644)
leo sobre lienzo 106 x 81 cm
Madrid, Museo Nacional del Prado

Este retrato es uno de los ms hermosos de Velzquez y su autenticidad no es discutida.
La belleza de sus tonos dorados y carmeses, de los blancos, verdes y azules, lo hace
comparable con las mejores efigies principescas de la ltima dcada.

En una primera poca, el enano estuvo al servicio del cardenal infante don Fernando de
Austria en Flandes. A la muerte su seor, pens volver a Espaa, su pas, y en 1643
entr al servicio del prncipe Baltasar Carlos, que lo aprecia tanto que le leg en su
testamento un espadn plateado con tahal, espada y daga, adems de dos veneras con la
flor de lis y un cuchillo. Es muy probable que, dada la aficin a la caza que el prncipe
demostraba desde la infancia, que el enano lo acompaase en sus caceras, motivo por el
cual le leg tal testamento. Por lo dems el traje es de pao verde, como el que
regalaron los duques a Sancho Panza en el Quijote. Don Sebastin lleva encima del traje
una ropilla de prpura y oro digna de un prncipe, probablemente regalo de su segundo
amo. Cuello y puos son de sutil encaje de Flandes, que la regla de austeridad
prohiba a los caballeros. Pero Morra gozaba del fervor del prncipe y era por ello algo
ms. El enano muri en octubre de 1649.





132
































7.3 POESA
133

POESIA

BOLILLERAS DE MONZN 1997

Bolilleras bolilleras
No os junteis con els gaiters
Porque son unos troneras
Y os saltara el bolillet

Del asunto bolilleras
Preguntarme que yo s
Si con gaitas y dulzainas
Tuvo o no tuvo que ser

A las nueve la maana
Sin haber dormido res
En la puerta el Acapulco
Se juntaban els gaiters

Cuatro agentestirurirus
El Ramon J usto y Andrs
Y el forragaitas de Pedro
Que lleg a todo correr.

Bajo aquel sol de justicia
Como podeis suponer
Tras soplar toda la noche
Fueron pan puesto a cocer

Apoyados contra un rbol
Son msica soufl
Quejronse bolilleras
Fueron pocas, tal vez diez
Que con el ruido del bombo
Les saltaba el bolillet

Como estaba estipulado
Invitados a comer,
Llegaron como pudieron
Solo dos: no eran ni tres
Donde bailaba el ponch
En la esquina de cocina
De escuela o qu se yo qu

Bolilleras cocineras
Navegaban por doquier
Preparando caldereta
Qu result estar chipen

134
Y se qued a tal altura
La verdad s se por qu
Que a la verbena del barrio
Les dijeron de volver

N`este fraternal encuentro
Del primer plato al caf
Chascarrillos chirigotas
Se dijeron ms de cien

Solamente una recuerdo
Y con ella digo amn:
BOLILLERA S BOLILLERAS
NO OS JUNTEIS CON ELS GAITERS
PORQUE SON UNOS TRONERAS
Y OS SALTARA EL BOLILLET


D Fdez. de Otelaya






135

MUSEO DEL ENCAJE DE LA CIUDAD DE PRACHATICE


El Museo del Encaje, situado en la ciudad de Prachatiuce, Bohemia del Sur, posee
amplias y valiosas colecciones de todos los rincones del mundo. Las ms antiguas datan
del ao 1600.

El Museo del Encaje, situado en un valioso edificio histrico en el centro de
Prtachatice, fue abierto al pblico en 1999. Segn explic su directora, Hana Mizerov,
el museo alberga una de las colecciones ms amplias y valiosas de Europa.

Las colecciones ofrecen una imagen completa del desarrollo de encajes,
especialmente de encajes de bolillos que se propagaron desde Italia a todo el Viejo
Continente. El museo posee piezas histricas muy valiosas como, por ejemplo, una
parte de vestimenta adornada con encajes del ao 1600. A los visitantes les gusta
mucho tambin un gorro de encaje para beb del ao 1650, dijo Hana Mizerov.

En el museo se pueden ver los ms diversos tipos de encaje de Espaa, Inglaterra,
Holanda y Blgica, que son admirados por especialistas y tambin por laicos. Gran
atencin llaman los preciosos encajes que se elaboraban en Pars.

Las colecciones incluyen, naturalmente, muestras de encaje de los territorios que
forman actualmente la Repblica Checa. En cuanto a los encajes checos, lo ms bello
que posee el museo son las prendas con encajes que forman parte de las tpicas
vestimentas nacionales.

En el pasado ,cada una de las regiones de Bohemia y Moravia se haba
caracterizado por una vestimenta diferente, rica en bordados y en encajes, dijo la
directora del museo, Hana Mizerov.

El Museo del Encaje est situado en un precioso edificio de mediados del siglo XVI,
proclamado monumento histrico . Los historiadores aseguran que antes serva como
taller para produccin de malta, que utilizaba la fbrica local de cerveza. Precisamente
por esta razn la casa dispone de amplias salas, lugares muy aptos para la instalacin de
las colecciones del museo, destac Hana Mizerov.

Con el correr de los siglos el edificio sufri pocos cambios sustanciales, de manera
que a los restauradores les result bastante fcil reconstruir los interiores del edificio
en el original estilo renacentista, dijo la directora del museo, agregando que los
trabajos se prolongaron desde 1995 a 1999.

El Museo del Encaje en Prachatice es uno de los atractivos tursticos de la Repblica
Checa que suele ser visitado anualmente por miles de turistas nacionales y extranjeros.
136

BREVE INTRODUCCION



El encaje y todo lo que est relacionado con el mismo, desde los diferentes hilos
que se han utilizado para su confeccin, pasando por los alfileres, maderas para los
bolillos, almohadillas, accesorios, etc., constituyeron por s mismo una industria que
dio trabajo a muchas personas y cre riqueza.

Esto es slo un aspecto de la importancia que tuvo la fabricacin del encaje, y si
bien hubo pocas en los que su desarrollo fue slo artesanal, en otros momentos y
lugares se convirti en una verdadera industria de gran influencia en la vida y economa
de muchas personas en la mayor parte de los pases de Europa.

A lo largo de varios siglos en los que estuvo de moda la confeccin y el uso del
encaje ste abarc todo tipo de prendas: indumentaria masculina y femenina,
ornamentos litrgicos, ajuar domstico, y un sinfn de piezas de todos los estilos,
formas y tamaos creados no slo para usos prcticos, sino como exponentes de belleza
y dignas de ser admiradas y expuestas.

Por estas y otras razones, se han creado en distintas ciudades de Espaa y de
otros pases museos del encaje, como un medio de dar a conocer a las nuevas
generaciones lo que fue en otro tiempo esta artesana Esto a la vez supone la
recuperacin de una parte del patrimonio cultural y artstico de un pas Al igual que
ocurri con la expansin de la enseanza y creacin de talleres y escuelas de encajeras,
tambin los Museos del encaje se encuentran en muchos lugares y en algunos de ellos
incluso se ofrecen cursos de aprendizaje.

A continuacin citar algunos de los que he tenido referencia, tanto en Espaa
como en otros pases europeos.


137


EL MUSEO DO ENCAIXE



El Museo do encaixe de Camarias se cre en el mes de noviembre de 1996. Se
trataba de un ansiado proyecto, que finalmente, el Ayuntamiento de Camarias pudo
llevar a cabo.

La iniciativa municipal de crear una entidad musestica en Camarias dedicada al
encaje de bolillos ha sido la respuesta a una serie de necesidades derivadas de la gran
riqueza en patrimonio etnogrfico con que cuenta dicho municipio y, en general, la
comarca de Soneira.
El encaje de bolillos supone un testimonio excepcional de la supervivencia de las
artes y oficios populares, siendo un exponente de la tradicin que permanece
prcticamente en sus contextos originales.
Por ello, asumi la responsabilidad de recuperar su memoria histrica, conservarla y
difundirla mediante la creacin de esta institucin.

Los objetivos generales que se plantea el Museo do Encaixe son los siguientes:

Promover el conocimiento y la difusin de una prctica artesanal que permanece viva
desde hace siglos en Camarias y en otros lugares de la comarca deSonera, a la que
pertenece este municipio. Consecuentemente, se estar contribuyendo a la promocin
del patrimonio etnogrfico y artstico gallego.

. Recuperacin de piezas antiguas y diseos utilizados tradicionalmente en la loza.

. Establecer un centro de investigacin, documentacin y consulta sobre el encaje de
bolillos de Camarias.

. Potenciar el desarrollo y la evolucin del sector encajero que en gran medida
identifica a Camarias, mediante la formacin y la aplicacin de nuevas tecnologas, de
manera que al beneficio socio-cultural aportado por el Museo pueda aadirse un
beneficio econmico.

. Servir como instrumento mediador para el conocimiento de las caractersticas
culturales comunes con otros lugares y pases productores de encaje artesanal.

. Ofrecer un servicio cultural pblico que se sume a los puntos de inters turstico que
posee este municipio.

. Utilizacin de nuevas tecnologas. Mediante sistemas multimedia y a travs de
Internet, el Museo ofrece la posibilidad de consultas externas.
138

.La presencia del encaje de Camarias en otros museos no es muy significativa, pero
an as se encuentran libros de muestras en el Museo do Pobo Galego (Santiago de
Compostela) y en el Museo Etnogrfico de Ponte do Porto (Camarias), piezas con
encajes en el Museu des Puntaires de Arenys de Mar (Barcelona) , y sobre todo, una
importante coleccin de muestras antiguas que conserva el Museo Pedaggico Textil de
la Universidad Complutense (Madrid), sobre el en una breve resea hay que decir que
en su origen, form parte de un complejo centro pedaggico fundado bajo el patrocinio
del Ministerio de Instruccin Pblica, segn la Real Orden de 6 de mayo de 1882.
Adscrito, ms tarde, al Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, en la actualidad
est integrado en el ICEUM, cuya sede se halla en la Facultad de Ciencias de la
Educacin de la Universidad Complutense de Madrid.

El fin pedaggico e investigador que ha caracterizado a este Museo desde su
fundacin, ha permitido reunir una importante y variada coleccin de piezas
principalmente de arte textil- que pueden agruparse en los siguientes fondos:
Indumentaria civil y militar, ajuar domstico, ajuar ritual de ceremonias religiosas y
sociales, encajes, tejidos, dechados o libros de bordados, complementos y accesorios
de indumentaria, distintivos y conmemoraciones de carcter social y religioso, muecos
con tpica vestimenta, fotografas, libros publicados, instrumentos tcnicos y objetos
varios.

El fondo de los encajes es el ms numeroso. Existen ricas piezas aplicadas a diversos
fines, pero, sobre todo, se conservan muchas muestras que, con un valor didctico,
presentan toda una gama de variantes en gneros y estilos. Entre ellas destacan las
catalogadas como CAMARIAS.




139

EL MUSEO DEL ENCAJE Y LA BLONDA DE ALMAGRO




En el mes de junio de 2.004 se inaugur en la localidad de Almagro un museo
dedicado a la blonda y el encaje.

Se encuentra ubicado en el mismo lugar que ocupara durante aos el Museo
Nacional del Teatro, y se concibi como una respuesta a la demanda de gran parte de la
sociedad almagrea, que peda el reconocimiento pblico de una labor puramente
artesanal, arraigada profundamente no slo en Almagro sino en toda la comarca y
pueblos del Campo de Calatrava a lo largo de varios siglos.

Este museo rene un gran nmero de piezas variadsimas, desde prendas de ajuar
personal a colchas, manteles, pauelos y un largo etctera, realizadas por encajeras
almagreas, as como fondos cedidos por personas particulares, asociaciones y
hermandades.

Al final de la visita se ofrece a los visitantes un video, donde se cuenta la
trayectoria histrica y la situacin actual del encaje.



140

MUSEU MARS DE LA PUNTA


Situado en la comarca del Maresme, el Museu Mars de la Punta ofrece una
exposicin permanente, en la que se pueden apreciar todas las tcnicas y los estilos en el
arte del encaje. Dispone de piezas de gran valor por su singularidad y finura en la
realizacin del trabajo.

Dispone de varias plantas: en la planta baja una gran exposicin de los utensilios
necesarios para la confeccin del encaje, as como un gran nmero de fotografas que
muestran el trabajo de las puntaires.

En otras salas de esta planta se exponen muestrarios de diferentes operarios, as
como una amplia exposicin de trajes con adornos realizados con bolillos.

En la primera planta hay varias salas dedicadas cada una a un tema concreto: la
sala de los encajes negros, la de los pauelos, albas y otras piezas con interesantes
trabajos de bordado a la aguja.

Hay tambin otras salas con algunas piezas muy antiguas, mallas zurcidas del
siglo XVI y paos de ofrenda procedentes de otros lugares de Espaa.






141


MUSEO DEL ENCAJE DE ARLANC (FRANCIA)



Musee de la Dentelle, Es un museo municipal que se encuentra situado en los
stanos abovedados del Ayuntamiento.

Est dedicado el encaje de bolillo. En l se encuentran ms de 500 pezas de
encaje, as como todo el material necesario para su confeccin. Una encajera
confecciona encaje delante de los visitantes y explica la diferencia entre el que se realiza
con aguja y el de bolillos.

Existe en la localidad una asociacin llamada Amis de la Dentelle, que han
investigado en la historia del encaje y gracias a la cual se realizan los encajes con
respeto a las tradiciones.

Cada semana unas cuarenta encajeras se renen para disfrutar de su aficin y al
mismo tiempo transmitir sus conocimientos en la tcnica de los encajes.








142



EL MUSEO DEL ENCAJE EN BATTEXEY

En Battexey en les Vosges

Francia


En esta localidad se encuentra un museo personal del Sr. yY LA Sra. Noel, donde
se puede admirar la magnfica coleccin reunida por ellos, tanto de bolillos procedentes
de la regin deLorraine, como de soportes y bolilleros de distintas formas y tamaos.

Pero lo ms interesante de este museo, aparte de poder apreciar la variedad
extraordinaria de formas y tamaos de los bolillos, es que el Sr. Nol tiene un taller en
el mismo museo donde se dedica a fabricar los bolillos de forma artesanal y con gran
delicadeza va torneando cada maderita hasta darle la forma y el diseo que ha elegido
previamente.

Adems de fabricar los bolillos, el Sr. Nol tambin confecciona encaje.










143

MUSEO DEL ENCAJE DE ALENON

Francia


Alenon, la ciudad del encaje.

Alenon tiene tres museos dedicados al encaje. El Museo de artes finos y el
encaje, est situado en lo que fue la Universidad creada por los J esuitas en el siglo
XVII, y contiene los fondos del encaje especialmente el creado en Alenon y que es uno
de los ms importantes de Francia, gozando de prestigio internacional.

Las piezas exhibidas muestran la gran variedad de puntos del trabajo a la aguja y
al bolillo, desde los puntos de Brujas, Venecia, Miln, Flandes, etc.

Una encajera perteneciente al taller nacional de bolillo de Alenon muestra a los
visitantes la forma de hacer el encaje.

-----------------------


El museo del encaje de Alenon (la antigua escuela de fabricacin del encaje)

Se trata de un museo privado que se abre de nuevo y que data su origen
alrededor de 1640 cuando las seoras de Providence comenzaron a reunir artculos.

En la actualidad tiene piezas de gran valor, como un pao de altar de 12 m. o un
mantn de 2,30 m. de encaje del siglo XVIII.

La magnfica coleccin de pauelos, cuellos, manteles, etc., provienen de la
antigua coleccin de Providence y de donaciones privadas.

Al final de la visita, un documental muestra la historia del encaje de Alenon ,y
las tcnicas utilizadas por las encajeras.


--------------------------


Taller nacional del encaje de Alenon

Este museo taller se cre en el ao 1976, y se trata de un departamento
perteneciente al Ministerio de Cultura con el fin de continuar la tradicin y la tcnica
del encaje de Alenon.

Trabajan alrededor de doce encajeras y los trabajos que se realizan se dedican
principalmente a las ceremonias religiosas del estado.


144



BRUJAS

Museo del Encaje, y Casa de Arents.

El Kantcentrum (centro del encaje), se encuentra en uno de los almshouses
restaurados al lado de la Iglesia de J erusaln. Estos locales fueron donados por una
familia noble de Adornes en el siglo XVI.

Unos paneles informativos dan a conocer a los visitantes como se ha
desarrollado la confeccin del encaje durante los siglos XVI y XVII y los diseos
refinados de encaje del norte de Francia y de los Pases Bajos.

Se realizan demostraciones de confeccin y al lado hay una tienda donde puede
adquirir quien lo desee, todo el material necesario para iniciarse en el arte del encaje.

-------------

La Casa de Arents, es un edificio del siglo XVIII de una conocida familia de
Brujas. En la actualidad se dedica al museo del encaje y en ella hay una magnfica
coleccin de encajes antiguos, incluyendo el encaje de aguja y de bolillos,
especialmente de la regin de Brujas y Bruselas, y tambin algunos de otros pases.






145


MERLETTO ITALIA


Museo del encaje de Offida


Este museo fue creado en el ao 1995, por la ciudad deOffida y se encuentra en el
Palazzo Castellotti, un edificio antiguo en el centro de la ciudad.

En las siete salas de que consta se encuentran piezas de los siglos XVII al XIX,
que provienen de familias nobles en su mayora, al lado de vestidos modernos; muy
interesante es uno que fue exhibido por la modelo Naomi Campbell en un desfile en
Londes que llevaba franjas de encaje de color marfil.

En la actualidad se hacen cursos para nios de primaria en el mismo museo y
tambin se imparten otros para mayores. En esta nueva etapa se trata de que se
conozcan las tcnicas especficas de Offida (flores, animales).










146
MERLETTO ITALIANO

PIERO


La Asociacin Citt di Piero del nella del merletto de li, se cre en el ao 1996
para volver a descubrir la importancia del arte del encaje tradicional en la zona de
Sansepolcro.

La Asociacin se encuentra situada en un antiguo edificio en el centro de
Sansepolcro En la planta baja se encuentra la escuela del encaje y el bordado, y en ella
se imparten las lecciones. En la primera planta hay una pequea sala dedicada a las
hermanas Marcelli,, cuya actividad dio vida al encaje de Sansepolcro.

La confeccin del encaje deSansepolcro requiere (y esto no necesariamente en
toda Italia) una almohadilla plana situada en un soporte que permita que sta se mueva
siguiendo las vueltas del trabajo. El hilo de lino es el que se utiliza tradicionalmente,
pero otros hilos ms modernos pueden ser utilizados igualmente. Los diseos son
tradicionales, basados en figuras de la Edad Media.








147


INGLATERRA

Allgallows Museum

La Galera de Nicoll.

Este museo se encuentra dentro de un edificio muy antiguo de la ciudad deHoniton,
que empez su vida como parte de una capilla y que ms tarde fue escuela antes de ser
convertida en un museo. Su antigedad data de 1327 y a travs de los siglos fue
utilizado para muy diversos fines.

Hace cincuenta aos la capilla fue comprada por el Municipio y se abri como
museo. Este tiene tres galeras de las cuales la que nos interesa es la de Nicoll.

En esta se encuentra una exhibicin de la industria encajera de Honiton, de su
historia y de los utensilios para su fabricacin.

El encaje se ha confeccionado en Honiton desde 1560. Esta galera contiene una
exposicin que comprende muestras desde 1630 hasta nuestros das. Se pueden
contemplar fragmentos de las piezas ms importantes realizadas, y otros que se hicieron
en los aos en los que se luchaba por la supervivencia de esta artesana.






148
INGLATERRA

MUSEO DEL ENCAJE DE KENMARE



A finales del siglo XIX, en una poca de desempleo especialmente para mujeres,
las monjas del convento de Kenmare establecieron una escuela y ensearon a las
jvenes la tcnica del bordado y del encaje.

Los principios fueron difciles, pero poco a poco alcanzaron renombre los
trabajos que realizaban, y adems de ganarse un sueldo, visitantes de otros lugares
fueron adquiriendo piezas y se consiguieron premios en exposiciones.

Por todo ello las monjas pudieron adquirir los materiales ms sofisticados que
haba en el momento y erigieron una ala nueva para exposiciones.

Con los cambios sociales causados por la 1 Guerra Mundial , el mercado para el
encaje declin, pero el museo todava hoy es visitado por centenares de turistas,
especialmente americanos y australianos.

Entre sus piezas ms famosas figuran un cuello de encaje comprado por Eduardo
VII para la reina Alejandra; Isabel II recibi entre sus regalos de boda un cubrecama de
encaje a la aguja de Kenmare.




149

REPUBLICA CHECA


MUSEO DEL ENCAJE DE LA CIUDAD DE PRACHATICE

Este Museo situado en un valioso edificio histrico en el centro de Prachatice,
fue abierto al pblico en 1999. Posee amplias y valiosas colecciones de todos los
rincones del mundo. Las ms antiguas datan del ao 1600

Estas colecciones ofrecen una imagen completa del desarrollo del encaje,
especialmente del de bolillo. Entre sus piezas histricas, figura una parte de vestido
adornada con encajes del ao 1600. Hay un traje para beb del ao 1650, que figura
entre las piezas mas valoradas por los visitantes,

Tambin pueden verse los ms diversos tipos de encaje de Espaa, Inglaterra,
Holanda y Blgica, que son admirados por especialistas y profanos. Merecen destacarse
los preciosos encajes que se elaboraban en Pars.

Las colecciones incluyen, muestras de encajes de los territorios que forman la
Repblica Checa. Referente a estos, lo ms bellos que posee el museo son las prendas
de encaje que forman parte de las tpicas vestimentas nacionales.





150





















BIBLIOGRAFIA



151





BIBLIOGRAFIA



Encaje de bolillo y blondas en la ciudad de Almagro por Manolita Espinosa

El ret-f catal o puntes d Arenys por Dolores Simarro Caiser y Nuria Adela
Marot-Diez

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Los grandes genios del arte. Biblioteca El Mundo. Velzquez

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