Sobre El Paradigma Del No-Equilibrio de La Naturaleza PDF

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SOBRE EL PARADIGMA DEL NO-EQUILIBRIO DE LA NATURALEZA

(LA NATURALEZA EN CAMBIO)



Notas para la asignatura de Restauracin de Espacios Degradados. Febrero 2006.
J.M. Nicolau. Dpto. Ecologa. Universidad de Alcal. josem.nicolau@uah.es

1. EL CONTEXTO CIENTFICO

a mayor parte de los conceptos o ideas ms importantes y conocidas de la Ecologa
implcitamente dan por sentado que el estado normal de los elementos de un ecosistema
se encuentra en equilibrio o cerca de l. Como ejemplos podemos citar los ciclos de
nutrientes, las pirmides trficas, los factores limitantes, la teora de la sucesin clementsiana,
la exclusin competitiva, la biogeografa de islas y las metapoblaciones.
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in embargo, hay numerosas evidencias de que el cambio, el cambio en las condiciones
ambientales y el cambio en la composicin, estructura y funcionamiento de las
comunidades es la regla en la naturaleza. Este cambio constante resulta de la ocurrencia
de fenmenos como las variaciones en la composicin de la atmsfera (en las que la propia vida
ha participado), las variaciones en la configuracin de los ocanos y las masas continentales por
accin de la tectnica de placas, los cambios intensos en la composicin de especies con 8-12
grandes extinciones (5 de ellas causadas por choques de meteoritos), el carcter fluctuante del
clima, las catstrofes producidas por volcanes, inundaciones, terremotos y por perturbaciones a
menor escala como incendios, epidemias, tormentas, sequas, heladas, mareas rojas, entre otros.
A todos ellos se suman los generados por la actividad de la especie humana, que en las ltimas
dcadas estn desembocando en el denominado cambio global. Por ello la supuesta comunidad
en equilibrio no existe y no ha existido nunca, sino que las comunidades se hallan en cambio
constante (Terradas, 2001).
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nte los cambios en el ambiente y en los propios organismos, los ajustes de los sistemas
ecolgicos son siempre transitorios, imperfectos y limitados por la historia y la
contingencia. En efecto, para recuperarse ante un cambio, la comunidad no dispone de
todas las especies posibles, sino que slo estn disponibles algunas, y esta disponibilidad
depende de circunstancias histricas, ya sea a escala evolutiva o como resultado de una
perturbacin ms breve en el tiempo. Adems, la respuesta de la comunidad tambin se ve
influida por el azar (una tormenta tras un incendio, por ejemplo). Por ello, tras una perturbacin,
la comunidad no regresa al estado inicial, el supuesto estado de referencia, sino a otro el
posible, segn la historia y las circunstancias-, del que a su vez ser desplazada por la siguiente
perturbacin y al que tampoco regresar y as sucesivamente (figura 1). De tal manera que la
metfora del equilibrio ha de sustituirse por la de una naturaleza en flujo (Pickett y otros, 1994).
La importancia que se est dando a las perturbaciones en ecologa indica un alejamiento de las
doctrinas clsicas de equilibrio y homogeneidad (Terradas, 2001).
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Figura 1. Esquema que representa el fluir de los ecosistemas frente a las perturbaciones (P1, P2)
ms que el mantenerse en equilibrio

aralelamente, la demostracin terica de comportamiento catico en poblaciones
biolgicas, de tal manera que las interacciones entre los componentes de un ecosistema
pueden dar lugar a desestabilizaciones y extinciones (May, 1974), tambin ha contribuido
a recelar de la idea de equilibrio. Los primeros intentos conceptuales para incorporar el hecho de
que los sistemas naturales, a escala local, no se encuentran en equilibrio corresponden a los
modelos de dinmica de manchas (patch dynamics), en los que las abundancias de las
poblaciones, las interacciones entre especies y los ciclos de materia se consideran abiertos a la
migracin o flujo lateral (Pickett y White, 1985; Polis y Hurd, 1996). Aunque la idea de tales
modelos conceptuales vuelve a ser la de un equilibrio dinmico, denominado en esta ocasin
metaestabilidad (Naveh, 1987; Wu y Loucks, 1995) el principal mensaje que emerge es el de
resaltar la importancia de la escala espacial a la que se estudian los ecosistemas y su naturaleza
abierta (DeAngelis y Waterhouse, 1987; Wiens y otros, 1993).
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a importancia de los procesos de azar y los de carcter catico ha sido reivindicada por
Kolasa y Pickett (1991), quienes se refieren a ellos dos y a los deterministas, como el
triunvirato de la heterogeneidad, como los tres mecanismos que explican la
heterogeneidad en la distribucin y abundancia de los organismos. Dentro del comportamiento
determinista el resultado esperado es la formacin de un cierto diseo final, y a lo largo del
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tiempo se producen acontecimientos que son predecibles y significativos. En cambio, el
comportamiento al azar tiende a producir manchas de composicin forma y tamao que slo
estadsticamente son predecibles, y ello a travs de acontecimientos que no sabemos interpretar
y que calificamos de ruido. El comportamiento catico tiende a generar estructuras espaciales
con pautas fractales y, a lo largo del tiempo, los procesos adquieren la impredecibilidad propia
del caos determinista, al tener cualquier pequea variacin consecuencias de gran alcance.

a introduccin del azar y del caos determinista en ecologa significa un importante
cambio de orientacin. La cuestin es si se puede escapar a la contingencia y buscar
regularidades generalizables. Maurer (1999) cree que el mensaje bsico que se desprende
del caos es que slo a escalas espaciales y temporales suficientemente grandes cabe esperar
descubrir ciertas regularidades en los ecosistemas. La existencia de atractores slo puede
descubrirse a una escala macroscpica, y no centrndose en la estocasticidad y contingencia que
los sistemas ecolgicos exhiben a escala local.
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2. EL CONTEXTO SOCIAL Y CULTURAL

l origen del problema se encuentra en el tipo de relacin que se establece entre el ser
humano y la naturaleza. Histricamente la idea del equilibrio de la naturaleza forma parte
de la mayor parte de las cosmologas (Botkin, 1993). En el pensamiento occidental esta
idea aparece como un orden inmutable de origen divino, un ideal platnico, en el que el azar y la
extincin de especies no son concebibles y la variacin y el cambio ignorados. Aunque Darwin
efectivamente elimin la idea del diseo divino de la naturaleza, Forbes anticip la idea del
equilibrio de la naturaleza como un orden beneficioso originado por el proceso de seleccin
natural mediante la competencia y la depredacin (Forbes, 1887).
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l paradigma del equilibrio en la naturaleza no slo ha guiado a la ecologa como ciencia,
sino tambin al pensamiento social. Ante la idea del equilibrio en los sistemas naturales
se han dado dos tipos de respuestas opuestas en nuestra sociedad (Terradas, 2001). La
que trata de evitar o limitar al mximo la intervencin humana sobre la naturaleza para no
alterar dicho equilibrio (calificado de frgil). Y la que considera que la naturaleza es capaz de
soportar cualquier alteracin antrpica dada su capacidad de recuperar el estado de equilibrio,
por lo que no es exigente regulando las intervenciones humanas. La primera posicin,
minoritaria, est restringida a crculos ambientalistas extremos. La segunda, ha sido
predominante durante la Revolucin Industrial y ha guiado el consiguiente desarrollo
econmico. Uno de sus principales sustentos ideolgicos es el elevado valor que concede a la
tecnologa, considerada como una herramienta con poderes infinitos para devolver a los
sistemas natural y social al estado de equilibrio.
E

sta percepcin se encuentra actualmente cuestionada ante la evidencia de la existencia
del Cambio Global, fenmeno que pone de manifiesto la ausencia de ese supuesto
estado de equilibrio de la biosfera, as como la impredecibilidad de la respuesta de la
misma. Ante el reconocimiento de que el paradigma del equilibrio no se cumple y de que las
perturbaciones causadas por las actividades socioeconmicas est en el origen de los cambios
que est experimentando la biosfera (deterioro ambiental), se ha elaborado un nuevo concepto:
E
el desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible tiene como objetivo disminuir la magnitud de
las perturbaciones antrpicas y evitar as, que los parmetros biticos y abiticos de la biosfera
se salgan de los rangos de valores ms propicios para el bienestar humano. En este rango de
valores se podra mantener o sostener el flujo de servicios ambientales que necesita la sociedad,
asociado al capital natural crtico.

s pues, debemos transmitir a la sociedad que la naturaleza se asemeja, ms que al ideal
platnico de la estabilidad, a la idea de Herclito de que lo constante es el cambio y que
todo fluye. Otras tradiciones de pensamiento se encuentran ms prximas a esta visin.
As, para el taosmo la naturaleza es en parte contingente, y el budismo recomienda como pauta
de comportamiento humano, centrarse ms en la respuesta -tratando de movilizar siempre las
mejores cualidades de uno mismo en cada momento- que en cambiar las circunstancias que nos
rodean, en buena medida impredecibles e inmanejables (Blay, 1993).
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2.1. Contribuciones al desarrollo sostenible desde la Ecologa y la Restauracin

erecen ser destacados dos frentes desde los que la ecologa est haciendo aportaciones
al nuevo concepto de desarrollo sostenible, uno conceptual y otro emprico, as como
poner de manifiesto la discusin que est teniendo lugar en el seno de la Restauracin
Ecolgica, acerca de su funcin social. En relacin al concepto de desarrollo sostenible, J ohn
Cairns J r., eclogo con amplia experiencia en ecotoxicologa y restauracin de ecosistemas,
advierte, bajo una perspectiva antropocntrica, que nuestro bienestar como sociedad se sustenta
en los bienes y servicios que nos presta la tecnologa telecomunicaciones, transporte, energa,
sanidad, etc- pero tambin, y en primer lugar, en los que nos prestan los ecosistemas (Cairns,
1996). Seala que al aplicar tecnologa se ocasiona inevitablemente un cierto impacto ambiental
que con frecuencia nos priva de algunos de los servicios que disfrutamos de los ecosistemas. Es
el caso de la agricultura industrial que consigue aumentar las producciones mediante el uso de
maquinaria pesada, aplicacin de fitosanitarios y abonos qumicos, nuevas roturaciones, etc.,
pero el impacto ambiental que ocasiona produce una merma en algunos servicios ambientales de
vital importancia como la calidad del agua, el control de avenidas, el control de los niveles de
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, los que proporciona la biodiversidad controladora de plagas y proveedora de
polinizadores, etc. Ante esta parcial incompatibilidad entre tecnologa y naturaleza (al menos
entre el uso compulsivo de tecnologa y naturaleza) la solucin para Cairns, pasara por
encontrar un equilibrio entre los bienes y servicios ecolgicos y tecnolgicos. En l se hallara
una de las claves del desarrollo sostenible, pues para hablar de sostenibilidad con propiedad,
previamente la sociedad debera determinar qu bienes y servicios ambientales y a qu niveles
quiere sostener, quiere mantener porque sean considerados necesarios para conservar o mejorar
nuestro nivel de bienestar.

ste planteamiento da respuesta a la pregunta que inmediatamente uno se formula cuando
afirmamos que no existe el equilibrio en la naturaleza, sino que est en continuo cambio:
entonces, es justificable cualquier intervencin humana? Obviamente no, pues adems
de consideraciones de orden tico, para mantener nuestros niveles de bienestar necesitamos del
capital natural y de los servicios que nos proporciona. J ustamente el peso de las razones ticas y
de las pragmticas para justificar la necesidad de la Restauracin constituye una discusin
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abierta en el seno de esta disciplina. Stevenson (2000) defiende la preeminencia de las razones
ticas para restaurar antes que las pragmticas, pues sostiene que el valor econmico de las
especies y de la naturaleza, en general, debera estar al margen de cualquier clculo econmico,
que no existen metodologas apropiadas para calcularlo, y que si as fuera, los proyectos de
restauracin necesitaran justificar su rentabilidad econmica para ser socialmente aceptados.
En general, se reconocen las razones ticas para justificar la necesidad de restaurar la naturaleza,
pero se acompaan tambin de otras de orden prctico: la necesidad de mantener el capital
natural y los servicios que proporciona (Clewell, 2000; Aronson y Le Floch, 2000). En esta
lnea, Daily (1995) estim que el 10% del Valor Instrumental Directo (indicador de la capacidad
de la biosfera para rendir beneficios directos como produccin agrcola, forestal, frmacos, etc.),
se ha perdido en los ltimos aos y las previsiones para el ao 2020 apuntan a una prdida del
20%. Su recomendacin es la restauracin a gran escala, que segn este autor, podra permitir la
recuperacin de la mitad del Valor Instrumental perdido en 25 aos. Lal (2000) propone
formular una estrategia de conservacin y restauracin de suelos que potencie los mecanismos
de secuestro de carbono orgnico para mitigar as el cambio climtico. Estima el potencial de
secuestro en 1,5-3,0 Pg C/ao (la deforestacin tropical produce emisiones de 1,7 Pg C/ao).
Naredo (1996) justifica la necesidad de restauracin en el marco de la economa ecolgica. sta
ha de basarse en los costes de reposicin, no en los de explotacin, por lo que el proceso
econmico habra de incluir los costes de reutilizacin, reciclaje y restauracin.

l segundo plano en el que la ecologa est contribuyendo a la puesta en prctica del
desarrollo sostenible se relaciona con la necesidad de cuantificar los bienes y servicios
ecolgicos y valorar los ecosistemas. Ayensu y otros (1999) advierten del dficit de
conocimiento del que partimos, por lo que se ha puesto en marcha el International Ecosystem
Assessment, que tiene como objetivos:
E
- Recabar informacin bsica de los ecosistemas: cantidad, valor econmico y condicin
de los bienes y servicios producidos.
- Conocer cmo la produccin de bienes y servicios en ecosistemas especficos
responder a cambios biofsicos.
- Elaborar modelos regionales que incorporen los cambios biofsicos, econmicos y
tecnolgicos.

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