Una Esclava y Profetisa
Una Esclava y Profetisa
Una Esclava y Profetisa
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religiosa, no fue ninguna excepcin 2. No obstante es ella, de la cual ni siquiera fue preservado el
nombre, quien me posibilita ms un acceso socio-histrico a determinado contexto de la vida
religiosa y pblica en Filipos.
Hch. 16,16-18 no nos presenta el cuadro de una relacin religiosa paritaria, comnmente existente
en los colegios religiosos de personas esclavas y libertas. Aqu nos encontramos, esto s, un
cuadro que revela la relacin existente entre seores y su esclava, dotada de dones religiosos.
1. Don religioso y explotacin esclavista
Aqu preguntar por las condiciones de vida de aquella esclava y lo que ella representaba para sus
seores. Quiero entender tambin el significado de su prctica religiosa. Para ello, el punto de
partida sern los propios indicios encontrados en el texto bblico. A partir de ellos, procurar
analizar igualmente otras fuentes, a las cuales tuve acceso, a fin de clarificar mejor el horizonte de
vida de la esclava y, a partir de ah, tratar de entender entonces la accin de Pablo.
don, la haca muy valiosa para sus amos. Tratar de entender, ahora, en qu consista esa su
vocacin.
conformidad con sus races histrico-religiosas, solamente en ese contexto ptico. Con eso se
relaciona an otra observacin del texto: la mujer, la esclava profetiza/adivina, de la cual se habla
en Hch. 16,16, no es mencionada por el nombre. Por un lado, eso no acontece con todas las
esclavas mencionadas en la obra de Lucas (vase Hch. 12,13) y, por otro lado, eso es la regla en
contextos pticos. Sobre una protagonista pitonisa no se daban mayores informaciones. Ella era un
instrumento de revelacin, y de eso resultaba su anonimato.
Los indicios contenidos en nuestro texto y las informaciones levantadas por medio de ellos
respecto de la funcin religiosa de la esclava, traen a la superficie el contexto religioso y
posibilitan reconstruir la pertenencia religiosa de la esclava sin-nombre. Con toda probabilidad
histrica, ella era una pitonisa que aparentemente no actuaba en un orculo fijo, sino que profera
sus profecas/adivinaciones tambin en camino 8. Eso muestra la conducta y la actuacin de la
esclava en Hch. 16,16-18.
Por lo tanto, en tanto que en las otras historias de expulsin de espritus ella acontece ya en el
primer encuentro, nuestra historia documenta que ella acontece slo despus de varios das de
seguimiento y actuacin de la esclava. La actividad de la esclava era de cuo religioso-mntico y
no estaba marcada por el miedo, el aislamiento y el sufrimiento, como en el caso del
comportamiento del hombre geraseno, que estaba posedo de un espritu impuro (Mc 5,1-14
par.).
La expresin espritu pitn es mas un hapaxlegomenon neotestamentario. Hablando en una
perspectiva histrico-religiosa, se trata aqu de un espritu inspirador 9. Esa inspiracin es la
mntica, la cual remite al mbito de los orculos de Apolo, cuyas sacerdotisas pitonisas reciben el
espritu mntico que las capacita para las profecas/adivinaciones. Como en todos los casos de
espritus, tambin aqu vale la regla: no es la persona la que dispone sobre el espritu, sino que
es ste el que dispone de la y sobre la persona.
Aqu se puede preguntar todava cmo el espritu pitn se expresa a travs de la esclava. El texto
afirma que la esclava que segua a los misioneros pronunciaba sus orculos en voz alta. Y eso por
varios das. Lingsticamente, el verbo krtzein (gritar, hablar alto) pertenece al mbito de la
mediacin entre lo divino y lo humano. Designa, pues, una accin y habla profundamente
religiosa.
epteto para la identificacin del Dios del pueblo judo, permiten deducir que ella se estaba
refiriendo justamente a ese Dios. La esclava hace uso preciso de esa expresin, de modo que en
aquella colonia romana, sus palabras, proferidas pblicamente, deben haber resultado de una
transparencia inconfundible. Y dado que inclusive las autoridades romanas conocan y usaban ese
epteto para caracterizar al Dios del pueblo judo 10, laidentidad de Pablo y de Silas estaba
pblicamente conocida. se trata de personas que estn sirviendo al pueblo judo, anunciando el
camino de su salvacin. Y eso en una colonia romana.
Resumidamente puedo, hasta aqu, decir lo siguiente: Hch. 16,16-18 testimonia el hecho de que
esa esclava sin nombre es explotada por sus amos, y eso a travs de su trabajo en el campo
religioso. Ella es instrumento de sus seores y, simultneamente tambin, instrumento de la
divinidad, cuyo espritu ella tiene, y que le da el don mntico. Con eso, el relato nos presenta
tanto un cuadro social cuanto teolgico. A mi modo de ver, la relevancia teolgica consiste en el
hecho de que esa divinidad, de la cual la esclava es portavoz, no consigue liberar a su
representante de la esclavitud y de la dependencia de sus amos. Aun cuando los seores y la
esclava practicasen la misma religin, falta aqu la fuerza para superar las contradicciones
sociales: el lmite entre los explotadores y la explotada no es anulado. No obstante, es importante
resaltar que la esclava tena el don especial de la profeca, de la visin. Es ese don el que la
capacita para revelar la identidad de los misioneros. Y su anuncio es verdadero, no engaoso y
falso, como mayoritariamente se quiere en la exgesis. Su trabajo religioso, sin embargo, la
mantiene presa en las redes de la explotacin y de la dependencia, por cuanto sus amos saben muy
bien disfrutar financieramente de ese don.
En esa situacin de esclavitud, la esclava profetiza y tiene visiones, trayendo mucha alegra para
muchas personas, proporcionndoles mucha cosa buena 11. No es tpico que personas con ese don
profieran dichos y anuncios que causen y traigan desgracia. Es por eso que, en su contexto, ella no
puede ser y no fue entendida as posesa de un espritu malo inmundo. No obstante, en un
cierto momento, despus que la esclava lo siguiera por varios das, Pablo no consigui ms ser
seor de la situacin, se irrit y expuls aquel espritu pitn. La expulsin es consecuencia de la
irritacin de Pablo (v. 18). Quiero preguntar aqu por las consecuencias que esa expulsin del
espritu habr tenido para la esclava. Y en eso encuentro imprescindible no olvidar la pregunta:
ser acaso que la esclava no podra haber sido liberada, de hecho, de la esclavitud que explotaba
sus dones religiosos sin que su capacidad tuviese que ser destruida?
sido peligroso para los misioneros, justamente porque los conceptos por ella utilizados revelaban
la identidad de los misioneros. Esta poda suscitar la sospecha de propaganda proselitista entre la
poblacin romana en la colonia de Filipos 18.
Pablo, pues, irritado, expuls el espritu pitn. Es obvio que esa accin no tiene apenas un
significado religioso, sino concretamente tambin econmico y legal. Vale la pena recordar: quien
esclaviza a esa mujer no es el espritu pitn, pero s sus amos, los cuales sacan gran provecho
econmico d su capacidad mntica. No obstante, ese espritu que fue expulsado por Pablo
mantena a la esclava en la esclavitud. En la situacin de esclavitud, l mismo no se revelar
como un espritu liberador. Pero no es por eso que es expulsado, sino por el hecho de Pablo
haberse irritado con la accin de la esclava.
derecho romano, daando a la propiedad, Pablo estaba causando dao a los propios propietarios.
Y, de hecho, ellos son perjudicados econmicamente. Eso tambin es testimoniado por el texto de
Hechos. Con su accin religiosa, Pablo est interviniendo en la concepcin jurdico-legal romana.
Segn sta, Pablo se tena que responsabilizar delante de los seores. El conflicto religioso
culmina en una acusacin poltico-legal.
4. La reaccin de los amos de la esclava
Hch. 16,19-2 1 nos presenta la reaccin de los propietarios legales de la esclava. Se trata de un
procedimiento legal que se basa en la jurisdiccin romana. Los seores recurren a las autoridades
romanas para reclamar y para acusar a Pablo y a Silas. Eso muestra que ellos eran ciudadanos
romanos regidos por su ley. Pero, cul es la acusacin?
situacin real de la esclava empeor mucho despus de la prdida de sus dones espirituales. Ella
pas a ser una esclava normal, que no mereca ms cuidados especiales.
Sea como fuere, sin tomar en consideracin esa posibilidad histrica arriba esbozada, es muy
difcil, para m, pensar sobre o hablar de liberacin de la y para la esclava. Sin esa posibilidad,
yo seguira quitando de la persona esclavizada y explotada inclusive su esperanza histrica por la
liberacin, y estara continuando con el juego del sentimiento de superioridad religiosa que, de
hecho, nada estara acrecentando de cualitativamente mejor en la vida de las vctimas de sistemas
y mecanismos de opresin.
1 Respecto a Lidia, vase mi estudio publicado en RIBLA 4 (1989), pgs. 36-48.
2 Muchas inscripciones testimonian la existencia de cultos practicados por personas esclavas.
Vase, por ejemplo, Johanna se Schmidt, artculo Philippoi, en: Paulys Realencyclopdie der
classischen Altertumswissenschaft 38 (1938), pgs. 2206-2244; F. Bmer, Untersuchungenber
die Religion der Sklaven in Griechenland und Rom (Forschungen zur antiken Sklaverei XIV/1).
Wiesbaden, 1981, pgs. 82 s. y 191 ss.
3 Vase especialmente R. Taubenschlag, Das Sklavenrecht im Licht der Papyri (Zeitschrift der
Savigny-Stiftung fr Rechtsgeschichte, Romanistische Abteilung 50). Weimer (1930). pgs. 140169.
4 Aristteles. Poltica 1, 1253b; para comentarios al respecto, vase M. I. Finley, DieSklaverei in
derAntike. Geschichte und Probleme. Munich, C. H. Beck, 1981, pgs. 86 ss.
5 Eso tambin fue percibido ya por exegetas. La mayora, sin embargo, quiere relacionar la
esclava con ventrlocos o espritus de muertos, los cuales Plutarco llamara pytonas. E.
Haencken, Die Apostelgeschichte (Kritisch-exegetischer Kommentar ber das Neue Testament),
1959 (12a. ed.). pg.434; J. Roloff, Die Apostelgeschichte (Das NeueTestament Deutsch 5), 1981,
pg. 245; R. Pesch, Die Apostelgeschichte (Apg 13-28) (Evangelisch-Katholischer Kommentar
zum Neuen Testament V/2), 1986, pg. 113; J. Comblin, Atos dos Apstolos II (Comentario
Bblico NT), 1987, pg. 66.
6 Hfer, artculo Pythia, pythios, python, en: Ausfhrliches Lexikon der griechischen und
rmischen Mythologie (ed. W. H. Roscher) III/2, Leipzig, 1909, pgs. 3381 s; W. Fauth, artculo
Pythia, en Paulys Realcncyclopdie der classischen ALtertumswissenschaft 24), 1963, pgs.
542 ss. Ambos autores se basan en estudios que hicieran de los escritos de Plutarco.
7 Sarah B. Pomeroy, Frauenleben im klassischen Altertum. Stuttgart, 1985, pg. 49.
8 Plutarco, Pyth. or. 17.
9 H. Kleinknceht, artculo Pneuma, en Theologisches Wterbuch zum Neuen Testament VI
(1959). pgs. 341 Ss.
10 Josefo. Antiquitatum Judaicarum XVI, 6, 2.
11 H. Kleinknecht, art. cit., pg. 345, con gran relacin de literatura.
12 Vase, por ejemplo, T. H. Zahan, Die Apostelgeschichte des Lukas II (Kommentar zum Neuen
Testament), 1919-1921, pg. 577; G. Schille, Die Apostelgeschichle des Lukas (Thcologischcr
Handkommentar zurn Neuen Testament 5), 1984, pg. 345.
13 H. Conzelmann, Dic Apostelgeschichte (Handbuch zum Neuen Testament 7), 1963, pg. 91.
14 O. Bauernfeind, Kommentar und Studien zur Apostelgeschichte (Wissenschaftliche
Untersuchungen zum Neuen Testament 22), 1980, pg. 209.
15 W. de Boor, Die Apostelgeschichte (Wuppertaler Studienbibel), 1965, pg. 298.
16 R. Pesch, op. cit., pgs. 113 s.
17Ibid., pg. 113.
18 Eso era prohibido por la ley romana. Vase G. Schille, op. cit., pg. 346. con indicaciones
bibliogrficas.
19 Vase, por ejemplo, W. de Door, op. cit.,pgs. 298 s; W. Shmithals,Die Apostelgeschichte des
Lukas (Zurchner Bibelkommentar NT 3, 2), 1982, pg. 150. Contra esa comprensin, afirmar E.
Haenchen, op. cit., pg. 434, nota 6: No se puede hablar de una cura'... Lucas no considera a la
esclava como enferma... La psicologa moderna no tiene aqu su lugar.
20Digesto 50, 17,22; vanse comentarios en N. Brockmeyer, Antike Sklaverei (Ertrge der
Forschung 116), Darmstadt, 1979, pgs. 8 Ss.
21 Los seores tenan todo el poder de disponer de y sobre las esclavas/os, pudiendo inclusive
causarles daos corporales. Vase N. Brockmeyer, op. cit., pgs. 111 ss.
22 Vase W. Elliger, Paulus in Griechenland. Philippi, Thessaloniki, Athen, Korinth. Stuttgart,
1987, pgs. 56 ss.
23 A ese respecto, vase, por ejemplo. M. Kaser, Rmisches Privatrecht. Ein Studienbuch.
Munich, 1977 (10a. ed.), pgs. 205 Ss; A. Ehrhardt, Rechtsvergleichende Studien zurn antiken
Sklavenrecht Wehrgeld und Schadenarsatz (Zeitschrift der Savigny-Stiftung fr Rechtsgschichte,
Romanistische Abteilung 68), Weirner, 1951, pgs. 87 ss.
24 R. Pesch, op. cit., pg. 114; E. Haenchen, op cit., pg. 435; W. Ellinger, op. cit., pg. 56.
25 Vase, por ejemplo. N. Brockmeyer, op. cii., especialmente pgs. 158 Ss.
26 Por ejemplo, E. Haenchen, op. cit., pg. 433; 0. Schille, op. cit, pg. 345.
27 La literatura y las inscripciones son muy vastas a este respecto. Vase, por ejemplo, N.
Brockmeycr, op. cii., pg. 122; E. Schrer, Die Juden im bosporanischen Reiche und die
Genossenschaften der sebmenoi then hypsiston ebendaselbst (Sitzungsberichte der
preussischen Akademie der Wissenschaften). Berlim, 1897, pag. 201 M . Hengel, Proseuche und
Synagoge. Jdische Gemeinde, Gotteshaus und Gottesdienst in der Diaspora und in Palastina,