Roberts John Maddox - El Templo de Las Musas
Roberts John Maddox - El Templo de Las Musas
Roberts John Maddox - El Templo de Las Musas
SPQR 4
Nunca he sido de los que creen preferible estar muerto a abandonar Roma. De
hecho, he huido de ella muchas veces con el fin de salvar el pellejo. Pero lejos de
Roma la vida siempre me ha parecido una muerte en vida, una suspensin de los
procesos vitales, una sensacin de que todo lo importante ocurre lejos.
Me acuerdo como si fuera ayer de la primera vez que vi la ciudad, salvo que
no recuerdo nada en absoluto de ayer. Por supuesto, cuando te aproximabas a
Alejandra en barco, lo primero que veas no era la ciudad sino Faros.
Apareca como una mancha en el horizonte cuando todava nos hallbamos
por lo menos a veinte millas mar adentro. Nos habamos dirigido derechos a ella
como unos necios en lugar de bordear la costa como hombres sensatos. Para colmo
no bamos a bordo de un buque mercante preparado para soportar una tempestad
en el mar, sino en una esplndida galera de guerra con suficiente pintura y dorados
para hundir una embarcacin ms pequea. En la proa, justo encima del espoln,
haba un par de cocodrilos de bronce que parecan echar espuma por sus dentadas
mandbulas a medida que los veloces remos nos impulsaban sobre las olas.
Esto es Alejandra anunci el capitn, un chipriota de tez curtida que
vesta uniforme romano.
Hemos ido a buen ritmo gru mi pariente de alto rango, Metelo
Crtico.
Como la mayora de los romanos, ambos odibamos el mar y todo lo
relacionado con la navegacin. Por esa razn habamos escogido el modo ms
peligroso de viajar a Egipto, por tratarse del ms rpido. No existe nada ms veloz
que un trirreme romano a todo remo y habamos hecho sudar a los remeros desde
el momento mismo que zarpamos del puerto de Massilia1.
Nos haba llevado hasta all la tediosa misin de intentar disuadir a un
puado de galos desafectos de unirse a los helvecios. Yo detestaba la Galia y salt
de alegra cuando Crtico recibi un despacho especial del Senado donde se le
comunicaba el traslado inmediato a la embajada egipcia.
En la galera haba un encantador castillo en miniatura erigido frente al
mstil, y sub a su plataforma para tener una perspectiva mejor. Al cabo de unos
minutos la mancha se convirti en una ntida columna de humo, y poco despus
apareci la torre. Desde tan lejos no haba puntos de referencia para calcular sus
proporciones y costaba creer que se tratara de una de las maravillas del mundo.
Quieres decir que se es el famoso faro?
La pregunta proceda de mi esclavo Hermes, que haba subido dando
tumbos detrs de m. Se mareaba an ms que yo en los viajes por mar, motivo de
cierta satisfaccin para m.
Tengo entendido que es ms impresionante de cerca afirm.
Al principio se vea como una delgada columna de un blanco deslumbrante
bajo el sol del medioda. Pero a medida que nos acercbamos observ que el esbelto
pilar se asentaba sobre otro ms macizo, y ste sobre otro an ms ancho. Entonces
divisamos la isla, y empec a hacerme una idea de lo enorme que era el faro,
porque dominaba totalmente la isla de Faros, que en s misma era lo bastante
grande para ocultar toda la ciudad de Alejandra.
El faro se eriga en el extremo oriental de la isla, y hacia ese cabo viramos, ya
que nos dirigamos al Gran Puerto. En el extremo occidental se hallaba Eunostos, el
puerto del Buen Regreso, donde los barcos podan adentrarse en el canal que
comunicaba la ciudad con el Nilo, o seguir hasta el lago Mareoti, en el sur. De ah
que fuera el puerto comercial por excelencia. Pero habamos venido en misin
gubernamental e iban a recibirnos en el palacio, que se hallaba en el Gran Puerto.
Mientras rodebamos el extremo oriental de la ciudad, Hermes estir el
cuello para contemplar el faro. ste estaba coronado por una cabina redonda de la
que salan humo y llamas que danzaban al viento.
Es muy alto admiti.
Ms de ciento veinte metros, segn dicen inform.
Los antiguos Reyes Sucesores que gobernaron despus de Alejandro
hicieron construir a una escala que rivalizaba con la de los faraones. Sus
gigantescas tumbas, templos y estatuas no servan de gran cosa salvo para
impresionar, pues de eso se trataba. Nosotros los romanos podemos comprenderlo
porque sabemos lo importante que es impresionar a la gente. Por supuesto,
transentes.
Haba normas estrictas acerca de cunto podan sobresalir los balcones de
las fachadas de los edificios, y estaba prohibido extender cuerdas de tender sobre
la calle. Esto era en cierto modo una novedad interesante. Pero quien ha crecido en
Roma adquiere un gusto por el caos, y tanta regularidad y orden terminan
volvindose opresivas. Comprendo que en principio parece una buena idea
levantar una ciudad donde nunca la ha habido y evitar repetir los defectos de las
ciudades que crecen desparramadas como Roma. Pero no me gustara vivir en una
ciudad que parezca una autntica obra de arte. Creo que esto explica la reputacin
de libertinos y disolutos que tienen los alejandrinos. Una persona obligada a vivir
en un entorno tan perfecto que podra haber sido diseado por Platn, debe buscar
como sea desahogo y esparcimiento, en contra de lo que piensan los filsofos. La
corrupcin y el libertinaje no son las nicas respuestas, pero son sin duda las ms
atractivas.
Al cabo de un rato giramos hacia el norte y nos adentramos en un gran
camino procesional. Ms adelante haba varios conjuntos de edificios imponentes,
algunos dentro de murallas con almenas. Al encaminarnos hacia el norte dejamos a
nuestra derecha el primero de estos grandes complejos.
El museo dijo Rufo. Aunque forma parte del palacio, est fuera de los
muros fortificados.
Era un lugar imponente, con una amplia escalinata que conduca al templo
de las Musas, que daba nombre a todo el conjunto. Ms importante que el templo
era el grupo de edificios que lo rodeaban, donde muchos de los sabios ms grandes
del mundo haban realizado sus estudios a expensas del Estado, publicando
peridicos o dando conferencias si as lo requeran. No haba nada parecido en
todo el mundo, de ah que adoptara el nombre del templo. En aos posteriores
otras instituciones semejantes, fundadas a imitacin de sta, recibieron tambin el
nombre de museos.
An ms famosa que el museo era la gran biblioteca contigua a ste. All se
guardaban los mejores libros del mundo y se hacan copias que se vendan por
todo el mundo civilizado. Detrs del museo se vea el gran tejado en pendiente de
la biblioteca, que haca que las dems estructuras a su alrededor parecieran
pequeas. Hice un comentario sobre su tamao, pero Rufo lo rechaz con un
ademn.
casa real, Filpator Filadelfo Neo Dionisio, que tocaba la flauta. Durante ms de un
siglo Roma haba sido traficante de influencias en Egipto, y cuando nos pidieron
que apoyramos su dbil propuesta, as lo hicimos. Roma siempre ha preferido
apoyar a un monarca dbil que tratar con uno fuerte.
Tolomeo y Crtico se abrazaron, este ltimo arrugando la nariz a causa del
perfume que Tolomeo llevaba. Al menos a Tolomeo no le atraan los adornos
egipcios tan de moda en la corte. Vesta ropa griega, y el poco cabello que le
quedaba lo llevaba peinado al estilo griego. Sin embargo, usaba prdigamente los
cosmticos faciales para ocultar los estragos del tiempo y de su vida disipada.
Mientras Crtico y el rey entraban en el palacio para asistir a una recepcin
formal, me escabull con Rufo y otros cuantos a hacia la embajada romana, donde
bamos a alojarnos. La embajada ocupaba un ala del palacio y contaba con sus
correspondientes dependencias, salas de banquetes, baos, gimnasio, jardines,
estanques y un ejrcito de esclavos que podran haber provisto de personal la
plantacin ms grande de Italia. All descubr que mis dependencias eran mucho
ms espaciosas que mi casa de Roma, y que iba a tener veinte esclavos a mi
servicio.
Veinte? exclam cuando me los presentaron. Ya tengo a Hermes, y
ese tunante ya anda bastante desocupado.
Oh, acptalos, Decio insisti Rufo. Ya sabes cmo son los esclavos;
encontrarn algo que hacer. Te gustan tus aposentos?
Recorr con la vista la lujosa estancia.
La ltima vez que vi algo parecido fue al visitar la nueva casa urbana de
Lculo.
Es bastante mejor que ser un joven oficial de vuelta a casa, verdad?
coment Rufo con satisfaccin.
Era evidente que haba encontrado el mejor modo posible de poner fin a su
carrera.
Entramos en un pequeo patio donde probamos varios de los vinos locales y
nos pusimos mutuamente al da de los ltimos acontecimientos en nuestros
distintos crculos. Se estaba deliciosamente fresco a la sombra de las palmeras,
donde los monos adiestrados jugueteaban entre las frondas. En una piscina con el
bordillo de mrmol, unas carpas hinchadas asomaban la boca abierta a la espera de
comida.
Pasaste por Roma al venir aqu? pregunt el secretario con inters.
No, vine por Sicilia y Creta. Tus noticias de la capital son probablemente
ms recientes que las mas.
Entonces, qu me dices de Galia? pregunt Rufo.
Hay disturbios. Los helvecios amenazan con declarar la guerra. Les
molesta la presencia de Roma y hablan de recuperar la provincia.
No podemos permitrselo! exclam alguien. Es nuestra nica
comunicacin terrestre con Iberia!
Eso es justo lo que intentamos impedir! repuse. Convocamos a
muchos jefes de tribus, les recordamos nuestra vieja amistad y alianzas, e hicimos
unos cuantos sobornos.
Crees que mantendrn la paz? pregunt Rufo.
Con los galos nunca sabes a qu atenerte respond. Son gente
emocional y les encanta combatir. Son tan capaces de lo uno como de lo otro.
Cuando nos marchamos parecan contentos, pero maana mismo algn
incendiario podra soltarles un discurso acusndolos de ser dbiles por aceptar la
autoridad romana, y al da siguiente todos los galos se sublevaran para demostrar
su virilidad.
Bueno, les hemos derrotado muchas veces apunt el secretario, que se
encontraba a una distancia prudencial.
Y ellos nos han derrotado en varias ocasiones le record. Si se trata de
una o dos tribus a la vez, no son un peligro. Pero si todas las tribus de Galia se
ponen de acuerdo para expulsarnos, no creo que podamos defendernos. Son ms
numerosos que nosotros en una gran proporcin, y estn en su terreno.
Necesitamos otro Mario coment alguien. l saba cmo manejar a los
galos y a los germanos.
la
que nuestros esclavos. Suele haber dos cosechas al ao, y a veces tres. En una poca
de escasez, Egipto podra alimentar a todo nuestro Imperio con slo estirar un poco
las raciones.
As pues, el gobernador romano de Egipto podra llegar a tener un control
completo del Imperio.
Y estar en situacin de autoproclamarse rey independiente, con suficiente
riqueza para contratar a todas las tropas que necesitara. Te gustara ver a Pompeyo
en semejante posicin de poder? O a Craso?
Comprendo. Por eso nuestra poltica siempre ha sido mantener a un
cobarde degenerado tras otro en la corona de Egipto.
Exacto. Y siempre los apoyamos con prstamos, ayuda militar y
asesoramiento. No es que sigan mucho nuestros consejos. Cayo Rabirio est
haciendo una proeza para solucionar los problemas financieros de Tolomeo, pero
tardar aos en hacer progresos.
Rabirio era un famoso banquero romano que haba prestado grandes sumas
de dinero a Tolomeo, quien a cambio lo haba nombrado ministro de finanzas de
Egipto.
As pues, a quin vamos a respaldar esta vez? pregunt.
Tendr que ser al nio dijo, bajando an ms la voz. Pero no es
preciso que se sepa demasiado pronto. Me dedic una sonrisa de complicidad.
Los dems partidos nos cortejarn mientras crean tener posibilidades de ganar
nuestro favor.
Las princesas permanecen al margen? pregunt.
An no las haba conocido. En aquella poca del ao vivan en casas de
campo.
El Senado nunca ha apoyado a gobernadores femeninos, y stas estn
demasiado rodeadas de parientes y cortesanos depredadores. Supongo que el
mocoso tendr que casarse con una de ellas, pero ser por el bien de sus sbditos
egipcios. Por lo que se refiere al Senado, puede casarse con uno de los cocodrilos
sagrados.
Durante dos meses llev la existencia ociosa del oficial romano que visita Egipto.
Hice el ineludible recorrido por los lugares ms famosos: las pirmides y la colosal
cabeza que se supona que tena debajo un cuerpo de len de las mismas
proporciones; vi la estatua de Memnn saludando con una nota musical al sol
naciente; visit varios templos antiguos y conoc a unos cuantos sacerdotes muy
peculiares. All adonde iba, los funcionarios de la casa real daban tales muestras de
servilismo que empec a esperar que levantaran pequeos altares en mi honor. Tal
vez lo hicieron.
En cuanto sales de Alejandra ests en el Egipto de los faraones. ste es un
lugar asombroso e inmutable. En cualquiera de los nomos puedes ver un gran
templo nuevo que los Tolomeos han erigido para venerar uno de sus antiguos
dioses. Y a un par o tres de kilmetros ves un templo idntico, slo que doscientos
aos ms antiguo. La nica diferencia es la pintura algo desconchada del templo
ms viejo.
En el gran centro ceremonial de Karnak hay una especie de templo del
tamao de una ciudad, con un gran peristilo, que consiste en un laberinto de
columnas tan enormes y altas que resulta agotador contemplarlas, y cada
centmetro cuadrado est cubierto de esa disparatada escritura a base de dibujos
que tanto gusta a los egipcios. A lo largo de los siglos los faraones y sacerdotes de
Egipto obligaron al pueblo a financiar y construir esas absurdas pilas de roca.
Quin necesita esclavos con un campesinado tan servil? Los italianos habran
reducido el lugar a escombros antes de que esos pilares les llegaran a la altura de la
cabeza.
No existe nada ms agradable que navegar por el Nilo. Las aguas de este ro
son reposadas, y es tan estrecho que ves prcticamente todo desde el barco. A un
kilmetro y medio de la orilla est el desierto. Navegar ro abajo cuando hay luna
llena es una experiencia de ensueo, pues el silencio slo es interrumpido por el
ocpate de asignarles sus dependencias. Hablar con los eunucos de la corte acerca
de brindarles una recepcin.
Los romanos nunca nos tombamos tantas molestias por la visita de una
dama, no importaba su alcurnia, pero la corte egipcia, dominada por eunucos y
princesas, era diferente.
Quin es la otra dama? Un terrible pensamiento me asalt. No ser
Clodia? Ella y Fausta son ntimas amigas.
Me sonri.
No. No te desagradar ver a sta. Ahora ve. Deben de estar
impacientndose en el muelle.
Grit con todas mis fuerzas y apareci una legin de esclavos. Les orden
que trajeran literas y stas aparecieron como por arte de magia. Era un lugar
realmente extraordinario. Me sub a una y partimos hacia el puerto real. Se trataba
de un pequeo recinto dentro del Gran Puerto donde se guardaban las
embarcaciones y barcazas de la realeza. Estaba rodeado por un rompeolas de
piedra cuya entrada quedaba protegida por la isla donde se eriga otro magnfico
palacio, de demostrada resistencia contra las tormentas ms violentas.
Entre las embarcaciones reales el pequeo buque mercante romano se vea
modesto, pero las damas que aguardaban de pie junto a la barandilla irradiaban
arrogancia, del mismo modo que el sol irradia luz. No slo eran damas romanas,
sino tambin patricias, y posean ese aire de superioridad que slo se adquiere tras
siglos de endogamia.
Los esclavos dejaron las literas en el suelo y baj mientras se arrastraban ante
las damas que descendan por la pasarela. El cabello rubio germnico de Fausta
Cornelia era inconfundible. Posea la belleza de los Cornelios, hasta el punto de
que slo rivalizaba con la de su hermano gemelo, Fausto. La otra dama era ms
menuda y morena, pero igual de radiante. Mucho ms a mis ojos.
Julia! exclam, boquiabierto.
Era, en efecto, Julia Menor, la hija menor de Lucio Csar. No haca mucho
que nuestras familias se haban reunido para formalizar nuestro compromiso. Que
deseramos tal compromiso era algo incidental en lo que a nuestras familias se
refera, pero lo consideraban una casualidad muy afortunada. En aquella poca los
Metelos se afanaban por restablecer su reputacin entre los grupos de poder
rivales. Crtico haba casado a su hija con el ms joven Marco Craso. Cayo Julio
Csar era la estrella en ciernes de las asambleas populares, y un vnculo con
aquella antigua aunque oscura familia era deseable. La hija de ste ya estaba
prometida a Pompeyo, pero su hermano Lucio tena una hija ms joven y soltera.
De aqu que nos prometiramos.
Bienvenidas a Alejandra! exclam.
Cog brevemente la mano de Fausta; luego Julia me present la mejilla para
que se la besara, y la complac.
Te has engordado, Decio coment.
Qu halagadora respond. Estos egipcios creen que no cumplen con
sus dioses si permiten que un romano d un paso ms de lo necesario, y quin soy
yo para interferir en su culto? Me volv hacia Fausta. Tu belleza adorna esta
regia ciudad cual una corona. Confo en que la travesa haya sido agradable.
Hemos tenido el estmago revuelto desde que abandonamos Ostia
respondi.
Te aseguro que tus dependencias de aqu compensarn con creces las
incomodidades de la travesa invernal.
Mientras tanto los esclavos ya haban bajado el equipaje. Cuando todo estuvo
en tierra firme, el barco se alz ms de un palmo en el agua. Las damas haban
trado consigo sus doncellas personales adems de otros cuantos esclavos que se
confundiran con la multitud de la embajada.
Es Alejandra tan fabulosa como siempre he odo decir? pregunt Julia,
emocionada a pesar de su aspecto ojeroso y agotado.
Ms de lo que nadie puede imaginar asegur. Ser un placer para m
mostrroslo.
Fausta sonri con disimulo.
Incluso esas humildes tascas donde has estado divirtindote?
por el contrario, siempre he credo que eran virtudes propias de los esclavos y
libertos. Fjate en el esfuerzo que estn haciendo los porteadores de literas. Les
sirve de algo?
Saba que diras algo parecido intervino Julia, irguindose y estirando el
cuello para empaparse del esplendor que nos rodeaba.
Todos los hombres destinados a hacer grandes hazaas estn en estos
momentos luchando por ello fuera de Roma apunt Fausta.
Y todos morirn en el campo de batalla, o a causa del veneno o la daga de
un asesino mantuve con firmeza. Yo, por mi parte, me propongo morir a una
edad avanzada con el rango de senador snior.
Supongo que todos los hombres tienen alguna ambicin se mof ella.
Oh, mira! exclam Julia. Es el Pneo? A lo lejos se vea la extraa
colina artificial con su sendero serpenteante y el templo circular.
As es respond. Dentro hay una estatua de lo ms atroz. Y aqu est la
embajada.
Forma parte del palacio? pregunt Julia mientras la ayudaba a bajar de
la litera. Me vi obligado a apartar de una patada a un esclavo a fin de realizar esa
simple y agradable tarea.
En efecto. En todos los asuntos relacionados con el poder, la embajada
romana es la corte. Venid conmigo y os ensear vuestras dependencias.
Pero ni siquiera eso se me permiti. Tan pronto como llegamos al atrio un
ejrcito de cortesanos entr acompaado de estruendosos msicos, nubios untados
de aceite que llevaban leopardos atados con correa, un len domesticado, una serie
de babuinos con el uniforme de la servidumbre, adolescentes vestidas con chiton
llevando cestas llenas de ptalos que arrojaban en abundancia, y en medio de todos
ellos, una joven a quien todos reverenciaban.
Me he enterado de que tenamos visita dijo la joven. De haberlo
sabido antes, habra acudido al puerto a recibiros.
Hice una reverencia todo lo profunda que me permita la dignidad romana.
era consciente de ello salvo los tres implicados. Se trataba de un mero acuerdo
informal que consista en velar mutuamente sus intereses mientras uno o ms se
ausentaba de Roma. No obstante, era un presagio de cuanto iba a ocurrir.
Pero aquella noche ignorbamos tales intrigas. ramos ajenos a la tediosa
poltica, y tenamos tiempo y toda Alejandra a nuestra disposicin para
divertirnos.
III
. En qu consiste tu solucin?
El problema radica en que el canal est a nivel del mar, y por lo tanto una
corriente considerable fluye por l de oeste a este, del mismo modo que el agua
entra en el Mediterrneo procedente del ocano por las puertas de Heracles, y de
este a oeste por el Helesponto. Al explicar los misterios de su ciencia, su voz
perda la habitual beligerancia y lograba realmente transmitir parte de su
entusiasmo en la resolucin de tan espinosos problemas de la naturaleza. He
diseado una serie de compuertas y de diques secos a cada extremo de la va
fluvial. Mediante estas compuertas los diques podrn llenarse, y mantener las
embarcaciones al nivel apropiado, y la distancia intermedia podr recorrerse
navegando, a remo o a remolque, sin necesidad de una corriente constante. La
cantidad de sedimentos admitida ser la mnima, y no ser preciso dragar el canal
ms que cada cuatro o cinco aos.
Muy ingenioso reconoc. Digno del sucesor de Arqumedes.
Gracias respondi con torpeza, pero al reverendo Arqumedes no le
fue demasiado bien a manos de los romanos.
Los griegos siempre te guardan rencor por algo.
S, fue un incidente desafortunado, pero l se lo busc. Vers, cuando los
soldados romanos irrumpen en una ciudad tras un prolongado sitio, y corren
alocadamente saquendola y derribando a todo el que oponga resistencia, lo
ltimo que debes hacer es hablarles con insolencia. Si hubiera mantenido la boca
cerrada y se hubiera humillado, habra salvado la vida. Tal y como fueron las cosas,
Marcelo lo lament mucho y dio al anciano una hermosa sepultura.
Precisamente! exclam Ifcrates con los dientes apretados.
Dime, sabio Ifcrates se apresur a decir Julia, qu otros trabajos
ocupan tu mente? En tus libros dices que siempre llevas a cabo un montn de
proyectos a la vez.
Si tenis la bondad de acompaarme dijo, conducindonos a una
espaciosa sala junto al patio donde los trabajadores montaban unas esclusas.
La estancia estaba llena de armarios y mesas, y stas cubiertas de maquetas
en distintas fases de montaje. La mayora de mquinas tenan que ver con elevar
pesos o agua, segn explic l. Seal una que exhiba un largo brazo rematado
con una honda.
Una catapulta?
No, nunca diseo mquinas de guerra. Se trata de un modelo mejorado de
gra para levantar grandes rocas. Un buen nmero de vuestros ingenieros
romanos han mostrado inters en ella. Resultar muy til en la construccin de
vuestros grandes puentes y acueductos.
Mientras hablaba a Julia y al bibliotecario, pase por la sala admirando sus
dibujos y diagramas asombrosamente lcidos, pues en cada uno de ellos haba
aplicado la geometra y matemticas para la realizacin de una determinada tarea.
Se trataba de una clase de filosofa que yo valoraba, aun cuando ese hombre me
pareca odioso. Los armarios abiertos estaban llenos de ms papiros y rollos. En
una de las mesas haba un rollo de tamao desmesurado de madera de olivo
oscura y aceitosa, y con las asas manchadas de bermelln. Me bast un solo vistazo
para saber que no era papiro egipcio, sino papel de pergamino procedente de
Prgamo. Lo cog y empec a desenrollarlo, pero Ifcrates emiti un sonido gutural.
Disculpa, senador dijo, apresurndose a arrebatrmelo de las manos.
Se trata del trabajo inacabado de un colega, y me lo ha prestado con la condicin de
que nadie ms lo vea hasta que lo haya terminado y hecho pblico.
Mientras lo cerraba bajo llave en un ornamentado armario, me pregunt qu
clase de colega confiara algo a Ifcatres de Quos.
Este rollo me recuerda que quiero ver la famosa biblioteca coment
Julia, resolviendo hbilmente la situacin. Y quin mejor para ensermela que
el bibliotecario en persona?
Nos despedimos del difcil matemtico y recibimos un hosco adis por
respuesta.
Yo ya haba visitado la biblioteca, y una vez has visto un enorme almacn de
libros ya has visto todos. Adems, era un lugar ruidoso, con cientos de eruditos
leyendo a pleno pulmn. Los romanos lean con un educado y digno murmullo, no
como los griegos, o peor, los asiticos. Abandon a Julia y Anfitrin a los dudosos
placeres de la biblioteca y me dediqu a dar vueltas ocioso por el gran patio
exterior, admirando las esplndidas estatuas. No llevaba all ms de unos minutos
diplomtico.
Y no me extraa. Esto va a complicarle la vida. Por no hablar de que los
eunucos por regla general no se congratulan demasiado de la fertilidad humana.
De cuntos meses est?
De tres. Berenice est furiosa, Cleopatra parece contenta, y Arsinoe es
demasiado joven para importarle. Por lo que s, el joven Tolomeo an no ha sido
informado.
Qu hay del rey? pregunt.
No me muevo en crculos tan elevados. T eres el gran oficial romano.
Y de mucho me sirve. En estos momentos soy un ensalzado gua turstico.
Al menos disfrutas de agradable compaa. Preferiras estar en Roma
esquivando a Clodio, siendo asesinado por su hermana, y preocupndote por los
planes que Csar tiene para ti? Disfruta de estas vacaciones, hazme caso.
Estamos en medio de la mayor asamblea de filsofos del mundo, Hermes
dije. No necesito tus consejos mundanos.
Resopl.
He visto a muchos de estos filsofos desde que estamos aqu. Sabes por
qu todos tienen esclavos que les limpian el trasero? Porque estn demasiado locos
para hacerlo por s mismos.
No deberas hablar as de tus superiores. Le lanc la copa vaca.
Llvate todo esto a la litera. Ser mejor que el odre no est demasiado a la vista
cuando nos marchemos de aqu.
Sin saber qu hacer, entr en el templo propiamente dicho. Nunca lo haba
visitado y no estaba preparado para su asombrosa belleza. Era circular, de modo
que daba la misma importancia a cada una de las nueve musas cuyas estatuas se
hallaban en la periferia.
En Roma tenemos nuestro hermoso templo de Hrcules y las nueve Musas,
pero el protagonismo lo tiene l, el favorito romano. Las imgenes de las musas no
rey. Pero por aquel entonces no tenamos ni idea de lo cerca que estaba de hacerlo.
La vista desde aqu es extraordinaria coment ella, cambiando de tema.
Y, en efecto, lo era. El Pneo no era exactamente una colina elevada, pero
Alejandra era tan llana que no era preciso subir a una gran altitud para verla en su
totalidad. Volv a adoptar mi papel de gua turstico.
Ya conoces el complejo palaciego. All seal el sudeste de la ciudad
est el barrio judo. Dicen que hay ms judos en Alejandra que en Jerusaln.
Seal el extremo oeste de la ciudad, dominado por el inmenso monumento del
Serapeum, un solo templo que rivalizaba en tamao con todo el complejo del
museo. Eso es Rakhotis, el barrio egipcio, as llamado porque exista una ciudad
indgena con ese nombre cuando Alejandro fund la ciudad. sta se divide en
manzanas perfectamente rectangulares, que a su vez forman parte de otras ms
grandes, cada una llamada con una letra del alfabeto griego.
Es tan extrao estar en una ciudad trazada a base de lneas y ngulos
rectos coment Julia. Supongo que eso contribuye a mantener el orden.
Eso mismo pienso yo dije. Es como estar en una ciudad diseada por
Platn.
Platn era partidario de los crculos me inform. Pero dudo que stos
funcionen en el trazado de una ciudad. Qu es eso que hay hacia el oeste, al otro
lado del muro?
La Necrpolis. En Egipto son muy aficionados a las tumbas. Todos los
cementerios se hallan en el lado oeste y las necrpolis siempre estn al oeste de las
ciudades. Supongo que porque es all donde se pone el sol. La gente lleva varios
siglos muriendo en Alejandra, de modo que la Necrpolis es casi tan grande como
la ciudad.
Y sin embargo Alejandra lleva muy poco tiempo aqu, de acuerdo con los
criterios egipcios. Segn Herdoto la lista de faraones se remonta a casi trescientos
aos. Incluso Roma es un recin nacido, en comparacin. Crees que Roma durar
tanto?
Por supuesto respond. Qu pregunta ms ridcula!
Pero incluso los das ms agradables deben dar paso a la noche, y sta estaba
reservada al banquete del museo. Regresamos al palacio para baarnos y
cambiarnos. Una buena costumbre entre los romanos de Alejandra es que cuando
sales a cenar fuera ests dispensado de llevar la incmoda toga, y puedes cambiarla
por la ligera e informal synthesis. Se trataba de una costumbre tan sumamente
prctica que Csar la introducira en Roma unos aos despus. Y como para
entonces Csar era el modelo de todo lo que era correcto, se hizo popular.
Nos condujeron en la fresca noche al museo, seguidos de nuestros esclavos
que deban atender nuestras necesidades en el curso de la cena. Haba una
multitud de esclavos, ya que con nosotros estaban Fausta y Berenice. Di un codazo
a mis porteadores para que se detuvieran a la altura de la litera que estas dos
compartan.
Qu tal los azotes? pregunt a Fausta.
Impresionante! exclam. Haba al menos un centenar de sacerdotisas
danzando frente a la estatua de Baal-Ahrimn, y antes de que terminara la
ceremonia, algunas haban muerto desangradas o de la conmocin.
Suena ms divertido que las bulliciosas fiestas de las Saturnales repuse,
sin hacer caso del codazo de Julia que casi me rompi una costilla. Ojal
tuviramos espectculos de este tipo en los templos romanos.
Fue una ceremonia religiosa como es debido insisti Berenice. El
santo Ataxas nos ha revelado la naturaleza sublime del gran dios y el valor del
xtasis religioso en su culto. Durante el sagrado trance entras en comunin mstica
con la divinidad. El santo Ataxas ha prometido que, cuando los seguidores
hayamos alcanzado la perfeccin en nuestra devocin, el dios nos hablar.
Hablar? repliqu. Quieres decir que se manifestar de algn modo
mstico, como suelen hacer los dioses?
La princesa neg con la cabeza.
No, hablar con su propia voz y todos podremos orlo.
Fascinante musit, asombrado como siempre ante las insondables
profundidades de la credulidad humana.
Los esclavos a menudo escurren el bulto cuando ocurre una desgracia. Saben
que son los que tienen ms probabilidades de ser acusados. Cruzamos el patio
donde el da anterior haba visto a los trabajadores montar la maqueta del artefacto
de Ifcrates. Este pareca irreal a la luz de la luna. El esclavo se detuvo en el umbral
de la sala donde habamos visto los dibujos.
Est ah dentro.
Entramos. Seis lmparas proyectaban suficiente luz para ver a Ifcrates
tendido de espaldas en mitad del suelo, muerto como Anbal. Un gran corte
vertical le divida casi en dos la frente, desde el caballete de la nariz hasta el
nacimiento del cabello. La habitacin estaba patas arriba, con papeles
desparramados por todas partes y armarios volcados cuyo contenido se sumaba al
desorden general.
Zeus! exclam Anfitrin, traicionando un poco su conducta de filsofo
. Qu ha ocurrido aqu?
Una cosa es seguro respond, y es que no ha sido un accidente.
Nuestro amigo Ifcrates ha sido cruelmente asesinado.
Asesinado? Pero por qu?
Bueno, era un tipo bastante agresivo seal.
Los filsofos discuten mucho replic Anfitrin con rigidez, pero no
resuelven sus discusiones mediante la violencia.
Me volv hacia el esclavo, que segua de pie en el umbral.
Ve a buscar al mdico Asclepodes.
Creo que es algo tarde para sus artes repuso Anfitrin.
No necesito sus artes curativas, sino su habilidad para interpretar las
heridas. Hemos trabajado juntos en un buen nmero de casos semejantes en Roma.
Me acerqu a los armarios. El cerrado con llave haba sido abierto con una
palanca y el contenido arrojado al suelo.
Entiendo. Pero antes debo informar al rey de este incidente. Imagino que
desear nombrar a su propio investigador.
Tolomeo? No estar en condiciones de escuchar un informe o nombrar a
un investigador hasta ltima hora de la maana, como muy pronto. Mir las
lmparas. Una casi se haba consumido y la mecha echaba humo. Las dems ardan
regularmente.
As y todo se lo har saber replic Anfitrin.
Del pasillo llegaron voces de gente que se acercaba. Me dirig a la puerta y vi
cruzar el patio a todos los comensales del banquete.
Pasa, Asclepodes orden. Los dems permaneced fuera unos
instantes, por favor.
El menudo griego entr con el rostro resplandeciente. Le encantaban esta
clase de situaciones. Se acerc al cadver y, arrodillndose a su lado, puso las
manos debajo de la mandbula y movi la cabeza de un lado a otro.
Ni la mejor lmpara basta para hacer un buen examen afirm. Decio
Cecilio, podras colocar cuatro de las lmparas alrededor de la cabeza, a un metro
aproximado de distancia?
Se levant y empez a buscar entre el desorden. Hice lo que me haba
pedido y al cabo de unos minutos encontr lo que andaba buscando. Regres con
lo que pareca un bol poco profundo y muy pulido de plata. Se volvi hacia el
pequeo grupo de eruditos que observaban desde la puerta.
Ifcrates estaba investigando el uso que hizo Arqumedes de los reflectores
parablicos. Un espejo cncavo tiene la capacidad de concentrar la luz que refleja.
Coloc el extremo abierto del bol hacia Ifcrates y proyect un rayo de luz
concentrada en la horrible herida. Del pasillo llegaron murmullos de admiracin
ante su inteligencia filosfica.
Mientras Asclepodes haca su examen, me encamin a la puerta.
Vuestro colega Ifcrates ha sido vilmente asesinado anunci. Os ruego
a todos que tratis de recordar si visteis a personas extraas en este lugar justo
parece un mal lugar para un motn. Fjate, podras alinear a las tropas en una calle
y recorrer de lado a lado la ciudad. Oiras a los amotinados escabullirse por las
calles laterales, y podras dividirlos en pequeos grupos o congregarlos en algn
punto, lo que quisieras.
Esto es anormal! exclam Hermes.
Estoy de acuerdo, pero tiene sus ventajas.
Adems, todo es de piedra apunt Hermes.
La madera escasea en Egipto. Es consolador saber que no hay
probabilidades de morir incinerado mientras duermes.
La gente que vea en las calles era de todas las nacionalidades, pero la
mayora eran naturales de Egipto. El resto eran griegos, sirios, judos, sbeos,
rabes y galateos, y gente de facciones y vestimentas que no supe distinguir.
Tambin haba nubios y etopes de todas las tonalidades de negro, la mayora
esclavos, pero algunos comerciantes. Todos hablaban griego, pero se oan otros
idiomas que formaban una subcorriente bajo la marea predominante del griego,
sobre todo el egipcio. Este pareca tan complicado como sus jeroglficos. En cada
esquina haba saltimbanquis bailando, dando volteretas y haciendo trucos de
magia. Los animales adiestrados hacan sus pasos y los malabaristas lanzaban
objetos inslitos al aire con asombrosa habilidad. Hermes observaba todo
boquiabierto, pero tir de l al pasar por delante de ellos, absorto en asuntos ms
elevados.
Podramos haber entrado por la parte posterior del complejo del museo
desde el mismo palacio, pero prefer familiarizarme con la ciudad. Quien ha
crecido en una gran ciudad tiene sensibilidad para otras ciudades, del mismo
modo que el campesino es ms sensible a la tierra arable o el marinero al mar. Yo
haba crecido en Roma y era urbano hasta la mdula. Esa gente era extranjera pero
viva en una ciudad, de ah que tuviramos ciertas cosas en comn.
Tena el presentimiento de que era un pueblo alegre y satisfecho de s
mismo. Todos los conflictos que podan existir eran insignificantes. De haberse
avecinado un motn o una insurreccin, lo habra advertido. Los alejandrinos
tenan fama de sublevarse de vez en cuando, incluso de haber matado o expulsado
a algn rey, pero esa gente estaba demasiado absorta en hacer dinero o en
divertirse para representar una amenaza. El descontento civil siempre es una
Hace cientos de aos tal vez. Pero ahora no. Bueno, ya era suficiente.
Con visible esfuerzo se calm. No vale la pena provocar una crisis diplomtica
por este incidente. Debes comprender que nos humilla ver cmo los romanos
vienen aqu y asumen la autoridad como si les correspondiera por derecho propio.
Lo comprendo perfectamente respond. Pero estoy aqu con la
autorizacin de vuestro rey.
Tendido en el suelo, Memnn gimi.
Ser mejor que lo lleve a un mdico dijo Aquilas.
Te recomiendo a Asclepodes suger. No est lejos. Dile que te envo
yo.
Llam a unos cuantos esclavos y se llevaron al hroe cado. Todava no saba
qu estaban haciendo esos dos all. No haban querido decrmelo y yo no haba
credo prudente presionarlos.
Me volv hacia el bibliotecario.
Bien, te disponas a describirme la naturaleza del libro que falta, verdad?
Me quit el caestus y se lo arroj a Hermes. Ve a limpiar la sangre.
Oh..., vamos, esto es... Eumenes respir hondo y se calm. En realidad
es una de las obras ms valiosas de la biblioteca, senador. Bitn la escribi y la
dedic al rey talo I de Prgamo hace ms de cien aos.
Cmo se titula? pregunt.
Sobre las mquinas de guerra.
Hermes me devolvi el caestus y salimos del museo.
Ha sido como pasar una tarde en el anfiteatro coment. Era fuerte ese
griego...
No era griego, sino macedonio correg. Una raza an ms dura.
Supona que era extranjero. Debiste matarlo. Ahora la emprender contra
ti.
oscura que los griegos e italianos. Su idioma no se habla en ninguna parte salvo en
Egipto.
Al verlos ahora cuesta creer que construyeran las asombrosas pirmides,
pero los griegos de hoy en da tampoco se parecen gran cosa a los hroes de
Homero, ni siquiera a sus antepasados ms recientes de las guerras prsicas. Los
egipcios se toman muy en serio su religin, a pesar de que algunos de sus dioses
tienen el aspecto ms necio del mundo. Todos creen que los dioses con cabeza de
animal son ridculos, pero mi predilecto es el que se representa muerto y con todo
el cuerpo envuelto como una momia salvo el rostro, pero permanece muy erguido
y con el pene erecto asomando de las envolturas.
En el Rakotis encontramos las tpicas escenas de calles bulliciosas, con
vendedores pregonando sus mercancas, animales que eran conducidos a los
mercados, e interminables procesiones religiosas que son una parte ineludible de la
vida egipcia. Aqu yo no era ms que un simple visitante. Tena una misin
especfica, pero no quera dar la impresin de estar investigando.
Nuestra primera parada fue en el gran Serapeum consagrado al dios Serapis,
que era una invencin alejandrina. Los Reyes Sucesores crean hacerlo todo bien,
incluido el crear dioses. Alejandra era un nuevo tipo de ciudad, y queran un dios
exclusivo que combinara los cultos egipcios y griegos. As que crearon un dios con
el aspecto majestuoso y sereno de Plutn, y lo fusionaron con los dioses egipcios
Osiris y Apis, de ah el nombre Serapis. Por alguna razn esta deidad fusionada se
hizo popular y ahora se adora en otras muchas partes del mundo.
Al igual que el palacio, el Serapeum es como una ciudad dentro de otra, con
recintos donde guardar los animales que van a sacrificarse, varias cohortes de
sacerdotes y ayudantes, salas llenas de parafernalia y tesoros, fabulosas obras de
arte e incluso un arsenal y un ejrcito privado para defenderlo.
El templo en s era el tpico de su estilo, lo que equivale a decir un templo
griego clsico, slo que ms grande. Se hallaba en una elevada colina artificial de
roca con gran visibilidad y siempre estaba abierto al pblico. Contena la estatua
del dios, que era de proporciones extraamente modestas. Todo eso era pura
apariencia. Como Serapis era un cmulo de deidades tnicas, hoy en da el culto
tena lugar en una serie de criptas subterrneas.
Pase entre esas maravillas, tan boquiabierto como un turista extranjero
imaginar. Tena la cabeza de un len que sufre alguna clase de lepra leonina; y el
cuerpo de un hombre demacrado con unos pechos marchitos de mujer, algo
difciles de distinguir ya que segua llevando encima el manto hecho de testculos
de toro. Las moscas eran especialmente numerosas en el interior.
Has venido a presentar tus respetos al gran Baal-Ahrimn? Me volv y
encontr a Ataxas, todava con la serpiente enroscada.
Un oficial romano siempre presenta sus debidos respetos a los dioses de
las tierras que visita respond.
Cog un poco de incienso de un gran bol y lo arroj a los rescoldos que
ardan en un brasero situado frente al repugnante objeto. El humo resultante no
contribuy a atenuar el hedor.
Excelente. Mi Seor estar complacido. Siente un gran afecto por Roma y
le gustara hallarse entre los dioses adorados en la ciudad ms grande del mundo.
Hablar de ello en el Senado respond, prometindome mentalmente
declarar la guerra antes que permitir que tan horrible dios de la muerte entrara por
las puertas de Roma.
Eso sera esplndido exclam l, satisfecho.
Es cierto que el dios pronto hablar a los fieles?
Asinti con solemnidad.
As es. ltimamente se me ha aparecido varias veces y me ha anunciado
que pronto se manifestar entre los fieles. Hablar con su propia voz, sin necesidad
de intermediario.
Entonces hablar en orculos que t tendrs que interpretar para el vulgo.
Nada de eso, senador. Como he dicho, no necesitar un intermediario.
Hablar llanamente al pueblo.
Dado que su pas natal es Asia, supongo que hablar en una de las
lenguas orientales aventur.
papiros y las colocaban en los panes planos egipcios. Hermes se volvi hacia m
con expresin ansiosa y asent. Entonces corri a traerme uno de esos panes que se
enrollaban alrededor de su goteante contenido. Luego corri a buscar uno para l.
Una joven esclava pas con una bandeja llena de copas de vino y cog una. Apenas
era una nbil y vesta una de esas encantadoras prendas que usan las esclavas
egipcias, que consisten en un estrecho cinturn que se lleva por debajo de las
caderas y del que cuelga un pequeo delantal hecho de sartas de cuentas. Tambin
llevaba otros muchos ornamentos. Era una moda que me constaba que nunca
llegara a Roma.
Un vino excelente coment.
Obsequio de su alteza explic Ataxas.
Haba transcurrido mucho tiempo desde el desayuno y llevaba un rato
arrepintindome de haber declinado la invitacin de Tolomeo de compartir el suyo,
de modo que el pan y la carne del sacrificio me vinieron doblemente bien.
Supongo que has odo hablar del asesinato de Ifcrates de Quos.
Hizo una pausa.
S, muy triste. Quin querra matarlo?
Exacto, quin? Os vi conversar la otra noche en la recepcin de la
princesa Berenice. De qu hablasteis?
Me mir con dureza.
Por qu lo preguntas?
El rey me ha encomendado la investigacin del asesinato y me preguntaba
si Ifcrates poda haberte comentado algo que sugiriera que tena un enemigo.
Se relaj.
Entiendo. No. Habamos coincidido en unas cuantas recepciones reales y
solamos discutir sobre los relativos mritos de nuestras vocaciones. l, filsofo y
matemtico griego de la escuela de Arqumedes, senta una gran indiferencia hacia
lo sobrenatural y lo divino, y tena fama de proclamarlo en pblico. Simplemente
reanudamos una discusin que vena de mucho atrs. Me temo que no dijo nada
que revelara quin poda tener motivos para matarlo. Inclin la cabeza y
transcurrieron unos minutos durante los cuales me pareci que se suma en una
profunda meditacin. Luego aadi: Dijo algo extrao como que algunos creen
en el poder de los dioses, y otros en la magia, pero cuando los reyes de Oriente
deciden levantarse contra Roma vienen a consultarme a m, porque en la geometra
yace la respuesta de todo.
Un comentario curioso seal.
Verdad? Pens que no era sino otra muestra ms de su pomposidad
filosfica, pero tal vez no lo sea, no? Mene la cabeza, haciendo oscilar los
largos y aceitosos cabellos y la barba rizada. Tal vez estuviera implicado en
asuntos que un filsofo debera evitar. En fin, senador, debo prepararme para el
sacrificio de esta noche. Por favor, qudate y disfruta. Todo lo nuestro es tuyo.
Hizo una reverencia al estilo oriental y se march. Para entonces Hermes
haba vuelto a mi lado y extraa la carne del pan enrollado.
Qu opinin te merece? pregunt.
Es todo un personaje respondi Hermes con la boca medio llena.
Habas comido carne de toro antes?
Slo un poco en la casa de campo de tu to. Es dura, pero me gusta el
sabor.
Come tambin fruta y olivas. Demasiada carne resulta indigesta. Pero
qu impresin te ha producido? Me parece que se le ha olvidado su acento
asitico mientras lo interrogaba.
Una de las sacerdotisas gir a nuestro lado, haciendo sonar sus diminutos
cmbalos al son de la msica. Tena la ropa hecha jirones y la espalda llena de
marcas rojas de los azotes del da anterior.
Todava tiene talco en los dedos de los pies.
Me detuve en mitad de un mordisco.
Lo primero que vieron nuestros ojos fue una enorme estatua de Alejandro
sentado en un trono con una apariencia muy natural, si no fuera por el extrao par
de cuernos de carnero que le salan de las sienes. En Egipto Alejandro era adorado
como el hijo del dios Ammn, cuyo animal tutelar era el carnero. El rey era
representado como un muchacho de unos dieciocho aos, con el cabello largo y
cubierto de lminas de oro. Tena los ojos de un azul intenso, un efecto que, segn
me enter ms tarde, el artista haba logrado incrustando en el iris una capa tras
otra de zafiro granulado.
Alejandro de Macedonia, apodado Magno enton el sacerdote, cuya voz
reson de forma impresionante, muri en Babilonia a los treinta y tres aos de
edad, en la Olimpiada nmero 114, cuando Hegesias era arconte de Atenas.
Trat de recordar quines eran los cnsules aquel ao, pero no lo logr.
Antes de que acudiera a reunirse con los dioses inmortales conquist ms
tierras que ningn otro hombre en la historia, incorporando al imperio de su padre
la totalidad del Imperio persa y otras tierras. A su muerte el imperio se extenda de
Macedonia a la India, pasando por las cataratas del Nilo.
Igulalo, Pompeyo, pens.
Falleci a mediados de junio prosigui el sacerdote, y como no tena
un sucesor en edad adulta, su cuerpo permaneci expuesto en una capilla ardiente
un mes, en el transcurso del cual sus generales deban decidir el futuro del imperio
macedonio. Entonces unos expertos egipcios y caldeos acudieron a embalsamar sus
restos mortales.
Lo dejaron all un mes entero? exclam. En pleno junio y en
Babilonia?
Julia me clav un codo en las costillas.
Shhh.
Bueno, es posible que alguna persona asignada vaciara los fluidos
corporales para facilitar su conservacin y lo colocara en una parte fresca del
palacio. De cualquier modo no hay duda de que el cadver de Alejandro no era
como el de los dems mortales. Se haba reunido con los inmortales y es probable
que, del mismo modo que cuando el cadver de Hctor fue arrastrado por el carro
Los Csares pueden ser temibles. Julia llevaba haciendo hiptesis desde que
se haba enterado de mi enfrentamiento con Aquilas y Memnn, mientras yo
husmeaba en los alrededores del Serapeum, probando la carne de toro y
comindome con los ojos a las sacerdotisas con la espalda ensangrentada. Sus
interesantsimas teoras se vieron interrumpidas al llegar al Heptastadion.
ste es el puente ms largo del mundo expliqu mientras lo cruzbamos
. De un kilmetro y medio.
Separaba el Gran Puerto, situado al este, del puerto de Eunostos, al oeste.
Nos detuvimos en los arcos centrales y contemplamos maravillados cmo pasaban
de un puerto a otro varios barcos sin tener que bajar los mstiles.
De nuevo en nuestras literas, recorrimos el resto de la calzada elevada hasta
la isla de Faros, que comprenda una pequea ciudad con varios templos
encantadores, entre ellos uno consagrado a Poseidn y otro a Isis. Una vez en el
extremo oriental de aquella lengua de tierra, bajamos de nuestras literas al pie del
faro. Visto de cerca era menos impresionante. Esto se deba a su construccin
escalonada que no permita apreciar toda su altura. Todo lo que veas era un muro
bastante grueso que al principio no pareca demasiado alto. Al entrar nos
mostraron el deslumbrante eje central que terminaba en un pequeo punto de luz
tan elevado que la torre pareca correr el riesgo de rozar la parte inferior del sol. En
medio de un gran ruido mecnico, bajaban peridicamente un enorme cesto hecho
de hierro y madera que llenaban de madera para alimentar el fuego que arda en lo
alto. Como en Egipto escaseaba la madera, la mayor parte la traan en barco de las
islas y de la pennsula del oeste. Las cenizas bajaban por una rampa hasta un bote
que las llevaba mar adentro donde eran arrojadas.
Declinamos la invitacin de subir en la cesta y en su lugar ascendimos la
interminable rampa que serpenteaba por los lados internos de la base. Para Julia,
recin llegada de la accidentada Roma, el ascenso no result duro. Pero yo que
haba llevado una vida fcil, jadeaba y sudaba antes de que saliramos a la primera
terraza. Incluso en la parte ms baja del faro nos hallbamos por encima de los
tejados de los templos ms altos de la ciudad. El chapitel de piedra se elevaba
interminable por encima de nosotros, arrojando humo al aire puro. Julia se ech
hacia atrs y se cubri los ojos, tratando de ver la cima.
Casi deseara tener el coraje de subir coment con aoranza.
No es sano que la gente suba tan alto repuse. Pero si quieres subir
aquellas escaleras, te esperar aqu.
No, la vista desde aqu es esplndida. Se ve toda la ciudad, desde el
hipdromo hasta la Necrpolis. E incluso el lago Mareotis. Est todo tan ordenado
como si se tratara de una pintura mural.
En efecto asent. Cuesta creer que en medio de tanto orden est
ocurriendo algo extrao y peligroso. Al menos Roma tiene la apariencia de ser un
lugar donde no cesan de ocurrir cosas extraas.
No lo habra expresado de este modo.
Julia, quiero que intimes ms con la princesa Berenice.
Por qu? pregunt ella recelosa.
Necesitamos hablar de religin.
Aquella noche nos llevaron en un bote de remo del puerto real situado en la
curva del cabo Loquias, al deslumbrante palacio de la isla de Antirrodos. Se trataba
de un lugar an ms frvolo que el gran palacio, un refugio estrictamente de recreo
que careca incluso de sala del trono o cualquier otra estancia donde atender un
asunto pblico. Berenice daba una de sus interminables fiestas para la gente de
moda. Tolomeo y Crtico no haban asistido, pero yo fui con Julia, Fausta y unos
cuantos miembros de la embajada. Las fiestas en aquella isla eran legendarias
porque no regan ni siquiera las dbiles restricciones que existan en el Gran
Palacio.
Estaba en pleno apogeo cuando llegamos. El sol del atardecer haba cubierto
con un manto color prpura la parte occidental del cielo y empezaban a encender
las lmparas. La msica descontrol la velada, y nos ayudaron a bajar del bote unas
mnades vestidas, por decir algo, con pieles de leopardo y hojas de parra, y con
mscaras. Tambin haba hombres disfrazados de stiros que perseguan por los
jardines a unas ninfas desnudas mientras los acrbatas andaban por la cuerda floja,
extendida de un ala a otra del palacio.
Mi padre jams lo aprobara coment Julia con los ojos muy abiertos.
Pero no est aqu.
gente que pasaba desprevenida. Los observ un rato esperando que el luchador
soltara al cocodrilo y ste se abalanzara sobre las nyades. Eso habra resultado an
ms emocionante. Sin embargo el joven at con cuerdas al reptil y se lo llev en
medio de una gran ovacin.
En otro patio, un grupo de bailarines cretenses vestidos primorosamente
representaban con asombroso realismo una de sus famosas funciones sobre las
escabrosas hazaas de las deidades olmpicas. Sub a la tribuna del segundo piso
para verlos mejor. Abajo, en un sofisticado escenario, representaron las leyendas de
Leda y el cisne, Europa y el toro, Ganimedes y el guila, Dnae y la lluvia de oro
(un vestuario increble), Fasifae dentro de la vaca artificial diseada por Ddalo, y
otras que probablemente slo conocan los griegos. Logr apartar mis ojos de tan
edificante funcin el tiempo suficiente para advertir que no estaba solo. Una nia
de unos diez aos se hallaba inclinada sobre la barandilla y observaba con mucho
inters.
Era muy guapa, con la tez como de alabastro y el cabello pelirrojo comn
entre los macedonios. La ropa y joyas que llevaba eran ostentosas. Saltaba a la vista
que perteneca a una familia noble y haba burlado a su cuidador.
No eres un poco joven para esta clase de diversin? pregunt.
Dnde est tu niera?
Se volvi y me mir con sus enormes ojos verdes. Eran los ojos ms
hermosos que jams haba visto en un rostro humano.
Mi hermana dice que debo aprender cmo se comportan los nobles
procedentes de otras tierras. Ya hace tiempo que asisto a stas recepciones.
Hablaba de un modo nada infantil.
Entonces debes de ser la princesa Cleopatra.
Asinti, luego se volvi hacia el espectculo.
Realmente se comporta as la gente?
En el escenario, una especie de dragn montaba a Andrmeda, que estaba
encadenada a una roca. No recordaba esa parte de la leyenda de Perseo.
dios que gobernar las tierras rojas y negras. Su profeta aparecer en tu patio justo
antes de las inundaciones. Recbelo como corresponde a alguien que ha sido
enviado por los dioses inmortales de Egipto.
Y eso fue todo? pregunt.
En la mayora de relatos, los dioses tienden a ser locuaces.
Fue ms que suficiente repuso ella.
Y mova la boca, o mejor dicho, el pico al hablar?
Tal vez debera explicar que Horus es uno de los dioses egipcios menos
repulsivos, pues posee la noble cabeza del halcn.
No me fij porque en cuanto empez a hablar me postr a sus pies. Hasta
las princesas deben humillarse ante un dios.
Es comprensible asegur.
Puedes imaginar mi alegra cuando el santo Ataxas lleg para proclamar
la verdad de Baal-Ahrimn. Y sabes qu? Se mostr muy modesto. Y se qued
atnito cuando le dije que Horus me haba anunciado su venida.
Claro, claro. Y ha manifestado poderes sobrenaturales desde su llegada?
Por supuesto. Ha curado a muchos fieles dolencias como la sordera y la
parlisis. Ha ordenado hablar a estatuas y stas lo han hecho, prediciendo un
futuro brillante para Egipto. Pero no presume de tener poderes especiales. Dice que
es un mero instrumento para acceder al glorioso poder de Baal-Ahrimn.
Mientras hablaba de Ataxas, los ojos de Berenice parecan desorbitarse, como
si fuera a entrar en trance.
Has dicho un futuro brillante. Ha dado alguna pista de la clase de
brillo?
No, pero creo que sas van a ser las palabras divinas que pronto oiremos
del propio Baal-Ahrimn.
Tena ms preguntas que formular, pero en aquel instante lleg el
Qu insinas?
La ms peligrosa de las religiones es la religin voltil y emocional que
difunden hombres carismticos como Ataxas. stos saben cmo hacer que sus
profecas a corto plazo se hagan realidad incitando a sus fanticos seguidores. La
gente es increblemente crdula. Ya has odo que cura la sordera y la parlisis,
dolencias fciles de estimular. Apostara a que nunca ha devuelto una mano o un
pie amputados.
No te interesara si fuera un simple impostor que se enriquece a expensas
de los necios afirm ella. Has detectado algn complot extrao?
Estoy convencido de que lo hay, pero no acierto a ver el origen de la
maquinacin.
Y a qu viene tanto inters por los asuntos de Egipto? me pregunt.
Porque casi todo lo que ocurre aqu incide en los intereses de Roma. Lo
que sea que Ataxas est tramando, no puede ser nada bueno. Sera una lstima
tener que enviar legiones para arreglar ciertos asuntos aqu cuando el simple
desenmascaramiento de un complot podra resolver todos los problemas.
Fausta sonri.
Julia dice que ests loco pero que eres muy interesante. Empiezo a
comprender a qu se refiere.
En cuanto pronunci tan tajante afirmacin la dama en cuestin apareci.
El asunto se les ha ido de las manos coment Julia. Creo que
deberamos regresar a la embajada, Decio.
Le hablas como si estuvierais casados coment Fausta.
Te vienes? pregunt Julia a Fausta sin molestarse en preguntar si quera
marcharme.
Creo que me quedo respondi Fausta. Siempre he odo hablar de la
corrupcin de la corte egipcia y sta es una oportunidad nica para verla de cerca.
Volved vosotros dos. Se quedan suficientes representantes de la embajada romana
que no era prudente presionarla. Los hombres orientales nunca escuchan a las
mujeres y sta se mora por hablar con alguien.
No era, segn se demostr ms tarde, una manera muy afortunada de
expresarlo.
VI
del puerto de Siracusa. Con tantos concentrando su luz, creo que podra haber
tenido xito en incendiar los barcos. Estos son extremadamente combustibles en su
mayora.
As que durante un rato hicimos experimentos con los cuatro boles de plata.
Concentrando la luz de los cuatro en un solo punto logramos arrancar de la
madera varias espirales de humo. Al volver a entrar me acerqu a las listas del
inventario con la intencin de averiguar algo que pudiera darme una pista sobre lo
que haba estado tramando ese pedante.
Objeto: caja con distintos tipos de cuerda, cada una etiquetada le en alto
. Qu crees que significa esto?
As estuvimos revisndolo todo hasta que reparamos en una caja debajo de
la mesa. Contena muchos trozos de cuerda, algunas retorcidas y trenzadas, hechas
de distintos materiales tanto de fibra animal como vegetal. Cada muestra tena
unos treinta centmetros de largo y de cada una colgaba una etiqueta de papiro
escrita con letras de taquigrafa y una cadena de nmeros.
Asclepodes seleccion un puado.
Estn hechas con cabello humano anunci. Para qu las querra?
Estudi las etiquetas tratando de desentraar su significado.
Dicen que las mejores cuerdas para las catapultas de tipo torsin estn
hechas de cabello humano. Las mujeres de Cartago sacrificaron sus melenas para
construir mquinas de guerra durante el sitio. Escipin conquist una ciudad de
mujeres con la cabeza rapada. Fjate, estas abreviaciones corresponden a la raza y
nacin de cada donante. Ese hombre era obsesivo con los detalles.
Y los nmeros?
Por una vez Asclepodes estaba desorientado. Reflexion unos instantes.
Creo que indican el peso o la tensin necesaria para romper las cuerdas.
Pero no tengo ni idea de cmo realizaba tales mediciones.
Si no me equivocaba, el cabello de los africanos negros era considerado el de
peor calidad, mientras que el cabello rubio de los alemanes era el ms fuerte y
resistente. Ninguna de las fibras vegetales o pelo animal era de tan buena calidad
como el cabello humano. La utilizacin de la seda era descartada al tratarse de un
material demasiado elstico y caro.
Comuniqu a Asclepodes lo que me haba revelado el esclavo.
Al menos ahora contamos vagamente con una descripcin del asesino.
Estatura mediana, cabello negro y barba de corte griego..., eso sin duda
reduce el campo de posibilidades. No puede haber ms de veinte o treinta mil
hombres en Alejandra que encajen con esta descripcin.
Y entre ellos est el general Aquilas seal.
Una conexin bastante dbil de todas formas.
A m me basta afirm. Un hombre de estas caractersticas se encuentra
en los aposentos de Ifcrates la noche en que ste muere asesinado. Al da siguiente
Aquilas aparece sin previo aviso y sin motivo aparente, y pone objeciones a mi
investigacin del asesinato.
Es posible, pero dista de ser concluyente repuso Asclepodes.
Eso no es todo. Hace unos das, movido por la curiosidad, me pase por la
plaza de armas de los cuarteles macedonios. Repar en cierta mquina de guerra a
medio construir y me acerqu para verla mejor. Ese patn de Memnn me ech de
malas maneras. Apuesto a que si volvemos a ese lugar, la mquina ha
desaparecido.
Si, como pareces sospechar, Ifcrates diseaba mquinas de guerra para
Aquilas, por qu ste lo asesin?
Eso es lo que me tiene confundido admit. Tal vez porque Aquilas
estaba ofreciendo a otros reyes sus diseos. Esto habra violado cierto acuerdo que
exista entre ambos. Tengo entendido que recibi una gran suma de dinero de
Fraates de Partia a cambio de dichos bocetos.
Pero las actividades de Aquilas son ilegales o deben entenderse como una
provocacin? pregunt Asclepodes.
estantes con las etiquetas colgando de las asas. Recorri el estante con la vista y
retir un rollo. Era mucho ms pequeo que el enorme original que haba visto en
las dependencias de Ifcrates.
Es un solo volumen? pregunt.
S, no es una obra muy larga. Si deseas hojearlo, desenrllalo con cuidado,
por favor. Es probable que no se haya consultado desde que se termin, y es
centenario.
Cmo es que el original se encuentra en el museo si est dedicado a talo
I de Prgamo? Pens que estaba en la coleccin de Prgamo.
Los gobernantes de Prgamo haban fundado una biblioteca a imitacin de
la alejandrina y en aquellos tiempos an tena fama de ser la segunda en
importancia.
Uno de los primeros Tolomeos... lo pidi prestado a fin de hacer una
copia. Por descuido devolvieron una copia excelente en lugar del original.
Es frecuente esta clase de descuidos? pregunt.
Bueno, tenemos varios miles de manuscritos originales de esa biblioteca.
Comprensible. Ya fueran reyes o lacayos, todos los macedonios eran
ladrones.
Hay muchas mesas vacas si deseas leer el libro ahora, senador.
De hecho preferira llevrmelo a la embajada y leerlo en mis ratos libres, si
est permitido.
La verdad es que preferimos no prestar volmenes de la biblioteca,
senador. Ahora que el original ha desaparecido, sta es la nica copia que
poseemos.
Si mi investigacin tiene xito, creo que es muy probable que podamos
devolver el original repliqu aferrando con fuerza el manuscrito.
Bueno, en ese caso, y en vista de los deseos de nuestro soberano de
una victoria tras otra con montona regularidad. Un general inspirado como
(incluso ahora me revienta admitirlo) Csar poda hacer maravillas. Y a los
Sucesores slo les interesaba combatir, era para lo nico que servan. Los romanos
tienen en mucha consideracin la ley y el gobierno prudente. Pero alguien crey
posible vulnerar la autoridad romana, convencido de que estar en posesin de un
arma mgica les dara la victoria sobre las invencibles legiones.
Continuaba con un largo texto con dibujos de varias mquinas, incluidos los
fantsticos monstruos de Demetrio. Un apartado final trataba de las mquinas de
defensa diseadas para Siracusa por el gran Arqumedes. Mencionaba los
reflectores incendiarios, pero no los describa. La gra para levantar embarcaciones
de la que se haba mofado Ifcrates no era mencionada. Al parecer era una
invencin de recientes cuentistas. Exista un artefacto semejante a una gra,
concebido para oscilar por encima del puerto y dejar caer pesados cargamentos
sobre las embarcaciones que los atacaran, aplastndoles la cubierta y el casco hasta
hundirlos. Tal vez ste fuera el principio de la historia.
Cuando termin, apenas haba luz y la jarra estaba casi vaca. Haba sido una
lectura fascinante, pero quedaban sin explicar ciertas cosas. Segua sin saber por
qu el asesino se haba llevado consigo el rollo. Deba de saber que haba al menos
una copia y que existan otras en otros pases. Haba escrito Ifcrates algo en el
original? Pareca improbable. Los bibliotecarios lo habran considerado una
profanacin. El texto y los dibujos resultaran extremadamente tiles para un jefe
de ingenieros con una ciudad o un fuerte que sitiar. Pero no encontr nada en el
libro que pudiera convencer, ni siquiera al ms crdulo aspirante a conquistador,
de que exista una mquina que pudiera inclinar la balanza contra el poder de
Roma. Haba algo ms, y tena que hallarse en el manuscrito original de Bitn
dedicado a talo ms de un siglo atrs.
VII
verme con l.
Hermes me esper al otro lado de la puerta y me sigui cuando sal de la
embajada. Llevaba el resto del equipo: las lanzas cortas de caza, dos capas
enrolladas, una bolsa de comida para el viaje y un enorme odre.
No tendr que llevarlo muy lejos, verdad? se quej.
Me pregunto cmo te las arreglaras en las legiones, Hermes. Sabes lo
que tena que acarrear cada soldado?
Y a m qu? replic l. Las legiones son para los ciudadanos.
Adems, apuesto a que nunca tuviste que cargar muchas cosas siendo oficial.
Respondiendo a tu pregunta te dir que vamos a hacer la mayor parte del
viaje en bote.
As y todo fue una larga caminata. La ciudad estaba prcticamente desierta a
aquella hora tan temprana. Cuando cruzamos los cuarteles macedonios haba
suficiente luz para ver que, como yo haba predicho, la mquina de guerra ya no
estaba a la vista. Nos encaminamos hacia la va Canpica y recorrimos la ciudad
casi de punta a punta hasta llegar al canal que atraviesa el Rakotis de norte a sur y
comunica el puerto Kibotos con el canal del Nilo y el lago Mareotis.
Nos detuvimos en el puente que cruzaba el canal y Hermes dej en el suelo
su cargamento, resoplando. Baj la escalera que haba a un lado del puente, hasta el
amplio pavimento que se extenda a lo largo del canal. Estaba lleno de botes y
balsas, pues la mayora de granjeros traan sus productos agrcolas a los mercados
de la ciudad. En un extremo encontr una hilera de barcazas. Los barqueros se
hallaban sentados en sus embarcaciones. Al verme acercar uno de los encargados
del muelle vino a mi encuentro, examinando mi atuendo.
Quieres ir a cazar, verdad? No muy lejos de aqu es posible encontrar
leones, gacelas, nices...
An no he decidido qu voy a cazar respond. Est aqu el barquero
que sola acompaar al filsofo Ifcrates de Quos en sus expediciones mensuales?
El hombre pareci confundido, luego se volvi y se dirigi en egipcio a los
barqueros. Un hombre se puso de pie y baj de su embarcacin. Cruz unas
haca aqu.
Si menta acerca de adnde iba, deba de tener sus motivos repuso
Hermes de forma descarada. No podra ser peligroso?
Sin duda lo es. Por eso estoy obrando con la mayor cautela. Muchos
viajeros van a cazar a las tierras vrgenes de Egipto, as que nuestra partida no tiene
por qu despertar sospechas. Me propongo explorar esta propiedad, pero lo har
con prudencia. Ahora es demasiado pronto. Empezaremos cuando el sol est ms
bajo.
Los dos?
S, los dos. Te lo pasars en grande, Hermes. Es la clase de actividad que te
gusta.
Quieres decir que disfrutar cuando me atrapen y torturen por espa?
No, Hermes. Lo que te gusta es que no te atrapen.
As pues, nos pusimos lo ms cmodos posible y dormitamos hasta entrada
la tarde. Cuando al atardecer refresc, hicimos un pequeo fuego con la madera
podrida y pulposa de las palmeras. Luego lo apagamos inmediatamente por temor
a que el fuego delatara nuestra presencia.
Aos atrs haba servido en Espaa con mi pariente Quinto Cecilio Metelo
Po durante la rebelin de Sertorio. No hubo ninguna batalla abierta ni planeada de
antemano, sino que luchamos contra las guerrillas de las montaas. A la mayora le
pareci una triste campaa, dado que el convencional liderazgo de los soldados en
las gloriosas batallas era considerado esencial para el avance poltico de la nacin.
Pero haba aprendido valiosas tcnicas. Nuestros exploradores de las montaas de
Iberia me haban enseado los rudimentos de su oficio y me dispona a ponerlos en
prctica en Egipto.
Cuando hicimos los preparativos Hermes ya estaba impaciente por partir.
Llevaba horas aterrorizado. Como verdadero hijo de la metrpolis, estaba
convencido de que el campo abierto estaba lleno de bestias salvajes y hambrientas
que anhelaban su carne. Cada chapoteo en el agua era un cocodrilo que se
aproximaba a la orilla; cada silencioso susurro entre los matorrales era una cobra y
los crujidos ms audibles tenan que ser leones. Los escorpiones que infestaban
Al fondo del palmeral divisamos los tejados de los edificios, pero la hierba
haba crecido demasiado para ver algo ms que la torre excesivamente alta que
brillaba de un color rojo intenso a la luz del sol del atardecer. Hermes la seal.
Qu es eso? susurr.
Creo que lo s, pero quiero verlo de cerca susurr a mi vez. A partir
de ahora no hagas ruido y muvete muy despacio. Haz lo que yo haga.
Dicho esto, me tend boca abajo y empec a arrastrarme con ayuda de las
rodillas y los codos, sin soltar la lanza. Era doloroso pero no tena otra alternativa.
Avanc a travs de la hierba, atento a las serpientes tan abundantes en Egipto. No
estaba tan asustado como Hermes, pero slo un necio hace caso omiso de las
bestias. Al fin y al cabo, cuando te deslizas por el suelo rozando la tierra con el
vientre como un reptil, te internas en su territorio, y ms vale estar preparado para
responder a sus ataques.
Al cabo de unos minutos me encontr en el borde de la hierba alta y aguard
a que Hermes me alcanzara. Despacio, como actores en una pantomima,
separamos la hierba y vimos el campo ms all.
Rodeado de grandes casas de labranza construidas de ladrillo y barro segn
la arquitectura tpica de Egipto, haba un extenso campo de tierra semejante a una
plaza de armas. En realidad lo era, porque la ocupaban soldados. Lo saba porque,
si bien ninguno de ellos llevaba armadura o casco, seguan usando las botas
militares y la espada al cinto. Se trataba de un grupo variado de macedonios y
egipcios que haca prcticas con las piezas de artillera ms extravagantes desde el
sitio de Siracusa.
Un grupo de hombres haca funcionar un artefacto que consista en seis
gigantescas ballestas unidas. Tena un aspecto extrao, pero con un asombroso
estallido arroj seis pesadas jabalinas al otro lado del campo, derribando una
formacin de muecos de mimbre. Con la violencia de la descarga, la mquina se
balance, y otras jabalinas se clavaron en otros tantos muecos.
En el otro extremo de la plaza unos soldados trabajaban con una enorme
catapulta con contrapeso y un largo brazo semejante a una gra que terminaba en
una honda en lugar de la cesta habitual. Colocaron una pesada piedra en la honda
y retrocedieron, y al or la seal, el contrapeso cay al suelo y el largo brazo traz
un airoso arco en el aire. Choc contra un tope horizontal revestido de cuerda, la
Uno de los requisitos para hacer carrera en la poltica romana es un oneroso pero
necesario aprendizaje en el cuerpo de funcionarios del Estado. A nadie le gusta,
pero aprendes cmo funciona el Estado. Por este motivo los reyes a menudo
gobiernan tan mal, porque conocen la vida pblica nicamente desde arriba. Slo
les atraen otro tipo de tareas: combatir y matar al enemigo, dominar
despticamente a los dems, estar por encima de la ley. Pero el resto les aburre, de
modo que lo dejan en manos de hombres o eunucos que suelen tener sus propias
ambiciones. Como los reyes no saben en qu consiste gobernar, no se enteran de si
sus lacayos son incompetentes o estn robando o tratando incluso de derrocarlos.
Limpio de barro y holln, y vestido decentemente, me present en la oficina
de tierras, un edificio gubernamental de dimensiones considerables prximo al
palacio. Saba que all encontrara los lmites exactos y el nombre del propietario de
cada palmo de tierra en Egipto. Los egipcios se vieron en la necesidad de inventar
la agrimensura porque sus tierras se inundan anualmente y los mojones a menudo
desaparecen. Al igual que la mayora de conquistadores, los Tolomeos haban
adoptado las costumbres ms valiosas de los pueblos conquistados y esta oficina
era llevada por personal casi enteramente egipcio. En la primera sala que entr, un
esclavo pblico acudi a mi encuentro con una reverencia.
En qu puedo ayudarte?
Dnde podra encontrar mapas y documentos relacionados con las tierras
de los alrededores de Alejandra?
Acompame, por favor.
Cruzamos salas donde haba escribas sentados con las piernas cruzadas al
estilo egipcio, los papiros descansando en sus faldas bien estiradas, la pluma en la
mano y los tinteros en el suelo a su lado. El resto trabajaban sobre mapas
extendidos en las largas mesas.
De atades?
Otra peculiaridad de Egipto.
As es. La madera es un bien muy preciado en Egipto. Slo los
acaudalados pueden permitirse sarcfagos de madera para las momias. As pues,
los fabricantes mezclan el papiro con cola y lo moldean en forma de fretro para la
gentes ms humildes y de clase media. Si se sella bien la tumba, se conserva tan
bien como la madera. Personalmente prefiero la madera. Mi tumba ya est casi
terminada, y he mandado fabricar atades para m y mi esposa de la ms hermosa
madera de cedro libans.
Los romanos son aficionados a los preparativos funerarios, pero el tema se
convierte en una autntica obsesin entre los egipcios, quienes creen en una
atractiva vida futura. Si les das la oportunidad son capaces de hablarte horas sobre
ello.
ste es el lago seal en el mapa extendido y con un contrapeso en cada
esquina.
As dibujado tena una forma irregular, como la mayora de los lagos. Las
lneas punteadas definan las propiedades que lo bordeaban, pero los nombres
estaban escritos en un lenguaje llamado demtico, una forma simplificada de
jeroglfico que representaba el sonido fontico al igual que los alfabetos griego o
latino, pero slo el egipcio se escriba as. De este modo los egipcios se aseguraban
un puesto al servicio de los Tolomeos, porque slo ellos saban interpretar sus
mapas.
Son stos los nombres de los terratenientes? pregunt. Voy a hacer
un recorrido por el lago y me gustara hacer una visita a alguno.
Djame ver. Yendo del canal hacia el oeste...
De hecho pensaba empezar por el este. Quin es el propietario de esta
hacienda?
Puse un dedo en la zona donde haba estado aquella maana. Sethotep
examin unos instantes la inscripcin.
Pertenece al seor Casandro. Adquiri la propiedad por sucesin directa
arrojndome
los
capullos
de
rosas
ropajes. La msica rechinaba en el odo, pero los bailarines eran un descanso para
la vista. Nos amontonamos en lo alto de las escaleras esperando que apareciera
Ataxas. Vi a Aquilas y me acerqu a l.
Tomndote un respiro en tus obligaciones militares por el bien de tu
alma, general? pregunt.
Cuando sirves al rey, tienes que complacer los caprichos de las princesas
respondi l.
Ningn otro motivo podra haberte trado aqu, verdad? Tienes alguna
idea de lo que va a decir Baal-Ahrimn?
Frunci el entrecejo.
Cmo iba a saberlo?
Sabes que vieron a un hombre que encaja con tu descripcin en las
dependencias de Ifcrates poco antes de su asesinato?
Ests acusndome de algo? Sus correas de cuero crujieron de la
tensin.
Slo compartiendo contigo algunos de los frutos de mi investigacin.
Muchos de los presentes estn hartos de tu arrogancia e intromisin,
romano. Se acerc ms a m y casi sise las palabras: Egipto estara mucho
mejor sin gente de vuestra calaa. No sera difcil haceros desaparecer.
Vamos, general Aquilas, cualquiera recelara de tu entrega a la poltica
prorromana del rey Tolomeo.
Ten cuidado, senador repuso. Necesitars ms de un caestus y un
puo para deshacerte de m.
Lo provoqu hasta donde me atrev.
Mira! exclam, sealando a Ataxas. Empieza el espectculo. Y se
alej, porque para l eso era ms importante que nuestra discusin.
Ataxas sali del templo caminando a grandes zancadas como un sonmbulo.
Tena los brazos cruzados sobre el pecho y su barba rizada temblaba ante la divina
visita. Tena los ojos en blanco, lo que tal vez explicara su prudente forma de andar.
Se detuvo ante nosotros y se hizo el silencio,
El gran Baal-Ahrimn va a hablar! anunci a voz en grito. Entrad
todos aquellos que habis sido elegidos!
Se volvi y regres al interior andando de nuevo como un sonmbulo. Los
seguidores y las sacerdotisas se apresuraron a separar a los elegidos de los no
elegidos. Entr, por supuesto, todo el squito real, leopardos incluidos. Este
comprenda la presencia romana. Detrs de nosotros entr una gran multitud y el
templo no tard en estar repleto de fieles apretujados.
El interior ola algo mejor que la ltima vez que haba estado all. Por fortuna
el dios ya no llevaba su capa de testculos de toro, y haban limpiado la sangre del
suelo. El aire estaba lleno de humo del incienso consumido. Una claraboya
permita entrar un rayo de luz que caa justo delante del dolo. El resto de la luz la
proporcionaban unas cuantas velas titilantes y los braseros de incienso.
Ataxas se situ delante de la estatua y enton un gimiente y montono canto
en un idioma extrao. Podra haberse tratado de un ensalmo sin sentido con su
sonido misterioso. Sonaron los tambores y sistros, y los seguidores entonaron un
bajo y casi susurrado canto igualmente incomprensible.
Veamos si mueve los labios al hablar dijo un miembro de la embajada.
Cmo vas a saberlo? pregunt Rufo. Parecen descompuestos por la
lepra.
Shhh. Lo hicieron callar un centenar de espectadores por lo menos.
Los invitados de honor nos hallbamos en un crculo que defina un espacio
vaco delante del dolo. Justo enfrente de ste arda un brasero del que sala una
delgada columna de humo. Un seguidor se acerc a Ataxas y le entreg con la
cabeza gacha un pequeo bol de plata, luego se retir. Ataxas lo alz por encima de
su cabeza y exclam, esta vez en griego:
Gran Baal-Ahrimn! Ten en cuenta a tus temerosos y suplicantes fieles!
Vistalos como has prometido! Obsquialos con tus divinas palabras, gualos en el
sendero que has escogido! Gran Baal-Ahrimn, hblanos!
Con estas palabras, vaci el bol en el brasero situado ante el dios, del que se
elev una nube de humo con olor a incienso. Entonces cay de rodillas e hizo una
profunda inclinacin aferrando el bol contra el estmago. El rayo de luz que
entraba por la nica claraboya caa justo sobre l.
Se hizo un silencio absoluto. No creo que nadie respirara siquiera. El
ambiente fue tensndose como una cuerda de lira a punto de romperse y lleg un
momento en que una simple risa habra destruido aquel marco cuidadosamente
creado. Pero con impecable sincronizacin el dios habl.
Egipto!
Habl en griego, por supuesto, y la palabra pareci retumbar en cada
esquina del templo, una voz profunda y estremecedora que rugi como una
cascada. Se oy un grito colectivo de asombro y algunos se desmayaron. Nosotros
los romanos, que somos ms fuertes, bebimos rpidamente un trago y escuchamos
el resto.
Egipcios! Yo, Baal-Ahrimn, os hablo como la nueva voz de los dioses de
Egipto! Hablo con la voz de los antiguos dioses de Amn, Horus, Isis y Osiris, Apis
y Sukhmet, Tot, Sebek, Anubis, Nut y Set! Hablo con la voz de Hapi del Alto Nilo
y de Hapi del Bajo Nilo, hablo como el pilar de Djed y la pluma de Maat! Hablo
con la voz de los dioses de Grecia, Zeus, Apolo, Ares, Dionisios, Hermes, Hades,
Afrodita, Hera, Atenea, Hefesto, Pan! Hablo para todos los faraones de Egipto y
para los dioses de Alejandra, Serapis y el divino Alejandro!
Y mientras haca todas estas declaraciones la boca del dolo pareca moverse
realmente. Las mandbulas no se abran sobre bisagras mecnicas. Un invento tan
tosco lo habramos detectado al instante. En lugar de ello, la boca se mova de una
manera tan sutil que pareca coincidir con las palabras habladas. De la boca
parecan salir tambin pequeos destellos semejantes a rayos, como si las palabras
del dios pudieran verse adems de orse. Saba que nos estaban embaucando de
alguna manera, pero as y todo sent un hormigueo en la cabeza. Ech un vistazo a
mis compaeros y me pregunt si yo pareca tan estpido como ellos, con la boca
abierta de par en par y los ojos desorbitados.
Muchos de los fieles se postraron en el suelo. Berenice se puso de rodillas y
peg el rostro al mrmol. Julia y Fausta permanecieron de pie junto a ella con
expresin preocupada e incmoda. Aquilas me mir con una sonrisa de
satisfaccin.
Escuchad! bram de nuevo el odioso dios. Escuchad bien! Anuncio
un nuevo amanecer para estas tierras rojas y negras! El sol Horus saldr para los
egipcios y caer la noche para los brbaros!
Brbaros! exclam Rufo enojado. Aqu no hay ms brbaros que ellos.
Egipto es la primera nacin del mundo. Egipto es el ms antiguo de los
reinos. Durante tres mil aos Egipto fue la nica nacin civilizada del mundo.
Egipto volver a ser la ms importante! Yo, Baal-Ahrimn, el nuevo y supremo
dios de Egipto, lo anuncio. Volver a hablar con mi pueblo, pero ste debe
demostrar que est preparado para or mis palabras.
La gente empez a ponerse de pie, tambaleante. Algunos permanecieron
postrados, gimiendo y sacudiendo la cabeza. Otros salieron corriendo,
seguramente para dar la buena nueva a los dems fieles. Los egipcios murmuraron
entre ellos y algunos lanzaron miradas furibundas hacia nosotros los romanos.
Creo que es buena idea regresar a la embajada dijo Rufo.
l y los dems parecan un poco perturbados, aunque no exactamente
asustados. Eran las ominosas implicaciones del mensaje del dios lo que les
inquietaba. Sin embargo yo no estaba an del todo preparado para volver. Mientras
salan en fila me acerqu hacia donde estaba Aquilas.
Crees que el viejo Baal-Ahrimn quera incluir a los macedonios entre
esos brbaros para quienes la noche no tardar en caer? pregunt.
Sonri, mostrndome sus largos y afilados dientes.
Nosotros los macedonios hemos gobernado en Egipto desde Alejandro, y
hoy en da somos prcticamente egipcios. No, en mi opinin lo que el dios quera
decir es que debemos expulsar de entre nosotros a los despticos romanos. Sin
embargo no soy ms que un humilde servidor del rey. Dejo la interpretacin de la
divina profeca a los sacerdotes.
Inclin la cabeza en direccin a Ataxas. ste se haba tendido de espaldas en
el suelo, y daba sacudidas y se revolcaba con espuma salindole de la boca. El bol
de plata yaca a su lado en el suelo y los rayos de la claraboya se reflejaban en su
pulido interior.
Y ahora, romano continu Aquilas, ser mejor que t y tus amigos os
esfumis. Los alejandrinos son un pueblo emocional e inclinado a la euforia. Si
decide interpretar este suceso como un llamamiento al pas para que expulse a los
romanos, no ser capaz de responder de vuestra seguridad.
Cuentas con un centenar de soldados. Qu es una multitud turbulenta
frente a esto?
Se encogi de hombros, haciendo crujir una vez ms sus correas.
Nuestro deber es proteger a la princesa, no a una pandilla de turistas
romanos que han venido en busca de diversin.
Tienes dos damas patricias en tu squito repuse. Sin duda estn bajo
la proteccin de la princesa.
Nos volvimos hacia Julia y Fausta, que ayudaban a levantar a Berenice. Esta
se hallaba en un estado ligeramente mejor que Ataxas. El cabello y la ropa se le
haban desordenado en un instante, y pareca como si los seguidores hubieran
olvidado quitar el polvo del suelo.
Por supuesto, ser lo ms diligente posible en escoltar a las respetables
huspedes de la princesa repuso Aquilas. Buen viaje, romano.
Le volv la espalda y me acerqu a Julia.
Es posible que las cosas se pongan feas fuera le susurr al odo. Se
trata de un complot para poner a los egipcios en contra nuestro. No te alejes de la
princesa. Aquilas dice que os escoltar, pero nosotros vamos a tener que echar a
correr para salir de aqu.
Julia frunci el entrecejo.
Pero si no ha dicho nada de Roma.
Eres muy inocente. Qu te apuestas a que se no es el mensaje que ha
corrido fuera del templo? Adis, querida. Te ver en el palacio.
Dicho esto, ech a correr. Imagin que estaran lo bastante seguras, pues
vestan ropas idnticas a las de las damas griegas, y mientras no vocearan nada en
latn, nadie las tomara por romanas. No era nuestro caso. Nuestras togas, el cabello
corto y el rostro bien afeitado eran inconfundibles.
Fuera, el resto de mi grupo me hizo gestos impacientes para que me subiera
a la litera. La multitud murmuraba y hablaban de forma atropellada sin
comprender qu haba ocurrido exactamente. Pero de momento no haban
decidido obrar de comn acuerdo.
Sube, Decio! exclam Rufo.
Sub y me acomod en el interior. Los porteadores levantaron la litera del
suelo y empezaron a abrirse paso a empujones entre la multitud.
Qu ocurre? pregunt un miembro de la embajada. Qu significa
todo esto?
Significa que cada uno me debe quinientos denarii respond sirvindome
un refresco.
Protesto replic alguien. Ese dios leproso no ha mencionado a los
romanos.
Si haces memoria, dije que anunciara un repentino cambio en las
relaciones entre Roma y Egipto seal. Y ha declarado que Egipto va a ser la
nacin ms importante del mundo. Si eso no es un cambio en nuestras relaciones,
qu es? Si hace unos momentos nos arrojaban ptalos de flores, ahora han
empezado a arrojarnos fruta.
Ha sido un mensaje demasiado corto coment Rufo, esquivando un
puado de excrementos de camello. Esperaba algo ms largo.
Tienes que ser breve cuando empleas los trucos del prestidigitador
expliqu. Otro minuto y habramos descubierto el secreto de la boca del dolo.
Cmo lo haca? pregunt un secretario. Era impresionante.
Me propongo averiguarlo respond.
La gente nos sealaba con el dedo desde todos los rincones de la plaza. An
no nos habamos adentrado en ninguna calle.
Todava no he odo ninguna consigna antirromana coment el
secretario.
Esos hombres estaban acostumbrados a escuchar tales consignas en muchas
partes del mundo.
Eso es porque ninguno hablamos egipcio repuse. Los seguidores
estn extendiendo una colorida versin de las palabras de Baal-Ahrimn.
Pareces estar muy enterado, Decio se quej Rufo.
Todo este asunto exige astucia repuse. Es algo que ms vale que me
dejes a m. No pueden ir ms deprisa los porteadores?
An no nos haban asaltado, pero los insultos y objetos que nos arrojaban
eran cada vez ms amenazantes.
Supongo que s respondi Rufo al tiempo que empezaba a hurgar entre
los almohadones. Veamos, tiene que haber un ltigo en alguna parte. Aj!
Sac una correa larga semejante a una serpiente de pelo de rinoceronte trenzado.
Se inclin por encima de la baranda de nuestra plataforma y baj el brazo con un
poderoso golpe. Moveos, escoria!
Al no ser muy hbil con el ltigo, no hizo sino golpearse a s mismo,
trazando una lnea de la nalga izquierda al hombro derecho. Cay hacia atrs
gritando y los dems remos hasta que nos saltaron las lgrimas.
Es extrao coment el secretario, pero la multitud se muestra cada
vez ms hostil.
En aquellos momentos estbamos pasando frente al Gran Serapeum. La
muchedumbre que tenamos delante an no se haba enterado del mensaje divino,
pero nos cortaba el paso sin saberlo.
Ya est bien dijo alguien. Ha llegado la hora de aligerar el cargamento.
Bajaos, esclavos.
con desdn. Y de qu sirve una carta al Senado? Si la envas hoy, cuando llegue
a Roma ya habremos amanecido todos muertos.
Una masacre de ciudadanos romanos probablemente movera a actuar al
Senado, si esto te consuela seal solcito.
Esto es un ultraje! exclam Fundanio. La chusma egipcia no nos trata
con el debido respeto. A nosotros, ciudadanos romanos!
Eres prestamista y la gente de tu oficio es universalmente odiada
respondi Crtico. Deberas dar gracias por haber escapado de la crucifixin
todos estos aos.
Mira quin fue a hablar! exclam Fundanio, mofndose. Vosotros los
patricios podis encerraros sin peligro en el palacio, atracndoos de comida,
mientras nosotros, que trabajamos realmente por el Imperio, estamos expuestos a
todos los peligros!
Para tu informacin, la gens Cecilia es plebeya replic Crtico. Y
reconozco que no es agradable estar en la misma clase que los prestamistas y los
recaudadores de impuestos.
Un exportador de libros se puso en pie. Era un hombre alto de aspecto
digno.
Caballeros, esto es impropio. No necesitamos volver a pasar por las luchas
de los Gracos cuando ya estamos en peligro. De cualquier modo, esto no es un
conflicto entre Egipto y Roma, sino ms bien obra de un perverso fraude religioso
procedente de Asia Menor. Honorable embajador, no puede hacer nada el rey
acerca de ese hombre? Con sus supuestas revelaciones divinas ha puesto al
ignorante vulgo en contra nuestra, y la situacin no es ms ventajosa para los
Tolomeos que para Roma.
Bueno, al menos alguien habla con sensatez gru Crtico. En estos
momentos nuestra situacin es delicada. Al rey Tolomeo le gustara intervenir, pero
le preocupa que se extienda un motn por los nomos y estalle una guerra civil a
gran escala. Durante aos Lculo y Pompeyo han tenido legiones en Asia, a muy
poca distancia de Egipto. A lo largo de todos estos aos los egipcios han tenido que
andar con pies de plomo. Ahora tales fuerzas romanas estn preparndose para
luchar en Galia. Podra pasar mucho tiempo antes de estar en posicin de
bajo la ropa. Ataxas sali tras de m, pero sus largas y pesadas vestiduras lo
hicieron tropezar. Yo ya haba bajado las escaleras y me haba adentrado en una
calle lateral antes incluso de que l hubiera salido del santuario. La gente con la
que me cruc estaba demasiado lejos de l para or lo que deca y slo parpadearon
perplejos cuando me escabull entre ellos. Pero o que a mis espaldas empezaba la
cacera.
Alejandra no era un buen lugar para llevar a cabo una persecucin, segn
descubr. Todas las calles eran rectas y anchas. A diferencia de mi querida Roma,
que era una ciudad tipo madriguera donde haba tantas calles sinuosas y estrechos
callejones que bastaba con dar unos pocos pasos para desaparecer de la vista de tus
perseguidores. En mis buenos tiempos haba logrado despistar a ms de una
multitud enfurecida, y a no pocos asesinos, e incluso a un par de maridos celosos.
Y saba que el mejor modo de despistar a los perseguidores era perderte. Al fin y al
cabo, si ni siquiera t sabas dnde estabas, cmo iban a encontrarte?
Nada que ver con Alejandra. Por fortuna les haba sacado una gran ventaja a
mis perseguidores. Me adentr al azar en calles laterales y nunca recorra ms de
una manzana sin girar. Con gran alivio descubr que me hallaba en el mercado de
sal de Alejandra. En aquella parte del mundo, la sal era monopolio de los
caravaneros que la acarreaban en bloques a lomos de sus camellos del mar Muerto
hasta Judea. En medio de tantas tnicas largas y con la capucha puesta no llamaba
la atencin. La ma estaba, por supuesto, mucho ms limpia que las de las dems,
pero tenas que acercarte para darte cuenta.
Me abr paso entre la multitud sin dificultad, fingiendo interesarme en la sal
y el precio de los bloques. Eran tantos los compradores que el mercado estaba de
bote en bote cuando el squito de Ataxas discpulos de cabeza afeitada en su
mayora entr en tropel en mi busca. Uno de ellos aferr a un nmada y le baj la
capucha, lo que result ser un error. No slo no era yo, sino que los nmadas son
gente muy orgullosa y sensible que considera una ofensa mortal que un
desconocido le ponga las manos encima. ste en concreto sac de su fajn un
cuchillo corto y curvo, y trat de rajarle el rostro al discpulo.
Los hombres del desierto creyeron que los atacaban, lo que no era
inverosmil tras los recientes rumores xenfobos que se haban extendido por la
ciudad. De hecho, la gente poda muy bien haber malinterpretado las instrucciones
de Ataxas y creer que ste quera que atacaran a todos los hombres vestidos con
ropas del desierto. Son los pequeos malentendidos como ste los que agitan la
estpidos atacaran a los nmadas. Adems, estoy seguro de que no fue Ataxas
quien dise ese dolo parlante, sino Ifcrates de Quos. Estudiaba las propiedades
de la luz reflejada sirvindose de espejos cncavos idnticos al bol de incienso que
utiliz Ataxas. No me sorprendera que tambin hubiera diseado el sistema de
conductos o lo que sea que reprodujo la voz del dios amplificada.
Sigues obsesionado con ese griego muerto? Con todos los problemas que
tenemos, ahora que las relaciones entre romanos y egipcios se han deteriorado y se
avecinan disturbios, sigues pensando en un matemtico extranjero asesinado?
No es slo en l, sino en lo que se propona respond. Por alguna
razn todo lo que ha ocurrido aqu est relacionado con Ifcrates, y a ste lo
asesinaron por ello.
Decio, tus fantasas se vuelven ms disparatadas cada vez. Confiaba en
que no te metieras en los en Alejandra, pero lo haras aun estando encerrado en
Mamertine.
Como la mayora de hombres que conozco, Crtico careca del don de
convertir las pruebas en una imagen slida de lo ocurrido. De hecho, soy la nica
persona que conozco que posee esa cualidad.
Decio, quiero que olvides a ese griego y te concentres en ayudarme me
pidi, lo que significa acallar los temores de la comunidad romana de aqu y
mostrarte agradable con Tolomeo y su familia. No vas a seguir investigando ningn
asesinato ni vas a acercarte a Ataxas y su templo, y vas a evitar al general Aquilas.
Est claro?
Perfectamente, seor respond.
Y ests de acuerdo con mis rdenes?
Absolutamente, seor.
Me mir largo rato.
No te creo.
Me ofendes, seor.
Hipatia y soy concubina de su excelencia Orodes, embajador del rey Fraates III de
Partia. Dispongo de una informacin urgente relacionada con Partia, Roma e
Ifcrates de Quos. Renete conmigo esta noche en la Necrpolis, en la tumba de
Khopshef-Ra. Es la tumba ms grande en el lado sur de la plaza dominada por el
obelisco de la Esfinge. Estar all al salir la luna y te esperar una hora.Supongo
que irs dijo Hermes tras haber escuchado atentamente. Es lo ms necio que
puedes hacer, de modo que lo hars.
Crees que es una trampa? pregunt.
Sofoc un grito.
Crees que hay alguna posibilidad de que no lo sea?
Es posible. Esa mujer coment a Julia que estaba enterada de la
correspondencia secreta entre Ifcrates y la corte parta. Podra tener algo que cree
valioso.
Por qu iba a traicionar a Partia?
Ella no es parta, sino griega, y los griegos traicionan a cualquiera. Adems,
es una hetaira que ha sido contratada durante la estancia del embajador aqu. ste
volver a su hogar con su esposa y ella buscar a otro cliente, slo que esta vez
tendr unos cuantos aos ms que la ltima vez. No es la clase de relacin que
exige lealtad.
Slo quieres una excusa para salir de aqu y volver a meterte en los
replic Hermes.
Reconozco que hay parte de eso. Crtico me ha prohibido seguir adelante
con este asunto, y eso para m es como un bestiarius en el circo agitando su pauelo
rojo ante el toro.
El propsito del pauelo es atraer al estpido animal hacia la lanza
seal Hermes.
No trates con tan poca seriedad mis metforas. O era un smil? Me voy.
As pues, vetado por un funcionario romano y prevenido por un esclavo,
acud en mitad de la noche al encuentro de aquella prostituta griega de clase alta.
Esta vez no recurr a las ropas del desierto. Al caer la noche bastaba con una simple
capa de viajero. Un viento fro llegaba del mar al otro lado de la ciudad y haca
parpadear las antorchas de las calles. Esta clase de iluminacin es algo que
beneficiara a Roma, ciudad donde las calles son tan oscuras que si un hombre sale
de noche y lo dejan ciego a golpes, no se entera hasta la maana siguiente.
Colgadas a intervalos de cincuenta pasos a lo largo de las amplias calles, estas
antorchas ardan en lo alto de unos postes de tres metros. Estaban hechas de estopa
o camo empapado en aceite y eran atendidas toda la noche por esclavos
pblicos. Entre las antorchas y una hermosa luna llena, podas andar por las calles
de Alejandra de noche tan deprisa y confiado como durante el da. De hecho ms
deprisa, ya que de noche no haba la multitud habitual.
Sola o en pequeos grupos, la gente iba y vena, entrando y saliendo de
cenas y simposios, haciendo visitas, acudiendo a citas y dems. Los alejandrinos no
se acostaban siempre al anochecer como se supona que hacan los romanos.
Durante la mayor parte de la ruta que segu, la calle corra paralela al puerto.
A mi derecha el Faro enviaba columnas de humo al cielo nocturno, un espectculo
impresionante. Pas de largo el templo de Poseidn y el extremo norte de los
cuarteles macedonios, los dos enormes obeliscos y la hilera interminable de
almacenes que despedan un penetrante olor a papiro, el principal artculo de
exportacin de Alejandra. En la puerta de la Luna me encamin hacia el sur
siguiendo la calle del Soma, luego vir hacia el oeste y tom la va Canpica.
Canpica terminaba en la puerta de la Necrpolis. All soborn al guardia
para que la abriera por m. ste tena un empleo muy lucrativo, ya que la
Necrpolis era el punto de reunin de los amantes clandestinos ms popular de la
ciudad.
Dnde est el obelisco de la Esfinge? pregunt.
Cruza la puerta y estars en la calle Set. Recorre tres manzanas en
direccin oeste y tuerce a la izquierda en la calle Anubis. Encontrars el obelisco de
la Esfinge dos manzanas ms abajo. No puedes dejar de verlo.
Le di las gracias y cruc la puerta.
Puede parecer improbable que una necrpolis sea el punto de reunin de los
amantes, pero la de Alejandra no es como las dems. Est trazada como la ciudad,
con calles amplias y rectas. La diferencia es que estn bordeadas de tumbas en
lugar de casas. Otro factor a su favor es la naturaleza de las tumbas egipcias, que
son como casas en miniatura. No importa si la arquitectura y decoracin escogida
era egipcia, griega, persa u otra, la distribucin siempre era segn el viejo estilo
egipcio. Entrabas en una pequea estancia semejante al atrio de una casa, donde se
dejaban las ofrendas a los muertos. En la pared del fondo de la estancia haba una
pequea ventana que permita a los visitantes atisbar en otra habitacin donde se
hallaba una estatua retrato del muerto, que los egipcios crean que contena una de
las almas del difunto, o al menos era un lugar donde el alma te visitaba cuando
hacas tus ofrendas. Tambin proporcionaba un refugio para el alma en caso de que
se destruyera la momia.
Eran los vestbulos de estas acogedoras casas los que convertan la
Necrpolis en un lugar frecuentado por los amantes, y mientras recorra las calles
o los tpicos y apasionados sonidos de una casa de citas.
No haba antorchas en la Necrpolis, pero la luna llena proporcionaba luz
ms que suficiente. Estaba llena de los inevitables gatos egipcios. Me haban
comentado que el lugar estaba plagado de ratones que venan a comerse las
ofrendas de comida que dejaban en las tumbas, y los gatos cazaban a su vez a los
ratones. Pareca ser un arreglo equitativo.
Como haba predicho el guardia, no tuve dificultades en encontrar el
obelisco de la Esfinge. El pilar de granito se alzaba sobre una base donde tambin
descansaba un len con rostro humano esculpido en mrmol blanco. Los cuernos
enroscados de carnero que flanqueaban aquel rostro humano me indicaron que se
trataba de otro retrato de Alejandro, decorado al estilo egipcio.
Recorr con la vista el extremo sur de la pequea plaza y vi un imponente
mausoleo al estilo de las antiguas mastabas, que se deca que eran an ms
antiguas que las pirmides. La pirmide ms antigua que permanece en pie
consiste en una serie de mastabas amontonadas unas sobre las otras y de tamao
cada vez ms pequeo. En Alejandra las viejas modas siempre volvan, como
ocurre ltimamente en Roma, donde ha habido un resurgimiento del arte y la
decoracin etrusca. Me acerqu a la tumba y permanec en el umbral de la puerta.
Hipatia? susurr.
Pasa lleg una voz femenina con una nota apremiante. Estaba decidido
a ser temerario, pero ni el peor da de mi vida he sido tan necio.
Sal t respond. Si hay alguien ms que salga tambin.
Aferr la empuadura de mi espada, listo para desenfundarla a la primera
seal de peligro. La tenue luz no me preocupaba. Para alguien acostumbrado a
pelear en callejones romanos a medianoche, era como estar en el Foro en pleno
medioda.
O un revuelo en el interior y sali una esbelta figura. Llevaba un vestido
largo de color plido y un palla oscuro alrededor de la cabeza. Al salir se baj el
palla, revelando un rostro de belleza clsica. Tena las cejas rectas y uniformes, y la
nariz alta tan admirada por los antiguos escultores griegos. Sus labios eran
hermosos, a pesar de no cesar de apretarlos. Tena la mirada clavada en la pequea
plaza.
No me han seguido asegur. Estoy acostumbrado a esta clase de
asuntos.
Eso es lo que me dijo Julia. Coment que perseguas a todo aquel que
conspirara contra Roma tan implacablemente como los Amistosos. Utiliz el
eufemismo que se aplicaba a los temidos demonios, porque si los llamabas por su
nombre podas convocarlos.
Es muy halagadora, pero he prestado algn servicio al Estado en el
pasado. Qu tienes para m?
Un libro grande de papel de pergamino y con las asas manchadas de
bermelln.
He ledo la copia, pero estoy seguro de que el bibliotecario de la coleccin
de Prgamo se alegrar de recuperarlo.
Pero el original te resultar mucho ms interesante. Contiene algo ms que
el texto de la copia.
De qu se trata?
Primero fijemos el precio.
Me lo tema.
Cunto?
Se ech a rer.
Tengo todo el dinero que puedo necesitar. Pero t perteneces a la gran
familia de los Cecilios Metelos.
No tienen ms remedio que reconocerme.
Sois plebeyos, pero tenis antepasados cnsules, generales y grandes
magistrados que se remontan hasta casi la fundacin de la Repblica.
Has sido bien instruida.
Y gozas por tanto de gran influencia. Vers, quiero ir a Roma. Una mujer
sin protector es menos que un esclavo en cualquier parte del mundo excepto en
Roma. All una mujer con cierta propiedad cuenta con la proteccin de la ley, aun
cuando no sea ciudadana romana. En Roma, siendo extranjera residente y teniendo
como patrn a un Cecilio Metelo, estar segura aun cuando se marchite mi belleza.
Eres muy previsora coment. Te ir an mejor si contraes un
matrimonio de conveniencia con algn ciudadano indigente. Hay hombres
dispuestos a casarse a cambio de dinero. De este modo, aun cuando se divorcie de
ti, gozars de derechos plenos de ciudadana, salvo, por supuesto, los restringidos
a los hombres, como el voto y el derecho a desempear un cargo pblico. Tus hijos
sern ciudadanos romanos.
Tal vez lo haga. Pero primero debo llegar a Roma. Un simple pasaje de
barco me llevara all, pero no quiero ser expulsada de la ciudad porque tus
censores han decidido que los extranjeros son unos inmorales y estn pervirtiendo
a los buenos ciudadanos.
Eso tiene remedio respond. Si un miembro de mi familia o un colega
ostentara el cargo de praetor peregrinus, sera ms sencillo. Cada ao se celebran
elecciones y no tardar en ostentar ese cargo alguien de nuestra conveniencia. No
podr protegerte de los tribunales si abres un prostbulo, pero por lo dems estars
a salvo. Siempre que el libro contenga pruebas relevantes.
torno a su hermoso cabello negro, mientras que yo eleg una gran corona de hojas
de roble adornada con bellotas para tratar de disimular mi corte de pelo romano.
No es que me preocupara demasiado en un local donde la mayora de los clientes
eran griegos u otros extranjeros. Haba pocos egipcios si los haba.
A la entrada, un tipo grueso disfrazado de Sileno acudi a nuestro
encuentro. Llevaba el chiton blanco y la corona de hojas de parra con racimos de
uva, y nos recit unos versos de bienvenida en el rstico griego de Beocia.
Pasad, amigos, a este recinto sagrado, con el corazn en paz y la esperanza de gozar.
Aqu no vive el temido Ares, ni trabaja duro el laborioso Hefestos. Sino slo el Dionisios de
la uva, el Apolo de la lira, Eros y el reino de las delicadas musas, Aqu cada hombre es un
amante y cada mujer una despreocupada ninfa. Dejad atrs las preocupaciones y el dolor
porque aqu no hay sitio para ellos. Sed bienvenidos, doblemente bienvenidos, y regocijaos!
aqu no tena nadie detrs. Y, en cualquier caso, yo ya no era Decio Cecilio Metelo
el Joven, vstago de dudosa reputacin de una prominente familia romana. Era un
personaje de uno de esos poemas donde todas las mujeres se llaman Filis y Febe, y
los hombres no son hombres sino amantes, y todos se llaman Dafnis o algo por el
estilo.
No tard en bajar completamente la guardia. Ahora me doy cuenta de que
parece un descuido de lo ms necio, pero una vida vivida con cautela es aburrida.
Todos los hombres realmente cautelosos y prevenidos que he conocido son unos
tipos desgraciados y grises, mientras que los que se abstienen de tomar
precauciones llevan unas vidas interesantes, aunque breves.
No mucho despus tena a nuestra camarera, o a una joven muy parecida,
sentada en mi regazo, mientras un muchacho disfrazado de fauno ocupaba el
mismo lugar encima de Hipatia. Cantaban y nos metan uvas en la boca mientras
todos se tomaba libertades en general. Aprend ms formas de brindar en griego
que las que jams so que pudieran existir. Un lenguaje verstil el griego.
En un momento dado de la noche me sorprend de pie detrs de Hipatia,
con las manos sobre sus frgiles caderas, y las de otra persona sobre mis caderas.
Podra haber sido una situacin alarmante, pero estbamos practicando la danza
grulla bajo la supervisin de los jvenes argivos. Al igual que el ave zancuda que le
haba dado nombre, aquella danza era una combinacin de gracia y torpeza.
Hipatia aport lo primero y yo lo segundo. Nunca haba bailado antes. Los
romanos nunca bailan a menos que pertenezcan a uno de los sacerdocios que
danzan, y me pareca que los griegos haban descubierto algo encomiable.
La luna estaba muy baja cuando todo el mundo sali en tropel del Dafne y
subi lentamente el serpenteante sendero que conduca al Pneo. Las criaturas
vivas se mezclaban con otras de bronce a lo largo del camino, haciendo cabriolas y
jugando al estilo clsico de los fieles que venan del campo. Acalorados por el
esfuerzo, muchos se haban despojado de ropa al tiempo que de las inhibiciones y
el sentido del decoro.
En el interior del santuario todos entonamos los himnos tradicionales
dedicados a Pan en el dialecto arcdico. La titilante luz de las antorchas se
proyectaba sobre el dios de bronce y me pareci verlo sonrer, con una sonrisa
genuina y no la mueca fraudulenta de Baal-Ahrimn. Las mujeres le pusieron
guirnaldas alrededor del cuello y sobre su desmesurado falo, y unas cuantas
Dej la tnica donde haba cado y me quit las hojas de parra del cabello
antes de desplomarme en la cama. Haba sido uno de los das ms ajetreados de mi
vida. Haba empezado realmente con mi visita a Baal-Ahrimn? Tena la
impresin de que eso haba ocurrido semanas atrs. Primero el ejercicio intelectual
de averiguar el truco de Ataxas, luego mi huida del Rakotis y para terminar el
motn en el mercado de la sal.
Y luego la noche, que haba empezado en una ciudad de difuntos y
concluido con un autntico rito de fertilidad arcdico. Ni siquiera en mis tiempos
ms aventureros estaba acostumbrado a tantos avatares. En esta ciudad la muerte
se agazapaba en muchos rincones y utilizaba muchos disfraces, pero jams me
morira de aburrimiento.
El recuerdo de Hipatia contonendose entre mis brazos era desasosegante
pero saba que la volvera a ver la noche siguiente. Tal vez hubiera otro extico
lugar de libertinaje adonde ir juntos. Y tal vez la prueba que iba a traerme
resolvera todos los misterios que envolvan la muerte de Ifcrates.
Me senta muy satisfecho con lo ocurrido aquel da y con las perspectivas del
da siguiente. Y me alegr de conciliar el sueo en tal estado de euforia, porque
cuando despert haba una mujer muerta en mi lecho.
XI
No poda entender qu haca una legin de gallos cantndome al odo. Con sus
extraos gustos, seguro que esos macedonios pseudoegipcios no tenan animales
dentro el palacio. Entonces la cabeza empez a despejrseme y comprend que
quienes armaban tal estruendo eran los esclavos de la embajada. Algunos eran
eunucos, lo que aada un toque de falsete a la algaraba. Qu demonios los haba
trastornado de este modo?
Hice un esfuerzo por incorporarme y me frot los ojos. Al momento supe
que sufra la clase de resaca que te hace tener la certeza de que los dioses te han
robado la juventud mientras dormas. La boca me saba como el fondo de una cuba
de garum. La resina del vino griego me proporcionaba un toque portuario, como si
me hubieran alquitranado y calafateado la boca.
Sooliento, fulmin con la mirada al esclavo que se hallaba de pie en el
hecho no slo en la ciudad, sino en el mismo recinto del palacio. La ciudad estaba
lista para estallar en un motn antirromano y yo haba sido el detonante.
Y all estaban esos viejos pseudogalos hablando de matar dos pjaros con
una flecha o algo parecido. La traidora Hipatia deba morir de todos modos, as
que por qu no dejar que fuera mi pobre e inocente vctima? Esto encauz mis
pensamientos en otras direcciones. Haban detectado la traicin de Hipatia o
Aquiles lo haba planeado todo desde el principio? Es posible que le hubieran dado
un papel a Hipatia sin explicarle que iban a pagarle con una daga clavada en su
corazn. Una hetaira ateniense recibe un entrenamiento comparable al de un actor,
y ella saba perfectamente cmo mantenerme ocupado, codiciando
alternativamente el misterioso libro y su precioso cuerpo. Tambin saba que una
mujer hermosa jams fracasa en su intento de seducir a un joven dndole a
entender que lo encuentra irresistible. Incluso a un anciano.
Me distrajo un ruido procedente de lo alto de las escaleras. La puerta se
abri y se cerr, y vi un resplandor en el escaln superior.
Quienquiera que seas, espero que hayas venido para sacarme de aqu. Soy
inocente!
Soy Julia.
Cmo has entrado? pregunt.
Andando, idiota.
Oh, Julia. No te aconsejo que acerques demasiado esa lmpara. Me
sacaron a rastras de la cama y no me dieron tiempo para vestirme. Estoy, bueno, la
nica forma de describir mi estado es desnudo.
Ella sigui avanzando implacable.
Si nos vamos a casar, tendr que enterarme tarde o temprano de la
horrible verdad. Adems, tengo entendido que se era tambin el estado de la
pobre mujer que yaca en tu lecho. Oh, Decio, qu has hecho ahora? Saba que eras
atolondrado, pero nunca habas matado a nadie antes.
Crees que lo hice? Si mi prometida me crea un asesino, estaba
realmente en apuros.
cuesta creer que sea capaz de cometer un asesinato a sangre fra. Sea como fuere, la
embajada es territorio romano segn la ms antigua tradicin y en justicia debe
procesarlo un tribunal romano.
Majestad intervino Aquilas, este asunto no puede dejarse de lado tan
fcilmente. Hay otra embajada implicada. La difunta Hipatia asesinada por el joven
Metelo era la concubina de mi buen amigo, su excelencia Orodes, embajador del
rey Fraates III de Partia.
Tolomeo mir hacia el lder de la delegacin parta.
Es eso cierto?
El hombre dio un paso hacia adelante.
As es, majestad. Desenroll un pergamino y lo sostuvo ante el rey.
Aqu est el contrato de concubinato. Advertirs que faltaba ms de un ao para
que expirara, y este hombre me seal con un dedo me debe lo que resta de
contrato.
Entiendo respondi Tolomeo. En tal caso, embajador Metelo, dado
que est implicada otra embajada extranjera, debo hacer ms averiguaciones.
Insiste Decio en declararse inocente?
As es, seor respond adelantndome a Crtico.
Majestad intervino Aquilas, no slo encontraron el cadver de la
mujer en su lecho, sino que cerca haba una mscara y guirnaldas como las que se
reparten en el Dafne. Si lo deseas, puedo llamar a testigos para que declaren que el
asesino y la difunta mujer fueron vistos anoche en aquel local divirtindose
escandalosamente.
Crtico enrojeci y empez a hincharse como una rana. Esta vez su clera iba
dirigida a Aquilas en lugar de a m.
Puedo preguntar qu inters tienes en este asunto? Y cmo sabes qu
haba en la habitacin de Decio? Es territorio romano.
Por lo que se refiere a mi inters, soy un siervo leal del rey Tolomeo y no
quiero que haya extranjeros violentos a su alrededor. En cuanto a los detalles sobre
lo encontrado esta maana, todo el mundo en el palacio los conoce a estas alturas.
Tus sirvientes son muy locuaces.
Dirs tus espas a sueldo! exclam Crtico.
En aquel momento se abri una puerta y entr Rufo seguido de cerca por
Anfitrin y Asclepodes. Me habra desmayado de alivio. Asclepodes me obsequi
con una sonrisa al pasar por mi lado. Slvame, viejo amigo, supliqu para mis
adentros. Rufo se reuni con el squito romano y se inclin hacia m.
Ya no te debo los quinientos denarii susurr.
De todo corazn respond fervoroso. Saba que los recuperara. Ese
hombre era un psimo conocedor de caballos y aurigas.
Puede saberse qu estis haciendo aqu, caballeros? pregunt Tolomeo.
Majestad respondi Anfitrin con una reverencia, aqu tenemos al
mdico Asclepodes, profesor visitante adscrito a la escuela de Medicina del
museo.
Lo recuerdo coment Tolomeo.
Seor, Asclepodes tiene fama de ser el mejor experto del mundo en
heridas infligidas de forma violenta con armas. Venimos de examinar a la mujer
asesinada y dispone de una informacin relevante para la resolucin de este caso.
Majestad! chill Aquilas. Tenemos que soportar la sofistera de estos
filsofos charlatanes?
Majestad intervino Crtico, el noble Anfitrin ha dicho la verdad.
Asclepodes es una autoridad en este campo y ha testificado ante tribunales
romanos en pasadas ocasiones.
Entonces habla, ilustre Asclepodes orden Tolomeo.
Asclepodes se situ en el centro de la sala e hizo unos cuantos gestos de
actor antes de empezar.
Majestad, sus Excelencias de la embajada, nobles caballeros y damas de la
corte, lo que voy a decir lo juro por Apolo el del arco de plata, por Hermes tres
veces Grande y por Hipcrates, fundador de mi ciencia.
Tiene un gran estilo, no te parece? susurr Rufo.
Shhh respond.
La mujer identificada como Hipatia, hetaira ateniense, falleci en algn
momento de la madrugada. Se encontr un cuchillo entre sus costillas, justo debajo
de la mama izquierda, pero el golpe fue asestado postmortem. La herida mortal fue
un pequeo corte en la cartida, justo debajo de la oreja izquierda.
Todo el mundo se ech hacia adelante para escuchar sus palabras,
pronunciadas con una sonoridad de voz y una sutileza de gestos difciles de
describir.
El cadver continu estaba casi desangrado, como suele ser el caso
despus de tales heridas. Sin embargo no haba rastro de sangre en la habitacin ni
en la cama, salvo un poco en el vestido que yaca en el suelo y en el cabello de la
mujer, insuficiente para explicar el estado del cadver.
Y eso significa? inquiri Tolomeo.
Que a la mujer la mataron en otro lugar, y a continuacin la trajeron a la
embajada y la metieron en el lecho del acusado.
Un prolongado suspiro recorri la sala.
Aquilas se encogi de hombros.
Entonces la mat en otro lugar y se la llev a su lecho. Los romanos son
necrfilos. Siempre lo he dicho.
Y ste es el cuchillo que encontraron clavado en el cadver de la
desafortunada mujer continu Asclepodes.
Sostuvo en alto un arma de empuadura de hueso, con una hoja de unos
veinte centmetros de longitud, algo curva y de un solo filo. Esta vez se oy un
grito sofocado procedente del squito romano.
posible que no haya muerto all, me encargar incluso del funeral. Satisfecho?
Orodes asinti.
Del todo, majestad.
Tolomeo se volvi de nuevo hacia nosotros.
Dime, joven Decio, cmo acabaste en compaa de esta mujer?
En realidad respond con la sensacin de ser poco claro nos
conocimos en la Necrpolis. Al or estas palabras toda la corte estall en
carcajadas.
Majestad, qu significan estas risas indecorosas? intervino Crtico.
Tolomeo se sec las lgrimas de los ojos.
Excelencia, la Necrpolis es el lugar de descanso de nuestros honorables
difuntos, pero tambin es el lugar de fornicacin ms popular de Alejandra.
Vamos, en mi juventud..., no importa. Vamos, joven Decio. Ha valido la pena
madrugar para esto.
Seor, estaba investigando el caso que me encomend.
No lo he olvidado.
La mujer me cit para decirme algo de gran importancia. Pens que la
ocasin mereca la pena y me reun con ella donde me indic. Ella quera vivir en
Roma pero necesitaba un patrn all que le brindara apoyo legal. Acced a ello si la
prueba que deba entregarme resultaba ser lo bastante relevante.
Y la naturaleza de tal prueba? pregunt el rey.
Se supona que deba entregrmela esta noche, pero no vivi lo bastante. Y
no tengo ni idea de qu se trataba. No menta del todo. El libro en s no era el
objeto incriminador. No haba estudiado derecho en balde.
Y cmo fuiste a parar al Dafne? pregunt Tolomeo.
Expres su deseo de acudir all respond.
XII
pie. Debo irme ahora, Decio. Si sales con vida de sta puede que resultes ser un
hombre interesante. Y se march.
Rufo vino para decirme que Crtico estaba haciendo averiguaciones sobre
los barcos con rumbo a Roma. Y si no era posible Roma, a cualquier parte. Estaba
claro que me quedaba poco tiempo para solucionar mis asuntos en Alejandra. Por
fortuna, Crtico no haba puesto guardias armados sobre mi persona, tal vez
porque no los haba en la embajada. Estaban el Atador y el Azotador, pero ahora
que ya no se me acusaba de asesinato, habra sido poco apropiado hacerme vigilar
por soldados.
As pues, cuando se hizo completamente de noche y todo el mundo se hubo
retirado, me limit a ponerme una capa y salir.
Una vez ms me encontraba en las calles de Alejandra de noche. El teatro
era uno de los edificios prominentes de la ciudad y hacia l encamin mis pasos.
Los teatros griegos estaban excavados en las laderas de las colinas y se
aprovechaban de las caractersticas naturales del terreno. Como Alejandra era
totalmente llana, el teatro de esta ciudad era un edificio independiente, muy
parecido al que Pompeyo an estaba construyendo en el Campo de Marte en Roma.
Se vea a lo lejos, y lo divis casi tan pronto como abandon el recinto del palacio.
El teatro en Alejandra era el principal punto de reunin de prostitucin, del
mismo modo que lo era y es el circo Mximo en Roma. Al parecer en sus oscuras
arcadas haba algo que favoreca ese oficio. Los haba de los dos sexos, y de un
tercero que pareca ser la combinacin de ambos.
Fing deambular por all estudiando a las fulanas disponibles, comparando
su aspecto, el precio y la especialidad (no estaba realmente interesado), sin perder
de vista la casa de fachada roja con las jambas de la puerta talladas. A la luz de la
antorcha era posible distinguir su color caracterstico. Tuve que asumir que las
hojas que adornaban las jambas eran de acanto, ya que no saba distinguir un
acanto de un lamo. Una persona de enormes ojos marrones y llorosos, y sexo
indefinido advirti mi preocupacin y se acerc a m con sigilo.
No puedes permitrtelo dijo ella (utilizo el ella a falta de un
pronombre adecuado).
Cmo lo sabes? pregunt.
La mantienen hombres muy ricos. Son generosos con ella, y dudo que les
guste enterarse de que ha tratado de abarcar demasiado.
Hombres? pregunt. La mantiene ms de un hombre?
Oh, s. Al menos hay tres que van all por turnos; pero a veces se presentan
los tres a la vez. Ella debe de practicar trucos sofisticados para tener entretenidos a
los tres.
Quines son? pregunt.
Por qu tanto inters? replic recelosa.
Estuve a punto de mencionarle el asesinato, pero hubiera callado como un
muerto de haberse credo involucrada en una investigacin.
Tengo motivos para creer que es una esclava que escap de su dueo en
Siracusa.
Entonces hay por medio el dinero de una recompensa.
Estoy dispuesto a pagar por la informacin.
Ya te he dicho algo repuso petulante.
Eso ha sido un error por tu parte Le tend dos denarii de plata y los dej
caer en la blanda palma de su mano. Descrbeme a esos tres clientes asiduos.
Uno de ellos creo que es un extranjero oriental, sirio o parto. Es el que
acude all casi cada noche. Tambin hay un hombre corpulento y apuesto que viste
ropa de corte militar. El tercero es un griego menudo. No de Grecia, sino de una de
las colonias orientales.
Cmo lo sabes?
Ha solicitado los servicios de unos cuantos muchachos. Y lo he odo
hablar. Trata de hablar como un ateniense, pero no puede disimular su acento. Sin
embargo tiene la voz fina, como un orador profesional.
Est por ah uno de esos muchachos? pregunt.
altar de algn desagradable dios con cabeza de jabal verrugoso. As pues, en lugar
de ello le sujet por el hombro y le di la vuelta.
Tena la cara colorada, y jadeaba y temblaba de agotamiento cuando de un
empujn lo met en un hueco entre dos edificios. Un par de gatos que peleaban
sobre los restos de un pescado hicieron un alto para bufarnos. Triunfante, arrebat
el rollo de las manos de Ataxas. ste hizo un dbil intento de alcanzar su hacha
corta, pero le propin una patada en la entrepierna que le hizo cambiar de opinin.
No me tomes por un matemtico indefenso, Ataxas dije mientras se
encoga de dolor sobre el empedrado. Es preciso ms que un esclavo fugitivo y
presuntuoso para matar a Cecilio Metelo.
Cunto quieres, romano? jade. Te har el ms rico de los hombres.
Tenemos todo un pas por saquear.
Slo quiero ver qu hace Tolomeo contigo. O tus propios seguidores
cuando vean que Ataxas es un esclavo griego fugitivo con una peluca y una barba
postiza. Los soldados del rey entrarn en tu templo armados con mazas y
derribarn tu fraudulenta estatua, y levantarn los suelos y muros hasta encontrar
los conductos que utilizaste para imitar el sonido de la voz de Baal-Ahrimn.
Probablemente las sacerdotisas con la espalda llagada te molern a palos en
venganza.
Tienes demasiada fe en Tolomeo, romano repuso Ataxas. Le ha
llegado la hora, del mismo modo que ha terminado el dominio de Roma en Egipto.
Se haba incorporado hasta colocarse de rodillas.
No cuando regrese a palacio con esto dije agitando el documento en su
rostro.
Puede que no sea tan fcil como crees, romano replic l, no sin parte de
verdad. Me encontraba en Rakotis, y era un mal momento para ser romano en esta
parte de la ciudad.
Adis, Ataxas dije. Acudir a tu ejecucin, si vives lo bastante para ser
procesado.
Me volv y ech a andar hacia la boca del callejn. Antes de salir, me detuve
y ech un vistazo a la calle. Cada vez estaba ms llena, pero nadie me prestaba
atencin. Justo cuando sal a la calle, o un horrible berrido que ces de pronto. Lo
nico que se me ocurri era que Ataxas estaba haciendo algn sonido inarticulado
de rabia. Entonces algo me golpe justo entre los omplatos y cay desplomndose
en la acera. Me volv perplejo. Algo gris y peludo yaca a mis pies, inerte. Todo fue
tan inesperado que al principio no lo reconoc. Entonces Ataxas pas por mi lado
sealndome con los ojos muy abiertos del horror.
Este romano ha matado un gato! grit de pronto con un histrico
lamento. ESTE ROMANO HA MATADO UN GATO!
La gente de la calle me mir boquiabierta, luego baj la vista hacia la
destrozada bestia, como si no alcanzara a comprender el profundo y sacrlego
horror que encerraba aquella escena.
MATAD AL ROMANO! MATAD AL ASESINO DE GATOS!
Volv sobre mis pasos a gran velocidad. Esta vez era yo quien iba cargado
con el pesado libro, y era mi segunda carrera de vida o muerte de esa maana.
Pens en aquel griego de nombre extrao que huy de Maratn a Esparta, y
regres a Maratn para hacer todo el camino hasta Atenas, donde cay muerto.
Despus de todo, l no tena una multitud de alejandrinos enloquecidos pisndole
los talones.
Cada vez que miraba hacia atrs por encima de mi hombro, la multitud era
mayor. La noticia de la atrocidad que haba cometido haba corrido ms deprisa de
lo que haba credo posible. Pedan no slo mi cabeza, sino la de todos los romanos.
Pero queran empezar conmigo.
Me pareca ridculo terminar despedazado por una enloquecida multitud
slo por matar un gato. Pero terminar as siendo completamente inocente de la
muerte de ese gato era superior a mis fuerzas. No profeso mucha simpata a estos
animales, pero jams se me ha pasado por la cabeza matar uno.
Sal de Rakotis como si llevara las sandalias aladas de Mercurio, pero estaba
lejos de estar a salvo. La multitud entr enloquecida en el barrio griego y hasta all
se hizo ms numerosa. En todos los barrios de Alejandra hay egipcios, y en todas
las ciudades siempre hay gente que se apresura a aprovechar cualquier ocasin de
sumarse a un motn. Yo mismo lo haba hecho cuando se trataba de una buena
causa.
ignoraba qu tena que ver la condicin de sus penes con todo ello.
Los macedonios han ido a sofocar el disturbio prosegu, pero algunos
han cruzado la verja y me persiguen. Djame entrar!
Tampoco me gustan los macedonios repuso l. El rey Antoco
Epfanes mat a nuestros sacerdotes y profan el sanctasanctrum.
Me estaba impacientando.
Escucha, soy senador romano y miembro de la embajada. Te recompensar
generosamente si me dejas entrar.
Tampoco me gustan los romanos chill. Tu general Pompeyo
irrumpi en el templo del Monte, profan nuestro sanctasanctrum y se apoder
del tesoro del templo!
Tena que toparme nada menos que con un resentido. Alguien me tir del
brazo y me volv para ver un hombre vestido con ropas griegas.
Acompame dijo con apremio. Estn a menos de una calle tus
perseguidores.
Lo segu por el callejn y a travs de una puerta baja. La habitacin en la que
entr era modesta y con pocos muebles.
Amos es la persona menos indicada para pedir ayuda explic. Est
medio chiflado. Me llamo Simen, hijo de Simen.
Decio, hijo de Decio respond. Encantado de conocerte. Mi
respiracin se volvi ms regular. Es muy complicado de explicar, pero todo
forma parte de un complot para poner a los egipcios en contra de Roma. Debo
regresar al palacio, pero no puedo hacerlo hasta que las calles sean seguras.
Saldr yo por ti se ofreci Simen. Y correr la voz de que te han visto
dirigirte a la puerta Canpica y pasar por delante del Hipdromo. No queremos
esta gentuza en nuestro barrio.
Una actitud muy sensata aplaud. Djame descansar aqu y renovar
las fuerzas. Despus tal vez pueda tomar prestadas unas ropas tuyas. Sers
generosamente recompensado.
Se encogi de hombros.
No tiene sentido pensar en recompensas mientras tu vida siga en peligro.
Ya te preocupars de ello ms tarde. Con estas palabras se march.
Por primera vez en lo que me pareca una eternidad, no tena nada que
hacer. As que sub las escaleras y en el piso de arriba encontr una habitacin muy
semejante a la de la planta baja. No haba indicios de esposa o hijos. Otra escalera
conduca a la azotea y la sub. Permanec alejado del parapeto mientras escuchaba.
Los ruidos de la multitud y el golpeteo metlico de las armas parecan llegar de
todas direcciones. En cualquier otra ciudad un motn de esta magnitud habra
trado consigo columnas de humo a medida que un edificio tras otro estallaba en
llamas hasta tener un incendio a gran escala en marcha. Por lo general, los
incendios se cobran muchas ms vidas que los amotinados.
Ese no era el caso de Alejandra, la ciudad a prueba de fuego. Poda seguir el
avance de la multitud calle arriba y calle abajo slo por el ruido que haca. Me
pareci que se alejaba hacia la puerta Canpica. Entonces o cmo los soldados se
dirigan a ese lugar. Al cabo de un par de horas volvi a orse toda la cacofona
para a continuacin disminuir en direccin al oeste. Al parecer los soldados se
alinearon en todas las calles juntando los escudos y obligando a retroceder a los
amotinados hasta el Rakotis.
Me pregunt qu ocurrira si alguien mataba algn da dos gatos en esta
ciudad.
Eran pasadas las doce del medioda cuando la ciudad pareci volver a la
normalidad. Eso no significaba que estuviera fuera de peligro. Aun sin la turba
amotinada, Aquilas estaba fuera en alguna parte. Me llegaron ruidos de abajo.
Romano? Senador Decio? Ests arriba?
Simen? respond. Estn despejadas las calles?
Apareci en la azotea.
La multitud ha sido dispersada. Los escuadrones han limpiado las calles,
pero se ha derramado sangre. Una vez la turba la emprende contra un extranjero,
no tarda en emprenderla contra todos los extranjeros. Llevamos aqu desde que
Alejandra existe, pero los egipcios siguen tratndonos como extranjeros.
Carecen de la sensata actitud romana hacia la ciudadana repuse.
Ahora debo ir al palacio. Puedes prestarme algo de ropa?
Eso es fcil, pero ningn judo adulto va sin barba ni bigote, ni llevamos el
pelo tan corto. Djame ver qu puedo encontrar.
Bajamos hasta su casa, y revolvi en sus arcones hasta dar con una capa muy
tosca y uno de esos pauelos egipcios para la cabeza que se adaptan a la forma de
la peluca.
Perteneci a un esclavo al que conced la libertad al cabo de siete aos a mi
servicio coment Simen. Veamos qu aspecto tienes con ello.
Siete aos? pregunt mientras me pona la spera capa y el ridculo
pauelo.
Mi religin prohbe la esclavitud. Permitimos vnculos de servidumbre de
slo siete aos; a su trmino debemos conceder la libertad al sirviente.
Deberamos plantearnos una prctica parecida coment. Nos evitara
un montn de problemas. Pero nunca conseguir que el Senado la apruebe.
Me prest una bolsa de basta arpillera para esconder el rollo y me sent todo
lo disfrazado que era posible en aquellas circunstancias. Se me ocurri que las
calles podan estar llenas de hombres de Aquilas, quienes sin duda tendran
rdenes de llevarme al palacio hecho trizas.
Cul es el camino ms corto hasta el mar? pregunt.
Si de aqu caminas hasta la muralla de la ciudad y la bordeas en direccin
al norte, llegars a la puerta de los Pescadores.
Creo que es mejor que volver a cruzar toda la ciudad. Adis, Simen.
Pronto tendrs noticias mas.
Me basta con que hagas todo lo posible para poner fin a esa histeria
antiextranjeros, senador. Antes de todo esto, sta era una ciudad maravillosa.
a escasa distancia tierra adentro. Saba que tanta madera hara un buen fuego y me
alegr de estar demasiado lejos para oler el ftido olor de esas cuerdas hechas de
cabello humano.
No mucho despus Alejandra desapareci de nuestra vista. No volvera a
verla en doce aos, pero cuando regres lo hice con Csar, y Cleopatra era reina.
Los sucesos que viv entonces hicieron que las pequeas aventuras de mi primer
viaje parecieran aburridas y tranquilas, y por fin consegu ajustar las cuentas a
Aquilas.
Estos sucesos tuvieron lugar en Alejandra en el ao 692 de la Ciudad de
Roma, bajo el consulado de Metelo CELIR y Lucio Afranio.
GLOSARIO
3-12-2013
Scan V.1 Lerele y Joseiera