Tres Puntos de Vista Del Perdón PDF
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Al fijarse nicamente en pecados del pasado, el ego pasa por alto la realidad presente de la
persona donde Dios se manifiesta. Es imposible perdonar y no olvidar. Al igual que la luz y la
oscuridad no pueden coexistir, lo mismo sucede con el perdn y la culpa. Si el perdn es real,
el pasado del otro tiene que olvidarse. Independientemente de las aparentes justificaciones
que podamos tener para no olvidar, aferrarnos a lo que ha sucedido puede ser nicamente una
defensa en contra del amor y de la paz que se encuentran aqu ahora, pero que precisan seguir
ocultos tras las ennegrecidas sombras del pasado.
El primer paso, por lo tanto, cuestiona la realidad de la cortina de humo para que
podamos darnos cuenta de que el problema no est en otra parte. La culpa es
nuestra. Reconocemos que no es el otro quien necesita cambiar sino nosotros
mismos. En este paso decimos: 'He fabricado el problema que veo. No tiene otra realidad
salvo mi creencia en l. Es mi interpretacin lo que ha causado mi prdida de paz y, por
consiguiente, es mi interpretacin lo que necesita cambiar.' Si bien es claro que ste primer
paso no resuelve el problema de nuestra culpa, al menos nos acerca un poco a su resolucin.
Cuando sostenemos que el problema est afuera, tambin estar afuera su solucin, y
entonces sencillamente estamos cumpliendo el objetivo del ego de mantener el problema
alejado de la Respuesta de Dios, el Espritu Santo, Quin Dios coloc dentro de nuestras
mentes para corregir el pensamiento errado de la separacin. Retirando nuestra creencia en la
proyeccin, damos el primer paso en permitir que Dios nos hable desde dentro, donde l se
encuentra. Algunas veces podemos ver este Proceso en funcionamiento en sueos, tal y como
muestra el ejemplo a continuacin, donde ---en una sesin de terapia--- el sueo de un ego
encierra el mensaje del Espritu Santo:
Un hombre so que estaba de regreso a sus aos universitarios, atendiendo un curso que
estaba a punto de suspender. El sueo concluye con una mujer mayor, severa, informndole
que se encontraba sumamente retrasado en su asignatura. No haba nada que pudiera hacerse
para que no se le expulsara de la universidad. El sueo no ofreca ninguna solucin y el hombre
despert paralizado de miedo. Se le sugiri al hombre que quizs hubiera una forma de salirse
del problema en su sueo; de hecho, podra haber otro sueo, ms all de ste, donde se le
ofreciera una solucin. A pesar de su miedo y de su abrumadora sensacin de fracaso, el
hombre comenz a considerar la posibilidad que se le sugiri y comenz a meditar, tratando de
dejar a un lado la manera en la que su ego interpretaba esa situacin. Despus de un rato, el
hombre cay en un sueo crepuscular (un estado de semi-inconsciencia o semi-sueo donde
todava se producen percepciones, pero no son claras) en el cul so con una segunda mujer,
ms amable y comprensible que la primera, quin le present un manera razonable en la que
el hombre pudiera cumplir los requerimientos del curso y continuar as con su educacin. Al
retirar la inversin que tena el hombre en el sueo del ego, pudo abrirse a recibir el sueo del
Espritu Santo. Esta vez el hombre despert sintindose en paz y confiando en s mismo una
vez ms.
Para citar otro ejemplo del uso que hace el ego de la distraccin, miremos el caso de un
hombre que est a punto de entrar a la oficina de su terapeuta. El hombre se quita los zapatos
por razones que no le son conscientes. Puesto que los pies son frecuentemente vistos en el
psicoanlisis como importantes smbolos sexuales, el hombre mantuvo ocupado al
psicoanalista una buena cantidad del tiempo intentando entender el significado de sa accin.
Ninguna explicacin para eso era la adecuada y no fue sino hasta mucho despus que el
psicoanalista se dio cuenta de que el incidente del zapato fue solo una maniobra diseada para
evitar el verdadero problema que el paciente se negaba a enfrentar.
Llevar el problema a la respuesta es por consiguiente la parte difcil en este primer
paso.
Trata acerca del reconocimiento de que nuestra ira proyectada es una
decisin que hemos tomado para evitar nuestra culpa y poder verla en alguien ms
sistema de pensamiento del ego sera validado. El hecho de que Dios no es as deja sin
cimientos al ego y sta es la razn por la que el ego no puede perdonarle. La creencia del ego
en la culpa es reemplazada por la realidad del Amor de Dios y el ego har todo lo posible para
que no lleguemos a este Amor. El Curso afirma que debes perdonar a tu Padre que no fuese
Su Voluntad que t fueses crucificado (T-24.III.8:13). Nuestros egos tienen que perdonar a Dios
por amarnos en lugar de buscar vengativamente nuestro castigo.
El segundo paso cuestiona nuestra decisin de ser culpables, una vez que la culpa haya sido
trada a la consciencia. Decidimos ahora abandonar toda inversin en el ego como nuestro ser
y nuestro creador, eligiendo identificarnos en su lugar con nuestro verdadero Ser, sabiendo que
Dios es nuestro Amoroso Padre. Aqu es cuando entonces decimos: he elegido
equivocadamente acerca de m mismo y ahora deseo elegir de nuevo. Esta vez elijo con el
Espritu Santo y dejo que l tome la decisin de la Inocencia por m.
3) Esto ya despeja el camino para el tercer paso, lo cual es el trabajo del Espritu Santo. Si
pudiramos deshacer la culpa por nosotros mismos no necesitaramos la salvacin
en primer lugar. Es precisamente porque estamos tan enredados en nuestro ego que el
Espritu Santo entra en nuestro mundo de miedo y culpa. Es una maniobra particularmente
tentadora de nuestro ego el convencernos que podemos deshacer la culpa por nuestra cuenta,
sin la ayuda de Dios. El Curso nos encarga:
Preparas tu mente para esto [deshacer nuestra culpa mediante el instante santo] en
la medida que reconoces que lo deseas por encima de todas las cosas. No es
necesario que hagas nada ms; de hecho, es necesario que comprendas que no
puedes hacer nada ms. No te empees en darle al Espritu Santo lo que l no te
pide, o, de lo contrario, creers que el ego forma parte de l y confundirs a uno con
otro. (T-18.IV.1:4-6).
Lo nico que el Espritu Santo nos pide es nuestra pequea dosis de buena voluntad, Para que
l pueda unirse a ella con el ilimitado poder de la Voluntad de Dios.
No usurpes Su funcin. Dale slo lo que l te pide, para que puedas aprender cun
nfimo es tu papel y cun grande es el Suyo... Nunca intentes pasar por alto tu
culpabilidad antes de pedirle ayuda al Espritu Santo. sa es Su funcin. Tu papel
consiste nicamente en estar dispuesto, aunque sea mnimamente, a que l elimine
todo vestigio de odio y de temor y a ser perdonado (T-18.IV.6:7-8; V.2:3-5).
Por lo tanto, los dos primeros pasos del perdn representan nuestra decisin de que el Espritu
Santo lleve a cabo su trabajo sanador en nosotros. El tercer paso es Suyo. Hay una oracin que
el Curso nos insta a usar cada vez que no estemos dichosos y que contiene los tres pasos que
estamos describiendo:
Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tom esa decisin, por lo tanto, puedo tomar otra.
Quiero tomar otra decisin porque deseo estar en paz.
No me siento culpable porque el Espritu Santo, si se lo permito anular todas las
consecuencias de mi decisin equivocada.
Elijo permitrselo al dejar que l decida en favor de Dios por m.
(T-5.VII.6:7-11).
La nica responsabilidad que tenemos en esto consiste en decidir que queremos la vida que l
nos ofrece y no la oferta del ego, ya que el Espritu Santo puede quitarnos la culpa slo cuando
retiremos nuestra inversin en ella. Esta es la razn por la que el Curso declara que La nica
responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiacin para s mismo (T2.V.5:1), lo cual quiere decir que aceptemos la irrealidad de nuestra culpa mediante el perdn.
Para resumir: la decisin en favor de Dios es la decisin de mirar a nuestras relaciones
especiales, perdonar en lugar de condenar, y ver que nada nos ha sido hecho porque nosotros,
de hecho, nos lo hemos hecho a nosotros mismos. El secreto de la salvacin no es sino
ste: que eres t el que se est haciendo todo esto a s mismo (T-27.VIII.10.1). Nos
damos cuenta de que no somos vctimas del mundo que vemos (W.pI.31), sino vctimas
de nosotros mismos, y que ahora podemos mirar a todo esto de manera diferente. El primer
paso perdona a otros; el segundo a nosotros mismos. De sta manera, nuestra inversin en la
ira y en la culpa es reemplazada por el Amor de Dios, el paso final de nuestra sanacin. Tal y
como se resume en el Curso:
...no ests atrapado en el mundo que ves porque su causa se puede cambiar. Este
cambio requiere, en primer lugar, que se identifique la causa y luego [segundo paso]
se abandone, de modo que [tercer paso] pueda ser reemplazada. Los dos primeros
pasos en este proceso requieren tu cooperacin. El paso final no. (W-pI.23.5:1-4).
Qu se te ha dado? Se te ha dado el conocimiento de que eres una mente, de que
te encuentras en una Mente y de que no eres sino mente, por siempre libre de
pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado por el Amor.
(W.pI.158.1:1-2).
En el caso de que pienses que perdonas a otro, Gary recita la oracin: Eres Espritu pleno,
puro e inocente. Todo queda perdonado y liberado.
Si el perdn es para 'ti' la oracin toma la forma: Soy Espritu inmortal, ste cuerpo no es
sino una imagen que no tiene nada que ver con quien soy en realidad.
como perdonar. Debemos de rendirnos a nuestro Gua interno, la Presencia de nuestro Ser
Creado por Dios, el Cual est en un estado perpetuo de perdn al ver todo desde la perspectiva
de Su Completitud. El perdn es el medio mediante el cual se realiza la jornada de nuestra
identidad falsa separada a nuestro Ser Real.
3. Dndonos cuenta de que son nuestros falsos pensamientos los que fabrican el mundo, su
realidad ahora puede ser cambiada. Ahora disponemos de una base para darnos cuenta de que
el mundo no tiene ms realidad que la de un sueo. Ahora sabemos que nada real sucede
aqu. Ahora entendemos que la culpa era autoimpuesta y que nos habamos perdido en un ciclo
de ataque y defensa. Ahora vemos que no hay nada real para juzgar ---nada para perdonar. Las
figuras y las aventuras que ellas tienen no tienen ningn significado fuera de la historia que
narran. Esta realizacin es la libertad del perdn real.
Al principio es casi imposible entender que lo que juzgamos es nicamente una idea que
sucede en una historia que no tiene mayor realidad que nuestro sueo nocturno. De igual
manera parece prcticamente imposible que si no nos juzgamos a nosotros mismos nadie ms
nos juzgar tampoco. Este entendimiento no significa nada para quienes estn afanados en
sobrevivir en lo que aparenta ser un mundo en el que no tienen an ningn control. Tomar
responsabilidad por su hambre y su miseria, perdonando al que aparenta perseguirlos ya que
el mundo no es real y ellos no son un cuerpo, es algo peor que un sin sentido. Es la negacin
de todo lo que el mundo actualmente significa para ellos. Antes de ser llevados a buscar
respuestas que trasciendan su percepcin, ellos tienen que experimentar la liberacin que el
primer nivel de perdn les ofrece.
Una vez dicho esto, Es cierto tambin que cada eleccin de perdn hecha por cualquiera,
acerca a cada uno de nosotros a la consciencia de eso. El cambio est ocurriendo en cada
nivel de nuestra consciencia. Lo que se requiere para alcanzar cada uno de esos niveles y la
forma ptima en la cual se lograr dicho logro es algo que se encuentra ms all de nuestra
capacidad de comprensin, y todava ms all de nuestra capacidad de realizar.
Esa es la funcin de la Voz de la Verdad, y son la razn y el propsito del que exista en nuestra
Mente Una. Es de mucha ayuda sin embargo, conocer nuestro papel y confiar de que hay otros
en cada nivel haciendo lo mismo ---tanto de manera consciente como inconsciente. Los
cambios en nuestro mundo vendrn en muchas formas y frecuentemente de lugares
inesperados. Muchos no sern reconocidos por lo que son. Pero todos contribuirn a
deshacer nuestra necesidad de hallar falta en otros para poder esconder nuestra culpa.
Encontraremos muchas razones para trabajar juntos Lo cual eventualmente nos har recordar
nuestra Unicidad. Muchos sern coordinados en maneras que podran no reconocer por lo que
son, pero que sanarn nuestro miedo de la unin en cada forma y nivel que exista.
El perdn real retira los juicios que hemos hecho sobre otros. A medida que abandonamos las
razones que empleamos para juzgarlos, nuestros auto-juicios son a la vez abandonados. Es
muy fcil descorazonarse cuando pensamos que somos nosotros quienes estamos a cargo de
este proceso pero que no sabemos como llevarlo a cabo. Es a su vez muy tentador el querer
educar a todos los dems, pensando que ellos necesitan aprender lo que hemos aprendido y
en la manera en la que lo hemos aprendido. Mientras ms rpido pasemos por estos obstculos
ms placentera ser nuestra jornada.
Existe algo que si podemos hacer que satisfar nuestra necesidad de ayudar a la vez que ser
de verdadera ayuda. Podemos reconocer la nica cosa que tenemos todos en comn en
nuestra historia en el mundo. Podemos reconocer que todos ---al igual que nosotros--comparten el deseo de ser amados y la necesidad de conocerse a si mismos como capaces de
amar.
Fuentes:
(*) Forgiveness & Jesus. The Meeting Place of A Course in Miracles and Christianity.
Kenneth Wapnick.
(Actualmente hay una edicin en castellano distribuida por Ediciones el Grano de Mostaza)
(**) La Desaparicin del Universo y Tu Realidad Inmortal, por Gary Renard.
(***) The Miracle of Real Forgiveness. Tom Carpenter
http://theforgivenessmovement.org/index.html
Otros recursos de aprendizaje, webs etc
Ingls:
http://facim.org/ (La pg web de la Fundacin para la Paz Interior, editores de Un Curso de
Milagros. Incluye algunos libros en castellano, que edita en Espaa Ediciones el Grano de
Mostaza)
Castellano:
http://elgranodemostaza.com/ (editorial especializada en libros afines a Un Curso de Milagros
entre otras cosas)
http://www.uncursodemilagros.es/ (web de la Asociacin para la prctica y estudio de Un Curso
de Milagros, Barcelona. En ella encontraremos una gran cantidad de respuestas, dadas por Ken
Wapnick y traducidas al castellano, a preguntas concernientes a Un Curso de Milagros).
http://www.oops-online.com/
Traducido y compilado por
Jos Vicente Mand
www.josemande.com