El Eón en Schmitt y de Anquin
El Eón en Schmitt y de Anquin
El Eón en Schmitt y de Anquin
La opinin de Schmitt
La opinin de De Anqun
El filsofo argentino se ha ocupado especficamente del tema del en en un trabajo
de 1971, titulado Argentina en el nuevo en del mundo, publicado luego dentro de
un volumen de ensayos titulado Escritos Polticos.
Conclusiones
De la exposicin de los dos autores se puede colegir que el en es un trmino de
uso ms o menos habitual en un poca determinada, el perodo que va de los aos
cuarenta a setenta. Recordemos aqu al pasar el trabajo del filsofo mejicano Jos
Vasconcelos titulado Nuestro En (1958) con fecha de publicacin intermedia entre
los dos comentados.
Tanto en Schmitt como en de Anqun el trmino es utilizado en su sentido
metapoltico, esto es, como megacategora que condiciona o crea las condiciones de
la accin poltica.
En el alemn el sentido del en cristiano no ha perdido totalmente su vigencia y
puede restaurarse a travs de la creacin de algn Gran espacio que se funde en la
impronta cristiana, como podra ser el caso de un espacio suramericano.
En el argentino, ste sostiene el fin del en cristiano, incluso puesto de manifiesto
desde hace ya cien aos, aunque deja abierta una puerta para la cohabitacin con
el ser inmanente que lo ha venido a reemplazar a travs de la idea de participacin
que genera el Dios gape.
Sus visiones de la historia son distintas. As Schmitt sostiene una visin lineal de
neto corte cristiano, en tanto que de Anqun adhiere a la visin cclica de la historia
de raz greco-irania.
En donde ambos coinciden es en el carcter no cristiano del cesarismo como tpica
forma de poder, y ante este nuevo Csar, la respuesta de De Anqun, sin l
barruntarlo o a pesar de su postura filosfica, es la del Epimeteo cristiano de
Schmitt. Esto es, est fundada en el saber soportar, en la fortaleza del substinere.
Finalmente hay que tener en cuenta que el fin de un ciclo o un perodo o un en no
es necesariamente el fin de los tiempos, slo le corresponde el privilegio o la
especificidad de unir en s mismo el fin de un ciclo con el fin de los tiempos al en
cristiano con la parusa o segunda venida de Cristo.
Es por ello que no podemos hablar del fin de en cristiano sin hablar del fin de los
tiempos, porque el acontecer histrico tiene para el cristianismo un principio y un
fin y sus hechos son singulares e irrepetibles, no es cclico como en el mundo
pagano del ser inmanente.