Bienaventuranzas
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COMUNIDAD REMAR
Segunda Etapa
Entregas - BIENAVENTURANZAS
PRESENTACIN
El presente documento, recoge algunos textos que intentan profundizar en las Bienaventuranzas, para que
comprendiendo su contenido, podamos ir concretizndolas y llevndolas a nuestra vida. El compartir y
reflexionar estos textos en comunidad, nos puede ayudar a generar un espacio, no slo de formacin, sino de
camino conjunto, tratando de animarnos, acompaarnos y en su momento, confrontarnos, para crecer como
personas y como discpulos. De esa manera iremos profundizando en nuestra propia identidad, personal,
comunitaria y cristiana, as como las formas en las que entraremos en relacin con nuestro entorno.
Que esta sea una oportunidad para la toma de conciencia de lo que implica acoger el proyecto que Jess nos
plantea a travs de las Bienaventuranzas, para confirmar nuestra decisin de seguirle desde lo concreto de
nuestra vida.
PROPUESTA GENERAL DE TRABAJO
1. Lectura personal y/o en grupos del documento:
a. Sntesis y aplicacin personal.
b. Sntesis y aplicacin comunitaria.
2. Aplicacin en nuestro proyecto personal y comunitario.
3. Evaluacin peridica del proyecto personal y comunitario. (Acordar frecuencia)
NDICE DEL DOCUMENTO
Pg. Ttulo
01 - Presentacin, propuesta e ndice
02 - Hoja de cosecha
03
03
04
05
06
07
08
09
10
FUENTE 1
- Las bienaventuranzas hoy
- Dichosos los pobres de espritu
- Dichosos los que lloran
- Dichosos los sufridos (los mansos)
- Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia
- Dichosos los misericordiosos
- Dichosos los limpios de corazn
- Dichosos los que trabajan por la paz
- Dichosos los perseguidos por causa de la justicia
FUENTE 2
11 - Iglesia ms evanglica
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FUENTE 3
- Las bienaventuranzas estructura
- Dichosos los pobres de espritu
- Dichosos los que se afligen (lloran)
- Dichosos los mansos
- Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia
- Dichosos los misericordiosos
- Dichosos los limpios de corazn
- Dichosos los que trabajan por la paz
- Dichosos los perseguidos por causa de la justicia
23 ORACIONES
BIENAVENTURANZA
LLAMADAS PERSONALES
LLAMADAS COMUNITARIAS
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pobres de
espritu
que lloran
Dichosos los
los mansos
que tienen
hambre y sed de
justicia
misericordiosos
limpios de
corazn
que trabajan por
la paz
perseguidos por
causa de la
justicia
SNTESIS FINAL:
Te invitamos a escribir:
1. Ecos que te quedan de las bienaventuranzas, en general.
2. Alguna bienaventuranza conecta con algn aspecto en tu vida en el cul te sientes llamado a
crecer?
3. Qu implicaciones tiene para tu vida esa bienaventuranza y de qu manera lo concretizaras
en tu proyecto de vida?
4. Qu implicaciones tiene en tu comunidad vivir la Entrega de las Bienaventuranzas?
5. Cmo sugieres que se incluya en el proyecto comunitario?
(FUENTE 1)
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Bienaventurados los que sufren por ser conscientes de sus pecados y luchar por
superarlos.
Bienaventurados los que lloran por ver como hay quienes se enriquecen a costa de la
miseria de otros.
Bienaventurados los que lloran por ver como las drogas atrapan a hombres y mujeres.
Bienaventurados los que lloran al ver como se intentan llenar los vacos espirituales con
adicciones de todo tipo.
Llorar por los propios pecados y los de la sociedad es el primer paso para, desde las
coordenadas existenciales, trabajar para superarlos. Y Cristo nos promete su consuelo.
Dichosos los sufridos (los mansos), porque heredarn la tierra.
Y qu significa ser manso?
Por el P. Raniero Cantalamessa, O.F.M.
Para descubrir quines son los mansos proclamados bienaventurados por Jess, es til
pasar revista brevemente a los trminos con los que la palabra mansos (praeis) se plasma en
las traducciones modernas. El italiano tiene dos trminos: miti y mansueti. Este ltimo es
tambin el trmino empleado en las traducciones espaolas, los mansos. En francs la
palabra se traduce con doux, literalmente los dulces, aquellos que poseen la virtud de la
dulzura (no existe en francs un trmino especfico para decir mansedumbre; en el
Dictionnaire de spiritualit esta virtud est expuesta en la voz douceur, dulzura). En alemn
se alternan diversas traducciones. En la traduccin ecumnica de la Biblia, la Eineits Bibel,
los mansos son aquellos que no ejercen ninguna violencia die keine Gewalt anwenden,
por lo tanto los no-violentos. Algunos autores acentan la dimensin objetiva y sociolgica y
traducen praeis con Machtlosen, los inermes, los sin poder. El ingls vincula habitualmente
praeis con the gentle, introduciendo en la bienaventuranza el matiz de gentileza y de
cortesa. Cada una de estas traducciones evidencia un componente verdadero, pero parcial,
de la bienaventuranza. Hay que considerarlas en conjunto y no aislar ninguna, a fin de tener
una idea de la riqueza originaria del trmino evanglico. Dos asociaciones constantes, en la
Biblia y en la exhortaciones cristianas antiguas, ayudan a captar el sentido pleno de
mansedumbre: una es la que acerca entre s mansedumbre y humildad, la otra la que
aproxima mansedumbre y paciencia; la una saca a la luz las disposiciones interiores de las
que brota la mansedumbre, la otra las actitudes que impulsa a tener respecto al prjimo:
afabilidad, dulzura, gentileza. Son los mismos rasgos que san Pablo evidencia hablando de
la caridad: La caridad es paciente, es servicial, no es envidiosa, no se engre... (1Co13, 4-5).
Vivir la mansedumbre en el siglo XXI
Algunos no entienden bien qu significa ser mansos, y creen que una persona mansa es
alguien tonto, tmido, que se deja pisotear por los dems. Sin embargo, ser manso es ser
tranquilo, agradable, dcil para aprender, tardo para reaccionar violentamente. La
mansedumbre es una virtud y lo nico que puede matarla es el sentimiento de orgullo.
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Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque sern saciados
Justicia en la Sagrada Escritura es sinnimo de santidad. Un justo, segn los judos del
tiempo de Jess, era un hombre que ajustaba toda su vida al querer de Dios. Lo que el justo
buscaba era la gloria divina y no su propio inters personal. As, bienaventurados los que
tienen hambre y sed justicia equivale a decir bienaventurados los que tienen hambre y sed
de que se cumpla en ellos la voluntad de Dios
Entonces, esta bienaventuranza nada tiene que ver con la
venida de una justicia tal como la entendemos ahora? Dios no
va a compadecerse de los que sufren toda suerte de atropellos y
tiranas? Responde monseor Arnulfo Romero que, si bien la
justicia en sentido bblico se refiere a la buena relacin entre el
hombre y Dios, es tambin la victoria de Dios sobre la maldad
del hombre; por eso, dichosos los que la anhelan!, porque
ellos quedarn saciados, vern cmo se cumple esta alegra, se
llena esta hambre.
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En la Biblia
En Hebreo la palabra Hsd, que se traduce como misericordia o amor, forma parte del
vocabulario del Antiguo Testamento. Del lado de Dios designa un amor inquebrantable, capaz
de mantener una comunin para siempre, sin importar lo que acontezca. Pero como la
alianza de Dios con su pueblo es una historia de rupturas y de nuevos comienzos desde la
partida (xodo 3234), resulta evidente que semejante amor incondicional suponga el
perdn; aqu encontramos asociados el perdn y la misericordia.
En el Nuevo Testamento tambin encontramos la palabra rahamm, la cual se le encuentra
junto a hsd, pero tiene una mayor carga emocional. Literalmente significa entraas, es una
forma plural de rhm, el seno materno. La misericordia, o la compasin, es aqu el amor
sentido, el afecto de una madre hacia su hijo (cfr. Isaas 49, 15), la ternura de un padre por
sus hijos (cfr. Salmo 103,13), un amor fraterno intenso (cfr. Gnesis 43,30).
Vivir la misericordia
De lo anterior se deduce que la misericordia es una actitud bondadosa de compasin hacia
otro, generalmente del ofendido hacia el ofensor o desde el ms afortunado hacia el ms
necesitado. Misericordia implica perdonar; compadecerse es decir padecer con el otro, un
movimiento amoroso que nace de la entraa del ser humano, de lo ms hondo. Una cara
ms de lo que conocemos como amor. En el orden fsico, intelectual y moral, el hombre
puede estar lleno de calamidades y miserias. Por eso las obras de misericordia son
innumerables -tantas como necesidades del hombre-.
Nuestra actitud compasiva y misericordiosa ha de ser en primer lugar con los que
habitualmente tratamos, con quienes Dios ha puesto a nuestro lado y con aquellos que estn
ms necesitados. La misericordia nos llevar a preocuparnos de la salud, del descanso, del
alimento de quienes Dios nos encomienda. Por ejemplo, los enfermos merecen una atencin
especial: compaa, inters verdadero por su curacin, facilitarles el que ofrezcan a Dios su
enfermedad, as se hacen obras de misericordia materiales, al procurarles lo necesario
para aliviar su enfermedad fsica y espiritualmente, al prestarles atencin, paciencia y
solicitud a sus necesidades psicolgicas.
Declogo de la tolerancia y la misericordia
1. La tolerancia es siempre ideologa; la misericordia slo se entiende desde Dios.
2. La tolerancia te lleva a saber que todos somos iguales; la misericordia, que cada uno es
nico e irrepetible.
3. Por tolerancia te soporto, por misericordia te amo.
4. La tolerancia te lleva a la diplomacia; la misericordia a entregarte la vida.
5. Ser tolerante es un talante; ser misericordioso es ponerse en el lugar del otro.
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todo el que busca y difunde la paz y trabaja por ella. Abarca a todos; la misma estructura en
que est redactada lleva a una formulacin universal e impersonal.
Los pacficos en el siglo XXI son:
Aquellos que construyen un ambiente de armona en sus familias.
Aquellos que tratan con decoro y cario a su cnyuge
Aquellos que tratan con cortesa y valenta.
Aquellos que buscan y viven en una paz interior.
Aquellos que buscan la concordia en sus ambientes de trabajo.
Aquellos que exigen con firmeza pero sin olvidar la caridad.
Aquellos que oran por un mundo menos cruel.
Aquellos que alientan con el saludo y con la palabra oportuna.
Declogo del pacfico
Por Fernando Sebastin, arzobispo de Pamplona
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Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos
Para los escritores del Antiguo testamento justicia (en hebreo sedeq/sedaga) designa la
recta conducta de Dios y de los hombres, no con respecto a una norma ideal de rectitud,
sino con respecto a las relaciones existenciales concretas que existen entre los socios. La
justicia del hombre se presenta como la actuacin grata a Dios y es contrapuesta a la
maldad. En esta bienaventuranza Jess no se refiere a los que huyen perseguidos por
cualquier causa; es preciso que sea por causa del bien que hacen. Perseguido es aquel que
es molestado, aquel al que se hace sufrir, al que se le busca hacerle dao por el solo hecho
de ser hombre de bien. Entonces viene la pregunta: Qu es hacer el bien? Es buscar lo
bueno para s y los dems en el sentido moral y espiritual. Al perseguido por trabajar por la
paz, por el amor de los hombres, por los valores morales enseados por Jesucristo, por vivir
en armona, por estar al lado de los que sufren, por hacer que el hombre sea bueno, a ese es
al que va dirigida esta bienaventuranza.
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Dichosos sern ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por
causa ma. Algrense y salten de contento...
Tomado de http://www.elobservadorenlinea.com/content/view/2722/1/
IGLESIA MS EVANGLICA
(FUENTE 2)
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Las bienaventuranzas
(FUENTE 3)
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bienaventuranzas con que comienza. La repeticin rtmica del anuncio "dichosos" da el tono
de una gran felicidad, de ese gozo pleno que debera marcar, como clima de fondo, la lectura
de todo el Evangelio. Vamos a detenernos preferentemente en la estructura que vincula a las
bienaventuranzas entre s.
LA ESTRUCTURA DE LAS BIENAVENTURANZAS
Tenemos una serie de ocho bienaventuranzas (la novena se presenta como una
ampliacin de la octava y est en segunda persona del plural, a diferencia de las anteriores,
que estn en forma impersonal, y prepara el pasaje sucesivo, que empieza con un
"ustedes...").
Cada una se articula en tres elementos: la proclamacin de que son "dichosos"; la
caracterizacin de las personas a las que se refiere esta proclamacin (los pobres, los que
sufren...); la descripcin de lo que vale ya esto para ellos (5,3.10) o de lo que les espera en el
futuro (5,4-9) (sern consolados..., heredarn la tierra...). La concatenacin lgica muestra
que el primer elemento describe el resultado, el segundo la condicin, el tercero la causa.
As pues, la causa de la bienaventuranza no son las actitudes o las situaciones humanas,
sino el hecho de haber sido alcanzados por la presencia y la accin salvfica de Dios. Sin
embargo, slo las personas que realizan en su vida estas actitudes estn dispuestos a
acoger la presencia de Dios, cuya accin salvfica se hace eficaz en ellos, tal como atestigua
la felicidad que se transparenta en su existencia.
Una vez comprendida la estructura de las bienaventuranzas, empecemos por leerlas
una tras otra, intentando comprender en profundidad su espritu.
"DICHOSOS LOS POBRES DE ESPRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS"
El trmino espritu tiene que comprenderse en relacin con el trmino corazn. Ms
adelante se hablar de los limpios "de corazn"; aqu se habla de los "pobres de espritu": el
espritu y el corazn se presentan, por tanto, como realidades equivalentes. El espritu, en
lenguaje bblico, representa lo que da vida al hombre, aquello por lo que vive como hombre.
La pobreza a que se refiere esta bienaventuranza es, por tanto, una condicin que
caracteriza a ese ncleo interior del hombre, y no tanto la cualificacin de una situacin
existencial, externa.
Qu es esta pobreza? Es, ante todo, la conciencia de ser pobre, la conciencia de
depender de los dones y la ayuda de otro para poder seguir viviendo. Un pobre no puede
vivir en la autosuficiencia, es consciente de su condicin de ser limitado y sabe que su vida
depende de la ayuda y los dones que los otros quieran otorgarle; sin "sentirse dado", un
pobre no puede vivir. Por consiguiente, la pobreza es todo lo contrario de la autosuficiencia
de quien piensa que se basta a s mismo y no depende del don de nadie.
La pobreza "material", como condicin exterior, puede ser ciertamente la situacin de
vida en que ms fcilmente se toma conciencia de una pobreza que afecta a la dimensin
ms profunda de la vida humana como vida que viene del don de otro y que est llamada a
abrirse a ese don, si quiere mantenerse autnticamente humana. Por la misma razn, puede
ocurrir tambin que quienes son materialmente ricos encuentren en esta condicin de vida la
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presuncin de su propia autosuficiencia, la ilusin de una seguridad que les impide tomar
conciencia de que la vida viene del don de otro. En este sentido, muchas pginas del
Evangelio hablan de la riqueza como de un obstculo a la apertura a Dios y a la acogida del
Evangelio.
Una vez comprendido el significado de "pobres de espritu", nos resulta ms fcil
comprender que esta pobreza tiene como referencia, ante todo, a Dios como fuente de una
vida dada. El pobre de espritu, al tomar conciencia de su condicin de necesidad, se
encuentra en la situacin existencial ms adecuada para abrirse a la acogida del sentido de
su propia existencia, de la salvacin de su propia vida como don que viene de Dios. Muchos
textos del Antiguo Testamento, y en especial algunos salmos, hablan de estos "pobres de
espritu" que muestran la conciencia de que slo pueden vivir del don que les viene de Dios.
Bajo esta condicin de bienaventuranza se da una actitud que hoy definiramos de
"pasividad". Si miramos con atencin nuestra experiencia, nos daremos cuenta de cmo la
vida crece menos por nuestra actividad que por nuestra capacidad de pasividad. En efecto,
la vida crece en la medida en que nos abrimos para dejarnos dar por el amor, por la ayuda,
por la, presencia, por la misericordia de los otros y, en el fondo, por la presencia, la ayuda y
la misericordia de Dios. He ah por qu "es de ellos el reino de los cielos". De esta mane ra
son tan conscientes de la necesidad que los marca en lo ms hondo de su ser y de su
apertura al don que, all donde Dios se hace presente (extiende su Reino), lo acogen
realmente como a Aquel que est de su parte. Esta presencia del reino, acogida en su
existencia, es causa de la dicha que Jess proclama para ellos.
"DICHOSOS LOS QUE SE AFLIGEN (LOS QUE LLORAN), PORQUE ELLOS SERN CONSOLADOS"
A veces se traduce indebidamente este texto: "bienaventurados los afligidos". La
traduccin correcta es "los que se afligen". Los afligidos seran aquellos que, afectados por la
desgracia -en sentido pasivo- tienen que sufrir por culpa de otros. En cambio, "los que se
afligen" son aquellos que -con una actitud activa- se muestran capaces de afliccin, se
duelen por las desgracias de los dems. La misma forma verbal -el verbo est en presentealude a una actitud permanente que caracteriza la existencia, no a una condicin debida a
unos hechos contingentes.
Cules son las causas de la afliccin? Si nos
fijamos en algunos textos bblicos que hablan de esta
condicin, descubrimos que las causas por las que
lloran y se afligen los hombres son la muerte de los
seres queridos, la participacin en la desgracia de
otros (Sal 34,13-14; Eclo 7,34; Ap 18,7). Uno se aflige
activamente, se lamenta en lo profundo de su
corazn, cuando las sombras de la muerte, bajo el
signo de la enfermedad, del sufrimiento y de
cualquier otra forma de atentado contra la vida, caen
sobre las personas que estn a su lado y a las que se
ama de una manera especial. Tambin es motivo de
afliccin el pecado en cuanto accin que rompe la
relacin amorosa con Dios y con los dems.
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As pues, la afliccin es la actitud de quienes son capaces de sufrir por las situaciones
de muerte que devastan las relaciones humanas, interrumpiendo las relaciones de amistad, y
ello porque son capaces de mantener unos lazos profundos de comunin y de amor. La
afliccin indica la capacidad de hacerse solidario del que sufre, de hacerse vulnerable y dbil:
con la vulnerabilidad y la debilidad que son propias del amor.
Lo contrario de la capacidad de afligirse es, pues, el "vivir blindado", encerrado dentro
del propio bienestar, en una bsqueda de s mismo que no deja ya espacio alguno para el
amor a los dems y no sabe sufrir por unas relaciones que se interrumpen.
La persona que surge del contexto de esta bienaventuranza no es el super-hombre, el
hombre autosuficiente que tantas veces constituye el modelo dominante en nuestra cultura.
Se presenta ms bien como un hombre pobre y vulnerable. No es un ser impasible, como un
hroe estoico que resiste sereno las vicisitudes de la vida, sino un ser que por amor se deja
vulnerar, se deja herir por las heridas de los dems, y lleva sobre s, en cierto modo, los
signos del sufrimiento de la humanidad.
A todos estos les anuncia Jess que "sern consolados". La promesa de un consuelo
por parte de Dios mismo tiene muchos antecedentes en la tradicin del Antiguo Testamento.
Un ejemplo significativo es el texto de Is 66,13: "Como un nio a quien su madre consuela,
as os consolar yo". La promesa que constituye la base de la felicidad, incluso cuando nos
afligimos, est en el hecho de que Dios nos consolar asegurndonos su relacin de afecto y
de amor, haciendo desaparecer de este modo las causas de la afliccin debidas
precisamente a la interrupcin de unas relaciones autnticas. Dios no slo viene a nuestro
encuentro para consolarnos, sino que, adems de consolarnos, nos perdona, nos libera,
reconstruyendo nuestra vida personal y comunitaria. El texto de Ap 21,3-4 nos recuerda y
nos manifiesta de manera ejemplar esta promesa:
"Esta es la morada de Dios con los hombres; l hablar con ellos, y ellos sern su pueblo.
Dios en persona estar con ellos y ser su Dios. El enjugar las lgrimas de sus ojos, y ya
no habr muerte ni luto ni llanto ni dolor, pues lo de antes ha pasado".
"DICHOSOS LOS MANSOS, PORQUE ELLOS HEREDARN LA TIERRA"
Esta bienaventuranza parece estar sacada del Salmo
37,11: "los sufridos poseern la tierra y disfrutarn de paz
abundante". Este salmo, que puede ayudarnos a comprender
quines son los "mansos", empieza de este modo:
"No te exasperes por los malvados, no envidies a los
inicuos...; confa en el Seor y haz el bien...; ser el Seor
tu delicia...; confa en l, y l actuar...; descansa en el
Seor y espera en l..., no te exasperes por el que triunfa
empleando la intriga; cohbe la ira, reprime el coraje; no te
exasperes y no obrars mal".
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El hambre y la sed son metforas de una necesidad fundamental y vital, que hace
nacer un deseo profundo, de cuya satisfaccin depende la misma vida.
Hambrientos y sedientos "de justicia". Este trmino suele referirse a la justicia social, al
restablecimiento de la equidad y el derecho en las relaciones humanas, con un significado
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lo recoge Jess para motivar su actitud de bondad y de acogida ante aquellas categoras de
personas que quedaban marginadas y excluidas de las relaciones sociales de los dems,
porque consideraban que estaban lejos de Dios. Jess, con su actitud concreta, manifiesta
cul es la exigencia profunda por parte de Dios: la misericordia. As quedan
desenmascarados los intentos de marginar apelando a leyes rituales, segn las cuales el
trato con esas personas haca impuros y, por consiguiente, excluidos de la relacin con Dios
a quienes lo practicasen. Jess, indicando en la actitud de misericordia, encarnada en su
comportamiento concreto, la exigencia de Dios, muestra que la intencin profunda de Dios va
en sentido contrario, respecto a la interpretacin humana de sus exigencias. Dios quiere la
misericordia que es acogida, comunin, reconciliacin ofrecida a todos los que no tenan
esperanza por haber sido excluidos de la relacin social y religiosa.
El segundo texto donde Jess recoge la misma cita del
profeta Oseas es Mt12, 7. El contexto de la disputa se refiere
en este caso a la observancia de la ley del sbado: Jess y los
discpulos arrancan espigas durante el sbado, violando as la
ley del descanso. Tambin en esta ocasin la cita que hace
Jess a propsito de la misericordia intenta desenmascarar la
observancia legalista y formal de la ley por parte de los
fariseos, significa no manipular la ley o ser corruptos para
daar a los ms dbiles. La vida del hombre (significada por la
necesidad expresada por el hambre) es ms importante que
cualquier otra regla; ms an, la regla encuentra su verdad en
el hecho de estar al servicio de la vida; por eso se seala la
misericordia como la exigencia primera y fundamental de Dios.
Esta misma apelacin a la misericordia aparece en un tercer pasaje: Mt23, 23. Tambin
aqu nos encontramos en un contexto de disputa, donde Jess desenmascara la hipocresa
de los escribas y fariseos que observan hasta sus ms pequeos detalles las leyes que regulan el pago de los diezmos, creyendo que de esta forma son agradables a Dios, mientras que
pasan por alto "lo ms importante": la justicia, la misericordia, la fidelidad. Cualquier realidad
que se precie de ser fidelidad a Dios en la observancia de sus mandamientos queda sometida a la verificacin de la misericordia: el que no es capaz de practicar la misericordia no
observa la voluntad de Dios. El mismo Jess encarna esta exigencia de misericordia, que
consiste en ir al encuentro de los excluidos, de los que estn al margen de la vida, bien
por ser necesitados, bien porque con su pecado se han apartado ellos mismos del camino de
la vida.
Estos textos del Evangelio de Mateo ilustran el significado de la actitud de misericordia
que recuerda la bienaventuranza que estamos considerando: condicin del gozo y de la
acogida de aquella misericordia que Dios tiene con nosotros y con la que nos acoge.
Podemos resumir el sentido de la misericordia en tres actitudes (en las que se observa un
movimiento que va desde la intencin interna hasta la accin externa).
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Jess requiere una pureza que toque las intenciones del corazn y no se limite, como para
los fariseos, a las purificaciones rituales externas. Es en este contraste con quienes
simplemente se atienen a unas reglas exteriores que les garanticen la pureza, como se
comprende la exigencia de "pureza de corazn" que expresa Jess. Esta debe atender al
centro del hombre y, por tanto, a la totalidad de su vida, a partir del ncleo ms profundo
donde se originan los pensamientos, las intenciones y las consiguientes opciones operativas.
Un versculo del salmo 24 ilustra el significado de esta limpieza del corazn: "Quin
puede subir al monte del Seor?, quin puede estar en el recinto sagrado? La persona de
manos inocentes y puro corazn, el que no se dirige a los dolos ni jura en falso" (Sal 24,3-4).
La correspondencia entre las manos y el corazn, que aqu se seala, muestra que la pureza
es una orientacin que implica a la totalidad del hombre, manteniendo unidas las intenciones
interiores (significadas por el corazn) y la operatividad (significada en las manos). As, en el
salmo 50 la peticin "crea en m, oh Dios, un corazn puro" significa exigencia de libertad
interior para estar disponible a las profundas exigencias de Dios, a su voluntad.
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"DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS
CIELOS"
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del discpulo: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de s mismo, cargue con su cruz
y me siga" (Mt16, 24). El que se pone a seguir a Jess acepta vivir una plena disponibilidad
para el amor, sabiendo que puede encontrarse, como se encontr Jess, en la condicin de
no ser comprendido y de ser rechazado.
As pues, la persecucin, en formas ms palpables o ms sutiles, como las que hoy
puede asumir, debera ser una condicin que acompaa a la vida de los discpulos y de las
comunidades cristianas. Pero la persecucin que se recuerda como condicin de la bienaventuranza no es una persecucin casual o por un motivo cualquiera, sino "por causa de
la justicia. Por consiguiente, se trata de aquella persecucin que cae sobre los discpulos por
su conformidad con el Evangelio y por sus exigencias. Es precisamente esta fidelidad la que
puede llevarlos a la incomprensin y la que ha llevado en ciertos casos a la violencia contra
los discpulos hasta la muerte: experiencia que no puede limitarse slo a los comienzos de la
Iglesia. La verdad del Evangelio, anunciada en la vida de los discpulos, puede tener tal
luminosidad que desenmascare cualquier forma de falsedad de los hombres; y esto puede
llegar a ser insoportable para muchos: de ah nace la persecucin en todas sus formas,
desde la violencia abierta hasta la ms sutil, hecha de descrdito, burla, marginacin... Si la
persecucin por causa de la justicia es una condicin inherente a la vida cristiana, debera
resultarnos sospechoso que el testimonio cristiano no suscite una reaccin: cuando las cosas
van bien para todos, es de temer que no dejemos ver con transparencia la radicalidad de las
exigencias evanglicas. La luminosidad del testimonio evanglico choca inevitablemente con
los egosmos, los intereses, las injusticias presentes en la historia humana. Por eso, una
comunidad cristiana que no incomode a nadie debera ponerse seriamente en cuestin.
La condicin en que nacieron las primeras
comunidades cristianas fcilmente poda engendrar la
oposicin: la hostilidad del mundo judo y del mundo
pagano con respecto al nuevo estilo cristiano es un
buen testimonio de ello. Esta condicin se fue
suavizando con la difusin del cristianismo y su
identificacin con el entramado social que lo rodeaba.
La historia nos ensea que no siempre se hizo esto sin
que se viera menguada la radicalidad evanglica. La
situacin en que hoy nos toca a nosotros vivir el
testimonio cristiano nos remite, en no pocos aspectos, a
la condicin de presencia minoritaria en medio de los hombres, en una condicin de no
pacfica aceptacin del estilo de vida evanglico. La comunidad cristiana puede sentirse
llamada a vivir con renovado empeo la justicia evanglica sin esperar el aplauso y el
consenso fcil, sino ms bien sabiendo que habr de encontrarse con la incomprensin y la
hostilidad.
Los que acepten seguir a Cristo tambin por este camino de persecucin por causa de la
justicia, recibirn el reino de Dios, es decir, experimentarn la cercana absoluta de Dios, que
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es fuente de serenidad y de felicidad incluso en los momentos en que hay que padecer por la
justicia.
ORACIONES
HILOS PARA ENTENDER LAS BIENAVENTURANZAS
Cmo podr alguien ayudar,
si nunca ha necesitado un hombro amigo.
Cmo podr alguien consolar,
si nunca sus entraas han temblado de dolor.
Cmo podr alguien curar,
si nunca se ha sentido herido.
Cmo podr alguien ser compasivo,
si nunca se ha visto abatido.
Cmo podr alguien comprender,
si nunca en su vida ha tenido el corazn roto.
Cmo podr alguien ser misericordioso,
si nunca se ha visto necesitado.
Cmo podr alguien dar serenidad,
si nunca se ha dejado turbar por el Espritu.
Cmo podr alguien alentar,
si nunca se quebr por la amargura.
Cmo podr alguien levantar a otros,
si nunca se ha visto cado.
Cmo podr alguien dar alegra,
si nunca se acerc a los pozos negros de la vida.
Cmo podr alguien ser tierno,
si en su vida todo son convenios.
Cmo podr alguien acompaar a otros,
si su vida es un camino solitario.
Cmo podr alguien compartirse,
si en su vida todo lo tiene cubierto.
Cmo podr alguien gozar el evangelio,
si lleva cuenta hasta del comino.
Cmo podr alguien encontrar,
si nunca ha estado perdido.
Cmo podr alguien si no ser dichoso!
Florentino Ulibarri
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COMUNIDAD REMAR
Segunda Etapa
Entregas - BIENAVENTURANZAS
ORACIN
Creo que son felices los que comparten, los que viven con poco,
los que no viven esclavos de sus deseos.
Creo que son felices los que saben sufrir,
encuentran en Ti y en sus hermanos el consuelo
y saben dar consuelo a los que sufren.
Creo que son felices los que saben perdonar,
los que se dejan perdonar por sus hermanos,
los que viven con gozo tu perdn.
Creo que son felices los de corazn limpio,
los que ven lo mejor de los dems,
los que viven en sinceridad y en verdad.
Creo que son felices los que siembran la paz,
los que tratan a todos como a tus hijos,
los que siembran el respeto y la concordia.
Creo que son felices los que trabajan
por un mundo ms justo y ms santo,
y que son ms felices si tienen que sufrir por conseguirlo.
Creo que son felices los que no guardan en su granero
el trigo de esta vida que termina,
sino que lo siembran, sin medida,
para que d fruto de Vida que no acaba.
Y creo todo esto porque creo
en el hombre lleno del Espritu,
Jess de Nazaret, el Seor, Amn.
Jos Enrique Galarreta