Curriculo Practico
Curriculo Practico
Curriculo Practico
En el capitulo anterior, nos hemos centrado en modelos de diseo curricular que llevaban
implcito el que la tarea del diseo propiamente dicha es principalmente responsabilidad
de polticos y administradores educativos y no de quienes estn en la prctica diaria de
las escuelas; se trataba de una competencia administrativa y burocrtica, consistente en
seleccionar y disponer adecuadamente una serie de elementos con objeto de empaquetar
eficientemente el conocimiento disciplinar que haba que presentar al estudiante para su
aprendizaje. El diseo curricular comienza a cobrar inters en tanto que tarea profesional
cuando, sobre todo en los pases anglosajones caracterizados por su gran descentralizacin
administrativa y por una relativa autonoma de sus escuelas, se piensa y se asume que la
tarea del diseo curricular compete ms bien a los expertos en las distintas disciplinas y reas
de conocimiento, a los expertos en diseo curricular propiamente dicho, y, por supuesto, a
los profesores y profesoras que lo adaptan, concretan y aplican en sus aulas.
Los modelos prctico-deliberativos sobre los que vamos a tratar en este captulo
marcan precisamente una transicin radical en la concepcin misma de la relacin entre el
profesorado y el currculum escolar. En este sentido, los profesores, a lo largo de los aos
setenta y ochenta, en todos los pases, dejan de verse como distribuidores de proyectos
ajenos, o como gestores de las decisiones tomadas por las administraciones educativas para
las que trabajan, para pasar a ser reconocidos como actores, creadores y decisores en el
campo del diseo y el desarrollo curricular. Con ello, puede decirse que el diseo curricular,
como proceso de toma de decisiones en educacin, se democratiza, se acerca a los actores
que forman parte de la comunidad educativa, empezando por el profesorado; adems, el
nfasis se traslada desde la utilizacin de reglas y procedimientos tcnicos de elaboracin
del currculum que acabamos de ver al anlisis de la prctica diaria en la que tienen lugar
los procesos de diseo y desarrollo curricular.
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OBJETIVOS
Presentar y discutir las aportaciones de los modelos prctico-deliberativos de
diseo curricular buscando poner especialmente de manifiesto el contraste con los
modelos tecnolgicos.
Describir alguna de las propuestas concretas de utilizacin de la deliberacin
como racionalidad ms adecuada para el diseo del currculum.
Recoger, describir y sistematizar los principales productos concretos que desde
estos modelos se produjeron en los aos setenta y posteriores.
Llevar a cabo un balance crtico de los modelos prctico-deliberativos de diseo
curricular. Destacar los avances respecto de los modelos tecnolgicos as como las
principales lneas de crtica que han recibido.
CONOCIMIENTOS RELACIONADOS
CON EL TEMA
Este captulo est muy relacionado, obviamente, con los captulos anterior y posterior
(modelos tcnicos y modelos crticos); deben estudiarse conjuntamente, pues las referencias
y el contraste entre los tres ha de ser constante. Cada uno de los tres se comprende y elabora
con la ayuda de los otros dos. Por otro lado, los conceptos que se desarrollarn aqu con ms
detalle ya fueron introducidos en el captulo l. Ahora, tras exponer los presupuestos tericos
de los modelos de diseo prctico-deliberativos, que pertenecen a la tradicin interpretativa
previamente explicada, describiremos y analizaremos crticamente algunas de sus lneas
concretas en el diseo curricular, para terminar con un balance de estos modelos y sus
aportaciones a la teora y prctica curricular.
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Por ltimo, resulta simplista y hasta sospechosamente ingenua la orientacin exclusiva del
currculum hacia la produccin de aprendizajes evaluables, cuando, entre otras muchas
cosas, sabemos que la escolarizacin de nuestros alumnos tiene muchos y muy variados
efectos, que desde luego van ms all de lo que ningn diseo curricular puede prever.
Dicho en breve con otras palabras, cuando la tarea del diseo curricular -y con ella
el discurso terico sobre el mismo- comenz a acercarse a la prctica diaria de los centros
educativos y de las aulas, la propia concepcin de dicha tarea, de su naturaleza, implicaciones
y propsitos, cambi de manera radical. Surgen en este momento los hoy conocidos como
modelos prcticos o deliberativos de diseo y desarrollo del currculum. Tal vez, el primer
autor en relacionar el diseo curricular con el lenguaje y las exigencias especficas de la
prctica, y en apelar a la racionalidad deliberativa como alternativa a la racionalidad tcnica,
fue J. Schwab (1969). Muchos otros tericos del currculum, sobre todo a lo largo de los aos
setenta y ochenta, siguieron en esta lnea. Entre ellos, destacan Reid (1981) y Walker (1971),
a quienes volveremos ms adelante. A pesar de ello, como el lector sin duda imaginar,
estos modelos tienen races muy profundas en la historia del pensamiento en general y de
la pedagoga en particular. As, la visin prctico-deliberativa del diseo curricular est,
de manera inmediata, inspirada en el pragmatismo filosfico y pedaggico de Dewey, y,
en su desarrollo ulterior, debe mucho a la epistemologa gentica de Piaget, a la psicologa
cognitiva aplicada a la educacin en general, y a la teora del desarrollo moral de Kohlberg.
Adems, esta nueva forma de pensar sobre el currculum escolar y su elaboracin, est
tambin emparentada de manera muy directa con la tradicin interpretativa en investigacin
educativa, que tambin comenz a consolidarse en los aos a que nos estamos refiriendo. De
hecho, se puede afirmar que los progresos en esta lnea de investigacin fueron reforzando e
impulsando los presupuestos de los modelos prcticos y deliberativos de diseo curricular.
La tradicin interpretativa pone el nfasis en el anlisis cualitativo de cmo la realidad y las
prcticas relacionadas con la enseanza y con el currculum son percibidas, interpretadas
y construidas por sus propios protagonistas. As, se hace patente que los conocimientos,
expectativas, creencias y experiencias previas de los participantes en los procesos de diseo
y desarrollo curricular juegan un papel determinante en la configuracin de cualquier
diseo y, sobre todo, en su aplicacin prctica (Bolvar, 1995). No otra cosa quera decir
Schwab cuando plante que los problemas curriculares son de carcter prctico y no terico
y que, por tanto, haba que comenzar a hablar otro lenguaje a la hora de enfrentarse con la
tarea del diseo curricular. Pero veamos, uno a uno, los presupuestos fundamentales de esta
visin prctica y deliberativa:
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Los profesores comienzan (a hacer previsiones curriculares) con una vaga idea de
una actividad instructiva que con alta probabilidad interesar a los alumnos, y sobre ella
elaboran poco a poco, pensando simultneamente sobre sus alumnos, sobre el contenido de
las lecciones o unidades, las experiencias previas en situaciones anlogas y muchos otros
factores. Una vez que el diseo ha tomado la forma de un enfoque integrado que slo puede
mejorar a travs de la reflexin constante, pueden emplear varios procedimientos tpicos del
diseo curricular (anlisis, desarrollo, implementacin, evaluacin) de manera no lineal en
tanto que herramientas relevantes para tomar decisiones contextualizadas que mejoren la
enseanza (Moallen y Earle, 1998: 17).
Pero no todo ocurra en Estados Unidos (como a menudo, por cierro, se tiene la
impresin en muchos mbitos de actividad humana). En el continente europeo, en Inglaterra
en concreto, el campo del currculum evolucionaba tambin en una direccin muy parecida.
L. Stenhouse, cuyo libro titulado Investigacin y desarrollo del currculum (1984) tuvo una
gran influencia en los comienzos de la investigacin sobre currculum en Espaa, abra nuevas
perspectivas al enfoque que estamos denominando prctico-deliberativo. Para Stenhouse,
en lo que es una definicin ya clsica, un currculum es una tentativa para comunicar los
principios y rasgos esenciales de un propsito educativo, de forma tal que permanezca abierto
a discusin crtica y pueda ser trasladado efectivamente a la prctica (1984: 29). Stenhouse
enfatiza en esta definicin el carcter hipottico del diseo curricular (su carcter tentativo),
configurndose as como un campo de accin e investigacin para quienes lo desarrollan
en la prctica. Adems, y esto es clave, sintetiza certeramente el sentido de la deliberacin
como racionalidad propia del diseo curricular cuando afirma, por un lado,que se trata
de comunicar un propsito educativo y, por otro, que es permanentemente revisable a
travs de la discusin crtica: lo que, al fin y al cabo, es otra manera de decir deliberacin.
Volveremos a este autor ms adelante.
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y reconstruccin prcticas del currculum. ste resulta ser demasiado complejo como para
poder ser capturado por alguna teora determinada o, menos an, por una secuencia de
procedimientos tcnicos.
Asimismo, y volvemos a Schwab (1973), la subordinacin del diseo del currculum
a cualquier teora o conjunto de principios generales, dado su carcter parcial, unilateral,
siempre dar lugar a diseos tambin unilaterales, incompletos y, por tanto, inapropiados
y poco realistas. Cuando, adems, tal parcialidad se recubre de una supuesta objetividad
tcnica (la supuesta objetividad de las decisiones que comentbamos ms arriba respecto
de los modelos tecnolgicos de diseo curricular) se crea la ilusin de una neutralidad
ideolgica que, evidentemente, debe calificarse al menos de engaosa. Pero expliquemos
este tema con algo ms de detenimiento.
En el mbito de las ciencias sociales (y de manera menos visible por ser procesos mucho
ms extensos en el tiempo, tambin en el de las ciencias naturales) siempre hay teoras
alternativas y modelos explicativos opuestos en relacin con cualquier tema o fenmeno. En
el diseo curricular, por ejemplo, basamos en las teoras psicolgicas del procesamiento de
la informacin nos permite profundizar mucho en las caractersticas del desarrollo cognitivo
de los estudiantes; utilizar una taxonoma de objetivos como la de Bloom nos aporta una
visin secuenciada y sistemtica de resultados posibles de aprendizaje en una determinada
gradacin de menor a mayor sofisticacin; los ya antiguos modelos para el diseo de la
instruccin nos daban los instrumentos para disear de antemano procesos de aprendizaje
con la precisin y el detalle de un programa informtico. Estas teoras, principios o
procedimientos, dependiendo del caso, coinciden en centrarse sobre la dimensin cognitiva
del aprendizaje individual y, necesariamente, dejan fuera del foco de atencin aspectos del
curriculum escolar que no son menos importantes, en este caso, por ejemplo, la dimensin
social del aprendizaje, los procesos interpersonales que tienen lugar en las aulas o, incluso,
los aspectos relacionados con los patrones de valoracin de los contenidos escolares que
estudia la sociologa del conocimiento escolar.
La cuestin aqu es que la prctica de la enseanza no se nos presenta con etiquetas
disciplinares, es decir, no hay nada que aparezca como ntidamente sociolgico, psicolgico,
didctico; tampoco, por decido as, tiene instrucciones de uso incorporadas ni suele ser
posible detenerse a voluntad y consultar con el icono de ayuda que tienen hoy los programas
de ordenador. Dicho de otro modo, 10 que Schwab est planteando es que, en un mbito
como el del currculum escolar, esencialmente prctico, y por tanto muy ambiguo y complejo
socialmente hablando, confluyen muchas teoras, enfoques y procedimientos desde las ms
variadas perspectivas disciplinares y, precisamente por ese motivo, ninguna de ellas es
autosuficiente. De ah que reclame el valor de lo eclctico en el proceso de diseo curricular,
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consenso acerca del mejor argumento disponible para fundamentar una decisin o conjunto
de decisiones. As, el diseo se convierte en un proceso cclico, evolutivo y situacional, pues
se trata de ir construyendo y reconstruyendo, a travs de planes cada vez ms complejos
y completos, el currculum escolar en un centro educativo determinado. La deliberacin y
el consenso, en tanto que resultado potencial de aqulla, hacen del diseo curricular una
cuestin de solucin de problemas de la prctica. Segn A. Guarro (1990: 33), el consenso
implica dos ideas bsicas: la no-imposicin, por tanto no manipulacin, de ninguna decisin
por ninguno de los agentes implicados; y el reconocimiento y asuncin de que la toma de
decisiones se realiza tanto sobre la base de argumentos ideolgicos como cientficos. Por
su parte, Senge (1992) distingue entre dos tipos de consenso, uno nivelador que busca el
comn denominador de perspectivas mltiples individuales, y un consenso aperturista, que
busca proyectarse ms all de la perspectiva de cada persona individualmente considerada.
As, consenso por cesin o compromiso, y consenso en el sentido ms genuino de la
palabra; una bsqueda conservadora del mnimo comn denominador o una apuesta ms
arriesgada por un compromiso moral entre los participantes. Evidentemente, es el segundo
tipo de consenso, el genuino, al que se aspira en el marco de la racionalidad comunicativa o
deliberativa.
Ya Schwab se manifestaba en contra de la posibilidad de que existan fases, secuencias
marcos predeterminados para el diseo curricular. La deliberacin no puede caracterizarse
ni regularse por procedimientos cerrados y preestablecidos. Al contrario, el efecto ms
inmediato de la vigencia de la racionalidad comunicativa es que la planificacin o diseo
se solapa y se confunde con el desarrollo prctico. Al concebirse el diseo en el marco de
la prctica, al adquirir un carcter cclico y evolutivo, los medios y los fines se abordan de
manera integrada, de forma tal que se transciende la diferenciacin entre ambos hasta el
punto de que pueden llegar a ser o a tratarse como la misma cosa. Con ello, los elementos
que forman parte del proceso de diseo curricular pueden acometerse en cualquier orden,
la secuencia de las fases de cualquier modelo pasa a ser una cuestin superflua. Puesto
que planificacin y desarrollo prctico estn integrados, puesto que el proceso es cclico,
histrico incluso, si se quiere, puede comenzarse a trabajar en cualquier punto o elemento
del diseo, pues antes o despus se cubrir el ciclo y todas las cuestiones capitales habrn
tenido que abordarse de una u otra forma. Y la investigacin sobre el pensamiento del
profesor a la que ya nos hemos referido antes, confirma que, en la prctica diaria de los
docentes, las cosas ocurren exactamente as. El enfoque deliberativo pone el nfasis en el
proceso de negociacin y participacin y, con ello, hace que la secuencia tradicional de
fases o pasos del diseo curricular se integre en una sola actividad (Moallen y Earle, 1998:
18).
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contrastando las opciones que se presentan como alternativas de decisin con el sistema
de creencias y supuestos que est instalado en la plataforma. En dicho contraste, puede
resultar necesario buscar y disponer de nuevas fuentes de informacin con objeto de tomar
decisiones ms y mejor fundamentadas. Como resultado de la deliberacin, al hilo de
la resolucin de conflictos y contradicciones entre las creencias previas -colocadas en la
plataforma- y los retos planteados por la prctica, se van consolidando decisiones que poco
a poco van configurando la identidad del grupo o del centro, y que tienen lgicamente un
valor diferente al de las creencias de partida de la plataforma.
Como se ha podido ver, el modelo de Walker es un buen representante de los modelos
prctico-deliberativos. En primer lugar, tiene la aparente simplicidad de los modelos que
pretenden reflejar cmo es la realidad ms que prescribir cmo debe ser. En segundo trmino,
puede observarse que no hace referencia a fases prefijadas y, desde luego, que no hay
separacin alguna o subordinacin entre medios y fines. Puede apreciarse, adems, que en
el modelo de Walker, desde el punto de vista del diseo curricular, la palabra clave contina
siendo la de deliberacin, como racionalidad comunicativa y como presupuesto poltico a
la hora de elaborar el currculum escolar. El lector se dar cuenta, no obstante, de que en
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gran calidad de los materiales y las guas sera capaz de compensar la falta de formacin
y, sobre todo, de compromiso por parte de los profesores en relacin con el proyecto. En
definitiva, el modelo de diseo y desarrollo curricular subyacente a la gran mayora de
dichos proyectos segua siendo, con pequeas variantes, el tcnico. Puede resumirse en los
trminos que siguen:
- Constitucin de un grupo de expertos formado por especialistas en contenidos
disciplinares y especialistas en procesos de enseanza-aprendizaje.
- Revisin de la prctica escolar en cuanto a la enseanza de dicha materia o rea.
- Definicin de cambios deseables tanto en el contenido como en la metodologa
de enseanza de la materia.
- Diseo de un currculum piloto centrado especialmente en la elaboracin de
materiales y guas para la enseanza y el aprendizaje.
- Experimentacin, evaluacin y revisin del diseo.
- Produccin final, publicacin masiva y diseminacin de los nuevos materiales
y guas curriculares.
Esta contradiccin nos permite sacar ya una conclusin importante: la utilizacin
prctica del conocimiento terico disponible es un proceso complejo y normalmente extenso
en el tiempo; el hecho de que se disponga de buenas ideas, y stas lo eran, no asegura su
inmediata puesta en prctica, pues las condiciones, caractersticas y lenguaje peculiar de la
prctica son muy distintos. En este caso, la constatacin de los fracasos a que condujo esta
manera de entender el diseo y el desarrollo del currculum, llev a quienes trabajaban
y trabajan en esta lnea a planteamientos ms evolucionados, sofisticados y, sobre todo,
respetuosos con quienes trabajan en la prctica de la educacin. As, algunas de aquellas
buenas ideas han acabado penetrando en la prctica curricular de muchos centros y aulas,
pero, eso s, a travs de procesos y mecanismos muy distintos de los que sus promotores
originalmente haban dispuesto.
5. 2. 2. La orientacin cognitiva
En la misma lnea de subvertir el currculum basado en contenidos disciplinares
tradicionales, la influencia creciente de psiclogos y la psicologa en la educacin hizo que
se consolidara la llamada en trminos generales orientacin cognitiva -en nuestro pas ms
conocida como constructivista- como una direccin innovadora en el currculum escolar del
mismo rango que la que acabamos de ver (Miller y Seller, 1985). A medida que aumentaba
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reas curriculares gracias a los proyectos de los aos sesenta y setenta, son todos ellos
contribuciones de gran calado, que hay que poner en el haber de esta manera de pensar el
currculum escolar.
Los modelos deliberativos acercan el diseo curricular y sus procesos al profesorado
de los centros. La conexin entre diseo (planificacin, toma de decisiones), investigacin
en la prctica o en la accin, y autoformacin y desarrollo profesional del profesorado, es
tambin capital. Desde entonces, ya no se puede concebir la tarea del diseo curricular en
los centros como una cuestin independiente de la formacin y desarrollo profesional de
sus profesores. Tambin en este sentido, una gran aportacin al campo de los estudios y la
teorizacin curricular es la relativizacin de la potencia o capacidad de una determinada
teora o conjunto de principios tcnicos de intervencin ya no para explicar, sino sobre
todo para regular por s solos la dinmica del diseo y desarrollo curricular. Como ya se
apunt antes, el conocimiento terico o tcnico sobre el currculum no puede pasar de ser
un participante ms, no el nico, por tanto, en el proceso poltico que supone el diseo y el
desarrollo del currculum.
Este carcter poltico, socialmente controvertido, teido de ideologa y de cuestiones
de valor, da como resultado, como ocurre en otras reas, la poltica econmica o la poltica
social en general, que tengamos la impresin de un movimiento pendular, de una sucesin
de modas, de cambios de tendencia aparentemente caprichosos. Se dira que hay mucho
movimiento pero poco progreso, o mucho ruido y pocas nueces, como sentenci el clsico.
Pero, ms all de esa impresin, que tiene mucho de cierto, lo que la tradicin prctica
e interpretativa pone de manifiesto es que lo que hay son problemas perennes que hay que
abordar y resolver de nuevo cada da, y que la solucin, cuando se encuentra, es siempre
distinta en cada lugar y en cada momento.
Para el caso particular de Estados Unidos, el siguiente texto de Tanner y Tanner (1980:
71) es sin duda iluminador:
En ausencia de un paradigma o conjunto de paradigmas para sintetizar los logros
pasados con la realidad presente, el campo del currculum ha estado dominado por
tendencias y demandas cambiantes. En cierta poca, la consigna es la disciplinariedad.
La reaccin a los excesos de la disciplinariedad da lugar a una llamada generalizada
por la relevancia. La reaccin a los excesos de la relevancia es sucedida por la
demanda de vol. ver a lo bsico (back-to-basics)... (las innovaciones), ms que
estar concebidas y ser desarrolladas para la solucin de problemas sustantivos,
producen muy a menudo cambios cosmticos o la manipulacin inconsecuente de
estructuras administrativas.
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Estas breves lneas no slo contienen una sntesis a la vez impecable e implacable deja
historia del currculum escolar en Estados Unidos, sino que tambin nos dan la medida de
ese aparente movimiento pendular a que est sometido el currculum escolar: esa percepcin
compartida por muchos profesionales de que se suceden modas, reformas prometedoras y
proclamas de cambios radicales, mientras que en la prctica de las aulas todo sigue igual. De
hecho, lo que ocurre, como hemos intentado poner de manifiesto en este captulo, es que la
prctica en los centros educativos sigue patrones de evolucin y responde a caractersticas
muy peculiares, a las que la mayor parte de los discursos poltico-administrativos, sometidos
a prioridades polticas, a presiones electorales y a compromisos ideolgicos, simplemente
no puede llegar. Por distintas razones, como tambin hemos visto, algo muy parecido les
ocurre a los discursos tericos y tcnicos de los especialistas y expertos.
Pero, aparte de todo lo anterior, los modelos prcticos y deliberativos tambin
han incurrido en contradicciones (alguna de las cuales ya se ha adelantado a lo largo
del captulo), y, sobre todo, estn abiertos a abusos y a efectos perversos, como siempre
muy difciles de prever por sus sin duda bien intencionados promotores. Segn Bolvar
(1995), ciertos usos de estos modelos muestran una tendencia a convertirse en un registro
descriptivo del autoentendimiento de los practicantes (el relativismo ensimismado del
As es si as os parece como titulaba Pirandello una de sus obras); y aade Bolvar que, en
este caso, el abuso de la racionalidad deliberativa llevara a, sacralizar como buena toda
interpretacin por el hecho de ser personal. En la prctica, lo que estos abusos implican,
entre otras cosas, es el peligro de que la deliberacin se convierta en una suerte de terapia
grupal encubierta, con el grupo dedicado a su propia contemplacin y concentrado en
los problemas y procesos interpersonales que en l se hayan generado. Desde ah, puede
llegarse a posiciones ms radicales segn las cuales el diseo como anticipacin de la accin
no tiene sentido, pues ningn diseo, primero, es capaz de anticiparse a una accin que se
rige por reglas, principios y lenguajes distintos y, segundo, porque lo que es una negociacin
permanente entre los actores del proceso simplemente no debe anticiparse. Esta postura,
en apariencia democrtica y emancipadora, estara olvidando -o desafiando- el imperativo
de que el currculum escolar sea pblico, explcito, visible, criticable, etc., por parte de los
actores legtimos en el proceso que no estn en el da a da de las aulas y los centros, o en los
centros de poder regulador de las Administraciones.
En definitiva, la racionalidad prctica y deliberativa consigue reflejar con detalle y
precisin la realidad del diseo y el desarrollo del currculum. Adems, tiene el potencial de
democratizar los procesos de planificacin curricular. Pero, como venimos diciendo, tambin
puede ser Utilizada abusivamente, bien como mecanismo de control y desprofesionalizacin
del profesorado, o, desde dentro de la institUcin escolar, como mecanismo de defensa ante
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RESUMEN
1. El diseo del currculum es una tarea que va ms all de la responsabilidad
de polticos y administradores de la educacin. Los modelos prcticodeliberativos de diseo curricular abren esta tarea a los propios profesores.
Los problemas curriculares son prcticos y no tericos. Deben hacerse frente
con una racionalidad distinta a la de medios fines. Dicha racionalidad es la
deliberativa. En sus planteamientos iniciales, son modelos ms metodolgicos
que ideolgicos, aunque se apunta la necesidad de participacin en el proceso
de diseo curricular de todos los actores de la escuela. Es por tanto una visin
ms democrtica, aunque, en la prctica de los aos en los que el modelo se
propone y se aplica, la dependencia de expertos y de conocimiento terico
especializado sigue siendo muy grande.
2. El carcter prctico de estos modelos hace que tengan una gran capacidad
para describir y comprender el proceso de diseo curricular tal y como tiene
lugar en la realidad; sin embargo, su capacidad para prescribir qu y cmo
hacer, es limitada. De hecho, se pueden prescribir procedimientos para regular
el proceso de deliberacin mismo (y en esto consisten fundamentalmente los
modelos) pero, evidentemente, no para regular sobre qu se debe deliberar
y por qu. De esta forma, el papel del conocimiento especializado y experto
sobre el currculum y su diseo pasa a un segundo plano; solamente tendr
sentido cuando conecte con las necesidades y caractersticas peculiares de los
problemas prcticos en contextos concretos.
El currculum -y por ende el diseo curricular- se concibe como un proceso
continuo de deliberacin, como transacciones entre individuos comprometidos
moralmente en la institucin escolar (Reid, 1981: 162). As, el diseo del
currculum, en la prctica, debe verse como procesual, situacional, cclico y
evolutivo; su dinmica es la deliberacin y el consenso.
En este contexto de racionalidad deliberativa o comunicativa, disear y planificar
el currculum es al mismo tiempo hacer investigacin en la prctica, promover
la innovacin y la mejora de la enseanza, y fomentar una determinada manera
de entender la (auto) formacin y el desarrollo profesional del profesorado. En
otras palabras, se trata de un conjunto de temas que ya no pueden pensarse por
separado, pues se implican y condicionan uno a otro.
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