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LA INFLUENCIA DE LO QUECHUA
EN LA NARRATIVA DE ARGUEDAS:
UN ACERCAMIENTO A SUS RELATOS
GRACIA MORALES
Universidad de Granada (Espaa)
graciam@ugr.es
RESUMEN
El presente trabajo aborda la importancia de la presencia formal de lo quechua en la cuentstica de Jos M Arguedas. Primeramente se analiza cmo este idioma influye en la narrativa
del peruano, tanto a nivel lxico, como morfolgico o gramatical. Despus, siempre tomando
como ejemplo sus relatos, revisamos los mecanismos que el autor utiliza para hacer entrar en sus
textos otro elemento propio de la expresin quechua: la oralidad. Entendemos, finalmente, la
produccin de Arguedas como un discurso esencialmente transculturado y en conflicto, ante la
difcil empresa de conjugar dos formas de expresin opuestas: la blanca/espaola/escrita, frente
a la indgena/quechua/oral.
Palabras clave: Jos M Arguedas, cuentos, transculturacin, oralidad.
ABSTRACT
This article deals with the importance of the formal presence of Quechua in the storytelling
of Jos Mara Arguedas. First, we analyze how this language influences the narrative of the
Peruvian, in lexical, morphological and grammatical aspects.
Then, always taking his stories as an example, we review the mechanisms used by the author
to introduce elements of the Quechua orality into his own texts. We understand, finally, the
production of Arguedas like a speech essentially in conflict and transcultural, since he tries to
combine two opposite forms of expression: the white / Spanish / written, against indigenous /
Quechua / oral.
Keywords: Jos M Arguedas, storytelling, transcultural, orality.
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la narrativa de Arguedas: un
acercamiento a sus relatos
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Tras haber dado a conocer algunos cuentos sueltos en revistas
en 1934 y 1935 (Los comuneros de Akola, Los comuneros
de Utej-Pampa, KellkatayPampa, El vengativo, El
cargador), Agua es el primer
libro donde rene varios relatos.
Aparece en Lima, editado por
la Compaa de Impresiones y
Publicidad, en 1935, y lo componen tres textos: Agua, Los
escoleros y Warma kuyay.
Nosotros daremos constancia
de dnde y cundo se publicaron por primera vez los cuentos
comentados, aunque, para las
citas, utilizaremos algunas recopilaciones posteriores, recogidas
en la bibliografa.
En estos mismos relatos tambin se introducen determinadas expresiones en quechua, que no son sustantivos, sino oraciones o sintagmas, expresados casi siempre
cuando algn personaje tiene un momento
de exaltacin emocional; encontramos, as,
insultos, rdenes, interjecciones, etc. Por
ejemplo, detectamos ese uso en imperativos
como kallary, que significa comienza,
o kutirimuychic maktakuna!, traducido
por volved, hombres, volved!; tambin
se utiliza el quechua para insultar al patrn
sua! (ladrn!) y wikuero allko!
(perro cazador de vicuas); en expresiones
de regocijo (jajayllas! o yaque!), etc.
Estos ltimos ejemplos nos recuerdan un
comentario del propio Arguedas donde afirmaba la expresividad de ese idioma indgena
y cmo incluso los mistis lo utilizaban en los
momentos de mayor emotividad:
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Los que hablamos este idioma sabemos que el kechwa supera al castellano en la expresin de algunos
sentimientos que son lo ms caracterstico del alma
indgena: la ternura, el cario, el amor a la naturaleza.
El kechwa logra expresar todas las emociones con
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igual o mayor intensidad que el castellano. Los mismos principales, despreciadores del indio, cuando
sienten una gran emocin dejan el castellano para
hablar en kechwa, y en ese rato se desahogan con ms
violencia, como quien habla con sus propias palabras
(1938, p. 28).
En este sentido, resulta curioso recoger
las reflexiones que a lo largo de los cuentos
arguedianos se incluyen sobre el propio gesto
de nombrar. En alguna ocasin, los personajes
de estos relatos hacen mencin de la cualidad
esencialista que para ellos tiene la forma en
que se designa cualquier realidad; en su concepcin, sta no es arbitraria, sino plena de
significado. Por ejemplo, as se nos narra en
Los escoleros: La Gringa era la mejor vaca
del pueblo [...] La llamaron Gringa porque era
blanca entera y poco legaosa (1983, p. 41).
Y en el cuento El barranco dice el narrador:
La Ene madre del Pringo, era la vaca ms lechera
de la seora Grimalda. [...] La llamaban Ene porque
en el lomo negro tena dibujada una letra N, en piel
blanca. [...]
Esta vez, su cra era el Pringo. La vaquera lo bautiz con ese nombre desde el primer da. El Pringo,
porque era blanco entero. El Mayordomo quera
llamarlo Misti, porque era el ms fino y el ms grande
de todas las cras de su edad (1983, p. 90).
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Relato publicado por primera
vez en 1962, en Talleres Grficos caro, de Lima.
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La recopilacin Amor mundo
y todos los cuentos aparece en
Lima (editorial Juan lvarezFrancisco Moncloa) en 1967.
En ella se recogen los relatos
que compusieron Agua, algunos
que se haban ido publicando
sueltos (El barranco (1939),
Orovilca (1954), La muerte
de los Arango (1955), Hijo
solo (1957), La agona de
Rasu-iti (1962), El forastero
(1964)), y otros cuatro nuevos,
bajo el ttulo Amor mundo:
se trata de El horno viejo,
La huerta, El ayla y Don
Antonio.
cuando la hija del difunto afirma: Por dansak el ojo de nadie llora. Wamani es Wamani
(1983, p. 141).
Tambin nos ha llamado la atencin descubrir el parentesco entre lo mgico-religioso y
el idioma quechua, que llega a ser algo presente
incluso en los sacerdotes blancos. En conexin
con esa forma de sincretismo que tanto ha
llamado la atencin a los estudiosos de este
subcontinente, tambin en los relatos de Arguedas se testimonia cmo los curas cristianos,
en determinados momentos, utilizan la lengua
indgena, tal vez por una mayor confianza en
sus poderes milagrosos. Por ejemplo, as ocurre
en el cuento del libro Amor mundo3, titulado
La huerta:
el principio que orient la creacin del nuevo lenguaje Arguedas lo hall actuando en la realidad cotidiana
misma del Per. En efecto: lo adivin en el desgarro que sufran en el proceso de incorporacin
a la lengua quechua las escasas palabras castellanas
que los indios alcanzaban a aprender en sus propias
aldeas. En estos desgarros, que son todo un proceso
de absorciones y eliminaciones, de integraciones
selectivas, est en estado de germen, como latencia
o virtualidad, el fenmeno de simbiosis lingsticocultural que representa el estilo de Arguedas (1993,
p. 155).
Es muestra de este tipo de influencia los
casos en que a una palabra espaola se la
sufija con una partcula quechua; esto ocurre
especialmente con el plural -kuna y con
el diminutivo -cha e -y. Casi todos los
nombres referidos a pueblos indgenas que
aparecen en Agua estn formados as: los
Sanjuankuna, los Tinkikuna, los Ayalaykuna,
y tambin aparece la expresin Suakuna!
(ladrones) o en maktakuna (nios);
en cuanto al diminutivo, ser una constante
acompaando a los nombres propios de la
mayora de los nios o de personajes queridos
por el narrador (en ese mismo relato aparece
Pantaleoncha, Pantacha, Ramoncha,
Bankucha, Vicenticha, y en el siguiente
Juancha, Teofacha, etc...), pero tambin
se utiliza al referirse a animales (Gringacha,
Kaisercha), y en palabras de uso cotidiano:
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Para un anlisis ms minucioso, aconsejamos consultar,
por ejemplo, Aleza Izquierdo
(1997).
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Por ejemplo, en Un mtodo
para el caso lingstico del indio peruano, publicado por
primera vez en Historia. Revista
de Cultura, n 6, enero-junio de
1944. Asimismo puede encontrarse en Anthropos Suplementos, pp. 55-58 (recogido en la
bibliografa).
6
Este libro, donde se recoge toda la produccin potica en
quechua de Arguedas, fue compilado por Sybila Arredondo
editado en 1972, por el Instituto
Nacional de Cultura. Algunos
de los textos que aparecen en
l ya haban sido publicado con
anterioridad: Tpac Amaru Kamaq Taytanchisman. Haylli-taki
(A Nuestro Padre Creador Tpac
Amaru. Himno-cancin) (Lima,
Salqantay, 1962); Oda al Jet
(Zona Franca (Caracas), n 25,
septiembre de 1965); y Qollan,
Vietnam Liqtaman (Al pueblo
excelso de Vietnam) (Lima, Federacin de Estudiantes de la
Universidad Agraria, 1969).
7
En la edicin de los Relatos
completos (1983), en Anthropos
Suplementos (1992) o en el libro Qepa Wiaqu Siempre.
Literatura y antropologa (2009).
Qu es vicio? Dicen. Vicio es gozar ms de lo debido y como no es debido. Pero ah est el goce grande,
hijo, el goce que te quema el hueso y uno se revuelca
en lo ms dulce como en ceniza del demonio! As
estamos en la sierra. En la costa dicen que es pior. Yo
digo que no. (Don Antonio, 1983, p. 175)
No obstante, adems de explicitar la utilizacin de una tradicin no escrita, lo que nos
parece ms interesante es constatar cmo la
configuracin del propio discurso narrativo
se ve afectada por esa cualidad sonora.
Queremos ahora resaltar los mecanismos
formales que el autor utiliza para edificar esa
escritura oral de la que nos hablaba Martn
Lienhard. Uno de ellos es la transcripcin
fontica de la forma en que los personajes
pronuncian determinados vocablos, reproduciendo su sonido, no su grafismo. Este
recurso, utilizado ya con cierta asiduidad en
la narrativa anterior, con el fin de individualizar el habla de un determinado grupo social,
cobra en estos cuentos un carcter especial
pues se les reproduce sin signarlos como nonormativos. Esto es, mientras en las novelas
realistas del siglo XIX y principios del
XX, cuando se inclua una incorreccin
de este tipo se la haca aparecer en cursiva
o entrecomillada, en los textos arguedianos
este discurso popular es recogido sin rupturas con respecto al normativo. En el fondo,
como apunta Lienhard, en dicha eleccin se
encuentra presente la pretensin arguediana
de proporcionar un estatus literario a lenguajes localmente mayoritarios (el quechua
en los pueblos de la sierra centro-surea, los
sociolectos populares de la costa), pero ignorados por la narrativa escrita (1990, p. 110).
En Agua, por ejemplo, se produce un
intento claro de reproducir la confusin entre
vocales abiertas y cerradas, conectndolo con
el sistema voclico quechua: endios por indios, sigoro por seguro, nu por no,
etc... Y en el cuento Don Antonio lo que
se recoge es el habla popular de la gente de la
costa: paque, quias, nuhay, nuhan
bajado, diuno, quieticita, nuest...
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es un tipo de discurso que, si bien nos produce un cierto extraamiento, como supona
Rama, slo revela una versin empobrecida
y falseada de sus implicaciones en el mundo
cultural quechua. En este sentido, apunta
con lucidez el crtico No Jitrik:
Otro de los momentos en los que Arguedas recoge el habla del pueblo andino,
mezclando castellano con quechua, es cuando
introduce canciones tradicionales. Muchos
autores han destacado ya ese rasgo como algo
especfico de la narrativa arguediana. No en
todos sus relatos se concreta esta tendencia:
se da principalmente en los cuentos de Agua
(Agua, Los escoleros y Warma kuyay)
y tambin en algunos posteriores como El
forastero, El ayla y Don Antonio.
En opinin de Rama la introduccin de
estos materiales cumple una doble funcin:
por una parte, la tradicional de la novela
regionalista, que utiliza la cancin o el dicho
popular como elemento de tipificacin y de
ambientacin realista, pero tambin sirven
como ejes de traslacin para facilitar el pasaje
de un campo cultural con sus formas artsticas
establecidas, a otro, ms sugerido que presentizado, en que ellas carecen de virtualidad
(1976, p. 27). Es decir, en esas canciones se
refleja, de forma directa, el pensamiento propio de la sociedad indgena, sin necesidad de
adaptarlo a la mirada occidental.
Ahora bien, nos parece importante sealar tambin lo que estos cantos pierden o
sacrifican al aparecer traducidos al espaol
y en un cdigo escrito. Considerar que, al
insertarlos en el relato, Arguedas est consiguiendo revelar totalmente lo que estos
suponen para la comunidad que los ha creado, sera disminuir su significacin segn los
parmetros de una lectura occidental. Lo que
queremos indicar es que el mecanismo habitual de elocucin de esas letras, la recitacin
oral o el canto acompaado de msica, resultan vehculos imprescindibles para quien
las produce. Al trasladarlas a un registro
escrito y a otra lengua, se estn modificando
una serie de componentes fundamentales: la
recepcin colectiva pasa a ser individual, no
se establece una relacin de inmediatez entre
el/los emisor/es y su auditorio, se elimina
el marco espacio/temporal, preconcebido y
necesario en la elocucin indgena, etc. En
nuestra opinin, la lectura de estos textos
est ofrecindonos una visin sesgada de lo
que ellos simbolizan en la realidad quechua
a la que pertenecen. En ese proceso transculturador, por el cual son despojados de todos
esos elementos reseados ms arriba (los
cuales dependen en ltima instancia de su
reproduccin oral), lo que termina quedando
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Bibliografa
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Morales, Lenidas T. (1993), Figuras literarias, rupturas culturales (Modernidad e
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Zumbayllu
Encordel mi hermoso zumbayllu y lo
hice bailar. El trompo dio un salto armonioso, baj casi lentamente, cantando por todos
sus ojos. Una gran felicidad, fresca y pura,
ilumin mi vida. Estaba solo, contemplando
y oyendo a mi zumbayllu que hablaba con
voz dulce, que pareca traer al patio el canto
de todos los insectos alados que zumban
musicalmente entre los arbustos floridos.
Los ros profundos