Osq24 Sepulveda 11
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Como podemos apreciar, lo que la autora busca es colocar dentro del arco
progresista y crtico al Trabajo Social pos estructural y uno podra leer todo el texto
en esta clave. De all que el ndice refleje estos caminos, ya que se abre con los retos
de nuestro tiempo para el Trabajo Social, discute nuestra herencia y la naturaleza
de nuestro presente:
En este punto de la historia del trabajo social crtico, el centro de atencin de este
libro es importante. La entrada de un nuevo milenio es un buen momento para
que los trabajadores sociales crticos reflexionen sobre la herencia transmitida
mediante los impulsos tericos y prcticos que han fomentado la aparicin de
unos enfoques prcticos activistas en la segunda mitad del siglo XX. Tambin
constituye una oportunidad de evaluar las trascendentales controversias que
acosan en la actualidad a los trabajadores sociales comprometidos con el cambio
social progresista (p. 11).
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del trabajo social activista. Mientras que los modelos crticos en los que se basan
los activistas dan paso a visiones que son importantes para los trabajadores sociales,
a menudo dejan poco espacio para poner de manifiesto las contradicciones, las
incertidumbres, la variabilidad contextual dentro de los contextos de la prctica
activista y las demandas especificas relacionadas con la practica del trabajo social sobre
todo en ambientes convencionales. La reduccin al silencio de las caractersticas
locales de la prctica no es un descuido, sino, ms bien, un hecho inherente a las
formas de representar la prctica del trabajo social y los procedimientos de prctica
del trabajo social crtico (p.15).
Llegados a este punto, Healy realiza su propia apuesta conceptual:
Las teoras crticas postestructurales pueden tener una intervencin importante
para destacar y desestabilizar las ortodoxias que se han convertido en caractersticas
indiscutidas de los modernos discursos de la prctica critica. Al hacer hincapi
en lo local y lo contextual, la terica critica postestructural puede comenzar la
organizacin de las tericas practicas criticas desestabilizando la oposicin entre
totalidad social, donde se supone que estn las causas y las soluciones de los
problemas sociales, y las localidades en las que se lleva a cabo el trabajo social real.
Este trabajo desestabilizador puede ayudar a los trabajadores sociales a extender y
diversificar lo que se considere cambio social y, por tanto, lo que pueda calificarse
como prcticas de trabajo social critico (p. 16).
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Una afirmacin en la que se basa este libro es que los trabajadores sociales
crticos, como los ortodoxos a quienes critican, estn encerrados al dinamismo y
la diversidad de prcticas de trabajo social. Los intentos de los trabajadores sociales
ortodoxos y radicales por localizar la esencia del trabajo social dejan de lado la
posibilidad de que no exista tal cosa como un trabajo social independiente de los
contextos en los que se lleva a cabo.
Ahora bien, la autora es conciente de la desconfianza que el postestructuralismo
causa en muchos trabajadores sociales:
muchos estn preocupados por las consecuencias nihilistas y conservadoras de las
filosofas postestructurales. Cuestionan la utilidad del postestructuralismo, basndose en que ofrece pocas verdades o directrices para la prctica y amenaza con
destruir los ideales emancipadores que han constituido los fundamentos del trabajo
social critico. No consigue proporcionar un marco de referencia para una prctica
progresista porque es incapaz de especificar posibles mecanismos de cambio y
de manifestar por qu es mejor cambiar que no cambiar (PARTON, 1994b, p. 110,
apud. HEALY, 2001, p.19).
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el caso del siglo XXI, los trabajadores sociales crticos nos enfrentamos a unos
retos trascendentales.
los sueos de un futuro mejor, en los que se basan los movimientos sociales
contemporneos y la prctica critica del bienestar, se convierten en pesadillas para
quienes dicen que van a liberar. Como trabajadores sociales progresistas, no podemos
ignorar la necesidad de cambios estructurales importantes. Sin embargo, para evitar
las prcticas totalizadoras y autoritarias a las que han llevado los grandes planes de la
modernidad, debemos aprender a celebrar unas victorias, aparentemente menores y
locales, que favorecen a los marginados. Por lo menos, las visiones y las teoras post
exigen la reevaluacin de los cambios locales, diferencindolos y, desde luego, no
infravalorndolos con respecto a las aspiraciones de transformacin total que desde hace
mucho tiempo han guiado la crtica. Los trabajadores sociales crticos no estn de acuerdo
con el rumbo que deben tomar, y algunos muestran cierta desesperanza al respecto. En
este libro, pretendo abrir el trabajo social crtico a diversas orientaciones que puedan
tomar las teoras crticas postestructurales y, de ese modo, ayudar a reflexionar sobre las
posibilidades de prcticas progresistas en el nuevo milenio (p. 23).
Por ltimo, no tengo duda del carcter polmico del texto, justamente porque
remueve, muchas veces en una forma y desde teoras que no comparto, esa cierta base
monoltica de ortodoxia que ha existido y existe en diversas perspectivas del Trabajo
Social actual.Tal vez lo que yo encuentro ms peligroso del momento presente es una
cierta ceguera totalizante que, incluso a nivel de formaciones ms avanzadas como un
doctorado, sencillamente desconocen estos debates. Si por un entusiasmo desbocado
yo comienzo a confundir mis propias apuestas con el universo disciplinar, poco a
poco se olvidan justamente las razones de lucha por la hegemona que conlleva una
argumentacin y un debate con un universo amplio. Sea cual sea el enfoque que uno
comparta, no puede reducir el Trabajo Social al pensamiento propio. Por ese camino
no slo se disuelve el pensamiento propio sino el propio sentido crtico del Trabajo
Social. De all que este texto sea en esos debates, un imprescindible.
Notas
1
Karen Healy es profesora de Trabajo Social en la Universidad de Sydney, Australia y el libro tuvo
su primera aparicin inglesa por Sage Publications of London en el 2000
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