La Comunicación y El Lenguaje en San Agustin
La Comunicación y El Lenguaje en San Agustin
La Comunicación y El Lenguaje en San Agustin
microcosmos con todas las cualidades de la materia y de los seres vivos, sino
tambin con
la extraa capacidad de conocer el mundo que le rodea y conocerse a s
mismo. La
exterioridad biolgica del hombre encierra una interioridad que no puede ser
ntegramente
conocida o comunicada y, muy probablemente, esa deba ser la primera tarea
del hombre:
"Conocerse a s mismo", tal y como postulaba el orculo de Delfos, reconoca
Scrates e
insista siglos ms tarde San Agustn, reivindicando la connatural capacidad
de
trascendencia del hombre: "Entra en ti mismo, trascindete, puesto que en
el hombre
interior habita la verdad.
El "concete a ti mismo" tiene un doble aspecto o significacin: Determina
un
punto de partida metodolgico y es, al mismo tiempo, la meta cognoscitiva a
alcanzar.
Metodolgicamente, expresa una llamada hacia la interioridad que est
presente en la
tradicin filosfica occidental y oriental: As, por ejemplo, la encontramos en
los griegos,
Scrates y Aristteles. Tambin en Plotino, quien define la esencia del
hombre a partir de
su interioridad. Posteriormente, san Agustn construye su filosofa sobre el
acto de
reflexin del alma sobre s misma y el mundo interior. Toms de Aquino
tambin
reflexiona sobre esta capacidad del hombre, que l denomina "reditio
completa" sobre s
mismo. La llamada hacia la interioridad que supone, metodolgica y
cognitivamente, el
"concete a ti mismo" no implica que, en el nivel cognoscitivo, el hombre
quede
encerrado en su propia inmanencia sino que, por el contrario, es la va de
acceso a la
trascendencia. El autntico significado del "concete a ti mismo" es el punto
de partida
y tambin la clave para la comprensin ms profunda del hombre y de sus
diferentes
relaciones. Quizs, por todo ello, quien va en busca de la espiritualidad
pronto descubre
que no est explorando algo de "all arriba", sino ms bien el ms all
existente en el
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interior.
Viene
luego el don del lenguaje, la elocuencia, la reina de las artes
como vosotros solis llamarla: qu facultad tan gloriosa y tan
divina es esta! En primer lugar, nos capacita para aprender las
casas que no sabemos y para ensear a otros las cosas que
nosotros conocemos; en segundo lugar, es un instrumento para
la exhortacin y persuasin, para consolar a los afligidos y
calmar los temores de los que estn aterrorizados, para poner
freno a la pasin y apagar la concupiscencia y la ira; la
facultad de la palabra es la que nos ha unido con las ataduras
de la justicia, la ley y el orden civil, y es la que nos apartado
del salvajismo y la barbarie. (Cicern, Sobre la naturaleza de
los dioses, II, 59, 148)
93 GADAMER
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a Dios que no vemos. Esta unin del alma con Dios, no slo a partir de cada uno,
sino adems a partir del prjimo, es una unin dulce para los que aman el ser de la
libertad, que se vivifica en la humillacin de la ley del amor al otro en cuanto
imagen de Dios; pero es una carga angustiosa para los que pervierten su libertad al
realizar sus deseos particulares sin lmite de la ley, por ende, se pudren en la
miseria del amor desordenado a si mismos, en cuanto imgenes de la nada, es
decir, como predisposicin para la muerte.
finalidad de la reflexin del hombre, quien se mueve por una bsqueda de felicidad
y sabidura. P73
NOTA ENFOCAR A LA CULTURA DE LA COMUNICACION EN EL AMBIENTE FAMILIAR.
Los seres humanos se comunican de muchas formas, valindose de
sistemas y cdigos por medio de los cuales intercambian informacin. No
obstante, la comunicacin no se reduce nicamente al habla, ya que incluye
adems cdigos como: los gestos, el tacto y las seales entre otros. De esta
manera, la cultura que nos sostiene es un producto de la comunicacin en todas
sus dimensiones, pero especialmente es un producto del cultivo de las letras, es
decir, de signos lingsticos emanados de la tierra frtil del espritu humano, con el
objeto de permitirnos la comunicacin
Existe humanidad y relaciones humanas, y
no slo voluntad de poder y despotismo en cuanto existe comunicacin, la cual se
da a travs del lenguaje humano.
Sin embargo, la comunicacin humana no es
algo que se imponga, es una accin espontnea y libre del mismo hombre frente
al otro. De all que la cultura no slo se debe al lenguaje y la comunicacin, sino
que asimismo, ella es comunicacin lingstica solidaria.
Agustn como buen lector de Cicern y de casi todos lo latinos, sin duda
concedi valor a este mismo planteamiento. Pero no slo Agustn, la mayora de
los pensadores antiguos reconocieron que los males humanos no son un producto
de la razn, sino de su mal uso o abuso de ella con fines pasionales e
individuales, es decir, de la razn al servicio de la pasin. No es la razn lo que se
debe despreciar, sino su manipulacin con fines egostas y pasionales, pues no
debemos de olvidar que todas nuestras creaciones y nuestra capacidad crtica
slo son posibles mediante el regalo divino de la razn. Al respecto de la razn
Agustn connota lo siguiente:
La razn es el movimiento de la mente [ratio est mentis motio] capaz de
discernir [distinguendi] y enlazar [connectendi] lo que conoce, guiarse de su
luz para conocer a Dios y el alma que est en nosotros o en todas partes, es
un privilegio concebido a poqusimos hombres; y la causa es porque resulta
difcil al que anda desparramado en lo exterior entrar en s mismo 152
la razn enlaza [connectandi] a los seres humanos. los hombres, sin hablar
(colloqui) y sin verter, por decirlo as, en su alma (mentes) y sus pensamientos
(cogitationes) en los dems, no pueden asociarse solidamente entre s. El
lenguaje se convierte en un elemento de asociacin humana y, de cierta manera
en un instrumento para expresar el pensamiento 153. Vemos segn lo expuesto
anteriormente dos cosas significativas a nuestro parecer: Lo primero es que el
lenguaje es una creacin de la razn; lo segundo, es que la comunicacin entre
los seres humanos slo se da por el lenguaje en todas sus manifestaciones:
palabras, pensamientos, gestos y seales. Pues el que habla, muestra
exteriormente el signo de su voluntad por la articulacin del sonido [Qui enim
loquitur, suae voluntatis signum foras dat per articulatum sonum]154. No obstante,
el signo en Agustn no se reduce a la palabra articulada, sino a toda forma de
manifestacin de la voluntad: signos corporales, gestos, seales.
otros elementos no menos importantes como la voz [vox], las expresiones faciales,
la gramtica, y la lengua nativa en lo que cada hombre nace, todas estas
manifestaciones las mostramos en los dos captulos anteriores. Es as, que el
lenguaje en San Agustn es conectivo, y ms precisamente, social, pero tal unin
slo es posible por el elemento espiritual y metafsico que es la razn, que
subscribe al hombre entre los seres espirituales.
Los hombres se enlazan entre s por el consorcio de la palabra
externa; pero semejante enlace sera imposible sin elemento incorpreo
y espiritual, de que es vehiculo el lenguaje exterior. Los hombres se
hallan interiormente unidos por el vnculo del verbum mentis, que hace
de ellos una comunidad espiritual de seres inteligentes. San Agustn no
se cansaba de celebrar la veritas comunis, la unin de las inteligencias
en las mismas verdades, como uno de los hechos admirables del
espritu humano232
El verbum que
en San Agustn es sobre todo el verbo intimo de la mente [verbum mentis o verbum
cardis] es producida por la actividad que tiene el alma de conocerse y, por decirlo
as leerse as, diferenciarse de las imgenes que a travs de los sentidos le entran
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y se almacenan en las placas de la memoria; pues el alma no son las imgenes que
ella posee, ella es una substancia espiritual y pensante 268. Pero es claro, que este
verbo interior e ntimo al alma no podra desarrollar su funcin social y conectiva si
no se manifiesta exteriormente a travs del sonido (verbo externo) o gestos y
movimientos corporales. El verbo de la mente como energa espiritual dota a la
palabra externa de significacin y esta palabra manifiesta los estados interiores del
hombre o dice las cosas externas, de las cuales ella (la palabra) no es ms que un
signo269. La unin de estas dos cosas, es decir, el lenguaje interior y espiritual y el
lenguaje exterior y material forman lo que Agustn entiende por lenguaje. Lenguaje
que en el Santo catlico tiene la finalidad de unir a los hombres en comunidad, o en
palabras ms exactas, el lenguaje al unir a los hombres, los convierte en seres
sociables, slo en la unin de esta doble perspectiva. Sociabilidad que se da por
dos razones: primero por una necesidad de sobrevivir, segundo por un vnculo de
amor y solidaridad mutua.
El hombre no se conforme
con cumplir sus razones de subsistencia natural; alimentacin y proteccin ante
las inclemencias de la naturaleza, sino tambin exija una posibilidad de vivir
dignamente y pensar en su futuro prximo e inmediato y el de los suyos. De esta
forma es que los hombre sean no slo seres sociales por su naturaleza, sino
tambin por una esperanza en un mejor futuro. San Agustn, igual que Platn y
Aristteles e incluso algunos pensadores modernos como John Locke, ven en el
lenguaje la causa de su ser social. Y es que la sociedad slo se puede dar por el
vnculo solidario de las palabras, que permiten la comunicacin entre los hombres.
La relacin del lenguaje con Dios es fundamental, pues el lenguaje se
presenta como un don, una herramienta indispensable para que los hombres unan
sus mentes en la unidad ntima de la sociedad, pero mas all de ser un
instrumento es una energa espiritual, es la forma como el ser aparece
San Agustn es sorprendente, lo segundo, es que se hace una diferencia
fundamental entre logos y voz[diferencia que el obispo catlico tambin
haba hecho, segn lo mostramos en el capitulo dos de ste trabajo, y lo tercero y
ms fundamental, es que en este texto se muestra como el logos es
pensamiento y sonido exterior (palabra proferidas); sta ltima es la que varia de
nacin a nacin, mientras que el pensamiento como logos interior, es comn a
todos los hombres y por lo tanto le da la posibilidad a todos los hombres de
entablar comunicacin solidaria.
el lenguaje obedece a la circularidad del espritu: las cosas
afectan al cuerpo y sus sentidos, por estos mismos sentidos las cosas entran al
alma y se graban en la memoria en forma de imgenes, luego la mente que es la
parte ms elevada del alma consulta las verdades eternas y si concuerda con la
imagen que en el alma hay de las cosas externas, sale un verbo del interior del
espritu en forma sonora a y travs de la boca del que habla. Es as que el
lenguaje no se producira sin la ley de la razn escrita en nuestro espritu y
despertada por las sensaciones que el alma percibe en el cuerpo a travs del los
sentidos del mismo cuerpo.
con Evodio define as la sensacin, primer elemento del lenguaje: Ag As que
atento. A mi parecer, sensacin es percibir del alma lo que padece el cuerpo 303
En otras palabras, la sensacin se da cuando alma percibe lo que padece el
cuerpo, es decir, es la representacin en el alma de la modificaciones del cuerpo
debido a los objetos externos
la comunicacin no es algo que se force, es sobre todo una actitud espontnea
del individuo frente a las palabras del otro. Necesitamos por lo menos aprehender
304 Gadamer,
203
a escuchar al otro, de lo contrario no habr comunicacin, es as que la
comunicacin es una actitud tica y de respeto del hombre hacia sus homlogos
La comunicacin es algo que se realiza en el lenguaje en su doble
connotacin de palabra significativa que manifiesta la condicin interna del
hombre (pensamiento). El lenguaje se nos ha dado para que nuestras vidas no
15
trmino dilogo segn los especialistas concuerda con el vocablo latino de sermo; sermo es discusin
conversacin que se dirige a una finalidad. Toda la obra de San Agustn es un dilogo, pues el concibe el
dilogo de diferentes maneras, especialmente Agustn concibe el dilogo segn el numero de interlocutores
que actan en el: 1) Dilogos de varias voces (Contra acadmicos, de Beata vita, De Ordine); 2) Dilogos a
dos voces (De Quantitate Anime, De Msica, De Libero Arbitrio, De Magistro). Estos dos grupos constituyen
la clase del dilogo llamado bilateral-multilateral. Pero tambin existe un gnero especial, llamado por San
Agustn Soliloquio, en donde el dilogo es interiorizado y el autor del mismo intercambia preguntas y
respuestas con su propia razn. Rincn Gonzles Alonso. Signo y lenguaje en San Agustn. Universidad
nacional de Colombia. Bogot. 1992. Pg. 42.
318 GADAMER, Hans. G. Elogio de la teora. Editorial pennsula. Barcelona. 1993. Pg. 10.
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no slo conocemos al otro, sino que nos podemos conocernos a nosotros mismos.
Comunicarnos es conocernos, pero sobre todo compartir mutuamente algo comn
17
Pg.98.
Pg. 100.
215
habla, es decir, en el lenguaje. Lenguaje como amor a la palabra, al dilogo
infinito y espiritual denominado pensamiento. El sin sentido, debido a las guerras,
y a las acciones de aniquilacin de la cultura y del mismo hombre por parte del
hombre no es ajena a San Agustn, l fue testigo de la guerra, de la destruccin
del imperio romano a manos de Alarico, quien el da 24 de agosto del ao 410
irrumpe en la ciudad con sus tropas saquendola a sangre, hierro y fuego.
Pese a estos acontecimientos desesperanzadores, Agustn no pierde la
confianza en la razn humana, sino en su uso. Agustn sigui creyendo en el
dilogo, en la comunicacin que se despliegan a travs del lenguaje. l al igual
que Platn cree que la dialctica, es decir, el dilogo como amor a la sabidura, a
la verdad, pues, ste amor es la esperanza, ya que nos motiva a buscar la justicia.
En este sentido, la pregunta Scrates-Platn formulada en la Republica es
totalmente vigente. Existe la justicia? Y si existe es posible la justicia, el
hombre puede crear un mundo justo? Estos son los interrogantes que nos
inquietan y nos motivan a la reflexin. O ser que tenemos que sucumbir a la ley
del ms fuerte, al derecho y la ley que imponga el ms fuerte? Nosotros creemos
en que la vida humana y sus relaciones no tienen que ser necesariamente
autodestructiva, como lo Plantearon los filsofos de la sospecha
Damos un s a
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la deconstruccin no a la destruccin. Agustn sabe que la palabra es nuestra
esperanza.
El sabe que todo se dice y se tramite con palabras. No podemos
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prescindir del signo ni del lenguaje. Por eso es preciso que conozcamos,
respectivamente, su naturaleza, sus mecanismos y sus virtudes. Pero los
signos no nos dan la verdad; ellos son apenas instrumentos y medios
limitados que nos amonestan. Bajo el signo debe haber algo que es
independiente del signo mismo. El signo es el instrumento de una
actividad ontolgica que podemos llamar pensamiento, pero que tambin
podra denominarse conocimiento o amor; una actividad que es contacto
existencial con la trascendencia y que va ms all del dilogo
Pg.21.
218
haya prueba slida, o sencillamente porque nosotros creamos que debe ser as,
ella es sobre todo, compromiso mutuo entre los hombres basados en un
conocimiento bsico hacia su naturaleza digna. (Cfr. Heb. 11,1.) La Palabra
[Verbum], salva la palabra [verbum] al reconciliarlas a travs del perdn. De all
que el lenguaje sea espiritual y corporal, divino y humano. El lenguaje en este
sentido es una realidad que se nos escapa, y se nos es familiar, es algo indivisible
e inseparable del hombre. El lenguaje es una condicin de la existencia del
hombre, y no un simple objeto, un organismo o sistema convencional de signos
que podemos aceptar o rechazar, pero no comprender. El lenguaje es el misterio
que nos hace ser, y nos comunica, en la unidad del ideal que se llama verdad.
el lenguaje es
le misterio de la revelacin del Ser de Dios. En este orden de ideas, Agustn nos
dira, es el ser el que posibilita el lenguaje, la lgica y el pensamiento, que son la
manifestacin del mismo Ser de Dios y del hombre. Pero el lenguaje es sobre
todo la comunicacin entre seres, ms claramente entre Dios y los hombres, entre
el hombre consigo mismo y con los otros, en la conversacin que permite
comprender nuestra limitacin y angustia en un mudo vaci de sentido. Sentido
que se construye y se alcaza en el compartir con el otro. De esto, que se pueda
decir por un lado, que el lenguaje nos comunica en nuestra limitacin para
tendernos la mano; y por otro, el lenguaje mismo no es slo habla es sobre todo la
escucha que nos permite abrirnos de antemano a la compresin hermenutica del
otro a travs de su palabra, de su verbo interno que nos dice su unidad y nos
muestra su multiplicidad.
Posiblemente el lenguaje humano siga siendo un misterio, tal vez porque
contenga nuestra esencia espiritual y corporal, a la vez que nos permita consentir
el futuro como resistencia a un presente duro y cruel. El lenguaje conforma
nuestra humanidad en el misterio de la divinidad que nos diviniza sin desligarnos
de lo humano. Probablemente el lenguaje como dilogo conectivo del hombre con
el hombre se revele el misterio que no hemos podido resolver por su notable
evidencia. Lo nico claro y que nos debe interpelar es que debemos seguir
dialogando, pues dialogar, conversar es atender al llamado de lo humano, slo as
responderemos responsablemente a nuestra condicin de seres humanos que se
socializan por va del discurso que nos une en la amistad
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