Anteproyecto de Tesis Doctoral
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Recogiendo la exigencia que Hegel espera de toda formulacin filosfica esto es; hacer de ella una
ciencia del conocimiento -, Benjamin denomina a esta tarea como su experiencia sin ms: La filosofa
moderna, como otrora sucedi con la kantiana, deber definirse como ciencia que busca sus propios
principios constitutivos () La experiencia, por tanto, es la pluralidad unitaria y continua del
conocimiento. (Cfr. Sobre el programa de la filosofa venidera. Op. Cit. P. 84).
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Como se sabe, este es el alcance que presenta, p. e. en Kant, para as anticipar una historia futura de la
humanidad (recordemos que su pregunta parte en que si la humanidad progresa hacia mejor). Lo que aqu
idntica.
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Diagnosticar los devenires en cada presente que pasa es lo que Nietzsche asignaba al filsofo del futuro
en tanto que mdico, mdico de la civilizacin o inventor de nuevos modos de existencia inmanentes.
(Deleuze, G / Guattari, F: Qu es la filosofa? Op. Cit. P. 114. Tambin, en Lacoue-Labarthe, F:
Filosofar significa rastrear los signos de una eventual enfermedad. Interpretar y diagnosticar sera
remontarnos hacia las causas. Erigir una etiologa. Cfr. Historie et mimesis. Op. Cit. P. 90).
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Nota sobre el concepto de valor en Nietzsche y Marx: Si se quisiera establecer cierta analoga entre los
planteamientos especulativos de Nietzsche y Marx, ya desde el punto de vista del procedimiento lgico
adoptado por cada uno para analizar su campo de investigacin, la analoga se nos vuelve problemtica de
por s: mientras Nietzsche denuncia la dialctica como instrumento de argumentacin pobre, un medio de
persuasin que slo obliga a la razn a autoponerse siempre como el papel del tirano en busca de la
verdad (La dialctica slo puede ser un recurso obligado, en manos de quienes no tienen ya otras armas.
Es preciso tener que lograr por la fuerza el propio derecho (). Cfr. Crepsculo de los dolos. Op. Cit. P.
40), Marx an confa en la dialctica de su tiempo la hegeliana sin intervenirla desde sus propias
bases argumentales (Cfr. Deleuze, G: Nietzsche y la filosofa. Op. Cit. P. 126). Donde habra que
encontrar la analoga no es ni en el mtodo o el campo de investigacin, sino en la nocin misma del
valor que opera dentro de la metafsica del conocimiento y en la economa poltica del capital; en una
palabra, se pregunta en ambos casos por su condicin real y efectiva como valor. Ambos coinciden en que
el valor no expresa simplemente aquello a lo que alude, puesto que slo son abstracciones, formaciones
mentales que ocultan verdaderamente los propsitos desde los cuales se han erigido en cuanto tales. Su
ndice como valor es siempre histrico, vale indicar, no existe valor alguno eterno o permanente de por s:
Ellos los filsofos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni ()
todo lo que los filsofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus
manos no sali nada real. (Nietzsche: Op. Cit. P. 45). As tambin Marx: Los mismos hombres que
establecen las relaciones sociales conforme a su productividad material producen tambin los principios,
las ideas, las categoras, conforme a sus relaciones sociales. (Cfr. Marx, K: Miseria de la filosofa. Op.
Cit. P. 119). Cabe as sugerir, entonces, que la ontologa no sea sino una expresin abstracta de la propia
relacin econmica detentada por sujetos sociales en determinado estadio de civilizacin puesto que,
tanto para la actividad terica que busca fundamentarse sobre valores, como para la praxis econmica que
persigue mantener ciertas relaciones sociales, les es necesario siempre un nexo indiferenciado, un
mediador abstracto como valor universal que haga de una palabra un valor o, por otro lado, una necesidad
en satisfaccin: Nietzsche descubre al Ideal como el valor mediador del pensar ontolgico, as como
Marx califica al dinero como valor regulador de cambio. Este sera muy brevemente expresado - la
gnesis de la mixtificacin de los valores.
Bajo las expresiones filosofa del porvenir, condicin de futuro, ms all del
bien y del mal, inocencia del devenir, etc., cada una de estas figuras adoptadas en
determinados textos del corpus nietzscheano, manifiestan la necesidad no slo
revisionista respecto a la lgica, la teora del conocimiento o el mundo tico sustentadas
por la actividad filosfica de su poca o hasta su fecha -, sino que con ello busca
redefinir la misma praxis del pensamiento. En este sentido, se trata de encontrar o
inventariarse nuevos trminos para el pensar; conceptuales genealoga, valor, olvido,
perspectivismo, cuerpo; figurativos muerte de Dios, superhombre, Dionisio; afectivos
espritu libre, jovialidad, voluntad de poder. Toda esta nutrida red de significaciones,
no obstante, presenta en el mismo tratamiento nietzscheano cierta dificultad
interpretativa: si suponemos junto a Heidegger que Nietzsche es la expresin lmite de
la metafsica occidental (o la consecucin propia de la actividad filosfica erigida como
metafsica, es decir, la resolucin a la que necesariamente conlleva toda ontologa), su
lenguaje o lgos parece escindirse entre el contenido manifiesto de la metafsica (en
tanto lenguaje hereditario que define al pensar occidental), y aquel lenguaje latente que
busca liberarse de esta tradicin. La figura autorreferencial de Nietzsche reconoce esta
dualidad: Esta doble procedencia, por as decirlo, del vstago ms alto y del ms bajo
en la escala de la vida, este ser dcadent y a la vez comienzo () soy el maestro por
excelencia conozco ambas cosas, soy ambas cosas. 6 Particularmente hablando, si
extrapolamos esto a su formulacin abismal (Abgrund) que supone el Eterno Retorno
(die ewigen Wiederkunft), es ya observable cierta dicotoma y, an ms: la frmula en s
no parece cerrarse, queriendo decir con ello que el lenguaje transvalorador con el cual
Nietzsche compromete su praxis filosfica, su original relacin con la ontologa como
frmula para designar su mas all de la metafsica -, slo sera un esbozo que
diagnostica la condicin pasada y presente de la ontologa tradicional, pero no su
estatuto incondicional abierto como futuro. En palabras de Deleuze: Falta el tercer
momento, el de la revelacin o afirmacin del eterno retorno, que implica la muerte de
Zaratustra () La doctrina nietzscheana del eterno retorno no lleg a decirse, estaba
reservada para una obra futura: Nietzsche no expuso ms que la condicin pasada y la
metamorfosis presente, pero no lo incondicionado que deba resultar de ello como
futuro.7
6
7
Por paradjica que sea, lo anterior no debe interpretarse como mera insuficiencia
epistemolgica por parte de Nietzsche, sino como un indicio para plantear,
insistentemente, las condiciones de futuro en la filosofa o, en palabras ms exactas, las
condiciones destinales de una actividad filosfica diferencial, singular y extramoral
como la exige Nietzsche. Y, en virtud de sus planteamientos, explorar el ncleo mismo
de su filosofa destinal, que no se contenta slo con citar acuaciones conceptuales (la
acuacin, Mnzen, trmino que define adecuadamente el estado presente de los
conceptos: acuaciones que han perdido su imagen y que ahora son slo metal
Mnzen, die ihr Bild verloren haben und nun als Metall- y, por ello, palabra clave en
la empresa nietzscheana que busca establecer la genealoga misma del valor 8), sino que
impone la creacin de un campo territorial que se puebla de nuevos conceptos. Este
centro de gravedad por el cual se redefine la tarea del pensar, su dimensin histrica
factual, sus valores constitutivos y, finalmente una esttica formadora (Bildung) no es
sino el Eterno Retorno. Una manera de establecerlo en bloque sera no considerarlo
como un supraconcepto o ncleo que convoca a cada uno de los conceptos diferenciales
adoptados por Nietzsche puesto que, de ser as, se restablece el derecho de una unidad
indiferencial de tipo ontolgico; o bien eternizamos al concepto superior asignndole un
valor absoluto (como verdad, bien, bello) hacindolo pronosticable deducible o lo
invocamos como primae causa en tanto decimos concepto en s. En otras palabras,
habra que evitar la confusin epistemolgica entre un concepto vehculo o methpora
por el cual pensamos y el plano de inmanencia, que es el horizonte poblado de
conceptos la imagen misma del pensamiento.9 Al restituir el Eterno Retorno como
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Nietzsche, F: Verdad y mentira en el sentido extramoral. Op. Cit. P. 45. La comparacin figurativa entre
los conceptos ilusiones, metforas y el desgaste de un sello, la impresin que ha sido borrada, por
ejemplo, de una moneda (pues la traduccin francesa de A. K. Marietti y en el espaol de Llinares
Chover, acogen indistintamente el mnzen como moneda), no hara ms que multiplicar las analogas
entre la crtica del valor en Nietzsche y en Marx (vase nota 5, como tambin en Derrida, J: La mitologa
blanca, en Mrgenes de la filosofa). Pero atengmonos al procedimiento nietzscheano respecto al valor:
la constitucin del lenguaje, uno de los temas que recorre la obra de Nietzsche, es objeto de especulacin
crtica en varios contextos (p.e., La visin dionisiaca del mundo, La Gaya ciencia, Crepsculo de los
dolos, etc.). En todos los casos se trata de expresar una genealoga respecto a la fundamentacin, no del
lenguaje, sino la fundamentacin del pensar y, por ello, del lenguaje. Si este ltimo no ha sido sino una
norma comunicativa (un medio de conservacin de una determinada especie, la humana claro est), es
simple expresin parcial de la realidad la esencia de una cosa es inalcanzable para el pensamiento,
puesto que l slo registra una representacin concomitante, es decir, un simbolismo parcial, una
perspectiva conciente, un registro: El hombre, como todo ser viviente, piensa continuamente, pero con
ello no aclara nada; el pensar como conciencia es solamente una cosa y, an ms: es la cosa ms inferior y
superficial, porque esta conciencia que piensa se vuelve palabra, es decir, signo de comunicacin, con el
cual se descubre el origen del ser conciente () el desarrollo del ser conciente y del lenguaje van de la
mano. (Nietzsche, F: Le Gay savoir. Op. Cit. P. 241).
9
El plano de inmanencia no es un concepto pensado ni pensable, sino la imagen del pensamiento, la
imagen que se da a s mismo de lo que significa pensar, hacer uso del pensamiento, orientarse en el
pensamiento. (Deleuze, G / Guattari, F: Qu es la filosofa? Op. Cit. Pp. 40-41.
Klossowski, P: Dos interpretaciones recientes de Nietzsche, en Acphale. Op. Cit. P. 87. Para observar
la eterna presencia, cfr. nota n 3 de este informe, respecto a la condicin ontolgica expresada como
tiempo. No obstante, si el tiempo puntual (aristotlico o hegeliano) cifra su determinacin en un
presente cifrado bajo la categora de cantidad -, de qu manera establecemos el Eterno Retorno en el
tiempo? De manera muy sinttica, su expresin en l supone ya una serializacin de acontecimientos:
Eterno presente? Con la condicin de pensar el presente sin plenitud y lo eterno sin unidad: Eternidad
(mltiple) del presente (desplazado). (Foucault, M: Theatrum Philosophicum. Op. Cit. P. 19).
11
Lacoue-Labarthe, P: La fbula (literatura y filosofa). Op. Cit. P. 139. No sera aventurado caracterizar
la empresa filosfica de Nietzsche como una traduccin de esta historia ontolgica, si pensamos que, toda
traductibilidad radica en una operacin que tiende no al mero traslado o porte de sentido, sino a la
diferenciacin radical que muestra a un modelo u original escindido de s mismo, que requiere en ltima
instancia traduccin: Que el original no era puramente cannico resulta claro desde el momento en que
exige traduccin; no puede ser definitivo ya que puede ser traducido. (De Man, P: La resistencia a la
teora. Op. Cit. P. 128). Algo similar ocurre con la ontologa de acuerdo a Nietzsche; parafrasendolo
brevemente, no existen hechos ontolgicos, sino una interpretacin ontolgica de hechos.
devenir, etc. Estas oposiciones nombran una determinada verdad mltiple y la necesidad
de pensar lo mltiple cuando se quiere decir la verdad de acuerdo con el valor (). 12
Al tenor de esta cita la que pide, ella misma, un despliegue mucho ms profundo -,
podemos establecer cierto recorrido tendiente a reconstruir este pensamiento
nietzscheano (su revelacin, tal como ste la concibe en un primer momento):
1. Este plano inmanentista, al contrario de la concepcin cosmolgica operada en
Occidente, no reposa en la actualizacin del puro presente al cual responde toda la
cronologa histrica, desde Platn y Aristteles. Comnmente se ha asociado el Eterno
Retorno como una actualizacin del planteamiento heracliteano, que consiste en
formular la ley del devenir como destruccin y generacin, pero no lo es en modo
exacto (reservemos la analoga entre Nietzsche y Herclito en otro lugar,
particularmente en la caracterizacin del devenir como inocencia). Tampoco la
exigencia de lo eterno en Nietzsche descansa en la expresin di pants ei tou chrnon
(lo que es, lo es eternamente), a la cual el neoplatonismo adscribi desde el Timeo:
El era y el ser son formas devenidas del tiempo que de manera incorrecta aplicamos
irreflexivamente al ser eterno. Pues decimos que era, es y ser, pero segn el
razonamiento verdadero slo le corresponde el es ().13 Porque, en ltima instancia, la
cosmologa queda supeditada a una pura medida, el tiempo cronolgico de lo Uno, o
sea, t n. Lo que se busca en el Eterno Retorno no es en absoluto afirmar el presente,
sino el porvenir, eternizando el movimiento infinito de todas las repeticiones posibles o,
en palabras ms directas: no es el ser o un fenmeno determinado lo que se repite, sino
una seleccin diferencial de lo idntico, el objeto de repeticin. As, el Eterno Retorno
no es una medida, un quantum cronolgico, sino ms bien cierto plano u horizonte que
acoge y serializa las diferencias por medio de un sentir la repeticin del todo. Su
dimensin temporal no es crculo, sino un recta inclinada a ser objeto de ocasin, suerte
o chance (puede designarse como ain, si lo interpretamos en tanto destino o, ms
especficamente, como kairs a menudo, Nietzsche utiliza esta figura que expresa la
afirmacin del devenir en el lanzamiento de dados. 14) En palabras de Deleuze, y
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(...) unas cuantas ideas deben volverse imborrables, omnipresentes, inolvidables, fijas, con la finalidad
de que todo el sistema nervioso e intelectual quede hipnotizado por tales idea fijas y los procedimientos
ascticos y las formas de vida ascticas son medios para impedir que aquellas ideas entre en concurrencia
con todas las dems, para volverlas inolvidables. Cuanto peor ha estado de memoria la humanidad, tanto
ms horroroso es siempre el aspecto que ofrecen sus usos (). Nietzsche, F: Genealoga de la moral.
Op. Cit. P. 70.
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Lacoue-Labarthe: Op. Cit. P. 90. Cabe recordar que el tema del olvido (activo como lo piensa
Nietzsche) es de vital importancia si se quiere comprender el alcance del Eterno Retorno. Su tratamiento
en el corpus nietzscheano es amplio: abarca desde su segunda Consideracin intempestiva (1873), la ya
citada Genealoga de la moral (sin la capacidad de olvido no puede haber ninguna felicidad, ninguna
jovialidad, ninguna esperanza, ningn orgullo, ningn presente p. 66) o el Crepsculo de los dolos,
ciertamente. Pero su consideracin ms neta la expone segn nosotros el apartado Las tres
transformaciones del libro I del Zaratustra. Conviene releer sta como el trnsito del espritu universal: el
camello simboliza, en primera instancia, el espritu de la memoria pasiva, que soporta estoicamente todas
las cargas realizadas por la historia (el sistema mismo de la cultura); el len, en tanto animal de rapia y
autodependiente, simboliza el triunfo del YO, la subjetividad moderna que busca por sus propios medios
el valor de la libertad. Pero no es sino la tercera transformacin, el nio, quien es el orientador de la
doctrina del Eterno Retorno, porque aqu el espritu es capaz de entregarse a todo devenir del ser,
precisamente porque el infante nada rememora para s; aqu, toda condicin, gracias al olvido, se torna
pura diferencia: Inocencia es el nio, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve
por s misma, un primer movimiento, un santo decir s. (Nietzsche, F: As habl Zaratustra. Op. Cit. P.
51). Frente a la insistencia de la ontologa, cuyo mtodo es expresin negativa dialctica -, Nietzsche
exige de la filosofa un carcter afirmativo y, en ese sentido, el Eterno Retorno es el movimiento
divergente de afirmacin, es decir, el pensar como lo Otro.
Nietzsche, F: El anticristo. Op. Cit. Pp. 36-37. En tanto antpoda del filsofo del porvenir, la figura del
sacerdote no es lisa y llana la del buen pastor evanglico; cabe en l todos los pensadores
comprometidos con el pensamiento unidireccional de identidad - los denomina como los impersonales
o los meros funcionarios estatales (en el aforismo 29 del Crepsculo de los dolos, titulado De un
examen de doctorado, reafirma la sospecha respecto a las intenciones kantianas en estas palabras:
Cul es la filosofa que dara la forma superior para el funcionario estatal? La de Kant: el funcionario
estatal como cosa en s erigido en juez del funcionario estatal como fenmeno. (Crepsculo de los
dolos. Op. Cit. P. 104). Para no extendernos en este tema que comprometera toda una revisin crtica
de aquello que Nietzsche propone y depone respecto a la cultura -, vale acotar que el sacerdote es una
tipologa determinada del hombre del resentimiento, aquel que comanda la escena reactiva del pensar.
24
Deleuze, G: Nietzsche y la filosofa. Op. Cit. P. 121.
pensamiento (identidad, memoria, ley, alma) y las fuerzas activas del pensar (diferencia,
olvido, voluntad de poder, cuerpo).25 Y, en virtud de todos estos cortes epistemolgicos
adoptados por Nietzsche, que marcan un lmite entre el lenguaje de la tradicin
ontolgica y una nueva narratividad filosfica, observar al menos si se cumple un tipo
de escritura de la cual Blanchot designa en algn momento como el ejercicio mismo de
toda escritura, a saber: como aquello que jams fue escrito en (el) presente, sino en un
pasado por venir.26
HIPTESIS DE ESTUDIO:
Toda investigacin centrada en un objeto filosfico persigue, como tendencia,
una exposicin del mismo acorde con el procedimiento lgico ms pertinente. Por ello,
el centro desde el cual emana este trabajo guarda relacin con el uso lgico y gramatical
de la disyuncin, aplicada esta vez al Eterno Retorno con respecto a la ontologa de la
25
Sobre la distincin reactivo / activo pende el anlisis de la recepcin intelectual francesa del siglo XX
en torno a Nietzsche, ya desde la publicacin Acphale (1936-39), dirigido por Georges Bataille,
complementado aos ms tarde por Deleuze y Klossowski.
26
Blanchot, M: El paso (no) ms all. Op. Cit. P. 46, y tambin: La exigencia del retorno sera, pues, la
exigencia de un tiempo sin presente, tiempo que sera tambin el de la escritura, tiempo futuro, tiempo
pasado. (Op. Cit. P. 48). No sera pura exterioridad decir aqu que Nietzsche pretende realizar tambin,
en su expresin escrita, cierta transvaloracin en el uso y los fines del discurso filosfico.
Deliberadamente sustituye la exposicin del discurso tradicional por una encadenacin serial de
aforismos, lo que le permite ora amplificando, ora reduciendo abordar un mismo objeto de anlisis.
Por esta razn, cualquier estudio referido a Nietzsche exige una lectura escalonada desde mltiples
fuentes escritas (sus textos publicados en vida, sus fragmentos pstumos, ensayos, cartas, etc.). Pero lo
anterior no es sino un sntoma respecto de la escritura: diremos que, la finalidad del aforismo como medio
escritural (narrativo, performtico) reposa en generar una disyuncin entre la necesidad formal del
discurso y la libertad en cuanto contenido revelado: En la forma de la escritura se cree en las leyes de la
lgica; en el contenido, se descree de ellas. La unidad de ambos momentos constituye el elemento
paradjico del pensar aforstico nietzscheano. (Snchez Pascual, A: Friedrich Nietzsche. Aforismos. Cfr.
su introduccin, P. 14). En otros trminos, el lenguaje nietzscheano coloca, en un nivel lgico expresivo,
la misma disyuncin de una filosofa como futuro: el aphorizo griego, si bien se traduce como
definicin o designacin, indica tambin una distancia de llevar algo ms all del horizonte. Porque el
aforismo, en tanto fragmento del pensar, persigue dar con el sentido slo cuando realizamos desde l una
doble lectura primero, como contenido manifiesto de su lgica formal y, segundo, como idea latente u
oculta que pretende -; la interpretacin sera, entonces, aquel retorno del aforismo elevado a su segunda
potencia (Cfr. Deleuze, G: Op. Cit. Pp. 48-49).
presencia. Se trata de revelar, en una primera instancia, a cul de las dos disyunciones
pertenece la nueva tarea del pensar nietzscheano. Si consideramos la filosofa como la
expresin misma del ser, de suyo una tarea ontolgica, no es el Eterno Retorno la
consecucin misma la ontologa, es decir, su propia cancelacin? Bajo esta pregunta se
oculta cierta estrategia del pensar - velada u oculta - de la ontologa de la presencia
expresada como concepto de identidad; diremos que sta no ha hecho sino manifestar
una resistencia o estado de contencin hacia una ontologa como advenimiento (lo que,
en la descripcin del tema denominbamos el ser devenido) y su elemento diferencial
multiplicidad del retorno. En este caso diremos que el Eterno Retorno es una disyuncin
de tipo inclusiva, o sea, que el plano del pensar nietzscheano forma parte de la ontologa
occidental, an cuando se exponga como final de toda metafsica. Pero, no hay en el
Eterno Retorno una formulacin distanciada de las responsabilidades ontolgicas y, por
ello, un corte radical al presente, a su lgica puntual, absoluta e identitaria? Para decirlo
en estos trminos; el Eterno Retorno no sera sino el plano del nico ser al que le es
dada una posibilidad de existencia como tal, es decir, como ser que deviene. Aqu la
disyuncin es claramente exclusiva. Y, no obstante, la disyuncin en los dos casos
permanece lgicamente unida a la ontologa, sea afirmando o negndose a s misma
(puesto que toda negacin no es otra cosa que un reconocimiento de lo negado, lo otro
de s mismo*). Por este motivo, existira una tercera hiptesis, la cual sera la (re)
definicin en s de la disyuncin filosfica expresada como Eterno Retorno
interpretar, entonces, este plano del pensar nietzscheano como aquello que no expresa
participacin u oposicin entre dos trminos (ms all de la distincin ontolgica esto
o lo otro / o esto o lo otro) o, en una disyuncin mayor, trabajar a double bind el
presente y el futuro de la filosofa en un solo movimiento. Por este motivo, se hace
pertinente un estudio del Eterno Retorno nietzscheano en vistas a reconocer en l su
particular elaboracin de disyuncin filosfica.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO:
Sobre este argumento, resulta problemtico a lo menos concebir la filosofa nietzscheana y, sobre
todo, su imagen del Eterno Retorno como una revalidacin de lo puramente mitolgico (an cuando el
filsofo reconozca, en algunos de sus textos, cierta deuda contrada con el pensamiento elevado a mito,
sobre todo en sus primeras obras, El nacimiento de la tragedia y los textos que la circundan): porque lo
mitolgico como tal no es simplemente aquello que se opone al discurso lgico ( mythos / logs), sino que
es su reversibilidad como tal. En palabras de Vernant el mito es siempre el adverso, lo otro del discurso
verdadero, del logos (Cfr. El mito como reflejo, en Le temps de la reflexin. Op. Cit. P. 23).
Observar el uso lgico gramatical del Eterno Retorno como expresin de una
filosofa del porvenir.
Responder por la nueva valoracin que impone Nietzsche frente a la tarea tica
del pensar axiolgico occidental.
lo
contrastramos,
p.
e.
con
el
trmino
compulsin
de
repeticin
Claramente, una actualizacin del Eterno Retorno compromete en s cierta relacin con la fsica y las
ciencias combinatoria numerales contemporneas (teora de los conjuntos, clculo de probabilidades).
Pero ello extendera an ms el campo de investigacin que aqu intentamos resolver.
Pensamos aqu que Nietzsche nunca ha dejado de contemplar la tarea filosfica sino con la ptica de la
poesis (esta palabra merece ser entendida en toda su pluralidad terminolgica: accin, creacin;
fabricacin, construccin; composicin; poesa).
METODOLOGA DE ESTUDIO:
Cabe realizar en este punto una justificacin si se quiere adicional. Si bien
una investigacin cualquiera, centrada en la filosofa de Friedrich Nietzsche, pide de
inmediato la circunscripcin de sta bajo la modalidad del anlisis de texto, las
dificultades metodolgicas se encuentran lejos de ser satisfechas inmediatamente. La
Justificacin y fundamentacin.
Objetivos.
Metodologa.
CAPTULO I: El Eterno Retorno como disyuncin del lenguaje.
1.1. El dilema hamletiano de la expresin ontolgica.
1.2. Nietzsche y la gramtica del ser.
1.3. La formulacin Eterno Retorno.
1.4. Sntesis del captulo I.
CAPTULO II: Cosmologa y plano de inmanencia.
2.1. La Cosmologa tiempo puntual.
2.2. Plano trascendente y plano inmanente.
2.3. Tiempo kairslgico o la apertura al Caos.
2.4. Sntesis del captulo II.
CAPTULO III: Historia e historicidad.
3.1. Mnemosyne, la garante de la historia.
3.2. Qu significa Intempestivo?
3.3. Olvido activo: el despertar de la infancia.
3.4. Sntesis del captulo III.
BIBLIOGRAFA:
Fuentes:
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- Samlichte Werke (ediciones Colli- Montinari)
ARISTTELES:
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BATAILLE, Georges:
- Acphale (Religin, sociologa, filosofa). Traduccin de Margarita Martnez. Caja
Negra editores. Buenos Aires. 2006.
FREUD, Sigmund:
- Ms all del principio del placer y otras obras. Traduccin de Echeverri. Amorrortu.
Ediciones. 1989.
FOUCAULT, Michel:
- Nietzsche, la genealoga, la historia. Traduccin de Jos Vsquez Prez. Pre textos.
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