LasFachadasBarrocasDeAyacucho 1012452
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Se hace necesario distinguir desde el comienzo de este trabajo entre fachadas y portadas; pues la no existencia de este segundo
gnero en la arquitectura barroca de Ayacucho no prejuzga en nada
la inexistencia del primer al que ahora nos referimos. Entendemos
por portada el espacio circundante al vano de entrada que aparece
decorado por alguna composicin arquitectnica o con una simple
ornamentacin. El concepto de fachada designa el frente amplio de
un edificio visible desde alg n lugar exterior y que ofrece cierta organizacin entre los diversos elementos que lo integran. Se comprende de suyo que la portada puede ser uno de los elementos integrantes de la fachada; pero no es equivalente a esta ni en cuanto a su
extensin, ni en lo que concierne a su composicin arquitectnica. Es
posible que la misma heterogeneidad rija al menos en Ayacucho entre el estilo de las portadas y el de las fachadas integradas por
aquellas.
Los tratados de la historia de la arquitectura virreinal peruana se
han ocupado con mayor o menor extensin del anlisis descriptivo e histrico de las portadas virreinales de Ayacucho. A diferencia de ellos, el
presente estudio se centra en la interpretacin de las fachadas eclesisticas de Ayacucho durante la etapa del barroco que se inici con la fachada de la Catedral. Consideramos las fachadas desde el punto de vista estructural, sin descender a la descripcin positivista de sus ornamentos
individuales.
Las iglesias urbanas de Ayacucho, lo mismo que las iglesias de
las otras ciudades virreinales, estn incorporadas dentro de la trama cuadricular de las calles, y han sido adosadas a otras construcciones. Por
eso, prescindiendo de alguna que otra fachada lateral que permanece visible como la de Santo Domingo y la de Santa Teresa, consideramos ahora las fachadas que se alzan en el muro de los pies de las iglesias, por
ser ellas las ms representativas de la arquitectura virreinal en Ayacucho
El amplio frente plano y casi medio desnudo del muro frontal ha quedado
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enmarcado por los esbeltos cuerpos de los campanarios gemelos, de modo que unos y otros se integran en la unidad de las fachadas ayacuchanas de los pies.
Se ha tornado tan general en todas las iglesias de Ayacucho
la fachada en el sector de los pies que ello dara lugar a que ingenuamente se extendiera su vigencia a todo el largo perodo de la arquitectura virreinal en la ciudad. Acotamos la existencia histrica de
este diseo especfico de fachada al perodo tardo que comienza a
partir del ltimo tercio del siglo XVII y se extiende por el siglo XVIII.
No pretendemos que con anterioridad a estas fechas no hayan existido fachadas en el sector del muro de los pies en las iglesias de Ayacucho; lo nico que deseamos dejar en claro es que aquellas primeras
Fachadas ayacuchanas, ya desaparecidas, correspondan a un diseo
renacentista; y que con posterioridad a ellas se desarroll otro diseo
barroco de fachada a los pies distinto del primero, que es el que todava existe y del que nos ocupamos en el presente estudio. Desde
luego, las fachadas que denominamos barrocas representan un momento histrico independiente y bastante tardo respecto de la etapa
tan destacada de las portadas renacentistas ayacuchanas del siglo
XVI o de principios del siglo XVII, y tambin con relacin a las fachadas de aquel mismo estilo que han sido desplazadas por las conformaciones posteriores en el mismo lugar.
Cuando se antepusieron las primeras portadas renacentistas
en los muros de los pies de las iglesias ayacuchanas no estaban todava en uso los campanarios de torres cuadradas que son un elemento
integrante de las posteriores fachadas barrocas en la ciudad. Existieron entonces sobre alguno de los muros de las iglesias en distinta posicin los campanarios de espadaa similares ai que todava perdura
sobre un muro en escuadra en el atrio delantero de la iglesia de Santo Domi ngo.
Acaeci posteriormente un proceso generalizado de sustitucin
de las arcaicas espadaas renacentistas por los campanarios de torre
cuadrada barrocos a los lados del muro de los pies. Este mismo proceso
se realiz tambin en la iglesia del Convento de Santo Domingo; slo que
en ella no fue necesario desmontar la espadaa porque, al estar colocada sobre el muro lateral al costado de la iglesia, no interfera en nada
para la construccin de las nuevas torres, y sin duda por tal motivo la
respetaron. Aquellas espadaas iniciales de Ayacucho, desaparecidas en
su totalidad menos la de la iglesia de Santo Domingo, integraban como
elemento componente el diseo de las primeras fachadas en las iglesias
ayacuchanas.
Poseemos un valioso documento grfico que avala esta interpretacin del proceso evolutivo entre una y otra modalidad de los campanarios ayacuchanos; y consiguientemente tambin de la modalidad distinta
de las fachadas a los pies de las iglesias. Los esposos Mesa-Gisbert han
publicado el plano del Colegio jesutico de Ayacucho que se conserva en
dos copias en la biblioteca Nacional de Pars (7). El plano corresponde a
las primeras dcadas del siglo XVII, y es notoriamente anterior a las reformas de la planta de la igiesia y del Colegio de La Compaa, realizadas desde mediados del mismo siglo. Es tambin anterior a la construc-
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cin de la fachada y torres en la Catedral de Ayacucho, que hacen frente a la plaza pblica.
Representa este plano la iglesia de la Compaa cuando no contaba ms que con una simple portada de traza renacentista en el muro
de los pies, que posiblemente corresponda slo al primer cuerpo actual,
y careca de la composicin circundante al ventanal abierto hacia el coro
alto, ya que ste se incorpor posteriormente a imitacin del segundo
cuerpecillo aislado en la portada principal de La Catedral. Aquella primera iglesia jesutica ostentaba seg n el plano en referencia la planta de
cruz latina con crucero de brazos prolongados hasta el muro de separacin entre el primer claustro y la portera actual, y con la misma profundidad en el brazo del lado de la epstola. La capilla denominada actualmente de Loreto era un rea libre exterior que el plano denomina
cementerio, y que junto con el atrio delantero de la iglesia formaba un
espacio abier-to en escuadra o ngulo recto. Desde el brazo del crucero
del lado del evangelio hasta la calle se extenda la Ilamada capilla de
indios, comunicada con puer-ta interior hacia la iglesia y que tena puerta exterior abierta a la calle, esta puerta fue cambiada posteriormente
cuando la capilla se transform en la portera del Colegio, y desde entonces la puerta se abri al atrio de la iglesia, no a la calle.
Nos interesa ahora sealar de modo especial que, seg n el plano
que comentamos, la iglesia jesutica ayacuchana careca, al menos durante toda la primera mitad del siglo XVII, de las dos torres gemelas que
actualmente flanquean el muro de los pies. Por consiguiente, la fachada
de este sector abarcaba solamente la anchura del cuerpo de la iglesia
con su muro recto, y sin tener a los lados las torres gemelas; aunque con
toda seguridad se alzara en lo alto del muro alguna espadaa renacentista, que pudo estar colocada en la parte central del muro de los pies, y
que ha desaparecido al completarse las reformas de la iglesia en el siglo
XVII, ya bastante avanzado el siglo. Este mismo era el esquema pre-barroco de las primeras fachadas frontales, con pequeas diferencias entre
ellas; al que despus sigui el segundo esquema de fachada, difundido
durante la etapa del barroco, y conformado por las torres cuadradas gemelas.
Hemos insistido en el anlisis de la conformacin de la iglesia de
La Compaa, porque constituye un ejemplo plenamente documentado de
la transformacin operada en el sector de los pies en otras iglesias ayacuchanas. Sealamos la tipologa de los cambios estructurales operados,
pero dejamos de lado el estudio de la secuencia histrica con que se realiz en las diversas iglesias de la ciudad, sobre el que habrn de emprenderse las oportunas investigaciones de archivo. Consisti el cambio de la
fachada en dos procesos diferentes, aunque complementarios: primero, el
de la sustitucin de los campanarios de espadatia por las posteriores torres cuadradas gemelas; segundo, derivado del anterior, el proceso de la
reconversin de la fachada a los pies al introducirse en ella las dos torres
laterales. As se pas en La Compaa y tambin en las otras iglesias de
Fig.
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seo de alguna fastuosa portada-retablo o siquiera de las no menos exuberantes portadas no-retablo del siglo XVIII en Lima.
Venimos discrepando insistentemente de esta interpretacin historiogrfica de la arquitectura virreinal. Por eso, tratamos de desbordar en
diversas direcciones los estrechos lmites conceptuales de la historiografa
que ahora glosamos. No slo porque hemos demostrado que los retablos
y las portadas virreinales peruanas encierran aspectos estructurales del
diseo y del volumen extraos a lo caractersticamente decorativo, tal como ha sido expuesto en los estudios acerca de la escuela de los retablos
de Ayacucho antes citado, y de la escuela de los retablos de Trujillo (8);
sino porque adems, se han desarrollado fuera del mbito de lo decorativo en la arquitectura virreinal peruana ciertas estructuras especficas
dignas de ser tomadas en consideracin y ellas expresan tambin verdaderas conformaciones barrocas (9). Al reconocer ahora el valor especfico de las fachadas tardas en las iglesias de Ayacucho, les atribuimos autenticidad barroca, no tanto desde el punto de vista de la ornamentacin
de sus portadas, por lo que encuadraran ciertamente en esta valoracin
estilstica; sino en cuanto a la estructura especfica del cliseo de tales fachadas, como estructura arquitectnica peculiar.
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